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¿Qué es la Antropología?
Tomado de Filosofía I Santillana Editores
Por oposición al comportamiento que consideramos "animal", a menudo nos sorprendemos con algunos
comportamientos de animales que consideramos humanos. En estos casos decimos que esos animales
son inteligentes. Podemos concluir, entonces, que consideramos que la inteligencia es exclusiva de los
seres humanos.
Pero, además de inteligencia, ¿qué tenemos los seres í humanos que nos distinga de los animales?
Cuando pen-d sarrios en la muerte, necesariamente la asociamos con la idea de cielo e infierno, y con el
hecho de que tenemos un alma. Y nuestra inquietud fundamental es:
¿A dónde vamos después de morir?, ¿al cielo?, ¿al infierno? O ¿a dónde va nuestra alma?
Estos intentos de comprensión se ven traducidos en diversas ramas de la antropología que se ocupan de diferentes
aspectos de la pregunta por el hombre: por ejemplo, la antropología cultural, que estudia los aspectos del hombre
que lo determinan por su lenguaje y tradiciones; la antropología física, que se ocupa del hombre en cuanto especie
biológica; y como éstas, otras disciplinas que se concentran en diversos aspectos de lo que significa ser un hombre.
El descubrir un aspecto de la esencia humana, bien sea desde la biología, la sociología, etc., conduce al error de
creer que tales aspectos son la explicación de la totalidad de lo que somos, dejándonos con la comprensión de
apenas un pequeño fragmento. Pero ¿acaso en algún momento podremos descubrir algo que pueda distinguir a esa
totalidad?
Otra definición de antropología. Es la ciencia sostienen que esta es una social que estudia al ser
humano de forma holística o integral. Combinando en una sola disciplina los enfoques de las ciencias
naturales, sociales y humanas, la antropología es, sobre todo, una ciencia integradora que estudia al
hombre en el marco de la sociedad y cultura a las que pertenece, y, al mismo tiempo, como producto de
éstas. Se la puede definir como la ciencia que se ocupa de estudiar el origen y desarrollo de toda la gama
de la variabilidad humana y los modos de comportamientos sociales a través del tiempo y el espacio; es
decir, del proceso bio-social de la existencia de la especie humana. La antropología estudia al hombre
desde su ser biológico (llamada antropología física), su ser cultural (llamada antropología cultural) y su ser
personal (llamada antropología filosófica).
1. Antropología Física: Estudia al hombre en cuanto al animal abarcando dos ramas: la primera estudia el
cuerpo humano desde la anatomía y la fisiología, llamada somatología, y una segunda que trata el origen y
la evolución de las especies llamada paleontología.
2. Antropología Cultural: Estudia los orígenes y la evolución de los comportamientos humanos a lo largo
de la historia. A ella pertenecen: la etnología, la arqueología, la lingüística, el folclor y la historia cultural.
Toda la filosofía es, de algún modo, antropología, pues se ocupa de cómo conoce el
hombre, de qué puede hacer y por qué debe hacerlo. Sin embargo, se habla de
antropología filosófica cuando se trata explícitamente de las preguntas que cuestionan lo
que es propio y específico del hombre: ¿qué constituye al hombre? ¿Qué persigue? ¿Cuál
es su naturaleza? ¿Para qué está en el mundo una especie como la humana?
• Edad Medía. En este período, el hombre: concibe como una criatura creada por Dios ^ a su imagen y semejanza.
También se concibe como un compuesto de cuerpo y alma. Mientras que el cuerpo está sujeto a la corrupción del
tiempo, el alma tiene una naturaleza libre e inmortal.
• Edad Moderna. Algunos filósofos reinterpretan la antropología platónica y reafirman la | tesis dualista que sostiene
la diferencia radical entre el alma y el cuerpo. De un lado está la res cogitans o sustancia pensante y del otro, el
cuerpo res extensa, aquello que ocupa un lugar. Para Kant, la característica esencial de la persona es que tiene una
conciencia moral.
• Edad contemporánea. En este período los avances de la biología señalan la necesidad de recurrir a los
experimentos empíricos para tratar de comprender muchos aspectos que, se creía, sólo se podían discutir desde una
perspectiva teológica o psicológica. Esta perspectiva marca el curso contemporáneo de la discusión de la pregunta
por el hombre.
El Origen De La Especie Humana
Transformismo y Lamarquismo
El evolucionismo comenzó en el siglo XIX, pero tiene sus antecedentes en el siglo XVII con el
transformismo, que defendía la idea de que la aparición de nuevas especies se debe a la transformación
de las especies primitivas. El Lamarquismo es la primera teoría global que habla de una progresión gradual
de organismos simples a otros más complejos. El uso de ciertos órganos promueve el desarrollo y
perfeccionamiento de estos mismos; ocurre lo contrario con aquellos que no son muy ejercitados. Este
progreso se registra en la información genética que es transmitida a las generaciones siguientes,
permitiendo que éstas se adapten mejor al medio. El francés Jean-Baptiste de Monet, conde de Lamarck
(1744-1829), su creador, no mostró pruebas suficientes para sustentar su tesis, pero promovió la
consolidación de la propuesta evolucionista.
Las teorías de la evolución tienen en común el considerar la vida, en todas sus manifestaciones como el
producto de un desarrollo: el resultado del cambio y la adaptación al medio.
Darwinismo y mutacionismo
El ser humano pertenece a la familia de los homínidos. Tanto los póngidos como los homínidos pertenecen a la gran
familia de los hominoides. Sobre el proceso de hominización, que es el proceso evolutivo que habla de cómo se llega
a lo que hoy en día es el hombrease hicieron descubrimientos que hacen posible identificar algunas de las especies
anteriores al hombre: el Australopithecus, el homo habilis, el homo erectus, que se cree evolucionó en
neanderthalensís, por un lado, y, por el otro, un homo sapiens antecesor directo del hombre actual. Se conocen
también muestras de especímenes homo sapiens como el homo heídelbergensis, el homo rodhesiensis, el homo
cromagnon y el homo antecesor, que hacen parte de una reconstrucción todavía confusa de la evolución del hombre.
El homo sapiens era nómada y vivía de la caza, aunque comenzaba a practicar la ganadería y la agricultura. Ya
fabricaba armas e instrumentos, usaba ropa cosida y se adornaba. Enterraba sus muertos con reverencia y
comenzaba a producir obras de arte, como las pinturas rupestres de Altamira, España, y Lascaux, Francia.
Poco a poco se independizó de la presión natural que le imponía el medio, adaptándose no sólo de manera biológica
sino también controlándolo en su beneficio. En una parte aún oscura de este proceso, el homo sapiens creó cultura y
entró así en el proceso evolutivo definitivo de la humanización.
▪
Diferencias con los animales. Una posición bípeda y erguida liberó
las manos del homo sapiens. Ellas tenían ahora una forma compleja y
precisa que permitían otros oficios, como la fabricación de armas y
vestidos, así como comer de otra manera, lo que le permitió reducir el
tamaño de sus dientes y mandíbulas, y triplicar el tamaño de su
cerebro. Este desarrollo diferenció radicalmente el comportamiento
del ser humano de la vida animal. Le permitió liberarse del control del
medio ambiente para controlarlo él y gracias a ello ver la realidad
como algo distinto de él. Tal distancia con lo real lo llevó a ejercer
algún control sobre sí mismo, sintiendo el propio cuerpo como el
espacio a partir del cual podía adquirir conciencia de su existencia.
El libre albedrío. Las reacciones de los animales parecen ser automáticas. En los hombres, algunos de
sus actos son de ese tipo, pero parece existir la posibilidad de no sólo reaccionar automáticamente, sino,
incluso en presencia del objeto de deseo, detenerse y deliberar, consigo mismo y con otros miembros de la
especie, si se toma o no ese objeto. Una mediación tan sofisticada frente al deseo parece ser
específicamente humana. El animal humano no parece estar completamente determinado por el estímulo
que le indica cómo reaccionar. Esto quizás es consecuencia de la capacidad humana de entender cosas
que están más allá de la situación concreta, dándole a esta especie una apertura al mundo. También es
posible que esta especie rehúse satisfacer las propias necesidades instintivas y elegir entre diferentes
posibilidades de futuro que no se reducen a las que ofrece el instinto. Este libre albedrío, o libertad, de aquí
en adelante permitirá que el hombre no sea una cosa acabada y definitiva, como son los objetos. El
hombre está siendo y haciendo su antojo y consideración proyectando creativamente su existencia; no es
un ser acabado sino una obra por realizar.
El sí mismo. Los hombres tienen noción de sí mismos como diferentes del medio ambiente y de los demás
miembros de la especie. Por esto tienen la necesidad de identificarse y de regir sus acciones de acuerdo
con sus ideas, pues sólo un sí mismo puede considerarse responsable de sus actos. Por esa razón no les
demandamos a los animales un comportamiento moral, porque no creemos que ellos tengan esa
conciencia de sí que parece ser un elemento propio de nuestro ser.
La idea de cultura. La cultura podría entenderse como algo específico de personas agrupadas y
organizadas para cooperar unas con otras. El hecho de estar juntas hace que tengan experiencias
parecidas y que su pensamiento, creencias y maneras de hacer las cosas sean similares al punto de
identificarlas como grupo. En el mundo hay distintas formas de vivir y en consecuencia culturas muy
diversas. En un continente, por ejemplo, hay una enorme variedad de culturas, pero también en un país, en
una misma ciudad y hasta en una misma casa podemos encontrar diferentes culturas. Esta gran variedad
cultural es la que permite completar nuestra comprensión de nosotros mismos, ya que pone de presente
preguntas como: ¿por qué somos así?, ¿Por qué elegimos estas tradiciones y no otras?, ¿Por qué
creernos en estos dioses y no en otros? Y, en fin, ¿por qué somos así en vez de ser como otros?
Si se quiere, sencillamente se puede decir que el elemento esencial y definitivo del hombre es que es un animal que
habla.
5. Simbolismo: (Exponente; Ernst Cassirer). El hombre ha sido el creador de las diversas instituciones que
existen hoy en día. Él no puede moverse sin la ayuda de esos símbolos que interpreta para acceder a la
realidad. El lenguaje, el mito, el arte y la religión constituyen parte de este universo simbólico que conducen
a la civilización. La realidad física parece retroceder en la misma proporción que avanza la actividad
simbólica del hombre. En lugar de tratar con las cosas, conversa consigo mismo. Se ha envuelto en formas
lingüísticas, en imágenes artísticas, en símbolos míticos o en ritos religiosos, y no puede conocer nada sin
la intermediación de este medio artificial.
6. Marxismo: (Exponentes; Karl Marx y Federico Engels). Los individuos humanos vivientes existen, son
reales al igual que sus acciones y sus condiciones materiales de vida. Podemos distinguir al hombre de los
demás animales considerando que él produce sus propios medios de vida gracias a su estructura corporal
adecuada. Al producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente su propia vida material. Los
hombres (o seres sociales) son lo que producen y el modo cómo produce. Esto significa que la esencia
humana depende de las condiciones materiales de su producción, no de su conciencia. “El ser social
condicional la conciencia social, no a la inversa”. Además, la historia del hombre es la historia de las
diferentes fases de desarrollo del concepto de división del trabajo: patriarcalismo, esclavitud, feudalismo,
capitalismo.
Es un ser social: "La razón de que el hombre sea un ser social, más que la abeja o cualquier otro animal
gregario, es clara. La naturaleza no hace nada en vano. Sólo el hombre, entre los animales, posee la
palabra. La palabra existe para manifestar lo conveniente y lo dañino, así como lo justo y lo injusto. Y eso
es lo propio de los seres humanos frente a los demás animales: poseer de modo exclusivo el sentido de lo
bueno y lo malo, lo justo y lo injusto. La participación comunitaria, en éstas, funda la familia y la ciudad".
(De La política de Aristóteles).
Es ser religioso: "La última y perfecta felicidad del ser humano no puede estar sino en la visión de la
divina esencia, para cuya evidencia deben considerarse dos cosas: Primera, que el ser humano no es
perfectamente feliz mientras le quede algo por desear o buscar. Segunda, que el ser humano siempre
desea saber la causa de lo existente; y ese deseo es fundado en la admiración que le produce todo lo
existente. Así pues, la perfecta felicidad consiste en la unión con Dios, que es la causa primera de todo".
(De la Suma teológica de Santo Tomás).
Es un ser pensante: "El hombre no es más que una caña, la más débil de la naturaleza, pero es una caña
pensante. No hace falta que el universo entero se arme para aplastarlo: un vapor, una gota de agua bastan
para matarlo. Pero aun cuando el universo lo aplastara, el hombre sería todavía más noble que aquello que
lo mata, porque sabe que muere y que el universo tiene una ventaja sobre él; el universo no sabe nada de
esto. Toda nuestra dignidad consiste, pues, en el pensamiento". (De los Pensamientos de B. Pascal).
Es persona: "El ser humano, considerado como persona, está situado por encima de cualquier precio,
porque, como tal, no es un medio para fines ajenos, incluso ni para sus propios fines, sino es un fin en sí
mismo; es decir, posee dignidad (un valor interno absoluto), gracias a la cual puede medirse con cualquier
otro de esta clase y valorarse en pie de igualdad". (De la Metafísica de las costumbres de Kant).
Es libre, igual y con la misma dignidad: Se presenta a continuación una idea integral de nuestra realidad a la luz
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948).
Artículos:
1. Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia (...)
3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
15. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
18. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.
19. Toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión.
26. Toda persona tiene derecho a la educación.
ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN
Determino el sentido y el quehacer del ser humano en el mundo, teniendo en cuenta las
condiciones sociales e históricas en las que está inmerso.
2. Con base en la lectura, explica la siguiente afirmación, “El hombre, como especie, es un cuerpo
evolucionado”
4. ¿Qué aspectos definen al ser humano, como individuo que construye sociedad y conocimiento?
5. Realiza un cuadro comparativo sobre: “El problema de la esencia del hombre”. Debe incluir la
tendencia, los planteamientos y los representes o autores.
7. En cinco párrafos de máximo 6 renglones, elabore con sus propias palabras un texto en el que
exponga las características (negativas y positivas) del ser humano en la actualidad y cómo influyen en su
trato con los demás.
BIBLIOGRAFIA Y WEBGRAFIA:
EL HOMBRE Y SU PENSAMIENTO Nº 1 Y 2. EDITORIAL NORMA.
❖
EL MUNDO DE SOFIA DE JOSTEIN GAARDER
❖
FILOSOFIA I DE LUIS E GALINDO EDITORIAL SANTILLANA
❖
ENCICLOPEDIA HISPÁNICA1995 .www.webdianoia.
“TALLER FILOSÓFICO”
ASIGNATURA: FILOSOFÍA
TEMA: LA CULTURA Y SUS NIVELES
GRADO: 11° GUÍA Nº 2
No hay labor ni tarea humana que carezca de metas, y no existen metas sin
proyectos. La acción educativa, que tiene como tarea colaborar en la
construcción del hombre y de su sociedad a través de la historia, tiene implícita
o explícitamente su proyecto de hombre y de sociedad. Tal proyecto
determinará sus metas y estrategias. ¿Cuál es ese modelo de ser humano y
de sociedad humana que nos proponemos convertir en realidad mediante la
acción educativa?
¿Cómo se manifiesta la crisis de la institución escolar? Cada vez hay estadísticamente menos
oportunidades de estudiar una carrera. El cupo de las universidades es una lotería. Los costos son cada
vez mayores, de tal manera que ningún país del mundo puede costear, mediante escuelas, la educación
que su pueblo desea. Los programas escolares son inútiles, desvinculados de la vida. La carencia de
orientación escolar produce pérdida de tiempo y energías. La consecuente deserción escolar es fuente de
muchas frustraciones. A esto se añade que la proliferación de títulos lleva consigo, además de
envilecimiento inflacionario de la divisa académica, el desempleo o subempleo de profesionales.
La escuela crea y sostiene los mitos de la sociedad tecnológica (sociedad de la globalización). He aquí
alguno de ellos: el mito de la igualdad, el de la libertad y el del progreso.
Se pretende hacer creer que en la sociedad moderna todos los hombres tienen las mismas posibilidades
de lograr lo que se proponen. La realidad es distinta: el triunfo de un pobre en la vida es una lotería. La
posibilidad de quedarse abajo es mayor que la de sobresalir. Aún más, las escuelas se convierten en factor
de discriminación. Las personas sin títulos son rebajadas de status y remuneración económica. El título es
un privilegio, es la salvación por el “mérito” escolar. El acceso a la escuela, especialmente en ese cuello de
botella que es la entrada a la universidad, es limitado, en particular para las personas pobres, y por lo
mismo los títulos son socialmente discriminatorios. Si la remuneración fuera hecha enteramente con bases
en cualidades y capacidades relacionadas con el trabajo, si no hubiera títulos escolares, los individuos
menos “educados” no serían víctima de la discriminación.
Otro de los mitos alimentados por la escuela es el de la libertad. La sociedad moderna demuestra así su
respeto a los derechos inalienables del hombre: libertad de pensamiento, de opinión, de reunión, de
cátedra. Nos preguntamos: ¿Hasta dónde llega y para qué sirve esa libertad? Tan solo para hablar de ella,
porque cuando la palabra se transforma en acción, la sociedad corre para amordazarla. También sustenta
la escuela el mito del progreso; que la sociedad mejora día a día ilimitadamente mediante la ciencia y la
investigación; falsa ilusión. La habilidad para matarnos y la proximidad de una catástrofe ecológica crece más
rápidamente que nuestra capacidad productiva. Las tensiones sicológicas crecen más rápidamente que nuestra
habilidad para hacerles frente.
La escuela y las estructuras escolares, además de ser solo uno de los elementos
educadores de la sociedad son reflejo y consecuencia de las estructuras sociales.
Así como es utópico pretender cambiar la sociedad desde la escuela lo es también
darle un vuelco a las estructuras escolares sin un cambio radical de nuestra
sociedad. Así, por ejemplo, no puede darse un progreso material sin fin tal como la
plantea nuestra sociedad de consumo. Los recursos energéticos y naturales se
acabarían. La injusticia del mundo no se debe a la naturaleza del hombre, sino a las
estructuras contradictorias que éste mismo ha establecido; estructuras competitivas,
despilfarradoras, anti-ecológicas, generadoras de desigualdades, enemigas de la
vida. No es, pues, la educación la que está primeramente en crisis, sino la sociedad.
Por demás, la ciencia y la tecnología, ordenada más hacia la muerte que hacia la vida, han colocado a la
humanidad actual ante la encrucijada de su misma supervivencia física, social, mental y emocional. La
violencia y la contaminación generalizadas, son claro índice de esta crítica situación. Nos encontramos
ante un mundo que, embriagado por las cosas y por un falso y desorientado progreso, ha olvidado al
hombre, único fin y sentido de la realidad. El educador deberá cumplir la tarea clave de rescatar al hombre
del pantano en el cual se sumerge a agigantados pasos. Mediante nuevos métodos y enfoques,
desarrollando las capacidades creadoras y la energía humana, presentes en el corazón de todos los
hombres y de todos los pueblos, la educación deberá forjar otras mentalidades, nuevas formas de vida y
otros tejidos sociales y económicos acordes con la naturaleza del ser humano. Labor compleja y azarosa,
pero fascinante y sublime.
¿Qué es la Cultura?
La UNESCO define la Cultura como un “Conjunto de rasgos distintivos espirituales y materiales,
intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las
artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores,
las tradiciones y las creencias”.
El hombre al producir su vida a través del desarrollo del trabajo ha logrado superar las determinaciones o
limitaciones de carácter natural y avanzar hacia formas de existencia diferentes como lo son su existencia
social, histórica y racional. Así pues, el hombre no es solo un ser natural, es además un “ser cultural”, un
“ser humano”. El hombre a diferencia del animal va asegurando su intercambio con la naturaleza a través
de su propia actividad; deja de ser pasivo en la dinámica del desarrollo de la naturaleza y se constituye, por
medio del desarrollo del trabajo, en activo, ya que “asegura” su existencia mediante su propia actividad
vital. Según el sociólogo Roger Bartra, como resultado del proceso histórico del trabajo la cultura puede ser
entendida como: El conjunto articulado y acumulado de partes de la naturaleza que rodea al hombre y que
éste como ser social ha transformado a lo largo de su desarrollo histórico.
La cultura, por tanto, no es un sinónimo de superestructura, pues abarca también las peculiaridades de los
medios de producción; es claro que si la estructura social es la transformación de la naturaleza humana y
la cultura la transformación del ambiente realizada por el hombre, entonces ambos conceptos resultan
inseparables pues no se podrá entender cómo el hombre se modifica a sí mismo sin analizar cómo
modifica al medio que le rodea. Por esto no tiene sentido separar a las ciencias de la cultura (antropología)
de las ciencias de la sociedad (sociología, economía).
La palabra “mundo” la empleamos para designar el conjunto de todas las cosas físicas o naturales. Pero
también la usamos en sentido humano. Así, por ejemplo, hablamos del Viejo Mundo, del Nuevo mundo, del
Tercer Mundo, etc. Mundo, en sentido humano, es el horizonte finito de las posibilidades creadas por el
hombre a lo largo de la historia. El mundo humano está afectado por el espacio y el tiempo. En español,
cuando una persona nace, decimos que viene al mundo, lo que no podríamos afirmar de un animal.
Nosotros, por el hecho de hacer nacido en Colombia, tenemos unas posibilidades que no las tienen los
chinos. Si hubiéramos nacido en India, nuestro mundo cultural hubiera sido oriental. Si en vez de nacer en
el siglo XX, hubiéramos nacido en la Edad Media, nuestro mundo cultural hubiera sido medieval; la cultura
es siempre histórica. Los hombres que nazcan en el año 3000 (si es que aún existe la humanidad sobre la
tierra) van a tener un mundo muy diferente al nuestro y, por tanto, una cultura distinta. Nuestro mundo es
nuestra cultura.
Niveles de la Cultura
En primer lugar, está el nivel de las
industrias. A partir de cosas naturales como
árboles, rocas minerales, etc., el hombre
construye casas y caminos, fabrica máquinas
e instrumentos de toda clase, con los cuales
satisface las necesidades de su vida. Estos
objetos que fabrica o construye el hombre,
reciben diferentes nombres genéricos: obras,
productos, útiles, artefactos, etc. Es a lo que
aquí llamamos industrias, cosas-sentido que
formalmente pertenecen al mundo humano.
Las “industrias” son productos humanos que
tienen carácter físico, construyendo la
dimensión material de la cultura.
En este nivel de industrias las fronteras entre los diversos mundos culturales se van desdibujando.
Estamos llegando a una especie de cultura material planetaria o aldea total, donde las industrias
disponibles son casi las mismas en todas partes. Se trata de un proceso irreversible. Hay que aceptar que
el mundo desde el punto de vista de la cultura material marcha hacia la globalización. Las diferencias en el
vestir, por ejemplo, ya no existen o, mejor dicho, las dictan las modas de París o Nueva York para todo el
planeta; los carros, los aviones, las casas de nuestras modernas ciudades se construyen siguiendo
modelos funcionales comunes. Es un hecho que las culturas, antes diferentes, cada vez se unifican más a
nivel material.
Pero el nivel industrial es el aspecto epidérmico o exterior de una cultura. A este aspecto lo llaman algunos
“civilización”. El fenómeno de globalización de la cultura material no implica necesariamente la pérdida de
las diferencias en cuanto a la cultura espiritual. Un pueblo puede asimilar perfectamente la tecnología más
avanzada y ponerse a la cabeza del desarrollo, sin que pierda su propia cultura profunda. El Japón, por
ejemplo, se apropió de la tecnología occidental llegando a producir artefactos tan bien o mejor que los
occidentales, sin dejar de ser por eso culturalmente japoneses. Por otra parte, no necesariamente los
pueblos más civilizados materialmente, son espiritualmente los más cultos. Esto quiere decir que la cultura
tiene otros niveles más profundos.
Las instituciones tampoco son las personas que las representan o los códigos en los que están impresas
las normas. Pero las instituciones, por su carácter intencional y moral influyen decisivamente en los
hombres, que las han creado como marcos jurídicos para que por ellas discurra libremente su vida sin
sobresaltos. ¿Hasta qué punto las instituciones son hoy un elemento diferencial de las respectivas
culturas?
Existen hoy patrones aceptados universalmente, por ejemplo, la democracia política, que postula la
soberanía del pueblo, la división tripartita del poder, la elección de las personas que lo detentan por
votación universal, etc. Lo mismo se diga de las instituciones económicas como la banca, la bolsa de
valores, el comercio, etc., y de otras coma las pedagógicas, investigativas o deportivas obedientes cada
día más a patrones universales. Pero también es evidente que las instituciones en muchos casos tienen
carácter diferencial. Qué duda cabe que la monarquía caracteriza al pueblo inglés o que el
parlamentarismo es una institución política europea que no ha podido aclimatarse por muchas razones en
América, donde se rige el presidencialismo como forma democrática típica de nuestros pueblos. En el
ámbito religioso son muchas las diferencias que caracterizan y dan identidad a los diversos mundos
culturales.
El dialogo entra las diferentes iglesias y culturas no pretenden suprimir las diferencias que hay entre ellas,
sino comprometerse mejor las unas a las otras y aprender de las demás a dar cada una lo mejor de si
misma. Pero las instituciones, siendo tan importantes, tampoco constituyen el corazón de una cultura; su
nivel más profundo son los valores.
Los VALORES constituyen el tercer nivel. La parte de la filosofía que trata del tema de los valores se llama
axiología. Esta disciplina tuvo gran desarrollo en el pensamiento europeo en la segunda y la tercera
década de este siglo en pensadores tan importantes como Scheler y Hartmann. Pero estas axiologías
tienen un inconveniente y es que en general son individualistas. Hoy tenemos la percepción de que el
sujeto de los valores no es tanto el individuo, sino el colectivo social o mundo cultural. Como individuos
participamos de los valores de un determinado grupo y de una determinada cultura. Nacer es venir a un
mundo cultural; durante los primeros años el hombre en formación recibe los valores vigentes en ese
mundo, los asimila y vive conforme a ellos; a medida que uno va madurando, puede reaccionar ante esos
valores recibidos, apropiándoselos personalmente o rompiendo con ellos. Pero no se puede romper con
nada si no está previamente instalado en aquello con lo que se rompe. En este sentido cultural, ¿qué son
los valores?
Hay cosas que valen más para nosotros, aunque reconozcamos que en términos absolutos no son las
mejores. Para cualquier hijo su mamá vale mucho más que cualquier otra mujer, aunque tenga que
reconocer que no es la más bella, ni la más sabia, ni la más virtuosa entre las mujeres. Lo mismo se puede
decir de la pareja, de un amigo, de la casa a la que estamos aquerenciados o de una pintura que nos
gusta; realidades que, en concreto, pueden valer para nosotros más, aunque reconozcamos que no son
objetivamente las mejores. Así pues, los valores son maneras de apreciar por parte de un determinado
grupo ciertas cosas importantes en la vida, como son: la vida misma, el amor, la familia, el trabajo, el
tiempo, la religión, las fiestas, la muerte, etc. No todos, por ejemplo, apreciamos de la misma manera el
tiempo: para los ingleses es oro o negocio, para nosotros los latinos es más bien fiesta u ocio; en forma
análoga, el trabajo, las profesiones, el status social, la amistad, o la relación hombre-mujer, etc., son
aspectos que se aprecian de forma distinta en las diferentes culturas.
Finalmente, los valores, con más razón que las instituciones, tienen un carácter espiritual: son realidades
intangibles, no pertenecen al mundo físico sino al axiológico. ¿Cómo entonces es posible hablar y estudiar
los valores de un determinado grupo? La respuesta es muy sencilla: porque los valores se objetivizan en
forma de prácticas, de tradiciones y de símbolos.
Las PRÁCTICAS son las mil cosas que hace el hombre en su vida como hablar, saludar, pasear, trabajar,
etc. Estudiar las prácticas de una cultura equivale a comprender el significado profundo subyacente a las
mismas. Llegar tarde a una cita, por ejemplo, es práctica frecuente en nuestra cultura; comprenderla
significa averiguar por qué llegamos tarde, es decir, el valor que damos al tiempo los latinos. La práctica del
saludo, ya sea la respetuosa reverencia, el apretón de manos o el besuqueo, tiene una significación.
En munchas ocasiones, es muy importante distanciarse del propio mundo para comprender mejor el
sentido de sus prácticas. Nuestras prácticas habituales nos parecen naturales, mientras que las prácticas
de culturales distintas a la nuestra nos parecen raras, en tanto no entramos en ellas y comprendemos los
valores que las sustentan.
Las TRADICIONES están conformadas por todo lo que el pasado ha entregado al presente en que vivimos.
La gran tradición es, pues, la historia. A los pueblos, a las culturas, les es tan necesaria la tradición
histórica como a los individuos la memoria. Cuando un individuo pierde la memoria sufre la terrible
enfermedad de la amnesia. Esto mismo les pasa a las culturas desmemoriadas: no saben a dónde van,
porque no saben de dónde vienen. Los ingleses son ingleses, porque tienen detrás de ellos un pasado
inglés y lo saben.
Los latinoamericanos somos lo que somos, en parte, porque así nos ha hecho nuestra historia. Entonces,
si yo quiero conocer mi propio mundo cultural, debo interesarme por la historia. La historia es la conciencia
el pasado, ese pasado que conocido críticamente posibilita el presente y nos permite proyectarnos con
lucidez hacia el futuro. En conclusión, para conocer los valores de una cultura hay que adentrarse en su
historia y escrudiñar sus raíces. Los historiadores tienen la importante misión de formar la conciencia
histórica de los pueblos.
La forma más bella que tenemos de expresar el mundo de nuestra propia cultura es la palabra hablada y
escrita, símbolo de los símbolos. Una cultura sin poetas, sin novelistas, sin literatura en general es una
cultura defectiva. No todas las culturas han logrado expresar literariamente su propio mundo con la misma
excelencia. Algunos lo han hecho de manera genial. La cultura griega sería más pobre sin Homero, la
inglesa sin Shakespeare, la española sin Cervantes, o la cultura colombiana sin Cien Años de Soledad de
García Márquez, que nos ha expresado de pies a cabeza, con todos nuestros valores y antivalores.
Latinoamérica sería hoy más pobre sin sus grandes poetas, novelistas, pintores, músicos, artistas, y
artesanos en general.
Siendo muy importante que los obreros cualificados fabriquen máquinas perfectas, que edifiquen nuestras
ciudades, que produzcan con el sudor de su frente el pan nuestro de cada día, no lo es menos que los
trabajadores de la cultura nos den un alma colectiva, que nos reconcilie, nos una y nos identifique como
grupo cultural al que pertenecemos. Alemania no sería lo que es sin sus grandes músicos y pensadores.
Lo mismo podríamos decir de otros pueblos que han tenido grandes arquitectos, escultores, pintores, o un
gran cine. La arquitectura, la escultura, la pintura, el cine etc., son otras formas simbólicas para expresar la
condición humana de acuerdo al carácter de cada cultura.
Según Paul Ricoeur, los símbolos constituyen el núcleo ético-mítico de una cultura, es decir, el corazón o
alma de la misma. Precisamente en este punto es donde hay que poner la identidad cultural. Los
japoneses han dejado guardados en los armarios sus kimonos para usarlos solo en actos folklóricos u
oficiales; se han occidentalizado en muchos aspectos de la cultura material, incluso han aceptado las
instituciones occidentales en economía y política; pero no han perdido su cultura profunda, su núcleo ético-
mítico. Es claro, entonces, que si se quiere conocer a fondo una cultura, hay que comprender
principalmente sus expresiones simbólicas.
Determino el sentido y el quehacer del ser humano en el mundo, teniendo en cuenta las
condiciones sociales e históricas en las que está inmerso.
7. ¿Por qué se puede afirmar que la cultura es el resultado de la evolución social del ser humano?
8. ¿Cómo se entiende la cultura a través del proceso histórico del trabajo humano y de la re-
significación de las prácticas, las tradiciones y los símbolos?
MÉTODOS FILOSÓFICOS
“Por naturaleza todos los hombres desean saber” Aristóteles
Para comprender el significado de los términos desconocidos es importante tener en cuenta el contexto de
la lectura y desde ahí identificar el posible significado de los términos desconocidos. Si aun así no logras
comprender el significado del término desconocido. Es importante buscar en un diccionario filosófico y
relacionar los posibles significados con el contexto.
- Es fundamental la observación de la estructura del texto para identificar las ideas centrales y las
secundarias y los argumentos que sostienen a cada una de ellas. Además de los pasajes conflictivos.
- Recuerde que para interpretar un texto y poder dar su punto de vista sobre él, tiene que comprender
primero el sentido que tiene el texto desde la visión de quien lo escribió. Quizá en muchas ocasiones se
encuentre con pasajes con los cuales usted no está de acuerdo, pero antes de dar un juicio de valor,
identifique sus ideas centrales, sus argumentos y desde allí establezca su posición frente al texto, desde
argumentos, no desde simples opiniones. Recordemos que las opiniones son sólo creencias no justificados
sobre un hecho, en cambio los puntos de vista son ideas frente a un hecho que están sustentadas por
argumentos que pueden llegar a ser verificados por otros.
Hágale Preguntas Al Texto: Algunas preguntas que pueden ayudarle a realizar una adecuada
interpretación de un texto son: ¿Qué es lo que el autor desea probarnos?, ¿Cuál es la pregunta o tesis que
está tratando de resolver?, ¿Cuál es el o los argumentos que está dando el autor para resolver la pregunta
o tesis central?, ¿Qué tesis está criticando?, ¿Qué argumentos está examinando?, ¿Cuáles son las tesis
opuestas o alternativas?
LOS MÉTODOS FILOSÓFICOS
“Es necesario un método para alcanzar el conocimiento”.
Método: palabra que proviene del término griego methodos (camino o vía)
y se refiere al medio utilizado para llegar a un fin. Su significado original
señala el camino que conduce a un lugar. Las investigaciones científicas se
rigen por el llamado método griego, basado en la observación y la
experimentación, la recopilación de datos, la comprobación de las hipótesis
de partida.
Sin embargo, no todas las áreas o especialidades tienen el mismo método para llegar a la verdad. Es así
como para la historia y las ciencias sociales se aplica un método y para las matemáticas otro. A través de
los tiempos el deseo se ha centrado en conseguir un método que se pueda aplicar para todo tipo de
conocimiento, es decir un método que se pueda considerar universal.
Otros autores definen método como el conjunto de procedimientos que utiliza el filósofo para obtener el
saber o encontrar la verdad de las cosas o fenómenos del universo. Es la vía de acceso que el sujeto
determine seguir en la superación de un problema o en el conocimiento de la realidad es lo que
denominamos métodos. El método presupone un conjunto de pasos que unidos conforman un proceso.
Dicho proceso nos permite intervenir en la realidad, en el problema, alterándolo lo menos posible para
poderlo conocer en sus condiciones naturales de existencia.
El método socrático es la mayéutica, que consiste en encontrar definiciones por medio de preguntas,
cuyas respuestas se van descartando hasta llegar a conocer lo esencial de cada objeto. Este método
consiste en preguntar, interrogar incesantemente a los interlocutores sobre un tema determinado
tratando de encontrar el concepto más adecuado. El método tiene dos etapas: La ironía, que consistía
en convencer al interlocutor de que ignoraba el tema que creía dominar; y la mayéutica propiamente
dicha, que era extraer del espíritu del interrogado una serie de ideas sobre el tema en cuestión. A
medida que avanza el análisis del asunto en cuestión van surgiendo nuevas ideas, cada vez más
rigurosas.
El método platónico se centra en las definiciones de lo universal, a partir de hipótesis, utilizando las
ideas mismas y el razonamiento abstracto de la inteligencia, y con el método dialéctico, llega a las
conclusiones que derivan de los primeros principios.
El método aristotélico trata de obtener el conocimiento de las causas, por medio de la deducción, (de lo
general abstracto a lo singular concreto), de la inducción, (de lo particular se infiere lo universal) y de la
analogía (de la relación de semejanza entre cosas distintas). Lógico (Aristóteles)
El método cartesiano (duda metódica), de Descartes, promueve la duda como método y considera
conocimiento a todo lo que se basa en un criterio de evidencia.
El método dialéctico que comienza con Plotino, filósofo helenístico, reduce la realidad a una unidad
activa, libertad absoluta, de la que emana gradualmente, y sin corromperla, la multiplicidad; y continúa
con la dialéctica de Hegel y con el materialismo dialéctico de Marx, que se basa en los conceptos de
movimiento, cambio, transformación y desarrollo.
El auge de las ciencias naturales a partir del siglo XVIII dio impulso a la formulación de nuevos métodos no
tradicionales en filosofía, como el estructural, que se basa en el análisis de las estructuras formales
características de cada fenómeno u objeto; el genético, que tiene como fundamento el análisis del desarrollo
temporal de los fenómenos; el histórico comparativo que se utiliza para el estudio de los fenómenos
culturales, el psicoanalítico, que se basa en la aplicación de la teoría de las asociaciones libres y de la
transferencia, a partir del Psicoanálisis de Sigmund Freud; el constructivo, que estructura sistemáticamente
los objetos que pueden ser considerados en un sistema y las aseveraciones que acerca de ellos se hagan.
Los métodos no se agotan en la medida que surjan nuevas formas de acceder al verdadero conocimiento.
Otros métodos filosóficos son:
Analítico - lingüístico (Wittgenstein). La filosofía, para los que implementan este método, es una
confusión oscura, y por lo tanto consideran que se debe analizar el lenguaje y aclarar el conocimiento para
orientar el análisis del lenguaje y así entender lo dicho.
Empirista: método basado en la verdad científica. Sólo será verdad aquello que se puede demostrar.
Por tanto, todo depende de la experiencia sensible.
3. ¿En qué situaciones de la vida cotidiana puedes aplicar o utilizar un método filosófico?
¿Qué método te gustaría aplicar y por qué?
5. ¿Cuándo sabemos con certeza que una explicación sobre la realidad, el mundo social y los fenómenos
que nos rodea, ha pasado por el filtro de lo racional y lo lógico?
6. ¿Qué tipo de proceso cognitivo es; “el pienso, luego existo” de Renato Descartes?
7. ¿Qué diferencias y semejanzas puedes notar entre el método empirista y el método racionalista?
8. ¿Por qué la filosofía no utiliza un solo método o camino para hallar la verdad a través del tiempo?
9. Define los términos: Inducción – Deducción – Inferencia – Análisis – Empírico – Juicio – Razonamiento.
BIBLIOGRAFIA Y WEBGRAFIA:
EL HOMBRE Y SU PENSAMIENTO Nº 1 Y 2. EDITORIAL NORMA.
EL MUNDO DE SOFIA DE JOSTEIN GAARDER
FILOSOFIA I DE LUIS E GALINDO EDITORIAL SANTILLANA
“TALLER DE FILOSOFÍA”
ASIGNATURA: FILOSOFÍA TEMA: Teoría del conocimiento GRADO: 11°
GNOSEOLOGÍA Y EPISTEMOLOGÍA
Gnoseología: Del griego "gnosis" (conocimiento) y "logos" (discurso). Término con el que se designa la
teoría del conocimiento, y parte de la filosofía que tiene por objeto la delimitación y definición de lo que es
"conocimiento" y el estudio de sus características y límites. Aunque la mayoría de filósofos antiguos y
medievales trataron el problema del conocimiento lo hicieron, por lo general, subordinándolo a cuestiones
ontológicas. La filosofía moderna, por el contrario, hace de la explicación del conocimiento el punto de
partida de su reflexión filosófica, por lo que la teoría del conocimiento alcanzará con ella una importancia y
proyección que no tiene en la antigüedad.
Platón, siguiendo a su ilustre maestro Sócrates, intentó contestar a los sofistas dando por sentado la
existencia de un mundo de formas o ideas, invariables e invisibles, sobre las que es posible adquirir un
conocimiento exacto y certero. Mantenía que las cosas que uno ve y palpa son copias imperfectas de las
formas puras estudiadas en matemáticas y filosofía. Por consiguiente, sólo el razonamiento abstracto de
esas disciplinas proporciona un conocimiento verdadero, mientras que la percepción facilita opiniones
vagas e inconsistentes. Concluyó que la contemplación filosófica del mundo oculto de las ideas es el fin
más elevado de la existencia humana.
Aristóteles siguió a Platón al considerar el conocimiento abstracto superior a cualquier otro, pero discrepó
de su juicio en cuanto al método apropiado para alcanzarlo. Aristóteles mantenía que casi todo el
conocimiento se deriva de la experiencia. El conocimiento se adquiere ya sea por vía directa, con la
abstracción de los rasgos que definen a una especie, o de forma indirecta, deduciendo nuevos datos de
aquellos ya sabidos, de acuerdo con las reglas de la lógica. La observación cuidadosa y la adhesión
estricta a las reglas de la lógica, que por primera vez fueron expuestas de forma sistemática por
Aristóteles, ayudarían a superar las trampas teóricas que los sofistas habían expuesto. Las escuelas
estoica y epicúrea coincidieron con Aristóteles en que el conocimiento nace de la percepción pero, al
contrario que Aristóteles y Platón, mantenían que la filosofía había de ser considerada como una guía
práctica para la vida y no como un fin en sí misma.
Después de varios siglos de declive del interés por el conocimiento racional y científico, el filósofo
escolástico Santo Tomás de Aquino y otros filósofos de la Edad Media ayudaron a devolver la confianza en
la razón y la experiencia, combinando los métodos racionales y la fe en un sistema unificado de creencias.
Tomás de Aquino coincidió con Aristóteles en considerar la percepción como el punto de partida y la lógica
como el procedimiento intelectual para llegar a un conocimiento fiable de la naturaleza, pero estimó que la
fe en la autoridad bíblica era la principal fuente de la creencia religiosa.
3. Popular: También llamado vulgar, es el conocimiento social, obtenido por azar, luego de innúmeras
tentativas. Es a metódico y asistemático. El conocimiento común o popular está basado fundamentalmente
en la experiencia, puede ser verdadero, falso o probable, teniendo las siguientes características:
Es asistemático porque carece de métodos y técnicas.
Es superficial porque se forma con lo aparente.
Es sensitivo porque es percibido por los sentidos.
Es poco preciso porque es ingenuo e intuitivo.
Clasificación de la Ciencia
1. Ciencias formales: Tienen como objeto de estudio entes ideales
y los métodos que empleen son generalmente le deducción y la
demostración, así tenemos a la matemática pura y la lógica.
Ciencias Sociales o Ciencias del Espíritu: Llamadas humanas y estudia hechos humanos o sociales que
tengan valor, sentido y meta. Los métodos que emplean son la abstracción, deducción, la dialéctica y otros,
así tenemos: Fenomenológicas Genéticas: psicología y la historia.
Sistemática: derecho, economía, sociología, pedagogía y arte.
B. El Escepticismo: Posición contraria al Dogmatismo. Niega que el sujeto pueda aprehender al objeto y
tener conocimiento del él. Para el escéptico, gran parte de la información que nos proporcionan los
sentidos no se refieren a lo que ocurre en el mundo exterior, sino a lo que sucede en nuestro mundo
interior. Los conocimientos sensoriales alteran la realidad, niegan la existencia de una verdad; nada se
puede conocer y si existe algo no podríamos conocerlo. No sabemos si nuestros juicios concuerdan con la
realidad.
C. El Criticismo: Según esta doctrina es posible el conocimiento, pero éste se reduce únicamente al
mundo de los fenómenos No podemos conocer la Realidad tal como es en sí. Solo conocemos la realidad
en la forma como ésta se nos aparece, es decir en su aspecto “Formal”. La cosa en sí o Noúmeno no es
asequible a la experiencia
E. El Fenomenalismo: Sostiene que no conocemos las cosas como son en sí, sino como se nos
aparecen. Considera que existen cosas reales pero que no podemos conocer su esencia o naturaleza
íntima. Lo único que podemos conocer son los fenómenos es decir los contenidos de la conciencia.
4. Sobre las formas del conocimiento: Existe una doctrina que plantea
A. Conocimiento Intuitivo: Es percibir mentalmente una idea o una verdad con la misma claridad y
evidencia con que se percibe un objeto sensorialmente y sin recurrir a la vía racional o discursiva. Tipos de
intuición:
< Intuición racional. Se adquiere a través de la razón < Intuición emocional. Se adquiere a través del sentimiento
< Intuición volitiva. Se adquiere a través de la voluntad.
BIBLIOGRAFIA Y WEBGRAFIA:
EL HOMBRE Y SU PENSAMIENTO Nº 1 Y 2. EDITORIAL NORMA.
EL MUNDO DE SOFIA DE JOSTEIN GAARDER
FILOSOFIA I DE LUIS E GALINDO EDITORIAL SANTILLANA
ENCICLOPEDIA HISPÁNICA1995.