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Los alimentos

El término procede del latín alimentum y permite nombrar a cada una de las
sustancias sólidas o líquidas que nutren a los seres humanos, las plantas o los
animales. Esta también se puede definir como cualquier sustancia (sólida o líquida)
que es ingerida por los seres vivos para reponer lo que se ha perdido por la actividad
del cuerpo, para ser fuente y motor de producción de las diferentes sustancias que
se necesitan para la formación de algunos tejidos, promoviendo el crecimiento y
transformando la energía adjunta en los alimentos en trabajo, locomoción y calor.
Consumimos alimentos, además, para satisfacer una demanda psicológica. Al
alimentarnos, sentiremos una sensación de satisfacción y gratificación. Es usual
que si una persona no consume algún alimento en cierto período de tiempo, se
manifieste enfadado y de mal humor.
Los alimentos son digeridos por los seres humanos con fines nutricionales, sociales,
físicos, salud y psicológicos. Estos tres fines no han de cumplirse simultáneamente
para que una sustancia sea considerada alimento. Así, por ejemplo, las bebidas
alcohólicas no tienen interés nutricional, pero sí tienen un interés fruitivo. Por ello,
son consideradas alimento. Por el contrario, no se consideran alimentos las
sustancias que no se ingieren o que, una vez ingeridas, alteran las funciones
metabólicas del organismo. De esta manera, la goma de mascar, el tabaco, los
medicamentos y demás drogas no se consideran alimentos. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que los alimentos contienen nutrientes y no-nutrientes, como la fibra
vegetal, que aunque no proporcione a los humanos materia y energía, favorece el
funcionamiento de la digestión.
Las finalidades de los procesos nutritivos son principalmente tres:
 Suministrar energía para el mantenimiento del organismo y por consiguiente
sus funciones.
 Suministrar la materia necesaria para la construcción de las estructuras
corporales, su renovación y reparación.
 Suministrar las sustancias indispensables para la regulación de las
reacciones químicas que se suceden en el organismo.

Clasificación de los alimentos


Los alimentos se pueden clasificar en dos grupos: por su origen y por su valor
nutritivo.
Según su origen: se clasifica en origen animal, origen vegetal y origen mineral.

Origen animal: Un producto de origen animal es cualquier material derivado del


cuerpo de un animal. Por ejemplo las grasas, la carne, la sangre, la leche, los
huevos y otros productos menos conocidos, como la cola de pescado y el cuajo.
Los alimentos de origen animal comprenden toda especie de ganado (ovino,
porcino, caprino, bovino), todas las aves de corral (pavo, pollo, ganso, entre otros),
los mariscos y las distintas especies de pescados. Entre los productos derivados de
los animales están comprendidos: leche, queso, mantequilla, huevos, miel,
salchichas.
Los alimentos de origen animal pueden proporcionar variedades importantes de
micronutrientes. Estos son compuestos que requerimos en cantidades pequeñas y
están representados por las vitaminas y minerales. Su función principal es la de
facilitar muchas reacciones químicas que ocurren en el cuerpo, pero no
proporcionan energía a diferencia de los macronutrientes. Entre los nutrientes que
encontramos están: el yodo en los mariscos, el hierro en carnes rojas, el zinc en
carnes y mariscos…
Origen vegetal: son todos aquellos que crecen directamente de la tierra (frutas,
verduras, legumbres y cereales, por ejemplo). Los alimentos de origen vegetal
comprenden las verduras, las frutas y los cereales. Gran parte de los alimentos que
consumimos los humanos son semillas. Dentro de estas semillas se encuentran,
por lo general, las legumbres (lentejas, guisantes y frijoles), los cereales (trigo, arroz,
maíz, avena) y las nueces. Los vegetales incluyen hojas, troncos y raíces vegetales,
siendo una fuente importante de minerales y vitaminas que los cereales no nos
pueden aportar, sobre todo la vitamina C y la vitamina A.
Los alimentos vegetales son fuente valiosa de vitaminas y minerales, pero también
podemos encontrarnos aquellas que nos proporcionan cantidades importantes de
proteínas, carbohidratos, fibra, calcio, magnesio, potasio…
Origen mineral: El cloruro de sodio (NaCl) es el mineral más importante que se
puede extraer de los alimentos. Más comúnmente llamado sal de mesa, el cloruro
de sodio es quien le da sabor a las comidas, usado en exceso por algunas personas
puede llegar a ser causa de enfermedades, como la hipertensión arterial y la
obesidad. Las sales minerales mantienen el equilibrio del metabolismo en conjunto
con los azúcares, evitando la deshidratación del cuerpo y ayudando a retener agua.
Además hay muchos alimentos que aportan minerales en menor cantidad, como
son los frutos secos, las legumbres, las semillas, etc.

Según su valor nutritivo: se clasifican en alimentos constructores, alimentos


energéticos y los alimentos reguladores.
Alimentos constructores: son aquellos ricos en proteínas, como huevos, carnes y
pollo, que tienen la función de construir nuevos tejidos en el organismo,
especialmente cuando se trata de masa muscular y de cicatrización de heridas y
cirugías. Además, estos alimentos ayudan en el crecimiento durante la infancia y la
adolescencia, y son importantes para mantener una buena salud y masa muscular
durante el envejecimiento. Entre los alimentos constructores encontramos: carnes,
pescados, pollo, huevos, leche y derivados, como yogur y queso. Los cuales están
enriquecidos de proteínas.
Alimentos energéticos: son aquellos que le proporcionan energía al organismo tanto
para mantener las funciones vitales como para realizar las actividades del día a día.
Estos alimentos están representados, principalmente, por aquellos que son ricos en
carbohidratos como el pan, la papa y el arroz; sin embargo, las grasas como el
aceite de oliva, las nueces y el aguacate, por ejemplo, también le proporcionan
energía al organismo. No obstante, la principal fuente de energía utilizada por las
células del organismo es la glucosa, molécula que se forma a partir de la digestión
de los carbohidratos, los cuales representan entre un 50 y 60% de las calorías
totales de la dieta.
Alimentos reguladores: son aquellos responsables de regular las funciones del
organismo, debido a que son ricos en vitaminas, minerales, fibras y agua. Gracias
a sus componentes, el consumo de estos alimentos ayuda a fortalecer el sistema
inmunológico y a facilitar el proceso digestivo. Los alimentos reguladores son,
principalmente, las frutas y los vegetales por su alto contenido en vitaminas. Siendo
importante que sean incluidos en la dieta diaria para mantener la salud. Las
principales vitaminas son: A, B, C, D, E, K.

Sheril p.m.

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