Está en la página 1de 4

Nombre: Gonzalo Hernández González

Matricula: C000008631

Nombre del docente: Sandra Elizabeth Navarro

Nombre del curso: Medicina forense II y psicología criminal

Instituto universitario del centro de México (EDUCEM)

A- 26/06/2023 Pénjamo GTO

Perfil psicológico

Perfil psicológico del sicario o asesino a sueldo

El niño sicario encargado de muchos eventos de violencia

El ponchis niño encargado de matar por dinero

La figura del sicario es concebida como aquel individuo que asesina por encargo a
cambio de un determinado pago, ya sea monetario o por bienes materiales, o
inclusive como cobro de un favor, y en donde se establece una relación de tipo
convenio que mantiene al sicario como el autor material del crimen que es pagado
por un autor intelectual.

El fenómeno del sicario es un modo delincuencial que es alarmante no sólo por las
muertes ocasionadas por esta práctica, sino por su establecimiento en un contexto
en el que se es percibido el asesinato por encargo como una forma de vida que
ofrece dinero y el reconocimiento social que buscan muchos jóvenes. Lo cual nos
lleva a las cuestiones de personalidad, valores y motivaciones que los promueve a
actuar a cambio de una remuneración económica. Esta práctica de asesinar por
encargo nos hace darnos cuenta de la desvalorización de la vida y el valor
monetario que está ganando la muerte, al grado de convertirse en una fuente
regular de ingresos para algunas zonas de la población mexicana.
Es necesario resaltar que la importancia del sicario en el crimen organizado no
sólo tiene una retribución monetaria, lo que este negocio ofrece, además, tiene
que ver con cuestiones psicosociales como la personalidad, valores, motivación
para realizar dicho acto a cambio de una retribución, que en ocasiones puede ser
mínima.

Verónica Martínez (1993) realizó una investigación sobre los rasgos de la


personalidad de la población de sicarios en Colombia, donde menciona que este
grupo de personas empieza a desarrollar desde joven una apatía total ante la vida,
debido a la escasez de futuro que ve en ella y a las pocas oportunidades que se le
brinda para poder vivir de una manera digna. Esto teniendo como consecuencia
una desvaloración del ser humano. Y esto no sólo se ve hacia la vida de la
víctima, sino de la misma manera con respecto a ellos mismos y a su no tan
favorable situación dentro del contexto social, reflejando una parte importante que
es necesaria para entrar dentro del mundo del trabajo de asesino a sueldo: la
ausencia del temor a morir jóvenes.

En México, un estudio realizado por la doctora Arcelia Vázquez, donde entrevistó


a un grupo de sicarios reclusos, logró identificar cuatro diferentes perfiles de
sicarios, de acuerdo con sus rasgos de personalidad, valores y motivación
criminal.

1. El sicario marginal

Este tipo de sicario se origina de zonas con marginación extrema en los ámbitos
socioculturales, académicos y económicos. En consecuencia, a su carencia de
educación, son personas altamente manipulables y las pocas esperanzas de
trabajo en sus lugares de origen.

En su ámbito familiar, de igual forma cuentan con una escasa o nula escolaridad y
con empleos que no les proporcionan los ingresos para vivir de una manera digna.
Es por eso por lo que comienzan a entrar en trabajos que, sin importarles la
ilegalidad, les permiten tener más ingresos económicos, a los cuales involucran
posteriormente a los hijos, quienes después van a incursionarse en otras
actividades dentro del ámbito criminal, los cuales poco a poco van siendo
desensibilizados hasta cometer actos que les permitan convertirse en sicarios.

Por ende, su motivación criminal primaria es la necesidad económica y la falta de


oportunidades de trabajo legales. Y como mencionaba anteriormente, la
motivación psicológica sería el tener poder, reconocimiento, el ser visto por la
sociedad.

2. El sicario antisocial

Éste se desarrolla generalmente en ambientes donde es común el crimen, las


pandillas y el abuso de drogas. Se ve comúnmente un fracaso escolar, abuso de
drogas y poco respeto a las normas sociales. Dentro de este entorno, la violencia
es la forma de aprender a “sobrevivir” y el cometer delitos es una forma de vida
normal.

En este caso, comienzan a introducirse a ese medio a través de las pandillas y a


la realización de delitos menores. Por lo que es común que este tipo cuente con
un historial delictivo. En cuanto a su entorno familiar, como el anterior tipo,
familiares ya inmersos en este ámbito comienzan a recluirlos, esto desde edades
tempranas y que son más moldeables y menos conscientes de los riesgos y
consecuencias de los actos.

Hablando más centradamente sobre la personalidad de este tipo de sicarios,


suelen ser personas que desde muy temprana edad presentan rasgos
oposicionistas y desafiantes, reflejado en expulsiones escolares, agresiones y
conflictos con figuras autoritarias. Ya en edad adolescente pueden presentarse
indicadores de trastorno disocial, vistos en las faltas sociales cometidas, como el
pandillerismo, robo, peleas y uso de drogas. En la edad adulta se comienzan a
presentar las conductas antisociales, cometiendo delitos mayores, como
secuestros y ejecuciones. Con el tiempo se van desensibilizando ante sus actos y
comienzan un incremento de agresividad en sus actos.

3. El sicario psicopático

En este caso puede o no desarrollarse en un ámbito donde los actos criminales


son normales y sus familias pueden mostrar una aparente normalidad social.
Existen ciertos indicadores, como la disfuncionalidad de los apegos, baja
estimulación afectiva, negligencia, falta de límites y algún padecimiento
psiquiátrico dentro de la familia. Cuentan con habilidades cognoscitivas que les
ayudan con la planeación y ejecución de sus actos.

Su inicio en lo criminal comienza al igual que el sicario antisocial, a una edad


temprana, con conducta antisocial y cometiendo delitos menores. Pero después
comienzan a relacionarse con personas con puestos más altos dentro del ámbito
de la delincuencia organizada, donde les ven un futuro prometedor, ya que
cuentan con rasgos psicóticos como tener un encanto superficial, frialdad
emocional, una gran capacidad de manipulación. Incluso este tipo de sicarios pude
llegar a liderar organismos o realizar trabajos por grandes sumas de dinero. Sobre
todo por su falta de empatía y culpa, pueden llegar a cometer cualquier tipo de
delito, viendo sus acciones como simple trabajo.

Vázquez (2017) menciona que este tipo de sicarios presentan la llamada tríada
oscura de la personalidad, donde se ven rasgos muy marcados de narcisismo,
maquiavelismo y psicopatía. Para estos sicarios no importan los medios con los
que se llega a realizar el delito, viéndolo de manera fácil por su egoísmo, falta
afectiva y su facilidad para utilizar a las personas para su conveniencia sin
importarle el bienestar de los que no sean él.

4. El sicario sádico
Este sicario es similar en cuanto a su historia y ámbito en que se desarrolla que el
sicario psicopático. Pero a diferencia de ése, el sicario sádico —como lo indica su
nombre— tiene un sadismo inminente al realzar sus torturas y ejecuciones.
Destaca por su frialdad, crueldad y placer en su realización.

En este caso su principal motivación es de carácter psicológico, saciar sus


pulsiones de odio y venganza al provocar el mayor sufrimiento a sus víctimas,
incluso llega a revivirlas para seguir causándoles más sufrimiento. Esta
característica es la que los hace destacar de todos lo demás mencionados. A
pesar de ello, las ganancias monetarias pasan a segunda instancia como un
simple reforzador de estas conductas.

La práctica que llevan a cabo estos sicarios trae como consecuencia una
desvalorización de la vida y una mercantilización de la muerte. A pesar de la
gravedad de este tema no existen muchos estudios dentro de México debido a la
poca importancia que se le brinda, no se puede abarcar de alguna manera,
empezando por mencionar que no se encuentra tipificado dentro del derecho
penal. Es importante ver las cosas como son, de manera real, como hechos donde
se vive un grado de violencia grande, el enfocarnos en el abandono social que se
tiene, y enfocarnos en estrategias adecuadas para su tratamiento y prevención.

Por otro lado, el impacto que ha tenido este tipo de “trabajo” y que cada vez se
está viendo como una opción viable ante la falta oportunidades que tienen los
jóvenes en este país. La desesperanza que tienen por un futuro digno es lo que
los hace buscar estas opciones, ya que obtienen resultados de manera inmediata
y es un trabajo que no exige un esfuerzo grande, así como tampoco un
conocimiento de algún oficio específico. Pero este tema no sólo se puede explicar
únicamente por las carencias dentro del ámbito familiar o el entorno violento y
criminal donde se desenvuelven o características del individuo, sino a la suma de
todos estos factores que son los que permiten el surgimiento del sicario.

Bibliografía

López Muñoz, L. (2012), El sicariato: una mirada psicoanalítica.

Martínez, V. y Martínez, J. (1993), “Dimensiones psicosociales del adolescente


sicario”, Revista Colombiana de Psicología (2).

Vázquez, Arcelia Ruiz et al., “Perfil del sicario en México”, Uaricha, vol. 14, núm.
34, 2017.

Vázquez, A. R. et al. (2017), “Personalidad, valores y motivación criminal del


sicario en México”, Archivos de Criminología, Seguridad Privada y
Criminalística (18).

También podría gustarte