En 1900, dos grandes templos dominaban el paisaje cultural de la Alemania
moderna, Cosima Wagner en Bayreuth, centro del establishment musical de Alemania, y Elisabeth Forster-Nietzsche en los archivos Nietzsche de Weimar.
Alemania simboliza el triunfo de la ciencia, de la pericia tecnológica y del
dinamismo político y económico, su tradición militar prusiana, su habilidosa y eficiente administración pública y su sistema educativo.
El poema sinfónico Also Sprach Zarathustra, de Richard Strauss, se estrenó en
Francfort en 1896, y al cabo de diez meses se ejecutaba en Paris, Londres, Nueva York y Chicago. Sus famosos acordes iniciales de trompeta, que anuncian el alba del Superhombre, hicieron de Nietzsche el filósofo más reconocible del mundo musical. Ese mismo año Gustav Mahler completo su tercera sinfonía originalmente titulada “La Gaya Ciencia” en honor del Frohliche Wissenschaft de Nietzsche. Entretanto, en el mundo de la palabra escrita, las expresiones como Ubermensch, “voluntad de poder”, “moral del amo y del esclavo”, superación de todos los valores” y “bestia rubia” se incorporaban al vocabulario de los intelectuales y los especialistas en política.
Los escritos de Nietzsche se convirtieron en moneda corriente de toda la gama
ideologica alemana después de 1900. Los socialistas apreciaban sus ataques contra la burguesía y el cristianismo organizado. Los pangermanistas
Los alemanes teutónicos eran los nuevos Ubermenschen de la Europa
posburguesa.
En Alemania. La combinación de Kultur, disciplina militar y voluntad de poder
nietzscheana crearían “naturalezas lideres” para forjar un nuevo destino.
La voluntad de poder contenía una incisiva critica a la sociedad burguesa
decadente. Nietzsche sugeria que la voluntad de poder podía servir como “potente martillo” para “romper y eliminar razas degeneradas y decadentes y preparar un nuevo orden de vida”
Los cambios históricos revolucionarios “siempre han sido realizados por la
juventud”. Mientras los adultos “a causa de su vitalidad más débil”, se entregan a las comodidades materiales y sociales.
La juventud se convirtió en símbolo de creatividad y renacimiento cultural.
Las universidades alemanas defensoras de valores espirituales superiores y del cultivo del intelecto individual (Bildung). El ideal del Bildung descendía del pasado clásico y humanista.
Grandes héroes Goethe y Kant se interesaba más en lo estético y espiritual que
en lo científico la busca de dinero carecía de “profundidad”.
Los reformadores educativos y los radicales de clase media propiciaban el
aumento de la cantidad de escuelas técnicas y la enseñanza universitaria de temas prácticos y modernos, física e ingeniería.
El símbolo de la Kultur nietzscheana a fines de siglo era Zaratustra, el profeta
solitario y tenaz que creaba su propio orden a partir de la nada.
Las máquinas y la potencia mecánica eran enemigas de lo orgánico y lo espiritual.
La máquina era la criada del capitalismo. El triunfo de la tecnología traería una
viscosa marea de mercantilismo”, advertía sombríamente, y la producción masiva de objetos “duros, fríos, inertes” que solo parecían beneficiar al empresario.
La tecnología moderna divorciaba al obrero de su identidad creativa.
La tecnología moderna, divorciaba al obrero de su identidad creativa. El trabajador
se desposaba con la máquina y no con su comunidad orgánica, verdadera fuente de poder creativo.