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TEMA 2. La reflexión acerca del ser humano.

INTRODUCCIÓN A LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA

La humanidad se ha preocupado desde antiguo por explicar y definir su propia condición. Por lo general dicha
preocupación se ha centrado en buscar los rasgos distintivos que permitieran diferenciar de modo inequívoco al ser
humano del resto de las especies vivientes en su conjunto, tratando de encontrar una característica única, clara y
poderosa que desempeñara por sí sola la función identificadora.

Esto ha dado lugar a numerosas expresiones definitorias que evidencian más las modas sociales o culturales del
momento en que fueron introducidas que una supuesta esencia humana intemporal. Así, el filósofo griego Platón,
definió al ser humano, como “bípedo implume”, Aristóteles como “animal racional”; desde entonces se han sucedido
de forma ininterrumpida los intentos de determinar la esencia humana: Nietzsche, “el único ser capaz de prometer”,
Allan Poe, “el único animal que tima”, Heidegger, “el hombre es un ser para la muerte”, Ortega y Gasset, “el ser un
humano es un problema para sí mismo”,

Llamamos antropología al estudio del ser humano. Suele distinguirse entre una antropología científica o clásica, una
antropología sociocultural y una antropología filosófica. Estas dimensiones de la antropología se pueden definir:

Antropología biológica: estudia las transformaciones anatómicas y físicas que ha sufrido el ser humanos a lo
largo de su evolución. Su objetivo se centra en reconstruir el proceso de hominización para averiguar cuál es
el origen del ser humano. Para ello necesitamos conocer aspectos relacionados con sus generalidades,
desarrollo de la teoría de la evaluación, genética y los hitos más importantes del proceso de hominización.

Antropología sociocultural: Se centra en comparar los distintos sistemas sociales y las diferentes formas de
conducta grupal. También investiga las técnicas y recursos que la humanidad ha elaborado para adaptar los
medios natural y social a sus necesidades.

Antropología filosófica: Se centra en analizar los interrogantes fundamentales del ser humano, como el
problema se cerebro y la mente (el alma), la conciencia o el libre albedrío. El objetivo de esta última es el
análisis del fundamento de la misma noción de ser humano y la consideración de éste como punto de partida
de todo conocimiento sobre sí mismo y sobre el mundo: la consciencia.

1. LA DIMENSIÓN BIOLÓGICA

La antropología física (anatomía humana, fisiología, paleontología, genética, biología molecular, primatología) estudia
los aspectos biológicos propios del ser humano (el ser humano como organismo animal).

Una de las primeras cuestiones que investiga esta dimensión es el origen biológico del ser humano. Es decir, su
filogénesis la investigación de cómo se han originado y desarrollado las diferentes especies de seres vivos, incluida la
humana. En la actualidad, la explicación universalmente aceptada es la teoría de la evolución, pero históricamente
este hecho no siempre ha sido así.

Otro punto importante dentro de la investigación biológica es la búsqueda de acerca del surgimiento y formación del
homo sapiens. Es lo que se denomina antropogénesis (literalmente, “origen del hombre”)

Mientras que en los puntos anteriores hemos mencionado al ser humano desde un punto de vista exclusivamente
biológico, como una especie animal producto de la evolución natural de las especies, hemos de señalar que el origen-
surgimiento y evolución como especie como otro rasgo que lo distingue al humano del resto de especies animales.

Así es común distinguir en antología los procesos de hominización y humanización uno claramente biológico y el otro
habitualmente considerado más cultural.

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 Hominización Conjunto de cambios biológicos evolutivos que han caracterizado la marcha de nuestra especie
desde los primeros homínidos hasta el ser humano actual. (evolución de especie)
 Humanización Conjunto de cambios psicosociales que han dado lugar a los elementos culturales que
caracterizan al ser humano y lo distinguen del resto de animales. (evolución cultural)

En resumen, podemos decir que la antropología como ciencia se basa en siguientes análisis fundamentales:

a) El estudio del ser humano como producto de la evolución, es decir, los cambios experimentados por la especie
desde su aparición.

b) La descripción de las diferencias físicas observables entre los seres humanos y el resto de los homínidos.

c) La distinción entre las variedades físicas observables entre los distintos grupos étnicos.

1.1 La teoría de la evolución y la antropología biológica

Para entender la dimensión biológica de los seres vivos, existen dos teorías fundamentales la teoría de la evolución y
la genética. Es a partir de ellas se ha tratado de explicar el origen y la evolución de ser humano.

Antes de estas explicaciones hubo otras de muchos tipos, mitológicas como el mito de Prometeo, Religiosas como el
pasaje religioso de Adan y Eva. Ahora bien, hasta el siglo XIX se creía que las especies eran inmutables. Este
pensamiento se conformaba en torno a tres teorías.

1.1.1 Teorías preevolucionistas

Creacionismo: es una concepción basada en la lectura literal de la Biblia, que afirma que los
seres vivos han sido creados por Dios a partir de la nada. Además, el hombre ocupa un puesto
privilegiado entre los seres, pues Dios lo hizo “a su imagen y semejanza” colocándolo en la
cumbre de la creación.

Fijismo: es una teoría científica formulada por Carl Von Linneo que afirma que las especies de vegetales ya animales
permanecen inalterables en el tiempo. Dicha teoría se se remonta a Aristóteles quien ya dedicó una especial atención
al estudio de los seres vivos, promoviendo su clasificación en lo que denominó especies (conjuntos de individuos que
comparten los mismos caracteres esenciales). Esta teoría encajaba con el creacionismo y trataba de explicar la
desaparición de algunas especies a través de explicaciones catastrofista.

Teoría generación espontánea. Esta teoría mucho menos extendida afirmaba que algunos organismos se originaban
en el fango por generación espontánea.

Todas las teorías preevolucionistas comparten un carácter dogmático, descansando su respaldo en la autoridad de la
Biblia y Aristóteles y siendo tomadas como verdades indiscutibles.

1.1.2 La teoría de la evolución

El primer científico que propuso una teoría de la evolución fue Jean-Baptiste Lamarck (1744 –
1829). De acuerdo con su interpretación, denominada lamarkismo, las transformaciones que
experimentan las especies vivas pueden entenderse mediante dos leyes básicas:
 El uso frecuente y repetido de un órgano produce cambios en su estructura. “La función hace al órgano”.

 Las modificaciones de un órgano se transmiten de generación en generación. “Los caracteres adquiridos se heredan”.

La teoría de Lamarck presenta puntos erróneos, como la creencia de que los caracteres desarrollados durante la vida
de un individuo se transmiten a la descendencia. No obstante, acertó en el importante papel de la influencia del
medio

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La publicación en 1859 de la obra de Charles Darwin, biólogo británico, El origen de las especies, supuso la quiebra
de las doctrinas fijistas imperantes hasta ese momento. Las tesis principales son: (Hoy día se considera a Alfred
Russell Wallace codescubridor de la teoría.)
 Origen común de las especies. La gran variedad de
especies conocidas proceden todas de una o pocas
especies primitivas sumamente simples. LUCA es el
acrónimo de "último antepasado común universal"
 La lucha por la supervivencia. Todas las especies tienden
a reproducirse hasta saturar su hábitat.
 Teoría de la selección natural. No todos los individuos
están preparados para esa competición, por lo que solo
los individuos más aptos tienden a sobrevivir y logran
reproducirse.
 En términos de biología evolutiva, el concepto de
<selección natural> es aquél que presenta mutaciones
genéticas más favorables para adaptarse al cambio
concreto que se ha producido en el medio ambiente.
 Herencia. Los supervivientes transmitirán los cambios
genéticos ventajosos a sus descendientes
 La selección natural no es un proceso consciente, sino
que la naturaleza actúa al azar y de modo ciego.

Si bien el darwinismo explica cómo se produce la evolución de las especies, esta teoría resulta incompleta en dos
aspectos importantes. En primer lugar, Darwin fue incapaz de aclarar el mecanismo de la herencia que permite a los
padres transmitir sus rasgos a sus hijos. Y, en segundo lugar, tampoco supo explicar por qué, aunque los hijos se
parecen a los padres, existe una cierta variabilidad entre los descendientes.

Para explicar estas dos cuestiones hace falta recurrir a la genética, una ciencia que no existía en tiempos de Darwin.
Siete años después de la aparición de la obra de Darwin, Gregor Mendel, religioso agustino, formuló una teoría de la
herencia en que aseguraba que los caracteres hereditarios están determinados por factores específicos. Más tarde,
estos factores fueron llamados genes

Los estudios de Mendel iniciaron una larga y fecunda tradición de investigadores sobre la herencia biológica. Las
doctrinas mutacionistas, consecuencia de estas investigaciones, explican los cambios en las características de las
especies a partir de alteraciones o mutaciones en el material genético.

La combinación de la teoría de la selección natural y las doctrinas mutacionistas es la base de las teorías sintéticas o
neodarwinistas. Hoy en día sabemos que la información sobre las características de un ser vivo está codificada en el
ADN de sus células. El ADN se transmite de una generación a otra, lo cual permite explicar por qué los hijos se
parecen a los padres. Sin embargo, no todos los descendientes son exactamente iguales, debido tanto a las diversas
combinaciones de los genes de los progenitores como a mutaciones en el ADN.

1.1.3 La evolución en el ser humano

La evolución humana (u hominización) explica el proceso de


evolución biológica de la especie humana desde sus ancestros
hasta el estado actual. Estas transformaciones permiten comprobar
que la especie humana guarda una estrecha relación con otras
especies, con las que comparte un antecesor común y examinar las
diferencias que nos separan de ellas. El estudio de dicho proceso
requiere un análisis interdisciplinar en el que se aúnen
conocimientos procedentes de ciencias como la genética, la
antropología física, la paleontología, la estratigrafía, la
geocronología, la arqueología y la lingüística.

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El hombre actual pertenece al género <<Homo>>, que a su vez, forma parte de la familia de los <<Homínidos>>,
estos al mismo tiempo tiene como ascendentes a los <<primates>>.

En la línea evolutiva que conduce hasta nosotros se tuvieron que producir dos grandes innovaciones evolutivas: la
bipedestación y el aumento de la capacidad craneana. La bipedestación fue un factor determinante para la
aparición de los <<homínidos>> y esta innovación trajo consigo notables ventajas adaptativas. La más importante
tiene que ver con la liberación de las manos, que en el caso del hombre, tiene el dedo gordo oponible, lo que le
permite no solo empuñar palos y objetos sino fabricar instrumentos estableciendo una relación mano-cerebro en la
que muchos ven el origen de nuestra cultura. Igualmente, la bipestación se acompañó de importantes
transformaciones anatómicas, entre ellas la transformación de la columna vertebral para mantener la postura
erecta que vino acompañada de un aumento del volumen del cráneo, una reducción de los maxilares,…

2.LA DIMENSIÓN SOCIO CULTURAL

Al estudiar la hominización, debemos tener en cuenta cómo la selección natural fue modificando las características
anatómicas y fisiológicas de nuestros antepasados. Con el tiempo, unas especies de homínidos dieron lugar a otras
distintas y mejor adaptadas al entorno. Los procesos de hominización y humanización se cruzan con la aparición del
lenguaje humano, la base sobre la que irá apareciendo progresivamente una conciencia que explotará los cambios
anatómicos resultado de la hominización. Ambos procesos se diferencian para poder comprenderlos por separado,
aunque fueron en parte simultáneos e interdependientes. La humanización es un proceso de evolución cultural que
va más allá de lo puramente biológico. Así pues, el proceso de humanización se centra en los cambios que experimenta
la conducta. Esta deja de ser instintiva e imitativa para centrarse en el aprendizaje y en la transmisión de información.
El resultado final es la cultura, que nos dota de la posibilidad de ser los animales con mayor capacidad de adaptación
y respuesta a cualquier circunstancia y menor dependencia de un contexto ecológico concreto.

La antropología cultural (etnografía, arqueología, lingüística) estudia el origen, desarrollo, estructura y


características de la cultura humana, tanto en las sociedades del pasado como en las actuales. Entre las segundas se
incluyen todas las sociedades presentes, sea cual sea su grado de tecnificación. En este ámbito de la antropología, se
entiende por cultura todo comportamiento aprendido en el marco social. Se estudian las estructuras políticas, sociales
y económicas; las relaciones de parentesco; los mitos y rituales religiosos; y la producción artística y técnica.

Las características, comportamientos y factores que favorecieron la evolución psíquica y social del ser humano son
muy variados y se corresponden con distintos ámbitos, aunque pueden destacarse: la caza, el descubrimiento del
fuego, largo aprendizaje, aparición del comportamiento social y la aparición del lenguaje

Como acabamos de ver, la naturaleza y la cultura interactúan en el ser humano hasta ser
indisociables. Sin embargo, a lo largo de la historia de la filosofía y de la ciencia los términos
“naturaleza” y “cultura” se han empleado a menudo como opuestos. Esto ha generado un gran
debate sobre lo que es natural y lo que es artificial. En 1871, el antropólogo E.B. Tylor define la
cultura como < todo complejo que comprende conocimientos, creencias, arte, moral, derecho,
costumbres y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre en tanto
miembro de la sociedad >.
Sin embargo, no todos los antropólogos aceptaron esta definición relativamente moderna.

Si recurrimos a la etimología de la palabra, el término cultura proviene del latín colere, palabra que hace referencia
al cultivo de la tierra.

2.1 El proceso de socialización y la cultura

El ser humano nace como una criatura desprotegida e inacabada. La naturaleza nos ha dotado de un cerebro
predispuesto para pensar y hablar, pero las capacidades humanas solo se desarrollan por medio de la cultura.
Pensaremos y hablaremos realmente si la cultura de la que formamos parte estimula en nosotros esas capacidades

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durante la infancia. No obstante, superar esta etapa no significa que el ser humano esté completo. El proceso de
socialización continúa toda la vida: la neotenia (a retención de rasgos juveniles hasta bien entrada la edad adulta)
lo hace posible. Por lo tanto, para que un individuo pueda integrarse en la sociedad es preciso que interiorice la forma
de vida característica del grupo al que pertenece (socialización).

Los rasgos más importantes del proceso de socialización son:


 Aprendizaje de patrones culturales. Los valores y conductas aceptables en un determinado grupo social son
algunos de los modelos culturales que el individuo debe aprender para formar parte de la sociedad.
 Interiorización. Todo lo que se ha aprendido cuando el niño es pequeño, queda interiorizado.
 Estabilidad psicológica. Al adoptar los patrones externos que se le imponen, el individuo puede relacionarse
con los demás y entender su mundo. Esto le proporciona una estabilidad psicológica que es fruto de la
integración en la cultura que le rodea.

La socialización es un proceso que dura toda la vida pero es determinante en la niñez. Por eso los sociólogos distinguen
varias etapas:
 Socialización primaria. Cubre alrededor de los cinco primeros años de vida. Durante esta etapa el ser humano
realiza los aprendizajes más importantes en un contexto eminentemente familiar. Ejemplo de ello es el niño
que juega copiando los roles de los adultos.
 Socialización secundaria. Dura el resto de la vida de un ser humano. Es un aprendizaje menos firme que el de
la socialización primaria, pero durante esta etapa se pueden cambiar pautas de conducta aprendidas con
anterioridad. Ejemplo: escuela y trabajo.
 Resocialización. Consiste en volver a interiorizar otra cultura. Se trata de un aprendizaje donde se reestructura
todo lo que se ha aprendido anteriormente. Ejemplo: emigrantes, jubilados,…

2.2 Definiciones en torno a la evolución cultural

La antropología cultural es la ciencia que estudia las características de la cultura humana. En general, es la ciencia
que estudia el origen, desarrollo, estructura, características y variaciones de la cultura humana tanto de las sociedades
del pasado como de las del presente utilizando elementos de otras ciencias tales como la etnografía, la etnología, la
arqueología, la lingüística y la antropología física. La antropología cultural surge en el siglo XIX, con el objetivo de
estudiar metódicamente la cultura y las culturas. Dentro de esta disciplina se han dado muchas escuelas,
dependiendo de la perspectiva filosófica, metodológica e incluso ideológica desde la que se estudie la cultura. Lo cual
ha dado lugar a una amplia variedad de definiciones de cultura.

La Antropología filosófica reflexiona e interpreta críticamente dichas definiciones buscando un elemento común a
ella, y el resultado de dicha labor ha sido los dos sentidos del término cultura antes reseñados. Estas acepciones del
término cultura son relativamente recientes, pues, aunque el sentido pedagógico del término aparece ya con Cicerón
en el S. I a.C, no es hasta la Ilustración cuando la cultura comienza a ser considerada como un fenómeno distintivo de
los seres humanos, que los coloca en una posición diferente a la del resto de animales. Es decir, cuando el debate
physis-nomos se convierte en el debate naturaleza -cultura.

La primera definición de cultura nos llegaría desde el evolucionismo cultural y se debe a Edward B. Tylor (1832-1917)
quien en su obra Primitive Culture (1871) dio una de las definiciones más ampliamente aceptadas de cultura y que
tenemos espuesta al principio de este apartado:

Dicha definición, que tiene el mérito de elevar la cultura como materia de estudio sistemático, es más bien descriptiva,
hecha desde la perspectiva de una teoría evolucionista, que considera cultura todo aquello que es producido en
sociedad, y tiende a considerar la cultura como un todo continuo. Todos los antropólogos aceptaron esta definición
de cultura como base, de hecho muchas de las definiciones posteriores no son más que variaciones de la Tylor,
haciendo hincapié en algunos de los elementos que componen dicha definición.

Definición funcionalista-estructural

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Para Malinowski, la cultura podía ser entendida como "una realidad sui generis" que debía estudiarse como tal. En la
categoría de cultura incluía artefactos, bienes, procesos técnicos, ideas, hábitos y valores heredados. Malinowski creía
que todos los elementos de la cultura poseían una función que les daba sentido y hacía posible su existencia. Pero esta
función no era dada únicamente por lo social, sino por la historia del grupo y el entorno geográfico, entre muchos
otros elementos.

Definición estructuralista

1. Para Lévi-Strauss, representante más característico de la escuela estructuralista, la cultura es básicamente un


sistema de signos producidos por la actividad simbólica de la mente humana. En la teoría estructuralista, la
cultura es un mensaje que puede ser decodificado tanto en sus contenidos, como en sus reglas. El mensaje de la
cultura habla de la concepción del grupo social que la crea, habla de sus relaciones internas y externas. Según la
propuesta estructuralista, las culturas de los pueblos "primitivos" y "civilizados" están hechas de la misma
materia, y por lo tanto, los sistemas dominantes de conocimiento del mundo exterior, dominantes en cada uno
(magia en los primeros, ciencia en los segundos) no son radicalmente diferentes. Aunque son varias las
distinciones que se pueden establecer entre culturas primitivas y modernas, una de las más importantes es el
modo en que manipulan los elementos del sistema. En tanto que la magia improvisa, la ciencia procede sobre la
base del método científico. En la perspectiva estructuralista, el papel de la historia en la conformación de la
cultura de una sociedad no es tan importante. Lo fundamental es llegar a dilucidar las reglas que subyacen a la
articulación de los símbolos en una cultura (aclarar la reglas básicas que están por debajo y unen los símbolos
entendidos estos como una idea (rasgo o condición…) dentro de una cultura), y observar la manera en que éstos
dotan de sentido la actuación de una sociedad.
El ecologismo cultural (también llamado materialismo cultural)

El materialismo cultural fue propugnado por Marvin Harris y otros antropólogos estadounidenses. Esta corriente
puede ser asimilada a una forma de ecofuncionalismo en el que se encajan ciertas nociones teóricas introducidas por
Marx. Para el materialismo cultural entender la evolución cultural y la configuración de las sociedades depende
básicamente de condiciones materiales, tecnológicas e infraestructurales. El materialismo cultural establece una
división tripartita entre grupos de conceptos que atiende a su relación causal. Esos grupos se llaman:

• infraestructura (modo de producción, tecnología, condiciones geográficas,...),

• estructura (modo de organización social, estructura jerárquica,...) y

• supraestructura (valores religiosos y morales, creaciones artísticas, leyes,...).

Definición de la antropología simbólica

La antropología simbólica es una rama de las ciencias sociales cuyo desarrollo se relaciona con la crítica al
estructuralismo de Lévi-Strauss. Uno sus principales exponentes es Clifford Geertz, quien comparte con el
estructuralismo la tesis de la cultura como un sistema de símbolos, pero a diferencia de Lévi-Strauss, Geertz señala
que no es posible para los investigadores el conocimiento de sus contenidos como ciencia experimental en busca de
leyes, sino que sólo es posible como ciencia interpretativa en busca de significado. Geertz pone en duda la autoridad
de la etnografía. Mantiene que a lo que pueden limitarse los antropólogos es a hacer "interpretaciones plausibles"
del significado.

2.3 posturas o actitudes ante la diversidad cultural

Frente a la naturaleza humana, que es universal, las diferentes culturas son particulares. Incluso los que se consideran
universales culturales, rasgos comunes a todas las culturas, se interpretan de distinta forma dependiendo de cada
cultura (características culturales que son muy similares en todos los pueblos conocidos, ejemplo: lengua
gramaticalmente compleja, forma reconocible de sistema familiar,…). Sin embargo, las culturas no son
compartimentos estancos, ya que se mezclan, se contaminan y se modifican. De esta manera se produce el
multiculturalismo, convivencia de múltiples culturas en un único espacio, fenómeno tan habitual tanto hoy en día

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como a lo largo de la historia. La variedad de culturas es consecuencia de una característica propia del ser humano.
Este, ante la vida, no está programado para responder de forma fija, sino que posee cierta libertad para determinar
su propia conducta. Mientras que los animales solo pueden reaccionar de manera limitada ante los estímulos de la
naturaleza, el ser humano posee libertad e inteligencia para elegir la respuesta que le parece más adecuada en cada
caso. Cuando las personas se encuentran ante formas de vida, creencias, conductas y costumbres distintas de las
suyas, reaccionan de múltiples maneras. Las posturas ante la diversidad cultural pueden ser varias:

a) Etnocentrismo. Es la actitud adoptada por los que juzgan y valoran la cultura de otros grupos desde criterios o creencias
de la propia cultura. Desde la seguridad de que la suya es la buena, se desprecian y critican elementos culturales
diferentes y extraños. Esta actitud, entre otras, está en la base de fenómenos como el imperialismo o la colonización.
Esta postura puede degenerar en posiciones más radicales como el racismo o la xenofobia.
b) Racismo. Se llama así a toda creencia, actitud o conducta que se basa en la consideración de que hay unos grupos que
por sus características raciales son superiores a otros.
c) Xenofobia. Es una actitud de desprecio y rechazo hacia lo extranjero, diferente o extraño. A menudo, es una actitud
emocional producida por el miedo y la ignorancia.
d) Aporofobia. Desprecio al pobre, es decir, a la persona que carece de recursos.
e) Relativismo cultural. Esta postura considera que es imposible comparar o evaluar las características de las distintas
culturas. Se basa en la creencia de que toda cultura tiene valor en sí misma, ya que todos los elementos que la forman se
comprenden y explican por una lógica interna que al observador externo le es difícil de captar. El riesgo de esta postura
es que suele servir de excusa para la pasividad e inacción ante actos injustos e inhumanos.
f) Universalismo. Esta postura propone un rechazo de las actitudes etnocéntricas para evitar que unas culturas se impongan
a otras, basándose en un diálogo real que facilite la convergencia de aquellos rasgos culturales que han demostrado su
eficacia. Para los defensores de esta postura, estos rasgos merecerían convertirse en rasgos universales, es decir,
extenderse a todas las culturas.
g) Interculturalismo y diálogo. Esta posición nace del reconocimiento de la pluralidad cultural
como un hecho enriquecedor, ya que puede ayudarnos a entender mejor el mundo y a
nosotros mismos. Esta actitud apuesta por la tolerancia y el diálogo entre las diversas
creencias.

3.LA DIMENSIÓN FILOSÓFICA

3.1 Antropología filosófica

El tema general, u objeto material de la Antropología Filosófica (del griego άνθρωπος, ánthropos, "hombre", y λόγος, logos,
"razonamiento" o "discurso") es el fenómeno humano, es decir, la serie de manifestaciones que atestiguan la presencia del
hombre. Interesan especialmente aquellas manifestaciones que entrañan un cierto enigma o paradoja, tales como el fenómeno
del conocimiento científico, de los juicios de valor, de la libertad, de la comunicación interpersonal y de la religión. Su objeto
formal (aspecto o ángulo especial que escoge la ciencia para estudiar el objeto material) reside en las características humanas que
posibilitan dicho fenómeno; la Psicología y la Historia, por ejemplo, coinciden en el objeto material, de la Antropología filosófica,
pero no en su objeto formal. Aunque sería a mediados del siglo XIX cuando nace la antropología como ciencia, las ideas que plantea
la antropología filosófica, toda esa búsqueda de respuestas que el hombre se hace, se han venido planteado a lo largo de la
historia:
- En la Edad Antigua diversos autores ofrecieron reflexiones filosóficas sobre el hombre. Como síntesis de sus ideas, podemos evocar
a algunos de ellos: Platón: El hombre tiene un alma unida a un cuerpo, y necesita mover a ambos simultáneamente (Timeo) si bien el
alma tiene el primado sobre el cuerpo (Fedón, República). Aristóteles: El hombre es una sustancia compuesta de cuerpo y alma.

- En la Edad Media reinó un periodo teocéntrico, en el que todo gira en torno al concepto de Dios. Al hombre se le interpreta por su
relación con Dios, el hombre es un ser creado por Dios a su imagen y semejanza (posesión de inteligencia y capacidad de amar). Al
hombre se le considera compuesto de cuerpo y alma, ésta es considerada algo de naturaleza espiritual, libre e inmortal. San Agustín
se apoya en un argumento platónico.

- En la Edad Moderna, el filósofo francés René Descartes puso la certeza del conocimiento en la pura autocerteza de la conciencia
(cogito ergo sum). El 'yo' de la conciencia está seguro de su propia existencia antes que de la existencia del resto de las cosas. Con la
conciencia Descartes no se refiere al hombre, sino a la pura razón. De este modo en el modelo cartesiano el ser humano se presenta
como un agregado de dos realidades distintas e incomunicables. Por un lado la razón, la conciencia pensante (res cogitans) y por otro
el mundo corporal extenso (res extensa). Con ello se niega la unidad substancial entre cuerpo y alma espiritual en el hombre y la
posibilidad de una interacción entre las dos substancias.

-En la Edad Contemporánea se abre espacio a una amplia diversidad de corrientes que proponen una visión sobre lo que es el
hombre. La mayoría de éstas son el resultado de una radicalización de las posturas surgidas en la Edad Moderna. Por un lado se
posiciona fuertemente una visión materialista sobre el hombre, según la cual en el ser humano no existe más que el ser y el acontecer
materiales. Se niega con ello lo espiritual en el hombre, que siglos antes había sido considerado como la esencia misma del ser humano.

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A favor de esta teoría han intentado esgrimirse argumentos surgidos de la teoría de la evolución de Darwin. Por otro lado, la corriente
existencialista ha negado que en el hombre se dé una esencia que lo determine, abogando que el hombre es ante todo indeterminación
y libertad pura.

3.2 La antropología en Platón

Ampliando algunas cuestiones ya apuntadas a lo largo del tema sobe la antropología platónica (dualismo), podemos señalar que
es el en el Fedro donde Platón explica con precisión su teoría del alma humana: los deseos, pasiones e instintos no son atribuibles
al cuerpo, no son movimientos corporales, sino fenómenos psíquicos producidos por el alma. Es, pues, una parte del alma (la
Razón) la que se enfrenta con otra parte de ella (el apetito). Esto lleva a Platón a describir un alma tripartita, dividida en tres partes
o a distinguir entre tres tipos de alma. A cada tipo o parte del alma le pertenecen unas características esenciales propias. Es, pues,
una distinción cualitativa.

El alma humana es como un carro alado. El auriga


gobierna a los dos caballos, uno blanco y otro negro, que
tiran del carro
El alma superior, propia y exclusiva del hombre es la
racional. Ésta es inmortal y se halla ubicada en la cabeza.
Las otras dos almas, la irascible y la concupiscible (o
apetitiva) al estar en contacto con el cuerpo son mortales
y se hallan situadas respectivamente, en el tórax y en el
abdomen. La racional es la encargada de gobernar a las
otras dos partes del alma. La concupiscible son los
apetitos y deseos y la irascible la fuerza interior o
voluntad que decide el conflicto entre razón y apetito a
favor de la primera.

Esta división tripartita le permite al filósofo, por una parte, dar cuenta de ciertas tendencias e instintos humanos y, por otra parte,
jerarquizar a la sociedad en distintas clases sociales según la naturaleza propia de cada quién, que viene determinada por el mayor
peso o predominio de un tipo de alma u otro.

3.3 La antropología de Marx

La antropología marxista está basada en cuatro puntos fundamentales que suponen una
crítica a otros tantos filósofos:
• A Hegel (creador del sistema idealista). Habla del hombre con mayúsculas, de la idea,
en abstracto. Marx afirma que el hombre es una cosa concreta, sensible, lejos de ser algo
abstracto.
• A Feuerbach. Sólo le interesa lo mental del hombre, imaginación, pensamiento,
ideas…Marx dice que Feuerbach se queda sólo con la parte teórica, pero el hombre tiene
necesidades materiales, trabajo material.
• Aunque tienen en común, con Feurbach, que el hombre es un ser social y que tienen
que compartir unos con otros, Feuerbach considera que su convivencia siempre tiene el
mismo tipo de relación. Marx dice que no hay que olvidar el hecho histórico. Las
sociedades humanas van evolucionando y esto genera que se den relaciones distintas
entre los grupos. Feuerbach no ha visto la evolución histórica.
• Economía: el hombre es la pieza fundamental del engranaje productivo (mano de
obra, obrero). Marx cree que el hombre no puede ser considerado como un animal de
trabajo (como hasta entonces estaba considerado), que sea un ser alineado.

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Para Marx el papel de la filosofía es claro y tajante: debe convertirse en práctica, ponerse al servicio del hombre concreto para
liberarlo de las alienaciones a las que se ve sometido. La filosofía debe centrarse en el estudio del mundo real, realidad empírica
y material, para sentar las bases de la transformación activa de esa realidad. Por eso integra la praxis como elemento principal de
la filosofía.

El problema que preocupa a Marx es siempre el mismo: la defensa y liberación del hombre concreto, sometido a humillaciones,
esclavitudes y desprecios. Lo que cambian son las estrategias para lograr el objetivo. Sólo el hombre oprimido, constituido en
clase, la clase obrera, y por un método rigurosamente científico de análisis de la situación histórica, puede ser el artífice de su
propia liberación.

Para Marx la mayoría de los hombres, los proletarios, viven explotados y humillados por una minoría burguesa y capitalista, que
impide a los primeros realizar las inmensas posibilidades de su libertad. Preocupado por devolver al hombre su dignidad, Marx
plantea, en su análisis de la sociedad, el camino que la filosofía debe emprender para llegar a la liberación del hombre. Aquí se
sitúan los intentos concretos para eliminar las distintas alienaciones.
En su proceso analítico de la historia, Marx detecta tres tipos de alienación: la alienación religiosa, la alienación ideológica y la
alienación económica o del trabajo:

Hegel y Feuerbach ya habían utilizado el concepto de alineación. Marx hereda este término de Hegel, pero en otro sentido.
Feuerbach en cambio, le da un sentido religioso: piensa que el hombre ha inventado la idea de Dios para consolar sus males.
Proyectan en Dios sus cualidades positivas de manera infinita, desposeyéndose así de ellas (con lo cual están alienados). La palabra
viene de alienum, que significa algo ajeno o extraño. Es el acto por el cual se traspasa la propiedad de una cosa.
En el marxismo, alienación es la expropiación de la libertad, capacidad de pensar y trabajo del hombre a causa del sistema
económico capitalista en el que se ve inmerso; también se dice que es la situación histórica en la que el hombre se encuentra en
el ámbito del proceso del trabajo capitalista al no advertir la dependencia que toda obra humana tiene de las condiciones
materiales de producción.

Alienación religiosa, para Marx, la religión es la premisa de todas las demás alienaciones porque la religión proyecta al hombre
fuera del mundo real, llevándolo a un mundo ficticio.
Alienación ideológica, la naturaleza, y el hombre, que forma parte de ella, son lo único real. El hombre es un proceso, es producto,
no sólo de la naturaleza, sino también de la sociedad. Por tanto, está en las manos del hombre la posibilidad de cambiar las
circunstancias materiales y sociales que están en la base de la alienación humana actual.
Alienación económica o del trabajo, donde se da la forma más pura de alienación es en el trabajo. Para Marx, lo que identifica al
hombre, en cuanto capacidad de producir con sus propias manos sus medios de subsistencia. La raíz última de la vida humana
está en el trabajo.

Alienación filosófica, consiste en el espejismo de pretender contemplar o interpretar la realidad al margen de


la praxis, es decir, de las condiciones reales o materiales de la existencia humana.
Alienación política, consiste en suponer que el Estado representa la conciliación de intereses particulares
cuando en realidad es un instrumento represivo de la clase dominante.
Alienación social, consiste en proyectar el conflicto de clases sobre el plano ilusorio de una sociedad armónica
ocultando la realidad de la lucha de clases, ya que la lucha de clases no es algo accidental sino constitutivo .

Para Marx la historia entera se resume en la historia de la lucha dialéctica de dos clases sociales (explotados y explotadores),
aunque es en el sistema capitalista donde se da de forma más clara la contradicción entre ambas. Marx dedica todo su esfuerzo a
concienciar a la clase proletaria, porque piensa que la historia aporta las condiciones objetivas para que se dé ya la superación de
esta contradicción entre las clases explotadora y explotada.

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3.4 Antropología en Sartre

Sostiene Jean Paul Sartre que el existencialismo es un humanismo. Contra sus detractores
afirma que se trata de una doctrina destinada estrictamente a los técnicos y filósofos. Sin
embargo, explica que se puede definir fácilmente.

Advierte que hay dos especies de existencialistas: los primeros, que son cristianos, como Jaspers
y Gabriel Marcel, de confesión católica; y, por otra parte, los existencialistas ateos, entre los
cuales hay que colocar a Heidegger, y también a los existencialistas franceses, como él mismo.
Hace notar que todos los existencialismos tienen en común que consideran que, en el ser
humano, la existencia precede a la esencia.
Al respecto escribe: “El existencialismo ateo que yo represento... declara que si Dios no existe,
hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de
poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre, o como dice Heidegger,
la realidad humana”.

“¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el
mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no
ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así, pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para
concebirla”.

Agrega después que el hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe
después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se
hace. Este es el primer principio del existencialismo.

Advierte que esto es también lo que se llama la subjetividad. “Pero ¿qué queremos decir con esto sino que el hombre tiene una
dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser
algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto
que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto,
nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser”.

Puntualiza Sartre que el hombre no es lo que querrá ser, y añade que lo que entendemos ordinariamente por querer es una
decisión consciente, que para la mayoría de nosotros es posterior a lo que el hombre ha hecho de sí mismo. “Yo puedo querer
adherirme a un partido, escribir un libro, casarme; todo esto no es más que la manifestación de una elección más original, más
espontánea que lo que se llama voluntad. Pero si verdaderamente la existencia precede a la esencia, el hombre es responsable
de lo que es”.
Al respecto señala que el primer paso del existencialismo es poner a todo hombre en posesión de lo que es, y asentar sobre él
la responsabilidad total de su existencia. “Y cuando decimos que el hombre es responsable de sí mismo, no queremos decir que
el hombre es responsable de su estricta individualidad, sino que es responsable de todos los hombres”.

Dice que hay dos sentidos de la palabra subjetivismo, y escribe: “Subjetivismo, por una parte, quiere decir elección del sujeto
individual por sí mismo, y por otra, imposibilidad para el hombre de sobrepasar la subjetividad humana. El segundo sentido es el
sentido profundo del existencialismo”.

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