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TEMA: AMEBIASIS
INTEGRANTES:
GRUPO: 6
SUBGRUPO: F
CICLO LECTIVO
2020 - 2021
CICLO DE VIDA
intestinal y producir desde síntomas leves hasta disentería grave. Cuando ha invadido el epitelio
órganos genitales, bazo y riñón. Alternativamente, bajo condiciones aún no determinadas, los
trofozoítos pueden enquistarse, salir al ambiente con las heces y así contaminar agua y alimentos,
El proceso de invasión desarrollado por E. histolytica es uno de los más elaborados entre los
patógenos intestinales. La capa de mucina que recubre el epitelio del colon es el principal
obstáculo para invadirlo, por lo que desarrolló sofisticados mecanismos para penetrarla. En 1970,
Prathap y Gilman publicaron una clasificación de las úlceras amebianas de acuerdo con su
fase, tanto del hospedero como del patógeno. Las fases de la patogénesis son tres: colonización,
disminución o disrupción de la mucosa y enlace, y lisis de las células epiteliales del colon del
hospedero.
Si bien la infección es un proceso dinámico que involucra factores del hospedero y del
mucosa. La adherencia del trofozoíto es difícil debido a las cargas negativas de la capa mucosa,
adherida, secreta una serie de proteínas, entre ellas las proteasas de cisteína, por medio de las
mucosa, con adherencia de los trofozoítos a ellas. El mecanismo propuesto es que las células
destruida por el trofozoíto. Si bien la lectina permite la adherencia del trofozoíto, ésta puede ser
inhibida por la misma mucina, por lo que, al parecer, es necesaria la alteración de las mucinas
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El periodo de incubación puede durar por lo general de 2 a 4 semana, pero que también puede
ir de varios meses e incluso años, mientras que el periodo de estado también varía ya que puede
ir desde una infección asintomática a una enfermedad invasiva no solo a nivel intestinal sino
también extraintestinal. La transmisibilidad también puede variar años, sobre todo en aquellos
De acuerdo con los mecanismos patogénicos, es posible aseverar que la amibiasis es variable
en relación con los síntomas la Entamoeba Histolytica puede ocasionar diversos cuadros clínicos
que pueden ir desde pacientes asintomáticos, mientras que en otros puede dar lugar a cuadros
clínico concretos. Los parásitos pueden establecerse sólo en el intestino grueso, pero las cepas
más patógenas son capaces de invadir otros órganos a través de vasos sanguíneos, lo cual
significa que la amibiasis sintomática puede ser intestinal y extraintestinal (Becerril, 2014).
Ilustración 2 Manifestaciones clínicas
Amebiasis asintomática
casos donde los pacientes tienden a ser asintomáticos, la cual se diagnóstica por medio de un
examen coprológico que revela la presencia de quistes. Estos portadores sanos representan un
gran papel desde el punto de vista epidemiológico, pues son la principal fuente de diseminación
de la infección. La ausencia de síntomas se explica porque los parásitos viven en la luz del colon
y no invaden la mucosa.
Muchos de estos se deban que esta amebiasis sea por la presencia de la Entamoeba dispar
debido a que carece de la capacidad de invadir la pared intestinal, pero también he de tener en
cuenta que también se puede dar por la presencia de la Entamoeba histolytica, cuando habita en
la luz intestinal. En estos casos esta forma asintomática puede llegar a una manifestación
asintomática, cuando los parásitos comienzan a invadir los tejidos (Botero & Restrepo, 2012).
Amebiasis intestinal
trofozoitos a la pared del colon, con ya la aparición de lesiones, pudiendo cursar de forma aguda
o crónica.
Los sitios más a menudo infectados por E. histolytica en el intestino grueso son ciego,
sigmoide y recto, quizá porque son regiones en las que hay menos tránsito intestinal. A causa de
estos mecanismos, los trofozoítos causan necrosis al epitelio intestinal, penetran la mucosa y se
dirección de su penetración, es decir, provocan una úlcera; por lo regular, la lesión que ocasionan
tiene la forma de cuello de botella. Alrededor del sitio de penetración se produce un foco
inflamatorio que conduce a edema redondeado con centro necrótico, lo que da una apariencia de
lesión en forma de botón de camisa. Las úlceras miden entre 0.1 y 0.5 cm de diámetro. El centro
necrótico suele estar lleno de tejido mucoide y algunas veces hay sangre. Es común que el ciego
y el colon ascendente muestren úlceras irregulares, más que nodulares, que miden 1 a 5 cm de
rectosigmoide, que pueden ser nodulares o comúnmente ulcerativas denominadas como “úlceras
en forma de matraz bola o cuello de botella”. Estas áreas están llenas de material mucoso y
amarillento, además de trofozoítos, los cuales rompen capilares y hacen que el paciente defeque
Las evacuaciones al principio son abundantes y blandas, luego de menor volumen con moco y
sangre, también el paciente experimenta la necesidad de defecar con mucho esfuerzo, lo que
constituye el llamado pujo. La cantidad de materia fecal eliminada es cada vez más pequeña, y al
final se elimina sólo una poca cantidad de moco sanguinolento, el cual se ha llamado esputo
rectal.
En el recto persiste un espasmo doloroso que produce la necesidad de una nueva evacuación,
la cual puede ser infructuosa; a este síntoma se le llama tenesmo. El número de evacuaciones
diarias es muy variable, generalmente seis o más. La materia fecal contiene trofozoítos
de aparición brusca y desaparición rápida, localizado en cualquier punto del marco cólico.
por muchos días, se puede observar atonía de los músculos perineales y relajación del esfínter
anal acompañada ele rectitis, lo cual puede dar origen a prolapso rectal (Becerril, 2014).
La amebiasis aguda sin ningún tratamiento evoluciona a un estado grave o alguna de sus
Se puede definir como aquella en la cual hay síntomas de colitis, pero no se presenta el cuadro
disentérico. Es de evolución prolongada y puede ser consecutiva a una fase aguda o ser la
moco y rara vez de sangre en las heces (Botero & Restrepo, 2012).
duración e intensidad variables. En el primer caso las heces son blandas, pastosas o líquidas, a
veces fermentadas y muy fétidas. En las etapas de estreñimiento el examen coprológico revela
flatulencia y borborigmos. Al examen físico se palpa el marco del colon doloroso y el sigmoides
Colitis fulminante
La colitis amebiana fulminante es una amebiasis invasora del colon, en que las lesiones
abarcan zonas extensas y aún la totalidad del intestino, siendo lesiones úlcero-necróticas que
peritonitis purulenta, . Este cuadro de colon tóxico tiene una mortalidad del 100% de los casos si
Se corresponde con una amebiasis hiperaguda o forma gangrenosa, también conocida por
entre un 6 y 8 % de los pacientes con infección masiva y con más frecuencia en los niños. La
intestino. Las mismas continúan creciendo tanto en sentido horizontal como en profundidad lo
que puede conducir a la necrosis total del órgano, lo que se conoce como megacolon tóxico. Se
individuos que viven en zonas donde hay escasa o nula amibiasis. En estos casos se advierte
anorexia y enflaquecimiento.
En 80% de los casos se presenta atonía o hipotonía del esfínter anal. Finalmente, el paciente
Complicaciones
Las formas más avanzadas ele la enfermedad, que incluyen colitis gangrenosa y perforación
intestinal, se presentan con más frecuencia en pacientes con desnutrición avanzada y con
deficientes defensas inmunológicas. Estas complicaciones y los casos fatales, se han observado,
Amebiasis perforada
lentamente hacia retroperitoneo o de forma abrupta hacia cavidad peritoneal. Cuando ocurre la
hepática, fuerte dolor abdominal sin localización precisa con resistencia muscular a la palpación
profunda en el examen físico, vómito, deshidratación, intenso estado de toxemia y fiebre de hasta
40 °C. En los casos de choque la temperatura puede estar normal o existir hipotermia, por lo cual
perforación es la presencia de atonía del esfínter rectal, con salida espontánea de material
Ameboma
granulomatosa y proliferativa que forma una lesión pseudotumoral de aspecto granular y que
ocurre en pacientes con amebiasis no tratada o tratada de manera inadecuada, probablemente por
efecto de una infección bacteriana secundaria y asociada al reemplazo de tejido necrótico por
tejido de granulación, es generalmente una lesión solitaria que puede ser sincrónica y asociada a
abscesos hepáticos. Generalmente se presenta en personas de cualquier edad sin predominio del
sexo, pero es más frecuente en masculinos entre 15-60 años de edad, con localización en ciego,
manifestarse como una masa tumoral acompañada de dolor abdominal y diarrea, y en ocasiones,
digestivo bajo y abdomen agudo, por lo cual fácilmente puede confundirse con un carcinoma,
aunque también debe hacerse diagnóstico diferencial con otras causas de masas cecales como
profundas. En gran número de veces está asociado a abscesos hepáticos y responde a tratamiento
Apendicitis amebiana
ciego, concomitando con el cuadro de apendicitis. Esta situación nos sugiere la etiología
amebiana del cuadro clínico, pero realmente sólo el estudio histopatológico nos aclara el
porque los trofozoítos se trasladan de la submucosa intestinal, por vía mesentérica, al sistema
portal, y llegan al hígado, donde forman inicialmente lesiones redondas u ovales al dañar las
células hepáticas, en particular al lóbulo derecho formando abscesos únicos, pero también puede
Ilustración 7 TAC. de abdomen. Lóbulo hepático derecho, con densidad aumentada en los bordes
Se inicia con trombosis de los vasos porta, microabscesos e inflamación. Lo anterior lleva a
necrosis de crecimiento progresivo y da origen a una cavidad que contiene líquido necrótico de
color achocolatado, donde hay pedazos de hepatocitos, glóbulos rojos y neutrófilos mezclados
con fibras de tejido conectivo, aquí es muy difícil hallar trofozoítos, porque se encuentran en la
en cuadrante superior derecho 84-90%, hepatomegalia 30-50%; pérdida de peso 33-50%; diarrea
20-33%; en la mayoría de los casos no hay diarrea concomitante. Se puede encontrar tos, disnea,
dolor a la inspiración profunda y otros síntomas de origen pulmonar, debido a la presión que
ejerce el hígado agrandado hacia el pulmón derecho. Como está cerca de la cúpula diafragmática,
puede perforar el diafragma. La complicación más temida y severa es que el absceso se rompa en
posible la rotura que se dirige a cavidad peritoneal que produce peritonitis o la abertura hacia
Entre las complicaciones del absceso amebiano están la ruptura del absceso (con extensión
hepático que se rompe a través del hemidiafragma derecho, pero también se ha reportado casos
tipo achocolatado y el paciente comenta que el esputo tiene sabor a hígado, dolor torácico,
disnea, eliminación del contenido necrótico color chocolate por vía bronquial, fiebre, signos de
derrame o consolidación pulmonar y mal estado general (Botero & Restrepo, 2012).
amebiano. Es un proceso grave, de evolución rápida y más que una forma clínica independiente,
Si el absceso se drena al exterior puede dar origen a una fístula y a la amebiasis cutánea.
caracteriza clínicamente por úlceras destructivas, dolorosas, de evolución rápida, que pueden
Existen dos tipos de amebiasis cutánea, de acuerdo con la ruta que siguen los trofozoítos para
extremadamente poco frecuente de afección, en la que la piel es infectada de manera directa, sin
través del rascado con los dedos contaminados debido a malas condiciones sanitarias (Botero &
Restrepo, 2012).
La amebiasis cutánea secundaria es la forma más común y se produce por la extensión por
La úlcera amebiana de la piel y mucosas presenta un fondo húmedo, granuloso con material
necrótico y pus. Son muy dolorosas con bordes prominentes y enrojecidos de forma serpiginosa
carcinomatosas, de tal forma pueden llegar a destruir toda la pared abdominal y perineal dejando
incluso el tejido óseo al descubierto. La invasión a genitales puede originarse por diseminación a
fístulas rectovaginales. En el caso del hombre se puede llegar a la destrucción total del pene
Amebiasis cerebral
usualmente hace parte de una amebiasis fatal. Los pocos casos conocidos son en su mayoría
perforación por necrosis del colon, abscesos hepáticos, etc. En estudios post-mortem, en zonas
amebiasis fatal. La sintomatología es raramente reconocida, pues está enmascarada dentro de una
enfermedad avanzada, usualmente fatal, que compromete muchos otros órganos. Los síntomas
neurológicos son los correspondientes a una lesión cerebral destructiva, con manifestaciones de
acuerdo a la localización. Debe anotarse que existe lesión cerebral amebiana por amebas de vida
libre, considerada bajo el título de Meningoencefalitis amebiasica primaria (Botero & Restrepo,
2012).
Estudios de laboratorio
exámenes con microscopía de luz que se basan en la identificación de los estadios del parásito
(prequistes, quistes y trofozoítos) del complejo E. histolytica/E. dispar en heces. [ CITATION Lóp06
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Además, la especie patógena puede visualizarse en tejidos invadidos por el proceso infeccioso.
También a partir de cultivo in vitro identificar por isoenzimas cepas patógenas y no patógenas,
determinación de componentes antigénicos (adhesina) y por pruebas de biología molecular
vías biliares, la tomografía computarizada (TAC ) y la resonancia magnética (RM). Así mismo,
Además, están los estudios endoscópicos, como la rectosigmoidoscopia para visualizar las
úlceras en botón de camisa de donde se debe tomar la biopsia para la búsqueda de los trofozoítos
para hacer el diagnóstico diferencial con otras patologías del colon especialmente cuando la
debe solicitar un cuadro hemático que puede revelar leucocitosis con neutrofilia y elevación de
Pin03 \l 12298 ]
A través del tiempo el examen directo con solución salina y lugol, azul de metileno
amortiguado ha sido la primera línea para la visualización del parásito, tanto de trofozoítos como
quistes. También, se han utilizado otras técnicas de concentración y de fijación para tinciones
citoplasmáticas y elementos fagocitados como eritrocitos, junto con la movilidad del parásito son
fuertes indicadores del potencial patogénico, pero requieren de gran experiencia del profesional.
células tisulares. La calidad de la muestra depende de que el recipiente sea limpio, seco y libre de
orina y agua, pueden interferir (laxante, antibióticos como tetracicilna sulfonamidas, antiácidos,
catárticos como sulfato de magnesio, antidiarreico como caolín, bismuto o enemas). Así mismo,
se recomienda muestras seriadas de al menos tres para mejorar la sensibilidad; el uso de fijadores
como el de Shaudinn, entre otros, sirve para transporte de la muestra a centros de referencia. Por
otra parte, la fijación permite diferenciar el complejo E. histolytica/ E. dispar de otras como E.
moshkovskii, E. coli y E. hartmanni; no obstante esta técnica es poco útil como ayuda
En el caso del portador asintomático elimina principalmente quistes más que trofozoítos en
materia fecal, por lo tanto, es muy importante desde el punto de vista epidemiológico; sin
que se requiere de otras pruebas para confirmar la especie. La infección puede ser causada por
estas dos especies, pero la enfermedad o amebiasis propiamente dicha es causada por E.
histolytica.
Estas técnicas constituyen la “prueba de oro” para la identificación del parásito, tienen alta
necesario una muestra del complejo E. histolytica/E. dispar, la cual se siembra en medios
especiales con suplementos nutritivos, que contiene un agregado de cepas de Escherichia coli u
otras bacterias que son nutrientes para el parásito y el cultivo axénico, sin bacterias, contiene
Los sistemas enzimáticos ayudan a la determinación de zimodemas, los cuales son específicos
de cada población, se determinan por el patrón electroforético que presentan ciertas enzimas que
de acuerdo con las manifestaciones clínicas del paciente se catalogan en patrones patógenos y no
enzimáticos: enzima málica (ME), glucosa fosfato isomerasa (GPI), hexokinasa (HK) y la
enzima PGM para determinar si es una cepa patógena o no patógena. A pesar de los beneficios
de estas dos técnicas no compensan sus altos costos, requerimientos técnicos y de infraestructura,
Inmunodiagnóstico
Determinación del antígeno lectina en materia fecal y en drenaje de absceso hepático
adhesina de galactosa es una molécula compuesta por un heterodímero entre una cadena pesada
(170 kDa) y una liviana (35/31 kDa), la cual es uno de los mecanismos patógenos más
importantes, dado que si es bloqueado, el trofozoíto pierde su capacidad invasora. Esta prueba
de adhesina en materia fecal y en el material del drenaje percutáneo. Se realizan sólo en algunos
laboratorios de referencia.
general (cuadro hemático, VSG, función hepática) del AHA y del AHNA no permiten hacer el
diagnóstico diferencial y además la visualización del parásito en el drenaje del absceso es tan
poco sensible por encontrarse muy adherido a la pared interna de la cavidad, se hacen necesarias
pruebas no invasivas que permitan aproximarse con mayor certeza al diagnóstico etiológico del
absceso; de otra parte, la presencia de quistes del complejo E. histolytica/E. dispar en materia
fecal en caso de AHA es rara y este hallazgo no ayuda al diagnóstico etiológico. (Tabla 1).
Tabla 1 Comparación de métodos diagnósticos de la amebiasis[ CITATION Myr08 \l 12298 ]
Pruebas serológicas
Existen otras técnicas que se desarrollaron a partir de los avances en inmunología del siglo
pasado, la detección de anticuerpos y antígenos surgió como una alternativa económica frente a
los cultivos y análisis de isoenzimas. Los procedimientos serológicos más empleados para la
La CIE fue una prueba empleada desde la década de los años setenta, antes del advenimiento de
la ELISA. La HAI con especificidad alrededor de 99% y sensibilidad cercana a 93%, tiene la
Para anticuerpos IgG: es una reacción antígeno (E. histolytica)- anticuerpo. Se puede realizar
valores positivos de absorbancia mayores o iguales a 0,34, con sensibilidad del 95,7% y
especificidad del 100%. Por tanto, se logra el diagnóstico diferencial de absceso hepático
entre AHA y AHNA cuando la ELISA IgG contra E. histolytica es negativa, en tal caso es
necesaria la punción del drenaje para precisar la etiología bacteriana, micótica y por otros
parásitos. Sin embargo, los hallazgos y limitaciones de las pruebas serológicas en nuestro medio
continúan en discusión, los sueros de pacientes con colitis amebiana y AHA han mostrado
valores altos de anticuerpos. Dada la persistencia de títulos positivos en áreas endémicas por
años, en el momento es necesario correlacionar el cuadro clínico con el resultado de esta prueba;
por lo tanto, el resultado de la prueba ELISA IgG contra E. histolytica sola sin el contexto de la
historia clínica, no permite diferenciar una infección aguda de una pasada. Así, frente a un
resultado positivo por ELISA en un paciente con absceso hepático (AH) que no mejora al
tratamiento con metronidazol, al menos después de 72 horas, se debe realizar punción hepática
Pruebas moleculares
Por último, las pruebas de biología molecular como la reacción en cadena de polimerasa
(PCR) se han usado esencialmente para el diagnóstico de amebiasis intestinal, pero en nuestro
ELISA, reportaron valores discrepantes que correspondían a reacciones erradas con sustancias
presentes en las heces, artificios del manejo de la muestra o muestras demasiado viejas, hecho
que redujo considerablemente su sensibilidad y especificidad por lo que los autores recomiendan
resultados más confiables. Además, se puede realizar la PCR en muestras del drenaje percutáneo
del AH, pero no se indica de uso rutinario en la práctica clínica por requerir un procedimiento
invasivo.
Imagenología
(US), TAC y RM proporcionan evidencia clara de la lesión del parénquima hepático, las
imágenes muestran una lesión circunscrita, relativamente bien definida, que contiene un material
amorfo de baja densidad, virtualmente homogéneo. De otra parte, en las radiografías de tórax se
puede observar la elevación del hemidiafragma derecho, derrame pleural de magnitud variable,
pericárdico.
La TAC y la RM son dos de las técnicas imagenológicas más modernas; sin embargo, el
como la prueba imagenológica de elección para el diagnóstico del AH por diversas razones
como: bajo costo, fácil acceso, poco requerimiento técnico-profesional, calidad de la imagen, no
requerir uso de medio de contraste u otro procedimiento invasivo, seguridad por no emitir ningún
tipo de radiación, lo que permite utilizarlo en mujeres gestantes; pero debe ser realizada por un
radiólogo con experiencia dado que la ecogenicidad varía de acuerdo con la evolución del
absceso. Por todo lo anterior, la TAC se encuentra indicada en casos donde el US resulta dudoso
y aún persiste la sospecha clínica por la persistencia de los signos y síntomas; con ésta se logran
imágenes de mejor resolución facilitando la identificación de lesiones en el rango de milímetros,
con la posibilidad de mejorar aún más la calidad de la imagen con el uso de material de
contraste; también permite diferenciar lesiones hepáticas como absceso, hemangioma, quiste o
tumor.
Ilustración 12TAC con absceso hepático amebiano lóbulo derecho[ CITATION Myr08 \l 12298 ]
Sin embargo, a pesar de la alta sensibilidad y especificidad del US y la TAC para detectar
En el seguimiento de casos clínicos desde los comienzos de los años noventa en esta línea de
profundización e investigación sobre amebiasis, se han encontrado pacientes con lesión única de
origen amebiano como bacteriano, el absceso piógeno suele verse en racimo, el AHA puede
presentarse desde una hasta 3-4 lesiones de predominio en lóbulo derecho por la anatomía
Drenaje percutáneo
Dadas las inexactitudes de las técnicas imagenológicas se han intentado resolver mediante el
análisis de los especímenes quirúrgicos o por drenaje percutáneo. El drenaje de la lesión fue
utilizado en primera instancia, pero esta práctica fue abandonada al contrastar los resultados
obtenidos frente a las implicaciones en la morbilidad del paciente y riesgos que implica todo
procedimiento invasivo.
En la actualidad el aspirado con aguja fina guiado por US permite un abordaje más preciso
del área comprometida. El material aspirado es viscoso, espeso y de una coloración marrón
oscura que se denomina de “salsa de anchoas” ha sido usado como criterio diagnóstico para esta
entidad; el análisis microscópico del aspirado con sensibilidad baja contiene detritus celulares,
células de la respuesta inflamatoria, es estéril cuando no hay infección concomitante y rara vez
se observan trofozoítos, en el tejido necrótico del centro de la lesión, pueden observarse en los
anticuerpos para E. histolytica negativos, evolución tórpida al menos luego de 72 horas de haber
iniciado el nitroimidazol como terapia específica de AHA; el criterio aislado del tamaño mayor a
5-10 cm no es indicativo para puncionar, como lo afirman algunos autores, debe ser analizado en
izquierdo. Igualmente, la utilidad del cultivo del drenaje es escasa, la sensibilidad es baja debido
a que la presencia de parásitos vivos en la muestra de aspirado es casi nula. De igual forma, el
análisis de las heces usualmente es infructuoso, porque generalmente el AHA no cursa con
Histopatología
Ante la presencia de cuadros clínicos de difícil diagnóstico como son las formas exóticas de
amebiasis, absceso cerebral, genitourinaria y cutánea, es necesario realizar biopsia para estudio
histopatológico que permita precisar la etiología, es así como se han reportado casos de
Diagnóstico diferencial
El diagnóstico diferencial incluye otras causas de diarrea aguda o con sangre como Shigella,
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