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Paciente masculino de 58 años, con antecedentes de ser fumador desde los 13 años
y de ser hospitalizado previamente por derrame pericárdico, lo cual fue resuelto
tras una pericardiocentesis, que acudió a consulta de Cuerpo de Guardia el día 13
de noviembre de 2012, por presentar falta de aire intensa, que le impedía realizar
cualquier actividad física, acompañada de tos seca molesta, que lo obligaba a
permanecer en la posición de sentado, dolor en hipocondrios, que se irradiaba hacia
la región precordial; este cortejo de síntomas apareció en el transcurso de cinco
días, con un carácter progresivo.
Complementarios:
Hematocrito30
Los tumores cardiacos (TC) secundarios o metastásicos son unas 20-40 veces más frecuentes
que los TC primitivos benignos y malignos. Las metástasis cardíacas son más frecuentes en los
carcinomas con respecto a los sarcomas, aparecen generalmente en enfermos de más de 50
años y la afectación por sexos es aproximadamente igual.
Los tumores malignos secundarios más frecuentes son cáncer de pulmón, cáncer de mama,
melanoma maligno, linfomas y leucemias. Los derrames pericárdicos malignos pueden ser
pequeños, medianos o grandes, con taponamiento inminente (recurrencias frecuentes) o
constricción; pueden incluso ser la señal inicial de una enfermedad maligna. La etiología
maligna es una de las causas más frecuentes de derrame pericárdico de larga evolución, en
muchas ocasiones recidivante, como es el caso de este paciente.
Una ventana pericárdica es un procedimiento quirúrgico cardiaco para crear una comunicación
o «ventana» desde el espacio pericárdico a la cavidad pleural. El objetivo de la ventana es
permitir el drenaje del derrame pericárdico (normalmente maligno) desde el espacio que
rodea el corazón hacia la cavidad torácica para prevenir que se produzca un derrame
pericárdico grande y taponamiento cardiaco. La principal indicación está representada por los
casos de derrames grandes y recurrentes o taponamiento cardiaco cuando haya alto riesgo de
realizar una operación más compleja o cuando la esperanza de vida del paciente sea corta (p.
ej., enfermedad pericárdica neoplásica) y la intervención sea paliativa. Además, permitió el
estudio histopatológico del pericardio, encontrando metástasis de un cáncer de pulmón.
El manejo inicial de los médicos estuvo bien, y luego con la sospecha de una neoplasia
decidieron hacer una ventana pericárdica, lo cual al hacer biopsia del pericardio encontraron la
causa y el motivo del derrame pericárdico recidivante.