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UNIDAD II: LA FIANZA

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
 Expresar diferentes conceptos de fianza.
 Clasificar las distintas clases de fianza.
 Señalar los diferentes caracteres de fianza.
 Reconocer las formaciones de la fianza.
 Expresar como se extingue una fianza.
 Distinguir las garantías personales.
 Señalar las fuentes, evolución y caracteres de la fianza.
 Reconocer la nulidad de la fianza.

CONTENIDO DE LA UNIDAD II

CONCEPTOS:
Una fianza es una garantía que busca asegurar el cumplimiento de una obligación. Sin
embargo, es un término que puede resultar equívoco, al hacer referencia tanto a una
garantía real como a una garantía personal.
La fianza es un contrato por el cual una persona se compromete con el acreedor a pagar
por el deudor, si éste no lo hace, o sea, el contrato de fianza es un contrato accesorio por
el cual una persona se compromete con el acreedor a pagar por el deudor, la prestación
o una equivalente o inferior, en igual o distinta especie, si éste no lo hace.
Hay que tomar en cuenta además que, aun cuando designa una garantía personal, el
vocablo fianza puede tener una aceptación más o menos amplia según se designe, ya sea
el conjunto de la operación que consiste en garantizar al acreedor; ya sea la garantía en
si misma de la cual se beneficia el acreedor, la garantía ya sea el contrato celebrado
entre el acreedor y el fiador, contrato que origina directamente la garantía.
CLASIFICACIÓN:
Existen dos clases de fianza: la fianza simple y la fianza solidaria.
Fianza simple: En la fianza simple el fiador se obliga siempre, tanto como el deudor. En
caso que el deudor incumpla, el acreedor puede demandar al fiador antes o al mismo
tiempo que el deudor, según los casos. El fiador simple, que ha garantizado la solvencia
del deudor, gozara del beneficio de excusión.
El beneficio de excusión es el derecho que tiene el fiador de oponerse a hacer efectiva la
fianza en tanto el acreedor no haya ejecutado todos los bienes del deudor. Mediante el
uso de este derecho el fiador le dice al acreedor que se dirija en primer término contra
los bienes del deudor principal antes de dirigirse contra él.
En la hora actual, la fianza, tal y como resulta de los textos del Código civil, llamada
Fianza Simple, no funciona, pues, sino en el caso de que la fianza sea legal o judicial.
Fianza solidaria: En la fianza solidaria el fiador ha renunciado anticipadamente al
beneficio de excusión, en interés del acreedor, y cuya situación frente a este es
semejante a la del codeudor. Se obliga por toda la deuda.
TIPOS DE FIADORES
En la fianza encontramos la clasificación de los fiadores que son: Fiadores Voluntarios,
Fiadores Legales y Fiadores Judiciales.
 Fianza voluntaria: Es aquella mediante el cual las partes de mutuo acuerdo
deciden constituir un contrato de fianza. La fianza convencional es aquella que
se constituye por la autonomía de la voluntad de los partes. El acreedor la pide al
deudor y obtiene de él, que el deudor le procure un fiador.
 Fianza legal: es aquella que se establece por imperio de la propia ley, nace por
disposición del legislador.
 Fianza judicial: es aquella que se construye por mandato judicial, es decir, nace
por disposición del juez competente, siempre que una norma legal se lo permita.
La fianza, sea voluntaria, legal o judicial, implica las mismas obligaciones para el fiador
y de igual manera es una garantía convencional; nadie es fiador sin haberlo querido.
CONDICIONES PARA LA FIANZA VOLUNTARIA
1- Un contrato entre el acreedor y el deudor: el acreedor pide un fiador y el deudor
acepta procurarle.
2- Un mandato o gestión de negocios ajenos: el deudor da mandato al fiador, pero tal
mandato no es indispensable, mientras que en la gestión de negocios el fiador puede
comprometerse válidamente sin saberlo el deudor.
3- Un contrato entre el acreedor y el fiador, contrato en virtud del cual el fiador se
obliga a pagar si el deudor principal no lo hace; es el contrato de fianza.
CONDICIONES PARA LA FIANZA LEGAL Y JUDICIAL
1-La orden de la ley.
2-La orden de un juez.
EFECTOS
ENTRE EL ACREEDOR Y EL FIADOR.
Art. 2021.- El fiador no está obligado respecto al acreedor a pagarle sino a falta del
deudor, en cuyos bienes debe hacerse previa excusión, a no ser que el fiador haya
renunciado a este beneficio o que esté obligado solidariamente con el deudor; en cuyo
caso, los efectos de su obligación se regulan por los principios que se han establecido
para las deudas solidarias.
Art. 2022.- El acreedor no está obligado a usar de la excusión contra el deudor principal,
sino cuando lo exija el fiador, en vista de los primeros procedimientos contra él
intentados.
Art. 2023.- El fiador que reclama la exclusión, debe indicar al acreedor los bienes del
deudor principal, y adelantar los fondos necesarios para realizar aquélla. No debe
indicar los bienes del deudor principal que estén situados fuera del distrito judicial del
punto en que deba hacerse el pago, ni los bienes litigiosos, ni los hipotecarios a la deuda
que no estén ya en posesión del deudor.
Art. 2024.- Siempre que el fiador haya hecho la indicación de bienes que se autoriza en
el precedente artículo y suministrado los fondos suficientes para la excusión, es
responsable el acreedor, respecto del fiador, hasta cubrir los bienes indicados, por la
insolvencia del deudor principal, sobrevenida por falta de procedimiento judicial.
Art. 2025.- Cuando muchas personas han salido fiadoras de un mismo deudor, por una
misma deuda, quedan obligadas cada una por la totalidad de aquella.
Art. 2026.- Sin embargo, puede cada fiador, si no ha renunciado al beneficio de
división, exigir que el acreedor divida previamente su acción, reduciéndola a la parte y
porción de cada uno de ellos. Si al tiempo en que uno de los fiadores ha hecho
pronunciar la división hubiese insolventes, esta fianza responderá proporcionalmente a
las insolvencias; pero su responsabilidad cesará en absoluto respecto de las que
sobrevengan después de la división.
Art. 2027.- Si el acreedor ha dividido por sí mismo y voluntariamente su acción, no
puede ya impugnar la división, aunque haya habido fiadores insolventes con
anterioridad a la división realizada
ENTRE EL DEUDOR Y EL FIADOR.
Art. 2028.- El fiador que ha pagado, puede recurrir contra el deudor principal, ya se
haya prestado la fianza con o sin su consentimiento. Este recurso tiene lugar, no sólo
por el principal, sino también por los intereses y costas; sin embargo, el fiador no tiene
el recurso sino por las costas que haya hecho después de haber notificado al deudor
principal los procedimientos judiciales que contra su fianza se dirigían. Tiene también
acción por los daños y perjuicios, si hubiese a ello lugar.
Art. 2029.- El fiador que ha pagado una deuda, se subroga en todos los derechos que
tenía el acreedor contra el deudor.
Art. 2030.- Cuando hubiere varios deudores principales solidarios de una misma deuda,
el fiador que se hizo responsable por todos ellos, tiene contra cada uno el recurso de
repetición por todo lo que hubiere pagado.
Art. 2031.- El fiador que haya pagado por primera vez, no tiene recurso contra el deudor
principal que hubiere pagado por segunda, si no le hubiese dado conocimiento del pago
que hizo, sin perjuicio de poder repetir contra el acreedor.
Cuando el fiador haya pagado sin haberse procedido contra él, y sin haber dado aviso al
deudor principal, no tiene recurso contra éste, si al tiempo del pago tenía el deudor
medio para extinguir la deuda, sin perjuicio de que pueda repetir contra el acreedor.
Art. 2032.- Puede el fiador obrar contra el deudor para que lo indemnice aun antes de
haber pagado: 1o. cuando es demandado judicialmente para el pago; 2o. cuando el
deudor se declare en quiebra o esté insolvente; 3o. cuando el deudor se haya obligado a
exonerarle de la fianza en un tiempo determinado; 4o. cuando puede ser exigible la
deuda por vencimiento del término para que se había contraído; 5o. al cabo de diez años
cuando la obligación principal no tenga término fijo para su vencimiento; a no ser que,
como sucede en una tutela, la obligación principal sea de tal naturaleza, que pueda
extinguirse antes del tiempo determinado.
ENTRE LOS COFIADORES.
Art. 2033.- Cuando muchas personas han fiado a un mismo deudor para una misma
deuda, el fiador que la haya pagado tiene recurso contra los demás fiadores por la parte
y porción de cada uno. Pero este recurso no procede sino cuando el fiador haya pagado
en uno de los casos expuestos en el artículo precedente.

CARACTERES
Naturaleza del contrato de fianza
 Contrato consensual: El contrato de fianza se perfecciona por la sola voluntad de
las partes contratantes, el acreedor y el fiador, con independencia de toda
formalidad.
 Contrato unilateral: Únicamente el fiador es deudor: el acreedor no asume
ninguna obligación con respecto al fiador. El contrato de fianza es, por esencia,
unilateral.
 Contrato a título oneroso: El contrato de fianza no es nunca a título gratuito.
Aunque el contrato de fianza sea siempre a título oneroso, la situación del fiador
respecto al deudor principal no carece de influjo sobre sus relaciones con el
acreedor. Sin embargo, en la fianza solidaria esto varía con relación al fiador
solidario, quien realiza un contrato a título gratuito con el deudor y el acreedor.
OBLIGACIÓN ACCESORIA
Las obligaciones son accesorias respecto del objeto de ellas, cuando son contraídas para
asegurar el cumplimiento de una obligación principal; como son las cláusulas penales.
Las obligaciones son accesorias a las personas obligadas, cuando éstas las contrajeren
como garantes o fiadores.
OBLIGACIÓN DE HACER
Obligación de hacer es aquella obligación jurídica en que el deudor se obliga a realizar
un hecho.
OBLIGACIÓN PERSONAL
Obligación personal. Es aquella que requiere la actividad de una persona, que debe
efectuar por si una prestación, entregar una cosa, transmitir un derecho o abstenerse de
algo, imperativamente.
CONTRATO CONSENSUAL
El contrato unilateral es aquel que genera obligaciones solo para una de las partes en el
contrato; se contrapone, por lo tanto, al contrato bilateral (también llamado
sinalagmático).
El ejemplo más clásico es el contrato de donación, en el que una persona se obliga a
entregar a otra la propiedad de un bien o derecho sin recibir nada en contraprestación.
Otros ejemplos de contratos unilaterales son el mutuo (o préstamo de consumo), el
comodato (o préstamo de uso), el depósito, la prenda y la fianza. En todos ellos, existe
sólo un deudor. Deben, tanto el mutuario, el comodatario y el depositario, la restitución
de la cosa que se les ha entregado. Mediante el contrato de prenda, el deudor
pignoraticio debe entregar al acreedor pignoraticio la cosa mueble que empeña. Dicho
desplazamiento de la posesión del bien al acreedor es para la seguridad del crédito del
acreedor; ya que la prenda es, además de un contrato, también un derecho real de
garantía. Por último, el fiador no tiene, salvo pacto expreso en contrario, derecho a
retribución alguna por garantizar con su propio patrimonio una obligación ajena.
Contrato consensual es aquel que se perfecciona por la mera voluntad explícita en la
manifestación del consentimiento de las partes contratantes. El consentimiento no
puede tenerse por sobreentendido ni cabe por omisión, siendo estrictamente necesario
que se manifieste de forma expresa.
CONTRATO UNILATERAL
El contrato unilateral es aquel que genera obligaciones solo para una de las partes en el
contrato; se contrapone, por lo tanto, al contrato bilateral.
CONTRATO A TÍTULO GRATUITO
El contrato de beneficencia o a título gratuito se da cuando una sola de las partes
procura a la otra una ventaja sin recibir cosa alguna a cambio. Si esta ventaja es
correlativa a un empobrecimiento de patrimonio del obligado se dice que existe una
liberalidad por su parte, así lo explica Planiol.
Las liberalidades se hayan sujetas, bien en cuanto a la forma, bien en cuanto al fondo, a
reglas específicas que fueron dictadas en interés del contratante y sus familiares
Hay dos variedades de contrato a título gratuito: la donación entre vivos y la institución
hereditaria contractual, que difieren de la donación en que su efecto traslativo no se
produce en beneficio del instituido hasta el momento de la muerte del instituyente.
CONTRATO CIVIL
El contrato civil existe desde que uno o varias personas consienten en obligarse,
respecto de otra u otras, a dar alguna cosa o prestar algún servicio.
CONSECUENCIA DEL CARÁCTER ACCESORIO DEL CONTRATO DE
FIANZA.
La fianza es un negocio jurídico accesorio, que supone necesariamente una deuda
principal con respecto al acreedor, sino solamente ante la previsión del cumplimiento
del deudor; se compromete para el supuesto que deudor no pague.
Este carácter especial permite distinguir la fianza de la solidaridad pasiva.
Del carácter accesorio de la fianza derivan varias consecuencias:
1. La obligación del fiador no puede ser más onerosa, más pesada que la del deudor
principal;
2. Puede ser menos gravosa, es decir, que puede solo garantizar una parte de la
deuda;
3. Aquellas que se relacionan con la fianza de una obligación natural y con una
obligación nula. Las relativas a la extinción
La fianza de la obligación natural
En razón de su carácter accesorio, la fianza de una obligación natural no hace que surja
una obligación civil a cargo del fiador, es decir, que n o sirve de soporte para una fianza.
Sin embargo, se llega a un resultado análogo mediante una promesa de garantía a la cual
se le añade una fianza adicional. (Acerca de las fianzas de las deudas de los incapaces,
deudas que constituyen obligaciones naturales)
FORMACIÓN
Se puede constituir de tres formas:
Varios requisitos deben ser tomados en cuenta para la formación de la fianza, en
principio, ese contrato obedece al derecho común de la formación de contratos, sin
embargo, existen algunas particularidades; que son las que se mencionan a
continuación:
1. Consentimiento del fiador
2. Capacidad del fiador
3. Solvencia y domicilio del fiador.
4. Reemplazo del fiador por una garantía real.
CONSENTIMIENTO DEL FIADOR
Aunque en la fianza intervienen varios sujetos (acreedor, deudor, fiador), el contrato de
fianza se concluye únicamente entre el acreedor y el fiador.
Es un contrato consensual.
No obstante, en el Artículo 2015 expresa: “La fianza no se presume, debe ser expresa;
sin que pueda extenderse más allá de los límites dentro de los cuales se constituyó.” Por
eso surge la interrogante ¿podría convertirse en un contrato solemne? Sin embargo, se
entiende que este precepto no impone ninguna formalidad para la validez del contrato.
La intención del fiador debe ser expresada sin ambigüedad, esta exigencia es la misma
para los compromisos solidarios.
Contrariamente al consentimiento del fiador, el del acreedor puede ser tácito; puesto que
el contrato se concluye en sus intereses.
CAPACIDAD DEL FIADOR
Actualmente, la capacidad para salir fiador es la misma capacidad de derecho común.
En el artículo 2018 del Código Civil lo expresa explícitamente cuando dice:
Art. 2018.- El deudor que se obligó a prestar fianza, debe presentar una persona que
tenga capacidad de contratar.
Hay que tomar en cuenta una excepción, que la fianza es un acto que no puede cumplir
el tutor por cuenta del pupilo.

SOLVENCIA DEL FIADOR Y DOMICILIO DEL FIADOR


De acuerdo con los hermanos Mazeaud, una persona que no reuniera ciertos requisitos,
sobre todo el de solvencia, resultaría un fiador ineficaz. Es decir, no cumpliría con la
finalidad única de garantizar o asegurarla relación entre el acreedor y deudor. Sin
embargo, el legislador no necesita, al menos en general, imponerles a los fiadores tales
requisitos, cuando la fianza sea voluntaria. Es el acreedor quien no acepta entonces sino
a los fiadores que le parece que presentan suficiente garantía; en el juez de la cuestión.
En el artículo 2019 dice:
Art. 2019.- La solvencia de un fiador se estimará teniendo en cuenta sus bienes
inmuebles, con excepción de los asuntos de comercio y de aquellos en que sea módica
la deuda. No se tienen en cuenta los inmuebles litigiosos, ni aquellos cuya excusión se
haga muy difícil por lo lejano de su situación.
Y tomando en cuenta la insolvencia del fiador, el legislador prevé lo siguiente:
Art. 2020.- Cuando la fianza recibida por el acreedor, voluntaria o judicialmente, ha
llegado después a ser insolvente, debe constituirse otra. Se exceptúa de esta regla
únicamente, el caso en que la fianza se haya dado en virtud de un convenio, por el cual
el acreedor ha exigido determinada persona para fiador.
No obstante, no sucede igual cuando la fianza es legal o judicial. El deudor preocupado
por buscar un fiador, no trata sobre ese asunto con el acreedor y este no elige al fiador.
Así pues, el legislador debe precisar las cualidades que debe presentar una persona para
estar en condiciones de desempeñar el papel de fiador.
El legislador le permite al acreedor rechazar como fiadores a las personas que no reúnan
los requisitos muy estrictos que establece con la finalidad de convertir la fianza en una
garantía seria y para facilitarle al acreedor la ejecución contra el fiador.
Lo anterior se ampara en los siguientes artículos:
Art. 2018.- […] que posea capital suficiente para responder al objeto de la obligación
Art. 2019.- La solvencia de un fiador se estimará teniendo en cuenta sus bienes
inmuebles (con excepción de los asuntos de comercio).
En el artículo 2019 hay que tener en cuenta el contexto de redacción, pues la tierra era el
bien más valioso de la época. Sin embargo, hoy en día eso ha cambiado, pues un bien
mueble puede ser más valioso que un inmueble
NULIDAD DE LA FIANZA
La fianza no puede existir más qué sobre una obligación válida. En todos los casos la
fianza es nula cuando la obligación principal se encuentra viciada de nulidad absoluta,
aun cuando esa nulidad no haya sido acreditada por el deudor.
CLASIFICACIÓN DE LA NULIDAD.
 Nulidad absoluta de la obligación principal
Lleva consigo, en principio, la nulidad de la fianza. La fianza no puede existir más qué
sobre una obligación válida.
En todos los casos la fianza es nula cuando la obligación principal se encuentra viciada
de nulidad absoluta, aun cuando esa nulidad no haya sido acreditada por el deudor.

 Nulidad relativa de la obligación principal por incapacidad


Una obligación nula por incapacidad puede constituir el objeto de una fianza; el fiador
no puede invocar la excepción derivada de la incapacidad del deudor principal, incluso
cuando haya ignorado la incapacidad.
EXTINCIÓN
La fianza puede llegar a extinguirse por diversos motivos que se verifican por actos u
omisiones en que incurran las partes involucradas, y que constituyen formas mediante
las cuales las instituciones de fianzas se liberan de la obligación de cumplir
Por vía accesoria
La fianza desaparece con la obligación principal. Las excepciones “rei coherentes”. El
fiador puede oponerle al acreedor, lo mismo que el deudor principal (“rei coherentes”).
En todos los casos en que haya desaparecido la obligación principal. El fiador
dispondrá, pues, de una excepción para rechazar la demanda del acreedor la regla se
justifica fácilmente: la fianza no existía, sino como garantía de la obligación principal;
esa obligación se ha extinguido; la fianza carece ya de razón de ser.
Por vía Principal.
Si no resulta posible concebir una fianza sin una obligación principal que garantizar, de
tal suerte que la extinción de esa obligación lleve consigo la de la fianza; nada impide
que la fianza se extinga por sí sola, por subsistir la obligación principal desprovista de
garantía.
LA EXCEPCIÓN O BENEFICIO DE SUBROGACIÓN DE ACCIONES
Uno de los efectos que produce la fianza entre el acreedor y el fiador, una vez que el
primero ha reconvenido al segundo es que este último podrá oponer las excepciones que
la ley le otorga. Una de ellas es la de Subrogación, como sigue: Cuando el acreedor ha
puesto al fiador en caso de no poder subrogarse en sus acciones contra el deudor
principal o contra los otros fiadores, el fiador tendrá derecho para que se le rebaje de la
demanda del acreedor todo lo que dicho fiador hubiera podido obtener del deudor
principal o de los otros fiadores por medio de la subrogación legal.

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