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Principios Generales
a) El deudor puede enajenar los bienes que posee entre el día que haya nacido la deuda y
el día que se ha perseguido por su acreedor, en este caso el acreedor no podrá cobrar
los bienes que hayan salido del patrimonio de su deudor.
b) Cuando el acreedor no tenga un derecho de preferencia, este se encontrara en
concurso con los demás acreedores.
Sólo existe una garantía personal: la Fianza, que es una garantía convencional.
Existen cinco garantías reales: Derecho de Retención, la Pignoración, la Hipoteca,
Garantías Sobre la Propiedad intelectual y el Privilegio concedido a ciertos acreedores.
A fin de evitar la insolvencia del deudor y el concurso con los demás acreedores, el
acreedor o el legislador pueden exigir que el deudor encuentre a un tercero que
consienta en garantizar el pago. Este tercero, deudor accesorio contra el cual
procederá el acreedor si el deudor principal no le paga, recibe el nombre de Fiador.
Así, la garantía dada al acreedor por el compromiso de un deudor accesorio se llama
Fianza.
Las garantías reales le permiten al acreedor obtener el pago con preferencia sobre los
bienes que hayan sido afectados a garantizar su crédito y cuyo valor ha podido
apreciar en el momento de contratar, de ahí que representan mayor seguridad. Los
romanos señalaban ya las ventajas de las garantías reales sobre las personales y en el
antiguo Derecho Francés era conocido el aforismo: «La fe o palabra, una liga; la fianza,
un pleita; la prenda, una tranquilidad, el dinero constante, paz y acuerdo».
La fianza
En Roma, la voz tenía un sentido muy amplio; la prudencia, la precaución del acreedor,
quien se protegía de cualquier manera - garantías personales o reales contra los
riesgos de insolvencia de su deudor, o procurándose un escrito denominado
igualmente
Es Preciso señalar, que aun cuando designa una garantía Personal el vocablo fianza,
puede tener una acepción más o menos amplia, según que designe, el conjunto de la
operación de garantizar al acreedor o la garantía en sí misma de la cual se beneficia el
acreedor, o bien el contrato de fianza, celebrado entre el acreedor y el fiador, contrato
que origina directamente la garantía.
Los efectos de la fianza son diferentes según que se trate de una fianza simple o de
una fianza solidaria, por conferirle esta última al acreedor una garantía superior a la
fianza simple.
El beneficio de excusión
El fiador que haya pagado dispone de una repetición contra el deudor principal, luego
del pago y a veces antes del pago.
Pluralidad de fiadores
En la hipótesis de que haya varios cofiadores, cada uno de ellos está obligado por toda
la deuda, recuerdo de la época en que la fianza no se distinguía de la solidaridad, pero
pueden, ante la demanda del acreedor, invocar en cualquier estado de causa, una
excepción perentoria, llamada Beneficio de División que obliga al acreedor a dividir su
persecución entre los cofiadores.
Para reforzar la garantía del acreedor, en la práctica, los fiadores renuncian a los
beneficios de excusión y división, al hacerles contraer un compromiso solidario; el
fiador será solidario con el deudor Principal y en su caso, con sus cofiadores.
Extinción de la fianza
La fianza desaparece con la obligación principal. El fiador puede oponerle, por lo tanto,
al acreedor, el pago efectuado por el deudor principal, la dación en pago, la novación y
la remisión de deuda, salvo la condonación surgida de un concordato de acreedores, la
compensación y la confusión de derechos. Estas excepciones, derivadas de la extinción
de la obligación principal, son inherentes a la deuda.
La pignoración
El artículo 2671 del Código Civil define así el contrato de pignoración: «Es un contrato
por el cual un deudor entrega una cosa a su acreedor para garantía de la deuda». Esta
definición destaca los tres caracteres de la pignoración como garantía:
La pignoración, como la fianza, resulta siempre de un contrato, se trata de una
garantía convencional
La pignoración constituye el accesorio de una deuda
La pignoración conlleva siempre el desposeimiento del deudor
La prenda
La anticresis
Las hipotecas
Condiciones de fondo
Condiciones de Forma
La hipoteca se extingue por el Pago total de la deuda, por la renuncia del acreedor, así
como por la falta de inscripción o de renovación.
Art. 2011.- El que presta fianza por una obligación, se obliga respecto al acreedor a
cumplir la misma, si no lo hiciese el deudor.
Art. 2012.- La fianza no puede constituirse sino por una obligación válida. Se puede, sin
embargo, prestar fianza por una obligación, aunque pueda ésta anularse por una
excepción puramente personal al obligado; por ejemplo, en el caso de menor edad.
De los efectos de la fianza entre el acreedor y el fiador.
Art. 2021.- El fiador no está obligado respecto al acreedor a pagarle sino a falta del
deudor, en cuyos bienes debe hacerse previa excusión, a no ser que el fiador haya
renunciado a este beneficio o que esté obligado solidariamente con el deudor; en cuyo
caso, los efectos de su obligación se regulan por los principios que se han establecido
para las deudas solidarias.
Art. 2023.- El fiador que reclama la excusión, debe indicar al acreedor los bienes del
deudor principal, y adelantar los fondos necesarios para realiza, aquella. No debe
indicar los bienes del deudor principal que estén situados fuera del distrito judicial del
punto en que deba hacerse el pago, ni los bienes litigiosos, ni los hipotecados a la
deuda que no estén ya en posesión del deudor.
Art. 2033.- Cuando muchas personas han fiado a un mismo deudor para una misma
deuda, el fiador que la haya pagado tiene recurso contra los demás fiadores por la
parte y porción de cada uno. Pero este recurso no procede sino cuando el fiador haya
pagado en uno de los casos expuestos en el artículo precedente.