Está en la página 1de 7

MOTIVACIÓN:

La motivación es la causa de que actúes para tomar un vaso y beber agua, para
estudiar para los exámenes, para arreglarte para tener una cita con la persona que te
gusta o para ir al gimnasio y hacer ejercicio.
En la cultura popular, se utiliza el término “motivación” para describir cuando una
persona siente energía, interés y ganas de conseguir algo. Por ejemplo “Antonio está
muy motivado para aprobar los exámenes”.
La palabra motivación tiene su origen en las palabras del latín motus (movido) y
motio (movimiento), por lo que podemos comprender que la motivación guarda
relación con el impulso del individuo a realizar ciertos actos.
Entendemos la motivación como una energía que nos activa, mueve y orienta
nuestros actos hacia un objetivo en concreto, este objetivo está relacionado con la
satisfacción de nuestras necesidades como seres humanos.

Es el motivo o la razón que provoca la realización o la omisión de una acción. Se


trata de un componente psicológico que orienta, mantiene y determina la conducta de
una persona. forma con la palabra latina motivus ('movimiento') y el sufijo -ción
('acción', 'efecto').
Este fenómeno implica un conjunto de percepciones, valores, creencias, intereses y
acciones relacionados entre sí. La motivación va cambiando y aumentando con la
edad, además, su forma de aparición en los niños, predice sus características más
tarde en la vida.
significa la energía o el empuje que siente una persona para hacer algo. Estar
motivado conlleva, entonces, un ímpetu o una inspiración para actuar hasta lograr la
meta deseada.

TIPOS DE MOTIVACIÓN
distintos tipos de motivación en función de la fuente u origen del estímulo.
En la motivación de logro, en la que el mecanismo que promueve a la acción es
conseguir un determinado objetivo.
La motivación de afiliación supone la búsqueda de seguridad y pertenencia a un
grupo.
La  motivaci
ón de competencia no sólo pretende alcanzar un objetivo establecido, sino que busca
realizarlo de la mejor forma posible.

En Psicología en función de dónde proceda estímulo: 


Motivación intrínseca
En la motivación intrínseca la persona comienza o realiza una actividad por
incentivos internos, por el propio placer de realizarla. La satisfacción de realizar algo
o que conseguirlo no está determinada por factores externos. Está relacionada, por lo
tanto, con la autosatisfacción personal y la autoestima. Por ejemplo, hay personas que
realizan ejercicio físico porque disfrutan de la actividad.
La motivación intrínseca se fundamenta en tres elementos: autonomía, maestría y
propósito. 
Motivación extrínseca
En la motivación extrínseca, el estímulo o incentivo que mueve a una persona a
realizar una actividad viene dado de fuera, es un incentivo externo y no proviene de
la propia tarea. Funciona a modo de refuerzo. Por ejemplo, cuando una persona
realiza ejercicio físico no por el mero hecho de disfrutar haciéndolo, sino por motivos
sociales u otros.
Muchas veces hacemos cosas que no son de nuestro agrado, pero si las realizamos
sabemos que va a llegar una recompensa importante para nosotros. Esto sería
básicamente la motivación extrínseca.
Este tipo de motivación es más frecuente después de la primera infancia, cuando esa
libertad que aporta la motivación intrínseca tiene que ser modulada para empezar a
adaptarse a las demandas del entorno.
Dentro de esta clase de motivación, Deci y Ryan (1985) identifican varios subtipos
dependiendo de lo centrada que esté en el individuo o en el exterior:
– Regulación externa: es la forma menos autónoma de motivación extrínseca y se
refiere a los comportamientos que se llevan a cabo para cubrir una demanda externa u
obtener una recompensa.
– Regulación introyectada: se refiere a una motivación que aparece cuando las
personas realizan alguna actividad con el fin de evitar ansiedad o culpa, o bien para
incrementar el orgullo o ver aumentada su valía. Como vemos, está muy asociada con
la autoestima, concretamente con mantenerla o aumentarla.
– Regulación identificada: esta forma es algo más autónoma, y significa que el
individuo comienza a dar una importancia personal a un comportamiento, buscándole
su valor. Por ejemplo, un niño que memoriza las tablas de multiplicar porque para él
es relevante conseguir realizar cálculos más complejos tendría una motivación de este
tipo porque se ha identificado con el valor de ese aprendizaje.
– Regulación integrada: esta es la forma más autónoma de motivación extrínseca, y
ocurre cuando la identificación (la fase anterior) ya ha sido totalmente asimilada para
la persona. Se contempla como una regulación que la persona hace de sí misma, auto
observándose e integrándolo con sus valoras y necesidades. Las razones por las que
se hace alguna tarea se van interiorizando, asimilando y aceptando.

Motivación personal
En Psicología, existen diversas teorías que establecen y clasifican los elementos que
mueven a una persona a realizar algo o dejar de hacerlo. En muchos casos la
motivación de una persona viene determinada por necesidades, tal y como se
establece en la llamada 'pirámide de Maslow'. Igualmente, la motivación está
fuertemente influida por la satisfacción de realizar una tarea o conseguir un
determinado objetivo pero también por los incentivos que realizar o no realizar
determinada conducta puedan conllevar.
Motivación laboral
La motivación laboral es aquella que está relacionada con el ámbito de trabajo.
Algunos ejemplos pueden ser la remuneración económica, los días de vacaciones, el
status social y la propia realización y desempeño de la tarea. Es importante en este
caso para la persona encontrar factores intrínsecos en el desarrollo de las tareas de un
puesto de trabajo.
Motivación deportiva
En el mundo del deporte, especialmente a un alto nivel, la motivación es
fundamental, ya que en muchos casos para alcanzar determinados objetivos el cuerpo
tiene que llevar a unos límites de esfuerzo enormes. La auto superación, la
competividad y la recompensa que se puede obtener de conseguir una meta mueven
en muchos casos a los deportistas. En muchos casos, la motivación intrínseca se ve
condicionada por la propia lógica del deporte e alta competición y los deportistas
deben también trabajar el componente mental. Por ejemplo, en pruebas ciclistas de
larga duración en la que se requiere un gran esfuerzo, es posible que los deportistas
que disfrutan de montar en bicicleta y escalar puertos pierdan ese tipo de motivación
cuando el nivel de exigencia es mayor.
Una vez comprendemos la definición de motivación, vamos a enumerar los
tipos de motivación en psicología para luego definirlos:
 Motivación intrínseca.
 Motivación extrínseca.

Motivación positiva.
Se trata de comenzar una serie de actividades con el fin de lograr algo que resulta
deseable y agradable, teniendo una connotación positiva. Se acompaña de un logro o
bienestar al hacer la tarea que refuerza la repetición de dicha tarea. Es decir, si
un niño recita el abecedario delante de sus padres y estos le felicitan va a ser más
probable que repita esta conducta. Sobre todo, si recitar el abecedario es divertido
para el niño (y si es neutro, gracias al refuerzo de los padres puede llegar a ser una
tarea placentera).
Motivación negativa.
La motivación negativa conlleva la realización de conductas para evitar resultados
desagradables. Por ejemplo, fregar los platos para evitar una discusión o estudiar para
evitar el suspenso de una asignatura.
Este tipo de motivación no es muy recomendable porque a largo plazo no es tan
efectiva y causa malestar o ansiedad. Provoca que las personas no estén centradas en
la tarea ni deseen hacerla bien; más bien evitan la consecuencia negativa que
posiblemente aparezca si no la realizan.

Motivación personal.

Motivación secundaria.

Motivación centrada en el ego.

Motivación centrada en la tarea.

Amotivación o desmotivación

El individuo carece de intención de actuar. Esto ocurre porque no tiene importancia


para él una actividad concreta, no se siente competente para llevarla a cabo, o cree
que no obtendrá el resultado que desea.

Ejemplo de desmotivación
Un empleado, a poco más de dos semanas de que le termine su contrato, es informado
por la empresa de que no continuará con ellos. Sin embargo, debe cumplir sus
obligaciones laborales durante esas dos semanas.

El empleado acude durante esos días a su puesto de trabajo sin ninguna gana, ya que
sabe que su futuro no está en esa empresa y considera que es una pérdida de tiempo
dedicarle más tiempo a ella.
Consejos para Mantener la Motivación

1. Divide el trabajo en tareas lo más pequeñas y concretas posibles. Una tarea muy pequeña
con una descripción muy clara te permite visualizar fácilmente el final y es el mejor antídoto
para la procrastinación. Un proyecto grande y complejo puede resultar abrumador. Al
dividirlo en tareas minúsculas consigues ver claro el camino y la resistencia a enfrentarte a
él disminuye.
2. Si dispones de poca energía o pocas ganas, concéntrate en tareas sencillas y rápidas. Cerrar
cosas pendientes, aunque sean poco importantes, te dará energía y fuerza para atacar otros
objetivos mayores.
3. Si te encuentras agobiado por el gran número de tareas a realizar, simplemente elige algo y
empieza. Verás que la resistencia al trabajo desaparece a los pocos minutos de empezar, una
vez dado el primer paso. El miedo desaparece cuando nos enfrentamos a él.
4. Tómate tu tiempo. A veces confiamos en que podemos hacer una tarea en mucho menos
tiempo del realmente necesario. Cuando transcurre ese tiempo y no hemos terminado,
aparece la frustración y el desánimo. Pueden aparecer imprevistos, o simplemente puede que
no estés al cien por cien y tengas que ir más despacio. No pasa nada. Sé realista en tu
planificación y adaptate si la situación cambia.
5. Regálate premios a menudo. Cuando termines cualquier tarea o logres un buen avance en un
gran proyecto, haz algo que te apetezca, que te relaje y que no te suponga ningún esfuerzo.
Relájate en una cafetería o en la playa, date un paseo, una buena lectura… busca tus propios
incentivos.
6. Si tus opciones no son demasiado atractivas, observa la situación desde mayor altura. Hay
tareas que no nos apetece hacer demasiado, pero obedecen a objetivos mayores. Piensa en
ello, piensa a dónde te diriges y encontrarás la motivación necesaria para hacer
esas acciones menos agradables.
7. Lleva un registro de lo que haces. Registrar tus horas de trabajo o la actividad que realizas
puede motivarte a hacer cosas. La tecnología puede facilitarte la labor, pero utilizar
herramientas que realmente tu gusten, te puede incluso motivar a trabajar.
8. Comprueba tu progreso en cada uno de tus proyectos. Trata de realizar algún tipo de gráfica
que te permita evaluar cómo vas haciendo las cosas. Además de obtener una información
muy valiosa, las gráficas te motivarán para continuar avanzando en tus objetivos.
9. Visualiza el objetivo cumplido. Piensa que has terminado esa tarea que tanto se te resiste y
los beneficios que te reporta. Ten siempre presente el final en tu mente.
10. O, al contrario que lo anterior, piensa en lo que pierdes si no completas ese trabajo. Hay
estudios que demuestran que mucha gente trabaja más duro para no perder 10€ que para
ganar 10€. ¿Qué te motiva más a ti?
11. Para grandes objetivos, busca apoyo en comunidades on-line. Únete a grupos en la web que
compartan tus mismos intereses. Entra en sus foros, lee artículos y comentarios, aporta tu
opinión. Conseguirás motivación constante.
12. Busca un cómplice. Es difícil motivarse a uno mismo. Si encuentras un compañero/a de
aventuras con quien puedas compartir alguno de tus objetivos (tu pareja, un amigo, un
colega del trabajo…) os podréis apoyar mutuamente.
13. Ante un gran reto, hazlo público. Habla de ello con tu familia, con tus amigos, públicalo en
tus redes sociales, en tu blog… Elige una fecha para lograr ese objetivo y hazla pública
también. Generarás un compromiso total y una motivación extraordinaria.
14. Hazlo divertido. A veces, una tarea rutinaria se puede convertir en algo interesante si eres
capaz de hacerla de una forma diferente. Escucha música mientras trabajas. A lo mejor
cambiar un lugar de trabajo por otro puede lograr ese empuje que necesitas. Dale rienda
suelta a tu creatividad.
15. Haz ejercicio. El ejercicio físico hace que el cuerpo libere endorfinas, sustancias químicas
que tienen la cualidad de producir una gran sensación de bienestar.
16. Come bien y mantente hidratado. En muchas ocasiones, la falta de ganas para hacer cosas se
debe simplemente a que tu organismo echa en falta determinados tipos de alimentos. A mi
me pasa con el azúcar, alguna vez, y con la cafeína, más a menudo. En los días de calor, es
muy importante beber agua a menudo para mantener la actividad sin decaer.
17. Si todo lo anterior falla, entonces es posible que estés en un momento delicado. Tómate un
descanso mayor, unos días libres, y desconecta de todo. Necesitas relajarte y recargar las
pilas. No pienses en lo que dejas de hacer en ese tiempo. Cuando vuelvas, recuperarás con
creces el tiempo perdido.

También podría gustarte