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La filosofía, sin embargo usa estos conceptos de un modo distinto. Así la moral se ocupa
de establecer las normas y los criterios que utilizamos cuando calificamos determinadas
acciones como correctas o incorrectas, buenas o malas en sentido absoluto. Por ejemplo,
sería misión de la moral definir las normas y criterios que deben regir las relaciones entre
los miembros de una familia, o entre el médico y su paciente. La moral respondería a
preguntas como: ¿Debe el médico decir la verdad al paciente por desagradable que sea?
La ética se ocuparía más bien de discutir racionalmente la validez de estas normas y
criterios que la moral nos da. Es decir, la ética se ocuparía de cuestiones como: ¿por qué
es moralmente correcto o incorrecto decir la verdad? La ética trata de reflexionar
críticamente acerca de las normas que la moral establece. El objeto de la ética es la moral
y la moralidad. La ética hace que nos planteemos si las normas y valores por los que
guiamos nuestra conducta son válidas o no.
3. Valores y normas
La mayoría de las cosas que conocemos no nos resultan indiferentes, pensemos, por
ejemplo, en una rosa, el fútbol, un supositorio o el libro de matemáticas. Estos objetos o
actividades producen en cada uno de nosotros actitudes: bien de agrado o desagrado,
atracción o repulsión. Las actitudes que tenemos hacia las cosas las expresamos por
medio de valores. Un valor es una especie de etiqueta mental que ponemos a las cosas y
que expresa nuestra actitud (positiva o negativa) hacia ellas. Existen diversos tipos de
valores, económicos: caro, barato; estéticos: bello, feo; morales: bueno y malo
Continuamente tomamos decisiones. Ahora bien, ¿por qué elegimos lo que elegimos?
¿por qué elegimos atender o no atender? Hacemos lo que hacemos porque consideramos
que es mejor que su contrario, o porque lo preferimos a su contrario, o porque estimamos
que es más valioso, etc. Elegimos lo que elegimos porque valoramos, en alguna medida
aquello que hemos elegido. Los valores son los que nos ayudan a elegir. Aunque a veces
nuestros valores entran en conflicto y tenemos que elegir entre ellos. Así, por ejemplo,
puedo ver un pantalón que me parece muy bonito (valor estético) pero no me lo compro
porque me parece muy caro (valor económico). ¿Qué valores son los más importantes en
caso de conflicto? Eso es algo que cada uno debe determinar en conciencia.
Podemos definir los valores en general, como «cualidades que poseen las cosas en su
relación con el hombre». No son cosas sino cualidades de las cosas y sólo existen en
relación con el hombre.
Hay más tipos de valores pero los que a nosotros nos interesan son los valores morales.
Vamos a definirlos: «Los valores morales son las características, las cualidades que pueden
poseer las relaciones de los seres humanos entre sí -y las que pueden mantener con el
medio en el que se desenvuelve su vida.- que son consideradas como las más adecuadas,
las más convenientes y que, consecuentemente, les llevan a preferir aquellos
comportamientos que contribuyen a su realización». Los valores morales expresan la
incorrección o corrección de nuestras acciones. Las acciones que consideramos adecuadas
las llamamos buenas y las que no, malas.
Somos seres materiales, físicos, y por ello estamos afectados por leyes físicas como la de
la gravedad o de la inercia. Estas leyes son distintas de las leyes que aparecen en los
códigos. Además, somos seres vivos por lo que comemos, respiramos, crecemos, etc.
Éstas son acciones que nos obligan de un modo muy distinto a otras como, por ejemplo
tener que cruzar la calle por el paso de peatones o cuando el semáforo está verde. Las
primeras no nos planteamos si hacerlas o no, aunque no haya un modo único de
satisfacerlas. Es decir, somos seres naturales y como tal estamos constreñidos por nuestra
naturaleza biológica: no podemos dejar de comer si queremos vivir y no podemos saltar
desde un sexto piso sin protección. Además de estas leyes naturales y junto a ellas están
otras hechas por los hombres, son aquellas que guían nuestra conducta: las normas
Dentro del conjunto de normas, reglas o prescripciones que tenemos algunas poseen un
sentido meramente instrumental. Son normas de procedimiento y generalmente
consisten en instrucciones para usar correctamente algo, o participar en algún juego. Si
quiero jugar al ajedrez o al baloncesto tengo que seguir ciertas normas o reglas de juego
para mover las piezas.
La mayoría de las normas o reglas que regulan nuestras actividades son el resultado de
acuerdos, convenciones, tradiciones, etc., es decir, han surgido en el seno de alguna
sociedad que las ha considerado convenientes. Algunas normas sociales son impuestas
como leyes, tiene un carácter jurídico y su incumplimiento se castiga con algún tipo de
sanción (generalmente una multa o la pérdida de libertad). Otras, como las normas de
cortesía o de educación, no tienen ese carácter legal y su incumplimiento no conlleva
ninguna sanción económica o de pérdida de libertad, aunque sí puede acarrear un rechazo
social hacia el infractor.
Concretando podemos definir las normas en general como una regla, una pauta que
indica el modo como debe realizarse un acto concreto. Si un profesor llega a clase y dice
que el examen sólo se puede hacer con bolígrafo azul está dando una norma acerca de
cómo se debe realizar el examen. Existen diversos tipos de normas, las más importantes
son: las normas de cortesía, las leyes (tráfico, código civil, código penal), las
procedimentales y las normas morales, que son las que más nos interesan a nosotros.
4. La conciencia moral