Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RETIRO
TIRO
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO
CHILENO DE SOCIEDADES
ARBITRABILIDAD DEL CONFLICTO
SOCIETARIO MERCANTIL
SOCIETARIO MERCANTIL
ARBITRABILIDAD DEL CONFLICTO
CHILENO DE SOCIEDADES
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO
ADVERTENCIA
ADVERTENCIA
La Ley Nº 17.336 sobre Propiedad Intelectual prohíbe el uso no exceptuado de obras protegidas sin la autorización expresa de los titulares de
los derechos de autor. El fotocopiado o reproducción por cualquier otro medio o procedimiento, de la presente publicación, queda expresamente
prohibido. Usos infractores pueden constituir delito.
TIRO
Página
6 MO ELEMENTO CONFIGURADOR DEL ARBITRAJE...................................
1. ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA ARBITRABILIDAD OBJETIVA CO-
II ÍNDICE
62 mico ...........................................................................
la concepción neo-liberal y el dirigismo econó-
4.2.3.2. Concepto de orden público económico;
Página 55 alemana......................................................................
Constitución económica desde la experiencia
2.1.6.2. Controversias de arbitraje prohibido nomía: Derecho constitucional económico y
comprendidas en materias de arbitraje forzoso 4.2.3.1. La constitucionalización de la eco-
(art. 230 inc. 2º del COT) .......................................... 18
55 4.2.3. El orden público económico ......................................
2.1.6.3. Materias de arbitraje voluntario ................... 23
54 procesal......................................................................
2.2. Arbitrabilidad en la ley sobre arbitraje comercial in- 4.2.2.3. Orden público material y orden público
ternacional............................................................................ 24
49 restringida en el derecho español ..............................
3. ARBITRABILIDAD Y OBJETO DEL ARBITRAJE ....................................... 31 concepto. El ejemplo de la tesis amplia y la tesis
3.1. Lo arbitrable no es la materia ni la controversia, sino 4.2.2.2. Interpretaciones sobre el alcance del
la pretensión y sus consecuencias jurídicas ......................... 31 47 4.2.2.1. Contenido y función del concepto ................
3.2. Pretensión y derechos subjetivos ......................................... 35 46 chileno .......................................................................
3.3. Arbitrabilidad objetiva y convenio arbitral.......................... 38 4.2.2. El orden público en el ordenamiento jurídico
4. ARBITRABILIDAD Y ORDEN PÚBLICO.................................................. 40 46 guridad interna...........................................................
4.1. Una primera aproximación al concepto: orden públi- 4.2.1. Orden público como sinónimo de policía y se-
co y reglas absolutas o imperativas ..................................... 42 45 4.2. Acepciones del concepto de orden público .........................
4.2. Acepciones del concepto de orden público ......................... 45 42 co y reglas absolutas o imperativas .....................................
4.2.1. Orden público como sinónimo de policía y se- 4.1. Una primera aproximación al concepto: orden públi-
guridad interna........................................................... 46 40 4. ARBITRABILIDAD Y ORDEN PÚBLICO..................................................
4.2.2. El orden público en el ordenamiento jurídico 38 3.3. Arbitrabilidad objetiva y convenio arbitral..........................
chileno ....................................................................... 46 35 3.2. Pretensión y derechos subjetivos .........................................
4.2.2.1. Contenido y función del concepto ................ 47 31 la pretensión y sus consecuencias jurídicas .........................
4.2.2.2. Interpretaciones sobre el alcance del 3.1. Lo arbitrable no es la materia ni la controversia, sino
concepto. El ejemplo de la tesis amplia y la tesis 31 3. ARBITRABILIDAD Y OBJETO DEL ARBITRAJE .......................................
restringida en el derecho español .............................. 49
24 ternacional............................................................................
4.2.2.3. Orden público material y orden público 2.2. Arbitrabilidad en la ley sobre arbitraje comercial in-
procesal...................................................................... 54
23 2.1.6.3. Materias de arbitraje voluntario ...................
4.2.3. El orden público económico ...................................... 55
18 (art. 230 inc. 2º del COT) ..........................................
4.2.3.1. La constitucionalización de la eco- comprendidas en materias de arbitraje forzoso
nomía: Derecho constitucional económico y 2.1.6.2. Controversias de arbitraje prohibido
Constitución económica desde la experiencia
alemana...................................................................... 55 Página
4.2.3.2. Concepto de orden público económico;
la concepción neo-liberal y el dirigismo econó-
mico ........................................................................... 62 ÍNDICE II
TIRO
2.3. Arbitrabilidad del proceso de formación de la voluntad 2. ARBITRABILIDAD OBJETIVA DEL CONFLICTO SOCIETARIO. NORMAS
societaria; ¿es el arbitraje un mecanismo integrador 133 1. LA CONTROVERSIA LITIGIOSA EN EL ARBITRAJE SOCIETARIO ................
de la función de los órganos sociales? ................................ 178 133 SEGUNDA PARTE. ARBITRABILIDAD DEL CONFLICTO SOCIETARIO .................
3. ARBITRABILIDAD SUBJETIVA DEL CONFLICTO SOCIETARIO ................... 185 126 2.2. El arbitraje societario en su análisis económico...................
3.1. Convenio arbitral y pactos parasociales .............................. 186 125 2.1. El arbitraje societario en la era postindustrial ......................
3.2. Eficacia subjetiva del convenio arbitral estatutario ............. 191
3.2.1. En cuanto a la sociedad ............................................. 192 Página
VI ÍNDICE
258 –SpA– unipersonal ....................................................
2.1.1.4. El caso de la Sociedad por Acciones
249 el Derecho societario chileno ....................................
Página
2.1.1.3. Contractualismo e institucionalismo en
1.1. Casos de arbitraje societario forzoso regulados en el 240 cios. Tesis institucionalista y contractualista .............
COT ..................................................................................... 222 2.1.1.2. El interés social y el interés de los so-
1.1.1. Rendiciones hechas por gerentes y liquidadores 237 2.1.1.1. Concepto de interés jurídico .........................
de sociedades mercantiles (art. 227 Nº 3 del 234 socios y administradores. ..........................................
COT).......................................................................... 222 intrasocietarios; interés social e interés de los
1.1.2. Diferencias entre los socios de una sociedad 2.1.1. Algunas consideraciones sobre los intereses
anónima, o de una sociedad colectiva o en co- 232 sia societaria ........................................................................
mandita comercial, o entre los asociados de una 2.1. El conflicto de intereses como causa de la controver-
participación, en el caso del artículo 415 del 231 NIMAS ............................................................................................
Código de Comercio (art. 227 Nº 4 del COT) .......... 226 2. EL ARBITRAJE EN LA LEY Nº 18.046, SOBRE SOCIEDADES ANÓ-
1.1.2.1. Ámbito subjetivo del arbitraje forzoso. 229 ciones que pueden plantearse. ..................................
Conflictos entre los socios y la sociedad o en- artículo 415 del Código de Comercio”. Situa-
tre éstos y sus administradores .................................. 226 1.1.2.3. El arbitraje es forzoso “en el caso del
1.1.2.2. La nulidad o inexistencia de la sociedad 228 tampoco es un conflicto “entre socios” ....................
tampoco es un conflicto “entre socios” .................... 228 1.1.2.2. La nulidad o inexistencia de la sociedad
1.1.2.3. El arbitraje es forzoso “en el caso del 226 tre éstos y sus administradores ..................................
artículo 415 del Código de Comercio”. Situa- Conflictos entre los socios y la sociedad o en-
ciones que pueden plantearse. .................................. 229 1.1.2.1. Ámbito subjetivo del arbitraje forzoso.
2. EL ARBITRAJE EN LA LEY Nº 18.046, SOBRE SOCIEDADES ANÓ- 226 Código de Comercio (art. 227 Nº 4 del COT) ..........
NIMAS ............................................................................................ 231 participación, en el caso del artículo 415 del
2.1. El conflicto de intereses como causa de la controver- mandita comercial, o entre los asociados de una
sia societaria ........................................................................ 232 anónima, o de una sociedad colectiva o en co-
2.1.1. Algunas consideraciones sobre los intereses 1.1.2. Diferencias entre los socios de una sociedad
intrasocietarios; interés social e interés de los 222 COT)..........................................................................
socios y administradores. .......................................... 234 de sociedades mercantiles (art. 227 Nº 3 del
2.1.1.1. Concepto de interés jurídico ......................... 237 1.1.1. Rendiciones hechas por gerentes y liquidadores
2.1.1.2. El interés social y el interés de los so- 222 COT .....................................................................................
cios. Tesis institucionalista y contractualista ............. 240 1.1. Casos de arbitraje societario forzoso regulados en el
2.1.1.3. Contractualismo e institucionalismo en
el Derecho societario chileno .................................... 249
Página
ÍNDICE VII
304 2.5. Lo que dice la jurisprudencia y quienes la critican..............
302 forzoso .......................................................................
2.4.3. El arbitraje de la LSA sería voluntario y no
Página
298 del arbitraje ................................................................
convenio arbitral que no señala la naturaleza 2.1.2. Interés social e interés de los administradores;
2.4.2. El derecho de opción jurisdiccional surge del los deberes fiduciarios en la legislación chilena
290 pende de la voluntad del demandante........................ sobre sociedades anónimas........................................ 259
2.4.1. El arbitraje como figura potestativa que de- 2.2. Naturaleza del arbitraje en la Ley de S.A. ¿forzoso o
289 tema de arbitraje de la LSA ................................................. voluntario? Planteamiento del problema ............................. 268
2.4. Planteamientos doctrinales sobre la naturaleza del sis- 2.2.1. Antecedentes del sistema arbitral contemplado
286 inc. 2º de la LSA........................................................ en la Ley Nº 18.046, sobre Sociedades Anóni-
2.3.5. El derecho de opción jurisdiccional del art. 125 mas ............................................................................ 270
284 2.3.4. Falta sobreviniente del árbitro designado. ................. 2.2.2. El sistema de arbitraje de la LSA no es ni for-
284 2.3.3. Nombramiento del árbitro ......................................... zoso ni voluntario, sino especial................................ 275
282 árbitros ....................................................................... 2.3. Análisis particular de los artículos 4º Nº 10 y 125 de
2.3.2. Prohibición de designar estatutariamente a los la Ley de S.A.: Cláusula compromisoria, designación
277 promisoria limitada. Concepto y requisitos............... y facultades del árbitro y derecho de opción juris-
2.3.1. El pacto arbitral estatutario como cláusula com- diccional ............................................................................... 277
277 diccional ............................................................................... 2.3.1. El pacto arbitral estatutario como cláusula com-
y facultades del árbitro y derecho de opción juris- promisoria limitada. Concepto y requisitos............... 277
la Ley de S.A.: Cláusula compromisoria, designación 2.3.2. Prohibición de designar estatutariamente a los
2.3. Análisis particular de los artículos 4º Nº 10 y 125 de árbitros ....................................................................... 282
275 zoso ni voluntario, sino especial................................ 2.3.3. Nombramiento del árbitro ......................................... 284
2.2.2. El sistema de arbitraje de la LSA no es ni for- 2.3.4. Falta sobreviniente del árbitro designado. ................. 284
270 mas ............................................................................ 2.3.5. El derecho de opción jurisdiccional del art. 125
en la Ley Nº 18.046, sobre Sociedades Anóni- inc. 2º de la LSA........................................................ 286
2.2.1. Antecedentes del sistema arbitral contemplado 2.4. Planteamientos doctrinales sobre la naturaleza del sis-
268 voluntario? Planteamiento del problema ............................. tema de arbitraje de la LSA ................................................. 289
2.2. Naturaleza del arbitraje en la Ley de S.A. ¿forzoso o 2.4.1. El arbitraje como figura potestativa que de-
259 sobre sociedades anónimas........................................ pende de la voluntad del demandante........................ 290
los deberes fiduciarios en la legislación chilena 2.4.2. El derecho de opción jurisdiccional surge del
2.1.2. Interés social e interés de los administradores; convenio arbitral que no señala la naturaleza
del arbitraje ................................................................ 298
2.4.3. El arbitraje de la LSA sería voluntario y no
Página
VIII ÍNDICE
Página
Página
ÍNDICE VIII
TIRO
AP Audiencia Provincial
Corte Interamericana de Derechos Humanos CIDH
CA Corte de Apelaciones
Auto del Tribunal Constitucional ATC
CE Constitución española
Auto de la Audiencia Provincial AAP
nacional.
subjetiva, que hasta hoy no tienen una solución de¿nida en el derecho
de interrogantes sobre el arbitraje societario en sus vertientes objetiva y
conÀicto intrasocietario, desde donde se buscará dar respuesta a una serie
dogmática sólida de cara a la naturaleza y tratamiento heterónomo del
de este cardinal elemento permitirá, precisamente, construir una base
mercantil. La determinación de los contornos materiales y subjetivos
to intrasocietario y, más especí¿camente, de la controversia societaria
abordar en primer término el fenómeno de la arbitrabilidad del conÀic-
Partiendo entonces de esta constatación, la presente obra pretende
1. ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA ARBITRABILIDAD OBJETIVA la ejecución de ese laudo sea contrario al orden público internacional3.
COMO ELEMENTO CONFIGURADOR DEL ARBITRAJE
circunstancias extraordinarias como, por ejemplo, que el reconocimiento o
tivo de los laudos dictados en el contexto del arbitraje internacional, salvo
Considerando en primer término que el problema de la arbitrabilidad
arbitrales internacionales– para que en general se respete el carácter de¿ni-
objetiva se encuentra estrechamente vinculado al concepto de orden público
propósito del orden público como limitante para la ejecución de los laudos
en sus dos vertientes, material y procesal, resulta comprensible –y hasta
mani¿esta en la recomendación de la International Law Association –a
justi¿cable– que prácticamente todos los ordenamientos jurídicos opten
de un orden público internacional ha seguido evolucionando, lo que se
por sus propios mecanismos a la hora de ¿jar las materias o diseñar las
de este último concepto. Durante los últimos años, sin embargo, la idea
pautas para discernir lo que es o no arbitrable.
no prosperó debido principalmente a la todavía más ambigua connotación
Tal concepto, en efecto, di¿ere muchas veces de un Estado a otro por
referencia más amplia al orden público internacional, lo que en de¿nitiva
cuanto, como es evidente, los principios y valores involucrados en las
nal. En un comienzo, pues, se propuso reemplazar esa expresión por una
normas de ius cogens que lo modelan no son necesariamente los mismos
cumplimiento y ejecución del laudo en el ámbito del arbitraje internacio-
en cada caso, variando incluso en el ámbito interno de cada sociedad
carácter esencialmente intrusivo de dicho concepto en lo que concierne al
conforme el tiempo y las circunstancias lo determinan. La circunstancia
causal de nulidad del laudo arbitral la expresión orden público, dado el
apuntada, por ende, constituye una fuente de no pocas di¿cultades en el
Internacional, se analizó especialmente la conveniencia de incluir como
ámbito del arbitraje internacional y, concretamente, en lo que concierne al
discusión de la Ley Modelo Uncitral de 1985, sobre Arbitraje Comercial
reconocimiento y ejecución de sus laudos, lo que ha llevado a la doctrina
comparada a ensayar diversas formas de solución. Así por ejemplo, en la
comparada a ensayar diversas formas de solución. Así por ejemplo, en la
reconocimiento y ejecución de sus laudos, lo que ha llevado a la doctrina
discusión de la Ley Modelo Uncitral de 1985, sobre Arbitraje Comercial
ámbito del arbitraje internacional y, concretamente, en lo que concierne al
Internacional, se analizó especialmente la conveniencia de incluir como
apuntada, por ende, constituye una fuente de no pocas di¿cultades en el
causal de nulidad del laudo arbitral la expresión orden público, dado el
conforme el tiempo y las circunstancias lo determinan. La circunstancia
carácter esencialmente intrusivo de dicho concepto en lo que concierne al
en cada caso, variando incluso en el ámbito interno de cada sociedad
cumplimiento y ejecución del laudo en el ámbito del arbitraje internacio-
normas de ius cogens que lo modelan no son necesariamente los mismos
nal. En un comienzo, pues, se propuso reemplazar esa expresión por una
cuanto, como es evidente, los principios y valores involucrados en las
referencia más amplia al orden público internacional, lo que en de¿nitiva
Tal concepto, en efecto, di¿ere muchas veces de un Estado a otro por
no prosperó debido principalmente a la todavía más ambigua connotación
pautas para discernir lo que es o no arbitrable.
de este último concepto. Durante los últimos años, sin embargo, la idea
por sus propios mecanismos a la hora de ¿jar las materias o diseñar las
de un orden público internacional ha seguido evolucionando, lo que se
justi¿cable– que prácticamente todos los ordenamientos jurídicos opten
mani¿esta en la recomendación de la International Law Association –a
en sus dos vertientes, material y procesal, resulta comprensible –y hasta
propósito del orden público como limitante para la ejecución de los laudos
objetiva se encuentra estrechamente vinculado al concepto de orden público
arbitrales internacionales– para que en general se respete el carácter de¿ni-
Considerando en primer término que el problema de la arbitrabilidad
tivo de los laudos dictados en el contexto del arbitraje internacional, salvo
circunstancias extraordinarias como, por ejemplo, que el reconocimiento o
la ejecución de ese laudo sea contrario al orden público internacional3.
COMO ELEMENTO CONFIGURADOR DEL ARBITRAJE
1. ALGUNAS PRECISIONES SOBRE LA ARBITRABILIDAD OBJETIVA
3 Cfr. ROMERO SEGUEL, Alejandro y DÍAZ VILLALOBOS, José Ignacio, El arbitraje interno
anglosajón, optan en cambio por guardar silencio en este sentido, estableciendo únicamente
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 7
a controversias sobre derechos no disponibles para las partes, otros ordenamientos, como el
y nórdicos se limitan a establecer límites generales de arbitrabilidad, referidos básicamente
6 Como apuntan MERINO y CHILLÓN, mientras que los sistemas arbitrales centroeuropeos
Por lo anterior entonces, sistemas como el español permiten distinguir
arbitraje” (Traducción libre del autor).
incluso entre dos tipos de arbitraje internacional a la hora de determinar los
efectos que produce el laudo en cuanto a su reconocimiento y ejecución,
determinado y sobre el cual está permitido transigir, puede ser objeto de un convenio de
“Art. 1676. Todo desacuerdo ya nacido o que pudiese nacer de un asunto de derecho
5 El art. 1676 del Código Judiciario de Bélgica señala:
esto es, (a) los desarrollados precisamente en España, con sujeción a la
Madrid, 2004, p. 151. LA española y (b) los desarrollados en el extranjero –a los que ESPLUGUES4
traje (Ley Nº 60/2003 de 23 de diciembre), VV.AA. (coord. Silvia Barona Vilar), Civitas, denomina “arbitrajes internacionales extranjeros”–, que son aquellos cuyo
4 ESPLUGUES MOTA, Carlos, “Arbitraje internacional”, en Comentarios a la Ley de Arbi- laudo requiere de previa homologación para producir efectos en el país,
Consultada el 17 de julio de 2008). teniendo como base por cierto el orden público interno.
hing.dll?f=templates&fn=default.htm&3.0&Tit=A_Juridica/CL_JOL01&vid=LNChile:13.
Generales Euroamérica S.A. Disponible en: http://productos.legalpublishing.cl/NXT/publis- Del mismo modo, tampoco los mecanismos jurídicos comparados,
diseñados para el concreto ¿n apuntado, son uniformes entre sí. Mientras
Rol Nº 2087-1999, caratulada Sociedad Naviera Transpaci¿c Steamschip Ltda. con Seguros
Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras (por todas SCS, de 18 de octubre de 1999,
V.2.b) de la Convención de Nueva York, de 10 de junio de 1958, sobre Reconocimiento y unos optan por predicar la arbitrabilidad en términos asertivos y por cierto
ternacionales por infringir precisamente el orden público interno, aplicando para ello el art. amplios (como es –entre otros– el caso de la LA 60/2003 en España, según
la jurisprudencia de la Corte Suprema había rechazado el exequátur de laudos arbitrales in- se dirá más adelante, y del Código Judiciario en el Derecho belga5), otros
mismo “serían contrarios al orden público de Chile” (art. 36.1.b.ii). Ya antes, sin embargo, privilegian en cambio un criterio negativo de asignación, ¿jando un elenco
heterogéneo de asuntos no arbitrables que tienen como común denominador
lidad de laudo internacional cuando se compruebe que su reconocimiento o la ejecución del
lo que ocurre precisamente en el derecho chileno sobre arbitraje interno, someter a arbitraje aquellos conÀictos que interesen al orden público.
que opta por precisar cuáles son los casos de arbitraje forzoso y de arbitraje 229 y 230 del COT), agregando ¿nalmente, a modo de cláusula general, la prohibición de
razones de orden público o de interés general, quedan fuera del ámbito de lo arbitrable.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 9
229 y 230, lo cierto es que aparte de ellas existen también otros casos que, incardinados en
genérico de inarbitrabilidad, señalando por el contrario prohibiciones concretas en sus arts.
donde deba seguirse el arbitraje, en los casos taxativamente consignados en el artículo 11.3 y
10 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
10 La ley sólo permite la intervención del Presidente de la Corte de Apelaciones del lugar
pp. 453-498.
2. LA ARBITRABILIDAD OBJETIVA EN EL DERECHO CHILENO el ordenamiento jurídico chileno)”, en “Estudios Constitucionales”, Año 9, Nº 2, 2011,
véase nuestra obra “El arbitraje forzoso en Chile (Un examen de constitucionalidad en
En la actualidad el ordenamiento jurídico chileno exhibe una singular 9 Sobre el cuestionamiento de la constitucionalidad del arbitraje forzoso en Chile
donde deba seguirse el arbitraje, en los casos taxativamente consignados en el artículo 11.3 y
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 10
TIRO
supresión apuntada fue más aparente que efectiva, pues en esta etapa –y
concretamente hasta la entrada en vigencia de la Lei de Organización y
saria de las normas contenidas en el COT, las que con¿guran –como ya
Atribuciones de los Tribunales de Chile, de 1875– continuó aplicándose
arbitraje en Chile involucra, por cierto, una revisión breve aunque nece-
el “Reglamento de Administración de Justicia de 1824” (publicado como
Por último, el examen de la arbitrabilidad en el derecho vigente sobre
Ley el 2 de junio del mismo año), redactado por Mariano Egaña y que re-
gulaba precisamente los mencionados juicios prácticos. En consecuencia,
sobre arbitraje interno
lo dicho en el apartado precedente, en punto a la arbitrabilidad durante la
2.1.6. Arbitrabilidad en el derecho vigente
Carta fundamental de 1823, recibe plena aplicación en esta parte.
ocupo a continuación.
2.1.5. En la Constitución de 1833
sustancialmente con el que hasta hoy se contiene en el COT, del que me
diseño de la arbitrabilidad durante la vigencia de la señalada Lei coincide
En lo que concierne a la Constitución de 1833, debe destacarse que
que recogió las normas mencionadas en términos casi literales. Por ello, el
ésta no contempló normas sobre arbitraje ni lo mencionó siquiera, enco-
años más tarde en el Código Orgánico de Tribunales, promulgado en 1943,
mendando simplemente al legislador la dictación de una ley especial que
¿cándolos precisamente como jueces12. La misma regulación fue refundida
regulara la organización y atribuciones de todos los tribunales y juzgados
172 a 191, se ocupó por primera vez en la ley chilena de los árbitros, cali-
de la República (art. 114 de la Constitución de 1833).
Tribunales de Chile, de 15 de octubre de 1875, cuyo Título XI, artículos
más tarde en la dictación de la Lei de Organización y Atribuciones de los
El referido mandato constitucional, pues, se vio plasmado décadas
El referido mandato constitucional, pues, se vio plasmado décadas
más tarde en la dictación de la Lei de Organización y Atribuciones de los
Tribunales de Chile, de 15 de octubre de 1875, cuyo Título XI, artículos
de la República (art. 114 de la Constitución de 1833).
172 a 191, se ocupó por primera vez en la ley chilena de los árbitros, cali-
regulara la organización y atribuciones de todos los tribunales y juzgados
¿cándolos precisamente como jueces12. La misma regulación fue refundida
mendando simplemente al legislador la dictación de una ley especial que
años más tarde en el Código Orgánico de Tribunales, promulgado en 1943,
ésta no contempló normas sobre arbitraje ni lo mencionó siquiera, enco-
que recogió las normas mencionadas en términos casi literales. Por ello, el
En lo que concierne a la Constitución de 1833, debe destacarse que
diseño de la arbitrabilidad durante la vigencia de la señalada Lei coincide
sustancialmente con el que hasta hoy se contiene en el COT, del que me
2.1.5. En la Constitución de 1833
ocupo a continuación.
Carta fundamental de 1823, recibe plena aplicación en esta parte.
2.1.6. Arbitrabilidad en el derecho vigente
lo dicho en el apartado precedente, en punto a la arbitrabilidad durante la
sobre arbitraje interno
gulaba precisamente los mencionados juicios prácticos. En consecuencia,
Ley el 2 de junio del mismo año), redactado por Mariano Egaña y que re-
Por último, el examen de la arbitrabilidad en el derecho vigente sobre
el “Reglamento de Administración de Justicia de 1824” (publicado como
arbitraje en Chile involucra, por cierto, una revisión breve aunque nece-
Atribuciones de los Tribunales de Chile, de 1875– continuó aplicándose
saria de las normas contenidas en el COT, las que con¿guran –como ya
concretamente hasta la entrada en vigencia de la Lei de Organización y
supresión apuntada fue más aparente que efectiva, pues en esta etapa –y
12 En el año 1902 se promulgó además el Código de Procedimiento Civil, que trató “Del
(Quinta Edición), pp. 125 y ss. Véase también a VÁSQUEZ PALMA, Ma Fernanda, Arbitraje en
14 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
14 Un completo análisis de cada uno de estos casos puede encontrarse en AYLWIN, op. cit.
patrimoniales” (AYLWIN, op. cit., p. 121).
se adelantó– una triple conceptualización del arbitraje en este concreto que no tienen ningún carácter público y se sujetan a las reglas comunes de las prestaciones
plano interno o doméstico: arbitraje forzoso, arbitraje prohibido y arbitraje y los alimentos voluntarios (…) pueden ser materia de compromisos; nada lo impide, ya
mentos apunta sólo a los forzosos futuros, desde que los voluntarios o los
ya devengados o atrasados constituyen derechos de orden estrictamente
patrimonial, esencialmente disponibles por el alimentario13).
judicial14.
COT que indica, precisamente, los casos en que debe ser oída la ¿scalía
El art. 230, por su parte, prohíbe someter a arbitraje las “causas cri- lo que debe complementarse a su vez con lo que dispone el art. 357 del
minales, las de policía local, las que se susciten entre un representante legal y su representado, y aquellas en que debe ser oído el ¿scal judicial”,
legal y su representado, y aquellas en que debe ser oído el ¿scal judicial”, minales, las de policía local, las que se susciten entre un representante
lo que debe complementarse a su vez con lo que dispone el art. 357 del El art. 230, por su parte, prohíbe someter a arbitraje las “causas cri-
COT que indica, precisamente, los casos en que debe ser oída la ¿scalía
judicial14.
patrimonial, esencialmente disponibles por el alimentario13).
ya devengados o atrasados constituyen derechos de orden estrictamente
mentos apunta sólo a los forzosos futuros, desde que los voluntarios o los
13 El artículo 336 del CC rati¿ca precisamente el carácter patrimonial de los alimentos
entre marido y mujer” (aun cuando, a mi entender, la referencia a los ali-
atrasados, al precisar que las pensiones alimenticias atrasadas “podrán renunciarse o com- versen sobre alimentos o sobre derecho de pedir separación de bienes
pensarse; y el derecho de demandarlas transmitirse por causa de muerte, venderse y cederse; Según el art. 229, no pueden someterse a árbitros “las cuestiones que
sin perjuicio de la prescripción que competa al deudor”. Asimismo, y como apunta SOMA-
RRIVA, “si a esto agregamos que la exigencia de la autorización judicial para la transacción en los artículos 229 y 230 del COT
el artículo 2451 la concreta a los alimentos futuros, tenemos que las pensiones alimenticias 2.1.6.1. Materias de arbitraje prohibido, contempladas
atrasadas puede cederse, renunciarse, compensarse, el derecho a cobrarlas se traspasa a los
herederos, es posible transigir libremente sobre ellas, y la facultad de cobrarlas se extingue
por la prescripción de acuerdo con las reglas generales” (SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel, de los dos restantes.
Derecho de Familia, 2a ed., Editorial Nascimento, Santiago, 1963, pp. 623 y 624). Se trata, en el capítulo I anterior, por lo que me detendré únicamente en el análisis
en síntesis, de materias disponibles para su titular y, por ende, perfectamente arbitrables. En voluntario. Al primero, regulado en el art. 227 del COT, me he referido ya
el mismo sentido se pronuncia AYLWIN, para quien “los alimentos forzosos ya devengados
y los alimentos voluntarios (…) pueden ser materia de compromisos; nada lo impide, ya
plano interno o doméstico: arbitraje forzoso, arbitraje prohibido y arbitraje
que no tienen ningún carácter público y se sujetan a las reglas comunes de las prestaciones se adelantó– una triple conceptualización del arbitraje en este concreto
patrimoniales” (AYLWIN, op. cit., p. 121).
14 Un completo análisis de cada uno de estos casos puede encontrarse en AYLWIN, op. cit.
(Quinta Edición), pp. 125 y ss. Véase también a VÁSQUEZ PALMA, Ma Fernanda, Arbitraje en
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 14
TIRO
máximo tribunal: litigios y todo asunto relativo a los derechos y obligaciones de los pro-
pietarios y arrendatarios, referentes a estas propiedades”, reservándolos
para la justicia ordinaria exclusivamente15. Asimismo, la jurisprudencia
público de las normas que regulan lo uno y lo otro. Ha dicho en efecto el
por la ley para resolverlos; o dicho de otra forma, por el carácter de orden
lucrados en estos conÀictos y la especialidad de la jurisdicción asignada ha optado por incluir en este ámbito de materias proscritas todas aquellas
Suprema en razón, precisamente, de la naturaleza de los derechos invo- que apuntan al orden público interno o que lo afectan de algún modo, ya
laborales individuales ha sido sistemáticamente rechazada por la Corte sea por la naturaleza de los derechos e intereses involucrados en la contro-
los litigios del orden laboral, en donde la arbitrabilidad de los conÀictos versia, por el carácter imperativo e irrenunciable de las normas sustantivas
de solución de los conÀictos respectivos. Así sucede, por ejemplo, con que los regulan, o por la exclusividad competencial que la misma ley le
como contrapartida, la necesaria exclusión del arbitraje como alternativa asigna en algunos casos a determinados jueces o tribunales.
los órganos jurisdiccionales que la misma ley establece, lo que implica,
con la exclusividad o especialidad que la ley le asigna en ciertos casos a En este sentido, en efecto, son varios los ejemplos que permiten ob-
servar la forma en que la jurisprudencia ha asimilado la inarbitrabilidad servar la forma en que la jurisprudencia ha asimilado la inarbitrabilidad
En este sentido, en efecto, son varios los ejemplos que permiten ob- con la exclusividad o especialidad que la ley le asigna en ciertos casos a
los órganos jurisdiccionales que la misma ley establece, lo que implica,
asigna en algunos casos a determinados jueces o tribunales. como contrapartida, la necesaria exclusión del arbitraje como alternativa
que los regulan, o por la exclusividad competencial que la misma ley le de solución de los conÀictos respectivos. Así sucede, por ejemplo, con
versia, por el carácter imperativo e irrenunciable de las normas sustantivas los litigios del orden laboral, en donde la arbitrabilidad de los conÀictos
sea por la naturaleza de los derechos e intereses involucrados en la contro- laborales individuales ha sido sistemáticamente rechazada por la Corte
que apuntan al orden público interno o que lo afectan de algún modo, ya Suprema en razón, precisamente, de la naturaleza de los derechos invo-
ha optado por incluir en este ámbito de materias proscritas todas aquellas lucrados en estos conÀictos y la especialidad de la jurisdicción asignada
para la justicia ordinaria exclusivamente15. Asimismo, la jurisprudencia por la ley para resolverlos; o dicho de otra forma, por el carácter de orden
pietarios y arrendatarios, referentes a estas propiedades”, reservándolos público de las normas que regulan lo uno y lo otro. Ha dicho en efecto el
litigios y todo asunto relativo a los derechos y obligaciones de los pro- máximo tribunal:
en que se prohíbe también el arbitraje como medio para solucionar “los
“… en los conflictos individuales del trabajo no es posible recurrir al arbitraje,
aun cuando las partes voluntariamente pretendan someter sus diferencias a
31 de julio de 1959 ), sobre “Plan Nacional de Viviendas Económicas”,
el art. 17 letra b) del D.F.L. Nº 2, Ministerio de Obras Públicas (D.O. de
artículos 229 y 230 del COT, pues existen otros casos, como por ejemplo
Chile. Análisis crítico de su normativa y jurisprudencia, LegalPublishing, Santiago de Chile,
hibido no se agota en la descripción taxativa que hacen en tal sentido los
Sin embargo, debe advertirse también que la ¿gura del arbitraje pro- 2009, pp. 446 y 447.
15 Se re¿ere en concreto a aquellas “viviendas económicas” que reúnan, además, los requi-
sitos de la Ley Nº 9.135, denominada “Ley Pereira” (D.O. de 30 de octubre de 1948), en cuyo
artículo 7 se reitera por lo demás lo señalado en la norma citada en el texto.
15 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
CP, debe entenderse hecha sin embargo al art. 19, Nº 7, letra c).
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 21
24 VÁSQUEZ, op. cit., p. 444. La cita que hace la autora, al artículo 19 Nº 7, letra e) de la
Cfr. AYLWIN, op. cit. (Quinta Edición), pp. 136 y 137. 23
VÁSQUEZ, op. cit., pp. 444 y 445. 22
calumnias– pueden ser sometidas a arbitraje, por encontrarse comprometido
en la materia, por razón de su cargo” (BALLESTEROS, op. cit., Tomo II, p. 104). en ellas el interés público21.
de órden público, i no puede ser con¿ado sino a los funcionarios que ejercen jurisdicción
los jueces ordinarios. Su ejercicio envuelve una de las mas graves i trascendentes cuestiones Puede decirse con VÁSQUEZ22, sin embargo, que la falta de imperio de
los árbitros no constituye un argumento válido per se para descartar la
conferida por la lei sino a la autoridad pública, i no puede por consiguiente salir de manos de
caso alguno facultar a un compromisario para aplicar penas corporales. Esta facultad no es
oido necesariamente en Ministerio Público. Pero estimamos que las partes no pueden en inarbitrabilidad en este ámbito, pues los árbitros carecen del mismo para
serlo la de estupro, admiten el sometimiento a arbitraje, puesto que en ellas no debe ser todas las controversias de conocen, sin distinción, lo que en nada afecta la
como son de ordinario las de injurias i calumnias, i como es siempre la de adulterio i puede función jurisdiccional que desempeñan. Tampoco parece pertinente invo-
pareciera autorizar para decir que las causas criminales que no deben seguirse de o¿cio,
car en este sentido, como argumento de inarbitrabilidad, lo dispuesto por
21 Lo decía ya Ballesteros, comentando el art. 179 de ley de 1875: “El silencio de la lei
el artículo 19 Nº 3, inc. 4º, de la CP, en relación con el art. 2º del Código
Procesal Penal (como lo hace una parte de la doctrina23), pues los árbitros
no constituyen en modo alguno “comisiones especiales”.
circunscribir exclusivamente el examen de inarbitrabilidad a la asigna-
una función jurisdiccional. Asimismo, no me parece acertado tampoco Contrariamente a lo que entiende la autora recién mencionada24, en
Capítulo I, éstos no son “funcionarios públicos” aun cuando desempeñen cambio, me perece que lo dispuesto por el art. 19 Nº 7, letra c), de la CP,
quedando así excluidos los árbitros desde que, como ya se explicó en el en relación con el artículo 5º del Código Procesal Penal, sí constituye un
“por orden de funcionario público expresamente facultado por la ley”, argumento para sostener la inarbitrabilidad en estos casos. Según dicha
disposición, pues, toda orden de detención o arresto debe ser expedida disposición, pues, toda orden de detención o arresto debe ser expedida
argumento para sostener la inarbitrabilidad en estos casos. Según dicha “por orden de funcionario público expresamente facultado por la ley”,
en relación con el artículo 5º del Código Procesal Penal, sí constituye un quedando así excluidos los árbitros desde que, como ya se explicó en el
cambio, me perece que lo dispuesto por el art. 19 Nº 7, letra c), de la CP, Capítulo I, éstos no son “funcionarios públicos” aun cuando desempeñen
Contrariamente a lo que entiende la autora recién mencionada24, en una función jurisdiccional. Asimismo, no me parece acertado tampoco
circunscribir exclusivamente el examen de inarbitrabilidad a la asigna-
no constituyen en modo alguno “comisiones especiales”.
Procesal Penal (como lo hace una parte de la doctrina23), pues los árbitros
el artículo 19 Nº 3, inc. 4º, de la CP, en relación con el art. 2º del Código 21 Lo decía ya Ballesteros, comentando el art. 179 de ley de 1875: “El silencio de la lei
pareciera autorizar para decir que las causas criminales que no deben seguirse de o¿cio,
car en este sentido, como argumento de inarbitrabilidad, lo dispuesto por
función jurisdiccional que desempeñan. Tampoco parece pertinente invo- como son de ordinario las de injurias i calumnias, i como es siempre la de adulterio i puede
todas las controversias de conocen, sin distinción, lo que en nada afecta la serlo la de estupro, admiten el sometimiento a arbitraje, puesto que en ellas no debe ser
inarbitrabilidad en este ámbito, pues los árbitros carecen del mismo para oido necesariamente en Ministerio Público. Pero estimamos que las partes no pueden en
caso alguno facultar a un compromisario para aplicar penas corporales. Esta facultad no es
los árbitros no constituye un argumento válido per se para descartar la
conferida por la lei sino a la autoridad pública, i no puede por consiguiente salir de manos de
Puede decirse con VÁSQUEZ22, sin embargo, que la falta de imperio de los jueces ordinarios. Su ejercicio envuelve una de las mas graves i trascendentes cuestiones
de órden público, i no puede ser con¿ado sino a los funcionarios que ejercen jurisdicción
en ellas el interés público21. en la materia, por razón de su cargo” (BALLESTEROS, op. cit., Tomo II, p. 104).
22 VÁSQUEZ, op. cit., pp. 444 y 445.
calumnias– pueden ser sometidas a arbitraje, por encontrarse comprometido
23 Cfr. AYLWIN, op. cit. (Quinta Edición), pp. 136 y 137.
24 VÁSQUEZ, op. cit., p. 444. La cita que hace la autora, al artículo 19 Nº 7, letra e) de la
CP, debe entenderse hecha sin embargo al art. 19, Nº 7, letra c).
21 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
COT).
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 23
dicho régimen queda abierta a toda nueva iniciativa legal en esta materia (art. 227 Nº 5 del
27 Tratándose del arbitraje forzoso, sin embargo, la de¿nición de los asuntos sometidos a
cional; pero ello no signi¿ca en modo alguno que tales controversias, que
atañen únicamente a las partes involucradas y a sus propios intereses, no
COT (ni en ningún otro cuerpo legal sobre arbitraje interno, por cierto) puedan ser sometidas al conocimiento de árbitros en ejercicio de la auto-
Precisamente, ninguna de las normas sobre arbitraje contenidas en el nomía de la voluntad.
dicho régimen queda abierta a toda nueva iniciativa legal en esta materia (art. 227 Nº 5 del
COT).
23 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
chileno”, en “Ius et Praxis”, Universidad de Talca, Año 12, Nº 1, Talca, Chile, 2006, nota 78.
24 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
históricos, modernas tendencias en derecho comparado y ubicación en el escenario legislativo
28 Sentencia citada por VÁSQUEZ PALMA, Mª Fernanda, “La arbitrabilidad objetiva: Aspectos
en ellos normas sobre solución de controversias en este ámbito. El Acuerdo de Asociación nocimiento y Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras o “Convención de Nueva
se re¿eren a las inversiones los acuerdos con China y el “P4”, por lo que no se incluyen York”, suscrita en esa ciudad el 10 de junio de 1958 (aprobada mediante D.L. Nº 1.095, de
y Estados, como ocurre con los de Canadá, México, EE.UU., Corea, Japón y Australia. No 14 de julio de 1975, D.O. de 31 de julio de 1975); b) La Convención Interamericana sobre
ricanos), la mayoría incluye también reglas para la solución de conÀictos entre inversionistas Arbitraje Comercial Internacional o “Convención de Panamá”, suscrita en el marco de la
registra a la fecha APPIs con 20 países europeos, 5 países del Asia-Pací¿co y 14 países ame- Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Privado, de 30 de
tenía ya acuerdos vigentes sobre Promoción y Protección de Inversiones –APPIs– (Chile enero de 1975 (aprobada mediante D.L. Nº 1.376, de 18 de marzo de 1976, D.O. de 08 de
Asimismo, y a excepción de aquellos acuerdos celebrados con países con los que Chile abril de 1976); c) El Convenio sobre Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones entre
Bolivia, Colombia y Venezuela en 1993 y Argentina en 1991). Estados y Nacionales de otros Estados, suscrito en Washington el 18 de marzo de 1965, que
1999; “MERCOSUR” – Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay– en 1996; Ecuador en 1994; dio luego origen al “Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones”
en 2005) y Acuerdos de Complementación Económica –ACE– con otros 7 países (Cuba en (CIADI), como institución del Banco Mundial (promulgado mediante D.S. Nº 1.304, de 9
(“UNIÓN EUROPEA” en 2002 y el “P4” –Nueva Zelanda, Singapur y Brunei Darussalam– de octubre de 1991, D.O. de 9 de enero de 1992).
ragua– en 1999; México en 1998 y Canadá en 1996), Acuerdos de Asociación con 19 países Por otra parte, y en lo que concierne a los acuerdos bilaterales que incluyen normas de
y Suiza– en 2003; Centro América –Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nica- solución de controversias, a partir de la década de los 90, Chile ha desarrollado una intensa
y Perú en 2006; China en 2005; EE.UU., Corea y “EFTA” –Islandia, Noruega, Liechtenstein labor de apertura y complementación económica con el resto del mundo, suscribiendo has-
Tratados de Libre Comercio –TLC– con 18 países (Australia en 2008; Japón en 2007; Panamá ta la fecha 20 acuerdos comerciales con 56 países, con un universo que pasa de los 4.000
millones de potenciales clientes y consumidores. Entre esos acuerdos bilaterales se cuentan millones de potenciales clientes y consumidores. Entre esos acuerdos bilaterales se cuentan
ta la fecha 20 acuerdos comerciales con 56 países, con un universo que pasa de los 4.000 Tratados de Libre Comercio –TLC– con 18 países (Australia en 2008; Japón en 2007; Panamá
labor de apertura y complementación económica con el resto del mundo, suscribiendo has- y Perú en 2006; China en 2005; EE.UU., Corea y “EFTA” –Islandia, Noruega, Liechtenstein
solución de controversias, a partir de la década de los 90, Chile ha desarrollado una intensa y Suiza– en 2003; Centro América –Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nica-
Por otra parte, y en lo que concierne a los acuerdos bilaterales que incluyen normas de ragua– en 1999; México en 1998 y Canadá en 1996), Acuerdos de Asociación con 19 países
de octubre de 1991, D.O. de 9 de enero de 1992). (“UNIÓN EUROPEA” en 2002 y el “P4” –Nueva Zelanda, Singapur y Brunei Darussalam–
(CIADI), como institución del Banco Mundial (promulgado mediante D.S. Nº 1.304, de 9 en 2005) y Acuerdos de Complementación Económica –ACE– con otros 7 países (Cuba en
dio luego origen al “Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones” 1999; “MERCOSUR” – Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay– en 1996; Ecuador en 1994;
Estados y Nacionales de otros Estados, suscrito en Washington el 18 de marzo de 1965, que Bolivia, Colombia y Venezuela en 1993 y Argentina en 1991).
abril de 1976); c) El Convenio sobre Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones entre Asimismo, y a excepción de aquellos acuerdos celebrados con países con los que Chile
enero de 1975 (aprobada mediante D.L. Nº 1.376, de 18 de marzo de 1976, D.O. de 08 de tenía ya acuerdos vigentes sobre Promoción y Protección de Inversiones –APPIs– (Chile
Conferencia Especializada Interamericana sobre Derecho Internacional Privado, de 30 de registra a la fecha APPIs con 20 países europeos, 5 países del Asia-Pací¿co y 14 países ame-
Arbitraje Comercial Internacional o “Convención de Panamá”, suscrita en el marco de la ricanos), la mayoría incluye también reglas para la solución de conÀictos entre inversionistas
14 de julio de 1975, D.O. de 31 de julio de 1975); b) La Convención Interamericana sobre y Estados, como ocurre con los de Canadá, México, EE.UU., Corea, Japón y Australia. No
York”, suscrita en esa ciudad el 10 de junio de 1958 (aprobada mediante D.L. Nº 1.095, de se re¿eren a las inversiones los acuerdos con China y el “P4”, por lo que no se incluyen
nocimiento y Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras o “Convención de Nueva en ellos normas sobre solución de controversias en este ámbito. El Acuerdo de Asociación
29 Entre los convenios multilaterales pueden destacarse: a) La Convención sobre Reco- con la Unión Europea, por su parte, reguló especialmente el trato nacional y el derecho de
establecimiento y acceso a los mercados en materia de inversiones (Título III, Capítulo
III), declarando además la continuidad de los acuerdos bilaterales o multilaterales vigentes
Arbitraje Comercial Internacional –LACI–. entre las partes. Entre éstos, pues, se encuentran precisamente los APPIs y sus respectivos
multilaterales y bilaterales29, y las disposiciones de la Ley Nº 19.971, sobre mecanismos de solución de controversias (art. 134), los que serán plenamente aplicables, por
ende, en caso de conÀicto entre Estados e inversionistas. El TLC con el EFTA, por último,
regula también el trato nacional respecto de la “lista de compromisos especí¿cos” acordada
por las partes (arts. 26 y 27), pero no declara explícitamente la vigencia de los APPIs a
diferencia del acuerdo recién mencionado.
25 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
www.direcon.cl.
26 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
Para un detalle del texto de cada uno de estos acuerdos puede consultarse la página web
Para un detalle del texto de cada uno de estos acuerdos puede consultarse la página web
www.direcon.cl.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 26
TIRO
al texto de la ley, como parte de su articulado permanente, aquello que se La ley chilena, en cambio, incorpora la de¿nición antes citada como
el art. 3º del C. de C. Por el contrario, al incorporarse la de¿nición referida parte de su texto, ampliando sustancialmente incluso la enumeración de los
partes involucradas en él o sólo para alguna(s) de ella(s), como sí lo hace actos de comercio que se contiene en el art. 3º del C. de C., que con¿gura
origen al conÀicto respectivo, tiene un carácter comercial para todas las precisamente la base objetiva del Derecho Comercial chileno según la teoría
discrimina en cuanto a si el acto, el contrato o la relación jurídica que da tradicional del acto de comercio (sin perjuicio de la discusión que pueda
Pues bien, la Ley Nº 19.971, cuando de¿ne el término “comercial”, no plantearse sobre el carácter taxativo o no de dicho elenco).
surgido entre ellas30. Esta opción legislativa, a mi entender, implica no sólo un reforzamiento
–si la mercantil o la civil o común– para resolver en su caso un conÀicto explícito y objetivamente vinculante del criterio amplio de arbitrabilidad
genera serias di¿cultades al momento de determinar qué normativa aplicar antes mencionado, sino que incide también en la solución de un problema
una tenga o asuma de cara a la relación jurídica de que se trate, lo que de especial complejidad, tanto en el Derecho interno como en el Derecho
una de las partes y civil para la otra según la posición subjetiva que cada comparado, como es el de¿nir las consecuencias prácticas que en este
mente por el art. 3º del C. de C. chileno, un acto puede ser mercantil para preciso ámbito resultan de aplicar –o no– la denominada doctrina de los
Según esta teoría, pues, de clara raigambre francesa y recogida expresa- actos de doble carácter, o actos mixtos, o actos unilaterales de comercio.
actos de doble carácter, o actos mixtos, o actos unilaterales de comercio. Según esta teoría, pues, de clara raigambre francesa y recogida expresa-
preciso ámbito resultan de aplicar –o no– la denominada doctrina de los mente por el art. 3º del C. de C. chileno, un acto puede ser mercantil para
comparado, como es el de¿nir las consecuencias prácticas que en este una de las partes y civil para la otra según la posición subjetiva que cada
de especial complejidad, tanto en el Derecho interno como en el Derecho una tenga o asuma de cara a la relación jurídica de que se trate, lo que
antes mencionado, sino que incide también en la solución de un problema genera serias di¿cultades al momento de determinar qué normativa aplicar
explícito y objetivamente vinculante del criterio amplio de arbitrabilidad –si la mercantil o la civil o común– para resolver en su caso un conÀicto
Esta opción legislativa, a mi entender, implica no sólo un reforzamiento surgido entre ellas30.
plantearse sobre el carácter taxativo o no de dicho elenco). Pues bien, la Ley Nº 19.971, cuando de¿ne el término “comercial”, no
tradicional del acto de comercio (sin perjuicio de la discusión que pueda discrimina en cuanto a si el acto, el contrato o la relación jurídica que da
precisamente la base objetiva del Derecho Comercial chileno según la teoría origen al conÀicto respectivo, tiene un carácter comercial para todas las
actos de comercio que se contiene en el art. 3º del C. de C., que con¿gura partes involucradas en él o sólo para alguna(s) de ella(s), como sí lo hace
parte de su texto, ampliando sustancialmente incluso la enumeración de los el art. 3º del C. de C. Por el contrario, al incorporarse la de¿nición referida
La ley chilena, en cambio, incorpora la de¿nición antes citada como al texto de la ley, como parte de su articulado permanente, aquello que se
contractuales o no (…)”.
30 Como apunta PUGA, “para algunas legislaciones se aplica al conÀicto la legislación del
cuestiones que se plantean en todas las relaciones de índole comercial,
deudor, sea civil o comercial; otros han sostenido que en este evento siempre debe sujetarse el
conÀicto a la legislación común (civil) y otros han sostenido que el conÀicto siempre queda
sujeto a la legislación comercial”. (PUGA VIAL, Juan Esteban, El Acto de Comercio, Editorial
Jurídica de Chile, Santiago, 2005, p. 23).
27 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
“Decláranse válidos los pactos destinados a sujetar al derecho extranjero los del contrato”.
contratos internacionales, cuyo objeto principal diga relación con negocios u haya designado o se designe mandatario en el extranjero para los efectos
operaciones de carácter económico o financiero, celebrados o que se celebren estipulaciones por las que se haya fijado o se fije domicilio especial y se
por organismos, instituciones o empresas internacionales o extranjeras que de arbitraje preestablecidos o en el respectivo contrato, como también las
tengan el centro principal de sus negocios en el extranjero, con el Estado de nales extranjeros, incluyendo tribunales arbitrales previstos en mecanismos
Chile o sus organismos, instituciones o empresas. se sometan diferendos derivados de tales contratos a la jurisdicción de tribu-
Son igualmente válidas las estipulaciones por las cuales se haya sometido o
Son igualmente válidas las estipulaciones por las cuales se haya sometido o
se sometan diferendos derivados de tales contratos a la jurisdicción de tribu- Chile o sus organismos, instituciones o empresas.
nales extranjeros, incluyendo tribunales arbitrales previstos en mecanismos tengan el centro principal de sus negocios en el extranjero, con el Estado de
de arbitraje preestablecidos o en el respectivo contrato, como también las por organismos, instituciones o empresas internacionales o extranjeras que
estipulaciones por las que se haya fijado o se fije domicilio especial y se operaciones de carácter económico o financiero, celebrados o que se celebren
haya designado o se designe mandatario en el extranjero para los efectos contratos internacionales, cuyo objeto principal diga relación con negocios u
del contrato”. “Decláranse válidos los pactos destinados a sujetar al derecho extranjero los
Si bien la norma legal citada apunta sólo a los contratos internaciona- en sus dos incisos iniciales:
les celebrados por el Estado, en ¿n, lo cierto es que ella constituye una la voluntad, motor y fundamento de dicho instituto, señalando al efecto
muestra temprana y preclara del esfuerzo legislativo por adecuarse a las a mecanismos de arbitraje internacional inspirados en la autonomía de
exigencias y complejidades de la contratación internacional, sentando cionales celebrados por el Estado de Chile, sus organismos y empresas,
así la primacía del principio de autonomía de la voluntad que vendría a de someter los conÀictos derivados de la ejecución de contratos interna-
consagrar, años después, la LACI. Todavía más, la Corte Suprema, en 1º del señalado D.L. por lo mismo, admitió expresamente la posibilidad
sentencia de 28 de julio de 2008 (Rol Nº 2026/2007) y fundándose pre- establezcan mecanismos para con¿gurar la relación procesal”. El art.
cisamente en el D.L. Nº 2.349, declaró que “el ordenamiento nacional ordinarios o arbitrales, se pacte domicilio especial fuera del país y se
reconoce explícitamente la posibilidad que los particulares estipulen ellos pudieran derivarse al conocimiento de tribunales extranjeros, sean
someter las controversias que de la aplicación de un contrato interna- determinada legislación extranjera, se sometan las controversias que de
cional pudieran derivarse, al conocimiento de tribunales extranjeros,
sean ellos ordinarios o arbitrales. Por ende, ningún objeto ilícito hay
en la cláusula del contrato suscrito entre las partes, en virtud de la cual
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 30
TIRO
COT).
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 31
donde el arbitraje se encuentra prohibido expresamente (arts. 229 y 230
la ley chilena por la vía de designar el elenco de cuestiones litigiosas en
entre dos o más personas. Esa es, precisamente, la fórmula que utilizó acuerdan entregar el conocimiento de los eventuales litigios que de éste
se inserta y/o que dan causa a una controversia de relevancia jurídica se pudieran suscitar, a un tribunal arbitral italiano”.
arbitrabilidad que aquí se analiza con las materias de derecho en las que
3. ARBITRABILIDAD Y OBJETO DEL ARBITRAJE
niones y criterios que, en términos generales, vinculan el elemento de la
No resulta extraño encontrar en la doctrina y en la jurisprudencia opi-
Nos hemos referido en el párrafo anterior al tratamiento normativo y
a las diversas fórmulas planteadas en el tiempo por el legislador, para
sino la pretensión y sus consecuencias jurídicas
discernir entre lo arbitrable y lo que no lo es.
3.1. Lo arbitrable no es la materia ni la controversia,
la arbitrabilidad, de manera que a ellos me re¿ero a continuación. Tal reseña y esas fórmulas sin embargo, que no explican por sí solas el
un imperativo el puntualizar aquí al menos los aspectos característicos de contenido esencial de la arbitrabilidad, deben complementarse por lo mis-
esta investigación; pero al mismo tiempo y como se dijo antes, se hace mo con el análisis de dicho elemento en su íntima dimensión dogmática,
un extenso análisis que, por lo demás, escapa al sentido y propósito de diferenciándola además de otros aspectos que, aunque relacionados estre-
mayormente en este particular elemento del arbitraje, pues ello daría para chamente, se diferencian de aquélla en lo esencial. Por la vía de elucidar
Debe advertirse, sin embargo, que no es nuestro propósito el ahondar sus propiedades fundamentales, en ¿n, podrá comprenderse el verdadero
signi¿cado y el concreto alcance del concepto referido, cualquiera sea la
momento dado. descripción o la adjetivación normativa con que se lo acompañe en un
descripción o la adjetivación normativa con que se lo acompañe en un momento dado.
signi¿cado y el concreto alcance del concepto referido, cualquiera sea la
sus propiedades fundamentales, en ¿n, podrá comprenderse el verdadero Debe advertirse, sin embargo, que no es nuestro propósito el ahondar
chamente, se diferencian de aquélla en lo esencial. Por la vía de elucidar mayormente en este particular elemento del arbitraje, pues ello daría para
diferenciándola además de otros aspectos que, aunque relacionados estre- un extenso análisis que, por lo demás, escapa al sentido y propósito de
mo con el análisis de dicho elemento en su íntima dimensión dogmática, esta investigación; pero al mismo tiempo y como se dijo antes, se hace
contenido esencial de la arbitrabilidad, deben complementarse por lo mis- un imperativo el puntualizar aquí al menos los aspectos característicos de
Tal reseña y esas fórmulas sin embargo, que no explican por sí solas el la arbitrabilidad, de manera que a ellos me re¿ero a continuación.
Arbitraje (Ley 60/2003 de 23 de diciembre), VV.AA. (coord. Silvia Barona Vilar), Civitas,
Madrid, 2004, p. 114.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 32
TIRO
MONTERO, Comentarios a la ley de Arbitraje…, op. cit., p. 117. 35 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 35
públicas que derivan de la soberanía y que se ejercen por el pueblo y propia ley, como se dijo, la que habilite al mismo a los particulares para
todo a la con¿guración y justi¿cación ontológica de aquellas potestades obtener directamente la consecuencia jurídica respectiva (y en la medida
en efecto, la concepción privatista de los derechos subjetivos escapa del que el conÀicto no llegue a producirse entre ellos, por cierto). Se trata, en
hacia la arbitrabilidad en el ámbito del Derecho público. En este último, ¿n, de normas imperativas o de orden público de las cuales las partes no
no explica ni justi¿ca sin embargo el fenómeno creciente de apertura pueden disponer libremente.
privado (como lo advierte el mismo profesor MONTERO por lo demás),
si bien se presenta como correcta y su¿ciente en el ámbito del Derecho En consecuencia, la idea de arbitrabilidad así planteada, centrada como
derechos subjetivos y a la concreta petición como parte de la pretensión, se dijo en la posibilidad de obtener el bien o la consecuencia jurídica
arbitrabilidad así concebida, ligada necesariamente a la noción de los de¿nida por la ley sin necesidad de sentencia judicial previa, resultará
Con todo, parece necesario advertir también en esta parte que la correcta en sí misma –agreguemos nosotros– siempre y cuando a ello no
se oponga, en último término, el orden público vigente.
la obligación”35.
a¿rmar la titularidad del derecho e imputar al demandado la titularidad de 3.2. Pretensión y derechos subjetivos
derechos subjetivos, de modo que quien aparezca como actor tiene que
arbitraje pretensiones en las que se a¿rme la titularidad de verdaderos Tomando siempre como base lo señalado por MONTERO en esta parte,
de libre disposición, lo que realmente está diciendo es que cabe llevar al y continuando con el desarrollo de las ideas planteadas en los apartados
ma dice que son susceptibles de arbitraje las controversias sobre materias precedentes, la arbitrabilidad tiene entonces una directa vinculación con
la noción de los derechos subjetivos, pues, en de¿nitiva, “cuando la nor- la noción de los derechos subjetivos, pues, en de¿nitiva, “cuando la nor-
precedentes, la arbitrabilidad tiene entonces una directa vinculación con ma dice que son susceptibles de arbitraje las controversias sobre materias
y continuando con el desarrollo de las ideas planteadas en los apartados de libre disposición, lo que realmente está diciendo es que cabe llevar al
Tomando siempre como base lo señalado por MONTERO en esta parte, arbitraje pretensiones en las que se a¿rme la titularidad de verdaderos
derechos subjetivos, de modo que quien aparezca como actor tiene que
3.2. Pretensión y derechos subjetivos a¿rmar la titularidad del derecho e imputar al demandado la titularidad de
la obligación”35.
se oponga, en último término, el orden público vigente.
correcta en sí misma –agreguemos nosotros– siempre y cuando a ello no Con todo, parece necesario advertir también en esta parte que la
de¿nida por la ley sin necesidad de sentencia judicial previa, resultará arbitrabilidad así concebida, ligada necesariamente a la noción de los
se dijo en la posibilidad de obtener el bien o la consecuencia jurídica derechos subjetivos y a la concreta petición como parte de la pretensión,
En consecuencia, la idea de arbitrabilidad así planteada, centrada como si bien se presenta como correcta y su¿ciente en el ámbito del Derecho
privado (como lo advierte el mismo profesor MONTERO por lo demás),
pueden disponer libremente. no explica ni justi¿ca sin embargo el fenómeno creciente de apertura
¿n, de normas imperativas o de orden público de las cuales las partes no hacia la arbitrabilidad en el ámbito del Derecho público. En este último,
que el conÀicto no llegue a producirse entre ellos, por cierto). Se trata, en en efecto, la concepción privatista de los derechos subjetivos escapa del
obtener directamente la consecuencia jurídica respectiva (y en la medida todo a la con¿guración y justi¿cación ontológica de aquellas potestades
propia ley, como se dijo, la que habilite al mismo a los particulares para públicas que derivan de la soberanía y que se ejercen por el pueblo y
35 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 35 MONTERO, Comentarios a la ley de Arbitraje…, op. cit., p. 117.
RETIRO
p. 223.
36 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
37 SANTI ROMANO, Fragmentos de un Diccionario Jurídico, Comares, Granada, 2002,
Extensión Jurídica, Nº 6, Universidad de los Andes, Santiago de Chile, 2002, pp. 38 y ss.
por los poderes, autoridades y funcionarios según las medidas potestativas de los Contratos: Intangibilidad, Autonomía de la Voluntad y Buena Fe”, en Cuadernos de
que la Constitución y las leyes les asignan en cada caso, de manera que la 36 Cfr. FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Miguel Ángel, “Fundamentos Constitucionales del Derecho
posibilidad –cada vez más aceptada– de que los entes públicos recurran al
arbitraje en determinados casos no puede explicarse al amparo de y en base determinada o frente a otro(s) sujetos(s) de derecho, que recae en un objeto
a una concepción esencialmente privatista como la mencionada recién. cular relación jurídica previa o subyacente, ya sea respecto de una cosa
misma de los derechos subjetivos depende necesariamente de una parti-
Dicho en otros términos, el obrar de los particulares, especialmente en De lo dicho se desprende, entonces, que la de¿nición y la existencia
sus relaciones entre sí, está sin duda inspirado y amparado por la libertad
y la autonomía de la voluntad, de manera que éstos pueden hacer y pactar que, por el contrario, tendrían obligaciones correspondientes”.
todo aquello que sea atingente a sus derechos subjetivos y que no se en- relación jurídica con una determinada cosa o frente a determinadas personas
cuentre expresamente prohibido por el ordenamiento jurídico. El accionar de poder o potestad, “se desenvolvería siempre en una concreta y particular
estatal, en cambio, está perfectamente delimitado por la Constitución y la que el segundo –el derecho subjetivo–, por oposición al anterior concepto
ley, por lo que los órganos públicos sólo actuarán válidamente en la forma otros sujetos y, por lo tanto, no sería correlativo a obligaciones”; mientras
y dentro del ámbito competencial que expresa y previamente se les señala objetos singularmente determinados, no se resolvería en pretensiones hacia
y asigna, respectivamente36. poder–, “se desenvolvería en una dirección o aspecto genérico, no tendría
sin embargo en todas y cada una de sus notas distintivas. El primero –el
Como apunta SANTI ROMANO37, en ¿n, el poder en sentido estricto y el núcleo común del género “poder jurídico”, diferenciándose a partir de allí
derecho subjetivo entrarían en el commune genus de los poderes en senti- do amplio, en cuanto facultades de querer y de obrar que constituyen un
do amplio, en cuanto facultades de querer y de obrar que constituyen un derecho subjetivo entrarían en el commune genus de los poderes en senti-
núcleo común del género “poder jurídico”, diferenciándose a partir de allí Como apunta SANTI ROMANO37, en ¿n, el poder en sentido estricto y el
sin embargo en todas y cada una de sus notas distintivas. El primero –el
poder–, “se desenvolvería en una dirección o aspecto genérico, no tendría y asigna, respectivamente36.
objetos singularmente determinados, no se resolvería en pretensiones hacia y dentro del ámbito competencial que expresa y previamente se les señala
otros sujetos y, por lo tanto, no sería correlativo a obligaciones”; mientras ley, por lo que los órganos públicos sólo actuarán válidamente en la forma
que el segundo –el derecho subjetivo–, por oposición al anterior concepto estatal, en cambio, está perfectamente delimitado por la Constitución y la
de poder o potestad, “se desenvolvería siempre en una concreta y particular cuentre expresamente prohibido por el ordenamiento jurídico. El accionar
relación jurídica con una determinada cosa o frente a determinadas personas todo aquello que sea atingente a sus derechos subjetivos y que no se en-
que, por el contrario, tendrían obligaciones correspondientes”. y la autonomía de la voluntad, de manera que éstos pueden hacer y pactar
sus relaciones entre sí, está sin duda inspirado y amparado por la libertad
De lo dicho se desprende, entonces, que la de¿nición y la existencia Dicho en otros términos, el obrar de los particulares, especialmente en
misma de los derechos subjetivos depende necesariamente de una parti-
cular relación jurídica previa o subyacente, ya sea respecto de una cosa a una concepción esencialmente privatista como la mencionada recién.
determinada o frente a otro(s) sujetos(s) de derecho, que recae en un objeto arbitraje en determinados casos no puede explicarse al amparo de y en base
posibilidad –cada vez más aceptada– de que los entes públicos recurran al
36
Cfr. FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Miguel Ángel, “Fundamentos Constitucionales del Derecho
que la Constitución y las leyes les asignan en cada caso, de manera que la
de los Contratos: Intangibilidad, Autonomía de la Voluntad y Buena Fe”, en Cuadernos de por los poderes, autoridades y funcionarios según las medidas potestativas
Extensión Jurídica, Nº 6, Universidad de los Andes, Santiago de Chile, 2002, pp. 38 y ss.
37 SANTI ROMANO, Fragmentos de un Diccionario Jurídico, Comares, Granada, 2002,
p. 223.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 36
TIRO
ministrativo, Tomo I, 13ª ed., Aranzadi S.A., Navarra, 2006, pp. 447 y 448. A modo de resumen, puede concluirse entonces que el examen de arbi-
38 Cfr. GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás Ramón, Curso de Derecho Ad- trabilidad en el caso concreto no debe enfocarse siempre y exclusivamente
en el carácter subjetivo de los derechos puestos en juego. La evolución del
las leyes a las autoridades y órganos públicos39. instituto arbitral en las últimas décadas muestra cómo, cada vez más, mate-
indisponible de las potestades privativas atribuidas por la Constitución y rias consideradas comúnmente como inarbitrables han ido cediendo terreno
cierto, bajo la consigna genérica –e imprecisa por lo mismo– del carácter a la arbitrabilidad en forma paulatina y creciente, abriéndose camino a esta
6º y 7º de la CP de 1980, y arts. 9.3 y 103.1 de la CE); y todo ello, por forma alternativa de solución de controversias en terrenos que comúnmente
legalidad que informa la actuación de la administración en general (arts. le estaban vedados. Es lo que ocurre precisamente con el arbitraje en que
colectiva de los intereses que gestionan dichos órganos y del principio de intervienen órganos públicos, que mencionaba antes a modo de ejemplo,
que la ley lo autoriza de manera expresa, como consecuencia de la naturaleza proscrito tradicionalmente o restringido fuertemente al menos a los casos en
proscrito tradicionalmente o restringido fuertemente al menos a los casos en que la ley lo autoriza de manera expresa, como consecuencia de la naturaleza
intervienen órganos públicos, que mencionaba antes a modo de ejemplo, colectiva de los intereses que gestionan dichos órganos y del principio de
le estaban vedados. Es lo que ocurre precisamente con el arbitraje en que legalidad que informa la actuación de la administración en general (arts.
forma alternativa de solución de controversias en terrenos que comúnmente 6º y 7º de la CP de 1980, y arts. 9.3 y 103.1 de la CE); y todo ello, por
a la arbitrabilidad en forma paulatina y creciente, abriéndose camino a esta cierto, bajo la consigna genérica –e imprecisa por lo mismo– del carácter
rias consideradas comúnmente como inarbitrables han ido cediendo terreno indisponible de las potestades privativas atribuidas por la Constitución y
instituto arbitral en las últimas décadas muestra cómo, cada vez más, mate- las leyes a las autoridades y órganos públicos39.
en el carácter subjetivo de los derechos puestos en juego. La evolución del
trabilidad en el caso concreto no debe enfocarse siempre y exclusivamente 38 Cfr. GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo y FERNÁNDEZ, Tomás Ramón, Curso de Derecho Ad-
A modo de resumen, puede concluirse entonces que el examen de arbi- ministrativo, Tomo I, 13ª ed., Aranzadi S.A., Navarra, 2006, pp. 447 y 448.
39 En el Derecho chileno, diversas leyes han incorporado el mecanismo del arbitraje
otros sujetos o respecto de cosas determinadas38. para la solución de conÀictos en los que el Estado interviene como parte, incluso con ca-
modo alguno de una determinada relación jurídica preexistente, ya sea con rácter forzoso. Así ocurre por ejemplo con el art. 36 de la Ley sobre Concesiones de Obras
del titular legitimado para ello por el ordenamiento jurídico, no precisa en Públicas (D.F.L. Nº 164, de 1991) y en la Ley Nº 19.865, sobre Financiamiento Urbano
sin embargo con las potestades públicas desde que su ejercicio, por parte Compartido (D.O. de 1 de abril de 2003). En otros casos, como ocurre con el art. 65.h de la
en tal sentido la calidad de sujeto obligado. Tal vinculación no se presenta Ley Nº 18.695 (Orgánica Constitucional de Municipalidades), la ley le reconoce al órgano
tiene su contrapartida en un deber atribuible a un sujeto pasivo, que asume administrativo la facultad amplia de transigir judicial y extrajudicialmente, lo que presupone
necesariamente la disponibilidad de los respectivos derechos controvertidos y, por ende,
también especí¿co y que consiste además en una pretensión de¿nida que
la posibilidad de obtener la solución de una controversia jurídica de manera directa, sin la
intervención de los órganos jurisdiccionales estatales.
En el Derecho español, por su parte, casos como los arts. 60 y 117 del RDL Nº 2/2000,
de 16 de junio, que aprueba el Texto Refundido de la Ley de Contratos de las Administra-
37 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
no son la misma cosa, pero pueden coincidir (aunque esta última expresión parece reservarse
40 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
43 Como advierten St. JOHN, GILL y GEARING, las expresiones public interest y public policy
Hemos procurado de¿nir hasta aquí el sentido y el alcance conceptual public interest42 o public policy43, en alusión a las disposiciones imperativas
que debe dársele a la arbitrabilidad objetiva como elemento fundamental que la Ley inglesa sobre arbitraje, de 1996, denomina en su art. 1.b como
del instituto arbitral, en el entendido que tal determinación permite a su vez al concepto de orden público, en sus vertientes material y procesal. Es lo
–o facilita al menos– la correcta orientación del examen de arbitrabilidad metida al conocimiento de árbitros se encuentra necesariamente vinculada
en el caso concreto. términos generales, la arbitrabilidad de la concreta pretensión procesal so-
En este sentido, al inicio de este capítulo observábamos, ya que, en
Sin embargo, uno de los aspectos que ha ocupado especialmente la
atención de la doctrina y de la jurisprudencia comparadas en esta parte, que de la voluntad de las partes.
no puede omitirse por lo mismo en cuanto factor relevante del análisis que de ius cogens, se encuentran necesariamente al margen de la autonomía
aquí se realiza, consiste en precisar la relación que se produce o la forma regulaciones de Derecho imperativo o necesario que, en cuanto normas
en que interactúan –si es que lo hacen efectivamente– dos aspectos que lidad, por un lado, y a la existencia de normas que, por el otro, contienen
a primera vista parecen confrontarse entre sí. Me re¿ero, en concreto, al principio de la disponibilidad de la materia como parámetro de arbitrabi-
principio de la disponibilidad de la materia como parámetro de arbitrabi- a primera vista parecen confrontarse entre sí. Me re¿ero, en concreto, al
lidad, por un lado, y a la existencia de normas que, por el otro, contienen en que interactúan –si es que lo hacen efectivamente– dos aspectos que
regulaciones de Derecho imperativo o necesario que, en cuanto normas aquí se realiza, consiste en precisar la relación que se produce o la forma
de ius cogens, se encuentran necesariamente al margen de la autonomía no puede omitirse por lo mismo en cuanto factor relevante del análisis que
de la voluntad de las partes. atención de la doctrina y de la jurisprudencia comparadas en esta parte, que
Sin embargo, uno de los aspectos que ha ocupado especialmente la
En este sentido, al inicio de este capítulo observábamos, ya que, en
términos generales, la arbitrabilidad de la concreta pretensión procesal so- en el caso concreto.
metida al conocimiento de árbitros se encuentra necesariamente vinculada –o facilita al menos– la correcta orientación del examen de arbitrabilidad
al concepto de orden público, en sus vertientes material y procesal. Es lo del instituto arbitral, en el entendido que tal determinación permite a su vez
que la Ley inglesa sobre arbitraje, de 1996, denomina en su art. 1.b como que debe dársele a la arbitrabilidad objetiva como elemento fundamental
public interest42 o public policy43, en alusión a las disposiciones imperativas Hemos procurado de¿nir hasta aquí el sentido y el alcance conceptual
de las partes. Decíamos también que dicho concepto –el orden público–,
la Ley de Arbitraje de 1996, que le impone al tribunal arbitral un deber de justicia y un trato
agregan, se ha descrito como el deber mandatorio impuesto al tribunal en la sección 33 de
y “Soleimany vs. Soleimany” [1998], citados por los mismos autores). El interés público, que constituye un límite al arbitraje no sólo en sus inicios sino también en
Ltd. vs. Nigerian National Petroleum Corp”, “Minmetals Germany vs. Ferco Steel” [1999] la etapa de control y ejecución del laudo, di¿ere muchas veces en su con-
principalmente al arbitraje internacional, como se desprende de los casos “IPCO Nigeria tenido de un Estado a otro, considerando para ello que los principios que
lo estructuran y de¿nen en cada caso no son necesariamente los mismos.
Por lo mismo, y como resulta incluso evidente, el fenómeno recién apun-
palabras del Tribunal Supremo español, pues, “el orden público es una tado genera no pocas di¿cultades al momento de ¿jar un baremo común
agotable atendida la dinámica que le es propia en tiempo y espacio. En de contenidos valóricos entre un ordenamiento y otro, que permita abordar
aunque sin aspirar, por cierto, a agotar un tema que resulta de por sí in- una descripción unitaria del concepto de “orden público” que los encierra.
En lo que sigue entonces, me ocuparé del análisis del orden público Especial repercusión tiene lo dicho en el ámbito del arbitraje internacio-
nal, pues, si bien la mayoría de las legislaciones que lo regulan se remiten
respectiva en razón de su materia? explícita o implícitamente al orden público interno en cuanto criterio de
cho imperativo un factor de necesaria inarbitrabilidad de la controversia arbitrabilidad, lo que en un ordenamiento jurídico puede considerarse como
O dicho en otros términos; ¿Constituye la existencia de normas de Dere- contrario al orden público, bien puede no serlo en otro distinto.
carácter aparentemente contrapuesto que ambos exhiben recíprocamente.
armónicamente en el marco del examen de arbitrabilidad, no obstante el Se trata de dilucidar, en consecuencia, si los dos conceptos menciona-
dos, disponibilidad y Derecho necesario, pueden interactuar y coexistir dos, disponibilidad y Derecho necesario, pueden interactuar y coexistir
Se trata de dilucidar, en consecuencia, si los dos conceptos menciona- armónicamente en el marco del examen de arbitrabilidad, no obstante el
carácter aparentemente contrapuesto que ambos exhiben recíprocamente.
contrario al orden público, bien puede no serlo en otro distinto. O dicho en otros términos; ¿Constituye la existencia de normas de Dere-
arbitrabilidad, lo que en un ordenamiento jurídico puede considerarse como cho imperativo un factor de necesaria inarbitrabilidad de la controversia
explícita o implícitamente al orden público interno en cuanto criterio de respectiva en razón de su materia?
nal, pues, si bien la mayoría de las legislaciones que lo regulan se remiten
Especial repercusión tiene lo dicho en el ámbito del arbitraje internacio- En lo que sigue entonces, me ocuparé del análisis del orden público
una descripción unitaria del concepto de “orden público” que los encierra. aunque sin aspirar, por cierto, a agotar un tema que resulta de por sí in-
de contenidos valóricos entre un ordenamiento y otro, que permita abordar agotable atendida la dinámica que le es propia en tiempo y espacio. En
tado genera no pocas di¿cultades al momento de ¿jar un baremo común palabras del Tribunal Supremo español, pues, “el orden público es una
Por lo mismo, y como resulta incluso evidente, el fenómeno recién apun-
lo estructuran y de¿nen en cada caso no son necesariamente los mismos.
tenido de un Estado a otro, considerando para ello que los principios que principalmente al arbitraje internacional, como se desprende de los casos “IPCO Nigeria
la etapa de control y ejecución del laudo, di¿ere muchas veces en su con- Ltd. vs. Nigerian National Petroleum Corp”, “Minmetals Germany vs. Ferco Steel” [1999]
que constituye un límite al arbitraje no sólo en sus inicios sino también en y “Soleimany vs. Soleimany” [1998], citados por los mismos autores). El interés público,
de las partes. Decíamos también que dicho concepto –el orden público–, agregan, se ha descrito como el deber mandatorio impuesto al tribunal en la sección 33 de
la Ley de Arbitraje de 1996, que le impone al tribunal arbitral un deber de justicia y un trato
de la misma ley (Apéndice 1) que restringen la autonomía de la voluntad
igualitario a las partes (33.1.a), evitar gastos innecesarios y demoras en el procedimiento, y
(33.1.b) desarrollarlo según las circunstancias particulares de cada caso (St. JOHN, SUTTON
David, GILL Judith y GEARING Matthew, Russel on Arbitration, 23ª ed., Thompson-Sweet &
Maxwell, Londres, 2007, pp. 18 y 470. Traducción libre del autor).
41 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
y ss.
42 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
un prólogo de Manuel Durán y Bas, Tomo I, F. Góngora y Cía. Editores, Madrid, 1878, p. 34
por M. Ch. Guenoux; vertido al castellano por Jacinto Mesía y Manuel Poley, y precedido de
noción en extremo sutil, imprecisa e indeterminada que escapa a toda 45 SAVIGNY, Friederich Carl von, Sistema del derecho romano actual, traducido del alemán
la reconstitución viva del conjunto, dada a un caso particular (ibid, pp. 25 y 26).
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 43
descensos”. La relación jurídica entonces, más que sinónima de un derecho en particular, es
libran y limitan mutuamente, ya sea por sus desenvolvimientos sucesivos, su origen y sus
particulares), que el Estado ejerce no obstante sobre el derecho privado
orgánica “que se mani¿esta, ya sea por el conjunto de sus partes constitutivas, que se equi-
y se ve absorbida por la voluntad general. Sin embargo, la realidad demuestra al mismo tiempo que cada indivi-
entonces, siempre posible para la libertad individual, queda encadenada a duo puede, en ejercicio de su libertad, obrar contra la idea y la voluntad
regla de derecho como algo exterior y objetivo. La violación del derecho manifestada por él mismo en cuanto miembro del colectivo social, lo que
debe provenir del Estado, pues sólo éste puede oponer a los individuos la constituye una contradicción que deviene en una injusticia y en la viola-
o casual y, por el contrario, para que adquiera un carácter regular y cierto, ción del derecho, que debe ser reprimida o sancionada en su caso para
conservar su imperio y existencia. Para que esa represión no sea accidental conservar su imperio y existencia. Para que esa represión no sea accidental
ción del derecho, que debe ser reprimida o sancionada en su caso para o casual y, por el contrario, para que adquiera un carácter regular y cierto,
constituye una contradicción que deviene en una injusticia y en la viola- debe provenir del Estado, pues sólo éste puede oponer a los individuos la
manifestada por él mismo en cuanto miembro del colectivo social, lo que regla de derecho como algo exterior y objetivo. La violación del derecho
duo puede, en ejercicio de su libertad, obrar contra la idea y la voluntad entonces, siempre posible para la libertad individual, queda encadenada a
Sin embargo, la realidad demuestra al mismo tiempo que cada indivi- y se ve absorbida por la voluntad general.
ellos para salvar el riesgo de preterir alguno que sea la excepción), evitan
ejercen sus atribuciones propias y los ciudadanos las respetan y obedecen sin protesta”. La
al orden público como la “Situación y estado de legalidad normal en que las autoridades
52 No tiene la misma aprensión el Diccionario de la Real Academia Española, que de¿ne
entregar una de¿nición de lo que ha de entenderse por orden público –tal
vez por las razones antes apuntadas–, no obstante que en diversas dispo-
siciones de rango constitucional, legal y reglamentario se lo menciona
blico en su preciso contexto material, resulta necesario despejar de partida explícitamente, cualquiera sea el espectro jurídico en donde ejerza su fun-
Por lo anterior, y a ¿n de situar además nuestro análisis del orden pú- ción52. Lo anterior, por cierto, constituye un factor especialmente sensible
para los árbitros en general, que debiendo aplicar las normas imperativas
y de orden público en sus procedimientos y decisiones, no encuentran sin
de la realidad social–cultural de cada momento y lugar”.
embargo criterios claros que les permitan de¿nir con igual certeza cuáles
orden público, como todo estándar jurídico, debe ser interpretado a la luz
son los aspectos jurídicos –procesales y materiales– que deben resolverse
determinados. Puede a¿rmarse con MUNNÉ54, en ¿n, que “el concepto de
en consideración a él.
des, principios, valores y usos sociales en un lugar y momento histórico
Asimismo, a su indeterminación conceptual y a la condición de ¿gura
orden público53, pues su contenido depende como se dijo de las necesida-
interdisciplinar y poliforme con que lo hemos caracterizado supra, se une
además otro factor que la doctrina cali¿ca como la esencia mutante del
además otro factor que la doctrina cali¿ca como la esencia mutante del
interdisciplinar y poliforme con que lo hemos caracterizado supra, se une
orden público53, pues su contenido depende como se dijo de las necesida-
Asimismo, a su indeterminación conceptual y a la condición de ¿gura
des, principios, valores y usos sociales en un lugar y momento histórico
determinados. Puede a¿rmarse con MUNNÉ54, en ¿n, que “el concepto de
en consideración a él.
son los aspectos jurídicos –procesales y materiales– que deben resolverse
orden público, como todo estándar jurídico, debe ser interpretado a la luz
embargo criterios claros que les permitan de¿nir con igual certeza cuáles
de la realidad social–cultural de cada momento y lugar”.
y de orden público en sus procedimientos y decisiones, no encuentran sin
para los árbitros en general, que debiendo aplicar las normas imperativas
ción52. Lo anterior, por cierto, constituye un factor especialmente sensible Por lo anterior, y a ¿n de situar además nuestro análisis del orden pú-
explícitamente, cualquiera sea el espectro jurídico en donde ejerza su fun- blico en su preciso contexto material, resulta necesario despejar de partida
siciones de rango constitucional, legal y reglamentario se lo menciona
vez por las razones antes apuntadas–, no obstante que en diversas dispo-
52 No tiene la misma aprensión el Diccionario de la Real Academia Española, que de¿ne
entregar una de¿nición de lo que ha de entenderse por orden público –tal
ellos para salvar el riesgo de preterir alguno que sea la excepción), evitan al orden público como la “Situación y estado de legalidad normal en que las autoridades
ejercen sus atribuciones propias y los ciudadanos las respetan y obedecen sin protesta”. La
mayoría de los ordenamientos comparados (y evito hablar de la totalidad de
de¿nición sin embargo presenta unas serie de problemas, pues el estado de “normalidad” a
El ordenamiento jurídico chileno, al igual que el sistema español y la que alude se logra precisamente por obra y función del orden público. Mas que el concepto
en sí, se describen entonces sus consecuencias o resultados.
4.2. Acepciones del concepto de orden público 53 Cfr. GONZALO, op. cit, p. 55; BARONA VILAR, Silvia, “El laudo en el arbitraje de consumo”,
en Revista de la Corte Española de Arbitraje, Vol. XIII, 1997, p. 39.
54 MUNNÉ CATARINA, Frederic, “Jurisprudencia Arbitral comentada”, en Anuario Justicia
la que resulte de aplicar las respectivas normas de conÀicto. Como forma de equiparar la si-
46 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
de fondo aplicable será normalmente la que designen las partes o, a falta de tal determinación,
57 En el arbitraje internacional, y considerando que el árbitro carece de una lex fori, la ley
de fondo aplicable será normalmente la que designen las partes o, a falta de tal determinación,
la que resulte de aplicar las respectivas normas de conÀicto. Como forma de equiparar la si-
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 46
TIRO
2006\140710.
48 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
el mismo sentido SAP de Guadalajara, de 23 de marzo de 2006, en Aranzadi Westlaw, JUR
62 SAP de Madrid, de 23 de marzo de 2006, en Aranzadi Westlaw, JUR 2006\151185. En
“…aquel conjunto de normas y maneras de ser de un pueblo, que configuran STS de 5 de abril de 1966. RJ 1966/1684. 61
su naturaleza esencial y las cuales no pueden ser afectadas, porque de serlo, pp. 13 y 14.
se estaría afectando la estructura fundamental de un pueblo… Orden público 60 Actas O¿ciales de la Comisión Constituyente, República de Chile, Sesión Nº 128,
es la forma como los hombres viven y se cohesionan dentro de un Estado de
manera esencial”60.
se re¿ere expresamente al orden público como motivo de anulación del
En similares términos se pronuncia en España el TS, que de¿ne por su recogida por la Ley Nº 19.971 sobre Arbitraje Comercial Internacional,
parte al orden público como: Por su parte, y como dije antes, la Ley Modelo Uncitral sobre arbitraje,
“…aquellos principios jurídicos, públicos y privados, políticos y económicos,
morales e incluso religiosos, que son absolutamente obligatorios para la con-
de cada momento histórico”62.
servación del orden social de un pueblo y en una época determinada”61.
vez, en atención a su relatividad por causa de la concepción socio–política
para el mantenimiento de la paz y el orden social en toda su amplitud, y a su
rales e incluso religiosos, y hasta supranacionales, que han de preservarse
Invocando esta misma sentencia –entre otras del mismo TS–, la Au- por principios jurídicos y privados, sino también políticos, económicos, mo-
diencia Provincial de Madrid se re¿rió en los siguientes términos al orden conforme a las circunstancias y realidades sociales, al conformarse no sólo
público: del Estado, el que, por su propia naturaleza, se presenta variable y flexible,
citud, ha de ser interpretado en el sentido de no contravenir el orden público
“QUINTO. (…) con referencia a las sentencias de 5 de abril de 1966 (RJ 1966, 8433), todas del Tribunal Supremo, en lo concerniente al concurso de la li-
1684), 31/12/1979 (RJ 1979, 4499) y 23 de noviembre de 1995 (RJ 1995, 1684), 31/12/1979 (RJ 1979, 4499) y 23 de noviembre de 1995 (RJ 1995,
8433), todas del Tribunal Supremo, en lo concerniente al concurso de la li- “QUINTO. (…) con referencia a las sentencias de 5 de abril de 1966 (RJ 1966,
citud, ha de ser interpretado en el sentido de no contravenir el orden público
del Estado, el que, por su propia naturaleza, se presenta variable y flexible, público:
conforme a las circunstancias y realidades sociales, al conformarse no sólo diencia Provincial de Madrid se re¿rió en los siguientes términos al orden
por principios jurídicos y privados, sino también políticos, económicos, mo- Invocando esta misma sentencia –entre otras del mismo TS–, la Au-
rales e incluso religiosos, y hasta supranacionales, que han de preservarse
para el mantenimiento de la paz y el orden social en toda su amplitud, y a su
vez, en atención a su relatividad por causa de la concepción socio–política
servación del orden social de un pueblo y en una época determinada”61.
de cada momento histórico”62.
morales e incluso religiosos, que son absolutamente obligatorios para la con-
“…aquellos principios jurídicos, públicos y privados, políticos y económicos,
Por su parte, y como dije antes, la Ley Modelo Uncitral sobre arbitraje, parte al orden público como:
recogida por la Ley Nº 19.971 sobre Arbitraje Comercial Internacional, En similares términos se pronuncia en España el TS, que de¿ne por su
se re¿ere expresamente al orden público como motivo de anulación del
manera esencial”60.
es la forma como los hombres viven y se cohesionan dentro de un Estado de
60
Actas O¿ciales de la Comisión Constituyente, República de Chile, Sesión Nº 128, se estaría afectando la estructura fundamental de un pueblo… Orden público
pp. 13 y 14. su naturaleza esencial y las cuales no pueden ser afectadas, porque de serlo,
61 STS de 5 de abril de 1966. RJ 1966/1684. “…aquel conjunto de normas y maneras de ser de un pueblo, que configuran
62 SAP de Madrid, de 23 de marzo de 2006, en Aranzadi Westlaw, JUR 2006\151185. En
p. 235.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 49
Rafael Hinojosa Segovia), Difusión Jurídica y Temas de Actualidad S.A., Barcelona, 2004,
63 CLAROS ALEGRÍA, Pedro, en Comentarios a la nueva Ley de Arbitraje, VV.AA, (coord.
y proceso con todas las garantías. Dice el TC en este sentido: 4.2.2.2. Interpretaciones sobre el alcance del concepto. El ejemplo
principalmente en lo que concierne al derecho de tutela judicial efectiva de la tesis amplia y la tesis restringida en el derecho español
fundamentales y libertades públicas garantizadas por la Constitución,
se encuentra orientado básicamente a prevenir la vulneración de derechos En el derecho español, y especialmente tras la dictación de la Cons-
mente un criterio restrictivo de interpretación al señalar que este último titución de 1978, el concepto de orden público debió remodelarse nece-
aclarar el contenido y el alcance del orden público, planteando precisa- sariamente mediante una profusa labor jurisprudencial, que con cierta
A partir de la Constitución de 1978, el TC se ocupó especialmente de cautela en algunas ocasiones, y privilegiando un mayor intervencionismo
normativo en otras, ha seguido esencialmente dos caminos hermenéuticos,
chos fundamentales reconocidos en la Constitución. uno restringido y otro más amplio:
infracción del orden público, sino una que afecte a las garantías y dere-
en efecto que no cualquier infracción de norma imperativa implica una A) Optando por dar a este concepto de orden público interno una
interpretación restrictiva y hasta limitada, la jurisprudencia ha señalado interpretación restrictiva y hasta limitada, la jurisprudencia ha señalado
A) Optando por dar a este concepto de orden público interno una en efecto que no cualquier infracción de norma imperativa implica una
infracción del orden público, sino una que afecte a las garantías y dere-
uno restringido y otro más amplio: chos fundamentales reconocidos en la Constitución.
normativo en otras, ha seguido esencialmente dos caminos hermenéuticos,
cautela en algunas ocasiones, y privilegiando un mayor intervencionismo A partir de la Constitución de 1978, el TC se ocupó especialmente de
sariamente mediante una profusa labor jurisprudencial, que con cierta aclarar el contenido y el alcance del orden público, planteando precisa-
titución de 1978, el concepto de orden público debió remodelarse nece- mente un criterio restrictivo de interpretación al señalar que este último
En el derecho español, y especialmente tras la dictación de la Cons- se encuentra orientado básicamente a prevenir la vulneración de derechos
fundamentales y libertades públicas garantizadas por la Constitución,
de la tesis amplia y la tesis restringida en el derecho español principalmente en lo que concierne al derecho de tutela judicial efectiva
4.2.2.2. Interpretaciones sobre el alcance del concepto. El ejemplo y proceso con todas las garantías. Dice el TC en este sentido:
namiento del arbitraje internacional”63. “4. Antes de la entrada en vigor de la Constitución, la Ley de Enjuiciamien-
para “evitar interferencias de las idiosincrasias nacionales en el funcio- to Civil (art. 954) y la doctrina jurisprudencial han venido denegando el
Europeo de Ginebra de 1961, que por el contrario optó por no incluirlo reconocimiento y ejecución de Sentencias extranjeras contrarias al orden
público del foro. Este concepto de orden público ha adquirido una nueva
de Nueva York de 1958, art. V.2.b). No ocurre lo mismo en el Convenio
laudo en el artículo 34.2.b) ii), que a su turno lo recogió del Convenio
63 CLAROS ALEGRÍA, Pedro, en Comentarios a la nueva Ley de Arbitraje, VV.AA, (coord.
Rafael Hinojosa Segovia), Difusión Jurídica y Temas de Actualidad S.A., Barcelona, 2004,
p. 235.
49 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
Dentro de esta misma concepción pueden encontrarse a su vez ciertos de la Constitución Española”65.
matices, pues mientras algunas sentencias privilegian el concepto de orden
público cuando conculque alguno de los principios o derechos fundamentales
público en su vertiente procesal y como bastión legal del derecho a la tutela
Ley Fundamental, de manera que, el laudo será atentatorio contra el orden
que constituyen la esencia misma de la sociedad y que ésta declara en su
judicial efectiva del artículo 24, otras sin embargo van más allá e incluyen cuales, a su vez, son consecuencia, manifestación o trasunto de los principios
en él todo el elenco de derechos fundamentales reconocidos en el Capí- ran el ordenamiento jurídico tanto en su aspecto material como procesal, los
tulo II, Título I, de la referida Constitución, arts. 15 a 29; o simplemente “…por ‘orden público’ debe entenderse el conjunto de principios que inspi-
no hacen distinción alguna. En este último sentido razonan las sentencias
siguientes, dictadas durante la vigencia de la LA de 1988: siguientes, dictadas durante la vigencia de la LA de 1988:
no hacen distinción alguna. En este último sentido razonan las sentencias
“…por ‘orden público’ debe entenderse el conjunto de principios que inspi- tulo II, Título I, de la referida Constitución, arts. 15 a 29; o simplemente
ran el ordenamiento jurídico tanto en su aspecto material como procesal, los en él todo el elenco de derechos fundamentales reconocidos en el Capí-
cuales, a su vez, son consecuencia, manifestación o trasunto de los principios judicial efectiva del artículo 24, otras sin embargo van más allá e incluyen
que constituyen la esencia misma de la sociedad y que ésta declara en su público en su vertiente procesal y como bastión legal del derecho a la tutela
Ley Fundamental, de manera que, el laudo será atentatorio contra el orden
público cuando conculque alguno de los principios o derechos fundamentales
matices, pues mientras algunas sentencias privilegian el concepto de orden
de la Constitución Española”65.
Dentro de esta misma concepción pueden encontrarse a su vez ciertos
SAP de Guadalajara, de 23 de marzo de 2006, en Aranzadi Westlaw, JUR 2006\140710. 67 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 51
SAP de Palencia, 10 de junio de 1999, en Aranzadi Westlaw, AC 1999/1488. 66
mente la realidad social del momento en que se aplican, la que justi¿ca sido transgredidas por el árbitro, (…) puesto que la interpretación que el
la particular función que el legislador les ha asignado en cada caso. de nulidad como infringidas en el laudo o no son de ‘ius cogens’ o no han
Ejemplo de esta tesis es lo que dice el TS español en su sentencia de 31 les que de éstas se derivan. (…) las disposiciones que cita la demandante
de diciembre de 1979: prohibitivas, sean de índole procesal o material, y a los principios esencia-
que se extiende a las normas legales de ‘ius cogens’, tanto imperativas como
“CONSIDERANDO: Que limitada la libertad contractual por el orden público,
fundamentales y libertades públicas reconocidos por la Constitución, sino
“(…) que el concepto de orden público no limita su ámbito a los derechos
sabido es que la aplicación de este principio habrá de hacerse con referencia
a contenidos determinados o situaciones concretas, lo que ha llevado a la Dice la AP:
sentencia de esta Sala de 5 abril de 1966 a declarar que el concepto de orden
extiende en general a las normas de ius cogens, materiales o procesales.
público nacional viene integrado por aquellos principios jurídicos, públicos y
privados, políticos, morales y económicos que son absolutamente obligatorios
mentales y libertades públicas reconocidos en la Constitución, sino que se
para la conservación del orden social en un pueblo y en una época determinada,
que el orden público no se restringe sólo al ámbito de los derechos funda-
relativa de la noción como su característica externa corroborada por el Auto Así lo plantea también la Audiencia Provincial de Barcelona, al señalar
de este mismo Tribunal de 24 octubre 1979, que hace cita del art. 3º párr. 1º
del C. Civ., sobre la necesidad de ajustar la tarea interpretativa de las normas la materia por preceptos de derecho vigente”68.
legales a la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo los particulares con el interés social manifestado en la organización dada a
fundamentalmente al espíritu y finalidad; donde se sigue la posibilidad de monías monopolísticas, de tal forma que resulte coordinada la actividad de
construir un esquema del orden público llevado a la esfera de la economía, autonomía privada y protegiendo la libertad de actuación frente a las hege-
defendiendo la libre iniciativa sobre la base de limitaciones impuestas a la defendiendo la libre iniciativa sobre la base de limitaciones impuestas a la
autonomía privada y protegiendo la libertad de actuación frente a las hege- construir un esquema del orden público llevado a la esfera de la economía,
monías monopolísticas, de tal forma que resulte coordinada la actividad de fundamentalmente al espíritu y finalidad; donde se sigue la posibilidad de
los particulares con el interés social manifestado en la organización dada a legales a la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo
la materia por preceptos de derecho vigente”68. del C. Civ., sobre la necesidad de ajustar la tarea interpretativa de las normas
de este mismo Tribunal de 24 octubre 1979, que hace cita del art. 3º párr. 1º
Así lo plantea también la Audiencia Provincial de Barcelona, al señalar relativa de la noción como su característica externa corroborada por el Auto
que el orden público no se restringe sólo al ámbito de los derechos funda- para la conservación del orden social en un pueblo y en una época determinada,
mentales y libertades públicas reconocidos en la Constitución, sino que se
privados, políticos, morales y económicos que son absolutamente obligatorios
extiende en general a las normas de ius cogens, materiales o procesales.
público nacional viene integrado por aquellos principios jurídicos, públicos y
sentencia de esta Sala de 5 abril de 1966 a declarar que el concepto de orden
Dice la AP: a contenidos determinados o situaciones concretas, lo que ha llevado a la
sabido es que la aplicación de este principio habrá de hacerse con referencia
“(…) que el concepto de orden público no limita su ámbito a los derechos
fundamentales y libertades públicas reconocidos por la Constitución, sino
“CONSIDERANDO: Que limitada la libertad contractual por el orden público,
que se extiende a las normas legales de ‘ius cogens’, tanto imperativas como
prohibitivas, sean de índole procesal o material, y a los principios esencia- de diciembre de 1979:
les que de éstas se derivan. (…) las disposiciones que cita la demandante Ejemplo de esta tesis es lo que dice el TS español en su sentencia de 31
de nulidad como infringidas en el laudo o no son de ‘ius cogens’ o no han la particular función que el legislador les ha asignado en cada caso.
sido transgredidas por el árbitro, (…) puesto que la interpretación que el mente la realidad social del momento en que se aplican, la que justi¿ca
Cualquier examen sobre la infracción del orden público por los árbitros,
derechos subjetivos fundamentales protegidos constitucionalmente; y sean
reÀejado en el laudo respectivo, tiene en efecto su punto de partida en
cuencia de su infracción afecta en su esencia70, concreta y directamente,
una vulneración eventual de normas imperativas o de Derecho necesario.
público objetivado, adquieren entidad anulatoria si y sólo si la conse-
Se trata, pues, de un presupuesto necesario de toda decisión anulatoria,
En síntesis, la infracción de normas imperativas, en cuanto orden
desde que las normas imperativas no son sino una objetivación del orden
normas imperativas en que se materializan.
público y de los principios que lo informan. En otros términos, orden
que se identi¿que con aquéllos –en cuanto tales principios– ni con las
público y norma imperativa o de aplicación necesaria no son siquiera
en un tiempo y en un momento determinados; pero eso no quiere decir
conceptos idénticos, si consideramos que el primero no tiene un conte-
unos principios y valores que informan el ordenamiento jurídico interno,
nido determinado. La fórmula del orden público, en efecto, constituye
un mecanismo o una herramienta funcional a la necesidad de defensa de
un mecanismo o una herramienta funcional a la necesidad de defensa de
nido determinado. La fórmula del orden público, en efecto, constituye
unos principios y valores que informan el ordenamiento jurídico interno,
conceptos idénticos, si consideramos que el primero no tiene un conte-
en un tiempo y en un momento determinados; pero eso no quiere decir
público y norma imperativa o de aplicación necesaria no son siquiera
que se identi¿que con aquéllos –en cuanto tales principios– ni con las
público y de los principios que lo informan. En otros términos, orden
normas imperativas en que se materializan.
desde que las normas imperativas no son sino una objetivación del orden
En síntesis, la infracción de normas imperativas, en cuanto orden
Se trata, pues, de un presupuesto necesario de toda decisión anulatoria,
público objetivado, adquieren entidad anulatoria si y sólo si la conse-
una vulneración eventual de normas imperativas o de Derecho necesario.
cuencia de su infracción afecta en su esencia70, concreta y directamente,
reÀejado en el laudo respectivo, tiene en efecto su punto de partida en
derechos subjetivos fundamentales protegidos constitucionalmente; y sean
Cualquier examen sobre la infracción del orden público por los árbitros,
siguiente.
De esta forma, el orden público también cambia según los factores sociales y legislativos
que la ley es promulgada o derogada según las vicisitudes del poder político del momento.
73 Para GONZALO, el orden público depende incluso en este sentido de la política, desde
de intermedia71, distingue por último entre un “orden público material”, 71 Cfr. GARBERÍ LLOBREGAT, J., Comentarios a la Ley Nº 69/2003, de 23 de diciembre, de
mismo. Así, poco a poco las cartas fundamentales han incluido principios y
tion Law and the `New´ Europe”, en American Journal of Comparative Law, Vol. 42, 1994,
76 GERBER, David J.,“Constitutionalizing the Economy: German Neo–liberalism, Competi-
normas que, amén de ¿jar el marco orgánico de la actuación económica del
Estado, consagran un estatuto garantístico especí¿co tendiente a proteger
ciones Universidad Católica de Chile, Santiago, 2001, p. 24.
75 Cfr. FERMANDOIS VÖHRINGER, Arturo, Derecho Constitucional Económico, Tomo I, Edi-
la actividad e iniciativa económica privada.
El concepto de Constitución económica apareció en Europa hace ya esta vez, orientado al examen de un sistema económico que fuese com-
décadas y sus primeras manifestaciones, todavía tímidas e inorgánicas, retomaron las anteriores concepciones del liberalismo económico, pero,
pueden encontrarse ya en la Constitución alemana de Weimar, del año 1919, 20 (que propiciaron precisamente el advenimiento del régimen nazi),
que dio lugar al modelo socialdemócrata alemán. Sin embargo, hasta ¿nes República de Weimar y para no reiterar los errores de la década de los
de la Segunda Guerra Mundial el constitucionalismo sólo se concentró en ordoliberal de Friburgo”, en respuesta a la crisis política y social de la
el ordenamiento o la institucionalidad política del Estado, que no de la
Como explica GERBER76, los pensadores de la denominada “Escuela
economía como factor fundamental para el adecuado funcionamiento del
primero. Hasta aquella época, pues, la economía era considerada como
Universidad del mismo nombre.
un fenómeno regido únicamente por leyes naturales, independientes del
poder público e inmutables para la voluntad humana75, por lo que sólo
liberalismo) por los postulados de la escuela de Freiburg (Friburgo), de la
paradojalmente en Alemania (a la sazón uno de los recientes enemigos del
pueden encontrarse disposiciones económicas aisladas en las diversas
nalismo y la economía comienzan a acercarse decididamente, empujados
Cartas Fundamentales.
Fue entonces a partir de la segunda posguerra cuando el constitucio-
Fue entonces a partir de la segunda posguerra cuando el constitucio-
Cartas Fundamentales.
nalismo y la economía comienzan a acercarse decididamente, empujados
pueden encontrarse disposiciones económicas aisladas en las diversas
paradojalmente en Alemania (a la sazón uno de los recientes enemigos del
poder público e inmutables para la voluntad humana75, por lo que sólo
liberalismo) por los postulados de la escuela de Freiburg (Friburgo), de la
un fenómeno regido únicamente por leyes naturales, independientes del
Universidad del mismo nombre.
primero. Hasta aquella época, pues, la economía era considerada como
Como explica GERBER76, los pensadores de la denominada “Escuela
economía como factor fundamental para el adecuado funcionamiento del
el ordenamiento o la institucionalidad política del Estado, que no de la
ordoliberal de Friburgo”, en respuesta a la crisis política y social de la de la Segunda Guerra Mundial el constitucionalismo sólo se concentró en
República de Weimar y para no reiterar los errores de la década de los que dio lugar al modelo socialdemócrata alemán. Sin embargo, hasta ¿nes
20 (que propiciaron precisamente el advenimiento del régimen nazi), pueden encontrarse ya en la Constitución alemana de Weimar, del año 1919,
retomaron las anteriores concepciones del liberalismo económico, pero, décadas y sus primeras manifestaciones, todavía tímidas e inorgánicas,
esta vez, orientado al examen de un sistema económico que fuese com- El concepto de Constitución económica apareció en Europa hace ya
y total desprestigio de dicho sistema. No por casualidad se preguntaba La falta de un marco jurídico e¿caz y con¿able, en síntesis, amén de la
de la primera gran guerra, lo que derivó rápidamente en el agotamiento incapacidad del sistema judicial alemán para impedir la concentración y
la industrialización, la aparición del proletariado industrial y el desastre la desviación del poder económico privado, habían llevado a la completa
meno se desenvolvía, marcada por los problemas sociales derivados de desintegración económica y política del país. A lo largo del siglo XIX, por
conectarse enteramente de la realidad política y social en que tal fenó- lo demás, el pensamiento económico venía aislándose progresivamente,
los economistas como el “laissez-faire” capitalista terminaran por des- convencido de y complacido en las supuestas bondades del liberalismo
Tal aislamiento, según GERBER79, se tradujo ¿nalmente en que tanto clásico y sus principios de “laissez faire”78, lo que lo llevó a desatender
por completo la relación y la importancia que tenían el Derecho y la
institucionalidad política en el devenir del fenómeno económico. institucionalidad política en el devenir del fenómeno económico.
por completo la relación y la importancia que tenían el Derecho y la
clásico y sus principios de “laissez faire”78, lo que lo llevó a desatender Tal aislamiento, según GERBER79, se tradujo ¿nalmente en que tanto
convencido de y complacido en las supuestas bondades del liberalismo los economistas como el “laissez-faire” capitalista terminaran por des-
lo demás, el pensamiento económico venía aislándose progresivamente, conectarse enteramente de la realidad política y social en que tal fenó-
desintegración económica y política del país. A lo largo del siglo XIX, por meno se desenvolvía, marcada por los problemas sociales derivados de
la desviación del poder económico privado, habían llevado a la completa la industrialización, la aparición del proletariado industrial y el desastre
incapacidad del sistema judicial alemán para impedir la concentración y de la primera gran guerra, lo que derivó rápidamente en el agotamiento
La falta de un marco jurídico e¿caz y con¿able, en síntesis, amén de la y total desprestigio de dicho sistema. No por casualidad se preguntaba
economía”77.
la sociedad y reducir al mínimo la intervención gubernamental en la 77 Ibid.
que los bene¿cios del mercado se distribuyan equitativamente a toda 78 El laissez faire constituye un principio político más que económico, presupuesto del
de “proteger el proceso de distorsión de la competencia, para asegurar idealismo económico, basado en la idea de que el Estado no debe intervenir en el funciona-
fuesen incorporadas en un marco constitucional permanente, única forma miento de la economía. Los individuos libres, capaces de trabajar, comprar y vender, aseguran
rrollarse en la medida en que las bases de funcionamiento del mercado el funcionamiento y la sobrevivencia de la sociedad civil en su conjunto, siempre y cuando
el Estado se mantenga al margen de toda iniciativa. Como explica MONTALVO, “bastaba para
Estaban convencidos, sin embargo, que esa sociedad sólo podía desa-
que obrara el singular prodigio el que se asegurara la libertad natural de los hombres para
petitivo, indispensable para una sociedad próspera, libre y equitativa. competir en el mercado” (MONTALVO, Manuel, “La Filosofía de Keynes o The common sense
view of economic world”, en ISEGORÍA, Revista de Filosofía, Moral y Política, Nº 29,
2003, p. 81).
57 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 79 Ibid., p. 33.
RETIRO
del autor.
58 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
und Arthur Spiethhof), A. Franque AG. Editores, Bern, 1952, pp. 55 y 56. Traducción libre
81 EUCKEN, Walter, Grundsätze der Wirtschaftspolitik (Herausgegeben von Edgar Salin
und Arthur Spiethhof), A. Franque AG. Editores, Bern, 1952, pp. 55 y 56. Traducción libre
del autor.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 58
TIRO
del Estado regulador encontrar una “tercera vía” entre democracia y socialismo, entre el “Oeste
B) La iniciativa privada y la potestad limitada Americano” y el “Este Soviético”, y de armonizar en último término las
fuerzas que conducen al caos y la anarquía con las que promueven el
completo control centralizado de la economía.
completo control centralizado de la economía.
fuerzas que conducen al caos y la anarquía con las que promueven el
Americano” y el “Este Soviético”, y de armonizar en último término las B) La iniciativa privada y la potestad limitada
encontrar una “tercera vía” entre democracia y socialismo, entre el “Oeste del Estado regulador
terizó por un marcado pragmatismo, que signi¿có apartarse precisamente de los paradigmas
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 63
Tras la crisis bancaria del año 1982, en efecto, el diseño de las políticas económicas se carac-
92 No se piense sin embargo en un apego irrestricto a esta ideología económica en Chile.
Cfr. FARJAT, Droit…, op. cit., p. 179. 91 por ende, de la función reguladora del orden público económico. Decía
a assumé la direction et le contrôle”. Citada por FARJAT, Ordre public…, op. cit, p. 11. en efecto la Corte:
ce qui porte une atteinte directe à l´écomomie du pays dont l´Etat en raison des circonstances
ticulièrement dans la monnaie sous ses diverses formes (devises et espèces monnayées)… et
“Todo lo que da beneficio particularmente a la producción, la repartición,
la circulación y al consumo de los productos y las mercancías, así como a
consommation des denrées et marchandises, ainsi qu´aux moyens d´échange consistant par-
90 “Tout ce qui rapporte notamment à la production, la répartition, la circulation et la
los medios de intercambio consistentes particularmente en la moneda bajo
sus diversas formas (divisas y especies monetarias)… y lo que constituye un
orden público económico de la CP de 198092), no propone terminar con atentado directo a la economía del país, donde el Estado en razón de estas
precisamente los principios que inspiraron en su momento las normas de circunstancias ha asumido la dirección y el control”90.
nes y fundamentos me he referido ya en el párrafo anterior (pues reÀeja
El modelo neo-liberal de intervencionismo económico, a cuyos oríge- En consecuencia, el orden público económico se diferencia del or-
den público clásico en muchos aspectos. Desde luego en Francia –dice
A) Orden público económico neo-liberal FARJAT91– el orden público a que se re¿ere el art. 6º del Code civil, que
constituía particularmente –aunque no exclusivamente– el punto de im-
a continuación: pacto de la imperatividad del derecho público en el derecho privado, se
orden público [económico] dirigista”, los que se describen brevemente vio considerablemente modi¿cado por el intervencionismo económico.
grandes categorías: “un orden público [económico] neo-liberal y un Así lo demuestra, pues, un aspecto que resulta particularmente evidente
‘positivo’ que ‘negativo’”, siendo preciso distinguir además entre dos para el mismo autor: “el orden público económico es más a menudo
para el mismo autor: “el orden público económico es más a menudo ‘positivo’ que ‘negativo’”, siendo preciso distinguir además entre dos
Así lo demuestra, pues, un aspecto que resulta particularmente evidente grandes categorías: “un orden público [económico] neo-liberal y un
vio considerablemente modi¿cado por el intervencionismo económico. orden público [económico] dirigista”, los que se describen brevemente
pacto de la imperatividad del derecho público en el derecho privado, se a continuación:
constituía particularmente –aunque no exclusivamente– el punto de im-
FARJAT91– el orden público a que se re¿ere el art. 6º del Code civil, que A) Orden público económico neo-liberal
den público clásico en muchos aspectos. Desde luego en Francia –dice
En consecuencia, el orden público económico se diferencia del or- El modelo neo-liberal de intervencionismo económico, a cuyos oríge-
nes y fundamentos me he referido ya en el párrafo anterior (pues reÀeja
circunstancias ha asumido la dirección y el control”90. precisamente los principios que inspiraron en su momento las normas de
atentado directo a la economía del país, donde el Estado en razón de estas orden público económico de la CP de 198092), no propone terminar con
sus diversas formas (divisas y especies monetarias)… y lo que constituye un
los medios de intercambio consistentes particularmente en la moneda bajo 90 “Tout ce qui rapporte notamment à la production, la répartition, la circulation et la
la circulación y al consumo de los productos y las mercancías, así como a
consommation des denrées et marchandises, ainsi qu´aux moyens d´échange consistant par-
ticulièrement dans la monnaie sous ses diverses formes (devises et espèces monnayées)… et
“Todo lo que da beneficio particularmente a la producción, la repartición,
ce qui porte une atteinte directe à l´écomomie du pays dont l´Etat en raison des circonstances
en efecto la Corte: a assumé la direction et le contrôle”. Citada por FARJAT, Ordre public…, op. cit, p. 11.
por ende, de la función reguladora del orden público económico. Decía 91 Cfr. FARJAT, Droit…, op. cit., p. 179.
92 No se piense sin embargo en un apego irrestricto a esta ideología económica en Chile.
Tras la crisis bancaria del año 1982, en efecto, el diseño de las políticas económicas se carac-
terizó por un marcado pragmatismo, que signi¿có apartarse precisamente de los paradigmas
63 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
mantenidas como pilares del sistema económico, pero junto a ellas se hace
parte, por ejemplo, con el proceso de intervención y nacionalización de la banca comercial
Desarrollo, Washington, 2006, p. 77), con una orientación ideológica más Àexible y que
necesario incorporar un marco imperativo para eliminar ciertas prácticas y, Javier, La economía política de lo posible en América Latina, Banco Interamericano de
muy particularmente, las prácticas contractuales del dirigismo económico Chile optó en efecto por lo que denomina “las políticas económicas de lo posible” (SANTISO,
privado. Se trata entonces de crear un conjunto de medidas que tiendan de los llamados “Chicago Boys” de los años 70). Como señala S ANTISO, a partir de 1982-83
a la conservación de la libre competencia o a su restablecimiento, según fuese el socialismo mesiánico de Salvador Allende hasta 1973, o el neo-liberalismo tecnócrata
el caso, tales como prohibir las prácticas colusorias, las restrictivas de ideológicos y de los modelos a ultranza que se venían aplicando en las últimas décadas (ya
este sentido. Al respecto puede consultarse a TOBOSO LÓPEZ, Fernando, Economía mixta, poder
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 65
95 El propio concepto de “economía mixta” no constituye ni con mucho una novedad en
Ibid. 94
económico dirigista “los juegos están hechos”94. En otros términos, en
este sistema dirigista el poder público penetra en la esfera de la libertad
hiben hoy algunos rasgos propios del neo-liberalismo95. de los individuos para presentar a las partes contratantes un contrato más
históricamente por el centralismo y el intervencionismo económico ex- o menos elaborado; o se los impone derechamente.
presionados por las circunstancias); mientras que economías marcadas
les se recurre no obstante a técnicas dirigistas (ya sea por convicción o De esta forma entonces, y si se trata de proteger por ejemplo una
los últimos años muestra cómo en modelos tradicionalmente neolibera- determinada categoría contractual, los poderes públicos suplen la auto-
La respuesta es necesariamente negativa y, más aun, la experiencia de nomía de la voluntad de las partes para determinar, con mayor o menor
intensidad, el contenido mismo del contrato al que habrán de someterse
antagónicos e incompatibles entre sí? los contratantes (precio de las prestaciones, duración del contrato, pre-
¿Son acaso estos modelos de orden público económico completamente rrogativas de las partes, etc.). A partir de un cierto grado de dirección
se hablará además de status y, así, aspectos como la ¿jación de precios,
vertientes neo-liberal y dirigista, podemos preguntarnos en consecuencia:
el status de los arriendos de predios rurales y una buena parte de la le-
gislación sobre arrendamiento, de transportes, de crédito y cambiaria, se
¿losó¿ca de cada uno de los extremos del orden público económico, en sus
encuentran especialmente sometidas al dirigismo del Estado.
Por último, y aclarada someramente entonces la orientación política y
este sentido. Al respecto puede consultarse a TOBOSO LÓPEZ, Fernando, Economía mixta, poder
65 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
pp. 10 y 17).
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 67
Cuadernos del Ceri, Centro español de relaciones internacionales, Nº 2, octubre de 1998,
a un 5% en el año 1994 (FAN GANG, “La inserción de China en la economía mundial”, en
débil, fomento de ciertas actividades económicas, etc.). Según esta concepción, el orden público económico no es de¿nible por
nómico determinado (dirección económica, protección al contratante más referencia a los principios fundamentales que gobiernan la sociedad, ni
normas que se reconocen como parte del OPE tienen siempre un ¿n eco- constituye más una noción de excepción como ocurre con el orden público
contenido concreto, que se construye en base a la premisa de que aquellas clásico. Este último, en efecto, se presenta como una barrera que limita
La primera, llamada funcional, considera al OPE como un concepto sin en determinados casos la libertad contractual, considerada como la regla
general para el Derecho civil (concepto prohibitivo o negativo, como lo
A) Concepción funcional cali¿ca Farjat); mientras que en el orden público económico la interdic-
ción o la restricción es reemplazada por una gran diversidad de técnicas
de intervención, no necesariamente prohibitivas (concepto positivo). La
hacia dos vías distintas:
naturaleza del mandato es distinta entonces y, de esta forma, las normas
La doctrina, en su intento de explicar qué es el OPE, se ha orientado
el 70% de la producción industrial total y el 60% del PNB, siendo además responsable del
últimas décadas96.
mercado, lo que ha signi¿cado un enorme crecimiento económico en las 80% del crecimiento de los años siguientes. La primera manifestación de esta liberalización
un sistema de ¿jación de precios que opera en base a las reglas del libre interna, sin embargo, se observa en la Àexibilización de la producción agrícola en 1978,
de propiedad colectiva o comunitaria, en un escenario competitivo y con cuando se permitió a los agricultores vender libremente aquella parte de su producción que
por empresas mixtas o joint ventures, sociedades anónimas y empresas excedía de la cuota obligatoria de venta al Estado. Lo propio ocurrió luego en el sector in-
dustrial, lo que se tradujo en que del 90% de producción plani¿cada del año 1978, se pasara
a un 5% en el año 1994 (FAN GANG, “La inserción de China en la economía mundial”, en
Cuadernos del Ceri, Centro español de relaciones internacionales, Nº 2, octubre de 1998,
pp. 10 y 17).
67 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
Su ¿n especí¿co será la protección del contratante más débil. La nor- a) Un OPE de protección
ma de OPE viene a restaurar aquí el desequilibrio económico que existe
en aquellos sectores de actividad en que una de las partes contratantes normas de orden público económico:
se encuentra en una situación de poder o ventaja frente a la otra, lo que las relaciones económicas” y distingue además dos grandes categorías de
hace necesario modi¿car las relaciones contractuales con medidas de de medidas adoptadas por los poderes públicos con el objeto de organizar
protección que involucran el otorgamiento de un derecho a una de ellas. En este sentido precisamente, FARJAT97 de¿ne el OPE como “el conjunto
Así ocurriría, por ejemplo, con la reglamentación de las remuneraciones
laborales o la ¿gura del contrato de adhesión en el Derecho del consumo,
caracterizaría al OPE.
entre varios otros casos.
cuando recurre a ellas, y sería esa misma funcionalidad entonces lo que
permitiría describirlas según la ¿nalidad que persigue la autoridad pública
Como explica FARJAT98, el aspecto individual de ciertas medidas eco-
al OPE según su contenido. Por el contrario, ese conjunto de normas sólo
nómicas no deja duda alguna en cuanto a su pertenencia al orden público
bargo algunas características comunes o uniformes que permitan de¿nir
económico de protección, pues lo que allí está en juego es la economía
que pertenecen al OPE, pero de todas ellas no es posible extraer sin em-
interna del contrato, el perjuicio individual. De esta forma entonces, en
En síntesis, según esta concepción existe un gran número de normas
Ibid., p. 43.
70 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 102
mica, destacando los estrechos lazos que unen a la organización económica cuencia de la intervención del Estado en la vida económica, la cual se
con el derecho laboral.
“…un importante sector doctrinal se refiere a esta figura como conse-
105En el mismo sentido ESPLUGUES MOTA, Carlos, La relatividad del orden público en el
general, esencialmente mutables como dije105.
Derecho internacional privado español, Tesis de Licenciatura, Universidad de Valencia, Fa- integrar por cierto el orden público), pero no los de este último como regla
cultad de Derecho, pp. 26 y 27.
106 DIEZ URZÚA, Sergio, Personas y Valores. Su protección Constitucional, Editorial Jurídica
CP): “Cuarto: Que la libertad en comento se ha entendido por los tratadistas como incor-
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 73
re¿riéndose a la garantía constitucional de la libertad en materia económica (art. 19 Nº 21
108 Así lo ha dicho explícitamente incluso La Corte de Apelaciones de Puerto Montt,
garantías constitucionales, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1988, p. 158. Era necesario, en consecuencia, formular constitucionalmente el principio
107 CEA EGAÑA, José Luis, Tratado de la Constitución de 1980: características generales, ¿losó¿co de la economía al servicio del hombre, no en forma declarativa
o teórica, sino precisamente a través de las consecuencias prácticas que se
obtienen de la aplicación de ese principio a las diversas situaciones que las
personas o la sociedad enfrentan en el área” (el paréntesis es propio).
recogido y mantenido tradicionalmente en Chile108, incluso después de la
Pues bien, es este precisamente el concepto que la jurisprudencia ha
Carta de 1980, por lo que bien pude a¿rmarse con FERMANDOIS109 que para
la voluntad de los particulares y orientado hacia un ordenamiento adecuado y racional de
de procedimientos obligatorios, de efectos inmediatos, inmutables, frente a la autonomía de
esta jurisprudencia el OPE tendría las siguientes funciones de¿nidas: y el orden público económico en especial, estará orientado y comprenderá el establecimiento
en la Constitución’. Consiguientemente, como se señalara en el Rol Nº 207, el orden público
a) OPE como límite a la autonomía de la voluntad a la autoridad para regularla en armonía con los valores de la sociedad nacional formulados
‘conjunto de principios y normas jurídicas que organizan la economía de un país y facultan
Presidente de este Tribunal, tiene del orden público económico, en cuanto lo de¿ne como el
Como se dijo supra, se trata aquí de la aplicación del concepto clásico es sinónimo de orden social’, y el concepto que el Profesor José Luis Cea Egaña, actual
de orden público al ámbito de la economía nacional. El OPE se describe en que ¿jan el estado y capacidad de las personas’ y agrega que ‘en este sentido orden público
términos muy similares a como lo ha sido el orden público clásico, al que la constitución, a la organización y al movimiento del cuerpo social, así como a las reglas
ya me he referido, frente al cual la autonomía de la voluntad debe ceder y las instituciones indispensables a la existencia y funcionamiento del Estado y que miran a
dar paso al dirigismo jurídico del Estado. Es esta la tesis que la jurispru-
ción de orden público de don Luis Claro Solar, cuando lo considera como ‘el arreglo de
económico, señalando que estimaba pertinente al respecto “invocar nuevamente la de¿ni-
dencia más ha difundido en los últimos años, reforzando así el papel del miento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad, este Tribunal se re¿rió al orden público
Estado frente a la autonomía de la voluntad privada. Así lo ha señalado “66º. Que, en efecto, en sentencia de 17 de noviembre de 2006, recaída en un requeri-
reiteradamente el TC110. 110 Por todas, FTC de 23 de diciembre de 2008, en donde se señala:
FERMANDOIS, op. cit., pp. 34 y ss. 109
de 2001, en Revista Gaceta Jurídica, Nº 252, 2001, p. 34).
porada al denominado orden público económico, esto es el conjunto de principios y normas Constitucionales. Edit. Jurídica, pp. 157 y siguientes)” (SCA de Puerto Montt, de 08 de junio
jurídicas que organizan la economía de un país y facultan a la autoridad para regularla Luis Cea Egaña, Tratado de la Constitución de 1980, Características Generales, Garantías
en armonía con los valores de la sociedad nacional formulados en la Constitución (José en armonía con los valores de la sociedad nacional formulados en la Constitución (José
Luis Cea Egaña, Tratado de la Constitución de 1980, Características Generales, Garantías jurídicas que organizan la economía de un país y facultan a la autoridad para regularla
Constitucionales. Edit. Jurídica, pp. 157 y siguientes)” (SCA de Puerto Montt, de 08 de junio porada al denominado orden público económico, esto es el conjunto de principios y normas
de 2001, en Revista Gaceta Jurídica, Nº 252, 2001, p. 34).
109 FERMANDOIS, op. cit., pp. 34 y ss.
110 Por todas, FTC de 23 de diciembre de 2008, en donde se señala: reiteradamente el TC110.
“66º. Que, en efecto, en sentencia de 17 de noviembre de 2006, recaída en un requeri- Estado frente a la autonomía de la voluntad privada. Así lo ha señalado
miento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad, este Tribunal se re¿rió al orden público dencia más ha difundido en los últimos años, reforzando así el papel del
económico, señalando que estimaba pertinente al respecto “invocar nuevamente la de¿ni- dar paso al dirigismo jurídico del Estado. Es esta la tesis que la jurispru-
ción de orden público de don Luis Claro Solar, cuando lo considera como ‘el arreglo de
las instituciones indispensables a la existencia y funcionamiento del Estado y que miran a
ya me he referido, frente al cual la autonomía de la voluntad debe ceder y
la constitución, a la organización y al movimiento del cuerpo social, así como a las reglas términos muy similares a como lo ha sido el orden público clásico, al que
que ¿jan el estado y capacidad de las personas’ y agrega que ‘en este sentido orden público de orden público al ámbito de la economía nacional. El OPE se describe en
es sinónimo de orden social’, y el concepto que el Profesor José Luis Cea Egaña, actual Como se dijo supra, se trata aquí de la aplicación del concepto clásico
Presidente de este Tribunal, tiene del orden público económico, en cuanto lo de¿ne como el
‘conjunto de principios y normas jurídicas que organizan la economía de un país y facultan
a la autoridad para regularla en armonía con los valores de la sociedad nacional formulados a) OPE como límite a la autonomía de la voluntad
en la Constitución’. Consiguientemente, como se señalara en el Rol Nº 207, el orden público
y el orden público económico en especial, estará orientado y comprenderá el establecimiento esta jurisprudencia el OPE tendría las siguientes funciones de¿nidas:
de procedimientos obligatorios, de efectos inmediatos, inmutables, frente a la autonomía de
Carta de 1980, por lo que bien pude a¿rmarse con FERMANDOIS109 que para
la voluntad de los particulares y orientado hacia un ordenamiento adecuado y racional de
las iniciativas y actividades en materias económicas..”. (Rol 546, Capítulo I, considerando
8)”. Disponible en http://www.tribunalconstitucional.cl/index.php/sentencias/view/1074.
Consultada el 07 de febrero de 2011.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 74
TIRO
p. 171.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 75
SCS, Recurso de Protección, en Revista Fallos del Mes, Nº 294, mayo de 1983, 111
y garantías que la misma Constitución establece. Para el cumplimiento de tal función entonces, elevada por el consti-
la mayor realización material y espiritual posible, respetando los derechos tuyente al rango de base institucional de la sociedad chilena, se sostiene
las condiciones sociales necesarias que permitan a los individuos alcanzar que el Estado debe organizar el funcionamiento de la economía y regular
según el art. 1º de la CP, promover el bien común, para lo cual debe crear su desempeño mediante normas legales e incluso reglamentarias que se
El Estado está al servicio de la persona humana y tiene por función, superponen a la autonomía de la voluntad de los particulares. Así lo señaló
la Corte de Apelaciones de Santiago, para la cual el OPE es el “conjunto
c) OPE como fuente de la regulación económica del Estado de principios y normas jurídicas que organizan la economía de un país
y facultan a la autoridad para regularla”, agregando que tal concepto
artículo 19 Nº 21 de la Constitución Política del Estado de 1980111. incluye a las normas emitidas en ejercicio de la potestad reglamentaria
respecto de otros derechos constitucionales, como el consagrado en el propia del ejecutivo en la medida que los respectivos decretos o reglamen-
fensa del bien común permite aplicar las normas de OPE con supremacía tos apunten a reguardar el interés colectivo. Dijo en efecto la Corte:
ministrativas o penales. En este sentido se ha fallado incluso que la de-
quienes infringen sus normas, sea que se trate de sanciones civiles, ad- “7º (…) a la expresión ‘normas legales’ [debe dársele] una extensión am-
plia y comprensiva de las normas emitidas por la autoridad potestativa
del órgano administrativo del Estado. No obstante, y atendido el especial
El OPE se invoca en este sentido como justi¿cante del castigo hacia
carácter del recurso (de amparo económico) de que se trata, y la amplitud
frente a los particulares de la potestad administrativa, debe necesariamente distinguir si la infracción
b) OPE como fuente de legitimación del poder sancionatorio del Estado
111 SCS, Recurso de Protección, en Revista Fallos del Mes, Nº 294, mayo de 1983,
p. 171.
75 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
Nº 19.940 era de orden público y que, por ende, regía in actum, afectando
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 77
El fundamento de tal decisión, pues, fue precisamente que la Ley
de marzo de 2004. las partes para limitar, in actum, el bene¿cio que de aquél se deriva para
de la Ley Nº 19.940 (también denominada “Ley Corta”), a partir del 13 alguna de ellas si así lo reclama el orden público económico. Es lo que
suma por concepto de la aplicación del precitado artículo 3º transitorio se señala precisamente en la sentencia de 6 de marzo de 2007, recaída
la demandada estaba obligada a pagar a la demandante una determinada en el recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad interpuesto por
montos indicados en el contrato, se señaló sin embargo en aquella que una empresa eléctrica respecto de la aplicación del artículo 3º transitorio
la sentencia que Eléctrica Pilmaiquén había pagado oportunamente los de la Ley Nº 19.940, que modi¿có el decreto con fuerza de ley Nº 1 de
Si bien la demanda fue rechazada por este capítulo, estableciendo 1982, del Ministerio de Minería, Ley General de Servicios Eléctricos, a
contratos vigentes a la fecha de su publicación en el D.O.
el incumplimiento de la obligación de pago establecida en el contrato.
arbitral que establecía el hoy derogado art. 51 B del D.F.L. Nº 1, alegando El alcance de esta sentencia me parece especialmente ilustrativo de
de los derechos de Endesa, demandó a Eléctrica Pilmaiquén, en la sede cara al aspecto que aquí se trata, por lo que me referiré brevemente a los
el año 2003 la sociedad HQI Transelec, en su calidad de sucesora supuesta hechos que la motivan y a sus conclusiones pertinentes:
activos de transmisión y terceros (lo que no resulta del caso precisar aquí), en
b’) Tras sucesivos actos y contratos entre la empresa propietaria de los a’) En el año 1993 Eléctrica Pilmaiquén suscribió un contrato de peaje
eléctrico con la Empresa Nacional de Electricidad S.A. –Endesa– por el
generadora a pagar el peaje contratado en forma periódica. cual esta última, como dueña de ciertos activos de transmisión eléctrica,
Endesa. Dicho contrato duraría hasta el año 2028, obligándose la empresa se obligó con la primera a permitir que ésta inyectara y retirara energía y
potencia eléctrica en distintos puntos de la red eléctrica de propiedad de potencia eléctrica en distintos puntos de la red eléctrica de propiedad de
se obligó con la primera a permitir que ésta inyectara y retirara energía y Endesa. Dicho contrato duraría hasta el año 2028, obligándose la empresa
cual esta última, como dueña de ciertos activos de transmisión eléctrica, generadora a pagar el peaje contratado en forma periódica.
eléctrico con la Empresa Nacional de Electricidad S.A. –Endesa– por el
a’) En el año 1993 Eléctrica Pilmaiquén suscribió un contrato de peaje b’) Tras sucesivos actos y contratos entre la empresa propietaria de los
activos de transmisión y terceros (lo que no resulta del caso precisar aquí), en
hechos que la motivan y a sus conclusiones pertinentes: el año 2003 la sociedad HQI Transelec, en su calidad de sucesora supuesta
cara al aspecto que aquí se trata, por lo que me referiré brevemente a los de los derechos de Endesa, demandó a Eléctrica Pilmaiquén, en la sede
El alcance de esta sentencia me parece especialmente ilustrativo de arbitral que establecía el hoy derogado art. 51 B del D.F.L. Nº 1, alegando
el incumplimiento de la obligación de pago establecida en el contrato.
contratos vigentes a la fecha de su publicación en el D.O.
1982, del Ministerio de Minería, Ley General de Servicios Eléctricos, a Si bien la demanda fue rechazada por este capítulo, estableciendo
de la Ley Nº 19.940, que modi¿có el decreto con fuerza de ley Nº 1 de la sentencia que Eléctrica Pilmaiquén había pagado oportunamente los
una empresa eléctrica respecto de la aplicación del artículo 3º transitorio montos indicados en el contrato, se señaló sin embargo en aquella que
en el recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad interpuesto por la demandada estaba obligada a pagar a la demandante una determinada
se señala precisamente en la sentencia de 6 de marzo de 2007, recaída suma por concepto de la aplicación del precitado artículo 3º transitorio
alguna de ellas si así lo reclama el orden público económico. Es lo que de la Ley Nº 19.940 (también denominada “Ley Corta”), a partir del 13
las partes para limitar, in actum, el bene¿cio que de aquél se deriva para de marzo de 2004.
Cfr. FERMANDOIS, op. cit., pp. 55 y ss. 114 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 79
view/143. Hay voto en contra de tres ministros.
S.A”., Rol Nº 506. Disponible en http://www.tribunalconstitucional.cl/index.php/sentencias/
113 FTC, de 06 de marzo de 2007, “HQI Transelec S.A. con Empresa Eléctrica Puyehue por el legislador como un mecanismo “necesario para favorecer a la
población usuaria de los sistemas eléctricos, lo que constituye una razón
ante las regulaciones económicas de la autoridad. El OPE no se agotaría de utilidad pública”, la sentencia concluye:
principal radica en la libertad contractual, deba subordinarse necesariamente
para sostener que el principio de la autonomía privada, cuyo paradigma “36. Que lo razonado en este apartado lleva a concluir que, en la provisión
primacía jerárquica de unas normas sobre otras, ni puede servir de base de un servicio de utilidad pública esencial, como es la electricidad para
la población, el legislador puede legítimamente disponer un nuevo sistema
tarifario que altera, para lo futuro, el sistema de precios que se pagan entre
El OPE –se dice– no puede estar dirigido únicamente a asegurar la
empresas privadas que participan en el sector para proveer, con afán de
obsoleto114. lucro, el respectivo servicio, aunque con ello afecte los derechos establecidos
visiones críticas que le desconocen toda vigencia, cali¿cándolo incluso de en un contrato válidamente celebrado, siempre que, como demuestra en la
Justo es reconocer que, frente al concepto clásico de OPE, han surgido especie la historia legislativa, el legislador lo haga en razón de exigencias
de utilidad pública y que, con tales alteraciones, no prive a los participantes
B) Crítica al concepto tradicional de lucro o beneficio económico o de algún otro atributo o facultad esencial
de su propiedad”.113
aun en contra de esa voluntad individual. De esta manera entonces, la concepción del OPE surge en Chile bá-
subordinarse al mismo, siendo la autoridad la llamada a dirigir la economía sicamente como herramienta para limitar la autonomía de la voluntad
privada que se encuentre en pugna con el orden público económico debe particular en materia económica, de lo que se sigue que toda estipulación
particular en materia económica, de lo que se sigue que toda estipulación privada que se encuentre en pugna con el orden público económico debe
sicamente como herramienta para limitar la autonomía de la voluntad subordinarse al mismo, siendo la autoridad la llamada a dirigir la economía
De esta manera entonces, la concepción del OPE surge en Chile bá- aun en contra de esa voluntad individual.
de su propiedad”.113
de lucro o beneficio económico o de algún otro atributo o facultad esencial B) Crítica al concepto tradicional
de utilidad pública y que, con tales alteraciones, no prive a los participantes
especie la historia legislativa, el legislador lo haga en razón de exigencias Justo es reconocer que, frente al concepto clásico de OPE, han surgido
en un contrato válidamente celebrado, siempre que, como demuestra en la visiones críticas que le desconocen toda vigencia, cali¿cándolo incluso de
lucro, el respectivo servicio, aunque con ello afecte los derechos establecidos obsoleto114.
empresas privadas que participan en el sector para proveer, con afán de
El OPE –se dice– no puede estar dirigido únicamente a asegurar la
tarifario que altera, para lo futuro, el sistema de precios que se pagan entre
primacía jerárquica de unas normas sobre otras, ni puede servir de base
la población, el legislador puede legítimamente disponer un nuevo sistema
de un servicio de utilidad pública esencial, como es la electricidad para
“36. Que lo razonado en este apartado lleva a concluir que, en la provisión para sostener que el principio de la autonomía privada, cuyo paradigma
principal radica en la libertad contractual, deba subordinarse necesariamente
de utilidad pública”, la sentencia concluye: ante las regulaciones económicas de la autoridad. El OPE no se agotaría
población usuaria de los sistemas eléctricos, lo que constituye una razón
por el legislador como un mecanismo “necesario para favorecer a la 113 FTC, de 06 de marzo de 2007, “HQI Transelec S.A. con Empresa Eléctrica Puyehue
S.A”., Rol Nº 506. Disponible en http://www.tribunalconstitucional.cl/index.php/sentencias/
view/143. Hay voto en contra de tres ministros.
79 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 114 Cfr. FERMANDOIS, op. cit., pp. 55 y ss.
RETIRO
–en especial la propiedad inmueble–, las que imponen a las partes prohibiciones en interés
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 81
aquellas que reglamentan el estado y capacidad de las partes, las que organizan la propiedad
117 Pertenecen a esta clase de normas imperativas en el ámbito del derecho privado,
aquellas que reglamentan el estado y capacidad de las partes, las que organizan la propiedad
–en especial la propiedad inmueble–, las que imponen a las partes prohibiciones en interés
81 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
en general.
82 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
de terceros, y por último las que tienden a la protección de la igualdad de los contratantes
Para poner un ejemplo de lo que aquí a¿rmo, baste recordar que el art.
1801 inciso 2º del CC chileno impone la obligación de otorgar el contrato el que las partes deciden resolver una determinada controversia jurídica,
de compraventa de bienes inmuebles por escritura pública. Asimismo, según Una cosa es en efecto el disponer voluntariamente del cauce procesal en
el art. 686 del mismo Código la tradición del dominio de bienes raíces se
produce mediante la inscripción del título respectivo en el Registro perti- constituye el punto de partida de nuestro análisis en esta parte.
nente del Conservador de Bienes Raíces competente (art. 686 del CC) y sin to a su alcance, lo que nos lleva nuevamente a hacer una aclaración que
ello, agrega el art. 727 del CC, nadie puede adquirir la posesión de la cosa. La respuesta, a¿rmativa por cierto, debe precisarse no obstante en cuan-
Se trata, sin duda, de normas inspiradas en razones de orden público que
regulan aspectos fundamentales del régimen dominical de la propiedad raíz antes?
en Chile, que van desde la regulación de las solemnidades del contrato de en el examen de arbitrabilidad del asunto controvertido, tal como se a¿rmó
compraventa como título, de la tradición como modo de adquirir el dominio ¿Qué ocurre entonces? ¿Es o no el orden público un factor fundamental
de bienes inmuebles, hasta la forma de adquirir incluso la posesión sobre
tales cosas, todas indisponibles por ende para las partes. Sin embargo, esa de Sociedades Anónimas chilena.
sola circunstancia no implica en modo alguno que dichos contratantes no facultades del árbitro arbitrador a que se re¿ere el art. 4º Nº 10 de la Ley
puedan someter a arbitraje un determinado conÀicto surgido entre ambos, Chile. Sobre esto volveré también en el capítulo siguiente, al analizar las
relacionado precisamente con el mismo contrato (v. gr. sobre su existencia, dejar de cumplirlas en caso alguno, como lo sostiene cierta doctrina en
validez, cumplimiento, efectos, etc.), pues la materia –de la forma en que co implica, aclárese también, que el árbitro –incluso el arbitrador– pueda
la hemos de¿nido antes– es perfectamente disponible en Derecho. Tampo- la hemos de¿nido antes– es perfectamente disponible en Derecho. Tampo-
co implica, aclárese también, que el árbitro –incluso el arbitrador– pueda validez, cumplimiento, efectos, etc.), pues la materia –de la forma en que
dejar de cumplirlas en caso alguno, como lo sostiene cierta doctrina en relacionado precisamente con el mismo contrato (v. gr. sobre su existencia,
Chile. Sobre esto volveré también en el capítulo siguiente, al analizar las puedan someter a arbitraje un determinado conÀicto surgido entre ambos,
facultades del árbitro arbitrador a que se re¿ere el art. 4º Nº 10 de la Ley sola circunstancia no implica en modo alguno que dichos contratantes no
de Sociedades Anónimas chilena. tales cosas, todas indisponibles por ende para las partes. Sin embargo, esa
de bienes inmuebles, hasta la forma de adquirir incluso la posesión sobre
¿Qué ocurre entonces? ¿Es o no el orden público un factor fundamental compraventa como título, de la tradición como modo de adquirir el dominio
en el examen de arbitrabilidad del asunto controvertido, tal como se a¿rmó en Chile, que van desde la regulación de las solemnidades del contrato de
antes? regulan aspectos fundamentales del régimen dominical de la propiedad raíz
Se trata, sin duda, de normas inspiradas en razones de orden público que
La respuesta, a¿rmativa por cierto, debe precisarse no obstante en cuan- ello, agrega el art. 727 del CC, nadie puede adquirir la posesión de la cosa.
to a su alcance, lo que nos lleva nuevamente a hacer una aclaración que nente del Conservador de Bienes Raíces competente (art. 686 del CC) y sin
constituye el punto de partida de nuestro análisis en esta parte. produce mediante la inscripción del título respectivo en el Registro perti-
el art. 686 del mismo Código la tradición del dominio de bienes raíces se
Una cosa es en efecto el disponer voluntariamente del cauce procesal en de compraventa de bienes inmuebles por escritura pública. Asimismo, según
el que las partes deciden resolver una determinada controversia jurídica, 1801 inciso 2º del CC chileno impone la obligación de otorgar el contrato
Para poner un ejemplo de lo que aquí a¿rmo, baste recordar que el art.
de terceros, y por último las que tienden a la protección de la igualdad de los contratantes
en general.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 82
TIRO
de 17 de julio de 1951, entre los autores que han defendido la inarbitrabilidad de las disputas,
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 83
119 En el ámbito del arbitraje societario, tras la dictación de la Ley de sociedades anónimas
El criterio del orden público, en efecto, reÀejado principalmente en la del Poder Judicial, Nº 59, 2000, p. 239.
existencia de normas imperativas y/o de atribución explícita de jurisdic- 120 Cfr. MARTÍN PASTOR, José, “Arbitraje e impugnación de acuerdos sociales”, en Revista
ción a los órganos estatales, fue considerado por largo tiempo como un anónimas, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1952, T. II, p. 648).
Macron, Evelyne (ép. Cougoulat) et S.A.R.L. International Display Design c. Societe des
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 85
París, 1ère Chambre, section C, sentencia de 12 de septiembre de 2002 (RG Nº 2001/11158),
pouvant être directement appliquées aux relations des parties en cause”. Cour d´Apell de
de revisión jurisdiccional y de eventual anulación del mismo laudo por l’Arbitrage, Nº 1, Paris, 2003, p. 173.
infracción, precisamente, del orden público imperante. En el convenio en Cartonnages de Pamfou (SCAP), en Revue de l’arbitrage, Bulletin du Comité Français de
cuanto tal, reitero, parece indudable que las partes no disponen a priori
cuanto tal, reitero, parece indudable que las partes no disponen a priori
Cartonnages de Pamfou (SCAP), en Revue de l’arbitrage, Bulletin du Comité Français de infracción, precisamente, del orden público imperante. En el convenio en
l’Arbitrage, Nº 1, Paris, 2003, p. 173. de revisión jurisdiccional y de eventual anulación del mismo laudo por
125Debe advertirse que en este ámbito la disponibilidad, como factor de arbitrabilidad, normas de ius cogens; pero ello deberá ponderarse en una fase posterior
ha sido tradicionalmente puesta en duda por la jurisprudencia, la doctrina y por aquellas derecho, mixtos o de equidad, puedan infringir efectivamente en su laudo
legislaciones –las menos– que abordan esta materia especí¿ca, lo que se ve reforzado fun- Lo dicho hasta aquí no signi¿ca sin embargo que los árbitros, sean de
damentalmente por la existencia de normas atributivas de competencia exclusiva a órganos
estatales especializados o de la jurisdicción común, consideradas tradicionalmente como
normas imperativas que excluyen la arbitrabilidad por razones de orden público. En el De- que lo con¿guran126.
recho comunitario, además, las normas de defensa de la libre competencia contenidas en los y tiene en consecuencia la facultad de aplicar los principios y normas
artículos 81 y 82 del Tratado de la Comunidad Europea constituyen un pilar fundamental la arbitrabilidad de la controversia a la luz del orden público internacional,
del denominado “orden público comunitario”, a las que se atribuye el carácter de “leyes de internacional el árbitro puede apreciar su propia competencia en cuanto a
policía” (así las cali¿ca entre otras la sentencia del Tribunal Federal Suizo, de 28 de abril de
1992, en Revieu de l´Arbitrage, Nº 1, 1993, p. 124), de carácter supranacional y directamente a la relación jurídica litigiosa. Por ello –dijo aquí la Corte–, en el ámbito
aplicables por ende dada la importancia que tienen para la protección de los mercados y el simplemente porque una reglamentación de orden público sea aplicable
interés económico a nivel general. sin embargo la señalada arbitrabilidad al a¿rmar que ésta no se excluye
126 “(…) l’arbitrabilite d’un litige n´ est pas exclue du seul fait qu une reglementation sobre la base de la infracción del orden público internacional), defendió
d’ordre public est applicable au rapport de droit litigieux et, en matiere internationale, Derecho comunitario de la competencia125 (y que argumentaba por ende
l’arbitre apprecie sa propre competence quant a l’arbitrabilite du litige au regard de l’or- Comercio de París que rechazaba la arbitrabilidad de un conÀicto sobre
dre public international et dispose du pouvoir d’appliquer les principes et les regles qui en
relevent ainsi que d’en sanctionner la reconnaissance eventuelle, sous le controle du juge de
l’annulation”. Sentencia de 19 de mayo de 1993, Labinal vs. Mors et Westland Aerospace
Ltd., en Journal du droit International, Clunet, 1993, p. 957.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 86
TIRO
órganos jurisdiccionales.
la convivencia social genera en cada esfera, alternativa como se dijo a los
misma función de heterocomposición de las controversias particulares que
rias indisponibles en derecho en razón de su naturaleza o contenido– una
aportando en cada uno de ellos –con la sola excepción de aquellas mate-
mente por diversos ámbitos y espectros del derecho sustantivo o material,
Como tal herramienta entonces, el arbitraje ha navegado transversal- De lo que se ha dicho hasta aquí, y particularmente en lo que concierne
a la libertad de la persona humana como valor jurídico-¿losó¿co cardinal
en el ordenamiento constitucional chileno, puede concluirse que el arbitraje
constituye actualmente, al amparo de esa misma normativa fundamental, un
por vías alternativas a la justicia estatal.
vehículo institucional y una pieza articuladora e¿caz en el juego dialéctico
autonomía subjetiva para la solución de conÀictos de relevancia jurídica,
que se produce entre esta reconocida libertad –y con ella la primacía de
la persona humana frente al Estado– y el derecho que surge de la misma
la persona humana frente al Estado– y el derecho que surge de la misma
que se produce entre esta reconocida libertad –y con ella la primacía de
autonomía subjetiva para la solución de conÀictos de relevancia jurídica,
vehículo institucional y una pieza articuladora e¿caz en el juego dialéctico
por vías alternativas a la justicia estatal.
constituye actualmente, al amparo de esa misma normativa fundamental, un
en el ordenamiento constitucional chileno, puede concluirse que el arbitraje
a la libertad de la persona humana como valor jurídico-¿losó¿co cardinal
De lo que se ha dicho hasta aquí, y particularmente en lo que concierne Como tal herramienta entonces, el arbitraje ha navegado transversal-
mente por diversos ámbitos y espectros del derecho sustantivo o material,
aportando en cada uno de ellos –con la sola excepción de aquellas mate-
rias indisponibles en derecho en razón de su naturaleza o contenido– una
misma función de heterocomposición de las controversias particulares que
la convivencia social genera en cada esfera, alternativa como se dijo a los
órganos jurisdiccionales.
incluso natural –como dice el mismo autor– “que cuando varias personas A. Giuffrè, 1962, p. 158.
se unen en sociedad piensen delegar a otras, elegidas de común acuerdo, 127 ROCCO, Alfredo, Le società commerciali in rapporto al giudizio civile, Milano, Dott.
Citado por MUÑOZ PLANAS, op. cit., p. 388. 129 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 91
91 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 129 Citado por MUÑOZ PLANAS, op. cit., p. 388.
RETIRO
iudiciorum privatorum.
d.c.) reemplazó al sistema formulario imperante durante el período del ordo
130Cfr. FERNÁNDEZ DE BUJÁN, Antonio, “Contribución al estudio histórico–jurídico posclásica, que a partir de la Constitución de Constancio y Constante (342
del arbitraje”, en Anuario Justicia Civil Alternativa, Nº 6, año 2005, p. 126; Jurisdicción
y jurisprudencial, hasta llegar a la cognitio extra-ordinem de la época
y Arbitraje en Derecho Romano, Iustel, Portal Derecho S.A., Madrid, 2006, pp. 206 y
207. antigua Roma130, desprovisto de tutela pretoria y de reconocimiento legal
131 Tabla 8, 27 (D.47, 22, 4). Sobre la societas romana puede consultarse la completa
descripción de TALAMANCA, Mario, en Enciclopedia del Diritto, Tomo XLII, Giuffrè, 1990,
pp. 814 y ss.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 94
TIRO
por ejemplo, para la compra o venta de esclavos” (GAYO, 3.148, op. cit., p. 269).
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 95
135 “Solemos constituir sociedad, o de todos los bienes o para negocio determinado, como,
el Derecho, Escritos misceláneos Romanísticos, El Faro, Madrid, 2002, p. 412).
este tipo de sociedad debió ser el más común entre cónyuges (PARICIO, Javier, De la Justicia y El consortium132, en efecto, estaba ligado a la solidaridad de los anti-
templado con especial detalle en las fuentes (vid. D. 17.2 “Pro socio”), Como señala PARICIO,
guos grupos familiares, y es cali¿cado por PARICIO133 como el arquetipo
134 Denominadas por Gayo como totorum bonorum, se trataba de un tipo de sociedad con-
de la sociedad universal, probablemente el ancestro de la societas omnium
bonorum. Se trataba concretamente de una comunidad hereditaria entre
pp. 410 y 411; TALAMANCA, Enciclopedia…, op. cit., pp. 815 y ss.
17.2.11), cuyo objeto eran todas las adquisiciones futuras de los socios, Mediante la societas omnium bonorum posterior, por su parte, los socios
societas universalis quaestum, reÀejada concretamente en el Digesto (D. acordaban poner en común todos sus bienes, presentes y futuros, sea que
los adquiriesen –o hubiesen adquirido– a título gratuito u oneroso, por acto
entre vivos o mortis causa134. A su vez, y como contrapartida a esta sociedad
último, ya a ¿nes del siglo II a.C. aparece una tercera clase de sociedad, la
determinado”, a la que GAYO135 denomina societas unius negotiationis. Por
general o de todos los bienes, existía otro tipo de sociedad “para un negocio
determinado”, a la que GAYO135 denomina societas unius negotiationis. Por
general o de todos los bienes, existía otro tipo de sociedad “para un negocio
entre vivos o mortis causa134. A su vez, y como contrapartida a esta sociedad
los adquiriesen –o hubiesen adquirido– a título gratuito u oneroso, por acto último, ya a ¿nes del siglo II a.C. aparece una tercera clase de sociedad, la
acordaban poner en común todos sus bienes, presentes y futuros, sea que societas universalis quaestum, reÀejada concretamente en el Digesto (D.
Mediante la societas omnium bonorum posterior, por su parte, los socios 17.2.11), cuyo objeto eran todas las adquisiciones futuras de los socios,
turno instar por la división anticipada de los bienes. 132 Así describe GAYO esta ¿gura: “Sin embargo, hay otra clase de sociedad propia de los
ciudadanos romanos. Pues antiguamente, cuando el pater familias moría, había entre los here-
El consortium duraba mientras vivieran los consortes, quienes podían a su
lias ingresaban a la comunidad familiar, automáticamente como se dijo. deros una cierta sociedad legítima y natural a la vez, que se llamaba erctum non cito, esto es,
todos aquellos bienes adquiridos después del fallecimiento del pater fami- de dominio no dividido, pues erctum es el dominio, y de ahí que se llame erus el propietario;
potestad no habían podido adquirir otros por su cuenta), de manera que y ciere es dividir, de donde decimos caedere por cortar (y dividir)” (Gai 3.154a, en: GAYO,
a su vez el único activo de los sui heredes (pues al encontrarse bajo patria Instituciones, nueva traducción por Manuel Abellán Velasco... [et al.]; coordinación general y
prólogo de Francisco Hernández-Tejero, Civitas, Madrid, 1985, p. 273).
se comprendían todos los bienes de la herencia. Tales bienes conformaban
133 PARICIO, Javier, “El contrato de sociedad en Derecho romano”, en Derecho de Sociedades.
hermanos, generada automáticamente al fallecer el pater familias, en la que
Libro Homenaje a Fernando Sánchez Calero, VV.AA., Vol. I, McGraw-Hill, Madrid, 2002,
bonorum. Se trataba concretamente de una comunidad hereditaria entre
pp. 410 y 411; TALAMANCA, Enciclopedia…, op. cit., pp. 815 y ss.
de la sociedad universal, probablemente el ancestro de la societas omnium 134 Denominadas por Gayo como totorum bonorum, se trataba de un tipo de sociedad con-
guos grupos familiares, y es cali¿cado por PARICIO133 como el arquetipo templado con especial detalle en las fuentes (vid. D. 17.2 “Pro socio”), Como señala PARICIO,
El consortium132, en efecto, estaba ligado a la solidaridad de los anti- este tipo de sociedad debió ser el más común entre cónyuges (PARICIO, Javier, De la Justicia y
el Derecho, Escritos misceláneos Romanísticos, El Faro, Madrid, 2002, p. 412).
135 “Solemos constituir sociedad, o de todos los bienes o para negocio determinado, como,
por ejemplo, para la compra o venta de esclavos” (GAYO, 3.148, op. cit., p. 269).
95 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
1997, p. 383.
96 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
damentos de derecho privado romano, 3ª ed., Centro de Estudios Ramón Areces S.A., Madrid,
139 Esta es la de¿nición que proponen FERNÁNDEZ BARREIRO, A. y PARICIO, Javier, en Fun-
hechas a título oneroso (lo que excluía por ende los bienes adquiridos PARICIO, Javier, “El contrato …”, op. cit., p. 408. 138
mortis causa y las donaciones), sin que por ello pusieran en común sus a ciudadanos como a extranjeros.
patrimonios como ocurría en la societas omnium bonorum. 137 La societas fue considerada como un negocio iuris gentium, aplicable por ende tanto
op. cit., p. 409).
En síntesis, y en lo que atañe concretamente al patrón de la societas debieron existir sociedades similares entre ciudadanos romanos” (PARICIO, “El contrato…”,
romana, su aparición coincide muy probablemente con el desarrollo
en el comercio internacional no resulta del todo claro, “pues contemporáneamente al menos
136 Vid. Enciclopedia…., op. cit., p. 818. Para PARICIO, sin embargo, el origen de la societas
del comercio internacional, encontrando la protección de la iurisdictio
peregrina a través de la fórmula de los iudicia bonae ¿dei136. Frente a
tales prácticas, y como respuesta a las exigencias propias del desarrollo
y pérdidas, en una proporción preestablecida”.
del trá¿co comercial, a partir de la primera mitad del siglo III a.C. co-
obligan a poner en común bienes y actividades y al reparto de ganancias
menzó a desarrollarse en Roma una normativa que, si bien no se aplicó
sensual, bilateral o plurilateral, “en virtud del cual dos o más personas se
únicamente a los comerciantes, fue utilizada de manera muy especial
terceros. Según FERNÁNDEZ y PARICIO139, se trataba de un contrato con-
por éstos, tanto en las relaciones entre ciudadanos cuanto en las que in-
tervenían –cada vez más– comerciantes extranjeros137. Se trataba, como
salvo ciertas excepciones no generaba sin embargo efectos respecto de
apunta PARICIO138, de una normativa nueva, desprovista de la rigurosidad
más moderno que el consortium ercto non cito de la época arcaica, que
rada en Roma como un contrato consensual (societas consensu contracta)
formalista del Derecho civil antiguo, la que complementada con la labor
Aclaremos, sin embargo, que la societas del ius gentium fue conside-
de los juristas y del pretor permitió satisfacer las necesidades del trá¿co
comercial de la época. comercial de la época.
de los juristas y del pretor permitió satisfacer las necesidades del trá¿co
Aclaremos, sin embargo, que la societas del ius gentium fue conside-
formalista del Derecho civil antiguo, la que complementada con la labor
rada en Roma como un contrato consensual (societas consensu contracta)
apunta PARICIO138, de una normativa nueva, desprovista de la rigurosidad
más moderno que el consortium ercto non cito de la época arcaica, que
tervenían –cada vez más– comerciantes extranjeros137. Se trataba, como
salvo ciertas excepciones no generaba sin embargo efectos respecto de
terceros. Según FERNÁNDEZ y PARICIO139, se trataba de un contrato con-
por éstos, tanto en las relaciones entre ciudadanos cuanto en las que in-
únicamente a los comerciantes, fue utilizada de manera muy especial
sensual, bilateral o plurilateral, “en virtud del cual dos o más personas se
menzó a desarrollarse en Roma una normativa que, si bien no se aplicó
obligan a poner en común bienes y actividades y al reparto de ganancias
del trá¿co comercial, a partir de la primera mitad del siglo III a.C. co-
y pérdidas, en una proporción preestablecida”.
tales prácticas, y como respuesta a las exigencias propias del desarrollo
peregrina a través de la fórmula de los iudicia bonae ¿dei136. Frente a
136
del comercio internacional, encontrando la protección de la iurisdictio
Vid. Enciclopedia…., op. cit., p. 818. Para PARICIO, sin embargo, el origen de la societas
romana, su aparición coincide muy probablemente con el desarrollo
en el comercio internacional no resulta del todo claro, “pues contemporáneamente al menos
debieron existir sociedades similares entre ciudadanos romanos” (PARICIO, “El contrato…”, En síntesis, y en lo que atañe concretamente al patrón de la societas
op. cit., p. 409).
137
La societas fue considerada como un negocio iuris gentium, aplicable por ende tanto patrimonios como ocurría en la societas omnium bonorum.
a ciudadanos como a extranjeros. mortis causa y las donaciones), sin que por ello pusieran en común sus
138 PARICIO, Javier, “El contrato …”, op. cit., p. 408. hechas a título oneroso (lo que excluía por ende los bienes adquiridos
139 Esta es la de¿nición que proponen FERNÁNDEZ BARREIRO, A. y PARICIO, Javier, en Fun-
damentos de derecho privado romano, 3ª ed., Centro de Estudios Ramón Areces S.A., Madrid,
1997, p. 383.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 96
TIRO
privato presso i romani. Ristampa anastasica invariatta dell’edizione. Roma 1893, Roma,
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 97
doctrina romanista (por todos, DE RUGGIERO, Ettore, L’arbitrato púbblico in relazione col
142 He utilizado este concepto para diferenciarlo del arbitraje público a que se re¿ere la
Ibid. 141 Entendida entonces como un instrumento para la gestión común de una
a las corporaciones y destacando su particularidad al tener res y arca communes (D. 3.4.1). actividad patrimonial con ¿nes de lucro, la societas romana se diferenciaba
dedicadas a recaudar impuestos (ibid., p. 384). A ellas se re¿ere también GAYO, equiparándolas de la actual sociedad no sólo porque carecía de una personalidad jurídica
de una determinada actividad, como las societates publicanorum o sociedades de publicanos,
propia, independiente y autónoma de los socios que la conformaban, sino
también –y por consiguiente– de autonomía patrimonial y de relevancia o
les en que se confería tal personalidad a ciertas sociedades en razón del interés público respecto
140 Esta era la regla general. FERNÁNDEZ y PARICIO mencionan algunos casos muy excepciona-
trascendencia en lo que concierne a la existencia del vínculo social respecto
de terceros. Como cualquier otro contrato por ende, la societas creaba
obligaciones únicamente entre las partes contratantes, de manera que la
principalmente, el arbitraje privado142 coexistió con el procedimiento
formación del patrimonio común por los socii –con la sola excepción de
Durante la evolución del Derecho Romano y a partir del siglo II a.C.,
la societas omnium bonorum– constituía una recíproca obligación entre
1.1.2. La solución arbitral del conflicto societario ellos, que debió ser actuada según las modalidades propias del sistema
romano sobre transferencia de la propiedad.
y pérdidas”141. En otros términos, al no tener personalidad jurídica140 la sociedad ge-
de la sociedad, normalmente por imputación en la cuenta de ganancias neraba una relación puramente interna entre los socios, de manera que las
los que en todo caso debían recaer “en el conjunto de los componentes relaciones jurídicas que pudieren con¿gurarse entre éstos –uno o más– y
efectos patrimoniales provenientes de la actuación individual del socio, terceros sólo afectaban a quien(es) intervenía(n) en ellas, aun cuando se
el interés común. Distinto era, sin embargo, el tratamiento jurídico de los tratase de negocios pertenecientes a la actividad social y celebrados en
tratase de negocios pertenecientes a la actividad social y celebrados en el interés común. Distinto era, sin embargo, el tratamiento jurídico de los
terceros sólo afectaban a quien(es) intervenía(n) en ellas, aun cuando se efectos patrimoniales provenientes de la actuación individual del socio,
relaciones jurídicas que pudieren con¿gurarse entre éstos –uno o más– y los que en todo caso debían recaer “en el conjunto de los componentes
neraba una relación puramente interna entre los socios, de manera que las de la sociedad, normalmente por imputación en la cuenta de ganancias
En otros términos, al no tener personalidad jurídica140 la sociedad ge- y pérdidas”141.
romano sobre transferencia de la propiedad.
ellos, que debió ser actuada según las modalidades propias del sistema 1.1.2. La solución arbitral del conflicto societario
la societas omnium bonorum– constituía una recíproca obligación entre
Durante la evolución del Derecho Romano y a partir del siglo II a.C.,
principalmente, el arbitraje privado142 coexistió con el procedimiento
formación del patrimonio común por los socii –con la sola excepción de
obligaciones únicamente entre las partes contratantes, de manera que la
de terceros. Como cualquier otro contrato por ende, la societas creaba
trascendencia en lo que concierne a la existencia del vínculo social respecto
140 Esta era la regla general. FERNÁNDEZ y PARICIO mencionan algunos casos muy excepciona-
también –y por consiguiente– de autonomía patrimonial y de relevancia o
les en que se confería tal personalidad a ciertas sociedades en razón del interés público respecto
de una determinada actividad, como las societates publicanorum o sociedades de publicanos,
propia, independiente y autónoma de los socios que la conformaban, sino
de la actual sociedad no sólo porque carecía de una personalidad jurídica dedicadas a recaudar impuestos (ibid., p. 384). A ellas se re¿ere también GAYO, equiparándolas
actividad patrimonial con ¿nes de lucro, la societas romana se diferenciaba a las corporaciones y destacando su particularidad al tener res y arca communes (D. 3.4.1).
Entendida entonces como un instrumento para la gestión común de una 141 Ibid.
142 He utilizado este concepto para diferenciarlo del arbitraje público a que se re¿ere la
doctrina romanista (por todos, DE RUGGIERO, Ettore, L’arbitrato púbblico in relazione col
privato presso i romani. Ristampa anastasica invariatta dell’edizione. Roma 1893, Roma,
97 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
Privado Romano, Tomo I, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2004, p. 266 y ss.
98 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
145 Sobre la cognitio extra ordinem puede consultarse a GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho
BUIGUES, op. cit., pp. 31 y 57 y ss. 144
o¿cial de las legis actiones y con el procedimiento formulario143, recono- Dykinson, Madrid, 2000, pp. 209 y ss.).
ciéndose a su vez en esta etapa dos tipos de árbitros que convivieron con GARRINDO, Manuel Jesús, Derecho Privado Romano: casos, acciones, instituciones, 9ª ed.,
el sistema formulario hasta verlo desaparecer de¿nitivamente en el siglo de Derecho Privado Romano, 2ª ed., Closas-Orcoyen, Madrid, 1997, p. 107 y ss.; GARCÍA
IV d.C.: el arbiter ex compromisso y el arbiter boni viri144. La misma co- formulario puede consultarse a DAZA MARTÍNEZ, Jesús y RODRÍGUEZ ENNES, Luis, Instituciones
Privado Romano, Tomo I, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2004, p. 266 y ss.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 98
TIRO
1.2. El arbitraje societario en el derecho francés En lo que concierne entonces a los conÀictos entre los socios, surgidos
con ocasión de la operación de asignación de ganancias y pérdidas que
la extinción de la sociedad (solutio societatis ex actione)148. mencionaba antes o, en general, de la ejecución y efectos de la societas
según las fuentes el solo ejercicio de la actio pro socio llevaba aparejada consensu contracta entre los socii, su solución debía sujetarse a los meca-
¿des, y tratándose la societas de un contrato fundado precisamente en ella, nismos procesales comunes recién indicados.
con dolo o culpa147. Para el caso de ser acogida la acción por violación de la
una indemnización por los perjuicios que hubiere causado alguno de ellos Sin perjuicio de lo anterior, especial mención requiere aquí la denominada
cios, pudiendo ¿jar además, en razón del carácter de buena fe de la fórmula, actio pro socio, dada precisamente para resolver los conÀictos societarios.
procedía a compensar las deudas y las obligaciones recíprocas entre los so- Se trataba de un arbitrium bonae ¿dei, mediante el cual el iudex o arbiter
Se trataba de un arbitrium bonae ¿dei, mediante el cual el iudex o arbiter procedía a compensar las deudas y las obligaciones recíprocas entre los so-
actio pro socio, dada precisamente para resolver los conÀictos societarios. cios, pudiendo ¿jar además, en razón del carácter de buena fe de la fórmula,
Sin perjuicio de lo anterior, especial mención requiere aquí la denominada una indemnización por los perjuicios que hubiere causado alguno de ellos
con dolo o culpa147. Para el caso de ser acogida la acción por violación de la
nismos procesales comunes recién indicados. ¿des, y tratándose la societas de un contrato fundado precisamente en ella,
según las fuentes el solo ejercicio de la actio pro socio llevaba aparejada
la extinción de la sociedad (solutio societatis ex actione)148.
consensu contracta entre los socii, su solución debía sujetarse a los meca-
mencionaba antes o, en general, de la ejecución y efectos de la societas
con ocasión de la operación de asignación de ganancias y pérdidas que
En lo que concierne entonces a los conÀictos entre los socios, surgidos 1.2. El arbitraje societario en el derecho francés
Posteriormente, la Ordonnance de Commerse Terrestre de 1673, inicia- o asociaciones constituidas o por constituir”.
tiva esta vez del ministro Jean-Baptiste Colbert durante el reinado de Luis troversias o diferencias ocurridas en el seno de “compañías, sociedades
XIV, estableció la obligatoriedad del arbitraje respecto de los conÀictos como apunta MUÑOZ PLANAS152, incluía precisamente todas aquellas con-
surgidos entre socios de compañías mercantiles, prescribiendo al efecto extendieron la misma jurisdicción al resto de Francia. Esa jurisdicción,
que todo estatuto social debía contener “la cláusula de someterse a los Tribunal de Comercio de París) y continuando luego con otros tantos que
árbitros para las controversias que sobrevengan entre los asociados y, conÀictos comerciales, partiendo con un Edicto de 1563 (que instituyó el
organizarse en Francia la jurisdicción consular que comprendía todos los
cantiles151. Dicho sistema concluyó sin embargo pocos años después, al
150
comercio, lo que alcanzaba por ende a los socios de sociedades mer-
Ya en las Partidas pueden encontrarse manifestaciones remotas sobre arbitraje
negocios entre parientes y entre comerciantes por asuntos relativos a su
forzoso en materias mercantiles, al igual que en otros cuerpos que a la larga contribuyeron
a consolidar esta ¿gura respecto de determinados conÀictos (Vid. supra, p. 42, notas 89 y reinado de Francisco II de Francia, hizo obligatorio el arbitraje en los
90). Asimismo, y como apunta MUÑOZ PLANAS, las primeras manifestaciones del arbitraje Es así como un edicto del mes agosto de 1560, dictado durante el
obligatorio en las sociedades mercantiles parecen encontrarse en el Derecho estatutario ita-
liano, incluso con carácter obligatorio, “donde se advierte cómo los arbitrajes forzosos entre
forzoso a partir del siglo XVI.
parientes se extienden luego a sectores cada vez más amplios del trá¿co comercial y entre
ellos, por la propia naturaleza de las cosas, dada la índole de las compañías del momento, a mente, en aquellas expresiones normativas que lo consagraron con carácter
los litigios surgidos entre los mercaderes asociados” (MUÑOZ PLANAS, “Algunos problemas societario puede situarse con claridad en el derecho francés y, concreta-
del arbitraje…”, op, cit., p. 386). regulaciones dispersas y aisladas en el tiempo150, el origen del arbitraje
151
Las Ordenanzas de Francisco II, de 1560, establecían también el arbitraje forzoso en
cuestiones de división hereditaria.
152 MUÑOZ PLANAS, “Algunos problemas del arbitraje…”, op, cit., p. 386.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 100
TIRO
Traducción libre del autor. 154 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 101
dimiento, Reus S.A., Madrid, 1934, p. 135).
Judicial, Apéndice a la 4ª edición de la obra Organización de Tribunales y Leyes de Proce-
voluntaria”. (SENTIS MELENDO, Santiago, Derecho Procesal Civil, Criminal y Organización aun cuando la cláusula fuere omitida, uno de los asociados podrá nom-
voluntad de las partes. Finalmente, sin embargo, “prevaleció con el carácter de institución
brarlo, estando los demás obligados a actuar de igual manera pues, en
caso contrario, será nombrado por el juez para quienes se han rehusado
de ser eliminado como sistema de heterocomposición, aun cuando estuviere originado en la
a hacerlo”.153
cedimiento Civil de Napoleón de 1806, y como reacción a ella, el arbitraje estuvo a punto
Tan desproporcionada fue esta legislación que, al discutirse años después el Código de Pro-
las costas judiciales y casi los jueces, pues los reducía a la categoría de árbitros públicos”.
todo el procedimiento en solos 17 artículos, pero la verdad es que suprimió los Abogados, Poco más de un siglo después, la ley de 16 y 24 de agosto de 1790
reiteró el carácter obligatorio del arbitraje en materia de conÀictos socie-
II de la República francesa, que hizo “tabla rasa del procedimiento, pues pretendió regular
los Códigos procesales los que lo regularon y desarrollaron efectivamente Durante la primera parte del siglo XIX, el arbitraje adopta en general
de la institución en su conjunto; pero por otro lado, sin embargo, fueron una nueva perspectiva y se incorpora especialmente en las nuevas codi-
como fundamento para quienes propugnaron la naturaleza contractualista ¿caciones de la época159, lo que origina incluso una larga discusión doc-
del carácter jurídico-privado que se le otorgó al compromiso y, desde allí, trinal sobre la naturaleza contractual o jurisdiccional del mismo. Por una
XIII, artículos 1820 y 1821), respectivamente, como manifestación clara parte, en efecto, el arbitraje fue mencionado en el Código de Comercio
(Libro III, Título XV,) y en el Código Civil de 1889 (Libro IV, Título de 1829 (artículos 323 y 345), en el Proyecto de Código Civil de 1851
de 1829 (artículos 323 y 345), en el Proyecto de Código Civil de 1851 (Libro III, Título XV,) y en el Código Civil de 1889 (Libro IV, Título
parte, en efecto, el arbitraje fue mencionado en el Código de Comercio XIII, artículos 1820 y 1821), respectivamente, como manifestación clara
trinal sobre la naturaleza contractual o jurisdiccional del mismo. Por una del carácter jurídico-privado que se le otorgó al compromiso y, desde allí,
¿caciones de la época159, lo que origina incluso una larga discusión doc- como fundamento para quienes propugnaron la naturaleza contractualista
una nueva perspectiva y se incorpora especialmente en las nuevas codi- de la institución en su conjunto; pero por otro lado, sin embargo, fueron
Durante la primera parte del siglo XIX, el arbitraje adopta en general los Códigos procesales los que lo regularon y desarrollaron efectivamente
otros. El art. 859, por ejemplo, en materia de seguros marítimos, encomendaba al “juicio de
104 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
161 Así por ejemplo, los arts. 216, 218, 253, 301, 362, 588, 614, 629, 879, 955, entre
Valencia, 1998, p. 16).
como un juicio más –aunque con características propias–, manteniendo (Arbitraje, Conciliación), VV.AA., Consejo General del Poder Judicial, Generalitat Valenciana,
por ende la corriente judicialista iniciada siglos antes en el Liber Iudi- “Resolución alternativa de conÀictos”, en Curso sobre Resolución alternativa de conÀictos
ciorum.
cevoir aucune atiente par les actes du povoir legislatif”. (Cfr. MEJÍAS GÓMEZ, Juan Francisco,
citoyens de terminer dé¿nitivement leurs contestations pa la voie de l’arbitrage, ne peut re-
y como un derecho fundamental de los ciudadanos, al señalar en su artículo 5º: “le droit des
En lo que concierne al arbitraje societario, las disposiciones de las Or- que consideraba al arbitraje como el mecanismo más razonable de resolución de conÀictos
denanzas de Bilbao de 1737 fueron recogidas por el C. de C. español de 160 Su antecedente inmediato fue la Constitución francesa de 3 de septiembre de 1791,
otros. El art. 859, por ejemplo, en materia de seguros marítimos, encomendaba al “juicio de
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 104
TIRO
por MUÑOZ PLANAS, “Algunos problemas del arbitraje…”, op, cit., p. 394.
106 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
165 Sentencia de 18 de mayo de 1892, Gaceta de 16 de agosto, Tomo 71, p. 621, citada
XIV, de 1673, sobre arbitraje entre socios (Cfr. ROCA MARTÍNEZ, op. cit., p. 109).
ya sea por convenio estatutario o por acto posterior164. Al tenor de esta que hacía obligatorio el arbitraje en los negocios entre parientes, y en una Ordenanza de Luis
normativa se planteó, sin embargo, la duda sobre el alcance que debía a su vez se habría inspirado en la legislación francesa y, concretamente, en un Edicto de 1560,
darse al art. 323 del C. de C., esto es, si se aplicaba sólo al arbitraje de
de 1829, fue tomada al parecer de la Ordenanza de Bilbao de 1737, Capítulo X, Ley 16, que
164 La norma, que se remitía a su vez a los artículos 323 y 345 del Código de Comercio
Derecho o también al juicio de amigables componedores, decantándose
¿nalmente la jurisprudencia por una interpretación amplia de la norma
al sentenciar que “el artículo 323 del Código comprende en el concepto amigables componedores.
general de árbitros a los amigables componedores”.165 decisión de jueces árbitros”. Lo propio hacía el art. 819 para el juicio de
en juicio, y cualquiera que sea el estado de éste, puede someterse á la
La LENC de 1830, a su vez, fue derogada por el Decreto de 6 de diciembre art. 770, que “Toda contestación entre partes antes ó despues de deducida
de 1868, sobre uni¿cación de fueros y supresión de juzgados y tribunales arbitraje en términos amplios y con carácter voluntario al señalar, en su
especiales, estableciendo en su art. 11 que “los procedimientos en toda componedores en sus Títulos XV y XVI, respectivamente, consagrando el
clase de juicios, con inclusión de los árbitros y amigables componedores La LEC de 1855, por su parte, regulaba el juicio de árbitros y amigables
y de los actos de jurisdicción voluntaria que versen sobre negocios y cau-
sas de comercio, y no tengan tramitación señalada especialmente en este 1.3.3. Ley de Enjuiciamiento Civil de 1855
Decreto, se arreglarán a las prescripciones de la Ley de Enjuiciamiento
Civil”, haciendo referencia por ende a la Ley de Enjuiciamiento Civil sobre tramitación del respectivo procedimiento arbitral (art. 12).
aprobada el 5 de octubre de 1855. No derogó este Decreto, sin embargo, mencionadas, limitándose a derogar en cambio todas las normas vigentes
las normas sobre arbitraje societario forzoso del C. de C. de 1829, antes las normas sobre arbitraje societario forzoso del C. de C. de 1829, antes
mencionadas, limitándose a derogar en cambio todas las normas vigentes aprobada el 5 de octubre de 1855. No derogó este Decreto, sin embargo,
sobre tramitación del respectivo procedimiento arbitral (art. 12). Civil”, haciendo referencia por ende a la Ley de Enjuiciamiento Civil
Decreto, se arreglarán a las prescripciones de la Ley de Enjuiciamiento
1.3.3. Ley de Enjuiciamiento Civil de 1855 sas de comercio, y no tengan tramitación señalada especialmente en este
y de los actos de jurisdicción voluntaria que versen sobre negocios y cau-
La LEC de 1855, por su parte, regulaba el juicio de árbitros y amigables clase de juicios, con inclusión de los árbitros y amigables componedores
componedores en sus Títulos XV y XVI, respectivamente, consagrando el especiales, estableciendo en su art. 11 que “los procedimientos en toda
arbitraje en términos amplios y con carácter voluntario al señalar, en su de 1868, sobre uni¿cación de fueros y supresión de juzgados y tribunales
art. 770, que “Toda contestación entre partes antes ó despues de deducida La LENC de 1830, a su vez, fue derogada por el Decreto de 6 de diciembre
en juicio, y cualquiera que sea el estado de éste, puede someterse á la
decisión de jueces árbitros”. Lo propio hacía el art. 819 para el juicio de general de árbitros a los amigables componedores”.165
amigables componedores. al sentenciar que “el artículo 323 del Código comprende en el concepto
¿nalmente la jurisprudencia por una interpretación amplia de la norma
Derecho o también al juicio de amigables componedores, decantándose
164
La norma, que se remitía a su vez a los artículos 323 y 345 del Código de Comercio darse al art. 323 del C. de C., esto es, si se aplicaba sólo al arbitraje de
de 1829, fue tomada al parecer de la Ordenanza de Bilbao de 1737, Capítulo X, Ley 16, que
a su vez se habría inspirado en la legislación francesa y, concretamente, en un Edicto de 1560,
normativa se planteó, sin embargo, la duda sobre el alcance que debía
que hacía obligatorio el arbitraje en los negocios entre parientes, y en una Ordenanza de Luis ya sea por convenio estatutario o por acto posterior164. Al tenor de esta
XIV, de 1673, sobre arbitraje entre socios (Cfr. ROCA MARTÍNEZ, op. cit., p. 109).
165 Sentencia de 18 de mayo de 1892, Gaceta de 16 de agosto, Tomo 71, p. 621, citada
por MUÑOZ PLANAS, “Algunos problemas del arbitraje…”, op, cit., p. 394.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 106
TIRO
por la división del haber social. suprimen de¿nitivamente las normas del C. de C. de 1829 sobre arbitraje
Àictos entre socios cuanto para las reclamaciones contra los liquidadores societario, que lo imponían como ya dije tanto para la solución de los con-
societario, que lo imponían como ya dije tanto para la solución de los con- Àictos entre socios cuanto para las reclamaciones contra los liquidadores
suprimen de¿nitivamente las normas del C. de C. de 1829 sobre arbitraje por la división del haber social.
Enjuiciamiento Civil de 1881 obligatoria de arbitraje, ya sea en esta concreta materia societaria o en
1.3.4. Código de Comercio de 1885 y Ley de cualquier otra del ámbito mercantil, reconociendo así en la autonomía de
la voluntad de las partes y en la libertad de pactos estatutarios (art. 125
in ¿ne del C. de C.) los principios rectores de toda decisión de los socios
en vigencia del nuevo C. de C. o accionistas al momento de incluir –o no– una cláusula arbitral en sus
forzoso contenidas en el primero continuaron aplicándose hasta la entrada respectivos estatutos sociales.
de este último, en 1885, por lo que las normas sobre arbitraje societario
abril del mismo año, coexistió con el C. de C. de 1829 hasta la derogación
jurisdicción contenciosa166. La LENC de 1881, que entró en vigor el 1º de 166 En la LEC de 1881, la tendencia de regular el arbitraje como juicio –aunque no en-
a la institución arbitral al incluir su regulación dentro de las normas sobre
cuadrable en las demás ¿guras procesales– no presenta mayores modi¿caciones, uni¿cándose
reiterando así también el marcado carácter jurisdiccional que se le atribuía simplemente en el Libro II, Título V, sobre jurisdicción contenciosa, los dos tipos de arbitraje
juicio de árbitros y de amigables componedores en el Título V, Libro II, –de derecho y de equidad– que había reconocido a su turno la LEC 1855 (artículos 790 al 839).
de febrero, que al igual que su antecesora mantuvo la distinción entre el La sentencia arbitral –arbitraje de derecho– es generalmente apelable, pero cobra carácter de
La LEC de 1855 fue reemplazada luego por la LEC de 1881, de 3 ejecutoria tal como lo sería una sentencia judicial, con efecto de cosa juzgada, en los casos en
que no se apelare. Contra la sentencia de la Audiencia del Distrito, por último, se reconoce
también el recurso de casación, con lo que se equipara aún más a la sentencia arbitral con la
que se dicta en un procedimiento judicial. En el arbitraje de amigables componedores, por
su parte, se concede recurso de casación.
107 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
común el haber terminado de¿nitivamente con la tendencia de incluir su Vid. BARONA, en Comentarios a la Ley de Arbitraje…, op. cit., pp. 50 y 1334 y ss. 172
regulación en los códigos procesales –según venía ocurriendo como se dijo conforme a la ley de 22 de diciembre de 1953, Bosch, Barcelona, 1956.
desde principios del siglo XIX–, situándolo ¿nalmente dentro de su propio, 171 Por todos GUASP, Jaime, El arbitraje en el Derecho español. Su nueva regulación
Debe advertirse, sin embargo, que las di¿cultades que debieron superarse
reemplazó la concepción privatista y contractualista de su antecesora por
en este tránsito fueron signi¿cativas. Así, la Ley de Arbitraje de 1953, que
principios generales del arbitraje, vigentes en el ámbito internacional, y
eliminó de la LEC de 1881 todo lo referido a arbitraje, le dio al mismo el
la vigencia de la Constitución española de 1978, incorporó ¿nalmente los
apelativo de “privado” en un intento de terminar con la tradición judicialista
Sólo treinta y cinco años después, la Ley Nº 36/1988, dictada durante
previa y volver, como lo proponía un sector importante de la doctrina de esa
época, a la concepción contractualista que lo consideraba como ¿gura propia respecto del arbitraje comercial internacional.
del Derecho privado171. Sin embargo, esta ley generó durante su vigencia muy formalista según se dijo en el ámbito interno, y especialmente Àexible
serias di¿cultades, derivadas precisamente de la dicotomía que presentaba al y como apunta GALÁN173, la Ley presentó una regulación dual del arbitraje,
reforzar por una parte la concepción privatista del arbitraje como institución, tanto o más complejas que las de la vía procesal ordinaria172. Finalmente,
con clara raigambre en el principio de autonomía de la voluntad, y regular a los conÀictos jurídico-privados y al someterlo además a regulaciones
sin embargo de manera común la actividad jurisdiccional de los árbitros, con el desarrollo del arbitraje lo limitó aun más, al circunscribirlo únicamente
remisiones a la ley procesal civil que generaron problemas insolubles (algunos LEC, hecha por Ley de 6 de agosto de 1984). Asimismo, lejos de favorecer
de los cuales fueron corregidos luego mediante la Reforma Urgente de la de los cuales fueron corregidos luego mediante la Reforma Urgente de la
LEC, hecha por Ley de 6 de agosto de 1984). Asimismo, lejos de favorecer remisiones a la ley procesal civil que generaron problemas insolubles (algunos
el desarrollo del arbitraje lo limitó aun más, al circunscribirlo únicamente sin embargo de manera común la actividad jurisdiccional de los árbitros, con
a los conÀictos jurídico-privados y al someterlo además a regulaciones con clara raigambre en el principio de autonomía de la voluntad, y regular
tanto o más complejas que las de la vía procesal ordinaria172. Finalmente, reforzar por una parte la concepción privatista del arbitraje como institución,
y como apunta GALÁN173, la Ley presentó una regulación dual del arbitraje, serias di¿cultades, derivadas precisamente de la dicotomía que presentaba al
muy formalista según se dijo en el ámbito interno, y especialmente Àexible del Derecho privado171. Sin embargo, esta ley generó durante su vigencia
respecto del arbitraje comercial internacional. época, a la concepción contractualista que lo consideraba como ¿gura propia
previa y volver, como lo proponía un sector importante de la doctrina de esa
Sólo treinta y cinco años después, la Ley Nº 36/1988, dictada durante
apelativo de “privado” en un intento de terminar con la tradición judicialista
la vigencia de la Constitución española de 1978, incorporó ¿nalmente los
eliminó de la LEC de 1881 todo lo referido a arbitraje, le dio al mismo el
principios generales del arbitraje, vigentes en el ámbito internacional, y
en este tránsito fueron signi¿cativas. Así, la Ley de Arbitraje de 1953, que
reemplazó la concepción privatista y contractualista de su antecesora por
Debe advertirse, sin embargo, que las di¿cultades que debieron superarse
Justicia Civil y Comercial. Una reforma pendiente, VV.AA., Fundación Libertad y Desarrollo,
Ponti¿cia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2006, p. 652.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 110
TIRO
tes diversas leyes sectoriales que regulaban en particular el arbitraje, como el arbitraje de
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 111
177 A la fecha en que la LA 36/1988 entró en vigencia, se encontraban también vigen-
sobre la regulación del arbitraje en Chile”, en Estudios de Arbitraje, op. cit, pp. 61 y 62.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 113
179 A este juicio arbitral se re¿ere DOUGNAC RODRÍGUEZ, Antonio, “Antecedentes históricos
179 A este juicio arbitral se re¿ere DOUGNAC RODRÍGUEZ, Antonio, “Antecedentes históricos
sobre la regulación del arbitraje en Chile”, en Estudios de Arbitraje, op. cit, pp. 61 y 62.
113 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
mantiene entonces la concepción del arbitraje como una alternativa previa conciliadores (artículo 283).
a la jurisdicción ordinaria, más cercana a la conciliación y originada en
los jueces de paz, y si bien se refería a los “hombres buenos”, les atribuía la función de
turno en el artículo 160 del Reglamento recién mencionado. ción de minas: “Que suprimidos implícitamente los jueces prácticos en el art. 176 de la Lei
siones y ruinas a las familias o al Estado”, lo que se reglamentaba a su Orgánica, por no comprenderse esta clase de cuestiones entre los que deben resolverse por
“en los negocios contenciosos que puedan ocasionar escandalosas disen- medio de árbitros, ha quedado de hecho deferido su conocimiento a los tribunales ordinario;
de que se sigue el que tít. 4º del Reglamento de Administración de Justicia ha sido derogado
en cuanto al tribunal que debe conocer, pero ha quedado vijente en las demás diligencias de
procedimiento que prescribe como necesarias para constatar la verdad de los hechos decisivos
i como propias de la naturaleza del juicio…” (Gaceta de 1881, sentencia 2062).
117 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
187
Cfr. VALLE VALENZUELA, Alfredo del, La Lei de organización y atribuciones de los
Tribunales i sus modi¿caciones, Cervantes, Santiago de Chile, 1909. o no a la resolución de arbitradores (artículos 354 Nº 10 y 415)190.
188
El artículo 176 de la Lei de organización… señalaba: lo que concierne a los conÀictos entre los socios, si éstos deben someterse
“Art. 176. Deben resolverse por árbitros los asuntos siguientes: veri¿carse la liquidación y división del haber social (artículo 354 Nº 9) y, en
1º La liquidación de una sociedad conyugal o de una sociedad colectiva o en comandita en el estatuto de una sociedad colectiva en punto a la forma en que debe
civil;
2º La partición de bienes:
1867 hasta hoy, se re¿rió al arbitraje entre las menciones que debían incluirse
3º Las cuestiones a que diere lugar la presentación de la cuenta del jerente o del liquidador Comercio de 23 de noviembre de 1865, vigente desde del 1º de enero de
de las sociedades comerciales; de las Partidas aunque con carácter obligatorio189. También el Código de
4º Las diferencias que ocurrieren entre los socios de una sociedad anónima, o de una X, Libro III, sobre partición de bienes, inspiradas sin duda en el Código
sociedad colectiva o en comandita comercial, o entre los asociados en una participación, en
de enero de 1957, había contemplado normas sobre arbitraje en el Título
el caso del art. 415 del Código de Comercio.
Pueden, sin embargo, los interesados resolver por sí mismos estos negocios, si todos ellos Sin embargo, ya antes el Código Civil de 1855, vigente a partir del 1º
tienen la libre disposición de sus bienes i concurren al acto”.
189
Tal obligatoriedad surge según se dijo de la Lei de Organización y Atribuciones de los en la legislación procesal chilena, hasta nuestros días188.
Tribunales de Chile, de 1875, y luego del Código Orgánico de Tribunales de 1943, artículo troduciéndose de¿nitivamente así la ¿gura del arbitraje forzoso (interno)
227 Nº 2. Según SOMARRIVA, tal carácter se justi¿caría porque “la partición supone de ordinario en el Código Orgánico de Tribunales, Título IX, artículos 222 a 243, in-
actividad en el partidor, quien es el llamado a encauzar la partición cuando se producen roces
directa antecesora de la actual regulación que sobre la materia se contiene
y di¿cultades entre los interesados; lo que no se aviene con los jueces ordinarios civiles, cuya
actuación es eminentemente pasiva”. (SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel, Indivisión y Partición, mente dedicado a los jueces árbitros187. Esta legislación es, en concreto, la
Tomo II, 2ª ed., Editorial Jurídica, Santiago de Chile, 1956, p. 91).
190 Tal disposición sería complementada también por la Lei de organización y atribuciones
lo partan igualmente”.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 119
fallaren que es assi devengela dar, según entendieren que es guisado; e si non manden que
por ser mas sabidor, o por llevar mayor trabajo segund diximos en la ley ante dexta. E si
el arbitraje sobre estas materias. En lo que concierne concretamente al arbitraje societario en el derecho
tendencia del Código de Comercio español de 1829 y su ley procesal de 1830, hizo obligatorio histórico chileno, debe reiterarse simplemente que tanto en el período
histórico previo a la emancipación, regido como ya se ha dicho por el
Derecho indiano, como también durante gran parte del siglo XIX y en
necesariamente por el árbitro respectivo191. plena etapa republicana por ende, continuó aplicándose en Chile el Derecho
¿jando, incluso, determinadas pautas de solución que debían de observarse bajomedieval castellano y, en particular, aquellas regulaciones contenidas
que lo instituían con carácter obligatorio para esta clase de controversias en las Partidas y en la Nueva y Novisima Recopilación.
carácter societario, se haya sometido en su tramitación a las Partidas,
supra en el año 1544 con ocasión –precisamente– de un conÀicto de La circunstancia recién apuntada permite explicar entonces que el
primer arbitraje de que se tiene noticia en Chile, originado como se dijo primer arbitraje de que se tiene noticia en Chile, originado como se dijo
La circunstancia recién apuntada permite explicar entonces que el supra en el año 1544 con ocasión –precisamente– de un conÀicto de
carácter societario, se haya sometido en su tramitación a las Partidas,
en las Partidas y en la Nueva y Novisima Recopilación. que lo instituían con carácter obligatorio para esta clase de controversias
bajomedieval castellano y, en particular, aquellas regulaciones contenidas ¿jando, incluso, determinadas pautas de solución que debían de observarse
plena etapa republicana por ende, continuó aplicándose en Chile el Derecho necesariamente por el árbitro respectivo191.
Derecho indiano, como también durante gran parte del siglo XIX y en
histórico previo a la emancipación, regido como ya se ha dicho por el
histórico chileno, debe reiterarse simplemente que tanto en el período tendencia del Código de Comercio español de 1829 y su ley procesal de 1830, hizo obligatorio
En lo que concierne concretamente al arbitraje societario en el derecho el arbitraje sobre estas materias.
191 La Partida V, 10, 5, imponía el arbitraje para resolver los conÀictos entre socios de
1.4.3. Antecedentes del arbitraje societario en el derecho chileno una compañía en lo que concierne a la determinación de las participaciones de cada uno en
las ganancias o pérdidas de la sociedad, señalando al respecto:
“…Otrosi dezimos, que si algunos ¿ziessen pleyto en su compañía, desta guisa; que de
jurisdiccional, según veremos a continuación. cada uno dellos óbviese tanta parte en la ganancia, o en la pérdida, quanta dixesse alguno
contenidas en el Código Orgánico de Tribunales con un marcado carácter otro que nombrasen; e aquel que señalasen para esto, ¿ziesse las partes guisadas, e dere-
“Del Juicio Arbitral”, artículos 628 a 644, complementando así las normas chas, deven estar por su alvedrío. Mas si las ¿ziere desaguisadas, como si mandasse tomar
agosto de 1902, desarrolla el arbitraje interno en el Título IX, Libro III, mayor parte al uno, que al otro, en la ganancia, o en las pérdidas, non mostrando alguna
derecha razon que lo mandava, estonce no valdria el albedrío; ante dezimos, que debe ser
Finalmente, el Código de Procedimiento Civil, promulgado el 28 de
enderecado por alvedrío, de omes buenos, que caten, si alguno de ellos merece mayor parte,
por ser mas sabidor, o por llevar mayor trabajo segund diximos en la ley ante dexta. E si
fallaren que es assi devengela dar, según entendieren que es guisado; e si non manden que
lo partan igualmente”.
119 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
Durante el período republicano, por su parte, las primeras manifestacio- 193 Sobre el origen y antecedentes del C. de C. chileno puede consultarse a CORNEJO FU-
nes normativas concretas sobre arbitraje societario se contienen en algunas ya la ¿gura del arbitraje obligatorio en el Derecho francés.
normas aisladas del C. de C., de 23 de noviembre de 1865 (arts. 352 Nº 10 192 Al dictarse el C. de C. chileno de 1865, la ley de 17 de julio de 1856 había eliminado
y 415), las que reconocen sin duda –en lo que aquí concierne– una clara
inÀuencia del C. de C. napoleónico de 1807 (art. 51) 192 y principalmente si todos ellos tienen la libre disposición de sus bienes i concurren al acto”.
del C. de C. español de 1829, que consagró –como dije antes193– el carácter Pueden, sin embargo, los interesados resolver por sí mismos estos negocios,
forzoso del arbitraje en sus arts. 286, 323 y 345.
en una participación, en el caso del art. 415 del Código de Comercio.
Posteriormente, la Lei de Organización y Atribuciones de los Tribu- o de una sociedad colectiva o en comandita comercial, o entre los asociados
nales de Chile, de 15 de octubre de 1875, dedicó enteramente su Título 4º Las diferencias que ocurrieren entre los socios de una sociedad anónima,
XI, artículos 172 a 191, a regular por primera vez el arbitraje interno en
Chile, reiterando y complementando las disposiciones que en materia o del liquidador de las sociedades comerciales;
de arbitraje societario se contienen hasta hoy en el C. de C. de 1865. 3º Las cuestiones a que diere lugar la presentación de la cuenta del jerente
En concreto, el art. 176 de esa primigenia legislación orgánico-procesal
señalaba: 2º La partición de bienes:
“Art. 176. Deben resolverse por árbitros los asuntos siguientes: en comandita civil;
1º La liquidación de una sociedad conyugal o de una sociedad colectiva o
1º La liquidación de una sociedad conyugal o de una sociedad colectiva o
en comandita civil; “Art. 176. Deben resolverse por árbitros los asuntos siguientes:
del establecimiento de dicha norma: En la misma sesión, el Comisionado Campillo propuso en cambio modi-
y sustento dogmático. Así queda en evidencia al revisar la historia ¿dedigna ¿car el texto del referido artículo, en el sentido de “citar en el núm. 3º los
en aquel momento, sin mayores consideraciones en torno a su justi¿cación artículos de los Códigos Civil i de Comercio que se re¿eren a las materias
La idea fue mantener entonces el statu quo normativo imperante en Chile de compromiso forzado detalladas en dicho número i que la Comisión crea
necesario conservar sujetas a ese compromiso (…)”196.
el Código de Comercio.
que ya lo establecían con dicho carácter, tanto en el Código Civil como en B) Por su parte, en el debate del mismo proyecto en la Cámara de
mándose únicamente en cuenta para ello la existencia previa de normas Diputados, el señor Huneeus dejó en claro que el único propósito que
arbitraje forzoso respecto de conÀictos societarios propiamente tales, to-
Fue entonces en el debate de la Comisión Revisora en donde aparece el
194 Decía el art. 217 de dicho proyecto:
lo que concierne a la liquidación de las “sociedades convencionales”194).
“Deberán necesariamente resolverse por árbitros los asuntos siguientes:
texto original no contenía referencia alguna al arbitraje societario (salvo en 1º La partición de los bienes de un difunto entre sus herederos;
de Libro I del Código de Enjuiciamiento Civil (editado en 1867), cuyo 2º La liquidación de una sociedad conyugal o de cualquiera sociedad convencional;
propuesta inicialmente por don Francisco Vargas Fontecilla en su proyecto 3º Toda cuestión relativa a las cuentas que debe rendir una persona que ha administrado
Debe advertirse, sin embargo, que la norma recién transcrita di¿ere de la negocios ajenos como tutor o curador, como albacea, como mandatario, o con cualquier
otro carácter”.
195 BALLESTEROS, op. cit., Tomo II, p. 88.
121 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 196 Ibid., p. 89.
RETIRO
dicha materia en los Códigos antes mencionados. Dijo entonces el Sr. 198 BALLESTEROS, al respecto, señala que “el compromiso forzado de que se trata en este
“De mui buena gana (…) habría suprimido la Comisión todo arbitraje forza-
do. Pero considerándose ligada por las disposiciones del Código Civil i del árbitros una contienda judicial”.
Código de Comercio, i respetando la idea de uniformar por completo todo el artículo precedente, nadie puede ser obligado a someter al juicio de
nuestro sistema de lejislación, ha incluido en el art. 177 (176) los casos a que que me he referido antes al señalar: “Fuera de los casos espresados en
aquellos Códigos se refieren”.197 también por la Comisión Revisora, que deja entrever la incomodidad a
demás, al avanzar al artículo 177 siguiente de la ley de 1875, introducido
De “mala gana” entonces, o al menos con declarado disgusto, el carácter se aprobó ¿nalmente esta ley198. A la misma conclusión se llega, por lo
forzado del arbitraje societario mercantil interno en Chile fue introducido legislaciones que, paradojalmente, ni siquiera existían a la fecha en que
en esta primera legislación –Lei de Organización y Atribuciones de los se contenían en el Código de Comercio, tomadas como se dijo antes de
Tribunales de Chile– para mantenerse en línea o “ligada” simplemente –en palabras del Comisionado Huneeus– con las normas que en esta materia
palabras del Comisionado Huneeus– con las normas que en esta materia Tribunales de Chile– para mantenerse en línea o “ligada” simplemente –en
se contenían en el Código de Comercio, tomadas como se dijo antes de en esta primera legislación –Lei de Organización y Atribuciones de los
legislaciones que, paradojalmente, ni siquiera existían a la fecha en que forzado del arbitraje societario mercantil interno en Chile fue introducido
se aprobó ¿nalmente esta ley198. A la misma conclusión se llega, por lo De “mala gana” entonces, o al menos con declarado disgusto, el carácter
demás, al avanzar al artículo 177 siguiente de la ley de 1875, introducido
también por la Comisión Revisora, que deja entrever la incomodidad a aquellos Códigos se refieren”.197
que me he referido antes al señalar: “Fuera de los casos espresados en nuestro sistema de lejislación, ha incluido en el art. 177 (176) los casos a que
el artículo precedente, nadie puede ser obligado a someter al juicio de Código de Comercio, i respetando la idea de uniformar por completo todo
árbitros una contienda judicial”. do. Pero considerándose ligada por las disposiciones del Código Civil i del
“De mui buena gana (…) habría suprimido la Comisión todo arbitraje forza-
Lei de Organización y Atribuciones de los Tribunales de Chile y, desde allí, EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 123
de arbitraje habían sido retomadas y/o sistematizadas como se dijo por la
cuencia, al desaparecer las referidas normas del C. de C., que en materia
sus arts. 10 Nº 4 y 125, que analizaré en detalle más adelante. En conse- Pues bien, las normas recién transcritas (arts. 176 y 177) fueron
–LSA–, la que introdujo un muy particular sistema de arbitraje forzoso en recogidas casi literalmente luego por el COT, de 1943, manteniéndose
teriormente por la Ley Nº 18.046, de 1981, sobre Sociedades Anónimas también hasta hoy sin mayores alteraciones. En lo que concierne al arbi-
anónimas, contenidas en el C. de C., fueron expresamente derogadas pos- traje societario, se lo regula allí con carácter forzoso (art. 227) respecto
Con todo, las recién mencionadas disposiciones sobre sociedades de los conÀictos ocurridos con ocasión de las rendiciones hechas por
gerentes y liquidadores de sociedades mercantiles (art. 227 Nº 3) y, en
en el contexto y con el preciso alcance recién indicados. lo que aquí interesa, para resolver aquellas controversias surgidas entre
conÀictos entre socios de sociedades anónimas debía entenderse hecha socios de sociedades personalistas mercantiles “en el caso del art. 415
aclaración entonces, la referencia que hace el art. 227 Nº 4 del COT a los del Código de Comercio”, esto es, cuando el respectivo estatuto social
no ha sido siempre enteramente forzoso. En consecuencia, y valga como no señala si tales diferencias “deberán ser o no sometidas a la resolución
de manera que en Chile el arbitraje en materia de sociedades anónimas de arbitradores” (art. 227 Nº 4).
ende, la ¿gura del arbitraje forzoso por omisión a que me he referido antes,
materia de arbitraje (art. 352 Nº 10, vigente hasta hoy) y replicaba, por Según lo dicho entonces, en las sociedades personalistas mercantiles
se remitía simplemente a las normas aplicables a la sociedad colectiva en el arbitraje tiene lugar cuando los socios nada dicen en el estatuto social,
reguladas en el C. de C., Libro II, Título VII, Párrafo 8, cuyo art. 426 Nº 11 lo que no obsta en consecuencia a su carácter esencialmente forzoso “por
bunales de Chile y luego el COT, aquellas se encontraban íntegramente omisión”. Sobre esto volveremos más adelante.
momento de dictarse la Lei de Organización y Atribuciones de los Tri-
Respecto de las sociedades anónimas, debe tenerse en cuenta que al Respecto de las sociedades anónimas, debe tenerse en cuenta que al
momento de dictarse la Lei de Organización y Atribuciones de los Tri-
omisión”. Sobre esto volveremos más adelante. bunales de Chile y luego el COT, aquellas se encontraban íntegramente
lo que no obsta en consecuencia a su carácter esencialmente forzoso “por reguladas en el C. de C., Libro II, Título VII, Párrafo 8, cuyo art. 426 Nº 11
el arbitraje tiene lugar cuando los socios nada dicen en el estatuto social, se remitía simplemente a las normas aplicables a la sociedad colectiva en
Según lo dicho entonces, en las sociedades personalistas mercantiles materia de arbitraje (art. 352 Nº 10, vigente hasta hoy) y replicaba, por
ende, la ¿gura del arbitraje forzoso por omisión a que me he referido antes,
de arbitradores” (art. 227 Nº 4). de manera que en Chile el arbitraje en materia de sociedades anónimas
no señala si tales diferencias “deberán ser o no sometidas a la resolución no ha sido siempre enteramente forzoso. En consecuencia, y valga como
del Código de Comercio”, esto es, cuando el respectivo estatuto social aclaración entonces, la referencia que hace el art. 227 Nº 4 del COT a los
socios de sociedades personalistas mercantiles “en el caso del art. 415 conÀictos entre socios de sociedades anónimas debía entenderse hecha
lo que aquí interesa, para resolver aquellas controversias surgidas entre en el contexto y con el preciso alcance recién indicados.
gerentes y liquidadores de sociedades mercantiles (art. 227 Nº 3) y, en
de los conÀictos ocurridos con ocasión de las rendiciones hechas por Con todo, las recién mencionadas disposiciones sobre sociedades
traje societario, se lo regula allí con carácter forzoso (art. 227) respecto anónimas, contenidas en el C. de C., fueron expresamente derogadas pos-
también hasta hoy sin mayores alteraciones. En lo que concierne al arbi- teriormente por la Ley Nº 18.046, de 1981, sobre Sociedades Anónimas
recogidas casi literalmente luego por el COT, de 1943, manteniéndose –LSA–, la que introdujo un muy particular sistema de arbitraje forzoso en
Pues bien, las normas recién transcritas (arts. 176 y 177) fueron sus arts. 10 Nº 4 y 125, que analizaré en detalle más adelante. En conse-
cuencia, al desaparecer las referidas normas del C. de C., que en materia
de arbitraje habían sido retomadas y/o sistematizadas como se dijo por la
123 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
Lei de Organización y Atribuciones de los Tribunales de Chile y, desde allí,
RETIRO
Por último, y más recientemente por cierto, la Ley Nº 20.190 (D.O. colectivos.
de 5 de julio de 2007), que entre otros aspectos modi¿ca el C. de C. in- mercantil y los diversos intereses involucrados en él, individuales y/o
corporando al ordenamiento jurídico chileno las denominadas “socieda- volveré al tratar en detalle sobre la arbitrabilidad del conÀicto societario
des por acciones”, crea también una nueva ¿gura de arbitraje societario materias, no obstante su contenido esencialmente patrimonial. Sobre esto
forzoso para resolver las diferencias que ocurran “entre los accionistas, les y doctrinales que han llegado a proscribirlo incluso en determinadas
los accionistas y la sociedad o sus administradores o liquidadores, y la detractores, con expresiones normativas y manifestaciones jurisprudencia-
sociedad y sus administradores o liquidadores” (art. 441 C. de C.). ha encontrado también sus principales obstáculos y sus más enconados
institución arbitral muestra que es en el ámbito societario en donde aquella
2. EL ARBITRAJE SOCIETARIO EN LA ACTUALIDAD; UNA HERRAMIENTA
Sin embargo –y no deja ser paradojal–, el estudio comparado de la
DE INTEGRACIÓN Y DESARROLLO ECONÓMICO
sobre arbitraje interno.
Como se dijo en párrafos anteriores, desde antiguo el arbitraje ha
histórico español y francés y hasta hoy incluso en el Derecho chileno
encontrado en el ámbito societario campo fértil para la composición
ciedad, con carácter forzoso en un determinado momento del Derecho
heterónoma de las controversias que tienen causa en el contrato de so-
heterónoma de las controversias que tienen causa en el contrato de so-
ciedad, con carácter forzoso en un determinado momento del Derecho
encontrado en el ámbito societario campo fértil para la composición
histórico español y francés y hasta hoy incluso en el Derecho chileno
Como se dijo en párrafos anteriores, desde antiguo el arbitraje ha
sobre arbitraje interno.
DE INTEGRACIÓN Y DESARROLLO ECONÓMICO
Como sea, lo cierto es que a partir del fenómeno de la industrialización art. 125 de la misma ley.
de ¿nes del siglo XVIII y principios del siglo XX, que marca el tránsito modi¿cado a mi entender por el artículo 4º Nº 10 LSA, en relación con el
de una economía esencialmente agraria a otra centrada en el desarrollo por el COT, el art. 227 Nº 4 de esta última codi¿cación debe entenderse
industrial, la concentración de capitales y la interacción de ambos con
la tecnología y el trabajo como factores de producción, el arbitraje so-
cietario ha venido experimentando un fuerte impulso como herramienta EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 124
TIRO
Planeta, Barcelona, 1992. Pese al título de su obra, para este autor no es que la historia se hubiese
detenido tras el ¿n de la guerra fría, sino que a partir de ese momento el mundo pasaría a con-
tros días. vertirse en un mercado global gobernado por un sistema capitalista occidental cuyos principios
interdependiente con el desarrollo económico y tecnológico hasta nues- de legitimidad resultaban ya incuestionables. Se trataba, en ¿n, del advenimiento de un estado
una estrecha vinculación e incluso una suerte de sinergia conmutativa e universal homogéneo de democracia liberal en lo público, con fácil acceso a video–casetteras y
alternativa de solución de los conÀictos en el ámbito mercantil, mostrando estéreos en lo económico. Una interesante crítica a esta tesis puede encontrarse en VIDELA, Juan
Daniel, “Contra Fukuyama: Modernidad, globalización y ¿n de la historia”, Ponencia leída en el
I Congreso Internacional de Filosofía de la Historia, Buenos Aires, 25 al 27 de octubre de 2000,
disponible en http://www.oei.org.ar/edumedia/pdfs/T09_Docu2_ContraFukuyama_Videla.pdf.
Consultado el 18 de mayo de 2011.
125 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
la Maza G., Rafael Mey N.), Ed. Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2006, p. 44.
126 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
203 VELJANOVSKI, Cento, Economía del Derecho. Un texto introductorio (traducción Iñigo de
Ibid., p. 92. 202
real y el agotamiento total de las alternativas viables al capitalismo liberal ción”, en Revista Jurídica del Notariado, Nº 56, 2005, p. 91.
y democrático. 201 OLAIZOLA MARTÍNEZ, Fernando, “El arbitraje societario en los tiempos de la globaliza-
201
OLAIZOLA MARTÍNEZ, Fernando, “El arbitraje societario en los tiempos de la globaliza- y democrático.
ción”, en Revista Jurídica del Notariado, Nº 56, 2005, p. 91. real y el agotamiento total de las alternativas viables al capitalismo liberal
202 Ibid., p. 92.
203 VELJANOVSKI, Cento, Economía del Derecho. Un texto introductorio (traducción Iñigo de
la Maza G., Rafael Mey N.), Ed. Universidad Diego Portales, Santiago de Chile, 2006, p. 44.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 126
TIRO
derechos de los individuos, debidamente garantizados por el Estado para ¿cuánto será su costo?; ¿quién lo paga?; ¿cuál es el costo de oportunidad
su libre intercambio en el mercado, adquieren en este sentido el carácter de despejar la ecuación sobre costos y bene¿cios de la opción a ejecutar:
de instituciones que con¿guran simplemente “la infraestructura jurídica por ende las mismas interrogantes propias del análisis económico a la hora
del mercado”, cuyo diseño, interpretación y aplicación debe hacerse por entonces, deberá considerar los mismos factores relevantes y plantearse
lo mismo sin perder de vista su concepción ¿nalista de servicio de los decisiones económicas. Para la adopción de esa decisión en particular,
intereses particulares y de la maximización del bienestar social en su –de singular relevancia por cierto– en su proceso de toma racional de
conjunto. presenta como una más de las variantes que la empresa debe abordar
un problema o conÀicto de carácter jurídico que ya se ha generado, se
En el análisis económico, el Derecho es visto como un sistema de rea- societaria mercantil, más que una pura opción de medios para solucionar
signación de las pérdidas generadas por el conÀicto, que entrega incenti- Visto de otra forma, la decisión de recurrir o no a arbitraje en materia
vos a las personas para reducir los daños y para utilizar los recursos más
e¿cientemente, de manera que las decisiones jurisdiccionales deben ser simplemente mediante la autocomposición de los mismos.
examinadas “por sus efectos en los incentivos que ellas generan”206. Así por conÀictos según los resultados esperados: si por vía judicial o arbitral, o
ejemplo, en materia de responsabilidad extracontractual la pérdida econó- en lo que aquí concierne, insisto– en la decisión de cómo resolver dichos
mica que genera el daño ya se ha producido y no existe forma de evitarla, el comportamiento de los individuos e inÀuyendo a priori por ende –y
por lo que la decisión jurisdiccional sólo podrá inÀuir en la de¿nición de pérdidas ante situaciones con variables más o menos constantes, alterando
quien deberá soportarla en de¿nitiva. Sin embargo, esa de¿nición concreta, casos o situaciones similares, como pauta jurisdiccional de asignación de
a su vez, podrá servir de base e inÀuir directa o indirectamente luego en a su vez, podrá servir de base e inÀuir directa o indirectamente luego en
casos o situaciones similares, como pauta jurisdiccional de asignación de quien deberá soportarla en de¿nitiva. Sin embargo, esa de¿nición concreta,
pérdidas ante situaciones con variables más o menos constantes, alterando por lo que la decisión jurisdiccional sólo podrá inÀuir en la de¿nición de
el comportamiento de los individuos e inÀuyendo a priori por ende –y mica que genera el daño ya se ha producido y no existe forma de evitarla,
en lo que aquí concierne, insisto– en la decisión de cómo resolver dichos ejemplo, en materia de responsabilidad extracontractual la pérdida econó-
conÀictos según los resultados esperados: si por vía judicial o arbitral, o examinadas “por sus efectos en los incentivos que ellas generan”206. Así por
simplemente mediante la autocomposición de los mismos. e¿cientemente, de manera que las decisiones jurisdiccionales deben ser
vos a las personas para reducir los daños y para utilizar los recursos más
Visto de otra forma, la decisión de recurrir o no a arbitraje en materia signación de las pérdidas generadas por el conÀicto, que entrega incenti-
societaria mercantil, más que una pura opción de medios para solucionar En el análisis económico, el Derecho es visto como un sistema de rea-
un problema o conÀicto de carácter jurídico que ya se ha generado, se
presenta como una más de las variantes que la empresa debe abordar conjunto.
–de singular relevancia por cierto– en su proceso de toma racional de intereses particulares y de la maximización del bienestar social en su
decisiones económicas. Para la adopción de esa decisión en particular, lo mismo sin perder de vista su concepción ¿nalista de servicio de los
entonces, deberá considerar los mismos factores relevantes y plantearse del mercado”, cuyo diseño, interpretación y aplicación debe hacerse por
por ende las mismas interrogantes propias del análisis económico a la hora de instituciones que con¿guran simplemente “la infraestructura jurídica
de despejar la ecuación sobre costos y bene¿cios de la opción a ejecutar: su libre intercambio en el mercado, adquieren en este sentido el carácter
¿cuánto será su costo?; ¿quién lo paga?; ¿cuál es el costo de oportunidad derechos de los individuos, debidamente garantizados por el Estado para
de noviembre de 2003), que modi¿ca el D.L. Nº 211, de 1973, crea en Chile el Tribunal de
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 129
profundo de la materia” (Exposición de Motivos). Por su parte, la Ley Nº 19.911 (D.O. de 14
en el proceso de especialización” y de contar con jueces “con conocimiento especí¿co y
uno u otro sistema heterocompositivo? 207 Esto es, la diferencia entre la suma máxima que un individuo estaría dispuesto a pagar
en el debate)? En resumidas cuentas, ¿cuál es el precio de la decisión por y lo que paga efectivamente.
armonía interna en la sociedad como resultado de una menor virulencia 208 SCHÄFER, Hans-Bernd, OTT, Claus, Manual de análisis económico del derecho civil
tangibles que surgen de la opción arbitral vs. la judicial (por ejemplo, la (traducción de Macarena von Carstenn-Lichtenfelde), Tecnos, Madrid, 1991, p. 61.
consumidor”207?; ¿cuál es la valoración asignada, en ¿n, a los bienes in- 209 La necesidad de especialización de los jueces y magistrados constituye un fenómeno
maximizar así lo que los economistas denominan como ”excedente del explícitamente reconocido por el legislador, tanto en España como en Chile, por la vía de
una misma meta heterocompositiva prede¿nida al menor costo, y cómo recientes modi¿caciones normativas que apuntan precisamente a avanzar en ese sentido. En
de los recursos asignados, en este caso, a ese arbitraje?; ¿cómo se alcanza España por ejemplo, la Ley Orgánica Nº 8/2003, de 9 de julio, de Reforma Concursal, crea la
¿gura de los Juzgados de lo Mercantil con el declarado propósito de “avanzar decididamente
en el proceso de especialización” y de contar con jueces “con conocimiento especí¿co y
profundo de la materia” (Exposición de Motivos). Por su parte, la Ley Nº 19.911 (D.O. de 14
de noviembre de 2003), que modi¿ca el D.L. Nº 211, de 1973, crea en Chile el Tribunal de
129 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
atractivos y e¿caces, en cuanto partes o piezas idóneas para el buen fun- Law Review, Vol. 63, 341, 1983, p. 380). Traducción libre del autor.
cionamiento de esta maquinaria de Àujos e intercambios. Es por ello que el (ATIYAH, Patrick Selim, “The Legacy of Holmes Through English Eyes”, Boston University
juez EASTERBROOK211, re¿riéndose precisamente a la falta de preparación y a analizar las inarticuladas y principales premisas que permiten dibujar la línea entre ambas”.
GUASP, El arbitraje en el Derecho español… op. cit., p. 14. 215 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 133
o compatibles con el interés del resto de los partícipes del proceso maxi- SEGUNDA PARTE
tegias o recurriendo a cursos de acción que no siempre son coincidentes ARBITRABILIDAD DEL CONFLICTO SOCIETARIO
mismo acto fundacional, puede perseguirse sin embargo mediante estra-
¿nalidad, que surge y se mani¿esta con vocación individual desde el 1. LA CONTROVERSIA LITIGIOSA EN EL ARBITRAJE SOCIETARIO
interés es maximizar, como ya dije, sus respectivas participaciones. Tal
que intervienen además distintas categorías de personas cuyo principal Entre las múltiples y variadas manifestaciones de la vida en sociedad,
entrelazan y suceden múltiples relaciones jurídicas en el tiempo, en las el conÀicto es tal vez aquella en donde el derecho adquiere su mayor
en las cuales se centrará principalmente nuestro análisis. Allí, pues, se signi¿cación deontológica y en donde exhibe incluso su indudable ne-
principalmente –que no exclusivamente–, en las sociedades de capitales, cesariedad en cuanto herramienta de composición y de armonización de
re especial signi¿cación en un ámbito como el societario mercantil y, la convivencia colectiva. Donde hay sociedad hay conÀicto, qué duda
subjetivas ya sea individuales, grupales o institucionales, lo que adquie- cabe, por lo que el Derecho, como apunta GUASP215, más que constituir
humana, que atraviesa todo el amplio espectro de las relaciones inter- un mínimum ético dentro de cada cuerpo social, con¿gura el mínimum de
El conÀicto constituye entonces un fenómeno inherente a la condición lo socialmente indispensable para organizar una convivencia salpicada
naturalmente por roces y fricciones constantes. La libertad del individuo
que afectan la paz y la convivencia en general. traspasa muchas veces sus fronteras intangibles, inconsciente o delibera-
sino sólo aquellos que por su entidad adquieren relevancia jurídica desde damente, adentrándose así en el espacio de libertad que otro se asigna a
ejercicio de esa libertad; pero ni siquiera para resolver cualquier conÀicto, su vez en un espiral constante que el Derecho, por lo mismo, debe cons-
tatar –ojala precaver– y encausar ¿jando límites siempre de mínimos al tatar –ojala precaver– y encausar ¿jando límites siempre de mínimos al
su vez en un espiral constante que el Derecho, por lo mismo, debe cons- ejercicio de esa libertad; pero ni siquiera para resolver cualquier conÀicto,
damente, adentrándose así en el espacio de libertad que otro se asigna a sino sólo aquellos que por su entidad adquieren relevancia jurídica desde
traspasa muchas veces sus fronteras intangibles, inconsciente o delibera- que afectan la paz y la convivencia en general.
naturalmente por roces y fricciones constantes. La libertad del individuo
lo socialmente indispensable para organizar una convivencia salpicada El conÀicto constituye entonces un fenómeno inherente a la condición
un mínimum ético dentro de cada cuerpo social, con¿gura el mínimum de humana, que atraviesa todo el amplio espectro de las relaciones inter-
cabe, por lo que el Derecho, como apunta GUASP215, más que constituir subjetivas ya sea individuales, grupales o institucionales, lo que adquie-
la convivencia colectiva. Donde hay sociedad hay conÀicto, qué duda re especial signi¿cación en un ámbito como el societario mercantil y,
cesariedad en cuanto herramienta de composición y de armonización de principalmente –que no exclusivamente–, en las sociedades de capitales,
signi¿cación deontológica y en donde exhibe incluso su indudable ne- en las cuales se centrará principalmente nuestro análisis. Allí, pues, se
el conÀicto es tal vez aquella en donde el derecho adquiere su mayor entrelazan y suceden múltiples relaciones jurídicas en el tiempo, en las
Entre las múltiples y variadas manifestaciones de la vida en sociedad, que intervienen además distintas categorías de personas cuyo principal
interés es maximizar, como ya dije, sus respectivas participaciones. Tal
1. LA CONTROVERSIA LITIGIOSA EN EL ARBITRAJE SOCIETARIO ¿nalidad, que surge y se mani¿esta con vocación individual desde el
mismo acto fundacional, puede perseguirse sin embargo mediante estra-
ARBITRABILIDAD DEL CONFLICTO SOCIETARIO tegias o recurriendo a cursos de acción que no siempre son coincidentes
SEGUNDA PARTE o compatibles con el interés del resto de los partícipes del proceso maxi-
133 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 215 GUASP, El arbitraje en el Derecho español… op. cit., p. 14.
RETIRO
como delito su utilización directa o indirecta, en favor propio o de terceros (art. 60).
140 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
debe entenderse por tal e identi¿ca a la persona del insider (art. 165), tipi¿cando además
mación privilegiada en el mercado de valores. En Chile, la LMV de¿ne en su art. 164 lo que
a la hora de de¿nir sus obligaciones y derechos societarios recíprocos, 228 Así ocurre por ejemplo con la mayoría de las regulaciones comparadas sobre infor-
cuando ésta debe ser aplicada”. (Texto citado por MARTÍN PASTOR, op. cit., p. 240).
142 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
y no del legislador, acotar su propia autonomía y, en de¿nitiva, de¿nir los límites de la Ley
órganos integrados en la Jurisdicción, ya que, en otro caso, quedaría al arbitrio de éstos,
“no susceptibles de modi¿cación y mucho menos de derogación por los
pues ello constituye un acto de imperium que en exclusiva corresponde al Estado mediante
MONTERO, en Comentarios a la Ley de Arbitraje…, op. cit., pp. 127 y 128. 235 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 143
pp. 6928 y ss.
a la impugnación de acuerdos sociales”, en Revista General de Derecho, año LI, Nº 609,
234 Cfr. FERNÁNDEZ DEL POZO, Luis, “Sobre la arbitrabilidad de las controversias relativas Según esto, en ¿n, la opción arbitral para la solución de las controver-
sias de relevancia jurídica estaría vedada a las partes en la mayoría de los
casos –y particularmente el societario mercantil–, por la sola circunstancia
incluso de su validez y/o de la infracción de las normas que regulan su de originarse en materias reguladas por normas de derecho necesario, lo
dejado sin efecto por otro acuerdo de la misma Junta, con independencia que no parece acertado.
emanada de los mismos. Se trata aquí de un acuerdo social que puede ser
de intervención alguna de los tribunales de justicia ni de una sentencia En efecto, al optar las partes por el arbitraje no están disponiendo de
ley le con¿ere a dicho órgano en tal sentido, sin necesidad –por ende– norma sustantiva alguna, sino sólo de la vía procesal para resolver una
hacen en forma autónoma y en ejercicio de las facultades que la propia controversia234, de manera tal que no existe allí conÀicto alguno entre los
nulo, viciado o simplemente inconveniente para los intereses sociales, lo conceptos de imperatividad normativa y disponibilidad en Derecho. Visto
terminado acuerdo anterior del mismo órgano de gobierno por estimarlo desde otra perspectiva, si las consecuencias jurídicas que la ley contempla
junta acuerdan, con el quórum legal o estatutario, dejar sin efecto un de- para una determinada situación o relación jurídica pueden ser obtenidas
el profesor MONTERO235, cuando los accionistas reunidos válidamente en de manera directa por las partes, sin necesidad de una sentencia emanada
tanto por la doctrina como por la jurisprudencia. Como señala al respecto de un órgano jurisdiccional estatal que así lo declare, nada impide que
largamente debatido en España y resuelto a¿rmativamente en la actualidad, aquellas recurran a arbitraje en caso de no existir tal acuerdo.
acuerdos adoptados por la Junta de Accionistas en una sociedad anónima,
arbitrabilidad de las controversias que versan sobre la impugnación de los Un ejemplo que puede aclarar lo dicho, al que volveremos con más
detalle en el párrafo siguiente, lo constituye precisamente el caso de la detalle en el párrafo siguiente, lo constituye precisamente el caso de la
Un ejemplo que puede aclarar lo dicho, al que volveremos con más arbitrabilidad de las controversias que versan sobre la impugnación de los
acuerdos adoptados por la Junta de Accionistas en una sociedad anónima,
aquellas recurran a arbitraje en caso de no existir tal acuerdo. largamente debatido en España y resuelto a¿rmativamente en la actualidad,
de un órgano jurisdiccional estatal que así lo declare, nada impide que tanto por la doctrina como por la jurisprudencia. Como señala al respecto
de manera directa por las partes, sin necesidad de una sentencia emanada el profesor MONTERO235, cuando los accionistas reunidos válidamente en
para una determinada situación o relación jurídica pueden ser obtenidas junta acuerdan, con el quórum legal o estatutario, dejar sin efecto un de-
desde otra perspectiva, si las consecuencias jurídicas que la ley contempla terminado acuerdo anterior del mismo órgano de gobierno por estimarlo
conceptos de imperatividad normativa y disponibilidad en Derecho. Visto nulo, viciado o simplemente inconveniente para los intereses sociales, lo
controversia234, de manera tal que no existe allí conÀicto alguno entre los hacen en forma autónoma y en ejercicio de las facultades que la propia
norma sustantiva alguna, sino sólo de la vía procesal para resolver una ley le con¿ere a dicho órgano en tal sentido, sin necesidad –por ende–
En efecto, al optar las partes por el arbitraje no están disponiendo de de intervención alguna de los tribunales de justicia ni de una sentencia
emanada de los mismos. Se trata aquí de un acuerdo social que puede ser
que no parece acertado. dejado sin efecto por otro acuerdo de la misma Junta, con independencia
de originarse en materias reguladas por normas de derecho necesario, lo incluso de su validez y/o de la infracción de las normas que regulan su
casos –y particularmente el societario mercantil–, por la sola circunstancia
sias de relevancia jurídica estaría vedada a las partes en la mayoría de los
Según esto, en ¿n, la opción arbitral para la solución de las controver- 234 Cfr. FERNÁNDEZ DEL POZO, Luis, “Sobre la arbitrabilidad de las controversias relativas
a la impugnación de acuerdos sociales”, en Revista General de Derecho, año LI, Nº 609,
pp. 6928 y ss.
143 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 235 MONTERO, en Comentarios a la Ley de Arbitraje…, op. cit., pp. 127 y 128.
RETIRO
proceso de formación en cuanto tal (sin perjuicio del derecho de terceros sociales en la sociedad anónima.
de buena fe, por cierto), lo que demuestra que el carácter imperativo de volveré en el párrafo siguiente, al tratar concretamente sobre la impugnación de acuerdos
renuncia al ejercicio de una acción, “sino sustitución de su tramitación en 236 Para MUÑOZ PLANAS y MUÑOZ PAREDES, lo determinante en este sentido es “el carácter
la vía judicial por la arbitral, por lo que el arbitraje sólo afecta al modo
o procedimiento de resolución de la controversia”.
normas imperativas que regulan su proceso de formación. De lo único
En el ejemplo propuesto, en síntesis, no hay disposición de normas
están renunciando a su facultad de impugnarlo ni, mucho menos, a las
imperativas. Los socios, al optar por el arbitraje para resolver un problema
relacionado con la validez o nulidad de un acuerdo adoptado en Junta, no
relacionado con la validez o nulidad de un acuerdo adoptado en Junta, no
imperativas. Los socios, al optar por el arbitraje para resolver un problema
están renunciando a su facultad de impugnarlo ni, mucho menos, a las
En el ejemplo propuesto, en síntesis, no hay disposición de normas
normas imperativas que regulan su proceso de formación. De lo único
o procedimiento de resolución de la controversia”.
la vía judicial por la arbitral, por lo que el arbitraje sólo afecta al modo
236
renuncia al ejercicio de una acción, “sino sustitución de su tramitación en
Para MUÑOZ PLANAS y MUÑOZ PAREDES, lo determinante en este sentido es “el carácter
de los intereses afectados por la controversia surgida”, tal como lo ha entendido la Corte
En el arbitraje, como sostiene GÓMEZ PORRÚA237, no hay transacción ni
de Casación italiana. En consecuencia –dicen–, “cuando la impugnación se fundamenta en proceso arbitral seguido ante árbitros de derecho, mixtos o arbitradores.
razones que inciden sobre intereses o posiciones individuales de los socios, procede reconocer impedir que la misma solución, en caso de controversia, se obtenga en un
la plena disponibilidad de la materia en cuestión; disponibilidad que, por el contrario, debe normas esencialmente imperativas, no existe justi¿cación alguna para
ser negada cuando el litigio afecta a intereses de la sociedad o de terceros, o bien cuando la directa por los accionistas, no obstante tratarse de materias reguladas por
impugnación responde a la violación de normas establecidas para tutelar intereses colectivos”.
(MUÑOZ PLANAS, José María y MUÑOZ PAREDES, José María, “La impugnación de acuerdos
jurídicas a que me refería recién pueden obtenerse en este caso de manera
de la Junta General mediante arbitraje”, en Revista de Derecho Mercantil, Nº 238, octubre- Por lo anterior, y considerando precisamente que las consecuencias
diciembre 2000, p. 1445). No comparto sin embargo tal posición, pues con ella nos adentramos
necesariamente en uno de los aspectos más debatidos del Derecho societario comparado, materia que ella regula236.
como es la de¿nición de los diversos intereses que conviven en la sociedad mercantil y, por una norma no es en modo alguno asimilable a la indisponibilidad de la
ende, la determinación del contenido y alcance del denominado “interés social”. Sobre esto
volveré en el párrafo siguiente, al tratar concretamente sobre la impugnación de acuerdos
de buena fe, por cierto), lo que demuestra que el carácter imperativo de
sociales en la sociedad anónima. proceso de formación en cuanto tal (sin perjuicio del derecho de terceros
237 GÓMEZ PORRÚA, Juan Manuel, “La cláusula compromisoria estatutaria y su aplicabilidad
ese conÀicto238. Los socios –dice VICENT CHULIÁ– “escogen la vía o pro-
que salvo disposición expresa que impida someter el tema que las compromete a arbitraje
absoluta ni relativamente (…). Pero ello, repetimos, es una cuestión de orden substantivo y
independientemente de la voluntad de los obligados, de modo que no es lícito derogarla ni ceso arbitral de aplicación de la ley, y no la ley aplicable al fondo” 239,
substantivo, pero no al jurisdiccional. La norma imperativa es aquella que manda o impera lo que les impone por ende la obligación de estarse al convenio arbitral
incompatible con el sometimiento arbitral, ya que esa indisponibilidad afecta al derecho estatutario respectivo.
la materia –dice MUÑOZ SABATÉ– debe ser analizada como un concepto “en modo alguno
Tampoco se afectan por esta vía, por último, las atribuciones que la ley
Junta, partiendo por una advertencia previa que nos parece correcta: la indisponibilidad de
societario en lo que concierne a la convocatoria, celebración y adopción de acuerdos en
de una Junta General de accionistas y, por ende, de la eventual infracción del orden público le asigna a la Junta de Accionistas en cuanto órgano supremo de gobierno
la posible indisponibilidad de la materia cuando se trata de la impugnación de los acuerdos de la sociedad anónima (en el ejemplo, modi¿car o dejar sin efecto el
versias…, op. cit., Anexo I). En dicho laudo, el autor mencionado se ocupa precisamente de acuerdo lesivo). El convenio arbitral, desde que se incorpora como cláusula
FERNÁNDEZ DEL POZO (Vid. FERNÁNDEZ DEL POZO, Luis, “Sobre la arbitrabilidad de las contro- del estatuto social, adquiere un carácter orgánico cuyos efectos se extien-
se pronuncia L. MUÑOZ SABATÉ en un laudo arbitral de fecha 5 de julio de 1994, citado por
den a todos los accionistas por igual, tanto a fundadores como a los que
239 VICENT CHULIÁ, “Arbitraje de Impugnación…”, op. cit., p. 114. En el mismo sentido
adquieren posteriormente esa calidad. Por ello, el acceso a la vía arbitral
Jurídica de Cataluña, Vol. 97, Nº 2, 1998, p. 338).
en estos casos no es otra cosa que el ejercicio de un derecho por parte de
arbitral”. (CAMPO VILLEGAS, Elías, “El Arbitraje en las sociedades mercantiles”, en Revista
de impugnación; el convenio arbitral únicamente sustituye el cauce jurisdiccional por la vía
tan sólo se dispone de la vía procedimental. No hay ninguna disposición sobre el derecho
los; ni se transige ni se renuncia el derecho o facultad sustantivos de impugnar el acuerdo; 238 En palabras de CAMPO VILLEGAS, “cuando los socios someten a arbitraje el tema de la
validez o nulidad de los acuerdos sociales no renuncian a su derecho o facultad de impugnar- validez o nulidad de los acuerdos sociales no renuncian a su derecho o facultad de impugnar-
238 En palabras de CAMPO VILLEGAS, “cuando los socios someten a arbitraje el tema de la los; ni se transige ni se renuncia el derecho o facultad sustantivos de impugnar el acuerdo;
tan sólo se dispone de la vía procedimental. No hay ninguna disposición sobre el derecho
de impugnación; el convenio arbitral únicamente sustituye el cauce jurisdiccional por la vía
arbitral”. (CAMPO VILLEGAS, Elías, “El Arbitraje en las sociedades mercantiles”, en Revista
Jurídica de Cataluña, Vol. 97, Nº 2, 1998, p. 338).
en estos casos no es otra cosa que el ejercicio de un derecho por parte de
adquieren posteriormente esa calidad. Por ello, el acceso a la vía arbitral 239 VICENT CHULIÁ, “Arbitraje de Impugnación…”, op. cit., p. 114. En el mismo sentido
se pronuncia L. MUÑOZ SABATÉ en un laudo arbitral de fecha 5 de julio de 1994, citado por
den a todos los accionistas por igual, tanto a fundadores como a los que
del estatuto social, adquiere un carácter orgánico cuyos efectos se extien- FERNÁNDEZ DEL POZO (Vid. FERNÁNDEZ DEL POZO, Luis, “Sobre la arbitrabilidad de las contro-
acuerdo lesivo). El convenio arbitral, desde que se incorpora como cláusula versias…, op. cit., Anexo I). En dicho laudo, el autor mencionado se ocupa precisamente de
de la sociedad anónima (en el ejemplo, modi¿car o dejar sin efecto el la posible indisponibilidad de la materia cuando se trata de la impugnación de los acuerdos
le asigna a la Junta de Accionistas en cuanto órgano supremo de gobierno de una Junta General de accionistas y, por ende, de la eventual infracción del orden público
societario en lo que concierne a la convocatoria, celebración y adopción de acuerdos en
Tampoco se afectan por esta vía, por último, las atribuciones que la ley
Junta, partiendo por una advertencia previa que nos parece correcta: la indisponibilidad de
la materia –dice MUÑOZ SABATÉ– debe ser analizada como un concepto “en modo alguno
estatutario respectivo. incompatible con el sometimiento arbitral, ya que esa indisponibilidad afecta al derecho
lo que les impone por ende la obligación de estarse al convenio arbitral substantivo, pero no al jurisdiccional. La norma imperativa es aquella que manda o impera
ceso arbitral de aplicación de la ley, y no la ley aplicable al fondo” 239, independientemente de la voluntad de los obligados, de modo que no es lícito derogarla ni
ese conÀicto238. Los socios –dice VICENT CHULIÁ– “escogen la vía o pro- absoluta ni relativamente (…). Pero ello, repetimos, es una cuestión de orden substantivo y
que salvo disposición expresa que impida someter el tema que las compromete a arbitraje
que disponen, pues, es del camino procesal que seguirán para resolver
(v.gr.: cuestiones de estado, artículo 1.814 del Código Civil), nada tiene que ver con el marco
procesal que pueda pactarse para la resolución del conÀicto, ya que la veri¿cación de si se
ha dispuesto o no de la norma imperativa, es algo que se dirime a posteriori analizando el
contenido del Laudo (…)”.
145 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
los accionistas, con base estatutaria y de rango orgánico-fundacional por explica más adelante.
ende, que en nada obsta al libre juego de las mayorías que caracteriza el resulta plenamente aplicable también a los árbitros arbitradores según se
funcionamiento del referido órgano corporativo. Así lo dejó en claro la rior. Tal conclusión, aplicable sin duda a los árbitros de derecho y mixtos,
Audiencia Provincial de Navarra, al señalar precisamente: al resguardo del orden público según se lo ha descrito en el capítulo ante-
imperativas ya referidas, en la medida que ellas apunten como ya se dijo
“…El respeto a la decisión de la mayoría de accionistas, que rige el régimen debe conducir su función jurisdiccional con estricto apego a las normas
de las sociedades anónimas, con carácter esencial, no se desconoce, cuando
arbitral obligatorio, debe tenerse especialmente en cuenta que el árbitro
son precisamente los accionistas, los que utilizan el convenio arbitral previs-
to en la cláusula estatutaria ‘ad hoc’. Estos accionistas disidentes, no están
propia naturaleza. Asimismo, y por tratarse precisamente de un régimen
obligados a someter la discrepancia a la junta para que esta decida, pues radica en el carácter forzoso con que se lo plantea, incompatible con su
simplemente, está utilizando insistimos la facultad reconocida en la norma to y extinción de la sociedad mercantil. Lo cuestionable, sin embargo,
constitucional de la sociedad. Se puede discrepar, sobre si tiene o no sentido, de aquellas normas imperativas que regulan el nacimiento, funcionamien-
atribuir la decisión sobre asuntos sociales, a terceros, para que estos lo hagan del arbitraje como mecanismo de solución de controversias y la existencia
a su leal saber y entender, según se mantiene en el recurso de anulación, pero también, en el sistema chileno de arbitraje societario interno, entre la ¿gura
eso es lo que quiso la mercantil ‘La Información S.A.’, al hacer lucir en sus De lo dicho se desprende entonces la perfecta compatibilidad que existe
estatutos, el convenio arbitral para que las discrepancias, entre la sociedad
y los socios, fueran resueltas, dentro del ámbito dispositivo al que nos hemos ser acogidas”. (F.J. SEXTO)240.
referido, por arbitraje de equidad. En definitiva, no se está hurtando a los las razones en las que se funda la contrariedad al orden público, no pueden
accionistas, la posibilidad de decidir sobre los aspectos societarios, por ello, accionistas, la posibilidad de decidir sobre los aspectos societarios, por ello,
las razones en las que se funda la contrariedad al orden público, no pueden referido, por arbitraje de equidad. En definitiva, no se está hurtando a los
ser acogidas”. (F.J. SEXTO)240. y los socios, fueran resueltas, dentro del ámbito dispositivo al que nos hemos
estatutos, el convenio arbitral para que las discrepancias, entre la sociedad
De lo dicho se desprende entonces la perfecta compatibilidad que existe eso es lo que quiso la mercantil ‘La Información S.A.’, al hacer lucir en sus
también, en el sistema chileno de arbitraje societario interno, entre la ¿gura a su leal saber y entender, según se mantiene en el recurso de anulación, pero
del arbitraje como mecanismo de solución de controversias y la existencia atribuir la decisión sobre asuntos sociales, a terceros, para que estos lo hagan
de aquellas normas imperativas que regulan el nacimiento, funcionamien- constitucional de la sociedad. Se puede discrepar, sobre si tiene o no sentido,
to y extinción de la sociedad mercantil. Lo cuestionable, sin embargo, simplemente, está utilizando insistimos la facultad reconocida en la norma
radica en el carácter forzoso con que se lo plantea, incompatible con su obligados a someter la discrepancia a la junta para que esta decida, pues
propia naturaleza. Asimismo, y por tratarse precisamente de un régimen
to en la cláusula estatutaria ‘ad hoc’. Estos accionistas disidentes, no están
arbitral obligatorio, debe tenerse especialmente en cuenta que el árbitro
son precisamente los accionistas, los que utilizan el convenio arbitral previs-
de las sociedades anónimas, con carácter esencial, no se desconoce, cuando
debe conducir su función jurisdiccional con estricto apego a las normas “…El respeto a la decisión de la mayoría de accionistas, que rige el régimen
imperativas ya referidas, en la medida que ellas apunten como ya se dijo
al resguardo del orden público según se lo ha descrito en el capítulo ante- Audiencia Provincial de Navarra, al señalar precisamente:
rior. Tal conclusión, aplicable sin duda a los árbitros de derecho y mixtos, funcionamiento del referido órgano corporativo. Así lo dejó en claro la
resulta plenamente aplicable también a los árbitros arbitradores según se ende, que en nada obsta al libre juego de las mayorías que caracteriza el
explica más adelante. los accionistas, con base estatutaria y de rango orgánico-fundacional por
chileno y comparado, Edit. Jurídica de Chile, Santiago, 2011, pp. 587 y 588.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 147
241 PUGA VIAL, Juan Esteban, La sociedad anónima y otras sociedades en el derecho
241 PUGA VIAL, Juan Esteban, La sociedad anónima y otras sociedades en el derecho
chileno y comparado, Edit. Jurídica de Chile, Santiago, 2011, pp. 587 y 588.
147 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
dos sociales se mantuvo. Ejemplo de ello es lo que señalan URÍA, MENÉNDEZ y OLIVENCIA,
148 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
LSA, la oposición de este grupo doctrinal al arbitraje en materia de impugnación de acuer-
p. 648. Más aun, incluso después de derogado el procedimiento de impugnación de la antigua
de la junta “normalmente será Una acción ordinaria (…), pues tratándose 242 GARRIGUES, Joaquín, URÍA, Rodrigo (autor secundario), Comentario a la Ley…, op. cit.,
Tras la dictación de la LSA de 17 de julio de 1951 y, luego, de la LAP según paso a revisar.
de 1953, la polémica dividió a los autores entre aquellos que rechazaban algunas manifestaciones favorables a la arbitrabilidad de tales asuntos
la arbitrabilidad de tales controversias por razones de orden público, y jurisprudencia. No obstante, ya en esta primera etapa pueden encontrarse
aquellos que la defendieron con ciertas limitaciones y reservas. de acuerdos sociales fue casi unánime, tanto en la doctrina como en la
rechazo del arbitraje para solucionar conÀictos derivados de la impugnación
Entre los primeros destacan principalmente GARRIGUES y URÍA, con titucional español y regulada por la LSA de 1951 y la LAP de 1953, el
gran inÀuencia en el resto de la doctrina mercantilista y procesalista y En esta primera etapa, gobernada por el antiguo ordenamiento cons-
en la jurisprudencia casi unánime de la época, tanto judicial como de la
DGRN. El art. 1820 del CC –decían estos autores–, sumado al proce- tipológica entre abiertas y cerradas
dimiento de impugnación que establecía el art. 70 de la LSA entonces de 1951; del rechazo absoluto de la arbitrabilidad a la discriminación
vigente, de derecho necesario, hacía imposible el compromiso en estos 2.1.1. La situación a partir de la Ley de Sociedades Anónimas
casos; sin perjuicio –añadían– del posible ejercicio de la acción ordinaria
de nulidad por la vía declarativa242. Asimismo, se consideraba en general
según veremos igualmente–, más no la ordinaria ante jueces estatales.
de los accionistas lo normal será la vía arbitral –única en ciertos casos,
242 GARRIGUES, Joaquín, URÍA, Rodrigo (autor secundario), Comentario a la Ley…, op. cit.,
de la junta “normalmente será Una acción ordinaria (…), pues tratándose
p. 648. Más aun, incluso después de derogado el procedimiento de impugnación de la antigua
LSA, la oposición de este grupo doctrinal al arbitraje en materia de impugnación de acuer-
dos sociales se mantuvo. Ejemplo de ello es lo que señalan URÍA, MENÉNDEZ y OLIVENCIA,
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 148
TIRO
entrar en el fondo del problema discutido”. En el mismo sentido se pronunció luego el TS,
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 149
es improcedente y, por tanto, debe desestimarse la excepción de incompetencia alegada y
las impugnaciones que se establecen en el artículo 70 de la misma, que es lo que se trata,
Entre quienes postularon en cambio la arbitrabilidad de este tipo de de socios y la relación que existe normalmente entre ellos hace factible
controversias puede citarse el trabajo pionero de MUÑOZ PLANAS244, para se presentan en las familiares cerradas. En éstas, en ¿n, el escaso número
quien la tesis recién comentada, que cali¿ca incluso como “de absolutismo socii de la sentencia judicial que resuelve el proceso de impugnación) no
jurisdiccional”, presenta sin embargo un defecto que radica, concretamente, por el contraste entre el efecto relativo del laudo y el efecto erga omnes
en el carácter genérico de su planteamiento. mecanismo heterocompositivo en las sociedades abiertas (principalmente
impugnación de acuerdos, aquellos factores que llevan a rechazarlo como
Sin controvertir sus argumentos, para este autor la tesis referida yerra con un criterio más amplio y favorable pues, en este concreto supuesto de
no obstante al reunir en un mismo cuerpo o continente a todas las socieda- En tales sociedades –concluye–, la acción del arbitraje debiese entenderse
des anónimas por igual, “con abstracción de sus singulares características de intereses entre los socios funciona a modo de condición existencial”.
tipológicas”, en circunstancias que sus postulados y conclusiones sólo contractual, con un acentuado personalismo y en las que la solidaridad
serían proyectables –según él– a la gran sociedad anónima abierta. Por anónimas familiares, “con pocos socios, cerradas, de clara contextura
el contrario, la situación sería diametralmente distinta en las sociedades el contrario, la situación sería diametralmente distinta en las sociedades
anónimas familiares, “con pocos socios, cerradas, de clara contextura serían proyectables –según él– a la gran sociedad anónima abierta. Por
contractual, con un acentuado personalismo y en las que la solidaridad tipológicas”, en circunstancias que sus postulados y conclusiones sólo
de intereses entre los socios funciona a modo de condición existencial”. des anónimas por igual, “con abstracción de sus singulares características
En tales sociedades –concluye–, la acción del arbitraje debiese entenderse no obstante al reunir en un mismo cuerpo o continente a todas las socieda-
con un criterio más amplio y favorable pues, en este concreto supuesto de Sin controvertir sus argumentos, para este autor la tesis referida yerra
impugnación de acuerdos, aquellos factores que llevan a rechazarlo como
mecanismo heterocompositivo en las sociedades abiertas (principalmente en el carácter genérico de su planteamiento.
por el contraste entre el efecto relativo del laudo y el efecto erga omnes jurisdiccional”, presenta sin embargo un defecto que radica, concretamente,
socii de la sentencia judicial que resuelve el proceso de impugnación) no quien la tesis recién comentada, que cali¿ca incluso como “de absolutismo
se presentan en las familiares cerradas. En éstas, en ¿n, el escaso número controversias puede citarse el trabajo pionero de MUÑOZ PLANAS244, para
de socios y la relación que existe normalmente entre ellos hace factible Entre quienes postularon en cambio la arbitrabilidad de este tipo de
a realidades jurídicas y económicas tan distintas245. Más recientemente, el mismo autor reitera la tesis recién apuntada y,
conÀictos corporativos no podría recibir un mismo tratamiento, de cara con ella, el error que a su entender mantendrían todavía quienes postulan
del país. Por todo ello, el arbitraje como mecanismo de resolución de la exclusión o la aceptación absoluta del arbitraje en materia de impug-
dadas las repercusiones que una mala gestión puede tener en la economía nación de acuerdos en la sociedad anónima, sin atender a su concreta
atañen al interés del crédito público y no al accionariado exclusivamente, tipología en cada caso. Todas comparten una común denominación como
y el comportamiento de sus administradores constituyen factores que “anónimas” –dice–, pero lo cierto es que la naturaleza de las “cerradas”
su órgano supremo. En tales sociedades, por ende, la vida de la empresa no puede asimilarse con la de las abiertas. Las primeras –cerradas–, si
cuentas en que la administración de la sociedad pasa a ser en la práctica bien pueden diferenciarse unas con otras por su tamaño, se caracteri-
pero con muy escasa presencia de accionistas, lo que se traduce a ¿n de zan no obstante por tener siempre un reducido número de accionistas
convierten en un ritual bien organizado, con in¿nidad de representaciones que además se conocen entre sí, de manera que la Junta de Accionistas
dejan de ser personas para convertirse en puro capital”, con Juntas que se adquiere realmente en ellas un carácter de reunión de propietarios y de
abiertas, en cambio, “los accionistas, en masa informe y dispersa, casi “poder constituyente en acción”. Sus administradores, a su vez, o son los
vamente limitado y estrictamente privado de relaciones jurídicas. En las mismos accionistas o son personas muy cercanas a ellos, por lo que sus
vínculos con estos últimos y la sociedad se reducen a un ámbito relati- vínculos con estos últimos y la sociedad se reducen a un ámbito relati-
mismos accionistas o son personas muy cercanas a ellos, por lo que sus vamente limitado y estrictamente privado de relaciones jurídicas. En las
“poder constituyente en acción”. Sus administradores, a su vez, o son los abiertas, en cambio, “los accionistas, en masa informe y dispersa, casi
adquiere realmente en ellas un carácter de reunión de propietarios y de dejan de ser personas para convertirse en puro capital”, con Juntas que se
que además se conocen entre sí, de manera que la Junta de Accionistas convierten en un ritual bien organizado, con in¿nidad de representaciones
zan no obstante por tener siempre un reducido número de accionistas pero con muy escasa presencia de accionistas, lo que se traduce a ¿n de
bien pueden diferenciarse unas con otras por su tamaño, se caracteri- cuentas en que la administración de la sociedad pasa a ser en la práctica
no puede asimilarse con la de las abiertas. Las primeras –cerradas–, si su órgano supremo. En tales sociedades, por ende, la vida de la empresa
“anónimas” –dice–, pero lo cierto es que la naturaleza de las “cerradas” y el comportamiento de sus administradores constituyen factores que
tipología en cada caso. Todas comparten una común denominación como atañen al interés del crédito público y no al accionariado exclusivamente,
nación de acuerdos en la sociedad anónima, sin atender a su concreta dadas las repercusiones que una mala gestión puede tener en la economía
la exclusión o la aceptación absoluta del arbitraje en materia de impug- del país. Por todo ello, el arbitraje como mecanismo de resolución de
con ella, el error que a su entender mantendrían todavía quienes postulan conÀictos corporativos no podría recibir un mismo tratamiento, de cara
Más recientemente, el mismo autor reitera la tesis recién apuntada y, a realidades jurídicas y económicas tan distintas245.
cialmente atomizado y disperso de las anónimas abiertas. En síntesis, según este sector de la doctrina el arbitraje constituiría un
arbitral respectivo, a diferencia de lo que ocurre con el accionariado esen- medio idóneo para resolver los conÀictos societarios y, en particular, los
y comprobable que todos, junto con la sociedad, participen en el proceso
245 Vid. MUÑOZ PLANAS y MUÑOZ PAREDES, “La impugnación de acuerdos…”, op. cit.,
derivados de la impugnación de acuerdos sociales, al menos en las socie- 246 SAP de Pontevedra, de 13 de junio de 1994, en Revista General de Derecho, 1994,
concluir entendiendo, como hace la mejor doctrina, que un laudo con tal contenido recae
156 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
ción de los límites que el ordenamiento impone al propio poder que se actúa, no cabe sino
cesionarios `ad hoc´, no ya la propia materia objeto del acuerdo sino también la determina-
por sectores directamente interesados en ella. Sin embargo, las cosas no han cambiado principios cooperativos podrá acudirse al arbitraje de equidad”.
sustancialmente en ese particular. Además de que (1) las normas del Código Civil sobre a arbitraje de derecho”, agregando luego que “si la disputa afectase principalmente a los
inidoneidad objetiva para la transacción no son agotadoras; (2) de que la declaración de Comité de Recursos y los socios, incluso en el período de liquidación, podrán ser sometidos
nulidad del acuerdo no sólo afecta a los socios...; y de que (3) la voluntad inequívoca de que puedan plantearse en las cooperativas, entre el Consejo Rector o los apoderados, el
las partes de someter la solución de las cuestiones litigiosas a la decisión arbitral resulta vas, de 16 de julio de 1999, estableció expresamente que “Las discrepancias o controversias
incorporado a los estatutos sociales `ex post´ y sin la voluntad unánime de todos los socios, Cooperativismo. Posteriormente, la Disposición Adicional 10 de la Ley General de Cooperati-
de modo que la minoría puede verse privada del acceso a los Tribunales, salvo en la limitada el art. 108 un arbitraje de derecho y de equidad, a cargo del entonces Consejo Superior del
medida que lo admiten los artículos 45 y siguientes de la Ley de Arbitraje (argumentos que
debilitan la fuerza de los de signo contrario empleados para sostener un criterio favorable a
la idoneidad del arbitraje en esta materia), no obstante lo decidido en la resolución DGRN
de 19 de febrero de 1998; es evidente que (4) como declara nulos unos acuerdos (tal cual
seguían defendiéndola251, la mencionada Resolución de la DGRN pone
ha hecho el árbitro en el caso a que se re¿ere el conÀicto) no sólo afecta a la materia que en consecuencia la vieja doctrina del TS y las recientes sentencias que
los mismos estaban llamados a disciplinar, dejándolas sin regulación (aspecto puramente entre éstos y la sociedad o entre ésta y su administración. Contrariando
fáctico) sino también al sentido y alcance de las normas jurídicas, imperativas o de `ius teria, admitiendo la arbitrabilidad de toda clase de disputas entre socios,
cogens´, esto es al orden público, por contravención de las cuales el acuerdo es declarado recoge precisamente los nuevos vientos doctrinales y legales en esta ma-
nulo (aspecto estrictamente normativo), y como esto último signi¿ca abandonar al poder
Pues bien, la Resolución de la DGRN, de 19 de febrero de 1998,
de disposición de las partes (a su autonomía de la voluntad) del que los árbitros son meros
cesionarios `ad hoc´, no ya la propia materia objeto del acuerdo sino también la determina-
ción de los límites que el ordenamiento impone al propio poder que se actúa, no cabe sino
concluir entendiendo, como hace la mejor doctrina, que un laudo con tal contenido recae
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 156
TIRO
160 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ administradores (…), y rigiéndose por normas de ius cogens constituye
accionistas y minorías frente a posibles abusos e irregularidades de los
en las sociedades anónimas están dictados en garantía de los socios
La sentencia tiene su origen mediato en la demanda en juicio ordinario preceptos que regulan el procedimiento para la celebración de juntas,
declarativo de menor cuantía interpuesta por un accionista en contra de sociales está sustraída de la posibilidad de convenio (…), ya que los
la sociedad anónima “Sugem S.A.”, ante el Juzgado de Primera Instancia Según la AP, “la nulidad de juntas generales e impugnación de acuerdos
número Tres de San Feliú de Lobregat, por la que se pedía la declaración además la demanda de nulidad de los acuerdos sociales ya mencionados.
de nulidad de la respectiva convocatoria a Junta General de Accionis- cia y desestimó por ende la excepción dilatoria mencionada, acogiendo
tas y se impugnaban además los acuerdos adoptados por la misma, que de 8 de octubre de 1993, revocó el pronunciamiento de primera instan-
aprobaban el balance general, la memoria, la cuenta de resultados y la accionista demandante, la Audiencia Provincial de Barcelona, en sentencia
distribución de dividendos del ejercicio respectivo. Tal convocatoria y Conociendo sin embargo del recurso de apelación interpuesto por el
esos acuerdos –argumentaba el accionista– eran nulos en razón de no
haber recibido oportunamente la información esencial a que tenía derecho resuelto mediante un procedimiento arbitral con todas las garantías”.
en cuanto tal accionista. “no se ve desamparado o menospreciado por el hecho de permitir que sea
mente patrimoniales”, lo que si bien es merecedor de la mayor protección,
Contestando la demanda, la sociedad opuso la excepción dilatoria de sentencia– “no se ventilan, en el fondo, más que los intereses exclusiva-
falta de competencia por sumisión arbitraje, invocando para ello el convenio puramente capitalistas, como las anónimas. En tales conÀictos –señala la
arbitral amplio contenido en el art. 16 de los estatutos sociales. de accionistas e impugnación de los acuerdos adoptados por sociedades
del ámbito del arbitraje las cuestiones relativas a la nulidad de la junta
En su sentencia de fecha 24 de enero de 1992, el Juzgado de Primera por ende la demanda, entendiendo para ello que no pueden quedar fuera
instancia acoge ¿nalmente la señalada excepción dilatoria y desestima instancia acoge ¿nalmente la señalada excepción dilatoria y desestima
por ende la demanda, entendiendo para ello que no pueden quedar fuera En su sentencia de fecha 24 de enero de 1992, el Juzgado de Primera
del ámbito del arbitraje las cuestiones relativas a la nulidad de la junta
de accionistas e impugnación de los acuerdos adoptados por sociedades arbitral amplio contenido en el art. 16 de los estatutos sociales.
puramente capitalistas, como las anónimas. En tales conÀictos –señala la falta de competencia por sumisión arbitraje, invocando para ello el convenio
sentencia– “no se ventilan, en el fondo, más que los intereses exclusiva- Contestando la demanda, la sociedad opuso la excepción dilatoria de
mente patrimoniales”, lo que si bien es merecedor de la mayor protección,
“no se ve desamparado o menospreciado por el hecho de permitir que sea en cuanto tal accionista.
resuelto mediante un procedimiento arbitral con todas las garantías”. haber recibido oportunamente la información esencial a que tenía derecho
esos acuerdos –argumentaba el accionista– eran nulos en razón de no
Conociendo sin embargo del recurso de apelación interpuesto por el distribución de dividendos del ejercicio respectivo. Tal convocatoria y
accionista demandante, la Audiencia Provincial de Barcelona, en sentencia aprobaban el balance general, la memoria, la cuenta de resultados y la
de 8 de octubre de 1993, revocó el pronunciamiento de primera instan- tas y se impugnaban además los acuerdos adoptados por la misma, que
cia y desestimó por ende la excepción dilatoria mencionada, acogiendo de nulidad de la respectiva convocatoria a Junta General de Accionis-
además la demanda de nulidad de los acuerdos sociales ya mencionados. número Tres de San Feliú de Lobregat, por la que se pedía la declaración
Según la AP, “la nulidad de juntas generales e impugnación de acuerdos la sociedad anónima “Sugem S.A.”, ante el Juzgado de Primera Instancia
sociales está sustraída de la posibilidad de convenio (…), ya que los declarativo de menor cuantía interpuesta por un accionista en contra de
preceptos que regulan el procedimiento para la celebración de juntas, La sentencia tiene su origen mediato en la demanda en juicio ordinario
en las sociedades anónimas están dictados en garantía de los socios
accionistas y minorías frente a posibles abusos e irregularidades de los
administradores (…), y rigiéndose por normas de ius cogens constituye EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 160
TIRO
255 Vid. MUÑOZ PLANAS y MUÑOZ PAREDES, “La impugnación de acuerdos…”, op. cit.,
General de Derecho, 1999, pp. 11433 a 11440. La sentencia estima un recurso de anulación
contra un laudo dictado por un árbitro de derecho, que declaró nulos los acuerdos de la Junta
de Accionistas en que se aumentaba el capital social de una sociedad anónima, mediante la
163 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
Ibid, p. 1460.
164 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 259
vinculadas al mismo”.
de la sociedad (…) entre los que se hayan los relativos al capital y a las modi¿caciones
con ninguno de los argumentos que esgrime la misma sentencia ni, en yen precisamente –entre otros– “aquellos acuerdos que afectan a los per¿les estructurales
particular, con la referencia al carácter negocial de los acuerdos sociales,
de abril de 1998, como parámetro indeterminado de inarbitrabilidad en esta materia, inclu-
Para resolver de esta forma, la AP sostiene que los “extremos” a que se re¿ere la STC de 18
lo que por cierto nadie cuestiona. capitalización de créditos, sin respetar el derecho de suscripción preferente de los accionistas.
Sin embargo, para estos autores “El Tribunal Supremo no advierte –he
aquí su error– que la arbitrabilidad de las controversias no depende del del problema que comentan, me parecen incluso inadecuadas (y no digo
carácter negocial de los acuerdos sociales abstractamente considerados, mismo, las preguntas que se formulan los mismos autores, como núcleo
sino de la causa concreta que hace impugnable un determinado acuerdo que por cierto deben ser observadas en todo caso por los árbitros. Por lo
(…). Para resolver, pues, el problema no hay que ¿jar la atención en el reguladoras de las materias que mencionan los autores recién citados, las
carácter negocial de los acuerdos, sino que hay que entrar en los motivos conocimiento de árbitros no disponen de ninguna de las normas imperativas
de la impugnación, variables según los casos (…). Esto es, precisamente, Ya he dicho, sin embargo, que cuando los socios someten un conÀicto al
lo que no ha hecho el Tribunal Supremo que casa la sentencia recurrida
sin preocuparse de analizar –como era obligado– si la vulneración del de- en cada caso”259.
recho de información causa de la impugnación de la junta aprobatoria de capital social? Esto es [concluyen ¿nalmente] lo que hay que determinar
las cuentas anuales era o no materia disponible (…)”. de los requisitos de convocatoria a Junta, o de las normas que protegen el
anulabilidad (…) ¿Pueden los socios disponer de su derecho de información,
En otros términos, para estos autores el acuerdo “no es más que el vehí- no los especí¿cos derechos o intereses alegados como causa de nulidad o
culo, el continente de la controversia, pero ésta radica en si se infringen o culo, el continente de la controversia, pero ésta radica en si se infringen o
no los especí¿cos derechos o intereses alegados como causa de nulidad o En otros términos, para estos autores el acuerdo “no es más que el vehí-
anulabilidad (…) ¿Pueden los socios disponer de su derecho de información,
de los requisitos de convocatoria a Junta, o de las normas que protegen el las cuentas anuales era o no materia disponible (…)”.
capital social? Esto es [concluyen ¿nalmente] lo que hay que determinar recho de información causa de la impugnación de la junta aprobatoria de
en cada caso”259. sin preocuparse de analizar –como era obligado– si la vulneración del de-
lo que no ha hecho el Tribunal Supremo que casa la sentencia recurrida
Ya he dicho, sin embargo, que cuando los socios someten un conÀicto al de la impugnación, variables según los casos (…). Esto es, precisamente,
conocimiento de árbitros no disponen de ninguna de las normas imperativas carácter negocial de los acuerdos, sino que hay que entrar en los motivos
reguladoras de las materias que mencionan los autores recién citados, las (…). Para resolver, pues, el problema no hay que ¿jar la atención en el
que por cierto deben ser observadas en todo caso por los árbitros. Por lo sino de la causa concreta que hace impugnable un determinado acuerdo
mismo, las preguntas que se formulan los mismos autores, como núcleo carácter negocial de los acuerdos sociales abstractamente considerados,
del problema que comentan, me parecen incluso inadecuadas (y no digo aquí su error– que la arbitrabilidad de las controversias no depende del
Sin embargo, para estos autores “El Tribunal Supremo no advierte –he
capitalización de créditos, sin respetar el derecho de suscripción preferente de los accionistas. lo que por cierto nadie cuestiona.
Para resolver de esta forma, la AP sostiene que los “extremos” a que se re¿ere la STC de 18
particular, con la referencia al carácter negocial de los acuerdos sociales,
de abril de 1998, como parámetro indeterminado de inarbitrabilidad en esta materia, inclu-
yen precisamente –entre otros– “aquellos acuerdos que afectan a los per¿les estructurales con ninguno de los argumentos que esgrime la misma sentencia ni, en
de la sociedad (…) entre los que se hayan los relativos al capital y a las modi¿caciones
vinculadas al mismo”.
259 Ibid, p. 1460.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 164
TIRO
la Ley (apartado III). Sin embargo, como pone de relieve la parte recurrida, En el mismo sentido la SAP de Navarra, de 4 de junio de 2001.
en su escrito de oposición al recurso, en principio, la imperatividad de los 260 SAP de Barcelona, de 6 de noviembre de 2000, en Aranzadi Westlaw, JUR 2001\60548.
pugnación de acuerdos de sociedades anónimas”, en Derecho de los Negocios, año 10, Nº 100,
enero 1999, p. 16.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 166
TIRO
BOE Nº 134, de 5 de junio de 2003. 262 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 167
la Ley Nº 11/2011, de 20 de mayo, de reforma de la Ley Nº 60/2003, de 23 normas del juicio ordinario (art. 249.1, apartado 3º). En el mismo sentido,
d) Más recientemente, y como corolario de todo lo señalado, mediante la Disposición Final Tercera de la misma LEC modi¿có el texto del art.
118.1 de la LSA (¿jado por el RDL 1564/1989, de 22 de diciembre), es-
tableciendo en su reemplazo que “Para la impugnación de los acuerdos
formalizado con arreglo a las prescripciones legales”.
sociales, se seguirán los trámites del juicio ordinario y las disposiciones
sean legalmente de preferente aplicación, será resuelta mediante arbitraje
contenidas en la Ley de Enjuiciamiento Civil”.
las relaciones sociales, y sin perjuicio de las normas de procedimiento que
tión que se suscite entre socios, o entre éstos y la sociedad, con motivo de
orientativos de la señalada sociedad, en los términos siguientes: “Toda cues-
Justicia 1445/2003, de 4 de junio262, que aprueba precisamente los estatutos b) Del mismo modo, la Disposición Adicional Décima de la Ley Ge-
Nueva Empresa”. Dicho mandato se concreta en la Orden del Ministerio de neral de Cooperativas, de 16 de julio de 1999, tras dejar establecida la
de Justicia se aprobará un modelo orientativo de estatutos de la sociedad perfecta pertinencia y procedencia del arbitraje para resolver “Las dis-
marzo), establece en su apartado segundo que “Por Orden del Ministerio crepancias o controversias que puedan plantearse en las cooperativas,
la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada (Nº 2/1995, de 23 de entre el Consejo Rector o los apoderados, el Comité de Recursos y los
la Ley Nº 7/2003 de 1 de abril (“Sociedad Limitada Nueva Empresa”) en socios (...)”, le asigna expresamente a los acuerdos cooperativos un ca-
c) En igual sentido, la Disposición Adicional Décima introducida por rácter esencialmente negocial y disponible. Según la norma citada, pues,
“Dado el carácter negocial y dispositivo de los acuerdos sociales no
quedan excluidas de la posibilidad anterior ni las pretensiones de nulidad
de la Asamblea General ni la impugnación de acuerdos asamblearios o
que en su caso estén fuera del poder de suposición de las partes”.
rectores; pero el árbitro no podrá pronunciarse sobre aquellos extremos
rectores; pero el árbitro no podrá pronunciarse sobre aquellos extremos
que en su caso estén fuera del poder de suposición de las partes”.
de la Asamblea General ni la impugnación de acuerdos asamblearios o
quedan excluidas de la posibilidad anterior ni las pretensiones de nulidad
“Dado el carácter negocial y dispositivo de los acuerdos sociales no
rácter esencialmente negocial y disponible. Según la norma citada, pues, c) En igual sentido, la Disposición Adicional Décima introducida por
socios (...)”, le asigna expresamente a los acuerdos cooperativos un ca- la Ley Nº 7/2003 de 1 de abril (“Sociedad Limitada Nueva Empresa”) en
entre el Consejo Rector o los apoderados, el Comité de Recursos y los la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada (Nº 2/1995, de 23 de
crepancias o controversias que puedan plantearse en las cooperativas, marzo), establece en su apartado segundo que “Por Orden del Ministerio
perfecta pertinencia y procedencia del arbitraje para resolver “Las dis- de Justicia se aprobará un modelo orientativo de estatutos de la sociedad
Nueva Empresa”. Dicho mandato se concreta en la Orden del Ministerio de
Justicia 1445/2003, de 4 de junio262, que aprueba precisamente los estatutos
neral de Cooperativas, de 16 de julio de 1999, tras dejar establecida la
b) Del mismo modo, la Disposición Adicional Décima de la Ley Ge-
orientativos de la señalada sociedad, en los términos siguientes: “Toda cues-
tión que se suscite entre socios, o entre éstos y la sociedad, con motivo de
las relaciones sociales, y sin perjuicio de las normas de procedimiento que
contenidas en la Ley de Enjuiciamiento Civil”.
sean legalmente de preferente aplicación, será resuelta mediante arbitraje
sociales, se seguirán los trámites del juicio ordinario y las disposiciones
formalizado con arreglo a las prescripciones legales”.
tableciendo en su reemplazo que “Para la impugnación de los acuerdos
118.1 de la LSA (¿jado por el RDL 1564/1989, de 22 de diciembre), es-
la Disposición Final Tercera de la misma LEC modi¿có el texto del art. d) Más recientemente, y como corolario de todo lo señalado, mediante
normas del juicio ordinario (art. 249.1, apartado 3º). En el mismo sentido, la Ley Nº 11/2011, de 20 de mayo, de reforma de la Ley Nº 60/2003, de 23
167 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 262 BOE Nº 134, de 5 de junio de 2003.
RETIRO
pp. 147-158.
168 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
Lehuedé, Eduardo, editor), Facultad de Derecho Universidad de Los Andes, Santiago, 2012,
ración por justa causa)”, en “Cuadernos de Extensión Jurídica”, Nº 22, VV.AA. (Jequier
263 En este sentido, la ley de reforma introdujo a la LA los artículos 11 bis y 11 ter nuevos,
la vía arbitral por la sola circunstancia de encontrarse involucradas, en la
solverlo, las vulnere efectivamente. Por ello, no resulta acertado rechazar
que señalan respectivamente:
“Artículo 11 bis. Arbitraje estatutario. o de derecho necesario, y otra muy distinta es que el laudo arbitral, al re-
1. Las sociedades de capital podrán someter a arbitraje los conÀictos que en ellas se conocimiento de árbitros, se encuentren involucradas normas imperativas
planteen. que en la regulación del asunto controvertido en concreto, sometido al
2. La introducción en los estatutos sociales de una cláusula de sumisión a arbitraje Como se acaba de señalar en los párrafos precedentes, una cosa es
requerirá el voto favorable de, al menos, dos tercios de los votos correspondientes a las
acciones o a las participaciones en que se divida el capital social.
3. Los estatutos sociales podrán establecer que la impugnación de los acuerdos sociales 2.2. Normas imperativas y arbitraje de equidad
por los socios o administradores quede sometida a la decisión de uno o varios árbitros,
encomendándose la administración del arbitraje y la designación de los árbitros a una
institución arbitral. lo que viene a zanjar toda posible duda a dicho respecto263.
Artículo 11 ter. Anulación por laudo de acuerdos societarios inscribibles. bitraje de los conÀictos que se planteen en sede de sociedades de capital,
1. El laudo que declare la nulidad de un acuerdo inscribible habrá de inscribirse en el
Registro Mercantil. El `Boletín O¿cial del Registro Mercantil´ publicará un extracto.
acoge sin limitaciones y como regla general el posible sometimiento a ar-
2. En el caso de que el acuerdo impugnado estuviese inscrito en el Registro Mercantil, Ley de Arbitraje. La reforma legal mencionada, en lo que aquí interesa,
el laudo determinará, además, la cancelación de su inscripción, así como la de los asientos entró en vigor el día 10 de junio, se modi¿có por segunda vez la señalada
posteriores que resulten contradictorios con ella”. Administración General del Estado (BOE, núm.121, 21 mayo 2011), y que
Sobre esta reforma y sus alcances y efectos véase a PERALES VISCASILLAS, Pilar, “Socie- de diciembre, de Arbitraje y de Regulación del Arbitraje Institucional en la
dades de capital y arbitraje (Reforma de la Ley de Arbitraje. Arbitraje de equidad y sepa-
ración por justa causa)”, en “Cuadernos de Extensión Jurídica”, Nº 22, VV.AA. (Jequier
Lehuedé, Eduardo, editor), Facultad de Derecho Universidad de Los Andes, Santiago, 2012,
pp. 147-158.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 168
TIRO
p. 91.
172 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
SCA de Santiago, de 18 de julio de 1997, en Revista Gaceta Jurídica, Nº 205, 1997, 267
General Extraordinaria de Accionistas, vicio que no puede ni ha podido a retiro en los casos regulados por la LSA española), pues en tal caso la
ratificarse por las partes con posterioridad, al tenor de lo preceptuado en
los antes citados artículos 1681, 1682 del Código Civil;
en el caso descrito, se le hubiere desconocido al demandante su derecho
cuando el laudo violente efectivamente esas normas de mínimos (como si,
11º) Que la solemnidad o formalidad de que se va tratando está estable-
en cuanto tal acto de juzgamiento. Las di¿cultades surgirán, en cambio,
cida en la ley en consideración a la naturaleza del acto propiamente tal, el laudo arbitral de equidad, ningún reproche podrá hacérsele al mismo
ya que se la impone en forma general para todas las sociedades anónimas mínimos” –como las cali¿ca la sentencia citada– no sean vulneradas por
que realicen dicho acto jurídico, sin atender a ningún criterio particular en la sociedad anónima). En la medida que tales normas imperativas “de
o relativo (entre éstos, el objeto o giro social). El legislador ha buscado regulan el fondo del asunto sometido a su conocimiento (derecho de retiro
fijar en efecto normas mínimas para el adecuado funcionamiento de las respectiva, pese al carácter necesario o de ius cogens de las normas que
sociedades anónimas como agentes económicos en el mercado (normas modo alguno un obstáculo en torno a la arbitrabilidad de la controversia
de Orden Público Económico), además de cautelar que sean los propios equidad, pactado por los socios en el estatuto social, no constituye en
accionistas, esto es, los dueños de la sociedad y no los administradores de En el ejemplo propuesto entonces, la naturaleza del arbitraje de
empresa, quienes decidan si los bienes del patrimonio social deben ser sa-
cados de éste para ser entregados a otro patrimonio distinto, en este caso,
a otra sociedad. Lo que el legislador ha hecho con ello es regular la forma
absoluta del acto irregular o defectuoso”.267
de otorgar el consentimiento de una sociedad anónima en un acto jurídico
establecida en los artículos 1682 y 1683 del Código Civil, esto es, la nulidad
como el de que se trata, condicionando el aporte al consentimiento de la
consentimiento (art. 1445 del CC), y, por ende, procede aplicar la sanción
Junta de Accionistas. Si no se cumple con la forma de prestar el referido
y se valoriza), la voluntad no ha sido otorgada, por lo que existe falta de
consentimiento (acuerdo previo de la Junta en el cual se aprueba el aporte
consentimiento (acuerdo previo de la Junta en el cual se aprueba el aporte
y se valoriza), la voluntad no ha sido otorgada, por lo que existe falta de
Junta de Accionistas. Si no se cumple con la forma de prestar el referido
consentimiento (art. 1445 del CC), y, por ende, procede aplicar la sanción
como el de que se trata, condicionando el aporte al consentimiento de la
establecida en los artículos 1682 y 1683 del Código Civil, esto es, la nulidad
de otorgar el consentimiento de una sociedad anónima en un acto jurídico
absoluta del acto irregular o defectuoso”.267
a otra sociedad. Lo que el legislador ha hecho con ello es regular la forma
cados de éste para ser entregados a otro patrimonio distinto, en este caso,
empresa, quienes decidan si los bienes del patrimonio social deben ser sa-
En el ejemplo propuesto entonces, la naturaleza del arbitraje de accionistas, esto es, los dueños de la sociedad y no los administradores de
equidad, pactado por los socios en el estatuto social, no constituye en de Orden Público Económico), además de cautelar que sean los propios
modo alguno un obstáculo en torno a la arbitrabilidad de la controversia sociedades anónimas como agentes económicos en el mercado (normas
respectiva, pese al carácter necesario o de ius cogens de las normas que fijar en efecto normas mínimas para el adecuado funcionamiento de las
regulan el fondo del asunto sometido a su conocimiento (derecho de retiro o relativo (entre éstos, el objeto o giro social). El legislador ha buscado
en la sociedad anónima). En la medida que tales normas imperativas “de que realicen dicho acto jurídico, sin atender a ningún criterio particular
mínimos” –como las cali¿ca la sentencia citada– no sean vulneradas por ya que se la impone en forma general para todas las sociedades anónimas
el laudo arbitral de equidad, ningún reproche podrá hacérsele al mismo cida en la ley en consideración a la naturaleza del acto propiamente tal,
en cuanto tal acto de juzgamiento. Las di¿cultades surgirán, en cambio, 11º) Que la solemnidad o formalidad de que se va tratando está estable-
cuando el laudo violente efectivamente esas normas de mínimos (como si,
en el caso descrito, se le hubiere desconocido al demandante su derecho
los antes citados artículos 1681, 1682 del Código Civil;
a retiro en los casos regulados por la LSA española), pues en tal caso la
ratificarse por las partes con posterioridad, al tenor de lo preceptuado en
General Extraordinaria de Accionistas, vicio que no puede ni ha podido
267 SCA de Santiago, de 18 de julio de 1997, en Revista Gaceta Jurídica, Nº 205, 1997,
p. 91.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 172
TIRO
a árbitros arbitradores el conocimiento de las controversias surgidas en el conforme al artículo 1467, inciso final del Código Civil”.270
marco de un contrato de arrendamiento de inmuebles urbanos, regulados irrenunciables, lo que importa celebrar un contrato prohibido por la ley
por la Ley Nº 18.101, fundándose para ello en la irrenunciabilidad que con- renunciar a derechos, por razones de justicia y equidad, que la ley declara
templa el art. 19 de dicha ley y, por ende, en el carácter de orden público ilícito, puesto que por ella, las partes están implícitamente consintiendo en
de sus normas. Dijo al respecto la Corte: 11º.- Que en estas circunstancias la cláusula en comento adolece de objeto
“8º.- Que no se concilia con la facultad de un árbitro arbitrador, que por de que se trata;
su esencia no está obligado a fallar conforme a la ley vigente, sino a lo que conforme a la ley vigente, pudiendo, incluso, desconocer la irrenunciabilidad
su prudencia y equidad le dictaren, con los rígidos términos del artículo 19 prudencia y equidad les dictaren no estando, por tanto, obligados a fallar
de la ley [Nº 18.101] ya citada que impone la irrenunciabilidad de ciertos ha dicho, tales árbitros están facultados para fallar conforme a lo que su
derechos. En cambio, podrían conciliarse la disposición del artículo 19 con de derechos que el artículo 19 se encarga de precaver, desde que, como se
los árbitros de derecho y los mixtos, pero no con los arbitradores, situación árbitro arbitrador, están posibilitando el no acatamiento e implícita renuncia
que no es la de autos; lacionado al contrato de arriendo celebrado entre ellas al dictamen de un
10º.- Que es indudable que al acordar las partes someterse en todo lo re-
9º.- Que, la disposición del referido artículo 19 de la ley recién citada al hacer
irrenunciables los derechos que confiere a los arrendatarios, implícitamente disposiciones protectoras del arrendatario;
está prohibiendo la celebración de pactos que vulneren esa disposición, como derechos, porque en el fondo de esta manera se estarían vulnerando esas
lo sería, por ejemplo, el que las partes acordaren someterse a la decisión de ciones como las mencionadas, que establecen la irrenunciabilidad de ciertos
un juez al que confieren facultades para prescindir; para no aplicar disposi- un juez al que confieren facultades para prescindir; para no aplicar disposi-
ciones como las mencionadas, que establecen la irrenunciabilidad de ciertos lo sería, por ejemplo, el que las partes acordaren someterse a la decisión de
derechos, porque en el fondo de esta manera se estarían vulnerando esas está prohibiendo la celebración de pactos que vulneren esa disposición, como
disposiciones protectoras del arrendatario; irrenunciables los derechos que confiere a los arrendatarios, implícitamente
9º.- Que, la disposición del referido artículo 19 de la ley recién citada al hacer
10º.- Que es indudable que al acordar las partes someterse en todo lo re-
lacionado al contrato de arriendo celebrado entre ellas al dictamen de un que no es la de autos;
árbitro arbitrador, están posibilitando el no acatamiento e implícita renuncia los árbitros de derecho y los mixtos, pero no con los arbitradores, situación
de derechos que el artículo 19 se encarga de precaver, desde que, como se derechos. En cambio, podrían conciliarse la disposición del artículo 19 con
ha dicho, tales árbitros están facultados para fallar conforme a lo que su de la ley [Nº 18.101] ya citada que impone la irrenunciabilidad de ciertos
prudencia y equidad les dictaren no estando, por tanto, obligados a fallar su prudencia y equidad le dictaren, con los rígidos términos del artículo 19
conforme a la ley vigente, pudiendo, incluso, desconocer la irrenunciabilidad su esencia no está obligado a fallar conforme a la ley vigente, sino a lo que
de que se trata; “8º.- Que no se concilia con la facultad de un árbitro arbitrador, que por
11º.- Que en estas circunstancias la cláusula en comento adolece de objeto de sus normas. Dijo al respecto la Corte:
ilícito, puesto que por ella, las partes están implícitamente consintiendo en templa el art. 19 de dicha ley y, por ende, en el carácter de orden público
renunciar a derechos, por razones de justicia y equidad, que la ley declara por la Ley Nº 18.101, fundándose para ello en la irrenunciabilidad que con-
irrenunciables, lo que importa celebrar un contrato prohibido por la ley marco de un contrato de arrendamiento de inmuebles urbanos, regulados
conforme al artículo 1467, inciso final del Código Civil”.270 a árbitros arbitradores el conocimiento de las controversias surgidas en el
mismo sentido RDJ, Tomo LXXXVI, 2ª parte, sección 1ª, p. 85; RDJ, Tomo LXIX, 2ª parte,
sección 1ª, p. 131.
175 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
o arbitrario por lo ya razonado en los dos motivos anteriores”. (SCA San Miguel, de 4 de
176 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
la resolución, aun cuando son contrarios a sus intereses, no revisten el carácter de ilegal
lo han privado de la posibilidad de defender sus derechos y el contenido y fundamentos de
orden público vigente, ni las partes han podido dársela). 272 La Corte de Apelaciones de San Miguel, re¿riéndose a la posibilidad de impugnar por
Todavía más, las partes que optan por el arbitraje de equidad conservan debido proceso tutelado en el art. 19 Nº 3 de la Carta Fundamental272. En
sin duda un derecho subjetivo fundamental a la imparcialidad del árbitro de la CP de 1980, si con aquella se afecta el orden público procesal y el
y a que no se les deje en indefensión durante la substanciación del arbi- reclamado por la vía de la acción constitucional de protección del art. 20
traje, de manera que la vulneración de tal derecho esencial bien puede ser traje, de manera que la vulneración de tal derecho esencial bien puede ser
reclamado por la vía de la acción constitucional de protección del art. 20 y a que no se les deje en indefensión durante la substanciación del arbi-
de la CP de 1980, si con aquella se afecta el orden público procesal y el
debido proceso tutelado en el art. 19 Nº 3 de la Carta Fundamental272. En
sin duda un derecho subjetivo fundamental a la imparcialidad del árbitro
Todavía más, las partes que optan por el arbitraje de equidad conservan
272
orden público vigente, ni las partes han podido dársela).
La Corte de Apelaciones de San Miguel, re¿riéndose a la posibilidad de impugnar por
por incompetencia (pues ciertamente el árbitro no la tiene para vulnerar el
esta vía constitucional una resolución judicial emanada –en este caso –de un juez ordinario,
señaló: no– por la vía del recurso de queja o del recurso de casación en la forma
“Noveno: Que no sólo lo ilegal es contrario a derecho sino lo que es arbitrario, ya que internacional, o a su invalidación –en el caso del arbitraje chileno inter-
un acto ejercido conforme a las facultades que la ley con¿ere a quien lo ejecuta puede ser español y en el ordenamiento jurídico chileno sobre arbitraje comercial
arbitrario si se realiza en forma abusiva o caprichosa, por lo que es preciso determinar infracción dará origen, necesariamente, a la nulidad del laudo en el sistema
si existió arbitrariedad por parte de la recurrida, considerando que la arbitrariedad está
que la sociedad se ha dado en un momento determinado, de manera que su
referida a la voluntad no gobernada por la razón sino por el capricho, con motivaciones
ajenas a las previstas por la ley y, de la revisión de las actuaciones realizadas por la Juez por el orden público de¿nido en cada caso por unos principios y valores
recurrida en el expediente de que se trata no aparece que sus resoluciones revistan dichas hacen, por cierto). Todos, reitero, se encuentran constreñidos en su actuar
características. situaciones como la descrita (cosa que ni la ley chilena ni la LA española
Décimo: Que de esta forma lo que se estima como arbitrario o ilegal por el recurrente damentos su¿cientes como para discriminar entre unos y otros árbitros en
son supuestos vicios en la tramitación de la causa y en la apreciación de la norma jurídica que existiría para revisar jurisdiccionalmente sus laudos, constituyen fun-
en los fundamentos de la resolución que lo motiva, ninguno de los cuales admite ser impug- a algunos autores a rechazarlo a priori– ni la supuesta mayor di¿cultad
nado por esta acción cautelar porque los eventuales vicios del procedimiento en ningún caso
lo han privado de la posibilidad de defender sus derechos y el contenido y fundamentos de
la resolución, aun cuando son contrarios a sus intereses, no revisten el carácter de ilegal
o arbitrario por lo ya razonado en los dos motivos anteriores”. (SCA San Miguel, de 4 de
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 176
TIRO
www.poderjudicial.cl/index2.php?pagina1=estados_causas.php.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 177
del Juzgado de Letras en lo Civil de La Ligua”, Rol Nº 5669-2007. Disponible en: http://
273 Por todas, SCS de 15 de noviembre de 2007, “Deborach Olmos Tapia con Juez Titular
que precisamente ha originado la infracción. contra podrá sostenerse, tal vez, que la Exma. Corte Suprema ha optado
por rechazar esta vía constitucional cuando se trata de impugnar resolu-
el sólo hecho de haber intervenido, en el procedimiento respectivo, el órgano jurisdiccional
diccionalmente), no puede entenderse que el asunto esté sometido al imperio del Derecho por
recién mencionada inexistencia de vías o recursos procesales conducentes a reclamar juris- ciones emanadas de un tribunal competente según la ley. Sin embargo,
en ¿n, de efectiva infracción del orden público procesal (incluyéndose en ella, por cierto, la a mi entender esa doctrina en nada se opone a lo que aquí sostengo, si
ser atacada mediante otros remedios procesales, ordinarios o extraordinarios. En tales casos, consideramos el razonamiento con que se la acompaña en cada caso.
competente o de árbitros, en aquellos casos en que la infracción respectiva no haya podido
acción constitucional, aun cuando el asunto concreto esté sometido al conocimiento del juez
contrario censu, la efectiva existencia de tal vulneración legitima el ejercicio de la señalada En efecto, lo que la CS ha señalado es que si la controversia se ha
esenciales y, concretamente, de su derecho de defensa. De ello se desprende entonces que, a planteado dentro de un proceso judicial válidamente incoado, cuyo marco
protección radica en que a la recurrente no se le privó de ninguna de sus garantías procesales especí¿co contempla los mecanismos o remedios procesales destinados
a impugnar las respectivas decisiones jurisdiccionales por las partes res-
En este caso entonces, la Corte deja en claro que el motivo de rechazo del recurso de
php?pagina1=estados_causas.php).
pectivas, debe entenderse que la referida situación de conÀicto ha estado
bajo el imperio del derecho y que la vía constitucional aquí comentada,
de 2007, Rol Nº 2412-2007. Sentencias disponibles en: http://www.poderjudicial.cl/index2.
San Miguel Cecilia Vega Adaros”, Rol Nº 234-2006, con¿rmada mediante SCS de 5 de junio
mayo de 2007, “Ilustre Municipalidad de San Miguel con Juez del Cuarto Juzgado Civil de por ende, resulta improcedente273. Por lo mismo, parece entonces evidente
que la aplicación de la tesis apuntada dependerá, precisamente, de la con-
currencia de los presupuestos que la propia CS se ha ocupado de destacar
al invocarla en cada caso, esto es: que tales mecanismos de impugnación
jurisdiccional existan efectivamente. De lo contrario, la vulneración del
tutela constitucional.
orden público procesal por el juez o árbitro legitima necesariamente la
orden público procesal por el juez o árbitro legitima necesariamente la
tutela constitucional.
jurisdiccional existan efectivamente. De lo contrario, la vulneración del
al invocarla en cada caso, esto es: que tales mecanismos de impugnación
currencia de los presupuestos que la propia CS se ha ocupado de destacar
que la aplicación de la tesis apuntada dependerá, precisamente, de la con-
por ende, resulta improcedente273. Por lo mismo, parece entonces evidente mayo de 2007, “Ilustre Municipalidad de San Miguel con Juez del Cuarto Juzgado Civil de
bajo el imperio del derecho y que la vía constitucional aquí comentada, San Miguel Cecilia Vega Adaros”, Rol Nº 234-2006, con¿rmada mediante SCS de 5 de junio
de 2007, Rol Nº 2412-2007. Sentencias disponibles en: http://www.poderjudicial.cl/index2.
pectivas, debe entenderse que la referida situación de conÀicto ha estado php?pagina1=estados_causas.php).
a impugnar las respectivas decisiones jurisdiccionales por las partes res-
En este caso entonces, la Corte deja en claro que el motivo de rechazo del recurso de
especí¿co contempla los mecanismos o remedios procesales destinados protección radica en que a la recurrente no se le privó de ninguna de sus garantías procesales
planteado dentro de un proceso judicial válidamente incoado, cuyo marco esenciales y, concretamente, de su derecho de defensa. De ello se desprende entonces que, a
En efecto, lo que la CS ha señalado es que si la controversia se ha contrario censu, la efectiva existencia de tal vulneración legitima el ejercicio de la señalada
acción constitucional, aun cuando el asunto concreto esté sometido al conocimiento del juez
competente o de árbitros, en aquellos casos en que la infracción respectiva no haya podido
consideramos el razonamiento con que se la acompaña en cada caso. ser atacada mediante otros remedios procesales, ordinarios o extraordinarios. En tales casos,
a mi entender esa doctrina en nada se opone a lo que aquí sostengo, si en ¿n, de efectiva infracción del orden público procesal (incluyéndose en ella, por cierto, la
ciones emanadas de un tribunal competente según la ley. Sin embargo, recién mencionada inexistencia de vías o recursos procesales conducentes a reclamar juris-
diccionalmente), no puede entenderse que el asunto esté sometido al imperio del Derecho por
por rechazar esta vía constitucional cuando se trata de impugnar resolu-
el sólo hecho de haber intervenido, en el procedimiento respectivo, el órgano jurisdiccional
contra podrá sostenerse, tal vez, que la Exma. Corte Suprema ha optado que precisamente ha originado la infracción.
273 Por todas, SCS de 15 de noviembre de 2007, “Deborach Olmos Tapia con Juez Titular
del Juzgado de Letras en lo Civil de La Ligua”, Rol Nº 5669-2007. Disponible en: http://
www.poderjudicial.cl/index2.php?pagina1=estados_causas.php.
177 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
Surge así la teoría del órgano, propuesta en Alemania por VON GIERKE,
para quien los administradores estatutarios no actúan como mandatarios EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 178
TIRO
277
CÁMARA, Manuel de la, Estudios Jurídicos sobre la Sociedad Anónima, VV.AA.,
Civitas, Madrid, 1995, p. 149.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 180
TIRO
Cfr. CÁMARA, Manuel de la, op. cit., p. 152. 278 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 181
de equidad, pues por esa vía se vulnera el orden público plasmado en las con la autorización previa de la Junta para la ejecución o celebración de
ser asumida o suplida válidamente por los árbitros, ni siquiera en sede un acto o contrato determinados; pero incluso en este caso, debe tenerse
nismo de formación y exteriorización de la voluntad societaria, no puede en claro que tal autorización previa no implica en modo alguno entregarle
La función que la ley le asigna a los órganos sociales, en cuanto meca- a la Junta la iniciativa en la ejecución o celebración de ese acto o contrato
(la que seguirá correspondiéndole privativamente al directorio), ni signi¿-
parece ser precisamente la contraria. ca tampoco que tal estipulación estatutaria pueda ser oponible a terceros,
Sin embargo, y analizadas las cosas con mayor detención, la conclusión pues si el directorio procede igualmente sin contar con la autorización in-
dicada, el acto o contrato serán válidos sin perjuicio de la responsabilidad
dinámica societaria. subsecuente278.
como dije– en la plena disponibilidad de este fundamental aspecto de la
extremo, pero válido como tal), lo que llevaría a concluir –a primera vista Hechas las precisiones precedentes, corresponde despejar entonces la
no permiten resolverlo en uno u otro sentido en caso de empates (ejemplo interrogante que adelantáramos ya en el epígrafe: ¿Puede suplirse o com-
un punto concreto en debate, si los mecanismos y/o los quórum legales pletarse la voluntad social mediante una decisión arbitral? ¿Puede acaso
dad anónima– podrían optar incluso por echar a la suerte la de¿nición de el árbitro salvar una situación de empate surgida en el seno de los órganos
administradores como los directores o accionistas –en el caso de la socie- que la ley establece para cada tipo societario especí¿co?
una situación de empate en la toma de decisiones relevantes. Tanto los
salvar el eventual inmovilismo a que se vería enfrentada la sociedad ante A primera vista y en una aproximación preliminar al problema plan-
y, por el contrario, se presenta incluso como una alternativa viable para teado, la alternativa recién apuntada parece no merecer mayores reparos
teado, la alternativa recién apuntada parece no merecer mayores reparos y, por el contrario, se presenta incluso como una alternativa viable para
A primera vista y en una aproximación preliminar al problema plan- salvar el eventual inmovilismo a que se vería enfrentada la sociedad ante
una situación de empate en la toma de decisiones relevantes. Tanto los
que la ley establece para cada tipo societario especí¿co? administradores como los directores o accionistas –en el caso de la socie-
el árbitro salvar una situación de empate surgida en el seno de los órganos dad anónima– podrían optar incluso por echar a la suerte la de¿nición de
pletarse la voluntad social mediante una decisión arbitral? ¿Puede acaso un punto concreto en debate, si los mecanismos y/o los quórum legales
interrogante que adelantáramos ya en el epígrafe: ¿Puede suplirse o com- no permiten resolverlo en uno u otro sentido en caso de empates (ejemplo
Hechas las precisiones precedentes, corresponde despejar entonces la extremo, pero válido como tal), lo que llevaría a concluir –a primera vista
como dije– en la plena disponibilidad de este fundamental aspecto de la
subsecuente278. dinámica societaria.
dicada, el acto o contrato serán válidos sin perjuicio de la responsabilidad
pues si el directorio procede igualmente sin contar con la autorización in- Sin embargo, y analizadas las cosas con mayor detención, la conclusión
ca tampoco que tal estipulación estatutaria pueda ser oponible a terceros, parece ser precisamente la contraria.
(la que seguirá correspondiéndole privativamente al directorio), ni signi¿-
a la Junta la iniciativa en la ejecución o celebración de ese acto o contrato La función que la ley le asigna a los órganos sociales, en cuanto meca-
en claro que tal autorización previa no implica en modo alguno entregarle nismo de formación y exteriorización de la voluntad societaria, no puede
un acto o contrato determinados; pero incluso en este caso, debe tenerse ser asumida o suplida válidamente por los árbitros, ni siquiera en sede
con la autorización previa de la Junta para la ejecución o celebración de de equidad, pues por esa vía se vulnera el orden público plasmado en las
181 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 278 Cfr. CÁMARA, Manuel de la, op. cit., p. 152.
RETIRO
Butlletí Nº4, Tribunal Arbitral de Barcelona, Barcelona, 1992, pp. 21 y 22). En el mismo
sentido OLAIZOLA, op. cit., pp. 105 y 106.
183 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
se analiza283.
Re¿riéndose precisamente a este aspecto, la DGRN ha rechazado tam- tonomía privada definir el papel de los Jueces y Tribunales ampliando las
bién la alternativa arbitral para resolver los empates que se produzcan en principios básicos del orden público por cuanto no corresponde a la au-
la adopción de acuerdos por el Consejo de Administración de una Sociedad Cuarto.- En efecto, pretender aplicar esta institución en bloque, vulnera
Anónima. En tal sentido, en su Resolución de 27 de abril de 1989 señala
concretamente: particulares.
que por su carácter procesal no están sujetos a la libre disposición de los
los Tribunales y que precisamente por eso, tienen en su normativa aspectos
“Tercero.- Ha de tenerse en cuenta que los empates que se pretenden dirimir que está ideada para sustituir, en los conflictos litigiosos, la actuación de
por vía arbitral se desenvuelven en el seno del proceso de formación de la arbitraje, tal como aparece regulada en la ley de 22 de diciembre de 1953,
voluntad social; los Consejeros al votar lo hacen en su calidad de miembros tervención de la jurisdicción ni, tampoco, la aplicación de la institución del
del órgano social; no actúan, al menos directamente, sus propios derechos pretensiones merecedoras de tutela judicial y no procede, por tanto, la in-
e intereses, ni tratan de conciliar pretensiones jurídicas enfrentadas sino ajena; no hay en los empates, todavía, contienda o conflicto litigioso ni
que con sus posiciones contribuyen a definir una voluntad jurídicamente que con sus posiciones contribuyen a definir una voluntad jurídicamente
ajena; no hay en los empates, todavía, contienda o conflicto litigioso ni e intereses, ni tratan de conciliar pretensiones jurídicas enfrentadas sino
pretensiones merecedoras de tutela judicial y no procede, por tanto, la in- del órgano social; no actúan, al menos directamente, sus propios derechos
tervención de la jurisdicción ni, tampoco, la aplicación de la institución del voluntad social; los Consejeros al votar lo hacen en su calidad de miembros
arbitraje, tal como aparece regulada en la ley de 22 de diciembre de 1953, por vía arbitral se desenvuelven en el seno del proceso de formación de la
que está ideada para sustituir, en los conflictos litigiosos, la actuación de “Tercero.- Ha de tenerse en cuenta que los empates que se pretenden dirimir
los Tribunales y que precisamente por eso, tienen en su normativa aspectos
que por su carácter procesal no están sujetos a la libre disposición de los
particulares. concretamente:
Anónima. En tal sentido, en su Resolución de 27 de abril de 1989 señala
Cuarto.- En efecto, pretender aplicar esta institución en bloque, vulnera la adopción de acuerdos por el Consejo de Administración de una Sociedad
principios básicos del orden público por cuanto no corresponde a la au- bién la alternativa arbitral para resolver los empates que se produzcan en
tonomía privada definir el papel de los Jueces y Tribunales ampliando las Re¿riéndose precisamente a este aspecto, la DGRN ha rechazado tam-
se analiza283.
283 En Chile, sin embargo, existen casos en los que la falta de acuerdo en el seno del órgano ésta que cambiaría sin duda de aceptarse la intervención arbitral que aquí
de gobierno designado por la ley puede ser suplido por una decisión jurisdiccional. Es lo que vención integradora de terceros que sean ajenos al mismo, circunstancia
ocurre, por ejemplo, con el art. 19 de la Ley Nº 19.537, sobre Copropiedad Inmobiliaria, que mani¿esta igualmente en el seno orgánico que la ley señala y sin la inter-
al tratar sobre los quórum de las asambleas de copropietarios, sea para constituirlas o para incluso en el ejemplo propuesto supra, en donde la voluntad social se
adoptar acuerdos, señala que de no reunirse las mayorías necesarias “(…) el administrador
o cualquier copropietario podrá ocurrir al juez de policía local correspondiente, conforme a
lo previsto en el artículo 33”. Lo mismo se reitera en el art. 22 del Reglamento de la misma
ley (D.S. Nº 46, Ministerio de Vivienda y Urbanismo, D.O. de 17 de junio de 1998).
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 184
TIRO
Vid. CARAZO, El arbitraje societario, op. cit., p. 49. 286 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 185
pp. 20 y 21.
lización de los órganos sociales, Sociedad de Estudios y Publicaciones, Madrid, 1965,
285 SENÉN DE LA FUENTE, Guillermo, La disolución de la sociedad anónima por para- funciones que constitucional o legalmente les sean encomendadas (artículo
DGRN, Resolución de 27 de abril de 1989, en Aranzadi Westlaw, RJ 1989/3408. 284
117-4º de la Constitución Española) (RCL 1978\2836 y ApNDL 1975-85,
2875); la actuación conjunta de los artículos 9º, 10, 27-4º, 28 y 31 de la Ley
de Arbitraje invocada, podría dar lugar a la introducción de los órganos
parte de la normativa del Derecho de sociedades y más allá del carácter jurisdiccionales en cometidos ajenos a su función de juzgar y hacer ejecutar
ámbito societario, no obstante la naturaleza imperativa que presenta buena lo juzgado, como es el de coadyuvar o suplir en actuaciones procesales los
existe entre el arbitraje y el conÀicto de relevancia jurídica surgido en el mecanismos de actuación de las personas jurídicas. Razonamientos análogos
podrían hacerse en relación con la hoy vigente Ley de Arbitraje de 5 de
diciembre de 1988 (RCL 1988\2430)”.284
En los apartados anteriores se ha analizado la relación de a¿nidad que
Por último, y sin perjuicio de lo dicho hasta aquí, desde un punto de vista
3. ARBITRABILIDAD SUBJETIVA DEL CONFLICTO SOCIETARIO
más práctico debe considerarse también que la vía arbitral no constituye
extremas286. necesariamente una solución que se ajuste en estos casos al dinamismo
incluso más drásticas, como la disolución de la sociedad en situaciones que impone el normal funcionamiento de la sociedad y sus órganos. Como
mica de inmovilismo mediante decisiones jurisdiccionales que pueden ser señala SENÉN285, en efecto, “una sociedad no puede esperar sin sufrir graves
por suplantarlos como se dijo antes, sino por resolver tal situación endé- quebrantos a que se formalice un arbitraje y se dicte un laudo que resuelva
en el seno de los órganos pertinentes, la función de los árbitros no pasa la discrepancia que en cada caso pueda separar a los socios con ocasión
de la sociedad deriva de una situación de conÀicto profundo y permanente de un asunto tratado en la Junta General de Accionistas”. Por ello, si la
imposibilidad de obtener los acuerdos necesarios para el funcionamiento imposibilidad de obtener los acuerdos necesarios para el funcionamiento
de un asunto tratado en la Junta General de Accionistas”. Por ello, si la de la sociedad deriva de una situación de conÀicto profundo y permanente
la discrepancia que en cada caso pueda separar a los socios con ocasión en el seno de los órganos pertinentes, la función de los árbitros no pasa
quebrantos a que se formalice un arbitraje y se dicte un laudo que resuelva por suplantarlos como se dijo antes, sino por resolver tal situación endé-
señala SENÉN285, en efecto, “una sociedad no puede esperar sin sufrir graves mica de inmovilismo mediante decisiones jurisdiccionales que pueden ser
que impone el normal funcionamiento de la sociedad y sus órganos. Como incluso más drásticas, como la disolución de la sociedad en situaciones
necesariamente una solución que se ajuste en estos casos al dinamismo extremas286.
más práctico debe considerarse también que la vía arbitral no constituye
3. ARBITRABILIDAD SUBJETIVA DEL CONFLICTO SOCIETARIO
Por último, y sin perjuicio de lo dicho hasta aquí, desde un punto de vista
del TS español, que en determinadas ocasiones ha optado efectivamente OLAIZOLA, op. cit., p. 131. 292
por hacer oponible a la sociedad lo acordado por todos los socios en estatutario…”, op. cit., p. 290.
un acuerdo parasocial. Según OLAIZOLA292, tales decisiones –y concre- POZO, Luis, “La arbitrabilidad de un derecho DEL 291 En el mismo sentido FERNÁNDEZ
1989\7050.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 189
294 Vid. Resolución de 26 de octubre de 1989, F.J. Nº 4, en Aranzadi Westlaw, RJ
con posterioridad (…)”. (Aranzadi Westlaw, RJ 1992\1204).
se condenara a los tres demandados disidentes al cumplimiento del mismo, como así ocurrió manifestaciones de un criterio jurisprudencial ya uniforme del TS, se-
declarara la plena validez y e¿cacia del repetido documento privado de fecha 17.10.1985 y
gún el cual los señalados acuerdos se asimilarían incluso “a un acuerdo
informal en Junta universal (…) que como acuerdo societario vincula
antes referida, esperar el resultado del aludido proceso, al caber la posibilidad de que se
sociedad) aconsejaba, antes de la celebración de la sedicente Junta General Extraordinaria
buena fe negocial e incluso societaria (dado el ya dicho carácter estrictamente familiar de la a la sociedad”. Re¿riéndose a este mismo tema –agrega–, la DGRN ha
de éstos a dar cumplimiento a lo pactado en el referido documento, cuando la más elemental entendido que el mantenimiento de las cláusulas estatutarias frente a los
don Miguel-Ángel B. A. y la esposa de éste, doña María-Inmaculada L. G.), ante la negativa pactos parasociales tiene por misión la protección de terceros294, “pero
mover contra los otros tres accionistas (su madre, doña María–Manuela A. S.; su hermano cuando no hay terceros a quienes proteger –concluye– debe pregonarse
Instancia número Uno de Bilbao), que don José-Ignacio B. A. se había visto obligado a pro-
el respeto a lo pactado entre todos los socios, porque lo contrario sería
un acto contrario a la buena fe, que implicaría un ejercicio abusivo del
privado se hallaba pendiente de un proceso (Autos núm. 180/1986 del Juzgado de Primera
cual lo realizaron bajo la cobertura o con el pretexto de que la validez de dicho documento
Ignacio, al que de esa forma convirtieron en socio minoritario (que antes no lo era), todo lo derecho”. En ese entendido, por ende, el pacto arbitral parasocial sería
expresado documento privado, reconocía que pertenecían, por mitad, a su hermano don José- igualmente oponible a la sociedad.
cuyo desembolso aportó, como propios, unos bienes inmuebles que, en otro de los pactos del
Sin embargo, el mismo TS se ha encargado de aclarar el recto senti-
suscribiendo don Miguel-Ángel B. A. el mayor número de las nuevas acciones creadas, para
1989\7050.
189 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
Cfr. art. 12 inc. 2º de la LSA chilena y art. 63.1 de la LSA española. 297 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 191
FERNÁNDEZ DEL POZO, “¿Cubre la cláusula estatutaria de arbitraje…”, op. cit., p. 138. 296
296 FERNÁNDEZ DEL POZO, “¿Cubre la cláusula estatutaria de arbitraje…”, op. cit., p. 138.
191 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 297 Cfr. art. 12 inc. 2º de la LSA chilena y art. 63.1 de la LSA española.
RETIRO
como mecanismo de solución de las controversias societarias actuales y que identi¿ca al ente societario como sujeto de derecho distinto e indepen-
futuras. Del contrato de constitución surge, precisamente, la personalidad jurídica
Tratándose en efecto de un convenio arbitral incorporado al estatuto como parte en el contrato de sociedad.
social oportunamente inscrito y publicado –según corresponda–, su e¿cacia la primera obligada por el estatuto social, aun cuando no haya intervenido
subjetiva –aun cuando se estipule para un concreto ámbito objetivo– adquiere Al igual que los socios fundadores, la sociedad como persona jurídica es
un rango orgánico que traspasa los límites que impone el principio de la
relatividad de los contratos, afectando no sólo a los socios que lo pactaron 3.2.1. En cuanto a la sociedad
en su momento sino también a los socios futuros, a los administradores y
a la misma sociedad. En tales casos, como dice la DGRN298, el convenio serán analizados por separado en la parte Tercera de este capítulo.
arbitral “se independiza de la voluntad de los fundadores para pasar a ser COT, 352 Nº 10, 415 y 441 del C. de C., y arts. 4 Nº 10 y 125 de la LSA,
una regla orgánica más”, que como tantas otras de igual naturaleza “vin- contemplados en la ley chilena, concretamente en los artículos 227 del
culan y sujetan a quienes en cada momento lo estén al conjunto normativo administradores. Aclaremos, con todo, que los casos de arbitraje forzoso
constituido por los propios Estatutos”. posterior, sino también a la propia sociedad, a los socios futuros y a los
afecta no sólo a los socios que la incorporaron originariamente o en un acto
A este preciso aspecto me he referido también al tratar sobre la arbi- va, tomando como base para ello que, como tal norma orgánico–societaria,
trabilidad objetiva de la impugnación de acuerdos sociales en el Derecho estatutario pactado por los socios –arbitraje voluntario– en su esfera subjeti-
español sobre sociedades anónimas, a lo que me remito. En lo que sigue entonces, se revisará por separado la fuerza vinculante del convenio arbitral
entonces, se revisará por separado la fuerza vinculante del convenio arbitral español sobre sociedades anónimas, a lo que me remito. En lo que sigue
estatutario pactado por los socios –arbitraje voluntario– en su esfera subjeti- trabilidad objetiva de la impugnación de acuerdos sociales en el Derecho
va, tomando como base para ello que, como tal norma orgánico–societaria, A este preciso aspecto me he referido también al tratar sobre la arbi-
afecta no sólo a los socios que la incorporaron originariamente o en un acto
posterior, sino también a la propia sociedad, a los socios futuros y a los constituido por los propios Estatutos”.
administradores. Aclaremos, con todo, que los casos de arbitraje forzoso culan y sujetan a quienes en cada momento lo estén al conjunto normativo
contemplados en la ley chilena, concretamente en los artículos 227 del una regla orgánica más”, que como tantas otras de igual naturaleza “vin-
COT, 352 Nº 10, 415 y 441 del C. de C., y arts. 4 Nº 10 y 125 de la LSA, arbitral “se independiza de la voluntad de los fundadores para pasar a ser
serán analizados por separado en la parte Tercera de este capítulo. a la misma sociedad. En tales casos, como dice la DGRN298, el convenio
en su momento sino también a los socios futuros, a los administradores y
3.2.1. En cuanto a la sociedad relatividad de los contratos, afectando no sólo a los socios que lo pactaron
un rango orgánico que traspasa los límites que impone el principio de la
Al igual que los socios fundadores, la sociedad como persona jurídica es subjetiva –aun cuando se estipule para un concreto ámbito objetivo– adquiere
la primera obligada por el estatuto social, aun cuando no haya intervenido social oportunamente inscrito y publicado –según corresponda–, su e¿cacia
como parte en el contrato de sociedad. Tratándose en efecto de un convenio arbitral incorporado al estatuto
norma estatutaria es así norma de la sociedad, como único centro de imputación jurídica.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 193
Estado (GIRÓN TENA, José, Derecho de sociedades, Tomo I, Madrid, 1976, pp. 131 y ss.). Cada
con normas que rigen la sociedad en todo lo que no sea contrario al Derecho imperativo del
onore di Pietro Rescigno, Vol. III, Giuffre, Milano, 1999, pp. 93 y ss.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 195
304 BENATTI, Francesco, “Sulla circolazione della clausola compromissoria”, en Studi in
meros sucesores jurídicos de aquéllos” (CAMPO VILLEGAS, op. cit., p. 325).
social ya lo prestaron los socios fundadores. Los posteriores adquirentes de las acciones son se encuentra con dichas acciones en su patrimonio sin haberlas adquirido
precisa de nuevo consentimiento del socio adquirente. El consentimiento a todo el entramado
voluntariamente, sino en pago de deudas de un socio que no pueden ser
satisfechas con otros bienes”.
bilidad (…) Y ello aun cuando, por la razón que fuere, no conozca los estatutos sociales. No se
y promotores, a las prestaciones accesorias, a las restricciones referentes a las libre transmisi-
estructura social estatutaria: a los privilegios de otros, a los derechos especiales de fundadores
ción del nuevo accionista señala que “El adquirente de una acción quedará sometido a toda la No me parece atendible sin embargo este razonamiento, pues, por esa
303 En el mismo sentido se pronuncia CAMPO VILLEGAS, quien re¿riéndose también a la situa-
vía, el socio o accionista podría excusarse de observar el estatuto social
entero, a pretexto de no conocerlo o de no haber intervenido directa-
mente en su con¿guración originaria. Todavía más, semejante postulado
nes ulteriores303. Como apunta BENATTI304, la cláusula arbitral societaria importaría introducir incluso un factor de incertidumbre jurídica en un
el estatuto social, cuya plena vigencia no requiere ni depende de rati¿cacio- ámbito dogmático que simplemente no lo resiste y que, por el contrario,
manifestación originaria de voluntad de los socios fundadores, plasmada en descansa sobre la base del respeto irrestricto del estatuto social inscrito
tiene ninguna importancia a la luz del rango orgánico que asume aquella y publicado –según el caso–, sin distinciones o excepciones de ninguna
que aquí concierne, el concreto convenio arbitral incorporado al mismo, no especie. Así lo señala expresamente por lo demás el art. 22 de la LSA
En síntesis, que el socio o accionista conozca o no el estatuto y, en lo chilena, cuando aclara que “La adquisición de acciones de una sociedad
implica la aceptación de los estatutos sociales, de los acuerdos adoptados
cerradas, abiertas o cotizadas. en las juntas de accionistas, y la de pagar las cuotas insolutas en el caso
trata de accionistas fundadores o de nuevos accionistas, o de sociedades que las acciones adquiridas no estén pagadas en su totalidad”; y así se
derechos reconocidos en esta ley y en los estatutos”, sin distinguir si se desprende a su turno del art. 48.1 de la LSA española, al señalar que “La
acción con¿ere a su titular legítimo la condición de socio y le atribuye los acción con¿ere a su titular legítimo la condición de socio y le atribuye los
desprende a su turno del art. 48.1 de la LSA española, al señalar que “La derechos reconocidos en esta ley y en los estatutos”, sin distinguir si se
que las acciones adquiridas no estén pagadas en su totalidad”; y así se trata de accionistas fundadores o de nuevos accionistas, o de sociedades
en las juntas de accionistas, y la de pagar las cuotas insolutas en el caso cerradas, abiertas o cotizadas.
implica la aceptación de los estatutos sociales, de los acuerdos adoptados
chilena, cuando aclara que “La adquisición de acciones de una sociedad En síntesis, que el socio o accionista conozca o no el estatuto y, en lo
especie. Así lo señala expresamente por lo demás el art. 22 de la LSA que aquí concierne, el concreto convenio arbitral incorporado al mismo, no
y publicado –según el caso–, sin distinciones o excepciones de ninguna tiene ninguna importancia a la luz del rango orgánico que asume aquella
descansa sobre la base del respeto irrestricto del estatuto social inscrito manifestación originaria de voluntad de los socios fundadores, plasmada en
ámbito dogmático que simplemente no lo resiste y que, por el contrario, el estatuto social, cuya plena vigencia no requiere ni depende de rati¿cacio-
importaría introducir incluso un factor de incertidumbre jurídica en un nes ulteriores303. Como apunta BENATTI304, la cláusula arbitral societaria
mente en su con¿guración originaria. Todavía más, semejante postulado
entero, a pretexto de no conocerlo o de no haber intervenido directa-
303 En el mismo sentido se pronuncia CAMPO VILLEGAS, quien re¿riéndose también a la situa-
vía, el socio o accionista podría excusarse de observar el estatuto social
No me parece atendible sin embargo este razonamiento, pues, por esa ción del nuevo accionista señala que “El adquirente de una acción quedará sometido a toda la
estructura social estatutaria: a los privilegios de otros, a los derechos especiales de fundadores
satisfechas con otros bienes”. y promotores, a las prestaciones accesorias, a las restricciones referentes a las libre transmisi-
bilidad (…) Y ello aun cuando, por la razón que fuere, no conozca los estatutos sociales. No se
precisa de nuevo consentimiento del socio adquirente. El consentimiento a todo el entramado
voluntariamente, sino en pago de deudas de un socio que no pueden ser
se encuentra con dichas acciones en su patrimonio sin haberlas adquirido social ya lo prestaron los socios fundadores. Los posteriores adquirentes de las acciones son
meros sucesores jurídicos de aquéllos” (CAMPO VILLEGAS, op. cit., p. 325).
304 BENATTI, Francesco, “Sulla circolazione della clausola compromissoria”, en Studi in
onore di Pietro Rescigno, Vol. III, Giuffre, Milano, 1999, pp. 93 y ss.
195 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
continuidad, dice por su parte el art. 2104, “se subentiende en las anónimas”.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 197
haya de continuar entre los socios sobrevivientes con los herederos del difunto o sin ellos”. Tal
cualquiera de sus socios “menos cuando por disposición de la ley o por el acto constitutivo
307 Según el art. 2103 inc. 1º del CC chileno, la sociedad se disuelve por la muerte de
Sin embargo, tal razonamiento me parece correcto sólo para aquellos
casos en que la sociedad se disuelve por la muerte de alguno de sus so-
tal, por haber transferido su participación. cios, pues allí el heredero no llega a ocupar en efecto la posición del socio
vigor aun cuando el referido socio pierda posteriormente su posición de fallecido. Sin embargo, no parece que la misma solución pueda aplicarse
ambos, el convenio arbitral contemplado en el estatuto mantiene su pleno al resto de los casos, en que la sociedad continúa aun en el evento indi-
tancias ocurridas durante la vigencia de la relación jurídico-societaria entre cado307. En ese escenario, en efecto, el señalado razonamiento me parece
versia entre la sociedad y el ex socio tiene su origen en hechos y circuns- en cierto modo contradictorio por cuanto, en términos generales, la razón
respectiva (a lo que ya me he referido). En consecuencia, si dicha contro- por la cual el heredero no llega a ocupar allí la posición jurídica del socio
relación social y, además, en el carácter intrasocietario de la controversia fallecido radica, necesariamente, en que la respectiva asignación heredita-
convenio arbitral se funda precisamente en su posición de tal dentro de la ria que se le de¿ere no ha llegado a ingresar siquiera a su patrimonio, ya
Al respecto, debe reiterarse que la sujeción del socio o accionista al sea porque no la ha aceptado o porque le afecta en último término alguna
causal de incapacidad o indignidad para suceder debidamente declarada. En
que dejan de serlo durante la vigencia de la sociedad. consecuencia, la situación planteada por estos autores difícilmente llegará
culación al convenio arbitral estatutario radica en la situación de aquellos a presentarse incluso en la práctica, pues, simplemente, ningún derecho
Un último aspecto que debe abordarse respecto de los socios y su vin- o participación social habrá ingresado aquí al patrimonio del heredero,
que por lo mismo carecerá de interés jurídico en cuanto presupuesto de la
3.2.2.3. Ex socios controversia societaria arbitrable.
cualquiera de sus socios “menos cuando por disposición de la ley o por el acto constitutivo
haya de continuar entre los socios sobrevivientes con los herederos del difunto o sin ellos”. Tal
continuidad, dice por su parte el art. 2104, “se subentiende en las anónimas”.
197 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
En su sentencia de 27 de abril de 1988, sin embargo, el TS español con- 310 Así lo entiende también CARAZO. Según la misma autora, si embargo, la solución es
sidera indispensable en estos casos que el ex socio haya tenido al menos la pp. 199 y ss.
calidad de socio al momento de surgir la controversia respectiva308, criterio 309 GUASP, Jaime, Derecho Procesal Civil, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1956,
que a mi entender eleva de manera injusti¿cada el estándar objetivo de la societario, op. cit., p. 225, nota 20.
MOSSA, Diritto Commerciale, T.I, Nº 28, Milán, 1937, p. 200. 312 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 199
1938, pp. 60 y ss.
teoría delle associazioni, en “Annali della Facoltà giurisprudenza di Camerino, Nápoles,
311 MAIORCA, C., La nozione di órgano nel diritto privato con particolare riguardo alla ne, requiere de una previa e ineludible aclaración en punto a la naturaleza
jurídica de la relación que existe entre la sociedad y sus administradores.
lo que nos remitimos.
sobre arbitrabilidad del proceso de formación de la voluntad societaria, a A) Teoría del órgano y vinculación de los administradores
A la teoría del órgano y sus presupuestos nos hemos referido ya al tratar y la sociedad de capital
no el más delicado, por lo menos el más duradero”. A diferencia de la tesis del mandato como fuente y origen del vínculo
anónima son con¿ados a los administradores. Ellos forman el órgano, si entre la sociedad y sus administradores, propia del diseño normativo de
MOSSA312, en ¿n, “Los poderes directivos y de representación de la sociedad las sociedades personalistas en las codi¿caciones decimonónicas, la con-
sociedad la que actúa; no el administrador en cuanto tal. En palabras de cepción organicista aportada por el derecho público alemán al derecho
cuando el administrador actúa en el ámbito de sus poderes, es la propia privado rompe con todo nexo contractualista en este sentido, proponiendo
entidad única, cuyas partes no pueden distinguirse del todo, de manera que en cambio una concepción despersonalizada de la administración como
que lo establecen. En las relaciones externas, por ende, la sociedad es una órgano dotado de poder. Según esta tesis organicista, la noción de órgano
normas de competencia o poder, delimitado por las propias normas legales involucra un concepto esencialmente jurídico, desprovisto –por contrapar-
de aquella, que es referencia de normas de capacidad, el órgano lo es de tida– de todo elemento extrajurídico. A partir de ahí, la relación orgánica
que la persona, punto de referencia de normas jurídicas; pero a diferencia –en este caso entre la sociedad y su órgano de administración– es también
es, como apunta MAIORCA311, una persona “en sentido especial”: es, al igual netamente jurídica, objetiva y formal, desprovista de todo rasgo personal
y, por ende, sin vinculación alguna a una relación entre sujetos. El órgano y, por ende, sin vinculación alguna a una relación entre sujetos. El órgano
netamente jurídica, objetiva y formal, desprovista de todo rasgo personal es, como apunta MAIORCA311, una persona “en sentido especial”: es, al igual
–en este caso entre la sociedad y su órgano de administración– es también que la persona, punto de referencia de normas jurídicas; pero a diferencia
tida– de todo elemento extrajurídico. A partir de ahí, la relación orgánica de aquella, que es referencia de normas de capacidad, el órgano lo es de
involucra un concepto esencialmente jurídico, desprovisto –por contrapar- normas de competencia o poder, delimitado por las propias normas legales
órgano dotado de poder. Según esta tesis organicista, la noción de órgano que lo establecen. En las relaciones externas, por ende, la sociedad es una
en cambio una concepción despersonalizada de la administración como entidad única, cuyas partes no pueden distinguirse del todo, de manera que
privado rompe con todo nexo contractualista en este sentido, proponiendo cuando el administrador actúa en el ámbito de sus poderes, es la propia
cepción organicista aportada por el derecho público alemán al derecho sociedad la que actúa; no el administrador en cuanto tal. En palabras de
las sociedades personalistas en las codi¿caciones decimonónicas, la con- MOSSA312, en ¿n, “Los poderes directivos y de representación de la sociedad
entre la sociedad y sus administradores, propia del diseño normativo de anónima son con¿ados a los administradores. Ellos forman el órgano, si
A diferencia de la tesis del mandato como fuente y origen del vínculo no el más delicado, por lo menos el más duradero”.
y la sociedad de capital A la teoría del órgano y sus presupuestos nos hemos referido ya al tratar
A) Teoría del órgano y vinculación de los administradores sobre arbitrabilidad del proceso de formación de la voluntad societaria, a
lo que nos remitimos.
jurídica de la relación que existe entre la sociedad y sus administradores.
ne, requiere de una previa e ineludible aclaración en punto a la naturaleza 311 MAIORCA, C., La nozione di órgano nel diritto privato con particolare riguardo alla
teoría delle associazioni, en “Annali della Facoltà giurisprudenza di Camerino, Nápoles,
1938, pp. 60 y ss.
199 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 312 MOSSA, Diritto Commerciale, T.I, Nº 28, Milán, 1937, p. 200.
RETIRO
Aclarada la naturaleza orgánica que presenta la vinculación entre la arbitral estatutaria no puede alcanzar a los administradores que no sean
sociedad de capital y sus administradores, estamos en condiciones de re- Una opinión distinta es la de MUÑOZ PLANAS314, para quien la cláusula
ferirnos entonces al alcance del convenio arbitral estatutario respecto de
estos últimos. socios y la sociedad313.
sariamente que los administradores quedan sujetos a él al igual que los
A la situación de los administradores se re¿ere también la DGRN en pudieren surgir durante la vigencia de la sociedad, debe entenderse nece-
su Resolución de 19 de febrero de 1998, mencionada supra, cuyos plan- un convenio arbitral para la solución de las controversias societarias que
teamientos resultan plenamente aplicables a las sociedades de capital en y regulan para cada tipo societario. Por ello, si el estatuto social incluye
Chile. Según la mencionada Resolución, en efecto, en estos casos “(…) Los estatutarias y en las disposiciones legales imperativas que lo contemplan
Administradores, aunque no ostenten la condición de socios, no por ello social que, como tal, se estructura y desempeña con base en las normas
son terceros desvinculados del régimen estatutario en su relación orgánica de la sociedad, los administradores –socios o no– constituyen un órgano
con la sociedad, pues si así fuera tampoco podrían invocar en su favor los tatutos y de tutelar los intereses sociales. A la luz de la teoría organicista
derechos que, como puede ser la retribución, les reconocieran (…)”. sociedad una relación que se caracteriza por el deber de observar sus es-
al estatuto social, no lo es menos que éstos mantienen igualmente con la
Si bien es evidente entonces que los administradores que no son socios no han intervenido en la de¿nición del convenio arbitral y su incorporación
no han intervenido en la de¿nición del convenio arbitral y su incorporación Si bien es evidente entonces que los administradores que no son socios
al estatuto social, no lo es menos que éstos mantienen igualmente con la
sociedad una relación que se caracteriza por el deber de observar sus es- derechos que, como puede ser la retribución, les reconocieran (…)”.
tatutos y de tutelar los intereses sociales. A la luz de la teoría organicista con la sociedad, pues si así fuera tampoco podrían invocar en su favor los
de la sociedad, los administradores –socios o no– constituyen un órgano son terceros desvinculados del régimen estatutario en su relación orgánica
social que, como tal, se estructura y desempeña con base en las normas Administradores, aunque no ostenten la condición de socios, no por ello
estatutarias y en las disposiciones legales imperativas que lo contemplan Chile. Según la mencionada Resolución, en efecto, en estos casos “(…) Los
y regulan para cada tipo societario. Por ello, si el estatuto social incluye teamientos resultan plenamente aplicables a las sociedades de capital en
un convenio arbitral para la solución de las controversias societarias que su Resolución de 19 de febrero de 1998, mencionada supra, cuyos plan-
pudieren surgir durante la vigencia de la sociedad, debe entenderse nece- A la situación de los administradores se re¿ere también la DGRN en
sariamente que los administradores quedan sujetos a él al igual que los
socios y la sociedad313. estos últimos.
ferirnos entonces al alcance del convenio arbitral estatutario respecto de
Una opinión distinta es la de MUÑOZ PLANAS314, para quien la cláusula sociedad de capital y sus administradores, estamos en condiciones de re-
arbitral estatutaria no puede alcanzar a los administradores que no sean Aclarada la naturaleza orgánica que presenta la vinculación entre la
www.poderjudicial.cl/index2.php?pagina1=estados_causas.php.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 201
Nº 708-2003, “Leasing Nacional S.A. con Carvallo Portales, Rodrigo”, disponible en: http://
XXIX del Libro IV del Código Civil”. (SCA de Santiago, de 31 de julio de 2008, causa Rol
socios por cuanto, simplemente, éstos han sido ajenos al contrato social.
complementaria o subsidiariamente, las normas sobre el mandato que contempla el Título
por cuenta de su mandante (art. 237 del Código de Comercio). También son aplicables
blecimiento comercial o fabril, o parte de él, que lo dirige o administra según su prudencia Tal criterio, sin embargo, no parece ser el correcto.
de la Ley Nº 18.046) y la ley de¿ne al factor como “el gerente de un negocio o de un esta-
esa calidad ya que, por una parte, todas las sociedades anónimas son mercantiles (art. 1º
Las facultades y deberes de los administradores son sin duda cuestiones
societarias, al igual que su régimen de responsabilidad, pues la sola acep-
las normas que rigen a los factores de comercio y el gerente de una sociedad anónima tiene
Código de Comercio en los artículos 237 y 325 a 341, ambos inclusive, desde que esas son
normas de la ley que rige a las sociedades anónimas, sino también por las que contempla el tación del cargo implica necesariamente su vinculación al contrato social
nima de la cual el demandado era gerente. Esa responsabilidad civil se rige, no sólo por las y, consecuencialmente, al estatuto en su integridad, sean o no socios315.
de naturaleza contractual, desde que quien pide hacerla efectiva es la propia sociedad anó- No existe razón alguna para eximir entonces a los administradores no
socios de la aplicación del convenio arbitral, pues, si así fuere, habría que
“Tercero: Que la responsabilidad que la demandante imputa al demandado es, entonces,
naturaleza jurídica contractual al señalar:
rente de una sociedad anónima frente a la sociedad y sus socios, le asigna precisamente una reconocerles también la facultad de eludir el resto de las disposiciones
317 La CA de Santiago, re¿riéndose a la responsabilidad civil que le corresponde al ge- estatutarias (ya que tampoco participaron en ellas), lo que resulta simple-
CAMPO VILLEGAS, op. cit., p. 322. 316
mente impensable.
p. 2044.
315 Así lo sostiene también FERNÁNDEZ DEL POZO, “Publicidad mercantil registral…”, op. cit., CAMPO VILLEGAS316, cali¿cando incluso de “doctrina mala” a la recién
comentada, señala que “Cuando el administrador acepta el cargo que se
le ha deferido se produce la perfección del contrato entre la sociedad y
el cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también todas las con- él317. Desde entonces el vínculo sociedad-administrador impone no sólo
él317. Desde entonces el vínculo sociedad-administrador impone no sólo el cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también todas las con-
le ha deferido se produce la perfección del contrato entre la sociedad y
comentada, señala que “Cuando el administrador acepta el cargo que se
CAMPO VILLEGAS316, cali¿cando incluso de “doctrina mala” a la recién 315 Así lo sostiene también FERNÁNDEZ DEL POZO, “Publicidad mercantil registral…”, op. cit.,
p. 2044.
316 CAMPO VILLEGAS, op. cit., p. 322.
mente impensable.
estatutarias (ya que tampoco participaron en ellas), lo que resulta simple- 317 La CA de Santiago, re¿riéndose a la responsabilidad civil que le corresponde al ge-
reconocerles también la facultad de eludir el resto de las disposiciones rente de una sociedad anónima frente a la sociedad y sus socios, le asigna precisamente una
naturaleza jurídica contractual al señalar:
socios de la aplicación del convenio arbitral, pues, si así fuere, habría que
“Tercero: Que la responsabilidad que la demandante imputa al demandado es, entonces,
No existe razón alguna para eximir entonces a los administradores no de naturaleza contractual, desde que quien pide hacerla efectiva es la propia sociedad anó-
y, consecuencialmente, al estatuto en su integridad, sean o no socios315. nima de la cual el demandado era gerente. Esa responsabilidad civil se rige, no sólo por las
tación del cargo implica necesariamente su vinculación al contrato social normas de la ley que rige a las sociedades anónimas, sino también por las que contempla el
societarias, al igual que su régimen de responsabilidad, pues la sola acep- Código de Comercio en los artículos 237 y 325 a 341, ambos inclusive, desde que esas son
las normas que rigen a los factores de comercio y el gerente de una sociedad anónima tiene
Las facultades y deberes de los administradores son sin duda cuestiones esa calidad ya que, por una parte, todas las sociedades anónimas son mercantiles (art. 1º
de la Ley Nº 18.046) y la ley de¿ne al factor como “el gerente de un negocio o de un esta-
Tal criterio, sin embargo, no parece ser el correcto. blecimiento comercial o fabril, o parte de él, que lo dirige o administra según su prudencia
socios por cuanto, simplemente, éstos han sido ajenos al contrato social. por cuenta de su mandante (art. 237 del Código de Comercio). También son aplicables
complementaria o subsidiariamente, las normas sobre el mandato que contempla el Título
XXIX del Libro IV del Código Civil”. (SCA de Santiago, de 31 de julio de 2008, causa Rol
Nº 708-2003, “Leasing Nacional S.A. con Carvallo Portales, Rodrigo”, disponible en: http://
www.poderjudicial.cl/index2.php?pagina1=estados_causas.php.
201 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
secuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso pronuncie sobre su conveniencia o inconveniencia.
y a la ley”. suspendiendo su ejecución pendiente hasta que la mayoría numérica se
a cada socio la facultad de oponerse a los actos de administración de otro,
3.2.3.2. En las sociedades de personas. Convenio conservación, los artículos 388 y 389 del Código de Comercio con¿eren
arbitral estatutario y teoría del mandato de C.). Sin perjuicio de lo anterior, y con la sola excepción de los actos de
ciedad en juicio, tanto como demandante como demandado (art. 398 del C.
Distinta es la situación en el caso de las sociedades de personas, cuando administración, además, los socios tienen la representación legal de la so-
los administradores delegados no tienen a su vez la calidad de socios. de la sociedad (art. 397 del C. de C. y art. 2077 del CC). En virtud de esta
parte, cuando tales actos o contratos se encuadren dentro del giro ordinario
A diferencia de lo que ocurre con la sociedad de capital, en donde rige ejecutan en conformidad al estatuto social o, en silencio del mismo en esta
en plenitud la teoría organicista de la sociedad, en el derecho chileno obligarán solidariamente a la sociedad y a los socios restantes cuando se
–como se explicó ya en el apartado precedente– la sociedad de personas mandato para administrar la sociedad, por lo que sus actos de administración
se rige esencialmente por la tesis del mandato para explicar la vinculación casos, el artículo 386 entiende que los socios se han dado recíprocamente
que existe entre la sociedad y sus administradores, lo que presupone una de la sociedad estará a cargo de todos los socios indistintamente. En estos
vinculación esencialmente contractual entre ambos. En estos casos es el En primer término, y ante el silencio de los estatutos, la administración
administrador quien mani¿esta su voluntad frente a terceros, cuyos efectos
jurídicos se radican no obstante en la sociedad mandante de acuerdo a las lo que se acaba de señalar.
reglas generales. Diversas son las normas legales que evidencian en efecto reglas generales. Diversas son las normas legales que evidencian en efecto
lo que se acaba de señalar. jurídicos se radican no obstante en la sociedad mandante de acuerdo a las
administrador quien mani¿esta su voluntad frente a terceros, cuyos efectos
En primer término, y ante el silencio de los estatutos, la administración vinculación esencialmente contractual entre ambos. En estos casos es el
de la sociedad estará a cargo de todos los socios indistintamente. En estos que existe entre la sociedad y sus administradores, lo que presupone una
casos, el artículo 386 entiende que los socios se han dado recíprocamente se rige esencialmente por la tesis del mandato para explicar la vinculación
mandato para administrar la sociedad, por lo que sus actos de administración –como se explicó ya en el apartado precedente– la sociedad de personas
obligarán solidariamente a la sociedad y a los socios restantes cuando se en plenitud la teoría organicista de la sociedad, en el derecho chileno
ejecutan en conformidad al estatuto social o, en silencio del mismo en esta A diferencia de lo que ocurre con la sociedad de capital, en donde rige
parte, cuando tales actos o contratos se encuadren dentro del giro ordinario
de la sociedad (art. 397 del C. de C. y art. 2077 del CC). En virtud de esta los administradores delegados no tienen a su vez la calidad de socios.
administración, además, los socios tienen la representación legal de la so- Distinta es la situación en el caso de las sociedades de personas, cuando
ciedad en juicio, tanto como demandante como demandado (art. 398 del C.
de C.). Sin perjuicio de lo anterior, y con la sola excepción de los actos de arbitral estatutario y teoría del mandato
conservación, los artículos 388 y 389 del Código de Comercio con¿eren 3.2.3.2. En las sociedades de personas. Convenio
a cada socio la facultad de oponerse a los actos de administración de otro,
suspendiendo su ejecución pendiente hasta que la mayoría numérica se y a la ley”.
pronuncie sobre su conveniencia o inconveniencia. secuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso
de asociarse, aunque con los vicios apuntados que pueden excluir o no la formales.
personalidad jurídica. perjuicio de que como sociedad de hecho pueda luego anularse por vicios
trumento reducido a escritura pública o en instrumento protocolizado; sin
3.2.4.1. Algunas consideraciones en torno a la nulidad
la celebración misma del contrato que conste en escritura pública, en ins-
en el derecho chileno de sociedades
proceso de formación tiene por regla general personalidad jurídica desde
De esta forma entonces, en el derecho chileno la sociedad solemne en
Debe aclararse en primer término que en el derecho chileno de socieda-
des, principalmente tras la dictación de la CP de 1980 –que garantiza en su
instrumento reducido a escritura pública o protocolizado”.
art. 19 Nº15 el derecho a asociarse libremente sin permiso previo– y de las
liquidada como una sociedad anónima si consta de escritura pública o de
reformas introducidas por la Ley Nº 19.499, sobre Saneamiento de Vicios
señala que “La sociedad nula (…) gozará de personalidad jurídica y será
Formales (D.O. de 11 de abril de 1997), la personalidad jurídica de las
del vicio en conformidad con la ley”. El art. 6º de la LSA, por su parte,
sociedades solemnes se reconoce en términos amplios. Todavía más, dicho
ca o protocolizado”; y todo ello –agrega– “sin perjuicio del saneamiento
reconocimiento surge incluso desde el momento mismo en que se celebra
si consta de escritura pública o de instrumento reducido a escritura públi-
el acto constitutivo de la sociedad y aun cuando esta última sea anulable,
350 gozará de personalidad jurídica y será liquidada como una sociedad
por no haberse cumplido con todos los requisitos que la ley establece para
que adolezca de nulidad por incumplimiento de lo prescrito en el artículo
su proceso formativo.
SRL por remisión del art. 3º de la Ley Nº 3.918, establece que “La sociedad
a las comanditas simples o por acciones, a la sociedad por acciones y a la
En efecto, el art. 357 del C. de C., aplicable a las sociedades colectivas,
En efecto, el art. 357 del C. de C., aplicable a las sociedades colectivas,
a las comanditas simples o por acciones, a la sociedad por acciones y a la
SRL por remisión del art. 3º de la Ley Nº 3.918, establece que “La sociedad
su proceso formativo.
que adolezca de nulidad por incumplimiento de lo prescrito en el artículo
por no haberse cumplido con todos los requisitos que la ley establece para
350 gozará de personalidad jurídica y será liquidada como una sociedad
el acto constitutivo de la sociedad y aun cuando esta última sea anulable,
si consta de escritura pública o de instrumento reducido a escritura públi-
reconocimiento surge incluso desde el momento mismo en que se celebra
ca o protocolizado”; y todo ello –agrega– “sin perjuicio del saneamiento
sociedades solemnes se reconoce en términos amplios. Todavía más, dicho
del vicio en conformidad con la ley”. El art. 6º de la LSA, por su parte,
Formales (D.O. de 11 de abril de 1997), la personalidad jurídica de las
señala que “La sociedad nula (…) gozará de personalidad jurídica y será
reformas introducidas por la Ley Nº 19.499, sobre Saneamiento de Vicios
liquidada como una sociedad anónima si consta de escritura pública o de
art. 19 Nº15 el derecho a asociarse libremente sin permiso previo– y de las
instrumento reducido a escritura pública o protocolizado”.
des, principalmente tras la dictación de la CP de 1980 –que garantiza en su
Debe aclararse en primer término que en el derecho chileno de socieda-
De esta forma entonces, en el derecho chileno la sociedad solemne en
proceso de formación tiene por regla general personalidad jurídica desde
en el derecho chileno de sociedades
la celebración misma del contrato que conste en escritura pública, en ins-
3.2.4.1. Algunas consideraciones en torno a la nulidad
trumento reducido a escritura pública o en instrumento protocolizado; sin
perjuicio de que como sociedad de hecho pueda luego anularse por vicios personalidad jurídica.
formales. de asociarse, aunque con los vicios apuntados que pueden excluir o no la
Advirtamos sin embargo que lo dicho supra no fue siempre así. La Ley
Nº 19.499, por el contrario, puso ¿n a una larga discusión doctrinaria y ju-
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 204
TIRO
RIPERT, op. cit., Tomo II, p. 24. 319 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 205
Sem., Nº 51, p. 217.
Tribunales, 1929, Nº 29, p. 141. En contra: CS, 13 de agosto de 1934, en Gaceta, 1934, 2º
puede citarse, por todas, la sentencia de la CS de 30 de octubre de 1929, en Gaceta de los risprudencial en Chile, pues no existía consenso en cuanto a si la sociedad
318 A favor del reconocimiento de la personalidad jurídica de la sociedad de hecho de hecho gozaba o no de los atributos de la personalidad jurídica, como una
forma de proteger a los terceros que se vinculaban con aquella318. En la
requisitos de publicidad por lo mismo, y principalmente la inscripción en el actualidad en cambio, es claro que tal personalidad no existe en estos casos
la persona física, a asimilar esta situación a la del hijo concebido”319. Los pues el legislador, reitero, optó ¿nalmente por una ¿gura de conversión
tiene ya personalidad moral, lo que ha conducido, por comparación con jurídica de pleno derecho, reconociendo para todos los efectos la existencia
a los autores franceses a sostener con razón que “la sociedad en formación de una comunidad sin personalidad jurídica.
que “la sociedad comienza en el mismo instante del contrato”, lo que llevó
Sin perjuicio de lo anterior, la sociedad que es nula por omisión de
El artículo 1843 del Code, en su texto primitivo, establecía expresamente
alguno(s) de los requisitos establecidos por la ley para su constitución, pero
este sentido un vuelco radical. que consta sin embargo en alguno de los instrumentos recién indicados,
Distinta es la situación en el derecho francés, que ha experimentado en “gozará de personalidad jurídica” y será liquidada “como una sociedad”,
sin perjuicio de su saneamiento (art. 357 C. de C.). Se trata también aquí
3.2.4.2. Sociedades nulas y anulables en el derecho comparado de una sociedad de hecho, con la gran diferencia de que en este caso dicha
sociedad tiene personalidad jurídica y puede ser saneada por ende, en tanto
liquidable por ende en conformidad a las reglas comunes. no se declare judicialmente la nulidad. Asimismo, y declarada que sea la
por una ¿cción jurídica la sociedad nula se convierte en una comunidad, señalada sanción, la sociedad de hecho se deberá liquidar como si se tra-
tase efectivamente de una sociedad, a diferencia del caso anterior en que tase efectivamente de una sociedad, a diferencia del caso anterior en que
señalada sanción, la sociedad de hecho se deberá liquidar como si se tra- por una ¿cción jurídica la sociedad nula se convierte en una comunidad,
no se declare judicialmente la nulidad. Asimismo, y declarada que sea la liquidable por ende en conformidad a las reglas comunes.
sociedad tiene personalidad jurídica y puede ser saneada por ende, en tanto
de una sociedad de hecho, con la gran diferencia de que en este caso dicha 3.2.4.2. Sociedades nulas y anulables en el derecho comparado
sin perjuicio de su saneamiento (art. 357 C. de C.). Se trata también aquí
“gozará de personalidad jurídica” y será liquidada “como una sociedad”, Distinta es la situación en el derecho francés, que ha experimentado en
que consta sin embargo en alguno de los instrumentos recién indicados, este sentido un vuelco radical.
alguno(s) de los requisitos establecidos por la ley para su constitución, pero
El artículo 1843 del Code, en su texto primitivo, establecía expresamente
Sin perjuicio de lo anterior, la sociedad que es nula por omisión de
que “la sociedad comienza en el mismo instante del contrato”, lo que llevó
de una comunidad sin personalidad jurídica. a los autores franceses a sostener con razón que “la sociedad en formación
tiene ya personalidad moral, lo que ha conducido, por comparación con
la persona física, a asimilar esta situación a la del hijo concebido”319. Los
jurídica de pleno derecho, reconociendo para todos los efectos la existencia
pues el legislador, reitero, optó ¿nalmente por una ¿gura de conversión
actualidad en cambio, es claro que tal personalidad no existe en estos casos requisitos de publicidad por lo mismo, y principalmente la inscripción en el
forma de proteger a los terceros que se vinculaban con aquella318. En la
de hecho gozaba o no de los atributos de la personalidad jurídica, como una 318 A favor del reconocimiento de la personalidad jurídica de la sociedad de hecho
risprudencial en Chile, pues no existía consenso en cuanto a si la sociedad puede citarse, por todas, la sentencia de la CS de 30 de octubre de 1929, en Gaceta de los
Tribunales, 1929, Nº 29, p. 141. En contra: CS, 13 de agosto de 1934, en Gaceta, 1934, 2º
Sem., Nº 51, p. 217.
205 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 319 RIPERT, op. cit., Tomo II, p. 24.
RETIRO
escritura pública”. Lo sociedad civil goza por ende de personalidad jurídica a partir de la
206 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
que se aportaren a ella bienes inmuebles o derechos reales, en cuyo caso será necesaria la
respectivo es esencialmente consensual y “se podrá constituir en cualquiera forma, salvo
Vid. RIPERT, op. cit., Tomo II, p. 23. 322 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 207
con los terceros”.
tengan secretos entre los socios, y en que cada uno de éstos contrate en su propio nombre
celebración válida del contrato, salvo en aquellos casos en que los pactos sociales “se man- misma norma aclara que “Una vez constituida la compañía mercantil,
tendrá personalidad jurídica en todos sus actos y contratos”. Por su
parte, y relacionado con lo anterior, el art. 119 del mismo código precisa
los requisitos esenciales de la sociedad. cuáles son en general los requisitos de constitución a que se re¿ere la
esto es, si es uno formal o si se trata de vicios de fondo por infracción de norma recién transcrita, señalando en su inciso 1º que “Toda Compañía
requiere de algunas precisiones en torno a la naturaleza del vicio de nulidad, de comercio, antes de dar principio a sus operaciones, deberá hacer
válida y vinculante para los socios y la sociedad. Lo anterior, sin embargo, constar su constitución, pactos y condiciones, en escritura pública que
estatutaria pactada en las sociedades solemnes anulables es plenamente se presentará para su inscripción en el Registro Mercantil, conforme a lo
De lo dicho hasta aquí puede concluirse que en Chile la cláusula arbitral dispuesto en el artículo 17”. En su inciso 2º, la norma aclara además que
“A las mismas formalidades quedarán sujetas, con arreglo a lo dispuesto
3.2.4.3. Efectos del pacto arbitral en las sociedades nulas en el artículo 25, las escrituras adicionales que de cualquier manera
modi¿quen o alteren el contrato primitivo de la compañía social”.
constitutivo322.
mento, y en una etapa posterior a partir de la sola inscripción del acto De esta forma entonces, tanto en la legislación española como en
(la sociedad cobra cuerpo) dada por carta real o por un acto del Parla- la francesa actualmente vigentes, la personalidad moral de la sociedad
reconocía la personalidad jurídica a partir de la incorporación del ente mercantil no nace con la sola celebración del contrato como puede ocu-
competente. Así también ocurre en el sistema inglés, que en un inicio rrir en el sistema chileno, sino con su inscripción válida en el Registro
rrir en el sistema chileno, sino con su inscripción válida en el Registro competente. Así también ocurre en el sistema inglés, que en un inicio
mercantil no nace con la sola celebración del contrato como puede ocu- reconocía la personalidad jurídica a partir de la incorporación del ente
la francesa actualmente vigentes, la personalidad moral de la sociedad (la sociedad cobra cuerpo) dada por carta real o por un acto del Parla-
De esta forma entonces, tanto en la legislación española como en mento, y en una etapa posterior a partir de la sola inscripción del acto
constitutivo322.
modi¿quen o alteren el contrato primitivo de la compañía social”.
en el artículo 25, las escrituras adicionales que de cualquier manera 3.2.4.3. Efectos del pacto arbitral en las sociedades nulas
“A las mismas formalidades quedarán sujetas, con arreglo a lo dispuesto
dispuesto en el artículo 17”. En su inciso 2º, la norma aclara además que De lo dicho hasta aquí puede concluirse que en Chile la cláusula arbitral
se presentará para su inscripción en el Registro Mercantil, conforme a lo estatutaria pactada en las sociedades solemnes anulables es plenamente
constar su constitución, pactos y condiciones, en escritura pública que válida y vinculante para los socios y la sociedad. Lo anterior, sin embargo,
de comercio, antes de dar principio a sus operaciones, deberá hacer requiere de algunas precisiones en torno a la naturaleza del vicio de nulidad,
norma recién transcrita, señalando en su inciso 1º que “Toda Compañía esto es, si es uno formal o si se trata de vicios de fondo por infracción de
cuáles son en general los requisitos de constitución a que se re¿ere la los requisitos esenciales de la sociedad.
parte, y relacionado con lo anterior, el art. 119 del mismo código precisa
tendrá personalidad jurídica en todos sus actos y contratos”. Por su
misma norma aclara que “Una vez constituida la compañía mercantil, celebración válida del contrato, salvo en aquellos casos en que los pactos sociales “se man-
tengan secretos entre los socios, y en que cada uno de éstos contrate en su propio nombre
con los terceros”.
207 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 322 Vid. RIPERT, op. cit., Tomo II, p. 23.
RETIRO
ANABALÓN, Hugo, “Competencia de árbitro arbitrador…”, op. cit., p. 10). En el mismo sentido
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 209
consideración como pacto accesorio del negocio material…” (El paréntesis es propio. PEREIRA
desacuerdo que se somete a la jurisdicción arbitral. Esta su autonomía es un obstáculo a su
Tomo LXIV, 2ª parte, sec. 1ª, p. 304. Hay dos votos en contra).
210 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
ordinaria (…)” (SCS, de 15 de septiembre de 1967, en Revista de Derecho y Jurisprudencia,
designación que también tendría el mismo vicio, esta cuestión debe ser resuelta por la justicia
VÁSQUEZ PALMA, Arbitraje en Chile…, op. cit., p. 216. 329 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 211
tada, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2005, p. 402.
328 Es lo que sostiene también AYLWIN, op. cit., Quinta edición actualizada y complemen-
convenio judicial preventivo, en el que se contiene el compromiso a que
se re¿ere la misma norma.
ta– de la realidad social existente en el momento en que debe aplicarse,
legal –concebida en un momento y por una necesidad colectiva concre- En cambio, no se reconoce esa misma competencia cuando lo im-
tiempo. Ese desfase entonces, que desvincula muchas veces a la norma pugnado es el convenio arbitral propiamente tal, pues en ese caso la
a circunstancias y necesidades sociales esencialmente cambiantes en el jurisprudencia ha entendido, comúnmente, que los árbitros no pueden
cialmente dinámica de adecuación de la hipótesis contenida en esa norma conocer sobre la existencia o nulidad del convenio arbitral –compromiso
general dispuesta de antemano por el legislador, importa una labor esen- o cláusula compromisoria– del cual surge precisamente su competen-
subsumir los hechos concretos de un caso dado en la norma de carácter cia328. Ante una impugnación en tal sentido, por ende, el árbitro debería
de la ley, mucho más que la simple y casi matemática operación de paralizar su gestión como tal, cediendo paso a la jurisdicción de los
versan esencialmente sobre el mismo asunto. La labor de interpretación órganos estatales.
en la Ley Nº 19.971, sobre Arbitraje Comercial Internacional, en cuanto
a mi entender mediante la aplicación a simili de las normas contenidas No compartimos este conclusión, que desdibuja por completo el prin-
En la actualidad sin embargo, el conÀicto apuntado puede integrarse cipio de asignación competencial conocido ampliamente en el derecho
comparado como “Kompetenz-Kompetenz”. Como apunta VÁSQUEZ329,
que le con¿ere competencia”. dicho principio se encuentra reconocido “a medias” en el ordenamiento
parte la cláusula arbitral, más no cuando lo afectado es el propio pacto jurídico chileno sobre arbitraje interno, pues “el árbitro tiene competencia
para conocer y pronunciarse sobre la validez del contrato del que forma para conocer y pronunciarse sobre la validez del contrato del que forma
jurídico chileno sobre arbitraje interno, pues “el árbitro tiene competencia parte la cláusula arbitral, más no cuando lo afectado es el propio pacto
dicho principio se encuentra reconocido “a medias” en el ordenamiento que le con¿ere competencia”.
comparado como “Kompetenz-Kompetenz”. Como apunta VÁSQUEZ329,
cipio de asignación competencial conocido ampliamente en el derecho En la actualidad sin embargo, el conÀicto apuntado puede integrarse
No compartimos este conclusión, que desdibuja por completo el prin- a mi entender mediante la aplicación a simili de las normas contenidas
en la Ley Nº 19.971, sobre Arbitraje Comercial Internacional, en cuanto
órganos estatales. versan esencialmente sobre el mismo asunto. La labor de interpretación
paralizar su gestión como tal, cediendo paso a la jurisdicción de los de la ley, mucho más que la simple y casi matemática operación de
cia328. Ante una impugnación en tal sentido, por ende, el árbitro debería subsumir los hechos concretos de un caso dado en la norma de carácter
o cláusula compromisoria– del cual surge precisamente su competen- general dispuesta de antemano por el legislador, importa una labor esen-
conocer sobre la existencia o nulidad del convenio arbitral –compromiso cialmente dinámica de adecuación de la hipótesis contenida en esa norma
jurisprudencia ha entendido, comúnmente, que los árbitros no pueden a circunstancias y necesidades sociales esencialmente cambiantes en el
pugnado es el convenio arbitral propiamente tal, pues en ese caso la tiempo. Ese desfase entonces, que desvincula muchas veces a la norma
En cambio, no se reconoce esa misma competencia cuando lo im- legal –concebida en un momento y por una necesidad colectiva concre-
ta– de la realidad social existente en el momento en que debe aplicarse,
se re¿ere la misma norma.
convenio judicial preventivo, en el que se contiene el compromiso a que
328 Es lo que sostiene también AYLWIN, op. cit., Quinta edición actualizada y complemen-
tada, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2005, p. 402.
211 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 329 VÁSQUEZ PALMA, Arbitraje en Chile…, op. cit., p. 216.
RETIRO
Vid. EIZAGUIRRE, José María, Derecho de sociedades, Civitas, Madrid, 2001, p. 124. 334 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 213
tribunal estatal.
ser declarada por resolución judicial”, entendiéndose por tal la que ha sido dictada por un
de 1968, señala expresamente en su artículo 11.1. que la nulidad de la sociedad “deberá comercial internacional, pueda ser aplicada en arbitrajes nacionales o
aplicación de la normativa comunitaria. En efecto, la Directiva 61/151/CEE, de 9 de marzo
que pueda servir de inspiración a los árbitros y a los tribunales, para
interpretar progresivamente la normativa interna sobre la materia, que,
aunque no por razones dogmáticas ni criterios jurisprudenciales asentados sino por estricta
333 Debe advertirse sin embargo que no es ésta la tesis que sigue el derecho europeo,
como sabemos, está bastante obsoleta”.
cara a las restituciones mutuas entre los terceros de buena fe y la socie- necesariamente en cuanto presupuesto de la decisión de fondo (por ejem-
dad nula que ha contratado con ellos. En consecuencia, y considerando de arbitraje prohibido que, por su naturaleza, tengan que ser resueltas
precisamente que no existen intereses de terceros ajenos a la sociedad lados por el art. 227 del COT, en que se presenten conÀictos o cuestiones
que pudiesen verse alcanzados eventualmente por un pacto arbitral ultra En consecuencia, en aquellos casos de arbitraje societario forzoso regu-
vires, no se produce aquí ningún desbordamiento del ámbito subjetivo del
arbitraje societario. Dicho en otros términos, y como aclara PERALES335, casos de arbitraje forzoso.
en estos casos “la nulidad no repercute en la validez de las obligaciones de lo dispuesto en el artículo 227”, que se re¿ere como ya se dijo a los
o de los créditos de la sociedad frente a terceros, ni a la de los contraídos prohibido a que se re¿ere el inciso 1º de la misma lo serán “sin perjuicio
por éstos frente a la sociedad”, lo que constituye un rasgo distintivo de art. 230 del COT. Según la norma referida, pues, los casos de arbitraje
la nulidad en el derecho chileno de sociedades que se encuentra clara- entenderse completa si no se revisa con ella la ¿gura contemplada en el
mente reÀejado en los arts. 356 y 359 del C. de C. y en los arts. 6º inc. La conclusión a que hemos llegado en el apartado precedente no puede
penúltimo y 6A de la LSA. Todos ellos, en efecto, descartan el alcance
ex tunc de la nulidad en lo que concierne a las relaciones jurídicas de la forzoso (art. 230 inc. 2º del COT)
sociedad con terceros –o externas–, lo que no ocurre en cambio cuando prohibido comprendidas en materias de arbitraje societario
se trata de las relaciones entre la sociedad y los socios para la restitución 3.2.4.5. Una aclaración necesaria: controversias de arbitraje
de los aportes –una vez saldadas las deudas con terceros– y/o el pago de
los dividendos pasivos y demás deudas que éstos puedan haber contraído
con aquella, según el caso. con aquella, según el caso.
los dividendos pasivos y demás deudas que éstos puedan haber contraído
de los aportes –una vez saldadas las deudas con terceros– y/o el pago de
3.2.4.5. Una aclaración necesaria: controversias de arbitraje se trata de las relaciones entre la sociedad y los socios para la restitución
prohibido comprendidas en materias de arbitraje societario sociedad con terceros –o externas–, lo que no ocurre en cambio cuando
forzoso (art. 230 inc. 2º del COT) ex tunc de la nulidad en lo que concierne a las relaciones jurídicas de la
penúltimo y 6A de la LSA. Todos ellos, en efecto, descartan el alcance
La conclusión a que hemos llegado en el apartado precedente no puede mente reÀejado en los arts. 356 y 359 del C. de C. y en los arts. 6º inc.
entenderse completa si no se revisa con ella la ¿gura contemplada en el la nulidad en el derecho chileno de sociedades que se encuentra clara-
art. 230 del COT. Según la norma referida, pues, los casos de arbitraje por éstos frente a la sociedad”, lo que constituye un rasgo distintivo de
prohibido a que se re¿ere el inciso 1º de la misma lo serán “sin perjuicio o de los créditos de la sociedad frente a terceros, ni a la de los contraídos
de lo dispuesto en el artículo 227”, que se re¿ere como ya se dijo a los en estos casos “la nulidad no repercute en la validez de las obligaciones
casos de arbitraje forzoso. arbitraje societario. Dicho en otros términos, y como aclara PERALES335,
vires, no se produce aquí ningún desbordamiento del ámbito subjetivo del
En consecuencia, en aquellos casos de arbitraje societario forzoso regu- que pudiesen verse alcanzados eventualmente por un pacto arbitral ultra
lados por el art. 227 del COT, en que se presenten conÀictos o cuestiones precisamente que no existen intereses de terceros ajenos a la sociedad
de arbitraje prohibido que, por su naturaleza, tengan que ser resueltas dad nula que ha contratado con ellos. En consecuencia, y considerando
necesariamente en cuanto presupuesto de la decisión de fondo (por ejem- cara a las restituciones mutuas entre los terceros de buena fe y la socie-
representante legal i su representado. Sin perjuicio de lo anterior, debe aclararse que el art. 230 inc. 2º del
en que debe ser oido el Ministerio Público, ni las que se susciten entre un COT, si bien utiliza la expresión “Todo lo cual” (en alusión al inciso 1º de
“Art. 179. Tampoco podrán someterse a la decision de árbitros las causas la misma norma), no puede aplicarse sin embargo a todos los casos que en
esta disposición se señalan. Dicho en otros términos, los casos de excepción
que señalaba concretamente: a que se re¿ere el inc. 2º recién mencionado se circunscriben únicamente
Lei de Organización y Atribuciones de los Tribunales de Chile, de 1875, a aquellas controversias “entre un representante legal y su representado,
La norma citada, en efecto, tiene también su origen en el art. 179 de la y aquellas en que debe ser oído el ¿scal judicial”, pero en ningún caso a
los asuntos criminales o de policía local.
los asuntos criminales o de policía local.
y aquellas en que debe ser oído el ¿scal judicial”, pero en ningún caso a La norma citada, en efecto, tiene también su origen en el art. 179 de la
a aquellas controversias “entre un representante legal y su representado, Lei de Organización y Atribuciones de los Tribunales de Chile, de 1875,
a que se re¿ere el inc. 2º recién mencionado se circunscriben únicamente que señalaba concretamente:
esta disposición se señalan. Dicho en otros términos, los casos de excepción
la misma norma), no puede aplicarse sin embargo a todos los casos que en “Art. 179. Tampoco podrán someterse a la decision de árbitros las causas
COT, si bien utiliza la expresión “Todo lo cual” (en alusión al inciso 1º de en que debe ser oido el Ministerio Público, ni las que se susciten entre un
Sin perjuicio de lo anterior, debe aclararse que el art. 230 inc. 2º del representante legal i su representado.
prohibido mencionados supra. Todo lo cual se entiende sin perjuicio de lo dispuesto por el art. 176”.
rés público o general, que subyace como se dijo en los casos de arbitraje
lo arbitrable a materias en que incluso puede verse comprometido el inte- En el proyecto de Vargas Fontecilla, sin embargo, la norma referida (art.
la controversia principal. De esta forma, por ende, se amplía el ámbito de 218 del proyecto) incluía una segunda parte, que prohibía expresamente
primar el carácter obligatorio asignado por la ley al arbitraje respecto de someter a arbitraje las causas criminales y aquellas en que fuere parte o
e hijo en cuanto interesados en una misma partición de bienes), deberá tuviere interés el ¿sco o cualquiera corporación o fundación de derecho
una sociedad colectiva civil, o las cuestiones que se susciten entre padre público. En el inciso ¿nal, además, agregaba que “Lo prevenido en el in-
plo, el estado civil de alguno de los socios en el proceso de liquidación de ciso precedente no tendrá lugar cuando el ¿sco o cualquiera corporacion
o fundacion de derecho público sea parte de alguno de los asuntos que
deben necesariamente resolverse por árbitros con arreglo a lo dispuesto
215 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
en el art. 217”.
RETIRO
II, p. 103.
216 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
336 Sesión de 22 de agosto de 1874, Cámara de Diputados, en BALLESTEROS, op. cit., Tomo
336 Sesión de 22 de agosto de 1874, Cámara de Diputados, en BALLESTEROS, op. cit., Tomo
II, p. 103.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 216
TIRO
tículo 19 Nº 7, letra e) de la CP, debe entenderse hecha sin embargo al art. 19, Nº 7, letra c).
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 217
340 VÁSQUEZ PALMA, Arbitraje en Chile…, op. cit., p. 444. La cita que hace la autora, al ar-
Cfr. AYLWIN, op. cit. (Quinta Edición), pp. 136 y 137. 339
VÁSQUEZ PALMA, Arbitraje en Chile…, op. cit., . pp. 444 y 445. 338
calumnias– pueden ser sometidas a arbitraje, por encontrarse comprometido
en la materia, por razón de su cargo” (BALLESTEROS, op. cit., Tomo II, p. 104). en ellas el interés público337.
de órden público, i no puede ser con¿ado sino a los funcionarios que ejercen jurisdicción
los jueces ordinarios. Su ejercicio envuelve una de las mas graves i trascendentes cuestiones Puede decirse con VÁSQUEZ338, sin embargo, que la falta de imperio
de los árbitros no constituye un argumento válido per se para descartar
conferida por la lei sino a la autoridad pública, i no puede por consiguiente salir de manos de
caso alguno facultar a un compromisario para aplicar penas corporales. Esta facultad no es
ser oido necesariamente en Ministerio Público. Pero estimamos que las partes no pueden en la inarbitrabilidad en este ámbito, pues los árbitros carecen del mismo
i puede serlo la de estupro, admiten el sometimiento a arbitraje, puesto que en ellas no debe para todas las controversias de que conocen, sin distinción, lo que en
o¿cio, como son de ordinario las de injurias i calumnias, i como es siempre la de adulterio nada afecta la función jurisdiccional que desempeñan. Tampoco parece
de la lei pareciera autorizar para decir que las causas criminales que no deben seguirse de pertinente invocar en este sentido, como argumento de inarbitrabilidad,
337 Lo decía ya BALLESTEROS, comentando el art. 179 de la ley de 1875: “El silencio lo dispuesto por el artículo 19 Nº 3, inc. 4º, de la CP, en relación con
el art. 2º del Código Procesal Penal (como lo hace una parte de la doc-
una función jurisdiccional. Asimismo, no me parece acertado tampoco trina339), pues los árbitros no constituyen en modo alguno “comisiones
capítulo I, éstos no son “funcionarios públicos” aun cuando desempeñen especiales”.
quedando así excluidos los árbitros desde que, como ya se explicó en el
“por orden de funcionario público expresamente facultado por la ley”, Contrariamente a lo que entiende la autora recién mencionada340, en
disposición, pues, toda orden de detención o arresto debe ser expedida cambio, me perece que lo dispuesto por el art. 19 Nº 7, letra c), de la CP,
argumento para sostener la inarbitrabilidad en estos casos. Según dicha en relación con el artículo 5º del Código Procesal Penal, sí constituye un
en relación con el artículo 5º del Código Procesal Penal, sí constituye un argumento para sostener la inarbitrabilidad en estos casos. Según dicha
cambio, me perece que lo dispuesto por el art. 19 Nº 7, letra c), de la CP, disposición, pues, toda orden de detención o arresto debe ser expedida
Contrariamente a lo que entiende la autora recién mencionada340, en “por orden de funcionario público expresamente facultado por la ley”,
quedando así excluidos los árbitros desde que, como ya se explicó en el
especiales”. capítulo I, éstos no son “funcionarios públicos” aun cuando desempeñen
trina339), pues los árbitros no constituyen en modo alguno “comisiones una función jurisdiccional. Asimismo, no me parece acertado tampoco
el art. 2º del Código Procesal Penal (como lo hace una parte de la doc-
lo dispuesto por el artículo 19 Nº 3, inc. 4º, de la CP, en relación con 337 Lo decía ya BALLESTEROS, comentando el art. 179 de la ley de 1875: “El silencio
pertinente invocar en este sentido, como argumento de inarbitrabilidad, de la lei pareciera autorizar para decir que las causas criminales que no deben seguirse de
nada afecta la función jurisdiccional que desempeñan. Tampoco parece o¿cio, como son de ordinario las de injurias i calumnias, i como es siempre la de adulterio
para todas las controversias de que conocen, sin distinción, lo que en i puede serlo la de estupro, admiten el sometimiento a arbitraje, puesto que en ellas no debe
la inarbitrabilidad en este ámbito, pues los árbitros carecen del mismo ser oido necesariamente en Ministerio Público. Pero estimamos que las partes no pueden en
caso alguno facultar a un compromisario para aplicar penas corporales. Esta facultad no es
de los árbitros no constituye un argumento válido per se para descartar
conferida por la lei sino a la autoridad pública, i no puede por consiguiente salir de manos de
Puede decirse con VÁSQUEZ338, sin embargo, que la falta de imperio los jueces ordinarios. Su ejercicio envuelve una de las mas graves i trascendentes cuestiones
de órden público, i no puede ser con¿ado sino a los funcionarios que ejercen jurisdicción
en ellas el interés público337. en la materia, por razón de su cargo” (BALLESTEROS, op. cit., Tomo II, p. 104).
338 VÁSQUEZ PALMA, Arbitraje en Chile…, op. cit., . pp. 444 y 445.
calumnias– pueden ser sometidas a arbitraje, por encontrarse comprometido
339 Cfr. AYLWIN, op. cit. (Quinta Edición), pp. 136 y 137.
340 VÁSQUEZ PALMA, Arbitraje en Chile…, op. cit., p. 444. La cita que hace la autora, al ar-
tículo 19 Nº 7, letra e) de la CP, debe entenderse hecha sin embargo al art. 19, Nº 7, letra c).
217 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
de los liquidadores y pronunciarse sobre ellos (art. 115 LSA), tal como EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 219
es precisamente la junta de accionistas la que debe recibir los informes
liquidadores, salvo las excepciones legales (art. 113 LSA). Asimismo,
vando la facultad de revocar en cualquier tiempo el mandato dado a los cional; pero ello no signi¿ca en modo alguno que tales controversias, que
al liquidador individual según corresponda (art. 112 de la LSA), conser- atañen únicamente a las partes involucradas y a sus propios intereses, no
vigente, al punto que es ella la que designa a la comisión liquidadora o puedan ser sometidas al conocimiento de árbitros en ejercicio de la auto-
En estos casos, además, la junta de accionistas se mantiene plenamente nomía de la voluntad.
sociedad durante toda su vigencia, ni más ni menos. En síntesis, podemos a¿rmar con SANDOVAL343 que la subsistencia de
el estatuto, en orden a someter sus diferencias y/o las que tuvieren con la la personalidad moral de la sociedad colectiva comercial, después de su
cumplimiento de la voluntad que los socios manifestaron al incluirlo en disolución y durante su liquidación, “puede deducirse de algunos precep-
accesorio –pues hemos dicho que el arbitral no lo es–, sino del estricto tos legales y es admitido en forma general por la jurisprudencia y por los
da. No se trata, entiéndase bien, de la extinción consecuencial de un pacto autores nacionales”344. En consecuencia, y por aplicación del art. 227 Nº 4
judicial que declara la disolución adquiere el carácter de ¿rme o ejecutoria- del COT, también aquí los conÀictos “entre socios” deberán someterse a
–si se ha pactado expresamente en el estatuto– o desde que la sentencia arbitraje “en el caso del artículo 415 del Código de Comercio”, mientras
vigencia desde el momento mismo en que opera la causal de disolución que las demás controversias, entre socios y la sociedad, podrán someterse
Por lo anterior, en estos casos el convenio arbitral estatutario pierde o no a arbitraje si los socios así lo determinan en el estatuto social. Sobre
esto volveremos más adelante.
que deberá liquidarse en conformidad a las reglas comunes.
3.2.5.3. Sociedades colectivas civiles
de su personalidad jurídica, dando paso a una comunidad entre los socios
diferente. Su disolución, en efecto, importa necesariamente la extinción
Tratándose de la sociedad colectiva civil, la situación es radicalmente
Tratándose de la sociedad colectiva civil, la situación es radicalmente
diferente. Su disolución, en efecto, importa necesariamente la extinción
de su personalidad jurídica, dando paso a una comunidad entre los socios
3.2.5.3. Sociedades colectivas civiles
que deberá liquidarse en conformidad a las reglas comunes.
esto volveremos más adelante.
o no a arbitraje si los socios así lo determinan en el estatuto social. Sobre Por lo anterior, en estos casos el convenio arbitral estatutario pierde
que las demás controversias, entre socios y la sociedad, podrán someterse vigencia desde el momento mismo en que opera la causal de disolución
arbitraje “en el caso del artículo 415 del Código de Comercio”, mientras –si se ha pactado expresamente en el estatuto– o desde que la sentencia
del COT, también aquí los conÀictos “entre socios” deberán someterse a judicial que declara la disolución adquiere el carácter de ¿rme o ejecutoria-
autores nacionales”344. En consecuencia, y por aplicación del art. 227 Nº 4 da. No se trata, entiéndase bien, de la extinción consecuencial de un pacto
tos legales y es admitido en forma general por la jurisprudencia y por los accesorio –pues hemos dicho que el arbitral no lo es–, sino del estricto
disolución y durante su liquidación, “puede deducirse de algunos precep- cumplimiento de la voluntad que los socios manifestaron al incluirlo en
la personalidad moral de la sociedad colectiva comercial, después de su el estatuto, en orden a someter sus diferencias y/o las que tuvieren con la
En síntesis, podemos a¿rmar con SANDOVAL343 que la subsistencia de sociedad durante toda su vigencia, ni más ni menos.
2003, p. 903; PUGA VIAL, Juan Esteban, Derecho Concursal. El juicio de Quiebra, Edit. Jurídica
de Chile, 2ª ed., Tomo I, Santiago, 1999, p. 222.
221 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
que El que deba rendir una cuenta la presentará en el plazo que la ley desig-
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 223
fuere procedente; y el artículo 693 del mismo Código, por su parte, preceptúa
una cuenta, sin perjuicio del derecho a exigir la acción ejecutiva cuando ello
persiga únicamente la declaración impuesta por la ley o el contrato, de rendir para las colectivas el art. 414 del C. de C., que ordena someter a arbitraje
el procedimiento sumario se aplica, entre otros casos, a los juicios en que se “las cuestiones a que diere lugar la presentación de la cuenta del socio
gerente o del liquidador”. No se trata sin embargo, entiéndase bien, del
2º. Que el artículo 680 Nº 8 del Código de Procedimiento Civil, dispone que
juicio destinado a obtener que se declare la obligación de rendir la cuenta,
a que se re¿ere el art. 680 Nº 8 del CPC, ni de la presentación de la cuenta
días a contar de la notificación del cúmplase de lo resuelto;
disponiendo que la sociedad podía presentar la suya en el plazo de quince
de Valdivia mantener la resolución que tuvo por no presentada la cuenta, misma según el procedimiento regulado en el Título XII del Libro III del
en conocimiento de la peticionaria para, finalmente, la Corte de Apelaciones mismo Código, sino del que se inicia en caso de existir efectivamente
rindiéndose, después, la cuenta solicitada, la que el tribunal ordenó poner objeciones a la cuenta ya presentada por el gerente o liquidador. Por ende,
la cuenta por parte del demandado y se declaró vencido el plazo otorgado; cuando el art. 694 inciso 2º del CPC señala que en estos casos “continuará
c) Que, posteriormente, luego de algunas gestiones, se tuvo por no presentada el juicio sobre los puntos observados con arreglo al procedimiento que
corresponda según las reglas generales, considerándose la cuenta como
instancia fijó el plazo pedido, y demanda y como contestación las observaciones”, lo hace precisamente
b) Que a fojas 19, el trece de septiembre del año pasado, la juez de primera con arreglo a lo que dispone por su parte el art. 227 Nº 3 del COT, que lo
somete como se dijo a arbitraje obligatorio. Así lo ha entendido además
del resultado seguido al cumplimiento de los mandatos que señala; la jurisprudencia, al señalar por ejemplo:
determinara el plazo para que el Banco Osorno y La Unión rindiera cuenta
a) Que la Sociedad Glasinovic y Duhalde solicitó ante la justicia ordinaria se “1º. Que del expediente Rol Nº 48.430 del Primer Juzgado Civil de Osorno,
que se tiene a la vista, constan los siguientes antecedentes:
que se tiene a la vista, constan los siguientes antecedentes:
“1º. Que del expediente Rol Nº 48.430 del Primer Juzgado Civil de Osorno, a) Que la Sociedad Glasinovic y Duhalde solicitó ante la justicia ordinaria se
determinara el plazo para que el Banco Osorno y La Unión rindiera cuenta
la jurisprudencia, al señalar por ejemplo: del resultado seguido al cumplimiento de los mandatos que señala;
somete como se dijo a arbitraje obligatorio. Así lo ha entendido además
con arreglo a lo que dispone por su parte el art. 227 Nº 3 del COT, que lo b) Que a fojas 19, el trece de septiembre del año pasado, la juez de primera
demanda y como contestación las observaciones”, lo hace precisamente instancia fijó el plazo pedido, y
corresponda según las reglas generales, considerándose la cuenta como
el juicio sobre los puntos observados con arreglo al procedimiento que c) Que, posteriormente, luego de algunas gestiones, se tuvo por no presentada
cuando el art. 694 inciso 2º del CPC señala que en estos casos “continuará la cuenta por parte del demandado y se declaró vencido el plazo otorgado;
objeciones a la cuenta ya presentada por el gerente o liquidador. Por ende, rindiéndose, después, la cuenta solicitada, la que el tribunal ordenó poner
mismo Código, sino del que se inicia en caso de existir efectivamente en conocimiento de la peticionaria para, finalmente, la Corte de Apelaciones
misma según el procedimiento regulado en el Título XII del Libro III del de Valdivia mantener la resolución que tuvo por no presentada la cuenta,
disponiendo que la sociedad podía presentar la suya en el plazo de quince
a que se re¿ere el art. 680 Nº 8 del CPC, ni de la presentación de la cuenta
días a contar de la notificación del cúmplase de lo resuelto;
juicio destinado a obtener que se declare la obligación de rendir la cuenta,
2º. Que el artículo 680 Nº 8 del Código de Procedimiento Civil, dispone que
gerente o del liquidador”. No se trata sin embargo, entiéndase bien, del
“las cuestiones a que diere lugar la presentación de la cuenta del socio el procedimiento sumario se aplica, entre otros casos, a los juicios en que se
para las colectivas el art. 414 del C. de C., que ordena someter a arbitraje persiga únicamente la declaración impuesta por la ley o el contrato, de rendir
una cuenta, sin perjuicio del derecho a exigir la acción ejecutiva cuando ello
fuere procedente; y el artículo 693 del mismo Código, por su parte, preceptúa
que El que deba rendir una cuenta la presentará en el plazo que la ley desig-
223 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
a) El juicio declarativo sobre cuentas, del que conoce la justicia ordinaria a¿rma:
y que se tramita por las normas del juicio sumario, cuyo objeto es obtener, No compartimos entonces el criterio de la CA de Rancagua, cuando
únicamente, la declaración de la obligación de rendir una cuenta en los casos
en que ella está establecida por la ley o el contrato, y tral, por expresa disposición de la ley”.345
ante él sobre sus partidas, lo cual debe ser ventilado ante un tribunal arbi-
b) El juicio sobre cuentas del que conoce un tribunal arbitral, cuya tramita- obligada a rendirla la presente ante el tribunal ordinario ni que se discuta
ción es aquella que se encuentra reglamentada en el Título XII del Libro III en que se debe rendir la cuenta pedida, sin que sea procedente que la parte
del Código de Procedimiento Civil y que tiene por finalidad la presentación y pudo tener por objeto, el que la justicia ordinaria determinara el plazo
y análisis de la cuenta y su impugnación o aprobación, sin que se discuta tición del solicitante en los autos que se tienen a la vista, únicamente tuvo
acerca de la obligación de rendirla, pues ésta ha sido establecida por la 4º. Que de todo lo expuesto en las motivaciones anteriores, fluye que la pe-
ley, el contrato o la resolución judicial;
ley, el contrato o la resolución judicial;
4º. Que de todo lo expuesto en las motivaciones anteriores, fluye que la pe- acerca de la obligación de rendirla, pues ésta ha sido establecida por la
tición del solicitante en los autos que se tienen a la vista, únicamente tuvo y análisis de la cuenta y su impugnación o aprobación, sin que se discuta
y pudo tener por objeto, el que la justicia ordinaria determinara el plazo del Código de Procedimiento Civil y que tiene por finalidad la presentación
en que se debe rendir la cuenta pedida, sin que sea procedente que la parte ción es aquella que se encuentra reglamentada en el Título XII del Libro III
obligada a rendirla la presente ante el tribunal ordinario ni que se discuta b) El juicio sobre cuentas del que conoce un tribunal arbitral, cuya tramita-
ante él sobre sus partidas, lo cual debe ser ventilado ante un tribunal arbi-
tral, por expresa disposición de la ley”.345 en que ella está establecida por la ley o el contrato, y
únicamente, la declaración de la obligación de rendir una cuenta en los casos
No compartimos entonces el criterio de la CA de Rancagua, cuando y que se tramita por las normas del juicio sumario, cuyo objeto es obtener,
a¿rma: a) El juicio declarativo sobre cuentas, del que conoce la justicia ordinaria
“La confusión reinante entre los intervinientes del proceso, parece provenir caso en estudio atañe– los siguientes procedimientos:
de una errada concepción de lo que son los juicios de cuentas. Dejando de los juicios relacionados con la obligación de rendir cuentas –en lo que al
lado el juicio ejecutivo de cuentas, que no es el caso, existen dos procedi- 3º. Que de las normas citadas precedentemente cabe distinguir, respecto de
mientos; uno, el destinado a que se declare la obligación de rendir cuenta,
que es conocido por la justicia ordinaria y se tramita necesariamente como artículo 227 Nº 3 del Código Orgánico de Tribunales;
juicio sumario, concluyendo con un fallo que decide sólo si ha o no lugar materia, esta última, de arbitraje forzoso de acuerdo con lo previsto por el
ne o que se establezca por convenio de las partes o por resolución judicial,
345 SCS, de 22 de noviembre de 1990, “Sociedad Glasinovic y Duhalde con Banco Osorno
SCA de Rancagua, de 17 de noviembre de 2003, Rol Nº 19731. 346 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 225
comerciales y los demás juicios sobre cuenta. a declarar la obligación de rendir la cuenta por parte de la demandada. El
la presentación de la cuenta del gerente o del liquidador de las sociedades otro procedimiento es el juicio de cuentas propiamente tal, cuyo objeto es la
prescribe como materia de arbitraje forzoso: las cuestiones a que diere lugar presentación de ella, cuando ya existe una obligación declarada de rendirla,
Tercero: Que, el artículo 227 número 3 del Código Orgánico de Tribunales su impugnación y su aprobación. A este juicio se refieren los artículos 693
y siguientes del Código de Procedimiento Civil, citados equivocadamente
por la resolución impugnada, y se trata de un litigio necesariamente seguido
a las normas del procedimiento sumario, (fojas 91). ante jueces árbitros, por mandato expreso del artículo 227 Nº 3 del Código
ciones y ordenó continuar con la tramitación de los autos de conformidad Orgánico de Tribunales”.346
Segundo: Que, el tribunal por su parte tuvo por formuladas dichas observa-
225 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 346 SCA de Rancagua, de 17 de noviembre de 2003, Rol Nº 19731.
RETIRO
Asimismo el artículo 694 inciso 2º del Código de Procedimiento Civil orde- o sus administradores delegados que no sean socios, a diferencia de lo que
na; En caso de haber observaciones, continuará el juicio sobre los puntos Nada dice la ley respecto de los conÀictos entre la sociedad y los socios
observados con arreglo al procedimiento que corresponda según las reglas
generales, considerándose la cuenta como demanda y como contestación socios”.
las observaciones. sólo se re¿ere a las diferencias –o conÀictos en sentido lato– “entre los
En primer término, debe tenerse en cuenta que el art. 227 Nº 4 del COT
Cuarto: Que, de acuerdo con las consideraciones que preceden, la contienda
existente entre las partes debe ser conocida y resuelta por un juez árbitro, socios y la sociedad o entre éstos y sus administradores
de manera tal que lo obrado en estos autos con posterioridad a las obser- 1.1.2.1. Ámbito subjetivo del arbitraje forzoso. Conflictos entre los
vaciones presentadas por doña Carmen Gloria Perinetti Santis, adolecen
de un vicio de nulidad desde que ha sido sustanciada ante un tribunal in-
competente absolutamente para conocer del pleito”.347 precisa por lo mismo de algunas precisiones.
que pregona la disposición citada se mantiene plenamente vigente, lo que
1.1.2. Diferencias entre los socios de una sociedad anónima,
Tratándose en cambio de las sociedades personalistas, la obligatoriedad
o de una sociedad colectiva o en comandita comercial,
Sobre este punto volveremos más adelante.
o entre los asociados de una participación, en el caso del artículo 415
precisamente al mecanismo arbitral aplicable a las sociedades Anónimas.
del Código de Comercio (art. 227 Nº 4 del COT)
cada por los arts. 4º Nº 10 y 125 de la Ley Nº 18.046, en lo que concierne
Debe advertirse en primer término que esta norma se encuentra modi¿-
Debe advertirse en primer término que esta norma se encuentra modi¿-
cada por los arts. 4º Nº 10 y 125 de la Ley Nº 18.046, en lo que concierne
del Código de Comercio (art. 227 Nº 4 del COT)
precisamente al mecanismo arbitral aplicable a las sociedades Anónimas.
o entre los asociados de una participación, en el caso del artículo 415
Sobre este punto volveremos más adelante.
o de una sociedad colectiva o en comandita comercial,
Tratándose en cambio de las sociedades personalistas, la obligatoriedad
1.1.2. Diferencias entre los socios de una sociedad anónima,
que pregona la disposición citada se mantiene plenamente vigente, lo que
precisa por lo mismo de algunas precisiones. competente absolutamente para conocer del pleito”.347
de un vicio de nulidad desde que ha sido sustanciada ante un tribunal in-
vaciones presentadas por doña Carmen Gloria Perinetti Santis, adolecen
1.1.2.1. Ámbito subjetivo del arbitraje forzoso. Conflictos entre los de manera tal que lo obrado en estos autos con posterioridad a las obser-
socios y la sociedad o entre éstos y sus administradores existente entre las partes debe ser conocida y resuelta por un juez árbitro,
Cuarto: Que, de acuerdo con las consideraciones que preceden, la contienda
En primer término, debe tenerse en cuenta que el art. 227 Nº 4 del COT
sólo se re¿ere a las diferencias –o conÀictos en sentido lato– “entre los las observaciones.
socios”. generales, considerándose la cuenta como demanda y como contestación
observados con arreglo al procedimiento que corresponda según las reglas
Nada dice la ley respecto de los conÀictos entre la sociedad y los socios na; En caso de haber observaciones, continuará el juicio sobre los puntos
o sus administradores delegados que no sean socios, a diferencia de lo que Asimismo el artículo 694 inciso 2º del Código de Procedimiento Civil orde-
Por lo señalado entonces, y en tanto la señalada ¿gura forzosa de arbi- B) ConÀictos entre la sociedad o los socios con los administradores
traje no sea suprimida del todo en el derecho chileno sobre arbitraje interno
–como se ha hecho ya en materia de arbitraje comercial internacional–,
los autores mencionados.
toda manifestación obligatoriedad en este sentido debe ser interpretada y
aplicada en forma restringida, mas no de manera analógica como proponen
aplicada en forma restringida, mas no de manera analógica como proponen
toda manifestación obligatoriedad en este sentido debe ser interpretada y
los autores mencionados.
–como se ha hecho ya en materia de arbitraje comercial internacional–,
traje no sea suprimida del todo en el derecho chileno sobre arbitraje interno
B) ConÀictos entre la sociedad o los socios con los administradores Por lo señalado entonces, y en tanto la señalada ¿gura forzosa de arbi-
En la medida que los administradores de la sociedad no sean a la vez sobre la forma de resolver los conÀictos que puedan surgir de ellas.
socios de la misma, nos parece que tampoco puede predicarse en esta parte sobre materias disponibles en derecho, en ¿n, también lo serán para decidir
una interpretación extensiva de los arts. 227 Nº 4 del COT y 415 del C. Si las partes son libres para crear, modi¿car o extinguir relaciones jurídicas
de C. A este aspecto nos hemos referido ya in extenso, al tratar sobre el misma supondría quitarle la mejor de sus condiciones y desnaturalizarlo”.
alcance del convenio arbitral estatutario respecto de los administradores voluntad constituye la base legitimadora del arbitraje y, prescindir de la
en las sociedades de personas. los antecedentes históricos, legales y jurisprudenciales de la institución, “la
institución”, lo que es reiterado por GASPAR352 cuando a¿rma que según
traje obligatorio o necesario, al ser la voluntad la nota de¿nidora de esta
1.1.2.2. La nulidad o inexistencia de la sociedad tampoco las personas. Como señala GUASP351, “resulta impropio hablar de un arbi-
es un conflicto “entre socios” de la voluntad y en la libertad que el ordenamiento jurídico le reconoce a
Tratándose de los conÀictos derivados de acciones tendientes a obtener
desvirtúa la esencia misma del señalado instituto, fundado en la autonomía
la declaración de nulidad o inexistencia de la sociedad por vicios formales
“forzoso” constituye sin duda una contradictio in terminis, que desconoce y
Sin perjuicio de lo anterior, debe considerarse también que un arbitraje
En el mismo sentido AYLWIN, El juicio…, op. cit., 5ª ed., p. 100. 353 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 229
ción de arbitradores, y en el primer caso la forma en que deba hacerse o de fondo, nos parece que si bien son susceptibles de arbitraje según lo
les ocurran durante la sociedad deberán ser o no sometidas a la resolu- dicho supra, no quedan comprendidos sin embargo entre los conÀictos a
precisado en el acto constitutivo de la sociedad “Si las diferencias que que se re¿ere el art. 227 Nº 4 del COT y el art. 414 del C. de C., al no ser
En efecto, el art. 415 citado suple el silencio de los socios que no han entre socios exclusivamente.
arbitradores”.
Hemos dicho antes que la ley chilena reconoce la personalidad jurídica
señala si tales diferencias “deberán ser o no sometidas a la resolución de
de aquellas sociedades cuyo acto constitutivo consta en escritura pública,
del Código de Comercio”; esto es, cuando el respectivo estatuto social no
instrumento reducido a escritura pública o instrumento protocolizado,
de sociedades personalistas mercantiles, será sólo “en el caso del art. 415
sin perjuicio del saneamiento de los vicios formales que puedan afec-
toriedad del arbitraje, para resolver las controversias surgidas entre socios
tarle. En consecuencia, y por aplicación de los dispuesto en el art. 2053
El mismo art. 227 Nº 4, en su parte ¿nal, aclara también que la obliga-
inciso 2º del CC, en estos casos la sociedad en formación o anulable
de Comercio”. Situaciones que pueden plantearse constituye un sujeto de derecho autónomo que, en cuanto tal, no puede
1.1.2.3. El arbitraje es forzoso “en el caso del artículo 415 del Código ser confundido ni identi¿cado con los socios individualmente conside-
rados. De aquí entonces que la declaración de nulidad o inexistencia de
del art. 228 del COT353. la sociedad nula sea una materia que sobrepasa el puro interés particular
ajeno al que contempla la norma referida, de derecho estricto al tenor de los socios, proyectándose derechamente en la propia sociedad como
sociedad¸ lo que con¿gura un marco subjetivo del conÀicto que resulta ente jurídico independiente. En estos casos, en ¿n, se tratará sin duda
de un conÀicto entre socios; pero también de uno entre los socios y la de un conÀicto entre socios; pero también de uno entre los socios y la
ente jurídico independiente. En estos casos, en ¿n, se tratará sin duda sociedad¸ lo que con¿gura un marco subjetivo del conÀicto que resulta
ajeno al que contempla la norma referida, de derecho estricto al tenor
del art. 228 del COT353.
de los socios, proyectándose derechamente en la propia sociedad como
la sociedad nula sea una materia que sobrepasa el puro interés particular
rados. De aquí entonces que la declaración de nulidad o inexistencia de
ser confundido ni identi¿cado con los socios individualmente conside- 1.1.2.3. El arbitraje es forzoso “en el caso del artículo 415 del Código
constituye un sujeto de derecho autónomo que, en cuanto tal, no puede de Comercio”. Situaciones que pueden plantearse
inciso 2º del CC, en estos casos la sociedad en formación o anulable
El mismo art. 227 Nº 4, en su parte ¿nal, aclara también que la obliga-
tarle. En consecuencia, y por aplicación de los dispuesto en el art. 2053
toriedad del arbitraje, para resolver las controversias surgidas entre socios
sin perjuicio del saneamiento de los vicios formales que puedan afec-
de sociedades personalistas mercantiles, será sólo “en el caso del art. 415
instrumento reducido a escritura pública o instrumento protocolizado,
del Código de Comercio”; esto es, cuando el respectivo estatuto social no
de aquellas sociedades cuyo acto constitutivo consta en escritura pública,
señala si tales diferencias “deberán ser o no sometidas a la resolución de
Hemos dicho antes que la ley chilena reconoce la personalidad jurídica
arbitradores”.
entre socios exclusivamente. En efecto, el art. 415 citado suple el silencio de los socios que no han
que se re¿ere el art. 227 Nº 4 del COT y el art. 414 del C. de C., al no ser precisado en el acto constitutivo de la sociedad “Si las diferencias que
dicho supra, no quedan comprendidos sin embargo entre los conÀictos a les ocurran durante la sociedad deberán ser o no sometidas a la resolu-
o de fondo, nos parece que si bien son susceptibles de arbitraje según lo ción de arbitradores, y en el primer caso la forma en que deba hacerse
229 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 353 En el mismo sentido AYLWIN, El juicio…, op. cit., 5ª ed., p. 100.
RETIRO
Cfr. PUELMA, Sociedades, op. cit., Tomo II, p. 460. 355 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 231
En el mismo sentido VÁSQUEZ, El arbitraje…, op. cit., pp. 476 y 477. 354
acuerdo en tal sentido será la justicia ordinaria la que deba proveer a tal
forzoso, al que me referiré en detalle a continuación, orientado a solucionar designación, resultando plenamente aplicable aquí lo señalado por el art.
4º Nº 10 y 125, respectivamente, un muy particular sistema de arbitraje 232 inciso 2º del COT354.
En materia de arbitraje, concretamente, la LSA introdujo en sus artículos
D) Que los socios pacten expresamente que sus diferencias no serán
cos, y las sociedades ¿liales y coligadas, entre otros355. sometidas a arbitraje, en cuyo caso serán competentes los tribunales or-
transformación y fusión de las sociedades anónimas, los grupos económi- dinarios de justicia.
valor nominal, y en la regulación de ¿guras nuevas tales como la división,
E) Por último, puede ocurrir que los socios nada digan en este sentido,
en Chile– entre sociedades abiertas y cerradas, entre acciones con o sin
aplicándose en tal caso –y sólo allí– la norma supletoria del art. 415 del
en aquella época, manifestados concretamente en la distinción –inédita
C. de C., en relación con los artículos 232 y 235 del COT.
evoca sin duda los aires liberales del sistema norteamericano imperantes
su redacción original– en una concepción de la sociedad de capitales que
anónimas, anclada en unos principios comunes inspirados –al menos en
de 1931), la actual ley contiene una regulación unitaria de la sociedades 2. EL ARBITRAJE EN LA LEY Nº 18.046, SOBRE SOCIEDADES ANÓNIMAS
Bolsa de Valores y Sociedades Anónimas (D.F.L. Nº 251, de 22 de mayo
(arts. 424 al 469, hoy derogados) y en la Ley sobre Compañías de Seguros, La actual Ley de Sociedades Anónimas, Nº 18.046 (D.O. de 22 de
sustancialmente respecto de la anterior normativa, contenida en el C. de C. octubre de 1981) y su Reglamento (D.S. Nº 587, de 13 de noviembre de
tante avance en la regulación de la sociedad anónima en Chile. Innovando 1982, Ministerio de Hacienda), constituyeron en su momento un impor-
1982, Ministerio de Hacienda), constituyeron en su momento un impor- tante avance en la regulación de la sociedad anónima en Chile. Innovando
octubre de 1981) y su Reglamento (D.S. Nº 587, de 13 de noviembre de sustancialmente respecto de la anterior normativa, contenida en el C. de C.
La actual Ley de Sociedades Anónimas, Nº 18.046 (D.O. de 22 de (arts. 424 al 469, hoy derogados) y en la Ley sobre Compañías de Seguros,
Bolsa de Valores y Sociedades Anónimas (D.F.L. Nº 251, de 22 de mayo
2. EL ARBITRAJE EN LA LEY Nº 18.046, SOBRE SOCIEDADES ANÓNIMAS de 1931), la actual ley contiene una regulación unitaria de la sociedades
anónimas, anclada en unos principios comunes inspirados –al menos en
su redacción original– en una concepción de la sociedad de capitales que
evoca sin duda los aires liberales del sistema norteamericano imperantes
C. de C., en relación con los artículos 232 y 235 del COT.
en aquella época, manifestados concretamente en la distinción –inédita
aplicándose en tal caso –y sólo allí– la norma supletoria del art. 415 del
en Chile– entre sociedades abiertas y cerradas, entre acciones con o sin
E) Por último, puede ocurrir que los socios nada digan en este sentido,
valor nominal, y en la regulación de ¿guras nuevas tales como la división,
dinarios de justicia. transformación y fusión de las sociedades anónimas, los grupos económi-
sometidas a arbitraje, en cuyo caso serán competentes los tribunales or- cos, y las sociedades ¿liales y coligadas, entre otros355.
D) Que los socios pacten expresamente que sus diferencias no serán
En materia de arbitraje, concretamente, la LSA introdujo en sus artículos
232 inciso 2º del COT354. 4º Nº 10 y 125, respectivamente, un muy particular sistema de arbitraje
designación, resultando plenamente aplicable aquí lo señalado por el art. forzoso, al que me referiré en detalle a continuación, orientado a solucionar
acuerdo en tal sentido será la justicia ordinaria la que deba proveer a tal
354 En el mismo sentido VÁSQUEZ, El arbitraje…, op. cit., pp. 476 y 477.
231 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 355 Cfr. PUELMA, Sociedades, op. cit., Tomo II, p. 460.
RETIRO
p. 2).
234 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
Mónica G. C., El interés social en la sociedad anónima”, Depalma, Buenos Aires, 1979,
inspiren la normativa societaria”, según el régimen especí¿co de que se trate (ROIMISER DE,
de “interés social”, estima que desde el punto de vista teórico-general la precisión del mismo en su función de composición del entramado social.
–o la negativa a considerarlo como una categoría conceptual autónoma– “dista mucho … de lo puramente jurídico, pero resultan igualmente relevantes para el Derecho
constituir una formulación aislada, sino que ha de guardar una relación de correspondencia económico de relevancia jurídica). Ambos aspectos escapan por cierto a
con el sistema jurídico integral”. Su elaboración teórica por ende –agrega la misma autora–, que tiene por ende el conÀicto interno en la economía en general (factor
“deberá ser rigurosamente coherente con los lineamientos político-¿losó¿cos generales que
inspiren la normativa societaria”, según el régimen especí¿co de que se trate (ROIMISER DE,
Mónica G. C., El interés social en la sociedad anónima”, Depalma, Buenos Aires, 1979,
p. 2).
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 234
TIRO
la sociedad anónima cerrada, en cambio, y particularmente en las fami- En la sociedad anónima, en efecto, el fenómeno del accionariado se
mente de él por efecto del sistema de mayorías que establece la ley. En compone de una multiplicidad de aspectos distintos y, además, por sujetos
el control de la sociedad, en cualquier momento, pudiendo abusar eventual- con características e intereses muy dispares entre sí, como el pequeño in-
el riesgo latente de que terceros adquieran la mayoría necesaria para tomar versionista que ninguna injerencia e interés tiene en la administración de la
este último tipo societario, pues, los accionistas minoritarios deben asumir sociedad; o el gran accionista con poder su¿ciente para controlarla tanto en
caracterizada por la posibilidad continua del libre cambio de socios. En la Junta de Accionistas cuanto en el Directorio; o el accionista empresario
aquel que puedan tener a su vez los accionistas de una sociedad cotizada, a que me referiré más adelante, que sin llegar a controlar necesariamente
–aunque no necesariamente– más homogéneo e internamente compatible que la sociedad participa activamente en su administración; o, en ¿n, el inver-
cionales que son propios de la sociedad personalista358, será probablemente sionista institucional que asume una actitud muchas veces pasiva de cara
cuya conformación accionaria evoca muchas veces rasgos subjetivos o inten- a la administración357.
una sociedad anónima cerrada o de carácter familiar, por poner un ejemplo,
Por lo anterior entonces, el interés que pueden tener los accionistas de Por lo anterior entonces, el interés que pueden tener los accionistas de
una sociedad anónima cerrada o de carácter familiar, por poner un ejemplo,
a la administración357. cuya conformación accionaria evoca muchas veces rasgos subjetivos o inten-
sionista institucional que asume una actitud muchas veces pasiva de cara cionales que son propios de la sociedad personalista358, será probablemente
la sociedad participa activamente en su administración; o, en ¿n, el inver- –aunque no necesariamente– más homogéneo e internamente compatible que
a que me referiré más adelante, que sin llegar a controlar necesariamente aquel que puedan tener a su vez los accionistas de una sociedad cotizada,
la Junta de Accionistas cuanto en el Directorio; o el accionista empresario caracterizada por la posibilidad continua del libre cambio de socios. En
sociedad; o el gran accionista con poder su¿ciente para controlarla tanto en este último tipo societario, pues, los accionistas minoritarios deben asumir
versionista que ninguna injerencia e interés tiene en la administración de la el riesgo latente de que terceros adquieran la mayoría necesaria para tomar
con características e intereses muy dispares entre sí, como el pequeño in- el control de la sociedad, en cualquier momento, pudiendo abusar eventual-
compone de una multiplicidad de aspectos distintos y, además, por sujetos mente de él por efecto del sistema de mayorías que establece la ley. En
En la sociedad anónima, en efecto, el fenómeno del accionariado se la sociedad anónima cerrada, en cambio, y particularmente en las fami-
porque ésta no puede abrirse [construirse] para la satisfacción aislada de las necesidades de
238 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
sí solo; mientras que el goce de una gran calle o vía de comunicación es un interés colectivo
363 El goce de una casa es un interés individual, porque cada cual puede tener una casa por
A) La primera, coincidente con la de¿nición recién apuntada, la pro- procurarse el alimento sirve a la satisfacción indirecta de aquella necesidad (Ibid., p. 4).
puso ya en 1929 CARNELUTTI361, para quien el interés es “la relación entre facción de la necesidad de nutrirse; viceversa, la situación de quienes poseen los medios para
una necesidad del hombre y un quid apto para satisfacerla”. No signi¿ca 362 Así por ejemplo, la situación de quienes tienen alimento sirve directamente a la satis-
entonces un juicio de utilidad o valor, sino una posición del hombre, o Universitaria, Padova, 1926, pp. 3 y 4. Traducción libre del autor.
más exactamente, “una situación favorable a la satisfacción de una ne- 361 CARNELUTTI, Francesco, Lezioni di diritto processuale civile, La Litotipo, Editrice
cesidad”, de manera que interés sería aquí una relación que existe entre
un individuo o un conjunto de individuos y el bien con el cual pueden o a todos ellos363.
satisfacer sus necesidades. “Sujeto del interés es el hombre; objeto del necesidades sólo puede determinarse con respecto a muchos individuos
interés es un bien”, pudiendo distinguirse además entre un interés mediato mientras que en otras la situación favorable para la satisfacción de las
e inmediato, individual y colectivo. tas necesidades puede determinarse con respecto a un solo individuo;
que en algunos casos la situación favorable para la satisfacción de cier-
Asimismo, hay situaciones que sirven directamente a la satisfacción
pueden cali¿carse de individuales o colectivos. La diferencia radica en
de una necesidad, lo que constituye para este autor un interés inmediato.
grupo. Sin perjuicio de lo anterior, existen no obstante intereses que sí
En otras sin embargo, la satisfacción de la necesidad se consigue sólo
sentida por todos aquellos individuos que pertenecen a un determinado
indirectamente, esto es, mediante la con¿guración de una situación inter-
media a través de la cual conseguir la satisfacción de la primera362.
este autor–, se utiliza la expresión para signi¿car una necesidad que es
colectividad como tal. Cuando se habla de necesidades colectivas –agrega
Por otra parte, todas las necesidades son individuales, pues la nece-
sidad es una actitud de la persona en singular; no hay necesidades de la
sidad es una actitud de la persona en singular; no hay necesidades de la
Por otra parte, todas las necesidades son individuales, pues la nece-
colectividad como tal. Cuando se habla de necesidades colectivas –agrega
media a través de la cual conseguir la satisfacción de la primera362.
este autor–, se utiliza la expresión para signi¿car una necesidad que es
indirectamente, esto es, mediante la con¿guración de una situación inter-
sentida por todos aquellos individuos que pertenecen a un determinado
En otras sin embargo, la satisfacción de la necesidad se consigue sólo
grupo. Sin perjuicio de lo anterior, existen no obstante intereses que sí
de una necesidad, lo que constituye para este autor un interés inmediato.
pueden cali¿carse de individuales o colectivos. La diferencia radica en
Asimismo, hay situaciones que sirven directamente a la satisfacción
que en algunos casos la situación favorable para la satisfacción de cier-
tas necesidades puede determinarse con respecto a un solo individuo; e inmediato, individual y colectivo.
mientras que en otras la situación favorable para la satisfacción de las interés es un bien”, pudiendo distinguirse además entre un interés mediato
necesidades sólo puede determinarse con respecto a muchos individuos
o a todos ellos363.
satisfacer sus necesidades. “Sujeto del interés es el hombre; objeto del
un individuo o un conjunto de individuos y el bien con el cual pueden
cesidad”, de manera que interés sería aquí una relación que existe entre
361
más exactamente, “una situación favorable a la satisfacción de una ne-
CARNELUTTI, Francesco, Lezioni di diritto processuale civile, La Litotipo, Editrice
Universitaria, Padova, 1926, pp. 3 y 4. Traducción libre del autor. entonces un juicio de utilidad o valor, sino una posición del hombre, o
362
una necesidad del hombre y un quid apto para satisfacerla”. No signi¿ca
Así por ejemplo, la situación de quienes tienen alimento sirve directamente a la satis-
facción de la necesidad de nutrirse; viceversa, la situación de quienes poseen los medios para puso ya en 1929 CARNELUTTI361, para quien el interés es “la relación entre
procurarse el alimento sirve a la satisfacción indirecta de aquella necesidad (Ibid., p. 4). A) La primera, coincidente con la de¿nición recién apuntada, la pro-
363
El goce de una casa es un interés individual, porque cada cual puede tener una casa por
sí solo; mientras que el goce de una gran calle o vía de comunicación es un interés colectivo
porque ésta no puede abrirse [construirse] para la satisfacción aislada de las necesidades de
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 238
TIRO
concurrentes e interdependientes del mismo concepto. GUTIÉRREZ367, en tal un solo hombre, sino para la satisfacción simultánea de las necesidades de muchos hombres.
intermedia, complementando ambas manifestaciones en cuanto elementos El interés será individual por tanto cuando la situación favorable para la satisfacción de una
vado más recientemente a una parte de la doctrina a de¿nirlo de una forma necesidad puede determinarse con respecto a un individuo solamente. El interés será colec-
La descripción dualista del interés jurídico, objetivo y subjetivo, ha lle- tivo cuando la situación favorable para la satisfacción de una necesidad puede determinarse
con respecto a más individuos conjuntamente; o, en otros términos, cuando la situación
favorable a cada uno para la satisfacción de una necesidad propia no puede determinarse
un sujeto que experimenta una necesidad con relación a un bien”366. si no en conjunto con otras idénticas situaciones favorables de los demás miembros de un
forma tal que el interés es aquí “la apreciación de un objeto realizada por determinado grupo (Ibid., p. 6).
jetiva pone el acento “en el momento valorativo o factor axiológico”, de 364 MONTERO AROCA, Juan, Introducción al Derecho procesal: jurisdicción, acción y proce-
enfatiza entonces el factor posicional a que se re¿ere CARNELUTTI, la sub- so, Tecnos, Madrid, 1976, p. 88. En el mismo sentido BARRIOS, quien entiende el interés como
por parte de una persona que tiene una necesidad. Mientras la tesis objetiva “la relación entre una necesidad de un sujeto y la aptitud de un bien idóneo para satisfacerla”
subjetivo, que apunta a la valoración que se hace de un objeto determinado (BARRIOS DE ANGELIS, Dante, Introducción al estudio del proceso: la psicología y la sociología
del proceso: el ombudsman: (la defensa de los intereses difusos), Depalma, Buenos Aires,
siglo pasado365, considera al interés como un proceso intelectual y por ende
1983, p. 126).
B) La concepción subjetiva en cambio, surgida en Italia a mediados del 365 Entre otros: GARBAGNATI, Edoardo, La giurisdizione amministrativa: concetto ed oggetto,
Giuffrè, Milano, 1950; CESARINI SFORZA, Widar, Gli interessi collettivi e la Costituzione, Diritto
bien apto para satisfacer esa necesidad”. del Lavoro, Tomo I, 1964, p. 48.
que existe entre una persona –o grupo–, acuciada por una necesidad, y el 366 PÉREZ CONEJO, Lorenzo, La defensa judicial de los intereses ambientales: (estudio
MONTERO364, por su parte, de¿ne el interés como aquella “relación ideal especí¿co de la legitimación “difusa” en el proceso contencioso-administrativo), Lex Nova,
Valladolid, 2002, pp. 29 y 30.
367 GUTIÉRREZ DE CABIEDES e HIDALGO DE CAVIEDES, Pablo, La tutela jurisdiccional de los
intereses supraindividuales, colectivos y difusos, Prólogo Faustino Cordón Moreno, Aranzadi,
239 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
En Chile la LSA, reconociendo precisamente la coexistencia de intereses Audiencia Provincial de Islas Baleares, re¿riéndose al funcionamiento de
distintos y su eventual colisión al interior de la sociedad, declara expresa- actuar vulnerando el derecho de los demás. Es lo que señala en España la
mente que “Los accionistas deben ejercer sus derechos sociales respetando al menos en una relación de mínimos, de manera que ninguno de ellos pueda
los de la sociedad y los de los demás accionistas” (art. 30). Es la propia delimitar la función y las atribuciones de cada uno de los órganos sociales,
ley por ende, en la disposición recién citada y en aquellas que establecen tales derechos e intereses en el plano societario interno, la ley se ocupa de
los deberes ¿duciarios de los directores y gerentes de la sociedad anónima Del mismo modo, y apuntando precisamente a la tutela igualitaria de
(arts. 41, 42 y 50 de la LSA, entre otros), la que hace una clara separación
entre los derechos del accionista y el interés de la sociedad en cuanto tal, reconociendo por ende su existencia como fenómenos distintos368.
reconociendo por ende su existencia como fenómenos distintos368. entre los derechos del accionista y el interés de la sociedad en cuanto tal,
(arts. 41, 42 y 50 de la LSA, entre otros), la que hace una clara separación
Del mismo modo, y apuntando precisamente a la tutela igualitaria de los deberes ¿duciarios de los directores y gerentes de la sociedad anónima
tales derechos e intereses en el plano societario interno, la ley se ocupa de ley por ende, en la disposición recién citada y en aquellas que establecen
delimitar la función y las atribuciones de cada uno de los órganos sociales, los de la sociedad y los de los demás accionistas” (art. 30). Es la propia
al menos en una relación de mínimos, de manera que ninguno de ellos pueda mente que “Los accionistas deben ejercer sus derechos sociales respetando
actuar vulnerando el derecho de los demás. Es lo que señala en España la distintos y su eventual colisión al interior de la sociedad, declara expresa-
Audiencia Provincial de Islas Baleares, re¿riéndose al funcionamiento de En Chile la LSA, reconociendo precisamente la coexistencia de intereses
SAP de Islas Baleares, de 30 de julio de 2008, en Aranzadi Westlaw, JUR 2008\368101. 369 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 241
valórico-normativo que encarna el interés preponderante en un momento la sociedad anónima y al ejercicio de los poderes que la ley con¿ere por
anterior, asumiendo así la ¿sonomía que éste les imprime como baremo parte de la Junta de accionistas, concretamente:
tales con la noción de orden público a que me he referido en el capítulo
doctrina cali¿ca como con¿guradores del tipo social, se funden en cuanto “Cuarto. (…) Pero la junta, aun siendo soberana, no tiene un poder ilimitado.
mercantil, según el tipo societario de que se trate. Tales principios, que la Al margen de los límites que se derivan del necesario respeto a la ley y a los
miento se ha dado para de¿nir la naturaleza y la función de la sociedad estatutos (pues mientras no los modifique, no puede tomar decisiones que
y se relaciona necesariamente con aquellos principios que cada ordena- atenten contra ellos), la junta debe garantizar la paridad de trato de todos
rámetro de arbitrabilidad de la controversia societario-mercantil, entronca los socios y respetar los derechos individuales de éstos, que por su carácter
sustancial operan como límites objetivos al poder de la mayoría. Además,
sus decisiones deben guiarse por el interés social y no por el posible interés
término, que el concepto de “interés social”, considerado aquí como pa-
Para despejar estas interrogantes debe tenerse en cuenta, en primer particular de algunos socios o terceros, pues en caso contrario los acuerdos
podrían ser impugnados.
tenerse acaso que el interés social es sinónimo de interés mayoritario?
mayorías el que determina el régimen de toma de decisiones; ¿puede sos- Otra limitación al poder de la junta dimana de la existencia necesaria del
que tienen sus accionistas? Y si en la sociedad anónima es el sistema de órgano de administración, al que la ley encarga la función de administrar
¿existe efectivamente un interés de la sociedad en cuanto tal, distinto del y de representar a la sociedad en todos los actos comprendidos en el objeto
cesidad que es propia de la persona humana, según explicábamos supra; social (art. 129 LSA; art. 62.1 LSRL)”.369
Más aun, si el interés jurídico evoca necesariamente una actitud y una ne-
¿Pero qué debe entenderse en términos generales por “interés social”? ¿Pero qué debe entenderse en términos generales por “interés social”?
Más aun, si el interés jurídico evoca necesariamente una actitud y una ne-
social (art. 129 LSA; art. 62.1 LSRL)”.369 cesidad que es propia de la persona humana, según explicábamos supra;
y de representar a la sociedad en todos los actos comprendidos en el objeto ¿existe efectivamente un interés de la sociedad en cuanto tal, distinto del
órgano de administración, al que la ley encarga la función de administrar que tienen sus accionistas? Y si en la sociedad anónima es el sistema de
Otra limitación al poder de la junta dimana de la existencia necesaria del mayorías el que determina el régimen de toma de decisiones; ¿puede sos-
tenerse acaso que el interés social es sinónimo de interés mayoritario?
podrían ser impugnados.
particular de algunos socios o terceros, pues en caso contrario los acuerdos Para despejar estas interrogantes debe tenerse en cuenta, en primer
término, que el concepto de “interés social”, considerado aquí como pa-
sus decisiones deben guiarse por el interés social y no por el posible interés
rámetro de arbitrabilidad de la controversia societario-mercantil, entronca
sustancial operan como límites objetivos al poder de la mayoría. Además,
los socios y respetar los derechos individuales de éstos, que por su carácter
atenten contra ellos), la junta debe garantizar la paridad de trato de todos y se relaciona necesariamente con aquellos principios que cada ordena-
estatutos (pues mientras no los modifique, no puede tomar decisiones que miento se ha dado para de¿nir la naturaleza y la función de la sociedad
Al margen de los límites que se derivan del necesario respeto a la ley y a los mercantil, según el tipo societario de que se trate. Tales principios, que la
“Cuarto. (…) Pero la junta, aun siendo soberana, no tiene un poder ilimitado. doctrina cali¿ca como con¿guradores del tipo social, se funden en cuanto
tales con la noción de orden público a que me he referido en el capítulo
parte de la Junta de accionistas, concretamente: anterior, asumiendo así la ¿sonomía que éste les imprime como baremo
la sociedad anónima y al ejercicio de los poderes que la ley con¿ere por valórico-normativo que encarna el interés preponderante en un momento
241 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 369 SAP de Islas Baleares, de 30 de julio de 2008, en Aranzadi Westlaw, JUR 2008\368101.
RETIRO
que junto a las dos grandes teorías a que me referiré a continuación, Nº 15, Aranzadi, Navarra, 2000, p. 64).
coexisten otras tantas opiniones doctrinales que tratan de dilucidar el Mercedes, “ConÀictos de intereses entre socios en sociedades de capital”, en RdS, Monografía,
societario, que asume una dimensión netamente política” (ROIMISER DE, op. cit., p. 4).
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 243
desplaza al concepto de actividad empresaria y se convierte en la célula madre del régimen
autora–, la empresa, como categoría autónoma portadora de intereses plurales y heterogéneos,
A) La tesis institucionalista
de los socios o accionistas no es el único que se considera como relevante
Por la función pública que se le asigna entonces a la sociedad, el interés Para la corriente institucionalista y siempre en términos generales373, la
sociedad adquiere un carácter funcional al asimilarse al concepto de empresa
del legislador. como ente intermedio entre el individuo y el Estado, asumiendo de esta
gica cuyas variantes vienen de¿nidas en último término por la voluntad forma el carácter de vehículo de realización de objetivos que trascienden el
ende el tipo societario de que se trate, en una suerte de ecuación axioló- puro interés individual de los socios o accionistas374. Abarca por lo mismo
aspectos que apuntan al logro del bien común y que instrumentalizan por aspectos que apuntan al logro del bien común y que instrumentalizan por
puro interés individual de los socios o accionistas374. Abarca por lo mismo ende el tipo societario de que se trate, en una suerte de ecuación axioló-
forma el carácter de vehículo de realización de objetivos que trascienden el gica cuyas variantes vienen de¿nidas en último término por la voluntad
como ente intermedio entre el individuo y el Estado, asumiendo de esta del legislador.
sociedad adquiere un carácter funcional al asimilarse al concepto de empresa
Para la corriente institucionalista y siempre en términos generales373, la Por la función pública que se le asigna entonces a la sociedad, el interés
de los socios o accionistas no es el único que se considera como relevante
A) La tesis institucionalista
373 Una de las variantes de esta teoría se observa en la tesis de VON GIERKE, creador de la
la sociedad y del interés comprometido en ella.
mos fundamentales: la teoría institucionalista y la tesis contractualista de doctrina denominada “Person an sich”. A partir de la concepción institucionalista del “interés
social”, este autor lo identi¿ca no obstante con el interés de la personalidad jurídica, distinto
del interés de los socios y superior a él, apartándose de esta forma del concepto de empresa
intereses involucrados en el fenómeno societario, al menos en sus extre-
manifestaciones, han procurado descifrar la naturaleza y el alcance de los como centro de atención de la tesis institucionalista más pura (VON GIERKE, Otto, Vom Wesen
de las dos grandes construcciones doctrinales que, con diversos matices y der menschlichen Verbände, Leipzig, 1902). Sobre esta tesis y su crítica puede consultarse a
que aquí concierne, nuestra aproximación a ella se centrará en el análisis ZÖLLNER, Wolfgang, Die Schranken mitgliedschaftlicher Stimmrechtsmacht bei den privatrecht-
materia, sobre la que mucho se ha dicho por cierto. Simplemente, y en lo lichen Personenverbänden, Munich-Berlín, 1963, pp. 19 y 20.
374 ROIMISER, describiendo los presupuestos de esta tesis institucionalista, señala que en ella
investigación el adentrarse en el estudio pormenorizado de esta controversial
Con todo, y como se advirtió inicialmente, no es el propósito de esta “el instituto accionario es un instrumento al servicio de un sistema político-económico integral
cuya regulación comprende la tutela de intereses públicos. En esta concepción –agrega la misma
autora–, la empresa, como categoría autónoma portadora de intereses plurales y heterogéneos,
desplaza al concepto de actividad empresaria y se convierte en la célula madre del régimen
societario, que asume una dimensión netamente política” (ROIMISER DE, op. cit., p. 4).
243 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
de vehículo de realización del interés público (Vid. KEYNES, op. cit., pp. 312 y ss.).
244 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
gran empresa de la época, fueron vistos como una esperanza de resurgimiento económico y
el instituto accionario y la sociedad anónima, sobre la cual se estructuraba jurídicamente la
manifestada en Junta.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 245
la sociedad; y los que entienden el interés social como un reÀejo del interés de la mayoría
los que consideran también el interés de los accionistas que se incorporan posteriormente a
lista amplia del interés social en el Derecho societario italiano, para este
orientada, siempre y en todo caso, a la consecución y actuación del interés de la sociedad.
entienden que tanto la actuación de los administradores cuanto la de los socios debe estar
autor los diversos intereses sociales pueden clasi¿carse en dos grandes la concreta función que debe cumplir el “interés social”. En este sentido, algunos autores
grupos, “típicos” y “atípicos”. Los intereses “típicos” –dice este autor– A su vez, tampoco existe uniformidad dentro de esta doctrina al momento de de¿nir
son aquellos que se encuentran tutelados de modo expreso por concretas
normas jurídicas, dentro de los que se puede distinguir: a) el interés por 2355 del Codice y art. 146 de la LSA, respectivamente); f) el interés en
la maximización del bene¿cio social (resguardado en los arts. 2392 y la posibilidad de establecer limitaciones estatutarias en tal sentido (art.
2393 del Codice Civile italiano); b) el interés por la percepción de di- través de la clasi¿cación de las acciones en nominativas y al portador, y
videndos (contemplado en el art. 2433 del mismo Codice); c) el interés determinación del grado de transmisibilidad de la participación social a
por mantener el grado de inÀuencia en la estructura del capital ante un accionista (arts. 147, 149 y 225 de la LSA italiana); e) el interés en la
aumento del mismo (art. 2441 del Codice); d) el interés por intervenir en social, a través de la regulación del derecho de retiro o separación del
la determinación del grado de riesgo a que debe someterse la actividad la determinación del grado de riesgo a que debe someterse la actividad
social, a través de la regulación del derecho de retiro o separación del aumento del mismo (art. 2441 del Codice); d) el interés por intervenir en
accionista (arts. 147, 149 y 225 de la LSA italiana); e) el interés en la por mantener el grado de inÀuencia en la estructura del capital ante un
determinación del grado de transmisibilidad de la participación social a videndos (contemplado en el art. 2433 del mismo Codice); c) el interés
través de la clasi¿cación de las acciones en nominativas y al portador, y 2393 del Codice Civile italiano); b) el interés por la percepción de di-
la posibilidad de establecer limitaciones estatutarias en tal sentido (art. la maximización del bene¿cio social (resguardado en los arts. 2392 y
2355 del Codice y art. 146 de la LSA, respectivamente); f) el interés en normas jurídicas, dentro de los que se puede distinguir: a) el interés por
son aquellos que se encuentran tutelados de modo expreso por concretas
A su vez, tampoco existe uniformidad dentro de esta doctrina al momento de de¿nir grupos, “típicos” y “atípicos”. Los intereses “típicos” –dice este autor–
la concreta función que debe cumplir el “interés social”. En este sentido, algunos autores autor los diversos intereses sociales pueden clasi¿carse en dos grandes
entienden que tanto la actuación de los administradores cuanto la de los socios debe estar lista amplia del interés social en el Derecho societario italiano, para este
orientada, siempre y en todo caso, a la consecución y actuación del interés de la sociedad.
Como advierte precisamente SÁNCHEZ, se produce en estos casos una suerte de “funciona-
como “interés social”. Partidario en efecto de una concepción contractua-
lización” del voto, que deja de ser un derecho conferido al socio en su propio interés para un carácter común a todos los socios para que sea catalogado igualmente
transformarse, en cambio, en una “potestad o poder-función que deberá ejercitar en interés Para PREITE381, más aún, ni siquiera es necesario que el interés tenga
común”, lo que se asemeja por ende a los postulados de la tesis institucionalista (SÁNCHEZ,
op. cit., p. 62). JAEGER en cambio, partiendo también de una postura contractualista del interés sin consideración alguna a cualquier otro interés extrasocietario.
social, sostiene que la mayoría de los autores consideran al “interés social” sólo como un
límite genérico al que los socios deben atender en el ejercicio de sus derechos, principalmente
obtención, a través de la actividad social, del máximo bene¿cio posible
el de voto, los que en todo caso se le con¿eren por la ley para la satisfacción de sus propios social se identi¿ca con el interés común de estos últimos de cara a la
intereses en la sociedad (Cfr. JAEGER, L´interesse sociale, op. cit., Cap. III).
381 PREITE, Disiano, “L´abuso” della regola di maggioranza nelle deliberazioni assembleari
248 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ también puede consistir en cualquier ventaja de carácter político-social o
entenderlo exclusivamente en el sentido de puro interés económico, sino que
1980/4132)–. El requisito del beneficio de uno o varios socios, no hay que
En el mismo sentido recién apuntado se ha pronunciado también la de 2-7-1963 (RJ 1963/3514); 11-5-1968 (RJ 1968/4538); 11-11-1980 (RJ
jurisprudencia del TS español, cuya doctrina recoge los postulados funda- esperar a que la lesión ocurra, para poder ejercitar la acción’ –sentencias
mentales de la tesis contractualista restringida recién mencionada. Así, al peligro potencial de que dicho daño se produzca, sin tener el demandante que
interpretar por ejemplo la expresión “interés social” que utiliza el art. 67 ‘que es suficiente para acudir al proceso especial impugnatorio que exista el
de la LSA, el máximo tribunal distingue entre las dos grandes corrientes
deducir la pretensión impugnatoria, la doctrina de esta Sala tiene declarado
doctrinales ya mencionadas, institucionalista y contractualista, decantán-
daño o lesión no es necesario que efectivamente se haya producido, para
ventaja comunitaria, supone una lesión al interés social. Ahora bien, este
dose por esta última al considerar que es el interés común de todos los producido en el interés común del reparto de beneficios, o en cualquier otra
accionistas, o la suma de ellos, lo que con¿gura el interés de la sociedad de los intereses particulares de sus socios, de forma que cualquier daño
en cuanto tal. El acto o acuerdo que lo infrinja entonces, e incluso aquel en nuestra legislación, según la cual el interés social no es otro que la suma
que tenga la potencialidad de hacerlo –dice el TS–, legitima la acción dores, acreedores, trabajadores, etc.), y la teoría contractualista, consagrada
impugnatoria contemplada en el último inciso de la norma referida, en los con los intereses de los componentes de la empresa (accionistas, administra-
términos siguientes: social que allí se persigue, es distinto del de sus socios, viniendo a coincidir
Sociedad Anónima como una ‘institución-corporación’, en la que el interés
“[el art. 67 de la LSA] autoriza la impugnación de los acuerdos sociales...
dos teorías completamente opuestas: la institucionalista, que considera a la
‘que lesionen, en beneficio de uno o varios accionistas, los intereses de la
a uno o varios socios. En torno a la idea o concepto del interés social existen
Sociedad’, estando acertada la Sala de apelación en admitir formalmente la
intereses de la sociedad, y 2º Que la aprobación de dicho acuerdo beneficie
impugnación por este específico cauce, abandonando la tesis del Juzgado,
de esta impugnación, los siguientes requisitos: 1º Un acuerdo que lesione los
que usaba la vía de la falta de un ‘quórum especial’ que no figuraba en los
Estatutos. La doctrina científica y jurisprudencial exige, para la viabilidad
Estatutos. La doctrina científica y jurisprudencial exige, para la viabilidad
que usaba la vía de la falta de un ‘quórum especial’ que no figuraba en los
de esta impugnación, los siguientes requisitos: 1º Un acuerdo que lesione los
impugnación por este específico cauce, abandonando la tesis del Juzgado,
intereses de la sociedad, y 2º Que la aprobación de dicho acuerdo beneficie
Sociedad’, estando acertada la Sala de apelación en admitir formalmente la
a uno o varios socios. En torno a la idea o concepto del interés social existen
‘que lesionen, en beneficio de uno o varios accionistas, los intereses de la
dos teorías completamente opuestas: la institucionalista, que considera a la
“[el art. 67 de la LSA] autoriza la impugnación de los acuerdos sociales...
Sociedad Anónima como una ‘institución-corporación’, en la que el interés
social que allí se persigue, es distinto del de sus socios, viniendo a coincidir términos siguientes:
con los intereses de los componentes de la empresa (accionistas, administra- impugnatoria contemplada en el último inciso de la norma referida, en los
dores, acreedores, trabajadores, etc.), y la teoría contractualista, consagrada que tenga la potencialidad de hacerlo –dice el TS–, legitima la acción
en nuestra legislación, según la cual el interés social no es otro que la suma en cuanto tal. El acto o acuerdo que lo infrinja entonces, e incluso aquel
de los intereses particulares de sus socios, de forma que cualquier daño accionistas, o la suma de ellos, lo que con¿gura el interés de la sociedad
producido en el interés común del reparto de beneficios, o en cualquier otra dose por esta última al considerar que es el interés común de todos los
ventaja comunitaria, supone una lesión al interés social. Ahora bien, este doctrinales ya mencionadas, institucionalista y contractualista, decantán-
daño o lesión no es necesario que efectivamente se haya producido, para
deducir la pretensión impugnatoria, la doctrina de esta Sala tiene declarado
de la LSA, el máximo tribunal distingue entre las dos grandes corrientes
‘que es suficiente para acudir al proceso especial impugnatorio que exista el interpretar por ejemplo la expresión “interés social” que utiliza el art. 67
peligro potencial de que dicho daño se produzca, sin tener el demandante que mentales de la tesis contractualista restringida recién mencionada. Así, al
esperar a que la lesión ocurra, para poder ejercitar la acción’ –sentencias jurisprudencia del TS español, cuya doctrina recoge los postulados funda-
de 2-7-1963 (RJ 1963/3514); 11-5-1968 (RJ 1968/4538); 11-11-1980 (RJ En el mismo sentido recién apuntado se ha pronunciado también la
1980/4132)–. El requisito del beneficio de uno o varios socios, no hay que
entenderlo exclusivamente en el sentido de puro interés económico, sino que
también puede consistir en cualquier ventaja de carácter político-social o EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 248
TIRO
Westlaw, RJ 2002/10400).
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 249
de 2000 (Aranzadi Westlaw, RJ 2000/1502), y STS de 29 de noviembre de 2002 (Aranzadi
do: STS, de 18 de septiembre de 1998 (Aranzadi Westlaw, RJ 1998/6545); STS de 4 de marzo
385 STS de 29 de marzo de 2007, en Aranzadi Westlaw, RJ 2007\1788). En el mismo senti-
profesional: exigiéndose que el beneficiado sea accionista, aunque la utilidad
STS de 19 febrero 1991, F.J. 2º, en Aranzadi Westlaw, RJ 1991\1512. 384 la reciba a través de una persona interpuesta; debiendo existir finalmente
la relación de causalidad entre la lesión del interés social, producida por el
acuerdo, y el beneficio experimentado por el socio –sentencias de 23-6-1962
normalmente del contrato de sociedad. (RJ 1962/3021); 23-11-1970 (RJ 1970/4885); 4-3-1967 (RJ 1967/1349);
“sociedades industriales” o de interés particular (art. 547), que surgen 11-5-1968 (RJ 1968/4538)”.384
la aprobación del Presidente de la República; y las que denomina como
fundaciones, art. 545), que requieren del reconocimiento de la ley o de En otra oportunidad, el TS señaló que la eventual lesión del interés
entre las personas jurídicas de “bene¿cencia pública” (corporaciones y particular del accionista no justi¿ca la pretensión impugnatoria del
En este último sentido, precisamente, el CC chileno distingue únicamente acuerdo de que se trata, pues no es dable identi¿car ese interés particu-
a la sociedad, sin necesidad de autorización previa de la administración. lar, susceptible de tutela a través de otros medios impugnatorios –y con
en lo que concierne a la personalidad jurídica que se le reconoce ope legis distinto objeto– diferentes del aquí empleado, con el interés social, que,
artículo 1832 del CC francés, en su texto primitivo, innovando sin embargo en palabras del mismo tribunal, “es trascendente al interés individual de
Bello del derecho napoleónico y posee, por ende, un tenor muy similar al los accionistas” (F.J. 2º).385
CC). La redacción del precitado artículo 2053 fue tomada por don Andrés
con miras a repartirse los bene¿cios que de ello provengan (art. 2053 del
2.1.1.3. Contractualismo e institucionalismo en el
la voluntad de dos o más personas que consienten en poner algo en común,
Derecho societario chileno
En el derecho chileno, la sociedad se de¿ne como un contrato surgido de
En el derecho chileno, la sociedad se de¿ne como un contrato surgido de
Derecho societario chileno
la voluntad de dos o más personas que consienten en poner algo en común,
2.1.1.3. Contractualismo e institucionalismo en el
con miras a repartirse los bene¿cios que de ello provengan (art. 2053 del
CC). La redacción del precitado artículo 2053 fue tomada por don Andrés
los accionistas” (F.J. 2º).385 Bello del derecho napoleónico y posee, por ende, un tenor muy similar al
en palabras del mismo tribunal, “es trascendente al interés individual de artículo 1832 del CC francés, en su texto primitivo, innovando sin embargo
distinto objeto– diferentes del aquí empleado, con el interés social, que, en lo que concierne a la personalidad jurídica que se le reconoce ope legis
lar, susceptible de tutela a través de otros medios impugnatorios –y con a la sociedad, sin necesidad de autorización previa de la administración.
acuerdo de que se trata, pues no es dable identi¿car ese interés particu- En este último sentido, precisamente, el CC chileno distingue únicamente
particular del accionista no justi¿ca la pretensión impugnatoria del entre las personas jurídicas de “bene¿cencia pública” (corporaciones y
En otra oportunidad, el TS señaló que la eventual lesión del interés fundaciones, art. 545), que requieren del reconocimiento de la ley o de
la aprobación del Presidente de la República; y las que denomina como
11-5-1968 (RJ 1968/4538)”.384 “sociedades industriales” o de interés particular (art. 547), que surgen
(RJ 1962/3021); 23-11-1970 (RJ 1970/4885); 4-3-1967 (RJ 1967/1349); normalmente del contrato de sociedad.
acuerdo, y el beneficio experimentado por el socio –sentencias de 23-6-1962
la relación de causalidad entre la lesión del interés social, producida por el
la reciba a través de una persona interpuesta; debiendo existir finalmente 384 STS de 19 febrero 1991, F.J. 2º, en Aranzadi Westlaw, RJ 1991\1512.
profesional: exigiéndose que el beneficiado sea accionista, aunque la utilidad 385 STS de 29 de marzo de 2007, en Aranzadi Westlaw, RJ 2007\1788). En el mismo senti-
hasta antes de la dictación de esta ley, muestra que en muchas operaciones bitstream/10221.3/3860/2/HL20382.pdf).
de toma de control de sociedades cotizadas (v. gr. Endesa Chile, Enersis de 28 de agosto de 2007, pp. 7 y 8, disponible en: http://recursoslegales.bcn.cl/jspui–rl/
el art. 199 de la LMV394. Por esta vía entonces, el legislador quiso asegu-
cerradas, se estará a lo que determinen los estatutos y si éstos nada dijeren, se les aplicará
lo menos el 30% de las utilidades líquidas de cada ejercicio. En las sociedades anónimas
de los accionistas, a distribuir anualmente como dividendo en dinero a sus accionistas, “a rar que ante una operación de toma de control los accionistas minoritarios
anónimas abiertas están obligadas, salvo acuerdo en contrario adoptado por la unanimidad reciban el mismo trato que el controlador saliente, bene¿ciándose también
cuanto a la auto¿nanciación de la sociedad anónima. Según esta disposición, las sociedades del premio de control a través de la ¿jación de un precio igualitario para
chileno lo constituye precisamente la prohibición que se contiene en el art. 79 de la LSA en una misma serie de acciones.
395 Otra manifestación del criterio contractualista del interés social en el Derecho societario
con motivo del traspaso de control o de cualquier otro evento corporativo” (Ibid., p. 129).
De todo lo dicho se desprende, en síntesis, que las medidas legislativas
incorporadas en este ámbito por la Ley Nº 19.705 apuntan, siempre y ne-
por los minoritarios como una potente señal de que no serán objeto de ninguna discriminación
someterse al sistema de OPAs en forma facultativa. Para PFEFFER, tal opción “será percibida
394 En los demás casos, y según se desprende del art. 198 de la LMV, el oferente puede
cesariamente, al fortalecimiento de los intereses que resultan comunes a los
accionistas minoritarios en su calidad de tales y no, como parece entenderlo
la doctrina que comentamos, a privilegiar otros intereses metasocietarios
de orientación institucionalista.
dichos accionistas minoritarios y, desde allí, en el desarrollo del mercado de
Dicho en otros términos, para potenciar el desarrollo del mercado de
ternalidad positiva que redunda en un incentivo a la inversión por parte de
valores la ley no opta aquí por fortalecer el interés de los trabajadores a
un proceso de toma de control mediante OPA, generando con ello una ex-
través –v. gr.– de un sistema de cogestión o de auto¿nanciación395, ni aspira
accionistas minoritarios y, en particular, el de aquellos que se enfrentan a
a tutelar concretamente el derecho de los consumidores u otro cualesquie-
contrario, lo que hace es reforzar precisamente el régimen tutelar de los
ra que pueda considerarse superior y distinto al de los accionistas. Por el
ra que pueda considerarse superior y distinto al de los accionistas. Por el
contrario, lo que hace es reforzar precisamente el régimen tutelar de los
a tutelar concretamente el derecho de los consumidores u otro cualesquie-
accionistas minoritarios y, en particular, el de aquellos que se enfrentan a
través –v. gr.– de un sistema de cogestión o de auto¿nanciación395, ni aspira
un proceso de toma de control mediante OPA, generando con ello una ex-
valores la ley no opta aquí por fortalecer el interés de los trabajadores a
ternalidad positiva que redunda en un incentivo a la inversión por parte de
Dicho en otros términos, para potenciar el desarrollo del mercado de
dichos accionistas minoritarios y, desde allí, en el desarrollo del mercado de
de orientación institucionalista.
la doctrina que comentamos, a privilegiar otros intereses metasocietarios
accionistas minoritarios en su calidad de tales y no, como parece entenderlo
394 En los demás casos, y según se desprende del art. 198 de la LMV, el oferente puede
cesariamente, al fortalecimiento de los intereses que resultan comunes a los
incorporadas en este ámbito por la Ley Nº 19.705 apuntan, siempre y ne- someterse al sistema de OPAs en forma facultativa. Para PFEFFER, tal opción “será percibida
por los minoritarios como una potente señal de que no serán objeto de ninguna discriminación
con motivo del traspaso de control o de cualquier otro evento corporativo” (Ibid., p. 129).
De todo lo dicho se desprende, en síntesis, que las medidas legislativas
395 Otra manifestación del criterio contractualista del interés social en el Derecho societario
una misma serie de acciones. chileno lo constituye precisamente la prohibición que se contiene en el art. 79 de la LSA en
del premio de control a través de la ¿jación de un precio igualitario para cuanto a la auto¿nanciación de la sociedad anónima. Según esta disposición, las sociedades
reciban el mismo trato que el controlador saliente, bene¿ciándose también anónimas abiertas están obligadas, salvo acuerdo en contrario adoptado por la unanimidad
rar que ante una operación de toma de control los accionistas minoritarios de los accionistas, a distribuir anualmente como dividendo en dinero a sus accionistas, “a
lo menos el 30% de las utilidades líquidas de cada ejercicio. En las sociedades anónimas
el art. 199 de la LMV394. Por esta vía entonces, el legislador quiso asegu-
cerradas, se estará a lo que determinen los estatutos y si éstos nada dijeren, se les aplicará
la norma precedente”. En consecuencia, la ley privilegia nuevamente el interés de los ac-
cionistas en esta materia, pues son ellos los que deciden si la utilidad se reinvierte o no en
la misma sociedad, en otra distinta, o se distribuye como dividendo.
255 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
a la libre competencia.
256 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
que hubieren intervenido en los actos, contratos, convenios, sistemas o acuerdos contrarios
disolución de las sociedades, corporaciones y demás personas jurídicas de derecho privado
valores y de la economía en general396. El núcleo subjetivo de imputación
de Defensa de la Libre Competencia para disponer –entre otras medidas– la modi¿cación o
396 LUCO, citando los resultados de un estudio realizado por la Universidad de Michigan
en el año 1989 (“The Economic Consequences of Mergers and Tender Offer”, en The revolu-
los derechos del consumidor); pero tal circunstancia en nada afecta lo
tion in corporate ¿nance, edited by Joel M. Stern and Donald H. Chew, Jr., Basil Blackwell, normas sobre protección de la libre competencia398 o de protección de
Oxford, 1989), muestra que las tomas de control exitosas “incrementan los retornos netos nalidad orgánico–procesal autónoma (como ocurre por ejemplo con las
de los accionistas de las sociedades adquirentes y adquiridas en un promedio combinado de igualmente mediante estatutos normativos particulares y una institucio-
10,5%. Respecto de los accionistas que venden sus acciones al adquirente, obtienen en pro- tualmente con bienes jurídicos diversos, que la ley se encarga de cautelar
medio un sobreprecio de un 47% sobre el precio de mercado de sus acciones. El resto de los
“interés social” pueda interferir con el interés público o colisionar even-
accionistas obtuvieron retornos anormales de un 30%. Por otro lado, la sociedad adquirente
obtuvo retornos anormales en el valor de sus acciones de un 3% … En consecuencia, la toma
expresan intereses ampliamente coincidentes”. Cosa distinta es que el
de control no es un simple `cambio de manos´, sino que incrementa el producto neto de la y dos valores `condenados´ a ser perseguidos conjuntamente porque
economía a través de una mejor asignación de recursos” (LUCO ILLANES, Nicolás, “Protección misma moneda”, pues se trata –dice el mismo autor– de “dos exigencias
a los accionistas minoritarios frente a la toma de control en una sociedad anónima abierta”, en y tutela del correcto funcionamiento del mercado son dos caras de la
Revista Chilena de Derecho, Vol. 22, Nº 3, Facultad de Derecho de la Ponti¿cia Universidad Como señala MAZZONI397, en ¿n, “Tutela de los accionistas de minoría
Católica de Chile, 1995, p. 424).
397
MAZZONI, Alberto, Gli azionisti di minoranza nella reforma delle sosita quotate, en Derecho societario chileno.
Giurisprudenza Commerciale, Giuffrè, Milano, 1998, I, p. 488.
tal, siendo ésta por ende la ¿gura que ocupa la posición preeminente en el
398
Así por ejemplo, el art. 26, letra b), del D.F.L. Nº 1, de 18 de octubre de 2004, que Fija y tutela normativa sigue siendo entonces el accionista y su interés como
el Texto Refundido, Coordinado y Sistematizado del D.L. Nº 211, de 1973, faculta al Tribunal
valores y de la economía en general396. El núcleo subjetivo de imputación
de Defensa de la Libre Competencia para disponer –entre otras medidas– la modi¿cación o
disolución de las sociedades, corporaciones y demás personas jurídicas de derecho privado
que hubieren intervenido en los actos, contratos, convenios, sistemas o acuerdos contrarios
a la libre competencia.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 256
TIRO
samente, ha señalado que el art. 1º de la Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales 2.1.1.4. El caso de la Sociedad por Acciones –SpA– unipersonal
de la Administración del Estado, Nº 18.575, “(…) determina la organización básica de la
Administración del Estado y precisa claramente los órganos y entidades que la constituyen,
estableciendo de manera expresa e inequívoca que las empresas públicas creadas por ley naturaleza pública de la función que la informa400.
forman parte de la Administración del Estado. Por consiguiente, dichas empresas, al igual que asume la sociedad respectiva se desprende necesariamente de la propia
los demás órganos y servicios señalados en el citado artículo 1º, son los organismos públicos
que conforman la Administración del Estado y, por ende, sus elementos integrantes –¿nes,
recursos, personal y régimen jurídico– son, por cierto, de igual carácter (…)”. (Dictamen
Nº 016164, de 6 de mayo de 1994, en Gaceta Jurídica, año 1994, Nº 167, p. 130).
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 258
TIRO
www.poderjudicial.cl/index2.php?pagina1=estados_causas.php.
264 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
412 SCA de Santiago, de 08 de julio de 2004, Rol Nº 7.534/2002, disponible en http://
www.poderjudicial.cl/index2.php?pagina1=estados_causas.php.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 264
TIRO
ilegales o contrarios a los estatutos o al interés social o usar de su cargo EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 265
nancia. d) en el Nº 7 se prohíbe a los directores: en general practicar actos
efectiva del patrimonio, sino sólo la privación de la expectativa de una ga-
Aún más, estima esta Corte que, en todo caso, no se exige una disminución hace también la Corte de Apelaciones de Santiago en la sentencia mencio-
dad de negocios de la que se apoderó y que tomó y usó para sí el director. nada, dictada en el marco del denominado “caso Chispas” y de las multas
la ganancia que le hubiera significado el aprovechamiento de la oportuni- aplicadas por la SVS a los altos ejecutivos que intervinieron en él. Dice
esto es, de un menoscabo patrimonial. Basta que se prive a la sociedad de aquí la Corte:
es de la sociedad. En este caso se requiere de perjuicio para la sociedad,
34º) Que, en el caso específico, los numerales del artículo 42 claramente
rativo al que pertenece. Aquí, se prohíbe que el director tome para sí lo que
infringidos son los números 1º, 4º, 6º, y 7º. a) en el Nº 1 se prohíbe a los
ilegítimo de una oportunidad comercial que sólo corresponde al ente corpo-
directores la ejecución de las siguientes conductas: proponer modificaciones
de esta obligación se traduce en una especie de apoderamiento personal
de estatutos y acordar emisiones de valores mobiliarios o adoptar políticas o
los accionistas y no sólo a quienes lo hayan elegido. El quebrantamiento
decisiones que no tengan por fin el interés social, sino sus propios intereses
la oportunidad de negocios es el cargo que ocupa, cargo que debe a todos
o los de terceros relacionados. No se exige un perjuicio para la compañía.
accionistas han depositado en él. El vehículo que permite el conocimiento de
Basta con que el director anteponga su propio interés al de la sociedad
razón del cargo que ocupa, el que a su vez, lo tiene por la confianza que los
para configurar su infracción. Se trata de una desviación de fines en que
comercial que no le pertenece, desde que de ella ha tomado conocimiento en
la motivación del director no es el cumplimiento del interés social sino que
una obligación de no hacer, de no usar, de no servirse de una oportunidad
el suyo propio o de terceros relacionados. b) en el Nº 4, se prohíbe a los
de que tuvieren conocimiento en razón de su cargo. Se impone al director
directores: presentar a los accionistas cuentas irregulares, informaciones
relacionados, con perjuicio para la sociedad, las oportunidades comerciales
falsas y ocultarles informaciones esenciales, esto es, no dar a conocer a los
en el Nº 6 se prohíbe a los directores: usar en beneficio propio o de terceros
accionistas la información que un hombre juicioso consideraría importante
basta con que el director viole el deber de conducta exigido por la norma. c)
para sus decisiones de inversión. Al igual que en el número anterior, no se
exige tampoco un perjuicio para la compañía. Para configurar su infracción,
exige tampoco un perjuicio para la compañía. Para configurar su infracción,
para sus decisiones de inversión. Al igual que en el número anterior, no se
basta con que el director viole el deber de conducta exigido por la norma. c)
accionistas la información que un hombre juicioso consideraría importante
en el Nº 6 se prohíbe a los directores: usar en beneficio propio o de terceros
falsas y ocultarles informaciones esenciales, esto es, no dar a conocer a los
relacionados, con perjuicio para la sociedad, las oportunidades comerciales
directores: presentar a los accionistas cuentas irregulares, informaciones
de que tuvieren conocimiento en razón de su cargo. Se impone al director
el suyo propio o de terceros relacionados. b) en el Nº 4, se prohíbe a los
una obligación de no hacer, de no usar, de no servirse de una oportunidad
la motivación del director no es el cumplimiento del interés social sino que
comercial que no le pertenece, desde que de ella ha tomado conocimiento en
para configurar su infracción. Se trata de una desviación de fines en que
razón del cargo que ocupa, el que a su vez, lo tiene por la confianza que los
Basta con que el director anteponga su propio interés al de la sociedad
accionistas han depositado en él. El vehículo que permite el conocimiento de
o los de terceros relacionados. No se exige un perjuicio para la compañía.
la oportunidad de negocios es el cargo que ocupa, cargo que debe a todos
decisiones que no tengan por fin el interés social, sino sus propios intereses
los accionistas y no sólo a quienes lo hayan elegido. El quebrantamiento
de estatutos y acordar emisiones de valores mobiliarios o adoptar políticas o
de esta obligación se traduce en una especie de apoderamiento personal
directores la ejecución de las siguientes conductas: proponer modificaciones
ilegítimo de una oportunidad comercial que sólo corresponde al ente corpo-
infringidos son los números 1º, 4º, 6º, y 7º. a) en el Nº 1 se prohíbe a los
rativo al que pertenece. Aquí, se prohíbe que el director tome para sí lo que
34º) Que, en el caso específico, los numerales del artículo 42 claramente
es de la sociedad. En este caso se requiere de perjuicio para la sociedad,
aquí la Corte: esto es, de un menoscabo patrimonial. Basta que se prive a la sociedad de
aplicadas por la SVS a los altos ejecutivos que intervinieron en él. Dice la ganancia que le hubiera significado el aprovechamiento de la oportuni-
nada, dictada en el marco del denominado “caso Chispas” y de las multas dad de negocios de la que se apoderó y que tomó y usó para sí el director.
hace también la Corte de Apelaciones de Santiago en la sentencia mencio- Aún más, estima esta Corte que, en todo caso, no se exige una disminución
efectiva del patrimonio, sino sólo la privación de la expectativa de una ga-
nancia. d) en el Nº 7 se prohíbe a los directores: en general practicar actos
265 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES ilegales o contrarios a los estatutos o al interés social o usar de su cargo
RETIRO
index2.php?pagina1=estados_causas.php.
266 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
sentencia de 7 de julio de 2005, Rol Nº 4.261/2004, disponible en http://www.poderjudicial.cl/
413 Los criterios citados fueron compartidos y rati¿cados a su vez por la Corte Suprema, en
las Empresas”.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 269
que “Introduce Perfeccionamientos a la Normativa de regula los Gobiernos Corporativos de
porada recientemente al texto original por la Ley Nº 20.382 (D.O. de 20 de octubre de 2009),
415 La oración del inciso 2º de esta disposición, a partir del primer punto seguido, fue incor-
derecho no podrá ser ejercido por los directores, gerentes, administradores
y ejecutivos principales de la sociedad. Tampoco por aquellos accionistas
que individualmente posean, directa o indirectamente, acciones cuyo valor
libro o bursátil supere las 5.000 unidades de fomento, de acuerdo al valor
y alcance de las normas que modelan este particular mecanismo arbitral
abordarla de forma detenida, partiendo por desentrañar incluso el sentido de dicha unidad a la fecha de presentación de la demanda”.415
la complejidad del tema, justi¿ca especialmente entonces la tarea de
ridad de planteamientos y esfuerzos interpretativos, amén de evidenciar Por último, el artículo 227 Nº 4 del COT, re¿riéndose precisamente a
encontrados criterios doctrinales y jurisprudenciales. Esa misma dispa- los casos de arbitraje societario que deben someterse a arbitraje interno,
dije antes, que ella es hasta hoy fuente de los más variados e incluso señala:
propongo indagar sobre esta particular materia en el entendido, como
Para despejar precisamente estas interrogantes, en lo que sigue me “Deben resolverse por árbitros los siguientes asuntos: (…) 4º Las diferen-
cias que ocurrieren entre los socios de una sociedad anónima, o de una
referidas, contradictorias en su sentido y alcance? sociedad colectiva o en comandita comercial, o entre los asociados de una
arts. 4 Nº 10 y 125?; ¿y existe efectivamente un conÀicto entre las normas participación, en el caso del artículo 415 del Código de Comercio”.
entonces: ¿es realmente forzoso el arbitraje que instituye la LSA en sus
someterlos a los órganos jurisdiccionales. Según esto cabe preguntarse En consecuencia, por una parte los artículos 4 Nº 10 de la LSA y 227
demandante sustraer tales materias del conocimiento de los árbitros, para Nº 4 del COT, respectivamente, permiten concluir que la legislación chilena
dores; mientras que, por la otra, el art. 125 inc. 2º de la LSA le permite al consagra en la actualidad un sistema de arbitraje forzoso tratándose de
conÀictos entre accionistas, o entre éstos y la sociedad y sus administra- conÀictos entre accionistas, o entre éstos y la sociedad y sus administra-
consagra en la actualidad un sistema de arbitraje forzoso tratándose de dores; mientras que, por la otra, el art. 125 inc. 2º de la LSA le permite al
Nº 4 del COT, respectivamente, permiten concluir que la legislación chilena demandante sustraer tales materias del conocimiento de los árbitros, para
En consecuencia, por una parte los artículos 4 Nº 10 de la LSA y 227 someterlos a los órganos jurisdiccionales. Según esto cabe preguntarse
entonces: ¿es realmente forzoso el arbitraje que instituye la LSA en sus
participación, en el caso del artículo 415 del Código de Comercio”. arts. 4 Nº 10 y 125?; ¿y existe efectivamente un conÀicto entre las normas
sociedad colectiva o en comandita comercial, o entre los asociados de una referidas, contradictorias en su sentido y alcance?
cias que ocurrieren entre los socios de una sociedad anónima, o de una
“Deben resolverse por árbitros los siguientes asuntos: (…) 4º Las diferen- Para despejar precisamente estas interrogantes, en lo que sigue me
propongo indagar sobre esta particular materia en el entendido, como
señala: dije antes, que ella es hasta hoy fuente de los más variados e incluso
los casos de arbitraje societario que deben someterse a arbitraje interno, encontrados criterios doctrinales y jurisprudenciales. Esa misma dispa-
Por último, el artículo 227 Nº 4 del COT, re¿riéndose precisamente a ridad de planteamientos y esfuerzos interpretativos, amén de evidenciar
la complejidad del tema, justi¿ca especialmente entonces la tarea de
de dicha unidad a la fecha de presentación de la demanda”.415 abordarla de forma detenida, partiendo por desentrañar incluso el sentido
y alcance de las normas que modelan este particular mecanismo arbitral
libro o bursátil supere las 5.000 unidades de fomento, de acuerdo al valor
que individualmente posean, directa o indirectamente, acciones cuyo valor
y ejecutivos principales de la sociedad. Tampoco por aquellos accionistas
derecho no podrá ser ejercido por los directores, gerentes, administradores 415 La oración del inciso 2º de esta disposición, a partir del primer punto seguido, fue incor-
porada recientemente al texto original por la Ley Nº 20.382 (D.O. de 20 de octubre de 2009),
que “Introduce Perfeccionamientos a la Normativa de regula los Gobiernos Corporativos de
las Empresas”.
269 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
vigencia.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 271
marzo de 1981, por un período de transición de ocho años, tras los cuales entraría en plena
418 La CP de 1980 fue aprobada el 11 de septiembre de 1980 y comenzó a regir el 11 de
sala), Santiago de Chile, 1980-1981. La LSA tiene su origen en el proyecto de ley enviado por la Presidencia
417 Historia de la Ley Nº 18.046, Vol. I, Biblioteca del Congreso Nacional (consulta en de la República a la entonces Junta Militar de Gobierno el 30 de diciembre
el país, y d) En el CC, arts. 2053 y ss. de 1980 (Boletín Nº 2.948-05), por el cual se reemplazaba y modernizaba
sustancialmente el régimen legal vigente hasta ese momento, disperso en
del Reglamento sobre Sociedades Anónimas nacionales y extranjeras que se establezcan en
marzo de 1981, por un período de transición de ocho años, tras los cuales entraría en plena
vigencia.
271 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
Se entrega la solución de las diferencias que ocurran entre los accionistas o de acciones”.421
entre éstos y la sociedad o sus administradores, a la decisión de la justicia que se produzcan con motivo de la tramitación e inscripción de un traspaso
ordinaria o de la arbitral según lo establezca el estatuto y se elimina la ac-
tuación de la Superintendencia como árbitro de estos conflictos”.419
nistrativamente, con audiencia de las partes interesadas, las dificultades
En las sociedades anónimas abiertas la Superintendencia resolverá admi-
Por lo anterior, el proyecto estructuraba ¿nalmente el sistema de ar- se resuelva sobre condenación en costas.
bitraje de los conÀictos societarios en base a las siguientes dos normas arbitraje serán sufragados por la sociedad, sin perjuicio de lo que en definitiva
concretas: Durante la vigencia del compromiso, los gastos y honorarios que irrogue el
Durante la vigencia del compromiso, los gastos y honorarios que irrogue el concretas:
arbitraje serán sufragados por la sociedad, sin perjuicio de lo que en definitiva bitraje de los conÀictos societarios en base a las siguientes dos normas
se resuelva sobre condenación en costas. Por lo anterior, el proyecto estructuraba ¿nalmente el sistema de ar-
En las sociedades anónimas abiertas la Superintendencia resolverá admi- tuación de la Superintendencia como árbitro de estos conflictos”.419
nistrativamente, con audiencia de las partes interesadas, las dificultades ordinaria o de la arbitral según lo establezca el estatuto y se elimina la ac-
que se produzcan con motivo de la tramitación e inscripción de un traspaso entre éstos y la sociedad o sus administradores, a la decisión de la justicia
de acciones”.421 Se entrega la solución de las diferencias que ocurran entre los accionistas o
Ibid., Vol. II, pp. 308 y ss. 423 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 273
Ibid., Vol. I, p. 288. 422
“Título XI (Que pasa a ser Título XII) del proyecto de ley, la Comisión agrega:
Más adelante, y re¿riéndose concretamente ahora al texto del art. 125
Art. 125. Mantiene la norma actual sobre arbitraje, que señala que es facul-
tativo para los accionistas decidir si las diferencias que ocurran entre ellos estatutos, el carácter del árbitro será el de arbitrador”.425
o con la sociedad se someterán a arbitraje. En silencio de los estatutos, se son aquellas que tengan en cuanto tales y señalar que en el silencio de los
entenderá que optan por el compromiso. Asimismo, se hace necesario precisar que las dificultades entre accionistas
de que se modifique su numerando décimo, para hacer forzoso el arbitraje.
La Comisión acordó modificar esta norma, haciéndola coincidente con el La Comisión conjunta acordó recomendar la norma propuesta, con la salvedad
Nº 10 del artículo 4º que establece el arbitraje forzoso. Asimismo, incorporar
un inciso que permita a las partes en conflicto someter sus diferencias a la cionistas entre sí o con la sociedad o sus administradores424.
justicia ordinaria. Con ello además, se elimina la actuación de la Superin- (…) d) Establece el arbitraje facultativo en caso de divergencias de los ac-
tendencia como árbitro”.426
Innova, fundamentalmente, en lo siguiente:
En síntesis, y tomando como base las consideraciones recién trans- (…) Art. 4º.- Señala las menciones que debe contener la escritura social.
critas, la Comisión propuso la siguiente redacción para las normas antes
señaladas: “IV. Análisis particular de las disposiciones del proyecto.
términos:
424
La innovación de que habla la Comisión no era tal sin embargo, pues sustancialmente y 125 –respectivamente–, la Comisión se pronunciaba en los siguientes
el proyecto de ley replicaba el sistema del C. de C..
425 Historia de la ley Nº 18.046, Vol. II, p. 314 (p. 20 del informe citado).
426 Ibid, p. 346 (p. 39 del informe).
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 274
TIRO
Ibid., pp. 578 y ss. 428 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 275
Ibid. 427
serán sometidas a la resolución de un árbitro arbitrador”. naturaleza jurídica del convenio arbitral y la fuerza vinculante del estatuto
o durante su liquidación. Si nada se dijere, se entenderá que las diferencias social que lo contiene.
y la sociedad o sus administradores, sea durante la vigencia de la sociedad
rencias que ocurran entre accionistas en su calidad de tales, o entre éstos En primer término, no cabe duda que la intención del legislador de la
(…) 10) La naturaleza del arbitraje a que deberán ser sometidas las dife- época fue crear, ex art. 4º Nº 10 de la LSA, un sistema de arbitraje forzoso
que reemplazara al anterior mecanismo arbitral del C. de C., estructurado
“Art. 4º. La escritura de la sociedad debe expresar:
427 Ibid.
275 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 428 Ibid., pp. 578 y ss.
RETIRO
en torno a las especiales características que muestra aquí la cláusula EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 277
Por lo señalado, resulta necesario hacer entonces algunas precisiones
comunes: la facultad de designar o no a la persona del árbitro. 2.3. Análisis particular de los artículos 4º Nº 10 y 125 de la
bito restringido, desde que no concurre en ella una de sus características Ley de S.A.: Cláusula compromisoria, designación y
asume aquí el carácter de una cláusula compromisoria limitada o de ám- facultades del árbitro y derecho de opción jurisdiccional
a priori de la persona del árbitro. El pacto arbitral estatutario, por ende,
fundadores en este sentido, al proscribir toda posibilidad de designación En relación con lo expuesto en los apartados anteriores, y no obstante el
limita todavía más el ámbito de la autonomía de la voluntad de los socios lastre dogmático que constituye per se la existencia misma de un arbitraje
una ¿gura forzosa de arbitraje para la solución de los conÀictos societarios, obligatorio respecto de controversias jurídicas sobre derechos disponibles,
De lo dicho se desprende entonces que la LSA, amén de contemplar el art. 4º Nº 10 de la LSA contempla en primer término un mecanismo de
arbitraje obligatorio para la solución de los conÀictos intrasocietarios, que se
en que la controversia intrasocietaria surja efectivamente. complementa luego con el derecho de opción jurisdiccional que se le reconoce
la persona del árbitro en el estatuto social, postergándola para el momento a su turno al futuro demandante en el art. 125 inc. 2º de la misma ley.
prohíbe –por las razones que se analizarán más adelante– la designación de
un árbitro arbitrador”. El art. 125 inciso 1º de la misma ley, por su parte, 2.3.1. El pacto arbitral estatutario como cláusula compromisoria
dijere, se entenderá que las diferencias serán sometidas a la resolución de limitada. Concepto y requisitos
durante la vigencia de la sociedad o durante su liquidación. Si nada se
El art. 4º Nº 10 de la LSA señala que la escritura social debe expresar,
calidad de tales, o entre éstos y la sociedad o sus administradores, sea
entre otros aspectos esenciales, “La naturaleza del arbitraje a que debe-
rán ser sometidas las diferencias que ocurran entre los accionistas en su
rán ser sometidas las diferencias que ocurran entre los accionistas en su
entre otros aspectos esenciales, “La naturaleza del arbitraje a que debe-
calidad de tales, o entre éstos y la sociedad o sus administradores, sea
El art. 4º Nº 10 de la LSA señala que la escritura social debe expresar,
durante la vigencia de la sociedad o durante su liquidación. Si nada se
limitada. Concepto y requisitos dijere, se entenderá que las diferencias serán sometidas a la resolución de
2.3.1. El pacto arbitral estatutario como cláusula compromisoria un árbitro arbitrador”. El art. 125 inciso 1º de la misma ley, por su parte,
prohíbe –por las razones que se analizarán más adelante– la designación de
a su turno al futuro demandante en el art. 125 inc. 2º de la misma ley. la persona del árbitro en el estatuto social, postergándola para el momento
complementa luego con el derecho de opción jurisdiccional que se le reconoce en que la controversia intrasocietaria surja efectivamente.
arbitraje obligatorio para la solución de los conÀictos intrasocietarios, que se
el art. 4º Nº 10 de la LSA contempla en primer término un mecanismo de De lo dicho se desprende entonces que la LSA, amén de contemplar
obligatorio respecto de controversias jurídicas sobre derechos disponibles, una ¿gura forzosa de arbitraje para la solución de los conÀictos societarios,
lastre dogmático que constituye per se la existencia misma de un arbitraje limita todavía más el ámbito de la autonomía de la voluntad de los socios
En relación con lo expuesto en los apartados anteriores, y no obstante el fundadores en este sentido, al proscribir toda posibilidad de designación
a priori de la persona del árbitro. El pacto arbitral estatutario, por ende,
facultades del árbitro y derecho de opción jurisdiccional asume aquí el carácter de una cláusula compromisoria limitada o de ám-
Ley de S.A.: Cláusula compromisoria, designación y bito restringido, desde que no concurre en ella una de sus características
2.3. Análisis particular de los artículos 4º Nº 10 y 125 de la comunes: la facultad de designar o no a la persona del árbitro.
aplicación.
A) Concepto
que las partes puedan designar a priori a la persona del árbitro, pues lo
la cláusula a los conÀictos actuales. Asimismo, nada impide en mi opinión
Ni el COT ni el CPC mencionan a la cláusula compromisoria como
posterior”, concepto que no comparto en cuanto incluye como objeto de
una de las formas que puede asumir el pacto o acuerdo de arbitraje, lo que
y los someten a juicio arbitral, obligándose a nombrar árbitros en un acto
no signi¿ca en modo alguno que las partes, en ejercicio de la autonomía
sos, presentes o futuros, al conocimiento de las jurisdicciones ordinarias,
de la voluntad, no puedan pactarla para someter al juicio de árbitros con-
convención por la cual las partes substraen determinados asuntos litigio-
Àictos eventuales y futuros. Más aun, el ordenamiento positivo chileno la
El profesor AYLWIN430 de¿ne a la cláusula compromisoria como “una
ha reconocido explícitamente en diversas normas especiales, como ocurre
precisamente en este caso429.
designación en el estatuto.
del arbitraje en las sociedades anónimas la ley prohíbe expresamente tal
Puede de¿nirse la cláusula compromisoria como aquel acuerdo por el
dado. Sin embargo, y según se verá en el apartado siguiente, tratándose
cual las partes consienten en someter las controversias futuras sobre una
o no de antemano al árbitro que habrá de conocer de ella en el momento
determinada relación jurídica entre ellas, contractual o no contractual, al
carácter futuro y eventual de la controversia, y no el que las partes designen
conocimiento y fallo de árbitros que pueden o no designar.
Según esta de¿nición, lo determinante en la cláusula compromisoria es el
aplicación.
429
Así ocurre también, entre otros, en los artículos 352 Nº 10 y 415 del Código de compromisoria estatutaria, de cara a sus elementos generales o de común
Comercio, en materia de sociedades colectivas, y más recientemente en el artículo 441 del
Código de Comercio, en materia de sociedades por acciones.
430 AYLWIN, op. cit. (1ª. ed.), p. 214.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 278
TIRO
ROMERO, “Nociones generales…”, op. cit., p. 417. 431 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 279
narse según lo señala expresamente el art. 125 inc. 1º de la LSA. determinante aquí es el carácter futuro de la controversia y no si aquellas
conocimiento y resolución de árbitros, y la forma en que habrán de desig- han adelantado o no la designación referida. Por ello, la cláusula compro-
b) El acuerdo expreso de someter las controversias jurídicas futuras al misoria no pierde su carácter de tal por el hecho de designar las partes
al árbitro respectivo, cuya competencia habrá de concretarse luego en el
a la persona que detenta dicha posición en el momento dado. compromiso al surgir la controversia.
que se tiene dentro de la sociedad (accionistas y administradores) más no
riamente un carácter genérico y despersonalizado, que apunta a la posición ROMERO431, por su parte, de¿ne la cláusula compromisoria como “un
en las acciones respectivas, la designación mencionada adquiere necesa- acuerdo de voluntades mediante la cual las partes acuerdan someter un
personalista o la individualidad concreta de los accionistas, titularizados asunto litigioso futuro y eventual a la resolución de un árbitro”, haciendo
el carácter fungible que adquiere en las sociedades de capital el elemento hincapié también en que en ella las partes no designan a los árbitros, obli-
En el caso del pacto arbitral estatutario, y considerando especialmente gándose únicamente a hacerlo con posterioridad.
gándose únicamente a hacerlo con posterioridad. En el caso del pacto arbitral estatutario, y considerando especialmente
hincapié también en que en ella las partes no designan a los árbitros, obli- el carácter fungible que adquiere en las sociedades de capital el elemento
asunto litigioso futuro y eventual a la resolución de un árbitro”, haciendo personalista o la individualidad concreta de los accionistas, titularizados
acuerdo de voluntades mediante la cual las partes acuerdan someter un en las acciones respectivas, la designación mencionada adquiere necesa-
ROMERO431, por su parte, de¿ne la cláusula compromisoria como “un riamente un carácter genérico y despersonalizado, que apunta a la posición
que se tiene dentro de la sociedad (accionistas y administradores) más no
compromiso al surgir la controversia. a la persona que detenta dicha posición en el momento dado.
al árbitro respectivo, cuya competencia habrá de concretarse luego en el
misoria no pierde su carácter de tal por el hecho de designar las partes b) El acuerdo expreso de someter las controversias jurídicas futuras al
han adelantado o no la designación referida. Por ello, la cláusula compro- conocimiento y resolución de árbitros, y la forma en que habrán de desig-
determinante aquí es el carácter futuro de la controversia y no si aquellas narse según lo señala expresamente el art. 125 inc. 1º de la LSA.
279 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 431 ROMERO, “Nociones generales…”, op. cit., p. 417.
RETIRO
En cuanto al plazo, la LSA no contempla norma especial alguna que 235 inc. 3º del COT.
altere las reglas generales en este sentido, contenidas en el COT. Por ende, estatutaria o, supletoriamente, el plazo de dos años que contempla el art.
el plazo del arbitraje será el que se indique en la cláusula compromisoria el plazo del arbitraje será el que se indique en la cláusula compromisoria
estatutaria o, supletoriamente, el plazo de dos años que contempla el art. altere las reglas generales en este sentido, contenidas en el COT. Por ende,
235 inc. 3º del COT. En cuanto al plazo, la LSA no contempla norma especial alguna que
Tratándose del lugar del arbitraje la situación es la misma y, por ende, d) El plazo y lugar del arbitraje.
el arbitraje deberá desarrollarse en el lugar que se indique en los estatutos
o, supletoriamente, en aquel en donde se ha otorgado el pacto social por analizará más adelante.
aplicación del art. 235 inc. 2º del COT. aquellos conÀictos de naturaleza estrictamente intrasocietaria según se
tales, o entre éstos y la sociedad o sus administradores; y en todo caso a
Asimismo, en los casos de ejecución de la sentencia arbitral, cuando ésta misma norma, esto es, a las diferencias entre accionistas en su calidad de
suponga el ejercicio de medios compulsivos o de apremios, será siempre delimitación viene dada por el ámbito material expreso a que re¿ere la
competente el tribunal ordinario del lugar en donde se siguió el arbitraje En el caso del arbitraje a que se re¿ere el art. 4 Nº 10 de la LSA, tal
precisamente, aun cuando este último sea distinto de aquel en que se ha-
bría seguido el juicio respectivo por aplicación de las reglas comunes de ha surgido al pactarla.
competencia. Así lo ha señalado la jurisprudencia en Chile: interpretación, etc.), considerando que el conÀicto propiamente tal aun no
y las materias que le servirán de objeto (cumplimiento, validez, existencia,
“OCTAVO: Que en el cumplimiento de lo resuelto por el juez árbitro, debe delimitar al menos la relación jurídica en la que éste habrá de desenvolverse
primar la prórroga de competencia a los tribunales de Santiago, puesto c) La determinación del asunto que se someterá a arbitraje, lo que implica
que así lo acordaron en el título octavo, párrafo decimoquinto del contrato
antes recordado, decisión concordante con la facultad de hacer ejecutar lo
decidido por la sentencia definitiva y de esta forma, obtener su cumplimiento EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 280
TIRO
SCS, de 5 de noviembre de 2010, causa Rol Nº 5.464-2009. 432 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 281
281 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 432 SCS, de 5 de noviembre de 2010, causa Rol Nº 5.464-2009.
RETIRO
433 MATTAR PORCILE, Pedro, entrevista personal, Santiago de Chile, 27 de junio de 2008.
VERDERA, en Comentarios a la Ley de Arbitraje …, op. cit., p. 363. 436 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 283
al arbitraje en los contratos de adhesión en su art. 16, incisos 2º y 3º.
435 La Ley Nº 19.496, sobre Protección de los Derechos de los Consumidores, se re¿ere
DGRN, Resolución de 19 de febrero de 1998, en Aranzadi Westlaw, RJ 1998/1118. 434
en el que no participaron directamente. Sin embargo, al respecto debe
considerarse también que, como lo ha señalado en España la DGRN434,
si el convenio arbitral forma parte del estatuto social “se independiza de
como se dijo la autonomía de la voluntad de los accionistas por la vía de la voluntad de los fundadores para pasar a ser una regla orgánica más”
lectivo superior que justi¿quen aquí la intervención del Estado, limitando –como ocurre con todas sus estipulaciones por lo demás–, de manera que
En consecuencia, no existen razones de orden público o de interés co- su contenido y efectos –y en particular la designación explícita de los
árbitros– vinculan no sólo a esos accionistas fundadores, sino también
demás, el art. 22 de la LSA. a los posteriores, a los administradores y a la propia sociedad.
cuando no haya intervenido en su con¿guración como lo señala, por lo
propio y voluntario queda vinculado en todo por el estatuto social, aun En el Derecho del consumo en cambio, en donde se le reconoce al
contrario, se trata simplemente de un accionista que por ese solo hecho consumidor un derecho de opción similar al que se contempla en el
renciado como el que se consigna en el art. 125 de la LSA. Antes por el art. 125 inc. 2º de la LSA y, más aun, la posibilidad de recusar a los
negocial, que amerite o justi¿que a su respecto un régimen tutelar dife- árbitros designados a priori en un contrato de adhesión, sin expresión
por ende la calidad de consumidor o de parte más débil de la relación de causa435, una prohibición como la que aquí se analiza podría justi¿-
de una sociedad anónima no celebra un contrato de adhesión ni asume carse considerando que, como señala VERDERA436, “para el consumidor
Sin embargo, lo cierto es que quien adquiere libremente acciones resulta objetivamente peligroso el arbitraje pactado ab initio, incluido
en contratos de adhesión o condiciones generales, no concebido para
relaciones de consumo y sujeto a la normativa común”. relaciones de consumo y sujeto a la normativa común”.
en contratos de adhesión o condiciones generales, no concebido para
resulta objetivamente peligroso el arbitraje pactado ab initio, incluido Sin embargo, lo cierto es que quien adquiere libremente acciones
carse considerando que, como señala VERDERA436, “para el consumidor de una sociedad anónima no celebra un contrato de adhesión ni asume
de causa435, una prohibición como la que aquí se analiza podría justi¿- por ende la calidad de consumidor o de parte más débil de la relación
árbitros designados a priori en un contrato de adhesión, sin expresión negocial, que amerite o justi¿que a su respecto un régimen tutelar dife-
art. 125 inc. 2º de la LSA y, más aun, la posibilidad de recusar a los renciado como el que se consigna en el art. 125 de la LSA. Antes por el
consumidor un derecho de opción similar al que se contempla en el contrario, se trata simplemente de un accionista que por ese solo hecho
En el Derecho del consumo en cambio, en donde se le reconoce al propio y voluntario queda vinculado en todo por el estatuto social, aun
cuando no haya intervenido en su con¿guración como lo señala, por lo
a los posteriores, a los administradores y a la propia sociedad. demás, el art. 22 de la LSA.
árbitros– vinculan no sólo a esos accionistas fundadores, sino también
su contenido y efectos –y en particular la designación explícita de los En consecuencia, no existen razones de orden público o de interés co-
–como ocurre con todas sus estipulaciones por lo demás–, de manera que lectivo superior que justi¿quen aquí la intervención del Estado, limitando
la voluntad de los fundadores para pasar a ser una regla orgánica más” como se dijo la autonomía de la voluntad de los accionistas por la vía de
si el convenio arbitral forma parte del estatuto social “se independiza de
considerarse también que, como lo ha señalado en España la DGRN434,
434 DGRN, Resolución de 19 de febrero de 1998, en Aranzadi Westlaw, RJ 1998/1118.
en el que no participaron directamente. Sin embargo, al respecto debe
435 La Ley Nº 19.496, sobre Protección de los Derechos de los Consumidores, se re¿ere
al arbitraje en los contratos de adhesión en su art. 16, incisos 2º y 3º.
283 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 436 VERDERA, en Comentarios a la Ley de Arbitraje …, op. cit., p. 363.
RETIRO
falta de acuerdo entre ellas, la cláusula compromisoria imponía a las partes analiza, el arbitraje que surge de aquella no termina necesariamente por la
en que la controversia propiamente tal lo hiciere necesario. Por ello, y a falta ulterior del árbitro así designado, como sucede en el compromiso. En
derechamente y postergando en cambio tal designación para el momento tales casos, por el contrario, la cláusula compromisoria conserva sus efectos
miento y resolución de sus controversias futuras, sin llegar a designarlos y deberá procederse por lo mismo a una nueva designación.
de la autonomía de la voluntad, acordaron someter a árbitros el conoci-
situación planteada por la sentencia resulta claro que las partes, en ejercicio No lo entendió así la E. Corte Suprema, al señalar:
no procediendo nunca en virtud de un simple compromiso. 4º) Que el nombramiento judicial de un árbitro solamente puede tener lugar
casos en que la ley o una cláusula compromisoria hacen forzoso el arbitraje, cuando hay una obligación preexistente de nombrar árbitro, esto es, en los
cuando hay una obligación preexistente de nombrar árbitro, esto es, en los casos en que la ley o una cláusula compromisoria hacen forzoso el arbitraje,
4º) Que el nombramiento judicial de un árbitro solamente puede tener lugar no procediendo nunca en virtud de un simple compromiso.
surgido. 5º) Que de acuerdo a lo antes razonado, en atención a que entre las partes
ellas no han designado la persona del árbitro que deba dirimir el conflicto no ha surgido el nombre del árbitro y dado a que no corresponde a la justicia
3º) Que si bien las partes en litigio establecieron una cláusula compromisoria, ordinaria nombrarlo, cualquier conflicto que surja entre las partes contratantes
debe ser resuelto por el juez de letras competente(…)”437.
las partes y sin ulterior recurso (…).
resuelta cada vez por un árbitro arbitrador designado de común acuerdo entre Nos parece errado sin embargo el criterio jurisprudencial precitado, pues
contrato, a su aplicación, interpretación, cumplimiento o incumplimiento, será el fallo confunde aquí dos fases o aspectos distintos del arbitraje como son
que se produzca a causa o como consecuencia del otorgamiento del presente (a) el acuerdo por el cual las partes someten sus controversias actuales o
futuras a arbitraje, y (b) la designación del árbitro propiamente tal. En la
“2º) Que en su cláusula (…) se estableció que cualquier dificultad o conflicto
No lo entendió así la E. Corte Suprema, al señalar: situación planteada por la sentencia resulta claro que las partes, en ejercicio
de la autonomía de la voluntad, acordaron someter a árbitros el conoci-
y deberá procederse por lo mismo a una nueva designación. miento y resolución de sus controversias futuras, sin llegar a designarlos
tales casos, por el contrario, la cláusula compromisoria conserva sus efectos derechamente y postergando en cambio tal designación para el momento
falta ulterior del árbitro así designado, como sucede en el compromiso. En en que la controversia propiamente tal lo hiciere necesario. Por ello, y a
analiza, el arbitraje que surge de aquella no termina necesariamente por la falta de acuerdo entre ellas, la cláusula compromisoria imponía a las partes
437 SCS, de 03 de enero de 1995, en Revista Gaceta de los Tribunales, Nº 175, Conosur,
Sobre este mismo punto, ROMERO438 señala que la cláusula compromisoria conocimiento de los árbitros para someterlo a la justicia ordinaria.
no constituye un contrato intuito personae y, por ende, el arbitraje nacido restricciones), opte unilateral y discrecionalmente por sustraer el asunto del
de ella “no termina por las causales que suponen un rasgo personal del re¿ere el art. 4º Nº 10 (que establece el sistema forzoso ya indicado, sin
árbitro”. En el mismo sentido se pronuncia PICAND439, al señalar que “en hasta aquí descrito, al permitirle al demandante que, en los casos a que se
cláusula compromisoria las partes se someten genéricamente al arbitraje de El art. 125 inciso 2º de la LSA enrarece sin duda el panorama normativo
modo que quedan obligadas a nombrar árbitros tantas veces cuantas sean
necesarias para obtener el fallo de¿nitivo del asunto que comprometen”.
del art. 125 inc. 2º de la LSA
Ambas opiniones, sin embargo, me parecen correctas sólo en cuanto las
2.3.5. El derecho de opción jurisdiccional
partes no hayan designado al árbitro en la cláusula compromisoria (que
es lo que sucede precisamente en el mecanismo contemplado por el art. el compromiso.
125 inc. 1º de la LSA). En los demás casos, en que las partes han podido por ende su jurisdicción para conocer del asunto al igual que ocurre con
designar al árbitro y lo han hecho efectivamente, la falta ulterior del mismo implica necesariamente una vuelta a la jurisdicción estatal, que recupera
implica necesariamente una vuelta a la jurisdicción estatal, que recupera designar al árbitro y lo han hecho efectivamente, la falta ulterior del mismo
por ende su jurisdicción para conocer del asunto al igual que ocurre con 125 inc. 1º de la LSA). En los demás casos, en que las partes han podido
el compromiso. es lo que sucede precisamente en el mecanismo contemplado por el art.
partes no hayan designado al árbitro en la cláusula compromisoria (que
2.3.5. El derecho de opción jurisdiccional
Ambas opiniones, sin embargo, me parecen correctas sólo en cuanto las
del art. 125 inc. 2º de la LSA
necesarias para obtener el fallo de¿nitivo del asunto que comprometen”.
modo que quedan obligadas a nombrar árbitros tantas veces cuantas sean
El art. 125 inciso 2º de la LSA enrarece sin duda el panorama normativo cláusula compromisoria las partes se someten genéricamente al arbitraje de
hasta aquí descrito, al permitirle al demandante que, en los casos a que se árbitro”. En el mismo sentido se pronuncia PICAND439, al señalar que “en
re¿ere el art. 4º Nº 10 (que establece el sistema forzoso ya indicado, sin de ella “no termina por las causales que suponen un rasgo personal del
restricciones), opte unilateral y discrecionalmente por sustraer el asunto del no constituye un contrato intuito personae y, por ende, el arbitraje nacido
conocimiento de los árbitros para someterlo a la justicia ordinaria. Sobre este mismo punto, ROMERO438 señala que la cláusula compromisoria
El profesor MATTAR440, quien participó junto a otros expertos invitados en aquellas al pactar la cláusula referida.
los debates de la Comisión Legislativa Conjunta como ¿scal –a la sazón– 232 del COT, pues la jurisdicción estatal fue expresamente derogada por
proveer a tal designación por la justicia ordinaria en conformidad al artículo
una controversia (efecto positivo inmediato) y, por ende, la necesidad de
438 ROMERO, “Nociones generales…”, op. cit., p. 418. la obligación de estar y pasar por la decisión de árbitros en caso de surgir
439 PICAND, Arbitraje comercial …”, op. cit., Tomo II, p. 63.
440 MATTAR PORCILE, Pedro, entrevista personal, Santiago de Chile, 27 de junio de 2008.
Cfr. Historia de la ley Nº 18.046, Vol. I, p. 310. 441 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 287
proscribiendo derechamente el ejercicio de este derecho de opción juris- de la Superintendencia de Valores y Seguros441, explica que el sentido de
la ley opta por complementar el texto del art. 125 inciso 2º de la LSA, esta norma no fue otro que equilibrar la eventual desigualdad de fuerzas que
la calidad de demandante en la relación procesal. Para ello, como se dijo, puede generarse en el seno de la sociedad anónima, de cara a un conÀicto
que es el accionista mayoritario o controlador el que asume precisamente societario concreto. Al accionista minoritario debía reconocérsele en efecto,
derivarse de una situación como la recién apuntada, en aquellos casos en como parte más débil del fenómeno conÀictual y ante la eventualidad de
de octubre de 2009) procura evitar al parecer la desigualdad que podría tener que enfrentar jurisdiccionalmente a la propia sociedad o a un grupo
En este último sentido, la Ley Nº 20.382 ya mencionada (D.O. de 20 controlador o al menos mayoritario de accionistas, la facultad de sustraer
de la jurisdicción arbitral el asunto controvertido concreto para derivarlo,
LSA no le reconoce derecho de opción alguno. potestativa y unilateralmente, al conocimiento de la justicia ordinaria de
accionista minoritario el demandado, pues en tales casos el art. 125 de la estimarlo conveniente.
por cierto, se pierden por completo cuando la situación se invierte y es el
Más aun, las ventajas del postulado recién apuntado, de loable inspiración En otros términos, y como señala el mismo autor, a través de esta especial
y unilateral de una de las partes involucradas en el conÀicto a resolver. ¿gura legal se buscó, básicamente, “equilibrar una eventual desigualdad
nico fundacional del estatuto social, y menos por la decisión discrecional de fuerzas entre un minoritario y los controladores de la sociedad o los
dijo, no puede llegar jamás al extremo de desnaturalizar el carácter orgá- administradores de la misma, permitiéndole al demandante que pueda una
interpretación de las normas antes referidas, de compleja factura como se vez producido el conÀicto, sustraerlo de la competencia de los árbitros y
Con todo, y como se explicará también más adelante, la aplicación e someterlo lisa y llanamente a la decisión de la justicia ordinaria”.
someterlo lisa y llanamente a la decisión de la justicia ordinaria”. Con todo, y como se explicará también más adelante, la aplicación e
vez producido el conÀicto, sustraerlo de la competencia de los árbitros y interpretación de las normas antes referidas, de compleja factura como se
administradores de la misma, permitiéndole al demandante que pueda una dijo, no puede llegar jamás al extremo de desnaturalizar el carácter orgá-
de fuerzas entre un minoritario y los controladores de la sociedad o los nico fundacional del estatuto social, y menos por la decisión discrecional
¿gura legal se buscó, básicamente, “equilibrar una eventual desigualdad y unilateral de una de las partes involucradas en el conÀicto a resolver.
En otros términos, y como señala el mismo autor, a través de esta especial Más aun, las ventajas del postulado recién apuntado, de loable inspiración
por cierto, se pierden por completo cuando la situación se invierte y es el
estimarlo conveniente. accionista minoritario el demandado, pues en tales casos el art. 125 de la
potestativa y unilateralmente, al conocimiento de la justicia ordinaria de LSA no le reconoce derecho de opción alguno.
de la jurisdicción arbitral el asunto controvertido concreto para derivarlo,
controlador o al menos mayoritario de accionistas, la facultad de sustraer En este último sentido, la Ley Nº 20.382 ya mencionada (D.O. de 20
tener que enfrentar jurisdiccionalmente a la propia sociedad o a un grupo de octubre de 2009) procura evitar al parecer la desigualdad que podría
como parte más débil del fenómeno conÀictual y ante la eventualidad de derivarse de una situación como la recién apuntada, en aquellos casos en
societario concreto. Al accionista minoritario debía reconocérsele en efecto, que es el accionista mayoritario o controlador el que asume precisamente
puede generarse en el seno de la sociedad anónima, de cara a un conÀicto la calidad de demandante en la relación procesal. Para ello, como se dijo,
esta norma no fue otro que equilibrar la eventual desigualdad de fuerzas que la ley opta por complementar el texto del art. 125 inciso 2º de la LSA,
de la Superintendencia de Valores y Seguros441, explica que el sentido de proscribiendo derechamente el ejercicio de este derecho de opción juris-
287 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 441 Cfr. Historia de la ley Nº 18.046, Vol. I, p. 310.
RETIRO
del origen y el sentido de esta modi¿cación al art. 125 de la LSA, los que deben buscarse
sin embargo una justi¿cación razonable.
por lo mismo en los fundamentos generales que inspiraron el proyecto respectivo, mencio- misma sociedad, sobre la base de un criterio cuantitativo que no tiene
nados en el Mensaje con que se envió a la H. Cámara de Diputados. Entre ellos, y en lo que la discriminación en el tratamiento de los diversos accionistas de una
aquí concierne, el Mensaje destaca que uno de los principios fundamentales del referido el inconveniente señalado, lo agrava sustancialmente al reforzar ahora
proyecto, que lo justi¿ca precisamente, radica en la necesidad de fortalecer los derechos de
de la estructura accionaria442. Tal arbitrio, sin embargo, lejos de salvar
los accionistas minoritarios, lo que vería reÀejado aquí en la prohibición que se establece
respecto de los accionistas y administradores ya señalados (Mensaje Nº 563/355, de 28 de la sociedad), que la ley considera relevantes para estos efectos dentro
agosto de 2007, en “Historia de la Ley Nº 20.382”, Biblioteca del Congreso Nacional, p. 7, de los directores, gerentes, administradores y ejecutivos principales de
disponible en: http://recursoslegales.bcn.cl/jspui-rl/bitstream/10221.3/3860/2/HL20382. cuyo valor libro o bursátil supere las 5.000 Unidades de Fomento (además
pdf). En tal sentido, y como se señala en el Informe de la Comisión de Hacienda recaído diccional por parte de aquellos accionistas que sean titulares de acciones
en este proyecto de ley, de 2 de septiembre de 2008), lo que aquí se busca es “que se im-
pida que ‘insiders’ y accionistas importantes, puedan sustraer del arbitraje las cuestiones
que se puedan ventilar en el curso de la vida social” (Sesión 69, Legislatura 356, Boletín
Nº 5.301-05, ibid., p. 63).
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 288
TIRO
1998, p. 789.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 289
Derecho Comercial, De las Sociedades, Tomo II, Editorial Jurídica ConoSur, Santiago,
ordinaria, para que ésta conozca y resuelva el caso en cuestión”. BAEZA OVALLE, Gonzalo,
para proponer luego mi propia solución. TORRES ZAGAL, op. cit., pp. 529 y 530. 444
TORRES444, en primer término, se re¿ere al aparente conÀicto que exis- o bien a la justicia ordinaria para su resolución”446.
tiría entre los artículos 4º Nº 10 de la LSA y 227 Nº 4 del COT en materia el demandante puede optar por someter éste a la resolución del juez árbitro
de arbitraje en las sociedades anónimas, señalando en tal sentido que “la el Código Orgánico de Tribunales–, ya que producido el conÀicto jurídico
lectura de ambas disposiciones aparece concordante –a primera vista– en facultativo y no obligatorio o forzado –como lo reguló en su oportunidad
cuanto a que las diferencias entre los accionistas de una sociedad anónima art. 125– estaría creando en realidad un sistema de arbitraje “de carácter
es materia de arbitraje forzoso, sin perjuicio de que más adelante [de la Dicho lo anterior, señala también que la LSA –especí¿camente en su
obra] se concluye que se trataría de un arbitraje voluntario o más bien
facultativo, con evidente contradicción normativa”. Advierte también este
autor que, en virtud del art. 74 de la CP, las normas que regulan en Chile
constitucional aplicable a ese rango de leyes445.
la organización y competencias de los tribunales de justicia son materia
la modi¿cación o derogación de sus normas requiere –dice– el quórum
de Ley Orgánica Constitucional (rango que tendría el COT por aplicación
de la disposición quinta transitoria de la Carta Fundamental), por lo que
de la disposición quinta transitoria de la Carta Fundamental), por lo que
de Ley Orgánica Constitucional (rango que tendría el COT por aplicación
la modi¿cación o derogación de sus normas requiere –dice– el quórum
la organización y competencias de los tribunales de justicia son materia
constitucional aplicable a ese rango de leyes445.
autor que, en virtud del art. 74 de la CP, las normas que regulan en Chile
facultativo, con evidente contradicción normativa”. Advierte también este
obra] se concluye que se trataría de un arbitraje voluntario o más bien
Dicho lo anterior, señala también que la LSA –especí¿camente en su es materia de arbitraje forzoso, sin perjuicio de que más adelante [de la
art. 125– estaría creando en realidad un sistema de arbitraje “de carácter cuanto a que las diferencias entre los accionistas de una sociedad anónima
facultativo y no obligatorio o forzado –como lo reguló en su oportunidad lectura de ambas disposiciones aparece concordante –a primera vista– en
el Código Orgánico de Tribunales–, ya que producido el conÀicto jurídico de arbitraje en las sociedades anónimas, señalando en tal sentido que “la
el demandante puede optar por someter éste a la resolución del juez árbitro
o bien a la justicia ordinaria para su resolución”446.
tiría entre los artículos 4º Nº 10 de la LSA y 227 Nº 4 del COT en materia
TORRES444, en primer término, se re¿ere al aparente conÀicto que exis-
Es entonces la voluntad unilateral del litigante –dice luego– lo que de- de la voluntad del demandante
termina la naturaleza voluntaria o facultativa del arbitraje, “ya que la ley
2.4.1. El arbitraje como figura potestativa que depende
444 TORRES ZAGAL, op. cit., pp. 529 y 530. para proponer luego mi propia solución.
445La observación resulta confusa sin embargo, pues luego el propio autor considera que la misma materia servirán como punto de partida y de marco necesario
el art. 125 LSA altera sustancialmente el sistema forzoso establecido por el art. 227 Nº 4 del
COT, sin cuestionar el carácter de ley común de la primera.
446 TORRES ZAGAL, op. cit., p. 532.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 290
TIRO
Chile, que establece un arbitraje enteramente voluntario. entrega a su elección interponer su demanda ante la justicia ordinaria o bien
Internacional (Ley Nº 19.971, D.O. 29.09.2004) actualmente vigente en solicitar la designación del juez árbitro para la resolución del conÀicto”,
y el art. 125 de la LSA; ni entre ambos y la Ley sobre Arbitraje Comercial agregando ¿nalmente que la expresión “sustraer” que utiliza la norma
mismo, no existe ningún conÀicto jerárquico entre el art. 227 Nº 4 del COT constituye la “clave” para comprender que en este concreto esquema legal,
árbitros, como ya se explicó en el capítulo I de esta investigación. Por lo el accionista tiene en de¿nitiva “el poder o facultad de prescindir a su arbi-
justicia ni forman parte del Poder Judicial, pues son precisamente eso, trio de dicha cláusula, siendo un derecho potestativo del accionista o bien
Hemos dicho también, en efecto, que los árbitros no son tribunales de un derecho disponible a su solo arbitrio, lo que no signi¿ca desconocer la
fuerza obligatoria de las convenciones o contratos”447.
nada tiene que ver con los árbitros.
regulan la organización y atribuciones de los tribunales de justicia, poco o Si bien comparto en términos generales la inspiración última de esta
cional que debe tener toda ley modi¿catoria o derogatoria de aquellas que tesis (que denominaré como “de opción potestativa amplia”), en cuanto a
B) Debe precisarse, además, que el rango de Ley Orgánica Constitu- que el arbitraje que establece la LSA debiese ser voluntario y no forzoso,
discrepo en todo sin embargo con la premisa que la sostiene –esto es, que
llamárselo. se trata de un arbitraje puramente potestativo– y del iter argumental con
ni en lo puramente voluntario, potestativo, facultativo, o como quiera que se la presenta, amén del alcance o contenido que se le atribuye a la
un sistema que no puede encasillarse simplemente en un extremo forzoso voluntariedad de que se habla. Vamos por parte:
art. 4 Nº 10 de la LSA, complementado por el art. 125 de la misma ley, es
A) En primer término, ya se ha dicho que el arbitraje que establece el A) En primer término, ya se ha dicho que el arbitraje que establece el
art. 4 Nº 10 de la LSA, complementado por el art. 125 de la misma ley, es
voluntariedad de que se habla. Vamos por parte: un sistema que no puede encasillarse simplemente en un extremo forzoso
que se la presenta, amén del alcance o contenido que se le atribuye a la ni en lo puramente voluntario, potestativo, facultativo, o como quiera
se trata de un arbitraje puramente potestativo– y del iter argumental con llamárselo.
discrepo en todo sin embargo con la premisa que la sostiene –esto es, que
que el arbitraje que establece la LSA debiese ser voluntario y no forzoso, B) Debe precisarse, además, que el rango de Ley Orgánica Constitu-
tesis (que denominaré como “de opción potestativa amplia”), en cuanto a cional que debe tener toda ley modi¿catoria o derogatoria de aquellas que
Si bien comparto en términos generales la inspiración última de esta regulan la organización y atribuciones de los tribunales de justicia, poco o
nada tiene que ver con los árbitros.
fuerza obligatoria de las convenciones o contratos”447.
un derecho disponible a su solo arbitrio, lo que no signi¿ca desconocer la Hemos dicho también, en efecto, que los árbitros no son tribunales de
trio de dicha cláusula, siendo un derecho potestativo del accionista o bien justicia ni forman parte del Poder Judicial, pues son precisamente eso,
el accionista tiene en de¿nitiva “el poder o facultad de prescindir a su arbi- árbitros, como ya se explicó en el capítulo I de esta investigación. Por lo
constituye la “clave” para comprender que en este concreto esquema legal, mismo, no existe ningún conÀicto jerárquico entre el art. 227 Nº 4 del COT
agregando ¿nalmente que la expresión “sustraer” que utiliza la norma y el art. 125 de la LSA; ni entre ambos y la Ley sobre Arbitraje Comercial
solicitar la designación del juez árbitro para la resolución del conÀicto”, Internacional (Ley Nº 19.971, D.O. 29.09.2004) actualmente vigente en
entrega a su elección interponer su demanda ante la justicia ordinaria o bien Chile, que establece un arbitraje enteramente voluntario.
pp. 25 y ss.
292 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
ro, Sociedades Anónimas, Tomo I, Mario Blumenfeld S., Editor, Santiago de Chile, 1966,
448 Esta ley se publicó en “El Araucano”, el 11 de noviembre de 1854. Cfr. DAVIS, Artu-
ro, Sociedades Anónimas, Tomo I, Mario Blumenfeld S., Editor, Santiago de Chile, 1966,
pp. 25 y ss.
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 292
TIRO
instauraba precisamente un sistema de arbitraje obligatorio por omisión. EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 293
ha explicado, fue declarado inconstitucional por el TC español desde que
rasgos similares al primitivo artículo 38 de la LOTT y que, como ya se
estatuto que sus conÀictos no serán resueltos por árbitros, lo que presenta art. 352 Nº 10 del mismo Código, sobre sociedades colectivas, cuyo texto
órganos jurisdiccionales los socios tendrían que pactar expresamente en el se mantiene hasta hoy. Esta norma, a su vez, debe relacionarse con el art.
para la solución de los mismos. En otros términos, para tener acceso a los 415 del C. de C. (mencionado expresamente además por el art. 227 Nº 4
sólo en él– podían los accionistas ocurrir a los órganos jurisdiccionales del COT), que suple el silencio de los socios fundadores al señalar que,
conÀictos mencionados no serían resueltos por árbitros, en cuyo caso –y en aquellos casos en que la escritura social omita hacer la designación
A contrario entonces, en el estatuto social podía pactarse que los que indica el señalado art. 352 Nº 10, “se entenderá que las cuestiones
que se susciten entre los socios, ya sea durante la sociedad o al tiempo
conÀictos no serían resueltos por árbitros. de la disolución, serán sometidas a compromiso”.
los accionistas no estipulaban expresamente en el estatuto social que sus
¿n, que imponía el arbitraje de manera supletoria o por descarte, cuando Por su parte, el art. 83 letra n) del Decreto con Fuerza de Ley –D.F.L.–
Atribuciones de los Tribunales de Chile. Se trataba de un mecanismo, en Nº 251, de 20 de mayo de 1931, sobre Sociedades Anónimas, Compañías
el texto del art. 227 Nº 4 del COT, antes art. 176 Lei de Organización y de Seguros y Bolsas de Comercio, en su texto original, facultaba a la
mas era esencialmente el mismo; y fue eso precisamente lo que reÀejó entonces Superintendencia de Sociedades Anónimas para resolver, en el
entre socios de sociedades colectivas o accionistas de sociedades anóni- carácter de árbitro arbitrador, las di¿cultades que se susciten entre los
los arts. 424 a 469 del C. de C., el sistema de arbitraje de los conÀictos accionistas y entre éstos o terceros con la sociedad, “cuando las partes
cimiento de la LSA, hasta la dictación de dicha ley, cuyo art. 145 derogó de común acuerdo lo soliciten”.
En síntesis, y como se dijo al revisar la historia ¿dedigna del estable-
En síntesis, y como se dijo al revisar la historia ¿dedigna del estable-
de común acuerdo lo soliciten”. cimiento de la LSA, hasta la dictación de dicha ley, cuyo art. 145 derogó
accionistas y entre éstos o terceros con la sociedad, “cuando las partes los arts. 424 a 469 del C. de C., el sistema de arbitraje de los conÀictos
carácter de árbitro arbitrador, las di¿cultades que se susciten entre los entre socios de sociedades colectivas o accionistas de sociedades anóni-
entonces Superintendencia de Sociedades Anónimas para resolver, en el mas era esencialmente el mismo; y fue eso precisamente lo que reÀejó
de Seguros y Bolsas de Comercio, en su texto original, facultaba a la el texto del art. 227 Nº 4 del COT, antes art. 176 Lei de Organización y
Nº 251, de 20 de mayo de 1931, sobre Sociedades Anónimas, Compañías Atribuciones de los Tribunales de Chile. Se trataba de un mecanismo, en
Por su parte, el art. 83 letra n) del Decreto con Fuerza de Ley –D.F.L.– ¿n, que imponía el arbitraje de manera supletoria o por descarte, cuando
los accionistas no estipulaban expresamente en el estatuto social que sus
de la disolución, serán sometidas a compromiso”. conÀictos no serían resueltos por árbitros.
que se susciten entre los socios, ya sea durante la sociedad o al tiempo
que indica el señalado art. 352 Nº 10, “se entenderá que las cuestiones A contrario entonces, en el estatuto social podía pactarse que los
en aquellos casos en que la escritura social omita hacer la designación conÀictos mencionados no serían resueltos por árbitros, en cuyo caso –y
del COT), que suple el silencio de los socios fundadores al señalar que, sólo en él– podían los accionistas ocurrir a los órganos jurisdiccionales
415 del C. de C. (mencionado expresamente además por el art. 227 Nº 4 para la solución de los mismos. En otros términos, para tener acceso a los
se mantiene hasta hoy. Esta norma, a su vez, debe relacionarse con el art. órganos jurisdiccionales los socios tendrían que pactar expresamente en el
art. 352 Nº 10 del mismo Código, sobre sociedades colectivas, cuyo texto estatuto que sus conÀictos no serán resueltos por árbitros, lo que presenta
rasgos similares al primitivo artículo 38 de la LOTT y que, como ya se
ha explicado, fue declarado inconstitucional por el TC español desde que
293 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
instauraba precisamente un sistema de arbitraje obligatorio por omisión.
RETIRO
Tal postulado, sin embargo, no puede aceptarse en modo alguno: Tal postulado, sin embargo, no puede aceptarse en modo alguno:
forzoso”450. a) Primero, porque una vez más se apoya en una tradición jurídica –y
objeto de una reforma a la ley vigente, volviendo al sistema de arbitraje sólo en ella– que, como expliqué antes, no encuentra sustento dogmá-
rompió una antigua tradición en nuestro derecho, que creemos debería ser tico alguno de cara a la naturaleza y ¿nalidad de la institución arbitral
regulación en materia de solución de conÀictos en la sociedad anónima en cuanto tal. Más aún, se trata en último término de una tradición que,
litigios civiles (…)”. Por lo señalado –concluye este autor–, “la actual por arcaica y obsoleta, pugna hoy en día con derechos fundamentales
la que se ve desahogada en su extensa cantidad y variada naturaleza de como la libertad de la persona humana, la tutela judicial efectiva –en su
cho comercial, sustrayéndolas del conocimiento de la justicia ordinaria vertiente de acceso a la jurisdicción– e incluso la igualdad ante la ley,
que sería conveniente –dice– “ampliar las materias de arbitraje en dere- todos reconocidos en la CP de 1980.
el artículo 426– (...) y lo propio en el derecho comparado”, de manera
–así fue también regulado en nuestro Código de Comercio, de 1865, en La congestión de que habla entonces el autor, que en mayor o menor
han sido materia de arbitraje forzoso, tanto a nivel de derecho chileno medida afecta sin duda a los tribunales de justicia, no puede abordarse ni
cietarios de accionistas entre sí y el órgano de administración directorio, solucionarse sin embargo por la vía de desnaturalizar e instrumentalizar
la sociedad anónima, ya que tradicionalmente los conÀictos jurídicos so- una institución esencialmente voluntaria en su origen, como es el arbitraje;
constituiría incluso –agrega– “un retroceso en materia de regulación de y menos con ¿nes puramente prácticos y/o de política judicial como los
cuando mejor le parezca449. Más aún, el sistema que introduce la LSA que aquí se invocan. El arbitraje constituye sin duda una muy e¿caz herra-
potestativa y unilateralmente, pudiendo ocurrir a los tribunales ordinarios
cesariamente con aquellas otras normas que imponen el respecto de los EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 297
que comento. Antes por el contrario, su contenido debe armonizarse ne-
ni puede interpretarse por ende de manera aislada, como hace la tesis
art. 125 inc. 2º de la LSA no constituye un compartimento jurídico estanco la voluntad que les dio vida para convertirse en Derecho objetivo, cuyas
En consecuencia, el derecho de opción jurisdiccional que contempla el normas rigen la sociedad en todo lo en ellos previsto que no sea contrario
al Derecho imperativo del Estado”.
subjetiva del conÀicto societario.
según se explicó ya en este mismo capítulo, al analizar la arbitrabilidad Dicho en otros términos, tras la constitución de la sociedad los estatutos
que aquel asume precisamente el carácter de norma orgánica de la sociedad pasan a ser precisamente eso, estatutos de la sociedad y no de los socios
los accionistas –fundadores y posteriores– no admite excepciones, desde o accionistas, independizándose por ende de la voluntad originaria que les
la solución de todos los conÀictos de carácter social, su obligatoriedad para dio origen. Por ello entonces, mal podría algún socio o accionista, funda-
respecto de ellos. Pero si el estatuto incluye además un compromiso para dor o no, imponer luego su propia y unilateral voluntad contra una norma
de los conÀictos de carácter social, en la medida que el estatuto nada diga estatutaria expresa, sin que los restantes involucrados en el conÀicto, sean
pactos sí que podrán optar por la jurisdicción ordinaria para la solución accionistas, administradores o la propia sociedad, puedan invocar a su
En tales casos, en efecto, los accionistas que no han sido parte en dichos respecto el convenio arbitral incluido en dichos estatutos. Si el convenio
inserto en el negocio constitutivo o en alguna modi¿cación posterior). referido lo es de la sociedad, en ¿n, no puede un accionista desvincularse
todos o algunos de los accionistas (v. gr. un concreto pacto entre ellos, unilateralmente de su mérito y alcance; y el art. 125 de la LSA, por cierto,
surgir en el marco o con ocasión de precisas relaciones contractuales entre no lo faculta tampoco para ello ni contraviene lo dispuesto por los arts. 22
de la LSA, apuntan sin embargo a la solución de los conÀictos que pudieren de la misma ley y 1545 del CC.
sorios que, aunque incluidos en el estatuto social en virtud del art. 4º Nº 12
Distinta será en cambio la situación de aquellos pactos arbitrales acce- Distinta será en cambio la situación de aquellos pactos arbitrales acce-
sorios que, aunque incluidos en el estatuto social en virtud del art. 4º Nº 12
de la misma ley y 1545 del CC. de la LSA, apuntan sin embargo a la solución de los conÀictos que pudieren
no lo faculta tampoco para ello ni contraviene lo dispuesto por los arts. 22 surgir en el marco o con ocasión de precisas relaciones contractuales entre
unilateralmente de su mérito y alcance; y el art. 125 de la LSA, por cierto, todos o algunos de los accionistas (v. gr. un concreto pacto entre ellos,
referido lo es de la sociedad, en ¿n, no puede un accionista desvincularse inserto en el negocio constitutivo o en alguna modi¿cación posterior).
respecto el convenio arbitral incluido en dichos estatutos. Si el convenio En tales casos, en efecto, los accionistas que no han sido parte en dichos
accionistas, administradores o la propia sociedad, puedan invocar a su pactos sí que podrán optar por la jurisdicción ordinaria para la solución
estatutaria expresa, sin que los restantes involucrados en el conÀicto, sean de los conÀictos de carácter social, en la medida que el estatuto nada diga
dor o no, imponer luego su propia y unilateral voluntad contra una norma respecto de ellos. Pero si el estatuto incluye además un compromiso para
dio origen. Por ello entonces, mal podría algún socio o accionista, funda- la solución de todos los conÀictos de carácter social, su obligatoriedad para
o accionistas, independizándose por ende de la voluntad originaria que les los accionistas –fundadores y posteriores– no admite excepciones, desde
pasan a ser precisamente eso, estatutos de la sociedad y no de los socios que aquel asume precisamente el carácter de norma orgánica de la sociedad
Dicho en otros términos, tras la constitución de la sociedad los estatutos según se explicó ya en este mismo capítulo, al analizar la arbitrabilidad
subjetiva del conÀicto societario.
al Derecho imperativo del Estado”.
normas rigen la sociedad en todo lo en ellos previsto que no sea contrario En consecuencia, el derecho de opción jurisdiccional que contempla el
la voluntad que les dio vida para convertirse en Derecho objetivo, cuyas art. 125 inc. 2º de la LSA no constituye un compartimento jurídico estanco
ni puede interpretarse por ende de manera aislada, como hace la tesis
que comento. Antes por el contrario, su contenido debe armonizarse ne-
297 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
cesariamente con aquellas otras normas que imponen el respecto de los
RETIRO
La sola proposición entonces me parece jurídicamente inatendible, pues, reside allí, en ¿n, la voluntariedad de esta ¿gura?
como señala BOTANA452, “es de todo punto inaceptable que alguien o algunos por esa vía, del derecho de los restantes accionistas demandados? ¿Dónde
puedan disponer de un derecho legal, personal y fundamental que corres- trariar el mérito de un convenio arbitral estatutario expreso y disponer,
ponde a otros sujetos sin que éstos presten explícito consentimiento”. decide demandar a todos los restantes; ¿Puede ex art. 125 de la LSA con-
de la decisión del primero? Si por ejemplo es uno solo el accionista que
2.4.2. El derecho de opción jurisdiccional surge del convenio arbitral arrastrado –o no– a la jurisdicción ordinaria dependiendo exclusivamente
que no señala la naturaleza del arbitraje inconsulta del demandante y en donde el demandado, por ende, puede ser
voluntario un sistema de arbitraje que depende de la voluntad unilateral e
Una segunda línea interpretativa es la que plantea PUELMA453, quien supuesto subjetivo de toda relación procesal. ¿Puede considerarse acaso
entiende que por tratarse aquí de un arbitraje forzoso la LSA sólo permiti- la doctrina referida se olvida por completo del demandado, en cuanto pre-
ría “que los estatutos contengan estipulaciones que determinan que puede tivo que se atribuye al arbitraje contemplado en la norma que se comenta,
conocer de los conÀictos sociales un árbitro de derecho, un arbitrador o un d) Porque, además, al explicar o de¿nir el carácter voluntario o faculta-
árbitro mixto”. No está permitido –concluye– “estipular que los conÀictos
sociales los conozca la justicia ordinaria”, la que sólo podría intervenir de en el art. 1545 del CC.
manera excepcional en esta clase de conÀictos, “cuando la ley en forma legalmente celebrados y el principio de pacta sunt servanda, regulado
expresa la establece”. mente todavía con las normas comunes sobre el efecto de los contratos
estatutos sociales, en lo que no sean contrarios a la ley, y más general-
pp. 68 y 69.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 299
455 MORAND VALDIVIESO, Luis, Sociedades, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1993,
Ibid., p. 717. 454
Por lo mismo, para este autor cuando la ley permite en su art. 125 inc. 2º
que el demandante se sustraiga del arbitraje “que establece esta ley”, para
es precisamente eso, arbitraje, sin apellidos ni distinciones. Lo contrario recurrir a la justicia ordinaria, se estaría re¿riendo sólo a aquellos casos en
aserto en su totalidad, esto es: que “el arbitraje que establece esta ley” que el convenio arbitral estatutario no señala la naturaleza del arbitraje que
en términos generales, deben aceptarse entonces las consecuencias de tal contempla, pues en esos casos –y sólo en esos, dice– el art. 4º Nº 10 de la
Si se parte de la base de que el arbitraje tiene ese carácter obligatorio LSA establece un arbitraje de árbitros arbitradores. Ese es, en ¿n, el único
“arbitraje que establece esta ley”, de manera que si el estatuto contiene
el mismo numeral (árbitros arbitradores). un convenio que precisa la naturaleza del arbitraje, no existiría la opción
4º Nº 10, para el caso en que se omita la mención estatutaria requerida en a que se re¿ere el art. 125.454
literal del art. 125 inc. 2º– es aquel al que se re¿ere la parte ¿nal del art.
que el único arbitraje que establece la misma ley –parafraseando el tenor En similar sentido se pronuncia MORAND455, reconociendo no obstante
por una parte que el arbitraje de la LSA es obligatorio, para luego plantear que el asunto es dudoso.
B) Luego, parece existir además cierta contradicción cuando se sostiene
Compartimos con esta tesis que el juicio de arbitradores se aplicará
en sentido puro. Me remito a lo dicho antes. supletoriamente cuando el convenio arbitral estatutario no señale expre-
en cuanto a que el arbitraje que establece la LSA sea de naturaleza forzosa samente la naturaleza del arbitraje. No coincido sin embargo con las res-
A) Primero, no coincido con la primera y principal premisa de esta tesis, tantes conclusiones de este planteamiento, que cali¿caré como “de opción
potestativa restringida” para distinguirlo del anterior:
potestativa restringida” para distinguirlo del anterior:
tantes conclusiones de este planteamiento, que cali¿caré como “de opción A) Primero, no coincido con la primera y principal premisa de esta tesis,
samente la naturaleza del arbitraje. No coincido sin embargo con las res- en cuanto a que el arbitraje que establece la LSA sea de naturaleza forzosa
supletoriamente cuando el convenio arbitral estatutario no señale expre- en sentido puro. Me remito a lo dicho antes.
Compartimos con esta tesis que el juicio de arbitradores se aplicará
B) Luego, parece existir además cierta contradicción cuando se sostiene
que el asunto es dudoso. por una parte que el arbitraje de la LSA es obligatorio, para luego plantear
En similar sentido se pronuncia MORAND455, reconociendo no obstante que el único arbitraje que establece la misma ley –parafraseando el tenor
literal del art. 125 inc. 2º– es aquel al que se re¿ere la parte ¿nal del art.
a que se re¿ere el art. 125.454 4º Nº 10, para el caso en que se omita la mención estatutaria requerida en
un convenio que precisa la naturaleza del arbitraje, no existiría la opción el mismo numeral (árbitros arbitradores).
“arbitraje que establece esta ley”, de manera que si el estatuto contiene
LSA establece un arbitraje de árbitros arbitradores. Ese es, en ¿n, el único Si se parte de la base de que el arbitraje tiene ese carácter obligatorio
contempla, pues en esos casos –y sólo en esos, dice– el art. 4º Nº 10 de la en términos generales, deben aceptarse entonces las consecuencias de tal
que el convenio arbitral estatutario no señala la naturaleza del arbitraje que aserto en su totalidad, esto es: que “el arbitraje que establece esta ley”
recurrir a la justicia ordinaria, se estaría re¿riendo sólo a aquellos casos en es precisamente eso, arbitraje, sin apellidos ni distinciones. Lo contrario
que el demandante se sustraiga del arbitraje “que establece esta ley”, para
Por lo mismo, para este autor cuando la ley permite en su art. 125 inc. 2º
454 Ibid., p. 717.
455 MORAND VALDIVIESO, Luis, Sociedades, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1993,
pp. 68 y 69.
299 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
implicaría entender simplemente que la LSA establece aquí un arbitraje dijo el alcance del art. 125 inc. 2º a los casos en que el convenio estatutario
forzoso a medias (que es la tesis que aquí de¿endo, aunque por otras la voluntad potestativa y unilateral del demandante), al restringir como se
razones), lo que no se concilia sin embargo con la premisa inicial que las negativas consecuencias de la anterior (que privilegia de manera amplia
postula el profesor PUELMA. D) Asimismo, si bien esta segunda doctrina atenúa de manera considerable
C) Luego, porque es el propio autor quien, al referirse concretamente a disposición según diré más adelante.
la naturaleza jurídica de cada una de las menciones del art. 4º de la LSA, claro está, del correcto sentido y alcance que debe dársele a esta última
a¿rma que la del Nº 10 “no se trata de una mención formalidad (en lo el estatuto social no contenga convenio alguno; pero ello sin perjuicio,
que coincido plenamente), ya que existen menciones supletorias de los a la determinación de la naturaleza del arbitraje, sino también cuando
estatutos en esta materia, contenidas en el Nº 4 del art. 227 del Código casos en que exista un convenio arbitral estatutario incompleto en cuanto
Orgánico de Tribunales (en lo que no concuerdo según lo dicho antes), ¿nal, y con ella el art. 125 de la misma ley, no sólo se aplicarán a los
y en el art. 125 de la L.S.A”.456 (los paréntesis son propios). En consecuencia, la norma supletoria del art. 4º Nº 10 de la LSA, parte
Si aceptamos por una parte que el arbitraje de la LSA es forzoso, ley, no es indispensable en modo alguno.
y concordamos por la otra que la cláusula arbitral estatutaria a que se arbitral en el estatuto, tal como se lo regula actualmente en la referida
re¿ere la primera parte del art. 4º Nº 10 citado puede faltar sin mayores misma ley, parece claro entonces que la inclusión expresa del convenio
consecuencias para la validez y vigencia de la sociedad y sus estatutos, requiere siquiera del saneamiento a que se re¿eren los arts. 6º y 6.A de la
al punto que la omisión de tal estipulación no genera vicios de nulidad ni al punto que la omisión de tal estipulación no genera vicios de nulidad ni
requiere siquiera del saneamiento a que se re¿eren los arts. 6º y 6.A de la consecuencias para la validez y vigencia de la sociedad y sus estatutos,
misma ley, parece claro entonces que la inclusión expresa del convenio re¿ere la primera parte del art. 4º Nº 10 citado puede faltar sin mayores
arbitral en el estatuto, tal como se lo regula actualmente en la referida y concordamos por la otra que la cláusula arbitral estatutaria a que se
ley, no es indispensable en modo alguno. Si aceptamos por una parte que el arbitraje de la LSA es forzoso,
En consecuencia, la norma supletoria del art. 4º Nº 10 de la LSA, parte y en el art. 125 de la L.S.A”.456 (los paréntesis son propios).
¿nal, y con ella el art. 125 de la misma ley, no sólo se aplicarán a los Orgánico de Tribunales (en lo que no concuerdo según lo dicho antes),
casos en que exista un convenio arbitral estatutario incompleto en cuanto estatutos en esta materia, contenidas en el Nº 4 del art. 227 del Código
a la determinación de la naturaleza del arbitraje, sino también cuando que coincido plenamente), ya que existen menciones supletorias de los
el estatuto social no contenga convenio alguno; pero ello sin perjuicio, a¿rma que la del Nº 10 “no se trata de una mención formalidad (en lo
claro está, del correcto sentido y alcance que debe dársele a esta última la naturaleza jurídica de cada una de las menciones del art. 4º de la LSA,
disposición según diré más adelante. C) Luego, porque es el propio autor quien, al referirse concretamente a
D) Asimismo, si bien esta segunda doctrina atenúa de manera considerable postula el profesor PUELMA.
las negativas consecuencias de la anterior (que privilegia de manera amplia razones), lo que no se concilia sin embargo con la premisa inicial que
la voluntad potestativa y unilateral del demandante), al restringir como se forzoso a medias (que es la tesis que aquí de¿endo, aunque por otras
dijo el alcance del art. 125 inc. 2º a los casos en que el convenio estatutario implicaría entender simplemente que la LSA establece aquí un arbitraje
Ibid.
302 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 459
de Chile, Santiago, 2007, p. 183.
458 SANDOVAL LÓPEZ, Ricardo, Derecho Comercial, Tomo I, Vol. II, 7ª ed., Editorial Jurídica
Las distintas partes de la ley, en síntesis, deben interpretarse de manera
que exista entre todas ellas la debida correspondencia y armonía, como lo
señala el art. 22 CC; y ello no logra a mi entender la tesis comentada, pese convenio estatutario, además, el mismo autor459 opta por justi¿carla en base
a la innegable solidez de su autor.
En lo que concierne a la prohibición de designar a los árbitros en el
VERDERA, en Comentarios a la Ley de Arbitraje…, op. cit., p. 324. 460 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 303
303 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 460 VERDERA, en Comentarios a la Ley de Arbitraje…, op. cit., p. 324.
RETIRO
b) Además –dice el mismo autor–, “la sociedad anónima puede ser de la LSA, ha señalado precisamente:
duración inde¿nida, por lo que la designación de un sujeto determinado La Excma. Corte Suprema, al ¿jar el alcance y sentido del art. 125 de
como árbitro puede estar en contra de ese carácter, y siendo la función
de árbitro o el compromiso intuito personae, habría que preocuparse de nifestada en el convenio arbitral estatutario.
designar a una serie de árbitros para cumplirlo, uno en defecto de otro, cuando lo ha hecho ha privilegiado siempre la voluntad de las partes, ma-
mientras dure la sociedad”.461 justicia ha tenido oportunidad de pronunciarse sobre esta materia; pero
En contadas ocasiones la jurisprudencia de los tribunales superiores de
Me parece, sin embargo, que la duración del contrato o de la relación
jurídica material con la que se vincula el convenio arbitral, no tiene rela- 2.5. Lo que dice la jurisprudencia y quienes la critican.
ción con la mayor o menor conveniencia de designar o no a los árbitros
respectivos. Una sociedad personalista bien puede tener también el mismo que su carácter intuito personae, como dije, será puramente accidental.
carácter inde¿nido, y no por ello se hace inconveniente nombrar a los ár- tinente tampoco, pues esa función es esencialmente jurisdiccional mientras
bitros en el estatuto. La decisión de designarlos o no, reitero, debe quedar que se hace aquí respecto de la función del árbitro no parece del todo per-
entregada siempre a la libre determinación de los socios o accionistas, y no carácter voluntario del instituto. Más aun, la cali¿cación de intuito personae
ser prohibida a priori en base a criterios tutelares que, por lo demás, no se bitraje institucional) o de la justicia estatal derechamente, lo que no obsta al
justi¿can en el ámbito de conÀictos sobre derechos disponibles. también esa designación a la decisión ulterior de un tercero (v. gr. en el ar-
misma no lo es necesariamente desde que aquellas pueden dejar entregada
Debe aclararse, por último, que si bien es efectivo que la designación del árbitro por las partes tiene un carácter intuito personae, la institución en sí
árbitro por las partes tiene un carácter intuito personae, la institución en sí Debe aclararse, por último, que si bien es efectivo que la designación del
misma no lo es necesariamente desde que aquellas pueden dejar entregada
también esa designación a la decisión ulterior de un tercero (v. gr. en el ar- justi¿can en el ámbito de conÀictos sobre derechos disponibles.
bitraje institucional) o de la justicia estatal derechamente, lo que no obsta al ser prohibida a priori en base a criterios tutelares que, por lo demás, no se
carácter voluntario del instituto. Más aun, la cali¿cación de intuito personae entregada siempre a la libre determinación de los socios o accionistas, y no
que se hace aquí respecto de la función del árbitro no parece del todo per- bitros en el estatuto. La decisión de designarlos o no, reitero, debe quedar
tinente tampoco, pues esa función es esencialmente jurisdiccional mientras carácter inde¿nido, y no por ello se hace inconveniente nombrar a los ár-
que su carácter intuito personae, como dije, será puramente accidental. respectivos. Una sociedad personalista bien puede tener también el mismo
ción con la mayor o menor conveniencia de designar o no a los árbitros
2.5. Lo que dice la jurisprudencia y quienes la critican. jurídica material con la que se vincula el convenio arbitral, no tiene rela-
Me parece, sin embargo, que la duración del contrato o de la relación
En contadas ocasiones la jurisprudencia de los tribunales superiores de
justicia ha tenido oportunidad de pronunciarse sobre esta materia; pero mientras dure la sociedad”.461
cuando lo ha hecho ha privilegiado siempre la voluntad de las partes, ma- designar a una serie de árbitros para cumplirlo, uno en defecto de otro,
nifestada en el convenio arbitral estatutario. de árbitro o el compromiso intuito personae, habría que preocuparse de
como árbitro puede estar en contra de ese carácter, y siendo la función
La Excma. Corte Suprema, al ¿jar el alcance y sentido del art. 125 de duración inde¿nida, por lo que la designación de un sujeto determinado
la LSA, ha señalado precisamente: b) Además –dice el mismo autor–, “la sociedad anónima puede ser de
pp. 74 y 75.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 305
464 SCA de Santiago, de 13 de mayo de 1994, en El arbitraje en la jurisprudencia…op. cit.,
sec. 2ª, p. 127.
463 SCS, de 24 de agosto de 2002, Revista de Derecho y Jurisprudencia, Tomo LXXXIX, “Que interpretando armónicamente las disposiciones antes señaladas [arts.
SCS, 24 de agosto 1992, en El arbitraje en la jurisprudencia…, op cit., p. 176. 462
4º Nº 10 y 125 de la LSA], no cabe sino concluir que el arbitraje que esta-
blece la Ley de Sociedades Anónimas es aquel supletorio para el caso que
las partes nada dispongan en la escritura social, respecto del cual es posible
sustraerse para entregar el conocimiento del conflicto a los tribunales ordi-
que sean (…)”.464 narios de justicia, situación que no es la de autos, toda vez que el arbitraje
la vigencia de la sociedad o durante su liquidación, de cualquier naturaleza fue expresamente pactado y reglamentado en la escritura social, de modo que
calidad de tales o entre éstos y la sociedad y sus administradores, sea durante en este caso no procede la opción a que alude el inciso segundo del art. 125
arbitral para resolver “las diferencias que ocurran entre accionistas en su de la Ley Nº 18.046”.462
de la sociedad anónima (…), artículo 34, se pactó oportunamente compromiso
4º Que, a mayor abundamiento, debe tenerse en cuenta que en los estatutos “(…) El arbitraje que establece la Ley de Sociedades Anónimas es aquel
supletorio para el caso que las partes nada dispongan en la escritura social,
cunstancia ésta que los obliga, pues constituye ley para los contratantes… respecto del cual es posible substraerse para entregar el conocimiento del
la justicia ordinaria para litigar sobre las materias a que ella se refiere, cir- conflicto a los tribunales ordinarios de justicia, situación que no es la de au-
en la especie– somete a los pactantes a la jurisdicción arbitral y los sustrae de tos, toda vez que el arbitraje fue expresamente pactado y reglamentado en la
vigente –y lo está hasta cuando no se declare nula o inexistente, lo que ocurre escritura social, de modo que en este caso no procede la opción a que alude
“3º Que, al efecto, la existencia de la cláusula compromisoria, mientras esté el inciso segundo del art. 125 de la Ley Nº 18.046”.463
de Letras en lo Civil de Santiago: En igual sentido se pronunció también la Iltma. Corte de Apelaciones
de Santiago, al con¿rmar una sentencia dictada por el Segundo Juzgado de Santiago, al con¿rmar una sentencia dictada por el Segundo Juzgado
En igual sentido se pronunció también la Iltma. Corte de Apelaciones de Letras en lo Civil de Santiago:
el inciso segundo del art. 125 de la Ley Nº 18.046”.463 “3º Que, al efecto, la existencia de la cláusula compromisoria, mientras esté
escritura social, de modo que en este caso no procede la opción a que alude vigente –y lo está hasta cuando no se declare nula o inexistente, lo que ocurre
tos, toda vez que el arbitraje fue expresamente pactado y reglamentado en la en la especie– somete a los pactantes a la jurisdicción arbitral y los sustrae de
conflicto a los tribunales ordinarios de justicia, situación que no es la de au- la justicia ordinaria para litigar sobre las materias a que ella se refiere, cir-
respecto del cual es posible substraerse para entregar el conocimiento del cunstancia ésta que los obliga, pues constituye ley para los contratantes…
supletorio para el caso que las partes nada dispongan en la escritura social,
“(…) El arbitraje que establece la Ley de Sociedades Anónimas es aquel 4º Que, a mayor abundamiento, debe tenerse en cuenta que en los estatutos
de la sociedad anónima (…), artículo 34, se pactó oportunamente compromiso
de la Ley Nº 18.046”.462 arbitral para resolver “las diferencias que ocurran entre accionistas en su
en este caso no procede la opción a que alude el inciso segundo del art. 125 calidad de tales o entre éstos y la sociedad y sus administradores, sea durante
fue expresamente pactado y reglamentado en la escritura social, de modo que la vigencia de la sociedad o durante su liquidación, de cualquier naturaleza
narios de justicia, situación que no es la de autos, toda vez que el arbitraje que sean (…)”.464
sustraerse para entregar el conocimiento del conflicto a los tribunales ordi-
las partes nada dispongan en la escritura social, respecto del cual es posible
blece la Ley de Sociedades Anónimas es aquel supletorio para el caso que
462 SCS, 24 de agosto 1992, en El arbitraje en la jurisprudencia…, op cit., p. 176.
4º Nº 10 y 125 de la LSA], no cabe sino concluir que el arbitraje que esta-
“Que interpretando armónicamente las disposiciones antes señaladas [arts. 463 SCS, de 24 de agosto de 2002, Revista de Derecho y Jurisprudencia, Tomo LXXXIX,
sec. 2ª, p. 127.
464 SCA de Santiago, de 13 de mayo de 1994, en El arbitraje en la jurisprudencia…op. cit.,
pp. 74 y 75.
305 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
2008.
306 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
www.poderjudicial.cl/index2.php?pagina1=estados_causas.php. Consultada el 11 de agosto de
466 SCA de Santiago, 27 de septiembre de 1997, Rol Nº 2250-2006, disponible en http://
Por último, la misma CA de Santiago rati¿ca también la doctrina apun- en la cláusula cuadragésimo quinta antes reseñada”.466
tada en su sentencia de 27 de septiembre de 1997, al señalar: que en el presente caso el arbitraje fue expresamente pactado por las partes
del artículo 125 de la ley de sociedades anónimas, cuyo no es el caso, puesto
“4º Que así las cosas, el arbitraje establecido en la ley de sociedades anó- de un árbitro y entregarlo a la justicia ordinaria como lo dispone el inciso 2º
nimas es el que rige para el caso de los socios nada hubieren expuesto en el pacto social, y en este caso es posible sustraer el conocimiento del conflicto
pacto social, y en este caso es posible sustraer el conocimiento del conflicto nimas es el que rige para el caso de los socios nada hubieren expuesto en el
de un árbitro y entregarlo a la justicia ordinaria como lo dispone el inciso 2º “4º Que así las cosas, el arbitraje establecido en la ley de sociedades anó-
del artículo 125 de la ley de sociedades anónimas, cuyo no es el caso, puesto
que en el presente caso el arbitraje fue expresamente pactado por las partes tada en su sentencia de 27 de septiembre de 1997, al señalar:
en la cláusula cuadragésimo quinta antes reseñada”.466 Por último, la misma CA de Santiago rati¿ca también la doctrina apun-
Más recientemente, la CS ha reiterado el criterio anterior e insistido por tituye ley para las partes contratantes”.465
ende en que el derecho opcional antes señalado, que contempla el art. 125 arbitral contenido en los estatutos, el cual es plenamente obligatorio y cons-
inciso 2º de la LSA, sólo tiene lugar en aquellos casos en que el estatuto decir inciso 1º del mismo artículo, pero no toca ni lesiona a un compromiso
social no incluye un convenio arbitral entre sus estipulaciones. Dijo en la justicia ordinaria sólo en el caso del arbitraje establecido por la ley, vale
efecto el máximo tribunal: Anónimas, ya que esta disposición faculta al demandante para concurrir a
conclusión el inciso 2º del artículo 125 de la Ley Nº 18.046 sobre Sociedades
“Sexto: Que de los preceptos reproducidos aparece que si bien el Código (...), siendo acogible la declinatoria en esta forma (…). No obsta a la anterior
Orgánico de Tribunales establece como arbitraje obligatorio aquella materia brado en la forma señalada en el antes citado artículo 34 de los estatutos de
que es objeto del litigio de autos, la ley especial que rige estos asuntos, cual la demanda, del presente conflicto debe conocer un árbitro arbitrador nom-
“5º Que, en conclusión, por compromiso arbitral anterior y no impugnado en
php?pagina1=estados_causas.php.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 307
y Forestal Los Ríos S.A.”, Rol Nº 316-2007, disponible en: http://www.poderjudicial.cl/index2.
467 SCS, de 22 de julio de 2008, “Agrícola y Ganadera Arco Iris S.A. con Agrícola Ganadera
es, la Ley sobre Sociedades Anónimas y que por lo mismo debe aplicarse
con preeminencia sobre cualquier otra, permite expresamente en su artículo
mencionado se haga impracticable del todo. Antes por el contrario, la pro- 125 inciso segundo, que el demandante ocurra ante la justicia ordinaria o la
sin otra consideración, el derecho de opción jurisdiccional tantas veces arbitral, en consecuencia, resulta ser facultativo del actor ante cual órgano
venio arbitral en el estatuto social para que, por esa sola circunstancia y jurisdiccional deduce su acción.
Advirtamos, por último, que no basta con la existencia formal del con-
En efecto no corresponde en el caso sub judice dar aplicación al artículo
y el derecho de opción jurisdiccional 227 Nº 4º del Código Orgánico de Tribunales, puesto que la solución de las
2.6. Las cláusulas patológicas de arbitraje diferencias que se produzcan en el seno de las sociedades anónimas está hoy
día regulada por lo establecido en los artículos 4º Nº 10 y 125 de la Ley
exista o no un convenio arbitral como parte del estatuto social. Nº 18.046, de 22 de octubre de 1981, cuyo artículo 145 derogó los artículos 424
en el art. 125 inc. 2º de la LSA se aplicará siempre y sin limitaciones, al 469, ambos inclusive, del Código de Comercio y, entre estos, los artículos
425 y 426 Nº 11 del mismo Código, que hacían aplicables a las sociedades
anónimas las normas de los artículos 415 y 352 Nº 10, respectivamente, del
como dije antes, para éstos el derecho de opción jurisdiccional consignado
mismo cuerpo legal.
también por quienes postulan la tesis de la opción potestativa amplia, pues,
Sin embargo, la tesis jurisprudencial arriba apuntada ha sido criticada
De modo que, a partir de la vigencia de la Ley Nº 18.046, a menos de existir
a arbitraje, según lo recién referido”.467 una estipulación sobre arbitraje en el pacto social de una sociedad anónima,
las diferencias que se produjeren pueden aun no quedar sujetas forzosamente las diferencias que se produjeren pueden aun no quedar sujetas forzosamente
una estipulación sobre arbitraje en el pacto social de una sociedad anónima, a arbitraje, según lo recién referido”.467
De modo que, a partir de la vigencia de la Ley Nº 18.046, a menos de existir
Sin embargo, la tesis jurisprudencial arriba apuntada ha sido criticada
mismo cuerpo legal.
también por quienes postulan la tesis de la opción potestativa amplia, pues,
como dije antes, para éstos el derecho de opción jurisdiccional consignado
anónimas las normas de los artículos 415 y 352 Nº 10, respectivamente, del
en el art. 125 inc. 2º de la LSA se aplicará siempre y sin limitaciones,
425 y 426 Nº 11 del mismo Código, que hacían aplicables a las sociedades
al 469, ambos inclusive, del Código de Comercio y, entre estos, los artículos
Nº 18.046, de 22 de octubre de 1981, cuyo artículo 145 derogó los artículos 424 exista o no un convenio arbitral como parte del estatuto social.
día regulada por lo establecido en los artículos 4º Nº 10 y 125 de la Ley
diferencias que se produzcan en el seno de las sociedades anónimas está hoy 2.6. Las cláusulas patológicas de arbitraje
227 Nº 4º del Código Orgánico de Tribunales, puesto que la solución de las y el derecho de opción jurisdiccional
En efecto no corresponde en el caso sub judice dar aplicación al artículo
Advirtamos, por último, que no basta con la existencia formal del con-
jurisdiccional deduce su acción. venio arbitral en el estatuto social para que, por esa sola circunstancia y
arbitral, en consecuencia, resulta ser facultativo del actor ante cual órgano sin otra consideración, el derecho de opción jurisdiccional tantas veces
125 inciso segundo, que el demandante ocurra ante la justicia ordinaria o la mencionado se haga impracticable del todo. Antes por el contrario, la pro-
con preeminencia sobre cualquier otra, permite expresamente en su artículo
es, la Ley sobre Sociedades Anónimas y que por lo mismo debe aplicarse
467 SCS, de 22 de julio de 2008, “Agrícola y Ganadera Arco Iris S.A. con Agrícola Ganadera
cedencia o improcedencia de tal derecho, incluso en la hipótesis de existir entre la estabilidad y el desatino”, en Estudios de arbitraje, op. cit., pp. 709 y 710).
un convenio arbitral estatutario expreso, debe de¿nirse necesariamente árbitros excesivamente alambicado”. (FERNÁNDEZ ROZAS, José Carlos, “El convenio arbitral:
gencia y vigor.
norma derogada; la falta de voluntad clara y terminante de someterse a arbitraje; la ausencia
patológicas del convenio “la designación como rectora del procedimiento arbitral de una
468 FERNÁNDEZ entrega algunos ejemplos en este sentido, cali¿cando como circunstancias
La cláusula patológica de arbitraje, en consecuencia, no obsta al ejercicio
del derecho de opción antes referido ni genera, por lo mismo, el efecto ne-
gativo del pacto arbitral estatutario. Por el contrario, dicho convenio arbitral, la ine¿cacia del pacto”.
afectado como se dijo por diversas razones y circunstancias patológicas468, lo esencial, “presentan imprecisiones cuya gravedad puede llegar a causar
resulta ine¿caz en estos casos en cuanto expresa, positiva e inequívoca lo largo del procedimiento arbitral”, al punto que, aun siendo válidas en
renuncia a la jurisdicción de los tribunales estatales, dejando a salvo por complejas, presentan una alta probabilidad de generar serios problemas a
ende el derecho que se le reconoce al demandante en el art. 125 citado. no delimitar claramente su alcance o por incluir cuestiones sumamente
traje son aquellas que “por contener vicios, errores o ambigüedades, por
Como señala VERDERA469, en efecto, las cláusulas patológicas de arbi- Como señala VERDERA469, en efecto, las cláusulas patológicas de arbi-
traje son aquellas que “por contener vicios, errores o ambigüedades, por
no delimitar claramente su alcance o por incluir cuestiones sumamente ende el derecho que se le reconoce al demandante en el art. 125 citado.
complejas, presentan una alta probabilidad de generar serios problemas a renuncia a la jurisdicción de los tribunales estatales, dejando a salvo por
lo largo del procedimiento arbitral”, al punto que, aun siendo válidas en resulta ine¿caz en estos casos en cuanto expresa, positiva e inequívoca
lo esencial, “presentan imprecisiones cuya gravedad puede llegar a causar afectado como se dijo por diversas razones y circunstancias patológicas468,
la ine¿cacia del pacto”. gativo del pacto arbitral estatutario. Por el contrario, dicho convenio arbitral,
del derecho de opción antes referido ni genera, por lo mismo, el efecto ne-
La cláusula patológica de arbitraje, en consecuencia, no obsta al ejercicio
468
FERNÁNDEZ entrega algunos ejemplos en este sentido, cali¿cando como circunstancias
patológicas del convenio “la designación como rectora del procedimiento arbitral de una gencia y vigor.
norma derogada; la falta de voluntad clara y terminante de someterse a arbitraje; la ausencia
expresa y terminante de renuncia a la tutela judicial efectiva de jueces y tribunales; la defec-
de árbitros, el derecho opcional antes mencionado recobra en todo su vi-
tuosa designación de la institución encargada de administrar el arbitraje; la concurrencia de orden a someter las controversias societarias al conocimiento y resolución
la sumisión de arbitraje como método de solución de las posibles controversias dimanantes explícita e inequívoca manifestación de voluntad de los accionistas, en
del contrato, con la elección del foro judicial; la inclusión de modalidades en el ejercicio de la arbitral estatutario, de manera tal que si este último no contiene una clara,
actividad arbitradle imposible o difícil cumplimiento, tales como plazos excesivamente breves en relación a y con base en los precisos términos del respectivo convenio
para llegar al laudo de¿nitivo, o el establecimiento de un procedimiento de designación de
árbitros excesivamente alambicado”. (FERNÁNDEZ ROZAS, José Carlos, “El convenio arbitral:
un convenio arbitral estatutario expreso, debe de¿nirse necesariamente
entre la estabilidad y el desatino”, en Estudios de arbitraje, op. cit., pp. 709 y 710). cedencia o improcedencia de tal derecho, incluso en la hipótesis de existir
469 VERDERA, en Comentarios a la Ley de Arbitraje…, op. cit., pp. 389 y 390. Sobre la
FERNÁNDEZ ROZAS, op. cit, p. 709. 470 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 309
temente resulta que de la lectura de la cláusula vigésimo novena del pacto Por su parte, apunta FERNÁNDEZ470, el convenio arbitral puede presentar
“Séptimo: Que en este sentido y en concordancia con lo razonado preceden- en este sentido problemas de orden puramente fáctico, que ni siquiera
apuntan a la existencia y validez del mismo en cuanto tal acto o contrato,
ñaló: pero que sin embargo le restan igualmente toda e¿cacia desde que impiden
Analizando entonces el sentido y alcance de ese pacto, la Corte se- “una claridad total e inicial, sobre la voluntad de las partes de someterse
a arbitraje”.
veinticinco de la ley número dieciocho mil cuarenta y seis”.
Lo anterior es sin perjuicio del derecho establecido en el artículo ciento En síntesis, no es entonces cualquier convenio arbitral estatutario el
que suprime del todo el ejercicio del derecho de opción del art. 125 inc.
la justicia ordinaria. 2º de la LSA, sino sólo aquel convenio que contiene una declaración de
terior recurso el que será designado de común acuerdo por las partes o por voluntad clara, e¿caz y exenta de errores en cuanto a la concreta y precisa
por un árbitro arbitrador en el más breve plazo y sin forma de juicio ni ul- renuncia de las partes a la tutela judicial de los órganos jurisdiccionales
durante la vigencia de la sociedad o durante su liquidación, serán resueltas del Estado.
en su calidad de tales o entre éstos y la sociedad o sus administradores, sea
La Corte Suprema, conociendo precisamente del contenido y alcance
“Vigésimo noveno: Las diferencias que se produzcan entre los accionistas
de un convenio arbitral estatutario que podría cali¿carse de patológico, le
reconoció al demandante respectivo el derecho a presentar su demanda
Decía en efecto esa cláusula:
–derivada de conÀictos societarios por cierto– ante la justicia ordinaria,
pese a que los estatutos sociales contenían efectivamente un pacto arbitral.
pese a que los estatutos sociales contenían efectivamente un pacto arbitral.
–derivada de conÀictos societarios por cierto– ante la justicia ordinaria,
Decía en efecto esa cláusula:
reconoció al demandante respectivo el derecho a presentar su demanda
de un convenio arbitral estatutario que podría cali¿carse de patológico, le
“Vigésimo noveno: Las diferencias que se produzcan entre los accionistas
La Corte Suprema, conociendo precisamente del contenido y alcance
en su calidad de tales o entre éstos y la sociedad o sus administradores, sea
del Estado. durante la vigencia de la sociedad o durante su liquidación, serán resueltas
renuncia de las partes a la tutela judicial de los órganos jurisdiccionales por un árbitro arbitrador en el más breve plazo y sin forma de juicio ni ul-
voluntad clara, e¿caz y exenta de errores en cuanto a la concreta y precisa terior recurso el que será designado de común acuerdo por las partes o por
2º de la LSA, sino sólo aquel convenio que contiene una declaración de la justicia ordinaria.
que suprime del todo el ejercicio del derecho de opción del art. 125 inc.
En síntesis, no es entonces cualquier convenio arbitral estatutario el Lo anterior es sin perjuicio del derecho establecido en el artículo ciento
veinticinco de la ley número dieciocho mil cuarenta y seis”.
a arbitraje”.
“una claridad total e inicial, sobre la voluntad de las partes de someterse Analizando entonces el sentido y alcance de ese pacto, la Corte se-
pero que sin embargo le restan igualmente toda e¿cacia desde que impiden ñaló:
apuntan a la existencia y validez del mismo en cuanto tal acto o contrato,
en este sentido problemas de orden puramente fáctico, que ni siquiera “Séptimo: Que en este sentido y en concordancia con lo razonado preceden-
Por su parte, apunta FERNÁNDEZ470, el convenio arbitral puede presentar temente resulta que de la lectura de la cláusula vigésimo novena del pacto
309 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 470 FERNÁNDEZ ROZAS, op. cit, p. 709.
RETIRO
cl/index2.php?pagina1=estados_causas.php.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 311
nadera y Forestal Los Ríos S.A.”, Rol Nº 316-2007, disponible en: http://www.poderjudicial.
471 SCS, de 22 de julio de 2008, “Agrícola y Ganadera Arco Iris S.A. con Agrícola Ga-
nadera y Forestal Los Ríos S.A.”, Rol Nº 316-2007, disponible en: http://www.poderjudicial.
cl/index2.php?pagina1=estados_causas.php.
311 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
(…) Una vez reflejado el contenido literal de la estipulación, constituye la Tribunales de Madrid.
interpretación de los contratos una función propia de los Tribunales, utilizan- de no alcanzarse acuerdo, pactando una sumisión expresa a los Juzgados y
do para ello, los criterios previstos en los arts. 1281 y ss. del Código Civil, personas para su solución, y, para el caso de defecto, se prevé un arbitraje
evitando conclusiones absurdas o arbitrarias, entre otras SSTS 23-5-1997 de surgir problemas en la ejecución de la obra el de acudir a determinadas
(RJ 1997, 4322), y 2-3-1998 (RJ 1998, 1123). Partiendo de su examen literal, se desprende que, la verdadera intención de las partes, fue la voluntad caso
se desprende que, la verdadera intención de las partes, fue la voluntad caso (RJ 1997, 4322), y 2-3-1998 (RJ 1998, 1123). Partiendo de su examen literal,
de surgir problemas en la ejecución de la obra el de acudir a determinadas evitando conclusiones absurdas o arbitrarias, entre otras SSTS 23-5-1997
personas para su solución, y, para el caso de defecto, se prevé un arbitraje do para ello, los criterios previstos en los arts. 1281 y ss. del Código Civil,
de no alcanzarse acuerdo, pactando una sumisión expresa a los Juzgados y interpretación de los contratos una función propia de los Tribunales, utilizan-
Tribunales de Madrid. (…) Una vez reflejado el contenido literal de la estipulación, constituye la
Por lo tanto, se incumple uno de los requisitos esenciales que como anterior- “Tercero.
mente hemos señalado, se caracteriza todo arbitraje; y es, la voluntad inequí-
voca y expresa de compeler a su formalización. En el presente caso, se expresa Interpretando el sentido y alcance de esta cláusula, la AP señaló:
literalmente (en su defecto). Es decir, una voluntad inicial de evitar contienda
judicial alguna, pero destaca la ausencia de someterse y acatar la decisión de
terceras personas o de árbitros. Y, lo que es más, al final de la misma cláusula
de Madrid”.
se expresa que, caso de no producirse un acuerdo, ambas partes renuncian al
pudiera asistirles, sometiéndose expresamente a los Tribunales de la ciudad
fuero legal y se someten a determinada sede jurisdiccional”.472
En caso de no producirse acuerdo, las partes renuncian al fuero legal que
de Madrid.
No existía aquí, como tampoco en el caso analizado por la CS antes men- En su defecto, se acudirá a un arbitraje de equidad de la Corte de Arbitraje
cionado, aquella manifestación “expresa y terminante de renuncia a la tutela
judicial efectiva” a que se re¿ere VERDERA473, ni concurría tampoco –como con la Dirección de Obra.
En segundo término, por el Arquitecto autor del proyecto, si no coincidiera
Hemos dicho hasta aquí que comparto con matices los planteamientos
resulte frustrada por un criterio restrictivo o, como señalan MERINO y CHI-
de algunas de las tesis doctrinales antes analizadas, aunque no sus funda-
estar encauzada de manera tal que la intención y voluntad de las partes no
mentos estructurales ni sus consecuencias y alcances especí¿cos.
gicamente inválido. Antes por el contrario, la labor interpretativa deberá
por esa sola circunstancia, deba considerarse como insubsanable y patoló-
aquejado por algún defecto u error cualquier en su inteligencia para que,
otros términos, no basta con que el pacto arbitral estatutario se encuentre 474 MERINO y CHILLÓN, Tratado…, op. cit., p. 479. Para estos autores, sin embargo, el criterio
que le permita al convenio respectivo producir sus efectos como tal. En “pro arbitraje” debe aplicarse incluso en aquellos casos en que las partes han establecido el
pro arbitraje y orientarse, por ende, hacia aquella deducción hermenéutica arbitraje en una relación de opción alternativa con la jurisdicción de los tribunales estatales
–y de cualquier otra en general– debe inspirarse siempre en el principio (como ocurrió precisamente en el caso resuelto por la CS, ya analizado). Se fundan para ello
en alguna jurisprudencia de los Tribunales franceses de justicia (citan por todas L´arrêt de la
que toda labor interpretativa de la cláusula arbitral estatutaria patológica
Cour de Cassation de 15 de mayo de 1979 y de 17 de febrero de 1993), la que invocando la
Con todo, y sin perjuicio de lo dicho hasta aquí, debe observarse también “intención común de las partes” ha declarado la prevalencia en estos casos de la cláusula de
arbitraje por sobre la jurisdicción del Estado. Esa tendencia jurisprudencial –concluyen– “debe
por cierto, le restaba toda e¿cacia al respectivo convenio arbitral. ser mantenida salvo que el juez del Estado avoque su competencia exclusiva por atribución
orden a someter sus conÀictos a la decisión de árbitros; y tal circunstancia, imperativa de jurisdicción, cuando se trate de derechos subjetivos que escapen a la libre
contrapartida– la declaración clara y categórica de voluntad de las partes en disposición de las partes”. No me parece atendible sin embargo esta doctrina, pues, como
dije antes y por amplio que sea el criterio de interpretación con que se aborde el problema,
difícilmente podrá entenderse que en tales casos existe efectivamente una manifestación clara
y determinante de las partes en orden a someterse a la decisión de árbitros, renunciando como
contrapartida a la tutela judicial efectiva de los órganos jurisdiccionales.
313 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
Con aquella corriente doctrinal que he cali¿cado como “de opción po- rango fundamental en la CP de 1980.
testativa restringida”, en efecto, coincido en que el convenio arbitral inte- de libertad, tutela judicial efectiva e igualdad ante la ley, consagrados con
grado al estatuto, que contiene las menciones del art. 4º Nº 10 de la LSA, sólo la tiene el demandante. Difícilmente encajan aquí entonces los derechos
debe ser respectado por todos los accionistas, los administradores y por pueda resistir tal decisión desde que la opción a que se re¿ere el art. 125
la propia sociedad, no existiendo en tales casos derecho alguno de opción de la misma (pues simplemente no existe convenio), sin que este último
para el demandante. Con la tercera y última tesis comparto su inspiración adquirir acciones de la sociedad o al asumir la condición de administrador
dogmática, pues el arbitraje sobre materias disponibles en Derecho debe arbitraje en el que no ha consentido directamente, ni de forma indirecta al
tener sin duda un origen voluntario, siempre y sin excepciones. Con todas, la norma supletoria del art. 4º Nº 10 de la LSA y forzar al demandado a un
por último, coincido en que estamos en presencia de una construcción legal arbitral alguno. En ese escenario, en efecto, el demandante puede invocar
compleja y confusa, que amerita sin duda una pronta revisión. demandado, en aquellos casos en que el estatuto social no incluye convenio
mo término y de manera exclusiva en la esfera de la voluntad del eventual
A modo de síntesis, en consecuencia, pueden plantearse en esta parte En consecuencia, la obligatoriedad de la ¿gura descrita gravita en últi-
las siguientes conclusiones generales:
2º, lo que desdibuja aun más ese carácter forzoso.
A) La LSA establece un sistema de arbitraje forzoso en su art. 4 Nº 10, además al demandante el derecho opcional a que se re¿ere el art. 125 inc.
según se desprende de la historia ¿dedigna de su establecimiento, pero no una regla supletoria de la voluntad de las partes y, más aún, le reconoce
establece sanción alguna para el caso en que el estatuto no contenga el respectivo convenio arbitral. Por el contrario, la ley incorpora en tales casos
respectivo convenio arbitral. Por el contrario, la ley incorpora en tales casos establece sanción alguna para el caso en que el estatuto no contenga el
una regla supletoria de la voluntad de las partes y, más aún, le reconoce según se desprende de la historia ¿dedigna de su establecimiento, pero no
además al demandante el derecho opcional a que se re¿ere el art. 125 inc. A) La LSA establece un sistema de arbitraje forzoso en su art. 4 Nº 10,
2º, lo que desdibuja aun más ese carácter forzoso.
las siguientes conclusiones generales:
En consecuencia, la obligatoriedad de la ¿gura descrita gravita en últi- A modo de síntesis, en consecuencia, pueden plantearse en esta parte
mo término y de manera exclusiva en la esfera de la voluntad del eventual
demandado, en aquellos casos en que el estatuto social no incluye convenio compleja y confusa, que amerita sin duda una pronta revisión.
arbitral alguno. En ese escenario, en efecto, el demandante puede invocar por último, coincido en que estamos en presencia de una construcción legal
la norma supletoria del art. 4º Nº 10 de la LSA y forzar al demandado a un tener sin duda un origen voluntario, siempre y sin excepciones. Con todas,
arbitraje en el que no ha consentido directamente, ni de forma indirecta al dogmática, pues el arbitraje sobre materias disponibles en Derecho debe
adquirir acciones de la sociedad o al asumir la condición de administrador para el demandante. Con la tercera y última tesis comparto su inspiración
de la misma (pues simplemente no existe convenio), sin que este último la propia sociedad, no existiendo en tales casos derecho alguno de opción
pueda resistir tal decisión desde que la opción a que se re¿ere el art. 125 debe ser respectado por todos los accionistas, los administradores y por
sólo la tiene el demandante. Difícilmente encajan aquí entonces los derechos grado al estatuto, que contiene las menciones del art. 4º Nº 10 de la LSA,
de libertad, tutela judicial efectiva e igualdad ante la ley, consagrados con testativa restringida”, en efecto, coincido en que el convenio arbitral inte-
rango fundamental en la CP de 1980. Con aquella corriente doctrinal que he cali¿cado como “de opción po-
B) El art. 227 Nº 4 del COT, que se remite a los casos del art. 415 del
C. de C. para ¿jar su alcance, ha perdido sentido y vigencia tras la dicta- EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 314
TIRO
SAP de Madrid, de 19 de junio de 2001, en Aranzadi Westlaw, AC 2002\574. 476 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 315
VERDERA, en Comentarios a la ley de Arbitraje…, op. cit., pp. 448 y 449. 475
475 VERDERA, en Comentarios a la ley de Arbitraje…, op. cit., pp. 448 y 449.
315 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 476 SAP de Madrid, de 19 de junio de 2001, en Aranzadi Westlaw, AC 2002\574.
RETIRO
SAP de Madrid, de 19 de junio de 2001, en Aranzadi Westlaw, AC 2002/574. 485 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 319
VERDERA, en Comentarios a la Ley de Arbitraje…, op. cit., p. 452. 484
Así también AYLWIN, op. cit. (1ª ed.), pp. 306 y 307.
Ante la opción del demandante y no obstante existir un convenio arbi-
483
no se proponga en tiempo y forma la excepción de sumisión al arbitraje. El efecto negativo que surge del convenio arbitral tiene, en síntesis, un
Jurisdicción del Estado. En este ámbito, sólo habrá renuncia al arbitraje cuando claro contenido volitivo pues en él, como señala VERDERA484, la autono-
a plantear la excepción, dirigida a mantener su derecho a la exclusión de la mía de la voluntad se mani¿esta claramente desde que “debe ser instado
renuncia al arbitraje y la sumisión a los Tribunales, sino que faculta al otro
por la parte interesada” y porque además “puede ser renunciado expresa
o tácitamente”. Dicho en otros términos, y en palabras de la SAP Madrid
“…la demanda judicial de uno de los contratantes no predetermina sin más la
(cuyas conclusiones me parecen plenamente aplicables aquí): (cuyas conclusiones me parecen plenamente aplicables aquí):
por el demandado, sin que pueda hacerla valer después483. El anterior argumento, basado en la naturaleza contractual de la cláusula
CPC. Si así no ocurre, la excepción de compromiso se entiende renunciada arbitral, se refuerza por razones procesales. Es sabido que la sumisión tácita
para contestar la demanda según la regla contemplada en el art. 305 del a los Jueces y Tribunales es acto bilateral, de forma que la sumisión de sólo
jurisdicción y, en todo caso, antes de expirar el término de emplazamiento uno de los contendientes, en este caso renuncia al arbitraje, no significa
de hacer cualquier gestión en el proceso que suponga la aceptación de su nada, pues no surte efectos para el solo con independencia de su contrario.
ello en tanto y en cuanto el demandado no solicite su declinatoria antes Sus efectos son bilaterales porque la renuncia es acto bilateral, bien por ser
conjunta, bien por aceptada expresamente por el otro interesado, bien por la
ejecución de actos tácitos pero clamorosos, distintos de proponer en forma
competencia para conocer de dicho asunto en este caso concreto; pero
la excepción de arbitraje”.485
apuntado– desde que el art. 125 de la LSA le atribuye precisamente esa
el juez ordinario no resulta naturalmente incompetente –en el sentido ya
tral en el estatuto que no precisa como se dijo la naturaleza del arbitraje,
Ante la opción del demandante y no obstante existir un convenio arbi-
483 Así también AYLWIN, op. cit. (1ª ed.), pp. 306 y 307.
484 VERDERA, en Comentarios a la Ley de Arbitraje…, op. cit., p. 452.
319 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 485 SAP de Madrid, de 19 de junio de 2001, en Aranzadi Westlaw, AC 2002/574.
RETIRO
del convenio arbitral replica literalmente el texto del art. 8.1. de la Ley En el mismo sentido AYLWIN, op. cit., p. 305. 487
estatutarias por expresa disposición de la misma ley (art. 137)? EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 323
de derecho necesario o de ius cogens, que priman incluso sobre las reglas
res, los faculta por ende para prescindir incluso de la aplicación de normas
conocimiento de estas controversias societarias a dichos árbitros arbitrado- jetiva de normas imperativas en el ámbito societario, que hemos cali¿cado
acaso que la LSA, por el hecho de asignar expresa y necesariamente el como regulaciones de derecho necesario o de orden público, y a aquellas
fallo en el sentido que la prudencia y la equidad le dicten”; ¿quiere decir de carácter procesal que ¿jan en Chile las facultades y características del
y la equidad le dictaren (…)” y que, según el art. 637 del CPC, “dará su árbitro arbitrador, llamado expresamente por la LSA para resolver los
del art. 223 inciso 3º del COT, fallará “obedeciendo a lo que su prudencia conÀictos que se generen en su seno.
Considerando en efecto que el árbitro arbitrador, por expresa disposición
2.8.1. Planteamiento del problema
actuación conjunta regulados en la LMV (art. 98).
las surgidas eventualmente de pactos de accionistas o de los acuerdos de Se dijo antes que el art. 4º Nº 10, en relación con el art. 125 de la seña-
sos que lleguen a generarse en el juego del sistema de mayorías, incluidas lada ley, establece un particular sistema de arbitraje forzoso según el cual,
que puedan observarse en el manejo de sus administradores y/o a los abu- en lo que aquí concierne, el conocimiento y resolución de las controversias
por ende de una especí¿ca protección legal que ponga freno a los excesos a que esa norma se re¿ere quedan entregados a árbitros arbitradores, ni
directa en el funcionamiento del mercado y la economía), que requieren siquiera de derecho.
privados y colectivos (particularmente en las cotizadas, por su incidencia
De inmediato surge entonces la duda en torno a la compatibilidad de
societario por la existencia en él de diversos intereses concomitantes,
este mecanismo, caracterizado por la naturaleza y las facultades propias
otra–. Tales normas, recordemos, se justi¿can especialmente en este tipo
de dichos árbitros –por una parte–, y el carácter imperativo de las normas
de la LSA en cuanto regulan su organización y funcionamiento –por la
de la LSA en cuanto regulan su organización y funcionamiento –por la
de dichos árbitros –por una parte–, y el carácter imperativo de las normas
otra–. Tales normas, recordemos, se justi¿can especialmente en este tipo
este mecanismo, caracterizado por la naturaleza y las facultades propias
societario por la existencia en él de diversos intereses concomitantes,
De inmediato surge entonces la duda en torno a la compatibilidad de
privados y colectivos (particularmente en las cotizadas, por su incidencia
siquiera de derecho. directa en el funcionamiento del mercado y la economía), que requieren
a que esa norma se re¿ere quedan entregados a árbitros arbitradores, ni por ende de una especí¿ca protección legal que ponga freno a los excesos
en lo que aquí concierne, el conocimiento y resolución de las controversias que puedan observarse en el manejo de sus administradores y/o a los abu-
lada ley, establece un particular sistema de arbitraje forzoso según el cual, sos que lleguen a generarse en el juego del sistema de mayorías, incluidas
Se dijo antes que el art. 4º Nº 10, en relación con el art. 125 de la seña- las surgidas eventualmente de pactos de accionistas o de los acuerdos de
actuación conjunta regulados en la LMV (art. 98).
2.8.1. Planteamiento del problema
Considerando en efecto que el árbitro arbitrador, por expresa disposición
conÀictos que se generen en su seno. del art. 223 inciso 3º del COT, fallará “obedeciendo a lo que su prudencia
árbitro arbitrador, llamado expresamente por la LSA para resolver los y la equidad le dictaren (…)” y que, según el art. 637 del CPC, “dará su
de carácter procesal que ¿jan en Chile las facultades y características del fallo en el sentido que la prudencia y la equidad le dicten”; ¿quiere decir
como regulaciones de derecho necesario o de orden público, y a aquellas acaso que la LSA, por el hecho de asignar expresa y necesariamente el
jetiva de normas imperativas en el ámbito societario, que hemos cali¿cado conocimiento de estas controversias societarias a dichos árbitros arbitrado-
res, los faculta por ende para prescindir incluso de la aplicación de normas
de derecho necesario o de ius cogens, que priman incluso sobre las reglas
323 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
estatutarias por expresa disposición de la misma ley (art. 137)?
RETIRO
el orden público estatuido, pese a la particular incidencia que muestran las 490 Sobre esta materia puede consultarse en Chile a PHILIPPI IZQUIERDO, Julio, “Notas sobre
Nº 1, 1978, p. 220.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 327
CHULIÁ, Francisco, “La Asamblea General de la Cooperativa”, en Revista Jurídica de Cataluña,
496 CARAZO, “La aplicación del arbitraje…”, op. cit., p. 1215. En el mismo sentido VICENT
RODRÍGUEZ GREZ, op. cit., p. 265. 500 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 329
en Comentarios a la ley de Arbitraje…, op. cit., p. 1117.
499 ESPLUGUES, “Del pronunciamiento del laudo y de la terminación de las actuaciones”,
la ley en el caso del arbitraje forzoso, pues así como los particulares no
pueden disponer del orden público, así tampoco –y con mayor razón– podrá
hacerlo el legislador.
las normas de derecho positivo, sino que vienen a afirmar que no se apliquen
forma alguna, que los laudos de equidad, deban desconocer o contravenir
diciembre de 1985 (RJ 1985\6613), entre otras– en cuanto no proclaman, en
de 1984 (RJ 1984\5553), 8 de noviembre de 1985 (RJ 1985\5517) y 20 de En síntesis, y como señala ESPLUGUES, “la resolución del litigio atendiendo
arbitraje de equidad –sentencias de esta Sala de fecha 14 de noviembre al leal saber y entender de árbitros, empero, no equivale a discrecionalidad
“Ha de interpretarse la jurisprudencia específica sobre la naturaleza del absoluta por parte de éstos”, agregando que los árbitros no pueden dejar de
tomar en consideración “lo dispuesto en las normas imperativas que afecten
Tribunal Supremo español: a la relación jurídica objeto de controversia”499. Lo que se permite a los
representa el criterio jurisprudencial mantenido durante décadas por el árbitros de equidad –agrega el mismo autor– “es la posibilidad de evadirse
Lo señalado entonces no constituye gran novedad y, por el contrario, ‘con ciertas limitaciones’ del mandato de uno o varios ordenamientos jurí-
dicos, no quedando obligados a aplicar exclusivamente normas de derecho
organización y el funcionamiento de la sociedad”. de forma rigurosa”, pero nunca podrán infringir el orden público como lo
a aplicar, y que representan la realización de ‘valores preferentes’ para la sostienen en Chile los autores ya mencionados.
derechos irrenunciables, que los jueces están imperativamente obligados
de ‘orden público’ (…) representado por aquellas normas que con¿eren En similares términos se pronuncia en Chile RODRÍGUEZ GREZ500, quien
su sentencia, como si se tratare de un juez ordinario, todas las normas observa que “si bien es cierto que el arbitrador falla sin una estricta su-
jeción a la ley, no es menos cierto que éste no puede dejar de aplicar en jeción a la ley, no es menos cierto que éste no puede dejar de aplicar en
observa que “si bien es cierto que el arbitrador falla sin una estricta su- su sentencia, como si se tratare de un juez ordinario, todas las normas
En similares términos se pronuncia en Chile RODRÍGUEZ GREZ500, quien de ‘orden público’ (…) representado por aquellas normas que con¿eren
derechos irrenunciables, que los jueces están imperativamente obligados
sostienen en Chile los autores ya mencionados. a aplicar, y que representan la realización de ‘valores preferentes’ para la
de forma rigurosa”, pero nunca podrán infringir el orden público como lo organización y el funcionamiento de la sociedad”.
dicos, no quedando obligados a aplicar exclusivamente normas de derecho
‘con ciertas limitaciones’ del mandato de uno o varios ordenamientos jurí- Lo señalado entonces no constituye gran novedad y, por el contrario,
árbitros de equidad –agrega el mismo autor– “es la posibilidad de evadirse representa el criterio jurisprudencial mantenido durante décadas por el
a la relación jurídica objeto de controversia”499. Lo que se permite a los Tribunal Supremo español:
tomar en consideración “lo dispuesto en las normas imperativas que afecten
absoluta por parte de éstos”, agregando que los árbitros no pueden dejar de “Ha de interpretarse la jurisprudencia específica sobre la naturaleza del
al leal saber y entender de árbitros, empero, no equivale a discrecionalidad arbitraje de equidad –sentencias de esta Sala de fecha 14 de noviembre
En síntesis, y como señala ESPLUGUES, “la resolución del litigio atendiendo de 1984 (RJ 1984\5553), 8 de noviembre de 1985 (RJ 1985\5517) y 20 de
diciembre de 1985 (RJ 1985\6613), entre otras– en cuanto no proclaman, en
hacerlo el legislador. forma alguna, que los laudos de equidad, deban desconocer o contravenir
las normas de derecho positivo, sino que vienen a afirmar que no se apliquen
pueden disponer del orden público, así tampoco –y con mayor razón– podrá
la ley en el caso del arbitraje forzoso, pues así como los particulares no
499ESPLUGUES, “Del pronunciamiento del laudo y de la terminación de las actuaciones”,
en Comentarios a la ley de Arbitraje…, op. cit., p. 1117.
329 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 500 RODRÍGUEZ GREZ, op. cit., p. 265.
RETIRO
Anónima con Patricio Aylwin Azócar”, Rol Nº 2311-2006. Hay voto en contra. Disponible
330 EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ
503 SCA de Santiago, de 17 de agosto de 2006, Recurso de Queja “Metrogas Sociedad
SCS, de 16 de septiembre de 1993, Recurso de Queja, Rol Nº 7.067. 502
exclusivamente normas de derecho de forma rigurosa, como corresponde al el mismo sentido pueden consultarse la SAP de Madrid, de 24 de septiembre de 2002.
concepto tradicional de equidad, superador y complementario del concepto posteriori”. (SAP Girona, 29 de mayo de 2002, en Aranzadi Westlaw, JUR 2002\191638). En
de ley, para una mayor aproximación al logro de una decisión justa para el de ser respetado y dicho respeto es además objeto de un especí¿co control jurisdiccional a
caso concreto que la ley, por su generalidad, podría no alcanzar”.501 desconocer o contravenir las normas de derecho positivo. El derecho imperativo siempre ha
hecho de que se trate de un arbitraje de equidad no supone que los Laudos de equidad deban
Anónima con Patricio Aylwin Azócar”, Rol Nº 2311-2006. Hay voto en contra. Disponible
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 330
TIRO
enero de 2009.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 331
en http://www.poderjudicial.cl/index2.php?pagina1=estados_causas.php. Consultado el 29 de
que el estatuto social deberá contener “El tipo de arbitraje y el número 3. ARBITRAJE EN LA SOCIEDAD POR ACCIONES –SPA–
revisión jurisdiccional del laudo legislador de la Ley Nº 20.190, que modi¿có como se dijo el C. de C. incorpo-
3.1.1. Naturaleza del arbitraje, composición del tribunal arbitral y rando al derecho societario chileno este nuevo sub tipo de sociedad de capital,
ha optado nuevamente en este caso por un sistema de arbitraje forzoso.
y los especiales que contempla el art. 441. El art. 441 nuevo del C. de C., en efecto, señala que las diferencias que
estatutaria no esencial, que deberá reunir los requisitos generales ya vistos ocurran entre los accionistas, los accionistas y la sociedad o sus adminis-
precedentes, asume en este caso el carácter de una cláusula compromisoria tradores o liquidadores, y la sociedad y sus administradores o liquidadores,
El pacto de arbitraje, al igual que en los casos analizados en los párrafos “deberán ser resueltas por medio de arbitraje”, desaprovechando así una
buena oportunidad para desprenderse de una ¿gura obsoleta y ya endémica
3.1. Contenido del pacto arbitral de nuestro ordenamiento jurídico, concebida en épocas de absolutismo
medieval que nada tenían que ver con el constitucionalismo moderno y
sociedad anónima). con un Estado de derecho como el que impera hoy en Chile.
supra, éstos deben considerarse también como conÀictos arbitrables en la
4Nº10 de la LSA, que no los menciona (aun cuando, como ya explicamos La norma citada, con todo, incorpora explícitamente los conÀictos entre
arbitrable, innovando así en relación con lo que dispone por su lado el art. la sociedad y sus administradores o liquidadores dentro del ámbito de lo
la sociedad y sus administradores o liquidadores dentro del ámbito de lo arbitrable, innovando así en relación con lo que dispone por su lado el art.
La norma citada, con todo, incorpora explícitamente los conÀictos entre 4Nº10 de la LSA, que no los menciona (aun cuando, como ya explicamos
supra, éstos deben considerarse también como conÀictos arbitrables en la
con un Estado de derecho como el que impera hoy en Chile. sociedad anónima).
medieval que nada tenían que ver con el constitucionalismo moderno y
de nuestro ordenamiento jurídico, concebida en épocas de absolutismo 3.1. Contenido del pacto arbitral
buena oportunidad para desprenderse de una ¿gura obsoleta y ya endémica
“deberán ser resueltas por medio de arbitraje”, desaprovechando así una El pacto de arbitraje, al igual que en los casos analizados en los párrafos
tradores o liquidadores, y la sociedad y sus administradores o liquidadores, precedentes, asume en este caso el carácter de una cláusula compromisoria
ocurran entre los accionistas, los accionistas y la sociedad o sus adminis- estatutaria no esencial, que deberá reunir los requisitos generales ya vistos
El art. 441 nuevo del C. de C., en efecto, señala que las diferencias que y los especiales que contempla el art. 441.
A estos tres aspectos se re¿ere el art. 441 Nº1 del C. de C., al señalar
Siguiendo la tendencia que hemos venido revisando en este capítulo, el
3. ARBITRAJE EN LA SOCIEDAD POR ACCIONES –SPA– que el estatuto social deberá contener “El tipo de arbitraje y el número
en http://www.poderjudicial.cl/index2.php?pagina1=estados_causas.php. Consultado el 29 de
enero de 2009.
331 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
En cuanto a la naturaleza del arbitraje, por ende, serán los accionistas al prescribir que el arbitraje será unipersonal504.
quienes determinen libremente si será uno de derecho, mixto o de equidad. nada señalan sobre este concreto aspecto, la ley suple también su silencio
Si nada se dice en tal sentido, y a diferencia de lo que ocurre con el sistema las respectivas entidades administradoras. En todo caso, y si los accionistas
de arbitraje en la sociedad anónima, el arbitraje de carácter mixto. institucional, sometiéndose de antemano a los reglamentos establecidos por
pide tampoco que los accionistas se sometan aquí a un arbitraje de carácter
Tratándose de la conformación del tribunal arbitral, serán también los en este último caso las reglas generales contempladas en el COT. Nada im-
accionistas quienes decidan si éste será unipersonal o colegiado, aplicándose accionistas quienes decidan si éste será unipersonal o colegiado, aplicándose
en este último caso las reglas generales contempladas en el COT. Nada im- Tratándose de la conformación del tribunal arbitral, serán también los
pide tampoco que los accionistas se sometan aquí a un arbitraje de carácter
institucional, sometiéndose de antemano a los reglamentos establecidos por de arbitraje en la sociedad anónima, el arbitraje de carácter mixto.
las respectivas entidades administradoras. En todo caso, y si los accionistas Si nada se dice en tal sentido, y a diferencia de lo que ocurre con el sistema
nada señalan sobre este concreto aspecto, la ley suple también su silencio quienes determinen libremente si será uno de derecho, mixto o de equidad.
al prescribir que el arbitraje será unipersonal504. En cuanto a la naturaleza del arbitraje, por ende, serán los accionistas
Por último, tal vez si la principal novedad que introduce este mecanismo incluso los mecanismos de revisión jurisdiccional del laudo arbitral.
–dentro de su vetusta estructura obligatoria, claro está– radica en la facultad la naturaleza del arbitraje, el número de árbitros –uno o más– y a pre¿jar
que se le reconoce a los accionistas para convenir que el arbitraje respec- dicho– en cuanto a que son éstos los llamados a de¿nir en primer término
tivo, pese a ser uno de derecho o mixto, podrá desarrollarse en una única accionistas fundadores –aunque en el esquema de arbitraje impuesto ya
instancia como se dijo, proscribiendo así toda posibilidad de revisión del La norma transcrita privilegia en primer término la voluntad de el o los
laudo por los tribunales ordinarios de justicia. Más aun, reitero, es la propia
ley la que advierte que, en silencio del estatuto, el arbitraje será precisa conforme a derecho”.
y necesariamente de única instancia, unipersonal y de carácter mixto, de obstante actuar como arbitrador en cuanto al procedimiento, resolverá
las disputas en única instancia un solo árbitro de carácter mixto, que no
de integrantes del tribunal arbitral. En silencio del estatuto, conocerá de
504 Distinta es la solución que da la Ley Nº 19.971, sobre Arbitraje Comercial Interna-
cional, que en estos casos de silencio de las partes contempla un tribunal arbitral colegiado
compuesto por tres miembros (arts. 10 y 11).
EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 332
TIRO
queda descartada. La respuesta esta vez parece ser necesariamente negativa. El art. 441
de manera que cualquier opción competencial alternativa en este caso del C. de C., en efecto, contempla un sistema de arbitraje obligatorio
re¿ere “deberán” someterse a arbitraje, sin distinción ni reserva alguna, reforzado, al punto que si los accionistas no lo hacen, el tribunal ordi-
norma, además, es categórica al señalar que las controversias a que se nario podrá designar no solo a los árbitros titulares sino también a los
suplentes, para el caso en que aquellos falten por cualquier causa. La suplentes, para el caso en que aquellos falten por cualquier causa. La
nario podrá designar no solo a los árbitros titulares sino también a los norma, además, es categórica al señalar que las controversias a que se
reforzado, al punto que si los accionistas no lo hacen, el tribunal ordi- re¿ere “deberán” someterse a arbitraje, sin distinción ni reserva alguna,
del C. de C., en efecto, contempla un sistema de arbitraje obligatorio de manera que cualquier opción competencial alternativa en este caso
La respuesta esta vez parece ser necesariamente negativa. El art. 441 queda descartada.
Cámara de Comercio de Santiago, Santiago de Chile, 2005. EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 339
CENTRO DE ARBITRAJE Y MEDIACIÓN, El arbitraje en la jurisprudencia chilena,
de Chile, Santiago, 1988.
rísticas generales, garantías constitucionales, Editorial Jurídica BENNETI SALGAR, Julio, El arbitraje en el Derecho Colombiano, 2ª ed.,
CEA EGAÑA, José Luis, Tratado de la Constitución de 1980: caracte- Temis, Bogotá, 2001.
drid, 1992. BERNARDO SAN JOSÉ, A., “Arbitraje y jurisdicción. Incompatibilidad y vías
CASTAN TOBEÑAS, José, Los Derechos del Hombre, 4ª ed., Reus S.A., Ma- de exclusión, Comares, Granada, 2002.
Aires, 1944, p. 183. BRISEÑO SIERRA, Humberto, El arbitraje en el Derecho privado, Imprenta
Alcalá-Zamora y Castillo y Sentís Melendo), Tomo I, Uteha, Buenos Universitaria, México, 1963.
CARNELUTTI, Francesco, Sistema de Derecho Procesal Civil (traducción de BRUNETTI, Antonio, Tratado del Derecho de las Sociedades, Tomo II, Tra-
directores, 2ª ed., Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1993. ducción de Felipe de Solá Cañizares, Uteha, Buenos Aires, 1960.
CAREY B., Jorge, De la sociedad anónima y la responsabilidad civil de los BUIGUES OLIVER, Gabriel,“La solución amistosa de los conÀictos en Derecho
drid, 2005. romano: El arbiter ex compromisso, Montecorvo S.A., Madrid, 1990.
CARAZO LIÉBANA, María José, El arbitraje societario, Marcial Pons, Ma- CÁMARA, Manuel de la, Estudios Jurídicos sobre la Sociedad Anónima,
Madrid, 1984. VV.AA., Civitas, Madrid, 1995.
del Tribunal Constitucional (Artículo 24 de la Constitución), Edersa, CANO MATA, Antonio, El derecho a la tutela judicial efectiva en la doctrina
CANO MATA, Antonio, El derecho a la tutela judicial efectiva en la doctrina del Tribunal Constitucional (Artículo 24 de la Constitución), Edersa,
VV.AA., Civitas, Madrid, 1995. Madrid, 1984.
CÁMARA, Manuel de la, Estudios Jurídicos sobre la Sociedad Anónima, CARAZO LIÉBANA, María José, El arbitraje societario, Marcial Pons, Ma-
romano: El arbiter ex compromisso, Montecorvo S.A., Madrid, 1990. drid, 2005.
BUIGUES OLIVER, Gabriel,“La solución amistosa de los conÀictos en Derecho CAREY B., Jorge, De la sociedad anónima y la responsabilidad civil de los
ducción de Felipe de Solá Cañizares, Uteha, Buenos Aires, 1960. directores, 2ª ed., Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1993.
BRUNETTI, Antonio, Tratado del Derecho de las Sociedades, Tomo II, Tra- CARNELUTTI, Francesco, Sistema de Derecho Procesal Civil (traducción de
Universitaria, México, 1963. Alcalá-Zamora y Castillo y Sentís Melendo), Tomo I, Uteha, Buenos
BRISEÑO SIERRA, Humberto, El arbitraje en el Derecho privado, Imprenta Aires, 1944, p. 183.
de exclusión, Comares, Granada, 2002. CASTAN TOBEÑAS, José, Los Derechos del Hombre, 4ª ed., Reus S.A., Ma-
BERNARDO SAN JOSÉ, A., “Arbitraje y jurisdicción. Incompatibilidad y vías drid, 1992.
Temis, Bogotá, 2001. CEA EGAÑA, José Luis, Tratado de la Constitución de 1980: caracte-
BENNETI SALGAR, Julio, El arbitraje en el Derecho Colombiano, 2ª ed., rísticas generales, garantías constitucionales, Editorial Jurídica
de Chile, Santiago, 1988.
CENTRO DE ARBITRAJE Y MEDIACIÓN, El arbitraje en la jurisprudencia chilena,
339 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
Cámara de Comercio de Santiago, Santiago de Chile, 2005.
RETIRO
nación de las actuaciones”, en Comentarios a la Ley de Arbitraje (Ley EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 341
ESPLUGUES MOTA, Carlos, “Del pronunciamiento del laudo y de la termi-
Silvia Barona Vilar), Civitas, Madrid, 2004.
Ley de Arbitraje (Ley 60/2003 de 23 de diciembre), VV.AA. (Coord. DE RUGGIERO, Ettore, L’arbitrato púbblico in relazione col privato presso
i romani. Ristampa anastasica invariatta dell’edizione. Roma 1893,
Roma, 1971.
ESPLUGUES MOTA, Carlos, “Arbitraje internacional”, en Comentarios a la
Milán, 2004.
EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 345
LA CHINA, Sergio, L´Arbitrato. Il sistema e l´sperienza, 2ª ed., Giuffré,
Madrid, 2001.
(traducción de Michèle Klein), Fundación Cultural del Notariado, GUASP, Jaime, El arbitraje en el Derecho español. Su nueva regulación con-
KÜBLER, Friederich, Derecho de sociedades, 5ª ed. revisada y ampliada forme a la ley de 22 de diciembre de 1953, Bosch, Barcelona, 1956.
Ariel, Barcelona, 1996. GUASP, Jaime, La pretensión procesal, Civitas, Madrid, 1981.
KANT, Immanuel, Grundlegund zur Metaphysik der Sitten II, ed. bilingüe, GUIMARÃES RIBEIRO, Darci, La pretensión procesal y la tutela judicial efec-
Ediciones Paulinas, Santiago de Chile. tiva, Bosch, Barcelona, 2004.
JUAN PABLO II, Centesimus Annus (carta encíclica), 1º de mayo de 1991, GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano, Tomo I, Editorial
Milano, 1953. Jurídica de Chile, Santiago, 2004.
JAEGER, Nicola, Corso di Diritto Procesuale Civile, 2ª ed., La Goliardica, GUZMÁN BRITO, Alejandro, El Derecho privado constitucional de Chile,
JAEGER, Pier Giusto, L´interesse sociale, Giuffrè, Milán, 1964. Ediciones Universitarias de Valparaíso, Universidad Católica de Val-
paraíso, Valparaíso, 2001.
national, Londres-Boston, 1998.
Notes, texto en inglés, francés, alemán y español, Kluwer Law Inter- GUZMÁN FLUJA, Vicente, “De la Competencia de los árbitros”, en Comen-
HUNTER, Martin y LANDAU, Toby, The English Arbitration Act. Text and tarios a la Ley de Arbitraje (Ley 60/2003 de 23 de diciembre), VV.AA.
(Coord. Silvia Barona Vilar), Civitas, Madrid, 2004.
LexisNexis, Santiago, 2006.
derechos fundamentales y el moderno recurso de inaplicabilidad, HERNÁNDEZ DE LA RÚA, Vicente, Comentarios a la Ley de Enjuiciamiento
HORMAZÁBAL MALARÉE, Hernán, El nuevo Tribunal Constitucional. Los Civil, Tomo IV, Boletín de Jurisprudencia, Madrid, 1856.
Civil, Tomo IV, Boletín de Jurisprudencia, Madrid, 1856. HORMAZÁBAL MALARÉE, Hernán, El nuevo Tribunal Constitucional. Los
HERNÁNDEZ DE LA RÚA, Vicente, Comentarios a la Ley de Enjuiciamiento derechos fundamentales y el moderno recurso de inaplicabilidad,
LexisNexis, Santiago, 2006.
(Coord. Silvia Barona Vilar), Civitas, Madrid, 2004.
tarios a la Ley de Arbitraje (Ley 60/2003 de 23 de diciembre), VV.AA. HUNTER, Martin y LANDAU, Toby, The English Arbitration Act. Text and
GUZMÁN FLUJA, Vicente, “De la Competencia de los árbitros”, en Comen- Notes, texto en inglés, francés, alemán y español, Kluwer Law Inter-
national, Londres-Boston, 1998.
paraíso, Valparaíso, 2001.
Ediciones Universitarias de Valparaíso, Universidad Católica de Val- JAEGER, Pier Giusto, L´interesse sociale, Giuffrè, Milán, 1964.
GUZMÁN BRITO, Alejandro, El Derecho privado constitucional de Chile, JAEGER, Nicola, Corso di Diritto Procesuale Civile, 2ª ed., La Goliardica,
Jurídica de Chile, Santiago, 2004. Milano, 1953.
GUZMÁN BRITO, Alejandro, Derecho Privado Romano, Tomo I, Editorial JUAN PABLO II, Centesimus Annus (carta encíclica), 1º de mayo de 1991,
tiva, Bosch, Barcelona, 2004. Ediciones Paulinas, Santiago de Chile.
GUIMARÃES RIBEIRO, Darci, La pretensión procesal y la tutela judicial efec- KANT, Immanuel, Grundlegund zur Metaphysik der Sitten II, ed. bilingüe,
GUASP, Jaime, La pretensión procesal, Civitas, Madrid, 1981. Ariel, Barcelona, 1996.
forme a la ley de 22 de diciembre de 1953, Bosch, Barcelona, 1956. KÜBLER, Friederich, Derecho de sociedades, 5ª ed. revisada y ampliada
GUASP, Jaime, El arbitraje en el Derecho español. Su nueva regulación con- (traducción de Michèle Klein), Fundación Cultural del Notariado,
Madrid, 2001.
LA CHINA, Sergio, L´Arbitrato. Il sistema e l´sperienza, 2ª ed., Giuffré,
Milán, 2004.
345 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
ed., Tirant, Valencia, 2000. MEJÍAS GÓMEZ, Juan Francisco, “Resolución alternativa de conÀictos”,
MONTERO AROCA, Juan, Derecho jurisdiccional, Tomo I, Parte General, 10ª en Curso sobre Resolución alternativa de conÀictos (Arbitraje, Con-
ciliación), VV.AA., Consejo General del Poder Judicial, Generalitat
VV.AA., Civitas, 1990. Valenciana, Valencia, 1998.
MONTERO AROCA, J. (Director), Comentario Breve a la Ley de Arbitraje,
MERCHÁN ÁLVAREZ, Antonio, El arbitraje, estudio histórico jurídico, Publi-
acción y proceso, 2ª ed., Tecnos, Madrid, 1979. caciones de la Universidad de Sevilla, Sevilla, 1981.
MONTERO AROCA, Juan, Introducción al Derecho Procesal: jurisdicción,
MERINO MERCHÁN, José F., Estatuto y Responsabilidad del Árbitro. Ley
acción y proceso, Tecnos, Madrid, 1976. 60/2003 de Arbitraje, Thompson Aranzadi, Navarra, 2004.
MONTERO AROCA, Juan, Introducción al Derecho procesal: jurisdicción,
MERINO MERCHÁN, José F. y CHILLÓN MEDINA, José Mª, Tratado de Derecho
Arbitral, Civitas, Navarra, 2006. Arbitral, Civitas, Navarra, 2006.
MERINO MERCHÁN, José F. y CHILLÓN MEDINA, José Mª, Tratado de Derecho
MONTERO AROCA, Juan, Introducción al Derecho procesal: jurisdicción,
60/2003 de Arbitraje, Thompson Aranzadi, Navarra, 2004. acción y proceso, Tecnos, Madrid, 1976.
MERINO MERCHÁN, José F., Estatuto y Responsabilidad del Árbitro. Ley
MONTERO AROCA, Juan, Introducción al Derecho Procesal: jurisdicción,
caciones de la Universidad de Sevilla, Sevilla, 1981. acción y proceso, 2ª ed., Tecnos, Madrid, 1979.
MERCHÁN ÁLVAREZ, Antonio, El arbitraje, estudio histórico jurídico, Publi-
MONTERO AROCA, J. (Director), Comentario Breve a la Ley de Arbitraje,
Valenciana, Valencia, 1998. VV.AA., Civitas, 1990.
ciliación), VV.AA., Consejo General del Poder Judicial, Generalitat
en Curso sobre Resolución alternativa de conÀictos (Arbitraje, Con- MONTERO AROCA, Juan, Derecho jurisdiccional, Tomo I, Parte General, 10ª
MEJÍAS GÓMEZ, Juan Francisco, “Resolución alternativa de conÀictos”, ed., Tirant, Valencia, 2000.
arbitraje civil, 2ª edición, Civitas, Madrid, 1991. MONTERO AROCA, Juan, Estudios de Derecho Procesal, Bosch S.A., Bar-
MARTÍNEZ VÁSQUEZ DE CASTRO, Luis, La cláusula compromisoria en el celona, 1981.
nación de sus acuerdos, La Ley, Madrid, 2005. MONTERO AROCA, Juan, “Materias objeto de arbitraje”, en Comentarios a
MARTÍNEZ MULERO, Víctor, El control de los administradores y la impug- la Ley de Arbitraje (Ley 60/2003 de 23 de diciembre), VV.AA. (Coord.
Silvia Barona Vilar), Civitas, Madrid, 2004.
Enjuiciamiento Civil, Tirant Lo Blanch, Valencia, 2002.
MARTÍNEZ GARCÍA, Elena, El arbitraje en el marco de la Ley 1/2000, de MORAND VALDIVIESO, Luis, Sociedades, Editorial Jurídica de Chile, San-
tiago, 1993.
MORÓN PALOMINO, Manuel, Derecho Procesal Civil (Cuestiones Funda-
mentales), Marcial Pons, Madrid, 1993.
347 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
RETIRO
ROMERO SEGUEL, Alejandro, “La uni¿cación del sistema arbitral en Chile Depalma, Buenos Aires, 1979.
como objetivo en una futura reforma”, en Proceso Civil. Hacia una ROIMISER DE, Mónica G. C., El interés social en la sociedad anónima,
nueva justicia civil, VV.AA. (Coord. Andrés de la Oliva Santos y Diego Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2004.
Iván Palomo Vélez), Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2007. RODRÍGUEZ GREZ, Pablo, Inexistencia y Nulidad en el Código Civil Chileno,
ROMERO SEGUEL, Alejandro, “Arbitraje de Derecho y Arbitraje de Equidad”, Milano, Dott. A. Giuffrè, 1962.
en Estudios de Arbitraje. Libro Homenaje al profesor Patricio Aylwin ROCCO, Alfredo, Le società commerciali in rapporto al giudizio civile,
Azócar, VV.AA. (Coord. Eduardo Picand Albónico), Editorial Jurídica
de Chile, Santiago, 2006.
S.A., Barcelona, 1992.
ROCA MARTÍNEZ, José María, Arbitraje e instituciones arbitrales, J.M. Bosch
ROMERO SEGUEL, Alejandro y DÍAZ VILLALOBOS, José Ignacio, El arbitraje in-
terno y comercial internacional, LexisNexis, Santiago de Chile, 2007.
Astrea, Buenos Aires, 1997.
RICHARD, Efraín Hugo y MUIÑO, Orlando Manuel, Derecho Societario,
ROSENDE ÁLVAREZ, Hugo, Responsabilidad Precontractual, Ediciones
Universitarias de Valparaíso, Universidad Católica de Valparaíso, Val-
Madrid, 1991.
paraíso, Chile, 1979.
causas de nulidad en la Ley de 5 de diciembre de 1988), Montecorvo,
REGLERO CAMPOS, L. Fernando, El arbitraje (El convenio arbitral y las
ROSSANI GARCEZ, José María, Arbitragem Nacional e Internacional. Pro-
gressos Recentes, Del Rey, Belo Horizonte, 2007.
los más antiguos y preciosos Códices. Madrid, 1815, p. IX.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Fuero Juzgo en latín y castellano. Cotejado con
RUCHELLI, Humberto Fernando y FERRER, Horacio Carlos, El orden públi-
co: en general en el Derecho Internacional Privado, Abeledo-Perrot,
Buenos Aires, 1991. EDUARDO JEQUIER LEHUEDÉ 350
TIRO
CERVANTES BRAVO, Irina Graciela, “El arbitraje como origen del proceso y su
Universidad del País Vasco, mayo 2006.
evolución histórica hasta la etapa de codi¿cación del Derecho procesal
español”, Revista Vasca de Derecho Procesal y Arbitraje, Tomo XVIII,
español”, Revista Vasca de Derecho Procesal y Arbitraje, Tomo XVIII,
evolución histórica hasta la etapa de codi¿cación del Derecho procesal
Universidad del País Vasco, mayo 2006.
CERVANTES BRAVO, Irina Graciela, “El arbitraje como origen del proceso y su
MUÑOZ PLANAS, José María y MUÑOZ PAREDES, José María, “La impugna-
diciembre”, en Actualidad Civil, Nº 28, 7-13 julio, Madrid, 1997.
ción de acuerdos de la Junta General mediante arbitraje”, en Revista
Tribunal Constitucional 174/1995, de 23 de noviembre, BOE 28 de
de Derecho Mercantil, Nº 238, octubre-diciembre 2000.
fo 1º de la Ley de Transportes Terrestres: En torno a la sentencia del
MARTÍNEZ GARCÍA, Elena, “La inconstitucionalidad del artículo 38.2 párra-
OBANDO CAMINO, Mauricio, “Los orígenes de la Jurisdicción arbitral en
el Derecho de aguas chileno”, en Revista Ius et Praxis, año 11, Nº 2,
359 EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES
2005.
RETIRO
de Derecho Procesal y Arbitraje, Núm. 2, Tomo XIII, mayo 2001. EL ARBITRAJE EN EL DERECHO CHILENO DE SOCIEDADES 361
arbitraje de cuestiones litigiosas: su interpretación”, en Revista Vasca
posición de las partes, conforme a derecho, para el sometimiento a
RUIZ JIMÉNEZ, José Ángel, “El artículo 19.1 LEC 1/2000 y la libre dis- PHILIPPI IZQUIERDO, Julio, “Notas sobre el juicio seguido ante arbitradores”, en
Revista Estudios Jurídicos Universidad Católica, vol. 3, año 1973.
Católica del Norte, Sede Coquimbo, 30 de noviembre 2006.
árbitro arbitrador?”, Ponencia Jornadas de Derecho Público, Universidad REQUEJO ISIDRO, Marta, “Arbitrabilidad de la controversia y arbitraje co-
plantear cuestión de inaplicabilidad en un procedimiento arbitral ante mercial internacional”, en Revista de la Corte Española de Arbitraje,
ROMERO SEGUEL, Alejandro y MARTÍNEZ ESTAY, José Ignacio, “¿Es posible Madrid, 1995.
sidad Católica de Chile, Vol. 26, Nº 2, Santiago, 1999. Revista del Abogado, Nº 11, Santiago, 1997.
en Revista Chilena de Derecho, Facultad de Derecho Ponti¿cia Univer- Revue de l’arbitrage, Comité Français de l’Arbitrage, Nº 1, Paris, 2003.
ROMERO SEGUEL, Alejandro, “Nociones generales sobre la justicia arbitral”,
Revista de Derecho, Jurisprudencia y Ciencias Sociales y Gaceta de los
Universidad del País Vasco, septiembre 1999. Tribunales, Tomo LII, Edit. Jurídica de Chile, Santiago, 1955.
Chile”, en Revista Vasca de Derecho Procesal y Arbitraje, Tomo XI,
ROMERO SEGUEL, Alejandro, “Panorama general de la justicia arbitral en Revista Fallos del Mes, Nº 144, Soc. “Fallos del Mes Ltda.”, Santiago de
Chile, 1970.
Murcia, 1956-1957, Tomo XV.
la Ley de 22 de diciembre de 1953)”, en Anales de la Universidad de Revista Gaceta Jurídica, Nºs. 175 y 178, Conosur, Santiago de Chile,
ROCA JUAN, Juan, “Pacto compromisorio (Notas a los artículos 6 a 11 de 1995.
Nº 9-10, enero-diciembre 2008. RIVERA, Julio César, “El orden público en el arbitraje”, en Revista Latinoa-
mericana de Derecho, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM, mericana de Derecho, Instituto de Investigaciones Jurídicas-UNAM,
RIVERA, Julio César, “El orden público en el arbitraje”, en Revista Latinoa- Nº 9-10, enero-diciembre 2008.
SÁNCHEZ RUIZ, Mercedes, “ConÀictos de intereses entre socios en sociedades Yearbook of Commercial Arbitration, vol. XI, 1986.
de capital”, en RdS, Monografía, Nº 15, Aranzadi, Navarra, 2000.
traFukuyama_Videla.pdf.
Sesiones de los cuerpos legislativos de la República de Chile. 1811 a 1845, disponible en http://www.oei.org.ar/edumedia/pdfs/T09_Docu2_Con-
Tomo I, Imprenta Cervantes, Santiago, 1887. Filosofía de la Historia, Buenos Aires, 25 al 27 de octubre de 2000,
VAN DEN BERG, Albert Jan, “Refus d´execution en vertu de la Convention ¿n de la historia”, Ponencia leída en el I Congreso Internacional de
de New York de 1958: quelques cas malheureux”, en Arbitrage: regard VIDELA, Juan Daniel, “Contra Fukuyama: Modernidad, globalización y
sur la prochaine décennie. Suplement spécial Bulletin de la Cour In- Barcelona, 2001.
ternationale de la CCI, ICC, París, 1999. ciales. Acto Final”, en Anuario Justicia Alternativa, Año 2001, Nº1,
VÁSQUEZ PALMA, Mª Fernanda, “La arbitrabilidad objetiva: Aspectos his- VICENT CHULIÁ, Francisco, “Arbitraje de Impugnación de Acuerdos So-
tóricos, modernas tendencias en derecho comparado y ubicación en el 646-647, julio-agosto 1998.
escenario legislativo chileno”, en Ius et Praxis, Universidad de Talca, acuerdos sociales”, en Revista General de Derecho, año LIV, Núm.
Año 12, Nº 1, Talca, Chile, 2006. VICENT CHULIÁ, Francisco, “El arbitraje en materia de impugnación de
VEGA LÓPEZ, Julio, “El arbitraje obligatorio que pone ¿n a la huelga”, en Revista Jurídica de Cataluña, Nº 1, 1978.
Temas Laborales, Nº 70, Sevilla, 2003. VICENT CHULIÁ, Francisco, “La Asamblea General de la Cooperativa”, en
VERDERA Y TUELLS, Evelio, “La ley de arbitraje española: entre la tradición diciembre 2006, Bogotá, 2006.
y la innovación”, en Revista Internacional de Arbitraje, Nº 5, julio - y la innovación”, en Revista Internacional de Arbitraje, Nº 5, julio -
diciembre 2006, Bogotá, 2006. VERDERA Y TUELLS, Evelio, “La ley de arbitraje española: entre la tradición
VICENT CHULIÁ, Francisco, “La Asamblea General de la Cooperativa”, en Temas Laborales, Nº 70, Sevilla, 2003.
Revista Jurídica de Cataluña, Nº 1, 1978. VEGA LÓPEZ, Julio, “El arbitraje obligatorio que pone ¿n a la huelga”, en
VICENT CHULIÁ, Francisco, “El arbitraje en materia de impugnación de Año 12, Nº 1, Talca, Chile, 2006.
acuerdos sociales”, en Revista General de Derecho, año LIV, Núm. escenario legislativo chileno”, en Ius et Praxis, Universidad de Talca,
646-647, julio-agosto 1998. tóricos, modernas tendencias en derecho comparado y ubicación en el
VICENT CHULIÁ, Francisco, “Arbitraje de Impugnación de Acuerdos So- VÁSQUEZ PALMA, Mª Fernanda, “La arbitrabilidad objetiva: Aspectos his-
ciales. Acto Final”, en Anuario Justicia Alternativa, Año 2001, Nº1, ternationale de la CCI, ICC, París, 1999.
Barcelona, 2001. sur la prochaine décennie. Suplement spécial Bulletin de la Cour In-
VIDELA, Juan Daniel, “Contra Fukuyama: Modernidad, globalización y de New York de 1958: quelques cas malheureux”, en Arbitrage: regard
¿n de la historia”, Ponencia leída en el I Congreso Internacional de VAN DEN BERG, Albert Jan, “Refus d´execution en vertu de la Convention
Filosofía de la Historia, Buenos Aires, 25 al 27 de octubre de 2000, Tomo I, Imprenta Cervantes, Santiago, 1887.
disponible en http://www.oei.org.ar/edumedia/pdfs/T09_Docu2_Con- Sesiones de los cuerpos legislativos de la República de Chile. 1811 a 1845,
traFukuyama_Videla.pdf.
de capital”, en RdS, Monografía, Nº 15, Aranzadi, Navarra, 2000.
Yearbook of Commercial Arbitration, vol. XI, 1986. SÁNCHEZ RUIZ, Mercedes, “ConÀictos de intereses entre socios en sociedades