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DÓCESIS DE APATZINGÁN
Manual del animador vocacional parroquial
1. Presentación
La Pastoral Vocacional Diocesana nos ofrece un manual del animador vocacional para todos
los equipos APAVOC de nuestras parroquias. Nuestro objetivo es generar una cultura
vocacional que nos permita animar, promover y acompañar todas las vocaciones para que
cada adolescente o joven se plantee cuál es su misión y vocación. 1
Es una propuesta que nos invita a ser conscientes de nuestro propio llamado y, por lo tanto,
responsables de la vocación de otros. Además, nos proponemos con la ayuda de los equipos
APAVOC vocacionalizar todas las parroquias y llevar afecto el plan parroquial de Pastoral
Vocacional.
En este manual encontraras las orientaciones para la estructuración, formación y servicio
pastoral del animador vocacional en su parroquia. Así mismo, te presentamos algunas
herramientas vocacionales que te ayudaran en tu ministerio parroquial, por ejemplo: La Cruz
Vocacional, el Rosario Vocacional, la Hora Santa Vocacional, el Viacrucis Vocacional y la
Misa por las Vocaciones.
2. Introducción
Promover una Cultura Vocacional es una tarea de todos los miembros de la Iglesia, que
consiste en el servicio al nacimiento, crecimiento y discernimiento de vocaciones; con el fin
único de servir más y mejor al mundo, que tanto necesita de la verdad de Cristo. Para ello la
Pastoral Vocacional la hemos de realizar mediante los instrumentos válidos en toda pastoral:
la predicación directa y clara del mensaje, la catequesis sistemática y fiel, el testimonio
alegre y sincero, la oración confiada al Padre por su Hijo en el Espíritu y a María
modelo de toda vocación.
Hemos de poner especial hincapié en la oración, porque del encuentro con Cristo es de donde
nace la predicación, la catequesis y el testimonio eficaz, y es el mismo Cristo el que llama al
corazón del joven para hacerlo participe de la vocación sacerdotal al servicio de la Iglesia y
de toda la humanidad. Toda la Iglesia debe acoger cada día la invitación persuasiva y exigente
de Jesús, que nos pide que “roguemos al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt.
9, 3 8). Obedeciendo al mandato de Cristo, la Iglesia hace, antes que nada, una humilde
profesión de fe, pues al rogar por las vocaciones (mientras toma conciencia de su gran
urgencia para su vida y misión) reconoce que son un don de Dios y como tal, hay que pedirlo
con súplica incesante y confiada.
Orar convencidos de su necesidad y del gran don que supone para la Iglesia. Para ello
hay que saber orar y enseñar a hacerlo.
Vivir conscientemente la vocación propia, siendo cada día más fiel a la llamada de
Dios, y con conciencia de ser testimonio para los demás. 2
Ayudará mucho plantear los interrogantes vitales ¿quién soy? ¿qué sentido tiene mi
vida? ¿cuál es mi misión? Conscientes de que cada uno tiene una vocación en la
Iglesia y contribuye positivamente a que cada joven se plantee cuál es su misión y su
vocación.
Orientaciones:
Vocacional, Hora Santa Vocacional, Oración por las vocaciones, Rosario Vocacional,
Viacrucis, Retiros, visita a las familias, padrinos espirituales y escuelas.
5. El Padrino Espiritual: son personas que asumen en libertad el compromiso de orar
cotidianamente por la vocación de un seminarista. Este grupo de personas son
elegidas por el párroco en coordinación con el Equipo APAVOC y el Equipo
Diocesano de Pastoral Vocacional.
6. Programar: El Equipo APAVOC ordena sus tareas y actividades teniendo en cuenta
la realidad de la comunidad parroquial. Es importante mantener un diálogo constante
con el párroco, el consejo parroquial, la foranía y el Equipo Diocesano de Pastoral
Vocacional.
7. Espiritualidad: Está sustentada en la oración constante, la vida sacramental, la 3
Palabra de Dios, la vida eclesial y el seguimiento de Jesús buen Pastor y Siervo.
8. La Cruz Vocacional: Es el distintivo propio del Equipo APAVOC. La Cruz ha de
visitar las familias de la comunidad parroquial (seminaristas, sacerdotes, religios@s
monaguillos, padrinos espirituales, grupos y movimientos).
9. Promover: El Equipo APAVOC es el principal promotor en su comunidad parroquial
de todos los encuentros vocacionales que organiza el Seminario, a saber:
monaguillos, día del Seminario y día Mundial de Oración por las vocaciones,
campamentos, semana vocacional parroquial, Semana Santa Vocacional y
Preseminario.
10. Acompañar: El Equipo APAVOC es el responsable inmediato en el acompañamiento
de las vocaciones en coordinación con el párroco y el Equipo Diocesano de Pastoral
Vocacional.
11. El Seminarista: Está haciendo un camino de constante crecimiento humano,
espiritual, pastoral, intelectual y vocacional. Por consiguiente, su familia y su
parroquia contribuyen a sostener y nutrir, de modo significativo su vocación al
sacerdocio, tanto durante el periodo de la formación, como a lo largo de la vida del
presbítero (cf. RFIS 130, 148).
El dueño de la mies nos permita llevar a cabo su misión en nuestra Iglesia particular para que
cada bautizado pueda descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
4. Herramientas vocacionales
Indicaciones:
La Cruz Vocacional: ha de ser colocada en un altar digno y visible.
La luz: Se enciende una veladora o cirio junto a la Cruz.
Invitados: Familia, vecinos y amig@s.
Dinamismo: Favorecer la participación de las personas en la oración.
Oración: Se seguirá el esquema de cada día.
Esquema Vocacional
Lunes: Llamados a orar por la santidad de los laic@s.
Martes: Llamados a orar por la santidad de los matrimonios y las familias.
Miércoles: Llamados a orar por la santidad de los seminaristas.
Jueves: Llamados a orar por la santidad de los sacerdotes.
Viernes: Llamados a orar por la santidad de la juventud.
Sábado: Llamados a orar por la santidad de l@s religios@s.
Domingo: Llamados a orar por la santidad de todas las vocaciones.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
Salmo (139)
R. Señor, tú me examinas y me conoces.
L. Señor, tú me examinas y me conoces, sabes si me siento o me levanto, tú conoces de lejos
lo que pienso. Ya esté caminando o en la cama me escudriñas, eres testigo de todos mis pasos.
/ R.
L. Aún no está en mi lengua la palabra cuando ya tú, Señor, la conoces entera. Me aprietas
por detrás y por delante y colocas tu mano sobre mí. Me supera ese prodigio de saber, son
alturas que no puedo alcanzar. / R.
L. ¿A dónde iré lejos de tu espíritu, a dónde huiré lejos de tu rostro? Si escalo los cielos, tú
allí estás, si me acuesto entre los muertos, allí también estás. Si le pido las alas a la aurora
para irme a la otra orilla del mar, también allá tu mano me conduce y me tiene tomado tu 6
derecha. / R.
L. Sí digo entonces: ¡Que me oculten, al menos, las tinieblas y la luz se haga noche sobre mí!
Mas para ti ni son oscuras las tinieblas y la noche es luminosa como el día. Pues eres tú quien
formó mis riñones, quien me tejió en el seno de mi madre. Te doy gracias por tantas
maravillas, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe. / R.
Monición
El matrimonio es la íntima unión y la entrega mutua de la vida entre un hombre y una mujer
con el propósito de buscar en todo el bien mutuo. Dicha relación tiene sus raíces en la
voluntad original de Dios quien al crear al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, les
dio la capacidad de amarse y entregarse mutuamente, hasta el punto de poder ser una sola
carne. El sacramento del matrimonio da a los esposos la gracia de amarse con el amor con
que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el amor humano de los
esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna.
7
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo
Oración inicial
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, Padre, que eres Amor y
Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se convierta, por medio de tu Hijo
Jesucristo, "nacido de Mujer" y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero
santuario de la vida y del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de sus
familias y de todas las familias del mundo. Haz que las jóvenes generaciones encuentren en
la familia un fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor. Haz
que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más
fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, que la Iglesia
en todas las naciones de la tierra pueda cumplir fructíferamente su misión en la familia y por
medio de la familia. Tú, que eres la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del
Espíritu santo. Amén.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (1 Cor 13, 1-13).
Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería
como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y
descubriera todos los misterios el saber más elevado, aunque tuviera tanta fe como para
trasladar montes, si me falta el amor nada soy.
Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir
alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve. El amor es paciente y muestra comprensión.
El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés,
no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la
verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.
El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no
servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías
también son algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.
Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice
hombre, dejé de lado las cosas de niño.
Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que
adivinarlas, pero entonces las veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces
conoceré como soy conocido. Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres,
pero la mayor de estas tres es el amor.
Palabra de Dios.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
Salmo (111)
R. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor.
L. Dichosos quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en
la tierra, la descendencia del justo será bendita. / R.
L. En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad dura por siempre. En las tinieblas brilla
como una luz el que es justo, clemente y compasivo. / R.
L. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos, porque jamás
vacilará. El recuerdo del justo será perpetuo. / R.
L. No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro,
sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. / R.
L. Reparte limosna a los pobres, su caridad es dura por siempre y alzará la frente con 8
dignidad. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor. / R.
Salmo 119
R. Dichosos tus elegidos Señor.
L. Dichosos los que sin yerro andan el camino y caminan según la Ley del Señor. Dichosos
los que observan sus testimonios y lo buscan de todo corazón que sin cometer injusticia
caminan por sus sendas. / R.
L. Tú eres quien promulgó tus ordenanzas para que las observen totalmente. Ojalá sea firme
mi conducta en cumplir tus preceptos. Entonces no tendré vergüenza alguna en respetar todos
tus mandamientos. / R.
L. Te daré gracias con rectitud de corazón cuando vaya aprendiendo tus juicios justos. Tus
preceptos, yo los quiero guardar, no me abandones, pues, completamente. / R.
L. ¿Cómo un joven purifica su camino? Basta con que observe tus palabras. ¡Con todo mi
corazón te he buscado, no me desvíes de tus mandamientos! En mi corazón escondí tu palabra
para no pecar contra ti. Bendito seas, ¡Señor, enséñame tus preceptos! / R.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
Oración de fieles
La mies es mucha, roguemos al Señor por todas las necesidades de nuestro mundo y de
nuestra Iglesia, y en el día de hoy oremos unidos especialmente por las vocaciones:
– Te pedimos, Señor Jesús, por nuestro papa N., por todos los obispos, sacerdotes y diáconos,
y por todas las personas que tienen una responsabilidad pastoral. Que en su servicio a la
Iglesia sean, buenos pastores para tu pueblo. Roguemos al Señor.
– Te damos gracias, Señor, y te pedimos por todas las personas que han sabido decir «sí» a
la llamada que han recibido de ti y que, como seminaristas, religiosos o sacerdotes, entregan 10
su vida al servicio del Evangelio en nuestro mundo. Roguemos al Señor.
– Mira, Señor, a tu pueblo. Te pedimos por todas las naciones de nuestra tierra, que sea
posible la paz y la justicia, impulsadas a través del ejercicio honrado y comprometido de sus
dirigentes y gobernantes. Que ellos también sean buenos pastores para su pueblo. Roguemos
al Señor.
– La mies es mucha y los obreros pocos. Te rogamos, Señor Jesús, por la vocación de los
seminaristas futuros sacerdotes. Sigue suscitando en el corazón de muchos jóvenes el deseo
de seguirte, como discípulos en camino, en continua configuración con Jesús buen Pastor y
Siervo. Roguemos al Señor.
– Señor, aquí nos tienes. Te pedimos por nuestra comunidad parroquial, para que, con la
oración, el ejemplo de vida, promovamos y animemos las vocaciones a la vida sacerdotal.
Roguemos al Señor.
– No hay mayor alegría que dar la vida por amor. Te pedimos, Señor por nuestras familias.
Que sepamos dar testimonio, en nuestro entorno concreto (escuela, trabajo, casa, familia,
grupo de amigos…) de la alegría profunda de saberte caminando con nosotros como buen
Pastor y Siervo. Roguemos al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...
Monición
El sacerdote ha recibido el Sacramento del Orden en segundo grado. Es un sacramento que,
por la imposición de las manos del Obispo y sus palabras, hace sacerdotes a los hombres
bautizados, les da poder para perdonar los pecados, convertir el pan y el vino en el Cuerpo y
en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. El sacramento del orden lo reciben aquellos que se
sienten llamados por Dios a ser sacerdotes para dedicarse a la salvación eterna de sus
hermanos los hombres. Esta ocupación es la más grande de la Tierra, pues los frutos de sus
trabajos no acaban en este mundo, sino que son eternos. 11
Oración inicial
Oh Virgen María de Acahuato, Madre de Jesucristo y Madre de los sacerdotes: acepta este
título con el que hoy te honramos para exaltar tu maternidad y contemplar contigo el
Sacerdocio de tu Hijo unigénito y de tus hijos, oh Santa Madre de Dios.
Oh Virgen María de Acahuato que al Mesías Sacerdote diste un cuerpo de carne por la unción
del Espíritu Santo para salvar a los pobres y contritos de corazón: custodia en tu seno y en la
Iglesia a los sacerdotes, oh Madre del Salvador.
Oh Virgen María de Acahuato que estuviste con Jesús al comienzo de su vida y de su misión,
lo buscaste como Maestro entre la muchedumbre, lo acompañaste en la cruz, exhausto por el
sacrificio único y eterno y tuviste a tu lado a Juan, como hijo tuyo: acoge desde el principio
a los llamados al sacerdocio, protégelos en su formación y acompaña a tus hijos en su vida y
en su ministerio, oh Madre de los sacerdotes. Amén.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los hebreos (Heb 5, 1-10).
Todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres y los representa en las cosas de Dios;
por eso ofrece dones y sacrificios por el pecado. Es capaz de comprender a los ignorantes y
a los extraviados, pues también lleva el peso de su propia debilidad; por esta razón debe
ofrecer sacrificios por sus propios pecados al igual que por los del pueblo.
Nadie se apropia esta dignidad, sino que debe ser llamado por Dios, como lo fue Aarón. Y
tampoco Cristo se atribuyó la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la otorgó aquel que
dice: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Y en otro lugar se dijo: Tú eres sacerdote
para siempre a semejanza de Melquisedec.
En los días de su vida mortal presentó ruegos y súplicas a aquel que podía salvarlo de la
muerte; éste fue su sacrificio, con grandes clamores y lágrimas, y fue escuchado por su actitud
reverente. Aunque era Hijo, aprendió en su pasión lo que es obedecer. Y ahora, llegado a su
perfección, trae la salvación eterna para todos los que le obedecen, conforme a la misión que
recibió de Dios: sacerdote a semejanza de Melquisedec. Palabra de Dios.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
Salmo (23).
R. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.
-Por nuestro Obispo N. y nuestros sacerdotes para que el Señor los mantenga fieles a su
ministerio y cercanos a su pueblo. Roguemos al Señor.
-Para que el Señor suscite abundantes vocaciones sacerdotales para el servicio de nuestra
Diócesis de Apatzingán. Roguemos al Señor.
-Por los jóvenes que han sido llamados por el Señor a una vida de mayor donación en el
servicio sacerdotal para que vivan con alegría su caridad pastoral. Roguemos al Señor.
-Por el papa N. para que el Señor le conceda el don de la sabiduría y guía a su Iglesia por el
camino de la santidad. Roguemos al Señor.
-Por las familias de nuestra comunidad parroquial para que contribuyan a sostener y nutrir la
vocación de los llamados al sacerdocio, tanto durante el periodo de la formación, como a lo
largo de la vida del presbítero. Roguemos al Señor.
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...
Salmo (71)
R. En ti, Señor, confío, que no quede decepcionado.
L. En tu justicia tú querrás defenderme, inclina a mí tu oído y sálvame. Sé para mí una roca
de refugio, una ciudad fortificada en que me salve, pues tú eres mi roca, mi fortaleza.
L. Líbrame, oh Dios, de la mano del impío, de las garras del malvado y del violento, pues tú
eres, Señor, mi esperanza, y en ti he confiado desde mi juventud.
L. En ti me apoyé desde mis primeros pasos, tú me atrajiste desde el seno de mi madre, y
para ti va siempre mi alabanza. Pero ahora para muchos soy un escándalo, y sólo me quedas
tú, mi amparo seguro.
L. Mi boca contará tus obras justas y tu salvación a lo largo del día, pues son más de lo que
podría decir. Ahondaré las hazañas del Señor, recordaré tu justicia que es sólo tuya. 14
-Por nuestra Iglesia, para que, bajo el pastoreo del Papa N., continúe anunciado a todos los
hombres, y de modo especial a los jóvenes, la alegría de la Buena Nueva de Cristo. Roguemos
al Señor.
-Por los obispos de México que, bajo la inspiración del Espíritu Santo, han querido consagrar
este día a toda la juventud, para que sigan comprometiéndose con los jóvenes que son el
presente de la Iglesia. Roguemos al Señor.
-Por las diversas autoridades, para que, en opción al bien común, promuevan siempre
proyectos que busquen el progreso de la sociedad y abran oportunidades a los jóvenes
estudiantes, profesionistas y trabajadores. Roguemos al Señor.
-Por todos los jóvenes, especialmente por los que pasan dificultades en sus familias y los que
están sumergidos en las falsas libertades del mundo, para que cuenten siempre con nuestra
ayuda y oración. Roguemos al Señor.
-Por los padres de familia, para que no se cansen de ser promotores de los valores cristianos
en sus hijos. Roguemos al Señor.
-Por los seminaristas, religiosas, religiosos y sacerdotes jóvenes para que por su testimonio
acerquen a muchos jóvenes a un auténtico encuentro con el Señor. Roguemos al Señor.
-Por los laicos y sacerdotes de toda nuestra Diócesis de Apatzingán que trabajan por la
juventud, para que su labor brinde cuantiosos frutos y sepan siempre encontrar en Dios su
recompensa. Roguemos al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...
Salmo (147)
R. Alabemos al Señor porque es bueno
L. Alaben al Señor porque él es bueno, canten a nuestro Dios porque es amable, porque a él
le conviene la alabanza. Reconstruye el Señor Jerusalén, reúne a los exiliados de Israel, sana
los corazones destrozados y venda sus heridas. / R.
L. Él cuenta las estrellas una a una y llama a cada una por su nombre. Grande es nuestro
Señor, todo lo puede, no se puede medir su inteligencia. / R.
L. Reanima el Señor a los humildes, pero humilla hasta el polvo a los malvados. Entonen al
Señor la acción de gracias, para nuestro Dios toquen sus arpas. / R.
L. Porque él cubre de nubes los cielos, y prepara las lluvias de la tierra, hace brotar la hierba 16
en las colinas y las plantas que el hombre ha de cultivar; él entrega a las bestias su alimento
y a las crías del cuervo cuando graznan. / R.
L. No le atraen los bríos del caballo, ni un hombre por sus músculos le agrada; se complace
el Señor en los que le temen, en los que esperan en su amor. / R.
-Cristo salvador, tú que eres la luz para alumbrar a las naciones, ilumina a los que aún te
desconocen y haz que crean en ti. Dios verdadero. Roguemos al Señor.
-Por l@s religios@s, hombres y mujeres discípul@s en camino, en continua configuración
con Cristo, para que sean la fuerza y el sostén de nuestra Iglesia particular y universal.
Roguemos al Señor.
-Para que el Señor acepte a l@s religios@s como a Simeón, aun cuando no hayan reconocido
todavía al Salvador y no hayan encontrado la auténtica paz. Roguemos al Señor.
-Para que el Señor acoja a todos los hombres, aun cuando no sean conscientes de las riquezas
que Cristo les ofrece y de la felicidad que ha preparado para ellos. Roguemos al Señor.
-Para que el Señor acepte a tod@s l@s religios@s, aun cuando hayan fallado en hacer brillar
su luz a todas las naciones. Roguemos al Señor.
-Señor, acoge nuestra oración, muestra tu amor a tus consagrados y bendice a nuestras
familias con sabias y santas vocaciones. Roguemos al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...
Monición
Desde el nacimiento de una vocación, es necesario un adecuado sentido de Iglesia, pues nadie
es llamado exclusivamente para una región, ni para un grupo o movimiento eclesial, sino al
servicio de la Iglesia y del mundo. Un signo claro de la autenticidad de un carisma es su
eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente en la vida del santo Pueblo fiel de
Dios para el bien de todos. Respondiendo a la llamada de Dios, el joven ve cómo se amplía
el horizonte eclesial, puede considerar los diferentes carismas y vocaciones y alcanzar así un
discernimiento más objetivo. 17
Oración inicial
Señor Jesús, así como Tu llamaste los primeros discípulos para hacerles pescadores de
hombres, haz que tu invitación continúe resonando: ¡Vengan a mí, síganme! da a los jóvenes,
hombres y mujeres, la gracia de responder prontamente a la llamada. Apoya a tus obispos,
sacerdotes y a los consagrados en su trabajo apostólico. Concede perseverancia a nuestros
seminaristas y a todos aquellos que llevan hacia adelante los ideales de una vida totalmente
consagrada a tu servicio. Despierta en nuestra comunidad parroquial un entusiasmo
misionero. Señor, envía trabajadores a tu cosecha y no permitas que la humanidad se pierda
por escasez de pastores, misioneros y gente dedicada a la causa de Tu Evangelio. Virgen
María de Acahuato, Madre de la Iglesia, modelo de toda vocación, ayúdanos a decir Sí, al
Señor que nos llama a cooperar en el plan divino de salvación. Amén.
Salmo (149)
R. El Señor es amigo de su pueblo
L. Canten al Señor un canto nuevo: su alabanza en la asamblea de los santos. Alégrese Israel
de quien lo hizo, festejen a su rey, hijos de Sión. / R.
L. Su nombre alaben en medio de danzas, el arpa y el tambor toquen para él. Pues el Señor
se siente bien con su pueblo, con su salvación reviste a los humildes. / R.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
L. De júbilo triunfante rebosan sus fieles y gritan de alegría. En su garganta están los elogios
de Dios y en su mano, la espada de dos filos, para ejercer venganza entre los pueblos y dar a
las naciones el castigo. / R.
L. Para atar con cadenas a sus reyes y con grillos de hierro a sus notables, para aplicarles la
sentencia escrita: eso es un honor para todos los suyos. / R.
-Por la Iglesia, para que fiel a su vocación misionera, extienda con su testimonio y su
palabra el mensaje de Cristo a todos los pueblos, Roguemos al Señor.
-Por el papa N. y por nuestros obispos, para que el Señor les ilumine con su gracia
y les fortalezca con su espíritu, y así puedan cumplir su misión de guías y pastores,
Roguemos al Señor.
-Por los sacerdotes, religiosos y personas consagradas, para que vivan con alegría su
vocación de servicio a los demás, Roguemos al Señor.
-Por todas las vocaciones laicales, sacerdotales y religiosas, para que respondan gozosamente
a la llamada que el Señor les hace y se preparen con ilusión a la misión que la Iglesia y la
sociedad espera de ellos. Roguemos al Señor.
-Por la juventud, para que en su proceso de discernimiento vocacional escuchen “las palabras
de los abuelos”, ya que “en ellas encontrarán una sabiduría que los llevará a ir más allá de las
tendencias del momento. Roguemos al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro…
Monición de entrada
El Rosario es una oración de amor que nos abre a la contemplación de los misterios de la
vida de Cristo y de María. En este Santo Rosario Vocacional queremos descubrir los planes
del Padre Dios en la vida de Jesús y de María, contemplar su respuesta generosa y fiel a las
llamadas que Dios les hizo. Queremos orar para que Dios nos haga generosos en realizar
nuestra vocación en la Iglesia y en el mundo. Queremos Orar insistentemente para que los
jóvenes se pongan en la escucha de Dios y de su llamada.
Oración Inicial 19
Oh Virgen María de Acahuato, humilde sierva del Altísimo, el Hijo que engendraste te ha
hecho sierva de la humanidad, tu vida ha sido un servicio humilde y generoso, has sido sierva
de la Palabra cuando el Ángel te anunció el proyecto divino de la salvación. Has sido sierva
del Hijo, dándole la vida y permaneciendo abierta al misterio.
Has sido sierva de la Redención, «permaneciendo» valientemente al pie de la Cruz, Junto al
Siervo y Cordero sufriente, que se inmolaba por nuestro amor. Has sido sierva de la Iglesia,
el día de Pentecostés y con tu intercesión continúas generándola en cada creyente, también
en estos tiempos nuestros tan difíciles y atormentados.
A ti joven Hija de Israel, que has conocido la turbación del corazón joven, ante la propuesta
del Eterno, dirijan su mirada con confianza los jóvenes. Hazlos capaces de aceptar la
invitación de tu Hijo a hacer de la vida un don total para la gloria de Dios. Hazles comprender
que servir a Dios satisface el corazón y que solo en el servicio de Dios y de su reino nos
realizamos según el divino proyecto y la vida llega a ser himno de gloria a la Santísima
Trinidad. Amén.
de las necesidades de los demás, y poniendo nuestras cualidades a disposición de los que nos
necesitan. Amén.
pase de mí este cáliz amargo… ¡Pero que se cumpla Tu voluntad, y no la mía!» ¡Cuántos
sacerdotes experimentan miedo e incertidumbre frente a su misión! ¡Cuántos jóvenes tienen
miedo de responder a Dios con su Sí decidido! En este misterio pensemos en la soledad del
misionero, oremos por los sacerdotes y religiosos en crisis, por los jóvenes que por miedo no
dan su vida a Dios y a su servicio. Oremos para que los padres de familia ayuden a sus hijos
a realizar la vocación de servicio que Dios les confía.
Todos: Señor, ayúdanos a poner la voluntad de Dios como motivación principal de las
decisiones en nuestra vida, y danos el valor de Cristo Jesús para realizar nuestra misión
cristiana. Amén.
Segundo misterio: Meditamos en Jesús y María que participan en las bodas de Caná y en el
primer milagro del agua transformado en vino.
Jesús, invitado a una boda de parientes de su madre, María, bendice y santifica el amor entre
hombre y mujer, poniendo la alegría del «vino nuevo», o sea del Evangelio, dentro de este
misterio del amor en el matrimonio. Hoy más que nunca el amor matrimonial necesita la
bendición de Dios y la fuerza del Espíritu, para que los novios y esposos vivan el amor como
una vocación y una misión. Oremos por todos los novios y esposos, para que vivan el
matrimonio como una verdadera vocación, un llamado de Dios a ser testigo de su Amor,
promotores de la Vida y de la Comunión en el amor.
Todos: Señor, ponemos en tus manos esta vocación tan especial y maravillosa del
matrimonio. Cambia, con la intercesión de María, el agua de nuestras experiencias humanas
en el vino nuevo de un amor vivido desde Cristo Jesús. Te encomendamos todos los
matrimonios para que realicen su vocación al amor, promuevan la vida y los valores de la
familia. Amén.
el camino de Jesús construyendo su Reino. Oremos por todos los cristianos, sobre todo los
jóvenes, para que descubran su vocación cristiana de comprometerse en construir el Reino
de Jesús, que es reino de Verdad y de Justicia, de Amor y de Paz.
Todos: Señor, frente a los tantos retos y problemas de nuestra sociedad, Tú nos confías la
misión de anunciar un estilo de vida diferente, con la esperanza de construir una sociedad
más fraterna y humana. Ayúdanos y danos el valor para anunciar tu Evangelio, tu estilo de
vida y tu Reino a nuestro alrededor. Amén.
responsabilidad de continuar su misión en el mundo. Nosotros somos las manos, los pies, los
labios, los ojos, el corazón del Señor. Oremos en este misterio para que el Evangelio llegue
a todos los pueblos, y el Señor suscite en los jóvenes más sensibles, la vocación misionera.
Todos: Señor Jesús, que estás glorioso a la derecha del Padre, acércate al corazón de muchos
y envíalos a llevar el Amor de Dios a todos los pueblos de la tierra. Amén.
Tercer misterio: Meditamos en la bajada del Espíritu Santo sobre María y los apóstoles.
«El Espíritu Santo, dice San Pablo, infunde sus dones especiales a cada uno, para la
edificación de toda la Iglesia». Como a los apóstoles, el Espíritu Santo da a cada uno de
nosotros sus dones para que los aprovechemos en servicio de la Iglesia. Pensemos en este
misterio en los varios dones que el Espíritu Santo da a cada uno de nosotros, y recemos para 24
que todos sepamos discernir nuestra misión particular en la Iglesia.
Todos: Señor, concédenos la gracia de poder discernir qué quieres de cada uno de nosotros,
cuál es tu voluntad para nuestras vidas, y danos el valor para responder a ese llamado y ser
fieles a nuestra vocación para llevar a cabo la misión que nos encomiendes. Amén.
Quinto misterio: Meditamos en María reina del universo y la gloria de san José y de todos
los santos.
La Inmaculada Virgen María ha sido exaltada como Reina del Universo para estar
plenamente unida a Cristo su Hijo. Los bautizados, como María, son llamados a vivir unidos
a Cristo en la santidad, en la plenitud de la vida cristiana, en la perfección del amor. La
santidad es la vocación fundamental de todos los cristianos. Oremos en este misterio por
todos los bautizados, para que cada uno llegue a realizar su vocación cristiana a la santidad.
Todos: Señor, Dios nuestro, que nos llamas a ser Santos, como Tú eres Santo, te pedimos por
todos los bautizados, especialmente los jóvenes y los padres de familia, para que se
comprometan a vivir su vocación universal a la santidad. Amén.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
Letanía Vocacional
Oración final:
Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes
continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas,
fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el 26
deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización.
Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y
caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las
vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso. Que María,
Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas para que,
hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del
pueblo santo de Dios. Amén.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
Primer esquema:
Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Sea para siempre
bendito y alabado.
Canto
Dios está aquí,
tan cierto como el aire que respiro,
tan suave como en la mañana se levanta el sol,
tan cierto que cuando le hablo él me puede oír. 27
Monición inicial
Bienvenidos a este momento de oración por las vocaciones a la vida sacerdotal y a la vida
consagrada, nos encontramos en la presencia de Dios, los invitamos a entrar en su corazón,
donde Dios nos espera e iniciamos un diálogo con Él. ¿Qué le digo? Señor inicio
compartiéndote cómo me siento al inicio de mi oración, soy consciente que tú lo sabes todo
y me conoces, sabes cómo me siento hoy, una vez más, me recibes con alegría y me abrazas
con misericordia. Ayúdame, oh mi Dios a encontrar en estos próximos minutos un corazón
dócil a tu gracia y permíteme mirar con tus ojos y amar con tu corazón, a cualquier persona
con la que me encuentre hoy.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
Liturgia de la Palabra
Nos disponemos a escuchar la Palabra de Dios, haremos una lectura sin prisa, que nos permita
reflexionar en el significado literal del texto, consideramos de gran ayuda escribir o
detenernos a meditar en todo aquello que toque su corazón y los motive a realizar alguna
tarea concreta.
Primera Lectura
1 Samuel (3, 1-10).
En los tiempos en que el joven Samuel servía al Señor a las órdenes de Elí, la palabra de Dios 28
se dejaba oír raras veces y no eran frecuentes las visiones. Los ojos de Elí se habían debilitado
y ya casi no podía ver. Una noche, cuando aún no se había apagado la lámpara del Señor,
estando Elí acostado en su habitación y Samuel en la suya, dentro del santuario donde se
encontraba el arca de Dios, el Señor llamó a Samuel y éste respondió: “Aquí estoy”.
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?” Respondió
Elí: “Yo no te he llamado. Vuelve a acostarte”. Samuel se fue a acostar. Volvió el Señor a
llamarlo y él se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?”
Respondió Elí: “No te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte”. Aún no conocía Samuel al
Señor, pues la palabra del Señor no le había sido revelada. Por tercera vez llamó el Señor a
Samuel; éste se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me
llamaste?”
Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al joven y dijo a Samuel: “Ve a
acostarte, y si te llama alguien, responde: ‘Habla, Señor; tu siervo te escucha”. Y Samuel se
fue a acostar. De nuevo el Señor se presentó y lo llamó como antes: “Samuel, Samuel”. Éste
respondió: “Habla, Señor; tu siervo te escucha”.
Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.
Salmo 15
R. Tú, Señor, eres mi herencia.
L. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: “Tú eres mi bien”. El Señor
es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. / R.
L. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo
siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. / R.
L. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia de alegría perpetua
a tu derecha. / R.
Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la
tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista
decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le
dijo: “Hemos encontrado al Mesías” (que quiere decir ‘el Ungido’). Lo llevó a donde estaba
Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás
Kefás” (que significa Pedro, es decir ‘roca’).
Al día siguiente determinó Jesús ir a Galilea, y encontrándose a Felipe, le dijo: “Sígueme”.
Felipe era de Betsaida, la tierra de Andrés y de Pedro. Felipe se encontró con Natanael y le
dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas.
Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Natanael replicó: “¿Acaso puede salir de Nazaret algo
bueno?” Felipe le contestó: “Ven y lo verás”. 29
Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verdadero israelita en el que
no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes
de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael:
“Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees,
porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después
añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre
el Hijo del hombre”.
Reflexión
Dejaremos un momento en silencio para meditar en la Palabra de Dios que hemos escuchado,
imaginamos un momento particular tomado del pasaje bíblico: nos metemos en el pasaje
bíblico con la imaginación para mirar, sentir, tocar el misterio de la vida de Cristo. Aplicamos
la Palabra de Dios a nuestras vidas: me pregunto ¿Qué significa esta Palabra para mi vida y
para el momento que estoy viviendo?
Ahora, los invitamos a Contemplar a Jesús presente en la Hostia Consagrada, los animamos
a dialogar con Jesús, como cuando un amigo habla a un amigo: diálogo con Dios siendo
consciente de que soy su hijo amado, imagino a Dios delante de mí, hago un diálogo
espontáneo, para pedirle un favor, pedirle perdón, manifestándole mis problemas y mis
miedos, pidiéndole un consejo, trato de entender los sentimientos que Dios tiene por mí, trato
de escuchar la voz de Dios en lo profundo de mi corazón.
Finalmente, evaluó mis pensamientos, las luces, los sentimientos que han surgido en mí. Me
pregunto ¿cómo me he sentido? ¿Qué dificulta he tenido? Agradezco a Dios, le pido perdón
y le pido la luz del Espíritu Santo. Me llevo la tarea de continuar orando por las vocaciones
en mi oración personal o comunitaria.
-Tú Señor, llamaste a Abraham para ser padre de muchas naciones, inspira a muchos
adolescentes y jóvenes a responder con valentía a tu llamada. Roguemos al Señor.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro…
Canto
Señor, toma mi vida nueva,
antes de que la espera desgaste años en mi
estoy dispuesto a lo que quieras, no importa lo que sea,
tu llámame a servir.
31
Llévame donde los hombres, necesiten tus palabras
necesiten mis ganas de vivir
donde falte la esperanza, donde falte la alegría
simplemente por no saber de ti.
Te doy mi corazón sincero para gritar sin miedo, lo hermoso que es tu amor
señor, tengo alma misionera, condúceme a la tierra, que tenga sed de Dios.
Llévame...
Monición
Bienvenidos a este momento de oración por las vocaciones a la vida sacerdotal y a la vida
consagrada, nos encontramos en la presencia de Dios, los invitamos a entrar en su corazón,
donde Dios nos espera e iniciamos un diálogo con Él. ¿Qué le digo? Señor inicio
compartiéndote cómo me siento al inicio de mi oración, soy consciente que tú lo sabes todo
y me conoces, sabes cómo me siento hoy, una vez más, me recibes con alegría y me abrazas
con misericordia. Ayúdame, oh mi Dios a encontrar en estos próximos minutos un corazón
dócil a tu gracia y permíteme mirar con tus ojos y amar con tu corazón, a cualquier persona
con la que me encuentre hoy.
Liturgia de la Palabra
Nos disponemos a escuchar la Palabra de Dios, haremos una lectura sin prisa, que nos permita
reflexionar en el significado literal del texto, consideramos de gran ayuda escribir o
detenernos a meditar en todo aquello que toque su corazón y los motive a realizar alguna
tarea concreta.
Primera Lectura
Jeremías (1, 4-19).
Me llegó una palabra de Yavé: Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes
de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones. Yo exclamé:
'Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!' Y Yavé me contestó: 'No
me digas que eres un muchacho. Irás adondequiera que te envíe, y proclamarás todo lo que
yo te mande.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte, palabra de Yavé. Entonces Yavé
extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: 'En este momento pongo mis palabras en
tu boca. En este día te encargo los pueblos y las naciones: Arrancarás y derribarás, perderás
y destruirás, edificarás y plantarás.
Me llegó una palabra de Yavé: '¿Reconoces esta visión? Yo dije: 'La rama es del árbol que
llaman alerta. Yavé respondió: 'No te equivocas, pues yo estoy así alerta a mi palabra, para
cumplirla. Luego me llegó una palabra de Yavé: '¿Qué estás viendo?' Y contesté: 'Veo una
olla echando espumas, y la cosa viene del norte.
Yavé me dijo: 'Del norte se viene derramando el desastre, y alcanzará a todos los habitantes
de este país. Pues estoy llamando a todos los reinos del norte, palabra de Yavé. Aquí vienen
y cada uno de ellos establece sus cuarteles frente a una de las entradas de Jerusalén, frente a 32
sus murallas y frente a las ciudades de Judá. Voy a hacer justicia con este pueblo que me ha
dejado para hacer el mal; ha quemado incienso a dioses extranjeros, y se ha puesto a servir a
dioses que ellos mismos se fabricaron.
Tú, ahora, muévete y anda a decirles todo lo que yo te mande. No temas enfrentarlos, porque
yo también podría asustarte delante de ellos. Este día hago de ti una fortaleza, un pilar de
hierro y una muralla de bronce frente a la nación entera: frente a los reyes de Judá y a sus
ministros, frente a los sacerdotes y a los propietarios. Ellos te declararán la guerra, pero no
podrán vencerte, pues yo estoy contigo para ampararte. Palabra de Dios.
Salmo 99
R. Tú, Señor, eres Santo.
L. El Señor reina, tiemblan los pueblos; monta en querubines, la tierra se estremece.
En Sión el Señor es muy grande, exaltado por encima de todos los pueblos. Que celebran tu
nombre grande y terrible: ¡Él es Santo! / R.
L. Rey poderoso, amante de la justicia, tú has establecido la rectitud, tú ejerces en Jacob el
derecho y la sentencia justa. / R.
L. Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante la tarima de sus pies: ¡Él es Santo! Moisés
y Aarón eran sus sacerdotes, Samuel también invocaba su nombre: invocaban al Señor y él
les respondía. / R.
L. De la columna de nube les hablaba, guardaban sus órdenes, las leyes que les dio. Oh Señor,
nuestro Dios, tú les respondías, tú eras para ellos un Dios tolerante, pero no les dejabas pasar
nada. / R.
L. Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante su santo monte: ¡Santo es el Señor nuestro
Dios! / R.
Reflexión
Dejaremos un momento en silencio para meditar en la Palabra de Dios que hemos escuchado,
imaginamos un momento particular tomado del pasaje bíblico: nos metemos en el pasaje
bíblico con la imaginación para mirar, sentir, tocar el misterio de la vida de Cristo. Aplicamos
la Palabra de Dios a nuestras vidas: me pregunto ¿Qué significa esta Palabra para mi vida y
para el momento que estoy viviendo?
Ahora, los invitamos a Contemplar a Jesús presente en la Hostia Consagrada, los animamos
a dialogar con Jesús, como cuando un amigo habla a un amigo: diálogo con Dios siendo
consciente de que soy su hijo amado, imagino a Dios delante de mí, hago un diálogo
espontáneo, para pedirle un favor, pedirle perdón, manifestándole mis problemas y mis
miedos, pidiéndole un consejo, trato de entender los sentimientos que Dios tiene por mí, trato 33
de escuchar la voz de Dios en lo profundo de mi corazón.
Finalmente, evaluó mis pensamientos, las luces, los sentimientos que han surgido en mí. Me
pregunto ¿cómo me he sentido? ¿Qué dificulta he tenido? Agradezco a Dios, le pido perdón
y le pido la luz del Espíritu Santo. Me llevo la tarea de continuar orando por las vocaciones
en mi oración personal o comunitaria.
-Señor, te pedimos por nuestros adolescentes y jóvenes para que estén en grado de escuchar
tu voz, descubrir su vocación a la vida sacerdotal o a la vida consagrada. Roguemos al Señor.
-Señor, concédenos que siempre tengamos sacerdotes fieles que proclamen el Santo
Evangelio y ofrezcan Tú Cuerpo y Sangre por la salvación del mundo. Roguemos al Señor.
-Señor, te pedimos que los seminaristas como servidores del Evangelio, estén siempre
disponibles y cercanos para guiar a los huérfanos, consolar a los enfermos, ayudar a los
ancianos y débiles. Roguemos al Señor.
-Te pedimos Señor, para que el Papa, obispos y sacerdotes anuncien a los jóvenes siempre el
mensaje de vida y amor que tú nos pides Señor. Roguemos al Señor.
-Señor, te pedimos que, en nuestra Diócesis de Apatzingán, haya misioneros que anuncien
Tú Evangelio, invitando a todas las gentes a entrar en Tú Reino y para que las familias de
nuestra comunidad parroquial sean testigos del Evangelio. Roguemos al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Oh Señor, ilumina a muchos jóvenes generosos con la luz de Tú Santo Espíritu y por la
poderosa intercesión de tu amadísima Madre la Virgen María de Acahuato, aumenta el fervor
de Tú amor en estos corazones que Tú elijes para Tú servicio como sacerdotes, diáconos,
religiosos o religiosas. Te lo pedimos por Jesús buen Pastor y Siervo. Amén.
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro…
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
misión recibida. De este modo, nos enseña también a nosotros cómo hemos de ser para
realizarnos como personas delante de Dios, y cómo entrar en su muerte y resurrección para
ser plenamente reconciliados con Dios y convertirnos en sembradores de paz y de
reconciliación.
Invocaciones
Jesús nos llama a seguirlo más de cerca y con su obediencia nos señala el camino que hemos
de seguir para ser, como Él, sembradores de paz y de reconciliación. Digamos todos a una
sola voz: Haznos sembradores de paz.
- Señor Jesús, haz que no nos venza el miedo ante el camino estrecho que Tú nos propones.
Oremos
- Señor Jesús, haznos obedientes al Padre como Tú lo fuiste, para llevar al mundo la buena 36
nueva del Reino. Oremos
- Señor Jesús, haz que acojamos la misión que Tú quieres confiarnos como un don y un
compromiso por los demás. Oremos
Oración
Concédenos, oh Padre, el poder situarnos junto a Jesús y no del lado de los que condenan a
los otros, de manera que nuestro seguimiento, iluminado por la luz del Espíritu Santo, sea un
signo de paz y de reconciliación para la humanidad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Invocaciones
La vocación de María es la de ser madre de Dios y madre nuestra, de ella aprendemos la
humildad y el servicio. Con María, nuestra madre, elevamos al Señor nuestra súplica: Haz
que nos mantengamos siempre unidos a ti, Señor.
- Señor Jesús, que nos has dado a María como madre nuestra, mantennos siempre disponibles,
como ella lo estuvo, a tu plan de salvación sobre el mundo. Oremos
- Señor Jesús, haz que sepamos comprender la vocación a la cual nos llamas, aprendiendo a
confiar en tu providencia. Oremos
- Señor Jesús, que nos llamas y nos envías al mundo como discípulos tuyos, danos la alegría
de permanecer siempre fieles a tu amor. Oremos
Oración 38
Oh Padre, que, junto a tu Hijo, levantado en la cruz, has querido hacer presente a su Madre
dolorosa, haz que todos en la Santa Iglesia vivamos nuestra vocación según tu voluntad, para
llegar a ser un día partícipe de tu gloria en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Meditación
Iluminados por la Palabra de Dios y contemplado al Crucificado, deberíamos aprender a
descubrir con los ojos de la fe, en Jesucristo crucificado al Hijo obediente, al Hijo de Dios,
al verdadero hombre y verdadero Dios, que mantiene una singularísima relación de
obediencia con el Dios de los padres que es su Padre.
Invocaciones
Nuestra vocación consiste en la contemplación incesante de Jesús muerte y resucitado, para
anunciarlo al mundo con la fuerza del Espíritu. Oremos unidos y digamos: Abre nuestros
ojos, Señor.
- Señor Jesús, guíanos cada día con la fuerza de tu Palabra. Oremos
- Señor Jesús, haz que contemplando tu cruz te reconozcamos como Dios de Dios, Luz de 41
Luz, para anunciar al mundo tu victoria sobre el mal y sobre la muerte. Oremos
- Señor Jesús, llámanos también a nosotros a descubrir en tu herida los signos de tu amor
misericordioso, para tener la alegría de permanecer siempre contigo. Oremos
Oración
Oh Dios, Padre bueno, que no has librado del mal a tu Hijo unigénito, sino que lo has
entregado por nosotros pecadores, fortalécenos en la obediencia de la fe, para que lo sigamos
en todo y seamos con Él transfigurados en la luz de tu gloria. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Oración
Padre misericordioso y fiel, que en Cristo tu Hijo nos enseñas el camino del perdón y del
servicio a los demás, danos tu Espíritu de santidad para que, despojados de nosotros mismos
y ricos de tu gracia y misericordia, sepamos ser verdaderos testigos del amor que salva. Por
Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
«Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34). Este grito no refleja la actitud
de un simple modo de indultar o de cerrar los ojos ante el mal irreparable. Es, por el contrario,
la actitud del Hijo que vive en comunión con la misericordia de Dios y que expresa su perdón
en un diálogo hecho oración con el Padre a quien se entrega, confiando su propia vida y la
de todos los hombres sus hermanos. Así manifiesta su comprensión con quienes, ciegos en
contra de Él, se han equivocado.
Invocaciones
Nuestra vocación es verdadera cuando dejamos que el Señor cambie nuestro corazón
volviéndolo semejante al suyo, que está lleno de misericordia. Digamos todos unidos: Haz
que perdonemos a nuestros hermanos, Señor.
- Señor Jesús, que desde la cruz has revelado la misericordia del Padre, ayúdanos a tener tus 43
mismos sentimientos. Oremos
- Señor Jesús, perdona nuestros pecados y llámanos a tu seguimiento. Oremos
- Señor Jesús, nos permitas que nos convirtamos en jueces injustos de aquel que se equivoca,
sino haz que imitemos al Padre que ama sin distinción a todos los hombres. Oremos
Oración
Padre misericordioso, tu llama a todos tus hijos a seguir a tu Hijo predilecto por el camino
del amor, concédenos tu espíritu santo, para que podamos responder a tu llamada y llevar al
mundo tu perdón y tu gracia. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Oración
Oh Dios, Padre de la vida, que en el corazón de Cristo nos has revelado los tesoros de tu
amor, concédenos el don de tu Espíritu Santo, para que podamos seguir a tu Hijo amado a
través de las diversas vocaciones que Tú mismo nos quieres conferir a cada uno de nosotros.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
buscarlo”. Jesús le dice: “¡María!” Ella se vuelve y le diceen hebreo: “Rabbuni” (que
significa “maestro”). María Magdalena rápidamente fue a anunciar a los discípulos: “He visto
al Señor y me ha dicho esto” ».
Meditación
Meditando en silencio, reflexionando sobre el misterio de la Cruz, nos damos cuenta de que,
en su Pasión y muerte, Jesús ama a cada hombre como es, ama al hombre caído en sus propios
pecados, lo ama en su separación de Dios, en su tragedia y angustia; el ser humano es amado
por Jesús con el realismo más firme y más difícil de aceptar. Y de cada persona, amada hasta
tal extremo, Jesús jamás se apartará ni huirá, sino que, por su amor sin límites, tratará de
hacer que hacer que se despierten en todas las energías más bellas del arrepentimiento, de la
conversión, de la fe encontrada de nuevo. 45
Invocaciones
Punto de apoyo de la vocación es la llamada interior a buscar a Dios y su Reino. El Señor
resucitado nos entrega su Espíritu para que podamos buscarlo con corazón sincero. Digamos
con fe: Danos, Señor, la alegría de estar siempre contigo.
- Señor Jesús, haz que te busquemos siempre con el mismo entusiasmo, porque sólo tú tienes
palabras de vida eterna. Oremos
- Señor Jesús, haz resonar en nuestro corazón tus palabras de vida, para que podamos seguirte
con generosidad. Oremos
- Señor Jesús, abre la tumba de nuestro corazón e ilumínanos con tu amor, para que podamos
dar testimonio de ti en medio de todos los hombres. Oremos
Oración
Oh Padre, principio y modelo de unidad y de vida, haznos ser una sola cosa como tu Hijo es
una sola cosa contigo; que tu Espíritu nos haga perfectos en el amor, para que el mundo nos
reconozca como verdaderos discípulos de tu Hijo por nuestro amor mutuo. El que vive y
reina por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Padrenuestro
Oración final:
Jesús buen Pastor y Siervo, que desde la Cruz diriges tu mirada a tu Madre y al discípulo,
danos, en medio de nuestros sufrimientos, la gracia de fijar nuestra mirada en ti, permitir que
seas el centro en nuestras vidas y vivir como verdaderos discípulos tuyos.
Jesús, fuente de la vida, de toda gracia y de toda belleza, concédenos asumir en libertad
interior, nuestra cruz de cada día, negándonos a nosotros mismos y buscando en todo hacer
tu voluntad.
Jesús, bendice nuestra Diócesis con abundantes vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada,
custodia a tus sacerdotes y religios@s, te lo pedimos por intercesión de San José y la
inmaculada Virgen María de Acahuato. Amén.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
Oración
Señor, Padre santo, tú que invitas a todos los fieles a alcanzar la caridad perfecta, pero no
dejas de llamar a muchos para que sigan más de cerca las huellas de tu Hijo, concede a los
que tú quieras elegir con una vocación particular llegar a ser, por su vida, signo y testimonio
de tu reino ante la Iglesia y ante el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.
46
Acto penitencial
Te pedimos perdón Señor, por todas las veces que no somos fieles a la vocación que Tú nos
has regalado desde el bautismo. Señor, ten piedad.
Solicitamos Señor tu perdón, por todos aquellos hermanos a los que no les hemos anunciado
que cada uno de ellos está llamado a una vocación preciosa, única e insustituible. Cristo, ten
piedad.
Perdón Señor, porque a veces nuestra vocación se desfigura con el correr del tiempo, y no
somos sal de la tierra y luz del mundo. Señor, ten piedad.
Primera Lectura
Lectura del Profeta Jeremías (Jer 1, 4-9)
Recibí esta palabra del Señor: Antes de formarme en el vientre, te escogí, antes de que salieras
del seno materno, te consagré. Te nombré profeta de los gentiles. Yo repuse: ¡Ay, Señor mío!
Mira que no sé hablar, que soy un muchacho. El Señor me contestó: No digas «Soy un
muchacho», que adonde yo te envíe, irás, y lo que yo te mande, lo dirás. No les tengas miedo,
que yo estoy contigo para librarte oráculo del Señor. El Señor extendió la mano y me toco la
boca, y me dijo: Mira: yo pongo mis palabras en tu boca.
en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los
pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos
a conocer el Misterio de su Voluntad. Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo,
cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la
tierra.
1. Por la Iglesia, para que fiel a su vocación misionera, extienda con su testimonio y su
palabra el mensaje de Cristo a todos los pueblos. Roguemos al Señor.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL
2. Por el papa N. y por nuestros obispos, para que el Señor les ilumine con su gracia y les
fortalezca con su espíritu, y así puedan cumplir su misión de guías y pastores. Roguemos al
Señor.
3. Por los sacerdotes, religiosos y personas consagradas, para que vivan con alegría su
vocación de servicio a los demás. Roguemos al Señor.
4. Por todas las vocaciones sacerdotales y religiosas, para que, a ejemplo de San José Sánchez
del Río, San Juan Pablo II y Santa Teresa de Calcuta, respondan gozosamente a la llamada
que el Señor les hace y se preparen con ilusión a la misión que la Iglesia y la sociedad espera
de ellos. Roguemos al Señor.
5. Por la nuestros adolescentes y jóvenes, para que sepan dar sentido cristiano a su vida y
aprendan a discernir su vocación. Roguemos al Señor. 48
6. Por todos los que nos encontramos aquí reunidos, para que en todos los momentos de
nuestra vida estemos dispuestos a dar razón de nuestra vocación de hijos de Dios. Roguemos
al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Escucha, Dios de bondad, nuestras peticiones, y haz que cuantos hemos sido llamados por
Jesús buen Pastor y Siervo, nos sintamos siempre discípulos en camino y un día podamos
entrar a formar parte de la gran familia de los hijos de Dios.