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ESTUDIANTE:
LUIS ALARICO VILLACORTA
Conclusión
Bibliografía
Introducción
Durante el siglo V y VII de la historia de la iglesia cristiana, una serie de
debate por las escuelas de Alejandría y Antioquía, los primeros enfatizando la naturaleza
el Concilio de Éfeso. Se abordará el desarrollo histórico del antes, durante y después de este
concilio, con el fin de llevar al lector a la reflexión de este evento que la iglesia ha heredado
dio inicio a una serie de controversias cristológicas que se irían desarrollando hasta el siglo
VII. Esta controversia a tratar tiene como puntos de referencias a dos ciudades que eran
estuvieran pegadas, pero no unidas entre sí. En cambio, la teología de Alejandría siguió un
camino opuesto, partiendo del hecho tanto de la plena humanidad de Jesús como de su
persona sin mezcla alguna.2 La controversia se vio envuelta por dos personajes de ambas
381 d.C.3, en Germanicia, Siria.4 Se destacó por su elocuencia, a la que acompañaba una
voz muy agradable al oído.5 Probablemente fue discípulo de Teodoro de Mopsuestia 6, quien
negaba la morada esencial del Logos en Cristo, y admitía solamente una morada meramente
1
Joseph Lortz, Historia de la iglesia, vol. 1, trad. de Agustín Andreu Rodrigo (Madrid: Ediciones
Cristiandad, 1982), 162.
2
Lortz, Historia de la iglesia, vol. 1, 163.
3
Giuseppe Alberigo, Historia de los concilios ecuménicos, trad. de Alfonso Ortiz García (Salamanca:
Ediciones Sígueme, 1993), 68.
4
Bernard Sesboüe y Joseph Wolinski, Historia de los dogmas, vol. 1, trad. de Alfonso Ortiz García
(Salamanca: Secretario Trinitario, 1995), 294.
5
Manuel Sotomayor y José Fernández Ubiña, Historia del Cristianismo, vol. 1 (Madrid: Editorial Trotta,
2003), 598.
6
Harry R. Boer, Historia de la iglesia primitiva (Miami, FL: Unilit, 2001), 145.
moral.7 Es decir, que Cristo no era Dios mismo, sino un depósito moral de lo divino. Es
evidente que este pensamiento influyó en la mente de su discípulo, quien años más tarde
humana de Cristo.
obispo respondió con vehemencia exponiendo que María no podía ser considerada como
‘madre de Dios’, sino como ‘madre de Cristo’ (cristotokoj).10 Nestorio consideraba que el
especial sobre la idea del segundo Adán.11 Este precedente ayuda a comprender lo que
Nestorio tenía en mente al rechazar los términos ya mencionados y proponer uno propio.
7
Louis Berkhof, Historia de las doctrinas cristiana, trad. de Alonzo Ramírez Alvarado (Barcelona: El
Estandarte de la Verdad, 1995), 131.
8
Sesboüe y Wolinski, Historia de los dogmas, vol. 1, 294.
9
Hubert Jedin, Manual de historia de la iglesia, trad. de Alejandro Lator Ros (Barcelona: Editorial Herder,
1980), 154.
10
Boer, Historia de la iglesia primitiva, 145.
11
Alberigo, Historia de los concilios ecuménicos, 69.
apolinarismo que podía contener, insinuando la idea de una unión física de la humanidad y
Para aquel tiempo, el título de theotokos era ya corriente incluso antes de Nicea y
además había sido empleado por reconocidos teólogos del siglo IV. El título era usado en la
liturgia de la iglesia, por lo cual estaba consagrado en las mentes de los fieles y las
eclesiástica.13 Esto causó revuelo en la comunidad cristiana y no tomó mucho tiempo que
de Cristo ni ningún ataque a ello. Todo lo contrario, para Nestorio lo fundamental era dejar
manera mezclada con la naturaleza divina.14 El obispo, siempre hablaba de las naturalezas
una unión yuxtapuesta, que permitía hablar de un hombre, que por el hecho de estar
habitado por el Verbo, podía ser llamado Dios. 15 Nestorio intentó hacerle justicia a la
unipersonalidad.
Cirilo, quien era obispo de Alejandría desde el año 412 d.C. actuó rápidamente ante
las enseñanzas de Nestorio y las criticó en una homilía que tuvo lugar en la pascua del año
12
Alberigo, Historia de los concilios ecuménicos, 69.
13
Jedin, Manual de historia de la iglesia, 154.
14
Sotomayor y Ubiña, Historia del Cristianismo, 599.
15
Sotomayor y Ubiña, Historia del Cristianismo, 600.
429 d.C.16 Él consideraba que Cristo, en cuanto hombre, es objeto de la divinización, y
dejaba de alguna manera la humanidad a un lado, aunque no negaba el lugar del alma
humana en Cristo.17 Esta forma de entender la naturaleza de Cristo, remonta a las ideas del
apolinarismo que consideraba que el cuerpo de Cristo era solo un vaso sobre el cual
reposaba la divinidad. Como afirma Giuseppe, esto daría a entender que el único verdadero
criticando a Nestorio sin nombrarlo, envió cartas también a los obispos y monjes de Egipto
declarándose resueltamente en favor del título theotokos, y más tarde en una carta personal
a Nestorio le pedía explicaciones de su doctrina, pero lo único que recibió de él fue una
mencionado del obispo alejandrino, quien era caracterizado por una actitud vehemente y
Concilio de Éfeso que se desarrollaría algunos años después. Sin embargo, Nestorio
consiguiente incapacidad de dejarse instruir.20 A pesar de todas las flaquezas de estos dos
personas y su mal forma de proceder en ciertos casos, la cuestión teológica y religiosa era
de gran importancia.
16
Alberigo, Historia de los concilios ecuménicos, 70.
17
Alberigo, Historia de los concilios ecuménicos, 70.
18
Alberigo, Historia de los concilios ecuménicos, 70.
19
Jedin, Manual de historia de la iglesia, 154.
20
Jedin, Manual de historia de la iglesia, 155.
A finales del año 428 d.C., Nestorio escribió una carta al obispo Celestino I de
Roma, exponiéndole su lucha contra los herejes arrianos y apolinaristas y tomó posición
contra el título de theotokos, que considera contrario a Nicea.21 La carta no tuvo respuesta
hasta dos años después. A comienzos del año 430 d.C., Cirilo escribió una segunda carta a
Nestorio, en la que le ruega que ponga el mayor cuidado en las palabras relativas a la
doctrina y en la fidelidad a la fe, procurando armonizarlas con las enseñanzas de los padres
de la iglesia, quienes habían llamado sin reparo a María theotokos, porque de ella había
nacido el cuerpo con el que se había unido el Logos según la hipóstasis. 22 La respuesta de
430 d.C., envió un extenso documento al obispo de Roma con detalles de los
nestorianos y con extractos de escritos de los padres griegos que Nestorio había
condenar a Nestorio en un sínodo celebrado a comienzos del años 430 d.C., exigiéndole
una retractación formal de sus errores en el espacio de diez días desde la notificación de la
sentencia, bajo pena de quedar excluido de la comunión de la iglesia católica. 25 La carta fue
21
Alberigo, Historia de los concilios ecuménicos, 71.
22
Jedin, Manual de historia de la iglesia, 155.
23
Jedin, Manual de historia de la iglesia, 155.
24
Jedin, Manual de historia de la iglesia, 155.
25
Ludwing Hertling, Historia de la iglesia, trad. de Eduardo Valentí (Barcelona: Editorial Herder, 1989), 105.
declaración que se le pedía, Cirilo debía cuidar de que se designara un nuevo titular de la
sede de Constantinopla.26
El cargo que recibió Cirilo lo llevó a componer doce tesis, llamadas los doce
Constantinopla tenía el favor del emperador. El concilio fue convocado por el emperador
Cirilo y su séquito llegaron a Éfeso unos días antes de la fecha, y sin esperar la
llegada de los legados que enviaba Celestino I, y a pesar de las protestas de sesenta y ocho
de los obispos presentes y del conde Candidiano enviado del emperador para poner el
orden, Cirilo reunió a unos ciento sesenta obispos y declaró abierto el concilio el 22 de
junio, pero sin Nestorio presente, quien se había negado de participar por la irregularidad
del asunto.29 Este proceder de Cirilo fue presuroso y sin tener en cuenta las autoridades
El proceder del concilio tuvo como primer lugar la lectura del símbolo de Nicea y
luego se procedió a leer la segunda carta de Cirilo a Nestorio. La asamblea confirmó que la
doctrina contenida en ella estaba de acuerdo con la fe nicena. Después, se leyó la respuesta
de Nestorio a esa carta de Cirilo y se votó en contra. 30 La sentencia a Nestorio fue que había
26
Hertling, Historia de la iglesia, 105.
27
Hertling, Historia de la iglesia, 105.
28
Sotomayor y Ubiña, Historia del Cristianismo, 605.
29
Sotomayor y Ubiña, Historia del Cristianismo, 606.
30
Sotomayor y Ubiña, Historia del Cristianismo, 606.
asamblea sacerdotal, y era un nuevo Judas.31 A pesar de las irregularidades de este concilio,
el pueblo presente acogió la conclusión de la asamblea con gran entusiasmo que lo celebró
virgen María ‘madre de Dios’ (theotokos)32, esto podría entenderse por lo que ya se ha
mencionado antes, el título de madre de Dios llevaba siglos siendo parte de la religión
cristiana de aquel tiempo y el ataque por parte de Nestorio era una afrenta a la tradición
cristiana. Sin embargo, este triunfo tuvo la consecuencia negativa de la adoración a María
concilio días después por Nestorio quien depuso a Cirilo, al obispo de Éfeso y todos los
legados romanos que llegaron los primeros días de julio a Éfeso, dieron el total apoyo a
Cirilo.33 Sin embargo, el legado anunciado por el emperador, el conde Juan, llegó en agosto
y arrestó a Cirilo y a Nestorio. El emperador tenía en mente reconciliar ambas partes, pero
que la corte imperial decida aceptar los hechos consumados por su parte en efecto. Y la
segunda carta de Cirilo a Nestorio, donde afirma que el Verbo unió consigo, según la
31
Sotomayor y Ubiña, Historia del Cristianismo, 606.
32
Sotomayor y Ubiña, Historia del Cristianismo, 606-607.
33
Sotomayor y Ubiña, Historia del Cristianismo, 607.
34
Sotomayor y Ubiña, Historia del Cristianismo, 607.
hipostasis, una carne animada por un alma racional35; con esto se alejaba de la doctrina
también se ha visto cometiendo los mismos errores del pasado. Pero esta historia que
pertenece a todos los llamados evangélicos es útil no solo para no cometer los mismos
errores del pasado, sino también para seguir el correcto entendimiento de las Escrituras y
reflexionar.
La historia que precede y dio lugar al Concilio de Éfeso sirve hoy para ver cómo
la forma de actuar, debido a las reacciones que tenían muchos obispos que guardaban la fe
cristiana mantenida por la tradición. Estas acciones llevaron a que, en un celo por guardar
la tradición de iglesia cristiana, Nestorio fuera declarado hereje sin haber un proceso legal
de la iglesia, ya que se afirmó que el Verbo divino se encarnó en un cuerpo con alma
humana, distinto a las herejías anteriores que negaban un alma humana en Cristo, pero
35
Sotomayor y Ubiña, Historia del Cristianismo, 607.
también se afirmó que era una unión hipostática. Es decir, no había en Cristo dos personas,
sino una sola persona que poseía dos naturalezas juntas, no mezcladas, pero que sí pueden
ser distinguidas.
hace parte de la tradición que venía siglos antes de los debates cristológicos y era parte de
afirmaba que ella fuera la madre de la deidad, lo cual la haría creadora del logos, sino que
ella fue la madre del niño divino, del Dios encarnado. Por tal razón, no debe existir temor
hacia este término como si fuese herético, todo lo contrario, debe ser visto y abrazado como
parte de la tradición eclesiástica del cual todo cristiano es parte. Sin embargo, se debe
reconocer la cautela que debe haber en su uso, ya que después de aquel concilio en Éfeso
comenzó a darse una serie de adoraciones a María, como si fuera una deidad más.
Finalmente, la historia de estos eventos que se han tratado, ayudan al cristiano a ver
el pasado y dar gracias a Dios de cómo la comprensión de las Escrituras y del protagonista
de ella, fue desarrollada no solo por hombres amantes de correcta enseñanza, sino también
por la mano providencial de Dios, que iba trayendo un correcto entendimiento mientras los
siglos avanzaban para llegar hoy también a la iglesia Latinoamérica. Estos eventos deben
también para hacer teología teniendo como base los hombros de los hombres de Dios que lo
trasfondo en las escuelas de pensamiento de Alejandría y Antioquía, las cuales dejan ver y
Por esa razón, negaba rotundamente el título theotokos a María. Por otro lado, el obispo
iglesia en cuanto al título de María y de rechazar la divinidad real de Cristo. Esto último,
relación emperador, lo llevó a ser juzgado en el concilio que Teodosio II convocó en el 431
d.C., ya que el obispo de Roma se encontraba en favor de Cirilo y en contra de Nestorio por
Cristo como el resultado de una unión hipostática de lo humano y lo divino, sin haber
mezcla en ellas y sin haber grados. Esto ha sido mantenido también por la iglesia cristiana
del hoy, y es importante para el creyente latinoamericano conocer que su fe es parte de esta
historia por comprender las verdades bíblicas. A la vez, como ya se ha dicho, debe causar
Alberigo, Giuseppe. Historia de los concilios ecuménicos. Trad. de Alfonso Ortiz García.
Berkhof, Louis. Historia de las doctrinas cristiana. Trad. de Alonzo Ramírez Alvarado.
Herder, 1989.
Jedin, Hubert. Manual de historia de la iglesia. Trad. de Alejandro Lator Ros (Barcelona:
Lortz, Joseph. Historia de la iglesia. Vol. 1. Trad. de Agustín Andreu Rodrigo. Madrid:
Sesboüe, Bernard y Joseph Wolinski. Historia de los dogmas. Vol. 1. Trad. de Alfonso
Sotomayor, Manuel y José Fernández Ubiña. Historia del Cristianismo. Vol. 1. Madrid: