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HERNÁN JIJENA ODDO

RENATO JIJENA LEIVA

COMERCIO, FACTURAS Y
FACTORING ELECTRÓNICO
Análisis de la ley Nº 19.983
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO
© HERNÁN JIJENA ODDO
R ENATO JIJENA LEIVA
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Registro de Propiedad Intelectual Nº 168.055 • I.S.B.N. 978 - 956 - 238 - 741 - 5
1ª edición enero 2008 LexisNexis
2ª edición septiembre 2009 Legal Publishing Chile
Tiraje: 300 ejemplares
Impresores: CyC Impresores - San Francisco 1434, Santiago
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE

ADVERTENCIA

La Ley Nº 17.336 sobre Propiedad Intelectual prohíbe el uso no exceptuado de obras protegidas sin la autorización expresa
de los titulares de los derechos de autor. El fotocopiado o reproducción por cualquier otro medio o procedimiento, de la
presente publicación, queda expresamente prohibido. Usos infractores pueden constituir delito.
A mi esposa Maya, fiel y leal compañera de toda la vida.
HERNÁN JIJENA ODDO

A mi Padre, gran coautor, corrector de lujo y mejor amigo.


RENATO JIJENA LEIVA
ÍNDICE I

ÍNDICE Página

Página
PRÓLOGO ...................................................................................... IX
INTRODUCCIÓN .............................................................................. 1
A. GENERALIDADES ..................................................................... 1
B. ACERCA DE LA ESTRUCTURA Y CONTENIDOS DE LA OBRA ......... 12

CAPÍTULO I
COMERCIO Y CONTRATOS ELECTRÓNICOS

SECCIÓN PRIMERA:
EL COMERCIO ELECTRÓNICO .......................................................... 17
A. CONCEPTOS Y CLASES DE COMERCIO ELECTRÓNICO .................. 17
B. EL COMERCIO ELECTRÓNICO MEDIANTE PLATAFORMAS O
“E MARKETPLACE” DESDE LA PERSPECTIVA DEL DERECHO ......... 21
C. EL EDI O ELECTRONIC DATA INTERCHANGE ........................... 24
SECCIÓN SEGUNDA:
LA PROBLEMÁTICA JURÍDICA DEL COMERCIO ELECTRÓNICO ............ 26
A. VISIÓN DE CONTEXTO ............................................................... 26
1. Formación del consentimiento en línea .......................... 29
2. Protección de la privacidad ............................................. 30
3. Protección del copyright de las mercancías multi-
mediales .......................................................................... 36
4. Asignación de nombres de dominio ................................ 43
II ÍNDICE

Página

5. Firmas digitales y entidades certificadoras: segu-


ridad y certeza técnica jurídica de las transaccio-
nes ................................................................................... 49
6. El valor probatorio de los documentos electró-
nicos ................................................................................ 53
7. Gravámenes, aranceles e impuestos a las transac-
ciones en línea ................................................................. 54
B. LA FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO EN LÍNEA ...................... 61
1. Generalidades .................................................................. 61
2. ¿Aplican las normas del Código de Comercio a
propósito de la formación del consentimiento en
la compraventa mercantil? .............................................. 65
3. Las nuevas normas de la ley Nº 19.496 ........................... 66
4. Comercio e intermediación de seguros por medios
electrónicos. Regulación especial de la SVS .................. 69
C. EL VALOR PROBATORIO DE LOS DOCUMENTOS ELECTRÓ-
NICOS, QUE SOPORTAN Y DAN CUENTA DEL CONTRATO O
DE LA OPERACIÓN DE COMERCIO ELECTRÓNICO ........................ 73
1. Generalidades .................................................................. 73
2. La importancia específica y teórica del tema y su
encuadre en el Derecho chileno ...................................... 75
3. Acerca de los instrumentos y documentos electró-
nicos (conceptos esenciales) ........................................... 77

CAPÍTULO II
LA FACTURA ELECTRÓNICA Y SU REGULACIÓN LEGAL EN CHILE

SECCIÓN PRIMERA:
LAS FACTURAS COMERCIALES Y TRIBUTARIAS SOPORTADAS EN
PAPEL ............................................................................................ 81
A. GENERALIDADES. CARACTERÍSTICAS DE LA FACTURA Y
SU NATURALEZA DE TÍTULO DE CRÉDITO .................................. 81
ÍNDICE III

Página

B. LA REGULACIÓN TRADICIONAL DEL CÓDIGO DE COMER-


CIO, DEL CÓDIGO TRIBUTARIO Y DEL DECRETO LEY
Nº 825, DE SU REGLAMENTO Y LAS NORMAS ADMINIS-
TRATIVAS DEL SII .................................................................... 89
1. La regulación del Código de Comercio (referen-
cia) ................................................................................... 91
2. La regulación del Derecho Tributario (Código Tri-
butario y del decreto ley Nº 825, de su Reglamen-
to y las normas administrativas del SII) .......................... 93
¿Cuáles son las operaciones que dan lugar a la obli-
gación de emitir facturas y boletas? ................................ 95
3. Un antecedente: el título ejecutivo de la carta de
porte o guía de despacho ................................................. 98
C. LAS NORMAS PARTICULARES DE LA LEY Nº 19.983: “TÍ-
TULO EJECUTIVO DE LA FACTURA” ........................................... 99
1. Generalidades .................................................................. 99
2. Los fundamentos contenidos en el Mensaje del Go-
bierno ............................................................................... 104
3. Estructura y contenido de la ley ...................................... 108
4. Notas sobre algunos aspectos relevantes del deba-
te parlamentario previo. La exigencia de la cons-
tancia expresa del recibo de las mercancías de que
da cuenta la factura ......................................................... 118
5. Condiciones o requisitos de “la tercera copia”, que
no debe ser entregada al cliente, comprador, con-
traparte comercial y receptor, precisados adminis-
trativa y tributariamente por la resolución exenta
Nº 14 del SII .................................................................... 122
SECCIÓN SEGUNDA:
LA REGULACIÓN LEGAL DE LA FACTURA ELECTRÓNICA EN
CHILE ............................................................................................ 126
IV ÍNDICE

Página

A. EL GOBIERNO ELECTRÓNICO Y LA MODERNIZACIÓN TRI-


BUTARIA .................................................................................. 126
1. La factura electrónica en el contexto del gobierno
electrónico. Referencia.................................................... 126
2. El “Estatuto Jurídico de la Factura Electrónica” ............. 129
B. LAS NORMAS DEL CÓDIGO TRIBUTARIO, DEL DECRETO LEY
Nº 825 O LEY DEL IVA Y LAS RESOLUCIONES Nº 45
(2003), Nº 09 (2001) Y Nº 1.515 (1995) DEL SERVICIO
DE IMPUESTOS INTERNOS ......................................................... 134
1. Generalidades .................................................................. 134
2. El “modelo” de facturación electrónica .......................... 136
3. Los fundamentos legales contenidos en la Ley del
IVA y en su Reglamento .................................................. 139
4. La impresión en papel de un ejemplar de la factura
electrónica, su naturaleza y su valor probatorio, y
los “ejemplares electrónicos” .......................................... 140
5. Las resoluciones Nºs. 09, 45 y 1.515 del Servicio
de Impuestos Internos. Comentarios generales a la
regulación administrativa más relevante ......................... 144
6. Otras resoluciones complementarias ............................... 161
6.1.La resolución Nº 18 del 22 de abril de 2003 ............. 162
6.2.La resolución Nº 81, del 1 de agosto de 2005 ........... 166
7. La boleta de venta o de prestación de servicios elec-
trónica .............................................................................. 169
C. LA VALIDACIÓN GENERAL DE LOS DOCUMENTOS ELECTRÓ-
NICOS Y SU VALOR PROBATORIO EN LA LEY Nº 19.799 .............. 171
D. LA NORMA PARTICULAR DE LA LEY Nº 19.983 –ARTÍCU-
LO 9º–: “EL TÍTULO EJECUTIVO ELECTRÓNICO” ........................ 182
1. Generalidades .................................................................. 182
2. ¿Cuál es la “copia electrónica y sin valor tributa-
rio” del original también electrónico, que legal-
mente poseerá título ejecutivo? ....................................... 187
ÍNDICE V

Página

3. Comentarios acerca del debate parlamentario pre-


vio (Informe de la Comisión Mixta) ............................... 191
4. Normas de la resolución Nº 14, de febrero de 2005,
aplicables a la factura electrónica ................................... 193
5. Contenido del Reglamento de la ley Nº 19.983 (re-
ferencia previa) ................................................................ 194

CAPÍTULO III
EL FACTORING O FACTORAJE ELECTRÓNICO

SECCIÓN PRIMERA:
EL FACTORING O FACTORAJE .......................................................... 195
A. GENERALIDADES ..................................................................... 195
B. CONCEPTOS Y ELEMENTOS DEL CONTRATO DE FACTORING
O FACTORAJE ........................................................................... 198
1. Aspectos económicos y jurídicos .................................... 198
2. La cesión del crédito de que da cuenta la factura y
su notificación al deudor cedido ..................................... 203
3. Orígenes y tipos de factoring que operan en Chile ........... 208
C. LA REGULACIÓN ESPECIAL DEL FACTORING BANCARIO .............. 211
D. LAS NORMAS PARTICULARES DE LA LEY Nº 19.983:
“CESIBILIDAD” ......................................................................... 213
1. Los fundamentos contenidos en el Mensaje del Go-
bierno ............................................................................... 213
2. Estructura y contenido de la ley ...................................... 217
SECCIÓN SEGUNDA:
EL FACTORING ELECTRÓNICO Y SU REGULACIÓN LEGAL EN
CHILE ............................................................................................ 228
A. IDEAS PRELIMINARES ............................................................... 228
B. REGULACIÓN JURÍDICA DEL FACTORING ELECTRÓNICO .............. 229
C. LA NORMA PARTICULAR DE LA LEY Nº 19.983: ARTÍCULO
9º Y “CESIBILIDAD ELECTRÓNICA” ............................................ 230
VI ÍNDICE

Página

1. Generalidades. ................................................................. 230


2 Comentarios acerca del debate parlamentario pre-
vio (Informe de la Comisión Mixta) ............................... 235
3. Modificaciones de octubre del año 2007 al inciso
segundo del artículo 9º .................................................... 236
D. SOBRE EL CONTENIDO DEL REGLAMENTO COMPLEMEN-
TARIO –EL DECRETO SUPREMO Nº 93, DEL 13 DE ABRIL
DE 2005– Y LA CIRCULAR ADMINISTRATIVA Nº 23 DEL
SII, DEL 14 DE ABRIL DE 2005 ................................................ 238
1. El decreto supremo Nº 93 ............................................... 238
2. La Circular 23 del Servicio de Impuestos Internos
(referencia) ...................................................................... 244
E. LA VALIDACIÓN GENERAL DE LOS DOCUMENTOS ELECTRÓ-
NICOS EN LA LEY Nº 19.799 (REFERENCIA) .............................. 248
F. SOBRE EL CONTRATO ELECTRÓNICO DE FACTORING Y SU
NOTIFICACIÓN EN LÍNEA ........................................................... 249
1. La práctica actual denominada “confirming” ................. 249
2. El escenario teórico ......................................................... 250
3. Las modificaciones de la ley Nº 19.983 y su regla-
mento (lo que ha normado expresamente la ley) ............ 251
4. Pasos futuros ................................................................... 252
BIBLIOGRAFÍA POR AUTORES .......................................................... 255

ANEXOS
I. LEY Nº 19.983, DEL 15 DE DICIEMBRE DE 2004, QUE
REGULA LA TRANSFERENCIA Y OTORGA MÉRITO EJECUTI-
VO A COPIA DE LA FACTURA ..................................................... 259
II. APRUEBA REGLAMENTO PARA LA APLICACIÓN DEL ARTÍCU-
LO NOVENO DE LA LEY Nº 19.983, RESPECTO DE LA CE-
SIÓN DE LOS CRÉDITOS CONTENIDOS EN UNA FACTURA
ELECTRÓNICA .......................................................................... 265
ÍNDICE VII

Página

III. RESOLUCIÓN EXENTA SII Nº 45 DEL 1 DE SEPTIEMBRE DE


2003, QUE “ESTABLECE NORMAS Y PROCEDIMIENTOS DE
OPERACIÓN RESPECTO DE LOS DOCUMENTOS TRIBUTARIOS
ELECTRÓNICOS”. ...................................................................... 269
IV. BOLETÍN Nº 4.928-26. MODIFICA LA LEY Nº 19.983 Y EL
DECRETO LEY N° 825, CON EL OBJETO DE FACILITAR LA
FACTORIZACIÓN DE FACTURAS POR PEQUEÑOS Y MEDIA-
NOS EMPRESARIOS ................................................................... 289
VIII ÍNDICE

Página
PRÓLOGO IX

PRÓLOGO

La obra que usted comenzará a leer ya en su título cuenta con un con-


cepto que nos permite identificar, al menos, a uno de sus autores. Lo “elec-
trónico” vinculado a lo jurídico ha sido una fuente inagotable de investi-
gación de don Renato Jijena Leiva, lo que recuerdo de nuestros tiempos
de estudiantes en la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católi-
ca de Valparaíso, cuando lo virtual distaba mucho de ser una realidad.
Precisamente, el concepto “electrónico” es lo que hace distinto a
este libro. Bastante se ha escrito sobre el comercio, facturas y factoring,
pero poco sobre estas mismas temáticas, ahora alejadas de lo que esti-
mábamos hasta hace pocos años eran su forma natural, habitualmente
escriturados o en “papel”, para ubicarnos hoy en un ámbito y dimensión
nueva, una dimensión virtual, de conexiones y redes, ese es el objetivo
de esta obra que, adelanto, cumple a cabalidad.
Si el lector pretende encontrar en este libro una obra acabada sobre
el comercio electrónico, el factoring y las facturas, probablemente no
quedará del todo satisfecho, y ello es porque no se vislumbra como su
objetivo principal, sin perjuicio de lo cual encontrará los análisis jurídi-
cos estructurales y de bases de dichas instituciones o figuras jurídicas;
por el contrario, este libro en mi opinión permite al lector, supuesta una
base conceptual, viajar y posicionar estas figuras en un nuevo ámbito
que, sin lugar a dudas, en el corto y mediano plazo será su ámbito natu-
ral, el electrónico, ese es el objetivo de los autores.
La obra se estructura en 3 capítulos. El primero de ellos trata del
comercio y los contratos electrónicos. En su sección primera, los auto-
res conceptualizan y clasifican el comercio electrónico, lo que nos per-
X PRÓLOGO

mite continuar con la navegación hacia el comercio electrónico median-


te plataformas o “e-marketplace” ya desde una perspectiva jurídica, ter-
minando con una referencia al intercambio electrónico entre sistemas
computacionales de información estructurada. En este último punto, así
como en la introducción, se denota el estilo directo de los autores de no
rehuir la discusión y el análisis crítico sobre diversas visiones que pue-
dan tener sobre un concepto.
La sección segunda trata de la problemática jurídica del comercio
electrónico, con la virtud de desarrollar un catálogo de interrogantes
que normalmente surgen de este tipo de comercio. Muchas veces las
obras jurídicas son descriptivas y con cierta frustración para el lector
cuando deseamos conocer la opinión del autor sobre algún conflicto de
interpretación o algún aspecto oscuro, vemos que el autor continúa con
la descripción. En este caso, los autores, por el contrario, identifican las
principales interrogantes y dan fundada respuesta a ellas como lo pode-
mos apreciar, por ejemplo, en la formación del consentimiento y el va-
lor probatorio de los documentos electrónicos.
El capítulo segundo trata de la factura electrónica y su regulación
legal en Chile, tema central del libro. Al igual que en el capítulo ante-
rior, los autores didácticamente nos ubican en el concepto o base del
tema, en este caso, las facturas comerciales y tributarias soportadas en
papel, para luego llevarnos hacia el ámbito específico de la factura elec-
trónica fijando su contexto en el gobierno electrónico, materia en que el
Servicio de Impuestos Internos ha liderado el desarrollo tecnológico en
el país, haciendo más amigable a los contribuyentes la difícil o dolorosa
tarea, para algunos, de enfrentarse cada año o mes a él. En esta materia
los autores denotan un acabado conocimiento del tema seguramente vin-
culado a su participación en el diseño de esta normativa, realizando una
vez más un análisis crítico que el desarrollo futuro de esta modalidad de
facturación agradecerá, especialmente, al proponer soluciones a los pro-
blemas encontrados en su investigación.
En el capítulo tercero y final, los autores se preocupan del factoring
o factoraje electrónico. Una vez más siendo fieles al método propuesto
nos entregan conceptualizaciones básicas de este contrato atípico en
nuestro derecho, para luego llevarnos sin darnos cuenta al ámbito elec-
trónico, como en todo el libro, fijarnos un piso, para luego desplazar
PRÓLOGO XI

éste y quedar en el aire, pero con un extraño sustento en redes y soportes


electrónicos, tanto o más firme que el anterior sustento físico al cual
estamos tan acostumbrados.
No profundizaré en los aspectos dogmáticos de la obra, ya que ello
lo hacen con mucha autoridad los propios autores, partiendo por la pro-
pia introducción que es mucho más que un primer paso de lectura del
libro. Esta obra perfectamente pudo dividirse en tres acabados estudios.
Sin embargo los autores le han dado una unión transversal de metodolo-
gía y contexto. Como indiqué en un primer momento, no pretenda el
lector encontrar un tratado sobre el comercio, sobre facturas o sobre
factoring, porque si se analiza desde esa perspectiva probablemente fal-
tará un mayor análisis doctrinal, pero partiendo de la propia base que
nos entrega el libro, y si lo que se pretende es dar un paso más delante
para vislumbrar estas figuras en un nuevo escenario, su elección por
esta obra no lo defraudará, ya que una gran virtud de ella es asumir que
los avances tecnológicos siempre se anticipan a la regulación jurídica.
Un error frecuente en lo jurídico es tratar de enmarcar la realidad a
nuestros conceptos muchas veces abstractos y poco comprensivos de
las nuevas realidades, conllevando que muchas veces se termine limi-
tando y aun eliminando nuevas realidades
En el caso de Renato Jijena, ya en sus obras anteriores hemos apreciado
la lucidez de seguir el camino natural, primero entender el fenómeno tecno-
lógico olvidando la formación jurídica de base, para luego darle la connota-
ción jurídica de modo que esa nueva realidad se adecue al contexto jurídico
existente. En continuar ese camino en este libro, seguramente la visión de
don Hernán Jijena Oddo ha sido fundamental, una visión ingenieril de sim-
plificación de la realidad siempre los abogados la agradecemos, y esa unión
de visiones diversas permite que juntos nos inviten a navegar de lo físico a
lo virtual, seguramente vocación que surge de sus raíces en el Puerto Princi-
pal que siempre invita a navegar y soñar con nuevos mundos.

JOSÉ LUIS GUERRERO BÉCAR


Abogado, M.B.A.
Director
Escuela de Derecho
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
XII PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN

A. GENERALIDADES
1. No obstante el enfoque de esta obra, abordada desde la perspecti-
va de la auditoría, de las Tecnologías de la Información y de las Teleco-
municaciones (en adelante TICs), del Derecho Comercial y en menor
medida del Derecho Tributario1, se requiere considerar y analizar parce-
las de los dos ámbitos clásicos del derecho –el público y el privado– al
reflexionar acerca de las implicancias jurídicas de realidades concretas,
evidentes y demandantes de análisis y estudio.
Ellas son, por ejemplo: las redes digitales o electrónicas; la red
Internet; el comercio electrónico entre particulares y empresas o entre
empresas; las licitaciones y compraventas electrónicas que –obligada-
mente– realizan los servicios públicos con sus proveedores en el marco
de la ley Nº 19.886 de julio de 2003; los centros de operaciones y tran-
sacciones comerciales entre comunidades cerradas de usuarios conoci-
dos por su sigla en inglés como “e-marketplace”2 (por ejemplo un su-

1 En paralelo, los mismos autores estamos trabajando en un tema que analiza en


extenso la problemática exclusivamente desde la perspectiva de la modernización
tributaria.
2 Reconocemos que a lo largo del trabajo se usan diversos “anglicismos” o derecha-

mente términos en inglés –que serán escritos con letra cursiva–, pero su traducción al
español simplemente no se ha hecho porque los usuarios y los actores del comercio
electrónico los han internalizado sin traducirlos, de la misma manera que las normas
legales, reglamentarias y administrativas que a ellos aluden.
2 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

permercado con todos sus proveedores, o todos los supermercados con


todos sus proveedores3), y el uso hoy cotidiano de documentos como
órdenes de compra, facturas, guías de despacho, notas de crédito y notas
de débito, declaraciones aduaneras de importación de mercancías, pla-
nillas electrónicas de declaración y pago de cotizaciones previsionales o
declaraciones de impuestos, que son contenidos o “soportados” electró-
nicamente e intercambiados, enviados o presentados segura y legalmen-
te mediante Internet4.
Esta obra intenta abordar en una investigación –si bien es cierto des-
de la perspectiva del Derecho Positivo o de las normas vigentes pero al
mismo tiempo empírica– los ámbitos del comercio, de la facturación y
del factoring o factoraje electrónicos, y nos lleva a percibir que lo que
desde siempre hemos conocido como la tradicional dicotomía entre “el
Derecho Privado” y “el Derecho Público” se torna difuso en este con-
texto, porque constituyen ámbitos íntimamente entrelazados. Y esta es
la primera muestra de la modernidad jurídica de la temática5.

3 Para el caso de Chile y a modo de ejemplo, véanse en Internet las direcciones o

URL www.chilecompras.cl, www.merconet.cl, www.econstruye.cl, www.cienpunto.com,


etcétera. Jurídicamente será interesante a futuro asumir el estudio de nuevas formas de
contratación, como son los contratos de prestación de servicios de transacciones electró-
nicas que los usuarios de estos sistemas celebran con los administradores de las llamadas
“plataformas transaccionales”.
4 Al inicio una aclaración conceptual al lector. No obstante que “en puridad” “lo

electrónico” sería un término amplio y genérico y “lo digital” un concepto específico


referido sólo a los llamados dígitos binarios de los sistemas informáticos o computacio-
nales, nosotros usaremos ambos términos de manera indistinta y como palabras sinónimas.
5 No es moderno y poco aporta una óptica jurídica antigua, propia de los abogados

cuando recién se enfrentaban al fenómeno de las TICs a comienzos de la década de los 80.
De entonces son las frases o los títulos tipo “el Derecho penal y las nuevas tecnologías”,
para concluir en la obviedad de que debían tipificarse nuevos delitos; o “el derecho cons-
titucional y la Informática”, para poner de relevancia la obviedad de que el tema del proce-
samiento de datos personales afecta a una garantía fundamental como la privacidad.
En Chile se ha publicado una obra bajo el título “el Derecho civil y las nuevas
tecnologías”, centrada en tópicos que al mundo digital, comercial y empresarial TIC le
son irrelevantes, porque se solucionan adecuadamente con las normas tradicionales y
–sobre todo– mediante convenciones ya en demasía conocidas, como lo es “la forma-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 3

2. Los negocios electrónicos constituyen un nuevo mundo social, eco-


nómico y jurídico, que se materializa mediante redes abiertas o cerradas,
entre empresas o entre éstas y los consumidores, al interior de un país o
desde diversos Estados. Ampliamente y sólo para consensuar un concep-
to, son un conjunto de actividades con finalidad mercantil que se realizan
mediante sistemas y redes computacionales, sin que exista contacto físico
directo entre quien oferta un bien o un servicio y quien lo demanda.
Debemos tener presente que el hecho de que comenzando el siglo
XXI se produzcan intercambios comerciales entre empresas y sus pro-
veedores y se presten servicios mediante redes electrónicas –”telemáti-
cas” en jerga técnica–, o porque se ofrezcan a los consumidores mer-
cancías que hoy se denominan “multimediales” o electrónicas –sean ellas
música, imágenes, videos, información o programas computacionales–,
nada obsta, teórica y jurídicamente, a aplicar las normas del Código del
ramo sobre la compraventa mercantil cuando se trate de actos de comer-
cio, o a subsumir las ventas en la ley de derechos de los consumidores,
por cierto, si los contratos se realizan en Chile o si las partes contratan-
tes no obstante estar ubicadas en países diversos se remiten expresa-
mente a nuestro derecho en base a los principios de la autonomía de la
voluntad y de la libertad contractual.

Continuación nota 5
ción del consentimiento electrónico”. Es una obra teórica que, por ejemplo: (i) descono-
ce el análisis del ámbito “civilista” más relevante para las TICs, a saber, los contratos de
licencia y la protección legal del software; (ii) que al recoger una profusa información
doctrinaria y bibliográfica no realiza –por ejemplo– un análisis jurídico concreto del
contrato electrónico por antonomasia que se celebra en Chile, a saber, entre el NIC de
Chile y la persona que solicita registrar un nombre de dominio; (iii) que nunca alcanzó a
visualizar la inmediatez del contrato de cesión electrónica de créditos que en Chile han
legalizado la ley Nº 19.983 y un D.S. Nº 93 que la reglamenta, donde ninguna aplicación
real cabe hacer de las teorías sobre la formación del consentimiento, y (iv) que nunca
visualizó el mundo de los contratos electrónicos celebrados en el site www.chilecompras.cl,
para ver si en la práctica la profusa teoría recogida tenía o no aplicación alguna. Estos
temas concretos, la protección del software, los contratos de nombres de dominio, el
factoring electrónico y las compras electrónicas del Estado, son ejemplos de ámbitos
que surgen reclamando especialización y no un aggiornamiento teórico de normas gene-
rales del Derecho Civil o de otras ramas, que han carecido y carecerán cada vez más de
protagonismo o relevancia en el ámbito de las TICs.
4 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Pero ocurre que en la práctica –y la realidad fáctica y las caracterís-


ticas del ámbito tecnológico y de la gestión de sistemas computaciona-
les, es algo que los juristas y académicos no deben dar por asumido o
contentarse con entender sólo teóricamente6–, el comercio electrónico
“entre empresas que realizan actos de comercio y sus proveedores” que
revisaremos en el Capítulo I, que es el relevante y donde podrían presen-
tarse conflictos jurídicos –generalmente sometidos a arbitraje–, es des-
de sus orígenes un nicho del mercado donde campea la buena fe y donde
a las contrapartes les basta para respaldar las compraventas mercantiles
electrónicas lo consignado en documentos claves, como son las órdenes
de compra y –muy particularmente– las facturas.
Ocurre además que el elemento que decide realmente si proveedores
y vendedores mandan o despachan, o no, los productos o mercaderías, es
la existencia de un documento bancario de compromiso previo de pago, o
el que efectivamente se haga o entere el pago del precio de las mercancías
–por ejemplo mediante tarjetas de crédito de empresas (“purchaising
card”)–, sin que las compraventas mercantiles y electrónicas –sobre todo
internacionales– se verifiquen mediando previamente simples acuerdos
de voluntad en cuanto a la cosa o el servicio prestado y el precio por el
mismo, de lo cual queda constancia en las órdenes de compra.
Es en este contexto donde los economistas sostienen que el tránsito ha-
cia la facturación electrónica será un paso importante para el desarrollo de
lo que se denomina el Business to Business o “B2B”, es decir, un intercam-
bio digital de información y de documentos entre empresas, vía redes com-
putacionales abiertas o cerradas7, autenticadamente y sin intermediarios.

6 Así por ejemplo –y son casos reales–, es un gran problema que se impartan cáte-

dras sobre firmas electrónicas sin nunca haber previamente instalado en el computador
personal o de la Escuela un programa llamado “certificado digital”, que es el que posibi-
lita generar las claves, y es también delicado, y desmerece, el que se explique el sistema
chileno de facturación electrónica sin aludir a las normas legales tributarias que la vali-
dan y sin entender que las empresas “certificadoras” o que permiten firmar las facturas
conceptualmente no tienen relación alguna con la gestión comercial de la empresa
facturadora ni con el almacenamiento de sus documentos.
7Ya explicaremos porqué Internet es una red abierta y Redbanc, la de los cajeros
automáticos, es un ejemplo de red cerrada.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 5

Como también veremos, existe otro segmento de contratos electróni-


cos de comercio “entre empresas y consumidores”, donde los posibles
conflictos se limitan –por ejemplo– a la no recepción oportuna de los dis-
cos compactos comprados, a que las mercancías no tenían la calidad pu-
blicitada, o a que el plan turístico contratado no incluía efectivamente los
lugares que la publicidad virtual en el sitio de Internet señalaba. En este
ámbito, y sólo si las empresas operaban desde servidores o plataformas
computacionales ubicadas en Chile, cabe accionar con total propiedad
alegando infracción de la ley de derechos de los consumidores Nº 19.4968.
3. A esta fecha el documento denominado “factura” debe ser visuali-
zado desde diversas perspectivas o naturalezas, porque reviste o posee las
calidades de ser un instrumento mercantil, un nuevo título de crédito o de
valor, de liquidación anticipada y susceptible de ser cedido mediante uno
o más endosos y de manera autónoma o con independencia de la relación
comercial subyacente, un título de cobro y un posible título ejecutivo
procesalmente –bajo ciertas condiciones establecidas por ley–, un docu-
mento tributario básico para el cobro del IVA, y un documento electró-
nico. Además, es un documento que en virtud de su entrega jurídica-
mente da cuenta de la posesión y/o dominio de un determinado bien
porque constituye –en derecho– la tradición simbólica o el “modo” de
adquirirlo.
A falta de una definición legal y recogiendo diversas definiciones
doctrinarias, nos permitimos conceptualizar la factura, para el mundo en
papel y para el ámbito de los sistemas computacionales a la vez, de la
siguiente forma: como aquel documento comercial, contable y tributa-
rio que el vendedor de mercancías o prestador de un servicio debe emi-
tir legalmente y conforme a las formalidades definidas por el Servicio

8 A modo de anticipo y para ir familiarizándonos con nuevos conceptos: en este tipo

de mercados no se envían órdenes de compra ni se emiten facturas sino boletas; las


ofertas a los consumidores se hacen de manera permanente mediante catálogos virtuales
siempre disponibles y la aceptación requiere la mínima formalidad de un clik para poner
una mercancía en un carro virtual y el hecho de simultáneamente pagar con tarjeta de
crédito, y por último, es casi improbable que exista un precio o saldo de precio pendiente
porque no suele venderse mediante pago en cuotas sino aquél se cancela previamente –al
perfeccionarse el contrato– mediante tarjeta de crédito, de débito o dinero plástico.
6 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

de Impuestos Internos, manualmente o mediante sistemas electrónicos,


para ser enviado y entregado a su comprador o contraparte comercial
por mano o mediante redes computacionales, y en el cual detallada y
resumidamente se deja constancia de la especie y cantidad de las mer-
cancías o de los servicios prestados, de las eventuales condiciones de
venta o modalidades de ejecución del contrato, y del precio pagado o
del saldo de precio pendiente de pago.
4. No obstante la regulación que de la factura como instrumento
mercantil hace el artículo 160 del Código de Comercio, a propósito de la
compraventa de la misma naturaleza, su validez cuando migra a un so-
porte o “continente” electrónico fue dada en primer lugar el año 1995
por el artículo 71 bis del decreto supremo Nº 55 –el Reglamento de la
Ley del IVA–9.
En segundo lugar, por una norma legal, especial y tributaria de 1997,
cuando se modificó el artículo 56 del decreto ley Nº 825 sobre el IVA,
para agregarse un inciso tercero que facultó al Director Nacional del Ser-
vicio de Impuestos Internos de Chile –en adelante el “SII”– para autorizar
el intercambio de mensajes mediante el uso de diferentes sistemas tec-
nológicos10, artículo que no puede entenderse como de aplicación sólo
tributaria desde diciembre del año 2004 y en virtud de una ley Nº 19.983
sobre cesión y título ejecutivo de facturas, porque la primera parte de su
artículo 9º se remite expresamente a la normativa tributaria a propósito
de la cesibilidad y ejecutividad de la factura electrónica.

9 Concretamente, el inciso cuarto facultó a la Dirección del Servicio de Impuestos


Internos para autorizar la emisión de facturas, facturas de compra, liquidaciones, notas
de débito y notas de crédito “impresas por medios computacionales”, lo que suponía
–obviamente– su previo estado electrónico. En su virtud, se dictaría luego la resolución
Nº 1.515 sobre “normas que regulan la incorporación al sistema de transmisión electró-
nica de documentos tributarios que se indican”, que analizamos más abajo.
10 En efecto, el artículo 56 se modificó para establecer que se podría autorizar el
intercambio de mensajes mediante el uso de diferentes sistemas tecnológicos en reem-
plazo de la emisión de los documentos boletas, facturas, facturas de compra, guías de
despacho, liquidaciones facturas, notas de débito y notas de crédito, exigiéndo los requi-
sitos necesarios para resguardarse debidamente el interés fiscal.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 7

Posteriormente sería el artículo 3º de la ley Nº 19.799 sobre firmas y


documentos electrónicos –a la que, por cierto, algunos queremos enmar-
car en lo que se ha llamado un “Derecho Informático”– el que le daría un
segundo fundamento legal pero de carácter general o inherente a cual-
quier documento electrónico –y por ende a la factura digital, a su validez
y a su valor probatorio–11, con la conditio sine quanon de que estén
debidamente firmados12. Sin esta ley de carácter general (si no se hubie-
ra dictado o si se derogara), la factura electrónica tendría pleno valor
legal, de la misma manera que la tuvo el sistema de facturación
implementado el año 1995.
Cronológicamente en tercer lugar, los requisitos operacionales y téc-
nicos para la emisión e intercambio de facturas electrónicas ya no para
el ámbito de redes computacionales cerradas sino abiertas como Internet
han sido definidos, el año 2003, por una norma administrativa que es
fuente –stricto sensu– del Derecho Tributario13.
A lo anterior cabe agregar una norma más reciente –la citada ley
Nº 19.983, de diciembre del año 2004 y objeto central de este libro–, que
con alcances comerciales, procesales, tributarios e informáticos le ha

11 El artículo 3º dispone en su inciso primero que los actos y contratos otorgados o

celebrados por personas naturales o jurídicas, suscritos por medio de firma electrónica,
serán válidos de la misma manera y producirán los mismos efectos que los celebrados
por escrito y en soporte de papel, y que dichos actos y contratos se reputarán como
escritos en los casos en que la ley exija que los mismos consten de ese modo, y en todos
aquellos casos en que la ley prevea consecuencias jurídicas cuando constan igualmente
por escrito.
12 Lo dicho, con la grave omisión de no haberse validado ni menos definido legal-

mente como “copias” a las eventuales impresiones en papel de los documentos electró-
nicos originales. Por cierto, en un plano de lege ferenda o de ideas sobre cómo legislar,
propondremos en el Capítulo II el tenor de una modificación legal concreta que subsane
este reparo.
13 En estricto rigor son dos las normas administrativas que deben tenerse a la vista.

Nos referimos a la resolución exenta Nº 45 del año 2003 dictada por el Servicio de
Impuestos Internos. Anterior a ella, en febrero de 2001, se dictó una resolución exenta
Nº 09, que permite la existencia de empresas llamadas “Prestadoras de Servicios de
Certificación” para respaldar a los contribuyentes en la firma electrónica y codificada de
las facturas.
8 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

conferido a una copia sin valor tributario o tercera copia de la factura


original, la posibilidad que mediante un archivo electrónico derivado
de la factura de igual naturaleza (i) se cedan o transfieran los derechos
de que ella da cuenta y (ii) que una copia de ella impresa en papel sea
utilizada como documento base para interponer demandas en sede de
un juicio ejecutivo o sumario, cuando sean impagos los créditos que
emanan del documento. La consecuencia lógica es la facilitación del
proceso de factorización para el emisor de las facturas y acreedor del
crédito.
Señala el artículo 1º de la ley que en toda operación de compraventa,
de prestación de servicios, o en aquellas que la ley asimile a tales opera-
ciones, y en que el vendedor o prestador del servicio esté sujeto a la
obligación de emitir factura, deberá emitirse –obligatoriamente– una
copia sin valor tributario de la factura original, para los efectos de su
transferencia a terceros o de su cobro ejecutivo.
En ambos casos, la eficacia comercial y económica –la posibilidad
de ser cedida en el marco de contratos de factoring, o el permitir que la
persona o empresa que emita una factura y no reciba el pago inmediata-
mente pueda factorizarla y así transformarla en un documento de mayor
liquidez–, y el nuevo mérito procesal –contar con un título ejecutivo
para cobrar el precio o el saldo del mismo que se adeuda–, también la
poseerá la copia sin valor tributario de una factura cuando el original
esté soportado en forma electrónica y dé cuenta del contenido de la ope-
ración comercial14.
Ambas cualidades, “cesibilidad” y “ejecutividad”, existen con inde-
pendencia del soporte papel o electrónico que contenga a la factura. Y el
estudio de las implicancias comerciales y legales de la factura electróni-

14 Siempre a modo de anticipo y para ir familiarizándonos con los temas, téngase


presente que el artículo 9º señala en su primera parte lo siguiente: “Las normas de la
presente ley serán igualmente aplicables en caso que la factura sea un documento electró-
nico emitido de conformidad a la ley por un contribuyente autorizado por el Servicio de
Impuestos Internos. En tal caso, el recibo de todo o parte del precio o remuneración
deberá ser suscrito por el emisor con su firma electrónica, y la recepción de las merca-
derías o servicios que consten en la factura podrá verificarse con el acuse de recibo
electrónico del receptor”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 9

ca –en particular al tenor de la ley Nº 19.983– es la temática central que


inspira nuestro libro.
5. Ya no son dos, por ende, sino tres las copias de facturas que obli-
gatoriamente deben manejar los comerciantes y/o contribuyentes, y esta
nueva o “tercera copia” deberá contener un recuadro donde el compra-
dor-receptor tendrá que incluir su firma –bajo apercibimiento de ser
multado, dice la ley Nº 19.983– en señal de recepción conforme de las
mercancías o de la prestación del servicio.
Con esta medida, por el solo ministerio de la ley y previa prepara-
ción de la vía ejecutiva, una copia de la factura original contará con mé-
rito ejecutivo al igual que algunos de los “títulos” que menciona el artícu-
lo 434 del Código de Procedimiento Civil, y podrá ser factorizada en base
a una cesión de créditos formalizada mediante un simple endoso.
Lo que resulta novedoso, jurídicamente, es que toda la ley discurre a
partir de lo que se ha denominado “una copia de la factura original sin
valor tributario”, no obstante lo cual ha sido la Autoridad Tributaria la
que ha dictado una norma administrativa sobre el tema de las facturas
con título ejecutivo15, y a ella se le han conferido nuevas facultades,
(i) para participar directamente en la gestión comercial de las empresas
de factoring manteniendo un registro electrónico de cesiones de la mis-
ma naturaleza, y (ii) para fiscalizar que se verifique la firma o el acuse
de recibo que es obligatorio otorgar al recibirse las mercancías, todo en
conformidad al artículo 5º de la ley Nº 19.983.
6. De manera general, las propuestas de modificaciones y los repa-
ros técnicos al texto legal, a sus omisiones y a las imprecisiones de su
Reglamento surgen, en nuestra opinión, en el contexto de la facturación
mediante sistemas computacionales. Otra cosa diversa son las objecio-
nes y la necesidad de realizar modificaciones a consecuencia de la
implementación práctica de la ley y de su uso –o mal uso– por los acto-
res del mercado comercial.
Así por ejemplo, demostraremos que la ley Nº 19.983 y su Regla-
mento –el decreto supremo Nº 93– omitieron definir cuál era precisa-

15 El SII emitió, el 8 de febrero de 2005, la resolución exenta Nº 14, que establece

normas y procedimientos para la aplicación de esta ley.


10 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

mente “el original electrónico” que debe ser copiado, o comentaremos


cómo olvidaron abordar expresamente la definición de cuál debía ser la
impresión en soporte papel que podía (hasta octubre del año 2007) utili-
zarse para ser endosada traslaticiamente, cedida en cobro o como título
ejecutivo.
7. La muestra más palpable de lo difusa que resulta la dicotomía
entre el derecho público y privado está reflejada –creemos– precisa-
mente por la ley Nº 19.983, que en materia de cesión de los derechos de
que da cuenta una factura comercial digital y, concretamente, tratándose
de la notificación al deudor respectivo, ha mandatado, “revolucionaria-
mente” si se nos permite la expresión, para que sea el Servicio de Im-
puestos Internos –un ente administrativo y fiscalizador per se– el que
administre un sitio o servidor computacional de la red Internet donde se
registrarán o anotarán los documentos cedidos, y la que estableció que
por el solo hecho del registro electrónico y el transcurso de un lapso de
tiempo se entenderá que la cesión le es oponible legalmente al deudor16.
8. La historia legislativa no ha terminado; continúa. A esta fecha,
nuestra inquietud por introducir modificaciones al texto legal de la ley
Nº 19.983 es compartida por los actores interesados del mercado. Así
por ejemplo, en marzo del año 2007 se sometió a trámite parlamentario
y en agosto del mismo año se aprobó en su primer trámite legislativo,
una Moción de varios Diputados, contenida en el Boletín Nº 4.928-2617.
Concretamente, en consideración a las llamadas “Pymes” y recogiéndo-
se la experiencia práctica de la aplicación de la norma, ella busca modi-
ficar tanto la ley Nº 19.983 como el decreto ley Nº 825 Ley del IVA,
“con el objeto de facilitar la factorización de facturas por pequeños y
medianos empresarios”.
En esencia, y sin perjuicio de lo que comentamos en la obra a propó-
sito de cada uno de los artículos que se ha propuesto modificar18, la Mo-

16 Notable y relevante para lo que se analizará más abajo como “factoring en línea”.
17 Ella ha sido incorporada como Anexo de la presente obra.
18 Ellos son los artículos 3º, 4º, 6º y 7º.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 11

ción nace ante la constatación empírica de que los objetivos normativos,


legales y económicos tenidos en vista por la ley Nº 19.98319 no se ha-
brían logrado con su aplicación concreta, y que, en el hecho, al no
cumplirse ciertos presupuestos o presentarse determinados inconve-
nientes, sus normas eran poco idóneas para que la cesión del crédito
de que da cuenta la factura sea “materialmente eficiente” y para que la
factura cumpla con los requisitos necesarios para constituirse en título
ejecutivo.
¿Qué inconvenientes se tuvieron en vista?; al decir del proyecto:
(i) en cuanto a los pagos efectuados por el deudor de una factura cuya
cesión le es notificada por una empresa de factoring, los que suelen
realizarse al emisor o proveedor original y no a la empresa cesionaria;
(ii) algunas situaciones relacionadas con el acuse de recibo y la fecha de
pago de una factura de compra; (iii) algunas situaciones que dificultan
considerar a la factura como título ejecutivo, relacionadas con la recep-
ción de la mercadería o servicio por parte de la empresa obligada al
pago de la factura y con los requisitos exigidos para que el comprador
otorgue el “acuse de recibo”, y (iv) algunas situaciones de hecho de
frecuente ocurrencia que impiden o dificultan la cesión del crédito con-
tenido en la factura, como cuando un deudor comercialmente relevante
exige a su proveedor/acreedor que no factorice el documento, cuando la
empresa deudora u obligada al pago retiene “la cuarta copia cesible”, o
cuando el deudor obligado al pago se opone a la notificación notarial de
la cesión que le hace la empresa de factoring y cesionaria.
9. Por último y aunque por razones de límite de extensión no profun-
dizaremos en el tema –quedando pendiente para una próxima investiga-
ción–, que duda cabe que se entrelazan los ámbitos del Derecho Consti-

19 Se mencionan como tales en la Moción: establecer un procedimiento expedito

para facilitar la cesión del crédito contenido en una factura y otorgar certeza jurídica y
mérito ejecutivo a este instrumento (y a crédito de que da cuenta), de forma que el
acreedor o a quien se le haya transferido el crédito contenido en la factura pueda efectuar
el cobro judicial de la misma mediante un juicio ejecutivo. Como dijimos, la consecuen-
cia lógica es la facilitación del proceso de factorización para el emisor de las facturas y
acreedor del crédito.
12 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

tucional, del Administrativo y del Comercial con la promulgación de la


ley Nº 19.886 sobre Compras Estatales y su Reglamento, los que admi-
ten y regulan expresamente el comercio electrónico o las compraventas
mercantiles vía redes entre los servicios públicos –que actuando como
entes de gestión sin poder coercitivo son el equivalente a empresas con-
tratantes o compradoras– y sus proveedores.
Lo dicho, mediante un sistema, “plataforma”, sitio o servidor de la
red Internet que se conoce como “compraschile.cl” por su ubicación o
nombre de dominio en la red. Muy luego los servicios públicos, además
de verse obligados a esta fecha a licitar en forma electrónica conforme
lo dispuso la nueva ley de compras estatales –19.886–, deberán estar
habilitados –como mínimo y también obligatoriamente– para operar como
“receptores” de una factura digital20.
B. ACERCA DE LA ESTRUCTURA Y CONTENIDOS DE LA OBRA
El Capítulo I, sobre el comercio electrónico, el “e-commerce” o el
“e-business”, intenta dar a conocer resumidamente el contexto fáctico
dentro del cual opera, cobra vida y produce efectos jurídicos la factura
electrónica. Se trata de un mundo de contratos entre ausentes, entre par-
tes que operando digitalmente suelen no conocerse, y donde las insegu-
ridades en cuanto a la autenticación de las partes intervinientes y los
fraudes pueden generar una desconfianza que obsta a la preeminencia
de la Buena Fe que es característica en los actos de comercio. No es el
caso de la factura electrónica en Chile, que posee mecanismos de auten-
ticación de identidades y de seguridad idóneos.

20 Así lo ha dispuesto un Instructivo Presidencial Nº 005 de mayo de 2001, y un

ordinario del Proyecto de Reforma y Administración del Estado Nº 505 de abril de 2004.
¿Están los servicios públicos “obligados” a implementar factura electrónica?: la ver-
dad es que no; téngase presente que ambas normas carecen de una eficacia jurídica im-
portante e incluso están exentas de toma de razón; ellas son declaraciones de intenciones
y/o lineamientos programáticos, que políticamente deben ser asumidas por las jefaturas
de los entes públicos, pero no son instancias normativas por las cuales puedan estable-
cerse cargas y obligaciones de Derecho Público (para ello, están la leyes, los reglamen-
tos y las normas administrativas específicas).
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 13

La distinción conceptual básica, que debe hacerse en forma previa a


la revisión del comercio y los contratos electrónicos desde la perspecti-
va del derecho, es diferenciar entre las transacciones proveedores-con-
sumidores y las de los proveedores-proveedores, entre el “B2C” o Busi-
ness to Consumer y el “B2B” o Business to Business.
La segunda parte del Capítulo I revisa el comercio o los contratos
electrónicos de compraventas mercantiles desde la perspectiva jurídica,
primero realizando una breve visión de contexto de los tópicos más rele-
vantes y luego enfocándose en dos temas que ahora requieren de alguna
aclaración conceptual: la formación del consentimiento vía redes uno
(cuestión esencialmente teórica pero realzada por juristas doctrinarios
desconocedores de la realidad del comercio electrónico) y el valor o
mérito probatorio de los documentos electrónicos, el otro.
El Capítulo II es el más importante y extenso.
La Primera Sección estudia los elementos económicos, jurídicos,
comerciales y tributarios que son inherentes a la factura tradicional, la
de siempre, la soportada en papel, en especial en cuanto a su regulación
en el Código de Comercio, en las normas tributarias y en la ley Nº 19.983
que reguló la cesibilidad y que le asignó título ejecutivo a una copia de
la factura original o tercera copia sin valor tributario.
En la Sección Segunda focalizamos las reflexiones en la factura elec-
trónica21 y las diversas normas jurídicas que con ella se relacionan, a
saber y cronológicamente: (i) las del artículo 56 del decreto ley Nº 825;
(ii) las resoluciones administrativas del SII (Nº 09, 45 y 1515); (iii) la
ley Nº 19.799 sobre firmas y documentos electrónicos; (iv) el artículo 9º
de la ley Nº 19.983; (v) la resolución Nº 14 del SII, y (vi) el decreto

21 Para dimensionar la importancia y la penetración de la factura electrónica, cabe

citar las últimas estadísticas informadas por el SII. En noviembre del año 2007, más de
85 contribuyentes fueron autorizados para operar en el sistema de facturación electróni-
ca a contar de noviembre de 2007; en consecuencia, el total de emisores electrónicos
autorizados desde 2003 asciende a 6.119 contribuyentes, de los cuales 3.240 correspon-
den al año 2007; durante octubre de 2007 se alcanzó una cifra récord en emisión mensual
de documentos electrónicos, superando los 8 millones en el período de 30 días; a no-
viembre de 2007, las facturas electrónicas representan un 23,3% del total de facturas
emitidas en el país.
14 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

supremo Nº 93 de abril de 2005. Quedan pendientes de estudio una serie


de otras normas, que serán objeto de análisis desde la perspectiva de la
modernización del sistema y del derecho tributario.
El Capítulo III aborda de manera general el negocio del factoring o
factoraje, con sus aspectos económicos y jurídicos y en especial en cuanto
a la cesión de créditos que le es inherente.
En particular, la Sección Primera revisa las normas sobre cesibilidad
de la ley Nº 19.983, y la Sección Segunda las características y la norma-
tiva sobre el factoraje electrónico que se deriva o que puede beneficiar
únicamente a las empresas que, previamente, hayan sido autorizadas a
operar como emisores electrónicos por el Servicio de Impuestos Inter-
nos. Jurídicamente y en cuanto a la “cesibilidad electrónica” se estudian
el artículo 9º de la ley Nº 19.983 y su Reglamento complementario –el
decreto supremo Nº 93– y, sumariamente, una circular Nº 23 del SII que
complementa el mismo tema.
Se habla de “factoring” en el título de esta obra, porque el tema de la
cesión de los créditos de que da cuenta la factura es clave para esa acti-
vidad. A pesar de que el Gobierno que promovió la ley Nº 19.983 publicitó
su afán de facilitar el acceso de las PYME o pequeñas y medianas em-
presas por esta vía a la obtención de nuevas formas de financiamiento,
el texto de la ley no utiliza las expresiones “factoring” o “factoraje” en
ninguno de sus artículos.
Se trata pues de un estudio crítico y de una investigación novedosa
para la auditoría, el comercio, el ámbito tecnológico y para el derecho, a
partir de la realidad empírica y no teórica del comercio electrónico y
para determinar si él se ve impactado –y en qué medida ello ocurre– ante
la entrada en vigencia de la ley Nº 19.983 –especialmente con su artícu-
lo 9º–, que ha venido a regular expresamente uno de sus documentos
básicos como es la factura electrónica22.

22Se ha levantado en Chile una suerte de argumentación en cuanto a si existen los


especialistas en el llamado “Derecho Informático” –que sólo serían generalistas en di-
versos temas–, o si lo que debe entenderse es que quienes profesan las diversas ramas del
derecho –el penal, el civil, el constitucional, el laboral, el tributario, etcétera– son los
verdaderamente llamados –desde su especialidad– al estudio de los temas relacionadas
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 15

Continuación nota 22
con las TICs. Se ha dicho que es errado hablar de un “Derecho Informático” y que lo
correcto es aludir al “Derecho de las Nuevas Tecnologías” (sic, por lo intrascendente del
supuesto “error”). La discusión es radicalmente bizantina y propia de teóricos. Lo que sí
debe entenderse, es que el mundo tecnológico hace que los temas se interrelacionen y
por ende lo mismo ocurrirá con las disciplinas jurídicas; así por ejemplo: (i) que el uso de
programas de sabotaje computacional (un delito) sea un mecanismo de autotutela no
apto jurídicamente para evitar la copia sin licencia de software, es una problemática que
supera los parámetros conceptuales de un penalista o de un civilista; (ii) el desarrollo
normativo de la factura electrónica no es un tema de especialistas en derecho Tributario;
(iii) la ley Nº 19.799 sobre firmas y documentos electrónicos no es el resultado de las
investigaciones de los procesalistas o de los académicos de Derecho Comercial, etcétera.
16 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 17

CAPÍTULO I
COMERCIO Y CONTRATOS ELECTRÓNICOS

SECCIÓN PRIMERA
EL COMERCIO ELECTRÓNICO
A. CONCEPTOS Y CLASES DE COMERCIO ELECTRÓNICO
1. Aunque en forma breve y sin entrar en el terreno de las distincio-
nes doctrinarias que poco aportan en el ámbito de las TICS23, es necesa-
rio identificar adecuadamente el contexto de lo que se entiende por “co-
mercio electrónico” o “e-commerce”. De una inadecuada o de una inexac-
ta comprensión de la realidad fáctica que se intenta estudiar y normar
jurídicamente, si es que concluimos en que es necesario y procedente
hacerlo, puede derivarse quizás una mala propuesta regulatoria.
Ampliamente, es el conjunto de actividades con finalidad mercantil
que se realizan mediante sistemas y redes computacionales, sin que exista
contacto físico directo entre quien oferta un bien o un servicio y quien lo
demanda, y que cubre no solamente actos comerciales transaccionales
propiamente tales sino también acciones preparatorias como las de pu-
blicidad o mercadeo.
2. En toda operación de comercio electrónico se entenderá conveni-
do un “contrato electrónico”, esto es en esencia, como se ha sugerido

23 Las definiciones teóricas formuladas por juristas pueden ser tan intrascendentes y

evidentes como el decir que contratos electrónicos son aquellos que se ejecutan a través
de las TICs, o inoficiosas como el describir nociones amplias o restringidas de contratos
electrónicos.
18 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

definir, “...aquel celebrado sin la presencia física simultánea de las par-


tes, prestando éstas su consentimiento en origen y destino por medio de
equipos electrónicos de tratamiento y almacenaje de datos, concretados
por medio de cable, radio, medios ópticos o cualquier otro medio”24.
Entre “contrato” y “comercio” electrónico existe una relación de “gene-
ro-especie”, porque pueden existir acuerdos de voluntades telemáticos,
bilaterales, a distancia y entre ausentes que no envuelvan transacciones
comerciales.
Los contratos electrónicos también se denominan “telemáticos” (te-
lecomunicaciones + informática”)25, porque se celebran mediante re-
des, y se visualizan como de una naturaleza diferente –y específica– a la
de los contratos “informáticos”26 –que serían el género–.
Al decir de Ricardo LORENZETTI27, el contrato telemático se caracte-
riza esencialmente por el medio empleado para “celebrarlo”, “cumplir-
lo” o “ejecutarlo”, sea en una o en las tres etapas en forma total o parcial,
y este medio digital, por ende, incidirá en la etapa de formación del
consentimiento, en la transmisión de la voluntad contractual y en el modo
de celebración del contrato. ¿Importa el medio electrónico concreto que

24 Véase la URL http://www.utem.cl/cyt/derecho/contratacion.html


25Técnicamente, la telemática se conceptualiza como una integración de las tecno-
logías de las telecomunicaciones y la informática, y, entre otros aspectos se centraría en
el estudio, el diseño y la gestión de las redes de computadores a varios niveles: ...desde
el nivel físico (redes de acceso, redes inalámbricas, redes ópticas) hasta niveles lógicos
(protocolos; arquitecturas de red; medidas, análisis y control de tráfico).
26 Como sostiene LOREDO ÁLVAREZ (2005), “se puede considerar a los contratos

informáticos como el resultado de una moderna tipología contractual que respondien-


do a la alta complejidad del objeto de aquéllos, el alto nivel de concentración del
mercado internacional de tecnología informática, y el evidente desequilibrio entre las
partes con referencia al dominio de la tecnología ha estructurado normas, principios e
instituciones que responden a dicha problemática como la etapa precontractual en la
elaboración de este contrato y que la doctrina y legislaciones de otros países le otorgan
una gran importancia”. Agrega este autor, que “Miguel Ángel Davara Rodríguez define
el contrato informático como aquél cuyo objeto sea un bien o servicio informático –o
ambos– o que una de las prestaciones de las partes tenga por objeto ese bien o servicio
informático”.
27 Véase la URL http://www.cibersociedad.net/archivo/17
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 19

se use?: para nada; sería un error creer que al definir debe hacerse refe-
rencia a componentes tecnológicos determinados –de los cuales puede
prescindirse– y que esto es lo que entraba el elaborar un concepto de
contrato electrónico.
Otro autor español –jurista y teórico– menciona –en el mismo senti-
do anterior– que el contrato es electrónico cuando se verifica mediante
la utilización de algún elemento electrónico, de manera tal que aquél
tenga o pueda tener una incidencia real y directa sobre la formación de
la voluntad contractual28. Naturalmente se concluye lo ya dicho, a sa-
ber, que el comercio electrónico no es sino una nueva modalidad para
la formación del consentimiento en forma telemática, requisito esencial
para la validez de los contratos.
Marcando una diferencia radical con estos textos, en el presente li-
bro abordamos el estudio concreto de un nuevo contrato electrónico, a
saber, el de la cesión del crédito de que da cuenta una factura que previa-
mente ha sido emitida en forma electrónica. Como veremos en el Capítulo
III, en conformidad al artículo 9º de la ley Nº 19.983 y al decreto supremo
Nº 93 que la reglamenta, él se entiende perfeccionado y notificado al deu-
dor cedido únicamente con la anotación de un archivo en un registro elec-
trónico de cesiones que administra el Servicio de Impuestos Internos.
Por cierto existen otros contratos “electrónicos” que son dignos de
un estudio. Pensemos en los que se celebran por el solo hecho de usar en
Internet un programa antivirus on line, donde sólo cabe adherirse y mani-
festar acuerdo con los términos y condiciones legales del sitio que ofrece
el servicio de seguridad; o en el contrato electrónico por antonomasia
que se celebra en Chile, a saber, entre el NIC de Chile y la persona que
solicita registrar un nombre de dominio; son, por cierto, temas concretos
que surgen reclamando especialización y no un aggiornamiento teórico
de normas generales del Derecho Civil, que han carecido y carecerán
cada vez más de protagonismo o relevancia en el ámbito de las TICs.

28 “La particularidad distintiva de los contratos concluidos por medios electrónicos


o telemáticos” –que son consensuales–, “a través del envío de mensajes recíprocos entre
las partes”, se encontraría en el medio o instrumento utilizado para la emisión de las
declaraciones de voluntad, circunstancia de la que derivarían los supuestos
condicionamientos para su admisión y las peculiaridades de su régimen.
20 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

3. Se ha definido el comercio electrónico como el intercambio tele-


mático de información entre empresas (Business to Business) o entre
empresas y consumidores (Business to Consumer) que da lugar a una
relación comercial, consistente ella (i) en la entrega en línea de bienes
intangibles o soportados magnéticamente (datos, documentos, imáge-
nes, música, videos, servicios, etc.), o, (ii) en un pedido electrónico de
bienes tangibles29.
A la entrega de intangibles también se le denomina comercio elec-
trónico “directo” y a la de bienes tangibles “indirecto”.
Ejemplos de entrega en línea o vía redes de bienes intangibles o de
comercio electrónico directo son las reservas de pasajes y hoteles, la posi-
bilidad de consultar bases de datos o páginas de la red internet, la compra-
venta electrónica de seguros, la compra de software bajado de Internet,
etc., hipótesis todas a cuyo respecto los pagos suelen realizarse autori-
zando el usuario el cargo a una tarjeta de crédito cuyo número se indica
y asocia a un dígito identificador.
Ejemplos de comercio electrónico indirecto son los “malls virtuales”
donde opera la venta mediante catálogos virtuales o “la compra del click”
de libros, discos, ropa, flores, comida, etcétera30, y las operaciones en-
tre grandes concentradores –como los supermercados– que envían elec-
trónicamente las órdenes de compra a sus proveedores.
Un caso real en el contexto de las ventas “retail”, donde pueden con-
fluir todas las categorías conceptuales de comercio electrónico, puede ser-
vir de ejemplo. Mejor aún, porque se relaciona –a modo de anticipo–
con el uso de facturas electrónicas31. Nos referimos al “Mall Plaza” de

29 Cuando hablamos de que el intercambio se produce entre empresas, o entre em-


presas y consumidores, cabe tener presente que un órgano estatal también debe ser con-
siderado como eventual cliente o consumidor que tendrá relaciones comerciales con sus
proveedores. Recordemos que en varios Estados (España, México y Brasil al menos) se
está estudiando la implementación técnica y la regulación legal para que exista un sitio
web del Estado donde se realizarán electrónicamente todas las compras y contrataciones
del Fisco, lo que en Chile, como comentamos, se ha regulado por la ley 19.886.
30 A modo de ejemplo, véanse en Internet las direcciones www.almacenesparis.cl,

www.arslatino.com, www.pouparina.cl, etcétera.


31 Vease en Internet la URL http://www.lun.com/economia//detalle_noticia.asp?

cuerpo=701&seccion=804&subseccion=901&idnoticia=C385088606746296
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 21

Chile32. Se trata de una empresa “concentradora”, que a esta fecha inte-


ractúa electrónicamente con sus 2000 clientes comerciales (B2B) o arren-
datarios de sus locales, a los que les factura electrónicamente y al mismo
tiempo en papel; que puede vender por Internet productos a sus clientes
o consumidores (B2C), y que recibe mercancías y facturas de sus pro-
veedores (B2B), a los que estimula a incorporarse al sistema de factura-
ción facilitándoles el acceso a un software que les permite emitirla33,
mismos a los cuales podría enviarles –no sabemos si se hace– órdenes
de compra electrónicamente.
Por cierto, no se trata de un e-marketplace porque no todos interac-
túan en una misma plataforma o sitio de Internet administrado por la
empresa de forma cerrada, como veremos en seguida.
B. EL COMERCIO ELECTRÓNICO MEDIANTE PLATAFORMAS
O “E-MARKETPLACE”34 DESDE LA PERSPECTIVA DEL DERECHO35

En general, la informática, las telecomunicaciones y la red Internet


pueden configurar plataformas o grandes servidores o sistemas computa-
cionales que permiten la integración de empresas en transacciones de co-
mercio electrónico, lográndose mejores y oportunos accesos a la informa-
ción comercial, mayor velocidad y una cobertura mundial de mercados.

32 Vease la URL /www.mallplaza.cl/


33¿Los beneficios para la empresa facturadora?: no hay que pagar por las impresio-
nes, ni tener bodegas para almacenar las facturas; al ser virtual no habrá demoras de
envío, ni pérdidas de tiempo para saber qué factura se emitió en una determinada fecha
porque sólo se debe buscar en los respaldos magnéticos.
34 Como una muestra de la envergadura de estos sistemas y modalidades de contra-
tación, en la dirección de Internet http://www.mundoenlinea.cl/noticia.php?noticia_id=
1879&categoria_id=41 se consigna que en la plataforma de intercambio comercial de las
empresas mineras, que se denomina “Quadrem”, los ingresos aumentaron en un 70% el
año 2004 respecto al año anterior y la base de clientes en igual período se triplicó, llegan-
do a las 13.000 compañías, y se afirma que las organizaciones compradoras enviaron 1.2
millones de órdenes de compras electrónicas, por un valor total de más de US$ 4.000
millones, a través de este mercado o centro de transacciones electrónico.
35 Todo lo que ahora anticipamos cobrará importancia cuando analicemos los pro-

yectos de factoring electrónico en Chile, porque ellos se están desarrollando en estas


plataformas transaccionales y no en forma aislada.
22 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

En particular, los llamados e-marketplace tienden a crear mercados


o comunidades virtuales de negocios altamente eficientes en la fijación
de precios, en donde además se agilizan las transacciones entre las em-
presas participantes, se facilitan las compras a gran escala o de grandes
volúmenes y en donde el uso de programas computacionales de gestión
centralizada disminuye los costos operacionales de las transacciones y
los de administración.
Estos mercados de intercambios electrónicos se caracterizan por la
concurrencia de un gran número de compradores y vendedores que coti-
zan, licitan, rematan y compran productos o insumos. Efectivamente, como
se ha dicho, de la mano de las potencialidades de Internet ellos cuestionan
las prácticas comerciales tradicionales y nos sitúan en el mundo de una
nueva economía ya no segmentada por tamaños, industrias o geografías.
El efecto simultáneo de estas comunidades empresariales es la acti-
vación de los servicios de valor agregado que van de la mano de la gene-
ración de transacciones, tales como servicios financieros (créditos, pa-
gos, factoring y leasing) y logísticos o de abastecimiento (transporte,
bodegaje y distribución).
De cara al tema de la seguridad y confidencialidad de las transaccio-
nes entre empresas, una cuestión no menor sino esencial, la existencia
de un mercado electrónico de intercambios en el que los actores se co-
nozcan y actúen reiteradamente entre ellos es una característica que,
sumada a la utilización de mecanismos de firmas y certificados digitales
que permitan autenticar las identidades y codificar, encriptar o hacer no
entendibles para terceros las transacciones, soluciona los recelos y te-
mores de actuar o de comerciar vía redes computacionales.
Un muy buen ejemplo lo constituye hoy en día el diseño de Covisint
–el portal de compras en línea o exchange mundial de la industria de
manufactura de automóviles–, en donde las empresas Ford, General
Motors y Daimeler Chrysler, al haber trabajado coordinadamente junto
a sus proveedores para agilizar y centralizar las compras de piezas y
componentes para los autos, pueden en estos momentos negociar con
mayor información, a escala mundial y a menores costos.
Otros ejemplos son: (i) el mercado global en línea de compras en
materia de minería, minerales y metales creado por catorce de las princi-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 23

pales compañías, una plataforma mundial que permite acceder a fuentes


de compras de proveedores de todo el mundo y que está abierta a todas
las compañías de la industria sin considerar su tamaño, ubicación o es-
pecialidad (en Internet véase la dirección www.quadrem.com); (ii) el
“aeroexchange” creado por doce líneas aéreas para, entre otras opera-
ciones propias del rubro, realizar transacciones de compra y venta de
armazones de aviones, componentes de motores y servicios de manteni-
miento, y (iii) el proceso de creación de portales de comercio electróni-
co asumido en España por el Grupo Banco Santander Central Hispano,
para ofrecer a sus clientes servicios de valor agregado distintos de los
financieros y para canalizar transacciones de compraventa y los flujos
financieros derivados de dichas operaciones.
Un anticipo de reflexión jurídica: en el contexto de estos sitios elec-
trónicos de transacciones nunca se presentará debate jurídico alguno en
cuanto al momento y al lugar de la formación del consentimiento, y
nunca podrá cuestionarse la competencia o incompetencia de un tribu-
nal o la naturaleza del derecho a aplicarse en caso de conflicto36.
¿Porqué esta afirmación tan categórica?: porque el 100% de las
empresas que son usuarias de estos servicios firman un contrato de ad-
hesión con la empresa administradora de la plataforma que –dicho sea
de paso, cuando nos ha tocado evaluarlos profesionalmente hemos cons-
tatado que las cláusulas de eximentes de responsabilidades son radicales
y claramente abusivas para los usuarios–, y en él las partes definen el
derecho aplicable –generalmente el del domicilio de la empresa que ad-
ministra– y se someten a arbitraje como mecanismo de solución de cual-
quier controversia, sea con la empresa que le presta el servicio habilitante
para ser parte de la comunidad y realizar transacciones, sea con sus con-

36 La reflexión jurídica puede ser extensa, y queda pendiente para un trabajo futuro.
Sólo una referencia bibliográfica: la abogado Paula SILVA, en un paper publicado en la
URL http://www.derechoinformatico.uchile.cl/CDA/der_informatico_complex/
0,1491,SCID%253D14333%2526ISID%253D507,00.html deja planteada como interro-
gante la pregunta acerca de “¿en qué momento participó la voluntad de las partes?”,
porque entiende que en un e-marketplace se darían “situaciones en que no media parti-
cipación alguna de personas solicitando y aceptando, sino que el sistema solicita bienes
automáticamente si otro sistema acusa el término de determinado stock de productos”.
24 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

trapartes comerciales para el caso de extravío de documentos o discre-


pancias –por ejemplo– en cuanto al volumen y precio de las mercancías
que se indicaban en una orden de compra electrónica determinada.
C. EL EDI O ELECTRONIC DATA INTERCHANGE37
Sólo algunos párrafos para replantear categorías conceptuales, que
luego, al revisar lo que es y cuál es el modelo técnico y legal –desde el
punto de vista de las responsabilidades– de la factura electrónica hoy
existente en Chile, hacernos cargo de afirmaciones erradas o sin funda-
mento que se han ventilado en seminarios especializados38.
Como hemos explicado en otra publicación, el EDI es la sigla que
alude al intercambio electrónico entre sistemas computacionales de in-
formación estructurada, es decir, de datos y documentos mediante
formatos o estándares acordados previamente por los usuarios (general-
mente grandes empresas). A efectos explicativos, puede sostenerse que
el EDI es un correo electrónico o e-mail pero con protocolos comunes.
Conceptualmente el funcionamiento del sistema EDI es sencillo; se trata
de enviar un mensaje en forma electrónica usando computadores y no
papel desde la oficina de un usuario a otro del sistema, por su parte éste
puede responder a través de otro mensaje transmitido de igual forma,
visar o archivar, dependiendo del trámite de que se trate.

37 Esta temática es importante, como veremos en su momento, para cuando analice-

mos en detalle la resolución Nº 1.515 del SII, la que el año 1995 definió y validó en Chile
un primer modelo de facturación electrónica, que operaba mediante redes cerradas y no
mediante Internet (que es abierta). Tal iniciativa fue, en su momento, un proyecto tre-
mendamente ambicioso pero que lamentablemente fue demasiado pionero para las rea-
les condiciones del mercado existentes a esa fecha.
38 Álvaro PARRA (2005). El académico citado manifestó, sin ni siquiera mencionar

la importante diferencia entre redes “cerradas” y “abiertas”, que el sustrato de la factura


electrónica regulada por la ley Nº 19.983 y la resolución exenta Nº 45 era el llamado
“EDI” o la transmisión electrónica de información de una computadora a otra, estando
estructurada la información conforme a alguna norma técnica convenida al efecto. Es un
error, porque no hay estándares aprobados o convenidos, sino que las normas del Servi-
cio de Impuestos Internos definen unilateralmente estándares a aplicar, que tecnológica-
mente y para el documento electrónico factura se llama “XML”, y los contribuyentes
eligen libremente qué aplicaciones concretas usar de las muchas que ofrece el mercado.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 25

El proceso de establecer un formato uniforme mundial para el EDI,


tiene sus orígenes en los esfuerzos de la Comisión Económica para Euro-
pa (CEPE) y de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo (UNCTAD) para diseñar documentos de comercio interna-
cional que sean estandarizados en cuanto a sus dimensiones, disposicio-
nes y presentación de cada uno de los campos de datos que contienen.
La UNCITRAL o Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil ha definido el concepto “mensaje de datos” el año 2001, consi-
derando tanto el contenido como el continente y entendiendo por tal a la
información generada, enviada, recibida o archivada por medios electró-
nicos, ópticos o similares, como pudieran ser, entre otros, el intercambio
electrónico de datos (EDI), el correo electrónico, el telegrama, el telex o
el telefax.
Este EDI puede hacerse mediante redes cerradas como son las VAN,
Value Added Network o Redes de Valor Agregado o mediante redes abier-
tas como Internet, y se ha implementado para, por ejemplo, enviar una
orden de compra a un proveedor, una orden de pago a un banco, una
factura o una guía de despacho entre comerciantes, una planilla de decla-
ración y pago de cotizaciones de AFP o ISAPRE, una declaración adua-
nera de importación de mercancías, un manifiesto de carga, etcétera.
Lo importante de entender es lo siguiente: la factura electrónica re-
gulada por el decreto ley Nº 825 y principalmente por las Resoluciones
del Servicio de Impuestos Internos Nº 45 y 09, a las que se reenvía o
remite expresamente la ley Nº 19.983 en su artículo 9º –y por ende de-
ben estudiarse en detalle–, no han recogido para el ámbito de la “red
abierta” que es Internet el uso de documentos estandarizados según las
normas de Naciones Unidas ni de la mano el estándar UN/EDIFACT39,

39 La expresión EDIFACT corresponde a las normas de las Naciones Unidas para el


Intercambio Electrónico de Documentos. Comprende un conjunto de reglas acordadas
internacionalmente, directorios y guías para el intercambio. Estas reglas están conteni-
das en el documento oficial denominado Directorio de Intercambio de Datos de Comer-
cio de las Naciones Unidas (Trade Data Element Dictionary-UNTDID). La sigla UN/
EDIFACT se compone de tres siglas menores: (i) UN (United Nations), las Naciones
Unidas, el organismo responsable de la puesta en marcha y el desarrollo continuado del
estándar; (ii) EDI (Electronic Data Interchange), Intercambio Electrónico de Documen-
26 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

porque se trata de un estándar convencional definido para “redes cerra-


das”, que requiere necesariamente la intermediación de empresas res-
ponsables que operan a altos costos –son las llamadas “Redes de Valor
Agregado”, y que no permite conexiones directas “emisor-receptor” o
“emisor-SII” durante los procesos de facturación electrónica.
Ergo, como se ha definido un nuevo sistema propio y exclusivo para
Chile, no cabe cuestionarse el que por decisión unilateral del SII se haya
utilizado el llamado estándar “XML” para confeccionar los documentos
tributarios electrónicos, sólo validado por el mercado. ¿Lo jurídico de
este tema?: como las aplicaciones no las desarrolla el SII, no se le puede
acusar de violentar la “neutralidad tecnológica” ni de ser responsable
porque un sistema de facturación electrónica determinado no funcione.
SECCIÓN SEGUNDA
LA PROBLEMÁTICA JURÍDICA DEL COMERCIO ELECTRÓNICO
A. VISIÓN DE CONTEXTO
Frente a las realidades fácticas del “ciberespacio” –un concepto to-
mado de la literatura de ciencia ficción inglesa que alude al mundo re-
sultante de la conectividad mediante redes computacionales–, que son
ajenas al mundo de la cultura del papel, y para alcanzar un desarrollo
efectivo del comercio electrónico, el derecho tiene el desafío de armoni-
zar dos intereses concurrentes: por un lado, permitir un uso amplio y
eficaz de las nuevas tecnologías, y por otro, proteger adecuadamente la
confianza de los usuarios (empresarios y consumidores) en la autentici-
dad y seguridad de los documentos generados y transmitidos y de los
pagos realizados vía Internet.
Tratándose de hacer e-commerce mediante Internet, hay que tener pre-
sente que en principio la red se caracteriza por la imposibilidad de ser
normada localmente o conforme al ordenamiento jurídico de un Estado
determinado, salvo que las transacciones se realicen en un sistema o servi-

Continuación nota 39
tos, indica el concepto que se está estandarizando, y (iii) FACT (for Administration,
Comerce and Transport), que señala la aplicación de este estándar a la administración, el
comercio y el transporte internacionales.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 27

dor computacional localizado físicamente en un país determinado y que


las contrapartes de la compraventa mercantil electrónica estén ubicadas
en ese país o, no estándolo, hayan acordado regirse por su normativa.
Internet puede no respetar límites geográficos y no reconoce fronteras
territoriales; es “aterritorial” y constituye una realidad que –de aunarse
los criterios necesarios (por ejemplo en cuanto a prohibir el comercio de
pornografía o de contenidos ilícitos)– quizá podría llegar a regularse me-
diante Tratados. Pero se trata de mera teoría. La realidad del e-business
requiere de respuestas rápidas y de la estandarización o adopción de
ordenamientos jurídicos similares, lo que está ocurriendo con los países
miembros de la UNCITRAL, de la Unión Europea, de la OMC y de la
OMPI, quienes están recogiendo de hecho los lineamientos sectoriales en
sus regulaciones locales sin la necesidad de promulgarse tratados especí-
ficos.
Desde la óptica jurídica del comercio electrónico, en primer lugar,
todas las publicaciones nacionales sólo han caminado por zonas y apre-
hensiones conocidas desde la década de los 80 – que la realidad práctica
del e-commerce se ha encargado de deslegitimar–, donde el tema del
comercio electrónico era un proyecto que supuesta y teóricamente com-
plicaría: (i) las normas tradicionales sobre la formación del consenti-
miento, (ii) la competencia de los tribunales o (iii) las formalidades pro-
pias de los documentos soportados en papel.
Desde la óptica jurídica además, aún a esta fecha, en el año 2007,
existen demasiados mitos, y ellos se han usado a niveles del Gobierno
de Chile para insistir –específicamente y en el marco de una propuesta
modernizadora global40– en que es necesario e indispensable crear una
regulación legal específica sobre las reglas para la formación del con-
sentimiento en materia de comercio electrónico.
El mito más generalizado se refiere a que todo debe ser regulado por
una norma legal expresa y que el creciente comercio digital que se está
realizando no estaría amparado legalmente.
Quienes así piensan olvidan, por ejemplo: (i) que desde hace 20 años
existen las Data Protection Act o leyes de protección de datos que am-

40 Véase la dirección www.agendadigital.cl


28 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

paran la privacidad de las personas; que las partes contratantes pueden


someter la solución de controversias a mecanismos de arbitraje; (ii) que
en temas como la aplicación de aranceles a las transacciones en línea la
tendencia –a instancias de la OMC– es llegar a una total desregulación;
(iii) que en cuanto al resguardo del “copyright” de las mercancías digitales
la OMPI ha propuesto validar legalmente el uso de mecanismos técni-
cos de resguardo como la encriptación; (iv) que los documentos más
importantes como las facturas y las declaraciones aduaneras de importa-
ción o ingreso de mercancías se encuentran reguladas expresamente, en
lo legal y en sus detalles reglamentarios; (v) que teniendo presente que
los contratos electrónicos de comercio se realizan entre particulares,
“campean” en su ámbito los principios del consensualismo, de la auto-
nomía de la voluntad y de la libertad contractual, y (vi) que el supuesto
efecto “disuasivo” que significaría el tipificar nuevos delitos informáticos
no es tal, porque las empresas o los bancos que se ven afectados prefie-
ren no formalizar denuncias o querellas por un tema de resguardar su
imagen corporativa.
Nuevamente en el plano empírico y a riesgo de pontificar: en nues-
tra opinión lo único que se requiere para masificar el comercio electró-
nico es mejorar y facilitar los mecanismos tecnológicos en materia de
pagos y transferencias de fondos, con una paralela disminución de los
costos que involucra, por ejemplo, el seguir aplicándole la ley de tim-
bres y estampillas a dichos pagos.
Nuestra propuesta personal: no todos los aspectos jurídicos del e-
commerce deberían ser objeto de regulación mediante la promulgación
de nuevas normas o elaborándose Códigos nuevos, como se ha sugeri-
do, o modificándose los tradicionales. Donde sí se requería de nuevas
leyes es en materias tales como el uso de firmas digitales, la existencia
de entidades o empresas certificadoras que venden los software para
poder firmar generando las claves respectivas, y el valor probatorio de
los documentos que acrediten las transacciones en línea, toda vez que
afectan normas de Derecho Público que no pueden ser entregadas al
arbitrio de las partes. Volveremos sobre el tema al revisar –someramente–
la ley Nº 19.799 vigente en Chile y que, en forma más positiva que
negativa, regula estos tópicos.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 29

Aunque la ley citada no se refiere exclusivamente a los actos de


comercio realizados mediante documentos o mensajes electrónicos como
órdenes de compra y facturas, su artículo 3º, que ha venido a modificar
tácitamente todo el ordenamiento jurídico, homologa de manera general
a los actos y contratos soportados en papel con los realizados electróni-
camente.
Dice, en lo esencial, que “los actos y contratos otorgados o celebra-
dos por personas naturales o jurídicas, públicas o privadas, suscritos
por medio de firma electrónica, serán válidos de la misma manera y
producirán los mismos efectos que los celebrados por escrito y en so-
porte de papel”. Más específico fue por ejemplo, en el Derecho Compa-
rado, el Código de Comercio de México, que desde mayo del año 2000
establece expresamente que “en los actos de comercio” pueden emplearse
medios electrónicos, ópticos o cualquier otra tecnología, y que para efec-
tos del Código mercantil la información que se genere, envíe, reciba,
archive o comunique a través de dichos medios debe denominarse como
“mensaje de datos”.
En otro orden de temas, de cara a la problemática jurídica del co-
mercio electrónico una idea es esencial: se trata de hechos o realidades
que ocurren en el mundo de lo telemático, lo digital, lo intangible y lo
inmaterialmente perceptible de la forma tradicional –hay materialidad,
pero magnética y no perceptible racionalmente por la conciencia del
hombre sino sólo por los sistemas que la soportan y traducen–, en donde
los mensajes o documentos enviados ya no están soportados en papel
–v.gr. una oferta de venta, una orden de compra a un proveedor, una orden
de pago a un banco con cargo a cuenta corriente o una autorización de
cargo en tarjeta de crédito, una factura, un archivo electrónico de cesión
que en Chile verifica o materializa legalmente la transferencia de dere-
chos inherente al factoring, una declaración aduanera de importación o
de ingreso de mercancías o una declaración de impuestos, etcétera.
1. Formación del consentimiento en línea
Teóricamente –muy teóricamente la verdad– se trata de saber cuán-
do y dónde puede entenderse perfeccionado el consentimiento en las
operaciones de comercio electrónico, lo que a posteriori y legalmente
30 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

determinará el ordenamiento jurídico aplicable y el tribunal competente


para conocer de un posible litigio. Frente a la pregunta de cómo determi-
namos “el momento” y “el lugar” de la formación del consentimiento en
contratos electrónicos-mercantiles realizados a distancia y entre ausen-
tes –porque no existe un contacto físico directo entre los contratantes–,
telemáticos o vía redes, lo primero será distinguir si es una operación de
“B2C” o de “B2B”.
Volveremos sobre el tema en el acápite inmediatamente siguiente,
sólo o exclusivamente para tener una suerte de claridad conceptual y
porque a esta fecha se han dictado nuevas y concretas normas legales y
administrativas que aluden al consentimiento en los contratos electróni-
cos, las que requieren –por su novedad– hacerse cargo de su contenido y
darlas a conocer a la comunidad jurídica.
No nos haremos cargo de afirmaciones doctrinarias evidentes que
señalan que una oferta es electrónica cuando la declaración de voluntad
se realiza a través de medios informáticos. Porque lo relevante no es el
medio material a través del cual se produce la oferta y la aceptación que
son inherentes al consentimiento, y porque tienen plena y cabal
aplicabilidad las normas de derecho común.
2. Protección de la privacidad
El tema –al igual que el de la protección de los derechos de los con-
sumidores– cobra importancia en los contratos electrónicos entre pro-
veedores y consumidores, porque los primeros almacenan en sus sitios o
servidores de la red Internet diversos datos que luego procesan para lo
que en materia de marketing o mercadotecnia se conoce como “fidelizar”
a sus clientes, sobre todo si se utilizan medios de pagos no anónimos
como las tarjetas de crédito y débito y si se trata de datos relacionados
con ocupaciones, gustos, preferencias, compras realizadas, etcétera.
El problema es que suele recogerse información sobre los hábitos de
los consumidores sin que éstos lo sepan, y luego, con la falsa convicción
de que esa información les pertenece a las empresas, ellas la perfilan y la
comercializan41.

41 Suele afirmarse que el abuso de las posibilidades computacionales constituye la

amenaza por excelencia contra la intimidad, porque cruzándose telemáticamente datos


COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 31

Otras prácticas comunes en Internet son el envío de correo electró-


nico o correspondencia punto a punto, que identifica a los emisores o
remitentes frente a los destinatarios de los e-mail y concretamente frente
al proveedor del bien o del servicio, y la navegación por los emplaza-
mientos o páginas de la red Internet que sistemáticamente deja un regis-
tro digital permanente e identificable y que da cuenta de hábitos y prefe-
rencias de los consumidores.
Hoy en día somos detectables al navegar porque cada vez que ingre-
samos a un sitio dejamos una huella o registro magnético en un “log” de
acceso, o porque el servidor computacional donde está el sitio de la red
internet nos registra automáticamente enviándonos archivos ocultos lla-
mados “cookies” o “spyware”. Sobre todo mediante estos archivos o pe-
queños programas espías, que se autoinstalan clandestinamente y se en-
vían hasta el computador del usuario desde el servidor donde está alojado
el sitio visitado, con fines de comercialización posterior se obtiene una
detallada y una completa información confidencial sobre los hábitos de
los navegantes o usuarios de Internet –en concreto, sobre los sitios que
visitan y la frecuencia con que lo hacen–, sin autorización del titular de
los datos. Así, se conocen nuestros centros de interés y nuestros hábitos
de vida, y cualquier empresa querrá tener una base de datos perfilada y
“fidelizada” con antecedentes de potenciales clientes. Por algo es que la
industria del marketing directo en línea ha crecido en un 75%42.
En EE.UU. han constatado que la mayoría de los sitios de la red
Internet donde se realizan transacciones de comercio electrónico no res-

Continuación nota 41
personales o nominativos puede obtenerse un perfil de las personas cuyos antecedentes
son procesados. Esta imagen inmaterial del titular de los datos debe ser resguardada
porque puede ser creada errada o dolosamente, lo que eventualmente se traducirá en
discriminaciones, en la imposibilidad de ejercer algún derecho, o en la pérdida de algún
beneficio.
42 Según el último informe anual elaborado por la DMA (Direct Marketing Asso-
ciation) el gasto realizado en 2000 por las empresas y consumidores en marketing direc-
to a través de Internet fue de unos 24.200 millones de dólares, aproximadamente 4,6
billones de pesetas. Estos guarismos representan un aumento del 75 % con respecto a
1999.
32 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

petan las normas sobre protección de datos personales, ya que las llama-
das empresas “punto com” no ponen todas las cartas sobre la mesa cuando
se habla sobre el destino de la información entregada por sus clientes.
Un estudio abarcó 7.521 sitios dedicados a las ventas en línea, dejando
como resultado que sólo unos pocos permiten decidir a los usuarios si
sus direcciones de correo electrónico podían ser incluidas en sus listas
de correo, y que son aún menos los que indican si la información perso-
nal será manejada por terceros o comercializada sin exigirles autoriza-
ción previa.
Hay que proteger la privacidad o intimidad de las personas contra-
tantes. ¿Un criterio de solución para el tema?: “la Teoría de las Esfe-
ras”. En la medida que un particular consienta o una norma legal esta-
blezca que ciertos datos o antecedentes personales sean susceptibles de
conocerse43, éstos pasarán a formar parte de una esfera social o pública
porque lo vincularán con la sociedad. En el caso contrario, esto es, si
cada titular de los datos que lo individualizan opta por mantenerlos re-
servados o no existe una ley que por razones de orden público permita
expresamente conocerlos44, tales antecedentes, que les pertenecen45, se-
rán parte de una esfera privada, íntima o reservada que no puede ser
atisbada, procesada o conocida por particulares, por empresas que quie-
ran comercializarlos e incluso por órganos estatales.
No teoricemos. No estamos formulando reparos y propuestas de la
mano de entelequias o divagaciones, sino que se trata de recoger y “chi-
lenizar” opciones legislativas que ya se han encarnado en la realidad

43 Pensemos en los siguientes datos: número de teléfono; profesión; filiación políti-

ca; origen étnico; situación laboral; cotizaciones previsionales; monto de impuestos de-
clarados; créditos bancarios obtenidos; viajes realizados; valores transados en la Bolsa;
participaciones en sociedades; etcétera.
44 Tal es el caso del prontuario o registro de condenas, de la base de datos del

Servicio de Registro Electoral, del Boletín Comercial de la Cámara de Comercio de


Santiago, etcétera.
45 A propósito de los datos patrimoniales, desde 1929 a la fecha la Superintendencia

de Bancos ha sostenido que uno de los atributos del dominio lo constituye la facultad
exclusiva del dueño para permitir o impedir a terceros que se impongan o no de sus
negocios.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 33

cotidiana de otras latitudes. Basta ver la dirección en Internet que correspon-


de a la URL http://www.siemens.es/index.jsp?sdc_p=t15c169z3suo1164
789pnfl3mi1156082&sdc para constatar como una empresa española
actúa en conformidad a la ley de su país y realiza las declaraciones per-
tinentes, todas las cuales son fiscalizadas por la Agencia de Protección
de Datos que también se menciona.
Dice en concreto: “La visita a este WEBSITE no supone que el usua-
rio esté obligado a facilitar ninguna información sobre sí mismo. En el
caso de que proporcione el usuario alguna información de carácter per-
sonal, los datos recogidos en este WEBSITE serán utilizados con la fi-
nalidad, en la forma y con las limitaciones y derechos que recoge la Ley
Orgánica 15/1999, de Protección de Datos de Carácter Personal, en su
redacción dada por la Ley 62/2003, de 30 de diciembre. Los datos faci-
litados por los usuarios serán incorporados a los ficheros de carácter
personal de los que es responsable el Grupo Siemens en España, que
cumplirá con su obligación de notificación previa a la Agencia de Pro-
tección de Datos, de la creación de ficheros de carácter personal y asi-
mismo comunicará a la citada Agencia, los cambios que se produzcan
en la finalidad del fichero automatizado, en su responsable y en la di-
rección de su ubicación”.
Y no seamos ingenuos socialmente. Las empresas que realizan estas
prácticas no lo hacen por deporte, entretención o hobby sino sólo con
fines de lucro y comercialización. Nos ha tocado profesionalmente leer
declaraciones de los empleados de una empresa procesadora de datos
personales, en que para acceder a información que relacione roles de pro-
piedad con los RUT de sus propietarios, o para conocer segmentadamente
qué empresas pueden ser calificadas como “pymes”, no dudan en invo-
car “las necesidades de transparencia en el mercado” o “la importancia
de conocer la realidad económica y del comportamiento analítico del
sector”. Por eso es que somos a priori desconfiados y recelosos de ini-
ciativas de “autorregulación” como “www.truste.org” o “www.confiare.cl”
o “www.privacyalliance.org”, máxime cuando la sanción para una em-
presa que no obstante haber declarado previamente que respeta la
privacidad de sus clientes y se demuestra que no lo hace, pasando a
llevar “las Políticas” que previamente declaró, sólo se traduce en que le
34 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

quitan el logo o el ícono que la identificaba como parte de la red. Se trata


de una sanción moral, que fácilmente puede asumirse cuando el benefi-
cio económico ha sido considerable.
Que la información nominativa sobre las personas que puede
recopilarse en Internet es un bien jurídico que debe protegerse legal-
mente no queda sólo en evidencia con películas de cine o series de tele-
visión. Sabido es que en EE.UU. se han sancionado a importantes em-
presas como “American On Line”, la librería virtual “Amazon.com” y a
la empresa de marketing vía redes “DoubleClik”, precisamente por el
hecho de haberse comercializado las bases de datos de sus clientes y
atentado contra la privacidad de miles de personas. Siempre citamos en
clases el caso de los marinos norteamericanos que fueron dados de baja
cuando la Armada de ese país cruzó las listas de las empresas con sus
bases de datos, y detectó que un grupo de sus uniformados era habitual
cliente de la adquisición de literatura y videos sobre homosexualidad.
Y la información nominativa o íntima sobre las personas, suscepti-
ble de ser percibida o recogida en Internet, también se ha visto afectada
bajo el pretexto de querer evitarse ilícitos en materia de mercancías
multimediales protegidas por el derecho de autor. Es el caso de marzo
del año 2005, cuando se supo que una organización de Suecia vinculada
a la protección de la propiedad intelectual y a evitar la “piratería” llama-
da Antipiratbyrån o APB vulneró las normas sobre protección de los
datos de las personas, al considerarlas como posibles infractores y regis-
trarlas o recopilarlas en cuanto a sus identidades digitales –concreta-
mente la dirección “IP” o el número de sus sistemas al acceder a la red
para intercambiar archivos–, sin disponer de autorización legal, de una
autorización judicial previa y menos del consentimiento de los propios
usuarios individualizados46. Concretamente, “APB utilizó una aplica-
ción que permitiría registrar el número IP empleado en el intercambio
de archivos, el alias del usuario, el nombre de los archivos transferidos
y el servidor a través del cual se realizó la conexión”. No obstante el
interés público en evitar y poder sancionar delitos, en países donde exis-
ten leyes de protección de datos que en la otra frontera protegen el uso y

46 Véase la URL http://www.thelocal.se/article.php?ID=1581


COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 35

buscan evitar el abuso en materia de procesamiento de datos personales,


esas normas preventivas deben respetarse y, su posible menoscabo, sólo
debiera poder ser dispuesto por un tribunal. Porque lo contrario es auto-
tutela.
Para la intimidad o privacidad de una persona puede significar un
conflicto el que se recopilen y fidelicen de manera oculta –por ejemplo–
sus hábitos de navegación47. En este sentido es común el uso de la tec-
nología llamada “cookies” o archivos galletas, que permiten lograr una
mejor navegación virtual y visualización de páginas web. Se trata de un
archivo con datos que los usuarios reciben automáticamente en sus
“browser” o programas navegadores al ingresar a los servidores y a las
páginas de Internet, lo que permite posteriormente regresar con mayor
facilidad a ellas y llevar un registro de sus actividades.
En estos casos, la intimidad quedaría resguardada cuando la posibi-
lidad de recibir o no una “cookie” dependiese de la respectiva acepta-
ción o negación del usuario, al que se le debe avisar o consultar previa-
mente del envío para voluntariamente aceptar –o no– que se le registre
en una base de datos. Es el principio que recogen las llamadas “Prácti-
cas o Políticas de Privacidad” promocionadas y respetadas por las em-
presas que actúan seriamente en Internet, principio que jurídicamente y
desde 1983 –con mayor fuerza– se denomina Autodeterminación Infor-
mativa.
En Chile, país de paradojas, la recopilación de datos mediante archi-
vos “cookies” y las actividades de cruzar y perfilar datos personales
para hacer marketing directo vía e-mail o correo electrónico fueron le-
galizadas el año 1999, en desmedro de los titulares de los datos nomina-
tivos y además sin que exista obligación de registro legal de las empre-
sas dedicadas a este rubro. En efecto, los artículos 2º y 4º de la ley
Nº 19.628 sentaron el principio jurídico de que por regla general todas
las fuentes de información son de acceso público –salvo que una ley
establezca lo contrario– y que la información personal recopilada de
dichas fuentes puede ser procesada, utilizada o “tratada” sin autoriza-

47 Bajo el título “Galletas en Internet”, véase lo publicado en la URL http://legal.


terra.com.mx/enlinea/articulos/articulo/331default.asp?tipoArt=3&idArt=331
36 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

ción de sus titulares, lo cual ha transformado en una situación delicada


el comercio con la intimidad de los chilenos y el uso de galletas en
Internet.
3. Protección del copyright de las mercancías multimediales
La pregunta de trabajo es la siguiente: ¿cómo resguardamos los de-
rechos de propiedad intelectual o “copyright” –los derechos de los auto-
res creadores de obras originales– sobre los bienes o cosas incorporales
multimediales transadas digitalmente por Internet? Formalmente, los tér-
minos en relación al copyright suelen incluirse en las condiciones genera-
les de un sitio o página de Internet, para establecer que las empresas que
las comercializan se reservan sus derechos de propiedad intelectual.
El tema de la protección de los derechos de “copyright” que se po-
seen sobre los bienes o cosas incorporales o digitales disponibles en
Internet (cuadros, libros, composiciones musicales, software, etcétera,
fácilmente susceptibles de ser copiados por tratarse de impulsos electro-
magnéticos o dígitos binarios) aún es una materia de reciente desarrollo,
por lo cual no existen criterios jurídicos uniformes al respecto.
El régimen tradicional de protección autoral –que es el que ampara a
los creadores de “obras originales” para protegerlas patrimonial y mo-
ralmente– está colapsando y siendo superado, porque históricamente fue
concebido para obras soportadas material y no digital o magnéticamen-
te. Las redes computacionales han “desmaterializado” las obras creadas
por los autores, ya que las creaciones originales digitalizadas se repro-
ducen, circulan y se distribuyen rápida y electrónicamente, sin que se
encarnen en un soporte físico concreto o en alguna de las formas enva-
sadas que históricamente han contenido las obras artísticas e intelectua-
les, haciéndose muy fácil que sean ilícitamente reproducidas, transfor-
madas, copiadas y distribuidas con fines comerciales o “pirateadas”,
sin que por cierto exista diferencia alguna entre un original y una copia
electrónica.
La OMPI, la Organización Mundial de Propiedad Intelectual, ha
concluido y sugerido que el mejor resguardo lo aportan los medios tec-
nológicos, estableciendo en Ginebra a fines de 1996 que debe sancionarse
jurídica o legalmente en cada Estado la conducta consistente en violen-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 37

tar dichos mecanismos técnicos de resguardo o encriptación (por ejem-


plo tipificándola como delito y estableciendo multas).
Nosotros pensamos que quien pone a disposición de la comunidad
virtual una creación intelectual, tácitamente esta –de hecho– aceptando
que se usarán sus obras sin su autorización expresa y renunciando a sus
derechos “patrimoniales” de autor (esto es, a exigir beneficios econó-
micos por el uso de sus creaciones originales), lo que no implica renun-
ciar a esos derechos. Un ejemplo práctico: si en Tumbuktú se copia sin
autorización el diseño de una página “web” chilena o servidor de Internet,
en el hecho, y si es que por azar del destino la reproducción ilícita es
detectada, necesariamente habría que viajar hasta ese lugar para deman-
dar el pago de la licencia de uso y la indemnización de perjuicios con-
forme a las leyes de copyright de ese país.
Teóricamente no cabe duda alguna respecto a que las leyes autorales
pueden ser aplicadas a Internet, ya que las redes telemáticas simplemen-
te son nuevas formas de reproducir en el espacio virtual, mediante so-
portes magnéticos y frente a terceros libros, cuadros, imágenes, cancio-
nes, programas computacionales, etc.48. Ergo, es bizantino discutir en
orden a si es necesario o no modificar el fondo del derecho autoral o la
ley de propiedad intelectual para permitir su aplicación en el entorno
digital, máxime cuando las normas jurídicas que conforman este estatu-
to protegen a las obras “desde su creación” o sancionan a quienes las
reproduzcan sin derecho o sin autorización, “por cualquier medio” o
“por cualquier procedimiento”.
Empero, en la práctica, quien pone a disposición de la comunidad
del ciberespacio una creación intelectual tiene que entender que está
renunciando tácitamente a que siempre se le pida autorización por el uso
privado de su obra, sea sólo para consultarla, sea para instalarla en una
nueva página web; dicho de otra forma, debe aceptar que su derecho

48 A nivel de principios jurídicos, debe consignarse, es válido el aviso que suelen

incluir los proveedores de contenidos en Internet a quienes visitan sus sitios, en el senti-
do de que para usar los contenidos en una forma diversa a la visualización directa de los
mismos primero debe solicitarse autorización por e-mail, que si el uso será limitado y
gratuito debe citarse el origen de la información, y que si se pretenden distribuir datos o
imágenes con fines de lucro se ofrece la posibilidad de negociar una licencia.
38 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

“patrimonial” de autor inevitablemente y en gran medida será menosca-


bado49-50.
La discusión jurídica no puede discurrir sobre el tema de que las
leyes de propiedad intelectual estén o no redactadas en términos sufi-
cientemente amplios, siendo factible, eventualmente, que se apliquen al
entorno digital sin modificaciones. El punto central no debiera ser el de
las nuevas características físicas del soporte magnético en el que se re-
producen las obras digitales, ahora distintas a las del papel, porque no es
tan importante que la copia, que el uso no autorizado o sin licencia de
una obra se realice mediante medios tecnológicos... El factor relevante
de cara a Internet, como ya comentamos, dice relación con la aterritoria-
lidad de la red y con el hecho de que las leyes de un Estado sólo pueden
aplicarse por los tribunales dentro del territorio geográfico de ese mis-
mo Estado.
Téngase presente: por regla general una copia ilegal (o sin licencia)
y digital sólo podría ser controlada por la legislación y los tribunales del
país en que la información esté siendo emitida o suministrada. Dicho de
otra forma, de donde esté ubicado el servidor del proveedor de conecti-
vidad desde el que se suministran los textos o imágenes amparadas por
el derecho de autor, pero no más allá de las fronteras de ese Estado o por
los tribunales de un país extranjero51.

49 En este sentido, el gerente de una empresa chilena proveedora de servicios de


diseño de páginas web ha sostenido que la copia sin autorización de una página web es
parte del costo que se tiene que pagar cuando se realiza un diseño de buen nivel y se
instala en un medio abierto como Internet.
50 Son muy pocos los casos conocidos o denunciados de violación del derecho “mo-

ral” de autor, esto es, que quien bajó una obra de Internet quiera luego hacerla pasar por
una creación propia.
51 Por eso es, por ejemplo y demostrando un cambio de criterio tendente a evitar

acusaciones de “piratería”, que sólo en Inglaterra pudo celebrarse en agosto de 2007 un


acuerdo entre la industria de la música de ese país (la MCPS-PRS Alliance, que maneja
los derechos de los músicos y compositores británicos) y el sitio web www.youtube.com.
Por su intermedio, se comprometió el pago de US$ 10 millones, a cambio de que 50.000
músicos y compositores permitan el uso de 10 millones de melodías, disponibles en http/
/uk.youtube.com
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 39

Otra interrogante. De insistirse en la idea de aplicar a Internet nues-


tra Ley Nº 17.336 de Propiedad Intelectual, ¿tendríamos acaso que san-
cionar a los proveedores de conectividad porque ellos permiten la copia
ilegal, sin licencia o sin pagar los derechos de uso de un libro, un cuadro,
una foto o un programa computacional?52.
El tema de revisar si es factible reivindicar o no la aplicación del
Instituto de la Propiedad Intelectual suele ser abordado desde ópticas
radicales. Como un grupo de trabajo de la Universidad de Zaragoza53
sobre “derechos intangibles” en el contexto del Derecho de Internet y
las Nuevas Tecnologías, el que en una reflexión a todas luces apurada y
justificada ante la velocidad en el desarrollo del mundo digital, se pre-
gunta si “¿puede afirmarse, tal y como algún ‘gurú’ digital ha hecho,
que nuestros conceptos legales de propiedad, expresión, identidad, mo-
vimiento y contexto no se aplican en la red, dado que están basados en
la materia, y en ella no hay materia alguna?”.
Por cierto, aclaremos que si hay materia pero físicamente es de di-
versa naturaleza; si son “cosas”, pero intangibles de manera lógica a los
sentidos (ilógicamente puedo sentir la corriente eléctrica y electrocutar-
me, pero eso no me sirve para obtener utilidades de un sistema informá-
tico); es materia que existe electrónicamente, magnetizada, digitalizada
y conducida vía microchips; es información multimedial que se inter-
cambia y puede ser copiada con increíble facilidad –en el caso de redes
abiertas como Internet–.
Pero la proyección del tema al mundo de las redes abiertas como
Internet de la mano de la circulación y/o comercialización de obras ori-
ginales multimediales (programas, textos, sonidos e imágenes); las abe-
rraciones jurídicas que califican a los contratos de licencia de software
como “solemnes”; el cambio del sistema tradicional de licenciamiento o

52 Constituye una medida del todo innecesaria lo que ha hecho una empresa chilena

proveedora de conectividad (“Interacces”), que incluyó en sus contratos una cláusula que
los libera de responsabilidad por eventuales infracciones a la ley de propiedad intelectual
que cometan sus clientes. Jurídicamente además tal medida es improcedente, porque las
también eventuales responsabilidades penales que surjan –por ejemplo por pirateo vir-
tual de software, no pueden ser negociadas o delimitadas contractualmente y a priori.
53 Véase la URL http://e-seccion.reicaz.es/derechintan.htm
40 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

comercialización del derecho de uso de programas computacionales por


el arriendo de servicios desde servidores ASP en ambiente web; el surgi-
miento de los denominados software “libres” o de código abierto”; los
tratados de la OMPI que han reconocido la importancia de la tutela técni-
ca mediante la criptografía de las mercancías multimediales; la formula-
ción de principios como la renuncia a los derechos patrimoniales de autor
on line; el surgimiento de modalidades de intercambio de obras como los
videos o la música en formato mp3 entre los propios usuarios y la pro-
puesta de leyes que permitirían a empresas discográficas romper médidas
técnicas de encriptación –aún sin autorización judicial–, ...entre otros te-
mas, demuestran que el contexto ha cambiado y que la reflexión jurídico-
tecnologíca requiere de nuevos avances.
En cuanto al copyright en el ciberespacio, a fines de 1996 se realizó
en Ginebra una reunión internacional de la Organización Mundial de
Propiedad Intelectual (OMPI o en inglés WIPO), en la que inicialmente
se esperaba avanzar en una regulación sobre los derechos de autor en
Internet, idea que fracasó, quedando el tema en el tintero. La OMPI, des-
pués de constatar lo precario de la protección jurídica que el estatuto jurí-
dico tradicional de la propiedad intelectual otorga a las obras que se
comercializan y consultan en Internet, ...estableció la obligación que los
Estados que ratifiquen y firmen la Convención de Ginebra sobre Dere-
chos de Autor deben resguardar jurídicamente y promocionar la aplica-
ción de medidas técnicas de seguridad de la propiedad intelectual, como
es el caso de la codificación o encriptación.
El resguardo de la propiedad intelectual de los bienes multimediales
que se transan en Internet es un tema importante para la estabilidad y la
regulación legal del comercio electrónico, lo que explica el interés que
tienen en el tema entidades como la OMPI, la OMC y el APEC. Chile
promulgó como ley de la República en 1995 el Acuerdo de Mararrakech
adoptado un año antes en el seno de la Organización Mundial de Comer-
cio, uno de cuyos apéndices se refiere específicamente al tema de la
propiedad intelectual y el comercio internacional, el que fue acordado
con participación de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual.
Se trata del Apéndice 1C del Tratado, relacionado con la propiedad
industrial e intelectual y al que se le denominó Acuerdo “TRIPS” o
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 41

“Trade Related Intelectual Property Rights Agreement”. No es errado


visualizarlo como una necesaria modificación internacional de las insti-
tuciones de la propiedad intelectual, o como un inteligente paso para
fijar normas mínimas ante la globalización de las economías existente a
mediados de la pasada década de los años 90. A fines de 1996 se realizó
en Ginebra una reunión de la Organización Mundial de Propiedad Inte-
lectual, en la que se esperaba avanzar en una regulación sobre los dere-
chos de autor en Internet, idea que fracasó. Después de constatar lo pre-
cario de la protección jurídica que el estatuto jurídico tradicional de la
propiedad intelectual otorga a las obras que se comercializan on line, se
estableció la obligación para los Estados que ratifiquen y firmen la Con-
vención de Ginebra sobre Derechos de Autor de resguardar jurídica-
mente y de promocionar la aplicación de medidas técnicas de seguridad
de la propiedad intelectual, como es el caso de la encriptación.
El tema del resguardo de los Derechos de Propiedad Intelectual ocu-
pa uno de los Capítulos importantes del Tratado chileno de Libre Co-
mercio con Estados Unidos. En términos directos, la firma de dicho acuer-
do se traducirá en que tendrán vigor en Chile varias de las disposiciones
de una cuestionada y rígida ley norteamericana, la Digital Millenium
Copyright Act de 1998, sobre todo por la adopción de medidas tecnoló-
gicas de resguardo que dicha norma exige.
Debiera debatirse, críticamente, acerca de la responsabilidad que en
el marco del TLC con Estados Unidos se asignará legalmente y como
principio o regla general a las empresas proveedoras de conectividad o
de almacenamiento de contenidos digitales en Internet. Los “ISP” o
Internet Service Provider son meros prestadores de servicios electróni-
cos, sin que a priori y per se deban legalmente “colaborar para disuadir”
a infractores del copyright digital, lo que sólo puede hacerse revisando
los contenidos que son transmitidos o almacenados y registrando y co-
municándose las direcciones web de sus usuarios.
So pretexto de adoptarse medidas contra la “piratería” o reproduc-
ción con fines comerciales, sólo de manera excepcional, tratándose de
casos concretos, a posteriori y ante denuncias o notificaciones judiciales
–todo lo cual daría cuenta de la seriedad y procedencia de un reclamo–
cabe pensar en algún grado de responsabilidad de los ISP y exigírseles
42 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

que identifiquen la dirección electrónica o la identidad del infractor. No


entenderlo así conlleva desnaturalizar su gestión y encarecer los costos
operativos, opción que de partida es, por decir lo menos, injusta y
desproporcionada54.
Para terminar. La riqueza del debate y la profundidad de las discre-
pancias y antagonismos de cara al tema de la propiedad intelectual en la
red, queda de manifiesto con la propuesta que en vez de extender el
ámbito de vigencia de las leyes de propiedad intelectual apunta a com-
partir la creatividad y a permitir su uso masificado mediante “la reserva
de sólo algunos derechos”. Es el parecer de los propulsores y seguido-
res del llamado “Creative Commons” del profesor de derecho constitu-
cional estadounidense Lawrence Lessig, de la Universidad de Stanford.
Se están considerando cada vez en mayor medida las bondades de
optar por un sistema de licencia de obras artísticas, científicas e inte-
lectuales a través de Internet, en que por medio del sitio www.creative
commons.org el autor y otros titulares del derecho de autor pueden –por
ejemplo– autorizar el download o bajada de su música, su ejecución
pública en shows, radios comunitarias o comerciales, llegando incluso
hasta el sampling o la modificación de la obra.
Lo que proponen y defienden, en esencia, es la flexibilización de la
propiedad intelectual, que hoy ya no estaría protegiendo a los autores e
inventores sino que serviría solamente para garantizar la reserva de mer-
cado de las grandes corporaciones, que se apropian de los derechos de
autor e impiden compartir conocimientos, contexto en el cual la idea
elaborada por Lessig es crear una nueva teoría jurídica que sea adapta-
ble y proteja el autor en esta nueva realidad de la revolución digital. A
partir de esta lógica y de este supuesto socioeconómico, se propone la

54 Del mismo modo, porque el requerimiento emanaría de la orden expresa de un


tribunal, no se presentarían casos de vulneración sistemática y permanente de la
“privacidad” de los usuarios por la empresa proveedora de conectividad ni se correría el
riesgo de que un ISP no cooperara en la detección de un infractor. Aunque defender la
intimidad en Chile es una quimera atendidas las normas de la ley nacional sobre protec-
ción de datos personales, la Nº 19.628, que legaliza el negocio de las empresas del ramo
y en cuya virtud los datos de conexión y navegación de los usuarios pueden pretender ser
calificados como “públicos”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 43

citada idea de “algunos derechos reservados” en lugar de la actual “to-


dos los derechos reservados”. Desde julio de 2005 Chile ya posee un
modelo flexible de derechos de autor55.
4. Asignación de nombres de dominio
Hipótesis: ¿cómo resguardamos la identidad comercial de las em-
presas, lo que se relaciona con sus direcciones virtuales alfabetizadas o
“nombres de dominio”?
Las “direcciones IP” son un conjunto de números que identifican
los distintos computadores conectados a una red. Para facilitar el uso de
estos números en Internet, se alfabetizan y se les asocian nombres de do-
minio, que son asignados y registrados, lo que ha generado una serie de
conflictos particularmente por el registro indebido y con fines de lucro
de nombres de dominio idénticos a marcas comerciales de terceros.
Se trata de lograr que una empresa o una persona natural que por
ejemplo deseen tener una página en Internet para hacer comercio elec-
trónico y ofrecer sus productos, posean debidamente inscritos y resguar-
dados sus dominios o direcciones virtuales, los que se caracterizan por
ser geográficamente independientes o transnacionales, por tener un ma-
yor o menor valor de mercado (por ejemplo el de “Coca Cola” es de un
alto valor económico), y por constituir –en el ámbito de la propiedad
industrial o derechos del inventor– una “marca” susceptible de aprove-
chamiento comercial.
Así como las marcas comerciales permiten al consumidor identifi-
car procedencia y calidad de bienes y servicios, asociándolos al legítimo
productor o proveedor, lo mismo ocurre con los nombres de dominio,
que permiten identificar a proveedores de información, bienes y servi-
cios a través de Internet, de modo tal que los nombres de dominio pue-
den ser considerados como una extensión de las marcas comerciales, no
pudiendo permitirse que un tercero se apropie indebida y gratuitamente
de una creación que no le pertenece y del prestigio logrado frente al con-
sumidor mediante el esfuerzo y trabajo ajeno.

55 Véase la URL http://www.creativecommons.cl/?p=8


44 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Hay que ser cuidadosos al elegir el nombre de dominio que se regis-


trará como dirección del sitio o página de la empresa, e investigar preli-
minarmente si está disponible y si no entrará en algún tipo de conflicto.
Porque si bien es cierto en materia de asignación y registro constituye
una regla general que “el que primero llega es el primero en ser servi-
do”, puede ocurrir que un nombre de dominio reproduzca o equivalga a
una marca comercial o a una marca famosa debida y previamente regis-
trada. En EE.UU. si esto se ha hecho dolosamente constituye un delito
federal, y la regla general es que se reconozca preferencia para el que
invoque preexistencia de marca inscrita.
Diversas entidades internacionales sin fines de lucro agrupadas pri-
mero en la IANA (www.iana.org) y ahora en la ICANN (www.icann.org)
han acordado normas para administrar y asignar nombres de dominio
virtuales, manteniéndose tanto a nivel internacional, sectorial y nacional
registros al efecto, de responsabilidad de entes coordinadores general-
mente sin facultades sancionadoras. En Chile, los nombres de dominios
se asignan e inscriben en un registro que administra el Departamento de
Ciencias de la Computación de la Universidad de Chile (véase en Internet
la dirección www.nic.cl).
Desde antiguo hemos consignado el carácter contractual de la vin-
culación entre NIC Chile y los usuarios56, y más recientemente hemos
precisado las características de dicho contrato57. Destacamos en 1999
que el llamado Reglamento elaborado al efecto no era sino una normati-
va autoacordada que no había sido publicada por autoridad alguna, sino
que era aceptada o acatada de hecho por los usuarios de Internet. “Una
voluntad colectiva que acepta determinadas normas” lo llamamos, y
afirmamos que en la misma línea se había sostenido –en algún coloquio,
no recordamos por quién– que los asignatarios no hacían sino celebrar
un contrato de prestación de servicios con el NIC, postura que hoy com-
partimos.

56En la Revista Iberoamericana de Derecho Informático de la UNED, Nº 30, 31 y


32 de 1999, páginas 365 y ss.
57 El tema está desarrollado en las páginas 98 y ss del libro de JIJENA LEIVA sobre

Comercio Electrónico y la ley Nº 19.799 del año 2002.


COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 45

Agregamos el 2002 que en el marco de las categorías contractuales


se trataría de un contrato “de adhesión” para el solicitante –porque no
cabe negociar los términos del mismo con NIC Chile; “no dirigido”
–porque ninguna autoridad lo ha regulado–, y como muchos contratos
que generan derechos y obligaciones desde que se celebran y se paga el
precio y/o tarifa estipulada, posiblemente –aunque es un asunto suscep-
tible de ser discutido– “sujeto a la condición suspensiva y negativa”
consistente en el hecho futuro e incierto de que no se formule oposición
por parte de un segundo solicitante de un mismo nombre de dominio, en
un plazo posterior de 30 días.
Sin dudas que ha sido el aumento cuantitativo del negocio del regis-
tro de nombres de dominios y de sus renovaciones lo que, cualitativa-
mente, ha puesto en evidencia las deficiencias del sistema autorregulado
contractualmente e imperante en Chile.
Por eso a un Congreso académico realizado en Chile, sobre Dere-
cho Informático, presentamos una ponencia58, cuya idea era generar
un debate abierto sobre un tema que, por su importancia y por casos
concretos que han perjudicado a usuarios chilenos del sistema de asig-
nación de nombres de dominio o direcciones –alfabetizadas– de Internet,
requiere sin lugar a dudas del respaldo legal del que a esta fecha carece.
La ponencia apuntó a revisar dogmática y académicamente el conteni-
do y los alcances de la reglamentación que el Departamento de Cien-
cias de la Computación de la Universidad de Chile estableció, jurídi-
camente, mediante un contrato de prestación de servicios que sólo ge-
nera “derechos personales” –o créditos– para los cientos de miles de
solicitantes del registro de un nombre de dominio con extensión “pun-
to cl”59.
¿Falta de estabilidad del sistema?; creemos que el posicionamiento
en la red que se logra al tener un nombre de dominio, hoy en día es un
elemento clave para cualquier empresa o entidad, y es una materia que

58 Véase la URL http://sdi.bcn.cl/e-derecho/Ponencias/ver_po/p30


59Las mismas ideas están publicadas en la URL.... http://www.dominiuris.es/
?id=126&seccion=&materias
46 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

requiere de la estabilidad y certeza que sólo una norma general y obliga-


toria como la ley puede darle60.
En buena hora que el sistema siga dependiendo del DCC de la
Universidad de Chile, pero que se haga con claridad y certeza para los
usuarios, no –como veremos– de la mano de contratos de adhesión o
no negociables que con un mismo objeto se celebran simultáneamen-
te con más de una persona, que no cumplen a cabalidad con la ley de
los consumidores, que –en el hecho– permiten la vulneración de dere-
chos personalísimos como el nombre y la imagen, que no poseen for-
malidades de publicidad legalmente oponibles y que ponen de cargo
del NIC o del Centro de Información de Redes de Chile pocas obliga-
ciones.
La pregunta que debe formularse es la de si una entidad universita-
ria que presta un servicio comercial a cambio de una contraprestación
económica puede, contractualmente, no cumplir con el servicio contra-
tado, ofrecer un mismo servicio a dos o más personas a la vez, “desdo-
blarse” dejando de ser contraparte de los solicitantes y eximirse de cum-
plir con el encargo, estableciendo –en primer lugar– que sus dos partes
contratantes deben someterse a un proceso de “mediación”, donde el
NIC autoasume un nuevo rol de “mediador”, sin que ley o norma gene-
ral alguna lo faculte para obrar de esta forma. En segundo lugar, las dos
o más contrapartes del NIC, que han cancelado el precio del servicio
solicitado y que entre ellas no existen vínculos contractuales u obliga-
ción alguna, deben someterse a un juicio arbitral.
NIC Chile es una empresa que presta servicios comerciales y con-
tractuales, en el marco de las reglas generales del derecho y de la ley de
los consumidores. A pesar de su naturaleza de empresa universitaria, no

60 Este es el único fundamento de nuestros reparos, a pesar de que una corriente

académica muy laboriosa que se refiere a nuestros aportes y trabajo como el de “algunos
abogados” nos ha referenciado en la comunidad académica y jurídica como
“complotadores” contra el sistema, y a que la asesora legal y comercial de NIC Chile ha
exigido que se retiren nuestros artículos desde sitios académicos como el de
www.tecnogestion.cl. ¿Es mucho pedir que se abra un debate doctrinario en base a con-
tenidos y argumentos y que se dejen de lado las denostaciones y los descréditos?
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 47

tiene facultad general, legal, reglamentaria o administrativa alguna para


definir las normas chilenas en materia de registro de nombres de domi-
nio “punto cl”. Sólo ha podido establecer las cláusulas o los términos de
los contratos de prestación de servicios que celebra. Lo único que legal-
mente podía hacer –e hizo– fue definir las cláusulas de un contrato que
sólo produce efectos relativos entre las partes que lo firman –el NIC y
un solicitante de registro de nombre de dominio–, contrato que además
es de “adhesión” porque sus normas no pueden ser negociadas, que es
temporal –porque el servicio que presta el NIC se ha delimitado unilate-
ralmente a dos años– y que, con exactamente el mismo objeto, puede
celebrarse con una, dos, tres o más personas al mismo tiempo. Y siem-
pre serán normas contractuales, a pesar de que el NIC las denomine
“Reglamentación”.
El Reglamento elaborado es una normativa autoacordada o autoes-
tablecida, que no ha sido promulgada en Chile por Autoridad alguna y
por ende no publicada en el Diario Oficial. Es acatada por los usuarios
que solicitan el registro de un nombre de dominio, que se obligan
contractualmente a aceptarlo. Ergo, no cabe presumirla legalmente co-
nocida por todos o por terceros en los términos del Código Civil y
puede alegarse su ignorancia mientras no se le pague a NIC Chile la
tarifa y no se entienda celebrado entre el NIC y el solicitante un con-
trato.
Puede calificarse de irregular que se celebre un mismo contrato con
un mismo objeto en forma simultánea con varias contrapartes, es decir,
sobre la solicitud del registro de un mismo y único nombre de dominio,
y que al no poder cumplir el NIC con el servicio ofrecido, se implemente
un sistema de mediación y arbitraje entre dos o más personas que nunca
fueron previamente contrapartes contractuales ni comerciales (a saber,
los dos o más solicitantes de un mismo nombre de dominio, que tienen
en común el haber contratado y pagado un servicio al NIC). Esto encu-
bre, en el fondo, el incumplimiento por parte del NIC de las obligacio-
nes que había declarado asumir.
Un usuario pide que se registre a su nombre y se le asigne –o se le
“reserve”, porqué no decirlo así– el uso exclusivo y excluyente un nú-
mero IP en Internet alfabetizado por él mismo; paga una tarifa (si no lo
48 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

hace no se le asigna el nombre de dominio y es eliminado del registro);


se le obliga a aceptar ciertas normas de funcionamiento establecidas
unilateralmente por NIC Chile, pero validadas contractualmente, en vir-
tud de las cuales puede que NIC Chile no cumpla con el servicio contra-
tado y obligue a que el solicitante que lo contrató y le pagó la tarifa se
vea envuelto en un arbitraje con un desconocido que nunca ha sido su
contraparte, y de aceptarse su solicitud porque transcurridos 30 días no
se formuló oposición, se le asigna el dominio y se le presta el servicio de
mantenerle –almacenada en una base de datos de responsabilidad de
NIC Chile y publicitada en la red– el uso exclusivo de esa dirección en
Internet por un plazo de dos años.
Los administradores del NIC Chile, al condicionar la asignación de
un nombre de dominio determinado a que éste no sea solicitado en un
lapso de 30 días por un tercero ajeno al primer contrato oneroso de pres-
tación de servicios, inicialmente celebrado por NIC Chile con el primer
solicitante, no hacen sino incumplir con el contrato de prestación de los
servicios que se le han cancelado –por uno o más usuarios a la vez– y se
desentienden de su responsabilidad.
Más complejo es el tema, como lo demuestra el caso del dominio
”daniellacampos.cl”, cuando so pretexto de existir “una reglamenta-
ción que cumplir” se asigna en un juicio arbitral aparente el derecho de
usar un nombre de dominio a un solicitante que manifiesta y evidente-
mente actuaba de mala fe y que sólo buscaba lucrar en su beneficio.
Este sistema o “modelo chileno”, en el caso de “daniellacampos.cl”,
quiso obligar a la afectada –una mujer de nombre famoso– a someterse
a un juicio arbitral con un sujeto que ya le había ofrecido la venta del
nombre, que vinculaba al número IP con un sitio web donde incluso se
contenían fotos de la afectada. Lo anterior, incluso a pesar de que ella
nunca concurrió ni validó la legalidad de dicha instancia. Y este mismo
sistema, en definitiva, en base sólo a las normas de un mero contrato
(única fuente que valida la actuación del NIC) que no le empecían (o
afectaban), la sancionó con la pérdida de la posibilidad de usar su nom-
bre en la red Internet de la mano de un supuesto juicio arbitral. Estamos
en el ámbito de un perjuicio contra uno de los derechos de la personali-
dad más característicos, como es el nombre.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 49

Cosa parecida ocurrió con un grupo de senadores (véase la URL


http://www.nic.cl/anuncios/2004-04-15.html). NIC Chile no rechazó y
cobró la tarifas correspondientes a la solicitud del registro como URL
alfabetizada, a pesar que la mala fe quedaba en evidencia porque se
solicitó el registro de los nombres propios y apellidos de varios de ellos.
En efecto, NIC Chile informó haber recibido diversas consultas res-
pecto de algunas solicitudes de nombres de dominio que estaban en trá-
mite, correspondientes a los nombres y primeros apellidos de algunos
Senadores de la República, las cuales habían sido presentadas por un
grupo de particulares. Téngase presente desde ya: dichas solicitudes se
publican en el sitio web, pero no se trata de una publicación legal que
sea oponible como formalidad de publicidad al titular del nombre. La
entidad, formalmente, se limitó a señalar que parecía oportuno recordar-
le a todos los usuarios que cualquier persona que considerase tener un
mejor derecho respecto de algún nombre de dominio en trámite, tiene un
plazo de 30 días para presentar su propia solicitud, y así entrar a disputar
la inscripción, mediante el sistema de resolución de disputas contempla-
do “en la reglamentación” –léase “en el contrato”.
Hipótesis de trabajo o de reflexión: ¿cómo es posible, en derecho y
en el hecho, que entre dos particulares –NIC Chile y un solicitante– se
celebre un contrato sobre el uso en la red del nombre y la identidad de un
Senador, y que los términos de ese contrato establezcan que si la perso-
na aludida –un tercero ajeno al contrato– no manifiesta oposición en un
plazo de 30 días pierde el derecho legítimo de usar su identidad en la
web? Otra cosa muy distinta sería si una ley estableciera la obligación o
la carga para NIC Chile, tanto de pronunciarse previamente sobre la
procedencia o improcedencia del Registro, como de publicar las solici-
tudes en el Diario Oficial, asumiendo los costos respectivos, o que dere-
chamente dicha norma legal le atribuyera fuerza jurídica de “oponibili-
dad” a las publicaciones de las solicitudes en Internet.
5. Firmas digitales y entidades certificadoras:
seguridad y certeza técnica jurídica de las transacciones
Hipótesis: ¿Cómo logramos para documentos y mensajes electróni-
cos seguridad y certeza técnica y jurídica de la integridad, confidencia-
50 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

lidad, identidad o autenticidad de las partes e imposibilidad de repudiación


o de desconocimiento de la transacción?
La certeza y la seguridad jurídica es quizás el principal problema que
presentan las transacciones comerciales efectuadas mediante mensajes o
documentos electrónicos, tales como órdenes de compra o facturas.
Existen empresas que realizan funciones de certificación digital o
respaldo de las identidades electrónicas y de las claves que servirán para
firmar documentos electrónicos, utilizando técnicas de criptografía o
codificación. Era recomendable establecer por ley los requisitos míni-
mos y procedimientos que deben seguir tales empresas en la prestación
del servicio de certificación, ya que la fe pública y la seguridad jurídica
de las transacciones que certifican están de por medio, y así lo ha hecho
en Chile la ley Nº 19.799 del año 2002, cuyas normas no pueden
modificarse por la autonomía de la voluntad de las partes contratantes y
primarán sobre cualquier estipulación en contrario.
Por eso es, como veremos, que tratándose de documentos claves
para respaldar el contrato electrónico como es el caso de la factura, en el
modelo y en la normativa tributaria chilena se exige como conditio sine
quanon el uso de claves o firmas electrónicas, que autentiquen la identi-
dad del emisor o vendedor, la del comprador o receptor y la del Servicio
de Impuestos Internos.
Asumida por el Poder Ejecutivo en un discurso Presidencial de hace
dos años como una verdadera “bandera modernizadora”, y fundada en
su similar promulgada en España en un Real Decreto-Ley de 1999, la
ley Nº 19.799 se compone de siete Títulos y 25 artículos permanentes.
Un primer Título contiene diversas disposiciones generales como su
objeto, los principios en que se funda y definiciones novedosas para el
campo jurídico tales como “firma electrónica”, “documento electróni-
co” o “prestador de servicios de certificación”; el Título II alude al uso
de estas tecnologías en la Administración Estatal; los Títulos III y IV
regulan la actividad de las empresas que posibilitarán la generación de
firmas digitales; el Título V otorga competencia al Ministerio de Econo-
mía para fiscalizar a algunas de estas empresas, y el Título VI consagra
una serie de derechos y obligaciones para quienes al firmar electrónica-
mente sean usuarios de los servicios de certificación.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 51

Se espera que, en concreto, la posibilidad de utilizar mecanismos


tecnológicos que otorguen seguridad y certeza técnica y jurídica al en-
vío y recepción de mensajes y/o documentos digitales, sea el elemento
que permita el desarrollo y crecimiento del comercio y de los pagos
electrónicos, tanto en el sector privado como en el público. Declaracio-
nes aduaneras de importación de mercancías, facturas electrónicas, ór-
denes de compra, planillas previsionales de cotización y pago, órdenes
de pago o de transferencias de fondos –entre otras– serán el sustrato
fáctico que han venido a respaldar legalmente la ley Nº 19.799 y su
reglamento de ejecución o subordinado.
Conceptual y técnicamente nos movemos en el campo de la cripto-
grafía, de la encriptación o de la codificación, es decir, poder utilizar
válidamente tecnologías que nos provee una empresa o “Entidad Certi-
ficadora” –los llamados prestadores de servicios de certificación a que
alude la ley principalmente en los Títulos III, IV y V– para codificar,
proteger y acreditar la autenticidad e integridad del contenido de un
mensaje o documento electrónico61.
Jurídicamente la ley y el reglamento establecen –en esencia– que el
uso de firmas electrónicas permitirá identificar a quien envíe un docu-
mento electrónico y, bajo ciertos respectos como la intervención de una
empresa que autorizada previamente por la autoridad y asignando “Fe
Pública” respalde su identidad, producirá las consecuencias jurídicas de
asignar integridad a un documento, de autenticar la identidad del fir-
mante y de evitar que se desconozca el hecho de haberse firmado un
documento electrónico.
Una norma que no puede sino calificarse de “revolucionaria” –al
menos formalmente y sin que sea importante para el comercio electróni-
co– es el artículo 3º de la ley Nº 19.799, que homologa o equipara de
manera general a los documentos e instrumentos tradicionalmente so-
portados en papel o escriturados y firmados olográficamente para reali-

61 Del mismo modo, se permite contar con programas o software que en cuestión de
minutos generan claves o archivos para asumir y firmar la declaración de voluntad que
contenga un documento electrónico; se permite verificar electrónicamente la identidad
del firmante, y se evita que posteriormente se desconozca o “repudie” –es el término
técnico– el hecho del envío de un documento firmado.
52 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

zar actos o celebrar contratos, con aquellos que hoy en día se soportan
en archivos electrónicos y, también firmados –porque los no suscritos
electrónicamente quedan al margen y carecen de valor– se envían o
intercambian mediante redes computacionales para realizar actos y con-
tratos electrónicos, a distancia y entre ausentes, los que la ley reputa
como escritos.
Lo radical y novedoso deviene de que una sola norma general modi-
fica tácitamente un mar de otras leyes y disposiciones que regulan la
naturaleza, características y mérito probatorio de documentos e instru-
mentos civiles, comerciales, penales, tributarios, etcétera, sin que pueda
desconocerse su valor jurídico.
Desde una perspectiva económica se ha regulado un nuevo nicho de
negocios tecnológicos, no exento de complejidades y por ende sujeto a
claras responsabilidades para las empresas prestadoras de servicios de
certificación, cuyo vínculo contractual con los usuarios eventualmente
será “dirigido” –en la medida que dichas empresas opten por acreditarse
o registrarse ante la autoridad–62.
Chile se ha sumado con esta ley a un proceso de acelerada fecundi-
dad legislativa que se ha desarrollado en Iberoamérica. Llama la aten-
ción –y nos parece inadecuado– que de cara al desarrollo tecnológico el
derecho ha dejado de ser “respuesta” al decantamiento de realidades
sociales que deban regularse, porque se trata de normas sobre firmas y
documentos electrónicos dictadas casi en abstracto, ya que en la mayo-
ría de estos países no existen prestadores de servicios de certificación
locales operando. Todas ellas además, han caminado de la mano de la
estandarización normativa que reclama la creciente globalización de las

62 El Título V de la ley y el Título Segundo del reglamento encomiendan a la Subse-

cretaría de Economía la acreditación o autorización de funcionamiento de aquellas em-


presas –la ley excluye acertadamente a las personas naturales– que permitirán el uso
de firmas y que respaldarán la identidad de los firmantes y asignarán “Fe Pública” en
un contexto al cual nunca han podido ni podrán ser llamados los notarios, primero
emitiendo los llamados “certificados digitales de firma electrónica” a que alude el
Título IV de la ley y en segundo lugar, respaldando a sus clientes o usuarios al permitir
que se verifique su identidad mediante la consulta electrónica en su sitio web o de la red
Internet.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 53

economías y de las sociedades, y han recogido los lineamientos de un


grupo de trabajo de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil o las
Directivas de la Unión Europea.
La nota diferenciadora es que para Chile no se trata de una normati-
va teórica completamente nueva y promulgada para un contexto futuro.
Desde 1995 existían en nuestro país diversas normas legales y adminis-
trativas en materia aduanera, tributaria, bancaria, previsional y de ges-
tión estatal al menos que habían validado el uso de firmas electrónicas o
digitales y de documentos electrónicos, dentro de las cuales sobresalen
el decreto Nº 1.015 que reguló el intercambio electrónico de documen-
tos aduaneros (o “EDI” en su sigla en inglés), el D.S. Nº 81 sobre uso de
firmas y documentos electrónicos en la Administración del Estado –hoy
reemplazado parcialmente por el Título II de la ley Nº 19.799 y el Título
Quinto del D.S. Nº 181 que la reglamenta y derogado expresamente por
este último–, y la resolución Nº 09 del SII sobre uso de firmas y docu-
mentos electrónicos en materia tributaria.
6. El valor probatorio de los documentos electrónicos
Acá debe responderse a la interrogante de determinar cómo acredi-
tamos procesalmente, en caso de un conflicto judicial, la exactitud de
los hechos constitutivos de la operación de comercio electrónico que
quedan registrados en soportes magnéticos y no en papeles.
A modo de anticipo sobre lo dicho más abajo: los archivos o mensa-
jes electrónicos son documentos e instrumentos privados cada vez más
usados (con continente, contenido, signos y susceptibles de ser firmados
digitalmente –o encriptados–), sólo que no están soportados en papel ni
firmados olográficamente. Y ellos deben ser reconocidos legalmente u
homologados con los soportados en papel, lo que en Chile hizo el año
2002 la ley Nº 19.799.
La importancia del tema obedece a que en el mundo on line las tra-
tativas preliminares suelen no quedar registradas y a que no existe la
posibilidad de acreditar su contenido mediante testigos –no olvidemos
que son a distancia y entre ausentes–, con lo cual la necesidad de asignar
permanencia, autenticidad, integridad, no repudio y fidelidad a los do-
cumentos claves o esenciales que se intercambian es un imperativo en
54 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

materia de transacciones o actos electrónicos de comercio. La eventual


prueba documental es la más relevante.
Una “orden de compra” por sí misma debe bastarse y no puede des-
conocerse por quien se la envía a un proveedor; la “factura que se emi-
ta” para dar cuenta de las mercancías vendidas o de los servicios presta-
dos debe ser inalterable y poseer constancia de la fecha de su otorga-
miento, y el “archivo de cesión” que se utilice para perfeccionar el
factoring electrónico, adquiere una importancia esencial en caso de un
litigio o controversia entre el cedente y la empresa de factoraje.
7. Gravámenes, aranceles
e impuestos a las transacciones en línea
La hipótesis de trabajo es el determinar cómo velamos porque se
cumpla con el pago de los derechos de aduana y los impuestos cuando,
de manera telemática, se importan mercancías digitales como software,
música o información. Este tema, el de la aplicación de aranceles o
gravámenes aduaneros y de impuestos o tributos a las operaciones de
comercio electrónico internacionales –que afectan a ordenamientos ju-
rídicos o las regulaciones de dos o más países– es considerado como
una barrera interpuesta por las leyes –aduaneras y tributarias, respecti-
vamente– no adaptadas a las realidades de la economía digital.
El caso de más frecuente cita es el del titular de un software, debida-
mente licenciado, al que se le ofrece la posibilidad de adquirir desde el
extranjero vía Internet el “up grade” o la actualización del programa, y
que autoriza el cargo de su valor a una tarjeta de crédito. Posteriormente
la compra se perfecciona cuando se le autoriza a “bajarlo” desde el sitio
web de la empresa desarrolladora o se le envía digitalmente la mercancía,
sin que sea necesario pagar derechos de aduana por esta modalidad de
importación de mercancías que ingresan física pero digitalmente al país
y sin que –a priori– el Servicio de Impuestos Internos pueda recaudar el
pago del IVA o fiscalizar la evasión del mismo63.

63
Siempre el SII podrá fiscalizar “a posteriori”, en la medida que se cuenta con la
información sobre las compras nacionales e internacionales realizadas con tarjeta de
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 55

En 1998 los Miembros de la OMC empezaron a estudiar cómo debía


abordarse el tema del comercio electrónico, ya que atendido el carácter
singular de esta nueva modalidad de entrega de productos (mercancías y
servicios) quedaban o surgían muchas interrogantes por responder. Des-
de un comienzo consideraron que los productos que se adquieren y pa-
gan a través de Internet, pero que se entregan materialmente, deberían
estar sometidos a las normas de la OMC sobre comercio de mercancías,
especialmente en cuanto a los compromisos de los Miembros en materia
de acceso a los mercados.
Ahora bien, la situación se estimó más complicada en lo que dice
relación con productos que se entregan como información digitalizada a
través de Internet, pues se plantean distintas cuestiones acerca del régi-
men normativo adecuado que habría que imponerles..., particularmente
por el carácter aterritorial de la red y la naturaleza transnacional del co-
mercio electrónico. Con este norte se iniciaron una serie de estudios y
acciones64.
Ocurrió que en los foros sobre comercio electrónico se habían escu-
chado propuestas en orden a gravar con aranceles aduaneros e impues-

Continuación nota 63
crédito, en base a la cual puede realizarse una fiscalización selectiva. En este mismo
sentido, el Ministerio de Hacienda español ha recomendado a comienzos de 2001 que las
aduanas, para el comercio de bienes inmateriales, lleguen a acuerdos de intercambio de
información con las empresas encargadas de gestionar los medios de pago, de modo que
éstos faciliten e identifiquen datos sobre las transacciones on line.
64 La importancia del tema llevó a la OMC a desarrollar un link específico sobre

comercio electrónico en el site de la institución. En éste, la entidad parte por conceptualizar


al comercio electrónico como aquel que abarca tanto los productos que se adquieren y
pagan a través de Internet, pero que se entregan materialmente, como los productos que
se entregan como información digitalizada a través de Internet. Seguidamente entra en el
terreno de las clasificaciones y afirma que el comercio electrónico –la producción, la
publicidad, la venta y la distribución de productos a través de las redes de telecomunica-
ción– se puede dividir en tres grandes categorías, con miras al análisis de las políticas
generales al respecto: i) la fase de búsqueda, en la que los productores y consumidores,
o compradores y vendedores, interactúan por vez primera; ii) la fase de encargo y pago,
una vez que se ha convenido una transacción, y iii) la fase de entrega.
56 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

tos a las transacciones on line, y países como Holanda y algunos secto-


res de la ONU habían considerado la aplicación de derechos de aduana
en base al número de bits o a la cantidad de e-mails transmitidos de un
Estado a otro (concretamente, 1 centavo de dólar por cada 100 e-mails
enviados), opción, por decir lo menos, “curiosa”.
Partiendo de percibir que la modalidad más novedosa de intercam-
bio comercial vía redes o telemático, a distancia, entre ausentes, ingre-
sando a un sitio “web” de la red Internet o incorporándose a un mercado
digital o “e-marketplace”, es la que se relaciona con bienes multimediales
como software, música, imágenes, textos y videos, o con la prestación
de servicios como el acceso a bases de datos, a instancias de la OMC y
frente a esta nueva modalidad de entrega de productos –mercancías o
bienes digitales y servicios en línea– los Estados tuvieron la inteligencia
de actuar con prudencia y establecer moratorias en materia de aplica-
ción de aranceles al comercio electrónico.
En el marco de la Segunda Conferencia Ministerial de la OMC rea-
lizada en Ginebra se recogieron estos planteamientos, y se adoptó preli-
minarmente una Declaración sobre el Comercio Electrónico Mundial el
20 de mayo de 1998. Los ministros, reconociendo la expansión del co-
mercio electrónico que está creando nuevas oportunidades para el co-
mercio, establecieron que el Consejo General elaboraría un programa
de trabajo amplio para examinar todas las cuestiones relacionadas con el
comercio electrónico mundial, el que tenía que tomar en cuenta las ne-
cesidades económicas, financieras y de desarrollo de los países en desa-
rrollo.
El Consejo General tenía además que elaborar un informe sobre los
progresos alcanzados en el programa de trabajo y formular recomenda-
ciones sobre posibles medidas, que serían revisadas a fines de 1999 en
la Conferencia de Seattle. No obstante y sin perjuicio de los resultados
del programa de trabajo, se declaró unánimemente que los Miembros
mantendrían su práctica actual de no imponer derechos de aduana a las
transmisiones electrónicas.
En el marco de la Tercera Conferencia Ministerial de la Organiza-
ción Mundial de Comercio o “Ronda del Milenio”, realizada en la ciu-
dad de Seattle entre los días 30 de noviembre y 3 de diciembre del año
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 57

1999, los representantes de 137 países esperaban debatir acerca de cómo


implementar mundialmente un real sistema de libre comercio electró-
nico.
Si bien es cierto en definitiva la Conferencia se suspendió por las
presiones políticas y de intereses sectoriales no gubernamentales vincu-
lados a los ecologistas y los activistas laborales, en la OMC el tema de la
no aplicación de aranceles aduaneros –e impuestos– a las transacciones
on line, de un ciberespacio sin barreras comerciales o de “una Internet
sin aduanas” quedó mayoritariamente consensuado, aceptándose que para
una apertura comercial la realidad del comercio electrónico no podía
asumirse en plena conformidad con las normas que rigen otras activida-
des reguladas por la OMC.
¿Moratoria en materia de aplicación de impuestos on line?; ¿impo-
sibilidad de ser recaudados? Junto con el pago o no pago de aranceles
aduaneros por las transacciones comerciales internacionales realizadas
mediante redes –o, si se quiere, por la importación de mercancías digitales
o multimediales–, el tema de aplicarles o gravarlas con impuestos tam-
bién está suscitando un debate interesante a nivel mundial.
En materia tributaria o de cobros impositivos una cuestión esencial
es determinar dónde está o dónde se produce efectivamente el hecho
gravado, por ejemplo con el IVA, …si donde se origina la transacción,
donde está ubicado el servidor en que se produce, o en el país de destino
de las mercancías (tratándose de E-Commerce internacional).
Los sistemas tributarios mundiales optan por soluciones distintas.
Existiría el criterio mayoritario de que las transacciones de comercio
electrónico mediante Internet serían “la prestación de un servicio” y no
“una entrega de bienes”, y por ende los impuestos deberían pagarse en
el país de destino de las mercancías o donde se encuentre el mercado
comprador.
Hay quienes postulan la existencia de “barreras ocultas” para el
desarrollo del comercio electrónico mediante Internet, entre las cuales
incluyen, sobre todo de cara al intercambio o comercio de servicios, los
problemas tributarios. Se refieren al comercio de servicios porque a su
respecto las exportaciones por Internet no se considerarían como tales,
por lo que no quedarían exentas del Impuesto al Valor Agregado (IVA),
58 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

ante lo cual “los inversionistas” preferirán ir donde no existan estas ba-


rreras. Y señalan, por último, que una de las piedras de tope para el
comercio electrónico sería el no poder registrar a quien realiza la tran-
sacción y la no existencia de claridad sobre a quién ni dónde cobrar los
impuestos, es decir, sea en base a la ubicación del servidor, por la direc-
ción de la casa matriz o por el domicilio del dueño del servicio.
Hay que distinguir si las transacciones digitales se traducen en la
entrega o no de mercancías físicas. El problema tributario o de imposi-
bilidad de hecho de exigir impuestos y de fiscalizar su pago se presenta
cuando se comercian mercancías multimediales o intangibles, no sopor-
tadas físicamente, como los videos, los software, la música, la informa-
ción almacenada en bases de datos, etcétera. Aquí tanto la compra como
el envío es electrónico.
En el caso contrario, la entrega material de las mercancías implica-
ría –si vienen desde el extranjero–, entendemos, el pago de los derechos
de aduana como el arancel de internación más el IVA sobre un valor
bruto. Si las transacciones son nacionales, siempre el vendedor debe
emitir una factura que llegará con la entrega física de las mercancías al
comprador, y estará claro qué normas tributarias aplicar (siempre habrá
que pagar IVA), en base a los registros contables de cada empresa.
Hay que distinguir si las transacciones digitales son nacionales o
internacionales… (o dónde está ubicado el servidor de la empresa que
provee el bien). Cuando son internacionales y se compran mercancías
multimediales (software, música, imágenes, servicios como el arriendo
de pasajes, etcétera), no está claro dónde deben cobrarse los impuestos:
si donde se origina la transacción o en el país de destino de las mercan-
cías exportadas.
En Chile la autoridad fiscalizadora estaría aplicando a la nueva cri-
terios de “la antigua” economía65. Según el SII, si hay un flujo de divi-

65
El tema que más ha marcado el devenir de Internet en estos tiempos es el surgi-
miento del e-commerce o del e-business. Sociológica, económica y culturalmente se
ha conceptualizado este fenómeno bajo el nombre de “La Nueva Economía”. Parafra-
seando “Las Olas” de Alvin TOFLER, un economista –SCHUMPETER– postuló hace algún
tiempo la existencia de “olas de destrucción creativa” que estaban golpeando la econo-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 59

sas hacia el exterior estaríamos en presencia de una remesa de dinero y


se debe cancelar un impuesto de retención en conformidad al artículo 59
de la Ley de Renta (35% sobre el valor bruto, 20% si es asesoría técnica
y 15% si se registra como propiedad intelectual).
No son pocas las personas que no reconocen o que no saben los
tipos de egresos que una empresa hace al pagar la compra de mercancías
on line o cuáles son los montos tributables, sea en el extranjero o en
Chile, y tampoco está claro cómo clasificarlos contablemente –v.gr ¿como
flujos al exterior, pago de servicios, asesorías, pagos de propiedad inte-
lectual (en el caso del software)?, porque el monto a tributar será distin-
to según su naturaleza.
Por cierto, en relación a la importación electrónica de software –un
bien intangible– se ha llamado la atención sobre la necesidad de distin-
guir la naturaleza específica u objeto del contrato, porque las licencias
de software no son iguales. Puede tratarse de una “licencia de uso”, en
cuyo caso habría que considerar al transmitirse electrónicamente el pro-
grama que estamos en presencia de una prestación de servicios. Y puede
consistir el contrato en relación al software en una “licencia de explota-
ción”, lo que nos llevaría al contexto o al ámbito del derecho de autor.
Por tratarse de una barrera innecesaria al desarrollo del comercio
electrónico, durante las negociaciones en el marco del TLC con EE.UU.
se adquirió el compromiso de no aplicarse aranceles aduaneros a los
Productos Digitalizados que se transmitan electrónicamente entre Chile
y ese país66.

Continuación nota 65
mía mundial, aportando nuevas riquezas y cambiando las formas de producirla, con-
texto en el cual surgió la llamada nueva economía. Las diferencias esenciales con la
economía tradicional serían su carácter global, su preeminencia de bienes intangibles
(información, finanzas, servicios, entretención, creaciones intelectuales, etcétera) a
diferencia de riquezas como las manufacturas, el petróleo o los bienes raíces, y su
fuerte o radical interconexión telemática, lo cual se traduce en una también fuerte
relación e interdependencia con el desarrollo de la industria de las Tecnologías de la
Información o TI.
66 El concepto de “Productos Digitalizados” no está reconocido por la legislación

chilena, y es el momento de promover adecuaciones de clasificaciones obsoletas y limi-


60 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

En el contexto del e-commerce67 se consideró exclusivamente el tema


de los llamados “Productos Digitalizados” o “PD” y se dejó de lado, por
tratarse de una importación tradicional de mercancías, el estudio de aque-
llas operaciones de comercio electrónico donde los productos se adquie-
ren y pagan a través de Internet pero se entregan materialmente, sea
porque su naturaleza es material o porque las mercancías digitales se
envían contenidas en un soporte físico o “medio portador” como un CD
y no son productos que se entregan directamente o que se venden y
distribuyen como información digitalizada a través de Internet.
Si el acuerdo adoptado en el marco de las negociaciones del TLC
fue el de “no aplicar aranceles aduaneros” a la importación de mercan-
cías digitales, en consecuencia no será procedente aplicar los impuestos
correspondientes sobre estos aranceles.
Proactivamente, el Servicio de Impuestos Internos debería promo-
ver localmente, desde la perspectiva tributaria, estudiar la viabilidad y el

Continuación nota 66
tadas, por cierto, recogidas de la doctrina francesa por allá por 1875. El primer elemento
tecnológico que cuestionó al derecho fueron los programas computacionales, esas co-
sas intangibles e inmateriales que constituyen parte del “soporte lógico” de un sistema
computacional, que pueden ser reproducidas o copiadas cientos de veces sin que el
propietario sea menoscabado o privado de la posesión del software. Hoy, de cara al
mundo de las redes telemáticas y de productos multimediales, que mientras son transmi-
tidos sólo son “bits” de información energizada o magnetizada, es necesario superar la
clasificación legal civil de las cosas en “corporales” o físicas e “incorporales” o meros
derechos –para agregar la categoría de “cosas ideales, intelectuales, intangibles o
inmateriales”–, y reinterpretar la noción penal de “documento” como aquel restringido
al soporte papel.
67 Es acertado definir al comercio electrónico como el intercambio mediante redes

digitales de información, entre empresas –”business to business”– o entre empresas y


consumidores –”business to consumer”–, que da lugar u origina una relación comercial
(que jurídicamente es contractual), consistente en la entrega en línea de bienes intangi-
bles..., en la prestación de servicios..., o en un pedido electrónico de bienes tangibles. Se
trata de relaciones jurídicas a distancia, entre ausentes, entre desconocidos, on line o
“telemáticas”, donde los problemas “jurídicos” obedecen, básicamente, (1) a la
inmaterialidad de los soportes magnéticos y el problema de su prueba en caso de conflic-
to y (2) a la aterritorialidad de transacciones de e-commerce internacional, por ejemplo
cuando son mediante Internet.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 61

fundamento de adoptar expresamente –al menos aprovechando las fa-


cultades normativas que le concede la ley– los acuerdos internacionales
y recoger los lineamientos de las leyes de moratoria vigentes en otros
países, en el entendido que la exención será sólo para operaciones con
“bienes multimediales” o verificadas completamente en forma electró-
nica –es el denominado comercio electrónico “directo”–, y en la medida
que se realicen “transacciones internacionales”.
B. LA FORMACIÓN DEL CONSENTIMIENTO EN LÍNEA
1. Generalidades
El objetivo de este acápite es el de sólo tener en mente algunos con-
ceptos esenciales, que sean entendibles por auditores, informáticos y
juristas. Frente a la pregunta de cómo determinamos “el momento” y
“el lugar” de la formación del consentimiento en contratos realizados
a distancia y entre ausentes (porque, obviamente, no existe un contac-
to físico directo entre los contratantes), o en acuerdos contractuales
electrónicos, telemáticos o vía redes, para precisar por ende –teórica-
mente– (i) qué derecho debe aplicarse, (ii) cuál sería el tribunal compe-
tente para conocer de un eventual –y remoto– juicio, y (iii) desde cuan-
do nacen las obligaciones para las partes contratantes porque se ha per-
feccionado el contrato electrónico entre ausentes, ...dijimos que lo pri-
mero era distinguir si se trataba de una operación de “B2C” o de “B2B”.
Porque en el primer caso, el contrato –la compraventa electrónica y
de adhesión– a priori (y salvo estipulación en contrario en las condicio-
nes de uso del site) se entenderá celebrado en el lugar donde esté locali-
zado el servidor computacional donde se instala o se aloja el sitio de
Internet de la empresa proveedora, y siempre quedará un registro elec-
trónico del día y la hora que el consumidor se conectó, eligió la mercan-
cía y pagó –generalmente con tarjeta de crédito–. En el mundo del “Bu-
siness to Consumer” esto siempre se establece previamente y sin posibi-
lidad de negociación alguna en los llamados Términos Generales o Con-
diciones del Servicio.
En este tipo de mercado transaccional las ofertas a los consumidores
se hacen de manera permanente mediante catálogos virtuales siempre
62 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

disponibles68, y la aceptación requiere: (i) la mínima formalidad de un


clik para poner una mercancía en un carro virtual (estamos frente a una
inmediatez de sistemas computacionales que carecen de contacto digital
directo, lo que no transforma al contrato “entre ausentes” en uno “en-
tre presentes”69), y (ii) el hecho de simultáneamente pagar con tarjeta
de crédito. En efecto, casi siempre se establece que los contratos se
perfeccionan jurídicamente por el hecho y en el momento de la autori-
zación del cargo en la tarjeta de crédito que hace el comprador o consu-
midor.
Es diversa la situación tratándose de un contrato “B2B” o de inter-
cambio de información y de documentos entre empresas, lo que consti-
tuye una compraventa mercantil electrónica, donde se intercambian ór-
denes de compra y facturas, y donde generalmente las partes han deter-
minado previamente qué legislación se aplicara en caso de conflicto si
proveedores y compradores están ubicados en países diversos.
Teóricamente, habrá un conflicto al intentar determinar qué legisla-
ción debiera regular las operaciones de e-commerce o los contratos elec-
trónicos-mercantiles cuando se realizan a través de las fronteras terri-
toriales de países diversos y cuál sería el tribunal competente para co-

68 Recuérdese, que los usuarios sólo buscan afanosamente y de buena fe que funcio-

ne el intercambio, y no aclarar categorías jurídicas pensando en posibles demandas por-


que el “CD” o disco compacto llegó malo o porque el libro se recibió en un idioma
distinto al indicado en el sitio o servidor de la red Internet al comprarlo.
69 Otro supuesto aporte doctrinario jurídico sin ninguna importancia práctica, es

el de debatir si los contratos electrónicos son “entre ausentes” o “entre presentes”. (i)
Es un debate que surge probablemente de quienes nunca han revisado los términos
legales o las condiciones de uso de un sitio web, que solucionan expresamente el pun-
to; (ii) es un debate que pretende prescindir del hecho evidente que entre las partes
contratantes no existe un contacto físico directo presencial, porque los que se conectan
en forma remota y en línea son los sistemas computacionales; (iii) es un discurso
dialéctico que pretende incluso revisar el concepto de “ausentes”, y (iv) es un supuesto
debate, que aun cuando se acepte que la presencia virtual no sería presencia “real o
física” pero si una nueva forma de presencia y no de ausencia, nunca podría significar
que se le restara mérito a los términos legales del site transaccional que definen qué
derecho se aplica, qué tribunal es competente y cuándo y cómo se entiende perfeccio-
nado el consentimiento.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 63

nocer una posible controversia; ¿será la del país del emisor de un men-
saje (orden de compra por ejemplo) o la del receptor del mismo (el
proveedor que vende)?; ¿será la del país en que está establecida la em-
presa vendedora (o instalado el servidor que soporta su página), o la del
país en que reside el comprador de la mercancía y aceptante de la tran-
sacción?
No obstante que estamos ciertos el tema interesa en demasía a di-
versos autores y estudiosos teóricos del derecho, sobre todo a especia-
listas en derecho comercial y civil70, y a pesar de que entes internacio-
nales como la UNCITRAL han dedicado largas sesiones de debate a
este tópico, consideramos que se trata de una problemática eminente-
mente teórica que al mundo real del comercio electrónico no le empece
ni le preocupa. Porque la solución de posibles conflictos, como es pro-
pio en el comercio internacional sea que se realice electrónicamente o
no, en el 99% de los casos se reenvía previamente a tribunales arbitrales
que no están sujetos a la aplicación de un derecho determinado, o si lo
están, es porque previamente así lo han establecido las partes contra-
tantes.

70 En Chile, para estudiar parte importante de los aportes de la doctrina civilista

española y europea sobre este tema, puede consultarse el libro “Derecho Civil y Nuevas
Tecnologías”, de Ruperto PINOCHET OLAVE, publicado el año 2007 por la editorial Lexis
Nexis. En 150 páginas de un total de 270, se abordan desde la perspectiva de un civilista
que afirma que el Derecho Civil deberá jugar “un rol protagónico en la incorporación de
las Nuevas Tecnologías”, quizás los temas menos importantes para el mundo de las
TICs, las empresas informáticas, los contratos y el comercio electrónico, a saber: la
oferta electrónica; la aceptación electrónica; el momento de formación y el lugar de
formación del consentimiento electrónico.
Por cierto, sin entender que un software no realiza actos volitivos ni aun cuando sea
uno de los denominados “sistemas expertos”, porque ellos sólo ejecutan las instruccio-
nes binarias y lógico formales que el programador determina, y sin saber que la inteli-
gencia artificial, la robótica e incluso las redes “neuronales” a esta fecha sólo son
capaces de representar los modelos conductuales y básicos de un ratón, este mismo
texto se suma a lo que califica como “la escasa doctrina jurídica existente sobre el
tema” (y ojalá sea la única que alcance tales niveles de intrascendencia) y se pregunta
–sin responder con claridad– acerca de si mediante el uso de sistemas expertos puede
manifestarse una voluntad que genere un negocio jurídico válido.
64 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Reiteramos además que en el contexto de los sitios electrónicos de


transacciones conocidos como “e-marketplace” nunca se presentará de-
bate jurídico alguno en cuanto al momento y al lugar de la formación del
consentimiento, y nunca podrá cuestionarse la competencia o incompe-
tencia de un tribunal o la naturaleza del derecho a aplicarse en caso de
conflicto, básicamente (i) porque son temas que resuelve el contrato de
prestación de servicios que las empresas que optan por operar electróni-
camente suscriben, donde se determina el derecho aplicable y se estipu-
lan cláusulas de arbitraje para la resolución de cualquier tipo de contro-
versia, y (ii) porque en los sistemas o computadores existen registros o
“log” acerca del día y hora en que se envió un documento determinado
(por ejemplo, una orden de compra).
Por último, todo lo que ahora podamos aclarar y precisar servirá de
base para analizar luego –en el Capítulo III– la figura de los “contratos
electrónicos de cesión de créditos” –léase de factoring–, los que, tratán-
dose de facturas electrónicas y en conformidad a lo dispuesto por el
artículo 9º de la ley Nº 19.983 y por el artículo 3º del Reglamento de la
ley Nº 19.98371 deben perfeccionarse entre el cedente (...el acreedor de
la deuda) y el cesionario (...la empresa de factoring) por la entrega al
cesionario de un archivo electrónico denominado “de cesión”72; dicho
archivo, además se incorpora o anota en un “...registro público electró-
nico de transferencias de créditos contenidos en facturas electrónicas”.
¿Puede caber legalmente alguna duda respecto al momento en que
está cesión electrónica de los derechos de que da cuenta la factura se
entiende verificada y le es notificada al deudor cedido? La respuesta que
anticipamos, y gracias al rol de garante y administrador del sistema de
cesiones electrónicas que desempeña por ley el Servicio de Impuestos
Internos, es que no.

71 Dice el artículo: “La cesión del crédito contenido en una factura electrónica se

perfeccionará entre cedente y cesionario por la entrega, a este último, del Archivo Elec-
trónico de Cesión y por la puesta a disposición del cesionario del recibo de la recepción
de las mercaderías o servicios, en las modalidades a que se refiere el artículo 2º”.
72 Distinta es la situación de la “cesión en cobro”, que conforme al artículo 8º del

mismo Reglamento sólo puede hacerse mediante la entrega de una representación impre-
sa de la factura, lo que consideramos una “capitis diminutio” del sistema.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 65

2. ¿Aplican las normas del Código


de Comercio a propósito de la formación
del consentimiento en la compraventa mercantil?
La respuesta es afirmativa, y así lo anticipamos en la Introducción
de esta investigación. No puede discutirse que el ejercicio teórico-doc-
trinario de proyectar las normas legales tradicionales sobre la oferta, la
aceptación y la formación del consentimiento en materia de actos de
comercio puede hacerse, pero claramente, la obviedad de proponer como
nuevo aporte el afirmar que “la oferta electrónica es la que se realiza
mediante medios electrónicos, informáticos o telemáticos”, es una de
esas afirmaciones sin las cuales el derecho, la ciencia jurídica, los con-
tratos y el comercio electrónico pueden sobrevivir.
Ergo, a pesar de su intrascendencia práctica, siempre podrá hacerse
el ejercicio doctrinario, para determinar el momento en que se verifica
el contrato electrónico-mercantil y para extraer eventuales consecuen-
cias jurídicas, consistente en distinguir si se trata de contratos “entre
presentes” o “entre ausentes”, según si la aceptación puede ser conocida
inmediatamente por la contraparte que realiza la oferta, o no.
¿Cuáles son estas normas generales? Las contempladas en los ar-
tículos 96 y ss. del Código de Comercio, para cuyo estudio de cara a los
contratos electrónicos los presupuestos básicos son dos: (i) primero, el
entender que la oferta o propuesta se hace legalmente “por escrito”,
porque lo único que cambia es el tipo de soporte o continente y la
forma de incorporar el contenido –ambos electrónicos– y porque así lo
estableció el año 2002 el artículo 3º de la ley Nº 19.799, que vino a
homologar ambos soportes, y (ii) en segundo lugar, que siempre serán
contratos celebrados “entre ausentes” porque nunca la aceptación po-
drá ser conocida en forma inmediata por el contratante que realizó la
oferta, ya que siempre existirá la intermediación de dos sistemas com-
putacionales y de una red telemática, que son los únicos que en forma
inmediata –y formal, lógica, digital e irracionalmente– saben o conocen
del contenido del mensaje que se envía y que acepta la oferta, para así
entenderse formado el consentimiento en la compraventa mercantil elec-
trónica.
66 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

3. Las nuevas normas de la ley Nº 19.496


Por su novedad y por su aplicación directa al mundo del “B2C” o
del comercio electrónico entre empresas y consumidores, y a pesar de
que no se trata de contratos mercantiles electrónicos que requieran la emi-
sión de facturas, creemos interesante –por su aporte en la conformación
de una nueva institucionalidad jurídica– resumir lo más importante de
estas normas acerca de la formación del consentimiento electrónico, in-
corporadas el año 2004 por la ley Nº 19.995 al Estatuto Jurídico local
sobre los Derechos de los Consumidores.
Forzoso se hace si consignar que, a diferencia de las consideracio-
nes vertidas por el Poder Ejecutivo que presentó y promovió en el Parla-
mento la aprobación de la ley modificatoria, su impacto en la economía
nacional no es ni será relevante para la ciencia jurídica. Esto, en la mis-
ma medida que son poco relevantes las compras electrónicas en las
multitiendas o empresas de servicios, y porque menos aún se han pre-
sentado casos de denuncia ante los Juzgados de Policía Local por infrac-
ciones a las normas sobre comercio electrónico de la ley Nº 19.496.
Lo que ocurre en la práctica, o el sustrato fáctico que debe entenderse,
es que las empresas proveedoras apuntan a un grado tal de fidelización
con sus clientes, que la información disponible en los sitios de Internet no
es sino una forma rápida y de bajo costo para llevar el catálogo de produc-
tos hasta el hogar de los consumidores, y que una vez verificada la com-
pra, los bienes de consumo son enviados a los domicilios mediante efi-
caces sistemas de reparto y logística. Lo que debe entenderse es que si
un consumidor y/o cliente reclama porque creía que la mercancía la iba
a recibir en 24 horas y no en 48 –que fueron los términos del acuerdo de
voluntades–, es muy probable, considerando el monto de la compra, que
la multitienda se la despache vía correo expreso y que la discrepancia
nunca llegue a originar un proceso infraccional y de indemnización de
perjuicios en conformidad a la ley de derechos de los consumidores.
A consecuencia de la agregación de un artículo 3º bis y en materia
de “derecho de retracto”73, se estableció que uno de los casos en que el

73 Una breve explicación sobre esta garantía, puede verse en la URL http://www.

conadecus.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=27&Itemid=9
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 67

consumidor puede poner término unilateralmente al contrato, en el pla-


zo de 10 días contados desde la recepción del producto o desde la con-
tratación del servicio y antes de la prestación del mismo, es en el ámbito
de los contratos celebrados por medios electrónicos y en aquellos en que
se acepte una oferta realizada a través de cualquier otra forma de comuni-
cación a distancia (es decir, realizados fuera de un establecimiento mer-
cantil), ...salvo que el proveedor hubiera dispuesto –unilateral y expre-
samente– lo contrario. ¿Cuál sería la ratio legis para establecer que un
proveedor pudiera desconocer este derecho del consumidor –para revi-
sar el consentimiento otorgado–, a priori y en forma unilateral?74.
Relacionado con el plazo para ejercer el derecho de retracto –que es
amplísimo para el consumidor–, existe un nuevo artículo 12 A que esta-
blece, en su inciso tercero, que una vez perfeccionado el contrato el
proveedor estará obligado a enviar confirmación escrita del mismo, por
vía electrónica o por cualquier medio de comunicación que garantice el
debido y oportuno conocimiento del consumidor, el que se le indicará
previamente, comunicación que además deberá contener una copia ínte-
gra, clara y legible del contrato. De ser vía correo electrónico, habría
que adjuntar o “atachar” –que nos perdone la Real Academia de la Len-
gua– el documento.
Pues bien: si la confirmación escrita del contrato celebrado se remi-
te, el plazo para ejercer el derecho de retracto se cuenta desde la fecha
de recepción del bien o desde la celebración del contrato en el caso de la
prestación de servicios. En caso contrario, o de no mediar confirmación
remitida, el plazo se extiende a 90 días.
Agrega la ley que no podrá ejercerse el derecho de retracto cuando
el bien, materia del contrato, se haya deteriorado por hecho imputable al
consumidor, y establece: (i) que si el consumidor ejerciera el derecho

74 El único caso que conocemos, en cuanto a considerar desconocer la opción de

ejercerse el derecho de retracto se presentó en materia del contrato electrónico de asigna-


ción y registro de nombres de dominio, al cual nos referimos más arriba. Véase en la
URL http://www.cnnn.cl/documentos/actas/2004/acta-de-la-sesion-ordinaria-2004-3 el
debate a este respecto. En definitiva, el NIC Chile resolvió todo lo contrario y, junto con
cumplir a cabalidad con lo dispuesto por el artículo 12 A, no desconoce la posibilidad de
ejercer el derecho de retracto con posterioridad al pago realizado por su contraparte.
68 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

consagrado el proveedor estará obligado a devolverle las sumas abona-


das, sin retención de gastos, a la mayor brevedad posible y, en cualquier
caso, antes de cuarenta y cinco días siguientes a la comunicación del
retracto, y (ii) que tratándose de servicios, la devolución sólo compren-
derá aquellas sumas abonadas que no correspondan a servicios ya pres-
tados al consumidor a la fecha del retracto.
La ley el año 2004 recogió un criterio previamente sentado por tri-
bunales norteamericanos, a saber, que la existencia de “Términos lega-
les o condiciones de uso y políticas de privacidad” desconocidas para
los usuarios que ingresen a un sitio de la red Internet, significaba que
ellos no podían ser calificados de “contratos válidos”, por el desconoci-
miento derivado de no acceder a cláusulas establecidas al final de cada
página en “links” –o subpáginas– de poca figuración.
Es el mismo artículo 12 A el que dispone que en los contratos cele-
brados por medios electrónicos, y en aquellos en que se aceptare una
oferta realizada a través de... cualquier forma de comunicación a distan-
cia, el consentimiento no se entenderá formado si el consumidor no ha
tenido previamente un acceso claro, comprensible e inequívoco de las
condiciones generales del mismo, y copulativamente, la posibilidad de
almacenarlos o imprimirlos.
Cuesta entender como, en la práctica, los administradores de un sitio
en Internet podrán cumplir con esta obligación de facilitar tal acceso cla-
ro, y siempre podrán ser denunciados infraccionalmente por no haberlo
hecho en forma idónea. Pero como la ley exige que el usuario que ingresa
al sitio pueda “almacenarlos o imprimirlos”, la opción más conveniente
sería que se ofreciera en forma destacada la posibilidad de “bajar electró-
nicamente” un archivo o documento con el contenido que exige la ley.
Como corolario de lo anterior, se explicita que “la sola visita del
sitio de Internet en el cual se ofrece el acceso a determinados servicios
no impone al consumidor obligación alguna, a menos que haya acepta-
do en forma inequívoca las condiciones ofrecidas por el proveedor”.
Que la aceptación haya sido inequívoca será una cuestión de hecho que
tendrá que determinar el Juzgado de Policía Local respectivo.
Por último, en el artículo 32 de la ley Nº 19.496 se ha incorporado
un nuevo inciso segundo que establece –en lo que ahora nos interesa–
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 69

que tratándose de contratos ofrecidos por medios electrónicos o de aqué-


llos en que se aceptare una oferta realizada de cualquier otra forma de
comunicación a distancia, el proveedor siempre deberá informar –pe-
rentoriamente–, de manera inequívoca y fácilmente accesible, los pasos
que deben seguirse para celebrarlos, e informará, además –”cuando co-
rresponda” dice la ley, sin precisarlo– si el documento electrónico en
que se formalice el contrato será archivado y si éste será accesible al
consumidor, y su dirección de correo postal o electrónico y los medios
técnicos que ha puesto a disposición del consumidor para identificar y
corregir errores en el envío o en sus datos –entendemos nosotros, los
datos personales o nominativos del cliente o consumidor–.
4. Comercio e intermediación de seguros por medios electrónicos.
Regulación especial de la SVS
Desde el año 2000 a la fecha la Superintendencia de Valores y Segu-
ros ha instado, administrativamente y mediante Circulares y Normas de
Carácter General, por modernizar la gestión que es propia a corredores,
bolsas, accionistas, aseguradores y asegurados de la mano de la infor-
mática y la telemática. Autorizar como actividad complementaria los
servicios de enlace en la compra y venta de valores en el extranjero (el
2000); establecer exigencias mínimas de seguridad para sitios o servi-
dores de la red Internet en materia de comercio electrónico de oferta
pública (el 2001); regular el envío de listas de accionistas mediante In-
ternet (el 2002), y establecer exigencias mínimas de seguridad y las con-
diciones necesarias para la comercialización y la intermediación de se-
guros por medios electrónicos (el 15 de octubre del año 2004), son los
hitos que marcan el proceso modernizador “técnico-normativo”.
Este proceso y para cerrar el círculo previo a la negociación en ma-
teria de compraventa e intermediación electrónica de contratos de segu-
ros y con los futuros asegurados, encontraría además un tremendo “es-
paldarazo” para su materialización en el sistema de facturación electró-
nica implementado por el Servicio de Impuestos Internos, en particular
si los aseguradores y corredores de seguros se transforman –entre ellos,
que realizan actos de comercio– en emisores y receptores de facturas
electrónicas en el contexto de sus operaciones de “B2B”, al igual que ya
70 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

lo han hecho los corredores de bolsa y agentes de valores en el marco de


la resolución exenta Nº 98 del 20 de octubre de 200475. No es mera
propaganda el afirmar que la factura electrónica se ha puesto al servicio
del desarrollo económico, de la productividad y de la competitividad de
Chile76.
La norma de Carácter General Nº 171, abonada o respaldada –qué
duda cabe– con la validación general para el uso de documentos electró-
nicos que hizo la ley Nº 19.799 del año 200277, tiene como objetivo
establecer los requerimientos, estándares o exigencias mínimas de segu-
ridad y las condiciones necesarias, tanto para el comercio como para la
intermediación de seguros por medios electrónicos, sea que se realice
directamente por las compañías de seguros o por la intermediación de
corredores.
Para usar categorías ya conocidas por nosotros, se trata de operacio-
nes de “B2C” o de contratos electrónicos celebrados entre empresas y
sus clientes o contratantes de las pólizas de seguro.
Concretamente, se establece que es para la “oferta, intermediación
y suscripción de contratos de seguros”, y con este objetivo declarado se
determinan una serie de condiciones generales y de obligaciones espe-
ciales; se define la información mínima que debe proporcionarse en el
sitio o página de los aseguradores y/o en el de los corredores de seguros,
y se regulan los pasos y las etapas de la oferta, de la intermediación y de

75
A este respecto, véase la URL http://www.sii.cl/documentos/resoluciones/2004/
reso98.htm
76 Véase la URL http://www.sii.cl/pagina/actualizada/noticias/2003/240403noti01

ccm.htm
77 El artículo 1º establece que “la ley regula los documentos electrónicos y sus
efectos legales, la utilización en ellos de firma electrónica, la prestación de servicios de
certificación de estas firmas y el procedimiento de acreditación al que podrán sujetarse
los prestadores de dicho servicio de certificación, con el objeto de garantizar la seguri-
dad en su uso”. Pero la norma clave es el artículo 3º, que homologando completamente
a los documentos soportados en papel con los soportados magnéticamente dispuso que
“los actos y contratos otorgados o celebrados por personas naturales o jurídicas, públi-
cas o privadas, suscritos por medio de firma electrónica, serán válidos de la misma
manera y producirán los mismos efectos que los celebrados por escrito y en soporte de
papel”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 71

la contratación o de la suscripción efectiva –y electrónica– de los con-


tratos de seguros.
En las condiciones generales se definen las condiciones mínimas y
copulativas que deben alcanzarse con los sistemas de seguridad
implementados, a saber, relacionados con conceptos de gestión y segu-
ridad de sistemas como “autenticación, control de acceso, confidencia-
lidad, integridad y no repudio”.
De cara a la “autenticación” y encriptación de las conexiones de
todos los usuarios –futuros asegurados– que se conecten a los sitios web
de las compañías de seguros o de los corredores, se estipula que para
que se den las propiedades referidas necesariamente se deberá contar
con lo que se denomina un software o “certificado de sitio seguro”, lo
que dicho en términos coloquiales, significa que debe asegurarse que
toda persona que acceda al sitio de los prestadores de los servicios sepa
–indubitadamente– que corresponde a la empresa que dice ser y se iden-
tifica como compañía de seguros o como corredor.
Creemos que es una omisión importante no exigir el uso de certifi-
cados electrónicos o programas generadores de claves para la “suscrip-
ción” de contratos de seguros, lo que genera, técnica y jurídicamente,
incertidumbre, toda vez que se posibilita la repudiación o el desconoci-
miento posterior de lo firmado por el signatario o quien contrata la póli-
za de seguro.
Técnica y jurídicamente, además, el uso de simples mecanismos de
autenticación de identidades como las claves o password y métodos
biométricos como las huellas digitales generan falta de certeza, porque
se trata de mecanismos que no permiten suscribir documentos electróni-
cos sino sólo que el usuario se identifique –a los lectores les servirá
como modelo tener en mente la práctica que realizan cuando acceden a
sus cuentas corrientes vía Internet–, con lo cual tampoco se cumple con
el requisito de que exista una manifestación expresa de la voluntad del
cliente en cuanto a la intención de celebrar el contrato.
El numeral Cuarto de esta normativa administrativa regula cómo
debe hacerse y materializarse la oferta. Parte por obligar a aseguradores
y corredores a que proporcionen al destinatario de la propuesta, la que
previamente han publicado en su sitio de Internet, toda la información
72 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

relevante, y a que permitan que el posible cliente y futuro asegurado


cuente con los medios para efectuar consultas antes de decidir sobre la
póliza de seguro ofrecida.
La norma administrativa es detallista, y alude a la fecha de la oferta,
a su período de validez, a la identificación expresa de la compañía de
seguros o del corredor, a la naturaleza de la materia asegurada, a todas
las características del seguro (coberturas, requisitos de asegurabilidad,
carencias, deducibles, vigencia y suma asegurada), al costo total para el
asegurado y a la modalidad de pago de la prima.
El numeral en estudio también obliga a que, siempre en forma pre-
via a la celebración del contrato, se desplieguen en la pantalla a que
accede el usuario y se permita la impresión del tenor de las condiciones
generales y particulares de la póliza, con sus cláusulas adicionales y de
uso general a contratarse y con la referencia a sus Códigos de Depósito
en la Superintendencia.
También en cuanto a la forma de realizarse la oferta, establece que la
información deberá comunicarse de manera clara y comprensible, ajus-
tándose estrictamente a las condiciones de los seguros ofrecidos, evitan-
do inducir a error o confusión para su aceptación y facilitando la cabal
comprensión de la cobertura que está siendo ofrecida o contratada.
La Norma Técnica de la Superintendencia en cambio, es tremenda-
mente débil al momento de establecer cómo debe efectivamente enten-
derse formado el consentimiento. De hecho elude abordar el punto. Se
limita a decir que la aseguradora y el asegurable podrán manifestar su
consentimiento “en los términos acordados en el sitio web a través de
los mecanismos que éste contemple”. Amplísimo y ambiguo. En alguna
medida se rehabilita la norma Administrativa, cuando establece que sólo
podrá considerarse como aceptación de la oferta una manifestación ex-
presa de la voluntad del cliente en cuanto a la intención de celebrar el
contrato propuesto, no pudiendo presumirse el silencio como señal de
conformidad.
¿Nuestra sugerencia de solución?: exigir que el asegurado envíe un
correo electrónico manifestando la aceptación pero firmado digitalmente,
y que el software que se necesita para firmar electrónicamente o generar
las claves –que esto es firmar– denominado “certificado digital” –que
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 73

puede costar sólo 20 dólares– le sea previamente proveído por la propia


compañía de seguros o el corredor.
Por último, la Superintendencia se preocupa de los trámites poste-
riores al acuerdo mismo sobre el contrato de seguro. Una vez perfeccio-
nado que sea y tan pronto se produzca la última aceptación, exige pri-
mero a la compañía aseguradora o al corredor que envíen la póliza al
asegurado “firmando avanzadamente” –es decir, debe hacerse en forma
electrónica porque los papeles no se firman avanzadamente–, lo que en
términos simples y conforme a lo que define el artículo 2º de la ley
Nº 19.799 significa que el programa necesario para generar las claves o
firmar deberá serle comprado, exclusivamente, a una de aquellas em-
presas que previamente haya sido acreditada por la Subsecretaría de
Economía78, mismas que verifican previamente la identidad del firman-
te en forma presencial y que usan una tecnología que permite asegurar la
identidad del que firma, la integridad del documento y que evita que el
que lo envió posteriormente desconozca o repudie el envío.
Pero luego de exigirse que la póliza se envíe en forma electrónica,
sembrando la duda y requiriéndose una interpretación establece en se-
gundo lugar que debe hacerse “utilizando un medio que acredite feha-
cientemente su envío y recepción”; esto es redundante y creemos fruto
del desconocimiento, porque la firma “avanzada” mencionada antes
precisamente lo acredita en forma fehaciente.
C. EL VALOR PROBATORIO DE LOS DOCUMENTOS
ELECTRÓNICOS, QUE SOPORTAN Y DAN CUENTA DEL
CONTRATO O DE LA OPERACIÓN DE COMERCIO ELECTRÓNICO79

1. Generalidades
El objetivo de este acápite es, también, el de tener en mente algunos
conceptos esenciales, entendibles por auditores, informáticos y juristas,
que se hacen necesarios para el posterior análisis concreto de la factura
y el factoraje electrónico.

78 Para mayores detalles sobre este tema, véase en Internet la dirección www.entidad

acreditadora.cl
79 Un desarrollo completo del tema puede verse en JIJENA (2002), páginas 153 y ss.
74 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Así como es clave entender que los documentos deben firmarse y la


identidad de las partes contratantes –pequeños y grandes proveedores
(concentradores), proveedores y consumidores, oferentes y clientes,
vendedores y compradores– debe autenticarse, tenemos la percepción,
fruto de la experiencia, que en definitiva será la posibilidad que los con-
tratos electrónicos sobre actos de comercio o las compraventas mercan-
tiles electrónicas se documenten en instrumentos firmados y poseedores
–per se– de certeza técnica y jurídica, lo que le dará estabilidad al co-
mercio electrónico80.
Junto a las órdenes de compra, el instrumento mercantil más rele-
vante sin lugar a dudas lo constituye la factura electrónica, donde se
consignan los bienes adquiridos o los servicios prestados, el precio o los
saldos de precio pagados por ellos y eventualmente la recepción efecti-
va de las mercaderías. El uso de ambos ya es cotidiano para grandes
empresas concentradoras, como es el caso de los supermercados que
comercializan con sus proveedores en el sitio www.merconet.cl; ellos,
por un lado piden a los proveedores que estén en condiciones de recibir
electrónicamente las órdenes de compra, y por el otro esperan que las
operaciones comerciales sean facturadas de la misma forma.
Estos documentos electrónicos –órdenes de compra y facturas–, por
ende, serán claves al momento de acreditarse legalmente los términos y
condiciones en que se pactaron y celebraron las compraventas mercan-
tiles, y así debe reconocerlo el derecho o el ordenamiento jurídico posi-
tivo.
No nos desviaremos hacia los ámbitos del Derecho Procesal, pero el
tema debe anticiparse ahora de manera genérica para luego, entrando en
materia concreta y alejándonos de la teorización que tanto gusta a los
académicos, demostrar cuál es o de qué depende a esta fecha en el Dere-
cho Chileno el mérito probatorio general de una factura electrónica que

80 Nuestra postura es radicalmente distante de aquellos juristas que insisten en argu-

mentar en cuanto a que “tipificándose mejores delitos informáticos” los usuarios se sen-
tirán más seguros al comerciar. No debe olvidarse, que las empresas afectadas siempre
prefieren no denunciar para no dañar su imagen. En años de investigación, no conoce-
mos ni una sola querella criminal interpuesta por un delito cometido en el contexto de
una operación de comercio electrónico.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 75

sea firmada de la misma forma81, o el del llamado “archivo electrónico


de cesión” que desde este año 2005 cuando se emite y envía conlleva el
perfeccionamiento electrónico de la cesión de créditos que es esencial al
contrato de factoring. Nos remitimos a lo estudiado a propósito del ar-
tículo 3º de la ley Nº 19.799, más adelante, en el Acápite B de la Sección
Segunda del Capítulo II, sobre la regulación legal de la factura electró-
nica en Chile, y a lo visto en los Acápites de la Sección Segunda del
Capítulo III, sobre la reglamentación del factoring electrónico.
2. La importancia específica y teórica
del tema y su encuadre en el Derecho chileno
En caso de controversia y enfrentados a la necesidad de probar
indubitadamente en un proceso judicial la efectiva realización y los tér-
minos exactos en que se desarrollaron los hechos del envío de mensajes
y de los fondos traspasados entre emisores y receptores (v.gr. para de-
mostrar que un emisor realizó una contraoferta determinada ante una
proposición de negocio, que al aceptar firmó digitalmente un mensaje,
que se transfirió una determinada cantidad de fondos para pagar una
compra, que se realizó un cargo en una tarjeta de crédito, etc.), nada
obsta a que se utilicen todos los medios legales que contemplan el dere-
cho procesal; por ende podrán presentarse testigos, pedirse la designa-
ción de peritos, decretarse una inspección personal del tribunal, las im-
presiones en papel constituirán un principio de prueba por escrito, etc.
Pero el tema es otro. La cuestión es lograr que todos los registros
magnéticos mediante los cuales se da cuenta de hechos virtuales –tales
como haberse bajado de Internet un programa computacional obtenien-
do o no la licencia respectiva, haberse registrado un nombre de dominio
o una dirección en Internet, haberse encriptado o firmado un mensaje
electrónico, haberse accesado indebidamente a una base de datos perso-
nales o a un sitio web con contenidos ilícitos o haberse enviado un docu-

81 Como veremos, depende de la naturaleza de la empresa a la cual se le compre el


software necesario para generar las claves y firmar, programa computacional que se
denomina “certificado electrónico”. Una empresa certificadora puede ser acreditada por
el SII, acreditada por el Ministerio de Economía o no acreditada. Volveremos sobre el
tema.
76 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

mento mercantil electrónico como la factura–, tengan valor probatorio


como tales, “per se”, y que jurídicamente, en nuestro sistema de valora-
ción legal de los medios de prueba, dichos mensajes magnéticos consti-
tuyan instrumentos asimilables a los documentos públicos o privados82.
El conflicto surgía atendido que los registros donde constan las tran-
sacciones y las firmas son digitales y no soportados o impresos en papel
–se trata del tema de la “desmaterialización de instrumentos y docu-
mentos”–, con lo cual, aún se cree que no satisfacen los requisitos lega-
les de escrituración y firma y que no son pruebas visibles de los contra-
tos celebrados.
Téngase presente que el ordenamiento jurídico chileno exige “escri-
turación” en relación a la realización o celebración de actos y contratos
que impliquen algún pago o entrega de bienes, sin referirse al tipo de
soporte o continente ni a la forma de escriturar el contenido, y por lo
tanto el reconocimiento de la validez de los documentos electrónicos
pudo pasar por una cabal interpretación del concepto o del elemento
“escrituración” o “por escrito”, disociándolo del soporte papel o bien
homologando o dándole equivalencia a los soportes “papel” y “magné-
ticos, digitales o electrónicos”.
Una primera propuesta de reflexión a estas alturas puede ser la si-
guiente: el sistema procesal chileno no permitía, por regla general y has-
ta antes de la ley Nº 19.799, que por sí mismos se pudiesen acreditar
legalmente los hechos del mundo telemático consistentes en mensajes o

82 Un téngase presente: creemos que en el mundo del comercio electrónico es un

problema teórico o formal que los documentos o mensajes firmados digitalmente e


intercambiados telemáticamente, a pesar de su intangibilidad, puedan ser reconocidos
jurídicamente ante un tribunal. En un ámbito en que los mitos abundan, hay quienes
afirman que es la característica de que los mensajes intercambiados no están soportados
en papel “la que precisamente puede detener el desarrollo del comercio electrónico”.
No es para tanto; puede que ayude a una mayor certeza y genere mayor confianza en los
asesores legales de las empresas, pero nunca un proyecto de comercio electrónico se va
a entrampar por este tema, ya que basta que se estipule una cláusula de arbitraje ante
árbitros arbitradores para permitir que se resuelvan los conflictos en base a los registros
magnéticos usados. Y en el hecho: es poco probable que un proveedor vaya a exponerse
a perder a su cliente o proveedor más grande demandándolo, si por ejemplo existe des-
acuerdo en cuanto al número de toneladas compradas.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 77

archivos electrónicos, es decir, no perceptibles útil y racionalmente por


los sentidos sino mediante su visualización en una pantalla de un com-
putador o imprimiéndolos en papel.
Esto, atendido que los medios probatorios de los hechos sobre los
cuales eventualmente se litigará y su grado de valor son señalados taxa-
tivamente por el legislador chileno, sea en el Código Civil, en el Código
de Comercio, en el Código de Procedimiento Civil, en el Código de Pro-
cedimiento Penal o en leyes especiales, y por razones de Orden Público
estas leyes reguladoras de la prueba son inmodificables por la voluntad
de las partes.
3. Acerca de los instrumentos y documentos electrónicos
(conceptos esenciales)
La prueba documental o instrumental es la que se produce por me-
dio de documentos o instrumentos en la forma prefijada por las leyes, y
es la de mayor uso en el mundo contractual y mercantil. Goza de gran
confianza para el legislador en atención a la fijeza que al hecho a probar
da el documento.
En términos amplios debe entenderse por documento o instrumento
a cualquier objeto que contiene una información, que narra, hace cono-
cer o representa un hecho, cualquiera sea su naturaleza, su soporte o
“continente”, su proceso de elaboración o su tipo de firma. Los elemen-
tos propios de esta noción amplia son la existencia de un soporte en que
constan, un medio que se emplea para grabar los signos, un lenguaje o
idioma y un mensaje o “contenido”. En un sentido restringido, con la
expresión documento sólo se reconocen a aquellos que están escritos en
soporte papel y rubricados o firmados manualmente.
La legislación chilena siempre ha confundido los términos “instru-
mento” y “documento”, los que están en relación de género a especie,
respectivamente. El segundo –coincidente con lo que hemos denomina-
do acepción restringida– sería doctrinariamente todo escrito que dejara
constancia de un hecho sin que sea necesaria una firma manuscrita. El
instrumento en cambio, que es equivalente al concepto de “objeto”, se-
ría toda cosa mueble, material, corporal, inmaterial o magnética capaz
de representar un hecho.
78 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Pero existen documentos contenidos en soportes de otra naturaleza.


Los documentos soportados en medios magnéticos no responden al con-
cepto tradicional o restringido de documento manuscrito en soporte pa-
pel, sino al amplio, a la noción doctrinaria de “instrumento”. Por ex-
clusión, en consecuencia, entendemos que constituye un documento
no electrónico aquel que es elaborado por las formas tradicionales,
sean éstas manuales, mecanográficas, micrograbadas, microcopiadas
o fotográficas. Al hablarse de documentos electrónicos se alude a ca-
sos en que el lenguaje magnético constituye la acreditación, materializa-
ción o documentación de una voluntad y en que la actividad de un com-
putador o de una red comprueban o consignan electrónica, digital o mag-
néticamente un hecho, una relación jurídica o una regulación de intere-
ses preexistentes.
Un documento debe resultar siempre legible. Los consignados en
soporte papel cumplen directamente esta condición por el simple hecho
de que están redactados en un lenguaje (vocabulario y gramática) y con
una simbología gráfica (escritura) accesible a la comprensión humana.
Este no es el caso de las informaciones colectadas sobre soporte in-
formático, que están codificadas y no se encuentran, por lo tanto, en una
forma legible. Es necesario recurrir a un programa computacional in-
termediario (o “interface”) adecuado que presentará los datos y docu-
mentos almacenados bajo una forma comprensible para el hombre. Pre-
cisamente los documentos digitales o electrónicos se caracterizan por-
que sólo pueden ser leídos o conocidos por el hombre gracias a la inter-
vención de sistemas o dispositivos traductores que hacen comprensibles
las señales digitales.
Los documentos electrónicos poseen los mismos elementos que un
documento escrito en soporte papel; a) constan en un soporte material
(cintas, disquetes, circuitos, chips de memorias, redes); b) contienen un
mensaje, el que está escrito usando el lenguaje convencional de los dígitos
binarios o “bits”, entidades magnéticas que los sentidos humanos no
pueden percibir directamente; c) están escritos en un idioma o código
determinado (v.gr. el estándar XML de la factura electrónica en Chile), y
d) pueden ser atribuidos a una persona determinada en calidad de autor
mediante una firma digital, clave o llave electrónica.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 79

Una cuestión importante es tener presente que eventualmente será


necesario imprimir o traspasar a soporte papel los documentos digitales
o electrónicos (es el llamado estado externo o “printout”). Se trata de
casos de necesidad práctica, como ocurre con la declaración aduanera
de importación de mercancías que debe imprimirse para retirar las mer-
cancías desde los recintos portuarios o para pagar en los bancos los de-
rechos de aduana, lo que incluso debiera poder hacerse a distancia y no
necesariamente en la oficina principal de los Agentes de Aduana.
Ocurre lo mismo con las facturas o guías de despacho que deben ser
presentadas para retirar o transportar bienes. El problema surge porque
en estos casos (al imprimirse en papel un documento soportado electró-
nicamente) la firma digital de los documentos electrónicos desaparece,
y al no intervenir el hombre carecerá de firma manuscrita y será difícil
determinar –salvo el uso de mecanismos tecnológicos como los códigos
de barra que se adicionan a los papeles impresos– su autoría o atribuir
responsabilidades.
En la Sección Segunda del Capítulo II veremos lo que a este respec-
to establece la ley Nº 19.799 del año 2003. Porque a estas alturas, no es
válido en Chile –como se ha hecho– elaborar supuestas categorías
doctrinarias recogiendo los aportes de otros respetables profesores es-
pañoles, sin entender que el “log” de una transacción financiera o
tributaria si es un documento electrónico, y sin hacerse cargo del articu-
lado de la ley Nº 19.799.
80 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 81

CAPÍTULO II
LA FACTURA ELECTRÓNICA Y SU REGULACIÓN LEGAL EN CHILE

SECCIÓN PRIMERA
LAS FACTURAS COMERCIALES Y TRIBUTARIAS SOPORTADAS EN PAPEL
A. GENERALIDADES. CARACTERÍSTICAS DE
LA FACTURA Y SU NATURALEZA DE TÍTULO DE CRÉDITO

En el plano del comercio tradicional la factura es el documento esen-


cial que respalda la mayoría de las operaciones de comercio, y por ende
el de mayor emisión.
En el ámbito del intercambio de bienes y servicios, quien los vende
o los presta la emitirá para detallar y respaldar los términos del acuerdo
comercial, particularmente sobre la naturaleza, calidad, cantidad o con-
diciones de los bienes y servicios, sobre el precio de los mismos y sobre
la persona del vendedor o prestador, y quien los compra recibirá y acep-
tará la factura.
En caso de controversia, la factura servirá además de medio de prueba
sobre la efectividad de haberse realizado, en una época y en condiciones
determinadas, una transacción comercial, o dicho de otra forma, acredi-
tará la existencia y/o extinción de obligaciones mercantiles.
Por su importancia y efectos tributarios es que en el documento siem-
pre se contiene la autorización del Servicio de Impuestos Internos, ex-
presada con el timbre de agua impreso en el original y en las copias de la
factura.
Respecto a la factura puede decirse que su regulación jurídica surgió
de manera irregular, porque nació en el Código de Comercio vinculada
82 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

a la compraventa mercantil y porque luego fue recogida por la legisla-


ción tributaria como el principal elemento de control o de respaldo para
el pago del IVA o Impuesto al Valor Agregado.
No había tenido hasta la fecha en Chile una regulación detalla-
da de sus aspectos financieros, comerciales y procesales, a diferencia
del Derecho Comparado83, y este vacío vino a ser llenado por la ley
Nº 19.983 de diciembre del año 2004, la que –al mismo tiempo– apun-
ta a fortalecer la posibilidad de que la factura se transforme en un
instrumento sólido, que permita financieramente –en particular a las
llamadas “PYME” o pequeñas y medianas empresas mediante contra-
tos de factoring– acceder a opciones de crédito que el sistema banca-
rio suele negarles.
Anticipamos en la introducción que a esta fecha la factura debe ser
abordada desde diversas perspectivas o naturalezas84, porque reviste o
puede revestir, simultáneamente, las siguientes cinco posibles calidades:
a) Es un instrumento mercantil por excelencia;
b) Es un nuevo “título de crédito” o de valor, de liquidación anticipa-
da y que puede circular autónoma y simplificadamente mediante endosos
traslaticios de dominio, al igual que un cheque, una letra de cambio o un
pagaré85, porque una de sus funciones principales es dar cuenta de la exis-
tencia de una deuda u obligación que consiste en un crédito de dinero

83
Tal es el caso, por ejemplo, de la ley especial italiana sobre cesión de créditos de
empresa, vigente desde febrero de 1991.
84 En este mismo orden de ideas, el Mensaje de mayo de 2003 con el que se inició el

debate parlamentario del proyecto que originaría posteriormente la ley Nº 19.983, reco-
ge una definición de la Real Academia Española y señala: “...la factura es además la
consecuencia de relaciones contractuales de compraventa o de prestación de servicios u
otras que la ley asimila a tales y, en muchas ocasiones, es el único documento que refleja
estos actos y las obligaciones pendientes de pago, todo lo cual tiene un evidente valor
tributario, comercial y contractual. Por ello, diversas legislaciones han dado a la factu-
ra el carácter de un título de crédito regulado como tal en una ley especial”.
85 La diferencia entre la factura y los títulos nombrados es formal y en cuanto a los
obligados a suscribirlos, porque el cheque, la letra y el pagaré son firmados por los
deudores y las facturas son emitidas y firmadas por el acreedor y beneficiario. Pero la ley
Nº 19.983 ha transformado en obligatoria –para el deudor– la firma del acuse de recibo
en la tercera copia o en el ejemplar sin valor tributario.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 83

mercantil y nominativo86. Es por ende susceptible de ser cedido en el


contexto de una operación de factoring para generar liquidez en base a
documentos impagos o cuentas por cobrar, en conformidad a las reglas
generales de la cesión de créditos –contenidas en el Código de Comer-
cio y en el Código Civil– o al procedimiento especial vía endoso que
creó la ley Nº 19.983 de 2004 y que analizaremos en detalle87;
c) Es un título de cobro para proveedores y prestadores de servicios
–sus emisores– respecto de lo que se les adeude –como acreedores del
precio o saldo de precio–, y desde diciembre de 2004 expresamente un
posible título ejecutivo –que requiere de una gestión previa preparatoria
de la vía ejecutiva– para que el cobro a los deudores sea –procesalmente–
breve y sumario, bajo ciertas condiciones o requisitos también estable-
cidos por la ley Nº 19.983 y precisados tributariamente por la resolución
exenta Nº 14 del SII;
d) Es un documento tributario o “de control tributario”, esencial
para el cobro del IVA y regulado detalladamente por el Código Tributa-
rio, el decreto ley Nº 825 y su Reglamento, y
e) Es un documento electrónico validado legalmente; a modo de
anticipo:

86 En 1995 MARRÉ VELASCO –obra citada, páginas 131 y ss– partía por reconocer que
la factura contenía un crédito mercantil nominativo, pero le negaba el carácter de “título
de crédito” al no ser un documento indubitado ni poseedor de ejecutividad en sí mis-
mo. Hoy, en conformidad a la ley Nº 19.983, su criterio quizás debería ser modificado.
Por cierto, quizás no, porque –como veremos– ocurre que el inciso tercero del artículo
7º de la ley en estudio señala expresamente que la cesión especial del crédito expresado
en la factura que él regula “no constituye operación de crédito de dinero para ningún
efecto legal”, lo que exime del pago del impuesto de timbres y estampillas pero que
interpretado extensiva y erradamente si podría dar pie a negarle la calidad de título de
crédito.
87En esencia: se determinó que la cesión del crédito exigible, expresado o de que da
cuenta la factura, puede ponerse conocimiento del obligado al pago de ella –el deudor–
de dos formas: primero, como lo señala la ley en el artículo 7º, firmando al anverso de la
copia sin valor tributario y cedible, y notificándose al deudor mediante notario u oficial
del Registro Civil; o, segundo, como lo establece el artículo 9º y para el caso de la factura
electrónica, “mediante su anotación” en un registro público electrónico de transferen-
cias de créditos contenidos en facturas electrónicas que administra el Servicio de Im-
puestos Internos.
84 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

(i) Primero en 1995 por el artículo 71 bis del decreto supremo Nº 55


–el Reglamento de la Ley del IVA–88, lo que se reguló administrativa-
mente por una resolución exenta Nº 1.515 que alude a las normas que
regulan la incorporación al sistema de transmisión electrónica de docu-
mentos tributarios que se indican;
(ii) Luego, legalmente y de manera especial en 1997 por el artículo
56 de la Ley del IVA, y
(iii) En tercer lugar, de manera general por la ley Nº 19.799 del año
2002 (que se refiere a cualquier tipo de documento electrónico) y de
manera particular o específica por la ley Nº 19.983 del año 2004. Rei-
teramos: Sin esta ley de carácter general (si no se hubiera dictado o si
se derogara), la factura electrónica tendría pleno valor legal, de la mis-
ma manera que la tuvo el sistema de facturación implementado el año
1995.
Como tal, puede ser emitido y enviado al SII y al comprador/recep-
tor, soportado magnéticamente en forma telemática o vía redes, para lo
cual administrativamente existe principalmente la resolución exenta
Nº 45 del SII; también digitalmente, puede ser cedido y presentado como
fundamento de un juicio ejecutivo ante los tribunales de justicia, en con-
formidad al artículo 9º de la ley Nº 19.98389, el Reglamento subordina-
do o de ejecución90 del artículo 9º, la resolución exenta Nº 14 de febrero
de 2005 y la circular del SII Nº 23 de abril de 2005.
Además de las cinco características anteriores, es un documento que
en virtud de su entrega jurídicamente da cuenta de la posesión y/o domi-

88Concretamente, el inciso cuarto facultó a la Dirección del Servicio de Impuestos


Internos para autorizar la emisión de facturas, facturas de compra, liquidaciones, notas
de débito y notas de crédito impresas por medios computacionales.
89 La norma establece ambas opciones y otorga al Servicio de Impuestos Internos un

rol novedoso –como asignador de Fe Pública– en el proceso electrónico de la cesión de


derechos que se puede producir entre el emisor de la factura y una empresa de factoring.
Señala que, bajo ciertas condiciones, las normas serán igualmente aplicables en caso que
la factura sea un documento electrónico emitido de conformidad a la ley –léase a las
normas tributarias– por un contribuyente autorizado –en forma previa y expresa– por el
Servicio de Impuestos Internos.
90 El decreto supremo Nº 93, publicado el 13 de abril de 2005.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 85

nio de un determinado bien porque constituye –en derecho– la tradición


o el “modo” de adquirirlo.
Cada una de estas perspectivas son las que se comentan y abordan
en los siguientes Capítulos y Secciones de este libro.
Relacionando temas y perspectivas y como anticipamos en la intro-
ducción de la obra, nos parece acertado conceptualizar a la factura, en el
contexto de los contratos de compraventa mercantil o de prestación de
servicios y en consideración a su esencia y contenido, como aquel docu-
mento comercial, contable y tributario que el vendedor de mercancías o
prestador de un servicio debe emitir legalmente y conforme a las forma-
lidades definidas por el Servicio de Impuestos Internos, manualmente o
mediante sistemas electrónicos, para ser enviado y entregado a su com-
prador o contraparte comercial por mano o mediante redes computacio-
nales, y en el cual detallada y resumidamente se deja constancia de la
especie y cantidad de las mercancías o de los servicios prestados, de las
eventuales condiciones de venta o modalidades de ejecución del contra-
to, y del precio pagado o del saldo de precio pendiente de pago91.
En doctrina se consigna que (i) su principal función o su objeto na-
tural y primario es la de “afirmar” una deuda de origen contractual del
cliente del comerciante proveedor o del prestador de servicios; se agrega,
la de (ii) documentar contractual y contablemente la existencia de su dere-
cho o crédito de dinero, y se indica que, eventualmente, puede (iii) servir
de finiquito o recibo cuando el vendedor que la emite “cancela” la fac-
tura dejando constancia de haberse recibido el pago de todo o parte del
precio por el comprador.
Lo clave es que constituye la documentación de un crédito en forma
irrevocable, que, como veremos, desde diciembre del año 2004 permite
en base a su intermedio y en caso de incumplimiento del deudor perse-
guir el cobro de lo adeudado en forma ejecutiva. Y esto no puede des-

91 Dejamos constancia: una circular del Servicio de Impuestos Internos de fecha 31


de diciembre de 1928 la definió como el documento que el comercio envía usualmente a
un comprador, con el detalle de las mercaderías vendidas, el precio unitario, el valor
cancelable de la venta y, en su caso, la indicación del plazo dentro del cual debe ejecu-
tarse la cancelación.
86 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

conocerse ni cuestionarse de forma alguna, como cuando con el pretex-


to de aparentar un supuesto enfoque crítico de análisis se plantea como
interrogante si la factura “¿es un nuevo título ejecutivo?”.
Si lo es, respondemos, soportado en papel o electrónicamente, y agre-
gamos que es un título ejecutivo de aquellos imperfectos o que requie-
ren de la preparación de la vía ejecutiva que consiste en la notificación
judicial “del deudor del crédito de que da cuenta la factura” (no “del
deudor de la factura” como se ha dicho) sin que exista oposición por las
causales legales o cuando se rechace la deducida92, y de aquellos a los
cuales según el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil una ley
especial le confiere tal carácter.
Un académico y articulista afirma, perentoriamente y sin fundamen-
tar sus propuestas93, que la factura no es un “título de crédito”. Notable,
porque destacados juristas como el profesor Ricardo SANDOVAL desde el
año 1983 –al menos– le confieren expresamente a la factura el carácter y
la naturaleza de serlo, y porque las nuevas características y propiedades
que a la factura o –más precisamente– a la copia sin valor tributario del
original le asignó la ley Nº 19.983, no hacen sino fortalecer tal calidad.
Nosotros sostenemos a esta fecha:
(i) Que la factura es un nuevo título de crédito o de valor;
(ii) Que ella contiene un crédito mercantil nominativo;
(iii) Que es liquidable anticipadamente, porque puede ser entregada
o cedida en operaciones de factoring para obtener capital financiero o
de operación;
(iv) Que, en cuanto crédito instrumentalizado, es susceptible de ser
cedido en dominio y circular libremente mediante uno o más endosos o
con su anotación en un registro electrónico (cuando no se reclama dentro
de los plazos legales y se cumplen los requisitos legales para entender que
está “apta para ser cedida”), en forma autónoma e independiente de la
relación comercial subyacente en cuyo contexto fue emitido;

92 V.gr. falsificación material de la factura, falta de entrega de la mercancía, falta de

prestación del servicio, etcétera.


93 PARRA, Álvaro (2005).
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 87

(v) Que posee seguridad y certeza para el portador o cesionario que


reciba el título, en cuanto a que el crédito documentado permanece inal-
terable luego de una o más transferencias sucesivas mediante endoso, y
podrá por ende ejecutarlo;
(vi) Que para ejercer los derechos o créditos de que da cuenta o
representa es necesaria su exhibición y entrega material, y
(vii) Que formalmente lleva el acuse recibo del comprador-deudor
cedido, hoy obligado legalmente a suscribirlo.
Ergo, si al tenor de las modificaciones introducidas por la ley
Nº 19.983 se reconoce que hoy la factura posee las características y
elementos esenciales de los títulos de crédito, aceptando que no se trata
de un simple documento probatorio, y si puede ser reconocido como un
documento que lleva incorporado un derecho literal y autónomo que se
puede ejercer por el portador legítimo –o cesionario– contra el deudor
que lo suscribió y a la fecha de su vencimiento, no resulta difícil recono-
cer en la factura o en su tercera copia sin valor tributario un título de
crédito. No obstante, seguiremos argumentando al respecto para despe-
jar la mayor cantidad de dudas posibles.
El hecho de no ser indubitado al no poseer ejecutividad en sí mismo,
porque como título ejecutivo es de aquellos imperfectos que requieren de
una gestión preparatoria, no es un elemento que obste a su naturaleza de
título de crédito. Tampoco obsta a la calidad de tal la afirmación legal del
inciso tercero del artículo 7º de la ley Nº 19.983, el que cuando afirma
perentoriamente que la cesión especial del crédito contenido en la factura
no constituye una operación de crédito de dinero para ningún efecto le-
gal94, sólo se hace para evitar interpretaciones y para despejar toda duda
en cuanto a la no aplicación del impuestos de timbres y estampillas95.
Mayor claridad se logra si, en el contexto de la ley Nº 19.983 y con
posterioridad a los cambios ocasionados con su entrada en vigencia, se

94 En estricto rigor, quizá debió haberse hecho la referencia a ningún efecto “tribu-
tario-legal”.
95 Objetivo que, por cierto, guarda relación con la finalidad de la ley Nº 19.983 que

busca disminuir los costos y facilitar la existencia de mecanismos que incentiven el


crecimiento del comercio, en concreto, ampliando los atributos de la factura.
88 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

realiza el ejercicio de confrontar la naturaleza y características del docu-


mento factura con las categorías conceptuales de la llamada “Teoría
General de los Títulos de Crédito”. Esencialmente, ellos son –al igual
que los contratos– los instrumentos o lo que el profesor Ricardo
SANDOVAL llama “los vehículos privilegiados” para posibilitar el des-
plazamiento y la circularización o transferencia de los bienes, derechos
y servicios (todos valores patrimoniales) que son intermediados y tras-
ladados desde un patrimonio a otro por la actividad mercantil.
Si la circularización es de (i) grandes volúmenes de mercancías y a
(ii) altas velocidades, y si además es (iii) masiva y (iv) permanente, los
títulos de crédito la facilitan porque incorporan en su contenido una pres-
tación que puede exigirse al obligado al momento de su vencimiento,
con rapidez, facilidad, certeza y seguridad.
Si desde la perspectiva de su contenido los títulos de crédito pueden
ser representativos de dineros, de mercaderías o de participación social
(que reconocen derechos de asociados), la factura se relaciona con las
dos primeras categorías y en especial con la segunda. Porque la presta-
ción o el crédito de que da cuenta consiste en pagar el precio o un saldo
de precio a su vencimiento, y porque al mismo tiempo que se documenta
una promesa de pago diferido y se posterga la exigibilidad de la deuda,
la prestación contenida en el documento permite exigir al vendedor o al
prestador de servicios que cumpla con su obligación.
A esta fecha y cumpliéndose con los requisitos de la ley Nº 19.983,
basta con el documento factura, en concreto con su tercera copia, para
originar, conservar y disponer del crédito de que ella da cuenta, y hacer
efectivo el derecho contra el obligado o transferirlo a un tercero, y las
operaciones relativas al documento –como su endoso– se consignan en
el título para que produzca efectos.
Ya lo referimos: el derecho o crédito documental o instrumentalizado
y consignado en la factura “no vive por sí sólo”, sino que depende del
instrumento, máxime cuando en la práctica de la compraventa mercantil
no se celebran contratos por escrito sino que bastan acuerdos consen-
suales y consuetudinarios, ante lo cual la factura es “el documento”
donde queda la constancia de los bienes vendidos, de los servicios pres-
tados y de los precios pagados o de los saldos de precios adeudados.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 89

Parafraseando a un jurista italiano citado por el profesor SANDOVAL96:


si la tercera copia de la factura es un documento que tiene la virtud de
atribuir un derecho a uno o más cesionarios y titulares sucesivos, es
precisamente un título de crédito. Se ha producido la llamada “incorpo-
ración”, se ha objetivado la relación jurídica en el papel, y concurre por
ende otro rasgo característico de los títulos de crédito que es el consor-
cio indisoluble del título – “el documento necesario”– con el derecho o
crédito que él representa. Si los elementos esenciales de un título de
crédito son el documento en cuanto soporte material y una relación
obligacional en él representada, ambos son inherentes o propios de la
factura.
En definitiva, atendidas la naturaleza de la factura y las notas carac-
terísticas que la ley Nº 19.983 ha conferido a la copia sin valor tributa-
rio de la factura original, o tercera copia, puede afirmarse con seriedad
que se trata de un título de crédito, que es representativo de mercaderías
porque incorpora el derecho de disposición sobre determinadas cosas
materiales, pero que también su contenido consiste en un derecho de
crédito concreto que obliga al deudor que lo suscribe a una prestación
consistente en pagar una suma de dinero.
B. LA REGULACIÓN TRADICIONAL DEL CÓDIGO DE
COMERCIO, DEL CÓDIGO TRIBUTARIO Y DEL DECRETO LEY Nº 825,
DE SU REGLAMENTO Y LAS NORMAS ADMINISTRATIVAS DEL SII

Demos algunos breves pasos previos y necesarios al posterior análi-


sis de la ley Nº 19.983 y de la regulación sobre la factura electrónica, en
nuestra opinión, el documento que podría permitir que los contratos elec-
trónicos mercantiles o los actos de comercio a que alude el artículo 3º
del Código del ramo se desarrollen –entre empresas, en el “Business to
Business”– con seguridad y certeza técnica y jurídica, sumándole “el
plus” de la posibilidad de realizarse operaciones financieras paralelas
como el factoraje –también en forma electrónica–, y de obtenerse el
cobro forzado o mediante un juicio ejecutivo –de la mano de la impre-
sión en papel y autenticada de un ejemplar– en caso del incumplimiento

96 SANDOVAL LÓPEZ (1983).


90 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

de los deudores en el pago del precio que sea acordado para dichas tran-
sacciones y documentado en la factura.
Con una grata nostalgia y de la mano de la relectura de términos
como “jurisconsulto” usados para citarse autores extranjeros, durante la
investigación de que da cuenta este trabajo hemos revisado la Memoria
de Prueba para optar al grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas de la
Universidad de Chile que en 1964 –hace 40 años– realizó don José Gabriel
VARELA MORGAN. ¿Su título?: “La factura”.
La típica textura del trabajo mecanografiado hoy en desuso y reem-
plazado por impresiones computacionales editadas a la perfección, nos
hizo pensar inicialmente en la posible obsolescencia de su contenido.
Gran error el nuestro, porque si se lee lo que fue el informe del profesor
Sergio BEZA PINTO se constata como –ya en aquel entonces– se lamenta-
ba que el futuro licenciado no hubiera abordado y hubiera omitido pre-
ocuparse “de la transferencia de las facturas”, lo que constituía “un
tema de grandísima importancia práctica y sobre el cual las ideas an-
dan” –andaban, dicho pos ley Nº 19.983– “muy confusas”. La mayor
claridad sólo tardó 40 años.
Invitamos a su lectura, a quienes quieran interiorizarse acerca de
conceptos y definiciones doctrinarias de la factura –ante la ausencia de
una definición legal, construidas de la mano de la costumbre y la juris-
prudencia–; de las normas legales que se refieren a ella; de los alcances de
la obligación de emitir facturas y de conservarlas; de las funciones y men-
ciones de la factura que documenta un crédito que se posee en contra de
un deudor obligado a su pago, sobre su valor probatorio –cuando guardan
conformidad con los libros de comercio según el artículo 127–, y acerca
de los reclamos y/o devoluciones que eventualmente procederán en su
contra o a su respecto.
El Mensaje del Gobierno para la ley Nº 19.983 consignó que si se
consideraba que de acuerdo al ordenamiento jurídico nacional la factura
no es un documento que deba ser emitido exclusivamente por los co-
merciantes, ni sólo en operaciones gravadas con IVA, ella trasciende a
las relaciones mercantiles o a los actos de comercio y se extiende en
general a operaciones entre vendedores o prestadores de servicio y com-
pradores o beneficiarios de servicios.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 91

1. La regulación del Código de Comercio (referencia)


Factura y compraventa mercantil. Jurídicamente, nos movemos en
una temática y una figura contractual que es fundamental para la econo-
mía de cualquier sociedad, relacionada con la necesaria circulación de
los bienes mediante actos de intercambio de cosas por dinero.
La compraventa mercantil, comercial o relacionada con actos de
comercio de compra y venta, que puede ser nacional o internacional y
mercantil respecto de ambos contratantes o sólo respecto de uno de ellos,
se encontraba regulada hasta el año 2005 por tres órdenes de normas:
primero, el Código de Comercio; segundo y en lo no previsto, por el
Código Civil, y en tercer lugar por una Convención de Viena de 1980
sobre compraventa internacional de mercancías. A las citadas debe
agregarse ahora la ley Nº 19.983.
El profesor SANDOVAL ya citado, afirma que las diferencias más esen-
ciales entre la compraventa “civil” y la “comercial” se refieren al pre-
cio, a los riesgos de la cosa vendida, a las formas de tradición, a la reso-
lución del contrato y a la obligación de extender factura.
Tratándose de las compraventas mercantiles es esencial en ellas la
estipulación de un precio (artículo 139); se regulan detalladamente los
riesgos derivados de la pérdida fortuita de la cosa vendida (por regla
general son de cargo del comprador o acreedor de la cosa); la tradición o
entrega de la cosa vendida se realiza mediante la entrega de la carta de
porte o de una factura, y el vendedor –sólo en este ámbito de la compra-
venta mercantil– está obligado legalmente, junto con entregar la cosa
vendida, a extender una factura.
Nos movemos en el ámbito del Libro II del Código de Comercio,
sobre los contratos y obligaciones mercantiles en general, y particular-
mente en su Título II sobre la compraventa mercantil, donde el artículo
160 señala –perentoriamente– que el comprador tiene derecho a exigir
del vendedor que forme y le entregue una factura de las mercaderías
vendidas, y que ponga al pie de ellas el recibo del precio total o de la
parte que se le hubiere entregado.
El vendedor no puede negarse a hacerlo, y la obligación de facturar
y entregar uno de sus ejemplares nace desde el momento en que se rea-
92 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

lice la venta o se preste el servicio, porque es entonces cuando el com-


prador puede exigir que se le otorgue.
Luego de consagrarse la obligación legal de facturar, agrega el inci-
so segundo que si el comprador y deudor del precio no reclama contra el
contenido de la factura o el detalle de las cosas vendidas, de los servi-
cios prestados y de su precio, “se tendrá por irrevocablemente acepta-
da” dentro de los ocho días siguientes a la entrega que se haga de ella, lo
que equivale a que existirá un documento o instrumento privado que
servirá de modo de prueba del contrato celebrado y de sus condiciones.
Parafraseando al Código de Comercio uruguayo, hará presumir que las
cuentas fueron liquidadas.
Su importancia, por ende, radica en que ella sirve para acreditar no
sólo la especie y calidad de las mercaderías vendidas, sino además el
recibo del precio total o parcialmente pagado.
Más detalladamente, un fallo de la Corte Suprema del año 1956 ha
dicho: “la factura constituye en sí la prueba preestablecida y el título de
crédito por excelencia, que son propios de la naturaleza de toda com-
praventa mercantil. Ella acredita, cuando menos, quiénes han sido las
partes contratantes en una determinada compraventa, lo que de otra
manera haría impracticables tanto su circulación como su beneficio
mismo”.
La eventual constancia de haberse recibido o pagado el precio que
tiene que dejar el vendedor es lo que comercialmente se denomina “can-
celar la factura”, lo que es importante porque da cuenta fehacientemente
del cumplimiento de la obligación principal del comprador o de quien
contrató el servicio.
El artículo 149 señala que una de las formas por las cuales en la
compraventa mercantil la entrega de la cosa vendida –la principal obli-
gación del vendedor– se entiende verificada, es mediante la transmisión
del conocimiento de embarque, de la carta de porte o de la factura en los
casos de venta de mercaderías que vienen en tránsito por mar o por
tierra. Por cierto, jurídicamente esta entrega constituye el modo de ad-
quirir el dominio denominado “tradición”, porque una parte tiene la fa-
cultad e intención de transferirlo y la otra la capacidad e intención de
adquirirlo.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 93

2. La regulación del Derecho Tributario


(Código Tributario y del decreto ley Nº 825,
de su Reglamento y las normas administrativas del SII)
Al decir del Mensaje que promovió el debate parlamentario previo a
la ley Nº 19.983, la presencia de la factura en la generalidad de las ope-
raciones de compraventa entre comerciantes, aun antes de una norma
escrita, hizo que fuese incorporada a otras ramas del Derecho y particu-
larmente al Derecho Tributario, para dejar constancia de las operacio-
nes en la documentación de aquellas personas obligadas a llevar conta-
bilidad completa y fidedigna, y del monto del tributo que a ellas corres-
ponde y que debe enterarse en arcas fiscales.
Todo lo que ahora se estudia, en particular la referencia a los requi-
sitos de la factura que ha establecido la ley tributaria, es un antecedente
o presupuesto necesario para el posterior análisis de la ley Nº 19.983.
Así por ejemplo, cuando el artículo 4º establece las dos condiciones
para que una copia sin valor tributario de la factura original sea “cedible”,
la primera de ellas consiste en que la factura debe haber sido emitida “de
conformidad a las normas que rijan la emisión de la factura original”.
Si éstas no se cumplen, nunca la tercera copia cesible podrá ser transfe-
rida válidamente a un cesionario.
El artículo 88 del Código Tributario establece como regla general
que están obligados a emitir factura, por las transferencias que efectúen
y cualquiera que sea la calidad del adquirente, en primer lugar los indus-
triales, agricultores y otras personas consideradas vendedores por la ley
sobre Impuesto a las Ventas y Servicios, y en segundo lugar, los impor-
tadores, distribuidores y comerciantes mayoristas. Todas las ventas de-
ben ser facturadas, con el objetivo tributario de fiscalizarse el pago del
impuesto que pesa sobre ellas.
Agrega que excepcionalmente y si los contribuyentes tienen esta-
blecimientos, secciones o departamentos destinados exclusivamente a
la venta directa al consumidor (“al por menor”), en relación a las trans-
ferencias que se hagan pueden emitirse boletas en vez de facturas.
También por excepción, siempre el Director del Servicio puede
exigir, a su juicio exclusivo, el otorgamiento de boletas o facturas
94 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

en caso de transferencias que sirvan de base para el cálculo de un im-


puesto97.
Se percibe pues que la obligación de facturar ante la verificación de
determinadas transferencias y de entregar uno de los ejemplares de la
factura al comprador nace, copulativamente, de una fuente legal comer-
cial y de una tributaria, y por cierto ella no se limita a los contratos de
compraventa mercantil sino que rige de la misma manera para los con-
tratos de prestación de servicios.
El artículo 97, dentro del Título II sobre infracciones y sanciones,
califica como tales la confección, venta o facilitación maliciosa y a cual-
quier título de facturas (4º), y el no otorgamiento en los casos y en la
forma exigida por las leyes y el uso de facturas sin timbres (10º). Las
multas aplicadas en conformidad al numeral 10º pueden ser reclamadas,
bajo ciertas circunstancias (por escrito, dentro de 15 días y ante el Di-
rector Regional del SII), en conformidad al artículo 165.
A su turno fue el artículo 17 del Código Tributario el que consagró
la obligación legal de conservar las facturas, para fiscalizar que en su
otorgamiento se hayan cumplido las leyes tributarias y los rigurosos y
detallados requisitos establecidos para su otorgamiento, en particular
que no se emitan facturas no autorizadas o no timbradas previamente.
Es decir, lo que señala es que deben conservarse los libros de contabili-
dad y la documentación correspondiente mientras esté pendiente el pla-
zo que posee el SII para su revisión.
En cuanto a las menciones y estructura de la factura ella debe ser
calificada de “rigurosamente formal”, por la necesidad de cumplir con
determinados requisitos mínimos que, si no concurren, ocasionan la fal-

97 Al decir del Mensaje de la ley Nº 19.983: “Cabe recordar el Artículo 88 del


antiguo Código Tributario, contenido en el decreto con fuerza de ley Nº 190, del año
1960, que contemplaba la obligación de emitir factura por las transferencias que efec-
tuasen los industriales y comerciantes al por mayor, cualquiera hubiese sido la calidad
del adquirente. De igual modo, la ley 12.120, del año 1956, sobre impuestos a las com-
praventas, permutas o cualquiera otra convención que sirviese para transferir el domi-
nio de bienes corporales muebles o de derechos reales constituidos sobre ellos, obligaba
a consignar separadamente, en la factura, el precio del bien vendido y el impuesto a las
compraventas”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 95

ta de validez del documento, cuyas menciones ya no dependen sólo de


la costumbre mercantil98. El detalle está contenido en las normas tribu-
tarias, concretamente en la Ley del IVA, en su Reglamento y en normas
administrativas dictadas por el SII.
Del decreto ley Nº 825 debe tenerse a la vista el Título IV sobre la
administración del impuesto, en su Párrafo Segundo, sobre las facturas
y otros comprobantes de ventas y servicios, artículos 52 a 58.
Expresamente se establece que las personas que celebren cualquier
contrato o convención de los mencionados en los Títulos II (del Impues-
to al Valor Agregado) y III (sobre los Impuestos especiales a las ventas y
servicios) “deberán emitir facturas o boletas, según el caso, por las
operaciones que efectúen”, obligación que rige aun cuando en la venta
de los productos o en la prestación de los servicios no se apliquen los
impuestos de esta ley, e incluso cuando se trate de convenciones que
versen sobre bienes o servicios exentos de dichos impuestos.
¿Cuáles son las operaciones que
dan lugar a la obligación de emitir facturas y boletas99?
El artículo 53 de la Ley sobre Impuesto a las Ventas y Servicios,
estipula que los contribuyentes afectos al impuesto en comento, están
obligados a emitir los siguientes documentos:
a) Facturas, incluso respecto de sus ventas o servicios exentos, en
las operaciones que realicen con otros vendedores, importadores y
prestadores de servicios y, en todo caso, tratándose de ventas o prome-
sas de venta de inmuebles o de contratos de instalación o confección de
especialidades y contratos generales de construcción, y

98 En 1964, José Gabriel VARELA calificó como esenciales en atención a la naturale-


za de la factura, a las siguientes menciones: a) nombre del proveedor y del cliente;
b) fecha de la prestación y de la redacción de la factura; c) afirmación del crédito y su
título, y d) el objeto de la prestación y su precio.
99 Sólo a modo de referencia, por cuanto respecto a las boletas emitidas no tiene
aplicación la ley Nº 19.983, veremos brevemente que el SII también ha dictado algunas
resoluciones (en particular la resolución exenta Nº 61 del 24 de octubre del año 2003)
respecto a las “Boletas de Ventas o de Servicios Electrónicas”, comprendidas ellas den-
tro del concepto genérico de “Documentos Tributarios Electrónicos”.
96 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

b) Boletas, incluso respecto de sus ventas y servicios exentos, en los


casos no contemplados en la letra anterior100.
Existen una serie de conceptos básicos vinculados a la obligación
tributaria de emitir facturas, contenidos en el artículo 2º de la Ley Sobre
Impuesto a las Ventas y Servicios, relativos a las operaciones gravadas y
a los sujetos que participan en ellas y para los efectos del cumplimiento
de la obligación de emitir facturas. Ellos son:
a) “Venta”, o toda convención –independiente de la designación que
le den las partes– que sirva para transferir a título oneroso el dominio de
bienes corporales muebles, bienes corporales inmuebles de propiedad
de una empresa constructora construidos totalmente por ella o que en
parte hayan sido construidos por un tercero para ella, de una cuota de
dominio sobre dichos bienes o de derechos reales constituidos sobre
ellos, como, asimismo, todo acto o contrato que conduzca al mismo fin
o que se equipare a venta;
b) “Servicio”, o la acción o prestación que una persona realiza para
con otra y por la cual percibe un interés, prima, comisión o cualquiera
otra forma de remuneración, siempre que provenga del ejercicio de acti-
vidades vinculadas a la industria, al comercio, la minería, la explotación
de riquezas del mar y demás actividades extractivas, actividades finan-
cieras, periodísticas, publicitarias, de procesamiento de datos, teleco-
municaciones, de corretajes y comisionistas en general, clínicas, hospi-
tales, laboratorios y otras detalladas en los Nºs. 3 y 4 del artículo 20 de la
Ley sobre Impuesto a la Renta.
c) “Vendedor”, o cualquiera persona natural o jurídica en referen-
cia, incluyendo las comunidades y sociedades de hecho, que se dedique

100 A propósito de las boletas, agrega el artículo 53 que la Dirección Nacional de

Impuestos Internos podrá exigir a los contribuyentes que emitan diariamente una bole-
ta con la última numeración del día, por el valor total de las ventas o servicios realiza-
dos por montos inferiores al mínimo por el cual deban emitirse las boletas, fijado de
acuerdo con lo dispuesto en el inciso cuarto del artículo 88 del Código Tributario. El
original y la copia de este documento deberán mantenerse en el negocio o estableci-
miento para los efectos del control que disponga el Servicio y anotarse en el libro de
ventas diarias.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 97

en forma habitual a la venta de bienes corporales muebles, sean de su


propia producción o adquiridos de terceros;
d) “Prestador de servicios”, o cualquier persona natural o jurídica,
incluyendo las comunidades y sociedades de hecho, que preste servicios
en forma habitual o esporádica.
En cuanto a la época en que debe emitirse la factura, el artículo 55
del D.L. Nº 825 establece que en el caso de la venta de bienes corporales
muebles las facturas deben ser emitidas en el mismo momento en que se
efectúe la entrega real o simbólica de las especies.
La entrega es simbólica, entre otros casos, en los siguientes: cuando
el vendedor entrega al adquirente las llaves del lugar en el que el bien
corporal mueble transferido se encuentra guardado, o bien, las llaves de
la especie vendida (v.gr. un auto); cuando el vendedor transfiere dicho
bien al que ya lo posee por cualquier título no traslaticio de dominio, o
bien, cuando dicho vendedor enajena una especie afecta a IVA, conser-
vando, sin embargo, la posesión de la misma, y cuando los bienes corpo-
rales muebles se encuentran a disposición del comprador y éste no los
retira por su propia voluntad.
Con relación a las operaciones de prestación de servicios las factu-
ras deben emitirse en el mismo período tributario en que la remunera-
ción se perciba, o se ponga, en cualquier forma, a disposición del prestador
del servicio.
Como consignó el Mensaje del Gobierno que originó la ley Nº 19.983,
en mayo de 2003 los principales requisitos que debían cumplirse –y que
en parte la ley Nº 19.983 modificó– eran:
– a) Que debía emitirse en triplicado (ahora en cuadruplicado);
– b) Que deben tener numeración correlativa y timbraje del SII;
– c) Que debe individualizarse, o indicarse el nombre completo del
emisor, el número de Rol Único Tributario, dirección del establecimien-
to, comuna o nombre del lugar, giro del negocio y llevar otras mencio-
nes que determine administrativamente la Dirección Nacional de Im-
puestos Internos; e iguales menciones respecto del comprador o adqui-
rente;
– d) Que debe señalarse la fecha de su emisión;
98 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

– e) Que debe señalarse el detalle de la mercadería transferida o la


naturaleza del servicio, precio unitario y monto de la operación;
– f) Que debe indicarse separadamente la cantidad recargada por
concepto de impuesto, cuando corresponda, y
– g) Que debe indicar si el pago del precio será al contado, al crédito
y si la mercadería será puesta en bodega del vendedor o del comprador.
Se encuentran también reguladas las formas impresas con que las
facturas y guías de despacho han de emitirse y –en el artículo 56– la
emisión de facturas y guías por medios computacionales o electrónicos,
lo que veremos en detalle en la Sección Segunda de este Capítulo II.
La normativa alude también a las infracciones y sanciones que con-
lleva el incumplimiento de la misma y particularmente con relación a la
falsificación, mal uso o fraude cometido a través de documentos como
la factura, sin perjuicio de las normas del Derecho Penal, también apli-
cables.
3. Un antecedente:
el título ejecutivo de la carta de porte o guía de despacho
Que el documento factura tenga título ejecutivo, esto es, que por sí
mismo sea suficiente para exigir en un juicio sumario o de breve conoci-
miento el cumplimiento forzado de una obligación –en concreto al com-
prador el pago del precio de la cosa que se le ha vendido o del servicio
que se le ha prestado y que consta en la factura emitida– debía necesa-
riamente ser regulado en una ley específica y general. Así había ocurri-
do ya con el documento “Carta de Porte”.
En el ámbito del contrato de transporte que define el artículo 166 del
Código de Comercio, la carta de porte es –según el artículo 173 del
mismo Código– el documento que las partes otorgan para acreditar la
existencia y condiciones del contrato y la entrega de las mercaderías al
porteador. Jurídicamente cumple el rol de medio de prueba de la exis-
tencia del contrato y, al mismo tiempo, es un título de crédito represen-
tativo de mercaderías, el que puede transferirse mediante endoso, verifi-
cándose una cesión de créditos.
El tema del mérito ejecutivo de la carta de porte en que consta el
recibo de las mercancías o “guía de despacho” es un antecedente nor-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 99

mativo vigente a tener en cuenta, sobre todo desde las modificaciones


introducidas al Código de Comercio por la ley Nº 19.755 de septiembre
de 2001.
Él está regulado desde 1986 en los artículos 180, 211 y 216 Nº 1 del
Código de Comercio, ampliamente en el Libro sobre contratos y obliga-
ciones mercantiles y específicamente, en el Título sobre el contrato de
transporte, de cara a las obligaciones tanto (i) del cargador que entrega
las mercancías al porteador bien acondicionadas y en el tiempo y lugar
convenidos –suministrándole los documentos necesarios para el libre
tránsito o pasaje de la carga y una guía de despacho–, (ii) del porteador
que las recibe y lleva a destino, y (iii) del consignatario de dichas mer-
cancías, que debe entregarle al porteador un recibo en la carta de porte
cuando le son entregadas.
La norma central a tener en consideración es el actual inciso cuarto
del artículo 211, que establece que en el evento que el porteador quiera
cobrar “el porte convenido” (que según el artículo 166, es la cantidad
que el cargador o el consignatario están obligados a pagar por la con-
ducción...) y “las expensas que hubiere hecho para la conservación de
las mercancías”, cuenta con un título ejecutivo en contra de los obliga-
dos al pago –el consignatario o el cargador– que lo constituye la carta
de porte donde conste el recibo de la mercadería que éste debe entregar
legalmente (216 Nº 1), bajo dos supuestos: (i) que cuando puesto en su
conocimiento por notificación judicial no alegue el consignatario en ese
mismo acto o dentro de tercero día que el documento ha sido falsificado
materialmente, o, (ii) que cuando opuesta la tacha de falsedad por el
consignatario el incidente sea rechazado por sentencia judicial.
Se trata por cierto, al igual que respecto de la copia sin valor tributa-
rio de la factura en la ley Nº 19.983, de un título ejecutivo imperfecto
que requiere una gestión preparatoria de la vía ejecutiva.
C. LAS NORMAS PARTICULARES DE LA LEY Nº 19.983:
“TÍTULO EJECUTIVO DE LA FACTURA”
1. Generalidades
La compra y venta de los créditos que constan en una factura emiti-
da y cedida por el vendedor de una mercadería o el prestador de un
100 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

servicio que se da en el ámbito del factoring se ve, obviamente, favore-


cida por la posibilidad de que exista un procedimiento judicial breve y
sumario –como el juicio ejecutivo– para la eventual cobranza de los
importes o valores que consigna la factura, en contra del comprador de
la mercancía o beneficiario del servicio incumplidor en el pago y por
parte de la empresa cesionaria101. Esta es la principal importancia de
dotar a la factura del mérito o la calidad de título ejecutivo, como ya se
había hecho con la carta de porte en materia de contrato de transporte.
El inicio del año 2005 nos enfrentó a la entrada en vigencia de una
norma legal, la ley Nº 19.983 del 15 de diciembre de 2004, que específi-
camente ha venido a regular la transferencia –o la cesión de los dere-
chos que contiene– y ha otorgado mérito ejecutivo a “una copia o terce-
ra copia sin valor tributario de la factura original”, un documento co-
mercial y tributario de uso cotidiano y clave para el comercio nacional e
internacional.
Como señalamos en la introducción, ya no son dos sino tres las co-
pias de facturas que deben manejar los contribuyentes. Y esta nueva o
tercera copia deberá contener un recuadro donde el receptor tendrá que
incluir su firma en señal de recepción de las mercancías. Con esta medi-
da, por el solo ministerio de la ley y mediando la gestión preparatoria de
la vía ejecutiva que es característica de los títulos imperfectos, la factura
contará con mérito ejecutivo al igual que algunos de los “títulos” que
menciona el artículo 434 del Código de Procedimiento Civil. Del mismo
modo, cuando no sea pagada y cancelada de inmediato o al momento de
la entrega de las mercancías, podrá ser factorizada en base a una cesión
de créditos formalizada mediante uno o más endosos102.
En un contexto más amplio, la ley debe ser comprendida dentro de
los objetivos declarados por el Poder Ejecutivo al promoverla y funda-

101 Por cierto, la calidad o naturaleza de título ejecutivo es inherente al documento

copia sin valor tributario de una factura, y puede ser aprovechada por el emisor de la
factura, sin mediar la cesión de créditos que existe en las operaciones de factoraje.
102 Señala el artículo 7º que la cesión del crédito expresado en la factura será traslaticia

de dominio, para lo cual el cedente deberá estampar su firma en el anverso de la copia


cedible a que se refiere la ley, agregar el nombre completo, rol único tributario y domici-
lio del cesionario y proceder a su entrega.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 101

mentar el Mensaje enviado al Parlamento, sobre todo el de fortalecer


la gestión económica de las PYME al facilitarles el acceso al financia-
miento y al crédito mediante endosos de sus facturas y contratos de
factoring103.
En segundo lugar, para el caso de las empresas que sean grandes
facturadores y por ende capaces de asumir los costos asociados con via-
bilidad, de promover el ámbito financiero de la llamada securitización
de activos, una técnica financiera que consiste en la transformación de
una cartera de préstamos ya otorgados (por ejemplo hipotecarios) por
una entidad financiera –o bancaria– en títulos o valores ofertados entre
el público inversor –generalmente institucional (AFP, Bancos, Cías de
Seguros, etcétera)104, los que, mediando la transferencia, tomarán los
títulos valores emitidos y permitirán al banco contar con fondos para el
otorgamiento de nuevos créditos.
En esencia:
a) La factura (una única copia sin valor tributario) podrá ser utiliza-
da por los proveedores y prestadores de servicios –sus emisores– como
“un título” para el cobro rápido, sumario o ejecutivo de lo que se les
adeude por concepto de precio o saldo de precio;

103 MARRÉ VELASCO (1995), p. 34, sostiene que la oferta de factoring resulta atrac-

tiva a las Pyme por tratarse de una opción permanente en el tiempo, que otorga flexi-
bilidad en los aspectos financieros de la empresa, al poder obtener liquidez con cargo
a la anticipación del pago de sus créditos, que permite reducir los riesgos de la insol-
vencia de los deudores y siempre operando de forma estable y continua con una misma
empresa.
104 Estamos refiriéndonos a la emisión de bonos securitizados, que no lo hace la

misma empresa que necesita el financiamiento sino una empresa que adquiere documen-
tos por cobrar, contra los cuales se emite y coloca un bono en el mercado financiero para
la captación de recursos. Financieramente, la posible securitización de facturas apunta a
la compra de flujos futuros y a la obtención de beneficios por ejemplo a cuatro años
plazo; en cambio en el factoring se compran flujos ciertos de ventas realizadas y se
obtienen recursos con mayor agilidad que en la aprobación de un crédito bancario –son
productos distintos–.
Información muy completa sobre el tema de la securitización y su regulación banca-
ria puede verse en las URLs http://www.monografias.com/trabajos14/securitizacion/secu
ritizacion.shtml y http://www.sbif.cl/sbifweb/internet/archivos/norma_181_1.pdf.
102 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

b) Se permite que en base a documentos impagos –concretamente


en base a la única o tercera copia cesible, que será de propiedad de quien
sea su tenedor– los emisores –incluso los de cantidades o volúmenes
menores– puedan, anticipadamente tener liquidez en base a operaciones
o transacciones comerciales de cesión de créditos formalizadas median-
te simples endosos con empresas de factoring, bancarias o no;
c) Se regula la forma de realizarse la notificación al deudor cedido105;
d) Se evita –teóricamente– la práctica consistente en que las grandes
empresas prohibían a sus proveedores hacer factoring, cuando no con-
sentían al ser notificadas en su calidad de deudoras, y
e) Se legaliza, expresamente –sin que admita cuestionamiento algu-
no–, la proyección de ambas opciones (naturaleza de título ejecutivo y
cesibilidad) al mundo de las facturas o de los documentos tributarios elec-
trónicos que a esta fecha se emiten y envían mediante la red Internet.
A contar de abril del año 2005 y con la entrada en vigencia de la ley
Nº 19.983, ya no es necesario un juicio declarativo de lato conocimiento
en que se reconozca judicialmente la obligación comercial de que da
cuenta la factura.
Téngase presente que se trata de la regulación de un procedimiento
judicial contencioso, mediante el cual se persigue el cumplimiento for-
zado de una obligación a favor del acreedor o demandante en el juicio
de la misma (v.gr. el vendedor de una cosa al que se le adeuda el pago),
que consta de un título fehaciente e indubitado, por lo cual un deudor o
demandado en el juicio –salvo excepciones– no puede discutir ni la exis-
tencia ni los alcances o efectos de la obligación que contrajo (v.gr. pre-
cio y condiciones de pago de la cosa que compró). Su esencia es la de
ser un procedimiento compulsivo o de apremio, es decir, que se inicia
por la falta de cumplimiento voluntario por parte del deudor, de una
obligación que lo vincula frente a un acreedor determinado.

105 Señala el inciso segundo del artículo 7º, como veremos, que la cesión deberá ser

puesta en conocimiento del obligado al pago de la factura, por un notario público o por el
oficial de Registro Civil en las comunas donde no tenga su asiento un notario, sea perso-
nalmente, con exhibición de copia del respectivo título, o mediante el envío de carta
certificada, por cuenta del cesionario de la factura, adjuntando copias del mismo certifi-
cadas por el ministro de fe.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 103

El profesor CASARINO VITERBO, en sus ya clásicos Manuales de De-


recho Procesal, señala que toda obligación cuyo cumplimiento se pre-
tenda obtener mediante un juicio ejecutivo requiere esencialmente de un
título, en el que debe constar de manera fehaciente la obligación. De acá
que al título ejecutivo se lo defina como aquella declaración solemne a
la cual la ley le otorga la fuerza indispensable para ser el antecedente
inmediato de una ejecución106, y que a la factura y a la ley Nº 19.983
pueda incluírseles en el número 7 del artículo 434 del Código de Proce-
dimiento Civil, que alude a “cualquiera otro título a que las leyes den
fuerza ejecutiva”.
En el Libro Tercero del Código de Procedimiento Civil, sobre los
“Juicios Especiales” (por su estructura, distinta del juicio ordinario o
declarativo...), específicamente a propósito del juicio ejecutivo de las
obligaciones de dar (léase entregar una cosa), el artículo 434 establece
que el juicio ejecutivo tiene lugar cuando para reclamar su cumplimien-
to se hace valer “alguno de los siguientes títulos”: sentencia firme (defi-
nitiva o interlocutoria); copia autorizada de escritura pública; instrumento
privado, reconocido judicialmente o mandado tener por reconocido...;
confesión judicial; títulos al portador o nominativos, legítimamente emi-
tidos y que representen obligaciones vencidas...; o cualquier otro título a
que las leyes den fuerza ejecutiva.
En síntesis, los cuatro requisitos legales necesarios o de procedencia
para exigir el cumplimiento de una obligación por la vía de la tramita-
ción de un juicio ejecutivo, son, copulativamente, los siguientes: a) que
la obligación cuyo cumplimiento se busca conste de un título al cual la
ley le atribuya mérito ejecutivo; b) que la obligación sea actualmente
exigible; c) que la obligación sea o líquida, o determinada o susceptible
de convertirse en la de destruir lo hecho, y d) que la llamada “acción
ejecutiva” no esté prescrita o extinguida por el transcurso del tiempo.
Por último, según la ley Nº 19.983 puede prescindirse de los trámi-
tes a veces engorrosos que involucraba la cesión ordinaria de créditos

106 También se le ha definido como todo documento que deja constancia fidedigna

de la existencia de una obligación, permitiendo su cobro coactivo o ejecutivo, en confor-


midad a los artículos 434 y ss. del Código de Procedimiento Civil.
104 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

nominativos –por ejemplo ante la falta de consentimiento del deudor


cedido que era notificado notarialmente–, misma que validaba las ope-
raciones y contratos de factoring entre el acreedor del precio o saldo de
precio y las empresas del ramo. Pero el estudio de la problemática de la
cesión de derechos y del factoring, tanto para documentos soportados
en papel como para los electrónicos, lo reservamos para el Capítulo III
de esta obra.
2. Los fundamentos contenidos en el Mensaje del Gobierno
El mensaje con el que se inició un proyecto de ley para regular la
transferencia y otorgar mérito ejecutivo a una copia de la factura, del 22
de mayo de 2003, partía por consignar en los antecedentes del proyecto
las fuentes de la factura.
Primero, la costumbre, que transportó a nuestros tiempos el docu-
mento que ha existido desde los orígenes del desarrollo del comercio,
que se extiende entre comerciantes y que da cuenta de las obligaciones
esenciales del contrato de compraventa –consistentes en la entrega de la
cosa vendida por parte del vendedor y en el pago total o parcial del
precio por parte del comprador–.
En segundo lugar mencionaba a las formales, a saber, (i) la legisla-
ción comercial y (ii) tributaria que la regula en Chile, contexto al cual
cabe agregar ahora a (iii) la ley Nº 19.983 –de alcances comerciales y
tributarios a la vez– y a (iv) las normas específicas que regulan la factu-
ra electrónica.
En cuanto a la naturaleza e importancia de la factura, el Mensaje
consignó que ella era la consecuencia de relaciones contractuales de
compraventa o de prestación de servicios u otras que la ley asimila a
tales, y que, en muchas ocasiones, constituye el único documento que
refleja estos actos y las obligaciones pendientes de pago, lo cual tiene
valor tributario, comercial y contractual. “Por ello” –afirma el Mensa-
je– “diversas legislaciones han dado a la factura el carácter de un títu-
lo de crédito regulado como tal en una ley especial”.
Resumió, como las “principales características”, (i) que es un do-
cumento que sirve de comprobante de las ventas realizadas y de los
servicios prestados, de los objetos, artículos, productos o servicios in-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 105

cluidos en la operación, de las personas que participan en ella, del hecho


de haberse adquirido los bienes o servicios y de la forma de pago pacta-
da; (ii) que es un documento formal, porque su elaboración, utilización,
emisión y entrega debe cumplir formalidades específicamente estable-
cidas en el ordenamiento jurídico y cuya omisión se encuentra sanciona-
da; (iii) que la oportunidad de emisión está regulada (una vez realizada
la venta o prestado el servicio afecto o exento del impuesto); (iv) que
debe emitirse en operaciones de dicha naturaleza que se realicen entre
vendedores, importadores o prestadores de servicio, y (v) que debe que-
dar consignado en la misma, siempre, el valor total de la operación y el
impuesto con que éste debe recargarse.
Como “fundamentos de la iniciativa de ley”, se estableció que el
concepto y la naturaleza de la factura resultaban incompatibles con la
necesidad de que pudiera convertirse en un título de amplia circulación
entre los partícipes del tráfico comercial, incluyendo en este concepto a
los agentes financieros del mercado de capitales.
Junto a las dificultades derivadas de las normas generales sobre la
cesión de créditos que regulaban su transferencia, se tuvieron presentes
“dificultades para el cobro del importe consignado en la factura”, es
decir, el que no obstante la importancia que reviste la factura en el tráfi-
co comercial, nuestro ordenamiento no consagraba un procedimiento
expedito para su cobro, a diferencia de lo que ocurría con otros docu-
mentos similares como el recibo otorgado por el consignatario en la guía
de despacho que debe entregar el cargador al porteador en el Contrato
de Transporte, regulado en los artículos 166 y siguientes del Código de
Comercio107.
Señaló el Ejecutivo que la única forma de obtener un cobro rápido
del valor consignado en la factura era citando al deudor de la misma a

107 Como vimos, mediante la ley Nº 19.755, del año 2001, el legislador modificó el

artículo 211 del Código de Comercio, introduciendo un inciso tercero que dice que “con
todo, constituirá título ejecutivo en contra de los obligados al pago de la carta de porte
en la que conste el recibo de la mercadería que ordena el número 1 del artículo 216,
cuando, puesta en su conocimiento por notificación judicial, no se alegue en ese mismo
acto, o dentro de tercero día, que el documento ha sido falsificado materialmente, o
cuando, opuesta la tacha, ésta fuere rechazada por resolución judicial”.
106 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

confesar la deuda, de conformidad con lo establecido en los artículos


434 Nº 5, 435 y 436 del Código de Procedimiento Civil, y que bastaba
que el deudor negara la deuda para que el acreedor tuviera que recurrir a
un procedimiento declarativo ordinario, “dificultándose sobremanera la
obtención de dicho objetivo”.
Agregó que la ausencia de un procedimiento adecuado al efecto oca-
sionaba que el deudor de la factura no tuviera incentivos adicionales
para pagarla de conformidad con lo pactado y, que por su parte, el acree-
dor se veía en la necesidad de buscar alternativas de liquidez diversas al
pago del crédito por parte de su deudor original, cediendo el documento
a un precio bastante inferior al que aparecía en el mismo o “al que po-
dría obtenerse si la factura tuviese un medio más expedito de cobro”.
Se refirió a que –por regla general– la posibilidad de otorgar mérito
ejecutivo a ciertos documentos radicaba en que en ellos constan feha-
cientemente obligaciones de dar, hacer o no hacer, y que esa sería la
doctrina del artículo 434 del Código de procedimiento Civil, cuya re-
dacción insinúa que constituyen títulos ejecutivos sólo los documentos
que la misma disposición enuncia, como la sentencia firme; la copia
autorizada de escritura pública; el acta de avenimiento perfeccionada; el
instrumento reconocido judicialmente, etc.
Consignó que diversas leyes habían –excepcionalmente– dado mérito
ejecutivo a otros documentos bastante parecidos a la factura, como la car-
ta de porte en el contrato de transporte, o la liquidación de gastos comunes
efectuada por el administrador de un condominio, y que, en otros títulos
ejecutivos no constaba de ningún modo la voluntad del deudor, como en
el caso de las resoluciones de cobranza de las Administradoras de Fon-
dos de Pensiones, de las Instituciones de Salud Previsional o del Institu-
to de Normalización Provisional; o, por último, en las liquidaciones prac-
ticadas mediante nóminas por la Tesorería General de la República.
Señaló que el proyecto se planteaba extremadamente celoso al esta-
blecer “los resguardos necesarios para proteger los intereses de todos
los involucrados en la cesión y cobro de una factura, y particularmente
los del deudor”.
Interpretó el Mensaje, en cuanto al procedimiento para reclamar
contra el contenido de una factura previsto en el inciso segundo del ar-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 107

tículo 160 del Código de Comercio (que señala que no reclamándose


contra el contenido de la factura dentro de los ocho días siguientes a la
entrega de ella, se tendrá por irrevocablemente aceptada), que por su
ubicación en el Código de Comercio el artículo sólo alcanzaba al contra-
to de compraventa que tuviese un carácter “mercantil” y no podía ex-
tenderse a una compraventa diversa, como tampoco a los distintos con-
tratos de prestación de servicios o a otras operaciones que obligan a la
emisión de factura y que la ley asimila a venta o prestación de servicios.
Y puso de manifiesto que no existía alguna disposición que estableciera
la forma en que el receptor de la mercadería o servicio, podía reclamar
contra el contenido de la factura.
Dentro de los propósitos fundamentales describió, junto al objetivo
de consagrar en forma específica un sistema de cesión del crédito conte-
nido en la factura (estableciendo un sistema único y de aplicación gene-
ral para transferir el crédito en base a una copia adicional sin valor tribu-
tario), el “facilitar el cobro de la factura al emisor, sea vendedor o
prestador de servicios o al cesionario del crédito respectivo”.
Para cumplirlo se consideró que necesariamente se debía recurrir a
la misma copia, especial, de la factura, dotándola de mérito ejecutivo
para su cobro cuando cumpliese las condiciones que el proyecto propo-
nía establecer (que el contenido de la factura no haya sido reclamado
mediante el procedimiento establecido en el mismo proyecto, que la
obligación que de ella emana sea actualmente exigible, y que la acción
para su cobro no se encuentre prescrita) y con posterioridad a una ges-
tión preparatoria, porque hacerlo de otro modo implicaría la generación
de un nuevo documento adicional para este efecto, lo que “se distancia-
ba de la finalidad del proyecto”.
Por último, en cuanto al contenido del proyecto, a modo de síntesis
y con la finalidad de alcanzar los objetivos señalados, se propuso –y se
aprobó en definitiva en los términos que veremos–, concretamente, lo
siguiente:
(i) La emisión de una copia adicional de la factura para hacer posi-
ble su cesión y aplicar un procedimiento que haga más expedita su co-
branza, con todas las formalidades que rigen la emisión de la factura
original;
108 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

(ii) La constancia, en la copia adicional de la factura, del recibo con-


forme de los bienes o servicios adquiridos por parte del deudor, para
hacer participar al deudor y a su voluntad manifestada en el perfeccio-
namiento del título y evitar fraudes o falsificaciones;
(iii) Un procedimiento para reclamar del contenido de la factura,
que permita a quien adquiere bienes o servicios reclamar contra el con-
tenido de una factura mediante el repudio en el acto mismo de su recep-
ción o, en su defecto, dentro de los ocho días siguientes o en el plazo que
las partes acuerden, mediante comunicación dirigida al vendedor o
prestador de los servicios, por carta certificada o por otro modo feha-
ciente, de manera de otorgar seguridad a los contratantes respecto de la
situación jurídica de su contrato;
(iv) La cesión de los derechos o créditos que contiene la factura
mediante su copia adicional y un procedimiento para comunicar formal-
mente al deudor la cesión del crédito contenido en la factura, con efecto
traslaticio de dominio y sin responsabilidad para el cedente;
(v) La preparación de la vía ejecutiva, una vez establecidos los res-
guardos para asegurar la validez del contenido de una factura, con el
recibo conforme estampado en la copia adicional de la misma o en la
copia de la guía de despacho, y siendo una factura emitida de conformi-
dad a la ley, no reclamada y actualmente exigible, y
(vi) La aplicación de las normas propuestas a la factura electrónica,
de manera de dejar en igualdad de condiciones a quienes hacen un uso
más intensivo de las tecnologías.
Los detalles de lo que el Mensaje dispuso y tuvo en vista como fun-
damento en materia de factoring y cesión de créditos se revisarán en el
Capítulo III, como explicación y fundamento previo de las normas so-
bre “cesibilidad” que contempla la ley Nº 19.983.
3. Estructura y contenido de la ley
3.1) Apenas 11 artículos bastaron para potenciar y hacer aún más
relevante el rol de la factura en el ordenamiento jurídico chileno. Se
hace necesario ahora revisar su contenido, haciendo presente que lo re-
lacionado con la factura electrónica –el artículo 9º– se analiza en la Sec-
ción siguiente.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 109

La ley, además de regular la transferencia de facturas les otorga mérito


ejecutivo por medio de la creación de una tercera copia sin valor tributa-
rio obligatoria –que siempre debe estar, aun cuando no se ceda ni se use
el mérito ejecutivo de ella– a los siguientes documentos: facturas, factu-
ras de ventas y servicios no afectos o exentos, facturas de compras,
liquidación-facturas108 y guías de despacho cuando conste en ellas el
recibo de las mercancías.
Concretamente, estableció que se debe incorporar una nueva o ter-
cera copia109 para los efectos de su transferencia a terceros mediante
simples endosos al anverso, que además es la única que tendrá mérito
ejecutivo, lo que implicará fortalecer y facilitar las acciones de cobro
del pago implícito en ella permitirá que sea transferida y/o cedida a un
tercero si el tenedor de la factura desea anticipar fondos de que no dis-
pone antes del vencimiento de sus condiciones de pago.
Conforme a nuestro derecho los títulos ejecutivos son sólo aquellos
expresamente señalados por la ley, pero se ha hecho presente, con ra-
zón, que las notas de crédito y de débito teóricamente también pueden
contener créditos eventualmente cedibles y ejecutables110. Se obliga una
futura reforma legal que a dichos documentos les confiera expresamen-
te ejecutividad, igual que ahora a la factura y el año 2001 se hizo con la
carta de porte.
Que tenga mérito ejecutivo una factura significa que quien la acepte,
con las formalidades indicadas en la ley y en la resolución Nº 14 que
dictó el Servicio de Impuestos Internos en febrero de 2005, y luego no
cumpla con su pago, estará expuesto a ser demandado a través de un
juicio ejecutivo, breve o sumario.

108 Conforme a una circular del Servicio de Impuestos Internos Nº 126 de 1977,

todo lo dicho rige para el documento “liquidación-factura”, el que también siempre debe
ser emitido –obligatoriamente– con una tercera copia.
109 Actualmente se emite en original y dos copias, siendo el original para el compra-

dor, la primera copia para el emisor y la segunda para el control tributario del SII.
110 La observación fue realizada en una columna publicada en El Diario por Paula
OSORIO, Abogado, postitulada en Legislación Tributaria en la Universidad de Chile y
especialista en derecho tributario y societario de Deloitte, el 7 de abril de 2005.
110 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

3.2) El artículo 1º definió el objetivo marco de la ley, señalando que


en toda operación de compraventa, de prestación de servicios, o en aque-
llas que la ley asimile a tales operaciones, y en que el vendedor o prestador
del servicio esté sujeto a la obligación de otorgar factura, deberá emitir-
se –siempre y obligatoriamente– una copia sin valor tributario de la fac-
tura original, para los efectos de su transferencia a terceros o de su cobro
ejecutivo. Esta copia adicional y nueva, insistimos, permanecerá de he-
cho en poder del emisor hasta que no realice su transferencia o la acom-
pañe al tribunal como fundamento de la demanda ejecutiva.
Agrega en el inciso segundo una nueva obligación legal: ...que el
vendedor o prestador del servicio “deberá dejar constancia”, tanto en
el original de la factura como en su copia sin valor tributario –copulati-
vamente en ambos–, del estado de pago del precio o remuneración y en
su caso de las modalidades de solución o pago del saldo insoluto, lo que
reproduce la regla general del inciso 1º del artículo 160 del Código de
Comercio en cuanto a que debe ponerse al pie de ellas el recibo del
precio total o de la parte que se le hubiere entregado111.
Siempre debe constar la forma de pago y el saldo insoluto, de la
misma manera imprescindible que en un pagaré o en una letra de cam-
bio es esencial que conste la fecha de su vencimiento112.
La referencia a “una copia sin valor tributario” es clara, y se tradu-
ce, por ejemplo, (i) en que esta copia –tercera copia o “cuadruplicado”
como se le llamaría después en la normativa tributaria– no cabe que sea
considerada para hacer uso del crédito fiscal; (ii) en que no puede usarse
para determinar el débito fiscal del impuesto; (iii) teóricamente pudo

111 Al decir de POMÉS ANDRADE: “…esto significa entonces, que hoy en día la factu-

ra, necesariamente, tanto en su original como en la copia que va a servir para tener
mérito ejecutivo y para transferirla, debe constar la forma de pago. Evidentemente que
si el pago es al contado... ninguna importancia tendrá para los efectos ejecutivos. En
cambio, si el pago del precio de la factura es a plazo, es absolutamente fundamental que
en la factura original y en su copia consten, como señala la ley, las modalidades de
solución del saldo insoluto”.
112
Efectivamente, cuando se trate de una factura con pago a plazo todo vendedor o
prestador de servicios debe cumplir con dos obligaciones: una, emitir la copia adicional
de la factura; la otra, dejar constancia de la forma de pago o solución.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 111

creerse –y ocurrió– que no debería haber sido fiscalizada por el SII, lo


que veremos cambiaría luego con lo dispuesto por una resolución Nº 14
de febrero de 2005113, y (iv) pudiera haberse considerado inicialmente
que las sanciones del Código Tributario no serían aplicables a los obli-
gados a su emisión.
3.3) De manera general, el artículo 2º establece perentoriamente que
la obligación de pago del saldo insoluto del precio, contenida en la fac-
tura114, deberá ser cumplida en cualquiera de los siguientes momentos: a)
a la recepción de la factura (con posterioridad a su emisión y no en forma
simultánea); b) a un plazo desde la recepción de la mercadería o presta-
ción del servicio, pudiendo establecerse –por las partes contratantes–
vencimientos parciales y sucesivos, y c) a un día fijo y determinado.
Y precisa, recogiendo el criterio de la letra b), que si se ha omitido
una referencia o mención expresa en la factura y en su copia transferible
a alguno de estos plazos, subsidiariamente “se entenderá que debe ser
pagada dentro de los treinta días siguientes a la recepción”115. O como
señala POMÉS ANDRADE: “la factura que nada dice no se presume para
nada pagada, sino que se presume que se pagará a los 30 días”.

113 A modo de anticipo, de cara a “la copia sin valor tributario de una factura

electrónica” a que alude el artículo 9º también pudiera creerse o estimarse que ella debió
estar al margen de la fiscalización y de la reglamentación tributaria. Pero tal criterio debe
descartarse, por cuanto es el propio artículo 9º el que establece que se regula para el caso
en que la factura sea “un documento electrónico emitido de conformidad a la ley por un
contribuyente autorizado por el Servicio de Impuestos Internos”, referencia explícita
que otorga competencia al SII para, a pesar de la regla general del artículo 1º, conocer de
un caso y aplicar sanciones si de cara a la cesión de los derechos de que da cuenta la
factura digital o de su presentación como fundamento de un título ejecutivo, por ejem-
plo, se presentan casos de falsificaciones, de falta de autenticidad o de incumplimiento
de los requisitos legales.
114 Por cierto, a riesgo de obviedad y como se ha precisado, la reglamentación de la

ley Nº 19.983 rige para las facturas que sean pagadas a plazo y no al contado. Esta
última, es evidente, no puede ser cedida, no es un título de crédito y tampoco puede
servir de fundamento para el inicio de un juicio ejecutivo de cobro de pesos.
115
Se hace cargo la ley en este artículo de una práctica que se había masificado en el
mercado chileno, en virtud de la cual grandes empresas concentradoras mantenían de
hecho impagas las facturas de sus proveedores por 30, 60 y hasta por 90 días.
112 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

3.4) En el artículo 3º se sienta otra regla general, a saber, que “para


los efectos de esta ley” –transferir o ceder los derechos de que da cuenta
la factura o demandar su cobro ejecutivo–, el instrumento mercantil “fac-
tura” se tendrá por irrevocablemente aceptado por parte del receptor
(comprador o beneficiario del servicio), salvo que se reclame “en con-
tra de su contenido” y mediante alguno de los dos procedimientos que
contempla la ley116.
El primero de ellos, el más simple y obvio, devolviéndose la factura
y la guía o guías de despacho en su caso, al momento de la entrega. Será
una cuestión de hecho el posteriormente probar que la devolución efec-
tivamente se materializó.
El segundo procedimiento, reclamándose –y reitera nuevamente que
en contra de su contenido– dentro de los ocho días corridos siguientes a
su recepción –lo que ratifica el plazo general que establece el Código de
Comercio– “o en el plazo que las partes hayan acordado, lapso conven-
cional que no podrá exceder de treinta días corridos”117.
En este segundo caso, cuando ha mediado un pacto de aumento de
plazo118, –agrega la ley– el reclamo deberá ser puesto en conocimiento
del emisor de la factura por su receptor de dos formas, esto es, por carta
certificada –lo natural y recomendable– o “por cualquier otro modo
fehaciente” –lo que no ha sido precisado por el SII y por ende será una
cuestión de hecho que deberá resolverse en cada caso concreto–, con-

116 POMÉS ANDRADE (2005), página 6, consigna que estas nuevas posibilidades en

beneficio del deudor y la reglamentación de la aceptación de la factura se establecieron


en un afán de equiparar la situación acreedor-deudor, máxime cuando el otorgamiento
del título ejecutivo a una copia sin valor tributario de la factura es un beneficio para el
emisor de la factura o acreedor de su valor.
117
En marzo del año 2007, mediante el mencionado Boletín 4928 de la Cámara de
Diputados, se ha propuesto eliminar del número 2 del artículo 3º la frase destacada por
nosotros, esto es, “o en el plazo que las partes hayan acordado, el que no podrá exceder
de treinta días corridos”.
118 Como anotaPOMÉS ANDRADE (2005), página 7, la ley no ha reglamentado cómo y
dónde debe constar el acuerdo –el pacto bilateral– de aumento de plazo para el reclamo,
lo que por ende podría realizarse en cualquier parte menos en la factura, porque este es
un documento unilateral que emana del vendedor.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 113

juntamente con la devolución de la factura y la guía o guías de despa-


cho, o bien –alternativamente– junto con la solicitud de emisión de la
nota de crédito correspondiente.
A propósito del “medio fehaciente” –que por ejemplo puede ser un
fax–, al año 2005 o a la época de dictarse la ley Nº 19.983 el envío de un
correo electrónico firmado digitalmente era, a no dudar, un medio fia-
ble, fidedigno y fehaciente, y habría sido un aporte y un reconocimiento
legal de los signos de los tiempos haberse referido expresamente a él
como medio o instrumento válido para formalizar el reclamo. Pero ello
no se ha hecho. Incluso de ser enviado firmado electrónicamente no es
el equivalente de una carta certificada, porque ésta requiere la interven-
ción de un tercero –el servicio de correos– que registra y atestigua la
efectiva recepción de la carta.
Precisa al final el artículo 3º, para evitar conflictos de interpretación,
que el reclamo se entenderá practicado en la fecha de envío de la comu-
nicación.
3.5) El artículo 4º establece los requisitos para que sea “cedible” la
factura119 –que el crédito se pueda transferir–, y nos remitimos a lo di-
cho más abajo en la Sección Primera del Capítulo III de este libro. En
síntesis: emisión de la factura original en conformidad a la ley, colocación
destacada de la expresión “cedible”, y constancia en la copia de la factura
del recibo de las mercancías entregadas o del servicio prestado120.

119 A modo de anticipo, dice la primera parte de la norma: “Artículo 4º.- La copia de

la factura señalada en el artículo 1º, quedará apta para su cesión al reunir las siguientes
condiciones: a) Que haya sido emitida de conformidad a las normas que rijan la emisión
de la factura original, incluyendo en su cuerpo en forma destacada la mención “cedible”,
y b) Que en la misma conste el recibo de las mercaderías entregadas o del servicio
prestado, con indicación del recinto y fecha de la entrega o de la prestación del servicio
y del nombre completo, rol único tributario y domicilio del comprador o beneficiario del
servicio e identificación de la persona que recibe, más la firma de este último”.
120Hasta antes de la ley Nº 19.983 esta exigencia no era una práctica común, por-
que, como apunta POMÉS ANDRADE, en la mayoría de los casos los negocios no despachan
sus mercaderías con la factura sino utilizan para ello “guías de entrega”, lo cual transfor-
ma en un aporte que el artículo 4º precise que puede acompañarse una copia de la guía de
despacho emitida en la que conste el recibo correspondiente.
114 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

POMÉS ANDRADE señala que estos requisitos generales de la copia


sin valor tributario también deben concurrir al momento de considerar
el carácter ejecutivo del título, y que adicionalmente para que sea título
ejecutivo la factura se requieren de nuevas exigencias.
3.6) El artículo 5º establece los cuatro requisitos –nuevos y especí-
ficos– para que “la misma copia referida en el artículo anterior”, la
copia de la factura original señalada en el artículo 1º y sin valor tributa-
rio, posea o tenga mérito ejecutivo para su cobro, mediante un procedi-
miento en donde la primera resolución que se dicta es el “despáchese”
de la orden y mandamiento de ejecución y embargo.
Dichos requisitos, similares a los generales que establecen los ar-
tículos 434 y ss. del Código de Procedimiento Civil, se relacionan con
(i) el no reclamo de la factura, con (ii) la exigibilidad del pago, con (iii) la
no prescripción de la acción –procesal– ejecutiva, con (iv) la constan-
cia del recibo de las mercancías, y con (v) que el obligado al pago no la
impugne en la gestión preparatoria por las causales legales.
Concurriendo estos supuestos y por mandato de la ley Nº 19.983
estaremos en presencia de un título ejecutivo, por cierto, de aquellos
incompletos, imperfectos o que requieren adicionalmente una gestión
preparatoria de la vía ejecutiva para darle certeza.
La letra a) exige que la factura correspondiente no haya sido recla-
mada de conformidad al artículo 3º, esto es, devolviéndola u objetándola
por su contenido dentro de 8 días o en un plazo convencional que se
haya pactado y que no puede ser mayor de 30 días. Se trata, como se ha
dicho, de un requisito particular y novedoso –“curioso” se le califica–,
porque se trata de un requisito que no consta en el título mismo y que
tampoco se genera durante la preparación de la vía ejecutiva. Es, por
ende, una verdadera excepción disponible para el deudor por el hecho
de haberse reclamado la factura121.
La letra b) establece que el pago debe ser “actualmente exigible”,
porque el nacimiento de la obligación de solucionar no esté condiciona-

121
Coloquialmente, POMÉS ANDRADE recomienda, en el evento de haberse asumido
la defensa de un deudor en contra del cual se esté preparando la vía ejecutiva, hacerla
valer en esa instancia, por la probabilidad de que el título ejecutivo no se forme y que el
Tribunal en definitiva no despache la ejecución.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 115

do o “sujeto a” –así se escribe en la práctica– modalidad alguna en


cuanto a las condiciones de pago, sea por ejemplo un plazo que deba
vencerse (para el pago del saldo de precio)122, y que la acción para su
cobro no debe estar legalmente prescrita.
Es el inciso final del artículo 10º el que determina que el plazo de
prescripción extintiva de la acción ejecutiva, para el cobro del crédito
consignado en la copia sin valor tributario de la factura original y en
contra del deudor del precio o saldo de precio indicado en la misma, es
de un año, contado desde su vencimiento (desde la fecha de pago), y que
si la obligación de pago tuviese vencimientos parciales (porque se ha
establecido un calendario de pagos), el plazo de prescripción correrá
respecto de cada vencimiento123.
La letra c) del artículo preceptúa que en la copia sin valor tributario de
la factura original debe obligatoriamente constar el recibo de las merca-
derías entregadas o del servicio prestado, pero con exigencias precisas;
esto es, con indicación detallada, completa y minuciosa: (i) del recinto y
fecha de la entrega de las mercaderías o de la prestación del servicio; (ii)
del nombre completo, rol único tributario y domicilio del comprador o
beneficiario del servicio, y (iii) de la identificación de la persona que reci-
be las mercaderías o el servicio124, “más la firma de este último”125.

122 Ocurre igual que con la letra de cambio, que no es exigible si se cobra antes del

vencimiento.
123 Comenta POMÉS A NDRADE: “…el plazo de prescripción se ha asimilado total-

mente a lo que es el plazo de prescripción en muchos títulos de crédito y particularmente


en la letra de cambio y pagaré...”.
124 Duda: ¿sería sólo con su nombre y apellidos?; ¿también con su número de carné

de identidad?
125 Desde un punto de vista práctico, además, queda en evidencia que esta ley no fue

concebida para el supuesto de que el deudor que debe dejar constancia del recibo y
firmar la factura sea un gran concentrador o una gran empresa, de aquellas que reciben
diariamente 5.000 facturas y muchas de ellas por correspondencia.
Una interrogante para el debate: ¿cómo harán materialmente este proceso de firmar-
las para que conste el recibo que exige la ley, sin el cual y conforme a los artículos 4º y
5º de la ley Nº 19.983 las copias sin valor tributario de los originales de facturas o
“terceras copias” no son aptas para ser cedidas ni tienen mérito ejecutivo para su cobro
por parte del proveedor y acreedor del precio o saldo de precio? Serían enormes, además,
los costos de envío o de correspondencia.
116 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Agrega la ley en el inciso tercero de la letra c) del artículo 5º, que


será una obligación del comprador o beneficiario del servicio otorgar el
recibo en comento (o certificarse la recepción), en el momento de la
entrega real o simbólica de las mercaderías o, tratándose de servicios
prestados, al momento de recibir la factura. Como apunta el citado POMÉS
ANDRADE, hasta antes de la entrada en vigencia de la ley Nº 19.983 la
factura era un documento que emanaba del vendedor o del prestador del
servicio, y que por cierto no estaba relacionada con la recepción de las
mercancías para su valor. Con la entrada en vigencia, y para que la copia
de la factura tenga mérito ejecutivo, se requerirá imprescindiblemente
que en ellas conste la recepción, sea en la guía de despacho o en la copia
de la factura sin valor tributario, con la firma de la persona y con el
nombre de quien la recibe; “esto es algo nuevo, algo que se crea en
nuestro derecho nacional, y va en contra de lo que es la práctica gene-
ralizada de las entregas de mercadería”.
Señala además la ley, asignando una competencia de fiscalización
procesal curiosa que –en puridad– podría no haberle correspondido, que
el cumplimiento de esta obligación será fiscalizado por el Servicio de
Impuestos Internos, quien deberá denunciar las infracciones al Juez de
Policía Local del domicilio del infractor, denuncia que por cierto puede
hacer el propio afectado ante el tribunal126. Dicho de otra forma, el com-
prador que no cumple con esta obligación de extender el recibo en la
forma señalada, estará cometiendo una falta susceptible de ser denun-
ciada al Juzgado de Policía Local del domicilio del infractor por dos
legitimados activos.
Excepcionalmente o “en todo caso” dice la ley –y veremos que para
la cesibilidad el artículo 4º contempló la misma situación–, “si en la copia
de la factura no consta el recibo mencionado” porque el comprador o
beneficiario no cumplió con su obligación legal o la carga que se le impu-
so, ella –la tercera copia– podrá tener mérito ejecutivo cuando se la acom-

126 Y agrega: “La infracción será sancionada con multa, a beneficio fiscal, de hasta

el 50% del monto de la factura, con un máximo de 40 unidades tributarias anuales, la


que será aplicada conforme a las disposiciones de la ley 18.287”. 14 millones de pesos
por una multa es, a todas luces, una cantidad importante.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 117

pañe de una copia de la guía o guías de despacho emitida o emitidas de


conformidad a la ley, en las que conste el recibo correspondiente.
Estamos, por cierto, frente al caso de un posible título ejecutivo que
no se bastará a sí mismo, y debe retenerse la idea de que el título ejecu-
tivo de la tercera copia también puede nacer de la mano de las guías de
despacho.
A pesar de exponerse a la aplicación de multas, durante el primer
período de vigencia de la ley –en la práctica–, los grandes comerciantes
(concentradores, grandes proveedores que le compran a los de menor
volumen) aprovecharon su posición dominante en el mercado y se ha-
brían negado a otorgar el recibo en las facturas de sus proveedores. Se-
gún denuncias públicas de los gremios del comercio formuladas en mayo
de 2005, habrían optado por indicarles que no hicieran uso de las opcio-
nes de factoring, “so pena” de no comprarles más mercancías.
La letra d) del artículo 5º demuestra que estamos ante uno de aque-
llos títulos ejecutivos que en Derecho Procesal se denominan “imper-
fectos o incompletos”, porque no se bastan a sí mismos para tener fuerza
ejecutiva, porque no permiten que se inicie un procedimiento compulsi-
vo desde el momento de su otorgamiento sino que se requiere la realiza-
ción de una gestión posterior a la emisión del título –concretamente de
una notificación judicial–, ...previa, prejudicial y preparatoria de la vía
ejecutiva, cuyo fin es el de transformar en perfecto y completo el título
con el cual se iniciará la ejecución.
Ella exige, como cuarto requisito de la ejecutividad, “que puesta en
conocimiento del obligado a su pago mediante notificación judicial, aquél
no alegare en el mismo acto, o dentro de tercero día, (i) la falsificación
material de la factura o guía o guías de despacho respectivas, o del
recibo a que se refiere el literal precedente, o (ii) la falta de entrega de
la mercadería o de la prestación del servicio, según el caso, o que, efec-
tuada dicha alegación, ella fuera rechazada por resolución judicial”.
Establece la ley Nº 19.983 que la impugnación se tramitará como
incidente, y que en contra de la resolución que la deniegue procederá el
recurso de apelación en el solo efecto devolutivo. En cuanto a las sancio-
nes por impugnar de falsedad y dolosamente cualquiera de los docu-
mentos mencionados en la letra c) –facturas y/o guías de despacho– y
118 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

ser vencido totalmente en el incidente respectivo, el comprador y deu-


dor del precio será condenado al pago del saldo insoluto y, a título de
indemnización de perjuicios, al de una suma igual al referido saldo, más
el interés máximo convencional calculado sobre dicha suma por el tiem-
po que corra entre la fecha de la notificación y la del pago.
3.7) El artículo 6º extiende los beneficios de la ejecutividad –y tam-
bién de la cesibilidad mediante endoso– a un tipo especial de factura, la
“de compra”, que se emite en la medida que exista cambio de sujeto y
sea al vendedor al que deba entregársele por parte del comprador su
duplicado y la tercera copia cedible.
El SII entiende que se trata de un documento de respaldo legal de
una compra cuando el vendedor es de difícil fiscalización, en cuyo caso
el comprador, autorizado previamente por resolución del SII, emite una
factura y retiene parte o el total del impuesto al valor agregado.
La diferencia esencial es que la factura de compra es emitida por el
comprador por ser el vendedor un particular, no tener facturas de ventas
y no tener la calidad de vendedor habitual127.
Dice la ley que “será, asimismo, cedible y tendrá mérito ejecutivo la
copia de la factura extendida por el comprador o beneficiario del servi-
cio que reúna las condiciones establecidas en los artículos precedentes,
en los casos en que éstos deban emitirla en conformidad a la ley”128.
4. Notas sobre algunos aspectos relevantes del
debate parlamentario previo. La exigencia de la constancia
expresa del recibo de las mercancías de que da cuenta la factura
Fuente obligada de estudio, por su riqueza de contenido y por ser un
elemento clave para entender los alcances de la norma, es el texto del

127Explica el SII en su página web: “Ordenadas por Resoluciones Nos. 551 y 1496
del SII, fueron creadas para efectuar compras a particulares o a contribuyentes de IVA
de difícil fiscalización. La factura de compra se emite por el comprador en las siguientes
ocasiones: cuando el vendedor es un particular, en cuyo caso la operación no está afecta
al Impuesto al Valor Agregado (IVA); o, cuando el vendedor no tiene facturas de ventas
o no tiene la calidad de vendedor habitual”.
128 En marzo del año 2007, mediante el mencionado Boletín Nº 4.928 de la Cámara

de Diputados, se ha propuesto reemplazar el artículo 6º por el siguiente: “Será, asimis-


COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 119

Informe de la Comisión Mixta encargada de proponer la forma y modo


de superar las discrepancias producidas entre el Senado y la Cámara de
Diputados, durante la tramitación del proyecto de ley (contenido en el
Boletín Nº 3.245-03) que luego regularía la transferencia y otorgaría
mérito ejecutivo a una copia de la factura129.
La Comisión se constituyó porque la Cámara de Diputados, en sesión
de fecha 18 de agosto de 2004, rechazó algunas de las enmiendas introdu-
cidas a la iniciativa por el Senado en el segundo trámite constitucional.
El artículo 5º aprobado por la Cámara de Diputados en el primer
trámite constitucional decía que “la misma copia referida en el artículo
anterior” – es decir, aquella cesible o cedible– tendría mérito ejecutivo
para su cobro si, junto con reunir las condiciones anteriores, cumplía
además las siguientes: a) que la factura correspondiente no hubiese sido
reclamada de conformidad al artículo 3º; b) que su pago fuese actual-
mente exigible y la acción para su cobro no se encontrase prescrita, y
c) que puesta en conocimiento del obligado a su pago mediante notifica-
ción judicial, éste no alegare en ese mismo acto o dentro de tercero día la
falsificación material de la factura, guía o guías de despacho respecti-
vas, o del recibo a que se refiere la letra b) del artículo precedente, o
efectuada dicha alegación, ésta fuere rechazada por resolución judicial.
El precepto de reemplazo aprobado por el Senado en el segundo
trámite constitucional estableció que la copia cedible de la factura, defi-
nida en el artículo 4º, tendría –además– mérito ejecutivo para su cobro si
cumplía los siguientes requisitos: a) que la factura correspondiente no

Continuación nota 128


mo, cedible y tendrá mérito ejecutivo la copia de la factura extendida por el comprador
o beneficiario del servicio, en la medida en que cumpla con los requisitos señalados en
las letras b) y d) del artículo 5º anterior, en los casos en que éstos deban emitirla en
conformidad a la ley”.
129 La Comisión Mixta constituida en conformidad a lo dispuesto por el artículo 68

de la Constitución Política de la República, propuso la forma y modo de resolver las


divergencias surgidas entre el Senado y la Cámara de Diputados durante la tramitación
del proyecto de ley. El proyecto aprobado por la Cámara de Diputados constaba de 12
artículos, que el Senado redujo a 11; en el tercer trámite, la Cámara de origen rechazó las
modificaciones que la revisora hizo a los artículos 5º y 10, que pasaron a ser 9º y 11.
120 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

haya sido reclamada de conformidad al artículo 3º; b) que su pago sea


actualmente exigible y la acción para su cobro no esté prescrita; c) que en
la misma “conste el recibo de las mercaderías entregadas o del servicio
prestado, con indicación del recinto y fecha de la entrega de las mercade-
rías o de la prestación del servicio, del nombre completo, rol único tribu-
tario y domicilio del comprador o beneficiario del servicio e identifica-
ción de la persona que recibe las mercaderías o el servicio, más la firma
de este último”, y que si no constaba el recibo debía acompañarse una
copia de la guía o guías de despacho emitida o emitidas de conformidad
a la ley, en las que conste el recibo correspondiente, y d) que puesta en
conocimiento del obligado a su pago mediante notificación judicial, aquél
no alegare en el mismo acto, o dentro de tercero día, la falsificación
material de la factura o guía o guías de despacho respectivas, o del reci-
bo a que se refiere el número precedente, o la falta de entrega de la
mercadería o de la prestación del servicio, según el caso, o que efectua-
da dicha alegación fuera rechazada por resolución judicial.
La Cámara de Diputados, como dijimos, rechazó la sustitución de
este artículo. El Diputado Eugenio TUMA manifestó que la Cámara no
estuvo de acuerdo “con la obligatoriedad de estampar en la factura, o
en la guía de despacho, constancia del recibo de las mercaderías o ser-
vicios” por el comprador, porque ella fue percibida como una traba al
acceso que hoy tienen las PYMES al financiamiento mediante la indus-
tria del factoring, la que en la práctica o de hecho acepta y adquiere
facturas sin ese recibo.
Olvidaron los diputados, como aclaró en la Comisión Mixta el Sena-
dor CARIOLA, que las facturas sin recibo siempre se podrían seguir trans-
firiendo conforme a las normas generales del Código Civil y no mediante
el procedimiento simplificado y más económico del proyecto. También en
abono de la exigencia del recibo, el Diputado DITTBORN propuso hacer
legalmente obligatorio el recibo estampado en la factura, porque de este
modo se evitaba que los compradores abusaran de una posición domi-
nante en el mercado y se abstuvieran de dejar esa constancia130 –pense-

130
En idéntico sentido, el Senador GAZMURI dejó constancia que la negativa a acusar
recibo en la factura o guía de despacho de una mercadería o de un servicio recibido dejaría
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 121

mos en aquellos grandes compradores que pretenden mantener una rela-


ción directa con sus proveedores, pequeños y medianos, sin injerencia
de la empresa de factoring–, y porque se garantizaba que todas las factu-
ras tuviesen igual valor ante las empresas de factoring, las que no po-
drían discriminar entre documentos con recibo o sin él131.
Señala el informe que en Comisión Mixta “se suscitó un extenso y
profundo debate en torno a la cuestión de hacer o no obligatorio estam-
par en la factura o guía de despacho un recibo de la mercadería o del
servicio”, habida consideración que si el proveedor que emite una factu-
ra entrega un activo líquido realizable debiera tener derecho a recibir
como contraprestación, “al menos,” un documento dotado de fuerza
suficiente para el cobro. Conjuntamente, se tuvo presente que toda fac-
tura debiera tener una copia con mérito ejecutivo para que no hubieran
instrumentos de dos categorías diferentes, por lo cual el recibo debía ser
obligatorio “en todo caso”.
En cuanto al parecer de las entidades gremiales del comercio, la Co-
misión Mixta acordó escuchar la opinión sobre este punto de la Asocia-
ción Chilena de Factoring (ACHEF), de la Cámara de Comercio de San-
tiago, de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile
(CNC) y de la Confederación Nacional de la Pequeña y Mediana Empresa
(CONAPYME), las que al acudir al debate hicieron presente su acuerdo
en cuanto a obligar al receptor de una mercadería o servicio a estampar
el recibo de los mismos en la factura que le presente el proveedor, esen-
cialmente para hacer más seguro el tráfico de estos documentos.
Como anticipo: a propósito de la factura electrónica, que analiza-
mos en la Sección siguiente, se aprovechó de hacer ver la conveniencia
de resolver la situación en que una persona fuese el receptor físico de las

Continuación nota 130


de manifiesto una actitud abusiva, la que debía ser impedida y reprimida por la ley, porque
era el medio de que se vale un contratante dominante para dilatar el pago y para no verse
obligado a negociar con una contraparte más fuerte, como era la empresa de factoring.
131 Al extremo, fue el Senador LAVANDERO quien opinó que “toda factura debiera
estar dotada de mérito ejecutivo”, a menos que fuese falsa o no correspondiera a una
operación efectiva, situaciones en las que siempre estarían abiertas las vías de las excep-
ciones en el juicio civil y de la denuncia o querella en caso de falsificación.
122 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

mercaderías o servicios y otra, que podía hallarse en una ubicación dife-


rente (por ejemplo en las oficinas de la empresa y no en las bodegas), la
que recibiría por medios telemáticos la respectiva factura electrónica. Y
se pidió tener presente –es sólo una opinión– que “en el caso de los
documentos electrónicos no existirían copias sino varios originales idén-
ticos”, no obstante lo cual sería necesario emitir “una copia en papel”
para registrar el recibo obligatorio.
Por último –consigna el informe de la Comisión Mixta–, también se
produjo un consenso en cuanto a sancionar el incumplimiento de la obli-
gación de estampar recibo en la copia cedible de la factura o en la guía
de despacho, para lo cual los funcionarios representantes del Ejecutivo
durante el debate parlamentario –léase del Ministerio de Economía y del
SII– propusieron asimilar el castigo de esta infracción al que impone la
ley tributaria a quien quebranta la obligación de emitir boleta o factura,
sancionándola con multa a beneficio fiscal equivalente al 50% del mon-
to de la factura, con un máximo de 40 unidades tributarias anuales132.
5. Condiciones o requisitos de “la tercera copia”133,
que no debe ser entregada al cliente, comprador, contraparte
comercial y receptor, precisados administrativa y
tributariamente por la resolución exenta Nº 14 del SII
La resolución Nº 14, del 8 de febrero de 2005, que dictó el SII para
regular la aplicación de la ley Nº 19.983 o para reglamentar la entrada en

132 Dice el informe: “En lo referente al órgano competente y al procedimiento para

aplicarla, la Comisión Mixta desestimó la proposición de entregar tal función al Servi-


cio de Impuestos Internos, porque consideró que a éste no le compete intervenir en la
resolución de conflictos entre privados, atribución jurisdiccional que no condice con el
rol esencialmente fiscalizador en el orden tributario que tiene dicho Servicio. Con todo,
considerando la experiencia del mismo en la materia, se decidió entregarle la fiscaliza-
ción del cumplimiento de la obligación de estampar en la copia de la factura el recibo de
las mercaderías o servicios, y en el evento de comprobar una infracción, el Servicio
deberá denunciarla al Juez de Policía Local competente, el cual aplicará sus propias
reglas procesales. El afectado también podrá hacer la denuncia”.
133
Hoy en día se debe hablar de la tercera copia “CUADRUPLICADO COBRO EJECUTIVO-
CEDIBLE”,
misma que debe permanecer en poder del emisor hasta que se ceda y que se
acompaña a la demanda como fundamento de la misma.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 123

vigencia del mérito ejecutivo de la factura y la cesión de los derechos o


créditos contenidos en las facturas en base al endoso que puede hacerse
de una copia adicional, se aboca a instruir sobre la nueva copia obligato-
ria “cobro ejecutivo-cedible”, creada por la ley Nº 19.983, para facturas
y otros documentos.
Ella posee normas específicas relacionadas con los siguientes te-
mas: a) la impresión del nuevo documento cuando originalmente era
electrónico; b) la fecha de vigencia de documentos ya timbrados o ya
impresos, y el uso obligatorio de la tercera copia a contar de la entrada en
vigencia de la ley, el 15 de abril de 2005; c) la obligación de emitir la
tercera copia adicional con las menciones que en la resolución se señalan
y con la inclusión de una leyenda específica134; d) el cambio de color del
recuadro que indica el RUT del emisor, y e) las multas que se aplicarán
a los contribuyentes que no cumplan con las nuevas disposiciones.
Con la entrada en vigencia de la normativa, las facturas, facturas de
ventas y servicios no afectos o exentos, facturas de compras, liquida-
ción-facturas y guías de despacho deberán emitirse con tres copias obli-
gatorias adicionales al original. Hasta ese momento sólo debían emitirse
duplicados y triplicados. Con la nueva normativa, el referido cuadrupli-
cado o la tercera copia tuvo el beneficio de poder transformarse en un
título ejecutivo, con posterioridad a su gestión preparatoria.
El considerando 1º consigna que en conformidad al Reglamento del
D.L. Nº 825, de 1974, sobre Impuesto a las Ventas y Servicios, el Servi-
cio de Impuestos Internos tiene la obligación de fijar las características
de las facturas, facturas de compra, guías de despacho, liquidaciones,
liquidaciones facturas, notas de débito, notas de crédito, facturas exen-
tas o no afectas y “de todos aquellos documentos que deban confeccio-
narse con dichas características”.
El 2º, que fue una resolución exenta Nº 1661 la que en 1985 fijó las
características de los documentos enunciados en el considerando anterior.

134 Porque la ley estableció la obligación de dejar constancia del recibo de las mer-
cancías, a la entrega real o simbólica de las mismas o a la entrega de la factura tratándose
de servicios, la leyenda debe decir: “El acuse de recibo que se declara en este acto,
acredita que la entrega de mercaderías o servicio han sido recibidos en total conformi-
dad”.
124 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

El 3º, que la ley Nº 19.983 reguló la transferencia, otorgó mérito


ejecutivo a la copia de la factura y obligó, a partir del cuarto mes contado
desde su fecha de publicación en el Diario Oficial (mayo de 2005), a que
las facturas emitidas por un contribuyente, en forma manuscrita o “por
medios mecanizados” –nomenclatura que no utiliza la ley Nº 19.983–,
cuenten con una tercera copia obligatoria, obligación que es extensiva a
las guías de despacho cuando se usen para la entrega de la mercadería.
El 4º, que fue una resolución Nº 45 del año 2003 la que estableció
las normas y procedimientos de operación respecto de los documentos
tributarios electrónicos.
Y el 5º, que la necesidad de modificar algunas de las características
establecidas para los documentos ya indicados precedentemente obede-
cía al fin de hacer más eficiente el resguardo del interés fiscal.
El resolutivo 1º se refiere a la “tercera copia obligatoria de facturas”,
para precisar: (i) que ella no dará derecho a crédito fiscal, (ii) que deberá
indicar su destino en el vértice inferior derecho del documento mediante
la leyenda “CUADRUPLICADO COBRO EJECUTIVO-CEDIBLE”, (iii) que queda-
rá en poder del vendedor o prestador del servicio, o de un tercero a quien
se traspase, (iv) que en el caso específico de las guías de despacho la
frase que da cuenta del destino de esta copia deberá indicar la expresión
“CUADRUPLICADO COBRO EJECUTIVO-CEDIBLE CON SU FACTURA”, y (v) que
esta nueva copia obligatoria cumplirá con los mismos requisitos que la
primera y segunda copia obligatorias, incluido la leyenda diagonal “CO-
PIA DE FACTURA NO DA DERECHO A CRÉDITO FISCAL”.
Inicialmente, el resolutivo 1º dispuso que la copia debería disponer
de un recuadro en el cual se pueda consignar la firma, nombre y número
de RUT de la persona que realiza el acuse de recibo conforme de la
recepción de mercaderías o de la prestación de servicios, así como de la
fecha y recinto en que se realizó dicho acuse, y que él debería contener
en su pie la siguiente leyenda: “El acuse de recibo que se declara en
este acto, de acuerdo a lo dispuesto en la letra b) del artículo 4º, y la
letra c) del artículo 5º de la ley Nº 19.983, acredita que la entrega de
mercaderías o servicio(s) prestado(s) ha(n) sido recibido(s) en total con-
formidad”. Qué duda cabe que la dinámica normativa administrativa es
considerable y la regulación detallada.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 125

En mayo de 2005 fue modificada esta Resolución 14135, para esta-


blecer que la leyenda que debe constar en el recuadro será la siguiente:
“El acuse de recibo que se declara en este acto, de acuerdo a lo dispuesto
en la letra b) del artículo 4º, y la letra c) del artículo 5º de la ley Nº 19.983,
acredita que la entrega de mercaderías o servicio (s) prestado (s) ha (n)
sido recibido (s)”. Se eliminó la referencia “en total conformidad”.
Se ha cuestionado por la prensa o se han formulado interrogantes a
partir del texto de la ley Nº 19.983 y de la resolución Nº 14, de cara a su
aplicación práctica y al objetivo buscado por el legislador. En efecto, se
dice que si la resolución en su considerando Nº 5 señaló que “con la
finalidad de hacer más eficiente el resguardo del interés fiscal” era nece-
sario modificar algunas de las características establecidas para los docu-
mentos indicados, cabría entonces preguntarse acerca de cuál era el inte-
rés fiscal que se encontraba comprometido y gracias a la promulgación de
la ley ya no lo estaría; ¿el IVA?; o ¿el impuesto de timbres y estampillas?
Se ha reparado también por la prensa –en alguna columna editorial–
que existía un punto no regulado en la ley, pero que el SII incluyó como
novedad en la resolución en estudio, referido a la fecha de vigencia de la
emisión de documentos –vigencia que deberá ser impresa en el cuerpo
de la factura–, toda vez que una factura timbrada en un año determinado
no podrá ser usada más allá del 31 de diciembre del año siguiente al
timbraje.
No es del caso extenderse en el punto ahora; bástenos con consignar
que la resolución pensó también en un período de transitoriedad y de
adaptación de los documentos ya impresos y en uso a la fecha de la
entrada en vigencia de la ley, para lo cual estableció que hasta septiem-
bre de 2005 las facturas timbradas debían presentarse ante el Servicio
con la tercera copia y para ser nuevamente timbradas, pero sólo podrían
ser usadas hasta el 30 de octubre del mismo año, momento en el cual
debían ser anuladas. Con posterioridad a esa fecha caeremos en el ámbi-
to de la historia del Derecho.

135 Véase en Internet la dirección http://www.sii.cl/documentos/resoluciones/2005/

reso51.htm
126 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

SECCIÓN SEGUNDA
LA REGULACIÓN LEGAL DE LA FACTURA ELECTRÓNICA EN CHILE

A. EL GOBIERNO ELECTRÓNICO Y LA MODERNIZACIÓN TRIBUTARIA

1. La factura electrónica en el
contexto del gobierno electrónico. Referencia
Los impulsores del sistema utilizan la expresión “e-factura”, don-
de la letra “e” es el adverbio que representa el concepto “electronic” o
electrónico. Y el principal impulsor fue el Estado, en concreto el Ser-
vicio de Impuestos Internos en el marco de su política de promoción
del llamado Gobierno Electrónico. Si bien es cierto el tema es objeto de
otra de nuestras investigaciones aún en desarrollo, pueden adelantarse
algunas ideas al respecto. Como referencia y como necesaria contextua-
lización.
Al igual que el e-Business, el e-government promete mejorar la rapi-
dez y calidad de los servicios al ciudadano. La “burocracia” pública es
generalmente asociada a esta “lentitud” de los servicios públicos. Si bien
la tecnología no es suficiente para cambiar esta realidad, la cual tiene
causas tan básicas como el exceso de papeleos y trámites, sí se ha de-
mostrado que es un elemento necesario.
Las transacciones a través de redes digitales pueden generar ahorros
y mayor eficiencia. Si bien este es uno de los objetivos más buscados y
más fáciles de vender a las autoridades y la opinión pública, el e-
government no debiera ser presentado sólo como una estrategia para
reducir costos. Salvo raras excepciones, las soluciones de e-government
no significan ahorros inmediatos para el Gobierno. Con todo, estos aho-
rros existen y pueden llegar a ser muy considerables.
Ya es un concepto arraigado culturalmente en Chile la noción de
‘Gobierno Electrónico’ o el anglicismo “E-Government en adelante el
“EGOB”–, que alude básicamente al uso de sistemas computacionales,
documentos electrónicos y redes de datos –abiertas y públicas como
Internet o privadas como la Intranet del Estado– para realizar de manera
eficiente, ‘justo a tiempo’ y a bajo costo la gestión estatal.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 127

Desde 1997 a la fecha, en Chile han transcurrido nueve años de


Comisiones asesoras interdisciplinarias, de Comités de Modernización,
de Agendas Digitales, del estudio de modelos internacionales, de nom-
bramientos de funcionarios ad hoc, de la dictación de “Instructivos Pre-
sidenciales”, de la promulgación de leyes sobre firmas y documentos
electrónicos, de la modernización legal de los procedimientos y de las
compras estatales y del desarrollo de sitios web de los servicios públi-
cos, como www.sii.cl, www.chilecompras.cl o www.tramitefacil.cl136.
Al ciudadano menos informado le resultarán cercanos proyectos como
la declaración y pago electrónico de impuestos, las compras estatales
electrónicas, los pagos previsionales en línea y la factura electrónica.
Los cambios modernizadores pueden palparse cotidianamente a esta
fecha, sobre todo en el ámbito de las iniciativas generadas por el Servi-
cio de Impuestos Internos. En agosto del año 2006 por ejemplo, y volve-
remos sobre el tema en detalle, el INP anunció, con real orgullo, el haber
sido el primer servicio público que implementó el Registro Electrónico
del Libro de Compras, técnicamente denominado “RELCOM”. Técni-
camente lo hicieron sobre una plataforma que corre tanto sobre Linux
como sobre Windows, los documentos en base al estándar XML, y
–necesariamente– usando firmas electrónicas generadas en base a certi-
ficados electrónicos adquiridos a una de las empresas certificadoras de
identidad digital previamente acreditadas por el Servicio de Impuestos
Internos, que ya veremos se le denomina “avanzada” por la ley Nº 19.799
pero que sólo obedece al uso de sistemas de PKI o de infraestructura de
llave pública137.

136 A febrero de 2004, diversos servicios públicos ofrecían algo más de 170 trámites

de manera centralizada, lo que se traduce en la reducción de tiempos, en la simplifica-


ción de trámites y en la mejoría de la disponibilidad horaria y de la accesibilidad geográ-
fica.
137 Esta invitación de trabajo en el contexto del gobierno electrónico fue realizada

por el SII al INP, para participar en un piloto de recepción de documentos tributarios


electrónicos (DTE), para su posterior procesamiento y confección de un libro único de
compras. Uno de los temas más complejos fue, precisamente y a partir de una revisión de
la estructura orgánica del INP, el implementar a nivel interno y contablemente un con-
cepto hasta entonces inexistente: el RELCOM o registro electrónico de libro de com-
128 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

El elemento clave que debe recogerse es el de percibir que los pro-


yectos más relevantes y que se han ido consolidando en el tiempo son
los impulsados de manera independiente por grandes servicios públicos
poseedores de recursos económicos, de habilitaciones legales previas y
de facultades normativas para ajustar el detalle de los procesos, y en el
que participan los particulares directamente beneficiados con las mo-
dernizaciones.
¿Ejemplos?: el EDI aduanero iniciado en 1995 arrancó de una modi-
ficación de la Ordenanza de Aduanas y de las posteriores circulares del
Servicio, y fue apoyado por los agentes de aduana; la modernización
tributaria se fundamenta en un par de modificaciones legales al Código
Tributario y el D.L. Nº 825 (para la factura electrónica) y se consolida
con diversas normas administrativas posteriores como las Resoluciones
09 –sobre firma electrónica– y 45 –sobre factura electrónica138–, pro-
yectos donde ha sido esencial contar con el apoyo y compromiso de las
empresas facturadoras, y www.chilecompras.cl, que cuenta con una ha-
bilitación legal expresa como es la ley Nº 19.886, y su gran desarrollo se
debe –exclusivamente– a la obligación legal de que todos los proveedo-
res –por sobre cierto monto cotizado, que es bajísimo– participen en el
proyecto y coticen en forma electrónica.
El SII debe ser visualizado como una corporación líder. Las socie-
dades modernas, las sociedades de la información, ven surgir cotidiana-
mente líderes que pretenden ser actores del diálogo social, los que, al no
ser capaces de ser protagonistas de los cambios y de perfilarse con pos-
turas y con valores que superen las propuestas y las respuestas tradi-

Continuación nota 137


pras, cuya finalidad principal es acceder rápidamente a información necesaria para la
fiscalización del IVA (lo que implica un registro paralelo a la contabilidad institucional
ya que el IVA no se controla en los servicios públicos) y, en segundo lugar, llevar el
control y facilitar el cumplimiento del mandato de cancelar las facturas en el plazo máxi-
mo de un mes.
138
Por cierto, el concepto genérico de Factura Electrónica hace referencia a un
conjunto de documentos tributarios que incluye, en principio, facturas, notas de crédito
y débito, guías de despacho, facturas exentas, facturas de compra y boletas de servicios
periódicos.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 129

cionalistas139 para alcanzar el equilibrio social, político y económico, se


deslegitiman140.
2. El “Estatuto Jurídico de la Factura Electrónica”
En la introducción del libro y en las generalidades de este Capítulo II
anticipamos algunas ideas de referencia, que ahora corresponde desarro-
llar en forma sistemática. Revisaremos con estricto apego cronológico las
principales normas legales, reglamentarias y administrativas que confor-
man lo que podemos llamar el estatuto jurídico de la factura electrónica.
Uno de los mitos o errores respecto al respaldo o a la validación
legal de la factura electrónica, generado no por casualidad sino por los
afanes promocionales de algunos actores públicos del proceso de
implementación del Gobierno Electrónico en Chile, y formulado de
manera majadera141, ha sido el atribuir su validación a la ley de firmas y
documentos electrónicos, 19.799, del año 2003. Lo que se afirma y
promociona son frases del siguiente tenor: “desde la promulgación de la
ley Nº 19.799 estamos ad portas de quizás la más importante aplicación
práctica de la firma digital: la Factura Electrónica”.
A no olvidar que la firma electrónica en materia tributaria fue vali-
dada para redes cerradas el año 1995, y para redes abiertas como Inter-
net en febrero del año 2001 y mediante una resolución exenta Nº 09. El
fundamento legal, que prima por especialidad en materia tributaria, que
alude expresamente a los soportes electrónicos y que incluso valida la
impresión en papel, se encuentra en varias normas del Código del ramo
y en el D.L. Nº 825.

139 Si una carretera tiene nieve, lo tradicional es removerla con máquinas porque el

desafío no es novedoso; ¿cuáles serían los nuevos desafíos y las nuevas soluciones?: en
la gestión pública de la década de los 90 una respuesta concreta y novedosa fue la formu-
lada por el SII, a saber, operar en la red Internet.
140 Aparecen en los medios, se hacen conocidos, pero la fragilidad de sus propuestas

y supuestas calidades los transforma en simples proyectos de líderes.


141 Lo reiteramos: …sin esta ley de carácter general (si no se hubiera dictado o si se

derogara), la factura electrónica tendría pleno valor legal, de la misma manera que la
tuvo el sistema de facturación implementado el año 1995.
130 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

El argumento, carente de fundamento, ha sido recogido por las em-


presas proveedoras de software de facturación al momento de presentar
el sistema. Véase por ejemplo la empresa http://facturacion.opentrack.cl,
la que luego de afirmar ambiguamente que el desarrollo del comercio
electrónico a través de Internet requiere “...la existencia de reglas rela-
cionadas con la propiedad a fin de identificar los objetos del intercam-
bio” (¿?), señala que con el objeto de satisfacer este requisito es la exis-
tencia de la ley de firma electrónica la que “...otorga los cimientos para
normar los derechos y deberes de los agentes que operan a través de
Internet, aportando un reconocimiento jurídico a los documentos elec-
trónicos y delimitando el ámbito legal de su uso”.
Notable retórica. Además de lo dicho y de lo que expondremos en
cuanto a cuáles son los reales fundamentos legales de la factura electró-
nica y de su reconocimiento, cabe agregar que la ley Nº 19.799 nada
tiene que ver con “la propiedad de los objetos del intercambio”, porque
es meramente instrumental. Y menos norma algo en materia de “dere-
chos y deberes” sobre el contenido de las transacciones.
Fue un decreto supremo de Hacienda Nº 55, Reglamento de la Ley del
IVA, cuyo artículo 71 bis fue modificado a comienzos de 1995 para per-
mitir que la Dirección del SII autorizara que se emitieran “impresas por
medios computacionales” en formularios previamente timbrados
–siempre discurriendo desde la perspectiva del soporte papel– facturas de
compra, liquidaciones, notas de débito y notas de crédito. Se facultó ade-
más a la autoridad, en aquel entonces –y las fechas son importantes para
dimensionar el tiempo que toma la evolución de un proceso– para permi-
tir que el envío de los ejemplares de los documentos que correspondiesen
al cliente se hiciera “imprimiéndolos” directamente en su sistema
computacional, simultáneamente con la impresión de los ejemplares que
debe conservar el emisor y usándose los mismos medios tecnológicos.
En un contexto tecnológico de redes cerradas y de alto costo, a dife-
rencia de lo que es hoy la Internet, en uso de estas facultades legales y
reglamentarias se dictaron primero las resoluciones exentas Nº 1.515 y
Nº 3.926, de marzo y agosto de 1995 y luego la circular Nº 20 de abril de
1996 (que refunde las anteriores). Se sostuvo en algún momento, con
optimismo, que ellas iban a ser un elemento fundamental para la promo-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 131

ción del e-commerce y que por su intermedio en Chile se estaba materia-


lizando la aplicación definitiva de las transacciones electrónicas. Bási-
camente, estas resoluciones establecieron requisitos o exigencias míni-
mas que deben cumplir los contribuyentes, un procedimiento de autori-
zación, un modelo operacional para los contribuyentes autorizados y un
sistema electrónico de codificación para el intercambio de documentos
electrónicos estandarizados y firmados digitalmente142.
Un tema importante en esta normativa es, precisamente, la conside-
ración –en las resoluciones exentas de 1995– del uso de firmas digitales
o electrónicas (llaves públicas y privadas o criptografía asimétrica), de-
finidas por el SII –en términos muy similares a la definición de la nor-
mativa que en ese entonces se hizo sobre el EDI aduanero– como el
sustituto digital de la firma manuscrita que permite al receptor de un
mensaje electrónico verificar con certeza la identidad proclamada por el
transmisor, impidiendo a este último desconocer la autoría del mensaje
en forma posterior, y a cuyo respecto el rol de entidad o autoridad cer-
tificadora se contempla que sea desempeñado por las VAN.
Complementariamente, en julio de 1997 se modificó la normativa
legal que regula el IVA143 para facultar al Director del SII a autorizar el
intercambio de mensajes mediante el uso de diferentes sistemas tecno-
lógicos en reemplazo de la emisión en papel de boletas, facturas, liqui-
daciones de facturas, notas de débito y notas de crédito, exigiéndose
contemplar o considerar los requisitos necesarios para resguardar debi-
damente el interés fiscal.

142 La implementación del sistema conceptualmente pasó por la existencia de Redes

de Valor Agregado, Value Added Network o VAN que intermedian mediante redes cerra-
das, dedicadas o punto a punto en un sistema EDI o de Electronic Data Interchange, y
por la utilización de mensajes estandarizados (“INVOIC” y “LIBCOV” son los que co-
rresponden a la factura), según las normas internacionales del UN/EDIFACT que en
nuestro país se administran y mantienen actualizadas por EAN*Chile de la Cámara Na-
cional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile. Por cierto, el estado actual del desa-
rrollo de Internet en Chile hace pensar en la conveniencia de migrar y permitir el envío
de facturas electrónicas mediante redes abiertas o de público acceso, debidamente firma-
das y certificadas digitalmente.
143 Nos referimos específicamente a la ley miscelánea Nº 19.506 que modificó el

artículo 56 del D.L. Nº 825.


132 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

En julio de 2001 y después de un trabajo previo e interno de varios


años, el Servicio de Impuestos Internos anunció la puesta en marcha de
un modelo de operación que autorizaría a los contribuyentes para gene-
rar, transmitir y almacenar sus documentos tributarios en forma electró-
nica y mediante redes abiertas como Internet, de la mano del uso de certi-
ficados y firmas digitales, lo que permitiría a futuro el reemplazo de los
documentos en papel físico para respaldar las transacciones y eliminar la
necesidad de concurrir periódicamente a las oficinas del organismo para
cumplir el trámite de timbraje. El objetivo de fondo buscado fue, que
duda cabe, la disminución de los costos operacionales tanto para los con-
tribuyentes como para el SII144.
Como una manera de optimizar y facilitar las operaciones comercia-
les entre las empresas y la relación de éstas con el SII, a contar de me-
diados del año 2001 se desarrolló un modelo de operación para generar
y transmitir documentos tributarios en forma electrónica a través de la
red Internet, liberándose a los contribuyentes que opten voluntariamen-
te por presentar la solicitud de autorización para acogerse al sistema –en
el hecho paulatinamente– de la obligación de imprimirlos en papel espe-
cial y de guardarlos físicamente.
El nuevo sistema –que fue respaldado normativamente con la reso-
lución Nº 45 del año 2003– contempló además la sustitución del trámite
de timbraje físico de los documentos tributarios por un mecanismo de
timbraje “virtual” en el sitio web del SII, con lo cual el contribuyente
obtiene la autorización para generar sus facturas, boletas, guías de des-

144Previo a la existencia de documentos y en especial de facturas electrónicas, el


sistema tradicional exige que los documentos tributarios que respaldan las operaciones
comerciales sean registrados en papel autorizado previamente por el SII, lo que se mate-
rializa a través de un timbre de cuño que el contribuyente está obligado a aplicar sobre
sus documentos en papel. Para aplicar este timbre de cuño se debe concurrir periódica-
mente al SII llevando los documentos que se desea timbrar con los folios preimpresos, lo
que puede resultar muy engorroso y de un alto costo administrativo por la necesidad de
la necesidad de mantener un stock de documentos timbrados suficientes para su negocio,
incrementado aún más por los costos involucrados en la necesidad de almacenar o guar-
dar físicamente por seis años las copias de dichos documentos tributarios, tanto emitidos
como recibidos y con archivos indexados de los documentos por fecha, proveedor o
cliente, en vista de una eventual o posible fiscalización por parte del SII.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 133

pacho u otros documentos tributarios también en forma electrónica y


puede imprimirlas posteriormente en su propio computador.
¿Derivaciones del proyecto?: por cierto que sí. Siempre a modo de
anticipo, digamos que el inicio del año 2005 nos enfrentó a la entrada en
vigencia de una norma legal, la ley Nº 19.983 del 15 de diciembre de
2004, que ha venido a regular la transferencia –o la cesión de los dere-
chos que contiene– y ha otorgado mérito ejecutivo a “una copia de la
factura”, un documento comercial y tributario de uso cotidiano y clave
para el comercio nacional e internacional145.
La norma clave es el artículo 9º de la ley, que establece ambas op-
ciones y que asigna al Servicio de Impuestos Internos un rol fundamen-
tal y novedoso –como asignador de Fe Pública– en el proceso electróni-
co de la cesión de derechos que se puede producir entre el emisor de la
factura y una empresa de factoring. Homologa, ahora de manera espe-
cial, cuando señala que las normas serán igualmente aplicables en ca-
so que la factura sea un documento electrónico emitido de conformidad
a la ley –léase a las normas tributarias– por un contribuyente autorizado
–en forma previa y expresa, como emisor o como receptor– por el Servi-
cio de Impuestos Internos146.
Se determinó inicialmente que la cesión del crédito exigible, expre-
sado o de que da cuenta la factura, podía ponerse conocimiento del obli-

145 En esencia, la factura podrá ser utilizada por los proveedores y prestadores de
servicios –sus emisores– para el cobro rápido, sumario o ejecutivo de lo que se les adeu-
de –precio o saldo de precio-; se permite que en base a los documentos impagos los
emisores puedan tener liquidez mediante operaciones con empresas de factoring, banca-
rias o no, y se legaliza la proyección de ambas opciones al mundo de las facturas o de los
documentos tributarios electrónicos, que a esta fecha se emiten y envían mediante la red
Internet.
146 Se exigen si, por regla general, condiciones o requisitos especiales. Primero, el
documento o recibo de todo o parte del precio o remuneración deberá –necesariamente–
ser suscrito por el emisor con su firma electrónica, esto es, utilizando mecanismos digitales
de autenticación de identidades que posibilitan la integridad del documento y evitan la
repudiación o el desconocimiento del mismo, proveídos por empresas habilitadas
tributariamente al efecto. En segundo lugar, se determinó que la recepción de las merca-
derías o servicios que consten en la factura podrá verificarse –es facultativo– con el
acuse de recibo electrónico del receptor, también firmado y mediando habilitación ex-
134 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

gado al pago de ella –el deudor– de dos formas: primero, como lo señala
la ley de manera general en los artículos 6º y 7º –firmando al anverso de
la copia cesible y notificándose al deudor mediante notario u oficial del
Registro Civil; o, segundo, “mediante su anotación” en un registro pú-
blico electrónico de transferencias de créditos contenidos en facturas
electrónicas que llevará el Servicio de Impuestos Internos, personalmente
o encargando su administración a terceros147. En octubre del año 2007,
mediante la ley Nº 20.219, la posibilidad de cesión se limitó exclusiva-
mente a la anotación de un archivo electrónico.
B. LAS NORMAS DEL CÓDIGO TRIBUTARIO,
Nº 825 O LEY DEL IVA Y LAS
DEL DECRETO LEY
RESOLUCIONES Nº 45 (2003), Nº 09 (2001) Y Nº 1.515 (1995)
DEL SERVICIO DE IMPUESTOS INTERNOS

1. Generalidades
Las normas que se revisan en detalle en este acápite son de la mayor
importancia. Por eso las hemos referenciado y ahora corresponde su
análisis específico. Ellas constituyen el fundamento legal particular y
administrativo de la factura electrónica en Chile, y a las mismas se refie-
re o se remite expresamente el artículo 9º de la ley Nº 19.983 cuando
señala que las nuevas normas –sobre cesibilidad y ejecutividad– serán
aplicables en caso que la factura sea un documento electrónico “emitido
de conformidad a la ley”, por un contribuyente autorizado por el Servi-
cio de Impuestos Internos. La factura electrónica que se emita debe ajus-
tarse en primer lugar y particularmente a la ley o a la normativa tributaria.

Continuación nota 146


presa del SII, siempre según lo que establecen las normas tributarias. Hace excepción el
hecho de haberse usado el documento “guía de despacho”, en cuyo caso la recepción de
las mercaderías podrá constar en ella y por escrito.
147La ley, por último y como derivación, estableció una formalidad de publicidad
que hace oponible el registro a terceros y que reemplaza la notificación de la cesión del
crédito a los deudores que realizan los notarios en el mundo papel, ya que se entenderá
que la transferencia de la factura fue puesta en conocimiento de ellos el día hábil siguien-
te a aquel en que aparezca anotada en el registro del SII.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 135

No entenderlo así, no mencionar estas normas dentro del fundamen-


to legal y remitirse a una norma general que sólo se dictó a fines de 2002
–nos referimos a la ley Nº 19.799–, es una omisión no menor. No puede
desconocerse, por ejemplo, que la acreditación de las empresas que per-
miten autenticar la identidad del contribuyente que las emite y firmar
electrónicamente las facturas, se fundamenta en una resolución exenta
Nº 09 de febrero de 2001, dictada por mandato especial y legal del Códi-
go Tributario148, y nada tuvo que ver a este respecto la ley general sobre
firmas y documentos electrónicos del año 2002.
Concretamente, por ende y para reiterar las normas esenciales: la
factura es un documento electrónico validado primero en 1995 por el
artículo 71 bis del decreto supremo Nº 55 o Reglamento de la Ley del
IVA, cuyo inciso cuarto facultó a la Dirección del Servicio de Impuestos
Internos para autorizar la emisión de facturas, facturas de compra, liqui-
daciones, notas de débito y notas de crédito impresas por medios com-
putacionales.
Esto se reguló en forma administrativa, para el mundo de las redes
electrónicas “cerradas” y el “EDI”, inicialmente por una resolución
exenta Nº 1.515, que alude a las normas que regulan la incorporación al
sistema de transmisión electrónica de documentos tributarios que se in-
dican149, y cuyo texto definitivo fue fijado por una circular Nº 20 de
1996, que contiene instrucciones relativas a la utilización de un sistema
electrónico para la emisión, transmisión y recepción de documentos tri-
butarios por los contribuyentes150.
Luego, legalmente y de manera especial sería normada en 1997 por
el artículo 56 de la Ley del IVA, que es el fundamento legal esencial de

148 El artículo 30, desde julio de 1997 establece que no obstante que las declaracio-
nes se deben presentar por escrito o soportadas en papel, la Dirección puede autorizar a
los contribuyentes para que presenten a las oficinas del SII los informes y declaraciones
juradas, de IVA y de renta en soportes distintos, cuya lectura pueda efectuarse mediante
sistemas tecnológicos. En su virtud, se dictó la resolución Nº 09 de febrero del año 2001.
149 Esta norma, redactada para la operatoria mediante redes cerradas de valor agre-

gado (denominadas VAN por el término en inglés Value Added Network) y no para redes
abiertas como Internet, aún está vigente.
150 Véase la URL http://www.sii.cl/documentos/circulares/1996/20.htm
136 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

la factura electrónica. Como tal, como documento electrónico, puede


ser enviado al SII soportado magnéticamente en forma telemática o vía
redes, para lo cual administrativamente existe desde el año 2003 la reso-
lución exenta Nº 45 del SII, y, también digitalmente, puede ser cedido
vía redes electrónicas y presentado como fundamento de un juicio eje-
cutivo ante los tribunales de justicia en conformidad al artículo 9º de la
ley Nº 19.983 y su Reglamento subordinado o de ejecución151.
2. El “modelo” de facturación electrónica
Cabe hablarse de un modelo actual definido para la red Internet y de
un modelo anterior determinado para la operatoria mediante redes ce-
rradas o de valor agregado.
En efecto, trasladando una mayor responsabilidad a empresas
intermediadoras y mediante redes cerradas, en 1995 el SII intentó pro-
mover mediante una resolución exenta Nº 1.515 un mejor sistema de
fiscalización del pago del IVA y optimizar la gestión de cara a un enton-
ces incipiente comercio electrónico. Pero vivimos “los tiempos perros
de la red Internet”, donde 7 años equivalen a 1 y la masificación de la
red y su uso comercial es un dato concreto y en aumento; por ende, el
sistema o modelo actual se simplificó para operar en redes abiertas en
las que se prescinde de los intermediarios.
El modelo anterior no tenía gran viabilidad de ser aplicado porque
era –y sigue siendo– de altos costos y exige que se trate de contribuyen-
tes de grandes volúmenes de facturación. El actual en cambio, el que ha
validado y definido la resolución exenta Nº 45 del Servicio de Impues-
tos Internos, es de bajos costos; usa estándares técnicos modernos y no
los obsoletos del EDIFACT152; usa documentos que son firmados y

151 Se trata del decreto supremo Nº 93, publicado el 13 de abril de 2005.


152Recuérdese que la sigla UN/EDIFACT se compone de tres siglas menores:
(i) UN (United Nations), las Naciones Unidas, el organismo responsable de la puesta en
marcha y el desarrollo continuado del estándar; (ii) EDI (Electronic Data Interchange),
Intercambio Electrónico de Documentos, indica el concepto que se está estandarizando,
y (iii) FACT (for Administration, Comerce and Transport), que señala la aplicación de
este estándar a la administración, el comercio y el transporte internacionales.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 137

autenticados y que, una vez enviados no pueden ser repudiados; presu-


pone la existencia de prestadoras de los servicios de “certificación”
acreditadas por el SII únicamente para que provean los software que
permiten a los contribuyentes generar las firmas o claves electrónicas153;
admite que existan otras empresas prestadoras de los servicios de “fac-
turación”, pero no necesariamente acreditadas por el SII; etcétera. Re-
visemos brevemente este “modelo” antes de ver el detalle de su regula-
ción legal.
Como anticipáramos más arriba, una manera de optimizar y facilitar
las operaciones comerciales entre las empresas y la relación de éstas con
el SII se desarrolló un modelo de operación para generar y transmitir
documentos tributarios en forma electrónica a través de la red Internet,
liberándose a los contribuyentes que opten voluntariamente por presen-
tar la solicitud de autorización para acogerse al sistema de la obligación
de imprimirlos en papel especial y de guardarlos “físicamente” –léase
“soportados en papel”, porque el almacenamiento de “bits” o de docu-
mentos electrónicos por seis años no se ha suprimido y también es “físi-
co”, sólo que de una materialidad diversa.
El sistema tradicional –por así llamarlo– exige que los documentos
tributarios que respaldan las operaciones comerciales sean registrados
en papel autorizado previamente por el SII, lo que se materializa a tra-
vés de un timbre de cuño que el contribuyente está obligado a aplicar
sobre sus documentos en papel.
Para aplicar este timbre de cuño se debe concurrir periódicamente al
SII llevando los documentos que se desea timbrar con los folios pre-im-
presos, lo que puede resultar muy engorroso y de un alto costo adminis-

153 Es otro error conceptual grave afirmar, como se ha hecho, que estos PSC o
Prestadores de Servicios de Certificación existen para almacenar las facturas electróni-
cas que se emitan. Al contrario: una vez vendido y emitido el programa que se llama
“certificado electrónico”, con el único objeto de acreditar la identidad del firmante y
permitirle generar las claves que se usarán para firmar, la empresa certificadora no lleva
registro alguno de cuáles o cuántos serán los documentos firmados. Un certificado puede
durar dos años, y durante su vigencia pueden firmarse una o miles de facturas, sin que
esto sea de conocimiento de la empresa certificadora.
138 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

trativo por la necesidad de mantener un stock de documentos timbrados


suficientes para el negocio. Se incrementan aún más los costos involucra-
dos por la necesidad de almacenar o guardar físicamente por seis años las
copias de dichos documentos tributarios, tanto emitidos como recibidos y
con archivos indexados de los documentos por fecha, proveedor o clien-
te, en vista de una eventual o posible fiscalización por parte del SII.
El nuevo sistema contempla además la sustitución del trámite de
timbraje físico de los documentos tributarios por un mecanismo de
timbraje “virtual” –mas no por eso menos real– en el sitio web del SII,
con lo cual el contribuyente obtiene la autorización para generar sus
facturas, boletas, guías de despacho u otros documentos tributarios tam-
bién en forma electrónica.
El contribuyente que en una operación comercial genere electróni-
camente un documento comercial-tributario, junto con remitir el ejem-
plar de control al Servicio de Impuestos Internos también vía Internet
deberá hacerlo llegar a su contraparte. Se pensó que liberándose de la
obligación legal de almacenarlo –porque en definitiva no se definió así–
y adquiriendo el almacenado en las bases de datos del SII la calidad de
ejemplar válido legalmente para una eventual fiscalización posterior, se
facilitaba la gestión de los DTE.
Este esquema equivale a que el SII exija su ejemplar electrónico del
documento en el momento de su generación –y podrá discutirse si es
“un original” o “una copia” electrónica lo que recibe–, o si todos son
ejemplares originales, cosa que resulta impracticable con los documen-
tos soportados en papel.
Con el objetivo de asegurar la autenticidad de los emisores y la inte-
gridad de los documentos, el sistema genera un código de validación o
timbre electrónico que además certifica la eventual representación im-
presa del mismo. Se obtiene a través de un software de seguridad que
debe bajarse desde el sitio web del SII, pudiendo incluso verificarse
también en línea, por el receptor o por un tercero, la validez del timbre
electrónico y con ello la autenticidad del contenido del documento.
Por último, reiterar una idea importante: para la operación del mo-
delo y al igual que ya se había hecho en materia de presentación de
declaraciones y pago de impuestos mediante Internet, se consideró fun-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 139

damental la generación de firmas electrónicas –o claves– respaldadas


por certificados digitales de identidad –o programas generadores de cla-
ves–, con el objeto de asegurar la autenticidad de los emisores, cautelar
la integridad de los documentos generados y transmitidos electrónica-
mente y evitar el desconocimiento o el repudio de las facturas enviadas
por los contribuyentes o comerciantes facturadores.
3. Los fundamentos legales
contenidos en la Ley del IVA y en su Reglamento
Si ha sido una ley nueva la que ha validado en Chile de manera
general todo tipo de documento comercial y electrónico o no soportado
en papel, con la conditio sine quanon de que esté debidamente firma-
do154, forzoso es precisar que, con anterioridad y de manera particular o
restringida al ámbito del Derecho Tributario, el artículo 56 del decreto
ley Nº 825 había reconocido legalmente a la factura electrónica. O más
precisamente, fue esta norma y su modificación del año 1997 la que
facultó al Director del Servicio de Impuestos Internos –no lo mandató
en forma obligatoria– para optar por implementar por vía administrativa
su existencia y permitir de manera amplia y segura el intercambio elec-
trónico de documentos tributarios.
Concretamente, dice el inciso tercero del artículo 56:
“La Dirección Nacional del Servicio de Impuestos Internos podrá autori-
zar el intercambio de mensajes mediante el uso de diferentes sistemas tec-
nológicos, en reemplazo de la emisión de los documentos referidos en el
inciso anterior, exigiendo los requisitos necesarios para resguardar debi-
damente el interés fiscal”.
Un par de años antes había sido el artículo 71 bis del decreto supre-
mo Nº 55 o Reglamento de la Ley del IVA el que se refirió a los docu-
mentos tributarios impresos por medios computacionales, pero sin refe-
rirse a su calidad o no de “copia” y sin regular su valor probatorio.
En efecto, fruto de una modificación legal en 1995 se estableció que
la Dirección del Servicio de Impuestos Internos estaría facultada para

154 Nos referimos, por cierto, al artículo 3º de la ley Nº 19.799.


140 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

autorizar la emisión de facturas, facturas de compra, liquidaciones, no-


tas de débito y notas de crédito “impresas por medios computaciona-
les”, en formularios previamente timbrados, con las especificaciones y
en el número de ejemplares determinados por el SII.
4. La impresión en papel de un
ejemplar de la factura electrónica, su naturaleza
y su valor probatorio, y los “ejemplares electrónicos”
4.1) Fue el inciso cuarto del artículo 56 del decreto ley Nº 825 el que
al ser modificado en 1997 abordó este tema con mayor exactitud, seña-
lando expresamente lo siguiente:
“La impresión en papel que se efectúe, cuando el Servicio lo disponga155,
de las boletas, facturas, liquidaciones facturas, notas de débito y notas de
crédito, cuya emisión se haya autorizado reemplazar de acuerdo a lo
dispuesto en el inciso precedente, tendrá el valor probatorio de un ins-
trumento privado emanado de la persona bajo cuya firma electrónica se
transmitió”.
El original, evidentemente, es el documento tributario electrónico
así firmado y transmitido.
A diferencia de la modificación que se había hecho dos años antes al
decreto Nº 55 en el artículo 71 bis, la Ley del IVA aludió expresamente
al valor probatorio de la impresión en papel que realiza el contribuyen-
te156, pero al igual que la norma reglamentaria de 1995 omitió resolver
expresamente si se trataba de una copia del original electrónico. Pro-
pondremos luego, en el Acápite C, una modificación legal para estable-
cer la diferencia entre “originales” y “copias”.

155
El año 1997 dispuso mediante la resolución Nº 1.515 y el año 2003 mediante la
resolución Nº 45.
156 En nuestra opinión, las impresiones o representaciones impresas de las factu-

ras electrónicas que realicen los emisores para enviarlas a sus receptores no electróni-
cos o para despachar mercancías físicas en conformidad a la resolución Nº 45, cabe
subsumirlas en el inciso cuarto del artículo 56 del decreto ley Nº 825, y poseen el valor
probatorio de un instrumento privado emanado de la persona bajo cuya firma electrónica
se transmitió.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 141

4.2) Las preguntas que cabe hacerse son acerca de la naturaleza de


esta impresión en papel. ¿Constituye una copia del original electrónico
previamente emitido y tramitado, o se trata de un documento de igual
valor que el electrónico?; ¿cabe hablar de originales electrónicos e im-
presos?, o dicho de otra forma, ¿puede entenderse que ambos son ejem-
plares originales e idénticos de un mismo documento no obstante su
soporte diverso?
Habría sido necesario que el inciso cuarto incorporado en 1997 al
artículo 56 del decreto ley Nº 825 contuviera alguna expresión aclaratoria,
como la que contenían dos artículos del hoy derogado decreto supremo
Nº 81 de 1999 –el 5º y el 6º–, sobre firma electrónica en la Administra-
ción del Estado.
Establecían ellos expresamente que los documentos electrónicos fir-
mados digitalmente y que debieran ser publicados o notificados a un
particular, tenían que ser “traspasados a soporte de papel”, y su corres-
pondencia con “el original electrónico” sería certificada –obvio que
manualmente– por el respectivo ministro de fe de cada servicio, y el
inciso segundo pero del artículo 6º, agregaba que la impresión en papel
de un documento electrónico firmado digitalmente se entendería copia
autorizada del mismo, siempre que el ministro de fe del servicio acredi-
tara su correspondencia con el electrónico mediante su firma ológrafa y
en conformidad a las reglas generales.
En nuestra opinión, por lógica, sólo cabe entender que la impresión
en papel es una copia de un original electrónico anterior, porque el printout
siempre será un proceso posterior y dependiente del archivo magnético
que obre en el sistema. No nos parece correcto, ni lógica ni jurídicamen-
te, sugerir que lo impreso sea otro ejemplar también original.
Tampoco puede tenerse a la vista lo que dispone desde el año 1997 el
artículo 92 bis del Código Tributario, porque él no le confiere calidad de
“originales” a los documentos electrónicos que resulten del “escaneo”
–del inglés “scanner”– de documentos previamente soportados en papel.
La norma señala que la Dirección podrá disponer que los documen-
tos que mantenga bajo su esfera de resguardo –originalmente presenta-
dos en papel por los contribuyentes– se archiven en medios distintos al
papel y de manera que su lectura pueda efectuarse mediante sistemas
142 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

tecnológicos, y que el Director también puede autorizar a los contribu-


yentes a mantener su documentación en medios distintos al papel157.
Agrega –y esto es lo que retomamos para argumentar– que “la im-
presión en papel de los documentos contenidos en los referidos medios,
tendrá el valor probatorio de instrumento público o privado, según la
naturaleza del original”, léase, por ejemplo, del original presentado ini-
cialmente soportado en papel por el contribuyente. Agrega una conse-
cuencia, cuando declara que en caso de disconformidad entre la impre-
sión de un documento archivado tecnológicamente con el original o con
una copia auténtica del mismo, prevalecerán estos últimos –los origina-
les soportados en papel– sin necesidad de otro cotejo.
Téngase presente: este tema es importante porque además la ley
Nº 19.799, como veremos y a pesar de ser una norma general, no contie-
ne referencia alguna a la impresión en papel de los documentos elec-
trónicos firmados ni a su calidad de copia158.
4.3) Veremos luego lo que establece sobre la impresión de un ejem-
plar en papel la resolución Nº 45 del SII, o más precisamente, lo que
previamente estableció la resolución Nº 18 y un Instructivo Técnico en
materia de normas y formatos para la representación impresa de los do-

157 Véase a modo de ejemplo en la URL http://intranet_sii/noticias/1999/archivo.htm

como, a consecuencia de este artículo y mediante una resolución exenta Nº 8.649, se


estableció que tanto “las Declaraciones Mensuales de IVA” como “las Declaraciones
Anuales de Impuesto a la Renta” efectuadas por los contribuyentes serían archivadas al
interior de la institución sólo en medios magnéticos, y que la impresión en papel de las
declaraciones contenidas en los medios magnéticos se efectuaría a través de la copia
computacional de la declaración emitida en todas las Unidades del Servicio. Por lo mis-
mo, al SII no pueden solicitársele fotocopias ni originales de los formularios ya que la
copia computacional de la declaración inicialmente presentada en papel, que existe en
las bases de datos del SII, posee para todos los fines, la misma calidad del documento
original.
158
La única referencia, pero respecto de los documentos públicos de la Administra-
ción del Estado que se impriman, está en el artículo 45 de su Reglamento. El decreto
supremo Nº 181 dispone que los documentos electrónicos suscritos por medio de firma
electrónica avanzada deberán contener un mecanismo que permita verificar la integridad
y autenticidad de los mismos al ser impresos.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 143

cumentos electrónicos que realizan los contribuyentes –emisores y re-


ceptores–, las que –de la mano de la exigencia técnica del uso del llama-
do código de barras– se ponen en el supuesto de imprimir en soporte
papel cuando sea necesario enviar mercancías físicas al receptor o cuan-
do se trate de un receptor no autorizado a operar en forma electrónica.
Estimamos que ellas sí tienen el valor legal de instrumentos privados a
que alude el inciso 4º del artículo 56 de la Ley del IVA.
4.4) Por cierto en el proceso reflexivo también podemos interrogar-
nos sobre los ejemplares electrónicos. En efecto: ¿cabe hablar, como se
ha sugerido en doctrina, de un “primer ejemplar electrónico”, de un
“segundo ejemplar”, de un “tercer ejemplar” y así sucesivamente?; ¿debe
entenderse que el original electrónico es el que se genera o emite y se
envía al SII, y que lo que almacena como respaldo el emisor de la factu-
ra (léase vendedor de las mercancías o prestador del servicio) o lo que se
envía al receptor (léase comprador) son sólo copias electrónicas?; ¿cabe
entenderse que lo que existen son varios ejemplares electrónicos origi-
nales e idénticos?
Teóricamente, la última opción de interpretación es conveniente para
todos los actores del sistema, sea el emisor que genera el documento y
almacena un ejemplar, el SII que recibe el emitido primero y lo almace-
na sólo para fines de fiscalización y verificación, y el receptor que reci-
be el segundo, porque todos quedarían resguardados con la tenencia de
un documento electrónico original, con la misma numeración y con el
mismo timbre electrónico.
La distinción entre originales y copias sólo cobraba importancia en
caso de tener que realizarse cotejos por existir disconformidades. Con la
entrada en vigencia de la ley Nº 19.983 y relacionando sus artículos 1º y
9º, como veremos, se hace necesario además responder a la pregunta
acerca de cuál es la copia electrónica de la factura original también elec-
trónica, que no posee valor tributario, que puede cederse electrónica-
mente y que posee título ejecutivo. Hoy, con la ley Nº 19.983, necesaria-
mente debe concluirse que tratándose de facturas electrónicas el ejem-
plar impreso en papel es una copia sin valor tributario sólo para los fines
de su ejecutividad.
144 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

La resolución Nº 45 del año 2003 que dictó el SII para cumplir con
el mandato legal de la Ley del IVA, posee en su Resolutivo Tercero,
número 2, una disposición que quizás complica al interpretar la even-
tual posición del ente fiscalizador. En efecto, a propósito de las obliga-
ciones generales que pesan sobre todo contribuyente que sea autoriza-
do a operar como emisor electrónico, se establece que deberá enviar al
SII un ejemplar de cada documento tributario electrónico generado, el
que –repetimos– será almacenado sólo para fines de fiscalización y ve-
rificación.
Pero la norma extrae una consecuencia –que es la que ahora desta-
camos–: señala que el SII por regla general no otorgará “copias de los
documentos almacenados” ni entregará información a terceros, salvo
que lo soliciten los Tribunales, la Contraloría, el Ministerio Público u
otros organismos autorizados. Dichas “copias”, electrónicas o impresas
en papel (porque no se distingue) sólo pueden serlo en relación al “ejem-
plar/original” –lo que no se dice expresamente– electrónico que previa-
mente recibió y almacenó la autoridad fiscalizadora.
5. Las resoluciones Nºs. 09, 45 y 1.515
del Servicio de Impuestos Internos. Comentarios
generales a la regulación administrativa más relevante159
Los comentarios que queremos formular se tornan importantes, para
entender el andamiaje de requisitos y obligaciones que, cumpliendo con
el mandato legal de la Ley del IVA, se han establecido o se han dispuesto
tanto para los emisores como para los receptores de facturas electrónicas.
Son los emisores de la factura, por cierto, los que luego y en confor-
midad al artículo 9º de la ley Nº 19.983 deberán suscribir el recibo de
todo o parte del precio o remuneración, y son los receptores –que opten
por la operatoria electrónica– los que verificarán con el acuse de recibo
electrónico la recepción de las mercaderías o servicios que consten en la

159 Un detalle de toda la normativa administrativa, que a esta fecha está siendo

objeto de otro trabajo de investigación, puede verse en la URL http://www.sii.cl/factura_


electronica/normativa.htm.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 145

factura. Porque el sistema o modelo acepta, pragmáticamente, que los


receptores puedan ser “no electrónicos”.
5.1. La resolución Nº 09 de febrero de 2001, sobre normas que regulan
el uso de firmas y certificados electrónicos en el ámbito tributario
Ella fue dictada en conformidad al mandato legal del Código del
ramo, cuyo artículo 30 desde julio de 1997 establece que no obstante
que las declaraciones se deben presentar “por escrito” o soportadas en
papel, la Dirección puede autorizar a los contribuyentes para que pre-
senten a las oficinas del SII los informes y declaraciones juradas, de IVA
y de renta en soportes distintos, cuya lectura pueda efectuarse mediante
sistemas tecnológicos.
Publicada el 15 de febrero del año 2001, como un complemento al
hecho que diversos trámites y tipos de declaraciones de impuestos y de
declaraciones juradas de datos se pueden presentar mediante su transmi-
sión electrónica vía redes abiertas como Internet, se elaboró anticipán-
dose o preparándose lo que sería la futura implementación del aquel
entonces proyecto de facturación electrónica.
Se compone de ocho acápites y los principales regulan los siguien-
tes temas:
a) La definición de conceptos y el establecimiento de principios ge-
nerales, tales como las opciones de identificación y autentificación del
contribuyente o la naturaleza y características del sistema de acredita-
ción de las “Entidades” (…en inglés se habla comúnmente de “Autori-
dades”) Certificadoras.
Haciéndose sinónimos los conceptos de “electrónico” y “digital” (que
propiamente están en relación de género a especie) se definen términos
tales como:
– “Documento Digital” –toda representación digital que dé testimo-
nio de un hecho, una imagen o una idea–;
– “Firma Electrónica” –el sustituto digital de la firma ológrafa que
permite al receptor de un documento digital, verificar con certeza la
identidad proclamada por el emisor del mismo, mantener la integridad
del contenido del documento digital transmitido e impedir al signatario
146 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

desconocer la autoría del documento digital o repudiarlo en forma pos-


terior–;
– “Certificado Digital” –un documento digital firmado y emitido
electrónicamente por un Prestador de Servicios de Certificación160, que
asocia una clave pública con su titular durante el período de vigencia
del certificado y que, debidamente almacenada y publicada en un re-
positorio o registro público electrónico, se utiliza como referencia para
acreditar la identidad digital del contribuyente, que es titular de dicha
clave, junto a sus datos de identificación, utilizando sistemas que ga-
ranticen la seguridad técnica y criptográfica de los procesos de certifi-
cación–, y
– “Signatario”; “Clave Privada”; “Clave Pública”; “Prestadores
de Servicios de Certificación”.
En materia de principios generales, se señala por ejemplo que el
contribuyente podrá operar con el Servicio de Impuestos Internos utili-
zando alguna de las opciones ya disponibles para su identificación y
autentificación (pin –o número de identificación personal– en conjunto
con una password –o palabra clave de acceso–), siendo el certificado
digital exclusivo para uso tributario una de dichas opciones, autorizada
expresamente mediante esta resolución.
Se agrega que el Servicio de Impuestos Internos acreditará previa-
mente a empresas prestadoras de servicios de certificación, quienes,
cumpliendo los requisitos establecidos en esta Resolución, respaldarán
la identidad de los contribuyentes y garantizarán la seguridad y certeza
técnica y jurídica de las transferencias de documentos, emitiendo certi-
ficados digitales para uso y pago tributario.
Por cierto, no se descarta que –excepcionalmente– en caso de ser
estimado necesario o conveniente por el Servicio, para la agilización del
proceso y la disminución de los costos en materia de uso de firmas y
certificados digitales, el Servicio de Impuestos Internos asuma directa-
mente la prestación de servicios de certificación, estableciéndose los
requisitos y procedimientos correspondientes.

160 En estricto rigor, es un software o programa.


COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 147

b) Las condiciones, requisitos, prácticas y obligaciones que deberán


cumplir los prestadores de servicios de certificación y su procedimiento
de acreditación, descartándose el gran error de permitir que en este ám-
bito la acreditación o autorización sea voluntaria.
Así por ejemplo, los prestadores de servicios de certificación debe-
rán almacenar en un directorio público las claves públicas y sus certifi-
cados y adoptar las medidas técnicas y administrativas que sean adecua-
das para evitar la falsificación de las claves públicas y de los certifica-
dos digitales respectivos; en caso que el certificado digital sea otorgado
a un representante legal o mandatario para actuar en representación de
un contribuyente, la entidad certificadora acreditada deberá actuar como
entidad de registro y solicitar y guardar la documentación que demues-
tra que dicho representante tiene la capacidad legal de ejercer tal repre-
sentación; al momento de solicitar la acreditación los Prestadores de
Servicios de Certificación deberán comunicar al Servicio de Impuestos
Internos el contenido de sus “Prácticas de Certificación Digital”; etcé-
tera.
En cuanto a las exigencias a los prestadores de servicios de certifi-
cación, ellos deberán estar constituidos como persona jurídica y tener
por objeto o giro el prestar servicios de certificación digital; su capital
social no podrá ser inferior a 3.500 UTM, al momento en que se solicita
su acreditación, y deberán mantener respaldo de los certificados emiti-
dos y de sus respectivas revocaciones durante los últimos seis años, de-
jando esta información disponible y sin costo, a cualquier requerimiento
del Servicio de Impuestos Internos.
c) Los efectos del uso de firmas y certificados digitales emitidos por
entidades previamente acreditadas (los únicos importantes por lo de-
más) y la revocación de los mismos.
En este ámbito dos aspectos son tremendamente importantes, a pe-
sar de que no estemos analizando una norma legal propiamente tal, de
rango general, sino una Resolución Exenta complementaria dictada en
base a una habilitación legal previa.
Primero, el que se establece (el año 2001) que la firma electrónica
tendrá el mismo efecto jurídico que una firma manuscrita u ológrafa, en
148 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

la medida que ella sea verificada por referencia a una llave pública in-
cluida en un certificado digital válidamente emitido por un proveedor de
servicios de certificación previa y debidamente acreditado, y se presu-
mirá que la firma electrónica aplicada en un documento digital constitu-
ye una manifestación de voluntad de su signatario, respecto de su envío,
contenido, oportunidad y lugar de despacho.
En segundo lugar, y esto es lo importante, el que se señala que todo
documento digital que el Servicio de Impuestos Internos reciba firmado
electrónicamente y respaldado por un certificado digital emitido por un
proveedor de servicios de certificación, debidamente acreditado, com-
promete legalmente al contribuyente o signatario.
Para terminar y de cara a la factura. Es otro gran error omitir men-
cionar que la posibilidad que existan empresas prestadoras de servicios
de certificación autorizadas o acreditadas para operar en materia tributaria,
únicamente respaldando la identidad del contribuyente que firma elec-
trónicamente un documento como la factura161, está regulada por esta
resolución cuyo fundamento legal habilitante es el Código Tributario en
su artículo 30.
Y el error es aún mayor, cuando se afirma que su rol o el servicio
que prestan consiste –copulativamente– en certificar o “autenticar los
documentos o facturas firmados” y en “almacenar las facturas electró-
nicas emitidas”, porque estas empresas certificadoras ni siquiera –con-
ceptualmente– deben conocer el contenido o la naturaleza de lo que se
firma mediante los programas o software que ellas venden, comerciali-
zación que se hace con total independencia de cuáles sean los documen-
tos a ser firmados y sólo para generar las claves que permitan al signata-
rio o persona natural firmar, autenticada y electrónicamente.

161 En estricto rigor, a esta fecha las mismas empresas certificadoras han asumido

además la función externalizada de realizar desarrollos o programas específicos para


el proceso de facturación electrónica. Se trata, en esencia, de que un tercero asuma
todos los elementos técnicos y de gestión requeridos para cumplir con la normativa
recién estudiada. No es un tema menor, es un contrato por ende bastante “dirigido”, y
de partida las empresas capacitadas para hacerlo deben ser previamente habilitadas por
el SII.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 149

5.2. La resolución Nº 45 del año 2003162


a) Ella no fue sino el cumplimiento administrativo del mandato que,
a su turno, en 1997, contempló el artículo 56 de la Ley del IVA, y esta-
bleció –el 1 de septiembre de 2003– normas y procedimientos de opera-
ción respecto de los documentos tributarios electrónicos.
Estructuralmente, sus numerales resolutivos se refieren sucesivamen-
te a los siguientes temas principales:
– El Primero, al significado de los términos utilizados, tales como
“emisor electrónico”, “documento tributario electrónico” o DTE, “tim-
bre electrónico de un DTE”, etcétera;
– El Segundo, al proceso de postulación, certificación y autoriza-
ción ante el SII para que, cumpliendo determinados requisitos, un con-
tribuyente actúe como emisor electrónico;
– El Tercero, a una serie de “obligaciones generales” que debe cum-
plir el contribuyente autorizado como emisor electrónico;
– El Cuarto, a los diversos procedimientos que debe cumplir un con-
tribuyente que será emisor de “DTE” a contar del momento que solicita
que se le generen los llamados “folios electrónicos”;
– El Quinto, a los procedimientos que debe cumplir un emisor elec-
trónico cuando obligadamente actúe como “receptor” de igual natura-
leza;
– El Sexto, a los procedimientos que debe seguir un receptor “no
electrónico” o que no ha sido previamente autorizado como emisor para
poder recibir documentos electrónicos;
– El Séptimo, sobre la verificación de los documentos electrónicos
en el sitio web del Servicio de Impuestos Internos, que pueden realizar
incluso terceros;

162 Esta es la normativa administrativa esencial sobre la factura electrónica. Existen

otras, como por ejemplo la resolución Nº107 relacionada con las facturas electrónicas
de compras, que puede consultarse en la URL http://www.sii.cl/documentos/resolucio-
nes/2005/reso107.htm; o la resolución Nº 86, relacionada con la autorización como Emi-
sores de Documentos Tributarios Electrónicos a los contribuyentes que se inscriban en la
aplicación de facturación electrónica disponible en el Portal Tributario Mipyme, que
puede verse en la URL http://www.sii.cl/documentos/resoluciones/2005/reso86.htm
150 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

– El Octavo, sobre los registros que deben mantenerse en forma


electrónica;
– El Noveno, sobre los Libros de Compras y Ventas que deben man-
tenerse actualizados;
– El Décimo, sobre la fiscalización y verificación de los documentos
tributarios electrónicos, y
– El Undécimo, sobre la fiscalización de los archivos electrónicos.
b) Tres fueron las materias “consideradas” por la resolución. (i) Una,
que según el inciso 3º del artículo 56 de la Ley sobre Impuestos a las
Ventas y Servicios el Director “podía” autorizar el intercambio de men-
sajes mediante el uso de diferentes sistemas tecnológicos, en reemplazo
de la emisión de documentos en papel y exigiéndose los requisitos nece-
sarios para resguardar debidamente el interés fiscal. (ii) Otra, que el uso
de documentos soportados y firmados electrónicamente en reemplazo
de los soportados en papel había sido validado –además– de manera
general por los artículos 3º, 4º y 5º de la ley Nº 19.799. (iii) Y la tercera,
que la tecnología de firma electrónica permite garantizar la integridad
de los documentos y asegurar la autenticidad del emisor de ellos.
c) La resolución Nº 45 entendió que era importante explicar el signi-
ficado de los términos que ella utilizaba. Nos parece, para entender el
contenido general de la norma administrativa, que los más relevantes de
consignar serían:
– (i) “Emisor Electrónico”, o el contribuyente autorizado por el Ser-
vicio de Impuestos Internos para generar o emitir documentos tributa-
rios electrónicos;
– (ii) “Receptor Electrónico”, o todo emisor electrónico que recibe
un documento tributario electrónico, diverso del “Receptor No Electró-
nico” o manual;
– (iii) “Certificado Digital para Uso Tributario”, que es el docu-
mento digital (técnicamente un software) firmado y emitido por un
prestador de servicios de certificación acreditado ante el Servicio de Im-
puestos Internos o ante la Subsecretaría de Economía, Fomento y Re-
construcción (que a esta fecha, son las mismas empresas), que permite o
posibilita la identificación electrónica de un emisor electrónico y que él
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 151

realice operaciones tributarias autenticadas, donde se asegura en forma


certera la identidad del emisor;
– (iv) “Firma Electrónica”, o el sustituto digital de la firma ológrafa
que acompaña a un documento tributario electrónico y que permite veri-
ficar con certeza la identidad del emisor electrónico, mantener la inte-
gridad del documento tributario electrónico e impedir al emisor electró-
nico desconocer su autoría o repudiarlo;
– (v) “Documento Tributario Electrónico (DTE)”, o el generado y
firmado electrónicamente por un emisor electrónico, que produce efec-
tos tributarios, y cuyo formato está establecido por el SII;
– (vi) “Representación Impresa de un Documento Tributario Elec-
trónico”, o la impresión en papel del contenido de un documento tribu-
tario electrónico que debe cumplir los requisitos que establezca el Servi-
cio de Impuestos Internos y que es validado por un “Timbre Electróni-
co” que se visualiza en un código de barras;
– (vii) “Información Electrónica de Ventas y Compras”, que son los
archivos que reemplazan a los Libros de Compras y Ventas que deben
observar las formalidades legales establecidas en la Ley del IVA;
– (viii) “Signatario o Firmante”, o la persona natural que actúa en
nombre propio o en el de otra persona natural o jurídica a la que repre-
senta, y que habiendo obtenido previamente un certificado digital para
uso tributario, tiene la capacidad de firmar un documento digital y de
autenticarse ante el Servicio de Impuestos Internos para realizar opera-
ciones relacionadas con los documentos tributarios electrónicos, y
– (ix) el “Usuario Administrador”, que es el contribuyente o la per-
sona autorizada por el contribuyente para ingresar y mantener en el sitio
web del Servicio de Impuestos Internos la identificación de los signata-
rios o firmantes autorizados para efectuar acciones relacionadas con los
documentos tributarios electrónicos (...pensemos en el gerente de com-
pras que autoriza a uno o más empleados para firmar las facturas o
para recibirlas a nombre de la empresa).
d) En cuanto a la postulación, certificación y autorización como emi-
sor electrónico por el SII, el resolutivo “Segundo” determina los requi-
sitos que deben cumplirse antes de iniciarse el proceso de postulación o
152 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

al momento en que el contribuyente –persona natural o el representante


legal de la persona jurídica– declara su propósito de certificarse como
emisor electrónico.
Son, por cierto, los mínimos necesarios desde el punto de vista tri-
butario y técnico, tales como: poseer inicio de actividades vigente, tener
la calidad de contribuyente de IVA163, no tener la condición de querellado,
procesado o, en su caso, acusado conforme al Código Procesal Penal
por delito tributario, o que un contribuyente haya sido sancionado por
este tipo de delito hasta el cumplimiento total de su pena.
Para que un contribuyente sea autorizado como emisor electrónico
debe cumplir a lo menos con las pruebas de certificación “básica” co-
rrespondientes a Factura Electrónica, Nota de Crédito Electrónica y
Nota de Débito Electrónica, proceso que está publicado y se lleva a
cabo a través del sitio web del SII. Si aspira a ser autorizado para emitir
otros documentos electrónicos, deberá cumplir –además– los requisitos
“adicionales” de carácter técnico y administrativo que respecto de di-
chos documentos haya establecido y publicado el SII.
e) Bajo el nombre de “obligaciones generales” y en nueve nume-
randos, el resolutivo “Tercero” acota cómo debe ser la actuación de un
contribuyente que ha sido autorizado como emisor electrónico.
En general, éste debe cumplir con obligaciones tales como:
(i) Informar al Servicio de Impuestos Internos quienes serán los sig-
natarios o firmantes autorizados, los que pueden ser rechazados;
(ii) Enviar al Servicio un ejemplar de cada documento tributario elec-
trónico generado, el que es almacenado sólo para fines de fiscalización
y verificación;
(iii) Enviar los documentos electrónicos a sus receptores electróni-
cos por el medio que se haya acordado, cumpliéndose los requisitos
mínimos establecidos por el SII;

163 A este respecto, puede verse en la URL http://www.sii.cl/documentos/resolucio-

nes/2006/reso93.htm como en agosto del año 2006 se autorizó administrativamente la


incorporación al sistema de facturación electrónica de quienes no sean contribuyentes de
IVA, sean personas naturales y jurídicas, e incluso entidades que no posean personalidad
jurídica, bajo el cumplimiento de determinados requisitos.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 153

(iv) Recibir todos los documentos electrónicos de sus proveedores


que sean emisores electrónicos autorizados y entregar un acuse recibo;
(v) Almacenar y conservar en forma electrónica los documentos tri-
butarios electrónicos emitidos y recibidos, para los efectos de respaldar
las operaciones registradas en su contabilidad;
(vi) Generar y enviar mensualmente los archivos correspondientes a
la Información Electrónica de Ventas y Compras de cada período tribu-
tario, y,
(vii) Informar a sus clientes respecto a esta forma de operación y a la
posibilidad de verificar los documentos en el sitio web del Servicio de
Impuestos Internos; etcétera.
f) El resolutivo “Cuarto” es sobre los diversos procedimientos que
debe cumplir un contribuyente que será emisor de Documentos Tributa-
rios Electrónicos o “DTE”, a contar del momento que solicita que se
generen “folios electrónicos” –el primer paso una vez autorizado–.
Luego de solicitar los folios y de autenticarse con certificado digital
en el sitio web del Servicio, ellos se asignan –materialmente– a través de
la entrega de un archivo computacional llamado “Código de Autoriza-
ción de Folios (CAF)” que debe ser guardado por el contribuyente en
forma segura y evitando el acceso de terceros para evitar que sea mal
usado, y sólo pueden ser usados una vez para generar o emitir el docu-
mento electrónico.
Todo documento tributario electrónico debe ser generado con un
formato predefinido y firmado –obviamente en forma electrónica– por
uno de los signatarios autorizados ante el Servicio de Impuestos Inter-
nos.
Toda factura electrónica, perentoriamente, debe ser enviada en pri-
mer lugar al Servicio de Impuestos Internos vía Internet y en forma pre-
via, (i) al transporte de las mercaderías, (ii) al envío del documento al
receptor electrónico, o (iii) a la entrega de su representación impresa al
receptor no electrónico.
El Servicio de Impuestos Internos entregará un acuse recibo de los
documentos electrónicos recibidos, en forma unitaria o por el total de
ellos, y verificará la validez del documento en cuanto a su formato y a la
154 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

validez de la firma electrónica de cada uno, pudiendo ser rechazados


por causales taxativamente señaladas164.
En caso de detectarse errores durante la revisión por el SII sobre los
documentos tributarios electrónicos aceptados, se generarán reparos los
cuales serán informados al emisor electrónico; estos reparos podrán ser
corregidos con Notas de Débito Electrónicas o Notas de Crédito Elec-
trónicas, si corresponde.
Una novedad normativa se ha explicitado, que resulta obvia –por
cierto– para respaldar el proceso electrónico: “…el registro en la conta-
bilidad de un documento electrónico emitido por un emisor electrónico,
tendrá como respaldo válido los documentos archivados electrónica-
mente”.
En sus números 5, 6, 7, 8 y 9 se refiere a la generación de la repre-
sentación impresa de los documentos tributarios electrónicos, y se re-
miten principalmente a una resolución Nº 18, dictada con anterioridad
–en abril de 2003– y que establece el formato a usarse, para disponer
que los contribuyentes que sean autorizados para emitir documentos tri-
butarios electrónicos deberán otorgarlos impresos en soporte papel a los
receptores no electrónicos165-166, e incluso a los receptores electrónicos

164Ellas son: a) errores en la confección del archivo electrónico que impidan la


lectura o análisis de la información contenida; b) inexistencia de algunos de los siguien-
tes datos: tipo de documento y folio de éste, RUT emisor, RUT receptor, fecha de emi-
sión, monto total, timbre electrónico y firma electrónica; c) RUT de emisor o RUT de
receptor inválido; d) firma electrónica inválida; e) folio del documento no autorizado,
anulado o ya recibido por el SII.
165 El resolutivo “Sexto” se refiere a los procedimientos de un receptor no electró-

nico para recibir documentos electrónicos, aclarándose que el registro en la contabilidad


del documento electrónico seguirá teniendo como respaldo válido el documento en pa-
pel. Esta representación impresa será tributariamente válida, y si el receptor no electró-
nico lo autoriza expresamente, el emisor podrá enviar por vía electrónica la representa-
ción impresa para que posteriormente sea llevada a papel por el receptor.
166 Una resolución Ex. Nº 11, de 2003, había sido inicialmente la que facultó al

emisor electrónico para solicitar autorización al receptor no electrónico, con el fin de


enviarle la representación impresa por medios electrónicos según el formato establecido
en el Instructivo Técnico publicado en el sitio web del SII.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 155

–en dos ejemplares– cuando exista transporte de bienes corporales mue-


bles o entrega de mercaderías en las “instalaciones” –así dice la norma
tributaria, para referirse a las bodegas y almacenes– del receptor.
Consignemos que –a su turno– el resolutivo Primero estableció que
la “Representación Impresa de un Documento Tributario Electrónico”
era la impresión en papel del contenido de un documento tributario elec-
trónico, misma que debe cumplir los requisitos que establezca el Servi-
cio de Impuestos Internos.
En particular, lleva un “Timbre Electrónico en código de barras”,
que cumple la función de validar la representación impresa del docu-
mento tributario y que permite verificar que el número con que se gene-
ró ha sido autorizado por el Servicio de Impuestos Internos, que los
datos principales del documento no han sido alterados, y que fue efecti-
vamente generado por el emisor electrónico correspondiente.
En nuestra opinión, a las impresiones o representaciones impresas de
los documentos tributarios electrónicos, realizadas por los contribuyentes
en base al ejemplar electrónico que almacena, cabe comprenderlas o
subsumirlas en el inciso cuarto del artículo 56 del decreto ley Nº 825, lo
que significa, dicho de otra forma, que tendrán el valor probatorio de un
instrumento privado emanado de la persona bajo cuya firma electrónica
se transmitió, por cuanto su impresión ha sido dispuesta de ser realizada
por el Servicio de Impuestos Internos –ahora mediante la resolución
Nº 45 y antes mediante la resolución Nº 1.515– en conformidad o en base
al documento electrónico almacenado en los sistemas del contribuyente.
g) El resolutivo “Quinto” se refiere a los procedimientos de un emi-
sor electrónico ahora para recibir documentos electrónicos, toda vez que
un emisor siempre será, obligatoriamente y al mismo tiempo, un recep-
tor electrónico. Esta norma reitera el concepto de que el registro en la
contabilidad de un documento tributario electrónico, recibido por un
emisor, tendrá como respaldo válido los documentos archivados elec-
trónicamente.
Desde el punto de vista de las obligaciones del comprador de las mer-
cancías y receptor de la factura, lo que debe tomarse en cuenta además
para el cómputo de los plazos a que alude la ley Nº 19.983 y que por
mandato del artículo 9º se extienden a la factura electrónica, se establece
156 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

que el receptor electrónico debe entregar un acuse recibo al emisor elec-


trónico e informar su conformidad o disconformidad por los medios y en
las condiciones que haya acordado con el respectivo emisor electrónico.
h) Bajo el rótulo de “verificación de los documentos electrónicos”,
el resolutivo “Séptimo” define que en el sitio web del SII se podrá con-
sultar sobre los contribuyentes autorizados para emitir facturas digitales,
el período de vigencia y los tipos de documentos que cada contribuyente
está autorizado a emitir en forma electrónica. Agrega que el receptor de
un documento tributario electrónico puede verificar en este sitio web si
el documento ha sido recibido, procesado y almacenado por el Servicio,
lo que respalda la legalidad, vigencia y exactitud del contenido del mis-
mo porque abre la posibilidad de cotejar o confrontarlo con el que posee
el receptor o comprador de las mercancías.
El resolutivo “Octavo” establece cuáles son los registros o archivos
que el contribuyente deberá mantener en forma electrónica, a saber: el
de Información Electrónica de Ventas; el de Información Electrónica de
Compras, y el Libro de Guías de Despacho Electrónicas.
Y el “Noveno” se refiere a la información de los Libros de Compras
y Ventas; La autorización para emitir documentos electrónicos no exime
al contribuyente de la obligación de mantener actualizados los Libros de
Compras y Ventas mediante hojas sueltas impresas computacionalmente,
de acuerdo a lo dispuesto en el Título XIV, del Reglamento del D.L.
Nº 825, pero el contribuyente autorizado como emisor electrónico no
estará obligado a mantener además y adicionalmente estos libros en
medios impresos.
5.3. La resolución Nº 1.515 de 1995
A riesgo de bordear los lindes de la historia del derecho; porque la
investigación debe ser rigurosa a lo largo del tiempo; para contradecir a
aquellos autores que sugieren que las normas nacen por generación es-
pontánea, y por la importancia de entender como en 1995 se modeló
administrativamente un sistema de intercambio de documentos tributa-
rios electrónicos para redes telemáticas cerradas, las que en ese enton-
ces estaban de moda y siendo implementadas en el mercado por empre-
sas tecnológicas vinculadas a la banca y al sector aduanero, queremos al
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 157

menos referenciar un sistema distinto al que actualmente se está usando


para una red abierta como Internet.
Fue además una de las primeras normas en definir en Chile lo que
debía entenderse por “firma electrónica”.
Por cierto, la resolución Nº 1.515 de marzo de 1995 está plenamente
vigente, y con posterioridad a su promulgación fue objeto de específicas
modificaciones. Como anticipamos, su texto actualizado puede
consultarse en una circular Nº 20 de 1996, que contiene instrucciones
relativas a la utilización de un sistema electrónico para la emisión, trans-
misión y recepción de documentos tributarios por los contribuyentes167.
El fundamento legal previo fue dado sólo por una norma reglamen-
taria en enero de ese año, a saber, por el ya citado artículo 71 bis del
decreto supremo Nº 55 o Reglamento de la Ley del IVA, cuyo inciso
cuarto facultó a la Dirección del Servicio de Impuestos Internos para
autorizar (i) la emisión de facturas, facturas de compra, liquidaciones,
notas de débito y notas de crédito “impresas por medios computaciona-
les”, y (ii) el envío de los ejemplares que correspondieran al cliente im-
primiéndolos directamente en el sistema computacional del receptor, de
forma simultánea con la impresión de los ejemplares que debía conser-
var el emisor y usándose similares medios tecnológicos.
En uso de las facultades legales y reglamentarias ya citadas se dicta-
ron primero las resoluciones exentas Nº 1.515 y Nº 3.926, de marzo y
agosto de 1995, y luego la circular Nº 20 de abril de 1996 (que refunde
las anteriores), a cuyo respecto se sostuvo en algún momento que iban a
ser un elemento fundamental para la promoción del e-commerce y que
por su intermedio en Chile se estaba materializando la aplicación defini-
tiva de las transacciones electrónicas. Tal cosa, por cierto, no ocurrió, a
diferencia del desarrollo notable que tuvo la implementación de los sis-
temas EDI en materia aduanera y, concretamente, de la tramitación de la
declaración de importación o de ingreso de mercancías.
Básicamente, estas resoluciones establecen requisitos o exigencias
mínimas que deben cumplir los contribuyentes, un procedimiento de
autorización, un modelo operacional para los contribuyentes autoriza-

167 Véase la URL http://www.sii.cl/documentos/circulares/1996/20.htm


158 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

dos y un sistema electrónico de codificación para el intercambio de do-


cumentos electrónicos estandarizados y firmados digitalmente.
El modelo diseñado en 1995 mediante la resolución Nº 1.515, que
expresamente “establece normas que regulan la incorporación al siste-
ma de transmisión electrónica de documentos tributarios que se indi-
can”, contempló el intercambio referido mediante redes electrónicas y
comerciales llamadas “de valor agregado”, las que a diferencia de Inter-
net, son cerradas y de exclusiva responsabilidad de la empresa que las
administra. Concreta y ampliamente, se consideró que era necesario:
(i) reglamentar y fijar los requisitos y condiciones que deberían cumplir
las empresas que intermediaran entre el SII y los contribuyentes en la
transmisión electrónica de documentos tributarios, y (ii) fijar los requi-
sitos que deberían cumplir los contribuyentes que decidieran incorpo-
rarse al sistema indicado.
Así se hizo en breves cinco artículos.
El primero se aboca a la definición de algunos términos, tales como:
a) “Red de Valor Agregado” (o VAN por las palabras inglesas “value
added network”), conceptualizada como una red de transmisión elec-
trónica de datos a la cual se agregan servicios adicionales, tales como
los de casilla electrónica e Intercambio electrónico de datos o “EDI”
mediante documentos previamente estandarizados;
b) “Casilla Electrónica”, entendida como el área de almacenamiento
de mensajes, administrada por un sistema de mensajería o servidor de
un sistema de transmisión electrónica de datos, y en la cual los mensajes
almacenados sólo pueden ser recuperados por usuarios previamente au-
torizados;
c) “Firma Electrónica”, o el sustituto digital de la firma manuscrita
que, en el marco de intercambio electrónico de datos, permite al recep-
tor de un mensaje electrónico verificar con certeza la identidad procla-
mada por el transmisor, impidiendo a este último desconocer o repudiar
la autoría del mensaje en forma posterior, y
d) “Sistema Electrónico de Transmisión de Datos”, visualizado como
el conjunto de equipos computacionales y de comunicación que permite
el envío y recepción de datos y documentos por vía electrónica.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 159

El segundo determina las condiciones y requisitos de las empresas


que decidan prestar servicios de intermediación en la transmisión elec-
trónica de documentos tributarios (las “VAN”), consistentes:
a) en la necesidad de solicitar previamente la autorización respecti-
va al Director Nacional del Servicio de Impuestos Internos;
b) en estar constituidas como sociedades anónimas y tener por obje-
to único el prestar servicios de intermediación electrónica de datos;
c) en poseer un capital social que no podrá ser inferior a 4.000 UTM
al momento en que soliciten la autorización respectiva;
d) en cumplir con las exigencias técnicas que en materia de respaldo
de la información y de transmisión de la misma haga el Servicio de
Impuestos Internos al autorizar su operación;
e) en constituir una garantía en favor del Servicio de Impuestos In-
ternos por los montos y en la forma que establezca el Servicio en la
Resolución que autorice su operación;
f) en necesariamente exigir al contribuyente que lo solicite que les
acredite, con copia de la resolución respectiva, que se encuentra autori-
zado por el Servicio de Impuestos Internos para emitir su documenta-
ción tributaria a través del sistema de transmisión electrónica;
g) en mantener una casilla electrónica para el Servicio de Impuestos
Internos, en la cual diariamente se depositen la información transmitida
en el día, y obligarse a mantener depositada dicha información por el
plazo de dos años para su procesamiento computacional en línea;
h) en disponer de un software de comunicaciones de las característi-
cas técnicas que disponga el Servicio de Impuestos Internos en la Reso-
lución respectiva; e
i) en asignar a cada contribuyente una firma electrónica con la cual
deberán identificar sus mensajes electrónicos.
Y el artículo tercero fijó para los contribuyentes que deseen utilizar
este sistema electrónico de transmisión de documentos tributarios, las
siguientes condiciones y requisitos:
a) el deber de solicitar al Director Nacional de Impuestos Internos
que se le autorice la emisión de facturas, notas de crédito y notas de
débito utilizando el sistema de transmisión electrónica de información;
160 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

b) el poseer en los doce meses inmediatamente anteriores a aquél en


que solicite la autorización un monto –o volumen– de ventas o servicios
igual o superior a 1.500 UTM de promedio mensual, o bien, tener un
promedio de emisión de facturas, en el período indicado, igual o supe-
rior a 2.000 facturas;
c) el no haber sido denunciado por contravención a lo dispuesto en
el artículo 97 Nº 10 del Código Tributario168, en los doce meses anterio-
res a aquél en que solicita la autorización;
d) el cumplir con las exigencias técnicas que el Servicio de Impues-
tos Internos exija respecto del software y equipos que utilice en la emi-
sión y recepción de la información;
e) el obligarse a depositar en la casilla electrónica del Servicio de
Impuestos Internos los mensajes electrónicos correspondientes a cada
operación que realicen;
f) el emitir, en un formulario computacional previamente timbrado
por el Servicio de Impuestos Internos y el último día de cada mes, una
factura que registre el total de operaciones realizadas a través del siste-
ma de transmisión electrónica de información, impresión en papel que
no es menor, porque era –en 1995– la que legalizaba el sistema;
g) el establecer un registro separado, en la forma que señale el Ser-
vicio de Impuestos Internos en la Resolución respectiva, de las opera-
ciones que facture manualmente;
h) el llevar su contabilidad por medios computacionales; e
i) el acreditar, con la certificación de una empresa autorizada a inter-
mediar en la transmisión electrónica de información, que se encuentra
habilitado para ser usuario de dicho sistema.

168En el Título II sobre infracciones y sanciones, en el Párrafo 1º relativo a los


contribuyentes y otros obligados, el artículo 97 consigna cómo serán sancionadas diver-
sas infracciones a las disposiciones tributarias. El Nº 10, concretamente, alude al no
otorgamiento de guías de despacho, de facturas, notas de débito, notas de crédito o bole-
tas en los casos y en la forma exigidos por las leyes, el uso de documentos tributarios no
autorizados o no timbrados previamente, y el fraccionamiento del monto de las ventas o
el de otras operaciones para eludir el otorgamiento de boletas. ¿Las sanciones?: multas y
clausura de locales, y sanciones penales para el caso de reiteraciones.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 161

Un tema importante en esta normativa es, precisamente y como an-


ticipamos, la consideración ya en 1995 del uso de firmas digitales o
electrónicas (llaves públicas y privadas o criptografía asimétrica), defi-
nidas por el SII –en términos muy similares a la definición de la norma-
tiva sobre el EDI aduanero que se formuló ese mismo año– como el
sustituto digital de la firma manuscrita que permite al receptor de un
mensaje electrónico verificar con certeza la identidad proclamada por el
transmisor, impidiendo a este último desconocer la autoría del mensaje
en forma posterior, y a cuyo respecto el rol de entidad o autoridad certi-
ficadora se contempla que sea desempeñado por las “VAN o empresas
de redes de valor agregado.
Junto al escaso desarrollo del comercio electrónico en el país, la
causa quizás más importante para el poco éxito en la implementación
práctica de esta normativa emana del propio articulado de la resolución
exenta Nº 1.515.
En efecto, el numeral 3º estableció que dentro de las condiciones y
requisitos que deben cumplir los contribuyentes que deseen utilizar el
sistema electrónico de transmisión de documentos tributarios mediante
redes cerradas debía acreditarse un determinado y alto volumen de mo-
vimiento mensual, a saber, tener en los doce meses inmediatamente an-
teriores a aquel en que se solicite la autorización un monto de ventas o
servicios igual o superior a 1500 UTM de promedio mensual, o bien,
tener en el mismo período un promedio de emisión de facturas igual o
superior a 2000 documentos.
Una consecuencia lógica es que esta limitante cuantitativa, sumada
por cierto a los altos costos de operar a través de las Redes de Valor
Agregado o VAN autorizadas a esta fecha, hizo inaccesible el uso de
facturas electrónicas a sectores empresariales como las Pymes, que re-
gistran un menor movimiento operacional.
6. Otras resoluciones complementarias
En el numeral anterior señalamos que las resoluciones Nºs. 09, 45 y
1.515 del Servicio de Impuestos Internos eran la regulación administra-
tiva más relevante relacionada con las facturas electrónicas. En particu-
lar, las dos primeras.
162 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Dijimos además, anticipándonos, que serían los emisores de las fac-


turas los que luego –en conformidad al artículo 9º de la ley Nº 19.983–
deberían suscribir el recibo de todo o parte del precio o remuneración, y
que competería a los receptores –que opten por la operatoria electróni-
ca– los obligados a verificar con el acuse de recibo electrónico la recep-
ción de las mercaderías o servicios que consten en la factura.
6.1. La resolución Nº 18 del 22 de abril de 2003
Consignamos que el sistema o modelo acepta desde sus inicios, muy
pragmáticamente, que los receptores puedan ser “no electrónicos”. Esta
consideración es un tema que ejemplifica cómo la normativa adminis-
trativa abordó preliminarmente algunos temas puntuales y cómo ella ha
seguido desarrollándose y especializándose.
Se originó durante el plan piloto para la implementación del siste-
ma de Documentos Tributarios Electrónicos, en concreto frente a este
punto de la no existencia de receptores electrónicos, una resolución
Nº 18 del 22 de abril del año 2003169, la que estableció (antes de dictarse
la Resolución General Nº 45) que los contribuyentes que fueran autori-
zados para emitir documentos tributarios electrónicos deberían –nece-
sariamente– otorgarlos impresos en soporte papel a los receptores no
electrónicos, e incluso a los propios receptores electrónicos en determi-
nados casos que se indican170.

169 Esta resolución tuvo a la vista el mérito de lo dispuesto en el artículo 6º, letra A),

Nº 1, del Código Tributario, contenido en el D.L. Nº 830 de 1974; en el artículo 56º,


incisos 3º y 4º, de la Ley sobre Impuesto a las Ventas y Servicios, contenida en el D.L.
Nº 825, de 1974; en la ley Nº 19.799, y en la resolución exenta Nº 09 de 2001, del
Servicio de Impuestos Internos.
170
Casi simultáneamente y también durante el plan piloto, mediante una resolución
exenta Nº 21 del 23 de abril del año 2003 se autorizó expresamente a la empresa ENTEL
PCS Telecomunicaciones para emitir –en paralelo con los documentos soportados en
papel– algunos documentos tributarios electrónicos determinados, a saber: “Facturas
Electrónicas, Facturas Electrónicas de Ventas y Servicios No Afectos o Exentos de IVA,
Notas de Crédito Electrónicas, Notas de Débito Electrónicas, Boletas Electrónicas,
Boletas Electrónicas de Ventas y Servicios No Afectos o Exentos de IVA y Guías de
Despacho Electrónicas a partir del período tributario correspondiente a mayo de 2003”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 163

Para dictarla, se consideró:


(i) Que el artículo 56 del decreto ley Nº 825 permitía al Director del
SII autorizar el intercambio de mensajes mediante el uso de diferentes
sistemas tecnológicos, en reemplazo de la emisión de documentos en
papel;
(ii) Que él había resuelto autorizar la emisión de documentos tribu-
tarios que tuvieran la naturaleza y validez de los documentos electróni-
cos;
(iii) Que el mismo artículo 56 establecía que la impresión en papel
de los documentos que se hubiera autorizado emitir a través de sistemas
tecnológicos tendría el valor probatorio de “un instrumento privado
emanado de la persona bajo cuya firma electrónica se transmitió”;
(iv) Que a esa fecha se estaba desarrollando un plan piloto para la
implementación del Sistema de Emisión de Documentos Tributarios Elec-
trónicos, para lo cual se establecerían posteriormente –mediante normas
generales– los requisitos que deberían cumplir las empresas participan-
tes para que se les autorizara –formal y expresamente, otorgándoles la
calidad de emisores electrónicos– a emitir, transmitir, registrar y alma-
cenar documentos de esa naturaleza (cosa que hizo la citada resolución
Nº 45), y
(v) Que de manera anticipada a esas normas generales, para el de-
sarrollo del plan piloto y porque los contribuyentes serían obligados a
emitir y entregar documentos tributarios impresos en papel, podían es-
tablecerse “los requisitos que deberá cumplir la representación impre-
sa, la verificación que pueden hacer los receptores no electrónicos res-
pecto a su autenticidad y la forma en que deberán registrarlos en su
contabilidad”.
Con el mérito de lo expuesto y luego de anticipar las definiciones
que luego contemplaría la resolución Nº 45171 ya comentada, y con el

171 ¿Qué términos se definieron?; algunos tales como: (i) Emisor Electrónico, refe-
rido al contribuyente autorizado por el Servicio de Impuestos Internos para generar do-
cumentos tributarios electrónicos; (ii) Receptor Electrónico, para aludir al emisor elec-
trónico que a su vez recibe un documento tributario electrónico; (iii) Receptor No Elec-
trónico, que sería todo receptor de un documento tributario electrónico que al mismo tiem-
164 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

objetivo señalado de reglamentar la impresión en papel de los documen-


tos electrónicos, se resolvió que los documentos tributarios electrónicos
que se autorizaría a emitir a emisores electrónicos serían los siguientes:
Factura Electrónica, Factura Electrónica de Ventas y Servicios No Afec-
tos o Exentos de IVA, Factura de Compra Electrónica, Nota de Crédito
Electrónica, Nota de Débito Electrónica, Guía de Despacho Electróni-
ca, Boleta Electrónica y Boleta Electrónica de Ventas y Servicios No
Afectos o Exentos de IVA.
En cuanto a la representación impresa de un documento tributario
electrónico, que siempre debe realizarse cumpliendo los requisitos esta-
blecidos por el Servicio de Impuestos Internos, se resolvió que los emi-
sores electrónicos estarían obligados a emitir y entregar impresos en
papel los documentos tributarios electrónicos que respaldaran las opera-
ciones realizadas con receptores no electrónicos que necesitaran la re-
presentación impresa del documento electrónico para hacer uso del cré-
dito fiscal y para efectuar los registros en su contabilidad. Estos contri-
buyentes y receptores, a su turno, deberían observar lo dispuesto en la
Resolución respecto a la forma de registrar los documentos tributarios
electrónicos en su contabilidad y a la verificación de su validez.

Continuación nota 171


po no es emisor electrónico y que también se denominó “receptor manual”; (iv) Docu-
mento Tributario Electrónico (DTE), que sería aquel creado y firmado electrónicamente
por un emisor electrónico y que produce efectos tributarios; el (v) Número de un Docu-
mento Tributario Electrónico, que es el autorizado por el Servicio de Impuestos Internos
y mediante el cual un emisor electrónico genera y folia un documento tributario electró-
nico; (vi) Timbre Electrónico de un Documento Tributario Electrónico, que era un con-
junto de caracteres que cumplen la función de validar la representación impresa de un
documento tributario electrónico y que permite verificar que el número con que se gene-
ró el documento tributario electrónico ha sido autorizado por el Servicio de Impuestos
Internos, que los datos principales del documento tributario electrónico no han sido alte-
rados, y que el documento tributario electrónico fue efectivamente generado por el emi-
sor electrónico correspondiente, y la (vii) Representación Impresa de un Documento
Tributario Electrónico, o la impresión en papel de un documento tributario electrónico,
necesaria para ser entregada a receptores no electrónicos, para acompañar el traslado de
mercaderías o para cualquier otro motivo en que se requiera un documento tributario
electrónico impreso.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 165

La resolución Nº 18 distingue dos situaciones. En el caso que un emi-


sor electrónico deba otorgar a un receptor no electrónico un documento
electrónico que no se utilizará como respaldo para el transporte de bie-
nes corporales muebles, podrá convenir con dicho receptor no electró-
nico, previa y expresamente, a través de una autorización que éste debe
otorgarle, que el envío del indicado documento tributario electrónico se
efectúe por vía electrónica, en cuyo caso la impresión del documento debe
realizarla el receptor no electrónico por sus propios medios.
En cambio, cuando exista transporte de bienes corporales muebles
en vehículos destinados al transporte de carga, el documento tributario
electrónico que se emita para respaldar el traslado de las especies deberá
ser impreso en dos ejemplares, los cuales deberán ser exhibidos a los
funcionarios del Servicio de Impuestos Internos cuando lo requieran,
durante el tránsito de las mercaderías y uno de los ejemplares podrá ser
retirado por éstos172.
Y se establecieron, además, para terminar la breve referencia a esta
resolución, los diversos y detallados requisitos de formato de la repre-
sentación impresa de un documento electrónico (que podían ser varios
ejemplares), determinándose –en particular– que cuando el documento
que se otorgue a un receptor no electrónico se utilice para respaldar
operaciones contables, debería ser impreso por el emisor electrónico
con una calidad que asegurara la permanencia de la legibilidad del do-
cumento durante un período mínimo de seis años y utilizando impresión
láser o de inyección de tinta.
En materia de “Boletas Electrónicas y de las Boletas Electrónicas
de Ventas y Servicios No Afectos o Exentos de IVA”, se estableció que la

172 La resolución agregó: “El emisor electrónico que despache bienes corporales
muebles cuya venta se irá efectuando en función de las cantidades que adquieran los
clientes considerados en la ruta de venta asignada a un vendedor, deberá emitir una
Guía de Despacho no electrónica o una representación impresa de una Guía de Despa-
cho Electrónica para amparar el traslado de todos los productos que se remitan para su
venta. Al efectuarse la entrega de bienes a un receptor electrónico o no electrónico
deberá otorgársele una representación impresa de una Guía de Despacho Electrónica,
de una Factura Electrónica o de una Factura Electrónica de Ventas y Servicios No
Afectos o Exentos de IVA, que corresponda a la venta efectuada”.
166 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

autorización para emitirlas sólo se otorgaría a las empresas cuyo giro


principal fuera el otorgamiento de servicios periódicos y con cobranza
periódica del servicio otorgado.
Por cierto y desde la perspectiva de las sanciones, la Resolución
también recordó que el no otorgamiento de la representación impresa de
los documentos tributarios electrónicos en los casos y forma estableci-
dos está sancionada en el artículo 97 Nº 10 del Código Tributario, y que
el traslado de bienes corporales muebles realizado en vehículos destina-
dos al transporte de carga sin los correspondientes ejemplares impresos
de la Guía de Despacho Electrónica, de la Factura Electrónica o de la
Factura de Ventas y Servicios No Afectos o Exentos de IVA, otorgados
en la forma dispuesta por esta Resolución, está sancionado en el artículo
97 Nº 17 del Código Tributario.
6.2. La resolución Nº 81, del 1 de agosto de 2005173
Efectivamente –al decir de los considerandos–, el progreso tecnoló-
gico relacionado con la emisión de facturas electrónicas, la cobertura de
servicios relacionados con la emisión, respaldo y almacenamiento de
facturas electrónicas proporcionados vía Internet, el aumento de la se-
guridad en los mecanismos de autenticación y la calidad de los progra-
mas de facturación electrónica, permitía explotar las alternativas de
implementación de soluciones electrónicas tendentes a favorecer la
masificación del uso de la factura electrónica. De igual modo, el sistema
de facturación electrónica había demostrado ser eficiente, seguro, facili-
tador del cumplimiento tributario y redundar en la obtención de impor-
tantes beneficios económicos por parte de los contribuyentes usuarios
del sistema. Y, en tercer lugar, se constató un aumento progresivo de los
contribuyentes que se acreditan, en forma voluntaria, como emisores de
Documentos Tributarios Electrónicos.
En la práctica y con el avance del sistema de facturación electrónica,
el mercado determinó que aparecieran diversas empresas que ofrecen a

173 Las últimas modificaciones a esta normativa pueden verse en la URL http://

www.sii.cl/documentos/resoluciones/2007/reso02.htm
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 167

los emisores y receptores de facturas electrónicas los software y siste-


mas necesarios para desarrollar el proceso electrónico.
Ante esta realidad considerada, el Servicio de Impuestos Internos de-
terminó el año 2005 establecer una normativa mínima para quienes ope-
ren en este ámbito a la cual ellas en forma voluntaria pueden adscribirse.
Se estableció expresamente, en la resolución exenta Nº 81174, que
los proveedores de soluciones de facturación electrónica, tanto “de ser-
vicios vía Internet” como “de productos de software”175, que cumplan
con lo establecido en la resolución, podrán ser autorizados como
“Prestadores de Servicios Tributarios Electrónicos”176-177. En térmi-
nos de la resolución, se establecieron “...los requisitos que deberán cum-

174 ¿Cuáles fueron las normas legales que la fundaron?: “el artículo 6º, letra A, Nº 1

y 3 del Código Tributario; el artículo 7º de la Ley Orgánica del Servicio de Impuestos


Internos; el artículo 56 de la Ley sobre Impuesto a las Ventas y Servicios; la ley 19.799;
la ley Nº 19.983; en la Res. Ex. Nº 09, de 15 de febrero de 2001; la Res. Ex. SII 45, de 01
de septiembre de 2003; la Res. Ex. SII Nº 14, de 08 de febrero de 2005; la Res. Ex. SII
Nº 51, de 27 de mayo de 2005, y la circular Nº 23, de 14 de abril de 2005”.
175 El Resolutivo Tercero estableció condiciones especiales para los proveedores de

soluciones de software que entreguen un producto para ser instalado en la plataforma


informática de sus clientes, por ejemplo en materia de funcionalidades específicas y de
verificación de las capacidades técnicas preexistentes y necesarias para la conexión del
facturador, al momento de la venta del producto.
176 En concreto decía la norma: “PRIMERO: Los proveedores de soluciones de factu-
ración electrónica, tanto de servicios vía Internet como de productos de software, que
cumplan con lo establecido en la presente resolución, podrán ser autorizados como
“Prestadores de Servicios Tributarios Electrónicos”, lo cual los facultará para
preinscribir ante este Servicio a contribuyentes de su cartera de clientes como emisores
de documentos tributarios electrónicos, y los habilitará para realizar, por cuenta de
dichos clientes, el proceso de certificación establecido por este Servicio, de acuerdo a la
Res. Ex. SII Nº 45, de 2003”.
Luego de su modificación, se reemplaza la parte segunda del Resolutivo Primero y
se dispuso: “El registro definitivo lo perfeccionará finalmente el contribuyente, siguien-
do los pasos descritos en la sección “Factura Electrónica y otros Documentos Electró-
nicos”, que se encuentran disponibles en la Oficina Virtual del SII en Internet, www.sii.cl”
177 El SII mantiene un registro de los contribuyentes autorizados como Prestadores

de Servicios Tributarios Electrónicos, a disposición de los contribuyentes en la Oficina


Virtual del SII en Internet, www.sii.cl
168 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

plir los proveedores de tecnología que soliciten la calidad de Prestadores


de Servicios Tributarios Electrónicos, los que podrán requerir la incor-
poración de sus clientes en el sistema de facturación electrónica a tra-
vés de un procedimiento especial, que simplifica este trámite y resguar-
da debidamente el interés fiscal y el de los contribuyentes”.
La principal consecuencia de cumplir con estos requisitos y de ser
autorizados como tales, es que las empresas pueden: (i) preinscribir –de-
biendo existir una formalización posterior del propio solicitante178– ante
el SII a los contribuyentes de su cartera de clientes como emisores de docu-
mentos tributarios electrónicos, en conformidad a un procedimiento que
establece el Resolutivo Cuarto, y (ii) realizar, por cuenta de dichos clientes,
el proceso de certificación establecido en la resolución Nº 45 de 2003.
La contrapartida es que deben asumir un mínimo de obligaciones o
servicios a prestar. Los Prestadores de Servicios Tributarios Electróni-
cos que ofrezcan soluciones de facturación electrónica vía Internet de-
berán entregar según el resolutivo segundo, al menos o como mínimo,
los siguientes servicios: de administración de folios179; de emisión de
Documentos Tributarios Electrónicos180; de recepción de Documentos
Tributarios Electrónicos, proveyendo la casilla respectiva, generando

178 Dice la norma administrativa: “El registro definitivo lo perfeccionará finalmente

el contribuyente, siguiendo los pasos descritos en la sección “Factura Electrónica y


otros Documentos Electrónicos”, que se encuentra disponible en la Oficina Virtual del
SII en Internet, www.sii.cl”.
179 A modo de ejemplo, se trata de la obtención de folios, por medio de un usuario

autorizado y debidamente autenticado, con un certificado digital y según el procedi-


miento establecido en el Nº 1, resolutivo Cuarto, de la resolución Nº 45, asegurando la
inviolabilidad de acceso y el uso del Código de Autorización de Folios (CAF) sólo por
personas previamente autorizadas por el contribuyente; el código o CAF debe aplicarse
en los documentos tributarios electrónicos y en sus respectivos timbres electrónicos.
180También a modo de ejemplo, se refiere a la generación y envío al SII y a los
receptores de Documentos Tributarios Electrónicos de la Información Electrónica (Do-
cumentos Tributarios Electrónicos e Información Electrónica de Compras y Ventas),
procesando además las respuestas de validaciones de recepción de la Información Elec-
trónica enviada por el SII y por otros emisores electrónicos, administrando los reparos de
validación recibidos desde el SII, y generando, recuperando y visualizando el envío de la
representación impresa de los documentos según el formato exigido por el SII.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 169

respuestas de envío (aceptación o rechazo) al emisor y acuses de recibo;


de construcción de la Información Electrónica de Compras y Ventas (o
IECV) y del Libro de Guías de Despacho Electrónicas; de generación
de Archivos Electrónicos de Cesión en conformidad a la circular 23, y
envío tanto al cesionario electrónico como al Registro Público Electró-
nico de Transferencia de Créditos, y de almacenamiento de los docu-
mentos tributarios electrónicos e IECV del contribuyente –por un lapso
de 6 períodos tributarios anuales–.
La Resolución establece además que la autorización otorgada a los
Prestadores de Servicios Tributarios Electrónicos está sujeta al cumpli-
miento de condiciones y requisitos (Resolutivo Quinto181), y que lo mis-
mo ocurrirá con la conservación de la calidad de Prestador de Servicios
Tributarios Electrónicos (Resolutivo Sexto182).
7. La boleta de venta o de prestación de servicios electrónica
Si bien a su respecto no cabe aplicar las normas de la ley Nº 19.983,
es un aporte –y un anticipo a un trabajo de mayor aliento en prepara-
ción– consignar brevemente que existen diversas normas legales y ad-
ministrativas –incluso anteriores a la resolución Nº 45 del año 2003–
que han validado la existencia y que han establecido los requisitos nece-
sarios para que existan Boletas Electrónicas de Ventas y Servicios, di-
versas por cierto de las “Boletas de Honorarios”183.

181 V.gr.: mantener vigente su autorización como emisor electrónico; demostrar ha-

ber incorporado y mantener vigente en operación en el sistema de facturación electróni-


ca, al menos, diez (10) contribuyentes autorizados como emisores electrónicos, al mo-
mento de presentar la solicitud; contar con un Capital Propio de al menos 275 UTA, al
momento de solicitar la autorización; poseer una plataforma de atención y soporte técni-
co para sus usuarios y clientes acorde a las necesidades de éstos; etcétera.
182 V.gr.: emitir toda su documentación tributaria en forma electrónica; mantener al

término del primer cuatrimestre, luego de otorgada la autorización, un mínimo de 30


contribuyentes operando en el sistema de facturación electrónica; mantener al término
del segundo cuatrimestre, luego de otorgada la autorización, un mínimo de 60 contribu-
yentes operando en el sistema de facturación electrónica; etcétera.
183 Como se señala en la URL http://www.sii.cl/preguntas_frecuentes/catastro/

001_012_0257.htm, la Boleta de Honorarios se emite para cobrar las remuneraciones


170 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Recién consignamos que durante el plan piloto para la implementa-


ción del sistema de Documentos Tributarios Electrónicos, la resolución
Nº 18 del 22 de abril del año 2003, estableció que los contribuyentes que
fueran autorizados para emitir documentos tributarios electrónicos de-
berían –necesariamente– otorgarlos impresos en soporte papel a los re-
ceptores no electrónicos, e incluso a los propios receptores electrónicos
en determinados casos que se indican.
En materia de “Boletas Electrónicas y de las Boletas Electrónicas
de Ventas y Servicios No Afectos o Exentos de IVA”, se estableció que la
autorización para emitirlas sólo se otorgaría a las empresas cuyo giro
principal fuera el otorgamiento de servicios periódicos y con cobranza
periódica del servicio otorgado. Por eso es que, como señalamos a pie
de página, mediante una resolución exenta Nº 21 de 23 de abril del año
2003 se autorizó expresamente a la empresa ENTEL PCS Telecomuni-
caciones para emitir –en paralelo con los documentos soportados en
papel– algunos documentos tributarios electrónicos determinados, pero
muy particularmente Boletas Electrónicas, Boletas Electrónicas de Ven-
tas y Servicios No Afectos o Exentos de IVA.
Una norma administrativa que autorizó a contribuyentes concretos
para emitir boletas electrónicas, fue la resolución Nº 61 de octubre de
2003184. Ella se dictó considerando que de acuerdo con el inciso 3º del
artículo 56 del D.L. Nº 825, el Director del SII puede autorizar el inter-
cambio de mensajes mediante el uso de diferentes sistemas tecnológi-
cos, en reemplazo de la emisión de documentos en papel y exigiendo los
requisitos necesarios para resguardar debidamente el interés fiscal; que
las empresas Entel Telefonía Local S.A. y Empresa Nacional de Teleco-

Continuación nota 183


por la prestación de servicios profesionales o de actividades lucrativas, en atención a lo
instruido en la circular Nº 21 de 1991, disponible en la URL http://www.sii.cl/documen-
tos/circulares/1991/circu21.htm. La regulación administrativa sobre su emisión y uso
mediante la red Internet que realizó la resolución Nº 62, puede verse en la URL http://
www.sii.cl/documentos/resoluciones/2003/reso62.htm
184
Puede verse en la URL http://www.sii.cl/documentos/resoluciones/2003/
reso61.htm
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 171

municaciones S.A. ya eran emisores electrónicos, y teniendo a la vista


que esos contribuyentes tenían como giro principal la prestación de ser-
vicios periódicos sobre la base de contratos con sus clientes y emiten
boletas nominativas.
A ellos se les autorizó a emitir Boletas Electrónicas y Boletas Elec-
trónicas de Ventas y Servicios No Afectos o Exentos de IVA a contar del
período tributario correspondiente a octubre de 2003, pero conservando
la facultad de seguir emitiendo en soporte papel los documentos no elec-
trónicos Boletas y Boletas de Ventas y Servicios No Afectos o Exentos de
IVA. Entre las obligaciones de su cargo y los procedimientos que debían
seguir, destacan: (i) el almacenar y conservar en forma electrónica las
Boletas Electrónicas y Boletas Electrónicas de Ventas y Servicios No
Afectos o Exentos de IVA emitidas; (ii) que si el Servicio solicita infor-
mación correspondiente a los documentos Boletas Electrónicas y Bole-
tas Electrónicas de Ventas y Servicios No Afectos o Exentos de IVA,
éstos deberán ser remitidos en el mismo formato XML en que fueron
generados, y (iii) la necesidad de mantener un Libro de Boletas Electró-
nicas, el cual deberá estar actualizado y cumplir el formato especificado
por el Servicio de Impuestos Internos.
C. La validación general de los documentos
electrónicos y su valor probatorio en la ley Nº 19.799
Es inexacto o parcial afirmar que la factura electrónica tuvo su reco-
nocimiento legal el año 2002 mediante la ley Nº 19.799, desconociendo
lo regulado en 1995 y 1997 por la Ley del IVA; pero es correcto enten-
der que por tratarse de una norma general referida expresamente al valor
probatorio de los documentos electrónicos la ley Nº 19.799 constituye
un adecuado respaldo. Por eso es que fue consignada expresamente dentro
de las normas “Vistas” por la resolución Nº 45 ya analizada.
Eventual y consecuencialmente, en caso de controversia entre las
partes, el archivo electrónico que fue emitido, recibido y aceptado y que
contenga el documento tributario, comercial y electrónico factura debe
poder ser acompañado como medio de prueba y tener mérito probatorio
según la ley chilena. Por lo dicho es que la ley Nº 19.799 del año 2002
172 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

no sólo aborda el tema de las firmas y certificados digitales, sino tam-


bién el del valor probatorio de los medios o soportes magnéticos.
En un plano de “lege data” o de legislación vigente, este tema nos
debe llevar a revisar los artículos 3º, 4º y 5º de la ley. Y en un plano de
“lege ferenda” o de ideas sobre cómo legislar, a proponer especialmente
que se agregue un nuevo artículo “5º bis” referido a las copias impresas
en papel de los originales previamente emitidos en forma electrónica.
Los artículos pertinentes establecían lo siguiente185:
Artículo 3º.- Los actos y contratos otorgados o celebrados por personas
naturales o jurídicas, suscritos por medio de firma electrónica, serán váli-
dos de la misma manera y producirán los mismos efectos que los celebra-
dos por escrito y en soporte de papel. Dichos actos y contratos se reputa-
rán como escritos, en los casos en que la ley exija que los mismos consten
de ese modo, y en todos aquellos casos en que la ley prevea consecuencias
jurídicas cuando constan igualmente por escrito.
Lo dispuesto en el inciso anterior no será aplicable a los actos o contratos
otorgados o celebrados en los casos siguientes: a) Aquellos en que la ley
exige una solemnidad que no sea susceptible de cumplirse mediante docu-
mento electrónico; b) Aquellos en que la ley requiera la concurrencia per-
sonal de alguna de las partes, y c) Aquellos relativos al derecho de familia.
La firma electrónica, cualquiera sea su naturaleza, se mirará como firma
manuscrita para todos los efectos legales, sin perjuicio de lo establecido
en el artículo siguiente.
Artículo 4º.- Los documentos electrónicos que tengan la calidad de instru-
mento público, deberán suscribirse mediante firma electrónica avanzada.
Artículo 5º.- Los documentos electrónicos podrán presentarse en juicio y,
en el evento de que se hagan valer como medio de prueba, habrán de
seguirse las reglas siguientes: 1.- Los señalados en el artículo anterior,
harán plena prueba de acuerdo con las reglas generales, y 2.- Los que
posean la calidad de instrumento privado tendrán el mismo valor probato-
rio señalado en el numeral anterior, en cuanto hayan sido suscritos me-
diante firma electrónica avanzada. En caso contrario, tendrán el valor
probatorio que corresponda, de acuerdo a las reglas generales.

185 Como veremos más abajo, estas normas han sido modificadas por un proyecto

de ley aprobado en el Parlamento con fecha 4 de septiembre del año 2007 y publicado
como ley Nº 20.217 en el D.O. del 12 de noviembre de ese mismo año.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 173

Como ya consignamos, y aunque la ley citada no se refiere exclusi-


vamente a los actos de comercio realizados mediante documentos o
mensajes electrónicos como órdenes de compra y facturas, su artículo 3º
homologa de manera general a los actos y contratos soportados en papel
con los realizados electrónicamente.
El artículo 3º es un aporte formal de enorme trascendencia para el
ordenamiento jurídico y por eso no hemos dudado en calificarlo de “re-
volucionario”, toda vez que homologa de manera general y amplia a los
actos y contratos que sean “suscritos por medio de firmas electrónicas”
–y obviamente consten en documentos soportados en forma magnéti-
ca– con los firmados en forma manuscrita –y soportados en papel–,
evitándose así realizar un sinnúmero de modificaciones parciales en
diversos códigos y leyes que aluden al valor probatorio de instrumentos
y documentos.
Hemos afirmado que el artículo 3º es “formalmente revoluciona-
rio”, porque la realidad y el desarrollo alcanzado hasta la fecha por el
comercio electrónico no ha requerido de normas legales sino que se ha
validado contractualmente, y porque eventuales discrepancias entre las
partes intervinientes –por ejemplo un proveedor y una empresa concen-
tradora– nunca han llegado ni probablemente llegarán hasta los tribuna-
les de justicia, toda vez que, en el evento remoto de producirse un con-
flicto, siempre se recurre a la instancia de un juez árbitro.
Nosotros entendemos que el artículo 3º ha modificado tácita y trans-
versalmente todas aquellas normas que se refieran a documentos sopor-
tados en papel, cualquiera sea su naturaleza, siempre que instrumental-
mente su continente sea reemplazado por un soporte digital o electróni-
co y se exija un mecanismo de firma también electrónico.
El artículo 3º consagra varias excepciones, algunas obvias y contem-
pladas en orden a evitar el uso de sistemas de criptografía en algunos
ámbitos que –a estas alturas– no están preparados para que su necesaria
seguridad y certeza pudiera verse cuestionada o debilitada realizándose
en el mundo de las redes abiertas como Internet y las firmas electrónicas.
Tales excepciones son los actos o contratos otorgados o celebrados
en los casos siguientes:
174 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

a) aquellos en que la ley exige una solemnidad que no sea suscepti-


ble de cumplirse mediante documento electrónico;
b) aquellos en que la ley requiera la concurrencia personal de alguna
de las partes, y
c) aquellos relativos al derecho de familia.
El penúltimo inciso (tercero) del artículo 3º señala que “la firma
electrónica, cualquiera sea su naturaleza” (es decir, respaldada por un
certificado digital emitido por una entidad certificadora previamente
acreditada, o no…), “se mirará como firma manuscrita para todos los
efectos legales…”. Esto es una repetición o profundización de lo pro-
puesto en el inciso primero del artículo.
La regulación legal contenida en los artículos 4º y 5º depende de dos
elementos, a saber, de la naturaleza pública o privada de un documento
como de la especie o tipo de firma electrónica –avanzada o “simple”
(que no es término legal)– de que se trate.
Tratándose de documentos públicos o privados suscritos con firma
electrónica respaldada por el certificado digital previamente emitido por
un prestador acreditado ante el Ministerio de Economía –con el cual se
ha celebrado un contrato de certificación digital–, que esto y no otra
cosa es la denominada firma electrónica “avanzada”, se regirán por las
reglas generales en materia probatoria.
Es decir, el instrumento público otorgado por el competente funcio-
nario y de acuerdo a las normas legales acreditará el hecho de haberse
otorgado, la fecha, las partes que intervinieron y el tenor de su conteni-
do, y si se trata de un instrumento privado se tendrá legalmente por
reconocida su autoría e integridad sin necesidad de gestiones previas o
de resoluciones judiciales.
El artículo 4º señala, perentoriamente, que los documentos electró-
nicos que tengan la calidad de instrumento público, deberán suscribirse
mediante firma electrónica avanzada, lo que significa que al interior de
la Administración del Estado o cada vez que se genere un instrumento
otorgado por un funcionario competente actuando dentro de la esfera de
su competencia, previamente deberá haberse generado y obtenido un
certificado digital, emitido, o por la propia entidad pública –en confor-
midad al artículo 9º, que todos olvidan consagra un sistema privativo del
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 175

sector público186–, o por un prestador de servicios de certificación pre-


viamente acreditado.
El artículo 5º se enuncia como la norma que alude a la forma o a las
reglas que habrán de seguirse para “presentarse” los documentos elec-
trónicos en juicio (esto es, para “producir” las partes la prueba de he-
chos magnéticos, electrónicos o digitales…), pero además formula o
determina cuál será “el valor probatorio” (esto es, la forma de “evaluar-
se” por los tribunales) de dichos documentos.
La gradación o los distintos valores probatorios establecidos, según
haya firma digital respaldada por un certificado emitido por una entidad
previamente acreditada, o no (en cuyo caso servirá de base para prueba
de presunciones porque tendrán el valor probatorio que le corresponda
de acuerdo a las reglas generales), es mera teoría jurídica y no solucio-
nará el problema del valor probatorio en juicio de los documentos fir-
mados y/o sólo soportados en forma electrónica.
Lo que se busca es “premiar” con un mayor valor legal en caso de
juicio a quienes utilicen documentos o mensajes electrónicos firmados
digitalmente por entidades previamente acreditadas, pero en el día a día
de las transacciones comerciales vía redes este tipo de estímulos no
interesa a los usuarios, los que además siempre –sin excepción– pac-
tan mecanismos de arbitraje, con lo cual en la práctica nunca se ha
presentado –ni se presentará probablemente– un juicio de esta naturale-
za ante los tribunales ordinarios de justicia. Se trata de un invento jurídi-
co que ha carecido de trascendencia (porque con o sin acreditación el

186 Él dispone, en lo relevante: (i) “La certificación de las firmas electrónicas avan-
zadas de las autoridades o funcionarios de los órganos del Estado se realizará por los
respectivos ministros de fe. Si éste no se encontrare establecido en la ley, el reglamento
a que se refiere el artículo 10 indicará la forma en que se designará un funcionario para
estos efectos”; (ii) “Los efectos probatorios de la certificación practicada por el minis-
tro de fe competente serán equivalentes a los de la certificación realizada por un
prestador acreditado de servicios de certificación”; (iii) “Sin perjuicio de lo dispuesto
en el inciso primero, los órganos del Estado podrán contratar los servicios de certifica-
ción de firmas electrónicas con entidades certificadoras acreditadas, si ello resultare
más conveniente, técnica o económicamente, en las condiciones que señale el respec-
tivo reglamento”.
176 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

mercado usa la misma tecnología “PKI”), y que ha justificado el cobro


de un alto arancel de acreditación (anual o mensual) por el Ministerio de
Economía.
La firma digital (una especie de firma electrónica) debiera ser una
sola desde el punto de vista de los requisitos y sus efectos legales, es
decir, siempre debiera exigirse el respaldo de un certificado de identidad
digital emitido por un prestador de servicios de certificación –acredita-
do técnicamente–, para que produzca siempre los mismos efectos lega-
les conforme a derecho. Porque la tecnología que se utiliza, la infraes-
tructura de llave pública o en inglés PKI es la misma que se utiliza y es
neutra tecnológicamente.
A la luz de la ley Nº 19.799 y su articulado, debe tenerse presente que
el mérito probatorio dependerá de la naturaleza de la empresa a la cual se
le compraba el software necesario para generar las claves y firmar, pro-
grama computacional que se denomina “certificado electrónico”.
Ocurre que una empresa certificadora puede ser acreditada legal-
mente por el SII en conformidad a sus normas privativas (Código Tribu-
tario, resolución Nº 09, resolución Nº 45), acreditada por el Ministerio
de Economía, o no acreditada, es decir, consideraciones meramente ad-
ministrativas y al margen de cuestiones tecnológicas, y según cuál sea la
calidad de la entidad certificadora a la que el firmante o signatario le
compre el programa o “certificado” según la ley Nº 19.799 un documen-
to se firmará “avanzada” o “no avanzadamente” (...se habla de “sim-
plemente” sin ningún fundamento legal), con diverso valor legal o méri-
to para el documento firmado: plena prueba en el primer caso, y mérito
general en el segundo187.
Lamentablemente, y esto es una crítica de fondo a la ley Nº 19.799,
el legislador olvidó referirse a las posibles impresiones en papel de los

187Téngase presente: esto es una aberración jurídica, porque ninguna de las empre-
sas participa presencialmente ni conoce el contenido de los documentos firmados, con lo
cual, nunca podrá actuar potestativamente como cuando un notario otorga una escritura
pública. Lo que estas empresas especializadas hacen es simplemente entregar un progra-
ma equivalente a un carné de identidad, que dura uno o dos años y que permite generar
cientos o miles de claves o firmas electrónicas, y ellas no acceden de modo alguno al
contenido de los documentos firmados.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 177

documentos electrónicos, tanto para validarlas como para establecer su


naturaleza de “copia” del original electrónico. Pero este reparo general
es también válido –de manera particular– para la ley Nº 19.983, a cuyo
respecto propondremos más abajo que se agregue un nuevo inciso cuar-
to al artículo 9º para referirse a las impresiones en papel de la factura
electrónica.
Durante la tramitación legislativa del proyecto que originó la ley
Nº 19.799 hicimos llegar un informe en el que propusimos subsanar esta
omisión. En un plano de lege ferenda, y porque la propuesta no fue
acogida, queremos reiterar la necesidad de que se agregue un nuevo
artículo 5º bis, con el ya modificado siguiente tenor:
“La posterior impresión en soporte papel de una copia de documentos
digitales o electrónicos originales firmados electrónicamente, públicos o
privados, hará presumir que su contenido está o ha estado soportado en
un archivo magnético o computacional, aun cuando no sea rubricada
manualmente por la parte contra la cual se hace valer.
Tratándose de documentos o declaraciones sometidos a consideración o
presentados digitalmente ante un órgano público, la posterior impresión
en papel que efectúe el órgano o servicio de copias de los originales con-
tenidos en los referidos medios tendrá el valor probatorio de un instru-
mento privado emanado de la persona bajo cuya firma electrónica se pre-
sente.
En ambos casos, los documentos electrónicos originales deberán contener
un mecanismo que permita verificar la integridad y autenticidad de los
mismos al ser impresos”.
Por último, a modo de complemento y anticipo. A continuación del
tema de definir la importancia y el valor probatorio de un documento
electrónico, suele presentarse la inquietud sobre cómo dichos documen-
tos podrán ser acompañados al tribunal en el caso de un juicio civil o
penal –si se comete un delito informático–.
En esencia, nuestro procedimiento judicial dificulta la operatividad
del sistema de cobro ejecutivo de una factura en forma digital porque no
concurren las condiciones para que los documentos electrónicos puedan
ser llevados a la realidad de un proceso escrito y con expedientes tangi-
bles, o para que las notificaciones se realicen o las resoluciones se dic-
ten en forma electrónica. Existe lo que denominamos una “inviabilidad
178 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

procesal práctica” para acompañar en juicio ejecutivo facturas electró-


nicas, o documentos fundantes de la demanda no soportados en papel188.
¿Cómo los presento y cómo los provee el tribunal?; ¿por e-mail, “ata-
chados” o adjuntados? Como se ha dicho, “la justicia es el elemento más
débil que impide que el sistema de juicio ejecutivo electrónico avance”.
A pesar de que en cuanto al tema particular de la factura electrónica
lo que puede hacerse legalmente es acompañar el documento impreso,
consignemos que en septiembre del año 2007 se aprobó un proyecto de
ley específico sobre el tema que, precisamente, modifica la ley Nº 19.799.
Como anticipamos a pie de página, fue publicado como ley de la Repú-
blica bajo el número 20.217 con fecha 12 de noviembre del año 2007.
El Mensaje Nº 273-352 –que originó el Boletín Nº 3.797– se había
presentado a la Cámara de Diputados en enero del año 2005. Concre-
tamente, (i) introducía modificaciones al Código de Procedimiento Ci-
vil para establecer un procedimiento para su presentación en juicio, e
(ii) introducía el concepto de “fecha electrónica” o “time stamping”
–para la comprobación de la fecha efectiva de la firma de un documen-
to– y modifica las reglas sobre el valor probatorio de los instrumentos
privados que llevan firma electrónica “avanzada” (...simplemente, en
base a un antecedente administrativo, la que es generada con el respaldo
de una empresa certificadora acreditada por el Ministerio de Economía).
El fundamento del Mensaje aludió a la necesidad de “facilitar la
presentación de los documentos electrónicos en juicio, de modo que
esta sea hecha de un modo más efectivo y eficiente, y brindando la segu-
ridad tecnológica y jurídica que demanda el sistema de administración
de justicia...”, para lo cual sería necesario resolver ciertos aspectos poco
claros en la actual legislación procesal y sustantiva en la materia, funda-

188Y también existiría una “inviabilidad constitucional” (o nulidad) para notificar


electrónicamente el receptor en la fase preparatoria del juicio ejecutivo, porque se viola-
rían los principios elementales del “juicio justo” (o “debido proceso”) al prescindirse de
la primera notificación personal (el receptor da fe que se presentó físicamente ante el
demandado). Es difícil adaptar esta institución y garantía procesal al mundo tecnológico,
e incluso el artículo 3º de la ley Nº 19.799 lo prohíbe expresamente, porque la idea de
“comparecencia” no se adapta a una figura “no presencial” como ocurre cuando se
actúa enviándose documentos electrónicos.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 179

mentalmente relativos a la incorporación, producción, objeción y valo-


ración de los mismos en juicio.
El proyecto de ley tuvo por objeto declarado el subsanar algunos
vacíos que la aplicación de la ley Nº 19.799 habría generado, pero esto
no era efectivo sino que constituía mera teoría, porque a su fecha ningún
tribunal –salvo error u omisión– había reclamado al no haber podido
recibir un documento electrónico y no se han presentado conflictos de
falta de fecha de un documento electrónico.
Si bien la ley Nº 19.799 reconoció y dio valor probatorio a los docu-
mentos electrónicos para ser presentados en juicio, se busca implemen-
tar un procedimiento claro para ello. Es un aporte, teóricamente, que
previene un posible conflicto futuro. El proyecto introducía una modi-
ficación al artículo 342 del Código de Procedimiento Civil, incluyendo
como numerando 6º a los documentos electrónicos dentro de los docu-
mentos que pueden ser presentados como instrumentos públicos, siem-
pre que cumplan los requisitos para su otorgamiento.
El proyecto agregaba un artículo 348 bis que creaba el procedimien-
to para la presentación en juicio de los documentos electrónicos y la
resolución de su posible objeción:
“Artículo 348 bis. Presentado un documento electrónico, el Tribunal cita-
rá para el 6º día a todas las partes a una audiencia de percepción docu-
mental. En caso de no contar con los medios, herramientas e instrumen-
tos electrónicos que permitan su adecuada percepción, apercibirá a la
parte que presentó el documento con tenerlo por no presentado de no con-
currir a la audiencia con los medios electrónicos que permitan su debida
percepción.
Tratándose de documentos que no puedan ser transportados al tribunal, la
audiencia tendrá lugar donde éstos se encuentren, a costa de la parte que
los presente.
En caso que el documento sea objetado, de conformidad con las reglas
generales, el Tribunal podrá ordenar una prueba complementaria de au-
tenticidad, a costa de la persona que formula la impugnación, sin perjui-
cio de lo que se resuelva sobre pago de costas.
El resultado de la prueba complementaria de autenticidad será suficiente
para tener por reconocido o por objetado el instrumento, según corres-
ponda”.
180 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

En cuanto al concepto de “fecha electrónica” y la modificación de


las reglas sobre el valor probatorio de los instrumentos privados que
llevan firma electrónica “avanzada”, se recogía casi literalmente lo re-
gulado por la ley española sobre el tema. Ergo, a la exigencia de uso de
un dispositivo electrónico denominado “token” para firmar avanzada-
mente un documento –que sólo administrativamente exige la Subsecre-
taría de Economía a esta fecha, interpretando y en el contexto de sus
políticas de acreditación, y que no establece ni la ley ni el Reglamento–,
se suma otra exigencia técnica: el uso adicional al certificado de Firma
Electrónica Avanzada de un “time stamping”.
La fecha electrónica sería “un certificado de fecha que se aplica en
forma complementaria al momento de firmar electrónicamente un do-
cumento, de modo de constatar su fecha y hora efectiva, y no la que el
computador que se está utilizando como herramienta tiene registrada”.
Se propuso agregar al artículo 2º la siguiente letra i) nueva: “i) Fecha
electrónica: conjunto de datos en forma electrónica utilizados como
medio para constatar el momento en que se ha efectuado una actuación
sobre otros datos electrónicos a los que están asociados”.
Y se propuso reemplazar el número 2 del artículo 5º de la ley Nº 19.799,
por el siguiente:
“2. Los que posean la calidad de instrumento privado, en cuanto
hayan sido suscritos con firma electrónica avanzada, tendrán el mismo
valor probatorio señalado en el número anterior”, esto es, plena prueba
respecto del hecho de haberse otorgado, las partes que intervienen y su
fecha.
Se agregaba, en el entendido que un documento electrónico firmado
no asegura la fecha, lo siguiente: “Sin embargo, no harán fe respecto de
su fecha, a menos que ésta conste a través de un fechado electrónico
otorgado por un prestador acreditado”. Obviamente, se generó acá un
nuevo nicho de negocio para las empresas certificadoras, previamente
acreditadas por el Ministerio de Economía.
Las normas aprobadas en definitiva por el Parlamento, con fecha 4
de septiembre de 2007, y publicadas como ley Nº 20.217 fueron las
siguientes:
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 181

“Artículo 1º.- Introdúcense las siguientes modificaciones en el Código de


Procedimiento Civil.
1) Agrégase el siguiente número 6, nuevo, en el artículo 342:
“6. Los documentos electrónicos suscritos mediante firma electrónica avan-
zada.”.
2) Agrégase el siguiente artículo 348 bis nuevo:
“Artículo 348 bis. Presentado un documento electrónico, el Tribunal cita-
rá para el 6º día a todas las partes a una audiencia de percepción docu-
mental. En caso de no contar con los medios técnicos electrónicos necesa-
rios para su adecuada percepción, apercibirá a la parte que presentó el
documento con tenerlo por no presentado de no concurrir a la audiencia
con dichos medios.
Tratándose de documentos que no puedan ser transportados al tribunal, la
audiencia tendrá lugar donde éstos se encuentren, a costa de la parte que
los presente.
En caso que el documento sea objetado, en conformidad con las reglas
generales, el Tribunal podrá ordenar una prueba complementaria de au-
tenticidad, a costa de la parte que formula la impugnación, sin perjuicio
de lo que se resuelva sobre pago de costas. El resultado de la prueba com-
plementaria de autenticidad será suficiente para tener por reconocido o
por objetado el instrumento, según corresponda.
Para los efectos de proceder a la realización de la prueba complementaria
de autenticidad, los peritos procederán con sujeción a lo dispuesto por los
artículos 417 a 423.
En el caso de documentos electrónicos privados, para los efectos del ar-
tículo 346, Nº 3, se entenderá que han sido puestos en conocimiento de la
parte contraria en la audiencia de percepción.”.
Artículo 2º.- Introdúcense las siguientes modificaciones en la ley Nº 19.799.
1) Agrégase en el artículo 2º la siguiente letra i), nueva:
“i) Fecha electrónica: conjunto de datos en forma electrónica utilizados
como medio para constatar el momento en que se ha efectuado una actua-
ción sobre otros datos electrónicos a los que están asociados.”.
2) Reemplázase el número 2 del artículo 5º de la ley Nº 19.799, por el
siguiente:
“2. Los que posean la calidad de instrumento privado, en cuanto hayan
sido suscritos con firma electrónica avanzada, tendrán el mismo valor pro-
batorio señalado en el número anterior. Sin embargo, no harán fe respecto
182 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

de su fecha, a menos que ésta conste a través de un fechado electrónico


otorgado por un prestador acreditado.
En el caso de documentos electrónicos que posean la calidad de instru-
mento privado y estén suscritos mediante firma electrónica, tendrán el valor
probatorio que corresponda, de acuerdo a las reglas generales”.
D. LA NORMA PARTICULAR DE LA LEY Nº 19.983 –ARTÍCULO 9º–:
“EL TÍTULO EJECUTIVO ELECTRÓNICO”
1. Generalidades
Cuando la ley Nº 19.983 regula la transferencia y otorga mérito eje-
cutivo a “una copia sin valor tributario de la factura”, desde la lectura
de los fundamentos del Mensaje del Ejecutivo con que se sometió el
proyecto a trámite legislativo queda clara la intención expresa de que las
cualidades de ejecutividad y de cesibilidad se aplicaran a la factura elec-
trónica.
Por eso es que, en definitiva, dijeron los incisos primero y tercero
del artículo 9º189:
“Las normas de la presente ley serán igualmente aplicables en caso que la
factura sea un documento electrónico emitido de conformidad a la ley por
un contribuyente autorizado por el Servicio de Impuestos Internos.
En tal caso, el recibo de todo o parte del precio o remuneración deberá ser
suscrito por el emisor con su firma electrónica, y la recepción de las mer-
caderías o servicios que consten en la factura podrá verificarse con el
acuse de recibo electrónico del receptor.

189El inciso segundo, referido al factoring electrónico, se analiza más abajo. En


todo caso él señalaba (hasta el 3 de octubre del año 2007, previo a la ley Nº 20.219) que
la cesión del crédito expresado en las facturas se debería poner en conocimiento del
obligado al pago de ellas en la forma señalada como regla general en la ley, o mediante
su anotación en un registro público electrónico de transferencias de créditos contenidos
en facturas electrónicas que llevará el Servicio de Impuestos Internos, y agregaba que se
entendería que la transferencia ha sido puesta en conocimiento del deudor el día hábil
siguiente a aquel en que ella aparezca anotada en el registro señalado. En virtud de la ley
citada de octubre de 2007, se modificó el artículo para establecer que tratándose de
facturas electrónicas su cesión sólo podrá realizarse en forma electrónica y no mediante
un ejemplar impreso en soporte papel.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 183

No obstante, si se ha utilizado guía de despacho, la recepción de las mer-


caderías podrá constar en ella, por escrito, de conformidad con lo estable-
cido en esta ley”.
Y señala el inciso tercero:
“El reglamento para la ejecución de este artículo deberá ser dictado den-
tro del plazo de dos meses, contados desde la publicación de la presente
ley”.
Es preocupante haber escuchado opiniones en seminarios dictados
con posterioridad a la publicación de la ley, acerca de que podría ser
controvertido que la calidad de posible título ejecutivo atribuida por la
ley Nº 19.983 a la nueva tercera copia no se aplicaría a la factura electró-
nica.
Basta para responder al efecto –si ello no se concluye de la simple
lectura del artículo 9º y a pesar de que él dice expresamente que las
normas serán igualmente aplicables en caso que la factura sea un docu-
mento electrónico emitido de conformidad a la ley–, con revisar el con-
tenido del mensaje mediante el cual el Ejecutivo sometió el proyecto el
22 de mayo de 2003 a trámite parlamentario, un elemento clave para la
interpretación de la ley Nº 19.983. El señala, concretamente al referirse
a los contenidos de la iniciativa legal, en un numeral 6º titulado “Aplica-
ción de las normas propuestas a la factura electrónica”, lo siguiente:
“Por último, se establece que todas las normas propuestas en este pro-
yecto, serán igualmente aplicables a la factura electrónica, de manera
de dejar en igualdad de condiciones a quienes hacen un uso más inten-
sivo de las tecnologías”.
Al extremo radicalmente contrario de estas afirmaciones que siem-
bran dudas y debilitan la institucionalidad legal de la factura electrónica,
somos de aquellos que creen que la modificación legal de mayor impor-
tancia se relaciona con el factoraje y el cobro ejecutivo de las facturas
electrónicas que, en conformidad a las normas legales y administrativas
tributarias que hemos visto (el Código Tributario, el D.L. Nº 825 y las
resoluciones exentas Nºs. 09 y 45) y a las que se remite el artículo 9º en
estudio, se emiten y envían mediante Internet.
La norma clave, lo reiteramos, es el citado artículo 9º, que establece
ambas opciones y que confiere al Servicio de Impuestos Internos un rol
184 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

novedoso –como asignador de Fe Pública– en el proceso electrónico de


la cesión de derechos que se puede producir entre el emisor de la factura
y una empresa de factoring. Él homologa, ahora de manera especial y no
en la forma general de la ley Nº 19.799, cuando señala que las normas
serán igualmente aplicables en caso que la factura sea un documento
electrónico emitido de conformidad “a la ley” –léase “a las normas
tributarias”– por un contribuyente autorizado en forma previa y expre-
sa, como emisor o como receptor, por el Servicio de Impuestos Internos.
Se exigen sí, por regla general, condiciones o requisitos especiales:
(i) Primero, el documento o recibo de todo o parte del precio o re-
muneración “deberá ser suscrito” –necesariamente– por el emisor de la
factura electrónica con su firma también electrónica, esto es, utilizando
mecanismos digitales de autenticación de identidades que posibilitan
además asegurar la integridad o no alteración del contenido del docu-
mento y evitan la repudiación o el desconocimiento del mismo, proveídos
por empresas habilitadas previa y directamente –por el SII y en virtud de
la resolución Nº 09 de 2001– al efecto.
¿Cuál firma electrónica?, cabe preguntarse, porque el tema en su
momento fue debatido, discutiéndose sobre si sería necesario que ella
fuera de aquellas que doctrinaria y legalmente se califican como “avan-
zadas” o “simples” en el contexto de la ley Nº 19.799, para descartarse
las primeras –con inteligencia y racionalidad, porque la única diferencia
radica en que la empresa que vende un software o presta el servicio de
autenticar identidades puede estar o no, respectivamente, acreditada por
el Ministerio de Economía.
En el hecho, en materia de facturación electrónica las firmas o cla-
ves generadas hoy en día son todas de aquellas que permiten suscribir
un documento “avanzadamente”, y esto por una cuestión formal, a sa-
ber, porque todas las empresas que venden y generan los software o
certificados que se usan para firmar las facturas están, al mismo tiempo
que autorizadas previa y potestativamente por el Servicio de Impuestos
Internos, acreditadas –posteriormente– ante la Subsecretaría de Econo-
mía, para la generalidad del mundo de las operaciones comerciales, ban-
carias, de seguros, de documentos públicos, etcétera, más no para actuar
por este solo hecho en materia tributaria.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 185

(ii) En segundo lugar, además de la exigencia de que el emisor firme


electrónicamente el recibo del precio, se determinó que la recepción de
las mercaderías o servicios que consten en la factura “podrá verificar-
se” –es facultativo– con el acuse de recibo electrónico del receptor, tam-
bién firmado y mediando habilitación expresa del SII, siempre según lo
que establecen las normas tributarias.
Hace excepción el hecho de haberse usado el documento “guía de
despacho”, en cuyo caso la recepción de las mercaderías podrá constar
en ella y por escrito.
1.1. En otro orden de ideas, también muy ligera y erradamente, se ha
sostenido que este artículo 9º no hizo sino recoger los principios genera-
les contemplados en los incisos segundo y tercero del artículo 1º de la
ley Nº 19.799 sobre firmas y documentos electrónicos190.
Estamos en completo desacuerdo con lo sostenido y la lectura de las
Actas del debate en Comisión no arroja ninguna orientación que permita
argumentar así. Lo grave es que, de aceptarse este tipo de propuestas, la
interpretación que se haga del artículo 9º de la ley Nº 19.983 generaría
cuestionamientos a toda la normativa administrativa dictada por el Ser-
vicio de Impuestos Internos, con el respaldo y cumpliendo el mandato
legal del artículo 56 de la Ley del IVA.
En efecto:
a) Si la ley Nº 19.799 habla de “libertad de prestación de servicios”,
en materia tributaria y por el reenvío general que el artículo 9º de la ley
Nº 19.983 hace a la resolución Nº 09 de febrero de 2001, no existe libertad
alguna, sino que las empresas certificadoras de la identidad del firmante
que pueden operar sólo son aquellas previamente acreditadas por el SII;
b) Si la ley Nº 19.799 habla de “libre competencia”, el reenvío men-
cionado acota que la posible competencia se dará en un mercado restrin-
gido y sólo en base a diversidad de tarifas;

190 Señala el artículo que las actividades reguladas por ella se someterán a los prin-
cipios de libertad de prestación de servicios, libre competencia, neutralidad tecnológica,
compatibilidad internacional y equivalencia del soporte electrónico al soporte de papel,
y que toda interpretación de los preceptos de esta ley deberá guardar armonía con los
principios señalados.
186 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

c) No rige en materia tributaria y de facturación electrónica lo que la


ley Nº 19.799 denomina “neutralidad tecnológica”, porque el SII al
modelar el sistema de facturación electrónica optó por requerimientos y
estándares concretos y específicos, acogiendo derechamente un concre-
to estándar “XML” para diseñar el documento electrónico –el contribu-
yente no lo puede crear a su antojo– y optando por lo que se llama “crip-
tografía asimétrica o de dos claves” para la autenticación de los contri-
buyentes;
d) Si la ley Nº 19.799 habla de “compatibilidad internacional”, la
normativa tributaria no ha buscado de modo alguno que el sistema lo sea
con lo diseñado en otros países, porque no era necesario hacerlo, y
e) Si la ley Nº 19.799 habla de “equivalencia del soporte electrónico
al soporte de papel”, ello en materia tributaria –como hemos visto– está
consagrado o regulado reglamentariamente desde 1995 y legalmente
desde 1997, en el Reglamento y en la Ley del IVA, respectivamente.
1.2. Más arriba anticipamos un comentario en cuanto a que la copia
o el ejemplar electrónico regulado por la ley Nº 19.983 también era de
aquellos “sin valor tributario” a que se refiere la norma. Pero reitera-
mos que por la referencia que el propio artículo 9º hace a la normativa
de derecho público, debiéramos entender que es una excepción a lo re-
gulado para la cesión de derechos y el carácter ejecutivo de la copia
soportada en papel en las otras normas de la ley Nº 19.983.
Creemos que de cara a “la copia sin valor tributario de una factura
electrónica” a que alude el artículo 9º no puede creerse o estimarse que
ella está al margen de la fiscalización y de la reglamentación tributaria,
por cuanto el artículo establece que se regula para el caso en que la factura
sea “un documento electrónico emitido de conformidad a la ley por un
contribuyente autorizado por el Servicio de Impuestos Internos”, refe-
rencia explícita que otorga competencia al SII para, por ejemplo y a pesar
de la regla general del artículo 1º, conocer de un caso y aplicar sanciones
si se presentan casos de falsificaciones o de falta de autenticidad.
En abono de lo dicho veremos como, a propósito de la cesión elec-
trónica, la competencia que el artículo 9º asigna legalmente al SII para
administrar un registro electrónico de cesiones y que el decreto Nº 93
detalla para operar con los llamados “archivos electrónicos de cesión”
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 187

debe llevarnos a entender que, en materia de facturas electrónicas, no


cabe ni es admisible entender que el SII no posee competencia para
fiscalizar (es decir, claramente la posee), a pesar de tratarse de materias
–la cesión y el título ejecutivo– netamente de carácter comercial, finan-
ciero y procesal, y de que vendedores o cedentes, cesionarios o empre-
sas de factoring y compradores o deudores cedidos emitan y reciban
ejemplares electrónicos –en conformidad al artículo 1º– “sin valor tri-
butario”.
La factura electrónica nace legalmente en el ámbito tributario, y su
regulación –también legal– en materia procesal y comercial debe conte-
ner los mismos elementos de seguridad y validez establecidos por el SII
en las normas administrativas dictadas conforme al mandato de la Ley
del IVA, concretamente de su artículo 56 inciso tercero.
Incluso más y teorizando, creemos que el documento electrónico
que podría considerarse como “el original” o “el primer ejemplar” de-
bería ser el que se emite conforme a los requisitos técnicos y de seguri-
dad establecidos por el SII en sus resoluciones para ser enviado por el
contribuyente al ente fiscalizador, conforme lo establece la resolución
Nº 45 del año 2003.
2. ¿Cuál es la “copia electrónica y sin valor tributario” del original
también electrónico, que legalmente poseerá título ejecutivo?
Esta es la hipótesis de trabajo que resulta de relacionar los artículos
1º y 9º de la ley Nº 19.983, y no es menor el tema, incluso conceptual-
mente, porque los documentos electrónicos son exactamente iguales y
pueden por ende ser considerados todos como originales.
A priori, digamos que las copias sin valor tributario pueden ser dos:
o el ejemplar impreso, o el archivo electrónico de cesión, que en materia
o en el ámbito de la factura electrónica equivalen a las copias sin valor
tributario soportadas en papel a que aluden los artículos 1º a 8º de la ley
Nº 19.983. Por eso es que el artículo 9º de la ley Nº 19.983 establecía
originalmente que la cesión del crédito expresado debería ponerse en
conocimiento del obligado al pago de ellas: (i) en la forma señalada en
esta ley mediante el ejemplar impreso que se firma, más no en el anver-
so, o (ii) mediante su anotación en el registro público electrónico de
188 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

transferencias de créditos contenidos en facturas electrónicas que lleva


el Servicio de Impuestos Internos.
Si el artículo 1º establece que en toda operación de compraventa, de
prestación de servicios, o en aquellas que la ley asimile a tales operacio-
nes y en que el vendedor o prestador del servicio esté sujeto a la obliga-
ción de emitir factura, éste “deberá emitir una copia, sin valor tributa-
rio, de la factura original” para los efectos de su transferencia a terce-
ros o cobro ejecutivo, en conformidad al artículo 9º las normas de la ley
Nº 19.983 “serán igualmente aplicables en caso que la factura sea un
documento electrónico”, emitido de conformidad a la ley por un contri-
buyente autorizado por el Servicio de Impuestos Internos191. Y estas
normas tributarias son, esencialmente como hemos visto, el artículo 56
del decreto ley Nº 825 y la resolución exenta Nº 45.
Si intentamos una analogía con lo que pasa con el documento sopor-
tado en papel, en concreto con la tercera copia sin valor tributario que
desde la entrada en vigencia de la ley Nº 19.983 debe obligadamente
emitirse y firmarse, electrónicamente podría equivaler a un nuevo docu-
mento digital que tendría que generar el contribuyente autorizado por el
SII. Pero como se trata de archivos que técnicamente son exactamente
iguales, sólo figuradamente podría entenderse que el que se emite “por
tercera vez” (la primera para enviarlo al SII y la segunda para mandár-
selo al comprador o receptor) es el apto para demandar en juicio y el
único documento electrónico que tendría mérito ejecutivo.
En el Capítulo III veremos que para la cesión, también regulada en
el artículo 9º, el D.S. Nº 93 inventó el llamado “archivo electrónico de
cesión”, que es aquel a partir del cual se operativiza todo el proceso. Un
criterio de análisis, sólo para el contexto de la cesión, puede ser tener a
la vista el Reglamento de la ley –el decreto supremo Nº 93, en cuyo
artículo 3º se señala que la cesión “a título translaticio” del crédito con-
tenido en una factura electrónica se perfecciona mediante el envío del
llamado “archivo electrónico de cesión”.

191 Agrega la ley, como también consignamos, que en tal caso el recibo de todo o

parte del precio o remuneración deberá ser suscrito por el emisor con su firma electróni-
ca, y la recepción de las mercaderías o servicios que consten en la factura podrá verifi-
carse con el acuse de recibo electrónico del receptor.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 189

Es decir, podemos entender que en el ámbito de la transferencia elec-


trónica de los derechos de que da cuenta la factura no existen originales
ni primeras, segundas o terceras copias sino que el mérito legal se le ha
transferido reglamentariamente a un nuevo documento, por cierto gene-
rado a partir de los datos de la factura y que dentro de su contenido lleva
e incluye a la factura.
Consignamos que durante el debate en Comisión Mixta del proyecto
que originaría la ley Nº 19.983, precisamente se pidió tener presente –era
sólo una opinión pero que sirve de criterio de interpretación– que “en el
caso de los documentos electrónicos no existirían copias sino varios
originales idénticos”, no obstante lo cual sería necesario emitir “una
copia en papel” para registrar el recibo obligatorio. Siguiendo esta línea
argumentativa, podría sostenerse que en materia de facturas electróni-
cas no existe o no puede existir una copia “electrónica” sin valor tribu-
tario de una factura original de la misma naturaleza, y que por eso se
creó el archivo electrónico de cesión.
Anteriormente nos interrogamos sobre los ejemplares electrónicos.
En efecto: ¿cabe hablar, como se ha sugerido en doctrina, de un “primer
ejemplar electrónico”, de un “segundo ejemplar”, de un “tercer ejemplar”
y así sucesivamente?; ¿podría fundadamente entenderse que “el original
electrónico” es el que se genera o emite por primera vez y se envía al SII,
y que lo que almacena como respaldo el emisor de la factura (léase vende-
dor de las mercancías o prestador del servicio) o lo que se envía al recep-
tor (léase comprador) son sólo “copias electrónicas” de ese original?
La opción de entenderse que lo que existe son varios ejemplares
electrónicos originales e idénticos dijimos que era conveniente para to-
dos los actores del sistema, sea el emisor que genera el documento y
almacena un ejemplar, el SII que recibe el emitido primero, el receptor
que recibe el segundo e –incluso– el cesionario en caso de una opera-
ción de factoring electrónico. Todos quedarían resguardados con la te-
nencia de un documento electrónico original, y habría que entender de
seguirse este criterio interpretativo –reiteramos– que en materia de fac-
tura electrónica no existen las copias digitales sin valor tributario de un
original también magnético, a que alude como un supuesto básico la ley
Nº 19.983 en su artículo 1º.
190 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Pero una opción tan radical y novedosa como ésta, que hace excep-
ción a la idea matriz y al supuesto esencial de la ley, tendría que haber
sido explicitada por el propio artículo 9º y no colegirse mediante inter-
pretaciones. No fue el caso, por cierto.
Y explicamos lo que dispone el Resolutivo Tercero Numeral 2 de la
resolución Nº 45 del SII, cuando al establecer que al cumplir un emisor
de facturas electrónicas con la obligación de enviar en primer lugar al SII
un ejemplar de cada documento generado, aquel será almacenado por el
SII para fines de fiscalización y verificación, sin que al órgano tributario
le corresponda –porque no es su función ofrecer el servicio– “otorgar
copias de los documentos almacenados”. Debe entenderse –necesaria-
mente– que la norma sólo alude a la no entrega de “copias electrónicas”
obtenidas en base al “original” de igual naturaleza que obra en los siste-
mas computacionales del Servicio.
¿Una solución práctica?: en materia tributaria, en conformidad al
inciso cuarto del artículo 56 y a las resoluciones exentas Nº 18 y 45192
que consideran a la representación impresa del documento electrónico
como un documento tributariamente válido cuando cumpla con un de-
terminado formato, (y no en el ámbito general de la ley Nº 19.799 que
no se refiere de manera alguna al tema), tiene valor legal la impresión en
papel que se haga de la factura electrónica previamente emitida.
No obstante, en un plano de lege ferenda, proponemos que se modi-
fique el artículo 9º de la ley Nº 19.983 para incorporar el siguiente inciso
tercero, pasando el actual tercero a ser cuarto:
“Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 56 del decreto ley Nº 825, por
el cual las copias que el Servicio de Impuestos Internos disponga imprimir
en soporte papel en base al original electrónico tendrán el valor probato-
rio de un instrumento privado, emanado de la persona bajo cuya firma elec-
trónica se transmitió, el mismo valor tendrán las copias que impriman el
emisor de la factura en conformidad a la ley, sea para endosarlo o cederlo

192
Véase en la resolución Nº 45 el artículo 4º números 6 y 7, que disponen que la
impresión que se efectúe del documento por ejemplo en caso de transporte de mercan-
cías corporales o cuando el receptor de la factura no sea electrónico, deberá cumplir con
los requisitos de formato y las normas fijadas en la resolución exenta Nº 18 para la
representación impresa de los documentos electrónicos.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 191

en cobro y las que imprima el receptor, siempre y cuando contengan el tim-


bre electrónico definido legal y administrativamente que permite verificar
la integridad y autenticidad del original electrónico al ser impreso”.
Repárese además en que nos hacemos cargo de la necesidad de dis-
tinguir entre cuáles serían los documentos originales y cuáles las copias
en soporte digital o magnético.
Pero esta opción pragmática nos saca del ámbito de la hipótesis de
trabajo y deja sin respuesta la consulta que motiva este acápite Nº 2, a
saber, cuál sería la copia electrónica y sin valor tributario de la factura
electrónica original que legalmente posee título ejecutivo. Necesariamen-
te, al parecer y, en definitiva, habría que entender que todos los ejemplares
electrónicos son similares y originales, y que no existen las copias elec-
trónicas, en el sentido que esencial y analógicamente para el documento
soportado en papel regula el artículo 1º de la ley Nº 19.983. Normativa-
mente, ella es reemplazada por el archivo electrónico de cesión.
3. Comentarios acerca del debate parlamentario previo
(Informe de la Comisión Mixta)
El artículo aprobado por la Cámara de Diputados en el primer trámi-
te constitucional fue el siguiente:
“Artículo 10.- Las normas de esta ley serán igualmente aplicables en el
caso en que la factura sea un documento electrónico, emitido de conformi-
dad a la ley. En tal caso, el recibo del todo o parte del precio o remunera-
ción y la recepción de las mercaderías o servicios que consten en la factu-
ra, deberán ser suscritos por quien corresponda, con su firma electrónica.
No obstante, si se ha utilizado guía de despacho, la recepción de la merca-
dería deberá constar en ella, por escrito, de conformidad con lo estableci-
do en esta ley. Para los efectos de su transferencia a terceros o para su
cobro ejecutivo, de acuerdo a las disposiciones de esta ley, se podrá emitir
un ejemplar, impreso en papel, de la factura electrónica, el que será equi-
valente a la copia sin valor tributario a que se refiere el inciso primero del
artículo 1º”.
Agregaba, luego de consagrase como fórmula de salida la impresión
en papel y aludiendo expresamente a la operatoria electrónica, conside-
rada ella como una segunda opción, que:
192 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

“...alternativamente esta factura podrá también transferirse y darse en


cobro por vía electrónica, de conformidad con las normas aplicables a los
documentos electrónicos, en cuyo caso, la factura deberá contener los cam-
pos necesarios a efectos de incluir la mención “cedible”, la firma y ante-
cedentes del cedente, los antecedentes del cesionario y el recibo de las
mercaderías o servicios adquiridos.”.
Pero ambas referencias no se mantuvieron en el artículo aprobado
en definitiva y hoy vigente. Consigna el Informe de la Comisión Mixta
como el artículo sustitutivo aprobado por el Senado –en segundo trá-
mite constitucional– eliminó la mayor parte de las disposiciones de
este artículo, tales como las alusiones al recibo, a la firma electrónica,
a la emisión de ejemplares en papel, y a la operatoria electrónica alter-
nativa, para consignar simplemente y de manera general que las nor-
mas del proyecto serán igualmente aplicables a las facturas electróni-
cas emitidas por contribuyentes autorizados al efecto por el Servicio de
Impuestos Internos, salvo lo dispuesto en el segundo inciso del artículo
7º193.
La razón de esta opción fue consignada en el segundo informe de la
Comisión de Economía del Senado, a saber, que se consideró que res-
pecto de la cesión de facturas se estaba diseñando un modelo de cámara
compensadora electrónica que podría ser generada y operada por alguna
entidad del sector público o del privado, siempre que ofreciera garantías
en cuanto a la certeza jurídica y material de que debían estar investidos
el sistema y los documentos electrónicos registrados.
Como ese modelo estaba aún en desarrollo, se propuso –programá-
ticamente– facultar al Presidente de la República para implementarlo
mediante un reglamento, pero éste, el actual decreto supremo Nº 93, sólo
se refiere a la cesión electrónica de los créditos contenidos en la factura,
y dejó de lado cualquier disposición relacionada con un eventual juicio
ejecutivo en base a una factura electrónica.
En definitiva, la Comisión Mixta estuvo por mantener, con modifi-
caciones, la existencia de un artículo que por ley sólo definiera con-

193
Se refiere a la notificación de la cesión del crédito que consta en la factura al
obligado al pago de la misma, por un ministro de fe o por carta certificada.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 193

ceptualmente los elementos centrales tanto del título ejecutivo como de


la posibilidad de ceder facturas electrónicas, que es el actual artículo 9º.
4. Normas de la resolución Nº 14,
de febrero de 2005, aplicables a la factura electrónica
La razón de ser principal de la Resolución fue la de complementar,
desde el punto de vista de los plazos, la entrada en vigencia de la ley
Nº 19.983, la necesidad de timbrar la tercera copia sin valor tributario, y
la existencia de facturas previamente timbradas y en uso carentes de
dicha tercera copia. A lo anterior, se suma que se buscó aclarar como
tenía que ser la materialización o la formalización documental de los
cambios adoptados por la ley Nº 19.983.
No obstante, en cuanto a las facturas electrónicas el Considerando
4º consignó que fue una resolución Nº 45 del año 2003 la que estableció
las normas y procedimientos de operación respecto de los documentos
tributarios electrónicos, y en concordancia con esta norma, la resolución
Nº 14 se refiere al caso en que sea necesario imprimir en papel un docu-
mento electrónico.
En este caso y conforme lo dispone el resolutivo 1º, cuando sea ne-
cesaria la emisión de un ejemplar impreso en papel para dejar constan-
cia del recibo de las mercancías o de los servicios prestados, dice la letra
d) que la exigencia de contar con un ejemplar que pueda ser destinado a
la cesión o cobro ejecutivo, deberá ser cumplida mediante la emisión de,
al menos, una representación impresa del Documento Electrónico “que
incluya el recuadro de identificación de la persona que realiza el acuse
de recibo”.
Como sabemos, a esta fecha dicho recuadro debe señalar o que la
leyenda que debe constar en el recuadro será la siguiente: “El acuse de
recibo que se declara en este acto, de acuerdo a lo dispuesto en la letra
b) del artículo 4º, y la letra c) del artículo 5º de la ley Nº 19.983, acredi-
ta que la entrega de mercaderías o servicio (s) prestado (s) ha (n) sido
recibido (s)”.
Se ha cuestionado por la prensa la referida necesidad de impresión
en papel –que a su turno también contempló el artículo 56 del D.L.
Nº 825–, porque ello significará que:
194 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

“...los esfuerzos para sumarse a los cambios tecnológicos en la emisión de


los documentos en forma electrónica habrían sido en vano, puesto que las
empresas igual deberán vender sus mercaderías o prestar servicios entre-
gando una factura física, que tendrán que archivar, enumerar y controlar
su correlativo”.
No compartimos esta crítica, porque no debe olvidarse que todos los
procesos modernizadores deben ser paulatinos, y prácticas comerciales
tan arraigadas al ser sometidas a nuevas normativas se resienten induda-
blemente, por lo cual deben contemplarse “válvulas de salida” para si-
tuaciones como el envío de mercancías o para los casos en que el recep-
tor de las mercancías no haya sido autorizado a operar en forma electró-
nica.
5. Contenido del Reglamento de la ley Nº 19.983
(referencia previa)
Cronológicamente, sólo con posterioridad a la resolución Nº 14 se
promulgó el decreto supremo Nº 93, que vino a cumplir con el mandato
del artículo 9º de la ley Nº 19.983 para reglamentar la cesión de los
créditos contenidos en una factura electrónica.
En cuanto a su contenido, digamos que en los solo 10 artículos que
lo conforman lo más relevante es lo relacionado con la posibilidad de
que la transferencia de los derechos personales pueda hacerse y ponerse
en conocimiento del obligado al pago de las facturas electrónicas (el
deudor del precio o del saldo de precio), anotándolas en un nuevo regis-
tro electrónico de transferencias de créditos contenidos en facturas elec-
trónicas o “Registro Público Electrónico de Transferencia de Crédi-
tos”, que administrará el Servicio de Impuestos Internos personalmente
o encargándole la gestión a terceros mediante la celebración de un con-
trato.
Nos remitimos a lo desarrollado en la Sección Segunda del Capítulo
III, Acápite “D”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 195

CAPÍTULO III
EL FACTORING O FACTORAJE ELECTRÓNICO

SECCIÓN PRIMERA
EL FACTORING O FACTORAJE
A. GENERALIDADES
Nos adentramos en una institución que modernamente ha sido
visualizada desde dos perspectivas relevantes, a saber, sus implicancias
económicas y sus aspectos jurídicos o contractuales.
En esencia, económica y jurídicamente, se ha considerado siempre
que consiste en una herramienta financiera que permite transformar las
cuentas por cobrar en recursos líquidos inmediatos –léase “obtener fi-
nanciamiento líquido o capital de trabajo”–, a través de un contrato
previo de cesión de facturas, de cuentas por cobrar y/o de créditos docu-
mentados, donde habrá un pago anticipado del documento pendiente de
pago para el cedente, y el costo de la operación será un descuento sobre
el precio indicado en la factura que realizará el cesionario o la empresa
de factoring.
En doctrina se considera que se trata de una operación financiera
compuesta de diversos actos jurídicos concatenados para un fin econó-
mico determinado, menos gravosa que una operación de crédito banca-
rio que exige, por ejemplo, el otorgamiento de garantías reales como
prendas o hipotecas.
No es errado pensar en el factoring como un mecanismo comercial
y jurídico que permite que el acreedor de la obligación de que da cuenta
196 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

la factura ceda su derecho o crédito sobre la misma, para obtener recur-


sos líquidos en caso de urgencias económicas. Desde esta perspectiva,
algunos reducen la figura a la conversión de cuentas por cobrar en dine-
ro efectivo obteniéndose liquidez inmediata y en forma anticipada al
cobro de la factura, la que es proveída por quien compra el crédito a un
precio más bajo que el señalado en el título o documento pendiente de
pago, y donde el elemento clave para que se materialice la operación es
el estudio que se hace sobre la capacidad de pago del deudor y no del
cliente o cedente.
Se trata, ciertamente, de una operación bastante antigua y de origen
financiero que data de la época de la Colonia, cuando atendido el riesgo
comercial que conllevaba trasladar mercancías desde Europa a América
los proveedores exigían un tercero que avalara las negociaciones.
Un análisis extenso debiera partir por los orígenes de esta institu-
ción, remontándose a las prácticas del comercio colonial inglés, a su
desarrollo en el mercado norteamericano y a su uso alternativo en Euro-
pa como un medio de financiamiento para las PYME, que es lo más
característico del negocio o del servicio que ofrecen a los “clientes o
empresarios” el o los “factores o sociedades de factoring”194, y que
opera con la liquidez anticipada de los créditos y de los documentos por
cobrar de que un empresario pueda disponer en contra de sus clientes y/
o deudores, mismos con los que había celebrado a plazo una venta de
bienes o la prestación de servicios. No es, por cierto, el Norte de este
trabajo, menos cuando existen publicaciones que ya han aportado
idóneamente al efecto195.
En cuanto al impacto del negocio y a la importancia del tema en
Chile, sirve como referencia tener presente que a la fecha de la entrada
en vigencia de la ley existían al menos 30 empresas que ofrecían servi-

194 Junto al financiamiento mediante liquidez anticipada –que es la principal razón

del desarrollo moderno, nacional e internacional del negocio–, una empresa de factoring
puede ofrecer asumir la gestión de todos los créditos del empresario e incluso asegurar
o garantizarle la solvencia y responder por la insolvencia de los clientes o deudores
cedidos con los que opera y celebra contratos.
195 MARRÉ VELASCO (1995), páginas 13 y ss.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 197

cios de factoring en nuestro país, de las cuales 12 eran sociedades anó-


nimas cerradas ligadas a bancos nacionales y extranjeros, y unas 18 son
empresas independientes, con diferente composición patrimonial y gra-
do de formalidad en la gestión de sus negocios. Sin embargo, se afirma
que a esta fecha serían más de doscientos los factoring no bancarios e
informales que operan en el país.
Según informaciones de prensa, en Chile en los últimos años, 5 años
antes de la entrada en vigencia de la ley, la industria había crecido a
tasas de dos dígitos, y el año 2004, tanto las empresas de factoring ban-
carias como las no bancarias habían aumentado sus colocaciones con
cifras del 25% y 15%, respectivamente196. De la mano de las opciones
de la transferencia o cesibilidad mediante simples endosos y la caracte-
rística de la ejecutividad legal que posibilitó la ley Nº 19.983, sumado al
término de las dudas en cuanto a cómo hacer las notificaciones de las
cesiones de los documentos, estimaciones de analistas financieros indi-
can que la industria seguirá creciendo a tasas de dos dígitos y cada vez
será más competitivo el mercado.
Según cifras de la Asociación Chilena de Empresas de Factoring
(Achef), a la fecha de la entrada en vigencia de la ley el servicio había
entrado fuerte en el área de la industria manufacturera –con el 22%–;
luego en el comercio al por mayor y detalle que, juntos, cubren un 30%;
en la construcción y el transporte con 8% cada uno, y en la actividad
pesquera con un 7%.

196 Para dimensionar la real importancia de que esta actividad cuente con estabi-

lidad y certeza jurídica: según el Diario Financiero de mayo de 2005, el factoring es


uno de los negocios financieros que más ha crecido en el último tiempo. Se habría
expandido un 25% en volumen de operaciones entre 2003 y 2004, llegando a $ 728.396
millones, y sus clientes ascendían a cerca de 7.000 empresas, según las cifras de la
Asociación Chilena de Factoring. En términos de colocaciones la explosión ha sido
aún mayor; el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (IPOM) des-
tacó el crecimiento de los préstamos de esta industria que subieron a una tasa de 150%,
cifra que no es menor considerando que las bancarias lo hacen con un ritmo entre 11%
y 13%. La Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) por su par-
te, informó que a abril de 2005 las colocaciones de factoring ascendieron a $ 346.214
millones, las que representan un incremento de casi 156% respecto del mismo mes de
2004.
198 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

B. CONCEPTOS Y ELEMENTOS
DEL CONTRATO DE FACTORING O FACTORAJE

1. Aspectos económicos y jurídicos


Puede definirse como un contrato por medio del cual una entidad
financiera, compañía de factoring o “factor” actúa como intermediario
financiero y se hace cargo de las funciones de crédito y gestiones de
cobranza de una empresa vendedora o prestadora de servicios, adheren-
te o “cliente”197.
Previamente existe una persona natural o jurídica que requiere el
servicio de traspasar a dinero las facturas que ha emitido, por una cir-
cunstancia especial como la falta de liquidez o el eventual riesgo de
insolvencia de su deudor o “comprador” –adquirente de los bienes o
beneficiario de los servicios prestados mediante pago diferido a plazo–,
que cede al “factor” los créditos o le transfiere las facturas que tenga
para cobrar, debidamente endosadas.
Al decir del profesor Ricardo SANDOVAL, “se trata de una actividad
financiera mediante la cual la empresa de factoring adquiere los créditos
de que son titulares los comerciantes en contra de sus clientes” –conte-
nidos por cierto en la factura respectiva–, garantizando el pago de los
mismos a cambio de una retribución y anticipando el valor de tales
acreencias con devengo de intereses.
El Mensaje del Gobierno mediante el cual –en mayo del año 2003–
se presentó el proyecto que luego originaría la ley Nº 19.983 consignó,
sin mayor análisis y sólo a modo ilustrativo algunas definiciones.
En primer lugar, señalaba que de conformidad con la Enciclopedia
Británica significa, en finanzas, la “venta contractual” de “las cuentas
por cobrar” por la empresa que las mantiene a una institución especia-
lizada denominada factor, con el objeto de obtener el pago en efectivo
antes del vencimiento de dichas cuentas, y donde el factor asume “la
completa responsabilidad” por el análisis del crédito o de las cuentas

197 En términos comerciales, el factor efectúa para los comerciantes las tareas de

gestión y cobro de sus créditos mercantiles, y les presta además otros servicios por ejem-
plo de contabilidad, de estudios de mercado o de investigación de clientela.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 199

nuevas, por la recaudación o cobranza y por aquellos que en definitiva


sean incobrables. Hemos destacado lo de venta contractual, cuentas por
cobrar y responsabilidad, porque según esta definición la diferencia con
el mecanismo de los créditos es que –conceptualmente– no existen ga-
rantías ofrecidas al factor por la empresa que las mantiene, sino que hay
una transferencia en dominio originada por la compraventa de los docu-
mentos mercantiles impagos.
En segundo lugar, y citando a Jaime BATARCE MUFDI y el libro titu-
lado “La Industria del Factoring en Chile. Una Alternativa de Finan-
ciamiento para las PYMES”, del año 2001, el factoring que opera en la
mayoría de los países desarrollados sería el servicio que otorga una ins-
titución financiera o factor que consiste en la compra que realiza “de las
cuentas por cobrar que provienen de la explotación normal del giro” de
una determinada empresa –el cliente del factor o su cedente–.
De manera similar a la Enciclopedia Británica, BATARCE señala –se-
gún el Mensaje con que el Ejecutivo presentó el proyecto al Parlamen-
to– que es característico del factoring que el riesgo de no pago por insol-
vencia del deudor, es decir del que debe pagar la cuenta por cobrar, y la
responsabilidad de la cobranza, son asumidos por el factor.
Agrega el Mensaje que “dicho más simplemente”, sería una compra
de las cuentas por cobrar en que el factor, al pasar a ser titular de las
cuentas adquiridas, asume la responsabilidad de la cobranza, y el cliente
o cedente se libera de la responsabilidad por la eventual insolvencia del
deudor.
1.1. Financiera y económicamente, situados en el contexto cotidia-
no de las ventas de bienes y la prestación de servicios cuyo pago queda
pendiendo de un plazo porque se ha conferido un crédito al efecto, el
contrato de factoring es la herramienta que, primeramente, (i) permite a
los emisores, vendedores y prestadores de servicios ofrecer comercial-
mente a sus clientes la venta de productos198 mediante una política de

198 Un comentario económico al paso: téngase presente que los productos del giro

del cedente-cliente y cuya venta genera el crédito que se transfiere al factor no deben ser
de aquellos “perecederos”, porque el factor se verá afectado por posibles discusiones
entre productores y compradores por ejemplo de frutas, carnes, etcétera.
200 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

opciones de crédito, de aplazamiento de pago o de cuenta abierta. Lo


que piensa o pondera el vendedor es que puede aceptar de sus clientes
pagos diferidos o sujetos a plazo porque la empresa de factoring, a la
cual cederá y transferirá en dominio los créditos respectivos, le dará la
liquidez necesaria para el pago de sus flujos de caja.
En segundo lugar, (ii) posibilita liberar créditos inmovilizados o re-
cursos propios sin necesidad de endeudarse y de obtener recursos aje-
nos, y lograrse en definitiva un cobro anticipado de lo que se le adeuda
al cliente-cedente, con la consiguiente obtención de liquidez para que el
financiado asuma oportunamente el pago de los flujos de caja de su
empresa.
Y en tercer lugar, (iii) permite externalizar las operaciones que no
competen ni son esenciales al giro específico del empresario ni a la pro-
ducción y comercialización de sus bienes o productos, pero que sí son
necesarias, por cierto, para desarrollarlo.
Las entidades bancarias sistematizan las siguientes ventajas finan-
cieras: a) se mejora el flujo de caja de la empresa al transformar las
ventas a crédito en ventas al contado; b) se liberan otras fuentes de fi-
nanciamiento; c) disminuyen los plazos de recuperación de la cobranza
de las cuentas por cobrar, cedidas al factoring; d) se efectúa externaliza-
damente el servicio de la cobranza de cuentas por cobrar y disminuye la
carga de trabajo administrativo; e) el factoring no constituye deuda en el
sistema financiero; f) se mejoran los índices financieros de la empresa
mediante la venta de cuentas por cobrar y el pago de pasivos; f) se obtie-
ne el efectivo de la venta de las cuentas por cobrar en forma ágil y expe-
dita, y g) implica la compra de un activo y no el otorgamiento de un
crédito.
1.2. Jurídicamente la esencia de este contrato, que no había sido
regulado específicamente y en su aspecto esencial por el ordenamiento
jurídico sustantivo hasta la entrada en vigencia de la ley Nº 19.983, en
diciembre del año 2004199, y por ende se regía por las reglas generales
de la cesión de créditos contempladas en el Código Civil, presupone que

199 La excepción estaba dada por las normas administrativas de la Superintendencia

de Bancos, dictadas para regular el factoring bancario.


COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 201

existe un cliente o empresario que cede o transfiere a título traslaticio o


en dominio a un factor –y nuevo titular adquirente– los créditos de que
dispone y que aparecen consignados en una factura, cualquiera que sea
el soporte en que ella se emita conforme a Derecho –papel o electróni-
co–, como ya hemos estudiado latamente en el Capítulo anterior–.
Por intermedio de este contrato el factor no se limita a financiar
anticipando liquidez en relación al monto de los créditos transferidos y
con anterioridad al vencimiento de ellos200, sino que asume y presta
además los siguientes servicios: de gestión, de cobro prejudicial y judi-
cial en caso de mora o insolvencia del deudor, de contabilización de los
créditos transferidos –porque contablemente el único deudor que existi-
rá será el factor o la empresa de factoraje y habrá una disminución de
costos administrativos–, y de información comercial y financiera sobre
los deudores; e incluso, puede contratarse con el factor un servicio de
garantía de la insolvencia201.
La comisión o el precio que se cobra por todos estos servicios puede
ser lo que se deduzca del valor de los créditos efectivamente cobrados, o
una cantidad porcentual al importe de la totalidad de los créditos transfe-
ridos, salvo que se fijen o estipulen pagos adicionales por su prestación.
Es también propio de estos contratos la existencia de un “poder de
control” del factor, mediante el cual éste puede solicitar al cedente toda
la información contable y financiera de la empresa beneficiaria y de sus
diversos deudores, realizando una inspección al efecto, por lo que en
definitiva se logra una mejor evaluación de los posibles niveles de ries-
go involucrados en la operación comercial y financiera.
Esta facultad se complementa con la “de aceptación o aprobación”,
que permite al factor evaluar antes de la transferencia de un crédito la

200 Suele denominarse al mercado del factoring como una actividad de financia-

miento “informal” o sin restricciones crediticias de la actividad empresarial, para opo-


nerla al financiamiento “formal” que es propio de la actividad bancaria. Pero hoy en día
los mismos bancos son los principales prestadores de servicios de factoraje.
201 MARRÉ VELASCO (1995), páginas 29 y ss., los clasifica y estudia como los servi-

cios a) de gestión de créditos, b) los de garantía o asunción del riesgo de insolvencia ante
la contingencia del no pago de los créditos, y c) los financieros.
202 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

conveniencia del mismo, mas no considerando la operación que genera


el crédito sino la solvencia o insolvencia del deudor cedido y, en defini-
tiva, optar por excluir o rechazar –expresamente– del contrato de factoring
los créditos ofrecidos que no cumplan con mínimas condiciones de via-
bilidad de cara a su cobro –prejudicial y judicial– posterior202.
Las condiciones o criterios de evaluación de la solvencia y viabili-
dad de cobro de los créditos, por cierto, deben estipularse expresamente
en el contrato de factoring, con lo cual se evitan posibles abusos por
parte del factor o cesionario, quien si no respeta los criterios fijados
estaría incumpliendo los términos del contrato bilateral y podría ser de-
mandado para la resolución del contrato, con la eventual indemnización
de los perjuicios ocasionados al cliente o cedente.
En el contexto de las categorías contractuales el contrato de factoring
cabe dentro de los llamados “de adhesión”, por cuanto –como ha siste-
matizado la doctrina civilista y comercial– la oferta del factor contiene
todas las cláusulas del acuerdo de voluntades y las únicas opciones para
el cliente-cedente son las de aceptar o rechazar la oferta; porque la ofer-
ta se dirige de manera general a todos los eventuales contratantes; por-
que la oferta permanece en vigor mientras no es modificada por el ofe-
rente; porque la oferta es detallada y todos los aspectos del contrato son
reglamentados por ella, y porque existe un desequilibrio económico en-
tre los contratantes y el oferente –en este caso el factor– se encuentra en
posición de establecer unilateralmente las cláusulas o las llamadas “con-
diciones generales” del contrato203.
Enfrentados en doctrina a abordar la calificación jurídica del contra-
to, MARRÉ VELASCO204 parte por precisar cuáles son los servicios de la

202
MARRÉ VELASCO (1995), página 36, consigna que en la práctica lo que el factor
hace es aceptar la transferencia mediante la aprobación de un fondo de crédito por cada
deudor habitual del cliente, contra determinados deudores y hasta por un valor previa-
mente fijado, incluso antes que los documentos existan.
203 El paso reflexivo siguiente es entender y tener presente que la existencia de

condiciones generales de contratación lleva a la estandarización de las prácticas comer-


ciales y a la tipificación normativa de los contratos.
204 MARRÉ VELASCO (1995), páginas 58 y ss.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 203

esencia que en todo tipo de contrato de factoring el factor acomete para


con su cliente y cedente, y consigna en este sentido: a) la transferencia
de créditos en forma global y futura: b) el pacto de cuenta corriente que
incluyen las partes para simplificar sus relaciones, toda vez que entre
ellos surgen distintos créditos, y c) el servicio de gestión, cobro y conta-
bilización de los créditos.
Agrega luego otros servicios no esenciales pero que el factor presta
comúnmente y son los que precisamente han generado el auge de estos
contratos, a saber: a) los servicios de garantía, y fundamentalmente,
b) los servicios de financiación mediante anticipos sobre los créditos
transferidos, ambos que, teóricamente, podrían no estar contemplados
en un contrato de factoring, donde el elemento esencial sería la transfe-
rencia de créditos.
En nuestra opinión, a estas alturas el tema del financiamiento –en el
hecho– ha pasado a ser de la esencia del contrato de factoring, al igual
que la cesión o transferencia de créditos.
En este contexto y parafraseando a MARRÉ VELASCO, la factura es
hoy en día en Chile y de la mano de la ley Nº 19.983 un instrumento
jurídico mucho más idóneo y que permite operar en base a una transfe-
rencia global y futura de créditos, máxime si dichos créditos se encuen-
tran aprobados por el factor antes de que existan, hasta un valor fijo
predeterminado y en relación a concretos y determinados deudores del
cedente.
2. La cesión del crédito de que da cuenta
la factura y su notificación al deudor cedido
Se habla también de la transferencia de derechos del cliente o em-
presario al factor para referirse al elemento más esencial del contrato de
factoring, en cuya virtud se materializa la cesión del derecho a cobrar
una factura a cambio del pago anticipado del precio o saldo de precio
que se adeuda.
Más ampliamente, el Mensaje con que se presentó el proyecto que
más tarde originaría la ley Nº 19.983 habla del “uso de la factura en el
tráfico comercial y financiero”. Ante el desarrollo del factoring los cré-
ditos que constan en una factura han adquirido creciente importancia, y
204 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

porque los saldos de precios impagos no constan –regularmente– en tí-


tulos de créditos adicionales generados expresamente para garantizar su
pago (como letras de cambio o pagarés), sino que la deuda consta sola-
mente de la factura, “es este documento y no otro el que permite al acree-
dor del crédito que consta en él negociarlo con un agente financiero, y
que éste o el acreedor original proceda a su cobro”.
Téngase presente que una cesión de créditos se caracteriza, esen-
cialmente, (i) porque el acreedor y vendedor que asume la calidad de
cedente responde solamente de la existencia y legitimidad del crédito;
(ii) porque es necesario notificar la transferencia de los créditos de que
da cuenta la factura (o el título) al deudor cedido, para que le afecte o
produzca efectos jurídicos a su respecto, y (iii) porque el crédito transfe-
rido arrastrará los posibles defectos, vicios y limitaciones que se hayan
ido acumulando en cada una de las transferencias.
El contrato de factoring siempre opera mediante la base de una trans-
ferencia crediticia, instrumental y traslaticia que hace o transforma al
factor dueño de los créditos, la que doctrinariamente se ha calificado o
caracterizado por ser “global” –al incluirse todos los créditos disponi-
bles–, “exclusiva” –sólo con una empresa de factoring a la vez– y “fu-
tura” –porque se comprenden los créditos que vayan naciendo o sur-
giendo y no sólo los existentes a la fecha de la celebración del contra-
to205–, misma que debe serle notificada –judicial o notarialmente– al
deudor, quien por su parte se enfrentará a un cambio de acreedor y quien
eventualmente podría encontrarse con un demandante judicial descono-
cido.
Siempre ocurrirá que los terceros ajenos al contrato de factoring
pero que previamente habían contratado con el cedente-cliente pasarán
a ser deudores del factor-cesionario, a consecuencia de la transferencia
crediticia en estudio. El pago de los créditos deberá hacerse, necesaria-
mente, a quien detente la calidad de propietario al momento en que el se
verifique.

205 Por lo dicho el contrato puede calificarse jurídicamente como de tracto sucesivo,

porque las obligaciones para las partes van naciendo y extinguiéndose sucesivamente.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 205

De la naturaleza traslaticia de la cesión se sigue que el factor actúa


posteriormente no como un simple mandatario del empresario cedente,
sino que busca el cobro de créditos propios o que le pertenecen.
Al contrato de factoring se le han aplicado –por remisión expresa
de las partes contratantes– las normas generales de la cesión o transfe-
rencia de créditos nominativos contempladas en el Código Civil, lo que
derivaba del hecho de que carecía de una regulación específica propia y
de que existían vacíos al ser creado en base a la autonomía de la volun-
tad y a la libertad contractual de las partes contratantes.
En un fallo de la Corte Suprema del año 2001, que comentamos más
abajo, se estableció que tratándose del caso de la cesión de un crédito
mercantil era aplicable lo establecido en el artículo 162 del Código de
Comercio, es decir, que tratándose de la cesión de un crédito no endosa-
ble ella se sujetaba a las reglas establecidas en el Título de la Cesión de
Derechos del Código Civil; por ende, la notificación de la cesión debía
hacerse por un Ministro de Fe con exhibición del respectivo título, y tal
cesión (artículo 1902 del Código) no producía efecto contra el deudor ni
contra terceros mientas no hubiera sido notificada por el cesionario al
deudor o aceptada por él.
En la doctrina se han formulado diversas clasificaciones para deter-
minar con mayor precisión las características de este contrato, distin-
guiéndose entre un “factoring con responsabilidad o con recurso” –donde
el cedente del crédito se hace responsable de la solvencia futura del
deudor original, de manera que ante el no pago del crédito el factor
puede perseguir el pago en su cliente-cedente o, a veces indistintamente,
también en el deudor original del crédito, y un “factoring sin responsa-
bilidad o sin recurso”, que a la inversa, existe cuando el cedente no se
obliga al pago del crédito ante la insolvencia del deudor. Al decir del
mensaje del proyecto de la ley Nº 19.983, en la legislación de nuestro
país se observa también esta diferencia.
El artículo 1907 del Código Civil –que fija los efectos de la cesión
de créditos nominativos– establece que el que cede un crédito a título
oneroso se hace responsable de su existencia al tiempo de la cesión –de
que verdaderamente le pertenecía en ese tiempo–, pero no se hace res-
ponsable de la solvencia futura del deudor si no se compromete expresa-
206 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

mente a ello. De no hacerlo se entiende que sólo se hace responsable de


la solvencia presente206.
Dentro de la terminología utilizada por la doctrina el Código Civil
establece pues una cesión de créditos con garantía o con recurso, salvo
disposición expresa en contrario. Puede consignarse que existe una ley
18.092, de 1982, que dicta nuevas normas sobre letra de cambio y paga-
ré, la que señala que las letras y pagarés a la orden se transfieren por
endoso y fija una doctrina inversa respecto del endoso de títulos de cré-
dito a la orden.207
De conformidad con nuestro derecho, la factura, en cuanto docu-
mento que da cuenta de un crédito personal, tiene carácter nominativo, y
en consecuencia para su transferencia deben ser empleadas las formali-
dades establecidas en el Código Civil. Éstas eran las normas a que debía
sujetarse la factura en cuanto documento que da cuenta de un crédito
personal. El artículo 1901 establece que “la cesión no produce efecto
contra el deudor ni contra terceros, mientras no ha sido notificada por
el cesionario al deudor o aceptada por éste”, (i) lo que implica la nece-
sidad de realizar la tramitación judicial –o notarial– respectiva a efectos
de comunicar formalmente al deudor de la cesión de su deuda, (ii) lo que
incorpora necesariamente un plazo dedicado a dicha gestión y (iii) lo
que obsta conceptualmente a una operación financiera que busca resol-
ver problemas de liquidez de corto plazo.
Estas ideas habían sido ratificadas por la Jurisprudencia antes de la
entrada en vigencia de la ley Nº 19.983. Así por ejemplo, un fallo de la
Corte Suprema de fecha 27 de agosto del año 2001, dictando una sen-
tencia de reemplazo en la causa Rol Nº 3.895-00 con ocasión de la inter-
posición de un Recurso de Casación en el Fondo y conforme a lo dis-

206 En otro orden de ideas, la responsabilidad se extiende sólo hasta concurrencia

del precio o emolumento que hubiere reportado de la cesión, a menos que expresamente
se haya estipulado otra cosa.
207El artículo 25 de ese cuerpo legal, en su primer inciso, establece que el endoso
traslaticio de dominio garantiza la aceptación y pago de la letra y el o los endosantes
serán solidariamente responsables de los efectos de la falta de aceptación o pago, salvo
estipulación en contrario estampada en el dorso del mismo.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 207

puesto en el artículo 768 del Código de Procedimiento Civil208, estable-


ció cuáles debían ser los requisitos o los presupuestos para que fuese
válida y oponible la notificación de la cesión de créditos al deudor cedi-
do209, por cuanto es al momento de la referida notificación cuando el
cesionario se transforma en legítimo acreedor del deudor.
En primer lugar –dictaminó la Excelentísima Corte Suprema– la
notificación del deudor debía ser hecha por el cesionario, ya que así lo
establece expresamente el artículo 1902 del Código Civil. En segundo
lugar, debía exhibirse el título al deudor conforme lo indicaban los ar-
tículos 162 del Código de Comercio y 1903 del Código Civil, exigencia
que no se satisfacía con el solo hecho de individualizar o copiar el título
en la cédula que se entregaba al deudor como notificación, sino que se
precisaba que dicho título le fuera mostrado materialmente. En tercer
lugar, la notificación debía ser realizada por un ministro de fe. Y en
cuarto lugar, la notificación debía ser personal, lo que si bien no estaba
expresamente dicho ni en el Código de Comercio ni en el Código Civil,
era aplicable a la cesión de créditos porque el artículo 47 del Código de
Procedimiento Civil disponía que esta forma de notificación se emplea-
ra siempre que la ley –cualquier ley– dispusiera que se notificara a una
persona para la validez de ciertos actos.
Por todo lo dicho y como veremos, el Mensaje de la ley Nº 19.983 se
propuso “dotar de nuevas y más eficaces características a la factura,
como documento que acompaña la mayor parte de las transacciones u
operaciones de compraventa y de prestación de servicios que se cele-
bran”, para conseguir que su transferencia implicara el cumplimiento
de formalidades que no retrasaran el desarrollo de la operación.

208 Véase la Revista Gaceta Jurídica Nº 254, páginas 47 y ss.


209 Mismos requisitos que, al no cumplirse, en la especie hacían que la mera presen-
tación de la copia de una escritura de cesión no fuese suficiente para cumplir con los
requisitos legales de la cesión de un crédito, y que al no estar perfeccionada la cesión del
crédito que se pretendía cobrar mediante una citación judicial a confesar deuda, en
definitiva un ejecutante no tuviese la calidad de legítimo acreedor del demandado y que
el título ejecutivo que fundamentaba la ejecución careciera de tal mérito.
208 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

A modo de anticipo y para terminar este acápite, veremos en la Sec-


ción Segunda de este Capítulo como en el contexto del factoring elec-
trónico el artículo 3º del Reglamento de la ley Nº 19.983 ha establecido
que la cesión del crédito contenido en una factura electrónica “se per-
feccionará entre cedente y cesionario”, copulativamente, (i) por la en-
trega a este último, al factor, del llamado “Archivo Electrónico de Ce-
sión” y, (ii) por la puesta a disposición del mismo cesionario del recibo
de la recepción de las mercaderías entregadas o de los servicios presta-
dos, que oportunamente a su turno entregó el deudor ahora cedido al
acreedor y/o cedente.
Volviendo a una idea anterior, la principal excepción a la falta de
regulación directa del factoring estaba dada desde el año 2001 por las
normas dictadas por la Superintendencia de Bancos para el factoring
bancario. La segunda la constituye, ahora, la ley Nº 19.983, a pesar de
que formalmente no se utilizan los términos factoring o factoraje en
ninguno de sus artículos.
3. Orígenes y tipos de factoring que operan en Chile
El tema ha sido desarrollado por Cecilia Garretón, la Fiscal del BCI
Factoring210. En cuanto a los orígenes y principios del factoring, señala
que en Chile se inició a comienzos de los años ’90, sin imaginarse si-
quiera el desarrollo que obtendría con el correr de los años y la impor-
tancia que adquiriría en la obtención de recursos por parte de las empre-
sas que mantenían dentro de sus activos circulantes cuentas por cobrar,
facturas, letras de cambio, pagarés, contratos de diversa naturaleza con
saldos de precio pendientes, voucher de tarjetas de crédito y en fin, cual-
quier documento representativo de un crédito pagadero a plazo.
Pocas eran las empresas de factoring que existían en Chile, las que
recurriendo a diversas instituciones jurídicas que proveía nuestro orde-
namiento, buscaron respaldo entre las figuras de la novación, de la
subrogación y de la cesión de créditos, concluyéndose que esta última
era aquella que contenía la mayor cantidad de similitudes con este nue-
vo negocio.

210 Estos aportes se contienen en un documento inédito.


COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 209

El escaso articulado existente tanto en el Código Civil como en el


Código de Comercio fueron argumentos suficientes y poderosos para
lograr desarrollar este nuevo negocio, que identificó a los entes
involucrados como cedente o emisor de las cuentas por cobrar, como
cesionario o factor a la empresa que adquiere las cuentas por cobrar a
cambio de una diferencia de precio, y como deudor Cedido al que es el
obligado al pago de las mismas.
Los principios que a través del Derecho Comparado rigen las cesio-
nes de crédito han sido la globalidad, la futureidad y la exclusividad.
Ello significaba que un comerciante que deseaba obtener liquidez de sus
cuentas por cobrar realizaba este negocio en forma global, es decir, trans-
fería todas y cada unas de sus cuentas por cobrar al factor. La futureidad
implicaba que la cesión no sólo comprendía las cuentas actuales que
poseía sino que también aquellas que obtuviese en el futuro. En tanto
que la exclusividad imponía el realizar transacciones con un solo factor.
Diversas razones habrían tenido las empresas dedicadas al negocio
del factoring para que los mencionados principios no sean el pilar de la
industria. La globalidad debido al análisis de riesgo que se realizan de
los documentos a adquirir, la futureidad debido a que uno de los requisi-
tos básicos es la existencia de las cuentas por cobrar al momento de
realizar la transacción, en tanto que la exclusividad no se ajusta a las
necesidades del mercado, permitiendo a los cedentes buscar la mejor
alternativa financiera que obtengan cada vez que realizan una cesión de
créditos.
Los diversos “tipos” de factoring que se han desarrollado en Chile
pueden dividirse en dos grandes grupos y subgrupos.
El factoring nacional o doméstico es aquel que realiza transacciones
con contratantes que se encuentran domiciliados en Chile.
Dentro del factoring nacional, podemos distinguir a las cesiones de
crédito con responsabilidad o con recursos y a aquellas que son sin
responsabilidad o sin recursos. Las primeras dicen relación con la asun-
ción del riesgo de insolvencia que cabe al cedente frente a la venta de
sus cuentas por cobrar al cesionario, en caso que los deudores cedidos
no paguen; en este caso, el cedente debe registrar a nivel contable una
cuenta de orden en su balance, por la contingencia asociada ante el even-
210 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

tual impago por parte del deudor cedido. Las segundas, a la inversa,
importan la asunción del riesgo de insolvencia financiera asumido por el
Factor; en este caso, las cuentas por cobrar desaparecen en el balance,
eliminando toda contingencia, ya que el eventual impago será soportado
por la compañía de factoring.
El factoring con o sin notificación al deudor, es otra forma de reali-
zar este negocio. El factoring con notificación implica necesariamente
la comunicación e información que debe realizarse de la cesión de cré-
ditos al deudor cedido. Ahora la notificación se realiza conforme lo se-
ñala el artículo 7° de la ley Nº 19.983, es decir, mediante carta certifica-
da despachada por un Notario Público u Oficial de Registro Civil, tra-
tándose de facturas en papel; en tanto, que si se trata de una factura
electrónica la ley dispone que debe ser puesta en conocimiento del obli-
gado al pago únicamente mediante su anotación en un registro público
electrónico de transferencias de crédito contenidos en facturas electró-
nicas que llevará el Servicio de Impuestos Internos.
El factoring sin notificación implica que la cesión de créditos se
perfecciona jurídicamente entre cedente y cesionario por la entrega del
título, pero sin embargo, por voluntad de las partes, se decide no infor-
mar al deudor cedido acerca de la transacción, manteniéndose la gestión
de cobranza en poder del cedente, el que se impone una serie de obliga-
ciones respecto de la misma y del reintegro de los flujos cobrados, so
pena de considerarse una apropiación indebida de fondos. Este tipo de
transacciones se realizan exclusivamente con clientes de primer nivel,
ya que una de las fuentes de cobro, específicamente del deudor cedido,
desaparece, pudiendo válidamente realizarse el pago al cedente, como
asimismo, retenerse, compensarse o producirse un embargo sobre los
créditos cedidos, a riesgo del factor.
Otro producto, aunque de importancia relativa, es el factoring sin
financiamiento. Decimos que posee una importancia relativa debido a
que principalmente es utilizado para obtener liquidez de las cuentas por
cobrar que posee un comerciante; sin embargo, la gestión de cobranza
que realizan los factores es de un nivel de especialización tal que la
externalización de dichas funciones es una muy buena alternativa, per-
mitiendo a los proveedores de productos y servicios dedicarse con ma-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 211

yor ahínco a desarrollar su giro y dejando en manos expertas la gestión


de cobranzas y la recaudación.
El denominado comercialmente como E-Factoring o Confirming,
son alianzas que realizan los factores con grandes pagadores a través de
la Web o de Internet, en que permiten a su gran “masa” de proveedores
acceder a obtener financiamiento a bajo costo en un 100% del valor de
sus cuentas por cobrar, sin responsabilidad para ellos, ya que, claro está,
el riesgo financiero ha sido analizado previamente por el factor al asig-
nar un monto máximo de cuentas por cobrar a adquirir de la empresa
pagadora o deudora, quien pagará por ellas al factor una vez llegada la
fecha de vencimiento de las mismas.
El factoring internacional puede realizarse a través de dos modali-
dades.
Una, el Export-Factoring, que emplean los exportadores con el obje-
to de obtener liquidez anticipada de las cuentas por cobrar derivadas de
sus exportaciones, sea con o sin cobertura del FCI o Factor Chain
International (que es la cadena de factoring internacional más grande a
nivel mundial y que agrupa a la mayor cantidad de miembros en diversos
países). Otra forma de minimizar el riesgo, y sin utilizar la cobertura del
corresponsal, es mediante un endoso de los beneficios de una póliza de
seguro de créditos contratada por el cedente con una compañía de seguros
de crédito, que posee líneas aprobadas para deudores en el extranjero.
La otra modalidad es el Import-Factoring, en pleno crecimiento en
Chile, y que consiste en otorgar cobertura de riesgo a importadores ex-
tranjeros respecto de sus ventas realizadas a compradores domiciliados en
Chile. De esa forma, a través de un corresponsal extranjero, miembro de
la cadena FCI, solicita a un corresponsal asociado en Chile otorgar líneas
de crédito para compradores chilenos, como, asimismo, realizar la gestión
de cobranza en Chile para luego remesar las divisas al país vendedor.
C. LA REGULACIÓN
ESPECIAL DEL FACTORING BANCARIO

Veremos en su momento que el tema de la posibilidad de realizar en


forma electrónica, mediante la red Internet y los mecanismos de firmas
y certificados digitales, la compra y venta de los créditos de que da cuenta
212 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

el título factura, es una proyección del tema de la factura electrónica que


muchos e-marketplaces dedicados a intermediar entre los concentradores
(v.gr. supermercados, grandes almacenes) y sus proveedores ven como
un posible nicho futuro de negocios.
Pero se trata de un negocio que, desde otra perspectiva –y así se ha
regulado administrativa y expresamente– constituye un enorme nicho
de mercado para la banca y las instituciones financieras.
El año 2001 la Superintendencia de Bancos buscó establecer diver-
sas flexibilizaciones para estimular el desarrollo de la industria del
factoring, permitiendo derechamente que las filiales de factoring ope-
ren como unidades de negocios especializadas al interior de los bancos,
y que tales empresas puedan incorporar su gestión a los resultados fina-
les de la entidad financiera que las controla, reduciéndose en definitiva
los gastos operacionales del banco matriz.
Anteriormente se había autorizado a dichas filiales de factoring para
realizar operaciones internacionales, pudiendo celebrarse por ende con-
tratos con empresas exportadoras e importadoras.
Desde el punto de vista de la banca el factoraje se encuentra regu-
lado administrativamente por la Superintendencia de Bancos, princi-
palmente en el Capítulo 8-38 de la Recopilación de Normas, que entró
en vigencia el 3 de abril de año 2001 y que apunta a establecer diver-
sas flexibilizaciones para estimular el desarrollo de la industria del
factoring.
Esta reglamentación se compone de tres capítulos, sobre disposicio-
nes generales el primero, sobre provisiones de riesgo por crédito el se-
gundo, y sobre normas contables el tercero.
El Capítulo I establece en el numeral 1 que las instituciones finan-
cieras que deseen incluir las operaciones de factoraje dentro de su giro
deben solicitar por escrito autorización para hacerlo y cumplir con los
requisitos legales que establece el artículo 72 de la Ley de Bancos211,

211 La norma alude a la constitución de sociedades filiales en el país, y establece que

para hacerlo o para realizar directamente las actividades comerciales, financieras y ban-
carias que les permite el artículo 70 letra b de la ley de bancos, deben reunir requisitos
relacionados con porcentajes mínimos, calificación por la Superintendencia y la realiza-
ción de estudios de factibilidad económica-financiera.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 213

acreditando este cumplimiento y proporcionando la información nece-


saria para ser autorizadas mediante un documento adjunto.
Respecto al tipo de operaciones de factoraje autorizadas, se alude
principalmente a la gestión de cobro de créditos en comisión de cobran-
za o en su propio nombre como cesionaria de tales créditos, el anticipo
de fondos sobre esos créditos, y la asunción de riesgos de insolvencia de
los obligados al pago.
Cualquiera sea el instrumento mercantil con que se documente un
crédito y los contratos con que se formalicen los servicios, cesiones de
derechos u otorgamiento de garantías, las operaciones de factoraje de-
ben circunscribirse a los créditos originados en las ventas de bienes o en
las prestaciones de servicios no financieros, efectuados exclusivamente
por las personas o empresas con las que se pacte el factoraje.
El Capítulo II señala, en esencia, que las operaciones de factoring se
considerarán separadamente de las demás colocaciones para efectos de
cálculo y constitución de provisiones.
Y el Capítulo III establece normas contables a las cuales deben ce-
ñirse las instituciones financieras, respecto a cartera de factoring, ingre-
sos, créditos contingentes y provisiones y castigos.
Creemos que las mínimas modificaciones que habría que hacer a la
normativa referida pasan por, conceptualmente, consagrar la posibili-
dad de que las instituciones financieras operen e interactúen con sus
clientes vía redes abiertas como Internet, con la exigencia obligatoria de
usar firmas respaldadas por certificados digitales para asegurar la segu-
ridad y certeza técnica y jurídica de las operaciones.
D. LAS NORMAS PARTICULARES DE LA LEY Nº 19.983:
“CESIBILIDAD”
1. Los fundamentos contenidos en el Mensaje del Gobierno
Ya consignamos que el Mensaje con el que se inició un proyecto de
ley para regular la transferencia y otorgar mérito ejecutivo a copia de la
factura, del 22 de mayo de 2003, partía por señalar en los antecedentes
del proyecto las fuentes de la factura, y que en cuanto a la naturaleza e
importancia de ella, consignó que era la consecuencia de relaciones
214 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

contractuales de compraventa o de prestación de servicios u otras que la


ley asimila a tales, y que, en muchas ocasiones, constituía el único docu-
mento que reflejaba estos actos y las obligaciones pendientes de pago,
lo cual tiene valor tributario, comercial y contractual. “Por ello” –afir-
mó el Mensaje– “diversas legislaciones han dado a la factura el carác-
ter de un título de crédito regulado como tal en una ley especial”.
Como “fundamentos de la iniciativa de ley” y en el contexto de un
acápite sobre “uso de la factura en el tráfico comercial y financiero”,
estableció el Mensaje que el concepto y la naturaleza de la factura resul-
taban incompatibles con la necesidad de que pudiera convertirse en un
título de amplia circulación entre los partícipes del tráfico comercial, y
que la ausencia de un procedimiento adecuado de cobro sumario o eje-
cutivo ocasionaba que el acreedor se veía en la necesidad de buscar
alternativas de liquidez diversas al pago del crédito por parte de su deu-
dor original, cediendo el documento a un precio bastante inferior al que
aparecía en el mismo o “al que podría obtenerse si la factura tuviese un
medio más expedito de cobro”.
En cuanto al contenido general del proyecto, el Mensaje propuso –y
se aprobó en definitiva– (i) la emisión de una copia adicional de la fac-
tura para hacer posible su cesión y aplicar un procedimiento que haga
más expedita su cobranza, con todas las formalidades que rigen la emi-
sión de la factura original; (ii) la constancia en la copia adicional de la
factura del recibo conforme de los bienes o servicios adquiridos por
parte del deudor; (iii) un procedimiento para reclamar del contenido
de la factura; (iv) la cesión de los derechos o créditos que contiene la
factura mediante su copia adicional y un procedimiento para comuni-
car formalmente al deudor la cesión del crédito contenido en la factu-
ra, con efecto traslaticio de dominio y sin responsabilidad para el ce-
dente; (v) la preparación de la vía ejecutiva, y (vi) la aplicación de las
normas propuestas a la factura electrónica, de manera de dejar en igual-
dad de condiciones a quienes hacían un uso más intensivo de las tecno-
logías.
Dijimos más arriba que dentro de los propósitos fundamentales des-
cribió el consagrar en forma específica un sistema de cesión del crédito
contenido en la factura, estableciendo un sistema único, ágil y de aplica-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 215

ción general para transferir el crédito en base a una copia adicional sin
valor tributario.
Para ello –señalaba el Mensaje–, “una copia adicional de dicho do-
cumento, emitida de conformidad a la ley, por sí misma, o acompañada
de los documentos adicionales en los cuales conste la recepción de los
bienes o servicios adquiridos o contratados y que se indiquen en ella,
podrá ser transferida en dominio en su valor total o residual, según
corresponda”.
Siguiéndose la concepción del Código Civil relativa a la cesión de
créditos personales, una vez formalizada el cedente no mantendría res-
ponsabilidad por la solvencia del deudor, al que –por ende– la cesión del
crédito consignado en la factura debía ser comunicada de manera feha-
ciente y acorde con las prácticas comerciales actuales.
Luego de consignarse dos definiciones de factoring –que ya hemos
revisado–212, el Mensaje señaló que el contrato podía tener diferentes
modalidades de operación, lo que había llevado a la doctrina a ensayar
diversas clasificaciones para determinar con mayor precisión las carac-
terísticas de este contrato. Habló de un “factoring con responsabilidad o
con recurso”, donde el cedente del crédito se hace responsable de la
solvencia futura del deudor original, de manera que ante el no pago del
crédito, a su vencimiento, el factor puede perseguir el pago en su cliente
o, a veces indistintamente, también en el deudor original del crédito, y
de un “factoring sin responsabilidad o sin recurso”, que a la inversa,
existe cuando el cedente no se obliga al pago del crédito ante la insol-
vencia del deudor.

212 Dijo el proyecto: “Siguiendo la obra ‘La Industria del Factoring en Chile. Una
Alternativa de Financiamiento para las PYMES’, de Jaime Andrés Batarce Mufdi (Uni-
versidad de Chile, 2001), el ‘factoring’ que opera en la mayoría de los países desarro-
llados “es el servicio que otorga una institución financiera (factor), que consiste en la
compra de las cuentas por cobrar que provienen de la explotación normal del giro de
una determinada empresa (cliente del factor o cedente). El riesgo de no pago por insol-
vencia (sólo de insolvencia) del deudor, es decir del que debe pagar la cuenta por cobrar
(el cliente del cliente o deudor del cliente) y la responsabilidad de la cobranza es asumi-
da por el factor.”. Dicho más simplemente, es una compra de las cuentas por cobrar, en
que el factor, al ser titular de las cuentas adquiridas asume la responsabilidad de la
cobranza y el cliente se libera de la responsabilidad por la insolvencia del deudor”.
216 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Un supuesto adecuado del Mensaje: si el desarrollo del tráfico co-


mercial ha impulsado a los empresarios y comerciantes a realizar distin-
tos actos y contratos por los cuales se venden, ceden y transfieren entre
ellos toda clase de créditos, aquellos que tengan mayores urgencias en
obtener recursos líquidos obviamente tratarán de ceder su crédito a aquel
que cuenta con ellos, por un precio determinado, presumiblemente más
bajo que el señalado en el mismo título.
Otro supuesto. Las normas sobre transferencia de créditos persona-
les o nominativos no responden a la naturaleza –digamos actual– de la
factura. Si la factura, cuando lleva consignado un saldo insoluto de
pago del precio de los bienes vendidos o servicios prestados, expresa
que el vendedor o prestador de servicios tiene un crédito en contra del
comprador o beneficiario del servicio, para obtener la liquidez que la
actividad empresarial necesita, el acreedor debe poder transferir dicho
crédito de manera eficiente a quien pueda dotarle de la liquidez reque-
rida. “En este sentido” –proponía el Mensaje del Gobierno al Parlamen-
to– “ello debería expresarse en un sistema de bajo costo, rápido y opor-
tuno y que dote de seguridad jurídica a la citada transferencia, tanto
respecto del acreedor y deudor original, como respecto del tercer ad-
quirente”.
Agregaba, en cuanto al derecho vigente: “Las disposiciones legales
sobre cesión de créditos personales o nominativos, contenidas en el
Código Civil, como las normas contenidas en el Código de Comercio,
para la transferencia de títulos endosables o títulos al portador que
provienen de actos de comercio, como finalmente, las formas de trans-
ferencia de letras de cambio y pagarés que contiene la ley Nº 18.092, no
responden a la particular naturaleza de la factura y a las característi-
cas que este documento ha adquirido a lo largo de años de uso en las
relaciones entre vendedores o prestadores de servicio con compradores
o beneficiarios de servicios”.
La idea de “agilidad en la cesión” fue la clave, y el objetivo de
ofrecer una opción alternativa a las normas del Código Civil la meta
relacionada. Como necesaria consecuencia, se consignó que debía esta-
blecerse un sistema de comunicación al deudor que asegurara que fuera
debidamente informado cuando su deuda se transfiriese a un tercero, y
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 217

que estableciera que el cedente no mantenga responsabilidad por la sol-


vencia del deudor una vez que se ha transferido el crédito.
El Mensaje también explica que se tuvo presente –“con extremado
celo”– la necesidad de adoptarse resguardos para la protección de los
intereses de todos los involucrados en la cesión y cobro de una factura,
y particularmente los del deudor, y que en consecuencia se propuso re-
gular el procedimiento para reclamar contra el contenido de una factura.
Éste, que como vimos se encuentra previsto en el inciso segundo del
artículo 160 del Código de Comercio (“...No reclamándose contra el
contenido de la factura dentro de los ocho días siguientes a la entrega
de ella, se tendrá por irrevocablemente aceptada”), sólo regía en el con-
trato de compraventa que tenga dicho carácter y no podía extenderse a
una compraventa diversa, ni a los distintos contratos de prestación de
servicios y ni a otras operaciones que obligan a la emisión de factura y
que la ley asimila a venta o prestación de servicios; ergo, debía consa-
grarse un procedimiento de reclamo general, que aplicara además al re-
ceptor de la mercadería o servicio.
2. Estructura y contenido de la ley
2.1) Como dijimos, el inicio del año 2005 nos enfrentó a la entrada
en vigencia de una norma legal que vino a regular la transferencia –o la
cesión de los derechos que contiene– y que otorgó mérito ejecutivo a
“una copia sin valor tributario de la factura”.
Ya hemos visto en extenso que ella podrá ser utilizada por los pro-
veedores y prestadores de servicios para el cobro rápido, sumario o eje-
cutivo de lo que se les adeude por concepto de precio o saldo de precio.
Ahora nos centraremos en el estudio de cómo se permite que en base a
los documentos impagos y un procedimiento especial abreviado y vía
endoso los emisores puedan, anticipadamente, tener liquidez mediante
operaciones con empresas de factoring a las cuales les ceden los crédi-
tos de que da cuenta una factura213.

213 Hasta antes del 15 de abril de 2005 las empresas de factoring exigían primero y
conforme a las reglas generales de la cesión de créditos, realizar un contrato marco de
factoring, celebrar el contrato de cesión de créditos y notificar el contrato y requerir la
aceptación del deudor cedido.
218 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Lo que ha ocurrido legalmente con la ley Nº 19.983 es que se ha


generado la independencia de la factura de la relación comercial subya-
cente y de origen, en el marco de la cual se emitió. Ella ha pasado a ser
un título de crédito autónomo, que si no se reclama dentro de los plazos
legales –artículo 3º– y porque se han cumplido los requisitos para enten-
der que es apta para ser cedida –artículo 4º– puede circular mediante
endosos –artículo 7º–.
En cuanto a los costos de la cesión éstos debieran ser menores (las
empresas de factoring, teóricamente, debieran bajar sus descuentos en
los pagos anticipados), porque de mediar o existir rechazo al pago por
parte del deudor cedido podrá cobrarse ejecutivamente y porque puede
prescindirse de la celebración del contrato de cesión de créditos, el que
ha sido reemplazado por una firma o endoso en el anverso de la copia
sin valor tributario de la factura original214.
2.2) Recordemos que el artículo 1º define el objetivo marco de la
ley, señalando que en toda operación de compraventa, de prestación de
servicios, o en aquellas que la ley asimile a tales operaciones, y en que el
vendedor o prestador del servicio esté sujeto a la obligación de emitir
factura, deberá emitirse obligatoriamente una copia sin valor tributario
de la factura original “para los efectos de su transferencia a terceros” o
de su cobro ejecutivo.
2.3) Ya analizamos como el artículo 2º establece que la obligación
de pago del saldo insoluto del precio, contenida en la factura, deberá
ser cumplida en cualquiera de los siguientes momentos:
(i) a la recepción de la factura;
(ii) a un plazo desde la recepción de la mercadería o prestación del
servicio, pudiendo establecerse –por las partes contratantes– vencimientos
parciales y sucesivos, y
(iii) a un día fijo y determinado.
2.4) También comentamos que el artículo 3º sienta otra regla gene-
ral, a saber, que “para los efectos de esta ley” el instrumento mercantil

214 Veremos en detalle que para el mundo de los archivos y documentos electrónicos

se ha reemplazado por el envío del llamado “archivo de cesión”.


COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 219

se tendrá por irrevocablemente aceptado por parte del receptor, salvo


que se reclame “en contra de su contenido” y mediante alguno de los
dos procedimientos que contempla la ley. El primero, devolviéndose la
factura y la guía o guías de despacho en su caso, al momento de la entre-
ga. El segundo, reclamándose dentro de los ocho días corridos siguien-
tes “a su recepción” –física o material–, o en el plazo que las partes
hayan acordado y que no podrá exceder de treinta días corridos.
Estas opciones de reclamo que se ejercen dentro de plazos legales o
convencionales, que al decir del artículo 3º deben ser puestas en conoci-
miento del emisor de la factura por algún modo o medio fehaciente,
pueden generar nuevas discusiones y entrampar el factoring. Porque
pendientes que estén los plazos no podrá realizarse la cesión de créditos;
porque no tendrá sentido práctico para el emisor y potencial cedente
obtener anticipación de fondos o liquidez al día 31 si en definitiva la
factura le será pagada por el deudor al día 45, contados ambos desde que
se entregaron las mercancías o se prestó el servicio y se recepcionó la
factura, y porque puede cuestionarse “lo fehaciente” del medio si por
ejemplo se hace usando los cotidianos correos electrónicos.
2.5) Además del hecho de que una factura –o su tercera copia– debe
ser aceptada y no reclamada, dos son los requisitos o condiciones espe-
cíficos que el artículo 4º estableció para que la copia de la factura origi-
nal señalada en el artículo 1º –sin valor tributario–, quede legalmente
“apta para su cesión”.
En primer lugar, que haya sido emitida de conformidad a las normas
que rijan la emisión de la factura original, incluyéndose en su cuerpo en
forma destacada la mención “cedible”215.
En segundo lugar, que “en la misma” –en la copia sin valor tributa-
rio de la factura original– conste el recibo de las mercaderías entregadas
o del servicio prestado, con indicación –expresa–:
(i) del recinto y de la fecha de la entrega o de la prestación del ser-
vicio;

215 Tributariamente, es un tema regulado por la resolución del SII Nº 1.661 de 1985.
220 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

(ii) del nombre completo, el rol único tributario y el domicilio del


comprador o beneficiario del servicio, y
(iii) la identificación de la persona –adulta exige luego– que recibe,
“más la firma de este último”216.
Si bien la ley estableció en la letra b) como requisito para que sea
cedible la copia de la factura la obligación de dejar constancia del recibo
de las mercaderías a la entrega real o simbólica de las mismas o a la
entrega de la factura tratándose de servicios –...el comprador debe fir-
mar la tercera copia que siempre se debe emitir–, recordemos que tam-
bién consideró en el artículo 3º la posibilidad de reclamar dentro de los
ocho días siguientes a su recepción o, en el plazo que acuerden las par-
tes, que no podrá exceder de 30 días corridos, con lo cual en estos casos
la factura no se tendrá por irrevocablemente aceptada y no podrá ser
cedida o endosada mientras no transcurran los plazos respectivos.
En marzo del año 2007, mediante el mencionado Boletín Nº 4.928
de la Cámara de Diputados y con el objetivo de facilitar el cumplimiento
de los requisitos señalados, se ha propuesto agregar a continuación del
punto de la letra b) del artículo 4º la siguiente frase: “Para estos efectos,
habiendo sido firmada la recepción de la mercadería, el propio emisor
de la factura podrá completar las demás menciones antes señaladas. El
requisito de la firma se entenderá igualmente cumplido si se estampa un
timbre de recepción”. Esta propuesta modificatoria, obedece a que los
requisitos contemplados inicialmente por la ley Nº 19.983 se considera-
ron excesivos, y a que en la práctica suele omitirse su llenado en el
recuadro existente al pie de la cuarta copia –o de la guía de despacho–,
con lo cual, jurídicamente, sería posible interpretar que no se estaría en
presencia de un título ejecutivo por haberse omitido alguno de los requi-
sitos formales del acuse de recibo de la factura217.

216 Puestos en casos concretos, basta pensar en las facturas que envían computacional-

mente o mediante correo electrónico a miles de usuarios-empresas como Telefónica o Entel,


para entender que en el hecho será prácticamente imposible obtenerse este acuse de recibo
y la firma que exige la ley y, en definitiva, que esas facturas sean luego cedidas legalmente.
217En segundo lugar, la referencia expresa al timbre de recepción deriva de que en
la legislación chilena no estaría claro el uso legal de timbres y por ende si ello sería
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 221

El artículo 4º contempla una situación de excepción, para el caso


que en la copia de la factura no consten ni el recibo ni los otros elemen-
tos mencionados (en particular la firma de la persona adulta que reci-
be)218, en cuyo evento “sólo será cedible” dice la ley –la tercera copia
del original sin valor tributario– cuando se acompañe una copia de la
guía o guías de despacho emitida o emitidas de conformidad a la ley, en
las que conste el recibo correspondiente. Y se contempla, entonces, la
exigencia de que para estos efectos el emisor de la guía o guías de des-
pacho también deberá extender una copia adicional a las que la ley exi-
ge, ahora con la mención “cedible con su factura”.
Sea que conste el recibo o no, o como dice la ley, “para los efectos
previstos en la letra b) o en el inciso anterior”, el inciso tercero del
artículo 4º presume legalmente y no de derecho –lo que admite prueba
en contrario– que representa al comprador o beneficiario del servicio
“la persona adulta que reciba a su nombre” (no a nombre propio) los
bienes adquiridos o los servicios prestados. Quizá se trató de una exi-
gencia formal y de poca viabilidad; entrada en vigencia la ley, lo que
ocurrió en la práctica es que quienes recibían las facturas no eran em-
pleados con facultades de representación legal sino bodegueros que no

Continuación nota 217


suficiente para entender que existe acuse de recibo, situación que también se produce
cuando se utilizan firmas abreviadas o “moscas” en lugar de la firma completa de quien
otorga el acuse de recibo.
218 Ya consignamos a pie de página que se trata de una obligación legal, pues como
establece la ley en la letra c del artículo 5º, “...será obligación del comprador o benefi-
ciario del servicio otorgar el recibo a que se refieren los párrafos precedentes y la letra
b) del artículo 4º, en el momento de la entrega real o simbólica de las mercaderías o,
tratándose de servicios, al momento de recibir la factura. El cumplimiento de la obli-
gación establecida en el párrafo anterior será fiscalizado por el Servicio de Impuestos
Internos, que deberá denunciar las infracciones al Juez de Policía Local del domicilio
del infractor. Asimismo, el afectado por el incumplimiento también podrá hacer la
denuncia ante el mencionado tribunal. La infracción será sancionada con multa, a
beneficio fiscal, de hasta el 50% del monto de la factura, con un máximo de 40 unida-
des tributarias anuales, la que será aplicada conforme a las disposiciones de la ley
18.287”.
222 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

tenían atribución jurídica para hacerlo, lo que en definitiva se tradujo en


la imposibilidad de posteriormente ser cedida por falta de aptitud legal.
Por último en el inciso 4º, para prohibir expresamente el típico pacto
de cláusulas de no enajenar que los grandes compradores –como por
ejemplo las cadenas de farmacias– en la práctica y de hecho han exigido
a sus proveedores para evitar el factoring o la cesión de los derechos de
que da cuenta la factura, la ley establece que toda estipulación que limi-
te, restrinja o prohíba la libre circulación de un crédito que conste en una
factura –legalmente– “se tendrá por no escrita”.
No obstante lo que dispone la norma, una de las señales de alerta por
la “situación de hecho” vino desde la Cámara Nacional de Comercio
Automotriz (Cavem), cuyo Presidente transparentó en mayo de 2005
que existían proveedores que no usaban la tercera copia o cuadruplicado
porque no querían que las facturas se enviarán al factoring, ya que sus
clientes “grandes empresas” –por volumen– amenazaban con no seguir-
les comprando.
Explícitamente dijo que “las grandes compañías monopólicas esta-
ban tratando de doblarle la mano a la ley prohibiendo en forma verbal
el uso de la tercera copia de la factura”, lo que el gremio del Comercio
Detallista complementó consignando que ante los niveles de competen-
cia “siempre el empresario más chico y que está en desventaja tiende a
ceder ante los requerimientos de los grandes”.
También la Sociedad Nacional de Agricultura manifestó, en el mis-
mo mes de mayo de 2005, que estaban en conocimiento de la actitud de
algunos grandes compradores que se resistían a aceptar la nueva o terce-
ra copia con mérito ejecutivo –negándose además a otorgar el recibo de
las mercaderías o servicios–, lo que era grave porque provocaba que
muchos pequeños proveedores no entregaran el documento al factoring
a consecuencia de las “intimidaciones verbales de sus más grandes clien-
tes”, lo que por cierto iba en contra del espíritu de la ley. Resulta lógico,
si se tiene presente que se trata de empresas concentradoras que dentro
de sus prácticas comerciales se caracterizan por no respetar los plazos
para el pago de las facturas, mismas que saben que nunca serán deman-
dadas ejecutivamente por proveedores que preferirán no perder a un
cliente.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 223

En resumen: la práctica dio lugar a tres situaciones de hecho de


frecuente ocurrencia que atentan contra el espíritu de la ley, y que difi-
cultan o impiden la cesión del crédito contenido en una factura; (i) de
cara a la aceptación de la cesión de una factura por el deudor, las em-
presas dominantes en el mercado exigen a sus proveedores no factorizar
los documentos; (ii) las mismas empresas, obligadas al pago, impiden
la cesión a empresas de factoring reteniendo la cuarta copia cesible, y
(iii) muchos deudores obligados al pago de una factura se niegan a
aceptar la notificación notarial que realiza la empresa de factoring en
conformidad al artículo 7º de la ley, en cuanto a que su acreedor y
proveedor ha realizado legalmente la cesión del crédito de que da cuenta
la factura219.
Fruto de lo anterior –así lo indica expresamente el texto del proyecto
que se anexa a este libro–, es que en marzo del año 2007 y mediante el
mencionado Boletín Nº 4.928 de la Cámara de Diputados, se ha pro-
puesto reemplazar el último inciso del artículo 4º por el siguiente:
“Se prohíbe todo acuerdo, convenio, estipulación o actuación de cual-
quier naturaleza que limite, restrinja o prohíba la libre circulación de un
crédito que conste en una factura. En caso de infracción, la autoridad
respectiva aplicará una multa de hasta 5 veces el valor de la o las facturas
objeto de la infracción”.
2.6) El artículo 6º extiende los beneficios de la cesibilidad mediante
endoso –y, como vimos, de la ejecutividad– a un tipo especial de factu-
ra, la “de compra”, que se emite en la medida que exista cambio de
sujeto y sea al vendedor al que deba entregársele su duplicado y la terce-
ra copia cedible.
Dice la ley que “será, asimismo, cedible y tendrá mérito ejecutivo la
copia de la factura extendida por el comprador o beneficiario del servi-
cio que reúna las condiciones establecidas en los artículos precedentes,
en los casos en que éstos deban emitirla en conformidad a la ley”.

219 Incluso y al extremo, esta negativa a la notificación de la cesión se justificaría

mediante argumentos del tipo “es que la factura aún no ha sido ingresada a la contabi-
lidad”.
224 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

En marzo del año 2007, mediante el mencionado Boletín Nº 4.928


de la Cámara de Diputados, se ha propuesto reemplazar el artículo 6º
por el siguiente:
“Será, asimismo, cedible y tendrá mérito ejecutivo la copia de la factura
extendida por el comprador o beneficiario del servicio, en la medida en que
cumpla con los requisitos señalados en las letras b) y d) del artículo 5º ante-
rior, en los casos en que éstos deban emitirla en conformidad a la ley”.
Es decir, sólo se requeriría que el pago de la factura fuese actual-
mente exigible, que la acción para su cobro no estuviera prescrita, y que
puesta en conocimiento del obligado al pago mediante notificación judi-
cial él no la impugnase incidentalmente, sea por falsificación, por falta
de entrega de las mercancías o por falta de la prestación del servicio.
Esto, suprimir el requisito de la letra c) del artículo 5º, se propuso por
parecer excesivo que se solicite el acto material de realizar el acuse de
recibo de una factura de compra por parte de un obligado al pago que, en
la especie, es el mismo emisor.
2.7) Los artículos 7º y 8º aluden a dos modalidades de cesión del
crédito expresado en la factura, que será por regla general “traslaticia
de dominio” y que puede ser “en cobro o en cobranza a un tercero”.
El artículo 7º establece, simplificando la transferencia del crédito,
apartándose de lo dispuesto en los artículos 162 y ss. del Código de
Comercio y al igual que en el derecho comparado, que la cesión del
crédito expresado en la factura “será traslaticia de dominio”, para lo
cual el cedente deberá estampar su firma en el anverso de la copia cedible
a que se refiere la ley y endosarla, agregando el nombre completo, el rol
único tributario y el domicilio del cesionario (los datos de la empresa de
factoring), procediendo además, copulativa y necesariamente, a la en-
trega física del documento. Recuérdese que la consecuencia de la natu-
raleza traslaticia de la cesión es que el factor actúa posteriormente no
como un simple mandatario del empresario cedente, sino que busca el
cobro de créditos propios y que le pertenecen.
Téngase presente que las empresas de factoring operan por regla
general en base al supuesto de estipular o pactar mantener la responsabi-
lidad del cedente o emisor de la factura frente al no pago del deudor
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 225

cedido, para lo cual la cesión o la transferencia de créditos contra terce-


ros –que no es liberatoria para el cedente– suele ser caucionada con
garantías como pagarés. Se trata de resguardos que adoptan los cesiona-
rios, pero que se hacen efectivos sólo en el evento del no pago por el
deudor cedido220.
En cuanto a la necesaria notificación al deudor cedido y obligado al
pago, del hecho de que le cambiará el acreedor inicial por haberse veri-
ficado una cesión del crédito, se reconoce el procedimiento utilizado en
la práctica desde hace años y exige la ley que la notificación deberá ser
puesta en conocimiento del obligado al pago de la factura, por un nota-
rio público o por el oficial de Registro Civil en las comunas donde no
tenga su asiento un notario, ya sea (i) personalmente con la exhibición
de una copia del respectivo título, o (ii) mediante el envío de carta certi-
ficada por cuenta del cesionario de la factura, adjuntándose a la carta las
copias del título certificadas por el ministro de fe que opere. “En este
último caso” –dice la ley– “la cesión producirá efectos respecto del
deudor, a contar del sexto día siguiente a la fecha del envío de la carta
certificada dirigida al domicilio del deudor registrado en la factura”.
En marzo del año 2007, mediante el mencionado Boletín Nº 4.928
de la Cámara de Diputados, se ha propuesto agregar al final del inciso 2º
del artículo 7º, como complemento, la siguiente frase:
“Por lo tanto transcurrido el antes referido plazo, la obligación contenida
en la factura sólo se extinguirá si el pago es efectuado al cesionario del
crédito...” (léase, al factoring). “El deudor de la factura no podrá invocar
ningún tipo de convenio o acuerdo con el cedente de la factura que le
permita legitimar el pago efectuado a este último.”.
La razón de ser de esta propuesta fue la constatación empírica, en el
ámbito del pago efectuado por el deudor de una factura al que le ha sido
previa y notarialmente notificada la cesión realizada en beneficio de una

220 En la práctica, al realizarse la cesión de créditos ella será “pro-solvendo”, porque

no se presenta lo que MARRÉ VELASCO denomina el servicio de garantía o de asunción del


riesgo de insolvencia, en cuya virtud sólo el factor responde con su patrimonio ante la
contingencia del no pago del crédito por la insolvencia de los deudores. En caso contra-
rio, la transferencia sería “pro-soluto”.
226 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

empresa de factoring, de que muchos deudores continúan emitiendo los


pagos directamente a nombre de los emisores, sus proveedores y cedentes
del crédito, y no a nombre de la empresa cesionaria221.
De cara a la aceptación del deudor cedido, la cesión puede visualizarse
de tres formas: a) con la necesaria aceptación del deudor, expresa o táci-
ta, que es la regla general en la cesión de créditos nominativos que regu-
la el Código Civil, y que derivaba en que los grandes compradores como
las cadenas de farmacias rechazaban la cesión al momento de ser notifi-
cados judicialmente o mediante notario; b) sin necesidad de aceptación
del deudor y bastando la mera notificación de la cesión, y c) sin acepta-
ción y con mérito ejecutivo, bastando la mera notificación, que es lo
regulado en el artículo 7º inciso segundo y en general en la ley Nº 19.983.
No obstante que puede consensuarse que la factura contiene un cré-
dito mercantil nominativo y por ende reconocérsele el carácter de “título
de crédito”, más aún cuando posee ejecutividad en sí mismo, nos en-
frentamos a que el inciso tercero del artículo 7º de la ley en estudio
señala expresamente que la cesión especial del crédito expresado en la
factura que él regula “no constituye operación de crédito de dinero para
ningún efecto legal”, lo que tributariamente la exime del pago del im-
puesto de timbres y estampillas.
Exactamente el mismo criterio había sido sostenido por el Servicio
de Impuestos Internos en un oficio Nº 4.207 del 11 de diciembre de
1990, concluyendo el ente fiscalizador que la cesión del derecho a co-
brar una factura a cambio del pago anticipado del precio o saldo de
precio que se adeudaba no conformaba un hecho gravado con el im-
puesto de timbres y estampillas del decreto ley Nº 3.475, porque no
recaía en un documento que diera cuenta de una operación de crédito de
dinero y porque no se trataba del descuento de un documento represen-
tativo de una obligación de dinero.
Lo dicho por la ley Nº 19.983 no puede llevar a considerar que se
está negando el carácter de “título de crédito” a la factura. Este inciso se

221 Aclara el proyecto de ley, que aunque las acciones judiciales de cesionario en

contra del deudor han prosperado, la complementación subsanaría legalmente la irregu-


laridad o el inconveniente.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 227

agregó únicamente para despejar toda duda en cuanto a que no cabe


considerar aplicar el impuesto de timbres y estampillas a la cesión o a un
contrato de venta de cuentas por cobrar, porque no se trata de una opera-
ción de crédito de dinero de aquellas reguladas por la ley Nº 18.010,
como es el caso de un contrato de mutuo de dinero con un pagaré que
sirva de garantía. En general, no debe olvidarse que el servicio de finan-
ciamiento que es propio de la actividad del factor permite la moviliza-
ción de recursos financieros sin la utilización de instrumentos cambiarios,
lo que reduce o evita la carga tributaria.
El artículo 8º dispone que la copia sin valor tributario de la factura
original, la tercera copia “cedible-ejecutable”, podrá ser entregada en
cobranza a un tercero, bastando al efecto la firma del cedente en el an-
verso de la copia cedible de la factura, seguida de la expresión “en co-
branza” o “valor en cobro” y la entrega material respectiva del docu-
mento endosado, una o varias veces.
“En tal caso”, dice la ley, “produce los efectos de un mandato para
su cobro, en virtud del cual su portador está facultado para cobrar y
percibir su valor insoluto, incluso judicialmente, y tiene todas las atri-
buciones propias del mandatario judicial, comprendidas también aque-
llas que conforme a la ley requieren mención expresa”. No deja de lla-
mar la atención que la ley Nº 19.983 haya conferido todas las facultades
de ambos incisos del artículo 7º del Código de Procedimiento Civil, y al
estar establecido por ley y por tratarse de normas de orden y de Derecho
Público, las partes no podrán modificar convencionalmente los térmi-
nos del mandato.
Se repite la situación del endoso en comisión de cobranza creado en
materia de letras de cambio222, por lo cual el titular, sea de la factura o
del crédito cedido, puede endosar la factura en cobranza.
2.8. Para terminar. Si bien es cierto se han dictado normas especiales
para una cesión mediante un simple endoso de la factura, la ley no regula
todo lo relacionado con la cesión de créditos, y por eso el artículo 10
dispone que en lo no previsto por la ley Nº 19.983 serán aplicables a la

222 POMÉS ANDRADE (2005), página 14.


228 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

cesión de créditos que consten en facturas las disposiciones establecidas


en el Título XXV del Libro IV del Código Civil o en el Título IV del Libro
II del Código de Comercio, “según sea la naturaleza de la operación”.
Agrega que a las mismas normas –o reglas generales– se sujetará la
cesión del crédito contenido en las facturas que no cumplan las condi-
ciones señaladas en el artículo 4º de la ley, en cuyo caso, la comunica-
ción al deudor se practicará mediante el procedimiento establecido en el
artículo 7º de la misma.
¿Un ejemplo práctico aunque teórico?: si nada se dice, la regla gene-
ral que aplicaría al endoso de la factura es que la cesión será sin ulterior
responsabilidad del o de los cedentes, salvo excepciones como el caso
de la letra de cambio según lo dispone la ley 18.092; pero como dijimos,
en la práctica opera el endoso con responsabilidad para el cedente. ¿Otro
ejemplo?: si nada se estipula legalmente se entiende que el crédito endo-
sado se cede con todas garantías accesorias que resguardan al crédito
(por ejemplo una prenda o una hipoteca), por aquello de que lo acceso-
rio sigue la suerte de lo principal.
SECCIÓN SEGUNDA
EL FACTORING ELECTRÓNICO Y SU REGULACIÓN LEGAL EN CHILE
A. IDEAS PRELIMINARES
El tema de la posibilidad de realizar en forma electrónica, mediante
la red Internet y los mecanismos de firmas y certificados digitales, la
compra y venta de los créditos de que da cuenta el título factura, es una
proyección del tema de la factura electrónica que muchos e-marketpla-
ces dedicados a intermediar entre los concentradores (v.gr. supermerca-
dos, grandes almacenes) y sus proveedores ven como un gran nicho de
negocios.
Si partimos de la base que los emisores de facturas electrónicas que
voluntariamente adhieran al sistema deberán preparar sus sistemas com-
putacionales para la emisión, almacenamiento y envío de documentos, y
que ellos podrán –si lo estiman pertinente– contratar servicios de alma-
cenamiento y envío de facturas, surge casi como una consecuencia natu-
ral que dichos contribuyentes/comerciantes utilicen sus ejemplares elec-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 229

trónicos de factura (entiéndase “su copia”, con la salvedad –ya vista en


extenso– de que los documentos electrónicos pueden considerarse todos
originales y por eso se habla de “ejemplares”) para obtener liquidez
anticipada de un banco o de una empresa de factoring con cargo a sus
documentos comerciales pendientes, mismos que deben ser endosados
o cedidos.
Entramos ahora en el estudio jurídico de un contrato –quizás el más
puro de los contratos electrónicos existentes en Chile– cuya esencia pre-
supone que existe un cliente o empresario que cede o transfiere a título
traslaticio o en dominio a un factor y nuevo titular adquirente, los crédi-
tos de que dispone y que aparecen consignados en una factura digital o
electrónica previamente emitida por él en conformidad a la ley tributaria,
donde –teóricamente– el acuerdo de voluntades o el consentimiento
podría haberse logrado y materializado o perfeccionado completamente
vía redes telemáticas o 100% en forma electrónica.
El descrito sería el “mejor escenario” para lo que calificamos como
“factoring electrónico”, y difiere de una novedosa práctica actual deno-
minada “confirming”.
B. REGULACIÓN JURÍDICA DEL FACTORING ELECTRÓNICO
Cronológicamente, puede considerarse que las actividades del
factoring a través de redes digitales –cerradas y sobre todo “abiertas”–
inicialmente quedaron respaldadas desde el punto de vista legal y de
manera general, con la ley Nº 19.799 del año 2002, sobre firmas y docu-
mentos digitales o electrónicos. Esto, por aquello de que se trata en esencia
de la sustitución de soportes y de un reemplazo en la forma de firmar los
documentos ahora digitales o electrónicos, y conforme a la ley referida,
todo contrato de cesión de créditos puede realizarse mediante soportes
digitales o electrónicos y firmarse de la misma manera.
Pero ahora, con la ley Nº 19.983 del año 2004 y sus derivados regla-
mentarios y administrativos, existe además una regulación legal específica.
El artículo primero en relación con el noveno establecieron la posi-
bilidad de emitir “una copia, sin valor tributario, de una factura origi-
nal electrónica”, con la condición de que tratándose del documento elec-
trónico éste sea emitido de conformidad a la ley. Y en base a esta copia
230 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

legalmente puede realizarse en forma digital o magnética la cesión de


derechos.
A esta fecha, teóricamente puede ser que las condiciones comercia-
les, financieras y contractuales que existirán entre el cedente o cliente y
el cesionario o factor no se hayan acordado en forma presencial sino
entre ausentes y electrónicamente (mediante e-mails, documentos ata-
chados, conversaciones telefónicas, etcétera), pero lo que establecen el
artículo 9º de la ley Nº 19.983 y su reglamento complementario –con-
cretamente, el artículo 3º del decreto supremo Nº 93– es que la cesión de
los créditos contenidos en una o más facturas electrónicas se perfeccio-
ne entre cedente y cesionario, únicamente, por la entrega al cesionario
de un “Archivo Electrónico de Cesión”, copulativa y conjuntamente
con la puesta a disposición de dicho cesionario del recibo –también elec-
trónico– de la recepción de las mercaderías o servicios.
Este archivo, que como vimos no tiene un símil en materia de ejecu-
tividad o puestos en el caso –teórico– de tener que demandar ejecutiva-
mente en forma electrónica, reemplaza o es equivalente para el mundo
digital a la firma en el anverso de la copia cedible soportada en papel, y
a su posterior entrega al cesionario a que alude el inciso 1º del artículo 7º
de la ley Nº 19.983.
¿Y la notificación al deudor cedido podemos preguntarnos desde
ya?: ...se verifica, para el mundo electrónico completamente electróni-
co, mediante la creación legal de un nuevo registro público y obligatorio
que administrará el Servicio de Impuestos Internos.
C. LA NORMA PARTICULAR DE LA LEY Nº 19.983:
ARTÍCULO 9º Y “CESIBILIDAD ELECTRÓNICA”

1. Generalidades
El artículo 9º de la ley permite y regula la cesión de los derechos
contenidos en una factura electrónica y confiere al Servicio de Impues-
tos Internos un rol novedoso –como asignador de Fe Pública– en el
proceso electrónico de la cesión que se puede producir entre el emisor
de la factura o cedente y una empresa de factoring o cesionario.
Es novedoso porque se trata de una nueva competencia netamente
comercial y del todo ajena a las potestades tradicionales del SII.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 231

Tenemos por ende, que en materia de facturación electrónica el ente


fiscalizador es quien recibe el primer ejemplar que se emite; quien legal-
mente (por el decreto ley Nº 825 y la resolución exenta Nº 45) valida la
vigencia de cualquier factura electrónica ante los receptores y/o terceros
que duden al respecto, y ahora, quien según el parecer del legislador de
la ley Nº 19.983 tiene la experiencia y el conocimiento técnico necesa-
rios para prestar y mantener un registro público de transferencias elec-
trónicas –entre particulares– de los créditos contenidos en las facturas.
El inciso primero señala que las normas de la ley serán igualmente
aplicables en caso que la factura sea un documento electrónico, “emiti-
do de conformidad a la ley por un contribuyente autorizado por el Ser-
vicio de Impuestos Internos”, esto es, en conformidad al artículo 56 del
decreto ley Nº 825 y a las resoluciones exentas Nº 09 y 45. Esta reemisión
normativa es clave para entender el porqué del rol protagónico que la
ley le dio al ente fiscalizador.
A pesar de la referencia expresa del artículo 9º, ¿podemos sostener
que se trata de una “copia electrónica” –debiéramos decir “ejemplar”–
sin valor tributario o diversa de aquellas que regula administrativamente
el SII y que está sometida a determinadas exigencias y requisitos?
La respuesta a priori es negativa. La ley Nº 19.983 descansa en la
idea de “una copia electrónica sin valor tributario” y busca otorgarle
mérito ejecutivo y facilitar su cesión, pero ocurre que no existe regulada
legalmente una factura electrónica “no tributaria”; administrativamen-
te, por el decreto supremo Nº 93, sólo se ha creado un equivalente elec-
trónico denominado Archivo Electrónico de Cesión. Y además: se trata-
ría conceptualmente de una copia nueva y distinta –equivalente a la ter-
cera copia o cuadruplicado de los documentos soportados en papel–,
pero que de todas maneras debería ser timbrada o foliada electrónica-
mente por el SII mediante los “rangos de folios” que regula, como tam-
bién vimos, la resolución Nº 45 del año 2003.
La segunda parte del inciso primero establece dos consecuencias
para cuando la factura sea un documento electrónico emitido de confor-
midad a la ley por un contribuyente autorizado.
Una, que el recibo de todo o parte del precio o remuneración deberá
ser suscrito por el emisor con su firma electrónica.
232 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Otra, que la recepción de las mercaderías o servicios que consten en


la factura podrá verificarse con el acuse de recibo electrónico del recep-
tor, y que no obstante, si se ha utilizado guía de despacho impresa en
papel, la recepción de las mercaderías podrá constar en ella, por escrito
y de conformidad con lo establecido en esta ley.
Ha sido una circular 23 del año 2005, de SII, la que ha precisado que
el recibo de la recepción de las mercaderías o servicios prestados que
deberá otorgar el comprador o beneficiario del servicio, podrá constar
por ende, tratándose de facturas electrónicas, de tres maneras: (i) a tra-
vés del recibo electrónico de las mercaderías entregadas o servicios
prestados; (ii) en forma manuscrita sobre la representación impresa de
la factura electrónica o la guía de despacho electrónica emitida, y (iii)
en la tercera copia de la guía de despacho no electrónica.
Decía el inciso segundo del artículo –hasta antes de ser modificado o
sustituido el 3 de octubre del año 2007 mediante la ley Nº 20.219223–,
textualmente:
“La cesión del crédito expresado en estas facturas deberá ponerse en co-
nocimiento del obligado al pago de ellas en la forma señalada en esta ley,
o mediante su anotación en un registro público electrónico de transferen-
cias de créditos contenidos en facturas electrónicas que llevará el Servicio
de Impuestos Internos. En este último caso, se entenderá que la transferen-
cia ha sido puesta en conocimiento del deudor el día hábil siguiente a
aquel en que ella aparezca anotada en el registro señalado. El Servicio
podrá encargar a terceros la administración del registro”.
Y agrega el inciso tercero: “El reglamento para la ejecución de este
artículo deberá ser dictado dentro del plazo de dos meses, contados
desde la publicación de la presente ley”.

223 “Sin perjuicio de lo señalado en el artículo 7º, la cesión del crédito expresado en

estas facturas solamente podrá efectuarse mediante medios electrónicos y se pondrá en


conocimiento del obligado al pago de ellas, mediante su anotación en un registro públi-
co electrónico de transferencias de créditos contenidos en facturas electrónicas que
llevará el Servicio de Impuestos Internos. Se entenderá que la transferencia ha sido
puesta en conocimiento del deudor el día hábil siguiente a aquel en que ella aparezca
anotada en el registro señalado. El Servicio de Impuestos Internos podrá encargar a
terceros la administración del registro”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 233

Fue novedoso establecer que la cesión del crédito exigible, expresa-


do o de que da cuenta la factura electrónica, puede ponerse en conoci-
miento del obligado al pago de ella –el deudor– de dos formas alternati-
vas y excluyentes (elegida una no podría utilizarse la otra).
(i) Primero, como lo señala la ley de manera general en los artículos
6º y 7º, firmando al anverso de la copia cesible y notificándose al deudor
mediante notario u oficial del Registro Civil, por cierto, lo que debe enten-
derse a ser realizado necesariamente en base a un ejemplar impreso en
papel del documento previamente tramitado en forma electrónica224.
(ii) En segundo lugar, “mediante su anotación” –la de la factura
soportada en formato digital, o, más precisamente, la del llamado “ar-
chivo electrónico de cesión” que inventaría luego el decreto supremo
93– en un registro público electrónico de transferencias de créditos con-
tenidos en facturas electrónicas que llevará el Servicio de Impuestos
Internos, personalmente o encargando su administración a terceros.
Estas opciones subsanaban la “inviabilidad práctica” de notificarse
electrónicamente, por el notario, la cesión del crédito al deudor, en re-
emplazo de la notificación actual por carta certificada225.
La ley Nº 19.983, en el artículo 9º, lo que hizo fue establecer una
formalidad de publicidad que hace oponible el registro a terceros y que
reemplaza la notificación de la cesión del crédito a los deudores que
realizan los notarios en el mundo papel o que se realizaba mediante el
ejemplar impreso, ya que legalmente se entiende que la transferencia de
la factura fue puesta en conocimiento de ellos el día hábil siguiente a
aquel en que aparezca anotada en el registro público del SII.

224 Otra opción sería explorar una cesión electrónica que incluyera al ministro de fe.
225 Que sea costoso e inviable en la práctica, no significa que normativamente no se
permita. Estimamos, que además de (i) la notificación mediante el registro del SII o de
(ii) aquella realizada mediante el ejemplar impreso en papel, también sería factible
(iii) operativizar en forma electrónica el artículo 7º. La referencia del artículo 9º “a la
forma señalada en esta ley” (ergo al artículo 7º) no debe entenderse agotada en el uso del
ejemplar impreso; pero sea con papel o en forma electrónica, si se hace en conformidad
al artículo 7º, será imprescindible la notificación al deudor obligado al pago por el cesio-
nario y mediante un ministro de fe.
234 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Uno de los proyectos anteriores al aprobado en definitiva original-


mente –antes de octubre de 2007– visualizó el problema práctico y alu-
dió expresamente a la impresión en papel, señalando que “para los efec-
tos de su transferencia a terceros...., de acuerdo a las disposiciones de
esta ley, se podrá emitir un ejemplar impreso en papel de la factura
electrónica, el que será equivalente a la copia sin valor tributario a que
se refiere el inciso primero del artículo 1º”. Nos parecía una propuesta
conveniente y clarificadora, a pesar de que al “ejemplar impreso” no se
le calificaba de “copia del original electrónico”.
Lo que sí era redundante en esa propuesta en definitiva no aprobada,
por su obviedad, era la referencia agregada en cuanto a que “alternati-
vamente, esta factura podrá también transferirse y darse en cobro por
vía electrónica de conformidad con las normas aplicables a los docu-
mentos electrónicos, en cuyo caso la factura deberá contener los cam-
pos necesarios a efectos de incluir la mención ‘cedible’, la firma y ante-
cedentes del cedente, los antecedentes del cesionario y el recibo de las
mercaderías o servicios adquiridos”.
Hoy por cierto el detalle está regulado, como veremos, en el Regla-
mento de la ley Nº 19.983, que en su totalidad no hace sino normar la
cesión de los créditos de que da cuenta la factura cuando ello se hace en
forma electrónica en base a un nuevo archivo o documento electrónico,
que contiene a la factura, que se envía al cesionario y que se registra en
el sistema en línea del SII.
Cabe plantear como interrogante, si era necesaria su regulación con-
junta –“título ejecutivo y transferencia a terceros” versus “naturaleza
electrónica de la factura”– en la ley Nº 19.983, pudiendo haberse pres-
cindido del artículo 9º. Normativamente pudieron no mezclarse los temas
porque obedecen a criterios técnico-jurídicos y problemas distintos.
Además, si teníamos en vigor la específica regulación legal del D.L.
Nº 825 y la administrativa emanada del SII sobre la factura electrónica,
y conjuntamente una ley de firmas y documentos electrónicos general
que por aplicación de sus disposiciones homologaba a la factura so-
portada en papel con la soportada en forma magnética, el carácter de
título ejecutivo siempre tendría que haberse entendido –e interpretado–
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 235

como legalmente inherente a ambos documentos, cualquiera sea el so-


porte –papel o electrónico– que lo contenga226.
No obstante el objetivo “político” de fortalecer la modernización
jurídica y comercial promovida en diversos ámbitos de la economía y
del desarrollo institucional del país, la importancia de haber explicitado
el punto y de haber ordenado legalmente cuestiones relacionadas con
qué debía entenderse por normas de la factura electrónica, la forma de
realizar su acuse de recibo, la obligatoriedad de firmarla electrónica-
mente y los nuevos roles del Servicio de Impuestos Internos, claramente
se originan por el mayor grado de certeza y estabilidad que con la ley
Nº 19.983 buscó otorgarse a la factura electrónica.
2. Comentarios acerca del debate parlamentario previo
(Informe de la Comisión Mixta)
La modificación de alcances novedosos, que llevó al Servicio de
Impuestos Internos a asumir funciones como administrador de un regis-
tro de facturas objeto de factoring o cedidas –electrónicas o no–, se ge-
neró en una indicación de los Diputados GONZÁLEZ y TUMA.
Ellos fueron quienes propusieron, creemos que bordeando los lími-
tes de la desnaturalización de las funciones y competencias del SII, con-
sagrar un procedimiento especial de comunicación de la cesión de un
crédito expresado en una factura electrónica, según el cual la actuación
podría practicarse de conformidad con las reglas del proyecto –especial-
mente del artículo 7º– o bien, mediante su anotación en un registro pú-

226 Porque en estricto rigor se trata de cuestiones diversas que caminan jurídicamen-
te por “cuerdas separadas”. Que el documento factura tenga título ejecutivo, esto es, que
por sí sea suficiente para exigir en un juicio sumario o de breve conocimiento el cumpli-
miento forzado de una obligación, y las opciones de cesión simple, podía ser regulado en
una ley específica –sea una ley especial o realizándose las modificaciones que sean necesa-
rias al Código de Comercio–, sin aludir a la naturaleza “papel” o “digital” del documento
que la soporta. Y luego, el mérito ejecutivo y las facilidades de cesión del crédito de que da
cuenta la factura para el mundo papel, asignadas por la futura ley, siempre tendrán aplica-
ción conceptualmente para el mundo electrónico por la homologación amplia del artícu-
lo 3º de la ley Nº 19.799. Como la ley de firmas y documentos electrónicos homologa o
hace idénticas las facturas sean soportadas en papel o digitalmente, nadie podría discutir-
le ni el mérito ejecutivo ni las opciones de cesión simplificada al documento digital.
236 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

blico electrónico de las transferencias realizadas que llevaría el Servicio


de Impuestos Internos, quien quedaría facultado para delegar la admi-
nistración del mismo en terceros227.
Este registro público y electrónico era el que permitiría notificar y
hacer oponibles, al deudor y a terceros, las cesiones de los derechos de
que daban cuenta las facturas.
Su intención fue –dice el Informe de la Comisión Mixta– la de pro-
veer un medio eficaz de comunicación de la cesión que fuera apto para
el caso que el uso de facturas electrónicas se masificara, en el que su-
mándose a lo ya existente por el modelo diseñado administrativamente
–porque el registro de facturas emitidas existía y era de acceso libre al
público–, se estableciera, para el SII, la obligación adicional de consig-
narse la información del cesionario y el llamado “archivo electrónico
de cesión”.
Para despejar cualquier duda respecto de la admisibilidad de la indi-
cación, durante la tramitación parlamentaria el Ejecutivo la hizo suya
mediante el oficio respectivo.
3. Modificaciones de octubre
del año 2007 al inciso segundo del artículo 9º
Pero como anticipamos, el 3 de octubre del año 2007 se cerró la
opcionalidad en el sistema de cesión electrónica o la alternativa de po-
der usarse un ejemplar impreso en papel para la cesión. Ello, en virtud
de una ley Nº 20.219, cuya razón de ser esencial era la de destinar recur-
sos para el fondo de Desarrollo de la Región de Magallanes, pero que
fue usada como una ley “bastante miscelánea” –al decir de un Senador–
para modificar una serie de otros cuerpos legales, entre ellos, para susti-
tuir el inciso segundo del artículo 9º de la ley Nº 19.983.

227 Agrega el Informe que frente a una duda manifestada por el Diputado GALILEA,

sobre la conveniencia o necesidad de delegar en terceros la administración del registro,


el Servicio de Impuestos Internos adujo que, en una primera etapa, la función sería desem-
peñada directamente por el Servicio, que cuenta con experiencia en la operación del
sistema, pero que, más adelante, de haber interés del sector privado y de darse garantías
suficientes de confiabilidad, nada se opondría a la externalización de una función que no
era esencial ni estratégica.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 237

A esta fecha, su tenor es el siguiente:


Sin perjuicio de lo señalado en el artículo 7º, la cesión del crédito
expresado en estas facturas solamente podrá efectuarse mediante medios
electrónicos y se pondrá en conocimiento del obligado al pago de ellas,
mediante su anotación en un registro público electrónico de transferen-
cias de créditos contenidos en facturas electrónicas que llevará el Servi-
cio de Impuestos Internos. Se entenderá que la transferencia ha sido
puesta en conocimiento del deudor el día hábil siguiente a aquel en que
ella aparezca anotada en el registro señalado. El Servicio de Impuestos
Internos podrá encargar a terceros la administración del registro”.
En el sector del Gobierno se elaboró esta modificación legal que se
presentó en el Mensaje de enero del año 2007 –tramitado como el Bole-
tín Nº 4.879/05–, con el objetivo de “precisar la cesión electrónica”, en
orden a limitarla a sólo una modalidad, al procedimiento electrónico,
prohibiéndose que un ejemplar impreso de ella firmado en el anverso
fuera utilizado junto a una notificación notarial para poner en conoci-
miento de la cesión realizada al deudor obligado al pago, en conformi-
dad al artículo 7º de la ley en estudio.
El mensaje afirmó que al tenor de lo dispuesto en los artículos 7º y
9º228, en el hecho o en la práctica una misma factura electrónica podía
ser cedida por dos vías, en forma electrónica o impresa en papel, toda
vez que el documento podía ser impreso cuantas veces fuese requerido.
Esto era, según el Ejecutivo o al decir del Mensaje, un inconvenien-
te que había limitado la fluida circulación de las facturas electrónicas, y
por ende, se consideró necesario establecer un único medio de cesión de
tales facturas. A la luz de las características del documento electrónico,
pareció del todo razonable que se optara por una cesión mediante méto-
dos electrónicos y su correspondiente anotación en el registro público
en Internet.

228 El artículo 7º de la mencionada ley señala, en general, que las facturas pueden

cederse mediante una transacción física de documentos y su posterior notificación me-


diante notario; el 9º agrega que, en el caso de facturas electrónicas, la cesión puede
también hacerse a través de una transacción electrónica y su posterior notificación por
medio de un registro público disponible en Internet y administrado por el Servicio de
Impuestos Internos.
238 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Si la ley permitió que el cedente realizará la cesión con el recurso de


la notificación notarial y en base a la representación impresa, evidente-
mente, una vez que se va a la Notaría ya no pueden haber posteriores
cesiones electrónicas; la propuesta de modificación a la ley habría trata-
do de evitar –para la factura electrónica– el “bajarse” desde el sistema
on line a la notaría mediante el ejemplar impreso en papel.
Claramente, con este cambio, junto con precisar la cesión electróni-
ca e instar por darle “total seguridad” a ella –decía el Mensaje–, lo que
debía incidir o repercutir en la disminución de los costos de transacción
producto de la disminución de los riesgos, se buscó potenciarla y gene-
rar un cambio radical en el sistema que –respecto de los facturadores
electrónicos– podían implementar las empresas de factoring. Hoy, no se
puede usar el ejemplar impreso en papel.
Dejamos planteada una inquietud de lege ferenda: ¿porqué no se
considera que el SII asuma –adicionalmente a la publicación– la carga
legal de notificar expresamente al deudor cedido –en reemplazo del mi-
nistro de fe y mediante el envío de un e-mail–, máxime si antes ese
deudor fue autorizado como receptor de documentos electrónicos por el
propio Servicio? Por cierto, habría que establecer que esta obligación
adicional se entendería cumplida por el solo envío del correo, sin que el
deudor cedido pueda alegar no haber sido notificado por la no recepción
del correo.
D. SOBRE EL CONTENIDO DEL REGLAMENTO COMPLEMENTARIO
–EL DECRETO SUPREMO Nº 93, DEL 13 DE ABRIL DE 2005–
Y LA CIRCULAR ADMINISTRATIVA Nº 23 DEL SII,
DEL 14 DE ABRIL TAMBIÉN DE 2005229

1. El decreto supremo Nº 93
Apenas diez breves artículos han sido los considerados para imple-
mentar el definitivo decreto supremo reglamentario subordinado o de
ejecución que, por mandato del inciso tercero del artículo 9º de la ley

229
Este decreto por cierto, atendido el tenor del artículo 5º de la ley Nº 20.219,
deberá ser modificado para eliminar lo relacionado con la impresión en papel.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 239

Nº 19.893 de diciembre de 2004, regulará la cesión de los créditos con-


tenidos o expresados en una factura electrónica.
El artículo 1º aborda nuevamente la definición de algunos concep-
tos mínimos, tales como:
a) “Factura electrónica”: las facturas de venta, facturas de compra,
facturas exentas y liquidaciones factura, generadas como un documento
electrónico emitido y firmado por un contribuyente autorizado por el
Servicio de Impuestos Internos;
b) “Registro”: el Registro Público Electrónico de Transferencia de
Créditos230, administrado por el Servicio de Impuestos Internos, o por
terceros si el SII decide externalizar o encargar la administración, en
sistemas informáticos, donde se anota la cesión del crédito contenido en
una factura electrónica con el objeto de poner dicha cesión en conoci-
miento del deudor del crédito;
c) “Archivo Electrónico de Cesión” o “AEC”231: el archivo, cuyo
formato será definido por el Servicio de Impuestos Internos232, firmado
electrónicamente por el cedente del crédito contenido en una factura
electrónica o por su representante legal o mandatario con poder sufi-
ciente, a través de cuya entrega al cesionario el cedente transfiere o cede
el crédito contenido en dicho documento, y

230 La consulta on line puede hacerse en la URL https://palena.sii.cl/rtc/RTC/

RTCMenu.html. Una descripción técnica del Registro puede consultarse, reiteramos, en


la URL http://www.sii.cl/factura_electronica/ins_tecnico.pdf.
231 Sólo a modo referencial, véase en la URL http://www.sii.cl/preguntas_frecuentes/

catastro/001_012_3040.htm un set de preguntas y respuestas frecuentes elaboradas por


el Servicio de Impuestos Internos, que resumen, aclaran y explican los contenidos de
diversas normas. Así por ejemplo, sobre el “archivo electrónico de cesión” dicen que es
“...un archivo, cuyo formato ha sido definido por el SII, firmado electrónicamente por el
cedente del crédito contenido en una Factura Electrónica, o su representante legal o
mandatario con poder suficiente, a través de cuya entrega al cesionario, el cedente
transfiere el crédito contenido en dicho documento”.
232 La definición técnica del formato puede consultarse en las URLs http://www.sii.cl/

factura_electronica/form_ele.htm y http://www.sii.cl/factura_electronica/cesion.pdf
240 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

d) “Notificación por Registro”: la notificación –legal– que “se en-


tiende efectuada” de conformidad con lo dispuesto en el inciso segundo
del artículo 9º de la ley, esto es, por el solo hecho de la anotación en el
Registro de la cesión de un crédito contenido en una factura electrónica;
dicho de otra forma, se trata además de una nueva formalidad de publi-
cidad que por mandato de la ley produce –el día hábil siguiente al regis-
tro electrónico de la transferencia realizada–, automática y legalmente,
la oponibilidad del hecho de la cesión del crédito al deudor del mismo.
Reitera el artículo 2º del Reglamento lo que dice la ley, en cuanto a
que tratándose de facturas electrónicas el recibo de la recepción de las
mercaderías o servicios podrá constar en un “acuse de recibo electróni-
co” emitido por un receptor de igual naturaleza, obviamente autorizado
para operar como tal en forma previa por el Servicio de Impuestos Inter-
nos, y explicita que se hará de acuerdo con el formato definido por el
ente fiscalizador.
En concordancia con lo que señala la parte final del inciso primero
del artículo 9º, agrega que “el acuse de recibo” podrá hacerse ya no
digitalmente sino por escrito en una o más guías de despacho no electró-
nicas, o en “representaciones impresas” –para nosotros derechamente
copias– de guías de despacho electrónicas o de facturas electrónicas.
Intenta el decreto Nº 93 –artículos 3º y 4º– aclarar las relaciones o la
operación electrónica que en base al denominado “archivo de cesión”
se presentarán entre el cedente o acreedor original que transfiere el cré-
dito, el cesionario o nuevo acreedor, y el deudor del crédito u obligado
al pago que debe ser notificado de la cesión verificada a instancias del
cedente (quien posee expresamente la carga legal o reglamentaria de
hacerlo).
Señalan que la cesión –o transferencia translaticia de dominio invo-
lucrada en el contrato electrónico de cesión– “entre cedente y cesiona-
rio” se perfeccionará con el cumplimiento de dos requisitos copulativos:
uno, por la entrega del llamado archivo electrónico de cesión233, y dos,

233 A modo de anticipo: frente a la pregunta de ¿cómo se solicita la anotación de la


cesión del crédito contenido en una Factura Electrónica en el Registro Público Electró-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 241

por la puesta a disposición del cesionario del recibo de la recepción de


las mercaderías o servicios234, que a su turno o en su momento entregó
al cedente el deudor del crédito.
Y reiteran que una de las opciones que existe para notificar al deu-
dor del crédito cedido y hacerle oponible la cesión es la de anotarla en el
Registro Público del SII, a elección del cedente que debe solicitarlo en
forma electrónica o enviando “información de la cesión” contenida en
el archivo electrónico de cesión al “Administrador del Registro” –sin
que se aclare, en esta norma, cuál será esa información, lo que fue preci-
sado luego en una circular Nº 23 del 14 de abril del año 2005–.
En cuanto a la entrega al cesionario del archivo electrónico de ce-
sión, ya comentamos que podemos entender que en el ámbito electró-
nico no existen originales ni copias sino que el mérito legal se le ha
transferido a un nuevo documento, por cierto generado a partir de los
datos de la factura y que dentro de su contenido lleva e incluye a la
factura.
Se pone el Reglamento en el caso –artículo 5º– de una anotación
errónea de la cesión del crédito contenido en una factura electrónica, o
en el de la mención como cesionario de una persona distinta de la que
realmente correspondía. En dicho caso, será el cedente quien deberá
solicitar que se deje sin efecto la anotación o la corrección administrati-
va de la misma, acreditando ante el Administrador del Registro el error
en que se ha incurrido.

Continuación nota 233


nico de Transferencias de Créditos?, el sitio web del SII informa (en la URL http://
www.sii.cl/preguntas_frecuentes/catastro/001_012_3052.htm) que ella “deberá ser so-
licitada por el cedente de la Factura Electrónica, haciendo entrega en forma electrónica
al Registro del “Archivo Electrónico de Cesión” en la Oficina Virtual del Servicio de
Impuestos Internos, firmado digitalmente por el cedente, o su representante legal o man-
datario con poder suficiente”.
234 Detalles sobre su forma y estructura pueden verse en la URL http://www.sii.cl/

factura_electronica/desc_19983.pdf; “en esta opción podrá acceder a un documento


que describe el Recibo Electrónico de las Mercaderías o Servicios prestados que exige
la ley Nº 19.983 y que deben utilizar los contribuyentes que operan en la Factura Elec-
trónica”.
242 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Precisa luego –en el artículo 6º– que, además de lo establecido en el


artículo 3º del Reglamento, la cesión del crédito contenido en una factu-
ra electrónica también puede perfeccionarse con la entrega de una re-
presentación impresa de la misma –de la factura, no del archivo electró-
nico de cesión–, para lo cual, en el anverso del documento impreso el
cedente, bajo su firma, expresará el nombre completo, el rol único tribu-
tario y el domicilio del cesionario.
Y agrega que deberá acompañarse además –copulativa y conjunta-
mente– una representación impresa del recibo electrónico de la recep-
ción de las mercaderías o servicios, si dicha recepción se hizo en esta
modalidad, y en el caso contrario establece que se verá obligado a poner
a disposición del cesionario el documento soportado en papel en donde
se hubiere otorgado el recibo conforme.
Como comentamos, atendido el tenor de la ley Nº 20.219 del 3 de
octubre de 2007, todo lo reglamentado por la norma administrativa a
esta fecha carece de aplicación. Es claro el nuevo inciso segundo del
artículo 9º, cuando establece que la cesión del crédito expresado en las
facturas electrónicas “solamente podrá efectuarse mediante medios elec-
trónicos”, y que se pondrá en conocimiento del obligado al pago me-
diante su anotación en un registro público electrónico de transferencias
de créditos contenidos en facturas electrónicas.
En este caso, el Reglamento optaba por “amarrar” a los futuros in-
teresados al uso de una misma y única representación impresa de la fac-
tura, porque establece que las eventuales futuras “cesiones” sólo po-
drán efectuarse de conformidad a dicho procedimiento y usándose la
misma representación impresa firmada en el anverso por el cedente235.
Igual cosa ocurre con las correspondientes futuras o posteriores “noti-
ficaciones”, que exclusivamente deberán hacerse en la forma señalada

235 Frente a la pregunta de si ¿una Factura Electrónica cedida mediante entrega de

representaciones impresas podrá ser cedida a futuro a través del Archivo Electrónico de
Cesión y anotada en el Registro Público?, el sitio web del SII (http://www.sii.cl/
preguntas_frecuentes/catastro/001_012_3053.htm) aclara que no, porque “cedido el cré-
dito contenido en una Factura Electrónica de acuerdo a este procedimiento, las even-
tuales futuras cesiones sólo podrán efectuarse de la misma forma, es decir, usando la
misma representación impresa firmada en el anverso por el cedente”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 243

en el inciso segundo del artículo 7º de la ley (vía notario, oficial del


registro civil o carta certificada)236.
Esta norma respondía expresamente a la pregunta acerca de la posi-
bilidad jurídica –en derecho– de que el cedente aludido lleve a soporte
papel el documento que posee almacenado en sus propias bases de da-
tos. A diferencia de los reparos anticipados, en cuanto a las deficiencias
u omisiones tanto de la ley Nº 19.799 como de la ley Nº 19.983, a saber,
el que ambas omitieron validar legalmente y de manera general el lla-
mado “printout” de un documento electrónico237, al menos en materia
de cesibilidad –y a diferencia de la ejecutividad– esta norma reglamen-
taria que complementa o desarrolla el artículo 9º de la ley Nº 19.983 así
lo detallaba y permitía.
A esta fecha la única norma jurídica de rango legal que aborda ex-
presamente el tema es el inciso cuarto del artículo 56 del decreto ley
Nº 825; ergo, la impresión en papel “de la factura” que realicen el emi-
sor o cedente y el cesionario traslaticio, jurídicamente habría carecido
de valor legal y menos admitiría ser calificada como una copia soporta-
da en papel del documento original electrónico previamente emitido.
En otro contexto, establece el artículo 7º que la cesión “en cobro” del
crédito contenido en una factura electrónica –siempre y exclusivamente–
se perfeccionará por la entrega de una representación impresa de la factu-
ra –ya no del archivo electrónico de cesión–, que hace el cedente al man-
datario al que se le encomienda la cobranza, en la forma señalada en el
inciso primero del artículo 6º y que ya hemos comentado. Y agrega una

236 Agrega el Reglamento que en este caso y para notificarse al deudor, “el cesiona-

rio” deberá poner a disposición del ministro de fe encargado de la diligencia la informa-


ción contenida en el Archivo Electrónico de Cesión, una representación impresa de la
factura electrónica cedida y el recibo electrónico de las mercaderías o del servicio pres-
tado, si la recepción se hizo con este tipo de recibo, y que si el recibo no fuere electrónico
se deberá poner a disposición del ministro de fe una copia del documento en donde éste
se hubiere otorgado.
237 La validación del ejemplar impreso en papel de la factura electrónica la encon-

tramos, como vimos, primero en el artículo 56 del D.L. Nº 825 y luego en la resolución
exenta Nº 45 del año 2003.
244 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

restricción, a saber, que cedido un crédito “en cobro” él no podrá ser


cedido translaticiamente si no se revoca previamente la cesión en cobro.
No entendemos porqué el Reglamento preceptúa que en este caso el
cedente de una cesión en cobro también deberá solicitar la anotación de
esta operación en el Registro Público Electrónico (RPE), toda vez que la
cesión no se ha hecho en forma electrónica o mediando un archivo de
cesión y porque la naturaleza del Registro sólo se referiría –así lo enten-
demos– a cesiones que impliquen transferencias de dominio y no a en-
cargos de cobranza que no son translaticios de dominio.
Como corolario, se establece que el Administrador del Registro cer-
tificará, a petición de los cedentes, de los cesionarios o del deudor del
crédito contenido en una factura electrónica, la circunstancia de haber-
se efectuado la Notificación por Registro de la cesión del crédito, su
fecha y la identidad de las partes individualizadas en la anotación res-
pectiva238, y que el Servicio de Impuestos Internos podrá cobrar el valor
de costo de los certificados que emita de conformidad con lo que dispo-
ne el artículo Único del decreto ley Nº 2.136, de 1978, sustituido por el
artículo 83 de la ley Nº 18.768, de 1988.
2. La Circular 23 del Servicio
de Impuestos Internos (referencia)239
2.1) Esta norma administrativa, del 14 de abril de 2005, es la que
definió o detalló (i) cómo debían ser los archivos electrónicos aplicables
a la cesión traslaticia de dominio de créditos contenidos en una factura
electrónica (concretamente, en facturas de venta, facturas de compra,
facturas exentas y liquidaciones factura generadas como un documento
electrónico emitido por un contribuyente autorizado por el Servicio de

238 La obtención electrónica de los certificados puede consultarse en la URL https:/

/palena.sii.cl/rtc/RTC/RTCMenu.html.
239
El texto completo puede consultarse en la URL http://www.sii.cl/documentos/
circulares/2005/circu23.htm. Concretamente, ella “DEFINE ARCHIVOS ELECTRÓNICOS APLICA-
BLES A LA CESIÓN TRASLATICIA DE DOMINIO DE CRÉDITOS CONTENIDOS EN UNA FACTURA ELECTRÓNICA
Y LA ANOTACIÓN DE LAS CESIONES EN EL REGISTRO PÚBLICO ELECTRÓNICO DE TRANSFERENCIAS DE
CRÉDITOS”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 245

Impuestos Internos), y (ii) la que precisó cómo debía realizarse la ano-


tación de las cesiones en el registro público electrónico de transferen-
cias de créditos.
Ella concluye una trilogía normativa sobre cesibilidad de facturas
electrónicas, iniciada con la ley Nº 19.983 y continuada con el Regla-
mento para la aplicación del artículo noveno de la ley, contenido –como
sabemos– en el decreto supremo Nº 93.
La circular tuvo por objeto:
(i) Definir la información que debe contener el Archivo Electrónico
de Cesión (en sus campos o “áreas de información sobre el documento
cedido o sobre la cesión240“), a través del cual, junto con la puesta a
disposición del recibo de la recepción de las mercaderías o servicios
prestados, el cedente transfiere el dominio del crédito contenido en una
factura electrónica, y
(ii) Instruir acerca: a) de la solicitud de anotación en el Registro
Público Electrónico de Transferencias de Créditos; b) de la recepción
de solicitudes de anotación y las acciones que proceden por parte del
SII; c) de la solicitud de anotación de cesión en cobranza y su revoca-
ción; d) de las consultas al Registro de Transferencias, y e) de la solici-
tud y emisión de Certificados de Anotación en el Registro.
La circular reitera que para los efectos de la cesión del crédito con-
tenido en una factura electrónica, “el recibo de la recepción de las mer-
caderías o servicios prestados”, sea que se extienda por medios manus-
critos o electrónicos, deberá otorgarse al momento de efectuarse la en-
trega real o simbólica de las especies o de los servicios prestados y de-
berá incluir la siguiente leyenda:

240 Así por ejemplo, el área de información del AEC deberá contener la identifica-
ción del cedente; el RUT, nombre o razón social, domicilio y correo electrónico; la iden-
tificación del cesionario: RUT, nombre o razón social, domicilio y correo electrónico; la
fecha de cesión; el monto del crédito cedido; la fecha del último vencimiento del pago;
otras condiciones de la cesión; opcionalmente correo electrónico del deudor, y cuando
corresponda, una declaración jurada electrónica que indique que se ha puesto a disposi-
ción del cesionario el o los documentos donde consta la recepción de las mercaderías
entregadas o servicios prestados.
246 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

“El acuse de recibo que se declara en este acto, de acuerdo a lo


dispuesto en la letra b) del artículo 4º, y la letra c) del artículo 5º de la
ley Nº 19.983, acredita que la entrega de mercaderías o servicio(s)
prestado(s) ha(n) sido recibido(s).”, de acuerdo a la resolución exenta
SII Nº 14 de 8.02.2005.
2.2) Dice la norma en comento que para que la cesión del crédito
contenido en una factura electrónica sea puesta en conocimiento del
deudor mediante su anotación en el Registro Público Electrónico de
Transferencias de Créditos, la anotación en el Registro deberá ser soli-
citada por el cedente del crédito, autenticado con RUT-Clave, haciendo
entrega al Registro del “Archivo Electrónico de Cesión”, a través del
cual, junto con la puesta a disposición del recibo de la recepción de las
mercaderías o servicios prestados.
Agrega que este archivo se entregará en forma electrónica en la Ofi-
cina Virtual del Servicio de Impuestos Internos, firmado digitalmente
por el cedente, o su representante legal o mandatario con poder suficien-
te, y que la concreta forma del envío de esta información al Registro se
realizará de acuerdo al procedimiento establecido en la Oficina Virtual
del SII, ubica en la dirección www.sii.cl.
2.3) Sobre la recepción de solicitudes de anotación en el registro y
las acciones que proceden por parte del SII, señala, por ejemplo, que al
recibir una solicitud de anotación, procederá a verificar:
• “Que el cedente de la factura corresponda al último cesionario
registrado o al emisor si no ha sido cedido antes el documento.
• La fecha de transferencia del documento, debiendo ser anterior o
coincidente con la fecha de la presentación de la solicitud.
• Que el documento transferido corresponda al registrado por el SII.
• El monto del crédito cedido, debiendo ser menor o igual al valor
total del documento.
• La validez del RUT del cesionario y de las personas autorizadas.
• La validez de las firmas de las persona(s) autorizada(s) que fir-
man transferencia.
• La coherencia entre los RUT de personas autorizadas que fueron
indicadas y que firmaron la transferencia, con los RUT incluidos en las
firmas digitales de la transferencia.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 247

• En su caso, que las transferencias anteriores indicadas en el Ar-


chivo Electrónico de Cesión correspondan con las transferencias pre-
viamente anotadas en el Registro.
• En su caso, que se incluya la declaración jurada que da cuenta de
que fueron puestos a disposición del cesionario, el o los documentos
donde consta el recibo de las mercaderías entregadas o servicios pres-
tados, si en la cesión de crédito anterior existía ésta”.
2.4) En materia de consultas al Registro de Transferencias, se esta-
bleció que a él podrá acceder cualquier persona pero autenticadamente
(mediante RUT/password o mediante certificados digitales), con el ob-
jeto de verificar el hecho de haberse anotado una cesión, y que para los
fines de la consulta, se accederá a través del número de Rol Único Tri-
butario del emisor del documento electrónico cedido, del tipo de docu-
mento y folio de éste. Concretamente –dice la norma administrativa– lo
que puede verificarse es si un determinado documento ha sido publica-
do en el Registro y la fecha en que se hizo esa publicación.
Se determinó además que la información del Registro estaría dispo-
nible para su consulta por un año contado desde la última fecha de ven-
cimiento (según el último registro), y que vencido ese plazo los interesa-
dos sólo podrían obtener información solicitando un “certificado de trans-
ferencias”.
Se estableció que la eventual corrección de las anotaciones erró-
neas en el registro de la cesión del crédito contenido en una factura
electrónica, o la mención como cesionario de una persona distinta de la
que corresponda, debería ser solicitada por quien haya requerido la ano-
tación.
Y se precisó, a este respecto, cuál sería la información a la que podrá
acceder el deudor de una factura electrónica cedida, a cuál el tenedor o
el último cesionario anotado en el Registro, y a cuál el interesado que
ingrese, conociendo la Clave de Acceso a la información de la cesión.
2.5) En cuanto a los certificados del Registro de Transferencias, se
definió atestiguar o respaldar la circunstancia de haberse anotado en el
Registro la cesión del crédito contenido en una factura electrónica, me-
diante un “Certificado de Anotación en el Registro”, a solicitud de
248 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

cedentes, cesionarios o deudores, y que para obtenerlo, el interesado


luego de autenticarse debería ingresar junto con la fecha de la cesión de
la que requiere certificado, la identificación del documento –en la forma
de RUT del emisor del documento, tipo de documento y número de folio
del documento– o, alternativamente, la clave de acceso a la información
de la cesión.
E. LA VALIDACIÓN GENERAL DE LOS
DOCUMENTOS ELECTRÓNICOS EN LA LEY Nº 19.799
(REFERENCIA)
Lo que ahora importa reiterar es que todas estas relaciones comer-
ciales y contractuales envueltas en la cesión de créditos y en el factoring
tienen pleno valor legal en Chile en conformidad a lo dispuesto por la
ley Nº 19.983 –de manera particular– y –de manera general– en el ar-
tículo 3º de la ley Nº 19.799, con la condición esencial de que los docu-
mentos que den cuenta de la celebración del contrato electrónico de
factoring sean debida y electrónicamente firmados por quienes los sus-
criban.
Podrá firmarse avanzadamente o no, únicamente según sea la natu-
raleza de la empresa proveedora del software para firmar y no por exi-
gencia legal del artículo 9º de la ley Nº 19.983. Y el documento clave es,
como hemos dicho, el archivo electrónico de cesión que el emisor elec-
trónico envía al cesionario o a la empresa de factoring y al Servicio de
Impuestos Internos para que sea registrado, mismo que siempre debe ser
firmado mediante claves o electrónicamente.
De manera general, las actividades del factoring a través de redes
digitales –cerradas y sobre todo “abiertas” como Internet están respal-
dadas desde el punto de vista legal en base a la ley general sobre firmas
y documentos digitales o electrónicos. Si se trata en esencia de una mera
sustitución de soportes y de un reemplazo en la forma de firmar los
documentos ahora digitales o electrónicos, conforme a la ley Nº 19.799,
todo contrato de cesión de créditos puede realizarse –conceptualmente–
mediante soportes digitales o electrónicos y firmarse de la misma mane-
ra, incluso sin que se necesite el respaldo de certificados emitidos por
prestadores de servicios de certificación previamente acreditados.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 249

F. SOBRE EL CONTRATO ELECTRÓNICO


DE FACTORING Y SU NOTIFICACIÓN EN LÍNEA

1. La práctica actual denominada “confirming”


Un banco de la plaza, pionero, ofrece un servicio de factoring me-
diante la compra de las “cuentas por cobrar” de sus clientes proveedo-
res o prestadores de servicios, anticipando hasta un 100% del valor de
las facturas por el monto total de los documentos cedidos –por ejemplo
en una modalidad de pronto pago–, garantizando que se otorga liquidez
para el financiamiento de capital de trabajo, preocupándose además de
la cobranza a los deudores de los documentos que previamente le son
enviados –para alivianar la estructura administrativa de la empresa–, y
cobrando una comisión porcentual del monto del documento a operar
comúnmente llamada “tasa de factoring” que va desde el 0,4% mensual
hasta un 2,5% mensual, dependiendo del riesgo241, o dicho de otra for-
ma, comprando documentos por pagar o carteras de crédito a un precio
menor que el pasivo adquirido.
Este mismo banco llama “confirming” a un conjunto de servicios
orientados a realizar centralizadamente la gestión administrativa de los
pagos de las “cuentas por pagar” a los proveedores de sus clientes/
cuentacorrentistas que sean empresas de grandes volúmenes de pagos
–como los supermercados, las cadenas de farmacias, etcétera–, pero me-
diante la modalidad de distribución de fondos en una fecha programada

241 En cuanto a los “riesgos”, existe un riesgo operativo que puede ser que a la

factura le introduzcan una nota de crédito; que no se pague porque al pagador no le gustó
la mercadería, o porque el servicio o el trabajo del proveedor no está de acuerdo a las
condiciones que se convinieron; que el pagador le cancele la factura directamente al
cliente y no a la empresa de factoring que es la dueña del crédito documentado con la
factura. Las tasas de interés han sido históricamente mayores para las Pymes porque
ellas presentan un mayor riesgo al carecer de garantías que se les puedan exigir; por eso
es que, al poseer las facturas mérito ejecutivo por ley o al existir la posibilidad de exigir
el pago mediante un juicio ejecutivo, disminuyen los riesgos y se otorga un acceso más
rápido y a montos de líneas de crédito mayores que los bancarios para financiar sus
necesidades de capital de trabajo o de explotación, sin que exista un aumento en su nivel
de endeudamiento.
250 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

y el otorgamiento de una línea de crédito destinada a apoyar a las empre-


sas con liquidez, porque ofrece la posibilidad de adelantar el pago a
dichos proveedores/acreedores y de que éstos cobren las facturas en for-
ma anticipada.
Lo que actualmente hay de factoring electrónico en el mercado na-
cional es más bien un confirming electrónico, esto es, existen grandes
pagadores que externalizan el pago de sus nóminas o permiten al factoring
financiar, prestar servicios de información y realizar los pagos de forma
adelantada a sus proveedores/acreedores, todo esto operando mediante
portales o sitios web de pago a los cuales éstos se conectan y donde se
visualizan las facturas pendientes de pago, y obteniéndose por ende un
financiamiento anticipado en forma electrónica, sin papeles ni trámites
administrativos y en un porcentaje del crédito consignado en la factura
que eligen los propios proveedores.
2. El escenario teórico
Pensamos en un contrato cuya esencia presupone que existe un cliente
o empresario que cede o transfiere a título traslaticio o en dominio a un
factor y nuevo titular adquirente, los créditos de que dispone y que apa-
recen consignados en una factura digital o electrónica previamente emi-
tida por él en conformidad a la ley tributaria, donde teóricamente el
acuerdo de voluntades o el consentimiento debiera lograrse, materiali-
zarse y perfeccionarse completamente vía redes telemáticas, desde las
tratativas preliminares acerca de las condiciones comerciales y finan-
cieras y hasta el envío electrónico por el proveedor al factoring de un
ejemplar de la factura pendiente de pago, misma que puede ser verifica-
da también electrónicamente por la empresa cesionaria o de factoraje en
el sitio web del Servicio de Impuestos Internos de igual forma.
Y, ya no a instancias de un notario que reciba el documento en sus
sistemas para cumplir con la notificación de la cesión del crédito al deu-
dor (lo que dilata y encarece los costos de la operación), proceder a este
trámite también en forma electrónica mediante su anotación en el regis-
tro implementado por el SII al efecto.
El descrito sería el “mejor escenario” para todo el ciclo de lo que
calificamos como “factoring electrónico”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 251

En el contexto de la distinción conceptual básica entre las transac-


ciones proveedores-consumidores y las de los proveedores-proveedo-
res, entre el “B2C” o Business to Consumer y el “B2B” o Business to
Business, dijimos en la introducción que ella no era clara para intentar
encuadrar correctamente los nuevos contratos electrónicos de factoring
que pueden celebrarse a esta fecha en Chile. Quizá podría hacerse en-
tendiendo que el cedente es un consumidor y el cesionario o la empresa
de factoraje es su comerciante-proveedor, con lo cual deberíamos hablar
del ámbito del “Consumer to Business”; o a lo mejor, aceptando que los
cedentes son los proveedores de la materia prima para el negocio de
otros comerciantes que serían las empresas de factoring, para subsumirnos
así en el ámbito del Business to Business.
3. Las modificaciones de la ley Nº 19.983 y su reglamento
(lo que ha normado expresamente la ley)
A esta fecha, probablemente las condiciones comerciales, financie-
ras y contractuales que existirán entre el cedente o factor y el cesionario
o cliente se seguirán acordando en forma presencial y no entre ausentes
ni electrónicamente, porque lo que legal y válidamente permiten el ar-
tículo 9º de la nueva ley Nº 19.983 y su reglamento complementario –el
artículo 3º del decreto supremo Nº 93– es que la cesión de los créditos
contenidos en una o más facturas electrónicas “se perfeccione” por la
entrega al cesionario de un “Archivo Electrónico de Cesión”, conjunta-
mente con la puesta a disposición de dicho cesionario del recibo –tam-
bién electrónico– de la recepción de las mercaderías o servicios.
Un hecho cierto es que por ahora nunca la celebración del contrato
marco de factoring propiamente tal será completamente electrónica, y
lo que cabe calificarse a esta fecha como tal no es sino el perfecciona-
miento mismo de la cesión de créditos que subyace en el contrato, de la
mano: (i) en primer lugar de un documento electrónico denominado “ar-
chivo electrónico de cesión” (AEC) –no enviando electrónicamente al
factoring un ejemplar de la factura pendiente de pago–, que tiene pleno
valor legal si es firmado de la misma forma y otorgado en conformidad
a la normativa tributaria, y (ii) en segundo lugar o posteriormente, en
base a la formalidad de publicidad para notificar al deudor consistente
252 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

en la anotación también electrónica en el Registro Público de cesión de


créditos que administrará el Servicio de Impuestos Internos, ya
implementado a esta fecha.
Lo anterior se debe a que la evaluación económica que realizan las
empresas de factoring cesionarias del crédito de que da cuenta la factura
electrónica no depende sólo del intercambio de antecedentes en forma
electrónica.
Novedosa es también la forma de realizarse la notificación de estas
cesiones y la existencia del registro electrónico “de cesiones” adminis-
trado por el SII. Entre otras razones, porque nos permite responder ne-
gativamente a una interrogante formulada al inicio del trabajo, a saber,
si podía caber alguna duda respecto al momento en que se entiende ve-
rificada y le es notificada al deudor cedido está cesión electrónica de los
derechos de que da cuenta la factura.
4. Pasos futuros
Una proyección interesante será la de mantener un sitio de remates
de facturas electrónicas, similar al sistema de oferta pública de facturas
que existe en México y donde los proveedores pueden acceder a finan-
ciamiento luego de interactuar en un sitio transaccional o e-marketplace
con todas las empresas de factoring en forma simultánea.
Quizá el primer paso en este sentido se concrete a futuro de la mano
de las posibles transacciones electrónicas en la llamada “Bolsa Agríco-
la” o de productos agropecuarios, creada por la ley Nº 19.920 en 1993 y
actualizada por la ley Nº 19.826 el año 2003242, tema que a mayo de
2005 estaba siendo evaluado por los Ministerios de Economía y de Ha-

242 La ley Nº 19.826 define qué es la Bolsa Agrícola, a saber, una sociedad anónima

abierta especial, condición que le da ciertas exigencias adicionales a las de una sociedad
anónima tradicional. La ley exige capital mínimo (30 mil UF) para constituir la bolsa, y
que haya a lo menos diez accionistas. El objetivo de la entidad es que se permita “trans-
parentar el mercado de las transacciones comerciales del sector agrícola, además de
generar instrumentos financieros que darán mayor liquidez al productor, para así
revertir la actual tendencia del proceso de desbancamiento de la actividad agrícola,
hecho que de alguna manera refleja el bajo nivel de inversión que existe hoy en la
agricultura”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 253

cienda en conjunto con la Confederación de la Producción y el Comer-


cio en el contexto de un “Plan de Impulso Empresarial”. Concretamen-
te, se estaba estudiando la idea de incluir la evaluación de un mecanismo
para que las facturas con título ejecutivo relacionadas con productos
silvoagropecuarios –documentos que no implican un contrato sino que
hoy son títulos al portador– se transen electrónicamente, con lo cual se
reduciría el costo de financiamiento que tiene el factoring, sin acotarse
sus posibilidades de oferta a las empresas de factoring que operan en la
respectiva ciudad. Todo dependerá del parecer de la Superintendencia
de Valores y Seguros (SVS) que se encontraba analizando si la legisla-
ción y reglamentación actual permitían que las facturas con mérito eje-
cutivo fuesen negociadas por esta vía.
¿Otra?: si bien es cierto lo que legal y válidamente permiten el ar-
tículo 9º de la nueva ley Nº 19.983 y su reglamento complementario –el
artículo 3º del decreto supremo Nº 93– es sólo que la cesión de los cré-
ditos contenidos en una o más facturas electrónicas “se perfeccione” por
la entrega al cesionario de un “Archivo Electrónico de Cesión”, conjun-
tamente con la puesta a disposición de dicho cesionario del recibo
–también electrónico– de la recepción de las mercaderías o servicios,
nada obsta a que en el marco general de la ley Nº 19.799 y de manera
autenticada –con firmas electrónicas– en un solo servidor (o en una sola
plataforma dicen los ingenieros) se facilite toda la operatoria electróni-
ca, desde las tratativas previas hasta este nuevo modo de “perfecciona-
miento” de la cesión electrónica de créditos.
En fin. Habrá que esperar que las empresas que a esta fecha son
grandes facturadoras electrónicas se decidan a realizar factoring tam-
bién electrónico. Y habrá que ver si el volumen de facturación y de
factoring digital y vía redes posibilita o justifica que se desarrolle un
sitio web de remates de facturas. Pero éstas, las últimas de nuestro traba-
jo, no son ya consideraciones jurídicas.
254 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 255

BIBLIOGRAFÍA POR AUTORES

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LOREDO ÁLVAREZ, Alejandro, 2005, “Contratos informáticos y telemáticos
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trónico”, disponible en el ARCHIVO del Observatorio para la Ciber
Sociedad en http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?
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PARRA, Álvaro, “La Factura Electrónica”, exposición realizada en un Se-
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POMÉS ANDRADE, Juan, “Título Ejecutivo de la Factura, Ley Nº 19.983”,
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256 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

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volúmenes 1 y 2, Quinta edición actualizada, Editorial Jurídica de
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SANDOVAL LÓPEZ, Ricardo, Manual de Derecho Comercial, Tomo III,
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VARELA, José Gabriel, “La Factura”, memoria para optar al grado de
Licenciado en Ciencias Jurídicas en la Universidad de Chile, pre-
sentada en 1964.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 257

ANEXOS
258 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 259

I. LEY Nº 19.983,
DEL 15 DE DICIEMBRE DE 2004,
QUE REGULA LA TRANSFERENCIA Y OTORGA
MÉRITO EJECUTIVO A COPIA DE LA FACTURA

Artículo 1º.- En toda operación de compraventa, de prestación de


servicios, o en aquellas que la ley asimile a tales operaciones, en que el
vendedor o prestador del servicio esté sujeto a la obligación de emitir
factura, deberá emitir una copia, sin valor tributario, de la factura origi-
nal, para los efectos de su transferencia a terceros o cobro ejecutivo,
según lo dispuesto en esta ley.
El vendedor o prestador del servicio deberá dejar constancia en el
original de la factura y en la copia indicada en el inciso anterior, del
estado de pago del precio o remuneración y, en su caso, de las modalida-
des de solución del saldo insoluto.
Artículo 2º.- La obligación de pago del saldo insoluto contenida en la
factura deberá ser cumplida en cualquiera de los siguientes momentos:
1.- A la recepción de la factura;
2.- A un plazo desde la recepción de la mercadería o prestación del
servicio, pudiendo establecerse vencimientos parciales y sucesivos, y
3.- A un día fijo y determinado.
En ausencia de mención expresa en la factura y su copia transferible
de alguno de los plazos señalados, se entenderá que debe ser pagada
dentro de los treinta días siguientes a la recepción.
Artículo 3º.- Para los efectos de esta ley, se tendrá por irrevocable-
mente aceptada la factura si no se reclamara en contra de su contenido
mediante alguno de los siguientes procedimientos:
260 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

1. Devolviendo la factura y la guía o guías de despacho, en su caso,


al momento de la entrega, o
2. Reclamando en contra de su contenido dentro de los ocho días
corridos siguientes a su recepción, o en el plazo que las partes hayan
acordado, el que no podrá exceder de treinta días corridos. En este caso,
el reclamo deberá ser puesto en conocimiento del emisor de la factura
por carta certificada, o por cualquier otro modo fehaciente, conjunta-
mente con la devolución de la factura y la guía o guías de despacho, o
bien junto con la solicitud de emisión de la nota de crédito correspon-
diente. El reclamo se entenderá practicado en la fecha de envío de la
comunicación.
Artículo 4º.- La copia de la factura señalada en el artículo 1º, queda-
rá apta para su cesión al reunir las siguientes condiciones:
a) Que haya sido emitida de conformidad a las normas que rijan la
emisión de la factura original, incluyendo en su cuerpo en forma desta-
cada la mención “cedible”, y
b) Que en la misma conste el recibo de las mercaderías entregadas o
del servicio prestado, con indicación del recinto y fecha de la entrega o
de la prestación del servicio y del nombre completo, rol único tributario
y domicilio del comprador o beneficiario del servicio e identificación de
la persona que recibe, más la firma de este último.
En caso de que en la copia de la factura no conste el recibo mencio-
nado, sólo será cedible cuando se acompañe una copia de la guía o guías
de despacho emitida o emitidas de conformidad a la ley, en las que cons-
te el recibo correspondiente. Para estos efectos, el emisor de la guía o
guías de despacho deberá extender una copia adicional a las que la ley
exige, con la mención “cedible con su factura”.
Para los efectos previstos en la letra b) y en el inciso anterior, se
presume que representa al comprador o beneficiario del servicio la per-
sona adulta que reciba a su nombre los bienes adquiridos o los servicios
prestados.
Toda estipulación que limite, restrinja o prohíba la libre circulación
de un crédito que conste en una factura se tendrá por no escrita.
Artículo 5º.- La misma copia referida en el artículo anterior tendrá
mérito ejecutivo para su cobro, si cumple los siguientes requisitos:
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 261

a) Que la factura correspondiente no haya sido reclamada de confor-


midad al artículo 3º de esta ley;
b) Que su pago sea actualmente exigible y la acción para su cobro no
esté prescrita;
c) Que en la misma conste el recibo de las mercaderías entregadas o
del servicio prestado, con indicación del recinto y fecha de la entrega de
las mercaderías o de la prestación del servicio, del nombre completo, rol
único tributario y domicilio del comprador o beneficiario del servicio e
identificación de la persona que recibe las mercaderías o el servicio,
más la firma de este último.
En todo caso, si en la copia de la factura no consta el recibo mencio-
nado, ella podrá tener mérito ejecutivo cuando se la acompañe de una
copia de la guía o guías de despacho emitida o emitidas de conformidad
a la ley, en las que conste el recibo correspondiente.
Será obligación del comprador o beneficiario del servicio otorgar el
recibo a que se refieren los párrafos precedentes y la letra b) del artículo
4º, en el momento de la entrega real o simbólica de las mercaderías o,
tratándose de servicios, al momento de recibir la factura.
El cumplimiento de la obligación establecida en el párrafo anterior
será fiscalizado por el Servicio de Impuestos Internos, que deberá de-
nunciar las infracciones al Juez de Policía Local del domicilio del in-
fractor. Asimismo, el afectado por el incumplimiento también podrá ha-
cer la denuncia ante el mencionado tribunal. La infracción será sancio-
nada con multa, a beneficio fiscal, de hasta el 50% del monto de la fac-
tura, con un máximo de 40 unidades tributarias anuales, la que será apli-
cada conforme a las disposiciones de la ley Nº 18.287, y
d) Que, puesta en conocimiento del obligado a su pago mediante
notificación judicial, aquél no alegare en el mismo acto, o dentro de
tercero día, la falsificación material de la factura o guía o guías de des-
pacho respectivas, o del recibo a que se refiere el literal precedente, o la
falta de entrega de la mercadería o de la prestación del servicio, según el
caso, o que, efectuada dicha alegación, ella fuera rechazada por resolu-
ción judicial. La impugnación se tramitará como incidente y, en contra
de la resolución que la deniegue, procederá el recurso de apelación en el
solo efecto devolutivo.
262 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

El que dolosamente impugne de falsedad cualquiera de los docu-


mentos mencionados en la letra c) y sea vencido totalmente en el inci-
dente respectivo, será condenado al pago del saldo insoluto y, a título de
indemnización de perjuicios, al de una suma igual al referido saldo, más
el interés máximo convencional calculado sobre dicha suma, por el tiempo
que corra entre la fecha de la notificación y la del pago.
Artículo 6º.- Será, asimismo, cedible y tendrá mérito ejecutivo la
copia de la factura extendida por el comprador o beneficiario del servi-
cio que reúna las condiciones establecidas en los artículos precedentes,
en los casos en que éstos deban emitirla en conformidad a la ley.
Artículo 7º.- La cesión del crédito expresada en la factura será tras-
laticia de dominio, para lo cual el cedente deberá estampar su firma en el
anverso de la copia cedible a que se refiere la presente ley, agregar el
nombre completo, rol único tributario y domicilio del cesionario y pro-
ceder a su entrega.
Esta cesión deberá ser puesta en conocimiento del obligado al pago
de la factura, por un notario público o por el oficial de Registro Civil en
las comunas donde no tenga su asiento un notario, sea personalmente,
con exhibición de copia del respectivo título, o mediante el envío de
carta certificada, por cuenta del cesionario de la factura, adjuntando co-
pias del mismo certificadas por el ministro de fe. En este último caso, la
cesión producirá efectos respecto del deudor, a contar del sexto día si-
guiente a la fecha del envío de la carta certificada dirigida al domicilio
del deudor registrado en la factura.
La cesión señalada en el presente artículo no constituye operación
de crédito de dinero para ningún efecto legal.
Artículo 8º.- La copia de la factura a que se refiere la presente ley
podrá ser entregada en cobranza a un tercero. Para ello, bastará la firma
del cedente en el anverso de la copia cedible de la factura, seguida de la
expresión “en cobranza” o “valor en cobro” y la entrega respectiva. En
tal caso, produce los efectos de un mandato para su cobro, en virtud del
cual su portador está facultado para cobrar y percibir su valor insoluto,
incluso judicialmente, y tiene todas las atribuciones propias del manda-
tario judicial, comprendidas también aquellas que conforme a la ley re-
quieren mención expresa.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 263

Artículo 9º.- Las normas de la presente ley serán igualmente aplica-


bles en caso que la factura sea un documento electrónico emitido de
conformidad a la ley por un contribuyente autorizado por el Servicio de
Impuestos Internos. En tal caso, el recibo de todo o parte del precio o
remuneración deberá ser suscrito por el emisor con su firma electrónica,
y la recepción de las mercaderías o servicios que consten en la factura
podrá verificarse con el acuse de recibo electrónico del receptor. No
obstante, si se ha utilizado guía de despacho, la recepción de las merca-
derías podrá constar en ella, por escrito, de conformidad con lo estable-
cido en esta ley.
“La cesión del crédito expresado en estas facturas deberá ponerse en co-
nocimiento del obligado al pago de ellas en la forma señalada en esta ley,
o mediante su anotación en un registro público electrónico de transferen-
cias de créditos contenidos en facturas electrónicas que llevará el Servicio
de Impuestos Internos. En este último caso, se entenderá que la transferen-
cia ha sido puesta en conocimiento del deudor el día hábil siguiente a
aquel en que ella aparezca anotada en el registro señalado. El Servicio
podrá encargar a terceros la administración del registro”243.
El reglamento para la ejecución de este artículo deberá ser dictado
dentro del plazo de dos meses, contados desde la publicación de la pre-
sente ley.
Artículo 10.- En lo no previsto por esta ley, serán aplicables a la
cesión de créditos que consten en facturas las disposiciones establecidas
en el Título XXV del Libro IV del Código Civil o en el Título IV del

243 El transcrito era el tenor original del inciso segundo. El 3 de octubre del año

2007 se cerró la opcionalidad en el sistema de cesión electrónica o la alternativa de poder


usarse un ejemplar impreso en papel para la cesión, en virtud de la ley Nº 20.219.
A esta fecha, su tenor es el siguiente:
“Sin perjuicio de lo señalado en el artículo 7º, la cesión del crédito expresado en
estas facturas solamente podrá efectuarse mediante medios electrónicos y se pondrá en
conocimiento del obligado al pago de ellas, mediante su anotación en un registro públi-
co electrónico de transferencias de créditos contenidos en facturas electrónicas que
llevará el Servicio de Impuestos Internos. Se entenderá que la transferencia ha sido
puesta en conocimiento del deudor el día hábil siguiente a aquel en que ella aparezca
anotada en el registro señalado. El Servicio de Impuestos Internos podrá encargar a
terceros la administración del registro”.
264 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Libro II del Código de Comercio, según sea la naturaleza de la opera-


ción. A las mismas normas se sujetará la cesión del crédito contenido en
las facturas que no cumplan las condiciones señaladas en el artículo 4º
de la presente ley, en cuyo caso, la comunicación al deudor se practicará
mediante el procedimiento establecido en el artículo 7º de la misma.
En caso de extravío o pérdida de la copia de la factura de que trata
esta ley se aplicará lo dispuesto en el Párrafo 9º de la ley Nº 18.092
El plazo de prescripción de la acción ejecutiva, para el cobro del
crédito consignado en la copia de la factura establecida en esta ley, en
contra del deudor de la misma, es de un año, contado desde su venci-
miento. Si la obligación de pago tuviese vencimientos parciales, el pla-
zo de prescripción correrá respecto de cada vencimiento.
Artículo 11.- Esta ley entrará en vigencia en el plazo de cuatro me-
ses contados desde su publicación en el Diario Oficial.”.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 265

II. APRUEBA REGLAMENTO PARA LA APLICACIÓN DEL


ARTÍCULO NOVENO DE LA LEY Nº 19.983, RESPECTO DE LA
CESIÓN DE LOS CRÉDITOS CONTENIDOS EN UNA FACTURA ELECTRÓNICA

Núm. 93.- Santiago, 1 de febrero de 2005.- Vistos: El artículo 9º de


la Ley Nº 19.983, de 2004, y lo establecido en el artículo 32 Nº 8 de la
Constitución Política de la República, dicto el siguiente,
Decreto:
Apruébase el siguiente Reglamento para la aplicación del artículo
noveno de la ley Nº 19.983, respecto de la cesión de los créditos conte-
nidos en una factura electrónica.
Artículo 1º.- Para los efectos de este Reglamento se entenderá por:
a) “ley”: la Ley Nº 19.983, publicada en el Diario Oficial el 15 de
diciembre de 2004.
b) “factura electrónica”: facturas de venta, facturas de compra, fac-
turas exentas y liquidaciones factura, generadas como un documento
electrónico emitido y firmado por un contribuyente autorizado por el
Servicio de Impuestos Internos.
c) “Registro”: Registro Público Electrónico de Transferencia de Cré-
ditos, administrado por el Servicio de Impuestos Internos, o por terce-
ros, en sistemas informáticos, en que se anota la cesión del crédito con-
tenido en una factura electrónica con el objeto de poner dicha cesión en
conocimiento del deudor del crédito.
d) “Archivo Electrónico de Cesión”: Archivo, cuyo formato será
definido por el Servicio de Impuestos Internos, firmado electrónicamente
por el cedente del crédito contenido en una factura electrónica, o su
266 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

representante legal o mandatario con poder suficiente, a través de cuya


entrega al cesionario se cede el crédito contenido en dicho documento.
e) “Notificación por Registro”: Notificación efectuada de conformi-
dad con lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 9º de la ley, a
través de la anotación en el Registro de la cesión de un crédito contenido
en una factura electrónica, con el fin de poner tal hecho en conocimiento
del deudor del crédito.
Artículo 2º.- Tratándose de facturas electrónicas, el recibo de la re-
cepción de las mercaderías o servicios podrá constar en un acuse de
recibo electrónico emitido por un receptor electrónico autorizado por el
Servicio de Impuestos Internos de acuerdo con el formato definido por
éste, o por escrito en una o más guías de despacho no electrónicas o
representaciones impresas de guías de despacho electrónicas o de factu-
ras electrónicas.
Artículo 3º.- La cesión del crédito contenido en una factura electró-
nica se perfeccionará entre cedente y cesionario por la entrega, a este
último, del Archivo Electrónico de Cesión y por la puesta a disposición
del cesionario del recibo de la recepción de las mercaderías o servicios,
en las modalidades a que se refiere el artículo 2º.
Artículo 4º.- Para que la cesión a que se refiere el artículo 3º sea
oponible al deudor, podrá serle puesta en su conocimiento a través de la
Notificación por Registro.
La anotación correspondiente será solicitada electrónicamente por
el cedente, entregando al Administrador del Registro información de la
cesión contenida en el Archivo Electrónico de Cesión.
Artículo 5º.- En caso de anotación errónea en el Registro de la ce-
sión del crédito contenido en una factura electrónica o de la mención
como cesionario de una persona distinta de la que corresponda, el ce-
dente deberá solicitar que se deje sin efecto la anotación, o bien solicitar
la corrección administrativa de la misma, acreditando ante el Adminis-
trador del Registro el error en que se ha incurrido.
Artículo 6º.- Sin perjuicio de lo señalado en el Artículo 3º, la cesión
del crédito contenido en una factura electrónica, podrá también perfec-
cionarse por la entrega de una representación impresa de la misma, en
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 267

cuyo anverso el cedente, bajo su firma, expresará el nombre completo,


el rol único tributario y el domicilio del cesionario. El cedente deberá
acompañar, además, una representación impresa del recibo electrónico
de la recepción de las mercaderías o servicios, si dicha recepción se hizo
en esta modalidad. Si el recibo no fuere electrónico, deberá poner a dis-
posición del cesionario el documento en donde éste se hubiere otorgado.
Cedido el crédito contenido en una factura electrónica de acuerdo a
lo dispuesto en el inciso precedente, las eventuales futuras cesiones sólo
podrán efectuarse de conformidad a dicho procedimiento, usando la
misma representación impresa firmada en el anverso por el cedente.
Las cesiones a que se refiere este artículo deberán notificarse al deu-
dor en la forma señalada en el inciso segundo del artículo 7º de la ley, en
cuyo caso, el cesionario deberá poner a disposición, del ministro de fe
encargado de la diligencia, la información contenida en el Archivo Elec-
trónico de Cesión, de una representación impresa de la factura electróni-
ca cedida y del recibo electrónico de las mercaderías o del servicio pres-
tado, si la recepción se hizo con este tipo de recibo. Si el recibo no fuere
electrónico, deberá poner a disposición del ministro de fe una copia del
documento en donde éste se hubiere otorgado.
Notificada la cesión del crédito contenido en una factura electrónica
de acuerdo a lo dispuesto en el inciso precedente, las notificaciones de
las cesiones posteriores sólo podrán efectuarse de conformidad a dicho
procedimiento.
Artículo 7º.- La cesión en cobro del crédito contenido en una factu-
ra electrónica se perfeccionará por la entrega de una representación im-
presa de la factura que hace el cedente al mandatario a quien encomien-
da la cobranza, en la forma señalada en el inciso primero del artículo 6º.
Cedido un crédito en cobro, no podrá ser cedido traslaticiamente si
no se revoca previamente la cesión en cobro.
El cedente de una cesión en cobro también deberá solicitar la anota-
ción de esta operación en el Registro.
Artículo 8º.- El administrador del Registro certificará, a petición de
los cedentes, cesionarios o deudor del crédito contenido en una factura
electrónica la circunstancia de haberse efectuado la Notificación por
268 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Registro de la cesión del crédito contenido en una factura electrónica, su


fecha y la identidad de las partes individualizadas en la anotación res-
pectiva.
Artículo 9º.- El Servicio de Impuestos Internos podrá cobrar el va-
lor de costo de los certificados que emita de conformidad con lo que
dispone el Artículo Único del decreto ley 2.136, de 1978, sustituido por
el artículo 83 de la ley 18.768, de 1988.
Artículo 10.- El Servicio de Impuestos Internos podrá encargar a
terceros la administración del Registro mediante la celebración de un
contrato en el cual deberá asegurar el cumplimiento de los objetivos de
la Ley y el debido resguardo del patrimonio fiscal.
Anótese, tómese razón, publíquese e insértese en la recopilación ofi-
cial de la Contraloría General de la República.- RICARDO LAGOS ESCO-
BAR, Presidente de la República.- Mario Marcel Cullell, Ministro de
Hacienda (S).- Jaime Campos Quiroga, Ministro de Economía (S).
Lo que transcribo a Ud. para su conocimiento.- Saluda atentamente
a Ud., María Eugenia Wagner Brizzi, Subsecretaria de Hacienda.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 269

III. RESOLUCIÓN EXENTA SII Nº 45


DEL 1 DE SEPTIEMBRE DEL 2003,
QUE “ESTABLECE NORMAS Y PROCEDIMIENTOS DE OPERACIÓN
RESPECTO DE LOS DOCUMENTOS TRIBUTARIOS ELECTRÓNICOS”.

VISTOS: Lo dispuesto en el artículo 6º, letra A), Nº 1, del Código


Tributario, contenido en el artículo 1º del D.L. Nº 830, de 1974; en el
artículo 56, incisos 3º y 4º, de la Ley sobre Impuesto a las Ventas y
Servicios, contenida en el artículo 1º del D.L. Nº 825, de 1974; lo esta-
blecido en la ley Nº 19.799, en la resolución Ex. Nº 09 de 2001 y,
CONSIDERANDO:
1º Que, de acuerdo con el inciso 3º del artículo 56 de la Ley sobre
Impuestos a las Ventas y Servicios, el Director podrá autorizar el inter-
cambio de mensajes mediante el uso de diferentes sistemas tecnológi-
cos, en reemplazo de la emisión de documentos en papel, exigiendo los
requisitos necesarios para resguardar debidamente el interés fiscal.
2º Que el uso de documentos soportados y firmados electrónicamente
en reemplazo de los soportados en papel, ha sido validado de manera
general conforme a las normas sobre legalidad y valor probatorio de los
mismos que contienen los artículos 3º, 4º y 5º de la ley Nº 19.799 y, por
ende, en el uso de las facultades que se citan en el número que antecede, se
ha resuelto autorizar la emisión de documentos tributarios que tengan la
naturaleza y validez de los documentos a que se refiere dicha ley.
3º Que, la tecnología de firma electrónica permite garantizar la inte-
gridad de los documentos y asegurar la autenticidad del emisor de ellos.
SE RESUELVE:
Primero: En la presente Resolución se utilizarán los siguientes tér-
minos con el significado que a continuación se señala:
270 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

a) Emisor Electrónico: Contribuyente autorizado por el Servicio de


Impuestos Internos para generar documentos tributarios electrónicos.
b) Receptor Electrónico: Todo emisor electrónico que recibe un do-
cumento tributario electrónico.
c) Receptor No Electrónico: Todo receptor de un documento tributa-
rio electrónico que no es emisor electrónico; también se denomina “re-
ceptor manual”.
d) Primer período de vigencia: Es el período tributario a partir del
cual el contribuyente autorizado como emisor electrónico, podrá emitir
documentos tributarios electrónicos. Este período se establecerá en la
resolución que lo autoriza como emisor electrónico.
e) Certificador o Prestador de Servicios de Certificación: Entidad
prestadora de servicios de certificación de firmas electrónicas.
f) Certificado Digital para Uso Tributario: Documento digital firma-
do y emitido por un Prestador de Servicios de Certificación acreditado
ante el Servicio de Impuestos Internos o ante la Subsecretaría de Econo-
mía, Fomento y Reconstrucción, que constituye la identificación elec-
trónica de un emisor electrónico y que le permite realizar operaciones
tributarias autenticadas (operaciones en las que se asegura en forma cer-
tera la identidad del emisor).
g) Firma Electrónica: Sustituto digital de la firma ológrafa que está
constituido por un conjunto de caracteres que acompaña a un documen-
to tributario electrónico, que se origina a partir del documento y que
permite verificar con certeza la identidad del emisor electrónico, mante-
ner la integridad del documento tributario electrónico e impedir al emi-
sor electrónico desconocer su autoría o repudiarlo.
h) Documento Tributario Electrónico (DTE): Documento electróni-
co generado y firmado electrónicamente por un emisor electrónico, que
produce efectos tributarios y cuyo formato está establecido por el SII.
i) Documento Tributario no Electrónico: Documento tributario no
incluido en la letra precedente.
j) Número de un Documento Tributario Electrónico: Número autori-
zado por el Servicio de Impuestos Internos, con el cual un emisor elec-
trónico genera y numera un documento tributario electrónico.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 271

k) Representación Impresa de un Documento Tributario Electróni-


co: Impresión en papel del contenido de un documento tributario elec-
trónico, que debe cumplir los requisitos que establezca el Servicio de
Impuestos Internos.
l) Timbre Electrónico de un Documento Tributario Electrónico: Con-
junto de caracteres que cumple la función de validar la representación
impresa de un documento tributario electrónico y que permite verificar:
i) que el número con que se generó el documento tributario electrónico
ha sido autorizado por el Servicio de Impuestos Internos; ii) que los
datos principales del documento tributario electrónico no han sido alte-
rados; iii) que el documento tributario electrónico fue efectivamente
generado por el emisor electrónico correspondiente.
La impresión del Timbre Electrónico se realiza en código de barras
de dos dimensiones. El Timbre Electrónico, y con ello el documento
tributario electrónico impreso, puede ser verificado por el SII en cual-
quier momento.
m) Documentos Electrónicos disponibles: Se refiere a los documen-
tos que el SII defina que se podrán emitir en forma electrónica y cuyo
formato electrónico se establezca.
n) Información Electrónica de Ventas y Compras: Archivos electró-
nicos que contienen la información de todos los documentos de venta y
compra, electrónicos y no electrónicos, de un emisor electrónico.
Estos archivos no reemplazan a los Libros de Compras y Ventas que
deben observar las formalidades legales establecidas en el párrafo 3º del
Título IV, del decreto ley Nº 825, de 1974, y en el Título XIV del Regla-
mento del D.L. Nº 825, de 1974, contenido en el decreto supremo Nº 55,
de Hacienda, de 1977.
o) Signatario o Firmante: Persona que actúa en nombre propio o en
el de otra persona natural o jurídica a la que representa, y que habiendo
obtenido previamente un certificado digital para uso tributario, tiene la
capacidad de firmar un documento digital y de autenticarse ante el Ser-
vicio de Impuestos Internos para realizar operaciones relacionadas con
los documentos tributarios electrónicos.
p) Usuario Administrador: Contribuyente o persona autorizada por
el contribuyente, para ingresar y mantener en el sitio web del Servicio
272 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

de Impuestos Internos la identificación de los signatarios o firmantes


autorizados para efectuar acciones relacionadas con los documentos tri-
butarios electrónicos a que se refiere esta resolución.
q) Código de autorización de folios (CAF): Elemento computacio-
nal que es entregado por el Servicio de Impuestos Internos vía Internet,
al momento de autorizar un determinado rango de folios a un emisor
electrónico y que debe ser incorporado en el Timbre Electrónico.
Segundo: De la postulación y autorización como emisor electrónico
1 Para que un contribuyente pueda postular como emisor electróni-
co debe cumplir los siguientes requisitos:
a) Poseer inicio de actividades vigente con verificación positiva
b) Poseer la calidad de contribuyente de IVA
c) No tener la condición de querellado, procesado o, en su caso,
acusado conforme al Código Procesal Penal por delito tributario, o que
haya sido sancionado por este tipo de delito hasta el cumplimiento total
de su pena.
2. El SII ha establecido un proceso de postulación, cuyas caracterís-
ticas están publicadas en su sitio web en la Aplicación de Postulación. Si
un contribuyente que cumple los requisitos, está interesado en postular a
ser un emisor electrónico, éste o su representante legal en caso de perso-
nas jurídicas, deberá ingresar al sitio web del SII en forma autenticada y
declarar allí su propósito de certificarse como emisor electrónico, com-
prometiéndose a cumplir las instrucciones descritas en la Aplicación de
Postulación.
3. El proceso de certificación contempla distintas exigencias de acuer-
do al tipo de documento tributario disponible que el contribuyente desee
emitir en forma electrónica. Para que un contribuyente sea autorizado
como emisor electrónico debe cumplir a lo menos con las pruebas de
certificación correspondientes a Factura Electrónica, Nota de Crédito
Electrónica y Nota de Débito Electrónica, proceso que está publicado y
se lleva a cabo a través del sitio web del SII.
4. El contribuyente que desee ser autorizado para emitir otros docu-
mentos electrónicos disponibles, deberá cumplir, además de la certifi-
cación básica establecida en el numeral anterior, los requisitos adicio-
nales de carácter técnico y administrativo que respecto de dichos do-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 273

cumentos haya establecido y publicado el SII en su sitio Web. Esta


certificación adicional podrá llevarse a cabo en el proceso inicial de
postulación o posteriormente, de acuerdo a la decisión del contribu-
yente, ya que no constituye un requisito para ser autorizado como emisor
electrónico.
5. Periódicamente, el SII emitirá una resolución autorizando y esta-
bleciendo el primer período de vigencia, para aquellos contribuyentes
que cumplan en forma satisfactoria el proceso de certificación obligato-
rio a que se hace mención en el numeral 3. El extracto de esta resolución
será publicado por el SII en el Diario Oficial.
6. El contribuyente que sea autorizado como emisor electrónico po-
drá seguir emitiendo documentos tributarios no electrónicos.
Tercero: De las obligaciones generales.
El contribuyente autorizado como emisor electrónico deberá cum-
plir con las siguientes obligaciones generales:
1. Por intermedio del usuario administrador, informar al Servicio de
Impuestos Internos quienes serán los signatarios o firmantes autoriza-
dos. El Servicio de Impuestos Internos se reserva el derecho de rechazar
a los signatarios de un contribuyente para efectuar acciones relaciona-
das con los documentos tributarios electrónicos en caso que posean an-
tecedentes tributarios negativos. Este rechazo podrá efectuarse en cual-
quier oportunidad, ya sea al momento de ser ingresados por el usuario
administrador o, posteriormente, en caso que se produzcan situaciones
que ameriten esta decisión.
2. Enviar al Servicio de Impuestos Internos un ejemplar de cada
documento tributario electrónico generado de la manera y en la oportu-
nidad que se detalla en el resolutivo cuarto. El Servicio de Impuestos
Internos almacenará el documento electrónico recibido sólo para fines
de fiscalización y verificación. En consecuencia, no otorgará copias de
los documentos almacenados ni entregará información a terceros para
otros fines, salvo que éstos sean solicitados por los Tribunales de Justi-
cia, la Contraloría General de la República, el Ministerio Público u otros
organismos autorizados para ello.
3. Enviar los documentos electrónicos a sus receptores electrónicos
por el medio que se haya acordado, cumpliéndose los requisitos míni-
274 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

mos establecidos en el Instructivo Técnico publicado en el sitio web del


Servicio de Impuestos Internos.
4. Recibir todos los documentos electrónicos de sus proveedores
que sean emisores electrónicos autorizados y entregar un acuse recibo,
de acuerdo al formato establecido en el Instructivo Técnico del Servicio
de Impuestos Internos referido en el numeral precedente.
5. Generar y enviar mensualmente los archivos correspondientes a la
Información Electrónica de Ventas y Compras correspondientes a cada
período tributario, de acuerdo a lo que se establece en el resolutivo octavo.
6. Almacenar y conservar en forma electrónica los documentos tri-
butarios electrónicos emitidos y recibidos, para los efectos de respaldar
las operaciones registradas en su contabilidad.
7. En caso que el Servicio solicite información en formato digital,
para fines de corroborar la completitud y exactitud de la información
correspondiente a los documentos mencionados en el numeral prece-
dente, éstos deberán ser remitidos en el mismo formato electrónico en
que fueron generados, con la firma electrónica correspondiente.
8. Mantener a la vista, en todas sus sucursales o lugares donde emita
documentos de venta, el extracto de la resolución que lo autoriza como
emisor electrónico.
9. Informar a sus clientes respecto a esta forma de operación y a la
posibilidad de verificar los documentos en el sitio web del Servicio de
Impuestos Internos.
Cuarto: De los procedimientos para emitir documentos electrónicos.
El contribuyente deberá cumplir los siguientes procedimientos para
la emisión de documentos electrónicos:
1. Para solicitar los folios, un firmante o signatario autorizado para
obtener folios, debe autenticarse con certificado digital en el sitio web
del Servicio. Los folios serán asignados de acuerdo a los requerimientos
del contribuyente y los procedimientos establecidos por el Servicio de
Impuestos Internos. La autorización se materializará a través de la en-
trega de un archivo computacional llamado Código de Autorización de
Folios (CAF), el cual deberá ser guardado por el contribuyente en forma
segura, evitando el acceso de terceros para evitar que este archivo pueda
ser mal usado.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 275

2. Para la generación de un documento tributario electrónico se debe


utilizar cada folio autorizado por el Servicio de Impuestos Internos por
una sola vez.
3. En la generación del documento tributario electrónico se deben
cumplir las especificaciones del formato que se encuentran publicadas
en el sitio web del Servicio de Impuestos Internos.
4. Todo documento tributario electrónico debe ser firmado en forma
electrónica por uno de los signatarios autorizados ante el Servicio de
Impuestos Internos para efectuar esta operación. Para generar la firma
electrónica se deberá seguir las instrucciones del Instructivo Técnico
publicado en el sitio web del Servicio.
5. Si el receptor es no electrónico, el emisor deberá entregarle una
representación impresa del documento electrónico para respaldar la ope-
ración. Si el receptor es electrónico, el emisor deberá entregarle por
medios electrónicos un ejemplar del documento electrónico para los
mismos fines, el cual deberá ser idéntico al documento enviado al SII.
6. El documento electrónico deberá cumplir lo establecido en el Ins-
tructivo Técnico publicado por el Servicio de Impuestos Internos en su
sitio Web, en cuanto respecta a la generación del Timbre electrónico.
Además, la impresión que se efectúe del documento deberá cumplir las
normas fijadas en la Resolución Ex. Nº 18 de 2003 para la representa-
ción impresa de los documentos electrónicos y lo especificado en el
Instructivo Técnico antes mencionado, en lo que se refiere a la impre-
sión del Timbre Electrónico.
7. Cuando exista transporte de bienes corporales muebles en ve-
hículos destinados al transporte de carga respaldado con un documento
tributario electrónico, deberá generarse la representación impresa del
DTE en dos ejemplares, los cuales deberán ser exhibidos a los funciona-
rios del Servicio de Impuestos Internos cuando lo requieran durante el
tránsito de las mercaderías, y uno de los ejemplares podrá ser retirado
por éstos.
8. Cuando se entreguen bienes en las instalaciones del receptor se
deberá proceder según se detalla en los literales siguientes:
a. Si el receptor es no electrónico, se debe entregar un único ejem-
plar de la representación impresa del DTE para respaldar la operación.
276 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

b. Si el receptor es electrónico, se deberá respaldar la operación con


el documento tributario electrónico en su formato digital, el cual deberá
estar en poder del receptor previamente, o al momento de hacerle entre-
ga de las mercaderías. Si no se cumple lo anterior, se deberá entregar los
bienes con un ejemplar de la representación impresa del DTE y enviar el
documento tributario electrónico posteriormente.
9. Si no hay entrega de productos con el documento tributario electró-
nico y el receptor es no electrónico, se podrá utilizar el procedimiento
establecido en la Resolución Ex. Nº 11, de 2003, que faculta al emisor
electrónico para solicitar autorización al receptor no electrónico, para en-
viarle la representación impresa por medios electrónicos según el formato
establecido en el Instructivo Técnico publicado en el sitio web del SII.
10. Todo documento tributario electrónico debe ser enviado al Ser-
vicio de Impuestos Internos vía Internet previo al transporte de las mer-
caderías, al envío del documento al receptor electrónico o a la entrega
de su representación impresa al receptor no electrónico.
En el caso de productos que sean transportados con una Guía de Des-
pacho general utilizada sólo para respaldar el transporte, y que se entre-
guen en las instalaciones del receptor con otro documento tributario elec-
trónico, el emisor electrónico tendrá un plazo máximo de 12 horas, con-
tadas desde la entrega real de las especies, para enviar al Servicio de
Impuestos Internos el DTE correspondiente a la entrega efectuada.
11. El Servicio de Impuestos Internos entregará un acuse recibo de
los documentos electrónicos recibidos, en forma unitaria o por el total
de ellos, y verificará la validez del documento en cuanto a su formato y
a la validez de la firma electrónica de cada uno.
12. El SII rechazará los documentos por las siguientes causales:
a. Errores en la confección del archivo electrónico que impidan la
lectura o análisis de la información contenida
b. Inexistencia de algunos de los siguientes datos: Tipo de documen-
to y folio de éste, RUT emisor, RUT receptor, fecha de emisión, monto
total, timbre electrónico y firma electrónica
c. RUT de emisor o RUT de receptor inválido
d. Firma electrónica inválida
e. Folio del documento no autorizado, anulado o ya recibido por el SII.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 277

13. Los documentos que no tengan ninguno de los problemas que se


establecen en el numeral anterior serán aceptados por el SII; la acepta-
ción de éstos significa que serán incorporados a las bases del SII, sin
perjuicio de la revisión de su consistencia numérica y tributaria.
14. En caso de detectarse errores durante la revisión por el SII sobre
los documentos tributarios electrónicos aceptados, se generarán reparos
los cuales serán informados al emisor electrónico; estos reparos podrán
ser corregidos con Nota de Débito Electrónica o Nota de Crédito Elec-
trónica, si corresponde.
15. Si un emisor electrónico ha emitido una factura electrónica la
cual ha sido aceptada por el SII y contiene errores en la parte identifica-
toria de la misma, consistente en el domicilio, giro comercial o comuna,
podrá emitir una Nota de Crédito Electrónica para corregir dichos datos.
Esta Nota de Crédito Electrónica debe cumplir las siguientes especifica-
ciones:
a. Consignar correctamente los datos de identificación del comprador
b. Identificar en la sección “Referencias” el folio y fecha de la Fac-
tura Electrónica a ser corregida
c. Indicar en la sección “Detalle” la siguiente glosa: “Donde dice.....
debe decir....”
d. En ningún caso podrá valorizarse dicha Nota de Crédito.
Esta forma de operación no podrá utilizarse para corregir el RUT del
emisor ni del receptor.
16. Si un documento tributario electrónico ha sido aceptado por el
Servicio de Impuestos Internos y se detecta posteriormente que éste debe
ser anulado, se deberá proceder en la forma siguiente:
a. Si el documento que debe anularse es una Factura Electrónica,
Factura de Compra Electrónica o Factura Electrónica de Ventas y Servi-
cios No Afectos o Exentos de IVA, se deberá emitir en el mismo período
tributario, o a más tardar en el período tributario siguiente, una Nota de
Crédito Electrónica, la cual deberá contener un campo que indique que
se trata de una anulación.
b. Si se requiere anular una Nota de Crédito Electrónica, se deberá
emitir en el mismo período tributario, o a más tardar en el período tribu-
tario siguiente, una Nota de Débito Electrónica. Del mismo modo, si es
278 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

necesario anular una Nota de Débito Electrónica, deberá emitirse en el


mismo período tributario, o a más tardar en el período tributario si-
guiente, una Nota de Crédito Electrónica. En ambos casos, los docu-
mentos deberán contener un campo que indique que se trata de una
anulación.
c. Si se requiere anular una Guía de Despacho Electrónica, no se
deberá informar al Servicio de Impuestos Internos, sino que se deberá
hacer un registro en el Libro de Guías de Despacho Electrónicas, archi-
vo que se detalla en el resolutivo octavo.
La información de anulaciones, correspondiente a los literales a) y
b) se debe registrar en el “Archivo Electrónico de Ventas” o en el “Ar-
chivo Electrónico de Compras” según corresponda, archivos digitales
que se definen en el resolutivo octavo.
17. Si el contribuyente emite un documento tributario electrónico y
detecta, previo al envío y aceptación por parte del SII, que ha habido un
error en su confección no factible de ser corregido, deberá informar el
folio como nulo al Servicio y no deberá enviar el documento al receptor.
Estos folios no podrán ser usados posteriormente, ya que el Servicio de
Impuestos Internos los considerará inválidos, tal como se establece en el
numeral 12.
18. El registro en la contabilidad de un documento electrónico emi-
tido por un emisor electrónico, tendrá como respaldo válido los docu-
mentos archivados electrónicamente.
Quinto: De los procedimientos de un emisor electrónico (receptor
electrónico) para recibir documentos electrónicos.
1. Todo emisor electrónico será obligatoriamente un receptor elec-
trónico, y por lo tanto debe cumplir las normas establecidas a continua-
ción.
2. El registro en la contabilidad de un documento electrónico recibi-
do por un Emisor electrónico, tendrá como respaldo válido los docu-
mentos archivados electrónicamente.
3. El documento electrónico debe ser rechazado por algunas de las
siguientes causales:
a. Errores en la confección del archivo electrónico que hacen impo-
sible la lectura o análisis de la información contenida
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 279

b. Inexistencia de algunos de los siguientes datos: Tipo de documen-


to y folio de éste, RUT emisor, RUT receptor, fecha de emisión, monto
total, timbre electrónico y firma electrónica.
c. Firma electrónica inválida
d. Transacción inexistente
e. Error en el RUT del emisor
f. Error en el RUT del receptor
Otros motivos de rechazo serán parte de las condiciones acordadas
entre emisor y receptor.
4. En el caso de un rechazo, el receptor electrónico no tendrá la
obligación de registrar el DTE en los Libros de Compras y Ventas ni de
incorporarlo a sus registros contables y tampoco tendrá la obligación de
incorporarlo a los archivos Información Electrónica de Ventas e Infor-
mación Electrónica de Compras a que se refiere el resolutivo octavo.
En caso que no efectúe los registros indicados en el párrafo anterior,
el receptor tampoco deberá registrar la Nota de Crédito o de Débito
Electrónica que emita el emisor para corregir el error.
5. Si el documento tiene errores distintos de los mencionados en el
número 3 de este resolutivo, será responsabilidad del receptor decidir si
acepta o rechaza el documento.
6. Si el documento es aceptado por el receptor, éste deberá registrar
el documento en los plazos que la ley establece.
7. Si el receptor electrónico retira o recibe bienes con la representa-
ción impresa de un DTE, deberá conservar un ejemplar de ésta hasta
haber recibido el documento tributario electrónico en su formato digital.
8. El receptor electrónico debe entregar un acuse recibo al emisor
electrónico e informar su conformidad o disconformidad por los medios
y en las condiciones que haya acordado con el respectivo emisor elec-
trónico. En todo caso, deberá cumplir con los requisitos mínimos para el
intercambio de información entre contribuyentes, establecido en el Ins-
tructivo Técnico publicado en el sitio web del Servicio de Impuestos
Internos.
Sexto: De los procedimientos de un receptor no electrónico para
recibir documentos electrónicos.
280 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

1. El registro en la contabilidad de un documento electrónico para


un Receptor No Electrónico seguirá teniendo como respaldo válido el
documento en papel. En estos casos, la representación impresa del do-
cumento electrónico será tributariamente válida si cumple con el forma-
to establecido en resolución Ex. Nº 18 de 2003.
2. Cuando no haya entrega de mercaderías con el documento elec-
trónico, un Receptor No Electrónico podrá autorizar en forma expresa al
emisor electrónico para que éste le envíe o publique en forma electróni-
ca la representación impresa, de modo que el receptor pueda efectuar la
impresión. La autorización otorgada deberá ceñirse a lo establecido en
la resolución Ex. Nº 11, del 14 de febrero de 2003. El formato de envío
del documento deberá regirse por lo establecido por el SII en el Instruc-
tivo Técnico publicado en el sitio web.
Séptimo: De la verificación de los documentos electrónicos
En el sitio web del SII, se podrá consultar sobre los contribuyentes
autorizados, primer período de vigencia y documentos que cada contri-
buyente está autorizado a emitir en forma electrónica.
Igualmente, el receptor de un documento tributario electrónico po-
drá verificar en este sitio web si el documento ha sido recibido por el
SII; esta consulta se debe realizar considerando que haya transcurrido el
tiempo requerido para el envío de los documentos por parte del emisor y
el tiempo requerido de proceso, para que éstos estén en las bases del SII.
Si el documento ha sido recibido por el SII, el receptor podrá com-
probar si los datos del documento que tiene en su poder y que se detallan
en el párrafo siguiente, son iguales al del documento electrónico recibi-
do por el Servicio de Impuestos Internos.
Los datos de un DTE que se podrán verificar son: RUT emisor, RUT
Receptor, Tipo de documento, Folio, Fecha de emisión y Monto Total.
Octavo: De los registros electrónicos
1. El contribuyente electrónico deberá mantener los siguientes re-
gistros en forma electrónica:
a. Información Electrónica de Ventas: Este archivo está constituido
por un sector que corresponde a Detalle por documento y otro sector
que corresponde a información de Resumen del Período que se genera
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 281

una vez al mes; la descripción del formato de este archivo está publicada
en el sitio web del Servicio.
Cada vez que se emita un documento tributario electrónico por ven-
tas y servicios o ajustes de este tipo de operaciones, se deberá registrar
la información en el archivo Información Electrónica de Ventas. Al fina-
lizar el período tributario, se debe incorporar la información de los do-
cumentos no electrónicos, de las Boletas Electrónicas y generar el Resu-
men del Período.
Mensualmente, dentro del plazo que el SII determine y que será pu-
blicado en su sitio web, se deberá enviar el Resumen del Período ante-
rior, junto con el Detalle del total o parte de los documentos registrados,
esto último de acuerdo a lo que se haya establecido en la descripción de
formato, publicado en el sitio web.
b. Información Electrónica de Compras: Este archivo está constitui-
do por un sector que corresponde a Detalle por documento y otro sector
que corresponde a información de Resumen del Período el cual se gene-
ra una vez al mes; la descripción del formato de este archivo está publi-
cada en el sitio web del Servicio.
Cada vez que se emita o reciba un documento electrónico corres-
pondiente a compras o ajustes de este tipo de operaciones, se deberá
registrar la información del documento en este archivo electrónico. Al
finalizar el período tributario, se debe incorporar la información de los
documentos no electrónicos de este tipo de operaciones y generar el
Resumen del Período.
Mensualmente, dentro del plazo que el SII determine y que será pu-
blicado en su sitio Web, se deberá enviar el Resumen del Período ante-
rior, junto con el Detalle del total de los documentos registrados, tanto
electrónicos como no electrónicos.
c. Libro de Guías de Despacho Electrónicas: Cada vez que emita
una Guía de Despacho Electrónica, se deberá registrar en este archivo
electrónico. Al finalizar cada período tributario se deberá anotar en la
misma línea de la Guía, el número de la Factura Electrónica o no elec-
trónica respectiva. Al término de cada período tributario se deberá guar-
dar el archivo firmado electrónicamente. Este archivo no debe enviarse
282 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

al Servicio de Impuestos Internos, salvo que sea requerido en forma


especial para fines de fiscalización.
2. Todos los registros deberán estar disponibles y actualizados en la
sucursal o casa matriz, para posibles revisiones del Servicio de Impues-
tos Internos.
Noveno: De la información de los Libros de Compras y Ventas
1. La autorización para emitir documentos electrónicos no exime al
contribuyente de la obligación de mantener actualizados los Libros de
Compras y Ventas, de acuerdo a lo dispuesto en el Título XIV, del Re-
glamento del D.L. Nº 825, de 1974. Sin embargo, el contribuyente auto-
rizado como emisor electrónico no estará obligado a mantener estos li-
bros en medios impresos. Ante una fiscalización del Servicio, deberá
entregarlos según lo dispuesto en el numeral 2 de este resolutivo.
Esta norma será transitoria y se aplicará hasta que el Servicio de
Impuestos Internos dicte una norma general respecto de la contabilidad
en hojas sueltas impresas computacionalmente, la cual eximirá de la
impresión de los Libros de Compras y Ventas sólo a quienes cumplan
los requisitos que en ella se establezcan.
2. En caso que el Servicio de Impuestos Internos requiera informa-
ción de los Libros de Compras y Ventas de un emisor electrónico, la
información deberá ser entregada por los medios y formato que se esta-
blece en los literales siguientes:
a. Si la información requerida es del período en curso o de los dos
períodos anteriores al actual en curso, ésta podrá ser solicitada en forma
impresa o a través de medios tecnológicos. En el caso de su entrega por
medios tecnológicos, se podrá entregar toda la información de acuerdo
al formato de los archivos Información Electrónica de Ventas y Com-
pras establecido y publicado por el Servicio de Impuestos Internos en su
sitio web.
b. Si la información es de períodos anteriores a aquellos señalados
en el literal precedente, y corresponde a períodos en que el contribuyen-
te estaba autorizado como emisor electrónico, la información se solici-
tará sólo a través de medios tecnológicos según el formato del archivo
Información Electrónica de Compras y del archivo Información Elec-
trónica de Ventas, es decir no será exigida en forma impresa.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 283

c. Si la información también es de períodos anteriores a los señala-


dos en el literal a), pero corresponde tanto a períodos en que el contribu-
yente estaba autorizado como emisor electrónico como a períodos en
que el contribuyente no era emisor electrónico, el contribuyente podrá
optar por entregar toda la información por medios electrónicos, de acuerdo
al formato del archivo Información Electrónica de Ventas y Compras
establecido y publicado por el Servicio de Impuestos Internos en su sitio
Web. En caso que no utilice esta opción, deberá hacer entrega de la
información de los Libros de Compras y Ventas correspondiente a los
períodos en que no estaba autorizado como emisor electrónico, en for-
ma impresa en papel foliado, timbrado por el SII.
Décimo: De la fiscalización y verificación de documentos
1. Documentos solicitados para verificar o cruzar información
a. Frente a una solicitud del Servicio de Impuestos Internos, el emi-
sor electrónico deberá poder exhibir en forma inmediata los documen-
tos electrónicos emitidos y recibidos durante el período en curso y en los
dos períodos tributarios anteriores, que correspondan a la casa matriz o
sucursal. Si los documentos corresponden a otros períodos tributarios,
el plazo será de 10 días hábiles para generar y entregar la información.
b. Se podrá solicitar información de documentos electrónicos espe-
cíficos de acuerdo a los siguientes criterios:
i. Documentos electrónicos recibidos de un determinado proveedor.
ii. Documentos electrónicos emitidos a un determinado receptor.
En este caso, se otorgará un plazo de 10 días hábiles para generar y
entregar la información solicitada.
2. Documentos requeridos para efectuar una auditoría, examen o
verificación al emisor electrónico
Si los documentos tributarios electrónicos emitidos y recibidos re-
queridos son de uno o más períodos anteriores al mes en curso, y tienen
como objetivo efectuar una auditoría, examen o verificación de ellos, el
contribuyente dispondrá del plazo de un mes establecido en el artículo
único de la Ley Nº 18.320 para la entrega de la información.
Adicionalmente, se podrá requerir información de documentos elec-
trónicos específicos emitidos o recibidos, de acuerdo a los siguientes
criterios:
284 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

i. Por período tributario.


ii. Por determinado rango de montos netos.
iii. Por determinado rango de IVA.
3. Cuando se solicite o requiera la presentación de los documentos
electrónicos, de acuerdo a los numerales 1 y 2, éstos deberán ser entre-
gados en su representación impresa, a través de un medio electrónico, o
enviados a través de Internet, de acuerdo a lo que se determine en la
solicitud o requerimiento. Cuando la fiscalización se realice en la casa
matriz se podrán requerir o solicitar los documentos electrónicos emiti-
dos y recibidos en la casa matriz y sus sucursales.
En el caso de documentos tributarios electrónicos emitidos por el
contribuyente, se podrá solicitar la impresión de hasta diez (10) docu-
mentos.
En el caso de documentos tributarios electrónicos recibidos por el
contribuyente de parte de otros emisores electrónicos, se solicitará o
requerirá la entrega de dichos documentos sólo en medios electrónicos
o a través de Internet.
Undécimo: De la fiscalización de los archivos electrónicos
1. Archivos Información Electrónica de Ventas y Compras solicita-
dos para verificar o cruzar información
a. El emisor electrónico deberá poder entregar en un medio electró-
nico, en forma inmediata, tanto en la casa matriz o sucursal en que se
esté efectuando la acción de fiscalización, el archivo Información Elec-
trónica de Ventas correspondiente a los documentos electrónicos emiti-
dos en el período en curso. Esta información también podrá ser solicita-
da en forma impresa en papel no foliado, caso en el cual el contribuyen-
te dispondrá de 3 días hábiles para la entrega de la información.
b. El emisor electrónico también deberá estar en condiciones de en-
tregar en forma inmediata, los archivos Información Electrónica de Ventas
y de Compras de la casa matriz o sucursal en su caso, con la información
correspondiente a los documentos, tanto manuales como electrónicos,
de los dos períodos anteriores a aquel en curso.
Esta información también podrá ser solicitada en forma impresa en
papel no foliado, caso en el cual el contribuyente dispondrá de 3 días
hábiles para la entrega de la información.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 285

c. Si la información de estos archivos es de períodos anteriores a los


establecidos en los literales a) y b), el contribuyente dispondrá de un
plazo de 10 días hábiles para entregar la información. En el caso de los
citados archivos electrónicos, la información deberá ser entregada al
Servicio de Impuestos Internos en los medios que se establecen en el
numeral 2 del resolutivo noveno, letras b) y c).
d. También se podrá solicitar para fines de verificación, información
contenida en los archivos Información Electrónica de Compras e Infor-
mación Electrónica de Ventas, según los siguientes criterios:
i. Documentos recibidos de un determinado proveedor.
ii. Documentos emitidos a un determinado receptor.
En estos casos habrá un plazo de 10 días hábiles para generar y
entregar la información solicitada.
2. Archivo Libro de Guías de Despacho Electrónicas solicitados para
verificar o cruzar información
a. El emisor electrónico deberá poder exhibir en un medio electróni-
co, en forma inmediata, tanto en la casa matriz o sucursal en que se esté
efectuando la acción de fiscalización, el archivo Libro de Guías de Des-
pacho Electrónicas correspondiente a los documentos electrónicos emi-
tidos en el período en curso y en períodos anteriores.
Si la información es del período en curso la información también
podrá ser solicitada en forma impresa en papel no foliado, caso en el
cual el contribuyente dispondrá de 3 días hábiles para la entrega de la
información.
b. También se podrá solicitar la información en un medio electróni-
co el Libro de Guías de Despacho Electrónicas, correspondiente a docu-
mentos generados a un determinado receptor. En estos casos se dispon-
drá de un plazo de 10 días hábiles para generar y entregar la informa-
ción.
3. Archivos Electrónicos requeridos para efectuar una auditoría, exa-
men o verificación al emisor electrónico
Si los archivos, Información Electrónica de Ventas, Información
Electrónica de Compras o Libro de Guías de Despacho Electrónicas,
son de uno o más períodos anteriores al mes en curso, y se requieren
para efectuar una auditoría, examen o verificación de ellos, el contri-
286 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

buyente dispondrá del plazo de un mes, establecido en el artículo único


de la ley Nº 18.320, para la entrega de la información. Esta entrega de
información deberá efectuarse de acuerdo a lo dispuesto en el resolutivo
noveno Nº 2.
En estos casos también se podrá requerir la información según los
siguientes criterios:
a. Para los archivos Información Electrónica de Ventas y Compras:
i. Por período tributario.
ii. Por determinado rango de montos netos.
iii. Por determinado rango de IVA.
b. Para el archivo Libro de Guías de Despacho:
i. Por período tributario.
ii. De acuerdo al valor del “Indicador Tipo de Traslado de Bienes”.
iii. Por rango de monto total para Guías correspondientes a ventas.
4. Todos los archivos cuya entrega sea requerida por el Servicio de
Impuestos Internos, y que se especifican en el resolutivo octavo y en el
numeral 1 del resolutivo noveno, deberán entregarse firmados electróni-
camente por un signatario autorizado ante el SII.
Duodécimo: De la desafiliación
1. El Servicio de Impuestos Internos se reserva el derecho de sus-
pender la autorización otorgada al contribuyente para operar en el siste-
ma de facturación electrónica si no cumple las obligaciones establecidas
en la presente resolución, como asimismo, si en el período de un año a
contar del primer período tributario de vigencia, el contribuyente no
genera en forma permanente Facturas Electrónicas, Notas de Crédito
Electrónicas y Notas de Débito Electrónicas. En estas circunstancias, el
SII publicará la fecha de desautorización en el Diario Oficial.
2. Igualmente, el contribuyente podrá desistirse de ser un emisor
electrónico, situación que deberá informar al Servicio de Impuestos In-
ternos, a través de una solicitud de desafiliación. El Servicio de Impues-
tos Internos emitirá una resolución en la cual establecerá la fecha de
desafiliación, que corresponderá al período tributario a partir del cual el
contribuyente dejará de ser un emisor electrónico; esa resolución deberá
ser publicada en extracto por el contribuyente en el Diario Oficial.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 287

3. Si el contribuyente es desafiliado como emisor de documentos


electrónicos, el Servicio de Impuestos Internos considerará desautoriza-
dos los folios que no hayan sido utilizados a la fecha de desafiliación y
por lo tanto rechazará todo documento electrónico cuya fecha de emi-
sión sea posterior a esa data.
Decimotercero: El emisor electrónico deberá cumplir el Instructivo
Técnico y los formatos de documentos y archivos electrónicos de acuer-
do a la actualización que de ellos realice el Servicio de Impuestos Inter-
nos. Cuando el Servicio de Impuestos Internos efectúe modificaciones a
estos documentos, se publicará en el sitio web del Servicio de Impuestos
Internos la documentación actualizada y el plazo para adecuarse a ella.
Decimocuarto: El incumplimiento de las obligaciones que establece
esta resolución, como asimismo la utilización maliciosa del Sistema de
Factura Electrónica, está sancionado en los artículos 97 ó 109 del Códi-
go Tributario, según corresponda.
Decimoquinto: Los contribuyentes que, a la fecha de publicación de
esta resolución, sean emisores electrónicos, deberán adecuar sus proce-
dimientos a esta normativa.
288 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 289

IV. BOLETÍN Nº 4.928-26


MODIFICA LA LEY Nº 19.983 Y EL DECRETO LEY N° 825,
CON EL OBJETO DE FACILITAR LA FACTORIZACIÓN DE
FACTURAS POR PEQUEÑOS Y MEDIANOS EMPRESARIOS244

Vistos: Los artículos 63 y 65 de la Constitución Política de la Repú-


blica; la Ley Nº 18.918, Orgánica Constitucional del Congreso Nacio-
nal; la ley Nº 19.983; el D.L. Nº 825; el Reglamento de la Cámara de
Diputados.
Consideraciones:
La ley N° 19.983, que fue publicada en el Diario Oficial el 15 de
diciembre de 2004. Se dictó con el objeto de establecer un procedimien-
to expedito para ceder el crédito contenido en una factura y otorgar mé-
rito ejecutivo a este instrumento, de forma que el acreedor o a quien se le
haya transferido el crédito contenido en la factura, pudiese efectuar el
cobro judicial de la misma, mediante un juicio ejecutivo.
Esta ley busca facilitar la cesión del crédito consignado en la factu-
ra, como asimismo otorgar certeza jurídica al crédito. Con ello se facili-
ta la cesión del crédito contenido en la factura y permite al emisor de la
misma su factorización.
No obstante lo anterior, durante la aplicación la Ley se ha demostra-
do que en los hechos no se cumplen algunos presupuestos, lo que resta
eficacia a las normas.
Las modificaciones que se proponen tienen precisamente por objeto
solucionar estos inconvenientes, de tal forma que la cesión de los crédi-

244 Fue presentado en marzo del año 2007 a la Cámara de Diputados y aprobado en

primer trámite legislativo en agosto del mismo año.


290 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

tos sea materialmente eficiente y la factura cumpla con los requisitos


necesarios para llegar a ser título ejecutivo.
Con los propósitos antes referidos, a continuación se hace un breve
análisis de cada uno de los inconvenientes que se presentan en la aplica-
ción material de la Ley y luego se propone una modificación concreta al
efecto.
1. SITUACIONES DE HECHO DE FRECUENTE OCURRENCIA QUE IMPIDEN O
DIFICULTAN LA CESIÓN DEL CRÉDITO CONTENIDO EN UNA FACTURA

a) Aceptación de la cesión de la factura por parte del deudor


Muchas empresas, en particular aquellas que cuentan con una posi-
ción dominante en el mercado, se oponen abiertamente a que sus pro-
veedores pueden ceder sus facturas a empresas de factoring, a objeto de
generar la requerida liquidez, ofreciendo en algunos casos a sus provee-
dores la alternativa de Pronto Pago a cambio de no seguir factorizando
sus facturas. En la mayoría de los casos, la oposición que este proveedor
factorice sus facturas es habitualmente en forma verbal, consistente en
una amenaza del comprador a su proveedor que, “si factorizan la factu-
ra podrían eventualmente existir represalias comerciales hacia ellos,
pudiendo perder contratos o futuras ventas”. Lo anterior es fácilmente
explicable por la fuerte diferencia de “fuerzas” entre comprador y ven-
dedor, este último habitualmente una empresa Pyme, cuya dependencia
del volumen de venta hacia dicho comprador es muy relevante.
b) Retención de la cuarta copia “cedible”
por parte de la empresa deudora obligada al pago
Esta es otra forma que utilizan algunos deudores para impedir que
sus proveedores cedan sus facturas a empresas de factoring para generar
la liquidez requerida. En este caso, la empresa deudora y obligada al
pago le devuelve –en algunos casos, no en todos– esta cuarta copia a su
proveedor al momento de materializarse el pago de la factura. Esta si-
tuación tiene el agravante que, mediante este mecanismo de retención
de esta cuarta copia, la empresa obligada al pago tampoco está cum-
pliendo con entregar el acuse de recibo de la mercadería o servicio que
establece la letra b) del artículo cuarto de la ley Nº 19.983.
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 291

c) Negativa respecto de la notificación de la cesión


Otra forma que muchos deudores –obligados al pago de una deter-
minada factura –utilizan para oponerse a que sus proveedores cedan sus
facturas, es la negativa de éstos a aceptar la notificación por parte de una
empresa de factoring, de que una determinada factura le ha sido cedida
por su proveedor (cedente). No obstante que la notificación ha sido
implementada por la empresa de factoring de conformidad a lo estable-
cido en el artículo séptimo de la ley Nº 19.983 (para facturas en papel) y
la circular Nº 23 del SII (para facturas electrónicas), la empresa obliga-
da al pago rechaza la notificación con lo cual impide a su proveedor
acceder al beneficio que otorgan las operaciones de factoring. En esta
situación, también es válido lo expuesto en el segundo párrafo del punto
3.1) anterior. En algunos casos, la empresa deudora justifica la no acep-
tación de la notificación con el argumento burdo de que la factura aún
no ha sido ingresada a la contabilidad”.
Modificación Propuesta. Lo expuesto en los párrafos precedentes se
opone abiertamente al espíritu del legislador al dictar esta ley. En conse-
cuencia, se propone reemplazar el inciso final del artículo 4º, que esta-
blece que “Toda estipulación que limite, restrinja o prohíba la libre cir-
culación de un crédito que conste en una factura se tendrá por no escri-
ta.”, por el siguiente:
Se prohíbe todo acuerdo, convenio, estipulación o actuación de cualquier
naturaleza que limite, restrinja o prohíba la libre circulación de un crédito
que conste en una factura. Corresponderá al Servicio de Impuestos Inter-
nos velar por el cumplimiento de esta prohibición. En caso de infracción,
el Servicio de Impuestos Internos podrá aplicar una multa de hasta 5 veces
el valor de la o las facturas objeto de la infracción.
2. SITUACIONES QUE DIFICULTAN
CONSIDERAR LA FACTURA COMO TÍTULO EJECUTIVO

a) Recepción de la mercadería o servicio por


parte de la empresa obligada al pago de una factura
En la práctica, lo que está ocurriendo es que no obstante no existir
ningún acuerdo entre el proveedor y su comprador, este último impone a
292 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

su proveedor un plazo superior a los 8 días, siendo este plazo en muchas


ocasiones llevado al extremo de los 30 días, no entregándose finalmente
la cuarta copia con lo cual el proveedor se ve impedido de ceder una
determinada factura. Como agravante a esta situación está el hecho que,
el plazo de pago de la factura empieza a contar desde la fecha de recibo
de la mercadería o servicio por parte del obligado al pago.
Para situaciones como la antes descrita, la ley Nº 19.983 prevé en la
letra c) de su artículo quinto lo siguiente:
“Será obligación del comprador o beneficiario del servicio otorgar el re-
cibo a que se refieren los párrafos precedentes y la letra b) del artículo 4º,
en el momento de la entrega real o simbólica de las mercaderías o, tratán-
dose de servicios, al momento de recibir la factura. El cumplimiento de la
obligación establecida en el párrafo anterior será fiscalizado por el SII,
que deberá denunciar las infracciones al Juez de Policía Local del domici-
lio del infractor. Asimismo, el afectado por el incumplimiento también po-
drá hacer la denuncia ante el mencionado tribunal. La infracción será
sancionada con multa, a beneficio fiscal, de hasta el 50% del monto de la
factura, con un máximo de 40 unidades tributarias anuales, la que será
aplicada conforme a las disposiciones de la ley Nº 18.287”.
Nuevamente, las diferencias de fuerzas entre ambas partes explica
este tipo de situaciones.
En consecuencia, es difícil esperar que una Pyme, con una fuerte
dependencia de su volumen de ventas en un comprador que utiliza este
tipo de prácticas, denuncie esta situación al SII o ante un Juez de Policía
Local, por el temor a perder sus ventas.
Cabe señalar que a casi un año de su puesta en marcha, la Bolsa de
Productos Agropecuarios ha podido constatar que la materia destacada
en este punto 3.4) constituye una gran traba para aceptar que una factura
pueda ser transada, lo cual impide a muchas Pyme que laboran en este
sector de la industria a acceder a este mercado.
Modificación propuesta. Se propone reemplazar el número 2 del ar-
tículo 3, que a esta fecha establece que “reclamando en contra de su
contenido dentro de los ocho días corridos siguientes a su recepción, o
en el plazo que las partes hayan acordado, el que no podrá exceder de
treinta días corridos. En este caso, el reclamo deberá ser puesto en co-
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 293

nocimiento del emisor de la factura por carta certificada, o por cualquier


otro modo fehaciente, conjuntamente con la devolución de la factura y
la guía o guías de despacho, o bien junto con la solicitud de emisión de
la nota de crédito correspondiente. El reclamo se entenderá practicado
en la fecha de envío de la comunicación.”, por el siguiente:
Reclamando en contra de su contenido dentro de los ocho días corri-
dos siguientes a su recepción. En este caso, el reclamo deberá ser puesto
en conocimiento del emisor de la factura por carta certificada, o por
cualquier otro modo fehaciente, conjuntamente con la devolución de la
factura y la guía o guías de despacho, o bien junto con la solicitud de
emisión de la nota de crédito correspondiente. El reclamo se entenderá
practicado en la fecha de envío de la comunicación.
b) Requisitos exigidos para otorgar el
“Acuse de Recibo” por parte del Comprador
La letra b) del artículo cuarto de la ley Nº 19.983 establece que, en
el recuadro existente al pie de la cuarta copia de la factura o en el
recuadro existente al pie de la guía de despacho conste: a... el recibo
de las mercaderías entregadas o del servicio prestado, con indicación
del recinto y fecha de la entrega o de la prestación del servicio y del
nombre completo, RUT y domicilio del comprador o beneficiario del
servicio e identificación de la persona que recibe, más la firma de esta
última persona.
Resulta fácil que se omita llenar uno de estos requisitos por ser ex-
cesivos y que pudiese traducirse en una interpretación que “no se está en
presencia de un título ejecutivo” por omitirse algunos de los requisitos
formales del acuse de recibo de la factura como tal.
Es más, en la legislación vigente no queda claro si el uso de timbres
(aun cuando éstos contengan los mismos elementos establecidos en la
ley Nº 19.983) es suficiente para entender que existe acuse de recibo,
dado que por regla general no se podrá colocar dicho timbre en el lugar
destinado para hacer el acuse de recibo. Lo mismo aplica al uso de fir-
mas abreviadas (más comúnmente conocidas como “moscas”) en lugar
de la firma completa de quien otorga el acuse de recibo.
294 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

Modificación Propuesta. Con el objeto de facilitar el cumplimiento


de estos requisitos se propone reemplazar la citada letra b) del artículo
4° por la siguiente:
Que en la misma conste el recibo de las mercaderías entregadas o
del servicio prestado, con indicación del recinto y fecha de la entrega o
de la prestación del servicio y del nombre completo, RUT y domicilio
del comprador o beneficiario del servicio e identificación de la persona
que recibe, más la firma de esta última persona. Para estos efectos, ha-
biendo sido firmada la recepción de la mercadería, el propio emisor de
la factura podrá completar las demás menciones antes señaladas. El re-
quisito de la firma se entenderá igualmente cumplido si se estampa un
timbre de recepción que identifique al deudor.
3. SITUACIONES RESPECTO DE LAS FACTURAS DE COMPRA
a) Acuse de recibo de una Factura de Compra
Parece excesivo que se solicite el acto material de realizar el acuse
de recibo de una Factura de Compra por parte del obligado al pago que,
en este caso, es el mismo emisor. Es decir, en los casos en que es el
propio deudor quien emite el documento tributario y su cuadruplicado o
copia cesible, la factura de compra es una manifestación de su voluntad
de obligarse al pago.
b) Fecha de pago de la Factura
Por lo expuesto en los puntos anteriores, la fecha de pago se torna
difusa pues depende esencialmente de cuando se otorga la recepción de
la mercadería o servicio por parte del obligado al pago.
Desde el punto tributario, no obstante que el pago de una determina-
da factura permanece incierto para el proveedor o cesionario, la empre-
sa deudora ha aprovechado el crédito del IVA en el mismo mes que
reciben la factura por parte de su proveedor. En otras palabras, la empre-
sa deudora, al efectuar esta contabilización y aprovechamiento del IVA
está directamente reconociendo un pasivo y en consecuencia podría existir
un reconocimiento tácito del mérito ejecutivo de dicha factura.
Modificación propuesta. En consecuencia se propone reemplazar el
texto del artículo 6° de la ley que establece que “será, asimismo, cedible
COMERCIO, FACTURAS Y FACTORING ELECTRÓNICO 295

y tendrá mérito ejecutivo la copia de la factura extendida por el compra-


dor o beneficiario del servicio que reúna las condiciones establecidas en
los artículos precedentes, en los casos en que éstos deban emitirla en
conformidad a la ley”, por el siguiente:
Será, asimismo, cedible y tendrá mérito ejecutivo la copia de la fac-
tura extendida por el comprador o beneficiario del servicio, sin necesi-
dad de adicionar un acuse de recibo, en la medida en que cumpla con los
requisitos señalados en las letras b) y d) del artículo 5° anterior, en los
casos en que éstos deban emitirla en conformidad a la ley.
Se reemplaza la norma contemplada en el artículo 55 del D.L. Nº 825
que establece que la obligación tributaria de emitir la factura de compra
es al momento del pago del servicio prestado, por la siguiente:
La obligación tributaria de emitir la factura de compra es al momen-
to de la entrega de la mercadería o de la prestación del servicio.
4. PAGO EFECTUADO POR EL DEUDOR DE UNA FACTURA
QUE LE HA SIDO NOTIFICADA POR UNA EMPRESA DE FACTORING

No obstante que el crédito contenido en una determinada factura ha


sido cedido a una empresa de factoring, aún existen muchos deudores
obligados al pago de las facturas que continúan emitiendo el pago direc-
tamente a nombre del proveedor y no a la empresa de factoring, aún
habiendo el deudor aceptado la notificación que claramente establecía
que el pago debía efectuarse a nombre de la empresa de factoring.
Si bien es cierto que este “error” que cometen algunas empresas
deudoras está debidamente sancionado por la legislación vigente, y que
una demanda del cesionario contra éstas se ha visto en la práctica que
funciona, se destaca únicamente en este documento con el fin de enume-
rar una más de las diferentes situaciones que se presentan en el proceso
de cesión de facturas.
En consecuencia se propone complementar el inciso segundo del
artículo 7º de la ley agregando al final del mismo:
Por lo tanto transcurrido el antes referido plazo, la obligación conte-
nida en la factura sólo se extinguirá si el pago es efectuado al cesionario
del crédito. El deudor de la factura no podrá invocar ningún tipo de
296 HERNÁN JIJENA ODDO - RENATO JIJENA LEIVA

convenio o acuerdo con el cedente de la factura que le permita legitimar


el pago efectuado a este último.
5. Por las consideraciones anteriores, los abajo firmantes venimos
en proponer el siguiente:
PROYECTO DE LEY
ARTÍCULO ÚNICO: Modifíquese la ley Nº 19.983 en los siguientes
términos:
1.- Elimínese del número 2 del artículo 3° la siguiente frase. “o en el
plazo que las partes hayan acordado, el que no podrá exceder de treinta
días corridos”.
2.- Agréguese a continuación del punto de la letra b) del artículo 4°
la siguiente frase: “Para estos efectos, habiendo sido firmada la recep-
ción de la mercadería, el propio emisor de la factura podrá completar las
demás menciones antes señaladas. El requisito de la firma se entenderá
igualmente cumplido si se estampa un timbre de recepción”.
3.- Remplácese el último inciso del artículo 4º por el siguiente: “Se
prohíbe todo acuerdo, convenio, estipulación o actuación de cualquier
naturaleza que limite, restrinja o prohíba la libre circulación de un crédi-
to que conste en una factura. En caso de infracción, la autoridad respec-
tiva aplicaría una multa de hasta 5 veces el valor de la o las facturas
objeto de la infracción.”.
4.- Remplácese el artículo 6º por el siguiente: “Será, asimismo, cedible
y tendrá mérito ejecutivo la copia de la factura extendida por el compra-
dor o beneficiario del servicio, en la medida en que cumpla con los re-
quisitos señalados en las letras b) y d) del artículo 5° anterior, en los
casos en que éstos deban emitirla en conformidad a la ley”.
5.- Agréguese al final del inciso 2º del artículo 7° la siguiente frase:
“Por lo tanto transcurrido el antes referido plazo, la obligación conteni-
da en la factura sólo se extinguirá si el pago es efectuado al cesionario
del crédito. El deudor de la factura no podrá invocar ningún tipo de
convenio o acuerdo con el cedente de la factura que le permita legitimar
el pago efectuado a este último”.

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