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Doctorado en
Pedagogía
LA PEDAGOGIA TRADICIONAL
Se puede afirmar que el tipo de enseñanza que se proporciona en la mayoría de las
escuelas, incluidas las de los países más desarrollados, tiene como objetivo la producción
de individuos sumisos y contribuye al mantenimiento del orden social; (lo que la escuela
ofrece) es en muchos aspectos, una preparación para el trabajo dependiente y alienado,
por lo que limita los cambios sociales y constituye un freno al potencial creativo de los
individuos.” (Del Vals, 1989).
En este tipo de enseñanza el castigo recordara a los estudiantes que “La letra con sangre
entra”, este método enseña a respetar a los mayores. El aprendizaje es también un acto de
autoridad, lo cual nos indica claramente la rudeza que suele acompañar el proceso
educativo desde tiempos inmemoriales.
Para Alain el principal deseo del niño es el de dejar de serlo, lo cual le confiere un gran
impulso a su actuación y un inagotable deseo de superación. El niño quiere actuar como
adulto; aun así, se complace con el juego y sigue gozando y apreciando su característica de
infante. En torno a esta contradicción desarrollara el proceso educativo queda sustento a la
pedagogía tradicional. Las fuerzas del deseo por conquistar la adultez y las de la realidad
que la impulsan a las actividades propias de los niños son las que se enfrentaran día a día en
cada salón de clase. El papel ideal del maestro debería ser, en este sentido, el de favorecer
su deseo “colocando un foso entre el juego y el estudio” y privilegiando al estudio a costa
del juego. El niño mismo desea que lo saquen del mundo del juego, porque quiere sentirse
adulto; de allí que él “agradecerá haberlo obligado, o despreciara halagado o mimado”. Su
deseo inmediato de jugar y divertirse, gracias a la educación bien orientada, cederá ante su
deseo mayor y de más largo plazo: el de alcanzar la adultez.
Para conseguir el propósito anterior, el maestro tiene que actuar de una manera severa y
exigente ya que el ser humano-para Alain-buscara siempre lo difícil y se esforzará por
conseguirlo. Gracias a ello el hombre constituye la especie con mayor deseo de superación
y la que más obstáculos necesita vencer. Por lo mismo, en la educación es conveniente y
necesario tratar con severidad a los estudiantes; colocarles retos difíciles y exigirles el
máximo que ellos pueden dar. Prometer a los niños el placer y la felicidad-como harán con
tanta frecuencia los educadores innovadores del siglo XX-para estos enfoques, es ir contra
la naturaleza humana y contra la necesidad de superarse venciendo las dificultades. No
hacerlo significaría convertir a los niños en adultos “flojos”, irresponsables, incumplidos,
indisciplinados y con baja necesidad de logro.
Paradigma Pedagógico
De esto se puede llegar a concluir que la escuela tradicional ha aceptado los principios o
normas pedagógicos anteriormente expuestos y lo han defendido desde tiempos
inmemorables, y porque la historia así lo demuestra ha sido principalmente por mantener o
establecer un orden social.
Paradigma Tradicional
Hasta aquí para hacer un mejor análisis sobre al modelo heteroestructurante hace
necesario recurrir al psicólogo Cesar Coll, que descompone el currículo en varios
postulados, y desde aquí hacer las observaciones del paradigma anterior.
1. Primer postulado (Propósitos): La función de la escuela es la de transmitir los
saberes específicos, las valoraciones y las normas de cultura y socialmente
aceptadas.
2. Segundo postulado (Contenidos): los contenidos curriculares están constituidos por
las informaciones social e históricamente acumuladas y por las normas socialmente
aceptadas. La finalidad de la educación heteroestructurante es la de dotar a sus
estudiantes de los saberes enciclopédicos y las normas de convivencia social
acumuladas por siglos.