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MANUAL PARA EL ESTUDIANTE

PRÁCTICA PROFESIONAL
LÍNEA CURRICULAR DE AUDIOLOGÍA

Documento basado en el manual de telesimulación diseñado para la Escuela de Fonoaudiología y modificado por líderes curriculares
ÍNDICE

● INTRODUCCIÓN 3

● ÁREA DE AUDICIÓN 4

● HIPOACUSIA EN EL CICLO VITAL 5

● EVALUACIÓN AUDIOLÓGICA 9

● INTERVENCIÓN EN EL ÁREA AUDIOLÓGICA 13

● SISTEMA VESTIBULAR 16

● TRASTORNOS DEL EQUILIBRIO 17

● EVALUACIÓN VESTIBULAR 18

● INTERVENCIÓN VESTIBULAR 19

● Links de interés 20

● BIBLIOGRAFÍA 21

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INTRODUCCIÓN

La Fonoaudiología es una disciplina que, dentro del área salubrista, se encarga de la evaluación,
diagnóstico, rehabilitación, promoción de la salud y prevención de los trastornos del lenguaje,
habla, deglución, audición, voz y comunicación, como se rescata de las actas del XXV Congreso de
Logopedia, Foniatría y Audiología (Martínez, Cabezas, Labra, Martínez, Rosario y Malebrán, 2006).

La audición es la vía principal para adquirir el lenguaje oral, uno de los atributos humanos más
importantes. (Las señas, gestos, movimientos son otras formas de lenguaje). El lenguaje permite a
los seres humanos la comunicación a distancia y a través del tiempo ha tenido una participación
decisiva en el desarrollo de la sociedad y sus numerosas culturas (MINSAL, 2010).

Es por ello, que en este manual abordaremos conceptos generales sobre la audición, enfocándonos
en Diagnóstico, evaluación y tratamiento.

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ÁREA DE AUDICIÓN

Desde un punto de vista mecánico, el oído es un transductor de señal que capta una perturbación
del medio, la propaga, modifica y transforma en señal eléctrica para enviarla al cerebro que la
procesa, la interpreta y le da sentido (Gil- Carcedo y Vallejo, 2001). Es entonces un sentido esencial
para el desarrollo de la comunicación, por lo que su disfunción puede afectar gravemente al
individuo.

La audición está fundamentada en el correcto funcionamiento de:

Oído Externo: Compuesto por el pabellón auricular y conducto auditivo externo (CAE). Desde el
punto de vista audiológico el pabellón auricular recoge las ondas sonoras y las converge hacia el
CAE, actuando como una pantalla receptora, el CAE transmite la señal, reforzando la resonancia de
las frecuencias 2000 y 5000 Hz. (Gil- Carcedo y Vallejo, 2001).

Oído Medio: Está formado por un conjunto de cavidades aéreas cinceladas en el espesor del hueso
temporal, con excepción del segmento faríngeo de la tuba auditiva. Todo el sistema está cubierto
por un epitelio mucoso estratificado (Gil- Loyzaga y Poch, 2007). En general, se encarga de
transformar las ondas acústicas en mecánicas, adapta las impedancias entre el medio aéreo y el
medio líquido del oído interno, protege al oído interno ante sonidos de alta intensidad y mantiene
el equilibro entre presiones aéreo a ambos lados de la membrana timpánica.

Oído interno: Encargado de transformar el estímulo sonoro recibido en impulsos nerviosos, que
serán transmitidos, por la vía acústica, hasta la corteza cerebral. En el oído interno existen dos
órganos, el auditivo o coclear (ubicado en la cóclea o caracol) y el órgano del equilibrio o vestibular
(Canales semicirculares). La región coclear es anterior y la vestibular es posterior.

Vía auditiva:

Cuando ya se han transformado las señales mecánicas a eléctricas, son procesadas en oído interno
y transmitidas hacia el cerebro (cortezas auditivas), mediante el nervio auditivo, que consta de una
serie de fibras nerviosas entre la cóclea del oído interno y el cerebro. Su función es trasmitir las
señales del oído interno al cerebro (Letelier, D. J. C., & San Martín, 2013).

¿Por qué tantas etapas? Si las ondas llegaran directamente desde el aire al líquido, estas rebotarían.
Es por ello que se necesita un sistema no solo de transmisión sino también de amplificación.

Una pérdida auditiva puede ocurrir a cualquier nivel (o en más de un nivel) de esta cadena y
dependiendo del nivel involucrado será el tipo de pérdida que ocurra. La evaluación audiológica
está orientada a identificar el grado y tipo de pérdida, y el lugar de localización del problema dentro
de esta cadena (Guzmán, Goycoolea y Espinoza, 1995; Goycoolea, Ernst, Orellana y Torres, 2003;

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Goycoolea, Guzmán, Levy, Orellana y Ernst, 2012).

HIPOACUSIA EN EL CICLO VITAL

Las alteraciones de la función auditiva se pueden clasificar según el sitio anatómico de la lesión en
tres grupos, recordando que se puede presentar de forma uni o bilateral:

1. Hipoacusia conductiva: Se produce cuando la afectación implica al oído externo o al medio. Este
defecto no suele sobrepasar los 70 dB. Una interrupción de cualquier naturaleza en la transmisión
del sonido entre el pabellón y el oído interno, constituye una pérdida de conducción. (Alegría, 2009;
Karina, Chester y Porto, 2011)
2. Hipoacusia perceptiva o neurosensorial: Es ocasionada por anormalidades o alteraciones que
implican al oído interno y/o la vía auditiva, en estos casos las pérdidas auditivas suelen ser más
severas y pueden llegar a la cofosis.
3. Hipoacusia mixta: Es aquella donde se imbrican factores conductivos y perceptivos de sonido. Son
bastante comunes en la práctica diaria. Se ve en la otoesclerosis y el tratamiento generalmente es
quirúrgico (Malucelli, Malucelli FJ. y Vinicius Ribas., 2012).

Población infantil

La audición es clave para la adquisición y desarrollo del lenguaje oral. El lenguaje como tal, nos hace
una especie muy diferente a los otros seres vivos, permitiéndonos establecer un sistema de
comunicación complejo que, sin duda ha permitido a través del tiempo un desarrollo cultural y
social. Todos los estudios al respecto demuestran que las personas afectadas por una hipoacusia
sin implementación auditiva y con diagnóstico tardío, padecen de un escaso o nulo desarrollo del
lenguaje oral lo que incide en un sano desarrollo cognitivo, afectivo y social. Lo que es una situación
de importancia en el ámbito escolar, familiar y social (MINSAL, 2010).

La hipoacusia infantil se diferencia de la del adulto por dos razones principales: por un lado, aparece
en un niño que necesita la audición para desarrollar su lenguaje oral y, por otro, las causas de la
hipoacusia infantil son diferentes a las del adulto. Mientras las hipoacusias bilaterales impiden el
desarrollo normal del lenguaje, las unilaterales lo afectan en poca medida (Mondain, Blanchet,
Venail y Vieu, 2005).

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CLASIFICACIÓN

1. Según la localización de la lesión (Smith & Gooi, s.f.):


● Hipoacusia de transmisión o conductiva: afectación mecánica del oído externo o medio que provoca
una pérdida auditiva máxima de 60 dB.
● Hipoacusia de percepción o neurosensorial: daño en el órgano de Corti (sensorial) o en la vía
auditiva (neural), que conduce a una pérdida auditiva superior a 60 dB.
● Hipoacusia mixta, cuando se asocian ambos tipos de hipoacusia conductiva y neurosensorial.
● Hipoacusia central, si hay dificultades en el procesamiento perceptual de la información auditiva a
nivel cerebral.
2. Según el grado de pérdida auditiva: siguiendo las normas de la ASHA,
se clasifican según la intensidad del sonido más débil que puede percibir calculando el promedio
tonal puro (PTP) en:
● Leves (20-40 dB).
● Moderadas (40-60 dB).
● Severas (60-80 dB).
● profundas (> 80 dB).
3. Según el momento de aparición del déficit auditivo respecto a la adquisición del lenguaje (Benito y
Silva, 2013; Alzina, Anárez y Huarte, 2012; Delgado, 2011):
● Hipoacusia prelocutiva o prelingual, antes de la aparición del lenguaje (0-2 años).
● Hipoacusia perilocultiva (2-4 años), el lenguaje se está desarrollando.
● Hipoacusia postlocutiva, después de la adquisición del lenguaje.

4. También podemos incorporar al diagnóstico el perfil audiométrico de la hipoacusia; Plana,


descendente, ascendente, en carpa o en batea.

5. En el caso de hipoacusias bilaterales también podemos incorporar el estado de simetría de los


perfiles audiométricos: Simétrica o asimétrica.

6. Según su causa

Causas de hipoacusia infantil, según Pinilla, 2017.


Genéticas

● Autosómica recesiva (hipoacusia profunda o de tonos altos aislada, síndrome de Lange-


Jerevell-Nielsen, síndrome de Pendred, síndrome de Usher…)
● Autosómica dominante (hipoacusia profunda aislada, síndrome de Waardenbrug,
síndrome de Treacher Collins, síndrome de Alport…)

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● Recesiva ligada al cromosoma X (asociada al daltonismo, síndrome de Alport)
● Mitocondriales (síndrome de Kearns-Sayre)

Adquiridas
1. Infecciones:
● Congénitas: toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus, herpes simple, sífilis
● Meningitis bacteriana, parotiditis, mastoiditis
● Hiperbilirrubinemia
● Complicaciones de la prematuridad
2. Ototoxicidad:
● Antibióticos: aminoglucósidos, vancomicina, eritromicina, polimixina B
● Furosemida, cisplatino, quinina, cloroquina, carbamacepina, salicilatos, etc.
3. Traumatismo craneal: fractura de peñasco, perforación timpánica traumática,
luxación osicular
Malformativas
● Microsomia hemifacial, microotia
● Síndrome de Goldenhar
● Síndrome de Treacher Collins
● Malformación de Moldini

Es importante tener presente que al momento de elaborar los diagnósticos fonoaudiológicos para la
hipoacusia estos deben ser redactados de manera independiente para cada oído.

Ejemplos:
● Hipoacusia neurosensorial en oído izquierdo de grado moderado, perfil descendente, postlocutiva
y adquirida. / Oído derecho con audición normal.
● Hipoacusia de conducción bilateral simétrica, perfil plano, prelocutiva, genética, de grado
moderado en oído derecho y severo en oído izquierdo.

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Población adulta

Los problemas auditivos se incrementan en el hombre como consecuencia del aumento de


envejecimiento de la población a nivel mundial, ocasionando en el adulto mayor la disminución de
la audición a partir de los 60 años de edad (Chávez, 2006). Las hipoacusias que ocurren en esta
población se clasifican en función del sitio anatómico, por lo que hablamos de Hipoacusia
conductiva, neurosensorial y mixta. Entre las causas de hipoacusia de percepción o neurosensorial
está como consecuencia el envejecimiento del órgano de la audición, generando una pérdida
auditiva fisiológica conocida como presbiacusia (Gómez, Lorenzo y Henr, 2011; Varela-Nieto, 2010).
No existe un tratamiento médico ni quirúrgico eficaz para la presbiacusia; su diagnóstico y
rehabilitación debe intentarse lo más temprano posible, para evitar el aislamiento social que
acompaña a todo hipoacúsico (James, Jerry, 1979; Hoshino, Ferreira, Pacheco & Carvallo, 2012;
Pinto, Sánchez y Tomita, 2010).

Por otro lado, la disminución de la capacidad auditiva en adultos mayores se asocia


significativamente a dificultades en la comunicación, disminución de la actividad social, alteraciones
emocionales, menor capacidad de autocuidado, deterioro cognitivo y alteraciones de memoria
(Mulrow, 1990; Patterson, 1994). Es frecuente también que en este grupo coexistan otros déficits
sensoriales.

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EVALUACIÓN AUDIOLÓGICA

Existen diversos métodos de evaluación auditiva, los podemos dividir en:

Subjetivos Objetivos
● Acumetría. ● Impedanciometría : Timpanometría, Prueba
● Audiometría tonal (Umbrales auditivos, de reflejos, Deterioro del reflejo y pruebas de
pruebas supraliminares) función tubaria, METZ.
● Logoaudiometría. ● Otoemisiones acústicas.
● Audiometría por respuestas eléctricas:
Electrococleografía, potenciales evocados de
tronco cerebral.

Figura 1. Métodos de evaluación audiológica

En Chile, se cuentan con orientaciones técnicas para la pesquisa, diagnostico e intervención de la


hipoacusia neurosensorial en prematuros y niños menores a 4 años, constituyendo una patología
GES y por ende cuenta con procedimientos establecidos para este fin. Dentro de la misma se
menciona que los programas de detección temprana de hipoacusia sensorioneural congénita
bilateral han sido avalados por la Academia Americana Pediátrica (1999), el Reino Unido (Arch Dis
Child, 2000 y Eu J Pediatr, 1999 en: MINSAL, 2010) y la Unión Europea. Los problemas auditivos
deberían ser reconocidos y habilitados tan tempranamente en la vida como sea posible para
aprovechar la plasticidad del sistema sensorial en desarrollo. La intervención temprana, antes de
los seis meses de vida, es considerada elemental en maximizar el período sensitivo del desarrollo
para prevenir los retrasos frecuentemente observados en niños con moderada/severa pérdida
auditiva, así como en aquellos con pérdida profunda en una etapa crítica en la adquisición del
lenguaje (Eur J pediatr, 1999).

Actualmente contamos con tecnología que permite el diagnóstico precoz de la hipoacusia en los
recién nacidos e infantes, existen métodos objetivos para el screening auditivo neonatal y
evaluaciones audiológicas posteriores que permiten elaborar un diagnóstico antes de los 3 meses
para iniciar una intervención por el equipo de salud y por los educadores especializados en niños
sordos antes de los 6 meses de edad.

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Para la pesquisa en recién nacidos, se recomienda utilizar Otoemisiones Acústicas (OEA) y/o
Potenciales Auditivos Automatizados (AABR) en el proceso de Tamizaje Auditivo Universal (MINSAL,
2018).

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Los métodos audiométricos objetivos tienen la ventaja que se van a poder utilizar a cualquier edad
y con una alta sensibilidad. Los más utilizados son (Izina, Aznárez y Huarte, 2012; Smith& Gooi, Sin
fecha; Pinilla, 2011).

Potenciales evocados auditivos de tronco cerebral (PEATC): Miden la actividad del nervio y la vía
auditiva en el tronco del encéfalo a través de la colocación de unos electrodos en la cabeza del niño
que detectan la respuesta generada por un estímulo auditivo, representada por ondas, enviado a
través de los auriculares a cada oído. Se valora la morfología, latencia y amplitud de las ondas,
fundamentalmente la I (nervio auditivo), III (complejo olivar superior) y V (tubérculo cuadrigémino
o colículo inferior) y las interlatencias y diferencias interaurales, y se obtiene una aproximación al
umbral auditivo que sería la mínima intensidad a la que aparece la onda V. Tienen la limitación del
estudio de las frecuencias graves, por lo que una ausencia de ondas no es suficiente para
diagnosticar una pérdida auditiva total.

Si se quiere reproducir un mapa de audición similar a un audiograma se pueden obtener respuestas


a múltiples frecuencias por medio de los potenciales evocados auditivos de estado estable (PEAee).

Otoemisiones acústicas (OEA): por medio de una pequeña sonda colocada en el oído emite un
estímulo que capta la respuesta coclear (células ciliadas externas) de las frecuencias por encima de
800-1000 Hz. Es una prueba rápida que se puede utilizar como cribado auditivo, pero no nos
informa de las frecuencias graves ni valora el procesamiento central del sonido, y se afecta por la
presencia de líquido en oído medio o restos de cera o vérnix en el conducto auditivo.

Impedanciometría: se realiza con una pequeña sonda que debe sellar el conducto auditivo externo
y que mide la elasticidad en el oído medio a medida que se modifica la presión de aire en el
conducto auditivo. No es una prueba auditiva, pero de forma rápida permite valorar la integridad
de los mecanismos fisiológicos que intervienen en el sistema de transmisión del oído. Se tiene en
cuenta el tipo de curva, la altura y desplazamiento o no de la misma.

A partir de los 4 años, ya no es necesario condicionar la respuesta y se les explica que deben
informar o pulsar un botón cuando oigan el sonido a través de los auriculares, o repetir lo que oigan,
en el caso de la audiometría tonal liminar (ATL) y de la audiometría verbal respectivamente. En
niños mayores ya se puede utilizar la acumetría (Urraca, 2017).

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Con respecto a otros procedimientos objetivos aplicables en niños mayores o la población adulta
son (Rodríguez & Algarra, 2014):

Audiometría tonal liminar (audiometría tonal): Es una exploración de la función auditiva que
consiste en la obtención de los umbrales de audición para las distintas frecuencias, entendiendo
como umbral auditivo la intensidad mínima que una persona necesita para detectar la presencia de
un sonido.

Los umbrales auditivos estudiados serán diferentes según sea el modo en que presentemos al
paciente el estímulo auditivo:

● Si el estímulo auditivo se presenta a través de auriculares estudiaremos la vía de conducción


aérea,
● Si por el contrario si el estímulo auditivo se presenta a través de vibradores óseos estaremos
estudiando la vía de conducción ósea.

El resultado de la audiometría se anota en un gráfico en que la horizontal corresponde a la


frecuencia medida en Hz y la vertical a la intensidad del sonido entregado en dB. Se debe registrar
cada umbral auditivo obtenido en este gráfico. Los umbrales registrados se unen con una línea
discontinua en el caso de la vía aérea y con una línea continua para la vía ósea. Además, se calculan
los promedios para cada vía evaluada, considerando las frecuencias más importantes para la
comunicación humana (500, 1000, 2000 y 4000 Hz), lo que se denomina PTP (promedio tonal puro).

La audiometría supraliminar incluye un conjunto de pruebas especiales que se caracterizan por


utilizar como estímulos sonidos cuya intensidad está por encima del umbral de audición, a
diferencia de la audiometría liminar que utiliza sonidos con intensidades alrededor del umbral.
Estas pruebas se utilizan cuando se encuentra una hipoacusia sensorioneural uni o bilateral. Nos
permiten diferenciar la etiología de la hipoacusia sensorioneural, pudiendo sugerir si corresponde
a patología coclear (cortipatía) o neural (neuropatía). Estas pruebas se basan en el fenómeno de
reclutamiento para la patología coclear y en el deterioro de la conducción nerviosa o adaptación
auditiva patológica, para la patología neural.

Algunas de las pruebas supraliminares más utilizadas son:

Umbral de disconfort auditivo o LDL por sus siglas en inglés (loudness discomfort level): Es el umbral
al cual el sonido comienza a molestar.

Prueba de Fowler: Utilizada en hipoacusias unilaterales. Se compara la percepción de la intensidad


del oído afectado con el contralateral (que debe estar sano). Cuando es necesario aumentar cada
vez menos la intensidad del estímulo sonoro al oído enfermo en comparación al sano para que este
aumento se perciba igual en ambos oídos, se habla de reclutamiento. Cuando la intensidad
percibida en el oído afectado llega a ser mayor que el oído sano se habla de sobrerreclutamiento.

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Ambos fenómenos indican patología coclear.

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Prueba de SISI: utilizada en hipoacusias bilaterales. Se entrega a un solo oído un tono continuo a 20
dB sobre el umbral. Cada 5 segundos se aumenta en 1 dB y el paciente debe informar cada vez que
perciba este aumento. El resultado del test corresponde al porcentaje de percepciones informadas
(5% por cada vez que se percibió el alza) y valores sobre 60% sugieren patología coclear.

Discriminación auditiva: Es la prueba supraliminar más frecuentemente utilizada, a veces de regla


en la audiometría. Se dictan una serie de mono o disílabos conocidos con características fonéticas
especiales al paciente y este los debe repetir. El resultado corresponde al porcentaje de respuestas
correctas. Una discriminación muy baja o discordante con el PTP (desproporcionadamente baja
para el nivel de hipoacusia) sugiere patología neural.

Prueba Carhart o deterioro tonal: Existen diferentes pruebas para evaluar este fenómeno que
ocurre en las patologías neurales. Se basan en la pérdida de la capacidad del nervio auditivo de
conducir un estímulo sonoro en forma sostenida por un tiempo determinado. En forma general, se
entrega un estímulo sonoro sostenido al oído enfermo y el paciente debe comunicar cuando deja
de percibirlo. Si deja de percibirlo antes de lo estandarizado según frecuencia y/o intensidad es
sugerente de patología neural.

Existen también otras pruebas audiológicas, para este fin, mencionamos sólo algunas.

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INTERVENCIÓN EN EL ÁREA AUDIOLÓGICA

Población infantil

Lo esencial para una buena intervención de la hipoacusia en etapa infantil reside en el diagnóstico
precoz y preciso que permita iniciar una atención temprana específica. La actuación debe ser
multidisciplinar y coordinada por diversos profesionales (ORL, pediatra, audioprotesista,
fonoaudiólogo, psicopedagogo y educador) para ofrecer a las familias la información adecuada para
que puedan tomar una decisión (Joint commitee on infant hearing, 2007; Pinilla, 2011), factores
como la edad del niño, la etiología, localización de la lesión (trasmisión o neurosensorial) y la
intensidad de la hipoacusia van a influir en la decisión de tratamientos médico quirúrgicos y de
ayudas tecnológicas.

En general, mencionaremos acciones genéricas en torno a tipos de hipoacusia:

Hipoacusias de transmisión: Para este tipo de pérdida auditiva, se deberá tener en consideración
la etiología, que en general suele estar relacionada con la otitis media y sus secuelas (perforaciones,
atelectasias timpánicas, timpanoesclerosis, colesteatoma, lesiones osiculares, etc.), y con menos
frecuencia es derivada de malformaciones congénitas de oído externo y/o medio.

El tratamiento adecuado de estas patologías, médico farmacológico y/o quirúrgico (drenajes


transtimpánicos, adenoidectomia, timpanoplastias, etc.) e incluso audioprotésico (audífonos,
implantes osteointegrados, etc.), todas estas estrategias atenuarán el impacto en el desarrollo
lingüístico (Joint commitee on infant hearing, 2007; Pinilla, 2011).

Hipoacusias neurosensoriales: Es esencial un tratamiento precoz. En un primer lugar, el


audioprotesista debe seleccionar y adaptar una audioprótesis, generalmente en ambos oídos, antes
del mes siguiente al diagnóstico, que será prescrita por el ORL, quien además debe controlar su
evolución. Si, a pesar de la audioprótesis y de un apoyo intenso del fonoaudiólogo, el niño no
progresa adecuadamente y su pérdida auditiva es de origen coclear, podría ser candidato a
intervención quirúrgica y colocación de un implante coclear hacía el primer año de vida.

Uno de los aspectos importantes en el tratamiento de los niños con este tipo de pérdida auditiva,
es promover la estimulación bilateral del sistema auditivo mediante una estimulación bimodal,
empleando de forma simultánea un implante coclear en el oído con hipoacusia profunda y un
audífono en el contralateral si presentan una hipoacusia severa, o bien dos implantes cocleares en
los oídos si presentan hipoacusia profunda bilateral.

Los niños sometidos a la estimulación bilateral son capaces de localizar los sonidos y mejoran la
discriminación de la palabra incluso en ambientes ruidosos (Joint commitee on Infant Hearing,

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2000; Rev. Chil Pediatría, 2012). Todo esto debe estar acompañado de una intervención
fonoaudiológica, como por ejemplo la terapia auditiva verbal y educativa temprana destinada a
favorecer el desarrollo de las potencialidades de las áreas auditivas y comunicativas del niño,
aprovechando el periodo de máxima plasticidad cerebral, teniendo en cuenta otros aspectos
cognitivos, psicológicos y sociales.

En relación a los procesos realizados en nuestro país en niños menores a 4 años, te invito a revisar:
https://diprece.minsal.cl/wp-content/uploads/2019/12/08.-RE_GPC-hipoacusia-menores-4-años-
2 018v3.pdf o, https://www.minsal.cl/portal/url/item/721fc45c97379016e04001011f0113bf.pdf

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Población adulta

En general para adultos mayores que padecen hipoacusia bilateral, nuestro país cuenta con una
guía de práctica clínica denominada: “Hipoacusia bilateral en personas de 65 años y más que
requieren uso de audífono (2013), en donde entregan lineamientos para la atención de personas
mayores con esta condición médica. La guía entrega una serie de consideraciones.

La sociedad Británica de audiología recomienda (Bristish Society of audiology, 2012):

1. Identificar las necesidades del usuario/a.


2. Elaboración conjunta de metas.
3. Elaboración conjunta de un plan.

Para ejecutar un plan adecuado, es clave la buena relación entre terapeuta y usuario/a. En cuanto
a los sistemas de abordaje terapéutico mencionan las estrategias de compensación y rehabilitación.

1. Estrategias de compensación: Se refiere a programas que facilitan la comprensión del mensaje,


entre las que destaca la lectura labiofacial y programas de comunicación, que incluya estrategias
para diversas situaciones de escucha.
2. Estrategias de rehabilitación: Orientadas a potenciar y mejorar la función perdida. En relación a
este ámbito se menciona que la principal esfera comprometida es la relaciona, por lo que una
estrategia está destinada a evitar el aislamiento social.

Es necesario conocer la etiología de la hipoacusia, debido a que algunas pérdidas auditivas pueden
requerir sólo de un tratamiento médico para su corrección sin dejar una secuela o responden a
tratamientos farmacológicos, por otro lado, es esencial profundizar en condiciones médicas
causantes de hipoacusia, ya que podremos intervenir de mejor forma o podremos orientar
adecuadamente a los usuarios/as y sus familias.

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SISTEMA VESTIBULAR

National Institute on Deafness and Other Communicattion Disorders (s.f.), describe al sistema
vestibular de la siguiente forma: “El equilibrio se logra mediante las aferencias de tres sistemas
principales: el vestibular, el visual y el propioceptivo, los que se integran a nivel del Sistema
Nervioso Central mediante el arco reflejo vestíbulo-óculo-motor. El sistema vestibular comienza
con una estructura en el oído interno llamada laberinto, que está compuesta por hueso y tejido
blando. Dentro del laberinto hay estructuras llamadas conductos semicirculares. Los conductos
semicirculares tienen tres tubos o conductos llenos de líquido, que forman bucles ordenados más
o menos en ángulos rectos entre sí. Le avisan al cerebro cuando la cabeza gira o se mueve hacia
arriba o hacia abajo. Dentro de cada uno de estos conductos, hay una estructura similar a un gel
que se llama la cúpula. La cúpula queda asentada sobre un conjunto de células ciliadas sensoriales.
Cada célula ciliada tiene pequeñas extensiones delgadas llamadas estereocilios que sobresalen en
la cúpula. Cuando uno gira la cabeza, el líquido dentro de los conductos semicirculares se mueve,
haciendo que la cúpula se flexione y doble los estereocilios. Al doblarse los estereocilios, se crea
una señal nerviosa que va al cerebro, indicándole en qué dirección ha girado la cabeza. Entre los
conductos semicirculares y la cóclea se encuentran dos órganos otolíticos que son como bolsas
llenas de líquido. Se llaman el utrículo y el sáculo. Estos órganos le avisan al cerebro cuál es la
posición de la cabeza con respecto a la gravedad, es decir, le indican si usted está sentado,
recostado o acostado. También le avisan cuando la cabeza se mueve en una línea recta, como hacia
arriba, hacia adelante o de lado.

Cuando uno se mueve, el sistema vestibular detecta la gravedad y otras fuerzas mecánicas, que
estimulan los conductos semicirculares y los órganos otolíticos. Estos órganos trabajan con otros
sistemas sensoriales del cuerpo, como la visión y el sistema musculoesquelético sensorial, para
controlar la posición del cuerpo en descanso o en movimiento. Esto ayuda a conservar una postura
estable y mantener el equilibrio al caminar o correr. También ayuda a mantener un enfoque visual
estable sobre los objetos cuando el cuerpo cambia de posición. Cuando las señales de cualquiera
de estos sistemas sensoriales funcionan mal, usted puede tener problemas con su sentido del
equilibrio. Si tiene problemas adicionales con el control motriz, como debilidad, lentitud, temblores
o rigidez, puede perder su habilidad de recuperar bien el equilibrio. Esto aumenta su riesgo de
caerse y lesionarse”

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TRASTORNOS DEL EQUILIBRIO

La falla del sistema vestibular y cualquiera de sus niveles puede producir vértigo (Katz, 1994),
definido como la sensación de rotación de los objetos o del cuerpo en el espacio, el cual, según su
presentación, puede ser central o periférico, siendo este último más frecuente (Kroene, 2000).

Vértigo: Entendemos por vértigo, una alucinación de movimiento, una percepción de un


movimiento que no existe, siendo más frecuentemente de rotación o de giro de nuestro cuerpo o
del ambiente que nos rodea. Debe quedar claro que el vértigo no es una enfermedad, sino un
síntoma que reconoce etiologías múltiples. Existen los vestibulares que se clasifican en: centrales y
periféricos y los extravestibulares.

Los trastornos del equilibrio más comunes:

● Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB): Un episodio breve pero intenso de vértigo causado
por un cambio específico en la posición de la cabeza. El VPPB ocurre cuando algunos otolitos sueltos
caen dentro de uno de los conductos semicirculares y presionan la cúpula. La cúpula no se flexiona
correctamente y envía la información equivocada al cerebro sobre la posición de la cabeza, lo que
causa vértigo. El VPPB puede resultar de una lesión a la cabeza o simplemente puede ocurrir al
envejecer.
● Laberintitis: una infección o inflamación del oído interno que causa mareo y pérdida de equilibrio.
A menudo se asocia con una infección de las vías respiratorias superiores.
● Enfermedad de Méniere: Episodios de vértigo, pérdida de audición, tinnitus y una sensación de que
el oído está lleno. Puede estar asociada con un cambio en el volumen del líquido dentro de las
partes del laberinto, pero la causa o causas aún se desconocen.
● Neuronitis vestibular: una inflamación del nervio vestibular que puede ser causada por un virus y
que provoca principalmente vértigo.

Recordamos que aquí sólo mencionamos algunas. Te invito a profundizar sobre las patologías
causantes de alteraciones del equilibrio.

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EVALUACIÓN VESTIBULAR

Es frecuente que el relato del paciente vertiginoso sea confuso, de ahí la importancia de una buena
anamnesis dirigida y examen otoneurológico inicial para poder sospechar la localización de la
patología (vestibular o extravestibular, periférico o central), orientar el diagnóstico y, por ende, un
tratamiento adecuado.

En general, Fernandez, Retting, morales & Buendia (2019) describen el proceso en:

1. ANAMNESIS: La anamnesis es una de las partes más relevantes en el estudio de un cuadro de


inestabilidad o mareo.
2. ESCALAS: evaluar la repercusión que éstos generan en la vida del paciente, mediante el uso de
cuestionarios.
3. EXPLORACIÓN FISICA: Con la exploración oculomotora y vestíbulo espinal.
4. OTRAS PRUEBAS: Evaluación de la marcha, neurológica, cerebelosa, visual y psicológica si es
necesario.
5. EXPLORACIÓN INSTRUMENTAL: Pruebas rotatorias, pruebas calóricas, oculomotoras, potenciales
vestibulares y otros como el Video- head impulse test (v- HIT).

Diagnósticos fonoaudiológicos:

1. Síndrome vestibular periférico


2. Síndrome vestibular central

Cabe señalar que se puede agregar al diagnóstico fonoaudiológico la asociación a una patología
médica siempre y cuando esta ya haya sido confirmada por el médico, así también la
característica del estado agudo o crónico del cuadro.

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INTERVENCIÓN VESTIBULAR

La rehabilitación vestibular, considerada como parte de tratamiento integral de la disfunción


vestibular, es un enfoque basado en ejercicios de estabilización de la mirada, de habituación, de
equilibrio y de marcha (Hall, 2016); estos contribuyen a una mejora significativa del cuadro clínico
y de la calidad de vida en los aspectos físicos, emocionales y funcionales (Soares, Gonçalves,
Teixeira, Romualdo, Santos, 2014).

Por lo que el tratamiento va a depender de la causa del vértigo, puede ser que la intervención sea
farmacológica o en otros casos mediante el empleo de estrategias rehabilitadoras como maniobras
de reposicionamiento y liberadoras de partículas para VPPB, ejercitación oculomotora, ejercitación
cefalomotoras, ejercitación física del equilibrio. Cabe señalar que en muchos casos también se
utiliza tratamiento médico que incluya fármacos e indicaciones específicas, como en el caso de
méniere y tratamiento mixto (farmacológico y de rehabilitación) por ejemplo en la neuronitis
vestibular. En conclusión, tenemos que trabajar en conjunto con el médico (ORL), de manera que
nos permite realizar un abordaje integral y mejorar la calidad de vida del usuario.

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Links de interés

● Para recordar cómo realizar las maniobras Epley:


https://www.youtube.com/watch?v=9SLm76jQg3g&feature=youtu.be

● Para revisar aspectos de la hipoacusia en adultos sobre 65 años, donde podrás revisar con detalle
las acciones del ministerio de salud sobre esta población en:
https://www.minsal.cl/sites/default/files/files/Hipoacusiabilateralmayores65agnos.pdf

● Para revisar aspectos de la hipoacusia neurosensorial bilateral en el prematuro, donde podrás


revisar con detalle las acciones del ministerio de salud sobre esta población en:
https://www.minsal.cl/portal/url/item/721fc45c97379016e04001011f0113bf.pdf

● Puedes profundizar sobre Terapia Auditiva Verbal, el documento está en idioma inglés, sin
embargo, es un documento de revisión por lo que puedes revisar hartos antecedentes de la
terapia:
https://www.cochranelibrary.com/es/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD010100.pub2/epdf/f ull

● Puedes leer el protocolo 2018 sobre el implante coclear en hipoacusia sensorioneural bilateral
severa o profunda postlocutiva:
https://www.minsal.cl/wp-content/uploads/2015/08/Hipoacusia-Sensorioneural-bilateral-
severa-o-profunda-postlocutiva.pdf

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