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DERECHO DE FAMILIA
Apunte preparado por:
Osvaldo García Swaneck
Natalia García Swaneck
- Bibliografía:
- Apuntes de clases, cátedra derecho civil del profesor Fernando Rabat Celis, Universidad
del Desarrollo.
- Ramos Pazos, Rene - Derecho de Familia Tomo I, II
- Revista Actualidad Jurídica
- Apuntes profesor Juan Andrés Orrego
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DERECHO DE FAMILIA.
I. Concepto:
a) Objetivo:
Conjunto de normas y preceptos que regulan las relaciones que dentro del grupo familiar
mantienen entre sí sus miembros a fin de obtener el cumplimiento de los objetivos superiores
que les son propios.
b) Subjetivo:
Se habla de “derecho de familia” para referirse a las facultades o poderes que nacen de las
relaciones que dentro del grupo familiar mantienen sus miembros para alcanzar sus fines
superiores que le son propios.
Para otros autores pertenece al derecho privado, sin perjuicio de lo cual reconocen que tiene
ciertas características especiales ya que priman disposiciones de orden público.
Se dice que pertenece al derecho privado porque este es el derecho de la persona en todo su
desenvolvimiento ordinario y la persona pertenece siempre a la familia.
2. Derecho que crea condiciones personales o estados que son inherentes a la persona humana
y que se imponen como derechos absolutos respecto de todos. De ahí que, en materia de
derechos de familia, los efectos de la cosa juzgada son más amplios que tratándose de
derechos patrimoniales. Así, por ejemplo, el art. 315 establece cosa juzgada “absoluta” (y no
relativa, como usualmente ocurre conforme al principio general del art. 3) o efectos
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universales al fallo que declara verdadera o falsa la paternidad o maternidad del hijo.
7. Los derechos de familia no se ganan ni pierden por prescripción. Por ello, son
imprescriptibles las acciones sobre reclamación de estado civil (artículos 195 y 320). Con
todo, la ley establece ciertos casos en que el ejercicio del derecho de familia está limitado
por el tiempo; pero, por regla general, tales casos son de caducidad y no de prescripción.
Los derechos de familia caducan, no prescriben. Encontramos un ejemplo en la impugnación
de la paternidad a que tiene derecho el marido (artículo 184 del Código Civil).
8. El Derecho de Familia exhibe gran mutabilidad. De todas las materias reguladas por
nuestra legislación civil, las normas del Derecho de familia son las que han experimentado
más reformas, y ellas sin duda continuarán produciéndose en el futuro, teniendo presente los
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profundos cambios que se advierten en nuestra sociedad. Considerando lo anterior, parece
razonable agrupar todas las normas del Derecho de Familia en un Código autónomo del
Código Civil, que sea más fácil de reformar que el último.
9. El Derecho de Familia posee una institucionalidad propia, que la distingue del Derecho
puramente Civil. En efecto, el primero tiene instituciones propias, como el matrimonio o la
filiación; tiene además estructuras o soluciones particulares que se apartan en ciertos aspectos
de la regulación común. Se trata, en síntesis, de una rama autónoma del Derecho.
3. Somarriva: Conjunto de personas que se hayan unidas por el vínculo del matrimonio o del
parentesco o de la adopción.
Nuestro c.c. no define familia, salvo para el caso particular del derecho real de uso y
habitación.
Ahora bien; sí existen ciertas disposiciones que nos dan una señal de que entiende el
legislador por familia o a quienes incluye dentro de este concepto. Nos encontramos con el
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Art. 815 y Art.42, que define los parientes, y con las normas que regulan la sucesión intestada.
1. Savatier
Sostiene que cuando hablamos de familia existe una serie de derechos subjetivos que no
pertenecen a ninguna de las personas físicas que integra la familia, sino que ellos están
asignados a la familia considerada como un cuerpo, razón por la cual plantea que la familia
es una persona jurídica o, en sus propias palabras, una “persona moral desconocida “
Se dice que esto es un error por cuanto los efectos (derechos y obligaciones) que emanan de
las relaciones de familia recaen sobre cada uno de los individuos que la forman y no sobre la
familia considerada como una individualidad independiente. Cita como derechos por ejemplo
el nombre patronímico, el título nobiliario, el escudo de armas, la sepultura familiar.
2. Dabin:
Dice que la familia es una institución por cuanto se trata de una entidad amparada, regulada
y reconocida por el Derecho; no hay persona familiar de que los miembros serían órganos.
3. Cicu:
Dice que la familia es un organismo jurídico ya que sus miembros no tienen derechos
individuales, sino que existe una vinculación recíproca de dependencia sobre la base de un
fin que los trasciende.
4. Rossel:
Sostiene que la familia por sobre todo es un ente de carácter ético y que por lo tanto no es
posible encasillar dentro de un concepto jurídico.
V. Clasificación de Familia.
1. Según su Extensión:
• Amplia
• Restringida o Nuclear
a) Amplia:
Puede o no estar limitada por el parentesco.
- Por ejemplo, el Art. 815 se refiere a un concepto amplio que no está limitado en el
parentesco, disponiendo que la forman:
a) El cónyuge;
b) Los hijos;
c) El número de sirvientes necesarios para la familia;
d) Las personas que viven con el usuario o habitador y a costa de éstos (“allegados”); y
e) Las personas a quienes el usuario o habitador deben alimentos.
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- Otro ejemplo es el Art. 5 Ley 20.066 (violencia intrafamiliar) en la que se entiende
por familia a todas las personas que habiten bajo un mismo techo. (Tengan o no vinculo de
parentesco)
b) Restringida o Nuclear:
Aquella familia que se limita solo al núcleo conyugal (padres e hijos)
2. Según su Naturaleza:
• Matrimonial.
• No matrimonial.
4. Adopción: Nace relación de adoptado, en la que por una ficción legal se asimila a la
relación filial.
PARENTESCO.
I. Concepto:
a) La doctrina lo define como la relación de familia que existe entre dos personas.
b) Hernán Corral:
Critica el concepto anterior ya que no todas las relaciones de familia constituyen parentesco,
por ejemplo, el cónyuge no es pariente (Art.15 N.º 2)
Por ello lo define como la relación de familia que existe entre dos personas ya sea por un
vínculo de sangre o por disposición de la ley.
1. Consanguinidad (Art.28)
2. Afinidad:
Nace del Matrimonio. Se llama también “Parentesco Legal” y lo define el artículo 31 inciso
1: “Es el que existe entre una persona que está o ha estado casada y los consanguíneos de su
marido o su mujer. “
2. El parentesco por afinidad subsiste aun cuando haya muerto uno de los cónyuges. Esto
porque el Art. 31 dice: “está o ha estado casado”. Por lo tanto, el viudo o viuda o los
divorciados, siguen siendo pariente por afinidad, con los consanguíneos del cónyuge
fallecido o del cónyuge de quien se han divorciado.
4. También debe precisarse que no existe parentesco por afinidad entre los consanguíneos
de una de dos personas que se han casado y los consanguíneos del otro. Así, por ejemplo, los
consuegros o los concuñados no son parientes entre sí.
1. Línea
2. Grado
1. Línea:
Es la serie de parientes que descienden unos de otros o de un tronco común. La línea puede
ser ascendente o descendente. Atendiendo a la línea, el parentesco puede ser de línea recta o
de línea colateral.
b) La línea es Colateral o Transversal cuando los parientes no descienden uno de otro, sino
que ambos lo hacen de un tronco común, ejemplo: hermanos.
Articulo 27 inc. 2: Cuando las dos personas proceden de un ascendiente común, y una de
ellas no es ascendiente de la otra, la consanguinidad es en línea colateral o transversal
2. Grado:
- El grado es el número de generaciones que separa a dos parientes o la distancia que
existe entre dos parientes y su importancia radica que entre más cercano es el grado más
derecho le confiere la ley.
- El parentesco en la línea recta se cuenta por el número de generaciones: padre e hijo,
primer grado; nieto y abuelo, segundo grado.
- En el parentesco colateral o transversal para determinar el grado se sube al tronco
del pariente común (como en la línea recta) y, en segundo lugar, descendiendo hasta la
persona respecto de la que se pretenda establecer el grado de parentesco. Así, el hermano
dista dos grados del hermano (el primer grado sería el padre en línea recta que constituiría el
tronco común, y el segundo sería el hermano que, como hijo, dista del padre otro grado), tres
del tío (el primer grado sería el padre, el segundo el abuelo y el tercero el hijo del abuelo,
esto es, el tío), cuatro del primo (el primero sería el padre, el segundo el abuelo, el tercero el
tío y el cuarto el primo). A su vez, también debemos tener presente que, en la línea colateral,
nunca el parentesco lo será en el primer grado; el más cercano, lo será en segundo grado.
- El parentesco en la línea colateral, puede ser de simple o de doble conjunción. Es de
simple conjunción, cuando el parentesco es sólo de parte de padre o madre; es de doble
conjunción, cuando los colaterales son parientes a la vez en la línea paterna y materna, o sea,
cuando proceden de un mismo padre y de una misma madre (art. 41). Este distingo puede
tener importancia para los efectos sucesorios, cuando los llamados a suceder fueren los
hermanos del causante u otros colaterales hasta el sexto grado (artículos 990 y 992).
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Grados
1º Padres Suegros Hijos Yerno/Nuera
2º Abuelos Hermanos Cuñados Nietos
3º Bisabuelos Tíos Sobrinos Biznietos
4º Primos - - -
Concubinato.
I. Antecedentes:
Relación de hecho que no genera obligaciones entre los concubinos no obstante lo cual es
reconocida por el derecho para evitar ciertas injusticias.
El derecho no lo toma como una institución que deba ser protegida o fomentada ya que su
misma naturaleza, de ser una situación precaria, no colabora con la obtención del bien común.
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b) Requisitos:
3. Debe existir una vida en común, y por lo tanto se descartan relaciones pasajeras.
Posturas:
B) Otros postulan que se forma una comunidad y en consecuencia los bienes adquiridos
durante el concubinato deben partirse.
C) Se ha sostenido que en el concubinato hay una suerte de relación laboral y por lo tanto al
terminarse debe darse cumplimiento a aquellas prestaciones que se fueron devengando
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durante la vigencia de la misma.
Si bien del examen de estos precedentes no se desprende en forma inequívoca una prelación
de los elementos señalados, el despojo patrimonial sufrido por uno de los convivientes
aparece como el criterio central considerado para otorgarle, por vía jurisprudencial, derechos
reales o personales sobre los bienes adquiridos o producidos durante la convivencia.
Ejemplo: Juicio de Pavez con Céspedes (Corte Suprema, 6 de abril de 1994, Revista de
Derecho y Jurisprudencia, Tomo XCI, 2ª parte, sec. 1ª, pág. 30) "entre demandante y la
demandada existió efectivamente una comunidad de bienes detentando cada uno de los
comuneros un derecho sobre las cosas comunes idéntico al de los socios en el haber social",
ya que, como ha quedado acreditado, los bienes que se individualizan en la demanda fueron
adquiridos durante la existencia de la vida en común del demandante y demandada,
contribuyeron, por tanto, ambos a permitir su adquisición. (Considerando noveno). Que la
tesis de la formulación de una comunidad respecto de los bienes adquiridos durante el
concubinato ha sido aceptada reiteradamente en la praxis de los Tribunales, como puede
verse en la sentencia publicada en la Revista de Derecho y Jurisprudencia Tomo LII, Segunda
Parte; Sección Primera pág. 45 y citas de numerosos otros fallos en igual sentido al pie de
fojas 451. (Considerando décimo).
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CONTRATO DE ESPONSALES:
1. Concepto:
El Artículo 98 inciso 1 lo define como la promesa de matrimonio mutuamente aceptada.
Los esponsales es un hecho privado que el legislador somete enteramente al honor y
conciencia del individuo y por lo tanto no produce obligación alguna ante la ley civil, ello
porque el legislador quiere velar porque la decisión de contraer matrimonio sea lo más libre
posible.
Aunque el art. 101 alude al “contrato de esponsales”, en verdad se diferencia
fundamentalmente de los contratos propiamente tales; por lo demás, el propio art. 98, después
de definirlo, agrega que constituye “un hecho privado” y “que no produce obligación alguna
ante la ley civil”.
2. Efectos:
1. No se podrá alegar esta promesa ni para pedir que se lleve a efecto el matrimonio, ni para
demandar indemnización de perjuicios. Art.98 inc.2
2. Tampoco podrá pedirse la multa que por parte de uno de los esposos se hubiere estipulado
en favor del otro para el caso de no cumplirse lo prometido. Pero si se hubiere pagado la
multa, no podrá pedirse su devolución. Art.99
Atendido lo anterior, Enrique Rossel concluye que nos encontramos ante una obligación
natural (art. 1470). Se ha sostenido -dice Rossel-, que esta obligación no es natural ni menos
civil, porque el art. 98 dispone que los esponsales no producen obligación “alguna” ante la
ley civil, o sea, ni obligaciones civiles ni naturales. Este argumento – contra argumenta
Rossel-, carece de valor porque el art. 98 se está refiriendo al “pacto de matrimonio futuro”,
y el art. 99 está legislando una convención independiente, como es la cláusula penal, que, si
bien es accesoria, no por eso deja de producir efectos propios y distintos a los que puede
generar la convención principal.
Rodríguez Grez, sobre la materia, afirma que no estamos ante una obligación natural, porque
no hay raíz alguna de obligación civil.
El artículo 1786 señala que se llaman donaciones por causa de matrimonio las donaciones
que un esposo hace a otro antes de celebrarse el matrimonio y en consideración a él, y las
donaciones que un tercero hace a cualquiera de los esposos antes o después de celebrarse el
matrimonio y en consideración a él.
Art.1789 inc.2: En todas ellas se entiende la condición de celebrarse o haberse celebrado el
matrimonio
4. Artículo 101: Contrato de esponsales será admitido como circunstancia agravante del
crimen de seducción.
Antes existía cierta coincidencia en orden a que debía entenderse que el artículo 101 se refería
al delito de rapto, el cual fue derogado por la ley 19617 y a raíz de ello algunos autores creen
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que podría referirse al delito de estupro. Hay estupro cuando siendo la mujer mayor de 14 y
menor de 18 años, ha intervenido engaño, abusando de su inexperiencia o ignorancia sexual.
Este engaño podría consistir, a juicio de algunos, en los esponsales (art. 363 CP).
MATRIMONIO
I. Concepto y generalidades.
- Canon 1055: alianza por la que el varón y la mujer forman entre sí un consorcio para toda
la vida destinado por su misma índole natural al bien de los cónyuges, a la procreación y
educación de la prole.
- Kant: Unión de 2 personas de distinto sexo para la posesión mutua durante toda su vida de
sus facultades sexuales.
Entre la dictación del c.c. (1857) y la de la ley de matrimonio civil (1884) todas las materias
relativas al matrimonio quedaron bajo la tuición de la iglesia
a) Análisis histórico:
Durante el derecho romano el matrimonio no era un negocio jurídico, sino que se trataba de
una situación de hecho que como tal se conservaba entre tanto los cónyuges consintieran en
mantener la vida en común.
La unión, en este periodo, se centraba en el hombre, se entendía que él era el jefe de la familia
y el incorporaba a la suya a su mujer.
Fue con posterioridad el derecho canónico el que brindó importancia al consentimiento como
fuente del matrimonio, teniendo presente que no lo asimila a los contratos patrimoniales que
también surgen del consentimiento.
Además, en el derecho canónico si el consentimiento es entre bautizados por revelación
divina se crea una vía adecuada para repartir gracia y, en consecuencia, estamos frente a un
sacramento.
Luego cuando surge la revolución protestante se origina una pugna con el Derecho Canónico
debido a que los protestantes niegan la naturaleza sacramental del matrimonio, sostienen que
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es uno más dentro de los negocios patrimoniales y, en consecuencia, lo asimilan al contrato.
b) Actualidad
Para algunos autores el matrimonio es un contrato ya que el vínculo matrimonial surge del
acuerdo de voluntades de los contrayentes.
En todo caso, como dice Enrique Rossel, no estamos frente a un contrato patrimonial y por
lo tanto la expresión contrato debe entenderse en un sentido amplio, esto es como un acuerdo
de voluntades entre dos personas cuyos efectos son reglamentados por la ley civil.
Otros autores creen que el matrimonio es un acto de Estado, ello por cuanto las partes
contraen matrimonio a través del oficial de registro civil que es un funcionario público, surge
a través de él; sanciona y permite el nacimiento del matrimonio.
En general se estima que el matrimonio es una institución ello porque escapa a la dinámica
y regulación propia de los contratos patrimoniales; ello porque se levanta como el pilar
fundamental del derecho de familia. En efecto, varias razones justificarían el carácter
institucional del matrimonio:
Para algunos autores, el concepto de contrato comprende solamente los actos jurídicos
destinados a crear obligaciones de carácter transitorio, mientras que, si se establece o crea un
estatuto de carácter permanente, el acto dejaría de ser un contrato para convertirse en una
institución.
El contrato sólo genera obligaciones. El matrimonio, origina deberes y obligaciones.
El acuerdo de las voluntades de los cónyuges es sólo el acto fundacional del matrimonio,
cobrando éste después vida propia, cuyo estatuto no puede ser alterado por los fundadores.
El matrimonio no puede ser disuelto por la sola voluntad de los cónyuges.
El objeto del matrimonio está fuera del comercio humano.
El matrimonio produce plenos efectos respecto de terceros.
1) Es un contrato solmene:
No se perfecciona por el solo acuerdo de voluntades de los cónyuges, es necesario además
que se cumpla con las formalidades que la ley prescribe y estas formalidades son:
Pero no obstante lo anterior, debemos tomar esta expresión en un sentido amplio, o sea, como
equivalente a un acto nacido de la voluntad de dos personas y reglamentado por la ley civil.
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2) Debe existir diferencia de sexo. Articulo 102
…” un hombre y una mujer…”. De esta frase del artículo 102 se desprenden dos
consecuencias:
1) Diferencia de sexo.
2) Cada parte solo puede ser una persona.
Se rechaza la poligamia y la poliandria.
- No puede estar sujeto a modalidades y por lo tanto los efectos del matrimonio se
inician al tiempo mismo de la celebración (del matrimonio). (“se unen actual”). Que los
efectos sean actuales, quiere decir que no pueden someterse a condición suspensiva o a plazo,
sino que se generan en el momento mismo de su celebración.
- Que sean permanentes, quiere decir que, en principio, duran obligatoriamente toda la
vida de los cónyuges (la aspiración de los contrayentes, obviamente, es que la unión sea por
toda la vida). Queda excluida del matrimonio la resciliación. Sin embargo, ahora se puede
recurrir al divorcio, de manera que ya no podemos afirmar que los efectos sean permanentes
“y perpetuos.”
4) El matrimonio es un contrato que tiene fines propios: Vivir juntos, procrear y auxiliarse
mutuamente. Fines de contenido eminentemente moral.
Profesor Gonzalo Figueroa señala que estamos en presencia de una verdadera acción de
protección (como el recurso de protección) que se tramita ante el juez y no ante la corte.
Hay opiniones en el sentido que aquí operó una derogación tácita y por lo tanto la ley 19.947
derogó al artículo 102 en esa parte.
Cátedra: No es así. Este tema se discutió en la comisión redactora del proyecto de ley. A
juicio de la cátedra el legislador lo que quiso fue dejar de manifiesto su intención en orden a
que el matrimonio es para toda la vida y que por lo tanto el divorcio es una situación
excepcional y de derecho estricto de manera tal que cuando al juez le llega un juicio de
divorcio la interpretación que haga de la normativa debe ser restrictiva.
4. Sistemas matrimoniales.
a) Objetivo:
El objetivo de los sistemas matrimoniales es determinar cuál es la posición que al matrimonio
religioso le corresponde dentro del ordenamiento jurídico de cada Estado.
(Matrimonio religioso à cualquier confesión religiosa)
Situación bastante compleja porque importa compatibilizar por una parte el derecho/deber
que tiene cada estado de fijar la disciplina civil del matrimonio frente al derecho que tienen
los ciudadanos de cada estado a mantener un credo religioso.
1. Sistemas Monistas:
Aquellos en los cuales se reconoce un solo matrimonio como valido, solo un matrimonio va
a producir efectos.
Este sistema se subclasifica en:
b. Matrimonio civil obligatorio: En este caso el Estado solo reconoce como matrimonio el
reglado por la ley civil, así sucedió en Chile entre los años 1884 y 2004.
2. Sistema Dualista:
Se reconocen distintas formas para acceder al vínculo matrimonial, es decir coexisten el
matrimonio religioso (solo iglesia católica, en este caso) y el matrimonio civil.
El sistema dualista puede ser:
• De Recepción integral: Ya sea que la persona contraiga matrimonio por la ley civil o
por el derecho canónico ambos producen los mismos efectos civiles. Por ejemplo:
Portugal.
• De Recepción formal: Aquí se reconoce que los cónyuges se casaron por el rito de
una determinada religión (formal) pero en cuanto a sus efectos del matrimonio
deberán necesariamente regirse por la ley civil (fondo).
3. Sistemas Pluralistas:
En ellos coexisten diversas formas para contraer matrimonio y ello puede ser bajo la forma
de concurrencia de distintos matrimonios religiosos entre sí (Egipto), o bajo la forma de
concurrencia de distintos matrimonios religiosos con el matrimonio civil (Italia)
4. Sistema Chileno:
Hasta la dictación de la ley 19.947 (mayo 2004) era de matrimonio civil único y obligatorio
(sistema monista).
Con la ley 19.947 la situación no es tan clara y ello particularmente al conjugar los arts.1 y
20 de la ley.
Cátedra: Cree que es monista, de matrimonio civil único, pero con ciertas peculiaridades en
lo que se refiere a la celebración del matrimonio.
3) Principio de Protección.
Artículo 3 inciso 1: “las materias de familia reguladas por esta ley deberán ser resueltas
cuidando proteger siempre el interés superior de los hijos y del cónyuge más débil. “En el
mismo sentido el Art.85 inc.3
Consecuencias:
• En lo que se refiere a la interpretación de la ley estamos en presencia de un estatuto
finalista en que van a primar los criterios axiológicos y teleológicos de interpretación.
• El legislador no definió al cónyuge más débil y por lo tanto habrá que estarse a aquel
de los cónyuges que esté en una situación económica, física, psíquica, emocional o
fisiológica más desmedrada, de manera que pone a este cónyuge más débil en una
situación de desventaja frente al otro.
Antiguamente se veían los problemas por separado, hoy se resuelven todos en un mismo acto
o en un solo proceso
7) Principio de Concentración.
Planteado cualquier problema relativo a las relaciones de familia la intención del legislador
es concentrar todos aquellos tópicos que surjan con posterioridad, de manera tal que sea uno
solo el juez llamado a resolverlo.
- Manifestaciones de este principio:
• Artículo 24.
• Artículo 31.
• Artículo 89.
8) Principio del Control Jurisdiccional de los Acuerdos adoptados por los cónyuges.
La ley confiere al juez facultades excepcionales para que sea él quien apruebe los acuerdos
que hayan alcanzado los cónyuges con ocasión de la ruptura matrimonial. Por ejemplo:
artículo 31 inciso 2
1) El acuerdo es Completo cuando regula todas y cada una de las materias indicadas en el
art. 21.
El art. 21 distingue:
a) Respecto de los cónyuges el acuerdo deberá regular sus relaciones mutuas, los
alimentos que se deban y las materias relacionadas con el régimen de bienes del
matrimonio.
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2) Acuerdo Suficiente: Se entenderá que es suficiente si resguarda el interés superior de los
hijos, procura aminorar el menoscabo económico que pudo causar la ruptura y establece
relaciones equitativas, hacia el futuro, entre los cónyuges cuya separación se solicita.
1. Requisitos de Existencia.
La distinción entre los elementos de existencia y de validez del matrimonio, lo que lleva a
distinguir la inexistencia de la nulidad absoluta, fue formulada, a propósito de este contrato,
por Zachariae, y se encuentra incorporada en la jurisprudencia francesa, aun cuando no en el
Código de Napoleón.
Entre nosotros se acepta el mismo concepto a fin de obviar ciertos inconvenientes y absurdos
que resultarían de aplicar en estricto sentido las disposiciones de la Ley de Matrimonio Civil.
En efecto, sabemos que las causales de nulidad de matrimonio son taxativas; pues bien, entre
las causales no está sancionado el matrimonio celebrado entre personas del mismo sexo o sin
haber prestado consentimiento. Pero como es obvio, tales matrimonios no sólo no son
válidos, sino que sencillamente no existen.
Se ha aceptado en consecuencia, que hay matrimonios que no pueden generar efectos, aunque
no hayan sido declarados nulos, y que las causales que producen la inexistencia de tales
matrimonios son:
2. Requisitos de Validez
1. Requisitos de Existencia:
b) Consentimiento:
El artículo 18 inciso 2 LMC exige al oficial del registro civil preguntar a los contrayentes si
consienten en recibirse el uno al otro como marido y mujer y frente a la respuesta afirmativa
los declara casados en nombre de la ley.
Estamos en presencia de un consentimiento específico destinado únicamente a la celebración
del matrimonio y no de un acto jurídico distinto.
2- Matrimonio Religioso: Junto con cumplirse los demás requisitos que señala el artículo 20
los contrayentes deberán prestar su consentimiento ante el ministro de culto de su confesión.
1. Dirimentes: Son aquellos cuya infracción acarrea la nulidad del matrimonio y pueden
ser:
b) Relativos: Aquellos que impiden la celebración del matrimonio con una persona o
con un grupo de personas, están recogidos en los artículos 6 y 7 LMC.
2. Impedientes: Son aquellos cuya infracción no acarrea la nulidad del matrimonio, sino
que dan lugar a una sanción civil diversa y están regulados en el c.c.
1. Aquellas que se fundan en una carencia de los contrayentes que les impide aportar uno o
más de los elementos esenciales del matrimonio. Así ocurre con el vínculo matrimonial no
disuelto (5 N.º 1 LMC) y la minoría de edad (5 N.º 2 LMC).
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1.a) Impedimentos Dirimentes Absolutos.
1. Vínculo matrimonial no disuelto (Art. 5 N.º 1) Art. 5: “No podrán contraer matrimonio
N.º 1: Los que se hallaren ligados por vínculo matrimonial no disuelto “.
La infracción de este impedimento trae aparejada como sanción la civil la nulidad del
matrimonio y como sanción penal el delito de bigamia (art. 382 código penal) en que se
sanciona al que contrae matrimonio estando válidamente casado. La pena que impone la ley
al bígamo, es la de reclusión menor en su grado máximo (vale decir, de tres años y un día a
cinco años).
Es evidente también que este impedimento desaparece cuando el matrimonio anterior termina
por alguna de las causales del artículo 42 LMC:
- muerte de uno de los cónyuges
- muerte presunta, cumplidos sean los plazos señalados en el artículo siguiente
- sentencia firme de nulidad
- sentencia firme de divorcio
Respecto de la nulidad y del divorcio en esta materia es necesario hacer dos precisiones:
b) En ningún caso tendrá valor en Chile el divorcio que no haya sido declarado por
resolución judicial o que de otra manera se oponga al orden público chileno, o que ha
sido obtenido con fraude a la ley (artículo 83 inciso 3 y 4 LMC).
2. Los que se hallaren ligados por un vínculo de acuerdo de unión civil vigente, a menos que
el matrimonio se celebre con su conviviente civil. Art. 5 N° 2 LMC
En este punto, nos encontramos ante una reforma importante, pues la ley de 1884 impedía el
matrimonio de los impúberes, o sea, la mujer menor de doce años o el varón menor de catorce
años. Hoy, se aumenta la edad mínima para contraer matrimonio, a dieciséis años,
igualándose en ello a las mujeres y a los hombres. El cambio en el criterio del legislador se
explica como resultado del cambio en las costumbres de nuestra sociedad, pues a diferencia
de nuestros abuelos, muchos de los cuales contraían matrimonios muy jóvenes (en especial,
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nuestras abuelas), hoy, la tendencia es la de postergar el matrimonio hasta una edad más
avanzada, considerando que la expectativa de vida supera en mucho aquella que presentaba
Chile en las últimas décadas del siglo XIX o en las primeras décadas del siglo XX.
Esta norma persigue limitar el ejercicio del derecho a contraer matrimonio a personas que
tengan una madurez mínima para de esa forma poder consolidar una relación estable y sólida.
Existe cierta falta de congruencia entre el criterio del legislador en orden a impedir que un
menor de dieciséis años pueda contraer matrimonio, por una parte, y permitir, por otra, que
un menor de dieciséis pero mayor de doce (en el caso de las mujeres) o mayor de catorce (en
el caso de los hombres), puedan reconocer un hijo, actuando por sí solos, sin intervención del
representante legal o la autorización del juez, según se desprende del artículo 262 del Código
Civil.
3. Privación de razón:
No se trata de personas dementes o privadas totalmente del uso de la razón (pues a ellas se
refiere la causal precedente), pero que, al momento de contraer matrimonio, experimentaban
una situación que afectaba su psiquis, como, por ejemplo, aquella persona que se encontraba
sumida en una depresión severa, médicamente comprobable. En general, la causal se aplicaría
a todos aquellos que padezcan un trastorno mental transitorio, que distorsione su percepción
de la realidad.
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Impedirían también formar esta comunidad de vida, anomalías psíco-sexuales que puedan
afectar a los cónyuges al momento de contraer matrimonio, como aquellas conductas de
promiscuidad sexual, que evidencian que uno de los cónyuges es incapaz de guardar fidelidad
conyugal.
Esta causal no existía en la legislación anterior, fue tomada del código canónico (canon 1095
Nº 3) que se refiere a quienes no pueden asumir las obligaciones esenciales del matrimonio
por causas de naturaleza psíquica.
6. Los que no pudieren expresar claramente su voluntad por cualquier medio, ya sea en forma
oral, escrita o por medio de lenguaje de señas. (Art. 5 N.º 6).
1. Parentesco. Artículo 6 inciso 1: “No podrán contraer matrimonio entre sí los ascendientes
y descendientes por consanguinidad o por afinidad, ni los colaterales por
consanguinidad en el segundo grado “.
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- En el primer caso nos estamos refiriendo al parentesco en línea recta y en cualquiera
de sus grados, ya sea por consanguinidad o por afinidad. De este modo la nuera que ha
enviudado no puede contraer matrimonio con su suegro viudo.
- Tampoco podrán contraer matrimonio el adoptado con uno de los adoptantes, porque
la adopción confiere al adoptado el estado civil de hijo del o de los adoptantes, conforme a
lo dispuesto en el artículo 1º de la Ley número 19.620, de Adopción de Menores; en este
caso, el adoptado, además, no podrá contraer matrimonio con cualesquiera de sus
ascendientes biológicos o con sus hermanos biológicos, pues se mantiene, para este solo
efecto, el vínculo de filiación de origen (artículo 37 de la Ley de Adopción de Menores). Por
ende, el impedimento aquí es doble: con la familia de origen o biológica y con la familia
adoptiva.
2. Se exige una sentencia condenatoria (se trata de una sentencia firme o ejecutoriada)
El impedimento se extiende a cualquier grado de participación dentro del Iter Criminis.
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En la antigua ley de matrimonio el impedimento se refería solo al autor o cómplice en el
delito de homicidio, pero hoy se comprende también al encubridor. Pablo Rodríguez critica
esta extensión ya que el encubridor participa en un momento posterior a la consumación del
hecho ilícito y no tiene una participación directa en el hecho punible.
El Art. 9 inciso 1 LMC señala que los que quisieren contraer matrimonio lo comunicarán al
oficial del registro civil indicando el hecho de no tener incapacidad o prohibición legal para
contraer matrimonio.
El Art. 9 debe relacionarse con el artículo 14 LMC y con el Art. 40 bis Nº 8 de la ley de
Registro Civil, en orden a que al tiempo de la información los testigos deberán declarar sobre
el hecho de que los contrayentes no tienen impedimentos ni prohibiciones para contraer
matrimonio.
1. Falta de Consentimiento
También llamado Impedimento de Asenso.
Art.105 c.c. “No podrá procederse a la celebración del matrimonio sin el asenso o licencia
de la persona o personas cuyo consentimiento sea necesario según las reglas que van a
expresarse, o sin que conste que el respectivo contrayente no ha menester para casarse el
consentimiento de otra persona, o que ha obtenido el de la justicia en subsidio “A su turno el
Art.106 c.c. agrega que los que hayan cumplido 18 años no estarán obligados a obtener el
consentimiento de persona alguna
b. Del Art.106 c. c y 5 Nº 1 LMC se infiere que el asenso lo requieren las personas mayores
de 16 y menores de 18 años. La ley anterior permitía el matrimonio de las mujeres mayores
de 12 años y hombres mayores de 14 años con ascenso.
A objeto de acreditar que se ha obtenido el asenso o licencia el artículo 12 LMC dispone que
se acompañará a la manifestación una constancia fehaciente (instrumento público) del
consentimiento para el matrimonio dado por quien corresponda si fuere necesario según la
ley y no se prestare oralmente ante el oficial del Registro Civil.
No debe confundirse este consentimiento o asenso con la manifestación de voluntad del que
va a casarse. Si el contrayente no presta su consentimiento, no hay matrimonio; si falta el
ascenso, el matrimonio es perfectamente válido, pero se producen otros efectos que se
indicarán. En otras palabras, estamos ante manifestaciones de voluntad de disímil finalidad
e importancia.
27
* ¿Quiénes deben dar esta autorización? (Asentir)
Distintas situaciones:
d) A falta de dicho padre, madre o ascendientes, será necesario al que no haya cumplido 18
años de edad obtener el consentimiento de su curador general. (Art. 111)
b) A falta de curador general el asenso lo dará el oficial del Registro Civil que deba intervenir
en la celebración del matrimonio.
3. Adoptado.
a) Si la adopción se hizo en conformidad a la Ley 7613 se requiere la autorización del
adoptante Art.15 inc. 2 Ley 7.613, en relación con el Art. 45 Ley 19.620.
c) Si la adopción fue de acuerdo a la Ley 19.620 se aplica el sistema ya visto para los hijos
de filiación determinada.
* Disenso
El disenso es la negativa a consentir en el matrimonio de una persona menor de 18 años y
mayor de 16 años.
El Art. 112 inc. 1 del código civil señala que si la persona que debe prestar este
consentimiento lo negare, aunque sea sin expresar causa alguna, no podrá procederse al
matrimonio de los menores de 18 años.
Cuando analizamos los principios de la ley de matrimonio civil dijimos que el artículo 2 de
esta ley establece que el derecho a contraer matrimonio es una facultad esencial, inherente
a la persona humana y por lo tanto frente a una negativa a contraer matrimonio puede
recurrirse al juez respectivo; por este motivo señalábamos que este derecho del asenso se
había relativizado, es decir una interpretación armónica del Art.112 inciso 1 c.c. y el Art. 2
LMC nos lleva concluir que el disenso del padre, madre o ascendiente debe ser también
justificado para eliminar así cualquier grado de arbitrariedad.
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El artículo 112 inc. 2, en cambio, señala que tratándose del curador general y del oficial del
Registro Civil cuando ellos nieguen la licencia o asenso para contraer matrimonio deben
siempre expresar la causa. El menor tiene derecho a que esa causa sea calificada por el
Tribunal de familia competente
Las únicas razones que pueden justificar el disenso son las enumeradas en el artículo 113 c.c:
2. El no haberse practicado alguna de las diligencias señaladas en el título “de las segundas
nupcias “.
3. Grave peligro para la salud del menor a quien se niega la licencia, o de la prole.
4. Vida licenciosa, pasión inmoderada al juego, embriaguez habitual de la persona con quien
el menor desea casarse.
5. Haber sido condenada la persona con quien el menor quiera casarse por delito que merezca
pena aflictiva.
6. No tener ninguno de los esposos medios actuales para el competente desempeño de las
obligaciones del matrimonio.
La ley en esta materia impone una obligación especial al oficial del Registro Civil, ella está
contenida en el Art.111 inc. 2 segunda parte, en virtud del cual si el oficial del registro civil
tuviere conocimiento de que al menor lo afecta alguna de las situaciones previstas en el Art.
113 deberá comunicar esta circunstancia al juez de letras de la comuna o agrupación de
comunas que correspondiere.
* Sanciones
Que ocurre si el menor celebra el matrimonio sin el respectivo asenso. El matrimonio es
válido, pero:
a) Sanciones Civiles:
1. El menor podrá ser desheredado (hay testamento) y no solo por aquel cuyo consentimiento
era necesario, sino también por todos los ascendientes. Articulo 114 primera parte en relación
con el Art. 1208 Nº 4 c. c. Esta sanción requiere de una declaración expresa de voluntad del
ascendiente, es decir, debe otorgarse testamento, privando al menor de lo que por ley
corresponde.
2. Si alguno de los ascendientes muriere sin hacer testamento entonces el menor que se ha
casado sin el asenso siendo este necesario no tendrá derecho sino que a la mitad de la porción
de bienes que le hubiere correspondido en la sucesión del difunto. Art. 114 segunda parte
30
(causal de indignidad parcial). En este caso, no se necesita declaración de voluntad del
ascendiente; por el contrario, en su silencio, castiga la ley al descendiente con la privación
de la mitad de la herencia.
3. El ascendiente sin cuyo consentimiento se haya contraído el matrimonio podrá revocar por
esta causa las donaciones que antes del matrimonio le haya hecho al menor. Art. 115 inc.1.
Las donaciones que pueden revocarse son las irrevocables o entre vivos, ya que las
donaciones por causa de muerte son esencialmente revocables, sin necesidad de que exista
ninguna disposición especial para ello (aún más, si la donación revocable se otorgó ciñéndose
a las solemnidades de las donaciones entre vivos, y el donante en el instrumento se reservare
la facultad de revocarla, al tenor del art. 1137, 2º del Código Civil, debe confirmarse
expresamente en el acto testamentario).
4. La sanción no alcanza al derecho de alimentos que pueda tener el menor. Art. 115 inc.2
5. Si hubiere operado la adopción de que trata la ley 7613 y el adoptado no hubiere cumplido
con el asenso respecto del articulo 114 solo podrá tener aplicación su segunda parte ya que
el adoptado bajo esa ley no es legitimario y por lo tanto no puede ser desheredado.
b) Sanciones penales.
La ley 19.947 derogó el artículo 385 del código penal el que sancionaba al menor que
concertadamente con el funcionario civil contraía matrimonio sin el consentimiento de las
personas llamadas a dárselo, hoy ese delito está derogado.
Se mantuvo el artículo 388 del código penal en virtud del cual el oficial del Registro civil
que autoriza o inscribe un matrimonio prohibido por la ley o en que no se hayan cumplido
las formalidades que ella exige para su celebración será objeto las penas que dicho código
establece. (Relegación y multa, ver código penal)
Si el menor contrae matrimonio sin el consentimiento del curador o del oficial del
Registro Civil o del ministro de culto, no se hace acreedor a sanciones civiles, ya que el
CC. sólo las aplica en el caso de los ascendientes.
Razón de ser de este impedimento: Evitar que a través del matrimonio se quiera disimular
una administración fraudulenta en perjuicio del menor.
El impedimento afecta tanto al tutor que administra actualmente los bienes del menor como
aquel que los administró en el pasado.
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* Casos en que no opera esta prohibición:
1. Cuando el pupilo o pupila cumple 18 años de edad.
3. Cuando la cuenta haya sido aprobada judicialmente con audiencia del defensor de menores.
4. Este impedimento se aplica solo al curador que administra bienes y por ello, por ejemplo,
no se aplica al curador ad litem.
* Sanciones
Si se infringe la prohibición.
a) Sanciones Civiles:
1. Tutor o curador perderá toda remuneración por el encargo Art.116 inc.3
2. Tutor o curador deberá restituir todo lo que hubiere percibido como remuneración por el
encargo.
Art.533 inc.1
b) Sanciones Penales:
La Ley 19.947 derogó el artículo 387 del código penal el que tipificaba un delito para el
guardador que no cumplía con esta prohibición.
Se mantuvo el delito contemplado en el artículo 388 (visto para el oficial del registro civil)
El artículo 124 del código civil dispone que el que teniendo hijos de precedente matrimonio
bajo su patria potestad o bajo su tutela o curaduría quisiere volver a casarse deberá proceder
al inventario solemne de los bienes que esté administrando y les pertenezcan como herederos
de su cónyuge difunto o con cualquier otro título. Para la confección de ese inventario se dará
a los hijos un curador especial.
- El impedimento no afecta, por ende, al padre o madre cuyos hijos se han emancipado
de la patria potestad, a menos que ellos se encontraren bajo curaduría de su padre o madre.
Si los hijos mayores estuvieren bajo guarda de un tercero, tampoco regirá el impedimento,
pues el precepto exige que estén bajo “su” tutela o curaduría.
- El Art. 126 impone al oficial del Registro Civil ciertas exigencias especiales:
a) Si el que trata de volver a casarse tiene hijos el oficial no permitirá el matrimonio sin que
se le presente certificado autentico del nombramiento del curador especial.
b) En el evento de que no hubiere hijos el oficial deberá exigir información sumaria en este
sentido.
Este impedimento se aplica también al adoptante según lo señalan los Arts. 17 inc. 2 de la
ley 18.703 y 18 Ley 7613
a) Sanciones Civiles:
1. El viudo o divorciado o quien hubiera anulado su matrimonio y por cuya negligencia se
hubiere omitido practicar el inventario solemne en tiempo oportuno perderá el derecho de
suceder como legitimario o como heredero abintestato al hijo cuyos bienes ha administrado
(Art.127 c. c).
- Se ha entendido por la mayoría de la doctrina (Rossel, entre otros) que no es necesario
terminar el inventario solemne antes de contraer segundas nupcias; el art. 127 se limita a
exigir que el inventario se haga “en tiempo oportuno”, y lo es, todo el tiempo que transcurra
antes que pueda producirse la confusión de patrimonios. De tal forma, para celebrar
matrimonio, el oficial del Registro Civil o el ministro de culto sólo deberá exigir que conste
que se nombró curador o de que el padre o madre no tiene hijos de precedente matrimonio
(art. 126 del Código Civil).
- Rodríguez Grez estima que en esta parte, la doctrina ha sido demasiado liberal.
Considera que si el impedimento consiste en la facción de inventario y que su objetivo es el
evitar la confusión de los patrimonios, “tiempo oportuno” significaría antes de celebrarse el
matrimonio
- Si el hijo testa después de producida la causal, el padre o madre queda liberado de la
sanción conforme a lo dispuesto en el art. 973 del Código Civil, el cual establece que las
causales de indignidad mencionadas en los arts. precedentes, no podrán alegarse contra
disposiciones testamentarias posteriores a los hechos que las producen. No cabe duda de
que el padre o madre que no respeta el impedimento atenta contra la integridad del patrimonio
de sus hijos o pupilos e incurre en la causal de indignidad del número 2 del art. 968
(“atentado grave contra...los bienes de la persona de cuya sucesión se trata”, causal de
injuria atroz). Siendo así, resulta aplicable el art. 973.
2. El adoptante que infringe esta prohibición deberá indemnizar todo perjuicio que irrogue
al adoptado.
b) Sanciones Penales:
El Art. 384 c. p sanciona al viudo o viuda que por sorpresa o engaño obtiene que el oficial
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autorice el matrimonio con infracción a este impedimento.
Se sanciona también al oficial del registro civil según el Art. 388.
El Art. 128 inc. 1 c.c. establece ciertos requisitos para que la mujer cuyo matrimonio ha sido
disuelto o declarado nulo pueda volver a casarse:
1. Si al tiempo de disolverse (lo que incluye la muerte del otro cónyuge o el divorcio) el
matrimonio o haberse declarado nulo la mujer estaba embarazada no podrá no podrá pasar a
otras nupcias antes del parto.
- Dos son los objetivos que persigue el impedimento de segundas nupcias respecto de
la mujer.
- El primero, ya analizado, de evitar la confusión de patrimonios.
- El segundo, evitar la confusión de paternidad de los hijos que pueda dar a luz.
Si la mujer pudiera casarse inmediatamente de disuelto el matrimonio, podría darse el caso
que, legalmente, el hijo que naciera dentro de los 300 días subsiguientes a la celebración del
nuevo matrimonio se reputara hijo de ambos padres: del primero, porque se reputan de
filiación matrimonial los hijos que nacen dentro de los 300 días contados desde la disolución
del matrimonio; y del segundo, porque se reputan hijos de filiación matrimonial los que nacen
después de 180 días contados desde la celebración del matrimonio. Entran en juego aquí los
arts. 76 (con su presunción de derecho acerca de la concepción) y 184 (con su presunción de
paternidad simplemente legal). El plazo de viudedad tiende a evitar estos equívocos.
- Si de todos modos se dudare a cuál de los matrimonios pertenece el hijo el juez deberá
resolver tomando en consideración las circunstancias. Las pruebas periciales de carácter
biológico y el dictamen de facultativos serán decretados si así se solicita.
Sanciones.
a) Sanciones Civiles:
1. la mujer y su nuevo marido serán obligados solidariamente a indemnizar todo perjuicio
y costas ocasionados a terceros por la incertidumbre de la paternidad. Art.130 inc.2
34
b) Desde un punto de vista penal tanto la mujer como el oficial del registro civil están sujetos
a los delitos de los artículos 384 y 388
Como todo acto jurídico el consentimiento es requisito esencial para el nacimiento del acto
y éste debe ser exento de vicios para la validez del mismo.
- En el caso de existir un error en el nombre del otro contratante, pero sin que haya
duda acerca de la identidad de la otra persona no se configurará un vicio del consentimiento
por aplicación de las reglas generales de los artículos 1455 y 1057 c.c.
El Art. 8 Nº 2 LMC señala que falta el consentimiento libre y espontáneo si ha habido error
acerca de alguna de las cualidades personales de los contrayentes que atendida la naturaleza
o fines del matrimonio ha de ser estimada como determinante para otorgar el consentimiento.
2) Que el error recaiga sobre las cualidades personales del otro contrayente.
Pablo Rodríguez sostiene que la cualidad personal se refiere a una virtud o aptitud especifica
del otro contrayente que se suponía integraba o adornada a su personalidad.
Lo anterior debe fundarse en hechos positivos, los que deben ser capaces de formar una
convicción en la persona que es víctima del engaño.
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3) La cualidad personal debe ser determinante para prestar el consentimiento matrimonial.
La misma ley nos da una idea de aquello que es “lo determinante “al señalar que debe estar
en relación con “la naturaleza o los fines del matrimonio “.
- El profesor Hernán Corral Talciani estima que la impotencia que afecte a uno de los
cónyuges, derogada como causal de incapacidad específica, podría quedar comprendida
dentro de la causal de error en la persona social. Ello, porque la cualidad personal sobre la
que yerra uno de los contratantes en relación a la persona del otro, debe corresponder a “la
naturaleza o los fines del matrimonio”, siendo la procreación uno de tales fines. Por ejemplo:
Si uno de los contrayentes sufre de impotencia generandi (impide la procreación, es
perpetua) (impotencia coeundi: impide la realización del acto sexual). Para el profesor Carlos
López, la causal podría operar pero con ciertas limitantes:
i) Que dados los antecedentes del matrimonio en el que se invoque la causal, haya habido un
efectivo interés en procrear (no procedería, entonces, en el matrimonio de un par de
ancianos);
ii) No es necesario que la impotencia sea perpetua e incurable (podría ser sólo perpetua, pero
curable, como en el caso de un varón que se hace una vasectomía);
iii) Que exista al momento del matrimonio; y
iv) La impotencia no debe haber sido conocida por el otro contrayente.
- Otras hipótesis planteadas por el profesor Carlos López Díaz corresponden a una
enfermedad que afecte a uno de los cónyuges, distinta de la impotencia, que lo imposibilite
para procrear, o que implique la transmisión de enfermedades o taras genéticas no conocidas
por el otro cónyuge; o la conducta depravada de uno de los cónyuges, que supone falta de
moralidad, conductas deshonrosas, perversiones sexuales, etc., que desestabilizan
gravemente la vida matrimonial, obstaculizando la comunidad de vida que debe formarse y
que muchas veces no son conocidas por el otro contrayente al momento de casarse; la
homosexualidad no conocida por uno de los cónyuges y practicada con anterioridad y que de
ser conocida ha de ser estimada como determinante para otorgar el consentimiento (ya que
pueden ser no toleradas por el otro cónyuge); convicciones morales o religiosas, cuando se
trata de convicciones religiosas fundamentalistas que impliquen restricciones a la libertad de
uno de los cónyuges o de los hijos o exigencias desmesuradas provenientes de cualquier idea
o actividad, ideologías políticas, etc.
Puntos Importantes:
- Debemos entender que la fuerza que vicia el consentimiento de alguno de los contrayentes,
es la fuerza moral, vale decir, aquellas “amenazas dirigidas contra un individuo para hacer
que nazca en su espíritu un temor insuperable.” En cambio, si nos encontramos ante una
fuerza física, sencillamente no hay matrimonio, es decir, falta un requisito de existencia, el
36
consentimiento o acuerdo de las voluntades de los contrayentes.
- La fuerza debe ser actual, grave, injusta, determinante.
- El Art.8 LMC amplía el ámbito de aplicación de la fuerza, ya que la extiende también a
una circunstancia externa, esto es un hecho cualquiera que fuerza a consentir en el
matrimonio. Tal sería, por ejemplo, la presión social que mueve a una joven embarazada, a
contraer matrimonio, forzando su voluntad. Cabría preguntarse si quedaría comprendida en
este caso, aquella situación en virtud de la cual una persona contrae matrimonio, con el solo
propósito de obtener visa o permiso de residencia en determinado país, forzado por las
circunstancias. Tal voluntad del contrayente no se habría manifestado libremente, y por ende
el contrato de matrimonio estaría viciado. En todo caso, cualesquiera fuere el caso, nos
encontramos ante una excepción al principio general, en virtud del cual la fuerza ha de ser
obra de una persona, aunque no necesariamente del contratante beneficiado con ella.
- A raíz de la remisión a los artículos del código civil debemos concluir que el temor
reverencial no es vicio del consentimiento.
37
La regla general en esta materia la encontramos en el inciso 1 del Art.80 en cuanto a que los
requisitos de fondo y forma del matrimonio serán los que establezca la ley del lugar de su
celebración y por lo tanto el matrimonio celebrado en el extranjero en conformidad con
las leyes de ese país producirá en Chile los mismos efectos que si se hubiere celebrado
en territorio chileno. Así, por ejemplo, podría tratarse de un matrimonio celebrado
exclusivamente ante una entidad religiosa, en un país donde la legislación no exige ratificarlo
ante el Oficial Civil.
Detrás de esta disposición está el principio de que la ley del lugar rige el acto.
Sin perjuicio de esta regla general la misma ley de matrimonio civil establece una serie de
limitaciones:
1. El matrimonio debe ser siempre entre un hombre y una mujer. Art. 80 inc.1
2. Podrá ser declarado nulo en conformidad a la ley chilena el matrimonio celebrado en país
extranjero con infracción al artículo 5, 6, 7 de la ley. (Impedimentos dirimentes). Art. 80
inc.2
Así, por ejemplo, si la ley del Reino de Arabia Saudita, regido por el Corán, autoriza contraer
más de un matrimonio, el segundo y los posteriores, serán nulos en Chile, pudiendo
inscribirse exclusivamente el primero de ellos en nuestro Registro Civil. Lo mismo ocurriría
si los contrayentes, por ejemplo, eran menores de dieciséis años. Este principio de
territorialidad absoluto, vulnera seriamente, como puede apreciarse, el principio lex locus
regit actum, y rompe el tratamiento que antes daba la ley a esta materia, pues con anterioridad
a la reforma consagrada por la Ley 19.947, los impedimentos dirimentes sólo se exigían para
los chilenos que hubieren contraído matrimonio en el extranjero, por aplicación del principio
de la extra-territorialidad de la ley chilena, consagrado en los artículos 15 del Código Civil y
15 de la ley de 1884. Ahora, en cambio, los contrayentes podrán ser extranjeros,
aplicándoseles igualmente las causales de incapacidad previstas en la ley chilena, aunque
tales causales no hubieren estado contempladas en la ley del país en que se contrajo
matrimonio.
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5. El matrimonio celebrado fuera del país, entre chilenos o entre un chileno y un extranjero
deberá inscribirse en Chile en el registro de la primera sección de la comuna de Santiago.
Para estos efectos los antecedentes se remitirán debidamente legalizados al Ministerio de
Relaciones Exteriores el que certificará la autenticidad de los documentos y luego los remitirá
al Registro Civil.
6. Situación de los impedimentos impedientes: hay quienes sostienen que también son
aplicables a los chilenos en el extranjero, conforme al art. 80 de la Ley de Matrimonio Civil.
- Rossel estimaba que tal opinión era insostenible, atendido el tenor del antiguo artículo
15 de la ley de 1884, que por ser ley especial, primaba sobre el Código Civil, y que disponía
que el matrimonio del chileno se regía por la ley del lugar, salvo en lo referente a los
impedimentos dirimentes.
- Lo que ahora se desprende del artículo 80 de la Ley de Matrimonio Civil, es que a los
extranjeros, se les aplica la ley del lugar en que contrajeron matrimonio, salvo en lo que
respecta a los impedimentos dirimentes, pues en este caso, también se les aplica la ley
chilena. Sin embargo, a los chilenos, no sólo se les aplican los artículos 5, 6 y 7 de la Ley
de Matrimonio Civil, sino toda ésta, por mandato del artículo 15 número 1 del Código Civil.
En otras palabras, no creemos que el artículo 80 de la Ley de Matrimonio Civil (o el antiguo
artículo 15 de la ley de 1884) sustraiga a los chilenos, de la extraterritorialidad consagrada
en el artículo 15 número 1 del Código Civil. El artículo 80 se preocupa, más bien, de aplicar
a los extranjeros, causales de nulidad de matrimonio, aunque ellas no estén contempladas en
la legislación del país en que se contrajo matrimonio.
- Los partidarios de la opinión en virtud de la cual los impedimentos impedientes se
aplican también a los chilenos que contraigan matrimonio en el extranjero, se fundan
asimismo en el tenor del artículo 36 del Código de Bustamante, pues tal Código dispone que
los contrayentes se sujetarán a su ley personal en todo lo que se refiere a impedimentos, sin
hacer distinciones de ninguna especie.
1. Debe ser un mandato especial, o sea se faculta al mandatario solo para este fin.
1. La Manifestación
2. La Información
3. La Celebración.
4. Tramites posteriores.
1. La Manifestación:
Consiste en una declaración de voluntad de los contrayentes en el sentido de dar a conocer al
oficial Civil su intención de contraer matrimonio.
La manifestación podrá ser por escrito, oralmente o por medio del lenguaje de señas y ante
cualquier oficial del Registro Civil. Esto es muy importante ya que La ley de 1884, exigía
realizar la manifestación ante el Oficial del Registro Civil competente, que lo era el del
domicilio o residencia de cualquiera de los novios, lo que era causal de nulidad del
matrimonio por incompetencia del oficial del registro civil.
El contenido de la manifestación se encuentra recogido en el Art. 9 LMC:
3. Su estado de solteros, viudos o divorciados y en estos dos últimos casos el nombre del
cónyuge fallecido o de aquel con quien contrajo matrimonio anterior, además debe indicarse
el lugar y la fecha de la muerte o de la sentencia de divorcio, respectivamente.
6. Los nombres y apellidos de las personas cuyo consentimiento fuere necesario (asenso).
e) Las personas que pertenezcan a una etnia indígena podrán solicitar que la manifestación y
las demás etapas del matrimonio se efectúen en su lengua materna.
Si se tratare de personas que no conocieren el idioma castellano, o fueren sordomudos que
no pudieren expresarse por escrito la manifestación y demás etapas del matrimonio se harán
por medio de un intérprete o de una persona que conozca el lenguaje de señas. (Art.13)
41
3. Celebración del matrimonio.
a) Tiempo:
La celebración del matrimonio deberá llevarse a cabo inmediatamente después de rendida la
información y dentro de los 90 días siguientes. Si el matrimonio no se celebra dentro de ese
plazo habrá que repetir las formalidades de manifestación e información.(Art. 15 LMC).
3. En el lugar que indiquen los futuros contrayentes siempre que se encuentre dentro del
territorio jurisdiccional del oficial civil.
42
e) Presencia de los contrayentes (Art. 17- 18).
Los contrayentes deberán estar físicamente presentes y en un mismo acto ante el oficial civil
y los testigos, por excepción estará presente el mandatario (Art. 103)
f) Manifestación que debe hacer el oficial del Registro Civil. Art. 37 ley de registro civil.
El oficial del Registro Civil deberá manifestar privadamente a los contrayentes que pueden
reconocer a los hijos comunes nacidos antes del matrimonio para los efectos del artículo 38
y Art. 185 inc. 2 c.c.
g) Desarrollo de la ceremonia:
1) El oficial del registro civil dará lectura a la información y reiterará la necesidad de
que el consentimiento sea libre y espontáneo (18 inc.1 LMC).
2) El oficial civil procederá a dar lectura a los artículos 131, 133 y 134 del código civil
los que regulan algunos de los derechos y deberes de los cónyuges.
2. El oficial civil procederá a hacer la inscripción en los libros del Registro Civil. Se aplican
los artículos 39 y 40 de la ley de registro civil.
La ausencia del acta o de la inscripción no acarrea la nulidad del matrimonio, ello porque
los cónyuges ya están legalmente casados. Por este motivo Pablo Rodríguez cree que
estamos en presencia formalidades “ad probationem” y no “ad solemnitatem”
III. Matrimonio celebrado en Chile ante una entidad religiosa (Art.20 LMC)
El sistema matrimonial chileno es de matrimonio civil único y obligatorio, pero este sistema
admite una peculiaridad que consiste en que el matrimonio puede celebrarse ante una entidad
religiosa.
Dicha celebración por sí misma no produce ningún efecto civil, y por ello el sistema chileno
es de matrimonio civil único. El origen del Art. 20 de la ley 19947 se encuentra en una
43
concesión que el Estado hizo a la Iglesia católica consistente en el reconocimiento del
matrimonio religioso.
c) Otorgamiento de un acta:
El Art. 20 inciso 2 LMC exige a la entidad religiosa que otorgue a los contrayentes un acta,
acta que tiene por finalidad acreditar lo siguiente:
2. El cumplimiento de las exigencias que la ley establece para la validez del matrimonio.
A modo de ejemplo señala “así como el nombre y la edad de los contrayentes y de los testigos
y la fecha de su celebración.
Esta disposición debe relacionarse con el artículo 40 bis de la Ley de Registro Civil según el
cual la referida acta deberá ser suscrita por el ministro de culto ante el cual se celebra el
matrimonio y además indica este artículo 40 bis el contenido del acta.
B) Dará a conocer a los requirentes de la inscripción los derechos y deberes que correspondan
a los cónyuges de acuerdo de acuerdo con la ley de matrimonio civil.
E) Negativa a la inscripción.
45
El Articulo 20 inc 4 señala que solo podrá denegarse la inscripción si resulta evidente que el
matrimonio no cumple con alguno de los requisitos exigidos por la ley. De esta negativa
podrá reclamarse ante la respectiva Corte de Apelaciones.
La expresión “evidente “quiere decir notorio, indudable, que salta a la vista y por ello la
negativa deberá fundarse en la infracción a un precepto expreso en la ley a fin de reducir al
máximo el actuar arbitrario del funcionario.
Por último, desde la perspectiva de la sanción el artículo 389 código penal castiga al tercero
que impidiere la inscripción ante un oficial civil de un matrimonio religioso celebrado ante
una entidad autorizada para tal efecto por la ley de matrimonio civil.
Se debe tener presente que el Art.20 inciso 1 LMC señala que los matrimonios celebrados
ante entidades religiosas producirán los mismos efectos que el matrimonio civil siempre que
cumplan los requisitos señalados en esta ley y desde su inscripción ante el oficial del registro
civil. Esto significa que en el periodo intermedio entre la celebración del matrimonio y
la inscripción del oficial del registro civil el estado civil de estas personas es de solteros.
Se ha planteado la siguiente duda: ¿qué ocurre si en el plazo que media entre la celebración
del matrimonio ante el ministro del culto y antes de ratificar el acto ante el Oficial del
Registro Civil, uno de los contrayentes falleciere? ¿Podría solicitarse la ratificación por el
contrayente sobreviviente, o debiéramos entender que dicho matrimonio religioso ya no
podrá producir efectos civiles? Además, cabe preguntarse si la ratificación puede efectuarse
a través de mandatarios, o si, por el contrario, debiéramos entender que se trata de un acto
que los contrayentes deben efectuar personalmente.
El matrimonio celebrado ante una entidad religiosa de derecho público no contempla decisión
alguna de los contrayentes acerca del régimen patrimonial del matrimonio, materia que debe
quedar resuelta al ratificar éstos su matrimonio, ante el Oficial del Registro Civil.
1. Solo pueden celebrarse ante un oficial del registro civil no ante una entidad religiosa Art.
41 inc 1 ley de registro civil
3. Están exentos de los trámites previos de manifestación e información. Art. 17 inc.3 LMC
4. Están exentos de los cursos de preparación para el matrimonio. Art.10 inc 3 LMC
5. En el acta que levanta el Oficial del Registro Civil se especificará al cónyuge afectado y
cuál era el peligro que lo amenazaba. Art. 19 inc.3 LMC
6. En la inscripción del matrimonio el oficial civil anotará las circunstancias en las cuales se
ha celebrado el matrimonio y especialmente la de haberse celebrado en artículo de muerte.
Art.41 inc.2 ley de registro civil.
RUPTURA MATRIMONIAL
Javier Barrientos señala que se denomina separación a una situación matrimonial en la que
subsistiendo el vínculo conyugal se produce un distanciamiento entre los cónyuges que
produce a lo menos parcialmente un cambio en el régimen jurídico de los derechos y
47
obligaciones de los cónyuges.
Esta separación corresponde a lo que la antigua ley llamaba divorcio perpetuo y divorcio
temporal.
I. Separación de Hecho.
Javier Barrientos lo define como un estado que implica la ruptura de la vida en común de los
cónyuges generada de común acuerdo o en forma unilateral y sin que medie una decisión
judicial previa.
La separación de hecho puede provenir de acuerdo mutuo de los cónyuges o decisión
unilateral.
1. Escritura pública, o acta extendida y protocolizada ante notario público. Art. 22 letra a
Expresada la voluntad en alguna de las formas antes señaladas será menester que se notifique
al otro cónyuge de esta intención de separarse lo cual será considerado como una gestión
voluntaria en la que se podrá comparecer personalmente y sin patrocinio de abogado. Art. 25
inc. 2. La notificación se practicará según las reglas generales (artículo 25º). Atendida la
expresión “según las reglas generales”, la notificación ha de ser personal, existiendo fecha
cierta desde el momento en que se practique
B) Puede ser que de inmediato exista acuerdo convencional, que de inmediato tomen la
decisión de separase y en esta situación el instrumento deberá ser uno de los tres que señala
la ley:
Art. 22 LMC:
C) Normas Comunes.
Relativas a la fecha cierta y su importancia
2. En la resolución que reciba la causa a prueba el juez fijará separadamente los puntos que
se refieran a cada una de las materias sometidas a su conocimiento. (para tuición, alimentos,
visitas, bienes familiares)
4. Habiéndose deducido la demanda del Art.23 el cese de la convivencia tendrá fecha cierta
desde la notificación de la demanda. Art.25 inc.1 LMC
A. Procedencia.
La ley de matrimonio civil reconoce la posibilidad de decretar la separación judicial bajo dos
grandes modalidades que son las siguientes:
1. La Separación Causal:
La que requiere de la alegación y prueba de ciertas causas de separación. Esta forma de
separación, a su vez, se dividen en:
2. Separación Convencional:
Consiste en una petición conjunta que los cónyuges formulan al tribunal. Art. 27 inc. 2
1. Separación Causal:
a) Por falta imputable al otro cónyuge:
La ley de matrimonio civil en su artículo 26 contiene una causal genérica que faculta a uno
de los cónyuges para solicitar la separación judicial y está redactada en los siguientes
términos:
“sí mediare falta imputable a uno de los cónyuges siempre que ella constituya una violación
grave de los deberes y obligaciones que les impone el matrimonio, o de los deberes y
obligaciones para con los hijos, que torne intolerable la vida en común”
- una violación grave de los deberes y obligaciones que les impone el matrimonio (vale
decir, una infracción “grave” al deber de fidelidad (artículo 133 del Código Civil), al deber
de socorro (artículos 131 y 134 del Código Civil), al deber de ayuda mutua (artículo 131 del
Código Civil) ; al deber de protección recíproca (artículo 131 del Código Civil), al deber de
convivencia (artículo 133 del Código Civil) o al deber de respeto recíproco (artículo 131 del
Código Civil);
- una violación grave de los deberes y obligaciones para con los hijos (vale decir, una
infracción “grave” a los deberes de crianza, corrección y educación de los hijos, regulados
en los artículos 222 y siguientes del Código Civil, y de proporcionar alimentos y mantener
con el hijo una relación directa y regular, contemplados en los artículos 321 a 337
(alimentos), 229 (relación directa y regular) del Código Civil y en la Ley número 14.908
(ambos deberes).
El mismo artículo 26 LMC recalca que si ha existido una separación de hecho previa
51
consentida por ambos cónyuges el adulterio no puede constituir la causal. (Enumeración
del art. 54 da idea de cuan graves son)
El Art, 26 señala que en los casos que estamos comentando la acción de separación judicial
solo corresponde al cónyuge que no ha dado lugar a la causal. (Manifestación de que no
me puedo aprovechar de mi propio dolo).
2. Separación Convencional:
El Art. 27 inc.2 LMC señala que los cónyuges obrando de consuno y sin necesidad de que
concurra alguna causal pueden solicitar la separación judicial, caso en el cual deberán
acompañar un acuerdo que regule de manera completa y suficiente sus relaciones mutuas y
con respecto a los hijos (Art. 27 inc. 2).
Por aplicación del principio de control jurisdiccional de los acuerdos adoptados por los
cónyuges el juez está facultado para subsanar las deficiencias del acuerdo e incluso para
modificarlo cuando fuere insuficiente o incompleto (Art. 31 inc. 2 LMC).
4. Si los cónyuges estuvieran casados en sociedad conyugal pueden solicitar al tribunal que
adopte las medidas conducentes a la protección del patrimonio familiar y el bienestar de cada
uno de los integrantes de la familia. Lo anterior no obsta al ejercicio del derecho de alimentos
ni a la solicitud de bienes familiares. Art. 30 LMC
5. Los interesados de común acuerdo (si no hay acuerdo deberán recurrir a arbitraje) pueden
solicitar al juez que conoce del procedimiento sobre separación judicial que liquide el
régimen de sociedad conyugal o de participación en los gananciales que hubo entre los
cónyuges. Art. 31 inc.3 LMC en relación con Art. 227 COT. los cónyuges deberán,
acompañar, por ejemplo, copia de las inscripciones de los inmuebles en el Registro de
Propiedad del Conservador de Bienes Raíces correspondiente, certificados de inscripción de
automóviles en el Registro Nacional de Vehículos Motorizados, certificados en que conste
el dominio de acciones que alguno de ellos posea en sociedades anónimas, inventario de
bienes muebles, etc. La obligación del juez de proceder a liquidar la sociedad conyugal o el
52
régimen de participación en los gananciales que hubiere existido entre los cónyuges,
constituye un innegable avance legal, pues antes de la vigencia de la ley, cuando la mujer
pedía la separación judicial de bienes (conforme a las causales establecidas en los artículos
155 y siguientes del Código Civil) o cualquiera de los cónyuges solicitaba al tribunal declarar
terminado el régimen de participación en los gananciales, expiraba el régimen respectivo,
pero persistía en el primer caso una comunidad formada por los bienes sociales y quedaba
pendiente la determinación del crédito de participación en los gananciales, en el segundo
caso, lo que resolvía a medias la situación que afectaba a los cónyuges. En tal sentido, el
inciso 2º del artículo 158 del Código Civil, dispone que “Una vez decretada la separación,
(entiéndase en el contexto de este precepto sólo la de bienes) se procederá a la división de
los gananciales y al pago de las recompensas o al cálculo del crédito de participación en los
gananciales, según cual fuere el régimen al que se pone término.” El problema era que la ley
no decía que dicha división o liquidación debía efectuarla el mismo juez que había decretado
la separación de bienes. Ahora, el juez debe cerrar todos los aspectos patrimoniales que se
hubieren originado a consecuencia de haber operado la sociedad conyugal o el régimen de
participación en los gananciales, liquidando la primera y determinando el crédito de
participación en los gananciales, en el segundo. En armonía con lo anterior, la Ley 19.947
agregó un inciso final al artículo 227 del Código Orgánico de Tribunales, que establece los
asuntos que deben resolverse por árbitros, del siguiente tenor: “Los interesados, de común
acuerdo, pueden también solicitar al juez que conoce el procedimiento sobre la
separación judicial, la declaración de nulidad del matrimonio o el divorcio, que liquide
la sociedad conyugal o el régimen de participación en los gananciales que hubo entre
los cónyuges”.
b. Respecto de terceros:
La sentencia será oponible a los terceros cuando ella se subinscriba al margen de la
inscripción de matrimonio adquiriendo los cónyuges la calidad de separados la que no los
habilita para contraer nuevo matrimonio.
b. ¿Se crea o no el estado civil de separados una vez decretada la separación e inscrita la
sentencia?
En general la doctrina estima que sí y ello por las siguientes razones:
2. Articulo 32 inc. 2 LMC: señala que los cónyuges adquieren la calidad de separados.
4. Artículo 6 transitorio LMC: señala que las personas que con anterioridad a la entrada en
vigencia de esta ley se hubieren divorciado, temporal o perpetuamente por sentencia judicial
tendrán el estado civil de separados.
Opinión Minoritaria:
Hernán Corral cree que no existe el estado civil de separados ello por una interpretación
54
gramatical del articulo 32 el que señala que los cónyuges adquieren la calidad de separados,
pero no el estado civil de tales.
El profesor Rabat opina que sí se crea el estado civil de separado, pero se presenta un
problema con la separación judicial convencional; ello porque no es posible transigir sobre
el estado civil de las personas y acá habría una transacción. (Art.2450 c.c.) y sería
incorrecto sostener que existe una derogación tacita del art ya que no se puede entender que
existe ésta cuando se trata de normas del Derecho de Familia.
Es importante consignar que la separación judicial consagrada en la ley va mucho más allá
de la separación de bienes, que, por acuerdo de los cónyuges, por disposición de la ley o por
sentencia judicial, puede poner término al régimen de sociedad conyugal. En efecto, una cosa
es la “separación judicial”, materia que estamos analizando, y otra la simple “separación
de bienes”. La primera, está reglamentada en la Ley de Matrimonio Civil. La segunda, en el
Código Civil. La primera, produce efectos personales (respecto a los cónyuges y a los hijos)
y patrimoniales. La segunda, sólo efectos patrimoniales. De la primera, nace un estado civil
nuevo. No así de la segunda. En armonía con lo anterior el articulo 173 c. c señala que los
cónyuges separados judicialmente administran sus bienes con plena independencia uno del
otro.
Como es lógico, nada dice la ley acerca de los cónyuges que se encontraban casados con
separación de bienes, los que, en cuanto a ese aspecto, continúan en la misma situación previa
a la sentencia de separación judicial.
e) Imposibilidad de designar a uno de los cónyuges curador del otro de los cónyuges. El
artículo 462 número 1 deja en claro que no puede deferirse la curaduría del demente a su
cónyuge, si hubiere separación judicial. A su vez, el artículo 503, en una norma general,
señala que el marido y la mujer no podrán ser curadores del otro cónyuge si están totalmente
separados de bienes. La causal, por ende, puede ser cualquiera, y no está circunscrita a la
demencia
Sobre el particular, habría que hacer una precisión, ya que en principio, parece desprenderse
del artículo 37 de la Ley de Matrimonio Civil que todo hijo concebido después de decretada
la separación judicial, no queda amparado por la presunción de ser su padre el marido de la
madre. No hay tal, sin embargo, porque el artículo 184 del Código Civil hace regir la
presunción, no obstante haber sido concebido el hijo después de decretada la separación
judicial, siempre y cuando haya nacido dentro de los 300 días siguientes.
De esta forma, para que no rija la presunción, no basta probar que el hijo fue concebido
después de decretada la separación judicial, sino que además debe acreditarse que nació
después de transcurridos 300 días contados desde la separación judicial.
Regirá también la presunción de paternidad respecto del nacido trescientos días después de
decretada la separación judicial, por el hecho de consignarse como padre el nombre del
57
marido, a petición de ambos cónyuges, en la inscripción de nacimiento del hijo. En
consecuencia, no se presume hijo del marido separado judicialmente, al nacido después de
los trescientos días siguientes a la separación judicial, cuya inscripción no fue pedida de
consuno por los cónyuges.
El artículo 184 del Código Civil, guarda armonía con el artículo 37 de la Ley de Matrimonio
Civil, que dispone, que en todo caso, el nacido podrá ser inscrito como hijo de los cónyuges,
si concurre el consentimiento de ambos.
En el caso de inhabilidad física o moral de ambos padres, el juez puede confiar el cuidado de
los hijos a otras personas competentes. Se preferirá a los consanguíneos más próximos, y
sobre todo, a los ascendientes (artículo 226 del Código Civil). A falta de consanguíneos, el
artículo 41 de la Ley número 16.618, sobre Menores, establece que el juez puede confiar el
cuidado a un reformatorio, a una institución de beneficencia con personalidad jurídica o a
cualquier otro establecimiento autorizado para este efecto por el Presidente de la República.
a) En el ámbito procesal:
Pone fin al procedimiento destinado a declarar la separación judicial o pone fin a la
separación judicial ya decretada. Art. 38 LMC
Esta situación configura una excepción al principio que se desprende del artículo 1723 del
Código Civil, en orden al cual, el pacto contemplado en ese precepto, sólo puede estipularse
por una sola
vez, agotándose la posibilidad de los cónyuges para recurrir nuevamente a dicha norma con
la intención de sustituir el régimen patrimonial del matrimonio. Excepcionalmente, en el caso
del artículo 40 de la Ley de Matrimonio Civil, podrá emplearse por segunda vez, el artículo
1723 del Código Civil, para pactar nuevamente el régimen de participación en los
gananciales. La excepción se justifica, pues el primero de los pactos no expiró por
voluntad de los cónyuges, sino a consecuencia de la sentencia que los declaró separados
judicialmente.
3. La reanudación de la vida en común no impide que los cónyuges puedan volver a solicitar
la separación siempre que ésta se funde en hechos posteriores a la reconciliación de los
cónyuges
(41 LMC).
c) Respecto de terceros:
Para que la reanudación de la vida en común produzca efectos respecto de terceros será
necesario el cumplimiento de una serie de formalidades de publicidad. Se distinguen dos
situaciones:
b. El oficial del registro civil comunicará esta circunstancia al tribunal competente quien
ordenará agregar el documento respectivo al expediente del juicio de separación.
60
TERMINACIÓN DEL MATRIMONIO.
61
2) El matrimonio también se termina si cumplidos 5 años desde la fecha de las ultimas
noticias se probare que han transcurrido 70 años desde el nacimiento del desaparecido.
3) El mismo plazo de 5 años desde la fecha de las últimas noticias se aplicará cuando la
presunción de muerte se haya declarado porque el desaparecido recibió una herida grave en
la guerra o por que le sobrevino otro peligro semejante (Art.81Nº 7 c. c).
2. El matrimonio posterior que haya contraído el cónyuge del desaparecido con un tercero
conservará su validez aun cuando llegue a probarse que el desaparecido murió realmente
después de la fecha en que dicho matrimonio se contrajo. (43 inc final LMC).
Pablo Rodríguez sostiene que en este caso está operando la llamada “doctrina de la
apariencia” ya que no obstante existir un vínculo matrimonial no disuelto ello no corresponde
a la situación jurídica legitima que se ha forjado desde la desaparición.
La misma solución se da si el desaparecido reaparece ya que no hay duda de que el
matrimonio anterior terminó y por lo tanto si el cónyuge aparentemente sobreviviente contrae
nuevo matrimonio este último será plenamente valido.
4. Recordar que los plazos de muerte presunta en relación a perdida de nave o aeronave y
sismo o catástrofe fueron modificado el año 2012, ley 20577.
6. No siempre coincide la fecha en que se declara muerta presuntivamente a una persona con
la terminación del matrimonio.
62
Cuando se declara la muerte presunta Cuando finaliza el matrimonio
Régimen general: 5 años desde las últimas 10 años desde las últimas noticias
noticias del desaparecido
Caso de herida en guerra: 5 años desde la Caso de herida en guerra: 5 años desde la
fecha de la batalla o peligro en que se fecha de la batalla o peligro en que se
encontró la persona desaparecida sin haberse encontró la persona desaparecida sin haberse
sabido más de su existencia sabido más de su existencia
Pérdida de Nave o Aeronave: 3 meses desde 1 año desde el día presuntivo de la muerte.
las últimas noticias (últimas noticias)
Sismo o catástrofe: 6 meses desde el sismo o 1 año desde el día del sismo o catástrofe.
catástrofe.
A. Principios Generales:
1. Como marco de referencia general hay que tener a la vista las normas de la nulidad
patrimonial, solo como referencia porque en la realidad existen un sinnúmero de principios
y reglas que son distintos ello porque estamos en un tema del Derecho de Familia.
2. No procede la nulidad ipso iure, de manera tal que el matrimonio se va a reputar valido
y va a producir sus efectos entre tanto no sea declarado nulo por sentencia judicial
ejecutoriada.
63
denominaba en la ley de matrimonio civil de 1884 ya que para que se disuelva es necesario
que el matrimonio haya existido y el efecto propio de la nulidad es declarar que nunca existió
el matrimonio. Por lo anterior es correcta la actual terminología al señalar la nulidad como
causal de terminación del matrimonio.
4. La nulidad es siempre de derecho estricto de manera tal que las causales de nulidad
requieren siempre texto expreso de ley, su interpretación debe ser restrictiva y no se admite
la analogía.
Así lo reconoce el Artículo 44 inciso 1 LMC:” el matrimonio solo podrá ser declarado nulo
por alguna de las siguientes causales”
Si no existe una disposición expresa que sancione la infracción con la nulidad del acto, ella
no puede aplicarse (así, por ejemplo, la falta de manifestación, de información o de
inscripción no produce nulidad del matrimonio). No es admisible reclamar una nulidad
genérica como la del último inciso del artículo 1682, que dispone: “Cualquiera otra especie
de vicio produce nulidad relativa, y
da derecho a la rescisión del acto o contrato”.
Lo anterior ha llevado a plantear que frente a determinadas situaciones que no están recogidas
como causales de nulidad la sanción sería la inexistencia como ocurriría con la falta de
diversidad de sexo.
5. En general la doctrina estima que no existe la diferencia entre nulidad absoluta y nulidad
relativa, en contrario se pronuncia Claro Solar y funda su opinión en la circunstancia que
respecto de los vicios de error y fuerza la acción de nulidad solo puede ser intentada por el
cónyuge victima lo cual es igual a la regla de la nulidad relativa en cuanto el error y fuerza
en materia patrimonial.
Rossel, sin desconocer esta diferencia, concluye que ella no basta para asentar un distingo
tan fundamental, pues se nota la ausencia de todas las diferencias restantes que caracterizan
los dos tipos de nulidades patrimoniales (plazo de saneamiento distinto; ratificación del acto
nulo relativamente). Si la distinción está cuidadosamente formulada en los arts. 1681 y ss, y
la Ley de Matrimonio Civil no la hace en forma alguna, ello es porque el legislador la
abandonó al establecer la nulidad en materia matrimonial.
Del mismo modo se estima que en materia matrimonial no es aplicable la limitación del
articulo 1683 c.c. ello porque existe un interés superior en orden a que no se celebren
matrimonios prohibidos.
6. Las causales de nulidad deben existir al tiempo de celebrarse el matrimonio (44 LMC) de
manera tal que es improcedente la nulidad fundada en hechos sobrevinientes.
10. De acuerdo con la regla general del artículo 3º del Código Civil, las sentencias no tienen
fuerza obligatoria sino en las causas en que se pronunciaren. Tienen efecto relativo, afectando
sólo a las personas que han intervenido en el juicio. Tal principio se altera con la sentencia
que declara la nulidad del matrimonio, que produce efectos erga omnes modificando lo
dispuesto en el artículo 1690 del Código Civil, que respecto de las sentencias de nulidad en
materia patrimonial, reitera el principio del efecto relativo del artículo 3 del Código Civil
(recordemos que el efecto erga omnes de las sentencias, es característico del Derecho de
Familia; en tal sentido, artículo 315, del cual se desprende que las sentencias en que se declare
verdadera o falsa la paternidad o maternidad de un hijo tienen efecto absoluto, valen respecto
de todos, no solamente respecto de quienes intervinieron en el juicio, relativamente a los
efectos que dicha paternidad o maternidad acarrea).
11. Por regla general, la acción para impetrar la nulidad del matrimonio, es imprescriptible.
1. Cuando uno de los contrayentes tuviere alguna de las incapacidades señaladas en los
artículos 5, 6 y 7 de esta ley (impedimentos dirimentes absolutos y relativos).Art. 44 letra A
2. Cuando el consentimiento no hubiere sido libre y espontáneo en los términos del artículo
8 LMC.
Art. 44
3. Es nulo el matrimonio que no se celebre ante el número de testigos hábiles a que se refiere
el artículo 17.
A juicio de Hernán Corral esta causal se refiere solo a los testigos de la celebración del
matrimonio no a los testigos de la manifestación e información.
Se ha preguntado también la doctrina si procede la “Teoría del Error Común “, como ocurre
en materia sucesoria (Art. 1013 c. c) En general se estima que no procede porque importaría
aplicar por analogía el artículo 1013 c. c y dijimos que ello no procedía en materia de nulidad.
(Art. 1013 no es aplicable en materia de nulidad del matrimonio)
4. Algunos autores han planteado que para quienes no creen en la doctrina de la inexistencia
jurídica sería también causal de nulidad la falta de los requisitos de existencia.
1. Características:
4) Acción que por regla general solo puede ejercerse en vida de ambos cónyuges.
El artículo 46 inciso final contiene una norma especial relativa a la capacidad para ejercer la
acción y así señala que el cónyuge menor de edad y el interdicto por disipación son hábiles
para ejercer por sí mismos la acción de nulidad, sin perjuicio de su derecho a actuar por medio
de representantes.
b) Excepciones:
1. La nulidad fundada en el Nº 2 del Art. 5 (minoría de edad) podrá ser demandada por
cualquiera de los cónyuges o por alguno de sus ascendientes. En todo caso alcanzado los 16
años por parte de ambos contrayentes, la acción se radicará únicamente en él o los que
contrajeron matrimonio sin tener esa edad. Se amplía la titularidad.
6. Si la acción es deducida por alguno de los presuntos cónyuges, deberá dirigir su demanda
contra el otro de los presuntos cónyuges. Si la acción de nulidad es interpuesta por un tercero,
deberá demandar a los dos presuntos cónyuges. En este sentido, como destaca el profesor
Hernán Corral Talciani, no puede ser nulo el contrato de matrimonio para uno de los
cónyuges y válido para el otro, pues el estado civil es indivisible. Estamos ante una excepción
al principio consagrado en el artículo 1690 del Código Civil, que contempla los efectos
relativos de la nulidad judicialmente declarada, y en cuya virtud el contrato podría ser nulo
para algunos contratantes y válido para otros.
3. Extinción de la acción.
Ello por una razón lógica: por la muerte de uno de ellos se termina el matrimonio y por lo
tanto no tiene, en principio, impugnar un matrimonio que ha terminado.
Por excepción se puede deducir la acción después de que ha fallecido uno o ambos cónyuges
ello sucede en el caso del matrimonio en artículo de muerte y cuando exista vínculo
matrimonial no disuelto. La razón de estas dos excepciones es que en ambos casos existen
derechos sucesorios comprometidos.
La regla general del Art. 47 utiliza la palabra “Intentar “la acción de nulidad. La
jurisprudencia ha interpretado que intentar se refiere a entablar y notificar en forma legal la
acción deducida.
2. Excepciones:
a) Tratándose de la causal de minoría de edad prevista en el Art. 5 Nº 2 la acción prescribirá
en 1 año contado desde la fecha en que el cónyuge inhábil para contraer matrimonio hubiere
adquirido la mayoría de edad.
En verdad, puede seguir afirmándose, como lo hacía nuestra doctrina, que siendo tantas las
excepciones que establecen plazos de prescripción de la acción de nulidad, la regla general
acerca de la imprescriptibilidad no sería tal, quedando circunscrita a los siguientes casos:
i) Tratándose de la nulidad fundada en la causal establecida en el número 1
del artículo 5º (vale decir, vínculo matrimonial no disuelto), salvo que uno de los cónyuges
fallezca, pues en tal caso, sí prescribirá la acción, conforme a lo expresado;
ii) Tratándose de la nulidad fundada en la causal establecida en el número 3 del artículo 5º
(esto es, los que se hallaren privados del uso de razón; y los que por un trastorno o anomalía
psíquica, fehacientemente diagnosticada, sean incapaces de modo absoluto para formar la
comunidad de vida que implica el matrimonio);
iii) Tratándose de la nulidad fundada en la causal establecida en el número 4 del artículo 5º
(o sea, los que carecieren de suficiente juicio o discernimiento para comprender y
comprometerse con los derechos y deberes esenciales del matrimonio);
iv) Tratándose de la nulidad fundada en la causal establecida en el número 5 del artículo 5º
(vale decir, los que no pudieren expresar claramente su voluntad por cualquier medio, ya sea
en forma oral, escrita o por medio de lenguaje de señas);
v) Tratándose de la nulidad fundada en la causal establecida en el artículo 6º (infracción al
impedimento dirimente relativo de parentesco);
vi) Tratándose de la nulidad fundada en la causal establecida en el artículo 7º (infracción al
impedimento dirimente relativo de relación criminal).
a) Entre los cónyuges: La nulidad produce sus efectos desde la fecha en que queda
ejecutoriada la sentencia que la declara.
b) Respecto de terceros: Para ellos la sentencia que declara la nulidad es oponible desde que
se subinscribe al margen de la respectiva inscripción matrimonial.
3. Se pone término al régimen económico del matrimonio que haya existido entre los
cónyuges.
Sin perjuicio de todo lo anterior la ley ha establecido una calificadísima excepción que es el
matrimonio putativo, si hay lugar a él no corre lo anteriormente dicho
69
Matrimonio Putativo.
1. Concepto:
Manuel Somarriva lo define señalando que es un matrimonio nulo al cual la ley en virtud de
haber sido contraído de buena fe por ambos cónyuges o al menos por uno de ellos lo asimila
en sus efectos al matrimonio válido.
El Art. 51 inciso 1 LMC contiene requisitos generales al señalar que el matrimonio nulo que
ha sido celebrado o ratificado ante el oficial del Registro Civil produce los mismos efectos
civiles que el valido respecto del cónyuge que de buena fe y con justa causa de error lo
contrajo, pero dejará de producir efectos civiles desde que falte la buena fe por parte de ambos
cónyuges.
La putatividad del matrimonio puede tener gran importancia para uno de los cónyuges. Así,
por ejemplo, si habiendo sociedad conyugal y durante el matrimonio (después declarado
nulo) se había adquirido a título oneroso un inmueble por cualquiera de los cónyuges, y
después fue enajenado por el marido (que estaba de mala fe al contraer matrimonio, por
ejemplo, porque era bígamo) sin la autorización de la mujer (que estaba de buena fe al
contraer matrimonio, pues ella ignoraba que su presunto cónyuge tenía un vínculo
matrimonial no disuelto), dicha compraventa adolecerá de nulidad relativa, pues el
matrimonio fue putativo para la mujer, y para esta enajenación se requería autorización de
ella; en cambio, si no lo fuere para ninguno de los ex presuntos cónyuges (porque ambos se
casaron de mala fe), estaremos ante una venta válida, es decir, ante una venta de cosa que de
haber comprado sólo el “marido”, no sería atacable por la mujer, pues sólo a él pertenecía el
bien raíz; o, en el mejor de los casos, ante una venta de cosa parcialmente ajena, o sea, ante
una hipótesis de inoponibilidad, no de nulidad, si ambos hubieren comprado.
Lo mismo podría decirse respecto de las pensiones alimenticias. Si a la disolución del
matrimonio, uno de los presuntos cónyuges debía pensiones alimenticias al otro, deberá pagar
lo adeudado, a menos que el acreedor hubiere celebrado el contrato de matrimonio de mala
fe y careciendo de justa causa de error
2) Que el matrimonio se haya celebrado ante un oficial de registro civil o que el matrimonio
celebrado ante una entidad religiosa haya sido ratificado ante dicho oficial.
Se ha discutido que ocurre si uno solo de los cónyuges pierde la buena fe; en general la
doctrina estima que el matrimonio continuo como putativo únicamente respecto del cónyuge
que mantiene la buena fe.
En contrario Fernando Fueyo estima que el matrimonio sigue siendo putativo para ambos
cónyuges ello porque el articulo 51 inciso 1 parte final señala “pero dejara de producir efectos
civiles desde que falte la buena fe por parte de ambos cónyuges “.
B) Solo uno de los cónyuges contrajo el matrimonio de buena fe y con justa causa de error.
En este caso el matrimonio nulo producirá los mismos efectos civiles que el valido, pero solo
respecto del cónyuge que lo contrajo de buena fe.
Existen además dos reglas especiales:
IV. Divorcio.
A. Generalidades:
Hernán Larraín Ríos lo define como la ruptura de un matrimonio valido viviendo ambos
cónyuges, o sea la disolución absoluta, plena y duradera del vínculo matrimonial pudiendo,
por lo tanto, ambos cónyuges contraer nuevas nupcias.
Juan Andrés Orrego: “Causal de término del matrimonio válidamente celebrado que declara
el juez a petición de uno o ambos cónyuges cumpliendo previamente con los requisitos que
lo autorizan y en ciertos casos transcurrido que sea el plazo previsto en la ley”
El divorcio está precedido por un principio fundamental y es que si bien pone término al
matrimonio no afecta en manera alguna la filiación ya determinada ni los derechos y
obligaciones que emanan de ella (53 LMC), afecta solo a los cónyuges.
72
Con el divorcio culmina el principio de degradación paulatina del vínculo matrimonial.
B. Desde la perspectiva del derecho comparado existen tres grandes sistemas de divorcio.
3. Divorcio- Remedio.
En este caso el divorcio descansa o se fundamenta a partir de la ruptura de la unión conyugal
sin referencia alguna a la culpabilidad de los cónyuges y que implica el haberse vuelto
intolerable la vida en común. Frente a esta situación, que la ley asume como irremediable, ve
como única solución que a esta ruptura debe ponérsele remedio y el divorcio aparece como
el remedio legal frente a la ruptura del vínculo matrimonial que ha hecho intolerable la vida
en común. (55 inc. 3).
Nótese que, en este caso, no hay exigencia de la ley en cuanto a que haya transcurrido algún
plazo de cese efectivo de la convivencia o desde la celebración del matrimonio, salvo en el
caso del abandono del hogar común.
1. Atentado contra la vida o malos tratamientos graves contra la integridad física o psíquica
del cónyuge o de alguno de sus hijos.
- Se facilitará la prueba para quien demande el divorcio por esta causal, si hay
antecedentes judiciales relativos a violencia intrafamiliar.
Se ha preguntado nuestra doctrina si tiene alguna importancia que el otro cónyuge haya
consentido o facilitado la consumación del adulterio. Destaca Jorge del Picó que en tal caso,
al adulterio no habría tornado intolerable la vida en común, de manera que el afectado no
podría demandar el divorcio por tal causa. Para el cónyuge inocente, el adulterio de su marido
o mujer no ha tenido un efecto vejatorio, no ha supuesto una injuria
75
En cuanto a probar la infidelidad en base al nacimiento de hijos extramatrimoniales de uno
de los cónyuges, una sentencia de la Corte de Apelaciones de Santiago de fecha 24 de enero
de 2007, concluye que tal circunstancia no resulta suficiente para declarar el divorcio. Sería
discutible puesto que la separación de hecho no suspende el derecho de fidelidad entre los
cónyuges.
4. Conducta homosexual.
El diccionario de la Real Academia Española define la homosexualidad como la Inclinación
hacia la relación erótica con individuos del mismo sexo.
Se justifica su inclusión, pues supone, desde ya, un quebrantamiento al deber de fidelidad
que han de guardarse los cónyuges, bajo el supuesto de entender que se quebranta dicho deber
no sólo cuando se comete adulterio (que por su definición legal, sólo puede cometerse con
persona de distinto sexo).
Esta causal sanciona la “conducta “, es decir el comportamiento externo y objetivo que
implica la realización de actos de carácter homosexual. La orientación sexual del individuo,
es decir, la atracción que tiene como objeto enamoramiento, predominante o exclusivo, a una
persona del mismo sexo, no es constitutiva de la causal de divorcio, pues la norma exige
acreditar la conducta del individuo, vale decir, la comisión de actos calificados como
homosexuales.
Si es solo inclinación se podría solicitar la nulidad del matrimonio fundado en el Art.8 error
en las cualidades personales.
Requisitos de Procedencia:
1. Debe ser solicitado de común acuerdo al tribunal competente.
2. Los cónyuges deben acreditar que han cesado en su convivencia durante un lapso mayor
de un año.
El cese de la convivencia deberá ser acreditado por los mecanismos que la propia ley de
matrimonio civil prevé, así el Art. 55 LMC señala que se entenderá que el cese de la
convivencia no se ha producido con anterioridad a las fechas que en los Arts.22 y 25 se
señalan
El Art.55 inc.5 señala que la reanudación de la vida en común de los cónyuges con ánimo de
permanencia interrumpe el computo de los plazos referidos.
3. Los cónyuges deben acompañar a su demanda un acuerdo que ajustándose a la ley regule
en forma completa y suficiente sus relaciones mutuas y con respecto a sus hijos. Art.55 inc.2
en relación con art.21 y 27.
Requisitos de procedencia:
1. Cese efectivo de la convivencia conyugal.
El profesor Javier Barrientos señala que el cese de la convivencia apunta a un elemento
subjetivo; el “animus separationis “. Según él técnicamente podría haber cese de la
convivencia aun cuando los cónyuges vivan bajo el mismo techo.
Cátedra: piensa que es una solución riesgosa porque se abre muchísimo la causal de divorcio
(que incluso ha sido llamado divorcio unilateral) y por eso cree que es mejor seguir el criterio
canónico del “corpus separationis “.
2. Debe haber transcurrido un plazo mínimo de 3 años del cese de la convivencia conyugal
y se aplica el Art. 55 inciso 4 y 5
i) Para los efectos de decretar los alimentos cuando un menor los solicitare de su padre o
madre, se presumirá que el alimentante tiene los medios para otorgarlos. La presunción opera,
entonces, sólo si quien demanda es el hijo menor de edad;
78
ii) En virtud de la referida presunción, la ley establece montos mínimos para la pensión de
alimentos, de acuerdo a lo que seguidamente se expresa.
iii) La pensión alimenticia que se decrete a favor de un menor alimentario no podrá ser
inferior al 40% del ingreso mínimo remuneracional que corresponda según la edad del
alimentante;
iv) Tratándose de dos o más menores, el monto de la pensión alimenticia no podrá ser inferior
al 30% por cada uno de ellos;
v) El juez podrá rebajar prudencialmente los montos mínimos antes señalados, si el
alimentante justificare que carece de los medios para pagarlos;
vi) Cuando los alimentos decretados no fueren pagados o no fueren suficientes para solventar
las necesidades del hijo, el alimentario podrá demandar a los abuelos, de conformidad con lo
que establece el artículo 232 del Código Civil. Cabe destacar que esta disposición, establece
las
siguientes reglas:
1º La obligación de alimentar al hijo que carece de bienes, puede pasar a los abuelos. Ello
acontecerá, en dos casos:
- Por la falta de ambos padres;
- Por la insuficiencia de ambos padres.
2º En caso de insuficiencia de uno de los padres, la obligación pasará en primer lugar a los
abuelos de la línea del padre o madre que no provee, y en subsidio de éstos, a los abuelos de
la otra línea.
a) Entre los cónyuges: El divorcio producirá sus efectos desde que quede ejecutoriada la
sentencia que lo declare. Art. 59 inc.1
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b) Respecto de los terceros: a ellos les va a ser oponible dicha sentencia una vez que sea
subinscrita al margen de la inscripción de matrimonio. Art.59 inc 2
a) Pone término al matrimonio, este efecto no opera en forma retroactiva sino que hacia el
futuro
b) Los cónyuges adquieren el estado civil de divorciados y por lo tanto pueden volver a
contraer matrimonio
c) El divorcio pone fin a los derechos y obligaciones de carácter patrimonial cuya titularidad
y ejercicio se funda en la existencia de un matrimonio. Así por ejemplo dejan de existir
derechos hereditarios recíprocos y el derecho de alimentos Art. 60
g) Surge el derecho para impetrar la revocación de las donaciones realizadas al cónyuge que
dio lugar al divorcio por su culpa (Art. 1702 y1790 inc 2 c.c).
j) Cabe consignar que el parentesco por afinidad no desaparece con la sentencia de divorcio,
como lo da a entender claramente el artículo 31 del Código Civil, al aludir a persona “que
está o ha estado casada”. Por lo tanto, los divorciados, siguen siendo parientes por afinidad,
con los consanguíneos del cónyuge de quien se han divorciado.
E. Aspectos constitucionales.
1. Primer tema;
- En el capítulo I de la constitución política “Bases de la Institucionalidad “se impone al
Estado el deber de dar protección a la familia y propender a su fortalecimiento. Se dice que
en este caso en particular no solo se estaría desprotegiendo a la familia, sino que
derechamente se elimina a un tipo de familia, cual es la fundada en un matrimonio
indisoluble.
- Se estaría vulnerando la libertad las personas, toda vez que ya no es posible de acuerdo a
nuestra legislación contraer un matrimonio indisoluble.
- También las bases de la institucionalidad plantean que es deber del Estado colaborar a que
las personas logren el Bien común; es decir que los individuos puedan alcanzar su máxima
realización material y espiritual posible; entonces se dice que para un grupo de personas esta
realización espiritual estaba dada también, entre otros factores, por el matrimonio indisoluble
y por lo tanto al haberse eliminado esta forma de matrimonio ellos quedarían impedidos
también de alcanzar el bien común.
Se sostiene que esta norma transforma en disolubles matrimonios que fueron contraídos en
forma indisoluble lo cual conlleva una infracción al artículo 3 inciso 1º de la ley sobre el
efecto retroactivo de las leyes el que establece que el estado civil adquirido conforme a la ley
vigente a la fecha de su constitución, subsistirá, aunque ésta pierda después su fuerza...”
2. La ley que rija al divorcio se aplicará también a sus efectos. (Art. 84). Por lo tanto, la ley
extranjera vigente al momento de interponerse la acción, rige también los efectos de la
sentencia de divorcio o de nulidad. Si la acción de deduce en Chile, regirá la ley chilena.
3. Las sentencias de divorcio dictadas por tribunales extranjeros serán reconocidas en Chile
conforme a las reglas generales del exequátur. Las reglas contenidas en los artículos 242 al
251 del Código de Procedimiento Civil, podemos sintetizarlas de la siguiente manera:
1º En primer lugar, debemos verificar si hay un tratado internacional acordado con el país de
origen de la resolución judicial, y habiéndolo, lógicamente se aplicarán sus disposiciones.
2º Si no existen tratados relativos a esta materia con la nación de que procedan las
resoluciones, se les dará la misma fuerza que en ella se dé a los fallos pronunciados en Chile
(aplicación del principio de la reciprocidad). Si la resolución procede de un país en que no se
da cumplimiento a los fallos dictados por tribunales chilenos, los fallos dictados en ese país
tampoco tendrán fuerza en Chile.
3º Si no pueden aplicarse las reglas anteriores, las resoluciones dictadas por tribunales
extranjeros tendrán en Chile la misma fuerza que si se hubieren dictado por tribunales
chilenos, siempre que no contengan nada contrario a las leyes chilenas, no se opongan a la
jurisdicción nacional, que el condenado haya sido notificado de la acción y que se encuentren
ejecutoriadas.
4º La resolución que se trate de ejecutar se presentará a la Corte Suprema en copia legalizada.
5º En los casos de jurisdicción contenciosa, se dará conocimiento a la parte contra quien se
pide la ejecución, para que haga valer sus derechos en el término de emplazamiento.
6º En los asuntos de jurisdicción no contenciosa, el tribunal resolverá con sólo la audiencia
del Ministerio Público.
7º Si el tribunal lo estima conveniente, podrá abrir un término de prueba, conforme a las
reglas de los incidentes.
8º Mandada cumplir una resolución dictada en país extranjero, se pedirá su ejecución al
tribunal a quien habría correspondido conocer del negocio, si el juicio se hubiere promovido
en Chile.
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4. En ningún caso tendrá valor en Chile el divorcio que no haya sido declarado por resolución
judicial (ej divorcio decretado en el extranjero por una simple resolución administrativa) o
que de cualquier manera se oponga al orden público Chileno (por ejemplo, la sentencia que
decretando el
divorcio, hubiere rechazado otorgar una pensión de alimentos en favor de los hijos
menores; o la sentencia de divorcio, decretado a consecuencia del simple repudio unilateral
de uno de los cónyuges) o en que la sentencia se haya obtenido con fraude a la ley. Art.83
inc. 3 y 4.
Víctor Vial del Río sostiene que con el fraude a la ley se persigue, a través de medios
indirectos, burlar un precepto legal, de modo tal que éste, en la práctica, resulte ineficaz,
frustrándose el espíritu de la disposición.
Se entenderá que se ha actuado en fraude a la ley cuando el divorcio ha sido decretado bajo
una jurisdicción distinta a la chilena, a pesar de que los cónyuges hubieren tenido domicilio
en Chile durante cualquiera de los tres años anteriores a la sentencia que se pretende ejecutar,
si ambos cónyuges aceptan que su convivencia ha cesado a lo menos ese lapso, o durante
cualquiera de los cinco años anteriores a la sentencia, si discrepan acerca del plazo de cese
de la convivencia. El acuerdo o la discrepancia entre los cónyuges podrá constar en la propia
sentencia o ser alegado durante la tramitación del exequátur (artículo 83, inciso 4º).
Debemos entender que el espíritu de la norma, dice relación a impedir que se obtenga una
sentencia de divorcio decretada por un tribunal extranjero, cuando los cónyuges no
estaban en condiciones de probar ante los tribunales chilenos, el cese de convivencia o
cuando se elude el pago de la compensación económica, de acuerdo a las normas de la
ley chilena. Por ello, recurren a un tribunal extranjero, alegando ante él el cese de la
convivencia, pero sin la obligación de probarla por los medios restrictivos que contempla
nuestra Ley de Matrimonio Civil, o pretendiendo obtener el divorcio sin asumir la obligación
de pagar al cónyuge más débil la compensación económica, prevista en nuestra ley. Se
obtiene así una sentencia de divorcio, con fraude a la ley, o sea, eludiendo las exigencias
previstas en nuestra legislación. Así, por ejemplo, hay fraude a la ley si la sentencia dictada
en el extranjero declara que los cónyuges –de acuerdo en el proceso dicen haber estado
separados hace al menos tres años, en circunstancias que en ese lapso tenían domicilio en
Chile. Si las partes discreparon acerca del plazo del cese de convivencia, el plazo se amplía
a cinco años.
La Compensación Económica
I. Generalidades:
A. Ubicación normativa:
La compensación económica está regulada en el Capítulo VII de la ley de matrimonio civil.
Este capítulo regula ciertas reglas comunes a la separación, nulidad y divorcio.
Javier Barrientos Grandón ha señalado los siguientes fundamentos que harían procedente una
compensación al término del matrimonio:
1° El desequilibrio económico entre los cónyuges, causado directa o indirectamente por el
matrimonio.
2° Necesidad o carencia de medios de un cónyuge para asegurar su subsistencia futura. La
ruptura puede significar que uno de los antiguos cónyuges quede desprovisto de medios
adecuados o no pueda procurárselos por razones objetivas.
3° Trabajo realizado por uno de los cónyuges en pro de la familia común. Ello ocurrirá si uno
de los cónyuges se dedicó al cuidado de los hijos o a las labores propias del hogar común. Al
término del matrimonio, dicho cónyuge tendría derecho a que el otro cónyuge, le remunere
equitativamente la prestación de tales servicios o le reembolse la parte que en dichos trabajos,
le tocaba al otro cónyuge de consuno.
4° Indemnización por los daños económicos ocasionados durante el matrimonio. Al respecto,
el autor citado distingue las siguientes situaciones:
• Daños procedentes de hechos ilícitos del otro cónyuge;
• Daños consistentes en una especie de lucro cesante (al dedicarse a los hijos o al hogar
común, el cónyuge dejó de obtener una ganancia);
• Coste de oportunidad laboral (por la dedicación al cuidado de los hijos y del hogar común,
el cónyuge ha visto impedidas o disminuidas sus posibilidades de formación y capacitación
profesional, anuladas o disminuidas sus posibilidades de previsión social y asistencia de
salud, y en general, anuladas o disminuidas sus oportunidades para acceder al campo laboral
en condiciones de mercado).
5° Indemnización por el daño moral ocasionado durante el matrimonio o por la ruptura.
C. Concepto y Características:
1. Concepto:
a) Profesor Gustavo Cuevas:
Indemnización que debe pagar uno de los cónyuges al otro con el objeto de restablecer
al término del matrimonio, por nulidad de éste o divorcio, el equilibrio de las
condiciones pecuniarias debidas.
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b) Carlos López:
Es un mecanismo por el cual se busca proteger al cónyuge más débil en un proceso de nulidad
o divorcio dado el evidente desequilibrio económico que se puede originar después de la
ruptura matrimonial.
c) Articulo 61 LMC:
Si como consecuencia de haberse dedicado al cuidado de los hijos o a las labores propias del
hogar común uno de los cónyuges no pudo desarrollar una actividad remunerada o lucrativa
durante el matrimonio, o lo hizo en menor medida de lo que podía y quería, tendrá derecho
a que cuando se produzca el divorcio o se declare la nulidad del matrimonio, se le compense
el menoscabo económico sufrido por esta causa.
Dos son, por ende, las causas que justifican establecer esta compensación económica:
haberse dedicado uno de los cónyuges al cuidado de los hijos;
haberse dedicado uno de los cónyuges a las labores propias del hogar común.
Podemos observar que no es imprescindible, para que opere esta compensación económica,
la existencia de hijos comunes de los cónyuges. En un matrimonio sin hijos, la mujer, por
ejemplo, pudo haberse dedicado “a las labores propias del hogar común”, caso en el cual, de
darse alguna de las consecuencias enunciadas, tendrá derecho a exigir la compensación
económica.
2. Principales Características:
1. Se trata de un derecho que procede únicamente en los casos de término del matrimonio
por nulidad o divorcio (61 LMC).
Se excluye la separación porque si se mantiene en ella el vínculo matrimonial se mantienen
también los derechos de orden patrimonial.
Se ha criticado esto, se ha dicho que no es bueno como técnica legislativa porque así se está
incentivando el divorcio y la separación judicial deja de ser una real alternativa al divorcio.
Además, podría sostenerse una discriminación arbitraria pues un cónyuge separado puede
hallarse exactamente en la misma situación que uno anulado o divorciado en relación con el
menoscabo económico experimentado por haberse dedicado al cuidado de los hijos o a las
labores del hogar común.
2. Una vez que se fija el monto de la compensación económica está ya no se puede reducir
fundado en que, por ejemplo, han disminuido las facultades económicas del cónyuge deudor
o, la inversa, ha mejorado la situación económica del cónyuge acreedor.
- Indemnización sui generis: Los autores señalan que la compensación económica tiene
un carácter indemnizatorio que tiende a reparar el menoscabo económico sufrido. Se plantea
que habría un enriquecimiento sin causa considerando que si uno de los cónyuges logró una
situación económica más expectable que el otro, en parte no despreciable, ello se debió al
apoyo que recibió del cónyuge más débil.
D. Condiciones de Procedencia:
Se confiere por vía principal a los cónyuges la facultad de acordar la procedencia y fijar la
cuantía de la compensación económica., y en forma subsidiaria se confiere al juez esta
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facultad.
2. Que la determinación sea solicitada en la demanda, si así no fuere el juez deberá informar
a los cónyuges de este derecho en la audiencia preparatoria Art. 64 inc.2
- La buena fe o mala fe. Se trataría más bien de la mala o buena fe del cónyuge que
habiendo provocado la ruptura matrimonial, pretenda después el pago de la compensación
económica. El punto cobra más importancia en el divorcio por falta atribuible al otro
cónyuge, o cuando cesó la convivencia por abandono del hogar común por uno de los
cónyuges (que en rigor implicaría en verdad divorcio por culpa) o en la nulidad de
matrimonio, cuando uno de los contrayentes conocía la causal de nulidad, como si uno de
ellos, por ejemplo, tuviere un vínculo matrimonial no disuelto.
- La edad y estado de salud del cónyuge beneficiario. Se puede estimar que a mayor
edad del cónyuge más débil, mayores posibilidades de obtener la compensación económica.
La ley, entonces, no sólo considera lo que ocurrió durante el matrimonio, sino lo que puede
acaecer con el cónyuge más débil, cuando expire el matrimonio; en todo caso, cabe advertir
que la edad y el estado de salud, no son requisitos necesariamente copulativos sino distintos,
como ocurre en el caso de un cónyuge joven pero con problemas de discapacidad física o
mental
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- La situación previsional y de salud del cónyuge beneficiario.
- La colaboración que hubiere prestado a las actividades lucrativas del otro cónyuge.
4. Que las causas que han originado el menoscabo económico sean a consecuencia de haberse
dedicado el cónyuge al cuidado al cuidado de los hijos o a las labores propias del hogar
común.
(61 LMC).
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IV. Otros temas.
1. Facilidades para el pago.
3. Cumplimiento.
El profesor Gustavo Cuevas señala que la expresión “estos derechos” no solo debe entenderse
referida al Nº 2 del Art. 65 sino que también al número 1. Según él se habla de “constitución
de derechos” en forma genérica de modo que la protección a los acreedores también se refiere
a la entrega de una suma de dinero, acciones u otros bienes. Art.65 inc. 1
La cátedra sostiene que del tenor gramatical de la norma queda bastante claro que está
referida solo a los derechos de usufructo, uso y habitación.
Razones:
- Habla de “constitución”, está expresión siempre se utiliza por el legislador para referirse a
los derechos de usufructo, uso y habitación.
- Viene a continuación de un punto seguido; de donde viene hablando de esta idea.
- Está en el número 2
3. Cumplimiento.
La cuota respectiva, si la hubiere, se considerará alimentos para el efecto de su cumplimiento,
salvo que el cónyuge deudor hubiere ofrecido garantías para su efectivo y oportuno pago lo
que se declarará en la sentencia (66 inc.2 LMC).
Por lo tanto, se pueden presentar dos situaciones:
Si el cónyuge deudor no hubiere ofrecido garantías del efectivo y oportuno pago de la
90
deuda, ésta se considerará alimentos, y en consecuencia, el acreedor podrá recurrir a los
apremios previstos en la Ley 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias; por cierto, lo anterior no significa que los montos adeudados correspondan
efectivamente a “alimentos”, de manera que el deudor no puede solicitar en el futuro que se
revise por el juez el monto de lo adeudado, alegando que su situación económica es más
desmedrada, como sí podría
ocurrir tratándose de una pensión de alimentos. En otros términos, la compensación se mira
como “alimentos” pero sólo en lo que respecta a lograr su pago, compulsivamente si fuere
necesario.
Patricio Véliz Möller ha señalado, sin embargo, que dado lo dispuesto en el artículo 7 número
7 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (conocida como Pacto de San José
de Costa Rica, ratificado por Chile en el año 1991) debe descartarse la eventual aplicación
del arresto, como medida de apremio frente al incumplimiento del pago de la compensación,
por ser contraria a la ley (valor que cabe atribuirle a un Tratado Internacional ratificado por
Chile). Por ello, en caso de decretarse por el tribunal una medida de este tipo, procedería a
juicio de Véliz el recuro de amparo, en los términos establecidos en el artículo 21 de la
Constitución Política de la República, para restablecer el imperio del derecho. Orrego refuta
señalando que el art 7 nº7 señala que “Nadie será detenido por deudas.”, se agrega que “Este
principio no limita los mandatos de autoridad judicial competente dictados por
incumplimiento de deberes alimentarios.” Si podría replicarse, afirmándose que no estamos
ante un “deber alimentario” en estricto sentido.
Si el cónyuge deudor hubiere ofrecido garantías del efectivo y oportuno pago de la deuda,
y éstas se hubieren constituido –por ejemplo, una hipoteca-, la deuda se regirá, en cuanto a
su cumplimiento, por las normas generales aplicables a toda obligación. Como estará fijada
en la sentencia, el acreedor dispondrá, en todo caso, de un título ejecutivo.
De la conciliación.
b) Objetivo de la conciliación.
La conciliación busca impedir, en primer lugar, la ruptura matrimonial; si ello no fuere
posible, tiene por objetivo aminorar las consecuencias negativas de la ruptura. De esta forma,
el artículo 67 de la Ley de Matrimonio Civil señala que se instará a la conciliación:
Con el propósito de examinar las condiciones que contribuirían a superar el conflicto de
la convivencia conyugal y verificar la disposición de las partes para hacer posible la
conservación del vínculo matrimonial (artículo 67, inciso 1º); para materializar lo anterior,
el juez, en la audiencia preparatoria, instará a las partes a conciliación y les propondrá
personalmente bases de arreglo, procurando ajustar las expectativas de cada una de las partes
(artículo 69). Como destaca el profesor Eduardo Jara, la ley exige que el juez proponga las
bases de arreglo “personalmente”, de manera que a juicio de aquél, la inasistencia del juez a
esta diligencia, debiera sancionarse con la nulidad de esta actuación judicial;
Cuando proceda, para acordar las medidas que regularán lo concerniente:
i) a los alimentos entre los cónyuges (sólo en el caso de la separación, no en el divorcio) y
para los hijos;
ii) al cuidado personal de los hijos;
iii) a la relación directa y regular con los hijos, que mantendrá con ellos el padre o la madre
que no los tenga bajo su cuidado; y
iv) al ejercicio de la patria potestad (artículo 67, inciso 2º).
d) Fracaso de la conciliación.
Si las partes no alcanzaren acuerdo, el juez deberá pronunciarse sobre las medidas
que se adoptarán en forma provisional, respecto de las materias indicadas en el inciso 2º del
artículo 67, ya referidas.
DE LA MEDIACIÓN FAMILIAR
La materia se encuentra regulada en la Ley número 19.968, sobre Tribunales de Familia,
Título V, artículos 103 a 114, “De la Mediación Familiar”.
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El profesor Cristián Maturana, por su parte, destaca que se trata de una negociación asistida,
informal, creativa y relativa, en la que el mediador no cumple una función decisoria del
conflicto, sino de colaboración, para que las mismas partes lleguen a resolver la situación
que los enfrenta.
El artículo 103 de la Ley 19.968, sobre Tribunales de Familia, define la mediación como
“aquel sistema de resolución de conflictos en el que un tercero imparcial, sin poder decisorio,
llamado mediador, ayuda a las partes a buscar por sí mismas una solución al conflicto y sus
efectos, mediante acuerdos.”
El artículo 104 agrega que sin perjuicio de lo dispuesto en el Título “De la Mediación
Familiar”, las partes podrán designar de común acuerdo una persona que ejerza entre ellas
sus buenos oficios para alcanzar avenimientos en las materias en que sea procedente de
acuerdo a la ley. Lo anterior puede tener importancia práctica, pues permitirá a los
interesados exonerarse del cumplimiento de la mediación previa u obligatoria, a que alude el
artículo 106.
5. Interés superior del niño: por el cual, en el curso de la mediación, el mediador velará
siempre para que se tome en consideración el interés superior del niño, niña o adolescente,
en su caso, pudiendo citarlos sólo si su presencia es estrictamente indispensable para el
desarrollo de la mediación. La norma anterior debe armonizarse con lo dispuesto en el
artículo 16, que consagra el derecho del niño, niña o adolescente, a ser oído.
2. Mediación voluntaria.
Dispone el inciso 4º del artículo 106, que “Las restantes materias de competencia de los
juzgados de familia, exceptuadas las señaladas en el inciso siguiente, podrán ser sometidas a
mediación si así lo acuerdan o lo aceptan las partes”. De esta forma, podrá someterse a
mediación voluntaria cualquiera de las materias contempladas en el artículo 8 de la Ley (que
fija la competencia de los juzgados de familia), salvo las tres antes mencionadas, de
mediación obligatoria, y salvo aquellas a que nos referiremos seguidamente, en las que se
excluye la mediación.
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3. Mediación prohibida.
El artículo 106, inciso 5°, advierte que no se someterán a mediación:
i) Los asuntos relativos al estado civil de las personas, salvo en los casos contemplados por
la Ley de Matrimonio Civil (por lo tanto, no pueden quedar sujetos a mediación, los juicios
sobre filiación, por ejemplo);
ii) La declaración de interdicción;
iii) Las causas sobre maltrato de niños, niñas o adolescentes; y
iv) Los procedimientos regulados en la Ley número 19.620, sobre Adopción.
El inciso 6º agrega que en los asuntos a que dé lugar la aplicación de la Ley número 20.066,
sobre Violencia Intrafamiliar, la mediación procederá en los términos y condiciones
establecidos en los artículos 96 y 97 de la Ley número 19.968. Ambos artículos están
contenidos en el Título IV, “Procedimientos Especiales”, Párrafo Segundo “Del
Procedimiento Relativo a los actos de Violencia Intrafamiliar”. El artículo 96, se refiere a la
suspensión condicional de la dictación de la sentencia. Ello puede acaecer cuando se cumplan
dos requisitos: i) que el denunciado o demandado reconozca ante el tribunal los hechos sobre
los que versa la demanda o denuncia; y ii) que existan antecedentes que permitan presumir
fundadamente que no ejecutará actos similares en lo sucesivo. Cumplidos ambos requisitos,
el juez podrá suspender condicionalmente la dictación de la sentencia, siempre y cuando,
adicionalmente, se hayan establecido y aceptado por las partes obligaciones específicas y
determinadas respecto de sus relaciones de familia y aquellas de carácter reparatorio a
satisfacción de la víctima. Ahora bien, para los efectos de lo recién indicado, el tribunal,
previo acuerdo de las partes, podrá someter a mediación el conflicto. Aprobada el acta de
mediación, el juez suspenderá condicionalmente la dictación de la sentencia. El juez, advierte
la ley, deberá ser asesorado por uno o más miembros del consejo técnico, asegurándose que
las partes estén en capacidad para negociar libremente y en un plano de igualdad. El artículo
97 establece los casos de improcedencia de la suspensión condicional de la dictación de la
sentencia.
Inicio de la mediación.
Agrega el artículo 107 que cuando se trate de algunas de las materias que son de mediación
previa, la designación del mediador podrá realizarse por una de las siguientes vías:
i) Las partes, de común acuerdo, comunicarán al tribunal el nombre del mediador que elijan
de entre los mediadores contratados por el Ministerio de Justicia, de conformidad a lo
dispuesto en los incisos tercero y cuarto del artículo 114, mediante una presentación que
contenga la individualización de los involucrados y la mención de la o las materias incluidas;
y
ii) A falta de acuerdo en la persona del mediador, o si las partes manifiestan su decisión de
dejar entregada la decisión a la resolución del juez, éste procederá a nombrar al mediador
mediante un procedimiento objetivo y general, que garantice una distribución equitativa entre
los contratados por el Ministerio de Justicia para prestar servicios en ese territorio
jurisdiccional y un adecuado acceso a los solicitantes. En todo caso, siempre se hará presente
al requirente la posibilidad de recurrir, a su costa, a un mediador de los inscritos en el registro
señalado en el artículo 112. Estas actuaciones podrán llevarse a cabo ante cualquier tribunal
de familia y para ellas no se requiere patrocinio de abogado.
En el caso de las materias de mediación voluntaria, el juez ordenará que, al presentarse la
demanda, un funcionario especialmente calificado instruya al actor sobre la alternativa de
concurrir a ella, quien podrá aceptarla o rechazarla. Del mismo modo, ambas partes podrán
96
solicitar la mediación o aceptar la que les propone el juez, durante el curso de la causa, hasta
el quinto día anterior a la audiencia del juicio y podrán, en este caso, designar al mediador de
común acuerdo. Si no se alcanzare acuerdo, el juez procederá a designarlo, de inmediato, de
entre quienes figuren en el Registro de Mediadores, mediante un procedimiento que garantice
una distribución equitativa de trabajo entre los registrados.
f) Comunicación al mediador.
Hecha que sea la designación del mediador, ésta se comunicará al mediador por la vía más
expedita posible. Dicha comunicación incluirá, además, la individualización de las partes y
las materias sobre las que verse el conflicto (artículo 107, inciso final).
j) Resultados de la mediación.
El artículo 111 se ocupa del resultado, positivo o negativo, de la mediación:
i) Mediación exitosa: en caso de llegar a acuerdo sobre todos o algunos de los puntos
sometidos a mediación, se dejará constancia de ello en un acta de mediación, la que, luego
de ser leída por los participantes, será firmada por ellos y por el mediador, quedando una
copia en poder de cada una de las partes. El acta será remitida por el mediador al tribunal
para su aprobación en todo aquello que no fuere contrario a derecho, pudiendo el juez en todo
caso, subsanar los defectos formales que tuviera, respetando en todo momento la voluntad de
las partes expresada en dicha acta. Aprobada por el juez, tendrá valor de sentencia
ejecutoriada.
ii) Mediación fracasada: si la mediación se frustrare, también se levantará un acta, en la que
se dejará constancia del término de la mediación, sin agregar otros antecedentes. En lo
posible, dicha acta será firmada por los participantes, se entregará copia de la misma a aquella
parte que la solicite y se remitirá al tribunal correspondiente, con lo cual terminará la
suspensión del procedimiento judicial o, en su caso, el demandante quedará habilitado para
iniciarlo. Se entenderá que la mediación se frustra si alguno de los participantes, citado por
dos veces, no concurriere a la sesión inicial, ni justificare causa de su inasistencia; si,
habiendo concurrido a las sesiones, manifiesta su voluntad de no perseverar en la mediación,
y, en general, en cualquier momento en que el mediador adquiera la convicción de que no se
alcanzará acuerdos.
4. Los deberes, no tienen por objeto prestaciones de naturaleza pecuniaria, sino observar
conductas necesarias para realizar prácticamente las finalidades del matrimonio. Tales son,
los deberes de fidelidad recíproca, de convivencia, de ayuda mutua, de respeto mutuo, de
cohabitación y de protección recíproca. En cambio, el matrimonio origina dos obligaciones,
de contenido puramente pecuniario: el de socorro (que de no cumplirse espontáneamente, da
lugar, en sede judicial, a la obligación de alimentos) y el de pagar compensación económica.
De estos deberes y obligaciones, dos sin embargo son eventuales, es decir no siempre deberán
cumplirse: el deber de cohabitación (pues la ocurrencia de relaciones sexuales sólo será
posible si la salud y la edad de los cónyuges lo permite) y la obligación de pagar
compensación económica (pues ella se originará sólo si se cumplen los supuestos previstos
en la ley).
1) Deber de Fidelidad:
Articulo 131 c. c .Los cónyuges están obligados a guardarse fe en todas las circunstancias de
la vida.
La infracción a este deber está constituida por el adulterio, esto es tener relaciones sexuales
con terceros. Art.132 inc.1 Art. 132 inc.2: Cometen adulterio la mujer casada que yace con
varón que no sea su marido y el varón casado que yace con mujer que no sea su cónyuge.
2. La mujer casada en sociedad conyugal podrá pedir la separación judicial de bienes (155
inc 2).
99
3. El cónyuge inocente puede revocar las donaciones que hubiere hecho al culpable siempre
que éste haya dado lugar al divorcio o a la separación judicial por adulterio (172 c. c).
2) Deber de Socorro
Arts. 131 y 134 Los cónyuges están obligados a proveer a las necesidades de la familia
común,
Esta disposición se debe relacionar con el Art. 321 Nº 1 y 2.
Los alimentos entre cónyuges corresponden a una manifestación concreta del deber de
socorro, cuando este no se cumple espontáneamente; deber de socorro que a su vez se
enmarca en uno de los fines esenciales del matrimonio enunciados en el artículo 102 del
Código Civil, como es el que tiene los cónyuges, de auxiliarse mutuamente (dentro de esta
expresión, quedan comprendidos la obligación de socorro, el deber de ayuda mutua y el deber
de protección recíproco). Consiste este deber de socorro en la obligación de proporcionar los
auxilios económicos necesarios para vivir. Se trata de una obligación recíproca de los
cónyuges, establecida en el artículo 131 y desarrollado en el artículo 134, ambos del Código
Civil. Constituye asimismo la obligación alimenticia entre cónyuges, una manifestación del
principio de protección al cónyuge más débil.
Para ver la forma como materializamos este deber tan genérico debemos hay que analizar
distintas situaciones:
b) Si los cónyuges han pactado separación total de bienes y participación en los gananciales.
101
2. La mujer casada en sociedad conyugal puede pedir separación judicial de bienes .155 inc.
2
Sanciones:
1. Separación Total de bienes (155 inciso 2).
A juicio del profesor Ramos el concepto de” razones graves “para eximirse de cumplir con
este deber deberá ser analizado caso a caso por el juez, señalando a modo de ejemplo la
existencia de trastornos psiquiátricos.
6) Deber de Cohabitación:
Es distinto al derecho deber de vivir en el hogar común ya que el derecho de cohabitación
apunta a al derecho que tienen los cónyuges de mantener relaciones sexuales entre sí.
Sanción que trae aparejada la infracción a este deber: Separación judicial o divorcio. (26 y
54 Nº 2)
102
7) Auxilio y expensas para la litis: Está en el Art. 136 y regula dos situaciones:
“Los cónyuges serán obligados a suministrarse los auxilios que necesiten para sus acciones
o defensas judiciales. El marido deberá, además, si está casado en sociedad conyugal, proveer
a la mujer de las expensas para la litis que ésta siga en su contra, si no tiene los bienes a que
se refieren los artículos 150, 166 y 167, o ellos fueren insuficientes.”
El artículo 136 sólo alude a tres de las cinco hipótesis actuales de separación legal parcial de
bienes. Hay dos más, previstas en el artículo 252, inciso 3° (cuando corresponda a la mujer
casada en sociedad conyugal ejercer el derecho legal de goce sobre los bienes de su hijo no
emancipado) y en el artículo 1724 (cuando a cualquiera de los cónyuges se hiciere una
donación o se dejare una herencia o legado con la condición de que los frutos de las cosas
objeto de la gratuidad, no pertenezcan a la sociedad conyugal, en cuyo caso, creemos que si
fuere la mujer la beneficiaria, a ella tocará administrar tales frutos y lo que con ellos obtenga),
ambos del Código Civil, que también, a juicio de Orrego, debieran considerarse, para
desestimar la petición de litis expensas que formule la mujer que demande a su marido.
9) Otros temas:
a) Situación de la mujer casada:
Hasta la dictación de la ley 18.802 la mujer casada en sociedad conyugal era relativamente
incapaz. Desde la entrada en vigencia de la ley se deroga tal incapacidad y la mujer ya no
requiere tal representación legal.
El problema se plantea en orden a que la mujer casada en sociedad conyugal, salvo casos
muy especiales (150, 166 y 167), no tiene bienes que administrar ya que incluso los bienes
103
que le son propios son administrados por el marido. Se llega a la conclusión de que no
obstante la modificación de la ley 18.802 la mujer nada gano y sigue siendo, en la práctica
incapaz, en este punto.
Los demás contratos pueden celebrarse entre cónyuges, salvo exista prohibición especial de
la ley o sean contrarios al régimen económico del matrimonio.
I. La Comunidad de Bienes.
En este sistema todos los bienes que los cónyuges aportan al matrimonio como aquellos que
adquieren durante él pasan a constituir un fondo común que pertenece a ambos cónyuges y
que se reparte entre ellos al tiempo de disolverse la sociedad conyugal, en nuestro sistema.
2. Comunidad Restringida
1. Comunidad Absoluta:
Todos los bienes que los cónyuges aportan al matrimonio o adquieren durante el ingresan al
fondo común. Existe un solo patrimonio. Presenta el grave inconveniente de que los cónyuges
que aportan bienes al matrimonio pierden la mitad de ellos, en favor del otro cónyuge, quien
puede no haber aportado nada.
104
B. Comunidad Restringida:
Solo algunos bienes pasan al fondo común, manteniéndose el resto en el patrimonio de cada
uno de los cónyuges. Hay tres patrimonios: el común y el de cada uno de los cónyuges. Al
terminar la comunidad, los cónyuges retiran sus bienes personales y los bienes comunes,
después de pagarse las deudas, pasan a ser gananciales que se dividen en partes iguales entre
los cónyuges
No integran el fondo común: los bienes inmuebles de que los cónyuges eran titulares al
tiempo de celebrar el matrimonio y los inmuebles adquiridos durante el matrimonio a título
gratuito.
2. Solo de Ganancias:
- Ingresan al haber común los bienes muebles e inmuebles adquiridos durante el matrimonio
a título oneroso
- Ingresan también los frutos que provengan de esos bienes y los que provengan de los bienes
propios de los cónyuges
- Los bienes raíces y muebles que los cónyuges tengan al momento de casarse o los que
adquieran a título gratuito durante el matrimonio, forman el haber propio de cada cónyuge.
V. Sistema Dotal.
Hay dos clases de bienes:
a) Dotales:
Aquellos que la mujer aporta al matrimonio y entrega al marido para que éste pueda hacer
frente a las necesidades familiares.
b) Parafernales:
Aquellos que la mujer conserva en su poder, administra y goza a su arbitrio.
C. Régimen Chileno.
Originalmente el código civil consagró un sistema legal, obligatorio y único de comunidad,
pudiendo pactarse solamente una separación parcial de bienes y además para acceder a la
separación total de bienes se requería de una sentencia judicial en casos de fraude del marido
en la administración de bienes.
- Segunda modificación:
Año 1934, la ley 5521 creo el patrimonio reservado de la mujer casada en sociedad conyugal
(actual articulo 150 c. c)
- A partir de 1943 con la ley 7.612 se permitió pactar por una sola vez durante el matrimonio
la separación total de bienes.
- Con la ley 18.802 de 1989 se suprimió la incapacidad relativa que afectaba a la mujer casada
en sociedad conyugal, no obstante, la administración de los bienes propios de la mujer casada
en sociedad conyugal la mantuvo el marido.
106
- Con la ley 19.335 de 1994 se facultó a la mujer para concurrir y obtener del juez
autorización para celebrar ciertos actos jurídicos cuando el marido se hubiere negado
injustificadamente.
También con esta ley se introdujo en chile el Régimen de Participación en los Gananciales
en su modalidad crediticia y se estableció también un estatuto primario común a todos los
regímenes económicos y que se llamó de los bienes familiares.
En la actualidad existe un sistema que puede calificarse de alternativo por cuanto permite
optar entre tres regímenes, que a su vez es supletorio porque si nada se dice habrá sociedad
conyugal, y que también es convencional de libertad restringida ya que durante el matrimonio
los cónyuges pueden optar por ciertas alternativas que la ley da.
CAPITULACIONES MATRIMONIALES.
A. Definición:
Pueden definirse como los pactos celebrados por los contrayentes o cónyuges antes del
matrimonio, en el acto de su celebración o durante él, sobre aspectos patrimoniales.
B. Clasificación:
Estas convenciones matrimoniales pueden clasificarse en:
1) Capitulaciones
2) Convenciones
2. Convenciones: Son pactos de carácter patrimonial que los cónyuges celebran durante el
matrimonio.
C. Características:
1. Son una convención:
Es decir, un acto jurídico bilateral que tiene por objeto crear, modificar o extinguir derechos
y obligaciones.
Por ejemplo; será un contrato cuando el marido se obliga a dar a la mujer una determinada
pensión periódica.Art.1720 inciso 2 (crea derecho). Será solo una convención cuando
modifica el régimen económico del matrimonio.
2. Las capitulaciones no solo obligan a los cónyuges sino también a los terceros que contratan
con ellos. Ejemplo: Sociedad conyugal vende bien a un tercero la compraventa requiere
también autorización de la mujer para la enajenación.
4. Se trata de un acto jurídico solemne. El Art.1716 inc.1 señala que las capitulaciones
matrimoniales se otorgarán por escritura pública y valdrán siempre que se subinscriban al
margen de la respectiva inscripción matrimonial. (Dos solemnidades)
5. Por regla general una vez celebrado el matrimonio estas capitulaciones son irrevocables e
inmutables. Así por ejemplo el Art.1722 c. c señala que las escrituras que alteren o adicionen
las capitulaciones otorgadas antes del matrimonio no valdrán si no cumplen con las
solemnidades propias de las capitulaciones. En el mismo sentido el Art. 1716 inciso 3 señala
que celebrado el matrimonio las capitulaciones no podrán alterarse ni aun con el
consentimiento de todas las personas que intervinieron en ellas, salvo en el caso del Art.1723
inc. 1 .
1) Durante el matrimonio los cónyuges mayores de edad podrán sustituir: Art. 1723 inc.1
a) El Régimen de Sociedad Conyugal por el de Participación en los Gananciales o el de
Separación Total de bienes.
2) Los que se hayan casado en país extranjero se mirarán en Chile como separados de bienes
a menos que inscriban su matrimonio en el registro de la primera sección de la comuna de
Santiago y pacten en ese acto sociedad conyugal o participación en los gananciales dejándose
constancia de ello en dicha inscripción . Art. 135 inciso 2, este artículo es doblemente
excepcional:
108
D. Requisitos:
Requisitos generales de todo Acto Jurídico. Art.1445
Vamos a analizar en concreto dos:
1. La Capacidad:
b) Capitulaciones:
La regla general es que las pueden celebrar todos aquellos que son hábiles para contraer
matrimonio. A contrario sensu solo son inhábiles para otorgar una capitulación los incapaces
absolutos. Sin perjuicio de ello la ley da ciertas reglas especiales en relación con el incapaz
relativo:
1. Menor hábil para contraer matrimonio (mayor 16 menor de 18 años) Art. 1721 inc.1
b) Cuando la capitulación tenga por objeto renunciar a los gananciales (facultad que en
todo caso sólo compete a la mujer) o enajenar bienes raíces o gravarlos con hipotecas,
censos o servidumbres será siempre necesario que la justicia autorice al menor.
2. Las Solemnidades:
b) Capitulaciones celebradas en el acto del matrimonio Art. 1716 inc. 1 parte final y 39 Nº
11 Ley de Registro Civil. En este caso basta con que el pacto conste en la inscripción
matrimonial, en caso contrario no tendrá valor alguno.
Regla General: Prima la autonomía privada, puede hacerse todo aquello que no esté
expresamente prohibido.
Puntos importantes:
2) Aquellas que van en detrimento de los derechos y obligaciones que las leyes señalan a
cada cónyuge respecto del otro o de los descendientes comunes. Art.1717
- Estipulaciones en detrimento de los derechos y obligaciones de los cónyuges (art.
1717). Entre ellos, los derechos-deberes de fidelidad, socorro, asistencia, vida común,
respeto, etc.
- Estipulaciones en detrimento de los derechos y obligaciones con respecto a los
descendientes comunes (art. 1717). Así, por ejemplo, no podría pactarse que el padre se
abstenga de intervenir en la crianza y educación de sus hijos (art. 229).
3) No se podrá pactar que la sociedad conyugal tenga principio antes o después de contraerse
matrimonio. Art.1721 inc. Final
2) Puede acordarse que la mujer dispondrá libremente de una determinada suma de dinero o
de una determinada pensión periódica. (1720 inciso 2). Importancia àEsta estipulación
origina o da lugar a la separación parcial de bienes.
3) Los esposos pueden hacerse donaciones de presente o de futuro las que reciben el nombre
de donaciones por causa de matrimonio, las que no necesitan de insinuación toda vez que la
ley a dispuesto un límite a su cuantía ya que no pueden exceder de la cuarta parte de los
bienes que el esposo aportare. (1786 y 1788 c. c).
5) Pueden los esposos eximir de la sociedad conyugal cualquiera parte de sus bienes muebles
siempre que lo designen expresamente (1725 Nº 4 inc 2). (no entrarán al haber relativo)
6) Pueden destinar valores propios de uno de los cónyuges para la adquisición de bienes
raíces o muebles que no ingresarán a la sociedad conyugal (1727 Nº 2).
También puede sustituirse la separación total de bienes por la participación en los gananciales
o puede sustituirse la participación en los gananciales por la separación total de bienes.
Los que hayan contraído matrimonio en el extranjero podrán sustituir la separación total de
bienes por la sociedad conyugal o por el régimen de participación en los gananciales.
Art. 1720 inc. 1
Art. 1702 – 1 inc.1
135 inc.2
111
Estatuto Primario de los Bienes Familiares.
Arts. 141 a 149
I. Generalidades
A. Concepto:
Son bienes muebles o inmuebles que por cumplir una función básica en relación con la
convivencia de la familia son especialmente protegidos por el legislador, con independencia
del régimen económico que exista entre los cónyuges.
B. Características:
1) Esta institución responde al deber del Estado de proteger y fortalecer a la familia. (Art. 1
Constitución), y al deber de ambos cónyuges de proveer a las necesidades de la familia
común. Art. 134
2) Los bienes que pueden afectarse como familiares pueden ser cosas corporales como
incorporales.
3) Se aplica cualquiera que sea el régimen económico del matrimonio que exista entre los
cónyuges
4) La afectación de un bien como familiar no opera de pleno derecho. Por regla general se
necesita de declaración judicial y por excepción basta la declaración unilateral de uno de los
cónyuges.
5) La afectación es revocable ya sea por acuerdo de los cónyuges o por declaración judicial,
en este último caso cuando el bien pierde el carácter de familiar.
6) El bien continúa siendo familiar aun cuando termina el matrimonio sin perjuicio del
derecho a pedir la desafectación.
10) Las normas que regulan esta institución son de orden público, y, por lo tanto, cualquier
estipulación que contravenga las disposiciones de este párrafo son nulas (artículo 149).
2) Puede ser urbano o rural. En este último caso, se plantean dudas en cuanto a si la
afectación recae sobre todo el fundo o parcela, o solamente sobre la casa patronal, donde
la familia efectivamente reside. Se ha señalado que la ley no contempla la afectación
parcial de un inmueble.
4) Debe servir de residencia principal. Eso habrá que determinarlo caso a caso.
Jurisprudencialmente se ha rechazado la declaración sobre una casa de veraneo. (aun
cuando arrienden en Santiago). Un punto que resulta polémico, se refiere al caso, dentro
del marco de la Ley sobre violencia intrafamiliar, en que la mujer, con sus hijos,
abandonó el inmueble que servía de hogar a la familia y que pertenece al marido. ¿Podría
en tal caso pedir la afectación de la vivienda abandonada, como familiar? René Ramos
Pazos señala que, en esta hipótesis, la mujer no puede demandar que esa vivienda sea
declarada bien familiar.
5) También la Corte Suprema ha fallado que solo para los efectos de esta institución puede
entenderse que hay familia aun cuando los cónyuges vivían separados y no tengan hijos.
No dice la ley qué se entiende por “familia”, pero del contexto de las normas que regulan
la institución, se desprende que supone el matrimonio, aunque no necesariamente la
existencia de hijos. Se presentará un problema aquí, cuando marido y mujer vivan
separados, cada uno de ellos con alguno de los hijos. En tal caso, ¿cuál de los dos
inmuebles sirve de residencia principal para la familia? No habiendo ley que resuelva al
punto, el juez debe integrar esta laguna legal, recurriendo en último término a la equidad
(artículo 170 número 5, del Código de Procedimiento Civil).
6) Ambos cónyuges o uno de ellos, han de ser propietarios del inmueble. Para Hernán
Corral, no se cumplirá este requisito si se trata de un bien de propiedad común de uno de
los cónyuges y de un tercero. Habría que descartar, entonces, como inmueble susceptible
de afectarse como familiar, aquél sobre el cuál uno de los cónyuges sólo es titular de una
cuota en el dominio, cualquiera fuere el porcentaje de ella, cuando las restantes cuotas
pertenecen a terceros. También debiéramos descartar la hipótesis consistente en que
ambos cónyuges sean comuneros, junto con uno o más terceros. Por ende, el dominio
debe ser exclusivo de uno de los cónyuges o ambos ser copropietarios exclusivos del
mismo. Si se trata de un inmueble de la sociedad conyugal, deberá considerarse a la mujer
como no propietaria (artículo 1749, inciso 1º).
2) Los muebles que guarnecen la residencia principal de la familia. Art.141 inc. 1 Notas
Importantes:
113
1) La ley no hace referencia a la propiedad de estos bienes muebles, no obstante lo cual se
concluye que ellos deben ser de propiedad de alguno de los cónyuges toda vez que el
articulo 142 inc. 1 señala que para la celebración de ciertos actos jurídicos sobre estos
bienes se requerirá de la autorización del cónyuge no propietario.
4) La ley no exige que la afectación de los bienes muebles sea conjunta con la del inmueble
que sirva de residencia principal a la familia. Los bienes muebles podrían afectarse como
familiares, con independencia del inmueble que sirve de residencia principal de la
familia. Además, la sola afectación del último, no implica que también queden afectados
los muebles que lo guarnecen, si ello no se pidió expresamente.
5) Es posible la afectación parcial. Pueden excluirse algunos de los bienes muebles que
guarnecen la residencia principal de la familia.
1) Si bien la ley habla de “los cónyuges “basta que uno solo tenga estas acciones o
derechos.
A) Respecto del bien inmueble que sirve de residencia principal a la familia y de los muebles
que guarnecen el hogar:
Se aplica el Art.142 inc. 1 y por consiguiente:
a) Estos bienes no se pueden enajenar ni gravar voluntariamente.
b) No se puede prometer gravar o enajenar.
c) No se puede celebrar un contrato que conceda derechos personales de uso o goce
sobre un bien familiar (ejemplo: arrendamiento y comodato).
B) Respecto de los derechos o acciones que uno de los cónyuges tenga en una sociedad que
sea propietaria del inmueble que sirve de residencia principal de la familia. Se aplica el
Art.146 inc. 2 y por consiguiente:
Se impide realizar cualquier acto como socio o accionista de la sociedad respectiva, que tenga
relación con el bien familiar. Ejemplo: Se cita a reunión de directorio en que se tratará la
enajenación del bien familiar que sirve de residencia principal a la familia; el socio cónyuge
debe abstenerse de participar.
1) Porque el Art.146 inc. 1 señala “lo previsto en este párrafo se aplica a los derechos y
acciones”, y en consecuencia las restricciones analizadas son también aplicables.
2) El Art. 146 inc. 2 señala que producida la afectación, se “requerirá a si mismo “, es decir,
se requerirá además para la realización de este acto en particular.
- Por último, esta autorización puede otorgarse por mandato el que debe ser especial y constar
por escrito o en escritura pública según sea el caso. (142 inciso 2). No sirve mandato general
de administración de bienes.
117
2) Autorización judicial en subsidio.
El Art. 144 señala que en los casos del Art.142 la voluntad del cónyuge no propietario puede
ser suplida por el juez en caso de imposibilidad o negativa del cónyuge no propietario.
Existe una limitación en el sentido que la negativa del cónyuge no podrá ser revocada por el
juez cuando se haya fundado en el interés de la familia.
Rene Ramón Pazos estima que la autorización judicial subsidiaria no se aplica a los derechos
y acciones ello porque el Art. 144 es taxativo en orden a remitirse a los casos del Art. 142 c.
c.
Sanción:
- En el caso en que falte la autorización. El Articulo 143 inc. 1 señala que el cónyuge
no propietario cuya voluntad no se haya expresado en conformidad a lo previsto en el artículo
142 podrá pedir la rescisión (nulidad relativa) del acto.
- También podría adolecer de nulidad relativa el acto sobre derechos y acciones que no
se haya autorizado, o sea el Art.143 inc.1 también se aplica a los derechos y acciones. (Porque
el Art.142 se aplica por Art. 146) De todos modos de acuerdo a las reglas generales habría
nulidad relativa. Art. 146 en relación al Art. 1682
- El artículo 143 inciso 2 agrega que el adquirente de derechos sobre un bien familiar
cuando este es el inmueble que sirve de residencia principal de la familia estará de mala fe
(caso excepcional; presume la mala fe) para efecto de las restituciones a que haya lugar por
la declaración de nulidad. A juicio de Hernán Corral es una presunción de derecho. Se
presume la mala fe ya que la afectación consta en la inscripción de dominio, consta en un
registro público, por lo tanto, no podía desconocerla. Por este motivo algunos autores
sostienen que esta presunción de mala fe también tiene lugar tratándose de derechos y
acciones inscritos en un registro público. En contrario se ha sostenido que como la presunción
de mala fe es excepcional y, por ende, no puede aplicarse por analogía el tercero no estaría
afectado por ella.
- No señaló la ley desde cuándo se debe contar el cuadrienio para alegar la nulidad
relativa. El punto suscita dificultades, pues a diferencia de la nulidad absoluta, donde hay una
regla general (artículo 1683, 10 años contados desde la fecha del acto o contrato), no existe
una regla uniforme para el cómputo de los 4 años, tratándose de la nulidad relativa (artículo
1691). Ramos Pazos estima que el plazo de prescripción correría desde la celebración del
contrato, aunque no fundamenta su conclusión. Eduardo Court, en cambio, opina que en esta
materia, debería seguirse la misma fórmula consagrada en el artículo 1792-4, para el régimen
de participación en los gananciales y se contaría desde el día en que el cónyuge que alega la
nulidad, tomó conocimiento del acto, rigiendo también la limitación de 10 años, que
contempla el artículo mencionado.
- Corral sintetiza los alcances del artículo 143, en los siguientes términos:
Los terceros que contratan con el cónyuge propietario, aunque hayan procedido de buena
fe (ignorando excusablemente que un bien tiene calidad de familiar, por ejemplo si ella no
consta en el registro inmobiliario), son alcanzados por la acción de nulidad del acto o
118
contrato;
Declarada la nulidad, el tercero quedará sujeto a las prestaciones o restituciones mutuas y
para ellas se le considerará de buena fe, salvo prueba en contrario;
Sólo en el caso de que el tercero hubiere adquirido un inmueble cuya declaración de
familiar constaba en el registro inmobiliario, se le reputará de mala fe, sin que se admita
prueba en contrario.
La nulidad judicialmente declarada dará acción reivindicatoria contra el tercero
subadquirente cuyo título derive del tercero que contrató a su vez con el cónyuge propietario
(aplicación de la regla general, de la nulidad, contenida en el artículo 1689). En este caso,
estaríamos, sin embargo, ante una hipótesis que permitiría deducir acción
reivindicatoria no por el dueño (cónyuge propietario) sino por quien no es dueño
(cónyuge no propietario), lo que suscita dudas en cuanto a la factibilidad de tal acción, pues
pugnaría con el sistema general del Código, que exige, como titular de dicha acción, al
propietario.
- Art. 147 inc. 1 señala que durante el matrimonio el juez podrá constituir
prudencialmente a favor del cónyuge no propietario derechos de usufructo, uso o habitación
sobre los bienes familiares. Es requisito indispensable que previamente se haya declarado
como bien familiar. En ciertos casos, podría ser útil. Así, por ejemplo, si el inmueble afectado
como bien familiar contiene cabañas de turismo y el cónyuge no propietario que pidió dicha
afectación, tiene interés en explotarlas. Lo mismo podría ocurrir, si se trata de un predio
agrícola, ganadero o forestal.
- En la constitución de esos derechos y en la fijación del plazo que les ponga termino,
el juez tomará especialmente en cuenta el interés de los hijos, cuando los haya, y las fuerzas
patrimoniales de los cónyuges. El juez podrá, en estos casos, fijar otras obligaciones o
modalidades si así pareciere equitativo.
6. Por aplicación de las reglas generales el cónyuge beneficiado debe rendir caución y
levantar inventario solemne (813 y 775 c. c).
120
8. Para determinar los créditos de participación en los gananciales las atribuciones de
derechos sobre bienes familiares efectuadas a uno de los cónyuges conforme al artículo 147
serán valoradas prudencialmente por el juez. (1792-23 c. c).
10. Por regla general, son derechos que no generan contraprestación, pero pueden ser
remunerados, si el juez así lo establece.
V. Beneficio de excusión a favor del cónyuge beneficiado con la destinación del bien
como familiar.
Art.148
La constitución de un bien como familiar no lo transforma en inembargable sin perjuicio de
lo cual, con el objeto de proteger al cónyuge beneficiado, la ley le confiere beneficio de
excusión de manera tal que si el es reconvenido por un acreedor del cónyuge propietario
puede exigir que antes de proceder contra el bien familiar se persiga el crédito en otros bienes
del deudor (148 c. c)
Las normas de la fianza son aplicables a este caso cuando corresponda.
2. No se refiere el artículo 145 a los derechos y acciones en sociedades, pero Corral estima
que, por analogía, debemos entender que podrá pedirse su desafectación cuando se
compruebe que la sociedad no es ya propietaria del inmueble o que éste ya no sirve de
residencia principal de la familia
3. Lo mismo se aplica en el caso que el matrimonio haya sido declarado nulo o haya
122
terminado por muerte o divorcio caso en el cual el propietario del Bien Familiar o cualquiera
de sus causahabientes deberá efectuar al juez la petición correspondiente. Entonces, en
cuanto a quiénes pueden pedir la desafectación, distinguimos:
Si el matrimonio está vigente: sólo la puede pedir el cónyuge propietario (artículo 145,
inciso 2º);
Si el matrimonio ha sido declarado nulo o ha terminado por sentencia de divorcio: puede
solicitar la desafectación el propietario del bien familiar o cualquiera de sus causahabientes
(artículo 145, inciso 3º);
Si el matrimonio se ha disuelto por muerte: pueden pedir la desafectación los herederos o
causahabientes del cónyuge fallecido (artículo 145, inciso 3º). La ley se pone en el caso que
el fallecido es el cónyuge propietario, caso en el cual sus causahabientes estarán interesados
en solicitar la desafectación. Aunque nada dijo la ley en la otra hipótesis, o sea cuando muere
el cónyuge no propietario, es evidente que en tal supuesto el cónyuge sobreviviente estará
interesado en obtener la desafectación.
C) Caso especial de desafectación. No está en la ley, esta tercera forma la agrega Hernán
Corral. Consiste en la enajenación total, voluntaria (con autorización del cónyuge no
propietario) o forzada del bien familiar. Se pierde ipso facto la calidad de bien familiar.
Esta desafectación especial pudo haberse evitado si la ley hubiera establecido una
subrogación real ($ recibido por bien).
Señala Corral que la ley no impide que haya una reafectación del bien como familiar.
SOCIEDAD CONYUGAL
I. Generalidades.
A. Definición:
1. Pablo Rodríguez: Régimen patrimonial de bienes establecido en la ley que se contrae por
el solo hecho del matrimonio si no se pacta otro régimen diverso y que tiene por objeto
consagrar una comunidad de gananciales entre los cónyuges.
2. Arturo Alessandri: Sociedad de bienes que se forma entre los cónyuges por el solo hecho
del matrimonio.
Ambas definiciones tienen como elemento común y se obtienen de conjugar los Artículos:
- 135 inc. 1, y
- 1718.
En consecuencia, la Sociedad Conyugal comienza con el matrimonio siendo cualquier
estipulación en contrario nula. Excepción: único caso en que no comienza con el matrimonio
está en el Art. 135 inc.2
123
B. Naturaleza Jurídica de la Sociedad Conyugal.
e) En la sociedad conyugal las utilidades que se producen, llamadas gananciales, por regla
muy general se reparten por mitades.
a) El marido respecto de terceros es dueño de los bienes sociales como si ellos y sus bienes
propios formasen un solo patrimonio.
b) La mujer por sí sola no tiene derecho alguno sobre los bienes sociales durante la sociedad,
salvo en los casos del articulo 145 c. c à debería decir 138 (Art.1752).
En el proyecto de ley del código civil de 1853 Andrés Bello expresamente señalo que se
descartaba el dominio por parte de la mujer de los bienes sociales durante la sociedad
conyugal.
b) Frente a los terceros solo existe el patrimonio del marido (1750-1752) y por lo tanto no
puede un tercero demandar directamente a la sociedad conyugal, aunque sea ella la que en
definitiva soporte la deuda.
124
4. ¿Qué es entonces la Sociedad Conyugal?
Es una institución sui generis; con característica propias, similar a un patrimonio de
afectación, esto es un conjunto de bienes determinados que se encuentran aplicados a un fin
preciso que en el caso es la satisfacción de las necesidades económicas de la familia común
existiendo un activo y un pasivo.
Se entiende por activo (o haber) de la sociedad conyugal los bienes que la integran,
clasificándose de la siguiente manera:
a) Haber Absoluto: Lo forman todos aquellos bienes que ingresan a la sociedad conyugal en
forma definitiva e irrevocable y que no dan derecho a recompensa.
Previo a estudiar que bienes en particular ingresan a cada uno de los haberes de la sociedad
conyugal es importante tener en cuenta los siguientes principios generales:
2) Los bienes que se adquieren durante el matrimonio sin esfuerzo o a título gratuito no
ingresan al haber absoluto, sino que hay que distinguir:
b) Los bienes inmuebles ingresan al haber propio del cónyuge que corresponda.
3) Los bienes adquiridos antes del matrimonio (aportados) no ingresan al haber absoluto,
sino que se aplican las reglas antes vistas (muebles e inmuebles)
1. Todos los bienes que son producto del trabajo de los cónyuges. Articulo 1725 Nº 1 c.
c
Por lo tanto, integran este rubro las remuneraciones de los trabajadores, las utilidades de
cualquiera industria o comercio, los honorarios de los profesionales y la remuneración de los
tutores y curadores.
Aspectos importantes del Art.1725 Nº 1
Una remuneración se encuentra devengada cuando existe el derecho a cobrarla aun cuando
ella no sea exigible. Agrega Pablo Rodríguez que el derecho a obtener el pago de la
prestación económica debe constituirse jurídicamente estando vigente la sociedad conyugal.
El hincapié que hace la ley es en cuanto a la existencia de la remuneración o emolumento y
no a su exigibilidad. Así por ejemplo: al momento de contraer el matrimonio un abogado
tiene una gestión terminada y se la pagan durante la vigencia de sociedad conyugal , esa
remuneración no va a ingresar al haber absoluto de la sociedad conyugal porque el
emolumento se devengó antes de la sociedad conyugal.
Este ejemplo sirve para afirmar que el trabajo que origina el emolumento debe desarrollarse
126
durante la sociedad conyugal. Esto último lleva a plantearse el problema de que sucede
cuando el trabajo es continuo y entonces se inicia antes del matrimonio y concluye durante
él.
Para dar respuesta a esto hay que distinguir:
a) Trabajos Divisibles
b) Trabajos Indivisibles.
3) Por último el articulo 1738 c. c agrega que si los servicios que fueron objeto de la
127
donación se prestaron antes del matrimonio entonces la donación no ingresa al haber
absoluto.
a) Si es inmueble: patrimonio del cónyuge que corresponda
b) Si es Mueble: al haber relativo.
De lo dicho puede inferirse que los bienes van a ser sociales ya que por regla general al
disolverse la sociedad conyugal los bienes que formaban parte del patrimonio reservado de
la mujer casada van a ingresar al haber de la sociedad confundiéndose con los demás bienes,
a menos que la mujer renuncie a los gananciales, porque en tal caso se radican en su
patrimonio los bienes que formaban parte de su patrimonio reservado.
2. Los frutos de los bienes propios y sociales devengados durante la sociedad conyugal.
Articulo 1725 Nº 2
Aspectos importantes:
1) En principio podría parecer injusto que los frutos de los bienes propios de cada uno de los
cónyuges ingresen al haber de la sociedad conyugal, pero en la realidad no existe tal
128
injusticia; razones:
a) Los ingresos que provienen tanto de los bienes propios como de los bienes sociales tienen
un mismo fin fundamental que es el de solventar las necesidades de la familia común.
b) Art. 1740 Nº 4: señala que la sociedad conyugal es obligada al pago de todas las cargas y
reparaciones usufructuarias de los bienes sociales o de cada cónyuge. Si la sociedad va a
asumir el costo de la reparación de esos bienes es justo que la misma reciba sus frutos.
2) La ley se refiere a los frutos, esto es lo que la cosa produce regularmente y sin menoscabar
su naturaleza. Estos frutos pueden ser Naturales (Art. 644) o Civiles (Art. 647).
- Si proviene de un bien propio de uno de los cónyuges el modo de adquirir el dominio,
de la sociedad, es la ley, por ejemplo la renta de arrendamiento de un bien raíz de uno de los
cónyuges.
- Respecto de los frutos que provienen de los bienes sociales la sociedad los adquiere
por accesión.
- Los frutos deben devengarse durante la vigencia de la sociedad conyugal. Los frutos
naturales se devengan cuando están percibidos (645) y los civiles se devengan día a día. (790)
3) El usufructo legal del marido sobre los bienes de la mujer. Arts.810 y 2466 inc3. En estas
dos disposiciones la ley da a entender que habría un usufructo legal de manera que el marido
estaría autorizado para percibir los frutos. En realidad no hay tal usufructo por los siguientes
motivos:
b) Si el bien sale del poder de la mujer, el marido pierde el derecho de percibir los frutos,
concepto evidentemente contrario a la noción del derecho real de usufructo;
e) El derecho legal de goce o “usufructo legal” es inembargable (art. 2466, inciso final). El
usufructo propiamente tal, es embargable,
f) Su duración está limitada por la ley: no puede extenderse más allá del momento en que se
disuelve la sociedad conyugal. El usufructo puede durar lo que dure la vida del usufructuario.
g) Estas disposiciones fueron incluidas por Andrés Bello en el proyecto final del c.c. y nunca
fueron discutidas en los anteriores proyectos.
La doctrina está de acuerdo en que lo que el legislador hizo fui incluir un derecho legal de
129
goce a favor de la sociedad conyugal.
Problema: Art. 2466 inc. 3 dice que este derecho de usufructo es inembargable y por lo tanto
no puede ser objeto del derecho de prenda general. A su turno el Art.1725 Nº 2 dice que los
frutos que provienen de este “usufructo “ingresan al haber absoluto de la sociedad conyugal
y por lo tanto ellos deberán responder de las deudas sociales, entonces ¿Cómo conjugo el
Art. 2466 inc 3 con el Art. 1725 Nº 2?
Soluciones:
a) Leopoldo Urrutia: El articulo 2466 es una norma de carácter excepcional y entonces se
aplicará en situaciones particulares como sucedería por ejemplo si la mujer renuncia a los
gananciales.
b) Aguirre y Fabrés: Creen que hay que distinguir el derecho de usufructo de los frutos que
la cosa produce, sostienen que el derecho de usufructo es inembargable pero los frutos sí
pueden ser embargados. Agregan que en todo caso el embargo no podrá privar al marido de
lo necesario para proveer las necesidades de la familia.
3. Todos los bienes que cualquiera de los cónyuges adquiera durante el matrimonio a
título oneroso.
Art. 1725 Nº 5.
Aspectos Importantes:
1) En principio carece de importancia que el bien se adquiera a nombre del marido o de la
mujer y quien lo haya pagado, o que se inscriban a nombre de ésta última: de todas maneras
serán sociales.
2) Tampoco tiene, en principio, relevancia quien haya pagado el precio de ese bien. Si el
título es oneroso, el bien adquirido será social, sin perjuicio de la recompensa a que pueda
tener derecho el cónyuge dueño del dinero.
- Excepcionalmente, no acontecerá lo anterior y el bien adquirido a título oneroso
ingresará al haber propio de uno de los cónyuges, cuando opera la subrogación real de la que
trataremos oportunamente.
- Además si la mujer actúa en beneficio de su patrimonio reservado, entonces el bien
va a formar parte de ese patrimonio especial.
5. El Tesoro
Art. 1731
La parte del tesoro que corresponda al dueño del sitio en que se encuentra cuando el tesoro
es hallado en un terreno social. Artículos 625 y 626 en relación con el articulo 1731 c. c.
Aspectos Importantes:
1) La ley se refiere a “bienes aportados” esto es los bienes que el cónyuge tenía al tiempo
de casarse, sin importar que los haya adquirido a título gratuito u oneroso.
Excepcionalmente, los bienes muebles adquiridos antes del matrimonio pueden ingresar al
haber propio, si los cónyuges así lo hubieren pactado en las capitulaciones matrimoniales
131
previas al matrimonio (artículo 1725 número 4, inciso 2º).
2) La recompensa deberá ser pagada en dinero de manera que la suma pagada tenga, en lo
posible, el mismo valor adquisitivo que la suma invertida al originarse la recompensa.
La ley además faculta, en esta materia, al partidor para actuar según la equidad natural
(1734)).
3) Los números 3 y 4 del Art.1725 no señalan que la adquisición de estos bienes durante el
matrimonio deba ser a título gratuito ello se deduce de los siguientes antecedentes:
- Articulo 1725 N º 5: Según el cual ingresan a la Sociedad Conyugal todos los bienes
adquiridos durante el matrimonio a título oneroso, a contrario sensu si la adquisición fue a
título gratuito van a ingresar al haber relativo.
- Articulo 1732 inc. 2: Señala que si los bienes muebles han sido adquiridos título gratuito se
entenderá que pertenecen a la sociedad la que deberá al cónyuge la correspondiente
recompensa.
- Articulo 1726 inc. 2: está redactado en similares términos que el Art.1732 inc.2
a) La parte del tesoro que la ley asigna al descubridor (art. 1731). Si uno de los cónyuges
descubre un tesoro en bienes de la sociedad conyugal o de un tercero, la parte que
corresponde al descubridor ingresará al haber relativo de la sociedad conyugal (art.
1731). La parte que se asigna por la ley al descubridor no ingresa al haber real, porque la ley
asimila el hallazgo de un tesoro a una adquisición a título gratuito; como se trata de bienes
muebles, ingresan al haber relativo o aparente de la sociedad conyugal.
b) Si el tesoro se encuentra en un bien perteneciente a uno de los cónyuges, la parte que
corresponde al dueño del suelo ingresará al haber relativo de la sociedad conyugal.
4) Los acreedores del cónyuge no propietario no pueden embargar los bienes que forman
parte del haber propio del otro cónyuge. (por ejemplo, diciendo que es el marido quien
administra estos bienes)
1. Bienes inmuebles que uno de los cónyuges tiene al momento del matrimonio.
Ello no está expresado así en el Código Civil, pero se deduce al interpretar a contrario sensu
el artículo 1725.
A este respecto debe tenerse en consideración que el artículo 1736 inc. 1 señala que la especie
adquirida durante la sociedad no pertenece a ella, aunque se haya adquirido a título
oneroso cuando la causa o título de la adquisición a precedido a ella.
Orrego agrega que los esposos pueden haber estipulado, en sus capitulaciones matrimoniales
previas al matrimonio, que un inmueble aportado al matrimonio ingrese al haber de la
sociedad conyugal, la que deberá al cónyuge aportante la respectiva recompensa.
A) No pertenecerán a la sociedad conyugal las especies que uno de los cónyuges poseía a
título de señor antes de ella, aunque la prescripción o transacción con que las haya hecho
verdaderamente suyas se complete o se verifique durante ella. (1736 Nº 1). Se pone en el
supuesto que el cónyuge era poseedor de un inmueble, y durante la vigencia de la sociedad
conyugal adquiere el dominio por prescripción o transacción. Este inmueble debería entrar a
la sociedad de acuerdo a las reglas generales, pero por excepción hay que remitirse a la causa
que es anterior a la sociedad.
a) El cónyuge posee un bien raíz antes del matrimonio pero la prescripción con que
adquiere el dominio se verifica durante la vigencia de la sociedad conyugal. La
sentencia que acoge la prescripción tiene el carácter de declarativa y, por lo tanto,
solo va a decir que el cónyuge era dueño desde el momento en que comenzó a
133
prescribir.
B) Los bienes que se poseían antes de la sociedad conyugal por un título vicioso, pero cuyo
vicio se ha purgado durante ella por la ratificación, o por otro remedio legal. (1736 Nº 2). La
ratificación, opera tratándose de la nulidad relativa, sanea el contrato, entendiéndose que éste
nunca adoleció de vicio alguno. La expresión “…o por otro remedio legal”, la entendemos
referida a la prescripción de las acciones de nulidad, tanto absoluta como relativa, que
“purgan” el vicio que afectaba al contrato o título respectivo.
C) Los bienes que vuelven a uno de los cónyuges por la nulidad o resolución de un contrato,
o por haberse revocado una donación. (1736 Nº 3). Se trata de que un cónyuge de soltero
vendió un bien raíz (o celebró respecto de él cualquier otro título traslaticio). Posteriormente,
cuando ya está casado, la venta o el título traslaticio de que se trate se anula o se resuelve,
volviendo por consiguiente el bien a su dominio en virtud del efecto propio de la nulidad o
resolución. En este caso, el bien a pesar de adquirirse durante la sociedad conyugal, no
ingresa a ella, sino al cónyuge
que había celebrado el contrato que se anuló o resolvió. Este número se pone también en el
caso de que un bien raíz que el cónyuge había donado de soltero, vuelva a su patrimonio por
revocarse la donación. Si bien la revocación se realiza citando ya está casado, el bien no
ingresa a la sociedad conyugal, sino a su haber propio, porque, como dice Somarriva, la
revocación por ingratitud o en el caso del art. 1187, al igual que la nulidad o resolución,
operan retroactivamente, como se desprende de los arts. 1429 y 1432
D) Los bienes litigiosos y de que durante la sociedad ha adquirido uno de los cónyuges la
posesión pacífica. (1736 Nº 4)
En esta situación la sentencia que rechaza la demanda interpuesta en contra del cónyuge
propietario se limitará a declarar el derecho de dominio. Por este motivo el artículo 703 inc.
5 señala que las sentencias judiciales pronunciadas sobre derechos litigiosos no forman
un nuevo título para legitimar la posesión. La sentencia que reconoce el derecho del
cónyuge es declarativa del dominio preexistente.
- Profesor Barriga: dice que esta consolidación deberá ser a título gratuito ya que en caso
134
contrario por aplicación del artículo 1725 Nº 5 deberá ingresar al haber absoluto.
F) Lo que se paga (debe tratarse de un inmueble) a cualquiera de los cónyuges por capitales
de créditos constituidos antes del matrimonio pertenecerá al cónyuge acreedor y lo mismo se
aplicará a los intereses devengados por uno de los cónyuges antes del matrimonio y pagados
después. (1736 Nº 6) Por ejemplo, una dación en pago que recae en un inmueble.
G) Pertenecerán al cónyuge los bienes que adquiera durante la sociedad en virtud de un acto
o contrato cuya celebración se hubiere prometido con anterioridad a ella siempre que la
promesa conste de un instrumento público o privado cuya fecha sea oponible a terceros
de acuerdo con el artículo 1703. (1736 N.º 7) Doctrinariamente se critica la sola mención
del articulo 1703 c. c ya que también debiera incluirse el Art. 419 C. O. T (anotación en el
repertorio)
- Lo anterior quiere decir que siempre que la causa o título de la adquisición sea anterior al
matrimonio el bien raíz ingresará al haber propio del cónyuge aunque la adquisición
propiamente tal se verifique durante la vigencia de la sociedad conyugal
- Si los casos referidos en el Art. 1736 c.c. u otros recaen sobre bienes muebles éstos van a
ingresar al haber relativo de la sociedad conyugal, la que deberá al cónyuge adquirente la
correspondiente recompensa. Art. 1736 inc
2. Inmuebles adquiridos a titulo gratuito por uno de los cónyuges durante la vigencia
del matrimonio.
Esta regla está en dos artículos:
- 1726 inciso 1
- 1732 inciso 1
La parte final del inciso primero de ambos artículos tiene gran importancia práctica, porque
resuelve el problema de las donaciones conjuntas. La donación hecha a un cónyuge, aunque
sea hecha en consideración al otro, incrementa su haber propio, y la misma regla se aplica a
otras gratuidades, como las herencias o legados.
Si la donación fuere hecha a los dos cónyuges, incrementará el haber de cada uno. Igual
ocurrirá con las herencias y legados.
3. Los bienes muebles que los cónyuges excluyen de la sociedad conyugal en las
capitulaciones matrimoniales. Art.1725 Nº 4 inc. 2
4. Los aumentos que experimentan los bienes propios de los cónyuges. Art.1727 Nº 3
Esta disposición incluye dos casos:
135
a) Aquel en que el aumento proviene de causas naturales (por ej: aluvión) con independencia
de la industria humana, situación en la cual no se debe recompensa a la sociedad (1771 inc
2).
b) Caso en que el aumento proviene de la mano del hombre (por ej: edificación, plantación)
situación en la que sí se debe recompensa a la sociedad (1746).
Esta situación tiene mucha importancia cuando, por ejemplo, en un sitio de propiedad de uno
de los cónyuges se levanta durante la vigencia de la sociedad conyugal un edificio de elevado
valor. Es bien claro que el edificio es un bien propio del cónyuge, no es un bien social, aunque
el edificio tenga mayor valor que el terreno. lo que corrientemente ocurre hoy día con la
tendencia de construir edificios de altura.
Ejemplo: Juan estando soltero compra una casa en Santiago, casado por razones de trabajo
se traslada a la ciudad de Arica y vende la propiedad de Santiago. Con dinero de la venta
compra casa en Arica.
Por tratarse de una ficción, se entiende que el inmueble de Arica pasa a ocupar el lugar
jurídico del inmueble de Santiago. La propiedad de Arica se mantiene en el haber propio del
cónyuge.
La subrogación es una excepción a la regla del articulo 1725 N.º 5 ya que no obstante haberse
adquirido un Bien a título oneroso durante la sociedad éste ingresa al haber propio del
cónyuge. Así por lo demás se desprende del encabezado del artículo 1727 inc. 1
A) De Inmueble a Inmueble.
B) De Inmueble a Valores.
Nada dijo la ley respecto a subrogar muebles por otros muebles (artículo 1733).
- Arturo Alessandri Rodríguez, dado el silencio del legislador, niega tal posibilidad.
- Pablo Rodríguez Grez la admite, atendido lo dispuesto en el artículo 1727 número 2
del Código Civil, que reza: “No obstante lo dispuesto en el artículo 1725 no entrarán a
componer el haber social: (...) 2º Las cosas compradas con valores propios de uno de los
cónyuges, destinados a ello en las capitulaciones matrimoniales o en una donación por causa
de matrimonio”. Como el precepto no distingue entre muebles e inmuebles, sino que alude a
136
“Las cosas”, P. Rodríguez concluye que se refiere la ley tanto a muebles como inmuebles.
i) Por Permuta:
Requisitos de procedencia:
1. Que uno de los cónyuges sea dueño de un inmueble.
2. Que durante la sociedad conyugal se permute ese inmueble por otro de propiedad de un
tercero.
La permuta no puede llevarse a cabo con un bien inmueble del otro cónyuge por aplicación
de los artículos 1796 y 1900 c. c.
3. Que en la escritura pública de permuta se exprese el ánimo de subrogar (1733 inc1 parte
final)
4. Que se obtenga la autorización de la mujer cuando la permuta se realice respecto de bienes
de su propiedad (1733 inc. 7).
5. Que exista una cierta proporcionalidad entre el bien que se entrega y el que se recibe
(1733 inciso 6).
Aun cuando la ley hable de “recompensa “el bien ingresa al haber absoluto de la sociedad
conyugal ello porque si no hay subrogación volvemos a la regla general del articulo 1725
Nº 5
- Cónyuge dueño de un inmueble que vale $2.000.000 y se permuta por otro que vale
$6.000.000.
En este caso no habrá subrogación porque el saldo en contra de la sociedad, que asciende a
$4.000.000, excede a la mitad del valor de la finca que se recibe ($3.000.000)
Requisitos de procedencia:
4. Que exista una cierta proporcionalidad entre el precio del inmueble que se vende y del
bien raíz que se compra.
Requisitos:
1. Que se compre un Bien Raíz con valores propios de uno de los cónyuges destinado a ello
en las capitulaciones matrimoniales o en una donación por causa de matrimonio. Art.1727
Nº 2 Llama la atención en la forma verbal "compradas", pues ello nos está demostrando que
no hay en este caso, subrogación por permuta. Somarriva, sin embargo, piensa que por
aplicación del aforismo "donde existe la misma razón debe existir la misma disposición” no
habría inconvenientes en aceptar en este caso la subrogación por permuta.
Se ha resuelto por la jurisprudencia que si los valores propios provienen de una asignación
testamentaria -por ejemplo, un legado-, también habrá subrogación, porque aun cuando no
se trata de una donación, ambas son liberalidades, y donde existe la misma razón debe existir
la misma disposición.
2. Que se deje constancia en la escritura de compra que ella se hace con el dinero
proveniente de dichos valores y que dicha compra se hace con el ánimo de subrogar.
(1733 inc 2).
3. Que exista cierta proporcionalidad entre los valores y el inmueble que se adquiere
138
4. Si la subrogación se hace en inmuebles de la mujer se requiere su autorización.
* Diferencias que se producen en toda subrogación cuando los valores del bien subrogado y
subrogante son diferentes. Art. 1733 inc. 3, 4 y 5. La ley exige en todos los casos “cierta
proporcionalidad”. La ley acepta un margen de desproporción entre el valor del inmueble
propio y el subrogado o entre los valores propios y el inmueble adquirido por ellos. Esta
desproporción puede llegar hasta el monto señalado en el art. 1733, 6º, y se determina
comparando la diferencia de valor entre los bienes subrogados y el inmueble que se adquiere.
Pueden darse diversas situaciones:
a) El bien adquirido ingresara al haber absoluto por cuanto se vuelve a la regla general del
Art.1725 Nº 5 c. c.
b) El cónyuge dueño del bien propio tiene derecho a recompensa por el precio de la finca
enajenada conservando su derecho a efectuar la subrogación comprando otro inmueble. Este
es un caso excepcional en que un bien del haber absoluto genera recompensa. Art. 1733 inc.6
parte final
Como el bien que se adquiere es de menor valor que el bien que se enajenó se produce una
diferencia, y puede que esa diferencia la complete el otro permutante en dinero. Ese dinero
lo va a percibir la sociedad. Entonces para el cónyuge propietario surge una recompensa
ya que su patrimonio quedó disminuido a consecuencia de la subrogación.
Ejemplo:
- Se vende bien que vale 10
- Bien adquirido vale 7
Diferencia ($3) à Paga esta diferencia el tercero que percibe la sociedad
b) 1739 inc 3: La confesión, no obstante, se mirará como una donación revocable, que,
confirmada por la muerte del donante, se ejecutará en su parte de gananciales o en
sus bienes propios, en lo que hubiere lugar.
2. Presunción de Derecho a favor de los terceros que contratan con los cónyuges Art. 1739
inciso 4
Tratándose de bienes muebles, los terceros que contraten a título oneroso con cualquiera de
los cónyuges quedarán a cubierto de toda reclamación que éstos pudieren intentar fundada
en que el bien es social o del otro cónyuge, siempre que el cónyuge contratante haya hecho
al tercero de buena fe la entrega o tradición del bien respectivo.
Agrega la ley en el artículo 1739 inc. 5 que no se presumirá la buena fe del tercero cuando el
bien objeto del contrato figure inscrito a nombre del otro cónyuge en un registro abierto al
público, como en el caso de automóviles, acciones de sociedades anónimas, naves, aeronaves,
etc.
Las normas anteriores buscan proteger a los terceros que de buena fe contratan con uno de
los cónyuges; dicha buena fe no podría invocarse, si la bien figura en un registro público a
nombre del otro cónyuge. Ejemplo: una tercera compra a una mujer casada un refrigerador,
un piano o un televisor, y se le hace la correspondiente tradición. Esos bienes son sociales y
por ende la mujer no podría disponer de ellos. Por la misma razón, tales ventas son
inoponibles a la sociedad conyugal, y el marido podría
reivindicarlos. Sin embargo, el código, con el claro propósito de proteger a los terceros de
buena fe que contrataron con la mujer, establece que "quedarán a cubierto de toda
reclamación que éstos pudieren intentar fundada en que el bien es social". En el fondo, con
esta frase "quedarán a cubierto de toda reclamación” presume de derecho que el bien era
140
de la mujer y que por lo mismo podía venderlo. Para que opere esta situación tan
excepcional, se deben cumplir los siguientes requisitos que indica la norma:
1) Que se trate de bienes muebles;
2) Que el tercero esté de buena fe, esto es, que no sepa que el bien es social;
3) Que se haya efectuado la tradición del bien (justamente este requisito es el que justifica la
buena fe del tercero), y
4) Que no se trate de bienes sujetos a régimen de inscripción.
1. Pasivo Real:
Una deuda ingresa al pasivo real de la sociedad conyugal cuando ésta debe pagarla sin
derecho a recompensa. En otras palabras, la deuda desde la perspectiva de “la obligación a
la deuda” como desde el punto de vista de “la contribución a la deuda” es social, de manera
tal que la sociedad conyugal paga y soporta el pago.
a) Obligación a las deudas: apunta a relación con los terceros, es decir a quien puede
demandar el acreedor, que bienes puede embargar y en definitiva quien es su deudor.
141
b) Contribución a las deudas: apunta a las relaciones internas de los cónyuges entre sí, es
decir quien en definitiva al disolverse la sociedad conyugal deberá soportar la deuda.
Para el estudio pormenorizado del pasivo de la sociedad conyugal es necesario recordar que
si éste es el régimen económico entre los cónyuges es posible distinguir diversos patrimonios.
3) Toda deuda contraída por la mujer con mandato general o especial del marido. En este
numeral existen dos excepciones (es decir no responden patrimonios a y b):
a) Cuando el contrato celebrado por la mujer en ejercicio de este mandato ha cedido
en su utilidad personal. Por ejemplo si ella a pagado deudas propias anteriores al matrimonio.
(1750 inc 2).
b) Cuando la mujer mandataria contrata a su propio nombre en los términos del
artículo 2151 c. c (1751 inc 2).
4) Las obligaciones que emanen de los contratos celebrados por el marido y la mujer de
consuno o en que la mujer se obligue solidaria o subsidiariamente con el marido (1751 inc
3). El Art.1751 inc. 3 tiene 2 excepciones:
a) Si el contrato que se ha celebrado ha cedido en utilidad personal de la mujer. Arts.
1751 inc 3 y 1750 inc. 2
142
b) Que la mujer administre bienes parcialmente separada de su marido Arts.1751 inc
3, 137 inc 1, 150, 166 y 167
5) Las deudas que provengan de las compras que haga la mujer al fiado de objetos muebles
naturalmente destinados al consumo ordinario de la familia. (137 inc 2 parte primera)
6) Las deudas contraídas por la mujer con autorización de la justicia cuando el marido está
impedido y de la demora se siguiere perjuicio. (138 inc. 2 y 3)
1) Aquellas deudas contraídas por la mujer antes de la sociedad conyugal. (1740 Nº 3). Estas
deudas deben pagarse por la sociedad conyugal -art. 1740 número 3: “La sociedad es obligada
al pago: (…) 3º. De las deudas personales de cada uno de los cónyuges, quedando el deudor
obligado a compensar a la sociedad lo que ésta invierta en ello”-, pero pueden perseguirse
también sobre los bienes propios de la mujer -art. 1750, inciso 2º: “Podrán, con todo, los
acreedores perseguir sus derechos sobre los bienes de la mujer, en virtud de un contrato
celebrado por ellos con el marido, en cuanto se probare haber cedido el contrato en utilidad
personal de la mujer, como en el pago de sus deudas anteriores al matrimonio.”. Esta última
disposición es una consecuencia del derecho de prenda general que tiene el acreedor sobre
todos los bienes de su deudor.
Si el patrimonio de la mujer estaba afecto al cumplimiento de la obligación mientras se
encontraba soltera, no hay razón para que deje de estarlo por un hecho ajeno a la obligación,
como es el contraer matrimonio la deudora. De lo contrario, habría que aceptar que el
matrimonio es un modo sui géneris de extinguir las obligaciones. Se comprenden también en
este grupo las deudas propiamente personales de la mujer en todo lo que cedan en beneficio
del marido o de la sociedad.
2) Obligaciones contraídas por el marido durante la sociedad conyugal que ceden en utilidad
de la mujer (1750 inc 2). Serán de este tipo, por el ejemplo, las obligaciones contraídas por
el marido para pagar las deudas de la mujer anteriores al matrimonio, o aquella deuda
contraída por el marido para pagar los estudios universitarios de la mujer.
Cesar Frigerio discute lo antes dicho ya que la ley 18.802 derogó en el inciso 4 del artículo
2320 la responsabilidad del marido por hechos de la mujer.
A consecuencia de esta derogación, según este autor, la mujer debe responder por la
comisión de un delito o cuasidelito.
143
Hernán Corral refuta a Frigerio señalando que la ley 18.802 lo que hizo fue derogar la
presunción simplemente legal del Art. 2320 inc 4 de manera que nada impide que una vez
acreditada la culpa de la mujer el acreedor pueda dirigirse contra el marido.
4) Obligaciones que afectan a la mujer y que emanan exclusivamente de la ley. Como ocurre
por ejemplo con los alimentos que debe a quien le hizo una donación cuantiosa (321 Nº 5), o
cuando una obligación tenga por fuente un cuasicontrato, lo que deba la mujer a los otros
comuneros, por las reparaciones hechas en la cosa que se posea proindiviso o cuando sea
condenada a la restitución de lo no debido.
4) Obligaciones que solo dan acción contra los bienes propios de la mujer (c).
1) Si el marido se negare injustificadamente a ejecutar un acto o celebrar un contrato respecto
de un bien propio de la mujer el juez podrá autorizarla para actuar por sí misma , previa
audiencia a la que será citado el marido .
En tal caso, la mujer obligará los bienes de su patrimonio (c) y, en el caso de existir,
obligaría también los bienes que conforman el patrimonio reservado o especiales de los
Arts. 150, 166 y 167 y no obligará ni el haber social (b) ni los bienes del marido (a) salvo
que la sociedad o el marido reporten un beneficio de ese acto.
En este mismo caso para obligar los bienes sociales necesitará la autorización de la justicia
dada con conocimiento de causa. (1759 inc 6).
El principio general es que todas las deudas contraídas durante la vigencia de la sociedad
conyugal por el marido o por la mujer, con mandato especial o general de éste, son deudas
sociales (art. 1740 número 2). La excepción entonces es que estas deudas graviten en el
patrimonio del marido o de la mujer.
De lo señalado se infiere que hay deudas que la sociedad paga provisionalmente, pero de
cuyo monto tiene derecho a reembolsarse, y que hay deudas que pesan sobre el patrimonio
social, sin derecho a reembolso o recompensa. Distinguimos por tanto en la sociedad
conyugal un pasivo definitivo o real y un pasivo Provisorio o aparente. El definitivo, está
formado por las deudas sociales; el provisorio, por las deudas personales de cada cónyuge,
que la sociedad pagó en su oportunidad.
1) La sociedad conyugal es obligada al pago de todas las pensiones e intereses que corran
sea contra la sociedad, sea contra cualquiera de los cónyuges y que se devenguen durante
la sociedad Art. 1740 N º 1
c) Deudas contraídas por la mujer con autorización judicial en el caso del Art.138 c. c.
d) Deudas contraídas por la mujer con mandato general o especial del marido Art.1751
inc.1
3) La sociedad conyugal es obligada al pago del lasto de toda fianza, hipoteca o prenda
constituida por el marido. Art. 1740 Nº 2 inc 2
El “Lasto” o Lastar es suplir lo que alguien debe pagar, con el derecho de reintegrarse. Es
decir, es el pago de una deuda ajena que puede o no generar reembolso. Si se paga una
obligación caucionada con una fianza, hipoteca o prenda constituida por el marido, debemos
distinguir el objeto por el cual se constituyó la garantía, para saber qué deuda se pagó:
a) Que el lasto tenga por finalidad solucionar garantías constituidas para asegurar
obligaciones sociales, caso en el cual evidentemente el pago corresponderá a la sociedad.
b) Si el marido con autorización de la mujer garantiza una deuda ajena el lasto corresponde
a la sociedad y entonces ella se subrogará en los derechos del acreedor para repetir contra el
tercero en conformidad al Art. 1610 c. c
c) El marido garantiza una deuda personal de uno de los cónyuges, el lasto lo pagará la
sociedad pero se generará una recompensa en contra del cónyuge deudor, de manera tal que
esa deuda no ingresa al pasivo real sino que al pasivo aparente o relativo.
146
4) La sociedad conyugal es obligada al pago de todas las cargas y reparaciones usufructuarias
de los bienes sociales o de cada cónyuge. Art. 1740 Nº 4
Se entienden por cargas usufructuarias las expensas ordinarias de conservación y cultivo; las
pensiones, cánones y, en general, las cargas periódicas con que hubiere sido gravada la cosa
con antelación; el pago de los impuestos periódicos fiscales y municipales. Estas reglas se
establecen en los arts. 795 y 796, en el usufructo y que imponen estas cargas al usufructuario,
razón por la cual se llaman “cargas usufructuarias”. Se excluyen las obras y reparaciones
mayores. Art. 798 c. c
Ejemplos. El pago de contribuciones de bienes raíces es una carga usufructuaria. Por ello, la
sociedad conyugal está obligada a su pago, sea que correspondan al bien propio de un
cónyuge, sea que el bien sea social, sin derecho a recompensa. En cambio, si se trata de
cambiar el techo de la casa, es una reparación mayor y por ello, si el bien es social, lo hace
la sociedad conyugal sin cargo de recompensa (pasivo absoluto), pero si el bien es propio del
cónyuge, lo debe hacer la
sociedad conyugal, con derecho a recompensa (pasivo relativo, art. 1716).
Es lógico que la sociedad conyugal las soporte, porque ella goza de los frutos producidos por
los bienes propios de los cónyuges, de los que, en cierta forma, es usufructuaria. Esta
disposición también es una contrapartida al Art.1725 Nº 2.
En todo caso en el evento que el hijo tuviere bienes propios, los gastos de su establecimiento,
y en caso necesario los de su crianza y educación, podrán sacarse de ellos, conservándose
íntegros los capitales en cuanto sea posible. Art. 231.
Esta norma debe relacionarse con el Art. 1744 inc 3 según el cual si el descendiente tuviere
bienes propios las expensas extraordinarias se imputarán a sus bienes, en cuanto cupieren,
y le hubieren sido efectivamente útiles. Lo anterior se aplica en la medida que no conste de
un modo autentico que el marido o la mujer o ambos de consuno han querido hacerlas con
sus propios bienes. Es decir, Los gastos extraordinarios de educación, deberán pagarse con
los bienes propios del hijo, si los tuviere, y sólo en cuanto le hubieren sido efectivamente
útiles.
Los gastos ordinarios, según Alessandri son los que demande la educación normal y corriente
del hijo, atendida la posición social de los padres, como el pago de los colegios y de la
universidad o
instituto industrial o comercial en que se eduque, de los libros y uniformes que necesite, de
los profesores que le den lecciones en su hogar. Serían gastos extraordinarios los que salgan
de ese límite, como el envío a estudiar al extranjero.
Art. 230 - Art. 1740 Nº 5 - Art. 1744 inc 1 à de la Sociedad, Regla General
Art. 231 – Art. 1744 inc 3 parte primera à con bienes propios del hijo, Excepción
Art. 1744 inc 3 parte final à con bienes propios del marido o mujer, Contra excepción
6) La sociedad es obligada a los pagos que una vez o periódicamente se hagan a la mujer
para que ella pueda disponer a su arbitrio siempre que ello se hubiere dispuesto así en las
capitulaciones matrimoniales y no se le haya imputado expresamente esa carga al marido
Art. 1740 Nº 5 inc final y Art. 1720 inc 2 . Se trata de un pacto efectuado en las capitulaciones
matrimoniales, en cuya virtud la mujer podrá disponer a su arbitrio de los dineros. Con todo,
si en las capitulaciones matrimoniales se impuso la obligación al marido, de él será la
obligación de solventar este gasto, y si paga con dineros de la sociedad, ésta tendrá derecho
a recompensa en contra del marido.
La regla general en esta materia nos la da el Art. 1740 Nº 3 en el sentido de que la sociedad
conyugal es obligada al pago de las deudas personales de cada uno de los cónyuges,
quedando el deudor obligado a compensar a la sociedad lo que ésta invierta en ello.
b) Las deudas contraídas durante la vigencia de la sociedad conyugal pero que ceden en
beneficio exclusivo de uno de los cónyuges como por ejemplo aquellas que tienen por
finalidad establecer a los hijos de un matrimonio anterior.
c) Aquellas deudas provenientes de actos o contratos que han cedido en beneficio exclusivo
de uno de los cónyuges. (Art. 137 , 1750 y 1751 c. c ) .
d) Deudas que provienen de multas y reparaciones pecuniarias a que fuere condenado alguno
de los cónyuges por algún delito o cuasidelito. (Art. 1748 segunda parte). Desde el punto de
vista de la “contribución a las deudas”, es decir en las relaciones entre los cónyuges, la
indemnización que ha debido pagar la sociedad origina siempre derecho a recompensa, por
tratarse de una deuda personal del cónyuge que cometió el ilícito.
f) Los precios, saldos, costas judiciales y expensas de toda clase que se hicieren en la
adquisición o cobro de los bienes, derechos o créditos que pertenezcan a cualquiera de los
149
cónyuges .Art.1745 inc 1. Se presumirán erogados por la sociedad a menos de prueba
contraria, y se le deberán abonar Art. 1745 inc 1.
g) Las expensas que aumenten el valor de los bienes propios de los cónyuges siempre que
subsista el aumento de valor a la fecha de disolución de la sociedad. (Art. 1746). Si el
aumento del valor excede el valor de las expensas, se deberá sólo lo invertido en éstas (así,
por ejemplo, si se invierten 10 millones de pesos para ampliar un inmueble, pero gracias a
dichos arreglos, el predio aumenta su valor comercial en 20 millones de pesos, se debe la
primera suma).
h) Toda erogación gratuita o cuantiosa a favor de un tercero que no sea descendiente común
(Art. 1747). Sólo pueden hacerse con cargo al haber social donaciones de poca monta,
atendidas las fuerzas del haber social, o aquellas hechas para un objeto de eminente piedad o
beneficencia y sin causar un grave menoscabo a dicho haber (art. 1742). Del tenor de los art.
1744 y 1747, se deduce a contrario sensu que la erogación gratuita y cuantiosa hecha a un
descendiente común, es deuda social, pesando sobre el pasivo real.
i) Cuando producida una subrogación el bien que se adquiere es de mayor valor que el
inmueble o los valores que se enajenaron y ha debido pagarse el saldo. (Art. 1733 inc. 4).
Así, por ejemplo, el inmueble que pertenecía al cónyuge se vendió en 50 millones de pesos
y se compró otro en 60 millones, los 10 millones financiados por la sociedad deberán ser
reembolsados por el cónyuge adquirente del inmueble, al momento de disolverse la
comunidad.
C. LAS RECOMPENSAS.
1. Definición:
Manuel Somarriva: “Conjunto de créditos o indemnizaciones en dinero que se hacen valer al
momento de liquidar la sociedad conyugal a fin de que cada cónyuge aproveche los aumentos
y soporte en definitiva las cargas que legalmente le corresponden”
Durante la vida de la sociedad conyugal se producen diferentes situaciones que van
generando créditos o recompensas sea de uno de los cónyuges en favor de la sociedad
conyugal, sea de la sociedad conyugal en favor de uno de los cónyuges, sea, por último, de
un cónyuge en favor del otro. Así ocurre, por ejemplo, cuando el cónyuge al casarse tiene
especies muebles o dineros. Estos ingresan al activo relativo de la sociedad conyugal, lo que
significa que le otorgan un crédito
en contra de la sociedad. Lo mismo acontece cuando el cónyuge adquiere durante la vigencia
de la sociedad, dinero o especies muebles a título gratuito. Por otra parte, mientras subsiste
la sociedad conyugal, se van pagando una serie de deudas personales de los cónyuges, que
hace la sociedad, pero con derecho a recompensa, es decir, el cónyuge beneficiado tiene que
reembolsar estos gastos cuando la sociedad termina.
150
1) Evitar un enriquecimiento injusto: ya que a través de las recompensas se busca mantener
un cierto equilibrio económico o patrimonial de los cónyuges entre sí y respecto de la
sociedad conyugal.
2) Las recompensas ayudan a evitar, entre otros mecanismos que establece la ley, que los
cónyuges se hagan donaciones simuladas entre sí en perjuicio de los acreedores y de terceros.
3) Se busca también proteger a la mujer respecto de los abusos que pueda cometer el marido
como administrador de la sociedad conyugal.
• Pablo Rodríguez: También estima que pueden renunciarse siempre que ello se haga
después de disuelta la sociedad conyugal ya que antes vamos a estar frente a una mera
expectativa.
• Hernán Corral: Estima que no es posible renunciar a las recompensas ya que se trata de
normas de orden público, por tanto, irrenunciables, y porque se trata de una estipulación
que va en detrimento de un derecho que la ley establece a favor de los cónyuges. Art.1717
c- Por las expensas de toda clase que se hayan hecho en los bienes de propiedad de
cualquiera de los cónyuges, siempre que dichas expensas hayan aumentado el valor de los
bienes, y dicho valor exista al tiempo de disolución de la sociedad (Art. 1746). El monto de
151
la recompensa se determina de la siguiente forma:
a) La recompensa equivale al desembolso efectuado, no al aumento de valor real. Si este
aumento de valor excede al desembolso, sólo se adeudará lo efectivamente gastado.
b) El aumento de valor debe subsistir a la época de la disolución de la sociedad. No dan
lugar a recompensa las cargas o reparaciones usufructuarias hechas en los bienes de los
cónyuges, que son de cargo de la sociedad sin derecho a recompensa, y el aumento de valor
de los bienes propios que se deba a causas naturales.
d- Porque el cónyuge adquirió una herencia y la sociedad pagó las deudas hereditarias
o testamentarias y / o los costos de adquisición. (Art.1745 inc 3)
e- Por toda erogación gratuita o cuantiosa a favor de un tercero que no sea descendiente
común, por excepción no se debe recompensa en este caso en dos situaciones:
a) Cuando la donación es de poca monta atendidas las fuerzas del haber social.
g- Porque con dolo o culpa grave un cónyuge causó un perjuicio a la sociedad. (Art.
1748). Dado que estamos ante culpa extracontractual, corresponderá probar los
elementos de la indemnización, incluyendo el dolo o la culpa grave, a quien alega haber
sufrido el daño.
1. Por las especies muebles o dinero que uno de los cónyuges aportó a la sociedad conyugal
o adquirió durante ella a título gratuito. ( 1725 n3 y 4) La sociedad conyugal debe
recompensar a los cónyuges, cuando incrementa su patrimonio con bienes.
2. Porque durante la sociedad conyugal se enajenó un bien propio de los cónyuges, salvo
152
que hubiere habido subrogación o que con el precio recibido se haya pagado una deuda
personal de uno de los cónyuges (Art. 1741). Así lo dice el art. 1741: "Vendida alguna cosa
del marido o de la mujer, la sociedad deberá recompensa por el precio al cónyuge vendedor,
salvo en cuando dicho precio se haya invertido en la subrogación de que habla el art. 1733,
o en otro negocio personal del cónyuge cuya era la cosa vendida; corno en el pago de sus
deudas personales, o en el establecimiento de sus descendientes de un matrimonio anterior".
5. Pago de deudas sociales con bienes propios: Hay lugar a recompensa contra la sociedad,
cuando uno de los cónyuges paga deudas sociales con sus bienes propios.
1. Cuando con bienes de uno de los cónyuges se pagan deudas personales del otro.
3. Cuando un cónyuge con dolo o culpa grave causare daño en los bienes del otro. (Art.1771
inc 1) ej : lo incendiare. Sin embargo, la regla general es que las pérdidas o deterioros
ocurridos en los bienes propios de un cónyuge deberá sufrirlos él, porque las cosas se pierden
para su dueño.
Cabe consignar que la Ley número 18.802, hizo reajustables las recompensas, modificando
el principio nominalista vigente en el CC. y solucionando así los inconvenientes de la
inflación (art. 1734). Será al partidor a quien corresponda fijar el monto de la recompensa en
conformidad a las normas de la equidad. En otras palabras, no hay un sistema de
reajustabilidad establecido en la ley, debiendo en cada caso fijar la forma de reajustar las
recompensas.
Hernán Corral cree que si los cónyuges actúan de consuno podría aceptarse una dación en
pago de las recompensas.
3. Sin perjuicio de que la mujer renuncie a los gananciales ella conserva sus derechos y
obligaciones a las recompensas e indemnizaciones (Art. 1784).
A. Ordinaria
B. Extraordinaria.
154
a) El manejo de los negocios sociales
b) La administración de los bienes propios de la mujer, salvo que exista separación parcial
de bienes.
a) Art. 1749 inc.1: El marido es el jefe de la sociedad conyugal, y como tal administra los
bienes sociales y los de la mujer.
b) Art.1750 inc. 1: El marido es, respecto de terceros, dueño de los bienes sociales, como
si ellos y sus bienes propios formasen un solo patrimonio, de manera que durante la sociedad
los acreedores del marido podrán perseguir los bienes de éste como los sociales.
c) Art. 1753: Los frutos de los bienes propios de la mujer se entienden concedidos al
marido para soportar las cargas del matrimonio.
d) Art. 1752: La mujer por sí sola no tiene derecho alguno sobre los bienes sociales durante
la sociedad, salvo el caso del Art. 138 (dice 145).
e) Art.1754 inc. final: La mujer, por su parte, no podrá enajenar o gravar ni dar en
arrendamiento o ceder la tenencia de los bienes de su propiedad que administre el marido,
salvo en los casos del Art. 138 y 138 bis.
De todos estos artículos pareciera que el marido es dueño de los bienes sociales, no obstante,
lo cual en la realidad, y luego de una serie de modificaciones legales, esta situación se ha ido
transformando e incluso se ha llegado a hablar de una “coadministración” de la mujer ya
que ella tiene injerencia en la mayoría de actos de administración que se realizan durante la
sociedad conyugal.
2. Características.
1. Se trata de normas de orden público y por lo tanto los cónyuges de consuno no pueden
alterar estas reglas.
2. Las limitaciones a las facultades de administración del marido son excepcionales, por lo
tanto su interpretación debe ser restrictiva.
3. El marido responderá de los daños que cause con dolo o culpa grave durante su
administración.
4. La mujer puede pedir la separación judicial de bienes en caso de mala administración del
marido.
155
5. El administrador no está obligado a rendir cuenta de su administración, situación que se
discute respecto de los bienes propios de la mujer.
6. Los créditos que se originen para la mujer con ocasión de la administración del marido son
créditos privilegiados (cuarta clase, Art. 2481 Nº 3).
1. La enajenación o gravamen voluntario de los bienes raíces sociales (Art.1749 inc 3). La
156
limitación se refiere a las enajenaciones voluntarias y no a las decretadas por la justicia en
juicios ejecutivos o de quiebra.
- No quedaría comprendido en estas limitaciones la enajenación de un bien mueble.
- Si el marido es socio de una sociedad civil o comercial y esa sociedad es dueña de un
bien raíz, no se requiere de la autorización de la mujer para que se pueda enajenar el bien,
pues en tal caso el bien es de la sociedad civil o comercial de que se trate y no de la sociedad
conyugal, a menos que se haya declarado bien familiar.
- Si se impone una servidumbre legal a un predio social, no se requiere de la
autorización de la mujer, porque no se trata de un gravamen voluntario. Lo mismo si se
decreta un usufructo sobre un bien raíz social como forma de pagar una pensión alimenticia,
de acuerdo al art. 11 de la Ley N° 14.908, sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones
Alimenticias.
4. Disponer entre vivos a título gratuito de los bienes sociales, muebles o inmuebles, salvo
en el caso del Art. 1735 que son donaciones de poca monta atendida la fuerza del haber social
(Art.1749 inc 4)
5. No puede el marido dar en arriendo o ceder la tenencia de los bienes raíces sociales urbanos
por más de 5 años, ni los rústicos por más de 8, incluidas las prórrogas que hubiere pactado
el marido. (Art. 749 inc 4). Ramos Pazos opina que también se incluye el contrato de
comodato sobre un inmueble social.
6. Actos por medio de los cuales el marido se constituye aval, codeudor solidario, fiador u
otorga cualquier otra caución respecto de obligaciones contraídas por terceros. (Art. 1749 inc
5).
- Esta situación ha creado algunos problemas. Hay casos en que la celebración de un
contrato genera, como efecto del mismo contrato, responsabilidad solidaria o subsidiaria. Así
ocurre con la celebración de una sociedad colectiva mercantil (art. 370 del Código de
Comercio). La pregunta que surge es la siguiente: ¿debe la mujer autorizar la celebración de
este contrato? Situación parecida se presenta cuando se endosa una letra de cambio o un
cheque, en que de acuerdo al art. 25 de la Ley N° 18.092 surge responsabilidad solidaria para
el endosante. ¿Significa entonces que tales endosos debe también autorizarlos la mujer para
que las obligaciones provenientes de ese acto se puedan hacer efectivas en los bienes
sociales?. P. Rodríguez opina que en estos casos la responsabilidad solidaria del marido
157
deriva de un acto jurídico que no requiere de la autorización de la mujer para ejecutarlo.
7. Las subrogaciones que se hagan en bienes propios de la mujer. (Art. 1733 inciso final).
b) Autorización de la mujer.
En todos los casos recién señalados la mujer debe prestar su autorización al marido, si ello
no ocurre se aplicarán las sanciones que veremos.
A. Forma en que debe darse la autorización de la mujer (Art. 1749 inc 7).
1. Ella debe ser específica: es decir debe otorgarse para un acto jurídico determinado
refiriéndose precisamente al acto de que se trata. No es suficiente una autorización genérica
o en que no se describa o individualice el acto de que se trata. Así, por ejemplo, la mujer debe
autorizar la enajenación del inmueble ubicado en tal parte, inscrito a fojas tanto número tanto
año tanto, no siendo idónea una autorización genérica, para enajenar todos los inmuebles que
pertenecen o pertenezcan en el futuro a la sociedad, sin que ellos sean debidamente
singularizados. Aún más, se ha dicho que si se trata de una compraventa, la autorización
debiera señalar un precio mínimo de venta. Todo lo anterior carece de importancia, si la
mujer comparece al acto mismo de venta, pero cobra trascendencia, si su autorización la
otorga por instrumento separado o a través de un mandatario.
Problema: ¿Puede el marido constituir una hipoteca con garantía general? o, dicho de otro
modo, ¿cómo se concilia la exigencia de que la autorización debe ser específica, con la
institución de la hipoteca garantía general, que se caracteriza porque se constituye la hipoteca
para garantizar obligaciones de monto indeterminado, que se van contrayendo a futuro?
- Fernando Rozas sostiene que lo que se quiso evitar fue que la mujer, presionada por
su marido, diera autorizaciones genéricas en que no se supiera hasta dónde se comprometía
el patrimonio familiar. Por ejemplo, que el marido diera en hipoteca cualquier bien social
para garantizar toda clase de obligaciones. Esta autorización sería genérica, no específica, y
no cumpliría con lo que dispone el art. 1749, al respecto. Por el contrario, una autorización
en que se determine el bien que puede darse en hipoteca y en que se señala el deudor en favor
de quien se constituye, parece específica, aunque permita la cláusula garantía general.
- Pablo Rodríguez sostiene que la expresión “la autorización de la mujer deberá ser
específica” significa que la caución debe ser autorizada por la mujer, sin que ella pueda
genéricamente conferir autorización al marido para que constituya cauciones en favor de
terceros, ya sea en las capitulaciones matrimoniales o por acto posterior. Es evidente que esta
autorización no se opone a la constitución de una garantía general para caucionar
obligaciones presentes o futuras. Lo que la mujer autoriza es la caución y no las obligaciones
específicas que ella cubre, cuando tiene la modalidad aludida.
2. Debe ser solemne: la autorización debe otorgarse por escrito o por escritura pública si el
acto que se quiere ejecutar exigiere esta solemnidad. Así, por ejemplo, Si se da la autorización
para vender o hipotecar un bien raíz, debe darse por escritura pública; en cambio, si se
requiere para celebrar un contrato de promesa sobre un bien raíz social o para dar en arriendo
un bien raíz social, bastará con que se dé por escrito, porque ni la promesa ni el arriendo
requieren de escritura pública. En todo caso la autorización puede ser dada por la mujer
158
interviniendo expresa y directamente de cualquier modo en el acto.
3. La autorización puede prestarse por medio de mandato, este debe ser especial y deberá
constar por escrito o por escritura pública según el caso.
2. En caso de que la mujer tenga algún tipo de impedimento como el de ser menor de edad,
demente, ausencia real o aparente u otro y de la demora se siguiere perjuicio.
d) Si el tercero que adquirió el bien de manos del marido aún conserva la cosa, la sentencia
de nulidad lo afectará, pues la demanda de nulidad se interpondrá por la mujer en contra del
marido y de su adquirente. En cambio, si el adquirente hubiere a su vez enajenado la cosa, la
mujer tendría que deducir la acción de nulidad y también la acción reivindicatoria. En
cuanto a esta posibilidad de que la mujer pueda deducir acción reivindicatoria, contra el
tercero que hubiere adquirido el bien social de manos del primer comprador o de otro
posterior, del marido, sería necesario que previamente se decrete la separación judicial de
bienes (artículo 155) y por ende expire la sociedad conyugal. En efecto, vigente la sociedad
conyugal, frente a los terceros, el marido se mira como dueño exclusivo de los bienes sociales
(artículo 1750). Fallaría entonces el requisito indispensable para que prospere la acción
reivindicatoria: que el reivindicante sea dueño de la cosa. Disuelta que sea la sociedad
conyugal, la mujer será titular de derechos equivalentes al 50% de la cosa, y tendrá entonces
legitimación activa para interponer la acción reivindicatoria.
2. Segunda sanción:
En el caso del arrendamiento o de la cesión de la tenencia de los bienes raíces sociales el
contrato regirá solo por el tiempo señalado en el Art. 1749 inc 6, es decir la sanción es la
inoponibilidad del exceso de tiempo. (Art.1757 inc 1).
Considerando lo anterior, habría que preguntarse cuál debiera ser la acción de la mujer o de
sus herederos o cesionarios para invocar la inoponibilidad. Orrego cree que debe demandarse
la restitución del inmueble, por haber expirado el contrato. Ahora bien, estando vigente la
sociedad conyugal, podría estimarse que carece la mujer o sus causahabientes de legitimación
activa, pues ella no fue parte del contrato de arrendamiento y no puede tampoco
considerársele dueña de una cuota en el inmueble, pues el artículo 1750 del Código Civil le
atribuye al marido el dominio de los bienes sociales, respecto de terceros.
Por ello, parece prudente que previamente demande y obtenga la terminación de la sociedad
conyugal, fundándose en la causal de separación de hecho –si fuere el caso- (artículo 155,
160
inciso 3º del Código Civil), o en la causal de administración fraudulenta del marido (artículo
155, inciso 1º del Código Civil), cuyo sería el caso, pues el marido, a sabiendas, ha procedido
sin obtener la autorización de su mujer. Luego, disuelta la sociedad conyugal, será
copropietaria del inmueble cuya restitución demanda, debiendo en tal hipótesis prosperar la
acción.
3. Tercera sanción:
Si el marido ha constituido cauciones para garantizar obligaciones de terceros la sanción
consiste en que solo obligará sus bienes propios, o sea la sanción será la inoponibilidad del
acto a la sociedad conyugal y a la mujer (Art.1749 inc 5).
Se ha resuelto que si se embarga un bien social por una caución otorgada por el marido sin
la autorización de la mujer, la forma de reclamar de esta situación es pidiendo se excluya el
bien del embargo de acuerdo a lo dispuesto en el art. 519, inc. 2º del Código de Procedimiento
Civil, es decir, que el comunero se oponga al embargo sobre la cosa común embargada,
conforme al procedimiento de la tercería de dominio.
En los dos casos anteriores la inoponibilidad podrá hacerse valer por la mujer, sus herederos
o cesionarios. (1757 inc 2).
En este sentido el Art. 1749 inc. 2 señala que como administrador de la sociedad conyugal el
marido ejercerá los derechos de la mujer que siendo socia de una sociedad civil o comercial
se casare, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 150 c. c (que la mujer tenga patrimonio
reservado)
Es importante tener presente que el marido no ejerce estos derechos como representante
de la mujer, sino que en su calidad de administrador de la sociedad conyugal.
Puede suceder que la mujer sea la administradora de la sociedad civil o comercial antes de
casarse, circunstancia que no se ve alterada por el hecho de casarse en sociedad conyugal,
por dos razones:
161
El Art. 1749 inc. 2 termina diciendo “sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 150”, en
realidad es difícil imaginarse como puede darse esta situación ya que el Art. 150 recoge el
patrimonio reservado de la mujer casada y en la situación que analizamos la mujer ingresa a
una sociedad de personas antes del matrimonio.
2. Que ocurre cuando la mujer después de casarse o durante el matrimonio celebra un contrato
de sociedad.
Pueden plantearse aquí distintas hipótesis:
a) Si la mujer tiene un patrimonio reservado, del Art. 150, y actúa dentro de él: No hay
problema, se rige por las reglas del Art. 150.
Los autores están de acuerdo en que luego de la dictación de la ley 18.802 esas exigencias
están tácitamente derogadas desde el momento de que la mujer casada en sociedad conyugal
hoy es plenamente capaz.
Como la mujer no administra ordinariamente sus bienes propios ella deberá contar con la
autorización del marido para concretar el aporte a que se había obligado (con la
sociedad) y en caso de que no pueda efectuar ese aporte los demás socios tendrán derecho a
dar la sociedad por disuelta de acuerdo al Art. 2101 c. c
A este respecto Fernando Rozas Vial al comentar las modificaciones de la ley 18.802 plantea
que si el marido consiente en el aporte y efectúa él la tradición entonces el adquiere la calidad
de socio en esa sociedad. Tesis errada según la cátedra porque estamos en presencia de un
contrato intuito persona
E. Casos en que la mujer participa en la administración ordinaria de los bienes sociales y los
obliga:
5. Caso en que la mujer disponga por causa de muerte de una especie que pertenece a la
sociedad conyugal (1743). Si en la liquidación de la sociedad conyugal la especie legada se
adjudica a los herederos del testador, el asignatario podrá reclamarla en especie; si se adjudica
al otro cónyuge, el asignatario sólo podrá reclamar su valor. Este artículo constituye una
excepción al art. 1107 ya que el legado de especie que no es del testador adolece de
nulidad.
Sería un legado de especie ajena por aplicación de:
Art. 1749 inc 1
Art. 1750 inc 1
Art. 1752
6. Rene Ramos agrega que en el art. 1739 los incs. 4º y 5º. puede dares la siguiente situación
Dice el primero: "Tratándose de bienes muebles, los terceros que contraten a título oneroso
con cualquiera de los cónyuges quedarán a cubierto de toda reclamación que éstos –los
cónyuges– pudieran intentar fundada en que el bien es social o del otro cónyuge, siempre que
el cónyuge con-tratante haya hecho al tercero de buena fe la entrega o tradición del bien
respectivo". Ejemplo: un tercero compra a una mujer casada un refrigerador, un piano o un
televisor, y se le hace la correspondiente tradición. Esos bienes son sociales y por ende la
mujer no podría disponer de ellos. Por la misma razón, tales ventas son inoponibles a la
sociedad conyugal, y el marido podría
reivindicarlos. Sin embargo, el código, con el claro propósito de proteger a los terceros de
buena fe que contrataron con la mujer, establece que "quedarán a cubierto de toda
reclamación que éstos pudieren intentar fundada en que el bien es social". En el fondo, con
esta frase "quedarán a cubierto de toda reclamación” presume de derecho que el bien era
de la mujer y que por lo mismo podía venderlo. Para que opere esta situación tan
excepcional, se deben cumplir los siguientes requisitos que indica la norma:
1) Que se trate de bienes muebles;
2) Que el tercero esté de buena fe, esto es, que no sepa que el bien es social;
3) Que se haya efectuado la tradición del bien (justamente este requisito es el que justifica la
buena fe del tercero), y
4) Que no se trate de bienes sujetos a régimen de inscripción, pues sí así fuere y el bien está
163
inscrito a nombre del marido, desaparece la presunción de buena fe, desde que el tercero tenía
la forma de saber que el bien no era de la mujer (art. 1739, inc. 5)). Contrario sensu, si el bien
está inscrito a nombre de la mujer –situación muy corriente en el caso de los automóviles–)
la mujer lo vende, el tercero adquirente queda a cubierto de toda reclamación del marido.
De manera que si la mujer vende, como propios, un automóvil, o acciones de una sociedad
anónima, o una nave o aeronave –todos bienes sujetos a régimen de inscripción–, tal venta
es inoponible a la sociedad y el marido podría reivindicarlos, siempre que tales bienes se
encontraren inscritos a nombre del marido. Si están inscritos a nombre de la mujer, no cabe
la acción reivindicatoria del marido.
Frente a las facultades casi absolutas que la ley confiere al marido, se otorgan a la mujer
ciertas medidas de defensa, que constituyen una manifestación del principio de protección
del cónyuge más débil. Son las siguientes:
c) La mujer puede renunciar a los gananciales y con ello, no responder de ninguna deuda
social (arts. 1781 a 1785). Se trata de una ventaja.
d) La mujer se paga antes que el marido de las recompensas que le adeude la sociedad, y este
crédito aún puede hacerlo efectivo en los bienes propios del marido (artículo 1773). Es una
ventaja.
f) La ley ha excluido de la administración del marido, ciertos bienes que por su naturaleza
deberían ser sociales, sometiéndolos a un estatuto especial: ellos son los bienes que forman
el patrimonio reservado de la mujer y los demás bienes respecto de los cuales la ley la
considera parcialmente separada de bienes (artículos 166, 167, 252 y 1724). Es un correctivo.
2. Así mismo la norma constitucional sanciona la discriminación arbitraria, pero en este caso
en particular la discriminación tiene una justificación y se encuentra en que el marido debe
administrar los bienes de la mujer a fin de obtener de ellos frutos y solventar las necesidades
de la familia común.
a) Actos que el marido ejecuta por sí solo sobre bienes propios de la mujer.
2. El marido puede percibir los pagos que se le hacen a la mujer de todos los créditos
adeudados a ella antes del matrimonio.
3. El marido puede dar en arrendamiento o ceder la tenencia de los bienes raíces de la mujer
por un plazo inferior al señalado en el Art. 1756 c. c.
4. Adquisición de bienes raíces. Puede el marido adquirir por sí solo bienes inmuebles para
su mujer, que sean objeto de subrogación. De no haber subrogación, la adquisición será para
la sociedad conyugal.
5. Adquisición de bienes muebles. Puede el marido adquirir bienes muebles para su mujer,
por el precio y en las condiciones que estime convenientes (para ello, será necesario haber
destinado una suma en las capitulaciones matrimoniales).
1. Respecto de la enajenación o gravamen de los bienes raíces de la mujer. (1754 inc 1).
2. Está limitado también para enajenar o gravar los bienes muebles de la mujer que el marido
esté o pueda estar obligado a restituir en especie. (1755).
Aspectos importantes:
a) Articulo 1755 habla “otros bienes de la mujer “evidentemente son los bienes muebles
porque los inmuebles están tratados en el Art. 1754 inc 1 c.c.
b) El marido está obligado a restituir en especie los bienes muebles de la mujer que fueron
excluidos de la sociedad conyugal en virtud del Art. 1725 Nº 4 inc 2. También los derechos
de la mujer que siendo socia de una sociedad civil o mercantil, se casó.
c) El marido puede estar obligado a restituir en especie aquellos bienes muebles que la mujer
aporta en las capitulaciones matrimoniales al matrimonio debidamente tasados para que el
marido los restituya en especie o en valor a elección de la mujer.
5. Respecto de la aceptación o repudiación de una herencia o legado. (1225 inc 4). "El marido
requerirá el consentimiento de la mujer casada bajo el régimen de sociedad conyugal para
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aceptar o repudiar una asignación deferida a ella. Esta autorización se sujetará a lo dispuesto
en los dos últimos incisos del art. 1749”. La sanción es la nulidad relativa de esa aceptación
o repudiación, por tratarse de la omisión de un requisito establecido en favor de la mujer.
6. Respecto de la aceptación o repudiación de una donación hecha a la mujer (1411 inc final
en relación con el Art. 1225 inc 4).
7. Respecto del nombramiento de partidor tratándose de bienes en que tenga interés la mujer
(1320). El marido no puede proceder a nombrar partidor de los bienes en que su mujer sea
comunera, sean raíces o muebles, sin el consentimiento de ella, que podrá ser suplido por el
juez en caso de impedimento (art. 1326, 2º).
A juicio de Ramos Pazos la mujer también puede por si misma iniciar una acción para
nombrar al partidor, dado que desde que entró en vigencia la Ley N° 18.802, es plenamente
capaz para intentar acciones judiciales y es sabido que la solicitud de designación de partidor
es la forma de hacer efectiva la acción de partición.
8. Para provocar la partición de bienes en que tenga parte la mujer. (1322 inc 2).
El marido no puede provocar la partición en que tenga interés la mujer, sin su consentimiento
(art. 1322, 2º). No será necesaria esta autorización, cuando la partición ha sido provocada por
otro copartícipe, ya que la exigencia legal sólo opera cuando la iniciativa de la partición parte
en la mujer.
Ramos Pazos opina que también la mujer puede pedir por sí sola la partición de los bienes
en que tenga interés.
c) Autorización de la mujer.
Para celebrar los actos antes señalados el marido debe contar con la autorización de la mujer.
EL MARIDO ES QUIEN REALIZA LA ENAJENACIÓN. No obstante tratarse de bienes
propios de la mujer, quien comparece enajenando o gravando es el marido en su condición
de administrador de los bienes de su mujer. Esta última sólo presta su consentimiento en los
términos que señala el art. 1754.
3. En el caso del arrendamiento o cesión de la tenencia se aplica el Art. 1749 inc 7 y 8 y, por
lo tanto, la autorización del juez procede tanto frente a la imposibilidad como a la negativa
de la mujer (1756 inc 2). (Diferencia con dos casos anteriores acá es frente a negativa e
imposibilidad)
- En el caso que se efectué una subrogación sobre un bien propio de la mujer sin su
autorización el efecto que se producirá es que el inmueble ingresa al haber absoluto de la
sociedad conyugal y se genera recompensa a favor de ella. (Bien raíz adquirido a título
oneroso durante la vigencia de la sociedad conyugal). Como ingresa al haber absoluto,
normalmente no se generaría recompensa, pero en esta situación especial , en que falta la
autorización de la mujer en la subrogación, sí se genera.
1. Regla general: Art. 1754 inc final. La mujer no podrá enajenar o gravar ni dar en
arrendamiento o ceder la tenencia de los bienes de su propiedad que administra el marido. Es
decir, la regla general es que la mujer no interviene en la administración de sus bienes, puesto
que los administra el marido.
1. Articulo 138 inc 2: La primera situación se refiere al caso de que el marido se encuentre
impedido, siempre que el impedimento no fuere de larga e indefinida duración; en este
caso la mujer podrá actuar respecto de los bienes del marido, de la sociedad y de los suyos
que administre el marido, con autorización del juez, con conocimiento de causa y siempre
que de la demora se siguiere perjuicio.
2. Artículo 138 bis inc. 1: caso en que el marido se niega injustificadamente a ejecutar un
acto o celebrar un contrato respecto de un bien propio de la mujer, caso en el cual el
juez podrá autorizarla para actuar por sí misma previa audiencia a la que será citado el
marido. En todo caso, la mujer sólo puede recurrir al juez cuando se trate de actos que
conciernen exclusivamente a sus bienes y no a los sociales.
El art. 138 bis dispone también que podrá la mujer recurrir a la justicia en caso de negativa
del marido para nombrar partidor, provocar la partición o concurrir a ella cuando la mujer
tenga parte en la herencia. Llama la atención -al decir de Hernán Corral-, el que se permita a
la mujer pedir autorización para “concurrir” a una partición -se entiende- ya provocada.
Seguramente, la ley se está poniendo en el caso de una partición que ha sido provocada por
otro coasignatario, y en la que el marido se niega a participar como administrador de los
bienes propios de la mujer.
Agrega Corral que resulta criticable que el nuevo art. 138 bis se refiera sólo a la partición de
bienes “hereditarios”, sin que haya resuelto la situación de otras comunidades en las que
participe la mujer. Por analogía, debiera propiciarse la misma solución, máxime si el art.
2313 somete la división de toda comunidad a las reglas de la partición de la herencia. Se trata
de un ejemplo de interpretación extensiva de la ley.
La mujer, al actuar autorizada por la justicia pero contra la voluntad del marido, obligará sólo
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sus bienes propios, incluyendo los activos de sus patrimonios reservados o especiales de
los arts. 150, 166, 167 y 252. Los bienes sociales y los bienes propios del marido sólo
resultan obligados hasta concurrencia del beneficio que la sociedad o el marido hubieran
obtenido del acto (art. 138 bis, 2º), lo que tendrá que acreditar el acreedor.
Sanción:
Se ha discutido cual es la sanción de los actos realizados por la mujer sobre sus bienes propios
sin autorización de la justicia. Ej: la mujer enajena directamente un bien propio.
B. Administración Extraordinaria
1. Generalidades.
a) Definición:
Arturo Alessandri: Aquella que ejerce la mujer como curadora del marido o de sus bienes,
por incapacidad o por ausencia de éste, o un tercero en el mismo caso.
Lo que tipifica la administración extraordinaria es que la ejerza un curador del marido o de
sus bienes, que puede o no se la mujer. Lo normal será que la curadora sea la mujer y por
ello le corresponda la administración extraordinaria.
2. Art. 1758 inc. 1: La mujer que en caso de interdicción del marido, o por larga ausencia de
éste sin comunicación con su familia, hubiere sido nombrada curadora del marido o curadora
de sus bienes, tendrá por el mismo hecho la administración de la sociedad conyugal.
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3. Art. 1758 inc. 2: Si por incapacidad o excusa de la mujer se encargaren estas curadurías a
otra persona, dirigirá el curador la administración de la sociedad conyugal.
1. El Marido es menor de 18 años. Dispone el art. 139 que el marido menor de edad necesita
de un
curador para administrar la sociedad conyugal. La cuestión consiste en determinar si la mujer
puede ser curadora del marido menor de edad. Estima Rossel que la regla general hoy en día
es que la mujer podrá ser siempre curadora de su marido, salvo que haya una disposición
legal que lo prohíba expresamente, como en el caso del marido disipador (art. 450). Por tanto,
la mujer podrá ser curadora del marido menor de edad, después de ser llamadas las personas
que indica el art. 367. Nombrada curadora a falta de las personas que señala el artículo 367,
tendrá la mujer la administración de la sociedad conyugal.
El art. 473 señala por su parte los requisitos necesarios para que un ausente sea sometido a
curatela:
* ignorancia de su paradero;
* la falta de comunicación con los suyos;
* el perjuicio grave causado por esta ausencia al mismo ausente o a terceros; y
* el hecho de que el ausente no haya dejado apoderados o que sólo los haya constituido para
negocios especiales. En otras palabras, que no haya dejado mandatarios generales.
Por su parte, el art. 475 confiere esta curatela, en primer lugar, a la mujer, al remitirse al art.
462.
En caso de que la ausencia no dure lo suficiente como para justificar la curatela, el art. 138,
2º, prescribe que la mujer podrá actuar respecto de los bienes del marido, los sociales y los
suyos que administra el marido, con autorización del juez, con conocimiento de causa,
cuando de la demora se siguiere perjuicio. En este caso, como lo señalamos oportunamente,
no hay administración extraordinaria sino ordinaria.
En los dos primeros casos se designa un curador general, en el tercer caso (ausencia) se
designa un curador de bienes.
3. El curador estará obligado a rendir cuenta de su gestión, a diferencia de lo que sucede con
el marido en la administración ordinaria de la sociedad conyugal. Art. 415
5. El crédito del marido contra el curador que ejerza la administración extraordinaria, goza
de un privilegio de la 4ª clase, Art. 2481 N º 5 y Art. 2483.
2. Titularidad
4. Menor de edad.
El Art. 139 señala que el marido menor de edad necesita de curador para la administración
de la sociedad conyugal. A este respecto el Art. 367 no llama al cónyuge a la curatela de su
marido menor de edad; razón por la cual la mujer puede ser designada como curadora, pero
se tratará de una curaduría dativa y no legítima. Art. 353.
3. Cuando el marido sea menor de edad y la guarda se difiere a otro pariente de acuerdo al
Art. 367 y no al cónyuge. Respecto del marido menor de edad, cuando una de las personas
que indica el artículo 367, llamadas a la guarda legítima del menor con preferencia de la
mujer, acepta.
En estos tres casos, el curador del marido administrará también la sociedad conyugal,
conforme a las reglas establecidas para la administración de los curadores.
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c) Derecho especial de la mujer Art. 1762
Se refiere al caso en que la mujer no quiere tomar sobre sí la administración de la sociedad
conyugal ni someterse a la dirección del tercero, en esta situación la ley la faculta para pedir
la separación de bienes.
En similares términos está el Art. 450 inc. 2.
2. Que la curaduría del marido no se deba a su menor edad, ello por 2 razones fundamentales:
a) Esta curaduría es eminentemente transitoria (Máximo 2 años) y, por lo tanto, no tiene
sentido que haya lugar a la separación de bienes.
b) El Art. 1762 se refiere sólo a los casos del Art. 1758 que trata de la ausencia y de la
interdicción y no de la minoría de edad que está regulada en el Art. 139. En efecto, dado que
el derecho de la mujer para pedir la separación de bienes constituye una excepción a las
normas generales, sólo puede ejercitarse cuando la ley expresamente lo autoriza. Tratándose
del marido disipador, establece el derecho a pedir la separación de bienes el art. 450; en el
caso del marido demente, el art. 463; tratándose del sordo o sordomudo, el art. 470; y en el
caso del marido ausente, el art. 477, en relación con los arts. 1758 y 1762. Nada dice la ley
respecto del marido menor, de manera que puede concluirse que no le asiste a la mujer el
derecho en análisis.
b.1). Respecto de bienes propios de la mujer: No hay restricciones, puesto que es plenamente
capaz.
1. No puede gravar ni enajenar voluntariamente o prometer enajenar o gravar los bienes raíces
sociales, Art. 1759 inc. 2
2. No puede disponer entre vivos a título gratuito de los bienes sociales salvo el caso del Art.
1735. Art. 1759 inc. 3.
3. Tampoco puede constituirse en aval o deudora solidaria, fiadora u otorgar cualquier otra
caución respecto de terceros, Art. 1759 inc. 6
4. La mujer requiere de autorización para dar en arriendo o ceder la tenencia de los bienes
raíces sociales traspasando los límites que señala el Art. 1749 inc. 4°. Art. 1761.
Sanciones:
Si la mujer administradora celebra alguno de estos actos sin contar con la autorización de la
justicia
1. En los casos 1° y 2°: Nulidad Relativa, concediéndose la acción al marido, sus herederos
o cesionarios.
El cuadrienio para pedir la nulidad se contará desde que cese el hecho que motivó la
curaduría, pero en ningún caso se podrá pedir la nulidad pasados 10 años desde la
celebración del acto o contrato, Art. 1759 inc. 4 y 5.
- Que ocurre con los bienes propios del marido (Art. 1759 inc. 7)
En la administración de los bienes propios del marido se aplicarán las normas de la curaduría.
Lo anterior es importante porque por ejemplo para vender bienes raíces o bienes muebles
preciosos del marido la mujer requerirá autorización judicial y la venta deberá hacerse
en pública subasta. Arts. 393 y 394.
De los frutos de los bienes que administra el síndico se extraerá una cuota destinada a
solventar las necesidades del fallido y de su familia considerando la calidad de la situación
socioeconómica y la cuantía de los bienes.
Alessandri estima que no se requiere de decreto judicial cuando la curaduría tuvo como causa
la menor edad del marido ya que esta situación está regulada en el Art. 139 y no “en los
artículos precedentes” como lo señala el Art. 1763.
A) Causales
El Art. 1764 N° 1 no se aplica a la muerte presunta ya que ella está tratada en la causal N° 2.
Tampoco se aplica el Art. 1764 N° 1 a la declaración de nulidad del matrimonio ya que ésta
no disuelve la sociedad conyugal por cuanto se reputa no haber existido jamás el matrimonio
toda vez que el efecto de la nulidad del matrimonio es retrotraer a las partes al estado en que
se encontraban antes de contraer el matrimonio.
Que hayan transcurrido cinco años desde las últimas noticias y setenta años desde el
nacimiento del desaparecido (en relación con el artículo 82 del Código Civil, que establece
que en este caso, se concederá directamente la posesión definitiva de los bienes del
desaparecido);
Que hayan transcurrido cinco años desde que una persona recibió una herida grave en la
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guerra, o le sobrevino otro peligro semejante, y no se ha sabido más de ella (en relación al
artículo 81 número 7 del Código Civil, caso en el cual también se concederá de inmediato la
posesión definitiva de los bienes del desaparecido);
Que hayan transcurrido diez años desde la fecha de las últimas noticias, fijada en la
sentencia que declara la presunción de muerte, cualquiera que fuese la edad del desaparecido
si viviere (ahora, la disposición concuerda con la del artículo 82 del Código Civil, que
dispone que también se concederá la posesión definitiva de los bienes del desaparecido, una
vez transcurridos diez años desde la fecha de las últimas noticias);
Que haya transcurrido un año, desde el día presuntivo de la muerte, en el caso de la pérdida
de una nave o aeronave que no apareciere dentro de 3 meses (artículo 81 número 8 del Código
Civil);
Que haya transcurrido un año, desde el día presuntivo de la muerte, en el caso de un sismo
o catástrofe que no apareciere dentro de 6 meses (artículo 81 número 9 del Código Civil)
Si bien la sociedad conyugal se disuelve una vez que se dicta el decreto de posesión
provisoria, la sociedad se reputará disuelta realmente el día fijado por el juez como día
presuntivo de la muerte, esto es el primer día del último bienio contado desde la fecha de
las últimas noticias por regla general.
4. Por la sentencia que declara la separación total de bienes. Art. 1764 Nº 3 parte final.
En este sentido el Art.158 inc. 2 prescribe que una vez decretada la separación se procederá
a la división de los gananciales y al pago de recompensas o al cálculo del crédito de
participación en los gananciales según cual fuere el régimen a que se pone término.
Todos los autores están de acuerdo en que, en este caso, la disolución de la sociedad conyugal
se produce de pleno derecho, sin retroactividad, tanto respecto de los cónyuges como de
terceros —aunque éstos no conozcan la sentencia que decretó la separación— en el momento
mismo en que ejecutoriada ella, se subinscriba al margen de la respectiva inscripción
matrimonial (art. 4°, N° 4°, de la Ley sobre Registro Civil), sin necesidad de que el juez la
declare disuelta expresamente y aunque los cónyuges no procedan a su liquidación y
continúen en indivisión
1. Se genera entre los cónyuges o en su caso entre el cónyuge sobreviviente y los herederos
del desaparecido una comunidad, comunidad que tiene la particularidad de ser a título
universal ya que recae sobre la totalidad de un patrimonio, con un activo y un pasivo.
Se ha resuelto que procede la tercería de dominio deducida por un comunero para oponerse
al embargo de la cosa común por deuda de uno de los comuneros, pudiendo el acreedor dirigir
su acción sobre la parte o cuota que en la comunidad corresponda al deudor o exigir que con
su intervención se liquide la comunidad, de acuerdo con el art. 524 del Código de
Procedimiento Civil"
c) Todos los frutos de los bienes que la mujer administre en conformidad a los Arts. 166
y 167, y todos los bienes que con ellos adquirió, salvo que la mujer hubiere renunciado a los
gananciales.
Pasivo:
Todas las deudas sociales, incluidas las del patrimonio reservado de la mujer salvo que
hubiere renunciado a los gananciales.
3. Se fija el activo y pasivo de un modo irrevocable, sin perjuicio que el derecho de los
cónyuges pueda alterarse por compras posteriores, Art. 1739 inc final. Los bienes que se
adquieran después de la disolución no serán de esta comunidad sino del cónyuge adquirente,
salvo que la adquisición se haga de consuno. Sin embargo, en caso de duda el cónyuge
adquirente deberá probar que el bien le pertenece sólo a él, atendida la presunción de dominio
en favor de la sociedad conyugal, establecida en el último inciso del art. 1739, respecto de
los bienes muebles que cualquiera de los cónyuges adquiera a título oneroso una vez disuelta
la sociedad conyugal y antes de su liquidación.
Si el bien se adquiere después de disuelta la sociedad conyugal, pero en virtud de un
título anterior, tal bien ingresa a la masa común, por aplicación del principio
establecido en el art. 1736, inc. 1°.
A su vez, las obligaciones contraídas por el marido o por la mujer después de la disolución
sólo pueden perseguirse sobre los bienes que tenga el respectivo deudor y también sobre las
cuotas que tengan en los bienes comunes. Por ello, si por una deuda de este tipo se
embargaren bienes comunes, el otro cónyuge (o sus herederos) podrá plantear la
correspondiente tercería de dominio, para que se restrinja el embargo a la cuota que
corresponda.
4. Cesa el derecho legal de goce sobre los bienes propios de cada cónyuge
En este punto hay 2 aspectos importantes:
b) Acrecen al haber social los frutos que de los bienes sociales se perciban desde la
disolución de la sociedad, Art. 1772 inc. 2
Por ello, si la sociedad se disuelve un día 15 de agosto, por ejemplo, la renta de arriendo de
un bien raíz propio de uno de los cónyuges se reparte de la forma siguiente: la correspondiente
a los primeros quince días ingresa la masa común; la proveniente de los últimos quince días
incrementa el haber del cónyuge dueño.
a) Definición
Entendemos por tal el acto jurídico unilateral mediante el cual la mujer manifiesta su
voluntad de no llevar parte alguna de los gananciales habidos durante la sociedad conyugal.
La renuncia a los gananciales es un importante mecanismo que la ley ha previsto con la
finalidad de proteger a la mujer frente a la administración que hace el marido de la sociedad
conyugal. A este respecto la mujer o sus herederos mayores de edad pueden abdicar o
renunciar a todos los derechos sobre los bienes de la sociedad conyugal a cambio de una
absoluta irresponsabilidad en las deudas sociales.
El marido, atendido el fin que persigue esta institución, no puede renunciar a los gananciales
ya que se estaría aprovechando de su propia negligencia; sin perjuicio de lo cual atendido a
lo dispuesto en el Art. 12 c.c. el marido podría renunciar a sus derechos sobre los bienes
sociales; lo que constituiría una donación del marido en favor de su mujer.
1. Puede hacerse en las capitulaciones matrimoniales, Art. 1719. Si la mujer fuere menor de
edad requiere de autorización judicial, Art. 1721 inc. 1. Si la renuncia se hiciere en las
capitulaciones matrimoniales, el marido será dueño de los bienes sociales no sólo respecto a
terceros, sino también respecto a la mujer (art. 1783).
2. La mujer puede renunciar a los gananciales una vez disuelta la sociedad conyugal, Art.
1781.
Si la mujer o sus herederos fueren menores de edad requerirán también de autorización
judicial.
Para que la renuncia a los gananciales sea válida es necesario que no haya entrado en poder
de la mujer ninguna parte del haber social a título de gananciales, Art. 1782 inc. 1. Ello se
explica porque el hecho de recibir bienes a título de gananciales importa la aceptación de los
gananciales. Por ello, porque ya se aceptaron, no se pueden renunciar.
c) Características:
1. Acto jurídico unilateral, no es un contrato. Requiere únicamente de la voluntad de la mujer
o de sus herederos.
3. En un acto jurídico puro y simple, se aplica a este respecto por analogía el Art. 1227, según
el cual no se puede aceptar o repudiar condicionalmente ni hasta o desde cierto día.
Alessandri estima que la mujer o sus herederos podrían ser obligados, a petición del marido,
de sus herederos o de cualquier otro interesado a que manifiesten su voluntad de aceptar o
repudiar.
4. Es irrevocable, es decir, una vez hecha la renuncia ella no puede rescindirse a menos de
probarse que la mujer o sus herederos han renunciado a consecuencia de un engaño o de un
error justificable acerca del verdadero estado de los negocios sociales, Art. 1782 inc. 2.
5. La renuncia que haga la mujer debe ser total; la que hagan sus herederos puede ser parcial
y por lo tanto si solo una parte de los herederos de la mujer renuncian las porciones de los
que renuncian acrecen a la porción del marido, Art. 1785.
7. Es un derecho absoluto que puede ejercerse sin necesidad de que la mujer o sus herederos
motiven la actuación.
En principio el silencio de la mujer implica que ella acepta los gananciales, por cuanto esta
es la regla general, sin embargo en esta situación se entenderá que la mujer acepta con
beneficio de inventario, Art. 1767.
2. La mujer pierde todo derecho a los bienes que comprenden los gananciales y por lo tanto
los derechos de la sociedad y del marido se confunden e identifican aún respecto de ella, Art.
1783.
Recordemos que durante la vigencia de la sociedad esta identificación era sólo respecto de
terceros, Arts. 1749 inc. 1 y 1750.
a) Causales:
b) Plazos:
a) Dolo o Error: 4 años contados desde la disolución de la sociedad, Art.1782 inc. 3. Apunta
Rossel que tal plazo es curioso, pues la renuncia puede hacerse mucho después de la
disolución de la sociedad. Podría ocurrir, entonces, que si la mujer o sus herederos renuncian
después de transcurridos los cuatro años contados desde la disolución, no habría acción para
intentar rescindir dicha renuncia, aunque ella se hubiere obtenido por dolo, fuerza o a
consecuencia del error. En realidad, más lógico habría resultado que el plazo se hubiese
contado desde la renuncia, pues en tal momento se produjo el vicio que afectó la voluntad.
b) Fuerza: podrá impugnarse dentro de 4 años contados desde que ha cesado la violencia
c) Acción Pauliana: el plazo es de 1 año contado desde la renuncia, Art. 2468 inc. 3
Conforme al art. 1767, la mujer que no haya renunciado a los gananciales, se entenderá que
los acepta con beneficio de inventario. A pesar de que el Código Civil no reglamenta la
aceptación de los gananciales y sus efectos (dado que se trata de la situación normal), pueden
señalarse las siguientes reglas:
a) La aceptación puede ser expresa, tácita o presunta (art. 1767). Puesto que la aceptación
expresa no es un acto solemne, aplicando por analogía las reglas de la herencia, se podrá
hacer en escritura pública o privada o en un acto de tramitación judicial (art. 1242).
La aceptación tácita resulta de la ejecución de actos que presupongan la calidad de socio de
la sociedad conyugal, como por ejemplo si los cónyuges o ex cónyuges venden en conjunto
un bien de la comunidad; o si cualquiera de ellos pide la liquidación de la misma; también
implica aceptación tácita la incorporación al patrimonio de cualquiera parte de los
gananciales (art. 1782).
La aceptación presunta resulta del solo hecho de no renunciar a los gananciales en las
oportunidades establecidas por la ley; esta actitud negativa se presume aceptación (art. 1767).
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c) La aceptación debe ser pura y simple y referirse a la totalidad de los gananciales: se
desprende lo anterior del art. 1782, que establece que si entra al patrimonio de la mujer
cualquier parte del haber social, ya no podrá renunciar a los gananciales. En otras palabras,
se entienden totalmente aceptados.
A. Definición
Pablo Rodríguez: la define como un proceso complejo destinado a fijar los derechos de cada
uno de los cónyuges o de sus herederos asignándoles los bienes que les correspondan en
razón de las recompensas y de los gananciales.
Manuel Somarriva: señala que se trata del conjunto de operaciones que tiene por objeto
establecer si existen o no gananciales y en caso afirmativo partirlos por mitades entre los
cónyuges; reintegrar las recompensas que la sociedad adeude a los cónyuges o que éstos
adeuden a la sociedad; y reglamentar el pasivo de la sociedad conyugal.
Una vez disuelta la sociedad conyugal por el solo ministerio de la ley se forma una comunidad
de bienes, que luego será necesario partirla y para estos efectos el Art. 1776 señala que la
división de los bienes sociales se sujetará a las reglas dadas para la partición de los bienes
hereditarios.
Cabe consignar que si la mujer llega a ser heredera universal y exclusiva de su marido (dos
condiciones que no necesariamente convergen), no hay necesidad de proceder a la
liquidación de la sociedad, pues la mujer reúne en su persona la calidad de todos los
interesados en la liquidación. Así lo resolvió la Corte Suprema.
Tampoco se procederá a liquidar la sociedad conyugal, si la mujer o sus herederos renuncian
a los gananciales.
186
B. Oportunidad
La ley no obliga a efectuar una inmediata liquidación, es decir se puede permanecer en estado
de indivisión todo el tiempo que se desee sin perjuicio del derecho del comunero a pedir la
división del haber común. Art. 1317.
Lo más óptimo es proceder a la liquidación lo antes posible a fin de evitar problemas de
carácter patrimonial
2. Debe determinarse cuál es la masa partible, que es lo que se va a dividir, que bienes forman
la comunidad, y ello tiene distintas etapas:
d) Y en cuarto lugar la deducción del pasivo que puede hacerse en este momento o más
adelante.
4. División del pasivo, siempre que no se haya hecho en la segunda etapa cuarta fase
A. Oportunidad:
El articulo 1765 habla de “inmediatamente “no obstante lo cual no fija un plazo cierto. Los
autores están de acuerdo en que el espíritu del legislador es que esto se lleve a cabo en el
menor tiempo posible según las circunstancias del caso. No existe una sanción especial a este
respecto.
187
2. Bienes propios de cada cónyuge.
3. Bienes reservados salvo que la mujer o sus herederos hayan renunciado a los gananciales.
4. Los frutos de los bienes que la mujer administre separadamente ( 166 y 167), salvo que
ella o sus herederos hayan renunciado a los gananciales.
5. Los bienes que al tiempo de disolverse la sociedad conyugal se encontraban en poder del
marido o de la mujer.
1) Articulo 1765 se remite en esta materia a las normas sobre sucesión por causa de muerte
y en particular al artículo 1225 Código Civil, este último a su vez se remite a las normas
sobre tutores y curadores; Arts.382 y siguientes.
- Dice el art. 382: "El inventario hará relación de todos los bienes raíces y muebles de
la persona cuya hacienda se inventaría, particularizándolos uno a uno, o señalando
colectivamente los que consisten en número, peso o medida, con expresión de la cantidad y
calidad; sin perjuicio de hacer las explicaciones necesarias para poner a cubierto la
responsabilidad del guardador".
- El art. 384 agrega que "Debe comprender el inventario aun las cosas que no fueren
propias de la persona cuya hacienda se inventaría, si se encontraren entre las que lo son; y la
responsabilidad del tutor o curador se extenderá a las unas como a las otras".
- El hecho de señalar bienes en el inventario no constituye prueba de su dominio.
Así lo consigna el art. 385.
- Finalmente, si con posterioridad a la confección del inventario aparecieren nuevos
bienes, se debe hacer un nuevo inventario (art. 383).
a) Si hay cónyuge o herederos menores, dementes u otras personas inhábiles: deberá hacerse
inventario y tasación solemne. Si así no se hiciere, el que omitió la formalidad responderá de
todo perjuicio y además deberá legalizar el inventario lo antes posible; la omisión, como
vemos, no invalida la liquidación, sin perjuicio de la sanción de indemnizar los perjuicios
(art. 1766, 2º). Pablo Rodríguez: a su juicio estamos frente a una acción ordinaria de
perjuicios y, por tanto, prescribe en el plazo de 5 años.
1. Artículo 1765 se remite a las normas sobre sucesión por causa de muerte y en este caso en
particular al Art. 1335 según el cual la tasación se hará por peritos salvo que los
consignatarios legitima y unánimemente hayan convenido en otro valor para los bienes, o en
que se liciten las especies, en los casos previstos por la ley. Cuando la ley se refiere a
“legítimamente “lo que está exigiendo es que entre los coasignatarios no existen incapaces.
2. No obstante lo anterior el Art. 657 c.p.c. modificó el Art. 1335 del Código Civil, ya que
no se requiere de tasación solemne aun cuando entre los interesados haya incapaces
cuando se cumplan con los requisitos que establece el art.
Artículo 657 c. p .c Podrá, sin embargo, omitirse la tasación por peritos si el valor de los
bienes se fija por acuerdo unánime de las partes, o de sus representantes, aun cuando haya
entre aquéllas incapaces en los siguientes casos:
a) Que en los autos haya antecedentes que justifiquen la apreciación hecha por las
partes. La ley no los indicó, pero se entiende que se trata de documentos públicos o
privados que existan o se hayan incorporado al expediente particional. Tales son,
entre otros, las tasaciones periciales hechas por instituciones bancarias o de previsión;
el avalúo fiscal, el precio de venta de una propiedad similar y vecina, un contrato de
arrendamiento de reciente fecha.” Cabe indicar que la expresión “autos” no debemos
entenderla sólo como referida al juicio de partición, sino que también a la propia
escritura pública de partición, como ha concluido nuestra jurisprudencia.
c) Que se trate de fijar un mínimo para licitar bienes raíces con admisión de postores
extraños. Es decir, se venderán en pública subasta
189
3) De acuerdo con el Art. 1766 tienen un valor probatorio distinto la tasación simple de la
solemne.
Art. 1766 inc 1
4) De acuerdo con el Art. 1766 inciso 2 si se omite la tasación solemne a quien ello sea
imputable responderá de los perjuicios cuando entre los coasignatarios haya incapaces o
personas que no pueden administrar libremente sus bienes.
Aspectos importantes:
1. Qué entendemos por distracción:
Los autores señalan que se trata del caso en que se sustrae un Bien Social para apropiarlo en
forma exclusiva y en perjuicio de sus acreedores, herederos o cónyuge
1. Arturo Alessandri: Estima que ella consiste en que debe restituirse la cosa distraída u
ocultada mas su valor en dinero. (Postura con más adeptos). Ejemplo: el marido oculta 100
acciones del Banco de Chile con un valor de $ 3.500 cada una. La sanción sería que dicho
cónyuge pierde su derecho a las acciones y está obligado a restituirlas dobladas, es decir, la
acción más su valor, esto es. $ 3.500.
2. Amunategui: Señalaba que solo se pierde la porción que correspondía al cónyuge culpable.
3. Pablo Rodríguez: Señala que la especie distraída u ocultada será de dominio del cónyuge
inocente y el culpable debe integrar a la comunidad el valor de la misma doblada.
Que pasa con las normas sobre Prescripción en este delito civil del Art., 1768:
- Arturo Alessandri : estima que se aplica la regla general del Art. 2515 del Código
Civil y por lo tanto la acción prescribirá en 5 años contados desde la distracción u
ocultamiento.
- Todos los bienes muebles e inmuebles que existan en poder de los cónyuges al
disolverse
la sociedad, sean propios, sociales o reservados de la mujer. Con ello, se da aplicación
práctica al art. 1739, que establece una presunción de dominio a favor de la sociedad respecto
de toda cantidad de dinero y cosas fungibles y de toda especie de crédito o derecho que exista
en poder de cualquiera de los cónyuges al disolverse la sociedad y de los se adquieran entre
ese momento y su liquidación.
- También se va formar un cuerpo común de frutos que incluye aquellos que provengan
de los bienes ya señalados y también los provenientes de los bienes que la mujer administraba
separadamente de acuerdo con los artículos 166 y 167.
- Asimismo se acumularán imaginariamente, o sea en valores al haber social todo
aquello de que los cónyuges sean respectivamente deudores a la sociedad por vía de
recompensa o indemnización (1769 c. c).
- La acumulación procede aunque ambos cónyuges adeuden recompensas a la
sociedad. No cabe compensar entre ellos las recompensas y acumular sólo el saldo.
b) Segunda operación: Deducir los bienes propios: Hay que “pulir” el acervo ilíquido y
formar un acervo líquido.
Formado el acervo bruto de acuerdo con las operaciones anteriores, es necesario
transformarlo en un acervo líquido para lo cual cada uno de los cónyuges o sus herederos
tendrá derecho a deducir del acervo bruto las siguientes clases de bienes que están referidas
en el Art. 1770 inc 1:
1) Las especies o cuerpos ciertos que le pertenecen: Se trata de bienes propios, no bienes que
se tenían en copropiedad con el otro cónyuge.
* Aspectos importantes:
a. El retiro lo hace cada cónyuge a titulo de dueño ya que se trata de bienes propios, y este
retiro se hace materialmente.
b. Los bienes se retiran en el estado en que se encuentran aplicándose los artículos 1746 y
1771 respecto de los aumentos o deterioros de la cosa.
- Los aumentos que experimenten las especies por causas naturales, aprovechan al
cónyuge propietario, sin que éste adeude indemnización alguna a la sociedad (art. 1771,
inciso 2º). Esto es una justa contrapartida, al hecho de soportar el cónyuge propietario las
pérdidas o deterioros, salvo que se debieren a dolo o culpa grave del otro cónyuge, caso en
el cual el responsable deberá la correspondiente indemnización (art. 1771, inciso 1º).
- Pero por los aumentos que se deban a la industria humana (es decir, por mejoras), se
deberá recompensa a la sociedad (art. 1746).
191
c. Deben restituirse los bienes con sus frutos pendientes al tiempo de su restitución y también
los frutos percibidos desde el momento de la disolución (1772 inc 1).
d. ¿En qué plazo se restituyren? Tan pronto como fuere posible después de la terminación
del inventario y del avalúo. (1770 inc 2 primera parte).
e. Por regla general los bienes se restituyen al cónyuge propietario, pero por excepción en
dos casos se restituye al cónyuge no propietario:
a) Si el cónyuge sobreviviente y no propietario era heredero del cónyuge difunto.
b) Si los bienes sociales son insuficientes para pagar el haber de la mujer, es decir para
que ella efectúe sus deducciones; en esta situación la mujer podrá dirigirse contra los
bienes propios del marido que sean elegidos de común acuerdo o por el juez en
subsidio.
b. Estos retiros se hacen efectivo pagándose directamente con bienes sociales siguiendo el
siguiente orden: Primero dinero y bienes muebles y subsidiariamente bienes inmuebles (1773
inc. 1).
- Lo que se viene diciendo constituye una excepción a las reglas generales, puesto que
lo normal es que el acreedor persiga su crédito en los bienes del deudor, exigiendo se vendan
en pública subasta para pagarse con su producido (art. 2469). La excepción se explica por
varias razones:
a) porque el acreedor es también comunero en el bien;
b) porque de esa forma se evita la venta de bienes que a los cónyuges puede interesar
conservar, y
c) se evita una venta que puede ser inconveniente y que además causaría gastos.
- Este derecho de los cónyuges a cobrarse directamente en los bienes sociales, puede
ser renunciado, exigiendo se vendan los bienes sociales para pagarse con el producido del
remate, según las reglas generales. También, pueden ellos acordar que no se respete el orden
de prelación que indica el art. 1773.
c. Cuando el retiro se hace efectivo sobre bienes sociales estaremos en presencia de una
adjudicación ya que el pago se hace efectivo con bienes que pertenecen a ambos
192
cónyuges en condominio.
Si no hubiere bienes suficientes entonces la recompensa se pagará con los bienes propios del
marido y entonces habrá una dación en pago.
. Plazo: Estos retiros deberán efectuarse dentro de un año contado desde la fecha en que se
haya terminado de efectuar el inventario y tasación. Puede el juez ampliar o restringir este
plazo a petición de los interesados previo conocimiento de causa. (1770 inciso 2).
b) No siendo suficiente los bienes de la sociedad la mujer podrá hacer las deducciones que le
correspondan sobre los bienes del marido elegidos de común acuerdo o por el juez en
subsidio. (1773 inc. 2). Habrá una dación en pago y el título será entonces traslaticio y
no declarativo de dominio.
En el caso que la sociedad deba recompensas a los cónyuges o éstos a aquella contablemente
va a existir entre ambos una verdadera “cuenta corriente “que será necesario liquidar de la
siguiente manera:
1. Si practicada la liquidación resulta un saldo favorable para el cónyuge este hará la
respectiva deducción de acuerdo con las reglas vistas (1770- 1773).
193
d) Cuarta operación: Deducción del pasivo común:
- Del acervo liquido podrá deducirse (no necesariamente pagarse pudiendo, si así lo
desean, prescindir del pasivo y repartir sólo el activo) el pasivo social con lo cual se
determinará si existen o no ganancias y, en consecuencia, si la sociedad es o no solvente.
- Sólo se toman en cuenta las deudas sociales, no las personales de los cónyuges, pues
éstas afectan el patrimonio de cada cual, no el de la sociedad.
.
- De acuerdo con las normas sobre sucesión por causa de muerte los cónyuges podrán
acordar la forma en cómo se van a repartir las deudas, acuerdos que son inoponible a los
acreedores a menos que ellos acepten.
La Regla General la da el Art. 1774 según el cual ejecutadas las antedichas deducciones, el
residuo se dividirá por mitad entre los dos cónyuge. Esta regla general tiene algunas
excepciones:
2. Cuando la mujer o sus herederos mayores de edad han renunciado a los gananciales (1785).
Regla General: La regla general es que cada cónyuge deberá soportar la mitad de las
deudas sociales, lo que se desprende de conjugar los artículos 1777 y 1778.
195
1) Los cónyuges acuerdan un reparto diferente. Ello es pertinente en la especie por
aplicación de las normas sobre sucesión por causa de muerte, Arts. 1340 y 1359 en
relación con el artículo 1776. El acreedor no está obligado a respetar la división que
los cónyuges hagan de las deudas sociales, porque la liquidación de la sociedad
conyugal no es un modo de extinguir las obligaciones ni supone una especie de
novación por cambio de deudor
b) Fundamento:
El beneficio de emolumento es una contrapartida al derecho que tiene el marido de
administrar la sociedad conyugal la mujer no puede a través de una capitulación
matrimonial renunciar al beneficio de emolumento (1717) aunque sí puede efectuar esta
renuncia una vez disuelta la sociedad conyugal.
- Será oponible por vía de excepción cuando el marido haya pagado la deuda social y
él exija por vía de reembolso más de la mitad de sus gananciales.
Algunos autores tratan esta materia bajo el título de “regímenes anexos a la sociedad
conyugal. “, refiriéndose así a 3 tipos de situaciones diversas pero que giran en función de la
sociedad conyugal o que suponen su existencia., dentro de estas tres situaciones estos autores
incluyen los casos de los artículos 150, 166 y 167 c. c; estos dos últimos nosotros lo vamos
a estudiar al tiempo de analizar el régimen de separación de bienes.
1. Generalidades.
A. Antecedentes:
Esta institución no se encontraba en el Código Civil al tiempo en que éste entró en vigencia,
se incorporó al código luego de una ley francesa de 1907, se incorporó por el Decreto Ley
328 de 1925.
Luego de un trabajo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile se modificó el
patrimonio reservado a través de la ley 5521 del año 1934 y luego tuvo una modificación
importante con la ley 18.802 del año 1989.
B. Definición:
1. Pablo Rodríguez: Conjunto de bienes que la mujer obtiene con el fruto de su trabajo
separado del marido y los bienes que con ellos adquiere todos los cuales se presumen
pertenecerles exclusivamente durante la sociedad conyugal sin perjuicio de incorporarse al
activo de este si la mujer no renuncia a los gananciales.
2. A. Alessandri: Son bienes reservados los que la mujer obtiene con su trabajo separado del
marido y lo que con ellos adquiere.
C. Características:
a) Forman un patrimonio especial con un activo y con un pasivo, un administrador y con un
destino específico establecido en la ley.
b) Son bienes sociales porque provienen del trabajo de uno de los cónyuges (1725 Nº 1) ; no
obstante lo cual se sustraen de la administración del marido por cuanto son administrados
por la mujer . La mayor prueba de que son sociales está en que a la disolución de la sociedad
conyugal ingresan a la masa de gananciales, a menos que la mujer o sus herederos renuncien
a los gananciales.
c) El patrimonio reservado opera de pleno derecho por la sola circunstancia de reunirse las
exigencias que la ley establece, siempre que los cónyuges estén casados en sociedad
conyugal.
d) Es una institución de orden público; por ello el Art. 150 inciso 2 utiliza la expresión “no
obstante cualquier estipulación en contrario”
e) Es una protección que la ley confiere a la mujer que trabaja y por lo tanto solo le
corresponde a ella jamás al marido.
2. Requisitos:
1. Que la mujer ejecute un trabajo remunerado:
La única fuente de los bienes reservados es el trabajo de la mujer, en otras palabras, si la
mujer adquiere bienes de otra fuente por ejemplo de una herencia o legado esos bienes no
ingresarán al patrimonio reservado. Es decir cuando la ley se refiere al empleo, profesión,
industria u oficio se está colocando en el supuesto de que la mujer desarrolle una actividad
198
económica. Las labores domésticas que haga en el hogar o los servicios de beneficencia que
realice no van a generar bienes reservados. Cualquier trabajo remunerado, permanente,
accidental, industrial, agrícola, comercial, profesional, lícito o ilícito, público o privado, es
fuente de bienes reservados.
Si bien la ley expresamente no se refiere al trabajo remunerado, ello se infiere del Art. 150
inc 2 al decir “y de lo que en ellos obtenga “. Lo importante entonces es que debe existir una
relación causal al distinguir entre la remuneración que se obtenga y el trabajo que se
desarrolla.
Carece de importancia que el marido y a mujer realicen un mismo giro o actividad, tampoco
importa si reciben una misma o única remuneración o ella sea dividida o separada.(por
ejemplo trabajan en el mismo lugar y se les hace un mismo cheque)
En definitiva, éste es un requisito complejo que tendrá que ser ponderado en cada caso por
los tribunales
3. Frutos que provengan de los bienes producto del trabajo y de los bienes adquiridos con
esos productos. Se incluyen tanto los frutos civiles como los naturales.
4. Bienes que se adquieran con los precios obtenidos en la venta de los bienes que forman
parte del patrimonio reservado y los precios mismos.
a) Los actos o contratos celebrados por la mujer en esta administración separada, obligaran
los bienes comprendidos en ella y los que administrare con arreglo a las disposiciones de los
artículos 166 y 167.
b) Caso en que los bienes del marido responden de las deudas contraídas por la mujer en su
patrimonio reservado (161 inciso 2 y 3):
1) Cuando el marido accede como fiador o de otro modo a las obligaciones contraídas
por la mujer.
2) Cuando el marido ha reportado un beneficio de las obligaciones contraídas
comprendiéndose en este beneficio el de la familia común, en la parte en que de derecho
haya él debido proveer a las necesidades de ésta.
¿Estas obligaciones personales pueden satisfacerse (pagarse) con bienes que forman parte del
patrimonio reservado?
- Antes de la ley 18.802 del año 1989 el Art. 150 inc. 7 del c.c. disponía que “las
obligaciones personales de la mujer podrán perseguirse también sobre los bienes
comprendidos en dicha administración” (patrimonio reservado). La ley 18.802 suprimió
este inciso 7 de lo cual se desprende que las obligaciones personales de la mujer no pueden
solventarse con los bienes provenientes de este patrimonio reservado siendo entonces
estas obligaciones de cargo de la sociedad conyugal en conformidad al artículo 1740 Nº 3 del
c. c.
Pablo Rodríguez sostiene que de todos modos el patrimonio reservado responde de las deudas
personales por los siguientes antecedentes:
1. Articulo 137 incisos 1 c. c: Demuestra que el espíritu del legislador es que la mujer
responda de sus obligaciones personales con todos los bienes que componen los patrimonios
referidos en los artículos 150, 166 y 167 c. c.
201
2. No será justo, por ejemplo, que las indemnizaciones provenientes de delitos o cuasidelitos
cometidos por la mujer fueran solventados por la sociedad conyugal y no por los bienes
reservados de la mujer cuando ellos existieren. Si la mujer tiene patrimonio reservado ¿Por
qué no puede responder de estas obligaciones con él?.
Sin perjuicio de lo anterior el Art. 150 inc. 2 establece una limitación o excepción, en orden
a que si la mujer es menor de 18 años necesitara autorización judicial con conocimiento de
causa para enajenar o gravar bienes raíces.
Esta prueba puede interesar a la mujer, por ejemplo si ella demanda el cumplimiento de un
contrato celebrado en dicha administración, o puede interesar al marido, por ejemplo si un
tercero lo demanda a él por una obligación contraída en esa administración o en ese
patrimonio, o puede interesar a un tercero que contrate con la mujer cuando se pretenda por
la mujer o el marido atacar la validez del acto celebrado al amparo del art. 150, alegándose
la supuesta insuficiencia de las facultades de la mujer o la inexistencia de su patrimonio
reservado.
1. Que el bien objeto del contrato no sea un bien propio de la mujer que el marido esté o
pueda estar obligado a restituir en especie (es decir, que no sea de aquellos indicados en los
arts. 1754 y 1755). Así, el tercero deberá concluir que el bien no puede ser reservado, cuando,
por ejemplo, fue adquirido a título gratuito durante la vigencia de la sociedad conyugal o a
título oneroso antes del matrimonio, o si se trata de bienes muebles excluidos de la
comunidad en las capitulaciones matrimoniales.
2. Que la mujer acredite, mediante instrumento público o privado, que ejerce o ha ejercido
un empleo, oficio, profesión o industria separada de los de su marido.
Lo importante es que los documentos por si solos logren acreditar el trabajo separado de la
mujer, como por ejemplo una patente profesional o un contrato de trabajo. Un título
profesional por sí solo no es prueba suficiente, porque no acredita que la mujer efectivamente
ejerza la profesión a que tal título se refiere
También es importante que del tenor literal de la norma se desprenda que un solo documento
203
no es prueba suficiente. Sin embargo, según Ramos Pazos, esto no tendría ningún sentido,
desde que con un solo instrumento se puede probar el trabajo separado de la mujer.
4. En el acto o contrato debe hacerse referencia a los documentos que prueben que la mujer
ejerce un trabajo separada de su marido. (en la práctica, ellos se insertan al final del
instrumento). Cuando la mujer contrata dentro de su patrimonio reservado, por ejemplo,
comprando una propiedad, habrá de tomarse la precaución de insertar en la escritura de venta
algunos de los documentos que prueben el trabajo separado. No basta con que se diga que la
mujer actúa dentro de sus bienes reservados. Y no basta, porque al no insertarse el
instrumento, no opera la presunción, y los terceros que contrataron con ella pueden verse
expuestos a que el marido o la misma mujer discutan la validez del contrato fundados en que
no había patrimonio reservado.
Para estos efectos la mujer podrá utilizar todos los medios de prueba establecidos por la ley.
Si bien el inc. 3° establece que la mujer podrá servirse de todos los medios de prueba
establecidos en la ley, se ha entendido que no puede valerse de la confesión atendido lo dicho
en el inc. 2° del art. 1739: "ni la declaración de uno de los cónyuges que afirme ser suya o
debérsele una cosa, ni la confesión del otro, ni ambas juntas, se estimarán suficiente prueba,
aunque se hagan bajo juramento".
Sin embargo el exceso de rigor puede llegar a ser contraproducente, pues la prueba puede
llegar a tornarse imposible, ya que es difícil y sin duda no es lo usual que la mujer mientras
dure su patrimonio reservado lleve una verdadera contabilidad, y vaya guardando todos los
comprobantes de sus ingresos y gastos.
La corte resolvió el caso de una mujer casada en sociedad conyugal y separada de hecho
durante un largo tiempo, que adquirió un bien raíz sin indicar que lo hacía dentro de su
204
patrimonio reservado. Se admitió que la mujer pudiera acreditar posteriormente con diversas
pruebas que el bien tenía la condición de reservado.
En los siguientes casos, podrá exigirse al marido una cuota mayor en las obligaciones del
pasivo del patrimonio reservado:
* cuando no pueda probar el exceso de contribución que se le exige;
* cuando renuncia al beneficio de emolumento;
* cuando se ha constituido fiador o codeudor solidario de su mujer; y
* cuando garantizó la obligación de la mujer con prenda o hipoteca o cuando dicha obligación
cedió en su exclusivo beneficio o en el de la familia común.
c) Los acreedores del marido o de la sociedad no podrán perseguir los bienes reservados, a
menos que la obligación contraída por el marido, hubiere cedido en utilidad de la mujer.
205
Segundo Régimen económico del matrimonio:
SEPARACIÓN DE BIENES.
I. Generalidades.
Dispone al efecto el artículo 152 del Código Civil: “Separación de bienes es la que se efectúa
sin separación judicial, en virtud de decreto del tribunal competente, por disposición de la
ley, o por convención de las partes.” Como se desprende del precepto citado, no debemos
confundir la separación de bienes, con la separación judicial, mucho más radical que la
primera, y que estudiamos en el capítulo relativo a La Familia y el matrimonio.
1. Características:
Lo más importante es que cada cónyuge es titular de un patrimonio y lo administra con total
libertad, de manera que cada cónyuge se beneficia o perjudica de sus propios actos o
contratos que no afectarán el patrimonio del otro cónyuge (Art. 159 inc.1 y 173 ).
2. Clasificación:
a) Atendiendo a su fuente:
1. Judicial.
2. Legal.
3. Convencional.
b. Según su extensión:
1. Total
2. Parcial.
- La separación parcial de bienes se refiere siempre a solo una parte de los bienes de la mujer,
ello porque se trata de una forma de limitar la sociedad conyugal y a raíz de esto es que
algunos autores la incluyen dentro del título “regímenes anexos a la sociedad conyugal”
b) Cualquiera de los cónyuges podrá pedir la separación de bienes si el otro obligado al pago
de pensiones alimenticias en su favor o en el de sus hijos comunes hubiere sido apremiado
por dos veces en la forma señalada en el artículo 14 (Art. 19 de la Ley 14.908.), es decir,
arresto y multa.
- Pablo Rodríguez G. sostiene que esta causal "debe ser apreciada por el tribunal y
declararse la separación de bienes siempre que ella corresponda a dos o más apremios
alimenticios cuando ha habido culpa o dolo del alimentante"
- Como advierte Hernán Corral, la Ley Nº 19.335, al modificar el art. 19 de la Ley Nº
14.908 (en el sentido que también podrá pedirse la separación de bienes cuando no se paguen
pensiones alimenticias decretadas en favor de los hijos comunes), incurre en el error de
señalar que “ambos cónyuges” podrán pedir la separación judicial de bienes, en
circunstancias que el CC. sólo otorga este derecho a la mujer. Haciendo un esfuerzo de
interpretación integradora, señala este autor que podría circunscribirse la facultad del marido
para pedir la separación de bienes en el caso del art. 19 de la Ley Nº 14.908, al régimen de
participación en los gananciales (para sustituirlo por el de separación de bienes), manteniendo
la exclusividad del derecho de la mujer respecto de la sociedad conyugal. Lo anterior, porque
el error parece deberse a una inadvertencia en la tramitación del proyecto
3. Es una facultad irrenunciable para la mujer o para el otro cónyuge si correspondiere, así lo
dice el Art.153 c. c.
4. Es un derecho o facultad imprescriptible, toda vez que ella dura mientras se mantenga la
sociedad conyugal o el régimen de Participación en los Gananciales.
6. Una vez decretada por sentencia judicial es irrevocable, y por lo tanto no puede quedar sin
efecto ni por acuerdo de los cónyuges ni por resolución judicial (Art.165 inc 1).
7. Para que la mujer menor pueda pedir separación de bienes debe ser autorizada por un
curador especial (Art. 154).
207
B. Causales que autorizan a solicitar la separación de bienes
1. Rechazo de la mujer a tomar sobre sí la administración extraordinaria de la sociedad
conyugal, y negativa a someterse a un curador. (1762). La cuestión se tramitará ante el juez
de familia (artículo 8, número 14, letra a), Ley número 19.968).
3. Insolvencia del marido (155 inc 1). Está en insolvencia quien no puede cumplir sus
obligaciones por insuficiencia de su activo. No es necesaria la declaración de quiebra (art.
155, 1º). Lo que la mujer debe probar, en forma precisa, es que el pasivo del marido es
superior a su activo.
4. Por administración fraudulenta del marido (155 inc 1 parte 2). Procederá la separación,
cuando el marido administra fraudulentamente, ya sean los bienes sociales o sus bienes
propios o los de la mujer. Actos fraudulentos serán aquellos realizados por el marido con el
fin de perjudicar a la mujer en sus intereses actuales o en sus expectativas de gananciales.
La administración fraudulenta que el marido pueda hacer de bienes de terceros (de un pupilo,
de una sociedad, por ejemplo), no habilita para pedir la separación de bienes.
Podrá invocarse en este caso la confesión del marido, pues el art. 157 no se refiere a la
administración fraudulenta.
Esta causal es irrenunciable. Si la mujer renunciare a pedir separación de bienes por esta
causal, estaríamos ante la condonación del dolo futuro, prohibida por la ley (art. 1465).
Tampoco puede el marido en este caso enervar la acción de la mujer, rindiendo cauciones
para asegurar sus intereses.
Ramos Pazos opina que sería administración fraudulenta el hecho de que el marido
sistemáticamente compre bienes raíces de valor importante a nombre de sus hijos menores,
que definitivamente por su edad carecen de bienes, y posteriormente los venda, por cuanto
al actuar de ese modo evita que los bienes ingresen al activo absoluto de la sociedad conyugal
y se prescinde además de la autorización de la mujer para la enajenación, todo lo cual va a
significar a la postre perjuicio para esta última desde que esos bienes no ingresarán a los
gananciales.
5. Si el marido por su culpa no cumple con las obligaciones que le imponen los artículos 131
y 134 (155 inc 2 primera parte). Se trata especialmente de los deberes establecidos en
relación a la persona de los cónyuges: fidelidad, socorro mutuo, respeto.
6. Si el marido por su culpa incurre en alguna causal de separación judicial según los términos
de la LMC (155 inciso 2 primera parte).
C. Procedimiento:
A partir de la entrada en vigencia de los Tribunales de Familia esta materia queda sujeta al
procedimiento que esta ley establece.
1) Medidas precautorias:
Artículo 156 inciso 1: Demandada la separación de bienes, podrá el juez a petición de la
mujer, tomar las providencias que estime conducentes a la seguridad de los intereses de ésta,
mientras dure el juicio.
Este Art. es menos exigente que la norma general del Art. 298 C. P. C ya que éste último
exige que se acompañen comprobantes que constituyan a lo menos presunción grave del
derecho que se reclama. Es decir el Art. 156 inc. 1 del c.c. hace excepción al Art. 298 C.P.C.
2) Medidas prejudiciales:
Cuando la causal invocada sea la separación de hecho o la ausencia del marido podrá el juez,
en cualquier tiempo, procediendo con conocimiento de causa, tomar las mismas providencias
antes indicadas aun antes de demandarse la separación de bienes. En este caso el juez le
exigirá a la mujer caución de resultas si lo estima conveniente.(156 inc.2)
3) Prueba:
En el juicio correspondiente la mujer podrá valerse de todos los medios de prueba que la ley
establece con una sola limitación que se encuentra en el artículo 157 c.c. en virtud del cual
cuando la causal invocada sea el mal estado de los negocios del marido la confesión de éste
no hace prueba.
D. Efectos.
1. Una vez decretada la separación judicial de bienes ella produce la disolución de la
sociedad conyugal (1764 Nº 3) y la terminación del Régimen de Participación en los
gananciales (1792-27 Nº 5). En similares términos lo plantea el artículo 158 inciso 2 en
virtud del cual una vez decretada la separación , se procederá a la división de los gananciales
y al pago de recompensas o al cálculo del crédito de participación en los gananciales, según
cual fuere el régimen al que se pone termino.
La sentencia que decreta la separación judicial no tiene efectos retroactivos sino que se
209
pronuncia hacia el futuro.
5. En el evento de que el marido o la mujer fueren incapaces se les dará para la administración
de sus bienes un curador, quien no puede ser el otro cónyuge (163 en relación con el 1503
inc 1).
6. Decretada la separación judicial ella es irrevocable y no podrá quedar sin efecto ni por
resolución judicial, ni por acuerdo de los cónyuges (165 inciso 1).
7. Por regla general los acreedores de la mujer separada de bienes solo tendrán acción sobre
los bienes de la mujer respecto de los actos o contratos que ella haya válidamente celebrado.
Por excepción pueden los acreedores dirigirse contra los bienes del marido en los siguientes
casos: Art.161
a. Cuando el marido ha accedido como fiador, o de otro modo, a las obligaciones contraídas
por la mujer.
b. Cuando el acto o contrato ha reportado un beneficio ya sea al marido o a la familia común,
en esta última situación en la parte en que de derecho haya él debido proveer a las necesidades
de ésta.
8. Subsiste el matrimonio.
a) Total:
- Que se produce cuando existe separación judicial (como sinónimo de ruptura
matrimonial), en los términos de la ley de matrimonio civil
- Cónyuges casados en el extranjeo: Además esta separación total se produce en el
caso del Art.135 inc 2 C. C
b) Parcial:
Se puede producir cuando:
a. Existe Patrimonio reservado de la mujer casada en sociedad conyugal. (150).
b. Cuando existe uno de los patrimonios especiales consagrado en los artículos 166 y 167 c.
c.
c. Caso de separación parcial de bienes, establecido en el art. 252, inciso 3º.
211
d. Caso de separación parcial de bienes, establecido en el artículo 1724.
1. La separación judicial produce sus efectos desde la fecha en que queda ejecutoriada la
sentencia que la decreta (32 inciso 1 LMC).
2. Los cónyuges separados judicialmente administran sus bienes con plena independencia
uno de otro en los términos del Art. 159 (173 inc. 1)
4. Se aplican a este caso los artículos 160, 161, 162 y 163 del c.c.
2. Personas que se han casado en el extranjero. ( en realidad, se aplica a los extranjeros que
se casan en el extranjero)
Art.135 inc 2
Se presenta esta situación cuando:
a. Se ha contraído matrimonio en el extranjero.
En este caso va a cobrar aplicación la regla general del Art.16 inc 3 del C. C ya que sin
importar el régimen económico que le corresponda a los cónyuges según la ley extranjera en
Chile ellos se van a mirar como separados de bienes.
La aplicación del artículo 135 inc 2 c.c. ha traído ciertas dudas en doctrina:
212
1. Si el artículo 135 inciso 2 se aplica a los casados en el extranjero que se domicilian en
Chile o si también se aplica a los que se encuentran en el país en forma transitoria.
- Rene Ramos: Estima que se aplica a ambas situaciones por los siguientes motivos:
a) La ley es obligatoria para todos los habitantes de la Republica, inclusos los extranjeros.
3. Importante ¿El artículo 135 inc. 2 se aplica a todos quienes se casan en el extranjero
incluido los chilenos?
El Art. 135 inc.2 no se aplica a los chilenos que se casan en el extranjero ello en virtud del
Art.15 inc. 2 del c.c. que es el caso excepcional de aplicación extraterritorial de las leyes
patrias, de manera que el chileno que se casa en el extranjero, y por ende, si nada dicen
al momento de inscribir su matrimonio en Chile, se entenderán casados bajo el régimen
de sociedad conyugal, salvo que pacte la Separación de bienes o régimen de participación
en los gananciales. ( 135 inciso 1 ).
Con anterioridad, el inc. 2° del art. 135 decía: "Los que se hayan casado en país extranjero y
pasaren a domiciliarse en Chile, se mirarán como separados de bienes, siempre que en
conformidad a las leyes bajo cuyo imperio se casaron, no haya habido entre ellos sociedad
de bienes".
La diferencia entre la disposición antigua y la nueva es sustancial. Bajo el imperio del anterior
art. 135, los casados en el extranjero que pasaban a domiciliarse en Chile se entendían se-
parados de bienes, salvo que de acuerdo a las leyes bajo las cuales se casaron hubiera habido
entre ellos sociedad de bienes. De manera que frente a un matrimonio verificado en el
extranjero, para saber qué régimen matrimonial tenían en Chile, había que estudiar si en el
país en que se habían casado había o no sociedad de bienes, qué tipo de sociedad y si se
habían casado de acuerdo a ese régimen. No era entonces una tarea fácil, pues suponía el
estudio de la legislación extranjera. Y más se complicaba el cuadro, porque aun existiendo
sociedad de bienes, era necesario estudiar su
naturaleza para saber si era semejante a la sociedad de bienes chilena.
Con la modificación introducida por la Ley N° 18.802, cambió radicalmente la situación. Las
personas que se casan en el extranjero se entienden separadas de bienes en Chile. Sin
embargo, la ley les da la oportunidad de pactar sociedad de bienes o participación en los
gananciales,
Jurisprudencia Aplicación del inciso 2º del artículo 135 sólo a los extranjeros. De acuerdo
con el inciso 2º del artículo 135 del Código Civil, "los que se hayan casado en país extranjero
y pasaren a domiciliarse en Chile, se mirarán como separados de bienes, siempre que en
conformidad a las leyes bajo cuyo imperio se casaron, no haya habido entre ellos sociedad
de bienes".
213
Para determinar a quiénes comprende esta disposición es preciso recordar que el Código
Civil, antes de las reformas, aceptaba para los matrimonios celebrados en el país, como único
régimen, el de la comunidad de bienes denominado sociedad conyugal (que es una sociedad
universal de gananciales); obvio es entonces que el inciso 2º del artículo 135 no cabía
aplicarlo a los chilenos que se casaran en el extranjero, pues de lo contrario quedarían en una
situación distinta de la que tendrían si celebraran el matrimonio en Chile, y el legislador
habría permitido burlar fácilmente sus disposiciones con sólo ausentarse del país para
contraer el vínculo en otro que no consagrara el único régimen permitido entonces en Chile.
Ateniéndose a los principios que sobre estatuto personal de los chilenos señala el artículo 15
del Código Civil, el inciso 2º del mencionado artículo 135 debe interpretarse como
establecido para el matrimonio de extranjeros realizado fuera del país y no para el que se
contrae entre dos chilenos fuera de nuestro territorio. Así fluye del espíritu y el contexto de
la legislación, sin que sea dable sostener otra interpretación por el hecho de que después de
las reformas pueda pactarse desde un comienzo, al celebrarse el matrimonio, separación de
bienes, siempre que se haga expresamente, cosa que al entrar en vigencia el Código no se
podía hacer, conforme a lo dispuesto en los artículos 15 y 135.
4. ¿Por qué el art 135 in 2 contempla la separación de bienes como régimen supletorio y no
sociedad conyugal? A juicio de Ambrosio Rodríguez de debe a que el régimen de sociedad
conyugal es muy poco frecuente en el mundo, y no es homologable a otros sistemas
extranjeros.
Entonces, para efectos prácticos, se optó por la separación de bienes, porque tiene aplicación
genérica y es más fácil de operar. Los demás sistemas exigen examinar acto a acto, quién y
con quién se debe realizar, etc.
Sin embargo, se puede presentar un problema: en el otro país, en donde se casaron, siguen
casados bajo el sistema de dicho país. Podría darse un problema de Duplicidad de régimen
matrimonial.
Atendido a que esta separación ha sido prevista por la ley se estima que es en un caso de
separación legal, no obstante que desde la perspectiva de la fuente remota ella se origina en
este acto jurídico gratuito.
Pablo Rodríguez asimila la situación prevista en el Art.1724 al caso regulado en el Art. 166;
para efectuar esta asimilación señala que si el marido no tiene derecho a percibir los frutos
que provengan de los bienes propios de la mujer es porque en la realidad tampoco tiene la
administración respecto de esos mismos bienes y por lo tanto se va a aplicar el sistema
recogido en el Art. 166 c.c.
2. Que el autor de dicha liberalidad los haya dejado a la mujer con la condición precisa de
que las cosas donadas, heredadas o legadas no sean administradas por el marido.
C. Efectos.
1. La mujer administra estos bienes con independencia del marido ( 166 Nº 1 , 173 y 159 ) .
2. Ambos cónyuges deben proveer a las necesidades de la familia común a proporción de sus
facultades y en caso de haber disputa el juez reglara la contribución ( 160, 166 Nº 1 y 134 ) .
3. Los actos o contratos que la mujer ejecute dentro de esta administración solo darán acción
sobre los bienes que componen este patrimonio.
A juicio de la cátedra también dan acción respecto de los bienes que conforman el Patrimonio
Reservado y los bienes a que se refiere el Art.167 si existieren, pero no darán acción contra
los bienes del marido sino de acuerdo a lo previsto en el Art. 161 ( 166 Nº 1 ) .
4. Los acreedores del marido no tendrán acción contra los bienes que la mujer administra en
este Patrimonio Separado a menos que probaren que el contrato cedió en utilidad de la mujer
o de la familia común (artículo 166 numero 2).
5. Estos bienes van a responder en los casos que la mujer haya ejecutado un acto o celebrado
215
un contrato respecto del bien propio administrado por el marido siempre que ella haya sido
autorizada por la justicia frente a una negativa injustificada del marido. (138 Bis).
7. Si la mujer fuere incapaz se le dará un curador para que administre sus bienes, sin aplicarse
el Art. 503 ya que estamos en presencia de un caso de separación parcial de bienes.
(166 Nº 1 y 163).
8. Los frutos de los bienes que administra la mujer, y todo lo que con ellos adquiera, le
pertenecerán; pero disuelta la sociedad conyugal, dichos frutos y bienes incrementarán el
haber social, a menos que la mujer renuncie a sus gananciales. Lo anterior, dado que se
aplican al efecto las mismas reglas que respecto del patrimonio reservado (art. 166 Nº 3). En
todo caso, cabe advertir que la regla anterior sólo se aplica a los frutos y a las cosas que con
ellos adquiera, pero no afecta a los bienes donados, heredados o legados, los que
permanecerán en el dominio de la mujer: se trata de bienes propios, que no entran al haber
social aunque la mujer acepte los gananciales.
9. Disuelta la sociedad conyugal las obligaciones contraídas por la mujer en ejercicio de esta
administración separada podrán ser perseguidas sobre todos sus bienes (166 Nº1 parte final
).
Establece el artículo 1724 que si a cualquiera de los cónyuges se hiciere una donación o se
dejare una herencia o legado con la condición impuesta por el donante o testador de que los
frutos de las cosas donadas, heredadas o legadas no pertenezcan a la sociedad conyugal,
valdrá la condición, con una excepción: no valdrá, si los bienes han sido donados o asignados
a título de legítima rigorosa (lo que se explica, ya que esta asignación forzosa no puede ser
objeto de condición, plazo, modo o gravamen alguno, conforme lo establece el artículo 1192).
Así las cosas, dado que los frutos no ingresarán al haber de la sociedad conyugal, forman un
patrimonio separado, que administra el cónyuge beneficiario de la liberalidad. Se trata de una
excepción a la regla general, en virtud de la cual los frutos de los bienes propios de los
cónyuges, ingresan al haber real de la sociedad conyugal.
1. Generalidades.
La definición está también en el Art. 152 según el cual la separación de bienes es la que se
efectúa sin separación judicial por convención de las partes.
a) Antes del matrimonio por medio de una capitulación matrimonial (Art. 1720 inc. 1).
b) En el acto del matrimonio en una capitulación matrimonial ( 1715 inc 2 c.c. y 38 inc
2 de la Ley de Registro Civil )
a) Requisitos:
1) El pacto debe ser celebrado por cónyuges mayores de edad.
Frente a la infracción de este requisitito hay una discusión en cuanto a su sanción. Algunos
plantean que sería la Nulidad Absoluta ya que se trata de una norma prohibitiva , otros
señalan que la sanción es la regla general de la Nulidad Relativa ya que la exigencia del
Art. 1723 atiende al estado o calidad de las personas que intervienen en el acto o contrato (
esta es la postura más aceptada ).
En virtud del artículo 1766 del Código Civil para los efectos de proceder a la liquidación de
la Sociedad Conyugal se requiere de un inventario solemne. (En razón del artículo 1723
inciso 2 es que citamos la opinión de Ramón Domínguez Águila en el evento que la
liquidación de la Sociedad Conyugal se lleve a cabo en la misma escritura pública, no será
menester el inventario solemne por cuanto la solemnidad la da la misma escritura pública)
En todo caso, las convenciones sólo serán validas y eficaces desde el momento en que se
subinscriba la escritura dentro de plazo. El pacto, por ende, en cuanto a sus efectos, no se
retrotrae a la fecha en que se estipuló. Los efectos sólo se producirán a partir de la fecha de
subinscripción.
2. Este pacto no es susceptible de condición, plazo o modo alguno (1723 inc. final).
3.Este pacto no podrá perjudicar de manera alguna los derechos válidamente adquirido por
terceros respecto del marido o de la mujer (1723 inciso 2).
Los casos en que puede producirse esta separación convencional parcial son los siguientes:
1. Si en las capitulaciones matrimoniales se hubiere estipulado que la mujer administrará
218
separadamente alguna parte de sus bienes.
2. Se puede estipular que la mujer dispondrá libremente de una determinada suma de dinero,
o de una determinada pensión periódica, pacto que producirá los efectos que señala el artículo
167.
(1720 inciso 2).
A juicio de Hernán Corral si en las capitulaciones matrimoniales se eximen de la comunión
cualquiera parte de las especies muebles de los cónyuges (1725 N.º 4 inc 2) asignando esos
bienes a la mujer estaremos en presencia de los bienes muebles administrados por el marido
(bienes propios de la mujer) sin que se configure un caso de separación convencional de
bienes, ya que para que esto último suceda es necesario que la administración de los bienes
le corresponda a la mujer.
El efecto de la separación convencional parcial lo regula el Art.167 haciendo aplicable las
normas del Art. 166, por lo que nos remitimos a ellas.
I. Generalidades.
A. Antecedentes.
Este régimen fue incorporado a nuestra legislación por medio de la ley 19.335 de 23 de
Septiembre de 1994 la que entró en vigencia el 24 de diciembre de 1994.
Las fuentes formales de este régimen son una ley francesa de 1965, una ley Alemana de 1957
además de los códigos civiles de Perú, España y Québec.
Este régimen surge como una forma de reconocimiento de los cambios que ha experimentado
la sociedad moderna y en particular el ingreso de la mujer al mundo laboral y el término de
lo que antiguamente se llamaba la “potestad marital” que importaba una subordinación
absoluta de la mujer al marido.
En consecuencia este régimen lo que busca es armonizar la plena capacidad e independencia
económica de los cónyuges con la convivencia que implica la vida matrimonial.
En otras palabras se persigue articular los intereses del marido y de la mujer en la vida
económica del matrimonio; de manera de procurar que lo obtenido por ellos durante el
matrimonio aproveche a ambos en forma equitativa; partiendo del principio de que la
convivencia es fuente importante del éxito económico que cualquiera de los cónyuges
obtenga durante el matrimonio.
Permite este régimen la plena capacidad de la mujer, con lo que se eliminan los
inconvenientes de la comunidad. Asimismo, da participación a la mujer en las utilidades
producidas por el marido. Con ello, se elimina el inconveniente más grave del régimen de
separación, en el cual en ocasiones la mujer, por estar impedida de producir por sus afanes
domésticos, pierde toda expectativa en participar en las utilidades obtenidas por el marido,
las que no pocas veces la mujer contribuyó a formar.
Se afirma que si bien este régimen es el que más ventajas ofrece desde un punto de vista
abstracto, en la práctica coloca en peor situación al cónyuge que trabaja, produce y ahorra,
frente al que consume, mal o bien, el producto de su actividad. El primero deberá contribuir
con la mitad de sus bienes a sustentar la vida del que nada tiene. Puede constituir, por ende,
219
un seguro a favor de la desidia y de la imprevisión.
B. Definiciones.
Pablo Rodríguez Grez a la luz del artículo 1792-2 lo define como el régimen patrimonial en
el cual ambos cónyuges conservan la facultad de administrar sus bienes sin otras restricciones
que aquellas consagradas en la ley, debiendo al momento de su extinción compensarse las
utilidades que cada uno obtuvo a título oneroso configurándose entonces un crédito en dinero
a favor de aquel que obtuvo menos ganancias de modo que ambos cónyuges participan por
mitades en el excedente.
c) Se trata de un Régimen convencional, ya que requiere del acuerdo de los cónyuges para
su nacimiento
e) Es un sistema crediticio, toda vez que al final del régimen opera entre los cónyuges una
compensación en los patrimonios originándose, a raíz de ello, un crédito a favor de aquel
que hubiere resultado más perjudicado.
Hay autores, como Claudia Schmidt, que hablan de “crédito compensatorio” (lo denominan
así) ya que el mismo está destinado a equilibrar en forma definitiva el beneficio que a cada
cónyuge corresponde.
f) Durante su vigencia, los cónyuges están separados de bienes: dispone el artículo 1792-2
que durante la vigencia del régimen de participación en los gananciales, los patrimonios del
marido y de la mujer se mantienen separados. En consecuencia, cada uno de los cónyuges
administra libremente lo suyo (con la limitación que apuntaremos respecto al otorgamiento
de cauciones personales y teniendo presente la institución de los bienes familiares).
220
D. Clasificación.
En doctrina se reconocen 2 grandes sistemas de participación en los gananciales.
La Ley 19.335 opto por el sistema crediticio y, por lo tanto, durante la vigencia del régimen
y luego de su extinción los patrimonios de ambos cónyuges se mantienen separadamente, no
formándose jamás una comunidad entre ellos.
Lo anterior se desprende del artículo 1792-5 inciso 1 el que señala que a la disolución del
régimen de participación en los gananciales los patrimonios de los cónyuges permanecerán
separados, conservando éstos o sus causahabientes (herederos) plenas facultades de
administración y disposición de sus bienes.
a) Se puede pactar este régimen en las capitulaciones matrimoniales que celebren los esposos
antes del matrimonio (1792-1 inc1).
b) Se puede pactar también por medio de una capitulación matrimonial en el acto del
matrimonio.
(1792-1 inc. 1 en relación con 1715 inc. 2 c.c. y 38 inc. Ley registro civil)
c) Se puede acceder también a este régimen durante el matrimonio, caso en el cual los
cónyuges celebran una convención matrimonial por medio de la cual sustituyen el régimen
de Sociedad Conyugal o el de Separación total de bienes por el de Participación en los
Gananciales.
(1723 y 1792-1 inc.2)
3. Inventario.
Como es necesario comparar al final del régimen la participación de cada uno de los cónyuges
resulta fundamental conocer de qué bienes eran titulares el marido y la mujer al momento de
casarse, para tales efectos el artículo 1792-11 dispone que los cónyuges o esposos, al
momento de pactar este régimen, deberán efectuar un inventario simple de los bienes que
componen el patrimonio originario.
1. Regla general: La regla general es que durante el matrimonio cada cónyuge administra en
forma separada e independiente sus bienes, conservando la facultad de disponer libremente
de ellos y la de usar y gozar. Tal regla se encuentra consagrada en el Art. 1792-2 inciso 1
primera parte.
La doctrina estima que se trata de una norma de orden público toda vez que constituye un
elemento de la esencia del régimen y por lo tanto no pueden las partes convencionalmente
alterar esta regla.
2. Restricciones:
Sin perjuicio de lo anterior existen restricciones (1792-3):
a) Ninguno de los cónyuges podrá otorgar cauciones personales para garantizar obligaciones
de terceros sin el consentimiento del otro cónyuge. Esta autorización se sujetará a lo
establecido en los artículos 142 inciso 2 y 144 es decir; ella debe conferirse en forma expresa
y directa.
No existe razón, en doctrina, por las cuales la limitación se restrinja solo a las cauciones
personales y no se extienda también a las cauciones reales. Dado que la limitación se refiere
a las cauciones personales, los cónyuges pueden constituir cauciones reales sin restricciones,
incluso para caucionar obligaciones de terceros. En este punto, encontramos una nueva
diferencia entre el régimen de participación en los gananciales y la sociedad conyugal, pues
en la última, la limitación
también abarca la constitución de cauciones reales, cuando se garantizan deudas de terceros.
b) El artículo 1792-2 inc. 2 se remite a las limitaciones señaladas en el párrafo I del Título
VI del Libro Primero del Código Civil.
El párrafo I antes referido dice relación con los derechos y deberes de los cónyuges razón por
la cual se estima en doctrina que esta limitación o restricción es una verdadera impropiedad
del legislador, ya que estos derechos y deberes tendrán aplicación cualquiera que sea el
222
régimen económico que exista entre los cónyuges y porque no dicen relación con la
administración y gestión de los bienes.
La verdadera restricción está en el párrafo 2, Titulo VI del Libro I del Código Civil referido
a los Bienes Familiares ya que en esta institución sí se limitan las facultades de
administración de los cónyuges cualquiera que sea el régimen económico que exista entre
ellos.
c) Esta tercera restricción la agrega Pablo Rodríguez, se remite a los actos enumerados en el
Art. 1792-15 ya que el tratamiento que el legislador dio estos actos o contratos importa que
ellos son inoponibles por cuanto la ley dispone una acumulación imaginaria del monto de la
disminución que dichos actos o contratos han provocado en el patrimonio del cónyuge que
lo celebró.
- Los casos señalados en las letras a) y b), responden al principio de que la sociedad
conyugal, sólo es un régimen de inicio, o sea, o existe desde un comienzo, o ya no puede
existir (salvo, si se trata de aquellos que habiéndose casado en el extranjero bajo el régimen
de separación total de bienes o de participación en los gananciales u otro no consagrado en
la ley chilena, pactaren sociedad conyugal al momento de subinscribir el matrimonio en
Chile, de acuerdo al inciso 2° del artículo 135 del Código Civil).
- Los casos señalados en las letras c) y d), responden al principio de que el régimen que
se estipule durante el matrimonio, en ejercicio del artículo 1723, ya no puede alterarse,
por regla general. En otras palabras, empleado que sea el artículo 1723 por los cónyuges,
se agotan las posibilidades de recurrir a él nuevamente.
Distinta es la opinión de René Ramos Pazos. Al plantear la hipótesis de los cónyuges casados
en régimen de sociedad conyugal y posteriormente hubieren hecho separación de bienes (se
entiende durante el matrimonio, a través del pacto previsto en el artículo 1723), se pregunta
a continuación: “¿podrían sustituir esa separación por el régimen de participación en los
gananciales? (se entiende, recurriendo ahora por segunda vez al pacto consagrado en el
artículo 1723) Hay dos soluciones posibles al problema:
a) Una primera, según la cual ello no se puede hacer en razón de que el artículo 1723 inciso
2º prescribe que este pacto „no podrá dejarse sin efecto por el mutuo consentimiento de los
cónyuges‟. Abona esta tesis el principio de la inmutabilidad del régimen matrimonial
consagrado en el artículo 1716 inciso final.
b) Pero también puede estimarse que ello sería factible, en razón de que para la recta
interpretación de la frase final del inciso 2º del artículo 1723 –„no podrá dejarse sin efecto
por el mutuo consentimiento de los cónyuges‟- debe tenerse presente que ella ya se
encontraba en el artículo 1723 con anterioridad a la Ley 19.335, siendo entonces su
significación muy clara en orden a que si los cónyuges habían sustituido la sociedad conyugal
por el pacto de separación total de bienes, les estaba vedado volver al régimen de sociedad
conyugal. Pero en el caso que nos ocupa el problema es distinto: los cónyuges se casaron en
régimen de sociedad conyugal, hicieron uso del artículo 1723 y sustituyeron ese régimen por
el de separación de bienes. Ahora, encontrándose
casados en separación de bienes, desean sustituirlo por el de participación en los gananciales.
Como se ve, no se trata de dejar sin efecto el pacto anterior volviendo al régimen de sociedad
conyugal, sino de celebrar un nuevo pacto en conformidad al artículo 1723 para reemplazar
224
el régimen de separación de bienes por el de participación en los gananciales. Y esta situación
no está prohibida por la ley.
- Hay sin embargo, dos excepciones al principio en virtud del cual los cónyuges sólo
pueden recurrir por una sola vez al artículo 1723. Son los casos contemplados en el artículo
165 del Código Civil y en el artículo 40 de la Ley de Matrimonio Civil, que estudiamos a
propósito de la Separación de Bienes. Ciertamente, el pacto de participación en los
gananciales, aún el realizado durante el matrimonio, será sustituido por la separación total de
bienes, en el caso de dictarse una sentencia de separación judicial de los cónyuges o de
separación de bienes (artículo 1792-27 números 4 y 5). Pero en estos supuestos, la sustitución
no opera por voluntad de los cónyuges, sino por mandato de la ley, a consecuencia de una
resolución judicial.
a. Causales:
1. Por la muerte de uno de los cónyuges.
2. Por la presunción de muerte de uno de los cónyuges, conforme al Art.84 inc. 1 c.c., el
término del régimen se produce con la dictación del decreto de posesión provisoria de los
bienes del desaparecido.
3. Por la Nulidad del matrimonio; opera solo cuando hay un matrimonio putativo ya que
si el matrimonio es simplemente nulo se reputará no haber existido jamás y por lo tanto no
habrá régimen de participación en los gananciales.
4. Por Sentencia de Divorcio (60 LMC) ya que el divorcio pone fin a las obligaciones y
derechos de carácter patrimonial cuya titularidad y ejercicio se fundan en la existencia del
matrimonio.
5. Por la separación judicial de los cónyuges (34 LMC). Los cónyuges separados
judicialmente se considerarán separados totalmente de bienes. Tal régimen será irrevocable,
en principio (según hemos estudiado, excepcionalmente podrán volver a pactar el régimen
de participación en los gananciales, artículo 165 del Código Civil y artículo 40 de la Ley de
Matrimonio Civil) y no se alterará aunque medie reanudación de la vida en común que
extinga el estado de separación judicial (artículos 40 de la Ley de Matrimonio Civil y 178 y
165 del Código Civil).
b. Efectos:
1. A la disolución del régimen los patrimonios de los cónyuges se mantendrán separados
conservando los cónyuges o sus herederos plenas facultades de administración y disposición
225
de sus bienes (1792-5 inc 1).
Por excepción se presumen comunes (hay comunidad) los bienes muebles adquiridos
durante el régimen, salvo los de uso personal de los cónyuges. Se trata de una presunción
simplemente legal, la que admite prueba en contrario, y debe fundarse en antecedentes
escritos (1792-12), por lo que no bastará ni la prueba testifical ni la confesión (cabe señalar
que en la sociedad conyugal, el artículo 1739 no exige que la prueba se funde en antecedentes
escritos). La prueba contraria debe ser producida por el cónyuge (o sus causahabientes) que
aleguen dominio exclusivo o por los terceros que invoquen derechos sobre dichos bienes
derivados de actos del cónyuge que suponían propietario.
Si la presunción no es destruida, se formará un cuasicontrato de comunidad, que deberá
liquidarse de conformidad a las reglas generales.
3. Se procederá a compensar el valor de los gananciales obtenidos por cada uno de los
cónyuges, tendiendo éstos derecho a participar por mitades del excedente. (1792-2 inc 1 parte
final).
4. Surge un crédito a favor del cónyuge que ha obtenido menos gananciales (1792 -20).
A. Concepto de Gananciales.
El Art. 1792- 6 inc 1 señala que se entiende por gananciales la diferencia de valor neto entre
el patrimonio originario y el patrimonio final de cada cónyuge.
Se trata, en consecuencia, de un concepto contable al cual se llega por medio de ciertas
operaciones que se encuentran definidas en la ley.
En el concepto de gananciales se consideran aquellas utilidades provenientes de títulos
onerosos, en otras palabras cuando reste el patrimonio originario al final excluyo los bienes
adquiridos a título gratuito.
La diferencia entre el patrimonio originario y el final necesariamente debe ser positiva ya
que en caso contrario no se van a generar gananciales.
1. Concepto:
Artículo 1792-6 inciso 2 del Código Civil: Se entiende por patrimonio originario de cada
cónyuge el existente al momento de optar por el régimen de participación en los gananciales
descontadas sus cargas.
El valor será neto, es decir al valor general de los bienes se descuentan las obligaciones.
Para determinar el patrimonio originario será necesario que se elabore un inventario y que
sea tasado.
Si el valor de las obligaciones excede al valor de los bienes, el patrimonio originario se
estimará carente de valor.
226
2. Que bienes integran este patrimonio originario
Lo componen todos los bienes de que el cónyuge sea titular al tiempo de iniciarse el régimen
(1792-7 inciso 1 primera parte).
Sin perjuicio de lo anterior no se van a integrar al patrimonio originario, y por lo tanto se van
a considerar o se van a incluir en la participación que se genere durante el régimen, los
siguientes bienes (1792-9):
a. Los frutos, incluso aquellos que provengan de bienes originarios. Para el legislador los
frutos siempre van a redituar a favor de ambos cónyuges. La solución no podía ser distinta,
ya que los frutos son ganancias producidas durante la vigencia del régimen. Se entiende que
se trata de los frutos percibidos durante la vigencia del régimen.
b. Minas denunciadas por uno de los cónyuges durante el régimen. Situación análoga al
artículo 1730 en materia de Sociedad Conyugal.
c. Donaciones remuneratorias por servicios que hubieren dado acción contra la persona
servida. Si la donación daba acción es porque el servicio se prestó por una actividad que
debía remunerarse.
A. Las adquisiciones a título gratuito efectuadas durante la vigencia del régimen deducidas
las cargas con que estuvieren gravadas (1792-7 inc 2). ). Por ende, sólo se considerará el
valor de aquello que es propiamente una liberalidad. Dentro de la expresión “cargas”,
entendemos las cargas modales propiamente tales, las deudas hereditarias o testamentarias,
los impuestos, y en general, todo otro valor que debe pagar el cónyuge beneficiado con la
liberalidad.
B. Los bienes adquiridos durante la vigencia del régimen a título oneroso cuando la causa o
título de la adquisición sea anterior al inicio del régimen de participación en los gananciales.
(1792-8, análogo a 1736 en materia de sociedad conyugal).
b) Los bienes que se poseían antes del régimen de bienes por un título vicioso, siempre que
el vicio se haya purgado durante la vigencia del régimen.
c) Los bienes que vuelven a uno de los cónyuges por la nulidad o resolución de un contrato,
227
o por haberse revocado una donación.
d) Los bienes litigiosos, cuya posesión pacífica haya adquirido cualquiera de los cónyuges
durante la vigencia del régimen (artículo 1792-8 Nº 4, norma idéntica a la del artículo 1736
Nº 4, respecto de la sociedad conyugal). Se entiende por “bienes litigiosos”, para estos
efectos, aquellos cuya propiedad era objeto de un juicio, que ha sido ganado en definitiva por
uno de los cónyuges.
5º El derecho de usufructo que se haya consolidado con la nuda propiedad que pertenece al
mismo cónyuge (artículo 1792-8 Nº 5, norma idéntica a la del artículo 1736 Nº 5, respecto
de la sociedad conyugal). Extinguido el usufructo, el uso y goce se radican ahora en el
patrimonio del cónyuge nudo propietario, quien pasa a ser pleno propietario.
6º Lo que se paga a cualquiera de los cónyuges por capitales de créditos constituidos antes
de la vigencia del régimen. Lo mismo se aplicará a los intereses devengados antes y pagados
después (artículo 1792-8 Nº 6, norma idéntica a la del artículo 1736 Nº 6, respecto de la
sociedad conyugal). El pago que recibe el cónyuge debe ser:
Por concepto de capital, y no de intereses, por regla general;
Excepcionalmente lo será a título de intereses, pero siempre y cuando se trate de intereses
que se devengaron antes del inicio del régimen (o sea, que se hicieron exigibles), pero que se
pagan después de iniciado éste; si se trata de intereses devengados después de comenzado el
régimen, deben incorporarse al patrimonio final, según ya lo expresamos (artículo 1792-9).
7º La proporción del precio pagado con anterioridad al inicio del régimen, por los bienes
adquiridos de resultas de contratos de promesa (artículo 1792-8 Nº 7, norma similar a la del
artículo 1736 Nº 7, respecto de la sociedad conyugal).
- Como bien señala Hernán Corral, la redacción de este numeral es poco feliz. Es obvio
que con el se pretende que se computen en el patrimonio originario los bienes adquiridos
durante el régimen en virtud de contratos de promesa de compraventa suscritos con
anterioridad a él. Pero la norma resulta de difícil interpretación, pues habla de agregar “la
proporción del precio” y no especifica a qué proporción se refiere. Lo más simple hubiera
sido – concluye Corral- acumular el valor de la parte del precio pagada con anterioridad, pero
la ley habla de “proporción” y no de “porción”. Una interpretación que a juicio de Corral
pueda respetar esta exigencia, y que parece razonable, sería entender que lo que se acumula
no es el valor total del bien adquirido, sino el valor proporcional de éste en relación con la
parte del precio que hubiere sido pagada con anterioridad al inicio del régimen. Es decir, si
se pagó anticipadamente un tercio del precio, al patrimonio originario deberá acumularse un
tercio, pero no del precio, sino del valor del bien a la fecha de su adquisición efectiva.
- Cabe indicar que la ley no exige, como en el artículo 1736 Nº 7 respecto de la sociedad
conyugal, que la promesa conste de instrumento público o privado cuya fecha sea oponible
a terceros, pero ello debe entenderse implícito, a juicio de Hernán Corral, atendido el
requisito general de toda promesa de constar por escrito (artículo 1554 Nº 1) y la norma
probatoria general del artículo 1703, en cuanto a la fecha cierta de los instrumentos privados.
René Ramos Pazos no concluye en términos tan categóricos, limitándose a advertir que
“llama la atención, sin embargo, que el número 7 (del artículo 1792-8) no haya adoptado en
el caso de las promesas, la precaución –que sí tomó el artículo 1736 número 7- de que
tuvieran que constar en un instrumento público o en un instrumento privado cuya fecha sea
228
oponible a terceros.” Por lo tanto, cree que no se debe exigir esta formalidad.
- Otra diferencia que cabe destacar entre el número 7 del artículo 1736 y el número 7
artículo 1792-8, dice relación a que el primero, se refiere sólo a los bienes inmuebles
(atendido lo dispuesto en el último inciso del artículo 1736), mientras que el segundo se
refiere tanto a los bienes muebles como inmuebles (pues el precepto no hace distingo alguno).
C. Cuando los cónyuges han adquirido en conjunto y a título gratuito un mismo bien.
En este caso los derechos que corresponden a cada uno de los cónyuges se agregarán a los
respectivos patrimonios originarios en la proporción que establezca el correspondiente titulo
respectivo o en partes iguales si el título nada dice en ese sentido. (1792-10).
3. Que el acto no haya sido autorizado por el otro cónyuge (1792- 15 inc final).
230
- Actos que dan lugar a esta agregación.
1. Donaciones irrevocables que no correspondan al cumplimiento proporcionado de deberes
morales o de usos sociales, en consideración a la persona del donatario. Se exceptúan sólo
las liberalidades de uso (por ejemplo, regalos de cumpleaños, matrimonio, etc.) y las que
tuvieron por objeto el cumplimiento de deberes morales (la norma es muy amplia, abarcando
desde una donación efectuada a una institución de caridad, hasta aquella que se realiza a
quien en el pasado, ayudó significativamente al donante, cuando se encontraba desprovisto
de fortuna). De todas formas, la ley se refiere “al cumplimiento proporcionado” de los
deberes morales o de los usos sociales, de manera que, según el caso, habrá que considerar
la fuerza del patrimonio del donante
y las circunstancias que expliquen el acto de liberalidad.
3. Pago de precios de rentas vitalicias u otros gastos que persigan asegurar una renta futura
al cónyuge que haya incurrido en ellos. En este último caso se excluyen las rentas vitalicias
convenidas al amparo del DL 3.500, salvo la cotización adicional voluntaria en la cuenta de
capitalización individual y los depósitos en cuenta de ahorro.
Aunque el artículo 1792-18 se refiere sólo a los cónyuges y no menciona a los herederos (a
diferencia del artículo 1768), es razonable estimar que la sanción también procederá si son
éstos los que intentan disminuir los gananciales del difunto en perjuicio del cónyuge
sobreviviente.
5. Prueba (1792-16).
a) La prueba es a través de un inventario simple valorado de los bienes y obligaciones que
componen el patrimonio final de cada cónyuge.
c) El inventario simple firmado por el cónyuge hará prueba a favor de otro para determinar
su patrimonio final. En todo caso, de conformidad a las normas generales acerca del valor
probatorio de los instrumentos privados en juicio, el inventario deberá estar reconocido o
mandado tener por reconocido (artículo 1702 del Código Civil y artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil)
d) Cualquiera de los cónyuges puede objetar el inventario realizado por el otro alegando que
el mismo no es fidedigno. La objeción podría fundarse en haberse omitido bienes, o haberse
subvalorado algunos bienes, o haber sobrevalorado deudas, etc. Aunque la ley se refiere sólo
a esta hipótesis (“no es fidedigno”), no habría inconveniente, aplicando reglas generales, para
objetar el inventario por falta de autenticidad o por defectos de confección (por ejemplo, si
no estuviere firmado). Objetado que sea el inventario, total o parcialmente, la composición o
valoración efectiva del patrimonio final podrá probarse con todos los medios de prueba
admisibles. En cuanto a la confesión de uno de los cónyuges, habría que aplicar la misma
fórmula que respecto a la prueba del patrimonio originario.
f) Si el régimen termina por muerte de uno de los cónyuges, la obligación pesará sobre sus
herederos o causahabientes.
3. Ambos cónyuges obtienen gananciales. Caso en el cual estos se van a compensar hasta
concurrencia de los de menor valor y aquel que hubiere tenido menos gananciales tendrá
derecho a que el otro cónyuge le pague a titulo de participación la mitad del excedente.
Ejemplo: el cónyuge A tiene un patrimonio originario de $ 20.000.000.- y un patrimonio final
de $ 80.000.000.- El cónyuge B tiene un patrimonio originario de $ 10.000.000.- y un
patrimonio final de $ 30.000.000.- Para determinar a cuánto asciende el crédito de
233
participación en los gananciales, ejecutamos la siguiente operación:
- Debemos compensar primero los gananciales obtenidos por ambos, es decir, la suma
de $ 60.000.000.- obtenidos por el cónyuge A con la suma de $ 20.000.000.- obtenidos por
el cónyuge B.
- Efectuada la compensación, surge una diferencia de $ 40.000.000.-, que corresponde
a las mayores ganancias obtenidas por el cónyuge A;
- El cónyuge B, entonces, tiene derecho a la mitad de esta diferencia, esto es, tiene
derecho a $ 20.000.000.-
- De esta forma, ambos cónyuges obtienen, en definitiva, gananciales por $
40.000.000.- El cónyuge A había ganado $ 60.000.000.-, pero baja a $ 40.000.000.-, pues
debió entregar $ 20.000.000.- al cónyuge B. Este, a su vez, había ganado $ 20.000.000.-, pero
obtiene otros $ 20.000.000.- del cónyuge A.
A. Generalidades.
1. Concepto:
Rene Ramos: Aquel que la ley otorga al cónyuge que a la expiración del Régimen de
Participación en los Gananciales ha obtenido gananciales por monto inferior a los del otro
cónyuge con el objeto de que este último le pague en dinero efectivo a título de participación
la mitad del exceso.
2. Características.
a) Se origina al término del régimen de bienes (1792-20).
La ley prohíbe cualquier convención o contrato respecto de este crédito, así como su renuncia
234
antes del término del Régimen de Participación en los Gananciales. La infracción a esta
prohibición, conforme a las normas generales (artículos 10, 1466 y 1682) ocasionará nulidad
absoluta.
De la redacción de la norma (convención o contrato) pareciera que no incluye actos jurídicos
unilaterales de disposición como por ejemplo un testamento.
b) Se trata de un crédito que es necesario liquidar. Si bien el crédito se origina al término del
régimen su determinación se obtendrá solo una vez que se liquiden los gananciales.
c) Durante la vigencia del régimen el crédito solo es eventual y por lo tanto, a juicio de
Hernán Corral, también es incomerciable.
d) Es prescriptible.
e) Por regla general es puro y simple, por excepción se puede fijar un plazo para su pago
(1792- 21).
f) Debe pagarse en dinero, salvo que los cónyuges acuerden una dación en pago (1792- 22).
h) Crédito independiente de otras obligaciones que existan entre los cónyuges y, por lo tanto,
podría ser compensado con una de ellas. (1792-19 inciso final).
j) Es un derecho transmisible: y lo es, aun cuando sea la muerte del titular la que produzca la
disolución del régimen.
2. Judicial (1792-26).
- En este caso la acción para pedir la liquidación del crédito se tramita breve y
sumariamente (juicio sumario, no queda bajo la competencia de los tribunales de
familia), en principio son competentes los tribunales ordinarios de justicia, en doctrina se
acepta que se someta a arbitraje puesto que no se comprende dentro de las materias de
arbitraje prohibido. Lo anterior, sin perjuicio de la posibilidad de pedir los cónyuges, de
común acuerdo, la liquidación del crédito, en el respectivo juicio de separación judicial, de
divorcio o de nulidad de matrimonio.
- En el evento de que existiera una atribución de derechos sobre los bienes familiares
235
efectuada de acuerdo al Art. 147 del c. c al momento de determinar el crédito de Participación
en los Gananciales dichas atribuciones serán prudencialmente valoradas por el juez (1792-
23). Esto se verificará en la medida en que los derechos reales constituidos se mantengan
después de la expiración del régimen de participación.
Sin perjuicio de lo anterior la ley faculta al juez para que, reuniéndose ciertos requisitos, fije
un plazo no superior a un año dentro del cual se puede solucionar el crédito de participación
en los gananciales.
d) Que se garantice por el cónyuge deudor o por un tercero que el cónyuge acreedor quedará
de todos modos indemne.
Si se ejerciere la acción sobre un bien que tuviere la calidad de familiar, se plantea la duda
de si el cónyuge deudor puede oponer el beneficio de excusión al cónyuge acreedor (artículo
148). Este beneficio no pareciera aplicable a los créditos entre cónyuges, por lo que no
procedería invocarlo en contra de la demanda que persigue el pago del crédito de
participación.
Para perseguir estos bienes el cónyuge acreedor tendrá una acción que podrá ser ejecutiva u
ordinaria y entonces prescribirá en 3 o 5 años según corresponda.
- A falta o insuficiencia de todos los bienes antes señalados el cónyuge acreedor podrá
perseguir el pago de su crédito en todos los bienes que hubieren sido objeto de una donación
entre vivos efectuada sin su consentimiento, o podrá dirigirse en contra de los bienes que
hubieran sido enajenados en fraude a sus derechos. En el primer caso la ley confiere al
cónyuge acreedor una acción de inoficiosa donación y en el segundo caso una acción
pauliana.
2. Hernán Corral: estima que el Art. 1792- 24 inc. 2 contempla una acción revocatoria
especial propia del derecho de familia y, por lo tanto, habrá que estarse al plazo de
prescripción de 4 años contados desde la fecha del acto que se pretende revocar, según
se deja en claro en la parte final del precepto.
a) Respecto de los acreedores cuyos créditos tengan su origen con anterioridad al término
del régimen: Ellos preferirán al crédito de Participación en los Gananciales. (17982-25). Esta
preferencia general viene a complementar la enunciación del artículo 1723 inciso 2°, en
cuanto a que no se perjudicará los derechos válidamente adquiridos por terceros respecto de
uno de los cónyuges. También se aplicaría a los créditos que posea un cónyuge en contra del
otro, ya que el artículo 1792-19, inciso final, dispone que el crédito de participación será sin
perjuicio de otros créditos entre los cónyuges.
238
b) Respecto de los acreedores cuyos créditos se han originado con posterioridad al término
del régimen: Habrá que considerar que el crédito de Participación en los Gananciales es
preferente. En este caso, dispone el artículo 2481 Nº 3 que el crédito de participación en los
gananciales tendrá una preferencia de cuarta clase. Cabe notar que aquí, la preferencia no
corresponderá sólo a la mujer, como acontece en la sociedad conyugal, sino a cualquiera de
los cónyuges.
2. Art. 53 de la LIR: los cónyuges que se hallen casados bajo el régimen de Participación en
los Gananciales declararán sus rentas en forma independiente
E. Norma transitoria.
La ley nada dijo acerca de si las personas casadas con anterioridad a la entrada en vigencia
de la Ley 19.335 pueden o no pactar este régimen. Hernán Corral estima que sí es posible
por aplicación de la Ley de efectos retroactivos y en tal caso el régimen deberá pactarse en
la forma establecida en el Art. 1723 y 135.
El mismo autor hace la salvedad de que, conforme al Art. 1723 inc 2 parte final, las personas
que hayan pactado anteriormente separación total de bienes durante su matrimonio no podrán
en ejercicio del mismo artículo pactar ahora régimen de participación en los gananciales.
A juicio de Pablo Rodríguez Grez, los siguientes serían, respectivamente, pactos lícitos y
pactos prohibidos, en relación al régimen de participación en los gananciales.
a) Los cónyuges pueden convenir que un determinado bien, que por disposición de la ley,
debe incorporarse al patrimonio originario, sea, sin embargo, considerado ganancial. Así, por
ejemplo, cualquiera de los bienes a que se refiere el artículo 1792-8, que se incorporan,
conforme a dicho precepto, al patrimonio originario, por ser la causa o título de la adquisición
anterior al inicio del régimen, podrían incorporarse al patrimonio final del cónyuge
respectivo. De igual forma, podrían convenir los cónyuges que un bien adquirido a título
gratuito, durante la vigencia del régimen, se incorpore al patrimonio final del cónyuge
adquirente, en lugar de ingresar al patrimonio originario, como lo establece el artículo 1792-
7, inciso 2º. Tres razones da Rodríguez Grez, para reconocer la legitimidad de este pacto:
* No está prohibido por la ley;
* No afecta derechos de terceros; y
* No altera el régimen de dominio, durante la vigencia del régimen de participación en los
gananciales.
239
b) Los esposos o cónyuges pueden establecer el patrimonio originario de cada uno, mediante
la facción de un inventario realizado de consuno. Nada impide hacerlo, habida cuenta del
tenor del artículo 1792-11.
c) Los cónyuges pueden pactar que alguno de los actos a que se refiere el artículo 1792-15, -
casos de inoponibilidad-, no tengan este carácter. El inciso final del precepto, señala, en
efecto, que “Lo dispuesto en este artículo no rige si el acto hubiese sido autorizado por el
otro cónyuge.” Un pacto de esta naturaleza, supondría entonces que el acto quedaría a firme,
y que los bienes enajenados no se agregarían imaginariamente al patrimonio final del
cónyuge que los hubiere enajenado. Con todo, hay una importante limitación en esta materia:
ninguno de los cónyuges puede renunciar anticipadamente –antes de la celebración del
contrato- a pedir la declaración de nulidad de que pueda adolecer la respectiva enajenación.
d) Pueden los esposos o cónyuges pactar que la valoración del patrimonio originario y del
patrimonio final, sea hecha por una determinada persona, o siguiendo un determinado
procedimiento (artículos 1792-13 inciso 2º y 1792-17 inciso 3º).
e) Pueden los esposos o los cónyuges pactar que al término del régimen de participación en
los gananciales, se levantará inventario solemne o simple por un tercero, quien podrá haberse
designado previamente o al momento de concluir el régimen.
f) Pueden los esposos o cónyuges someter a arbitraje toda cuestión que se promueva
durante la vigencia del régimen o a su terminación, sin limitación alguna. El pacto
podría celebrarse antes o después del término del régimen.
a) Aquellos en que los esposos o los cónyuges convengan en que la participación sea anterior
al matrimonio o se extienda más allá del matrimonio. Dicho pacto sería ilícito, por dos
razones:
* Tratándose de un régimen patrimonial, éste sólo puede tener fuerza vinculante a condición
que los afectados estén ligados por el vínculo matrimonial; y
* La misma consecuencia se establece en el artículo 1721, inciso final, respecto a las
capitulaciones matrimoniales previas al matrimonio, cuando su régimen patrimonial es la
sociedad conyugal. Aunque no lo dice Pablo Rodríguez, entendemos que aquí se aplica el
aforismo “donde existe la misma razón, rige la misma disposición”, operando una
interpretación por analogía.
d) No puede convenirse que el patrimonio originario sea diverso del configurado en los
artículos 1792-7, 1792-8, 1792-9 y 1792-10. Así, por ejemplo, es ilícito estipular que los
frutos de los bienes que componen el patrimonio originario se incorporen a éste y no al activo
final. A propósito de este pacto, Rodríguez Grez, según entendemos, pareciera decir que no
puede aumentarse, por voluntad de los esposos o cónyuges, el patrimonio originario, en
desmedro del patrimonio final, pero sí podría ocurrir lo contrario, esto es, que a consecuencia
de un pacto, disminuya el patrimonio originario y aumente el patrimonio final, según se
desprende del primer caso de pacto lícito, señalado en la letra a) del Nº 1 precedente.
e) No puede estipularse válidamente, en forma anticipada, que los actos a que se refiere el
artículo 1792-15 serán considerados oponibles y/o no estarán afectos a nulidad. Ello
implicaría, además, en el caso del Nº 2 del artículo 1792-15, una condonación anticipada del
dolo futuro, lo que, bien sabemos, constituye un caso de objeto ilícito. Pero nada impide que
la estipulación sea posterior a la celebración del acto o contrato, pacto lícito, según lo
expresado en la letra c) del Nº 1.
j) No puede celebrarse pacto alguno, durante la vigencia del régimen, concerniente al crédito
de participación en los gananciales (artículo 1792-20, inciso 2º).
l) Aunque no lo señala Rodríguez Grez, tampoco sería lícito el pacto en virtud del cual se
estipule, anticipadamente, que el crédito no se pagará en dinero (artículo 1792-21, inciso 1°).
n) No puede convenirse que no serán valoradas las atribuciones de derechos sobre bienes
familiares (artículo 1792-23).
o) No pueden los esposos ni los cónyuges alterar los plazos de prescripción establecidos en
la ley.
a) El régimen beneficiaría sólo a la mujer casada que posee bienes al momento de contraer
matrimonio o que durante el matrimonio los adquiera, especialmente por un título lucrativo.
Dichos bienes, propios, podrán ser administrados y enajenados libremente por la mujer que
se acoja al régimen de participación en los gananciales. En cambio, en el ámbito de la
sociedad conyugal, dichos bienes son administrados por el marido (artículo 1754).
b) ¿Beneficia el régimen a la mujer casada que se dedica exclusivamente a las labores del
hogar común? Sí, porque al término del régimen, tendrá derecho a la mitad de las ganancias
que obtenga el marido. No, a juicio de algunos, porque al término del régimen, sólo tendrá
contra su marido un crédito o derecho personal, las más de las veces ilusorio.
f) Para quienes creen que el artículo 1723 puede utilizarse más de una vez , la instauración
del régimen de participación en los gananciales “ha alterado gravemente el principio
fundamental, que exige que en materia de regímenes patrimoniales exista inmutabilidad de
los mismos. Al permitirse que los cónyuges sustituyan la sociedad conyugal por el régimen
de separación de bienes y éste por el de participación, se ha afectado la certidumbre que
requieren las relaciones con los terceros acreedores;”
F I L I A C I Ó N.
I. Generalidades.
A. Conceptos Previos:
Genéricamente podemos decir que la filiación es:
“La Relación de parentesco que existe entre 2 personas, una de las cuales es el padre o la
madre de la otra”
Enrique Rossel: Vinculo jurídico que une a un hijo con su padre o con su madre y que
consiste en la relación de parentesco establecida en la ley entre un ascendiente y su inmediato
descendiente o sea su descendiente en primer grado.
Fundamento:
El fundamento de toda filiación es el vínculo de sangre que existe entre el padre o madre y
el hijo proveniente de las relaciones sexuales matrimoniales o extramatrimoniales, haciendo
excepción a esta regla la filiación adoptiva.
Cuando hablamos de filiación hay dos teorías que entran en juego que son los aspectos
biológicos y sociológicos.
Nuestro sistema de filiación tuvo una profunda modificación con la Ley 19.585, en la
discusión de esta ley se planteó la pugna entre la postura biológica y sociológica.
Del análisis del estatuto de filiación es posible concluir que nuestro derecho se encuentra
precedido por el criterio de generación biológica, como se desprende por ejemplo de la
definición del parentesco por consanguinidad que recalca la idea de descendencia (Art.28
c.c.), otro ejemplo es la declaración que hace el Art. 195 c. c en orden a que la ley permite la
investigación de la verdadera paternidad o maternidad.
No obstante, estos ejemplos el legislador no pudo desconocer que la filiación tiene también
aspectos sociológicos lo cual se ve reflejado por ejemplo en el Art. 201 c. c que hace
prevalecer la posesión notoria del estado civil de hijo debidamente acreditada, o el Art. 182
inc. 2 que impide que la filiación originada mediante técnicas de reproducción asistida sea
luego impugnada. (o se reclame una distinta)
1. Igualdad entre los hijos (Art. 33 c.c.). La ley considera iguales a todos los hijos. Desde
luego que esta declaración recoge un principio superior; contemplado en el Art. 1 de la
Constitución en orden a que las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
Cumpliendo con este principio la ley 19.585 suprimió las diferencias que antes existían entre
los hijos:
- Legítimos
- Legitimados,
- Naturales, y
- Simplemente ilegítimos
El artículo 33 del código civil establece “tienen el estado civil de hijos respecto de una
persona, aquellos cuya filiación se encuentra determinada, de conformidad a las reglas
previstas por el título VII del libro I del CC. La ley considera iguales a todos los hijos”.
Este principio también lo encontramos en la convención americana sobre derechos humanos
de 1969 establece en su art 24: “igualdad ante la ley”. Todas las personas son iguales ante la
ley. En consecuencia, tienen derecho sin discriminación a igual protección de la ley.
De lo expuesto se infiere que las reglas del título VII del libro I del cc deben aplicarse en
iguales condiciones a todos los hijos de filiación determinada. Ello representa el verdadero
sentido y alcance del art 33 del cc, y de lo establecido en el art 5º y 19 nº2 de la CPR.
Las bases de la institucionalidad establecen que las personas nacen libres e iguales en
dignidad y derechos. A su vez el inc 2 del art 5 de la cpr establece que el ejercicio de la
soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de la
naturaleza humana. Es deber de los órganos del estado respetar y promover tales derechos,
garantizados por esta Constitución , así como por los tratados internacionales ratificados por
chile y que se encuentren vigentes. A su vez, el art 19 nº2 de la CPR asegura a todas las
244
personas “ la igualdad ante la ley: en chile no hay persona ni grupos privilegiados. En chile
no hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Hombres y mujeres son iguales ante
la ley. Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias”.
A este respecto El tribunal constitucional ha afirmado que la igualdad ante la ley “se traduce
entre otras expresiones, en los caracteres de generalidad y abstracción característicos de este
tipo de normas, lo cual supone que todos los gobernados son destinatarios de ellas”. Agrega
que “ en el marco protector de la garantía normativa de la igualdad se garantiza la protección
constitucional de la igualdad “ en la ley”, prohibiendo que el legislador, en uso de sus
potestades normativas, o cualquier otro órgano del estado, establezca diferencias entre las
personas y respecto de situaciones o finalidades que tengan una motivación, utilicen medios
o bien reproduzcan un resultado de carácter arbitrario, pues el constituyente no prohibió toda
desigualdad ante la ley, sino que, optando por una fórmula de otro tipo, se inclinó por
establecer como límite la arbitrariedad, prohibiendo toda discriminación arbitraria”.
La igual protección en el ejercicio de los derechos se traduce, fundamentalmente en que
“todos quienes deban recurrir ante cualquier autoridad, incluyendo los tribunales de cualquier
naturaleza, para la protección de sus derechos, se encuentren en un plano de igualdad jurídica,
sin que existan privilegios o fueros especiales en razón de nacionalidad, raza, sexo, condición
social o situación económica y sin que sean admisibles discriminaciones arbitrarias, es decir,
odiosas, injustas o irracionales.
De acuerdo con el diccionario de la real academia española, “arbitrario” es adjetivo que
significa “que depende del arbitrio”. Por su parte arbitrio es, entre otras acepciones, “voluntad
no gobernada por la razón, sino por el mero capricho”. Y arbitrariedad es “acto o proceder
contrario a la justicia, la razón o las leyes, dictado por la sola voluntad o el capricho”.
Sobre este punto la corte suprema ha fallado que la “ igualdad ante la ley es el sometimiento
de todas las personas de similares condiciones a un mismo estatuto jurídico fundamental
para el ejercicio de sus derechos y para el cumplimiento de sus deberes, sin que sea posible
discriminar entre ellas, por lo que es natural que, en una serie de ámbitos, la ley pueda
diferencias entre grupos, siempre y cuando no sea una discriminación arbitraria, esto es,
contraria a la ética elemental o que no tenga una justificación racional”.
Entre las ideas matrices del proyecto que más tarde se transformó en la ley 19585 de 1998
se encuentran : la de dar concreción legal a los principios constitucionales que reconocen y
aseguran la plena igualdad de todas las personas ante la ley, y prohíben consecuencialmente,
el establecimiento de diferencias arbitrarias, ni por ley ni por autoridad alguna, y la de
consagrar el principio de la libre investigación de la paternidad y de la maternidad,
permitiendo al hijo el ejercicio de la acción de reclamación del estado filiativo en términos
amplios, apoyada por toda la gama de pruebas que admite la ley, incluidas las biológicas. Es
importante mencionar que este propósito se alteró sustancialmente al agregarse el
nuevo art 182 c.c. al proyecto de ley del congreso nacional, precepto que no estaba
contemplado en el mensaje del ejecutivo. Esta nueva disposición impide al hijo nacido
mediante la aplicación de técnicas de reproducción humana asistida impugnar la
filiación determinada de acuerdo con esa norma o de reclamar una distinta. La
incorporación de este art crea una discriminación flagrante en contra de estos hijos.
Por excepción si la filiación a sido declarada judicialmente contra la oposición del padre o la
madre aquel o ésta quedará privado de los derechos que la ley les confiere respecto de la
persona y bienes de su hijo o de sus descendientes, pero conservarán las obligaciones legales
cuyo cumplimiento vaya en beneficio de sus hijos o sus descendientes comunes (203).
245
2. Interés superior del hijo.
Diversos preceptos del cc incorporado por la ley 19.585 recogen este principio. De acuerdo
al criterio recién indicado, el niño aparece como titular de derechos autónomos, susceptibles
si fuere necesario, de ser ejercidos contra sus padres. Este principio consiste en el
reconocimiento pleno de sus derechos y deberes y constituye un principio general del
Derecho. La proyección del interés superior del hijo se advierte en el inº2 del art 242 del cc,
relativo a los derechos y obligaciones entre los padres y los hijos, que establece: “en todo
caso, para adoptar sus resoluciones el juez atenderá, como consideración primordial, el
interés superior del hijo, y tendrá debidamente en cuenta sus opiniones, en función de su edad
y madurez”.
Igualmente se manifiesta en el derecho a mantener una relación directa y regular con la
persona que no lo tiene bajo su cuidado, pues esta se puede restringir o suspender cuando
manifiestamente perjudique el bienestar del hijo ( 229 in 2) . También se aprecia en la
facultad de los padre de corregir a sus hijos, pues ella tiene como limitación todo cuanto
menoscabe su salud o el desarrollo personal de los hijos ( 234 del cc) . lo propio acontece en
el discernimiento de la patria potestad por el juez.
En resumen, se subraya la idea que se tiene del menor como sujeto de derecho, como persona
digna de respeto y consideración, a la cual se le reconocen sus derechos y autonomía futura.
La convención de derechos del niño señala que se entiende por niño todo ser humano menor
de 18 años de edad. Esta misma convención establece “ en todas las medidas concernientes
a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales,
las autoridades administrativas o los órganos legislativos , una consideración primordial a
que se atenderá será el interés superior del niño”. Este principio no sería respetado por el art
182 del cc.
El derecho a ser oído también se encuentra recogido en la Ley de Tribunales de Familia. Lo
que ha sido objeto de discusión, no es el derecho en cuestión, sino desde que edad el niño va
a ser oído. Este derecho se puede hacer efectivo desde muy temprana edad con herramientas
psicólogas que posibilitan esta opción y que permiten detectar un serie de cosas, por ejemplo,
permiten determinar si el niño ha sido abusado o no. Esto se puede hacer efectivo en nuestro
país porque en los tribunales de familia existen una serie de unidades anexas, dentro de las
cuales se encontramos a los consejeros técnicos, y algunos de ellos son psicólogos, personas
que se encuentran capacitadas para aplicar estas técnicas.
¿En qué instancia debe ser oído el niño?
Primero que todo, el niño debe ser oído en el seno familiar. El problema es que no siempre
aquí hay personas capacitadas para que el niño sea oído como se debe en orden a la forma en
que está consagrado este derecho. En la familia hay que escuchar a los hijos, lo que
necesariamente importa la capacidad de autodeterminación de los niños.
Respecto de los un procedimiento, los niños deberán ser oídos en sede judicial, ya que tiene
el derecho a ser oídos. Respecto de lo que declare o diga el niño, no es ley para el juez, sin
embargo, el juez debe considerarlo a fin de propender a su interés superior.
C. Clasificación de la Filiación.
1) Por Naturaleza
a. Determinada:
• Filiación Matrimonial.
• Filiación No Matrimonial.
• Filiación Tecnológica
b. No Determinada
247
2) Por Adopción.
1) Cuando existe matrimonio entre los padres al tiempo de la concepción o nacimiento del
hijo.
Art. 180 inc 1
2) Cuando con posterioridad al nacimiento del hijo los padres contraen matrimonio entre sí
siempre que a la fecha del matrimonio la paternidad y la maternidad hayan estado
previamente determinadas por los medios que el código establece. (Art. 180 inc 2) (Dos
exigencias: matrimonio posterior y filiación determinada respecto de ambos padres)
4) Si los padres contraen matrimonio entre sí pero no reconocen al hijo habrá filiación
matrimonial cuando la sentencia judicial dictada en juicio de filiación así lo establezca.
Art.185 inc final
Se dice que el hijo de Filiación matrimonial goza de un vínculo que es siempre bilateral ya
que necesariamente se va a involucrar al hijo con su padre y con su madre, de lo cual surge
lo que en doctrina se llama “estatuto familiar”
3. Filiación No Matrimonial:
Es aquella en que no media matrimonio de los padres del hijo y ella se determina únicamente
por el reconocimiento del padre, la madre o de ambos o por sentencia judicial dictada en
juicio de filiación. Art. 180 inc final: “en los demás casos, la filiación es no matrimonial."
En esta forma el legislador chileno cierra la puerta a juicios difíciles, a veces escandalosos,
como los que han tenido que conocer y resolver los tribunales extranjeros.
Hay dudas sobre la constitucionalidad del art. 182. Ello, porque como lo veíamos recién, en
conformidad al art. 7° de la Convención sobre los Derechos del Niño (vigente para Chile
desde el 12 de septiembre de 1990), todo niño tiene el derecho, en la medida de lo posible, a
conocer a sus padres. Y no debe olvidarse que el art. 5° de la Carta Fundamental establece
como límite al ejercicio de la soberanía del Estado el respeto a los derechos esenciales que
emanan de la naturaleza humana, entre los cuales está, sin ninguna duda, el derecho de toda
persona a conocer sus propias raíces (derecho a la identidad).
5. Filiación adoptiva.
El Art.179 inc 2 señala que la adopción, los derechos entre adoptante y adoptado y la filiación
que pueda establecerse entre ellos, se rigen por la ley respectiva. Nos remite entonces, este
Art., al Art. 37 de la Ley 19.620 el que señala que la adopción confiere al adoptado la calidad
de hijo de los adoptantes y extingue sus vínculos de filiación de origen , para todos los efectos
civiles, salvo en lo que se refiere a los impedimentos para contraer matrimonio.
A. Filiación matrimonial.
Esta forma de filiación se caracteriza por el vínculo que une a los progenitores del hijo, ya
sea que estos se hallen casados al tiempo de la concepción o nacimiento del hijo o pasen a
estar casados con posterioridad a su nacimiento. (180 inc. 1 y 2).
De lo dicho se desprende la clasificación de la filiación matrimonial en originaria y adquirida:
249
* Elementos de la Filiación matrimonial de origen:
1. Determinación de la maternidad de la mujer.
2. Matrimonio de la mujer
3. Concepción o nacimiento dentro del matrimonio
4. Paternidad del marido
2. Matrimonio de la mujer.
El matrimonio que produce la filiación matrimonial no es solo el válido, sino que también el
nulo pero putativo aun cuando no haya habido buena fe o justa causa de error por parte de
ninguno de los cónyuges. Art. 51 LMC
2. Judicial
1. Extrajudicial
Esta se funda básicamente en la presunción legal de paternidad la que supone que
previamente se encuentren determinados la maternidad de la mujer y vínculo matrimonial
que la une con su marido. Art. 185 inc. ¿En qué consiste la Presunción legal de paternidad?
a) Artículo 184 inciso 1: “Se presumen hijos del marido los nacidos después de la celebración
del matrimonio y dentro de los trescientos días siguientes a su disolución o a la separación
judicial de los cónyuges. “.
Esta presunción recibe también el nombre de presunción “pater is est” y supone o parte de la
base que el matrimonio es la sede exclusiva del ejercicio de la sexualidad entre el marido y
la mujer.
El plazo de 300 días coincide con la regla del Art. 76 y constituye la estimación legal de la
duración máxima del embarazo.
b) Los nacidos 300 días después de decretada la separación judicial de los cónyuges, por el
hecho de consignarse como padre el nombre del marido, a petición de ambos cónyuges, en
la inscripción de nacimiento del hijo. Se justifica pues si los dos padres piden que se consigne
como
padre al marido, ello implica un manifiesto reconocimiento de paternidad. Hacemos notar
que para que opere esta excepción, debe consignarse como padre el nombre del marido, a
petición de ambos cónyuges, no bastando en consecuencia la sola voluntad del marido o de
la mujer (art. 184, inc. 3°)
2. Hijos de filiación no determinada cuyos padres se casan y los reconocen en el acto del
matrimonio.
Articulo 38 Ley de Registro Civil: En el acto del matrimonio o de requerir la inscripción a
que se refiere el artículo 20 de la LMC podrán los contrayentes reconocer hijos habidos con
anterioridad , y la inscripción que contenga esta declaración producirá los efectos señalados
en el inciso 2 del artículo 185 del c.c.
b) En cuanto a la paternidad:
Se determina por:
- el reconocimiento
-o por sentencia firme
1. Determinación de la maternidad por el hecho del parto: Estudio del Art. 183 c.c.
3. Reconocimiento:
B. Principales Características:
1. Acto jurídico unilateral:
Se perfecciona por la sola manifestación de voluntad del marido o la mujer. Para que
produzca sus efectos este reconocimiento no se necesita de la aceptación del mismo por
parte de la persona reconocida, sin perjuicio de lo cual ésta puede repudiar el
reconocimiento en la forma que señalan los Arts. 191 y siguientes.
2. Acto Solemne:
Esto implica que la voluntad debe necesariamente expresarse a través de alguno de los
medios indicados en los artículos 187 y 188 c. c.
3. Acto Irrevocable:
Así lo dice el Art. 189 inc. 2: “El reconocimiento es irrevocable, aunque se contenga en un
testamento revocado por otro acto testamentario posterior.”. Se preocupó la ley de precisar
que, si el reconocimiento constare en un testamento, la revocación del mismo no afectará al
aludido reconocimiento. Ello es lógico, pues como se trata de una declaración y no de una
disposición de bienes, en esta parte el testamento es irrevocable.
C. Capacidad:
a) Para reconocer.
Desde la óptica de la distinción entre incapaces absolutos y relativos, los absolutos no pueden
reconocer ya que su voluntad carece de efectos jurídicos. En cambio, los incapaces relativos
si pueden hacerlo tal como se desprende del Art. 262 el que señala que el menor adulto no
necesita de la autorización de sus padres para reconocer hijos.
De acuerdo con el Art. 190 es posible que el reconocimiento a que se refiere el Art. 187 se
efectué a través de un mandatario, siempre que el mandato se otorgue por escritura pública y
el mandatario se encuentre especialmente facultado para reconocer.
En el evento que la persona reconocida tenga ya determinada una filiación no habrá lugar al
reconocimiento, pero él interesado podrá impugnar la filiación ya determinada y reclamar
judicialmente la filiación que cree pertenecerle de acuerdo con el Art. 208 (191 inc. 1).
Haciendo aplicación de lo dispuesto en este artículo, la Corte de Temuco ha resuelto que si
un hijo nace durante el matrimonio, su filiación (matrimonial) queda determinada de pleno
derecho por esa circunstancia, de tal suerte, que, si se le inscribe indicándose como padre a
uno distinto del marido, así como su posterior reconocimiento como hijo natural por un
tercero, no surten ningún efecto
254
D. Clasificación o clases de reconocimiento.
1. Espontáneo
2. Provocado
1. Reconocimiento Espontáneo:
Puede ser:
a. Expreso.
b. Tácito.
1. Reconocimiento Espontáneo:
a) Reconocimiento Espontáneo Expreso.
Es aquel que se efectúa mediante una declaración formulada con ese determinado objeto por
el padre, la madre o ambos y en alguna de las formas señaladas en el Art. 187 c. c . Así, por
ejemplo, si una persona confiere un mandato por escritura pública y señala que "confiere
poder a su hijo XX...", esa declaración no constituye reconocimiento, por cuanto no ha sido
hecha con el objeto de
reconocerle, sino de conferirle poder.
3) En escritura Pública.
Para los 4 casos antes señalados la ley señala una formalidad común en cuanto a que el
reconocimiento debe subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento del hijo, salvo
el caso del Nº 1 del Art. 187 esto es cuando el reconocimiento se efectúa al tiempo de
inscribirse al hijo.
La subinscripción no constituye solemnidad del reconocimiento, sino una medida de
publicidad para que el acto sea oponible a terceros, de tal forma que mientras no se cumpla
con ella no podrá hacerse valer en juicio, es decir, será inoponible.
* Características de la Repudiación.
1. Acto jurídico Unilateral.
2. Acto jurídico solemne: Ya que deberá efectuarse mediante escritura pública la que tendrá
que subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento del hijo. (Art. 191 inc. 4)
4. No puede repudiar el hijo que durante su mayor edad hubiere aceptado el reconocimiento
en forma expresa o tácita. Art. 192
La aceptación es expresa cuando se toma el título de hijo en instrumento público o privado o
en acto de tramitación judicial.
Es tacita la aceptación cuando se realiza un acto que supone necesariamente la calidad de
hijo y que no se hubiere podido ejecutar sino en ese carácter.
7. Es un derecho que se ejerce sin expresión de causa: se trata por ende de un derecho
absoluto, cuyo ejercicio no puede suponer abuso del derecho
2. Si el hijo reconocido fuere menor de edad. Nadie podrá repudiar el reconocimiento sino él
dentro del plazo de un año contado desde que llegado a la mayoría de edad conoció del
reconocimiento. (191 inciso 1) (No opera representación)
257
4. En el evento que el hijo reconocido se encuentre bajo interdicción por disipador. El podrá
repudiar personalmente y no necesitará de la autorización de su representante ni de la justicia,
el plazo es de un año contado desde que conoció el reconocimiento. (191 inc. 3)
b) Si el reconocido fallece siendo menor de edad: Podrán repudiar los herederos dentro del
año siguiente a su muerte (193 inc. 1).
c) Si el reconocido fallece llegado la mayoría de edad, pero antes de que expire el plazo que
él tenía para repudiar: Sus herederos podrán efectuar la repudiación durante el tiempo que
hubiere faltado para completar el plazo que tenía el hijo fallecido. (193 inc. 2)
* Efectos de la repudiación.
1. Impide que se determine legalmente la filiación y, por lo tanto, el hijo no puede pretender
suceder al padre que ha fallecido antes de que el repudiara el reconocimiento (194). De
manera que, si se produce la repudiación, la calidad de heredero legitimario que el hijo
adquirió respecto de su padre o madre como consecuencia del reconocimiento, desaparece.
3. La repudiación, en todo caso, no alterará los derechos ya adquiridos por los padres o
terceros, ni afectará a los actos o contratos válidamente ejecutados o celebrados con
anterioridad a la subinscripción correspondiente. (191 inc. 5 segunda parte)
1. Clasificación:
1) Acciones Principales:
a) Reclamación à Filiación Matrimonial Art. 204
à Filiación No Matrimonial Art. 205
2) Acciones Residuales:
a) Desconocimiento de la Paternidad. Art. 84 y 212
b) Nulidad del Reconocimiento. Art.202
* Conceptos
1. Acción de Impugnación:
Aquella que tiene por finalidad destruir la determinación de un estado filiativo reconocido
oficialmente
2. Acción de Reclamación:
Tiene por finalidad establecer un estado filiativo que se ignoraba oficialmente.
3. Acciones Residuales:
Son una forma de acción de impugnación pero que no requiere de comprobación en cuanto
a la falsedad de la filiación que ha sido atribuida, sino que solo tendrán que acreditarse los
elementos propios del desconocimiento o de la invalidación del reconocimiento.
2. Características
Las características más importantes de las acciones de filiación son las siguientes:
3) Son Imprescriptibles:
Así lo dice expresamente el Art. 195 inc 2, en el mismo sentido se encuentra el Art. 320 inc
1 según el cual ni prescripción ni fallo alguno, entre cualesquiera otras personas que se haya
pronunciado podrá oponerse a quien se presente como verdadero padre o madre del que pasa
por hijo de otros, o como verdadero hijo del padre o madre que le desconoce.
4) Transmisibilidad:
Las acciones de filiación son transmisibles a los herederos una vez que ellas hayan sido
ejercidas caso en el cual los herederos podrán continuar la demanda o la defensa. (317 inc 2).
Si las acciones aún no han sido ejercidas no se transmite el derecho de impugnar o reclamar
una determinada filiación, salvo que la ley expresamente lo disponga como sucede por
ejemplo en los Arts. 207, 213 y 216 inciso 2.
5) Se recoge en esta materia uno de los principios formadores del estatuto filial cual es la
libre investigación de la paternidad o maternidad.
2. Régimen probatorio.
A. Dentro de éste hay un principio de carácter general. Este principio está recogido en el Art.
198 inc 1 según el cual en los juicios sobre determinación de la filiación la maternidad y la
paternidad podrán establecerse mediante toda clase de pruebas decretadas de oficio o a
260
petición de parte.
Teniendo en consideración el principio de la libre investigación la ley ha querido ser
consecuente y por lo tanto ha facilitado al máximo la búsqueda de la verdadera filiación.
La restricción a la prueba de testigos debe relacionarse con el articulo 384 CPC en particular
con el Nº 2 según el cual la prueba de testigos puede ser considerada como plena prueba
cuando estemos en presencia de dos testigos que están contestes en los hechos y
circunstancias esenciales, que hayan sido examinados y den razón de sus dichos, y siempre
que sus testimonios no hayan sido desvirtuados por otras pruebas.
Dentro de las presunciones la ley ha tratado especialmente el caso del concubinato en el art.
210 señala esta disposición que el concubinato de la madre con el supuesto padre, durante la
época en que ha podido producirse legalmente la concepción, servirá de base para una
presunción judicial de paternidad. Agrega esta misma disposición que si el supuesto padre
probare que la madre cohabitó con otro durante el período legal de la concepción, está sola
circunstancia no bastará para desechar la demanda, pero no podrá dictarse sentencia en el
juicio sin emplazamiento de aquel. Rene Ramos sostiene que hay un problema de
inconstitucionalidad, ya que se está afectando el derecho de defensa, porque el
emplazamiento se puede producir después del periodo de prueba y el tercero tendrá que
asumir lo obrado, no tendría etapa procesal para ejercer su derecho a defensa.
1. Nombre.
2. Trato.
3. Fama.
Teniendo en cuenta lo anterior el art. 200 inc 2 señala que la posesión notoria consiste “en
que su padre, madre o ambos le hayan tratado como hijo, proveyendo a su educación y
establecimiento de un modo competente, y presentándolo en ese carácter a sus deudos y
amigos; y que estos y el vecindario de su domicilio, en general, le hayan reputado y
reconocido como tal”
En principio constituye una presunción legal, no obstante lo cual puede configurar plena
261
prueba si se cumplen los requisitos del art. 200 inciso 1:
La ley además da ciertas reglas particulares sobre la valoración de esta prueba en el art. 201:
a) La posesión notoria del estado civil de hijo debidamente acreditada preferirá a las pruebas
periciales de carácter biológico si hay contradicción entre una y otra
El art. 199 inc 1 señala que las pruebas periciales de carácter biológico se practicarán por el
Servicio Médico Legal o por laboratorios idóneos para ello, designados por el juez.
Las partes siempre, y por una sola vez, tendrán derecho a solicitar un nuevo informe pericial
biológico.
La ley habla genéricamente de las pruebas biológicas, es decir no las ha limitado y por lo
tanto puede ser, por ejemplo; un examen de ADN o una prueba Hematológica (análisis de
los grupos o subgrupos sanguíneos) o puede consistir también en el análisis de antígenos de
histocompatibilidad que se refiere al análisis de las texturas orgánicas. La más conocida es
la prueba del ADN (sigla que corresponde al ácido desoxirribonucleico), técnica inventada
por los ingleses en el año 1985, que según el decir de los especialistas, tiene un grado de
certeza, para excluir la paternidad o maternidad, que alcanza a un 100%, y para incluirla
oscila entre el 98,36 al
99,9999999982%.
Valor probatorio: El juez podrá dar a estas pruebas periciales, sí solas, valor suficiente para
establecer la paternidad o la maternidad, (cuando se trata de una acción de reclamación de
filiación), sea para excluirla (cuando se trata de una acción de reclamación e impugnación de
filiación). En todo caso, el juez recabará por la vía más expedita posible, antes de dictar
sentencia, los resultados de las pericias practicadas que no hubieren sido informados al
tribunal.
En el evento de existir una negativa injustificada de una de las partes a practicarse el examen
hará presumir legalmente la paternidad o la maternidad, o la ausencia de ella, según
262
corresponda. Se entenderá que hay negativa injustificada si, citada la parte dos veces, no
concurre a la realización
del examen. Para este efecto, las citaciones deberán efectuarse bajo apercibimiento de
aplicarse la
presunción señalada en el inciso anterior.
3. Alimentos provisorios
Art. 209: Reclamada judicialmente la filiación, el juez podrá decretar alimentos provisorios
de acuerdo al art.327
5. Medidas de publicidad.
Art. 221: la sentencia que dé lugar a la acción de reclamación o de impugnación deberá
subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento del hijo.
6. Cosa Juzgada.
Art. 315 : el fallo judicial pronunciado en conformidad con lo dispuesto en el Titulo VIII que
declara verdadera o falsa la paternidad o maternidad del hijo, no solo vale respecto de las
personas que han intervenido en el juicio, sino respecto de todos, relativamente a los efectos
que dicha paternidad o maternidad acarrea. (Excepción a art. 3 inc 2 c.c.)
Por excepción la cosa juzgada del juicio de filiación no puede oponerse a quien se presenta
como verdadero padre o madre del que pasa por hijo de otros, o como verdadero hijo
del padre o madre que le desconoce. (320). En el mismo sentido, el artículo 195, inciso 2°
dispone que “El derecho de reclamar la filiación es imprescriptible e irrenunciable.”
Excepcionalmente, la acción de reclamación deberá interponerse en el plazo de 3 años, en
los casos de los artículos 206 y 207. En estos casos, estamos en realidad ante hipótesis de
caducidad y no de prescripción de las acciones.
7) La persona que ejerza una acción de filiación de mala fe o con el propósito de lesionar la
honra de la persona demandada, deberá indemnizar los perjuicios que cause al afectado
(artículo 197, 2º). La ley pretende desincentivar las demandas temerarias o que supongan una
verdadera extorsión al demandado, advirtiendo que aquellos que las propicien, deberán
responder civilmente.
B. Legitimados activos.
El art. 204 inc 1 señala que la acción de reclamación de la filiación matrimonial corresponde
exclusivamente:
- al hijo
- al padre, o
- a la madre.
También pueden ejercer la acción los herederos del hijo incapaz que fallece (207).
2) Por regla general se trata de una acción imprescriptible, no obstante, lo cual, en el caso de
fallecer el hijo, los herederos estarán sujetos a un plazo. Se pueden dar distintas situaciones:
a) Si hubiere fallecido el hijo siendo incapaz: la acción la pueden ejercer sus herederos,
dentro del plazo de 3 años contado desde la muerte. (207 inc. 1)
b) Si el hijo falleciere antes de transcurrir 3 años desde que alcanzare la plena capacidad: la
acción corresponderá a sus herederos por todo el tiempo que faltare para completar dicho
plazo (207 inc 2).
c) Si los herederos son incapaces: el plazo o su residuo empezará a correr para los herederos
incapaces desde que alcancen la plena capacidad. (207 inciso final).
D. Legitimados pasivos.
1) Si son los padres los que reclaman la filiación: el demandado será el hijo.
2) Si es el heredero o sus hijos quien reclama la demanda deberá entablarse contra ambos
padres conjuntamente (204 inc 2).
Por excepción, el artículo 206 establece un plazo especial de tres años desde la muerte del
presunto padre o madre para iniciar una acción de reclamación contra los herederos en dos
casos muy acotados:
1º, si el hijo es póstumo, es decir, si ha nacido hasta 180 días (6 meses) inmediatamente
después de fallecido el presunto padre; y
2º, si el hijo ha nacido antes de transcurridos 180 días desde la muerte del presunto padre;
es decir, inmediatamente antes de fallecido el presunto padre.
Hay una lógica no expresada en esta regla de excepción. Son casos en que podría
presumirse que el hijo no alcanzó a demandar; o el padre no alcanzó a reconocer. En el
primer caso porque nació después de la muerte del padre; y este murió antes de que el hijo
naciera (caso del hijo póstumo). En el segundo, porque el hijo nació muy inmediatamente
antes y el padre murió muy inmediatamente después del nacimiento del hijo (caso del hijo
nacido antes de 6 meses de ocurrida la muerte del padre).
1
Agregado marzo 2017, http://www.elmercurio.com/legal/movil/detalle.aspx?Id=904166&Path=/0D/CB/
265
3. El Padre
4. La Madre.
B. Condiciones de ejercicio.
1) La acción que deduce el hijo, o su representante legal o cualquiera de los padres no está
sujeta a prescripción. La de los herederos sí de acuerdo al art. 207
2) El representante legal del hijo incapaz solo puede ejercer la acción de reclamación en
interés del representado (205 inc 2).
4) En el caso de los progenitores se exige que el hijo tenga determinada una filiación
incompatible con la que se pretende reclamar Art. 205 inc 1 segunda parte- Art. 208
C. Legitimación pasiva.
- La acción debe intentarse en vida del supuesto padre o madre toda vez que para que
la acción de filiación sea transmisible es necesario que ella se haya ejercido de acuerdo con
el art. 317 inc 2. Cabe entonces preguntarse si fallecido el supuesto padre (o madre) es posible
demandar a sus herederos considerando que según el art. I097 del Código Civil, los herederos
representan al causante; y que la regla general es que los derechos y obligaciones sean
transmisibles. Parte de la doctrina se pronuncia por la negativa, estimando que la acción de
reclamación de filiación se debe intentar en vida del supuesto padre (o madre), salvo la
excepción
muy especial contemplada en el art. (caso del hijo póstumo o cuando alguno de los padres
fallece dentro de los ciento ochenta días siguientes al parto). El tema lo puso de actualidad
266
un voto disidente del ministro Kokisch y del abogado integrante René Abeliuk M., recaído
en una sentencia de la Corte Suprema de 2 de noviembre de 2004 (causa rol 2820-3), en que
se sostiene que es posible demandar a los herederos. René Abeliuk, redactor de la disidencia,
reconoce que con anterioridad él mismo pensaba de modo distinto. En defensa de esta tesis
se pueden dar los siguientes argumentos:
a) El texto del art. 205 si bien dice que la acción "le corresponde sólo al hijo contra su padre
o madre", lo es en el entendido que el padre o madre, está vivo. Si está fallecido, entra a
operar el art. 1097, que establece que los herederos representan al causante. El art. 205 no
impide que pueda demandar a los herederos, por lo que, aplicando la regla general, de que
los herederos representan al causante, debería admitirse tal demanda.
b) Cuando la ley quiere impedir que se demande a los herederos, lo dice en forma expresa,
como por ejemplo, en la actual Ley de Matrimonio Civil se dice que "la acción de nulidad de
matrimonio sólo podrá intentarse mientras vivan ambos cónyuges, salvo los casos
mencionados en las letras c) y d) del artículo precedente".
c) Como lo señala el voto disidente, el art. 3I7, inc. 2° del Código Civil, introducido por la
propia ley de filiación, establece en términos muy amplios la legitimación de o en contra de
los herederos. Esta norma después de señalar en el inc. 1º que "Legítimo contradictor en la
cuestión de paternidad es el padre contra el hijo. o el hijo en contra del padre, y en la cuestión
de maternidad el hijo contra la madre o la madre contra el hijo", agregó un nuevo inc. 2º, que
establece lo siguiente: "Son también, legítimos contradictores los herederos del padre o
madre fallecidos en contra de quienes el hijo podrá dirigir o continuar la acción y, también,
los herederos del hijo fallecido cuando éstos se hagan cargo de la acción iniciada por aquél
o decidan entablarla".
e) Se da como argumento contrario el art. 206. Esta norma dice lo siguiente: "Si el hijo es
póstumo o si alguno de los padres fallece dentro de los 180 días siguientes al parto, la acción
podrá dirigirse en contra de los herederos del padre o de la madre fallecidos, dentro del plazo
de tres años, contados desde su muerte o, si el hijo es incapaz, desde que éste haya alcanzado
la plena capacidad". El voto disidente que venimos comentando expresa que la excepción a
la regla no está en que en ese caso sólo pueda demandarse a los herederos, sino en que hay
un plazo de tres años para hacerlo.
f) El art. 5° transitorio de la Ley N° 19.585 constituye un buen argumento para concluir que
puede demandarse a los herederos. En efecto, el inc. 3° de esa disposición dispuso: "No
obstante, no podrá reclamarse la paternidad o maternidad respecto de personas fallecidas con
anterioridad a la entrada en vigencia de la presente ley". Luego cabe entender, contrario
sensu, que si a la fecha en que entró en vigencia la Ley N° 19.585 -27 de octubre de 1999–
el padre o madre estaba vivo, a su muerte los herederos pueden ser demandados.
268
En resumen, se puede deducir que la ley contempla las siguientes hipótesis:
i) que el hijo demande a los herederos de su padre o madre;
ii) que el hijo, habiendo demandado a su padre o madre, continúe su acción en contra de los
herederos del demandado, si éste falleciere en el curso del juicio;
iii) que los herederos del hijo, en cualquiera de los dos casos anteriores, prosigan la acción
iniciada por el hijo;
iv) que los herederos del hijo, deduzcan la acción en contra del padre o madre del primero o
en contra de los herederos del padre o madre del primero.
Cuando la filiación ha sido determinada por una sentencia judicial, a raíz del efecto de la cosa
juzgada no procedería, en principio, impugnar esa filiación; sin perjuicio de lo cual, existe
una vía muy especial a través de la cual puede impugnarse de todos modos esa filiación, Arts.
211, 220 y 320. Esta disposición expresa que "ni prescripción ni fallo alguno, entre
cualesquiera otras personas que se haya pronunciado, podrá oponerse a quien se presente
como verdadero padre o madre del que pasa por hijo de otros, o como verdadero hijo del
padre o madre que le desconoce".
De consiguiente, si judicialmente se ha resuelto que una persona es hijo de un determinado
padre o madre, no puede ni el hijo ni los padres que intervinieron en el pleito en que aquello
se resolvió, impugnar la filiación establecida en la sentencia. Pero nada obsta a que si un
tercero pretende ser el padre o madre del mismo hijo, pueda demandar dicha filiación en los
términos establecidos en el art. 208, esto es, ejerciendo simultáneamente las acciones de
impugnación de la libación existente y de reclamación de la nueva. Luego, cuando el art. 320
habla de "fallo alguno" no se refiere al fallo dictado en juicio seguido entre el hijo y el padre
o madre. Esa sentencia produce cosa juzgada respecto de quienes intervinieron en esa causa.
El fallo que no puede oponerse contra el verdadero hijo o el verdadero padre o madre es aquel
que recayó en una causa seguida por otras personas.
1. Impugnación de la Maternidad.
En esta materia existe una unidad de régimen, es decir, la maternidad matrimonial y
extramatrimonial pueden ser impugnadas sobre la base de las mismas normas que son los
Arts. 217 a 219.
2) La madre supuesta.
5) El hijo supuesto.
2) En los casos de los verdaderos padre o madre; del verdadero hijo; y del hijo supuesto: La
acción es imprescriptible siempre que junto con la acción de impugnación se deduzca la
acción de reclamación de la verdadera filiación, salvo en el caso del Art. 207 que se refiere a
los herederos del hijo incapaz que fallece.
Sin perjuicio de lo anterior, la ley faculta al supuesto hijo para deducir únicamente una acción
de impugnación, sin necesidad de deducir a su vez la acción de reclamación. En este caso la
acción de impugnación deberá ejercerse dentro del plazo de un año contado desde que el
pretendido hijo alcance su plena capacidad, Art. 217 inc. 3.
3) Puede suceder que hayan expirado todos los plazos antes referidos, pero en el caso de salir
inopinadamente (inesperadamente) a la luz algún hecho incompatible con la maternidad
putativa podrá subsistir o revivir la acción respectiva por el plazo de un año contado desde la
revelación de este hecho nuevo, Art. 217 inc. Final.
2) Que la acción se deduzca dentro del plazo de un año contado desde el fallecimiento
del padre o la madre, Art. 218.
d) Legitimados pasivos
b) Legitimados activos
1) El marido. Art. 212.
3) El representante legal del hijo incapaz en el sólo interés de éste. Art. 214 inc. 1
4) En el caso de muerte del marido podrán deducir la acción los herederos de éste con los
demás perjudicados por la pretendida paternidad. Art. 213.
271
c) Plazos y condiciones de ejercicio
1. Si el demandante es el marido: Se aplica el Art. 212 y se distinguen 2 situaciones:
b) Si el marido se hallaba separado de hecho de la mujer: Podrá deducir la acción dentro del
plazo de un año contado desde el día en que tuvo conocimiento del parto.
De manera que el plazo para impugnar es diferente según se trate de cónyuges que viven
juntos, en que es de I80 días, o separados, situación ésta en que el plazo se alarga a un año.
En las 2 situaciones antes referidas el plazo se cuenta desde el día en que el marido tuvo
conocimiento del parto respecto de lo cual la ley ha establecido dos presunciones de carácter
legal:
1) Si la residencia del marido corresponde al lugar en que ha nacido el hijo: se presumirá que
supo inmediatamente tal hecho; a menos de probarse que por parte de la mujer hubo
ocultamiento del parto.
2) Si al tiempo del parto el marido se hallaba ausente: se presumirá que tuvo conocimiento
del parto inmediatamente después de haber vuelto al lugar que sirve de residencia a la mujer;
salvo que ésta haya ocultado el hecho del parto.
3. El representante del hijo incapaz puede deducir la acción dentro del año siguiente
al nacimiento del hijo, Art. 214 inc. 1
d) Legitimación pasiva
1) Si es el marido quien ejerce la acción, o sus herederos, o las personas que se hallen
perjudicadas, el demandado será el hijo o su representante legal.
3) En todos estos casos la madre deberá ser citada, aunque ella no será obligada a comparecer,
272
Art. 215. Y ello es lógico, pues la sentencia que en este caso se dicte afectará no sólo al padre
y al hijo, sino también a la madre, por eso es necesario emplazarla, pues en caso contrario no
podría afectarle la sentencia, atendido lo dispuesto en el art. 3°, inc. 2° del Código Civil
b) Legitimados activos
1) El hijo, por sí, cuando sea capaz.
Interesa destacar que en este caso el padre no es titular de la acción de impugnación. Ello es
lógico y guarda concordancia con el sistema de la ley, según el cual no hay impugnación si
el padre hubiere reconocido al hijo como suyo en su testamento o en otro instrumento
público. No tiene la padre acción de impugnación, pero sí puede impetrar la nulidad del
reconocimiento por vicios de la voluntad, en conformidad al art. 202: "La acción para
impetrar la nulidad del reconocimiento por vicios de la voluntad prescribirá en el plazo de un
año contado desde la fecha de su otorgamiento, o en el caso de fuerza, desde el día en que
ésta hubiere cesado".
d) Legitimados pasivos
1. Si el demandante es el hijo, o su representante, o sus herederos según el caso, el demandado
será el padre que ha reconocido.
Para que el Art.320 tenga aplicación deben reunirse los siguientes requisitos:
1) Que la filiación determinada por sentencia judicial sea impugnada conjuntamente, si viven
casados, o en forma independiente, por los verdaderos progenitores o por el verdadero hijo.
2) Que la filiación determinada por sentencia firme resulte contradictoria con aquella que se
pretende reclamar.
5) Que se notifique a las personas que fueron parte en el proceso anterior cuya sentencia hoy
se impugna.
En materia de plazos expresamente el Art. 208 inc. 2 señala que no se aplican los plazos
previstos en el párrafo 3° de éste título y que corresponden a todas las acciones de
impugnación que ya estudiamos. El legislador no resolvió el caso en que deduciéndose
conjuntamente la acción de impugnación con la de reclamación el juez estime que existe
fundamento para acoger una de ellas y rechazar la otra. El juez ha acreditado sólo los
supuestos de impugnación y no los de reclamación ¿puede aceptar una y rechazar la otra? La
doctrina estima que no, necesariamente el juez deberá acoger o rechazar ambas acciones,
pero no podrá transformar a una persona de filiación determinada a una de filiación no
determinada.
6) Acciones Residuales:
- que no haya reconocido al hijo por actos positivos después de nacido, Art. 184. inc. 2
Esta acción de desconocimiento se ejerce en la forma y en los plazos señalados en los Arts.
212 y siguientes para las acciones de impugnación.
En el evento que se obtenga sentencia favorable a la acción de desconocimiento, ésta no
podrá constituir cosa juzgada en contra de la acción que el hijo o demás titulares interpongan
para reclamar la paternidad desconocida, Art. 184 inc. 4
A. Generalidades:
La filiación evidentemente tiene un contenido natural y desde esa perspectiva ella se va a
originar al tiempo que se produce la concepción del hijo. Por ello entonces cuando la filiación
es legalmente fijada esta determinación no hace sino reconocer que una persona es hijo de
otra, por este motivo entonces la determinación de la filiación tiene efectos retroactivos, es
decir los efectos de la determinación de la filiación se retrotraen hasta el momento de la
276
concepción del hijo.
En la realidad lo que tiene efectos retroactivos es el acto por el cual se determina la filiación.
En este sentido el art. 181 inc 1 señala que la filiación produce efectos civiles cuando queda
legalmente determinada, pero estos se retrotraen a la época de la concepción del hijo.
A raíz de este principio de carácter general el inc. 2 del art. 181 agrega que el hijo concurrirá
a las sucesiones abiertas con anterioridad a la determinación de su filiación cuando sea
llamado en su calidad de tal.
B. Limitaciones a la retroactividad.
• Caso en que el padre es llamado a la sucesión abierta del hijo con anterioridad a la
determinación de la paternidad o maternidad.
277
2. Prescripción de los derechos y acciones
181 inc. 3: “Todo lo anterior se entiende sin perjuicio de la prescripción de los derechos y de
las acciones, que tendrá lugar conforme a las reglas generales. “
3. Pensión de Alimentos.
Los alimentos se deben desde la notificación de la primera demanda, articulo 331.
Observamos que la sanción legal es muy drástica para el ascendiente que intentó eludir su
paternidad o maternidad, pues se verá privado:
a) De la mencionada patria potestad;
b) Del derecho a tener el cuidado personal del hijo (o sea, lo que antes se calificaba como la
tuición del hijo);
c) Del derecho a designar guardador por testamento (art. 357);
d) Del derecho a pedir alimentos, si además de establecerse la filiación por medio de
sentencia judicial contra la oposición del padre o madre, se prueba que éste o ésta abandonó
al hijo en su infancia, art. 324, 3º (el abandono, por ende, debe haberse producido antes de
cumplir el niño 7 años; por abandono, debemos entender tanto el hecho de no haber
proporcionado alimentos a la criatura, como el habérselos proporcionado por un tiempo,
cesando en el cumplimiento de ese deber básico, mientras el niño era aún infante);
e) Del derecho a prestar el asenso requerido por el menor para contraer matrimonio (art. 109,
2º);
278
f) De los derechos hereditarios en la sucesión del hijo; en cuanto a este aspecto, el art. 994,
2º, establece que los padres del causante no sucederán abintestato, si la paternidad o
maternidad ha sido determinada judicialmente contra su oposición, salvo que mediare el
restablecimiento a que se refiere el art. 203. En el mismo sentido, el nuevo artículo 1182
dispone que no serán legitimarios los ascendientes del causante si la paternidad o maternidad
que constituye o de la que deriva su parentesco, ha sido determinada judicialmente contra la
oposición del respectivo padre o madre, salvo que opere la restitución de derechos regulada
en el último inciso del art. 203.
* Medida de Publicidad:
Art. 203 inc. 1 parte final
El juez deberá efectuar esta declaración en la sentencia y se dejará constancia de ella en la
subinscripción correspondiente.
B. Extensión de la inhabilidad.
La ley nada dice respecto a si la inhabilidad afecta solamente al padre o madre que se opuso
a la determinación de la filiación o si tal inhabilidad se extiende también a todos los demás
ascendientes del hijo cuya filiación se ha determinado en oposición del padre o madre.
Hernán Corral estima que estamos frente a un caso en que la ley está imponiendo sanciones
y frente a ellas la interpretación debe ser restrictiva y, por lo tanto, la inhabilidad solo puede
afectar al padre o madre y no a los ascendientes
Con todo existe un caso en que la ley ha extendido la inhabilidad a los ascendientes y ello
279
está referido a las legítimas ya que no van a ser legitimarios ninguno de los ascendientes del
hijo cuya filiación se determinó por oposición del padre o madre (1182 inc. 2; sucesión
testamentaria). En la sucesión intestada el art. 994 inc. 2 señala expresamente que la sanción
es aplicable al padre o madre.
D. La privación de estos derechos no incluye por sí misma el derecho que tienen los padres
a pedir alimentos a su hijo.
La ley ha sido más exigente aún para entender que el padre o madre son inhábiles para
solicitar alimentos ya que quedarán privados del derecho a pedir alimentos al hijo el padre o
la madre que lo hayan abandonado en su infancia cuando la filiación ha debido de ser
establecida mediante sentencia judicial contra su oposición. (dos requisitos: abandono
/oposición)
2) Es un acto solemne, en vida debe otorgarse por escritura pública, si es mortis causa deberá
otorgarse por testamento.
3) Es total, no puede haber una elección de los derechos que se reestablece al padre. La ley
habla de “todos los derechos “.
4) Si el restablecimiento es por escritura pública éste solo produce efectos desde el momento
de su subinscripción al margen de la inscripción del nacimiento del hijo y desde entonces
será irrevocable.
5) Si se ha hecho por testamento éste producirá sus efectos desde la muerte del causante.
Para tales efectos la ley distingue en la forma de constatación de la filiación, pudiendo ser:
a. Judicial
b. Extrajudicial
a. Judicial:
Cuando la constatación de la filiación se da en el ámbito judicial hablamos de “probar la
filiación”
Por ejemplo, si se trata de una posesión efectiva el peticionario debe probar la filiación (el
estado filiativo) que le sirve de fundamento para la pretensión que ha invocado.
b. Extrajudicial:
En el ámbito extrajudicial nos referimos a la necesidad de acreditar la filiación en el ámbito
ordinario de las relaciones jurídicas, situación en la cual hablamos de acreditación de la
filiación.
Esta distinción se hace por ejemplo en los artículos 309 y 305, incluso el art. 181 inc. 4
expresamente se refiere a la acreditación de la filiación ya determinada.
c. Filiación no matrimonial:
281
Se puede determinar por la partida de nacimiento siempre que en ella conste la paternidad o
maternidad cuando el hijo hay sido reconocido en el acto de la inscripción.
También podrá determinare esta filiación no matrimonial por medio de la inscripción o
subinscripción del reconocimiento o de la sentencia mediante la cual se haya determinado
judicialmente la paternidad o la maternidad.
2. Medios supletorios.
El art. 309 inc. 2 primera parte señala que la filiación a falta de partida o subinscripción sólo
podrá acreditarse o probarse por los instrumentos auténticos mediante los cuales se haya
determinado legalmente:
En el caso de la filiación matrimonial: corresponderá a la sentencia dictada en juicio de
filiación
Si se necesita de estos instrumentos auténticos para rendir prueba en juicio debe tenerse
presente el art. 8 inc. 1 de la ley de registro civil en cuanto a las sentencia judiciales y demás
instrumentos que en conformidad a la ley deben ser inscritos o subinscritos en el registro no
podrán hacerse valer en juicio sin que haya precedido la inscripción o subinscripción que
corresponda (hay una especie de inoponibilidad respecto de terceros).
El art 309 inc. 2 parte segunda establece que a falta de estos medios supletorios el estado de
padre, madre o hijo deberá probarse en el correspondiente juicio de filiación en la forma y
con los medios previstos en el Titulo VIII del libro I.
1. La Autoridad Paterna.
2. La Patria Potestad.
3. El Derecho de alimentos.
Algunas de estas normas fueron modificadas por la ley 20.680 de 21 de junio de 2013
denominada que introduce modificaciones al código civil y a otros cuerpos legales, con el
282
objeto de proteger la integridad del menor en caso de que sus padres vivan separados.
Deberes:
1. Respeto y obediencia
Artículo 222 inciso 2: “Los hijos deben respeto y obediencia a sus padres “.
Este artículo fue introducido por la Ley 19.585 la que modifico los antiguos artículos 276 y
219 los que establecían el mismo deber, pero distinguiendo entre padres legítimos y naturales.
Estos antiguos artículos además establecían que el hijo quedaba especialmente sometido al
padre, expresión que hoy ya no se utiliza. A su vez, la ley 20.680 invirtió los incisos del art
anterior quedando así su texto actual para fortalecer el contenido de la nueva ley
2. Cuidado y socorro
En virtud del artículo 223 el hijo está siempre obligado a cuidar de los padres en su
ancianidad, estado de demencia y en todas las circunstancias de la vida en la que necesitaren
sus auxilios.
Este deber se extiende a todos los demás ascendientes en caso de inexistencia o de
insuficiencia de los inmediatos descendientes.
Es importante además destacar que este deber existe no obstante que el hijo se haya
emancipado y la emancipación es un hecho que pone fin a la patria potestad, por ejemplo,
por haber cumplido 18 años.
En todas estas materias hay que recordar el principio clave que es el interés superior del hijo,
y que de la perspectiva de los padres está plasmado en el art. 222 inc. 1.
Esta norma parte del supuesto de que los padres viven juntos. El inciso segundo del articulo
224 agrega una regla especial en orden a que el cuidado personal del hijo no concebido ni
nacido durante el matrimonio reconocido por uno de los padres corresponde al padre o madre
que lo haya reconocido y si no ha sido reconocido por ninguno de sus padres, la persona que
tendrá su cuidado será determinada por el juez.
- Antigua Ley:
art 225: establecía una regla de carácter general en cuanto a la mujer toca el cuidado
personal de los hijos cuando están separados (225 inciso 1). Esta regla general no se aplica
en dos casos:
284
1) Situación en que existe un acuerdo entre los padres en materia de tuición.
Hay una intromisión de la autonomía privada en el derecho de familia. En esta situación los
padres actuando de común acuerdo podrán determinar que el cuidado personal de uno o más
de los hijos corresponda al padre.
Características principales de este acuerdo:
1. Es solemne: debe otorgarse por escritura pública o por acta extendida ante Oficial del
Registro Civil.
2. Para que sea oponible a terceros el instrumento en que consta el acuerdo deberá
subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento del hijo dentro de los 30 días
subsiguientes a la fecha de su otorgamiento. (Art. 49 c.c.: o caduca)
3. Este acuerdo podrá revocarse cumpliendo las solemnidades antes dichas y mientras la
primera subinscripción no sea cancelada por otra posterior todo nuevo acuerdo será
inoponible a terceros (225 inc. 2 y 4).
2) Segunda Excepción:
Cuando por resolución judicial se dispone una cosa distinta.
El art. 225 inc. 3 señala que cuando el interés del hijo lo haga indispensable el juez podrá
entregar su cuidado personal al otro de los padres. La misma disposición establece una
limitación importante en orden a que el juez no podrá confiar el cuidado personal al padre o
madre que no hubiese contribuido a la mantención del hijo mientras estuvo bajo el cuidado
del otro padre, pudiendo hacerlo.
Es importante agregar que el cuidado personal de los hijos no necesariamente le va a
corresponder a alguno de los padres ya que el juez está facultado en el caso de inhabilidad
física o moral de ambos padres para confiar el cuidado personal de los hijos a otra persona o
personas competente prefiriendo en todo caso a los consanguíneos de grado más próximo y
sobre todo a los ascendientes (226).
De conjugar los art. 225 inc. 3 y 42 de la Ley 16.618 (ley de menores) concluimos que el
padre, la madre o ambos están físicamente o moralmente inhabilitados en los siguientes
casos:
8. Si bien no es propiamente tal una causal de inhabilidad es posible incluir el articulo 228
según el cual la persona casada a quien corresponda el cuidado personal de un hijo que no ha
nacido de ese matrimonio sólo podrá tenerlo en el hogar común con el consentimiento de su
cónyuge. Lo anterior es razonable, pues violentaría al otro cónyuge, que carece de vínculo
consanguíneo con el hijo, el que se le impusiere aceptarlo en el hogar común.
- Nueva Ley:
art 225:
1º Si los padres viven separados podrán determinar de común acuerdo que el cuidado
personal de los hijos corresponda al padre, a la madre o a ambos en forma compartida.
El acuerdo se otorgará por escritura pública o acta extendida ante cualquier oficial del
Registro Civil, y deberá ser subinscrito al margen de la inscripción de nacimiento del hijo
dentro de los treinta días subsiguientes a su otorgamiento. Este acuerdo deberá establecer
la frecuencia y libertad con que el padre o madre que no tiene el cuidado personal
mantendrá una relación directa y regular con los hijos, y podrá revocarse o modificarse
cumpliendo las mismas solemnidades.
3º A falta del acuerdo del inciso primero, los hijos continuarán bajo el cuidado
personal del padre o madre con quien estén conviviendo. Gran modificación, puesto que
antes correspondía por el solo ministerio de la ley a la madre. Se crea una atribución legal
supletoria a favor del padre o madre con quien los hijos convivan. Efectos
No se hace distinción de sexos.
Evita la judicialización de las causas para los casos en que los hijos viven solos con su
madre o padre.
Si los padres no están de acuerdo, deberán recurrir ante un juez, previa mediación
obligatoria.
6º Siempre que el juez atribuya el cuidado personal del hijo a uno de los padres, deberá
establecer, de oficio o a petición de parte, en la misma resolución, la frecuencia y libertad
con que el otro padre o madre que no tiene el cuidado personal mantendrá una relación directa
y regular con los hijos, considerando su interés superior, siempre que se cumplan los criterios
dispuestos en el artículo 229. Cada vez que exista intervención judicial para atribuir el
cuidado personal a la madre o padre, el juez deberá fijar régimen de relación directa y regular,
para lo que tendrá que ceñirse a los criterios del artículo 229.
7º Mientras una nueva subinscripción relativa al cuidado personal no sea cancelada por
otra posterior, todo nuevo acuerdo o resolución será inoponible a terceros.
art 225-2: Incorporado por la ley 20.680. La norma, nueva, entrega criterios que el juez
debe tener en consideración para asignar el cuidado personal. Al eliminar la inhabilidad del
art. 225, lo importante no es la aptitud de los padres sino que el bienestar del niño, por lo que
se le debe entregar al juez criterios para asignar dicho cuidado, velando siempre por el interés
superior del hijo.
ART 226:
1º Podrá el juez, en el caso de inhabilidad física o moral de ambos padres, confiar el
cuidado personal de los hijos a otra persona o personas competentes, velando
primordialmente por el interés superior del niño conforme a los criterios establecidos en el
artículo 225-2.
La Comisión Mixta incorporó esta modificación para armonizar la modificación del
artículo 225, referida a los padres, con el art. 226, referido a terceros, que incluye a los
abuelos. En todo caso, se dejó establecido que el derecho de los terceros está en última
instancia, después de la madre y el padre. Esta modificación está en armonía con la
modificación del inciso 4º del artículo 225 CC, al disponer que la atribución judicial respetará
el derecho de terceros con la frase “sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 226 CC.
La inhabilidad física y moral está detallada en el artículo 42 de la ley 16.618. Dicha
ley será modificada por otro cuerpo legal que se hará cargo de trasladar la norma. En
cualquier caso, hay una causal amplia, cual es “cuando (…) se coloque al menor en peligro
moral o material”.
A efectos de armonizar la nueva legislación, el juez deberá velar primordialmente por
el interés superior de niño al confiar el cuidado personal a otra u otras personas (esto de
acuerdo al artículo 3º de la Convención de los derechos del niño).
El cuidado personal se confiará a terceros considerando los nuevos criterios del
artículo 225-2 CC, en lo que fuere procedente.
2º En la elección de estas personas se preferirá a los consanguíneos más próximos, y en
especial a los ascendientes.
2. El art. 227 inciso 2 establece un requisito por vía de publicidad ya que la resolución que
se dicten en estos procesos una vez que se hallen ejecutoriados deberán subinscribirse en la
forma y plazo establecido en el art. 225.
Art 228: La persona casada a quien corresponda el cuidado personal de un hijo que no
ha nacido de ese matrimonio sólo podrá tenerlo en el hogar común con el consentimiento de
su cónyuge. Se derogó este art por la nueva ley.
Características :
a. Normalmente se le conoce con el nombre de Visitas. Por la misma razón se eliminó de la
ley el vocablo "visitas" por considerarse que limitaba en algunos casos esta comunicación
tanto en cuanto a su substancia como a la forma en que puede ejercerse, entregándose, a falta
de acuerdo de los padres, al tribunal la determinación de la frecuencia y libertad que ha de
mantener esta relación, siempre en el marco de que sea directa con el hijo y efectuada con
periodicidad regular.
b. Este derecho deber se ejerce con la con la frecuencia y libertad acordada con quien lo tiene
a su cargo, o en su defecto, con las que el juez estimare conveniente para el hijo. Al
transformarse el "derecho de visitas" del padre que no tiene el cuidado personal del hijo, en
un "derecho-deber", puede ser compelido a cumplir con esta obligación de padre mediante
apremios en los términos contemplados en el art. 543 del Código de Procedimiento Civil
d. Para resolver el régimen de visitas, los sentenciadores deben reconocer como base de su
decisión la conveniencia y el interés de los menores, en armonía con los sentimientos y
anhelos exteriorizados por ellos, considerando que son los sujetos y principales beneficiarios
del derecho de menores, cuyas normas de legislación positiva tienen por objeto primordial la
de cautela y protección de los intereses esenciales de las personas en minoridad.
f. La Ley N° 19.711 que regula el derecho a visita a los hijos sometidos a la tuición de
uno de los padres, modificó el art 48 de la ley de menores, señalando que quienes primero
deben determinar la forma como se ejerce este "derecho-deber" son los padres. Si no hubiere
acuerdo, cualquiera de ellos podrá solicitar al juez de familia que la regule. También se podrá
289
pedir al tribunal que modifique la regulación que se haya establecido de común acuerdo o
por resolución judicial, si fuere perjudicial para el bienestar del menor.
La misma disposición señala que si se sometiere a decisión judicial la determinación de la
persona a quien corresponderá ejercer el cuidado personal del menor, y no se debatiere la
forma en que éste se relacionará con el padre o madre que quede privado de su cuidado
personal, la resolución se pronunciará sobre este punto, con el mérito de los antecedentes que
consten en el proceso (inc. 2º, según texto actual establecido por la Ley N° 19.968).
En seguida, la disposición que venimos comentando resuelve varias situaciones distintas:
a) Si por razones imputables a la persona a cuyo cuidado se encuentre el menor, se frustra,
retarda o entorpece de cualquier manera la relación en los términos en que ha sido establecida,
el padre o madre a quien le corresponde ejercerla, puede solicitar la recuperación del tiempo
no utilizado, lo que el tribunal dispondrá prudentemente (inc. 3°);
b) En el caso en que el padre o madre a quien corresponda mantener la relación con el hijo
dejase de cumplir, injustificadamente, la forma convenida para el ejercicio del derecho o la
establecida por el tribunal, puede ser instado a darle cumplimiento, bajo apercibimiento de
decretar la suspensión o restricción, lo que no obstará a que se decreten apremios cuando
procedan, de conformidad al inc. 3° del art. 66, esto es, de acuerdo al art. 543 del Código de
Procedimiento Civil (arresto hasta por 15 días o multa proporcional, que se puede repetir)
(inc. 3°). Respecto a esta norma, podemos acotar que se trata de una sanción que sólo procede
respecto del padre o madre que deja de cumplir injustificadamente la relación con el hijo;
c) El tribunal puede disponer la suspensión o restricción del ejercicio del derecho cuando
manifiestamente perjudique el bienestar del hijo e incluso si se acompañan antecedentes
graves y calificados que lo justifiquen, puede accederse provisionalmente a la solicitud. La
resolución del tribunal debe ser fundada y podrá disponer que se ponga en conocimiento de
los terceros que puedan resultar involucrados, como los encargados del establecimiento
educacional en que estudie el menor (inc. 5°), y
d) El tribunal, luego de oír a los padres y a la persona que tenga el cuidado personal del
menor, podrá conferir derecho a visitarlo a los parientes que individualice, en la forma y
condiciones que determine, cuando aparezca de manifiesto la conveniencia para el menor, y
podrá asimismo suprimirlo o restringirlo cuando pudiere perjudicar su bienestar (inc. 6°).
La Ley N° 19.947 agregó a la Ley de Menores un nuevo artículo, el48 ter, según el cual
"Cuando se deduzca una demanda de alimentos a favor de los hijos, o entre los cónyuges en
forma adicional a aquélla, o se solicite la regulación del cuidado personal o de la relación
directa y regular que mantendrá con ellos aquel de los padres que no los tenga bajo su
cuidado, y no exista previamente una resolución judicial que regule dichas materias o que
apruebe el acuerdo de las partes sobre las mismas, cualquiera de las partes podrá solicitar al
tribunal que emita en la sentencia un pronunciamiento sobre cada una de ellas, aunque no
hubieren sido incluidas en la demanda respectiva o deducidas por vía reconvencional. El
tribunal hará lugar a esa solicitud, a menos que no se den los presupuestos que justifican su
regulación" (inc. 1°).
1º El padre o madre que no tenga el cuidado personal del hijo tendrá el derecho y el
deber de mantener con él una relación directa y regular, la que se ejercerá con la frecuencia
y libertad acordada directamente con quien lo tiene a su cuidado en las convenciones a que
se refiere el inciso primero del artículo 225, o, en su defecto, con las que el juez estimare
290
conveniente para el hijo.
2º Se entiende por relación directa y regular, aquella que propende a que el vínculo
familiar entre el padre que no ejerce el cuidado personal y su hijo se mantenga a través
de un contacto periódico y estable.
3º Para la determinación de este régimen, los padres, o el juez en su caso, fomentarán
una relación sana y cercana entre el padre o madre que no ejerce el cuidado personal y su
hijo, velando por el interés superior de este último, su derecho a ser oído y la evolución de
sus facultades, y considerando especialmente:
a) La edad del hijo;
b) La vinculación afectiva entre el hijo y su padre o madre, según corresponda, y la relación
con sus parientes cercanos;
c) El régimen de cuidado personal del hijo que se haya acordado o determinado, y
d) Cualquier otro elemento de relevancia en consideración al interés superior del hijo.
4º Sea que se decrete judicialmente el régimen de relación directa y regular o en la
aprobación de acuerdos de los padres en estas materias, el juez deberá asegurar la mayor
participación y corresponsabilidad de éstos en la vida del hijo, estableciendo las condiciones
que fomenten una relación sana y cercana.
5º El padre o madre que ejerza el cuidado personal del hijo no obstaculizará el régimen
de relación directa y regular que se establezca a favor del otro padre, conforme a lo
preceptuado en este artículo.
6° Se suspenderá o restringirá el ejercicio de este derecho cuando manifiestamente
perjudique el bienestar del hijo, lo que declarará el tribunal fundadamente.
La norma refuerza el concepto de relación directa y regular que ejerce el padre que no tiene
el cuidado personal del hijo. El hecho de que uno de los padres tenga el cuidado personal,
hace necesario que se establezcan los medios y criterios para que el otro padre pueda tener
con él una verdadera relación.
Se define relación directa y regular, estableciendo que el contacto debe ser periódico y estable
y estableciéndose siempre el régimen caso a caso. Hoy, los jueces tienden a conceder al padre
o madre que no tiene el cuidado personal, un régimen de relación directa y regular fin de
semana por medio y la mitad de las vacaciones. Lo que se busca es evitar que se siga con
dicha práctica y que se regule caso a caso, tomando en cuenta los criterios antes mencionados
para asegurar siempre la participación de ambos padres en la vida del hijo.
Se agregan criterios para que el juez determine la duración del régimen, para asegurar que
éstas sean evaluadas caso a caso y en base a lo que cada niño necesita y la relación que tiene
con sus padres y parientes.
Autorización para que el menor salga del país. (49 ley 16.618).
Reglas:
1. Si la tuición del hijo no ha sido confiada por el juez a alguno de sus padres ni a un tercero
el menor no puede salir del país sin la autorización de ambos padres o de aquel que lo hubiere
reconocido en su caso.
2. Confiada por el juez la tuición a uno de los padres o a un tercero, el hijo no podrá salir sino
con la autorización de aquel a quien se hubiere confiado.
3. Cuando sea regulado el derecho a que se refiere el artículo 229 del código civil por
sentencia judicial o avenimiento aprobado por el tribunal, se requerirá también la
autorización del padre o madre a cuyo favor se estableció.
4. El permiso que exige el art. 49 de la Ley de Menores se debe prestar por escritura pública
o por escritura privada autorizada por un notario público. No se necesitará este permiso si el
menor sale del país en compañía de la persona o personas que deben prestarlo (art. 49, inciso
final).
Los padres estarán privados del derecho – deber de cuidar a los hijos en los siguientes casos:
a) Cuando la filiación haya sido determinada judicialmente contra la oposición del padre o
madre (artículo 203).
b) Cuando la tuición o cuidado personal haya sido confiado a una persona distinta de los
padres caso en el cual este ejercerá el derecho – deber con anuencia del tutor o curador, si
ella misma no lo fuere (237).
d) Cuando el hijo ha sido separado de sus padres por la inhabilidad moral de ellos.
e) Cuando el padre o madre hubiere sido condenado por un delito sexual cometido en la
persona del menor, debiendo así declararlo en la sentencia condenatoria, la que ordenará
dejar constancia al margen de la inscripción de nacimiento del menor (art. 370 bis del Código
292
Penal)
1. Si los padres están casados en Sociedad Conyugal los gastos serán de cargo de la sociedad
(artículo 230. 1740 numero 5 y 1744). Hay que distinguir
- Gastos correspondientes a las expensas ordinarias: serán de cargo de la sociedad
conyugal, conforme al artículo 230 del Código Civil. En armonía con el precepto
anteriormente citado, el artículo 1740 número 5 del Código Civil establece que la sociedad
conyugal es obligada al pago del mantenimiento de los descendientes comunes. Dichos
gastos pesan sobre el pasivo definitivo de la sociedad conyugal. A su vez, el artículo 1744
del Código Civil reitera que las expensas de educación de un descendiente y las que se
hicieren para establecerle y casarle, se imputarán, por regla general, a los gananciales.
- Gastos correspondientes a las expensas extraordinarias: serán también de cargo de
la sociedad conyugal, en las condiciones señaladas; sin embargo, si el hijo tuviere bienes
propios, estas expensas extraordinarias se imputarán a dichos bienes en cuanto cupieren en
ellos y en cuanto le hubieren sido efectivamente útiles; a menos que conste de un modo
auténtico que el marido, o la mujer, o ambos de consuno, quisieron hacerlas de lo suyo
(artículo 1744 del Código Civil).
3. Si el hijo tuviere bienes propios, los gastos de su establecimiento, y en caso necesario, los
de su crianza y educación, podrán sacarse de ellos, conservándose íntegros los capitales en
cuanto sea posible.
4. La obligación de alimentar al hijo que carece de bienes pasa, por falta o insuficiencia de
ambos padres, a sus abuelos y otra línea conjuntamente.
En caso de insuficiencia de uno de los padres, la obligación indicada precedentemente pasará
en primer lugar a los abuelos de la línea del padre o madre que no provee; y en subsidio de
éstos a los abuelos de la otra línea (232)
1) Deberán los padres ser autorizados por el juez, quien otorgara la autorización si estima
que por razones graves ello es de conveniencia para el hijo.
293
2) En forma previa al retiro del menor los padres deberán pagar los costos de crianza y
educación los que serán tasados por el juez.
Con bastante razón Rene Ramos critica esta disposición y en particular este segundo requisito
ya que se condiciona la entrega del menor al pago de los costos de crianza y educación lo
que supone una especie de derecho legal de retención sobre la persona del hijo lo cual es
inaceptable.
3) Debe tenerse presente que según el art. 47 de la Ley de Menores "El solo hecho de colocar
al menor en casa de terceros no constituye abandono para los efectos del art. 240 del Código
Civil.
1. Un menor debe ausentarse de la casa de padre o madre o de la persona que lo tenga bajo
su cuidado.
5. Que quien efectúe estos suministros de noticia al padre o madre lo más pronto posible,
agrega el código civil que toda omisión voluntaria en este punto hará cesar la responsabilidad.
3. Con todo, los padres podrán actuar indistintamente en los actos de mera conservación.
Respecto del resto de los actos, se requerirá actuación conjunta. En caso de desacuerdo de
los padres, o cuando uno de ellos esté ausente o impedido o se negare injustificadamente, se
requerirá autorización judicial. Este inciso fue incorporado por la ley 20.680.
4. Con todo cuando el interés del hijo lo haga indispensable, a petición de uno de los padres,
el juez podrá confiar el ejercicio de la Patria Potestad al padre o madre que carecía de él, o
radicarlo en uno solo de los padres si la ejercieren conjuntamente. (244 inciso 4).
5. Si los padres viven separados, la patria potestad será ejercida por aquel que tenga a su
cargo el cuidado personal del hijo, o por ambos, de conformidad al artículo 225. La aplicación
de esta norma consagra los siguientes puntos relevantes:
a) Sin embargo, por acuerdo de los padres o resolución judicial fundada en el interés del hijo,
podrá atribuirse la patria potestad al otro padre o radicarla en uno de ellos si la ejercieren
conjuntamente.
b) Además, basándose en igual interés, los padres podrán ejercerla en forma conjunta. Se
aplicarán al acuerdo o a la resolución judicial las normas sobre subinscripción previstas en el
artículo precedente.
En el caso de los padres que viven separados, la patria potestad la ejerce quien tiene el
cuidado personal, salvo acuerdo diferente. Al permitirse el cuidado personal compartido, se
adecúa a norma para que en este caso la patria potestad también sea compartida.
Adicionalmente, se permite que el juez o los padres cambien la titularidad de la patria
potestad, o bien que la compartan (esto solo por acuerdo).
c) El articulo 226 en materia de cuidado personal del hijo establece que si ambos padres están
inhabilitados física o moralmente, la tuición puede pasar a un tercero, pero ello no implica
que ese tercero ejerza también la Patria Potestad porque ello es de carácter personalísimo
para el padre o la madre y no para un tercero, en este caso se nombrará a un tutor o curador
de acuerdo al artículo 248.
1. Derecho legal de goce del padre sobre ciertos bienes del hijo.
297
4. No se exige que el titular de la patria potestad haga un inventario solemne de los bienes
objeto de este derecho legal de goce, no obstante, lo cual en el evento que no lleve un
inventario si se le exige mantener una descripción circunstanciada de los bienes desde que
entra a gozar de ellos
(Art. 252 inciso 2).
5. Como excepción a la regla anterior si quien ejerce el derecho legal de goce enviuda para
pasar a nuevas nupcias deberá necesariamente levantar un inventario solemne (252 inciso 2
y 124).
6. El padre o madre que ejerza la patria potestad se hará dueño de los frutos.
Regla general: La Patria potestad confiere el derecho legal de goce sobre todos los bienes
del hijo no emancipado.
Excepciones:
1. Los bienes que forman el peculio profesional o industrial del hijo, esto es todos aquellos
bienes adquiridos por el hijo en el ejercicio de todos oficio, profesión o industria. Es
importante destacar que de acuerdo al artículo 251 respecto de esta administración y goce de
este peculio profesional el hijo se mirara como mayor de edad. Este último precepto dispone
por su parte que no se podrán enajenar ni gravar en caso alguno los bienes raíces del hijo,
aun pertenecientes a su peculio profesional o industrial, ni sus derechos hereditarios, sin
autorización del juez con conocimiento de causa.
Debe tenerse presente que el peculio profesional o industrial sólo corresponde al menor
adulto, pues el impúber, siendo absolutamente incapaz, no puede ejecutar ninguna actividad
remunerada.
A diferencia de lo que acontece con el patrimonio reservado de la mujer casada en sociedad
conyugal, la ley no exige que la actividad productiva realizada por el menor sea separada de
la de su padre o madre que ejerza la patria potestad.
298
En el ámbito del Código de Minería, dispone el artículo 25 que las minas descubiertas y
manifestadas por menores adultos se entenderán pertenecer al peculio profesional o industrial
de aquellos. Sobre la misma materia, y en caso de no haber peculio profesional o industrial,
el último inciso del artículo 250 del CC. señala que el goce sobre las minas que pertenecen
al hijo se limitará a la mitad de los productos y el padre o madre que ejerza la patria potestad
responderá al hijo de la otra mitad. La disposición anterior deja en claro que las minas que
pertenecen al hijo no están exceptuadas del derecho legal de goce del o de los padres que
ejerzan la patria potestad, aunque tal derecho está restringido en este caso, pues se responderá
por la mitad de los productos.
2. Los bienes adquiridos por el hijo a título de donación, herencia o legado cuando el donante
o testador ha estipulado (impropiedad del legislador utilizar la palabra estipular en un
testamento):
c) Cuando se haya dispuesto expresamente que tenga el goce de estos bienes el hijo.
Si el donante hubiere dispuesto expresamente que tenga el goce de los bienes donados el hijo,
¿ha de privarse también al padre y/o a la madre de la administración de estos bienes y por
ende darse al hijo un curador?
- Algunos sostienen el padre y/o la madre no quedan despojados de la administración
de los bienes del hijo y por ende no resulta necesario provocar el nombramiento de un curador
para éste:
i. Cuando la ley alude a los padres “impedidos”, debemos entender la expresión
referida a un impedimento que tenga origen legal o judicial, pero no en la voluntad del
donante.
ii. El artículo 348, inciso 2º, señala que “Se dará curador adjunto al hijo cuando
el padre o la madre son privados de la administración de los bienes del hijo o de una parte de
ellos, según el artículo 251”. Hay que aclarar que la referencia al artículo 251 es errónea, y
correspondía al antiguo texto del Código Civil antes de la reforma del año 1998. Hoy, la
referencia ha de entenderse al artículo 257, cuyo tenor corresponde al antiguo artículo 251
(el actual artículo 251, nada tiene que ver con la materia, pues se refiere al peculio profesional
o industrial del menor, respecto del cual obviamente no corresponde designarle curador). De
esta forma, conforme al artículo 348, se dará curador adjunto al hijo sólo en el caso en que el
padre o madre sean privados de la administración, no en el caso en que sean privados del
derecho legal de goce.
- Otros sostienen que quedan despojado de la administración y por lo tanto se les deberá
designar un curador:
i. El artículo 253 al referirse al impedimento, no formula distingo alguno, de
manera que no cabe al intérprete distinguir.
ii. René Abeliuk adhiere a esta segunda doctrina, al expresar “que lo dispuesto
por el
donante o testador directamente es que el derecho legal de goce corresponda al hijo, por lo
que estamos en la situación en que quien tiene la patria potestad no puede ejercer el derecho
legal de goce, y ella debería pasar al otro. Pero como se ha dispuesto que el derecho de goce
299
lo tenga el hijo, y éste arrastra a la misma solución a la administración, hay que concluir que
en este caso el hijo tiene la propiedad plena, y la administración debe tenerla un curador, que
será adjunto por aplicación del artículo 344, ya que el padre o madre conservan la patria
potestad que ejercen, exceptuados estos bienes.
3. Las herencias o legados que hayan pasado al hijo, por incapacidad, indignidad o
desheredamiento del padre o madre que tenga la patria potestad.
- La ley no incluye en el Nº 3 del artículo 250 la repudiación de la asignación por causa
de muerte que pudiere haber hecho el padre o la madre. Operando la repudiación, la
asignación pasará al hijo en virtud del derecho de representación, pero en este caso no se
priva al padre o madre del ejercicio del derecho legal de goce sobre los bienes que componen
dicha asignación.
- El fundamento de la ley para privar al padre o madre a quien correspondería ejercer
el derecho legal de goce de dicha facultad en los casos de los números 2 y 3 del artículo 250,
reside en que no puede permitirse que el padre o madre se beneficie a través del mencionado
derecho legal de goce, de una herencia o legado que no ha podido recibir directamente, por
las causas señaladas.
4. el goce sobre las minas del hijo se limitará a la mitad de los productos y el padre que ejerza
la patria potestad responderá al hijo de la otra mitad (250 inciso 3).
Son todos aquellos bienes que no están comprendidos en los casos excepcionales establecidos
en el artículo 250. Tales son:
1º Los bienes adquiridos por el hijo a título oneroso, salvo si la adquisición se realizó con el
producto de su empleo, oficio, profesión o industria.
2º Los bienes adquiridos a título gratuito por el hijo, salvo si el donante o testador hubiere
privado al padre o madre que ejercía la patria potestad, del goce de tales bienes (caso en el
cual, se privará también al padre o madre de la administración, conforme a una opinión; o no
se privará al padre o madre de la administración, conforme a otra opinión).
3º Los bienes adquiridos a título gratuito por el hijo, salvo si el donante o testador hubiere
privado al padre o madre que ejercía la patria potestad, de la administración de tales bienes
(caso en el cual también se privará al padre o madre que ejercía la patria potestad del derecho
legal de goce).
4º Los bienes adquiridos por el hijo por repudiación que haga el padre o la madre a la
respectiva asignación.
5º Los dineros ganados por el hijo en juegos de azar.
6º El tesoro descubierto por el hijo.
7º Las minas que el hijo adquiera a cualquier título.
300
a) El derecho legal de goce pasará al otro padre. el inciso 2º del artículo 252 sí le permite a
la mujer ser titular del derecho legal de goce, creando al efecto una hipótesis de separación
legal parcial de bienes. Con esta solución, el marido no tendrá injerencia alguna sobre los
bienes, pues los frutos no ingresarán al patrimonio social, sino que al haber propio de la
mujer. Se garantiza así que no se burlará la voluntad del donante o testador, en orden a privar
al marido del derecho legal de goce sobre los bienes donados o transmitidos al menor.
c) Hay que tener presente que, si el titular de la patria potestad se encuentra privado de la
administración de los bienes del hijo, por este solo hecho quedará privado del derecho legal
de goce (253 inciso 1 parte final).
a) Respecto de los bienes que forman parte del peculio industrial o profesional del menor
este se mirará como mayor de edad y por lo tanto la administración le corresponderá a él y
no al titular de la PP sin perjuicio del articulo 254 (251). De todas formas, requiere
autorización judicial para enajenar o gravar bienes raíces.
b) Otros bienes
Las reglas son las siguientes:
a. Aquel de los padres que ejerza el derecho legal de goce sobre los bienes del hijo tendrá
también su administración (253 inciso 1).
301
b. Si el padre o la madre que tenga la Patria Potestad no puede ejercer sobre uno o más bienes
el derecho legal de goce este pasara al otro y por lo tanto pasara también la administración
(253 inciso 2).
Regla general:
El titular de la PP administra los bienes del hijo con amplias facultades, sin perjuicio de lo
cual existe un sinnúmero de limitaciones que estudiaremos a continuación:
1. Para enajenar o gravar los Bienes Raíces del hijo o sus derechos hereditarios se requiere
autorización del juez con conocimiento de causa (254).
- No exige la ley que la venta se efectúe en pública subasta.
- Aun cuando el artículo 254 no exige acreditar la necesidad o la utilidad manifiesta de
la enajenación (como sí ocurre en los artículos 88 y 393), en el hecho deberá probarse, pues
el juez debe proceder con conocimiento de causa, de manera que no dará su autorización si
no se le justifica la utilidad o necesidad de la operación. En la práctica, se acompaña un
proyecto de escritura de compraventa, destacándose la conveniencia del precio. El juez, al
autorizar la enajenación, fijará el precio mínimo, la forma de pago (usualmente de contado)
y el plazo dentro del cual ha de celebrarse la compraventa. Una copia de la resolución,
debidamente autorizada, suele insertarse al final de la escritura de compraventa, para
acreditar que se dio cumplimiento a la formalidad habilitante. Lo dicho respecto de la
enajenación, se entiende también para constituir gravámenes sobre el inmueble del hijo,
como por ejemplo una hipoteca, servidumbre, censo, etc.
- Exige la ley, igual que en el caso de los inmuebles, autorización judicial. Es
interesante señalar que carece de importancia la naturaleza de los bienes que integran la
herencia. Dicho de otro modo, aunque ésta sólo comprenda bienes muebles, siempre será
necesario obtener la autorización judicial para ceder el derecho real de herencia (lo que
demuestra, una vez más, que este derecho tiene un carácter “sui géneris”, que no puede
concebirse como mueble o inmueble, sino que posee una naturaleza singular, se trata de una
“universalidad jurídica”).
- Sanción a la contravención de esta norma:
Nulidad relativa. La razón está en el artículo 1682 y es una norma imperativa, no
prohibitiva.
2. Para donar cualquiera parte de los bienes del hijo el padre o madre deberán estarse a las
reglas dadas a los tutores y curadores (255). Esta norma nos remite al artículo 402 del Código
Civil el cual nos da las siguientes reglas:
a) Es prohibida la donación de bienes raíces del pupilo, aun con previo decreto del juez.
Sanción a la contravención de esta norma: Nulidad absoluta (por lo dispuesto en los arts.
10,1466 y 1810).
302
b) Es posible efectuar una donación de dinero o de bienes muebles del pupilo, para ello se
requiere de un decreto judicial, el que deberá fundarse en una causa grave (como la de
socorrer a un consanguíneo necesitado o contribuir a un objeto de beneficencia, por ejemplo).
Esta autorización se dará siempre que la donación sea proporcionada a las facultades del
pupilo, y que por ellas no sufran un menoscabo notable los capitales productivos.
Sanción a la contravención de esta norma: Nulidad Relativa.
c) Los gastos de poco valor para objetos de caridad o de licita recreación, no están sujetas a
la limitación antes referida.
3. El arrendamiento de los bienes raíces del hijo por largo tiempo, en este caso la ley también
se remite a las reglas dadas a los tutores y curadores aplicándose el artículo 407, el cual da
las siguientes reglas:
• En ningún caso el contrato podrá celebrase por más años que los que faltaren al hijo
para llegar a los 18 años de edad.
A. No podrá aceptarse ninguna herencia referida al hijo bajo Patria Potestad, sin beneficio de
inventario (1250 inciso 2).
En el evento que se acepte la herencia sin beneficio de inventario, el hijo no será obligado
por las deudas y cargas de la sucesión sino hasta concurrencia de lo que existiere de la
herencia al tiempo de la demanda o se probare haberse empleado efectivamente en beneficio
de ellas (1250 inc final). Es decir, la ley de igual forma incluye el beneficio de inventario.
B. No podrá repudiarse ninguna herencia deferida al hijo sin decreto del juez con
conocimiento de causa (397 y 1236).
5. Partición de bienes.
Existen también una serie de limitaciones relativas a la partición de bienes como son:
303
• Se requiere de autorización judicial para proceder a la partición de la herencia o de
los bienes raíces.
• El nombramiento del partidor deberá ser aprobado por un juez salvo que la
designación haya sido realizada por la justicia (1326 inciso 1).
• En caso de existir omisión de esta autorización judicial, en los dos casos anteriores la
sanción será la nulidad relativa por atiende a la calidad o estado de las personas.
D. Extinción de la administración
Esta administración termina por:
1. Emancipación del hijo, ya que este hecho pone fin a la Patria Potestad (269).
3. Por pérdida de la administración: habrá derecho para quitar al padre o madre, o a ambos,
304
la administración de los bienes del hijo, cuando se haya hecho culpable de dolo, o de grave
negligencia habitual (artículo 257, 1º). Las circunstancias anteriores deberán establecerse por
sentencia judicial, la que deberá subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento del
hijo.
Privado uno de los padres de la administración de los bienes, la tendrá el otro; si ninguno de
ellos la tuviese, la propiedad plena pertenecerá al hijo, y se le dará un curador para la
administración (artículo 258).
En todo caso, los actos y contratos del hijo, en ejercicio de su patrimonio profesional o
industrial, le obligarán exclusivamente en dichos peculios. Dicho de otro modo, estamos ante
una hipótesis de responsabilidad limitada
• Menor adulto puede contraer matrimonio, para hacerlo deberá obtener el asenso de
determinadas personas (114).
• El hijo puede disponer de sus bienes por acto testamentario que haya de tener efecto
después de su muerte (262). Sin embargo, en el caso del artículo 203 (cuando se trata de
restablecer al padre o madre los derechos de los que la ley los ha privado por haber
operado un reconocimiento forzado de la filiación), el testador ha de ser mayor de edad.
305
• Reconocer hijos (art 262).
• Para actuar como depositario, en el caso del depósito necesario: artículo 2238 del Código
Civil.
En los demás casos el hijo menor de edad necesariamente debe actuar autorizado o
debidamente representado. A pesar de que la ley no lo dice, se ha concluido que la
autorización puede ser expresa o tácita. Sólo en los casos contemplados en el inciso 2º del
artículo 260, exige la ley autorización expresa o solemne (autorización escrita para tomar
dinero a interés y comprar al fiado). Nada impide, conforme a las reglas generales aplicables
a los actos de los relativamente incapaces, que la autorización opere a posteriori, a través de
una ratificación (como por lo demás queda en claro en el artículo 261, 1º).
Tampoco ha resuelto el legislador el caso en que los padres o el curador adjunto niega la
autorización. Se ha señalado que el menor no podría recurrir a la justicia, pues el juez sólo
podría actuar a virtud de texto expreso, que aquí no existe
Para estudiar esta materia vamos a distinguir entre la incapacidad para celebrar actos
extrajudiciales y la incapacidad para actos judiciales
* Efectos de los actos o contratos del hijo realizado a través de sus representantes legales o
autorizados por estos:
1. Si entre los padres hubiere sociedad conyugal, los actos o contratos que el hijo célebre
fuera de su peculio profesional o industrial y que el padre o madre que ejerce la PP lo
autorice o ratifique por escrito, o los que éstos efectúen en representación del hijo
producirán los siguientes efectos (261 inciso 1):
306
reportado de acto o contrato.
A pesar de que la ley no lo dice, se ha concluido que la autorización puede ser expresa o
tácita. Sólo en los casos contemplados en el inciso 2º del artículo 260, exige la ley
autorización expresa o solemne (autorización escrita para tomar dinero a interés y comprar
al fiado). Nada impide, conforme a las reglas generales aplicables a los actos de los
relativamente incapaces, que la autorización opere a posteriori, a través de una ratificación
(como por lo demás queda en claro en el artículo 261, 1º).
* Efecto de los actos ejecutados por el hijo sin la autorización del padre, madre o del curador
adjunto:
1. Los actos o contratos del hijo no autorizados por el padre o madre que lo tengan bajo su
Patria Potestad o por el curador adjunto en su caso le obligarán exclusivamente en su
peculio profesional o industrial (260 inciso 1).
Si no tuviere este peculio entonces el acto adolece de nulidad relativa, pudiendo llegar a
generar una obligación natural (arts. 1470, N° 2,1682, 1691).
2. En todo caso el hijo no puede tomar dinero a interés, ni comprar al fiado sino con la
autorización escrita del padre, madre o del curador adjunto en su caso, salvo que el menor
haya tomado interés o haya comprado al fiado dentro de su peculio profesional o industrial.
Para estos dos efectos la ley establece una exigencia en cuanto a que el menor debe contar
con la autorización por escrito del titular de la Patria Potestad o del curador. ¿Qué ocurre si
no la obtiene? entonces el menor no será obligado por estos contratos, sino que hasta
concurrencia del beneficio que haya reportado de ellos (260 inciso 2).
La diferencia entre el inciso 1 y 2 del artículo 260 está en que en el primero de ellos (inciso
1) el acto produce efectos, en el segundo (inciso 2) el acto no lo obliga, salvo cuando el
provecho o beneficio que haya reportado de ellos.
El artículo 260 protege tanto a los terceros como al menor. A los terceros, porque si el menor
actúa en el ámbito de su peculio profesional o industrial, responderá con los bienes que lo
integran; al menor, pues si carece de dicho peculio, el tercero deberá contratar con el padre
o madre o curador o con el hijo debidamente autorizado, estando limitada la responsabilidad
del menor (hasta el beneficio que le reporte el negocio) y siendo además subsidiaria (de la
del padre, madre o curador).
3. En los demás casos es posible la contratación entre el padre o madre y el hijo sujeto a
patria potestad a menos que exista una abierta incompatibilidad de intereses, caso en el cual
no se podrá dar la autorización para que el hijo concurra en dicho contrato ya que incurriría
en una cesación de la PP por ello es por lo que el menor requerirá de un curador para tal acto.
Situaciones:
d) Juicios del hijo en contra del padre o madre que ejerce la patria potestad. (263)
Cuando el hijo tenga que litigar contra el actor que ejerce la PP el deberá obtener previamente
la venia del juez y si este se la otorga le dará además un curador para la litis.
¿Qué ocurre si el padre o madre demandan al hijo?
En doctrina se estima que la sola interposición de la demanda del padre o madre importa al
menos una autorización tacita para que el menor litigue por lo que solo restara dar al hijo un
curador ad litem.
Siempre que el padre o la madre que ejerce la Patria Potestad litiguen con el hijo será obligado
a proveerle de las expensas para el juicio.
Dichas expensas serán reguladas incidentalmente por el tribunal tomando en consideración
la cuantía y la importancia de lo debatido y la capacidad economiza de las partes.
1. Por la demencia del padre o madre. A juicio de Rossel, no sería necesaria la declaración
de interdicción. En todo caso, como el juez resuelve con conocimiento de causa, la demencia
deberá acreditarse rindiendo la prueba pericial pertinente.
4. Cuando por larga ausencia u otro impedimento físico, de los cuales se siga un perjuicio
grave en los intereses del hijo, a que el padre o madre ausente o impedido no provee. Se trata
de requisitos copulativos. La sola ausencia, por ende, no es causal suficiente, pues bien podría
ocurrir que el padre o madre deba ausentarse por un lapso prolongado -por razones laborales,
por ejemplo-, pero continúe proveyendo a las necesidades del menor.
E. Emancipación
A. Concepto:
Art. 269 señala que la emancipación es un hecho que pone fin a la patria potestad del
padre, de la madre, o de ambos, según sea el caso. La emancipación puede ser legal o
judicial.
Históricamente antes de la ley 19.585 existía una emancipación voluntaria, se producía
mediante un acuerdo entre el padre y el hijo, atendida a su poca aplicación práctica el
legislador opto por derogarla.
B. Características:
La característica principal es que las normas sobre emancipación son de orden público y por
lo tanto sus causales de procedencia se hallan taxativamente establecidas en la ley sin
que las partes puedan crear otras.
Aquí se nos plantea un problema interesante:
El articulo 250 número 2 en la parte que dispone “cuando se hace al hijo una donación,
herencia o
legado, bajo condición de obtener la emancipación…”, evidentemente que si las normas de
emancipación son de orden público el testador, legatario o donante no puede estipular esa
condición.
De lo dicho anteriormente debemos entender que dicha condición se va a cumplir por
equivalencia, es decir el hijo no va a obtener la emancipación, pero si el padre o madre va a
perder el Derecho Legal de Goce que tiene sobre los bienes del hijo no emancipado (se
entiende que son los bienes que se le dejan al hijo en el testamento, legado etc.)
Este es un caso de excepción al artículo 1484 c. c
2. Clases de emancipación.
310
B. Emancipación judicial.
Es aquella que se efectúa por decreto del juez en los casos señalados en el artículo 271 y otros
cuerpos normativos.
1. Cuando el padre o la madre maltrata habitualmente al hijo, salvo que corresponda ejercer
la PP al otro. Con anterioridad a la ley 19.585 exigía esta disposición que los malos tratos
pusieran en peligro la vida del hijo o amenazaren con causarle un grave daño exigencias
derogadas hoy en día.
2. Cuando el padre o la madre ha abandonado al hijo, salvo el caso de excepción del número
precedente.
A este respecto el artículo 19 de la Ley 14.908 (sobre alimentos) dispone que para los efectos
del artículo 271 se entenderá que hay abandono por parte del padre o madre por el hecho de
haber sido apremiado por dos veces en la forma señalada en el artículo 14 de esta misma ley
para el pago de las pensiones de una misma obligación alimenticia.
3. Cuando por sentencia ejecutoriada el padre o la madre ha sido condenado por delito que
merezca pena aflictiva, aunque recaiga indulto sobre la pena, a menos que, atendida la
naturaleza del delito, el juez estime que no existe riesgo para el interés del hijo, o de asumir
el otro padre la Patria Potestad.
4. En caso de inhabilidad física o moral del padre o madre, sino le corresponde al otro ejercer
la PP.
5. El artículo 370 bis del Código Penal dispone que el que fuere condenado por alguno de los
delitos a que se refiere los 2 párrafos anteriores (violación y otros delitos de significación
sexual) cometidos en la persona del menor del que sea pariente quedará privado de la Patria
Potestad si la tuviere o inhabilitado para obtenerla si no la tuviere al igual que el resto de los
derechos que por el ministerio de la ley respecto de la persona o bienes del ofendido , de sus
ascendientes o descendientes.
Tal privación de derechos deberá ser así declarado por el juez en la sentencia quien a su vez
decretará la emancipación del menor ordenando dejar constancia al margen de la inscripción
de nacimiento
Si bien el condenado se haya privado de sus derechos no cesa en cambio sus obligaciones
legales cuyo cumplimiento vaya en beneficio de la víctima o de sus descendientes.
3. Efectos de la emancipación.
A. La emancipación no transforma al hijo en capaz, salvo la causal de haber llegado a
los 18 años. Por este motivo el art. 273 señala que el hijo menor que se emancipa queda
sujeto a guarda.
311
B. Como regla general toda emancipación una vez efectuada es irrevocable, pero por
excepción la emancipación puede ser dejada sin efecto por el juez, o sea puede ser revocada
por el juez en los casos de muerte presunta o cuando la causal ha sido la inhabilidad
moral del padre o madre.
Los requisitos para que opere esta revocación son los siguientes:
1. Que ella sea solicitada por el respectivo padre o madre.
3. Solo cabe cuando la emancipación se hubiera producido por las causales de los art 270
número 2 y 271 numero 4.
4. Debe acreditarse fehacientemente la existencia del padre o madre o bien que ha cesado la
inhabilidad moral o física.
6. La resolución judicial que de lugar a la revocación solo producirá efectos desde que se
subinscriba al margen de la inscripción de nacimiento del hijo.
A. GENERALIDADES:
1. Concepto
Hernán Corral lo define como un derecho personalísimo que faculta a su titular para exigir
del deudor todo lo necesario para satisfacer las necesidades que le permitan vivir.
René Ramos señala que es aquel derecho que la ley otorga a una persona para demandar de
otra, que cuenta con los medios para proporcionárselos, lo que necesite para subsistir de un
modo correspondiente a su posición social que debe cubrir a lo menos el sustento, habitación,
vestidos, salud, movilización y educación.
312
c) Es intransferible ya que no puede venderse ni cederse de modo alguno, Art. 334.
g) El derecho de alimentos tiene por fuente principal, la ley. Aunque los alimentos pueden
tener por fundamento el testamento y la convención, los de mayor relevancia jurídica son
aquellos cuya fuente es la ley, que manda pagarlos a determinadas personas. Es posible
afirmar que la obligación alimenticia es el paradigma de una obligación que tiene por fuente
directa la ley, y por ello el Código Civil, al definir en su artículo 578 el derecho personal o
crédito, y aludir a la obligación correlativa que pesa sobre el deudor por la sola disposición
de la ley, indica como ejemplo precisamente los alimentos que el padre adeuda al hijo.
i) El derecho de alimentos goza de una especial protección de la ley, que confiere amplias
facultades judiciales y establece diversas figuras penales. Como indica Daniel Juricic, los
procedimientos judiciales para obtener el cumplimiento de la obligación alimenticia
contemplan facultades extraordinarias para los jueces, como por ejemplo fijar los alimentos
provisorios, ejercer ciertas facultades de oficio, decretar apremios y ejercer una potestad
cautelar (artículo 22 de la Ley sobre Tribunales de Familia), que sólo se explican por el
fundamento de la relación jurídica alimentaria, esto es, la protección de la vida y de la
integridad física y psíquica del alimentario. En el mismo sentido, la Ley 14.908, consagra
varias figuras penales, para aquellos que intenten eludir o entorpecer el cumplimiento de la
obligación alimenticia.
j) Las causas sobre derecho de alimentos son de mediación previa u obligatoria, antes de
interponerse la demanda.
313
3. Características de la obligación de dar alimentos.
- Es recíproca; Esto significa que el obligado a dar alimentos puede a su vez pedirlos de la
misma persona a que él provee con excepción del donante y donatario, ya que en este caso
sólo el primero puede pedir alimentos el segundo (donatario).
Otro caso de excepción está en el Art. 203; este artículo establece la privación de derechos
respecto del padre o madre cuya filiación ha sido determinada contra su oposición.
- La obligación alimentaria es intransmisible; ello porque los herederos del deudor no están
obligados a dar alimentos al acreedor, toda vez que en conformidad con el Art. 1168 los
alimentos que el difunto ha debido por ley a ciertas personas gravan la masa hereditaria, salvo
que el testador haya impuesto esta obligación a uno o más de los partícipes en la sucesión.
En otras palabras, la obligación alimentaria no pasa contra los herederos sino que ello se hace
directamente exigible sobre el patrimonio del causante por medio de las llamadas bajas
generales de la herencia, Art. 954 n° 4, por lo que los herederos deben apartar un capital, con
el cual seguir sirviendo el pago de la pensión alimenticia.
Con todo, las pensiones alimenticias atrasadas sí pueden renunciarse o compensarse y el
derecho de demandarlas puede transmitirse por causa de muerte, venderse y cederse (artículo
336 del Código Civil)
- Esta materia no puede someterse a arbitraje, es de arbitraje prohibido, Art. 229 COT.
314
- El derecho a percibir alimentos es permanente. En principio, los alimentos que se deben por
ley se entienden concedidos para toda la vida del alimentario, continuando las circunstancias
que legitimaron la demanda (artículo 332, inciso 1º del Código Civil). De ahí que se afirme
por algunos que se trata de una obligación de tracto sucesivo. Con todo, hay también un
importante componente de variabilidad en la obligación alimenticia. Por eso, se afirma que
“Es una obligación legal fundamentalmente condicionada y variable, ya que depende del
patrimonio del obligado y de las necesidades –entendidas éstas dentro de su propia situación
económica y social- del alimentario. Su fundamento se encuentra en la solidaridad que debe
existir entre las personas que se hallan unidas por un vínculo de familia. Por ello, si varían
las circunstancias existentes al momento de establecerse la pensión de alimentos, el
alimentante podrá solicitar el cese o la disminución de su obligación, o el alimentario el
aumento de la pensión, según corresponda y el mérito de los antecedentes así lo justifiquen.
B. CLASIFICACIÓN:
- Alimentos definitivos.
Los alimentos definitivos se deben, dice la ley, “desde la fecha de la primera demanda” y se
entienden concedidos por toda la vida del alimentario, continuando las circunstancias que
legitimaron la demanda (artículos 331 y 332 del Código Civil).
- La Corte Suprema ha puntualizado que “al referirse el artículo 331 del Código
Civil a la primera demanda para establecer que desde ella se deben los alimentos, la referencia
debe entenderse a la fecha de la notificación de la demanda y no al tiempo o fecha en que fue
presentada al tribunal correspondiente”.
- Tampoco debe entenderse que la ley alude, como acontece por regla general,
a la fecha en que quede ejecutoriada la sentencia que disponga el pago de la pensión de
alimentos. Como dice Vodanovic, mientras el demandado no sea válidamente notificado,
procesalmente nada le puede afectar. Y sería injusto que, sin tener conocimiento del estado
de necesidad de su acreedor, el alimentario tuviera que responder por algo que, sin culpa
suya, hasta entonces ignoraba, al menos en el ámbito procesal.
- Por cierto, si durante el juicio se habían fijado alimentos provisorios inferiores
a los que se regulan como definitivos, el demandado deberá pagar la diferencia por todo el
período que
haya transcurrido entre la notificación de la demanda y el momento en que quedó
ejecutoriada la sentencia definitiva.
En algunas oportunidades, puede resultar difícil determinar cuál es la posición social del
alimentario. Como se ha señalado, en ocasiones “la posición social está determinada
generalmente por la profesión del sujeto demandado, sus bienes, sus condiciones de vida, etc.
Al respecto, se ha considerado, por ejemplo, que la posición social de la mujer casada es la
del marido, y la de los hijos, la de sus padres. En otras palabras, la posición social a la que
hace mención el legislador es la que tiene la persona que debe otorgar los alimentos, ello,
con la finalidad precisa (tratándose de alimentos que se deben a los hijos) de que la separación
de los padres no conlleve, para los hijos, mayores perjuicios que aquéllos que comprende la
situación en sí misma y que, por el contrario, puedan mantener su status de vida sin verse
obligados a enfrentar mayores cambios.”
El fundamento anterior, resulta razonable cuando los hijos que demandan alimentos, vivían
con el
demandado. ¿Qué ocurre cuando se trata de hijos que nunca han vivido con su padre o madre
de quien reclaman alimentos? Es evidente que en tal caso, tampoco debemos circunscribirnos
a la posición social del hijo que demanda alimentos, y también es necesario considerar la
posición social del progenitor demandado. Ello, porque se trata de que los hijos obtengan una
mejor posición social, que les permita un mayor desarrollo espiritual y material, lo que por
cierto no se obtendrá si se les mantiene el status de vida anterior, cuando careciendo de la
ayuda paterna o materna, se veían privados de cosas elementales para su subsistencia. Si no
aplicamos este criterio y atendemos sólo a la posición social de quien pide los alimentos, se
infringirían las disposiciones de la Convención de los Derechos del Niño, en aquella parte
que establece que deben respetarse los derechos que la Convención asegura a todo niño, sin
importar cual sea su raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o de otra
índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos,
el nacimiento o cualquier otra condición que lo afecte, o a sus padres o a sus representantes
legales. Lo anterior explica que se haya sostenido, con razón, que considerar la posición
social de quien reclama alimentos al tiempo de fijarlos violenta el principio de igualdad antes
citado
317
C. REQUISITOS COPULATIVOS DEL DERECHO A PEDIR ALIMENTOS:
1. Existencia de un título
Como se trata de alimentos legales evidentemente se requiere de una norma legal que
obligue a pagar alimentos. La norma esencial en esta materia está en el Art. 321 según el cual
se deben alimentos al cónyuge, a los descendientes, a los ascendientes, a los hermanos y
al que hizo una donación cuantiosa, si no hubiere sido rescindida o revocada.
Existen aparte otras disposiciones legales que crean un título para demandar alimentos;
- así ocurre, por ejemplo, con el Art. 2 inc. 3° ley 14.908 según el cual la madre podrá
solicitar alimentos para el hijo que está por nacer.
- Otro caso se encuentra en el Art. 64 de la ley 18.175 que establece un título para que
el fallido pueda pedir alimentos.
- El Art. 37 ley 19.620 establece un título para el adoptado al equipararlo a la calidad
de hijo del adoptante.
Sin perjuicio de lo antes señalado, el Art. 321 inc. Final señala que no se deben alimentos a
las personas aquí designadas en los casos en que una ley expresa se los niegue. Ejemplo: caso
Art. 213.
La ley ha establecido un orden de preferencia para demandar los alimentos y éste está en el
Art. 326 según el cual el que para pedir alimentos reúna varios títulos de los enumerados en
el Art. 321
La acción se dirige contra el que por ley está obligado a la prestación, pero puede darse el
caso de que el acreedor reúna más de un título para demandarlos (por ejemplo, ser hijo, tener
un hermano y ser donante de una donación cuantiosa no rescindida ni revocada).
a) En primer lugar, hace valer su título de donante de donación cuantiosa.
b) Si carece de tal derecho, invoca su calidad de cónyuge.
c) Si no tiene tal calidad, invoca su condición de descendiente.
d) A falta de los títulos anteriores, invoca su calidad de ascendiente.
e) A falta de todo otro título preferente, invoca su calidad de hermano.
- Sólo en caso de insuficiencia de todos los obligados por el título precedente podrá recurrirse
a otro. En todo caso, la Corte Suprema ha planteado en sus fallos dos criterios.
i) Conforme al primero, “Una persona que se encuentra en condiciones de solicitar
318
alimentos, no necesita entablar demandas sucesivas, y en el orden de prelación que indica el
artículo 321 del Código Civil, en contra de cada uno de los obligados. Le basta dirigirla contra
aquel de ellos que estima se halla en condiciones de prestarlos, y en ese juicio podrá
demostrarse que los obligados preferentemente se encuentran o no capacitados para
proporcionarle alimentos.”
ii) En otras oportunidades, nuestros tribunales superiores han exigido, sin embargo, que se
accione primero contra el padre, y después, contra el abuelo: “Para el cumplimiento de la
obligación de prestar alimentos el hijo (…) ha debido recurrir primero en contra de su padre
(…), habiendo correspondido al demandante acreditar que dicho padre carece de bienes o
que es insuficiente dicho título preferente; sólo acreditada tal insuficiencia habrá lugar al
llamamiento del ascendiente inmediatamente más próximo: el abuelo…”.
Meza Barros sintetiza los factores a considerar para determinar la necesidad del alimentario:
1° No es necesario que el alimentario sea por completo indigente; pero si no lo es, los
alimentos sólo se otorgarán en la medida necesaria para completar lo que le falta.
2° Entre los medios de subsistencia del alimentario, deben tomarse en consideración los
bienes con que cuente y muy particularmente su capacidad de trabajo; agrega este autor,
citando a Luis Claro Solar, que “Los alimentos no pueden ser un medio de liberarse de la
dura ley del trabajo; otra cosa sería fomentar la pereza y el ocio. El juez debe desechar,
pues, la demanda de quien no esté impedido para trabajar y no lo hace.”
3° Si el alimentario tiene bienes productivos, el juez considerará la posibilidad de que estos
bienes se conviertan en otros que permitan a su dueño subsistir, porque no es lógico que, por
319
esta circunstancia, pueda cargar sobre otro la satisfacción de sus necesidades.
b) A los descendientes
Cabe distinguir aquí entre la obligación que pesa sobre los padres y la obligación que, en
subsidio de los primeros, han de cumplir los demás ascendientes del alimentario. La autoridad
paterna impone a los progenitores tres deberes principales: criar, corregir y educar a los hijos.
De estos tres deberes, dos de ellos, el de crianza y el de educación, corresponden directamente
al deber de socorro y si este no se cumple, a la obligación de proporcionar alimentos al hijo.
Los gastos vinculados al cumplimiento del deber de crianza comprenden su alimentación,
habitación, vestuario, cobertura de salud, etc., es decir, todo aquello que resulta indispensable
para la subsistencia del hijo. Los gastos vinculados al cumplimiento del deber de educar al
hijo, se traducen en cubrir todos los egresos que demande el cursar regularmente el hijo sus
estudios básicos, medios y aún superiores, hasta que cumpla 28 años.
c) A los ascendientes
Los hijos tienen el deber de cuidar a sus padres en su ancianidad, en el estado de demencia,
y en todas las circunstancias de la vida en que necesitaren sus auxilios. Dicha obligación, que
se materializa en el deber de socorro, recae en los hijos de cualquier edad, aún aquellos
emancipados (artículo 223, inciso 1º del Código Civil). Tienen derecho al mismo socorro
todos los demás ascendientes, en caso de inexistencia o de insuficiencia de los inmediatos
descendientes (artículo 223, inciso 2º del Código Civil). El incumplimiento de este deber de
socorro origina sanciones civiles. Así, por ejemplo, el artículo 968 número 3 del Código Civil
declara indigno de suceder al difunto como heredero o legatario, al consanguíneo dentro del
sexto grado inclusive, que en el estado de demencia o destitución del causante, no lo socorrió,
323
pudiendo. Por su parte, el artículo 1208 número 2 del Código Civil, faculta al ascendiente
para desheredar al descendiente que en tales circunstancias no lo socorrió, pudiendo. De igual
forma, el artículo 324 del Código Civil establece que en el caso de injuria atroz, cesará la
obligación de prestar alimentos, agregando el precepto que constituyen injuria atroz
precisamente las conductas descritas en el artículo 968. Por ende, el hijo que no socorrió al
padre o a la madre perderá el derecho a pedir alimentos a sus progenitores. Con todo, si la
conducta del alimentario (el hijo en este caso) fuere atenuada por circunstancias graves en la
conducta del alimentante (el padre o madre, en este caso), podrá el juez moderar el rigor del
artículo 324.
d) A los hermanos.
Se deben alimentos a los hermanos, hasta que ellos cumplan 21 años, salvo que estén
estudiando una profesión u oficio, caso en el cual cesarán a los 28 años (artículos 323 y 332
del Código Civil). Con todo, si se prueba que les afecta una incapacidad física o mental que
les impida subsistir por sí mismos, o si por causas calificadas el juez considera los alimentos
indispensables para la subsistencia del alimentario, conservarán su derecho a percibirlos
(artículo 332, inciso 2º, del Código Civil).
Así lo dispone el artículo 1º, inciso 4º, de la Ley número 14.908, lo que, por lo demás, viene
a cumplir el mandato previsto en el número 1 del artículo 19 de la Constitución Política de
la República. Se trata asimismo de una derivación del principio consagrado en el artículo 75
del Código Civil, en cuanto dispone que la ley protege la vida del que está por nacer, de
manera que el juez ha de tomar, a petición de cualquier persona o de oficio, todas las
providencias que le parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido, siempre
que crea que de algún modo peligra.
• Que estén estudiando una profesión u oficio, situación en la cual los alimentos cesarán
a los 28 años.
• Cuando les afecte una incapacidad física o mental que les impida subsistir por sí
mismos.
3. Casos especiales:
325
A. Injuria atroz, Art. 324 inc. 1° y 2°.
En el caso de injuria atroz cesará la obligación de prestar alimentos, a menos que la conducta
del alimentario fuera atenuada por circunstancias graves en la conducta del alimentante lo
que será calificado por el juez. Sólo constituyen injuria atroz las conductas descritas en el
Art. 968 (casos de indignidad para suceder).
Con todo, debemos tener presente que el inciso 1º del artículo 324, permite al juez moderar
el rigor de la norma, si la conducta del alimentario fuere atenuada por circunstancias graves
en la conducta del alimentante. En otras palabras, podrá subsistir el derecho a percibir
alimentos, aunque disminuido, pues la norma sólo autoriza al juez a “moderar el rigor” de la
norma, no a prescindir de su aplicación.
F. Normas Procesales:
1. Tribunal competente
Son competentes los juzgados de familia, Art. 8 n° 4 ley 19.968.
2. Cosa juzgada
2) Mediante la retención de la pensión de alimentos por el empleador, Art. 11 inc. 4°, y Art.
8 ley 14.908.
4) Mediante la aplicación de medidas de apremio, Art. 14 ley 14.908. Esta forma se vincula
con el abandono como una causal de emancipación judicial, Art. 271 n° 2. Si decretados
los alimentos por resolución que cause ejecutoria, en favor del cónyuge, de los padres, de
los hijos o del adoptado, el alimentante no hubiere cumplido su obligación en la forma
pactada u ordenada o hubiere dejado de pagar una o más cuotas, el tribunal que dictó la
resolución deberá a petición de parte o de oficio y sin más trámite imponer al deudor como
medida de apremio, el arresto nocturno entre las veintidós horas de cada día hasta las
seis horas del día siguiente, hasta por quince días. Si se infringiere el arresto nocturno
o persistiere en el incumplimiento de la obligación alimenticia después de dos períodos
de arresto nocturno, el juez podrá apremiado con arresto hasta por quince días. En
caso de que procedan nuevos apremios, podrá ampliar el arresto hasta por treinta
días". Es importante tener en cuenta que este medio sólo procede en el caso en que los
alimentarios tengan con el alimentante el parentesco que la norma señala. Por ello, si una
persona es condenada a pagar alimentos a su hermano, por ejemplo, y no cumple, no cabe
decretar apremios. Lo mismo cuando el condenado a pagar alimentos es el abuelo. El
tribunal puede suspender el arresto y el cobro de intereses corrientes si el alimentante
justificare que carece de los medios necesarios para el pago de su obligación alimenticia.
Se ha fallado que "no resulta prudente apremiar al deudor (alimentante) para pagar de una
sola vez las pensiones adeudadas ($ 2.917.712) sin que se disponga lo adecuado para
resolver fehacientemente si está o no en condiciones de hacerlo". "El juez de la causa
procederá a abrir un término probatorio a fin de demostrar la capacidad o imposibilidad del
recurrente para pagar las pensiones alimenticias adeudadas"
327
"El mismo apremio se aplicará al que estando obligado a prestar alimentos a las personas
mencionadas en este artículo, renuncie sin causa justificada a su trabajo después de la
notificación de la demanda con el fin de burlar dicha obligación y carezca de rentas que
sean suficientes para poder cumplir la obligación alimenticia". Esta disposición, con un
texto diferente, fue introducida por la ley N° 14.550, de 3 de marzo de 1961, y tuvo por
objeto evitar que un alimentante renunciare al trabajo con el objeto de no pagar los
alimentos. Era frecuente que en muchos casos se renunciare u, por lo menos, se empleare
como arma de presión la amenaza de renuncia al trabajo para obtener avenimientos más
favorables. Sobre este tema la Excma. Corte Suprema acogió una queja interpuesta en
contra de la Corte de Santiago, que dejó sin efecto la orden de apremio en contra de un
alimentante que alegó que no podía seguir pagando la pensión alimenticia (porcentaje de
sus remuneraciones en una empresa determinada) acordada en un avenimiento, porque
había dejado de prestar servicios a esa empleadora, resolviendo que "subsiste la obligación
de pagar la pensión alimentaria convenida en un avenimiento a base de la remuneración
que el alimentante percibía entonces de un empleador al que más tarde dejó de prestar
servicios, sin perjuicio del derecho a solicitar la variación que procediere"
5) Es responsable solidariamente del pago de la pensión alimenticia los que sin derecho para
ello, dificultaren o imposibilitaren el fiel y oportuno cumplimiento de la obligación, Art.
18 ley 14.908
10) Revocación de los actos ejecutados por el alimentario, con el propósito de disminuir su
patrimonio y eludir de esa forma el cumplimiento de la obligación alimenticia.
11) Nulidad de los actos simulados ejecutados por el alimentario, con el mismo objetivo
señalado en la letra precedente.
c) Ingresos mínimos.
Si se recurre a este sistema, debe estarse a los ingresos mínimos remuneracionales a que alude
el artículo 3 de la Ley número 14.908, que varían según sea la edad del alimentante.
d) Intereses de un capital.
Establece el artículo 333 del Código Civil que el juez podrá disponer que los alimentos se
conviertan en los intereses de un capital, que se consigne a este efecto en una caja de ahorro
o en otro establecimiento análogo (hoy en día, en un Banco). Una vez que cese la obligación
alimenticia, dicho capital deberá restituirse al alimentante o a sus herederos.
TUTELAS Y CURATELAS:
329
A. Concepto: Art. 338
Las tutelas y curadurías o curatelas son cargos impuestos a ciertas personas a favor de
aquellos que no pueden dirigirse así mismos o administrar completamente sus negocios y que
no se hayan bajo potestad de padre o madre que pueda darles la protección debida.
Las personas que ejercen estos cargos se llaman tutores o curadores y generalmente
guardadores.
A su turno los individuos sujetos a tutela o curaduría se llaman pupilos, Art. 346.
1. La tutela se da sólo a los impúberes, Art. 341; la curatela se da a los menores púberes, al
resto de los incapaces y a ciertos patrimonios.
2. La tutela impone la obligación de velar por la crianza y educación del pupilo, Art. 428; en
cambio la curatela importa básicamente la administración de bienes.
3. El pupilo sujeto a tutela siempre debe actuar representado por el tutor; en cambio el pupilo
sujeto a curatela puede actuar representado por el curador o autorizado por éste.
2. Se trata de cargas obligatorias impuestas por la ley a ciertas personas y por esta razón el
legislador expresamente ha regulado los casos en que una persona puede excusarse de
desempeñar el cargo. Art. 514 y siguientes.
Es tan obligatoria la tutela o curatela que quien no la acepta o quien se excusa sin
expresar causa queda indigno de suceder al pupilo, Art. 971.
3. Las curadurías se otorgan a favor de ciertas personas, los pupilos, quienes deben cumplir
2 requisitos generales, Arts. 338 y 348:
330
• No debe estar sujeto a patria potestad, sin perjuicio de lo cual es posible designar un
curador adjunto que administra los bienes, Art. 348 inc. 2° y Art. 344.
4. El guardador tiene la representación legal del pupilo, Art. 43, pero no tiene el usufructo
respecto los bienes del pupilo; a cambio de eso el curador recibe una remuneración llamada
Décima que corresponde a la décima parte de los frutos de aquellos bienes de su pupilo que
administra. Art. 526 y siguientes.
5. En general el pupilo es una sola persona, por excepción pueden colocarse bajo una misma
tutela o curatela a 2 o más individuos con tal que haya entre ellos indivisión de patrimonios.
Art. 347 inc. 1° y 2°.
6. Un mismo pupilo puede tener 2 o más guardadores, Art. 347 inc. 3°.
7. Por regla general el tutor es una persona natural; puede por excepción, designarse como
guardador a un Banco quien evidentemente sólo tendrá injerencia en la Administración de
los bienes del pupilo y por lo tanto será necesario nombrar otro tutor que se encargue de la
persona del pupilo.
D. Clases de curaduría:
1. Curaduría general
Ella se extiende no sólo a los bienes, sino que también a la persona sometida a ella, Art. 340.
• El menor adulto.
• Los que por prodigalidad o demencia han sido puestos en entredicho de administrar
sus bienes.
• Los sordos o sordos mudos que no pueden darse a entender claramente, Art. 342.
2. Curaduría de bienes
Es aquella que se da a los bienes de una persona pero que no alcanza a ella y se otorga en los
siguientes casos:
331
3. Curadurías adjuntas
Son aquellas que se dan en ciertos casos a las personas que están bajo patria potestad de padre
o madre o bajo tutela o curatela general y para que se ejerza una administración separada,
Art. 344.
Algunos ejemplos están en los Arts. 253 inc. 2°, 257 inc. 1°, 351, 352 y 348 inc. 2°.
4. Curadurías especiales
Es aquella q se nombra para un negocio particular, Art. 345. Así sucede por ejemplo con el
curador ad litem.
1. Testamentaria:
Las tutelas o curadurías son testamentarías cuando se constituyen por acto testamentario.
2) Puede ser tutela o curatela y en este último caso general de bienes o adjunta.
4) Pueden designarse uno o varios guardadores que ejerzan simultáneamente la guarda o que
la dividan entre sí, Art. 361.
5) Puede nombrarse varios tutores o curadores que se sustituyan o sucedan uno a otro, Art.
364.
2. Legítima:
La guarda legítima se confiere por la ley a los parientes o cónyuges del pupilo.
3) Puede ser tutela o curatela general. La ley no designa curadores de bienes, adjuntos o
especiales.
332
4) No puede sujetarse a modalidades.
3. Dativa:
1) La guarda es dativa cuando la confiere el magistrado.
3) El juez deberá oír a los parientes del pupilo y podrá nombrar 2 o más guardadores y dividir
entre ellos sus funciones. En el caso que ya se hubiere designado curador adjunto éste
tendrá preferencia, Art. 372.
5) Cuando se trate del menor adulto éste puede proponer a la persona que desempeñará el
cargo, Art. 347 y Art. 840 del CPC.
1. Discernimiento
Se llama discernimiento el decreto judicial que autoriza al tutor o curador para ejercer su
cargo, Art. 373.
La finalidad que persigue el discernimiento es la siguiente:
Los actos ejecutados por el tutor o curador antes del discernimiento adolecen de nulidad, sin
perjuicio de los cual el discernimiento una vez otorgado validará los actos anteriores de cuyo
retardo hubiere podido resultar perjuicio al pupilo, Art. 377.
Se ha discutido, en este caso, si hay nulidad absoluta o relativa. Hay algunos que creen que
hay nulidad relativa puesto que el discernimiento viene a sanear la nulidad de que adolecen
estos actos. Otros autores opinan que lo que hay es inoponibilidad.
b) En cuanto a la forma de levantar el inventario el Art. 381 se remite a las normas del CPC,
en particular a los Arts. 858 a 865.
2) Enajenación o gravamen de bienes muebles preciosos o que tengan valor de afección, Arts.
393 y 394.
334
3) Donación de bienes muebles, Arts. 402 y 403.
8) Actos relacionados con la partición de bienes, Arts. 396, 1322, 1326 y 1342.
4. Actos prohibidos
1) Arrendamiento de bienes raíces más allá del plazo establecido en la ley, Art. 407.
3) No puede comprar o arrendar para sí o para sus parientes o cónyuge bienes raíces del pupilo,
Art. 412 inc. 2°.
3) Posteriores
- Debe rendir cuenta, Arts. 415, 422 y 423.
- Debe restituir los frutos pendientes y los bienes que se hallen en su poder, Arts. 415 y 417.
- Debe pagar los saldos que resulten a favor del pupilo, Art. 424.
7. Normas Especiales
1) Crédito privilegiado
El pupilo tiene contra el guardador un crédito privilegiado de la cuarta clase, Art. 2481 n° 5.
335
2) Prescripción de las acciones
Las acciones del pupilo contra el guardador prescriben en el plazo de 4 años desde que el
pupilo haya dejado de estar bajo tutela o curatela, Art. 425.
H. Extinción de la guarda:
a) Por el transcurso del plazo si lo hubiere
b) Por remoción, esto es por privación de la guarda por sentencia judicial cuando exista una
causa legal, Arts. 539 a 544.
La Ley N°20.830, de 21 de abril de 2015, que crea el Acuerdo de Unión Civil, busca proteger
jurídicamente las relaciones afectivas estables entre parejas del mismo o distinto sexo. Esta
Ley constituye un decisivo avance para la consecución de un Derecho de Familia ajustado a
las necesidades de la sociedad chilena. El AUC es un acto de familia que “se instala en la
línea de protección a los principios y valores rectores del Estado Democrático de Derecho,
es decir, de los derechos humanos, como los de respeto de la diversidad de formas de vida,
igualdad y no discriminación, intimidad y libre desarrollo de la personalidad y a formar una
familia”.
I. Antecedentes.
En la primera década del siglo XXI se comenzó a instaurar, en los ordenamientos jurídicos
de varios países, entre ellos Argentina, el llamado matrimonio igualitario, homosexual o
“gay”, recogiendo las demandas de diversos grupos que aducían la necesidad de abolir la
discriminación que significaba que el matrimonio solo se pudiese celebrar entre personas de
diferente sexo. En Chile, un movimiento creciente de individuos abogaba por reconocer
efectos jurídicos, principalmente patrimoniales, a las uniones de personas del mismo sexo.
1. El 27 de octubre de 2009 se presentó en el Congreso el primer proyecto de ley con el
objeto de regular las uniones extramatrimoniales, extendiendo su ámbito de
aplicación a las parejas homosexuales. En él se hablaba de pacto de unión civil, “un
contrato celebrado por dos personas naturales, de sexo diferente o del mismo sexo,
para organizar su vida en común”, explicitándose que constituía una “vía intermedia
entre la situación de hecho desnuda de toda regulación y el matrimonio provisto de
efectos personales de envergadura”.
336
3. El tercer proyecto4 sobre la materia, del 29 de junio de 2010, ocupaba nuevamente el
término contrato, llamándolo acuerdo de vida en común y especificando que se
trataba de un “contrato celebrado por dos personas naturales, mayores de edad, para
regular sus relaciones de convivencia en un hogar común, con voluntad de
permanencia y de ayuda mutua”, que su celebración no alteraría el estado civil de los
contrayentes y que las relaciones jurídicas originadas por el acuerdo se
circunscribirían a ellos, no afectando a sus familiares. Se reconocía competencia al
juez de letras del domicilio de cualquiera de los contratantes para conocer de los
asuntos que se promoviesen entre ellos, en virtud del acuerdo.
Características:
a. Se trata de un contrato. Así lo señala el art. 1°. Es un contrato que pertenece a la
esfera del Derecho de Familia, cuyo contenido es tanto extrapatrimonial como
patrimonial, según veremos al tratar de sus efectos. Por ello, es un contrato “de
familia” y no puramente patrimonial.
338
b. Es un contrato solemne. Conforme al art. 5, el contrato debe celebrarse ante un
Oficial del Registro Civil. Se trata de una solemnidad propiamente tal exigida por la
ley para la existencia del contrato.
a) El matrimonio se puede celebrar ante oficial del Registro Civil o ante ministro de
una entidad religiosa que goce de personalidad jurídica de derecho público, artículos
17 y 20 de la Ley de matrimonio civil; el acuerdo de unión civil solo ante oficial de
Registro Civil (artículo 5). Otra diferencia relevante es que la manifestación del
consentimiento de matrimonio debe prestarse frente a dos testigos hábiles, artículo 17
inciso 2° de la Ley N° 19.947 –única formalidad ad sollemnitatem que dejó
subsistente dicha ley–. Una semejanza es que la manifestación puede realizarse en la
oficina del oficial o en el lugar escogido por los contrayentes siempre que se sitúe
dentro del territorio jurisdiccional de aquel (artículos 17 inciso 2° de la Ley N° 19.947
y 5 de la Ley N° 20.830). b)) La Ley N° 19.947 dedica un párrafo completo –el 2°–
a las diligencias previas para la celebración del matrimonio. La Ley N° 20.830 no las
conoce. c) El matrimonio y el acuerdo de unión civil pueden celebrarse por
mandatario especialmente facultado para ese efecto (artículos 103 CC. y 5 inciso 3°
y 4 de la Ley N° 20.830). d) El acta levantada por el oficial del Registro Civil en
ambos casos será inscrita dentro de un registro especial. Cabe destacar que las
referencias que debe expresar el acta de matrimonio son bastante más explícitas9 que
las exigidas para el acuerdo de unión civil, en que solo bastará expresar nombre
completo y sexo de los contrayentes; fecha, hora, lugar y comuna en la que se celebra
este contrato, y la certificación, realizada por el oficial del Registro Civil, del
cumplimiento de los requisitos establecidos para su celebración (artículo 5).
c. Sólo puede ser celebrado entre dos personas. Si bien la Ley no hace referencia
expresa al hecho de que individuos del mismo sexo puedan celebrar este acuerdo,
esto se desprende implícitamente del término neutro “persona” que emplea.
e. La finalidad del contrato es regular los efectos jurídicos que derivan de su vida
afectiva en común. Es curiosa esta referencia de la Ley a la “vida afectiva”
(probablemente siguiendo la definición del artículo 509 del Código Civil y Comercial
argentino). ¿Cómo puede la ley regular los efectos que derivan de la vida afectiva?
En realidad, lo que la ley puede regular son los efectos de la convivencia, esté o no
asentada en los afectos. De hecho, en las normas del matrimonio, no encontraremos
ninguna norma que aluda al “afecto” conyugal, pues aunque éste –se supone- es el
fundamento de la vida conyugal, ello pertenece a la esfera privada y no puede ser
objeto de preocupación legal. Aún más, en realidad los “afectos” pueden ser de índole
positiva o negativa. Esto se aprecia con claridad, si tenemos presente el significado
de la palabra “afecto” (del latín affectus): “Cada una de las pasiones del ánimo, como
la ira, el amor, el odio, etc., y especialmente el amor o el cariño”, Diccionario de la
Lengua Española, tomo I, 22ª edición, 2001, p. 54. Así que la cónyuge o novia no
debe quedar siempre feliz, si su marido o novio manifiesta profesarle “un gran
afecto”, pues en una de esas se lo dice en la aludida connotación negativa.
339
f. La unión ha de ser estable y permanente. Problema de la terminación unilateral.
Según se verá, entre los requisitos del Acuerdo, no se contempla que haya
transcurrido un cierto plazo desde su celebración. El Código Civil y Comercial
argentino, en cambio, dispone en su art. 510, letra e) que el reconocimiento de los
efectos jurídicos previstos a las uniones convivenciales requiere que los integrantes
de la misma “mantengan la convivencia durante un período no inferior a dos años”.
340
igualmente aplicables a los convivientes civiles. De esta manera, a los convivientes
civiles se les aplican tanto las normas de la Ley Nº 20.830 como aquellas que aluden a
los convivientes de hecho. Al contrario, a los últimos sólo se les aplican las segundas. Al
terminar el acuerdo de unión civil, se restituirá el estado civil que tenían los contrayentes
antes de celebrar el contrato (art. 1, inciso 2º).
Problema: El artículo 1° de la Ley confiere a las partes el estado civil de conviviente civil.
La norma, sin embargo, no modifica el artículo 305 del Código Civil, que se refiere al
estado civil y a la prueba del mismo (mediante las partidas de matrimonio, nacimiento,
etc.). Al no modificarse el Código Civil en este punto, y omitiendo la Ley toda referencia
respecto de la prueba del estado civil de conviviente civil, podría no quedar claro la forma
en que éste debería probarse.
5) Parentesco
Uno y otro generan parentesco por afinidad con los parientes consanguíneos del cónyuge y
del conviviente civil, respectivamente. Pero hay una diferencia que no deja de ser importante
entre ambos. El artículo 31 CC., al definir parentesco por afinidad, manifiesta “es el que
existe entre una persona que está o ha estado casada y los consanguíneos de su marido o
mujer.” Por tanto, este subsiste a la terminación del matrimonio, lo que acarrea
consecuencias: no cabe el matrimonio entre suegro y nuera, por ejemplo, aunque el
parentesco de ambos se haya originado por un matrimonio que ya terminó. No ocurre lo
mismo con el acuerdo de unión civil en que el parentesco por afinidad se extingue al terminar
este, artículo 4). Es oportuno destacar, entonces, que la definición de parentesco por afinidad
recién transcrita, será incompleta desde la entrada en vigencia de la ley que crea el acuerdo
de unión civil, pues existirá, asimismo, entre un conviviente civil y los parientes
consanguíneos del con adecuar la definición agregando “o conviviente civil” como en otras
leyes, pues sería necesario precisar que este parentesco subsiste al término del matrimonio y
no al del acuerdo de unión civil.
7) En materia de capacidad
En cuanto a los requisitos de validez de este acto, es menester que los contrayentes sean
mayores de edad y que tengan la libre administración de sus bienes (sin perjuicio de que el
disipador interdicto puede celebrarlo por sí mismo). Además, será necesario que los
contrayentes manifiesten su consentimiento libre y espontáneo, entendiéndose por tal aquel
en que no medie el error en la persona del contratante o fuerza.
En el artículo 7, la mayoría de edad de los contrayentes y que tengan la libre administración
de sus bienes. Sin embargo, agrega a continuación: “No obstante lo anterior, el disipador que
se halle en interdicción de administrar lo suyo podrá celebrar, por sí mismo, este acuerdo”,
¿cómo podemos entender esta norma? Porque el disipador bajo decreto de interdicción de
administrar lo suyo obviamente no tiene la libre administración de los bienes. Entonces y
341
respecto de la edad mínima exigida para celebrar ambos contratos, mientras se adquiere el
ius conubii a los 16 años, para contraer el acuerdo de unión civil es necesario haber cumplido
los 18. Ello podría deberse a que el acuerdo de unión civil está dedicado especialmente –
aunque no únicamente– a responder las pretensiones de las parejas homosexuales y el artículo
365 CP. tipifica como delito el acceso carnal con una persona del mismo sexo menor de 18
años.
Aunque, es preciso reconocer que en la Ley de matrimonio civil de 1884, con una
formulación casi idéntica, hubo discusión doctrinaria al respecto13. El segundo vicio del
consentimiento de la Ley N° 20.830 es la fuerza ejercida en contra de uno o ambos
contrayentes. Es llamativa la formulación asaz sintética de este vicio que se remite al
articulado del Código Civil como también lo hicieron ambas leyes de matrimonio civil, la
antigua y la nueva.
No deben afectar a los contrayentes, ninguna de las restantes incapacidades previstas para
celebrar el contrato de matrimonio. En efecto, el artículo 23 dispone que “Todas las
inhabilidades (…) que las leyes (…) establecen respecto de los cónyuges se harán extensivas,
de pleno derecho, a los convivientes civiles”.274 La expresión “inhabilidades”, en materia
jurídica, significa “incapacidades”. Por lo tanto, en nuestra opinión, no podrán celebrar el
Acuerdo aquellos que:
● Se hallaren privados del uso de razón (art. 5, N° 4 de la Ley de Matrimonio Civil). ● Por
un trastorno o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada, sean incapaces de modo
absoluto para formar la comunidad de vida que implica el matrimonio –en este caso, el
acuerdo de unión civil (art. 5º, N° 4 de la Ley de Matrimonio Civil). ● Carecieren de
suficiente juicio o discernimiento para comprender y comprometerse con los derechos y
deberes esenciales del matrimonio –entiéndase en este caso los derechos y deberes esenciales
del acuerdo de unión civil (art. 5, N° 5 de la Ley de Matrimonio Civil). ● No pudieren
expresar claramente su voluntad por cualquier medio, ya sea en forma oral, escrita o por
medio de lenguaje de señas (art. 5 N° 6 de la Ley de Matrimonio Civil). ● Estén
comprendidos en el impedimento de homicidio: el viudo o la viuda o conviviente civil
sobreviniente, no podrá celebrar un acuerdo de unión civil: i) con el imputado contra quien
se hubiere formalizado investigación por el homicidio de su marido o mujer o conviviente
civil; o ii) con quien hubiere sido condenado como autor, cómplice o encubridor de ese delito
(art. 7º de la Ley de Matrimonio Civil).
Se ha dicho, respecto al artículo 23 citado, que “Esta norma, en una primera aproximación,
podría llevar a pensar que subsana la ausencia de remisión, en la parte pertinente de esta ley,
hacia ciertas incapacidades absolutas y relativas establecidas por la ley de matrimonio civil
para contraer matrimonio. No obstante, debido a la redacción de la norma en comento, ello
no es posible por cuanto se remite a “todas las inhabilidades […], respecto de los cónyuges”
y las incapacidades son requisitos de validez exigidos para la celebración del matrimonio”:
Quintana Villar, María Soledad, “El acuerdo de unión civil. Su regulación. Semejanzas y
diferencias con el matrimonio en el ordenamiento jurídico chileno”, en Revista de Derecho
de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, XLIV (Valparaíso, 1er semestre de
2015), p. 132. Por lo tanto, para esta opinión, algunas de las incapacidades previstas para
celebrar el contrato de matrimonio, no desempeñarían igual rol respecto del acuerdo de unión
civil. Pero de las cinco que mencionamos en el cuerpo de este trabajo, hay dos que
342
obviamente impiden celebrar los dos contratos y cualquiera otro, pues estaríamos ante
personas absolutamente incapaces: los que están privados del uso de la razón, si ello
obedeciera a la demencia (en el matrimonio, la regla es amplia sin embargo, siendo nulo el
matrimonio aunque la causa de la privación de razón sea otra, por ejemplo, estado de ebriedad
o celebrar el contrato bajo los efectos de psicotrópicos) y los que no pudieren expresar
claramente su voluntad por cualquier medio, ya sea en forma oral, escrita o por medio de
lenguaje de señas. La discrepancia subsiste, respecto de los otros casos de privación de la
razón distintos de la demencia y de las otras tres causales: los que por padecer de un trastorno
o anomalía psíquica, fehacientemente diagnosticada, sean incapaces de modo absoluto para
formar la comunidad de vida que implica el matrimonio –en este caso, el acuerdo de unión
civil (art. 5º, N° 4 de la Ley de Matrimonio Civil); los que carecieren de suficiente juicio o
discernimiento para comprender y comprometerse con los derechos y deberes esenciales del
matrimonio –entiéndase en este caso los derechos y deberes esenciales del acuerdo de unión
civil (art. 5, N° 5 de la Ley de Matrimonio Civil); y los que estén comprendidos en el
impedimento de homicidio. Personalmente, creemos que sí se aplican estas tres inhabilidades
a quienes pretendan celebrar el acuerdo de unión civil, entendiendo que la frase “Todas las
inhabilidades, incompatibilidades y prohibiciones que las leyes y reglamentos establecen
respecto de los cónyuges”, alude tanto a quienes tienen dicha calidad jurídica, como también
a quienes pretender acceder a ella.
9) Efectos personales
Deberes que impone el matrimonio
a) Deber de fidelidad artículos 131 y 132 CC, (relacionado con el adulterio)
b) Deber de socorro recíproco (131 CC)
c) Deber de ayuda mutua (131 CC)
343
d) Deber de respeto y protección recíproca (131 CC)
e) Deber de vivir en un hogar común (133 CC)
f) Deber de cohabitación (convivencia sexual fundada en el 102 que se refiere a uno de los
fines del matrimonio la procreación.)
g) Deber de auxilio y expensas para la litis (136 CC)
AUC
Una vez más extraña la disminución, ahora de los efectos, del acuerdo de unión civil en
relación con los del matrimonio. El artículo 14 de la Ley N° 20.830 solo se refiere a la ayuda
mutua y a solventar los gastos ocasionados por la vida en común, conforme las facultades
económicas de los convivientes y del régimen patrimonial que exista. Curiosamente no
consagra el derecho de alimentos recíproco entre los convivientes civiles. Nada se dice sobre
guardarse fe, que es el deber al cual el legislador de la ley de matrimonio civil le otorga mayor
importancia, ni tampoco sobre respetarse ni protegerse mutuamente. Sorprende que no exista
el deber de fidelidad y que sí exista, para los convivientes de diferente sexo, la misma
presunción de paternidad que en el matrimonio (artículo 21 de la Ley N° 20.830 que se remite
al artículo 184 CC.). Una inconsecuencia similar encontramos en el artículo 26 inciso 2° de
la Ley de matrimonio civil, dentro de la regulación de la separación judicial culpa, que
declara que no puede invocarse el adulterio como causal cuando hay separación de hecho
consentida por ambos cónyuges; por ende, cuando la separación es consensual, se suspende
el deber de fidelidad entre ellos, subsistiendo, empero, la presunción de paternidad.
¿Se origina entre los convivientes civiles la obligación de socorro? Expresa el art. 14 que
los convivientes civiles estarán obligados a solventar los gastos generados por su vida en
común, de conformidad a sus facultades económicas y al régimen patrimonial que exista
entre ellos. Tal declaración, creemos, no origina un recíproco derecho-deber alimentario
entre los convivientes civiles. Desde ya, el legislador no modificó el art. 321 del Código
Civil, que señala a quienes se debe alimentos. Entonces, la expresada declaración del art. 14,
¿carece de significación jurídica? Tampoco es razonable esta conclusión, pues la ley emplea
la frase “… estarán obligados…” Estamos entonces ante una obligación, pero diferente de la
obligación de socorro. Más bien se trata de una “obligación de contribución” genérica. De
esta forma, ante el incumplimiento de esta obligación, cabe entonces la posibilidad de que
uno de los convivientes civiles pueda demandar al otro, pero no reclamando el pago de la
pertinente pensión de alimentos, sino que solicitando al juez que le fije al demandado el
monto –conforme al mérito de la prueba que se rinda- con que debe contribuir a solventar los
gastos generados por la vida en común. Por cierto, no estando ante una obligación
alimentaria, no cabe, en caso de incumplimiento del obligado al aporte fijado por el juez, que
el otro conviviente solicite los apremios previstos en la Ley N° 14.908, sobre Abandono de
familia y pago de pensiones alimenticias.
En cuanto a la razón para no haber consagrado la obligación de socorro entre los convivientes
civiles, se ha dicho que ello guardaría relación con la posibilidad de poner fin al Acuerdo en
forma unilateral por cualquiera de los convivientes civiles. En efecto, “Si nos encontramos
con una nueva regulación, que admite la terminación por la declaración unilateral de voluntad
de uno de sus miembros ¿qué sentido tendría el incorporar un deber, como la obligación de
alimentos? Desde una perspectiva práctica, la obligación de alimentos resulta
verdaderamente importante cuando desaparece ese factor de unión que nos hace contribuir
voluntariamente al sustento de la familia, una vez que ha estallado una crisis en la relación
344
de pareja. Mientras la familia funciona bien, mientras existe el ánimo de compartir una vida
en común por parte de los miembros de la pareja, el deber de alimentos no pasa de ser una
afirmación simbólica. Ellos se ayudan recíprocamente no porque la ley los obligue, sino
porque entienden que forman una unidad familiar. Este deber deviene en verdad importante
cuando los cónyuges no viven juntos. En ese caso surge el problema de cómo regular las
relaciones (sobre todo si es que existen hijos) y es entonces que la acción cobrará toda su
importancia. Por el contrario, en el caso de la unión civil, hasta tal punto es importante la
convivencia, que una vez que ésta desaparece y que puede efectivamente surgir el problema
de una deuda de alimentos entre los convivientes civiles, no tenía sentido incorporar una
obligación de alimentos, básicamente porque ante cualquier demanda de alimentos, el
conviviente civil en contra de quien se ejerce la acción podrá enervarla haciendo desaparecer
la causa de la cual ésta nace, poniendo término unilateral al acuerdo”.277 A su vez, debe
dejarse en claro que en lo que respecta a las obligaciones que puedan contraer los
convivientes civiles, los acreedores respectivos sólo tendrán acción contra aquél conviviente
civil que se hubiere obligado y no contra el otro.278 Lo anterior, sin perjuicio de que el
deudor que pague, podrá después repetir en contra del otro conviviente, por la mitad de lo
pagado, si la deuda se hubiere contraído “en pro de la comunidad” y siempre que ésta se
hubiere convenido, según se verá en el acápite siguiente.
345
EFECTOS DEL AUC.
• Contrato de libre discusión:
Salvo disposición expresa de la ley que prohíba una cierta estipulación o imponga otra (art.
3 “el acuerdo no podrá sujetarse a plazo, condición, modo ni gravamen alguno. Tampoco
podrá prometerse su celebración¨), se trata en la especie de un contrato de libre discusión.
No nos hallamos ante un contrato dirigido ni de cláusulas predispuestas, razón por la cual los
convivientes pueden estipular todo aquello que estimen pertinente, pero sin contravenir las
disposiciones contempladas en la ley. Así por vía de ejemplo, no podrá estipularse que los
convivientes no tengan el carácter de herederos abintestato y legitimarios en la sucesión del
contratante premuerto, o que no podrán sustituir el régimen de comunidad por el de
separación de bienes, o que no podrá terminar este contrato sino por acuerdo de voluntad de
ambos contrayentes.
Cabe preguntarse si es posible incorporar en este acuerdo materias que exceden lo relativo a
la relación personal de los convivientes y si el funcionario ante quien se celebra está obligado
a dar testimonio de lo acordado en el acta que debe levantar. A nuestro juicio, no hay
inconveniente alguno en extender el contrato a otras materias susceptibles de regularse, pero
el oficial civil sólo dará cuenta de “todo lo obrado” en lo relativo al AUC, sin sobrepasar las
facultades que la ley le otorga. Incluso más, el contrato así celebrado puede adolecer de
nulidad parcial, dejando en pleno vigor lo relacionado con la unión de los convivientes. En
la práctica, no cabe duda que estas estipulaciones no serán frecuentes, aun cuando sí útiles.
Por ejemplo, si cada uno de los convivientes conserva la propiedad, goce y administración
de los bienes adquiridos antes de celebrado el contrato o durante su vigencia, nada impide
que se convenga, cuando no se han sometido expresamente al régimen de comunidad, que
uno de ellos entregará al otro una cierta cantidad de dinero a cambio de una prestación laboral
o comercial equivalente. Dicha estipulación no quebranta, a nuestro parecer, lo que preceptúa
el art. 15 ley 20830.
La amplitud que proponemos, respecto del contenido del contrato de unión civil, tiene su
base en los términos del art. 1 que al definir este contrato alude al “al propósito de regular
los efectos jurídicos derivados de su vida afectiva en común”. Por otro lado, el art. 2 dispone
que el acuerdo “generará para los convivientes civiles los derechos y obligaciones que
establece la presente ley”. Por ende, no se consagra una limitación expresa que impida a los
contratantes extender sus estipulaciones a materias relacionadas con la convivencia común o
cuestiones ajenas a ella.
No debe perderse de vista, tampoco, que tratándose del matrimonio pueden los esposos
pactar, en capitulaciones matrimoniales, sobre cualquier materia que no sea contraria a las
buenas costumbres, ni a las leyes, ni que afecte los derechos y obligaciones que las leyes
señalan a cada cónyuge respecto del otro o de los descendientes comunes, según reza el art.
1717 CC. Si bien es cierto que esta norma está referida al matrimonio, no lo es menos, que
por analogía puede invocarse para efectos de integrar una laguna legal en la regulación del
AUC.
346
• Efectos patrimoniales:
Los convivientes deben primordialmente, solventar los gastos generados por la vida en
común, debiendo considerarse dos factores: las facultades económicas de cada uno y el
régimen patrimonial que existe entre ellos (art. 14). Nada de esto resulta novedoso, por cuanto
corresponde a la aplicación de los mismos principios consagrados en el art. 134 CC. El
régimen de bienes, puede ser de comunidad o separación de bienes. En el silencio de los
convivientes se entiende que cada uno conserva la propiedad, goce y administración de los
bienes adquiridos a cualquier título antes de la celebración del contrato y de los que adquieran
durante la vigencia de éste (separación), a menos que se sometan, de manera expresa, a un
pacto de comunidad. De este pacto se dejará constancia en el acta que debe inscribirse en el
REAUC. Como puede constatarse, la regla es precisamente la inversa a que rige en el contrato
de matrimonio, ya que en el silencio de las partes se entiende contraída sociedad conyugal
(art. 135 y 1718 CC). Más aún, la sociedad conyugal no se pacta, salvo un caso excepcional
art. 135 inc 2 CC. En consecuencia, no hay “bienes aportados” que puedan ser comunes.
Conviene preguntarse qué ocurre en el evento de que no se deje constancia del pacto en el
acta o registro del AUC. A nuestro juicio, el pacto es válido y obliga a los contrayentes, pero
es inoponible a los terceros (por falta de publicidad). En todo caso prevalece la voluntad de
los contrayentes (lo cual deberá acreditarse por los medios establecidos en las leyes), sin
afectar los derechos e intereses de los terceros.
ii) Para efectos de la ley, se tendrá por fecha de adquisición de los bienes aquella en
que el título haya sido otorgado (y no, por ende, aquella en que efectivamente se
adquiera el dominio al operar el respectivo modo de adquirir). Así, por ejemplo,
2
Cabe advertir que si uno de los convivientes adquiere un inmueble a título oneroso, existiendo pacto de
comunidad, el bien raíz se inscribirá en el Conservador de Bienes Raíces competente a nombre del adquirente,
pero ambos convivientes serán indivisarios en el mismo. Los conservadores, por ende, deben ser cuidadosos en
orden a dejar constancia en la inscripción del estado civil del adquirente, pues en caso contrario los terceros no
tendrán cómo saber que el predio pertenece a dos personas.
347
si la compraventa de un inmueble se celebra estando vigente el Acuerdo y la
escritura pública se inscribe una vez extinguido, el bien será común. A contrario
sensu, si la compraventa se celebra antes de convenir el Acuerdo y se inscribe
cuando éste ya está vigente, el bien no será común3
iii) Se aplicarán a la comunidad formada por los bienes aludidos, las reglas del
párrafo 3º del Título XXXIV del Libro IV del Código Civil, vale decir, arts. 2304
a 2313, “Del cuasicontrato de comunidad”. Así, a las deudas contraídas en pro de
la comunidad durante ella, no es obligado sino el conviviente civil que las
contrajo, pero éste tendrá acción contra el otro conviviente civil, para el
reembolso de la mitad de lo pagado (art. 2307); cada conviviente civil debe a la
comunidad lo que saca de ella, incluso los intereses corrientes de los dineros
comunes que haya empleado en sus negocios particulares, y es responsable hasta
de la culpa leve por los daños que haya causado en las cosas y negocios comunes
(art. 2308); cada conviviente civil debe contribuir a las obras y reparaciones de la
comunidad proporcionalmente a su cuota, es decir, por la mitad de lo invertido
(art. 2309); los frutos de las cosas comunes –las rentas de arrendamiento de
inmuebles, por ejemplo- deben dividirse por mitades entre los convivientes civiles
(art. 2310); la división de las cosas comunes y las obligaciones y derechos que de
ella resulten se sujetarán a las mismas reglas que en la partición de la herencia
(art. 2313, que se remite por ende a los arts. 1317 a 1353 del Código Civil).
¿Puede pedirse la partición de bienes por cualquiera de los convivientes civiles?
Pablo Cornejo responde negativamente: “En este caso, creemos que a diferencia
de lo que ocurre normalmente en materia de comunidad, debe primar lo dispuesto
en el artículo 15 de la Ley N° 20.830 por sobre lo indicado en el artículo 1317 del
Código Civil, de manera que sólo podría pedirse la partición una vez que se ha
puesto término al régimen de bienes, por haberse pactado la separación o por
concurrir alguna de las causales de término del acuerdo previstas en el artículo 26
de la ley”. No estamos de acuerdo. En efecto, el art. 15, regla 3ª, según
expresamos, señala que se aplicarán a la comunidad las reglas contenidas en los
artículos 2304 a 2313, y este último precepto, en lo que concierne a la división de
las cosas comunes, se remite a las reglas de la partición de la herencia, y entre
ellas, en consecuencia, podrá invocarse el art. 1317. Pero dicha partición no
implicaría poner término al pacto de comunidad, sino que liquidar sólo los bienes
que sean comunes a la época de la demanda de partición. Por lo tanto, los bienes
que cualquiera de los convivientes civiles adquiere con posterioridad a título
oneroso, serán comunes. Para que expire el pacto de comunidad, será necesario
que así lo pacten los convivientes civiles o que expire el acuerdo de unión civil.
El art. 2305 CC al tratar del derecho de cada comunero, se remite al de los socios
en el haber social, art. 2081 CC precepto que contiene 4 reglas, todas ellas
susceptibles de aplicarse a los convivientes en el régimen de comunidad. De todo
lo cual resulta que los convivientes están sujetos tanto a las normas sobre
comunidad como de la sociedad, en lo relativo a sus derechos sobre los bienes
3
Las mismas reglas se contemplan en los artículos 1736 y 1737 del Código Civil, a propósito de la sociedad
conyugal.
348
comunes durante la vigencia del AUC, no obstante las dos reglas (indivisión por
mitades y fecha adquisición de los bienes comunes)
iv) La liquidación de los bienes comunes podrá efectuarse de común acuerdo por los
convivientes civiles o sus herederos. También podrán las partes o sus herederos,
de común acuerdo, someter la liquidación al conocimiento de un juez partidor,
otorgándole incluso el carácter de árbitro arbitrador (art. 22, inciso 2°). Si nada
de aquello ocurre, esta materia queda entregada al conocimiento de un juez de
familia. No creemos que sea esta una buena fórmula, ya que si se trata de liquidar
una comunidad, debió preferirse el derecho común y reconocerse que se trata de
una materia de arbitraje forzoso.
vi) Los convivientes civiles que hayan celebrado el acuerdo o contrato de unión civil
equivalente en territorio extranjero lo podrán inscribir en Chile y se considerarán
separados de bienes, a menos que al momento de la inscripción pacten someterse
a la aludida comunidad, dejándose constancia de ello en dicha inscripción (arts.
12 y 13). Recuérdese que respecto del contrato de matrimonio, dos sentencias –
una de la Corte Suprema y otra de la Corte de Concepción, ambas del año 2008-,
han concluido que si se trata de chilenos casados en país extranjero, ellos se
entenderán casados en sociedad conyugal, si al momento de inscribir su
matrimonio en Chile, nada dicen acerca del régimen patrimonial del matrimonio.
Así interpretan el inciso 2° del art. 135 del Código Civil, en relación al art. 15 del
mismo cuerpo legal, haciendo prevalecer el segundo por sobre el primero.
Aunque no estamos de acuerdo con esta jurisprudencia (ver nuestro apunte
“Regímenes Matrimoniales”), debemos preguntarnos si regiría o no el mismo
criterio para los chilenos que celebraren el acuerdo de unión civil en el extranjero.
Creemos que en este caso, es aún más evidente que si nada dicen, se entenderán
separados totalmente de bienes, considerando el principio de la especialidad, pues
349
los arts. 12 y 13 de la Ley son, indudablemente, normas especiales, en relación al
art. 15 del Código Civil.
• Posibilidad de afectar como bienes familiares los que pertenezcan a uno o ambos
convivientes civiles.
El inciso final del art. 15 dispone que cualquiera sea el régimen de bienes que exista entre
los convivientes civiles, tendrá aplicación lo dispuesto en los arts. 141 a 149 del Código Civil.
En consecuencia, el inmueble que sirva de residencia principal de los convivientes civiles,
los muebles que guarnezcan dicha residencia y los derechos y acciones que posean los
convivientes civiles en una sociedad que a su vez sea la propietaria del inmueble que sirva
de residencia principal de los convivientes civiles, podrán afectarse como bienes familiares.
Este derecho extraordinario no debió conferirse en el ámbito de una relación de por sí
inestable y frágil, puesto que es bien obvio que el beneficio desaparece cuando se pone
término a un vínculo esencialmente revocable. El legislador parece haber olvidado la
necesidad de mantener en pleno vigor el principio de “la libre circulación de los bienes”, lo
cual obliga a restringir al máximo las limitaciones a la facultad de disponibilidad que
corresponde al propietario. Dicho de otro modo la “familia” fundada al amparo de esta
legislación especial es demasiado frágil como para justificar la aplicación de la institución de
los bienes familiares. La revocabilidad del AUC se contrapone a la aplicación de instituciones
que suponen una permanencia y vigencia en el tiempo.
Debe agregarse el hecho de que exista una norma de clausura, según la cual el término de la
unión civil pone fin a todas las obligaciones y derechos que se hayan constituido en virtud
de este contrato. De ello se desprende que el instituto de los bienes familiares cuando el
antecedente en que se sustenta sea el AUC quedará sin efecto por el solo ministerio de la ley
tan pronto este último haya terminado.
Estimamos un exceso de la ley hacer aplicable al AUC normas que se justifican en razón del
matrimonio.
• Efectos sucesorios.
Las normas sobre sucesión por causa de muerte, sin duda, constituyen el efecto más
importante de este AUC, alterando el esquema sucesorio consagrado en la ley. El conviviente
civil, así provenga de un AUC heterosexual u homosexual, se incorpora a la sucesión del
premuerto con los mismos derechos que el cónyuge sobreviviente.
Cada conviviente civil será heredero intestado y legitimario del otro y concurrirá en su
sucesión de la misma forma y gozará de los mismos derechos que corresponden al cónyuge
sobreviviente (art. 16, inciso 1º de la Ley, en relación con los arts. 988 y 989 del Código
Civil). Por mandato expreso de la ley, se integra el art. 1182 CC y todas las demás
disposiciones que configuran los derechos hereditarios del cónyuge sobreviviente con los
derechos que asisten al conviviente civil. Se amplía esta asimilación a la titularidad de la
cuarta de mejoras art. 1195 CC, sin modificarse tampoco la respectiva disposición. En suma,
donde se lee “cónyuge sobreviviente” deberá agregarse “o conviviente civil”, puesto que
ambas calidades son incompatibles.
Si el conviviente es heredero legitimario del premuerto, ello implica que tiene el carácter de
asignatario forzoso, art. 1167 CC. Sin embargo, el conviviente sobreviviente no es titular de
350
la asignación forzosa alimenticia, puesto que no tiene derecho de alimentos conforme a la
ley. Por lo tanto podría decirse que el conviviente civil es un legitimario limitado.
El conviviente civil sobreviviente podrá ser desheredado por cualquiera de las tres primeras
causas de desheredamiento indicadas en el art. 1208 del Código Civil (art. 17). Ellas son: “1ª
Por haber cometido injuria grave contra el testador en su persona, honor o bienes, o en la
persona, honor o bienes de (…) cualquiera de sus ascendientes o descendientes; 2ª. Por no
haberle socorrido en el estado de demencia o destitución, pudiendo; 3ª. Por haberse valido
de fuerza o dolo para impedirle testar”. En verdad, menos engorroso que un desheredamiento,
sería poner término unilateral al acuerdo de unión civil, y con ello, excluir el futuro causante
a su conviviente civil. Los derechos sucesorios y la condición de legitimario que la ley otorga
al conviviente civil sobreviviente sólo tendrán lugar si el acuerdo de unión civil celebrado
con el difunto no ha expirado a la fecha de la delación de la herencia (art. 18). La delación
de la herencia es el actual llamamiento de la ley a aceptarla o repudiarla y se producirá –por
regla general- a la muerte del causante (art. 956 del Código Civil). En el marco de la partición
de la herencia del conviviente civil fallecido, el conviviente civil sobreviviente tendrá
también el derecho de adjudicación preferente que la regla 10ª del art. 1337 del Código Civil
otorga al cónyuge sobreviviente sobre el inmueble en que resida y que sea o haya sido la
vivienda principal de la familia, así como sobre el mobiliario que lo guarnece. Tendrá,
asimismo, en iguales condiciones que las prescritas en esta regla, los derechos de habitación
y de uso, que la misma concede al cónyuge sobreviviente para el caso en que el valor total
del inmueble en que resida y que sea o haya sido la vivienda principal de la familia, así como
el mobiliario que lo guarnece, excedan su cuota hereditaria (art. 19). Estos derechos de
habitación y de uso, se ejercerán gratuita y vitaliciamente, y dado su carácter personalísimo,
serán intransferibles e intransmisibles. Si a la muerte del conviviente civil hubiere dejado
cónyuge sobreviviente, o existiere otro conviviente civil sobreviviente de un acuerdo civil
vigente, y no se dedujere la acción de nulidad del acuerdo de unión civil (si había matrimonio,
del único y si no lo había pero sí un acuerdo previo vigente, del segundo) en el plazo previsto
en la ley (art. 26), concurrirán a la sucesión del causante tanto el cónyuge como el conviviente
civil, o los dos convivientes civiles, según el caso.
351
● Si el Acuerdo hubiere terminado por mutuo consentimiento de los convivientes civiles.
● Si el Acuerdo hubiere terminado por voluntad unilateral de uno de los convivientes civiles.
● Si el Acuerdo hubiere terminado por declaración de nulidad del acuerdo de unión civil.
Si entre los convivientes existe comunidad de bienes, resulta excesivo el ejercicio de una
compensación de esta naturaleza, ya que no parece justo que, paralelamente, además de la
participación que le corresponde al conviviente a título de gananciales, pueda exigírsele una
retribución económica basada en corregir una discriminación respecto de las funciones que
a cada cual correspondió en la vida común.
352
18.933 y N° 18.469, el acuerdo de unión civil permitirá a cualquiera de los convivientes
civiles a ser carga del otro.
La Ley N° 20.830 modificó también el Decreto Ley N° 3.500 y la Ley N° 20.255,
otorgándose a los convivientes civiles que pueda ser beneficiario de pensión de
sobrevivencia, ante la muerte del otro conviviente civil (art. 5, Decreto Ley N° 3.500). Para
ello, el conviviente civil sobreviniente deberá ser soltero, viudo o divorciado (estados civiles
que pudo tener antes de celebrar el Acuerdo y que se recuperan al expirar este) y haber
suscrito un acuerdo de unión civil que se encuentre vigente al momento del fallecimiento del
causante, a lo menos con un año de anterioridad a la fecha de dicho fallecimiento, o tres años
si el acuerdo de unión civil se celebró siendo el o la causante pensionada de vejez o invalidez.
Las limitaciones a la antigüedad del acuerdo de unión civil no se aplicarán si a la época del
fallecimiento la conviviente civil sobreviniente se encontrare embarazada o si quedaren hijos
comunes (art. 7, Decreto Ley N° 3.500).
● No se exigirá acreditar la posesión efectiva de la herencia al conviviente civil del afiliado,
para retirar el saldo que quedare en la cuenta de capitalización individual o en la cuenta de
ahorro voluntario de un afiliado fallecido, que incremente la masa de bienes del difunto, en
aquellos casos en que dicho saldo no exceda de cinco Unidades Tributarias anuales (art. 72,
Decreto Ley N° 3.500).
● El conviviente civil tendrá derecho al beneficio de cuota mortuoria consistente en el retiro
equivalente a 15 Unidades de Fomento de la respectiva cuenta individual, cuando acredite
haberse hecho cargo de los gastos del funeral (artículo 88, Decreto Ley N° 3.500).
● Los trabajadores dependientes cuyo conviviente civil posea la calidad de afiliado
voluntario, podrán autorizar a sus respectivos empleadores para que les descuenten de sus
remuneraciones, bajo las normas establecidas en el Decreto Ley N° 3.500 y en el art. 58 del
Código del Trabajo, las sumas que destinen a cotizaciones para la cuenta de capitalización
individual voluntaria de su conviviente civil (art. 92 M, Decreto Ley N° 3.500).
● Se incorpora dentro del “grupo familiar” que permite acceder a la “Pensión Básica
Solidaria de Vejez”, al conviviente civil (art. 4 de la Ley N° 20.255, que establece la reforma
previsional).
Una “incompatibilidad” supone poseer un estado, en este caso, el de conviviente civil, que
impide a una persona acceder a un beneficio o ejercer un determinado derecho. Así, por
ejemplo, cuando ciertas normas previsionales confieren una pensión a la hija soltera del
trabajador fallecido, y establecen que tal beneficio se extinguirá si ésta contrae matrimonio.
Lo mismo ocurrirá si celebra un acuerdo de unión civil. Si el estado de casada es incompatible
con el derecho de seguir percibiendo la pensión, también lo será el estado civil de conviviente
civil. En cuanto a las “prohibiciones”, por ejemplo, no podrán los convivientes civiles
celebrar entre sí un contrato de compraventa o de permuta (art. 1796 del Código Civil), o no
353
valdrá disposición alguna testamentaria en favor del conviviente civil del escribano que
autorizare el testamento o del conviviente civil de uno de los testigos del testamento (art.
1061 del Código Civil). Se consigna en la Ley que lo dispuesto en el inciso primero del art.
450 y en el N° 1° del art. 462, ambos del Código Civil, será aplicable a los convivientes
civiles (art. 25). Conforme a la primera norma, ningún conviviente civil podrá ser curador
del otro declarado disipador. De conformidad al segundo precepto, se podrá deferir en primer
lugar la curaduría del conviviente civil demente al otro conviviente civil. Nótese, en todo
caso, que el aludido art. 23 hace aplicable a los convivientes civiles las “inhabilidades,
incompatibilidades y prohibiciones” que se establecen para los cónyuges, y no los derechos
o beneficios que las leyes les confieren.
354
advierte que el término del Acuerdo producirá efectos desde que se realice dicho trámite.
Como puede observarse, el Acuerdo es resciliable. La facultad de resciliar el contrato debe
entenderse irrenunciable.
6. Por voluntad unilateral de uno de los convivientes civiles, que deberá constar por
escritura pública o acta otorgada ante Oficial del Registro Civil. La escritura pública no
podrá venir firmada electrónicamente (Ley N° 19.799, Art.3). Dicha escritura o acta, también
deberá subinscribirse al margen de la inscripción del acuerdo de unión civil en el Registro
Especial de Acuerdos de Unión Civil. La causal indicada hace que este contrato sea
esencialmente precario porque depende, excepcionalmente, de la sola voluntad de quien
desea ponerle término. No es necesario, por lo mismo, que exista una causa susceptible de
calificarse por el juez, ni siquiera que se exprese en la manifestación terminal de voluntad.
Se trata, entonces, de un derecho absoluto.
El acuerdo de unión civil se entenderá terminado al practicar esta anotación marginal (art 26,
último inciso). En cualquiera de estos casos –es decir, sea que la declaración unilateral se
formule por escritura pública o por acta suscrita en el Registro Civil-, exige la Ley que el
acto sea notificado al otro conviviente civil, mediante gestión voluntaria (es decir, sin forma
de juicio) ante el tribunal con competencia en materias de familia. Para solicitar dicha
notificación, el conviviente civil interesado podrá comparecer personalmente. La
notificación deberá practicarse por medio de receptor judicial, dentro de los veinte días
hábiles siguientes a la subinscripción de la referida escritura o acta al margen de la inscripción
del acuerdo de unión civil. La falta de notificación no afectará el término del acuerdo de
unión civil, pues esté habrá terminado al practicar la aludida subinscripción o anotación6,
pero hará responsable al contratante negligente de los perjuicios que la ignorancia de dicho
término pueda ocasionar al otro contratante. Se trata entonces de una formalidad de
publicidad, de aquellas que la doctrina denomina “de simple noticia”, cuya omisión está
sancionada con indemnización de perjuicios, aunque sólo por aquellos que se produzcan en
el lapso de tres meses, según veremos seguidamente.
Es cierto que nada dice la ley sobre las consecuencias que se siguen si no se practica la
subinscripción de la escritura o acta en que consta la voluntad de poner término al AUC. A
355
nuestro juicio, se trata de una omisión fruto de una mala técnica legislativa. La única solución
posible es admitir que se trata de una gestión (la subisncripción) que no puede mantenerse en
reserva para emplearla según las circunstancias. Para resolver esta situación debe
considerarse que si se fijó un plazo para notificar el instrumento indicado (escritura pública
o acta otorgada ante oficial civil), y éste supone haber practicado la subinscripción, es bien
obvio que esta exigencia ha debido cumplirse antes de la expiración del plazo ya indicado.
De lo contrario, el plazo señalado en términos tan perentorios no se justifica. Más aún, la ley
limita los efectos de la notificación (su incumplimiento no afecta el término del AUC), pero
no se pronuncia sobre la falta de subisncripción. Aplicar a esta última las mismas reglas dadas
para la notificación implicaría extender indebidamente sus efectos.
7
Se ha criticado la laxitud de la ley en este punto: “Advertimos que los requisitos exigidos para entender faltar
una persona son mucho menos rigurosos que en los otros ámbitos del derecho de familia. Al parecer, bastaría
con alegar que el otro conviviente ha dejado de estar en comunicación con los suyos. No se puede sino observar
que tanta relajación lleva a la indefensión al otro conviviente”: Quintana Villar, María Soledad, ob. cit., p. 134.
356
conviviente, el contrato habrá terminado al momento de practicarse la notificación
por receptor judicial;
- Si se ha subinscrito el acta o la escritura pública dentro de los 20 días siguientes, pero
no se ha practicado la notificación, el acuerdo de unión civil terminará al cabo de tres
meses contados desde la fecha de la subinscripción.
- Si transcurren 20 días desde la escritura pública o acta en que se pone término
unilateralmente al AUC, y no se practica la subinscripción respectiva, caduca la
declaración y no surte efecto alguno, subsistiendo el contrato.
Esta última afirmación puede provocar discusión. No hay en la ley referencia alguna a la
oportunidad en que debe procederse a la subinscripción. Sin embargo, si la hay al prescribirse
el procedimiento que debe seguirse (expresión solemne de voluntad, subinscripción y
notificación). No cabe duda que si la ley estableció imperativamente un plazo para notificar,
debiendo ello ocurrir dentro de los 20 días siguientes hábiles a la subinscripción, se deduce
que esta misma debe practicarse en el mismo plazo (máximo 20 días hábiles). No nos parece
admisible la tesis según la cual la subinscripción puede practicarse en cualquier tiempo, y a
partir de entonces, empezar a correr el plazo para notificar.
Transcurridos, entonces, 20 días contados desde la fecha de la escritura o acta, sin practicar
la subinscripción correspondiente, caducará la declaración de voluntad y se presumirá que
ella no se ha formulado jamás. La caducidad se desprende del hecho que el procedimiento
instituido en la ley no puede completarse de la manera en que está prescrito.
Como puede constatarse, la ley dejó varios vacíos que deberán llenarse por el intérprete al
sistematizar este estatuto.
7. Por declaración de nulidad del Acuerdo. Esta causal se halla regulada en el art. 26 letra
f) ley 20830. Comienza este precepto señalando “La sentencia ejecutoriada en que se declare
la nulidad del acuerdo de unión civil deberá subinscribirse al margen de la inscripción a que
se hace mención en el artículo 6º y no será oponible a terceros sino desde que esta
subinscripción se verifique. Queda perfectamente claro que la sentencia ejecutoriada que
declara la nulidad produce todos sus efectos entre las partes sin otra exigencia, pero no tiene
efecto respecto de terceros por falta de publicidad.
Será nulo el contrato, en los siguientes casos:
a. Si uno o ambos contrayentes fueren menores de edad o estuvieren afectados por una causal
de incapacidad absoluta, al momento de celebrar el contrato.
b. Si uno o ambos contrayentes, hubieren celebrado el Acuerdo privados del uso de razón, o
padeciendo un trastorno o anomalía psíquica o careciendo del suficiente juicio o
discernimiento, en los términos previstos en el artículo 5 de la Ley de Matrimonio Civil, o
estuviere comprendido en la hipótesis de “homicidio” prevista en el artículo 7 del mismo
cuerpo legal (artículo 23 de la Ley).
c. Si faltare el consentimiento libre y espontáneo. Ello ocurrirá en dos casos:
357
● Si ha habido error en la identidad de la persona del otro contratante.
● Si ha habido fuerza, en los términos de los arts. 1456 y 1457 del Código Civil (art. 8).
Se descarta por ende como causal de nulidad un error acerca de una “cualidad personal” del
otro contrayente, a diferencia de lo que ocurre en el matrimonio, y también el dolo, al igual
que ocurre en el matrimonio. A su vez, la fuerza debe reunir los requisitos del Código Civil,
de manera que se descarta el temor reverencial así como también la hipótesis prevista en el
art. 8 de la Ley de Matrimonio Civil: la fuerza “ocasionada por una circunstancia externa”.
Se descarta también, al igual que en el contrato de matrimonio, el dolo como vicio del
consentimiento.
d. Si uno o ambos contrayentes estuviere afectado por un impedimento de parentesco (art. 9,
inciso 1°).
e. Si uno o ambos contrayentes estuviere ligado por un vínculo matrimonial no disuelto o por
un acuerdo de unión civil vigente (art. 9, inciso 2°).
¿Quiénes son titulares de la acción de nulidad?
i) Cualquiera de los presuntos convivientes civiles y sólo podrá ejercitarse la acción mientras
ambos vivan, salvo en los casos excepcionales a los que haremos referencia.
ii) El presunto conviviente civil que hubiere celebrado el contrato siendo menor adulto o sus
ascendientes.
iii) El presunto conviviente civil que hubiere celebrado el Acuerdo a consecuencia de la
fuerza o de un error.
iv) Los herederos del presunto conviviente civil, cuando el contrato haya sido celebrado en
artículo de muerte.
v) El cónyuge o el conviviente civil anterior o los herederos de uno u otro, cuando la nulidad
se funde en la existencia de un vínculo matrimonial no disuelto o en otro acuerdo civil
vigente. ¿Cabe la posibilidad de que la acción de nulidad pueda ser deducida por cualquiera
persona, en el interés de la moral o de la ley, cuando la declaración de nulidad se funda en
alguna de las causales contempladas en los arts. 6º y 7º de la Ley de Matrimonio Civil, vale
decir, cuando se hubiere infringido, al celebrar el Acuerdo, algunos de los impedimentos
dirimentes relativos, o sea, el de parentesco (art. 6º) y el de homicidio (art. 7º)? Recuérdese
que en este caso, estamos ante una acción popular. En principio, podría estimarse que no
habría acción popular tratándose del Acuerdo, pues el art. 26 de la Ley N° 20.830, al señalar
quienes tienen legitimación activa, no se puso en estos casos. Sin embargo, hemos dicho que
estas hipótesis pueden invocarse como causales de nulidad, por aplicación del art. 23 de la
misma ley. Por ello, creemos que sí cabe esta acción popular, aplicando el principio “donde
existe la misma razón, debe regir la misma disposición”. Las mismas razones morales que
justifican la acción popular para el matrimonio, operan respecto de un acuerdo de unión civil.
La acción de nulidad prescribirá: i) En el caso de un Acuerdo celebrado por un menor de 18
años, en un año, contado desde que el menor hubiere alcanzado la mayoría de edad. ii) En el
caso de fuerza, en un año, contado desde que aquella cesa. iii) En el caso de error, en un año,
contado desde la celebración del Acuerdo. iv) En el caso del Acuerdo celebrado en artículo
de muerte, en un año, contado desde el fallecimiento del conviviente. v) En el caso de haber
existido un vínculo matrimonial no disuelto, en un año, contado desde el fallecimiento del
cónyuge. vi) En el caso de haber existido otro acuerdo de unión civil vigente, en un año,
contado desde el fallecimiento del conviviente.
Cabe consignar que a diferencia de lo que puede ocurrir con un matrimonio declarado nulo,
que por regla general se considera “putativo” y por ende se reconoce que produjo los mismos
efectos del matrimonio válidamente celebrado, no contempla la Ley una institución
semejante para el acuerdo de unión civil. En consecuencia, declarada la nulidad del último,
las partes deberán retrotraerse al estado que tenían antes de su celebración. Surge en este caso
una duda: ¿qué ocurre si los presuntos convivientes civiles habían pactado una comunidad?
Si el Acuerdo fue nulo, también lo será el pacto de comunidad, pues éste se celebró en el
marco del primero. Es un acto jurídico dependiente, que sigue la suerte del principal.
Debiéramos entender, por ende, que los bienes adquiridos por cada presunto conviviente civil
ingresaron a su patrimonio y no a la comunidad en cuestión, la que nunca habría existido.
Sin embargo, subsistirá el derecho a demandar compensación económica, por expresa
disposición del art. 27 de la Ley.
Más allá de las causales de nulidad del Acuerdo previstas en la Ley N° 20.830, cabe
considerar también otras que podrían invocarse, conforme a las reglas generales. Desde ya,
según expresamos, cabe la posibilidad de demandarla por simulación del contrato. También
si el Acuerdo lo hubiere celebrado una persona privada de la razón, como un demente. En
estos casos, la acción sería una de nulidad absoluta, prescribiendo la acción en el plazo de 10
años, contados desde la celebración del contrato.
359
Concluye el Título VI de la ley 20830 con el art. 288, conforme al cual el término del acuerdo
de unión civil pone fin (extingue) a todas las obligaciones y derechos cuya titularidad y
ejercicio deriven de la vigencia del contrato. No se advierte la razón de ser de esta norma, si
resulta obvio que extinguida una cierta relación jurídica, deja ella de producir efectos. Es
probable que el legislador haya querido anticiparse a clausurar toda posibilidad de dar al
contrato extinguido efecto putativo, semejante a lo que la ley dispone sobre el matrimonio
celebrado de buena fe y con justa causa de error por uno de los contrayentes (art. 51 LMC)
8
El término del acuerdo de unión civil pondrá fin a todas las obligaciones y derechos cuya titularidad y ejercicio
deriven de la vigencia del contrato.
360
que la referencia hecha en el art. 23 debe entenderse hecha a “las leyes y reglamentos”
dictados en Chile y que se vulneraren al celebrar el Acuerdo. Ello implicaría que las causales
de nulidad de los acuerdos de unión civil celebrados en Chile, serían más numerosas que
aquellas que pueden invocarse para un acuerdo de unión civil convenido en el extranjero.
3ª. Para que el Acuerdo otorgado en país extranjero produzca efectos en Chile, deberá
inscribirse en el Registro Especial de Acuerdos de Unión Civil que establece el art. 6 de la
Ley. Los efectos de este Acuerdo, una vez inscrito conforme a lo señalado precedentemente,
se arreglarán a las leyes chilenas, aunque los contrayentes sean extranjeros y no residan en el
territorio nacional. El art. 18 del Reglamento de la Ley, regula la inscripción en Chile, de los
acuerdos de unión civil o contratos equivalentes no constitutivos de matrimonio, celebrados
en el extranjero entre dos chilenos o entre un chileno y un extranjero. En estos casos, la
inscripción podrá ser requerida a través de los Consulados de Chile, los cuales deberán remitir
los antecedentes correspondientes al Ministerio de Relaciones Exteriores, quien a su vez los
enviará al Servicio de Registro Civil e Identificación para su inscripción en el Registro
Especial de Acuerdos de Unión Civil. Asimismo, la inscripción podrá ser requerida,
directamente en el Registro Especial de Acuerdos de Unión Civil, o bien, en cualquier
Oficina del Servicio de Registro Civil e Identificación, la que deberá remitir los antecedentes
al referido Registro para su inscripción. El art. 19 del Reglamento de la Ley, regula la
inscripción en Chile, de los acuerdos de unión civil o contratos equivalentes no constitutivos
de matrimonio, celebrados en el extranjero entre dos extranjeros. En este caso, la inscripción
sólo podrá ser requerida directamente en Chile en el Registro Especial de Acuerdos de Unión
Civil, o bien, en cualquier Oficina del Servicio de Registro Civil e Identificación, la que
deberá remitir los antecedentes al referido Registro para su inscripción.
4ª. La terminación del Acuerdo y los efectos de la misma se someterán a la ley aplicable a su
celebración. La norma guarda concordancia con lo dispuesto en el inciso 1° del art. 22 de la
Ley Sobre el Efecto Retroactivo de las Leyes (“En todo contrato se entenderán incorporadas
las leyes vigentes al tiempo de su celebración”), y no con lo dispuesto en el art. 83 de la Ley
de Matrimonio Civil, según veremos. Se infringe “el orden público” porque puede ocurrir
que los efectos de la terminación contraríen principios o derechos fundamentales en nuestro
país.
5ª. Las sentencias que declaren la nulidad o la terminación del Acuerdo, dictadas por
tribunales extranjeros, serán reconocidas en Chile conforme a las reglas generales que
establece el Código de Procedimiento Civil (arts. 242 a 251 de dicho Código). En otros
términos, dichas sentencias requieren exequátur, requisito que mitiga en parte las deficiencias
anotadas. Sin embargo, subsiste el peligro de que los efectos asignados en país extranjero a
la terminación del acuerdo puedan afectar el orden público nacional.
6ª. Los actos auténticos en que conste la terminación de uno de estos acuerdos serán
reconocidos en Chile, en conformidad con la legislación chilena vigente en esta materia. De
esta manera, si el término del Acuerdo se hubiere hecho por mutuo acuerdo de los
convivientes civiles, los documentos respectivos deberán legalizarse para que produzcan
efectos en nuestro país.
Si se trata de un matrimonio celebrado en el extranjero por personas del mismo sexo, éste
será reconocido en Chile como un acuerdo de unión civil si cumple con las reglas establecidas
en la Ley, y sus efectos serán los mismos del referido Acuerdo (art. 12, inciso final). Aplica
el principio de “conversión del acto nulo”, el matrimonio entre personas del mismo sexo vale
en Chile, pero sus efectos son aquellos que corresponden a lo que prescribe la ley sobre AUC.
Esta disposición nos parece también excesiva. En Chile el matrimonio supone la
361
participación de un hombre y una mujer, con el fin de protegerse, vivir juntos, y procrear. El
matrimonio homosexual, entonces, infringe normas de orden público y no debería producir
efecto alguno. No se advierte qué procuró el legislador al introducir una norma de esta
especie, asignando al matrimonio entre personas del mismo sexo efectos civiles importantes,
los mismos que pueden alcanzar extranjeros contratando en territorio nacional.
Según lo expresamos, los convivientes civiles que hayan celebrado el Acuerdo en el
extranjero, se considerarán separados de bienes, a menos que al inscribir el Acuerdo, pactaren
la comunidad prevista en el art. 15 (art. 13).
362