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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL FRANCISCO DE MIRANDA

ÁREA DE CIENCIAS DE LA SALUD


PROGRAMA DE MEDICINA

Importancia de las Grasas, Proteínas, Carbohidratos y su Gran


Influencia en el Organismo del Atleta

Matheus Castro, Geraldine Daniela


C.I. V. 26.598.310
II Semestre

Docente: Lcda. Helixmar Rojas

PUNTO FIJO, ABRIL DE 2020


Todos los atletas buscan formas de mejorar su rendimiento deportivo mediante la
nutrición y el entrenamiento. El componente fundamental para la optimización del
rendimiento a través de la nutrición es asegurar que los atletas consuman las
cantidades adecuadas de energía, carbohidratos, proteínas y grasas en su dieta. Esto
contribuye a la adquisición y mantenimiento de las condiciones físicas adecuadas para
alcanzar un peso y composición corporal óptimos para el desarrollo del entrenamiento y
actividades deportivas. La proporción de carbohidratos, proteínas y grasas es un
parámetro fundamental en nutrición, pues más allá de una dieta, la alimentación del
atleta debe caracterizarse por ser equilibrada, variada, basada en productos saludables
y sin excesos. El equilibrio entre los macronutrientes es esencial y, por suerte, se
adquiere con una alimentación adecuada y saludable.

Conocemos como macronutrientes a las grasas, los glúcidos (hidratos de


carbono) y las proteínas porque son el sustrato básico y más abundante (junto al agua)
de nuestro cuerpo. Además de la estructura, estos también son los encargados de
proporcionarnos energía. Los carbohidratos son compuestos que contienen carbono,
hidrógeno y oxígeno. Durante el metabolismo se queman para producir energía, y
liberan dióxido de carbono (CO2) y agua (H2O). Los carbohidratos en la dieta humana
están sobre todo en forma de almidones y diversos azúcares. Los carbohidratos se
pueden dividir en tres grupos: monosacáridos, disacáridos, y polisacáridos. Los
monosacáridos son azúcares que pueden pasar a través de la pared del tracto
alimentario sin ser modificados por las enzimas digestivas. Los tres más comunes son
la glucosa, fructosa y galactosa. La glucosa, a veces también denominada dextrosa, se
encuentra en frutas, batatas, cebollas y otras sustancias vegetales; ésta glucosa se
oxida para producir energía, calor y dióxido de carbono, que se elimina con la
respiración; la fructosa se encuentra en la miel de abeja y algunos jugos de frutas y la
galactosa se forma, junto con la glucosa, cuando las enzimas digestivas fraccionan la
lactosa o azúcar de la leche. Los disacáridos, compuestos de azúcares simples,
necesitan que el cuerpo los convierta en monosacáridos antes que se puedan absorber
en el tracto alimentario. Ejemplos de disacáridos son la sacarosa, la lactosa y la
maltosa. La sacarosa es el nombre científico para la azúcar común producida

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habitualmente de la caña de azúcar, pero también a partir de la remolacha. La
sacarosa se halla también en las zanahorias y la piña. Por otra parte, la lactosa es el
disacárido que se encuentra en la leche humana y animal, mucho menos dulce que la
sacarosa, y la maltosa se encuentra en las semillas germinadas. Y los polisacáridos
son químicamente los carbohidratos más complejos. Tienden a ser insolubles en el
agua y los seres humanos sólo pueden utilizar algunos para producir energía. Ejemplos
de polisacáridos son: el almidón, el glicógeno y la celulosa. El almidón se encuentra en
los granos cereales, así como en raíces comestibles tales como patatas y yuca. El
almidón de arroz o de la yuca se divide en los intestinos para formar moléculas de
monosacáridos, que pasan al torrente sanguíneo. Los excedentes de los
monosacáridos que no se utilizan para producir energía (y dióxido de carbono y agua)
se fusionan en conjunto para formar un nuevo polisacárido, el glicógeno. El glicógeno,
por lo general, está presente en los músculos y en el hígado, pero no en grandes
cantidades. La celulosa y la hemicelulosa, son polímeros vegetales principales
componentes de las paredes celulares. Son sustancias fibrosas. La celulosa, un
polímero de glucosa, es una de las fibras de las plantas verdes. La hemicelulosa es un
polímero de otros azúcares, por lo general hexosa y pentosa. Consecuentemente las
grasas, como los carbohidratos, contienen carbono, hidrógeno y oxígeno. Son
insolubles en agua, pero solubles en solventes químicos, como éter, cloroformo y
benceno. La grasa almacenada en el cuerpo humano sirve como reserva de
combustible. Es una forma económica de almacenar energía debido a que rinde casi el
doble de energía en relación con los carbohidratos o las proteínas. Por ende, el atleta
debe optar por las grasas insaturadas presentes en aceites vegetales, frutos secos y el
pescado. La principal ventaja que se le atribuye al uso de las grasas como fuente de
energía durante el ejercicio, es el rol que cumple la oxidación de los ácidos grasos en la
economía en la utilización del glucógeno. En general, para la mayoría de los atletas no
es recomendable una dieta de alto contenido graso. Y por último, las proteínas, como
los carbohidratos y las grasas, contienen carbono, hidrógeno y oxígeno, pero también
contienen nitrógeno y a menudo azufre. Son muy importantes como sustancias
nitrogenadas necesarias para el crecimiento y la reparación de los tejidos corporales.
Las proteínas son el principal componente estructural de las células y los tejidos, son

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necesarias para el crecimiento y el desarrollo corporal; para el mantenimiento y la
reparación del cuerpo, y para el reemplazo de tejidos desgastados o dañados; para
producir enzimas metabólicas y digestivas; como constituyente esencial de ciertas
hormonas, por ejemplo, tiroxina e insulina. Cualquier proteína que se consuma en
exceso de la cantidad requerida para el crecimiento, reposición celular y de líquidos, y
varias otras funciones metabólicas, se utiliza como fuente de energía, lo que se logra
mediante la transformación de proteína en carbohidrato. El metabolismo de las
proteínas durante el ejercicio es un proceso multifactorial alterado por numerosos
estímulos, entre los cuales se encuentran la intensidad, la duración, y el tipo de
ejercicio, así como los factores ambientales, la ingesta proteica y calórica, y la edad y
sexo de los individuos. La oxidación de leucina aumenta en proporción a la intensidad
de ejercicio, hay una liberación neta de aminoácido y amoníaco de los músculos; y el
nitrógeno urinario aumenta en forma inmediata luego del ejercicio. Estas observaciones
indican que los deportistas de resistencia tienen una necesidad mayor de ingerir
proteínas o algún grupo individual de aminoácidos.

Estos componentes nutricionales son de gran relevancia, especialmente para


afianzar los márgenes de seguridad para dichos deportistas. La ingesta proteica debe
adaptarse a las circunstancias individuales de cada atleta, dependiendo del modo e
intensidad del ejercicio, la calidad de la proteína ingerida y el nivel de energía e
hidratos de carbono consumido. Concluyendo en que un buen régimen de alimentación
es vital para un atleta. Esto prepara al cuerpo tanto para los entrenamientos como para
los días de competencia. Pues una alimentación bien planificada permite, entre otras
cosas, mejoras en el rendimiento del atleta, peso adecuado, evita lesiones y
enfermedades, y mejora los niveles de recuperación tras entrenamientos y
competencias.

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BIBLIOGRAFÍA

Latham, M.C. (2002). Nutrición Humana en el Mundo en Desarrollo. Colección FAO:


Alimentación y nutrición N° 29. Universidad de Cornell. Ithaca, Nueva York, Estados
Unidos. http://www.fao.org/3/W0073S/w0073s00.htm#Contents

Asencio, L. B. y García, M.R. (2015). Ingesta Energética y de Macronutrientes en


Mujeres Atletas. Departamento de Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud,
Universidad de Alicante, España. http://scielo.isciii.es/pdf/nh/v32n5/09revision07.pdf

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