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Filosofía de la animalidad Selección de textos (bête machine y alma animal) /1 Filosofía de la animalidad Selección de textos (bête machine y alma

de textos (bête machine y alma animal) /2

UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES huesos, éstos son como las maderas y el hierro del autómata, aquéllos como
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
DEPARTAMENTO DE FILOSOFIA las cuerdas; cuando éstos se sueltan y aflojan, los animales se mueven.
MATERIA OPTATIVA: FILOSOFIA DE LA ANIMALIDAD (PD) Así pues, en los autómatas y en los pequeños carros no hay alteración, ya
PROFESOR: Prof. Dra. Mónica B. Cragnolini
1er CUATRIMESTRE DE 2017 que si las ruedas interiores se hicieran más pequeñas o, por el contrario,
más grandes, se moverían igualmente en círculo; en cambio, en el animal el
mismo órgano puede ser mayor o menor y cambiar la forma, pues las partes
Ficha de cátedra se dilatan por calor y, al contrario, se contraen por frío y se alteran. También
se alteran las imágenes y las sensaciones y los pensamientos. En efecto, las
Selección de textos en torno al problema del alma animal y de la sensaciones en seguida resultan ser alteraciones, la imaginación y la

bête machine
ne. reflexión tienen la fuerza de las cosas, pues, en cierto modo, la idea pensada
del calor o del frío o del placer o de lo temible resulta ser tal como
precisamente es cada una de estas cosas, y por eso se tiene frío y miedo
solamente con pensarlo. Todo esto son impresiones y alteraciones. Pero de

Aristóteles las alteraciones en el cuerpo, unas son mayores y otras menores. El hecho
de que un pequeño cambio producido en un principio, provoque grandes y
numerosas modificaciones lejanas, es evidente: por ejemplo, un
pequeñísimo desplazamiento del timón provoca una gran variación de la
Los movimientos de los animales, 701 b, 1-23, en Partes de los animales. proa. Además, cuando, debido al calor o al frío o a alguna otra afección de
Marcha de los animales. Movimiento de los animales, trad. E. Jiménez este tipo, se produce una alteración que afecta al corazón y, en éste, a una
Sánchez-Escariche y A. Alonso Miguel, Madrid, Gredos, 2000, pp.309-310:
parte de tamaño imperceptible, causa una gran modificación del cuerpo con
enrojecimientos, palideces, escalofríos, temblores y con síntomas contrarios
“De la misma manera que los autómatas se mueven al producirse un
a éstos.”
pequeño impulso, soltándose las cuerdas tensadas y golpeándose unas a

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otras y al pequeño carro, que, cuando se le dirige, se le empuja en línea
recta y, por el contrario, se mueve en círculo por tener las ruedas desiguales
(pues la más pequeña se convierte como en un centro, lo mismo que en los
rodillos), así también se mueven los animales. En efecto, tienen órganos del
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mismo tipo, y por lo que respecta a la naturaleza de los nervios y a la de los Filosofía de la Animalidad
(Cragnolini)
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ninguna de las que dependen del pensamiento que son, por tanto, las únicas

Descartes que nos pertenecen en cuanto hombres; pero ésas las encontraba yo luego,
suponiendo que Dios creó un alma razonable y la añadió al cuerpo, de cierta
manera que yo describía. Pero para que pueda verse el modo como estaba
tratada esta materia, voy a poner aquí la explicación del movimiento del
Discurso del método, trad. M. García Morente, Madrid, Espasa Calpe, vs corazón y de las arterias que, siendo el primero y más general que se observa
edcs., V Parte, pp. 71 ss: en los animales, servirá para que se juzgue luego fácilmente lo que deba
pensarse de todos los demás. Y para que sea más fácil de comprender lo que
“De la descripción de los cuerpos inanimados y de las plantas pasé a la de voy a decir, desearía que los que no están versados en anatomía, se tomen
los animales, particularmente a la de los hombres. Mas no teniendo aún el trabajo, antes de leer esto, de mandar cortar en su presencia el corazón
bastante conocimiento para hablar de ellos con el mismo estilo que de los de algún animal grande, que tenga pulmones, pues en un todo se parece
demás seres, es decir, demostrando los efectos por las causas y haciendo bastante al del hombre, y que vean las dos cámaras o concavidades que hay
ver de qué semillas y en qué manera debe producirlos la naturaleza, me en él; primero, la que está en el lado derecho, a la que van a parar dos tubos
limité a suponer que Dios formó el cuerpo de un hombre enteramente igual muy anchos, a saber: la vena cava, que es el principal receptáculo de la
a uno de los nuestros, tanto en la figura exterior de sus miembros como en sangre y como el tronco del árbol, cuyas ramas son las demás venas del
la interior conformación de sus órganos, sin componerlo de otra materia que cuerpo, y la vena arteriosa, cuyo nombre está mal puesto, porque es, en
la que yo había descrito anteriormente y sin darle al principio alma alguna realidad, una arteria que sale del corazón y se divide luego en varias ramas
razonable, ni otra cosa que sirviera de alma vegetativa o sensitiva, sino que van a repartirse por los pulmones en todos los sentidos; segundo, la que
excitando en su corazón uno de esos fuegos sin luz, ya explicados por mí y está en el lado izquierdo, a la que van a parar del mismo modo dos tubos
que yo concebía de igual naturaleza que el que calienta el heno encerrado tan anchos o más que los anteriores, a saber: la arteria venosa, cuyo nombre
antes de estar seco o el que hace que los vinos nuevos hiervan cuando se está también mal puesto, porque no es sino una vena que viene de los
dejan fermentar con su hollejo; pues examinando las funciones que, a pulmones, en donde está dividida en varias ramas entremezcladas con las
consecuencia de ello, podía haber en ese cuerpo, hallaba que eran de la vena arteriosa y con las del conducto llamado caño del pulmón, por
exactamente las mismas que pueden realizarse en nosotros, sin que donde entra el aire de la respiración; y la gran arteria, que sale del corazón
pensemos en ellas y, por consiguiente, sin que contribuya en nada nuestra y distribuye sus ramas por todo el cuerpo.
alma, es decir, esa parte distinta del cuerpo, de la que se ha dicho (…) Por lo demás, para que los que no conocen la fuerza de las
anteriormente que su naturaleza es sólo pensar; y siendo esas funciones las demostraciones matemáticas y no tienen costumbre de distinguir las
mismas todas, puede decirse que los animales desprovistos de razón son razones verdaderas de las verosímiles, no se aventuren a negar esto que
semejantes a nosotros; pero en cambio no se puede encontrar en ese cuerpo digo, sin examinarlo, he de advertirles que el movimiento que acabo de

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explicar se sigue necesariamente de la sola disposición de los órganos que admirables que ninguna otra de las que puedan inventar los hombres. Y
están a la vista en el corazón y del calor que, con los dedos, puede sentirse aquí me extendí particularmente, haciendo ver que si hubiese máquinas
en esta víscera y de la naturaleza de la sangre que, por experiencia, puede tales que tuviesen los órganos y figura exterior de un mono o de otro
conocerse, como el movimiento de un reloj se sigue de la fuerza, de la cualquiera animal, desprovisto de razón, no habría medio alguno que nos
situación y de la figura de sus contrapesos y de sus ruedas (…) permitiera conocer que no son en todo de igual naturaleza que esos
Y, por último, lo que hay de más notable en todo esto, es la generación de animales; mientras que si las hubiera que semejasen a nuestros cuerpos e
los espíritus animales, que son como un sutilísimo viento, o más bien como imitasen nuestras acciones, cuanto fuere moralmente posible, siempre
una purísima y vivísima llama, la cual asciende de continuo muy abundante tendríamos dos medios muy ciertos para reconocer que no por eso son
desde el corazón al cerebro y se corre luego por los nervios a los músculos y hombres verdaderos; y es el primero, que nunca podrían hacer uso de
pone en movimiento todos los miembros; y para explicar cómo las partes de palabras ni otros signos, componiéndolos, como hacemos nosotros, para
la sangre más agitadas y penetrantes van hacia el cerebro, más bien que a declarar nuestros pensamientos a los demás, pues si bien se puede concebir
otro lugar cualquiera, no es necesario imaginar otra causa sino que las que una máquina esté de tal modo hecha, que profiera palabras, y hasta
arterias que las conducen son las que salen del corazón en línea más recta, que las profiera a propósito de acciones corporales que causen alguna
y, según las reglas mecánicas, que son las mismas que las de la naturaleza, alteración en sus órganos, como, verbi gratia, si se la toca en una parte, que
cuando varias cosas tienden juntas a moverse hacia un mismo lado, sin que pregunte lo que se quiere decirle, y si en otra, que grite que se le hace daño,
haya espacio bastante para recibirlas todas, como ocurre a las partes de la y otras cosas por el mismo estilo, sin embargo, no se concibe que ordene en
sangre que salen de la concavidad izquierda del corazón y tienden todas varios modos las palabras para contestar al sentido de todo lo que en su
hacia el cerebro, las más fuertes deben dar de lado a las más endebles y presencia se diga, como pueden hacerlo aun los más estúpidos de entre los
menos agitadas y, por lo tanto, ser las únicas que lleguen. hombres; y es el segundo que, aun cuando hicieran varias cosas tan bien y
acaso mejor que ninguno de nosotros, no dejarían de fallar en otras, por
donde se descubriría que no obran por conocimiento, sino sólo por la
(…) en tantos varios modos cuantos movimientos puede hacer nuestro disposición de sus órganos, pues mientras que la razón es un instrumento
cuerpo sin que la voluntad los guíe , lo cual no parecerá de ninguna manera universal, que puede servir en todas las coyunturas, esos órganos, en
extraño a los que, sabiendo cuántos autómatas o máquinas semovientes cambio, necesitan una particular disposición para cada acción particular;
puede construir la industria humana, sin emplear sino poquísimas piezas, por donde sucede que es moralmente imposible que haya tantas y tan varias
en comparación de la gran muchedumbre de huesos, músculos, nervios, disposiciones en una máquina, que puedan hacerla obrar en todas las
arterias, venas y demás partes que hay en el cuerpo de un animal, ocurrencias de la vida de la manera como la razón nos hace obrar a nosotros.
consideren este cuerpo como una máquina que, por ser hecha de manos de Ahora bien: por esos dos medios puede conocerse también la diferencia que
Dios, está incomparablemente mejor ordenada y posee movimientos más hay entre los hombres y los brutos, pues es cosa muy de notar que no hay

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hombre, por estúpido y embobado que esté, sin exceptuar los locos, que no tendrían más que ninguno de nosotros y harían mejor que nosotros todas
sea capaz de arreglar un conjunto de varias palabras y componer un las demás cosas, sino más bien prueba que no tienen ninguno y que es la
discurso que dé a entender sus pensamientos; y, por el contrario, no hay naturaleza la que en ellos obra, por la disposición de sus órganos, como
animal, por perfecto y felizmente dotado que sea, que pueda hacer otro vemos que un reloj, compuesto sólo de ruedas y resortes, puede contar las
tanto. Lo cual no sucede porque a los animales les falten órganos, pues horas y medir el tiempo más exactamente que nosotros con toda nuestra
vemos que las urracas y los loros pueden proferir, como nosotros, palabras, prudencia. Después de todo esto, había yo descrito el alma razonable y
y, sin embargo, no pueden, como nosotros, hablar, es decir, dar fe de que mostrado que en manera alguna puede seguirse de la potencia de la materia,
piensan lo que dicen; en cambio los hombres que, habiendo nacido sordos como las otras cosas de que he hablado, sino que ha de ser expresamente
y mudos, están privados de los órganos, que a los otros sirven para hablar, creada; y no basta que esté alojada en el cuerpo humano, como un piloto en
suelen inventar por sí mismos unos signos, por donde se declaran a los que, su navío, a no ser acaso para mover sus miembros, sino que es necesario
viviendo con ellos, han conseguido aprender su lengua. Y esto no sólo que esté junta y unida al cuerpo más estrechamente, para tener
prueba que las bestias tienen menos razón que los hombres, sino que no sentimientos y apetitos semejantes a los nuestros y componer así un
tienen ninguna; pues ya se ve que basta muy poca para saber hablar; y hombre verdadero. Por lo demás, me he extendido aquí un tanto sobre el
supuesto que se advierten desigualdades entre los animales de una misma tema del alma, porque es de los más importantes; que, después del error de
especie, como entre los hombres, siendo unos más fáciles de adiestrar que los que niegan a Dios, error que pienso haber refutado bastantemente en lo
otros, no es de creer que un mono o un loro, que fuese de los más perfectos que precede, no hay nada que más aparte a los espíritus endebles del recto
en su especie, no igualara a un niño de los más estúpidos, o, por lo menos, camino de la virtud, que el imaginar que el alma de los animales es de la
a un niño cuyo cerebro estuviera turbado, si no fuera que su alma es de misma naturaleza que la nuestra, y que, por consiguiente, nada hemos de
naturaleza totalmente diferente de la nuestra. Y no deben confundirse las temer ni esperar tras esta vida, como nada temen ni esperan las moscas y
palabras con los movimientos naturales que delatan las pasiones, los cuales las hormigas; mientras que si sabemos cuán diferentes somos de los
pueden ser imitados por las máquinas tan bien como por los animales, ni animales, entenderemos mucho mejor las razones que prueban que nuestra
debe pensarse, como pensaron algunos antiguos, que las bestias hablan, alma es de naturaleza enteramente independiente del cuerpo, y, por
aunque nosotros no comprendemos su lengua; pues si eso fuera verdad, consiguiente, que no está atenida a morir con él; y puesto que no vemos
puesto que poseen varios órganos parecidos a los nuestros, podrían darse a otras causas que la destruyan, nos inclinaremos naturalmente a juzgar que
entender de nosotros como de sus semejantes. Es también muy notable cosa es inmortal.”
que, aun cuando hay varios animales que demuestran más industria que
nosotros en algunas de sus acciones, sin embargo, vemos que esos mismos Las pasiones del alma, Estudio preliminar y notas de J. A. Martínez
no demuestran ninguna en muchas otras; de suerte que eso que hacen Martínez, trad. de J. A. Martínez Martínez y P. Andrade Boue, Madrid,
mejor que nosotros no prueba que tengan ingenio, pues, en ese caso, Tecnos, 1997, pp 61-67:

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abrir los ojos para examinar la opinión de Harvey respecto a la circulación


de la sangre, no dudan de que todas las venas y las arterias del cuerpo son
ARTÍCULO VI Qué diferencia hay entre un cuerpo vivo y un cuerpo muerto
como arroyos por donde la sangre fluye sin cesar muy rápidamente,
iniciando su curso en la cavidad derecha del corazón por la vena arterial,
Con el fin, pues, de que evitemos ese error, consideremos que la muerte no
cuyas ramas se esparcen por todo el pulmón, y unidas a la de la arteria
llega nunca por la falta del alma, sino solamente porque alguna de las partes
venosa, por la cual pasa del pulmón al lado izquierdo del corazón; después,
principales del cuerpo se corrompe; y juzguemos que el cuerpo de un
de ahí va a la gran arteria, cuyas ramas, esparcidas por todo el resto del
hombre vivo difiere tanto del de un hombre 1 muerto corno difiere un reloj,
cuerpo, se juntan con las ramas de la vena que llevan nuevamente la misma
u otro autómata (es decir, otra máquina que se mueve por sí misma), cuando
sangre a la cavidad derecha del corazón: de suerte que estas dos cavidades
está montado y tiene en sí el principio corporal de los movimientos para los
son como dos esclusas por las que pasa toda la sangre a cada vuelta que da
que está constituido, con todo lo que se requiere para su acción, del mismo
por el cuerpo. Además, se sabe que todos los movimientos de los miembros
reloj, u otra máquina, cuando está rota y el principio de su movimiento deja
dependen de los músculos; y que estos músculos se oponen unos a otros de
de actuar.
tal suerte que, cuando uno de ellos se contrae, tira hacia él la parte del
cuerpo a la que está sujeto, lo que hace que al mismo tiempo se alargue el
ARTÍCULO VII Breve explicación de las partes del cuerpo y de algunas de sus
músculo que se le opone. Después, si sucede en otro momento que este
funciones
último se contraiga, hace que el primero se estire y tira hacia él la parte a la
Para hacer esto más inteligible, explicaré aquí en pocas palabras cómo está
que están sujetos. Por último, se sabe que todos estos movimientos de los
compuesta la máquina de nuestro cuerpo. Nadie desconoce ya que tenemos
músculos, como también todos los sentidos, dependen de los nervios, que
un corazón, un cerebro, un estómago, músculos, nervios, arterias, venas y
son como pequeños filamentos, o como pequeños tubos que vienen del
cosas semejantes. Se sabe también que los alimentos que comemos
cerebro, y contienen, como él, un cierto aire o viento muy sutil, que se llama
descienden al estómago y los intestinos, desde donde su jugo, fluyendo a
los espíritus animales
través del hígado y todas las venas, se mezcla con la sangre que contienen,
y por este medio aumenta su cantidad. Aquellos que han oído hablar, por
Oeuvres Philosphiques. Textes établis, présentés et annotés par F. Alquié,
poco que sea, de medicina, saben, además, cómo está compuesto el corazón,
Paris, Garnier, 3 vol., 1973-1983 (en adelante, OPh):
y cómo toda la sangre de las venas puede fluir fácilmente por la vena cava
en su lado derecho, y de ahí pasar al pulmón por el vaso que se llama la Carta a Morus, 5 de febrero de 1649; “Yo hablo del pensamiento, no de la
vena arterial, después volver del pulmón al lado izquierdo del corazón por el vida o del sentimiento, porque no le sustraigo la vida a ningún animal, sino
vaso llamado la arteria venosa, y finalmente pasar de ahí a la gran arteria, que la hagp constituir solamente en el calor del corazón. Tampoco rechazo
cuyas ramas se extienden por todo el cuerpo. Incluso to dos aquellos a los el sentimiento, en la medida en que éste depende de los órganos del
que la autoridad de los antiguos no ha cegado enteramente y han querido corazón.” (OPh, t III, p. 887)

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Principios de filosofía, § 203: “Yo no reconozco ninguna diferencia entre las


Nicolas Poisson
máquinas que hacen los artesanos y los diversos cuerpos que la sola
naturaleza compone, salvo que el efecto de las máquinas depende de los
agenciamientos de ciertos tubos o resortes, o de otros instrumentos que,
antes de tener alguna proporción con las manos de los que los hacen, son
siempre tan grandes que sus figuras y movimientos se pueden ver, a Commentaire ou remarques sur la Méthode de Mr.Descartes, où on établit
plusieurs principes generaux necessaires pour entendre toutes ses oeuvres,
diferencia de los tubos y resortes que causan los mismos efectos de los
Paris, Vendosme Thiboust & Esclassan, 1671:
cuerpos naturales. que son ordinariamente muy pequeños para ser
percibidos por nuestros sentidos” (OPh , t III, p. 520)
“Dios no puede, sin violar las leyes de la justicia, producir una criatura
sujeta al dolor y capaz de sufrir que no lo haya merecido

Carta a Morus, 15 de abril de 1649. “En cuanto a los signos que hacen los Los animales que tienen alma, están sujetos al dolor y son capaces de

perros con sus colas, son solamente movimientos que acompañan las sufrir sin haberlo merecido

afecciones, y creo que es necesario distinguirlos cuidadosamente de la Por lo tanto dios no ha podido querer, sin violar las leyes de la justicia,

palabra, que es la única que es un signo cierto del pensamiento que está crear un animal con alma.”

oculto en el cuerpo” (OPh, T III)

Carta a Morus, febrero de 1649: “El más grande de todos los prejuicios de
nuestra infancia es el de creer que los animales piensan” (Oph, t III, p. 884)
“Es más probable considerar que se mueven como máquinas las lombrices, Michel de Montaigne
los mosquitos, las orugas y el resto de los animales, que darles un alma
inmortal” (ibídem, p. 885)
“Apología de Raymundo Sabunde”, en Ensayos, LIBRO II, Edición digital
basada en la de París, Casa Editorial Garnier Hermanos, [s.a.], disponible
en http://www.cervantesvirtual.com

“La presunción es nuestra enfermedad natural y original. La más


frágil y calamitosa de todas las criaturas es el hombre, y a la vez la más
orgullosa: el hombre se siente y se ve colocado aquí bajo, entre el fango
y la escoria del mundo, amarrado y clavado a la leer parte del universo,

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en la última estancia de la vivienda, el más alejado de la bóveda celeste, Thales. Y puesto que según los cosmógrafos hay naciones que reciben
en compañía de los animales de la peor condición de todas, por bajo de un perro como rey, preciso es que las mismas encuentren algún sentido
los que vuelan en el aire o nadan en las aguas, y sin embargo se sitúa claro en la voz y movimientos del perro. Preciso es también advertir la
imaginariamente por cima del círculo de la luna, suponiendo el cielo correspondencia que existe entre el hombre y los animales: algo
bajo sus plantas. Por la vanidad misma de tal presunción quiere conocemos los sentidos de los mismos; sobre poco más o menos el
igualarse a Dios y atribuirse cualidades divinas que elige él mismo; se mismo conocimiento que los animales tienen de nosotros, y así vemos
separa de la multitud de las otras criaturas, aplica las prendas que le que nos acarician, nos amenazan o solicitan algo de nosotros, lo mismo
acomodan a los demás animales, sus compañeros, y distribuye entre exactamente que nosotros de ellos. Por lo demás, advertirnos con toda
ellos las fuerzas y facultades que tiene a bien ¿Cómo puede conocer por evidencia que entre ellos existe una comunicación entera y plena, que se
el esfuerzo de su inteligencia los movimientos secretos e internos de los comprenden, y no ya sólo los de una misma especie, sino también los de
animales? - ¿De qué razonamiento se sirve para asegurarse de la pura y especies distintas:
sola animalidad que les atribuye? Cuando yo me burlo de mi gata,
Et mutae pecudes, et denique secla ferarum
¿quién sabe si mi gata se burla de mí más que yo de ella? Nos distraemos
con monerías recíprocas; y si yo tengo mi momento de comenzar o de dissimiles suerunt voces variasque ciere,
dejar el juego, también ella tiene los suyos. Platón, en su pintura de la quum metus aut dolor est, aut quum jam gaudia gliscunt. 1
edad de oro bajo Saturno, incluye entre los principales privilegios del
hombre de aquella época la comunicación que él mismo tenía con los
animales, de los cuales recibía instrucción y conocía las cualidades y En cierto ladrido del perro conoce el caballo que el primero está
diferencias de cada uno; por donde adquiría una prudencia e dominado por la cólera, mientras que no le -390- asustan otras
inteligencia perfectas y gobernaba su vida mucho mejor que nosotros modulaciones de su voz. En los animales que se hallan privados de esa
pudiéramos hacerlo; ¿precisa encontrar otra prueba de la insensatez facultad, por la comunicación e inteligencia que entre ellos existen,
humana al juzgar a los animales? Ese profundo autor creo que en la podemos juzgar fácilmente que se entienden, valiéndose para ello de
forma corporal de que los dotó la naturaleza, ésta sólo atendió al uso de movimientos, que son otras tantas como razones y discursos:
los pronósticos que de ellos se deducían en su tiempo. Tal defecto, que
Non alia longe ratione, atque ipsa videtur
impide nuestra comunicación recíproca, puede depender tanto de
nosotros como de los seres que considerarnos como inferiores. Está por protrahere ad gestum pueros infantia linguae. 2
dilucidar de quién es la culpa de que no nos entendamos, pues si
nosotros no penetramos las ideas de los animales, tampoco ellos
penetran las nuestras, por lo cual pueden considerarnos tan irracionales
como nosotros los consideramos a ellos. Y no es maravilla el que no los
comprendamos, pues nos ocurre otro tanto, por ejemplo, con los vascos 1
Los animales domésticos, lo mismo que las fieras, producen sonidos diversos según obran en ellos el temor,
y los trogloditas. Algunos, sin embargo, se vanagloriaron de el dolor o la alegría. LUCRECIO, V, 1058. (N. del T.)
2
Así, la imposibilidad de hacerse entender por medio del balbuceo obliga a las criaturas a recurrir a los gestas.
comprenderlos, entre otros, Apolonio de Tyano, Melampo, Tiresias y LUCRECIO, V, 1020. (N. del T.)

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¿Y por qué no creerlo así? De la propia suerte que los mudos atendemos a la peculiar calidad del mismo, fácil nos será considerarlo
disputan, argumentan y refieren historias por signos; yo he visto como más próximo que el articulado de la humana naturaleza. Y no
algunos tan habituados y diestros que nada les faltaba para exteriorizar hablo ya de lo que la necesidad enseña inopinadamente a los que de ello
todas sus ideas. Los enamorados regañan, se reconcilian, se dirigen han menester echar mano: de los alfabetos que se hacen con los dedos,
ruegos, se dan las gracias y se comunican con los ojos todas las cosas de las gramáticas cuyos preceptos consisten en la disposición del gesto,
ni de las artes que con ellos se ejercen y practican, ni de las naciones que
según Plinio no conocen otro lenguaje un embajador de la ciudad de
E'l silenzio ancor suole Abdera, después de haber hablado largo tiempo a Agis, rey de Esparta,
aver prieghi e parole. 3 le dijo: «¿Señor, qué respuesta quieres que lleve a mis conciudadanos? -
Les dirás, contestó el soberano, que te dejé decir cuanto quisiste y tanto
¿Pues y con las manos, cuántas ideas no se expresan? Requerimos, como quisiste, sin que yo pronunciara una sola palabra.» He aquí un
prometemos, llamamos, despedimos, amenazamos, rogamos, callar que habla de un modo bien inteligible.
suplicamos, negamos, rechazamos, interrogamos, admiramos,
nombramos, confesamos, nos arrepentimos, tememos, nos Por lo demás, ¿qué facultades reconocemos en nosotros que no
avergonzamos, dudamos, damos instrucciones, mandamos, incitamos, veamos bien patentes en las operaciones que los animales practican?
animamos, juramos, testimoniamos, acusamos, condenamos, ¿Hay organización más perfecta ni más metódica, ni en que presida
absolvemos, injuriamos, desdeñamos, desafiamos, nos despechamos, mayor orden en los cargos y oficios que la de las abejas? La
alabamos, aplaudimos, bendecimos, humillamos al prójimo, nos ordenadísima disposición de los actos y labores que las abejas practican,
burlamos, nos reconciliamos, recomendamos, exaltamos, festejamos, ¿podemos admitirla ni imaginarla sin suponerlas dotadas de razón y
damos muestras de contento, compartimos el dolor de otro, nos discernimiento?
entristecemos, damos muestras de abatimiento, nos desesperamos, nos
admiramos, exclamamos, nos callamos; ¿y de qué dejamos de dar
His quidam signis atque haec exempla sequuti,
muestras con el solo auxilio de las manos, con variedad que nada tiene
que envidiar a las modulaciones más delicadas de la voz? Con la cabeza esse apibus partem divinae mentis, et haustus
invitamos, aprobamos, desaprobamos, desmentimos damos la
aethereos, dixere. 4
bienvenida a alguno, honramos, veneramos: despreciamos, solicitamos,
nos lamentamos, acariciamos, hacemos reproches, nos sometemos,
desafiamos, exhortamos, amenazamos, aseguramos, inquirimos. Las golondrinas, que cuando vuelve la primavera vemos registrar los
Igualmente exteriorizamos lo más recóndito de nuestro ser con las cejas rincones todos de nuestras casas, ¿buscan sin discernimiento y eligen sin
y con los hombros. No hay en nosotros movimiento que no hable, ya un deliberación entre mil lugares aquel que encuentran más cómodo? ¿Y en
lenguaje inteligible y sin disciplina, ya un lenguaje público; y si la admirable contextura de sus construcciones, los pájaros no pueden
3 4
El silencio mismo tiene también su lenguaje; sabe rogar y hacerse entender. Aminta de TASO, acto II, coro, Admirados de estas maravillas, los sabios creyeron que había en las abejas una partícula de la divina
v. 34. (N. del T.) inteligencia. VIRGILIO, Geórg., IV, 210. (N. del T.)

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adoptar ya la forma cuadrada, ya la redonda, bien en forma de ángulo (…)En cuanto al hablar, puede decirse que si no nos es natural,
obtuso o recto, sin conocer las condiciones y efectos de cada una de estas tampoco nos es necesario. De todas suertes entiendo que un niño a quien
formas? ¿Se sirven las aves unas veces del agua y otras de la arcilla, sin se hubiera dejado en plena soledad, apartado de todo comercio humano,
saber que la dureza de los cuerpos se reblandece con la humedad? que sería un ensayo difícil de practicar, encontraría alguna manera de
¿Tapizan de musgo sus viviendas o de plumón, sin considerar que los palabra para expresar sus concepciones: no es creíble que la naturaleza
tiernecillos miembros de sus pequeñuelos encontrarán así mayor nos haya negado ese medio con que dotó a muchos otros animales:
blandura y comodidad? ¿Se resguardan del viento y de la lluvia y ¿pues qué otra cosa es sino hablar esa facultad que en ellos vemos de
colocan sus nidos al oriente sin conocer as diferencias de aquéllos ni quejarse o mostrar contento, llaman se unos en ayuda de otros o
considerar que los unos les son más favorables que los otros? ¿Por qué invitarse al amor, todo lo cual ejecutan por medio de su voz? ¿Cómo no
la araña espesa su tela en un lugar y en otro la elabora menos fuerte, han de hablar entre ellos? Nos hablan a nosotros y también nosotros les
sirviéndose ya de la más recia, ya de la más débil, si sus movimientos no hablamos; ¿de cuántos modos no conversarnos con los perros y éstos
son reflexivos y deliberados? nos entienden y nos contestan? De distinto lenguaje nos servimos con
los pájaros, con los cerdos, con los bueyes, con los caballos, y cambiamos
De sobra reconocemos en la mayor parte de sus obras multitud de
de idioma según la especie:
excelencias en los animales de que nosotros carecemos, y cuán débil es
toda nuestra habilidad para imitarlos. En nuestras obras, que son menos
delicadas, reconocemos las facultades que nos es preciso emplear, el
Cosi per entro loro schiera bruna
esfuerzo de nuestra alma para la realización de las mismas; -¿por qué de
los animales no pensamos lo mismo? ¿por qué atribuimos a no sé qué s'ammusa l'una con l'altra formica,
inclinación natural y baja las obras que sobrepasan lo que nosotros forse a spiar lor via e lor fortuna. 5
somos incapaces de realizar, ni por naturaleza ni por arte? Con ello, sin
advertirlo, les achacamos ventajas inmensas sobre nosotros, puesto que
la naturaleza, por virtud de una dulzura maternal, como por la mano, Entiende que Lactancio atribuye a los animales no sólo la facultad de
los acompaña y los guía a la práctica de todos los actos y comodidades hablar, sino también la de reír; y la diferencia de lenguaje que se ve entre
de su vida, al par que a nosotros nos abandona al azar y a la fortuna, y nosotros, según las localidades, encuéntrase también en los animales de
nos obliga a mendigar por arte todo aquello que necesitamos para la misma espacie. Aristóteles alega a este propósito el canto diverso de
nuestra conservación, y nos rechaza siempre los medios de alcanzar, ni las perdices según la región que habitan
siquiera por la más violenta contención de espíritu, a la natural
habilidad de los animales, de suerte que la brutal estupidez de éstos
sobrepasa en comodidades de todo género cuanto nuestra divina Variaeque volucres...
inteligencia alcanza; atendido lo cual, tendríamos razón llamando a la
naturaleza madrastra cruel o injustísima; pero nos equivocaríamos, pues
nuestra manera de ser no es tan desordenada ni deforme. 5
Así, en el obscuro enjambre de un hormiguero se ven algunas que parecen abordarse y hablarse quizás para
espiar los designios y fortuna recíprocas. DANTE, Purg., c. XXVI, v. 34. (N. del T.)

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Longe alias alio jaciunt in tempore voces... acontece que el hombre solo es entre todos los animales el único que
goza de esa libertad de imaginación y de ese desorden de pensamientos
Et partim mutant cum tempestatibus una
que le representan a un tiempo mismo lo que es y lo que no es, lo
raucisonos cantus. 6 verdadero como lo falso, superioridad es ésta que paga bien cara y de la
cual tiene bien poco por qué glorificarse ni enaltecerse, pues de ella nace
la fuente principal de los males que lo agobian: el pecado, la
(…)Todo lo precedente tiene por objeto mantener la semejanza que enfermedad, la irresolución, el desorden, la desesperación. Digo, pues,
existe entre las cosas humanas y las que a los animales son peculiares. para volver a mi propósito, que no hay razón alguna para suponer que
El hombre no está ni por cima ni por bajo de los otros seres. Todo cuanto los animales ejecutan por fuerza o inclinación natural las acciones
bajo el firmamento existe, dice el sabio, vive sujeto a ley y fortuna mismas que nosotros realizamos por discernimiento e industria, y que
parecidas: debemos concluir que parecidos efectos suponen facultades análogas, y
acciones más complicadas, más ricas facultades, y reconocer, en suma,
Indupedita suis fatalibus omnia vinclis 7: que el mismo discernimiento e idéntico discurso de los que nos
acompañan en nuestros actos, acompaña igualmente a los animales, o
acaso algunas otras facultades superiores a las nuestras. ¿Por qué
hay alguna diferencia, hay órdenes y gradaciones mas siempre bajo imaginamos en los demás seres esa obligación natural y fatal, nosotros
la apariencia de una misma naturaleza que no experimentamos ningún efecto semejante? Además, es mucho
más digno el ser encaminado a obrar ordenadamente por natural e
inevitable constitución, y acerca más a la divinidad, que el obrar
Res... quaeque suo ritu procedit; et omnes ordenadamente por virtud de una libertad temeraria y fortuita, y
foedere naturae certo discrimina servant. 8 también un medio más seguro de obrar bien encomendar a manos de la
naturaleza las riendas de nuestra conducta que si nosotros las
Preciso es limitar al hombre y colocarle dentro de las barreras de este manejáramos. Hace nuestra vanidosa presunción que estimemos mejor
orden natural. El hombre, sin embargo, no encuentra inconveniente en deber a nuestras fuerzas que a la liberalidad divina nuestro valer y
traspasarlas, estando como está sujeto y dominado por idéntica suficiencia; enriquecemos a los otros animales con los bienes naturales y
obligación que las demás criaturas de su misma naturaleza y de su nosotros renunciamos a ellos para honrarnos y ennoblecernos con las
mismo orden, y siendo como es de condición mediocre, sin prerrogativa facultades adquiridas; enorme simpleza, a mi entender, pues yo tendría
alguna ni excelencia verdadera ni esencial; la que se apropia por en mucho más las gracias que me pertenecieran por entero, las ingenuas,
reflexión o capricho, carece en absoluto de fundamento. Si, en efecto, que las que se mendigan por medio del aprendizaje; ni reside en nuestro
poder tampoco alcanzar una recomendación más alta que la de ser
6
Los pájaros mudan de canto según el estado del tiempo... Algunos hay a quienes una estación nueva inspira
nuevos acentos. LUCRECIO, V, 1077, 1080, 1082, 1083. (N. del T.) favorecidos por Dios y por la naturaleza.
7
Todo está encadenado por los lazos del destino. LUCRECIO, V, 874. (N. del T.)
8
Todos los seres tienen su carácter peculiar; todos guardan las diferencias que las leyes de la naturaleza
establecieron entre ellos. LUCRECIO, V, 921. (N. del T.)

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(…)Los animales tienen algo de más generoso que los hombres, pues por éste ni por el otro, preciso es que haya tomado el de más allá.»
jamás ningún león se puso al servicio de otro león, ni ningún caballo al Asegurándose el can, sigue diciendo el filósofo, en la conclusión a que
servicio de otro caballo, por miseria de ánimo. su argumento le lleva, ya no se sirve de su olfato para examinar el tercer
camino, ni para nada lo sondea, sino que se deja llevar por la fuerza de
(…)¿Por qué aseguramos que sólo el hombre dispone de
su razón. -400- Ese rasgo, puramente dialéctico, ese uso de proposiciones
conocimiento y de ciencia, que se sirve de uno y otro para discernir de
divididas y conjuntas, en que no se echa de menos la enumeración
las cosas que le son útiles o dañosas para la conservación de su salud o
suficiente de las partes, ¿no vale tanto que el perro lo conozca por sí
para la curación de sus enfermedades, y que sólo a la especie humana es
mismo como por la doctrina del sabio Trebizonda 9?
dado conocer las virtudes del ruibarbo o del polipodio? Cuando vemos
que las cabras de Candia, después de haber recibido alguna herida, Sin embargo, los animales tampoco son incapaces de recibir la
eligen entre mil y mil hierbas el fresnillo para su curación; cuando la instrucción humana; enseñamos a hablar a los mirlos, cuervos y loritos.
tortuga se come la víbora, busca al punto el orégano para purgarse; al
(…)Mayor fuerza de raciocinio supone dar instrucción a otro que
dragón limpiarse y aclararse los ojos con el hinojo; a la cigüeña echarse
recibiría; de suerte que, dejando a un lado lo que Demócrito asegura y
lavativas con agua de la playa; a los elefantes, no sólo arrancarse las
prueba de que la mayor parte de las artes las hemos recibido de los
flechas de su propio cuerpo y extraerlas del de sus compañeros, sino
animales, como por ejemplo: el tejer y el coser, de la araña; el edificar, de
también de sus amos, de lo cual da testimonio el del rey Poro, a quien
la golondrina; la música, del cisne y del ruiseñor, y de la imitación de
venció Alejandro. Los dardos y venablos que recibieran en el combate
otros animales aprendimos la medicina, Aristóteles afirma que los
se los quitan con destreza tal, que nosotros no acertaríamos a hacerlo
ruiseñores enseñan el canto a sus pequeñuelos, empleando para ello
con igual suavidad. ¿Por qué, pues, no decir igualmente que tales artes
tiempo y desvelos, por donde se explica que los que nosotros
son hijas también de ciencia y discernimiento? Alegar, para deprimirlas,
enjaulamos pierden mucho en la gracia de su canto, porque no
que obedecen sólo a maestría natural, no es despojarlas de aquellos
aprendieron con sus padres. De aquí podemos deducir que esos
dictados, es, por el contrario, dotar a los animales de mayor suma de
pajarillos realzan su habilidad con el estudio y la disciplina, y aun entre
razón que la que nosotros tenemos, puesto que, sin aprendizaje,
los que vuelan en libertad no hay dos cuyo canto sea idéntico: cada uno
disponen de tan singular destreza. El filósofo Crisipo, que no favorecía
aprovechó la lección conforme a su capacidad.
mucho las cualidades de inteligencia de los animales, menos que ningún
otro filósofo, considerando los movimientos del perro que ha perdido a (…)La manera de nacer, engendrar, amamantar, obrar, vivir y morir
su amo o persigue cualquier presa, y se encuentra en una encrucijada a de los animales es análoga a la humana; cuantas ventajas atribuimos a
la cual concurren tres caminos diferentes, y al ver que el animal olfatea nuestra condición en menoscabo de la suya son gratuitas; la razón del
un camino y luego otro, y después de haberse asegurado de ambos sin hombre es incapaz de advertir esa superioridad. Para la conservación de
encontrar las huellas que busca, se lanza por el tercero sin titubear, no nuestra salud, los médicos nos proponen como ejemplo el vivir a la
puede menos de confesar que ese perro raciocina del modo siguiente: manera de las bestias; la siguiente receta se oye en boca del pueblo
«He seguido la huella de mi amo hasta esta encrucijada, necesariamente
ha debido partir después por uno de estos tres caminos, y como no pasó
9
Erudito griego que vivió en el siglo XV. (N. del T.)

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constantemente: «Mantened calientes los pies y la cabeza; en todo lo grandes ladridos, lleno de rabia, y por este primer indicio preparó la
demás vivid como los irracionales.» venganza de la muerte, que la justicia se encargó de castigar.
(…)Cuanto a la amistad, los animales la practican sin ningún género de (…)En punto a la confederación y unión 11que mantienen entre sí para
duda más constante y más viva que los hombres. Hircano, el perro del socorrerse y auxiliarse, vense bueyes, cerdos y otras especies que al grito
rey Lisímaco, no quiso abandonar el lecho de su amo cuando éste murió, del ofendido toda la cuadrilla acude en su ayuda y se une para
ni tampoco comer ni beber, y el día que quemaron el cuerpo se arrojó al defenderle; cuando el escarro traga el anzuelo del pescador, sus
fuego y se abrasó. Parecida acción ejecutó también el perro de un compañeros se reúnen en gran número alrededor de él, y roen y parten
individuo llamado Pirro, que no quiso moverse del lecho de su dueño la caña; si ocurre que alguno cae en la red, los otros le presentan la cola
desde el instante en que murió, y cuando se llevaron el cadáver se dejó por fuera, el prisionero la estrecha cuanto puede y así le arrastran hacia
conducir con él, lanzándose también en la hoguera donde el cuerpo de fuera a dentelladas hasta que consiguen librarle.
su amo fue quemado.
(…)Para llevar todavía un poco más lejos la correspondencia y
(…)Por lo que respecta a la guerra, que es la más aparatosa de todas semejanza que existe entre nuestras acciones y las de los animales, diré
las acciones humanas, quisiera yo saber si con nuestra preponderancia que como el hombre, poseen el privilegio, de que nuestra alma se
en ella aspiramos a ganar alguna prerrogativa, o, si por el contrario, glorifica, de acomodar a su condición cuanto concibe, despojando de
pretendemos testimoniar nuestra debilidad e imperfección, pues que la cualidades mortales y corpóreas cuanto a ella llega; el de ordenar las
ciencia que tiene por misión el destruirnos y acabarnos, arruinar cosas que estima dignas de unirse al espíritu, desligándolas de sus
aniquilar nuestra propia especie, no tiene por qué ser deseada de los cualidades corruptibles y dejarlas aparte como cosa superflua y
animales, quienes la desconocen 10: material, tales como espesor, longitud, profundidad, peso, color, olor,
dureza, suavidad, blandura y todos los accidentes sensibles, para
(…)En punto a fidelidad todos los animales aventajan al hombre.
acomodarlos a su condición espiritual e inmortal. Así, por ejemplo, las
Ninguno hay que le supere en malas artes. Nuestros cronistas hablan
ciudades de Roma y París, que mi alma se representa tales cuales son,
del encarnizamiento con que algunos perros vengaron la muerte de sus
puede concebirlas sin magnitud ni lugar, sin piedras, yeso ni madera: de
amos. El rey Pirro encontró un perro que custodiaba el cadáver de un
idéntica facultad parece que los animales gozan, pues un caballo
hombre, y habiéndole dicho que el animal llevaba tres días sin moverse
acostumbrado al sonido de las trompetas, a oír el disparo de los
de aquel lugar, mandó que dieran sepultura al muerto y se llevó el perro
arcabuces y el cheque de las armas en los combates, a quien vemos
consigo. Un día que el monarca asistía a las maniobras de su ejército, el
agitarse y temblar estando dormido, extendido sobre su lecho, cual si
animal vio a los matadores de su amo, corrió tras ellos en medio de
estuviera en medio de la pelea, es seguro que concibe un sonido de
tambor sin oírlo y un ejército sin que vea armas ni soldados:

10
Y entre las mismas fieras, por crudelísimas que sean, hay común paz. La fiereza de los leones cesa con los
11
de su género; el puerco montés no acomete a otro puerco; un lince no pelea con otro lince; un dragón no se Primeramente, considera que aun los animales brutos, por la mayor parte viven en paz con los de su misma
ensaña con otro dragón... Solamente los hombres, a quien más convenía la humanidad y la paz, y a quien fuera especie. Los elefantes andan juntos con los elefantes y las ovejas con sus rebaños; los pájaros vuelan en bandos;
más necesaria, tienen entre sí entrañables odios y discordias. FR. LUIS DE GRANADA, Guía de Pecadores, las grullas se revezan para vela de noche y andan en compañía: lo mismo hacen las cigüeñas, los ciervos, los
lib. II, cap. IX. (N. del T.) delfines y otros muchos animales. FR. LUIS DE GRANADA, Guía de Pecadores, lib. II, cap. IX. (N. del T.)

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algún extraño; este desconocido, que su alma divisa, es un hombre


espiritual de imperceptible, sin dimensiones, color ni ser:
Quippe videbis equos fortes, quum membra jacebun
in somnis, sudare tamen, spirareque saepe,
et quasi de palma summas contendere vires 12:
Consueta domi catulorum blanda propago
degere, saepe levem ex oculis volucremque soporem
la liebre, que un galgo imagina en sueños, tras la cual la vemos
discutere, et corpus de terra corripere instant,
jadeante, levantar la cola, sacudirlas patas y representar a maravilla los
movimientos de la carrera, es una liebre inmaterial, sin huesos y sin piel: proinde quasi ignotas facies atque ora tuantur. 14

Venantumquenes canes in molli saepe quiete


(…)Diríase que la naturaleza, para consuelo de nuestra condición
jactant crura tamen subito, vocesque repente miserable y caduca, sólo nos dio como patrimonio la presunción; así lo
afirma Epicteto: «Nada hay en el hombre que le pertenezca de una
mittunt, el cerebras reducunt naribus auras,
manera cabal sino el uso de su raciocinio»: humo y viento sólo
ut vestigia si teneant inventa ferarum: constituyen nuestro patrimonio.”
expergefactique sequuntur inania saepe
cervorum simulacra, fugae quasi dedita cernant;
donec discussis redeant erroribus ad se 13:

los perros guardianes que vemos gruñir cuando sueñan, y después


ladrar y despertarse sobresaltados, como si advirtieran la llegada de
12
Así suele observarse que los caballos corredores se cubren de sudor y dan fuertes resoplidos durante el sueño,
cual si creyeran hallarse luchando con todas sus fuerzas por obtener la victoria. LUCRECIO, IV, 988. (N. del
T.)
13
También los perros cazadores se agitan muchas veces durante el sueño y de repente se ponen a escarbar, a
14
ladrar o a olfatear inquietos, como si hubiesen encontrado rastros de caza, y aun llegan, movidos por la ilusión, A veces el guardián fiel y cariñoso que vive bajo nuestro techo disipa de pronto el sueño ligero que cubría
a perseguir ciervos imaginarios que creen ver huir delante de ellos, hasta que desvanecido el fantasma sus párpados y se pone en guardia creyendo ver una cara extraña cuyos rasgos desconoce. LUCRECIO, IV 999.
comprenden que todo fue engaño y vuelven en sí. LUCRECIO, IV, 992. (N. del T.) (N. del T.)

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