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Números 20:1-13

Reina-Valera 1960

Agua de la roca

20 Llegaron los hijos de Israel, toda la congregación, al desierto de Zin, en el mes primero, y
acampó el pueblo en Cades; y allí murió María, y allí fue sepultada.

2 Y porque no había agua para la congregación, se juntaron contra Moisés y Aarón.

3 Y habló el pueblo contra Moisés, diciendo: !!Ojalá hubiéramos muerto cuando perecieron
nuestros hermanos delante de Jehová!

4 ¿Por qué hiciste venir la congregación de Jehová a este desierto, para que muramos aquí
nosotros y nuestras bestias?

5 ¿Y por qué nos has hecho subir de Egipto, para traernos a este mal lugar? No es lugar de
sementera, de higueras, de viñas ni de granadas; ni aun de agua para beber.

6 Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de


reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos.

7 Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

8 Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos;
y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus
bestias.

9 Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó.

10 Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la peña, y les dijo: !!Oíd ahora,
rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?
11 Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas,
y bebió la congregación, y sus bestias.

12 Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los
hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.

13 Estas son las aguas de la rencilla, por las cuales contendieron los hijos de Israel con Jehová, y él
se santificó en ellos

¿Por que Moshe golpeo a la roca?

Moisés golpeando a la roca es uno de los más asombrosos episodios narrados en la Torá.

La fuente que abastecía de agua a los israelitas se secó. Miriam, hermana de Moisés, había
muerto, y ella había sido la encargada de sacar el agua para Israel, de la roca que los había seguido
por décadas, desde el momento en que Dios mandó a Moisés a golpearla, para que el líquido
empezase a fluir. Entonces, vuelve a instruiri a Moisés para que subiera al Monte Horeb y extrajera
agua de una nueva roca. Moisés tuvo éxito, pero mientras ejecutaba la orden de Dios, cometió un
grave error. Como resultado fue decretado que Moisés debía morir en el desierto, y que Josué
sería quien guiaría a los israelitas a la Tierra Prometida.

La Torá es muy ambigua en cuanto a la naturaleza del error de Moisés. Hay tantas interpretaciones
como comentaristas bíblicos. La explicación convencional es que a Moisés se le ordenó que
hablara a la roca para extraer agua, y en su lugar Moisés la golpeó. Alrededor de treinta y nueve
años antes, la primera vez que los israelitas necesitaron agua, Dios realmente instruyó a Moisés
que golpeara a la roca. Pero esta vez las instrucciones fueron diferentes, y Moisés fracasó en su
cumplimiento.

Algunas preguntas obvias:

1) Si golpear la roca era tan terrible, ¿por qué estuvo bien tantos años antes?
2) ¿Por qué Moisés —el más leal siervo de Dios —no siguió las simples instrucciones de Dios?

3) ¿Por qué esta ofensa aparentemente menor tuvo consecuencias tan graves?

Un análisis del liderazgo de Moisés probablemente arroje luz sobre este desconcertante episodio.

Moisés es sinónimo de milagros. El nombre Moisés significa "De las aguas fue extraído"; y este es
un nombre apropiado para un individuo cuya alma emanó de las aguas ocultas de los mundos
sobrenaturales, y nunca se aclimató a su nuevo hábitat. Moisés no sabía como tratar con este
mundo en sus términos. En cambio, cuando necesitaba cumplir una tarea recurría a los poderes
supernaturales para hacerlo. No convenció al Faraón de que liberara a los israelitas, ni siquiera se
embarcó en una guerra convencional; en su lugar usó los milagrosos poderes a su disposición para
aplastar completamente su oposición.

Él no hablaba a las rocas para sacarles agua, las golpeaba para someterlas.

Mientras que este es un modus operandi excitante, no era así como debía ser conquistada la tierra
de Canaán. Esto funcionó para la generación que dejó Egipto, una generación que subsistió con
milagros durante cuarenta años. Pero Dios tenía un plan diferente en mente para esta generación
que ya estaba lista para entrar a la Tierra Santa. No se pretendía que ellos borraran
milagrosamente su oposición, se les había dado el mandato de cambiar el mundo actuando en sus
propios términos. Se suponía que entraran al mundo, araran y sembraran sus campos, y
señorearan sobre el mundo a niveles más altos de espiritualidad y Divinidad.

Esta es la tarea que Moisés no pudo cumplir —el era simplemente demasiado grande, un gigante
espiritual. Esa fue la tarea para Josué.

El que Moisés golpeara la roca no fue el motivo por el cual no pudo liderar a los judíos en Canaán;
fue el síntoma del motivo.

La lección de este episodio en nuestras relaciones con los otros, en nuestro emprendimiento por
extraer agua —santidad y valor —de nuestros compañeros, es bastante clara. Pero esta lección
también debe guiarnos en nuestra propia jornada espiritual. Comenzamos a servir a Dios
"golpeando la roca". Podemos no comprender, podemos no estar convencidos, pero seguimos las
órdenes de Dios porque debemos hacerlo. Dominamos nuestros impulsos y urgencias naturales
para hacer Su Voluntad
Pero luego debemos madurar espiritualmente. Debemos "hablar a la roca". Debemos estudiar lo
suficiente y lograr la comprensión para realmente transformar y renovar, tanto a nuestras
emociones como a nuestras mentes, y convertirnos en personas espirituales.

Entonces estamos listos para entrar a la Tierra Prometida

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