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DIOS EN LA DOCTRINA DE LA
PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS
ESTUDIANTE:
LUIS ALARICO VILLACORTA
IV. Conclusiones
Bibliografía
Introducción
El presente ensayo pretende evidenciar la obra de la trinidad de Dios en la
las objeciones que ésta presenta. Para luego dar paso a la obra de cada una de las personas
llamadas ‘‘doctrinas de la gracia o cinco puntos del calvinismo’’. Para comprender y dar
una definición de ésta doctrina, es necesario describir los cuatro puntos anteriores a éste,
El primer punto declara que el hombre está muerto en sus delitos y pecados debido
al pecado original (Ef. 2:1). Por tal motivo, el hombre no quiere ir a Dios ni tampoco
quién escoge libre y soberanamente a hombres pecadores para que sean salvos (Ef. 1:3-4).
El tercer punto, manifiesta que el Hijo obedientemente vino a este mundo para dar su vida
en sacrificio expiatorio eficaz por aquellos que el Padre había escogido para salvar (Ef. 1:5-
7). El cuarto punto, sostiene que el hombre escogido por Dios será llevado irresistiblemente
elección del Padre y el sacrificio eficaz del Hijo (Ef. 1:11-14; Jn. 3:8).
Éstas doctrinas, siendo cada una de ellas interdependientes llevan al último y quinto
punto que declara que el hombre al ser escogido por el Padre, redimido y justificado por el
poderosamente (Fil. 1:6; 2 P. 1:3). Pero el creyente no perseverará porque él sea capaz por
continua operación del Espíritu Santo en el creyente, mediante la cual la obra de la gracia
divina que ha empezado en el corazón se continúa hasta llegar a ser completa. 1 Pero si bien
Espíritu Santo, no sólo es el único agente que obra en la perseverancia del creyente, sino
que por medio de las Escritura se puede observar que es la trinidad de Dios quien obra en el
cristiano de manera que lo preservan para que éste persevere hasta el fin.
santidad.2 Es claro que la Escritura demanda que el creyente tenga sus ojos puestos en
Cristo Jesús, el autor y consumador de la fe (Heb. 12:2), y el apóstol Pablo llama a los
creyentes a hacer morir lo terrenal en ellos (Col. 3:5ª), a que no reine el pecado en sus vidas
estado glorioso para estar con su Señor. Y Dios que es fiel, no deja al hombre en abandono
de sus fuerzas para perseverar, sino que Él mismo lo sostiene. Acerca de esto, los Cánones
1
Louis Berkhof, Teología Sistemática, trad. de Felipe Delgado Cortés (Gran Rapids, MI: Desafío, 2009), 654.
2
Charles Spurgeon, Una poderosa salvación, trad. de Allan Román (Medellín: Fundación IBRC, 2012), 111
En conclusión, la perseverancia del creyente se podría entender mejor como una
preservación de Dios, porque es Él quien guarda a sus verdaderos hijos de caer finalmente
en el mal, de manera que los induce, como un padre a sus hijos, a que permanezcan en sus
caminos. Esta preservación proviene de la misericordia misma de Dios por sus hijos que
Ésta doctrina es criticada y mal entendida en su mayoría por aquellos que sostienen
una teología arminiana. La acusación más común contra esta doctrina, según el pastor
Erwin Lutzer, es que propicia el letargo espiritual y la carnalidad. Y añade que algunos la
llaman una doctrina infernal que arrulla a los cristianos en el pecado. 3 Pero esta doctrina de
El mismo autor, sostiene que otra de las objeciones a esta doctrina es la enseñanza
del libre albedrío. Y como Lutzer, aquellos que manifiestan que la salvación sólo depende
puede perder. Y añade, el arminianismo es el sistema que más se vincula con la creencia de
que una persona salva puede en algún momento perderse.4 Pero esta creencia es
porque el hombre al encontrarse en un estado de muerte, no hace más que heder a pecado y
ser rebelde contra Dios. Al no tener una doctrina correcta de la condición del hombre, por
3
Erwin Lutzer, Doctrinas que dividen, trad. de John Alfredo Bernal López (Grand Rapids, MI: Portavoz,
2001), 245.
4
Lutzer, Doctrinas que dividen, 245-246.
más que se sostenga que éste es malo en un 99%, el 1% restante hará que el hombre crezca
Es común que ésta doctrina hace surgir la pregunta sincera, ¿puede perder un
creyente la salvación? R. C. Sproul declara que la Iglesia Católica Romana responde que
mortal, dicho pecado mata la gracia de la justificación que habita en su alma. 5 Pero ésta
más fuerte que la gracia de Dios, lo cual según la evidencia bíblica es imposible y
totalmente una falacia. También, deja entender que la salvación de Dios es débil y sólo el
Por otro lado, R.C. Sproul escribe que hay muchos protestantes que también
consideran que la salvación puede perderse sustentando su posición con textos como
hebreos capítulo 6 y algunos ejemplos como el caso del rey Saúl. 6 Pero estos textos no
declaran que la salvación pueda perderse, porque el primero no describe a hombres que
hayan sido realmente salvos, sino que ‘gustaron’ de los bienes del evangelio. Es decir,
En el caso de Saúl, debe entenderse que vivía bajo el pacto mosaico, donde al
incumplir las demandas del pacto recibiría las consecuencias de su desobediencia. Debe
quedar claro que, al ser parte del pacto de Dios, no necesariamente era miembro verdadero
del pacto. Además, el Espíritu de Dios obraba en él para ser rey de Israel, pero no para
5
R.C. Sproul, Las grandes doctrinas de la Biblia, trad. de Marcela Robaína (Miami, FL: Unilit, 1996), 225.
6
Sproul, Las grandes doctrinas de la Biblia, 225.
conversión. En la vida de éste rey, se puede ver que vivió contrario a los mandatos de Dios
Estos ejemplos usados por aquellos para defender una pérdida de la salvación, no
son realmente estudiados de manera justa y esto conlleva a errores teológicos en lo que
respecta a la eficacia de la salvación del Dios trino. Y es importante que el creyente vea a la
luz de la escritura que el Dios trino obra eficazmente preservando a sus hijos en la
comúnmente la tratan a la luz de la obra del Espíritu Santo, como si fuera el único en ésta
labor. Pero, la Escritura manifiesta que el creyente es guardado por el poder de Dios
mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para él (1 P. 1:5).
El gran teólogo del siglo XVII, Thomas Watson, sostiene lo que se propone en este
Cada persona de la trinidad interviene a fin de que el creyente persevere: Dios Padre
nos establece (2 Cor. 1:21); Dios Hijo nos confirma (1 Cor. 1:8); y Dios Espíritu
Santo nos sella (Ef. 1:12). De manera que es el poder de Dios el que nos guarda; no
somos guardados por nuestra propia potencia.7
Esta perseverancia que el creyente experimenta en su vida, es fruto de la
preservación del Padre, debido al amor que Él tiene para con sus elegidos (Ef. 1:3-5). Así
7
Thomas Watson, Tratado de Teología, trad. de David Cánovas Williams (Edimburgo, UK: Estandarte de la
Verdad, 2013), 496.
qué, aquellos a quienes él ha escogido, él los sostendrá con un lazo fuerte de amor. Nada en
Ante aquellos hijos de Dios, que en algún momento puedan caer en pecado de
manera radical, la Escritura responde que el Padre, como a un hijo, atraerá como con
cuerdas de amor (Os. 11:4), de manera que ellos volverán arrepentidos como el hijo
pródigo hacia su padre. La Escritura también declara que Dios conoce a los que son suyos
(2 Tim. 2:19), es decir, Dios ha escogido a los que son suyos, los ama y los preservará
obra eficaz que el Hijo ha realizado. Su poderosa salvación ha traído un gran fruto de
preservación de la vida del hombre. El creyente puede tener una caída seria, pero nunca una
caída completa de manera que erradique su salvación. Acerca de la preservación del Hijo,
Jesús predijo la negación de Pedro, y Pedro protestó con vehemencia. Jesús lo miró
y le dijo: ‘‘Simón, Simón, he aquí Satanás me ha pedido para zarandearte como a
trigo. Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falle. Y tú cuando hayas vuelto,
confirma a tus hermanos’’ (Lc. 22:31-32). […] Simón pertenecía a Cristo. Él cayó
radicalmente, pero la obra intercesora de Cristo estaba en efecto de modo que
Simón no se perdió’’.8
Es una realidad Escritural que el creyente es sostenido no sólo por la obra del Padre
y del Espíritu Santo, sino que el Hijo, Jesucristo, tiene un papel importante preservando al
8
R.C. Sproul, Todos somos teólogos (El Paso, TX: Mundo Hispano, 2014), 267.
El apóstol Juan, en su evangelio, describe cómo Cristo mismo rogó al Padre como
sumo sacerdote de los creyentes para que éstos no se perdieran (Jn. 17:11,15,24). Por lo que
el creyente hoy, puede confiar no en sus propias fuerzas, sino en la poderosa obra de su
Salvador, Jesucristo, quien lo sostiene cada día de su vida. Es por esta razón que el creyente
perseverancia del creyente, porque es Él quien está transformando cada vez más al creyente
a la imagen de Cristo aplicando las Escrituras a la vida del cristiano (2 Tim. 3:16-17; Jn.
Es Dios quien obra por medio del Espíritu Santo para preservar al creyente, y esto
es debido a que la Escritura enseña que es la tercera persona de la trinidad la que mora en el
creyente (2 Tim. 1:14). Al respecto, el gran teólogo Thomas Watson, comenta lo siguiente:
El que mora en una casa la mantiene en buen uso; asimismo el Espíritu mantiene en buen
creyente, para llevar la gracia a su perfección. El Espíritu Santo destila en el corazón aceite
fresco para mantener al creyente, por así decirlo, encendido en amor, santidad y honra a su
Dios. Él influye en toda la vida del cristiano de manera que este persevere y nunca se aparte
finalmente de su Señor. Así lo declara los Cánones de Dort en el Cap. 5, párrafo VI:
9
Watson, Tratado de Teología, 495.
Dios, que es rico en misericordia, obrando de conformidad con el propósito de la
elección, no aparta totalmente el Espíritu Santo de los suyos, incluso en las caídas
más lamentables, ni los deja recaer hasta el punto de que pierdan la gracia de la
aceptación y el estado de justificación o que pequen para muerte o contra el Espíritu
Santo y se precipiten a sí mismo en la condenación eterna al ser totalmente
abandonado por Él.
El Espíritu Santo, que habita en el cristiano, nunca se apartará de su vida, porque
Dios lo ha sellado con Él, para preservarlo, santificarlo y llevarlo finalmente a la gloriosa
IV. Conclusión
El creyente puede hoy tener un consuelo firme en su vida, de que Dios lo preserva y
lo hará hasta el final, como declara la Escritura en Filipenses 1:6 ‘‘estando persuadido de
esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de
Jesucristo’’. La Biblia misma enseña que todo lo que Dios ha comenzado siempre lo ha
llevado hasta su final y lo hará así con el creyente de manera que lo preservará para que
Por otro lado, el creyente puede ver esta preservación de la trinidad de Dios en su
vida tan gloriosa para vivir en temor y santidad a Dios, como enseña el Salmo 13:4 ‘‘en
Dios hay perdón para que Él sea reverenciado’’. De la misma manera, el cristiano puede
ver la obra de su Dios preservándolo, para motivación de vivir una vida conforme a ley de
su Señor.
lo santo y agradable a su Dios, podría caer en el pecado, más no de manera final. Ésta
afirmación es un consuelo para aquél verdadero creyente, porque puede estar seguro de que
en los días que vendrán seguirá perseverando en fe y obediencia a Cristo. Y si las
situaciones se vuelven más complejas en su vida, podría hoy orar como Agustín de Hipona
lo hizo: Haz que persevere con ardor en el cumplimiento de tus preceptos y en el canto de
Bibliografía
Berkhof, Louis. Teología Sistemática. Trad. de Felipe Delgado Cortés. Gran Rapids, MI:
Desafío, 2009.
10
San Agustín de Hipona, Meditaciones de San Agustín (Amazon.com Services LLC: Ivory Falls Books,
2018), 133.
Spurgeon, Charles. Una poderosa salvación. Trad. de Allan Román. Medellín: Fundación
IBRC, 2012.
Lutzer, Erwin. Doctrinas que dividen. Trad. de John Alfredo Bernal López. Grand Rapids,
Sproul, R.C., Las grandes doctrinas de la Biblia. Trad. de Marcela Robaína. Miami, FL:
Unilit, 1996.
Sproul, R.C., Todos somos teólogos. El Paso, TX: Mundo Hispano, 2014.
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