persona de la trinidad, donde posaba la
Lección de Célula Nº 3 de Julio:
“Volver al altar”
Texto: 1 Samuel 12:1-13.
Introducción:
¿A cuántos de nosotros nos gustaría
poder llegar a un lugar donde
encontremos total perdón, liberación
de toda culpa y recibir total
santificación en nuestra vida?, ¿a
cuántos nos gustaría llegar a un lugar
donde veamos a las áreas de nuestra
vida no siendo más vulnerables, llegar
a un nivel espiritual donde lo que nos
dominaba no nos domine más y que
podamos tener autoridad de parte de
Dios, y vivir todos los días en la
victoria de Cristo; un lugar donde uno
pueda vivir el evangelio en plenitud?
Ese lugar tiene un nombre en la Biblia,
se llama Mizpa. Y vamos a tomar
referencia de Mizpa para trasladarlo,
en principio, a nuestra vida espiritual.
La Biblia nos enseña que hay un
momento en la vida espiritual, en
donde lo que perdimos, en aquello
donde nos sentíamos derrotados, Dios
lo puede revertir porque su propósito
y su plan es que vivamos en victoria.
Veamos 1 de Samuel 7:1-2 (Ver)
1-El pueblo había dejado de lado la
presencia de Dios por 20 años.
El arca justamente en aquel tiempo
formaba parte del mobiliario del
templo y simbolizaba a la tercera
gloria de Dios.
Vinieron sus enemigos los filisteos y le
robaron el arca y los de Israel pasaron
veinte años sin ella y dice la Escritura
que después de pasados estos veinte
años comenzaron a extrañarla. A pesar
de no tener el arca que representaba a
la presencia de Dios, ellos siguieron con
su rutina, su liturgia religiosa durante
tanto tiempo. Y esto nos lleva a pensar
cuan peligroso es hoy en día que
vayamos perdiendo la presencia de Dios
en nuestras vidas. Muchas veces sucede
que venimos a la iglesia y nos damos
cuenta que conocemos más de las
canciones, de todo lo que pasa dentro
de un culto que de Dios mismo. Muchas
veces nos confundimos creyendo que
venimos a la iglesia a pedirle cosas a Él,
pero tenemos que entender que lo más
importante es el estar en comunión con
su presidencia todos los días de nuestra
vida.
2- Mizpa fue el lugar del encuentro con
Dios.
Samuel llama a este pueblo en Mizpa.
Este fue el lugar del encuentro, donde
volvieron al altar, el lugar donde la
presencia de Dios se manifestó otra vez
y donde sus enemigos los filisteos
comenzaron a oprimirlos porque la
presencia de Dios ya no estaba con
ellos. Sin embargo, ellos continuaban
con su rutina religiosa. Es muy peligroso
caer en la rutina religiosa perdiendo de
vista nuestra necesidad de la presencia
de Dios.

Debemos cuidarnos de no venir a la
iglesia solamente a pedir y olvidarnos
de buscar a Dios.
a- Busca su corazón, no sus obras.
Lo primero que Dios quiere es que lo
busquemos a Él (Ver Mt. 6:33) y lo
demás, la victoria, la abundancia, la
prosperidad vendrá por añadidura. No
podemos venir a la iglesia pidiendo la
añadidura, porque solo viene como
consecuencia de una relación con
Dios. La Biblia dice que el pueblo de
Israel buscó las obras de Dios, pero
Moisés buscó sus caminos. En otras
palabras, mientras Moisés subía al
monte a buscar la gloria de Dios, el
pueblo de Israel le decía a Dios:
“Dame agua, dame el maná, cubrirme
del frío”. El pueblo de Israel buscaba
sus obras, Moisés buscaba su corazón.
El centro de la iglesia es la presencia
de Dios.
b- Dios se mueve en medio de la
alabanza y la adoración de su pueblo.
Esta gente pasó veinte años sin la
presencia de Dios, veinte años yendo
al templo, sintiéndose vacíos, tristes y
desesperados porque se habían
olvidado de Dios. Pero llegó el
momento en que Dios les dio una
oportunidad. Porque debemos
entender que Dios se mueve en medio
de la alabanza y la adoración de su
pueblo. De hecho en la creación, Dios
creo un grupo de ángeles llamados los
serafines, quienes están
constantemente en su presencia
adorándolo y diciendo: “Santo, Santo,
Santo Jehová de los ejércitos, toda la
tierra está llena de su gloria”. Dios vive
en una atmósfera de adoración.
Es necesario llegar a ese estado de
adoración y saber que el engaño del
enemigo es muy sutil, porque nos va
llevando poco a poco a una vida de
incredulidad y a un corazón mucho más
cerrado. Cuando caemos en sus
trampas, comenzamos a tener un
espíritu de queja y murmuración.
Encontramos un ejemplo en la Biblia,
con respecto a esto cuando hacemos
referencia al profeta Habacuc que
comienza a quejarse diciendo: “¿Por
que a los impíos les va mejor que a mí?,
¿por qué los caldeos que aman a los
ídolos nos dominan y les va mejor que a
nosotros?” Y Dios le responde: “Es
verdad, puede ser que a los impíos les
vaya bien momentáneamente, más el
justo por la fe vivirá”. Por momentos
parecería que las cosas no salen bien,
pero lo que debemos aprender es a
reconocer y a adorar a Dios.
Muchas veces parecería que Dios no
responde nuestras oraciones, pero ten
muy en claro que Él siempre responde.
Dios puede contestar de tres maneras:
Nº1-Responde diciendo “No”.
Nº2-Responde diciendo “No, por
ahora”.
Nº3- Responde diciendo “Sí”.
Dios le dijo a Habacuc: “Ves que los
impíos prosperan, que aparentemente
a ellos les va mejor pero quiero que
sepas que el justo tiene la victoria
asegurada. Así que termina Habacuc
diciendo: “Señor entendí, que aunque
la higuera no florezca, ni en las vides
haya fruto, aunque falte el fruto del
olivo y los labrados no den
mantenimiento, aunque los ganados
no estén en los corrales, con todo yo
me alegraré en el Dios de mi
salvación”. El profeta entendió que
aunque perecía que no tenia nada o
que la estaba pasando mal, él con Dios
lo tenía todo, se sentía completo.
3- El secreto para llegar al corazón de
Dios es la adoración.
Uno de los secretos, de las claves que
produce bendición en nuestras vidas,
es la adoración. Cuando usted adora,
algo sucede porque toca el corazón
del Padre.
No venimos a la iglesia a pedirle, a
negociar con Dios por medio del
intercambio, sino que venimos a la
iglesia a adorar a Dios.
Dios se manifiesta a través de la
adoración, y lo primero que hizo
Samuel cuando vio al pueblo de Israel
apartándose, enfriándose en su
corazón fue preparar el holocausto. El
profeta llevó al pueblo a un lugar
llamado Mizpa y les dijo (ver 1 Samuel
7:3-13) que apartaran lo que los había
contaminado y se reunieran para que
él intercediera ante Dios por ellos.
El pueblo de Israel estuvo 20 años sin la
presencia de Dios, vacíos, sin sentir
amor por Dios, siguiendo una serie de
ritos que habían aprendido desde
pequeños, pero mientras la presencia
de Dios estaba ausente los enemigos se
hacían fuertes. Y cuando ellos volvieron
a sacrificar holocaustos (que era la
expresión máxima de adoración),
cuando se volvieron a Dios, cuando
levantaron un altar reconociendo sus
pecados y se arrepintieron, fue allí
cuando fueron llenos de la presencia de
Dios. Dice en el versículo 13 que los
enemigos nunca más volvieron a entrar
en su territorio. Cuando Dios llena tu
vacío espiritual, el enemigo deja de
tener autoridad sobre tu vida. Continúa
la Escritura diciendo que la mano de
Jehová estuvo contra los filisteos todos
los días. En el versículo 14 dice: “Y
fueron restituidas a los hijos de Israel
las ciudades que los filisteos habían
tomado a los israelitas, desde Ecrón
hasta Gat; e Israel libró su territorio de
mano de los filisteos. Y hubo paz entre
Israel y el amorreo”.
Es interesante observar que cuando
ellos volvieron al altar, Dios peleó por
ellos. Uno de los síntomas que tocan de
cerca a cada cristiano en el mundo
entero es el síntoma de la pasión que se
va enfriando. Hoy parecería que la
forma de vida moderna, los pecados y
las cosas que van hoy tratando de
ocupar un espacio en la sociedad va
afectando nuestras convicciones
espirituales, nos vamos enfriando, nos
vamos apartando de a poco, vamos
dejando de orar, de leer la Biblia a tal
punto que llega un momento que uno
pierde por años el ministerio que Dios
nos dio como iglesia que es ser
sacerdotes y encargados de darle a
Dios toda la honra y toda la gloria.
Cuando adoramos Dios comienza a
obrar.
Mientras la presencia de Dios estaba
ausente, los enemigos estaban
presentes oprimiéndolos. Pero cuando
ellos volvieron al altar y se
arrepintieron de sus caminos y
dijeron: “Señor quiero que seas lo
primero en mi vida” Dice la Biblia que
Dios tronó desde los cielos y fueron
dispersados sus enemigos. Dios va a
dispersar a tus enemigos al igual que
lo hizo con el pueblo de Israel y nunca
más va a vivir en derrota, en tristeza y
en depresión.
También podemos hallar referencia a
este tema de la adoración en las vidas
de Pablo y Silas (Hechos 16:11-26)
cuando estaban encarcelados por
causa de haber liberado a una joven
que tenia un espíritu de adivinación
que le daba gran ganancia a sus amos.
Dice la escritura que Pablo orando en
el nombre de Jesús, pudo librar a esa
joven pero se generó tal alboroto que
terminaron trayendo a Pablo y a Silas
al foro, ante las autoridades donde
decidieron azotarles, y luego los
echaron a la cárcel. Una vez
prisioneros, los llevaron a un lugar de
tortura y los dejaron allí, donde los
metieron en el calabozo de máxima
seguridad agregándoles cepos en los
pies. Sin embargo, a medianoche
orando Pablo y Silas cantaban himnos
a Dios y los presos los oían; entonces
sobrevino de repente un gran
terremoto de tal manera que los
cimientos de la cárcel se abrieron y al
instante se abrieron todas las puertas y
las cadenas de todos se soltaron.
Conclusión:
Cuando uno esta pasando una prueba,
puede hacer dos cosas: ¡quejarse o
adorar!
Cuando adoras a Dios, algo sucede de
repente y el poder de Dios comienza a
desatarse y lo sobrenatural comienza a
invadir tu corazón.
Este es el tiempo para volver a Dios, si
has comenzado a enfriarte de apoco y le
diste lugar al temor, a la inseguridad, a
la incredulidad, necesitas volver a
Mizpa.
Si te sientes vacío, necesitas volver a
Mizpa, si no sientes la presencia de
Dios, necesitas volver a Mizpa.
En Mizpa Samuel dijo: “Vengan a un
lugar donde van a sentir la gloria de
Dios otra vez”
Dios va a tronar con poder mientras lo
adores, el enemigo va a ser confundido
y las victorias que no has visto hasta
ahora, las vas a comenzar a ver este
año!!!
Preguntas de reflexión:
1-¿Cómo se llamaba la ciudad donde
Samuel reunió al pueblo y volvieron a
buscar la presencia de Dios?
2- Cuando uno pierde de vista la
presencia de Dios, ¿qué comienza a
ocurrir? ¿Cuándo asistes a la iglesia,
cómo es tu relación con Dios?
3- ¿De qué maneras puede responder
Dios a mi clamor? ¿Cómo reacciono
cuando la respuesta no es la que estoy
esperando?
4- ¿Cuál fue la actitud de Pablo y Silas
en la cárcel? ¿Cómo manejo las
tormentas de mi vida?

2007
Iglesia “Rey de Reyes”
Pastores Claudio y Betty Freidzon