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2015 DIPLOMADO EN PSICOLOGÍA Y EJECUCIÓN DE LA PENA

Módulo I: La dimensión psicosocial. Esp. Silvina Lucero


DIPLOMADO EN PSICOLOGÍA Y EJECUCIÓN DE LA PENA

DIPLOMADO EN
PSICOLOGÍA Y EJECUCIÓN
DE LA PENA

PRIMERA EDICIÓN

MÓDULO I

ESP. SILVINA LUCERO

Módulo I: La dimensión psicosocial. Esp. Silvina Lucero


DIPLOMADO EN PSICOLOGÍA Y EJECUCIÓN DE LA PENA

3
4. PENALIZACIÓN DE LA POBREZA
(DAÑO PSICOSOCIAL, DISCRIMINACIÓN Y
ESTIGMATIZACIÓN).
TRAYECTORIAS SOCIALES. PROCESO DE
CRIMINALIZACIÓN

PENALIZACIÓN DE LA POBREZA

En este apartado se intenta relacionar las vulnerabilidad psico-sociales con los


procesos de criminalización desarrollados por los sujetos que cometen delitos,
evidenciando como el padecimiento de las vulnerabilidades los expusieron a
situaciones de deterioro y exclusión, colocándolos en riesgo social, en incurrir en
conductas delictivas y de infracción de la ley. Esto refleja el hecho de que los sectores
pobres y excluidos son los privilegiados por el control social punitivo
institucionalizado.

La situación de riesgo social que viven las comunidades pobres, produce en el


sujeto vulnerable que lo desborde su capacidad de resistencia y esto él lo siente como un
ataque extremo, generando de este modo una vulnerabilidad psico-social donde aumenta
el grado de fragilidad psíquica que la persona tiene por haber sido desatendida en sus
necesidades psico-sociales básicas: seguridad afectiva, económica, protección,
educación, trabajo, salud. En este caso el “daño psicosocial” según Weinstein1 se
configura a través de “tres dimensiones:

a. Se trata de dificultades graves que impiden que un individuo desarrolle sus


potencialidades como persona, en distintos ámbitos de la vida en sociedad. Estas
dificultades afectan tanto el presente como el futuro personal.

Esto se visualiza en el caso de las carencias económicas, de las situaciones de


exclusión de la escuela, del servicio de salud, del mercado laboral (sin calificación
laboral) y los padecimientos de situaciones de violencia, todo esto inevitablemente
condiciona su presente y su futuro, y limita sus posibilidades de estrategias de

1
WEINSTEIN, J., AGUIRRE, R. y TELLEZ. “Los jóvenes dañados. Una revisión de las conductas
problema en la juventud popular”. Citado en Auyero, Javier “Juventud Popular y nuevo clima popular”
Fundación del Sur, Buenos Aires. 1992. Citado en PUEBLA, M. Daniela. OB. CIT

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sobrevivencia.
4
b. Se trata de dificultades que tienen un origen propiamente social, que están
ligadas a la permanencia de un individuo en un entorno conflictivo, carenciado o
ambos a la vez.

En este caso se toma en cuenta las dificultadas presentadas por el entorno de


socialización de los adolescentes, especialmente aquellas que tienen que ver las
situaciones de violencia familiar y desestructuración familiar, la socialización
secundaria dada por lo general por barrios de sectores marginados, donde comparten
con sus grupo de pares una historia de exclusión y donde en encuentra modelos
alternativos de identificación, que priorizan la infracción de las normas sociales y/o
legales.

c. Se trata de deterioros que son valorizados negativamente por la sociedad. Los


individuos reconocidamente dañados, sufren además la estigmatización por parte de la
sociedad y son colocados a su vez como “chivos expiatorios” o bien arrastran la
sospecha permanente del etiquetamiento.

La discriminación y estigmatización permanente por parte de la sociedad les coloca


una etiqueta como “peligroso”, solo por el hecho de vivir en un determinado lugar, de
tener trayectorias familiares de pobreza estructural, se los condena solo por ser
portadores de un estigma socialmente rechazado.

Desde su etapa de adolescentes son etiquetados por su estética particular (modos de


vestir) y hasta por un tipo de música, la cumbia villera, este género musical es acusado
de realizar la apología de las acciones delictivas, son observados como la encarnación
de todos los males: agresivos, irrespetuosos, vagos, drogadictos, violentos y
delincuentes.

En los sectores pobres se agudizan las situaciones de desamparo donde lo precario


impacta sobre los sectores más vulnerables exponiéndolos a la fragilidad, al deterioro
psico-social, y a ser captados por el sistema punitivo. Los sujetos son afectados por una
vulnerabilidad psico-social, esta situación los expone a ser captados por el sistema
penal. En ese momento las necesidades sociales se agudizan y van deteriorando a la
persona, entonces tal como lo plantea Domínguez “nadie llega a constituirse como
sujeto peligroso, si antes no ha sido expuesto a toda una serie de situaciones de

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carencia, así como de situaciones de violencia, sobre todo en las primeras etapas
5
tempranas de sociabilización, donde se ha padecido exclusión de la familia, escuela,
comunidad, colocando a esa persona en situación de riesgo y de deambulación callejera,
de institucionalizaciones tempranas.”2

La desprotección de determinados sujetos genera deterioro físico, psíquico y social,


y esto limita sus posibilidades y acentúan la estigmatización y la criminalización.

“La “penalización de la pobreza” o de los problemas socioeconómicos que afectan


a los niños ya sus familias, es una característica que se mantiene hasta la actualidad.
Hablamos de “penalización de la pobreza” porque, entendemos a la tutela ejercida por el
Estado, a partir de los conceptos de “control social punitivo institucionalizado” y de
“selectividad del sistema penal”, elaborados por Zaffaroni. Lo “punitivo
institucionalizado” abarca no solo la pena que puede surgir de la imputación de un
delito sino también “la consideración de todas las reducciones del espacio social que
cumplen una función punitiva o que sospechamos pueden cumplirla, aunque el discurso
justificativo sea terapéutico, educativo, asistencial, etc.” En este sentido, las acciones
“tutelares” o de “protección”, adoptan “formas punitivas”, es decir, bajo el discurso
justificatorio de la tutela como protección del menor, se recurre a formas sancionatorias
que infligen “una dosis de dolor”, sea por la segregación institucional, por la privación
de libertad, por los periódicos contactos con el sistema judicial y policial, por la
reducción del espacio social del niño o por la imposición de modelos culturales y de
comportamientos tendientes a su moralización.”3

La “vulnerabilidad psico-social” puede operar como condicionante en la construcción


de sus trayectorias delincuenciales y así configurarse como “sujetos peligrosos para sí
y para los demás”; en cuyo caso la “peligrosidad” no es una condición innata sino
una construcción social y que puede ser revertida. Están expuestos a incorporar hábitos
de ilegalidad y a cometer actos que constituyen infracción a la ley penal, y a la par
están proclives a la captación selectiva de las agencias que configuran el control penal
del Estado; están expuestos a erigirse en “criminalizados” con situaciones de serio

2
DOMINGUEZ, Juan Carlos. Programa sobre Alternativas al Control Social y sus Efectos
sobre Niños y Jóvenes en Riesgo". Mimeo. UNLP. Bs. As. 1996

3
GARCES, Laura, “Tutela y Control: La instrumentación del Patronato del Estado en
perspectiva histórica”. Beca de Perfeccionamiento del CICITCA, Universidad Nacional de San Juan. 1997

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compromiso penal en la medida que no se intervenga a tiempo o se intervenga con


6
instrumentos de control extremos o innecesarios que deriven en la reproducción de la
violencia y el delito e instalar comportamientos de ilegalidad y de reincidencia
(“vulnerabilidad psico-penal).4

En este sentido parece primordial una modificación del concepto de delito, para ello
es significativo poder reconocer que el delito como dice Daniela Puebla5:

Es una combinación de factores personales (fragilidad social, psicológica y


penal) como socio-políticos estructurales (selectividad del control socio-penal, factores
estructurales criminógenos).
Que es un grave problema social no solo para los sectores medios y altos, sino
que impacta y deteriora especialmente a los sectores sociales más vulnerables y
excluidos (pobres, niños, mujeres, ancianos, minorías sexuales y étnicas) que son
victimizados con robos, muertes violentas, violaciones, violencia intra-familiar,
violencia institucional.
Es una cuestión moral, que implica daño y vulneración de derechos de otros, y
que por lo tanto se debe reparar la ofensa: ni desde el disciplinamiento, ni desde la
idealización de la pobreza que considera al delincuente como víctima, sino como una
respuesta social reparadora y de modificación de conductas y motivaciones criminales
que se aplican a un sujeto social que es normal y responsable de sus actos, lo cual en el
caso de los adolescentes cobra particular dimensión por tratarse de “ciudadanos en
construcción” y requeridos de “especial atención para su pleno desarrollo”
Es una cuestión política, ya que su desenfreno enfrenta a los ciudadanos, es
material y moralmente desintegrador y opera directamente sobre la gobernabilidad
democrática ya que su descontrol puede derivar en una especie de “guerra de todos y
entre todos”, agudizando el problema de la exclusión social.

4
PUEBLA, María Daniela SCATOLINI, Juan Miguel y MAMANI, Víctor Hugo. “La
Construcción del Trabajo Social en el ámbito de la Ejecución Penal. Una mirada desde la doctrina
constitucional”. Espacio Editorial. Bs As. 2008

5
PUEBLA, M. Daniela “Democracia y Justicia penal juvenil”. Editorial Fundación UNSJ. San
Juan. 2005

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Trayectorias Sociales 7

Un concepto clave es el concepto de trayectoria, “el cual se ubica en relación a la


experiencia vital que transcurre en un doble vínculo entre procesos estructurales e
historias personales y familiares.”6 El concepto de trayectoria“hace referencia a una
línea de vida o carrera, a un camino a lo largo de toda la vida, que puede variar y
cambiar en dirección, grado y proporción.”7 “Toda trayectoria incluye dos ejes
principales: la estructura de oportunidades del mundo externo, y el conjunto de
disposiciones y capacidades de los sujetos: saberes, disposiciones culturales, proyectos,
lógicas, capacidades, etc.”8 Como fenómeno social la trayectorias pueden ser definidas
como el "recorrido que las personas y familias transitan y donde surgen momentos
significativos en los que se entrecruzan múltiples dimensiones: familiar, social, laboral,
política, religiosa, cultural.”9

“Existen factores de las situaciones de pobreza que configuran a modo de “circuito


de daño”, de manera similar a cicatrices en el cuerpo, en la historia social del sujeto y
que dejan marcas y secuelas, ellos tienen que ver con la desnutrición infantil o de la
madre durante la gestación, con la temprana deserción escolar o la ausencia absoluta de
escolarización, con el hacinamiento habitacional, con las infecciones no curadas, con la
ineficiente asistencia sanitaria que deja secuelas irreversibles, con el padecimiento de la
violencia familiar, comunitaria o institucional, con el aprendizaje de mecanismos de
violencia como necesidad de sobrevivencia, con institucionalizaciones a temprana edad,
con el abandono, y sensaciones de inseguridad y discriminación por distintos motivos,
con situaciones de vejámenes y de discriminación de distinto orden que lesionan la
autoestima, entre otros posibles factores deteriorantes y fragilizantes.”10

6
GRAFFIGNA, M. Luisa. Tesis de Maestría en Investigación en Ciencias Sociales:
"Trayectorias Ocupacionales en contextos de pobreza: El papel del capital social y la identidad".
Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires. Argentina. 2003
7
ELDER, 1991. Citado en BLANCO, Mercedes: "Trayectorias laborales y cambio generacional:
mujeres de sectores medios en la ciudad de México". Revista Mexicana de Sociología, vol. 63. Instituto
de Investigaciones Sociales. México. 2001
8
FRASSA, J. y MUÑIZ TERRA, L. "Trayectorias Laborales: Origen y Desarrollo de un
Concepto Teórico-Metodológico". Trabajo presentado en IV Jornadas de Etnografía y Métodos
Cualitativos, IDES,
Buenos Aires. 2004
9
GRAFFIGNA, M. Luisa. Tesis de Maestría en Investigación en Ciencias Sociales .2003. OB. CIT
10
PUEBLA, M. Daniela. Documento preparado para PROAME. Módulo de Capacitación:
Vulnerabilidad y exclusión social y los derechos del niño.

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Quienes pertenecen a estratos sociales más bajo están en condiciones de ser captado
8
por los sistemas de control social punitivo más rápidamente, entonces entran en un
sistema del que ya nunca salen o del que es muy difícil salir.

“Las trayectorias de adolescentes y jóvenes provenientes de sectores pobres están


marcadas por un imaginario social que les asigna etiquetas negativas, y así estos sujetos
son constituidos como un grupo social vulnerable al control social punitivo (la clientela
de los sistemas penales, al decir de Zaffaroni). Ello se da en contextos cuya estructura
de poder es concentrada y excluyente, en los cuales, además de erigirlos como
“supernumerarios”, los erige en “peligrosos” y como tales objetos de un control penal
detriorante y discriminatorio.”11

11
PUEBLA, M. Daniela. “La Cuestión de los adolescentes infractores. Necesidad de una
adecuación substancial a la Convención Internacional de los Derechos del Niño”. Monografía
presentada en el Concurso Interamericano de Monografías del Instituto Interamericano del Niño.
Uruguay, 2004

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9
Proceso de criminalización
La criminalización, es un proceso de construcción socio-política-cultural, a partir
de una estructura de poder que genera agudos procesos de marginalización y construye
un determinado tipo de respuesta penal. Es una trayectoria del sujeto en la que han sido
constantemente vulnerados sus derechos, ha sido desatendido, violentado y cronificado
desde organismos del Estado responsables de velar por su seguridad y atención.

“La criminalidad vinculada a las situaciones de exclusión, es una construcción


social derivada de determinadas Políticas, sea bajo la forma de ausencia de dispositivos
como de los inadecuados; como tales, pueden ser revertidas en la medida en que se
atiendan necesidades y carencias y que se ofrezcan alternativas de nuevas prácticas que
desarrollen potencia y recursos en el sujeto que delinquió, le ayuden a superar déficits y
carencias y así acompañarlos para reducir su deterioro y su situación de exclusión, a
través de experiencias y proyectos de vida alternativos, potenciando recursos y factores
Protectors”.12

El recorrido de este proceso se inicia cuando el sujeto por primera vez es apresado por
la fuerza policial, ya sea porque cometió un delito o solo por la estigmatización de
“sospechoso”, es castigado por el sistema de control punitivo por esta supuesta
infracción, luego reincide cometiendo delitos, desfila por comisarías e instituciones, con
entradas y salidas, donde también de una u otra manera es sometido a actos de
violencia, finalmente en el último paso del proceso es recluido en un penal, en esta
instancia se intenta reparar el daño, y se lo tutela con medidas que el sistema cree que
necesita.

La utilización del castigo físico, de la privación de libertad y de la privación de


vínculos y pertenencias, son parte de las estrategias del sistema de control social
punitivo, que producen que el sujeto se sienta como una persona que parece no tener
derecho.

Una vez que este joven ingreso al sistema es imposible que salga ileso del mismo

12
PUEBLA, María Daniela SCATOLINI, Juan Miguel y MAMANI, Víctor Hugo. “La
Construcción del Trabajo Social en el ámbito de la Ejecución Penal. Una mirada desde la doctrina
constitucional”.
Espacio Editorial. Bs As. 2008

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por las situaciones vividas y si a esto se le suma la situación particular depobreza y


10
exclusión, lo más probable es que todos estos factores incidan para que si nunca
cometió un delito lo cometa ahora, es decir comience con la construcción de sus
trayectoria delincuencial, que agudizara aún más su situación de exclusión social.

No se dice que el ingreso al sistema sea determinante de la conducta delictiva, pero


no se puede omitir el hecho de que esto constituye un fuerte condicionante para que esto
ocurra. Después de haber sido captado por primera vez queda una marca desde lo social
y desde lo legal, que lo imposibilitara para realizar varias actividades de la vida
cotidiana que van desde la escolarización hasta el mundo laboral.

Si se suma además que es expulsado de estos espacios, que el sujeto es rechazado,


es muy probable que no tenga muchas otras alternativas de salida, contando además que
posee bajos factores protectores del medio y que su capital social y cultural no le
permiten acceder a otros tipos de redes que puedan sostenerlo, y por consiguiente es
posible que termine desarrollando conductas delictivas. Por ello se dice que el ingreso al
sistema tiene un comienzo pero no se sabe con precisión si tiene un fin.

En este planteo no se puede afirmar que exista una relación entre la pobreza y la
delincuencia, pero es claro que la agudización de la situación de pobreza de la familia,
la disminución del ingreso económico, las situaciones de exclusión, etc, impacta
directamente en los sectores juveniles marginados porque viene acompañado de una
serie de consecuencias negativas y estigmatizadoras.

Parafraseando a Zaffaroni podemos decir que esto se demuestra en el hecho de que


“muchos criminalizados latinoamericanos de las clases subalternas o sumergidas
económicamente, lejos de demostrar que esas características son “causas” del delito,
están demostrando que son “causa” de la criminalización en el caso individual y que el
propio sistema penal se encarga de acentuarlas, cuando no de crearlas.” 13

Se puede decir que los fenómenos de la delincuencia y el delito surgen del


funcionamiento normal del orden social y de las instituciones de la sociedad, y esto se
pone de manifiesto en el sistema penal que opera en base a un funcionamiento selectivo
que como dice Zaffaroni “el sistema penal arroja su red sobre esos sectores de la

13
Zaffaroni, Eugenio. “Criminología: Aproximación desde un margen. Vol. 1” Editorial Temis-
Bogota Colombia. 1988

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población y atrapa aquellos que no solo son los más vulnerables socialmente- puesto
11
que casi todos los son dentro del mismo estrato social- sino a los que son también más
vulnerables psíquicamente, porque ha habido un proceso previo de condicionamiento,
de generación de esa vulnerabilidad psíquica, que los pone en situación de “buenos
candidatos” para la criminalización.”14

14
ZAFFARONI, Eugenio “Criminología: Aproximación desde un margen. Vol. 1”. OB. CIT

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