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INSTITUCION EDUCATIVA VALPARAISO

SEDE OMAR GOMEZ CHAVEZ

JHOAN SEBASTIAN VALENCIA PRIETO


JHON KENIDE VARGAS PAEZ
ARLET JAVIER PARRA GUZMAN

TRABAJO DE SOCIALES
TEMA LOS HITITAS

PROFESOR DIEGO SOTTO

GRADO
SEXTO B

FECHA DE ENTRGA
24 DE FEBRERO DEL 2020
INSTITUCION EDUCATIVA VALPARAISO
SEDE OMAR GOMEZ CHAVEZ

TRABAJO DE SOCIALES
TEMA LOS HITITAS

PROFESOR DIEGO SOTTO

GRADO
SEXTO B

FECHA DE ENTREGA
24 DE FEBRERO DE 2020
VOCABULARIO
NEOLITICO: Que sigue al Mesolítico y precede a la
Edad de los Metales, y se caracteriza por el
desarrollo de la economía productiva (implantación
de la agricultura y la ganadería), el sedentarismo y
aparición de los primeros poblados, la utilización de
la piedra pulida y de la cerámica, y la construcción
de monumentos megalíticos.

YERMAS: Que no tiene vegetación y no está


cultivado o no se puede cultivar "las autoridades
atiborraban de herbicidas el yermo territorio a fin de
evitar que los fugitivos se ocultaran en la vegetación"
EXHAUSTAS: [persona, animal] Que está muy
cansado, débil y sin fuerzas la mula, con la pesada
carga, terminó por desplomarse exhausta; después
de trabajar suelo encontrarla exhausta en el sofá; el
país cayó exhausto, víctima de sus errores
Imperio Hitita
Los hititas fueron los primeros asentamientos conocidos del mundo
antiguo aparecieron en Oriente Próximo durante el Neolítico (finales de la Edad de Piedra).
La ciudad neolítica en Anatolia, fue el primer asentamiento importante del mundo. Tras ella
vendrían otros asentamientos, convertidos posteriormente en ciudades, en la zona de
Mesopotamia, la fértil franja de tierra que se extiende entre los ríos Tigris y Éufrates, en la
región que hoy día se conoce como Iraq. La gente que vivió en esas ciudades fueron
inteligentes e inventivas y a ellas les debemos algunos de los más importantes
descubrimientos de la humanidad: como el arado tirado por bueyes, la rueda y la
escritura.
En su momento de máximo esplendor, el Imperio Hitita rivalizaba con los imperios egipcio
y babilónico, siendo una poderosa fuerza en Oriente Próximo durante cerca de 500 años,
entre los años 1700 y 1190 a.C. aproximadamente. A pesar de ello, casi todo lo que
sabemos de su civilización estuvo perdido durante miles de años, hasta que recientes
descubrimientos arqueológicos pudieron devolver a los hititas su lugar en la historia.
La capital de los hititas, Atusas, se encuentra en el oeste, cerca de la moderna ciudad de
Ankara, en la Turquía central. Sin embargo, los hititas no procedían originalmente de esta
región. Se trata de una raza indoeuropea procedente de las yermas estepas de Asia central.
En algún momento anterior a 2000 a.C., se encaminaron hacia el sur hasta asentarse
finalmente en una zona de Anatolia llamada Haití. El nombre hitita procede de la región
que conquistaron.
El antecesor de los grandes reyes hititas fue un príncipe llamado Amitas, que creó un
pequeño reino en Anatolia central sobre 1850 a.C. Amitas conquistó la ciudad de Kanes y
luego el asentamiento montañoso de Atusas, que dominaba la región septentrional.
Destruyó Atusas completamente y luego la declaró terreno maldito. No obstante, la ciudad
era una fortaleza natural en una posición clave, lo que la hacía demasiado valiosa para
abandonarla durante demasiado tiempo. Unas pocas generaciones después, un rey hitita
llamado Lavarnos reocupó el lugar y reconstruyó la ciudad, haciendo de ella su capital.
Lavarnos incluso cambió su nombre por el de Hatussilis, que significa hombre de Atusas
El Imperio de los Hititas
Inicio del Imperio Hitita
Hattusilis fue el verdadero fundador del Imperio hitita. Durante el siglo XVIII
a.C., conquistó las ventosas mesetas de Anatolia al sur de su nueva capital y luego
guio a su ejército a lo largo de la barrera rocosa de las montañas del Taurus, hasta la
costa meridional de Turquía. Seguidamente, sus fuerzas marcharon hacia el este para
apoderarse de las ciudades del norte de Siria, gobernadas por los reyes de Alepo, una
de las más poderosas ciudades sirias.
Su nieto, Busilis I, coronó los logros de su abuelo conquistando la propia Alepo. En
1595 a.C., Busilis siguió hacia el este a lo largo del Éufrates, penetró en
Mesopotamia y saqueó la gran ciudad de Babilonia.
No obstante, está orgullosa victoria les costaría cara a los hititas. Mientras
regresaban por la misma ruta, las exhaustas tropas hititas fueron atacadas y rodeadas
por los churritas, una feroz raza guerrera de la región del Éufrates superior. Al
mismo tiempo, la larga ausencia de Busilis había debilitado su control sobre el reino,
siendo asesinado a su regreso por su propio cuñado. Los reyes hititas posteriores no
consiguieron controlar las tierras conquistadas por Busilis y también ellos cayeron
en manos de los churritas.
Entonces, en 1375 a.C., un joven y enérgico rey llamado Suppiluliumas dio
comienzo a un nuevo y glorioso capítulo de la historia hitita. Suppiluliumas poseía
muchas habilidades. Era un valiente guerrero, además de un inteligente diplomático.
Aunque el joven rey había heredado un imperio debilitado por los poderosos
enemigos que lo rodeaban, en un espacio de tiempo relativamente corto, él y sus
sucesores edificaron un imperio que fue lo bastante poderoso como para rivalizar
con cualquiera otro del Oriente Medio antiguo.
Suppiluliumas comenzó sus conquistas recuperando los antiguos territorios hititas al
sur de Anatolia. Sus ejércitos se dirigieron al sur para dominar las ciudades-estado
sirias, llegando nada menos que a Damasco. Finalmente, giró hacia el este para
arreglar cuentas con los irritas.
Supiluliuma derrotó a los irritas en una batalla que tuvo lugar en Cerquemos,
colocando sobre el trono irrita a un príncipe menor que le había jurado lealtad.
Seguidamente fortaleció la alianza casando a su hija con el príncipe.

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