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Bioquímica Clínica
Ensayo “pruebas de función renal”
Creatina
La creatinina se forma a partir de la creatina, compuesto casi exclusivo del tejido
muscular. La creatina es sintetizada a partir de los aminoácidos glicina y arginina, con la
adición de un grupo metilo del ciclo de la metionina-S-adenosilmetionina-homocisteína,
dependiente de folato y cobalamina.
La creatina es importante para el metabolismo muscular debido a que se proporciona un
mecanismo de almacenamiento de fosfato de alta energía mediante la síntesis de la
fosfocreatina. Esta experimenta desfosforilación, proceso en el cual una parte se convierte
espontáneamente en creatinina mediante una reacción no enzimática que es irreversible.
No tiene función biológica específica y es liberada de forma continua por celular
musculares y eliminadas en su totalidad por el riñón. La creatina libre no se reutiliza en el
metabolismo, por lo tanto, funciona únicamente como producto de excreción de la
creatina. La formación de tal es constante, tal cada 24 hora se transforma un 2% de
creatina.
La formación de creatinina tiene relación directa con la masa muscular. La creatinina es
filtrada libremente por los glomérulos en su totalidad, cuando la función renal es normal.
La concentración sérica de la creatinina es relativamente constante, aceptando como
valores de referencia de 0.6 a 1.2 mg/dL (53 a 106 m/mol) en varones y de 0.5 a l.0 mg/dL
(44 a 88 mmol) en mujeres.
Relación BUN/creatinina
La interpretación clínica de la concentración sérica de urea y creatinina es importante para
valorar la función renal. La creatinina resulta muy poco afectada por la dieta y por el
estado de hidratación; además, la reabsorción tubular es mínima o nula en circunstancias
normales. Se puede utilizar la relación BUN/ creatinina en sangre para conocer si el
aumento del BUN es debido a causas prerrenales o posrenales.
La utilidad de la medición de creatinina en plasma constituye una prueba o índice
selectivo de función renal. En insuficiencia renal crónica el valor sérico de creatinina es >
3.0 mg/dL y el nitrógeno de la urea está por encima de sus valores de referencia.
Ácido úrico
Es el producto final del metabolismo de las purinas, que forman parte de los nucleótidos:
adenosina y guanosina y ácidos nucleicos. El ácido úrico endógeno se forma en el
hígado, el músculo y el intestino, y se metaboliza por una enzima llamada xantina
oxidasa, que puede ser inhibida por fármacos como alopurinol y febuxostat.
La asociación entre ácido úrico y enfermedad renal es muy estrecha, ya que el ácido úrico
se elimina en sus dos terceras partes por el riñón, por lo que, cuando cae el filtrado
glomerular (FG), los niveles de ácido úrico aumentan. Una tercera parte se elimina por las
heces y, en presencia de estrés oxidativo, el ácido úrico se puede metabolizar a alantoína,
parabanato y aloxano. La mayor parte del ácido úrico plasmático es filtrado por el riñón, y
el 90% del mismo sufre reabsorción tubular proximal a través del transportador aniónico
URAT1, que es el lugar de acción de algunos fármacos uricosúricos, como probenecid,
benzbromarona y losartán. Otra pequeña parte del ácido úrico filtrado sufre secreción
tubular a través de una bomba transportadora MRP41.
Niveles reducidos o incrementados de ácido úrico pueden tener un origen renal. Para
saber si su eliminación está alterada, se pueden utilizar la EF o el IE.
El valor normal de la EF de ácido úrico en niños es 7,2 ±2,8 ml/100 ml GFR. Se ha
descrito que el IE de ácido úrico es más exacto para definir una hiperuricosuria, de tal
modo que se consideran elevados los valores superiores a 0,53 mg/100 ml GFR.
Bibliografía
Alfonso, B. (2002). La clinica y el laboratorio. 19a edición. México: Masson.
Marian Goicoecha, S. G.-d. (2012). Hiperuricemia, gota y enfermedad renal. Madrid: Revista
Nefrología.