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Legitimidad de las partes. Antes de celebrar un contrato con una empresa extranjera, se debe
realizar la diligencia debida para verificar que efectivamente está registrada y autorizada para
hacer negocios en su país de origen, y que esté al día con respecto a sus obligaciones. La
obtención de un organigrama de la estructura de negocio de la empresa (por ejemplo, matriz,
subsidiarias, afiliadas, etc.) descubrirá áreas potenciales de preocupación o áreas de
oportunidad para una futura colaboración. Además, es preciso asegurarse de que la persona
designada para firmar contratos internacionales en nombre de esa compañía tiene la
autoridad legal para hacerlo, y, en el momento de la firma, cerciorarse de que el contrato
reúne las formalidades pertinentes.
Al hacer negocios con una empresa extranjera, las partes no deben asumir que el contrato será
en español o que todas las comunicaciones futuras se mantendrán en este idioma. Si las partes
acuerdan que el contrato se redactará en una lengua, entonces el contrato también debe indicar
claramente que todas las comunicaciones posteriores se realizarán en el mismo idioma, si eso
refleja las intenciones de las partes.
Propiedad intelectual. Si las partes desean transferir los derechos de propiedad intelectual en
virtud del contrato o no hacerlo expresamente, entonces el contrato debe incluir una disposición
que establezca las medidas oportunas con respecto a los derechos de propiedad intelectual de
las partes, incluida la concesión de cualquier licencia y la propiedad de los derechos de
propiedad intelectual desarrollados en relación con el contrato.
Derechos de auditoría. Si el pago en virtud del contrato estará supeditado al logro de ciertos
avances o hitos, entonces, es necesario que los contratos internacionales incluyan una
disposición que imponga el mantenimiento de registros y los requisitos de presentación de
informes a la parte que recibe el pago y la somete a auditorías periódicas por parte de la parte
que realiza el pago. Estas disposiciones generalmente abordan qué parte pagará el coste de la
auditoría, si ésta debe ser conducida por auditores externos o si puede ser llevada a cabo
internamente, el alcance de la auditoría, la frecuencia de la auditoría, el período de tiempo
posterior al vencimiento o la rescisión del contrato para el cumplimiento de los derechos de
auditoría, etc.
Vigencia del contrato. Ya sea que el contrato sea un evento único, un contrato sujeto a
renovación anual o un contrato en curso que demorará años, las partes deben indicar
expresamente el término previsto del contrato. Si no se especifica la duración del contrato y una
de las partes desea rescindir el contrato años más tarde, puede surgir una disputa sobre la
cantidad de notificación anticipada que esa parte debe dar a la otra parte para rescindir el
contrato.
Terminación. Las partes deben especificar si la causa es necesaria para terminar un contrato o
si el contrato puede ser terminado sin causa. Si se requiere causa para rescindir un contrato,
entonces el contrato debe describir claramente cada uno de los factores que deben cumplirse
para que una parte pueda rescindir el contrato. La terminación de ciertos tipos de contratos
internacionales, por ejemplo, acuerdos de distribución exclusiva, puede ser
extremadamente difícil y es posible que impliquen un importante desembolso de dinero.
Por último, hay que tener en cuenta que los contratos internacionales son una cuestión tan
determinante para el futuro de un negocio, que podría resultar conveniente buscar el
respaldo de un profesional con conocimientos legales y experiencia en comercio
exterior para ayudar a garantizar que los contratos se redactan correctamente, incluyen toda la
información necesaria y protegen completamente a ambas partes.
Fuente: https://retos-operaciones-logistica.eae.es/contratos-internacionales