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La novela desde 1939 hasta los años 70: tendencias, autores y obras representativas.

En lo referente a la novela de este periodo, destacaremos diferentes tendencias, teniendo


siempre presente la dictadura franquista, que marcaría por completo a los autores.

En cuanto a la novela de 1940, distinguimos dos tendencias. Por una parte, la novela
tremendista. Esta mostrará la vida sin obviar aspectos sórdidos, incluyendo personajes
violentos e incluso criminales. Será un reflejo de la vivencia en primera persona por parte de
los autores durante la Guerra Civil. Es imprescindible citar a Camilo José Cela con su obra La
familia de Pascual Duarte.

La otra tendencia será el existencialismo, que reflejará la miseria de la posguerra desde un


punto de vista más moral, presentando personajes desorientados y con una actitud pesimista
ante la vida. En las obras abunda el uso de la 1ª persona y el subjetivismo. Destacamos a
Carmen Laforet con Nada.

Por último, dentro de la novela de los 40, cabe hablar de una serie de autores que escribirán
novelas del exilio, recordando la Guerra Civil y la España que tuvieron que abandonar, pero
dotando de presencia a los nuevos países en los que viven. Las obras tienen un carácter
narrativo poco innovador y tratan tema como la búsqueda del sentido de la vida y la
existencia. Algunos autores destacados son Ramón J. Sender, con Réquiem por un campesino
español, o Rosa Chacel con Memorias de Leticia Valle.

Encontramos ahora la novela de los años 50, la conocida como novela social.

Las obras de esta década se encargan de denunciar las injusticias sociales a través del reflejo
de la realidad. Están ambientadas en el mundo de la ciudad, del campo, el obrero, o en la vida
burguesa, cuyo comportamiento se critica, y suelen tratar temas como lo cotidiano, la soledad
e incomunicación o la visión crítica del pensamiento y la cultura de la época. Destacamos la
sencillez del lenguaje y de la estructura del relato y la abundancia de los diálogos. Además, las
obras concentran la acción en pocos escenarios y en poco tiempo. Los personajes que
aparecen son colectivos y representativos de una determinada clase social. Por último, cabe
destacar cierto objetivismo narrativo, es la ‘’técnica de la cámara cinematográfica’’: solo se
transmite cuanto se ve y oye.

En cuanto a autores, tenemos a Rafael Sanchez Ferlosio: El Jarama, Miguel Delibes con El
camino o Las ratas y de nuevo, a Camilo José Cela con La colmena.

Pasamos ahora a la novela de la década de los 60, en la que los autores se van a replantear las
imposiciones ideológicas del régimen, surgiendo una novela marcadamente experimental.

En ella, se produce la incorporación de una serie de características novedosas en España: se


produce la incorporación del punto de vista múltiple, la narración se da en segunda persona,
se usa el monólogo interior y se produce la ruptura del tiempo cronológico. Además, se
fusionan géneros literarios y en las obras, el límite entre lo real y l ficticio queda difuso.

La estructura externa de las obras es en forma de capítulos o secuencias, mientras que en la


interna encontramos el contrapunto, desorden cronológico o lo que denominamos novela
abierta, sin desenlace. El protagonista suele estar en conflicto y, por último, se produce una
renovación estilística y se obliga al lector a participar activamente en la lectura.
Algunos autores destacados son: Luis Martín Santos con Tiempo de silencio (1962), que
inaugura una nueva etapa en la narrativa, Miguel Delibes con Cinco horas con Mario o Gonzalo
Torrente Ballester con La saga/fuga de J.B.

Por último, hablaremos de la novela de los años 70, década en la que el fervor experimental
inicial se va moderando poco a poco y se vuelven a contar historias.

Se recuperarán géneros marginales como el fantástico, de ciencia-ficción, de aventuras…, y se


tratarán temas como el desencanto, las preocupaciones existenciales y sentimientos íntimos.

Es esta década, destacamos de nuevo a Eduardo Mendoza con La verdad sobre el caso Savolta.

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