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¿Qué es la discapacidad intelectual?

La discapacidad intelectual implica una serie de limitaciones en las habilidades que


la persona aprende para funcionar en su vida diaria y que le permiten responder
ante distintas situaciones y lugares.
La discapacidad intelectual se expresa en la relación con el entorno. Por tanto,
depende tanto de la propia persona como de las barreras u obstáculos que tiene
alrededor. Si logramos un entorno más fácil y accesible, las personas con
discapacidad intelectual tendrán menos dificultades, y por ello, su discapacidad
parecerá menor. A las personas con discapacidad intelectual les cuesta más que a
los demás aprender, comprender y comunicarse. La discapacidad intelectual
generalmente es permanente, es decir, para toda la vida, y tiene un impacto
importante en la vida de la persona y de su familia.

Causas que la originan


Existen multitud de circunstancias que pueden provocar la aparición de este tipo de
discapacidad. Su clasificación depende fundamentalmente del momento de su
aparición:

Causas prenatales (antes del parto)


 Nivel biomédico: trastornos asociados a un solo gen, trastornos
cromosómicos, enfermedades de la madre, malnutrición materna, edad de los
padres, etc.
 Nivel conductual: consumo de tóxicos (alcohol, tabaco o drogas) por parte de
los padres, inmadurez de estos, etc.
 Nivel educativo: discapacidad intelectual de los padres, falta de preparación
de estos para la paternidad, etc.
 Nivel social: pobreza, falta de acceso a cuidados durante la gestación,
violencia doméstica, etc.
Causas perinatales (durante el parto)
 Nivel biomédico: parto prematuro, lesiones durante el nacimiento, hipoxia, etc.
 Nivel conductual: rechazo o abandono por parte de los padres.
 Nivel educativo: falta de servicios de intervención después del alta.
 Nivel social: ausencia de cuidado por parte de los padres.
Causas posnatales (tras el parto)
 Nivel biomédico: traumatismo craneoencefálico (TCA), epilepsia, infecciones
encefálicas, malnutrición, etc.
 Nivel conductual: maltrato, abandono o negligencia parental, aislamiento, etc.
 Nivel educativo: carencias en la crianza, déficit en los servicios de atención
temprana, diagnóstico tardío, bajos o inadecuados apoyos, etc.
 Nivel social: interacción deficiente entre el niño y sus padres (o su cuidadores),
estimulación deficiente, institucionalización, pobreza familiar, etc.
¿Hay niveles de discapacidad intelectual?
Discapacidad intelectual moderada
Antes se marcaba con un CI entre 35 y 50 puntos. Ahora se tienen en cuenta las
habilidades adaptativas:
 Área conceptual. Necesitan asistencia para las actividades académicas
diarias y básicas. Además, es posible que haya que tomar responsabilidades
sobre ellos (por ejemplo, mediante consentimientos informados).
 Área práctica. Son capaces de desarrollar habilidades y destrezas gracias a
un apoyo extra, así como a un amplio período de aprendizaje.
 Área social. Presentan un lenguaje oral menos complejo que sus iguales. Al
ser la herramienta clave para la comunicación, pueden sufrir más dificultades
para la interpretación del lenguaje. Por eso, pueden necesitar ciertos apoyos
para mejorar sus relaciones interpersonales.
Discapacidad intelectual grave
Antes se marcaba con un CI entre 20 y 35 puntos. Ahora se tienen en cuenta las
habilidades adaptativas:
 Área conceptual. La limitación es bastante mayor. Aspectos como la
comprensión del lenguaje, de los números, del tiempo o del uso del dinero
generan muchas dificultades. Necesitan gran apoyo para realizar las tareas
cotidianas.
 Área práctica. Precisan de supervisión y apoyo constante para labores como
la higiene personal, la vestimenta, la cocina, etc.
 Área social. Su lenguaje oral es muy limitado, tanto en vocabulario como en
gramática. Así, su discurso suele constar de palabras sueltas o frases simples.
Puede haber mejoras con apoyo extra.
Discapacidad intelectual profunda
Antes se marcaba con un CI inferior a 20 puntos. Ahora se tienen en cuenta las
habilidades adaptativas:
 Área conceptual. Suelen presentar problemas motores que impiden el uso
funcional de los objetos, aunque pueden aprender a utilizar algunos muy
básicos. Tienen dificultades de relación satisfactoria con el mundo físico.
 Área práctica. Son dependientes en todos los aspectos. Sin embargo, podrían
llevar a cabo algunas actividades básicas si los problemas motores o
sensoriales no son muy grandes.
 Área social. Existen grandes dificultades de comprensión, tanto en la verbal
como en la gestual. A pesar de ello, pueden llegar a comprender instrucciones
muy simples y a expresar necesidades y deseos de forma muy básica.
¿Cuáles son las características de la discapacidad intelectual?
Tres características distinguen el pensamiento del niño con discapacidad
intelectual:
Egocentrismo. Es propio del pensamiento infantil. Hace que el niño centre
las acciones en sí mismo; sienta que los objetos y el mundo de los demás
giran en torno a él, y parezca egoísta porque se apropia de los materiales y
de los juguetes y no los comparte. Pero el niño empieza a centrarse menos
en su propia actividad cuando ingresa a la educación preescolar, ya que
juega, socializa, participa, pregunta y entonces abandona poco a poco el
egocentrismo para conquistar la objetividad. El egocentrismo se prolonga en
el niño con discapacidad intelectual llegando a veces a mantenerse en la
adolescencia, lo que le representa un obstáculo para que se interese en
aprender las letras, los números y otros conceptos, ya que al centrar las
acciones en sí Discapacidad intelectual Guía didáctica para la inclusión en
educación inicial y básica 17 mismo difícilmente modifica su punto de vista
para utilizar otro criterio que le permita resolver un problema; esto hace que
el niño parezca testarudo.
Impermeabilidad. Deriva del egocentrismo y define las formas en que el niño
con discapacidad intelectual se enfrenta al aprendizaje. Asimismo, revela su
dificultad de incorporar información nueva sobre el objeto de conocimiento y
tener movilidad en su pensamiento.
Perseverancia. Se relaciona con el egocentrismo. Resulta de la insistencia
obsesiva por repetir comportamientos y lleva al niño a una actividad
mecánica y repetitiva, es decir, no pensada; por ejemplo, pegar bolitas de
papel, confeti, sopas o semillas en un dibujo o sobre letras o figuras, trazar
garabatos, pseudografías con el mismo modelo en toda la hoja. Los trabajos
mecánicos y repetitivos refuerzan las estructuras egocéntricas

¿Requiere diagnóstico médico?


 Evaluación del desarrollo y de la inteligencia

 Pruebas de imagen del sistema nervioso

 Prueba genética

Muchos niños son evaluados por equipos de profesionales en los que intervienen
un neurólogo pediátrico o un pediatra especializado en problemas de desarrollo,
un psicólogo, un logopeda, un terapeuta ocupacional o un fisioterapeuta, un
educador especial, un trabajador social o un miembro del personal de enfermería.
Cuando existe sospecha de discapacidad intelectual, el médico valora al niño
mediante pruebas de funcionamiento intelectual, para intentar localizar la causa.
Aunque la causa de la deficiencia intelectual del niño sea irreversible, la
identificación del trastorno causante permite predecir la futura evolución del niño,
evitar otras pérdidas de habilidades, planificar cualquier intervención que pueda
aumentar el nivel de funcionamiento y asesorar a los padres por si existe riesgo
de tener otro hijo con el mismo trastorno.

¿La discapacidad intelectual se cura?


La discapacidad intelectual no es una enfermedad. No se lo puede contraer de
otras personas. La discapacidad intelectual no es un tipo de enfermedad mental,
como la depresión. No hay cura para la discapacidad intelectual. Sin embargo, la
mayoría de los niños con una discapacidad intelectual pueden aprender a hacer
muchas cosas. Sólo les toma más tiempo y esfuerzo que a los otros niños.

¿Qué implicaciones tiene en el aspecto educativo? (Dificultades,


necesidades)
El trabajo con un niño con discapacidad intelectual tiene que basarse en un
adecuado conocimiento de su persona: su carácter, sus esquemas de comunicación
y el entorno familiar y social en el que se desenvuelve.
Los mensajes que transmiten tienen un contenido muy semejante a los del resto de
los alumnos: necesidad de atención, de reconocimiento, deseo de aprender,
cansancio, aburrimiento, celos de los demás al comprobar que son más eficaces,
deseo de manipular, rechazo… Pero su lenguaje va a utilizar distintos códigos
además del lingüístico como la actitud postural, el comportamiento, la pasividad y
muchas veces el conflicto y la obcecación.

Es aquí donde necesitan ser interpretados y comprendidos por sus profesores. No


siempre son conscientes racionalmente de todo lo que les pasa, de todo lo que
quieren y lo que evitan. Lo manifestarán con su mirada, con su cuerpo, con el
movimiento y, muchas veces, necesitan que seamos los adultos, que seas tú su
profesor, quienes les ayudemos a comprender sus manifestaciones a ponerlas en
palabras y a extraer de sus mensajes retazos de pensamiento, de razonamiento con
el que van construyendo significados sobre lo que les pasa, lo que necesitan y, en
definitiva sobre su propia identidad
La discapacidad intelectual provoca que, en muchas situaciones, los alumnos no
puedan o no sepan expresar sus necesidades, su malestar, sus propuestas, lo que
conduce muchas veces a la aparición de conductas inadecuadas.
¿Cómo se ve físicamente una persona con discapacidad intelectual?

PAOLA DE LA TORE VALDEZ

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