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El ser humano vive en sociedad, interactuando continuamente con sus semejantes y

teniendo los propios actos consecuencias sobre los otros. En este contexto, se ha
elaborado todo un código no sólo normativo, sino también moral en función de las
creencias compartidas sobre lo que resulta o no aceptable o los valores que
seguimos.

Jean William Fritz Piaget

Nació el 9 de Agosto de 1896 en Suiza, fue un epistemólogo, psicólogo y biólogo suizo,

considerado como el padre de la epistemología genética, famoso por sus aportes al estudio de la

infancia y por su teoría constructivista del desarrollo de la inteligencia. Falleció el 16 de

septiembre de 1980, a los 84 años en Ginebra , Suiza

Piaget y el desarrollo mental

Jean Piaget es uno de las más reconocidos autores en lo que respecta al estudio
del desarrollo infantil, siendo uno de los padres de la psicología evolutiva.

Una de sus contribuciones más importantes es su teoría del desarrollo cognitivo, en


el cual el pequeño va pasando por diferentes estadios de desarrollo (sensoriomotor,
preoperacional, de las operaciones concretas y de las operaciones formales) en que
va reconfigurando la propia cognición según va organizando u asimilando la
información, así como adquiriendo distintas facultades y habilidades mentales y
haciéndose su pensamiento cada vez más complejo.

Pero aunque Piaget se centró en el desarrollo de las facultades mentales y el


pensamiento/razonamiento, también valoró y generó una teoría del desarrollo moral.
La teoría del desarrollo moral de Piaget

La teoría del desarrollo moral de Piaget se encuentra profundamente vinculada a su


teoría del desarrollo cognitivo. La moral es valorada como un conjunto de reglas
que el menor es capaz de obedecer y comprender en mayor o menor medida,
generalmente vinculadas a la idea de justicia.

El autor considera que de cara a poder hablar de moral va a ser necesario adquirir un
nivel de desarrollo equivalente a los dos años de edad, equivalente al periodo
preoperacional (anteriormente se considera que no existe la suficiente capacidad
mental para hablar de algo semejante a la moral).

A partir de dicho punto, el ser humano va a ir desarrollando una moral cada vez más
compleja según su capacidad cognitiva se va haciendo mayor y con capacidad para
el pensamiento abstracto e hipotético-deductivo. Así, la evolución de la moral
depende de la de las propias habilidades cognitivas: para ir avanzando es
necesario ir reorganizando y añadiendo información a los esquemas
previamente existentes, de tal manera que se pueda desarrollar un conocimiento
cada vez más profundo y a la vez crítico con la consideración que merece un
comportamiento determinado.

Además de ello será necesaria la interacción con sus iguales, como principal
mecanismo para adquirir información y dejar de lado el egocentrismo propio de las
primeras etapas vitales. Por último es imprescindible que, poco a poco y según se
van adquiriendo y dominando las capacidades y el pensamiento hipotético-deductivo,
se vaya produciendo un progresivo alejamiento e independencia de los progenitores
y su punto de vista, siendo esto necesario para que se desarrolle cierto relativismo y
capacidad crítica propia.

Si bien la teoría del desarrollo moral de Piaget no es en la actualidad la mejor


considerada, lo cierto es que sus estudios sirvieron de inspiración e incluso de base
para el desarrollo de otras muchas. Ello incluye la teoría de Kohlberg,
probablemente una de las más conocidas.

Estadios del desarrollo moral según Piaget

En la teoría del desarrollo moral de Piaget, el autor propone la existencia de tal y


como hemos dicho un total de tres fases o etapas (si bien son las dos últimas las que
serían propiamente morales), las cuales el menor va pasando según va adquiriendo
e integrando cada vez más información y habilidades cognitivas. Las tres etapas o
estadios propuestos son los siguientes.

1. Etapa premoral o de presión adulta

En esta primera etapa, que se corresponde a un nivel de desarrollo equivalente al


propio del de un niño entro los dos y seis años de edad, surge el lenguaje y
empiezan a poder identificar sus propias intenciones, si bien no existe una
comprensión del concepto moral o de las normas.

Los patrones de comportamiento y las limitaciones a este dependen por entero de la


imposición externa por parte de la familia o las figuras de autoridad, pero no se
concibe la regla o norma moral como algo relevante per se.
2. Solidaridad entre iguales y realismo moral

La segunda de las etapas del desarrollo moral se da entre los cinco y diez años,
apareciendo las reglas como algo procedente del exterior pero que se comprende
como relevante y de obligado cumplimiento, siendo algo inflexible.

La ruptura de la norma se ve como algo enteramente castigable y visto como


una falta, siendo pues mal vista. Surge la idea de justicia y de honestidad, así como
la necesidad de respeto mutuo entre iguales.

La mentira está mal vista, y se acepta el castigo por la disidencia sin tener en cuenta
posibles variables atenuantes o las intenciones, siendo lo relevante las
consecuencias de la conducta.

Con el tiempo dejan de verse las reglas como algo impuesto por otros pero que
siguen siendo relevantes per se sin que se precise de una motivación externa.

3. Moral autónoma o relativismo moral

Esta etapa surge aproximadamente a partir de los diez años de edad, en la etapa de
las operaciones concretas e incluso en el inicio de las formales. En esta etapa el
menor ya ha alcanzado la capacidad de utilizar la lógica a la hora de establecer
relaciones entre las informaciones y fenómenos que vive.

A partir de aproximadamente los doce años ya existe la capacidad de operar con


informaciones abstractas. Ello hace que aparezca poco a poco una mayor
comprensión de las situaciones y de la importancia de diferentes factores a la hora
de tener en cuenta las normas, como por ejemplo la intención.

Es en esta etapa en la que se alcanza una moral crítica, tomando conciencia de


que las normas son interpretables y que obedecerlas o no puede depender de la
situación y la propia voluntad: ya no es necesario que la norma se obedezca siempre
sino que dependerá de la situación.

También se valora la responsabilidad individual y la proporcionalidad entre acción-


castigo. La mentira ya no es vista como algo negativo per se a menos que suponga
traición.
Referencias bibliográficas:

 Piaget, J. (1983). El criterio moral en el niño. Editorial Fontanella.


 Sanz, L.J. (2012). Psicología Evolutiva y de la Educación. Manual CEDE de
Preparación PIR, 10. CEDE: Madrid.
 Vidal, F. (1994). Piaget before Piaget. Cambridge, MA: Harvard University
Press.

 DESARROLLO MORAL SEGÚN PIAGET:


 
Percibe la moral como un sistema de reglas sobre acciones y surge cuando el sujeto
interacciona socialmente con los adultos y con otros niños. Él elaboró una teoría del
desarrollo moral, en la que distingue dos fases sucesivas: moral heterónoma y moral
autónoma.
1. MORAL HETERÓNOMA: (5-11 años) Es el resultado de la interacción de dos
factores: el egocentrismo representacional del niño y la relación de autoridad del
adulto con él. El niño concibe la moral como un conjunto de reglas obligatorias y
dominantes impuestas desde lo exterior que implica deberes que exigen obediencia.
Una representación de esta autonomía es el realismo moral.
Realismo moral: Fenómeno análogo al realismo nominal o conceptual.
       Características:
*  La idea del deber como algo exterior.
*  La identificación del bien con el acto concreto de obedecer.
*  No existe excepciones (realismo de detalle)
*  Consideración de la responsabilidad moral en una acción, según las consecuencias            
materiales de la misma (responsabilidad objetiva).
*  Las sanciones derivan de las cosas (justicia inmanente).
*  La no discriminación entre mentira intencional y error.
*  Las sanciones como algo necesario cuya función es la de expiación dolorosa.

2. MORAL AUTÓNOMA: (11 años en adelante) El niño es el que construye unos


principios ideales a los cuales subordina las reglas concretas, se supera el
igualitarismo estricto y la justicia empieza a basarse en la noción de equidad. En el
mismo niño los cambios pueden producirse en distintos momentos para cada
conjunto de reglas.

•       DESARROLLO MORAL SEGÚN KOHLBERG:


El desarrollo moral  se articula como una secuencia de estadios, centra su estudio en
el juicio moral, definiendo este como el proceso de razonamiento a través del cual
resolvemos dilemas morales, un proceso cognitivo que permite reflexionar sobre
nuestros valores, ordenarlos en jerarquía y tomar decisiones morales. Kohlberg
establece una primera gran división del desarrollo moral en tres niveles de
razonamiento moral, y cada uno de estos se divide en dos estadios (representan
diferentes criterios que el sujeto utiliza en sus juicios morales).
a.      Nivel I, Preconvencional: Perspectiva individual concreta, la persona que se halla
en este nivel enfoca los problemas desde una perspectiva de los intereses concretos
de las personas implicadas en ellos.
Estadio 1: Moral heterónoma, (5-8 años) Representa el juicio moral del niño que
empieza a superar el egocentrismo, evita romper las normas sólo por evitar el
castigo, obedece por obedecer y evita causar daños físicos a personas y propiedad.
Estadio 2: Individualismo, finalidad instrumental, (adolescencia) Seguir las
normas sólo cuando es en inmediato interés de alguien; actuar para conseguir los
propios intereses y necesidades y dejar que los demás hagan lo mismo. Es correcto
lo que es justo, lo que es un intercambio, un acuerdo, un trato.
b.      Nivel II, Convencional: Perspectiva de miembro de la sociedad, a la hora de
realizar sus juicios morales, tomo en consideración lo fundamentado por el grupo
social, es decir se tiene en cuenta lo "moralmente esperado".
Estadio 3: Mutuas expectativas interpersonales relaciones y conformidad
interpersonal, Vivir en la forma en que la gente espera de uno, ser "bueno" es
importante y significa que se tiene buenas intenciones, mantener buenas relaciones
de gratitud, lealtad y confianza.
Estadio 4: Sistema social y conciencia, Cumplir con las obligaciones establecidas,
se deben mantener las leyes.
c.       Nivel III, Postconvencional: Perspectiva anterior a la sociedad, la persona va más
allá de lo establecido por la sociedad y enfoca los problemas desde una perspectiva
de unos principios sobre los que debería basarse cualquier sociedad para se
considerada justa.
Estadio 5: Contrato social, Ser consciente de que la gente mantiene una variedad
de valores y opiniones, que la mayoría de valores y normas son relativos al grupo.
Algunos valores como la vida y la libertad deben mantenerse en cualquier sociedad.
Estadio 6: Principios éticos universales, Seguir los principios éticos
autoescogidos, las leyes o acuerdos sociales son normalmente válidos porque se
basan en tales principios.
Piaget es mejor conocido por su teoría del desarrollo cognitivo de los niños,
sin embargo, también propuso una teoría sobre el desarrollo moral, según la
cual se reconocía que el desarrollo cognitivo está estrechamente ligado al
desarrollo moral.

Piaget se interesó no en aquello que realizan los niños, es decir, si rompen o


no reglas, sino en lo que piensan. En otras palabras, estaba interesado en el
razonamiento moral de los niños.

Piaget estaba interesado en particular en tres aspectos principales de la


comprensión de los niños sobre los problemas morales:

1. La comprensión de las reglas por parte de los niños. Lo cual implica preguntas como:

 ¿De dónde vienen las reglas?


 ¿Se pueden cambiar las reglas?
 ¿Quién crea las reglas?

2. La comprensión de los niños sobre la responsabilidad moral. Esto lleva a preguntas tales como:

 ¿Quién tiene la culpa de las “cosas malas»?


 ¿Es el resultado del comportamiento lo que hace que una acción sea «mala»?
 ¿Hay alguna diferencia entre un acto indebido accidental y uno deliberado?

3. La comprensión de los niños de la justicia. Esto lleva a preguntas como:

 ¿Debería el castigo ajustarse al crimen?


 ¿Los culpables siempre son castigados?
Piaget descubrió que las ideas de los niños con respecto a las reglas, los
juicios morales y el castigo tendían a cambiar a medida que crecen.

En otras palabras, así como existen etapas en el desarrollo cognitivo de los


niños, también existen etapas universales para el desarrollo moral.

Piaget sugirió dos tipos principales de pensamiento moral:

1. Moralidad heterónoma (realismo moral)


2. La moralidad autónoma (relativismo moral)
 

Moralidad heterónoma (5 a 9 años)


La etapa de la moralidad heterónoma también se conoce como realismo
moral, durante esta etapa la moralidad es impuesta desde el exterior.

Los niños consideran que la moralidad obedece las reglas y leyes de otras
personas, las cuales no se pueden cambiar.

Aceptan que todas las reglas son creadas por una figura de autoridad, como
por ejemplo, padres, maestros, Dios, y que infringir las reglas dará lugar a
un castigo inmediato y severo, o sea a una justicia inmanente.

La función de cualquier castigo es hacer que el culpable sufra en el sentido


que la severidad del castigo debe estar relacionada con la gravedad del mal
comportamiento, lo que se conoce como castigo expiatorio.

Durante esta etapa, los niños consideran que las reglas son absolutas e
inmutables, es decir, «divinas». Creen que las reglas no se pueden cambiar
y que siempre han sido las mismas.

el comportamiento se juzga como «malo» en términos de las consecuencias


observables, independientemente de las intenciones o razones de motivaron
dicho comportamiento. Por lo tanto, una gran cantidad de daño accidental
se considera peor que una pequeña cantidad de daño deliberado.

La investigación sobre el desarrollo moral según Piaget


En un experimento, Piaget contó a un grupo de niños historias que
encarnaban un dilema moral y luego les pidió su opinión.  Dos ejemplos:
Ejemplo 1
Una vez una niña que se llamaba Marie, quería darle a su madre una
agradable sorpresa y regalarle un trozo de costura. Pero ella no sabía
cómo usar las tijeras correctamente y termino cortando un gran agujero en
su vestido.

Ejemplo 2
Una niña llamada Margaret fue y tomó las tijeras de su madre un día
cuando su madre no estaba. Ella jugó con ellas durante un tiempo.
Entonces, como no sabía cómo usarlas correctamente, accidentalmente
hizo un pequeño agujero en su vestido.

Luego de leer estas historias se le pregunta al niño: «¿Quién ha sido más


traviesa?»

Usualmente, los niños menores, aquellos que se encuentra en el estadio


preoperacional y en el operativo concreto, es decir, de los 6 a los 10 años de
edad, afirman que Marie es la niña más traviesa.

Aunque reconocen la distinción entre un acto bien intencionado que resulta


mal y un acto descuidado, desconsiderado o malicioso, tienden a juzgar la
malicia en términos de la gravedad de la consecuencia más que en términos
de motivos. Esto es lo que Piaget denomino realismo moral.

Concepción de la mentira y el castigo desde la moral heterónoma


Piaget también estaba interesado en lo que los niños entienden por una
mentira.

Descubrió que los niños más pequeños valoran la gravedad de una mentira
en términos del tamaño de su desviación de la realidad.

Por ejemplo, para el niño aquel que afirma que vio a un perro del tamaño
de un elefante sería juzgado como más mentiroso, que quien diga haber
visto un perro del tamaño de un caballo, aunque es menos probable que se
le crea al primero.

Con respecto al castigo, Piaget también descubrió que los niños en esta
etapa tenían una visión característica.

Para ellos la función del castigo es hacer sufrir al culpable. Piaget llamó a
este fenómeno como justicia retributiva, o castigo expiatorio, porque el
castigo se percibido como un acto de retribución o venganza.

Los niños en el periodo operativo concreto tienen una visión muy antigua
del castigo, similar a la del Antiguo Testamento, o sea «ojo por ojo».

El castigo es percibido como un elemento disuasorio contra la maldad y


cuanto más estricto es, más efectivo se imaginan que será.

Los niños también creen en lo que Piaget denominó justicia inmanente, o


sea que el castigo debería seguir automáticamente al mal comportamiento.

Por ejemplo, una de las historias que contó fue sobre dos niños que robaron
en un huerto de uno agricultores locales.

El granjero sorprendió a los niños e intentó atraparlos. Sin embargo, solo


uno fue capturado y el granjero le dio una paliza. Mientras que el otro, que
corrió más rápido, logro escapar.

Sin embargo, en el camino a casa, este niño tuvo que cruzar sobre la
corriente por un tronco muy resbaladizo. Este niño se cayó y se cortó la
pierna gravemente.

Ahora, cuando se les preguntaba a los niños en esta etapa, sobre por qué el
niño se hirió la pierna, no dicen «porque el tronco estaba resbaladizo«,
afirman al contrario, «porque le robó al granjero«.

En otras palabras, los niños interpretan la desgracia como si fuera algún


tipo de castigo de parte de Dios o por algún tipo de fuerza superior.
Estos niños consideran que la justicia está en la naturaleza de las cosas. Los
culpables en su opinión siempre son castigados a la larga y el mundo
natural es como un policía.

Piaget denomino la moralidad descrita anteriormente como moralidad


heterónoma. Esto significa una moralidad que se forma al estar sujeto a
las reglas de otra persona. Por supuesto, para los niños en esta edad, las
reglas son las que los adultos les imponen.

Por lo tanto, es una moral que proviene del respeto unilateral que le deben a
sus padres, maestros y otros figuras de autoridad.

Sin embargo, a medida que los niños crecen, las circunstancias de sus vidas
cambian, su actitud ante las cuestiones morales sufre un cambio radical.

Un ejemplo de esto es cómo responden a una pregunta sobre el mal


comportamiento de un miembro de su grupo de pares.

Los niños menores típicamente «cuentan» a los demás. Creen que su


principal obligación es decir la verdad a un adulto cuando se le pida que lo
haga.

Los niños mayores normalmente creen que su primera lealtad es con sus
amigos cercanos y no solo con sus compañeros en general.  Este sería un
ejemplo de la moral autónoma del niño.

Moralidad autónoma (10 años en adelante)


La etapa de la moralidad autónoma también se conocida como etapa
del relativismo moral, donde la moralidad basada en sus propias reglas.

Durante este periodo los niños comprenden que no existe el bien o el mal
absoluto y que la moralidad depende de las intenciones y no de las
consecuencias.
Piaget creía que alrededor de la edad de 9-10 años la comprensión de los
niños de los problemas morales sufre una reorganización fundamental.

Al iniciar la etapa de las operaciones formales y empezar a superar el


egocentrismo propio de la infancia media, van desarrollado la capacidad de
percibir las reglas morales desde el punto de vista de otras personas.

El niño puede descentralizarse para tener en cuenta las intenciones y las


circunstancias de otras personas, además realizar juicios morales más
independientes que en la etapa previa.

Como resultado, las ideas de los niños sobre la naturaleza de las reglas
mismas, sobre la responsabilidad moral, sobre el castigo y la justicia
cambian, por tanto, su forma de pensar se asemeja más a la de los adultos.

Los niños ahora entienden que las reglas no provienen de alguna fuente
mística «divina«. La gente crea reglas y las personas pueden cambiarlas; no
están inscritas en tablas de piedra.

Con respecto a las «reglas del juego«, los niños mayores reconocen que se
necesitan reglas para evitar peleas y garantizar el juego limpio.

De hecho, a veces incluso se fascinan con todo el asunto y, por ejemplo,


discuten las reglas de los juegos de mesa, tales como el ajedrez, el
monopolio, las cartas o el deporte, además de las reglas fuera de juego, con
todo el interés de un abogado.

También reconocen que las reglas se pueden cambiar si las circunstancias


lo dictan, por ejemplo, «Tienes un jugador menos, así que te daremos un
gol de ventaja, si todos están de acuerdo”.

Con respecto a los temas de culpa y responsabilidad moral, los niños


mayores no solo toman en cuenta las consecuencias sino que también
consideran los motivos.
Comienzan a darse cuenta que si se comportan de una manera que parece
estar equivocada, pero tienen buenas intenciones, no necesariamente serán
castigados. Por lo tanto, para ellos un acto bien intencionado que resultó
mal es menos culpable que un acto malicioso que no causó daño.

En el estudio de investigación anterior, los niños de 10 años y más suelen


considerar a Margaret como la niña más traviesa. Aunque Marie hizo un
agujero mucho más grande en su vestido, ella estaba motivada por el deseo
de complacer a su madre, mientras que Margaret pudo haber causado
menos daño, no actuó por intenciones nobles.

Todo esto demuestra, en opinión de Piaget, que los niños ahora pueden
apreciar la importancia de los hechos subjetivos y de la responsabilidad
interna.

Concepción de la mentira y el castigo desde la moral autónoma


Los puntos de vista de los niños sobre la mentira también cambian. La
gravedad de una mentira se juzga en términos de traición a la confianza.

Ahora reconocen que todas las mentiras no son iguales, por ejemplo,
puedes decir una «mentira piadosa» para proteger los sentimientos de
alguien.

También reconocen que si alguien dice algo que sabe que no es cierto, ello
no significa necesariamente que la otra persona esté mintiendo. Ya que
podría ser que cometieron un error o que se trate de una diferencia de
opinión.

En general, la mentira ahora se considera incorrecta no porque los adultos


la castiguen, según lo consideran los niños más pequeños, sino porque es
una traición a la confianza y socava la amistad y la cooperación.
Con respecto al castigo, el énfasis ahora pasa de la retribución a la
restitución, su propósito no es principalmente hacer sufrir a los culpables
sino arreglar las cosas de nuevo.

En otras palabras, el castigo debe estar dirigido a ayudar al infractor a


comprender el daño que ha causado, de modo que no esté motivado para
repetir la trasgresión y siempre que sea posible, el castigo debe coincidir
con el daño causado; por ejemplo, reparar un daño causado a un bien ajeno.

Los niños en este periodo también reconocen que la justicia en la vida real
es un sistema imperfecto.

A veces los culpables se salvan de pagar por sus trasgresiones y algunas


veces los inocentes sufren injustamente.

Para los niños más pequeños, el castigo colectivo se considera aceptable.


Por ejemplo, no estarían en desacuerdo con que toda una clase sea
castigada por el mal comportamiento de un solo niño.

Los niños mayores, sin embargo, consideran incorrecto castigar a los


inocentes por los malos actos de los culpables.

En general, Piaget describe la moralidad del niño mayor como


una moralidad autónoma, es decir, una moral sujeta a sus propios
términos.

El cambio se produce como resultado del desarrollo cognitivo general del


niño, en parte debido al declive del egocentrismo y a la creciente
importancia del grupo de pares.

El grupo de referencia para las creencias morales de los niños se centra


cada vez más en otros niños y las disputas entre iguales deben negociarse y
llegar a compromisos.

En lugar del respeto unilateral que los niños más pequeños deben a sus
padres, una actitud de respeto mutuo rige las relaciones entre pares.

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