Está en la página 1de 7

VASOS Y NERVIOS DEL ESTÓMAGO:

La abundante vascularización arterial del estómago se origina en el tronco celíaco


y sus ramas. La mayor parte de la irrigación procede de anastomosis formadas a
lo largo de la curvatura menor por las arterias gástricas derecha e izquierda, y a lo
largo de la curvatura mayor por las arterias gastroomentales (gastroepiploicas)
derecha e izquierda (Anexo 01) (1).

El fundus y la porción superior del cuerpo del estómago reciben sangre de las
arterias gástricas cortas y de la arteria gástrica posterior. Las venas gástricas
presentan una posición y un trayecto paralelos a los de las arterias. Las venas
gástricas izquierda y derecha drenan directamente en la vena porta hepática
(Anexo 02). Las venas gástricas cortas y las venas gastroomentales
(gastroepiploicas) izquierdas drenan en la vena esplénica, que luego se une a la
vena mesentérica superior (VMS) para formar la vena porta hepática. La vena
gastroomental derecha desemboca en la VMS. La vena prepilórica asciende sobre
el píloro hacia la vena gástrica derecha. Dado que esta vena es muy visible en el
individuo vivo, los cirujanos la utilizan para identificar el píloro. Los vasos linfáticos
gástricos acompañan a las arterias a lo largo de las curvaturas mayor y menor del
estómago(1).

Drenan la linfa de sus caras anterior y posterior hacia las curvaturas, donde se
encuentran los nódulos linfáticos gástricos y gastroomentales. Los vasos eferentes
de estos nódulos acompañan a las grandes arterias hasta los nódulos linfáticos
celíacos (1).

A continuación, resumimos el drenaje linfático del estómago:

 La linfa de los dos tercios superiores del estómago drena en los nódulos
linfáticos gástricos, a lo largo de los vasos gástricos derechos e izquierdos;
la linfa del fundus y de la parte superior del cuerpo del estómago también
drena en los nódulos linfáticos pancreatoesplénicos, a lo largo de las
arterias gástricas cortas y los vasos gastroomentales izquierdos (1).
 La linfa de los dos tercios derechos del tercio inferior del estómago drena, a
lo largo de los vasos gastroomentales derechos, en los nódulos linfáticos
pilóricos (1).
 La linfa del tercio izquierdo de la curvatura mayor drena en los nódulos
linfáticos pancreatoduodenales, que se localizan a lo largo de los vasos
gástricos cortos y esplénicos (1).

La inervación parasimpática del estómago procede de los troncos vagales anterior


y posterior, y de sus ramos, que entran en el abdomen a través del hiato
esofágico. El tronco vagal anterior, que procede principalmente del nervio vago
izquierdo (NC X), entra normalmente en el abdomen como un único ramo que se
sitúa sobre la cara anterior del esófago. Se dirige hacia la curvatura menor del
estómago, donde emite los ramos hepático y duodenal, que abandonan el
estómago en el ligamento hepatoduodenal. El resto del tronco vagal anterior
continúa a lo largo de la curvatura menor, dando lugar a los ramos gástricos
anteriores. El tronco vagal posterior, más grande, procede principalmente del
nervio vago derecho. Entra en el abdomen por la cara posterior del esófago y pasa
hacia la curvatura menor del estómago. El tronco vagal posterior aporta ramos
para las caras anterior y posterior del estómago. Emite un ramo celíaco, que
alcanza el plexo celíaco, y luego continúa a lo largo de la curvatura menor,
originando los ramos gástricos posteriores (1).

La inervación simpática del estómago proviene de los segmentos T6-T9 de la


médula espinal, pasa por el plexo celíaco a través del nervio esplácnico mayor y
se distribuye formando plexos alrededor de las arterias gástricas y
gastroomentales (1).

HÍGADO:

El hígado, el mayor órgano del cuerpo después de la piel y la mayor glándula del
organismo, pesa unos 1 500 g y supone un 2,5 % del peso corporal en el adulto.
En el feto maduro actúa como órgano hematopoyético, y es proporcionalmente el
doble de grande (5 % del peso corporal). Con excepción de los lípidos, todas las
sustancias absorbidas en el tubo digestivo se dirigen primero al hígado a través
del sistema de la vena porta hepática. Además de sus numerosas actividades
metabólicas, el hígado almacena glucógeno y secreta la bilis, un líquido amarillo
amarronado o verde que colabora en la emulsión de las grasas. La bilis sale del
hígado a través de los conductos biliares los conductos hepáticos derecho e
izquierdo que se unen para formar el conducto hepático común. Éste se une al
conducto cístico para formar el conducto colédoco (1).

El hígado produce bilis continuamente, pero entre comidas se acumula y


almacena en la vesícula biliar, que además concentra la bilis absorbiendo agua y
sales. Cuando el alimento llega al duodeno, la vesícula biliar envía bilis
concentrada al duodeno a través de los conductos biliares (1).

ANATOMÍA DE SUPERFICIE, CARAS, REFLEXIONES PERITONEALES Y


RELACIONES DEL HÍGADO:

El hígado se localiza principalmente en el cuadrante superior derecho del


abdomen, donde es protegido por la caja torácica y el diafragma. El hígado normal
se sitúa por debajo de las costillas 7° a 11° del lado derecho y atraviesa la línea
media hacia el pezón izquierdo. Ocupa la mayor parte del hipocondrio derecho y el
epigastrio superior, y se extiende hasta el hipocondrio izquierdo. El hígado se
mueve con los desplazamientos del diafragma, y en posición erecta se localiza
más inferiormente, debido a la gravedad. Esta movilidad facilita su palpación (1).

La cara diafragmática del hígado es lisa y con forma de cúpula en la parte donde
se relaciona con la concavidad de la cara inferior del diafragma, que lo separa de
la pleura, los pulmones, el pericardio y el corazón (Anexo 03). Los recesos
(espacios) subfrénicos, extensiones superiores de la cavidad peritoneal (saco
mayor), se localizan entre las caras anterior y superior de la superficie
diafragmática del hígado y el diafragma. Los recesos subfrénicos están separados
por el ligamento falciforme, que se extiende entre el hígado y la pared anterior del
abdomen, y da lugar a los recesos derecho e izquierdo. La porción del
compartimento supracólico de la cavidad peritoneal inmediatamente inferior al
hígado es el espacio subhepático. El receso hepatorrenal (bolsa de Morrison) es la
extensión posterosuperior del espacio subhepático situado entre la parte derecha
de la cara visceral del hígado, y el riñón y la glándula suprarrenal derechos. El
receso hepatorrenal es una parte de la cavidad peritoneal dependiente de la
gravedad cuando la persona está en decúbito supino; el líquido que drena de la
bolsa omental fluye hacia este receso. El receso hepatorrenal se comunica
anteriormente con el receso subfrénico derecho. Hay que tener presente que
normalmente todos los recesos de la cavidad peritoneal son sólo espacios
potenciales, que sólo contienen el líquido peritoneal suficiente para lubricar las
membranas peritoneales adyacentes (1).

Dos fisuras orientadas sagitalmente, unidas centralmente por el porta hepático


transverso, forman la letra H sobre la cara visceral. La fisura portal principal
(sagital derecha) es el surco continúo formado anteriormente por la fosa de la
vesícula biliar, y posteriormente por el surco de la VCI. La fisura umbilical (sagital
izquierda) es el surco continúo formado anteriormente por la fisura del ligamento
redondo y posteriormente por la fisura del ligamento venoso. El ligamento redondo
del hígado es el vestigio fibroso de la vena umbilical, que transportaba sangre
oxigenada y rica en nutrientes desde la placenta hasta el feto. El ligamento
redondo y las pequeñas venas paraumbilicales discurren por el borde libre del
ligamento falciforme. El ligamento venoso es el vestigio fibroso del conducto
venoso fetal, que desviaba la sangre desde la vena umbilical hacia la VCI,
«cortocircuitando» el hígado. El omento menor, que rodea la tríada portal (vena
porta hepática, arteria hepática propia y conducto colédoco), pasa desde el hígado
hacia la curvatura menor del estómago y los 2 cm iniciales de la porción superior
del duodeno. El borde libre engrosado del omento menor que se extiende entre el
porta hepático y el duodeno es el ligamento hepatoduodenal; encierra las
estructuras que pasan a través del porta hepático. El resto laminar del omento
menor, el ligamento hepatogástrico, se extiende entre el surco del ligamento
venoso y la curvatura menor del estómago (Anexo 04). Además de las fisuras, las
impresiones (áreas) de la cara visceral reflejan las relaciones del hígado con:

 El lado derecho de la cara anterior del estómago, áreas gástrica y


pilórica(1).
 La porción superior del duodeno, área duodenal (1).
 El omento menor (se extiende dentro de la fisura del ligamento venoso) (1).
 La vesícula biliar, fosa de la vesícula biliar (1).
 La flexura cólica derecha y el colon transverso derecho, área cólica (1).
 El riñón y la glándula suprarrenal derechos, áreas renal y suprarrenal (1).

REFERENCIA:

1. Moore Anatomia con orientacion clinica 7a Edicion.pdf.


ANEXOS:

Anexo 01: Arterias del estómago, el duodeno y el bazo.

Anexo 02: Venas del estómago


Anexo 03: Anatomía de superficie del hígado.

Anexo 04: Relaciones del hígado con otras vísceras abdominales.

También podría gustarte