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Trabajo de Tenida 2° Grado

El Hombre como elemento de estudio filosófico.


Construcción y evolución en la historia.

Autores:
Columna de Compañeros R:.L:. n°25 “Estrella de Magallanes”

Fecha Lectura: Lunes 16 de mayo de 2022 e:.v:.

R:.L:. n°25 “Estrella de Magallanes”, Punt Arenas. Jurisdicción de Magallanes


Introducción
El ser humano se ha panteado las mismas preguntas a lo largo de la historia..les
pareceran conocidas..

¿Quién soy yo?

¿De dónde vengo y hacia dónde se dirige mi vida?

¿Por qué razón existo?

Efectivamente las preguntas que nos hacemos, que nos comunicaron en nuestra
Iniciación y nos presenta la Ord:. en su algortimo de docencia.

Desde el frontispicio del templo de Apolo en Delfos ya se invitaba al ser humano a


aplicarse a la tarea de conocerse a sí mismo, y el mismo Sócrates afirmó que una
vida no examinada no era digna del hombre.

La francmasonería se distingue por su incansable búsqueda de la verdad y en


este filosofar descubrimos que no existe la verdad absoluta. La filosofía es la
manifestación de la duda, ante todo, incluso de nosotros mismos. Es un estado de
vacilación e inestabilidad entre dos juicios contradictorios. Aristóteles afirmó que:
La duda es el punto de partida de un conocimiento seguro.

Durante la segunda mitad del siglo V, la filosofía toma un nuevo rumbo que es
iniciado por los sofistas junto con Sócrates. Esta época (450-500 AC) tiene,
filosóficamente hablando, un carácter antropológico, ya que hace de su estudio al
hombre mismo. Ante las convicciones humanas fundadas en la tradición y la fe,
los sofistas tratan de llegar a conclusiones racionales, poniendo en duda las
creencias y costumbres morales de sus conciudadanos sembrando la base del
movimiento denominado escepticismo, cuya teoría del conocimiento que afirma la
inexistencia de la verdad, o que, si existe, el hombre es incapaz de conocerla.
Desarrollo

Según la Filosofía, el ser humano, considerado como individuo, es una unidad


indivisible, dotada de alma y espíritu, cuya mente funciona de manera racional:
tiene conciencia de sí mismo, capacidad para reflexionar sobre su propia
existencia, sobre su pasado, su presente, y sobre aquello que proyecta en su
futuro, así como para discernir entre aquello que en una escala de valores se le
presenta como lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, o lo justo y lo injusto.

Para llegar a estas conclusiones, la filosofìa...los filosofos y sus escuelas han


debido realizar una gran labor, que ha sido una tarea continua en el tiempo.

El pensamiento filosófico, surge hace más de 2.500 años en algunas ciudades de


las costas griegas, precisamente como un intento de superación del pensamiento
mítico y el conocimiento inmediato, empleando una reflexión crítica.

Aunque el ser humano siempre se ha interrogado por sí mismo, y desde Sócrates


puede hablarse de una tradición de pensamiento filosófico sobre el hombre
contenida en las obras de muchos pensadores, es a partir de Kant, que surge la
Antropología Filosófica como disciplina académica o especialidad dentro de la
Filosofía cuyo estudio es; “el ser humano en cuanto interpretado por sí mismo”.

La reflexión filosófica ayuda a superar la aparente imposibilidad de lograr un


conocimiento adecuado del ser humano; porque si bien en el plano empírico se
produce cierta falta de “objetividad”, la filosofía -al situarse en un nuevo ámbito
gnoseológico en el que tales nociones puedan ser consideradas en sí mismas, de
modo reflejo y crítico- tiende a superar ese relativismo. La filosofía se abre al plano
trascendental –metacultural- desde el que cada cultura puede adquirir una
conciencia refleja de sí misma y de los demás sistemas culturales en cuanto tales.

Ante la interrogante respecto a la “naturaleza humana”; es decir, la indagación


acerca de si existen algunas características que son compartidas por todos los
seres humanos y que son “esenciales” en el sentido de que definen lo que es “ser
humano”, se le han dado respuestas que pueden agruparse en dos grandes
categorías: las posturas esencialistas, que afirman que existen rasgos o
cualidades básicas de carácter estable, que pueden considerarse la “naturaleza
humana”; y las posturas no-esencialistas que lo niegan. Dentro de cada una de
estas categorías se sitúan a su vez diversas escuelas o estilos de pensamiento.
Destacando cuatro grandes categorías: Esencialismo Intelectualista y vitalista, el
Existencialismo y el Pensamiento Ideológico.

Así en el transcurso de la historia se han construido y evolucionado una gran


cantidad de ideas que han intentado descubrir el verdadero sentido del ser del
hombre. Entre las principales concepciones sobre el ser humano formuladas por
algunos pensadores, podemos destacar las siguientes:

SÓCRATES (470-399 a.C.) fue el primer pensador que se ocupó filosóficamente


del ser humano. Sostiene que el hombre tiene un alma inmortal y lo considera
como un proyecto no acabado, cuya vida debe protagonizar por sí mismo.

PLATÓN (427-347 a.C.), discípulo de Sócrates, destacó la importancia de la


inteligencia por encima del conocimiento que proporcionan los sentidos. Considera
que el ser humano está compuesto por un alma inmortal preexistente que ha sido
castigada a vivir encerrada durante un tiempo en un cuerpo material, y cuyo
destino es volver al mundo de las Ideas al que pertenece para contemplar el Bien,
la Verdad y la Belleza.

ARISTÓTELES (384-322 a.C.) Presenta al ser humano como un ser natural y


social. La vida humana tiende naturalmente hacia la felicidad, que se alcanza con
el ejercicio de las virtudes y la contemplación. Formuló la definición del ser
humano como “animal racional, social y dotado de lenguaje” que ha tenido gran
influencia en el pensamiento posterior.

STO. TOMÁS DE AQUINO (1224-1274) Define al ser humano como una unidad
substancial de cuerpo corruptible y alma espiritual e inmortal (no preexistente),
que tiene en Dios su principio último y su destino final; y que está en este mundo
para alcanzarlo ejerciendo su libre albedrío, con la ayuda de la gracia.
DESCARTES (1596-1650) Repone la visión dualista del ser humano, como
espíritu pensante que vive en una realidad material extensa. Pero reconocer que
solo puede garantizar la correspondencia y comunicabilidad entre la res cogitans
(sustancia mental) y la res extensa (sustancia extensa), dos de las tres sustancias
descritas en sus Meditaciones metafísicas, apelando a un motivo no científico: la
bondad divina. Con Descartes se abre el camino hacia el empirismo y el idealismo.

KANT (1724-1804) Aborda una profunda reflexión sobre el poder y los límites de la
razón humana. Concluye que no es posible alcanzar un conocimiento científico
sobre el alma humana, el mundo o Dios; por lo que, aborda el estudio del hombre
desde una doble vertiente: la Antropología Pragmática –como descripción de los
caracteres humanos y su dinámica en el plano fáctico-, y la Antropología Filosófica
como metafísica de las costumbres y de la razón pura y práctica.

HEGEL (1770-1831) La Antropología de Hegel es un intento de sistematización


filosófica muy ambicioso y completo, pues incluye todas las determinaciones del
ser humano: los rasgos físicos del individuo, la interconexión de los individuos en
el sistema social y los factores de la cultura articulados según la forma de
necesidad que es propia de la Idea en su despliegue hasta la autorrealización.

MARX (1818-1883) Postula que el hombre no tiene importancia, convirtiéndolo en


elemento anónimo en una sociedad utópica donde reinen la igualdad y el bienestar
material.

FREUD (1856- 1939) Formula una explicación global del hombre fundamentada
sobre las fuerzas inconscientes y subconscientes de la psicología humana y del
impulso sexual que gobiernan la existencia.

ARNOLD GEHLEN (1904-1976) Sostiene que, si lo consideramos desde el punto


de vista biológico, el hombre es un ser inacabado, sin instintos y, por lo tanto,
abierto al mundo; pero es inteligente, y puede suplir con su entendimiento y con
sus manos, a través de la creación cultural, las carencias del déficit biológico
propio de la especie humana.
A mediados del siglo XX cobra fuerza el EXISTENCIALISMO, que niega que el ser
humano posea una naturaleza específica, sino que debe hacerse a sí mismo por
medio de sus elecciones. La existencia es un acontecimiento trágico y la condición
humana un absurdo carente de sentido porque, al final, todo termina con la
muerte.

Junto a la continuidad de los planteamientos propios de la tradición clásica y


medieval y un renovado interés por Aristóteles, se observa también el
desmantelamiento del sujeto que han llevado a cabo los pensadores de la
Postmodernidad, el desarrollo de la Teoría de la Evolución, el psicoanálisis y los
avances tecnológicos en el campo de la Inteligencia Artificial y la robótica.

Uno de los principios filosóficos de la antigüedad es que “el hombre es la medida


de todas las cosas”. El ser humano se concibe, así como un espejo donde se
reflejan las Leyes Universales, las que dan sentido, vida y dirección al Universo:
somos un microcosmos dentro del macrocosmos o Gran Animal Celeste, como
llamaba Platón al Universo. Así concebido el hombre se convierte en un modelo a
escala de lo universal: dentro de sí mismo están las mismas características que
rigen al Universo, por lo que, si me conozco, conozco también en esencia el
Universo. Pero también está el proceso inverso: Si conozco el Universo, puedo
aplicar sus leyes para conocerme mejor. Somos hijos del Universo, formamos
parte de él, y hay en nosotros una parte de eternidad y de universalidad, sin dejar
de tener nuestras limitaciones personales y materiales. Microcosmos en el
macrocosmos, formamos parte de la Vida y la Vida fluye por nosotros, una forma
de pensar que es la base de la actual ecología, quizás la más nueva de las
ciencias que estudian al hombre y su entorno, y de la cual surge la Teoría GEA,
que ve a la Tierra como un ser vivo a la que le afectan directamente los actos
humanos.

De acuerdo a la simbología masónica, la Razón viene a ser la escuadra o norma


que se une a la “facultad comprensiva” de la inteligencia, representada por el
compás. La unión perfecta de estos dos instrumentos o facultades, conduce al
hombre a la verdad, representada por la letra G que, en unión con la estrella, se
encuentra entre la espada y el compás.

Por otra parte, la ética masónica, considera el compás como un verdadero


instrumento alegórico del trabajo intelectual, es un emblema de la virtud, pues sus
enseñanzas morales perfeccionan nuestra conducta.

Al enfrentar este tema en la Cámara de compañeros, pudimos escuchar y


compartir miradas y conceptos que sin darnos cuenta, construyeron este trabajo y
dieron espacio a ejercitar nuestras enseñanzas masonicas y encontrar un sentido
profundo de lo tratado.

Compartiré algunos de esos momentos…

Nuestro Q:.H:. Sergio Salazar, muy bien resumió, somos un continuo de estudios
de un innumerable secuencia de pensadores y filósofos a través de la historia.
Todos ellos han intentado contestar las preguntas esenciales…pero y las
respuestas?

Parece que, pese a todos los tratados escritos, las teorías, las charlas sobre el
tema, las respuestas siguen sin ser contestadas. Me refiero a una respuesta que
satisfaga nuestra hambrienta curiosidad de la verdad.

Nuestro Q:.H:. José Alejandro Vargas, plantea; nuestra búsqueda de la verdad se


correlaciona con los mismos métodos que utilizaron nuestros ancestros…

Aquí quiero poner atención…

No podemos esperar diferentes resultados si realizamos la misma práctica. Me


atrevo a enunciar…por eso no podemos responder a las preguntas esenciales…
seguimos realizando los mismos procedimientos para obtener la misma
respuesta…La ignorancia es fundamental, nos mueve a buscar la respuesta, pero
insisto si seguimos utilizando los mismos métodos, me temo que solo
conseguiremos la misma respuesta.
Ante esto, sugiero un nuevo método, un método basado no en la introspección, no
en el estudio de grupos humanos realizados por humanos, no en la práctica de
valores impuestos por la tradición de la orden, no en revisiones de antiguas
filosofías…un estudio que utilice un método no humano de investigación, es
decir….aplicar la tecnología al estudio del hombre como elemento filosófico, dejar
de lado un poco estas disecciones de los antiguos filósofos que solo exponían la
idea preconcebida que tenían en relación a las preguntas esenciales. Solo así,
dejando en manos de elementos no humanos podremos acercarnos a descubrir
que somos realmente.

¿Qué resultado esperamos?

El hombre como objeto de estudio en la filosofía…¿ha cambiado?

Conclusiones

Este tema nos plantea varios desafios no sólo en la estrucura docente de la Mas:.,
como individuos, como parte de un grupo de inviduos…como un eslabon en la
cadena humana llamada sociedad.

Nuestra orden se centra en el hombre, y lo impulsa a responder las preguntas


fundamentales de la existencia por medio de la búsqueda de la verdad. En ese
sentido, podemos confirmar su principio filosófico, constituido por un sistema
educativo cuyo objetivo es el perfeccionamiento del hombre en base al
simbolismo.

Grandes pensadores han dedicado su vida a desentrañar los misterios de nuestra


existencia y el sentido del hombre en el universo, sus ideas nos han develado algo
de o que somos y también de lo que no somos, pero aún persisten las grandes
dudas de la humanidad.
La masonería estudia al hombre, y lo hace a través de nosotros mismos. Cuando
nos iniciamos, vivimos una experiencia profunda en la cámara de reflexiones,
lugar donde volvemos a encontrarnos con el uno mismo, en total sinceridad. Es la
purificación interna que nos vuelve seres pensadores, reflexivos y es en esta
condición que podemos iniciar nuestra introspección.

Esta búsqueda por conocer nuestro yo interior es ejercicio propio de la filosofía,


pudiendo concluir, que ella nos vuelve, modestamente, filósofos de nosotros
mismos.

Bibliografía:

Platón – Diálogos. - Editorial Porruá

Antropología Filosófica - María G. Amilburu

Las Diversas concepciones sobre el Hombre. - R:.L:. Alborada N° 94” Valle de


Puerto Varas.

Los 33 temas del aprendiz masón – Terrones y García

Manual del Compañero – Aldo Lavagnini.

“Importancia de la filosofía en el conocimiento del hombre” - R:.L:. Redención N°72

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