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DIRECTOR:
ROBERTO RÍOS OSSA
EDITOR:
CAROLINA SCHIELE MANZOR
AUTORES:
ROBERTO RÍOS OSSA
MARCELO BARRIENTOS ZAMORANO
JUAN LUIS GOLDENBERG SERRANO
ANDRÉS AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA
RICARDO PERALTA LARRAÍN
MARÍA FERNANDA VÁSQUEZ PALMA
MARCELO NASSER OLEA
EDMUNDO AGRAMUNT ORREGO
MARCELO GALLARDO CAMUS
OSVALDO LAGOS VILLARREAL
CARLOS RUIZ-TAGLE VIAL
ÁNGELA TOSO MILOS
CARLOS MOLINA ZALDÍVAR
CHRISTIAN SCHEECHLER CORONA
EL CONTRATO DE SEGURO
COMENTARIOS AL TÍTULO VIII, LIBRO II DEL CÓDIGO DE COMERCIO
© ROBERTO RÍOS OSSA (DIRECTOR)
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IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
ADVERTENCIA
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ORVGHUHFKRVGHDXWRU(OIRWRFRSLDGRRUHSURGXFFLyQSRUFXDOTXLHURWURPHGLRRSURFHGLPLHQWRGHODSUHVHQWHSXEOLFDFLyQTXHGDH[SUHVDPHQWH
SURKLELGR8VRVLQIUDFWRUHVSXHGHQFRQVWLWXLUGHOLWR
ÍNDICE
Página
ABREVIATURAS ................................................................................... 1
CAPÍTULO I ......................................................................................... 5
Por Roberto Ríos Ossa
CAPÍTULO II
SECCIÓN PRIMERA DEL TÍTULO VIII DEL LIBRO II DEL
CÓDIGO DE COMERCIO: NORMAS COMUNES A TODO TIPO DE SEGUROS
Página
Página
Página
Página
CAPÍTULO III
SECCIÓN SEGUNDA DEL TÍTULO VIII DEL LIBRO II
DEL CÓDIGO DE COMERCIO: DE LOS SEGUROS DE DAÑOS
1. Normas generales
Página
Página
Página
Página
CAPÍTULO IV
SECCIÓN TERCERA DEL TÍTULO VIII DEL LIBRO II
DEL CÓDIGO DE COMERCIO: DE LOS SEGUROS DE PERSONAS
Y SOBRE EL FRAUDE AL SEGURO
Página
$PHGLDGRVGHODxRVHSUHVHQWyOD3URSXHVWDGH&yGLJR0HUFDQ-
WLO SRU HO 0LQLVWUR GH -XVWLFLD \ HO 3UHVLGHQWH GH OD 6HFFLyQ GH 'HUHFKR
0HUFDQWLOGHOD&RPLVLyQ*HQHUDOGH&RGL¿FDFLyQTXHIXHVRPHWLGD
DLQIRUPDFLyQS~EOLFD\WDPELpQDGHEDWHD¿QDOHVGHHVHPLVPRDxR8Q
claro ejemplo de ello fue el simposio organizado por la Sección Española
GH$,'$6($,'$FRQODFRODERUDFLyQGHOD)XQGDFLyQ0DSIUHGRQGH
tuve el honor de coordinar. Tras ese período de información pública se ha
SUHVHQWDGRXQ$QWHSUR\HFWRGH/H\GH&yGLJR0HUFDQWLODOTXHVHHVWiQ
emitiendo favorablemente los informes y dictámenes de los órganos con-
sultivos del Estado antes de que sea aprobado y tramitado como proyecto
de ley en el Parlamento español.
8QRGHORVFDUDFWHUHVGHODSURSLD/H\1TXHPHUHFHVHUVX-
EUD\DGRHVODSUHVHQFLDLQH[FXVDEOHGHOULHVJRVXGH¿QLFLyQDVtFRPR
VX LGHQWL¿FDFLyQ HQ GLVWLQWRV HVFHQDULRV 8Q SUHFHSWR GH¿QLWRULR GH OD
diversa terminología empleada en la norma resulta especialmente útil en
la interpretación sistemática de la ley, sin entrar a valorar si la elección o
conceptuación de unos y otros es pertinente o acertada.
La imperatividad de la norma es recogida en parecidos términos a la Ley
Nº 50/1980, con la salvedad que sea una persona jurídica quien contrate
RVHDEHQH¿FLDULRGHOVHJXUR\TXHODSULPDVXSHUHXQDGHWHUPLQDGDFDQ-
tidad, así como en los seguros de cascos, transporte marítimo y aéreo. El
seguro marítimo se contiene en otro título del Código de Comercio, como
disposición especial, a diferencia de España que ha derogado recientemente
los artículos del Código de Comercio, para ser contemplado en la Ley de
1DYHJDFLyQ0DUtWLPD3RUVXSDUWHODVQRUPDVFRQWHQLGDVHQHOUHDVHJXUR
(arts. 585 y 586) tienen carácter imperativo.
Se aboga expresamente por el carácter consensual del contrato de seguro,
la libertad de prueba en cuanto a la existencia y estipulaciones del contrato,
si bien la póliza constituye una prueba privilegiada respecto a cualquier otra
después de la perfección del contrato. El asegurado en un contrato celebrado
a distancia puede desistir del contrato con devolución de la prima dentro
del plazo de diez días desde que recibe la póliza.
El seguro colectivo constituye un instrumento generalizado en la con-
tratación de seguros sobre las base de ciertas obligaciones y compromisos
estipulados por las empresas e instituciones con los asegurados. Los ase-
guradores, a través del tomador, deben entregar la póliza de seguro y, en su
FDVRODVPRGL¿FDFLRQHV/DIDOWDGHHQWUHJDRFDVLRQDVXLQRSRQLELOLGDGDO
asegurado, como también la facultad de renuncia del asegurado al contrato.
PRÓLOGO XV
que no pueden ser utilizados como instrumento para adquirir una ganancia
o enriquecimiento injusto. La cobertura de lucro cesante debe ser pactada
H[SUHVDPHQWH/DFODVL¿FDFLyQGHVHJXURVFRQWUDGDxRVHVVLPLODUDQXHVWUD
ley española. Cabe destacar la regla en caso de concurrencia de varias causas
en la generación del siniestro, estará cubierto si se corresponde cualquiera
de ellas a la prevista en la póliza.
0HJXVWDUtDKDFHUXQDVHULHGHFRQVLGHUDFLRQHVDODUHJXODFLyQGHOVH-
guro de responsabilidad civil. Se precisa en el artículo 572 la extensión de
la cobertura, sea general o especial. Las pólizas generales cubrirán sólo los
daños y perjuicios causados al tercero, como los gastos y costas procesales.
(ODVHJXUDGRUGDUiFREHUWXUDDFDXFLRQHV¿DQ]DV\VDQFLRQHVVLHPSUHTXH
exista pacto especial. El asegurado, a menos que tenga el consentimiento
del asegurador, no puede aceptar ni transigir judicial o extrajudicialmente la
reclamación del tercero. El incumplimiento de este deber supone la pérdida
de su derecho y libera al asegurador de la obligación de indemnizar. Está
claro que no reconoce expresamente la acción directa del tercero perjudi-
cado, pero sí el asegurador se obliga por la póliza a satisfacer los daños y
perjuicios causados al tercero, de los cuales sea responsable su asegurado,
por un hecho y en los términos previstos en aquélla.
Es discutible la noción de siniestro en el seguro de responsabilidad
FLYLOWHQLHQGRHQFXHQWDODGH¿QLFLyQJHQpULFDSUHYLVWDHQHO>DUW[@
y las situaciones que menciona el (art. 571), es decir, si el siniestro es la
ocurrencia del riesgo o evento dañoso, la noticia que reciba respecto a
la intención del tercero o su causahabiente de reclamar, la amenaza de
LQLFLDUDFFLRQHVHQVXFRQWUDODVQRWL¿FDFLRQHVMXGLFLDOHVTXHUHFLED\
la ocurrencia de cualquier hecho o circunstancia que pudiere dar lugar a
una reclamación en su contra. Como decía GARRIGUES-Contrato de
Seguro terrestreHG0DGULGS³(/VLQLHVWURHQHOVHJXUR
de responsabilidad civil es un siniestro que no se produce en un solo
hecho, sino en una sucesión de hechos. Es un siniestro en desarrollo su-
cesivo que comienza con el hecho culposo causante del daño. La Ley del
seguro ha considerado siniestro precisamente ese hecho inicial, aunque
hay que reconocer que el verdadero siniestro no se produce hasta tanto
TXHVHUHFODPHODFRUUHVSRQGLHQWHUHSDUDFLyQSRUODYtFWLPDGHOGDxR´
Los riesgos en los seguros de personas afectan a la existencia, integridad
física e intelectual y la salud. Los aseguradores, aparte de prestar la cober-
tura a estos riesgos durante el contrato, garantizan un capital o una renta,
sea temporal o vitalicia. Pueden ser contratados por el propio asegurado
PRÓLOGO XVII
UE Unión Europea
CAPÍTULO I
/D SUHVHQWH REUD DERUGD ODV PRGL¿FDFLRQHV LQWURGXFLGDV SRU OD OH\
Nº 20.667 al Título VIII del Libro II del Código de Comercio chileno. Es
LQHOXGLEOHFRPHQWDUTXHHVWDPRGL¿FDFLyQLQWURGXFHFDPELRVVXVWDQFLDOHV
a la regulación del contrato de seguro luego de 144 años de vigencia de los
DUWtFXORV\VLJXLHQWHVGHO&FRPVLQPRGL¿FDFLRQHV8QDYH]HQWUDGR
en vigor el C.com. en 1865, el legislador chileno introdujo en nuestro orde-
namiento una serie de normas legales, que a posteriori se complementaron
FRQQRUPDVUHJODPHQWDULDVGLFWDGDVSRUODDXWRULGDG¿VFDOL]DGRUD6LELHQ
HOOHJLVODGRUEXVFDEDUHJXODUODDFWLYLGDGHFRQyPLFD\¿QDQFLHUDGHORVDVH-
guradores, podemos encontrar normas que intervienen la relación negocial
entre el asegurador y el asegurado, pero de modo disperso, asistemático y
SDUDFDVRVHVSHFt¿FRV
Por otra parte, una revisión de las normas que conforman la nueva
regulación legal del contrato de seguro en nuestro Ordenamiento jurídico,
no se comprende si no revisamos el precipitado histórico subyacente en las
PRGL¿FDFLRQHVLQWURGXFLGDVSRUODOH\1 En este contexto, dare-
PRVFXHQWDGHOSURFHVRGHFRGL¿FDFLyQPHUFDQWLOHXURSHRHOQXHVWUR\OD
evolución posterior del denominado Derecho de seguros.
(OSURFHVRFRGL¿FDGRUFLYLO\PHUFDQWLOHXURSHRIXHOLGHUDGRSRUORV
franceses1, quienes el año 1807 dictaran su Código de Comercio (Code de
commerce), texto que constituye la fuente principal de la mayoría de los
Códigos mercantiles de la época, incluido el chileno. Precisamos que el
Code de commerce tiene la particularidad de regular únicamente el seguro
marítimo, sistematización que no seguirán otros países como Chile e Italia,
por ejemplo.
Consecuencia de lo señalado, en el Derecho francés, los denominados
seguros terrestres quedan regulados por la costumbre y por las cláusulas de
estilo contenidas en las pólizas elaboradas por los aseguradores2. El silencio
del Código de comercio francés en materia de seguros terrestres será suplido
mediante la interpretación analógica de las normas sobre seguros marítimos.
No obstante, ello no se conciliará del todo con la práctica mercantil de este
tipo de seguros. Adquieren, de este modo, relevancia el clausulado de las
pólizas estandarizadas en el desarrollo del seguro terrestre. Los asegurado-
res redactan condiciones generales de contratación (pólizas estándar) que
serán impuestas a los asegurados sin discutirlas con éstos. Se trata de un
caso claro de contrato predispuesto y de adhesión3.
En el siglo XX los denominados seguros terrestres tendrán un desarrollo
considerable, surgiendo diversos tipos de cobertura o amparos ofrecidos por
1
Por su parte, el sistema del Common Law, sigue el mismo camino del Derecho conti-
nental. Señala MARSHALL, que el seguro es considerado una rama de la leyes marítimas, y
fue introducido en Inglaterra por primera vez por los Lombardos. Este autor, sostiene que
este contrato se regía, generalmente, por las costumbres locales que prevalecían en la isla
como obligatorias, debiendo ser observadas por las partes. Las ordenanzas que surgen en
el continente, no tenían fuerza obligatoria en Inglaterra. MARSHALL (1823) p. 17.
2
HÉMARD (1924) p. 425. En opinión de BRIÈRE, los seguros terrestres están regidos por
la costumbre. BRIÈRE (1973) p. 17.
3
HÉMARD (1924) p. 426. Este autor nos muestra la posible razón del silencio de los
redactores del Code civil y del Code de commerce sobre los seguros terrestres. Se habría
seguido la opinión de juristas como Emerigon y Pothier, quienes calificaban este tipo de
seguros –en especial el seguro de vida– como inmorales. Nos muestra además este autor
el discurso de Portalis, quien se refiere a los seguros de vida como prohibidos, “sa vie ne
saurait être un objet de commerce”. HÉMARD (1924) p. 427. En el mismo sentido PICARD
y BESSON (1964) p. 4.
RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I 7
4
Véase CHAUFTON (1884) pp. 359 y ss.; PICARD y BESSON (1964) pp. 5 y ss.
5
En cuanto a las razones que justificaron la ley de 1930, LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR
sostienen que las normas sobre seguro marítimo contenidas en los artículos 332 a 396 del
Code de Commerce, “no permiten una extensión pura y simple a los seguros terrestres, por
la misma autonomía y especialidad del derecho marítimo”. Sostienen luego estos autores,
que frente a las pólizas redactadas por los aseguradores, el legislador buscará establecer un
mayor equilibrio entre los intereses de las partes e impulsará normas destinadas a proteger
a los asegurados. Esta implementación de medidas protectoras en favor de contratante
débil (l’assuré) en el proceso de formación del contrato, será parte de un proceso que se
puede sintetizar en tres etapas: la ley de 1930, la codificación de 1976 y la ley de 1989.
LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR (2011) pp. 159 y ss.
6
SUMIEN (1957) p. 33; PICARD y BESSON (1964) p. 6.
7
SUMIEN (1957) p. 33; en el mismo sentido LAMBERT-FAIVRE (1973) p. 67.
8 RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I
8
Las primeras manifestaciones del seguro como negocio jurídico constan en algunos
documentos del siglo XIV como el Estatuto del Arte de Calimala (1301); el Breve Portus
Kallaritani de Pisa (1318); los Libros de Comercio de Francesco del Bene (1318-1320),
entre otros. DONATI (1954) pp. 61 y ss. Señala BENÍTEZ DE LUGO, que “en el año 1370, en
Genova, se reparte ya el riesgo entre varios aseguradores, cuya actividad es señalada con
el nombre de Securare, Sigurare o Assicurare, y la primera póliza data de 1385, extendida
en dicha capital y en italiano, como todos los documentos comerciales de Genova, y no
en latín, utilizado normalmente para las actas notariales del préstamo marítimo”. BENÍTEZ
DE LUGO (1955) p. 50. No obstante lo señalado, la primera regulación legal orgánica sobre
este contrato fue la Ordenanza de Barcelona de 1435 y sus posteriores modificaciones de
los años 1436, 1458, 1461 y finalmente la del año 1484, que refunde los textos anteriores.
Como señala ALAUZET, la Ordenanza de Barcelona de 1435 “es el primer monumento
legislativo sobre este contrato”. ALAUZET (1844) p. 67; en el mismo sentido BENÍTEZ DE
LUGO (1955) p. 76; BRUCK (1930) p. 6.
9
DONATI (1952) p. 63.
10
DONATI (1952) p. 64.
11
Véase BECKMANN (2009) pp. 2 y ss.
RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I 9
año 2008 una nueva ley de seguros privados. En cuanto a la reforma alemana
del 2008, BECKMANN señala que el objetivo político-jurídico más importante
GHODVPRGL¿FDFLRQHVIXHFUHDUXQDPD\RUSURWHFFLyQGHOFRQVXPLGRUDVH-
JXUDGRGDGRHOGp¿FLWFRQVLGHUDEOHGHSURWHFFLyQHQHVWDPDWHULD$JUHJD
este autor, que este objetivo de protección se logra mediante criterios de
derecho obligatorio (zwingendes Recht) o semi-obligatorio, esto es, modi-
¿FDEOHVyORHQEHQH¿FLRGHOFRQWUDWDQWHGHOVHJXUR12.
Surge la interrogante sobre la relevancia de la revisión histórico dog-
mática que hemos intentado. Pues bien, son estos ordenamientos jurídicos
europeos –español, francés, italiano y alemán– las fuentes epigonales legales
de la ley Nº 20.667. Consecuencia de ello, serán estos sistemas jurídicos
–junto a las Directivas europeas que se superponen en estos derechos13– los
que debe observar el intérprete de las normas contenidas en el Título VIII
del Libro II del C.com.
(OSURFHVRGHFRGL¿FDFLyQPHUFDQWLOFKLOHQRFXOPLQyHQHODxR
con la dictación del Código de comercio, obra de JOSÉ GABRIEL OCAMPO.
Las fuentes legales inspiradoras están representadas por el Código de co-
mercio francés de 1807, el Código de comercio holandés de 1838 (Wetboek
van Koophandel)14, y las ordenanzas españolas vigentes para las Indias, en
especial, la de Bilbao de 1737. Por su parte, las fuentes doctrinales están
representadas por la obras de ALAUZET, GONZÁLEZ HUEBRA, DE BACARDÍ,
PARDESSUS, EMERIGRON, entre otros.
Del mismo modo que ocurrió en Europa, la actividad de aseguramiento
en Chile quedó regulada por las normas del Código de comercio, por lo
general dispositivas, por una parte, y por la otra, por la práctica desarrollada
por las incipientes compañías de seguro.
12
BECKMANN (2009) p. 5.
13
Véase LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR (2011) pp. 159 y ss.
14
BRAHM señala que se “trata de un típico material jurídico al cual José Gabriel Ocampo
tuvo acceso probablemente, por haber sido incluido en la obra de SAINT-JOSEPH”. BRAHM
(2000) p. 35.
10 RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I
15
Es antecedente de esta norma, la ley Nº 1.712 (1904) que reglamentó el funciona-
miento de las compañías de seguros, sujetándolas a la supervisión de inspectores de oficinas
fiscales para que vigilen las operaciones, libros y cuentas de las compañías nacionales y
agencias de compañías extranjeras.
16
Véase ACHURRA (2005) p. 59.
Empresa creada por ley, cuya administración se compartía entre el Estado y las
17
Compañías de Seguro.
18
ACHURRA sostiene que mediante la ley Nº 4.228 y el posterior D.F.L. Nº 251, “se fijó
una estructura basada en dos criterios fundamentales: a) La regulación integral de la activi-
dad aseguradora, bajo la fiscalización de una oficina gubernamental: la Superintendencia
de Seguros, y b) La nacionalización o reserva de esa actividad a empresas nacionales”.
ACHURRA (2005) p. 59.
RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I 11
19
Señala TAPIA, que “las restricciones más numerosas y graves a la autonomía privada
provienen en la actualidad del denominado orden público económico. Esta noción comenzó
a utilizarse en la primera mitad del siglo XX para describir las leyes que intentaron dirigir
la economía u ordenarla, y su autoría se atribuye generalmente a Georges Ripert”. TAPIA
(2008) p. 486.
20
Véase ARELLANO (2013) pp. 4 y ss.; CONTRERAS (2014) pp. 48 y ss.
21
Véase en este sentido historia de la ley Nº 19.769, p. 10.
22
Este es el sentido del inciso 5º de la letra e) del artículo 3 del D.F.L. Nº 251, que dio
origen a la Norma de carácter general 124 del 2001, que fue reemplazada el 26 de julio
del 2013 por la Norma de carácter general 349. En el Ordenamiento jurídico francés, la
Ley modificatoria del Code des assurances, dictada en 1989, tuvo por objeto liberalizar
el mercado asegurador eliminando el sistema de aprobación previa de las pólizas tipo.
No obstante, la autoridad fiscalizadora (Ministerio de Economía y Finanzas) mantuvo un
12 RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I
En el año 2010 los efectos del terremoto que afectó a nuestro país,
LPSXOVDURQXQDLQLFLDWLYDPRGL¿FDWRULDGHO7tWXOR9,,,/LEUR,,GHO&y-
digo de Comercio. Se trata de una iniciativa que tiene su génesis en un
trabajo preparatorio que data de 199023. Este proceso, de más de 20 años,
culminó con la promulgación y posterior publicación de la ley Nº 20.667
HQHO'LDULR2¿FLDOGHOD5HS~EOLFDHOGHPD\RGH
grado de control en el artículo 114-4 del Code des assurances, ya que puede imponer el
uso de cláusulas tipo. Véase BEIGNIER (2011) pp. 84 y ss.; LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR
(2011) p. 120. Por su parte, el legislador alemán modificó el régimen del contrato de
seguro mediante la Ley de seguros privados de 2008, que “perseguía principalmente la
desregulación del mercado de seguros, es decir, la reducción del control de seguros en los
países miembros de la UE”. BECKMANN (2011) p. 15.
23
Véase CONTRERAS (2014) pp. 48 y ss.
RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I 13
24
Véase historia de la ley Nº 20.667, pp. 4 y ss.
14 RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I
3.2. NUEVA ESTRUCTURA DEL TÍTULO VIII DEL LIBRO II DEL C.COM.
La nueva estructura de la regulación del contrato de seguro en el Código
de comercio se divide en tres secciones. La primera sobre normas comunes
a todo tipo de seguro, la segunda sobre seguros de daños, y la tercera sobre
seguros de personas. Este orden sistemático se ajusta de mejor manera a la
UHDOLGDGGHOWUi¿FRMXUtGLFRDFWXDOGHMDQGRGHODGRODGLYLVLyQGHFLPRQy-
25
Véase historia de la ley Nº 20.667, pp. 70 y 71.
26
Véase historia de la ley Nº 20.667, pp. 102 y 103.
27
Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 93.
RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I 15
3.3. COMENTARIO SOBRE LA SECCIÓN PRIMERA TÍTULO VIII, LIBRO II DEL C.COM.
/DVHFFLyQSULPHUDLQLFLDFRQXQDGH¿QLFLyQGHFRQWUDWRGHVHJXUR
en el artículo 512 sobre la base de la transferencia de riesgos y contempla
como objeto de la prestación del asegurador la indemnización de un daño,
la satisfacción de un capital, una renta u otras prestaciones, dejando con ello
abierta la posibilidad de elaborar productos de seguros de diversa índole.
3.3.2. El criterio de imperatividad que se contiene en el artículo 542
del C.com. constituye, a nuestro parecer, el eje central de la reforma. El
FDPELR GH XQ UpJLPHQ GLVSRVLWLYR D XQR LPSHUDWLYR FRQ XQD ¿QDOLGDG
28
Esta clasificación se ajusta de mejor manera a lo dispuesto en el artículo 8 del D.F.L.
Nº 251, que dispone: “Las compañías se dividirán en dos grupos. Al primero pertenecerán
las que aseguren los riesgos de pérdidas o deterioro en las cosas o el patrimonio. Al segundo,
las que cubran los riesgos de las personas o que garanticen a éstas, dentro o al término de
un plazo, un capital, una póliza saldada o una renta para el asegurado o sus beneficiarios”.
29
Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 6.
16 RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I
30
Dictum de Javoleno en D. 50, 17, 202.
31
La polisemia del vocablo imperatividad nos obliga a precisar que se trata de un criterio
normativo tutelar, que impide a los contratantes alterar el contenido normativo de la ley.
RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I 17
32
Véase CONTRERAS (2014) pp. 48 y ss.
33
Véase VIAL (2003) pp. 62 y ss.; ALESSANDRI, SOMARRIVA y VODANOVIC (1998) pp. 204
y ss.
34
Con ello podríamos interpretar que los vocablos propuesta y cotización no debieran
enmarcarse, necesariamente, como oferta en el sentido de acto jurídico unilateral cuyo
encuentro recepticio con la aceptación perfecciona el consentimiento y hace nacer un
relación contractual de carácter bilateral. Véase Intervención en sala del Diputado Burgos:
“Las principales innovaciones que introduce la iniciativa son: la definición de contrato
de seguro; un catálogo de definiciones de conceptos propios del contrato de seguro (…)”.
Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 470.
35
Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 6. Por nuestra parte, durante el primer trámite
constitucional, recomendamos “evitar un exceso de definiciones del artículo 513, dejando
que ellas se contengan en los modelos de contratos depositados en la SVS”. Ver historia
de la ley Nº 20.667, p. 91.
18 RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I
36
ARELLANO (2013) p. 10.
37
ARELLANO (2013) p. 13.
38
La historia de la ley (moción parlamentaria), señala lo siguiente: “Se establece que
las estipulaciones del contrato de reaseguro prevalecerán sobre las normas legales que lo
regulan, a menos que éstas sean de orden público. Servirán para interpretar la voluntad
de las partes, los usos y costumbres internacionales sobre reaseguro”. Historia de la ley
Nº 20.667, p. 16.
39
Véase artículos 515, 518, 519, 522, 567 y 593 del C.com.
RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I 19
concepción sobre riesgo que viene dada por la doctrina alemana del siglo
XIX, asimilando el evento de peligro a la ocurrencia de un suceso suscep-
tible de provocar una necesidad económica.
3.3.6. Dentro de la sección primera del Título VIII del Libro II del
C.com., nuestro legislador se ocupa de los deberes de información que
pesan sobre los contratantes, tanto en la fase in contrahendo como en la
etapa de ejecución del contrato. En cuanto al asegurador, se recogen las
exigencias de la ERQD¿GHV al imponerse de modo expreso un deber de
informar que pesa sobre este en los artículos 514 inciso 2º y 529 Nº 1.
(VWDVQRUPDVFRQÀX\HQFRQORVDUWtFXORVE\HGHOD/3&
Por otra parte, subsiste el deber precontractual de información sobre el
riesgo que pesa sobre el asegurado o contratante del seguro, del mismo modo
que lo consideró el legislador decimonónico; no obstante, la ley Nº 20.667
introduce cambios relevantes en los artículos 524 Nº 1, 525 y 539 del C.com.
Siguiendo el Derecho español, preferentemente, este deber en su contenido
queda contextualizado a lo que pregunta el asegurador mediante un for-
mulario de preguntas, abandonando el sistema de declaración espontánea
y sustituyéndolo por uno guiado por cuestionario. Adicionalmente, y para
los casos de un incumplimiento al deber precontractual de declaración del
riesgo se introducen una serie de remedios o efectos que favorecen la man-
tención del contrato, liberan al asegurador de pleno derecho del vinculum
iuris que nace de la celebración del seguro, quedando relegada la nulidad
para los casos de declaraciones de mala fe.
En cuanto al deber de informar o comunicar la agravación del riesgo
asegurado del artículo 526 del C.com., se introducen cambios considerables
en cuanto a los efectos que se derivan del incumplimiento a este deber de
FRPXQLFDFLyQ$OHIHFWRUHVFLVRULRFRQÀX\HQVHJ~QORVFDVRVRWURVUHPH-
dios que permiten dejar subsistente el contrato.
Destacamos además, dentro del contexto de los deberes de información
y la formación del contrato, dos normas. Por un lado, el artículo 517 que
regula los denominados seguros colectivos (seguros de grupos, l’assurance
de groupe, assicurazioni collettive, Gruppenversicherung), especialmente
lo relacionado con la renovación de este tipo de seguros, que como se
analiza en el comentario de la citada norma existiría una relación con la
¿JXUDGHODWiFLWDUHFRQGXFFLyQTXHQXHVWUR2UGHQDPLHQWRMXUtGLFRUHJXOD
a propósito del arrendamiento. Por otro lado, destaca el inciso segundo
del artículo 589 del C.com., en concreto la exigencia del consentimiento
20 RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I
40
Véase artículo 1045 del Código de Comercio colombiano.
41
Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 92.
RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I 21
este sentido, dispone el citado artículo que “fuera de otras causales lega-
les, la prescripción que corre en contra del asegurado se interrumpe por la
denuncia del siniestro, y el nuevo plazo regirá desde el momento en que el
asegurador le comunique su decisión al respecto”42.
3.4. COMENTARIO SOBRE LA SECCIÓN SEGUNDA DEL TÍTULO VIII DEL LIBRO II DEL
C.COM.
3.4.1. La sección segunda del Título VIII del Libro II del C.com. contie-
ne un párrafo 1º sobre normas generales aplicables a los seguros de daños;
un párrafo 2º sobre seguro de incendio; un párrafo 3º sobre seguros de robo,
hurto y otras sustracciones; un párrafo 4º sobre seguros de responsabilidad
civil; un párrafo 5º sobre seguro de transporte terrestre; un párrafo 6º sobre
VHJXUR GH SpUGLGD GH EHQH¿FLRV XQ SiUUDIR VREUH VHJXUR GH FUpGLWR
un párrafo 8º sobre seguro de caución; y un párrafo 9º sobre contrato de
reaseguro.
3.4.2. La nueva regulación recoge de modo expreso el principio de
indemnización en el artículo 550 del C.com., y regula de manera precisa lo
referido a la suma asegurada y límite de la indemnización, el infraseguro o
regla proporcional, el sobreseguro, la valoración de la cosa asegurada para
los casos de los seguros reales, y recogiendo una práctica del aseguramiento,
opta por reglar los seguros a valor de reposición. En este sentido señala la
historia de la ley lo siguiente:
Los artículos 552 al 555 inclusive, tratan de un modo claro y ordenado los importantes
problemas que derivan de la comparación entre el monto efectivamente asegurado, con
el valor real del objeto a la época del siniestro, incluyendo temas de tal importancia
como la regla proporcional, la validez de la valoración de la cosa asegurada y los
seguros a valor de reposición. Las señaladas normas pueden resumirse así: a) La suma
asegurada constituye el límite máximo de la indemnización que se obliga a pagar el
asegurador en caso de siniestro y, como principio, ella no representa una valoración
preaceptada de los bienes asegurados; b) En los seguros reales, la indemnización no
excederá del valor del bien ni del respectivo interés asegurado al tiempo de ocurrir el
siniestro, aun cuando el asegurador se haya constituido responsable de una suma que
lo exceda; en tanto que en los seguros patrimoniales, por no haber un objeto especí-
fico susceptible de tener un valor, la indemnización no podrá exceder, dentro de los
límites de la convención, del menoscabo que sufra el patrimonio del asegurado como
42
Véanse artículos 18 y ss. del D.S. Nº 1.055.
22 RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I
43
Véase historia de la ley Nº 20.667, pp. 11 y 12.
44
Véase historia de la ley Nº 20.667, pp. 85 y ss.
RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I 23
45
Véase historia de la ley Nº 20.667, pp. 201-372-373-410-420. Es insoslayable
comentar brevemente las formulaciones del profesor CORRAL sobre el tópico de la acción
directa. Véase CORRAL (2014) pp. 440 y ss. Introducir la acción directa vía interpretación
de los artículos 570 inciso 2º del C.com. y 513 letra c) que define al beneficiario, exige
tener presente la naturaleza jurídica del beneficiario. El beneficiario, a nuestro juicio,
es un sujeto integrado por el contratante o asegurado al contrato, no obstante no haber
prestado su consentimiento en la celebración del seguro. En esta perfectiva es un tercero.
En esta dimensión y con los matices de diferencia que se observan entre el artículo 1449
del C.C. y la regulación de C.com. sobre el beneficiario –especialmente en materia de
revocación–, se trataría de una estipulación a favor de otro, que exige pacto expreso.
En consecuencia, a nuestro juicio, no podemos inferir que la ley considera a los terce-
ros perjudicados como beneficiarios indeterminados, para los efectos de introducir el
mecanismo de la acción directa en nuestro Ordenamiento jurídico, en su estado actual.
Menos, podríamos vía analogía integradora (legis o iuris) completar un supuesto vacío
o laguna inexistente. Finalmente, y en cuanto a la posibilidad de extender la regla del
artículo 1201 del C.com. al artículo 570 del mismo Código, con el objeto de interpretar
por analogía y conceder de este modo una acción directa autónoma a los terceros per-
judicados, creemos no procedería, no sólo por la vulneración de la voluntad o intención
de nuestro legislador como ya hemos formulado; unido a ello, estimamos que el recurso
analógico no es posible por cuanto en el caso del citado artículo 1201 se trata de una
garantía especial que el asegurador concede u otorga de modo unilateral en favor del
tercero. La posible acción del tercero, es de origen convencional (denominada como
letters of undertaking en los P&I de seguros marítimos). Por consiguiente, no se trata de
supuestos de igual significación como prescribe inciso segundo del artículo 22 del C.C.
24 RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I
3.5. COMENTARIO SOBRE LA SECCIÓN TERCERA DEL TÍTULO VIII DEL LIBRO II
DEL C.COM.
/RVULHVJRVTXHVHUHODFLRQDQFRQHVWHWLSRGHVHJXURVFDOL¿FD-
GRVSRUQXHVWUROHJLVODGRUFRPRVHJXURVGHSHUVRQDVFRQÀX\HQHQFDVRV
HVSHFt¿FRVFRQULHVJRVSURSLRVGHODGHQRPLQDGD³VHJXULGDGVRFLDO´(OOR
queda representado, por ejemplo, en los riesgos sobre la integridad física e
intelectual de los individuos en el caso de los seguros de accidentes perso-
nales y los seguros por accidentes del trabajo que contempla la Ley sobre
Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales; las rentas vitalicias
FRQHOVLVWHPDGHSHQVLRQHVUHJXODGRHQHO')/1\¿QDOPHQWH
los seguros de salud y la denominada Ley de Isapres.
3.5.2. A nuestro juicio, la sección tercera del Título VIII del Libro II del
Código de Comercio regula tipos especiales de seguros, que complementan
los sistemas de previsión obligatoria que ha contemplado nuestro legislador.
Ello, en materia de seguros de accidentes y de salud. En materia de Rentas
9LWDOLFLDVVyORVHOLPLWDDLQWURGXFLUXQDGH¿QLFLyQ\DTXHHQWDQWRPRGR
de pensión contemplado en el artículo 61 del D.F.L. Nº 3.500 debe regirse
por esta última normativa especial46. Agregamos, además, que nuestro le-
46
Señala la historia de la ley: “La tercera y última sección regula el seguro de
personas, incluyendo los seguros de vida, las rentas vitalicias (tan actuales a raíz del
RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I 25
auge que han experimentado con motivo del nuevo sistema previsional), el seguro de
accidentes personales y el seguro de salud”.
47
Los seguros de salud tienen la particularidad de contratarse como complemento del
sistema de salud previsional (Isapres). El riesgo cubierto queda identificado con la ocurren-
cia de un evento posible e incierto, que provoca una necesidad económica cuya causa está
determinada por una enfermedad o un hecho accidental que tenga cobertura en el sistema
de salud previsional. Esta particularidad diferenciaría este tipo de coberturas otorgadas
en el caso de los seguros de salud, respecto de los seguros de accidentes personales, que
confieren coberturas sólo para eventos accidentales que provocan lesiones o muerte, pero
operan como coberturas independientes del sistema de seguridad social.
48
Señala SÁNCHEZ CALERO, a propósito del interés en el seguro de personas lo siguiente:
“(…) en los seguros de personas es relevante el interés, aun cuando éste en los seguros
de daños adquiera una mayor importancia precisamente a los efectos del cálculo de la
indemnización cuando se produce el evento previsto en el contrato. Porque si se admitiera la
26 RÍOS OSSA, Roberto Capítulo I
BIBLIOGRAFÍA
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513 a), 513 b), 513 t), 527,
528 y 529. D.F.L. Nº 251: artículos 4, 8, 11. D.S. Nº 1.055.
COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
/DVGH¿QLFLRQHVQRUPDWLYDVVREUHXQFRQWUDWRFRQWHQLGDVHQHO2U-
denamiento jurídico, obedecen a la postura del legislador de nominar un
negocio jurídico particular o concreto1 o como sostiene SÁNCHEZ CALERO,
esta figura negocial como innominada (Des ut facio.) Véanse en este sentido, SANTERNA
(1552) primera parte Nºs. 7 y 8; STRACCHA (1556) primera parte Nº 7.
2
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 29.
3
La doctrina ha discutido sobre la definición o conceptualización del contrato de
seguro. Las posturas oscilan entre quienes pretenden imponer una concepción más
bien genérica, argumentando que hoy la diversidad de riesgos que asume el asegurador
conlleva la imposibilidad de considerar un concepto unitario de este contrato. Se trata
de la tesis dualista, que separa los seguros de daños –cuya prestación es esencialmente
indemnizatoria o reparatoria de un daño sufrido– por una parte, y por la otra, los seguros
de personas, que no apuntan, necesariamente, a la reparación de un daño, sino, más bien,
a cubrir una necesidad que surge por la ocurrencia del riesgo cubierto. En este sentido,
a juicio de GARRIGUES, el “seguro es un contrato de contenido heterogéneo, imposible
de reconducir a un concepto válido para todos los posibles tipos de seguro”. GARRIGUES
(1982) p. 29. En sentido contrario, véase SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 29 y ss. Sobre la
conceptualización del contrato de seguro, teoría unitaria y dualista, en la doctrina italiana,
véase por todos DONATI (1954) Vol. II, pp. 3 y ss.
4
Dispone el artículo 4 del D.F.L. Nº 251 lo siguiente: “El comercio de asegurar riesgos
a base de primas, sólo podrá hacerse en Chile por sociedades anónimas nacionales de
seguros y reaseguros, que tengan por objeto exclusivo el desarrollo de dicho giro y las
actividades que sean afines o complementarias a éste, que autorice la Superintendencia
mediante norma de carácter general”. En este contexto, algunos autores categorizaban a
la Compañía de Seguros como un elemento de la esencia del contrato de seguro. En este
sentido, VIVANTE (1922) pp. 8 y ss. En sentido contrario en la doctrina española véase
SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 40 y ss.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 512 inciso 1º 33
/DGH¿QLFLyQOHJDOFRQWHQLGDHQHODUWtFXORTXHFRPHQWDPRVVHDSDUWD
del concepto decimonónico, y se ajusta de mejor manera a la realidad
mercantil del aseguramiento, especialmente al contemplar las diversas
prestaciones que puede contener un contrato de seguro: indemnizaciones,
satisfacción de un capital, una renta u otras prestaciones. El vocablo otras
prestaciones FRQ¿HUHDQXHVWURSDUHFHUXQDÀH[LELOLGDGHQODHODERUDFLyQ
de lo que denominaremos como productos de seguros5.
'HODGH¿QLFLyQOHJDOGHODUWtFXORGHO&FRPSRGHPRVH[WUDHUORV
siguientes tópicos: La transferencia del riesgo como función del seguro6;
los presupuestos del contrato; la prestación del contratante o asegurado; y
la prestación del asegurador.
5
Con ello, a nuestro juicio, quedan calificados como seguros los contratos que son
integrados por condiciones generales de la contratación o pólizas tipo depositadas en la SVS
que otorgan en el caso de ocurrencia de un siniestro servicios de asistencia, por ejemplo.
Los vocablos otras prestaciones pactadas, parecieran tener como fuente el artículo 1 de
la LCS que recurre a las expresiones “otras prestaciones convenidas”. Sobre la norma
española referida, SÁNCHEZ CALERO identifica como fuente el artículo 1.1 de la VVG 1908.
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 37.
6
Sobre la función del seguro como mecanismo jurídico de transferencia del riesgo,
véanse HÉMARD (1924) pp. 1 y ss.; MANES (1930) pp. 62-63; DONATI (1954) pp. 6 y ss.;
GARRIGUES (1982) p. 11.
7
Revisada la historia de la ley Nº 20.667, observamos las siguientes intervenciones:
OSVALDO MACÍAS, Intendente de Seguros de la Superintendencia de Valores y Seguros, señala
que “el seguro, como eficaz mecanismo de trasferencia de riesgo, evoluciona sobre la base
de prácticas contractuales permeables a las necesidades de la modernización, la aparición
de contingencias que amenazan a las personas, el emprendimiento y la incorporación de
nuevos sectores de la población en su uso. Véase historia de la ley Nº 20.667 p. 70. Por su
parte, FERNANDO CÁMBARA, Presidente de la Asociación de Aseguradores de Chile, señala:
“Acerca del artículo 512 del Código de Comercio que establece el concepto de seguro,
admitió perfecciones, ya que respecto de la voz transferir (art. 670 C.C.), no existe una
transferencia “de dominio” del riesgo, las “cosas perecen para su dueño” (art. 1820 C.C.). El
riesgo no se transfiere, lo que ocurre es que se asume por otro las consecuencias económicas
del siniestro. La actual definición no utiliza el verbo transferir sino que el verbo asumir”.
Véase historia de la ley Nº 20.667 p. 83. A juicio del asesor legal de la Asociación Gremial
34 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 512 inciso 1º
de Aseguradores A.G., señor FRANCISCO SERQUEIRA, “se define al asegurador como quien
acepta el riesgo que se le “transfiere”. Si bien se comprende el sentido de esta definición,
una armónica utilización de la terminología jurídica aconsejaría realizar una modificación,
por cuanto la voz “transfiere”, de acuerdo con los códigos Civil y de Comercio, proviene
de la “tradición”, modo de adquirir el dominio que implica transferencia de propiedad. Lo
cierto, sostuvo, es que el asegurado no vende ni transfiere al asegurador el dominio de los
riesgos. Lo que el asegurador asume, en realidad, son las consecuencias de un siniestro”.
Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 325.
8
CONTRERAS (2002 ) p. 23.
9
Sobre la Gefahrtragungstheorie véanse EICHLER (1996) pp. 10 y ss.; BECKMANN
(2009) p. 29.
10
Véase GARRIGUES (1980) p. 30.
11
Véase GARRIGUES (1980) p. 30.
12
DONATI (1954) pp. 144-145; en el mismo sentido LATORRE (2000) p. 5.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 512 inciso 1º 35
'H OD GH¿QLFLyQ FRQWHQLGD HQ HO DUWtFXOR GHO &FRP SRGHPRV
distinguir los siguientes elementos: el riesgo, la prima, la prestación del
asegurador y los sujetos de la relacion asegurativa (asegurador y asegurado).
Estos presupuestos o elementos –riesgo, prima, la prestación del ase-
JXUDGRU\VXMHWRV±HVWiQGH¿QLGRVHQHODUWtFXOROHWUDVV\WUHVSHFWL-
YDPHQWH3RUVXSDUWHHODUWtFXORLGHQWL¿FDFRPRUHTXLVLWRVGHYDOLGH]
del contrato de seguro la prima14, el riesgo y la obligación condicional del
asegurador de indemnizar.
El artículo 512 del C.com. señala como prestación del asegurador la in-
demnización del daño que sufriere el asegurado15, o satisfacer un capital, una
UHQWDXRWUDVSUHVWDFLRQHVSDFWDGDV(VWDVSUHVWDFLRQHVVHLGHQWL¿FDQFRQOD
cobertura otorgada por el asegurador. Advertimos, que la estructura típica de la
GH¿QLFLyQGHODUWtFXORGHMDDELHUWDODSRVLELOLGDGGH³RWUDVSUHVWDFLRQHV´
HVWRHVDTXHOODVTXHQRVHLGHQWL¿FDQFRQHOSDJRLQGHPQL]DWRULRSURSLRGHORV
seguros de daños o un capital o renta para el caso de los seguros de personas.
Ello se concilia con dinamismo de la fenomenología de la contratación masiva
ligada a las relaciones de consumo en materia de aseguramiento.
/D FREHUWXUD VH LGHQWL¿FD R FRQIXQGH FRQ HO ULHVJR DVHJXUDGR (VWH
riesgo concreto, que asume el asegurador, obedece a un proceso de deter-
13
Véanse en este sentido: HÉMARD (1924) p. 75; DONATI (1954) p. 145; GARRIGUES
(1982) p. 144; MENICHINO (2001) pp. 873 y ss.; RUBIO (2003) pp. 5 y ss.; VEIGA (2009)
pp. 105 y ss.; RUIZ-TAGLE (2011) p. 124.
14
Véanse artículos 518 Nº 8; 524 Nº 3; 527; 528, todos del C.com.
15
Este artículo debe leerse en conjunto con los artículos 529 Nº 2, 534, 550, 552, 563,
569, 570 inciso 2º, todos del C.com.
36 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 512 inciso 1º
minación que comprende dos fases, una técnica y otra jurídica. Sobre ello
ahondaremos al tratar el concepto de riesgo del artículo 513 letra t), baste
con señalar por ahora, que determinado el riesgo asegurado “arribará pron-
tamente la cobertura”, como sostiene RUIZ-TAGLE16.
16
RUIZ-TAGLE (2011) pp. 125 y 159.
17
Véase PICARD y BESSON (1964) p. 45.
18
Es opinión de LATORRE, que “(…) el hecho de que la probabilidad constituya el
principal elemento de referencia en la fijación de la cuantía de la prima, permite hablar de
un principio de proporcionalidad entre la prima y el riesgo. Entre el riesgo, entendido en
los términos vistos, y la prima existe, por tanto, una estrecha correlación que en el terreno
práctico se traduce, fundamentalmente, en los siguientes efectos: por una parte, si no hay
riesgo ninguna prima se deberá al asegurador y si el riesgo deja de existir la prima dejará
de ser debida y, por otra parte, si el riesgo varía, la prima lo hará en la misma proporción”.
LATORRE (2000) pp. 7-8.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 512 inciso 1º 37
19
Según PICARD y BESSON, la definición jurídica de contrato de seguro presenta el
inconveniente de no considerar el aspecto técnico de la operación. Señalan además estos
autores, que si bien el seguro se basa en un azar, la operación de la empresa aseguradora
no es aleatoria; “su objetivo final es anti-aleatorio”. PICARD Y BESSON (1964) p. 1.
20
Véase VEIGA (2008) p. 14.
21
Una cláusula ha sido predispuesta cuando hubiera sido prerredactada (predisposición)
y se incorpore al contrato de forma exclusivamente imputable a una de las partes sin un
proceso de negociación (imposición). Si, además, la cláusula hubiera sido prerredactada
para ser incluida en una pluralidad de contratos (carácter general), nos encontramos ante
una condición general. ALFARO (2002) p. 92.
22
VEIGA (2008) p. 17.
23
Véase SALANDRA (1942) p. 3; DURANTE (1979) p. 22; GARRIGUEZ (1982) p. 46; RUIZ
(1991) pp. 13 y 14; LETTA (1997) p. 179; BATALLER (1997) p. 10; MENICHINO (2001) p. 874;
RUBIO (2003) p. 7; BARROILHET (2007) p. 37; RUIZ-TAGLE (2011) pp. 95 y ss.
38 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 512 inciso 1º
24
HALPERIN y BARBATO (2001) pp. 45 y ss.; en el mismo sentido MONTI (2003) p. 167.
25
DURANTE (1979) p. 223; en el mismo sentido VIANELLO (1991) p. 283; BATALLER
(1997) p. 11.
26
MONTI (2003) pp. 168 y 169.
27
BATALLER (1997) p. 10.
28
Véase RUIZ-TAGLE (2011) p. 113.
29
SALANDRA (1942) p. 3; en el mismo sentido PELAGGI (1967) p. 224. En la doctrtina
española ver por todos GARRIGUES (1982) p. 49. La voz máxima buena fe (uberrimar bonae
fidei, utmost good faith) fue enunciada como tal en una decisión de Lord MANSFIELD en
1766. Véanse HARDY (1970) p. 87; COLINVAUX (1970) p. 8. El juez inglés buscó ejemplificar
la relevancia de la buena fe en el contrato de seguro, en contraposición al principio con-
trario que rige al sistema del Common Law, caveat emptor. La regla general en materia de
contratación bajo la mirada de los sistemas regidos por el Common Law, no exige mayores
cuidados de las partes en materia de entrega de información, ya que los contratantes deben
estar atentos, y cuidadosos en la protección de sus intereses (caveat emptor). Es opinión
de BEATSON, que “la regla general en el Common Law dice que cuando una persona entra
en contacto con otra no tiene el deber de entregar información”. Luego, este autor señala
que las partes deben cuidar sus propios intereses y procurarse la información necesaria
para contratar; habrá, sin embargo excepciones, en particular en aquellos contratos califi-
cados como de urberrimae fidei, contratos de máxima buena fe (utmost good faith), como
el caso de los contratos de seguro, en el cual la violación al deber de declaración (duty to
disclouse) provoca la nulidad del contrato. BEATSON (2002) p. 236. Ver en el mismo sentido,
COLINVAUX (1970) pp. 7-85; LOWRY y RAWLINGS (2005) pp. 78 y ss.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 512 inciso 1º 39
6. COMENTARIO FINAL
BIBLIOGRAFÍA
Artículo 512 inciso 2º.- Los riesgos pueden referirse a bienes determinados,
al derecho de exigir ciertas prestaciones, al patrimonio como un todo y a
ODYLGDVDOXGHLQWHJULGDGItVLFDRLQWHOHFWXDOGHXQLQGLYLGXR1RVyOROD
muerte sino que también la sobrevivencia constituyen riesgos susceptibles
de ser amparados por el seguro. Las normas de este título rigen a la tota-
lidad de los seguros privados. No son aplicables a los seguros sociales, a
los contratos de salud regulados por el Decreto con Fuerza de Ley Nº 1,
de 2006, del Ministerio de Salud, que fija el texto refundido, coordinado y
sistematizado del Decreto Ley Nº 2.763, de 1979, y de las leyes Nº 18.933
y Nº 18.469, ni al seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profe-
sionales.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512 inc. 1º, 513, t), 518, 521,
524 1º, 525, 530, 544 y 588.
COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
De esta forma, al enunciar los objetos sobre los que pueden recaer los
riesgos susceptibles de ser asegurados o transferidos1 al asegurador, no
solo está delimitando el objeto del contrato de seguro, sino que también
está determinando el ámbito de aplicación de la ley, lo regulado por ésta.
Para esto el legislador optó por dos variables a considerar de forma
paralela: por una parte, el ámbito de aplicación material, precisamente,
determinando los riesgos que pueden ser objeto del seguro regido por esta
ley, y por otra, enumerando aquellos seguros o formas de aseguramiento
existentes en el país a las que no le serán aplicables las normas de esta ley.
Cabe hacer presente, antes de entrar al análisis de las disposiciones que
determinan el alcance y ámbito de aplicación de esta norma, que durante
OD WUDPLWDFLyQ GHO DUWtFXOR pVWH IXH PRGL¿FDGR UHVSHFWR DOWH[WR GHO
Proyecto de Ley, ampliando la excepción al ámbito de aplicación original,
en cuanto a determinar que esta norma no sólo no es aplicable a los seguros
VRFLDOHVHQWpUPLQRVJHQHUDOHVVLQRTXHWDPELpQ\GHIRUPDHVSHFt¿FD
respecto de los seguros de salud del sistema Isapre y el seguro público de
salud administrado por el Fonasa. Originalmente el Proyecto de Ley indicaba
lo siguiente para el inciso segundo en comento:
“Los riesgos pueden referirse a bienes determinados, al derecho de exigir ciertas pres-
taciones, al patrimonio como un todo y a la vida, salud e integridad física o intelectual
de un individuo. No sólo la muerte sino que también la sobrevivencia constituyen
riesgos susceptibles de ser amparados por el seguro. Las normas de este título rigen
a la totalidad de los seguros privados. No son aplicables a los seguros sociales, ni al
seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales”.
1
Véase comentario artículo 513 inciso 1º de esta ley.
2
GALLARDO (2012) p. 39: “El seguro de salud que comercializan las Instituciones de
Salud Previsional (Isapre) en Chile, constituye una modalidad de seguro de salud única en
el mundo, pues se trata de un seguro privado que debe contemplar una serie de coberturas
mínimas legales y es financiado, al menos en parte, por medio de cotizaciones legales
44 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 512 inciso 2º
obligatorias que aporta el asegurado, características que le dan una fisonomía propia de
un seguro social de salud más que de un seguro privado. Sin embargo, como las Isapres
son entidades de naturaleza privada, normalmente sociedades anónimas, ejercen en su
relación con los cotizantes o asegurados, una serie de facultades propias de una compañía
aseguradora privada, generando por este motivo, una serie de conflictos, que a nuestro
juicio, tienen su origen en esta dualidad presente en la naturaleza jurídica del contrato de
salud previsional, vínculo privado que regula una relación previsional que normalmente
es de origen público y legal”.
3
El seguro de salud público administrado por Fonasa se define en el artículo 131
y siguientes del D.F.L. Nº 1, de 2006, como un régimen de prestaciones de salud al que
tienen derecho todas las personas como expresión del derecho a la protección de la salud
consagrado en el artículo 19 Nº 9 de la Constitución Política de la República, distinguiendo
solamente entre afiliados (trabajadores-cotizantes) y beneficiarios (todos aquellos
dependientes de los afiliados y personas carentes de recursos o indigentes).
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 512 inciso 2º 45
KDWUDQVFULWRHQHOWH[WR¿QDOGHODOH\H[FOX\HQGRH[SUHVDPHQWHGHOD
aplicación de esta ley tanto al seguro de salud de Isapre como al seguro
público de salud administrado por el Fondo Nacional de Salud.
a) Bienes determinados
Los seguros cuyo objeto es la traslación del o los riesgos que pesan sobre
un bien determinado son conocidos como seguros reales o seguros sobre
las cosas4, en cuyo concepto, más amplio que el de bienes determinados,
se comprenden todas las cosas materiales susceptibles de generar un interés
patrimonial sobre las mismas por parte del asegurado.
En este sentido, el legislador deja fuera del ámbito del seguro todo bien
LQGHWHUPLQDGRHVGHFLUODVFRVDVTXHQRVRQVXVFHSWLEOHVGHVHULGHQWL¿FDGDV
4
De acuerdo a las clasificaciones más usadas por la doctrina, en este tipo de seguros
se contempla el seguro de incendio, de robo, transporte, etcétera.
46 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 512 inciso 2º
d) La vida
La vida no siempre ha sido factible de ser asegurada, de hecho en algunos
países de fuerte raigambre católica, como España, estuvo prohibido, cuando
paralelamente se desarrollaba en Francia e Inglaterra, países en los que se
empieza a comercializar cuando, por una parte, la ciencia matemática, en
5
Véase comentario artículo 570.
48 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 512 inciso 2º
e) La salud
El seguro de salud que cubre el riesgo de enfermedad tiene por función
económica otorgar cobertura a la pérdida patrimonial que puede ocasionar la
HQIHUPHGDGRSpUGLGDGHOHVWDGRGHVDOXGHQHODVHJXUDGRRVXVEHQH¿FLD-
rios, pues normalmente cubre, además del asegurado, a su grupo familiar7,
sobre quienes se presume que el asegurado tiene interés en la protección
de su salud.
Las principales modalidades de este seguro son: (i) el seguro de enfer-
medad: que a mi juicio tiene una naturaleza jurídica mucho más cercana a
los seguros de daños que a los seguros de personas, pues cubre los gastos
médicos del asegurado, habitualmente, indemnizando o reembolsándolos
una vez que el gasto fue hecho, y por tanto, se ocasiona la pérdida, nor-
malmente en un porcentaje determinado de esa pérdida. En Chile, esta
modalidad de seguro de salud se aprecia en los planes de salud de Isapre y
seguros complementarios que comercializan las Compañías de Seguro y (ii)
el seguro de asistencia sanitaria, que es aquel en que el asegurador se obliga
a otorgar, directamente o a través de un tercero contratado para estos efectos,
las prestaciones de salud que el asegurado requiere para la recuperación de
su salud, poniendo a disposición del asegurado una red de prestadores a los
que debe concurrir necesariamente si quiere obtener cobertura, normalmen-
6
Véase comentario artículo 588.
7
En Chile, los beneficiarios de salud son las cargas familiares o aquellos que ocasionan
el derecho a asignación familiar, en los términos de los artículos 135 y 136 del D.F.L.
Nº 1, de Salud, del año 2006, que define a los beneficiarios del Sistema de Salud Pública
o Régimen de Prestaciones Garantizadas, en los términos de la citada ley.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 512 inciso 2º 49
8
Véase comentario al artículo 588.
9
Los seguros de accidentes laborales, como el de las Mutuales de Seguridad y la
Asociación Chilena de Seguridad cubren los daños corporales que pueda sufrir un trabajador
con ocasión de un accidente laboral o enfermedad profesional. Estos seguros, si bien son
administrados por entidades privadas, tienen un componente público de suma importancia,
toda vez que se trata de un seguro obligatorio cuya prima es una cotización o porcentaje
de la remuneración del trabajador o asegurado y un aporte obligatorio del empleador.
50 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 512 inciso 2º
10
El artículo 4º del D.F.L. Nº 251 define las compañías aseguradoras como sociedades
anónimas especiales cuyo objeto exclusivo es el giro, consistente en el comercio de
asegurar riesgos a base de primas, determinando la naturaleza netamente privada de la
actividad aseguradora.
11
El primer seguro social se crea en Alemania en 1883, por el gobierno de Bismarck,
que crea este seguro como una forma de aseguramiento pública, solidaria y obligatoria que
busca asegurar el riesgo de enfermedad y vejez de los trabajadores alemanes.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 512 inciso 2º 51
QDOPHQWHHQXQ(VWDGRTXHVHGH¿QHFRPRVRFLDORVRFLDOGHPHUFDGR12,
tal y como ocurre en nuestro país, en donde el artículo 19 Nº 9 y Nº 18 de
la Constitución Política de la República, consagra el derecho a la protec-
ción de la salud y el derecho al goce de prestaciones de seguridad social,
respectivamente, que dan origen al seguro de salud público administrado
por el Fonasa y al sistema público de pensiones administrado por el IPS.13
La Constitución, al garantizar los derechos económicos y sociales,
genera un mandato para el Estado que lo obliga a actuar de forma concreta
y positiva para la provisión de todas aquellas prestaciones garantizadas por
esos derechos económicos y sociales, desarrollando al efecto los seguros
sociales. Estos seguros son administrados por una entidad pública, que
RWRUJDFREHUWXUD¿QDQFLHUDDFLHUWRV\GHWHUPLQDGRVULHVJRVTXHSHVDQ
VREUHODVSHUVRQDVQDWXUDOHVREHQH¿FLDULRV\TXHWLHQHQXQDLPSRUWDQ-
cia especial para el bien común o interés general del Estado que por ese
motivo, garantiza a las personas el otorgamiento de cobertura en caso de
siniestro, particularmente, para los riesgos de enfermedad, vejez, invali-
dez, sobrevivencia y daños a la integridad física o intelectual generados
por accidentes laborales, que no solo generan una pérdida individual, sino
que también colectiva, toda vez que, a lo menos, disminuyen la capacidad
SURGXFWLYDGHORVWUDEDMDGRUHV\JHQHUDQYXOQHUDELOLGDGHQVXVEHQH¿FLD-
rios o grupo familiar.
Por consiguiente, la naturaleza jurídica de los seguros sociales, obliga
a su regulación particular, distinta de aquella destinada a los seguros pri-
vados. Ahí es donde creemos que radica la razón de la distinción genérica
y expresa que realiza el legislador de seguros al señalar que las normas
de esta ley “No son aplicables a los seguros sociales”, de manera tal que
si en un futuro se crean nuevos seguros sociales, distintos del seguros de
12
El Estado de Bienestar (Welfare State, en Inglaterra; État Social, en Francia o
Wohlfahrtsstaat en Alemania), se entiende como una concepción del Estado como
proveedor de bienes y servicios en garantía de derechos sociales. En contraposición con
el Estado Liberal que deja la provisión de esos servicios en manos de los privados o los
propios individuos o el Estado Popular asociado a la dictadura del proletariado, donde
toda la provisión de bienes y servicios es de exclusiva responsabilidad del Estado, sin
participación de los individuos.
13
El alcance de este seguro previsional es limitado, pues la gran mayoría de los
trabajadores se encuentra afiliado al sistema de administradoras de fondos de pensiones o
AFP, cuya naturaleza no es social ni privada, sino mixta y excepcional.
52 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 512 inciso 2º
14
Las Isapres o Instituciones de Salud Previsional son entidades que pueden estar
constituidas por una sociedad anónima, una cooperativa, una fundación o cualquier otra
entidad de derecho privado que se rige por normas de derecho privado y que por cierto,
pueden tener fines de lucro.
15
El artículo 171 del D.F.L. Nº 1 de Salud, del año 2006 dispone que “Las Instituciones
de Salud Previsional financiarán las prestaciones y beneficios de salud, con cargo al aporte
de la cotización legal para salud o una superior convenida, a las personas que indica el
artículo 135 de esta ley”, esto es, que la cobertura que otorgan las Isapre, la financian con
cargo a la cotización legal de salud o una superior que pacte, acuerde o contrate con el
trabajador, afiliado o asegurado.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 512 inciso 2º 53
¿QDOLGDGODSURWHFFLyQGHORVWUDEDMDGRUHVH[SXHVWRVDOULHVJRGHVXIULUXQ
accidente laboral o ser afectados por una enfermedad profesional.
Nuestra legislación del trabajo hace responsable por la seguridad y salud
de sus trabajadores al empleador16TXLHQHVHQGH¿QLWLYDHOVXMHWRHQTXLHQ
recae la responsabilidad (laboral, civil, penal) por cualquier daño, menoscabo
o perjuicio que pudiere sufrir alguno de sus trabajadores, a consecuencia
de un accidente del trabajo o una enfermedad profesional.
De aquí que se imponga, como una medida de prevención, el asegu-
ramiento obligatorio17, expresado en el seguro de accidentes del trabajo y
enfermedades profesionales.
16
El artículo 184 del Código del Trabajo determina la obligación genérica del
empleador respecto a la seguridad de sus trabajadores, obligándoles a cubrir todos los
gastos que pudiere generar un accidente del trabajo o una enfermedad profesional: Art.
184. El empleador estará obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger
eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y
manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como tam-
bién los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales.
Deberá asimismo prestar o garantizar los elementos necesarios para que los trabajadores
en caso de accidente o emergencia puedan acceder a una oportuna y adecuada atención
médica, hospitalaria y farmacéutica.
Los organismos administradores del seguro de la ley Nº 16.744, deberán informar a
sus empresas afiliadas sobre los riesgos asociados al uso de pesticidas, plaguicidas y, en
general, de productos fitosanitarios.
Corresponderá también a la Dirección del Trabajo fiscalizar el cumplimiento de nor-
mas de higiene y seguridad en el trabajo, en los términos señalados en el artículo 191, sin
perjuicio de las facultades conferidas a otros servicios del Estado en virtud de las leyes
que los rigen.
La Dirección del Trabajo deberá poner en conocimiento del respectivo Organismo
Administrador de la ley Nº 16.744, todas aquellas infracciones o deficiencias en materia de
higiene y seguridad, que se constaten en las fiscalizaciones que se practiquen a las empresas.
Copia de esta comunicación deberá remitirse a la Superintendencia de Seguridad Social.
El referido Organismo Administrador deberá, en el plazo de 30 días contado desde la
notificación, informar a la Dirección del Trabajo y a la Superintendencia de Seguridad
Social, acerca de las medidas de seguridad específicas que hubiere prescrito a la empresa
infractora para corregir tales infracciones o deficiencias. Corresponderá a la Superinten-
dencia de Seguridad Social velar por el cumplimiento de esta obligación por parte de los
Organismos Administradores.
17
La ley Nº 16.744, en su artículo 1 dispone: “Declárase obligatorio el Seguro Social
contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, en la forma y
condiciones establecidas en la presente ley”.
54 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 512 inciso 2º
BIBLIOGRAFÍA
GALLARDO CAMUS, Marcelo (2012): “La naturaleza jurídica del seguro pri-
vado de salud en Chile. Una aproximación a la problemática del Sistema
Isapre”, en Revista de Derecho de Seguros AIDA, Nº 21.
18
La Dirección del Trabajo señala, respecto al financiamiento del seguro de accidentes
del trabajo: “El seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales se financia
con una cotización básica general del 0.95% de las remuneraciones imponibles del
trabajador, que es de cargo del empleador, y con una cotización adicional diferenciada
en función de la actividad y riesgo de la empresa que no excede de un 3,4% de las
remuneraciones imponibles, que también es de cargo del empleador. De esta forma,
el único obligado a financiar el referido seguro es el empleador, pudiendo solicitar al
organismo administrador del seguro (Servicios de Salud, Instituto de Normalización
Previsional, Mutualidades de Empleadores) que se le reduzca la tasa de cotización
adicional cuando haya implementado medidas de prevención que rebajen apreciablemente
los riesgos de accidentes del trabajo o de enfermedades profesionales, o que se le exima
de la referida cotización si alcanza un nivel óptimo de seguridad en la empresa. Por el
contrario, si la empresa no ofrece condiciones satisfactorias de seguridad y/o higiene, o
no implanta las medidas de seguridad que el organismo administrador le ordene, debe
cancelar la cotización adicional con recargo de hasta el 100%”.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 512 inciso 2º 55
ARTÍCULO 513 A)
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512, 513 letras c), f), n), q), t),
516, 524, 525, 526, 538, 545, 550, 562, 571, 573, 574, 588, 589. Artículos
de la LPC: 1 Nº 1, 3, 4, 17 E.
COMENTARIO
2
Como ha sostenido DONATI al abordar la figura del asegurado (l’ assicurato) en tanto
elemento subjetivo de la relación aseguradora, quien tiene derecho a la cobertura en el
lenguaje común es llamado genéricamente asegurado. Este autor nos advierte sobre la
complejidad que puede observarse en la figura del sujeto pasivo del contrato de seguro,
la que en determinados casos puede ser tripartita –contratante, asegurado y beneficiario–
propia del seguro a favor de terceros (assicurazioni a favore de terzi). DONATI (1954) pp. 60
y ss. En nuestro Derecho, véase artículo 589.
3
El artículo 516 del C.com. regula los modos de contratar el seguro. A nuestro juicio,
el inciso segundo de la norma citada contempla tres supuestos de modos de contratación: la
contratación por cuenta propia y directa; la contratación por cuenta propia representado; y
la contratación por cuenta ajena. Esta última modalidad no se identifica con la contratación
por medio de representante; se trata de una figura especial, propia del contrato de seguro,
que podríamos asimilar a la figura de la estipulación a favor de otro que regula nuestro
C.C. en el artículo 1449. En la doctrina española, SÁNCHEZ CALERO precisa lo que hemos
señalado, al sostener que en “la contratación por cuenta ajena el tomador del seguro gestiona
el interés del asegurado, ya que mediante el contrato se preocupa de su protección”. Agrega
el autor, que la figura de la contratación ajena difiere de los estipulado en el artículo 7 de
la LCS, que “es el caso de la contratación del seguro por medio del representante”. Se
trata, según el autor, de “una persona que interviene en el contrato de seguro pero no en
nombre propio, sino en nombre ajeno y más concretamente en nombre del tomador del
seguro. Aquí interviene en el contrato de seguro una persona, según digo, en representación
de otra. Está claro que el tomador del seguro será el representado, no el representante.
Este es el supuesto frecuente en el caso de la persona física que contrata un seguro como
representante de una persona jurídica, o del corredor del seguros que contrata el seguro
en nombre de su cliente. La existencia del poder produce los efectos de la representación
directa, de modo que el tomador del seguro es la persona en cuyo nombre se ha contratado
el seguro”. SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 215-216. Sobre la contratación de un seguro por
cuenta de otro en el Derecho italiano véase por todos, DONATI (1954) pp. 69 y ss.
58 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 a)
BIBLIOGRAFÍA
4
Véanse artículos 513 letra f) y 524 incisos 4º y 5º, todos del C.com.
5
Véanse los artículos 516, 517 y 598 del C.com.
RÍOS OSSA, ROBERTO Artículo 513 b) 59
ARTÍCULO 513 B)
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512, 515 inciso 3º, 519, 527,
529, 530, 540, 542, 601. Artículo del D.F.L. Nº 251: 3 y ss. Artículos de la
LPC: 1 Nº 2, 12 a 17 L.
COMENTARIO
(QHVWDGH¿QLFLyQQRKD\YDULDFLyQHQUHODFLyQDODQRUPDGHFLPRQy-
nica. Es el asegurador quien se hará cargo de las consecuencias dañosas o
de una necesidad económica que provoca la ocurrencia del riesgo asegu-
rado. La compañía aseguradora asume un riesgo previo pago de la prima1.
(Q HVWH VHQWLGR VH PDQWLHQH YLJHQWH OD GH¿QLFLyQ GH SANTERNA, quien
conceptualizaba el seguro del siguiente modo: Suspicio periculum ut des
pecunian (asumo un riesgo para que des dinero)2.
Como ya hemos señalado, en nuestro análisis del inciso 1º del artícu-
lo 512 del C.com., nuestro Ordenamiento jurídico restringe la actividad
mercantil del aseguramiento a sociedades que deben ajustarse a las normas
3
Dispone el artículo 4 del D.F.L. Nº 251 lo siguiente: “El comercio de asegurar ries-
gos a base de primas, sólo podrá hacerse en Chile por sociedades anónimas nacionales
de seguros y reaseguros, que tengan por objeto exclusivo el desarrollo de dicho giro y las
actividades que sean afines o complementarias a éste, que autorice la Superintendencia
mediante norma de carácter general”. Véase ARELLANO (2013) pp. 21 y ss.
4
Véanse BAEZA (2001) p. 58; ACHURRA (2005) p. 10, Vol. I.
5
El artículo 8 confluye con lo dispuesto en el inciso primero del artículo 11 que dispone
lo siguiente: “No podrán organizarse entidades aseguradoras destinadas a cubrir riesgos
comprendidos en los dos grupos”.
6
Este artículo debe leerse con el artículo 601 del C.com. que dispone: “Coberturas
patrimoniales. Las modalidades de seguro que cubran gastos médicos, clínicos, quirúrgicos,
farmacéuticos u otros que tengan carácter de daño patrimonial, se regularán por las normas
de los seguros de daños, a menos que sean contrarias a su naturaleza”.
RÍOS OSSA, ROBERTO Artículo 513 b) 61
BIBLIOGRAFÍA
7
El inciso 4º del artículo 11 D.F.L. define el seguro de crédito como “aquel que cubre
los riesgos de pérdidas o deterioro en el patrimonio del asegurado, producto del no pago
de una obligación en dinero o de crédito de dinero”. Advertimos que esta definición debe
entenderse como reemplazada por el artículo 579 del C.com. Y en lo que haya contradicción,
derogada tácitamente.
8
Véase artículo 12 A de la LPC.
9
Véase artículo 17 B de la LPC.
10
Véase artículo 17 E de la LPC.
62 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 c)
ARTÍCULO 513 C)
COMENTARIO
/D¿JXUDMXUtGLFDGHOEHQH¿FLDULRHVFRPSOHMD6HWUDWDGHXQVXMHWR
que es integrado por el contratante o asegurado al contrato, no obstante
no haber prestado su consentimiento en la celebración del seguro. En esta
perspectiva es un tercero1.
(VQXHVWURSDUHFHUTXHHOEHQH¿FLDULRVHREVHUYDFRQPD\RUFODULGDG
en los seguros de personas2. No obstante, nuestro legislador contempla la
*
Profesor de Derecho Comercial Pontificia Universidad Católica de Chile. Abogado,
Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales Pontificia Universidad Católica de Chile.
Magíster en Ciencias Jurídicas, Doctor en Derecho Privado Pontificia Universidad Católica
de Chile. Director del Programa de Derecho de Seguros UC. Miembro de AIDA sección
chilena. Los artículos que se comentan en esta obra están contextualizados en la labor que
realizamos como co-investigador de la beca “Ayudas a la Investigación” otorgada por la
Fundación Mapfre, y cuyo investigador responsable es el profesor de Derecho Civil de la
Pontificia Universidad Católica de Chile, Marcelo Barrientos Zamorano.
1
Véase SANDOVAL (2001) p. 196.
2
En la doctrina española, señala BENÍTEZ DE LUGO, que “en algunas modalidades del
contrato de seguros y con más frecuencia en los seguros de personas, el suscriptor de la
póliza o asegurado designa una tercera persona, que no interviene, por lo tanto, como
contratante de la póliza, que es la que resulta beneficiada –de ahí su nombre de beneficiario–
porque recibirá en su día la indemnización pactada o el capital asegurado”. BENÍTEZ DE
LUGO (1955) p. 269. En el mismo sentido véase BATALLER, LATORRE y OLAVARRÍA (1997)
RÍOS OSSA, ROBERTO Artículo 513 c) 63
p. 173. En la doctrina francesa véase por todos, LAMBERT y LEVENEUR (2011) pp. 192 y ss.
En la doctrina italiana véase por todos, DONATI (1954) pp. 96 y ss. En la doctrina chilena,
véase por todos ACHURRA (2005) Vol. III, p. 25.
3
BENÍTEZ DE LUGO (1955) p. 270. En este sentido, el inciso segundo del artículo 596 del
C.com., señala que “para todos los efectos legales, el derecho del beneficiario nace en el
momento del siniestro previsto en la póliza, y a partir de él podrá reclamar del asegurador
la prestación convenida”.
4
ELGUERO (2004) p. 50. A juicio de BENÍTEZ DE LUGO, en aquellos casos en los que
aparece la figura del beneficiario en los seguros de daños, se exige por la particularidad
de este tipo de aseguramiento, interés de parte del que recibe la indemnización.
5
Véanse CHAGNY y PERDIX (2009) pp. 99-91; LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR (2011)
pp. 192-193. En nuestro Derecho, a juicio de CLARO SOLAR, la figura de la estipulación a
64 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 c)
(Q SULQFLSLR SDUHFH WHQWDGRU VLWXDU OD ¿JXUD GHO EHQH¿FLDULR HQ OD
estipulación a favor de otro; no obstante, hay ciertas particularidades en
ODQRUPDGHODUWtFXORTXHQRVHFRQFLOLDQGHOWRGRFRQOD¿JXUDGHO
EHQH¿FLDULRHQHOFDVRGHOVHJXURHVSHFLDOPHQWHIUHQWHDODUHYRFDFLyQ
En este caso, en el contexto del artículo 1449 del C.C. si el tercero bene-
¿FLDGRSRUODstipulatio acepta, no procede la revocación6. En el caso del
VHJXURHODUWtFXORVREUHODUHYRFDFLyQGHOEHQH¿FLDULRGLVSRQHTXH
³HOFRQWUDWDQWHGHOVHJXURSXHGHUHYRFDUODGHVLJQDFLyQGHOEHQH¿FLDULR
en cualquier momento, a menos que haya renunciado a esta facultad por
HVFULWR(QHVWH~OWLPRFDVRSDUDFDPELDUDOEHQH¿FLDULRGHVLJQDGRVH
deberá obtener su consentimiento”.
Además de lo que hemos señalado, podemos extraer otra diferencia entre
la revocación del artículo 1449 del C.C. y la reglada en el citado artículo
595 del C.com. En el caso del artículo 1449 del C.C. la revocación cons-
tituye un acto jurídico bilateral o dicho de otro modo “es una convención
en que los contratantes dejan sin efecto lo que habían convenido”7. Por su
parte, la revocación del artículo 595 del C.com. constituye un acto jurídico
unilateral, es, como señala nuestro legislador, una facultad del contratante8.
En consecuencia, en el caso del seguro la stipulatio a favor de otro (el
EHQH¿FLDULR\VXUHYRFDFLyQVyORWHQGUtDFRPROLPLWDQWHODUHQXQFLDSRU
HVFULWR GHO FRQWUDWDQWH GHO VHJXUR KD\D R QR DFHSWDGR HO EHQH¿FLDULR OD
estipulación en su favor.
favor de otro del artículo 1449 de C.C. se aparta del Código civil francés. CLARO SOLAR
(2013) Tomo V, p. 378.
6
CLARO SOLAR (2013), Tomo V, p. 381.
7
CLARO SOLAR (2013), Tomo XV, Vol. VII, p. 380.
8
Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 573.
RÍOS OSSA, ROBERTO Artículo 513 c) 65
/D¿JXUDGHOEHQH¿FLDULRHQHOVHJXURSRGUtDVHUDVLPLODGDDODFWRWHVWD-
mentario esencialmente revocable9. Señala en este sentido el artículo 1001 del
C.C. que “todas las disposiciones testamentarias son esencialmente revocables,
sin embargo de que el testador exprese en el testamento la determinación de
no revocarlas (…)”. No obstante lo que hemos señalado, advertimos alguna
diferencia con la norma mercantil por cuanto “la revocabilidad es de la esencia
del testamento”10, particularidad que pareciera no darse en el artículo 595 del
&FRPVHJ~QHOFXDOODUHYRFDFLyQGHOEHQH¿FLDULRSURFHGH a menos que
haya renunciado a esta facultad por escrito, el contratante o asegurado.
En este último caso, como dispone el citado artículo 595 del C.com. “para
FDPELDUDOEHQH¿FLDULRGHVLJQDGRVHGHEHUiREWHQHUVXFRQVHQWLPLHQWR´
&RQWRGRDQXHVWURMXLFLROD¿JXUDGHOEHQH¿FLDULRHQHOVHJXURGHEH
considerarse como excepcional –salvo para los casos de los seguros de
personas, especialmente el de vida, cuya operatividad lo exige– y de origen
convencional11. En este sentido, en el caso del seguro de responsabilidad
civil, no podemos inferir que la ley considera a los terceros perjudicados
FRPREHQH¿FLDULRVLQGHWHUPLQDGRV12. En estos casos, los Ordenamientos
jurídicos extranjeros han optado por incorporar una regla especial y expresa
denominada acción directa13.
BIBLIOGRAFÍA
9
Sobre la revocación del testamento ver por todos CLARO SOLAR (2013), Tomo XV,
Vol. VII, pp. 472 y ss.
10
CLARO SOLAR (2013), Tomo XV, Vol. VII, p. 474.
11
En este sentido en el Derecho francés, véanse PICARD y BESSON (1964) p. 383.
12
Véase DONATI (1954) Vol. II, pp. 98-99. En la doctrina chilena, cfr. CORRAL (2013)
pp. 439 y ss.
13
La evolución del Derecho francés nos muestra una realidad contraria basada en
la figura de la estipulación a favor de otro. No obstante, nuestra doctrina tradicional ha
recalcado la diferencia entre la norma del Code y la de nuestro C.C. en esta materia.
66 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 c)
ARTÍCULO 513 D)
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
(OFHUWL¿FDGRGHFREHUWXUDHVWitQWLPDPHQWHOLJDGRFRQODHQWUHJDGH
la póliza del artículo 519 del C.com. y la prima del artículo 527 del mismo
cuerpo legal, comentarios a los que en esta obra nos remitimos. Sin perjuicio
de lo anterior, estimamos que derivaciones sustanciales se producen de la
H[WHQVLyQSRUSDUWHGHODDVHJXUDGRUDGHOFHUWL¿FDGRGHFREHUWXUDRFHUWL¿-
FDGRGH¿QLWLYR/DSULQFLSDOHVTXHQRSXHGHGHVFRQRFHUVHFREHUWXUDSRU
parte de la misma ni menos eximir su responsabilidad por faltarle elementos
que inspeccionar del objeto o bien asegurado. En otras palabras, queda el
ULHVJRWUDVSDVDGRSRUHOFHUWL¿FDGRGHFREHUWXUDGHOD&RPSDxtD
5HVXOWDGHVHDEOH\DUPyQLFRFRQHVWDPLVPDLGHDTXHHOFHUWL¿FDGR
de cobertura, al igual que lo expresado por nosotros en nuestro comentario
SDUDHOFHUWL¿FDGRSURYLVRULRVHDFODURSUHFLVR\DMXVWDGRDXQOHQJXDMH
comprensible. Las consecuencias de este incumplimiento debieran recon-
1
La historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de
consulta: 10 de julio de 2014] pp. 226; 283; 330; 425; 478; 514; 542, donde ya parece en
el texto definitivo que se publicó.
2
Así expresado en la historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl.
[fecha de consulta: 10 de julio de 2014] p. 84. La crítica corresponde a Fernando Cámbara,
Presidente en aquella época de la Asociación de Aseguradores de Chile.
3
Lo hizo en virtud de lo dispuesto en el artículo 121, inciso final, del Reglamento
del Senado. Este acuerdo fue alcanzado entre los asesores del Ejecutivo y de los
parlamentarios, Honorables Senadores señora Rincón y señores Frei, García, Lagos y
Novoa. Así expresado en la historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.
cl. [fecha de consulta: 10 de julio de 2014] p. 380.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 d) 69
4
En el derecho español, y para el Diccionario Mapfre de Seguros, el certificado de
seguro (insurance certificate) es, en general, “el documento por el que un asegurador
da fe de la existencia de ciertas coberturas sobre un determinado objeto o persona.
Normalmente el certificado de seguro solo recoge las condiciones particulares del contrato
y se remite, en lo que a condiciones generales respecta, a la póliza base previamente
suscrita”. Disponible en: http://www.mapfre.com/wdiccionario/terminos/vertermino.
shtml?c/certificado-de-seguro.htm, fecha de consulta: 19 de julio de 2014.
5
Ya desde el mensaje presidencial, se señalaba: “Por tanto, consideramos indispensable
fortalecer la protección del consumidor de servicios financieros, de telecomunicaciones y de
transporte público de pasajeros, entre otros, a través de la dotación de mayores atribuciones
y competencias al referido Servicio Nacional del Consumidor, perfeccionando la entrega
de información y realizando estudios que reduzcan las asimetrías de información. Estas
atribuciones servirán también en otros mercados regulados de similares características al
financiero”. Ley publicada en el Diario Oficial el 5 de diciembre de 2011. La historia de la
norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de consulta: 10 de marzo de 2013].
70 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 d)
concluLGRHVWRVLJQL¿FDTXHQHFHVDULDPHQWHVHGHEHUiKDEHULQIRUPDGRDO
tomador todo lo que manda la ley Nº 19.496 y el Código de Comercio antes
del perfeccionamiento del contrato de seguro.
Para mayores detalles, remitimos al lector a nuestro siguiente comentario
VREUHFHUWL¿FDGRSURYLVRULRQRVLQDQWHVDFODUDUTXHFXHVWDHQWHQGHUSRUTXp
HOOHJLVODGRUWUDWyVHSDUDGDPHQWHHOFHUWL¿FDGRGHFREHUWXUDSURYLVRULRGHO
GH¿QLWLYRVDOYRSRUTXHOLJyHVWH~OWLPRDXQVHJXURHPLWLGRFRQVXMHFLyQDORV
WpUPLQRVGHXQDSyOL]DGHVHJXURFROHFWLYRRÀRWDQWH7RGRHOORQROOHYDVLQR
DFULWLFDUHVWDWpFQLFDJHQHUDOGHODUWtFXORGHGH¿QLFLRQHVSRULQQHFHVDULD
(UDSHUIHFWDPHQWHSRVLEOHKDFHUVHFDUJRGHOFHUWL¿FDGRGHFREHUWXUD
RFHUWL¿FDGRGH¿QLWLYRHQHODUWtFXORGHGLFDGRDODFRQWUDWDFLyQFROHFWLYD
GHVHJXURVHOGHO&FRPVLQSRUHOORWHQHUTXHGH¿QLUORSRUTXHQDGD
DSRUWDVXGH¿QLFLyQUHDOPHQWH(QHIHFWRHVHQODQRUPDGHODUWtFXORGHO
&FRPGRQGHVHVHxDODHVSHFt¿FDPHQWHHQHOWHUFHULQFLVRVXFDUDFWHUtVWLFD
principal, que: “A través del tomador, el asegurador deberá entregar a cada
uno de los asegurados que se incorporen al contrato de seguro colectivo,
XQDFRSLDGHODSyOL]DRDOPHQRVXQFHUWL¿FDGRTXHDFUHGLWHODFREHUWXUD´
En consecuencia, están obligados a informarse y respetarse las coberturas
pactadas, de acuerdo a las necesidades de las personas.
No se debe perder de vista que en este tipo de contratos, tal y como se
dirá a propósito de la contratación colectiva de seguros, es imposible entre-
gar la póliza del seguro en el mismo momento del acuerdo entre las partes,
póliza que no pocas veces es de un volumen apreciable de páginas. Es por
HOORTXHFREUDLPSRUWDQFLDHOFHUWL¿FDGRGHFREHUWXUDRFHUWL¿FDGRGH¿QLWLYR
o el provisorio, especialmente en lo relativo a los montos de cobertura, y
VREUHWRGRDOUHVXPHQFODUR\VX¿FLHQWHGHORVFRQGLFLRQDGRVSDUWLFXODUHV
Para un análisis más amplio en la materia, tal y como señalamos supra,
VXJLHUR D XVWHG OD OHFWXUD GHO VLJXLHQWH FRPHQWDULR VREUH HO &HUWL¿FDGR
provisorio, artículo 513 letra e) C.com., que abordará también aspectos
UHODFLRQDGRVFRQHOFHUWL¿FDGRGH¿QLWLYRRFHUWL¿FDGRGHFREHUWXUDSURSLR
GHORVFRQWUDWRVGHVHJXURVÀRWDQWHVRFROHFWLYRV
6
Esta circular reemplaza y deroga circulares Nº 1.457, de 1999, y Nº 1.759, de
2005. Disponible en: http://www.svs.cl/institucional/legislacion_normativa/normativa.
php?mercado=G [fecha de consulta: 19 de julio de 2014].
72 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 d)
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 513 E)
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513 d), 514, 515, 516, 517 y
529 Nº 1.
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
2. ESTRUCTURA NORMATIVA
Y RELACIONES CON OTRAS NORMAS LEGALES
(O&HUWL¿FDGR3URYLVRULRHVXQGRFXPHQWRDEVROXWDPHQWHDXWyQRPR
transitorio, pero no por ello menos importante. Su función primaria es
simplemente atestiguar, y es por ello que su precariedad funcional ha dado
problemas de interpretación, especialmente porque podría considerársele
simplemente como una simple solicitud del seguro. Es un documento abo-
FDGRDGHFDHUHQVXLPSRUWDQFLD\H¿FDFLDFXDQGRODSyOL]DVHHPLWDORTXH
por otro lado no genera nuevo contrato, sino lisa y llanamente le reemplaza.
(VSUHFLVDPHQWHHOFHUWL¿FDGRSURYLVRULRHOTXHUHD¿UPDHOFDUiFWHU
FRQVHQVXDOGHHVWHFRQWUDWRGHVHJXUR&RQFHUWL¿FDGRGHFREHUWXUDKD\
VHJXUR (V OD OH\ OD TXH WROHUD TXH ORV FRQWUDWDQWHV SXHGDQ ¿MDU FRPR
inicio de los efectos del seguro aquel instante en el que acuerdan obligar-
VHDXQTXHWRGDODGRFXPHQWDFLyQ¿QDOVHSUHFLVHFRQSRVWHULRULGDG6H
SHUPLWHJUDFLDVDO&HUWL¿FDGRSURYLVRULR\HOGH¿QLWLYRTXHORVHIHFWRV
del contrato se retrotraigan al instante de la proposición o de la solicitud,
en otras palabras, que el contrato se perfeccione antes de emitir la póliza.
/DWpFQLFDHPSOHDGDSRUODOH\DOGH¿QLUTXpHVXQ&HUWL¿FDGRSURYLVR-
rio busca generar seguridad en la contratación de los seguros, básicamente
por la pérdida del carácter solemne de este contrato. Lo hace a partir de
GRVLQVWUXPHQWRVGLIHUHQWHVTXHSRUYtDGHSUXHEDORJUHQMXVWL¿FDUTXH
el consentimiento se ha prestado entre tomador y Compañía de seguros.
(VWRVGRVLQVWUXPHQWRVFHUWL¿FDGRGHFREHUWXUD\SURYLVRULRVRQGLVWLQWRV
de la póliza misma señalada en la letra p) de este artículo 513.2 Se expresa
por el legislador una carga de entregar este documento a la aseguradora,
SRUORTXHHO&HUWL¿FDGRSURYLVRULRGHELHUDHVWDUHQSDSHORHQXQPHGLR
físico duradero.
La póliza es, qué duda cabe, el documento que prueba en todo caso el
cruce de oferta y aceptación en el contrato de seguro, pero el tráfago actual
del ordenamiento jurídico exige respuestas más inmediatas que permitan
SUHFLVDUODVFRVDVHVHQFLDOHVGHOFRQWUDWRGHVHJXUR\TXHVHDQH¿FDFHVHQ
demostrar que, sin perjuicio de la póliza, ha sido formado el consentimiento
en contratos, como este, en el que el solo consentimiento lo forma.
2
ARELLANO (2013) p. 28.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 e) 75
3
En la jurisdicción argentina, la prestación a cargo del asegurado se debe desde la
celebración del contrato, pero no es exigible sino contra la entrega de la póliza, salvo que
el asegurador haya emitido un certificado provisorio (art. 30-1, L.S.). Pero la entrega de la
póliza sin percepción de la prima hace presumir la concesión de crédito para su pago (art.
30-3, L.S.). STIGLITZ (2008) p. 149. En el Código de Comercio boliviano, artículo 1017:
Art. 1017.- (EXIGIBILIDAD DE LA PRIMA). La prima es debida desde el momento de
la celebración del contrato, pero no es exigible sino con la entrega de la póliza o certificado
provisional de cobertura. Las primas sucesivas se pagarán al comienzo de cada período,
salvo que se estipule otra forma de pago.
76 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 e)
ción exige todavía más intensidad que aquel propio de la formación del
consentimiento en el Código de Comercio. No podemos en este punto
olvidar que los contratos de seguros, considerados estos como productos
¿QDQFLHURVWLHQHQXQHVSHFLDOpQIDVLVGHSURWHFFLyQ4 En cualquier caso,
HO&HUWL¿FDGRGHFREHUWXUDSHUWHQHFHDXQDIDVHFRQWUDFWXDOSRUORTXH
todo el deber de información previo a la aceptación ya ha concluido, esto
VLJQL¿FDTXHQHFHVDULDPHQWHVHGHEHUiKDEHULQIRUPDGRDOWRPDGRUWRGR
lo que manda la ley Nº 19.496 y el Código de Comercio antes del perfec-
cionamiento del contrato de seguro, en aquellos seguros no exceptuados
por el artículo 542 inciso segundo del Código de Comercio.
Este documento recibe el nombre de “documento de cobertura provi-
sional” en el derecho español. A diferencia del régimen chileno, no tiene
XQDGH¿QLFLyQHQOD/&6HVSDxROD6HOHHQWLHQGHDOOtFRPRXQDQWLFLSRGH
la futura póliza, la que por razones de tiempo o físicas no puede ser, en el
acto de formarse el consentimiento, aún emitida.5 Tiene un extenso valor
probatorio de la formación del consentimiento mismo, especialmente si
recae en las cosas esenciales del contrato de seguro entre el tomador y la
aseguradora.6 La Ley belga de 25 junio 1992, artículo 4.2, tiene una re-
JODPHQWDFLyQSDUHFLGD\DOOtHO&HUWL¿FDGRGHFREHUWXUDVHOODPD³SyOLFH
4
Ya desde el mensaje presidencial, se señalaba: “Por tanto, consideramos indispensables
fortalecer la protección del consumidor de servicios financieros, de telecomunicaciones y de
transporte público de pasajeros, entre otros, a través de la dotación de mayores atribuciones
y competencias al referido Servicio Nacional del Consumidor, perfeccionando la entrega
de información y realizando estudios que reduzcan las asimetrías de información. Estas
atribuciones servirán también en otros mercados regulados de similares características al
financiero”. Ley publicada en el Diario Oficial el 5 de diciembre de 2011. La historia de
la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de consulta: 10 de marzo
de 2013].
5
El contrato de seguro es consensual, si bien el artículo 5 de la LCS a efectos
probatorios y también para que el tomador del seguro pueda conocer su normativa, impone
al asegurador la obligación de entregar al tomador del seguro determinados documentos
(v. com. de dicho artículo). Esta obligación del asegurador, impuesta por el artículo 5,
de entregar la póliza o, al menos, el documento de cobertura provisional nos descubre la
consensualidad del contrato, nota que ha sido reconocida por la doctrina jurisprudencial
SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 31 y 61.
6
AA.VV. (2012) p. 192. Sobre el deber de protección de asegurado, el artículo 104
del Código del Mercado del Seguro expresa el “Deber general de información al tomador.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 e) 77
8
BATALLER, LATORRE y OLAVARRIA (2007) p. 163.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 e) 79
9
Esta circular reemplaza y deroga circulares Nº 1.457, de 1999, y Nº 1.759, de
2005. Disponible en: http://www.svs.cl/institucional/legislacion_normativa/normativa.
php?mercado=G [fecha de consulta: 19 de julio de 2014].
80 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 e)
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 513 F)
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 514, 516, 517, 524, 535, 582,
583, 589 y 596.
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
1
La historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de
consulta: 10 de junio de 2014] p. 8.
2
La historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de
consulta: 10 de junio de 2014] p. 8.
3
La historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de
consulta: 10 de junio de 2014] p. 20.
4
En el Diccionario Mapfre de los seguros se expresa que “Contratante (contracting
party) es una persona que suscribe con una entidad aseguradora una póliza o contrato
de seguro; equivale a mutualista en una sociedad mutua. Generalmente su personalidad
coincide con la del asegurado o la del tomador (del seguro)”. Disponible en http://www.
mapfre.com/wdiccionario/terminos/vertermino.shtml?c/contratante.htm, fecha de consulta:
19 de julio de 2014. Mientras que “Tomador del seguro (policy holder) es la persona que
contrata el seguro al asegurador, y se obliga al pago de la prima. Frecuentemente es también
el asegurado”. Disponible en http://www.mapfre.com/wdiccionario/terminos/vertermino.
shtml?t/tomador-del-seguro.htm fecha de consulta: 19 de julio de 2014.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 f) 83
El propio artículo 595 del C.com. expresa esta idea, en el caso de se-
guros de las personas, en los que el contratante del seguro puede revocar
ODGHVLJQDFLyQGHEHQH¿FLDULRHQFXDOTXLHUPRPHQWRDPHQRVTXHKD\D
renunciado a esta facultad por escrito. De acuerdo a este artículo 513 letra
f) del C.com. el contratante, contrayente o tomador es el que celebra el
VHJXURFRQHODVHJXUDGRU\HQFRQVHFXHQFLDHVpOTXLHQSXHGHPRGL¿FDU-
ORFDPELDUORRGHMDUORVLQHIHFWRH[SUHVDPHQWH1RVHSXHGHPRGL¿FDUR
rescindir un contrato en vigor sin su consentimiento expreso, menos ahora
con la incorporación en la ley del consumidor de los seguros. El tomador
del seguro es el contratante, persona física o jurídica, por lo tanto, debe
tener capacidad legal para contratar. La incapacidad, en los términos del
artículo 1447 del Código Civil, restringe el ejercicio del derecho a contratar.
Conforme al artículo 516 del C.com. el seguro puede ser contratado por
cuenta propia, o por la de un tercero en virtud de un poder especial o general,
y aun sin su conocimiento y autorización, como sucede en los seguros de
transporte para mercaderías que deben intermediarse por varias personas.
No es necesario, por lo tanto, que se conozca la identidad del eventual be-
QH¿FLDULR3UHFLVDPHQWHHOSUREOHPDIXQGDPHQWDOTXHVHHQIUHQWDIUHQWHD
un contratante, contrayente o tomador es el de distinción entre los diversos
sujetos que pueden encontrarse relacionados con un contrato de seguro, y
en especial la distinción entre el tomador y asegurado. Tal y como expresa
STIGLITZ, el tomador o contratante es el acreedor de la obligación principal
que asume el asegurador, pero técnicamente no siempre es así.5
Se expresa en este artículo 513 letra f) del C.com. un derecho que es
inherente a la calidad de contratante, propio de su facultad de contratar. Es
el tomador quien, sea por cuenta propia o por cuenta ajena, ha de cumplir
con los deberes y obligaciones que nacen de la ley en esta relación, y dejar
sin efecto el vínculo por su renuncia al contrato. Está llamado a cumplir
el contrato, en cuanto a sus obligaciones y cargas, pagar la prima, dar su
consentimiento a la contratación declarando el riesgo, y observar en general
las obligaciones derivadas del contrato.
5
Señala que: “(…) lo que corresponde ensayar una sistematización del tema que permita
ir identificando en primer lugar a las partes sustanciales que permanecen invariables:
el asegurador y el tomador, y luego las figuras del asegurado en su condición de titular
del interés asegurado, en el seguro por cuenta ajena y en el seguro por cuenta de quien
corresponda”. STIGLITZ (2008) p. 158. En igual sentido, EMBID (1997) p. 12.
84 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 f)
6
El seguro es un producto financiero y así fue pensado por el legislador desde un
comienzo, lo que tiene su origen en el modelo legal que tuvo en cuenta para legislar. Esta
afirmación se corrobora, además, porque como puede advertirse, esta es precisamente la
redacción que adopta la ley del consumidor 19.496 en el artículo 17 B, en su texto definitivo
y publicado: “Los contratos de adhesión de servicios crediticios, de seguros y, en general,
de cualquier producto financiero, elaborados por bancos e instituciones financieras o
por sociedades de apoyo a su giro, establecimientos comerciales, compañías de seguros,
cajas de compensación, cooperativas de ahorro y crédito, y toda persona natural o jurídica
proveedora de dichos servicios o productos…”. (el énfasis es nuestro).
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 f) 85
7
Se señala en el artículo 514 C.com.: “La proposición de celebrar un contrato de seguro
deberá expresar la cobertura, los antecedentes y circunstancias necesarios para apreciar
la extensión de los riesgos. Para estos efectos, el asegurador deberá entregar al tomador,
por escrito, toda la información relativa al contenido del contrato que se celebrará. Ésta
deberá contener, al menos, el tipo de seguro de que se trata, los riesgos cubiertos y las
exclusiones; la cantidad asegurada, forma de determinarla y los deducibles; la prima o
método para su cálculo; el período de duración del contrato, así como la explicitación de
la fecha de inicio y término de la cobertura”.
8
VEIGA COPO (2013) pp. 642 y 678.
86 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 f)
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 513 G)
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
Este artículo es una derivación tardía de la ley, tal vez ello explique su
desconexión con el resto de la normativa.
En los proyectos que comenzaron a discutirse en el Congreso nacional,
ODFRWL]DFLyQHVWDEDGHQWURGHODGH¿QLFLyQGHSyOL]D1 Fue gracias a una
(QORVUHJODPHQWRVVREUHSURGXFWRV¿QDQFLHURVKD\YDULRVWH[WRVTXH
UH¿HUHQDODFRWL]DFLyQ4 En lo que nos interesa, cotización aparece como
una propuesta u oferta dirigida nominativamente a un Consumidor intere-
sado en la contratación y en la que se debe indicar en forma clara, simple y
transparente la información. Se entiende que estas disposiciones rigen para
ORVGHVWLQDWDULRV¿QDOHVGHODSXEOLFLGDGSURPRFLyQRIHUWD\FRWL]DFLRQHV
generales. Una de las informaciones en la que todos los reglamentos coinci-
den es que el costo total que debe asumir el Consumidor debe ser informado
2
Así lo aprobó, inicialmente, la unanimidad de los miembros presentes de la
Comisión, Honorables Senadores señores FREI, GARCÍA, LAGOS y NOVOA. Posteriormente,
sin embargo, resultado del acuerdo a que llegaron el Ejecutivo y los parlamentarios, la
unanimidad de los integrantes de la Comisión acordó reabrir el debate en relación con
esta enmienda, que resultó, en esta oportunidad, aprobada por los Honorables Senadores
señora RINCÓN y señores FREI, GARCÍA, LAGOS y NOVOA. La historia de la norma se
encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de consulta: 04 de junio de 2014] p. 380.
3
Para un análisis en la materia, BAQUERO HERRERA y CABALLERO GERMAIN (2013)
pp. 462 y ss.
4
La definición de cotización se encuentra en los reglamentos para créditos hipotecarios,
de consumo y para tarjetas de crédito en los artículos 3 numeral 28; 3 numeral 29 y 3
numeral 50, de los Decretos Nºs. 42, 43 y 44 del 14 de marzo de 2012, respectivamente.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 g) 89
5
La Cotización podrá incluir una leyenda que explique que los valores en pesos chilenos
son referenciales respecto de uno o más de los días incluidos en su vigencia, si a la fecha
de su emisión, no es posible determinar el monto exacto de los valores contenidos en ella,
por tratarse de una Cotización efectuada en una unidad de reajuste cuya actualización
se encuentra pendiente por el organismo competente. Artículo 3 numeral 29 y 30 de los
Decretos Nºs. 42, 43 y 44 del 14 de marzo de 2012, respectivamente.
90 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 g)
SRVHVLyQGHODVHJXUDGRGRQGHVHHVSHFL¿FDQORVGDWRVGHOLQWHUPHGLDULR\
las condiciones propuestas.
6
Artículo 12 A.- En los contratos celebrados por medios electrónicos, y en aquéllos en
que se aceptare una oferta realizada a través de catálogos, avisos o cualquiera otra forma
de comunicación a distancia, el consentimiento no se entenderá formado si el consumidor
no ha tenido previamente un acceso claro, comprensible e inequívoco de las condiciones
generales del mismo y la posibilidad de almacenarlos o imprimirlos.
La sola visita del sitio de Internet en el cual se ofrece el acceso a determinados
servicios, no impone al consumidor obligación alguna, a menos que haya aceptado en
forma inequívoca las condiciones ofrecidas por el proveedor.
Una vez perfeccionado el contrato, el proveedor estará obligado a enviar confirmación
escrita del mismo.
Ésta podrá ser enviada por vía electrónica o por cualquier medio de comunicación
que garantice el debido y oportuno conocimiento del consumidor, el que se le indicará
previamente. Dicha confirmación deberá contener una copia íntegra, clara y legible del
contrato.
7
Véase SAN MARTÍN (2013) pp. 399 y ss.
8
Es lógico que el mandatario esté obligado a rendir cuenta al mandante, porque como
él actúa a cuenta y riesgo del mandante, es natural que el mandante tome conocimiento de
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 g) 91
la forma como se ha efectuado la gestión de sus negocios. Esta obligación, en virtud del
artículo 2155 del Código Civil, es una de las principales obligaciones que pesan sobre el
mandatario, y existe cualquiera sea la naturaleza del negocio encomendado.
9
Redacción del abogado integrante Jorge BARAONA GONZÁLEZ. Rol Nº 12.355-11
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Nibaldo
SEGURA P., Juan ARAYA E., Guillermo SILVA G., Juan FUENTES B. y Abogado Integrante Sr.
Jorge BARAONA G.
10
Considerando segundo de la citada sentencia. El paréntesis es nuestro.
92 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 g)
BIBLIOGRAFÍA
11
“Este proyecto viene, así, a continuar el camino abierto por otras iniciativas legales
recientes de gran importancia en materias propias del derecho comercial y económico, que
ya se han materializado, como las modificaciones a la ley de protección al consumidor, a
la ley de defensa de la libre competencia, la ley sobre arbitraje comercial internacional y
la ley sobre la competencia desleal”. La historia de la norma se encuentra disponible en:
www.leychile.cl. [fecha de consulta: 04 de junio de 2014] p. 5.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 513 h) 93
ARTÍCULO 513 H)
COMENTARIO
Para algunos, el objeto del deducible sería evitar aquello que podría
ocurrir con la denominada franquicia ordinaria, que “se presta a compor-
tamientos dolosos del asegurado, quien se “halla tentado” de exagerar
IUDXGXOHQWDPHQWHHOGDxRLQVLJQL¿FDQWHSDUDTXHVXSHUDQGRHOPtQLPRTXH
opera como límite, logre verse resarcido de aquel”.3
No obstante, somos más bien de la opinión que el deducible es un meca-
QLVPRGHDXWRVHJXURTXHEHQH¿FLDDDPEDVSDUWHVGHOFRQWUDWR'HXQODGR
el asegurado, si bien en caso de siniestro debe asumir una parte –aunque
limitada– de las pérdidas, obtiene por este intermedio una rebaja en las
primas de seguro. De otro lado, el asegurador transforma a su contraparte
en un verdadero coasegurador, y de paso garantiza que el asegurado pondrá
todos sus esfuerzos en que el siniestro no ocurra, pues debe asumir parte
de esas pérdidas.
BIBLIOGRAFÍA
STIGLITZ S., Rubén (2004): Derecho de Seguros, Tomos II y III (La Ley,
cuarta edición).
3
STIGLITZ (2004) p. 98.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 513 i) 95
ARTÍCULO 513 I)
COMENTARIO
1. NATURALEZA JURÍDICA
La dejación es, según la letra “i” del artículo 513 del Código de Co-
mercio, una especie de transferencia. En un esquema de título y modo
como el que presenta nuestro sistema de adquisición de la propiedad, toda
transferencia equivale al modo de adquirir (pues quien dice transferencia
dice tradición), y toda tradición debe fundarse en un justo título traslaticio
GHGRPLQLRTXHVHDYiOLGRUHVSHFWRGHODSHUVRQDDTXLHQVHFRQ¿HUHDUW
675 Código Civil).
Como toda tradición, debe existir por parte del tradente (asegurado) la
facultad e intención de trasferir la propiedad, lo que se resume en que éste
debe ser dueño y que, en caso de actuar representado, su representante actúe
con potestas alienandi dentro de los límites de su mandato (arts. 672 a 674
Código Civil). Por su lado, el accipiens o adquirente (la Compañía de Seguros)
debe manifestar –en el pacto idealmente– la intención de adquirir la propiedad.
Precisamente de esa misma forma opera el artículo 831 Nº 1 del Códi-
go de Comercio al establecer la dejación como uno más de los modos de
adquirir el dominio de una nave u otro artefacto naval5, aun cuando se sabe
3
BENNETT (2005) p. 347: “Abandonment, therefore, serves the indemnity principle in
all cases of total loss…”; MERKIN (2006) p. 77.
4
Lo mismo en el artículo 1193 del Código de Comercio.
5
Pensamos que a estos efectos debe invertirse la regla general contemplada en
el artículo 832 del Código de Comercio que obliga a la solemnidad ahí establecida
dependiendo de si las naves son mayores o menores. Debe, en consecuencia, aplicarse
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 513 i) 97
2. EFECTOS DE LA DEJACIÓN
el artículo 1198 que opera una transferencia ipso iure cuando se cumplen los requisitos
(aceptación o validación por sentencia firme).
6
Para un análisis detallado BARROILHET (2007) pp. 448-355 y MERKIN (2006), pp. 77 ss.
7
Vale decir, una tradición realmente adquisitiva de dominio.
8
LAGOS (2006) p. 183.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 513 i)
98
Nos parece, con todo, que esta carga es de conservación de materia ase-
gurada y no precisamente de evitar el siniestro o sus consecuencias (como
la propagación). Por ello, particularmente en los casos de pérdida total, el
deber de salvar la cosa y conservar sus restos carece de sentido si es que no
se vincula con la institución de la dejación pues, en general, se trata de un
deber que cede a favor del asegurador quien, una vez adquirida la materia
asegurada en virtud de la tradición con causa de dejación, podrá enajenar
GLFKRVELHQHVRJR]DUGHVXVEHQH¿FLRV\FRQHOORUHGXFLUHQGH¿QLWLYDVX
pérdida y hasta eventualmente hacer una ganancia.
BIBLIOGRAFÍA
9
El artículo 1197 dispone expresamente la irrevocabilidad de la aceptación de la
dejación. Tal es la regla del Marine Insurance Act de 1906 (Sect. 62.6). Con todo, y a falta
de disposición expresa para el seguro terrestre, nos parece un efecto natural de los contratos.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 513 i) 99
ARTÍCULO 513 J)
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 515, 517, 522, 523, 527, 593
y 595.
COMENTARIO
2
ARELLANO, al referirse al endoso, sostiene que “una modificación contractual que no
haya sido firmada por uno de los contratantes tiene el carácter de proposición o propuesta,
por lo que carece de valor impositivo frente al contratante que no lo ha suscrito”. ARELLANO
(2013) p. 49. De este modo lo establecía el artículo 8 de la Ley de seguros francesa de
1930. Véase PICARD y BESSON (1964) p. 91.
3
Señala la historia de la ley lo siguiente: “Un avance que nos pone al día en las
nuevas formas de negociación y contratación, agregó, es pasar de un seguro solemne a
un contrato consensual, sin desconocer la necesidad que se emita una póliza, dada su
función ad probationem. Esta es ni más ni menos, la forma en que actualmente se negocia
y se desarrolla el seguro, donde el papel ha cedido el paso a los medios electrónicos y a
la contratación a distancia”. Véase Historia de la ley Nº 20.667, p. 71.
4
Sobre las modificaciones del contrato de seguro en el Derecho español, SÁNCHEZ
CALERO señala, que “el artículo 5 establece que no sólo el contrato debe ser formalizado por
escrito, sino también sus modificaciones o adiciones. La LCS desea que aquellos acuerdos
que modifiquen lo convenido entre las partes se recojan por escrito. La LCS deja a las
partes en libertad para documentar esas modificaciones, tanto en la propia póliza como en
algún apéndice o documento complementario. En cualquier caso, ha de quedar claro que
la modificación tendrá lugar a partir del momento en que las partes estén de acuerdo en
ella, cumpliendo la formalización una función probatoria de la misma”. SÁNCHEZ CALERO
(2010) p. 175.
102 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 j)
BIBLIOGRAFÍA
5
Sobre la tácita reconducción en el Derecho francés ver por todos LAMBERT-FAIVRE y
LEVENEUR (2011) pp. 221 y ss. La doctrina española distingue entre prórroga del contrato
de seguro –que considera como una extensión válida del contrato primitivo y susceptible
de prorrogarse tácitamente– y la renovación, que importa un nuevo contrato. Véase por
todos, SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 550.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 513 k) 103
ARTÍCULO 513 K)
COMENTARIO
BIBLIOGRAFÍA
3
BAEZA PINTO (1994) pp. 119-120.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 513 l) 105
ARTÍCULO 513 L)
COMENTARIO
/DGRFWULQDKDGH¿QLGRODFDGXFLGDGSUHFLVDPHQWHFRPR³ODSpUGLGDGHO
derecho del asegurado a la garantía asumida por el asegurador motivada en
la inejecución, por el primero, de una carga de fuente legal o contractual2”.
/DOH\GHVHJXURVTXHVHFRPHQWDQRHVWDEOHFLyXQDVDQFLyQHVSHFt¿FD
para el caso de incumplimiento de las garantías por parte del asegurado. Por
extensión resultaría aplicables las reglas sobre la declaración del estado del
riesgo contenidas en el artículo 525.
En la práctica, la mejor forma de regular las consecuencias de un incum-
plimiento de garantías es estableciendo tal situación como una exclusión
GHFREHUWXUDGH¿QLHQGRDVtFRQFODULGDGODVDQFLyQSUHYLVWDHQHOFRQWUDWR
BIBLIOGRAFÍA
2
STIGLITZ (2004) p. 117.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 513 m) 107
ARTÍCULO 513 M)
COMENTARIO
BIBLIOGRAFÍA
MONGE GIL, Ángel Luis (2002): La Regla Proporcional de la Suma en los
Seguros de Daños (Aranzadi).
STIGLITZ S., Rubén (2004): Derecho de Seguros, Tomos II y III (La Ley,
cuarta edición).
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 513 n) 109
ARTÍCULO 513 N)
COMENTARIO
BIBLIOGRAFÍA
2
CUÑAT EDO (2002) p. 342.
3
Cfr. Segundo Informe de la Comisión de Hacienda del Senado, recaído en el proyecto
de ley, en segundo trámite constitucional, que regula el contrato de seguro. BOLETÍN
Nº 5.185-03. 21 de enero de 2013.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 513 n) 111
ARTÍCULO 513 Ñ)
COMENTARIO
ARTÍCULO 513 O)
COMENTARIO
del riesgo1, bien porque el costo de hacerlo supera las tres cuartas partes
GHOYDORUGHOPLVPRELHQRSRUTXHGH¿QLWLYDPHQWHQRH[LVWHRSFLyQGHVHU
reparado.
Por último, para los efectos de la determinación del porcentaje de daños
sufrido por el bien asegurado, estimamos que debe considerarse el valor
de dicho bien en el momento inmediatamente anterior a la ocurrencia del
siniestro.
BIBLIOGRAFÍA
1
MOCHÓN et al. (2004) p. 562.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 p) 115
ARTÍCULO 513 P)
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513 d), 513 e), 513 j), 513 r),
513 w), 515, 518, 519, 567, 593 y 595; artículos del D.F.L. Nº 251: 3º e) y
3º m); artículos de la LPC: 17, 17 B y 17 C.
COMENTARIO
1. GENERALIDADES
(VWDGH¿QLFLyQQRFDPELDHQUHODFLyQDODQRUPDGHFLPRQyQLFD1R
obstante, es necesario precisar que la póliza bajo el vigor de la norma sus-
tituida constituía un requisito de validez ad solemnitatem del contrato de
seguro. La ley Nº 20.667 introduce en esta materia un cambio sustancial, ya
que el contrato de seguro es consensual. La póliza adquiere en este contexto
un carácter ad probationem1.
negocia y se desarrolla el seguro, donde el papel ha cedido el paso a los medios electrónicos
y a la contratación a distancia”. Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 71.
2
Cfr. ARELLANO (2013) p. 46.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 p) 117
3
HÉMARD (1924) p. 425. En opinión de BRIÈRE, los seguros terrestres están regidos por
la costumbre. BRIÈRE (1973) p. 17.
4
BRIÈRE (1973) p. 17.
5
BAEZA (2001) p. 27. En el mismo sentido véanse ACHURRA (2005) pp. 24 y ss.;
CONTRERAS (2002) p. 20. En la doctrina italiana, a juicio de DONATI, la fuente principal de
diritto vivente del seguro es la autonomía privada representada en las condiciones generales
del seguro. DONATI, Vol. II (1954) pp. 105 y ss.
6
Cfr. ARELLANO (2013) pp. 46-47.
118 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 p)
2.2. LAS CONDICIONES GENERALES COMO INSTRUMENTO DEL TRÁFICO JURÍDICO DEL
SEGURO
7
PETIT (2007) p. 69.
8
VEIGA (2008) p. 4.
9
ALFARO sostiene, que por “predisposición debe entenderse redacción (es decir, dar
una forma lingüística externa a una idea) previa a la fase de negociación y celebración
del contrato, de forma que, cuando las partes del contrato concreto negocian o establecen
los elementos esenciales, el clausulado recogido en las condiciones generales ya está
preparado”. ALFARO (2002) p. 112.
10
En la doctrina extranjera, y para el caso particular del seguro, SÁNCHEZ CALERO
sostiene que “las condiciones generales forman el conjunto de cláusulas que el empresario
–en este caso el asegurador– predispone para que, sin ser discutidas con el tomador del
seguro, rijan los futuros contratos de seguro que concluyan. Estas condiciones pueden
estar preparadas no por un empresario de forma aislada, sino por un conjunto de ellos,
con el fin de que se apliquen a los contratos. Las condiciones generales, en cualquier
caso, son modelos de las declaraciones negociales que tienen la finalidad de disciplinar
uniformemente los contratos que van a realizarse en masa”. SÁNCHEZ CALERO (2010)
pp. 110 y 111. Sobre las condiciones generales de la contratación véanse BRUCK (1930)
pp. 25 y ss.; DONATI (1954) p. 110; EICHLER (1966) pp. 60 y ss.; DÍEZ-PICAZO (2007)
p. 511; BECKMANN (2011) p. 6.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 p) 119
11
A juicio de ZIMMERMANN, el derecho opta por un enfoque tipológico: concede
protección a una de las partes que considera débil o en desventaja frente a la otra.
ZIMMERMANN (2008) p. 185.
12
Nuestra sugerencia, en el primer trámite constitucional de la ley Nº 20.667, fue la
siguiente: “Podría ser conveniente incorporar normas que regulen las condiciones generales
de contratación o pólizas tipo”. Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 92.
13
Cfr. ARELLANO (2013) pp. 47-48.
120 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 p)
1RREVWDQWHHOVLOHQFLRGHO&FRPHQFXDQWRDODUHJXODFLyQHVSHFt¿FD
de las condiciones generales de la contratación de seguros, la SVS emitió
la NCG 34914 TXH GH¿QH FRQGLFLRQHV JHQHUDOHV FOiXVXODV DGLFLRQDOHV \
condiciones particulares. De este modo, el contrato de seguro en nuestro
sistema de aseguramiento queda integrado, por lo general, por estos tres
tipos de condiciones, las primeras constituyen contratos estandarizados y
predispuestos, y la segunda integra el contrato singular caso a caso. A su
YH]OD³SyOL]D´FRPR³GRFXPHQWRMXVWL¿FDWLYRGHOVHJXUR´TXHGDFRPSXHVWD
por estos tres condicionados o clausulados.
La NCG 349 distingue en todo contrato de seguro los condicionados
particulares y los condicionados generales. Los primeros varían caso a caso
y contienen los datos como individualización de las partes, prima, monto
de las coberturas, vigencia, descripción de la materia asegurada o giro del
asegurado, etc.15. Los segundos son los modelos de póliza16 depositados
HQOD696\FRQWLHQHQODVFOiXVXODVTXHGH¿QHQORVULHVJRVFXELHUWRVODV
modalidades de cobertura, las exclusiones de cobertura y una serie de cargas
impuestas al asegurado.
/RVFRQGLFLRQDGRVJHQHUDOHVDVXYH]VHFODVL¿FDQHQSyOL]DVPDGUHV
o principales (denominadas POL) y cláusulas adicionales (denominadas
CAD) las que dejan sin efecto las exclusiones de las pólizas principales17.
A nuestro juicio, la SVS se ha excedido en el ejercicio de sus facul-
tades, al disponer contenidos mínimos de la póliza, que no coinciden
plenamente con los requerimientos del artículo 518 del C.com.18. La
subordinación normativa a la que debe ajustarse la SVS y el criterio de
imperatividad que introdujo nuestro legislador en el artículo 542 del C.
FRPGHPXHVWUDORTXHDSXQWDPRV(VIXQGDPHQWDOTXHODDXWRULGDG¿VFD-
14
Ver artículo 3 letras e) y m) del D.F.L. Nº 251, que establecen la facultad de la SVS
para regular las condiciones generales de la contratación en materia de contrato de seguro.
Prima por sobre esta norma de rango reglamentario, la LPC, en concreto su artículo 16.
15
Ver punto II, Nº 2 de la NCG 349, sobre condiciones particulares de las pólizas.
16
Señala el punto II Nº 1 de la NCG 349 lo siguiente: “Las condiciones generales
son los textos de las pólizas tipo que deben utilizar las entidades aseguradoras en la
contratación de los seguros, que contienen las regulaciones y estipulaciones por las que
se rige el contrato respectivo”.
17
Ver punto II, Nº 3 de la NCG 349, sobre cláusulas adicionales.
18
Cfr. artículo 518 del C.com. y punto II Nº 1 párrafo 6º de la NCG 349.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 p) 121
OL]DGRUDQRSURYRTXHFRQIXVLyQHQVXV¿VFDOL]DGRVHPLWLHQGRQRUPDVTXH
regulan su actividad que no cumplen el estándar legal mínimo o imponen
exigencias más gravosas. Ni más ni menos. Sobre ello ahondaremos al
analizar el artículo 542 del C.com.
19
Esta norma debe leerse con el artículo 3 letra m) del D.F.L. Nº 251.
20
Bajo el vigor del D.F.L. Nº 251 de 1931, previo a la dictación de la ley Nº 19.769,
la SVS cumplía la función de aprobación de los modelos de pólizas. Véase BAEZA (2001)
pp. 121 y ss. Si bien la ley Nº 19.769 de 2001 –que elimina el sistema de registro de
pólizas y lo sustituye por el denominado sistema de “depósito de pólizas”– tuvo como
objetivo general liberalizar los mercados, y en el caso de los seguros “agilizar el proceso
de incorporación de nuevos productos al mercado delegando la responsabilidad del
correcto diseño de los mismos en las compañías” (en este sentido historia de la ley
Nº 19.769, p. 10), el legislador dejó subsistente un mecanismo de control del contenido
de las pólizas en manos de la SVS. La autoridad fiscalizadora, discrecionalmente, puede
prohibir el uso de pólizas que “a su juicio” no cumplen con los requisitos de legalidad y
claridad en su redacción o con las disposiciones mínimas establecidas en la respectiva
normativa. El año 2013, no obstante la función fiscalizadora de la SVS, nuestro legislador
estimó que el escenario contractual representado por la fenomenología de la contratación
estandarizada, contiene defectos que se debían corregir. Ello provocó la implementación
de una regulación imperativa que tiene por finalidad proteger al contratante débil
representado en el asegurado, tomador o contratante del seguro, mediante un control de
contenido del contrato, que quedó en manos del legislador. Sobre el sistema de registro
de condiciones generales de la contratación del seguro, véanse BEIGNIER (2011) pp. 84
y ss.; LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR (2011) p. 120; BECKMANN (2011) p. 15.
122 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 p)
BIBLIOGRAFÍA
21
En la doctrina española, CARRASCO PERERA señala que, “el sistema jurídico economiza
los medios de control de contenido gracias al expediente de declarar imperativa la
regulación legal, en lugar de dejar al operador con la tarea, caso por caso, de discriminar
cuando el pacto en contrario traiciona la finalidad protectora pretendida por el legislador
(…)”. CARRASCO PERERA (2010) p. 502. Entre nosotros, a juicio de TAPIA, la facultad del
controlar el contenido de las condiciones generales de parte de la SVS queda restringida
a los imperativos legales. TAPIA (2008) p. 498.
22
En este sentido véase LAGOS (2009) p. 476.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 p) 123
ARTÍCULO 513 Q)
COMENTARIO
Este artículo sólo puede entenderse en relación al artículo 514 del mismo
Código de Comercio, más precisamente su inciso segundo. Dejamos para
ese desarrollo la mayoría de los contenidos de una propuesta. Lo único que
DERUGDUHPRVDTXtHVODFXULRVDGH¿QLFLyQGHSURSXHVWDGHODUWtFXOROHWUD
1
RUBIO (2003) p. 15.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 q) 127
2
Sobre estos extremos, especialmente, RÍOS OSSA (2014).
128 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 q)
3
Similar a la que existe en la legislación española en el artículo quinto de la Ley de
contrato de seguro, que expresa que esta solicitud de seguro no vinculará al solicitante.
4
Diccionario Mapfre de Seguros. Disponible en: http://www.mapfre.com/wdiccionario/
terminos/vertermino.shtml?p/propuesta-de-seguro.htm, fecha de consulta: 19 de julio de
2014.
5
Diccionario Mapfre de Seguros. Disponible en: http://www.mapfre.com/wdiccionario/
terminos/vertermino.shtml?p/proposicion-de-seguro.htm, fecha de consulta: 19 de julio
de 2014.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 q) 129
6
Artículo L112-2. Del Código de los seguros de Francia. ley Nº 2003-706 de 1 de agosto
de 2003.
130 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 q)
7
Corrobora esta idea la propia historia de la norma Nº 20.667, pues en el segundo
informe de la comisión de Hacienda ante una consulta del Honorable Senador señor
NOVOA, el Fiscal de Seguros de la Superintendencia de Valores y Seguros, señor ZALDÍVAR,
explicó que: “jurídicamente, la propuesta del contrato de seguro puede ser formulada tanto
por el asegurador como por el asegurado. En seguros masivos, de hecho, lo que existe es
una propuesta permanente que los asegurados y tomadores recogen, suscribiendo lo que
se ofrece. En otros casos, es el tomador o asegurado quien formaliza una propuesta al
asegurador, quien la acepta o no”. La Coordinadora de Mercado de Capitales del Ministerio
de Hacienda, señorita CELEDÓN, acotó que: “en los seguros masivos se está en presencia de
los denominados contratos de adhesión. Los otros casos corresponden, por ejemplo, a la
necesidad que una empresa tiene de asegurar una planta de operaciones, para lo que define
cuáles son las coberturas que requiere y realiza una propuesta a un asegurador. Aquí es
donde se insertaría el segundo inciso de la indicación en estudio, para que una vez hecha
la propuesta, desde el asegurador llegue al tomador un delineamiento del producto que va
a contratar. OSVALDO CONTRERAS expuso que, normalmente, la propuesta de celebración
se verifica con ocasión de los seguros individuales, en que el asegurado, en base a un
cuestionario que le proporciona la compañía, le indica al asegurador qué cobertura requiere.
Algo distinto acontece en otros contratos de seguros, en que una empresa grande llama a las
aseguradoras a competir para adjudicarse su cartera de seguros. Y una tercera alternativa
se verifica con ocasión de los seguros colectivos. A su entender, expresó, la redacción del
artículo 514 se refiere solamente al primero de estos casos, en consonancia con la definición
de propuesta del artículo 513. La historia de la norma se encuentra disponible en: www.
leychile.cl. [fecha de consulta: 5 de junio de 2014] p. 382.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 q) 131
BIBLIOGRAFÍA
8
Todas las normas administrativas de SVS están disponibles en www.svs.cl (fecha de
consulta 19 de julio de 2014).
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 r) 133
ARTÍCULO 513 R)
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
2
Sobre esto, artículo L173-8, del Código de los seguros francés. El artículo L173-17
(ley Nº 92-665 de 16 de julio de 1992 art. 37 II Boletín Oficial de 17 de julio de 1992) señala
que: “Las mercancías se aseguran, sea por una póliza que solo tenga objeto para un viaje,
sea por una póliza denominada flotante”. Por su parte el artículo L173-22, expresa que:
“En caso de que el asegurado que haya contratado una póliza flotante no se haya sometido
a las obligaciones previstas por decreto, el contrato podrá ser rescindido sin demora a
petición del asegurador, quien tendrá derecho, además, a las primas correspondientes a
las expediciones no declaradas.
Si el asegurado fuera de mala fe, el asegurador podrá ejercer el derecho de repetición
por los pagos que haya efectuado por los siniestros relativos a las expediciones posteriores
a la primera omisión intencional del asegurado”.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 r) 135
(VFRP~QHQWUDQVSRUWHGHPHUFDGHUtDVTXHVHHQWUHJXHQFHUWL¿FDGRV
individuales de seguro, ellos son proveídos por la tomadora de una póliza
ÀRWDQWHGHVHJXURGHWUDQVSRUWHHQHOTXHVROLFLWDGHFODUDFLRQHVGHDERQRTXH
integran la póliza con la aseguradora.3 Por ello, si los objetos transportados son
robados durante el transporte, pero éste se efectúa por un medio no declarado,
no existirá cobertura del riesgo y la aseguradora no tendrá generalmente la
obligación de indemnizar. No puede entenderse en ningún caso que la toma-
dora sea una mandataria de la entidad aseguradora a estos efectos, sino que
ODHQWUHJDGHORVFHUWL¿FDGRVHQEODQFRSDUDTXHODWRPDGRUDORVUHOOHQHGHEH
entenderse inserta dentro de la práctica ordinaria en relación con este tipo de
SyOL]DV/RVGDWRVGHOVHJXURTXHVHFRQFLHUWHDWUDYpVGHXQDSyOL]DÀRWDQWH
se hacen constar en los documentos representativos de las mercancías.
(OFHUWL¿FDGRLQGLYLGXDOGHVHJXURHQODSUiFWLFDSURYHHDODVHJXUDGR
de un medio de acreditar la existencia del seguro, como ejecución de un
VHJXURDFRUGDGRPHGLDQWHXQDSyOL]DÀRWDQWH\FRQOD¿QDOLGDGGHDJLOL]DU
ODWUDPLWDFLyQGHOVHJXURGH¿QLWLYRFDUHFLHQGRHOWRPDGRUGHIDFXOWDGHV
SDUDHVWDEOHFHUFRQGLFLRQHVRFOiXVXODVTXH¿MHQHOFRQWHQLGRGHOVHJXUR4
3DUDHO'LFFLRQDULR0DSIUHGH6HJXURVSyOL]DÀRWDQWHHV³$TXHOODSRU
la que, en virtud de las características especiales del riesgo (variabilidad
GHOREMHWRDVHJXUDGRPRGL¿FDFLyQHQODFXDQWtDGHOFDSLWDOFXELHUWRHWF
se concede al asegurado, dentro de ciertos límites y previo reconocimiento
de determinadas condiciones, una garantía «abierta» en la que pueden
HVWDEOHFHUVHDXPHQWRVRUHGXFFLRQHV1RUPDOPHQWHODSyOL]DÀRWDQWHHV
FRQVHFXHQFLDGHOGHVHRGHVLPSOL¿FDUDGPLQLVWUDWLYDPHQWHORVWUiPLWHV
que exigiría la actualización sucesiva del contenido de una póliza en la
que el objeto asegurado estuviese sujeto a variaciones de diversa índole.
Piénsese, en este sentido, en una póliza colectiva de accidentes indivi-
duales del personal de una empresa, en la que automáticamente se están
produciendo altas y bajas del personal a su servicio, o en una póliza por
la que se cubra el riesgo de incendio de las mercancías depositadas en
3
Es así en el caso español, artículo 8.9 LCS, inciso segundo “En el caso de póliza
flotante, se especificará, además, la forma en que debe hacerse la declaración de abono”.
4
Es por ello que en el Código de Bolivia de Comercio, se señala: “Art. 1008.-
(PÓLIZA FLOTANTE). La póliza flotante deja pendiente la determinación de los
intereses asegurados para ser especificados posteriormente, mediante las aplicaciones
o declaraciones estipuladas en el contrato”.
136 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 r)
5
CASTELO MATRÁN (2008), Diccionario MAPFRE de Seguros, Madrid, Editorial
MAPFRE, disponible en http://www.mapfre.com/wdiccionario/terminos/vertermino.
shtml?p/poliza-flotante.htm (fecha de consulta, 6 de junio de 2014).
6
“Puede asimismo ampararse, mediante estipulación expresa, la sustracción de
bienes ajenos que el asegurado tenga a cualquier título. El delito se consuma por el
desposeimiento, sin que sea necesario lesionar el derecho de propiedad del directamente
afectado, pero la póliza reconoce la posesión legítima o tutela -y como consecuencia
el interés asegurable- del asegurado para extender la cobertura a tales bienes en tanto
sean mencionados en la póliza. Es común que contratos para talleres mecánicos o
establecimientos comerciales adopten la modalidad de flotantes para cubrir, por
ejemplo, vehículos en reparación o mercaderías en consignación indicados en guías o
declaraciones”. ARELLANO ITURRIAGA (2013) p. 205.
7
“En los seguros de empresas se suelen considerar en una misma póliza diversos
establecimientos industriales y comerciales, señalando expresamente sus respectivas
ubicaciones. Considerando que en el curso de la vigencia del contrato algunas de ellas
pueden dejar de operar y pueden surgir otras no mencionadas inicialmente, la modalidad
de pólizas flotantes permite efectuar los cambios necesarios mediante endosos a la misma
póliza”. ARELLANO ITURRIAGA (2013) p. 181.
8
Para ARELLANO: “Adolece de nulidad el contrato con sobreseguro que provenga de la
mala fe del asegurado, en cuyo caso el asegurador podrá retener la prima a título de pena,
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 r) 137
ramente es mucho más fácil esta apreciación que valorar una por una las
mercaderías que entran y salen de una bodega, por ejemplo. No hay prima
LQGLYLGXDOHQORVVHJXURVÀRWDQWHVVLQRPiVELHQSRUFDWHJRUtDGHELHQHV
cuyo riesgo ha sido previamente estimado por la compañía en relación a
factores como seguridad del recinto, distribución de las mercaderías en el
ORFDOPRELOLDULRFDOLGDGGHOGHSyVLWRÀXMRGHS~EOLFRHWFpWHUD9
8QD SyOL]D ÀRWDQWH HV XQD LPSRUWDQWH KHUUDPLHQWD D IDYRU GH OD HV-
tabilidad del contrato de seguro y reaseguro ya que permite corregir los
precios pactados por el seguro. Tal y como ya señalaba GARRIGUES: “La
SyOL]DJHQHUDORÀRWDQWHHYLWDDODVHJXUDGRORVJDVWRV\ODSpUGLGDGHWLHP-
po que supone la contratación diaria de seguros idénticos y proporciona al
DVHJXUDGRUXQFOLHQWH¿MRGXUDQWHXQODUJRSOD]R(QHVWRVFDVRVKD\XQ
verdadero contrato de seguro y no un contrato preparatorio. Lo que ocurre
es que, en la perfección del contrato, el interés asegurado sólo se determina
JHQpULFDPHQWHTXHGDQGRUHPLWLGDVXHVSHFL¿FDFLyQSDUDHOPRPHQWRGHO
VLQLHVWUR¿JXUDMXUtGLFDSDUHFLGDDODGHODFRPSUDGHHVSHFL¿FDFLyQ(Q
cambio, la determinación del riesgo se hace desde el principio, mediante
una limitación temporal y espacial”.10
(QORVFDVRVGHDFWLYRV¿QDQFLHURVQRVUHIHULPRVDORVVHJXURVGHFUp-
dito, en particular frente al deterioro de valor, pueden no considerarse las
SULPDVGHYHQJDGDV\QRHPLWLGDVTXHSHUWHQH]FDQDSyOL]DVÀRWDQWHVORTXH
suele realizarse al cierre de cada ejercicio, dejando su recibo para el ejercicio
contable siguiente, estimando el gasto por comisión asociado.11 Tal y como
sin perjuicio de la acción criminal a que haya lugar. Si se tratare de un seguro de incendio
exageradamente superior al valor real, contratado por un comerciante, es aplicable la
presunción de responsabilidad en el evento del artículo 483 del Código Penal, que agrega
que en casos de seguros con póliza flotante se presume responsable al comerciante que, en la
declaración inmediatamente anterior al siniestro, declare valores manifiestamente superiores
a sus existencias, al igual que a quien ha disminuido o retirado, total o parcialmente, las
cosas aseguradas del lugar señalado en la póliza, sin motivo justificado o sin dar aviso
previo al asegurador”. ARELLANO ITURRIAGA (2013) p. 112.
9
Sobre estos aspectos, CORTÉS DOMÍNGUEZ (1984).
10
GARRIGUES (1982) p. 146.
11
“Dadas las especiales características de este seguro, el asegurado asume la obligación
de entregar oportuna y cabal información a la compañía acerca de todo antecedente que
pudiera configurar agravación del riesgo, entendiendo como tal los factores que disminuyan
la capacidad económica del deudor, en términos que puedan llegar a dificultar el pago de
138 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 r)
BIBLIOGRAFÍA
sus deudas. Asimismo debe adoptar las medidas a su alcance para evitar la situación de
impago o el incremento del riesgo, como son la suspensión de las ventas, obtención de
garantías adicionales y cualquier otra que permita evitar el siniestro o disminuir la pérdida
que el mismo pueda generar”. ARELLANO ITURRIAGA (2013) p. 269.
12
VEIGA COPO (2013) p. 673.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 s) 139
ARTÍCULO 513 S)
COMENTARIO
1. GENERALIDADES
/DGH¿QLFLyQGHODUWtFXOROHWUDVGHO&FRPPDQWLHQHODFRQFHS-
ción decimonónica del artículo 513 inciso 1º, sustituido. Como veremos
de inmediato, la prima tiene una dimensión jurídica y una técnica, por
XQDSDUWH3RUODRWUDSRVHHXQDGLPHQVLyQFRQWUDFWXDO\XQD¿QDQFLHUD
(VWD~OWLPDVHUH¿HUHDODUHVHUYDVTXHGHEHPDQWHQHUHODVHJXUDGRUSDUD
responder de los siniestros ocurridos y cubiertos.
/DSULPDVHLGHQWL¿FDFRPRXQHOHPHQWRHVHQFLDOGHOFRQWUDWRGHVH-
guro1 y su pago constituye la principal obligación del contratante. De este
modo se entiende de los artículos 512, 521 y 524 Nº 3 del C.com. Además,
y siendo una obligación esencial del contrato de seguro, su incumplimiento
acarrea la terminación del contrato según dispone el artículo 528 del C.com.
La prima y su pago –tiempo, lugar y forma– es considerada por el
artículo 518 del C.com. como una de las menciones mínimas que debe
FRQWHQHUWRGRFRQWUDWRGHVHJXUR\VXGRFXPHQWRMXVWL¿FDWLYRODSyOL]D2.
A ello, debemos considerar la exigencia en materia de información del
LQFLVRGHODUWtFXORGHO&FRPTXHVHUH¿HUHDODSULPDRHOPp-
todo para su cálculo. Con todo, y para los casos de contratación masiva
GHVHJXURVFRQÀX\HFRQODVQRUPDVGHO&FRPFLWDGDVHODUWtFXOR%
letra a) de la LPC, que exige “un desglose pormenorizado de todos los
cargos, comisiones, costos y tarifas que expliquen el valor efectivo de los
servicios prestados, incluso aquellos cargos, comisiones, costos y tarifas
asociados que no forman parte directamente del precio o que corresponden
a otros productos contratados simultáneamente y, en su caso, las exen-
ciones de cobro que correspondan a promociones o incentivos por uso
GHORVVHUYLFLRV\SURGXFWRV¿QDQFLHURV´$GHPiV\VHJ~QORGLVSRQHHO
inciso 2º artículo 3, letra a) de la LPC, es un derecho del consumidor de
SURGXFWRVRVHUYLFLRV¿QDQFLHURVUHFLELUODLQIRUPDFLyQGHOFRVWRWRWDO
del producto o servicio.
El vocablo prima se relaciona con la actividad que desarrollan los
aseguradores desde una perspectiva funcional. En este sentido, en nuestro
Ordenamiento jurídico, según lo disponen los artículos 4 y 5 del D.F.L.
Nº 251, sólo se puede desarrollar el comercio de seguros basados en
primas, quedando prohibidas las “toninas, chatelusianas, mixtas y de
asociaciones mutuales que tengan por objeto asegurar riesgos de cualquier
1
El artículo 521 del C.com. refiere como requisito esencial del contrato de seguro
“la estipulación de prima (…)”. En la doctrina española, OLAVARRÍA sostiene que la prima
puede estar predeterminada en la póliza o que esta contenga criterios y procedimientos
para determinarla de acuerdo a las variaciones del riesgo que informe el contratante al
asegurador, como ocurre, por ejemplo en los seguros flotantes, donde la prima no es fija,
sino variable o fluctuante. OLAVARRÍA (2000) p. 211. Véase DONATI (1954) p. 455.
2
Véase NCG 349.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 s) 141
2. CONCEPTO
(QGRFWULQDODSULPDVHGH¿QHFRPRHOYDORURSUHFLRGHOVHJXUR4, y
se obtiene, en opinión de BRUCK como pago por la cobertura dada por el
asegurador5. Por su parte, LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR señalan que “el
vocablo prima es el término genérico que designa la suma pagada a una
empresa aseguradora por la garantía de un riesgo”. Este elemento esencial
del contrato de seguro, representa en opinión de estos autores “el costo de
la garantía del riesgo”, ello desde un punto de vista técnico, y desde un
punto de vista jurídico es “la contraprestación por la seguridad vendida
por el asegurador”6. De este modo lo considera el artículo 512 del C.com.
DOGLVSRQHUTXH³SRUHOFRQWUDWRGHVHJXURVHWUDQV¿HUHQDODVHJXUDGRUXQR
o más riesgos a cambio del pago de una prima (…)”.
3
La circular Nº 141 del 12 de marzo de 1982 dictada por la SVS, señala: “El dinero
que por cualquier concepto recauden las compañías de seguros con el fin de asumir
los riesgos que les ofrecen, será considerado como prima para todos los efectos que
de ello se derive y, en consecuencia, sobre su totalidad deberán constituir las reservas
correspondientes”.
4
En este sentido, véanse BAEZA (2001) p. 95; VEIGA (2009) p. 418; ARELLANO (2013)
p. 42. Señala SÁNCHEZ CALERO lo siguiente: “Se dice por todos los autores que la prima es
un elemento esencial en el contrato de seguro. Desde un punto de vista técnico-económico,
porque el asegurador no puede efectuar la cobertura del riesgo si no recauda los fondos
suficientes para cubrir las necesidades de la mutualidad de asegurados. Desde un punto
de vista jurídico, porque la ley considera que el contrato de seguro es oneroso, lo que la
voluntad de las partes no puede desvirtuar”. SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 360. En el mismo
sentido, véase GARRIGUES (1982) p. 103.
5
BRUCK (1930) p. 52.
6
LAMBERT-FAIVRE Y LEVENEUR (2011) p. 338.
142 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 s)
7
SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 367 y ss.; LAMBERT-FAIVRE Y LEVENEUR (2011) p. 338.
8
GARRIDO y COMAS (1954) p. 165.
9
GARRIGUES (1982) p. 104.
10
Para nosotros, y según lo dispone el Nº 1 del artículo 529 del C.com. la contraprestación
del asegurador está representada en la obligación de indemnizar ocurrido el siniestro
cubierto, posición que no es pacífica en la doctrina extranjera. Hay autores que identifican
la prestación del asegurador con la cobertura en un sentido amplio, y sostienen que no
queda limitada al crédito resarcitorio exigible por la ocurrencia del siniestro. El asegurador
otorga un derecho de garantía. El contratante no sólo tiene el interés de quedar libre de las
consecuencias dañosas del riesgo en el caso de su realización o materialización, le interesa
obtener una garantía o seguridad de respuesta frente a la ocurrencia del siniestro, lo que
implica una obligación a priori a la materialización del riesgo por parte del asegurador,
consistente en contar con la solvencia económica necesaria para responder del siniestro.
Véanse PEÑAS (1999) p. 16; EMBID (2002) p. 57; DONATI y VOLPE (2006) p. 112.
11
Véase comentario artículo 527 del C.com.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 s) 143
3. PROPORCIONALIDAD PRIMA-RIESGO
12
Sobre las reservas técnicas del asegurador en el Ordenamiento jurídico chileno, véase
artículo 20 del D.F.L. Nº 251.
13
VEIGA (2009) p. 419.
14
Véase en este sentido OLAVARRÍA (2000) pp. 208-209; DONATI y VOLPE (2006) p. 112.
15
Sobre el principio de proporcionalidad entre la prima y el riesgo en la doctrina
española, véase LATORRE (2000) pp. 5 y ss.; VEIGA (2009) p. 423.
16
BENÍTEZ DE LUGO (1954) p. 314.
17
Ver comentario artículo 513 letra t). Como sostienen LAMBERT-FAIVRE Y LEVENEUR,
“tecnicamente los riesgos son apreciados por criterios estadísticos de probabilidad
(frecuencia) y de intensidad (costos medios) que permiten establecer la tarificación”.
LAMBERT-FAIVRE Y LEVENEUR (2011) p. 339. Para ello, es necesario que el asegurador
conozca el riesgo en su plenitud. Véanse en este sentido: SALANDRA (1942) p. 2; PICARD
y BESSON (1964) p. 112; CALZADA (1989) p. 160; MARANO y MARIOTI (1990) p. 944; RÍOS
(2014) pp. 54 y ss.
18
Ver en este sentido LAMBERT-FAIVRE Y LEVENEUR (2011) p. 341. A juicio de SÁNCHEZ
CALERO, “la prima, cuya denominación se dice que procede de la palabra praemiun porque
144 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 s)
4. OBJETO DE LA PRESTACIÓN
el inciso 2º del artículo 527 del C.com. dispone que “la prima puede con-
sistir (…), en la entrega de una cosa o un hecho estimable en dinero”24.
Se sigue, de este modo, la regla decimonónica25.
La prima, en tanto obligación, se extingue mediante el pago de lo que
se debe y debe hacerse bajo todos los respectos en conformidad al tenor
de la obligación como dispone el artículo 1569 del C.C. En cuanto a la in-
terrogante sobre a quién, cuándo y dónde debe hacerse el pago, el C.com.
FRQWHPSODXQDUHJODHVSHFLDOHQHOLQFLVR¿QDOGHODUWtFXORTXHGLVSRQH
que “salvo pacto en contrario, el pago de la prima se hará al entregarse la
SyOL]DHOFHUWL¿FDGRGHFREHUWXUDRHOHQGRVRVHJ~QFRUUHVSRQGD\GHEHUi
hacerse en el domicilio del asegurador o en el de sus representantes, agentes
RGLSXWDGRVSDUDHOFREUR´/DQRUPDWUDQVFULWDFRQÀX\HFRQHODUWtFXOR
del C.C. según el cual “el pago debe hacerse en el lugar designado por la
convención”. Por consiguiente y considerando el carácter dispositivo del
LQFLVR¿QDOGHODUWtFXORGHO&FRPHOSDJRGHODSULPDVHPDWHULDOL]D
por lo general, en lugar o de la manera indicada en la póliza (comúnmente
según lo establezca el condicionado particular).
Para terminar, precisamos que la prima posee –en tanto objeto de la
prestación– dos particularidades. Es divisible en la perspectiva del legisla-
dor chileno, por un lado, y por el otro, es invariable. Sobre la divisibilidad
de la prima nos referiremos al comentar el artículo 527 del C.com. Que la
prima sea invariable26TXLHUHGHFLUTXHQRSXHGHVHUDOWHUDGDRPRGL¿FDGD
unilateralmente por el asegurador. Se trata de una característica del precio
del seguro al que subyace el principio pacta sunt servanda que viene dado
en nuestro Ordenamiento jurídico en el artículo 1545 del C.C. El carácter
de invariabilidad de la prima queda reforzado en nuestro Derecho en el
artículo 16 letras a)27 y b)28 de la LPC.
24
Esta norma se contradice, a nuestro juicio, con el artículo 10 del D.F.L. Nº 251 que
exige que el monto de la prima se exprese en unidades de fomento o moneda extranjera.
25
Véase artículo 543 sustituido.
26
Véanse DONATI (1954) p. 360; SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 368.
27
Véase PIZARRO y PETIT (2013) pp. 305 y ss.
28
Véase BARRIENTOS (2013) pp. 312 y ss.
146 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 s)
29
En este sentido en la doctrina española véanse OLAVARRÍA (2000) pp. 212 y ss.;
SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 362 y ss. En la doctrina italiana, véase por todos DONATI
(1954) pp. 358-359.
30
O el cesionario en los términos del artículo 27 del D.F.L. Nº 251.
31
En la doctrina chilena, véase por todos CLARO SOLAR (2013) pp. 57 y ss.
32
Confluye con el artículo 527 inciso final del C.com. y el artículo 60 del D.F.L. Nº 251,
la regla del artículo 1579 del C.C. según el cual reciben legítimamente el pago “(…) las
demás personas que por la ley especial o decreto judicial estén autorizadas para ello”.
33
El artículo 10 del D.S. Nº 1.055, altera en parte, la norma del citado artículo 60
del D.F.L. Nº 251, al disponer que “(…) No obstante, si la compañía de seguros hubiere
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 s) 147
otorgado poder especial al corredor, éste podrá remitir las primas y documentos recibidos
en el plazo estipulado entre las partes, entendiéndose, en todo caso, pagada la prima y
entregados los documentos desde su recepción por el corredor”.
34
Sobre la figura del diputado para recibir el pago en la doctrina chilena, véase por
todos ABELIUK (2014) pp. 733 y ss.
35
Sobre los modos de contratar el seguro, ver comentario artículo 516 del C.com.
36
La doctrina extranjera no es pacífica al momento de precisar si el pago realizado
por el asegurado no contratante constituye la solutio hecha por un tercero. En este sentido
en la doctrina española véanse OLAVARRÍA (2000) pp. 212 y ss.; SÁNCHEZ CALERO (2010)
pp. 362 y ss. En la doctrina argentina, véase por todos, HALPERIN y BARBATO (2001)
pp. 444 y ss.
148 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 s)
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 513 T)
COMENTARIO
1. GENERALIDADES
/DGH¿QLFLyQGHULHVJRTXHLQWURGXFHQXHVWUROHJLVODGRUPHGLDQWHOD
ley Nº 20.667 permite superar la problemática y discusión doctrinal sobre
ODGH¿QLFLyQGHULHVJRFRQWHQLGDHQHOLQFLVRGHODUWtFXORVXVWLWXL-
do. La norma decimonónica describía el riesgo como la ocurrencia de un
caso fortuito, conceptualización que generó problemas especialmente en
la asunción del riesgo de responsabilidad civil, que supone la ocurrencia
de una conducta culposa del asegurado1. A nuestro juicio, la tesis de que-
2
ARELLANO, al abordar el riesgo en el contrato de seguro, y referirse a sus características,
señala que “debe tratarse de un hecho fortuito y accidental, al menos desde la perspectiva
del asegurado”. ARELLANO (2013) p. 69. Cfr. CORRAL (2013) pp. 419 y ss.
3
L AMBERT -F AIURE y L EVNEUR (2011) p. 265; en el mismo sentido véase L ATORRE
(2000) p. 15.
4
Sostiene DÍAZ, que “exponerse a algún riesgo en el caso del seguro presupone la
existencia de un riesgo externo al contrato, que se asume a través de éste mediante el deber
de reponer el daño, también externo, en el caso de que sobrevenga”. DÍAZ (2001) p. 366.
5
La doctrina sostiene que en el contrato de seguro el riesgo constituye uno
de sus elementos esenciales, de tal manera que su concurrencia, determinación e
individualización, es fundamental para que este negocio jurídico nazca de manera
válida y eficaz a la vida del derecho. Véanse POTHIER (1845) p. 6; FIORENTINO (1941)
p. 50; BRUNETTI (1951) p. 432; DONATI (1954) pp. 107-108; STOGIA (1972) p. 499; BAEZA
(2001) p. 35; CONTRERAS (2002) p. 31; EMBID (2002) p. 53; ELGUERO (2004) pp. 4 y 51;
ACHURRA (2005) p. 26; BATALLER, LATORRE y OLAVARRÍA (2007) p. 174; SANDOVAL (2007)
pp. 196-198, SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 148. La falta de riesgo en el contrato de seguro
trae aparejada la siguiente consecuencia: la sanción será la nulidad si su inexistencia se
da al momento de contratar o simplemente su terminación si cesa durante la vigencia del
contrato. Sobre los efectos que acarrea la falta de elemento del riesgo véanse: POTHIER
(1845) p 8; LYON-CAEN y RENAUT (1912) p. 249; BRUNETTI (1951) p. 432; DONATI (1954)
pp. 107-108; PICARD y BESSON (1964) p. 31; TIRADO (1992) p. 566; BAEZA (2001) p. 35;
CONTRERAS (2002) p. 31; EMBID (2002) p. 53; HARPELING y BARBATO (2003) p. 59; ELGUERO
(2004) pp. 4 y 51; ACHURRA (2005) p. 26; SANDOVAL (2007) pp. 196-198; BARROILHET
(2007) pp. 28-29; p. 117; BATALLER, LATORRE y OLAVARRÍA (2007) p. 174; SÁNCHEZ CALERO
(2010) p. 151; AMUNÁTEGUI (2011) p. 320; ARELLANO (2013) p. 69.
152 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t)
6
BRUCK (1930) p. 55.
7
DONATI (1954) p. 5. En el mismo sentido véanse BRUNETTI (1951) p. 432; CASTELLANO
(1970) p. 174. En el mismo sentido en la doctrina española véase SÁNCHEZ CALERO (2010)
pp. 149 y ss.
8
Como sostiene SÁNCHEZ CALERO, “en ocasiones se habla de eventualidad, como
posibilidad de un evento incierto”. SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 150. Véase por todos en la
doctrina francesa LAMBERT-FAIURE y LEVNEUR (2011) p. 265.
9
Véase artículo 545 del C.com.
10
Véase artículo 588 del C.com.
11
BRUCK (1930) p. 55. En el mismo sentido en la doctrina chilena véase ARELLANO
(2013) p. 70.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t) 153
12
DONATI (1954) p. 5.
13
DONATI (1954) pp. 114-115; en el mismo sentido en la doctrina española véase
SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 149 y ss.
14
DONATI (1954) p. 121; GARRIGUES (1982) pp. 12 y ss.; BENÍTEZ DE LUGO (1955)
pp. 280-281; DEL CAÑO (1983) p. 434; SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 149 y ss.
15
SOTGIA (1972) pp. 499-500.
16
GARRIDO y COMAS (1954) pp. 165 y ss.; véase DEL CAÑO (1983) p. 434.
154 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t)
FRPRXQLGDGGHPHGLGDHQODSUiFWLFDDQXDOFRQHO¿QGHHIHFWXDUODV
mediciones técnicas; la probabilidad del siniestro y por último, el grado
de probable de la intensidad del mismo17.
Finalmente, la perspectiva económica del riesgo, la relacionamos con
la actividad empresarial de la compañía aseguradora. Se trata de una pers-
pectiva, que si bien se aparta del análisis puramente contractual, tiene una
UHOHYDQFLDFRQVLGHUDEOHHQHOSURFHVRGHFRQWUDWDFLyQ&RQVLVWHHVWHSHU¿O
del evento peligroso en las desventajas o ventajas netamente económicas
que importan al asegurador, al momento de la asunción del riesgo. Las com-
pañías de seguros efectuarán un análisis no solo individual, sino colectivo
GHGHWHUPLQDGRVWLSRVGHULHVJRVD¿QGHHVWDEOHFHUODFRQYHQLHQFLDRQR
de asumir un riesgo en concreto.
17
Véase BENÍTEZ DE LUGO (1955) pp. 292 y ss.
18
Véanse en este sentido, HÉMARD (1924) p. 75; DONATI (1954) p. 145; GARRIGUES
(1982) p. 144; MENICHINO (2001) pp. 873 y ss.; RUBIO (2003) pp. 5 y ss.; VEIGA (2009)
pp. 105 y ss.; RUIZ-TAGLE (2011) p. 124.
19
Señala DEL CAÑO, que el asegurador “debe perseguir en sus operaciones la seguridad
de no experimentar jamás una pérdida considerable y de soportar sólo una fracción media
sobre las pérdidas totales, sean cuales fueren en su conjunto. Una explotación prudente y
racional del seguro obtiene estos objetos por la aplicación de tres principios, que constituyen
ley fundamental en la materia: el de la selección de riesgos, el de la división de riesgos y
el de la clasificación de riesgos”. DEL CAÑO (1983) p. 436.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t) 155
20
RUBIO (2003) p. 15.
21
Sobre la clasificación de los riesgos véanse: PICARD y BESSON (1964) pp. 37 y ss.;
GARRIGUES (1982) p. 10; DEL CAÑO (1983) pp. 399 y ss.; BATALLER, LATORRE y OLAVARRÍA
(2007) p. 154.
22
Véanse DEL CAÑO (1983) p. 436; ELGUERO (2004) pp. 9-10.
23
Véase HEBRERO (2002) p. 128.
24
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 294.
25
Véase ELGUERO (2004) p. 10.
26
PICARD y BESSON (1964) p. 16.
27
A juicio de VEIGA, “cuanto mayor sea la homogeneidad en la asunción de los riesgos,
riesgos análogos, comunidad de riesgos, mejor será la cobertura y su tarificación, pues la
probabilidad va unida a la globalidad, no al caso aislado o individual en el que no caben
las compensaciones ni las leyes de los grandes números”. VEIGA (2009) p. 103.
156 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t)
/DLQGLYLGXDOL]DFLyQGHOULHVJR
,QGLYLGXDOL]DUHOULHVJRLPSOLFDGHVFULELUORFRQHO¿QGHHVWDEOHFHUVL
VHWUDWDGHXQHYHQWRSRVLEOHFX\DYHUL¿FDFLyQSURYRFDXQGDxRXQPH-
noscabo patrimonial o una necesidad de carácter económica. Los eventos
imposibles o no susceptibles de causar un daño no son asegurables al no
ser constitutivos de un riesgo. Como sostiene GARRIGUES, “nadie busca un
seguro contra acontecimientos imposibles; nadie lo concede contra acon-
tecimientos ciertos”32.
El evento de peligro susceptible de ser asegurado debe ser descrito en
detalle, esto es, dejar establecido claramente en qué consiste, ya sea un
riesgo de incendio, robo, responsabilidad civil, entre otros. Con ello, el
riesgo queda demarcado33.
Esta descripción en detalle del riesgo se materializa a través de dos vías
distintas, pero interdependientes; una legal y otra convencional34.
La descripción legal consiste en la individualización genérica del
riesgo asegurable hecha por el legislador. Apunta a garantizar una cober-
tura mínima, evitando que los aseguradores en la confección de contratos
28
Sobre la homogeneidad cualitativa y cuantitativa, véase DEL CAÑO (1983) pp. 437 y ss.
29
Gefahrengemeinschaft, para los alemanes. Véase en este sentido PRÖLSS-MARTIN
(1973) p. 10. Esto demuestra que la actividad de aseguramiento sigue los criterios mutuales
del origen del seguro. Sobre la mutualidad o mutuas (Die Versicherungsvereine auf
Gegenseitigkeit) véanse GIERKE (1974) pp. 21 y ss.; GARRIDO y COMAS (1954) pp. 131 y ss.
30
PRÖLSS-MARTIN (1973) p. 10.
31
DONATI (1954) p. 145; en el mismo sentido SOLIMANDO (2001) p. 22.
32
GARRIGUES (1982) p. 13.
33
Véase artículo 530 del C.com.
34
Véase CHAGNY y PERDRIX (2009) pp. 150 y ss.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t) 157
/DGHOLPLWDFLyQGHOULHVJR
La delimitación del riesgo asegurado permite establecer o circunscribir
la extensión o ámbito de la cobertura del riesgo ya individualizado. A ello
subyace el límite o extensión de la prestación del asegurador39.
El riesgo ha sido descrito, circunscrito, establecido claramente. Se
trata de un riesgo de incendio, robo, responsabilidad civil, vida, accidentes
personales. Corresponde ahora delimitarlo40, o como sostiene GIERKE, re-
35
A modo ejemplar, podemos observar en el depósito de pólizas de la SVS modelos que
contienen descripción de riesgos: ramo de incendio, códigos Pol 120130907; 102130738;
120130693; ramo de responsabilidad civil: códigos Pol 120130181; Pol120130179; ramo
de robo: códigos Pol 120131643; 120131101. Véase en www.svs.cl.
36
RUIZ-TAGLE (2011) p. 125.
37
O como sostiene VEIGA “en cierto sentido, medio impuesto por la entidad aseguradora”.
VEIGA (2009) p. 124.
38
VEIGA (2009) p. 116; véase en el mismo sentido RUIZ-TAGLE (2011) p. 125.
39
A juicio de SÁNCHEZ CALERO, la perfecta delimitación del riesgo influye no sólo en el
momento de la conclusión del contrato, sino también durante la vida de la relación jurídica
que surge del seguro. SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 45.
40
Es opinión de GUISASOLA, que “primero debe definirse el riesgo y una vez definido
éste, podrán existir cláusulas limitativas que lo reduzcan, o recorten, pero dentro del
riesgo objeto de cobertura”. GUISASOLA (2000) p. 139. En nuestra doctrina, es opinión de
RUIZ-TAGLE, que “el interés asegurable no puede amparar cualquier causa de siniestro. Se
encuentra limitado por criterios de tiempo y espacio”. RUIZ-TAGLE (2011) p. 129.
158 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t)
D 'HOLPLWDFLyQFXDOLWDWLYDGHOULHVJR
La delimitación cualitativa busca determinar la causa del riesgo, su
lugar de ocurrencia y el espacio de tiempo de extensión de la cobertura. Por
HMHPSORGH¿QLGDODFRQWUDWDFLyQGHXQVHJXURGHLQFHQGLRGHXQDSURSLHGDG
destinada a la habitación, el siniestro debe tener su causa en el abrasamiento
GHOIXHJRGHXQDSURSLHGDGGHXELFDFLyQHVSHFt¿FD\RFXUULGRGHQWURGHO
plazo de vigencia del contrato, por lo general, un año43. Este contrato no
otorgará cobertura o amparo por aquellas pérdidas que sean consecuencia,
por ejemplo, de un delito de robo perpetrado luego de ocurrido el riesgo de
incendio, y cuya ejecución se facilitó por el abandono del inmueble.
La delimitación causal consiste en la necesaria relación que debe darse
entre el evento cubierto y la causa del daño, o dicho de otro modo, el evento
asegurado es el que debe provocar directamente el menoscabo patrimonial44.
41
GIERKE (1947) p. 158. Como sostiene VEIGA, la delimitación del riesgo consiste en
fijar el “perímetro de garantía. Un perímetro que no puede abarcarlo todo”. VEIGA (2013)
pp. 641 y ss.
42
BRUCK hace referencia a la necesidad de limitación del riesgo en sus ámbitos de tiempo
(die zeitliche Gebundenheit), causalidad (die gegenständliche Gebundenheit) y espacio
(die örtliche Gebundenheit). BRUCK (1930) pp. 368 y ss. Este mismo criterio diferenciador
sigue DONATI, quien se refiere a la delimitazione causale, temporale e spaziale. DONATI
(1954) pp. 151 y ss. En la doctrina española véanse VEIGA (2011) p. 73; ELGUERO (2007)
p. 1056. En la doctrina chilena, ver ACHURRA (2005) pp. 122 y ss.
43
Véanse artículos 566 sobre seguro de incendio y 568 sobre seguro de robo, hurto y
otras sustracciones, ambos del C.com.
44
Véanse BRUCK (1930) pp. 368 y ss.; DONATI (1954) pp. 150 y ss.; SANDOVAL (2007)
p. 190.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t) 159
Este es, a nuestro juicio, el sentido del inciso segundo del artículo 531 del
C.com., que dispone lo siguiente: “El asegurador puede acreditar que el
siniestro ha sido causado por un hecho que no lo constituye en responsable
de sus consecuencias, según el contrato o la ley”45. Del mismo modo que la
descripción del riesgo asegurado, la delimitación causal tiene un origen legal
y uno convencional. Este último, en razón de la imperatividad del artículo
542 del C.com.,QRSXHGHUHVWULQJLUODH[WHQVLyQFDXVDO¿MDGDSRUODOH\
/DGHOLPLWDFLyQWHPSRUDOVHUH¿HUHDODGXUDFLyQGHOFRQWUDWR\HV¿MDGD
de común acuerdo por los contratantes. Esta dimensión de la delimitación
del riesgo determina, en opinión de VEIGA, “el período de cobertura del
ULHVJRHQHOFXDOKDGHYHUL¿FDUVHHQVXFDVRHOVLQLHVWUR´46. La práctica
del seguro nos muestra como regla general la anualidad. Esta delimitación
temporal debe ser expresada de manera clara en el respectivo condicionado
particular. Así lo exigen los artículos 514, 523, 518 Nº 5 y 588 del C.com.47,
al enunciar dentro de los contenidos de este tipo seguros, la duración del
contrato o la extensión de la cobertura en el tiempo48.
Finalmente, dentro de lo que hemos denominado como delimitaciones
cualitativas del riesgo asegurable observamos la delimitación espacial o
territorial, aplicable en concreto a los seguros de daños o de interés, que-
dando excluidos de esta delimitación los seguros de transporte terrestre y
marítimo49'HOLPLWDUHVSDFLDOPHQWHHOULHVJRVLJQL¿FDFLUFXQVFULELUVXRFX-
UUHQFLDDXQOXJDURWHUULWRULRHQHVSHFt¿FRRDYDULRVOXJDUHVRWHUULWRULRV
Así, por ejemplo, en el caso de un seguro de robo, la cobertura estará, por
45
Confluye en la aplicación del artículo 531 del C.com., el artículo 533 del C.com.
46
VEIGA (2005) p. 214.
47
Es nuestro parecer, que la NCG 349 dictada por la SVS queda subordinada a las
normas legales citadas. Por otra parte, confluye con los artículos 514 y 518 Nº 5 del C.com.,
el artículo 17B letra c) de la LPC.
48
En la delimitación temporal de la cobertura, observamos dos situaciones especiales,
que se reflejan en la posibilidad de conceder un amparo de un riesgo ya ocurrido, y en la
concesión de cobertura de riesgos verificados con posterioridad al término de vigencia del
contrato. Estos supuestos constituyen una excepción a la regla general de estar delimitado el
riesgo al período de vigencia del contrato, y son propios de los seguros de responsabilidad
civil. Se materializan contractualmente mediante las cláusulas de cobertura retroactiva, y
a través de las cláusulas de cobertura posterior o post contractum. Véanse REGLERO (2007)
pp. 1078 y ss.; SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 1654.
49
Véase en este sentido BRUCK (1930) pp. 369-370.
160 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t)
E 'HOLPLWDFLyQFXDQWLWDWLYD
Descrito el riesgo en concreto y delimitado a determinadas causas, a
XQGHWHUPLQDGROXJDURWHUULWRULR\DXQHVSDFLRGHWLHPSRHVSHFt¿FRSR-
dríamos señalar que estamos ya en presencia de un riesgo asegurado, esto
es, de aquel evento de peligro cuyas consecuencias dañosas serán asumidas
por el asegurador, en el supuesto de ocurrencia del siniestro.
Corresponderá luego, establecer cuál es la extensión de la prestación
del asegurador en relación al valor de lo asegurado, al capital, a la renta u
otro pacto, según se trate de un seguro de daños o de personas, como reza
el artículo 512 del C.com. Esta extensión se relaciona con el quantum de
la obligación condicional del asegurador.
/D¿MDFLyQGHOquantum máximo de la prestación del asegurador, se
denomina suma asegurada, que en opinión de SÁNCHEZ CALERO, es “el im-
porte máximo del interés asegurado cubierto por el asegurador”51, o como
50
Es opinión de VEIGA, que en cuanto a la delimitación espacial o geográfica, “habrá
que atender a la naturaleza del mueble o inmueble de la cosa asegurada, de su movilidad
o no, de su ubicación inicial y final, sobre todo, si ha mediado o no consentimiento del
asegurador para desplazar la cosa de un lugar a otro distinto del inicialmente declarado
en el contrato”. VEIGA (2005) p. 318. En este sentido, en nuestro Ordenamiento jurídico
ver artículo 567 del C.com.
51
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 626. La cuestión sobre la suma asegurada ha llevado
a la doctrina a distinguir entre valor asegurable y valor asegurado. Sobre ello, SÁNCHEZ
CALERO señala lo siguiente: “La suma asegurada es efectivamente el importe máximo del
interés asegurado cubierto por el asegurador. La suma asegurada no representa, por tanto,
el valor del interés asegurable, sino la cifra en que ese interés es asegurado como máximo
en el contrato de seguro para el caso de siniestro. Aparece así la distinción entre valor
asegurable, que se refiere al valor del interés del asegurado y que en línea de principio
puede ser objeto de cobertura por parte del asegurador sin que la indemnización pueda
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t) 161
superar ese valor, si se respeta el principio indemnizatorio, tal como exige el artículo 26 de
la ley; y valor asegurado que es, como se ha dicho, el importe que se fija en el momento
de la conclusión del contrato por voluntad del contratante del seguro para la cobertura del
interés por el asegurador. El valor asegurable tiene por consiguiente una entidad objetiva
e independiente de la voluntad de las partes. El valor asegurado es, por el contrario, el
valor que el tomador del seguro asigna al interés que quiere asegurar, y que se concreta en
la suma asegurada”. SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 626.
52
ACHURRA (2005) p. 40. En el mismo sentido CORRAL (2013) p. 122.
53
Véanse además los artículos 518 Nºs. 6 y 7; 550, 553, 554, 555, 558 y 588, todos
del C.com.
54
En este sentido, a juicio de SÁNCHEZ CALERO, “esta característica implica que la
prestación del asegurador no simplemente se vincula con la verificación del evento previsto
en el contrato, sino que en él aparece determinada su cuantía”. SÁNCHEZ CALERO (2010)
p. 2038.
55
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 626.
162 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t)
56
Véase REGLERO (2007) pp. 115 y ss.
57
Sobre el sistema de baremos o de valoración de daños en el derecho español, véase
por todos REGLERO (2003) pp. 963 y ss.
58
En nuestra doctrina, RUIZ-TAGLE, señala que “determinado el riesgo arribará
prontamente la cobertura”. Y sostiene además, que “los resultados de la declaración del
asegurado deben reflejarse en la cobertura”. RUIZ-TAGLE (2011) pp. 125 y 159. En la
doctrina italiana, es opinión de BUTTARO, que el riesgo cubierto es sólo aquel descrito en
la póliza, por ello, cada vez que este no corresponda al evento que realmente grava el bien
asegurado, el asegurador quedará sin duda liberado del contrato. BUTTARO (1962) p. 738.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t) 163
59
Sobre el significado o alcance de la voz cobertura (Deckung para los alemanes,
copertura para los italianos, couverture ou garantie para los franceses) la doctrina no es
pacífica. Hay autores que, desde un punto de vista puramente jurídico, sostienen que la
cobertura se identifica con el crédito resarcitorio que emana de este contrato. El acreedor
de este crédito será el asegurado o beneficiario del seguro, y el deudor la compañía
aseguradora. Ocurrido el siniestro, nace la obligación de esta última de cumplir con la
prestación convenida, ya sea que se materialice en el pago de una suma de dinero o en la
reparación o reposición del bien o cosa asegurada, según lo pactado por las partes. Con
ello, como señala SÁNCHEZ CALERO, se satisface la necesidad de previsión del asegurado.
SÁNCHEZ CALERO (2005) pp. 38 y ss. Otros, en cambio, sostienen una tesis más amplia al
considerar que la cobertura no queda limitada al derecho de crédito, sino que contiene
además un derecho de garantía. El contratante no sólo tiene el interés de quedar libre de las
consecuencias dañosas del riesgo en el caso de su realización o materialización, le interesa
obtener una garantía o seguridad de respuesta frente a la ocurrencia del siniestro, lo que
implica una obligación a priori a la materialización del riesgo por parte del asegurador,
consistente en contar con la solvencia económica necesaria para responder del siniestro.
Véase en este sentido, EMBID (2002) p. 57; PEÑAS (1999) p. 16.
60
VEIGA (2009) p. 118. Es opinión de SÁNCHEZ CALERO, que “el asegurador, en el caso
de que se produzca el evento cuyo riesgo es objeto de cobertura, deberá pagar la prestación
convenida. La cobertura del riesgo por el asegurador que hasta ese momento se encontraba,
en una situación latente –que exigía la prestación del asegurador de predisponer los medios
necesarios para el cumplimiento de la prestación convenida– en el caso de siniestro inicia
su estadio agudo. Los que limitan la obligación del asegurador a la prestación del pago de
la indemnización, consideran que hasta ese momento existe simplemente una situación
de expectativa. En cualquier caso, debe quedar claro que el asegurador, al asumir un
determinado riesgo, como posibilidad de un evento dañoso, lo efectúa precisamente con
el fin de satisfacer una determinada prestación convenida si se produce el daño”. SÁNCHEZ
CALERO (2010) p. 46.
61
RUIZ-TAGLE (2011) p. 363.
164 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t)
BIBLIOGRAFÍA
62
Señala el artículo 513 del C.com., lo siguiente: “x) Siniestro: la ocurrencia del riesgo
o evento dañoso contemplado en el contrato”.
63
El artículo 19 del Decreto Supremo Nº 1.055 que aprueba nuevo Reglamento de
los Auxiliares del Comercio de Seguros y Procedimiento de Liquidación de Siniestros, de
17 de agosto del año 2012, señala: “Denunciado un siniestro y cuantificada la pérdida, la
compañía de seguros dispondrá el pago de la indemnización en los términos convenidos en
la póliza respectiva, y, en caso de requerirse mayores antecedentes sobre su procedencia y
monto, dispondrá su liquidación. La liquidación tiene por fin establecer la ocurrencia de un
siniestro, determinar si el siniestro está cubierto en la póliza contratada en una compañía
de seguros determinada, y cuantificar el monto de la pérdida y de la indemnización a
pagar, todo ello de conformidad al procedimiento que establece el presente Reglamento.
El procedimiento de liquidación es una sucesión de actos y gestiones vinculados entre
sí, realizados por el liquidador designado con el fin de emitir un informe técnicamente
fundado sobre la cobertura del riesgo, y el monto de indemnización que correspondiere
por los daños sufridos a causa del siniestro denunciado”.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 t) 165
ARTÍCULO 513 U)
COMENTARIO
3
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 493.
4
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 493.
5
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 493.
170 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 513 u)
BIBLIOGRAFÍA
ACHURRA LARRAÍN, Juan (1987): “El Contrato de Seguros, sus actuales ca-
racterísticas y nuevas coberturas existentes en el mercado”, en Derecho
de Seguros, Altuzarra, Jimena, Lagos, Osvaldo y Barros, José Manuel
(edits.), &ROHFFLyQ-XUtGLFD Santiago, 2005.
SÁNCHEZ CALERO, Fernando (2001): Ley de Contrato de Seguro (Aranzadi,
segunda edición).
STIGLITZ S., Rubén (2004): Derecho de Seguros, Tomos II y III (La Ley,
cuarta edición).
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 513 v) 171
ARTÍCULO 513 V)
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512, 513 letras a), b), c) y f),
515, 516, 517, 518, 519, 521, 523 y 538. Artículos de la LPC: 3 bis y 12 A.
COMENTARIO
*
Doctor en Derecho, Universidad de Salamanca. Licenciado en Derecho, Pontificia
Universidad Católica de Chile. Profesor de Derecho Civil de la Facultad de Derecho de la
Pontificia Universidad Católica de Chile. El presente comentario forma parte del Proyecto
Fondecyt Regular Nº 1141220, denominado “El contrato de seguro como contrato de
consumo. Examen crítico de su estructura y sistematización después de las reformas de
la Ley de Protección del Consumidor y el Código de Comercio”, en el que se participa en
calidad de co-investigador.
172 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 513 v)
(QHVWHVHQWLGRODGH¿QLFLyQDVtFRQWHPSODGDWLHQHXQDXWLOLGDGIXQ-
cional, únicamente a efectos de hacer operativo el régimen del derecho a
UHWUDFWRFRQ¿JXUDGRHQHODUWtFXORGHO&yGLJRGH&RPHUFLRLGHQWL¿-
cando su órbita de aplicación. Entonces, resulta que el tratamiento de la
contratación de seguros a distancia sólo toca este particular, sin pretender
ofrecer una regulación integral del fenómeno, como lo efectúa, por ejemplo,
la legislación española, al tiempo que hace aplicable a la contratación del
VHJXURSULYDGRODUHJXODFLyQGHODFRPHUFLDOL]DFLyQGHVHUYLFLRV¿QDQFLHURV
a distancia, en los términos de la ley Nº 22/2007, conforme los dictados
generales de la Directiva 2002/65/CE, relativa al comercio electrónico. De
lo anterior, siempre resultará menester completar esta normativa con las
disposiciones previstas en la LPC, en especial a partir de la dictación de la
ley Nº 20.555, de 2011.
3RUHOPRPHQWRQRVLQWHUHVDGDUFXHQWDGHOVHQWLGRGHODGH¿QLFLyQ
dada en la letra v) del artículo 513. Al respecto, cabe aclarar que la norma
tiene la virtud de acentuar el carácter meramente consensual del contrato
de seguro, en los términos previstos en el artículo 515 del Código de Co-
mercio1. Al tiempo que, conforme al artículo 1443 del Código Civil, los
contratos consensuales se perfeccionan por el mero consentimiento de las
partes, resulta admisible que éstas (oferente y aceptante) no se hubiesen
encontrado físicamente en el mismo lugar al tiempo del perfecciona-
miento del contrato, pero, de igual modo, resulte que la expresión de sus
respectivas voluntades sean inmediatamente conocidas por la contraparte
en atención al sistema de comunicación empleado2. Por ello, al momento
1
En este sentido debe entenderse el cambio efectuado por la Circular Nº 2.148 de
la Superintendencia de Valores y Seguros, de 8 de abril de 2014 (“Imparte instrucciones
sobre comercialización telefónica de seguros”), especialmente si se considera que su
precedente (Circular Nº 1.587, de 30 de enero de 2002) señalaba que la comunicación a
distancia no era apta para el perfeccionamiento del contrato de seguros, dado su carácter
originalmente solemne.
2
Sobre el particular, y en relación a las normas de formación del consentimiento
dispuestas en el Código de Comercio, alguna duda podrá plantearse en relación a si esta
figura identifica una contratación “entre presentes” o “entre ausentes”, para los afectos
de su artículo 97. Sobre el particular, y en atención a la época de dictación del código,
resultaba evidente que la contratación “entre presentes” identificaba únicamente los casos
en los que las personas se encontraban localizadas en el mismo lugar y tiempo, pero como
señala DOMÍNGUEZ (2012) p. 47, “una concepción menos estricta y más de acuerdo con las
formas de comunicación de nuestro tiempo, determina que también sean negocios entre
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 513 v) 173
HQTXHHOVHJXURFHOHEUDGRDGLVWDQFLDLGHQWL¿FDDODVSDUWHVGHOFRQWUDWR
que han convenido en la celebración del mismo, debemos entender que
HVWDGLFFLyQVHUH¿HUHSRUXQDSDUWHDO³FRQWUDWDQWHFRQWUD\HQWHRWRPD-
GRU´GH¿QLGRHQODOHWUDIGHOPLVPRDUWtFXORDXQFXDQGRQRVHD
el asegurado; y, por la otra, al “asegurador”, quien es aquél que toma de
VXFXHQWDHOULHVJRFXELHUWRSRUHOVHJXURDVtLGHQWL¿FDGRHQODOHWUDD
de la misma norma).
Sin embargo, cabe señalar que el artículo en cuestión, a pesar de la
denominación dada a esta clase de contratación (“a distancia”) no establece
el requisito que las partes no se encuentren físicamente en el mismo lugar
al tiempo de la celebración del contrato, poniendo especial énfasis en la
utilización de un sistema de transmisión y registro de datos3. Lo anterior
VHDMXVWDDODGH¿QLFLyQGDGDSRUHODUWtFXORDGHOD'LUHFWLYD
&(TXHGH¿QHORVVHUYLFLRV¿QDQFLHURVFHOHEUDGRVDGLVWDQFLDLQFOX\HQGR
ORVVHJXURVSULYDGRVFRPR³WRGRFRQWUDWRUHODWLYRDVHUYLFLRV¿QDQFLHURV
celebrado entre un proveedor y un consumidor en el marco de un sistema
de venta o prestación de servicios a distancia organizado por el proveedor
que, para este contrato, utilice exclusivamente una o varias técnicas de co-
municación a distancia hasta la celebración del contrato, incluida la propia
celebración del contrato”; en que la referencia a la distancia está dada por
el hecho que el sistema de comunicación admita una contratación “entre
ausentes”, sin referirse necesariamente al hecho de la localización física de
las partes en el caso en concreto.
Adicionalmente, para entender que estamos frente a un seguro celebrado
DGLVWDQFLDODQRUPDHQFRPHQWRH[LJHODFRQ¿JXUDFLyQGHXQVLVWHPDGH
transmisión y registro digital o electrónico de la palabra escrita o verbal4. Se
presentes aquellos en que las partes negocian, aunque no estén físicamente en el mismo
lugar y en el mismo instante, sin embargo, comunicarse sus resoluciones de inmediato”.
3
Sobre la disociación entre contrato electrónico y contrato a distancia, véase PINOCHET
(2013a) pp. 176-178.
4
Resulta pertinente agregar que la Circular Nº 2.148, de 8 de abril de 2014,
en lo que se refiere a la comercialización telefónica de seguros, establece ciertos
requisitos adicionales, tales como (i) la seguridad, integridad y confidencialidad de
la comercialización telefónica, respetando los derechos de los clientes asegurables
(sección I); (ii) la proporción de mecanismos para efectuar consultas y comunicaciones,
entregando al asegurado (aunque debería indicar “al tomador”), un comprobante,
código o número de recepción (sección I); (iii) la dirección, supervisión, control y
174 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 513 v)
UH¿HUHHVWDSDUWHGHODGH¿QLFLyQDOPHFDQLVPRGHFRPXQLFDFLyQXWLOL]DGR
por las partes para la celebración del contrato de seguro, que, a efectos de
cumplir con el supuesto típico, debe revestir tanto funciones de transmisión
de las voluntades (escritas o verbales), manifestadas como favorables a la
celebración del contrato, como también funciones de registro de las mismas5.
Lo último tiene especial importancia a efectos de generar un mecanismo
probatorio de las voluntades manifestadas. En este sentido, el artículo 515
del Código de Comercio reza que la existencia y estipulaciones del contra-
to se pueden acreditar por todos los medios de prueba que contemplen las
leyes, siempre que exista un principio de prueba por escrito, incluyendo en
tal concepto aquéllos que emanen de cualquier documento que conste en
télex, fax, mensajes de correo electrónico, y, en general, cualquier sistema de
transmisión y registro digital o electrónico de la palabra escrita o verbal6. La
concordancia de ambas disposiciones resulta evidente, pero, como dispone
esta última norma, el listado que aparece en el mismo no tiene un carácter
taxativo, sino meramente ejemplar de los sistemas de transmisión y registro
que cumplen con los requerimientos técnicos de la contratación a distancia.
No obstante, ambas disposiciones parecen tener pretensiones diversas.
$OWLHPSRTXHODOHWUDYGHODUWtFXORVHUH¿HUHDORVUHTXHULPLHQWRV
del sistema de transmisión y registro para estar ante un sistema de contra-
7
PINOCHET (2013b) pp. 266 y 270, reconduciendo el deber de información a lo atinente
a las cláusulas contractuales.
8
PINOCHET (2013b) p. 270.
176 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 513 v)
BIBLIOGRAFÍA
9
Como nos indica DE LA MAZA (2011) p. 138, “La finalidad es que la escrituración y
el medio que utilice el proveedor permita al consumidor el debido y oportuno conocimiento
del hecho de haber celebrado el contrato y el contenido preceptivo de dicho contrato”.
Ambos elementos son igualmente necesarios en la órbita de la contratación de seguros a
distancia, por lo que estimamos que la protección dada al consumidor sería incompleta
si se estimara que estas disposiciones no son aplicables en esta materia en particular.
En el mismo sentido se expresa la Sección IV de la Circular Nº 2.148, al disponer que
“Establecida la comunicación entre la compañía de seguros oferente, o intermediario, y el
destinatario de la oferta, la aceptación de este último dará lugar a la emisión y envío de la
póliza por parte de la compañía, debiendo proporcionar además, en forma inmediata, un
comprobante, código o número que respalde la contratación”.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 513 v) 177
(coord.), /DSURWHFFLyQGHORVGHUHFKRVGHORVFRQVXPLGRUHV&RPHQ-
WDULRVDOD/H\GH3URWHFFLyQDORV&RQVXPLGRUHV (Santiago, Thomson
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PINOCHET OLAVE, Ruperto (2013b): “Artículo 12 A”, en De la Maza Gazmuri,
Íñigo y Pizarro Wilson, Carlos (dirs.) y Barrientos Camus, Francisca
(coord.), /DSURWHFFLyQGHORVGHUHFKRVGHORVFRQVXPLGRUHV&RPHQ-
WDULRVDOD/H\GH3URWHFFLyQDORV&RQVXPLGRUHV, (Santiago, Thomson
Reuters) pp. 265-282.
SÁNCHEZ CALERO, Fernando (2010): “Artículo 6-Solicitud y proposición”, en
Sánchez Calero, Fernando (dir.), Ley del Contrato de Seguro. Comen-
WDULRVDODOH\1GHGHRFWXEUH\VXVPRGL¿FDFLRQHV(Cizur
Menor, Aranzadi-Thomson Reuters) pp. 183-212.
178 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 w)
ARTÍCULO 513 W)
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
1
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl.
[fecha de consulta: 16 de junio de 2014], pp. 317. La entonces Coordinadora del Mercado
de Capitales del Ministerio de Hacienda, señora ROSARIO CELEDÓN, dio a conocer que el
origen más remoto del proyecto se encuentra en el trabajo de una comisión de especialistas
constituida el año 1990 en la SVS para la elaboración de un anteproyecto de ley que
perfeccionara la regulación del contrato de seguro del Código de Comercio. Éste fue
presentado a tramitación legislativa en 1993, y no habiendo prosperado, fue retirado el
año 2000. Posteriormente, el 2003 fue reestudiado por el Ministerio de Justicia y más tarde
presentado, nuevamente, como proyecto de ley por los autores de la moción que hoy se
analiza. En los años 2010 y 2011, el Ejecutivo se interiorizó nuevamente en el contenido
de la iniciativa (entre otras, en materia del delito de fraude al seguro, de responsabilidad
civil y de seguros colectivos).
2
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 318.
180 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 w)
3
D ICCIONARIO M APFRE DE S EGUROS . Disponible en: http://www.mapfre.com/
wdiccionario/terminos/vertermino.shtml?s/seguro-colectivo.htm, fecha de consulta: 20
de julio de 2014.
4
“Una particularidad del seguro es que una persona que no ha suscrito el contrato
–o que incluso no tiene conocimiento del mismo– puede adquirir derechos a su respecto
y constituirse en asegurado, como suele suceder en los seguros colectivos, pero por lo
mismo también contrae obligaciones que, como hemos visto, van más allá del pago de
la prima. De igual modo un tercero puede ser indicado como beneficiario sin necesidad
de aceptación, situación habitual en seguros de vida o en los suscritos sobre bienes
constituidos en garantía hipotecaria o prendaria”. ARELLANO ITURRIAGA (2013) p. 16.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 w) 181
5
Un ejemplo de lo anterior es el marco normativo y principales características jurídicas
de la contratación de seguros de incendio asociados a operaciones de crédito hipotecario
en Chile, gracias a la reforma introducida por la ley Nº 20.552 al artículo 40 del Decreto
con Fuerza de ley Nº 251 y en la regulación administrativa complementaria dictada por la
182 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 513 w)
por ejemplo, adquirido un teléfono celular. Es por esta razón que estimamos
que nuestro legislador debió ir un paso más adelante en la reforma y dis-
tinguir entre seguros de daños colectivos y seguros de personas colectivos.
Visto de la manera expresada, es frecuente encontrar seguros colec-
tivos en los que sus adherentes no mantienen ningún vínculo entre sí,
sino que se ofertan por razones comerciales, para poder dar una tarifa
más ventajosa a las personas que se vayan incorporando, como sucede
con las garantías extendidas de producto comprado en una tienda de de-
partamentos. Realmente, estas estructuras de contratación no son seguros
FROHFWLYRVHQORVWpUPLQRVGHODGH¿QLFLyQGHODUWtFXOROHWUDZSHUR
son en muchos casos aceptados por las aseguradoras pues permiten a
algunos mediadores (casas comerciales, especialmente) tener a su dispo-
sición un instrumento comercial muy competitivo en tarifa, normalmente
relacionado con el número mínimo de personas para la aplicación de un
tope de tarifa de primas de los seguros colectivos.
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 513 X)
COMENTARIO
(OVLQLHVWURVHLGHQWL¿FDFRQHOULHVJRDVHJXUDEOHHVWRHVHOULHVJRGH-
terminado, circunscrito a una causa, tiempo, lugar (delimitación cualitativa)
y quantum (delimitación cuantitativa)1/DYHUL¿FDFLyQGHOVLQLHVWURHOLPLQD
el factor de condicionalidad de la obligación del asegurador.
8QDYH]TXHVHYHUL¿FDODRFXUUHQFLDGHOVLQLHVWURRULHVJRDVHJXUDGR
nuestro Ordenamiento jurídico contempla un sistema especial de ajuste
denominado “Procedimiento de Liquidación de Siniestros”, regulado en
los artículos 18 y siguientes del Decreto Supremo Nº 1.055, del Ministerio
de Hacienda, de fecha 17 de agosto del 2013. Se trata de un reglamento de
ejecución de ley, que se dicta por mandato del artículo 61 del D.F.L. Nº 2512.
El artículo 19 del D.S. Nº 1.055, sobre el “Procedimiento de liquidación
de siniestros3´GLVSRQHTXHXQDYH]³GHQXQFLDGRXQVLQLHVWUR\FXDQWL¿FDGD
la pérdida, la compañía de seguros dispondrá el pago de la indemnización
en los términos convenidos en la póliza respectiva, y, en caso de requerirse
mayores antecedentes sobre su procedencia y monto, dispondrá su liqui-
dación”. De acuerdo a la norma transcrita, el asegurador no está obligado
a iniciar un proceso de liquidación. En consecuencia, si el monto del daño
es de fácil determinación, los aseguradores, por lo general, cumplen con su
obligación de indemnizar, sin más.
En aquellos casos en los que el asegurador, considere necesario un
proceso que tenga por objeto determinar la procedencia de la cobertura,
así como el quantum de la indemnización, se dará inicio a un proceso
reglamentado en el citado D.S. Nº 1.055. Este proceso, según lo dispone
HOLQFLVRGHODUWtFXORGHO'61³«WLHQHSRU¿QHVWDEOHFHU
la ocurrencia de un siniestro, determinar si el siniestro está cubierto en la
2
Es relevante precisar que el D.S. Nº 1.055 constituye un reglamento de ejecución
de ley. En consecuencia su contenido debe ajustarse a la norma de rango legal y no puede
alterar o modificar norma legal alguna, como por ejemplo las reglas del pago establecidas
en nuestro Código civil. En este sentido, de conformidad a la interpretación doctrinal
del artículo 1569 inciso 1º del C.C. el pago debe materializarse de inmediato, una vez
exigible la obligación, salvo pacto de plazo u otros. Como sostiene Claro Solar, “el con-
trato determina la fecha o época en que debe ser hecho el pago”. CLARO SOLAR, (2013)
Vol. VI, p. 136. En este sentido, el plazo que establece el inciso segundo del artículo
27 del D.S. Nº 1.055 podría ser modificado por los contratantes, al no estar impuesto
por una norma de rango legal, que pueda considerarse como excepción en el contexto
“de lo que en casos especiales dispongan las leyes” como reza la parte final del inciso
segundo del artículo 1569 del C.C.
3
El inciso tercero del artículo 19 del D.S. Nº 1.055, dispone lo siguiente: “El
procedimiento de liquidación es una sucesión de actos y gestiones vinculados entre sí,
realizados por el liquidador designado con el fin de emitir un informe técnicamente
fundado sobre la cobertura del riesgo, y el monto de indemnización que correspondiere
por los daños sufridos a causa del siniestro denunciado”.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 x) 185
SyOL]DFRQWUDWDGDHQXQDFRPSDxtDGHVHJXURVGHWHUPLQDGD\FXDQWL¿FDU
el monto de la pérdida y de la indemnización a pagar (…)”.
Es necesario precisar, que al contemplar nuestro ordenamiento jurídico
un procedimiento de liquidación de siniestros4, la prestación del asegurador5
se hace exigible una vez cumplido este procedimiento o determinada la
pérdida por parte del asegurador6.
Otro de los efectos relevantes que acarrea la ocurrencia del siniestro y
su posterior denuncia, es la interrupción de la prescripción. En este sentido,
dispone el inciso 2º del artículo 541 que “fuera de otras causales legales,
la prescripción que corre en contra del asegurado se interrumpe por la de-
nuncia del siniestro, y el nuevo plazo regirá desde el momento en que el
asegurador le comunique su decisión al respecto”. En este punto, creemos
que nuestro legislador ha introducido un criterio normativo correcto, dando
solución a la problemática adscrita a la demora en los procesos de liquida-
ción, especialmente aquellos asociados a riesgos de responsabilidad civil7.
4
Señala la historia de la ley Nº 20.667, que “la ejecución del contrato de seguro, en
cuanto a la liquidación de un siniestro se refiere, se sujeta a la verificación de múltiples
condiciones, así como el monto de los perjuicios a indemnizar. En principio, es labor de los
liquidadores de siniestros realizar dicho análisis”. Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 82.
5
Señala la historia de la ley Nº 20.667, que “el artículo 529 del proyecto, consagra la
principal obligación del asegurador, que es la de indemnizar el siniestro, una vez que se
ha establecido su procedencia y monto. En este artículo, si bien queda constancia que la
responsabilidad del asegurador no puede exceder de la cantidad asegurada, se establece
legalmente que el incumplimiento por éste de la obligación de indemnizar dará derecho
al asegurado a reclamar intereses, e incluso, si mediare mala fe del asegurador, podrá el
asegurado reclamar, también, indemnización de otros perjuicios”. Véase historia de la ley
Nº 20.667, p. 9.
6
En la doctrina española, SÁNCHEZ CALERO señala: “El asegurador, en el caso de que se
produzca el evento cuyo riesgo es objeto de cobertura, deberá pagar la prestación conve-
nida. La cobertura del riesgo por el asegurador que hasta ese momento se encontraba, en
una situación latente –que exigía la prestación del asegurador de predisponer los medios
necesarios para el cumplimiento de la prestación convenida– el caso de siniestro inicia su
estadio agudo. Los que limitan la obligación del asegurador a la prestación del pago de la
indemnización, consideran que hasta ese momento existe simplemente una situación de
expectativa”. SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 53.
7
En este sentido, la historia de la ley Nº 20.667, señala: “Esta norma pone fin a la
doctrina que, con manifiesto abuso se sustentó más de alguna vez, según la cual el asegurado
estaba obligado a denunciar el hecho a la compañía aseguradora cuando éste se producía,
so pena de perder su derecho a la indemnización, en circunstancias que es de ordinaria
186 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 513 x)
BIBLIOGRAFÍA
ocurrencia en este tipo de seguros, que el asegurado, por no haberse percatado o no haber
participado en los hechos, o, porque el tercero no manifestó haber sufrido daño alguno
como consecuencia de los mismos, no efectúa la denuncia del siniestro sino cuando recibe
judicial o extrajudicialmente noticia del reclamo”. Véase historia de la ley Nº 20.667,
p. 64. Sobre la problemática del siniestro en los seguros de responsabilidad civil, véase
por todos, REGLERO (2006) pp. 752 y ss.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 513 y) 187
ARTÍCULO 513 Y)
COMENTARIO
3
SÁNCHEZ CALERO (2001) pp. 497-499.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 513 y) 189
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 514
ArtícuOR3URSXHVWD/DSURSRVLFLyQGHFHOHEUDUXQFRQWUDWRGHVHJXUR
deberá expresar la cobertura, los antecedentes y circunstancias necesarios
SDUDDSUHFLDUODH[WHQVLyQGHORVULHVJRV
Para estos efectos, el asegurador deberá entregar al tomador, por escrito,
WRGD OD LQIRUPDFLyQ UHODWLYD DO FRQWHQLGR GHO FRQWUDWR TXH VH FHOHEUDUi
Ésta deberá contener, al menos, el tipo de seguro de que se trata, los riesgos
cubiertos y las exclusiones; la cantidad asegurada, forma de determinarla y
ORVGHGXFLEOHVODSULPDRPpWRGRSDUDVXFiOFXORHOSHUtRGRGHGXUDFLyQ
GHOFRQWUDWRDVtFRPRODH[SOLFLWDFLyQGHODIHFKDGHLQLFLR\WpUPLQRGHOD
cobertura.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513 q), 554 y 527 Nº 1.
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
1
Así, en el boletín Nº 5185-03. Moción de los Señores Diputados, Jorge BURGOS
VARELA, Juan BUSTOS RAMÍREZ, Alberto CARDEMIL HERRERA, Edmundo ELUCHANS URENDA,
Marcelo FORNI LOBOS, Renán FUENTEALBA VILDÓSOLA, Sergio OJEDA URIBE, Eduardo SAFFIRIO
SUÁREZ, Patricio VALLESPÍN LÓPEZ, Mario VENEGAS CÁRDENAS. Fecha 10 de julio de 2007.
Cuenta en Sesión 47, Legislatura 355. La historia de la norma se encuentra disponible en:
www.leychile.cl. [fecha de consulta: 16 de junio de 2014] p. 6.
2
“Art. 514 Propuesta. La proposición de celebrar un contrato de seguro deberá expresar
la cobertura y los antecedentes y circunstancias necesarios para apreciar la extensión de
los riesgos”. Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.
cl. [fecha de consulta: 16 de junio de 2014] p. 21.
3
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 70.
4
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 71.
192 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 514
Es por ello que la propuesta del seguro del artículo 514 del C.com., a
poco andar, se entendió que debía ser vinculante, rasgo que mantuvo hasta
ODGLFWDFLyQGHODUWtFXORHQHOWH[WRGH¿QLWLYR)XHGXUDQWHODWUDPLWDFLyQHQ
el Senado que, en el segundo informe de la Comisión de Hacienda, ante una
consulta del Senador NOVOA, el Fiscal de Seguros de la Superintendencia de
Valores y Seguros de la época explicó que, “jurídicamente, la propuesta del
contrato de seguro puede ser formulada tanto por el asegurador como por
el asegurado. En seguros masivos, de hecho, lo que existe es una propuesta
permanente que los asegurados y tomadores recogen, suscribiendo lo que
se ofrece. En otros casos, es el tomador o asegurado quien formaliza una
propuesta al asegurador, quien la acepta o no”.5
Por su parte, la Coordinadora de Mercado de Capitales del Ministerio
de Hacienda de la época, acotó, precisando el alcance de la propuesta, que
“en los seguros masivos se está en presencia de los denominados contratos
de adhesión. Los otros casos corresponden, por ejemplo, a la necesidad que
XQDHPSUHVDWLHQHGHDVHJXUDUXQDSODQWDGHRSHUDFLRQHVSDUDORTXHGH¿QH
cuáles son las coberturas que requiere y realiza una propuesta a un asegura-
dor”6. Es precisamente ese el espíritu de la norma del inciso segundo de este
artículo 514 inciso segundo, que lleva al tomador a entregar “por escrito,
toda la información relativa al contenido del contrato que se celebrará”.7
5
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 382.
6
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 382.
7
Don Osvaldo CONTRERAS expresó, en la misma sesión en el Congreso, que:
“normalmente, la propuesta de celebración se verifica con ocasión de los seguros
individuales, en que el asegurado, en base a un cuestionario que le proporciona la compañía,
le indica al asegurador qué cobertura requiere. Algo distinto acontece en otros contratos de
seguros, en que una empresa grande llama a las aseguradoras a competir para adjudicarse
su cartera de seguros. Y una tercera alternativa se verifica con ocasión de los seguros
colectivos. A su entender, expresó, la redacción del artículo 514 se refiere solamente al
primero de estos casos, en consonancia con la definición de propuesta del artículo 513. Y
si se agregara el segundo inciso contenido en la indicación Nº 3, a mayor abundamiento,
se estaría introduciendo un elemento de confusión, pues su redacción no se aviene con la
idea de que es el asegurado quien formula una propuesta: por el contrario, se traspasa al
asegurador la obligación de entregar una determinada información al tomador”. Así en la
historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de consulta:
16 de junio de 2014] p. 382.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 514 193
8
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 383.
194 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 514
sería que la certeza jurídica generada no pueda ser alterada”.9 Visto así,
la propuesta misma puede crear incerteza jurídica, como se mencionó.10
Nos parece que en este iter de creación del seguro, la propuesta cumple
una función de garantía imprescindible que precisa de manera clara “al me-
nos, el tipo de seguro de que se trata, los riesgos cubiertos y las exclusiones;
la cantidad asegurada, forma de determinarla y los deducibles; la prima o
método para su cálculo; el período de duración del contrato, así como la
explicitación de la fecha de inicio y término de la cobertura”.
Estimamos que esto, lejos de constituir un riesgo a la certeza jurídica,
vincula al asegurador sobre las cosas esenciales en un seguro, el objeto del
seguro es el riesgo asegurado, lo que representa una clara ventaja para el
asegurado. Aquí debieran quedar expresadas todas las delimitaciones tem-
porales de cobertura, las cláusulas de cobertura retroactiva e incluso aquellas
de cobertura posterior.11 La propuesta exige, en este sentido, de parte de
la aseguradora, la inspección de los riesgos ya que asume una función de
garantía de un deber precontractual de información, determinante para la
celebración e interpretación posterior del contrato de seguro.12
Resulta, por lo tanto, insoslayable que el artículo 514 del C.com. debe
ser concordado con el artículo 17, letra B de la ley Nº 19.496, ya que el
asegurador deberá entregar al tomador, por escrito, toda la información
relativa al contenido del contrato que se celebrará. En efecto, la norma del
artículo 17 Letra B de la LPC señala expresamente que debe señalarse: “c)
ODGXUDFLyQGHOFRQWUDWRRVXFDUiFWHUGHLQGH¿QLGRRUHQRYDEOHDXWRPiWL-
camente, las causales, si las hubiere, que pudieran dar lugar a su término
anticipado por la sola voluntad del consumidor (…)” con sus respectivos
plazos de aviso previo.
9
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 387. Intervención del Senador JOVINO NOVOA.
10
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl.
[fecha de consulta: 16 de junio de 2014] p. 387. Intervención del Senador EDUARDO FREI.
11
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 1654.
12
Sobre este aspecto, en general, véase RÍOS OSSA (2014).
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 514 195
Hoy no queda duda que la oferta, como acto formador del contrato
de seguro, consensual y de adhesión en gran parte de los casos, descansa
no en el tomador o asegurado consumidor, sino más bien en el asegurado
proveedor. La carga de la prueba del cumplimiento de esta obligación co-
rresponde al predisponente, es decir, al asegurador. Se pretende con ello
que el asegurado tenga la oportunidad de tomar conocimiento real de las
cláusulas del contrato, antes de la celebración del mismo.
La información servirá para reducir la asimetría entre las partes, y en
esto hay una clave, debe ser clara y precisa, estar a disposición siempre.
Da lo mismo si el consumidor o tomador del seguro la va a leer o si no la
entiende porque su nivel de comprensión intelectual es bajo. Esto es irre-
levante, lo más importante es que fue simplemente capaz de haberla leído
porque la aseguradora se la puso a disposición de la forma en que manda la
ley. Este es el estándar que se habrá se satisfacer. El deber de información
es una carga para el asegurador, nacida legalmente para satisfacer deberes
precontractuales de comportamiento, los que pueden dar origen a respon-
sabilidad o culpa in contrahendo.13
La SVS, en línea con lo anterior, ya señaló esta ideas en la Circular
Nº 2.126, detallando que en la propuesta de seguros los corredores deberán
hacer constar, por escrito, las propuestas de seguros que reciban para su
intermediación. Su redacción es prácticamente igual a la referida en el ar-
tículo 514 inciso segundo, sólo agregándose que también deberá indicarse
el nombre y RUT del corredor y de quien intervino por cuenta de él.
La NCG 347 se relaciona también con el art. 514 de la ley Nº 20.667,
limitando la fecha de vigencia de la oferta.14(VWDQRUPDPRGL¿FyOD1&*
13
BARRIENTOS (2008) pp. 7-47; DE LA MAZA (2010) pp. 59 y ss.; GARCÍA RUBIO y OTERO
(2010) p. 23.
14
Véase en depósito de pólizas www.svs.cl. [fecha de consulta: 23 de diciembre de
2013]. La NCG 347 tiene vigencia desde el 1 de julio de 2013 y se aplica a todas las
licitaciones que deban iniciarse a contar de esa fecha. Disponible en www.svs.cl (fecha
de consulta 5 de enero de 2013). La norma fue dictada según lo dispuesto en el artículo
40 del D.F.L. Nº 251, de 1931, y las facultades que confiere la ley a las Superintendencias
de Valores y Seguros y de Bancos e Instituciones Financieras. Son instrucciones de
cumplimiento obligatorio para los bancos, cooperativas, agentes administradores de mutuos
hipotecarios endosables, cajas de compensación de asignación familiar y cualquier otra
entidad que tenga dentro de su giro otorgar créditos hipotecarios, y a las Compañías de
Seguros de Vida y de Seguros Generales. Para los efectos de esta norma reglamentaria,
196 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 514
15
“Se entenderá por soporte duradero el sistema técnico de transmisión, almacenamiento
y resguardo de la información grabada de la comunicación, el que deberá encontrarse a
disposición del asegurado y de este Servicio cuando éste lo requiera.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 514 199
BIBLIOGRAFÍA
En todo caso, el sistema de oferta y promoción de seguros que regula esta circular deberá
comprender mecanismos de seguridad que resguarden la confidencialidad, integridad, no
repudio y autenticación de la información registrada.
a) Confidencialidad: Garantía que la aceptación del seguro y la información
proporcionada por el asegurable sólo podrá ser utilizada por el oferente del servicio.
b) Integridad: Garantía que la información no será alterada durante la transmisión
y mantención.
c) No repudio: Garantía que el oferente del seguro no podrá negar su autoría y contenido.
d) Autenticación: Garantía que la persona a quien se ofrece el seguro corresponda
efectivamente a aquella a quien se ha querido contactar.
La entidad oferente del seguro será responsable por el permanente cumplimiento de todas
las medidas de seguridad señaladas precedentemente, como de aquellas que correspondan
para garantizar la conservación de las bases de datos y grabaciones, y evitar su transferencia
o divulgación a personas no autorizadas.
La Superintendencia podrá requerir en cualquier momento copia de la grabación
telefónica y demás antecedentes relativos a los seguros comercializados telefónicamente”.
Todas las normas administrativas de SVS que se señalarán a continuación, están disponible
en www.svs.cl (fecha de consulta 19 de julio de 2014).
200 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 515
ARTÍCULO 515
$UWtFXOR&HOHEUDFLyQ\SUXHEDGHOFRQWUDWRGHVHJXUR(OFRQWUDWR
de seguro es consensual.
La existencia y estipulaciones del contrato se podrán acreditar por todos los
medios de prueba que contemplen las leyes, siempre que exista un principio
de prueba por escrito que emane de cualquier documento que conste en
WpOH[ID[PHQVDMHVGHFRUUHRHOHFWUyQLFR\HQJHQHUDOFXDOTXLHUVLVWHPD
GHWUDQVPLVLyQ\UHJLVWURGLJLWDORHOHFWUyQLFRGHODSDODEUDHVFULWDRYHUEDO
1RVHDGPLWLUiDODVHJXUDGRUSUXHEDDOJXQDHQFRQWUDGHOWHQRUGHODSyOL]D
TXHKD\DHPLWLGROXHJRGHODSHUIHFFLyQGHOFRQWUDWR
Cuando el seguro conste de un certificado de cobertura definitivo, se enten-
derá que forman parte de éste los términos y condiciones de la respectiva
SyOL]DGHVHJXURFROHFWLYRRIORWDQWH
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
1
La historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de
consulta: 10 de julio de 2014], pp. 7, 21, 56 y 71.
2
La historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de
consulta: 08 de julio de 2014], pp. 92 y 126.
202 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 515
3
La historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de
consulta: 08 de julio de 2014], p. 92.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 515 203
laboral remunerada. Por ello, es importante que para probar este contrato
y perfeccionarlo se establezca algún mecanismo de formalización”.4
4
La historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de
consulta: 10 de junio de 2014] p. 263. Intervención del diputado FELIPE HARBOE.
5
Redacción del abogado integrante JORGE BARAONA GONZÁLEZ. Rol Nº 12.355-11
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. NIBALDO
204 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 515
“fallo Cencosud”), se señaló que “para esta Corte constituye una alteración
XQLODWHUDODORVFRQWUDWRVFXDOTXLHUQRWL¿FDFLyQTXHVHKDJDDORVFOLHQWHVVL
FRPRFRQVHFXHQFLDGHHOODVHSURFHGHDPRGL¿FDUORVWpUPLQRVGHOPLVPR
GHMiQGROHVODRSFLyQGHDFHSWDUODPRGL¿FDFLyQRGHSRQHUWpUPLQRDOFRQ-
trato, desconociendo así el derecho que les asiste a mantener la convención
HQORVWpUPLQRVLQLFLDOPHQWHSDFWDGRVVLQODPRGL¿FDFLyQSURSXHVWD8QD
cláusula que autoriza este procedimiento, supone darle legitimación a la
HPSUHVDSDUDPRGL¿FDUODFRQYHQFLyQXQLODWHUDOPHQWHGHVGHHOPRPHQWR
que niega al consumidor su derecho a mantener la operación del contrato,
WDOFXDOVHKDEtDLQLFLDOPHQWHSDFWDGR1RSXHGHVHUVX¿FLHQWHSDUDMXVWL¿-
car la cláusula en análisis, el hecho que Cencosud no le impuso al cliente
ODPRGL¿FDFLyQSXHVEDVWDSDUDYXOQHUDUHODUWtFXOROHWUDD/3&TXH
el cliente no pueda continuar con el contrato en los términos inicialmente
pactados. Existe, por este sólo hecho, una contravención al artículo 16 letra
a) (LPC), y la cláusula debe considerarse abusiva”.6
A nadie puede extrañar, que hoy en día en Chile, la formación del
contrato ya no se rige solamente por las reglas del Código de Comercio en
la contratación de los seguros, sino que también por las reglas de la LPC.
El tomador actual de seguros se enfrenta a un contrato de adhesión en toda
regla y disciplina, consensual, pero redactado hasta en sus detalles por una
compañía de seguros, que tiene, en la enorme mayoría de las oportunidades,
un claro panorama sobre el riesgo de la contratación y las características del
asegurado, no pocas veces, desconocidas para el propio eventual tomador
o consumidor de seguros.7 Se pretende con ello que el asegurado tenga la
oportunidad de tomar conocimiento real de las cláusulas del contrato antes
de la celebración del mismo. Este es un mínimo normativo que obliga a las
compañías aseguradoras.
Si sólo recurrimos a las normas del C.com., creemos que en los artículos
512, 515 y 516 del C.com. no aseguran de ninguna manera el conocimiento
por parte del consumidor de la información propiamente tal y menos se
garantiza la oportunidad de tal conocimiento. Es importante este punto
SEGURA P., JUAN ARAYA E., GUILLERMO SILVA G., JUAN FUENTES B. y Abogado Integrante
Sr. JORGE BARAONA G.
6
Fallo Cencosud. Considerando quinto de la sentencia de veinticuatro de abril de dos
mil trece.
7
Sobre estas ideas, PIZARRO WILSON-PÉREZ LÓPEZ (2013) pp. 52 y ss.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 515 205
275$61250$6&+,/(1$648(,1)/8<(162%5(
(/'(%(5'(,1)250$&,Ï1<35238(67$$/720$'25
&21680,'25'(/6(*852
8
$UWtFXOR$(QORVFRQWUDWRVFHOHEUDGRVSRUPHGLRVHOHFWUyQLFRV\HQDTXpOORVHQ
que se aceptare una oferta realizada a través de catálogos, avisos o cualquiera otra forma
de comunicación a distancia, el consentimiento no se entenderá formado si el consumidor
no ha tenido previamente un acceso claro, comprensible e inequívoco de las condiciones
generales del mismo y la posibilidad de almacenarlos o imprimirlos.
La sola visita del sitio de internet en el cual se ofrece el acceso a determinados
servicios, no impone al consumidor obligación alguna, a menos que haya aceptado en
forma inequívoca las condiciones ofrecidas por el proveedor.
8QDYH]SHUIHFFLRQDGRHOFRQWUDWRHOSURYHHGRUHVWDUiREOLJDGRDHQYLDUFRQILUPDFLyQ
escrita del mismo.
Ésta podrá ser enviada por vía electrónica o por cualquier medio de comunicación que
garantice el debido y oportuno conocimiento del consumidor, el que se le indicará previamente.
Dicha confirmación deberá contener una copia íntegra, clara y legible del contrato.
206 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 515
9
Información disponible en http://www.sernac.cl/wp-content/uploads/2012/12/guia-
de-alcances-juridicos-para-contratos-a-distancia-sernac.pdf (fecha de consulta 10 de enero
de 2014).
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 515 207
,GHQWL¿FDFLyQGHORIHUHQWHFRPSDxtDGHVHJXURVUHVSHFWLYD\GHPiV
copartícipes en la promoción u oferta de seguro;
Tratándose de seguros colectivos, deberá indicarse que se está ofre-
ciendo la incorporación como asegurado a una póliza o contrato de seguro
colectivo cuyas condiciones han sido convenidas por .......... (indicar nombre
del contratante) directamente con la compañía de seguros.
Lo anterior no obsta al cumplimiento de las demás disposiciones de la
Circular Nº 2.123.
3. Características del seguro, indicando las coberturas ofrecidas, con-
diciones especiales de asegurabilidad, exclusiones, carencias, deducibles,
franquicias, duración del contrato, causales de término anticipado, vigencia
y suma asegurada;
4. Costo total para el asegurado, incluyendo prima, impuestos y cual-
quier otro recargo;
5. Modalidades de pago de la prima;
6. Existencia, duración y forma de ejercicio del derecho a retracto del
contratante o asegurado;
'HUHFKRGHODVHJXUDGRDSRQHU¿QDQWLFLSDGRDOFRQWUDWRHQFXDOTXLHU
momento, comunicándolo al asegurador, salvo las excepciones legales.
8. Plazo máximo y forma de entrega de la póliza. El plazo de entrega
no podrá exceder al indicado en el Código de Comercio.
Toda información deberá comunicarse de manera clara y comprensi-
ble ajustándose estrictamente a las condiciones de los seguros ofrecidos,
evitando inducir a error o confusión para su aceptación y celebración. Se
deberá señalar explícitamente que la oferta corresponde a un seguro y no a
RWURWLSRGHVHUYLFLRREHQH¿FLR
(QFDVRTXHHOFOLHQWHDVHJXUDEOHPDQL¿HVWHVXLQWHUpVSRUFRQWUDWDUHO
seguro ofrecido, deberá en forma previa a obtener su aceptación, y como
PHGLGDGHUHVSDOGRDVXYROXQWDGFRQ¿UPDUVXVGDWRVSHUVRQDOHVGHELHQGR
además el oferente entregarle sus datos de contacto.
En el punto V. se expresa un “DERECHO DE RETRACTO”. Seña-
lándose que: “En los contratos de seguro celebrados telefónicamente, el
contratante o asegurado tendrá la facultad de retractarse dentro del plazo de
diez días, contado desde que reciba la póliza, sin expresión de causa ni cargo
alguno, teniendo el derecho a la devolución de la prima que hubiere pagado.
El derecho de retracto deberá informarse en forma destacada en la co-
municación de envío de la póliza, sin perjuicio de lo dispuesto en el numeral
6 del Título III de la presente Circular.
208 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 515
BIBLIOGRAFÍA
10
“Se entenderá por soporte duradero el sistema técnico de transmisión, almacenamiento
y resguardo de la información grabada de la comunicación, el que deberá encontrarse a
disposición del asegurado y de este Servicio cuando éste lo requiera.
En todo caso, el sistema de oferta y promoción de seguros que regula esta circular deberá
comprender mecanismos de seguridad que resguarden la confidencialidad, integridad, no
repudio y autenticación de la información registrada.
a) Confidencialidad: Garantía que la aceptación del seguro y la información
proporcionada por el asegurable sólo podrá ser utilizada por el oferente del servicio.
b) Integridad: Garantía que la información no será alterada durante la transmisión y
mantención.
c) No repudio: Garantía que el oferente del seguro no podrá negar su autoría y contenido.
d) Autenticación: Garantía que la persona a quien se ofrece el seguro corresponda
efectivamente a aquella a quien se ha querido contactar.
La entidad oferente del seguro será responsable por el permanente cumplimiento de todas
las medidas de seguridad señaladas precedentemente, como de aquellas que correspondan
para garantizar la conservación de las bases de datos y grabaciones, y evitar su transferencia
o divulgación a personas no autorizadas.
La Superintendencia podrá requerir en cualquier momento copia de la grabación
telefónica y demás antecedentes relativos a los seguros comercializados telefónicamente”.
Todas las normas administrativas de SVS que se señalarán a continuación, están disponible
en www.svs.cl (fecha de consulta 19 de julio de 2014).
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 516 209
ARTÍCULO 516
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
(ODUWtFXORSUiFWLFDPHQWHQRWXYRPRGL¿FDFLRQHVGHVGHTXHLQLFLyVX
andadura legislativa para convertirse en ley. Recién en el segundo informe
de la Comisión de Hacienda fue presentada una indicación, la Nº 4 especí-
¿FDPHQWHSDUDLQFRUSRUDUDFRQWLQXDFLyQGHOSXQWRDSDUWHTXHSDVyD
ser punto seguido (.), la siguiente oración en el inciso primero del mismo:
“También podrá contratarse por cuenta de un tercero indeterminado pero
determinable, según lo estipulen las partes, individualizando al asegurado en
la póliza bajo la fórmula ‘quien corresponda’”.1 Se señaló en tal oportunidad
que “la indicación tiene el mérito de recoger una modalidad de contratación
del seguro con amplia utilización en la práctica. Esto, ciertamente, coincide
FRQOD¿QDOLGDGGHOSUR\HFWRGHOH\GHDFWXDOL]DUODOHJLVODFLyQGHVHJXURV
contenida en el Código de Comercio”.2
La norma del artículo 516 del C.com. permite advertir una de las ca-
racterísticas propias de los seguros, que lo hace ser un recurrente ejemplo
de excepción al principio de efecto relativo de los contratos. Los efectos
del acto celebrado por las partes pueden radicarse en un tercero distinto de
ellas. Aquí el tomador del seguro es el que traspasa el riesgo a la entidad
DVHJXUDGRUD/RVEHQH¿FLDULRVHQHOVHJXURVHLQGHSHQGL]DQGHOWRPDGRU
puede ser una misma persona la que reúna ambas calidades, pero puede que
1
La indicación fue aprobada, con una enmienda meramente formal, por la unanimidad
de los miembros presentes de la Comisión, Honorables Senadores señores FREI, GARCÍA,
LAGOS y NOVOA. Una vez reabierto el debate, más tarde, en virtud del acuerdo general a
que arribaran los asesores del Ejecutivo y de los parlamentarios, a la misma aprobación
concurrió la totalidad de los integrantes de la Comisión, Honorables Senadores señora
RINCÓN y señores FREI, GARCÍA, LAGOS Y NOVOA. La historia de la norma se encuentra
disponible en: www.leychile.cl. [fecha de consulta: 8 de julio de 2014], p. 384.
2
Intervención de la Coordinadora de Mercado de Capitales del Ministerio de Hacienda
de la época, señorita CELEDÓN. Así en la historia de la norma se encuentra disponible en:
www.leychile.cl. [fecha de consulta: 8 de julio de 2014], p. 384.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 516 211
no lo sea. Es la técnica propia del artículo 1449 del Código Civil que aparece
entre líneas en este artículo, sólo en este evento estaremos frente a la con-
tratación por cuenta ajena. SÁNCHEZ CALERO señala que en “la contratación
por cuenta ajena el tomador del seguro gestiona el interés del asegurado,
ya que mediante el contrato se preocupa de su protección”.3 Cada vez que
se contrate el seguro por una persona que actúa en favor de un tercero,
es decir por cuenta ajena, es el tercero quien realmente tiene interés en la
conservación del bien expuesto al riesgo.
El inciso segundo del artículo 516 del C.com. tiene, a nuestro entender,
tres supuestos distintos de contratación, es por ello que estimamos que este
artículo no es sólo descriptor del contrato de seguro por cuenta ajena, lo que
puede llevar a alguna confusión. En efecto, se contempla la contratación
por cuenta propia y directa; la contratación por cuenta propia pero repre-
sentado por un tercero; y la contratación que le da nombre a este artículo,
por cuenta ajena.
Contratar por cuenta ajena puede hacerse, de acuerdo a esta norma,
como mandatario o apoderado de una tercera persona debidamente indi-
vidualizada, o bien que el tomador del seguro, quien estuvo presente en
HODFWRGHFHOHEUDFLyQGHOVHJXURQRVHSDTXLpQVHUi¿QDOPHQWHHOEHQH-
¿FLDULR(QHVWH~OWLPRFDVRODQRUPDHQFRPHQWRHQVXLQFLVRSULPHUR
SDUWH¿QDOVHxDODTXH³SRGUiFRQWUDWDUVHSRUFXHQWDGHXQWHUFHURLQGHWHU-
minado pero determinable, según lo estipulen las partes, individualizando
al asegurado en la póliza bajo la fórmula “a quien corresponda”. En el
seguro que esto ocurre con más frecuencia es en el de transportes, ya que
aquí una mercadería en tránsito será franqueada por distintas porteadores
DQWHVGHOOHJDUDVXGHVWLQDWDULR¿QDO\ORVVXFHVLYRVWUDQVSRUWLVWDVGHEHUiQ
costear el precio del seguro para resguardarse de los posibles riesgos. En
este tipo de contratos de seguros las pólizas quedan abiertas y por cuenta
de a quien vaya correspondiendo los distintos riesgos, respectivamente,
a medida que el tránsito de la mercancía se vaya produciendo.
El artículo 516 del C.com. es muy similar al artículo 7 de la ley
Nº 50/1980, de Contrato de Seguro española. En ella, “Si el tomador del
seguro y el asegurado son personas distintas, las obligaciones y los deberes
que derivan del contrato corresponden al tomador del seguro, salvo aquellos
que por su naturaleza deban ser cumplidos por el asegurado [...].
3
SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 215 y ss.
212 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 516
4
D ICCIONARIO M APFRE DE S EGUROS . Disponible en: http://www.mapfre.com/
wdiccionario/terminos/vertermino.shtml?s/seguro-por-cuenta-ajena.htm y http://www.
mapfre.com/wdiccionario/terminos/vertermino.shtml?c/cuenta-ajena-seguro-por-.htm,
fecha de consulta: 20 de julio de 2014.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 516 213
BIBLIOGRAFÍA
5
Sobre esta modalidad, el interesante trabajo de DONATI (1954) pp. 69 y ss.
214 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 517
ARTÍCULO 517
GHUHFLELGDODQRWLILFDFLyQHQFX\RFDVRGHEHUiUHVWLWXLUVHODSULPDTXHVH
KXELHUHDERQDGRGHVGHODPRGLILFDFLyQ
6LODFRPXQLFDFLyQGHUHQXQFLDVHKXELHUHSUHVHQWDGRDQWHHOWRPDGRURHO
intermediario, se presumirá su conocimiento por el asegurador a contar
GHODIHFKDGHVXSUHVHQWDFLyQ
(OWRPDGRUHVUHVSRQVDEOHGHORVGDxRVFDXVDGRVSRUVXDFWXDFLyQHQODV
SyOL]DVFROHFWLYDVHQTXHLQWHUYHQJDVLQSHUMXLFLRGHODUHVSRQVDELOLGDG
del asegurador por las gestiones que hubiere encomendado. El asegura-
dor no podrá oponer al asegurado los errores, omisiones o deficiencias
del tomador.
(QHVWHWLSRGHFRQWUDWRVGHVHJXURODLQGHPQL]DFLyQGHORVVLQLHVWURVFHGH
a favor del asegurado afectado por ellos, o del beneficiario, en su caso.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513 r), q), w); 514; 515 y 529
Nº 1.
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
1
Moción de los Señores Diputados, JORGE BURGOS VARELA, JUAN BUSTOS RAMÍREZ,
ALBERTO CARDEMIL HERRERA, EDMUNDO ELUCHANS URENDA, MARCELO FORNI LOBOS, RENÁN
FUENTEALBA VILDÓSOLA, SERGIO OJEDA URIBE, EDUARDO SAFFIRIO SUÁREZ, PATRICIO VALLESPÍN
LÓPEZ, MARIO VENEGAS CÁRDENAS. Fecha 10 de julio, 2007. Cuenta en Sesión 47, Legislatura
355. La historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de consulta:
16 de junio de 2014] p. 4.
2
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 7.
3
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] pp. 201, 211.
216 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 517
4
(ORULJLQDOLQFLVRVpSWLPRILQDOPHQWHPRGLILFDGRHQODOH\1H[SUHVDED
que: “En los seguros contratados colectivamente, el asegurador, el tomador y el corredor de
la póliza serán solidariamente responsables de los daños que experimenten los asegurados
y quienes hayan solicitado su incorporación a la póliza, como consecuencia de errores,
omisiones, inexactitudes o defectos en la gestión del seguro y particularmente por los que
VHSURGX]FDQFRPRFRQVHFXHQFLDGHIDOWDGHLQIRUPDFLyQRGHLQIRUPDFLyQH[WHPSRUiQHD´
5
$VtHQODKLVWRULDGHODQRUPDTXHVHHQFXHQWUDGLVSRQLEOHHQZZZOH\FKLOHFO>IHFKD
GHFRQVXOWDGHMXQLRGH@S
6
$Vt OR VHxDOD H[SUHVDPHQWH OD KLVWRULD GH OD OH\ 1 'LVSRQLEOH HQ KWWS
ZZZOH\FKLOHFO&RQVXOWDSRUWDGDBKO"WLSRBQRUPD ;; QURBOH\ DQLR
S(QHOPLVPRVHQWLGRSRUFLWDUDOJXQDVSiJLQDVHQTXHVHPHQFLRQDHVWDYLVLyQGHO
SUR\HFWRSSHQWUHRWURV
7
(QXVRGHVXVIDFXOWDGHVFRQVWLWXFLRQDOHVHO3UHVLGHQWHGHOD5HS~EOLFDUHLWHUyHOGH
julio de 2010, las indicaciones efectuadas al proyecto de ley, mediante Mensaje Presidencial
1GHGHPD\RGH(QWUHHVDVLQGLFDFLRQHVYHQtDHVWDLQGLFDFLyQVREUHOD
HOLPLQDFLyQGHVROLGDULGDGGHOLQFLVRVpSWLPRGHODUWtFXORGHO&yGLJRGH&RPHUFLR
$VtHQODKLVWRULDGHODQRUPDTXHVHHQFXHQWUDGLVSRQLEOHHQZZZOH\FKLOHFO>IHFKDGH
FRQVXOWDGHMXQLRGH@SS\VV(ODUWtFXORFRQODLQGLFDFLyQIXHDSUREDGR
SRUPD\RUtDGHYRWRV(QODKLVWRULDGHODQRUPDS
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 517 217
8
Don OSVALDO CONTRERAS presentó un trabajo advirtiendo este problema. Así en la
historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de consulta:
16 de junio de 2014] pp. 93 y ss.
9
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 72.
10
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 185.
11
Ideas expresadas por don OSVALDO MACÍAS, entonces Intendente de Seguros de la
Superintendencia de Valores y Seguros. Así en la historia de la norma que se encuentra
disponible en: www.leychile.cl. [fecha de consulta: 16 de junio de 2014] p. 72.
218 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 517
12
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 72.
13
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 326.
14
Ley publicada en el Diario Oficial el 5 de diciembre de 2011. La historia de la norma
se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de consulta: 10 de junio de 2014].
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 517 219
15
DÍAZ RUIZ y LARRAGA (1997) p. 30.
220 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 517
\SRULQÀXLUGLUHFWDPHQWHHQVXVGHUHFKRVSURWHJLGRVHQWHQGHPRVTXHULJH
plenamente para los contratos colectivos de seguros.16 El envío de una carta
FHUWL¿FDGDSRUHODVHJXUDGRUQRHVXQPHGLRDGHFXDGRSRUQRD\XGDUD
acreditar ni el contenido de la carta, ni que esta ha llegado al domicilio del
asegurado, ni, en tal caso, que el asegurado o tomador tenga conocimiento
de su contenido) para probar la voluntad de renovar o denunciar unilateral-
mente el contrato de seguro.
En la reciente Circular Nº 2.148, de 8 de abril de 2014, se expresa que
a propósito de la “IV. ACEPTACIÓN DE LA OFERTA DE SEGUROS.
Establecida la comunicación entre la compañía de seguros oferente, o in-
termediario, y el destinatario de la oferta, la aceptación de este último dará
16
Así lo expresa el fallo Cencosud, en lo que cabe, para los productos financieros, en
su considerando quinto, al señalar que: “Para esta Corte constituye una alteración unilateral
a los contratos, cualquier notificación que se haga a los clientes, si como consecuencia
de ella se procede a modificar los términos del mismo, dejándoles la opción de aceptar la
modificación o de poner término al contrato, desconociendo así el derecho que les asiste
a mantener la convención en los términos inicialmente pactados, sin la modificación
propuesta. Una cláusula que autoriza este procedimiento, supone darle legitimación a la
empresa para modificar la convención unilateralmente, desde el momento que niega al
consumidor su derecho a mantener la operación del contrato, tal cual se había inicialmente
pactado. No puede ser suficiente para justificar la cláusula en análisis, el hecho que
Cencosud no le impuso al cliente la modificación, pues, basta para vulnerar el artículo
16 letra a) que el cliente no pueda continuar con el contrato en los términos inicialmente
pactados. Existe, por este sólo hecho, una contravención al artículo 16 letra a), y la cláusula
debe considerarse abusiva”. El fallo, además, remata definitivamente esta idea, en el
considerando sexto, al señalar que “el uso de la tarjeta no necesariamente supone, de manera
inequívoca, que se ha aceptado la modificación, pues, para ello es indispensable acreditar
que cada cliente ha conocido de manera real la modificación propuesta unilateralmente
por la empresa (y no sólo presunta al haber recibido la notificación). En consecuencia,
es este hecho el que no puede tenerse como cierto con la mera notificación que en su
momento hizo Cencosud a los clientes. Mientras no haya certeza de dicho conocimiento en
cada tarjetahabiente, la circunstancia que hayan usado una tarjeta no es signo inequívoco
o concluyente de aceptación a la modificación propuesta; por lo mismo, derivar de ello
una aceptación, supone darle al silencio un sentido de manifestación de voluntad, que se
encuentra expresamente prohibido por el artículo 3 letra a) de la ley Nº 19.496. Luego, en
autos no existe prueba de que los clientes hayan expresado voluntad alguna, ni siquiera
tácita, de aceptación”. Fallo Rol Nº 12.355-11, de veinticuatro de abril de dos mil trece, de
la Corte Suprema. Redacción del abogado integrante Jorge BARAONA GONZÁLEZ. Pronunciado
por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres. Nibaldo SEGURA P., Juan
ARAYA E., Guillermo SILVA G., Juan FUENTES B. y Abogado Integrante Sr. Jorge BARAONA G.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 517 221
17
“La compañía deberá entregar la póliza al contratante del seguro o al corredor que la
hubiera intermediado dentro del plazo de cinco días hábiles desde la perfección del contrato.
El corredor, a su vez, deberá entregar la póliza al asegurado dentro del plazo de cinco
días hábiles siguientes a su recepción. Tratándose de seguros colectivos, la compañía o el
corredor deberán entregar la póliza al asegurado, en el plazo antes indicado, en atención a
lo señalado en el artículo 538 del Código de Comercio. Es responsabilidad de la compañía
de seguros o del corredor, en su caso, acreditar la entrega de la póliza al asegurado”. Todas
las normas administrativas de SVS que se señalarán a continuación, están disponible en
www.svs.cl (fecha de consulta 19 de julio de 2014).
18
Ese es precisamente el espíritu de la norma de tácita reconducción, ya en el contrato
de arrendamiento del Código Civil, artículos 1956 y 1957. Allí se expresa, en el artículo
1956, que por regla general la tácita reconducción es excepcional pues: “Art. 1956.
“Terminado el arrendamiento por desahucio, o de cualquier otro modo, no se entenderá
en caso alguno que la aparente aquiescencia del arrendador a la retención de la cosa
por el arrendatario, es una renovación del contrato. Si llegado el día de la restitución
no se renueva expresamente el contrato, tendrá derecho el arrendador para exigirla cuando
quiera”. (el subrayado es nuestro). Sólo si la cosa es raíz y se hubiere aceptado pagar la
renta, o si las partes hubieran aceptado de manera inequívoca, es decir, que no admite duda
o equivocación, en su intención de perseverar en esta relación, continuará ese contrato,
pero no por más de un tiempo limitado en los predios urbanos y rústicos. La misma norma
del artículo 1957 aclara que renovado el arriendo, todas las cauciones no se extenderán
a las obligaciones resultantes de su renovación. Es decir, la tácita reconducción es una
excepción, que hace desaparecer el efecto propio del pacto primero y sus obligaciones
accesorias y del que simplemente se sirven las partes. Esta es una prueba evidente de que
el contrato primitivo ha dejado ya de producir sus efectos jurídicos.
222 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 517
19
GOLDENBERG (2013) pp. 419 y ss.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 517 223
20
Esta circular reemplaza y deroga circulares Nº 1.457, de 1999, y Nº 1.759, de 2005.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 517 225
BIBLIOGRAFÍA
21
Todas las normas administrativas de SVS están disponibles en www.svs.cl (fecha de
consulta 19 de julio de 2014).
226 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 518
ARTÍCULO 518
$UWtFXOR0HQFLRQHVGHODSyOL]D/DSyOL]DGHVHJXURGHEHUiH[SUHVDU
DORPHQRV
/DLQGLYLGXDOL]DFLyQGHODVHJXUDGRUODGHODVHJXUDGR\ODGHOFRQWUDWDQWH
si no fuere el mismo asegurado. Si se hubiere designado beneficiario, se
LQGLFDUiVXLQGLYLGXDOL]DFLyQRODIRUPDGHGHWHUPLQDUOR
/DHVSHFLILFDFLyQGHODPDWHULDDVHJXUDGD
3. El interés asegurable;
4. Los riesgos que se transfieren al asegurador;
5. La época en que principia y concluye el riesgo para el asegurador;
6. La suma o cantidad asegurada, o el modo de determinarla;
7. El valor del bien asegurado, en caso de haberse convenido;
8. La prima del seguro, y el tiempo, lugar y forma de su pago;
/DIHFKDHQTXHVHH[WLHQGH\ODILUPDPDWHULDORHOHFWUyQLFDGHODVHJX-
rador, y
/DILUPDGHODVHJXUDGRHQDTXHOODVSyOL]DVTXHORUHTXLHUDQGHDFXHUGR
con la ley.
6HSUHVXPHTXHDFW~DQHQUHSUHVHQWDFLyQGHODVHJXUDGRUTXLHQHVILUPDQODV
SyOL]DVRGRFXPHQWRVTXHODVPRGLILTXHQ\TXHVXVILUPDVVRQDXWpQWLFDV
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513 a), 513 b), 513 c), 513 f),
513 n), 513 p), 514, 515, 519, 520, 521, 522, 523, 529 Nº 1, 530, 546, 552,
554, 567, 593 y 595. Artículos del D.F.L. Nº 251: 3 letra e). Artículos de
la LPC: 16, 17 y 17B. NCG 349 SVS.
COMENTARIO
1. GENERALIDADES
1
De este modo ocurre en el Derecho español. SÁNCHEZ CALERO, en su análisis del
artículo 8 de la LCS, señala que “la exigencia de la forma ha de estimarse, por consiguiente,
no ad substantiam o ad solemnitatem, sino ad probationem”. SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 233.
En el mismo sentido en la doctrina francesa ver LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR (2011) p. 211.
2
La norma vigente es más completa en este numeral que la sustituida, al precisar la
posible dualidad entre asegurado y contratante, e incorporar al beneficiario.
3
Sobre el presupuesto del interés asegurable, el artículo 520 del C.com., dispone:
“Interés asegurable. El asegurado debe tener un interés asegurable, actual o futuro, respecto
al objeto del seguro. En todo caso es preciso que tal interés exista al momento de ocurrir
el siniestro”.
228 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 518
4
Como sostiene MIQUEL en la doctrina española, “la libertad para vincularse e igualdad
ante las reglas jurídicas, están seriamente afectadas por un procedimiento contractual que
establece el contenido mediante condiciones generales o cláusulas predispuestas, más
aún cuando se trata de contratos con consumidores”. MIQUEL (2004) p. 10. Por su parte,
en la doctrina francesa, a juicio de LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR, la justicia conmutativa
busca el equilibrio en las prestaciones recíprocas que se deben las partes. En el caso de
los seguros se produce una tensión en la relación negocial, debido a la posición dominante
del asegurador. LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR (2011) p. 119.
5
Véase PAGADOR (1996) pp. 83 y ss.; MIQUEL (2004) pp. 7 y ss.
6
Véase por todos MOMBERG (2013) p. 191.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 518 229
El artículo 518 del C.com. ab initio señala que “la póliza de seguro
deberá expresar, a lo menos”, y con ello, se quiere establecer que el docu-
PHQWR MXVWL¿FDWLYR GH FXDOTXLHU VHJXUR GHEH H[SUHVDU FLHUWDV PHQFLRQHV
mínimas. Subyace, a nuestro parecer, un control de contenido mínimo del
contrato de seguro de parte del legislador8.
No se trata, a nuestro juicio, de una cuestión meramente probatoria9,
sino de garantizar al asegurado o contratante del seguro información por
una parte, y por la otra, una cobertura o garantía mínima y clara al contratar.
(QDTXHOORVFDVRVHQORVTXHQXHVWUROHJLVODGRUGH¿QHGHWHUPLQDGRVULHV-
gos –incendio, responsabilidad civil, crédito, vida, accidentes personales,
entre otros– el evento de peligro o necesidad cubierta está determinada ex
ante por el legislador. No obstante, en todos aquellos casos en los que el
VHJXURHVSHFt¿FRQRWLHQHXQDUHJXODFLyQHVSHFLDOHQODOH\ODVPHQFLRQHV
mínimas del artículo 518 adquieren relevancia y cumplen, a nuestro parecer,
una función de control de contenido del contrato seguro10. La lectura de la
citada norma en conjunto con otros artículos del C.com.11FRQ¿HUHQDTXLHQ
contrata un seguro la seguridad de un amparo mínimo frente a la ocurrencia
del evento cubierto.
De las menciones mínimas contenidas en el artículo 518 del C.com. al-
JXQDVGHHOODVVHUH¿HUHQDORVSUHVXSXHVWRVGHWRGRFRQWUDWRGHVHJXUR±HOORV
VHLQ¿HUHQGHODSURSLDGH¿QLFLyQGHODUWtFXORULHVJRSULPDVXMHWRV
prestaciones del asegurador y cobertura– como la mención del Nº 1 sobre “la
7
Véase en este sentido VEIGA (2008) p. 75. Si revisamos el Título VIII del Libro II
del Código de Comercio podemos observar diversas normas que cumplen una función de
control de contenido del Contrato de seguro. Sólo a modo ejemplar citamos: artículos 521,
530, 537, 570 inciso 2º, 572, 567, 588 y 589.
8
Véase en este sentido a propósito del artículo 17 de la LPC, PIZARRO y PÉREZ (2013)
pp. 359 y ss.
9
Cfr. SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 232 y ss.
10
Véase VEIGA (2009) p. 363.
11
Véanse artículos 514 y 529 Nº 1 del C.com.
230 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 518
2WURWySLFRLQVRVOD\DEOHVHUH¿HUHDODUHODFLyQHQWUHHODUWtFXORGHO
&FRP\OD/3&(QHVWHVHQWLGRFRQÀX\HQORVDUWtFXORVGHO&FRP12,
transcrito, y el artículo 17 B de la LPC13, que dispone lo siguiente:
Artículo 17 B.- Los contratos de adhesión de servicios crediticios, de seguros y, en
general, de cualquier producto financiero, elaborados por bancos e instituciones finan-
cieras o por sociedades de apoyo a su giro, establecimientos comerciales, compañías
de seguros, cajas de compensación, cooperativas de ahorro y crédito, y toda persona
natural o jurídica proveedora de dichos servicios o productos, deberán especificar
como mínimo, con el objeto de promover su simplicidad y transparencia, lo siguiente:
a) Un desglose pormenorizado de todos los cargos, comisiones, costos y tarifas que
expliquen el valor efectivo de los servicios prestados, incluso aquellos cargos, co-
misiones, costos y tarifas asociados que no forman parte directamente del precio o
que corresponden a otros productos contratados simultáneamente y, en su caso, las
exenciones de cobro que correspondan a promociones o incentivos por uso de los
servicios y productos financieros14.
b) Las causales que darán lugar al término anticipado del contrato por parte del pres-
tador, el plazo razonable en que se hará efectivo dicho término y el medio por el cual
se comunicará al consumidor15.
12
Confluye con este artículo el inciso segundo del artículo 514 del C.com.
13
De este modo lo señala la NCG 349. Sobre el artículo 17B de la LPC véanse DE LA
MAZA (2013) pp. 376 y ss.
14
Véanse artículos 514 inciso segundo y 529 Nº 1 del C.com.
15
A nuestro juicio, se han depositado pólizas en el registro de la SVS, que en una lectura
entre los artículos 537 del C.com. y el artículo 17B letra b) incorporaran como cláusulas
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 518 231
17
La NCG emitida por la SVS señala en su referencia: “Establece normas relativas al
depósito de pólizas y disposiciones mínimas de las pólizas de seguros. Deroga la norma
de carácter general Nº 124, de 2001”. Disponible en: <www.svs.cl, normativa>.
18
No podemos soslayar la reciente sentencia dictada por nuestra Corte Suprema
de Justicia, que ha señalado: “NOVENO: Que la parte demandada ha alegado, entre
otros aspectos, que la cláusula novena no puede infringir la letra g) del artículo 16,
puesto que habría sido revisada y autorizada por la Superintendencia de Bancos e
Instituciones Financieras. A este respecto, debe decirse que en autos sólo consta el
oficio de fojas 748, emanado del Director Jurídico de la Superintendencia de Bancos
e Instituciones Financieras, que da cuenta que esa institución, en procedimientos
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 518 233
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 519
$UWtFXOR (QWUHJD GH OD SyOL]D (O DVHJXUDGRU GHEHUi HQWUHJDU OD
SyOL]DRHOFHUWLILFDGRGHFREHUWXUDHQVXFDVRDOFRQWUDWDQWHGHOVHJXUR
o al corredor que la hubiera intermediado, dentro del plazo de cinco días
KiELOHVFRQWDGRGHVGHODSHUIHFFLyQGHOFRQWUDWR
(OFRUUHGRUGHEHUiHQWUHJDUODSyOL]DDODVHJXUDGRGHQWURGHORVFLQFRGtDV
KiELOHVVLJXLHQWHVDVXUHFHSFLyQ
(OLQFXPSOLPLHQWRGHODREOLJDFLyQGHHQWUHJDGHODSyOL]DGDUiGHUHFKR
al asegurado a reclamar daños y perjuicios al asegurador, o al corredor
en su caso.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513 d), 513 e), 513 p), 513 r),
515, 517, 518 y 567. Artículos del D.F.L. Nº 251: 3 letra e). Artículos de
la LPC: 17. Artículos del D.S. Nº 1.055: 10 Nº 4.
COMENTARIO
/DREOLJDFLyQGHHQWUHJDGHOGRFXPHQWRMXVWL¿FDWLYRGHOVHJXURSyOL]D
se encontraba regulada en el artículo 549 del C.com.1, norma hoy sustituida.
consecuencias del terremoto, en cuya oportunidad mucha gente que contrató un seguro
no tenía las pólizas. Por eso, desde ahora, será obligación del corredor y de la aseguradora
entregar la póliza para que el asegurado cuente con la información necesaria a fin de hacer
valer sus derechos”. Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 260.
2
Confluye el artículo 519 del C.com. con el artículo 17 de la LPC, que dispone lo
siguiente: “Tan pronto el consumidor firme el contrato, el proveedor deberá entregarle un
ejemplar íntegro suscrito por todas las partes. Si no fuese posible hacerlo en el acto por
carecer de alguna firma, entregará de inmediato una copia al consumidor con la constancia
de ser fiel al original suscrito por éste. La copia así entregada se tendrá por el texto fidedigno
de lo pactado, para todos los efectos legales”.
3
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 177.
4
Véase artículo 10 Nº 4 del D.S. Nº 1.055.
5
Sobre las obligaciones divisibles en el Derecho chileno, véase por todos, PEÑAILILLO
(2003) pp. 307 y ss.
6
Véanse en este sentido: DONATI, Vol. II (1954) p. 334; SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 177.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 519 237
7
Destacamos que la moción parlamentaria en esta materia contenía el siguiente
criterio normativo: “El asegurador y el corredor en su caso, deberán entregar la póliza
dentro de cinco días, bajo sanción de su responsabilidad por daños y perjuicios causados.
El asegurado podrá a su vez objetar los términos de la póliza recibida, y en la disputa
que se genere podrá acreditar sus verdaderos términos, valiéndose de todos los medios
de prueba que franquea la ley, incluyendo los electrónicos y digitales que sirven para
registrar la palabra, verbal o escrita, siguiendo el ejemplo que ya había dado el Seguro
Marítimo en 1988. Complementariamente se establece que, si el contenido de la póliza
difiere de lo convenido, el asegurado dispondrá de un plazo de un mes para reclamar,
expirado el cual se estará a lo que señale la póliza; pero para que rija esta norma será
preciso que el asegurador advierta al contratante o asegurado sobre su derecho a reclamar,
mediante una cláusula destacada de la póliza (artículo 519)”. Desconocemos las razones
de su eliminación, sí podemos sostener que seguramente el legislador pretendía incorporar
el deber de advertencia del §7º de la VVG. Véase historia de la ley Nº 20.667 pp. 7-56.
Por su parte, en la doctrina italiana, el fundamento de la entrega de la póliza está en el
valor probatorio de la misma. DONATI (1954) p. 334, Vol. II.
238 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 519
BIBLIOGRAFÍA
8
El inciso final del artículo 519 del C.com. repite la norma decimonónica del inciso
final del artículo 549, sustituido. La norma contemplada por el legislador del siglo XIX
regulaba el supuesto de no entrega de la póliza en tanto presupuesto de validez del seguro
(solemne), en aquellos casos en los que el asegurador y el asegurado habían ajustado
verbalmente el seguro. La falta de póliza provoca la invalidez del contrato –en el contexto
señalado–, por lo que ocurrido el siniestro el asegurado quedaba sin amparo.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 520 239
ARTÍCULO 520
COMENTARIO
2
ARELLANO ITURRIAGA (2013) p. 62.
3
Nº 7 de la moción en lo relativo a las principales características y ventajas del
proyecto respecto a la legislación vigente en ese momento.
4
Asimismo es muy común que este tipo de seguro se relacione con operaciones de
crédito hipotecario en que la ley obliga al contratante a tomar un seguro a favor del Banco
acreedor. VILLAGRÁN et al. (2012) pp. 67-104.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 520 241
En los seguros para el caso de muerte, si son distintas las personas del
tomador del seguro y del asegurado, será preciso el consentimiento escrito
de este último, con indicación del monto asegurado y de la persona del
EHQH¿FLDULR1RVHSRGUiFRQWUDWDUXQVHJXURSDUDHOFDVRGHPXHUWHVREUH
la cabeza de menores de edad o de incapacitados. Los seguros contratados
en contravención a estas normas serán absolutamente nulos y el asegurador
estará obligado a restituir las primas percibidas, pudiendo retener el importe
de sus gastos, si ha actuado de buena fe”.
El derogado artículo 569 del C.com. de 1865 exigía que el interés asegu-
rable fuese “actual y efectivo”5. Que fuese actual se refería a que existiese
al momento GHYHUL¿FDUVHODFRQWUDWDFLyQGHOVHJXUR\VHSUHVXPtDVLHUD
el propio asegurado el que aseguraba su vida. En el caso de que el tomador
era persona distinta del asegurado, debía demostrar su interés. En cambio,
el nuevo artículo 589 sólo exige que el tomador tenga interés. Por tanto, a
nuestro juicio dicho interés puede fundarse en una razón material o moral.
El interés será material en el caso del seguro de vida si el tomador del
seguro tiene dependencia económica del asegurado, de tal forma que la
muerte del asegurado le ocasiona un perjuicio patrimonial6.
En cambio, el interés asegurable será moral si la muerte del asegurado
le produce al tomador del seguro un daño afectivo o psicológico al bene-
¿FLDULR(QHVWHFDVRHOWpUPLQR³PRUDO´VHUH¿HUHDO³HVWDGRGHiQLPR
individual o colectivo”7. Aunque aparentemente inocuo, este interés es
una de las razones o fundamentos que diferencia al contrato de seguro de
los juegos de azar o apuestas. No se trata de un azar o situación aleatoria,
sino de una situación en que el tomador tiene un compromiso económico
o afectivo comprobable.
Respecto del interés asegurable en el seguro de sobrevivencia, el he-
cho que una persona viva no puede considerarse como un acontecimiento
perjudicial. En este caso el interés se relaciona con la necesidad de recibir
la prestación en caso de que el asegurado se encuentre vivo en una fecha
5
El derogado artículo 569 disponía: “La vida de una persona puede ser asegurada
por ella misma o por un tercero que tenga interés actual y efectivo en su conservación.
En el segundo caso el asegurado es el tercero en cuyo beneficio cede el seguro y que se
obliga a pagar la prima”.
6
BAEZA PINTO (2001) p. 144.
7
DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, p. 1400.
242 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 520
BIBLIOGRAFÍA
8
BAEZA PINTO (2001) p. 145.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 521 243
ARTÍCULO 521
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512, 513, s) y t), 524 1º, 3º,
525, 527, 529, 2); 530, 535 y 536.
COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
contrato como sanción, sí establece una suerte de inexistencia del mismo, al sancionar
la falta de algún elemento esencial impidiendo que el contrato produzca algún efecto.
2
Como señalaba, el artículo 1045 del Código de Comercio colombiano de 1971 es
otro ejemplo de legislación en la que se establece expresamente cuáles son los elementos
esenciales del contrato de seguro. En otras legislaciones se deduce el carácter esencial de
los elementos del contrato de seguro a partir de la sola definición del seguro.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 521 245
futuro, incierto o eventual que era temido por el asegurado y que lo lleva,
HQGH¿QLWLYDDFRQWUDWDUHOVHJXUR
En consecuencia, de acuerdo a lo determinado por nuestro legislador,
son requisitos esenciales del contrato de seguro:
– la existencia de un riesgo asegurable
– la estipulación de la prima
– la obligación condicional del asegurador de indemnizar.
En otros ordenamientos jurídicos, además de la existencia del riesgo y
la prima se han determinado otros elementos del seguro como esenciales, así
por ejemplo, el citado artículo 1045 del Código de Comercio de Colombia
que dispone la existencia de un interés asegurable como requisito esencial
del contrato de seguro.
(QRWUDVVLELHQHOLQWHUpVDVHJXUDEOHQR¿JXUDFRPRUHTXLVLWRHVHQ-
cial, sí se requiere de la existencia del mismo, a lo menos, a la época del
siniestro, de tal forma que su falta acarrea o la nulidad del contrato3 o su
LQH¿FDFLD4. Del mismo modo, es dispar el tratamiento que se da al interés
asegurable, en derecho comparado, para los seguros de daños por una
parte y para los seguros de personas, por otra, encontrándonos que para
este último tipo de seguros, cuando son tomados respecto de riesgos que
corren terceros distintos del tomador del seguro, muchas legislaciones,
particularmente aquellas de tradición europea continental, han dejado de
lado esta noción, despojando a estos seguros de la necesidad de un inte-
rés asegurable, reemplazándolo por la prohibición expresa de tomar un
seguro de vida sobre la vida de un menor de edad o incapaz o exigiendo
el consentimiento expreso e informado, en caso de que este tercero sea
capaz de contratar y ser asegurado5.
3
Ley de Contrato de Seguro española de 1980, artículo 25. Existencia del interés
asegurado. “Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 4, el contrato de seguro contra
daños es nulo si en el momento de su conclusión no existe un interés del asegurado a la
indemnización del daño”. Lo mismo, el artículo 1904 del Código de Comercio italiano
de 1942.
4
Véase comentario a artículo 546 de esta ley, el que dispone, en su inciso segundo,
que “si carece de interés asegurable a la época de sobrevenir un siniestro, el asegurado no
podrá reclamar la indemnización (…)”, determinando en consecuencia, la ineficacia del
contrato de seguro en este supuesto.
5
Véase comentario a artículo 589 de esta ley.
246 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 521
2. LA EXISTENCIA DE UN RIESGO
6
Véase comentario artículo 513 letra t) de esta ley, que define el riesgo como “la
eventualidad de un suceso que ocasione al asegurado o beneficiario una pérdida o una
necesidad susceptible de estimarse en dinero”.
7
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 46: “Se concibe el riesgo en el ámbito del contrato de
seguro – conforme a la doctrina tradicional– como la posibilidad de un evento que entraña
unas consecuencias económicamente perjudiciales o, si se quiere, que va a crear una
necesidad económica o, lo que es igual, que implica la posibilidad de un evento dañoso, en
el sentido de que su producción significa –desde la perspectiva del contrato de seguro– la
lesión de un interés. Esta lesión del interés, entendida como daño, puede consistir tanto
en la disminución del patrimonio existente, mediante el nacimiento de un gasto, como
en la cesación del aumento patrimonial o esperado”.
8
GARRIGUES (1982) p. 11: “El seguro es el antídoto del riesgo. El riesgo es un fenómeno
consustancial a la vida humana. Estamos en riesgo permanente desde que nacemos hasta que
morimos. Riesgo de perder la vida misma y riesgo de perder los bienes materiales que la
acompañan (cosas, dinero, salud). Todo riesgo engendra una preocupación y ésta, a su vez,
un deseo de seguridad. La finalidad del seguro consiste en dar seguridad contra el riesgo”.
9
CALZADA CONDE (2005): Riesgo asegurable es aquel que amenaza a un interés que,
a su vez, es asegurable, es decir, cuando nada se opone a su cobertura por medio de un
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 521 247
contrato de seguro; PERÁN ORTEGA (1998): Posibilidad de que el asegurado se vea obligado
a indemnizar a una persona o empresa, con motivo de que éstas hayan sufrido un daño o
perjuicio, causado no intencionalmente por dicho asegurado, y del que debe responder el
mismo, de conformidad a la normativa legal.
10
Sobre los objetos de ilícito comercio, ver artículos 1314, 1462, 1464, 1466 y 1973
del Código Civil.
11
GARRIGUES (1982) p. 13: “Si la esencia del seguro consiste en poner lo seguro en lugar
de lo inseguro, lógicamente, para que exista la institución tiene que haber alguna inseguridad
o ‘incertidumbre’. Nadie busca un seguro contra acontecimientos imposibles; nadie lo
concede contra acontecimientos ciertos. Esta es la postura lógica inversa del asegurado
y asegurador. Sólo se concibe un contrato de seguro cuando ambas partes o una de ellas
desconoce, o bien la posibilidad, o bien la necesidad del hecho temido”.
248 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 521
nuestro juicio, porque el legislador entiende que sin riesgo no hay interés
de parte del asegurado sobre la cosa asegurada y por tanto, cualquier daño
o pérdida que sufra esta cosa, no podría tener cobertura del asegurador,
por cuanto la indemnización que reciba el asegurado no tendría causa y
se constituiría en una ganancia vedada para el asegurado12.
Por su parte y atendido el concepto de seguro adoptado por nuestro
legislador, en donde la transferencia del riesgo ocupa un espacio central, si
no hay seguro que transferir al asegurador, no hay objeto del seguro y por
tanto, tampoco hay objeto del contrato.
Ahora bien, como indicábamos, son muchos los riesgos que no son
asegurables:
(i) Los hechos ciertos no son asegurables, pues en estos hechos no hay incertidumbre
y por tanto no hay riesgo que cubrir. Los hechos que con certeza ocurrirán, no son
asegurables. Mención especial se ha de hacer del hecho de la muerte, que si bien
existe certeza respecto de su ocurrencia, siempre existe la incertidumbre de cuándo
ésta ocurrirá, particularmente si ocurrirá dentro de la vigencia del seguro o si la causal
de muerte está efectivamente cubierta por el seguro, esto es, que no sea por una causa
de muerte excluida de cobertura13.
(ii) Los hechos imposibles, toda vez que como ya adelantábamos, ninguna persona
tiene interés en contratar la cobertura de un seguro para un hecho imposible. En este
caso, tampoco existiría un riesgo asegurable.
(iii) Los hechos que dependen de la exclusiva voluntad del asegurado, tomador o
beneficiario, ya que resulta de toda lógica y sentido común que el seguro no otorgue
cobertura a hechos intencionales o meramente potestativos de parte de la parte ase-
gurada. De hecho, el siniestro que es autoprovocado por el asegurado constituye un
fraude de seguros, pues habría una intención maliciosa para engañar a la aseguradora
con el fin de obtener una indemnización que no es otra cosa que una ganancia en el
caso del fraude seguros. Por el contrario, son perfectamente asegurables los hechos
que dependen de la voluntad de un tercero ajeno a la relación asegurativa, como
ocurre en el seguro de fianza o de crédito, en donde se asegura la falta de pago del
deudor del asegurado.
(iv) El dolo14 o la culpa grave del asegurado, tomador o beneficiario tampoco es
asegurable, pues el dolo es una manifestación maliciosa de la mera voluntad de la
parte asegurada y por tanto, no puede ser cubierta por el seguro. Lo mismo se podría
12
Véase comentario al artículo 550 de esta ley, el que establece el principio
indemnizatorio en nuestra legislación de seguros.
13
Para el análisis de las consecuencias del suicidio en el seguro de vida, véase comentario
al artículo 598 de esta ley.
14
Véase comentario artículo 535 de esta ley.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 521 249
decir respecto de la culpa grave, toda vez que nuestro ordenamiento jurídico civil
la asimila al dolo en muchos aspectos, en orden a que se trataría de una conducta
de tal negligencia o imprudencia, que puede asimilarse a la conducta derechamente
maliciosa. Sin embargo, el artículo 535 permite expresamente otorgar cobertura a la
culpa grave cuando las partes así lo pactan expresamente, situación que se verifica
particularmente en el caso de la cobertura que otorga el seguro de responsabilidad
civil, en donde la tendencia moderna indica que la cobertura puede llegar hasta la
culpa grave del asegurado o tomador de este seguro15.
(v) Las sanciones penales o administrativas consistentes en el pago de una
multa, toda vez que estamos frente a un hecho consistente en una pena impuesta
por el poder público, cuyo objetivo es precisamente que el sancionado sufra efecti-
vamente un detrimento en su patrimonio, como sanción frente a la comisión de un
delito o una infracción administrativa derivada del incumplimiento de una norma,
razón por la que el seguro no podría amparar u otorgar cobertura a hechos punibles
o infraccionales.
Mención aparte merecen aquellos riesgos que sólo pueden ser asegu-
rados por convención expresa de las partes y el riesgo putativo.
(QHVWHSULPHUJUXSRODGRFWULQDLGHQWL¿FDDORVULHVJRVTXHQRUPDO-
mente no serían asegurables y por tanto no tendrían cobertura, pero que
las partes sí pueden otorgarles cobertura por mención expresa en la Póliza,
tales como el lucro cesante16ORVVLQLHVWURVRFDVLRQDGRVSRUJXHUUDFRQÀLFWR
armado o catástrofes naturales o el vicio propio17.
Al respecto, nuestro legislador se ha alejado de esta forma de ver los
riesgos y ha optado por dar mayor libertad a la autonomía de la voluntad
de las partes, declarando que los riesgos que asume el asegurador son sim-
plemente todos aquellos descritos en la Póliza, salvo los excluidos expresa-
mente, presumiendo que, a falta de estipulación, se entienden comprendidos
todos los riesgos que por su naturaleza correspondan, salvo los excluidos
15
El artículo 1127 del Código de Comercio de Colombia de 1971 (modificado por
la ley Nº 45 de 1990), dispone: “Son asegurables la responsabilidad contractual y la
extracontractual, al igual que la culpa grave”.
16
El lucro cesante al que nos referimos no es aquel concepto de pérdida de ganancias
indemnizable por responsabilidad civil, sino a la pérdida de beneficios que acarrea la pérdida,
destrucción o daño de la cosa asegurada, como ocurre, por ejemplo, ante el incendio del
inmueble arrendado.
17
Véase comentario al artículo 549 de esta ley, que dispone expresamente que el
asegurador no responderá por el daño ocasionado por el vicio propio de la cosa, a menos
que se estipule lo contrario.
250 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 521
por ley, dentro de los cuales sólo encontramos los riesgos que recaen sobre
objetos de ilícito comercio y el dolo18.
Por su parte, el riesgo putativo consiste en la incertidumbre acerca de
la ocurrencia de un hecho en el pasado, que en principio no sería un riesgo
asegurable, pero que en ciertas circunstancias, sí podría tener cobertura
del seguro. Así ocurre por ejemplo, en los seguros marítimos, en donde
históricamente las travesías marítimas llevaban mucho tiempo, durante el
cual no se sabía ciencia cierta la suerte de la embarcación o su carga, lo
que permitía, en la medida que ambas partes, asegurado y aseguradora,
desconocieran si ha ocurrido un siniestro, se les permitía contratar el seguro
respecto de la nave o su carga.
Ahora bien, creemos que nuestro legislador cierra la puerta a esta
posibilidad expresamente, toda vez que el inciso tercero del artículo 521
declara que son nulos los seguros que recaen sobre objetos cuyo riesgo ya
ha corrido, esto es, aquellos donde el siniestro ya ocurrió con anterioridad
a la contratación del seguro.
3. LA ESTIPULACIÓN DE LA PRIMA
18
Para mayor detalle, véase comentario artículo 530 de esta ley.
19
GARRIGUES (1982) p. 103: “El carácter de elemento esencial del seguro que tiene la
prima se hace patente porque sin ella la empresa seguradora no podría formar el fondo
necesario para el pago de los siniestros sobrevenidos. De aquí la necesidad de su pago
anticipado”.
20
Véase comentario artículo 528: “No pago de la prima. La falta de pago de la prima
producirá la terminación del contrato a la expiración del plazo de quince días contado
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 521 251
desde la fecha de envío de la comunicación que, con ese objeto, dirija el asegurador al
asegurado y dará derecho a aquél para exigir que se le pague la prima devengada hasta la
fecha de terminación y los gastos de formalización del contrato. Producida la terminación,
la responsabilidad del asegurador por los siniestros posteriores cesará de pleno derecho,
sin necesidad de declaración judicial alguna”.
21
PERÁN ORTEGA (1998).
22
Véase comentario al artículo 513 letra t) de esta ley.
23
Véase comentario artículo 527 de esta ley.
24
Véase comentario artículo 518 de esta ley.
25
ORDÓÑEZ ORDÓÑEZ (2002) p. 42: “Los aseguradores dependen de toda una compleja
operación técnica para deducir las tarifas que deben aplicar a cada modalidad de seguro, y
finalmente la tarifa y por ende la prima involucra cuatro elementos o factores fundamentales,
que son: a) el que corresponde al costo específico del traslado del riesgo y que responde al
análisis estadístico de la probabilidad de su realización conforme al universo general y al
particular de las pólizas expedidas por el asegurador en el ramo de que se trate, factor que
se denomina ‘prima pura’ o ‘prima del riesgo’; b) el costo de administración, que incluye no
solo las cargas usuales dentro de la Compañía de Seguros, sino el factor importantísimo del
costo de reaseguro, salvo los casos excepcionales en los que el asegurador está en capacidad
252 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 521
/DGH¿QLFLyQGHFRQWUDWRGHVHJXURTXHFRQWHPSODEDQXHVWUR&yGLJR
de Comercio, antes de la promulgación de la presente Ley, disponía que el
seguro era un contrato bilateral, condicional y aleatorio (…), razón por la
que no extraña que el legislador haya determinado como un requisito esencial
del seguro que éste contemple o se estipule la obligación condicional del
asegurador de indemnizar.
La condicionalidad de la obligación del asegurador de indemnizar es
evidente en los seguros de daños y para algunas modalidades de seguros de
personas también, pues siempre dependerá el nacimiento de la obligación
GHODVHJXUDGRUTXHVHYHUL¿TXHHOHYHQWRSUHYLVWRHQHOFRQWUDWRRHQRWUDV
palabras, que el riesgo cubierto y trasladado a su patrimonio, se realice. De
manera que mientras el siniestro no ocurra, la obligación de indemnizar
permanecerá latente, sujeta a la condición suspensiva del hecho constitutivo
del siniestro.
Sin embargo, no siempre la obligación del asegurador es condicional,
toda vez que existen modalidades de seguros de vida en las que el asegurador
VDEHFRQFHUWH]DTXHGHEHUiSDJDUODVXPDDVHJXUDGDDOEHQH¿FLDULRVyOR
que no sabe cuándo26, por lo que se puede entender que esta obligación de
5. LA NULIDAD
27
La excepción sería en el caso del seguro de responsabilidad civil, en que se entiende
que hay siniestro no desde que ocurre el hecho que genera la responsabilidad civil del
asegurado, sino desde que se realiza la reclamación o cuando ésta es resuelta, dependiendo
de la cobertura que entregue el seguro (si comprende o no la cobertura de los gastos
judiciales).
254 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 521
28
Véase comentario artículo 539 de esta ley.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 521 255
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 522
$UWtFXOR&HVLyQGHODSyOL]D/DSyOL]DGHVHJXURSXHGHVHUQRPLQDWLYD
RDODRUGHQ/DFHVLyQGHODSyOL]DQRPLQDWLYDRGHORVGHUHFKRVTXHGH
HOODHPDQHQUHTXLHUHGHODDFHSWDFLyQGHODVHJXUDGRU
/DFHVLyQGHODSyOL]DDODRUGHQSXHGHKDFHUVHSRUVLPSOHHQGRVR
6LQHPEDUJRHOFUpGLWRGHODVHJXUDGRSRUODLQGHPQL]DFLyQGHXQVLQLHV-
tro ya ocurrido, podrá cederse conforme a las normas generales sobre la
FHVLyQGHFUpGLWRV
El asegurador podrá oponer al cesionario o endosatario las excepciones
que tenga contra el asegurado o beneficiario.
/DFHVLyQGHODSyOL]DWUDQVILHUHDOFHVLRQDULRWRGRVORVGHUHFKRVTXHSDUD
el asegurado emanan del contrato y la ley.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512 inc. 1º, 513, letras a), f),
j), p); 515; 516; 518 Nº 1; 523; 560 y 597.
COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
1XHVWUDGRFWULQDPiVWUDGLFLRQDOKDGH¿QLGRODFHVLyQFRPRXQPRGRR
forma de transferencia o tradición de obligaciones o créditos que necesaria-
mente han de tener por sustento un título, en este artículo se regula la cesión
que se realice respecto del contrato de seguro y todas las obligaciones recípro-
cas entre asegurador y asegurado que se encuentran contenidas en la Póliza.
Nuestro Código Civil, en su Título XXV, del Libro IV, trata la cesión
como un contrato, oneroso o gratuito, en virtud del cual, el titular de un
GHUHFKR R FUpGLWR FHGHQWH TXH FRQVWD HQ XQ WtWXOR OR WUDQV¿HUH D RWUR
(cesionario) que pasa a ser el nuevo titular de dicho derecho o crédito,
UHJXODQGRHVSHFt¿FDPHQWHDODFHVLyQGHFUpGLWRSHUVRQDOHVODFHVLyQGHO
derecho de herencia y la cesión de derechos litigiosos, es decir, se ocupa
sólo de la cesión de créditos nominativos, dejando la regulación de la cesión
de los demás créditos, a la orden o al portador, a las leyes especiales o al
Código de Comercio1.
&DEHKDFHUSUHVHQWHTXHODGRFWULQDKDGH¿QLGRORVGLVWLQWRVWLSRVGH
crédito:
i) Créditos nominativos, son aquellos en que se indica con toda preci-
sión la persona del acreedor y que no son pagaderos sino precisamente a
la persona designada;
ii) Créditos a la Orden son aquellos en que el nombre de la persona del
titular se antepone a la expresión “a la orden” u otra equivalente. Estos cré-
ditos son pagaderos a la persona designada o a quien ésta ordene o designe; y
iii) Créditos al Portador, son aquellos en que no se designa la persona
del acreedor o simplemente llevan la expresión “al portador”.2
/D3yOL]DGH6HJXURVTXHHVHOWtWXORGRQGHVHKDQ¿MDGRODVREOLJD-
ciones o créditos recíprocos entre asegurador y asegurado, solo puede ser
nominativa o a la orden, no al portador, como se desprende del primer
inciso del artículo 522.
¿Por qué no puede haber una póliza al portador?
En principio y por razones de lógica o seguridad jurídica, si se quie-
re, ya que el asegurador requiere conocer al asegurado, en el caso de los
seguros de daños, porque requiere conocer si el interés del asegurado es
asegurable y cumple con los requisitos del artículo 521 y en el caso de los
seguros de personas, porque requiere evaluar la entidad de los riesgos que
está asumiendo.
Con todo, cabe tener presente que el artículo 516 pareciera abrir la
puerta a la existencia de pólizas al portador, a propósito de la contratación
1
El artículo 1908 del Código Civil dispone: “Las disposiciones de este título no se
aplicarán a las letras de cambio, pagarés a la orden, acciones al portador y otras especies
de transmisión que se rigen por el Código de Comercio o por leyes especiales”.
2
MEZA BARROS (1979) p. 175.
258 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 522
por cuenta ajena del seguro respecto de un tercero indeterminado pero de-
WHUPLQDEOHFXDQGRGLVSRQHTXHHVWDVSyOL]DVVHGHEHQLGHQWL¿FDUFRPR“a
quien corresponda”3, modalidad o fórmula que permitiría a un tercero des-
conocido de la aseguradora, cobrar la indemnización, con la sola condición
de que la póliza indique que se trata de un seguro tomado por cuenta ajena.
De esta forma, la ley de contrato de seguro sigue la doctrina tradicional,
estableciendo distintas formas de cesión según la forma del título en que se
contiene el crédito a ser cedido, determinando una forma para la cesión de
la Póliza Nominativa y otra distinta para la Póliza a la Orden4.
3
Ver comentario al artículo 516 de esta ley, el que dispone en lo pertinente que: “(…) El
seguro puede ser contratado por cuenta propia, o por la de un tercero en virtud de un poder
especial o general, y aun sin su conocimiento y autorización. También podrá contratarse
por cuenta de un tercero indeterminado pero determinable, según lo estipulen las partes,
individualizando al asegurado en la póliza bajo la fórmula ‘a quien corresponda’. Se entiende
que el seguro corresponde al que lo ha contratado, toda vez que la póliza no exprese que
es por cuenta o a favor de un tercero. En los seguros por cuenta ajena, si el tomador se
encuentra en posesión de la póliza, tiene el derecho a cobrar la indemnización, pero el
asegurador tiene derecho a exigir que el tomador acredite previamente el consentimiento
del asegurado o demuestre que obra por mandato de éste o en razón de una obligación o
interés legal”.
4
Por ejemplo, el artículo 9 de la Ley de Contrato de Seguro de España, de 1980: La
póliza del seguro puede ser nominativa, a la orden o al portador. En cualquier caso, su
transferencia efectuada, según la clase del título, ocasiona la del crédito contra el asegurador
con iguales efectos que produciría la cesión del mismo.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 522 259
seguro como el crédito por la indemnización o pago que nace una vez que
el siniestro ha ocurrido.
Luego, el legislador exige que para que se perfeccione la cesión de la
póliza nominativa o de los derechos que de ella emanan, se “requiere de la
aceptación del asegurador”, esto es, de la manifestación expresa de su volun-
tad de aprobar dicha cesión y por tanto, de cambiar de acreedor o asegurado,
siguiendo de esta forma la misma regulación que para la cesión de créditos
nominativos exige nuestro Código Civil.
En cuanto a la forma que tiene el asegurador de otorgar el consentimien-
to, creemos que ante el silencio de esta norma y lo dispuesto en cuanto al
carácter consensual del seguro5, existe libertad para el asegurador en cuanto
a la expresión de su consentimiento, más allá de que siempre será necesario,
como medio de prueba, escriturar su voluntad en algún documento cuya
copia se entregue al asegurado o cesionario, en su caso.
5
Véase comentario al artículo 515 de esta ley.
6
Véase comentario al artículo 513 letra j) de esta ley.
260 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 522
4. CESIÓN DE LA INDEMNIZACIÓN
7
Véase artículos 1902 y 1905 del C.C.
8
El artículo 47 del Código de Procedimiento Civil dispone que se deberá notificar
judicial y personalmente “siempre que la ley disponga que se notifique a alguna persona
para la validez de ciertos actos”.
9
Artículo 1906.
262 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 522
Los últimos dos incisos de esta norma se encargan de regular los efectos
generales que tendrán para las partes, la cesión de la póliza, disponiendo
al efecto una suerte de mantención de la relación original que existía entre
asegurado y aseguradora, más allá de que se haya efectuado la cesión de
la póliza.
En efecto, a nuestro juicio, cuando el legislador dispone que: “El ase-
gurador podrá oponer al cesionario o endosatario las excepciones que tenga
FRQWUDHODVHJXUDGRREHQH¿FLDULR´<TXH³/DFHVLyQGHODSyOL]DWUDQV¿HUH
al cesionario todos los derechos que para el asegurado emanan del contra-
to y la ley”, lo que hace es mantener al segurador con todos sus derechos
originales que tenía contra el asegurador, sean excepciones personales o
reales, de manera que el asegurador no vea disminuidos sus derechos u
opciones por el mero hecho de haberse transferido la póliza a un tercero.
'HOPLVPRPRGRVLDOFHVLRQDULRVHWUDQV¿HUHQWRGRVORVGHUHFKRVTXHOD
ley o el contrato habían conferido al asegurado, se asegura que éste podrá
hacer efectivos los derechos emanados de la póliza que le han cedido, aun
cuando el cesionario no pactó esas condiciones con el asegurador, permi-
tiéndole de esta forma oponer al asegurador la cesión realizada, para todos
los efectos legales.
BIBLIOGRAFÍA
10
Artículo 1907.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 523 263
ARTÍCULO 523
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513 d), 515, 517, 519, 526,
527, 529, 531, 536, 566, 573, 574, 575, 576, 577, 592 y 601.
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
1
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 128.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 523 265
2
Así ocurre en Europa en general, por ejemplo en Francia, Alemania o España. En
este último país hay una “Guía de buenas prácticas de transparencia en el Seguro” editada
por la Asociación Empresarial del Seguro (UNESPA). Allí podemos encontrar dentro del
anexo sobre prácticas de transparencia, específicamente en la parte destinada al banco
asegurador que “En Seguros de Vida vinculados a operaciones de financiación hipotecaria,
el tomador tendrá derecho a solicitar, en el caso de haberse producido una cancelación total
y anticipada del préstamo, la devolución de la parte de la prima o provisión que proceda”.
3
Sobre este aspecto, véase RÍOS OSSA (2014) p. 52.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 523 267
la relación entre las partes del contrato de seguro y sirven para interpretar
la voluntad de las partes conforme a fuentes propias del derecho de los
seguros. Los usos y costumbres le dan aspecto propio a la vigencia de la
póliza e incorporan uniformemente unas Condiciones Generales, algunas
emanadas de la propia SVS para ciertos casos, dictadas en ejercicio de
sus facultades privativas.
3. NORMATIVA DE LA SVS
SOBRE VIGENCIA DE LA COBERTURA
4
Disponible en www.svs.cl (fecha de consulta 10 de junio de 2014).
268 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 523
BIBLIOGRAFÍA
RÍOS OSSA, Roberto (2014): (O GHEHU SUHFRQWUDFWXDO GH GHFODUDFLyQ GH
riesgo (Santiago, Editorial Thomson Reuters La Ley, LegalPublishing).
ASOCIACIÓN EMPRESARIAL DEL SEGURO (UNESPA), Guía de buenas prácticas
de transparencia en el Seguro, Madrid, España.
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524 269
ARTÍCULO 524
$UWtFXOR2EOLJDFLRQHVGHODVHJXUDGR(ODVHJXUDGRHVWDUiREOLJDGRD
1º Declarar sinceramente todas las circunstancias que solicite el asegurador
SDUDLGHQWLILFDUODFRVDDVHJXUDGD\DSUHFLDUODH[WHQVLyQGHORVULHVJRV
2º Informar, a requerimiento del asegurador, sobre la existencia de otros
seguros que amparen el mismo objeto;
3º Pagar la prima en la forma y época pactadas;
4º Emplear el cuidado y celo de un diligente padre de familia para prevenir
el siniestro;
5º No agravar el riesgo y dar noticia al asegurador sobre las circuns-
tancias que lleguen a su conocimiento y que reúnan las características
señaladas en el artículo 526;
6º En caso de siniestro, tomar todas las providencias necesarias para salvar
la cosa asegurada o para conservar sus restos;
7º Notificar al asegurador, tan pronto sea posible una vez tomado co-
nocimiento, de la ocurrencia de cualquier hecho que pueda constituir o
constituya un siniestro, y
8º Acreditar la ocurrencia del siniestro denunciado, y declarar fielmente y
sin reticencia, sus circunstancias y consecuencias.
El asegurador deberá reembolsar los gastos en que razonablemente haya
incurrido el asegurado para cumplir las obligaciones expresadas en el
Nº 6 y, en caso de siniestro inminente, también la que prescribe el Nº 4. El
reembolso no podrá exceder la suma asegurada.
Si el tomador del seguro y el asegurado son personas distintas, corresponde
al tomador el cumplimiento de las obligaciones del contrato, salvo aquellas
que por su naturaleza deben ser cumplidas por el asegurado.
Las obligaciones del tomador podrán ser cumplidas por el asegurado.
COMENTARIO
1
“El asegurado está obligado:
1º A declarar sinceramente todas las circunstancias necesarias para identificar la cosa
asegurada y apreciar la extensión de los riesgos;
2º A pagar la prima en la forma y época convenidas;
3º A emplear todo el cuidado y celo de un diligente padre de familia para prevenir
el siniestro;
4º A tomar todas las providencias necesarias para salvar o recobrar la cosa asegurada,
o para conservar sus restos;
5º A notificar al asegurador, dentro de los tres días siguientes a la recepción de la
noticia, el advenimiento de cualquier accidente que afecte su responsabilidad, haciendo en
la notificación una enunciación clara de las causas y circunstancias del accidente ocurrido;
6º A declarar al tiempo de exigir el pago de un siniestro los seguros que haya hecho o
mandado a hacer sobre el objeto asegurado;
7º A probar la coexistencia de todas las circunstancias necesarias para establecer la
responsabilidad del asegurador.
Este es responsable de todos los gastos que haga el asegurado para cumplir las
obligaciones expresadas en los Nºs. 3 y 4”.
2
Véase el mensaje del Código de Comercio, párrafos 49 a 50.
3
Las que se denominaban también “cargas”, véase por todos, BAEZA PINTO (2001)
pp. 110-113. Esta concepción ha sido superada luego de la reforma, al establecer deberes
de colaboración que pesan sobre el asegurador (artículo 529 C.com.).
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524 271
4
DONATI (1952) p. 84. Por esto, se hacía una excepción a la inderogabilidad en las
ramas de transporte y reaseguro, pues se asumía equivalencia de capacidad negociadora
en esos casos.
5
DONATI (1952) p. 84.
6
Así, la ley española (LCS 1980), la australiana (ICA 1984), la alemana (VVG 2008).
7
Véase, en este sentido, LAGOS VILLARREAL (edición en imprenta).
272 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524
8
En un sentido análogo para el derecho español, y explicando la evolución de la
doctrina aseguradora desde la inasegurabilidad de la culpa a la inasegurabilidad del dolo,
SÁNCHEZ CALERO (2005a) p. 359.
9
SÁNCHEZ CALERO (2005b) p. 327, quien sostiene que “se ha dicho con acierto que
el asegurador privado no puede compeler directamente al asegurado a que realice una
actividad específica de prevención del riesgo en el marco de la relación aseguradora”.
BASEDOW et al. (2009) pp. 168-180, dan cuenta de las diversas formas en que estas medidas
son reconocidas en el derecho europeo y de la restricción al efecto de su incumplimiento
en los Principios Europeos de Derecho Europeo del Contrato de Seguro.
274 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524
2.2. SALVAMENTO
a) Fundamento
El salvamento es una exigencia clásica del derecho de seguros, y
la reforma la recoge sin diferencias relevantes respecto de la regla que
contemplaba este deber con anterioridad (artículo 556 Nº 4). A diferencia
del deber de prevenir el siniestro, aún sigue existiendo un evidente fun-
damento para su consagración, pues es una necesidad de orden público
la de evitar o disminuir los daños que puedan producirse a la propiedad.
De este modo, y aun cuando no se establezca en la póliza, corresponde a
todo asegurado el deber de intentar evitar el siniestro desde sus primeras
10
DONATI (1952) p. 417.
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524 275
b) Ámbito
Por la ubicación de la regla, a propósito de la parte general, debería
considerarse que se trata de un deber aplicable a todo tipo de seguro. Sin
embargo, el tenor del Nº 6 del artículo 524 da a entender inequívocamente
TXHVHHVWiUH¿ULHQGRDVHJXURVGHGDxRVHQORVELHQHVSRUORTXHHVWDQRU-
ma debió contemplarse en la sección segunda y no en la sección primera.
c) Gastos reembolsables
(ODVHJXUDGRRFXDOTXLHUSHUVRQDHQVXEHQH¿FLRGHEHUiHPSOHDUORV
medios necesarios para evitar un siniestro inminente o reducir sus consecuen-
FLDVHVGHFLUVHLPSRQHXQDFRQGXFWDDFWLYDKDFHUDOJRFRQHO¿QGHHYLWDU
el siniestro. Como ya se ha señalado, la disposición contempla expresamente
el derecho a obtener resarcimiento de los “gastos en que razonablemente
haya incurrido el asegurado”. Debe entenderse que los gastos en que haya
incurrido otra persona también serán resarcibles, en la medida en que esa
RWUDSHUVRQDKD\DLQFXUULGRHQWDOHVJDVWRVHQEHQH¿FLRGHODVHJXUDGRVHD
como mandatario o como gestor de negocio ajeno.
Los gastos reembolsables lo serán en la medida que se haya cumpli-
do con el deber que impone llevar a cabo las “providencias necesarias”.
Deberá determinarse en cada caso qué ha de entenderse por “providencias
QHFHVDULDV´'HVGHOXHJRODH[LJHQFLDQRVLJQL¿FDTXHODSURYLGHQFLDKD\D
sido exitosa en el logro de su propósito, sino que, en consideración a las
circunstancias, la conducta realizada era proporcionada y razonable como
intento de evitar la producción del siniestro o disminuir sus consecuencias.
Por consiguiente, se excluyen de estos esfuerzos las medidas “totalmente
inapropiadas para el salvamento o que extrañen un costo excesivo con re-
lación a la disminución de las consecuencias del daño”11.
La referencia del Código a la suma asegurada como restricción del
UHHPEROVRHVHTXtYRFDSXHVSXHGHVLJQL¿FDUWDQWRTXHLHODVHJXUDGRU
no reembolsará un monto superior a la suma asegurada, o bien, ii) que el
11
SÁNCHEZ (2005b) p. 331.
276 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524
D )XQFLyQGHODQRWLILFDFLyQ
Una vez que el siniestro ha tenido lugar, es necesario que el asegura-
GRVHORFRPXQLTXHDODVHJXUDGRU(VWDFRPXQLFDFLyQYDHQEHQH¿FLRGH
ambas partes. Para el asegurado, pues le permite iniciar el procedimiento
para obtener la indemnización. Para el asegurador, pues le permite veri-
¿FDUODVFLUFXQVWDQFLDVGHOVLQLHVWURLQYHVWLJDU\SUHYHQLUIUDXGHVDQWHV
de que la evidencia se disipe y, eventualmente, colaborar a disminuir sus
consecuencias.
De este modo, es necesario conjugar tanto el interés del asegurado y
del asegurador en que la comunicación llegue pronto al asegurador, con
el hecho de que es inevitable que la comunicación no sea inmediata. Por
esto, parecía poco adecuado establecer legalmente un plazo de días, pues
KDFHUORKDEUtDVLJQL¿FDGRXQDULJLGH]TXHKDEUtDLPSHGLGRGLVFULPLQDUHQ
cada caso qué es lo que puede estimarse un plazo razonable.
12
Por estas razones, BASEDOW et al. (2009) p. 252 consideran que el deber de
resarcimiento, siempre que sea justificado y razonable, debe reconocerse sin ninguna
restricción de monto.
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524 277
b) Plazo e imperatividad
Inspirada en el artículo 6:101 de los Principios de Derecho Europeo del
&RQWUDWRGH6HJXURODUHIRUPDPRGL¿FyHODQWLJXR1GHODUWtFXOR
TXHHVWDEOHFtDXQSOD]RGHWUHVGtDVSDUDODQRWL¿FDFLyQ/DQXHYDQRUPD
FRQWHQLGDHQHODUWtFXOR1H[LJHDODVHJXUDGRQRWL¿FDUDODVHJXUDGRU
“tan pronto sea posible una vez tomado conocimiento”.
/RDQWHULRUQRLPSLGHTXHSXHGDSUHGLVSRQHUVHXQSOD]RGHQRWL¿-
cación en las condiciones generales, pero este plazo quedará sujeto a la
FDOL¿FDFLyQGHOWULEXQDO3RUHVWRVLVHHVWDEOHFLHUDHQXQDSyOL]DXQSOD]R
SDUDODQRWL¿FDFLyQGHOVLQLHVWURODGHWHUPLQDFLyQGHVLODFRPXQLFDFLyQ
fue hecha a tiempo quedará sujeta, de todas maneras, a la fórmula “tan
pronto sea posible una vez tomado conocimiento”.
Los condicionados generales nacionales varían en su criterio, estable-
ciéndose en algunos casos plazos (usualmente cinco días) y en otros casos,
criterios, como por ejemplo “inmediatamente”.
Como consecuencia de la imperatividad del Título VIII (artículo 542
C.com.), debería estimarse que un criterio como “inmediatamente” ha de
VHU LQYiOLGR SXHV PRGL¿FD HO VHQWLGR GH OD OHJLVODFLyQ HQ SHUMXLFLR GHO
asegurado. Pero, se reitera, un plazo quedará de todas formas sujeto a la
FDOL¿FDFLyQGHTXHODFRPXQLFDFLyQKXELHVHVLGRKHFKD³WDQSURQWRVHDSRVL-
ble”, por lo que no debe considerarse nulo a priori. En efecto, dependiendo
de las circunstancias del caso, puede ocurrir que un plazo predispuesto en
ODSyOL]DDOWHUHHOFULWHULROHJDOHQEHQH¿FLRGHODVHJXUDGR3RUHMHPSOR
es probable que un plazo de siete días sea, en los hechos, más extenso que
“tan pronto sea posible”.
Tradicionalmente, en los sistemas jurídicos de tradición continental
VHSUH¿HUHHVWDEOHFHUOHJDOPHQWHXQSOD]RGHGtDVSRUORTXHGLItFLOPHQWH
SRGUiQHQFRQWUDUVHFULWHULRVSDUDODYHUL¿FDFLyQGHOFXPSOLPLHQWRGHHVWH
deber en sistemas jurídicos de esa raigambre. En cambio, el criterio “tan
pronto sea posible” sí ha sido objeto de discusión en el derecho anglosajón.
6LQWHWL]DQGRHOVLJQL¿FDGRTXHODGRFWULQDDQJORVDMRQDDSDUWLUGHOD
jurisprudencia, ha dado a esta expresión, se ha sostenido que “estas pala-
bras no deben ser tomadas literalmente. No es necesario que el asegurado
utilice los medios de comunicación más rápidos que teóricamente sean
SRVLEOHV6LODQRWL¿FDFLyQKDVLGRGDGDWDQSURQWRFRPRHVUD]RQDEOHGH
HVSHUDUVHHVRHVVX¿FLHQWH6HKDIDOODGRTXHµWDQSURQWRFRPRHODFFL-
dente ha sido conocido por el aseguUDGR¶QRVLJQL¿FDWDQSURQWRFRPR
cualquiera en abstracto podría haber dado noticia, sino tan pronto como
278 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524
c) Contenido
(QFXDQWRDVXFRQWHQLGRODH[LJHQFLDOHJDOGHQRWL¿FDFLyQHVWiUHV-
tringida a la comunicación de que ha tenido lugar un siniestro. A propósito
de esta comunicación, no es parte de la exigencia legal entregar otros
antecedentes respecto del mismo. Así es como debe entenderse el hecho
GHTXHODQRWL¿FDFLyQGHOVLQLHVWUR\VXDFUHGLWDFLyQVHDQH[LJHQFLDVTXH
se encuentran impuestas en números distintos del artículo 524, y que con
la reforma al Título VIII del Código de Comercio, se haya eliminado la
H[SUHVLyQ³KDFLHQGRHQODQRWL¿FDFLyQXQDHQXQFLDFLyQFODUDGHODVFDXVDV
y circunstancias del accidente ocurrido” como exigencia propia de la noti-
¿FDFLyQGHOVLQLHVWURDQWHULRUDUWtFXOR1(QFRQVHFXHQFLDUHTXHULU
FRQWUDFWXDOPHQWHTXHODQRWL¿FDFLyQGHOVLQLHVWURVyORVHVDWLVIDJDVLDGHPiV
se entregan informaciones adicionales, es ilícito conforme al principio de
imperatividad para seguros masivos (artículo 542 C.com.).
D /DH[LJHQFLDLPSXHVWDDODVHJXUDGRGHEHUGHUHVSXHVWD
El deber del asegurado de acreditar la ocurrencia del siniestro y de-
clarar sus causas y consecuencias es un deber, como vimos, distinto de la
QRWL¿FDFLyQGHOVLQLHVWUR(QODSUiFWLFDXQDYH]QRWL¿FDGRHOVLQLHVWURHO
asegurador es quien requerirá al asegurado informaciones adicionales.
/D IRUPD HQ TXH VH HQFXHQWUD FRQ¿JXUDGR HVWH GHEHU HQ OD OH\ DXQ
OXHJRGHODUHIRUPDFRQVHUYDXQGHMRGHFRGL¿FDFLyQGHOQRYHFLHQWRV1R
parece acorde con nuestra época, esperar que el asegurado deba demostrarle
al asegurador que ha habido un siniestro y que explique sus circunstancias,
todo esto motu proprio, especialmente en seguros masivos. El servicio lo
presta la compañía de seguros: ella es la experta en administración de riesgos.
13
LAGOS VILLARREAL (2006) p. 362.
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524 279
Por esto, más que un deber de acreditación del riesgo, se trata en rea-
lidad de un deber de respuesta. Este deber de respuesta se traduce en un
deber de colaboración que se materializa en la observancia del procedi-
miento dispuesto por el asegurador, para la acreditación del siniestro y sus
circunstancias ante él. Eventualmente, en el cumplimiento de las instruc-
ciones que, adicionalmente, entregue la compañía para la acreditación del
siniestro y su monto. Este procedimiento e instrucciones pueden ser parte
de la liquidación, con lo cual el deber de acreditar el siniestro y declarar
sobre sus causas y consecuencias, se confundirá con el deber de colaborar
en el procedimiento de liquidación.
Por su parte, a propósito de los seguros de daños, debe tenerse presente
que aquellas personas obligadas a llevar contabilidad, “deberán acreditar
sus existencias con sus inventarios, libros y registros contables”, además
de otros medios de prueba (artículo 562). En consecuencia, el deber de
colaboración se extiende a la obligación de llevar contabilidad, para mayor
certeza respecto de los efectos del siniestro.
E /DFRODERUDFLyQFRPRGHEHUVHFXQGDULR\FRPRFDUJD
Como se verá más adelante en este trabajo, este deber de respuesta a las
VROLFLWXGHVGHLQIRUPDFLyQ\FRODERUDFLyQGHODVHJXUDGRUFRQOD¿QDOLGDG
de acreditar el siniestro y sus circunstancias, es un deber secundario. Como
tal, la consecuencia de su inobservancia es la disminución proporcional de
la indemnización. Esto es, si el asegurado falla negligentemente, pero no
de mala fe, en la entrega de alguna información, o bien, no sigue el proce-
dimiento que el asegurador ha dispuesto para la acreditación del siniestro
y sus circunstancias, el asegurador tendrá derecho a la rebaja proporcional
de la indemnización. Sin embargo, el incumplimiento absoluto de parte
del asegurado, de su deber de colaborar con el asegurador para la acredi-
tación del siniestro y sus circunstancias, o una falta de colaboración de tal
entidad, que se transforme en un obstáculo insalvable para el asegurador
en orden a la acreditación del siniestro y sus circunstancias, da lugar a la
inexigibilidad del crédito del asegurado contra el asegurador.
Para que esto tenga lugar, la falta de ejecución de la carga de colabo-
UDFLyQDGHPiVGHJUDYHGHEHVRVWHQHUVHSRUXQODSVRVX¿FLHQWHSDUDTXH
su inejecución sea insalvable. Dicho de otro modo, que haya transcurrido
WDQWRWLHPSRTXHVX¿QDOLGDGGDUSRUDFUHGLWDGRXQVLQLHVWURFXELHUWR\
YHUL¿FDUVXVFDXVDV\FRQVHFXHQFLDVVHDLPSUDFWLFDEOH
280 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524
F (OHIHFWRGHOGRORHQODUHFODPDFLyQ
El principio fraus omnia corrumpit es parte de la tradición del derecho
de seguros. Ya en el Código de Comercio original, la mala fe del asegurado
en orden a la celebración de un contrato de seguro o de obtener su pago
indebido, daba lugar a que el asegurador pudiera requerir la rescisión del
contrato, pudiendo retener la prima pagada o demandándola, aunque no
hubiera corrido riesgo (artículo 558).
El nuevo Título VIII también consagra este principio, estableciendo,
a propósito de la reclamación dolosa, que el contrato se resuelve si el
asegurado, a sabiendas, proporciona información sustancialmente falsa al
reclamar la indemnización de un siniestro (artículo 539). Como el fraude
todo lo corrompe, resuelto el seguro, el asegurador puede retener la prima
o demandar su pago y cobrar los gastos que le haya demandado acreditar el
fraude. Además, debe tenerse presente que, luego de la reforma, la entrega
PDOLFLRVDGHLQIRUPDFLyQIDOVDVREUHHOVLQLHVWURFRQHO¿QGHREWHQHUXQ
pago indebido, o su provocación, son conductas constitutivas de delito,
según el nuevo Nº 10 del artículo 470 del Código Penal.
a) (YROXFLyQGHOHIHFWRGHOLQFXPSOLPLHQWRGHORVGHEHUHVGHODVHJXUDGR
Como se ha expresado a propósito del sentido del artículo 524, tradi-
cionalmente se ha entendido que el contrato de seguro es un contrato de
máxima buena fe, lo que da lugar a que nazcan deberes de colaboración
del asegurado a favor del asegurador. Esta concepción ha ido cambiando
14
Sobre el concepto de carga del acreedor y su carácter necesario, véase la distinción
entre carga estructural y carga no estructural, LAGOS VILLARREAL (2006) pp. 35 a 62.
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524 281
15
Por ejemplo, si se contrata a un pintor para que pinte la casa (deudor de esa
prestación), el dueño de casa (acreedor de la prestación) debe estar o disponer que alguien
esté en la casa para abrirle la puerta. El incumplimiento de la carga de abrir la puerta
hace que el deudor no pueda cumplir, y de este modo podría ocurrir que el deudor se
libere del cumplimiento de la obligación por inejecución de la carga por el acreedor. En
este sentido, la carga del acreedor impone una conducta en beneficio propio.
282 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524
16
Para una comparación de la regulación de los deberes secundarios y las cargas en el
contrato de seguro en el derecho continental, véase LAGOS VILLARREAL (2006) pp. 123-140.
17
DÍEZ-PICAZO y PONCE DE LEÓN (1996) p. 121.
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524 283
E 6LWXDFLyQGHORVGHEHUHVOHJDOHVGHODVHJXUDGRHQ&KLOH
Nuestra nueva legislación de contrato de seguro optó por mantener la
estructura de regulación propia del siglo XIX: establecer una regulación
unitaria para las obligaciones del asegurado. No obstante, como se ha ex-
presado al principio del análisis del artículo 524 en comento, algunas de las
“obligaciones” del asegurado sí gozan de una regulación propia y completa
en otros artículos del Título VIII del Libro II del Código de Comercio19.
Cabría esperar entonces que, al menos respecto de los demás deberes
secundarios, esto es, los que no cuentan con un régimen especial en el Título
VIII, la ley hubiera contemplado un efecto ante su incumplimiento. Así lo
hacía antes de la reforma, pues el artículo 557 del Código de Comercio
original establecía que el efecto del incumplimiento de las obligaciones era
la rescisión20. Sin embargo, los legisladores optaron por no contemplar un
efecto ante el incumplimiento de las obligaciones del asegurado. Esto hace
que la normativa sea dos veces defectuosa: primero, porque es más razonable
regular cada deber del asegurado como una institución separada, para que
la regulación pueda atender a sus peculiaridades y lograr una normativa
más precisa; segundo, pues si esta labor no se va a realizar, entonces lo
razonable es proveer de un efecto común al incumplimiento de los deberes
secundarios. De otro modo ¿qué sentido tiene enumerar obligaciones, si
bastaría con que fueran contenidas en los condicionados generales, como
en todo caso ya ocurre?
18
Un claro ejemplo de esta tendencia es la evolución del principio de “todo o nada”
a la “regulación por cuotas” en la nueva ley de contrato de seguro alemana (VVG 2008),
según explica RÖMER (2008) pp. 1523-1524.
19
Como se indicó en la primera parte de este análisis, el Nº 1 del artículo 524 está
regulado en el artículo 525, sobre declaración de las circunstancias del riesgo; el Nº 2, en el
mismo artículo 525 y en el artículo 556, sobre efectos de la pluralidad de seguros; el Nº 3,
en el artículo 528 sobre pago de la prima; y el Nº 5, en el artículo 526 sobre agravación
de riesgos asegurados.
Sobre el significado de la expresión rescisión en el artículo 557 del Código de
20
21
Véase, por ejemplo, los artículos 16 y 17 de la Ley de Contrato de Seguros española
(50/1980 de 8 de octubre).
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524 287
22
Sobre el significado del contenido de la prestación en las obligaciones en el derecho
chileno, véase BARAONA GONZÁLEZ (1997) pp. 151-177.
288 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524
D 6LWXDFLyQSUHYLDDODUHIRUPD
Nuestra legislación no contempla el efecto del incumplimiento de de-
beres secundarios establecidos en los condicionados generales. Hasta antes
de la reforma, las condiciones generales de los contratos de seguros solían
contener deberes secundarios de colaboración a cargo del asegurado, que
se denominaban “obligaciones”. Usualmente se contemplaba como efecto
del incumplimiento de alguna de estas obligaciones, que el asegurador se
liberaba de su obligación de pago de la indemnización.
La validez de esta cláusula era dudosa, pues se trataba de un efecto
no contemplado en la legislación: no era ni resolución, ni terminación, ni
rescisión. Además, no se indicaba qué ocurría con las primas pagadas por
el asegurado durante la vigencia del contrato, cuestión que podía dar lugar a
efectos injustos, si se tiene presente que podía oponerse la falta de ejecución
de una “obligación” en un período muy remoto del contrato, lo que podría
dar lugar a que el asegurador recibiera primas por un seguro que, en verdad
no estaba ofreciendo cobertura por un lapso prolongado.
No obstante, el hecho de que el artículo 557 estableciera como con-
secuencia la rescisión para el caso de incumplimiento de obligaciones del
asegurado, era un antecedente relevante para fundar la legitimidad del
efecto usualmente establecido en las condiciones generales, para el caso de
incumplimiento de obligaciones contractuales del asegurado. Esto se debe a
que el efecto de la rescisión es sustancialmente análogo a la liberación del
asegurador de su obligación del pago de la indemnización. Si bien podía
entenderse que el efecto rescisorio implicaba la devolución de las primas
en caso de que no hubiera mala fe (a contrario sensu artículo 558 C.com.
previo a la reforma), la rescisión de todas maneras daba lugar a que se en-
tendiera que no había derecho a indemnización, pues no podía exigirse a
partir de un contrato resuelto.
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524 289
E 6LWXDFLyQOXHJRGHODUHIRUPD
Como se ha indicado anteriormente en este comentario, la reforma
al Título VIII del Código de Comercio no contempló expresamente un
efecto ante el incumplimiento de deberes secundarios de colaboración.
Esto, además del vacío legal que implica, hace inaplicable la regla sobre
imperatividad, pues ella sólo hace referencia a las normas expresamente
contempladas en el Título VIII del Libro II del Código de Comercio.
En consecuencia, para determinar los efectos del incumplimiento de
las “obligaciones” contractuales del asegurado, debe integrarse el derecho
legal sobre contrato de seguros, con el sistema general de derecho privado.
Para estos efectos, se deberá distinguir entre contratos sujetos a la Ley de
Protección de los Derechos de los Consumidores (Nº 19.496 de 1997, en
adelante LPDC), y contratos no sujetos a esta ley.
i) Contratos de seguro sujetos a la Ley de Protección de los Derechos
de los Consumidores. La regulación del Código de Comercio en materia
de seguros, ha de considerarse “ley especial” para efectos del artículo 2 bis
LPDC, lo que excluye la aplicación de esta ley. Sin embargo, como establece
la letra a) de este mismo artículo, la LPDC es aplicable en aquellas materias
no reguladas en la respectiva “ley especial”23.
La circunstancia de que la reforma al Código de Comercio no contenga
normas sobre cláusulas abusivas, hace que a este respecto sea aplicable la
regulación de LPDC. Por esto, cabe preguntarse si las cláusulas que tradi-
cionalmente han determinado el efecto del incumplimiento de obligaciones
del asegurado, son cláusulas abusivas o no.
&RPRHVVDELGRHODUWtFXOROHWUDJ/3'&GH¿QHFOiXVXODDEXVLYD
como aquella que contra la buena fe cause, en perjuicio al consumidor,
un desequilibrio importante en los derechos y obligaciones que para las
partes se deriven del contrato. Para detectar si estamos ante una cláusula
abusiva, la doctrina ha sugerido criterios, entre los que se cuenta la “al-
teración de normas dispositivas aplicables al contrato por adhesión”24.
23
Sobre la aplicación de LPDC en materia de seguros luego de la reforma, véase LAGOS
VILLARREAL, Osvaldo, “La relación entre el derecho del contrato de seguros y el derecho
de protección a los derechos de los consumidores”, en Estudios de Derecho Comercial IV
(edición en imprenta).
24
DE CASTRO, p. 83. En la doctrina nacional, TAPIA RODRÍGUEZ y VALDIVIA OLIVARES
(2002) p. 87; LAGOS VILLARREAL, p. 303.
290 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 524
diferencias que un contrato concreto pueda tener respecto del modelo legal
VXSOHWRULRVHHTXLSDUDQSXHVKDQGHHVWDUUHÀHMDGRVHQHOSUHFLRFRPR
consecuencia del proceso de negociación.
En consecuencia, las partes pueden pactar las cláusulas que estimen
pertinentes, siempre que no contravengan la buena fe o las buenas costum-
bres. Para el caso del contrato de seguro, las partes pueden incluso pactar
JDUDQWtDVTXHVHHQFXHQWUDQH[SUHVDPHQWHGH¿QLGDVHQODQXHYDUHJXODFLyQ
del Código de Comercio en materia de contrato de seguro (artículo 513 l).
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 525
Artículo 'HFODUDFLyQ VREUH HO HVWDGR GHO ULHVJR 3DUD SUHVWDU OD
GHFODUDFLyQDTXHVHUHILHUHHO1GHODUWtFXORDQWHULRUVHUiVXILFLHQWH
que el contratante informe al tenor de lo que solicite el asegurador, sobre
los hechos o circunstancias que conozca y sirvan para identificar la cosa
DVHJXUDGD\DSUHFLDUODH[WHQVLyQGHOULHVJR
Convenido el contrato de seguro sin que el asegurador solicite la declara-
FLyQVREUHHOHVWDGRGHOULHVJRpVWHQRSRGUiDOHJDUORVHUURUHVUHWLFHQFLDV
o inexactitudes del contratante, como tampoco aquellos hechos o circuns-
tancias que no estén comprendidos en tal solicitud.
Si el siniestro no se ha producido, y el contratante hubiere incurrido inex-
cusablemente en errores, reticencias o inexactitudes determinantes del
ULHVJRDVHJXUDGRHQODLQIRUPDFLyQTXHVROLFLWHHODVHJXUDGRUGHDFXHUGRDO
Nº 1 del artículo anterior, el asegurador podrá rescindir el contrato. Si los
errores, reticencias o inexactitudes sobre el contratante no revisten alguna
GHGLFKDVFDUDFWHUtVWLFDVHODVHJXUDGRUSRGUiSURSRQHUXQDPRGLILFDFLyQ
a los términos del contrato, para adecuar la prima o las condiciones de
la cobertura a las circunstancias no informadas. Si el asegurado rechaza
ODSURSRVLFLyQGHODVHJXUDGRURQROHGDFRQWHVWDFLyQGHQWURGHOSOD]RGH
diez días contado desde la fecha de envío de la misma, este último podrá
UHVFLQGLUHOFRQWUDWR(QHVWH~OWLPRFDVRODUHVFLVLyQVHSURGXFLUiDOD
H[SLUDFLyQGHOSOD]RGHWUHLQWDGtDVFRQWDGRGHVGHODIHFKDGHHQYtRGHOD
UHVSHFWLYDFRPXQLFDFLyQ.
Si el siniestro se ha producido, el asegurador quedará exonerado de su
REOLJDFLyQGHSDJDUODLQGHPQL]DFLyQVLSURYLHQHGHXQULHVJRTXHKXELHVH
GDGROXJDUDODUHVFLVLyQGHOFRQWUDWRGHDFXHUGRDOLQFLVRDQWHULRU\HQ
FDVRFRQWUDULRWHQGUiGHUHFKRDUHEDMDUODLQGHPQL]DFLyQHQSURSRUFLyQ
a la diferencia entre la prima pactada y la que se hubiese convenido en el
caso de conocer el verdadero estado del riesgo.
Estas sanciones no se aplicarán si el asegurador, antes de celebrar el con-
WUDWRKDFRQRFLGRORVHUURUHVUHWLFHQFLDVRLQH[DFWLWXGHVGHODGHFODUDFLyQ
RKXELHUHGHELGRFRQRFHUORVRVLGHVSXpVGHVXFHOHEUDFLyQVHDOODQDD
que se subsanen o los acepta expresa o tácitamente.
COMENTARIO
1. PRELIMINAR
Un análisis del artículo 525 del C.com. nos obliga ha precisar que nues-
tro legislador introdujo –aunque de modo poco sistemático– una regulación
del deber precontractual de declaración del riesgo asegurable en los artículos
524 Nº 1, 525 y 539 del C.com. En el artículo 524 Nº 1 de la ley se ocupa de
imponer un deber de información que pesa sobre el contratante del seguro.
Luego, los artículos 525 y 539 del C.com. se ocupan de los efectos que se
derivan del incumplimiento de este deber.
Como hemos expuesto en nuestra reciente obra titulada “El Deber Precon-
tractual de Declaración del Riesgo en el Seguro de Daños”, nuestro legislador
consideró en los artículos 525 y 539 del C.com. una nueva categoría sobre vi-
cios del consentimiento, si de infracción al deber precontractual de declaración
del riesgo asegurable se trata. Nuestra tesis queda sustentada al contemplar
los citados artículos diversos remedios aplicables frente al incumplimiento
de esta carga de información, que van desde la rescisión, la mantención del
contrato, hasta la nulidad del seguro. En este último caso, sólo aplicable para
los casos de declaraciones de mala fe del artículo 539 del C.com.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 525 295
El artículo 525 del C.com., frente a una declaración del riesgo incomple-
ta o defectuosa, contempla diversos remedios1 que van desde la rescisión o
liberación del asegurador de su obligación de indemnizar o la posibilidad de
mantener vigente el seguro. En este último caso, las soluciones que introduce
nuestro legislador el año 2013, que permiten la subsistencia del contrato,
buscan, además de corregir el desequilibrio2 que se produce en la relación
contractual por el incumplimiento del deber de información sobre el riesgo
asegurado, la satisfacción de los intereses de las partes contratantes3.
Los remedios que contemplan una mantención de la validez del segu-
ro –no obstante el incumplimiento del deber precontractual de declaración
del riesgo– siguen el principio favor contractus(OORMXVWL¿FDODH[LVWHQFLD
de remedios distintos a la nulidad del contrato4. Si bien hay un supuesto
1
A juicio de MORALES MORENO, “el término remedio, no es un término que tenga
arraigo histórico en nuestro ordenamiento ni en la tradición jurídica continental, proveniente
del Derecho romano. En ella es más frecuente hablar de acciones, o de pretensiones, si nos
situamos fuera del ámbito estrictamente procesal. Pero el término remedios (proveniente
del derecho angloamericano y con un uso cada vez más extendido en los textos de derecho
europeo) tiene la ventaja de su mayor flexibilidad. No está contaminado por la construcción
judicialista que históricamente ha acompañado a las medidas de protección del derecho de
contratos. Permite incluir tanto las pretensiones como los derechos potestativos. Permite
además referirse a las medidas de protección que se desarrollen fuera del proceso (por
ejemplo: anulación o resolución extrajudicial, mediante declaración de voluntad)”. MORALES
MORENO (2011) p. 402. Sobre los deberes precontractuales y los remedios contemplados
para los casos de violación del deber precontractual de informar en el proyecto Acquis
Principles, véase SALANITRO (2009) pp. 59 y ss.
2
Como sostiene D’AMICO, es necesaria la compatibilidad entre la necesidad de
reequilibrar la relación contractual y la mantención de la validez del contrato, no obstante
existir un incumplimiento a un deber precontractual. D’AMICO (2003) p. 358. Sobre la
finalidad de reequilibrar la relación contractual, véase ASÚA (1989) p. 75.
3
Es el mismo enfoque tipológico que podemos observar frente al incumplimiento
contractual. Como sostiene MORALES MORENO, “cuando se produce el incumplimiento del
contrato el contratante insatisfecho cuenta con diversos remedios, que el ordenamiento
le ofrece, en esa situación, para satisfacer su interés”. MORALES MORENO (2011) p. 403.
4
En cuanto a los fundamentos que justifican la mantención de contrato, véase KELLER
(2008) p. 249.
296 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 525
de contrato válido que hace subsistir el vinculum iuris, una de las partes se
encuentra insatisfecha debido al incumplimiento de un deber propio de la
formación del contrato de seguro5. Ello debe ser corregido.
Unido al principio favor contractus FRPRIXQGDPHQWRMXVWL¿FDQWHGHOD
conservación del seguro, nuestro legislador introduce una regla de conducta o
FRPSRUWDPLHQWREXHQDRPDODIHTXHQRDSXQWDQHFHVDULDPHQWHDODLQH¿FD-
cia estructural del seguro, sino más bien, a determinar el remedio aplicable6.
Siguiendo el planteamiento de MORALES MORENO en materia de re-
medios precontractuales, observamos que el sistema de remedios7 que se
incorpora a nuestro ordenamiento jurídico en el artículo 525 del C.com.,
contempla una unidad de supuesto básico, que abre la posibilidad de usar
el sistema, representada por el incumplimiento al deber precontractual de
información impuesto en el artículo 524 Nº 1 del citado código, y diversos
supuestos complementarios a la unidad de supuesto básico que permiten
determinar el remedio aplicable8, según los casos.
5
Señalan GARCÍA RUBIO y OTERO, que “existen situaciones en las que, a pesar de no
haberse respetado escrupulosamente los deberes precontractuales por una de las partes,
no procede, al menos en un primer momento, la desvinculación del contrato. La situación
puede ser especialmente relevante en casos de violación de deberes de información que
conducen a uno de los contratantes a celebrar un contrato en condiciones desventajosas
respecto de las que hubiera acordado de contar con la información íntegra y correcta”.
GARCÍA RUBIO y OTERO (2010) p. 50.
6
Ello queda reflejado, en aquellos casos en que hay bona fides, no obstante un in-
cumplimiento del deber y sus consecuencias. En este sentido, la nulidad del contrato como
solución a la inejecución de esta carga de información queda restringida a los casos de mala
fe o como sostiene D’AMICO, “el instrumento radical de la nulidad queda reservado para
ciertos casos de violación de un estándar de conducta elevado”. D’AMICO (2003) pp. 348-349.
7
Se trata, como sostiene MORALES MORENO, de un sistema unitario utilizable para una
situación jurídica determinada. MORALES MORENO (2011) p. 404.
8
Señala MORALES MORENO: “Un sistema de remedios es un conjunto de remedios,
ofrecidos por el ordenamiento, de modo articulado, en una determinada situación
(concretada en el supuesto básico del sistema de remedios de que se trate) para que el
sujeto legitimado (que ha visto lesionado un determinado interés) pueda obtener una
protección adecuada mediante la utilización de alguno o algunos de ellos. Un sistema
de remedios es, por tanto, un conjunto de medidas jurídicas diferentes, pero que actúan
de modo coordinado para que pueda lograrse a través de ellas la satisfacción del interés
lesionado, de acuerdo con las preferencias del sujeto legitimado para su utilización. Un
sistema de remedios se caracteriza por estos rasgos. Unidad del supuesto básico, común
a todos los remedios. Por ejemplo, en el sistema del incumplimiento, el supuesto básico
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 525 297
La unidad de supuesto básico del artículo 525 del C.com. está representada
por la “declaración errónea, reticente o inexacta sobre el riesgo asegurable”.
Los supuestos complementarios en el contexto del artículo 525 del
C.com., tienen una doble dimensión. Por una parte, “si ha ocurrido o no el
siniestro”, que denominaremos como factor de temporalidad en la ocurrencia
del riesgo asegurado, y por la otra, “la inexcusabilidad, la culpa o la buena
fe” en la declaración del riesgo, que denominaremos como factor subjetivo
de la conducta del declarante.
Dependiendo de los supuestos complementarios que hemos enunciado,
frente a un incumplimiento del deber precontractual de declaración del
riesgo, nuestro legislador contempla la posibilidad de quedar liberado el
asegurador del contrato en el caso de culpa; o la mantención del seguro
mediante un aumento de la prima o un cambio de las condiciones de co-
EHUWXUDSDFWDGDV\¿QDOPHQWHODSRVLELOLGDGGHUHEDMDUSURSRUFLRQDOPHQWH
la indemnización, en aquellos casos en los que la culpa está ausente.
(OVXSXHVWRGHWHPSRUDOLGDGODRFXUUHQFLDGHOVLQLHVWUR
Si el siniestro no ha ocurrido, ninguna prestación debe el asegurador,
por lo que, parece lógico que operen como remedios la rescisión, o un au-
PHQWRGHODSULPDRXQDPRGL¿FDFLyQGHODVFRQGLFLRQHVGHFREHUWXUDVL
se quiere mantener el contrato.
Sin embargo, si ocurre el siniestro el asegurador debiera cumplir con
su obligación de pagar la indemnización al asegurado. No obstante, en el
caso de detectarse un incumplimiento al deber precontractual de declarar el
riesgo, el asegurador podrá quedar liberado de su obligación, si prueba culpa
del tomador o en caso contrario y considerando la buena fe del contratante,
la obligación del asegurador subsiste aunque reducida9.
9
En tal sentido, a juicio de LAGOS, se “debería tener presente que un error involuntario
del asegurado no debería dar lugar a la liberación del asegurador”. LAGOS (2012) p. 128.
10
En la doctrina italiana, a juicio de VISINTINI, el factor subjetivo de culpa que se
incorpora en el artículo 1892 del Código civil, y que se aparataría del sistema de vicios del
consentimiento, tendría su origen en la práctica mercantil, específicamente en la cláusula
de incontestabilidad, durante la vigencia del artículo 429 del Código de comercio. VISINTINI
(1971) p. 432.
11
En nuestra doctrina, a juicio de ARELLANO, “la calificación de inexcusable obviamente
comprende, aunque no exclusivamente, las actuaciones de mala fe”. ARELLANO (2013) p. 71.
Para nosotros, como hemos señalado, la mala fe queda contextualizada exclusivamente
en el artículo 539 del C.com.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 525 299
3.1. LA RESCISIÓN
/DSRVWXUDPD\RULWDULD\UHFLHQWHGHQXHVWUDGRFWULQDFLYLOLVWDFRQ¿HUHDO
vocablo rescisión un sentido comprensivo de dejar sin efecto. No se trata de
un sinónimo unívoco de nulidad relativa en el contexto del derecho común13.
En el caso concreto del seguro, el contrato termina, quedando liberado
el asegurador de las obligaciones que nacen como resultado de la celebra-
ción del seguro. Podríamos entenderlo como una especie de derecho de
desisitimiento del asegurador del contraro. La nulidad, queda como reme-
dio residual para los casos de mala fe14. Se trata, además, de un efecto que
opera de pleno derecho.
Si bien el artículo 525 incisos 3º y 4º del C.com. incorporan como su-
puestos complementarios al incumplimiento del deber de declaración del
riesgo asegurable, la temporalidad en el descubrimiento de la divergencia y
la inexcusablidad (culpa), en el caso de la rescisión observamos que la norma
citada contempla este remedio para los casos en que concurre la culpa, haya
o no ocurrido el siniestro. En consecuencia, los supuestos complementarios
de temporalidad y excusabilidad, no operan de modo determinante para este
FDVR/RTXHKHPRVDSXQWDGRUHÀHMDODIDOWDGHVLVWHPiWLFDGHODUHIRUPD
El citado artículo 525 inciso 3º contempla el remedio de la rescisión en
aquellos casos en los que “el siniestro no se ha producido” y el contratante
hubiera incurrido inexcusablemente en errores, reticencias o inexactitudes
determinantes del riesgo asegurado en la información que solicite el asegu-
rador de acuerdo al Nº 1 del 524 del C.com., que señala que “el asegurado
12
MORALES MORENO (2011) p. 405.
13
En este sentido, véase por todos, ALCALDE (2009) p. 77.
14
En la doctrina chilena, Cfr. ARELLANO (2013) p. 71. En el derecho español, en concreto
sobre el análisis de la rescisión del artículo 10 LCS, véase RUBIO (2003) pp. 112 y ss.;
SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 299 y ss.
300 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 525
15
Véase el inciso segundo del artículo 113-9 del Código de seguros francés.
16
Señala el § 19 de la VVG párrafo 6: “Si la prima a pagar aumentara en más del 10%
o el asegurador excluyera la circunstancia no informada, en el caso de una adaptación
del contrato según el párrafo 4 frase 2, el asegurado puede, dentro de un mes de haber
recibido la comunicación, desistirse del contrato sin necesidad de cumplir con un plazo. El
asegurador tiene la obligación de informar al asegurado de este derecho en la comunicación.
A juicio de BECKMANN, el § 25 de la VVG, faculta al asegurador para aumentar la prima,
de modo de ajustarla al monto que correspondería según las circunstancias reales de las
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 525 301
cuales ahora tiene conocimiento, o bien puede excluir de la cobertura la parte del riesgo
que no declaró o informó defectuosamente el tomador. Al momento de decidir adaptar el
contrato, el asegurador debe comunicar al asegurado de dicha situación. Si el aumento
de la prima es mayor al 10% de la prima pactada inicialmente o si el asegurador decide
excluir de cobertura el riesgo no declarado del contrato, el asegurado tiene la opción de
desistirse del contrato dentro del plazo de un mes desde que recibe la comunicación por
parte del asegurador. Véase BECKMANN (2009) pp. 749 y ss.
17
Véase MORALES MORENO (2011) pp. 412 y ss.
18
A nuestro parecer, el remedio de adaptación del contrato, mediante un aumento
de la prima, un cambio de las condiciones de cobertura o una rebaja proporcional de
la indemnización, constituyen una reconducción de remedios contractuales a la fase
precontractual de negocio jurídico. En este sentido, a juicio de MORALES MORENO, “en la
moderna construcción del derecho de contratos podemos encontrar un ejemplo de sistema de
remedios en el del incumplimiento del contrato. En cambio, resulta más difícil identificar un
sistema (o sistemas) precontractual de remedios. En este ámbito precontractual, ciertamente,
encontramos algunos supuestos de aplicación del remedio de la indemnización de daños
(responsabilidad precontractual) y otros de anulación del contrato. Pero no es fácil saber
cómo uno y otro remedio (indemnización y anulación) puedan quedar articulados en un
sistema, semejante al del incumplimiento”. MORALES MORENO (2011) p. 402.
302 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 525
/DUHEDMDSURSRUFLRQDOGHODLQGHPQL]DFLyQ
En el ordenamiento jurídico chileno, la mantención del contrato me-
diante el remedio de rebaja proporcional de la indemnización o prestación
del asegurador19, no obstante haber incumplido el contratante o asegurado
su deber de declarar sobre el estado del riesgo como manda el artículo 524
1GHO&FRPH[LJHODFRQFXUUHQFLDGHUHTXLVLWRVHVSHFt¿FRVVHJ~QOR
dispone el artículo 525 del citado Código: que la inejecución no se deba a
culpa grave, dolo o mala fe del contratante20, y que el siniestro ocurra antes
del descubrimiento de la divergencia entre el riesgo real y el declarado.
19
Este remedio considerado por nuestro legislador, sigue el criterio impuesto por la
Ley de seguros francesa de 1930 que sustituye el artículo 348 del Código de Comercio
francés de 1807, en el ámbito de los denominados seguros terrestres. Con ello, la rígida
o estricta sanción de la nulidad queda desplazada en todos aquellos casos en los que si
bien nos enfrentamos a una declaración del riesgo incompleta o defectuosa, no hay culpa,
dolo o mala fe. La instauración de este mecanismo de solución o remedio constituye un
argumento más para sostener que nos encontramos frente a un sistema apartado de la
disciplina general de vicios del consentimiento.
20
Se sigue el criterio de los ordenamientos jurídicos europeos. SOLIMANDO, en su análisis
del artículo 1893 del Código civil italiano, señala que “es el factor de diligencia el que
justifica la posibilidad optar por reducir la indemnización”. SOLIMANDO (2001) p. 36.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 525 303
/DGHWHUPLQDFLyQGHOIXQGDPHQWRTXHMXVWL¿FDPDQWHQHUVXEVLVWHQWH
la obligación de indemnizar, no obstante existir una infracción al deber
precontractual de declarar el riesgo, se resuelve en el contexto del principio
proporcionalidad prima-riesgo y al alero del principio favor contractus.
La defectuosa o incompleta entrega de datos relevantes sobre el riesgo
asegurado, provoca un desequilibrio en la relación contractual que vincula
al asegurador y al asegurado. Esta falta de equilibrio en la relación negocial
que surge del contrato de seguro queda representada en la falta de propor-
cionalidad entre el riesgo asumido por el asegurador y la prima recibida del
contratante o asegurado211RVHMXVWL¿FDHQFRQVHFXHQFLDTXHHODVHJXUDGRU
frente a un contrato válido, no obstante en desequilibrio, quede obligado al
cumplimiento íntegro de su obligación22.
6HMXVWL¿FDODVXEVLVWHQFLDGHOFRQWUDWRGHVHJXUR\HQFRQVHFXHQFLDOD
exigibilidad de la obligación del asegurador, siempre y cuando, el contra-
tante o tomador durante el proceso de formación del contrato y de entrega
de información sobre el riesgo haya actuado de buena fe.
En la doctrina francesa, a juicio de PICARD Y BESSON, la mutualidad
TXHLQVSLUDHVWHFRQWUDWRMXVWL¿FDTXHHODVHJXUDGRUTXHQRKDUHFLELGROD
prima correspondiente al riesgo real no debería soportar el total de la pér-
dida que ocasionó la ocurrencia del riesgo o dicho de otro modo, que no
quede obligado a cumplir su prestación íntegramente, por un lado, y por el
otro, el asegurado o contratante que actuó de buena fe, no debería quedar
21
En este sentido, a juicio de LATORRE, “entre el riesgo y la prima existe, por tanto,
una estrecha correlación que en el terreno práctico se traduce, fundamentalmente, en los
siguientes efectos: por una parte, si no hay riesgo ninguna prima se deberá al asegurador y
si el riesgo deja de existir la prima dejará de ser debida y, por otra parte, si el riesgo varía,
la prima lo hará en la misma proporción”. LATORRE (2000) p. 17. En el mismo sentido ver
RUBIO (2003) p. 121. A juicio de SÁNCHEZ CALERO, “la obligación del asegurador para el
caso de que se produzca el evento cuyo riesgo es objeto de la cobertura se vincula en este
artículo que comento al cobro de una prima, de forma que se produce una correlación entre
la prestación del asegurador de cobertura del riesgo y la del pago de la prima por el tomador
del seguro. Surge una relación sinalagmática entre ambas prestaciones que nace desde el
momento en que el contrato de seguro produce sus efectos materiales, ya que desde ese
momento asume el asegurador el riesgo o, si se quiere, se produce la cobertura del riesgo
que se vincula a la obligación de pago de una determinada prima por el tomador del seguro.
La valoración del riesgo asumido por el asegurador va a influir en la determinación de la
cuantía de la prima”. SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 56-57.
22
RUBIO (2003) p. 121.
304 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 525
4.1. GENERALIDADES
(OOHJLVODGRUHQHOLQFLVR¿QDOGHODUWtFXORGHO&FRPHVWDEOHFH
que las sanciones que operan en el caso de una declaración del riesgo
errónea, reticente o inexacta, no se aplicarán si el asegurador después de
la celebración del seguro, se allana a que se subsanen los defectos origi-
nados por la declaración defectuosa o incompleta o los acepta expresa o
tácitamente.
8QDUHYLVLyQGHODUHJODFRQWHQLGDHQHOLQFLVR¿QDOGHODUWtFXOR
del C.com. nos obliga a un análisis de la historia de la ley, que permite
determinar su aplicabilidad y sentido. En esta perspectiva, es nuestro pa-
UHFHUTXHODVPRGL¿FDFLRQHVTXHVHIXHURQLQFRUSRUDQGRDOFLWDGRDUWtFXOR
525 durante su tramitación parlamentaria, desdibujaron la estructura de
la norma. La incorporación de mecanismos destinados a subsanar los
defectos provocados por la inejecución del deber in contrahendo de de-
clarar el riesgo llenaba el vacío que contemplaba la norma en su original
23
PICARD Y BESSON (1964) p. 147; en el mismo sentido PELAGGI (1967) p. 227;
SOLIMANDO (2001) p. 25. Por su parte, en la doctrina española, a juicio de RUBIO, debido a
que el asegurador “no ha cobrado el importe que corresponde al riesgo real, se comprende
fácilmente que no deba soportar todas las consecuencias económicas del siniestro”.
Agrega el autor, que “dado que el tomador no ha infringido el deber de forma consciente
o intencional, también parece oportuno que no se le deba privar de toda la cobertura o
garantía pactada”. RUBIO (2003) p. 121.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 525 305
24
Previo a las indicaciones presentadas por el Senador Lagos, el texto del artículo
525 rezaba lo siguiente: “Declaración del estado de riesgo. Para prestar la declaración a
que se refiere el Nº 1 del artículo anterior, será suficiente que el contratante informe al
tenor de lo que solicite el asegurador, sobre los hechos o circunstancias que conozca y
sirvan para identificar la cosa asegurada y apreciar la extensión del riesgo. Convenido el
contrato de seguro sin que el asegurador solicite la declaración del estado de riesgo, éste
no podrá alegar los errores, reticencias o inexactitudes del contratante, como tampoco
aquellos hechos o circunstancias que no estén comprendidos en tal solicitud, salvo que sean
inexcusables. El asegurador podrá solicitar la rescisión del contrato, si el contratante incurre
inexcusablemente en errores, reticencias o inexactitudes sustanciales en la información que
otorgue. Si los errores, reticencias o inexactitudes del contratante no revisten el carácter
de inexcusables y sustanciales, el contrato será válido, pero la indemnización o prestación,
en caso de siniestro, se reducirá en proporción a la diferencia entre la prima convenida
y la que habría correspondido. Estas sanciones no se aplicarán si el asegurador, antes de
celebrar el contrato, ha conocido los errores, reticencias o inexactitudes de la declaración
o hubiere debido conocerlos; o si después de su celebración, se allana a que se subsanen
o los acepta expresa o tácitamente”.
25
No nos ha quedado claro en nuestra investigación la fuente de esta norma. Es posible
que el autor del Proyecto de modificación al Título VIII, del Libro II del C.com. siguiera
en este punto la doctrina francesa que formula, dentro de los obstáculos a la aplicación
de remedios derivados de la inejecución al deber de declarar el riesgo, la renuncia del
asegurador (renonciation de l’assureur). Sin embargo, se trata, más bien, de la aplicación
de la cláusula de incontestabilidad propia de los seguros de vida, no de daños. Véanse:
PICARD Y BESSON (1964) p. 151; BEIGNIER (2011) pp. 217 y ss.
306 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 525
Es nuestro parecer, que esta regla debe quedar restringida a los casos
de rescisión, ya que, al saneamiento de los defectos que se derivan de una
declaración del riesgo incompleta o defectuosa, subyacen los remedios de
adaptación del contrato. Por lo demás, en nuestra opinión, los mecanismos
destinados a mantener el vinculum iuris no pueden ser considerados como
una sanción. Sí lo es la rescisión como término del contrato de seguro.
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 526
$UWtFXOR$JUDYDFLyQGHULHVJRVDVHJXUDGRV(ODVHJXUDGRRFRQWUD-
tante en su caso, deberá informar al asegurador los hechos o circunstancias
que agraven sustancialmente el riesgo declarado, y sobrevengan con poste-
ULRULGDGDODFHOHEUDFLyQGHOFRQWUDWRGHQWURGHORVFLQFRGtDVVLJXLHQWHVGH
haberlos conocido, siempre que por su naturaleza, no hubieren podido ser
conocidos de otra forma por el asegurador. Se presume que el asegurado
conoce las agravaciones de riesgo que provienen de hechos ocurridos con
VXGLUHFWDSDUWLFLSDFLyQ
Si el siniestro no se ha producido, el asegurador, dentro del plazo de trein-
ta días a contar del momento en que hubiere tomado conocimiento de la
DJUDYDFLyQGHORVULHVJRVGHEHUiFRPXQLFDUDODVHJXUDGRVXGHFLVLyQGH
UHVFLQGLUHOFRQWUDWRRSURSRQHUXQDPRGLILFDFLyQDORVWpUPLQRVGHOPLVPR
SDUDDGHFXDUODSULPDRODVFRQGLFLRQHVGHODFREHUWXUDGHODSyOL]D
6LHODVHJXUDGRUHFKD]DODSURSRVLFLyQGHODVHJXUDGRURQROHGDFRQWHV-
WDFLyQGHQWURGHOSOD]RGHGLH]GtDVFRQWDGRGHVGHODIHFKDGHHQYtRGHOD
misma, este último podrá dar por rescindido el contrato. En este último caso,
ODUHVFLVLyQVHSURGXFLUiDODH[SLUDFLyQGHOSOD]RGHWUHLQWDGtDVFRQWDGR
GHVGHODIHFKDGHHQYtRGHODUHVSHFWLYDFRPXQLFDFLyQ
Si el siniestro se ha producido sin que el asegurado, o el contratante en
VX FDVR KXELHUHQ HIHFWXDGR OD GHFODUDFLyQ VREUH OD DJUDYDFLyQ GH ORV
riesgos señalada en el inciso primero, el asegurador quedará exonerado
GHVXREOLJDFLyQGHSDJDUODLQGHPQL]DFLyQUHVSHFWRGHODVFREHUWXUDVGHO
seguro afectadas por el agravamiento. No obstante, en caso que la agra-
YDFLyQGHOULHVJRKXELHUDFRQGXFLGRDODVHJXUDGRUDFHOHEUDUHOFRQWUDWR
HQFRQGLFLRQHVPiVRQHURVDVSDUDHODVHJXUDGRODLQGHPQL]DFLyQVHUHGX-
cirá proporcionalmente a la diferencia entre la prima convenida y la que
se hubiera aplicado de haberse conocido la verdadera entidad del riesgo.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 524, 525, 542, 566, 567, 590
y 591. Artículo CPR: 19 Nº 4.
COMENTARIO
1
LATORRE (2000) p. 289.
2
Según LAGOS (2007) p. 176, “La agravación del riesgo es la variación de las
circunstancias propias que rodean al objeto asegurado, que hacen que existan mayores
probabilidades que se concrete un siniestro cubierto por la póliza. La carga de declaración
de agravación del riesgo es aquella por la cual se impone al asegurado la notificación al
asegurador de estas circunstancias”.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 526 311
3
DOMÍNGUEZ (1997) p. 255.
4
En la doctrina chilena no hemos encontrado un análisis de la agravación del riesgo
en materia de seguros. En la doctrina argentina SCHIAVO (2006) pp. 277-279 ha analizado
la agravación del riesgo y ha afirmado que la condición genérica consiste en que altera
312 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 526
o cambia las circunstancias del riesgo asegurado que son: Incertidumbre, posibilidad,
probabilidad, proporcionalidad, cantidad patrimonial expuesta y evento.
5
LATORRE (2000) p. 60.
6
LATORRE (2002) p. 174.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 526 313
7
LATORRE (2000) p. 69.
8
ARQUILLO (2005) p. 7.
314 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 526
9
BAEZA (2001) p. 155.
10
LATORRE (2000) p. 252.
11
Según indica BATALLER (2002) p. 13, al igual que el de declaración del riesgo es un
deber de ciencia o conocimiento.
12
BAEZA (2001) p. 153.
13
En otras legislaciones se aplica el concepto de alteración del riesgo tanto a pólizas
de seguros generales como a los seguros de vida. De esta forma lo disponen los artículos
10 y 89 de la ley de Contrato de Seguros española de 1980; artículo 223 del Código de
Comercio griego, véase KIANTOS, B. (1986): Informe griego al VII Congreso Aida, p. 252;
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 526 315
SDUWHGHODGRFWULQDVHLQFOLQDSRUQHJDUODSRVLELOLGDGGHPRGL¿FDFLyQR
agravación del riesgo en los seguros de vida, porque los riesgos, como las
enfermedades, han sido incluidos en el cálculo del riesgo y las primas son
uniformes. En consonancia con esto, la legislación de algunos países no
DFHSWDPRGL¿FDFLRQHVRODVUHVWULQJHDFLUFXQVWDQFLDVH[FHSFLRQDOHV14.
La edad y la decadencia del estado de salud son circunstancias agra-
vatorias del riesgo, ya que aumentan las posibilidades del mismo. Sin
embargo, no deben comunicarse a la aseguradora, como circunstancias
que lo agravan, ya que son previsibles. Es más, la compañía aseguradora
debió en su momento haberlas incorporado al cálculo del riesgo. El nor-
mal envejecimiento constituye un elemento insoslayable en la vida de
las personas, que no se puede considerar como imprevisible. Las tablas
el artículo 683 del Código de Comercio japonés, véase MATSUSHIMA, M. (1986): Informe
japonés al VII Congreso Aida, pp. 404 y 405; artículo 161 de la ley de Contrato de Seguros
mejicana, véase DÍAZ BRAVO, A. (1986): Informe mejicano al VII Congreso Aida, p. 420;
artículo 74.3 de la ley de Contrato de Seguros suiza, véase VIRET, B. (1986): Informe suizo
al VII Congreso Aida, pp. 603 y ss.).
14
Es el caso de la ley de seguros belga del año 1992, que establece la obligación
del asegurado de declarar las circunstancias agravatorias del riesgo, “salvo que se
trate de un seguro de vida, de enfermedad o de crédito”. En estos últimos supuestos,
no existe obligación de declarar los riesgos cuando estos se agravan. Esta disposición
debe entenderse en el contexto de una cobertura para los seguros de vida, que abarca el
riesgo de muerte bajo cualquier circunstancia, a excepción de las causas excluidas en
el condicionado de la póliza. Este sistema de exclusión es similar al contemplado por
la ley francesa 89-1014 de 1989, aunque en esta última se matiza su aplicación en el
artículo 113-4 del Código de Seguros de Francia, en lo que respecta al estado de salud
del asegurado. Similar parámetro sigue el Derecho argentino de seguros que, de acuerdo
con el artículo 132 de la ley 17.418, exige que se denuncie la agravación del riesgo
que obedezca a los motivos específicamente previstos en el contrato. Sin embargo, en
la misma disposición se indica que “(…) los cambios de profesión o de actividad del
asegurado autorizan la rescisión cuando agravan el riesgo de modo tal que, de existir a la
celebración, el asegurador no habría accedido a celebrar ese contrato o hubiera acordado
otra prima”. Según indica LATORRE (2000) pp. 230-240, en el Derecho de seguros español
son aplicables plenamente las exigencias y características de la agravación del riesgo.
Es así como la ley de contrato de seguro de 1980, en sus artículos 11 y 12, establece la
agravación del riesgo y en su artículo 13 se refiere a la reducción del mismo. Conforme
estos artículos, la modificación en las circunstancias profesionales del asegurado puede
constituir una agravación del riesgo, en el caso de los seguros de vida. No ocurre lo
mismo con el contagio de una enfermedad ulterior.
316 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 526
PDUD TXH XQD PRGL¿FDFLyQ GHO ULHVJR VHD DJUDYDWRULD GHEH DGHPiV
ser relevante16. El artículo 538 del Código de Comercio expresaba que el
asegurado no puede variar las circunstancias: “(…) que se hayan tenido en
vista para estimarlo”.
(ODUWtFXORLQWURGXFLGRSRUODOH\1VHUH¿HUHDFLUFXQVWDQ-
cias “sustanciales”, es decir, de real importancia dentro de la relación entre
DVHJXUDGR\DVHJXUDGRU1RVHWUDWDGHFXDOTXLHUDPRGL¿FDFLyQGHOULHVJR
sino de aquella que, de haber sido conocida de la compañía aseguradora
en el momento de la perfección del contrato, la hubiera determinado a no
celebrar al contrato, o a celebrarlo en términos diversos, más gravosos para
el tomador del seguro.
La relevancia podría interpretarse como un cambio a las regulaciones
que restringen el actuar de las compañías y concretamente a la imperativi-
dad de la ley recogida en el nuevo artículo 542 C.com. Podría extrapolarse
ODUHOHYDQFLD\D¿UPDUTXHODVDVHJXUDGRUDVSRGUtDQYDOHUVHGHFXDOTXLHU
circunstancia, y elevarla a la categoría de relevante ya que son las mismas
FRPSDxtDVODVTXHPRGL¿FDQVXVFOiXVXODV\HODVHJXUDGRVyORVHDGKLHUD
a ellas.
El derecho limita el actuar del asegurador, y este no puede valerse de la
arbitrariedad para establecer lo relevante de lo que no lo es. Junto al respeto
a las restricciones impuestas al contenido, deberá probar que según sus
15
LATORRE (2000) pp. 184-185.
16
LATORRE (2000) p. 74.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 526 317
3DUDTXHXQDPRGL¿FDFLyQGHOULHVJRSXHGDVHUFRQVLGHUDGDDJUDYDWRULD
debe también cumplir con el requisito de tener una duración o continuidad
VX¿FLHQWH19(QWpUPLQRVQHJDWLYRVODPRGL¿FDFLyQGHOULHVJRQRSXHGHVHU
temporal o pasajera. La durabilidad busca evitar resoluciones contractuales
precipitadas. Si se atiende a circunstancias transitorias para realizar una
PRGL¿FDFLyQGHOULHVJRVLUHWRUQDHVWHDVXHVWDGRRULJLQDOQXHYDPHQWHVH
debería realizar el cambio en sentido inverso y volver a una situación similar
a la original, lo que no tiene sentido, resulta inútil y costoso.
La continuidad no puede ser siempre deducida con claridad por el
contratante. De ahí que para evitar rechazos a una solicitud de pago de un
siniestro, el asegurado puede poner en conocimiento de la aseguradora todas
las que lo afecten para cumplir con el deber de información y transparencia.
Será la aseguradora, la que, valiéndose de su experiencia, indique si se ha
YHUL¿FDGRXQDDJUDYDFLyQGHOULHVJRTXHFRQOOHYHPRGL¿FDUODFREHUWXUD20.
17
De este modo, &KDUy&iFHUHV$GULDQDFRQ&LJQD&RPSDxtDGH6HJXURVGH9LGD
(Chile) S.A., 5 junio de 1997, en Corte de Apelaciones de Concepción, se señaló lo siguiente:
“Su cónyuge tuvo que someterse a exámenes médicos y dar informaciones que él conocía
sobre su salud. De ahí resultó que padecía de una enfermedad cardiaca y por esa misma
circunstancia la Compañía de Seguros exigió el pago de primas con un recargo de 225%”.
18
DONATI (1954) pp. 185-186.
19
LATORRE (2000) p. 71.
20
Por esta vía se cumple con el deber del asegurado de mantener el estado del riesgo
que se origina en el artículo 538 del Código de Comercio. Así, si un hecho aislado y fortuito
varía ocasionalmente las circunstancias determinantes del riesgo, el asegurado podrá alegar
que se ha producido un caso fortuito, o la afectó una fuerza mayor en la que el cambio del
riesgo no se ha agravado.
318 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 526
/DRPLVLyQGHODVHJXUDGRGHFRPXQLFDUXQDPRGL¿FDFLyQGHVXHVWDGRGH
salud puede volverse en su contra si no lo hace oportunamente 21.
&RQPD\RUUD]yQVHYHUL¿FDHVWDFLUFXQVWDQFLDVLODPRGL¿FDFLyQGHO
riesgo ya no se debe a la actuación o al conocimiento de las partes, sino a la
actuación de un tercero. En el caso del seguro de vida, por regla general, las
partes no deben responder por lo que terceros ajenos a la contratación reali-
zan (salvo el seguro que recae sobre un tercero) y por ello, son asegurado y
DVHJXUDGRUTXLHQHVGHEHUiQPRGL¿FDU\HYDOXDUODVFRQGLFLRQHVGHOFRQWUDWR
Nuestra doctrina se ha complementado, en esta materia, con los aportes que del
derecho comparado de seguros ha ido obteniendo, al tenor de la evolución de
estas instituciones que presentan características similares en muchos países22.
Se debe mantener la proporcionalidad entre la situación del riesgo y la
SULPDDVLJQDGD6LpVWDSURSRUFLyQVHDOWHUDVHSURGXFHXQDPRGL¿FDFLyQ
GHO ULHVJR \ FRQVLJXLHQWHPHQWH HVWD GHEH UHÀHMDUVH HQ OD SULPD23. Si la
PRGL¿FDFLyQFRQOOHYDXQPD\RUULHVJRXQDPD\RUSUREDELOLGDGGHTXHVH
produzca el riesgo, o una mayor magnitud para una prima que no varía, se
produce una agravación del riesgo.
El artículo 524 Nº 5 C.com. establece el deber de “(…) no agravar el
riesgo y dar noticia al asegurador sobre las circunstancias que lleguen a su
conocimiento y que reúnan las características señaladas en el artículo 526”.
21
LATORRE (2000) p. 227.
22
En el derecho comparado las respuestas a las alteraciones del riesgo son múltiples. Las
soluciones varían entre la irrelevancia de la agravación del riesgo en el ámbito del seguro de
vida, como lo señala el artículo L113.2 del Código de Seguros francés y la preponderancia
que le otorgan las pólizas como es el caso británico (Informe británico al VII Congreso
Aida, p. 660), el derecho escandinavo (Informe escandinavo al VII Congreso Aida, p. 552)
el derecho argentino (artículo 132 de ley de Contrato de Seguros argentina), el derecho
alemán (Informe de la República Federal Alemana al Congreso Aida, ob. cit., p. 223).
23
De acuerdo con lo apuntado por LATORRE (2000) p. 252, la mutabilidad o inmutabilidad
del riesgo se proyecta en la prima. Así, su carácter estacionario conlleva una prima indiferente
al transcurso del tiempo, que se corresponde en todo momento con el riesgo asumido por
el asegurador; las circunstancias que rodean al riesgo se presumen constantes y sólo si su
modificación implica una agravación del riesgo, la prima aumentará en la debida proporción.
Por el contrario, en el seguro de vida, el paso de los años y el presumible deterioro de la salud
se refleja en las variaciones que experimenta la prima de una anualidad a otra; cosa distinta
es que el escaso pragmatismo del sistema de primas crecientes, en los seguros de vida entera
o de larga duración haya llevado a adoptar el método de las primas niveladas, consistente en
fraccionar el pago de la prima única en primas constantes.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 526 319
24
Según LATORRE (2002) p. 178, en la normativa española no puede defenderse la
subsistencia de un deber de no agravar el riesgo de forma voluntaria o involuntaria sino
tan solo que el asegurado comunique las agravaciones que conozca, con independencia
de quién o qué cosa las haya causado.
320 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 526
BIBLIOGRAFÍA
25
Así, según señala CALLEJO (2003) p. 40, a propósito de la normativa española:
“Tradicionalmente se ha venido afirmando que el contrato de seguro es un contrato ubérrima
bonae fidei, pues el asegurador se ve obligado a confiar en los datos que le comunica el
asegurado sobre el riesgo cubierto [o por cubrir]. Esta característica se manifiesta antes
del momento de celebración del contrato (artículo 10 LCS) y durante toda su vigencia
(artículos 11 y 12 LCS). Por ello el artículo 89 LCS establece que en caso de reticencia
e inexactitud en las declaraciones del tomador que influyan en la estimación del riesgo,
se estará a lo establecido en las disposiciones generales de esta ley, pero el asegurador no
puede impugnar el contrato una vez transcurrido un año desde la fecha de su conclusión, a
no ser que las partes hayan fijado un término más breve en la póliza, y en todo caso, salvo
que el tomador haya actuado con dolo”.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 526 321
ARTÍCULO 527
COMENTARIO
1
Véase por todos ABELIUK (2014) p. 752.
2
Disponía el sustituido artículo 543 del C.com. que “la prima (…) será exigible desde
que el asegurador empiece a correr los riesgos”. Revisados los borradores de Ocampo,
podemos verificar que la regla referida tiene una fuente doctrinal, en concreto DE BACARDÍ.
Véase BRAHM (2000) p. 262. Por su parte, DE BACARDÍ señala que “El asegurador adquiere
la prima desde que empiezan a correr los riesgos; porque el contrato de seguro aunque
irregular no empieza a surtir efecto hasta que comienzan los riesgos” DE BACARDÍ (1840)
p. 367. Este autor refiere el artículo 863 del Código de Comercio español de 1829, según
el cual el asegurador gana la prima desde que los objetos asegurados hubieren empezado
a correr el riesgo. A nuestro juicio, DE BACARDÍ sigue la norma del Código de Comercio
francés de 1807, cuyo artículo 351 consagra el principio exigibilidad de la prima (la prime
lui est acquise, s´il a comencé à courir les risques) en los términos que hemos referido.
Véase ALAUZET (1844) pp. 325-449.
324 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 527
2. DIVISIBILIDAD DE LA PRIMA
3
Véanse SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 374; BEIGNIER (2011) p. 405.
4
Véase comentario artículo 513 s).
5
Véase historia de la ley Nº 20.667 p. 74. Por su parte, el Intendente de Seguros de
la SVS, Osvaldo MACÍAS, en su intervención en el primer trámite constitucional de la ley
Nº 20.667, señala que “se propone pasar a un esquema de prima divisible, que parece
ajustarse más a la mecánica con que se desarrolla el seguro durante su vigencia y con
los verdaderos riesgos que en ese período asume el asegurador”. Véase historia de la
ley Nº 20.667 p. 73. Véase Circular Nº 2.114 emitida por la SVS.
6
BEIGNIER (2010) p. 407. Véase SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 370.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 527 325
7
A juicio de SÁNCHEZ CALERO, el Derecho español contempla como regla general
el principio de indivisibilidad de la prima. El criterio contrario, la divisibilidad, es
excepcional. Sobre la indivisibilidad de la prima, el citado autor, señala que “el fundamento
de la indivisibilidad de la prima se encuentra en razones de carácter técnico, ya que la
prima se ha de calcular con relación a un determinado período de tiempo -normalmente un
año- porque las estadísticas que sirven para su cálculo están basadas en la siniestralidad
que se produce durante ese período de tiempo y no la de cada día. Éste fundamento técnico,
repetido por los autores, tiene trascendencia en la vida de la relación aseguradora, ya
que iniciado el período cubierto por una determinada prima, calculada como se ha dicho
para todo ese período, no puede hacerse una división del mismo, de lo que deriva, por
un lado, el cobro anticipado de la prima y, por otro, su irrepetibilidad”. SÁNCHEZ CALERO
(2010) p. 370. En el derecho alemán sobre la indivisibilidad de la prima (Grundsatz der
Unteilbarkeit der Prämie), véase BECKMANN (2009) p. 72.
8
Véase Circular Nº 2.114 dictada por la SVS.
9
PICARD y BESSON (1974) p. 155. Véase SUMIEN (1957) pp. 63-64.
326 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 527
3. OBJETO DE LA PRESTACIÓN
DEL CONTRATANTE
10
Véase comentario artículo 513 letra o) del C.com.
11
En este sentido véase BAEZA (2001) p. 95; SANDOVAL (2014) p. 321.
12
En este sentido DONATI (1954) p. 359.
13
Esta norma se contradice, a nuestro juicio, con el artículo 10 del D.F.L. Nº 251 que
exige que el monto de la prima se exprese en unidades de fomento o moneda extranjera.
Por otra parte, la Circular Nº 141 del 12 de marzo de 1982 dictada por la SVS, señala:
“El dinero que por cualquier concepto recauden las compañías de seguros con el fin de
asumir los riesgos que les ofrecen, será considerado como prima para todos los efectos
que de ello se derive y, en consecuencia, sobre su totalidad deberán constituir las reservas
correspondientes”.
14
Véase artículo 543 sustituido.
15
Véase DONATI (1954) pp. 362 y ss.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 527 327
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 528
COMENTARIO
1. PRELIMINAR
GHO&&RGHPRGRHVSHFt¿FRHQORVSiUUDIRV\GHO7tWXOR;;,,,
del Libro IV del C.C. para el caso de incumplimiento del comprador de su
obligación del pago del precio. De modo general –lo contrario escapa a los
objetivos de este comentario– las normas del C.C. citadas regulan el efecto
resolutorio de la denominada condición resolutoria tácita, la resolución del
contrato de compraventa por el no pago del precio y el pacto comisorio.
6XUJHODLQWHUURJDQWHVLHVWDVQRUPDVFRQÀX\HQ\VHFRPSOHPHQWDQFRQHO
artículo 528 de C.com.
Nos preguntamos, además, si por el incumplimiento del pago de la
prima, el asegurador tiene derecho a exigir su pago o la terminación del
contrato, indistintamente y, en ambos casos, demandar la indemnización
de perjuicios2.
Una primera luz a las interrogantes formuladas la encontramos en la
historia de la ley Nº 20.667. En este sentido, la moción del proyecto, al
abordar los efectos derivados del no pago de la prima, señala que “especial
importancia tiene esto último, puesto que el proyecto establece una sanción
clara, precisa y práctica, conforme a lo que ha consagrado la práctica mer-
cantil y las Circulares de la Superintendencia de Valores y Seguros, toda vez
que las actuales normas contenidas en el Código de Comercio contemplan
un engorroso sistema de interposición de acciones (artículos 544 y 545) que,
por la corta duración de los seguros de daños y la constante exposición al
riesgo, han resultado siempre ser disposiciones impracticables, de hecho
inaplicadas y suplidas por la vía contractual y reglamentaria”.
Lo que formula nuestro legislador coincide con los planteamientos de
nuestra doctrina reciente en una doble perspectiva. Por una parte, frente al
incumplimiento debemos atender principalmente el interés de acreedor y
su satisfacción3, y por la otra, considerar, como sostiene PIZARRO, que “la
UHJODJHQHUDOHQHOWUi¿FRFRQWUDFWXDOVRQODVREOLJDFLRQHVGHQRPLQDGDV
genéricas y, en gran medida, los contratos de prestación de servicios que
generan obligaciones de hacer. Esto arroja un cierto desajuste entre el trá-
¿FRFRQWUDFWXDO\ODVQRUPDVGLVSRVLWLYDVGHO&yGLJR&LYLOHQPDWHULDGH
2
En este sentido, señala ABELIUK, que “el incumplimiento imputable de este da un
derecho alternativo al acreedor: o exigir el cumplimiento o pedir la resolución, y en ambos
casos, justamente porque la falta de pago obedece a dolo o culpa del deudor, además de
la indemnización de perjuicios”. ABELIUK (2014) p. 644.
3
Véase VIDAL (2006) p. 27.
330 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 528
4
PIZARRO (2007) p. 398.
5
A modo de ejemplo, la cláusula 11 del POL de incendio 1 10 141, texto depositado
bajo la NCG 124 (hoy prohibido), establecía lo siguiente: “Si al vencimiento del plazo
de gracia no ha sido pagada la prima vencida, la póliza terminará en forma inmediata,
sin necesidad de aviso, notificación o requerimiento alguno, liberándose la Compañía
Aseguradora de toda obligación y responsabilidad derivada de la póliza”. Por su parre,
la cláusula 15 del POL de robo 194021, establecía: “La Compañía podrá, en el evento de
mora o simple retardo en el pago de todo o parte de la prima, reajustes e intereses, declarar
resuelto el contrato mediante carta dirigida al domicilio que el contratante haya señalado
en la póliza. La resolución del contrato operará al vencimiento del plazo de quince días
corridos, contados desde la fecha del envío de la carta, a menos que antes de producirse
el vencimiento de ese plazo sea pagada toda la parte de la prima, reajustes e intereses que
estén atrasados, incluidos los correspondientes para el caso de mora o simple retardo. Si
el vencimiento del plazo de quince días, recién señalado, recayera en día sábado, domingo
o festivo, se entenderá prorrogado para el primer día hábil inmediatamente siguiente que
no sea sábado. Mientras que la resolución no haya operado, la compañía aseguradora
podrá desistirse de ella mediante una nueva carta en que así lo comunique a la persona que
contrató el seguro y dirigida al domicilio antes aludido en esta cláusula. La circunstancia
de haber recibido pago de todo o parte de la prima atrasada, y de sus reajustes o intereses,
o de haber desistido de la resolución, no significará que la Compañía aseguradora renuncia
a su derecho a poner nuevamente en práctica el mecanismo de la resolución pactado en esta
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 528 331
cláusula, cada vez que produzca un nuevo atraso en el pago de todo o parte de la prima”.
Sobre el pacto comisorio en el Derecho chileno, véase por todos ABELIUK (2014) pp. 660 y ss.
6
En este sentido el artículo 528 del C.com., al disponer que “(…) dará derecho a
aquél para exigir que se le pague la prima devengada hasta la fecha de terminación y
los gastos de formalización del contrato”.
7
El Derecho español sigue un criterio opuesto. Sobre ello, señala SÁNCHEZ CALERO
que “el artículo 15 comienza diciendo, como se ha visto, que si por culpa del tomador del
seguro la primera prima no ha sido pagada o la prima única no lo ha sido a su vencimiento,
el asegurador tiene derecho a resolver el contrato o a exigir el pago de la prima debida
en vía ejecutiva con base en la póliza. La opción del asegurador por el pago de la prima
da a entender que busca el cumplimiento del contrato, si bien en tanto no obtiene ese
pago el asegurador no puede estar obligado a la cobertura del riesgo en cuanto ésta pende
del cumplimiento de la obligación por parte del tomador del pago de la prima, cuya
reclamación se dice por el artículo 15.1 puede hacer por vía ejecutiva”. SÁNCHEZ CALERO
(2010) pp. 384-385.
8
En este sentido, véase PIZARRO (2007) p. 397.
9
El vocablo mora debemos entenderlo como retraso en el cumplimiento de la
obligación. En este sentido, señala la historia de la ley que “se ha recogido para el caso
332 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 528
de mora, una regulación ampliamente utilizada en las pólizas, que ha sido internalizada
por el mercado y que consiste en que la cobertura termina una vez transcurrido un plazo
(normalmente 15 días) desde que se requiera el pago de la prima adeudada”. Véase historia
de la ley Nº 20.667 p. 73. Por consiguiente, cuando nuestro legislador en el caso que
comentamos recurre a la mora, descartamos que deban reunirse los presupuestos que señala
nuestra doctrina para estar en estado de mora y ello faculte al asegurador en su calidad
de acreedor para dar término al contrato. Sobre los requisitos de la mora en el Derecho
chileno, véase por todos FUEYO (2004) p. 445.
10
Señala CLARO SOLAR, que “si el deudor no cumple culpablemente su obligación,
el acreedor tiene el derecho a pedir, a su arbitrio, o la resolución o el cumplimiento del
contrato, con indemnización de perjuicios”. CLARO SOLAR (2013) p. 608. Señala CORRAL, que
“tradicionalmente se ha sostenido que la resolución sólo procede ante un incumplimiento
imputable del deudor, y que debe estar constituido en mora”. CORRAL (2010) p. 227.
11
PIZARRO (2007) p. 399.
12
Cfr. SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 384.
13
PIZARRO (2007) p. 399.
14
Véase comentario artículo 527 del C.com.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 528 333
&RQWRGR\UHD¿UPDQGRODWHVLVGHWUDWDUVHODWHUPLQDFLyQGHOFRQWUDWR
SRUQRSDJRGHODSULPDGHXQD¿JXUDTXHVHDSDUWDGHOHIHFWRUHVROXWRULR
común por el incumplimiento de una obligación contractual, el artículo
528 establece que el contrato termina sin necesidad de declaración judicial
alguna15.
BIBLIOGRAFÍA
15
Véase SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 387-388.
334 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1)
ARTÍCULO 529: 1)
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
1
Moción de los Señores Diputados, Jorge BURGOS VARELA, Juan BUSTOS RAMÍREZ,
Alberto CARDEMIL HERRERA, Edmundo ELUCHANS URENDA, Marcelo FORNI LOBOS, Renán
FUENTEALBA VILDÓSOLA, Sergio OJEDA URIBE, Eduardo SAFFIRIO SUÁREZ, Patricio VALLESPÍN
LÓPEZ, Mario VENEGAS CÁRDENAS. Fecha 10 de julio de 2007. Cuenta en Sesión 47,
Legislatura 355. La historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl.
[fecha de consulta: 16 de junio de 2014] p. 9.
2
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 14.
3
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 95.
4
De esta forma en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.
leychile.cl. [fecha de consulta: 18 de julio de 2014] p. 95.
336 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1)
Las razones para adoptar esta nueva redacción, provienen de abusos que
se detectaban comúnmente, por parte de algunas compañías aseguradoras e
intermediarios, con los tomadores de seguros. Se dijo en el Congreso, tex-
tualmente: “Es muy corriente que a los asegurados se les venda pólizas de
seguro que no se adaptan a sus reales necesidades de cobertura, por montos
inadecuados, que contienen coberturas innecesarias (riesgo de salida de mar
para una casa ubicada en Santiago o un refugio en la nieve) y por el contrario,
que no se le advierta respecto de los riesgos no cubiertos, como por ejemplo,
que una póliza de seguro de incendio ordinario no cubre incendio a causa de
terremoto. En todo caso en la inmensa mayoría de los casos el asegurado carece
FRPSOHWDPHQWHGHDVHVRUtDGXUDQWHODFRQWUDWDFLyQDOPRGL¿FDURUHQRYDUODV
pólizas y principalmente al momento de reclamar el pago de un siniestro”.5
El artículo 529, en la forma expresada, fue aprobado por unanimidad
en la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados, consagrando
como obligaciones del asegurador prestar “asesoría integral” al asegurado,
en caso que el seguro fuere contratado en forma directa sin intermediación
de un corredor de seguros, e indemnizar el siniestro cubierto por la póliza.6
En su paso por el Senado, quedaron aún más claras las características de
este deber de asesoría integral. El entonces Senador NOVOA acotó que: “así
como el artículo 524 contiene las obligaciones del asegurado, el artículo 529
hace lo propio con las del asegurador. Entre éstas, se encuentra la novedad
de tener que informar al asegurado acerca de las coberturas que sean más
convenientes a sus necesidades, en caso de que contraten sin la intermedia-
ción de corredores de seguros”.7 Se observó que era un complemento del
artículo 514, relativo a la propuesta del contrato de seguro. De ahí que se
PRGL¿FDUDOHYHPHQWHVXUHGDFFLyQVDFDQGRODIUDVH³RSRULQWHUPHGLRGH
sus agentes de ventas”, y dejando la siguiente: “sin intermediación de un
corredor de seguros” en la parte primera del Nº 1 del artículo 529 Nº 1 del
C.com. Fue por ello que el entonces Fiscal de Seguros de la Superintendencia
5
De esta forma en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.
leychile.cl. [fecha de consulta: 18 de julio de 2014], p. 95.
6
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 19 de julio de 2014], p. 130. Votaron a favor la Diputada señora ZALAQUETT
y los Diputados señores ARENAS, CHAHÍN, MARINOVIC, MONTES y TUMA.
7
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 19 de julio de 2014] p. 382.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1) 337
8
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 19 de julio de 2014] p. 383.
338 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1)
VRUDUDODFRPSDxtDDVHJXUDGRUDYHUL¿FDQGRODLGHQWLGDGGHORVFRQWUDWDQWHV
la existencia de los bienes asegurables y entregándole toda la información
que posean del riesgo propuesto”.
$XQTXHHQYHUGDGVLGHVLPLOLWXGHVVHWUDWDODQRUPD¿QDOGHODUWtFXOR
529 Nº 1 es casi igual a la que se consagra en el artículo 10 del Decreto
Nº 1.055, que entró en vigencia el 30 de noviembre de 2013, y que expresa
dentro de las Obligaciones de corredores de seguros, que estos “estarán
obligados a:
1) Asesorar a las personas que deseen asegurarse por su intermedio,
ofreciéndoles las coberturas más convenientes a sus necesidades e intereses.
2) Informar a sus clientes sobre las condiciones del contrato y, en es-
pecial, sobre la extensión del seguro pactado y sus adicionales, sobre los
riesgos y situaciones excluidas de la cobertura, alcance de las franquicias
o deducibles a la misma, cláusula de prorrateo, forma y plazos de pago,
efectos de su incumplimiento y, en general, toda la información necesaria
para ilustrar mejor su decisión.
3) Asistir al asegurado durante toda la vigencia del contrato, especial-
PHQWHHQODVPRGL¿FDFLRQHVTXHHYHQWXDOPHQWHFRUUHVSRQGDQ\DOPRPHQWR
de producirse un siniestro”.
Es por todo lo expresado, que no se entendía por qué las compañías de
seguros no tenían consagración legal de un deber de asesoría y, por ello:
“c) Es de toda lógica que se extienda dicho sistema de responsabilidades
al propio asegurador cuando el asegurado contrata directamente con él o
con sus agentes de ventas. No tiene lógica que si el asegurado contrata por
intermedio de un corredor esté legalmente protegido de los errores y omi-
siones incurridos en la contratación y en cambio no lo esté cuando contrata
directamente con el asegurador”.9
Sin embargo, el punto más importante de este nuevo deber de asesoría
y su alcance dice relación con un auténtico reenvío que el legislador chile-
no hace a la Ley alemana de seguros, que entró en vigencia en 2008 y que
se basó en directivas anteriores de la Unión Europea.10 En otras palabras,
9
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 18 de julio de 2014] p. 96.
10
“d) La reciente ley sobre contrato de seguro de Alemania, que entró en vigencia en
enero de 2008 ha introducido una norma similar a la que propone (art. 7), que va en directo
beneficio y protección del asegurado y de la seriedad del sistema de seguros, encontrando
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1) 339
unánime acogida en la doctrina mundial. Desde luego, cabe mencionar que ha sido acogida
por la Comunidad Europea, que ha dictado una directiva haciendo aplicable dicho sistema
de responsabilidades a toda la Unión”. Así en la historia de la norma que se encuentra
disponible en: www.leychile.cl. [fecha de consulta: 18 de julio de 2014] p. 96.
11
Disponible en http://www.gesetze-im-internet.de/vvg_2008/__7.html [fecha de
consulta: 19 de julio de 2014].
340 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1)
12
Este señala que la aseguradora debe tener siempre disponible la identidad legal de la
aseguradora y sus filiales, el domicilio legal de la aseguradora y cualquier otra dirección
geográfica que proceda para las relaciones del cliente entre el asegurador, su agente o de
otro comercio, persona o empresa relacionada y el tomador del seguro, el caso de las per-
sonas jurídicas, sociedades de personas o grupos también el nombre de un representante
autorizado. Asimismo, debe informar el principal negocio de la compañía de seguros; la
información acerca de la existencia de fondos de garantía u otros mecanismos de indem-
nización no abarcados por la Directiva 94/19/CE del Parlamento Europeo y del Consejo,
de 30 de mayo de 1994 sobre los regímenes de garantía de depósitos (DO L 135, p 5) y la
Directiva 97/ 9/EC del Parlamento Europeo y del Consejo, de 3 de marzo de 1997, sobre
indemnización de los inversores (DO L 84, p 22); Nombre y se especificará la dirección
del Fondo de Garantía; las condiciones aplicables a las condiciones generales del contrato
de seguro, incluyendo las regulaciones arancelarias; las características esenciales de la
prestación del seguro, incluyendo información sobre la naturaleza, alcance y oportunidad
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1) 341
de los beneficios por parte de la aseguradora; el precio total del seguro, incluyendo todos
los impuestos y otros componentes del precio, donde las primas deben notificarse por
separado, y si el contrato de seguro incluye una serie de contratos de seguros independien-
tes, o si el precio exacto no se puede indicar, la información sobre la base de su cálculo
de que el tomador del seguro con un comentario que permita determinar el precio; en su
caso, los gastos adicionales, indicando el importe total a pagar, así como otros posibles
impuestos, tasas o gastos que no se pagan a través de la aseguradora y las prestadas por
él; especificar todos los costos incurridos por el Asegurado para el uso de los medios de
comunicación a distancia, si se cobrará dicho costo adicional; las modalidades para el pago
y cumplimiento, en particular, para el pago de las primas; la limitación de la duración de
la validez de la información proporcionada, por ejemplo, la validez de las ofertas limita-
das, especialmente en términos de precio; en su caso, una indicación de que los servicios
financieros relativos a los instrumentos financieros que se encuentran sujetas a riesgos
debido a sus características específicas, o de las operaciones que se llevarán a cabo con
riesgos específicos o sus fluctuaciones de precios, ello porque el mercado financiero en
algunas oportunidades, y en el pasado reciente alemán, reflejó cantidades que no fueron
indicativos de los resultados futuros; las circunstancias y los riesgos deben ser descritos;
la información sobre cómo se celebra el contrato, en particular, el inicio de la cobertura del
seguro y los seguros, así como la duración del período durante el cual el solicitante debe
adjuntar a la solicitud; la existencia o inexistencia de un derecho de desistimiento y las
condiciones, modalidades de ejercicio, en particular, el nombre y dirección de la persona
que puede ejercer la revocación del seguro, y los efectos de la abstinencia, incluyendo
información sobre la cantidad, en caso de desistimiento del seguro por parte del tomador
del seguro; información del tiempo de ejecución y, en su caso, la duración mínima del
contrato; información sobre la terminación del contrato, en particular, a las condiciones de
terminación contractuales, incluidas las sanciones; la jurisdicción competente; los idiomas
en que se comunican los términos del contrato y se hace referencia en esta disposición a la
información previa, y los idiomas en que el asegurador se compromete a conducir con el
consentimiento del titular de la póliza para comunicarse durante la vigencia de este Acuer-
do; los procedimientos y recursos posibles por interpretación del contrato y, en su caso,
las condiciones de dicho acceso; se debe hacer constar expresamente que la posibilidad
de que los asegurados puedan obtener reparación no se ve afectado; Nombre y dirección
de la autoridad de supervisión competente y de la posibilidad de presentar reclamaciones
a la autoridad; la forma de envío del contrato, incluidas todas las Condiciones Generales
que hemos detallado. Disponible en http://www.gesetze-im-internet.de/vvg-infov/ [fecha
de consulta: 19 de julio de 2014].
342 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1)
UHODWLYDVDOVHJXURGLUHFWRGLVWLQWRGHOVHJXURGHYLGD\VXVPRGL¿FDFLRQHV
relativas a las Directivas 73/ 239/EEC y 88/357/CEE (DOCE L 228 p. 1),
la Directiva 2002/65/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de
septiembre de 2002 relativa a la comercialización a distancia de servicios
¿QDQFLHURV\ODVPRGL¿FDFLRQHVGHOD'LUHFWLYDGHO&RQVHMR&((
del Consejo y las Directivas 97/7/CE y 98/27/CE (DOCE L 271 p. 16), así
como la Directiva 2002/83/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de
5 de noviembre de 2002, relativa el seguro de vida (D.O. CE L 345 p. 1).
Es interesante resaltar aquí que estas normas suponen que en el
contrato de seguro alemán hay una carga o deber de información que
debe ser realizada, siempre por escrito, a lo largo de toda la vigencia de
ODSyOL]D(VWRVLJQL¿FDTXHGHEHVHU\SRUHVFULWRLQIRUPDGRFXDOTXLHU
cambio en la información suministrada previamente, más en relación con
los seguros de salud, para el caso de aumentos en las primas de seguros y
en lo relativo a la posibilidad de cambiar las tarifas, así como en materia
de seguros de vida, con el uso compartido del mismo y el excedente en
favor del asegurado.
La ley alemana de seguros reconoce expresamente que el tomador po-
GUiHQFXDOTXLHUPRPHQWRSHGLUORVGRFXPHQWRVMXVWL¿FDQWHVGHOSHUtRGR
de cobertura y los términos del contrato, incluyendo los términos y condi-
ciones generales de los seguros y que los costos del primer envío de esta
información correrán de cargo de la aseguradora. Evidentemente, la norma
alemana excluyó de estas normativas los grandes riesgos, algo similar a lo
ocurrido en Chile.
(QHODUWtFXORGRVGHOD'LUHFWLYDTXHQRVRFXSDHQODVGH¿QLFLRQHVVH
señala que: “A efectos de la presente Directiva, se entenderá por: “servicio
¿QDQFLHUR´WRGRVHUYLFLREDQFDULRGHFUpGLWRGHVHJXURVGHMXELODFLyQ
personal, de inversión o de pago;”.
¿Qué quiere decir esto para el caso chileno? Que de la historia de la
norma chilena de seguros actualmente vigente, tanto de la ley Nº 20.555
como de la ley Nº 20.667, es posible colegir que el seguro es un producto
¿QDQFLHUR\DVtIXHSHQVDGRSRUHOOHJLVODGRUGHVGHXQFRPLHQ]RWHQLHQ-
GRHQFXHQWDHOPRGHORPLVPRTXHXVRSDUDOHJLVODU(VWDD¿UPDFLyQVH
corrobora, además, porque como puede advertirse, esta es precisamente la
redacción que adopta la Ley del Consumidor Nº 19.496 en el artículo 17
%$VtHQVXWH[WRGH¿QLWLYR\SXEOLFDGRVHD¿UPDTXH³/RVFRQWUDWRV
de adhesión de servicios crediticios, de seguros y, en general, de cualquier
SURGXFWR¿QDQFLHURHODERUDGRVSRUEDQFRVHLQVWLWXFLRQHV¿QDQFLHUDVRSRU
sociedades de apoyo a su giro, establecimientos comerciales, compañías
de seguros, cajas de compensación, cooperativas de ahorro y crédito, y
toda persona natural o jurídica proveedora de dichos servicios o productos
(…)”. Tal y como señala DE LA MAZADSURSyVLWRGHODLQÀXHQFLDGHHVWD
'LUHFWLYD&(ODPD\RUtDGHHVWRVVHUYLFLRV¿QDQFLHURVTXHGDUtDQ
cubiertos por la ley Nº 20.555 en Chile.13
La regulación de la Directiva 2002/65/CE presenta elementos que clara-
mente buscan la protección del consumidor de seguros. Se prevé la existencia
de un derecho de desistimiento, técnicas de protección del contratante débil
en materia de seguros, la puntual información precontractual, entre otros.14
La Directiva reemplazó a la anterior del año 1987 y adoptó un sistema
más amplio y completo de protección del consumidor en relación con los
contratos de crédito.15 El propósito general de la Directiva es garantizar la
OLEHUWDGGHHOHFFLyQGHORVFRQVXPLGRUHV\JHQHUDUODFRQ¿DQ]DQHFHVDULD
HQHVWHWLSRGHFRQWUDWDFLyQ1RHVVLQRUHÀHMRGHOGLQiPLFRWUi¿FRDFWXDO
HOPDVL¿FDGRXVRGHLQWHUQHWTXHVHSUHVHQWDFRPRXQFDQDOGHLQIRUPD-
ción, distribución y contratación de seguros. Es precisamente por eso que
lo que se desea fomentar es una mayor protección de los consumidores. Es
13
DE LA MAZA (2013) p. 383.
14
Sobre la implementación en España de esta directiva: PÉREZ DE MADRID CARRERAS
(2012) pp. 427 y ss.; MUNAR BERNAT (2002) pp. 1189 y ss.
15
STUYCK JULES (2012) p. 168. En la misma obra, DOMÍNGUEZ LUELMO (2012) pp. 214 y ss.
344 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1)
16
En el caso de comunicación a través de telefonía vocal, resulta interesante la forma
en que debiera contratarse:
a) al comienzo de toda conversación con el consumidor se indicará claramente la
identidad del proveedor y el fin comercial de la llamada iniciada por el proveedor;
b) previa aceptación expresa del consumidor, sólo deberá suministrarse la información
siguiente:
– la identidad de la persona en contacto con el consumidor y su vínculo con el proveedor,
– una descripción de las características principales del servicio financiero,
– precio total que deba pagar el consumidor al proveedor del servicio financiero,
incluidos todos los impuestos pagados a través del proveedor o, cuando no se pueda indicar
un precio exacto, la base de cálculo que permita al consumidor comprobar el precio,
– indicación de que puedan existir otros impuestos o gastos que no se paguen a través
del proveedor o que no los facture él mismo,
– la existencia o inexistencia de un derecho de rescisión y, de existir ese derecho, su
duración y las condiciones para ejercerlo, incluida información relativa al importe que
pueda exigirse que pague el consumidor.
El proveedor informará al consumidor acerca de la existencia de información adicional
disponible previa petición y del tipo de información en cuestión.
La información sobre las obligaciones contractuales, que deberá comunicarse al
consumidor durante la fase precontractual, deberá ser conforme a las obligaciones
contractuales que resulten de la legislación normalmente aplicable al contrato si éste se
celebrara.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1) 345
17
En relación a la carga de la prueba, los Estados miembros podrán disponer que la
carga de la prueba del cumplimiento de las obligaciones que incumban al proveedor en
materia de información del consumidor, así como del consentimiento del consumidor
para la celebración del contrato y, cuando proceda, para su ejecución, pueda recaer en
el proveedor, conforme lo dispone el artículo 15 de la Directiva 2002/65/CE. Es más,
conforme al artículo 16 del mismo cuerpo legal, tendrá la consideración de cláusula abusiva,
con arreglo a lo dispuesto en la Directiva 93/13/CEE del Consejo, de 5 de abril de 1993,
sobre las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores, toda cláusula
contractual por la que se establezca que la carga de la prueba del cumplimiento, por parte
del proveedor, de la totalidad o de parte de las obligaciones que le incumben en virtud
de la presente Directiva, recaiga en el consumidor. Como puede apreciarse, las directivas
señalan al derecho interno de los estados que ellos deben garantizar la aplicación de un
estándar mínimo de protección. FALLON, M. y FRANCQ, S. (2000) p. 156.
18
Piénsese en el artículo 1566 del Código Civil chileno: “Art. 1566. No pudiendo
aplicarse ninguna de las reglas precedentes de interpretación, se interpretarán las cláusulas
ambiguas a favor del deudor.
Pero las cláusulas ambiguas que hayan sido extendidas o dictadas por una de las partes,
sea acreedora o deudora, se interpretarán contra ella, siempre que la ambigüedad provenga
de la falta de una explicación que haya debido darse por ella”.
346 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1)
19
Información disponible en http://www.sernac.cl/wp-content/uploads/2012/12/guia-
de-alcances-juridicos-para-contratos-a-distancia-sernac.pdf (fecha de consulta 10 de enero
de 2014).
20
Todas las normas administrativas de SVS que se señalarán a continuación, están
disponible en www.svs.cl (fecha de consulta 19 de julio de 2014).
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1) 347
(VWDQRUPDQRKDFHPiVTXHUDWL¿FDUODFRQIRUPLGDGTXHGHEHWHQHU
la manifestación de la voluntad con el artículo 3 letra a) de la ley de
protección al consumidor, respecto a que el silencio no constituye acep-
tación en los actos de consumo y nos parece una norma premonitoria del
actual concepto que se tiene del tipo de consentimiento a prestar por el
consumidor tomador del seguro: escrito e inequívoco. Es por ello que la
reciente Circular Nº 2.148, de 8 de abril de 2014, expresa que, a propósito
de la “IV. ACEPTACIÓN DE LA OFERTA DE SEGUROS. Establecida
la comunicación entre la compañía de seguros oferente, o intermediario,
y el destinatario de la oferta, la aceptación de este último dará lugar a la
emisión y envío de la póliza por parte de la compañía, debiendo propor-
cionarse además, en forma inmediata, un comprobante, código o número
que respalde la contratación.
Únicamente podrá considerarse como aceptación la expresión de
voluntad manifestada inequívocamente con la intención de celebrar el
contrato propuesto, no pudiéndose interpretar o presumir el silencio en
este sentido”.21
En cuanto a las Normas de Carácter General, la NCG 50 de 1994,
norma dictada conforme al artículo 57 del D.F.L. Nº 251 de 1931, en su
letra B, respecto a la intermediación en la contratación de seguro, en su
HQFDEH]DGR VHxDOD ³,QIRUPDFLyQ D VXV FOLHQWHV VREUH GLYHUVL¿FDFLyQ
en sus negocios y de las compañías con que trabajan, y sobre pólizas de
seguro para responder el cumplimiento de sus obligaciones”. Esto debe
vincularse, como dicta el párrafo que le sigue, con los artículos 57 y 58
del mismo Decreto con Fuerza de Ley que, sin embargo, no precisa cuál
es el deber de información que se tiene respecto a las pólizas como ele-
mento probatorio del contrato y en los contratos de contratación colectiva.
$VXYH]FRQIRUPHDODUWLQFLVR¿QDOGHODOH\1HO~QLFR
21
“La compañía deberá entregar la póliza al contratante del seguro o al corredor que la
hubiera intermediado dentro del plazo de cinco días hábiles desde la perfección del contrato.
El corredor, a su vez, deberá entregar la póliza al asegurado dentro del plazo de cinco
días hábiles siguientes a su recepción. Tratándose de seguros colectivos, la compañía o el
corredor deberán entregar la póliza al asegurado, en el plazo antes indicado, en atención a
lo señalado en el artículo 538 del Código de Comercio. Es responsabilidad de la compañía
de seguros o del corredor, en su caso, acreditar la entrega de la póliza al asegurado”. Todas
las normas administrativas de SVS que se señalarán a continuación, están disponible en
www.svs.cl (fecha de consulta 19 de julio de 2014).
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1) 351
22
Inciso final del artículo 516 C.com.: “En los seguros por cuenta ajena, si el tomador
se encuentra en posesión de la póliza, tiene el derecho a cobrar la indemnización, pero el
asegurador tiene derecho a exigir que el tomador acredite previamente el consentimiento
del asegurado o demuestre que obra por mandato de éste o en razón de una obligación o
interés legal”.
352 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1)
23
Disponible en www.svs.cl (fecha de consulta 25 de noviembre de 2013). Para analizar
el marco normativo y principales características jurídicas de la contratación de seguros
354 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 529: 1)
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 529: 2)
COMENTARIO
1. PRELIMINAR
2
DÍEZ-PICAZO (2008) Vol. II p. 542. En la doctrina chilena ver por todos FUEYO (2004)
pp. 50 y ss.
3
Véase DÍEZ-PICAZO (2008) Vol. II p. 542; FUEYO (2004) pp. 50 y ss.
4
En este sentido véase RUIZ TAGLE (2010) p. 363.
5
Sobre el procedimiento de liquidación de siniestros véase ARELLANO (2013) pp. 96
y ss. Señala la historia de la ley Nº 20.667, que “la ejecución del contrato de seguro, en
cuanto a la liquidación de un siniestro se refiere, se sujeta a la verificación de múltiples
condiciones, así como el monto de los perjuicios a indemnizar. En principio, es labor de los
liquidadores de siniestros realizar dicho análisis”. Véase historia de la ley Nº 20.667 p. 82.
358 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 529: 2)
6
Véase artículo 20 del D.S. Nº 1.055.
7
Véase CLARO SOLAR (2013) p. 136. Vol. VI.
8
Véase CLARO SOLAR (2013) p. 136. Vol. VI.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 529: 2) 359
contratante del seguro podrían pactar un plazo superior a seis días para el
pago de la indemnización, siempre y cuando, sea razonable. Si el plazo al-
tera el interés de amparo o cobertura que buscaba el asegurado al momento
de contratar, podría ser considerada abusiva la cláusula que lo contenga al
vulnerar la buena objetiva9.
9
Véase artículo 16 g) de la LPC.
10
Revisada la historia de la ley Nº 20.667, observamos que “el artículo 529 del
proyecto, consagra la principal obligación del asegurador, que es la de indemnizar el
siniestro, una vez que se ha establecido su procedencia y monto. En este artículo, si bien
queda constancia que la responsabilidad del asegurador no puede exceder de la cantidad
asegurada, se establece legalmente que el incumplimiento por éste de la obligación de
indemnizar, dará derecho al asegurado a reclamar intereses, e incluso, si mediare mala fe
del asegurador, podrá el asegurado reclamar, también, indemnización de otros perjuicios”.
Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 9.
360 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 529: 2)
de los elementos del contrato del seguro, el riesgo. Por otra parte, las partes
en virtud del principio de la autonomía de la voluntad pueden pactar que la
obligación del asegurador es a plazo, quedando, de este modo, postergado
su pago hasta el vencimiento del plazo pactado.
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 530
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512, 513 t), 515, 518, 521, 523,
524 Nº 1, 525, 539, 552, 566, 568, 570, 575, 578, 579, 582 y 588; artículo
de la LPC: 16 g).
COMENTARIO
1. PRELIMINAR
1
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 53; en el mismo sentido CHAUFTON (1884) p. 5.
2
En la práctica mercantil esta suma pactada en el contrato se denomina como suma
asegurada, y ésta constituye la delimitación cuantitativa expresada en los condicionados
particulares del contrato.
3
Véase todos en el mismo sentido: RUIZ (1991) p. 23; LATORRE (2002) p. 164;
CAMPUZANO (2008) p. 108.
4
En insoslayable advertir sobre la problemática que ha provocado la definición de
los vocablos cotización y propuesta del artículo 513 letras g) y q), respectivamente;
unido a ello se encuentra el artículo 514 sobre propuesta. Estas estructuras conceptuales
parecieran tener su fuente en nuestra doctrina. En este sentido, a juicio de CONTRERAS, la
propuesta “consiste en la oferta escrita de contratar el seguro, formulada al asegurador
por el contratante, el asegurado o por un tercero a su nombre”. Por su parte, la cotización,
en opinión del citado autor es “la oferta escrita del asegurador para celebrar un contrato
de seguro”. CONTRERAS (2002) p. 91. A nuestro juicio, hubiera sido preferible que nuestro
legislador en este contexto se refiriera a la iniciativa del contratante o tomador como una
simple solicitud de contratación, que no involucre necesariamente la oferta de contratar;
se trata de un paso más dentro del proceso de tratativas preliminares. En consecuencia,
tal solicitud o simple requerimiento del asegurado de información no es vinculante,
por tratarse de un trato previo que “no obliga, ya que en ellos todavía falta el elemento
volitivo de las partes (animus contrahendae obligationis) imprescindible para que nazca
el contrato”. CUADRADO (2003) p. 42. En la doctina española, según BRENES la solicitud
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 530 363
ción del tipo de riesgo que asumirá el primero, se indicarán las limitaciones
del evento, cuantitativas y cualitativas, el monto de la prima, además de
una serie de otros datos como la individualización de las partes, vigencia o
duración del contrato, entre otros.5
2. LA COBERTURA
6
Sobre este artículo, la historia de la ley Nº 20.667 –en el acápite sobre la moción
parlamentaria– señala: “El art. 530 se refiere a la amplitud de la cobertura, distinguiendo
entre los seguros que la doctrina reconoce como de “riesgos nominados o especificados”
y los de “todo riesgo”, en que el asegurador responde de todos aquellos que correspondan
al tipo o ramo de seguro de que se trate según su naturaleza, salvo los que, por estipulación
o la ley, están excluidos”. Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 9. A nuestro juicio, la
denominación de seguros a “todo riesgo”, es confusa. Debe evitarse, a lo menos, en la
fenomenología de la contratación masiva de seguros.
7
Deckung para los alemanes, copertura para los italianos, couverture ou garantie
para los franceses.
8
Sobre las modalidades de la prestación del asegurador véanse VEIGA (2009) pp. 469 y
ss.; EMBID (2002) pp. 57-58.
9
A juicio de VEIGA “en cierto sentido, medio impuesto por la entidad aseguradora”.
VEIGA (2009) p. 124.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 530 365
10
Como señala VEIGA “a la descripción genérica que hace la ley debe acompañarse su
individualización – determinación del riesgo concreto – en cada caso particular, exigiendo
concreción de hechos tanto en el sentido positivo como negativo, esto es, tanto por inclusión
como por exclusión”. VEIGA (2009) p. 116; véase RUIZ-TAGLE (2011) p. 125.
11
En este sentido, el asegurador predisponente tiene como limitación la buena fe objetiva
del artículo 16 letra g) de la LPC.
12
Sobre los denominados seguros a todo riesgo véase HERNÁNDEZ (2003) p. 297.
366 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 530
VHJXURVTXHFRQ¿HUHQXQDPSDURRFREHUWXUDVREUHWRGRDTXHOORTXHSRU
su naturaleza sea inherente al evento de peligro que asume el asegurador13.
BIBLIOGRAFÍA
13
Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 9. A nuestro juicio, la denominación de seguros a
“todo riesgo” es confusa. Debe evitarse, a lo menos, en la fenomenología de la contratación
masiva de seguros. En el mismo sentido véase CONTRERAS (2002) p. 63.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 530 367
ARTÍCULO 531
$UWtFXOR6LQLHVWUR3UHVXQFLyQGHFREHUWXUD\H[FHSFLRQHV(OVLQLHVWUR
se presume ocurrido por un evento que hace responsable al asegurador.
El asegurador puede acreditar que el siniestro ha sido causado por un
hecho que no lo constituye en responsable de sus consecuencias, según el
contrato o la ley.
COMENTARIO
(OVLQLHVWURHVGH¿QLGRSRUHOSURSLR&yGLJRGH&RPHUFLRFRPR³OD
ocurrencia del riesgo o evento dañoso contemplado en el contrato”. Ante
la proliferación de seguros que otorgan cobertura ante circunstancias
que difícilmente puedan considerarse “riesgo” o “eventos dañosos” (por
ejemplo, seguro para el caso de nacimiento o matrimonio), la doctrina
ha preferido pasar de un concepto que vincula al siniestro con el riesgo
(el siniestro como su materialización), al siniestro como el evento pre-
visto en el contrato, que determina el pago de la indemnización. Así, por
HMHPSOR OD GRFWULQD IUDQFHVD FRQWHPSRUiQHD GH¿QH VLQLHVWUR FRPR ³OD
circunstancia no deseada, pero prevista por el contrato de seguro”, sin
precisar si tal circunstancia es no deseada para el asegurado o para el
asegurador1(QYHUGDGHOSUREOHPDGHFRQWHPSODUGH¿QLFLRQHVOHJDOHV
válidas para todos los contratos de seguro, supone asumir que estas sean
LPSUHFLVDVDOUHFDHUHQ¿JXUDVFRQWUDFWXDOHVGHIXQFLRQHVWDQGLYHUVDV2.
Como la realidad de la práctica comercial no está dispuesta a sujetarse a
HVWDVDWDGXUDV\SDUDVXSHUDUODVODVLJQRUDHVWDVGH¿QLFLRQHVFRQSUHWHQ-
sión de universalidad se vuelven irrelevantes, por ser sólo parcialmente
H¿FDFHV3. Esta imprecisión, que redunda en la falta de trascendencia de
ODGH¿QLFLyQOHJDOIXHXQGHIHFWRTXHSDGHFLyODUHJXODFLyQGHO7tWXOR
VIII original del Código de Comercio, y en el que vuelve a incurrirse en
el Código luego de la reforma. Así, es difícil que el hecho de que pueda
considerarse que el evento previsto en un contrato de seguro para el pago
de la indemnización, no sea la ocurrencia de un verdadero “riesgo”, o no
VHDXQ³HYHQWRGDxRVR´SXHGDVLJQL¿FDUTXHXQFRQWUDWRGHVHJXURVHD
QXORSRUFRQWUDYHQLUODGH¿QLFLyQOHJDOGHVLQLHVWUR
2
La seguridad del patrimonio, la seguridad de las personas, la seguridad financiera
(según la clasificación de LAMBERT-FAIVRE (2001) p. 53.
3
Recuérdese el lugar común de la crítica a la definición legal de contrato de seguro
del art. 512 del Código de Comercio, por todos, BAEZA (2001) p. 33.
370 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 531
4
Estas distinciones son desarrolladas en GROUTEL, H. et al. (2008) pp. 539 a 541.
5
En Parra Sandoval, Nelson, con Consorcio Nacional de Seguros, Corte Suprema,
31 de mayo de 2012 (Microjuris: MJJ31952), queda de manifiesto la posibilidad de
confundir los roles de los arts. 530 y 531 del Código de Comercio (cuyos antecedentes
son, respectivamente, los arts. 536 y 539 antes de la reforma). En esta causa, la parte
demandante alegó que el art. 539, al establecer la presunción de que el siniestro ha sido
producido por caso fortuito, alteraba la carga de la prueba en su beneficio, imponiendo al
asegurador demandado la carga de demostrar que el siniestro no había sido “accidental”.
En la especie, se trataba de un seguro que cubría la invalidez de una persona por daño a
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 531 371
la vista, siempre que este daño hubiese sido provocado por accidente, en circunstancias
que el asegurado había perdido casi totalmente su vista en razón de una enfermedad. En
primera instancia, el juez árbitro resolvió que era necesario que el asegurado demostrara
que el siniestro había sido causado por un accidente y no por una enfermedad, a partir de
lo establecido en el art. 1698. Conociendo de la apelación a este fallo, el tribunal de alzada
falló que el razonamiento del tribunal a quo era errado, “por cuanto no corresponde que el
actor pruebe el origen accidental del hecho ya que no hay que citar el art. 1698 del Código
Civil, sino el art. 539 del Código de Comercio”. Es decir, la corte extendió erradamente
la presunción del art. 539 (hoy, art. 531 en comento), al hecho de que el contrato otorgaba
cobertura para el caso de enfermedad. Como se sabe, esa regla se encontraba en el art. 536
y, actualmente, en el art. 530, y para que el asegurador pueda desvirtuar esa presunción,
basta interpretar adecuadamente el contrato. Por su parte, la Corte Suprema, conociendo la
casación en el fondo, aclaró que la presunción del art. 539 (hoy 531), es una presunción que
“está vinculada con el origen del evento”. En cambio, “de conformidad a las condiciones
pactadas por las partes en el contrato de seguro se advierte que en el presente caso,
voluntariamente las partes restringieron el tipo de hecho o caso fortuito indemnizable, a
aquellos siniestros que tuviesen su origen exclusivamente en un accidente”. Es decir, la
Corte reafirma el principio según el cual un problema es la demostración de que se trata
de un riesgo cubierto en el contrato, y otro la prueba de que el siniestro fue efectivamente
causado por ese riesgo cubierto. Por esto, resuelve con apego a derecho que: “así la correcta
aplicación de los arts. 1698 del Código Civil y 539 del Código de Comercio, debieron
llevar a los jueces del fondo a concluir que el demandante, debiendo probar el carácter
accidental de su invalidez, no logró acreditarlo en estos autos”.
6
GROUTEL et al. (2008) p. 539. En el mismo sentido, LOWRY y RAWLINGS (2005) p. 226,
expresándolo a través de interrogaciones: “la primera pregunta es, por lo tanto, ¿qué riesgos
los aseguradores se han comprometido a cubrir?, lo que nos conduce de vuelta al contrato,
y la segunda pregunta es ¿fue el siniestro causado por ese riesgo?”.
372 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 531
queda dentro de la delimitación causal del riesgo según la póliza. Esta pre-
sunción admite prueba en contrario, incumbiéndole al asegurador la carga
de demostrar que la causa del siniestro es una causa que se encuentra fuera
de la delimitación causal del riesgo según la póliza contratada7. La regla
ha sido refrendada por nuestra jurisprudencia bajo la vigencia del art. 539
del Código de Comercio8.
La siguiente situación que ha de dilucidarse, es qué tipo de relación
causal es la que ha de vincular al riesgo causalmente delimitado en el con-
trato, con el hecho denunciado como siniestro, para que pueda considerarse
un siniestro indemnizable según la póliza. Además, qué ocurre si son varias
ODVFDXVDVTXHFRQÀX\HQHQODSURGXFFLyQGHOVLQLHVWURRFXUULHQGRTXHDO-
gunas sean causas cubiertas, y otras no. Como se ha señalado previamente,
a propósito del orden de los artículos que regulan el siniestro, el problema
de la causa debió tratarse en el artículo siguiente. No obstante, se encuentra
regulado en el art. 533, disposición a propósito de la cual este comentario
se hará cargo del problema de la causalidad.
BIBLIOGRAFÍA
7
Explica GROUTEL et al. (2008) p. 541, que la jurisprudencia francesa está conteste
en que la prueba, a propósito del siniestro, se distribuye del siguiente modo: “incumbe al
demandante (asegurado) la prueba de que las circunstancias de hecho establecidas en las
condiciones de garantía del riesgo se reúnen en especie; por su parte, incumbe al asegurador
demostrar que las circunstancias de hecho de la exclusión de garantía que alega se reúnen
en la especie”. Como se puede apreciar, estos criterios jurisprudenciales coinciden con las
reglas de los arts. 524 Nº 8 y 531 del Código de Comercio actualmente vigente.
8
/ySH] 0LUDQGD 0LUH\D FRQ /D ,QWHUDPHULFDQD &RPSDxtD GH 6HJXURV GH 9LGD
S.A., Corte de Apelaqciones de Santiago, 27 de noviembre de 2006 (LegalPublishing
CL/JUR/3840/2006) y Muñoz Torres, Marisol con AXA Seguros de Vida S.A., Corte de
Apelaciones de Concepción, 11 de octubre de 2002 (LegalPublishing CL/JUR/242/2002).
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 531 373
ARTÍCULO 532
COMENTARIO
1. EL ROL DE LA NORMA
2. FUNDAMENTO DE LA NORMA
2
Sobre esta distinción doctrinal, véase SÁNCHEZ CALERO (2005) p. 425. La duración
material es aquella que fija el plazo “durante el cual el asegurador asume la garantía del
riesgo”, a diferencia de la duración formal, que consiste en la determinación de la duración
del contrato, y que no necesariamente coincide con el plazo de cobertura. Ambas se
distinguen de la duración técnica, que alude “al cómputo del tiempo tenido en cuenta para
el cálculo de la prima”, y se vincula a los períodos de duración del seguro.
376 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 532
3
En 6XFHVLyQ-96FRQ&RPSDxtDGH6HJXURV*HQHUDOHV;;;6$, sentencia arbitral
CAM Santiago, árbitro de derecho Luis Hernán Merino, Rol Nº 31-96, de 5 de agosto de
1997, el incendio se inició el día 25 de febrero en la madrugada, último día de vigencia de
tres seguros contra incendio sobre un inmueble de la sucesión, en razón del envío de carta
certificada para su resolución por no pago de la prima. La cónyuge sobreviviente pagó
las primas adeudadas ese mismo día del siniestro, y a pesar de que el asegurador dio por
resuelto el contrato y opuso que no existía cobertura, el juez dio lugar a la demanda para
el pago de la indemnización. Según el tribunal, la vigencia del seguro se extendía hasta el
día 25 de febrero, lo que había sido determinado por la entrega de la carta certificada el
10 de febrero, a pesar de que la cláusula exigía el pago de la prima en el plazo de 15 días
desde el envío, expirados los cuales el contrato se consideraría resuelto (cláusula de uso
general que actualmente coincide con la regla del art. 528 C.com.). El incendio se había
iniciado el último día del plazo de vigencia en la madrugada y el plazo ha de contarse hasta
la medianoche, según el art. 49 del Código Civil. Por lo tanto, se trataba de un siniestro
cubierto.
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 532 377
4
Véase la explicación de este problema en LAGOS VILLARREAL (edición en imprenta).
5
Sobre los alcances de la aplicabilidad de la ley Nº 19.496 de 1997 en materia de
seguros, véase LAGOS VILLARREAL (edición en imprenta).
378 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 532
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 533
COMENTARIO
(v. gr. ¿en qué estación fue?, ¿a qué hora?, ¿en qué estado se encontraba el
asegurado antes del accidente?).
b) Que la póliza considera la cobertura de eventos como el descrito (v. gr.,
en esta póliza hay cobertura para daños corporales causados por “acciden-
te”). El asegurado tiene la carga de demostrar que el riesgo asegurado según
el contrato, comprende el evento denunciado como siniestro. El asegurador
tiene la carga de probar que el siniestro no corresponde a un riesgo cubierto
en el contrato de seguro, o que se trata de un riesgo excluido (artículo 530).
c) Que existe relación causal, entre el evento denunciado como siniestro,
con la cobertura que efectivamente ofrece el contrato de seguro en concreto
(v. gr. el daño que sufrió el asegurado, es un daño cubierto según el contrato,
y es atribuible causalmente a un “accidente”, según el concepto de “acci-
dente” en el contrato). Se presume que el evento denunciado es un siniestro
cubierto, incumbiéndole al asegurador probar lo contrario (artículo 531).
d) Si el evento denunciado como siniestro puede ser atribuible a más
de una causa, pudiendo considerarse que al menos una de las causas tiene
cobertura (según las reglas b y c), el evento denunciado es un siniestro cu-
bierto (v. gr. el asegurado cae desde el andén a la línea del tren (“accidente”
según el contrato), donde es atropellado por el tren y sufre daño corporal,
pero cae en razón de que ha sufrido un ataque al corazón (que no es “acci-
dente” según el contrato). Se trata de un siniestro cubierto, pues al menos
una de las causas concurrentes (la caída “accidental” a la línea del tren),
puede considerarse una circunstancia contemplada como riesgo cubierto
según el contrato (artículo 533).
Como puede apreciarse, las letras c) y d) están íntimamente relaciona-
das: el artículo 533 en comento (regla d), supone una relación causal como
la descrita en la letra c) (artículo 531).
Por esto, para comprender el alcance del artículo 533, es necesario
determinar a qué tipo de relación causal la norma hace referencia, y cómo
se entiende en ese contexto la alusión a las “causas concurrentes”. Con esta
¿QDOLGDGHOFRPHQWDULRDHVWHDUWtFXORUHYLVDUiEUHYHPHQWHVXHYROXFLyQ
en la tramitación del proyecto, y cómo se puede armonizar la intención del
legislador con el sentido de la causalidad en el seguro según la doctrina.
1
Historia de la ley Nº 20.667, p. 27.
2
Historia de la ley Nº 20.667, p. 9.
3
Historia de la ley Nº 20.667.
4
Sobre este punto véase LAGOS VILLARREAL (2014).
5
Historia de la ley Nº 20.667, p. 47.
382 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 533
‘Respecto de las causas del siniestro, el proyecto otorga cobertura sólo cuando la
causa principal del siniestro está sujeta al riesgo, o si hay varias y no puede deter-
minarse cuál es la causa principal, se establece que el asegurador responderá sólo
proporcionalmente.
‘Esta regulación resulta incompatible con la extensión que debe otorgarse a la cober-
tura. Por ello, se propone que la ocurrencia del siniestro por cualquiera de las causas
previstas en la póliza, goce de plena cobertura, tal como ocurre hoy. De otra manera,
la cobertura de un siniestro podría hacerse indeterminable por la imposibilidad de
establecer cuál fue la causa primaria, debilitando así la certeza y seguridad jurídica
de los asegurados”6.
2. SIGNIFICADO DE LA CAUSALIDAD
EN EL CONTRATO DE SEGURO
6
Historia de la ley Nº 20.667, p. 74.
7
Historia de la ley Nº 20.667, p. 96. Por esto, sugirió agregar un artículo segundo,
del siguiente tenor: “Se entenderá que son causas concurrentes, todas aquellas ‘sin las
cuales el siniestro no se hubiera producido’. Probablemente sería mejor que dijera ‘sin
cuya intervención directa’ el siniestro no se hubiera producido”. Pero esta sugerencia no
fue incluida en el proyecto, quedando finalmente el art. 533 C.com. según el texto de las
indicaciones del Poder Ejecutivo, elaboradas por la Superintendencia de Valores y Seguros.
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 533 383
8
Sobre la consensualidad y el efecto vinculante de la póliza luego de la reforma,
véase LAGOS (2014).
9
CLARKE (2002) p. 822. En verdad, la regla de la “causa próxima” en el derecho de
contrato de seguros anglosajón, es sustancialmente coincidente con el concepto de causa
eficiente (véase el análisis de LOWRY y RAWLINGS (2005) pp. 225-231).
10
KNUTSEN (2013) p. 640.
384 LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 533
BIBLIOGRAFÍA
11
Especialmente en esta parte de la cita: “Por ello, se propone que la ocurrencia del
siniestro por cualquiera de las causas previstas en la póliza, goce de plena cobertura, tal
como ocurre hoy. De otra manera, la cobertura de un siniestro podría hacerse indeterminable
por la imposibilidad de establecer cuál fue la causa primaria, debilitando así la certeza
y seguridad jurídica de los asegurados” (Historia de la ley Nº 20.667, p. 74).
LAGOS VILLARREAL, Osvaldo Artículo 533 385
ARTÍCULO 534
ArtículR6XEURJDFLyQ3RUHOSDJRGHODLQGHPQL]DFLyQHODVHJXUDGRU
se subroga en los derechos y acciones que el asegurado tenga en contra de
WHUFHURVHQUD]yQGHOVLQLHVWUR12
(ODVHJXUDGRUQRWHQGUiGHUHFKRDODVXEURJDFLyQFRQWUDHOFDXVDQWHGHO
VLQLHVWURTXHVHDFyQ\XJHRSDULHQWHFRQVDQJXtQHRGHODVHJXUDGRHQWRGD
la línea recta y hasta el segundo grado inclusive de la línea colateral, y por
todas aquellas personas por las que el asegurado deba responder civilmente.
6LQHPEDUJRSURFHGHUiODVXEURJDFLyQVLODUHVSRQVDELOLGDGSURYLHQHGH
GRORRVHHQFXHQWUDDPSDUDGDSRUXQVHJXURSHURVyORSRUHOPRQWRTXH
éste haya cubierto.
El asegurado será responsable por sus actos u omisiones que puedan
perjudicar el ejercicio de las acciones en que el asegurador se haya
subrogado.
El asegurado conservará sus derechos para demandar a los responsables
del siniestro.
El caso de concurrencia de asegurador y asegurado frente a terceros res-
SRQVDEOHVHOUHFREURREWHQLGRVHGLYLGLUiHQWUHDPERVHQSURSRUFLyQDVX
respectivo interés.
COMENTARIO
/DOH\FKLOHQDGH¿QHVXEURJDFLyQHQHODUWtFXORGHO&yGLJR&LYLO
como “la transmisión de los derechos del acreedor a un tercero, que le paga”.
Según CLARO SOLAR, quien en esto declara seguir a POTHIER, la subrogación
PiVTXHXQDWUDQVPLVLyQSURSLDPHQWHWDOHVXQD¿FFLyQGHGHUHFKRHQFX\D
YLUWXGRSHUDXQDFHVLyQWDPELpQ¿FWLFLDGHOFUpGLWRDXQWHUFHURTXHOHSDJD1.
La terminología del Código Civil permite entender que es el crédito
que ha sido pagado y no otro nuevo el que pasa al tercero que paga, y en tal
caso pasa con todos sus privilegios, prendas, hipotecas, derechos y acciones
como lo dispone el artículo 1612 del Código Civil.
El régimen general del pago con subrogación descrito en el Código
Civil chileno se enmarca en la institución del “pago” o “cumplimiento” de
la obligación2. De esta suerte, “el pago extingue la obligación con respecto
al acreedor (…) pero no la extingue respecto del deudor quien no habiendo
pagado, permanece obligado respecto de ese tercero y no será liberado de-
¿QLWLYDPHQWHVLQRFXDQGRKD\DHMHFXWDGRODSUHVWDFLyQ«´3. Obviamente,
la subrogación como efecto sui generis del pago, supone que el mismo pago
sea válido conforme las reglas generales que gobiernan la institución y, lo
más importante, presupone que haya sido hecho por un tercero4. Si el pago es
hecho por el directamente obligado, el fenómeno subrogatorio no tendrá lugar5.
En lo referido al contrato de seguro, debemos considerar que el acreedor
de un crédito determinado es el asegurado, y que ha devenido en titular de
dicho crédito porque ha sufrido un daño (contractual o extracontractual)
imputable a una o más personas no excepcionadas6. En el caso del pago
1
CLARO SOLAR (1939) pp. 217-218 y 221.
2
CARPINO (1988) p. 7.
3
CLARO SOLAR (1939) p. 219.
4
No puede sostenerse la tesis de que el asegurador es solidariamente obligado al pago
a idéntico acreedor pero por “causas-fuentes distintas” como anota STIGLITZ (2001) p. 457
(con cita a TRIGO REPRESAS).
5
CLARO SOLAR (1939) p. 211.
6
La ley considera que el pago no produce subrogación cuando el tercero responsable
sea cónyuge o pariente consanguíneo del asegurado en toda la línea recta y hasta el segundo
388 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 534
KHFKRDOEHQH¿FLDULRGLVWLQWRGHODVHJXUDGRVHSURGXFHODPLVPDVLWXDFLyQ
con la salvedad de que éste no necesariamente ha sufrido un menoscabo.
Asimismo, se suele argumentar que la subrogación en el seguro cumple el
¿QPHUDPHQWHLQGHPQL]DWRULRGHOFRQWUDWRSXHVSUHYLHQHTXHHODVHJXUDGR
obtenga más que su mera reparación7.
(OIHQyPHQRVXEURJDWRULRDSDUHFHHQWRGDVXPDJQLWXGFXDQGRYHUL¿-
camos que, si bien el pago hecho por el tercero produce sus efectos satis-
factorios respecto del acreedor, deja subsistentes los efectos en contra del o
los causantes del daño. Estos últimos permanecerán en calidad de deudores
pero ahora respecto de un nuevo acreedor. Lo anterior se explica al com-
SUHQGHUTXHODVXEURJDFLyQHVXQD¿FFLyQIXQGDGDen numerosas razones
de conveniencia más que un fenómeno convencionalmente traslaticio ni
en un mandato8.
Dado que los efectos de toda subrogación suponen una “transmisión”
del derecho9, lo que comporta que el acreedor original pierde el derecho para
pasar al subrogante, resulta al menos sorprendente que nuestro legislador
haya permitido al asegurado igualmente “conservar” la acción de perjuicios
para demandar a los responsables del siniestro en el inciso 4º del artículo 534
del Código de Comercio aunque haya tenido lugar el pago por subrogación.
Lo anterior, francamente insólito en la redacción actual de la norma, merece
una explicación desde la interpretación histórica y sistemática10.
grado inclusive de la línea colateral, o una persona por la que el asegurado deba responder
civilmente salvo que hayan actuado con dolo o que la conducta misma de esas personas
esté, a su vez, asegurada.
7
LOWRY, RAWLINS, MERKIN (2011) p. 350, con cita a la opinión del Lord Justice BRETT
y del Lord Justice COTTON en Castellain v. Preston.
8
Para las razones de equidad que fundan la subrogación en el seguro, MAC GILLIVRAY
(2003) pp. 576 ss., y LOWRY, RAWLINS, MERKIN (2011) p. 350 con cita a Lord Napier and
Ettrick v Hunter contra la opinión de Lord DIPLOCK, quien consideraba que la subrogación
es resultado de los términos expresos del contrato.
9
Tradicionalmente se ha criticado el uso de la palabra “transmisión”, por su referencia
(en Chile) a la sucesión mortis causa. Sobre esto último, por todos, FUEYO (1958) p. 106.
Con todo, el fenómeno subrogatorio, por su naturaleza, comparte muchos elementos con la
sucesión, incluso más que con cualquier contrato o cesión. Para BARROS ERRÁZURIZ (1932)
p. 209, la subrogación es la acción de sustituir o poner a una persona en lugar de otra”.
10
Se ha fallado que “El artículo 553 del Código de Comercio tiene por finalidad excluir
el cúmulo de indemnizaciones, esto es, evitar que el asegurador y el asegurado puedan
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 534 389
VXOWDGRLQFRQYHQLHQWH\GHEHVHUUHFKD]DGDSHVHDTXHHOLQFLVR¿QDODSRUWD
aún más oscuridad.
En efecto, la historia de la ley (y los efectos de toda subrogación,
SHVHDOLQFLVR¿QDOQRVLQGLFDQTXHODOHJLWLPDFLyQGHEHVyORHQWHQGHUVH
compartida hasta el monto de lo que interesa al asegurado y al asegurador,
respectivamente14, sin que asegurador y asegurado puedan ejercer la o las
acciones de forma solidariamente activa para luego “repartirse” el recobro
a prorrata de su interés.
El recurso al espíritu de la ley claramente manifestado en ella misma
\HQODKLVWRULD¿GHGLJQDGHVXHVWDEOHFLPLHQWRDVtFRPRODDSOLFDFLyQ
sistemática del ordenamiento jurídico nos indica que la subrogación com-
porta la pérdida de titularidad de un crédito que existía en el patrimonio
del asegurado hasta concurrencia del pago. Lo anterior, acaso por evidente,
fue obviado por el legislador y no por ello se debe entender compartida
in solidum la legitimación activa sino que simplemente conjunta hasta el
monto de los créditos de que son titulares, “conservada” por el asegurado
(para utilizar el mismo verbo que usa la ley) para los montos no cubiertos
por el seguro.
frente a terceros fue extirpado del proyecto en la Cámara de Diputados, tras las primeras
indicaciones del Ejecutivo.
14
A su turno, el profesor Osvaldo CONTRERAS señaló no tener objeciones respecto del
texto propuesto por las indicaciones pero sugirió agregar un último inciso al artículo 534
(que es el que terminó aceptándose tras la aprobación de los diputados BURGOS y CHAHÍN
aprobada por unanimidad) relativo a la división del “recobro” entre asegurado y asegurador
en caso de “concurrencia”. Sin embargo, de su intervención queda claro que el derecho a
“conservar” legitimación sólo se debe entender para los daños no cubiertos.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 534 391
15
Como apunta GALICIA AIZPURUA (2006) pp. 75 ss.
16
El artículo 1573 del Código Civil señala una especie de agencia oficiosa a favor del
tercero que paga sin consentimiento del deudor. Sobre este artículo y las diferencias entre
pagar con consentimiento de deudor (expreso o tácito) RODRÍGUEZ (2006) p. 138.
17
El artículo 1573 no contempla una prohibición de subrogación convencional sino
una facultad del acreedor para “no ser compelido” a otorgarla.
18
Para ACHURRA (2005) p. 94, la subrogación en el seguro de caución, al ser una
obligación subsidiaria, se regularía a falta de norma legal particular, igualmente por el
artículo 1610 Nº 3 del Código Civil.
19
Quienes postulan la existencia de una acción directa en el seguro de responsabilidad
civil sobre la base de una lectura laxa del artículo 570 inc. 2º del Código de Comercio
podrían no compartir esta afirmación.
392 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 534
redacción distinta)20 que una norma especial que asegure subrogación legal
(o convencional) es siempre necesaria para dar operatividad al negocio del
VHJXUR\HYLWDUFRQÀLFWRVLQQHFHVDULRVGHOHJLWLPDFLyQRWLWXODULGDG
Salvo las excepciones contempladas en el inciso 2º del artículo 534
del Código de Comercio, la operatividad del fenómeno subrogatorio en
PDWHULD GH VHJXURV QR GL¿HUH GHPDVLDGR GH OR GLVSXHVWR HQ HO DUWtFXOR
1612 del Código Civil: En efecto, con el pago se “traspasan al nuevo
acreedor todos los derechos, acciones, privilegios, prendas e hipotecas del
antiguo, así contra el deudor principal, como contra cualesquiera terceros,
obligados solidaria o subsidiariamente a la deuda21. Si el acreedor ha sido
solamente pagado en parte, podrá ejercer sus derechos, relativamente a lo
que se le reste debiendo, con preferencia al que sólo ha pagado una parte
del crédito”. De tal suerte, desde el momento en que recibe pago, el ase-
gurado pierde la titularidad sobre aquel crédito, que queda “traspasado”
o “transmitido” al asegurador que paga, y en consecuencia el asegurado
carecerá de legitimación activa para el cobro de la suma percibida, “con-
servando” sólo lo que se le reste del crédito.
20
STIGLITZ (2001) pp. 455 ss. La norma general del Código Civil argentino se encuentra
en el art. 768 inc. 2º.
21
No sólo el causante directo del daño queda vinculado por la subrogación, sino que
todos los terceros que la ley considere responsables, entre los cuales sobresalen en los
seguros de daños, los solidariamente obligados. Sobre esto ACHURRA (2005) p. 78. Sobre
el seguro de caución y la subsidiariedad, ACHURRA (2005) p. 92.
22
MACGILLIVRAY (2003) p. 578. A su turno, STIGLITZ (2001) desarrolla un completo
análisis de requisitos de la subrogación, entre los que aparecen, además, el interés asegurable
y que el siniestro haya sido cubierto.
23
En Chile la situación del art. 16 de la ley sobre seguro obligatorio de accidentes
personales dispone una subrogación en el caso de muerte pero el seguro mismo no es un
seguro de vida sino de responsabilidad civil, lo que en último término equivale a un seguro
de daños. En general, sin embargo, no hay subrogación en los seguros de vida: Señala
MACGILLIVRAY (2003) p. 579 que en los tiempos en que el seguro de vida se estimaba como
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 534 393
3.2. QUE EL PAGO HAYA SIDO VÁLIDO Y HECHO EN RAZÓN DEL SINIESTRO
Para explicar esta cuestión nos debemos remitir a las reglas sobre va-
lidez del pago, contempladas en el Código Civil. En este sentido, el pago
SRUGH¿QLFLyQGHEHFRUUHVSRQGHUDODSUHVWDFLyQGHELGDODLQGHPQL]DFLyQ
por el siniestro)26 por lo que no habrá subrogación si el pago corresponde
a la indemnización de otro siniestro (aunque sea conexo) que se pretende
cobrar al tercero responsable. Finalmente, no habrá lugar a la subrogación
para cantidades que excedan el pago del siniestro propiamente tal, de tal
manera, si el asegurador pretende cobrar gastos, honorarios del liquidador o
de abogados, el deducible no pagado, etcétera, la sentencia no podrá acoger
tales partidas, precisamente por falta de titularidad del demandante.
3.3. QUE EL PAGO HAYA TENIDO CAUSA INDEMNIZATORIA, Y NO HAYA SIDO EX GRATIA
El pago hecho ex gratia carece de naturaleza indemnizatoria, y por
ello debe transitar hacia una donación. En consecuencia, no habiendo una
25
El pago sujeto a condición suspensiva pendiente no extingue la obligación como
dispone el artículo 1485 del Código Civil permitiendo incluso la repetición de lo pagado.
En cuanto al pago sujeto a condición resolutoria pendiente, como puede ser un pago
provisional, produce sus efectos pero su perduración está sujeta a incertidumbre con efecto
el retroactivo del artículo 1487. Para esto VODANOVIC (1998) pp. 381 y 383.
26
Contra King v. Victoria Insurance Co. Ltd. en LAWRY, RAWLINS, MERKIN (2011), p. 353
en la medida que dicho pago haya sido “honestly and reasonably”.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 534 395
27
GALICIA AIZPURUA (2006) p. 38.
28
STIGLITZ (2001) p. 468.
29
Pensamos que una disposición de esta clase no vulnera la imperatividad.
396 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 534
E &DVRHQTXHHODVHJXUDGRULQGHPQL]y
En esta situación se produce un problema más complejo pues el asegura-
dor pagó una indemnización por un determinado siniestro, en circunstancias
que el asegurado había remitido, transigido o, incluso había dado por pagado
el crédito, recibiendo en este último caso, una doble indemnización y con
ello un enriquecimiento sin causa.
Debemos preguntarnos, en primer término, si el pago hecho por el
asegurador a un asegurado que ya había recibido un pago o que había li-
berado al deudor por otro medio produce subrogación a favor del pagador
o si es que simplemente genera acciones contra el asegurado producto del
incumplimiento contractual o de pago indebido.
i) Caso en que el asegurador pagó primero: De acuerdo a las reglas
generales que gobiernan la cuestión, si una deuda ya ha sido extinguida
por el asegurador subrogándose, y posteriormente el asegurado recibe
un pago por el deudor responsable de los daños que desconoce el hecho
30
ACHURRA (2005) p. 64.
31
El monto asegurado comprende en esta clase de seguros, además de los daños los
gastos y costas del juicio (art. 572). Para ACHURRA (2005) p. 74 el siniestro en esta clase
de seguros es una cadena que comprende varias fases.
32
El régimen nacional (para la ley anterior) y comparado en LAGOS (2006) pp. 432 ss.
398 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 534
del pago del seguro, el segundo pago deviene en indebido y puede ser
repetido. En tal sentido, deben aplicarse las reglas generales del pago
de lo no debido.
ii) Caso en que el deudor causante de los daños pago primero: En este
caso no debe recibir aplicación lo dispuesto en el artículo 2295 del Código
Civil, vale decir, el caso del que paga una deuda ajena a consecuencia de un
error que queda subrogado contra el deudor ya que no hay deuda ajena que
H[WLQJXLUGHVGHTXH\DKDVLGRSDJDGD&RPRD¿UPDRODRÍGUEZ, el caso del
inciso 2º del artículo 2295 supone que el acreedor ha recibido de buena fe33,
lo que en la situación que señalamos debe descartarse. En consecuencia, el
asegurador podría repetir directamente contra su asegurado pues el crédito
que por error pretendía extinguir carecía de existencia. Si bien el pago en
virtud del contrato tiene causa contractual (la obligación de concurrir a
indemnizar), resulta que carece de naturaleza indemnizatoria y, por ello,
es un pago indebido y no un pago por error de una deuda ajena34. Con tal
razón, puede y debe repetirse.
4. PRUEBA DE LA SUBROGACIÓN
Nos parece que para dar lugar a una demanda en que aparezca una
Compañía de Seguros alegando estar subrogada en los derechos y acciones
del asegurado debe necesariamente acreditarse el pago (previo y efectivo)
del siniestro por los medios de prueba que establece la ley.
A ese efecto, en caso de ser controvertido por el demandado, el tribunal
deberá recibir a prueba el hecho del pago, la fecha de éste, la pertinencia de
estarse pagando el siniestro cubierto por la póliza y las circunstancias que
rodearon dicho pago. Al actor tocará acreditar el pago para lo que dispon-
drá de todos los medios que le franquee la ley, teniendo en cuenta que no
resulta aplicable la limitación de los artículos 1708 y 1709 del Código Civil
pues tales normas sólo se aplica a las obligaciones pero no a los modos de
extinguirlas. Al demandado tocará acreditar que el pago no fue debido, que
33
RODRÍGUEZ (2006) p. 139.
34
BARRIENTOS (2003) p. 74 identifica el “fin o beneficio” del pago como elemento
propio del pago. Ese fin se frustra si la deuda no existe cuando la finalidad liberatoria o
causa final del pago no está presente, como es el caso que proponemos.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 534 399
BIBLIOGRAFÍA
35
Si bien el informe del liquidador que recomienda no dar cobertura a un siniestro no
constituye prueba de la falta de cobertura, constituye un muy bien medio de prueba para
despojar a dicho pago de su efecto subrogatorio. En cambio, si el asegurador en vez de
pagar, da forma de transacción a dicho negocio, el pago tiene causa y se dificulta acreditar
la falta de subrogación.
400 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 534
ARTÍCULO 535
COMENTARIO
1
DICCIONARIO MAPFRE, p. 170.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 535 403
parece aplicable esta norma, no así en los seguros de vida en que la presta-
ción es precisa y únicamente la pactada entre las partes.
El riesgo como elemento esencial del contrato de seguro supone que el
evento cuyas consecuencias dañosas se encuentran amparadas por el contra-
to, sea incierto. Esta incertidumbre se sitúa entre los conceptos de necesidad,
certeza e imposibilidad. El evento es necesario si indefectiblemente ocurrirá.
En tanto será cierto si ya ocurrió o su ocurrencia dependiera únicamente de
la voluntad del asegurado (potestativo). En ambos casos, el suceso ha dejado
GHVHUSRVLEOH)LQDOPHQWHODLPSRVLELOLGDGVHYHUL¿FDHQORVFDVRVHQTXH
HOVXFHVRVLPSOHPHQWHQXQFDSRGUiOOHJDUDYHUL¿FDUVHFRPRSRUHMHPSOR
que un automóvil muera o una persona viva más de ciento sesenta años).
De lo anterior se colige que la incertidumbre está referida no sólo a la
realización del riesgo asegurado, sino al momento en que ocurra un evento
como la muerte en el seguro de vida2. Es decir, el riesgo no sólo es incierto
en cuanto a si un hecho sucederá o no, sino cuándo ocurrirá. Es el caso de
la muerte que es un plazo que sabemos llegará para todos, pero no se sabe
cuándo acontecerá para una persona determinada, como el asegurado, y de
ahí que se puede asegurar la vida.
BIBLIOGRAFÍA
2
STIGLITZ (1998) pp. 218-221.
404 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 536
ARTÍCULO 536
$UWtFXOR([WLQFLyQ\GLVPLQXFLyQGHORVULHVJRV(OVHJXURWHUPLQDVL
el riesgo se extingue después de celebrado el contrato.
Si disminuye el riesgo asegurado la prima se ajustará al riesgo que efectiva-
mente asuma el asegurador desde el momento en que éste tome conocimiento
GHHOOR(VWDQRUPDQRWHQGUiDSOLFDFLyQHQORVVHJXURVGHSHUVRQDVVDOYR
en la modalidad de accidentes personales.
COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
Si los riesgos han disminuido en forma tal que correspondería aplicar una prima menor,
el asegurador no puede exigir más que la prima que corresponda, a partir de la fecha en
que se justifique tal hecho, a menos que desista de proseguir en el contrato, opción que
deberá ejercer en el plazo de quince días contado desde la justificación”.
2
Durante el debate en la Comisión de Hacienda se concluyó, según indica la Historia
fidedigna de la ley: “El proyecto lleva a una norma legal, una regulación que actualmente
es propia de las pólizas, particularmente respecto a una situación que es excepcional en los
contratos y que es la facultad de terminarlos anticipadamente sin expresar causa.
Así, la moción hace más incierta la situación del asegurado, frente a fenómenos que
no controla o que debieran considerarse como parte del riesgo que asume el asegurador,
razón por la cual, estimó que esta facultad debería ser expresamente convenida, pues es
una condición de alto valor económico, y contemplar un mayor plazo de cobertura antes de
la terminación del seguro. Esta circunstancia, señaló, así como los plazos que contempla
la moción para que el seguro termine y la indefensión en que puede quedar un asegurado
cuando los riesgos o el siniestro se encuentran en curso, le hace disentir del proyecto”.
3
Votaron por el rechazo los Diputados señores A RENAS , MONTES, TUMA , VAN
RYSSELBERGHE y VELÁSQUEZ. A favor el Diputado señor BURGOS (en reemplazo de VALLESPÍN).
Se abstuvo el Diputado señor CHAHÍN.
406 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 536
4
El Honorable Senador señor LARRAÍN FERNÁNDEZ, presentó la siguiente Moción
para reemplazar el artículo 536 por el que se expresa a continuación:
“Art. 536. Extinción y modificación de los riesgos. El seguro termina si el riesgo se
extingue después de celebrado el contrato.
Si el asegurado incumpliere su obligación de no agravar el riesgo o el deber de
informar al asegurador acerca de hechos o circunstancias que lo agraven, cesarán las
coberturas del seguro afectadas por el agravamiento.
Si disminuye el riesgo asegurado en un seguro contra daños, la prima se ajustará al
riesgo que efectivamente haya corrido el asegurador, desde el momento en que tome
conocimiento de ello”. Esta indicación fue posteriormente retirada por su autor.
5
Los Honorables Senadores señora RINCÓN y señor FREI presentaron una Moción para
sustituir el artículo 536 por el siguiente:
“Art. 536. Extinción y disminución de los riesgos. El seguro termina si el riesgo se
extingue después de celebrado el contrato.
Si disminuye el riesgo asegurado la prima se ajustará al riesgo que efectivamente asuma
el asegurador desde el momento en que éste tome conocimiento de ello.
Esta norma no tendrá aplicación en los seguros de personas, salvo en la modalidad de
accidentes personales”.
6
El artículo 13 de la Ley de Contrato de Seguro de España, dispone que: “El tomador
del seguro o el asegurado podrán, durante el curso del contrato poner en conocimiento del
asegurador todas las circunstancias que disminuyan el riesgo y sean de tal naturaleza que
si hubieran sido conocidas por éste en el momento de la perfección del contrato, lo habría
concluido en condiciones más favorables. En tal caso, al finalizar el período en curso cubierto
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 536 407
de la falta de riesgo, sino que optado por el término anticipado del contrato
como sanción.
Ahora bien, el riesgo se puede extinguir por diversas razones: porque un
siniestro ha consumido la totalidad de la cosa sobre la que pesaba el riesgo;
porque el asegurado ya no tiene interés en la cosa asegurada o porque las
circunstancias de hecho han cambiado de tal forma, que es imposible que
ocurra un siniestro respecto de la cosa asegurada, todas situaciones de hecho
que permiten entender que el riesgo se ha extinguido.
Si el riesgo se extingue y el seguro termina ¿qué pasa con la prima pa-
JDGDVLHOWpUPLQRVHYHUL¿FDDQWHVGHOFXPSOLPLHQWRGHOSOD]RGHYLJHQFLD
del seguro?
El legislador ha guardado silencio sobre este punto, pese a que en las
redacciones anteriores de este artículo sí se regulaban las consecuencias
de este término anticipado del seguro. A falta de norma expresa, creemos
que la respuesta se debe buscar en otras normas de esta ley, cuyas dispo-
siciones se puedan aplicar por analogía.
$VtSRGHPRVWRPDUHQFRQVLGHUDFLyQORGLVSXHVWRHQHOLQFLVR¿QDO
del artículo 523 de esta ley9: “A falta de estipulación sobre su extinción,
corresponderá al tribunal competente determinar hasta cuándo corre-
rán los riesgos por cuenta del asegurador, tomando en consideración la
naturaleza del seguro, las cláusulas del contrato, los usos y costumbres y
las demás circunstancias pertinentes”.
También lo dispuesto en el artículo 537 de esta misma ley10 a propósito
de la terminación anticipada del seguro, donde se dispone que: “Las partes
podrán convenir que el asegurador pueda poner término anticipadamente
al contrato, FRQH[SUHVLyQGHODVFDXVDVTXHORMXVWL¿TXHQVDOYRODVH[FHS-
ciones legales. En todo caso, la terminación del contrato se producirá a
la expiración del plazo de treinta días contado desde la fecha de envío
de la respectiva comunicación.(ODVHJXUDGRSRGUiSRQHU¿QDQWLFLSDGR
al contrato, salvo las excepciones legales, comunicándolo al asegurador.
La prima se reducirá en forma proporcional al plazo corrido, pero
en caso de haber ocurrido un siniestro de pérdida total se entenderá
devengada totalmente”.
9
Ver comentario al artículo 523 de esta ley.
10
Véase comentario al artículo 537 de esta ley.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 536 409
Por su parte, en cuanto a los efectos que trae consigo una disminución
del riesgo, el inciso segundo de esta norma lo regula expresamente, dispo-
niendo que la prima se ha de ajustar al riesgo efectivamente asumido por
el asegurador, desde que éste tome conocimiento de dicha disminución.
El riesgo, como se indicó, puede ser gradado, esto es, existen riegos
más altos y otros más bajos respecto de una determinada cosa u objeto ase-
gurado, así por ejemplo, el riesgo de incendio será mayor para un inmueble
colindante con una barraca de maderas que para un inmueble colindante a
una residencia cualquiera.
En ese sentido, cuando las circunstancias que rodean al objeto asegurado
cambian, disminuyendo el riesgo al que se encuentra expuesto, debiera surgir
410 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 536
/DSDUWH¿QDOGHHVWHDUWtFXORGLVSRQHTXH³HVWDQRUPDQRWHQGUiDSOL-
cación en los seguros de personas, salvo en la modalidad de accidentes
personales”.
Si bien esta norma se encuentra en el inciso segundo que regula los
efectos de la disminución riesgo, a nuestro juicio, también se aplica a los
HIHFWRVGHODH[WLQFLyQGHOULHVJRSHVHDODGH¿FLHQWHWpFQLFDOHJLVODWLYDTXH
se aprecia al no redactar esta disposición en un inciso tercero de este artículo.
Ahora bien, la razón para no aplicar esta regulación a la extinción o
disminución del riesgo en los seguros de personas, obedece a la naturale-
za de estos seguros, en donde el riesgo pesa sobre la persona misma del
DVHJXUDGR\SRUWDQWRVXH[WLQFLyQGHELHUDVLJQL¿FDUDOPLVPRWLHPSROD
extinción de la vida del asegurado.
En ese sentido, en el caso del seguro de vida, el riesgo se extingue cada
vez que el siniestro ocurre, por cuanto la muerte del asegurado implica
necesariamente la extinción del riesgo.
Por su parte, respecto del seguro de salud, se puede entender que no
se le aplique esta norma, toda vez que la naturaleza misma de la relación
salud-enfermedad es esencialmente volátil, susceptible a cambios cons-
tantes que no permitirían seriamente determinar si en un momento deter-
minado ha disminuido efectivamente el riesgo de enfermedad respecto
del asegurado.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 536 411
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 537
$UWtFXOR7HUPLQDFLyQDQWLFLSDGD 11
Las partes podrán convenir que el asegurador pueda poner término anti-
FLSDGDPHQWHDOFRQWUDWRFRQH[SUHVLyQGHODVFDXVDVTXHORMXVWLILTXHQ
salvo las excepciones legales.
(Q WRGR FDVR OD WHUPLQDFLyQ GHO FRQWUDWR VH SURGXFLUi D OD H[SLUDFLyQ
del plazo de treinta días contado desde la fecha de envío de la respectiva
FRPXQLFDFLyQ
El asegurado podrá poner fin anticipado al contrato, salvo las excepciones
legales, comunicándolo al asegurador.
La prima se reducirá en forma proporcional al plazo corrido, pero en caso
de haber ocurrido un siniestro de pérdida total se entenderá devengada
totalmente.
COMENTARIO
1
Al respecto, debe tomarse en consideración que, conforme al artículo 16, letra a)
LPC, no producen efecto alguno en los contratos de adhesión las cláusulas que otorguen
a una de las partes la facultad de dejar sin efecto a su solo arbitrio el contrato o suspender
unilateralmente su ejecución. La norma se plantea de modo bilateral –tanto respecto del
proveedor como del consumidor– aunque advierta excepciones: (i) para el caso en que el
consumidor que ha adquirido el bien por correo, a domicilio, por muestrario, usando medios
audiovisuales u otras análogas, y (ii) en todos los demás casos en que la ley admita esta
posibilidad. Es en este último supuesto en el que cabe admitir la validez de la terminación
anticipada incluida en el artículo 537 C.com., en relación al contrato de seguro, en los
casos en que sea asimismo aplicable la LPC.
2
Al respecto, la disposición relativa a la terminación anticipada contemplada en la
moción parlamentaria regulaba el asunto de manera drásticamente diferente (Boletín
5185-03). Originalmente, se disponía una facultad legal –tanto para el asegurador como
para el asegurado– para poner término anticipado al contrato sin expresión de causa, sólo
restringido por pacto en contrario o disposición legal. Al mismo tiempo, los efectos de
la terminación y la forma de ponerla en conocimiento a la contraparte eran idénticos,
independiente del hecho que la facultad hubiese sido ejercida por cualquiera de las partes.
La redacción más cercana a su tenor final proviene de las indicaciones presentadas por el
Ejecutivo el 23 de julio de 2010, cuyo sentido se aclara en las notas siguientes.
414 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 537
3
En este sentido, parecen imprecisas las disposiciones contenidas en ciertas pólizas
depositadas en la Superintendencia de Valores y Seguros (por ejemplo, POL120131531 y
POL120130161), que, al tratar de los derechos de las partes a poner término anticipado al
seguro, agregan ciertas causales de terminación legal del contrato, tales como el no pago
de la prima (artículo 528), cambios en el interés asegurable (artículo 520), la omisión o
falseamiento de información sustancial o relevante (artículo 525), la destrucción de la cosa
asegurada (artículo 561), la declaratoria de quiebra del asegurado (artículo 540), entre otras.
4
Conforme a lo indicado en el primer Informe de la Comisión de Economía de la
Cámara de Diputados, de 13 de junio de 2011, se expresan las razones para el tratamiento
diferenciado de la facultad de terminación anticipada por parte del asegurador y del
asegurado. Así, se indicó que: “Siguiendo los conceptos generales de contratación y
teniendo en cuenta el carácter protector de las normas, señaló que esta facultad debiera
ser expresamente convenida por las partes; asimismo, propuso también extender el plazo
previo a que el seguro se extinga. De esta manera se permite al asegurado obtener una nueva
cobertura antes de que el contrato termine y, por otra parte, se impide que el asegurador
se desligue de un contrato cuando la ocurrencia del siniestro pudiera hacerse inminente”.
Referido puntualmente a la nueva redacción del artículo 537 C.com., se añadió que “El
proyecto lleva a una norma legal, una regulación que actualmente es propia de las pólizas,
particularmente respecto a una situación que es excepcional en los contratos y que es la
facultad de terminarlos anticipadamente sin expresar causa. // Así, la moción hace más
incierta la situación del asegurado, frente a fenómenos que no controla o que debieran
considerarse como parte del riesgo que asume el asegurador, razón por la cual, estimó
que esta facultad debería ser expresamente convenida, pues es una condición de alto
valor económico, y contemplar un mayor plazo de cobertura antes de la terminación del
seguro.// Esta circunstancia, señaló, así como los plazos que contempla la moción para que
el seguro termine y la indefensión en que puede quedar un asegurado cuando los riesgos
o el siniestro se encuentran en curso, le hace disentir del proyecto”.
5
Ambas circunstancias son paralelas a las designadas en la letra b) del artículo
17 B LCP, en el sentido que tanto la facultad como las causales invocadas para que el
proveedor pueda poner término al contrato deben ser previamente pactadas en el contrato
de prestación de productos o servicios financieros.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 537 415
Ahora bien, incluso en aquellos casos en que las partes han admitido la
terminación anticipada por parte del asegurador, ésta no tendrá efectos in-
mediatos. En este sentido, el inciso segundo del artículo 537 C.com. dispone
que, en todo caso, la terminación del contrato se producirá a la expiración
del plazo de treinta días contados desde la fecha de envío de la respectiva
comunicación6. Lo anterior, especialmente considerando que será muy
probable el asegurado deberá buscar la contratación de un nuevo seguro a
efectos de lograr la traslación del riesgo7. Pero la postergación legal de los
efectos tendrá como consecuencia, además, un mayor nivel de devengo de
primas (siempre proporcionales al tiempo en que la cobertura ha estado
vigente), como también que, producido el siniestro durante este período,
el asegurador deberá indemnizar de igual modo, a pesar de su expresión de
voluntad de poner término al seguro.
También debe precisarse que el ejercicio de esta facultad requiere de
la debida comunicación al asegurado, de carácter extrajudicial, pero que,
al no estar regulada su forma por parte del Código de Comercio, bien cabe
hacer aplicables las disposiciones de la LPC. En este sentido, la letra b)
del artículo 17 B dispone que el ejercicio de la facultad de poner término
anticipado al contrato por parte del proveedor debe estar unida a la indi-
FDFLyQGHOPHGLRHVSHFt¿FRHQTXHpVWDVHUiFRPXQLFDGDDOFRQVXPLGRU
En suma, la falta de indicación de este medio no permitirá al asegurador
ejercer legítimamente la facultad, aun establecida convencionalmente,
puesto que la sanción a dicha omisión estará dada por la nulidad, en los
términos del artículo 17 E LPC8.
6
En este caso, la postergación de los efectos de la terminación está establecida por
la ley, por lo que no tiene aplicación lo dispuesto en el artículo 17 B, letra b) LPC, que
dispone la necesidad de pactar un plazo razonable en que se hará efectivo dicho término.
En suma, la razonabilidad se encuentra tipificada en la regulación legal del contrato de
seguro por medio de la singularización de un plazo de 30 días contado desde la fecha de
la comunicación al asegurado.
7
Así fue justificada la indicación de un plazo diferido para que la terminación
anticipada produjere efectos –originalmente de quince días– en la moción parlamentaria
que dio origen a la tramitación de la ley Nº 20.667 (Boletín 5185-03).
8
Pero a lo anterior cabe añadir que conforme a la Norma de Carácter General Nº 349 de
la Superintendencia de Valores y Seguros, de 26 de julio de 2013, se establecen condiciones
mínimas que deben ser incorporadas en todas las condiciones generales de las pólizas,
incluyendo, sin mayor detalle, normas de comunicación entre las partes.
416 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 537
9
Conforme a lo indicado en el primer Informe de la Comisión de Economía de la
Cámara de Diputados, de 13 de junio de 2011, “Dado el carácter de contrato de adhesión,
debiera considerarse la posibilidad del asegurado de terminar el contrato en cualquier
momento, ya que puede verse afectado por una serie de contingencias imprevisibles, a
diferencia de lo que ocurre con el asegurador”.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 537 417
A su vez, cabe aclarar que el ejercicio de esta facultad deberá ser ejer-
cida extrajudicialmente, al igual que en el caso del asegurador, bastando la
mera comunicación a este último. Nuevamente, el artículo 537 C.com. omite
la forma en que debe procederse a esta comunicación, por lo que debería
pensarse en una norma paralela a aquella prevista para el asegurador en
los términos del artículo 17 B, letra b), LPC, en el sentido que el medio de
comunicación debería encontrarse previsto en el contrato. En caso contrario,
GHEHUtDSURFHGHUVHDODYLVRGDGRDOGRPLFLOLRGHODVHJXUDGRULGHQWL¿FDGR
en la póliza), por cuanto no puede pensarse que la ausencia de una indica-
ción en el contrato de adhesión pudiese terminar gravando al consumidor,
FRQVWLWX\HQGR XQ DUWL¿FLR SDUD HYLWDU HO HMHUFLFLR GH OD IDFXOWDG OHJDO GH
terminación unilateral10.
En cualquier caso, a diferencia del caso del asegurador, la comunica-
ción de término por parte del asegurado tendrá efectos inmediatos11, por el
solo envío de la comunicación, sin que de la redacción de la norma pueda
asumirse la necesidad que ella sea realmente conocida por el asegurador,
cobrando nuevamente importancia que se haya designado un medio de co-
municación que otorgue certeza a ambas partes. Sólo resta destacar sobre
el punto que la indicación sustitutiva presentada por el Ejecutivo agregaba
que, en este caso, “[L] a terminación se producirá en el momento en que el
asegurador reciba dicha comunicación”12IUDVHTXHQRTXHGyUHÀHMDGDHQ
HOWH[WR¿QDODXQFXDQGRODLQGLFDFLyQIXHDSUREDGDXQiQLPHPHQWHSRUOD
Comisión de Economía de la Cámara de Diputados13.
Finalmente, ejercida la facultad de poner término al contrato de seguro,
HOLQFLVR¿QDOGHODUWtFXOR&FRPVyORVHUH¿HUHDODVLWXDFLyQGHODV
primas. Pero es lógico observar que la terminación del contrato tendrá efectos
10
Aunque nuevamente en este punto cabe tener presente la previsión de la Norma de
Carácter General Nº 349 de la Superintendencia de Valores y Seguros, de 26 de julio de
2013, en que la inclusión de normas de comunicación se plantea como parte del contenido
mínimo de las condiciones generales de las pólizas.
11
Nuevamente, el ejercicio de la facultad legal de terminación anticipada no podría
hacer aplicable la letra c) del artículo 17 B LPC, en lo referente a la necesidad de dar aviso
previo, pues éste sólo se refiere al ejercicio de una facultad convencional prevista en un
contrato de prestación de productos o servicios financieros.
12
Boletín de indicaciones presentado por el Ejecutivo el día 23 de julio de 2010.
13
Primer Informe de la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados, de fecha
13 de junio de 2011.
418 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 537
EDVWDQWHPiVDPSOLRVHQHVSHFLDOORTXHVHUH¿HUHDOGHEHUGHFREHUWXUD
por parte del asegurador. Es la cesación de esta cobertura la que provocará
también la expiración de la obligación del asegurado de pagar las primas
pendientes, de haberlas, o el derecho a recuperar proporcionalmente las
partes ya pagadas, a efectos de evitar un enriquecimiento sin causa.
Sólo cabe preguntarse si es posible que el término anticipado se encuen-
tre convencionalmente atado al pago de los costos que ello implica para el
asegurador, en los términos previstos en el artículo 17 B, letra c) LPC, a los
cuales también se hace referencia en materia de información periódica a ser
entregada por el proveedor conforme al artículo 17 D, inciso segundo, y en
la formulación de la facultad de terminación anticipada por el consumidor
en el inciso tercero del mismo artículo de la LPC14. Esta última norma tam-
bién tiene importancia puesto que, en este caso, se dispone que la facultad
se encuentra asociada también a la extinción total por parte del consumidor
GHODVREOLJDFLRQHVFRQHOSURYHHGRUDVRFLDGDVDORVVHUYLFLRVHVSHFt¿FRV
que el consumidor desea terminar. Pero esta última disposición, se podrá
observar, resulta contradictoria con la que contiene el artículo 17 D, en tanto
aquélla supone que las causales que den lugar a la terminación anticipada por
el consumidor deben estar establecidas contractualmente, al tiempo que la
regla en comento parece establecer una facultad legal de terminación como
un derecho del consumidor. La razón de ser de esta contradicción parece
encontrarse en el hecho que, en su texto original, la norma hoy consagrada
en el artículo 17 D sólo establecía el derecho a la terminación anticipada
SDUDHOVXSXHVWRGHORVFRQWUDWRVGHGXUDFLyQLQGH¿QLGD15, de manera que
la coordinación con la disposición del artículo 17 B parecía más simple de
14
Al respecto, cabe mencionar que el texto original de la moción parlamentaria que
dio inicio a la tramitación de la ley Nº 20.667 tocaba expresamente el tema, disponiendo
que “Si la terminación anticipada la decide el asegurado, serán de su cargo los gastos de
formalización del seguro incurridos por el asegurador”. Dicha norma fue eliminada en
virtud de las indicaciones presentadas por el Ejecutivo el día 23 de julio de 2010, sin dar
razones para ello.
15
El texto original del artículo 17 D LPC, incluido por medio de las indicaciones
efectuadas por el Ejecutivo con fecha 1 de octubre de 2010 en el marco de la tramitación
parlamentaria de la ley Nº 20.555 (Boletín 7.094-03), exigiendo un tercer requisito: que
se tratase de un contrato de duración indefinida. Esta idea no fue finalmente recogida por
la necesidad de eliminar las barreras de salida a la relación contractual, siempre que la
posición financiera del proveedor fuese suficientemente resguardada.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 537 419
16
En la moción parlamentaria que dio inicio a la tramitación de la ley Nº 20.667, el
inciso segundo del artículo 537 disponía que “La terminación del contrato se producirá
a la expiración del plazo de quince días contado desde la fecha de envío de la respectiva
comunicación. La prima se reducirá en forma proporcional al plazo corrido, pero en caso
de haber ocurrido un siniestro de pérdida total se entenderá devengada totalmente”; efectos
dados sin distinción a si la terminación provenía del ejercicio de la facultad legal concedida
al asegurador o al asegurado, tal como era reconocida en su primer inciso.
420 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 537
ARTÍCULO 538
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512, 513 letras a), b), c), f) y
v), 515, 516, 517, 518, 519, 521 y 523. Artículos de la LPC: 3 bis y 12 A.
COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
1
Un antecedente de la procedencia del derecho de retracto en materia de seguros de
vida lo encontramos en España, específicamente en el artículo 83 a) de la ley Nº 50/1980,
de 8 de octubre, de contrato de seguro, que dispone que “El tomador del seguro en un
contrato de seguro individual de duración superior a seis meses que haya estipulado el
contrato sobre la vida propia o la de un tercero tendrá la facultad unilateral de resolver el
contrato sin indicación de los motivos y sin penalización alguna dentro del plazo de 30
días siguientes a la fecha en la que el asegurador le entregue la póliza o documento de
cobertura provisional”. Se trató esta de una transposición obligatoria de la Directiva 92/96
CEE, en materia de seguros de vida.
2
Aunque resulta preciso señalar que la introducción de ambas normas en la tramitación
legislativa se produjo en momentos diferentes. La regulación del derecho a retracto fue
incorporada con anterioridad al otorgamiento de la definición de los contratos de seguros
celebrados a distancia, en virtud de las indicaciones presentadas por el Ejecutivo con fecha
23 de julio de 2010.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 538 423
3
Para una crítica sobre el carácter dispositivo del derecho a retracto en materia de
contratación a distancia en la LPC, véase PINOCHET (2011) p. 61, quien consigna que esta
decisión legislativa hace que este derecho sea “ilusorio e ineficaz, teniendo en cuenta que
en la mayoría de los casos se tratará de contratos de adhesión”.
4
MOMBERG (2011) p. 53.
5
PINOCHET (2011) p. 154.
6
MOMBERG (2011) p. 57.
424 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 538
7
PINOCHET (2013) pp. 169-171.
8
MOMBERG (2011) p. 57.
9
PRADO (2013) p. 158.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 538 425
IyUPXODVHVSHFt¿FDVGHFRQWUDWDFLyQFRPRHOFRQWUDWRSRUFXHQWDGHXQ
tercero indeterminado, pero determinable, individualizando al asegurado
en la póliza bajo la fórmula “a quien corresponda” (artículo 516), o en la
contratación colectiva de seguros, en que el contratante será quien celebra el
contrato por el grupo asegurado (artículo 517). Es en estos casos en los que
VHSURGXFHXQDGLYLVLyQHQWUHODV¿JXUDVGHOFRQWUDWDQWH\GHDVHJXUDGRHQ
los que cabe preguntarse si el ejercicio del derecho de retracto corresponde
indistintamente a uno y a otro, o sólo al asegurado en su calidad de persona
DIHFWDGDSRUHOULHVJRTXHVHWUDQV¿HUHDODVHJXUDGRU
Al respecto, creemos que en los casos en los que se produzca una diso-
FLDFLyQHQWUHODV¿JXUDVGHOWRPDGRU\HODVHJXUDGRDPERVWHQGUiQGHUHFKR
a ejercer el derecho de retracto, puesto que de este modo se protegen de
mejor manera sus intereses en atención a la función tutelar de la norma. Sin
embargo, surgiendo dos derechos de retracto en cabezas diferentes, el plazo
para su ejercicio se contará de modo independiente, desde el momento en
que cada uno de ellos, respectivamente, recibió o tuvo acceso a la póliza.
En cuanto a su ejercicio, cabe mencionar que el derecho a retracto se
establece de manera discrecional, de modo tal que el tomador o asegura-
do, según el caso, ni siquiera deben dar cuenta de sus motivaciones10. Al
PLVPRWLHPSRVHWUDWDGHXQGHUHFKRTXHQRGHEHLPSRUWDUOHVDFUL¿FLR
patrimonial alguno, por lo que el asegurador no puede disponer de alguna
suerte de penalidad por el hecho de su ejercicio.
10
En este sentido, no debe confundirse el ejercicio del derecho a retracto, con las
facultades que poseen ambas partes para dar por terminado el contrato por el hecho del
incumplimiento. En este supuesto, las partes bien pueden haber cumplido cabalmente
con las obligaciones derivadas del contrato, pero, en atención a las características de la
contratación, se faculta al tomador o al asegurado para desistirse de su continuación. En
este sentido, véase JARAMILLO (2011) p. 178.
426 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 538
y de sus términRVHVSHFt¿FRV(QHVWHFDVRHOSOD]RVHUiGHGLH]GtDV\VH
contará desde el momento en que el titular del derecho ha recibido la póliza
de seguros. Sobre el particular, el artículo 519 ya había dispuesto el deber
del asegurador de hacer entrega de la póliza al contratante del seguro dentro
del plazo de cinco días hábiles contado desde la perfección del contrato.
Perfeccionado a distancia, como es el caso, deberá entenderse que ello ha
tenido lugar al tiempo que el aceptante ha dado cuenta de su manifesta-
ción conforme a la oferta por los sistemas de transmisión y registro antes
indicados.
En caso que el seguro hubiese sido contratado por medio de la interven-
ción de un corredor, el mismo artículo 519 dispone idéntico plazo para que
el asegurador haga entrega de la póliza a dicho intermediario, pero agrega
el deber del corredor de hacer entrega de la misma al asegurado (aunque
debería diferenciar el caso en que exista dualidad con el tomador, como
en el seguro por cuenta ajena) dentro de los cinco días hábiles siguientes a
su recepción. En este caso, el inicio del plazo para el ejercicio del derecho
a retracto deberá contarse igualmente desde la recepción de la póliza por
parte del tomador o del asegurado, pues es en estos términos en los que
se ha establecido el plazo en el artículo 538. Pero esta formulación ofrece
un inconveniente para el asegurador, quien no tendrá el control ni el cono-
cimiento del cumplimiento del deber impuesto legalmente al corredor, lo
que podrá implicar una ampliación del plazo para el retracto del tomador o
asegurador hasta que efectivamente se cumpla con la entrega.
Como hemos indicado, el hecho de haber recibido la póliza parece
necesario en este supuesto, dado que será éste el instrumento que dará
cuenta de todas las condiciones del seguro (artículo 518), y sobre el cual
el contratante podrá razonar efectivamente respecto a la conveniencia o no
TXHSDUDpOKDLPSOLFDGRODFRQWUDWDFLyQGHOVHJXUR/RDQWHULRUVLJQL¿FD
que, en esta órbita, la dilación en la entrega de la póliza no sólo implicará
el derecho del asegurado a reclamar daños y perjuicios en los términos del
LQFLVR¿QDOGHODUWtFXORVLQRTXHWDPELpQVHSRVWHUJDUiODSRVLELOLGDG
del tomador o del asegurado de ejercer el derecho a retracto conforme
al artículo 538. No se ofrece, en este sentido, un plazo máximo para el
ejercicio del retracto en términos similares a los previstos en el artículo
3 bis LPC, que dispone un término de 90 días desde la celebración del
contrato, para el caso que el proveedor no haya dado al consumidor cons-
tancia escrita de la celebración del contrato en los términos del artículo
12 A de la misma ley.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 538 427
11
Véase PRADO (2013) p. 163, y PINOCHET (2013) p. 180.
12
MOMBERG (2011) p. 63. Lo anterior deviene de constatar que el derecho de retracto
no se concede en una fase precontractual, dilatando la producción de los efectos del acto
–como en el caso de la venta a prueba reconocida en el artículo 1823 del Código Civil–,
sino como una fórmula de poner término al contrato ya celebrado. Si bien, a diferencia de
la redacción del artículo 3 bis LPC (referido a la “facultad de poner término unilateralmente
al contrato”), ello no aparece claramente establecido en el artículo 538, creemos que debe
llegarse a idéntica conclusión en atención al efecto típico de su ejercicio (la devolución
de la prima, constituyendo esta última una obligación asumida por el asegurado al tiempo
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 538 429
del perfeccionamiento del contrato) y las limitaciones dadas por la mínima duración de la
cobertura o por la producción del siniestro (puesto que en ambos casos se supone también
un contrato que ya ha producido todos sus efectos).
13
Como nos señala MOMBERG (2011) pp. 64 y 65, tratándose de la contratación de
servicios, la consecuencia principal del retracto estará dada por un “efecto retroactivo
unilateral, ya que sólo el proveedor debe restituir el precio pagado (…) Por la naturaleza
del contrato, el consumidor nada debe ni puede devolver”.
14
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 208.
430 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 538
15
Plazo que ha sido criticado en razón de su extensión, PINOCHET (2013) p. 182. Por
ejemplo, en la Directiva 2002/65/CE, el plazo máximo es sólo de 30 días naturales.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 538 431
VXFDOL¿FDFLyQFRPRFRQGLFLRQDOHQYLUWXGGHODUWtFXORGHO&yGLJR
de Comercio. Por ello, la referencia estará dada a los efectos previos del
FRQWUDWRGHVHJXURFRQ¿JXUDGRVSRUODYLJHQFLDGHODFREHUWXUDGHOULHVJR
asumida por el asegurador, materia que es tratada en el artículo 523. En este
sentido, resulta que si la vigencia de la cobertura es tan breve que resulta
ser menor al plazo legalmente establecido para el ejercicio del derecho a
retracto, este último lógicamente no podrá tener lugar.
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 539
(Q GLFKRV FDVRV SURQXQFLDGD OD QXOLGDG R OD UHVROXFLyQ GHO VHJXUR HO
asegurador podrá retener la prima o demandar su pago y cobrar los gastos
que le haya demandado acreditarlo, aunque no haya corrido riesgo alguno,
VLQSHUMXLFLRGHODDFFLyQFULPLQDO
COMENTARIO
1. PRELIMINAR
(VWHDUWtFXORFRQWHPSODGRVVXSXHVWRVGHLQH¿FDFLDTXHVHUHODFLRQDQ
con deberes de información de origen legal, uno in contrahendo, represen-
tado por el deber precontractual de declaración del riesgo asegurado del
artículo 524 Nº 1 del C.com., y el otro, presente en la fase contractual del
1
Si bien se trata de una carga de origen legal, es reconducida en ocasiones al contrato.
Por lo general, se incluye en condiciones generales de la contratación. Véase Póliza
depositada en la SVS bajo el código POL120140193, artículo 4 letra b1.
2
Los numerales 7º y 8º del artículo 524 contemplan dos deberes. Por un lado, el
deber de comunicar la ocurrencia del siniestro al asegurador, y por otro lado, un deber de
declarar de buena fe, las circunstancias y consecuencias del riesgo asegurado verificado.
A nuestro juicio, si bien nuestro legislador contempla dos cargas, ambas se complementan.
La relevancia de esta distinción podría estar en los efectos de su incumplimiento. Ello no
queda claro en el contexto de la reforma que introduce la ley Nº 20.667 al Título VIII del
Libro II del C.com.
3
Sobre la responsabilidad por información maliciosamente falsa, véase BARROS (2006)
pp. 1027 y ss.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 539 435
4
El citado artículo no contempla un supuesto de nulidad absoluta en los términos
del artículo 1682 del Código civil, pues, se trata más bien, de otras especies o tipos
de defectos. Como señala en nuestra doctrina, ALESSANDRI BESA, “la nulidad relativa
es la regla general en nuestro Derecho, porque todo requisito exigido para la validez
de un acto o contrato que no produzca nulidad absoluta, por no estar señalado entre
las causales que taxativamente mencionan los dos primeros incisos del artículo 1682,
produce nulidad relativa”. ALESSANDRI BESA (2008) p. 17. En el mismo sentido VIAL
(2003) p. 257; DOMÍNGUEZ (2011) p. 208.
5
La reticencia en el contexto del contrato de seguro –bajo el ordenamiento jurídico
chileno– admite una concepción más comprensiva, al considerarse toda omisión o falta de
entrega de información, sin limitarla, necesariamente a la mala fe del contratante. Ello es
consecuencia de la intolerancia al dolus bonus en el contrato de seguro, que excluye toda
maniobra que tenga por objeto obtener ventajas en el proceso de formación del contrato
de buena o mala fe.
6
Si revisamos nuestra jurisprudencia, hemos observado la tendencia a entender la
reticencia como la falta u omisión de entrega de información. Véase Compañía de Seguros
Allianz S.A. con Trans Warrants Ltda. (1997); Renta Nacional Seguros de Vida S.A. con
Capredena (2006).
7
En la doctrina chilena, ALESSANDRI BESA señala: “El dolo negativo se denomina
también reticencia”. ALESSANDRI BESA (2008) p. 64. Por su parte, en la doctrina italiana,
es opinión de PELAGGI, que la disciplina del dolo omisivo en el contrato de seguro, tiene
una característica especial, ya que se aparta de la disciplina del dolo en general. En todos
los contratos subsiste la exigencia de la exacta declaración de los contratantes para la
determinación del objeto del contrato o del objeto de la prestación contractual; tal exigencia
adquiere un relieve muy especial en el contrato de seguro. De hecho, el asegurador debe ser
puesto en un grado de valoración del riesgo con la mayor precisión posible, para decidir en
orden a la asunción y para poder adaptarlo a la prima. PELAGGI (1967) p. 219; en el mismo
436 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 539
sentido véanse VISINTINI (1971) pp. 423 y ss.; GAZARRA (1974) p. 47. GRISI (1990) pp. 746
y ss.; LETTA (1997) pp. 182-183; MENICHINO (2001) p. 878.
8
DOMÍNGUEZ ÁGUILA (2011) p. 90. En la doctrina italiana, es opinión de MENICHINO, que
la reticencia dolosa o la hipótesis de dolo omisivo no puede fundarse sobre una violación a
un deber general de informar. MENICHINO (2001) p. 878. Por su parte, ALTAVILLA, sostiene que
la reticencia “es la expresión técnica que define el involuntario silencio doloso”. ALTAVILLA
(1941) p. 156. Se opone a la tesis de ALTAVILLA, VIANELLO, quien sostiene que la reticencia
debe ser voluntaria, y lo es cuando se trata de una omisión consciente. VIANELLO (1991) p. 152.
9
Sobre el efecto derivado del incumplimiento de un deber in contrahendo de informar,
véase BARROS (2006) p. 1026.
10
En este sentido en la doctrina chilena, véase por todos DOMÍNGUEZ ÁGUILA (2011)
p. 209. Precisamos que el titular de la acción de nulidad será el asegurador que contrató
con el asegurado (contratante o tomador), o quien adquiera los derechos del primero en el
concreto caso de una cesión de cartera regulada por el artículo 27 del D.F.L. Nº 251. En
tal caso, será la compañía cesionaria, quien tendrá la calidad de legitimada activa de la
acción de nulidad relativa, en aplicación del artículo 1684 del Código civil.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 539 437
11
La doctrina española lo califica como un deber de comunicación. Ver por todos
SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 399 y ss.
12
Cfr. ARELLANO (2013) pp. 91 y ss.
13
Sobre los efectos de la inejecución de la carga del acreedor, véase por todos LAGOS
(2006) pp. 55 y ss.
14
Advertimos que revisado el primer Borrador del C.com. elaborado por José Gabriel
Ocampo, el incumplimiento del deber de comunicar la ocurrencia del siniestro al asegurado
daría lugar a la indemnización de daños y perjuicios. Véase BRAHM (2000) p. 261. Por otra
parte, la norma decimonónica, contemplaba en el numeral 5º del artículo 556 la carga de
comunicar la ocurrencia del siniestro, “haciendo en la notificación una enunciación clara
de las causas y circunstancias del accidente ocurrido”.
15
Véase por todos FUEYO (2004) pp. 307 y ss.
16
En el derecho español, el efecto es el propio de un deber o carga. Véase por todos
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 411.
17
Revisada la historia de la ley, se observa que nuestro legislador contemplaba
originalmente un inciso 3º en el artículo 539, que señala que “en todo caso, culmina el inciso
438 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 539
tercero, habrá lugar a solicitar la resolución del contrato, conforme a las reglas generales, por
el incumplimiento de las obligaciones legales y contractuales que recaen sobre las partes”.
La indicación fue aprobada con modificaciones, en el sentido de eliminar el inciso final del
artículo 539. Así lo acordó la unanimidad de los integrantes de la Comisión, Honorables
Senadores señora RINCÓN y señores FREI, GARCÍA, LAGOS y NOVOA. Ello se debe, a que el
régimen resolutorio general del nuestro C.C. no tiene cabida en el artículo 539 del C.com.
Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 398. Por otra parte, debemos considerar que nuestro
legislador en las modificaciones introducidas al Título VIII Libro II del C.com. reconoce
expresamente la figura de la carga en el artículo 513 letra f).
18
Sobre la procedencia del efecto resolutorio en el caso de incumplimiento de deberes
en el Derecho chileno, véase por todos CORRAL (2010) pp. 225-226.
19
Es una carga de comunicación, cuya inejecución provoca la pérdida del derecho del
asegurado a la indemnización. En tal sentido, CABANILLAS, en su análisis sobre las cargas
crediticias sostiene que “la carga es una conducta del acreedor que ha de observar en su
propio interés, para que pueda ejercitar una facultad”. CABANILLAS (1988) p. 44. En la
doctrina chilena véase por todos LAGOS (2006) p. 29.
20
Si revisamos el Derecho español, la duplicidad de deberes en relación a la notificación
o comunicación del siniestro, se justifica por el efecto derivado de su inobservancia. En
el caso del incumplimiento al deber de declarar o comunicar la ocurrencia del siniestro, el
asegurador no queda liberado de su obligación de indemnizar; sí tendría derecho a reclamar
la indemnización de perjuicios si concurren ciertos presupuestos contenidos en el artículo
16 inciso 1º de la LCS. Luego, en el caso de incumplir este deber de comunicar sobre las
circunstancias y consecuencias del siniestro, el legislador español contempló un efecto
liberatorio a favor del asegurador. Véase por todos SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 405-411.
Revisada la historia de la ley Nº 20.667, podemos observar lo siguiente: “Se establecen
normas claras y precisas que regulan las situaciones que acarrean la terminación anticipada
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 539 439
o la resolución del contrato, aquellas que producen la nulidad relativa del mismo y las
que son causales de su nulidad absoluta (arts. 520, 521, 525, 526, 528, 536, 537 y 539)”.
El legislador asimila el efecto resolutorio a una terminación anticipada del contrato, en la
que podría comprenderse un desistimiento del negocio jurídico válidamente celebrado.
Lo relevante está, en la intolerancia frente a las conductas de mala fe o fraudulentas del
asegurado, que buscan obtener un amparo indebido. Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 8.
En este sentido, y a propósito del efecto que acarrea el no pago de la prima, la historia de la
ley señala: “Producida la terminación, la responsabilidad del asegurador por los siniestros
posteriores cesará de pleno derecho, sin necesidad de declaración judicial alguna”. Véase
historia de la ley Nº 20.667, p. 522.
21
Véase por todos ALESSANDRI BESA (2008) p. 326.
22
En este sentido ver artículo 113-8 del Código de seguros francés y artículo 1892 del
Código civil italiano.
440 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 539
BIBLIOGRAFÍA
23
Sobre ello, consideramos acertada la tesis de JEREZ, que plantea la posibilidad del
sujeto protegido por la norma de invalidez, de enervar la acción de restitución de la
contraparte, en razón de un derecho de retención. JEREZ (2011) p. 278.
24
Véase ALESSANDRI BESA (2008) pp. 336 y ss.; DOMÍNGUEZ ÁGUILA (2011) pp. 223 y ss.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 539 441
JURISPRUDENCIA CITADA
ARTÍCULO 540
COMENTARIO
1. PROCEDIMIENTO CONCURSAL
DE LIQUIDACIÓN DEL ASEGURADOR
$OUHVSHFWRORSULPHURDGHVWDFDUVHUH¿HUHDTXHODVFRPSDxtDVGH
seguros, en atención a su importancia económica, tienen un régimen con-
cursal especial dispuesto en el Título IV del D.F.L. Nº 251, de 22 de mayo
de 1931. Sin perjuicio de contener disposiciones particulares destinadas a
ODSUHYHQFLyQGHODVLWXDFLyQGHLQVROYHQFLDSRUGp¿FLWGHSDWULPRQLRSRU
Gp¿FLWGHLQYHUVLRQHVRVREUHHQGHXGDPLHQWR\SRUGp¿FLWGHDPEDVFRQ-
juntamente), a partir del artículo 76 del citado decreto se establecen ciertas
UHJODVPRGL¿FDWRULDVHQUHODFLyQDORVSURFHGLPLHQWRVFRQFXUVDOHVSUHYLVWRV
en la LRLAEP, que se mantiene, en todo caso, como marco principal y régi-
PHQVXSOHWRULR$OJXQDVSDUWLFXODULGDGHVDGHVWDFDUVHUH¿HUHQDODUHYLVLyQ
previa de la solicitud de inicio del procedimiento concursal de liquidación
por parte de la Superintendencia de Valores y Seguros; la designación del
Superintendente, o quien este designe, en calidad de liquidador en estos
procedimientos; y la disposición de normas procesales, de tratamiento
preferente, de realización de activos o de carácter penal, entre otras2.
$OWUDWDUHVSHFt¿FDPHQWHGHORVHIHFWRVGHODGLFWDFLyQGHODUHVROXFLyQ
de liquidación en el procedimiento iniciado por o en contra del asegurador,
debemos tomar especialmente en cuenta lo dispuesto por los incisos prime-
ro, segundo y cuarto del artículo 540 del Código de Comercio. Para estos
efectos, la norma realiza una distinción dependiendo del momento en que
1
GÓMEZ y EYZAGUIRRE (2011) p. 299, y CONTRERAS (2010) p. 165.
2
Sobre el particular, véase BAEZA (2001) pp. 62-65, y PUGA (2009) pp. 113-118.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 540 445
3
Si bien esta norma no se encontraba contenida en el Código de Comercio, sí se
encontraba prevista en el Decreto con Fuerza de Ley Nº 251, de 22 de mayo de 1931.
Al efecto, el artículo 84 ya disponía que, en caso de no producirse el traspaso de cartera
y negocios, el crédito de los asegurados provenientes de seguros gozará del privilegio
establecido en el Nº 5 del artículo 2472 del Código Civil, norma que estudiaremos más
adelante.
4
BAHAMÓNDEZ (1993) pp. 31 y 32; y BERMEJO (2002) p. 54.
446 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 540
5
Véase GOLDENBERG (2013).
6
Obsérvese que el anterior artículo 559 del Código de Comercio se refería al punto
desde la idea de la posibilidad de rescisión del contrato, que, dado el debate doctrinal sobre
su contenido, fue modificado por la indicación de la posibilidad de terminación anticipada.
Sobre el particular, CONTRERAS (2010) p. 306, expresaba que “ha de entenderse que la
expresión rescisión que emplea el legislador apunta a la resolución, como quiera que el
supuesto de la norma transcrita es el cumplimiento de las obligaciones de los contratantes”.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 540 447
7
ALAUZET (1844) Tomo I, p. 383.
8
ALAUZET (1844) Tomo II, p. 240.
448 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 540
Algo más tendremos que decir en caso que el asegurado haya optado
por la continuación de los efectos del contrato de seguro. En este caso, los
eventuales créditos que los asegurados obtendrían en el caso de ocurrir un
siniestro no gozarán de la preferencia establecida en el inciso tercero del
DUWtFXORGHO&yGLJRGH&RPHUFLRSRUFXDQWRpVWHVHUH¿HUH~QLFDPHQWH
a los créditos que emanen de siniestros ocurridos con anterioridad a la
dictación de la resolución de liquidación, lo que no es del caso. Pero la
dicción del artículo 540 ocasiona ciertos problemas de coordinación con
la norma prevista en el artículo 84 del D.F.L. Nº 251, pues esta norma
concede este trato preferente en el evento que no se haya producido un
traspaso de cartera y negocios en los términos del artículo 82 del mismo
cuerpo legal, y lo hace sin distinguir si la resolución de liquidación ha
tenido lugar con anterioridad o posterioridad a la declaración del siniestro.
Respecto a lo primero, la consecuencia se presenta de manera lógica, por
cuanto el traspaso de la cartera a otras compañías de seguro, en los térmi-
nos del artículo 74 del D.F.L. Nº 251, dejarán resguardados los derechos
del asegurado dado que podrá obtener la correspondiente indemnización
dada la solvencia de la entidad aseguradora cesionaria9. Respecto a lo
segundo, el ámbito de aplicación de las normas aparece diverso, puesto
que la preferencia conferida en el primer inciso del artículo 84 supone que
la tutela del acreedor en cualquier contexto, sin distinción a la época de la
dictación de la resolución de liquidación, observando especialmente que
ella tendrá lugar en caso que el resguardo de la posición del asegurado no
ha podido lograrse mediante el traspaso de la cartera o negocios.
En consideración a lo anterior, llama la atención la insistencia que esta
alternativa se encuentre unida al hecho que el asegurado puede “exigir
TXHHOFRQFXUVRD¿DQFHHOFXPSOLPLHQWRGHODVREOLJDFLRQHVGHOGHXGRU´
Lo anterior, puesto que el ordenamiento una interpretación amplia del
artículo 84 del D.F.L. Nº 251 ya le habría concedido una tutela especial
por la vía del otorgamiento de un privilegio, por lo que este segundo
9
Asimismo, cabe indicar que en este caso se permitirá que el asegurado ponga
término al contrato en razón del traspaso de cartera o de negocios, puesto que el citado
artículo 82 admite tal posibilidad en caso que estén pendientes los riesgos, dando lugar
al derecho a la devolución proporcional de las primas. Pero, nuevamente, cabe debatir
si se tratará o no de créditos valistas que serán pagados en “moneda de liquidación”,
dependiendo de la amplitud que se quiera otorgar al privilegio dispuesto en el artículo
84 del D.F.L. Nº 251.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 540 449
10
Por todos, en nuestro ordenamiento, NÚÑEZ y CARRASCO (2011) p. 393.
11
Ambas fuentes consultadas por José Gabriel Ocampo, especialmente la holandesa
–probablemente– por medio de las Concordancias de Saint Joseph.
450 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 540
12
Obsérvese que esta disposición replica textualmente aquella ya contemplada en el
inciso segundo del artículo 84 del D.F.L. Nº 251, por lo que, si bien no estaba dispuesta
en el artículo 559 original del Código de Comercio, no puede pensarse que se trata de
una novedad en nuestro sistema.
452 GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 540
del aseguUDGRULQJUHVDUiQDODPDVDSRUORTXHHVWHLQFLVR¿QDOSUHWHQGH
RIUHFHUXQPHFDQLVPRGHSURWHFFLyQD¿QGHDVHJXUDUTXHGLFKRVIRQGRV
VHDQ¿QDOPHQWHHQWUHJDGRVDODVHJXUDGR3DUDORVHIHFWRVGHHVWHLQFLVRHV
independiente si el siniestro ha tenido lugar con anterioridad o posterioridad
a la dictación de la resolución de liquidación, puesto que, en cualquiera de
dichos casos, el pago será recibido por el liquidador designado en el pro-
cedimiento en razón del desasimiento.
(OPpWRGRXWLOL]DGRHVWRHVTXHVHFRQ¿HUHXQGHUHFKRDORVDVHJXUDGRV
de una preferencia para el pago del seguro, emula la técnica de un privi-
legio de segunda clase. En este sentido, la preferencia recaerá únicamente
en el monto obtenido por el asegurador en razón del reaseguro (a modo de
preferencia especial), pero deberá contribuir a los gastos del procedimiento
concursal de liquidación, que, a efectos de la escala de prelación de cré-
ditos, se encuentran cubiertos por el artículo 2472 Nº 4 C.C. Se trata ésta
de una protección concedida al asegurado que, en todo caso, no tiene por
objeto desplazar, sino complementar, los resguardos mencionados en los
artículos anteriores y en el artículo 84 del D.F.L. Nº 251. De este modo,
VLHQGRLQVX¿FLHQWHHOSDJRREWHQLGRHQUD]yQGHODSUHIHUHQFLDGLVSXHVWD
HQHVWHLQFLVR¿QDOHODVHJXUDGRJR]DUiDXQGHOGHUHFKRGHSDJRSUHIHUHQWH
respecto a todos los demás bienes embargables del deudor en razón de la
aplicación del artículo 2472 Nº 5 C.C.
2. PROCEDIMIENTO CONCURSAL
DE LIQUIDACIÓN DEL ASEGURADO
13
Obsérvese que, conforme al artículo 1521, Nº 6 del Libro IV del Código de Comercio
original, se confería un privilegio de segunda clase (artículo 2474 del Código Civil) al
crédito por primas, sobre los objetos asegurados. Dicho privilegio se mantuvo en la ley
Nº 4.558, de 1929 (artículo 118, Nº 7), pero desapareció con la dictación de la ley Nº 18.175,
de 1982. En la actualidad, sólo gozan de privilegio especial sobre la nave, los créditos por
primas de seguro respecto de la nave, sean del casco o de responsabilidad (artículo 846
del Código de Comercio). Sobre el particular, véase BAEZA (2001) p. 100.
14
PUGA (2009) p. 424.
GOLDENBERG SERRANO, Juan Luis Artículo 540 455
que el hecho que el asegurado no haya pagado todas las primas al tiempo
del perfeccionamiento del contrato de seguros probablemente proviene del
establecimiento de plazos que hayan fraccionado el pago, resultará que
la dictación de la resolución de liquidación hará que dicha obligación se
haya hecho actualmente exigible. Conforme a lo anterior, resultará que la
solución prevista en el artículo 540 del Código de Comercio, en relación al
D¿DQFLDPLHQWRGHODREOLJDFLyQUHVXOWHHQXQHOHPHQWRH[WUDxRSXHVWRTXH
la constitución de garantías supone la existencia de una obligación principal
pendiente de pago, dado que, al contrario, sólo implicaría una asunción de
deudas por parte de un tercero.
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 541
$UWtFXOR3UHVFULSFLyQ/DVDFFLRQHVHPDQDGDVGHOFRQWUDWRGHVHJXUR
prescriben en el término de cuatro años, contado desde la fecha en que se
KD\DKHFKRH[LJLEOHODREOLJDFLyQUHVSHFWLYD
)XHUDGHRWUDVFDXVDOHVOHJDOHVODSUHVFULSFLyQTXHFRUUHHQFRQWUDGHO
asegurado se interrumpe por la denuncia del siniestro, y el nuevo plazo
UHJLUiGHVGHHOPRPHQWRHQTXHHODVHJXUDGRUOHFRPXQLTXHVXGHFLVLyQ
al respecto.
(QHOVHJXURGHYLGDHOSOD]RGHSUHVFULSFLyQSDUDHOEHQHILFLDULRVHUiGH
cuatro años y se contará desde que conoce la existencia de su derecho, pero
en ningún caso excederá de diez años desde el siniestro.
(OSOD]RGHSUHVFULSFLyQQRSXHGHVHUDEUHYLDGREDMRQLQJXQDIRUPDGH
FDGXFLGDGRSUHFOXVLyQ\HQORVVHJXURVDTXHVHUHILHUHHODUWtFXOR
GLFKRSOD]RQRVHUiLQIHULRUDOGHODDFFLyQTXHWHQJDHOWHUFHURSHUMXGLFDGR
en contra del asegurado.
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
1
De esta manera, en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.
leychile.cl [fecha de consulta: 10 de julio de 2014], p. 10. Al parecer, esta norma que traía
el proyecto de ley se basaba en la legislación española. En ella, la prescripción de las
acciones que competen a las partes de un contrato de seguro se regula en las condiciones
generales de la póliza, de acuerdo con lo dispuesto en la legislación sobre el contrato
de seguro. Normalmente, los aseguradores suelen fijar el plazo de dos años para que el
asegurado ejercite la acción de reclamación contra su decisión fijando o denegando la
indemnización por siniestro. La Ley Española de Contrato de Seguro establece que las
acciones derivadas de dicho contrato prescriben a los dos años si se trata de seguros de
daños y a los cinco si el seguro es de personas. En el Seguro Marítimo el plazo es de tres
años. Es concepto relacionado con la caducidad. De esta manera en Diccionario Mapfre
de Seguros. Disponible en: http://www.mapfre.com/wdiccionario/terminos/vertermino.
shtml?p/prescripcion.htm, fecha de consulta: 20 de julio de 2014.
458 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 541
2
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl [fecha
de consulta: 18 de julio de 2014], pp. 48 y 75 y ss. Indicaciones al Proyecto de Ley. Cuenta
en Sesión 64, legislatura 358.
3
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl [fecha
de consulta: 18 de julio de 2014] p. 113. Votaron a favor los Diputados señores ARENAS,
BURGOS (en reemplazo del Diputado VALLESPÍN), MONTES, TUMA, VAN RYSSELBERGHE y
VELÁSQUEZ.
4
De esta manera, en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.
leychile.cl [fecha de consulta: 18 de julio de 2014] p. 399.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 541 459
5
Sobre estas cláusulas, CESERANI (2007) pp. 799 y ss. Problemas ya discurridos en
doctrina, BARROS BOURIE (2006) p. 1084. Véase definición de cobertura de hechos previos
(prior acts coverage) en Diccionario Mapfre de Seguros. Disponible en: http://www.mapfre.
com/wdiccionario/terminos/vertermino.shtml?c/cobertura-de-hechos-previos.htm, fecha
de consulta: 20 de julio de 2014.
460 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 541
BIBLIOGRAFÍA
6
Sobre los problemas de esta norma en la práctica del seguro, en especial en la
declaración del riesgo, ver RÍOS OSSA (2014) pp. 91 y ss.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 542 461
ARTÍCULO 542
COMENTARIO
1. PRELIMINAR
Nº 20.667 al Título VIII del Libro II del C.com., para luego determinar el
efecto de este criterio de derecho necesario.
2. SIGNIFICADO Y JUSTIFICACIÓN DE LA
IMPERATIVIDAD INTRODUCIDA POR LA LEY Nº 20.667
4
Sobre el tópico jurídico orden público, véase por todo TAPIA (2008) p. 486.
5
PICARD y BESSON (1964) pp. 55 y ss.
6
CARRASCO PERERA (2010) p. 502. Por su parte, ÁLVAREZ en su análisis del denominado
derecho contractual de consumo sostiene que se buscarán fórmulas para restablecer
el equilibrio contractual a través de normas imperativas que regulan las condiciones
contractuales que se imponen a los consumidores. ÁLVAREZ (2004) p. 24; Véase DÍEZ-
PICAZO (2007) p. 43. Osvaldo CONTRERAS, en su intervención en la discusión del Proyecto
que resultó en la ley Nº 20.667, señala que “la obligatoriedad de estas leyes protectoras
del asegurado encuentra su justificación en la calificación del tomador del seguro como un
contratante débil. Se considera que el asegurado es la parte débil en el contrato de seguro,
464 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 542
9
Véase VEIGA (2008) p. 15. Por su parte, en la doctrina española, PAGADOR opina que
en el contrato de seguro es patente la desigualdad entre las partes, siendo dominante el
asegurador. PAGADOR (2012) pp. 367 y ss.
10
Véase VEIGA (2008) pp. 14 y ss.
11
Como sostiene MIQUEL en la doctrina española, “la libertad para vincularse e igualdad
ante las reglas jurídicas, están seriamente afectadas por un procedimiento contractual que
establece el contenido mediante condiciones generales o cláusulas predispuestas, más
aún cuando se trata de contratos con consumidores”. MIQUEL (2004) p. 10. Por su parte,
en la doctrina francesa, a juicio de LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR, la justicia conmutativa
busca el equilibrio en las prestaciones recíprocas que se deben las partes. En el caso de
los seguros se produce una tensión en la relación negocial, debido a la posición dominante
del asegurador. LAMBERT-FAIVRE y LEVENEUR (2011) p. 119.
12
A juicio de PETIT, es relevante destacar que “el contrato de seguro no podría existir sin
condiciones generales, ya que es impensable que una entidad aseguradora redacte pólizas
y clausulados ad hoc para cada supuesto en particular. Razones de economía de tiempo
y, sobre todo, de imposibilidad material de actuar de otro modo hacen inviable cualquier
otra forma de contratación que no sea mediante contrato de adhesión o con condiciones
generales”. PETIT (2007) p. 69. Como sostiene VEIGA “sin condicionados no puede haber
seguro”. VEIGA (2005) p. 4.
466 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 542
UDOHVORJUiQGRVHGHHVWHPRGRDJLOL]DUHOWUi¿FRHFRQyPLFRGHOVHJXUR
en tanto producto de intercambio13.
Precisamos que, a nuestro juicio, este control de contenido del contrato
estandarizado no lo ejecutan ni los jueces ni la autoridad administrativa.
Más bien, existe a priori en la misma ley. Se trata de un control ajeno a las
voluntad de los contratantes, es heterónomo.
13
Recogiendo el lenguaje de la práctica, la doctrina se refiere a los contratos de seguros
estandarizados como productos de seguros. Véanse MENICHINO (2001) p. 879; BECKMANN
(2009) p. 21.
14
ALFARO sostiene, que por “predisposición debe entenderse redacción (es decir, dar
una forma lingüística externa a una idea) previa a la fase de negociación y celebración
del contrato, de forma que, cuando las partes del contrato concreto negocian o establecen
los elementos esenciales, el clausulado recogido en las condiciones generales ya está
preparado”. ALFARO (2002) p. 112. A juicio de SOLIMANDO, las condiciones generales
reflejan una cláusula estándar predispuesta unilateralmente por el asegurador al
asegurado. En este contrato tipo viene sustancialmente impuesto del contenido del
negocio, por lo que se sustrae el poder de negociación del tomador o contratante.
SOLIMANDO (2001) p. 26.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 542 467
IXHPRGL¿FDGRPHGLDQWHODOH\115(VWDPRGL¿FDFLyQMXQWRFRQHOL-
minar el sistema de registro y aprobación de pólizas estandarizadas, dispuso
que la responsabilidad del correcto diseño de los condicionados generales
recae en los aseguradores. No obstante, a nuestro parecer, paradójicamente,
ODUHIHULGDPRGL¿FDFLyQHQWUHJyDOD696ODODERUGH¿MDUPHGLDQWHXQD
norma de carácter general, las disposiciones mínimas que deberán contener
ODVSyOL]DV8QLGRDHOORVHHVWDEOHFLyTXHODDXWRULGDG¿VFDOL]DGRUDWLHQH
la facultad de prohibir el uso de ciertas pólizas o cláusulas16.
Luego, y considerando que nuestro legislador introdujo en el artículo
542 un carácter de inperatividad a las normas que rigen el contrato de
seguro, con el objeto de asumir un control sobre el contenido de este tipo
contractual, la facultad discrecional de SVS queda desplazada por la ley17, se
trata, qué duda cabe, de una cuestión de subordinación normativa. En este
sentido el inciso 4º del artículo 3 letra e) del D.F.L. Nº 251 se encuentra
derogado tácitamente.
1RREVWDQWHOD696HQHOHMHUFLFLRGHODVIDFXOWDGHVTXHOHFRQ¿HUHQ
los incisos 4º y 5º del artículo 3 del D.F.L. Nº 251 dictó en reemplazo de
la NCG 124, la NCG 349 que regula, entre otros aspectos, el contenido
mínimo de las pólizas de seguros estandarizados. Revisada la NCG 349,
observamos un distanciamiento entre la norma administrativa y la ley.
15
Ley Nº 19.769 de 2001 –que elimina el sistema de registro de pólizas y lo sustituye
por el denominado sistema de “depósito de pólizas”– tuvo como objetivo general liberalizar
los mercados, y en el caso de los seguros “agilizar el proceso de incorporación de nuevos
productos al mercado delegando la responsabilidad del correcto diseño de los mismos en
las compañías”. En este sentido, véase historia de la ley Nº 19.769, p. 10.
16
Observamos en la historia de la ley Nº 20.667, la intervención del Fiscal de Seguros
de la Superintendencia de Valores y Seguros, Gonzalo ZALDÍVAR, en el siguiente sentido:
“El señor Zaldívar indicó que si bien es efectivo que la incerteza jurídica es un problema
que habría que abordar, debe tenerse presente que las pólizas sobre las que sería aplicable
la legislación en estudio se encuentran sujetas a la obligación de depósito en la Superinten-
dencia. Esto importa que sus contenidos generales en materia de cobertura o mecanismos
de ejecución son, además de públicos, revisados por la autoridad”. Véase historia de la
ley Nº 20.667, p. 386.
17
En la doctrina española, CARRASCO PERERA señala que, “el sistema jurídico
economiza los medios de control de contenido gracias al expediente de declarar
imperativa la regulación legal, en lugar de dejar al operador con la tarea, caso por caso,
de discriminar cuando el pacto en contrario traiciona la finalidad protectora pretendida
por el legislador (…)”. CARRASCO PERERA (2010) p. 502.
468 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 542
Si bien la imperatividad del artículo 542 del C.com., busca, entre otros
aspectos, atajar la libertad del asegurador predisponente, no se trata de una
regla taxativa. Veremos cómo el legislador, en determinados casos, deja
subsistente el criterio dispositivo de la norma legal19.
Para responder a la interrogante sobre qué excepciones a la impera-
tividad contempla el artículo 542 del C.com., es insoslayable revisar las
fuentes de la citada norma.
$QXHVWURMXLFLRFRQÀX\HQGRVIXHQWHVQRUPDWLYDV/DSULPHUD\GH
mayor relevancia, está representada por el artículo 2 de la Ley de Contrato
18
Por ejemplo, la NCG 349 en el párrafo 5º del acápite II (modelos de pólizas y su
contenido), Nº 1 sobre condiciones generales, busca regular aspectos formales de las pólizas
estandarizadas. No obstante, no refiere las exigencias del artículo 17 de la ley Nº 19.496;
en el párrafo 6º del mismo acápite se pretende regular “materias mínimas”, para luego
singularizar una serie de requisitos mínimos de todo condicionado general, sin recoger
las exigencias mínimas sobre deberes de información contenidas en el C.cm y en la ley
Nº 19.496. En el numeral 2º del acápite I, la NCG 349 regula las denominadas condiciones
particulares, definiéndolas. Sin embargo, la norma refiere una serie de presupuestos
que no califica como mínimos. Pareciera que la problemática que hemos enunciado
quedaría resuelta, en parte, en el Nº 4 del acápite II de la NCG 349 al establecer que “se
deberán incluir las exigencias previstas en el artículo 17 B de la ley Nº 19.496 y demás
disposiciones que pudieran ser aplicables de dicha ley, cuando corresponda”. Además,
prohíbe la incorporación de exclusiones mediante condiciones particulares, estableciendo
presupuestos más exigentes que la norma legal, en concreto, el artículo 530 del C.com.
19
En la doctrina alemana, ZIMMERMANN aborda la imperatividad como mecanismo de
protección, y las califica como “unilateralmente imperativas”, ya que, si bien la norma no
se puede excluir en perjuicio del consumidor, sí se podría en los casos en que se acuerde
un régimen contractual más favorable para este último. ZIMMERMANN (2008) pp. 254 y ss.
En el mismo sentido BECKMANN (2011) pp. 18 y ss.
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 542 469
Por su parte, el inciso primero del artículo 3 letra e) del D.F.L. Nº 251,
señala lo siguiente:
Artículo 3.- Son atribuciones y obligaciones de la Superintendencia: e) Mantener a
disposición del público, los modelos de textos de condiciones generales de pólizas
y cláusulas que se contraten en el mercado. Las entidades aseguradoras podrán
contratar con dichos modelos a partir del sexto día que hubieren sido incorporados
al Depósito de Pólizas que, para esos efectos, llevará la Superintendencia. Las
compañías de seguros del primer grupo, en los casos de seguros de Transporte y
de Casco Marítimo y Aéreo, como asimismo en los contratos de seguros en los
cuales, tanto el asegurado como el beneficiario, sean personas jurídicas y el monto
de la prima anual que se convenga no sea inferior a 200 unidades de fomento, no
tendrán la obligación señalada en el párrafo precedente, y podrán contratar con
modelos no depositados en la Superintendencia, debiendo la póliza respectiva ser
firmada por los contratantes.
20
En este sentido, revisada la ley Nº 20.667, observamos lo siguiente: “Siguiendo en
este punto a la legislación española, en el art. 542 se establece que en el caso de seguros de
grandes riesgos contratados por empresas, las partes podrán pactar libremente las normas
del contrato sin observación de las normas imperativas que lo rigen, salvo aquellas que
regulan los aspectos de relevancia sustancial en el contrato, que se especifican. Se define
a los seguros de grandes riesgos en la misma forma como actualmente se establece, en la
letra e) del art. 3 del D.F.L. Nº 251, a los seguros que pueden ser contratados con pólizas
no registradas en la Superintendencia, pero elevando el monto de la prima pagada por
ellos de UF 200 a UF 1.000, con el propósito de ampliar el ámbito de los contratos de
seguro dirigidos. Por el art. 4 del proyecto, se modifica en el mismo sentido la referida
norma legal. En este tipo de contratos, ambas partes deberán firmar la póliza”. Véase
historia de la ley Nº 20.667, p. 8.
470 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 542
21
Sobre la imperatividad del contrato de seguro en el derecho español, véase: EMBID
(1997) p. 21; PETIT (2007) p. 70; SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 79 y ss.
22
Sobre esta excepción, SÁNCHEZ CALERO señala que “el principio general del
carácter imperativo de los preceptos de la LCS tiene como primera excepción, según
dice el artículo 2, a no ser que en ellos se disponga otra cosa. Aquí la LCS declara,
en forma genérica, que ha de ser ella misma la que defina los límites en que puede
moverse la autonomía de la voluntad. La distinción entre normas de carácter imperativo
y de carácter dispositivo no es, en general, sencilla en el sentido de que resulta difícil
conocer si el precepto tiene una naturaleza u otra. Este artículo 2 ha querido, de forma
quizá excesivamente tajante, establecer esa distinción afirmando que sus preceptos son
imperativos o de Derecho necesario, salvo que ellos mismos digan que no lo son. Estas
normas dispositivas provienen precisamente de un mandato del propio legislador, que
considera que la voluntad de las partes puede imponer una normativa diversa”. SÁNCHEZ
CALERO (2010) p. 87.
23
Esta excepción sigue el criterio de tutela o protección del asegurado. Véase SÁNCHEZ
CALERO (2010) pp. 90 y ss.
24
Señala SÁNCHEZ CALERO lo siguiente: “Mayor trascendencia ha tenido la modificación
del apartado segundo del artículo que estableció la pérdida de la imperatividad de los
preceptos de la LCS prevista en su artículo 2 en el caso de aseguramiento de los ‘grandes
riesgos’, delimitados – siguiendo la normativa comunitaria– por el artículo 107.2 de la
ley, que está situado dentro del título relativo a las normas de Derecho internacional
RÍOS OSSA, Roberto Artículo 542 471
BIBLIOGRAFÍA
privado (art. 44.2 modificado en principio por la ley Nº 21/1990, revisado posteriormente
por la ley Nº 30/1995)”. SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 29-30.
25
Véase historia de la ley Nº 20.667, p. 134.
472 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 542
ARTÍCULO 543
$UWtFXOR6ROXFLyQGHFRQIOLFWRV&XDOTXLHUGLILFXOWDGTXHVHVXVFLWH
entre el asegurado, el contratante o el beneficiario, según corresponda, y
HODVHJXUDGRUVHDHQUHODFLyQFRQODYDOLGH]RLQHILFDFLDGHOFRQWUDWRGH
VHJXURRFRQPRWLYRGHODLQWHUSUHWDFLyQRDSOLFDFLyQGHVXVFRQGLFLRQHV
generales o particulares, su cumplimiento o incumplimiento, o sobre la
SURFHGHQFLDRHOPRQWRGHXQDLQGHPQL]DFLyQUHFODPDGDDODPSDURGHO
mismo, será resuelta por un árbitro arbitrador, nombrado de común acuerdo
por las partes cuando surja la disputa. Si los interesados no se pusieren
de acuerdo en la persona del árbitro, éste será designado por la justicia
ordinaria y, en tal caso, el árbitro tendrá las facultades de arbitrador en
cuanto al procedimiento, debiendo dictar sentencia conforme a derecho.
En ningún caso podrá designarse en el contrato de seguro, de antemano,
a la persona del árbitro.
En las disputas entre el asegurado y el asegurador que surjan con motivo
de un siniestro cuyo monto sea inferior a 10.000 unidades de fomento, el
DVHJXUDGRSRGUiRSWDUSRUHMHUFHUVXDFFLyQDQWHODMXVWLFLDRUGLQDULD
El tribunal arbitral u ordinario a quien corresponda conocer de la causa,
WHQGUiODVVLJXLHQWHVIDFXOWDGHV
$GPLWLUDSHWLFLyQGHSDUWHDGHPiVGHORVPHGLRVSUREDWRULRVHVWDEOH-
FLGRVHQHO&yGLJRGH3URFHGLPLHQWR&LYLOFXDOTXLHURWUDFODVHGHSUXHED
2º Decretar de oficio, en cualquier estado del juicio, las diligencias proba-
WRULDVTXHHVWLPHFRQYHQLHQWHVFRQFLWDFLyQGHODVSDUWHV
3º Llamar a las partes a su presencia para que reconozcan documentos
o instrumentos, justifiquen sus impugnaciones, pudiendo resolver al res-
COMENTARIO
1
Tradicionalmente se ha establecido este tipo de arbitraje en atención a la naturaleza
de ciertos asuntos y para descongestionar a los tribunales ordinarios de justicia. Véase:
AYLWIN (2009) p. 81.
2
Este monto era originalmente de 300 UF. Durante la discusión del proyecto de ley
se elevó a 10.000 UF.
3
Esta norma debe leerse en concordancia con lo previsto en el artículo 29 del D.F.L.
Nº 251.
476 VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda Artículo 543
4
“Se consagra al arbitraje como medio para resolver los conflictos entre las partes del
contrato, estableciendo legalmente y con caracteres generales, lo que rige en el Código para
las disputas relativas a los seguros marítimos y que por la vía del uso y las cláusulas de las
pólizas ha venido haciéndose en los demás seguros desde hace mas de 70 años”. Historia
de la ley Nº 20.667, p. 10, disponible en http://www.leychile.cl/Consulta/portada_hl?tipo_
norma=XX1&nro_ley=20667&anio=2014 [visitado el 25 de junio de 2014].
5
Dando cuenta de lo acostumbrado que resulta el arbitraje en estas materias, véase:
CONTRERAS (2002) pp. 256-258.
6
El Intendente de Seguros de la SVS, Sr. MACÍAS, sostuvo que las nuevas regulaciones
del arbitraje propuestas en la moción son una aproximación interesante al equilibrio
entre asegurador y asegurado en el ámbito procesal. Véase Informe de la Comisión de
Economía, Fomento y Desarrollo, recaído en el proyecto sobre contrato de seguros, en la
Cámara de Diputados. 13 de junio de 2011. Sesión 41, disponible en http://www.leychile.
cl/Consulta/portada_hl?tipo_norma=XX1&nro_ley=20667&anio=2014 [visitado el 25
de junio de 2014].
7
Véase artículo 1203 C.com.
8
Si bien históricamente se ha establecido el arbitraje forzoso en Chile (art. 227 COT),
ello no significa que ello sea válido. La institución arbitral debe cimentarse en la autonomía
de la voluntad de las partes.
VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda Artículo 543 477
9
Véase: VÁSQUEZ (2011) pp. 131-145; JEQUIER (2011) pp. 453-498. Así también lo ha
señalado el Tribunal Constitucional español (STC 174/1995).
10
Véase: Ley Nº 19.971, sobre Arbitraje Comercial Internacional, dictada en Chile en
el año 2004 que se basa en la Ley Modelo de Arbitraje confeccionada por la Comisión de
las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI/UNCITRAL).
11
“Esta norma tiene en cuenta que el costo del arbitraje y de los honorarios de abogado
constituye una limitación muy severa para los asegurados de ingresos limitados, lo que
conduce a que muchas controversias quedan sin resolver, o bien, el asegurado se ve obligado
a aceptar la decisión o el monto propuesto por el asegurador”. Historia de la ley Nº 20.667,
p. 10, disponible en http://www.leychile.cl/Consulta/portada_hl?tipo_norma=XX1&nro_
ley=20667&anio=2014 [visitado el 25 de junio de 2014].
12
Véase: artículo 1545 del C.C. Sobre los efectos del contrato arbitral, véase: VÁSQUEZ
(2011) pp. 369-420.
478 VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda Artículo 543
13
La Cámara de Diputados solicitó, con fecha 19 de marzo de 2013 al Tribunal
Constitucional su pronunciamiento respecto de la constitucionalidad del artículo 543
inciso 1º, el que de forma muy escueta resolvió: “1º. Que, con excepción de su inciso
final, las disposiciones contenidas en el nuevo artículo 543 que el artículo 1º del proyecto
de ley sometido a examen introduce al Código de Comercio son propias de ley orgánica
constitucional y se ajustan a la Constitución Política de la República. 2º. Que este Tribunal
Constitucional no emitirá pronunciamiento respecto del inciso final del nuevo artículo
543 que el artículo 1º del proyecto de ley sometido a examen introduce al Código de
Comercio, en control preventivo de constitucionalidad, por no ser propio de ley orgánica
constitucional”. Al respecto, los Ministros VODANOVIC SCHNAKE y PEÑA TORRES agregan
que “en su concepto, el control preventivo obligatorio de constitucionalidad debió
extenderse, además, al artículo 4º letra b) del proyecto de ley que regula el contrato de
seguro, en atención a que alude a una materia propia de ley orgánica constitucional de
aquéllas a que se refiere el inciso segundo del artículo 77 de la Constitución Política.
En efecto, la norma aludida modifica el Decreto con Fuerza de Ley Nº 251, de 1931,
del Ministerio de Hacienda, agregando un inciso segundo a su artículo 29, en el sentido
de facultar a las partes entre quienes se ha producido una controversia sobre reaseguros
para acordar que ella sea resuelta conforme a las normas sobre arbitraje mercantil
internacional previstas en la ley chilena. Esas normas se contienen en la ley Nº 19.971,
del año 2004, que fue objeto de control preventivo obligatorio de constitucionalidad por
esta Magistratura según da cuenta la sentencia Rol Nº 420, de 25 de agosto de ese mismo
año, oportunidad en la que expresó: “Que los preceptos transcritos en los considerandos
noveno a décimo primero, al establecer normas respecto a la competencia de los tribunales
de justicia, a los motivos de recusación de un juez árbitro y a la adopción de decisiones
por los tribunales arbitrales colegiados, modifican la ley orgánica constitucional a que se
refiere el artículo 74 (hoy 77), inciso primero, de la Carta Fundamental”. (Considerando
12º, énfasis agregado). Así, al agregarse una nueva materia al sistema de arbitraje
comercial internacional, privando de su conocimiento a la jurisdicción chilena –según
lo previsto en el inciso primero del artículo 29 del Decreto con Fuerza de Ley Nº 2, de
1931, del Ministerio de Hacienda–, se está incurriendo en una evidente modificación del
ámbito de atribuciones de los tribunales de justicia, lo que es propio de la ley orgánica
constitucional mencionada en el artículo 77 de la Carta Fundamental”. Sentencia Tribunal
Constitucional, Rol Nº 2431-13, de 4 de abril de 2013. Lamentablemente, lo señalado
por el Tribunal es insuficiente, toda vez que no se pronuncia sobre la obligatoriedad del
arbitraje establecido en esta ley, sino que sólo se limita a analizar si esta norma pudiese
afectar la orgánica de los tribunales de justicia, lo que se refuerza aún más con lo agregado
por los votos concurrentes, quienes analizan la modificación del artículo 29 del D.F.L.
Nº 251, de 1931, en lo relativo al entonces proyecto de ley, pero en ningún caso se hace
referencia a la obligatoriedad del arbitraje y la afectación de los Derechos fundamentales.
VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda Artículo 543 479
/DVHJXQGDLGHDTXHDTXtVHFRQWLHQHVHUH¿HUHDODGLVWLQFLyQGHO
ámbito de aplicación subjetiva y objetiva de este precepto, en el primer caso,
VHKDFHUHIHUHQFLDDGRVVXMHWRV³HODVHJXUDGRFRQWUDWDQWHREHQH¿FLDULR
según corresponda, y el asegurador”; en cuanto al segundo, se establece
TXH³&XDOTXLHUGL¿FXOWDG«VHDHQUHODFLyQFRQODYDOLGH]RLQH¿FDFLDGHO
contrato de seguro, o con motivo de la interpretación o aplicación de sus
condiciones generales o particulares, su cumplimiento o incumplimiento, o
sobre la procedencia o el monto de una indemnización reclamada al amparo
del mismo”. De la forma como está redactada la norma pareciera tratarse de
una enumeración numerus clausus, lo que puede resultar problemático para
su interpretación si se considera que no todas las materias se encuentran
incorporadas. En base a ello, habría sido aconsejable redactar este ámbito
en términos amplios, de manera tal de comprender todas las diferencias que
surjan en relación al contrato de seguros.
b) En relación a los tipos de arbitraje y nombramiento del árbitro, se
establece que aquél deberá ser nombrado de común acuerdo por las partes
cuando surja la disputa. Si los interesados no se pusieren de acuerdo en la
persona del árbitro, éste será designado por la justicia ordinaria y, en tal
caso, tendrá las facultades de arbitrador en cuanto al procedimiento debiendo
dictar sentencia conforme a derecho. No se comprende del todo esta norma,
pues si bien las partes pueden no estar de acuerdo en el nombre del árbitro,
si podrían estarlo en relación a la calidad en que ha de desempeñarse el
arbitraje. De hecho, la regla general existente en la materia es justamente
aquélla, en la medida que las partes pueden siempre brindar la calidad de
arbitrador una vez que este ha sido nombrado por la justicia ordinaria14.
Tratándose de una limitación a la autonomía de la voluntad, no se advierte
cuál es su fundamento, máxime si consideramos que esta norma se aparta
de lo establecido para el seguro marítimo que fue un antecedente de este
proyecto15.
En este orden de ideas, debemos también recodar que entre el árbitro
arbitrador y uno mixto las diferencias son abundantes, comenzando por los
14
Véase: artículo 648 CPC.
15
El artículo 1205 del C.com. dispone: “La designación de el o los árbitros, sus calidades
y el procedimiento que deban emplear, se regirá por lo que las partes convengan por escrito
y bajo sus firmas y, en su defecto, por lo preceptuado en el Código Orgánico de Tribunales
sobre Jueces Árbitros, y en el Código de Procedimiento Civil, sobre el Juicio Arbitral”.
480 VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda Artículo 543
16
Artículo 223 COT. Sobre esta materia, véase VÁSQUEZ (2011) pp. 76-92.
17
Véase: Historia de la ley, sesión 49, 23 de junio de 2011, disponible en http://www.
leychile.cl/Consulta/portada_hl?tipo_norma=XX1&nro_ley=20667&anio=2014 [visitado el
25 de junio de 2014].
18
El precepto alude a “el árbitro” y no a un “tribunal arbitral”, de manera que esta función
solo puede desempeñarse por una persona natural.
19
ARELLANO (2013) pp. 302-304.
20
Esta parte del artículo se votó separadamente de acuerdo a las indicaciones
efectuadas. Véase historia de la ley. Primer informe comisión economía, pp. 135-136,
disponible en http://www.leychile.cl/Consulta/portada_hl?tipo_norma=XX1&nro_
ley=20667&anio=2014 [visitado el 25 de junio de 2014].
21
En términos similares puede consultarse la normativa española sobre esta materia.
Véase: LARA (2012) pp. 93-94.
22
Véase artículo 1206 C.com.
VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda Artículo 543 481
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 544
Artículo 54&ODVLILFDFLyQGHORVVHJXURV/RVVHJXURVVRQGHGDxRVRGH
personas. Los de daños, son reales o patrimoniales.
COMENTARIO
(ODUWtFXORGLVSRQHODFODVL¿FDFLyQPiVJHQHUDO\FOiVLFDGHORV
seguros, a saber, la que distingue entre seguros de daños y seguros de per-
VRQDV3DUDOXHJRLQGLFDUXQDVXEFODVL¿FDFLyQSDUDORVVHJXURVGHGDxRV
disponiendo que éstos pueden ser reales o patrimoniales.
Históricamente, los primeros seguros en ser comercializados1 fueron
los seguros de daños reales o sobre las cosas, pues se aseguraba el riesgo
de pérdida de las mercaderías de una caravana de mercaderes o aquellas
transportadas marítimamente.
3RUVXSDUWHUHFLpQD¿QHVGHOVLJOR;9,,,VHFRPLHQ]DDFRPHUFLDOL]DU
el seguro de vida, cuando se publican los primeros estudios sobre Tablas de
0RUWDOLGDG\&iOFXORGH3UREDELOLGDGHVYDULDEOHVFLHQWt¿FDVTXHSHUPLWHQ
a las incipientes Compañías de Seguro hacer los cálculos actuariales que les
permiten determinar la prima ajustada al riesgo de muerte de una persona.
Los otros seguros personales, como los seguros de salud y el de accidentes
personales, son creaciones del siglo XX.
/DFODVL¿FDFLyQHQWUHVHJXURVGHGDxRV\GHSHUVRQDVHVUHODWLYDPHQWH
PRGHUQD\DTXHWUDGLFLRQDOPHQWHVHFODVL¿FDEDDORVVHJXURVHQWUHPD-
rítimos y terrestres2, toda vez que las diferencias se daban precisamente
a propósito de las reglas especiales del seguro marítimo, como es la
posibilidad de asegurar el riesgo putativo3.
3RUVXSDUWHODRWUDFODVL¿FDFLyQQRUPDWLYDHQQXHVWURSDtVFODVL¿FDHO
seguro distinguiendo entre seguros del Primer Grupo (seguros que otorgan
cobertura sobre las cosas o el patrimonio) y del Segundo Grupo (seguros
que cubren los riesgos sobre las personas o aseguran a éstas un capital o una
UHQWDFODVL¿FDFLyQTXHVHGHVSUHQGHGHODFODVL¿FDFLyQGHODV&RPSDxtDV
de Seguros contenida en el artículo 8 del D.F.L. Nº 251 de 19314.
(QHIHFWRDSDUWLUGHODFODVL¿FDFLyQGHODVDVHJXUDGRUDVSRGHPRV
distinguir entre seguros de daños, que cubren los riesgos sobre las cosas
o el patrimonio (entendiendo que dentro del patrimonio se encuentran los
derechos susceptibles de ser asegurados), y los seguros de personas, que
cubren los riesgos que pesan sobre las personas o aseguran un capital o
XQDUHQWDDODVHJXUDGRREHQH¿FLDULRGLVSRQLHQGRHOOHJLVODGRUDOHIHFWR
que sólo las Compañías del Primer Grupo podrán hacer oferta pública
de estos seguros y las de Vida o Segundo Grupo, respecto de los seguros
de personas, señalando como excepción, que cualquier Compañía, sea
2
El antiguo artículo 513 del Código de Comercio, en su parte final disponía: “Los
seguros son terrestres o marítimos”. De hecho, el párrafo 2 del Título VIII del Libro II
indicaba: Disposiciones comunes a los seguros terrestres y marítimos, regulando de manera
especial el seguro de vida en el párrafo 4º.
3
Véase comentario al artículo 521 de esta ley.
4
El artículo 8 del D.F.L. Nº 251, de 1931, dispone que: “Las compañías se dividirán
en dos grupos. Al primero pertenecerán las que aseguren los riesgos de pérdidas o
deterioro en las cosas o el patrimonio. Al segundo, las que cubran los riesgos de las
personas o que garanticen a éstas, dentro o al término de un plazo, un capital, una póliza
saldada o una renta para el asegurado o sus beneficiarios”.
484 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 544
5
El artículo 11 del D.F.L. Nº 251, de 1931 dispone que: “No podrán organizarse
entidades aseguradoras destinadas a cubrir riesgos comprendidos en los dos grupos. No
obstante lo dispuesto en el inciso anterior, las entidades aseguradoras de uno y otro
grupo podrán cubrir los riesgos de accidentes personales y los de salud”.
6
Véase comentario al artículo 588 sobre seguro de salud.
7
El D.F.L. Nº 1, de Salud, del año 2006, en su artículo 189, letra b), por una parte, en
el punto B) define los planes cerrados de salud como “aquél cuya estructura sólo contempla
el financiamiento de todas las atenciones de salud a través de determinados prestadores
individualizados en el plan, no previéndose el acceso a las prestaciones bajo la modalidad
de libre elección”, mientras que en el punto C) define los planes con cobertura preferente
como “aquél cuya estructura combina la atención bajo la modalidad de libre elección
y el financiamiento de beneficios a través de determinados prestadores previamente
individualizados en el plan”.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 544 485
8
Paralelamente, el artículo 579 de esta ley entrega la siguiente definición para este
mismo seguro: “Concepto. Por el seguro de crédito el asegurador se obliga a indemnizar
al asegurado las pérdidas que experimente por el incumplimiento de una obligación de
dinero”. Véase comentario al artículo 579 de esta ley.
9
El inciso 3º del artículo 11 del D.F.L. Nº 251, de 1931 dispone que: “(…) Los riesgos
de crédito deberán ser asegurados sólo por compañías del primer grupo que tengan por
objeto exclusivo precisamente cubrir este tipo de riesgo, pudiendo, además, cubrir los
de garantía y fidelidad. Las aseguradoras de crédito no podrán otorgar esta cobertura ni
aceptar su reaseguro, cuando el asegurado o el deudor de éste sea persona relacionada con
la compañía aseguradora o reaseguradora, según el caso. Se exceptuarán de esta prohibición
los seguros de crédito a las exportaciones (…)”.
10
GARRIGUES (1982) p. 37: “En el sistema llamado de la ‘concreta cobertura de
necesidad’, el asegurador ha de realizar su prestación solo cuando ocurra una determinada
necesidad y con la extensión máxima de la necesidad realmente sentida. Es, pues,
característica de este sistema la dependencia de la prestación indemnizatoria respecto a la
necesidad patrimonial de hecho sentida (dependencia en cuanto a la causa y a la cuantía)”.
11
SÁNCHEZ CALERO (2010) pp. 62-63: este autor clasifica los seguros en seguros de
daños y seguros de personas, subclasificando los primeros en seguros de cosas (incendio,
transporte, robo, etc.), seguros de crédito (crédito, crédito a la exportación, hipotecas, etc.),
seguros de beneficio esperado (lucro cesante), seguros de deudas (de responsabilidad civil
y reaseguro) y seguros de costo de ciertos servicios (defensa jurídica, asistencia en viaje).
486 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 544
JXUDGRUSRUHOWLSRGHSULPDSRUHOOXJDUJHRJUi¿FRGRQGHVHUHDOL]DOD
prestación del asegurador y otras que a la ´postre, si no tienen una expresión
legislativa, no tienen mayor utilidad.
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 545
Artículo 545.- Objeto. Los seguros de esta especie tienen por objeto la in-
GHPQL]DFLyQGHORVGDxRVVXIULGRVSRUHODVHJXUDGR\SXHGHQUHFDHUVREUH
cosas corporales, derechos o sobre un patrimonio.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512 inciso 2º, 513 letras h), i),
m), ñ), o), t), u), x) e y), 518 Nºs. 2, 4, 6 y 7, 529 Nº 2, 530, 531, 534, 546,
548, 549, 550, 552, 553, 554, 555, 558, 561, 563 y 565.
COMENTARIO
7
Véase comentario al artículo 552 de esta ley.
8
Véase comentario al artículo 554 de esta ley.
9
Véase comentario al artículo 553 de esta ley.
10
Véase comentario al artículo 546 de esta ley.
492 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 545
BIBLIOGRAFÍA
11
Véase comentarios a los artículos 570 y 572 de esta ley.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 546 493
ARTÍCULO 546
Artículo 546.- Interés asegurable. Toda persona que tenga un interés pa-
trimonial, presente o futuro, lícito y estimable en dinero, puede celebrar
un contrato de seguros contra daños.
Si carece de interés asegurable a la época de sobrevenir un siniestro, el
DVHJXUDGRQRSRGUiUHFODPDUODLQGHPQL]DFLyQSHURHQWRGRFDVRWHQGUi
el derecho que le otorga el inciso segundo del artículo 520.
COMENTARIO
INTRODUCCIÓN
El interés, como concepto general, puede ser visto desde dos perspec-
tivas: el interés vulgar o simple interés que una persona puede tener sobre
una cosa o persona y el interés económico1.
En la primera perspectiva o mirada de este concepto, encontramos
todos los intereses afectivos, emocionales, intelectuales o afectivos que
puede sentir una persona en relación a una cosa, una obra, una idea, una
manifestación artística, un deporte u otra persona, todas manifestaciones
que interesan a una persona y cuya falta pueden generar una pena o una
alegría. Esta acepción de interés es indiferente para el derecho.
2
Véase comentario al artículo 513, letra n) de esta ley.
3
GARRIGUES (1982) p. 128: señala que la doctrina ha definido el interés como “la
relación por cuya virtud alguien sufre un daño patrimonial por un determinado hecho; o
como la relación de una persona con una cosa amenazada por un riesgo determinado”,
citando para estos efectos EHRENBERG (Das Interesse un Versicherungsrecht, Munich,
1915) y FERRARINI (l´Interresse nell´Assicurazione, 1951). Por su parte, BROSETTA PONT,
M. y MARTÍNEZ SANZ, F. (2006) definen el interés asegurable como “la relación entre una
persona (asegurado) y una cosa, derecho o patrimonio (objeto asegurado) susceptible
de valoración pecuniaria, relación que puede sufrir un daño como consecuencia de un
evento determinado”.
4
GARRIGUES (1982) p. 129: Se explaya en una descripción de la noción de interés en
derecho comparado: “Cuando hablan del interés las leyes, unas veces lo hacen con toda
energía al declarar nulo el contrato de seguros contra daños si en el momento en que el
seguro ha de comenzar no existe un interés en el asegurado en el resarcimiento del daño (art.
1904 del Codice civile italiano). Otras veces con el fin de liberar al tomador del seguro del
pago de la prima cuando el interés no llega a existir (art. 68 de la ley alemana). Otras veces
para legitimar a quien tiene interés en la conservación de una cosa para poder contratar el
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 546 495
&RPRVHDSUHFLDWDQWRGHODGH¿QLFLyQGHLQWHUpVFRPRGHVXWUDWD-
miento legislativo, el concepto de interés asegurable se halla absolutamente
relacionado con el de riesgo en los seguros contra daños, en orden a que
sólo hay riesgo donde hay interés5 y es por eso que los riesgos que pesan
sobre las cosas o patrimonios son cubiertos por medio del seguro que
toman el propietario, el usufructuario o el arrendatario que son los que
tienen interés en la conservación de esa cosa o patrimonio.
(QGH¿QLWLYDHODVHJXUDGRHQXQVHJXURGHGDxRVVLHPSUHHVLGHQ-
WL¿FDGRFRQHOVXMHWRTXHWLHQHLQWHUpVHQODFRVDDVHJXUDGDVLQLPSRUWDU
quién haya tomado el seguro, elemento que cobra vital importancia cuando
el objeto asegurado cambia de propietario o en los seguros tomados por
cuenta ajena, pues siempre quien tendrá derecho a la indemnización será el
asegurado o quien tiene el interés a la época del siniestro.
Ahora bien, para que este interés sea asegurable, nuestro legislador
en este artículo de la ley, ha determinado que se requiere que ese interés
tenga ciertas y determinadas características, a saber, que sea un interés
patrimonial, que exista en el presente o en el futuro, que sea lícito y que
sea estimable en dinero, todas características que permiten distinguir el
interés asegurable del simple y vulgar interés que puede tener una persona
sobre una cosa.
Que en los seguros de daños que el interés sea patrimonial, resulta un
tanto evidente, toda vez que si el legislador requiere que el asegurado se
relacione o tenga un interés en la cosa asegurada, ese interés siempre, de
una u otra forma, es un interés patrimonial, toda vez que el interés no es más
que la expresión del valor que el asegurado otorga a la cosa y, por tanto,
cualquier siniestro que a ésta le ocurra, le generará una pérdida patrimonial
acorde a ese interés.
seguro. Así en el artículo 32 de la ley francesa y en el artículo 434 del Código de Comercio
español de 1885. Y otras, finalmente, considerando el interés económico como objeto del
contrato y definiendo el interés desde el punto de vista del temor del daño. Así el artículo
48 de la ley suiza al decir que “todo interés económico que una persona puede tener en
que no ocurra un siniestro, puede ser objeto de un seguro contra daños”; y el artículo 60
de la moderna ley argentina de 30 de agosto de 1967 cuando dice que “puede ser objeto de
estos seguros (seguros de daños patrimoniales) cualquier riesgo, si existe interés económico
lícito de que un siniestro no ocurra”.
5
GARRIGUES (1982) p. 130: “riesgo e interés son conceptos paralelos y constituyen
el binomio de la realidad sobre el cual descansa la estructura del seguro contra daños”.
496 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 546
'HDTXtTXHVHSXHGDD¿UPDUTXHHOYDORUGHODFRVDDVHJXUDGDQRHV
más que la materialización del interés que el asegurado tiene sobre ella.
Interés que, por lo demás, determina el límite de indemnización o suma
máxima a ser indemnizada en caso de siniestro en los seguros de daños.
Por consiguiente, todo interés que tenga el asegurado sea sobre una cosa
sea sobre su propio patrimonio, siempre ha de ser un interés patrimonial,
pues el daño o pérdida que genere un siniestro, siempre traerá consigo un
daño patrimonial.
En los seguros de daños, el interés siempre debe existir a la fecha en que
el asegurado toma el seguro o en el futuro, durante su vigencia, al menos,
hasta la fecha del posible siniestro, como se indica en el inciso segundo de
este artículo.
En ese sentido, si no existe el interés en cualquiera de los tiempos del
contrato (al momento de tomarse el seguro o a la época del siniestro) genera
consecuencias previstas por el legislador, en el primer caso, a nuestro juicio,
la falta de interés implicaría que no habría riesgo y, por tanto, faltaría un
elemento esencial cuya sanción es la nulidad absoluta del contrato6, situa-
FLyQHQODTXHVHYHUL¿FDODLGHQWL¿FDFLyQHQWUHLQWHUpV\ULHVJRGHODTXH
hablábamos anteriormente.
Por su parte, si falta el interés a la época del siniestro, la sanción es la
LQH¿FDFLDGHOVHJXURWRGDYH]TXHHOLQFLVRVHJXQGRGHHVWHDUWtFXORGLVSRQH
TXHYHUL¿FDGDHVWDVLWXDFLyQHODVHJXUDGRQRWHQGUiGHUHFKRDUHFODPDU
la indemnización, quedándole a éste sólo el “derecho a la restitución de la
parte de la prima no ganada por el asegurador correspondiente al tiempo
no corrido”7.
A nuestro juicio, que se exija que exista interés a la época del siniestro,
es un mínimo impuesto por el legislador, en orden a aplicar el principio de
máxima buena fe que debe estar presente en toda relación asegurativa y del
principio de indemnización propio de los seguros de daños8, ya que si el
asegurado ya no tuviere interés en la cosa, derecho o patrimonio asegurado
a la época del siniestro y recibiese igualmente la indemnización, estaría
faltando a ambos principios fundamentales del derecho de seguros.
6
Véase comentario al artículo 521 de esta ley.
7
Véase comentario al artículo 520 de esta ley.
8
Véase comentario al artículo 550 de esta ley.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 546 497
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 547
COMENTARIO
(OWH[WRTXHIXH¿QDOPHQWHDSUREDGRHVSURGXFWRGHXQDLQGLFDFLyQ
VXVWLWXWLYD GHO (MHFXWLYR TXH PRGL¿FD XQ PX\ ODUJR \ FRQIXVR DUWtFXOR
propuesto en el Proyecto de Ley1.
Su nuevo texto se explica, como sugirió el Intendente de Seguros al
exponer ante la Comisión de Economía de la Cámara2, en que en deter-
minados casos la suma de los intereses concurrentes sobre la misma cosa
asegurada es mayor al valor de la cosa sobre la que recaen los seguros. El
LQWHUpVHVGH¿QLGRHQODOH\DUWtFXOROHWUD³Q´FRPR³DTXel que tiene
3
LOWRY, RAWLINS, MERKIN (2011) pp. 191 ss., recoge la clásica definición de Lord
ELDON en Lucena v. Crawford como un “derecho de propiedad sobre la cosa, o un derecho
derivado de un contrato relativo a la cosa que en cualquier caso puede perderse como
consecuencia de una contingencia que afecte la posesión o disfrute de la cosa”.
4
LOWRY, RAWLINS, MERKIN (2011) p. 202.
5
No es el caso del “doble seguro” en la aventura marítima, pues éste supone idéntico
interés como dispone la Sección 32 del Marine Act Insurance de 1906: “Where two or more
policies are efected by or on behalf of the assured on the same adventure and interest…”.
6
Entre otros fallos citados por CONTRERAS (1998) p. 96 ss., véanse “Juan Pareto
Favillini con Compañía de Seguros Queen”, en Amanda Fernández con Compañía de
Seguros La América, Corte de Apelaciones de Valparaíso, 23 de mayo de 1918.
500 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 547
(OVXSXHVWRTXHDQDOL]DPRVGL¿HUHGHOFDVRGHODUWtFXORGHO&yGLJR
de Comercio (pluralidad de seguros), puesto que dicha norma supone que la
SOXUDOLGDGFHGHHQEHQH¿FLRRSHUMXLFLRGHODPLVPDSHUVRQD(QHOFDVRGHO
artículo 547 si bien hay pluralidad de seguros, los intereses ceden a favor de
personas distintas cuyos intereses pueden concurrir de manera simultánea,
pero también alternativa o sucesiva, dependiendo de los términos de cada
uno de los contratos.
Como consecuencia de lo anterior, la regla del artículo 547 es justa-
mente inversa a la del artículo 556, en cuanto no rigen las obligaciones de
comunicar a todos los aseguradores los otros seguros que no le cubran, ni
el derecho a repetir en razón del pago sobre las cuotas de cada interesado.
Tampoco estamos frente a un caso de coaseguro, pues los riesgos que
asumen los aseguradores, aunque recaen sobre la misma cosa, no son los
PLVPRVQLUHÀHMDQSRUHOORHOPLVPRLQWHUpV
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 548
COMENTARIO
1
Respecto a la alternativa de que las cosas sean de un asegurado fabricante, no
comerciante, GARRIGUES (1982) pp. 174-175, señala: “Si se trata de un fabricante, el
valor de reposición será coincidente con el precio de costo, no el precio de compra de las
materias primas ni el precio de venta del producto fabricado. El daño se fijará según el
precio corriente de las materias primas al día del siniestro, aumentado por los gastos de
fabricación y una parte proporcional de los gastos generales”.
504 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 548
a las cosas en razón del uso o utilidad que las cosas le prestan. Ejemplo
clásico de estas cosas son los muebles que constituyen el menaje de una
casa, cuya indemnización se realiza no en función del precio de venta que
SXGLHVHQWHQHUVLQRTXHDOYDORUTXHVLJQL¿FDODVXPDTXHGHEHUiLQYHUWLU
el asegurado en reemplazarlas, por medio de la compra de otras similares
o en reconstruirlas, según sea el caso, deduciendo en ambos casos un valor
por concepto de depreciación por el uso2.
Cuando la indemnización se realiza en función del valor de reposición
o reemplazo de las cosas siniestradas, para algunos, supone que la indem-
nización superará el valor de las cosas aseguradas, infringiendo de esta
forma el principio de indemnización. Esta discusión ha sido salvada por la
doctrina, en cuanto se entiende que el valor del interés en este caso no es
un interés sustancial en la cosa asegurada, sino un interés en el gasto que
VLJQL¿FDSDUDHODVHJXUDGRVXUHSRVLFLyQ
Ahora, también puede ocurrir que las cosas tengan para el asegurado
XQYDORUVXSHULRUTXHHOGHVLPSOHUHSRVLFLyQRHQGH¿QLWLYDODVFRVDVTXH
componen la universalidad asegurada no puedan reponerse, como ocurre
por ejemplo, con una biblioteca privada compuesta de libros antiguos y
valiosos, en cuyo caso estaremos en el supuesto expresado por nuestro
legislador cuando señala que las cosas que tengan un gran precio, como
las alhajas, cuadros de alto valor, objetos de arte u otros análogos
GHEHUiQVHUDVHJXUDGRVFRQGHVLJQDFLyQHVSHFt¿FDYDORUiQGRORVHQIRUPD
separada a la universalidad compuesta por los otros muebles de casa y, por
consiguiente, pagando respecto de su aseguramiento, una prima extra o
especial, si así lo consiente el asegurador.
Ambos supuestos que hemos analizado para la determinación del valor
de la universalidad para efectos de su indemnización, suponen una pérdida
total de las cosas, pero ¿qué ocurre cuando la destrucción es parcial? Cree-
mos que en principio se debiera considerar o deducir del valor total de la
universalidad asegurada, el valor de aquellas cosas que no hayan resultado
2
PICARD y BESSON (1972) p. 412, indican la diferencia entre valor venal y valor
de uso, usando un ejemplo en materia inmobiliaria: “si una casa, asegurada contra
incendio, es objeto de un siniestro total, el asegurado, para reconstruirla en el estado en
que se encontraba antes y poder así disfrutar del mismo uso que tenía, estará obligado
a gastar una suma muy superior a la que hubiera obtenido vendiendo su casa la víspera
del siniestro”.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 548 505
3
Al respecto, GARRIGUES (1982) p. 176, señala: “A veces resulta difícil decidir si
el daño ha sido total o parcial. Tal ocurre cuando el siniestro afecte a un conjunto de
cosas consideradas como “universalidad de hecho”. El criterio consistirá en calificar el
daño como parcial si afecta a cosas aisladas, siempre que no se estimen esenciales para
formar el conjunto. Ejemplo: el daño sufrido por algunos libros de una biblioteca o por
algunos cuadros de una colección será calificado como daño parcial. Pero será el daño
total cuando, sin la parte dañada, el conjunto o la cosa compuesta pierde todo su valor
por ese daño realmente parcial. Ejemplo: el daño sufrido por una parte del negativo de
una película”.
506 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 548
el artículo 567 inciso segundo4, por cuanto exige que la póliza contenga la
LGHQWL¿FDFLyQGHOLQPXHEOHHQGRQGHVHHQFXHQWUHQcolocados o almacena-
dos los bienes muebles, cuando el seguro de incendio les otorgue cobertura,
que es precisamente el caso del establecimiento comercial que es asegurado
de incendio como una universalidad, en donde las características, ubicación
y circunstancias del local son fundamentales para la evaluación del riesgo
que hace el asegurador.
Del mismo modo, el inciso tercero de este artículo, a nuestro juicio,
cuando exige al aseguradoMXVWL¿FDUODH[LVWHQFLD de los objetos asegurados,
lo que está haciendo es precisamente imponer al asegurado el peso de la
prueba respecto a que los bienes que componen la universalidad asegurada
se hallaban precisamente en el lugar siniestrado.
Finalmente, en cuanto a la identidad de las cosas que conforman la
universalidad asegurada, primero, reiterar que nos parece que el no designar
HVSHFt¿FDPHQWH ORV REMHWRV DVHJXUDGRV WUDH FRQVLJR PD\RUHV GL¿FXOWD-
GHVHQODOLTXLGDFLyQGHOVLQLHVWUR\HQGH¿QLWLYDWUDVODGDDODVHJXUDGROD
prueba de individualizar los objetos asegurados al tiempo del siniestro,
SDUDTXHGHHVWDIRUPDVHGHWHUPLQHHQREMHWRVLGHQWL¿FDGRV\FRQFUHWRV
la universalidad asegurada, para lo cual tendrá que constatarse que se trate
de bienes que por su naturaleza, destino o ubicación formaban parte de la
universalidad siniestrada.
Por su parte, en el caso de que los objetos que componen la univer-
VDOLGDG VHDQ GHVLJQDGRV HVSHFt¿FDPHQWH HQ OD SyOL]D pVWRV SRGUtDQ VHU
cambiados o mudados por otros distintos a la época del siniestro y en ese
caso la cobertura sería cuestionada por el asegurador, tanto porque en el
caso del seguro de incendio éste cubre sólo los daños materiales que su-
fran los objetos asegurados, según dispone el artículo 5665 de esta ley,
como porque el mismo inciso tercero de este artículo impone al asegurado
el deber de individualizar los objetos asegurados al tiempo del siniestro,
FRQOD¿QDOLGDGHYLGHQWHGHFRQVWDWDUTXHVHWUDWHGH los mismos objetos
LQGLYLGXDOL]DGRVLGHQWL¿FDGRVRGHVFULWRVHQODSyOL]D
4
Véase comentario al artículo 567 de esta ley.
5
Véase comentario al artículo 566 de esta ley.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 548 507
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 549
6HHQWLHQGHSRUYLFLRSURSLRHOJHUPHQGHGHVWUXFFLyQRGHWHULRURTXHOOHYDQ
en sí las cosas por su propia naturaleza o destino, aunque se las suponga
de la más perfecta calidad en su especie.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512 inc. 1º, 514, 518 Nºs. 2 y
4, 524 1º, 2º, 4º, 7º y 8º, 525, 529 Nº 2, 530, 533, 539, 542, 550, 554 y 561.
COMENTARIO
INTRODUCCIÓN
trario”, dejando la puerta abierta para que las partes, teniendo conocimiento
del vicio propio de la cosa, igualmente la aseguren contra daños.
Luego, para entender la situación que se está regulando, el legislador
HQWUHJDXQDGH¿QLFLyQRFRQFHSWRGHYLFLRSURSLRSDUDHIHFWRVGHOVHJXUR1,
señalando que vicio propio es “el germen de destrucción o deterioro que
llevan en sí las cosas por su propia naturaleza o destino, aunque se las su-
ponga de la más perfecta calidad en su especie”.
Como se puede apreciar, se trata de un efecto excepcional dentro de
la dinámica del seguro, pues aun cuando ocurra un siniestro que genera la
pérdida o un daño en la cosa asegurada, el asegurador queda eximido de
responder por esa pérdida o daño, en razón de que la causa de esa pérdida
o daño se encuentra en la propia naturaleza o destino de la cosa asegurada,
constituyendo, por tanto, una verdadera causal de exclusión de cobertura
TXHKDFHLQH¿FLHQWHHOVHJXURSHUPLWLHQGRTXHHODVHJXUDGRUVHH[FXVH
de su obligación de indemnizar.
En este sentido, la presente disposición tiene una connotación eviden-
temente práctica, pues consagra a nivel legal una exclusión de cobertura2,
1
En derecho comparado, encontramos definido el vicio propio de la cosa asegurada
en la legislación de Ecuador: Decreto Supremo Nº 1147, Legislación sobre el contrato de
seguro, art. 28.- “La avería, merma o pérdida de una cosa, proveniente de vicio propio
no están comprendidos dentro de los riesgos asumidos por el asegurador. Entiéndase
por vicio propio, el germen de destrucción o deterioro que llevan en sí las cosas por su
propia naturaleza o destino aunque se las suponga de la mejor calidad en su especie”;
en la legislación colombiana: art. 1140 del Código de Comercio “La avería, merma o
pérdida de una cosa, provenientes de su vicio propio, no estarán comprendidas dentro
del riesgo asumido por el asegurador.
Entiéndase por vicio propio el germen de destrucción o deterioro que llevan en sí
las cosas por su propia naturaleza o destino, aunque se las suponga de la más perfecta
calidad en su especie”. Legislaciones donde se define y regula de la misma forma que
en nuestra actual legislación.
2
Al respecto, encontramos el siguiente pronunciamiento de la Superintendencia
de la actividad aseguradora Venezuela (Dictamen Nº 390), a propósito del concepto
del término “Vicio Propio” en la Póliza de Casco de Vehículos Terrestres y razones
por las cuales se produce, en el cual además se revisa la doctrina existente sobre la
materia: “(…) No obstante, visto que el parágrafo primero de dicha disposición legal
prevé que esta Superintendencia de Seguros debe orientar a las personas naturales que
sean contratantes, aseguradas, o beneficiarias de los seguros en la presentación de sus
reclamos a las empresas de seguros, de seguidas se evacua la consulta formulada; no sin
510 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 549
antes dejar expresamente señalado que la opinión que se emita en ningún caso queda
vinculada al caso concreto, por lo que no constituye elemento de juicio para hacer derivar
un derecho o fundamentar una reclamación en contra de una compañía de seguros”. Bajo
la mencionada perspectiva, nos permitimos indicarle que el término “Vicio Propio” no
se encuentra definido en la legislación de seguros (…). Sin embargo, debe destacarse
que el “Vicio Propio” constituye un hecho de exclusión de responsabilidad de las
compañías de seguros; en efecto, el artículo 70 de la Ley del Contrato de Seguro dispone
que: “La empresa de seguros no responde de los daños provenientes del vicio propio o
intrínseco de la cosa asegurada , movimientos telúricos, inundación, hechos de guerra,
insurrección, terrorismo, motín o conmoción civil, daños maliciosos y las pérdidas de las
ganancias producidas como consecuencia del siniestro, salvo pacto en contrario”. Cabe
recordar que el derogado artículo 565 del Código de Comercio contemplaba que: “El
asegurador no responde de la pérdida o deterioro proveniente de vicio propio de la
cosa, de un hecho personal del asegurado, o de un hecho ajeno que afecte civilmente la
responsabilidad de éste; ni de riesgos de guerra y de motines. Por estipulación expresa
puede tomar sobre sí la pérdida proveniente de vicio propio de la cosa y los riesgos de
guerra o daños ocasionados por motines; pero nunca los que provengan de hecho del
asegurado”. A todo evento, la doctrina nacional ha definido el vicio propio como: “el
germen de destrucción o deterioro que llevan en sí las cosas por su propia naturaleza o
destino, aunque se las suponga de la más perfecta calidad en su especie”. (LE BOULENGÉ,
Jean Marie. El Derecho Venezolano de los Seguros Terrestres, Caracas, 1983, p. 51). De
fuente extranjera encontramos la definición expuesta por el autor Rubén Stiglitz: “Se
entiende por vicio propio de la cosa toda predisposición de una cosa a destruirse o
deteriorarse que proviene de su naturaleza o del estado en que se encontraba”. (STIGLITZ,
Rubén. Derecho de Seguros II, Tercera Edición actualizada. Abeledo Perrot. Buenos
Aires. 2001, p. 383). El vicio propio es, entonces, un defecto originario e interno de
un bien que, en sí mismo, puede generar su propio deterioro, del cual el asegurador
no es responsable. En el caso de la Póliza de Seguro de Casco de Vehículos Terrestres,
Cobertura Amplia, si bien no se hace mención expresa del vicio propio, debe destacarse
que la cláusula 3 del condicionado particular de dicha póliza establece que: “Esta póliza
no cubre la reparación del vehículo o de sus accesorios por uso o desgaste, deterioro
gradual u oxidación, ni la reparación de letreros o dibujos; tampoco cubre la reparación
de las fallas o roturas mecánicas o eléctricas que no sean consecuencia directa de un
siniestro cubierto por esta póliza”. Por lo expuesto, tal como lo dispone el artículo 37
de la Ley del Contrato de Seguro, el siniestro se presume cubierto por la póliza, pero la
empresa de seguros puede probar que existen circunstancias que según el contrato de
seguro o la ley la exoneran de responsabilidad, de manera que en el caso que se examina,
la compañía aseguradora que pretenda exonerarse de la responsabilidad de indemnizar
el siniestro, debe demostrar que la causa del siniestro proviene de su propia naturaleza,
a los fines de que opere la exclusión por vicio propio de la cosa”.
3
Véase comentario al artículo 542 de esta ley.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 549 511
4
Al respecto se pronuncia STIGLITZ (2008) pp. 268-269: “Se trata de un supuesto de
delimitación objetiva, dado que se trata de un acontecimiento necesario y, como tal, no
puede constituir un riesgo asegurativo. Debe tratarse de la causa única y directa del daño,
por lo que el asegurador responde del caso fortuito por efecto del cual se manifestó el
vicio propio. Este ha sido definido como “toda predisposición de una cosa a destruirse o
deteriorarse que proviene de su naturaleza o del estado en que se encontraba” (FERNÁNDEZ, R.
L.&yGLJR«cit., T. I, p. 289). La Ley de Seguros regula el tema en una norma dispositiva,
pues rechaza la cobertura de los daños o pérdidas producidas por el vicio propio de la
cosa, salvo pacto en contrario (art. 66, L.S.). Ello significa que, por condición particular,
el ordenamiento jurídico tolera que las partes acuerden la garantía en esta hipótesis. Lo
mismo acontece con la agravación del daño producido por el vicio propio de la cosa, pues
en ese caso el asegurador indemnizará el daño sin incluir el que se haya verificado por el
referido vicio, salvo pacto en contrario. La admisibilidad de la exclusión de cobertura se
halla condicionada a que el vicio propio de la cosa se constituya en causa única y directa
de la pérdida, extremo que debe ser acreditado por el asegurador en razón de que es él
quien invoca el presupuesto de hecho de la norma alegada como fundamento de su defensa
(art. 377, C.P.CCN.). Se entiende por vicio propio de la cosa el defecto, imperfección o
deformidad inherente a ella, que proviene de su interior, y facilita su deterioro orgánico y
funcional. Puede ser notorio u oculto. Sólo en el primer caso es inasegurable. Si el vicio
oculto es desconocido por el asegurador, se halla excluido de cobertura”.
5
Véase comentario al artículo 521 de esta ley.
6
Opinión contraria pareciera ser la que expresa ORDOÑEZ (2002) p. 28, pero con matices,
a propósito de esta misma disposición del Código de Comercio colombiano: “Parecería
una impropiedad bastante grande del Código considerar asegurable el vicio propio, así sea
bajo condición de acuerdo expreso, ya que el vicio propio sería inasegurable por consistir
en sí mismo un hecho cierto, definido como el germen de destrucción que las cosas tienen
por su propia naturaleza. Sin embargo, haciendo un análisis más profundo, no es el vicio
propio en sí el que se asegura, sino el daño que puede derivar de ese vicio propio, el cual
puede ser evitado si se toman las medidas adecuadas o si las cosas se consumen o usan
a tiempo. En esas condiciones el asegurador sí puede de manera razonable asumir even-
tualmente el riesgo de que el daño no se produzca dentro de determinadas condiciones de
oportunidad o custodia, mantenimiento o cuidado de las cosas”.
512 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 549
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 550
$UWtFXOR3ULQFLSLRGHLQGHPQL]DFLyQ5HVSHFWRGHODVHJXUDGRHOVHJX-
URGHGDxRVHVXQFRQWUDWRGHPHUDLQGHPQL]DFLyQ\MDPiVSXHGHFRQVWLWXLU
para él la oportunidad de una ganancia o enriquecimiento.7
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 547, 551, 552, 554, 555, 556
y 558.
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA LEY
2. EL PRINCIPIO INDEMNIZATORIO
1
BAEZA (2001) p. 31.
2
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 449.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 550 515
3
STIGLITZ (2005) p. 7.
4
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 450.
5
SÁNCHEZ CALERO (2001) pp. 450 y ss.
516 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 550
(QHIHFWRHQUHODFLyQDOVHJXURGHOXFURFHVDQWHREHQH¿FLRHVSHUD-
do, se ha sostenido que esta cobertura es accesoria a una principal que sí
está relacionada con un daño patrimonial efectivo y, por tanto, “cuando la
FREHUWXUD DVHJXUDGRUD VREUHSDVH HO EHQH¿FLR UHDOPHQWH HVSHUDGR SRGUtD
hablarse de una verdadera contradicción entre este tipo de seguro y el
principio indemnizatorio”.6
El artículo 551 del Código de Comercio reconoce expresamente la posi-
bilidad de asegurar el lucro cesante, cuando así se ha pactado expresamente,
reforzando la idea descrita en el párrafo anterior. Sin embargo, seguimos
pensando que habría sido deseable restringir el concepto del enriquecimiento
FRQHO¿QGHGDUPD\RUOLEHUWDGFRQWUDFWXDOQRVRORFXDQGRODOH\ORSHUPLWH
2WUD¿JXUDTXHSUHVHQWDGL¿FXOWDGHVEDMRHOSULQFLSLRLQGHPQL]DWRULR
es la relativa a los seguros que cubren el bien dañado a valor de nuevo.
Lo anterior, porque la cobertura no sólo se extendería al valor del bien
en el momento inmediatamente anterior al siniestro, sino que sería equi-
valente al valor de dicho bien, pero nuevo.
Este sería el caso de piezas o partes de una unidad dañada cuya repo-
sición no puede hacerse sino con piezas o partes nuevas, y cuya cobertura
no puede entenderse genera un enriquecimiento del asegurado, sino más
bien la reparación íntegra del daño.7
(VWDGL¿FXOWDGHQFDPELRQRVHSUHVHQWDHQDTXHOORVVHJXURVTXHFRQ-
sideran la depreciación de los bienes asegurados al momento de determinar
la indemnización, de modo que, por ejemplo, en el seguro de incendio, al
momento de valorizar los daños experimentados por el bien asegurado,
debe tenerse presente la pérdida de valor de los mismos derivados de su
uso o del transcurso del tiempo. Así, se evita que la indemnización pueda
ser ocasión de un enriquecimiento, como lo sería si ésta se estableciera en
base al valor de nuevo de los elementos constructivos.
6
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 451.
7
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 452.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 550 517
Aún queda tiempo para ver la aplicación práctica de los nuevos concep-
tos establecidos por la ley Nº 20.667 en la jurisprudencia. Sin embargo, a
título ilustrativo, citamos el fallo que sigue, el que de haber estado vigente
el actual artículo 551, probablemente habría tenido un resultado diferente.
Un presupuesto básico para evitar que el seguro sea ocasión de ganan-
cia para el asegurado, por obvio que parezca, es la vigencia de la póliza.
De esta manera, el “contrato de seguro, según lo que dispone el artículo
517 del Código de Comercio es de mera indemnización, y jamás puede
ser ocasión de una ganancia, y para reclamar el pago de un seguro, debe
tener el asegurado un interés patrimonial efectivamente comprometido. El
propio artículo 512 del mismo cuerpo legal establece que la indemnización
proveniente de un seguro corresponde a una retribución convenida respecto
del daño que sufran las cosas aseguradas. El recurrente carecía de un interés
UHDOFRPSURPHWLGRFRPRTXLHUDTXHVXFDOLGDGGHEHQH¿FLDULRVHOHRWRUJy
el tomador del seguro por su carácter de acreedor prendario respecto del
bus siniestrado, prenda que fue alzada con expresa declaración que nada se
adeudaba por la adquisición de dicho vehículo”.10
Sobre este punto, el Tribunal de Alzada capitalino declaró que la de-
manda de lucro cesante que el asegurado haga por no pago oportuno de
8
ISERN SALVAT (2013) p. 28.
9
ISERN SALVAT (2013) p. 29.
10
Corte Suprema, Rol Nº 12.830, 30 de enero de 1989.
518 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 550
BIBLIOGRAFÍA
11
Corte de Apelaciones de Santiago, Rol Nº 4.889-99, 4 de marzo de 2003.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 551 519
ARTÍCULO 551
COMENTARIO
PXFKRVDxRV/D,OWPD&RUWHGH$SHODFLRQHVGH6DQWLDJRORGH¿QHFRPR
aquel daño que “se hace consistir en la utilidad que deja de percibir el
acreedor por el incumplimiento o cumplimiento tardío de la obligación”,
para lo que se funda en un antiguo concepto jurisprudencial de 1933 que
lo había descrito como “la privación de las ganancias que podría obtener
el acreedor de la prestación una vez incorporada ésta a su patrimonio, me-
diante el cumplimiento efectivo de la obligación”3. En problema, con todo,
desborda la responsabilidad por incumplimiento y se presenta en ámbitos
tan diversos como el derecho laboral, la responsabilidad por accidentes y
enfermedades profesionales, la responsabilidad extracontractual común y
del Estado, el derecho de consumidores, etcétera.
A falta de una delimitación legal del lucro cesante, la jurisprudencia
KDWHQLGRTXH¿MDUORVWpUPLQRVSDUDODVLQGHPQL]DFLRQHVGHHVWDFODVH'H
esta suerte, no cualquier evento de ganancia futura constituye lucro cesante
SXHVFRPRWRGRGDxRHVPHQHVWHUTXHVHDFLHUWRFXDOL¿FDFLyQTXHGHEHQ
apreciar los jueces del mérito y ordinariamente escapa al control de casa-
ción de fondo4. Con todo, existen fallos de nuestra Excma. Corte Suprema
(ordinariamente para rechazar casaciones de fondo) que permiten obtener
parámetros para apreciar el nivel de certidumbre que se exige a la prueba
y determinación del lucro cesante. Así, nuestra Excma. Corte Suprema no
ha exigido la “certeza absoluta” de que dicho perjuicio se vaya a producir,
pues se ha determinado que “para evaluar el lucro cesante sólo se exige
TXHVHSURSRUFLRQHQDQWHFHGHQWHVVX¿FLHQWHVTXHSHUPLWDQGHWHUPLQDUXQD
ganancia probable que deja de percibirse”5. En este sentido, nuestro más alto
tribunal ha razonado que el lucro cesante debe indemnizarse en la medida
que se acredite que el perjuicio se va a producir “racionalmente”, declarando
3
Palacios Krogh Jorge Eduardo y otros con Stone Cereceda Lionel, Iltma. Corte de
Apelaciones de Santiago, 25 de julio de 2014, Ingreso 6539-2013, Considerando Quinto
(que a su vez cita Gaceta 1933, 1er semestre, Nº 82, p. 334).
4
/ySH]'HWWZLOHU)UDQFLVFD-DYLHUDFRQ8QLYHUVLGDG'LHJR3RUWDOHV, Excma. Corte
Suprema, 30 de julio de 2014, Ingreso 11.322-2014 rechaza la partida al considerar que
“respecto del lucro cesante, lo pedido en autos se sustenta en meras expectativas que no
configuran un daño cierto y efectivo que haya menoscabado a la demandante, tal como fue
razonado por los jueces del mérito”. Zamora Villarroel María con Municipalidad de Los
Andes, Excma. Corte Suprema, 27 de noviembre de 2013, Ingreso 5137-2013.
5
Olivero Rodríguez Isabel del Carmen y otro con Fisco de Chile, Excma. Corte
Suprema, 12 de septiembre de 2013, Rol Nº 3852-2013, Considerando Décimo.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 551 521
6
Proyecto de Ley (Boletín 5185-03, Nº 25).
7
DICCIONARIO MAPFRE DE SEGUROS, Madrid, 1992, s.v. “Seguro de lucro cesante”.
Nuestro Código de Comercio regula especialmente el seguro de pérdida de beneficios en
el artículo 578.
8
Para la complejidad de asegurar riesgos “de realización solamente probable”, AA.VV.
(2002) T. III, p. 778.
522 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 551
LQWHUpVDVHJXUDEOH\¿QDOPHQWHFRQHOSULQFLSLRGHPHUDLQGHPQL]DFLyQ
que debe reinar en todo seguro, pues con falso auxilio al lucro cesante un
asegurado podría obtener una ganancia más allá de la mera reparación.
El siniestro de lucro cesante se produce al hacerse efectivo que el asegu-
UDGRVXIULyXQDSpUGLGDGHEHQH¿FLRSURGXFWRGHXQHYHQWRGDxRVRFDXVDO-
mente conexo como un incendio, una paralización, un sismo, un accidente
de circulación, etcétera. Esta causalidad debe ser, además, ininterrumpida y
los cursos causales deben haber principiado durante la vigencia del contrato.
En el derecho inglés, al asunto se conecta con los llamados “daños
consecuenciales”, pues evidentemente todo lucro cesante es consecuencia
de un daño emergente (cubierto o no por un seguro) y que por el mismo
hecho de ser consecuenciales, deben ser establecidos en la póliza como
expresamente asegurados9.
Nuestro legislador, teniendo en cuenta la futuridad y mayor incerti-
GXPEUH TXH SUHVHQWD HVWD SDUWLGD LQGHPQL]DWRULD RSWy SRU FRQ¿UPDU OD
posibilidad de asegurar el lucro cesante, pero sólo en la medida en que se
haya pactado expresamente. De tal suerte, la cobertura de lucro cesante no
se presume ni se entiende pactada por el solo hecho de contratar una póli-
za de seguro de daños, aun cuando pudiera inferirse de la naturaleza de la
misma póliza10 o de otras suscritas entre las partes.
Para evitar cálculos complejos relativos a la suma asegurada, podría
VHUUHFRPHQGDEOHHVWDEOHFHUYDORUHVSUH¿MDGRVHQODVSyOL]DV11, como apunta
MACGILLIVRAY, aun cuando nos parece que esta forma de apreciar los daños
podría contravenir el “principio de indemnización”, por lo que, a nuestro
juicio, siempre se requieren límites objetivos de cálculo para determinar el
lucro cesante real sin alterar la naturaleza indemnizatoria del seguro. Por
ello, nos parece que aun cuando por razones de conveniencia se haya pactado
una suma12 (por ejemplo, un determinado valor por días no trabajados), el
límite de la indemnización debe regularse hasta el menoscabo efectivo que
9
MACGILLIVRAY (2003) pp. 918 ss.
10
La exclusión legal de la cobertura de lucro cesante, salvo pacto en contrario es, además,
una aplicación de lo dispuesto por el artículo 530 del Código de Comercio.
11
Como apunta BOTERO (2009) p. 16, la voluntad de las partes aparece como la primera
de las metodologías para calcular la pérdida de beneficio, consistente en los ingresos
descontados los costos de la actividad legítima.
12
Afirma BOTERO (2009) pp. 48 ss., que la regla proporcional no puede aplicarse al
contrato de seguro de lucro cesante por ser éste un seguro patrimonial.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 551 523
BIBLIOGRAFÍA
13
Sobre este asunto, Compañía Pesquera Coquimbo Dos Ltda. con Compañía de
Seguros Generales Cruz del Sur (30 de marzo de 1988) citado por CONTRERAS (1998, t.
I) p. 231.
14
AA.VV. (2007) pp. 780 y 784 ss.
15
Sobre este concepto, AA.VV. (2007) pp. 768 ss.
16
Se ha fallado que deben indemnizarse los mayores daños en que el asegurado ha
incurrido necesaria y razonablemente para disminuir la paralización. Así Manufacturas
Sumar con Compañía de Seguros Generales Cruz del Sur (Árbitro Sr. Juan ACHURRA 19
de octubre de 1993) citado en CONTRERAS (1998) p. 232.
524 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 552
ARTÍCULO 552
$UWtFXOR6XPDDVHJXUDGD\OtPLWHGHODLQGHPQL]DFLyQ/DVXPD
DVHJXUDGDFRQVWLWX\HHOOtPLWHPi[LPRGHODLQGHPQL]DFLyQTXHVHREOLJD
DSDJDUHODVHJXUDGRUHQFDVRGHVLQLHVWUR\QRUHSUHVHQWDYDORUDFLyQ
de los bienes asegurados.
(QORVVHJXURVUHDOHVODLQGHPQL]DFLyQQRH[FHGHUiGHOYDORUGHOELHQQLGHO
respectivo interés asegurado al tiempo de ocurrir el siniestro, aun cuando
el asegurador se haya constituido responsable de una suma que lo exceda.
Si la cantidad asegurada consistiere en una cuota, se entenderá que ésta
se refiere al valor que tenga el objeto asegurado al momento del siniestro.
(QORVVHJXURVSDWULPRQLDOHVODLQGHPQL]DFLyQQRSRGUiH[FHGHUGHQWUR
GHORVOtPLWHVGHODFRQYHQFLyQGHOPHQRVFDERTXHVXIUDHOSDWULPRQLRGHO
asegurado como consecuencia del siniestro.
COMENTARIO
1. VALORACIÓN Y LÍMITE
por la cual el asegurador tomará sobre sí los riesgos asociados a los bienes
asegurados considerando precisamente el valor que les ha asignado quien
tiene un interés patrimonial en ellos, pero sin que ello constituya una
aceptación del valor para efecto del cálculo de la indemnización.
En efecto, ocurrido el siniestro, la determinación del valor del bien
asegurado será efectuada por la propia aseguradora o por un Liquidador
de Seguros, de modo que ésta prevalecerá sobre aquella valoración que
hubiere efectuado el Asegurado al suscribir la póliza de seguros. “La suma
asegurada no representa el valor del interés asegurable, sino la cifra en que
ese interés es asegurado como máximo en el contrato de seguros para el
caso de siniestro”1.
En consecuencia, si el daño ocasionado en los bienes asegurados con
ocasión de un siniestro cubierto por la póliza resulta ser inferior al valor
del bien declarado por el asegurado, entonces primará el verdadero valor
de dichos bienes como monto a indemnizar; en tanto que, en el evento de
ser el valor de los daños mayores al monto determinado por el asegurado,
entonces la indemnización quedará limitada al monto o valor establecido
en la póliza para dichos bienes.
En otras palabras, “es factible que la reparación a la que se obliga el
DVHJXUDGRUVHDLQIHULRUDOGDxR(OORVLJQL¿FDTXHHOGDxRGHODVHJXUDGR
RGHOEHQH¿FLDULRRSHUDFRPROtPLWHPi[LPRGHODREOLJDFLyQGHSDJR
del asegurador, pero no como tope mínimo. La explicación de esto último
QRVRORGHEHKDOODUVHHQODV¿JXUDVGHOGHVFXELHUWRREOLJDWRULRRGHOD
franquicia. Más allá de ellas y en segundo lugar, no debemos perder de
YLVWDTXHRWURHOHPHQWRFRQ¿JXUDWLYRGHODLQGHPQL]DFLyQVHKDOODFRQVWL-
tuido por la suma asegurada, de manera tal que, con abstracción del daño
UHDOFLHUWR\FRPSUREDGRTXHVXIUDHODVHJXUDGREHQH¿FLDULRODVXPD
asegurada se constituye el límite máximo insuperable. En tercer lugar,
cabe señalar que, con exclusión de los seguros contra la responsabilidad
civil sin límite, en los seguros de daños patrimoniales habrá de tenerse
SUHVHQWHTXHGHYHUL¿FDUVHXQVLQLHVWURGHGDxRWRWDOHOGDxRVHKDOODUi
determinado por el valor del objeto sobre el que se asienta el interés ase-
gurado, por lo que el valor del interés se constituye en tercer elemento
FRQ¿JXUDWLYRGHOGDxR´2.
1
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 458.
2
STIGLITZ (2004) p. 83.
526 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 552
2. PRINCIPIO INDEMNIZATORIO
3
MONGE GIL (2002) p. 68.
4
STIGLITZ (2004) p. 92.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 552 527
3. LA DEPRECIACIÓN
(QHOFDVRGHORVVHJXURVSRUHMHPSORTXHFXEUHQHOYDORUGHODVHGL¿-
caciones del riesgo de incendio, el monto de la indemnización para el caso
de un siniestro se establece en base al costo de construcción al momento del
siniestro, aplicando la correspondiente depreciación, o pérdida de valor por
el paso del tiempo y uso. Por tanto, y en caso de siniestro total, éste será el
valor total a indemnizar, que puede no coincidir con la suma asegurada7.
En efecto, la cláusula de las Condiciones Generales del seguro de incen-
dio reconoce expresamente la aplicabilidad de la depreciación al momento de
la determinación del valor del bien asegurado a efectos de la indemnización.
5
STIGLITZ (2004) p. 93.
6
STIGLITZ (2004) p. 94.
7
CONTRERAS STRAUCH (2002) pp. 157-158.
528 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 552
8
Véase Póliza de Seguro de Incendio incorporada al Depósito de Pólizas bajo el
Código Pol120140327.
9
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 465.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 552 529
10
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 462.
Historia de la ley Nº 20.667, disponible en http://www.leychile.cl/Navegar?Idnor-
11
ma=1050848.
12
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 459.
530 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 552
13
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 462.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 552 531
BIBLIOGRAFÍA
14
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 459.
532 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 553
ARTÍCULO 553
COMENTARIO
1. EL INFRASEGURO
(O DUWtFXOR TXH VH FRPHQWD UHJXOD OD ¿JXUD GH OD GHQRPLQDGD UHJOD
proporcional, siguiendo el modelo del artículo 30 de la Ley de Contrato de
Seguro Española, aplicable en los supuestos de infraseguro.
Existe infraseguro en el evento en que el asegurado valorice el bien
objeto de cobertura por un valor inferior al que éste tiene realmente, con-
YLUWLpQGRVHHOVHJXURHQLQVX¿FLHQWHSDUDHOHYHQWRGHXQVLQLHVWUR
En otras palabras, el infraseguro es “aquella situación en un contrato
de seguro en la que la suma asegurada es inferior al valor del interés ase-
gurado”1, de modo que de producirse un siniestro, la suma asegurada no
VHUiVX¿FLHQWHSDUDGHMDUDODVHJXUDGRLQGHPQH
Lo anterior importa que el contrato ha sido celebrado por una suma
inferior al valor real y actual del objeto sobre el que se asienta el interés
asegurado, de forma tal que deberá entenderse por valor asegurable aque-
lla suma por la cual el asegurado habría debido tomar un seguro que le
garantice una cobertura por el daño total. En cambio, la suma asegurada
es aquella consignada en la póliza, que puede o no coincidir con el valor
asegurable2.
En los casos de infraseguro, la ley considera al asegurado como ase-
gurador del “descubierto”, es decir, de aquella parte del valor del objeto
asegurado no cubierto por la póliza, concurriendo el asegurador, en caso
de pérdida total, al pago de la indemnización hasta el valor real del bien.
2. CLASIFICACIÓN
(OLQIUDVHJXURSXHGHFODVL¿FDUVHWDQWRGHVGHXQSXQWRGHYLVWDWHPSRUDO
como en relación a la voluntariedad del mismo, desde el prisma del asegurado3.
– Infraseguro inicial: Es aquel en que la suma asegurada es inferior
al valor del interés desde el momento de la suscripción del contrato. Por
ejemplo, tratándose de un seguro de incendio, el asegurado valoriza las
estructuras de una bodega en un valor inferior a aquel que éstas tienen en
el mercado al momento de contratar el seguro, de modo que el infraseguro
se produce desde el inicio de la relación contractual.
– Infraseguro sucesivo: Si bien al momento de iniciarse el contrato de
seguros el asegurado efectúa una correcta valoración del bien asegurado;
sin embargo, durante su vigencia se produce una alteración del mismo al
incrementarse el valor del interés asegurado. Así, si bien al comenzar la
vigencia de la póliza el asegurado valorizó adecuadamente el contenido
de una bodega a efectos del seguro de incendio, durante la vigencia de la
misma el asegurado depositó bienes de mayor valor en la misma bodega,
YROYLpQGRVHLQVX¿FLHQWHHOPRQWRDVHJXUDGRLQLFLDOPHQWH
– ,QIUDVHJXUR¿QDOPor último, es posible que el infraseguro se determine
VyORDOPRPHQWRGHSURGXFLUVHHOVLQLHVWURPRPHQWRHQHOFXDOVHFXDQWL¿FD
el valor del bien asegurado y su relación con el monto declarado en la póliza.
– Infraseguro voluntario: Asegurador y asegurado, pactan que desde
el momento de la perfección del contrato la suma asegurada sea inferior
2
STIGLITZ (2004) p. 105.
3
MONGE GIL (2002) pp. 42-44.
534 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 553
3. LA REGLA PROPORCIONAL
4
MONGE GIL (2002) p. 45.
5
MONGE GIL (2002) p. 51.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 553 535
6
En STIGLITZ (2004) p. 107.
7
MONGE GIL (2002) p. 49.
8
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 489.
536 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 553
9
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 490.
10
MONGE GIL (2002) p. 68.
11
BAEZA PINTO (1994) p. 81.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 553 537
12
En STIGLITZ (2004) p. 107.
13
STIGLITZ (2004) p. 108.
14
MONGE GIL (2002) pp. 54 y ss.
538 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 553
El inciso segundo del artículo 553 no es más que la expresión del prin-
FLSLRGHODDXWRQRPtDGHODYROXQWDGUHÀHMDGDWDPELpQHQODH[FHSFLyQD
la imperatividad de las normas de seguro establecidas en el artículo 542
del Código de Comercio cuando dispone que “Las disposiciones que rigen
15
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 489.
540 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 553
16
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 491.
17
ARELLANO ITURRIAGA (2013) p. 114.
18
STIGLITZ (2004) p. 110.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 553 541
estos casos, esta última se determina en base al monto máximo que pueden
alcanzar las pérdidas como consecuencia de un solo accidente.19
Tampoco se aplicará la regla proporcional en aquellos “seguros en los
que se incluye la llamada cláusula de tolerancia, por la que el asegurador
se compromete a no alegar la existencia de infraseguro, y por lo tanto a no
aplicar la regla proporcional, siempre que este infraseguro no exceda de un
determinado porcentaje. Se hace notar que, aun sin cláusula de tolerancia,
el asegurador renuncia en ocasiones a la existencia del infraseguro si en el
momento del siniestro aprecia que es de poca importancia20”.
Por último, debe decirse que esta regla no es aplicable a los seguros
en los que no existe el concepto de valor del objeto asegurado (seguros de
responsabilidad civil, garantía y crédito), como tampoco en aquellos seguros
en los que no tiene vigencia el principio indemnizatorio contemplado en el
Código de Comercio, como sería el de los seguros personales.21
BIBLIOGRAFÍA
ACHURRA LARRAÍN, Juan (1987): “El Contrato de Seguros, sus actuales ca-
racterísticas y nuevas coberturas existentes en el mercado”, en Derecho
de Seguros, Altuzarra, Jimena; Lagos, Osvaldo y Barros, José Manuel
(edits.) &ROHFFLyQ-XUtGLFD, Santiago, 2005.
ARELLANO, Sergio (2013): La Ley del Seguro (Thomson Reuters).
BAEZA PINTO, Sergio (1994): El Seguro (Santiago, Editorial Jurídica, tercera
edición actualizada).
CONTRERAS, Osvaldo (2002): El Contrato de Seguro (La Ley).
MONGE GIL, Ángel Luis (2002): La Regla Proporcional de la Suma en los
Seguros de Daños (Aranzadi).
SÁNCHEZ CALERO, Fernando (2001): Ley de Contrato de Seguro (Aranzadi,
segunda edición).
STIGLITZ S., Rubén (2004): Derecho de Seguros, Tomos II y III (La Ley,
cuarta edición).
19
ACHURRA LARRAÍN (1987) p. 47.
20
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 494.
21
CONTRERAS STRAUCH (2002) p. 164.
542 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 554
ARTÍCULO 554
COMENTARIO
3
SÁNCHEZ CALERO (2001) pp. 465-467.
544 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 554
4
ARELLANO ITURRIAGA (2013) p. 115.
5
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 470.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 554 545
6
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 471.
546 AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 554
BIBLIOGRAFÍA
7
SÁNCHEZ CALERO (2001) p. 475.
AMUNÁTEGUI ECHEVERRÍA, Andrés Artículo 555 547
ARTÍCULO 555
$UWtFXOR 6HJXURV D YDORU GH UHSRVLFLyQ (Q ORV VHJXURV UHDOHV DO
tiempo de contratar el seguro, las partes podrán estipular que el pago de la
LQGHPQL]DFLyQVHKDUiVREUHODEDVHGHOYDORUGHUHSRVLFLyQRGHUHHPSOD]R
del bien asegurado, sin exceder del límite de la suma asegurada. Tratándose
GHPHUFDGHUtDVSRGUiQDFRUGDUTXHODLQGHPQL]DFLyQFRUUHVSRQGDDVX
precio de venta en el mercado.
COMENTARIO
BIBLIOGRAFÍA
BATALLER GRAU, Juan et al. (2007): Derecho de los Seguros Privados (Mar-
cial Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales).
CASTELO MATRAN, Julio et al. (1992): Diccionario MAPFRE de Seguros
(Editorial MAPFRE).
ELGUERO MERINO, José María (2004): El Contrato de Seguros (Fundación
MAPFRE Estudios).
3
CASTELO MATRAN et al. (1992) p. 327.
4
ELGUERO MERINO (2004) pp. 92-93.
5
BATALLER GRAU (2007) p. 214.
AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 556 549
ARTÍCULO 556
COMENTARIO
2
La SVS, en su página web, responde consultas generales para instruir e informar
a los asegurados. Refiriéndose a la concurrencia de seguros para el caso de un incendio
exponía: “En caso de existir más de un seguro sobre un mismo bien o inmueble al
efectuar la denuncia de siniestro el asegurado deberá informar a las distintas compañías
la existencia de las demás pólizas sobre la misma propiedad. En cuanto a la forma en
que operan los distintos seguros, algunas pólizas como, por ejemplo, el artículo 15 de
las condiciones generales de la Póliza de Incendio depositada en este Servicio bajo el
código POL 1 90 006, indica lo siguiente: Cláusula 15: “Si el bien asegurado estuviera
cubierto por otra u otras pólizas, tomadas de buena fe por el mismo asegurado o por otra
persona que tenga interés en su conservación, las pérdidas o daños indemnizables se
pagarán por los aseguradores a prorrata de las sumas aseguradas por cada uno de ellos
y hasta la concurrencia del valor del respectivo bien asegurado, con prescindencia de la
fecha de contratación de los seguros. Si la póliza no contempla una estipulación sobre
seguros concurrentes, según la ley operará el primer seguro hasta por el íntegro valor
asegurado y por el saldo si lo hubiere los demás seguros según sus fechas de contratación,
AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 556 551
siempre que hayan sido celebrados de buena fe. Además, en caso de seguros contratados
conjunta o separadamente en una misma fecha por una cantidad que exceda el valor del
objeto asegurado no quedarán responsables sino hasta concurrencia de ese valor y en
proporción de la suma que cada uno de ellos hubiere asegurado. Con todo, cabe tener
presente que en virtud del principio indemnizatorio el monto total de las indemnizaciones
no podrá ser nunca superior al valor del objeto asegurado”. Sin perjuicio que la nota se
construyó durante la vigencia de normas hoy derogadas, era muy clara para resaltar los
aspectos fundamentales del seguro concurrente.
3
No lo dice expresamente la norma que se comenta, pero debemos entender que se trata
de una pluralidad de seguros celebrados por un tomador con varios aseguradores distintos,
durante una misma época o vigencia, pues el artículo se estructura sobre tal hipótesis.
552 AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 556
este respecto nos permitimos efectuar una precisión relevante: del texto del
DUWtFXORSXHGHDSUHFLDUVHTXHODFRQFXUUHQFLDHVXQD¿JXUDTXHVyORLQWHUHVD
regular para efectos de seguros de cosas, pues en los seguros de vida, por
la propia indeterminación de su valor, no puede existir limitación econó-
mica y la concurrencia es admisible, en el sentido que es posible acumular
o cobrar todos los seguros sin afectar el principio indemnizatorio que trata
de proteger la norma que comentamos.4
La siguiente exigencia del artículo 556 C.com. es que los seguros
FRQFXUUDQVREUHHOPLVPRLQWHUpVGHELHQGRUHPLWLUQRVDODGH¿QLFLyQTXH
al efecto nos entrega la primera parte de la letra m) del artículo 513 del
C.com. y que, conforme a lo dispuesto en el artículo 520, debe poseer el
asegurado al momento del siniestro. Si dicho interés no es coincidente,
no existe pluralidad de seguros.5 Por último, el artículo exige además que
exista coincidencia en el riesgo, que es la eventualidad de un suceso que
ocasione una pérdida o una necesidad susceptible de apreciarse en dinero.
El artículo no lo dice expresamente, pero debemos entender que todo lo
anterior ha de ocurrir durante un mismo período de tiempo. Es un requisito
implícito en la lógica de la norma que se comenta. Ahora bien, como dicho
artículo regula la concurrencia desde el punto de vista de sus efectos en un
siniestro, es claro que no exige que la vigencia de las pólizas sea idéntica,
sino que puede darse una coincidencia total de la cobertura por parte de los
distintos aseguradores, que será una hipótesis poco habitual, pero también
una coincidencia parcial, que será lo frecuente, es decir, que la concurrencia
exista porque la vigencia de un seguro no ha concluido cuando comienza
otra y, en alguna fecha en que ambas están vigentes, ocurre el siniestro.
Comentados los requisitos de la pluralidad o concurrencia de seguros
conforme al C.com. chileno, podemos recapitular en su concepto: existirá
pluralidad o concurrencia de seguros en aquellos casos en que el tomador
4
Nos referimos a los seguros de vida en sentido estricto, pues existen seguros de
personas que tienen contenido patrimonial, caso en el cual aplica plenamente la disposición
comentada. Por ej.: algunas coberturas de los seguros de accidentes personales, salud,
reembolso de gastos médicos y otros similares.
5
Por ej.: si un mismo inmueble es asegurado al mismo tiempo por el nudo propietario,
por el usufructuario o por el arrendatario. En esta hipótesis, no coinciden los intereses
asegurables, por lo que no existirían seguros concurrentes, sin perjuicio que, por aplicación
analógica, se interprete que algunos principios de la pluralidad de seguros deben ser
respetados para evitar enriquecimientos ilícitos de algún asegurado.
AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 556 553
6
Véase MUÑOZ PAREDES (1996) pp. 50 y ss.
7
Véase comentarios de este mismo autor al artículo 557 C.com.
554 AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 556
8
El “saldo no cubierto” al que alude el inciso primero del artículo 556 C.com., se debe
calcular sobre la base del valor del objeto asegurado, no de la reclamación una vez ocurrido
el siniestro. Entendemos que esto ocurrirá, principalmente, cuando el monto asegurado
de la póliza sea insuficiente, quedando eliminada la hipótesis de cobrar el monto de un
eventual deducible a otro asegurador.
AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 556 555
9
Consta que, durante la tramitación del proyecto de ley, este artículo estuvo sometido
a una discusión muy afectada por el lamentable sismo 27/F, a tal punto que los legisladores
se abocaron a privilegiar el derecho del asegurado a cobrar, otorgándole la facultad de
elegir, pues el objetivo era constituir una herramienta eficaz “para solucionar las situaciones
generadas por siniestros masivos de bienes en que coexistan diferentes intereses, tal como
las copropiedades o edificios, dado que es el asegurado quien determinará la concurrencia
entre coberturas, quedando en mano de los aseguradores las compensaciones mutuas”
(Informe de la Comisión de Economía, Fomento y Desarrollo recaído en el proyecto sobre
Contrato de Seguro. Boletín Nº 5185-01-1 pp. 24 y ss.).
556 AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 556
práctica es que ello, con cierta habitualidad, no ocurre así. La mejor demos-
tración es que el mismo C.com. destina esfuerzos en regular el infraseguro y
el sobreseguro, claro ejemplo de contratos con montos asegurados diversos
del valor del objeto asegurado.
En complemento a lo anterior, y también fundada en el principio in-
demnizatorio del seguro, la norma que se comenta establece en su inciso
segundo que si el asegurado ha recibido más de lo que le correspondía,
tendrán derecho a repetir en su contra aquellas aseguradoras que hubieren
pagado el exceso, y a cobrar perjuicios si mediare mala fe del asegurado.
Considerando la circunstancia comentada en el apartado anterior, en el
sentido que el asegurado posee la facultad de discernir a cuál asegurador
le cobra la indemnización, es importante advertir que serán entonces de
mucha relevancia las condiciones de la póliza que opere en primer lugar,
pues como en la concurrencia normalmente los contratos serán distintos, es
muy probable que el importe del daño indemnizable sea también diverso.
Hay muchas hipótesis en que esto podría ocurrir. Por ejemplo, si concurre
un seguro con valor a nuevo con un seguro que permite depreciación, o si
en alguno de los seguros es procedente la aplicación de la regla proporcional
por infraseguro y no en otros. Mayor complejidad existirá si el contrato que
aplica en primer lugar posee alguna cláusula susceptible de ser interpretada
de varias formas o si el liquidador ha aplicado un criterio de ajuste que
podría ser discutible. Todo esto tendrá importancia para el asegurador que
cubra el saldo no cubierto y la disposición del artículo que se comenta, sin
perjuicio de ser útil y necesaria, probablemente será generadora de proble-
mas complejos de solucionar.
F 'HUHFKRDUHSHWLFLyQGHODVHJXUDGRUTXHSDJDODLQGHPQL]DFLyQ
Ya comentamos que la disposición del artículo 556 C.com. otorga una
facultad o derecho de elegir al asegurado, para cobrar la indemnización a
FXDOTXLHUDGHORVDVHJXUDGRUHV(ORUGHQGHSUHODFLyQSDUDHOFREURORGH¿QH
el asegurado, conforme a su conveniencia.
Sin embargo, a pesar de que no se expresa literalmente en el artículo,
HQGH¿QLWLYDODFRQFXUUHQFLDJHQHUDXQDREOLJDFLyQSURSRUFLRQDOSDUDORV
aseguradores, toda vez que, en su inciso cuarto, se establece que: “El ase-
gurador que pagare el siniestro, tiene derecho a repetir contra los demás la
cuota que les corresponda en la indemnización, según el monto que cubran
los respectivos contratos”.
AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 556 557
incomodar el aviso a alguno de ellos (por ej., posee una póliza con infrase-
guro o alguna exclusión especial que no se considera en los demás contratos)
GHEHUiQRWL¿FDUORVDWRGRV
La razón de esta carga o deber de comunicación que recae sobre el
asegurado se encuentra nuevamente en el principio indemnizatorio. Es una
medida cautelar o de prevención en defensa de ese principio fundamental
de la contratación de seguros y es, además, el mecanismo de activación de
las disposiciones de los otros incisos del mismo artículo –principalmente
el derecho de repetición consagrado en el inciso siguiente– para evitar el
HQULTXHFLPLHQWRLOtFLWRTXHVLJQL¿FDUtDHOFREURGHLQGHPQL]DFLRQHVTXH
en conjunto, superen la cuantía del daño realmente sufrido.
/DQRUPDQR¿MDSOD]RSDUDHOFXPSOLPLHQWRGHOGHEHUGHFRPXQLFD-
ción a los aseguradores. Efectuando un ejercicio de interpretación analó-
gica, regulándose este deber para los efectos de un siniestro, podríamos
SHQVDUTXHODQRWL¿FDFLyQVHGHEHHIHFWXDU³WDQSURQWRVHDSRVLEOH´FRPR
lo exige el Nº 7 del artículo 524 C.com. Del mismo modo, como la ley
no establece la forma de cumplimiento de este deber, podrá hacerse por
FXDOTXLHUPHFDQLVPRTXHSHUPLWDOXHJRVHUH¿FD]PHQWHDFUHGLWDGR6H
cumple con el deber emitiendo una comunicación referida a la simple
existencia de los otros contratos, sin que sea exigible que se incorporen
las características o condiciones de éstos. Serán los aseguradores quie-
nes, con posterioridad al cobro y al pago de la indemnización, deberán
preocuparse de ello a los efectos de transformar en realidad el principio
de proporcionalidad implícito en la regulación que se comenta.
El artículo no establece las sanciones o efectos del incumplimiento de
este deber. Estimamos que, si se consuma una infracción a esta norma por
culpa del asegurado, se conservan los derechos otorgados en el artículo
LQFLVRVSULPHURVHJXQGR\¿QDOQRREVWDQWHORFXDOORVDVHJXUDGRUHV
podrían reclamar la indemnización de los eventuales daños y perjuicios
que la omisión de esa declaración pueda haberles causado. Si la conducta
es dolosa y el asegurado logra percibir una suma mayor al daño sufrido,
además de las acciones de repetición y de indemnización de perjuicios antes
DOXGLGDHVWLPDPRVTXHVHGHEHDQDOL]DUSRUORVH[SHUWRVVLHVSRVLEOHFRQ¿-
gurar una de aquellas conductas previstas y sancionadas en el actual Nº 10
del artículo 470 del Código Penal, pues maliciosamente se habría obtenido
el pago de un seguro presentándolo ante un asegurador como ocurrido en
circunstancias distintas a las verdaderas.
AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 556 559
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 557
COMENTARIO
1
En Chile, se obliga a todas las Compañías de Seguros a presentar cada tres meses
una Ficha Estadística Codificada Uniforme (FECU) que es un documento estandarizado
por medio del cual se dan a conocer los estados financieros de los aseguradores. En dicho
informe se reconoce expresamente la necesidad de efectuar una diversificación cualitativa
de los riesgos, toda vez que los resultados deben presentarse separados por ramos. Por
ejemplo, respecto a las Compañías de Seguros Generales, se distinguen, entre otros, los
ramos de: Incendio, Pérdida de Beneficios, Sismo, Terrorismo, Robo, Vehículos, Cascos,
Transportes, Responsabilidad Civil, Garantías, Crédito, Salud.
2
Véanse artículos 7, 15, 20 y 21 del D.F.L. Nº 251 de 1931 (Ley de Seguros) que
establecen los criterios básicos de capital, límite de endeudamiento y reservas técnicas de
562 AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 557
1. CONCEPTO DE COASEGURO
las Compañías de Seguros, todo lo cual, además, está detalladamente regulado mediante
normativa complementaria dictada por la Superintendencia de Valores y Seguros.
3
“Seguro suscrito por dos o más aseguradores directos que cubren un mismo riesgo.
Es un sistema utilizado para distribuir el riesgo, de forma que cada asegurador responde
únicamente de una parte del riesgo total”, MOCHÓN MORCILLO et al. (2004) p. 105.
AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 557 563
4
La Ley de Contrato de Seguro española es muy clara al tratar el Coaseguro y se
destacan, con precisión, sus principales aspectos. El artículo 33 de la referida ley dispone
que: “Cuando mediante uno o varios contratos de seguros, referentes al mismo interés,
riesgo y tiempo, se produce un reparto de cuotas determinadas entre varios aseguradores,
previo acuerdo entre ellos y el tomador, cada asegurador está obligado, salvo pacto en
contrario, al pago de la indemnización solamente en proporción a la cuota respectiva. No
obstante lo previsto en el párrafo anterior, si en el pacto de coaseguro existe un encargo
a favor de uno o varios aseguradores para suscribir los documentos contractuales o para
pedir el cumplimiento del contrato o contratos al asegurado en nombre del resto de los
aseguradores, se entenderá que durante toda la vigencia de la relación aseguradora los
aseguradores delegados están legitimados para ejercitar todos los derechos y ara recibir
cuantas declaraciones y reclamaciones correspondan al asegurado. El asegurador que
ha pagado una cantidad superior a la que le corresponda podrá repetir contra el resto de
los aseguradores”.
564 AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 557
El artículo 557 del C.com. advierte que, para que exista un coaseguro,
es necesaria la concurrencia de dos requisitos: a) deben existir dos o más
aseguradores que convengan en asegurar en común un determinado riesgo;
y b) debe existir consentimiento del asegurado en lo anterior.
5
Por lo pronto, en los seguros colectivos más cuantiosos que existen en Chile, las
carteras hipotecarias de bancos que se cubren contra el riesgo de incendio o de incendio
con adicional de sismo u otras coberturas complementarias, el contratante o tomador es el
banco acreedor y, en muchos casos, precisamente por la cuantía de los riesgos expuestos,
especialmente frente a eventos catastróficos, se recurre al coaseguro como mecanismo
de diversificación del riesgo, que es asumido entonces por dos o más coaseguradores.
Pero esta figura es siempre aceptada o consentida por el banco tomador del seguro, nunca
por los asegurados. Lo mismo ocurre con muchos otros seguros colectivos, como los de
desgravamen o desempleo que cubren a deudores del sistema financiero, y en muchos otros
en que una empresa o entidad celebra un contrato de seguro en modalidad de coaseguro
para otorgar beneficios a sus empleados o socios, toda vez que tiene mayor capacidad
de negociación que cada uno de ellos en forma independiente. Si bien esta situación se
subsana por la existencia habitual de un mandato que habilita al tomador para representar
al asegurado en la contratación, se demuestra que, en la práctica y también jurídicamente, la
potestad de transferir el riesgo a dos o más aseguradores radica en el tomador o contratante
del seguro.
566 AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 557
D &DGDDVHJXUDGRUHVREOLJDGRDOSDJRGHODLQGHPQL]DFLyQHQSURSRUFLyQ
DVXUHVSHFWLYDFXRWDGHSDUWLFLSDFLyQ
A falta de norma expresa, como la que ahora comentamos, los usos y
costumbres del mercado establecieron el principio que, en el coaseguro, cada
asegurador respondía en proporción a su participación en el negocio. Sin
6
Un detallado análisis jurídico del Coaseguro en MUÑOZ PAREDES (1996).
7
Véase SÁNCHEZ CALERO et al. (2010) pp. 715 y ss. que analiza con detalle y
profundidad los principales aspectos jurídicos del Coaseguro en la legislación española,
que establece, en lo medular, los mismos principios que regulan esta institución en el
C.com. chileno.
AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 557 567
E (QHOFDVRTXHVHHPLWDXQDVRODSyOL]DVHSUHVXPLUiTXHHODVHJXUDGRU
que la emite es mandatario de los demás para todos los efectos del
contrato
Esta norma, establecida en el inciso segundo del artículo 557 del C.com.,
es muy importante.
La disposición permite que el coaseguro se formalice en una sola póliza
o en varias, es decir que cada coasegurador emita una póliza independiente,
aunque las condiciones generales y particulares de todas ellas deberán ser
idénticas. No lo dice expresamente el inciso, pero se deduce de su tenor
literal. Sin embargo, la unidad de contrato que existe en el coaseguro lleva
consigo que, normalmente, existe también unidad de póliza. Es decir se
redacta una única póliza, suscrita por todos los coaseguradores, pero emi-
tida por uno de ellos, en la que se consigna una cláusula que da cuenta del
acuerdo de coaseguro y de la distribución proporcional del riesgo. Pues
568 AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 557
bien, quien la emite se entenderá mandatario de los demás para los efectos
del contrato de seguro.
Observamos anteriormente que en el coaseguro cada asegurador, para
efectos del pago de la indemnización, se hace responsable en forma pro-
porcional a su cuota de participación. Es decir, la obligación pecuniaria que
surge de un siniestro cubierto, se divide entre los coaseguradores. Pero no
ocurre lo mismo para todos los demás efectos del contrato cuando se emite
una sola póliza, caso en el cual el coasegurador que la emite se presumirá
mandatario de los demás.
En la práctica del mercado chileno, se conocen muy pocos coasegu-
ros en los que exista más de una póliza. Lo normal es que se emita una
sola y que el asegurador que la emita sea quien asume una proporción
mayor en el riesgo, a quien habitualmente se denomina “coasegurador
líder”. Será entonces este líder quien, sobre la base de lo dispuesto en
el inciso comentado, se constituirá en mandatario de los demás coase-
guradores para todos los efectos del contrato, con excepción del pago
de la eventual indemnización, pues en ese caso, como se dijo antes y
lo dispone claramente el inciso primero del artículo 557 C.com., cada
coasegurador responde en forma independiente y proporcional a su cuota
de participación en el riesgo y no existe entonces representación alguna
del líder para esos efectos.
Entendemos que cuando el inciso segundo del artículo 557 C.com. alude
D³WRGRVORVHIHFWRVGHOFRQWUDWR´VHUH¿HUHDODVJHVWLRQHVTXHVRQQHFH-
sarias para hacerlo operativo. Entre las más importantes podemos destacar
la emisión de la póliza con sus eventuales endosos o suplementos, entregar
la póliza al contratante o al intermediario, cobrar la prima, acoger a trami-
tación y ordenar la liquidación de los siniestros. Si el contrato es colectivo,
el coasegurador que emite la póliza deberá preocuparse de cumplir con
las obligaciones establecidas en el artículo 517 del C.com. Y, si fuese un
contrato celebrado sin intermediación, hipótesis poco probable en el caso
de un coaseguro, el coasegurador que emite la póliza deberá cumplir con
las obligaciones dispuestas en el artículo 529 del C.com.
Corresponde preocuparse del alcance de este mandato, especialmente
respecto a eventuales facultades judiciales. Por la amplitud de los térmi-
nos del inciso segundo del artículo 557 del C.com.: ¿Podrá considerarse al
coasegurador líder como mandatario judicial de los demás coaseguradores?
Creemos que la respuesta es negativa. El mandato que se presume conferido
AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 557 569
BIBLIOGRAFÍA
8
Respecto a la naturaleza jurídica, funciones y alcances del mandato colectivo otor-
gado por los coaseguradores al emisor de la póliza, véase SÁNCHEZ CALERO et al. (2010)
pp. 728 y ss.
570 AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 557
ARTÍCULO 558
COMENTARIO
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 559
$UWtFXOR7UDQVPLVLyQGHOVHJXUR7UDQVPLWLGDODSURSLHGDGGHODFRVD
asegurada por título universal o singular, el seguro correrá en provecho
del causahabiente desde el momento en que los riesgos le correspondan,
a menos que el seguro hubiere sido consentido por el asegurador en con-
VLGHUDFLyQDODSHUVRQDGHOFDXVDQWH7HUPLQDGRHOVHJXURSRUHVWDFDXVD
se aplicará lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 520.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 520, 537 inciso 3º, 544, 545
y 559.
COMENTARIO
2
Se mantiene, a grandes rasgos, la redacción del artículo 530 del Código de Comercio
que fuera derogado por la ley Nº 20.667. El texto anterior decía: “Transmitida por título
universal o singular la propiedad de la cosa asegurada el seguro correrá en provecho del
adquirente, sin necesidad de cesión, desde el momento en que los riesgos le correspondan
a menos que conste evidentemente que el seguro fue consentido por el asegurador en
consideración a la persona asegurada”. Se agrega la referencia al artículo 520 y se suprime
la frase “sin necesidad de cesión”.
3
Para un completo esquema de la sucesión por causa de muerte, con abundante
bibliografía, ELORRIAGA (2010) pp. 4-11.
4
Existe sucesión a título universal y una o más cosas de la masa hereditaria están
aseguradas, el artículo 951 inciso 2º del Código Civil dispone que “el heredero lo sucede
en todos sus bienes, derechos y obligaciones, o en una cuota de ellos…”. A su turno, si la
sucesión es a título singular se sucede en una o más especies o cuerpos ciertos (la propiedad
de la cosa asegurada) como tal caballo, tal cosa; o en una o más especies indeterminadas
de cierto género (entre las cuales está la cosa asegurada), como un caballo, tres vacas,
seiscientos pesos fuertes, cuarenta fanegas de trigo”.
5
RODRÍGUEZ (2003) p. 16; ELORRIAGA (2010) pp. 23 ss., apunta que se trata de un modo
derivativo y gratuito, entre otras calificaciones.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 559 575
6
Véase la situación anterior manifestada en las pólizas que modificaban la regla del
antiguo artículo 530 en BAEZA (1981) pp. 84 s.
7
Sobre estos documentos y comunicaciones en relación con la formación del
consentimiento, véase el artículo 515 del Código de Comercio.
576 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 559
Según las reglas generales que gobiernan la sucesión mortis causa la he-
UHQFLDVHGH¿HUHDOPRPHQWRGHODPXHUWHGHOFDXVDQWHGXHxRGHODFRVD
asegurada (art. 956) salvo que haya un llamamiento condicional, caso en
HOFXDOODKHUHQFLDVHGH¿HUHDOYHUL¿FDUVHODFRQGLFLyQVLHVSRVLWLYDR
al no acaecer el hecho, si es negativa8 (art. 1070 Código Civil). En ese
momento los riesgos corresponden, al menos, a los herederos9.
Al momento de deferirse la herencia principia ipso iure la posesión
legal de ésta en la persona o personas de los herederos (aunque lo ignoren),
según disponen los artículos 722 y 688 del Código Civil. Esta posesión
legal es de la herencia, pero no necesariamente de cada uno de los bienes
de ésta, y sirve, como apunta ELORRIAGA, sólo para dar una solución de
continuidad entre la posesión del causante y la de sus herederos10. Por
ello, en principio no bastaría la posesión legal de la herencia para operar
la regla del artículo 559 C.com., pues supone la transferencia del dominio
de la cosa, la que si bien ha operado, no se radica en bienes determinados
(como la cosa asegurada) sino hasta el momento de la partición. Con todo,
resta saber si en caso de siniestro, puede pagarse a estos “poseedores del
crédito” pues la ley dispone que el pago hecho de buena fe al “poseedor
del crédito” vale aunque después aparezca que no le pertenecía (art. 1576
Código Civil). El asunto, evidentemente, no es sencillo, sobre todo si se
toman en cuenta las características propias del fenómeno sucesorio, tales
como la posibilidad de repudiar la herencia, la mera falta de aceptación,
la declaración de herencia yacente, etcétera.
Por nuestra cuenta, y a pesar de lo dispuesto en el artículo 1576 inciso
2º que valida el pago al heredero putativo, pensamos que el artículo 559
señala una regla más estricta, pues tiene en cuenta el problema del riesgo. En
tal sentido, el momento en que deben estimarse que los riesgos comienzan
a interesar al heredero o legatario es el momento de la aceptación expresa
o tácita de la herencia.
8
El problema del “interés” evidentemente se complica en el caso del inciso final del
artículo 1070 en que el causante establece una propiedad fiduciaria a favor de una persona
distinta del heredero o legatario, mientras penda la condición negativa.
9
La situación del legatario es diversa como veremos más adelante.
10
ELORRIAGA (2010) p. 99.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 559 577
11
Hay aceptación tácita cuando el heredero ejecuta un acto que necesariamente
manifiesta su intención de aceptar, más allá de un acto de mera conservación, como, por
ejemplo, cuando el heredero o legatario paga la prima o cuando se presenta a cobrar el
seguro.
578 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 559
12
ELORRIAGA (2010) p. 321.
13
Además, los legatarios no son ni poseedores legales ni poseedores efectivos de la
herencia, cualidad que sólo es predicada de los herederos. Al respecto ELORRIAGA (2010)
p. 324.
14
La situación, idéntica, en España en BREL PEDREÑO (1996) pp. 199 s.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 559 579
3.2. Pensamos que a los herederos y legatarios les afectan las decla-
raciones dolosas y las agravaciones del riesgo imputables al causante.
El fenómeno sucesorio permite la oposición excepciones personales del
asegurador frente a los causahabientes. La misma regla debe seguirse en el
caso de los legatarios.
15
Con referencia a CLARO SOLAR, véase ELORRIAGA (2010) p. 348 Nº 562.
580 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 559
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 560
COMENTARIO
1. TRANSFERENCIA Y TRANSMISIÓN
*
Licenciado en Derecho, Universidad de los Andes. Magíster en Investigación Jurídica,
Universidad de los Andes. Doctor en Derecho, Universidad de los Andes. Profesor de Derecho
Civil Universidad de los Andes. Profesor de Derecho del Consumidor LLM-UC. Profesor
Investigador del Centro de Derecho de Seguros de la Universidad de los Andes. Director
AIDA Chile. Este comentario forma parte del Proyecto Anillo de Investigación Asociativa
Código SOC 1111, patrocinado por la Comisión de Investigación Científica y Tecnológica.
Email: mno@uandes.cl.
582 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 560
1
Sólo aparece la fundamentación de los 15 días de vigencia del contrato tras la
enajenación de la cosa. Se fundamentan estos 15 días en “evitar que el asegurado quede
desprotegido sin tener oportunidad para obtener otro seguro” (Proyecto de ley, sub. art. 559
= Informe de la Comisión de Economía de la Cámara, sub. art. 559).
2
Para la diferencia entre la transferencia del objeto y del interés BREL (1996) pp. 86 ss. y
pp. 122 ss.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 560 583
3. NO APARECE LA OBLIGACIÓN DE
DEVOLVER LA PRIMA CORRESPONDIENTE AL PERÍODO
NO CUBIERTO COMO EN EL ARTÍCULO 559
3
Como apunta BREL (1996) p. 125, con esta forma de establecer el momento de
la transferencia (criterio económico sostenido por MÖLLER) quedarían sin resolver las
enajenaciones gratuitas y las ventas a crédito.
584 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 560
/DOH\QRFRQWHPSODODIRUPDHQTXHHOHQDMHQDQWHGHEHQRWL¿FDUDOD
Compañía de Seguros el hecho de la transferencia. Pensamos que ello debe
quedar regulado en la póliza, cuando ésta sea a la orden y cuando se admita
ex ante la continuación del seguro en caso de transferencia, por ejemplo, a
empresas relacionadas o del mismo grupo.
En los casos en que claramente el seguro no continúa podría suceder,
por ejemplo, que el asegurado-cedente no comunique la enajenación de la
cosa y continúe pagando la prima, sea porque pactó un mandato para el pago
automático con un Banco o por otra razón cualquiera. Nos parece que en
caso de no decidir continuar con el seguro, tales pagos deben ser restituidos
SRUHODVHJXUDGRU\GHQLQJXQDPDQHUDMXVWL¿FDQODVXEVLVWHQFLDGHOFRQWUDWR
Si bien el artículo 524 del Código de Comercio no determina la obliga-
FLyQGHQRWL¿FDUHOKHFKRGHODHQDMHQDFLyQDSDUHFHFRPRXQDPiVGHODV
obligaciones del asegurado4, y por ello su forma bien puede establecerse en
el contrato. Si no se hace, consideramos que aunque la venta propiamente tal
no constituya genéticamente una agravación del estado del riesgo de aquella
escrita en el artículo 5265, la ejecución de buena fe que debe gobernar la
4
El deber de declarar las circunstancias para apreciar el riesgo se contempla en el
proceso de formación del consentimiento (art. 524 Nº 1). Por su parte, el deber de notificar la
agravación de los riesgos (art. 526) no necesariamente se enmarca en los casos de enajenación.
5
Véase el fallo “Osorio con Compañía de Seguros Phoenix Assurance Co.” citada
por CONTRERAS (1998) p. 76, en que se razona que el hecho de pernoctar los gañanes de
los fundos en los galpones de maquinarias –principalmente la trilladora enajenada y las
trilladoras en general– no comporta agravación del riesgo.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 560 585
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 561
COMENTARIO
/DUHJODGHODUWtFXORUHÀHMDXQDDSOLFDFLyQSDUWLFXODUGHORGLVSXHVWR
HQJHQHUDOSRUHODUWtFXORLQFLVRGHO&yGLJRGH&RPHUFLR(QHIHFWR
VLODFRVDVHSLHUGHSRUFDXVDVQRFXELHUWDVHQODSyOL]DQRVyORQRQDFHHO
GHUHFKRDODLQGHPQL]DFLyQVLQRTXHORTXHHVPiVUHOHYDQWHWDPSRFRKD\
GHUHFKRDTXHFRQWLQ~HHOFRQWUDWR\DTXHGHVDSDUHFHQMXQWRDODFRVDRWURV
HOHPHQWRVHVHQFLDOHVGHOQHJRFLRFRPRSRUHMHPSORHOLQWHUpVDVHJXUDEOH
(ODUWtFXORTXHFRPHQWDPRVGHVFDUWDXQDSpUGLGDQRMXUtGLFDGHODFRVD
HQDMHQDFLyQSXHVHQWDOFDVRGHEHSURFHGHUVHVHJ~QGLVSRQHHODUWtFXOR
/LFHQFLDGRHQ'HUHFKR8QLYHUVLGDGGHORV$QGHV0DJtVWHUHQ,QYHVWLJDFLyQ-XUtGLFD
8QLYHUVLGDG GH ORV$QGHV 'RFWRU HQ 'HUHFKR 8QLYHUVLGDG GH ORV$QGHV 3URIHVRU GH
'HUHFKR&LYLO8QLYHUVLGDGGHORV$QGHV3URIHVRUGH'HUHFKRGHO&RQVXPLGRU//08&
3URIHVRU,QYHVWLJDGRUGHO&HQWURGH'HUHFKRGH6HJXURVGHOD8QLYHUVLGDGGHORV$QGHV
'LUHFWRU$,'$&KLOH(VWHFRPHQWDULRIRUPDSDUWHGHO3UR\HFWR$QLOORGH,QYHVWLJDFLyQ
$VRFLDWLYD&yGLJR62&SDWURFLQDGRSRUOD&RPLVLyQGH,QYHVWLJDFLyQ&LHQWtILFD\
7HFQROyJLFD(PDLOPQR#XDQGHVFO
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 561 587
560 del Código de Comercio que, como hemos revisado, regula la termina-
ción del contrato por transferencia inter vivos del objeto asegurado. Es una
consecuencia de lo anterior que en el caso del artículo 561 que actualmente
comentamos no exista el plazo de 15 días cabales para dar por terminado
el contrato, sino que su terminación coincide ipso facto con el evento de la
pérdida o destrucción de la cosa.
La prueba del momento de la pérdida o destrucción de la cosa será una
cuestión de hecho que deberá apreciarse caso a caso.
Los supuestos del artículo 561 C.com. son distintos, pero dan lugar a un
efecto que es idéntico, puesto que se fundan en una extinción total o parcial
de la cosa y, asimismo, del interés patrimonial en conservarla.
El primer supuesto es la pérdida de la cosa que es objeto del seguro.
El legislador supone que esta pérdida puede ser total o parcial. La pér-
dida parcial de la cosa asegurada sólo vale para cosas aseguradas que
sean divisibles y para los bienes genéricos o fungibles, en circunstancias
que los bienes indivisibles (física o jurídicamente) sólo pueden perderse
totalmente.
El hecho de perderse la cosa asegurada acarrea, en los seguros reales, la
desaparición de toda posibilidad que el asegurado esté expuesto a un riesgo
HQODPHGLGDTXHGLFKDSpUGLGDVHDWRWDO\GH¿QLWLYD6LHOULHVJRGHVDSDUHFH
el seguro carece de objeto. Asimismo, y de manera consecuencial, la pér-
dida del objeto asegurado equivale a la extinción sobreviniente del interés
asegurable pues, como se ha dicho, el interés supone la conservación de la
cosa cuyo riesgo de pérdida ya no existe más. Nos referiremos a la pérdida
parcial en unos párrafos más adelante.
La destrucción de la cosa supone, naturalmente, un tratamiento distin-
to ya que aunque se trate de una cosa indivisible, siempre admite grados.
/DOH\QRLQGLFDFXiOHVHOSDUiPHWURTXHGHEHVHJXLUVHSDUDFDOL¿FDUXQD
destrucción como total o parcial, por lo que nos parece que en sintonía
con el elemento lógico de interpretación de la ley, debe procederse según
las normas que gobiernan la pérdida total contemplado en el artículo 512
letras “ñ” y “o” del Código de Comercio, el que determina la regla de la
pérdida de las tres cuartas partes. En efecto, en ocasiones la destrucción
HVHYLGHQWHFRPRFXDQGRFDHFRPSOHWDPHQWHXQHGL¿FLRSHURHQRWUDVOD
línea es más tenue.
588 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 561
4. ASEGURAMIENTO DE UNIVERSALIDADES
Y PÉRDIDA DE LA COSA
Esta forma de terminación del seguro debe ser analizada para el caso de
los seguros de universalidades contemplados en el artículo 548 del Código
de Comercio. La naturaleza jurídica de toda universalidad supone que una
o más cosas forman parte de un conjunto de bienes que por su ubicación u
otra circunstancia son materia de un mismo seguro. La materia asegurada
es en este caso la universalidad misma, aunque deban individualizarse los
REMHWRV\MXVWL¿FDUODH[LVWHQFLDSXHVWDOREOLJDFLyQVyORVHH[LJHDOWLHPSR
del siniestro.
Como es natural a este tipo de seguros, la pérdida de una o más cosas
que son parte de la universalidad por causas no cubiertas en el contrato no
SRQHQ¿QDOVHJXURSXHVODPDWHULDDVHJXUDGDQRKDIHQHFLGR6LODXQL-
versalidad entera fenece por causas no cubiertas en la póliza, entonces el
seguro termina.
1
Por ejemplo, si sólo hay cobertura de incendio y la cosa que es objeto del seguro se
incendia parcialmente dentro del plazo de cobertura, y luego sufre daños (no cubiertos)
por un terremoto la Compañía debe pagar la indemnización por incendio.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 562 589
ARTÍCULO 562
COMENTARIO
2
SERVICIO DE IMPUESTOS INTERNOS (2013). Ordinario Nº 454, de 11 de marzo del año 2013.
3
Artículo 578 C.com.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 562 591
BIBLIOGRAFÍA
CÓDIGO DE COMERCIO.
SERVICIO DE IMPUESTOS INTERNOS (2013). Ordinario Nº 454, de 11 de marzo
del año 2013.
592 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 563
ARTÍCULO 563
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512, 513 x), 524 Nº 7, 524 inc.
3º, 530, 531, 532, 533, 543, 550, 552, 553, 554, 555, 556, 557, 558, 570
inc. 2º, 575, 578, 579, 582, 585, 588 y 596; artículos del D.F.L. Nº 251: 61
y ss.; artículos del D.S. Nº 1.055: 12 y ss.; artículos de la LPC: 16 letra a)
y 16 letra g).
COMENTARIO
\ FXDQWL¿FDU HO PRQWR GH OD SpUGLGD \ GH OD LQGHPQL]DFLyQ D SDJDU 3RU
consiguiente, nuestro legislador ha considerado la posibilidad de someter la
determinación del quantum de la prestación del asegurador a un proceso de
carácter técnico regulado de modo preciso en el D.S. Nº 1.055. Quien ejecute
este procedimiento de liquidación deberá precisar, además del quantum de la
indemnización, la forma de cumplimiento, en dinero o in natura.
(ODUWtFXORGHO&FRPVHUH¿HUHDOREMHWRGHODSUHVWDFLyQGHO
asegurador en los seguros de daños, y establece que es de dar una suma de
dinero, como regla general. Se recoge un principio dinerario3, al disponer
la parte inicial del citado artículo que “el asegurador deberá indemnizar
el siniestro en dinero”. Luego, nuestro legislador opta por suprimir el
carácter imperativo dado por el artículo 542 a las normas del Título VIII
del Libro II del C.com., dejando la norma sobre forma de indemnizar en
carácter dispositivo. De este modo y según lo dispone la segunda parte
del artículo que comentamos el asegurador debe cumplir su prestación en
dinero, “a menos que se haya estipulado que pueda hacerlo mediante la
reposición o reparación de la cosa asegurada”. Se trata de una regla usual
en la práctica mercantil de los aseguradores, que contempla la posibilidad
de cumplir por medios alternativos, no necesariamente dinerarios, como
son la reposición o reparación del bien dañado4. En tales casos, la obli-
gación del asegurador es de hacer5.
Para terminar, apuntamos que en el caso de los seguros de personas,
como hemos señalado al comentar el artículo 529 Nº 2 del C.com., el quan-
tum de la indemnización está determinado en el contrato, no se requiere
ajustar la pérdida sufrida, por cuanto este tipo de seguros no están sujetos
al principio de indemnización que consagra el C.com. en el artículo 5506.
No obstante lo señalado, habrá excepciones cuando ciertas modalidades
de seguros de personas, contengan coberturas patrimoniales como señala
el artículo 601 del C.com. En estos casos, si procede, podría aplicarse el
artículo 563 del C.com.
3
Véase DONATI y VOLPE (2006) p. 164; SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 429; LAMBERT-FAIVRE
y LEVENEUR (2011) p. 389.
4
Véase ARELLANO (2013) p. 104.
5
Véase SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 436; RÍOS (2014) p. 138.
6
RUIZ-TAGLE (2011) p. 261.
594 RÍOS OSSA, Roberto Artículo 563
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 564
$UWtFXOR'HMDFLyQ(ODVHJXUDGRQRSRGUiKDFHUGHMDFLyQGHODVFRVDV
aseguradas, salvo pacto en contrario.
COMENTARIO
*
Licenciado en Derecho, Universidad de los Andes. Magíster en Investigación Jurídica,
Universidad de los Andes. Doctor en Derecho, Universidad de los Andes. Profesor de
Derecho Civil Universidad de los Andes. Profesor de Derecho del Consumidor LLM-UC.
Profesor Investigador del Centro de Derecho de Seguros de la Universidad de los Andes.
Director AIDA Chile. Este comentario forma parte del Proyecto Anillo de Investigación
Asociativa Código SOC 1111, patrocinado por la Comisión de Investigación Científica y
Tecnológica. Email: mno@uandes.cl.
1
En este escenario, en que la dejación debe pactarse expresamente, la cláusula por
la cual la compañía de seguro no queda obligada a aceptar la dejación carece de sentido.
596 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 564
BIBLIOGRAFÍA
2
-XOLR /DEDVVH FRQ &RPSDxtD GH 6HJXURV (O FyQGRU \ /D 5HS~EOLFD, citado por
CONTRERAS (1998) p. 235.
3
BARROILHET (2007) p. 348.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 565 597
ARTÍCULO 565
COMENTARIO
1. GENERALIDADES
2
CLARO SOLAR (1939 a) p. 212.
3
Para la subrogación real en general, véase CLARO SOLAR (1939 b) p. 289 ss.
4
CLARO SOLAR (1939 b) p. 291.
NASSER OLEA, Marcelo Artículo 565 599
4. FORMA DE LA NOTIFICACIÓN
/D OH\ QR LQGLFD FyPR GHEH SURFHGHUVH D HVWD QRWL¿FDFLyQ OR TXH
evidentemente complica la interpretación de la norma. Nos parece que el
asunto deberá ser resuelto por la judicatura, aun cuando nuestro parecer
es que bastaría una simple comunicación dirigida al asegurador, sin que
quede satisfecha la regulación con una comunicación al liquidador ni al
corredor5.
5
Podría pensarse que basta una comunicación al corredor, sobre todo en virtud de lo
dispuesto en el numeral 5º del artículo 10 del Decreto Nº 1.055. Sin embargo, el artículo
565 del Código de Comercio es claro en señalar que la notificación debe ser hecha al
asegurador, sin intermediario, por lo que preferimos esa interpretación.
600 NASSER OLEA, Marcelo Artículo 565
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 566
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 518, 542, 525, 526, 542 y 567.
COMENTARIO
2
Se entiende que cumple con ser la causa inmediata o próxima de la pérdida. Si son
varias las causas, la próxima se considera la que sea eficiente, es decir, la que pone en
acción las circunstancias que intervienen en el suceso.
3
TIRADO (1999) pp. 690-691.
4
TIRADO (1999) p. 711.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 566 603
5
Para esclarecer las cláusulas correspondientes a esta cobertura hemos agregado
algunos nexos lingüísticos a partir de este párrafo. La redacción en ocasiones es francamente
críptica y de difícil comprensión. Si se le otorga el beneficio de la duda puede decirse que
esa dificultad tiene su origen en una traducción deficiente.
604 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 566
/D¿QDOLGDGSULQFLSDOGHHVWHVHJXURHVHOUHVDUFLPLHQWRGHORVGDxRV
que afectan a los objetos asegurados, que son los mencionados en la póli-
za, a causa de un fuego, incluyéndose asimismo los gastos que ocasione el
salvamento de esos bienes o los daños que se produzcan en los mismos al
intentar salvarlos. El tomador de un seguro deberá declarar el estado del
riesgo y el interés asegurable conforme el cuestionario que de acuerdo a la ley
le solicite responder la compañía aseguradora. El interés asegurable puede
recaer en un bien de dominio de otra persona, su comodatario, arrendatario o
usufructuario, etc. Aunque los terrenos en que se funda sean de un tercero6.
Resulta frecuente que la aseguradora requiera mayor exactitud en la
declaración de los riesgos vinculados a los bienes inmuebles que a los
muebles o, si se quiere, en aquellos que tengan mayor valor. Los bienes
raíces presentan diversas coberturas que podrán referirse a la construc-
ción misma como a los bienes que se encuentran en el interior de ellos.
Los objetos que no son incluidos en la declaración del riesgo, escapan
a la cobertura contratada ya que no han sido considerados en el cálculo
de la prima. Ahora bien, la sola declaración de los objetos no constituye
SUXHEDGHVXH[LVWHQFLDQLGHVXYDORUDODKRUDGHYHUL¿FDUVHHOVLQLHVWUR
La tasación que realiza la compañía aseguradora sí da lugar a una prueba
del objeto y su valor, sin perjuicio que el asegurado deberá comprobar
que el incendio lo dañó7.
El artículo 531 C.com. establece una presunción a favor del asegurado
ante siniestros de cualquier ramo incluido el de incendio. Dicha presun-
ción da por entendido que el siniestro ha ocurrido por caso fortuito y por
consiguiente el asegurador es responsable del siniestro. En este contexto,
se considera como un solo evento el conjunto de reclamaciones por daños
materiales originados por la misma causa, ocurridos dentro del período de
72 horas o del plazo distinto que señale las condiciones generales8.
El nexo causal conforme al cual debe haber una unión de causa a efecto
entre los daños y el siniestro de incendio que lo produjo resulta funda-
6
ARELLANO (2013) p. 15.
7
En la cobertura inscrita en el registro de la Superintendencia de Valores y Seguros
bajo la denominación POL 110180 se detallan los riesgos que generalmente abarca esta
cobertura y que a continuación se detallan, todos los cuales se contratan en conjunto.
8
ARELLANO (2013) p. 179.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 566 607
9
Para esclarecer las cláusulas correspondientes a esta cobertura hemos agregado
algunos nexos lingüísticos a partir de este párrafo. La redacción en ocasiones es francamente
críptica y de difícil comprensión.
608 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 566
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 567
$UWtFXOR&RQWHQLGRGHODSyOL]D$GHPiVGHODVHQXQFLDFLRQHVTXH
H[LJHHODUWtFXORODSyOL]DGHEHUiH[SUHVDUODXELFDFLyQGHVWLQR\XVR
de los inmuebles asegurados, y de los edificios colindantes, en cuanto estas
FLUFXQVWDQFLDVSXHGDQLQIOXLUHQODHVWLPDFLyQGHORVULHVJRV
,JXDOHVPHQFLRQHVGHEHUiFRQWHQHUODSyOL]DUHVSHFWRDORVLQPXHEOHVHQ
que se encuentren colocados o almacenados los bienes muebles, cuando el
seguro verse sobre estos últimos.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 518, 542, 525, 526, 542 y 566;
artículos del Código Penal: 470 Nº 10 y 483.
COMENTARIO
2
RUIZ-TAGLE (2011), p. 312.
3
ARELLANO (2013), p. 181.
4
Asimismo, es muy común que este tipo de seguro se relacione con operaciones de
crédito hipotecario en que la ley obliga al contratante a tomar un seguro a favor del Banco
acreedor. VILLAGRÁN (2012) pp. 67-104.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 567 611
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 568
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 524, 525, 542, 566, 567, 590
y 591; artículo 3º de ley Nº 20.667que modifica el artículo 470 del Código
Penal.
COMENTARIO
Por medio del artículo 568 se introduce como una cobertura autónoma
la relativa a los perjuicios causados por la sustracción de cosas mediante
la comisión de los delitos u otras conductas ilegítimas que la póliza señale.
Se trata de una cobertura centrada en la sustracción de las cosas aseguradas
declaradas por el tomador o asegurado han formulado en la propuesta.
La cobertura se extiende al delito de robo con fuerza en las cosas
que nuestro Código Penal describe en su artículo 440 que señala que: “El
culpable de robo con fuerza en las cosas efectuado en lugar habitado o en
sus dependencias, sufrirá la pena de presidio mayor en su grado mínimo si
cometiere delito: 1º Con escalamiento, entendiéndose que lo hay cuando se
entra por vía no destinada al efecto, por forado o con rompimiento de pared
o techos, o fractura de puertas o ventanas. 2º Haciendo uso de llaves falsas
o verdaderas que hubiere sido sustraída, de ganzúas u otros instrumentos
semejantes para entrar en el lugar del robo. 3º Introduciéndose en el lugar
del robo mediante la seducción de algún doméstico, o a favor de nombres
supuestos o simulación de autoridad”.
Llama la atención la expresión que usa la ley relativa a “u otras con-
ductas ilegítimas que la póliza señale”. Dicha expresión da cuenta de que
resultan determinantes los términos en que esté redactado el contrato y los
DFWRV\VXVFLUFXQVWDQFLDVLQFOXLGRV3RUHVRVHSXHGHD¿UPDUTXHODQRFLyQ
de robo contenida en la ley es más amplia que la delimitada en nuestro Có-
digo Penal y por eso, a modo de ejemplo, cubre la sustracción de las cosas
aseguradas, y los perjuicios ocasionados en esa sustracción como los daños
a los recintos e instalaciones en que se encuentren4.
Por lo anterior, resulta claro que la conducta descrita como la sustrac-
ción debe resultar de la acción con fuerza o seducción, pero no se extiende
DODYLROHQFLDHQODVSHUVRQDVRDOURER'HEHKDFHUVHPHQFLyQDOD¿JXUD
GHOLFWLYDYLQFXODGDDODGHIUDXGDFLyQ\HVSHFt¿FDPHQWHDOIUDXGHDOVHJXUR
TXHIXHLQFRUSRUDGDHQHODUWtFXORGHODOH\1TXHPRGL¿FDHO
artículo 470 del Código Penal.
4
El artículo 51 de la Ley de Contrato de Seguro Española (50/80) indica que: “La
indemnización del asegurador comprenderá necesariamente, de acuerdo con lo dispuesto en
el artículo 27: 1º el valor del interés asegurado cuando el objeto asegurado, efectivamente,
sea sustraído y no fuera hallado en el plazo señalado en el contrato. 2º. El daño que la
comisión del delito, en cualquiera de sus formas, causare en el objeto asegurado”.
614 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 568
BIBLIOGRAFÍA
5
ARELLANO (2013) p. 205.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 569 615
ARTÍCULO 569
$UWtFXOR3pUGLGDGHOGHUHFKRDODLQGHPQL]DFLyQ6LHOULHVJRDVHJX-
UDGRFRQVLVWHHQXQGHOLWRHODVHJXUDGRUSRGUiUHSHWLUODLQGHPQL]DFLyQ
pagada si se declara judicialmente que no hubo tal delito.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 524, 525, 542, 556, 566, 567,
568, 590 y 591; artículo 3 de la ley Nº 20.667 que modifica el artículo 470
del Código Penal.
COMENTARIO
BIBLIOGRAFÍA
1
FERRANDO (2002) p. 612.
2
ARELLANO (2013) p. 206.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 570 617
ARTÍCULO 570
COMENTARIO
1. HISTORIA DE LA NORMA
1
Moción de los señores Diputados, Jorge BURGOS VARELA, Juan BUSTOS RAMÍREZ,
Alberto CARDEMIL HERRERA, Edmundo ELUCHANS URENDA, Marcelo FORNI LOBOS, Renán
FUENTEALBA VILDÓSOLA, Sergio OJEDA URIBE, Eduardo SAFFIRIO SUÁREZ, Patricio VALLESPÍN
LÓPEZ, Mario VENEGAS CÁRDENAS. Fecha 10 de julio de 2007. Cuenta en Sesión 47,
Legislatura 355. La historia de la norma se encuentra disponible en: www.leychile.cl.
[fecha de consulta: 16 de junio de 2014] p. 4.
2
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 14.
3
En la moción se proponía la siguiente definición: “Art. 570. Concepto. Por el seguro de
responsabilidad civil, el asegurador se obliga a indemnizar los daños y perjuicios causados a
terceros, por un hecho previsto en la póliza, del cual sea civilmente responsable el asegurado.
En el seguro de responsabilidad civil, el asegurador pagará la indemnización al tercero
perjudicado, a virtud de sentencia ejecutoriada, o de transacción judicial o extrajudicial
celebrada por el asegurado con su consentimiento”.
No tardó en sugerirse una nueva definición, ya que “Los seguros de daños pueden serlo
de daños reales o de daños patrimoniales. El seguro de responsabilidad civil pertenece
a estos últimos. La compañía protege el patrimonio de su asegurado frente a eventuales
indemnizaciones que tuviere que pagar”.
Por ello se sugirieron dos conceptos alternativos:
“1. Por el seguro de responsabilidad civil, el asegurador se obliga a indemnizar al
asegurado el daño patrimonial que éste sufre a consecuencia de su responsabilidad civil,
derivada de los hechos previstos en la póliza.
2. Por el seguro de responsabilidad civil, el asegurador se obliga a indemnizar al asegurado
el daño patrimonial que éste sufre a consecuencia de su responsabilidad civil, y que dé lugar
a la obligación de indemnizar de acuerdo a la póliza”. Así en la historia de la norma que se
encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha de consulta: 16 de junio de 2014] p. 85.
Incluso el diputado HARBOE señaló que: “De la sola lectura de esa disposición se observa
que adolece de un serio problema jurídico: transformar al asegurador en un deudor de la
responsabilidad contractual y/o extracontractual, según corresponda, que un asegurado
tiene de indemnizar los daños y perjuicios que causó a un tercero.
Debe quedar meridianamente claro que el asegurador está obligado a pagar la presta-
ción establecida en el contrato, si es que de la liquidación del siniestro se concluye que
los hechos u omisiones que generan la responsabilidad civil del asegurado se encuentran
dentro de la cobertura de la respectiva póliza”.
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 263.
4
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 421.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 570 619
2. CARACTERÍSTICAS GENERALES
DEL SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL EN EL NUEVO
ARTÍCULO 570 DEL CÓDIGO DE COMERCIO
5
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 15.
6
Así, en varios códigos fuentes de la reforma chilena: Ley de Seguros España:
Artículo setenta y tres. Inciso 1. Por el seguro de responsabilidad civil el asegurador se
obliga, dentro de los límites establecidos en la ley y en el contrato, a cubrir el riesgo del
nacimiento a cargo del asegurado de la obligación de indemnizar a un tercero los daños
y perjuicios causados por un hecho previsto en el contrato de cuyas consecuencias sea
civilmente responsable el asegurado, conforme a derecho; C.com. Bolivia: Artículo 1.087.-
(Concepto). En el seguro de responsabilidad civil el asegurador se obliga a indemnizar
al asegurado los daños sufridos como consecuencia de determinada responsabilidad en
que incurra frente a un tercero. La indemnización puede hacerla el asegurador pagando
al tercero damnificado, por cuenta del asegurado, las sumas a que éste se halle obligado,
hasta el límite del monto asegurado. La responsabilidad se extiende a aquellas personas
por quienes el asegurado deba responder a la Ley Civil; C.com. Colombia: [Nota: Sin
referencia a “Civil”] Art. 1127. Definición de seguro de responsabilidad. Modificado.
Ley 45 de 1990, Art. 84. El seguro de responsabilidad impone a cargo del asegurador
la obligación de indemnizar los perjuicios patrimoniales que cause el asegurado con
motivo de determinada responsabilidad en que incurra de acuerdo con la ley y tiene
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 570 621
3. EL PROBLEMA DE LA ACCIÓN
DIRECTA DEL TERCERO PERJUDICADO
ELOLGDGFLYLO6HSURSXVRWHPSUDQDPHQWHVXHOLPLQDFLyQORTXH¿QDOPHQWH
prosperó.
El texto original señalaba que: “El tercero perjudicado tendrá acción
directa en contra del asegurador para cobrar la indemnización”.
Entre las varias críticas referidas, y que explican su desaparición
GHOWH[WRGH¿QLWLYR están las que señalaban que: alteraría el efecto de
las obligaciones entre los contratantes, agregándose que sería ejercida
por quien no es parte del contrato ni tiene un vínculo jurídico con el
asegurador ni con el asegurado causante del daño. Se expresó que esta
acción directa aumentaría la litigiosidad, lo que acarrearía falta de certeza
MXUtGLFD\SDWULPRQLDODXPHQWRGHFRVWRVGHSULPDV\OLWLJLRVFDOL¿FDGRV
de innecesarios, que multiplicarían el riesgo; dudas procesales de cómo
HMHUFHUODDFFLyQGLUHFWD\GL¿FXOWDGHVSDUDIDFXOWDUDODVHJXUDGRSDUD
GHWHUPLQDUVXSURSLDGHIHQVDMXGLFLDOHQFDVRVGHFRQÀLFWRGHLQWHUpVFRQ
el asegurador o cuando el hecho generador de la responsabilidad civil
pueda ser constitutivo de un delito.7
Destaca, en la discusión de la acción directa en el Congreso, la exposi-
ción de Roberto RÍOS, quien expone el arduo debate actual de la responsa-
bilidad civil, su presupuesto previo de reparación del daño y su obligación
de repararlo. Señaló RÍOS que los sistemas jurídicos actuales han creado
por vía legislativa o jurisprudencial sistemas de responsabilidad objetiva
en actividades de mayor riesgo, en algunos casos, con seguros obligato-
rios y que garantizan, en actividades peligrosas, cobertura sobre el riesgo
para garantizar a los perjudicados la existencia de un deudor solvente.
Dentro de los mecanismos destinados a tutelar el crédito indemnizatorio
de los perjudicados, además de la implementación de instrumentos de
reclamación en contra del asegurador, se cuenta, en opinión de RÍOS, la
acción subrogatoria como solución jurisprudencial tomada del derecho de
obligaciones, los mecanismos de privilegio del crédito del tercero frente
al asegurado, hasta la propia acción directa.8
7
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl.
[fecha de consulta: 16 de junio de 2014] pp. 79-80. Críticas desprendidas tempranamente
en la tramitación de la ley en el Congreso, por el entonces Intendente de Seguros de la
Superintendencia de Valores y Seguros, don Osvaldo Macías.
8
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] pp. 86 y ss.
624 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 570
9
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 87.
10
Se señaló en el Congreso que: “El ordenamiento italiano contempla la acción directa,
pero limitada a los regímenes de seguros obligatorios. El sistema contemplado en la VVG
alemana, es similar al italiano. Ambos ordenamientos, el italiano y el alemán, contemplan
el privilegio del perjudicado sobre la suma asegurada, lo que de alguna manera, aunque
de forma indirecta, garantiza la reparación del perjudicado.
El ordenamiento francés contempla la siguiente norma: El artículo L124-3 del Código
de Seguros, dispone: “El asegurador no podrá pagar a otro que no fuera el tercero lesionado
cualquier parte de la suma debida por él, mientras que ese tercero no haya sido reembolsado
hasta un total de dicha suma, de las consecuencias pecuniarias del hecho dañoso que haya
comportado la responsabilidad del asegurado”. No se trata de una norma como la española,
que establece en forma expresa la acción directa. Sin embargo, la jurisprudencia francesa
ha estimado que de este artículo surge el derecho del perjudicado a reclamar directamente
en contra del asegurador”. Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en:
www.leychile.cl. [fecha de consulta: 16 de junio de 2014] pp. 88 ss.
11
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] pp. 99 y ss. Expresó, además, para sostener su necesaria
consagración legal, un ejemplo relativo a un lamentable accidente sufrido por un avión y
en el que los dueños de la compañía aérea, al ser ésta insolvente, dejaron sin indemnización
a las víctimas del choque de la aeronave con un cerro en el trayecto entre Puerto Montt y
Chaitén. Señaló, finalmente, que: “la acción directa está contemplada expresamente, en
muchísimos países y la tendencia mundial es a que se expanda su aplicación. Por citar sólo
a algunos, en Europa existe en España, Francia, Bélgica, Portugal con carácter general y
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 570 625
en todo el resto de los países europeos para los seguros de RC obligatorios; en América
en México, Colombia, Argentina, Paraguay, Perú, Bolivia, Venezuela y en el Proyecto de
Nueva Ley sobre Contrato de Seguros de Brasil; así como en una gran parte de los Estados
de USA, etc.”. Sobre estas legislaciones y la interpretación de Contreras, ver en la discusión
parlamentaria, las pp. 117-123.
12
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] pp. 165, 205, 207, 371, 406 y 408.
13
Diputado Santana, así en la historia de la norma que se encuentra disponible
en: www.leychile.cl. [fecha de consulta: 16 de junio de 2014] p. 202. En el mismo
sentido, el diputado Fuad Chahín, p. 208. En palabras del diputado HARBOE, “De más
está señalar que se pretenderá transformar a la compañía aseguradora en un verdadero
legitimado pasivo. Es decir, vamos a alterar la relación de los efectos directos de las
causas y las responsabilidades por los hechos propios y los extenderemos a un tercero,
en circunstancias de que no cometió el hecho, acto u omisión que motivó los daños y
que originó la responsabilidad civil del asegurado”, p. 263.
14
Así en la historia de la norma que se encuentra disponible en: www.leychile.cl. [fecha
de consulta: 16 de junio de 2014] p. 276, votación particular en la Cámara de Diputados,
por su negativa: 51 votos, por la afirmativa: 42 votos. Hubo una abstención.
626 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 570
15
CORRAL (2013) p. 441.
16
Conforme al artículo 1201, “en los casos en que un asegurador de responsabilidad
otorgue una garantía para cubrir la responsabilidad del asegurado, podrá ser demandado
directamente por el tercero a cuyo favor se ha emitido dicha garantía” (art. 1201.1 C.com.).
17
CORRAL (2013) p. 442.
18
CORRAL (2013) p. 442.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 570 627
19
Completar vía analogía integradora implicaría extender la regla del artículo 513
letra c) como caso expreso al artículo 570 como caso omissus. En consecuencia, cuando
el artículo 570 recurre a la voz: “tercero” debemos entender que se trata de aquel que sin
ser asegurado tiene derecho a la indemnización.
20
Cobertura de protección e indemnización para pólizas de seguros marítimos, según
explica RÍOS OSSA (2014). Opinión expuesta el día miércoles 11 de junio de 2014, en el
Seminario: ³¢$FFLyQ GLUHFWD HQ HO 6HJXUR GH 5HVSRQVDELOLGDG &LYLO" 9LVLRQHV EDMR OD
QXHYDUHJXODFLyQGHO&RQWUDWRGH6HJXUR´ organizada en la Facultad de Derecho de la
Pontificia Universidad Católica de Chile y con el concurso de la Universidad de los Andes.
Agradecemos al profesor Roberto Ríos el habernos facilitado su ponencia inédita para
exponer sus ideas centrales en este comentario.
21
Opinión expuesta por RÍOS OSSA (2014).
628 BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 570
BIBLIOGRAFÍA
22
Institución única de la ley española, que otorga protección de riesgos de naturaleza
catastrófica. Si bien en sus inicios asumió sólo la esfera señalada de riesgo, en la
actualidad abarca los relacionados con el seguro de crédito a la exportación; el seguro
agrario combinado; el seguro de responsabilidad civil de automóviles de suscripción
obligatoria; el seguro obligatorio de viajeros; el seguro obligatorio del cazador y el seguro
de responsabilidad civil de riesgos nucleares; la responsabilidad civil medioambiental, todo
ello bajo el carácter de fondo subsidiario y de garantía. Todo esto, según la ley Nº 21/1990,
de 19 de diciembre y, sus sucesivas modificaciones, quedando su texto refundido aprobado
por el Real Decreto Legislativo 7/2004, de 29 de octubre, el cual ha sido modificado por
la ley Nº 6/2009, de 3 de julio de 2009.
23
La ley Nº 2007-1774, de 17 de diciembre de 2007, introduce el artículo 124 3-C en
el Code que consagra expresamente la acción directa: “La parte perjudicada tiene derecho
de acción directa contra el asegurador en el responsabilidad de la persona responsable.
El asegurador no podrá pagar a otro que el perjudicado la totalidad o parte de la cantidad
adeudada por él”. Tal y como señala ROBERTO RÍOS, “se trata de una transposición de la
directiva 4º y 5º sobre responsabilidad civil vehicular obligatoria”. Opinión expuesta el
día miércoles 11 de junio de 2014, en el Seminario: ³¢$FFLyQGLUHFWDHQHO6HJXURGH
5HVSRQVDELOLGDG&LYLO"9LVLRQHVEDMRODQXHYDUHJXODFLyQGHO&RQWUDWRGH6HJXUR´ or-
ganizada en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile y con
el concurso de la Universidad de los Andes.
BARRIENTOS ZAMORANO, Marcelo Artículo 570 629
ARTÍCULO 571
$UWtFXOR 1RWLILFDFLyQ (O DVHJXUDGR GHEHUi GDU DYLVR HQ WLHPSR
UD]RQDEOHDODVHJXUDGRUGHWRGDQRWLFLDTXHUHFLEDVHDGHODLQWHQFLyQ
GHOWHUFHURDIHFWDGRRVXVFDXVDKDELHQWHVGHUHFODPDULQGHPQL]DFLyQR
de la amenaza de iniciar acciones en su contra; de las notificaciones ju-
diciales que reciba, y de la ocurrencia de cualquier hecho o circunstancia
TXHSXGLHUHGDUOXJDUDXQDUHFODPDFLyQHQVXFRQWUD
COMENTARIO
(OYRFDEORDYLVRHVGH¿QLGRSRUOD5HDO$FDGHPLDGHOD/HQJXD(VSDxROD
(en adelante RAE) como “Noticia o advertencia que se comunica a alguien”,
y es tratado en el artículo 524 Nº 7 del C.com., que establece como obligación
GHODVHJXUDGRODGH³1RWL¿FDU´DODVHJXUDGRUWDQSURQWRVHDSRVLEOHGHWRGR
hecho siniestroso1. Es decir, este aviso del artículo 571 del C.com. no parece
GLVWLQWRGHODQRWL¿FDFLyQGHOGHO&FRPQRREVWDQWHVHOHLQFRUSRUDQHQ
el artículo en comento ciertas características que analizaremos, que en rigor
no alteran la obligación genérica, teniendo en común ambas normas legales,
TXHHOSHVRGHODYLVRRQRWL¿FDFLyQUHFDHVREUHHODVHJXUDGR6LQHPEDUJRHO
DUWtFXORGHO&FRPHQVXVLQFLVRV¿QDOHVWUDVODGDODREOLJDFLyQDOWRPD-
dor cuando se trate de persona distinta del asegurado. Esta diferencia reviste
particular importancia en el caso de un seguro de responsabilidad civil, por
cuanto una póliza puede ser tomada por un contratante y amparar a diversos
DVHJXUDGRVVLQHPEDUJRFXDQGRVHWUDWDGHUHJXODUHVWHDYLVRRQRWL¿FDFLyQ
\DQRJHQpULFDPHQWHFRPRORKDFHHODUWtFXORVLQRHVSHFt¿FDPHQWHD
propósito del seguro de responsabilidad civil, el legislador circunscribe la
obligación al asegurado, sin mencionar al tomador.
¿Debemos entender entonces que si el tomador ha dado aviso de un si-
niestro que afecta a un asegurado, no se ha cumplido la obligación del artículo
&FRP"/DUHVSXHVWDSDUHFHVHUD¿UPDWLYDQRREVWDQWHVHKDFXPSOLGROD
obligación del artículo 524 Nº 7 C.com. Un artículo es especialmente referido
a una obligación del seguro de responsabilidad civil y el otro a toda obligación
de asegurados y tomadores. El problema aumenta si, por ejemplo, un hecho
da origen a una demanda judicial y ésta se dirige contra 3 asegurados, pero
sólo dos dieron aviso. ¿Incumple su obligación el tercer demandado y en
consecuencia no está obligado el asegurador a costear su defensa? A la luz
GHODUWtFXORFRPHQWDGRODUHVSXHVWDHVQXHYDPHQWHD¿UPDWLYD
En otras legislaciones se ha establecido un plazo en la ley para cumplir
con la obligación del aviso e incluso hay discusión respecto a si el plazo
para expedir el aviso por el asegurado o para recibirlo por el asegurador2.
2. TIEMPO RAZONABLE
2
En el Derecho argentino, véase por todos LÓPEZ SAAVEDRA (2007) p. 127; en el Derecho
colombiano ver por todos ORDÓÑEZ (2004) pp. 94 y ss.
632 PERALTA LARRAÍN, Ricardo Artículo 571
GHO&FRPHVPiVHVSHFt¿FRTXHHOFRQUHODFLyQDODREOLJDFLyQGHO
DVHJXUDGRGHGDUDYLVRRQRWL¿FDUXQVLQLHVWUR
3. NOTICIA
4. TERCERO Y CAUSAHABIENTES:
¿QUIÉNES RECLAMAN?
5. RECLAMO INDEMNIZATORIO
3
ARELLANO (2013) p. 225.
634 PERALTA LARRAÍN, Ricardo Artículo 571
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 572
$UWtFXOR([WHQVLyQGHODFREHUWXUD$PHQRVTXHHVWpQDPSDUDGRVSRU
una cobertura especial, el monto asegurado comprende tanto los daños y
perjuicios causados a terceros, como los gastos y costas del proceso que
éstos o sus causahabientes promuevan en contra del asegurado.
6DOYRSDFWRHQFRQWUDULRODSyOL]DQRFXEUHHOLPSRUWHGHODVFDXFLRQHV
que deba rendir el asegurado, ni las multas o sanciones pecuniarias a que
sea condenado.
COMENTARIO
1. EL MONTO ASEGURADO
1
Véase CONTRERAS (2014) pp. 444-445.
638 PERALTA LARRAÍN, Ricardo Artículo 572
3. IMPORTE DE CAUCIONES
El inciso segundo del artículo 572 nos dice que las cauciones no están
cubiertas, salvo estipulación expresa que las ampare en la póliza. El Código
&LYLOHQVXDUWtFXORODVGH¿QHFRPR³FXDOTXLHUDREOLJDFLyQTXHVHFRQWUDH
para la seguridad de otra obligación propia o ajena” Aunque la norma del
Código de Comercio no lo diga expresamente, se quiso referir a cauciones
rendidas en juicio.
8Q WLSR GH ODV FDXFLRQHV TXH VH ULQGHQ HQ MXLFLR VRQ ODV ¿DQ]DV GH
resultas del recurso de casación regulada en el artículo 773 del Código de
Procedimiento Civil.
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 573
COMENTARIO
2
Véase CONTRERAS (2014) pp. 426 y ss.
PERALTA LARRAÍN, Ricardo Artículo 573 643
Es una novedad de esta ley la norma que dice “cuando quien reclame
HVWpWDPELpQDVHJXUDGRFRQHOPLVPRDVHJXUDGRURH[LVWDRWURFRQÀLFWRGH
3
SÁNCHEZ CALERO (2010) p. 1681. En el mismo sentido ATIENZA y EVANGELIO (2000)
p. 833.
644 PERALTA LARRAÍN, Ricardo Artículo 573
6. DEFENSA PENAL
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 574
$UWtFXOR7UDQVDFFLyQ6HSURKtEHDODVHJXUDGRDFHSWDUODUHFODPDFLyQ
contraria o transigir judicial o extrajudicialmente con el tercero afectado,
VLQSUHYLDDFHSWDFLyQGHODVHJXUDGRU(OLQFXPSOLPLHQWRGHHVWDREOLJDFLyQ
H[LPHDODVHJXUDGRUGHODREOLJDFLyQGHLQGHPQL]DU4
No constituye incumplimiento la circunstancia de que el asegurado, en las
declaraciones que formule, reconozca hechos verídicos de los que se derive
su responsabilidad.
COMENTARIO
2. PROHIBICIÓN DE TRANSIGIR
/DWUDQVDFFLyQHVXQHTXLYDOHQWHMXULVGLFFLRQDO\FRPRWDOSRQH¿QDO
juicio. Se prohíbe al asegurado celebrar este tipo de contrato de la venia
de su asegurador, lo cual es redundante y por consiguiente inútil, ya que
el concepto del artículo 570 establece que este seguro ampara en caso de
transacción “aprobada por el asegurador”, en consecuencia, no amparará
aquella que no ha sido aprobada por él. El castigo a la infracción de la
prohibición será la carencia de cobertura en la póliza, de algo que nunca
la habría tenido.
Cabe destacar que la no aceptación de la transacción por el asegurador
tiene el efecto señalado de eximir de la obligación de indemnizar al asegu-
rador, pero no constituye un vicio de nulidad, la póliza sigue siendo válida
y otros siniestros que la afecten podrán ser debidamente amparados, sólo
VHFDVWLJDHOLQFXPSOLPLHQWRHVSHFt¿FRHQXQFDVRGHWHUPLQDGR(QHVWRHO
legislador ha sido consecuente con el tratamiento que da a circunstancias
como el agravamiento del riesgo o la falta de interés asegurable.
3. RECONOCIMIENTO DE HECHOS
1
Véase CONTRERAS (2014) pp. 424-425.
648 PERALTA LARRAÍN, Ricardo Artículo 574
BIBLIOGRAFÍA
2
DÍAZ-GRANADOS ORTIZ (2012) pp. 149 y ss.
3
LÓPEZ SAAVEDRA y MARTÍN PERUCCHI (1999) pp. 279 y ss.; véase CONTRERAS (2014)
pp. 419 y ss.
TOSO MILOS, Ángela Artículo 575 649
ARTÍCULO 575
$UWtFXOR&RQFHSWR\H[WHQVLyQGHODFREHUWXUD3RUHOVHJXURGHWUDQV-
porte terrestre, el asegurador se obliga a indemnizar los daños materiales
que sufran las mercaderías y los medios utilizados para embalarlas, durante
VXFDUJDGHVFDUJDRFRQGXFFLyQSRUYtDWHUUHVWUH4
6DOYRSDFWRHQFRQWUDULRODFREHUWXUDGHOVHJXURFRPSUHQGHUiHOGHSyVLWR
WUDQVLWRULRGHODVPHUFDGHUtDV\ODLQPRYLOL]DFLyQGHOYHKtFXORRVXFDPELR
durante el viaje, cuando dichos eventos se deban a circunstancias propias
del transporte y no hayan sido causados por algunos de los acontecimientos
H[FOXLGRVSRUODSyOL]D
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 166, 167, 184, 191, 199, 204,
207, 516, 520, 546, 1164 y 1167.
COMENTARIO
1
Historia de la ley Nº 20.667, pp. 15 y 79.
2
BOQUERA (2009) p. 545.
3
MARTÍNEZ (2013) p. 280.
TOSO MILOS, Ángela Artículo 575 651
4
VEIGA (2013) pp. 71 y 304.
5
Artículo 1164 C.com., que resulta aplicable al contrato de seguro de transporte
terrestre en virtud de lo dispuesto en el artículo 577 C.com. El artículo 1164 C.com.
establece, en su inciso segundo, que: “(…) una persona tiene interés en evitar los riesgos
marítimos, cuando ella está en cualquier relación legal o de hecho respecto de los bienes
expuestos a estos riesgos y que, como consecuencia de esa relación, pueda ser afectada
por los daños, pérdida, detención o demora en la llegada de dichos bienes, o por incurrir
en una responsabilidad respecto de los mismos”.
6
BARROILHET (1998) p. 137.
7
VEIGA (2013) p. 321. Recordamos que el término CIP significa “Carriage and
Insurance Paid To” e implica que el vendedor contrata el transporte y el seguro de las
mercaderías hasta el punto convenido en el lugar de destino. Sin embargo, la transferencia
de los riesgos se produce con la entrega que el vendedor hace de las mercaderías al “primer
porteador”. Según se señala en CÁMARA DE COMERCIO INTERNACIONAL (2011) p. 5, se trata
el primer porteador es “(…) aquel que, siendo el primero, es realmente independiente del
vendedor (…) y tiene suscrito con éste contrato para el transporte”. Finalmente, según
pone de relieve VEIGA (2013) pp. 315-316, sobre las mercaderías pueden coexistir diversos
intereses que no sólo provienen del dominio, en tanto derecho real. Así, conjuntamente con
el interés del dueño, podría existir, por ejemplo, el interés de un acreedor prendario. Estos
intereses son dignos de tutela jurídica y, por lo tanto, asegurables. Al respecto, se suele
distinguir entre el interés directo del propietario de las mercaderías y el interés indirecto,
por ejemplo, de los titulares de derechos reales de garantía.
652 TOSO MILOS, Ángela Artículo 575
Por otro lado, no es infrecuente que los porteadores contraten este tipo
de seguros para dar cobertura a los daños que puedan sufrir las mercade-
rías transportadas, incluso, de forma simultánea al seguro tomado por el
dueño de la mercancía8. Los porteadores tienen, además, la posibilidad de
contratar coberturas de responsabilidad civil, en el marco de la actividad
del transporte que realizan9.
La intervención del porteador en la contratación de este seguro podría
generar alguna confusión con la responsabilidad que deriva para él del
contrato de transporte y su cobertura aseguradora10. No se ha de olvidar que
la motivación que lleva a un porteador a contratar un seguro sobre merca-
derías de terceros es el interés por resguardar su responsabilidad ante un
posible siniestro ocurrido durante el transporte. Así, el porteador realmente
no tiene un interés sobre las mercaderías, sino sobre su propio patrimonio.
En este contexto, es importante evitar el peligro que este sujeto crea que
su responsabilidad está cubierta por este seguro, cuando en realidad el ase-
gurador, una vez que pague la indemnización, reclamará al porteador su
responsabilidad derivada del contrato de transporte11.
La ley exige que el asegurado posea un interés asegurable al momento
de ocurrir el siniestro, a efectos de reclamar la indemnización12. En este
sentido, el artículo 1164 C.com. indica que el interés en contratar el seguro
8
ARELLANO (2013) p. 216.
9
Las pólizas de seguros de responsabilidad civil depositadas en la SVS, a través de
cláusulas adicionales, suelen otorgar cobertura a la responsabilidad extracontractual del
transportista. Véase, por ejemplo, las cláusulas adicionales de responsabilidad civil por
transporte de carga CAD 120131782 y CAD 120131761.
10
Esta problemática ha sido analizada por la doctrina extranjera, especialmente en
España, basándose en el hecho que en dicho país, en ocasiones, una misma póliza de
transporte terrestre de mercancías cubre distintos riesgos inherentes al transporte (daños a las
mercaderías y responsabilidad del porteador), garantizando intereses diversos. Al respecto
véase, por ejemplo, BOQUERA (2013) p. 49; MARTÍNEZ (2013) pp. 269-288; PIÑOLETA (2010)
p. 760; y, SIERRA (2009) pp. 121-140. En Chile, ACEITUNO (1995) pp. 181-182, señala que
podría darse esta confusión en el seguro de transporte terrestre, “(…) transformándolo de
un seguro de daños a la carga en un seguro de responsabilidad del transportista ante los
dueños de las mercaderías”.
11
GIRGADO (2013) p. 34 y MARTÍNEZ (2013) p. 273.
12
Véase el artículo 520 C.com. respecto de los seguros en general y el artículo 546
C.com. en relación con los seguros de daños en particular.
TOSO MILOS, Ángela Artículo 575 653
13
ACEITUNO (1995) p. 181.
14
BARROILHET (1998) p. 139 y VEIGA (2013) p. 323.
15
En este sentido, puede consultarse a CONTRERAS (1998) p. 280, quien da cuenta de la
sentencia del árbitro RAFAEL GÓMEZ BALMACEDA, de fecha 18.5.1998, dictada en el proceso
Transportes Ferrovial Limitada c/ Interamericana Cía. de Seguros Generales S.A., que
señala que: “Si en la póliza no se indica que el porteador contrató el seguro por cuenta
del cargador, se entiende que actuó por cuenta propia. Estando expuesto el porteador al
riesgo de pérdida y daño de las mercaderías porteadas, al punto que el Código de Comercio
presume su culpa, el seguro contratado por éste es, por naturaleza, un seguro patrimonial”.
16
Ahora, se debe considerar que el artículo 516 C.com., dispone en su inciso tercero que:
“En los seguros por cuenta ajena, si el tomador se encuentra en posesión de la póliza, tiene el
derecho a cobrar la indemnización, pero el asegurador tiene derecho a exigir que el tomador
654 TOSO MILOS, Ángela Artículo 575
acredite previamente el consentimiento del asegurado o demuestre que obra por mandato de
éste o en razón de una obligación o interés legal”.
17
ACEITUNO (1995) p. 181. Al respecto, puede consultarse el apartado 22 POL
120131380 de transporte terrestre (carga). Todo riesgo dentro del territorio de la
República de Chile y el apartado 7.1 b) POL 120131824 de transporte terrestre (carga).
Condiciones restringidas. En cuanto a esta última categoría de pólizas, puede revisarse
también el artículo 6.4 POL 120131379 de transporte terrestre (carga). Condiciones
restringidas y el artículo 6.4 POL 120131824 de transporte terrestre (carga). Condiciones
restringidas.
18
ACEITUNO (1995) p.182.
19
Según señala BARROILHET (1998) pp. 563-564: “Tanto las mercancías como la carga
son bienes muebles, la diferencia estriba en que las mercancías son cuerpos ciertos que
tienen una individualidad propia, ya que son cosas singulares, mientras que el término
carga es genérico, y se utiliza para referirse a las mercancías en general, o para las cosas
que se transportan a granel, que son un género y no tienen una individualidad propia,
por ejemplo, los graneles, sólidos o líquidos. Dentro de los primeros encontramos
minerales (carbón, concentrado de cobre, yeso, etc.), vegetales (arroz, trigo, maíz,
TOSO MILOS, Ángela Artículo 575 655
o mandatarios22(OHPEDODMHSDUDTXHVHDFRQVLGHUDGRVX¿FLHQWHGHEH
poder soportar los incidentes ordinarios del transporte23.
Por último, se debe considerar que, en el ámbito del transporte, “(…)
por encima de la mercancía en sí misma, está el bulto, esto es, cada unidad
material de carga diferenciada que forman las mercancías objeto de transporte,
con independencia de su volumen y dimensiones”24. Aunque se da con mayor
frecuencia en el transporte marítimo, en el transporte terrestre las mercaderías
también pueden viajar en contenedores u otros elementos de transporte25.
En el ámbito marítimo y multimodal, el C.com. señala que el concepto de
mercancía comprende también “(…) cualquier contenedor, paleta u otro
elemento de transporte o de embalaje análogo, si ha sido suministrado por el
expedidor”26. Al parecer nuestro legislador ha seguido la misma postura en
el caso del seguro de transporte terrestre, al señalar que éste dará cobertura
frente a los daños materiales que sufran las mercaderías y los medios utili-
zados para embalarlas. Sin embargo, al momento de determinar la suma
asegurada27 se habrá de tener en cuenta que, “(…) no es lo mismo trazar un
límite resarcitorio considerando cada uno de los bultos o package cargados
como continente de cada contenedor que, individualizar éste y convertirlo en
el objeto mismo de cada unidad transportada y por ende asegurada”28.
22
Véase el artículo 4.1.2 POL 120131405 de transporte terrestre (carga). Condiciones
restringidas; artículo 4.1.3 POL 120131824 de transporte terrestre (carga). Condiciones
restringidas; artículo 11.1.3 POL 120131498 de transporte terrestre (carga). Condiciones
amplias dentro del territorio de la República de Chile; artículo 4.3 POL 120131380 de
transporte terrestre (carga). Todo riesgo dentro del territorio de la República de Chile.
23
GARCÍA (2013) p. 75.
24
VEIGA (2013) p. 60.
25
Sobre el concepto de contenedor, puede consultarse el artículo segundo del “Convenio
Internacional sobre la Seguridad de los Contenedores” del año 1972, publicado en el Diario
Oficial con fecha 11 de junio de 1980.
26
Artículo1041 Nº 7 C.com. Respecto del transporte marítimo, el artículo 976 C.com.
dispone, en su inciso segundo que: “Cuando las mercancías se agrupen en contenedores,
paletas u otros elementos de transporte análogos, o cuando estén embaladas, el
término mercancías comprenderá ese elemento de transporte o ese embalaje, si ha sido
suministrado por el cargador”.
27
Al tratarse de un seguro de daños, para determinar el valor de la cosa y la suma
asegurada, tendrá aplicación lo señalado en los artículos 552 y 554 C.com.
28
VEIGA (2013) p. 60.
TOSO MILOS, Ángela Artículo 575 657
29
PIÑOLETA (2010) p. 754.
658 TOSO MILOS, Ángela Artículo 575
embalarlas (…)”. Así, las compañías de seguro no repararán los daños su-
fridos en razón del retardo en la conducción de las mercaderías ni aquellos
de carácter corporal o moral que puedan sufrir las partes del contrato, sus
agentes o dependientes30.
El seguro de transporte terrestre, insistimos, otorga cobertura única-
mente frente al resultado directo de un accidente o evento que genere daños
materiales a las mercaderías y los medios utilizados para embalarlas. Por
lo tanto, este seguro no da cobertura a las consecuencias mediatas de un
accidente, que no tengan relación directa con el mismo, ni tampoco a los
gastos generados como consecuencia del accidente fortuito31.
Teniendo en cuenta el principio de universalidad de los riesgos32, en Chile
es posible encontrar pólizas de seguro “todo riesgo” que cubren los riesgos de
pérdida o daño físico a la materia asegurada producido por cualquier causa,
exceptuando las que se estipulan expresamente33. Sin embargo, la mayoría
de las pólizas señalan detalladamente cuáles son los supuestos cubiertos.
Ello obedece a una razón económica dada, porque en este caso las primas a
pagar por la cobertura son más bajas34. Las pólizas denominadas “de condi-
ciones restringidas” únicamente dan cobertura a la pérdida o daño al objeto
asegurado causado directamente por determinados accidentes fortuitos y
sus consecuencias, dentro de los que se cuentan: el incendio o explosión35;
30
MARTÍNEZ (2013) pp. 282-283 y ARELLANO (2013) p. 216.
31
ACEITUNO (1995) pp. 169 y 171. Las pólizas, para cubrir ciertos gastos, disponen
de cláusulas específicas referidas, por ejemplo, a aquellos gastos generados para evitar
o aminorar una pérdida cubierta. Véase el apartado I.14. POL120131380 de transporte
terrestre (carga). Todo riesgo dentro del territorio de la República de Chile.
32
Según BROSETA y MARTÍNEZ (2012) p. 416, este seguro se caracteriza por este
principio, lo cual significa que la cobertura comprende los daños producidos a las cosas
transportadas por cualquier riesgo, con independencia de la causa que lo origina, siempre
que se produzcan con ocasión del transporte.
33
Véase, por ejemplo, POL 120131380 de transporte terrestre (carga). Todo riesgo
dentro del territorio de la República de Chile. En todo caso, y según apunta CONTRERAS
(2011) p. 1187: “No es posible concebir un seguro que cubra ‘todo riesgo’, en un sentido
absoluto. Es forzoso especificar, individualizar y delimitar el riesgo que asume el asegurador
por concepto del respectivo contrato de seguro”.
34
BOQUERA (2009) pp. 573-574.
35
Según ACEITUNO (1995) p. 172: “En caso de siniestro, debe atenderse a las exclusiones
que podrían dar origen a estos accidentes, como la conducta dolosa del asegurado, el vicio
TOSO MILOS, Ángela Artículo 575 659
propio de la carga asegurada, etc.”. También habrá que tener en cuenta el momento en que
se inicia y concluye la cobertura, cuestión que se abordará en el comentario del artículo
576 C.com.
36
Según apunta CONTRERAS (1998) p. 273, se ha considerado que los golpes que pueda
sufrir la carga durante el viaje no corresponden a accidentes que puedan calificarse como
fortuitos. Además, las pólizas suelen señalar que no se otorgará cobertura a los daños causados
por imperfecciones del camino tales como baches, zonas de reparaciones, desniveles, roturas
o fracturas. Véase, por todos, el artículo 3.1.2 POL 120131497 de transporte terrestre (carga).
Condiciones restringidas. En opinión de ACEITUNO (1995) p. 174, estos eventos serían de
ocurrencia habitual en nuestras carreteras y, por lo mismo, ningún asegurador de transporte
desea ampararlos, por ser ajenos al carácter fortuito exigido en la cobertura.
37
De acuerdo con lo indicado por ACEITUNO (1995) pp. 175-176, la rotura debe ser
fortuita, de modo que una rotura producida por deterioro gradual y que el asegurado
debiera conocer, no será cubierta por el seguro. De ahí que se excluya la rotura de
caminos, que precisamente ocurre por el uso y desgaste en el tiempo y cuya existencia
suele ser conocida por los transportistas y asegurados.
38
Véase el apartado I.3.2 POL 120131380 de transporte terrestre (carga). Todo riesgo
dentro del territorio de la República de Chile y el artículo 3 POL 120131497 de transporte
terrestre (carga). Condiciones restringidas.
39
Se trata de las cláusulas del Instituto de Aseguradores de Londres o Institute Cargo
Clauses (ICC), cuya última versión es del año 2009. Al respecto, véase el artículo 2 POL
120131405 de transporte terrestre (carga); artículo 3.2. POL 120131379 de transporte
terrestre (carga). Condiciones restringidas; artículo 3.2 POL 120131498 de transporte
terrestre (carga). Condiciones amplias dentro del territorio de la República de Chile, y
artículo 3.2 POL 120131824 de transporte terrestre (carga). Condiciones restringidas. Según
indica ACEITUNO (1995) p. 177, aunque no es necesario que estas cláusulas señalen que,
en los tramos navegables, sólo regirán los riesgos marítimos, habría sido mejor indicarlo
expresamente. Ello, con la finalidad de evitar la reclamación de un riesgo terrestre en un
tramo navegable, “(…) en que el medio transportador es ahora la nave y el camión una
carga cualquiera a bordo de la misma”.
660 TOSO MILOS, Ángela Artículo 575
40
Se trata de la obligación del asegurado de: “Acreditar la ocurrencia del siniestro
denunciado y, declarar fielmente y sin reticencia, sus circunstancias y consecuencias”.
41
Acerca del fundamento de este derecho del asegurador, véase: ISERN (2013) pp. 25-75.
42
Ibarra con TNT Express Chile Ltda. (2013) considerando cuarto. En este mismo
sentido, Sociedad de Transporte FAVAL Ltda. con ACE Compañía de Seguros S.A. (2012),
considerandos quinto y sexto.
TOSO MILOS, Ángela Artículo 575 661
43
Compañía de Seguros La República S.A. con Transportes Servidiario S.A. (2009)
considerando octavo. Hoy es posible encontrar pólizas que condicionan la cobertura a la
adopción, por parte del transportador, de determinadas medidas destinadas a evitar el
robo de las mercaderías. Al respecto, puede consultarse el apartado I.9.1 POL 120131380
de transporte terrestre (carga). Todo riesgo dentro del territorio de la República de Chile.
44
Sociedad Comercializadora Polo Norte contra Empresa Sociedad Comercial Las
Caulles Ltda. (2007) considerando décimo segundo.
45
PIÑOLETA (2010) p. 754.
46
De acuerdo con lo establecido en Ace Seguros S.A. con Transportes Karmy Ltda.
(2008), considerando undécimo: “(…) no parece posible fundar la responsabilidad de la
demandada en la circunstancia que no tomó medidas para el resguardo de la mercadería
que transportaba (…) no resultando lógico ni exigible (…) recurrir a empresas de seguridad
para estar preparada frente a presuntos asaltos, puesto que ello excede con creces a la
obligación que le impone el artículo 191 del Código de Comercio (…)”.
47
GARCÍA (2013) p. 64.
662 TOSO MILOS, Ángela Artículo 575
48
GARCÍA (2013) p. 64.
49
En el primer caso, se desprende de la lectura conjunta de los apartados I.3.1. y I.7 POL
120131380 de transporte terrestre (carga). Todo riesgo dentro del territorio de la República
de Chile. En el segundo, véase la cláusula de carga y/o descarga, adicional a las pólizas de
transporte terrestre (carga): condiciones restringidas POL 120131497, condiciones amplias
para tráficos internacionales POL 1201499 y condiciones amplias dentro del territorio de
la República de Chile POL 120131498, CAD 120131500.
50
El antiguo art 596 C.com. señalaba en su inciso primero que: “Si en el curso del
viaje convenido los efectos fueren descargados, almacenados y vueltos a cargar a lomo
de otros animales, o en otras carretas, o en otros carros o buques, los riesgos continúan de
cuenta del asegurador…”.
TOSO MILOS, Ángela Artículo 575 663
51
Al parecer, el legislador estaría considerando que el asegurado, normalmente, no
es el porteador y la normativa del contrato de transporte (véanse los artículos 192 y 193
C.com.) no exige que se convenga en cuanto al vehículo que se utilizará, a la ruta, ni
respecto de los plazos de viaje empleados. Por lo tanto, y según indica GIRGADO (2013)
p. 38, el asegurado (cargador o consignatario) suele ser ajeno a estos extremos. En todo
caso, si se ha designado una ruta determinada y se produce una variación voluntaria de la
misma de parte del porteador, éste será responsable “(…) de las pérdidas, faltas o averías,
sea cual fuere la causa de que provengan…” (art. 194 C.com.). Al respecto, véase Cigna
Compañía de Seguros contra Transportes Hidalgo e Hijo (1998) considerando segundo.
52
BADIA (2009) pp. 108-109 y PIÑOLETA (2010) pp. 770-771.
53
Véase el apartado I.4.1.4 POL120131379 de transporte terrestre (carga). Condiciones
restringidas. Luego, y según indica ACEITUNO (1995) p. 170, “(…) si el asegurado o alguno
de sus empleados o mandatarios conociera, antes de iniciarse el viaje, alguna causal o
circunstancia del vehículo, de la carretera o del viaje que acarreará con seguridad un
accidente, tal peligro carecería de la condición de eventualidad, que es la esencia del
accidente fortuito cubierto, convirtiéndose en certeza de lo inevitable”.
664 TOSO MILOS, Ángela Artículo 575
54
ACEITUNO (1995) p. 179 y BADIA (2009) p. 112.
55
GARCÍA (2013) p. 82.
56
Esta norma señalaba que: “Si en el curso del viaje convenido los efectos fueren
descargados, almacenados y vueltos a cargar a lomo de otros animales, o en otras carretas,
o en otros carros o buques, los riesgos continuarán de cuenta del asegurador”.
57
Según señala BOQUERA (2009) p. 581: “El depósito transitorio de las mercaderías
es un depósito voluntario extrajudicial, no permanente, temporal y posterior al inicio del
viaje y anterior al término del transporte”.
TOSO MILOS, Ángela Artículo 575 665
58
Las aseguradoras, al momento de perseguir la responsabilidad de los porteadores
terrestres por los daños y/o pérdidas sufridas por la carga durante su depósito, tuvieron
que enfrentar el argumento de estos últimos, consistente en que el depósito forma parte
del transporte. En consecuencia, según los porteadores correspondía aplicar, en este caso,
el plazo de prescripción dispuesto en el 214 Nº 4 C.com. y no el del artículo 822 C.com.
Al respecto, véase también UGARTE (2009) pp. 611-624.
59
Ace Seguros S.A. con Servicios Integrados de Transporte S.A. (2008d) considerando
noveno. Luego, otros fallos han reproducido este mismo argumento. Véase, por todas,
Compañía de Seguros Chilena Consolidada con Servicios Integrados de Transportes S.A.-
SITRANS (2008c) considerando tercero.
60
Ace Seguros S.A. con Servicios Integrados de Transporte S.A. (2008d) considerando
noveno.
61
&RQH[LyQ/RJtVWLFD/WGDFRQWUD,QWHUDPHULFDQD6HJXURV*HQHUDOHV6$. (2009), Corte
de Apelaciones de Santiago, 6 de noviembre de 2009, Rol Nº 6861-2007, considerando sexto.
62
Ace Seguros S.A. con Servicios Integrados de Transporte S.A. (2008a) considerando
décimo. En este mismo sentido, véase Compañía de Seguros Generales Cruz del Sur S.A.
con Servicios Integrales de Transporte S.A. (2008) considerando tercero; Ace Seguros S.A.
con Servicios Integrados de Transporte S.A.-SITRANS (2008c) considerando tercero; Cruz
666 TOSO MILOS, Ángela Artículo 575
del Sur S.A. con Servicios Integrados de Transporte S.A. (2007) considerando sexto; y, Ace
Seguros S.A. con Servicios Integrados de Transporte S.A. (2008a) considerando décimo.
63
Definido en el artículo 549 inciso segundo C.com. Este hecho también exime de
responsabilidad al porteador en el contrato de transporte terrestre (artículo 184 inciso
primero C.com.).
64
Según BARROILHET (1998) p. 573, los derrames se consideran eventos normales del
transporte, de modo que su carácter previsible hace que no puedan considerarse como
riesgos cubiertos por el seguro.
65
Véanse los apartados I.4., I.5. y I.6. POL 120131380 de transporte terrestre (carga).
Todo riesgo dentro del territorio de la República de Chile.
66
ARELLANO (2013) pp. 215-216. Un ejemplo de este tipo de cláusulas es aquella
adicional a la POL 120131404 de transporte terrestre (carga) todo riesgo; POL 120131405
de transporte terrestre (carga) condiciones restringidas, y POL 120131407 de transporte
terrestre (carga) todo riesgo para tráfico transnacionales, CAD 120131548.
ACEITUNO (1995) p. 180. A modo de ejemplo, pueden consultarse: artículo 4.12.
67
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UGARTE GODOY, José Joaquín (2009): “La prescripción que se aplica al
transportista terrestre que mantiene en depósito los contenedores con
mercadería que ha transportado, mientras el consignatario puede re-
cibirlos, es la propia del contrato de transporte y no la del contrato de
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Sociedad de Transporte FAVAL Ltda. con ACE Compañía de Seguros S.A.
(2012): Corte Suprema, 27 de julio de 2012, Rol Nº 4880-2012 (CL/
JUR/1547/2012).
Compañía de Seguros La República S.A. con Transportes Servidiario S.A.
(2009): Corte Suprema, 22 de enero de 2009, Rol Nº 6739-07 (CL/
JUR/6752/2007).
&RQH[LyQ/RJtVWLFD/WGDFRQWUD,QWHUDPHULFDQD6HJXURV*HQHUDOHV6$.
(2009): Corte de Apelaciones de Santiago, 6 de noviembre de 2009, Rol
Nº 6861-2007 (CL/JUR/3073/2009).
Compañía de Seguros Generales Cruz del Sur S.A. con Servicios Integrales
de Transporte S.A. (2008): Corte de Apelaciones de Valparaíso, 15 de
diciembre de 2008, Rol Nº 1592-2008, (CL/JUR/4319/2008).
670 TOSO MILOS, Ángela Artículo 575
ARTÍCULO 576
CONCORDANCIAS: Artículos C.com.: 191, 200, 513 d), 513 e), 513 r),
515, 523, 527 y 575.
COMENTARIO
“viaje” no se encuentra establecido por la ley, son las pólizas las que lo
GHWHUPLQDQRGH¿QHQ$OUHVSHFWRDOJXQDDXWRUDKDFRQVLGHUDGRTXH³«
el viaje comienza cuando el vehículo con las mercancías a bordo inicia
el viaje señalado en las condiciones particulares y termina con la llegada
del camión al lugar de destino”3.
El segundo caso indicado en el inciso primero del artículo 576 C.com.,
no genera problemas adicionales en cuanto a la delimitación temporal
del seguro, ya que la cobertura se otorgará para los viajes que se realicen
durante el período de tiempo indicado en las condiciones particulares
de la póliza4. Este seguro se suele contratar en el marco de un contrato
de colaboración estable entre el cargador y el porteador. Esta segunda
modalidad permite articular también relaciones de “(…) corresponsalía
HQWUHHPSUHVDULRVGHWUDQVSRUWHGLULJLGDVDODFRQ¿JXUDFLyQGHUHGHVR
cadenas estables de transporte”5.
Para otorgar cobertura en estas situaciones, también podrán servir
ODVSyOL]DVÀRWDQWHVDELHUWDVRGHDERQR*HQHUDOPHQWHHVWRVVHJXURVVH
contratan con anterioridad al nacimiento del interés asegurable y las mer-
caderías se señalan de manera genérica. Posteriormente, cuando se inicia el
WUDQVSRUWHVHSURFHGHDVXLGHQWL¿FDFLyQDOPRPHQWRGHODHPLVLyQGHORV
FHUWL¿FDGRVGHFREHUWXUDFRUUHVSRQGLHQWHV6/DVSyOL]DVÀRWDQWHVSXHGHQGDU
cobertura a una serie de viajes realizados dentro de un período de tiempo
determinado o bien asegurar una determinada suma de mercancías en un
3
BOQUERA (2009) p. 583.
4
GARCÍA (2013) pp. 63-64.
5
PIÑOLETA (2010) p. 765.
6
BARROILHET (1998) pp. 144-145. La póliza flotante se encuentra definida en el artículo
513 r) C.com., como aquel “(…) contrato normativo que da cuenta, en términos generales,
de estipulaciones pactadas para relaciones específicas de seguros que van a ser objeto de
formalización posterior”. Por su parte, el certificado de cobertura o certificado definitivo se
encuentra definido en el artículo 513 d) C.com. como aquel “documento que da cuenta de
un seguro emitido con sujeción a los términos de una póliza de seguro colectivo o flotante”.
Llegado el caso, también podrá ser de utilidad contar con un “certificado provisorio”
mientras se otorga la póliza correspondiente. El certificado provisorio se encuentra definido
en el artículo 513 e) C.com. como aquel “documento que da cuenta de los términos de un
contrato de seguro cuya celebración está sujeta a la condición de que el asegurado cumpla
con los requisitos estipulados, dentro de un plazo”.
674 TOSO MILOS, Ángela Artículo 576
2. VIGENCIA DE LA COBERTURA EN EL
CONTRATO DE SEGURO DE TRANSPORTE TERRESTRE
7
En todo caso, según señala PIÑOLETA (2010) p. 766, las pólizas de abono no siempre
dan lugar a la contratación de seguros colectivos, porque pueden darse sobre mercancías
de titularidad de un solo asegurado. Esta póliza podrá ser útil para un cargador que recurre
frecuentemente a la contratación de transporte.
8
BOQUERA (2009) p. 653 y VEIGA (2013) p. 230.
9
Apartado I.8.2. POL 120131380 de transporte terrestre (carga). Todo riesgo dentro
del territorio de la República de Chile.
10
ACEITUNO (1995) p. 187.
11
BADIA (2009) pp. 108-109. Esta parte del artículo 576 C.com. parece estar inspirada
en los artículos 57 y 58 de la ley española sobre contrato de seguro, ley Nº 50/1980, de 8
de octubre (BOE Nº 250, de 17.10.1980).
TOSO MILOS, Ángela Artículo 576 675
12
GARCÍA (2013) p. 63.
13
PIÑOLETA (2010) p. 768.
14
GRUPO EDITORIAL (2011) p. 528.
15
Dicha disposición establecía que: “[L]os riesgos principian a correr y concluyen
para el asegurador en las épocas que designa el artículo 200”.
676 TOSO MILOS, Ángela Artículo 576
16
VEIGA (2013) p. 233 y BADIA (2009) p. 109.
17
Según GARCÍA (2013) p. 64, se trata de aquellas “(…) consistentes en la elevación
de la mercancía hasta situarla a bordo del medio de trasporte (sic) correspondiente y en
el descenso de las mercaderías desde el medio de transporte al suelo respectivamente”.
18
Así razona BOQUERA (2009) p. 577, a partir de lo señalado en el artículo 58 de la ley
Nº 50/1980 de contrato de seguro. La norma española tiene, en este punto, una redacción
bastante similar a la de nuestro artículo 576 inciso segundo, al menos en lo que dice
relación con el final de la cobertura. Dicha disposición indica que “(…) se entenderá que
la cobertura del seguro comienza desde que se entregan las mercancías al porteador para
su transporte en el punto de partida del viaje asegurado, y terminará cuando se entreguen
al destinatario en el punto de destino, siempre que la entrega se realice dentro del plazo
previsto en la póliza”.
19
BOQUERA (2009) p. 577.
TOSO MILOS, Ángela Artículo 576 677
20
Apartado I.5. POL 120131379 de transporte terrestre (carga). Condiciones
restringidas; artículo 5 POL 120131497 de transporte terrestre (carga). Condiciones
restringidas; y, artículo 5 POL 120131824 de transporte terrestre (carga). Condiciones
restringidas. Según señala ACEITUNO (1995) p. 184, en estos casos, si un vehículo choca y
destruye parte de la mercadería asegurada, que estaba en tierra a la espera de ser cargada,
esta pérdida no será indemnizada, aunque se esté en presencia de un accidente cubierto.
21
GARCÍA (2013) p. 74. Al respecto puede consultarse, por ejemplo, la cláusula de
carga y, o, descarga, adicional a las pólizas de transporte terrestre (carga): condiciones
restringidas POL 120131497, condiciones amplias para tráficos internacionales POL
1201499 y condiciones amplias dentro del territorio de la República de Chile POL
120131498, CAD 120131500.
22
Artículo 5 POL 120131498 de transporte terrestre (carga). Condiciones amplias
dentro del territorio de la República de Chile y apartado I.7 POL 120131380 de transporte
terrestre (carga). Todo riesgo dentro de la República de Chile.
678 TOSO MILOS, Ángela Artículo 576
y después del viaje23. Estas cláusulas suelen utilizarse en los seguros to-
mados por el porteador a cuenta del interesado en la carga, así como en los
transportes internacionales de mercaderías24.
De acuerdo con lo indicado en el artículo 576 C.com., salvo pacto en
contrario, el seguro comienza desde que se entregan las mercaderías al
porteador y termina cuando se entregan al consignatario en el punto de
destino. Por lo tanto, si las mercaderías las recibe un empleado o auxiliar
dependiente del porteador o del consignatario sí se iniciará la cobertura,
pero no sucederá lo mismo si las recibe un intermediario, un tercero sub-
contratado o un auxiliar independiente25. Teniendo ello en cuenta, podrá
ocurrir que la entrega y la recepción de la carga no coincidan en un mismo
momento, en la medida que las mercaderías no se entreguen directamente
al porteador o consignatario26.
Finalmente, el artículo 576 inciso tercero establece que: “A menos que
el seguro sea por viaje, la entrega al consignatario debe efectuarse dentro
del plazo previsto en la póliza”27. De este modo, se aclara que el seguro de
transporte terrestre no entregará cobertura a aquellos siniestros que se pro-
duzcan una vez cumplido dicho término. Además, resulta compatible con
el hecho que las pólizas de seguro de transporte terrestre suelen establecer
como exclusión de cobertura los supuestos de demora28.
Sin embargo, las pólizas suelen establecer la siguiente cláusula: “No
REVWDQWH\DVHDHQHOGHVWLQR¿QDOXRWUROXJDULQWHUPHGLRODFREHUWXUDVH
extenderá automáticamente por un período máximo de 48 horas, contados
23
GARCÍA (2013) p. 67.
24
BOQUERA (2009) p. 580.
25
GARCÍA (2013) p. 66.
26
BOQUERA (2009) p. 578.
27
BOQUERA (2009) p. 583, ante una disposición similar en la ley española de contrato de
seguro (artículo 58) razona de la siguiente manera: “Puede ocurrir, aunque no es lógico, que
el seguro de transporte se formalice cuando ya se ha iniciado el viaje y no coincidan el inicio
de los efectos del seguro con el inicio del viaje, aunque sí que coincidirán la finalización de
la cobertura del seguro con la finalización del viaje. Por tanto la duración del contrato de
seguro puede coincidir o no totalmente con el transporte, pues el transporte puede iniciarse
sin que exista el seguro o puede continuar habiéndose extinguido el contrato de seguro”.
28
Véase el artículo 4 POL 120131405 de transporte terrestre (carga). Condiciones
restringidas; POL 120131404 de transporte terrestre (carga), y artículo 4.1.19 POL
120131824 de transporte terrestre (carga). Condiciones restringidas.
TOSO MILOS, Ángela Artículo 576 679
desde la llegada del medio transportador al tal destino o lugar, o más allá
en caso de fuerza mayor debidamente comprobado y mientras el objeto
DVHJXUDGRRDOJXQDSDUWHGHOPLVPRSHUR~QLFDPHQWHHQORTXHVHUH¿HUH
a tal parte se encuentre depositado en el medio transportador”. Luego, se
señala que “(…) en el evento de fuerza mayor, el asegurado deberá dar aviso
LQPHGLDWRDODVHJXUDGRUD¿QGHFRQYHQLUORVWpUPLQRV\FRQGLFLRQHVGH
tal cobertura”29. En caso que no lo haga, el asegurado no será indemnizado
por los daños materiales que puedan sufrir las mercaderías y su embalaje,
pasadas las 48 horas estipuladas en la póliza30.
BIBLIOGRAFÍA
29
Apartado I.5. POL 120131379 de transporte terrestre (carga). Condiciones restringidas;
artículo 7 POL 120131380 de transporte terrestre (carga). Todo riesgo dentro del territorio
de la República de Chile.
30
ACEITUNO (1995) p. 185.
680 TOSO MILOS, Ángela Artículo 576
PIÑOLETA ALONSO, Luis (2010): “Título II. Seguros contra daños. Capítulo
III. Seguros de daños en particular. Sección 2ª. Seguro de transportes
terrestres. Introducción y artículos 53 a 59”, Revista Española de Se-
JXURV3XEOLFDFLyQGRFWULQDOGH'HUHFKR\(FRQRPtDGHORV6HJXURV
privados, Nºs. 143-144, pp. 753-780.
VEIGA COPO, Abel (2013): El contrato de seguro de transporte terrestre de
mercancías (Madrid, Civitas-Thomson Reuters).
ARTÍCULO 577
COMENTARIO
3
Véase, por ejemplo, los riesgos indicados en el artículo 1162 C.com.
4
Art. 1160. Los seguros marítimos pueden versar sobre:
1º. Una nave o artefacto naval, sus accesorios y objetos fijos o movibles, cualquiera
sea el lugar en que se encuentren, incluso en construcción;
2º. Mercancías o cualquier otra clase de bienes que puedan sufrir riesgos del transporte
marítimo, fluvial o lacustre;
3º. Instalaciones y maquinarias destinadas a cumplir faenas de carga, descarga, estiba
y atención de naves y cualquier otro bien que las partes estimen expuesto a riesgos
relacionados con el mar;
4º. El valor del flete y de los desembolsos en que incurra quien organiza una expedición
marítima, o
5º. La responsabilidad de una nave u otro objeto, por los perjuicios que puedan resultar
frente a terceros como consecuencia de su uso o navegación.
TOSO MILOS, Ángela Artículo 577 683
VIII del Libro II de este Código”. Como se puede apreciar, el artículo 1158
C.com. establece la aplicación subsidiaria a los seguros marítimos de las
disposiciones en materia de seguros terrestres en general, y de daños en
particular, siempre y cuando la materia sobre la que versen no se regule de
otra manera en Título VIII del Libro III del C.com.
El párrafo §5 de la Sección Segunda del Título VIII, del Libro II C.com.
QRFRQWLHQHQLQJXQDQRUPDTXHVHUH¿HUDHVSHFt¿FDPHQWHDOUROTXHMXHJDQ
las demás disposiciones de dicho título respecto del seguro de transporte
terrestre. Ahora, resulta lógico que a este seguro se le apliquen las normas
generales relativas a los seguros terrestres, ubicadas en la Sección Primera
del Título VIII del Libro II C.com. En todo caso, también se podrá llegar
a este resultado a través de lo indicado en el artículo 1158 C.com. De este
modo, si hay alguna materia regulada en sede de seguro de transporte, ha-
brá que dilucidar si la manera como se regula es la misma o equivale a la
normativa general, evento en el cual ambas regulaciones deberán integrarse,
mientras que si están reguladas de otra manera, debieran prevalecer las
normas especiales de los seguros terrestres y marítimos5.
En segundo término, el artículo 1159 C.com. establece que: “Las reglas
de este título se aplicarán en defecto de las estipulaciones de las partes,
salvo en las materias en que la norma sea expresamente imperativa”. Según
indica BARROILHET: “Esta norma sitúa a la ley que regula el seguro marí-
timo como una normativa dispositiva y supletoria a las condiciones que
las partes estipulen…”6. Ello se encuentra en armonía con lo dispuesto en
el artículo 542 C.com. inciso segundo C.com., que señala que los seguros
de casco y de transporte marítimo y aéreo constituyen excepciones a la
imperatividad de las normas aplicables al contrato de seguro7. En estos
supuestos se espera que la autonomía de la voluntad no solo permita una
PD\RUÀH[LELOLGDGDOPRPHQWRGHQHJRFLDUHOFODXVXODGRFRQWUDFWXDOVLQR
5
BARROILHET (1998) p. 64.
6
BARROILHET (1998) p. 64.
7
De acuerdo con lo que se señala en la Historia de la ley Nº 20.667, pp. 115-116, el
Prof. Osvaldo CONTRERAS, se pronunció en contra de excluir a los asegurados en pólizas
relacionadas con actividades marítimas y aéreas de la protección que proporciona la
imperatividad de las normas del contrato de seguro. Ello en consideración a que “(…) hay
muchas empresas que se dedican a esas actividades que son muy pequeñas, como en la
pesca o el transporte aéreo regional y en general los contratos de transporte”.
684 TOSO MILOS, Ángela Artículo 577
8
GIRGADO (2013) p. 23.
9
Según se establece en la Historia de la ley Nº 20.667, pp. 70-71, la imperatividad
de las normas del contrato de seguro se formuló para “(…) equilibrar la situación de
los pequeños asegurados (o asegurados de “riesgo masivo”) frente a las compañías
de seguro”. Se estimó que dicho equilibrio debía “(…) basarse en normas mínimas
obligatorias que les den un marco de certeza jurídica que no pueda ser modificado
contractualmente”.
10
Dentro de las primeras encontramos el apartado I.1. POL 120131380. Póliza de
transporte terrestre (carga). Todo riesgo dentro del territorio de la República de Chile, que
establece que: “Se aplicarán al presente contrato de seguro las disposiciones contenidas
en los artículos siguientes y las normas legales de carácter imperativo establecidas en el
Título VII, del Libro II, del Código de Comercio. Sin embargo, se entenderán válidas las
estipulaciones contractuales que sean más beneficiosas para el asegurado o el beneficiario”.
Respecto de las segundas, se puede citar el artículo 1º de la POL 1201311691 de transporte
terrestre carga que señala lo siguiente: “Se aplicarán al presente contrato de seguro
las disposiciones contenidas en las cláusulas siguientes y en lo no estipulado en este
condicionado se aplicará lo dispuesto en el párrafo quinto de la sección segunda del Título
VIII, Libro II del Código de Comercio sobre seguros terrestres y, en subsidio de lo anterior,
las disposiciones contenidas en el Título VII del Libro III del Código de Comercio sobre
seguros marítimos”.
TOSO MILOS, Ángela Artículo 577 685
BIBLIOGRAFÍA
11
En un comienzo se propuso un límite de 1.000 Unidades de Fomento, que fue rebajado
durante su tramitación en el Senado. Según consta en la Historia de la ley Nº 20.667, p. 71,
ello fue objeto de críticas, en razón que: “Una póliza por una prima de UF 200 (y por más
todavía), puede ser contratada por una PYME, que, evidentemente, no tiene el peso ni el
asesoramiento profesional necesario para negociar (…)”.
12
BADIA (2009) p. 105.
686 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 578
ARTÍCULO 578
COMENTARIO
/DLQFRUSRUDFLyQGHOVHJXURGH³SpUGLGDGHEHQH¿FLRV´HQHODUWtFXOR
de nuestro Código de Comercio, vino a consagrar una práctica contractual
en el ramo de seguro de daños que se había distanciado progresivamente de
ODVOLPLWDFLRQHVLPSXHVWDVSRUODFRGL¿FDFLyQDQWHULRUD¿QGHDGDSWDUVHD
las necesidades de nuestro ordenamiento jurídico, cuyo proceso de mo-
GHUQL]DFLyQH[LJtDXQDPD\RUÀH[LELOLGDGHQODVFREHUWXUDVSDUDFXEULUODV
nuevas contingencias que ponen en riesgo no solo los bienes físicos de las
SHUVRQDVRHPSUHVDVDVHJXUDGDVVLQRTXHWDPELpQORVEHQH¿FLRVTXHHVWDV
esperan de sus emprendimientos cuando se producen interrupciones anorma-
les, paralizaciones u otros eventos fuera de su control. Surgió la necesidad
GHQRUPDUHOVHJXURGH³SpUGLGDVGHEHQH¿FLRV´HLQFOXLUH[SUHVDPHQWHHO
“lucro cesante” como un bien patrimonial asegurable.
(ODQWLJXR&yGLJRGH&RPHUFLRWULEXWDULRGHODFRGL¿FDFLyQGHFLPRQy-
nica, prohibía expresamente en su artículo 522 el seguro sobre “ganancias o
EHQH¿FLRVHVSHUDGRV´LQVSLUiQGRVHHQODWHQGHQFLDGRPLQDQWHHQODpSRFD
de negar al lucro cesante un valor real y objetivo. Esa tendencia cambió en
Europa en la medida que se asentaban los avances de la revolución industrial.
En Francia surgió la modalidad denominada ”Chomage” en la misma época
en que se dictaba nuestro Código de Comercio en 1865, que consistía en un
seguro de paralización agregado al de incendio, mientras que en los países
anglosajones aparecían las pólizas “ORVVRISUR¿WV” y “gross earnings” sobre
FiOFXORVGHSpUGLGDV\EHQH¿FLRVHVSHUDGRVPRGDOLGDGHVTXHDEULHURQSDVR
a seguros de pérdidas de utilidades de la más variada índole1.
Sin embargo, en nuestro país la prohibición del antiguo artículo 522 del
Código de Comercio permaneció inalterada, surgiendo un debate doctrinal
entre quienes sostenían que la prohibición era ineludible respecto a las “ga-
QDQFLDVREHQH¿FLRVHVSHUDGRV´GDGRTXHVHWUDWDEDGHXQELHQVXEMHWLYRR
una mera expectativa basada más en la imaginación que en la realidad, no
VLHQGRVXVFHSWLEOHGHYDORUDFLyQHFRQyPLFD\TXLHQHVD¿UPDEDQTXHHO
lucro cesante era un concepto diferenciado de las “ganancias esperadas” y,
no se encontraba incluido en la norma prohibitiva, constituyendo un interés
perfectamente asegurable, como sucede también con el daño emergente,
porque la privación de una ganancia o utilidad representa la pérdida de un
derecho concreto que se traduce en un daño indemnizable2. Esta última
interpretación tomó fuerza con el tiempo hasta ser solventada por la “Su-
perintendencia de Valores y Seguros” que autorizó a los aseguradores a
emitir pólizas que cubrieran el “lucro cesante” a contar de 1940, sosteniendo
que la prohibición legal se refería a las ganancias “esperadas” siendo tales
“las que el comerciante ha imaginado obtener”, pero no incluía al “lucro
cesante” que tiene un carácter objetivo, consistente en “aquella suma que
efectivamente ha dejado de ganar el dueño de los bienes productivos”3.
Como puede observarse, manteniendo intacta la prohibición existente
en la rígida norma legal, nuestro sistema de seguros y la propia autoridad se
las arreglaron para ir poniéndose al día frente a las nuevas contingencias.
1
BUERES JUNCEDA (1996).
2
CONTRERAS STRAUCH (2002) p. 166.
3
BAEZA PINTO (1981) p. 297.
688 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 578
Una vez más, los usos y costumbres mercantiles fueron más vigorosos
que la norma prohibitiva, dejándola prácticamente en desuso. Así, fueron
surgiendo dos nuevos tipos de seguros: la “Póliza de Perjuicios por Pa-
ralización” conocida en la jerga asegurativa como “P x P”, adicional a la
Póliza de Incendio; y la “Cláusula de Pérdida de Ingresos por Arriendo”,
asociada también al mismo tipo de seguros. Ambas tenían por objeto in-
GHPQL]DUDODVHJXUDGRHOQLYHOGHEHQH¿FLRHVSHUDGRHQFDVRGHRFXUULU
el siniestro. Otras cláusulas adicionales a la póliza de incendio fueron
haciéndose cargo de indemnizar numerosos riesgos consecuenciales.
Así las cosas, se hizo inevitable la derogación del artículo 522 del Código
de Comercio porque consagraba una limitación ajena al derecho de recibir
una reparación integral de los daños no solo referidos a las cosas como tales,
VLQRDOQLYHOGHEHQH¿FLRVTXHHVWDVSURGXFLUtDQGHQRPHGLDUHOVLQLHVWUR4.
(OQXHYRDUWtFXORGHO&yGLJRGH&RPHUFLRSXVR¿QDODDPELJHGDG
consistente en que, por un lado, la ley de comercio prohibía el aseguramiento
del lucro cesante y, por el otro, diversas pólizas de seguros lo hacían posible.
/RVVHJXURVGH³SpUGLGDGHEHQH¿FLRV´HQOXJDUGH³EHQH¿FLRVHVSHUDGRV´\
el de lucro cesante consistente en la privación de ingresos y utilidades pasan a
integrarse con la condición que se pacten expresamente, según lo dispone el
artículo 551. Por lo demás, la distinción conceptual se diluye en la legislación
comparada donde los términos se usan indistintamente para designar este tipo
GHVHJXURGHOXFURFHVDQWHSpUGLGDGHEHQH¿FLRVSpUGLGDVSRUSDUDOL]DFLyQ
pérdidas por interrupción de empresas, pérdidas por explotación, entre otras.
2. RIESGO CUBIERTO
4
PENNACHOTTI (2011) pp. 110 y ss.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 578 689
3. INTERÉS ASEGURABLE
/DGH¿QLFLyQOHJDOGHOVHJXURGHSpUGLGDGHEHQH¿FLRVFRQWHQLGDHQ
el artículo 578 del Código de Comercio, se sustenta en el principio de
5
Biblioteca del Congreso Nacional, Historia de la ley Nº 20.667.
690 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 578
6
Oficio Nº 2.952, 14 de mayo de 1966.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 578 691
7
ARELLANO ITURRIAGA (2013) p. 195.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 578 693
UDFLyQ$VLPLVPRVHDQDOL]DQORVFRVWRV¿MRVHQTXHHODVHJXUDGRGHEH
seguir incurriendo a pesar de haberse producido el siniestro8.
3XHGHHQWHQGHUVHFRPRJDQDQFLDXWLOLGDGREHQH¿FLRHOIUXWRGHXQD
inversión o transacción, que es determinada, por lo general, como el valor
del producto vendido, descontando el costo de los insumos y la depreciación,
menos el pago de los factores contratados, tales como salarios, intereses y
arriendos La utilidad normalmente se encuentra asociada a una ganancia que
se obtiene a partir de un bien o de una inversión. La utilidad es concebida,
HQWRQFHVFRPRVLQyQLPRGHEHQH¿FLR\HVODUHVXOWDQWHHQWUHORVLQJUHVRV
obtenidos durante un determinado período de tiempo y los gastos necesarios
para producir esos ingresos. Los ingresos representan una cantidad de dinero
que la persona o la empresa asegurada perciben por la venta de sus produc-
tos o servicios. Los gastos, a su vez, son aquellos costos necesarios para
SURGXFLUORVLQJUHVRV7DOHVJDVWRVSXHGHQVHU³¿MRV´SXHVWRTXHQRYDUtDQ
con el nivel de producción o “extraordinarios”, que son aquellos que no se
derivan de la actividad ordinaria y que no poseen un carácter periódico. La
pérdida es una disminución en el capital contable del propietario que no es
el resultado de un gasto o la entrega de utilidades a los dueños del negocio.
Adicionalmente, podrán ser indemnizados los “gastos extraordinarios”
incurridos por el asegurado para evitar o disminuir las pérdidas emanadas
del siniestro.
e) Comunicación del siniestro: En el caso del seguro de pérdida de be-
QH¿FLRVGHEHGHVWDFDUVHGHPDQHUDHVSHFLDOODREOLJDFLyQGHODVHJXUDGRGH
QRWL¿FDUDODVHJXUDGRU³WDQSURQWRVHDSRVLEOH´ODRFXUUHQFLDGHOFXDOTXLHU
hecho que pueda constituir o constituya un siniestro; y la de acreditar la
ocurrencia del mismo, sus circunstancia y consecuencias9.
8
Los rubros indemnizables están compuestos básicamente por la “utilidad neta” que el
asegurado deja de percibir durante el período de paralización y por los “gastos permanentes”
en que el asegurado deba incurrir durante el mismo período de paralización. Además el
asegurado tiene derecho a que se le indemnicen los mayores gastos en que necesaria y
razonablemente deba incurrir con el fin de disminuir la paralización entre las cuales debe
incluir las rentas de arrendamiento por el contrato de leasing hecha por el asegurado y la
depreciación correspondiente a la maquinaria nueva que el asegurado facilitó para ls efectos
de reanudar las actividades”. Árbitro Sr. Juan ACHURRA LARRAÍN, citado por CONTRERAS
(1999) p. 231.
9
Artículo 524 Nºs. 7 y 8 del Código de Comercio.
694 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 578
/D¿QDOLGDGGHHVWDVREOLJDFLRQHVHVPLQLPL]DUODVSpUGLGDVSDUDGHMDUODV
en un estado semejante al que existiría en caso de no haberse contratado un
VHJXURGHSpUGLGDGHEHQH¿FLRV0DQWHQLHQGRODUHJODEiVLFDGHOD0i[LPD
Buena Fe, tanto el asegurador como el asegurado deben comportarse aso-
ciativamente, como si existiera una comunidad de intereses entre ellos. Aun
cuando surgieran discrepancias, ya sea en el momento del siniestro o durante
el proceso de liquidación del mismo, el objetivo principal debe orientarse
a poner en marcha un plan de contingencias que neutralice o disminuya la
agravación de las pérdidas, como lo sería, por ejemplo, activar respuestas
rápidas para mantener el proceso productivo, subcontratar servicios, recurrir
a mercados de repuestos y accesorios alternativos, ejecutar reparaciones
provisorias para reiniciar la producción, etc.
Es deber del asegurado permitir que el asegurador o los liquidadores
a cargo del proceso de liquidación del siniestro que constaten las pérdidas
GHORVLQJUHVRV\XWLOLGDGHVSDUDFXDQWL¿FDUHOGDxRSRQLHQGRDVXGLVSR-
sición los libros de contabilidad, los balances, los inventarios, los estados
¿QDQFLHURV\GHPiVDQWHFHGHQWHVQHFHVDULRVSDUDGHWHUPLQDUODVSpUGLGDV
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 579
COMENTARIO
2
Artículo 11 D.F.L. Nº 251.
3
GARRIGUES (1982) p. 326.
4
Art. 69, Ley Nº 50-1980 de Contrato de Seguro, España.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 579 697
5
SANDOVAL LÓPEZ (2007) p. 11.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 579 699
BIBLIOGRAFÍA
6
Artículo 542 Código de Comercio.
7
CAMACHO DE LOS RÍOS (1994) p. 21.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 579 701
ARTÍCULO 580
$UWtFXOR3URFHGHQFLDGHOUHFODPRGHLQGHPQL]DFLyQ+DEUiOXJDUDO
SDJRGHOVHJXUR
D&XDQGRHOGHXGRUKD\DVLGRGHFODUDGRHQTXLHEUDPHGLDQWHUHVROXFLyQ
judicial firme.
b) Cuando haya celebrado con sus acreedores, convenios regulados por la
Ley de Quiebras que le otorguen condonaciones.
c) Cuando habiendo sido demandado ejecutivamente, se establezca que el
deudor no posee bienes suficientes para solucionar la deuda o que, por su
RFXOWDPLHQWRVHKDJDLPSRVLEOHODSURVHFXFLyQGHOMXLFLR
d) Si el asegurado y el asegurador acuerdan que el crédito resulta incobrable.
e) En los demás casos que acuerden las partes.
COMENTARIO
1
GÓMEZ B. y EYZAGUIRRE S. (2012) p. 36.
704 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 580
2
Art. 129, ley Nº 20.720.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 580 705
3
SANDOVAL LÓPEZ (1992) p. 194.
4
ABELIUK MANASEVICH (1993) p. 968.
706 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 580
Al igual que las anteriores, esta causal no hace alusión a la pérdida que
experimenta el asegurado por el mero incumplimiento de una obligación
de dinero, sino que apunta a la cuestión de fondo, cual es, la imposibilidad
total y absoluta del asegurado de obtener el pago del crédito, debido a que
su deudor habiendo sido judicialmente requerido de pago, se encuentra
imposibilitado de hacer frente a sus compromisos, ya que simplemente
FDUHFHGHELHQHVVX¿FLHQWHVSDUDHOOR
Esta causal permite también presumir el siniestro cuando a consecuencia
del ocultamiento del deudor no es posible continuar con la ejecución de
pVWH/DGL¿FXOWDGTXHSODQWHDHVWDSUHVXQFLyQHV¢FXiQGRVHHQWLHQGHTXH
existe un ocultamiento de bienes? o ¿cuándo el tribunal podrá determinar
que el ejecutado ha ocultado sus bienes haciendo imposible la prosecución
del juicio?
La disposición impone una carga al asegurado, que consiste en efectuar
las gestiones o diligencias que habitualmente se requieren para obtener el
pago de una obligación de dar en un juicio ejecutivo, sin haberse logrado
encontrar bienes del deudor o haber logrado emplazar judicialmente a éste.
&XPSOLGRORDQWHULRUVHFRQ¿JXUDHOVLQLHVWURUHVXOWDQGRGHOWRGRDSOLFDEOH
la presunción del artículo 531, conforme al cual en caso que el asegurador
HVWLPHTXHQRVHKDFRQ¿JXUDGRODSUHVXQFLyQTXHORREOLJDDLQGHPQL]DU
será éste quien deberá probar aquello.
/DFRQWURYHUVLDUHVSHFWRDODFRQ¿JXUDFLyQGHODVFDXVDOHVGHEHUiVHU
resuelta a la luz del principio de la máxima buena fe, conforme a lo cual
bastará que el asegurado haya realizado las gestiones útiles y necesarias
SDUDHMHFXWDUDVXGHXGRUVLQKDEHUORORJUDGRHQWHQGHUFRQ¿JXUDGRHO
siniestro.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 580 707
4. SI EL ASEGURADO Y EL ASEGURADOR
ACUERDAN QUE EL CRÉDITO RESULTA INCOBRABLE
5
Circular Nº 24, de fecha 24 de abril de 2008, Tratamiento Tributario del Castigo de
Créditos Incobrables, Servicio de Impuestos Internos.
708 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 580
referenFLDDODSpUGLGDQHWDGH¿QLWLYDTXHVXIULUiHODVHJXUDGRDFRQVHFXHQFLD
de la falta de pago oportuno de su crédito, el cual resultará incobrable una
vez agotadas prudencialmente todas las gestiones de cobro.
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 581
Artículo 581.- Gastos de Cobranza. Las partes podrán convenir que, además
del monto de la deuda impaga, la suma asegurada cubra también los gastos
originados por las gestiones de cobranza y cualquiera otros.
COMENTARIO
ARTÍCULO 582
Artículo 582.-&RQFHSWR3RUHOVHJXURGHFDXFLyQHODVHJXUDGRUVHREOLJD
a indemnizar al asegurado los daños patrimoniales sufridos en caso de
incumplimiento por el tomador del seguro o afianzado, de sus obligaciones
legales o contractuales. Todo pago hecho por el asegurador deberá serle
reembolsado por el tomador del seguro.2
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513, 524, 525, 543, 552, 579,
581, 583; artículo 30 ley Nº 18.045; artículo 16 ley Nº 20.720; artículo 1
ley Nº 19.932; artículos 26 y 27, Decreto Supremo Hacienda Nº 1.055;
artículo 68 ley Nº 50/1980 España.
COMENTARIO
1. CONCEPTO
(QODGRFWULQDFRPSDUDGDVHKDGH¿QLGRVHJXURGHFDXFLyQFRPRDTXHO
que garantiza al acreedor de una obligación el resarcimiento de los daños
que puede provocar su incumplimiento1.
Otros han dicho que los seguros de caución son los que suelen estipu-
larse para garantizar que serán resarcidos al acreedor de una obligación no
directamente dineraria, los daños que puedan provocar su incumplimiento2.
En nuestra opinión, el seguro de caución es aquel que garantiza el pago
de los perjuicios sufridos por el asegurado a consecuencia del incumplimien-
to de las obligaciones del tomador, ya sean éstas legales o contractuales.
Lo que distingue a este tipo de seguro es que garantiza el pago de los
perjuicios que sufre el asegurado a consecuencia del incumplimiento total
o parcial de las obligaciones de su deudor.
Es por lo anterior, que el concepto que utiliza el legislador nos parece
adecuado por cuanto precisa que se trata de un seguro de daño patrimonial,
por el cual el tomador o contratante del seguro –quien es también el deudor
del asegurado– puede caucionar sus obligaciones, sea que éstas tengan su
origen en la ley o en un contrato.
Si bien este concepto es casi idéntico al utilizado por la ley de seguro
de España3LQFXUUHHQXQHUURU\DTXHKDFHUHIHUHQFLDDOD¿DQ]DGRHQFLU-
FXQVWDQFLDVTXHHODUWtFXORGHQXHVWUR&yGLJRGH&RPHUFLRQRGH¿QH
qué debe entenderse por tal.
Llamamos la atención en este punto, ya que en la legislación compa-
UDGDVHKDGLVFXWLGRVLHOVHJXURGHFDXFLyQHVXQDHVSHFLHRWLSRGH¿DQ]D
existiendo diversas opiniones al respecto. Aun cuando nuestros comentarios
a la nueva ley de seguros no nos permiten entrar a analizar las diferencias
HQWUHHOFRQWUDWRGH¿DQ]D\HOFRQWUDWRGHVHJXURGHFDXFLyQGHEHPRVDOR
menos advertir que se trata de garantías que se rigen por normas diferentes,
\TXHORVHOHPHQWRVHVHQFLDOHV\FDUDFWHUtVWLFRVGHOD¿DQ]D\GHOVHJXURGH
caución son distintos, sin que corresponda en consecuencia confundirlos,
1
HOYOS ELIZALDE (2007) p. 19.
2
BROSETA PONT (1991) p. 573.
3
Ley Nº 50/1980 España Art. 68. Por el seguro de caución el asegurado se obliga,
en caso de incumplimiento por el tomador del seguro de sus obligaciones legales o
contractuales, a indemnizar al asegurado a título de resarcimiento o penalidad los daños
patrimoniales sufridos, dentro de los límites establecidos en la ley o en el contrato. Todo
pago hecho por el asegurador deberá hacerlo reembolsado por el tomador del seguro.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 582 715
i) Tomador - Asegurador
El tomador es la persona natural o jurídica que debe rendir garantía a
favor de su acreedor, y es por ello que solicita a un tercero denominado
Asegurador que emita una póliza de caución, la que garantizará el cumpli-
miento de las obligaciones que éste asume con su acreedor o asegurado, en
virtud de un contrato o por expresa disposición de la ley.
4
ELGUERO MERINO (2004) p. 124.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 582 717
3. RIESGO CUBIERTO
5
HOYOS ELIZALDE (2007) p. 3.
6
ACHURRA LARRAÍN (2005) p. 219.
718 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 582
(QORTXHVHUH¿HUHDOFREURGHODSyOL]DHODUWtFXORHVFODURDOGLV-
poner que el asegurado tiene derecho a su cobro en el evento que el tomador
haya incumplido con sus obligaciones legales o contractuales.
Como ya hemos mencionado, el legislador consagró que mediante este
seguro pueden caucionarse obligaciones cuyo origen emane de la ley o del
contrato.
Existen diversos cuerpos legales que exigen la contratación de una
garantía para responder del cumplimiento de las obligaciones que impone
la ley. Un ejemplo de aquello es el referido a los corredores de bolsa y
agentes de valores, quienes para asegurar el correcto y cabal cumplimiento
de sus obligaciones como intermediario de valores deben constituir una
garantía, mediante una póliza de caución, entre otras7.
“La Ley sobre Reorganización y Liquidación de Empresas”, exige que
ORVYHHGRUHV\OLTXLGDGRUHVJDUDQWLFHQHO¿HOGHVHPSHxRGHVXDFWLYLGDGDVt
como el correcto y cabal cumplimiento de sus obligaciones mediante una
boleta bancaria de garantía, póliza de seguro o cualquier otra que determine
la Superintendencia8.
2WURFDVRHVHOUHFRJLGRHQODOH\1TXHVHUH¿HUHDOD³3URPHVD
de Compraventa en Verde”, conforme a la cual el promitente vendedor que
7
Art. 30, ley Nº 18.045.
8
Art. 16, ley Nº 20.720.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 582 719
9
Art. 1, ley Nº 19.932.
720 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 582
6. OBLIGACIÓN DE REEMBOLSO
10
Artículos 26 y 27, Decreto Supremo Hacienda Nº 1.055, de fecha 17 de agosto de 2012.
11
BACHILLER NÚÑEZ et al. (1995) p. 123.
722 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 582
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 583
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 526, 527, 528, 529, 530, 531
y 550; artículo 18 Decreto Supremo Hacienda Nº 1.055.
COMENTARIOS
GHD¿DQ]DGRQRVHHQFXHQWUDGH¿QLGDHQHODUWtFXOR\SRURWUDQRFR-
UUHVSRQGHDVLPLODUORDOFRQWUDWRGH¿DQ]DTXHUHJXODQXHVWURRUGHQDPLHQWR
jurídico.
Dicho lo anterior, lo relevante de esta disposición es que establece la
obligación del asegurado de tomar las medidas pertinentes para evitar que
la acción u omisión en que ha incurrido el tomador de la póliza aumente los
perjuicios o haga más gravosa la reparación del daño causado a consecuencia
del incumplimiento de la obligación caucionada.
El asegurado deberá tomar las medidas pertinentes “tan pronto” tome
conocimiento de la acción u omisión que pueda suponer o conllevar el
incumplimiento de la obligación garantizada por la póliza. La expresión
“tan pronto” debe interpretarse en su sentido natural y obvio, debiendo el
asegurado impetrar las medidas que permitan disminuir el daño inmedia-
tamente de haber conocimiento de la acción u omisión en que ha incurrido
el tomador.
La obligación de tomar las medidas tendientes para evitar la agravación
de los riesgos, nacerá sólo en caso que la acción u omisión del tomador o
contratante constituyan un incumplimiento de la obligación de “hacer” o de
“no hacer” cubierta por la póliza de caución. El mero incumplimiento de una
obligación que no otorga derecho al asegurado para cobrar la póliza, exime
a éste de su obligación de tomar medidas tendientes a evitar la agravación
del riesgo. Debe, en consecuencia, tratarse de un incumplimiento que faculte
al asegurado para exigir el pago de la caución.
En lo que respecta al tipo de medidas que debe impetrar el asegurado,
deberá estarse al caso particular, considerándose para ello el tipo de obliga-
ción caucionada, pero sin perder de vista que el objetivo de la disposición
por una parte es la de evitar que se incremente el daño o haga más gravoso
el mismo; y por otra, evitar que se perjudiquen las acciones de cobro.
Constituye una obligación del asegurado mantener o no perjudicar los
derechos o acciones del asegurador para obtener el reembolso de las sumas
que tenga que pagar a título de indemnización, siendo del todo ilustrativo
la disposición al consagrar que la obligación del asegurado no sólo se
limita a una cuestión de tipo material, sino que el cumplimiento de esta
obligación se extiende incluso hasta el deber del asegurado de interponer
DFFLRQHVMXGLFLDOHVWRGRHOORFRQOD¿QDOLGDGGHQRLQFUHPHQWDUHOGDxRQL
perjudicar el derecho de reembolso del asegurador, el que como ya hemos
señalado se encuentra expresamente consagrado en el inciso primero parte
¿QDOGHODUWtFXOR
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 583 725
1
Artículos 18 y siguientes, Título IV, Decreto Supremo Nº 1.055, de fecha 17 de
agosto de 2012.
726 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 583
determinarRFDOL¿FDUVLKDH[LVWLGRLQFXPSOLPLHQWRGHODREOLJDFLyQSRU
parte del tomador del seguro.
La existencia del seguro de caución a primer requerimiento se encuentra
reconocido en la legislación comparada, y es por ello que resulta destacable
que nuestra legislación haya regulado esta modalidad de contratación.
La inclusión de cláusulas a primer requerimiento –salvo que la vo-
luntad de las partes fuese claramente distinta– ha de interpretarse, en el
ámbito asegurativo, como una mera inversión de la carga probatoria, es
decir, como una renuncia del asegurador a subordinar el pago a la prueba
del incumplimiento2.
Lo que distingue una póliza a primer requerimiento dice relación con
su ejecutabilidad, es decir, que para obtener el pago de la indemnización,
el siniestro no debe ser sometido a proceso de liquidación alguno. De
esta manera, entonces, el asegurador al momento de emitir una caución
a primer requerimiento sabe o debe saber, que ante el requerimiento del
asegurado, estará obligado a pagar la indemnización solicitada, una vez
cumplidos los requisitos establecidos en el condicionado de la póliza.
Es por lo anterior que la disposición en comento dispuso que en este
tipo de seguros la indemnización debe ser pagada ante el requerimiento
del asegurado, sin que la oposición de excepciones pueda ser invocada
para condicionar o diferir dicho pago.
La disposición hace directa alusión a la fácil realización o pago de la
póliza, por cuanto el asegurador no puede retardar, condicionar ni menos
excusar el pago de la misma, alegando o interponiendo excepciones ten-
dientes a dilatar o condicionar el pago de la indemnización.
Desde esta perspectiva, la póliza de caución a primer requerimiento
constituye una garantía líquida y de fácil realización. Así, para obtener su
pago bastará que: A) el tomador incumpla las obligaciones caucionadas
y B) el asegurado cumpla con las exigencias de cobro establecidas en el
condicionado del seguro contratado.
Dándose cumplimiento a lo anterior, el asegurador se encuentra obligado
a pagar la indemnización sin que proceda la interposición de excepciones
ni corresponda someter el requerimiento de pago al proceso de liquidación
alguno.
2
CAMACHO DE LOS RÍOS (1997) p. 145.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 583 727
3. PAGO DE LA PRIMA
3
Art. 528.
MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 583 729
4
HOYOS ELIZALDE (2007) p. 24.
730 MOLINA ZALDÍVAR, Carlos Artículo 583
BIBLIOGRAFÍA
CAMACHO DE LOS RÍOS, Javier (1994): (O6HJXURGH&DXFLyQ(VWXGLR&UtWLFR
(Fundación Mapfre).
HOYOS ELIZALDE, Carlos (2007): (O6HJXURGH&DXFLyQXQDDSUR[LPDFLyQ
práctica (Fundación Mapfre).
VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda - AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 584 731
ARTÍCULO 584
COMENTARIO
3RU PHGLR GH HVWH SUHFHSWR VH RWRUJD XQD GH¿QLFLyQ GH FRQWUDWR GH
reaseguro, focalizando su atención en los efectos de dicho contrato en re-
1
Cabe recordarse que antes de esta modificación, el Código de Comercio no otorgaba
una definición del reaseguro, más allá de indicar algunos elementos del mismo. En
efecto, el artículo 523 disponía: “El asegurador puede hacer reasegurar, a condiciones
más o menos favorables que las estipuladas, las mismas cosas que él hubiere asegurado.
El reaseguro no extingue las obligaciones del asegurador, ni confiere al asegurado
acción directa contra el reasegurador. El asegurado y el asegurador no pueden celebrar
un reaseguro; pero el segundo puede hacer asegurar el costo del seguro y el riesgo de
insolvencia del primero”. Por su parte, el artículo 16 del D.F.L. Nº 251 (Ley de Seguros),
que aún se mantiene, establece quien puede celebrar este contrato y las formalidades
respectivas, todo lo cual está complementariamente regulado por la NCG Nº 139 de la
Superintendencia de Valores y Seguros, que establece normas relativas a la contratación
de reaseguros y al registro de corredores de reaseguro.
2
Se ha debatido largamente sobre la naturaleza jurídica del reaseguro. Para algunos
se trataba de un contrato en el cual existía un mandato diferido por el asegurado al
asegurador para que este último cubra sus riesgos, mandato en cuya virtud el asegurador
está en condiciones de buscar la cobertura de terceros, es decir, de reaseguradores.
Otros, en cambio, sostenían que el contrato de reaseguro presenta los caracteres de una
cesión eventual de deudas o los de una fianza o subfianza, cuyas figuras corresponden al
derecho común. Para una tercera corriente, se trataba de un contrato de sociedad. Sobre
esta materia, véase: CONTRERAS (2002) pp. 185-186; HILL (1995) pp. 50-59; BROSETA
(1961) pp. 51-75.
3
Dentro de éstos, puede estimarse como un seguro de nacimiento de una deuda o de
patrimonio. HILL (1995) pp. 91-92.
4
Posee todos los elementos del contrato de seguro: interés, riesgo, suma asegurada
y prima; y los mismos elementos personales: un asegurador y un asegurado (aunque en
este caso el asegurado sea a la vez asegurador). Posee también la misma causa, esto es,
VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda - AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 584 733
7
Sobre los aspectos históricos de este instituto, véase: HILL (1995) pp. 19-20.
8
BROSETA (1961) pp. 10-13.
9
ARELLANO (2013) p. 127.
10
Véase apartado denominado “Comentarios previos. Función técnica del coaseguro
y del reaseguro”, incorporado a los comentarios al artículo 557 C.com.
11
ARELLANO (2013) p. 127.
12
Sobre las ventajas del reaseguro: CONTRERAS (2002) pp. 184-185.
VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda - AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 584 735
13
BROSETA (1961) pp. 16-17.
14
GARCÍA Y CARUANA (2009) p. 18, RÍOS (2013) pp. 106-109.
15
VÁSQUEZ (2014) pp. 437-464.
16
VÁSQUEZ (2013) pp. 16-63.
17
Al respecto, el artículo 28 de la Ley de Arbitraje Comercial Internacional Nº 19.971.
736 VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda - AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 584
BIBLIOGRAFÍA
18
Véase ley Nº 19.971 y artículo 2462 C.C.
19
Así también lo ha reconocido la Excma. Corte Suprema en la causa Mauricio
Hochschild S.A.C.I. c/ Ferrostaal A.G., de 22 de enero de 2008. Rol Nº 3247-06, MJJ16540.
20
Cabe precisar que el proyecto primitivo establecía en el artículo 589 (pp. 38-
39 de la Historia de la Ley), una norma relativa al arbitraje en el reaseguro, la que
señalaba que “El conocimiento de todas las controversias que deriven del contrato de
reaseguro, incluidas aquellas sobre validez o nulidad del mismo, será sometida a un
árbitro nombrado en Chile, que actuará aplicando la legislación nacional. No obstante,
producida la controversia, las partes podrán acordar que ella se resuelva conforme a las
normas sobre arbitraje mercantil internacional previstas en la ley chilena”; sin embargo,
esta norma fue excluida mediante una indicación realizada por el Ejecutivo (pp. 50-51,
Historia de la Ley), la que fue aprobada de forma posterior, tanto por la Comisión como
por ambas Cámaras, transformándose dicha indicación en el texto actual de la ley, sin
hacer referencia respecto al arbitraje de forma específica en el contrato de reaseguro,
limitándose sólo al art. 543, el que se refiere a la solución de controversias en el contrato
de seguro. En Historia de la ley Nº 20.667, disponible en http://www.leychile.cl/Consulta/
portada_hl?tipo_norma=XX1&nro_ley=20667&anio=2014 (visitado el 20 de junio de
2014). El contenido de este artículo se condice con lo agregado por el artículo 4 letra b)
de la ley (29 del D.F.L. Nº 251 de 1931).
VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda - AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 584 737
ARTÍCULO 585
COMENTARIO
tiene su origen en aquél, lo cierto es que entre ambos contratos existe una
independencia jurídica, tanto por su nacimiento como por sus elementos
esenciales2.
Esta independencia no es sólo contractual, sino que alcanza a las vicisi-
tudes que incidiendo sobre el contrato de reaseguro no afectarán al contrato
de seguro. Así, por ejemplo, la nulidad o anulabilidad del reaseguro no
repercutirán en el seguro, la reducción de la suma reasegurada o la quiebra
del reasegurador son jurídicamente indiferentes para la relación de seguro
que se ha establecido entre el asegurado y el asegurador. El reaseguro es un
contrato nuevo estipulado entre partes distintas que no sustituye ni nova al
precedente contrato de seguro originario, que continuará produciendo entre
sus partes (asegurado y asegurador) todos y cada uno de los efectos que
le son propios. Quiere todo ello decir que, para el asegurado originario, el
contrato de reaseguro tiene la consideración de res ínter olios acta3.
2
El reaseguro y el seguro originario, del que nacen los supuestos técnicos que
justifican la contratación de aquél, poseen en primer lugar elementos personales distintos.
El seguro originario cuyo efecto económico se reasegura se estipula entre un asegurado
y un asegurador dando lugar al nacimiento de obligaciones principales y accesorias
que crean la posibilidad de que surja una deuda en el patrimonio del asegurador. Para
protegerse contra esta posibilidad el asegurador se dirige a un reasegurador para cederle
la totalidad o una parte del riesgo de que efectivamente nazca aquella obligación de
indemnizar al asegurado. Por tanto, los elementos personales del seguro originario
(asegurado-asegurador) son distintos de los del reaseguro (asegurador-reasegurador). Pero,
además, también son habitualmente distintas las primas que se satisfacen entre uno y otro
contrato, porque si bien en algunos casos la del reaseguro se calculará proporcionalmente
a la del seguro originario, pueden ser distintas y no existe obligación alguna para que
sean dependientes. También suelen ser diversas las condiciones de uno y otro contrato
y la cuantía de los riesgos, e incluso su forma. Además, los elementos esenciales del
seguro originario y del reaseguro que se estipulan sobre aquél son distintos: distintos
son el riesgo del seguro y del reaseguro y distinto es el interés asegurado, pues mientras
en un seguro contra incendio el interés asegurado será la relación jurídica del asegurado
con la cosa, en el reaseguro el interés recaerá sobre el bien de su patrimonio que habrá
de sacrificar para hacer frente a la indemnización. Cualquiera que sea la naturaleza del
seguro principal, la del reaseguro siempre será la misma: seguro contra el nacimiento de
una deuda. Véase: BROSETA (1961) pp. 19-20.
3
Así se recoge en la mayoría de ordenamientos. El Derecho francés lo establece en la
ley Nº 111-3, en el Derecho italiano, se señala algo análogo en el artículo 1929 del Códice
Civile; en Gran Bretaña existe numerosa jurisprudencia que proclama como principio
fundamental del Derecho anglosajón que los contratos no producen efectos entre personas
que no fueron parte de los mismos. También del Derecho norteamericano proclama que un
740 VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda - AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 585
\FXDQWtD¿MDGRVHQHOFRQWUDWRGHUHDVHJXURHQHOPLVPRULHVJRDVXPLGR
por el asegurador, a tal punto que si dicho riesgo se concreta y el asegura-
dor debe pagar la indemnización, surge entonces el consecuente deber del
UHDVHJXUDGRUGHLQGHPQL]DUDVXUHDVHJXUDGRUDGLFiQGRVHHQGH¿QLWLYDHQ
el reasegurador el costo total o parcial del siniestro. El riesgo del seguro
FUHDHQGH¿QLWLYDXQULHVJRSDUDHOUHDVHJXUDGRUSRUORTXHLQGXGDEOHPHQWH
están, en la práctica, muy unidos, motivo por el cual el reasegurador queda
sometido a todas las circunstancias que afecten al riesgo asegurado e incluso
a las sentencias o decisiones jurisdiccionales y hasta las transacciones7 que
celebre el asegurador a ese respecto, las que deberá respetar sin poderlas
impugnar, ni discutir, ni exigir responsabilidad alguna por sus consecuencias
económicas adversas, siempre que el asegurador se haya conducido dentro
de los estrictos límites de la buena fe. Esto tiene efectos jurídicos relevantes,
muchos de los cuales generan un escudo protector para el propio asegura-
do, como por ejemplo que la agravación del riesgo será soportada también
por el reasegurador, si el asegurado cumple con la normativa que regula la
materia respecto al seguro directo, o que la omisión en la comunicación de
FXDOTXLHUPRGL¿FDFLyQGHEXHQDIHQRDFDUUHDODQXOLGDGGHOUHDVHJXUR\
en consecuencia, el asegurado no se verá afectado por eventuales errores de
su asegurador, etc. Siendo así, parecía útil el reconocimiento legal del prin-
cipio que se comenta, posteriormente eliminado del proyecto, sin perjuicio
de lo cual tiene amplia cabida y reconocimiento en los usos y costumbres
del mercado que, según dispone el inciso tercero del artículo 584 C.com.,
sirven para interpretar la voluntad de las partes en el contrato de reaseguro.
Finalmente, el proyecto original ingresado a trámite legislativo también
contenía un reconocimiento a las denominadas “cláusulas de colaboración” y
“cláusulas de control”, ampliamente utilizadas en el mercado de reaseguros.
Decía el proyecto que si el reaseguro otorgaba al reasegurador facultades
para intervenir (“colaboración”) o para controlar (“control”) las liquidacio-
nes de los siniestros, “ellas deberán ser ejercidas a través del reasegurado
y en la forma y plazos previstos en las normas que rigen la ejecución de
dichas liquidaciones, las que prevalecerán sobre cualquier estipulación en
contrario que al respecto contenga el contrato de reaseguro”.
Escapa al ámbito de estos comentarios referirnos con profundidad a este
respecto, pero creemos importante destacar que este artículo eliminado del
7
“Follow the settlements” en terminología usual del mercado.
742 VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda - AGRAMUNT ORREGO, Edmundo Artículo 585
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 586
COMENTARIO
que los contratos sólo producen efectos entre las partes, a menos que se
pacte lo contrario. De este modo, el asegurado sólo puede dirigirse contra
su asegurador, aun cuando conozca la existencia del contrato de reaseguro
y el alcance de su cobertura para exigirle la parte de la indemnización que
pudiera corresponderle, pues –como hemos indicado precedentemente– el
riesgo del seguro directo y el del reaseguro son diversos. La existencia de
esa acción directa plantearía graves problemas en ciertos tipos de contratos
de reaseguro, que no tienen en cuenta los riesgos concretos asegurados por
el asegurador-reasegurado, sino la marcha de su negocio.
Tal como relata el precepto, la eliminación de la acción directa como
norma general, no impide la posibilidad de que, en determinados casos, el
asegurado pueda dirigirse directamente contra el reasegurador. En el contrato
de reaseguro puede, incluirse una cláusula mediante la cual se disponga que
el reasegurador pagará al asegurado la indemnización, creándose así una
relación directa entre ambos. Semejante pacto constituirá una estipulación
en favor de tercero contemplada en el artículo 1449 del Código Civil y cons-
tituye un tipo de cláusula que es generalmente admitida2. Por otra parte, se
puede establecer que una vez producido el siniestro, el asegurador directo
ceda al asegurado los derechos que emanen del contrato de reaseguro para
cobrar al reasegurador3.
/DLQGHSHQGHQFLDHQWUHDPERVFRQWUDWRVSRGUtDHVWLPDUVHEHQH¿FLRVD
para el asegurado en tanto el contrato de seguro será considerado váli-
Diputado señor Vallespín), Ceroni, Tuma y Van Rysselberghe. Historia de la ley, pp. 144-
145, disponible en http://www.leychile.cl/Consulta/portada_hl?tipo_norma=XX1&nro_
ley=20667&anio=2014 [visitado el 25 de junio de 2014].
2
En Estados Unidos rige el principio de que sólo las partes del contrato pueden
demandar y ser demandadas en base al mismo y, por lo tanto, el asegurado carece de acción
contra el reasegurador. Ello no obstante, en los Tratados de reaseguro suele incluirse una
cláusula de insolvencia (Insolvency clause) por virtud de la cual se autoriza al asegurado
tenedor de la póliza de seguro directo que por motivo de insolvencia de su asegurador no
pueda cobrar su indemnización, a dirigirse directamente al reasegurador y exigirle el pago de
la misma. Otra posible excepción viene dada por la llamada cut through clause, que concede
también al asegurado derecho a exigir el pago de la suma reasegurada directamente al
reasegurador. Este tipo de cláusulas parece ser usual en la práctica norteamericana, al admitir
la jurisprudencia de este país este derecho en determinados supuestos, y especialmente
cuando el asegurado ha tenido relaciones directas con el reasegurador, creando así la
apariencia de que éste es un verdadero asegurador frente a él.
3
BROSETA (1961) pp. 20-22.
VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda Artículo 586 745
do, aun cuando sea nulo el de reaseguro y viceversa, de manera que las
obligaciones que emanan de aquellos se entienden independientes. Sin
embargo, también podríamos estimarlo perjudicial en el caso de quie-
bra del asegurador originario, pues en este caso, podría estimarse que
el asegurado tenga un derecho plausible frente al reasegurador4. Frente
a ello, el artículo 84 del D.F.L. Nº 251, establece que “En el evento de
no producirse el traspaso de la cartera y negocios, en los términos del
artículo 82, el crédito de los asegurados provenientes de los contratos de
seguros gozarán del privilegio establecido en el Nº 5 del artículo 2472
GHO&yGLJR&LYLO&RQWRGRORVSDJRVSRUUHDVHJXURVEHQH¿FLDUiQDORV
asegurados cuyos créditos por siniestros preferirán a cualesquiera otros
que se ejercieren en contra del asegurador, sin perjuicio de contribuir a
los gastos de administración del procedimiento concursal de liquidación
o liquidación, en su caso”5.
Finalmente se estipula una norma de orden público, en la medida que
limita la autonomía de la voluntad con la intención de proteger al asegura-
do. En tal sentido, dispone que los acuerdos de las partes, en ningún caso
4
Es por esta razón que algunas legislaciones contemplan un privilegio al asegurado.
Así, el Código Civil italiano establece, en favor del asegurado de un asegurador en quiebra,
un privilegio sobre las sumas debidas al asegurador cedente por la empresa reaseguradora.
El privilegio se establece por el decreto de 5 de abril de 1925, Nº 440, artículo 1, XIII, al
cual se remite el artículo 1929 del Código Civil. Este precepto declara explícitamente: “El
contrato de reaseguro no crea relaciones entre el asegurado y el reasegurador, salvo las
disposiciones de leyes especiales sobre el privilegio a favor de la masa de asegurados”.
También el artículo 160 párrafo segundo de la Ley argentina, después de afirmar que el
asegurado carece de acción contra el reasegurador, declara que en caso de liquidación
voluntaria o forzosa de su asegurador, el conjunto de los asegurados gozará de un privilegio
especial sobre el saldo acreedor que arroje la cuenta del asegurador con el reasegurador,
solucionando la cuestión de la protección del asegurado por la vía del privilegio especial.
Asimismo, el artículo 78 de la ley española dispone que: “El asegurado no podrá exigir
directamente al reasegurador indemnización ni prestación alguna. En casos de liquidación
voluntaria o forzosa de su asegurador, gozarán de privilegio especial sobre el saldo acreedor
que arroje la cuenta del asegurador con el reasegurador”. Esta norma se fundamenta en la
preocupación del legislador de proteger al asegurado –considerado como parte débil del
seguro directo– en los supuestos en que su asegurador se halle en una situación económica
anormal, por liquidación voluntaria o forzosa, supuso la introducción de un privilegio
especial en su favor. Sobre esta materia y las problemáticas que ha generado, véase: HILL
(1995) pp. 142-143; SÁNCHEZ (2010) pp. 1966-1968.
5
Este artículo fue incorporado a partir de la ley Nº 20.720.
746 VÁSQUEZ PALMA, M. Fernanda Artículo 586
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 587
COMENTARIO
ARTÍCULO 588
Artículo 588.- Conceptos. Son seguros de personas los que cubren los
riesgos que puedan afectar la existencia, la integridad física o intelectual,
la salud de las personas y los que garantizan a éstas, dentro o al término
de un plazo, un capital o una renta temporal o vitalicia.
Por el seguro de vida el asegurador se obliga, conforme a la modalidad
y límites establecidos en el contrato, a pagar una suma de dinero al con-
tratante o a los beneficiarios, si el asegurado muere o sobrevive a la fecha
estipulada.
Se denomina renta vitalicia a la modalidad del seguro de vida mediante la
cual el asegurador recibe del contratante un capital y se obliga a pagarle
a él o sus beneficiarios una renta hasta la muerte de aquél o de éstos.
Por el seguro de accidentes personales el asegurador se obliga, conforme
a las modalidades estipuladas, a indemnizar al asegurado o a sus benefi-
ciarios, las lesiones corporales, la incapacidad o la muerte que éste sufra
a consecuencias de un accidente.
Por el seguro de salud, o las modalidades de otros seguros que incluyan
dicha cobertura, el asegurador se obliga a pagar, en la forma estipulada en
HOFRQWUDWRORVJDVWRVPpGLFRVFOtQLFRVIDUPDFpXWLFRVGHKRVSLWDOL]DFLyQ
u otros en que el asegurado incurra, si éste o sus beneficiarios requiriesen
de tratamiento médico a consecuencia de enfermedad o accidente.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512, 513 letras a), b), c), f),
516, 518 Nºs. 1, 6 y 10, 541 inc. 3º, 544, 589, 590, 591, 592, 593, 594, 595,
596, 597, 598, 599, 600 y 601.
COMENTARIO
1. INTRODUCCIÓN
El artículo 588 podría describirse como una norma que sintetiza la re-
gulación de los seguros de personas, pues se aboca a dar un concepto para
los seguros de personas, en términos generales, para seguidamente entregar
ODVGH¿QLFLRQHVGHORVGLVWLQWRVVHJXURVTXHFRQIRUPDQHVWH*UXSRDVDEHU
el seguro de vida (con su modalidad de renta vitalicia), el seguro de salud
y el seguro de accidentes personales.
5HVSHFWRGHODGH¿QLFLyQTXHHOOHJLVODGRUHQWUHJDSDUDORVVHJXURV
de personas, ésta se estructura a partir de dos elementos o variables que
SHUPLWHQGLIHUHQFLDUORVGHORVVHJXURVGHGDxRVSRUXQDSDUWHORVGH¿QH
a partir de los riesgos cubiertos por estos seguros y, por otra, a partir de
la forma en que el asegurador cumple su obligación de otorgar cobertura
o dicho de otra forma, respecto de la prestación que el asegurador se
obliga a otorgar1.
Así, dispone que son seguros de personas, todos aquellos que cubren
los riesgos que pueden afectar la existencia (vida), la integridad física o
intelectual o la salud de las personas, riesgos a los que está expuesta toda
persona por su propia naturaleza expuesta a la muerte –único riesgo cierto
cubierto por el seguro– una existencia expuesta a la enfermedad, que priva
al sujeto de su estado de salud o bienestar y, del mismo modo, una existen-
cia expuesta a sufrir un accidente, fortuito, genético, incluso cultural, que
puede generar un daño corporal o disminuir la integridad física intelectual
o síquica de la misma.
Ahora bien ¿éstos son los únicos riesgos que pesan sobre la persona
del asegurado? O dicho de otra forma ¿sólo los seguros de vida, salud y
accidentes personales son capaces de cubrir los riesgos que pesan sobre la
persona del asegurado?
1
El artículo 80 de la Ley española de Contrato de Seguros, de 1980, entrega la siguiente
definición para los seguros de personas: La ley de contrato de seguros español trata en
su Título III el seguro de personas: “El contrato de seguro de personas comprende todos
los riegos que pueden afectar a la existencia, integridad corporal o salud del asegurado”,
concepto en parte similar al entregado por nuestro legislador, ya que el español no los
define a partir de la prestación a la que se obliga el legislador, sino sólo a partir de los
riesgos cubiertos por este tipo de seguros.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588 753
2. EL SEGURO DE VIDA
(OLQFLVRVHJXQGRGHHVWHDUWtFXORGH¿QHHOVHJXURGHYLGDGLVSRQLHQGR
que: “Por el seguro de vida el asegurador se obliga, conforme a la modalidad
2
Al respecto y a propósito de lo dispuesto en el artículo 80 de la Ley de Contrato de
Seguros, TIRADO SUÁREZ (2006) p. 29, señala: “en la normativa de control administrativo,
se mencionan otras formas de seguro, que entran en el ramo de vida, aunque no hayan sido
mencionadas por el legislador contractual, como el seguro de “nupcialidad” o como el
seguro de “natalidad”, existiendo también en los ramos no vida seguros calificables como
personales al referirse a datos relativos a la asistencia a las personas o el enterramiento
de las mismas, dada la tradición histórica de tutela y conservación de los restos mortales,
última y efímera expresión de la persona”.
754 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588
3
El artículo 83 de la Ley española de Contrato de Seguro, no solo dispone la siguiente
definición para el seguro de vida, sino que también regula otros aspectos, como el seguro
de vida sobre la vida de un tercero, cuando éste es incapaz: “Por el seguro de vida el
asegurador se obliga, mediante el cobro de la prima estipulada y dentro de los límites
establecidos en la ley y en el contrato, a satisfacer al beneficiario un capital, una renta u
otras prestaciones convenidas, en el caso de muerte o bien de supervivencia del asegurado,
o de ambos eventos conjuntamente. El seguro sobre la vida puede estipularse sobre la vida
propia o la de un tercero, tanto para caso de muerte como para caso de supervivencia o ambos
conjuntamente, así como sobre una o varias cabezas. Son seguros sobre la vida aquellos
en que, cumpliendo lo establecido en los párrafos anteriores, la prestación convenida en
la póliza ha sido determinada por el asegurador mediante la utilización de criterios y bases
de técnica actuarial. En los seguros para caso de muerte, si son distintas las personas del
tomador del seguro y del asegurado, será preciso el consentimiento de éste, dado por
escrito, salvo que pueda presumirse de otra forma su interés por la existencia del seguro.
A los efectos de lo indicado en el artículo 4, en los seguros sobre la vida se entiende que
existe riesgo si en el momento de la contratación no se ha producido el evento objeto de la
cobertura otorgada en la póliza. Si el asegurado es menor de edad, será necesaria, además, la
autorización por escrito de sus representantes legales. No se podrá contratar un seguro para
caso de muerte sobre la cabeza de menores de catorce años de edad o de incapacitados. Se
exceptúan de esta prohibición, los contratos de seguros en los que la cobertura de muerte
resulte inferior o igual a la prima satisfecha por la póliza o al valor de rescate”.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588 755
4
Véase comentario al artículo 589 de esta ley.
5
Véase comentario al artículo 599 de esta ley.
6
Una modalidad de uso común que se ajusta en alguna medida a lo descrito, es el
seguro de desgravamen que las entidades financieras exigen que sea tomado, en este
756 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588
3RUVXSDUWHVHSDJDUiODVXPDDVHJXUDGDDORVEHQH¿FLDULRVQRPEUDGRV
o aprobados7 por el propio asegurado, cuando quien contrata el seguro no
HVDVXYH]EHQH¿FLDULRGHOPLVPR\HQWRGDVODVVLWXDFLRQHVHQTXHHVHO
propio asegurado quien toma o contrata el seguro de vida.
Cabe hacer presente que respecto a esta modalidad de seguro de vida,
normalmente se pacta como una cobertura temporal, esto es, que la asegu-
radora pagará sólo si la muerte del asegurado ocurre durante un período
determinado o antes de que éste cumpla una determinada edad, así por
ejemplo, un asegurado que contrata su propio seguro a los 30 años de edad,
tendrá cobertura hasta que cumpla los 65 o 70 años, de tal forma que si
PXHUHDQWHVGHFXPSOLUHVDHGDGODDVHJXUDGRUDSDJDUiDVXVEHQH¿FLDULRV
y no lo hará en caso contrario.
En cuanto al seguro de vida en caso de sobrevivencia del asegurado,
es aquella modalidad por la cual la aseguradora se obliga al pago de una
suma o de una renta al asegurado, en caso de que sobreviva a determinada
edad que se estipula al momento de contratar el seguro, así por ejemplo,
VLODHGDG¿MDGDHVGHDxRVGHVGHHOPRPHQWRTXHHODVHJXUDGRSDVD
esa edad, tendrá derecho al pago asegurado8.
Esta modalidad tiene ciertas semejanzas evidentes con los planes de
pensiones, en cuanto se establece el pago de una suma o renta para los úl-
timos años de vida del asegurado que coinciden con el término de su vida
ODERUDO/DGLIHUHQFLDHVWiHQTXHHVWRVVHJXURVVRQPXFKRPiVÀH[LEOHV
caso, por el propio asegurado y deudor, a favor de esa entidad, asegurando el pago del
saldo insoluto de la deuda, en caso de muerte.
7
Véase comentarios a los artículos 589 y 593 de esta ley, los que disponen la exigencia
de consentimiento expreso de la designación del beneficiario por parte del tercero respecto
del que se toma el seguro de vida y las diferentes situaciones que se pueden dar para la
designación del beneficiario, respectivamente.
8
En el mercado español, por ejemplo, se nos hace notar que esta modalidad de seguro
se utiliza para asegurar a dos personas que son beneficiarias recíprocas una de la otra.
Así comenta TIRADO SUÁREZ (2006) pp. 52-53: “Esta figura (seguro de capital o renta de
sobrevivencia) contractual es típica del seguro sobre dos cabezas o asegurados, en el que
el fallecimiento de cualquiera de ellos o de uno solo, el configurado convencionalmente
como principal, trae consigo que el pago de la suma asegurada, ya sea, en forma de capital,
ya sea, en forma de renta, se satisfaga al segundo asegurado, siempre que viva en dicho
momento, puesto que si ha premuerto, el asegurador queda liberado de toda obligación,
salvo que se haya pactado otro destino a la suma asegurada”.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588 757
en sus disposiciones que las reglas rígidas que suelen tener los planes de
pensiones sean públicos o privados.
)LQDOPHQWHKDFHUSUHVHQWHTXHWDPELpQHVKDELWXDOODFRQ¿JXUDFLyQGH
seguros de vida que combinan las coberturas para el caso de muerte y de
sobrevivencia, generándose una modalidad mixta que nuestra legislación
no ha previsto expresamente, como si se ha hecho, por ejemplo, en la Ley
GH&RQWUDWRGH6HJXURHVSDxRODSUHFLVDPHQWHDOGH¿QLUHOVHJXURGHYLGD
3. LA RENTA VITALICIA
(OLQFLVRWHUFHURGHODUWtFXORGH¿QHODPRGDOLGDGGHVHJXURGHYLGD
en donde el asegurador se obliga al pago de una renta vitalicia al asegurado,
de la siguiente forma: “Se denomina renta vitalicia a la modalidad del segu-
ro de vida mediante la cual el asegurador recibe del contratante un capital
\VHREOLJDDSDJDUOHDpORVXVEHQH¿FLDULRVXQDUHQWDKDVWDODPXHUWHGH
aquél o de éstos”.
La primera duda que surge al ver esta disposición y su ubicación en el
FRQWH[WRGHODOH\HVVDEHUSRUTXpHVWiDKt\FXiOHVODUD]yQGHGH¿QLUHQ
esta ley una modalidad de seguro de vida que se encuentra extensamente
regulada en el Decreto Ley Nº 3.5009, para luego no dedicarle ni una línea
de texto legal que cambie en algo su actual regulación en nuestro ordena-
miento jurídico.
En efecto, la renta vitalicia, en sus diversas modalidades, es completa-
mente regulada por los artículos 61, 61 bis, 62, 63 y 64 del D.L. Nº 3.500
que regula la Administración de Fondos de Pensiones, permitiendo, a grosso
modo, que un trabajador pueda entregar a una Compañía de Seguros de
Vida el monto acumulado en su fondo de pensión a cambio de que dicha
Compañía le pague una determinada renta en forma vitalicia, de manera
inmediata o diferida en el tiempo.
$KRUDVLELHQHO'/1GH¿QHODUHQWDYLWDOLFLDFRPRXQDPR-
dalidad de pensión, es meridianamente claro en indicar que se trata de un
contrato de seguro que suscribe el trabajador con una Compañía de Seguros
9
Nos referimos al Decreto Ley Nº 3.500, del año 1980, que regula el Régimen de
Previsión Social derivado de la Capitalización Individual, que en su Título VI, Párrafos 1º
y 2º, regula en detalle las diversas modalidades de pensión por contratación de una Renta
Vitalicia entre el trabajador y una Compañía de Seguros de Vida.
758 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588
6LJXLHQGRFRQHVWDQRUPDHOLQFLVRFXDUWRGH¿QHHOVHJXURGHDFFLGHQWHV
personales de la siguiente forma: “Por el seguro de accidentes personales el
asegurador se obliga, conforme a las modalidades estipuladas, a indemnizar
DODVHJXUDGRRDVXVEHQH¿FLDULRVODVOHVLRQHVFRUSRUDOHVODLQFDSDFLGDGR
la muerte que éste sufra a consecuencias de un accidente”.
10
Véase artículos 2264 a 2278 del Código de Civil de Chile.
11
En muchos países, como España y otros europeos, se ha regulado expresamente la
Renta Vitalicia como una modalidad de pensión asociada a la entrega de un inmueble,
normalmente la residencia del acreedor, quien por la entrega de la propiedad del inmueble,
recibe una pensión y se le permite usar y gozar del inmueble hasta su muerte, evento que
permite la entrega material del inmueble al deudor de la renta vitalicia.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588 759
12
La obligación de indemnizar es propia de los seguros de daños, en los que el siniestro
trae consigo la necesidad de una liquidación de los daños que permite al asegurador pagar al
asegurado exactamente el daño sufrido y nada más, para de esa forma sujetar estrictamente
al principio de indemnización del artículo 550, mientras que en los seguros de personas,
se entiende que el concepto de valoración del daño está ausente.
13
Véase comentario al artículo 601 de esta ley, que dispone: “Coberturas patrimoniales.
Las modalidades de seguro que cubran gastos médicos, clínicos, quirúrgicos, farmacéuticos
u otros que tengan carácter de daño patrimonial, se regularán por las normas de los seguros
de daños, a menos que sean contrarias a su naturaleza”. En ese sentido, cabe tener presente
que el seguro de accidentes es clasificado como un seguro no vida por la Directiva 73/239/
CEE, de 24 de julio de 1973, como una muestra de que este seguro no necesariamente tiene
la naturaleza de un seguro de personas, aun cuando cubra un riesgo que pesa sobre la persona.
760 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588
5. EL SEGURO DE SALUD
5HVSHFWRGHOVHJXURGHVDOXGHVWHDUWtFXORHQWUHJDODVLJXLHQWHGH¿QL-
ción:
14
Es habitual, atendidas las coberturas antes indicadas, que este seguro se contrate
como complementario a un seguro de vida.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588 761
“Por el seguro de salud, o las modalidades de otros seguros que incluyan dicha
cobertura, el asegurador se obliga a pagar, en la forma estipulada en el contrato, los
gastos médicos, clínicos, farmacéuticos, de hospitalización u otros en que el asegurado
incurra, si éste o sus beneficiarios requiriesen de tratamiento médico a consecuencia
de enfermedad o accidente”.
15
Véase comentario al artículo 512 inc. 2º de esta ley.
16
Véase comentario al artículo 592 de esta ley.
762 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588
17
Sobre la diferencia entre seguros de enfermedad y de asistencia sanitaria, ver comentario
al artículo 512 inc. 2º de esta ley. En efecto, siguiendo a GARRIGUES (1982) p. 36. Estas son
dos modalidades de seguro de salud totalmente distintas, tanto en su estructura contractual
interna como en su naturaleza jurídica, toda vez que el seguro de enfermedad es un seguro
de sumas que busca dar cobertura al asegurado respecto del daño causado en su patrimonio
por la aparición de la enfermedad, mientras que el seguro de asistencia sanitaria es un seguro
GHSUHVWDFLyQVHUYLFLRV donde el asegurador se compromete a otorgar, por sí mismo o en
convenio con un centro asistencial, la prestación de salud, sea un servicio médico, quirúrgico
o farmacéutico, que requiera el asegurado para la recuperación de su salud.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588 763
18
La salud o la protección de la salud es un bien individual y privado de cada persona,
pero al mismo tiempo es un bien de interés colectivo o social, en orden a que la sociedad
en su conjunto o parte de ella (como puede ser un gremio, una empresa, una nación o el
Estado) tiene interés en la salud de sus miembros. La OMS ha conceptualizado la salud de
la siguiente forma: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social,
y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Preámbulo de la Constitución
de la Organización Mundial de la Salud, que fue adoptada por la Conferencia Sanitaria
Internacional, celebrada en Nueva York del 19 de junio al 22 de julio de 1946, firmada el
22 de julio de 1946 por los representantes de 61 Estados (Official Records of the World
Health Organization, Nº 2, p. 100), el que entró en vigor el día 7 de abril de 1948. Esta
definición no ha sido modificada desde 1948.
19
En este punto surge la duda de si las condiciones congénitas o malformaciones
genéticas pueden ser consideradas como una enfermedad. La práctica incluye estas
circunstancias dentro de la cobertura de salud.
764 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 588
VDOXGTXHOHSHUPLWHWHQHUODFREHUWXUD¿QDQFLHUDQHFHVDULDSDUDVROYHQWDU
ese gasto.
Sin embargo, cabe preguntarse por qué se incluye en este seguro los
gastos médicos derivados de un accidente, si para esa cobertura existe el
seguro de accidentes personales. O desde otro punto de vista, por qué no
VHLQFOX\HH[SUHVDPHQWHHQHVWDGH¿QLFLyQODREOLJDFLyQGHODVHJXUDGRUGH
otorgar una renta por concepto de invalidez al asegurado que ve menosca-
bada su integridad física o intelectual y se ve impedido de trabajar mientras
dura el menoscabo.
7DPELpQVHSXHGHDUJXPHQWDUTXHHQODGH¿QLFLyQVHmencionan otros
(gastos) en que el asegurado incurra, dentro de los cuales, podrían estar
HVWDVREOLJDFLRQHVGHWLSR¿QDQFLHUDV
Creemos que lo mejor hubiese sido mencionarlas expresamente, de
manera de no dejar dudas respecto al alcance de la cobertura a la que se
obliga el asegurador, de manera natural, cuando se contrata este seguro.
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 589
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512, 513 letras a), b), c), f),
n), w), 515, 516, 517, 518 Nº 10, 520, 524 inc. 2º, 542, 588, 593, 594,
595, 596, 597, 599 y 600.
COMENTARIO
zar nuestra legislación en esta materia, toda vez que establece una regla
2
seguros que no son de personas, pero en éstos –y en particular en los seguros de vida– la
existencia del interés es considerada por muchos autores como irrelevante. Sin embargo,
también se extiende el concepto de interés al seguro de personas, si se considera que el
hombre (su salud, integridad física, etc.) y su capacidad de rédito son bienes susceptibles
de valoración económica). Si el contrato se efectúa sobre el propio asegurado –entendido
como titular del interés–, la existencia del interés con relación a su propia persona es
fácilmente presumible, ya que ha de estimarse interesado, no solo en su propia existencia
(de modo especial en su duración), sino también en las condiciones físicas en las que se
ha de desarrollar (salud, envejecimiento, integridad física, etc.). El problema aparece
en términos diversos si se hace el contrato de seguro con relación a un tercero, pues
en tal supuesta será preciso aprobar la existencia de un interés en su existencia o en su
integridad. En algunos casos la existencia de ese interés será fácilmente presumible (v.
gr., con relación a un familiar), pero en otros supuestos en los que no sea presumible
será necesario el consentimiento escrito del tercero”.
2
A propósito de esta materia en Argentina, HALPERIN (1998) p. 907: “En materia de
seguro sobre la vida, la doctrina y la legislación se hallan agudamente divididas acerca del
requisito del interés. La ley francesa de 1930 –arts. 56 y ss.–, la ley alemana, art. 159, el
art. 1919 del Código Civil italiano, y la jurisprudencia norteamericana, exigen el consen-
timiento del tercero cuya vida se asegura. En cambio, otras leyes –por ejemplo, arts. 549
y 550, Código de Comercio derogado– prescinden de ese consentimiento, pero recaban la
existencia de interés en el beneficiario o en el tomador del seguro de la vida de un tercero.
Cabe destacar que en la práctica, aun en los países en que no se requiere el consentimiento
del tercero, en la realidad éste debe prestarlo para que se pueda cumplir con la revisación
médica previa (en los seguros en que se exige)”.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 589 767
HOFXLGDGRGHVXVDOXGGHVXLQWHJULGDGItVLFDRLQWHOHFWXDO\HQGH¿QLWLYD
en su vida.
El empleador contratante del seguro de vida colectivo, que asegura a
sus trabajadores, tiene interés en la vida de éstos y les contrata un seguro
GHYLGDSDUDEHQH¿FLRGHVXVIDPLOLDVFRPRXQEHQH¿FLRDFFHVRULRDOSDJR
GHODVUHPXQHUDFLRQHV\GHPiVEHQH¿FLRVODERUDOHV
Del mismo modo, el padre –trabajador– cotizante que contrata un se-
guro de salud, lo hace también para su cónyuge y sus hijos que también son
asegurados, pues en ellos el asegurado tiene interés, afectivo o emocional
si se quiere, no económico como el interés que se exige para los seguros
GHGDxRVSHURLQWHUpVDO¿Q\DOFDER
En este sentido, las situaciones antes descritas son la mejor expresión de
lo acertado de la regla general dispuesta en el inciso primero de este artículo.
Continúa el mismo inciso primero con una segunda declaración de
principios: “El seguro de vida puede estipularse sobre la vida propia o la
de un tercero, tanto para el caso de muerte como para el de sobrevivencia
o ambos conjuntamente”, explicitando la posibilidad de contratar el seguro
de vida asegurando a un tercero, sea para el caso de muerte sea para el caso
de sobrevivencia o para ambos simultáneamente, como una manifestación
de la regla general aplicable a todos los seguros de personas3.
Ahora bien, una vez establecida la regla general que permite la contra-
tación por cuenta ajena o dicho de otra forma, que permite la contratación
de los seguros de personas para terceros y particularmente respecto del
3
El antiguo artículo 569 del Código de Comercio disponía que: “La vida de una
persona puede ser asegurada por ella misma o por un tercero que tenga interés actual y
efectivo en su conservación”, exigiendo las características de actualidad y efectividad
para que el interés del tercero contratante fuera legítimo. Al respecto, BAEZA PINTO (2001)
pp. 152-153, comentaba de la siguiente forma este artículo: “El interés del tercero en la
vida de otra persona debe ser actual y efectivo. Por actual habrá que entender que dicho
interés debe existir en el momento de la contratación del seguro; y por efectivo, un interés
material o moral. Existirá interés material cuando el asegurado depende económicamente
de la persona cuya vida asegura. Es obvio que, en esta hipótesis, la muerte de la persona
sobre cuya vida se ha contratado el seguro origina un perjuicio apreciable en términos
pecuniarios. En cuanto a interés moral, él existirá cada vez que la muerte de la persona
cuya vida se ha asegurado cause un quebranto afectivo al asegurado. El interés tiene, aquí,
el mismo fundamento en que se apoya la institución de la indemnización de los perjuicios
morales. Claro está que, como en dicho caso, el seguro no puede llegar a importar un
resarcimiento real del daño; pero sí un paliativo o una moderación del perjuicio”.
768 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 589
4
La primera norma que reguló esta materia es la Gambling Act inglesa del año 1774,
que exigía un interés legítimo al contratante del seguro. Al respecto, GARRIGUES (1982)
p. 502, señala: “La exigencia de interés en la vida del tercero quería impedir no sólo la
amenaza contra esta vida, sino también que el seguro se convirtiese en un contrato de
apuesta o en un contrato de juego”.
5
Contrario a este criterio, en cuanto a las sospechas que pudiera levantar la contratación
del seguro de vida para el caso de muerte del tercero, se manifestaba VIVANTE (1934)
p. 343, al comentar el artículo 449 del Código de Comercio italiano: “¿Acaso se teme que
el estipulante amenace contra la vida del tercero, cuando no tiene interés en su existencia?
Pero esa existencia está protegida por las leyes penales y por el principio esencial a todo
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 589 769
contrato de seguro que excluye de todo beneficio a quien provoca el siniestro. Si este temor
debiese guiar al legislador, éste debería haber proscrito del mismo modo las sucesiones, las
rentas vitalicias, los usufructos, etc., llenos de insidia contra la seguridad de los ciudadanos”.
6
GARRIGUES (1982) p. 503, nos entrega el siguiente resumen respecto al derecho
comparado sobre esta materia: “Así, el artículo 74 de la Ley suiza, a cuyo tenor, el seguro
sobre la muerte de otro es nulo si aquel sobre cuya cabeza se concluye el seguro no ha dado
su consentimiento escrito el de su representante legal; el artículo 159 de la Ley alemana,
concebido en términos similares; los artículos 57 y 59 de la Ley francesa, que exigen
además la indicación de la suma asegurada y amplían la necesidad del consentimiento
escrito para toda cesión o constitución de prenda y para la transferencia del beneficio
del contrato suscrito por un tercero; y que prohíben el seguro para caso de muerte sobre
la cabeza de un menor llegado a la edad de doce años sin autorización de aquel de sus
padres que esté investido de la patria potestad, de su tutor o de su curador; y, si se trata
de una mujer casada, sin autorización de su marido, añadiendo que esta autorización no
dispensa del consentimiento personal del incapaz. En defecto de esta autorización y de
este consentimiento, la nulidad del contrato será declarada a petición de todo interesado.
En términos semejantes se pronuncia el artículo 1919 del Código Civil italiano y el
artículo 128 de la Ley argentina. Este último prohíbe el seguro para el caso de muerte de
interdictos y de los menores de catorce años. Es de notar que la Ley alemana sólo exige
el consentimiento escrito del tercero en el caso de que la prestación convenida sobrepase
el importe de los gastos usuales de enterramiento”.
7
El artículo 83 de la Ley española de Contrato de Seguro, dispone a propósito de
el seguro de vida para el caso de muerte que se toma sobre la vida de un tercero y para
cuando éste es incapaz, los siguientes incisos 4º, 6º, 7º y 8º: “(…) En los seguros para
caso de muerte, si son distintas las personas del tomador del seguro y del asegurado, será
770 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 589
DVHJXUDGR\ODSHUVRQDGHOEHQH¿FLDULRSDUDODYDOLGH]GHOFRQWUDWRGH
seguro de vida para el caso de muerte de un tercero.
Que el consentimiento que debe dar el asegurado, se exija que sea
por escrito8, a nuestro juicio, busca evitar que el tomador del seguro o el
EHQH¿FLDULRHQVXFDVRTXLHUDQSUREDUVXH[LVWHQFLDXQDYH]RFXUULGRHO
siniestro, por otros medios de prueba, como presunciones a partir de otros
hechos, como que el asegurado haya concurrido a los exámenes médicos o
haya suscrito la respectiva declaración de salud, o simplemente, por prueba
de testigos.
3RUVXSDUWHODIRUPDSRUODTXHHOOHJLVODGRUKDRSWDGRSDUDYHUL¿FDU
que el asegurado sea debidamente informado de la suma asegurada y de la
LGHQWLGDGGHOEHQH¿FLDULRDPERVHOHPHQWRVHVHQFLDOHVSDUDTXHHODVHJXUDGR
preciso el consentimiento de éste, dado por escrito, salvo que pueda presumirse de otra
forma su interés por la existencia del seguro. (…) Si el asegurado es menor de edad, será
necesaria, además, la autorización por escrito de sus representantes legales. No se podrá
contratar un seguro para caso de muerte sobre la cabeza de menores de catorce años de
edad o de incapacitados. Se exceptúan de esta prohibición, los contratos de seguros en
los que la cobertura de muerte resulte inferior o igual a la prima satisfecha por la póliza
o al valor de rescate”. Como se aprecia, son normas similares a las de nuestra nueva
Ley de Contrato de Seguro, con la salvedad de que la regulación para la contratación
respecto de menores de edad es un tanto más detallada y no se indica expresamente la
sanción ante el incumplimiento del requisito de validez en un caso o de la infracción a
la prohibición, en el otro. Al respecto, SÁNCHEZ CALERO (2004) p. 2181: “Dada la letra
de la norma el consentimiento o interés del tercero no resulta exigible como requisito
constitutivo del contrato de seguro de vida ajena, sino que aparece como un acto de
autorización, es decir, un requisito de eficacia que debe existir, al menos, en el momento
del siniestro, para que el contrato despliegue su plena virtualidad en favor del beneficiario
designado por el tomador, si no es el tomador mismo”. Opinión contraria es la expresada
por TIRADO SUÁREZ (2006) p. 68: “Desde mi personal perspectiva, hubiera sido deseable
la supresión de esta prohibición (la de contratar respecto a la cabeza de menores de 14
años), que tiene un origen histórico en la notable mortalidad infantil de siglos pasados,
pues la protección del menor ya tiene suficientes instrumentos por el ordenamiento
jurídico, sin necesidad de prohibir la existencia de seguros sobre su vida”.
8
Al respecto, SÁNCHEZ CALERO (2004) p. 2184: “El consentimiento al ser escrito
puede acompañar a la solicitud de seguro por parte del tomador ante el asegurador, así
como al cuestionario sobre el estado de salud. Obviamente puede figurar en la póliza,
tanto al término de las condiciones generales como en las condiciones particulares,
pudiendo figurar incluso únicamente en el ejemplar en poder del tomador del seguro.
Por último, puede establecerse en documento separado, dotado de suficiente autenticidad
y que debe estar en posesión del tomador del seguro o del asegurado”.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 589 771
9
En relación a la capacidad legal de los menores de edad, se debe tener presente lo
dispuesto en el artículo 270 de nuestro Código Civil, el que establece, en su punto 4º, la
edad en que el menor de edad se emancipa de la patria potestad de sus padres y, por tanto,
alcanza la mayoría de edad: “La emancipación legal se efectúa:
1º Por la muerte del padre o madre, salvo que corresponda ejercitar la patria potestad
al otro; 2º Por el decreto que da la posesión provisoria, o la posesión definitiva en su caso,
de los bienes del padre o madre desaparecido, salvo que corresponda al otro ejercitar la
patria potestad; 3º Por el matrimonio del hijo, y 4º Por haber cumplido el hijo la edad
de dieciocho años”.
10
Las reglas sobre capacidad e incapacidad de las personas para contraer obligaciones,
se encuentran el los artículos 1445, 1446 y 1447 de nuestro Código Civil, los que establecen
lo siguiente: “Art. 1445. Para que una persona se obligue a otra por un acto o declaración
de voluntad es necesario1º que sea legalmente capaz; 2º que consienta en dicho acto
o declaración y su consentimiento no adolezca de vicio; 3º que recaiga sobre un objeto
772 GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 589
lícito; 4º que tenga una causa lícita. La capacidad legal de una persona consiste en
poderse obligar por sí misma, y sin el ministerio o la autorización de otra”; “Art. 1446.
Toda persona es legalmente capaz, excepto aquellas que la ley declara incapaces”;
y “Art. 1447. Son absolutamente incapaces los dementes, los impúberes y los sordos
o sordomudos que no pueden darse a entender claramente. Sus actos no producen ni aun
obligaciones naturales, y no admiten caución. Son también incapaces los menores adultos y
los disipadores que se hallen bajo interdicción de administrar lo suyo. Pero la incapacidad
de las personas a que se refiere este inciso no es absoluta, y sus actos pueden tener valor
en ciertas circunstancias y bajo ciertos respectos, determinados por las leyes. Además de
estas incapacidades hay otras particulares que consisten en la prohibición que la ley ha
impuesto a ciertas personas para ejecutar ciertos actos”. Cuando el artículo 589 se refiere
a incapacitados, a nuestro juicio, se refiere a las personas identificadas en el artículo 1447
de nuestro Código Civil.
GALLARDO CAMUS, Marcelo Artículo 589 773
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 590
$UWtFXOR'HFODUDFLRQHV\H[iPHQHVGHVDOXG(ODVHJXUDGRUVyORSR-
drá requerir antecedentes relativos a la salud de una persona en la forma
establecida en el artículo 525, pudiendo solicitar la práctica de exámenes
médicos de acuerdo a lo establecido en la ley.
COMENTARIO
ARTÍCULO 591
$UWtFXOR(QIHUPHGDGHV\GROHQFLDVSUHH[LVWHQWHV6yORSRGUiQFRQ-
siderarse preexistentes aquellas enfermedades, dolencias o situaciones de
salud diagnosticadas o conocidas por el asegurado o por quien contrata
en su favor.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 518, 524, 525, 526, 542 y 590.
COMENTARIO
2
Por todas ver Sentencia de la Corte Suprema de 27/12/2005 Rol Nº 5653-2005 que
indica: “No se da lugar a recurso de protección interpuesto en contra de empresa de seguros
por no cancelar monto de prestaciones de salud aseguradas y disponer la terminación
anticipada del Contrato. La enfermedad en cuestión era preexistente al contrato y habiéndola
ocultado el recurrente, el mismo contrato en su articulado faculta a la aseguradora para
el no pago y la terminación anticipada del contrato, ello es asimismo establecido en el
artículo 556 Nº 1 del Código de Comercio”.
778 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 591
ARTÍCULO 592
$UWtFXOR,QGLVSXWDELOLGDG7UDQVFXUULGRVGRVDxRVGHVGHODLQLFLDFLyQ
del seguro, el asegurador no podrá invocar la reticencia o inexactitud de
ODVGHFODUDFLRQHVTXHLQIOX\DQHQODHVWLPDFLyQGHOULHVJRH[FHSWRFXDQGR
hubieren sido dolosas.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 542, 588, 589, 590, 591 y 593.
COMENTARIO
3
Una formulación más extensa de la incontestabilidad es la siguiente: “La veracidad de las
declaraciones hechas por el asegurado en la solicitud de seguro, en sus documentos accesorios
y complementarios y en el reconocimiento médico, cuando éste corresponda, constituyen
elementos integrantes y esenciales del contrato de seguro. Las reticencia, declaración falsa o
inexacta, relativa al estado de salud y a la historia médica, ocupación, actividades y deportes
riesgosos del asegurado, o cualquier otra que pueda influir en la apreciación del riesgo,
o de cualquiera circunstancia que conocida por el asegurador que pudiera retraerle de la
celebración del contrato o producir alguna modificación sustancial en sus condiciones, faculta
al asegurador para pedir la rescisión del contrato. En este caso se devolverá al contratante, o en
su defecto a los beneficiarios, el valor de las primas percibidas, sin intereses y con deducción
de los gastos originados por la emisión de la póliza, salvo que se hubiere incurrido en esas
omisiones, reticencias, declaraciones falsas o inexactas sin mala fe y hubieren transcurrido
dos años desde el inicio de la vigencia de la póliza, su rehabilitación o desde que se produjere
el aumento del capital asegurado”. Pólizas bajo el código POL 205029.
4
Otra formulación recoge la incontestabilidad en los siguientes términos: “Cualquiera
reticencia, declaración falsa o inexacta relativa al estado de salud y a su historia médica,
ocupación, actividades y deportes riesgosos del asegurado, o cualquier otra que pueda influir
en la apreciación del riesgo, o de cualquiera circunstancia que conocida por el asegurador,
pudiera retraerle de la celebración del contrato o producir alguna modificación sustancial
en sus condiciones, faculta al asegurador para pedir la rescisión del contrato, en cuyo caso
se devolverá al contratante o en su defecto al beneficiario, el valor de las primas percibidas
sin intereses y con deducción de los gastos originados por la emisión de la póliza de acuerdo
al porcentaje de la prima indicado en las condiciones particulares de la póliza, salvo que
se hubiere incurrido en esas omisiones, reticencias, declaraciones falsas o inexactas sin
mala fe y hubieren transcurrido dos (2) años desde el inicio de la vigencia de la póliza, su
rehabilitación, o desde que se produjere el aumento del capital asegurado”. POL 207029.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 592 781
5
GARRIGUES (1982) p. 511.
6
VEIGA (2005) pp. 374-375.
782 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 592
7
Véase RUIZ-TAGLE (2011) pp. 296 y ss.
8
VIVANTE (1952) pp. 108-109.
9
Así, según apunta MORANDI (1970) p. 407: “En realidad, lo que hace el asegurador
con una cláusula de incontestabilidad es admitir que acepta el contrato de seguro sin tener
en cuenta la declaración del contratante, de manera que el asegurador hace recaer sobre sí
todo el peso de la delimitación del riesgo”.
10
VIVANTE (1952) p. 108.
11
Hemos revisado las cláusulas correspondientes a los registros de pólizas de vida
(seguros de vida permanente o vitalicia) inscritas en la Superintendencia de Valores y
Seguros que se indican en la bibliografía de pólizas, y en todas ellas hemos encontrado
la indisputabilidad.
12
VIVANTE (1952) p. 109.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 592 783
13
La opción contraria, que base la estabilidad de la convención en la desconfianza,
suspicacia y presunciones de mala fe, a nuestro entender, cosechará esos mismos frutos.
14
De acuerdo con lo señalado por VEIGA (2005) pp. 374 y 375: “(…) no cabe duda que
el marco bajo el cual se insertan este tipo de cláusulas [de indisputabilidad] no es otro que
de estipulaciones más beneficiosas para el asegurado, pues así ha de deducirse conforme
al redactado del artículo 2 de la L.C.S. Sólo de esta forma el asegurado puede escapar o
eludir de las consecuencias perjudiciales que dimanan de la infracción consciente o no,
que difaman del deber de declarar todo lo que atañe al riesgo”.
15
La incorporación de la indisputabilidad en el suicidio proporciona igualmente mayor
seguridad para los beneficiarios.
16
CONTRERAS (1999) p. 305.
17
En este párrafo se alude al Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio
de Chile; a las bases de Datos LegalPublishing y Microiuris; y, a la Revista de Derecho y
Jurisprudencia, en los que nos hemos detenido a recopilar jurisprudencia sobre la materia.
18
CONTRERAS (1999).
19
CONTRERAS (1999) pp. 250 y 944.
784 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 592
20
CONTRERAS (1999) pp. 492 y 493.
21
SÁNCHEZ (2001) p. 209.
22
RUBIO (2003) p. 139.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 592 785
FDGXFLGDGGHOGHUHFKRDLPSXJQDUHOFRQWUDWR(VWDIRUPDGHGH¿QLUODLQ-
disputabilidad permitiría explicar el hecho que ella no admite interrupción
ni suspensión como sí lo hace la prescripción. Para parte de la doctrina, la
indisputabilidad podría explicarse como una institución que opera como una
FDGXFLGDGHQEHQH¿FLRGHOFRQVXPLGRUGHOVHJXUR23'HDKtD¿UPDGARRIGUES
que: “[E]l siniestro no interrumpe el plazo de la impugnabilidad, porque, con
VXDFDHFHUGHMDQGHWHQHUHIHFWRODVFOiXVXODVGHOFRQWUDWRTXHQRVHUH¿HUDQ
DOGHEHUGHFRPXQLFDFLyQGHOVLQLHVWURSRUHODVHJXUDGRRHOEHQH¿FLDULR\HO
pago del capital por el asegurador”.24 Se entiende por caducidad el decaimiento
de una facultad procesal que no se ejercita dentro de un determinado plazo
como sucede, por ejemplo, cuando no se interpone un recurso en tiempo o
FXDQGRQRVHHMHUFLWDXQDDFFLyQGHQWURGHOODSVR¿MDGRSRUODOH\
Sin embargo, los críticos de esta última tendencia han destacado que
si durante la vigencia del plazo de contestabilidad, es decir, mientras el
contrato es impugnable por el asegurador, se produce el siniestro, o se
conoce la reticencia, no se extingue la posibilidad de ejercitar la acción
de rescisión contra la reticencia. De ahí que, en este caso no se produce el
efecto de caducar el plazo.
Una tercera vía escogida por la doctrina indica que la cláusula corres-
ponde a una renuncia unilateral por parte del asegurador al ejercicio de la
rescisión, incluso su liberación. Esta renuncia se encuentra subordinada
o supeditada al hecho de que no se descubra durante el período en que la
póliza es impugnable la reserva o inexactitud25. Conforme esta forma de
explicar la indisputabilidad, nos encontramos ante una renuncia contractual
introducida por los predisponentes a aseguradores en la póliza26.
BIBLIOGRAFÍA
23
HALPERIN (1946) p. 184.
24
GARRIGUES (1982) p. 581.
25
SÁNCHEZ (2001) p. 209.
26
GASPERONI (1966) pp. 123-141. Algunos de los sostenedores de esta postura prefieren
precisar que se trata de una renuncia condicionada al plazo de contestabilidad.
786 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 592
ARTÍCULO 593
$UWtFXOR'HVLJQDFLyQGHEHQHILFLDULR/DGHVLJQDFLyQGHOEHQHILFLDULR
SRGUiKDFHUVHHQODSyOL]DHQXQDSRVWHULRUGHFODUDFLyQHVFULWDFRPXQLFDGD
al asegurador o en testamento. Si al momento de la muerte real o presunta
GHODVHJXUDGRQRKXELHUHEHQHILFLDULRVQLUHJODVSDUDVXGHWHUPLQDFLyQ
se tendrá por tales a sus herederos. Los beneficiarios que sean herederos
FRQVHUYDUiQGLFKDFRQGLFLyQDXQTXHUHSXGLHQODKHUHQFLD27
/DPLVPDGLVSRVLFLyQVHDSOLFDUiFXDQGRHODVHJXUDGR\HOEHQHILFLDULR
único mueran simultáneamente, o se ignore cuál de ellos ha muerto primero.
/DGHVLJQDFLyQGHOFyQ\XJHFRPREHQHILFLDULRVHHQWHQGHUiKHFKDDOTXH
lo sea en el momento del fallecimiento del asegurado.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513, 542, 594, 595, 596 y 598;
artículo del Código Civil: 1449.
COMENTARIO
1
BOLDÓ (2002) p. 1007.
2
ARELLANO (2013) p. 150.
3
BOLDÓ (2002) p. 84.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 593 789
D 'HVLJQDFLyQUHDOL]DGDHQSRVWHULRUGHFODUDFLyQ
(VWDIRUPDGHGHVLJQDFLyQGHOEHQH¿FLDULRHVWiVXMHWDDDOJXQRVUHTXLVL-
tos. En primer lugar, en cuanto al tiempo debe tratarse de una “declaración
posterior” al contrato ya celebrado entre las partes. Igualmente debe reali-
zarse en forma escrita. De ahí que una comunicación verbal, o audiovisual
no cumpliría con este requisito. La ley no exige mayores formalidades de
esta escritura.
A nuestro entender, dicho requisito lo cumplen los mensajes de texto,
los fax y las formas de comunicación electrónica que tienen un registro que
SXHGDLPSULPLUVH)LQDOPHQWHHODUWtFXORVHUH¿HUHDODQHFHVLGDGGHTXH
la declaración sea comunicada al asegurador. Este requisito no es más que
la concreción práctica de ponerlo en conocimiento de lo que resuelve el
tomador para realizar los respectivos cambios. Por consiguiente, la ley no
está exigiendo el consentimiento o aprobación de la compañía aseguradora
sino su conocimiento.
E 'HVLJQDFLyQHQWHVWDPHQWR
(QSULPHUOXJDUHVQHFHVDULRLQGLFDUTXHODGHVLJQDFLyQGHOEHQH¿FLDULR
corresponde a una facultad del tomador que tiene su origen en el contrato
de seguro que es diverso de la disposición de su herencia. Por ello, la utili-
790 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 593
BIBLIOGRAFÍA
4
BOLDÓ (2002) pp. 1004 y 1005.
5
ARELLANO (2013) pp. 150 y 151.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 594 791
ARTÍCULO 594
$UWtFXOR3OXUDOLGDGGHEHQHILFLDULRV6LODGHVLJQDFLyQVHKDFHHQ
IDYRUGHYDULRVEHQHILFLDULRVODSUHVWDFLyQFRQYHQLGDVHGLVWULEXLUiVDOYR
HVWLSXODFLyQHQFRQWUDULRSRUSDUWHVLJXDOHV&XDQGRVHKDJDHQIDYRUGH
ORVKHUHGHURVODGLVWULEXFLyQWHQGUiOXJDUHQSURSRUFLyQDODFXRWDKHUHGL-
taria, salvo pacto en contrario. La parte no adquirida por un beneficiario
acrecerá a los demás.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513, 542, 593, 595, 596 y 598.
COMENTARIO
ARTÍCULO 595
$UWtFXOR5HYRFDFLyQGHOEHQHILFLDULR(OFRQWUDWDQWHGHOVHJXURSXH-
GHUHYRFDUODGHVLJQDFLyQGHEHQHILFLDULRHQFXDOTXLHUPRPHQWRDPHQRV
que haya renunciado a esta facultad por escrito. En este último caso, para
cambiar al beneficiario designado deberá obtener su consentimiento.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513, 542, 593, 594, 596 y 598;
artículo del Código Civil: 1449.
COMENTARIO
/DGHVLJQDFLyQGHOEHQH¿FLDULRFRQIRUPHHOUpJLPHQJHQHUDOGHORV
contratos de seguro de vida es revocable1 y, por consiguiente, el tomador
DIHFWDGRSRGUtDPRGL¿FDUODGHVLJQDFLyn2.
/D UHYRFDELOLGDG GHO EHQH¿FLDULR UHVXOWD GHWHUPLQDQWH HQ OR TXH VH
UH¿HUHDODSRVLELOLGDGGHPDQLSXODFLyQGHOFRQWUDWRGHVHJXURGHYLGDFRQ
¿QHVLOtFLWRV(OORWHQLHQGRHQFXHQWDTXHHVIDFWLEOHSRUHMHPSORXWLOL]DU
HOFRQWUDWRGHVHJXURGHYLGDFRQOD¿QDOLGDGGHODYDUDFWLYRVDWUDYpVGHO
FDPELRGHEHQH¿FLDULR3.
Sin embargo, y considerando lo dispuesto en el artículo que se comenta,
HVWDDOWHUQDWLYDVHGL¿FXOWD$VtVLVHEXVFDODYDUGLQHURPHGLDQWHODFRQWUD-
tación de un VHJXURGHYLGDDWDGRDXQEHQH¿FLDULRHVWHSURSyVLWRSRGUtD
frustrarse si el contratante revoca la designación convencional.
&RQOD¿QDOLGDGGHHYLWDUODLQVWUXPHQWDOL]DFLyQGHOVHJXURGHYLGDSDUDHO
lavado de activos, las compañías de seguro han de aplicar una serie de medidas
de prevención, formuladas tanto en la ley Nº 19.913 que crea la Unidad de
$QiOLVLV)LQDQFLHUR\PRGL¿FDGLYHUVDVGLVSRVLFLRQHVHQPDWHULDGHODYDGR\
blanqueo de activos4, como en Circulares de la Unidad de Análisis Financiero
y de la Superintendencia de Valores y Seguros5. Esta normativa está inspirada
en estándares internacionales elaborados por organismos especializados en
HVWDVPDWHULDVFRQIRUPHDORVFXDOHV³(OEHQH¿FLDULRGHXQDSyOL]DGHVHJXUR
GHYLGDGHEHVHULQFOXLGRSRUODLQVWLWXFLyQ¿QDQFLHUDFRPRXQIDFWRUGHULHVJR
relevante…” y, por lo tanto, deben aplicarse medidas de “conocimiento del
cliente” (know your customer) o de diligencia debida a su respecto6.
(OORQRLPSLGHHQWRGRVORVFDVRVTXHHOFDPELRGHEHQH¿FLDULRSXHGD
XWLOL]DUVHFRQOD¿QDOLGDGGHEODQTXHDUFDSLWDOHV7. Sin embargo, en virtud
de lo dispuesto en los artículos 593 y 595 C.com. la compañía de seguro
debiera estar, por regla general, informada tanto de la revocación del be-
QH¿FLDULRFRPRGHODGHVLJQDFLyQGHXQRQXHYR/XHJRVLVHHVWLPDTXH
la compañía de seguro debe cumplir con las medidas de diligencia debida
UHVSHFWRGHODQWLJXREHQH¿FLDULRWDPELpQGHEHUtDDSOLFDUODVUHVSHFWRGHO
QXHYREHQH¿FLDULRGHVLJQDGR(OORSRGUiFRQWULEXLUHQPD\RUPHGLGDDOD
prevención de este fenómeno.
3
FATF (2005) pp. 45-46 e IAIS (2004) pp. 5-6.
4
Publicada en el Diario Oficial el 18 de diciembre de 2003.
5
Dentro de éstas se cuentan las Circulares Nº 0049 de Unidad de Análisis Financiero,
de 3 de diciembre de 2012 y la Nº 1.809 de la Superintendencia de Valores y Seguros, de
10 de agosto de 2006, con sus modificaciones posteriores.
6
FATF (2012) p. 95.
7
FATF (2005) p. 63.
TOSO MILOS, Ángela - RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 595 795
De ahí que nos llama la atención lo expuesto en el artículo 595 del pro-
\HFWRGHPRGL¿FDFLyQDODVQRUPDVTXHULJHQHOFRQWUDWRGHVHJXURTXHVHxDOD
TXHHOFRQWUDWDQWHGHOVHJXURSXHGHUHYRFDUODGHVLJQDFLyQGHEHQH¿FLDULR
en cualquier momento, a menos que haya renunciado a esta facultad por
HVFULWR(QHVWH~OWLPRFDVRSDUDFDPELDUDOEHQH¿FLDULRGHVLJQDGRGHEHUi
obtener su consentimiento. La revocación deberá hacerse en la misma forma
establecida para la designación.
6LJXLHQGRFRQHOHMHPSORSODQWHDGRVLHOEHQH¿FLDULRGLHUDPXHUWHDO
asegurado, la aseguradora podría ampararse en la participación criminal
en el suceso. La ley indica que el seguro de vida se rescinde si el que
reclama la cantidad asegurada fuere autor o cómplice de la muerte de
la persona cuya vida ha sido asegurada.
BIBLIOGRAFÍA
ARTÍCULO 596
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513, 542, 593, 594, 595 y 598;
artículo del Código Civil: 1449.
COMENTARIO
(OEHQH¿FLDULRHVHOWLWXODUGHOGHUHFKRDODSUHVWDFLyQGHODFRPSDxtD
aseguradora en caso de siniestro, tanto en los seguros de sobrevivencia
como en los de fallecimiento1. Es la persona en favor de la cual se hace
el contrato y habrá de percibir del asegurador, en su día, el capital o ren-
ta asegurados2. De acuerdo a la doctrina, “(…) es en el seguro de vida
GRQGH UHVXOWD PiV XVXDO OD LQVWLWXFLyQ GHO EHQH¿FLDULR TXLHQ UHFLELUi
indemnización en caso de muerte del asegurado”3. Quien contrata un
4
En caso de nombramiento de beneficiario donandi causa, se han de aplicar las normas
de capacidad para ser donatario, por lo que es posible la designación de un nasciturus. En
ese sentido el artículo L 132-8 del Código de seguros francés contempla expresamente
al nasciturus como beneficiario. Por el contrario, si la designación del beneficiario se ha
realizado credendi o solvendi causa, en función del carácter oneroso del negocio jurídico,
se debe exigir en el beneficiario la capacidad general para contratar.
5
BOLDÓ (1998) pp. 88-93.
6
El beneficiario designado o hereditario tiene derecho a cobrar directamente a la
compañía aseguradora, bastándole acreditar su derecho con el respectivo auto de posesión
efectiva. CONTRERAS (2003) p. 313.
7
Hay algunas coberturas en que el beneficiario lo determina la ley. De este modo, en
el contrato de seguro con ahorro previsional voluntario (APV) el asegurado no es libre para
designar a los beneficiarios, debiendo ser éstos los de pensión de sobrevivencia, conforme
lo dispone el artículo 5 del Decreto Ley Nº 3.500. Se trata de un contrato de seguro que el
legislador ha vinculado a un medio de ahorro.
8
El tomador de seguro puede designar en forma irrevocable a un beneficiario de tal
forma que una vez designado este no puede ser sustituido. CONTRERAS (2002) p. 237.
798 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 596
FDPELDUGHEHQH¿FLDULR(QHVWHVHQWLGRODSHUVRQDGHVLJQDGDFRPREHQH-
¿FLDULRHVWLWXODUGHXQDH[SHFWDWLYDDODSHUFHSFLyQGHODVXPDDVHJXUDGD9.
(OEHQH¿FLDULRHVXQWHUFHURLQWHUHVDGRTXHUHFLEHODSUHVWDFLyQHQFDVR
de siniestro, pero antes de este evento no es parte del contrato. En conse-
cuencia, no contrae obligaciones ni está afecto a cargas. Su expectativa se
mantiene mientras el tomador no revoque su designación10. Como indica
la norma, el monto de las indemnizaciones cede exclusivamente a favor
GHOEHQH¿FLDULR(VGHFLUXQDYH]RFXUULGRHOVLQLHVWURVRORHOEHQH¿FLDULR
puede solicitar el pago a la aseguradora. No podrán interferir en el ejercicio
de esa facultad legal ningún otro de los intervinientes en el contrato.
En la doctrina se pueden encontrar diversas formas de explicar la
QDWXUDOH]DGHOGHUHFKRGHOEHQH¿FLDULR8QDGHHOODVVHSRGUtDFDOL¿FDUGH
económica y se vincula con las consecuencias del pago de la prima. La otra
con raigambre más jurídica relacionada con la estipulación a favor e otro.
Nos referiremos a ellas a continuación.
1. EL BENEFICIARIO COMO
SEÑOR O DUEÑO DEL CONTRATO
8QDSULPHUDIRUPDGHYHUHOGHUHFKRGHOEHQH¿FLDULRVHYLQFXODFRQODV
consecuencias que conlleva el pago de la prima del seguro de vida. En efecto,
si es el tomador del contrato quien paga a la compañía aseguradora no existe
duda que es el “señor” o “dueño” del contrato, lo que también se suele de-
nominar dominus negotii11. Bajo esos términos el tomador puede revocar la
GHVLJQDFLyQGHOEHQH¿FLDULRDWULEXLUORDRWUDSHUVRQD\EXVFDUQHJRFLDUFRQOD
aseguradora una reducción del monto de la prima correspondiente a la póliza12.
6LQHPEDUJRVLHOEHQH¿FLDULRDVXPHHOSDJRGHODVSULPDVSRULQ-
cumplimiento del tomador, pasa a ocupar la condición del contratante del
seguro, transformando su condición de persona ajena al contrato de seguro
y se convierte en tomador del seguro. En consecuencia, pasa a ser dominus
9
Se considera el derecho del beneficiario como mera expectativa que recoge lo expuesto
en parágrafo 331.1 BGB, BOLDÓ (1998) p. 195.
10
SANDOVAL (2003) p. 275.
11
TIRADO (1999) p. 1808.
12
GARRIGUES (1982) pp. 354-355.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 596 799
2. FUNDAMENTO JURÍDICO
DE LA DESIGNACIÓN DE BENEFICIARIO
13
Mientras viva el asegurado, puede revocar la designación del beneficiario, salvo los
casos en que se hubiere pactado la irrevocabilidad. Contreras sostiene que la revocación
incluye no sólo a los seguros de sobrevivencia. CONTRERAS (2004) p. 311.
14
PRADO (2007) p. A2.
15
En el derecho comparado existen sistemas de registro de contratos de seguros de
vida que permiten consultar por las convenciones vigentes. TIRADO (2006) p. 72.
16
En este sentido véase CONTRERAS (2004) p. 311.
17
En el contrato de seguro de vida la designación del beneficiario es revocable y, tal
como lo estipula la siguiente sentencia: “El contrato de seguro se asimila a la institución del
derecho civil contemplada en el artículo 1449 del Código del ramo denominada estipulación
800 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 596
$IDOWDGHEHQH¿FLDULRVLQVWLWXLGRVSRUHOFRQWUDWDQWHHOPRQWRGHOD
indemnización, según la mayor parte de las legislaciones, se pagará a los
herederos testamentarios del asegurado, en los porcentajes establecidos
en el testamento o la ley. A falta de herederos testamentarios, al cónyuge
sobreviviente y a los herederos intestados del asegurado. El cónyuge y los
KHUHGHURVHQHVWRVFDVRVVHUiQFRQVLGHUDGRVEHQH¿FLDULRV18 para todos los
efectos19(VFLHUWRTXHVHIDYRUHFHDORVKHUHGHURVSHURHVWRQRVLJQL¿FD
que el valor del seguro integre el patrimonio del causante y que la prestación
se realice conforme la sucesión por causa de muerte, sino que se cumple
con una obligación contractual originada en el seguro20.
La voluntad del tomador resulta determinante en la designación del
EHQH¿FLDULRGHOVHJXURGHYLGDSRUIDOOHFLPLHQWR/DQHFHVLGDGGHFRQRFHU
claramente la voluntad del tomador lleva a la compañía aseguradora o adop-
tar resguardos respecto a su designación21. En los casos de seguros de vida
a favor de otro. De acuerdo a ello intervienen tres sujetos, el estipulante, quien es el que
designa a un tercero beneficiario, el prometiente, que se obliga a cumplir una obligación
a favor del beneficiario y por último el tercero o beneficiario, quien es el que recibe en su
patrimonio el beneficio estipulado. Únicamente los dos primeros son partes en el convenio, el
tercero no. De ahí que las partes pueden modificar a su arbitrio las estipulaciones del contrato
mientras no medie la aceptación expresa o tácita del beneficiario. En consecuencia, tampoco
se convirtieron en poseedores legítimos de la indemnización ni en dueños absolutos, ni la
incorporaran a sus patrimonios. Los contratantes conservaron su derecho de modificar o dejar
sin efecto el contrato de seguro”. Corte Suprema, 25/05/1995, Rol Nº 21161, LegalPublishing
Nº 23201. Disponible en: <http://www.legalpublishing.cl/PortalLN/BookStore/BS_Ficha_
Producto.asp?id_producto=500> [visitado el 20 de julio de 2008].
18
El antecedente normativo de derecho comparado deriva de: el Código de Seguros
francés en su artículo 132-8 de 1976; en el Code Civil italiano en su artículo 1920; la ley
de Contrato de Seguro alemana de 1908 reformada en 1939, artículos 166 y ss., la ley de
Contrato de Seguro española de 1980 artículos 84 y ss. TIRADO SUÁREZ (2006). En contra
de considerar a los cónyuges y herederos como beneficiarios, véase BOLDÓ (1998) p. 36.
19
Artículo 20 de POL 206023 autorizada por la Superintendencia de Valores y Seguros.
20
CONTRERAS (2002) p. 241.
21
De ahí que suele estipularse que el contratante podrá cambiar de beneficiario cuando
lo estime conveniente, a menos que la designación hubiere sido hecha en calidad de
irrevocable, en cuyo caso deberá contar con el consentimiento del beneficiario manifestado
por escrito a la compañía aseguradora. La compañía aseguradora pagará válidamente a los
beneficiarios registrado en esta póliza, y con ello quedará liberada de sus obligaciones,
pues no le será oponible ningún cambio de beneficiario, realizado en testamento o fuera
de él, que no le hubiere sido notificado con anterioridad a la ocurrencia del siniestro.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 596 801
BIBLIOGRAFÍA
22
Artículo 21 de la póliza inscrita bajo el registro de la Superintendencia de Valores
y Seguros POL 207091. Limitación de designación del beneficiario. Si el asegurado se
encuentra afiliado al sistema de pensiones regulado por el Decreto Ley Nº 3.500, sólo
se podrán considerar estipulaciones a favor de beneficiarios de pensión de sobrevivencia
establecidos en el artículo 5 del Decreto Ley Nº 3.500, quienes concurrirán en los
porcentajes que establece el artículo 58 de dicho cuerpo legal. Si el asegurado es
imponente del INP, sólo se podrán considerar estipulaciones a favor de beneficiarios de
pensión de sobrevivencia establecidos en las legislaciones orgánicas respectivas, quienes
concurrirán en los porcentajes que establecen los correspondientes cuerpos legales.
23
Por ejemplo, una persona no mayor de 24 años de edad (artículo 9 de POL 291052).
24
Artículo 2 de POL 205033 póliza de seguro de vida con plan de renta para
educación superior.
25
BOLDÓ (2002) p. 1113.
26
“Acto por el que desaparecidas las circunstancias que motivaron la suspensión de
una póliza, las garantías de estas vuelven a adquirir plena vigencia”, glosario disponible
en: <http://www.svs.cl/sitio/asegurado/glosario.php.> [visitado 9 de enero de 2009].
802 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 596
ARTÍCULO 597
$UWtFXOR &HVLyQ \ SUHQGD ([FHSWR VL VH KD GHVLJQDGR EHQHILFLDULR
LUUHYRFDEOHHOFRQWUDWDQWHSRGUiFHGHURSLJQRUDUODSyOL]D/DFHVLyQROD
SUHQGDVyORVHUiQRSRQLEOHVDODVHJXUDGRUVLHPSUH\FXDQGRpVWHKD\DVLGR
QRWLILFDGRGHHOODVSRUHVFULWR\SRUPHGLRGHXQPLQLVWURGHIH/DFHVLyQ
\ODSLJQRUDFLyQGHODSyOL]DLPSOLFDQODUHYRFDFLyQGHODGHVLJQDFLyQGH
beneficiario.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513, 542, 593, 594, 595 y 598.
COMENTARIO
BIBLIOGRAFÍA
2
BOLDÓ (1998) pp. 60-61.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 598 805
ARTÍCULO 598
$UWtFXOR3URYRFDFLyQGHOVLQLHVWUR\VXLFLGLR(OVLQLHVWURFDXVDGR
GRORVDPHQWHSRUHOEHQHILFLDULRSULYDUiDpVWHGHOGHUHFKRDODSUHVWDFLyQ
HVWDEOHFLGDHQHOFRQWUDWRVLQSHUMXLFLRGHODDFFLyQFULPLQDODTXHKXELHUH
lugar.
6DOYRSDFWRHQFRQWUDULRHOULHVJRGHVXLFLGLRGHODVHJXUDGRVyORTXHGDUi
FXELHUWRDSDUWLUGHGRVDxRVGHODFHOHEUDFLyQGHOFRQWUDWRRGHKDEHU
estado vigente el seguro por igual plazo en virtud de sucesivas renovaciones.
COMENTARIO
4
QUIROGA (2000) p. 368.
5
QUIROGA (2000) p. 368.
808 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 598
6
CONTRERAS (1999) p. 93.
7
Debe desde luego excluirse el caso del seguro de sobrevivencia no puede verificarse
esta provocación en este seguro en que el riesgo consiste en la sobrevivencia ¿Cómo podría
alguien exponerse mayormente a sobrevivir?
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 598 809
8
BADO (2003) pp. 109-116.
9
VIVANTE (1952) p. 89.
10
VIVANTE (1952) p. 90.
11
BADO (2003) p. 113.
12
MACLEAN (1961) p. 197.
810 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 598
13
Fallo arbitral de Superintendencia de Valores y Seguros, Berta Ortiz con Cía. de
Seguros Generales la Mundial 8/16/28, véase CONTRERAS (1999) p. 239, la jurisprudencia
en el mismo sentido es abundante en esta obra y consta en pp. 111, 163, 238 y 250.
14
Fallo arbitral de Superintendencia de Valores y Seguros, Dolorisa Pérez Urbina
con Mutual de Carabineros, fecha 31 de enero de 1939, véase CONTRERAS (1999) p. 245.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 598 811
15
“Y sostenemos que la intención del legislador ha sido la de declarar nulo de pleno
derecho el contrato de seguro de vida, en caso de suicidio, desde luego por los elementos
mismos del que se enumeran en el art. 575, conjuntamente con él, y que el legislador ha
considerado análogos: suicidio, condenación capital, duelo u otra empresa criminal y
muerte del asegurado por sus herederos. Si el contrato de seguro no fuera nulo en caso de
suicidio, no tendría por qué serlo en cualquiera de los demás casos señalados y se daría la
monstruosidad de que se cancelara el seguro a favor de herederos asesinos de su causante”
más adelante en la misma Circular Nº 23 del 19 de mayo de 1928. “El contrato de seguro
en caso de suicidio es nulo por el vicio de su objeto y de causa”. QUIROGA (2000) p. 368.
16
CONTRERAS (1999) p. 241.
812 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 598
BIBLIOGRAFÍA
17
CONTRERAS (1999) p. 249.
18
Póliza registrada en SVS Seguro de vida individual temporal POL 208037, artículo 2.
RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 599 813
ARTÍCULO 599
$UWtFXOR$XVHQFLDRGHVDSDULFLyQGHODVHJXUDGR6DOYRHVWLSXODFLyQ
HQ FRQWUDULR OD PHUD DXVHQFLD R GHVDSDULFLyQ GHO DVHJXUDGR QR KDFHQ
H[LJLEOHODSUHVWDFLyQFRQYHQLGD
COMENTARIO
ARTÍCULO 600
$UWtFXOR5HYRFDFLyQGHOFRQWUDWR(QORVVHJXURVGHYLGDOHHVWDUi
prohibido al asegurador poner término anticipado al contrato a su sola
voluntad.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513, 515, 516, 517, 518, 519,
520 y 542.
COMENTARIO
Esta norma se formula para evitar los abusos que podrían cometer
los aseguradores, al contar con un seguro de vida porque a raíz del enve-
jecimiento del asegurado aumentan los riesgos, en circunstancias que el
envejecimiento es una de las circunstancias que el asegurador debió haber
tenido en cuenta al celebrar un contrato de seguro de vida de largo plazo.
El legislador reconoce por esta vía el desequilibrio existente entre el
proveedor de los contratos de seguros y los consumidores. Los primeros,
correspondientes a las compañías de seguro, tienen gran ventaja frente a los
tomadores de seguros. De allí que la revocación del contrato se encuentra
prohibida para la compañía de seguros y permitida para el asegurado. La
sola voluntad del asegurador no puede poner término al contrato. La ley
EHQH¿FLDDOFRQWUDWDQWHGpELOTXHVtOHSXHGHSRQHUWpUPLQR
Por una razón similar la misma ley Nº 20.667 reconoce al asegurado
un derecho vinculado a la ley de protección de los derechos del asegura-
do. El derecho de retracto de conformidad al artículo 538 del Código de
Comercio, si el presente contrato de seguro es de aquellos celebrados a
distancia, el contratante o asegurado tendrá la facultad de retractarse dentro
del plazo de 10 días, contado desde que reciba la póliza, sin expresión de
causa ni cargo alguno, teniendo derecho a la devolución de la prima que
hubiere pagado.
(VWHGHUHFKRQRSRGUiVHUHMHUFLGRVLVHKXELHUHYHUL¿FDGRXQVLQLHVWUR
ni en el caso de los contratos de seguros cuyos efectos terminen antes del
plazo señalado en el párrafo precedente.
816 RUIZ-TAGLE VIAL, Carlos Artículo 601
ARTÍCULO 601
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 513, 520, 525, 526, 545, 546,
588, 591, 592 y 600.
COMENTARIO
otro antecedente más para los que sostienen que en los seguros de personas
rige el principio de las prestaciones debidas, y no el principio de las indem-
nización por daños como ocurre con los seguros generales2.
BIBLIOGRAFÍA
2
En el mismo sentido artículo 594. El principio indemnizatorio está en seguros de daños
y los define en art. 545 está expresamente recogido en el art. 550. Art. 588 se refiere a renta,
indemnizar lesiones, incapacidad o muerte distinto de arts. 552, 553, 554, 555, 558 Valoración
de objeto asegurado. Art. 598 Provocación del siniestro y suicidio: se priva a beneficiario.
En los seguros de sobrevivencia no hay daño sino hecho favorable. En un sentido opuesto
art. 534 Subrogación no distingue.
818 SCHEECHLER CORONA, Christian Artículo 3 de la ley Nº 20.667 que modifica el artículo 470 del CP
$UWtFXOR $JUpJDVH HQ HO DUWtFXOR GHO &yGLJR 3HQDO HO VLJXLHQWH
QXPHUDOQXHYR
10º A los que maliciosamente obtuvieran para sí, o para un tercero, el pago
total o parcialmente indebido de un seguro, sea simulando la existencia
de un siniestro, provocándolo intencionalmente, presentándolo ante el
asegurador como ocurrido por causas o en circunstancias distintas a las
verdaderas, ocultando la cosa asegurada o aumentando fraudulentamente
las pérdidas efectivamente sufridas.
Si no se verifica el pago indebido por causas independientes de su vo-
luntad, se aplicará el mínimo o, en su caso, el grado mínimo de la pena.
La pena se determinará de acuerdo con el monto de lo indebidamente
solicitado.
CONCORDANCIAS: Artículos del C.com.: 512, 513 letras a), b), c), f),
t), u), v), x), 521, 531, 532, 533, 552, 554 y 561. Artículos del Código
Penal: 1, 2, 7, 467 y 473.
COMENTARIO
(ODUWtFXORGHODOH\1LQWURGXFHDO&yGLJR3HQDOXQD¿JXUD
TXHGHVWDFDSRUVXHVSHFL¿FLGDGFRPRHVHOIUDXGHGHVHJXURV1 incorporado
en el párrafo 8º del Título IX del Código, que castiga la estafa propiamente
WDO\³RWURVHQJDxRV´FRQFHSWRHVWH~OWLPRHQHOTXHWLHQHFDELGDOD¿JXUD
en estudio,2 y que viene a llenar un vacío punitivo que en buena parte sólo
podía solucionarse a través del Nº 63GHODUWtFXORPRGL¿FDGR4-5
Este tipo penal es de aquellos de tipicidad reforzada, toda vez que
contiene cinco modalidades comisivas a partir de un único verbo rector, el
“obtener” un pago indebido de un seguro.6 En concreto, las modalidades
son: a) simulando la existencia de un siniestro; b) provocando un siniestro
intencionalmente; c) presentando un siniestro ante el asegurador como
ocurrido por causas o en circunstancias distintas a la verdaderas; d) ocul-
tando la cosa asegurada, y e) aumentando fraudulentamente las pérdidas
efectivamente sufridas.
Las modalidades a), b) y c) parecen no dar lugar a una eventual hipó-
tesis omisiva, por razones exegéticas, sin embargo, esto pudiese ser viable
en las modalidades d) y e), en la medida que la no evitación del aumento
de las pérdidas o la no exhibición o entrega de la cosa puedan considerarse
equivalentes a aumentar y ocultar, respectivamente.7
2
En la propia historia fidedigna de la ley Nº 20.667 se destaca el valor del engaño en la
figura típica, al indicar que “…es un elemento clave en las defraudaciones, que la víctima
caiga realmente en un engaño. No podría concebirse una figura de fraude o defraudación,
que supone este elemento, si el asegurador conoce que se trata de un artificio para cobrar
indebidamente una prestación”, HISTORIA DE LA LEY Nº 20.667, p. 82.
3
“A los que con datos falsos u ocultando antecedentes que les son conocidos celebraren
dolosamente contratos aleatorios basados en dichos datos o antecedentes”.
4
SILVA SILVA (2005) pp. 96-97. Sin embargo, el proyecto original, inspirado en la
propuesta del penalista ALFREDO ETCHEBERRY O., contenía profusas modificaciones a los
artículos 469, 470 y 483 del Código Penal, Historia de la ley Nº 20.667, p. 19.
5
A pesar de dar luces sobre su naturaleza, no puede obviarse el hecho de que el art.
470 contempla una serie de figuras que, si bien deberían considerarse “otros engaños”, de
acuerdo al nomen usado por el legislador, no constituyen estafas ni engaños propiamente
tales, y perfectamente puede hablarse de tipos penales sin estafa ni engaño. Al respecto
puede nombrarse el tipo penal del 470 Nº 1, apropiación indebida, POLITOFF, MATUS,
RAMÍREZ (2012) p. 413.
6
De acuerdo al inciso primero, el pago puede ser total o parcial, pudiendo obtenerse
tanto para el sujeto activo como para un tercero.
7
En contra, GARRIDO MONTT (2008) p. 335, quien a priori se muestra contrario a admitir
la omisión por no existir un deber genérico de decir la verdad, admitiéndola sólo respecto
de quienes estuviesen en posición de garante. En similar sentido, YUBERO CÁNEPA (1993)
pp. 125 y ss., aunque basándose en los problemas que generan los resultados intermedios
820 SCHEECHLER CORONA, Christian Artículo 3 de la ley Nº 20.667 que modifica el artículo 470 del CP
BIBLIOGRAFÍA