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UNIVERSIDAD NACIONAL DE
SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO
naturaleza se vuelve problemático (puesto que entonces ya no es tan sencillo afirmar que todo existe para
el hombre, o que éste es la meta de la evolución).
Según Martín Buber, el hombre se vuelve él mismo problemático cuando se siente solo en el mundo,
perdido en el universo: “Podemos distinguir en la historia del espíritu humano épocas en que el hombre
tiene aposento y épocas en que está a la intemperie, sin hogar. En aquéllas, el hombre vive en el mundo
como en su casa; en las otras, el mundo es la intemperie, y hasta le faltan a veces cuatro estacas para
levantar una tienda de campaña. En las primeras, el pensamiento antropológico se presenta como una
parte del cosmológico; en las segundas, ese pensamiento cobra hondura y, con ella, independencia.” Es
decir, ha habido épocas en las que el hombre se ha sentido “centro del mundo”, “ombligo del mundo”, y
épocas en las que se ha sentido “arrojado al mundo”; en las primeras, el mundo era su “casa”; en las
segundas, el mundo era un lugar extraño.
2.3.1. ¿PUEDE VOLVER A OCUPAR EL HOMBRE EL CENTRO DEL MUNDO?
Hay algunos datos que convierten la situación en irreversible: desde Copérnico se sabe que la Tierra ya no
es el centro; desde Darwin, que el hombre no constituye un reino absolutamente aparte respecto a los
animales; desde Freud, el último reducto del hombre aparece dominado por la región oscura de las
pulsiones, y en estos últimos años la cibernética nos empieza a humillar ante la máquina. Se explica que en
1928 Max Scheler escribiera un libro cuyo título es más bien un problema: ‘El puesto del hombre en el
cosmos’.
2.3.2. ¿QUÉ LUGAR OCUPAMOS EN EL MUNDO?
Hay algo que parece evidente: en nuestro mundo seguimos siendo el “centro”; en nuestro espacio, nuestro
cuerpo sigue siendo el “eje” principal; en la historia, somos los protagonistas. Y algo más: ante la naturaleza
estamos en la actitud de conquista. Y en ello radica la grandeza del hombre: si el mundo no es nuestro,
podemos apoderarnos de él. Y entonces el trabajo se convierte -junto con la ciencia, la filosofía y el arte- en
nuestro modo esencial de “ser en el mundo”. Trabajando es como el hombre se proyecta a sí mismo sobre
la naturaleza y humaniza el mundo, convirtiéndolo en su propia “casa”. Es decir, el mundo quizá no sea de
por sí la “casa” del hombre, pero puede llegar a serlo. Aunque también puede el hombre destruirlo y
convertirlo en inhabitable. Sin duda, los actuales movimientos ecologistas presuponen toda una filosofía.
CONCLUSIÓN
El hombre, es un animal que pertenece a la familia del homo sapiens. El ser humano supone el nivel más
alto de complejidad alcanzado por la escala evolutiva. El cerebro tiene un gran desarrollo y le permite
concretar numerosas actividades racionales y elaborar pensamientos abstractos, creativos y de otro tipo.
Tras superar los tres años de edad, en el pensamiento humano prevalece lo simbólico.
Otra particularidad del ser humano es que se trata de la única especie que es consciente de su finitud: es
decir, el hombre sabe que, en algún momento, va a morir. El ser humano también cree en la existencia del
alma o entidades semejantes, que trascienden la experiencia corporal.
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