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Los partos fueron una rama de los escitas dahas, los parni, que en tiempos de Alejandro
Magno vivían entre los rios Oxus (Amur Daria) y Jaxartes (Sir Daria), que en el siglo
III AC fundaron un imperio en el territorio de lo que hoy en día es en noreste de Irán. Es
conocida por haber sido la base política y cultural de las dinastías arsácidas fundadoras
del imperio Parto. Los parni emigraron hacia la antigua región aqueménida de la
Parthava o Partawa y la ocuparon en torno al 250 AC. El nombre latino Parthia deriva
del antiguo persa Parthava, que significaba de esa región.
Las razones de la deserción de estos dos satrapías en tan rápida sucesión no se conocen,
ni el grado en el que participaron los habitantes, es decir, macedonios, griegos, y los
nativos, en las rebeliones. En todo caso, los parni explotaron la defección de estas dos
provincias orientales del reino seléucida con el lanzamiento de una invasión de Partia en
el 238 AC, los parni invadieron Partia bajo el mando de Arsaces y su hermano Tirídates,
se enfrentaron a las fuerzas de Andrágoras que resultó muerto en la batalla y tomaron el
control de Astabene (Astawa), la región septentrional de aquel territorio, sería coronado
en Asaak (Kabuchan). Este evento, se supone en general, que marca el comienzo de la
era Arsacida.
Arsaces I de Partia (247 – 211 AC)
Seleuco II (246-225 AC) en el 228 AC, reunió un gran ejército en Babilonia y se dirigió
hacia el este, Tiridates se retiró y buscó refugio en las estepas de la región del Caspio.
Seleuco tuvo que regresar urgentemente al año siguiente porque Antíoco estaba
invadiendo Mesopotamia.
Antíoco III (223-187 AC.) cruzó los mentes Zagros en el 220 AC, e invadió la Media
Atropatena que estaba bajo el control de Artabazanes, que fue forzado a admitir el
vasallaje.
Con la muerte de Tiridates, Antíoco III buscó su oportunidad para recuperar sus
posesiones, se dirigió hacia Ecbatana (Hamadan) donde saqueó el templo de Anahita
para reponer su tesoro. En el 209 AC, se dirigió hacia el este con un gran ejército para
recuperar los territorios de parto y grecobactriano. El rey Artabano decidió retirarse
practicando la táctica de ”tierra quemada”, destruyendo sobre todo los canales y pozos.
Las fuerzas seleúcidas, llegaron a Hecantopylos sin oposición, dirigiéndose hacia
Hircania, tomando la ciudad de Syrinx, donde la población helénica fue asesinada antes
de la toma. En esta ciudad Antíoco decidió no seguir adelante y firmar un tratado de paz
con Artabano, en el que los partos y los greco-bactrianos nominalmente reconocieron
los seléucidas como señores, pero la carta concedió una independencia de facto a ambos
reinos. El rey parto fallecería el 191 AC.
Artabano I rey de Partia (211 – 191 AC)
Antíoco III Megas realizó un nuevo intento en el 209 AC, invadió Partia, ocupó su
capital, Hecatompylos, y llegó hasta Hircania. El rey parto Arsaces II llegó a un acuerdo
para firmar un acuerdo de paz. Luego pasó a Bactriana, donde el rey de Grecobactria,
Eutidemo I había suplantado a los rebeldes originales. Eutidemo fue derrotado por
Antíoco en la batalla del Ario, pero después de sufrir asedio en su capital, Bactra,
obtuvo una paz honorable, por la cual, Antíoco prometió la mano de una de sus hijas a
Demetrio hijo de Eutidemo.
Priapates el siguiente rey gobernó Partia durante 15 años, al morir dejó dos hijos:
Fraates I (176 – 171 AC) y Mitridates, subiendo al trono el primero por ser el mayor. Se
dirigió hacia la región de Madia, tomando los pasos del Elburz, que abrieron el camino
de Media y Mesopotamia. Murió poco tiempo después, siendo sucedido por su hermano
Mitridates.
Fraates I rey de Partia (176 -171 AC)
El año 171 AC, subía al trono Mitrídates I (no confundirle con los reyes del Ponto) que,
se convertiría en el inteligente reunificador de los iranios.
Debido a las guerras de los seleúcidas con Roma, los partos aprovecharon el desastre de
la batalla de Magnesia (190 AC), para expandir su dominio político primero en el este y
el sur, y luego hacia el oeste.
Mitriates I rey de Partia
En el 160 AC, con el objetivo de reconquistar los territorios que se habían perdido en
esa región durante el reinado de Arsaces I, especialmente el área alrededor de Nisa, y
aprovechando que los bactrianos estaban envueltos en varias guerras contra los
sogdianos, aracosios, drangianos, arios e indios, Mitridates atacó y derrotó a los
grecobactrianos, posterior a su victoria, obtuvo los territorios bactrianos al oeste de río
Hari Rud, las provincias de Tapuria y Troxiana. El reino Greco-bactriano no
representaba ya un peligro, por lo que Mitrídates debió juzgar que era más útil
conservar su existencia porque más allá de sus fronteras, los nómadas Yü-echi parecían
representar una amenaza mucho más grave para Partia.
En el 165 AC, Antíoco IV cruzó el Eufrates y marchó contra Armenia, cuyo rey
Artaxias fue capturado y obligado a ser vasallo del seleúcida. De regreso pasó por
Ecbatana y atacó Persépolis, ganándose el odio de la población, siendo derrotado y
obligado a retirarse.
Catafractas partos atacando a grecobactrianos. En primer plano se ve un hoplita y al
fondo tureóforos o thorakitai con su escudo ovalado, a la derecha los catafractos partos
Entre el 161 y 155 AC, Mitridates libró una guerra con el rey Timarco de Media,
consiguiendo conquistar la región que le abrió las puertas de Mesopotamia. Si bien poco
después, en el remoto este, alcanzaba la India tras dominar las regiones de Gedrosia,
Drangiana y Arachosia.
Tan sólo dos años más tarde (146 AC) aprovechando la lucha de Antíoco IV Epifanes
contra los Macabeos, ocuparía la mayor parte de Mesopotamia. Entraron en Babilonia,
Uruk, Seleucia y todas las viejas ciudades que aún existían. Deseó integrar, reunir bajo
su mando las distintas naciones. Por eso renovó los títulos reales aqueménidas.
El rey seleúcida Demetrio II Nicátor, intentó reconquistar los territorios perdidos, pero
en 139 AC, el rey fue derrotado por la caballería parta y hecho prisionero por Mitrídates
I, quien le trató bien, e incluso le dio a su hija en matrimonio, dándole el gobierno de
Hircania. Fue sucedido por Antíoco VII Evergetes apodado Sidetes.
Una vez más, los ataques en el este le obligaron a partir. Pero los escitas sakas, que
presionaban las fronteras del Asia Central, serían batidos. Ésta sería su última victoria,
pues el año 139 AC. moría Mitridates.
Fraates II al igual que su padre mantuvo a Demetrio cautivo al igual que su padre. Trató
de recuperar las provincias orientales seléucidas. Después de varias victorias
convincentes que le aseguraron Babilonia, pero cuando se dirgía hacia Siria para
explotar sus victorias, los saka atacaron por el este. Nombró a Himeros gobernador de
Mesopotamia que se volvería un tirano y se trasladó a enfrentarse a las fuerzas
invasoras.
Partos contra seleucidas. Jinetes-arqueros partos (ay b) atacando a un jinete-arquero
seleúcida (c). Autor Angus McBride
Antioco VII Sidetes (139 – 129 AC), aprovechando el ataque de los saka, en el 130 AC,
atacó a Partia con un gran ejército entre los que se encontraban judios y antiguos
vasallos de los partos, derrotó a los partos en tres batallas, una de ellas la batalla del río
Lycus (Gran Zab) derrotó al general parto Idates y levantó un trofeo. En otra batalla fue
muerto el general parto Enio. Recuperó Babilonia y Media, aunque por poco tiempo.
Fraates II pidió las condiciones de paz, para ganar tiempo, devolvió a Demetrio, y
estuvo de acuerdo en pagar vasallaje, pero la ventaja llegó de los propios mercenarios
del ejército seleúcida, que estaban dispersos en las ciudades y pedían más provisiones.
Antíoco que estaba en Ecbatana pasando el invierno se dirigió a la primera de las
ciudades subvlevadas, pero Fraartes se le había adelantado. Sus generales le aconsejaron
no empeñarse en una batalla con menos medios, pero la ofreció, siendo abandonado y
muerto en la batalla a primeros del 129 AC. El cuerpo de Antioco fue tratado con
respeto y enviado a Siria. Capturó a Seleuco hijo de Antioco y a la hija de Demetrio,
que fue enviada al harem de Fraates. Demetrio II Nicator consiguió huir a Siria.
Animado por la victoria, trató de atacar Siria, entró en Babilonia, pero tuvo que
abandonar el plan porque los escitas saka estaban de nuevo atacando por el este. Murió
en el 128 AC, luchando contra los escitas en la zona de Media, al parecer los griegos
que estaban en el ejército parto y que habían sido maltratados por el rey se pasaron a los
escitas saka, causando una matanza en la que murió el propio rey.
Artabano I (128 -124 AC) su sucesor también murió combatiendo los escitas sakas, un
grupo que por lo general se identifica con los yuezhi de las fuentes chinas, que había
huido desde Gansu, al noroeste de China, vía el río Ili y la región de Issyk-Kul, para
luego atravesar Dayuan (valle de Ferganá) e ingresar en Daxia o Bactriana. Recibió una
herida en el brazo posiblemente por una flecha envenenada y murió casi de inmediato.
En el año 123 AC, era coronado Mitrídates II .
Mitrídates II tuvo que hacer frente a los ataques de los sakas. Pronto reorganizó sus
fuerzas y derrotó a los sakas y obligó a su rey (llamado Sahanu Sahi, es decir “rey de
reyes”) a convertirse en vasallo de los partos. Merv y Herat fueron reconquistadas, el
Amur-Darya volvió a ser la frontera del Imperio. Sistán y Arachosia fueron
reconvertidos en reinos vasallos.
Catafractas al este de Partia: A catafracta escita saka siglo IV AC; B Catafracta parto
siglo II- III AC, Catafracta de Kushan siglo II – III. Autor Mikhail V. Gorelik
En el 123 AC, el sátrapa parto de Mesopotamia, Himeros, se rebeló y se quiso
independizar, y los sátrapas seléucidas de Adiabene y Gordiana hicieron lo mismo hacia
el 122 AC. Mitrídates sometió a Himeros y al rey de Caracene Espaosines; del primero
no se volvió a saber nada, pero el segundo se quedó en el país como esclavo.
Mitrídates pudo por fin entregarse a la labor de dar estabilidad y cohesión al imperio. Su
prosperidad fue señalada por los embajadores del emperador Wu-ti, que en el 115 AC le
visitaron. Y la ruta de la seda quedaba abierta en el Irán a partir de entonces. Por
supuesto ello beneficiaría a los iranios y cooperaría al desarrollo de las relaciones
económicas distantes.
Cuenta el “Han Shu”, que el emperador chino Wu-ti (140-86 AC), de la dinastía Han,
remitió una embajada al lejano país de An-hsi o Anxi (Partia). Para recibir con el honor
debido a aquellos primeros emisarios, el rey de An-hsi destacó en su frontera a un
general al frente de 20.000 jinetes, a pesar de que como destaca cuidadosamente el autor
del “Han Shu“, los límites de su reino distaban muchos li de la capital. Una vez en el
interior de An-hsi y en el curso de su larga marcha, los embajadores chinos se
asombrarían por el gran número de ciudades y aldeas que cruzaban, tantas que el
territorio de An-hsi les parecía habitado sin solución de continuidad.
Satisfecho con los regalos y el mensaje amistoso del emperador Wu-ti, el monarca de
An-hsi resolvió enviar su propia embajada de respuesta, que viajaría acompañando el
retorno de los emisarios chinos. Los de An-hsi eran portadores de curiosos presentes:
huevos de grandes pájaros y magos de Likan. Y pese a la distancia, alcanzaron su
objetivo, pues como recuerda el “Han Shu”, el Hijo del Cielo se deleitó con los regalos
enviados por el rey de An-hsi.
Con el escueto lenguaje que es propio de la historiografía china, el “Han Shu” dejaría
así recuerdo de un hecho maravilloso, el primer intercambio de embajadas entre un rey
parto, Mitrídates II, y el emperador chino, el sabio y poderoso Wu-ti (110-86 AC).
Mitridates II el Grande rey de Partia (123-88 AC)
A partir de entonces, los contactos entre ambos mundos mantendrían una amistosa e
intensa continuidad, que se prolongaría en la época sasánida. Y de aquella amistad
risueña nació el tramo iranio de la ruta de la seda, que pronto vestiría a los nobles
partos.
Se sabe que inició una campaña contra el rey Artavasdes I de Armenia, como resultado
de la misma, Tigranes su hijo mayor tuvo que ser entregado como rehén durante varios
años. En el 94 AC murió Artavasdes y Tigranes fue liberado y puesto en el trono con la
ayuda de los partos, teniendo que ceder 70 valles y comarcas.
Imperio multicultural
Antes de la llegada de los parni, existían grandes ciudades como Samarcanda, Marv,
Elken Tepe, y Yaz Tepe, por nombrar sólo unas cuantas. En su mayor parte, sin
embargo, hubo pueblos de distintos tamaños, y grandes sistemas de riego jugaron un
papel significativo. La vida en el sur de Turkmenistán estaba dominada por grandes
terratenientes que tenían un gran número de siervos y esclavos a su disposición, aunque
también existían las comunidades rurales con campesinos libres.
La llegada de los parni de vida nómada, cambió la sociedad, los nuevos llegados eran
principalmente ganaderos, produciéndose una integración entre ambos.
Situado en el corazón del continente euroasiático, el imperio Parto fue una auténtica
encrucijada de tradiciones culturales, religiosas y artísticas. Los partos absorbieron
elementos de la cultura persa, de la mesopotámica y también de la griega, que había
arraigado en Asia Central durante el dominio seléucida; así, utilizaron el griego como
lengua de burocracia y comercial, junto con el arameo y el pártico. Sin embargo, poco a
poco fueron afirmando los valores específicamente persas; los monarcas adoptaron el
título de Rey de Reyes (Shah an Shah) y se consideraron sucesores directos de los
aqueménidas, la última dinastía persa derrocada por Alejandro.
En el plano religioso imperaba también una enorme diversidad. La casa real parta, como
buena parte de la población irania, era adepta del zoroastrismo, la religión oficial del
antiguo Imperio Persa Aqueménida. En las ciudades mesopotámicas se mantenía la
devoción a antiguos dioses orientales, como Bel, Nabu, Assur, Inanna, Anu, Shamash o
Sin, muchos de los cuales se identificaban a su vez con las divinidades griegas. Así,
Nabu, el dios babilonio de la sabiduría, se identifica con Apolo; Nanaya, la diosa
sumeria del amor, con Artemisa, y Nergal, el dios sumerio del inframundo, con
Hércules.
Estatua de Heracles (Hércules) en Bistoun, Kermanshah (Irán) escavada en el 148 AC
Gobierno Parto
El gobierno de los partos era en realidad muy parecido a la Europa feudal. Las casas
gobernantes eran siete familias nobles, entre las que era elegido un rey. El cargo no era
hereditario, sino que se elegía entre los nobles, como un “primero entre iguales”. La
monarquía parta, para intentar legitimar su dominio, tomó la denominación de los
antiguos reyes persas: Rey de reyes (Shah an Shah). Los territorios siguieron
organizándose por satrapías, (igual que con los persas), pero bajo el dominio de los
nobles o grandes familias partas como los Suren, los Karin y los Gev, a modo de
señores feudales. Eran la élite guerrera, y por debajo de ellos había nobles menores y
luego, una gran masa de pueblo sin rango ni categoría.
El dominio parto no era bien aceptado en los territorios del sur, sobre todo en la antigua
Persia, ya que los persas eran muy orgullosos de su herencia y no les gustaba que unos
nómadas los dominaran, sin embargo era mejor para ellos estar bajo su dominio que
bajo el de los griegos.
Ctesifonte fue atacada varias veces por los romanos pero el Imperio sobrevivió por tener
otros centros importantes de poder. Tras las conquistas de Mesopotamia y Persia la
expansión de los partos se detuvo en buena parte debido al conglomerado de reinos,
provincias y ciudades estados que debilitaron seriamente el estado de Partia. Los
dirigentes locales desempeñaron papeles importantes y el rey tuvo que respetar sus
privilegios. Varias familias nobles tenían votos en el consejo real. Algunos de ellos
tenían el privilegio de coronar al rey de Partia y de poseer guardias armadas, que bien
podían pasar por ejércitos propios. Cuando el poder real era débil, las divisiones entre la
aristocracia suponían un grave peligro para la estabilidad, este aspecto es claro y se ha
venido observando a los largo de toda la Historia, las monarquías fuertes cuentan con
noblezas débiles. Resulta sorprendente que en esta época los diferentes reinos podían
tener distintas monedas, lo cual no era un privilegio muy extendido en la antigüedad.
Los partos no lograron nunca una centralización como la de sus predecesores los
aqueménidas o sus sucesores los sasánidas. Algunos centros tributarios de los partos,
pero semi-independientes, eran ciudades, como Seleucia y Hatra, otros eran estados
grandes, como Armenia y la Pérside. Entre estos dos últimos había otros, como
Osroene, Gordiene, Adiabene, Mesene, o Caracene y Elimida o Elam.
La élite local pagaba tributos al rey el tributo era una fuente de la renta real, otros eran
los peajes al controlar Partia la ruta comercial de la seda entre el mar Mediterráneo y
China.
Ruta de la seda en Partia
Los partos llegaron pronto a acuerdos comerciales con China, y gracias a ellos, la seda
llegó a ser conocida en el mundo greco-romano. El imperio era el centro de la ruta de la
seda. Los partos vestían con este tejido, y los jinetes solían llevar pantalones holgados y
camisas de brillantes colores y complicados motivos.
El ejército parto o arsánida
Edad Antigua Los partos El ejército parto o arsánida
El imperio Parto o Arsácida era menor que el Aqueménida y también mucho menos
centralizado. Carecía de un ejército permanente, había por supuesto, las guarniciones de
las ciudades y fortalezas, así como mesnadas o ejércitos del Gran Rey o Shah an Shah,
de los reyes subordinados o sátrapas que eran unos 18, de los jefes tribales y de los
señores feudales o azats, pero eran limitados y estaban desunidos.
Cuando surgía una necesidad, el Gran Rey hacía un llamamiento a sus sátrapas, y estos
a su vez a los azats o nobles feudales y comandantes de guarnición, para que reuniesen
sus mesnadas o hamspāh y las llevasen a un lugar determinado. En ocasiones las fuerzas
se complementaban con mercenarios extranjeros.
El ejército parto no tenía una clara estructura organizativa. Por lo que se sabe, el ejército
parto era liderado por un comandante supremo, que era o bien el propio rey, el príncipe,
o un spahbod, (deriva de las palabras spah que significa armas y bod que significa
maestro), lo que sería actualmente un mariscal de campo. Los spahbods eran elegidos si
el rey o príncipe no estaban disponibles y eran escogidos de una de las grandes casas
(Shahrbaraz, Surena, Rostam Farrokhzd, Shahin Vahmanzadegan,y Bahrm son buenos
ejemplos).
A partir ahí el ejército se dividía en gunds (divisiones), que fueron divididos en drafsh
(de unos 1.000 efectivos), que fueron divididos en washt (unidades pequeñas tipo
compañía). La unidad básica parta según Luciano era el draco o dragón que eran 1.000
hombres.
El ejército parto mas grande fue el que se enfrentó a Marco Antonio que era de 50.000
efectivos, mientras que el de Surena era solo de 10.000.
Cada gran unidad tenía su propio estandarte, los más comunes eran el sol, el sol y la
luna, la espiga de oro, el draco o dragón, el caballo blanco y la Mitra de Mitridates.
Estandartes partos: El sol, el sol y la luna, la espiga de oro, el draco o dragón, el caballo
blanco y la Mitra de Mitridates
Dion Casio dice: ”Son realmente formidables en la guerra. Los partos no hacen uso del
escudo, pero sus ejércitos consisten en arqueros y lanceros montados, la mayoría con
armadura completa. Su infantería es pequeña, constituida por los hombres más débiles;
pero también éstos son todos arqueros. La tierra, al ser llana en su mayor parte, es
excelente para criar caballos y muy adecuada para montar a caballo; en cualquier
caso, incluso en la guerra, llevan amplias manadas de caballos, así que pueden utilizar
caballos distintos en diferentes momentos, pueden cabalgar con rapidez desde una gran
distancia y retirarse lejos también rápidamente.”
Caballería parta. En la parte superior jinetes arqueros, debajo catafractas. Autor Dušan
Vasiljevic
Caballos partos
Los partos no se interesaron en los elefantes como hicieron los seleúcidas, Pirro e
incluso Aníbal y en su lugar se centraron en el único medio de éxito que les funcionaba
en la guerra, la caballería. La caballería de Alejandro Magno fue el factor decisivo en
muchas de sus batallas contra los persas y sus aliados. Y los escitas, los grandes jinetes
de las estepas, fueron responsables de parte de las bajas persas. Los veloces arqueros
montados en veloces caballos robados originalmente a los medos, a los escitas y sus
tribus afines fueron responsables de la muerte y derrota de Ciro el Grande, el fundador
del imperio Persa, y el rey Darío, que aprendieron la manera dura que la rana, la flecha
y el pájaro representaban al rey Idymanthrus de Escitia.
Los partos también adoptaron el arco escita, de doble curvatura, un arma ideal para ser
manejada a caballo. El arco persa original era de curvatura simple, que siguió siendo
utilizado por hombres a pie. Los partos sí parece que prefirieron el uso de lanzas cuando
se monta ya que no requería tanta habilidad.
Una cosa que los partos no adoptaron de los escitas fue sus caballos pesados. Los escitas
utilizaban varias razas de caballos siendo el Akhal-Teke siendo su montura preferida
para jinetes pesados. Su obsesión con los caballos de color dorado dio lugar a un gran
número de capas doradas castañas y bayas que se encuentran entre las tribus y en las
tumbas de hielo escitas. La zona del río Don en Rusia, una vez gobernada por los
escitas, predominaba las capas doradas castañas y baya.
Guerreros partos: Guerreros Partos: a la izquierda catafracta-arquero; en el centro jinete
arquero parto; a la derecha porta-estanderte con el estandarte la Mitra de Mitridates.
Autor Angus McBride
Los medos criaron este animal, sin embargo, el Akhal-Teke, mientras que posee una
gran resistencia y algo de velocidad, no era tan rápido como querían los partos. El niseo
o gran caballo de los persas fue la montura que eligieron para sus jinetes pesados,
procedían de la región de Nisa al pie de los montes Zagros, diendo criados por los
medos; durante el reinado de Ciro el Grande se criaban desde Armenia hasta Sogdiana.
Era un magnífico animal que se criaba en todos las capas incluyendo el palomino y el
appaloosa que eran los más deseados. Era un caballo rápido, fuerte y hermoso. También
estos animales tenían facilidad para desarrollar el paso de andadura, o ambar o ramblar,
es decir moverse por bipedos paralelos que fueron muy buscados por todo el mundo
debido a su comodidad y facilidad para el jinete. Esta raza de caballos se extinguió en el
saqueo de Constantinipla en el 1.204.
Mitrídates II extendió el Imperio Parto a sus rincones más lejanos. Conquistó Characene
y recapturó Babilonia y Mesopotamia a los seléucidas. Derrotó a los sakas occidentales,
una tribu escita relacionada con los masagetas, liberando el imperio de sus
depredaciones. Un enfrentamiento entre los sakas y los partos debió haber sido una
verdadera lucha terrible, y se puede suponer que la presencia de los caballos partos fue
el factor decisivo en el resultado de la batalla, ya que ambos bandos luchaban con las
mismas tácticas y medios. Los dos empleaban jinetes arqueros y lanceros que cargaban
entre sí en el fragor de la batalla, realizando disparos rápidos, mortales y eficaces. Tanto
los sakas como los partos utilizaban protecciones en sus caballos, y la armadura de los
partos era muy similar a la armadura escita. La única diferencia importante entre los dos
combatientes era del tamaño de sus caballos. Los sakas montaban en sus robustos ponis
de tipo mongol o en los elegantes Akhal-Tekes, pero los partos montaban en sus
caballos más rápidos y más fuertes tipo niseo. El ejército parto demostró ser superior a
los sakas, que nunca volvieron a amenazar de nuevo a Partia.
Infantería
La infantería era un arma secundaria y casi toda era ligera, la pesada rara vez la usaban
en campaña y cuando los hacían, dependían en gran medida de mercenarios (griegos
sobretodo y en su mayoría eran empleados solo como guarniciones de ciudades
importantes).
La gran mayoría de infantería parta eran shivatir o arqueros a píe, ya que no poseían
caballos por diferentes motivos, a los que se sumaban arqueros escitas, mardos, árabes y
asirios. Iban con arco de simple curvatura y flechas, cuchillos y lanzas.
Infantería parta: izquierda infante de las montañas del Caucaso con escudo redondo y
jabalinas; centro lancero o nizagan con escudo cuadrado o gerrón; derecha un arquero a
pie o sivatir tipo escita.
Algunos partos y persas que eran pobres y simples campesinos, eran lanceros o nizagan,
estaban equipados con un escudo rectangular o gerrón y una lanza, protegidos solo con
sus ropas, algunos llevaban casco de cuero o metal y una espada o hacha. Otras partes
del imperio proveían de distinta infantería pero de pobre calidad. Los mejores eran
reclutados en las montañas de la actual Irán y Afganistán, estos montañeses tenían fama
de agresivos y fuertes, armados con hachas y escudos ovalados pequeños, a veces con
jabalinas. Muchos de la provincia de Hicarnia (actual provincia de Gilan en Iran, era
conocida por sus fieros guerreros).
Jinetes arqueros
Los arqueros a caballo o pahlava shivatir eran de origen escita, los partos eran
magníficos jinetes y mejores arqueros. Habían perfeccionado su arco tradicional,
aumentando la rigidez de los extremos de las palas compuestas y recurvas. Esto permitía
lanzar flechas con más fuerza sin riesgo de que se rompiera el arco. Además, buscaron
como aliados otras tribus salvajes de las estepas (y no tanto de los territorios dominados
por ellos, ya que no les interesaba que dichos pueblos adquirieran experiencia en la
guerra).
Jinetes arqueros partos:1 jinete arquero parto siglo IV AC, viste a la manera escita y
lleva el gorro con orejeras o bashlyk, kaftán, pantalones amplios y botas tobilleras, el
gorytos o funda de arco y flechas; 2 jinete arquero siglo II AC, lleva un kaftan fino con
borde; no lleva prenda de cabeza, sólo una cinta, lleva carcaj en el lado derecho y funda
de arco en el izquierdo; 3 jinete arquero siglo III DC, lleva túnica y amplios pantalones.,
en el lado derecho lleva un gorytos con funda de arco, flechas y espada corta, espada
larga colgada en el lado izquierdo. Autor Angus McBride.
Los arqueros a caballo componían la mayoría de las tropas partas, y desarrollaron
brillantemente las tácticas con ellos. Sus enemigos podían ver como las masas
desordenadas de arqueros a caballo avanzaban a toda velocidad hacia ellos, para
cambiar la dirección 90 grados a unos 50 metros del frente enemigo, girando a la
derecha casi al unísono, y de esta forma correr así en paralelo el frente enemigo
lanzando flechas a una velocidad endemoniada. También solían lanzarse a la carrera
hacia un punto del frente enemigo, y a la distancia adecuada, parar en seco, volver
grupas, y mientras comenzaban a alejarse, disparar hacia atrás. Esta técnica se
conoce desde entonces como “tiro parto”, y es verdaderamente espectacular.
Tiro parto. Jinetes-arqueros partos realizando el famoso tiro parto hacia atrás contra sus
perseguidores
Sus unidades llevaban el conocido “Draco” o dragón, que sería adoptado por los
romanos, una especie de estandarte con la forma de la cabeza de una serpiente o animal
mitológico parecido con una cola, que se supone servía para determinar la velocidad y
dirección del viento, y así aprovecharlo mejor para posicionarse y disparar sus flechas a
largas distancias. También servía para agrupar sus unidades, identificándose por su
color.
Catafractas
Cabe pensar que la sola carga de los catafractas era decisiva, pero los partos sabían
bien que no era así. Para empezar, los caballos soportaban mucho peso y no podían
galopar. Las cargas de catafractas se hacían al trote o amblando, manteniéndose pegados
unos jinetes a otros, sin dejar huecos. Además, nunca fueron tantos como para ser
decisivos.
Cargar contra un frente de infantería bien establecido en defensiva era muy difícil. Sin
embargo, si elegían el momento de atacar, con el frente desorganizado y disperso por
los disparos previos de los arqueros a caballo, los catafractas podían entrar por los
huecos y causar un devastador efecto psicológico.
Lo mejor era desordenar a las tropas enemigas con arqueros, lanzar a continuación a los
catafractas y, si los enemigos se reagrupaban para detener a los catafractas, volvían a
disparar a las concentradas y desconcertadas tropas enemigas de nuevo. Si éstos no
volvían a agruparse, se repetía los disparos hasta que quedaban desorganizados, este era
el momento para que cargaran los catafractas, y probablemente, pondrían en fuga al
resto de sus enemigos.
La élite de los catafractas era conocida como Ashkanian Savaran, procedían de las
clases nobles, eran los más protegidos y se empleaban en el momento decisivo.
Ashkanian Savaran o catafractas de élite partos. Procedían de las clases nobles y eran
los mejor equipados. Autor Alexander Averyanov
Los partos llegaron incluso a usar caballeros catafractas a camello, y camelleros como
músicos de su ejército, llevaban grandes tambores a lomos de estos animales, que
hacían sonar antes de la batalla para producir efectos psicológicos en el adversario.
También los emplearon en logística para transportar flechas para los arqueros
Campaña Parta de Craso, batalla de
Carras (54-53 AC)
Edad Antigua Los partos Campaña Parta de Craso, batalla de Carras (54-53 AC)
Sila, gobernador de Cilicia, no pareció entender el poderío del Imperio Parto, cuando en
el 92 AC. los embajadores del gran Rey se entrevistaron con él junto al Éufrates, para
acordarlo como frontera. A partir de entonces, las regiones del oeste se verían siempre
en disputa.
Fraates III Theos sucedió a su padre Sinatruces en el trono parto, cuando Mitridates VI
del Ponto y Tigranes de Armenia disminuían a costa de Roma.
En el año 66 AC, Pompeyo fue nombrado gracias a la lex Manilia, gobernador de Asia,
Bitinia y Cilicia. Lo primero que hizo fue enviar representantes al monarca parto Fraates
III para establecer relaciones amistosas con Roma y persuadirle de que invadiera la
región de Gordyene cuya capital era Nisibis, que Tigranes había recuperado después de
la partida de Lúculo. De esta manera contaba con dirigir la atención del rey armenio a
su frontera meridional.
Tras el fallido golpe de estado de Tigranes el Joven contra su padre, buscó refugio entre
los partos y Fraates III le ofreció su ayuda. Las fuerzas partas invadieron Armenia y
llegaron a Artaxata, poniendo sitiando la ciudad, dejó un destacamento con Tigranes el
Joven y regresó a partia. Posteriormente sería derrotado por Tigranes el Viejo.
Tigranes el Joven se dirigió al encuentro de Pompeyo, que se dirigía a Artaxata,
actuando como guía. En las negociaciones Pompeyo concedió Sofena y Gordiana al
Joven, mientras que el Viejo conservaba Armenia, pero cedía a Roma sus conquistas en
Siria. Poco tiempo después volvieron las disputas entre padre e hijo y Pompeyo depuso
al Joven.
En el 63 AC, mientras que Pompeyo estaba haciendo tratados con las poblaciones
caucásicas, llegaron embajadores del rey de los partos, con el fin de renovar el tratado
existente, mientras que los diversos lugartenientes del general romano estaban
sometiendo el resto de regiones de Armenia y Ponto, y Gabinio había realizado una
incursión más allá del Éufrates al Tigris, generando una gran preocupación en el rey
parto Fraates III, Pompeyo parece que había prometido la región a Tigranes el Joven,
los partos invadieron la zona y envió a su legado Lucio Afranio para tomar posesión de
la misma, rechazando las fuerzas partas hasta Arbelas.
Craso, viendo como sus otros dos colegas del triunvirato tenían ya renombrada fama
política y militar, Pompeyo ya lo era por méritos propios por sus campañas en Hispania,
contra los piratas y en Asia y César estaba a punto de conseguirlo gracias a la conquista
de la Galia, se sintió desplazado y planeó realizar una campaña militar para así ponerse
a su altura.
Siendo nombrado nuevo gobernador de Siria y el hombre más ilustre de los publicanos,
preparó en secreto y sin contar con el apoyo de sus dos colegas y del Senado invadir el
reino de los partos, solo le faltaba algún tipo de casus belli para declarar la guerra por
parte de Craso.
En el 58/7 AC, el rey parto Fraates III fue asesinado por sus hijos Orodes y Mitrídates,
que inmediatamente empezaron a luchar por el poder. Mitridates fue depuesto por los
nobles que pusieron a Orodes en el poder. Mitridates huyó y buscó refugio en el
comandante romano Aulo Gabinio, pidiéndole que le restaurara en el poder. Gabino
cruzó el Eúfrates con un destacamento, pero Ptolomeo XI Auletes, le pidió ayuda,
poniendo más dinero que el parto. Mitrídates regresó a Partia e inició una revuelta,
consiguiendo hacerse con Babilonia y Seleucia, pero finalmente fue derrotado
entregándose a su hermano, siendo ejecutado en el 55 AC.
Marco Licinio Craso con 60 años fue nombrado finalmente gobernador de Siria, llamó a
su hijo Publio Craso, que estaba sirviendo en la Galia bajo las órdenes de César,
necesitaba también, éxitos militares para ir escalando posiciones en Roma e iniciar así
una carrera política.
Sólo César le apoyó y le escribió desde la Galia instándole a que se diera prisa en ir a la
guerra ya que alguien tardaría poco en tratar de ponerle impedimentos legales a la
campaña. Finalmente, en el otoño del año 54 AC, Craso estaba listo para partir de Roma
junto con 5 legiones (25.000 hombres) a las que se unirían 4.000 auxiliares reclutados
en Judea y 4.000 jinetes (3.000 jinetes reclutados en Asia Menor y 1.000 héduos
procedentes de la Galia) y las 2 legiones de Gabinio.
Por fin, y sin el apoyo de la gran mayoría, Craso y las siete legiones salieron de Roma
hacia Brindisi. Desde allí embarcó a Dorraquio, y con el mar embravecido, embarcaron
de inmediato y durante la travesía se perdieron varios barcos. Al llegar a la península de
Anatolia decidieron continuar el viaje por tierra y atravesaron Cilicia, llegando a Siria
en abril o mayo del 54 AC, tomando el mando de las tropas de Gabibio, reuniendo las 7
legiones.
El primer año lo dedicó a operaciones menores, quizás para aclimatar y adiestrar sus
tropas, y establecer una base de operaciones. Cruzó el Eúfrates y se internó las tierras
entre los dos ríos. Silaces, el sátrapa parto de la zona, no pudo oponer seria resistencia al
ejército romano y tras ser derrotado y herido cerca de Ichnas, logró escapar y se dirigió
a dar la noticia personalmente a su rey. Tomó varias ciudades que se rindieron sin
luchar, sobre todo las de origen griego o semigriego, esperaban la llegada de los
romanos como una liberación de la dominación del Imperio Parto. Tras tomar varias
ciudades como Carras (Carrhae), Zenodotio, Niceforio, Ichnas y probablemente Batnas,
Craso dejó 2 cohortes de cada legión, unos 7.000 legionarios y 1.000 jinetes repartidos
como guarnición entre ellas, y se dirigió con el resto de su ejército hacia Siria para pasar
el invierno allí. Durante el invierno se unió a la expedición su hijo Publio que traía
consigo 1.000 jinetes veteranos de la tribu de los héduos, regalo de César procedente de
la Galia, para reforzar su caballería.
Mientras Osroes mandó dos generales a la zona para levantar la zona y preparar las
futuras operaciones. También mandó un embajador para pedir explicaciones por el
ataque sin provocación y sin el consentimiento del Senado Romano. Craso respondió
que la respuesta la tendría en Seleucia. El embajador respondió que ”el pelo te crecerá
antes de ver Seleucia”.
Artavasdes II, el rey armenio, que conocía la expedición e intenciones de Craso, quiso
astutamente a sumarse a ella ofreciendo su guardia personal compuesta por 6.000
jinetes. Artavasdes aconsejó a Craso que atacara Partia desde Armenia donde gozarían
del relieve ondulado del país y tendrían un camino más seguro frente a la caballería
enemiga y además se les unirían 10.000 jinetes catafractas y 30.000 infantes. Pero Craso
rechazó la oferta, quizás para no tener que compartir el botín de su campaña con el
monarca, y marchó directamente a Mesopotamia.
Protagonistas de la batalla de Carras: Craso y Surena
Movimientos previos
Craso cruzó el Eúfrates en Zeugma, con unos 42.000 efectivos, de los cuales 4.000 eran
jinetes y otros 4.000 auxiliares. Craso recibió la ayuda del árabe Ariamnes rey de los
mardanos, quien ya había apoyado a Pompeyo en sus campañas orientales, con un
contingente de 6.000 jinetes. Craso confió en Ariamnes, pero éste era leal a los partos y
fue diciéndole que debía atacarlos porque estaban desorganizados y débiles.
El 6 de mayo las tropas de Craso llegaron al río Balicha (Balik) en algún punto más
abajo de la ciudad de Carras (Harran). El comandante romano de Carras informó que los
exploradores partos se encontraban cerca. Craso apenas dejó beber y descansar a sus
tropas y continuó avanzando.
Las legiones se adentraron por las partes desoladas del desierto, lejos de cualquier
fuente de agua. El general romano recibió entonces una carta de Artavasdes en la que
éste se excusaba por no poder acudir en su ayuda, aduciendo que Armenia también
estaba siendo atacada por Orodes, y le aconsejaba que retrocediera para luchar juntos en
Armenia. Craso no solo ignoró el consejo, sino que lo consideró una traición y siguió su
marcha hasta que, cerca de la ciudad de Carras.
Ariamnes dijo entonces a Craso que había localizado la retaguardia parta y que éstos
estaban huyendo. Él con sus 6.000 jinetes, le iba a atacar para detenerlos, habiendo
cumplido impecablemente su misión de conducirle a una trampa se reunió con el
ejército de Surena.
Situación en la zona de Carras en el 54 AC. Movimientos previos a la batalla
Craso viéndose engañado por Ariamnes y tras la dura marcha, envió exploradores para
reconocer el terreno, quienes le informaron de que un gran ejército de partos estaba
cerca de allí y que a duras penas habían podido escapar de ellos, no esperaba que
hubiera partos tan al norte salvo pequeñas unidades de exploradores que no
representarían peligro alguno.
Seguidamente se reunió con sus legados y tras escuchar sus consejos hizo formar a la
infantería extendiéndola lo más posible por el llano y colocando a la caballería en las
dos alas para impedir que los partos pudieran llegar a ellos con facilidad.
Con esta formación, dio la orden de seguir avanzando hasta que llegaron al río Balisso.
Al verlo, se produjo gran alivio en los soldados tras varios días de penosa marcha por
territorio desértico. Se le sugirió a Craso que sería buena idea acampar allí y fortificar
para dar descanso a las tropas después de tan dura travesía.
Craso hizo oídos sordos y ordenó avanzar de forma apresurada hasta que finalmente
pudieron divisar de lejos al ejército enemigo.
Los partos se esforzaron mucho por intimidar a los romanos. Comenzaron con un
redoble de un gran número de tambores para asustar a sus rivales, haciéndoles creer que
eran más numerosos de los que realmente eran.
Surena mandó desplegar a sus hombres en forma de columna, de modo que sólo se
mostraba la parte delantera y ocultó a la mayor parte del ejército tras una reducida
vanguardia facilitándole la labor el terreno llano en el que se encontraban y además
instó a los catafractas a cubrir sus armaduras con pieles y otras vestimentas. El general
parto, había planeado romper las líneas romanas con sus catafractas, pero rápidamente
se dio cuenta de la inutilidad de aquello.
Acto seguido hizo que los catafractas se quitaran las vestimentas y dejaran al
descubierto sus armaduras y se lanzaran contra las primeras filas romanas. Éstas,
aterradas, aunque manteniendo la formación y compostura, se dispusieron a soportar la
embestida, pero cuando parecía que se iba a producir el choque, la caballería parta hizo
un amago y volvió grupas. Repitiéndolo varias veces.
Batalla de Carras o de Carrae 53 AC. Primera Fase. Los jinetes-arqueros partos atacan
los flancos del cuadro de Craso
Con estos amagos de la caballería pesada no sólo atraían la atención sobre sí mismas,
sino que además levantaban una polvareda impresionante en medio del desierto que
dificultaba la visibilidad de los romanos.
Al percatarse Craso de cuál era la intención de esa maniobra táctica, ordenó a las tropas
ligeras que corrieran tras ellos, pero éstas se vieron obligadas a retroceder porque los
arqueros a caballo, unos 9.000, comenzaron a dispararles con mortal precisión y efectos
devastadores.
Batalla de Carras o Carrae 53 AC. Primera Fase. Jinetes arqueros partos atacan a las
legiones. Los escudos pertenecen a la legión V
Después envió a los arqueros a caballo para rodear el cuadro romano, dejando una
distancia prudente para no ser alcanzados y comenzaron a disparar sobre las tropas
romanas por todas partes causándoles numerosas bajas.
La densidad de tropas romanas garantizó rápidamente que cada flecha conseguiría dar
en un objetivo; gracias a sus arcos compuestos cada flecha llevaba suficiente fuerza para
penetrar la armadura y, en parte, los escudos romanos.
De nada servía que parte de las tropas romanas cargasen e intentasen ir a por ellos
porque se alejaban a gran velocidad disparando hacia atrás con sus ”tiros partos”.
Surena era consciente de que la victoria pasaba por evitar el choque entre las tropas, y
optar por un ataque a distancia ante el cual las legiones eran impotentes.
Craso pensó en que los partos pronto se quedaran sin munición, así volverían atrás y
podría su ejército continuar el avance hacia una posición más ventajosa. Surena,
hábilmente, también había previsto este inconveniente y, no lejos de allí, había colocado
una caravana de 1.000 camellos cargados de flechas con las que podían renovar su
carcaj o gorytos. Viendo Craso que el ataque parto no terminaba nunca ordenó a su hijo
Publio que estaba al mando del ala derecha que tomara el mando de la caballería y que
forzara el combate.
Batalla de Carras o de Carrae 53 AC. Primera fase. Los arqueros partos disparando
contra los legionarios romanos. Autor Angus McBride
Batalla de Carras o Carrae 53 AC. Arqueros partos a caballo disparando hacia atrás o
haciendo el tiro Parto. Autor Peter Dennis
Publio al frente de los 1.300 jinetes, 500 arqueros y 8 cohortes (4.000 hombres) se
separó del grueso del ejército romano y se dirigió contra los partos. Éstos huyeron al
acercarse los jinetes romanos haciendo creer que se retiraban para que iniciara su
persecución, pero los arqueros montados se retiraron disparándoles después de sufrir
graves bajas y los catafractas les atacaron.
Batalla de Carras o Carrae 53 AC. Segunda fase: Salida de Publio Craso con la
caballería romana
Los romanos se retiraron a una pequeña altura o tell, donde formaron un circulo con sus
escudos. Los arqueros a caballo rodearon a los romanos y les cortaron la retirada,
resultando masacrados. Publio se suicidó y los partos le cortaron la cabeza. Solo
sobrevivieron 500 que fueron hechos prisioneros.
Batalla de Carras o Carrae 53 AC. La cabeza de Publio Licinio Craso es presentada a
Surena
Los partos volvieron a hacer sonar sus instrumentos y un reducido grupo se paseó
delante del ejército romano la cabeza del hijo del triunviro ensartada en la lanza de uno
de los jinetes que mostraba en alto para que todos la vieran. Fue un golpe psicológico
para los romanos.
Batalla de Carras o Carrae 53 AC: Fase final. Los catafractas cargan contra las legiones
para estrechar el cerco
Surena decidió proseguir la batalla y ordenó a los catafractas cargar contra las legiones,
pero no con la intención de romper su formación, sino para reducirlos lo más posible a
un espacio estrecho mientras que los arqueros a caballo disparaban una lluvia de flechas
sobre ellos causándoles más bajas.
Batalla de Carras o Carrae 53 AC. Fase final, los catafractas partos cargan contra los
romanos para estrechar el cerco. Autor Giuseppe Rava
Al llegar la noche, el ejército parto dejó de combatir y se retiró, ya que tenían por
costumbre no combatir de noche y esto libró al ejército romano de su aniquilación total.
Los romanos supervivientes abandonaron a 4.000 heridos, desconociéndose el número
de muertos, y se refugiaron en la ciudad de Carras, una pequeña ciudad griega donde
había dejado a Canopio con una guarnición. Un contingente de 2.000 hombres se
extravió en la obscuridad y fue sorprendido al amanecer, solamente sobrevivieron 20.
Craso durante la noche abandonó la ciudad en varios grupos, un tal Andrómaco que
estaba al servicio de los partos, convenció a Craso para ir a Siria dando un rodeo por
Armenia, dado que en el camino más corto le esperaban los partos.
Otro grupo mandado por Craso que contaba con unos 5.000 efectivos, fue alcanzado por
Surena, se refugió en un bosque donde la caballería no era eficaz y después de un día de
duros combates consiguió rechazar a los partos.
Otro grupo al mando de Octavio con unos 5.000 efectivos, se dirigió a los montes
Sinacos, un terreno difícil para la caballería, llegaron al amanecer y se fortificaron, no
estaban muy lejos de Craso, pero viendo la situación crítica de éste, marchó en su ayuda
y se reunió con él. Al atardecer Surena envió un mensaje a los romanos ofreciéndose a
negociar con Craso. Aparecieron unos partos con un caballo, pues la reunión se
celebraría entre iguales montados a caballo. Un parto tiró de las riendas del caballo de
Craso y otro le dio un golpe en la grupa. Este gestó no gustó a los romanos, empezaron
a insultarse, llegando a las armas, terminado muertos el mismo Craso y los generales
que le acompañaban.
Secuelas
Después de eso los partos, supuestamente, vertieron oro en la garganta de Craso como
símbolo de burla por su fama de avaro, le cortaron la cabeza y la mano derecha. La
cabeza fue enviada al rey parto Orodres.
El resto del ejército romano, impávido, se dividió. Unos prefirieron entregarse porque
Surena les hizo saber que ya tenía lo que quería y que les perdonaría la vida. En total
fueron 10.000 los prisioneros romanos, que fueron enviados a Margiana (Merv), donde
se casarian con locales, dando lugar al mito de la ”legión perdida”. Otros en cambio,
escaparon a las montañas durante la noche y un grupo muy reducido llegó a Judea.
La derrota de Craso pasaría a la historia a partir de entonces como “Craso error” cuando
se refiere a grandes meteduras de pata.
Los partos no atacaron inmediatamente Siria, lo que dio tiempo a Casio a preparar las
defensas de las ciudades y rechazar las incursiones fronterizas, cuando en el 51 AC, un
ejército parto, al mando del príncipe Pacoro I y el general Osaces, entró en la provincia.
Casio, que apenas disponía de dos legiones, se refugió tras los muros de las ciudades
costeras, en particular Antioquia. Los partos avanzaron y saquearon la provincia pero no
conquistaron ninguna urbe y tuvieron que retroceder a Antigonea que tampoco lograron
tomar. En el camino de regreso, Casio los emboscó y Osaces resultó muerto en octubre
del 51 AC.
Campaña Parta de Marco Antonio (40-33
AC)
Edad Antigua Los partos Campaña Parta de Marco Antonio (40-33 AC)
Ataque Parto 40 AC
Durante la Segunda Guerra Civil, los partos no hicieron ningún movimiento, pero
mantuvieron relaciones con Pompeyo. Después de su derrota y la muerte de éste, una
fuerza bajo Pacoro fue en ayuda del general pompeyano Cecilio Baso, que estaba sitiado
en el valle de Apamea por las fuerzas cesáreas. Julio César antes de su muerte había
elaborado planes para una campaña contra los partos, incluso envió a su sobrino Octavio
a Apolonia para preparar el ataque, pero su asesinato evitó la guerra.
Durante la Tercera Guerra Civil, los partos apoyaron activamente Bruto y Casio,
enviaron un contingente que luchó con ellos en la batalla de Filipos en el año 42 AC.
En el 41 AC, Marco Antonio reunió un ejército y partió hacia el Este. En Éfeso convocó
a los gobernadores romanos de las provincias orientales. Más tarde convocó en Tarso
(Cilicia) a los reyes clientes de Oriente para reunirse con él y contribuir
económicamente y militarmente a su causa. Una de ellas era la reina Cleopatra VII de
Egipto, que tenía en ese momento 28 años, pero seguía teniendo una extraordinaria
belleza. Marco Antonio cayó inmediatamente bajo su hechizo. Cleopatra invitó a
Antonio a pasar el invierno en su palacio en Alejandría y aceptó. Por el momento se
pusieron sus planes para invadir Partia quedaron en espera. Dejó la guarnición siria bajo
el mando del gobernador Lucio Decidio Saxa, mientras que él se dirigió a Alejandría a
pasar el invierno con Cleopatra.
Mientras Marco Antonio estaba en Egipto, en la capital parta, Ctesifonte, el hijo de Tito
Labieno, Quinto Labieno, que había huido al exilio, convenció al rey persa Orodes II de
invadir territorio romano. Al mando de esta invasión estarían el hijo y sucesor del rey, el
príncipe Pacoro I y el propio Quinto Labieno. Ese año, al mando de 40.000 soldados (en
su mayoría jinetes) cruzaron el río Eúfrates por Zeugma y se dirigieron a Apamea, La
guarnición romana de la provincia desertó y se unió a Labieno, estas tropas eran las
guarniciones fronterizas, hombres de Bruto y Casio, que conocían muy bien la región.
Las fuerzas combinadas derrotaron al gobernador de la provincia, Lucio Decidio Saxa
que huyó a la ciudad de Antioquía. A continuación se dirigieron a Antioquia que se
rindió sin resistencia.
Catafractas partos contra legionarios republicanos
Tras esto los invasores dividieron sus fuerzas: Labieno avanzo al oeste y conquisto las
provincias romanas de Cilicia, Pisidia y Asia hasta las cosas del mar Egeo, llegando a
Estratonicea que fue la única que resistió, más al norte las ciudades de Mylasa y
Alabanda serían las primeras en levantarse congtra Labieno. Mientras Pacoro fue al sur,
sometiendo toda Siria y Judea. Este último envió al sátrapa Barzafranes a someter los
territorios del interior mientras él mismo marchó por la costa, ante esto el noble
Antígono, pretendiente al trono judío, se alzó en armas y se sumó a Pacoro
tomando Jerusalén, deponiendo al rey Hircanio II subiendo al trono en su lugar, éste fue
llevado a Partia mientras que su hijo Herodes huyó. Unas pocas ciudades que
resistieron, incluyendo Tiro. Los sirios y los judíos los recibieron como libertadores del
yugo romano.
En febrero o marzo del 40 AC, Antonio recibió la noticia de la invasión de los partos y
se embarcó desde Egipto a Tiro en la costa de Fenicia. Cuando estaba recibiendo las
noticias sobre el desastre en el Este, recibió la noticia de que su esposa Fulvia, su
principal defensora en Roma, que había tomado las armas contra Octavio, había sido
derrotada y obligada a huir de la ciudad. Cuando se dirigía a su encuentro falleció.
El viudo Antonio tenía dos opciones: podía permanecer en el Este y luchar contra los
partos arrasa o volver a Roma para apuntalar su posición. Decidió que los asuntos en
Roma tuvieron que ser resueltos en primer lugar.
Antonio trató de hacer un trato con Octavio para fortalecer su ejército contra los partos.
Se casó con su hermana Octavia y propuso a entregar 120 de sus formidables buques de
guerra para que tomasen parte en la guerra de Octaviano contra Sexto Pompeyo, hijo de
Pompeyo el Grande, quien controlaba Sicilia y Cerdeña, así como los mares del
Mediterráneo occidental. A cambio de los barcos, Antonio recibiría 20.000 soldados
reclutados en el norte de Italia para aumentar sus fuerzas en el Este. Mientras que
Antonio mantuvo su parte del trato, Octavio no lo hizo y solo mandaría 2.000 soldados.
Contraataque romano 39 AC
El primer paso fue el de fortalecer el escudo estándar romano que estaba hecho de
madera, y era atravesado por las flechas partas fácilmente. En segundo lugar se prestó
más atención al tiro con arco, arqueros auxiliares que podían utilizar el poderoso arco
compuesto parto fueron contratados o reclutados para reforzar cada unidad romana. Se
contrataron también honderos que tenían mayor alcance que los arcos. También
reforzaron la instrucción de la formación en testudo o tortuga para protegerse de la
lluvia de flechas partas.
Ventidio situó sus fuerzas en la parte superior de una colina con pendiente empinada
con vistas al paso de montaña, a través del cual los partos tendrían que subir para volver
a casa. Los jinetes que se aproximaban necesitarían cargar cuesta arriba por un terreno
desigual para llegar hasta él.
Labieno se acercó con sus fuerzas, inspeccionó la situación y se decidió por un ataque al
amanecer. Los arqueros partos, seguros de la victoria, cargaron cuesta arriba en medio
de la niebla de la madrugada contra el muro romano, tras el cual estaban los honderos y
arqueros. La carga parta perdía impulso a medida que ascendían la ladera rocosa.
Mientras los jinetes tenían que conducir sus caballos sobre el terreno desigual y no
podían disparar sus flechas con eficacia.
Cuando los arqueros llegaron ante las legiones romanas que habían formado en testudo,
a una señal les llegó una lluvia de piedras, flechas y lanzas. Los jinetes-arquero
atacantes no tenían escudos para defenderse de los misiles. Muchos jinetes y caballos
fueron heridos por los proyectiles. Los partos enviaron a continuación a los catafractas,
para romper la línea romana. Pero eran mucho menos eficaces al cargar cuesta arriba, y
además fueron recibidos por una lluvia de proyectiles y atacados por la infantería.
Cientos catafractas cayeron, y Ventidio obtuvo una gran victoria. Durante la noche,
Labieno se disfrazó y huyó. Más tarde fue capturado y ejecutado al intentar cruzar las
Puertas Sirias.
Ventidio envió a Pompedio Silo con un grupo de jinetes para apoderarse de las Puertas
Amanas que estaban en el camino hacia Siria, pero fue derrotado por las fuerzas que
defendían el paso. Ventidió llegó poco después con refuerzos y se hizo con el paso,
Pacoro se retiró a Partia.
Ventidio pasó hasta mediados del año 38 AC sometiendo los rebeldes señores de las
ciudades sirias.
A principios de la primavera del 38 AC, mientras que las legiones de Ventidio estaban
aún en los cuarteles de invierno de Judea a Capadocia, Pacoro invadió de nuevo Siria.
Con el fin de ganar tiempo para reunir sus fuerzas dispersas Ventidio recurrió a un
subterfugio inteligente. El sabía que el príncipe Farneo de Cirréstida, que pretendía ser
un aliado romano, pero que en realidad era leal a los partos. Simuló confiar en Farneo
que decía que los partos no iban a cruzar el río Éufrates por el lugar habitual, cerca de la
ciudad de Zeugma, sino aguas abajo; ya que este territorio era una llanura, y por tanto
terreno ideal para la caballería persa, mientras que el cruce real sería en Zeugma.
Ventidio regresó a Roma y fue sustituido por Cayo Sosio que se hizo cargo de Siria y
Canadio Craso se hizo cargo de Armenia.
Osrodes II tras la muerte de Pacoro, tuvo que elegir sucesor entre sus más de 20 hijos,
eligiendo para su desgracia a Fraates el mayor de ellos. Para consolidar su posición,
Fraates IV ordenó la ejecución de todos los que 30 de sus hermanos y medios hermanos.
Esa acción brutal marcó el tenor de su reinado.
Antes de su muerte César había planeado una invasión de Partia a través de Armenia.
Antonio entonces adoptó esa misma estrategia. Desde su base en Siria reunió a 60.000
legionarios, junto con 10.000 caballería hispana y celta. Estos se unieron con una fuerza
auxiliar de 30.000 arqueros, honderos e infantería ligera proporcionados por los reyes
clientes romanos en Armenia, Galacia, Capadocia y Ponto. Falta en las filas fueron los
20.000 legionarios que Octavio había prometido.
Con o sin las legiones prometidas, Antonio tenía la intención de marchar hacia Armenia
y a continuación, atacar al propio Imperio Parto, marchando hacia Media Atropatena
(actual Azerbayán iraní). Allí, el rey armenio Artavasdes II le prestó la obligada ayuda
proporcionando 7.000 infantes y 6.000 jinetes arqueros y catafractas.
Tal era su prisa por volver corriendo a Alejandría con su amante, que aceleró la
campaña parta más allá de la prudencia militar. Después de una marcha de 1.500 km de
Roma a Armenia, no permitió tiempo para que los soldados romanos pudieran descansar
y avanzar tan rápidamente como fuera posible con el fin de atrapar al enemigo con la
guardia baja.
Fraates IV y Marco Antonio. A la izquierda moneda Fraates IV rey de los partos (38
AC-2 DC), a la derecha moneda del triunviro Marco Antonio (43 – 30 AC)
Antonio llevaba consigo un tren de asedio con 300 carros, llevando una gran variedad
de armas para la campaña, y en un momento durante el avance perdió la paciencia por
su lentitud en la progresión. Así que decidió marchar adelante con el grueso de su
ejército, mientras que dejaba el tren de sitio custodiado por dos legiones sin experiencia
bajo el mando de Opio Estatiano reforzados por caballería armenia.
Antonio llegó a Fraaspa, donde se decía que el rey medo guardaba su tesoro, así como
las esposas y familiares, y la puso bajo asedio. Los romanos comenzaron a construir
terraplenes de tierra a la espera de las torres de asedio.
Los partos enviaron un gran destacamento de jinetes para atacar por sorpresa el tren de
asedio, cuando estaban cerca de la columna, los jinetes armenios se marcharon a un
lugar segura. Los partos usaron sus arcos mortales para reducir los defensores restantes,
a continuación saquearon y quemaron los carros de suministro que eran de suma
importancia. y los destruyeron, cuando Antonio llegó con refuerzos solo encontró
cadáveres.
Catafractas partos atacando a legionarios. Los catafractas atacando la columna romana
de Opio Estatiano que llevaba el tren de asedio de Marco Antonio durante la invasión de
Media Atropatena. Autor Johnny Shumate
Cuando la noticia de la pérdida alcanzó el grueso del ejército romano, el rey armenio se
escabulló del campamento y regresó a su propio país, en parte avergonzado por el
comportamiento de sus hombres. Al principio Antonio decidió continuar con el asedio.
Envió partidas de forrajeadores y recolectores para obtener suministros, pero partidas de
jinetes partos los acosaban continuamente causándoles bajas y no permitiéndoles
realizar su tarea.
Finalmente Antonio decidió que no tenía otra opción que retirarse. Solicitó a Fraates
una reunión para parlamentar. Cuando sus enviados llegaron al campamento de los
partos, se encontraron con el rey sentado en un trono de oro, tocando la cuerda de un
arco. Fraates prometió a los enviados que tendría paso seguro para abandonar el país.
Antonio finalmente decidió retirarse a través de Armenia, por una zona montañosa para
reducir la eficacia de la caballería parta.
Pero Fraates mintió, pocos días después de que Antonio saliese de su campamento
protegido, los partos comenzaron a hostigar a sus columnas.
Continuó la retirada siendo acosado constantemente por los partos, en una ocasión,
Antonio atrajo a los arqueros a caballo a una trampa mortal haciendo que sus hombres
formasen en en cuadro con los arqueros y los honderos en los flancos y los jinetes en las
esquinas para salí rápidamente, esto les dio una sensación de falsa seguridad, y se
acercaron demasiado, siendo detenidos debido a la actuación de los honderos y arqueros
que les hicieron muchas bajas, y a continuación fueron perseguidos por la caballería
romana, produciéndoles 3.000 muertos y 5.000 heridos.
El rey parto Fraetes IV le atacó con 20.000 infantes y 4.000 jinetes, muriendo 3.000 y
fueron heridos 5.000 de Flavio Galo, el mando obstinado de una fuerza de caballería e
infantería ligera que iban en retaguardia, y que fueron rodeados, la rápida reacción de la
Legión III que los salvó de un completo desastre.
Los romanos llegaron al río Araxes o Aras, que era la frontera entre Media y Armenia
27 días después de haber dejado Fraaspa.
Los partos no infligieron derrotas absolutas a Antonio, pero el constante acoso de los
arqueros, el frío invierno, y la falta de alimentos hicieron que miles de romanos y
auxiliares muriesen durante la retirada, el ejército inquieto estuvo a punto de amotinarse
por el final de la campaña. Antonio perdió 20.000 efectivos a parte de los 10.000 de
Estatiano.
Los partos capturaron 10.000 soldados romanos, muchos de los cuales eran alemanes de
Renania, y que fueron enviados como rehenes a Merv, en lo que hoy es Turkmenistán,
los alemanes ayudaron a establecer la industria del vino en esa tierra.
Como Antonio marchó con sus supervivientes a Antioquía, su esposa Octavia viajaba a
su encuentro con dinero, equipos y ropa para sus soldados. También trajo un 2.000
soldados totalmente equipados, cortesía de su hermano Octavio. No eran los 20.000 que
había prometido, y su llegada llegó demasiado tarde. Octavio también devolvió 85
naves maltrechas de las 120 que Antonio le había prestado para luchar contra Sexto
Pompeyo.
Mientras tanto, se produjo una disputa entre el rey de Media y el de Armenia sobre el
reparto del botín romano. El de Media envío a un tal Polemón a Antonio con una oferta
de alianza. Antonio Aceptó y posteriormente le concedería la Pequeña Armenia por sus
gestiones.
Invasión de Armenia 35 AC
En 35 AC, Marco Antonio, con dinero egipcio reunió un ejército de 100.000 hombres y
marchó contra Artavasdes II, el rey armenio que lo había traicionado en la campaña
anterior. El rey armenio fue vencido y arrestado, llevado a la ciudad de Alejandría
donde el general romano realizó una parodia de triunfo por las calles alejandrinas,
asesinándole después del triunfo.
Posteriormente ambos reinos se perderían por luchas internas, Fraates se hizo con el
poder en Partia y pronto se sublevó un tal Tiridates, ambos recurrieron a Octavio para
pedir ayuda, pero éste estaba en plena guerra con Antonio. Finalmente Fraates se
impuso con la ayuda de los escitas, y Tiridates huyó a Siria con el hijo de su rival,
donde Octavio le permitió vivir en paz. Cuando se enteró de que tenía secuestrado al
hijo de Fraates, mandó que se le devolviera inmediatamente.
Cuando el primer emperador, Augusto, tomó el poder en el año 27 AC, pactó con los
partos para tener tiempo de organizar su imperio. En el 20 AC, se sabe que Augusto
mandó a Fraates como presente, una esclava italiana llamada Musa, de la que tuvo un
hijo que sería Fraates V y que sería conocido con el diminutivo de Fraataces.
Campaña Parta de Nerón (58-63)
Edad Antigua Los partos Campaña Parta de Nerón (58-63)
Antecedentes
En el 34, el rey parto Artabano III decidió colocar a su hijo, Arsaces III, en el trono
armenio vacante desencadenó el conflicto con Roma, que no estaba dispuesta a
abandonar Armenia. El emperador Tiberio ordenó el envenenamiento de Arsaces, que
fue muerto por sus asistentes. Poco después Farasmanes I de Iberia, apoyado por los
romanos se hizo con Artaxata, y situó en el trono a su hijo Mitridates.
Cuando las noticias llegaron a la corte parta, Artabano envió a su otro hijo Orodes para
recuperar el trono, éste fue incapaz de asegurarse suficientes mercenarios porque los
pasos estaban controlados por los íberos. El ejército parto en su mayoría eran jinetes,
mientras que los íberos eran infantes, hubo una batalla en que que Farasmanes I derrotó
en combate singular a Orodes, los partos creyendo que su líder había muerto huyeron.
Roma no estaba en condiciones de librar una guerra, y tuvo que reconocer Mitrídates de
Iberia como legítimo rey de Armenia. Aunque esta fue una gran victoria, la situación en
Armenia estaba todavía lejos de ser resuelto definitivamente.
Así, en 51, por temor a la ambición de su hijo, el rey de Iberia Farasmanes I convenció a
Roma para invadir Armenia y tomar el trono para sí mismo.
Radamisto invadió rápidamente Armenia. El rey Mitrídates, se refugió en la fortaleza de
Gorneas, fue traicionado por la guarnición romana que había sido sobornado por su
sobrino y se rindió, sólo para ser ejecutado.
El rey parto Artabano III reunió fuerzas de todo el imperio y marcho contra Iberia, el
gobernador romano Lucio Vitelio acercó las legiones a la frontera, temiendo una guerra
en dos frentes, Artabano III llegó a un entendimiento con el general romano,
renunciando a reclamaciones partas de influencia en Armenia.
El emperador Claudio, con el deseo de evitar provocar a los partos, exigió solamente
nominal que se retirasen los ibéricos. Se realizó una incursión desde Capadocia, pero
una expedición desde Siria fue cancelada para evitar la guerra.
Pero un año después 52, los acontecimientos tomaron un nuevo giro que obligará a los
romanos para intervenir directamente. Aprovechando la oportunidad, el rey parto
Vologases I invadió Armenia, las fuerzas partas avanzaron sin oposición y conquistaron
las capitales armenias Tigranocerta y Artaxata y puso a su hermano Tiridates en el
trono, mientras que su otro hermano Pacoro le dio Media Atropatena. Esta acción
constituía una violación del acuerdo que había alcanzado por Octavio con Fraates IV en
el que se explicitaba que eran los romanos los que tenían el derecho de nombrar y
coronar a los monarcas armenios.
Ofensiva de Corbulo 58
El emperador Nerón dio a Domicio Corbulo, que fue llamado desde Germania, el
control de dos provincias, Capadocia y Galacia, con autoridad o imperium propraetorial
y más tarde proconsular. A pesar de Galacia era considerada un buen lugar de
reclutamiento y Capadocia tenían unas pocas unidades de auxiliares, la grueso de su
ejército llegó desde Siria, donde se quedaron las legiones X Fratensis y la XII
Fulminata, quedaron con Umidio Cuadrato gobernador de la provincia, mientras él se
llevo la III Gálica y la VII Ferrata, así como cohortes que estaban invernando en
Capadocia. Corbulo quedó impresionado por el lamentable estado de las legiones. Los
soldados muy viejos o incapacitados fueron sustituidos por reclutas de Galacia y
Capadocia. La legión X fue relevada por la IV Escítica que estaba en Moesia. Entrenó a
sus tropas en las montañas de Anatolia oriental, para la aclimatación a las nieves de
Armenia.
Los romanos pidieron rehenes a Vologases I rey de Partia para firmar la paz y que
Tiridates fuese a Roma.
Tiridates, apoyado por su hermano, se negó a ir a Roma, e incluso participar en las
operaciones contra los armenios quienes él consideraba que eran leales a Roma. La
tensión aumentó y finalmente, en la primavera del 58, estalló la guerra.
Corbulo había situado un gran número de sus auxiliares en una línea de fuertes cerca de
la frontera de Armenia bajo un ex primus pilus, Pacio Orfitus. Desobedecer las órdenes
de Corbulo, suponía pena de muerte. Utilizó algunas alas de caballería auxiliar recién
llegadas para organizar una redada contra los armenios, que parecía no estar preparados.
La incursión fracasó, y las tropas se pusieron en retirada, incluso se extendió el pánico
entre las guarniciones de los otros fuertes. Fue un mal comienzo para una campaña, y
Corbulo castigó severamente a los sobrevivientes y sus comandantes.
Después de haber adiestrado su ejército durante dos años Corbulo, a pesar de este
contratiempo, ya estaba listo. Tenía tres legiones a su disposición (III Gallica y VI
Ferrata de Siria y IV Scythica), a la que se añadieron un gran número de auxiliares y
contingentes aliados de reyes clientes orientales como Aristóbulo de Armenia Menor y
Polemon II del Ponto. La situación era, además, favorable a los romanos: Vologases se
enfrentaba a una revuelta seria de los hircanios en la región del mar Caspio, así como
incursiones de escitas dahas y sakas (dahae y sacae) de Asia Central, y fue incapaz de
apoyar a su hermano.
Campaña parta de Nerón 58-59: Corbulo invade y conquista Armenia
Tirídates reaccionó enviando emisarios a preguntarle por qué estaba siendo atacado, ya
que se les había dado rehenes. Corbulo reiteró la exigencia de buscar el reconocimiento
de su corona por parte de Nerón. Con el tiempo, las dos partes acordaron en una
reunión. Tirídates anunció que iba a llevar 1.000 hombres a la reunión, lo que implicaba
que Corbulo debía llevar el mismo número de hombres “de manera pacífica, sin
corazas ni cascos“. En cualquier caso, en una demostración de fuerza Corbulo decidió
tomar con él la mayor parte de su fuerza, no sólo IV Ferrata, sino también hombres de
3.000 de la III Gallica más los auxiliares. Tirídates también apareció en el lugar
acordado, pero, al ver a los romanos en orden de batalla, y a su vez desconfiando de sus
intenciones, no lo hizo, y se retiró durante la noche. Tirídates entonces recurrió a una
táctica que había funcionado bien un siglo antes en contra de Marco Antonio: envió
fuerzas para asaltar ruta de abastecimiento del ejército romano, que se extendía desde
las montañas a Trapezus en el mar Negro. No lo consiguieron, ya que los romanos
habían tenido la precaución de asegurar las rutas de montaña mediante una serie de
fortalezas.
Caída de Artaxata 58
Corbulo decidió atacar directamente a los bastiones fortificados Tirídates. No sólo eran
instrumentos de control de la región circundante y fuentes de ingresos y los soldados,
pero, además de ser una amenaza sobre ellos, podría obligar a Tirídates a arriesgarse en
una batalla campal.
Vologases avanzó sobre Armenia, pero tuvo que volver inmediatamente por la
revuelta de los hircanios en la región del Mar Caspio, que aprovecharon su ausencia
para levantarse de nuevo.
Corbulo dividió sus fuerzas en tres partes, una mandada por él mismo, otra por Cornelio
Flaco su legado y la tercera por Instenio Capito su prefecto de campo. Asaltaron con
éxito tres de estos fuertes, incluyendo Volandum (posiblemente la moderna Iğdır), el
más fuerte de todos en esa provincia, según Tácito, se tomó en un solo día con mínimas
bajas, y masacrando a su guarnición. Aterrorizados por esta demostración de poderío
romano, varias ciudades y pueblos se rindieron, y los romanos preparaban para actuar
contra la capital armenia norte, Artaxata.
Esto obligó a Tiridates para enfrentarse a los romanos con su ejército, cuando se
acercaba Artaxata. La fuerza romana, reforzada por una vexillatio de la legión X
Fretensis, marchó en formación de cuadro, con las legiones apoyadas por jinetes
auxiliares y arqueros a pie. Los soldados romanos tenían órdenes estrictas de no romper
la formación, y a pesar de los ataques repetidos de tanteo y retiradas fingidas por los
jinetes-arqueros partos, se mantuvieron unidos hasta la noche. Durante la noche,
Tirídates retiró su ejército, abandonando su capital. Sus habitantes se rindieron de
inmediato y se les permitió salir sin ser molestados, pero la ciudad fue incendiada, ya
que los romanos no podían prescindir de los hombres suficientes para guarnecer la
ciudad. Tirídates pudo huir de la capital antes de que la capturaran los romanos.
Caída de Tigranocerta 59
En el 59, los romanos marcharon hacia el sur, hacia Tigranocerta, segunda capital de
Armenia. En su camino, los hombres de Corbulo castigaron los que resistieron o se
escondieron de ellos, mientras que se demostró la clemencia para los que se entregaron.
En el terreno áspero y seco del norte de Mesopotamia, el ejército sufrió de falta de
provisiones, en especial de agua, hasta que llegaron a las zonas más fértiles cerca
Tigranocerta. Durante ese tiempo fue descubierto y suprimido un complot para asesinar
a Corbulo. Varios nobles armenios que se habían unido al campamento romano fueron
implicados y ejecutados. De acuerdo con una historia proporcionada por Frontino,
cuando el ejército romano llegó a Tigranocerta, lanzaron la cabeza cortada de uno de los
conspiradores por encima de las murallas de la ciudad. Por casualidad, aterrizó justo
donde el consejo; inmediatamente decidieron entregar la ciudad, que en consecuencia se
salvó. Poco después en el año 60, fue bloqueado un intento del ejército parto, bajo el rey
Vologases, de entrar en Armenia, Córbulo envió al legado Verulano Severo con
auxiliares que le rechazó.
Contraataque parto 61
Los romanos eran muy conscientes de que su victoria era aún frágil, y que tan pronto
como el rey parto se había ocupado de la rebelión de Hircania, volvería su atención a
Armenia. A pesar de la renuncia Vologases a arriesgarse en un conflicto total con
Roma, al final, se vio obligado a actuar cuando Tigranes invadió la provincia parta de
Adiabene en 61. Las protestas enfurecidas de su gobernador Monobazus, y sus
peticiones de protección, no pudieron ser ignoradas por Vologases, cuyo prestigio y
autoridad real estaban en juego.
Vologases concluyó apresuradamente un tratado con los hircanios a fin de tener libertad
de acción para hacer la campaña contra Roma, y llamó a una asamblea de los grandes de
su reino. Allí reafirmaron públicamente la posición de Tirídates como rey de Armenia,
coronándole con una diadema. Nombró spahbod (mariscal de campo) a un tal Moneses,
al que le concedió el mando de un contingente de catafractos y auxiliares adiabenos para
expulsar a Tigranes de Armenia. El mismo Vologases participó en persona en la
campaña tras acabar con los hircanios rebeldes.
Cuando fue informado del inminente ataque, Corbulo envió inmediatamente dos
legiones la IV Escitica y XII Fulminata mandadas por Verulano Severo y Vetio Bolano
para apoyar a Tigranes, aunque con instrucciones secretas de actuar de forma cautelosa
en lugar de agresiva. mientras él se quedó con las otras tres legiones bajo su mando (III
Gallica, VI Ferrata y XV Apolinaris) para fortificar la línea del río Eufrates, por temor a
que los partos pudiesen invadir Siria. Como la región tenía una importante escasez de
agua ordenó la construcción de defensas en los puentes y ocultó los arroyos
enterrándolos con arena. Envió una carta a Nerón en la que le solicitaba el envío de otro
comandante, pues ahora eran dos provincias Armenia y Siria, las que se encontraban en
peligro.
Formación romana en testudo o tortuga reforzada con arqueros para defenderse de
jinetes arqueros siglo I. Autor Jason Juta
Campaña parta de Nerón 61-62: Contraataque parto que culmina con la rendición de
Lucio Casinio Peto
Mientras tanto, el legado para Capadocia había llegado, en la persona de Lucio Casenio
Peto, el cónsul del año anterior (61). El ejército estaba dividido entre él y Corbulo, con
la legión IV Escitica, XII Fulminata, y la recién llegada V Macedónica junto con los
auxiliares de Ponto, Galacia, Capadocia van a Peto, mientras que Corbulo retuvo la
legión III Gallica, VI Ferrata y X Fretensis. A causa de su antagonismo por la gloria, las
relaciones entre los dos comandantes romanos fueron tensas desde el principio. Es de
reseñar que Corbulo mantuvo las legiones que había pasado los últimos años haciendo
campaña con él, y le dio a su colega, que después de todo quien debía llevar a cabo la
campaña principal, las unidades más inexpertas. Las fuerzas romanas totales dispuestas
contra los partos eran, sin embargo, considerables: las seis legiones solas totalizaban
unos 30.000 hombres. El número exacto y la disposición de las unidades auxiliares no
está claro, pero había siete alas de caballería y siete cohortes de infantería sólo en Siria,
que comprenderían una fuerza de 7-9.000 tropas.
Los partos habían pensado originalmente en invadir Siria, pero Corbulo hizo una
exhibición convincente del poder militar, la construcción de una potente flotilla de
barcos equipados con catapultas y un puente sobre el río Eúfrates, lo que le permitió
establecer un punto de apoyo en la orilla de los partos. Por lo tanto los partos
abandonaron sus planes para Siria, y volvieron su atención hacia Armenia. Allí, Peto
había dispersado sus fuerzas y concedido permiso a sus oficiales, inconsciente del
avance de los partos. Al enterarse de ello, avanzó inicialmente para satisfacer
Vologases, pero después de ser derrotado un destacamento de reconocimiento, se asustó
y se retiró a toda prisa.
Corbulo mientras tanto, había sido consciente del peligro que enfrentaba a su colega, y
puso parte de sus fuerzas en previsión; pero él no marchó para unirse a Peto, y algunos
lo acusaron de retrasar con el fin de aprovechar más la gloria de haberlo rescatado. Sin
embargo, cuando las peticiones de ayuda le llegaron, él respondió rápidamente y
marchó con la mitad del ejército de Siria, llevaron muchas provisiones cargadas en
camellos. Pronto se encontró con los dispersados restos del ejército Peto, y logró
reunirlos en torno a su fuerza. Sin embargo, antes de que pudiera llegar al rescate, Peto
había capitulado.
El tratado fue humillante: no sólo deberían los romanos abandonar Armenia y entregar
todos los fuertes que tenían, sino que también acordaron construir un puente sobre el río
Arsanias cercano sobre el que Vologases podía pasar en señal de triunfo, subido encima
de un elefante. Además, el ejército romano sería saqueado a voluntad por los armenios,
que tomaron incluso armas y la ropa de los romanos sin encontrar ninguna resistencia.
Peor aún, según los rumores difundidos por Tácito, los romanos deberían pasar bajo el
yugo, un gesto de humillación a los ojos de los romanos.
Roma, por su parte, parecía ser inconsciente de la situación real en Armenia. Tácito
registra ácidamente que “los trofeos de la guerra de los partos y los arcos fueron
construidos en el centro de la colina Capitolina” por decreto del Senado, aun cuando la
guerra no se ha decidido. Las ilusiones se hicieron añicos por la llegada de la delegación
parta a Roma en la primavera del 63. Sus demandas, y el posterior interrogatorio del
centurión que los acompañaba, revelaron a Nerón y al Senado la verdadera magnitud de
la catástrofe, que Peto había ocultado en sus despachos. Sin embargo, en las palabras de
Tácito, los romanos decidieron “aceptar una peligrosa guerra sobre una paz
vergonzosa“; Peto fue llamado, y Corbulo colocado de nuevo a cargo de la campaña en
Armenia, con un extraordinario imperium que le colocaba por encima de todos los otros
gobernadores y gobernantes clientes en el Este. El puesto de Corbulo como gobernador
de Siria fue confiado a Cayo Cestio Galo.
Corbulo reordenó sus fuerzas, la retirada de las legiones IV Scythica y XII Fulminata
derrotadas y desmoralizadas a Siria, dejando la X Fretensis para proteger Capadocia, y
al frente de sus veteranas III Gallica y VI Ferrata a Melitene, donde estaba el ejército de
invasión que se estaba montando. A éstos también añadió la V Macedónica, que había
permanecido en el Ponto durante todo el año anterior y no se ha contaminado por la
derrota, la recién llegada XV Apolinar, y un gran número de auxiliares y contingentes
de los reyes de los clientes.
Después de que su ejército cruzase el Éufrates, siguiendo una ruta abierta por Lúculo
más de cien años antes, recibió a los enviados de Tiridates y Vologases. La
aproximación de una gran fuerza, y el reconocimiento de la capacidad de Corbulo como
general, los dos arsácidas estaban ansiosos por negociar. Corbulo, siguiendo sin duda
las instrucciones de Nerón, reiteró la vieja posición romana: si Tirídates aceptaba su
corona desde Roma, la guerra podría evitarse.
Una vez allí, Corbulo puso al hijo Peto, que había servido bajo su mando como legado,
a cargo de una partida para recoger los restos de los soldados romanos y asegurarles un
entierro apropiado. El día acordado, tanto Tirídates y Corbulo, cada uno acompañado
por 20 hombres de a caballo, se reunieron entre los dos campos. Tirídates acordó viajar
a Roma y buscar la confirmación de su corona de manos de Nerón. En señal de este
acuerdo, unos días más tarde, los dos ejércitos desfilaron con el equipo completo.
Tiridates se acercó al campamento romano, donde una estatua del emperador Nerón
había sido erigida sobre una plataforma elevada, y se colocó su diadema real a sus pies
en sumisión.
Tiridates I rey de Armenia delante de una estatua de Nerón. Autor Ángel García Pinto
En el año 66, Tirídates visitó Roma para recibir la corona y fue generosamente recibido
por Nerón, que aprovechó la ocasión para aumentar su propia popularidad. Ordenó que
las puertas del templo de Jano fuesen cerradas, por lo tanto se declara que la paz reinaba
en el Imperio Romano.
En cuanto a Corbulo, fue honrado por Nerón como el hombre que había llevado ese
“triunfo” pero debido a su popularidad e influencia en el ejército, hizo que se convirtiera
en un rival potencial. Junto con la participación de su hijo político Lucio Annio
Viniciano en un intento frustrado contra Nerón en 66, Corbulo se convirtió en
sospechoso a los ojos del emperador en 67, mientras viajaba en Grecia, Nerón le ordenó
su ejecución. Al enterarse de eso, Corbulo se suicidó.
Armenia en adelante sería gobernado por una dinastía persa, y a pesar de su lealtad
nominal a Roma, habría sido objeto de una creciente influencia de los partos. A juicio
de las generaciones posteriores, “romanos habían perdido Armenia“, y aunque la Paz
de Rhandeia marcó el comienzo de un período de relaciones relativamente pacíficas que
durarían 50 años, Armenia seguirá siendo un hueso constante de la discordia entre los
romanos, los partos, y sus sucesores sasánidas.
El rey Vologases mantuvo unas buenas relaciones con los emperadores romano, en el 70
felicitó a Vespasiano por su acceso al poder y le ofreció 40.000 jinetes. En el 71 envió
una corona de oro a Tito por su victoria sobre los judíos. En el 75 pidió ayuda a Roma
contra los alanos que estaban invadiendo su territorio, al parecer hubo fuerzas romanas
ayudando al parto.
Campaña Parta de Trajano (114-117)
Edad Antigua Los partos Campaña Parta de Trajano (114-117)
Antecedentes
El emperador Trajano llegó al poder en el año 98, primero estuvo entretenido con las
guerras Dacias y no prestó atención a los partos hasta la finalización de éstas.
Petra perdió su poder comercial con oriente y cayó en el olvido poco a poco. En su
lugar, el oasis ciudad de Palmira se convirtió en el nexo de unión con la ruta de la seda y
se enriqueció increíblemente, rivalizando con la misma Roma. Estaba situada en medio
del desierto sirio, entre Damasco y el Éufrates.
Teniendo en cuenta que sabía que tenía que enfrentarse con los catafractas partos,
Trajano empleó la escolta personal del emperador, los équites singulares. Inicialmente
este cuerpo estaba formado por bátavos reclutados de las unidades de caballería
auxiliar.
Sólo necesitaba una causa para iniciar la guerra, y esta le fue ofrecida cuando el rey
parto Osroes I, depuso a Tiridates rey de Armenia, y puso en su lugar a Oxidares uno de
los dos hijos de Pacoro, sin contar con el apoyo de Roma.
Trajano llego a Antioquia a principios de 114, donde se puso al mando del ejército de
oriente, que constaba de 11 legiones procedentes de todas las partes del Imperio,
principalmente de Panonia de las guerras Dacias (las legiones I Adiutrix, la II Trajana
Fortis, la VII Claudia, la XI Claudia, la XV Apolinaris, y la XXX Ulpia), de Siria (las
legiones IV Escítica y la VI Ferrata), de Palestina (las legiones X Fretensis, y la III
Cirenaica), de Comagene la legión XVI Flavia Firma. Se reunieron numerosas fuerzas
auxiliares de toda la zona sobre todo de Egipto.
Campaña parta de Trajano 114-115. El 114 contra Armenia y el 115 contra
Mesopotamia
En primavera del 115, Trajano partió de Antioquía con Lucio Quieto, Nigrino y otros
legados al mando de varias legiones, se dirigieron hacia el este hasta llegar a Beroea, y
desde allí hacia el norte hasta Zeugma, donde les esperaba la legión IV Escitica, alli
cruzaron el Eúfrates y avanzaron sin oposición ni problemas de abastecimiento de agua
y víveres, llegando a Samosata. Allí les esperaba la legión VI Ferrata, que también se
unió al ejército imperial.
Las legiones de Trajano cruzaron el Éufrates y tras varios días de marcha cruzaron el
paso llegaron frente a la primera gran ciudad Armenia de Arsamosata, que tomaron con
suma facilidad. Desde allí cruzaron el paso Pulumur, cruzaron el Eufrates por última
vez, y llegaron a Eriza, un día de Satala donde recogieron la legión XVI Flavia Firma.
Mientras tanto, su lugarteniente Lucio Quieto al frente de sus jinetes mauros, al mando
de una columna desde Elegia se dirigió Mardia (actual Ghilan). Atacó a la tribu hostil de
los mardos, que vivían al oeste del lago Van, los mardos fueron cogidos por sorpresa y
destruidos y después penetraron profundamente en Media Atropatena. Es posible que la
campaña Quieto tuviese como objetivo la extensión de la frontera romana más reciente,
extendiéndola al este hacia el Mar Caspio y el norte de las estribaciones del Cáucaso,
para hacerla más defendible.
Trajano dejó bien Elegeia o Artaxata a finales de primavera, 115. A partir de ahí marchó
por las montañas centrales de Tauro, posiblemente pasó por la antigua capital
Tinagrocerta, se dirigió al Sur cruzando los montes Tauros, con el fin de hacerse con los
el territorio comprendido entre los ríos Tigris y Eúfrates al norte de Mesopotamia. Puso
guarniciones permanentes a lo largo del camino para asegurar el territorio, dirigiéndose
a Nisibis.
Mientras Lucio Quieto había progresado desde el lago Van hacia el reino de Adiabene
que era cliente de los partos, venciendo a su rey, Mebarsapes y avanzar en la parte este
de la Mesopotamia, realizando un movimiento de pinza con éxito, convergiendo en la
ciudad de Nisibis con Trajano que era su primer objetivo, era una ciudad fortaleza que
protegía la ruta comercial del norte de Mesopotamia. En esos momentos estaba bajo el
control de Adiabene, un reino judío vasallo de los partos.
Nisibis cayó en poder romano fácilmente. La ciudad se convirtió en la nueva sede para
ese año. Desde Nisibis, Trajano se dirigió al oeste hacia la ciudad de Edesa, cuando se
aproximaba a la ciudad, Abgaro VII dirigente de la ciudad, envió a su joven hijo
Arbandes a entrevistarse con el emperador. Tras la entrevista, el rey Abgaro recibió al
emperador en las puertas de la ciudad con un regalo de 250 jinetes catafractas y 60.000
flechas. Trajano lo confirmó en el cargo. A continuación se dirigió a la ciudad de
Batnae que asedió y tomó.
Mientras Licio Quieto se dirigió hacia el sur, conquistando sin luchas las ciudades de
Singara (Sindjar), Libana y Tebata. Mebarsapes se retiró más allá del Tigris.
Tras terminar la campaña de ese año, Trajano volvió a Antioquia, donde celebró un
triunfo y añadió el término ”Parthicus” a su nombre, como vencedor de los partos.
En la primavera de 116, con un enorme ejército romano listo para la invasión, los reyes
de los reinos vasallos de los partos del norte de Mesopotamia la región de Osroene,
Edesa, Anthemusia y Singara enviaron emisarios con regalos, para tratar de impedir lo
inevitable.
Aprovechando la guerra civil en Partia entre Osroes y Vologases III, Trajano decidió
invadir Partia y tomar su capital Ctesifonte.
En la primavera del año 116, los romanos atacaron en dos columnas, una siguiendo el
curso del Éufrates bajo el mando de Trajano y la otra siguiendo el curso del Tigris bajo
el mando de Quieto, ambas confluirían sobre la capital Ctesifonte.
La columna del río Eúfrates iba mandada por Trajano, partió de Antioquía donde dejó
una legión para la reconstrucción de la ciudad, siguieron la ruta habitual a Zeugma,
donde el gran ejército imperial romano cruzó el río. De Zeugma fueron directamente a
Edesa, donde el rey Abgaro, junto con su hijo Arbandes, volvieron a recibirle con
agasajos. que avanzó sin oposición hasta Dura Europos, donde fue erigido un arco de
triunfo en su honor. Después continuó río abajo hasta Seleucia
La columna del río Tigris, partió de Nisibis, donde Trajano había dejado una legión con
la misión de construir una gran flota de barcos pequeños, capaces de navegar por el río
Tigris.
Desde Nisibis se dirigieron a Cizre, donde los partos habían concentrado un ejército
arqueros. Dividió el ejército en tres partes, uno al norte y otro al sur sobre barcas para
tratar de cruzar el río, el del centro construiría un puente de barcazas, mientras los
barcos cargados con arqueros y honderos hacían de pantalla, el del sur descendió por el
Tigris con parte de sus tropas embarcadas, y consiguió coger por sorpresa a los partos,
que se retiraron sin luchar. Conquistaron Gaugamela y Arbela, la capital de Adiabene.
Los partos seguían sin querer combatir. Más al sur en Adenystrae (actual Irbil), había
una fuerte guarnición parta, Quito envió a un centurión llamado Sentio a la población
para ofrecerles una rendición ventajosa, el comandante de la guarnición Mebarsapes le
arrestó y le metió en prisión, allí convenció a otros presos para que le ayudasen y
consiguió escapar, matando a Mebarsapes y abriendo las puertas de la ciudad. Después
continuaron sin oposición hasta Ctesifonte.
Campaña parta de Trajano 116. Progresó con en dos columnas una siguiendo el río
Tigris y la otra siguiendo el río Éufrates
Mientras tanto, la flota fluvial había navegado, el canal de los partos al sur de Ctesifonte
que unía el Tigris y el Eufrates. El emperador no tenía la intención de usarlo para su
asalto a la capital. En su lugar, propuso cortar su propio canal en un sitio llamado
Sippar, donde los dos ríos fluían cerca uno del otro y usar ésto para cruzar el Tigris.
Pero el Éufrates fluía a una altura ligeramente superior, y el riesgo de inundación se
suponía era demasiado grande. En lugar Trajano arrastró a su flota fluvial por tierra con
cabrestantes y los rodillos y atacó a Seleucia, una ciudad de 600.000 habitantes que
competía en riqueza y población con Alejandría. La tomaron con poca resistencia.
Después puso su flota en el agua y cruzó a tomar la capital. Trajano asedió la capital
parta, Ctsifonte, que cayó tras unos pocos días de asedio, el trono de oro de Osroes y su
hija fueron capturados.
Después de la captura de Ctesifonte, el emperador con una flota de 50 barcos, se
trasladó a Mesene, un reino cliente de los partos que estaba en una isla en la
desembocadura del río Tigris donde se lamentó de su edad avanzada, de haber sido más
joven, habría ido a conquistar la India, tomó varias varias ciudades de Mesene como
Akra o Agra, Oratha, Apamea y Spasinu Charax (actual Basra). Trajano tuvo el honor
de ser el primer, y ultimo general romano en ver el golfo Pérsico.
Trajano visitando Babilonia en el año 116. Le muestra demasiado joven para la edad
que tenía.
A pesar de los éxitos romanos, el ejército parto se mantuvo intacto. No se había librado
ninguna batalla, y el gran rey Osroes se había retirado detrás de los montes Zagros en el
comienzo de la guerra, dando instrucciones a sus tropas para llevar a cabo una política
de tierra quemada mientras eran perseguidos. Ahora sus tropas se dedicaban a hostigar a
los romanos a lo largo de un frente de 600 kilómetros. Las líneas de suministro romanas
estaban gravemente expuestas.
Pero la guerra civil había continuado con independencia hasta la caída de Ctesifonte.
Las diferentes facciones, ahora conmocionados por los logros de Roma, acordaron
unirse bajo Osroes para la inmediata emergencia. El príncipe Sanatruces hijo de
Vologases III, había calculado su revuelta para que coincidiese con el momento en que
los romanos estaban más extendidos, antes de que pudieran consolidar sus conquistas.
En poco tiempo Osroene había cambiado de bando. La fortaleza parta de Hatra, que
había sido dejada a retaguardia por las legiones en su avance, se convirtió en un
preocupante foco de resistencia. Las ciudades con importantes poblaciones judías,
Nisibis, Edesa, Arbela, etc, se unieron a la rebelión y masacraron a sus guarniciones
romanas. Así que los romanos se vieron obligados a dejar de perseguir al ejército parto
y dedicarse a recuperar de nuevo las ciudades que dos años antes habían tomado
fácilmente. Seleucia se sublevó también, poniendo en peligro el propio Trajano.
Campaña parta de Trajano contra Partia 117. Represión del levantamiento parto y
asedio de Hatra
Trajano atrapado con los restos de una legión en Ctesifonte, mandó llamar al general
Lucio Quieto. En poco Quieto se presentó junto con Partamaspates que se había unido a
los romanos, junto con las fuerzas de la tercera división se enfrentaron cerca de
Ctesifonte a las fuerzas partas mandadas por Sanatruces hijo de Vologases III,
derrotándolas y haciéndolas huir, había salvado a todo el ejército de la destrucción, lo
que hizo que Lucio fuera querido por las legiones. El príncipe parto murió poco después
en circunstancias sospechosas. La revuelta fue aplastada en apariencia, pero un segundo
ejército parto todavía estaba activo en Armenia bajo Valakh el hijo de Sanatruces.
El peligro que representa este ejército está bien atestiguada por la velocidad con la que
Trajano aceptó la oferta de un armisticio de Valakh a cambio de una parte de Armenia.
El emperador y luego regresó a la capital de los partos y coronó a Partamaspates, hijo de
Osroes, como nuevo gobernante Partia en nombre de Roma, por lo que el nuevo rey le
rindió homenaje.
Otro líder mesiánico judío fue el rey Lukuas, que en Cirenaica masacró a 200.000
griegos y romanos, destruyendo de paso los templos e instituciones civiles paganas.
Los rebeldes zelotes se dirigieron por la costa hacia Alejandría y Judea, amenazando el
vital suministro de trigo egipcio a Roma. La insurrección se extendió a las provincias
partas recién conquistadas.
A principios del 117 AC Trajano envió a Quieto para a suprimir la sublevación judía,
dando lugar a la Segunda Guerra Romano-judia o Guerra de Kitos, llamada así por ser
“kitos” una corrupción de Quieto. También envió a Quinto Marcio Turbo para pacificar
las provincias de Egipto y Cirenaica, lo que se logró en el otoño del año 117.
Trajano después se dirigió hacia el norte para volver a tomar la fortaleza vital de Hatra,
no era una ciudad grande pero tenía doble muralla, controlaba la carretera Nísibis-
Ctesifonte y era clave para el control romano sobre el Tigris. Estaba situada al borde del
desierto y el ambiente era inhóspito para los sitiadores, que carecían de agua, madera y
forraje fresco.
El asedio continuó y los sitiadores tuvieron que soportar plaga de moscas, calor
asfixiante, tormentas de granizo. La moral de los sitiadores comenzó a decaer y el
propio emperador sufrió un golpe de calor y decidió levantar el asedio y volver a Roma,
para tratar de recuperarse. Embarcó en Seleucia y a finales julio se embarcó con su
mujer Plotina para Roma, dejando a Adriano en Antioquia a cargo de Siria. Estaban
bordeando la costa turca pero a los pocos días de viaje su salud se deterioró
rápidamente. Fue llevado a tierra en Cilicia, donde murió en la ciudad de Selenus el 9 de
agosto de 117.
Secuelas
Trajano había conseguido aumentar la extensión del imperio hasta su límite máximo.
Había hecho crecer el imperio de 5 millones de kilómetros cuadrados a 6 millones.
Su sucesor Adriano, firmó la paz con los partos y se dedicó a asegurar y mantener las
fronteras del Imperio, la frontera volvió a ser de nuevo el río Eúfrates.
Partamaspates que fue rechazado por los partos, y Adriano le concedió Osroene.
También devolvió a Osroes su hija.
Por su parte, nada más llegar al poder Adriano abandonó todas las regiones que poseía
Roma más allá del Tigris y del Éufrates. En general, su gobierno es considerado como
una fase de repliegue, mientras que al frente de Armenia situaba a un príncipe arsácida,
favorable a los partos. En cuanto a la política interior, Adriano se mostró preocupado
por la libertad de las ciudades: Laodicea, Rhosos, Tripolis, Tiro, Seleucia, pasan a ser
denominadas oficialmente ”ciudades autónomas”. Palmira, por su parte, y dentro de
esta corriente liberalizadora fue declarada ”ciudad libre”.
Campaña Parta de Marco Aurelio (163
-166)
Edad Antigua Los partos Campaña Parta de Marco Aurelio (163 -166)
Antecedentes
Tras reunificar el reino y consolidar el poder, el rey Vologeses III, tenía a su disposición
una Partia revitalizada y reanimada. Aprovechando el período de confusión y de
desorganización que una sucesión imperial supone, tras la muerte de Antonino Pío, en el
año 161 el trono armenio no tenía dueño, los romanos apoyaban a Soemo y los partos a
Pacoro. Para imponer a su pretendiente mandaron un ejército de caballería pesada al
mando del general Cosroes, quien venció al gobernador romano Marco Sedazio
Severiano y sus 2 legiones (una de ellas posiblemente la IX Hispana) en Elegela o Elgia,
cerca de Samosata (Alto Eúfrates), en la batalla pereció hasta el último legionario, el
propio Severino se suicidó. Un año después tanto Capadocia como Siria cayeron bajo
control parto.
Catafractas partos atacando a legionarios romanos. El escudo corresponde a la Legión
XVI Flavia Firma
Marco Aurelio, que se había convertido en emperador tras la muerte de Antonino Pío el
7 de marzo de 161, no estaba preparado preparado para la guerra ya que no tenía
ninguna experiencia militar, había pasado la mayor parte de su tiempo al lado del
emperador. Su primera decisión fue nombrar a Marco Estacio Prisco, que era el
gobernador de Gran Bretaña, en sustitución de Severiano como gobernador de
Capadocia, éste posteriormente sería a su vez reemplazado por Sexto Calpurnio
Agricola.
El mando del ejército se le dió al co-emperador Lucio Vero que era más fuerte y más
sano que Marco, y por lo tanto más apto para la actividad milita, estaba acompañado de
los mejores generales del momento: Avidio Casio, Estatio Prisco y Marcio Vero,
también estaba acompañado por parte de la guardia pretoriana.
Lucio partió en el verano de 162 para tomar un barco desde Brindisi; Marco Aurelio le
acompañó hasta Capua. Continuó hacia el este a través de Corinto y Atenas,
acompañado por músicos y cantantes, como en un viaje real. El co-emperador cuando
llegó a Antioquia se enamoró de Pantea (la Cleopatra del lugar) con la que se quedó,
dejando el mando a Avidio Casio, que era natural de Siria y conocía muy bien la zona.
En medio de la guerra, tal vez en el otoño del 163 o a principios del 164, Lucio hizo un
viaje a Éfeso, donde se enamoró de la hija de Marco Lucilla, que tenía tan solo trece
años de edad, con la que se casaría en marzo. Lucilla le daría tres hijo en los siguientes
años, y se convertiría en Augusta Lucilla.
En 164, una nueva capital, Kaine Polis (“Nueva Ciudad” en griego), sustituyó a
Artaxata. Esta ciudad estaría unos 50 km más cerca de la frontera romana.
Campaña de Marco Aurelio contra los partos (163-166). Contra Armenia (163), Siria y
Alta Mesopotamia (164) y Baja Medopotamia (165)
En 165, las fuerzas romanas, tal vez dirigidos por Martio Vero con la V Macedonica,
entraron en Mesopotamia. Edesa fue recuperada y Mannos reinstalado en su cargo. Los
partos se retiraron a Nísibis, pero esta ciudad también fue sitiada y capturada. El ejército
parto se dispersó en el Tigris. Cosroes y sus generales cruzaron nadando el río y se
escondieron en una cueva.
Una segunda fuerza, bajo Avidio Casio con la legión III Gallica, construyeron un puente
de pontones aguas arriba de Circesio y vencieron a los partos en las batallas de Sura y
Nichephorium (Rakka), siguieron el curso del Eúfrates y llegaron a Doura Europos,
donde volvieron a derrotar a los partos tras una batalla muy disputada. Después
cruzaron el Éufrates por Seleucia y saquearon Ctesifonte, la capital parta.
A finales de 165, el ejército de Cassio había llegado a las metrópolis gemelas de Partia
Seleucia en la orilla derecha del Tigris y Ctesifonte a la izquierda. Ctesifonte fue
tomada y su palacio real incendiado. Los ciudadanos de Seleucia, siendo en gran parte
de origen griego (la ciudad había sido encargada por Seleuco uno de los sucesores de
Alejandro y se estableció como capital del Imperio Seléucida), abrió sus puertas a los
invasores. La ciudad fue capturada, no obstante la ciudad fue saqueada, dejando un
punto negro en la reputación de Lucio. El saqueo marcó un capítulo particularmente
destructivo en la larga decadencia de Seleucia. Durante el saqueo, las tropas romanas
robaron la estatua de Apolo Comaeus de su templo y la llevaron a Roma, donde se
instaló en el templo de Apolo Palatino.
El ejército de Casio empezó a padecer escasez de suministros y los efectos de una plaga,
regresó de nuevo a la seguridad del territorio romano. Lucio Vero se llevó el título
”Parthicus Máximo”.
Jinetes-arqueros partos realizando su famoso ”tiro parto”. Autor Johnny Shumate
En el 166 las legiones bajo el mando de Casio cruzaron el río Tigris y entraron en
la Media, no hay datos de esta campaña. Los partos organizaron una fuerte resistencia y
partidas de jinetes que acosaban constantemente a los romanos durante su avance y
posterior ocupación territorial. Se vieron forzados a retroceder dado que apareció la
peste que le produjo numerosas bajas y además las experimentadas tropas romanas eran
necesarias para el nuevo frente bélico que se había abierto en las fronteras germánicas.
El co-emperador Lucio Vero fue aclamado como imperator de nuevo, ganando el título
de ” Medicus”.
Secuelas
Una gran ofensiva contra los marcomanos se aplazó hasta el 169 debido a la escasez de
las tropas imperiales.
Campaña Parta de Septimio Severo (197-
200)
Edad Antigua Los partos Campaña Parta de Septimio Severo (197-200)
Antecedentes
Tras la muerte del emperador Cómodo en el 192, Narciso Pertinax fue elegido como
nuevo emperador después de que pagara un generoso donativum a los pretorianos. A su
llegada al poder, el nuevo emperador se percató de que las arcas imperiales estaban
vacías. A fin de revitalizar la economía, Pertinax decidió eliminar gastos superfluos,
para lo que eliminó a los pretorianos del poder e impuso una disciplina más severa. Tres
meses después fue asesinado y sucedido por Didio Juliano, quien adquirió el trono en
una subasta dirigida por los pretorianos en la que se impuso al suegro de Pertinax, Tito
Flavio Sulpiciano.
Lucio Septimio Severo recibió las noticias de las muertes de Cómodo y Pertinax en
Carnuntum, localidad que se situaba en Panonia Superior. Cuando se enteraron de los
acontecimientos que tenían lugar en Roma, las legiones veteranas acantonadas en el
Danubio decidieron proclamar emperador a Severo. Además, buscó y obtuvo el apoyo
de las legiones estacionadas en las fronteras del Rin y Germania, y cuando lo hubo
conseguido, marchó sobre Roma.
Severo, que se presentó en Roma con su ejército el 9 de junio del 193. A su llegada a
Roma, Severo invitó a la Guardia Pretoriana a un banquete en su campamento; pero
cuando los pretorianos llegaron fueron desarmados por una fuerza de soldados de
Severo, que ejecutaron a los asesinos de Pertinax. Severo sustituyó a los pretorianos por
soldados de su confianza originarios de Panonia.
En Britania se cernía una amenaza mucho más seria sobre el nuevo emperador. Clodio
Albino era un influyente senador de origen africano igual que él, que había relevado al
fallecido Pertinax en el gobierno de la isla. Su ejército era numeroso y estaba muy bien
entrenado, como consecuencia de años de guerra contra los caledonios. Severo se
concilió hábilmente con Albino al ofrecerle el título de César y el consulado del año
194.
Níger había recibido las felicitaciones de Vologases y varios de los reyes vasallos de
reyes a lo largo de la frontera Eufrates, acompañados de ofertas de apoyo militar, en
caso de conflicto con otros reclamantes imperiales. Inicialmente, Niger se negó
cortésmente estas ofertas, pero cuando vió que Severo estaba movilizando las legiones
del Danubio reconsideró la oferta. Vologases prometió que iba a convocar a las tropas
de los sátrapas para la campaña y que le llevaría tiempo, era una escusa para ver como
se desarrollaban los acontecimientos. Varios reyes clientes, como los de Adiabene,
Osroene y Hatra, por el contrario sí ofrecieron su apoyo y Barsemio de Hatra prometió
un cuerpo de arqueros.
Las fuerzas de Severo mandadas por Tiberio Claudio Cándido expulsaron a las fuerzas
Níger en Macedonia y sitiaron Bizancio que aguantaría hasta el 196, cruzando a
continuación el Helesponto y se enfrentó y derrotó a las fuerzas de Niger mandadas por
Aselio Emiliano gobernador de Asia, en la batalla de Cicico, en la que murió Emiliano.
Las fuerzas de Severo persiguieron a las fuerzas enemigas hasta Nicea, donde fueron
derrotados de nuevo en la batalla de Nicea, obligando a las fuerzas de Níger a retirarse
de nuevo a los pasos de los montes Tauro y el río Issos. A principios de otoño de 194,
los dos ejércitos se enfrentaron entre sí. Dión describe la batalla de Issos como un acto
de intervención divina, surgió una tormenta repentina cuyo viento en dirección a las
fuerzas de Niger, que cegadas primero por el polvo y luego por la lluvia empezaron a
tener dificultades.
Sin embargo, su autentica pretensión fue revelada por su negativa a devolver las
ciudades tomadas en su revuelta contra Níger y la exigencia de que todas las
guarniciones romanas fuesen retiradas de la Mesopotamia.
Los partos cruzaron el Éufrates, y atacaron a la Siria Romana, atacando las ciudades de
Zeugma y Antioquía.
Cuando parecía que los partos iban a dar el golpe decisivo en la Siria Roman, se produjo
una rebelión de los reyes vasallos de Persia y Media, que hizo necesario el abandono de
las importantes operaciones en Mesopotamia. Vologases reunió sus tropas y las de de
sus vasallos y se enfrentó a los rebeldes en Jorasán. Las fuerzas de Vologases
inicialmente fueron redondeadas y obligadas a huir, pero recuperaron su cohesión y se
volvieron contra sus desorganizados perseguidores que fueron derrotados. Cuando
Vologases regresaba a Mesopotamia se encontró con una segunda fuerza rebelde, que
fue derrotada después de dos días de duros combates. La cronología exacta de este
rebelión y la posterior campaña no está clara, y completamente ausente de las fuentes
romanas.
En 197 Severo Brundisium algún tiempo en el final del verano Severo comenzó su plan
de invasión del Imperio Parto con el rápido sometimiento de Armenia. El rey armenio,
un príncipe arsácida también llamado Vologases, no había ofrecido ayuda a Níger, ni
había participado en la revuelta de los Osroene, Adiabene y Hatra, Armenia era una
potencia aliada a los partos, a través de la cual podía atacar Siria y Asia Menor. El rey
Vologases armenio pidió la paz, y fue reconocido por el emperador romano.
Una vez asegurada Armenia, a principios del otoño de 197 Septimio alcanzó Antioquía,
acompañado por los generales Estatilio Barbaras, Loliano Gentiano, L. Fabio Cilo y C.
Fulvio Plautiano, su prefecto pretoriano, junto con un destacamento de pretorianos.
Aquí probablemente estaba acompañado por la mayor parte de la legión africana III
Augusta, y las nuevas legiones recién creadas para la campaña, la I, II y III Párticas, en
total dispondría de un ejército de 9 a 11 legiones (unos 150.000 hombres).
Dejando Edesa, Septimio avanzó a Nisibis, sólo para descubrir que el enemigo había
desaparecido. Severo dividió sus fuerzas en tres partes, la fuerza principal mandada por
Severo avanzaría a lo largo del río Eufrates para atacar a los dos metrópolis sobre el
Tigris Seleucia y Ctesifonte, mientras que una segunda fuerza causaría estragos en el
este de la Alta Mesopotamia, y una tercera fuerza cruzaría el Tigris para tomar
Adiabene.
Severo marchó hacia el sur, probablemente siguiendo el curso del río Mygdonio hasta
su confluencia con el Éufrates cerca Circesium, la antigua Carquemis. Aquí, siguiendo
el ejemplo de su predecesor Trajano, hizo que se construyera una flota en el río y
continuó su avance hacia el sur, a la que apoyaron los buques de nueva construcción.
Al llegar al final Eufrates del canal Real que conecta ese río con el río Tigris, parece
probable que Septimio dividió sus fuerzas, enviando o llevando a algunos más al sur
para capturar Babilonia, que la ciudad del enemigo no intentó defenderse, mientras que
el resto se fue en barco por el canal real y desembarcado en el Tigris extremo cercano a
Seleucia, ciudad se procedió a tomar, pero había sida abandonada también por los
partos. El próximo objetivo del ejército reunido era la ciudad de Ctesifonte, unos pocos
kilómetros corriente a bajo.
El rápido avance de Severo, debió sorprender a los partos, es muy probable que
Vologases sofocando una sublevación y estuviese fuera con su ejército, regresando
precipitadamente a Ctesifonte. Eligió enfrentarse a los romanos en un campo cerca de
las murallas de Ctesifonte. Se enfrento a las legiones en un espacio confinado, que
desde luego no era una buena idea táctica, y las fuerzas de los partos fueron, como era
de esperar, derrotadas y obligadas a retroceder. La ciudad rodeada con obras de asedio y
pronto abrieron brechas en las murallas. Los partos ofrecieron una ligera resistencia. La
caída de Ctesifonte tuvo lugar en o alrededor de noviembre de 198.
La ciudad fue entregada a los soldados para su saqueo, y se puede juzgar de su tamaño,
cuando leemos en Dión que a pesar de la masacre indiscriminada sobre todo contra la
población masculina, se tomaron unos 100.000 prisioneros y se apoderaron de los
tesoros de los partos.
Severo no persiguió a Voloneses, el motivo puede ser que sus tropas se vieron afectadas
por la disentería.
Severo aceptó el título de ”Parthicus Máximo” como había hacho anteriormente Trajano
y Marco Aurelio y erigió en el 203 un arco de triunfo en el Foro de Roma, a los pies de
la colina del Capitolio, en honor a esta victoria, esta arco de mármol aún sigue en pie.
Arco de Septimio Severo en Roma. Fue construido en el año 203 para celebrar la
victoria contra los partos
Al año siguiente 199, emprende una campaña para tomar Hatra, el moderno el-Hadr, se
encuentra a medio camino entre el Éufrates y el Tigris en el medio del desierto de
Sendjah. Era una ciudad bastante poblada y tenía cierta importancia como una vía para
el comercio, además de poseer un excelente suministro de agua, la riqueza que había
acumulado era muy considerable. La ciudad, disponía de doble circuito de murallas, así
como la arena abrasada por el sol que la rodeaba por todas partes, haciendo que la vida
de los sitiadores muy difícil.
Al igual que Trajano antes que él, el primer intento de tomar Hatra no fue notablemente
diferente del intento fallido de Trajano. Las maquinas de asedio levantadas por las
legiones fueron destruidas por los arqueros hatrianos y los romanos no pudieron hacer
ningún progreso. Esta falta de éxito llevó a la tensión entre los soldados y el cuerpo de
oficiales, Severo ordenó la realización de varias ejecuciones.
Ballesta Hatra año 200. Recibe este nombre por haber sido encontrada en las ruinas de
Hatra (actual Irak). Arrojaba piedras de 10 libras (4,5 kg). Autor Brian Delef
Se repararon las máquinas de asedio, pero ninguna de las medidas parecía haber
subsanado la baja moral del ejército. A principios de primavera del 199 Severo y las
legiones se retiraron a Nísibis.
Sin embargo, Septimio fue incapaz de tomar la. El ingenio de los sitiados, también, fue
importante: emplearon armas químicas arrojando nafta ardiendo desde las murallas
sobre las máquinas de asedio romanas, incendiándolas. El asedio fue finalmente
levantado a causa de la disentería en el campamento romano.
Un segundo asedio se inició a finales del 199 o a principios del 200. Las fuerzas
romanas se aprovisionaron para una acción mucho más larga, y Dión dice que se
diseñaron máquinas de asedio especiales que habían sido diseñadas por un tal Prisco de
Bitinia, específicamente para la conquista de Hatra.
Sin embargo, el hatrianos también habían hecho significativos preparativos, y una vez
más los romanos iniciaron los asaltos contra las murallas de la ciudad-fortaleza. La
caballería hatriana se desplegaba con gran efectividad, prendiendo fuego a las máquinas
de asedio romanas y acosando a las partidas de forrajeo. Los defensores habían hecho
acopio de nafta, un alquitrán bituminoso que se empleaba para incendiar las máquinas
de asedio romanas, así como contra el personal ya que piel y, encima era imposible de
apagar, porque el agua avivaba las llamas. La nafta es un derivado del petróleo y en
Irak, manaba espontáneamente del suelo.
También emplearon armas biológicas recogieron todos los insectos venenosos entre los
que había escorpiones, abejas, avispas o culebras que las introdujeron en vasijas, y se
los lanzaron a los romanos, cuyos ojos y partes de la piel descubiertas fueron atacadas.
Asedio romano de Hatra en el año 200. Se puede ver un ariete y dos túneles de
protección
En un momento dado, de hecho, los romanos lograron efectuar una brecha en la muralla
exterior. En vez de iniciar la penetración inmediatamente, Severo ordenó retirar las
tropas en un acto de benevolencia para alentar a los defensores a capitular. Se les
ofreció la rendición y estos contestaron que necesitaban tiempo para considerarlo. Los
hatrianos tenían ninguna intención de rendirse, y emplearon la noche para
tranquilamente reconstruir la sección de la muralla destruida.
Dos oficiales fueron ejecutados, uno de ellos fue el general Leto, el valiente defensor de
Nisibis, cuyo único delito parece haber sido su popularidad entre la soldadesca. La otra
víctima fue uno Julio Crispo, un tribuno de la guardia pretoriana.
Secuelas
Vologases V murió en el 207, sus hijos protagonizaron una guerra civil para disputarse
su sucesión. El sucesor fue su hijo mayor Vologases VI, pero Artabano se rebeló contra
él, debilitando aún más el imperio Parto.
Campaña Parta de Caracalla (211-217)
Edad Antigua Los partos Campaña Parta de Caracalla (211-217)
Antecedentes
En los años inmediatamente antes de la guerra, los partos estaban en un conflicto entre
los dos hijos del rey Vologases V. Vologases VI que había sucedido a su padre en 208,
pero su hermano Artábano V se rebeló y se declaró rey poco después. Artábano IV
finalmente consiguió ventaja, aunque sin derrotar totalmente a su hermano, el conflicto
desestabilizó los reinos vecinos de Armenia y Osroene que estaban en la zona de
separación entre los imperios romano y parto. Caracalla aprovechándose del conflicto
parto, propuso una alianza con el rey Artabano IV e incluso le pidió casarse con su hija.
Cuando la noticia se hizo pública, los partos se prepararon para la recepción del
emperador de Roma y se regocijaron con la esperanza de una paz permanente.
Después de esta pacificación de las fronteras del norte, comenzó sus campañas en el
este, pasando a Dacia, y finalmente en Macedonia desarrolló una intensa admiración por
Alejandro Magno reclutando una falange macedónica de 16.000 falangitas y decidió
imitarle.
Siguió los lugares donde tuvieron lugar las batallas y hechos más importantes, Gránico,
Gordino, Isos, Tiro y Sidón llegando a Egipto donde pasó el invierno 215/16 visitando
la tumba de Alejandro, en donde ordenó que los hombres jóvenes se presentasen a las
afueras para ser seleccionados para su ejército, cuando estuvieron reunidos, mandó
masacrarles, la ciudad de Alejandría fue saqueada. Continuó el viaje reclutando los
medios humanos y materiales necesarios para su proyecto.
Campaña de Caracalla contra los Partos (214-217). Siguió el mismo camino que
Alejandro Magno
Cruzaron el río Éufrates por el vado habitual en Zegma y entraron en Mesopotamia. Los
partos le ofrecían sacrificios en todas partes; los altares se adornaban con guirnaldas y
perfumes y todo tipo de incienso fueron esparcidos en su camino. Caracalla pretendió
estar encantado con las atenciones recibidas y continuó su avance. Ahora se había
completado la mayor parte de su viaje y se acercaba al palacio de Artábano. El rey no
esperó para recibir al emperador, pero salió a su encuentro en la llanura delante de la
ciudad de Arbelas o Gaugamela, para dar la bienvenida a su futuro hijo político, el
novio de su hija.
Los partos se vistieron de gala, poniéndose las tradicionales coronas de flores y vestidos
con túnicas bordadas en oro y varios colores, bailando al son de la música de flautas y el
batido de tambores. Muchos estaban ya borrachos.
Los soldados partos abanaron sus caballos y dejando con ellos sus carcajes y arcos,
uniéndose a la celebración y deseosos de ver al novio y sin esperar nada fuera de lo
normal.
Caracalla informó al Senado romano por carta que había derrotado a Partia, omitiendo
los detalles de como lo había conseguido. El senado le concedió el título de ”Parthicus
Máximus” o gran vencedor de los partos, para que lo uniese a sus títulos anteriores de
”Británico Maximus” y ”Germánicus Maximus” (por campañas anteriores en Britania y
Germania).
Caracalla se retiró con su ejército a Edesa, pero el 8 de abril 217, Caracalla cayó víctima
de un complot de Marco Opelio Macrino y fue asesinado. Macrino se convirtió en
emperador, pero ya Artabano se acercaba, después de haber reunido un gran ejército con
el fin de vengarse de la traición de los romanos, invadiendo el territorio romano.
Campaña Parta de Macrino (217-218)
Edad Antigua Los partos Campaña Parta de Macrino (217-218)
Al principio Macrino, que no tenía experiencia militar y que deseaba evitar una batalla,
intentó aplacar y llegar a un acuerdo con Artabano IV, ofreciendo devolver a todos los
prisioneros. Artabano rechazó esta proposición, exigiendo una compensación
económica, la reconstrucción de los pueblos destruidos y la cesión de las provincias
romanas del norte de Mesopotamia, recientemente conquistada por Septimio Severo.
Estos términos eran inaceptables para los romanos los rechazaron.
Artabano IV había reunido un gran ejército entre los que se encontraban gran número de
catafractas, dromedarios y jinetes arqueros, e invadió los territorios romanos. Esta vez
los sorprendidos fueron los romanos, ya que Macrino estaba más pendiente de
consolidar su posición como emperador. Éste reunió apresuradamente las tropas que
pudo y marchó a enfrentarse con los partos.
Los dos ejércitos se encontraron cerca de la ciudad romana de Nisibis (la fecha exacta
no está clara, pero sería junio o julio del 217). No se conoce la composición del ejército
parto, pero estaría compuesto por catafractas sobre caballos y dromedarios, jinetes
arqueros e infantería ligera.
En el primer día de la batalla, los romanos desplegados en una formación típica, con su
infantería en el centro y su caballería y tropas ligeras (árabes lanzadores de jabalina) en
las alas para proteger sus flancos. Al mismo tiempo, entre los huecos dejados por las
cohortes de infantería pesada, colocó la infantería ligera conocidos como lanciarii. Estos
podrían escaramuzar hacia adelante y luego retirarse a la seguridad de las formaciones
más pesadas si fuese necesario.
Batalla de Nisibis 217. Auxiliares lanceros o lanciarii, pertenecientes a la legión II
Pártica atacando a los catafractas partos, primero solían poner trampas o abrojos,
después les lanzaban las jabalinas y finalmente acometían con la lanza. Esto permitía
frenar el impulso de la carga de los catafractas contra las legiones.
Los partos atacaron al amanecer, disparando andanadas de flechas, mientras que los
catafractas, apoyados por lanceros sobre dromedarios, cargaban contra el frente romano.
Los infantes ligeros lanciarii ponían delante un gran número de abrojos (dispositivo con
varias púas que se dejaba en el suelo y al menos una punto queda hacia arriba), cuando
los caballos o camellos partos los pisaron, caían arrastrando a sus jinetes con ellos y
rompiendo el impulso de la cargae con resultados mortales, momento que aprovechaban
los lanciarii para atacar a los jinetes. Los lanciarii sufrieron muchas pérdidas, pero
cumplieron bien su misión. En los combates a corta distancia, los legionarios tenían la
ventaja.
Los partos lanzaron varios ataques con escasos resultados hasta que cayó la noche,
cuando ambos bandos se retiraron a sus campamentos respectivos.
Batalla de Nisibis 217: legiones romanas contra los catafractas. Autor Igor Dzis
El segundo día fue una repetición del primero, pero al tercer día los partos, haciendo uso
de su superioridad numérica y su mejor movilidad, trataron de flanquear la línea
romana. Los romanos respondieron abandonando su formación habitual de triplex acies
y extendieron su frente. De esta forma, también hizo maniobrar sus tropas ligeras y de
caballería para proteger las alas, con el fin de evitar ser rebasados y envueltos.
Catafractas partos sobre dromedarios atacando a las legiones romanas. Autor Mariusz
Kozik
En esos momentos, bajas en ambos bandos eran tan grandes que toda la llanura estaba
cubierta con los muertos; los cuerpos fueron apilados en enormes montones, y los
dromedarios especialmente habían caído a montones. En este punto, Macrino, con su
ejército al borde de la ruptura, envió otra embajada a Artabano, informándole de la
muerte de Caracalla y ofreciendo una compensación sustancial. El ejército parto
también había sufrido grandes bajas, y por otra parte, ya que no era un profesional, sino
una fuerza de milicia feudal, que había comenzado a ser conflictiva en una campaña
prolongada. Por lo tanto Artabano acordó la paz, después de recibir 200 millones de
sestercios.
Nisibis fue así la última gran batalla entre Roma y Partia, como la dinastía de los partos.
Secuelas
Los pagos fueron financiados por recortes en el sueldo de los legionarios. Esto cambió
la actitud de las tropas hacia él. Macrino fijó desde entonces su residencia en Antioquía,
desde donde se dedicó a planear reformas judiciales. Desde allí nombró a Dion Casio
gobernador de Pérgamo y Esmirna.
En junio de 218, Macrino fue derrotado por fuerzas que apoyaban a Heliogábalo cerca
de Antioquía, envió a su hijo Diadomeano a la corte de Artabano IV, pero fue capturado
en Zeugma y muerto, su padre consiguió huir afeitándose la barba, fue reconocido en
Calcedonia, mientras esperaba un barco que le debía llevar al otro lado del Bósforo, y
fue capturado y ejecutado en junio o julio de 218 en Archelais.
En el 219, los romanos habían sido rechazados, y los partos concentraron sus fuerzas en
el oeste para invadir de nuevo Asia Menor. Entonces, de repente, hubo una revuelta en
Persia que dejó al rey parto atrapado entre dos frentes, y se desmoronó en cuestión de
meses.
El año 224 marcó el final del dominio parto. Ardashir, príncipe de una pequeña ciudad
de Persia, se alzó contra el rey Artabano IV y lo derrotó en la batalla de Hormuzjan.
Poco después ocupó la capital, Ctesifonte, proclamándose Rey de Reyes e invocando la
protección del dios Ahura Mazda, Ardashir dio inicio a un nuevo imperio persa y
mesopotámico, el sasánida, que durante cuatro siglos se alzaría ante Roma y
Constantinopla como una amenaza no menos temible que la representada por sus
predecesores partos.