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Motivación

La motivación es un aspecto de enorme relevancia en las diversas áreas de la vida,


por cuanto orienta las acciones y se conforma así en un elemento central que
conduce lo que la persona realiza y hacia qué objetivos se dirige. De acuerdo con
santrock (2002), la motivación es “el conjunto de razones por las que las personas
se comportan de las formas en que lo hacen. El comportamiento motivado es
vigoroso, dirigido y sostenido” (p. 432). Ajello (2003) señala que la motivación
debe ser entendida como la trama que sostiene el desarrollo de aquellas actividades
que son significativas para la persona y en las que esta toma parte.
En el plano educativo, la motivación debe ser considerada como la disposición
positiva para aprender y continuar haciéndolo de una forma autónoma. Trechera
(2005) explica que, etimológicamente, el término motivación procede del latín
motus, que se relaciona con aquello que moviliza a la persona para ejecutar una
actividad. De esta manera, se puede definir la motivación como el proceso por el
cual el sujeto se plantea un objetivo, utiliza los recursos adecuados y mantiene una
determinada conducta, con el propósito de lograr una meta. Según bisquerra
(2000)
Herrera, Ramírez, roa y herrera (2004) indican que la motivación es una de las
claves explicativas más importantes de la conducta humana con respecto al porqué
del comportamiento. Es decir, la motivación representa lo que originariamente
determina que la persona inicie una acción (activación), se dirija hacia un objetivo
(dirección) y persista en alcanzarlo (mantenimiento). estos autores, luego de
recopilar las opiniones de muchos otros, formulan la siguiente definición de
motivación: podríamos entenderla como proceso que explica el inicio, dirección,
intensidad y perseverancia de la conducta encaminada hacia el logro de una meta,
modulado por las percepciones que los sujetos tienen de sí mismos y por las tareas
a las que se tienen que enfrentar

Motivación intrínseca
Ajello (2003) señala que la motivación intrínseca se refiere a aquellas situaciones
donde la persona realiza actividades por el gusto de hacerlas, independientemente
de si obtiene un reconocimiento o no.
 La motivación intrínseca tiene su origen dentro del individuo, y está dirigida por
las necesidades de exploración, experimentación, curiosidad y manipulación, las
cuales se consideran conductas motivadoras en sí mismas. Dicho de otro modo, la
motivación intrínseca es el tipo de motivación que es auto administrado, y que
predispone al individuo a esforzarse por aproximarse a la consecución de una
meta.
La motivación intrínseca, es una necesidad subyacente en el individuo de
competencia social y autodeterminación. Es decir, aquellas conductas que se
realizan en ausencia de cualquier contingencia externa aparente se consideran
intrínsecamente motivadas. La realización de la actividad es un fin en sí mismo y
su realización permite al sujeto sentirse autónomo y competente, fundamental para
el buen desarrollo de la autoestima sana
Todos podemos poner algún ejemplo de motivación intrínseca en nuestras vidas:
participar en un voluntariado, actos altruistas, hacer bien nuestro trabajo, búsqueda
de más conocimiento, superación personal en la realización de un deporte,
realización de hobbies...
En definitiva, los motivos que llevan a activar un patrón conductual son inherentes
a la persona. No se necesitan estímulos externos pero no son mutuamente
excluyentes. Es decir, se puede llevar a cabo una actividad por la que se está
motivado intrínsecamente (ayudar a los demás) pero también obtener una
recompensa externa (dinero).
La motivación intrínseca logramos vivencias, sentimientos de eficacia y de
dominio de la tarea. Suelen aparecer tres sentimientos vinculados:
La autodeterminación y autonomía: ser los directores de nuestra
propia vida.
La competencia: controlar lo que hacemos, experimentar el dominio de
nuestras habilidades.
Relaciones: interactuar, estar conectados y preocuparnos por los demás.
Satisfacción por hacer algo propio y familiar.

Al principio se pensó que ambos tipos de motivación intrínseca y extrínseca eran


independientes, pero deci y lepper mostraron que una actividad que contaba con
un alto interés intrínseco podría verse disminuida si se introducían recompensas, a
este hecho lo denominaron efecto de sobre justificación. Curiosamente, el sujeto
perdía interés. El efecto negativo de la recompensa se conoce como el precio
oculto de la recompensa.

Motivación extrínseca
La motivación extrínseca, por su parte, obedece a situaciones donde la persona se
implica en actividades principalmente con fines instrumentales o
Por motivos externos a la actividad misma, como podría ser obtener una
recompensa.
La motivación extrínseca hace referencia al tipo de motivación en la cual los
motivos que llevan a una persona a realizar determinado trabajo o actividad están
situados fuera de la misma; o lo que es lo mismo, están sujetos a contingencias o
factores externos.
En esta clase de motivación los incentivos o refuerzos, tanto positivos como
negativos, son externos y se encuentran fuera del control de la persona. Por lo
tanto, se concibe como motivación extrínseca todo aquel tipo de premios o
recompensas que obtenemos o se nos otorga al realizar una tarea o una labor
determinada.
El ejemplo de motivación externa por excelencia es el salario que una persona
recibe a cambio de realizar su trabajo. Otro ejemplo pueden ser aquellas
recompensas o premios que los padres entregan a los hijos a cambio de que estos
consigan un buen rendimiento académico.
Finalmente, otro ejemplo menos material consiste en los halagos y
reconocimientos que puede recibir una persona tras finalizar una tarea de manera
exitosa.
Sin embargo, en la mayoría de los casos en los que la motivación es
exclusivamente extrínseca se acaba produciendo una disminución del rendimiento
independientemente del ámbito al que se haga referencia. Por lo que la motivación
extrínseca no es una buena aliada para proyectos a largo plazo.
Las recompensas externas apartan de la persona de la motivación que realmente
importa: la motivación intrínseca. Está comprobado que cuando una persona
comienza una actividad o tarea motivada por factores internos y posteriormente se
le añaden recompensas externas, la eficacia y productividad disminuye con el
tiempo. La explicación es sencilla, algo que se inicia por el mero placer de realizar
una actividad acaba siendo percibido como una obligación y no se disfruta de la
misma manera.
No obstante, esto no implica que toda motivación extrínseca sea dañina. La
sensación tras recibir una recompensa o premio por un trabajo bien hecho siempre
es agradable y placentera, pero esta no debe de acabar reemplazando la
satisfacción o deleite que la propia actividad proporciona.

Motivación positiva
En este tipo de motivación la persona inicia, dirige y sostiene su actuación con la
intención de conseguir algún tipo de recompensa. En la motivación extrínseca
puede tratarse de una recompensa económica o premio y en la intrínseca el auto
gratificación o satisfacción que la propia tarea aporta al individuo. Estas
recompensas actúan como reforzadores de la conducta.
Motivación negativa
En estos casos la persona inicia o mantiene una conducta o actividad con el
objetivo de eludir o esquivar una consecuencia que considera desagradable.
Cuando esta consecuencia negativa proviene del exterior puede tratarse de evitar
algún tipo de castigo, mientras que cuando procede de interior es posible que lo
que la persona intente evitar es un sentimiento de frustración ante un posible
fracaso.
En cuanto a las principales diferencias entre la motivación extrínseca e intrínseca,
la motivación intrínseca tiene su origen en la misma persona que realiza la
actividad y la extrínseca está incitada por factores o agentes externos a ella.
Existen una serie de factores que influyen en la motivación, en el caso de la
motivación intrínseca esta está determinada por agentes internos como el interés, la
satisfacción, la autorrealización o las necesidades internas. Además, cuando la
motivación viene del interior la persona es capaz de mantener dicho ánimo durante
más tiempo, de ahí que sea tan importante este tipo de motivación.
Mientras tanto, en la motivación extrínseca la persona sí espera algún tipo de
gratificación, retribución o reconocimiento externo. Entre los elementos que dan
origen a esta motivación se encuentran la presión externa, la necesidad de
reconocimiento o la necesidad de apoyo social.
Asimismo, ambas formas de motivación pueden aparecer tanto unidas como de
manera independiente y ser utilizadas en cualquier ámbito en el que la persona
tenga que realizar una conducta, tarea o actividad con un fin concreto. Bien sea un
fin productivo (producción de una empresa) o un fin personal (perder peso).

Tipos de motivación
La motivación está constituida por todos los factores capaces de provocar,
mantener y dirigir la conducta hacia un objetivo. Podríamos hablar de dos tipos de
motivación
Los motivos primarios: nos ayudan a satisfacer necesidades básicas,
tales como la alimentación, bebida, calor y alojamiento. – estas necesidades han de
satisfacerse para asegurar la supervivencia y no pueden ser alteradas fácilmente
mediante el ejercicio de la voluntad. – algunas de ellas son cíclicas (comer y
dormir) y la intensidad con la que se sientan aumenta y disminuye de un modo
más o menos regular
La motivación secundaria: son adquiridos o aprendidos y las necesidades
que satisfacen pueden o no, estar indirectamente relacionados con los motivos
primarios. Algunos de ellos podrían ser:
 Amistad
 Libertad
 Honor
 Poder
 Riqueza
 Fama

 Amor

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