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MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL

DÓCESIS DE APATZINGÁN
Manual del animador vocacional parroquial

1. Presentación
La Pastoral Vocacional Diocesana nos ofrece un manual del animador vocacional para todos
los equipos APAVOC de nuestras parroquias. Nuestro objetivo es generar una cultura
vocacional que nos permita animar, promover y acompañar todas las vocaciones para que
cada adolescente o joven se plantee cuál es su misión y vocación. 1
Es una propuesta que nos invita a ser conscientes de nuestro propio llamado y, por lo tanto,
responsables de la vocación de otros. Además, nos proponemos con la ayuda de los equipos
APAVOC vocacionalizar todas las parroquias y llevar afecto el plan parroquial de Pastoral
Vocacional.
En este manual encontraras las orientaciones para la estructuración, formación y servicio
pastoral del animador vocacional en su parroquia. Así mismo, te presentamos algunas
herramientas vocacionales que te ayudaran en tu ministerio parroquial, por ejemplo: La Cruz
Vocacional, el Rosario Vocacional, la Hora Santa Vocacional, el Viacrucis Vocacional y la
Misa por las Vocaciones.
2. Introducción
Promover una Cultura Vocacional es una tarea de todos los miembros de la Iglesia, que
consiste en el servicio al nacimiento, crecimiento y discernimiento de vocaciones; con el fin
único de servir más y mejor al mundo, que tanto necesita de la verdad de Cristo. Para ello la
Pastoral Vocacional la hemos de realizar mediante los instrumentos válidos en toda pastoral:
la predicación directa y clara del mensaje, la catequesis sistemática y fiel, el testimonio
alegre y sincero, la oración confiada al Padre por su Hijo en el Espíritu y a María
modelo de toda vocación.

Hemos de poner especial hincapié en la oración, porque del encuentro con Cristo es de donde
nace la predicación, la catequesis y el testimonio eficaz, y es el mismo Cristo el que llama al
corazón del joven para hacerlo participe de la vocación sacerdotal al servicio de la Iglesia y
de toda la humanidad. Toda la Iglesia debe acoger cada día la invitación persuasiva y exigente
de Jesús, que nos pide que “roguemos al dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt.
9, 3 8). Obedeciendo al mandato de Cristo, la Iglesia hace, antes que nada, una humilde
profesión de fe, pues al rogar por las vocaciones (mientras toma conciencia de su gran
urgencia para su vida y misión) reconoce que son un don de Dios y como tal, hay que pedirlo
con súplica incesante y confiada.

Es necesaria una predicación directa sobre el misterio de la vocación en la Iglesia, sobre el


valor del sacerdocio, de la vocación religiosa, y de la vocación laical; sobre su urgente
necesidad para el pueblo de Dios. Una catequesis orgánica y difundida a todos los niveles en
la Iglesia, además de disipar dudas y contrastar ideas desviadas sobre las vocaciones, y en
especial sobre la vocación sacerdotal, abre los corazones de los creyentes a la espera del don
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y crea condiciones favorables para el nacimiento de nuevas vocaciones. Ha llegado el


tiempo de hablar valientemente de las vocaciones de especial consagración, como de un
valor inestimable y una forma espléndida y privilegiada de vida cristiana.
Toda la comunidad cristiana tiene la obligación de animar la Pastoral Vocacional y cada
cristiano en particular. Por tanto, nuestra labor es fundamental en esta pastoral y se puede
seguir las siguientes líneas:

 Orar convencidos de su necesidad y del gran don que supone para la Iglesia. Para ello
hay que saber orar y enseñar a hacerlo.
 Vivir conscientemente la vocación propia, siendo cada día más fiel a la llamada de
Dios, y con conciencia de ser testimonio para los demás. 2
 Ayudará mucho plantear los interrogantes vitales ¿quién soy? ¿qué sentido tiene mi
vida? ¿cuál es mi misión? Conscientes de que cada uno tiene una vocación en la
Iglesia y contribuye positivamente a que cada joven se plantee cuál es su misión y su
vocación.

Confiamos en Jesús Pastor eterno de las almas y en Santa María de Acahuato la


vocacionalización de nuestra Diócesis. Sintámonos llamados todos los agentes parroquiales
a cultivar un “Ambiente Vocacional”, en la familia, la parroquia y en la escuela.

3. Animadores de la Pastoral Vocacional


Nuestra Diócesis ha valorado y trabajado con el apoyo de los Equipos de Animadores de la
Pastoral Vocacional (APAVOC) en cada una de las parroquias. Es por ello, que buscamos en
el contexto sinodal proponer unas orientaciones para la formación e implementación de los
Equipos APAVOC parroquiales.

Orientaciones:

1. El Párroco: Es el pastor propio de la parroquia que se le confía, y ejerce la cura


pastoral de la comunidad bajo la autoridad del Obispo (cf. Canon 519). Por ello, en
su relación cercana y fraterna con sus fieles, elige uno o más miembros de cada grupo
o movimiento como representantes del Equipo APAVOC. Son personas cuyo
distintivo principal es su espíritu de servicio y liderazgo, reconocido por la
comunidad, capacitado y abierto para iniciar y estructurar un equipo de Animadores
de la Pastoral Vocacional.
2. El Equipo APAVOC: Es un grupo de personas que conforman la Red de Animadores
de la Pastoral Vocacional en su comunidad parroquial. Su trabajo consiste en rezar,
promover y acompañar las vocaciones.
3. Formación: La formación de los Equipos APAVOC es Integral (humana, espiritual,
intelectual, pastoral y vocacional). Por lo tanto, el párroco garantiza su Formación
Integral apoyado con el Equipo Diocesano de Pastoral Vocacional.
4. Cultura Vocacional: Es competencia del Equipo APAVOC programar actividades
que despierten y concienticen a toda la comunidad parroquial sobre su
responsabilidad en la Promoción Vocacional. Estas actividades son: Misa
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Vocacional, Hora Santa Vocacional, Oración por las vocaciones, Rosario Vocacional,
Viacrucis, Retiros, visita a las familias, padrinos espirituales y escuelas.
5. El Padrino Espiritual: son personas que asumen en libertad el compromiso de orar
cotidianamente por la vocación de un seminarista. Este grupo de personas son
elegidas por el párroco en coordinación con el Equipo APAVOC y el Equipo
Diocesano de Pastoral Vocacional.
6. Programar: El Equipo APAVOC ordena sus tareas y actividades teniendo en cuenta
la realidad de la comunidad parroquial. Es importante mantener un diálogo constante
con el párroco, el consejo parroquial, la foranía y el Equipo Diocesano de Pastoral
Vocacional.
7. Espiritualidad: Está sustentada en la oración constante, la vida sacramental, la 3
Palabra de Dios, la vida eclesial y el seguimiento de Jesús buen Pastor y Siervo.
8. La Cruz Vocacional: Es el distintivo propio del Equipo APAVOC. La Cruz ha de
visitar las familias de la comunidad parroquial (seminaristas, sacerdotes, religios@s
monaguillos, padrinos espirituales, grupos y movimientos).
9. Promover: El Equipo APAVOC es el principal promotor en su comunidad parroquial
de todos los encuentros vocacionales que organiza el Seminario, a saber:
monaguillos, día del Seminario y día Mundial de Oración por las vocaciones,
campamentos, semana vocacional parroquial, Semana Santa Vocacional y
Preseminario.
10. Acompañar: El Equipo APAVOC es el responsable inmediato en el acompañamiento
de las vocaciones en coordinación con el párroco y el Equipo Diocesano de Pastoral
Vocacional.
11. El Seminarista: Está haciendo un camino de constante crecimiento humano,
espiritual, pastoral, intelectual y vocacional. Por consiguiente, su familia y su
parroquia contribuyen a sostener y nutrir, de modo significativo su vocación al
sacerdocio, tanto durante el periodo de la formación, como a lo largo de la vida del
presbítero (cf. RFIS 130, 148).

El dueño de la mies nos permita llevar a cabo su misión en nuestra Iglesia particular para que
cada bautizado pueda descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida.
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4. Herramientas vocacionales

4.1 Cruz Vocacional


El distintivo esencial de los equipos parroquiales APAVOC es la Cruz Vocacional. La Cruz
visitará las familias de la comunidad parroquial (seminaristas, sacerdotes, religios@s,
monaguillos, padrinos espirituales, grupos y movimientos). Para la recepción y entrega de la
Cruz es en la Eucaristía que el párroco asigne para ese momento. Cada día de la semana,
tiene su propio esquema de oración por las vocaciones. Mucho fruto se obtendrá, si
disponemos un lugar y un momento adecuados para la oración. Nuestros invitados principales
son la familia, los vecinos y amig@s.
4
Simbología
Jesús: Es el centro de nuestras vidas y de la “Cruz Vocacional”. Aparece Jesús, quien nos
llamó y nos dará la gracia para seguir siendo fieles a su llamado con una respuesta
convincente y comprometedora.
María: Es modelo de toda vocación, aprendemos de ella su disponibilidad, sencillez y
entrega. No perdamos oportunidad para dejarnos mirar por la Virgen y mirarla como Madre.
Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica.
Vocación a la soltería: La soltería es un auténtico estado de vida en la Iglesia desde el cual
la persona está llamada a entregarse con todas sus fuerzas al amor, al servicio de Dios y de
su prójimo.
Vocación al matrimonio: Expresa el amor de Dios por su pueblo, que es la Iglesia. Así como
Cristo se entregó en sacrificio por amor a la Iglesia y permanece eternamente fiel a ella, del
mismo modo los esposos se entregan uno al otro totalmente, imitando el amor de Cristo. Dios
llama a los esposos a que ganen el Cielo santificándose en su matrimonio y en su vida
familiar.
Vocación al sacerdocio: Es un misterio de amor entre Dios que llama al hombre con amor
y un hombre que le responde libremente y por amor. Sin embargo, la vocación al sacerdocio
no es simplemente un sentimiento. Más bien es una certeza interior que nace de la gracia de
Dios, que toca el alma y pide una respuesta libre. El llamado responde desde la fe con
una generosa entrega a Cristo, sirviendo al Pueblo de Dios.

Indicaciones:
La Cruz Vocacional: ha de ser colocada en un altar digno y visible.
La luz: Se enciende una veladora o cirio junto a la Cruz.
Invitados: Familia, vecinos y amig@s.
Dinamismo: Favorecer la participación de las personas en la oración.
Oración: Se seguirá el esquema de cada día.

Esquema Vocacional
Lunes: Llamados a orar por la santidad de los laic@s.
Martes: Llamados a orar por la santidad de los matrimonios y las familias.
Miércoles: Llamados a orar por la santidad de los seminaristas.
Jueves: Llamados a orar por la santidad de los sacerdotes.
Viernes: Llamados a orar por la santidad de la juventud.
Sábado: Llamados a orar por la santidad de l@s religios@s.
Domingo: Llamados a orar por la santidad de todas las vocaciones.
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Lunes: Llamados a orar por la santidad de los laic@s.


Monición
Los laicos son todas las personas que pertenecen a la Iglesia católica, a través del Bautismo
pero que no son obispos, sacerdotes, o pertenecen a algún grupo de vida consagrada. De esta
forma, los laicos son todos los fieles que han sido bautizados dentro de la Iglesia. Los laicos,
son los principales protagonistas de la evangelización; ellos deben llegar a donde no llega el
sacerdote o la religiosa; ellos deben ser los evangelizadores de avanzada. Esta es la hora
del laico, de los seglares conscientes que no deben separarse del mundo para realizar su labor.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo 5


Oración inicial
Oh Virgen María de Acahuato, contigo damos gracias a Dios, por la espléndida vocación y
por la multiforme misión confiada a los fieles laicos, por su nombre llamados por Dios a vivir
en comunión de amor, de santidad con Él y a estar fraternalmente unidos en la gran familia
de los hijos de Dios, enviados a irradiar la luz de Cristo y a comunicar el fuego del Espíritu
por medio de su vida evangélica en todo el mundo.
Oh Virgen María de Acahuato, que junto a los Apóstoles has estado en oración en el Cenáculo
esperando la venida del Espíritu de Pentecostés, invoca su renovada efusión sobre todos los
fieles laicos, hombres y mujeres para que correspondan plenamente a su vocación y misión
como sarmientos de la verdadera vid, llamados a dar mucho fruto para la vida del mundo.
Oh Virgen María de Acahuato, guíanos y sostennos para que vivamos siempre como
auténticos hijos e hijas de la Iglesia de tu Hijo y podamos contribuir a establecer sobre la
tierra la civilización de la verdad y del amor, según el deseo de Dios y para su gloria. Amén.

Lectura del Evangelio según San Juan (Jn 15, 1-17).


Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Toda rama que no da fruto en mí la corta.
Y toda rama que da fruto la limpia para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios gracias a
la palabra que les he anunciado, pero permanezcan en mí como yo permanezco en ustedes.
Una rama no puede producir fruto por sí misma si no permanece unida a la vid; tampoco
ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí.
Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto,
pero sin mí no pueden hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran y se seca; como a las
ramas, que las amontonan, se echan al fuego y se queman. Mientras ustedes permanezcan en
mí y mis palabras permanezcan en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán. Mi Padre
es glorificado cuando ustedes producen abundantes frutos: entonces pasan a ser discípulos
míos. Como el Padre me amó, así también los he amado yo: permanezcan en mi amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he cumplido los
mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho todas estas cosas para
que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea completa. Este es mi mandamiento: que se
amen unos a otros como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus
amigos, y son ustedes mis amigos si cumplen lo que les mando.
Ya no les llamo servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo
amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre. Ustedes no me
eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto,
y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi
Nombre. Ámense los unos a los otros: esto es lo que les mando. Palabra del Señor.
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Salmo (139)
R. Señor, tú me examinas y me conoces.
L. Señor, tú me examinas y me conoces, sabes si me siento o me levanto, tú conoces de lejos
lo que pienso. Ya esté caminando o en la cama me escudriñas, eres testigo de todos mis pasos.
/ R.
L. Aún no está en mi lengua la palabra cuando ya tú, Señor, la conoces entera. Me aprietas
por detrás y por delante y colocas tu mano sobre mí. Me supera ese prodigio de saber, son
alturas que no puedo alcanzar. / R.
L. ¿A dónde iré lejos de tu espíritu, a dónde huiré lejos de tu rostro? Si escalo los cielos, tú
allí estás, si me acuesto entre los muertos, allí también estás. Si le pido las alas a la aurora
para irme a la otra orilla del mar, también allá tu mano me conduce y me tiene tomado tu 6
derecha. / R.
L. Sí digo entonces: ¡Que me oculten, al menos, las tinieblas y la luz se haga noche sobre mí!
Mas para ti ni son oscuras las tinieblas y la noche es luminosa como el día. Pues eres tú quien
formó mis riñones, quien me tejió en el seno de mi madre. Te doy gracias por tantas
maravillas, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe. / R.

Oración de los fieles.


Aclamemos, hermanos, a Dios, nuestro salvador, que se complace en enriquecernos con sus
dones, y digámosle con fe:
TODOS: Muéstranos, Señor, tu amor y danos tu paz.
-Dios eterno, mil años en tu presencia son como un ayer que pasó; ayúdanos a recordar
siempre que nuestra vida es como una hierba que se renueva por la mañana y se seca por la
tarde. Roguemos al Señor.
-Alimenta a tu pueblo con el maná para que no perezca de hambre y dale el agua viva para
que nunca más tenga sed. Roguemos al Señor.
-Bendice a todos los laicos que trabajan por la construcción de tu Reino para que guiados por
el Espíritu Santo sean fermento en medio de la sociedad. Roguemos al Señor.
-Concede, Señor, buen tiempo a las cosechas, para que la tierra dé fruto abundante. Roguemos
al Señor.
-Te pedimos Señor por las vocaciones laicales en nuestra comunidad parroquial para que
estén al servicio de los más necesitados. Roguemos al Señor.
-Que los difuntos puedan contemplar tu faz y que nosotros tengamos un día parte en su
felicidad. Roguemos al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...

Oración por las vocaciones


Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción
de tu grey amada. Señor, gemimos en orfandad, danos vocaciones, sacerdotes, religiosos,
religiosas, misioneros y laicos santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de
Acahuato, tu dulce y Santa Madre. Oh, Jesús, danos vocaciones según tu corazón. Jesús que
te has donado en la Eucaristía, escucha nuestra oración. Amén.

Rezo del Rosario Vocacional


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Martes: Llamados a orar por la santidad de los matrimonios y las familias.

Monición
El matrimonio es la íntima unión y la entrega mutua de la vida entre un hombre y una mujer
con el propósito de buscar en todo el bien mutuo. Dicha relación tiene sus raíces en la
voluntad original de Dios quien al crear al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, les
dio la capacidad de amarse y entregarse mutuamente, hasta el punto de poder ser una sola
carne. El sacramento del matrimonio da a los esposos la gracia de amarse con el amor con
que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el amor humano de los
esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna.
7
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo
Oración inicial
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, Padre, que eres Amor y
Vida, haz que en cada familia humana sobre la tierra se convierta, por medio de tu Hijo
Jesucristo, "nacido de Mujer" y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero
santuario de la vida y del amor para las generaciones porque siempre se renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los esposos hacia el bien de sus
familias y de todas las familias del mundo. Haz que las jóvenes generaciones encuentren en
la familia un fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor. Haz
que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del matrimonio, se demuestre más
fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis, por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, que la Iglesia
en todas las naciones de la tierra pueda cumplir fructíferamente su misión en la familia y por
medio de la familia. Tú, que eres la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del
Espíritu santo. Amén.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios (1 Cor 13, 1-13).
Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería
como bronce que resuena o campana que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía y
descubriera todos los misterios el saber más elevado, aunque tuviera tanta fe como para
trasladar montes, si me falta el amor nada soy.
Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir
alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve. El amor es paciente y muestra comprensión.
El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés,
no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la
verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.
El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no
servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías
también son algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.
Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice
hombre, dejé de lado las cosas de niño.
Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que
adivinarlas, pero entonces las veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces
conoceré como soy conocido. Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres,
pero la mayor de estas tres es el amor.
Palabra de Dios.
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Salmo (111)
R. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor.
L. Dichosos quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en
la tierra, la descendencia del justo será bendita. / R.
L. En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad dura por siempre. En las tinieblas brilla
como una luz el que es justo, clemente y compasivo. / R.
L. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos, porque jamás
vacilará. El recuerdo del justo será perpetuo. / R.
L. No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro,
sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. / R.
L. Reparte limosna a los pobres, su caridad es dura por siempre y alzará la frente con 8
dignidad. Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor. / R.

Oración de los fieles


Oremos, a Jesús buen Pastor y Siervo, por la santidad de los matrimonios y las familias
diciendo:
TODOS: Padre de las familias, escúchanos.
-Por la santa Iglesia: para que Dios le conceda ser siempre la esposa fiel de Jesucristo.
Roguemos al Señor.
-Por los matrimonios para que el Espíritu Santo los llene con su gracia y haga de su unión un
signo vivo del amor de Jesucristo a su Iglesia. Roguemos al Señor.
-Por todas las familias de nuestra Diócesis para que sean siempre fieles al Señor y sean
promotoras de la vocación a la vida matrimonial, sacerdotal y religios@. Roguemos al Señor.
-Por nuestras familias para que aprendan a educar a sus hijos en la fe, la esperanza y la
caridad. Roguemos al Señor.
-Por todos los Matrimonios: para que, en el amor mutuo y en la fidelidad constante, sean en
nuestra sociedad fermento de paz y unidad. Roguemos al Señor.
-Por los miembros de nuestras familias que han muerto en la esperanza de la resurrección:
para que Cristo los acoja en su reino y los revista de gloria y de inmortalidad. Roguemos al
Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...

Oración por las vocaciones


Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción
de tu grey amada. Señor, gemimos en orfandad, danos vocaciones, sacerdotes, religiosos,
religiosas, misioneros y laicos santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de
Acahuato, tu dulce y Santa Madre. Oh, Jesús, danos vocaciones según tu corazón. Jesús que
te has donado en la Eucaristía, escucha nuestra oración. Amén.

Rezo del Rosario Vocacional


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Miércoles: Llamados a orar por la santidad de los seminaristas.


Monición
Un seminarista es un joven que ha sentido el llamado de Dios, un llamado a dejarlo todo por
seguirle a Él. Y por esto este joven deja su hogar e ingresa al que será su nuevo hogar: el
seminario. Lugar donde su vocación será moldeada y trabajada para formar en él un hombre
íntegro que pueda dar una respuesta fiel y madura en la entrega a Cristo. Siendo luego un
sacerdote que camina hacia la santidad. La vida del seminarista consiste en aprender a dar
diariamente un sí al Señor. Un sí que algunos días se da muy seguro y otros se da lleno de
interrogantes. Un sí que implica hacer renuncias en el camino y aprender a dar todo solo a
Dios. Un sí que se convierte en el sentido de la vida misma, un sí que solo nace del amor a 9
Jesús.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo


Oración inicial
Oh Jesús, Pastor eterno de las almas, tú que conoces a todas tus ovejas y sabes cómo llegar
al corazón del hombre, abre la mente y el corazón de los que buscan y esperan una palabra
de verdad para su vida; hazles sentir que solo en ti pueden encontrar plena luz; da valor a los
que saben dónde encontrar la verdad, pero temen que tu llamada sea demasiado exigente;
sacude el alma de los que quieran seguirte en el ministerio sacerdotal, pero no saben vencer
las dudas y los miedos y acaban por escuchar otras voces. Tú que eres la Palabra que ilumina
y sostiene los corazones, suscita en aquellos a quienes llamas valor para dar la respuesta de
amor: "¡Heme aquí, envíame!" Amen.

Lectura del Evangelio según San Marcos (Mc 1, 16-20).


Mientras Jesús pasaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés
que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: Síganme y yo los haré
pescadores de hombres. Y de inmediato dejaron sus redes y le siguieron.
Un poco más allá Jesús vio a Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan, que estaban
en su barca arreglando las redes. Jesús también los llamó, y ellos, dejando a su padre Zebedeo
en la barca con los ayudantes, lo siguieron. Palabra del Señor.

Salmo 119
R. Dichosos tus elegidos Señor.

L. Dichosos los que sin yerro andan el camino y caminan según la Ley del Señor. Dichosos
los que observan sus testimonios y lo buscan de todo corazón que sin cometer injusticia
caminan por sus sendas. / R.
L. Tú eres quien promulgó tus ordenanzas para que las observen totalmente. Ojalá sea firme
mi conducta en cumplir tus preceptos. Entonces no tendré vergüenza alguna en respetar todos
tus mandamientos. / R.
L. Te daré gracias con rectitud de corazón cuando vaya aprendiendo tus juicios justos. Tus
preceptos, yo los quiero guardar, no me abandones, pues, completamente. / R.
L. ¿Cómo un joven purifica su camino? Basta con que observe tus palabras. ¡Con todo mi
corazón te he buscado, no me desvíes de tus mandamientos! En mi corazón escondí tu palabra
para no pecar contra ti. Bendito seas, ¡Señor, enséñame tus preceptos! / R.
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Oración de fieles
La mies es mucha, roguemos al Señor por todas las necesidades de nuestro mundo y de
nuestra Iglesia, y en el día de hoy oremos unidos especialmente por las vocaciones:

TODOS: Envía obreros a tu mies Señor.

– Te pedimos, Señor Jesús, por nuestro papa N., por todos los obispos, sacerdotes y diáconos,
y por todas las personas que tienen una responsabilidad pastoral. Que en su servicio a la
Iglesia sean, buenos pastores para tu pueblo. Roguemos al Señor.
– Te damos gracias, Señor, y te pedimos por todas las personas que han sabido decir «sí» a
la llamada que han recibido de ti y que, como seminaristas, religiosos o sacerdotes, entregan 10
su vida al servicio del Evangelio en nuestro mundo. Roguemos al Señor.
– Mira, Señor, a tu pueblo. Te pedimos por todas las naciones de nuestra tierra, que sea
posible la paz y la justicia, impulsadas a través del ejercicio honrado y comprometido de sus
dirigentes y gobernantes. Que ellos también sean buenos pastores para su pueblo. Roguemos
al Señor.
– La mies es mucha y los obreros pocos. Te rogamos, Señor Jesús, por la vocación de los
seminaristas futuros sacerdotes. Sigue suscitando en el corazón de muchos jóvenes el deseo
de seguirte, como discípulos en camino, en continua configuración con Jesús buen Pastor y
Siervo. Roguemos al Señor.
– Señor, aquí nos tienes. Te pedimos por nuestra comunidad parroquial, para que, con la
oración, el ejemplo de vida, promovamos y animemos las vocaciones a la vida sacerdotal.
Roguemos al Señor.
– No hay mayor alegría que dar la vida por amor. Te pedimos, Señor por nuestras familias.
Que sepamos dar testimonio, en nuestro entorno concreto (escuela, trabajo, casa, familia,
grupo de amigos…) de la alegría profunda de saberte caminando con nosotros como buen
Pastor y Siervo. Roguemos al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...

Oración por las vocaciones


Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción
de tu grey amada. Señor, gemimos en orfandad, danos vocaciones, sacerdotes, religiosos,
religiosas, misioneros y laicos santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de
Acahuato, tu dulce y Santa Madre. Oh, Jesús, danos vocaciones según tu corazón. Jesús que
te has donado en la Eucaristía, escucha nuestra oración. Amén.

Rezo del Rosario Vocacional


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Jueves: Llamados a orar por la santidad de los sacerdotes.

Monición
El sacerdote ha recibido el Sacramento del Orden en segundo grado. Es un sacramento que,
por la imposición de las manos del Obispo y sus palabras, hace sacerdotes a los hombres
bautizados, les da poder para perdonar los pecados, convertir el pan y el vino en el Cuerpo y
en la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. El sacramento del orden lo reciben aquellos que se
sienten llamados por Dios a ser sacerdotes para dedicarse a la salvación eterna de sus
hermanos los hombres. Esta ocupación es la más grande de la Tierra, pues los frutos de sus
trabajos no acaban en este mundo, sino que son eternos. 11

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Oración inicial
Oh Virgen María de Acahuato, Madre de Jesucristo y Madre de los sacerdotes: acepta este
título con el que hoy te honramos para exaltar tu maternidad y contemplar contigo el
Sacerdocio de tu Hijo unigénito y de tus hijos, oh Santa Madre de Dios.
Oh Virgen María de Acahuato que al Mesías Sacerdote diste un cuerpo de carne por la unción
del Espíritu Santo para salvar a los pobres y contritos de corazón: custodia en tu seno y en la
Iglesia a los sacerdotes, oh Madre del Salvador.
Oh Virgen María de Acahuato que estuviste con Jesús al comienzo de su vida y de su misión,
lo buscaste como Maestro entre la muchedumbre, lo acompañaste en la cruz, exhausto por el
sacrificio único y eterno y tuviste a tu lado a Juan, como hijo tuyo: acoge desde el principio
a los llamados al sacerdocio, protégelos en su formación y acompaña a tus hijos en su vida y
en su ministerio, oh Madre de los sacerdotes. Amén.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los hebreos (Heb 5, 1-10).
Todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres y los representa en las cosas de Dios;
por eso ofrece dones y sacrificios por el pecado. Es capaz de comprender a los ignorantes y
a los extraviados, pues también lleva el peso de su propia debilidad; por esta razón debe
ofrecer sacrificios por sus propios pecados al igual que por los del pueblo.
Nadie se apropia esta dignidad, sino que debe ser llamado por Dios, como lo fue Aarón. Y
tampoco Cristo se atribuyó la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la otorgó aquel que
dice: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Y en otro lugar se dijo: Tú eres sacerdote
para siempre a semejanza de Melquisedec.
En los días de su vida mortal presentó ruegos y súplicas a aquel que podía salvarlo de la
muerte; éste fue su sacrificio, con grandes clamores y lágrimas, y fue escuchado por su actitud
reverente. Aunque era Hijo, aprendió en su pasión lo que es obedecer. Y ahora, llegado a su
perfección, trae la salvación eterna para todos los que le obedecen, conforme a la misión que
recibió de Dios: sacerdote a semejanza de Melquisedec. Palabra de Dios.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL

Salmo (23).
R. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

L. El señor es mi pastor, nada me puede faltar. El me hace descansar en verdes praderas, me


conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor
de su Nombre. / R.
L. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu
vara y tu bastón me infunden confianza. / R.
L. Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa
rebosa. / R.
L. Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida y habitaré en la Casa del Señor, 12
por muy largo tiempo. / R.

Oración de los fieles


En este día, alabemos a Jesucristo, fuente de salvación eterna para todos los hombres, y
pidámosle con humildad:

TODOS: Señor, envía obreros a tu mies.

-Por nuestro Obispo N. y nuestros sacerdotes para que el Señor los mantenga fieles a su
ministerio y cercanos a su pueblo. Roguemos al Señor.
-Para que el Señor suscite abundantes vocaciones sacerdotales para el servicio de nuestra
Diócesis de Apatzingán. Roguemos al Señor.
-Por los jóvenes que han sido llamados por el Señor a una vida de mayor donación en el
servicio sacerdotal para que vivan con alegría su caridad pastoral. Roguemos al Señor.
-Por el papa N. para que el Señor le conceda el don de la sabiduría y guía a su Iglesia por el
camino de la santidad. Roguemos al Señor.
-Por las familias de nuestra comunidad parroquial para que contribuyan a sostener y nutrir la
vocación de los llamados al sacerdocio, tanto durante el periodo de la formación, como a lo
largo de la vida del presbítero. Roguemos al Señor.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...

Oración por las vocaciones


Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción
de tu grey amada. Señor, gemimos en orfandad, danos vocaciones, sacerdotes, religiosos,
religiosas, misioneros y laicos santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de
Acahuato, tu dulce y Santa Madre. Oh, Jesús, danos vocaciones según tu corazón. Jesús que
te has donado en la Eucaristía, escucha nuestra oración. Amén.

Rezo del Rosario Vocacional


MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL

Viernes: Llamados a orar por la santidad de la juventud.


Monición
Hoy la invitación de Cristo a Pablo se dirige a cada una y cada uno de ustedes, jóvenes:
¡Levántate! No puedes quedarte tirado en el suelo sintiendo pena de ti mismo, hay una misión
que te espera. También tú puedes ser testigo de las obras que Jesús ha comenzado a realizar
en ti. Por eso, en nombre de Cristo, te digo: levántate y testimonia tu experiencia de ciego
que ha encontrado la luz, que ha visto el bien y la belleza de Dios en sí mismo, en los otros
y en la comunión de la Iglesia que vence toda soledad.
Levántate y testimonia el amor y el respeto que es posible instaurar en las relaciones
humanas, en la vida familiar, en el diálogo entre padres e hijos, entre jóvenes y ancianos. 13
Levántate y defiende la justicia social, la verdad, la honradez y los derechos humanos; a los
perseguidos, a los pobres y los vulnerables, a los que no tienen voz en la sociedad y a los
inmigrantes. ¡Levántate y testimonia con alegría que Cristo vive! Difunde su mensaje de
amor y salvación entre tus coetáneos, en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en el
mundo digital, en todas partes.
El Señor, la Iglesia, el Papa confían en ustedes y los constituyen testigos para tantos otros
jóvenes que encuentran en los “caminos de Damasco” de nuestro tiempo. No se olviden: «Si
uno de verdad ha hecho una experiencia del amor de Dios que lo salva, no necesita mucho
tiempo de preparación para salir a anunciarlo, no puede esperar que le den muchos cursos o
largas instrucciones. Todo cristiano es misionero en la medida en que se ha encontrado con
el amor de Dios en Cristo Jesús» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 120).

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo


Oración inicial
Señor Jesús, tu Iglesia en camino hacia el Sínodo dirige su mirada a todos los jóvenes del
mundo. Te pedimos para que con audacia se hagan cargo de la propia vida, vean las cosas
más hermosas y profundas y conserven siempre el corazón libre. Acompañados por guías
sapientes y generosos, ayúdalos a responder a la llamada que Tú diriges a cada uno de ellos,
para realizar el propio proyecto de vida y alcanzar la felicidad. Mantén abiertos sus corazones
a los grandes sueños y haz que estén atentos al bien de los hermanos. Como el Discípulo
amado, estén también ellos al pie de la Cruz para acoger a tu Madre, recibiéndola de Ti como
un don. Sean testigos de la Resurrección y sepan reconocerte vivo junto a ellos anunciando
con alegría que tú eres el Señor. Amén.

Lectura de los hechos de los apóstoles (Hechos 9, 1-9).


Saulo no desistía de su rabia, proyectando violencias y muerte contra los discípulos del Señor.
Se presentó al sumo sacerdote y le pidió poderes escritos para las sinagogas de Damasco,
pues quería detener a cuantos seguidores del Camino encontrara, hombres y mujeres, y
llevarlos presos a Jerusalén. Mientras iba de camino, ya cerca de Damasco, le envolvió de
repente una luz que venía del cielo. Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: 'Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues?' Preguntó él: '¿Quién eres tú, Señor?' Y él respondió: 'Yo soy Jesús,
a quien tú persigues. Ahora levántate y entra en la ciudad. Allí se te dirá lo que tienes que
hacer. Los hombres que lo acompañaban se habían quedado atónitos, pues oían hablar, pero
no veían a nadie, y Saulo, al levantarse del suelo, no veía nada por más que abría los ojos. Lo
tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Allí permaneció tres días sin comer ni beber,
y estaba ciego. Palabra de Dios.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL

Salmo (71)
R. En ti, Señor, confío, que no quede decepcionado.
L. En tu justicia tú querrás defenderme, inclina a mí tu oído y sálvame. Sé para mí una roca
de refugio, una ciudad fortificada en que me salve, pues tú eres mi roca, mi fortaleza.
L. Líbrame, oh Dios, de la mano del impío, de las garras del malvado y del violento, pues tú
eres, Señor, mi esperanza, y en ti he confiado desde mi juventud.
L. En ti me apoyé desde mis primeros pasos, tú me atrajiste desde el seno de mi madre, y
para ti va siempre mi alabanza. Pero ahora para muchos soy un escándalo, y sólo me quedas
tú, mi amparo seguro.
L. Mi boca contará tus obras justas y tu salvación a lo largo del día, pues son más de lo que
podría decir. Ahondaré las hazañas del Señor, recordaré tu justicia que es sólo tuya. 14

Oración de los fieles


Oremos por todas nuestras intenciones y especialmente por la juventud mexicana para que,
a pesar de las contradicciones y fascinaciones del mundo, los jóvenes sean protagonistas,
discípulos y misioneros del Evangelio. TODOS: Padre bendice a la juventud

-Por nuestra Iglesia, para que, bajo el pastoreo del Papa N., continúe anunciado a todos los
hombres, y de modo especial a los jóvenes, la alegría de la Buena Nueva de Cristo. Roguemos
al Señor.
-Por los obispos de México que, bajo la inspiración del Espíritu Santo, han querido consagrar
este día a toda la juventud, para que sigan comprometiéndose con los jóvenes que son el
presente de la Iglesia. Roguemos al Señor.
-Por las diversas autoridades, para que, en opción al bien común, promuevan siempre
proyectos que busquen el progreso de la sociedad y abran oportunidades a los jóvenes
estudiantes, profesionistas y trabajadores. Roguemos al Señor.
-Por todos los jóvenes, especialmente por los que pasan dificultades en sus familias y los que
están sumergidos en las falsas libertades del mundo, para que cuenten siempre con nuestra
ayuda y oración. Roguemos al Señor.
-Por los padres de familia, para que no se cansen de ser promotores de los valores cristianos
en sus hijos. Roguemos al Señor.
-Por los seminaristas, religiosas, religiosos y sacerdotes jóvenes para que por su testimonio
acerquen a muchos jóvenes a un auténtico encuentro con el Señor. Roguemos al Señor.
-Por los laicos y sacerdotes de toda nuestra Diócesis de Apatzingán que trabajan por la
juventud, para que su labor brinde cuantiosos frutos y sepan siempre encontrar en Dios su
recompensa. Roguemos al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...

Oración por las vocaciones


Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción
de tu grey amada. Señor, gemimos en orfandad, danos vocaciones, sacerdotes, religiosos,
religiosas, misioneros y laicos santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de
Acahuato, tu dulce y Santa Madre. Oh, Jesús, danos vocaciones según tu corazón. Jesús que
te has donado en la Eucaristía, escucha nuestra oración. Amén.
Rezo del Rosario Vocacional
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL

Sábado: Llamados a orar por la santidad de l@s religios@s.


Monición
La vida consagrada es acoger el don del Señor con los brazos abiertos, como hizo Simeón.
Eso es lo que ven los ojos de los consagrados: la gracia de Dios que se derrama en sus manos.
El consagrado es aquel que cada día se mira y dice: ‘Todo es don, todo es gracia’. L@s
religios@s, hombres y mujeres que viven para imitar a Jesús, están llamados a introducir en
el mundo su misma mirada, la mirada de la compasión, la mirada que va en busca de los
alejados; que no condena, sino que anima, libera, consuela. La mirada de la compasión”.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo 15
Oración inicial
Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, Padre de Nuestro Señor Jesucristo y Padre nuestro,
acoge la oración que te dirigimos y ayúdanos a vivir apasionadamente el don de la vocación.
Tú, Padre que, en un designio gratuito de amor, nos llamas por el Espíritu a buscar tu rostro,
en la estabilidad o en la itinerancia, haznos siempre portadores de tu memoria y que ella sea
fuente de vida en la soledad y en la fraternidad de modo que podamos ser hoy reflejo de tu
amor.
Cristo, Hijo del Dios vivo tú que casto, pobre y obediente, has caminado por nuestras calles,
se nuestro compañero en el silencio y en la escucha: conserva en nosotros la pertenencia filial
y hazla fuente de amor. Haz que vivamos el Evangelio del encuentro: ayúdanos a humanizar
la tierra y a crear fraternidad que sepamos compartir la fatiga de quien se ha cansado de
buscar y la alegría de quien aún espera de quien busca y de quien mantiene viva la esperanza.
Espíritu Santo, Fuego que arde, ilumina nuestro camino en la Iglesia y en el mundo.
Concédenos la valentía de anunciar el Evangelio y la alegría del servicio en la vida cotidiana.
Abre nuestro espíritu a la contemplación de la belleza. Conserva en nosotros la gratuidad y
la admiración por la creación; haz que reconozcamos las maravillas que Tú realizas en cada
viviente.
María, Madre del Verbo, vela sobre nuestra vida de hombres y mujeres consagrados para que
la alegría que recibimos de la Palabra llene nuestra existencia, y tu invitación
a hacer cuanto el Maestro dice, nos transforme en agentes activos en el anuncio del Reino.
Amén
Lectura del Evangelio según San Lucas (Lc 2, 25-35).
Había en Jerusalén un hombre muy piadoso y cumplidor a los ojos de Dios, llamado Simeón.
Este hombre esperaba el día en que Dios atendiera a Israel, y el Espíritu Santo estaba con él.
Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no moriría antes de haber visto al Mesías
del Señor.
El Espíritu también lo llevó al Templo en aquel momento. Como los padres traían al niño
Jesús para cumplir con él lo que mandaba la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a
Dios con estas palabras: Ahora, Señor, ya puedes dejar que tu servidor muera en paz, como
le has dicho. Porque mis ojos han visto a tu salvador, que has preparado y ofreces a todos los
pueblos, luz que se revelará a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel.
Su padre y su madre estaban maravillados por todo lo que se decía del niño. Simeón los
bendijo y dijo a María, su madre: 'Mira, este niño traerá a la gente de Israel caída o
resurrección. Será signo de contradicción y así se manifestarán claramente los pensamientos
de todos. En cuanto a ti, una espada te atravesará el corazón. Palabra del Señor.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL

Salmo (147)
R. Alabemos al Señor porque es bueno
L. Alaben al Señor porque él es bueno, canten a nuestro Dios porque es amable, porque a él
le conviene la alabanza. Reconstruye el Señor Jerusalén, reúne a los exiliados de Israel, sana
los corazones destrozados y venda sus heridas. / R.
L. Él cuenta las estrellas una a una y llama a cada una por su nombre. Grande es nuestro
Señor, todo lo puede, no se puede medir su inteligencia. / R.
L. Reanima el Señor a los humildes, pero humilla hasta el polvo a los malvados. Entonen al
Señor la acción de gracias, para nuestro Dios toquen sus arpas. / R.
L. Porque él cubre de nubes los cielos, y prepara las lluvias de la tierra, hace brotar la hierba 16
en las colinas y las plantas que el hombre ha de cultivar; él entrega a las bestias su alimento
y a las crías del cuervo cuando graznan. / R.
L. No le atraen los bríos del caballo, ni un hombre por sus músculos le agrada; se complace
el Señor en los que le temen, en los que esperan en su amor. / R.

Oración de los fieles


Oremos juntos a Jesús, nuestro salvador que nos ha llamado a consagrar nuestras vidas a su
servicio por amor a él y a su pueblo.

TODOS: Acógenos, Señor, en tu luz y en tu amor.

-Cristo salvador, tú que eres la luz para alumbrar a las naciones, ilumina a los que aún te
desconocen y haz que crean en ti. Dios verdadero. Roguemos al Señor.
-Por l@s religios@s, hombres y mujeres discípul@s en camino, en continua configuración
con Cristo, para que sean la fuerza y el sostén de nuestra Iglesia particular y universal.
Roguemos al Señor.
-Para que el Señor acepte a l@s religios@s como a Simeón, aun cuando no hayan reconocido
todavía al Salvador y no hayan encontrado la auténtica paz. Roguemos al Señor.
-Para que el Señor acoja a todos los hombres, aun cuando no sean conscientes de las riquezas
que Cristo les ofrece y de la felicidad que ha preparado para ellos. Roguemos al Señor.
-Para que el Señor acepte a tod@s l@s religios@s, aun cuando hayan fallado en hacer brillar
su luz a todas las naciones. Roguemos al Señor.
-Señor, acoge nuestra oración, muestra tu amor a tus consagrados y bendice a nuestras
familias con sabias y santas vocaciones. Roguemos al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...

Oración por las vocaciones


Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción
de tu grey amada. Señor, gemimos en orfandad, danos vocaciones, sacerdotes, religiosos,
religiosas, misioneros y laicos santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de
Acahuato, tu dulce y Santa Madre. Oh, Jesús, danos vocaciones según tu corazón. Jesús que
te has donado en la Eucaristía, escucha nuestra oración. Amén.

Rezo del Rosario Vocacional


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Domingo: Llamados a orar por la santidad de todas las vocaciones.

Monición
Desde el nacimiento de una vocación, es necesario un adecuado sentido de Iglesia, pues nadie
es llamado exclusivamente para una región, ni para un grupo o movimiento eclesial, sino al
servicio de la Iglesia y del mundo. Un signo claro de la autenticidad de un carisma es su
eclesialidad, su capacidad para integrarse armónicamente en la vida del santo Pueblo fiel de
Dios para el bien de todos. Respondiendo a la llamada de Dios, el joven ve cómo se amplía
el horizonte eclesial, puede considerar los diferentes carismas y vocaciones y alcanzar así un
discernimiento más objetivo. 17

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Oración inicial
Señor Jesús, así como Tu llamaste los primeros discípulos para hacerles pescadores de
hombres, haz que tu invitación continúe resonando: ¡Vengan a mí, síganme! da a los jóvenes,
hombres y mujeres, la gracia de responder prontamente a la llamada. Apoya a tus obispos,
sacerdotes y a los consagrados en su trabajo apostólico. Concede perseverancia a nuestros
seminaristas y a todos aquellos que llevan hacia adelante los ideales de una vida totalmente
consagrada a tu servicio. Despierta en nuestra comunidad parroquial un entusiasmo
misionero. Señor, envía trabajadores a tu cosecha y no permitas que la humanidad se pierda
por escasez de pastores, misioneros y gente dedicada a la causa de Tu Evangelio. Virgen
María de Acahuato, Madre de la Iglesia, modelo de toda vocación, ayúdanos a decir Sí, al
Señor que nos llama a cooperar en el plan divino de salvación. Amén.

Lectura del Evangelio según San Lucas (Lc 6, 12-19).


En aquellos días se fue a orar a un cerro y pasó toda la noche en oración con Dios. Al llegar
el día llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que llamó apóstoles: Simón, al
que le dio el nombre de Pedro, y su hermano Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé,
Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, apodado Zelote, Judas, hermano de Santiago,
y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Jesús bajó con ellos y se detuvo en un lugar llano. Había allí un grupo impresionante de
discípulos suyos y una cantidad de gente procedente de toda Judea y de Jerusalén y también
de la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido para oírlo y para que los sanara de sus
enfermedades; también los atormentados por espíritus malos recibían curación. Por eso cada
cual trataba de tocarlo, porque de él salía una fuerza que los sanaba a todos.
Palabra del Señor.

Salmo (149)
R. El Señor es amigo de su pueblo

L. Canten al Señor un canto nuevo: su alabanza en la asamblea de los santos. Alégrese Israel
de quien lo hizo, festejen a su rey, hijos de Sión. / R.
L. Su nombre alaben en medio de danzas, el arpa y el tambor toquen para él. Pues el Señor
se siente bien con su pueblo, con su salvación reviste a los humildes. / R.
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L. De júbilo triunfante rebosan sus fieles y gritan de alegría. En su garganta están los elogios
de Dios y en su mano, la espada de dos filos, para ejercer venganza entre los pueblos y dar a
las naciones el castigo. / R.
L. Para atar con cadenas a sus reyes y con grillos de hierro a sus notables, para aplicarles la
sentencia escrita: eso es un honor para todos los suyos. / R.

Oración de los fieles


Pidamos a Dios que bendiga nuestra comunidad parroquial con abundantes vocaciones a la
vida soltera, matrimonial y consagrada.
18
TODOS: Padre, escúchanos.

-Por la Iglesia, para que fiel a su vocación misionera, extienda con su testimonio y su
palabra el mensaje de Cristo a todos los pueblos, Roguemos al Señor.
-Por el papa N. y por nuestros obispos, para que el Señor les ilumine con su gracia
y les fortalezca con su espíritu, y así puedan cumplir su misión de guías y pastores,
Roguemos al Señor.
-Por los sacerdotes, religiosos y personas consagradas, para que vivan con alegría su
vocación de servicio a los demás, Roguemos al Señor.
-Por todas las vocaciones laicales, sacerdotales y religiosas, para que respondan gozosamente
a la llamada que el Señor les hace y se preparen con ilusión a la misión que la Iglesia y la
sociedad espera de ellos. Roguemos al Señor.
-Por la juventud, para que en su proceso de discernimiento vocacional escuchen “las palabras
de los abuelos”, ya que “en ellas encontrarán una sabiduría que los llevará a ir más allá de las
tendencias del momento. Roguemos al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro…

Oración por las vocaciones


Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción
de tu grey amada. Señor, gemimos en orfandad, danos vocaciones, sacerdotes, religiosos,
religiosas, misioneros y laicos santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de
Acahuato, tu dulce y Santa Madre. Oh, Jesús, danos vocaciones según tu corazón. Jesús que
te has donado en la Eucaristía, escucha nuestra oración. Amén.

Rezo del Rosario Vocacional


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4.2 Rosario vocacional

Monición de entrada
El Rosario es una oración de amor que nos abre a la contemplación de los misterios de la
vida de Cristo y de María. En este Santo Rosario Vocacional queremos descubrir los planes
del Padre Dios en la vida de Jesús y de María, contemplar su respuesta generosa y fiel a las
llamadas que Dios les hizo. Queremos orar para que Dios nos haga generosos en realizar
nuestra vocación en la Iglesia y en el mundo. Queremos Orar insistentemente para que los
jóvenes se pongan en la escucha de Dios y de su llamada.

Oración Inicial 19
Oh Virgen María de Acahuato, humilde sierva del Altísimo, el Hijo que engendraste te ha
hecho sierva de la humanidad, tu vida ha sido un servicio humilde y generoso, has sido sierva
de la Palabra cuando el Ángel te anunció el proyecto divino de la salvación. Has sido sierva
del Hijo, dándole la vida y permaneciendo abierta al misterio.
Has sido sierva de la Redención, «permaneciendo» valientemente al pie de la Cruz, Junto al
Siervo y Cordero sufriente, que se inmolaba por nuestro amor. Has sido sierva de la Iglesia,
el día de Pentecostés y con tu intercesión continúas generándola en cada creyente, también
en estos tiempos nuestros tan difíciles y atormentados.
A ti joven Hija de Israel, que has conocido la turbación del corazón joven, ante la propuesta
del Eterno, dirijan su mirada con confianza los jóvenes. Hazlos capaces de aceptar la
invitación de tu Hijo a hacer de la vida un don total para la gloria de Dios. Hazles comprender
que servir a Dios satisface el corazón y que solo en el servicio de Dios y de su reino nos
realizamos según el divino proyecto y la vida llega a ser himno de gloria a la Santísima
Trinidad. Amén.

Misterios Gozosos: lunes y sábado

Primer misterio: Meditamos la anunciación del Ángel a María Santísima.


La joven María de Nazaret se abre generosamente a los proyectos de Dios sobre su vida. Dice
su sí decidido y fiel a la vocación que el Señor le propone: ser Madre virginal del Hijo de
Dios. También a cada uno de nosotros. Dios confía desde el Bautismo una vocación y misión
en la vida. Oremos en este misterio para que la Virgen María de Acahuato nos ayude a
conocer nuestra vocación y llame a muchos jóvenes a servir en la Iglesia y en el mundo.
Todos: Señor, transforma nuestras inquietudes, nuestras dificultades para salir de nuestros
egoísmos y abrirnos a una actitud de entrega y de servicio. Danos la Misma disponibilidad
de María en acoger la llamada del Señor y ser fieles a la misión que Él nos confía para
construir tu Reino. Amén.

Segundo misterio: Meditamos en María que visita a su pariente Isabel.


El primer fruto de la presencia de Jesús en el seno de María es ponerse al servicio de los
demás. Sabe que Isabel la necesita y se pone en camino para ayudar. María se da cuenta de
las necesidades de los demás y se adelanta siempre en prestar generosamente su servicio.
Oremos en este misterio por todas las personas de nuestra comunidad que tienen que servir
a los demás: los que cuidan enfermos, los laicos comprometidos en apostolado, los
educadores, los maestros. Que el Señor suscite en la comunidad laicos generosos al servicio.
Todos: Virgen humilde y servidora, enséñanos a tener actitud de servicio, dándonos cuenta
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de las necesidades de los demás, y poniendo nuestras cualidades a disposición de los que nos
necesitan. Amén.

Tercer misterio: Meditamos en el nacimiento de Jesús en Belén.


María y José aceptan el proyecto de Dios sobre su vida, descubren Su Voluntad en el censo
del emperador romano, enfrentan el largo viaje a Belén y saber ver los misteriosos designios
del Señor en la precariedad en la que nace el Salvador. Jesús, el Hijo de Dios, obedeciendo a
la voluntad del Padre, acepta todas las consecuencias de su misión salvadora, naciendo en la
extrema pobreza de la carne humana. Oremos en este misterio por todos los jóvenes que están
llamados a una misión especial en la Iglesia, y por aquéllos que están en dificultad para
discernir su vocación, para que sean generosos en responder al Señor y aceptar las 20
condiciones que Dios les pide.
Todos: Te damos gracias, Dios, por Jesús, por María, por José, quienes con respuestas de fe
permiten que se realice la salvación. Danos la misma generosidad para enfrentar las
dificultades de la vida y ser fieles a los llamados que el Señor nos hace para colaborar en la
salvación del mundo. Amén

Cuarto misterio: Meditamos la presentación de Jesús en el Templo y la purificación de la


Virgen María.
Dice el Evangelio que cuando María y José presentaron a Jesús en el templo y ofrecieron un
par de palomas para la purificación legal de María, según lo que ordenaba la ley. El viejo
Simeón y la anciana Ana dijeron cosas fabulosas del niño. María «conservaba todas esas
cosas en su corazón» … María fue una mujer que sabía reflexionar, meditar, escuchar con
atención: vivía pendiente de las llamadas del Señor. Oremos en este misterio por todas las
mamás cristianas para que sepan inculcar desde la infancia a sus niños el amor a Dios, a
María y los eduquen a la oración y a la caridad.
Todos: Señor, queremos presentarte, junto a María, todos los niños de este mundo. Fortalece
y llena de amor el corazón de los adultos, para que no impidan que los niños se acerquen a
Ti. Amén

Quinto misterio: Meditamos en Jesús perdido y hallado en el Templo.


Jesús a la edad en la ley le daba ya independencia de los padres, se queda en el templo, al
regreso de una peregrinación a Jerusalén. María y José lo buscan por tres días, con angustia
y desconcierto. Cuando lo encuentran y le dirigen el amoroso reproche: «¿Por qué Hijo nos
has esto?» aceptan la respuesta de Jesús, aunque no la entienda del todo: «¿No sabían que
debo ocuparme de las cosas de mi Padre?». María y José son ejemplo para todos los padres
que respetan y ayudan a desarrollar la vocación de sus hijos. Oremos para que los padres de
familia ayuden a sus hijos a realizar la vocación de servicio que Dios les confía.
Todos: Señor, entra en el corazón de todas las familias, y dales la sabiduría para discernir la
vocación de cada uno, ayuda a los padres a ser generosos en alimentar en los hijos la
vocación. Amén

Misterios Dolorosos: martes y viernes.

Primer misterio: Meditamos en Jesús que agoniza en Getsemaní sudando sangre.


En el hombre Jesús, que tiene pavor y desconcierto frente a la suprema prueba de su misión
salvadora, tenemos la máxima expresión humana del Hijo de Dios: «Padre, si puedes, que
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pase de mí este cáliz amargo… ¡Pero que se cumpla Tu voluntad, y no la mía!» ¡Cuántos
sacerdotes experimentan miedo e incertidumbre frente a su misión! ¡Cuántos jóvenes tienen
miedo de responder a Dios con su Sí decidido! En este misterio pensemos en la soledad del
misionero, oremos por los sacerdotes y religiosos en crisis, por los jóvenes que por miedo no
dan su vida a Dios y a su servicio. Oremos para que los padres de familia ayuden a sus hijos
a realizar la vocación de servicio que Dios les confía.
Todos: Señor, ayúdanos a poner la voluntad de Dios como motivación principal de las
decisiones en nuestra vida, y danos el valor de Cristo Jesús para realizar nuestra misión
cristiana. Amén.

Segundo misterio: Meditamos en Jesús que fue azotado. 21


Hoy, como ayer, para el justo no hay honores, sino azotes. El mundo rechaza al profeta, a
quien vive y habla la verdad, la justicia y el Amor. En muchas partes del mundo se continúa
condenando y torturando a los discípulos de Jesús: sacerdotes, religiosas, catequistas,
misioneros… Jesús que sufre silenciosa y valientemente la condena y la tortura, es guía,
camino y consuelo de quien quiere ser apóstol de su Palabra y de su Vida. Pensemos en este
misterio en todos los mártires de América Latina, en los sacerdotes y misioneros torturados
a causa de su vocación y misión profética.
Todos: Señor, que la sangre salpicada de Cristo en su flagelación, junto a la sangre de todos
los mártires que han ofrecido su sangre por Ti, sea semilla de nuevos jóvenes apóstoles que
no teman el sacrificio y se comprometan con el Evangelio de Jesús. Amén.

Tercer misterio: Meditamos en Jesús que fue coronado de espinas.


Un manto rojo escarlata, una corona hecha de largas espinas, una caña en sus manos a modo
de cetro y está completada la burla. Pero Jesús no es el rey de la burla. ¡Él es el Rey de verdad,
aunque su Reino no es de este mundo! Esos hombres que coronan a Cristo son
inconscientemente el instrumento divino para proclamar a Cristo Jesús como Rey y Señor de
la historia. Pensemos que los que seguimos a Cristo nos comprometemos a construir su
Reino. Oremos para que en la Iglesia no falten «ministros» para este Reino de Dios.
Todos: Señor Jesús, suscita y atrae hacia Ti a muchos jóvenes y adultos con vocación a
construir tu Reino del Evangelio sobre la Tierra. Danos, Señor el valor de enfrentar las
espinas y las burlas de un mundo que está falto de vocaciones jóvenes que sepan dar una
respuesta generosa. Amén.

Cuarto misterio: Meditamos en Jesús que camina con la cruz al Calvario.


«Quien quiere venir tras de mí, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz, y me siga». Jesús
va adelante; detrás de Él van los discípulos que cargan sus cruces de la misión salvadora,
comprometidos en «sufrir lo que falta a la pasión del Cristo». En este camino el discípulo no
está solo: la dulce presencia de María reconforta en las debilidades y en las caídas. La figura
del Cirineo, en el Vía Crucis de Jesús, nos compromete a arrimar el hombro para ayudar a
Cristo en su misión salvadora. Oremos en este misterio, para que se multipliquen los Cirineos,
los que asuman los sufrimientos de los demás, en la sublime vocación sacerdotal y misionera.
Todos: Madre Santísima María, Virgen Dolorosa, continúa acompañando y alentando a tu
Hijo Jesús, en la persona de sus discípulos. Danos valor para saber aliviar y compartir las
cruces y el dolor de los que sufren más que nosotros. Amén.
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Quinto misterio: Meditamos en Jesús que muere en la cruz.


«No hay amor más grande del que da la vida por sus amigos» … Jesús da la suprema prueba
de su amor aceptando morir para darnos su misma vida divina. Antes de entregar su vida.
Jesús pronuncia algunas palabras que dan mayor sentido a su amor y entrega: «Tengo sed»,
grita en su agonía. Es la sed que el Hijo de Dios siente por la salvación, la sed de almas. Es
la sed de personas que le sigan de cerca y se hagan colaboradores del Evangelio. Y antes de
morir, su última palabra es: «Todo está cumplido»: la misión que le dio el Padre está realizada
a cabalidad, todo se llevó a plenitud, todo se hizo según el deseo del Padre.
Todos: Señor Jesús, da a cada uno de nosotros esa sed de almas que nos comprometa más en
tu seguimiento. Y Tú, Madre, que recibiste a tu Hijo desclavado, que nos recibiste a cada uno
como hijos de los labios de Cristo crucificado, da valor a los jóvenes llamados a cumplir su 22
misión a cabalidad. Que cada cual, en el ocaso de nuestra vida, podamos exclamar: ¡Todo,
¡Señor, está cumplido! Amén

Misterios Luminoso: jueves

Primer misterio: Meditamos en el bautismo de Jesús a la orilla del Jordán.


Jesús después de 30 años vividos en familia, en Nazaret, emprende el camino de su misión.
Pronto tomará él mismo el timonel del grupo, pero antes es consagrado por el Padre en el río
Jordán. El Bautismo de Jesús nos recuerda nuestro Bautismo y nuestra Confirmación.
Nosotros también como Jesús, hemos sido consagrados y llamados a una misión. Oremos por
todos los laicos que son llamados por el Bautismo y la Confirmación a llevar el buen sabor
del Evangelio en la familia, en el trabajo, en la sociedad y en el mundo.
Todos: Señor, que nos has dado en el Bautismo la dignidad de ser tus hijos, miembros vivos
del Cuerpo de tu Hijo Jesús, danos la fuerza de tu Espíritu, que nos consagra y nos llama a
ser testigos de tu Reino. Ayúdanos a vivir nuestro Bautismo, en el compromiso y adhesión a
tu Hijo Jesús. Amén.

Segundo misterio: Meditamos en Jesús y María que participan en las bodas de Caná y en el
primer milagro del agua transformado en vino.
Jesús, invitado a una boda de parientes de su madre, María, bendice y santifica el amor entre
hombre y mujer, poniendo la alegría del «vino nuevo», o sea del Evangelio, dentro de este
misterio del amor en el matrimonio. Hoy más que nunca el amor matrimonial necesita la
bendición de Dios y la fuerza del Espíritu, para que los novios y esposos vivan el amor como
una vocación y una misión. Oremos por todos los novios y esposos, para que vivan el
matrimonio como una verdadera vocación, un llamado de Dios a ser testigo de su Amor,
promotores de la Vida y de la Comunión en el amor.
Todos: Señor, ponemos en tus manos esta vocación tan especial y maravillosa del
matrimonio. Cambia, con la intercesión de María, el agua de nuestras experiencias humanas
en el vino nuevo de un amor vivido desde Cristo Jesús. Te encomendamos todos los
matrimonios para que realicen su vocación al amor, promuevan la vida y los valores de la
familia. Amén.

Tercer misterio: Meditamos en el anuncio del Reino y en la predicación de Jesús.


Jesús tiene siempre más clara la vocación y la misión de su vida: anunciar el Amor de Dios,
vivir y construir el Reino de su Padre en el mundo. Hoy también la Iglesia nos llama con
fuerza e insistencia a tomar conciencia de nuestra vocación y misión en el mundo: continuar
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el camino de Jesús construyendo su Reino. Oremos por todos los cristianos, sobre todo los
jóvenes, para que descubran su vocación cristiana de comprometerse en construir el Reino
de Jesús, que es reino de Verdad y de Justicia, de Amor y de Paz.
Todos: Señor, frente a los tantos retos y problemas de nuestra sociedad, Tú nos confías la
misión de anunciar un estilo de vida diferente, con la esperanza de construir una sociedad
más fraterna y humana. Ayúdanos y danos el valor para anunciar tu Evangelio, tu estilo de
vida y tu Reino a nuestro alrededor. Amén.

Cuarto misterio: Meditamos en la transfiguración de Jesús en el Monte Tabor.


La iglesia ha visto el evento de la transfiguración de Jesús como un ícono de la vida
consagrada. Jesús transfigura la realidad humana en luz de Vida, así es como los religiosos 23
son llamados a vivir esta transfiguración de la vida humana en Reino de Dios, conformando
su vida a Cristo Jesús. Oremos por todos los religiosos y religiosas par que sean fieles a su
vocación de profetas y testigos de Cristo Jesús, y pidamos al Señor que muchos jóvenes se
sientan llamados a la Vida Consagrada en todas sus formas.
Todos: Cristo Jesús, atrae hacia Ti a muchos jóvenes que te sigan de cerca consagrando a Ti
su vida en la vida consagrada. Ayuda a todas las personas consagradas a transfigurar las
realidades terrenas den luz de esperanza y en bienes del Reino. Amén.

Quinto misterio: Meditamos en el misterio de la Última Cena y la primera Eucaristía.


Nos acercamos con reverencia y gratitud al misterio de Jesús que se entrega en la Eucaristía
y llama a sus discípulos a celebrar la memoria de su amor y de su presencia. La vocación
sacerdotal es la que permite que esto se realice, cuando nos reunimos en el nombre de Jesús
para celebrar la Cena del Señor. Oremos por los sacerdotes y por las vocaciones sacerdotales.
Pidamos a Dios que muchos jóvenes respondan al Señor que los llama a ser los pastores de
su Iglesia.
Todos: Señor, gracias por llamar a muchos a continuar la misión de Jesús en el mundo, y no
haces faltar pastores a tu Iglesia. Llama siempre, llama a muchos, para que no falten pastores
en las comunidades y no falte el apoyo de las comunidades a sus pastores. Amén.

Misterios Gloriosos: miércoles y domingos.

Primer misterio: Meditamos en la resurrección de Jesús.


Hoy, como ayer y siempre, Jesús vive. Es el Dios de la vida y de la alegría, el Dios de la
comunidad que renace cada día en la esperanza. Jesús con su resurrección es la garantía la
Vida Nueva. La vida engendra vida: los que tenemos la vida de Cristo, estamos en el deber
de entregar vida a otros, para que vivan en Cristo y crezca la comunidad. Pensemos en este
misterio en la responsabilidad de los padres en dar a los hijos no sólo la vida física, sino
también la vida de la fe, y una orientación cristiana y vocacional.
Todos: Madre nuestra Santísima, Tú que has compartido la alegría de la Vida Nueva en Cristo
tu Hijo, ayuda a los jóvenes a encontrar la plenitud de la vida que buscan, en Jesús
Resucitado, y lo sigan en las exigencias de su llamado. Amén.

Segundo misterio: Meditamos en la ascensión de Jesús a la derecha del Padre.


Mientras deja la tierra, Jesús confía a sus discípulos la misión de predicar el Evangelio a
todas las gentes. Desde ese momento la Iglesia es misionera, todo cristiano es constituido
misionero de su fe. Jesús nos ha prometido estar siempre con nosotros, pero nos deja la
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responsabilidad de continuar su misión en el mundo. Nosotros somos las manos, los pies, los
labios, los ojos, el corazón del Señor. Oremos en este misterio para que el Evangelio llegue
a todos los pueblos, y el Señor suscite en los jóvenes más sensibles, la vocación misionera.
Todos: Señor Jesús, que estás glorioso a la derecha del Padre, acércate al corazón de muchos
y envíalos a llevar el Amor de Dios a todos los pueblos de la tierra. Amén.

Tercer misterio: Meditamos en la bajada del Espíritu Santo sobre María y los apóstoles.
«El Espíritu Santo, dice San Pablo, infunde sus dones especiales a cada uno, para la
edificación de toda la Iglesia». Como a los apóstoles, el Espíritu Santo da a cada uno de
nosotros sus dones para que los aprovechemos en servicio de la Iglesia. Pensemos en este
misterio en los varios dones que el Espíritu Santo da a cada uno de nosotros, y recemos para 24
que todos sepamos discernir nuestra misión particular en la Iglesia.
Todos: Señor, concédenos la gracia de poder discernir qué quieres de cada uno de nosotros,
cuál es tu voluntad para nuestras vidas, y danos el valor para responder a ese llamado y ser
fieles a nuestra vocación para llevar a cabo la misión que nos encomiendes. Amén.

Cuarto misterio: Meditamos en la asunción de María Santísima al cielo María, la Virgen


fiel a su vocación en todo momento de su vida, es llevada junto a su Hijo Jesús, realizando
en plenitud el proyecto que Dios tenía sobre Ella. La vida de María fue siempre un SÍ: cuando
el Señor dice algo, Ella acepta; cuando el Señor habla, Ella escucha; cuando el Señor pide,
Ella ejecuta de inmediato. Por eso recibe del Señor lo que todo cristiano aspira y espera: la
glorificación del cuerpo y el alma, en su Reino. Oremos en este misterio a María por los
aspirantes al sacerdocio, los que están formándose en los seminarios y las casas de formación,
para que imiten a María y se alegren de ser, como Ella, portadores de la Gracia y de la
Salvación.
Todos: Virgen María, ensalzada y llevada al cielo por tu fidelidad al Señor, ayúdanos a
conocer la voluntad de Dios sobre nuestra vida y danos la mano para que podamos realizarla
con valor y generosidad. Amén.

Quinto misterio: Meditamos en María reina del universo y la gloria de san José y de todos
los santos.
La Inmaculada Virgen María ha sido exaltada como Reina del Universo para estar
plenamente unida a Cristo su Hijo. Los bautizados, como María, son llamados a vivir unidos
a Cristo en la santidad, en la plenitud de la vida cristiana, en la perfección del amor. La
santidad es la vocación fundamental de todos los cristianos. Oremos en este misterio por
todos los bautizados, para que cada uno llegue a realizar su vocación cristiana a la santidad.
Todos: Señor, Dios nuestro, que nos llamas a ser Santos, como Tú eres Santo, te pedimos por
todos los bautizados, especialmente los jóvenes y los padres de familia, para que se
comprometan a vivir su vocación universal a la santidad. Amén.
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Letanía Vocacional

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.


Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios Padre Celestial, Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, 25
Santa María, madre de Dios, Ruega por los llamados
Madre del sí a Dios,
Madre de la Esperanza,
Madre del Amor,
Madre dócil a la Palabra,
Madre de la luz,
Madre de la Iglesia,
Madre modelo a seguir,
Madre de los matrimonios,
Madre de la vida consagrada,
Madre de las religios@s,
Madre de los seminaristas,
Madre de los sacerdotes,
Madre generosa,
Madre de bondad,
Reina de la fe,
Reina de la creación,
Reina de los santos,
Reinad de los profetas
Reina de los mártires
Reina de la juventud,
Virgen de la escucha,
Virgen fiel,
Vasija del amor de Dios,
Arcilla que se deja modelar,
Estrella de salvación,
Esclava de Dios,
Modelo de entrega a Dios,
Modelo de esposa y madre,
Fiel discípula de Jesús,
Portadora del Evangelio,
Ideal de santidad,
Templo del Espíritu Santo,

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


perdónanos, Señor.
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Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración final:
Padre de misericordia, que has entregado a tu Hijo por nuestra salvación y nos sostienes
continuamente con los dones de tu Espíritu, concédenos comunidades cristianas vivas,
fervorosas y alegres, que sean fuentes de vida fraterna y que despierten entre los jóvenes el 26
deseo de consagrarse a Ti y a la evangelización.
Sostenlas en el empeño de proponer a los jóvenes una adecuada catequesis vocacional y
caminos de especial consagración. Dales sabiduría para el necesario discernimiento de las
vocaciones de modo que en todo brille la grandeza de tu amor misericordioso. Que María,
Madre y educadora de Jesús, interceda por cada una de las comunidades cristianas para que,
hechas fecundas por el Espíritu Santo, sean fuente de auténticas vocaciones al servicio del
pueblo santo de Dios. Amén.
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4.3 Hora Santa Vocacional

Primer esquema:
Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Sea para siempre
bendito y alabado.

Canto
Dios está aquí,
tan cierto como el aire que respiro,
tan suave como en la mañana se levanta el sol,
tan cierto que cuando le hablo él me puede oír. 27

Dios está aquí,


el campo y las montañas lo proclaman,
las flores con colores, lo reflejan,
tan cierto que cuando le hablo él me puede oír.

Dios está aquí,


las aves con el viento lo alaban,
las nubes con el sol, nos lo demuestran,
tan cierto que cuando le hablo él me puede oír.

Dios está aquí,


su Espíritu desciende en cada uno,
su Espíritu desciende y purifica,
tan cierto que cuando le hablo él me puede oír.

Dios está aquí,


lo siento en el silencio de mi alma,
su Espíritu me inspira a bendecirle,
tan cierto que cuando le hablo él me puede oír.

Dios está ahí,


desciende y se convierte en pan de vida,
su Sangre me libera y me transforma,
tan cierto que cuando lo tomo su paz queda en mí.

Monición inicial
Bienvenidos a este momento de oración por las vocaciones a la vida sacerdotal y a la vida
consagrada, nos encontramos en la presencia de Dios, los invitamos a entrar en su corazón,
donde Dios nos espera e iniciamos un diálogo con Él. ¿Qué le digo? Señor inicio
compartiéndote cómo me siento al inicio de mi oración, soy consciente que tú lo sabes todo
y me conoces, sabes cómo me siento hoy, una vez más, me recibes con alegría y me abrazas
con misericordia. Ayúdame, oh mi Dios a encontrar en estos próximos minutos un corazón
dócil a tu gracia y permíteme mirar con tus ojos y amar con tu corazón, a cualquier persona
con la que me encuentre hoy.
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Liturgia de la Palabra
Nos disponemos a escuchar la Palabra de Dios, haremos una lectura sin prisa, que nos permita
reflexionar en el significado literal del texto, consideramos de gran ayuda escribir o
detenernos a meditar en todo aquello que toque su corazón y los motive a realizar alguna
tarea concreta.

Primera Lectura
1 Samuel (3, 1-10).
En los tiempos en que el joven Samuel servía al Señor a las órdenes de Elí, la palabra de Dios 28
se dejaba oír raras veces y no eran frecuentes las visiones. Los ojos de Elí se habían debilitado
y ya casi no podía ver. Una noche, cuando aún no se había apagado la lámpara del Señor,
estando Elí acostado en su habitación y Samuel en la suya, dentro del santuario donde se
encontraba el arca de Dios, el Señor llamó a Samuel y éste respondió: “Aquí estoy”.
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?” Respondió
Elí: “Yo no te he llamado. Vuelve a acostarte”. Samuel se fue a acostar. Volvió el Señor a
llamarlo y él se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me llamaste?”
Respondió Elí: “No te he llamado, hijo mío. Vuelve a acostarte”. Aún no conocía Samuel al
Señor, pues la palabra del Señor no le había sido revelada. Por tercera vez llamó el Señor a
Samuel; éste se levantó, fue a donde estaba Elí y le dijo: “Aquí estoy. ¿Para qué me
llamaste?”
Entonces comprendió Elí que era el Señor quien llamaba al joven y dijo a Samuel: “Ve a
acostarte, y si te llama alguien, responde: ‘Habla, Señor; tu siervo te escucha”. Y Samuel se
fue a acostar. De nuevo el Señor se presentó y lo llamó como antes: “Samuel, Samuel”. Éste
respondió: “Habla, Señor; tu siervo te escucha”.

Palabra de Dios.
Todos: Te alabamos, Señor.

Salmo 15
R. Tú, Señor, eres mi herencia.

L. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: “Tú eres mi bien”. El Señor
es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. / R.
L. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo
siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. / R.
L. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia de alegría perpetua
a tu derecha. / R.

Evangelio de San Juan (1, 35-51).


En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús,
que pasaba, dijo: “Éste es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos, al oír estas palabras,
siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué
buscan?” Ellos le contestaron: “¿Dónde vives, Rabí?” (Rabí significa ‘maestro’). Él les dijo:
“Vengan a ver”.
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Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la
tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista
decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le
dijo: “Hemos encontrado al Mesías” (que quiere decir ‘el Ungido’). Lo llevó a donde estaba
Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás
Kefás” (que significa Pedro, es decir ‘roca’).
Al día siguiente determinó Jesús ir a Galilea, y encontrándose a Felipe, le dijo: “Sígueme”.
Felipe era de Betsaida, la tierra de Andrés y de Pedro. Felipe se encontró con Natanael y le
dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas.
Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Natanael replicó: “¿Acaso puede salir de Nazaret algo
bueno?” Felipe le contestó: “Ven y lo verás”. 29
Cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verda­dero israelita en el que
no hay doblez”. Natanael le preguntó: “¿De dónde me conoces?” Jesús le respondió: “Antes
de que Felipe te lla­mara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Nata­nael:
“Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees,
porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después
añadió: “Yo les asegu­ro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre
el Hijo del hombre”.

Palabra del Señor.


Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión
Dejaremos un momento en silencio para meditar en la Palabra de Dios que hemos escuchado,
imaginamos un momento particular tomado del pasaje bíblico: nos metemos en el pasaje
bíblico con la imaginación para mirar, sentir, tocar el misterio de la vida de Cristo. Aplicamos
la Palabra de Dios a nuestras vidas: me pregunto ¿Qué significa esta Palabra para mi vida y
para el momento que estoy viviendo?
Ahora, los invitamos a Contemplar a Jesús presente en la Hostia Consagrada, los animamos
a dialogar con Jesús, como cuando un amigo habla a un amigo: diálogo con Dios siendo
consciente de que soy su hijo amado, imagino a Dios delante de mí, hago un diálogo
espontáneo, para pedirle un favor, pedirle perdón, manifestándole mis problemas y mis
miedos, pidiéndole un consejo, trato de entender los sentimientos que Dios tiene por mí, trato
de escuchar la voz de Dios en lo profundo de mi corazón.
Finalmente, evaluó mis pensamientos, las luces, los sentimientos que han surgido en mí. Me
pregunto ¿cómo me he sentido? ¿Qué dificulta he tenido? Agradezco a Dios, le pido perdón
y le pido la luz del Espíritu Santo. Me llevo la tarea de continuar orando por las vocaciones
en mi oración personal o comunitaria.

Oración de los fieles


Dios escoge aquellos a quienes Él quiere, oremos al Señor para que envíe trabajadores a sus
campos:
TODOS: Señor, confiamos en ti.

-Tú Señor, llamaste a Abraham para ser padre de muchas naciones, inspira a muchos
adolescentes y jóvenes a responder con valentía a tu llamada. Roguemos al Señor.
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-Señor, reconocemos tu grandeza y tu bondad, proporciona pastores a nuestra Diócesis, con


un corazón disponible para servir generosamente a tu pueblo. Roguemos al Señor.
-Señor confiamos en ti, tú eres formador de formadores, da el don de sabiduría a los
sacerdotes destinados a la formación de los seminaristas, futuros pastores de nuestra Iglesia
particular. Roguemos al Señor.
-Señor, abre los oídos de tus elegidos, concédeles el don de la escucha, la cercanía y el
acompañamiento a la comunidad parroquial. Roguemos al Señor.
-Señor, en tu pedagogía divina, has elegido sacerdotes para ofrecer el santo y vivo sacrificio,
te pedimos por la santidad de los sacerdotes de nuestra Diócesis. Roguemos al Señor.
-Señor, te pedimos por los sacerdotes que has llamado a tu presencia que luzca para ellos tu
luz eterna. Roguemos al Señor. 30

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro…

Oración por las vocaciones


Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción
de tu grey amada. Señor, gemimos en orfandad, danos vocaciones, sacerdotes, religiosos,
religiosas, misioneros y laicos santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de
Acahuato, tu dulce y Santa Madre. Oh, Jesús, danos vocaciones según tu corazón. Jesús que
te has donado en la Eucaristía, escucha nuestra oración. Amén.

Bendición con el Santísimo:


Nos diste Señor el Pan del Cielo. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Señor Jesucristo,
que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de Tú pasión, te pedimos nos
concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de Tú Cuerpo y de Tú Sangre, que
experimentemos constantemente en nosotros el fruto de Tú Redención. Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos. Amén.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su santa e inmaculada concepción.
Bendita sea su gloriosa asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
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Hora Santa Vocacional


Segundo esquema:
Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Sea para siempre
bendito y alabado.

Canto
Señor, toma mi vida nueva,
antes de que la espera desgaste años en mi
estoy dispuesto a lo que quieras, no importa lo que sea,
tu llámame a servir.
31
Llévame donde los hombres, necesiten tus palabras
necesiten mis ganas de vivir
donde falte la esperanza, donde falte la alegría
simplemente por no saber de ti.

Te doy mi corazón sincero para gritar sin miedo, lo hermoso que es tu amor
señor, tengo alma misionera, condúceme a la tierra, que tenga sed de Dios.

Llévame...

Y así en marcha iré cantando, por pueblo predicando tu grandeza señor


tendré mis brazos sin cansancio, tu historia entre mis labios tu fuerza en la oración

Monición
Bienvenidos a este momento de oración por las vocaciones a la vida sacerdotal y a la vida
consagrada, nos encontramos en la presencia de Dios, los invitamos a entrar en su corazón,
donde Dios nos espera e iniciamos un diálogo con Él. ¿Qué le digo? Señor inicio
compartiéndote cómo me siento al inicio de mi oración, soy consciente que tú lo sabes todo
y me conoces, sabes cómo me siento hoy, una vez más, me recibes con alegría y me abrazas
con misericordia. Ayúdame, oh mi Dios a encontrar en estos próximos minutos un corazón
dócil a tu gracia y permíteme mirar con tus ojos y amar con tu corazón, a cualquier persona
con la que me encuentre hoy.

Liturgia de la Palabra
Nos disponemos a escuchar la Palabra de Dios, haremos una lectura sin prisa, que nos permita
reflexionar en el significado literal del texto, consideramos de gran ayuda escribir o
detenernos a meditar en todo aquello que toque su corazón y los motive a realizar alguna
tarea concreta.

Primera Lectura
Jeremías (1, 4-19).
Me llegó una palabra de Yavé: Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes
de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones. Yo exclamé:
'Ay, Señor, Yavé, ¡cómo podría hablar yo, que soy un muchacho!' Y Yavé me contestó: 'No
me digas que eres un muchacho. Irás adondequiera que te envíe, y proclamarás todo lo que
yo te mande.
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No les tengas miedo, porque estaré contigo para protegerte, palabra de Yavé. Entonces Yavé
extendió su mano y me tocó la boca, diciéndome: 'En este momento pongo mis palabras en
tu boca. En este día te encargo los pueblos y las naciones: Arrancarás y derribarás, perderás
y destruirás, edificarás y plantarás.
Me llegó una palabra de Yavé: '¿Reconoces esta visión? Yo dije: 'La rama es del árbol que
llaman alerta. Yavé respondió: 'No te equivocas, pues yo estoy así alerta a mi palabra, para
cumplirla. Luego me llegó una palabra de Yavé: '¿Qué estás viendo?' Y contesté: 'Veo una
olla echando espumas, y la cosa viene del norte.
Yavé me dijo: 'Del norte se viene derramando el desastre, y alcanzará a todos los habitantes
de este país. Pues estoy llamando a todos los reinos del norte, palabra de Yavé. Aquí vienen
y cada uno de ellos establece sus cuarteles frente a una de las entradas de Jerusalén, frente a 32
sus murallas y frente a las ciudades de Judá. Voy a hacer justicia con este pueblo que me ha
dejado para hacer el mal; ha quemado incienso a dioses extranjeros, y se ha puesto a servir a
dioses que ellos mismos se fabricaron.
Tú, ahora, muévete y anda a decirles todo lo que yo te mande. No temas enfrentarlos, porque
yo también podría asustarte delante de ellos. Este día hago de ti una fortaleza, un pilar de
hierro y una muralla de bronce frente a la nación entera: frente a los reyes de Judá y a sus
ministros, frente a los sacerdotes y a los propietarios. Ellos te declararán la guerra, pero no
podrán vencerte, pues yo estoy contigo para ampararte. Palabra de Dios.

Salmo 99
R. Tú, Señor, eres Santo.
L. El Señor reina, tiemblan los pueblos; monta en querubines, la tierra se estremece.
En Sión el Señor es muy grande, exaltado por encima de todos los pueblos. Que celebran tu
nombre grande y terrible: ¡Él es Santo! / R.
L. Rey poderoso, amante de la justicia, tú has establecido la rectitud, tú ejerces en Jacob el
derecho y la sentencia justa. / R.
L. Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante la tarima de sus pies: ¡Él es Santo! Moisés
y Aarón eran sus sacerdotes, Samuel también invocaba su nombre: invocaban al Señor y él
les respondía. / R.
L. De la columna de nube les hablaba, guardaban sus órdenes, las leyes que les dio. Oh Señor,
nuestro Dios, tú les respondías, tú eras para ellos un Dios tolerante, pero no les dejabas pasar
nada. / R.
L. Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante su santo monte: ¡Santo es el Señor nuestro
Dios! / R.

Evangelio de San Lucas (9, 23-27).


También Jesús decía a toda la gente: 'Si alguno quiere seguirme, que se niegue a sí mismo,
que cargue con su cruz de cada día y que me siga. Les digo: el que quiera salvarse a sí mismo,
se perderá; y el que pierda su vida por causa mía, se salvará. ¿De qué le sirve al hombre ganar
el mundo entero si se pierde o se disminuye a sí mismo?
Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, también el Hijo del Hombre se avergonzará
de él cuando venga en su gloria y en la gloria de su Padre con los ángeles santos. En verdad
les digo que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto el Reino de Dios.
Palabra del Señor.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
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Reflexión
Dejaremos un momento en silencio para meditar en la Palabra de Dios que hemos escuchado,
imaginamos un momento particular tomado del pasaje bíblico: nos metemos en el pasaje
bíblico con la imaginación para mirar, sentir, tocar el misterio de la vida de Cristo. Aplicamos
la Palabra de Dios a nuestras vidas: me pregunto ¿Qué significa esta Palabra para mi vida y
para el momento que estoy viviendo?
Ahora, los invitamos a Contemplar a Jesús presente en la Hostia Consagrada, los animamos
a dialogar con Jesús, como cuando un amigo habla a un amigo: diálogo con Dios siendo
consciente de que soy su hijo amado, imagino a Dios delante de mí, hago un diálogo
espontáneo, para pedirle un favor, pedirle perdón, manifestándole mis problemas y mis
miedos, pidiéndole un consejo, trato de entender los sentimientos que Dios tiene por mí, trato 33
de escuchar la voz de Dios en lo profundo de mi corazón.
Finalmente, evaluó mis pensamientos, las luces, los sentimientos que han surgido en mí. Me
pregunto ¿cómo me he sentido? ¿Qué dificulta he tenido? Agradezco a Dios, le pido perdón
y le pido la luz del Espíritu Santo. Me llevo la tarea de continuar orando por las vocaciones
en mi oración personal o comunitaria.

Oración de los fieles


Señor Jesucristo, modelo de todo ser humano, en este día de gracia, sabemos cómo hay
diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un mismo
Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. Por eso
elevemos confiadamente nuestras súplicas a Dios Padre por la palabra de Jesús, para que
envíe sobre nosotros su Espíritu que nos hace servidores de los hermanos.

TODOS: Señor, escucha nuestra oración.

-Señor, te pedimos por nuestros adolescentes y jóvenes para que estén en grado de escuchar
tu voz, descubrir su vocación a la vida sacerdotal o a la vida consagrada. Roguemos al Señor.
-Señor, concédenos que siempre tengamos sacerdotes fieles que proclamen el Santo
Evangelio y ofrezcan Tú Cuerpo y Sangre por la salvación del mundo. Roguemos al Señor.
-Señor, te pedimos que los seminaristas como servidores del Evangelio, estén siempre
disponibles y cercanos para guiar a los huérfanos, consolar a los enfermos, ayudar a los
ancianos y débiles. Roguemos al Señor.
-Te pedimos Señor, para que el Papa, obispos y sacerdotes anuncien a los jóvenes siempre el
mensaje de vida y amor que tú nos pides Señor. Roguemos al Señor.
-Señor, te pedimos que, en nuestra Diócesis de Apatzingán, haya misioneros que anuncien
Tú Evangelio, invitando a todas las gentes a entrar en Tú Reino y para que las familias de
nuestra comunidad parroquial sean testigos del Evangelio. Roguemos al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Oh Señor, ilumina a muchos jóvenes generosos con la luz de Tú Santo Espíritu y por la
poderosa intercesión de tu amadísima Madre la Virgen María de Acahuato, aumenta el fervor
de Tú amor en estos corazones que Tú elijes para Tú servicio como sacerdotes, diáconos,
religiosos o religiosas. Te lo pedimos por Jesús buen Pastor y Siervo. Amén.
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las
palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro…
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Oración por las vocaciones


Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas, dígnate mirar con ojos de misericordia a esta porción
de tu grey amada. Señor, gemimos en orfandad, danos vocaciones, sacerdotes, religiosos,
religiosas, misioneros y laicos santos. Te lo pedimos por la inmaculada Virgen María de
Acahuato, tu dulce y Santa Madre. Oh, Jesús, danos vocaciones según tu corazón. Jesús que
te has donado en la Eucaristía, escucha nuestra oración. Amén.

Bendición con el Santísimo

Bendito sea Dios.


Bendito sea su santo nombre. 34
Bendito sea Jesucristo, Dios y verdadero hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su santa e inmaculada concepción.
Bendita sea su gloriosa asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.
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4.4 Viacrucis Vocacional

Objetivo: Recorrer con Jesús el camino de la cruz, intentando contemplar y experimentar su


entrega a los hombres por amor; así como el dolor que sufre para salvarnos del pecado y del
mal. Esa contemplación debe convertirse en una incitación al seguimiento.

Esquema de cada estación:


1. Invocación.
2. Monición.
3. Evangelio - momento de meditación
4. Oración - Padre Nuestro. 35
5. Canto.
Previstos:
• Recorrido del vía crucis, así como localizar los lugares donde se van a realizar las
estaciones.
• La Cruz Vocacional
• Cruces para los jóvenes que participan
• Papeles para escribir las anotaciones personales que se realicen
• Bolígrafos
• Colocar los papeles junto a la Cruz Vocacional
Monición:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Lectura Bíblica (Mc 14, 34-36).
«Jesús entonces les dijo: “Siento una tristeza mortal; quedaos aquí velando”. Se adelantó un
poco, se postró en tierra y oraba a Dios pidiendo que, si era posible, se alejara de él aquella
hora. Decía: “Abba, Padre, tú lo puedes todo, aparta de mí este cáliz. Pero no se haga mi
voluntad, sino la tuya”».
Meditación
«Padre, si es posible que este cáliz pase de mí, pero no se haga mi voluntad sino la tuya» (cf.
Mc 14, 36). Estas son las palabras que pronunció Jesús en Getsemaní, dando auténtico inicio
a su pasión y expresando su oración de obediencia, incluso hasta la muerte.
Oración
Oh Padre, que nos llamas a velar con Jesús en la hora de la prueba, reconocemos ante Ti
nuestras miserias y nuestros miedos, pero a Ti todo es posible: danos la fuerza para seguir
fielmente a tu Hijo amado por el camino de cruz. Él que vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén

Primera estación: Jesús es condenado a muerte


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (cf Mt 27, 1-2.26; Mc 15, 1; Jn 19, 1)
«Las autoridades religiosas, con los ancianos del pueblo se reunieron en consejo contra Jesús
para condenarlo a la muerte. Y así, después de arrestarle, lo entregaron a Pilato, gobernador
romano. Pilato, después de ordenar que le flagelaran, mandó que lo crucificaran».
Meditación
La actitud más profunda de la figura de Jesús condenado es su obediencia filial hasta el fin,
que le lleva a abandonarse a sí mismo en las manos del Padre como cumplimiento de la
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misión recibida. De este modo, nos enseña también a nosotros cómo hemos de ser para
realizarnos como personas delante de Dios, y cómo entrar en su muerte y resurrección para
ser plenamente reconciliados con Dios y convertirnos en sembradores de paz y de
reconciliación.
Invocaciones
Jesús nos llama a seguirlo más de cerca y con su obediencia nos señala el camino que hemos
de seguir para ser, como Él, sembradores de paz y de reconciliación. Digamos todos a una
sola voz: Haznos sembradores de paz.
- Señor Jesús, haz que no nos venza el miedo ante el camino estrecho que Tú nos propones.
Oremos
- Señor Jesús, haznos obedientes al Padre como Tú lo fuiste, para llevar al mundo la buena 36
nueva del Reino. Oremos
- Señor Jesús, haz que acojamos la misión que Tú quieres confiarnos como un don y un
compromiso por los demás. Oremos
Oración
Concédenos, oh Padre, el poder situarnos junto a Jesús y no del lado de los que condenan a
los otros, de manera que nuestro seguimiento, iluminado por la luz del Espíritu Santo, sea un
signo de paz y de reconciliación para la humanidad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Segunda estación: Jesús carga con la cruz a cuestas


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (Mt 27,27-31)
«Los soldados del gobernador condujeron a Jesús hacia el pretorio, después de haberlo
escarnecido, lo despojaron de su manto, le obligaron a vestirse de nuevo con sus propias
ropas y lo sacaron afuera para crucificarlo».
Meditación
Es imposible comprender la Cruz de Cristo, el cristiano y la Cruz, sin hacer un camino
espiritual. La Cruz no tiene sentido para aquellos que sólo ponen su confianza en la eficacia
de los medios materiales, técnicos o meramente sociales. La Cruz no tiene sentido para
quienes no quieren abrir espacios en su vida a la profundidad y a la solidaridad, ni para los
que creen que los problemas humanos pueden resolverse sin tocar a la persona humana, su
libertad, su corazón.
Invocaciones
El Señor Jesús, cargado con la cruz, se dirige hacia el Calvario y nos llama a su seguimiento.
Digamos unidos: Haz que te sigamos, Señor.
- Señor Jesús, haz que entendamos desde tu cruz el verdadero sentido de nuestra vida. Oremos
- Señor Jesús, abre nuestro corazón para que podamos dar espacio a la vida interior y acoger
tu evangelio de salvación. Oremos
-Señor Jesús, ayúdanos a responder con generosidad a tu invitación a seguirte, sobre todo en
las dificultades de la vida. Oremos
Oración
Infunde en nosotros, oh Padre, la sabiduría y la fuerza de tu Espíritu, para que caminemos
con Cristo por el camino de la Cruz, dispuestos a entregarte nuestra vida para mostrar al
mundo la presencia de tu Reino. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
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Tercera estación: Jesús cae por primera vez


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (Is 53,4.6)
«Él soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestros dolores, lo tuvimos por un contagiado,
herido de Dios y afligido. Él, en cambio, fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por
nuestros crímenes. Sobre él descargó el castigo que nos sana y con sus cicatrices hemos sido
sanados».
Meditación
Dios elimina el mal no ignorándolo ni eludiéndolo, sino asumiéndolo y transformándolo 37
desde dentro con el poder del amor. Permaneciendo junto a los hombres, aceptándolos y
perdonándolos, incluso cuando le prepararon la Cruz y le condenaron a muerte, Jesús revela
de qué manera alienta el amor del Padre, al que se adhiere con toda su obediencia filial: ni
siquiera la cruz ni la muerte consiguen que Dios se canse de amar a los hombres, ni que se
aleje de ellos, o se desentienda y los abandone a su propia suerte.
Invocaciones
El Señor nos llama a seguirlo por el camino de perdón y de la confianza en los hombres. La
vocación sacerdotal y consagrada es permanecer fieles a la Humanidad. Oremos unidos y
repitamos: Enséñanos, Señor, a amar como Tú nos has amado.
- Señor Jesús, trasforma con la fuerza de tu amor nuestro corazón duro y violento. Oremos
- Señor Jesús, danos la alegría de perdonar y de no cansarnos nunca de las debilidades propias
de nuestra humanidad. Oremos
- Señor Jesús, ayúdanos a no dejar caer nunca a un hermano cercano a nosotros, sin ofrecerle
nuestra ayuda y nuestro consuelo. Oremos
Oración
Padre misericordioso y fiel que amas a todas tus creaturas, danos tu Santo Espíritu de amor,
para que podamos seguir a tu hijo en aquella vocación que desde siempre tienes preparada
para cada uno de nosotros. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Cuarta estación: Jesús encuentra a su Madre


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (Jn 19,25-27)
«Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María de Cleofás y
María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y al lado al discípulo predilecto, dice a su madre:
“Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Después dice al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde
aquel momento el discípulo se la llevó a su casa».
Meditación
La madre de Jesús demostró sobradamente su adhesión a Dios, e hizo posible que, a través
de su humilde servicio, se manifestase el Reino de Dios desde la encarnación hasta la Cruz
y, después, en la comunidad cristiana primitiva. Gracias a su disponibilidad y su servicio
nació la Iglesia: También por el servicio generoso y desinteresado de muchos laicos cristianos
bautizados, de sacerdotes y obispos, de religiosos y religiosas cada uno desde su lugar la
Iglesia sigue siendo constantemente edificada, sostenida y extendida.
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Invocaciones
La vocación de María es la de ser madre de Dios y madre nuestra, de ella aprendemos la
humildad y el servicio. Con María, nuestra madre, elevamos al Señor nuestra súplica: Haz
que nos mantengamos siempre unidos a ti, Señor.
- Señor Jesús, que nos has dado a María como madre nuestra, mantennos siempre disponibles,
como ella lo estuvo, a tu plan de salvación sobre el mundo. Oremos
- Señor Jesús, haz que sepamos comprender la vocación a la cual nos llamas, aprendiendo a
confiar en tu providencia. Oremos
- Señor Jesús, que nos llamas y nos envías al mundo como discípulos tuyos, danos la alegría
de permanecer siempre fieles a tu amor. Oremos
Oración 38
Oh Padre, que, junto a tu Hijo, levantado en la cruz, has querido hacer presente a su Madre
dolorosa, haz que todos en la Santa Iglesia vivamos nuestra vocación según tu voluntad, para
llegar a ser un día partícipe de tu gloria en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Quinta estación: Simón de Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (Lc 23,26)
«Cuando conducían a Jesús al Calvario, agarraron a un tal Simón de Cirene, que volvía del
campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevara detrás de Jesús».
Meditación
La experiencia realista de la vida nos dice que el dolor, el sufrimiento, la muerte llenan
nuestra historia humana. Jesús no ha inventado la cruz, sino que la ha encontrado también en
su propio camino como cualquier persona humana. La novedad que él ha introducido ha sido
la de poner en esa cruz una semilla de amor. De esta manera la cruz se ha convertido en la
vía segura que nos lleva a la vida, en mensaje de amor, en fuente de calor transformante para
cada persona. Es ésa la cruz de Jesús.
Invocaciones
Cada vez que tornamos a nuestras actividades de cada día encontramos en ellas a Jesús que
sigue cargando con la cruz para nuestra salvación. Es ése el encuentro más importante de
nuestra vida. Y siguiéndole a él, Nazareno penitente, aprendemos a amar en verdad a Dios
Padre y a los hermanos. Digamos todos unidos: Tómanos contigo, Señor, en tu camino.
- Señor Jesús, has asumido la cruz por amor nuestros, haznos comprender el sentido de lo
que has hecho por nosotros. Oremos
- Señor Jesús, haz que, viviendo nuestras respectivas vocaciones, sepamos introducir una
semilla de amor en todo aquello que es nuestra cruz cotidiana. Oremos
- Señor Jesús, no dejes de llamarnos a tu seguimiento, incluso cuando nuestros oídos
permanezcan cerrados a tu mensaje de amor. Oremos
Oración
Oh Padre, que dar a cada uno una vocación diversa con el único objetivo de la caridad
perfecta, haznos fuertes en las pruebas, para que con el ejemplo de Cristo aprendamos a
compartir con nuestros hermanos el misterio del dolor iluminados por la esperanza que nos
salva. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
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Sexta estación: Una mujer enjuga el rostro de Jesús


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (2 Cor 4,6)
«El mismo Dios que mandó a la luz brillar en la tiniebla, iluminó vuestras mentes para que
brille en el rostro del Mesías la manifestación de la gloria de Dios».
Meditación
Solo con una mirada contemplativa y de adoración podemos llegar a comprender que la
entrega de Jesús en la cruz, su entrega al Padre y a los hombres y su autodonación al Padre
por nosotros, hacen brillar en Jesús la perfecta actitud de obediencia, de abandono y de amor.
Esta obediencia de Jesús, Hijo del Padre, hasta la muerte es la revelación coherente de su 39
modo filial de relacionarse con el Padre.
Invocaciones
En el gesto de compasión de la Verónica encontramos una vocación sublime: la de aliviar los
sufrimientos de los hermanos, en cuyos rostros encontramos el rostro mismo de Jesús, nuestro
hermano. Oremos unidos y digamos: Concédenos la alegría de seguirte, Señor.
- Señor Jesús, te contemplamos en tu entrega al padre por nosotros, haz que reconozcamos y
aprendamos de ti los rasgos del verdadero amor filial. Oremos
- Señor Jesús, haz que vivamos nuestra vocación como una incesante búsqueda y
reconocimiento de ti en el rostro de nuestros hermanos que sufren. Oremos
- Señor Jesús, danos un corazón puro para que podamos reconocer en lo más íntimo de
nuestro corazón el esplendor de tu gloria divina. Oremos
Oración
Padre santo, consolador de los afligidos, Tú iluminas el misterio del dolor y de la muerte con
la esperanza que resplandece en el rostro de Cristo; haz que respondamos a nuestra vocación
de permanecer íntimamente unidos a la pasión de tu Hijo, para que se manifieste en nosotros
la potencia de tu resurrección. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Séptima estación: Jesús cae por segunda vez


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (Fil 2,5-8)
«Tened los mismos sentimientos de Cristo Jesús, el cual, a pesar de su condición divina, no
hizo alarde de ser igual a Dios; sino que se vació de sí y tomó la condición de esclavo,
haciéndose semejante a los hombres. Y mostrándose en figura humana se humilló, se hizo
obediente hasta la muerte, una muerte en cruz».
Meditación
Jesús, en el misterio de su pasión y de su cruz, vive una obediencia a Dios con una entrega y
con un abandono que no se pierde por ningún rechazo que pueda encontrar por parte de quien
no es el Padre. Todos pueden estar en contra de él, y sin embargo él va adelante, firme y fiel
a su misión.
Invocaciones
Nuestra vocación necesita fidelidad para llevar a término la misión que el Señor nos ha
confiado: Oremos unidos y digamos: Ayúdanos a ser fieles a ti, Señor.
MANUAL DEL ANIMADOR VOCACIONAL

- Señor Jesús, enciende en cada uno de nosotros sentimientos de bondad y de misericordia,


para que podamos ser verdaderos testigos tuyos. Señor Jesús, que tu abandono en manos del
Padre nos guíe en las decisiones de cada día, sin dejarnos intimidar por los hombres. Oremos
- Señor Jesús, que no te detengan nuestras contradicciones, sino continúa llevándonos de tu
mano para que podamos cumplir con la misión que nos has encomendado. Oremos
Oración
Oh Padre misericordioso, concédenos tu santo Espíritu para que tengamos los mismos
sentimientos de tu Hijo amado y correspondamos a la vocación que Tú nos das con tu misma
generosidad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
40
Octava estación: Jesús encuentra a las mujeres que lloran
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (Lc 23,27-28).
«Lo seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres que se golpeaban el pecho y lloraban
por él. Pero Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad
por vosotras mismas y por vuestros hijos».
Meditación
Contemplando al Crucificado se nos revela su confianza filial, su esperanza y su
misericordia: actitudes con las cuales entrega su vida a los demás, comenzando por aquellos
que están más cercanos. Así expresa, con su conducta, la fuerza de la reconciliación que
conlleva su muerte en cruz y que no es un mero símbolo de una promesa genérica.
Invocaciones
El llanto de las mujeres muestra su compasión y su cercanía a Jesús, condenado a muerte: así
también nuestra vocación nos debe llevar a asumir hasta el fondo la pobreza de nuestra
naturaleza humana. Oremos unidos e digamos: Te ofrecemos nuestro amor, Señor.
- Señor Jesús, la contemplación de tu cruz nos dé fuerzas y esperanza en el amor del Padre.
Oremos
- Señor Jesús, admítenos a todos nosotros en tu tarea de llevar el evangelio a todos, para que
podamos comunicar al mundo tu mensaje de paz. Oremos
- Señor Jesús, haz que el don de la vocación nos impulse a ser testigos creíbles de tu amor en
el hoy de la historia. Oremos
Oración
Infunde en nosotros, oh Padre, la sabiduría y la fuerza de tu Espíritu, para que nuestras
lágrimas por los sufrimientos se transformen en un compromiso a favor de cuantos sufren a
nuestro lado, testimonian así ante el mundo la fuerza de tu amor. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Novena estación: Jesús cae por tercera vez


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén

Lectura bíblica (Eb 5,8-9).


«Jesús, aun siendo Hijo, aprendió sufriendo lo que es obedecer; y, ya consumado, llegó a ser
para cuantos le obedecen causa de salvación eterna».
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Meditación
Iluminados por la Palabra de Dios y contemplado al Crucificado, deberíamos aprender a
descubrir con los ojos de la fe, en Jesucristo crucificado al Hijo obediente, al Hijo de Dios,
al verdadero hombre y verdadero Dios, que mantiene una singularísima relación de
obediencia con el Dios de los padres que es su Padre.
Invocaciones
Nuestra vocación consiste en la contemplación incesante de Jesús muerte y resucitado, para
anunciarlo al mundo con la fuerza del Espíritu. Oremos unidos y digamos: Abre nuestros
ojos, Señor.
- Señor Jesús, guíanos cada día con la fuerza de tu Palabra. Oremos
- Señor Jesús, haz que contemplando tu cruz te reconozcamos como Dios de Dios, Luz de 41
Luz, para anunciar al mundo tu victoria sobre el mal y sobre la muerte. Oremos
- Señor Jesús, llámanos también a nosotros a descubrir en tu herida los signos de tu amor
misericordioso, para tener la alegría de permanecer siempre contigo. Oremos
Oración
Oh Dios, Padre bueno, que no has librado del mal a tu Hijo unigénito, sino que lo has
entregado por nosotros pecadores, fortalécenos en la obediencia de la fe, para que lo sigamos
en todo y seamos con Él transfigurados en la luz de tu gloria. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Decima estación: Jesús es despojado de sus vestiduras


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (Jn 19,23-24)
«Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron su ropa y la dividieron en cuatro
partes, una para cada soldado; aparte la túnica. Era una túnica sin costuras, tejida de arriba
abajo, de una pieza. Así que se dijeron: No la rasguemos; vamos a sortearla, para ver a quién
le toca. Así se cumplió lo escrito: “Se repartieron mis vestidos y se sortearon mi túnica”. Es
lo que hicieron los soldados».
Meditación
La Pasión del Señor nos enseña no sólo a compadecernos de quienes sufren, no sólo a
socorrerlos, sino también a salir de la lógica de la violencia que amenaza con perpetuarse en
el corazón de cada persona y en la historia de la humanidad. Cristo en la cruz, ya moribundo,
hace un gesto de perdón y de oración por sus verdugos. Hay quienes en nuestros días tratan
de reproducir ese gesto y hacerlo vivo y operante. Ese gesto es una buena noticia que ayuda
a creer que el Misterio del Viernes Santo conoce, ahora y siempre, el amanecer del día de
Pascua y que Cristo no desea tener hoy otras manos que las nuestras para atender con solicitud
a nuestros hermanos.
Invocaciones
El Señor nos llama a su seguimiento y nos enseña que la verdadera renuncia de sí mismo es
preocuparse de los otros. Oremos unidos y digamos: Revístenos de tu amor, Señor.
- Señor Jesús, que te has dejado despojar de todo, enséñanos a seguirte con tu misma dulzura
y humildad. Oremos
- Señor Jesús, que nos concedes el don de la vocación al amor perfecto, concédenos la fuerza
de perdonar a todos aquellos que nos han causado el mal. Oremos
- Señor Jesús, llámanos también a nosotros a ofrecerte nuestras manos, para que sean apoyo
seguro para quien sufre en el dolor. Oremos
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Oración
Padre misericordioso y fiel, que en Cristo tu Hijo nos enseñas el camino del perdón y del
servicio a los demás, danos tu Espíritu de santidad para que, despojados de nosotros mismos
y ricos de tu gracia y misericordia, sepamos ser verdaderos testigos del amor que salva. Por
Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Decimoprimera estación: Jesús es crucificado


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (Lc 23,39.42-43). 42
«Uno de los malhechores crucificados insultaba a Jesús. Pero el otro le suplicaba: “Acuérdate
de mí cuando llegues a tu reino”. Jesús le contestó: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en
el paraíso”».
Meditación
La palabra dicha por Jesús al ladrón: «Estarás conmigo en el Paraíso» (Lc 23,43), nos
introduce en el misterio humano de la reconciliación, que se inicia siempre a partir de su
inmenso abandono y de su confianza ilimitada hacia el Padre. Jesús está seguro de que beberá
el vino nuevo en el reino de su Padre, está seguro de entrar en ese reino del Padre; y es esta
actitud de esperanza la que le permite admitir consigo a un condenado, a un hombre
expulsado de la sociedad, asumiéndolo como parte de su misión.
Invocaciones
Jesús en la cruz nos abre las puertas de la vida eterna; Él es la puerta, la vía que conduce al
Padre. La llamada a su seguimiento no tiene un sentido distinto al de unirnos al amor del
Padre. Con confianza elevamos a Él está nuestra humilde oración: Acuérdate de nosotros,
Señor.
- Señor Jesús, la tuya es siempre una llamada a la vida y al amor, haz que nuestro corazón
sea siempre dócil a tu Palabra. Oremos
- Señor Jesús, concédenos la esperanza, para que no nos dejemos embargar por el abatimiento
en el momento de la muerte. Oremos
Señor Jesús, enséñanos a no condenar a nadie y a ser siempre testigos de tu perdón. Oremos
Oración
Padre de infinita bondad y ternura, que nunca te cansas de sostener a tus hijos y de apoyarlos
con tu mano, concédenos alcanzar del Corazón traspasado de Cristo la sublime sabiduría de
tu amor, para que con la fuerza del Espíritu llevemos a todos los hombres y mujeres de
nuestro mundo la riqueza tú la redención. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Decimosegunda estación: Jesús muere en la cruz


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (Lc 23,33-34)
«Cuando llegaron al lugar llamado La Calavera, los crucificaron a él y a los malhechores:
uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús dijo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen. Después se repartieron su ropa echándola a suerte».
Meditación
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«Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34). Este grito no refleja la actitud
de un simple modo de indultar o de cerrar los ojos ante el mal irreparable. Es, por el contrario,
la actitud del Hijo que vive en comunión con la misericordia de Dios y que expresa su perdón
en un diálogo hecho oración con el Padre a quien se entrega, confiando su propia vida y la
de todos los hombres sus hermanos. Así manifiesta su comprensión con quienes, ciegos en
contra de Él, se han equivocado.
Invocaciones
Nuestra vocación es verdadera cuando dejamos que el Señor cambie nuestro corazón
volviéndolo semejante al suyo, que está lleno de misericordia. Digamos todos unidos: Haz
que perdonemos a nuestros hermanos, Señor.
- Señor Jesús, que desde la cruz has revelado la misericordia del Padre, ayúdanos a tener tus 43
mismos sentimientos. Oremos
- Señor Jesús, perdona nuestros pecados y llámanos a tu seguimiento. Oremos
- Señor Jesús, nos permitas que nos convirtamos en jueces injustos de aquel que se equivoca,
sino haz que imitemos al Padre que ama sin distinción a todos los hombres. Oremos
Oración
Padre misericordioso, tu llama a todos tus hijos a seguir a tu Hijo predilecto por el camino
del amor, concédenos tu espíritu santo, para que podamos responder a tu llamada y llevar al
mundo tu perdón y tu gracia. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Decimotercera estación: Jesús es bajado de la cruz


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (Jn 19,33-34)
«Los soldados, al llegar a Jesús, viendo que estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino
que un soldado le abrió el costado de una lanzada. Al punto brotó sangre y agua».
Meditación
El corazón de Dios y la cruz de Cristo esconden una profundidad y una hondura inagotables.
Y deben mostrarse en la vida de los cristianos bajo formas siempre nuevas, diversas y
complementarias. Cada uno de nosotros ha recibido una llamada singular y nueva orientada
a servir al mundo, mediante una manera específica de reproducir el corazón de Dios y la cruz
de Cristo; efectivamente, de una única raíz, provienen todas y cada una de las diversas
llamadas y vocaciones.
Invocaciones
Jesús bajado de la cruz nos llama a contemplar su corazón lleno de amor por la humanidad:
de aquel corazón brota y mana nuestra propia vocación. Pidamos unidos al Señor:
Concédenos la fuerza de seguirte, Señor.
- Señor Jesús, de tu corazón abierto brota vida abundante para todos los hombres, haz que
desde lo más profundo de este misterio de tu amor alcancemos la fuerza que necesitamos
para llevar al mundo tu evangelio. Oremos
- Señor Jesús, concédenos a cada uno de nosotros una vocación diversa y complementaria
para edificar tu Iglesia, y haznos también generosos para responder a tu seguimiento. Oremos
- Señor Jesús, ayúdanos a comprender que nuestra verdadera y más profunda vocación es
imitar el corazón entrañable de Dios Padre y abrazar tu cruz bendita donde tú te entregas por
amor. Oremos
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Oración
Oh Dios, Padre de la vida, que en el corazón de Cristo nos has revelado los tesoros de tu
amor, concédenos el don de tu Espíritu Santo, para que podamos seguir a tu Hijo amado a
través de las diversas vocaciones que Tú mismo nos quieres conferir a cada uno de nosotros.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Decimocuarta estación: Jesús es trasladado al sepulcro


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén
Lectura bíblica (Mt 27,59-61) 44
«José tomó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana de lino limpia, y lo depositó en un
sepulcro nuevo que se había excavado en la roca; después hizo rodar una gran piedra a la
entrada del sepulcro y se marchó. Estaban allí María Magdalena y la otra María sentadas
frente al sepulcro».
Meditación
Meditando en silencio, reflexionando sobre el misterio de la cruz, nos damos cuenta de que,
en la Pasión y en la muerte, Jesús ama a cada persona como es, ama a cada cual, con su
pecado, con su distancia de Dios, con su propia tragedia; cada persona es amada por Jesús en
su realismo más áspero y más duro de aceptar. Y de ninguna ellas, amadas de esa forma tan
realista y cruda, Jesús jamás huye ni se distancia, sino que con un amor sin límites trata de
despertar en su corazón las mejores disposiciones para el arrepentimiento, la conversión y la
fe reencontrada.
Invocaciones
Para nosotros la muerte es una realidad muy dura, pero el Señor nos llama a ser testigos de
la esperanza en su amor sin límites. Digamos unidos: Concédenos, Señor, la gracia de la
conversión.
- Señor Jesús, despierta en nosotros el arrepentimiento por nuestros pecados, de manera que
seamos cada vez más fieles a tu llamada de amor. Oremos
- Señor Jesús, que nos has amado hasta el extremo, haz que te amemos a ti y a los hermanos
con la misma fidelidad. Oremos
- Señor Jesús, conviértenos en testigos de tu amor según la vocación que quieta concedernos
a cada uno de nosotros. Oremos
Oración
Oh Dios eterno y omnipotente, que nos permites celebrar el misterio de tu Hijo unigénito en
su descenso a lo más profundo de la tierra, haz que el don de la vocación sea para cada uno
de nosotros una invitación eficaz a nuestra incesante conversión a ti. Por Cristo nuestro
Señor. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Decimoquinta estación: Jesús es trasladado al sepulcro


Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Porque con tu santa cruz has redimido el mundo y
a mi pecador. Amén

Lectura bíblica (cf Jn 20,15-16.18)


«Jesús dice a María Magdalena: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?” Ella, tomándolo
por el hortelano, le dice: “Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a
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buscarlo”. Jesús le dice: “¡María!” Ella se vuelve y le diceen hebreo: “Rabbuni” (que
significa “maestro”). María Magdalena rápidamente fue a anunciar a los discípulos: “He visto
al Señor y me ha dicho esto” ».
Meditación
Meditando en silencio, reflexionando sobre el misterio de la Cruz, nos damos cuenta de que,
en su Pasión y muerte, Jesús ama a cada hombre como es, ama al hombre caído en sus propios
pecados, lo ama en su separación de Dios, en su tragedia y angustia; el ser humano es amado
por Jesús con el realismo más firme y más difícil de aceptar. Y de cada persona, amada hasta
tal extremo, Jesús jamás se apartará ni huirá, sino que, por su amor sin límites, tratará de
hacer que hacer que se despierten en todas las energías más bellas del arrepentimiento, de la
conversión, de la fe encontrada de nuevo. 45
Invocaciones
Punto de apoyo de la vocación es la llamada interior a buscar a Dios y su Reino. El Señor
resucitado nos entrega su Espíritu para que podamos buscarlo con corazón sincero. Digamos
con fe: Danos, Señor, la alegría de estar siempre contigo.
- Señor Jesús, haz que te busquemos siempre con el mismo entusiasmo, porque sólo tú tienes
palabras de vida eterna. Oremos
- Señor Jesús, haz resonar en nuestro corazón tus palabras de vida, para que podamos seguirte
con generosidad. Oremos
- Señor Jesús, abre la tumba de nuestro corazón e ilumínanos con tu amor, para que podamos
dar testimonio de ti en medio de todos los hombres. Oremos
Oración
Oh Padre, principio y modelo de unidad y de vida, haznos ser una sola cosa como tu Hijo es
una sola cosa contigo; que tu Espíritu nos haga perfectos en el amor, para que el mundo nos
reconozca como verdaderos discípulos de tu Hijo por nuestro amor mutuo. El que vive y
reina por los siglos de los siglos. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Padrenuestro

Oración final:
Jesús buen Pastor y Siervo, que desde la Cruz diriges tu mirada a tu Madre y al discípulo,
danos, en medio de nuestros sufrimientos, la gracia de fijar nuestra mirada en ti, permitir que
seas el centro en nuestras vidas y vivir como verdaderos discípulos tuyos.
Jesús, fuente de la vida, de toda gracia y de toda belleza, concédenos asumir en libertad
interior, nuestra cruz de cada día, negándonos a nosotros mismos y buscando en todo hacer
tu voluntad.
Jesús, bendice nuestra Diócesis con abundantes vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada,
custodia a tus sacerdotes y religios@s, te lo pedimos por intercesión de San José y la
inmaculada Virgen María de Acahuato. Amén.
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4.5 Misa por las vocaciones

Antífona de entrada (Mt 9,38)


Rueguen al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies, dice el Señor a sus discípulos.

Oración
Señor, Padre santo, tú que invitas a todos los fieles a alcanzar la caridad perfecta, pero no
dejas de llamar a muchos para que sigan más de cerca las huellas de tu Hijo, concede a los
que tú quieras elegir con una vocación particular llegar a ser, por su vida, signo y testimonio
de tu reino ante la Iglesia y ante el mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.
46
Acto penitencial
Te pedimos perdón Señor, por todas las veces que no somos fieles a la vocación que Tú nos
has regalado desde el bautismo. Señor, ten piedad.
Solicitamos Señor tu perdón, por todos aquellos hermanos a los que no les hemos anunciado
que cada uno de ellos está llamado a una vocación preciosa, única e insustituible. Cristo, ten
piedad.
Perdón Señor, porque a veces nuestra vocación se desfigura con el correr del tiempo, y no
somos sal de la tierra y luz del mundo. Señor, ten piedad.

Primera Lectura
Lectura del Profeta Jeremías (Jer 1, 4-9)
Recibí esta palabra del Señor: Antes de formarme en el vientre, te escogí, antes de que salieras
del seno materno, te consagré. Te nombré profeta de los gentiles. Yo repuse: ¡Ay, Señor mío!
Mira que no sé hablar, que soy un muchacho. El Señor me contestó: No digas «Soy un
muchacho», que adonde yo te envíe, irás, y lo que yo te mande, lo dirás. No les tengas miedo,
que yo estoy contigo para librarte oráculo del Señor. El Señor extendió la mano y me toco la
boca, y me dijo: Mira: yo pongo mis palabras en tu boca.

Salmo responsorial (Sal 39)

R/. ¡Aquí estoy, Señor: para hacer tu voluntad!

L. Yo esperaba con ansia al Señor: él se inclinó y escucho mi grito: me puso en la boca un


cántico nuevo, un himno a nuestro Dios. / R.
L. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y en cambio me abriste el oído, no pides sacrificio
expiatorio, entonces yo digo: «Aquí estoy»./ R.
L. Como está escrito en mi libro «para hacer tu voluntad». Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley
en las entrañas. / R.

Lectura de la carta de San Pablo a los Efesios (Ef 1, 3-10)


Hermanos: Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la
persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la
Persona de Cristo antes de crear el mundo para que fuésemos santos e irreprochables ante él
por el amor.
Él nos ha destinado en la Persona de Cristo por pura iniciativa suya a ser sus hijos, para que
la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde
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en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los
pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos
a conocer el Misterio de su Voluntad. Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo,
cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la
tierra.

Aleluya (Jn 15, 16)


No me eligieron ustedes a mí; yo los elegí a ustedes y los destiné para que vayan y den fruto,
un fruto que permanezca; así, lo que pidan al Padre en mí nombre él se los concederá.
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Evangelio
Lectura del santo Evangelio según San Lucas (Lc 5, 1-11)
En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios,
estando él a orillas del lago de Genesaret; y vio dos barcas que estaban junto a la orilla: los
pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la
de Simón y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la
gente, cuando acabo de hablar, dijo a Simón: Rema mar adentro y echad las redes para pescar.
Simón contestó: Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos sacada nada; pero, por
tu palabra, echaré las redes. Y puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande, que
reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una
mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús, diciendo: Apártate de mí. Señor, que
soy un pecador. Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al
ver la redada de peces que habían cogido: y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de
Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: No temas: Desde ahora serás
pescador de hombres. Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 10, 17-31


Cuando se puso en camino, llegó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: Maestro
bueno, ¿qué debo hacer para heredar vida eterna? Jesús le respondió: ¿Por qué me llamas
bueno? Nadie es bueno fuera de Dios. Conoces los mandamientos: no matarás, no cometerás
adulterio, no robarás, no jurarás en falso, no defraudarás; honra a tu padre y a tu madre.
Él le contestó: Maestro, todo eso lo he cumplido desde la adolescencia. Jesús lo miró con
cariño y le dijo: Una cosa te falta: ve, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un
tesoro en el cielo; después sígueme.

Oración de los fieles


Hermanos: Reunidos en esta celebración Eucarística Vocacional, pidamos a Dios por todas
las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada.

TODOS: Envía Señor obreros a tus mies.

1. Por la Iglesia, para que fiel a su vocación misionera, extienda con su testimonio y su
palabra el mensaje de Cristo a todos los pueblos. Roguemos al Señor.
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2. Por el papa N. y por nuestros obispos, para que el Señor les ilumine con su gracia y les
fortalezca con su espíritu, y así puedan cumplir su misión de guías y pastores. Roguemos al
Señor.
3. Por los sacerdotes, religiosos y personas consagradas, para que vivan con alegría su
vocación de servicio a los demás. Roguemos al Señor.
4. Por todas las vocaciones sacerdotales y religiosas, para que, a ejemplo de San José Sánchez
del Río, San Juan Pablo II y Santa Teresa de Calcuta, respondan gozosamente a la llamada
que el Señor les hace y se preparen con ilusión a la misión que la Iglesia y la sociedad espera
de ellos. Roguemos al Señor.
5. Por la nuestros adolescentes y jóvenes, para que sepan dar sentido cristiano a su vida y
aprendan a discernir su vocación. Roguemos al Señor. 48
6. Por todos los que nos encontramos aquí reunidos, para que en todos los momentos de
nuestra vida estemos dispuestos a dar razón de nuestra vocación de hijos de Dios. Roguemos
al Señor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Escucha, Dios de bondad, nuestras peticiones, y haz que cuantos hemos sido llamados por
Jesús buen Pastor y Siervo, nos sintamos siempre discípulos en camino y un día podamos
entrar a formar parte de la gran familia de los hijos de Dios.

Oración sobre las ofrendas


Oh Dios, Padre de toda misericordia, que, por amarnos sin medida, nos has dado con inefable
bondad a tu Hijo Unigénito, haz que, en perfecta unión con él te ofrezcamos una digna
oblación.
Antífona de comunión (1 Jn 3, 16).
En esto hemos conocido el amor de Dios: en que él dio su vida por nosotros. También
nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.

Oración después de la comunión.


Alimentados a tu mesa, Señor, te rogamos que, por este sacramento de tu amor, germinen las
semillas que generosamente esparciste en el campo de tu Iglesia, para que sean cada vez más
numerosos los que elijan el camino de servirte en los hermanos.

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