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Domenech E. - La Peligrosidad. Enigma o Acertijo PDF
Domenech E. - La Peligrosidad. Enigma o Acertijo PDF
criminología
1. Propuesta.
Lombroso, llamado por su hija Gina, un nuevo Becaria, asoció el hallazgo del
huomo delinquente, una consecuencia social inmediata. Si los hombres fatalmente
delinquían como encarnaciones tardías de un pasado animal y bárbaro, entonces no se
imponía castigarlos, sino tratarlos, encerrarlos para seguridad y reconocerlos como
enfermos. Nada más humano, sin duda, nada más seguro, además (6).
Este modelo trasladó a los mecanismos del control social los ideales de la
rehabilitación compulsiva, de la prevención del conflicto por intervención oportuna ante
un pronóstico sombrío y de la desmesura en aras de los mismos y propició por otra
parte ciertas lecturas de los textos reales en desmedro de otras (10).
Este modelo contrasta seriamente con el que podríamos denominar jurídico que
llega a la verdad como consecuencia de una confrontación necesaria resuelta en base a
pruebas, destaca la igualdad entre las partes, e impulsa los ideales de autonomía y
autodeterminación. Modelo que gestó consecuencias sobre actos pasados, y no futuros
por previsibles que sean (15).
He aquí pues una definición que refuerza el análisis de peligrosidad como una
propiedad del sujeto. Que se instala en esta forma aparente y textual, apta sin duda
para una serie de impugnaciones e inepta para profundizar un catálogo de
interrogaciones, en torno a una palabra, que pese al sin número de reparos que recibió
es no obstante usada en forma cotidiana para legitimar encierros.
Sin embargo, las formas textuales suelen frecuentemente encubrir otras formas
de posibles de significación.
Veamos:
¿Consideraré peligroso a un abnegado trabajador que por una infracción de
tránsito minúscula ha producido una leve lesión en su hijo pequeño, porque tema que
pueda volver a hacerlo?
¿Lo será quien pueda dañar, o a quien pueda atentar contra el orden
constitucional, o ambas cosas al mismo tiempo, aún a despecho de la vida?
¿Es peligroso un niño de dos años, un cuadripléjico, del mismo modo que un
egresado de Harvard especialista en negociaciones internacionales, o un joven violento
por la pobreza, institucionalizado en reformatorios, eventualmente adicto, u
probablemente infectado con HIV, ese doloroso conjunto de puebla pabellones
especiales de nuestras cárceles?
4. Sin olvidar, por otra parte, que semejantes pronósticos deben ser de algún
modo cuantificados.
Tal vez dos casos reales ayuden a vislumbrar estas dificultades. Ambos fueron
ventilados en Tribunales de los Estados Unidos. Uno lo he tomado de una obra que
podríamos llamar de derecho penal, o quizás con más precisión de penología, o
criminología.
"El fallo de la Suprema Corte de los Estados Unidos en Baxstom v. Herold (383
U.S. 107), de 1966, creó un experimento natural acerca de la sobrevaloración de la
peligrosidad. Es extraordinario que el caso pudiera llegar hasta la Suprema Corte, dada
la indefendible posición sostenida por el apelante, el estado de Nueva York. Se había
declarado que ciertos presos psicológicamente desequilibrados debían permanecer
recluidos en establecimientos para enfermos mentales criminales de Dannemora y
Mattwan. Algunos de ellos fueron mantenidos en esos establecimientos más allá del
plazo de su condena cuando, tras un examen psiquiátrico, se los consideraba
mentalmente enfermos y peligrosos para ellos mismos y para los demás. La corte
afirmó la tesis bastante obvia de que esos detenidos no podían mantenerse recluidos
más allá del término de su condena original sin recibir las garantías corrientes del
debido proceso de los procedimientos ordinarios civiles, como por ejemplo el juicio por
jurados. Expirando el plazo de la condena penal, el preso debe recibir la misma
protección que cualquier persona, y no las garantías menores que el estado otorga a los
reclusos enfermos mentales. El efecto administrativo inmediato de esta decisión trivial
consistió en obligar a la inmediata liberación o traslado a hospitales mentales civiles,
luego de procesos civiles ordinarios, de los 967 "pacientes Baxstrom".
Los pacientes Baxtrom, dice luego Morris, demostraron por cierto que eran
menos peligrosos que lo que se predecía. Solamente el 2% volvió a las instituciones
para enfermos mentales criminales entre 1966 y 1970, y sólo el 19.6% de los hombres
y el 25.5% de las mujeres manifestaron, según se informó, alguna conducta agresiva
en los hospitales civiles.
Sin embargo, la sobreestimación del peligro es sólo uno de los riesgos posibles.
El llamado caso Tarasoff ilustra otro que ha ocupado más a los bioeticistas que a los
criminólogos, preocupados por las responsabilidades morales de los médicos.
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Por otra parte, la legislación civil (de fondo y forma) también acude a términos
semejantes cuando regula la incapacidad civil.
(1) C.P. art. 34 inc. 1º: No son punibles: el que no haya podido en el momento
del hecho, ya sea por insuficiencia de sus facultades, por alteraciones morbosas de las
mismas, o por su estado de inconsciencia, error o ignorancia de hecho no imputable,
comprender la criminalidad del acto o dirigir sus acciones.
En los demás casos en que se absolviere a un procesado por las causales del
presente inciso, el Tribunal ordenará la reclusión del mismo en un establecimiento
adecuado hasta que se comprobase la desaparición de las condiciones que le hicieren
peligroso.
(4) Se exceptúa el caso del art. 80 del C.P. (homicidios calificados) que sin que
exista plurireincidencia anterior permite la aplicación de la reclusión accesoria por
tiempo indeterminado regulada en el art. 52. Estos son los textos de los arts. 44 y 53
del C.P.
(7) Foucault, Michel. Médicos, jueces y brujos en el siglo XVII. En: La vida de los
hombres infames. Editoriales Altamira y Nordan. Comunidad, Montevideo, 25.
(8) Para visualizar diversos aspectos del modelo médico, ver: Groffman, Erving
"Internados, ensayo sobre la situación de los enfermos mentales" Buenos Aires,
Ammorrtn, 1970. Versión castellana de María Antonia Oyuela de Evant. p. 335/343.
Una mostración de las etapas del acto médico y sus ideas subyacentes en una
reformulación bioética se encuentra en "Tealdi, J.C." La enseñanza de bioética como
nuevo paradigma de salud.
(10). Tal lo que ocurrió, por ejemplo, con las primeras interpretaciones del art.
34 inc. 1º en relación a las expresiones alteración morbosa de las facultades e
insuficiencias de las mismas, profundamente influenciadas por la corrupción.
(11) Decreto ley 412/58 ratificado por ley 14.467. Ley Penitenciaria nacional.
En el art. 1º se lee: "La ejecución de las penas privativas de la libertad tiene por
objeto la readaptación social del condenado ...".
1. Como relación
de conocimiento
Demandado-Acusado
Tercero Imparcial-Juez
operan en torno
(22) Una tarea llevada a cabo por María Liliana Guido, que confronta ciertos
indicadores objetivables de riesgo (población, población con necesidades básicas
insatisfechas, con las internaciones de menores (la demanda internativa) en un área
geográfica determinada (Para la Provincia de Buenos Aires y por Departamento
Judicial). Minoril. Hacia un diagnóstico de la situación. Fundación Judicial Bonaerense,
La Plata, octubre de 1993.