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Total Quality Management (TQM)

El Total Quality Management (TQM), o


Gestión de la calidad total, consiste en
aplicar el concepto de “Calidad Total” a
los sistemas de gestión de la empresa.
Con ello lo que se pretende es integrar
la calidad en todos los procesos de la
organización.
La implantación de un sistema TQM
sirve para ayudar a la organización a
conseguir el máximo de eficiencia y
flexibilidad en todos sus procesos,
enfocándola hacia la obtención de los
objetivos a corto y medio plazo.
EL TQM es un sistema eficaz para
integrar el desarrollo, mantenimiento y
los esfuerzos de mejoras en la calidad
de varios grupos en una organización
que permite la producción de bienes
y/o servicios a niveles más económicos
y a la vez satisfacen las demandas de
los clientes/ consumidores.
También es un mecanismo que trata
de que todos los miembros de una
organización estén asociados con los Total quality management (TQM)
procesos cooperando para proporcionar administrar toda la organización para
productos y servicios que satisfagan las sobresalir en productos y servicios que
necesidades y expectativas de sus clientes. son importantes para el cliente de un
negocio.
El TQM es una manera de generar toda
una organización interpretando que el fin
de misma es lograr satisfacer los
requerimientos de sus consumidores o
clientes por medio de mejorar la calidad de
sus productos y procesos.
Se puede resumir la filosofía de la TQM, en los siguientes conceptos:
La Orientación al Cliente. Los clientes (tanto externos como internos) son la
razón de ser de la empresa y sin la presencia y fidelidad
de los mismos, la sostenibilidad de la organización a
largo plazo es imposible.
La Participación Activa del Personal. El personal de la organización, debe tener
la habilidad y la posibilidad, de proponer y realizar
cambios en los procesos y de aportar soluciones a los
problemas que surjan. Esto se consigue a través de la
formación y de la mejora de sus conocimientos y
competencias.
La Toma de Decisiones basada en hechos. En muchas ocasiones, las
decisiones empresariales basadas en intuiciones
pueden llegar a ser problemáticas. Con la toma de
decisiones basada en hechos y las herramientas
adecuadas, es posible medir los resultados de los
procesos y evaluar el grado de cumplimiento de los
mismos.
La Mejora de Procesos Permanente. Los procesos son el motor de la
organización y en un entorno de cambio constante, es
necesario aplicar una metodología de mejora continua
de los mismos, de manera que se puedan proporcionar
respuestas eficientes, a los requerimientos de calidad
de los clientes, en cada momento.

principios clave del TQM


Podemos sintetizar la gestión de calidad total en cinco principios clave para el
éxito en su aplicación. Los principios son:
Producir con calidad, a la primera
Esto implica una optimización de los procesos, reduciendo las pérdidas
Enfoque al cliente
Condición similar al concepto de Lean, donde los procesos de producción están
adaptados y orientados según la demanda de los clientes
Adoptar un enfoque estratégico para mejorar los procesos
Adoptar una percepción de las tendencias actuales del mercado con el fin de
alinearse con las nuevas exigencias del mercado
Mejora continua
Concepto también similar a la metodología Lean, donde se puede adoptar
herramientas tales como Kaizen, 5S, TPM em los procesos internos
Fomentar la participación y el sentido de la igualdad de la cooperación entre
los miembros de la organización
Crear condiciones para mantener a los empleados comprometidos y motivados
para contribuir al proceso con propuestas de mejora a través de la formación on
the job, el reconocimiento y eventos de premiación.
TQM y cadena de suministro
La gestión de la cadena de suministro busca mejorar el rendimiento competitivo
mediante la integración de las funciones internas de una organización y la
vinculación de éstas con las operaciones externas de proveedores, clientes y otros
socios de la red de contactos. En su aplicación, los principios de SCM pueden
implicar importantes cambios en la estructura tradicional de la organización, que
habrá que saber conducirse con acierto. Estos cambios tienen que ver con:
 La relación con el cliente.
 La cultura corporativa.
 La gestión de materiales.
 Las alianzas estratégicas con proveedores.
 El uso de tecnologías de la información y la comunicación.
No cabe duda de que, al centrarse en la coordinación y configuración de los
procesos se logra una mayor puntualidad, economía de costes y entregas más
satisfactorias, en términos generales. Todo ello sin perjuicio de que, para muchos
autores, SCM, al contrario de TQM, ostenta una visión bastante verticalizada de la
relación entre el comprador y el proveedor, centrándose en el rendimiento de la
organización y en su eficacia a la hora de satisfacer los requisitos y exigencias del
consumidor.
Por su parte, TQM es un enfoque integrado, de principios y mejores prácticas,
cuyo objetivo es optimizar la calidad de una organización y los servicios que ofrece
a través de reuniones programadas sobre una base continua, con un claro
enfoque en la satisfacción de las necesidades del cliente que, por otra parte,
respalda el posicionamiento y la competitividad empresarial.
La TQM parte de un enfoque global del sistema que funciona horizontalmente,
impactando en áreas funcionales y departamentos; a la vez que impulsa la
participación de todos los empleados, desde los niveles más altos hasta los
inferiores, y extendiéndose hacia atrás y hacia adelante, de extremo a extremo de
la cadena de suministro.
En la práctica, la aplicación de un sistema TQM ayuda a reducir la varianza de los
procesos, lo que tiene un impacto directo en métricas de rendimiento de la cadena
de suministro, como el tiempo de ciclo y la fiabilidad de entrega. Entre sus
principales ventajas cabría destacar las siguientes:
 Las prácticas TQM resultan en la reducción del tiempo de puesta a punto.
 TQM permite una mejor consecución de los plazos fijados.
 Este sistema garantiza la agilidad de respuesta ante las demandas del
mercado.
 Favorece la sincronización de la cadena de suministro al completo.
 Es un elemento esencial en la consecución del objetivo de satisfacción del
cliente.
No obstante, hay que tener en cuenta que la introducción de prácticas de TQM en
una organización es un compromiso a largo plazo ya que el éxito en su
implementación y adopción satisfactoria de un sistema de este tipo requiere de
planificación, tiempo y esfuerzo; algo que resulta más sencillo si confluyen 6
factores:
1. Implicación de la Alta Dirección con el objetivo de calidad total.
2. Foco en el cliente y su satisfacción.
3. Cualificación y formación.
4. Mejora continua e innovación.
5. Gestión de proveedores.
6. Implicación de la plantilla al completo.

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