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PEDAGOGÍA Profesora Lic. Gabriela R.

López

CLASE 3:

La relación teoría pedagógica y práctica educativa


La funcionalidad de la educación
La escuela y su rol social

Volvemos a encontrarnos después de la clase 3, realizada a través de video


conferencia, para profundizar los últimos temas, allí abordamos:
La educación como práctica social es productora, reproductora y transformadora del
orden social y consecuentemente de los sujetos sociales que lo conforman.
“El proceso educativo se da en el marco de una sociedad y de una cultura y supone la
modificación de los actores involucrados” 1
La educación como proceso de producción e innovación cultural, transmite diferentes
saberes y adopta distintos formatos en cada época y en cada sociedad.
Por lo cual para el análisis de la práctica educativa debemos tener presente, que como
toda práctica, es de raíz e índole social. Por lo cual no puede analizarse en abstracto sino
en tanto condicionada y condicionante en una formación social determinada; en cada
época, con caracteres peculiares y funciones específicas, que responderán a su tiempo
y contexto.

La funcionalidad de la educación
La educación puede ser analizada en su relación con las funciones que cumple en la
sociedad. Posturas teóricas concuerdan en atribuirle dos funciones generales
fundamentales: de conservación o reproducción y de renovación o transformación de
la vida sociocultural y del hombre.

Ricardo Nassif identifica esas funciones a partir del análisis de la práctica educativa
desde tres niveles:
a) Nivel de hecho, podríamos identificarlo con la primera etapa de socialización,
generada en la familia y /o espacios cercanos al sujeto, no surge
necesariamente como una práctica consciente, es anterior a la práctica propia
de las instituciones educativas. En toda sociedad, se da un “traspaso” de
cultura, tradiciones, que le son propias.
Como proceso de integración de los sujetos a las estructuras de la sociedad la cual
forma parte, para lograr la conservación de dicha estructura.

1
DEGL´INOCCENTI Marta “EDUCACION, ESCUELA Y PEDAGOGIA”
https://primerotercerapep19home.files.wordpress.com/2019/06/5.-resumen-innocenti.pdf

1
Diferenciando así lo educativo de lo escolar.

b) Nivel de propósito, segunda etapa de socialización. La práctica educativa


institucionalizada con objetivos, metodologías y fines establecidos. Vinculados
con estructuras y sentidos políticos de la formación social. Donde los fines y
medios del sistema educativo responden a intereses y perspectivas propuestas
desde políticas prexistentes.

c) Nivel de reflexión: conjunto de prácticas teóricas que indagan, problematizan,


desnaturalizan lo educativo a nivel de hecho y de propósito originando
reflexiones sobre la educación, por ej.: la filosofía, la pedagogía, etc.

Este nivel de reflexión toma una rol especial cuando la brecha entre los niveles
anteriores es amplia.

¿Cuál será el rol de la escuela frente a las


funciones de la educación?

Escuela y pedagogía.

Recordemos:

-La intencionalidad originaria de la política debe ser el bien común.


-La intencionalidad originaria de la pedagogía debe ser la formación integral

Direccionar los procesos sociales hacia metas humanizadoras

Lo que implica que la razón de ser de la política y la pedagogía no puede ser otra que la
formación humana. Una educación encaminada a la formación integral, asume al ser
humano como persona “íntegra”, como totalidad, reconociendo las dimensiones
humanas en constante interrelación. Entendiendo que en cualquier actividad educativa
se debe implicar a la persona como un todo, sin privilegiar la inteligencia sobre la
afectividad, sin separar la imaginación de la acción, atendiendo su contexto y
propiciando un desarrollo armónico, donde no se requiere que todas las dimensiones

2
del individuo se desarrollen de la misma manera, con la misma intensidad ni al mismo
tiempo2.

La pedagogía, como reflexión teórica problematiza acerca de su objeto de estudio: la


educación y consecuentemente, las prácticas educativas y a la escuela, que si bien
cumple una función de integración lógica, dotando a los sujetos de un cuerpo común de
categorías de pensamiento; al estar encargada de transmitir la cultura, el concepto de
educación no se limita al concepto de escuela, pero es necesario reflexionar sobre las
prácticas que se dan en su propio ámbito.
De acuerdo a lo que fuimos reflexionando en otras clases, el surgimiento del sistema
educativo y consecuentemente la escuela está ligados a la conformación de los estados
modernos, donde se busca la formación de sociedades disciplinadas. Siendo la escuela
el espacio acorde para la formación de aquel niño al alumno a ilustrar atendiendo los
intereses del mismo.
La escuela recibe niños, pero los mira como alumnos. Proyecta ciertas expectativas
respecto de ellos: lo que deben aprender, las formas en que deben aprenderlo, el modo
de comportarse, etc. Se produce entonces un pasaje de la condición de niño a la de
alumno.

Los invito a observar, escuchar y reflexionar una


entrevista realizada al sociólogo francés,
contemporáneo Pierre Bourdieu.

Nos habla sobre los orígenes de la escuela y su rol


como reproductora de estructuras sociales:

https://www.youtube.com/watch?v=3mChkak7_3A

También se dice de la escuela:


Las materias enseñadas en la escuela no son lo suficientemente “mundanas”. Su
contenido es “artificial”. La escuela no prepara a sus alumnos para la “vida real”
La escuela abusa de su poder, de forma abierta o encubierta, para fomentar otros inte-
reses. A pesar del relato escolar oficial según el cual la escuela garantiza la igualdad de
oportunidades para todos, dicen, en realidad promueve sutiles mecanismos que
reproducen la desigualdad social.

2
Campo Rafael y Restrepo Mariluz. Formación integral. Santa Fe de Bogotá, junio 1999.

3
A los jóvenes no les gusta ir a la escuela. Aprender no es divertido. Aprender es doloroso.
En general, los profesores son aburridos y son un obstáculo para el entusiasmo y la
pasión vital de los alumnos
La escuela es, así, abanderada del estancamiento.
La lista de las reformas que se proponen es larga: la escuela debe centrarse más en el
estudiante, debe esforzarse más por desarrollar el talento, debe ser más responsable con
el mercado laboral y con el entorno social a fin de motivar a los estudiantes, debe atender
al bienestar de los alumnos, debe ofrecer una educación basada en evidencias, lo que
resulta más eficaz y puede contribuir a la igualdad de oportunidades desde una perspec-
tiva realista, etc.3

Frente a estas demandas:


La escuela es el lugar donde los sujetos (según un
método específico) reciben todo cuanto deben
aprender para encontrar su lugar en la sociedad.
¿No resulta obvio que lo que tiene lugar en la
escuela es el aprendizaje? ¿Y que dicho aprendizaje
es, por una parte, una iniciación al conocimiento y a
las habilidades y, por otra, una socialización de los
hombres y mujeres en la cultura de una sociedad?
¿Puede eso negarse?

Puede pensarse que, especialmente en sus orígenes, el acto principal y más importante
que “hace escuela” tiene que ver con la suspensión de un presunto orden natural
desigual. En otras palabras, la escuela ofreció “tiempo libre”, es decir, tiempo no
productivo, a quienes por su nacimiento y por su lugar en la sociedad (por su “posición”)
no tenían derecho a reivindicarlo. O, para expresarlo de otro modo, lo que la escuela
hizo fue establecer un tiempo y un espacio en cierto sentido desvinculado del tiempo y
del espacio tanto de la sociedad, como del hogar4.

A pesar de sus debilidades, para aquellos individuos que pertenecen a los sectores más
desposeídos de capital económico y cultural ¿el recurso de la escuela no se constituye
en el único cambio para la apropiación de los bienes culturales?
Les comparto un fragmento del libro “Mal de escuela” de Daniel Pennac:

3
MASSCHELEIN Jan, SIMONS Maarten. Defensa de la escuela. Una cuestión pública. Miño y Dávila (2004)

4
Idem

4
“A todos los que hoy imputan la constitución de bandas al fenómeno de los suburbios, les digo:
tenéis razón, sí, el paro, sí, la concentración de los excluidos, sí, las agrupaciones étnicas, sí, la
tiranía de las marcas, sí, la familia monoparental, sí, el desarrollo de una economía paralela y los
chanchullos de todos tipo, sí, sí, sí… Pero guardémonos mucho de subestimar lo único sobre lo
que podemos actuar personalmente y que además data de la noche de los tiempos pedagógicos:
la soledad y la vergüenza del alumno que no comprende, perdido en un mundo donde todos los
demás comprenden. Solo nosotros podemos sacarlo de aquella cárcel, estemos o no formados
para ello.

Los profesores que me salvaron –y que hicieron de mí un profesor- no estaban formados para
hacerlo. No se preocuparon de los orígenes de mi incapacidad escolar. No perdieron el tiempo
buscando sus causas ni tampoco sermoneándome. Eran adultos enfrentados a adolescentes en
peligro. Se dijeron que era urgente. Se zambulleron. No lograron atraparme. Se zambulleron
de nuevo, día tras día, más y más… Y acabaron sacándome de allí. Y a muchos otros conmigo.
Literalmente, nos repescaron. Les debemos la vida”

¿Por qué les compartí esta experiencia?

Porque su potencia está en ese gesto de confianza del educador hacia las posibilidades
de ese sujeto que se supera tras la vergüenza y la soledad de no poder, de no
comprender. Ese posicionamiento del docente que entiende la construcción del otro
como alguien educable, desde la posibilidad y desde la potencia, rescata, ofrece,
habilita.
Y estos encuentros son posibles en los espacios educativos.

En el Artículo 16 de la Ley de Educación Nacional 26.206 se expresan los principios de


igualdad e inclusión educativa que permita alcanzar a todos los niños resultados
equivalentes en el aprendizaje independientemente de la situación social que tengan.
Desde este marco legal, se destaca el imperativo de mejorar y enriquecer los procesos
de aprendizaje de todos los estudiantes, especialmente los más vulnerables.
La pregunta acerca de cómo hacer efectiva la garantía al derecho a la educación de
todos, llama necesariamente a la interpelación de las prácticas pedagógicas como un
camino para vehiculizar el mejoramiento y enriquecimiento de estos procesos.

En este sentido, el concepto de trayectoria escolar se relaciona con ciertas condiciones


pedagógicas: cómo se agrupan los estudiantes, tiempos dedicados a la enseñanza y al
aprendizaje, la utilización de recursos materiales, entre otros que ligan la trayectoria con
el dispositivo-formato escolar y con los procesos propios de la escolarización. Y en ese
sentido, hablar de condiciones pedagógicas implica comprender que los sujetos se
constituyen como alumnos bajo ciertas condiciones propias del proyecto escolar que, al
decir de Baquero y Terigi (1996), involucra decisiones sobre la vida de los sujetos, sobre
sus márgenes de acción, sobre la manera en que forjamos su identidad.

Resulta central, entonces, revisar esas condiciones y ponerlas en discusión en pos de


avanzar efectivamente hacia una inclusión educativa plena (Terigi, 2009). De esta
manera, intentamos desnaturalizar la mirada sobre la escuela y sus agentes.

5
Se vuelve prioritario proponer y construir distintas formas de escolarización que
permitan superar prácticas y saberes que esperan lo mismo, de la misma manera y al
mismo tiempo, de todos los y las estudiantes.

Los despido con esta frase, que personalmente me motiva a continuar:

“NUNCA LA EDUCACIÓN HABÍA SIDO LLAMADA EN LA HISTORIA A ASUMIR UNA MISIÓN


TAN IMPORTANTE, ANTE UNA SOCIEDAD TAN COMPLEJA Y RICA, TAN EXIGENTE CON SUS
PROPIOS CREADORES”.
Suchodolski

Bibliografía citada en esta clase:


 DEGL´INOCEENTI Marta. Educación, escuela y pedagogía.
https://primerotercerapep19home.files.wordpress.com/2019/06/5.-resumen-
innocenti.pdf

 CAMPO Rafael y RESTREPO Mariluz. Formación Integral. Modalidad de educación


posibilitadora de lo humano. Facultad de Educación Pontificia Universidad
Javeriana. Santafé de Bogotá 2000.
 PINEAU, Pablo. La escuela en el paisaje moderno. Consideraciones sobre el
proceso de escolarización. En Cucuzz, Héctor (comp). Historia de la Educación a
debate. Buenos Aires. Miño y Dávila Editores. 1996.

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