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PABLO PINEAU “Por que triunfó la escuela”

Un cambio pedagógico y social acompaño el pasaje del siglo XIX al siglo XX: La expansión de la escuela como
forma educativa hegemónica en todo el mundo. Si bien muchos consideran a la escuela como un desarrollo
evolutivo humano otros se dedicaron a cuestionarla (ej que la reproducen las clases dominantes etc)
Con el fin de aclarar por qué triunfó la escuela hay dos cuestionamientos a estas explicaciones:
-Muchas interpretaciones de los procesos de escolarización lo funden (lo relacionan) con otros procesos sociales ej:
socialización, alfabetización etc. Si bien están imbricados cada uno posee su propia lógica.
-En segundo lugar la mayoría de las lecturas ubican el sentido escolar, fuera de la escolarización. Los textos
escolares están dados por el contexto en que se inscribe. El capitalismo, nación, república etc son fenómenos
extraescolares.
El problema es que a los educadores modernos, les resulta difícil ver a la escuela como un ente no fundido en el
pasaje educativo, lo que demuestra que su construcción social es producto de la modernidad.
El plus de significación tiene que ver con la consolidación de la escuela como forma educativa hegemónica que fue
capaz de hacerse cargo de la definición moderna de la educación.

¿Qué es la escuela?

Piezas que se fueron ensamblando para generar la escuela:


1. Homología entre la escolarización y los procesos educativos. La escuela se formó mediante operaciones de
negociación y oposición con otras formas educativas presentes (que tuvieron que desaparecer).
2. Matriz eclesiástica. La escuela hereda del monasterio su condición de espacio educativo total. Lo que sucede
en las aulas son experiencias educativas a las que son sometidos los alumnos sin posibilidad de escape.
3. Regulación artificial. Se reelabora el dispositivo de encierre institucional heredado del monasterio.
4. Uso específico del espacio y del tiempo. Se diferencia claramente entre los espacios de trabajo y de juego, el
docente y los alumnos, definiéndose ciertos momentos. De modo que se dosifica el tiempo, señalando ritmos
y alternancias.
5. Pertenencia a un sistema mayor. Cada escuela es un nudo en la red del sistema educativo, en donde las
regulaciones de la escuela provienen de afuera (aunque en parte también desde dentro de la institución).
6. Fenómeno colectivo. Para construir el poder moderno se tuvo que construir saberes que permitieran
coaccionar sobre el colectivo, pero sin anular del todo la actuación sobre cada uno de los individuos en
particular.
7. Constitución del campo pedagógico y su redacción a lo escolar. El “cómo enseñar” se vuelve objeto de una
nueva disciplina, la pedagogía. Entre los siglos XVIII y XIX, lo pedagógico se redujo exclusivamente a lo
escolar.
8. Formación de un cuerpo de especialistas dotados de las tecnologías específicas. Este es el rol de los
docentes, a los cuales se les otorgó el monopolio de saberes específicos, permitiéndoles diferenciarse de
otras figuras sociales. Estos fueron moldeados en instituciones específicas fundadas dentro del propio
sistema educativo.
9. El docente como ejemplo de conducta. El docente debe ser ejemplo, perdiendo su vida privada, quedando
expuesta a sanciones laborales. Se presentan también condiciones de trabajo precarias por lo cual se dio una
vocación forzada que condujo a la feminización de la profesión.
10. Especial definición de la infancia. En la modernidad la infancia comienza a ser caracterizada desde posturas
negativas: diferenciándola de la adultez por su incompletitud.
11. Establecimiento de una relación inmodificablemente asimétrica entre docentes y alumnos. El docente tiene el
conocimiento, el alumno no lo posee por lo cual en el proceso pedagógico jamás será visto como igual, será
menor siempre respecto del otro miembro de la díada.
12. Generación de dispositivos específicos de disciplinamiento. Construcción de dispositivos de producción de
“cuerpos dóciles”. La escuela obligatoria como un mecanismo de control social.(crean pupitres, ordenamiento
de filas etc)
13. Currículo y prácticas universales y uniformantes. Esta uniformidad se basó en la constitución de un
conjunto de saberes considerados indisolubles, neutros y previos a cualquier aprendizaje: los saberes elementales
(la lectura, la escritura y el cálculo) y religión y/o ciudadanía.
14. Ordenamiento de los contenidos. La escuela recorta, selecciona y ordena lo que considera que debe
impartir a sus alumnos por medio de un proceso de elaboración y concreción del currículo.
15. Descontextualización del contenido académico y creación del contenido escolar. La escuela genera el
currículo descontextualizando los saberes de su universo de producción y aplicación. El saber escolar debe ser
gradual, debe poder adaptarse al alumno, ordenarse en unidades, etc. Esto está íntimamente vinculado al
funcionamiento disciplinal.
16. Creación de sistemas de acreditación, sanción y evaluación escolar. Se establece un nuevo tipo de
capital cultural, el institucionalizado. Se acredita el conocimiento por medio de un diploma o título que le permite
al egresado el funcionamiento en el mercado laboral. Es así como el capital cultural institucionalizado es
monopolizado por el sistema educativo, convirtiéndolo en un tamiz de clasificación social. Consecuentemente el
examen se convierte en una práctica continua e ineludible.
17. Generación de una oferta y demanda impresa específica. Los libros de texto se constituyeron como un
género menor, de poco reconocimiento social y simbólico, que responde a las reglas propias de la escuela.

La escolarización como empresa moderna

En vistas de todo lo anterior, es evidente que la escuela no se constituyó como un fenómeno de la


evolución lógica y natural, sino que se dio con rupturas y acomodamientos en el proceso.
Kant define a la educación entendiendo que el hombre sería la única criatura que debería ser educada
mediante la disciplina y la instrucción. Esto concibe al fenómeno como externo a la realidad dada y a la
divinidad. En donde educar, para Kant, sería desarrollar la perfección inherente a la naturaleza humana.
Este planteo pone a la educación en el lugar de “piedra de toque del desarrollo del ser humano”.
Siguiendo con esto Kant también propone una relación entre la instrucción y la disciplina. Es así como el
hombre educado es un hombre “cultivado pero disciplinado”. También reforzó una de las operaciones
centrales de la educación moderna, que es la constitución de la infancia como el sujeto de la educación.
De esta manera se construyó el pensamiento educativo moderno, y en base a tres discurso del siglo
XIX:

 El liberalismo. Plantea la constitución de sujetos libres por medio de la educación como


condición para existir en el mercado, y también para la ciudadanía (y en ele ejercicio de sus derechos).
De este modo se configura la formación del ciudadano como portador de derechos y obligaciones, en
donde la educación pasa a ser un problema del Estado.
También aporta la comprensión de que la educación permitiría el ascenso social, generando una
tensión constante entre la desigualdad de oportunidades y el mérito para poder ascender socialmente.
 El positivismo. Aportó a la comprensión de la escuela como una institución superior de difusión
de la “cultura válida”, como instancia de disciplinamiento social que permitiera el desarrollo y el
progreso ordenado de la humanidad. El positivismo estableció la cientificidad como el único criterio de
la validación pedagógica. Y, consecuentemente, la pedagogía fue reducida a la psicología, y esta a su
vez a la biología, lo cual conlleva a que desde el comienzo se podía saber quiénes triunfarían o no
desde el terreno educativo, y los menos afortunados serían organismos enfermos.
Esta corriente dio a la didáctica el llamado “detallismo metodológico”, un método que lograría alcanzar
los resultados pedagógicos esperados (la receta). Pero este curriculum científico fue un fracaso, y
paradójicamente dio lugar a la repetición y no a la investigación de la ciencia.
 El aula tradicional. Esta ordenó las prácticas cotidianas. Otorgándosele al docente un lugar
privilegiado en el proceso de aprendizaje, dejando a los alumnos inmovilizados para lograr la máxima
expansión de sus mentes.

El sistema educativo se basó en tres niveles (primario, medio, universitario), y se expandió por todo el
mundo. A fines del siglo XIX el proceso de aprendizaje quedó conformado por el triángulo: alumno
(pasivo y vacío, se debe controlar su cuerpo y formar su mente) – docente (fundido con su método) –
saberes (científicos y nacionalizadores).
La validación académica y teórica de esto fue llevada a cabo en el siglo XX por Durkheim el cual limita
la educación a la esfera de lo social (“educación es la acción ejercida por las generaciones adultas
sobre las que no están maduras para la vida social”). También determina el lugar del educador y del
educando (adultos e infantes respectivamente), reforzando la dupla represión – liberación mediante la
inscripción social de la educación. De este modo naturaliza a la escuela volviéndola heredera de la
evolución pedagógica previa, negando su historia plagada de rupturas y sobre todo poniéndola bajo el
control estatal. Para finalizar, la historia de la escuela triunfante del siglo XX seguiría con problemas
cuando surge el debate entre la escuela nueva y la escuela tradicional.

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