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“La Noche en que Frankenstein Leyó el

Quijote”- Resumen

Por:
Claudia Huertas | 508225
Angie Vallejo |508212
Héctor Gordillo | 508606
Juan David Vargas | 508450

Profesor: Alexander Aldana

Preseminario

Programa Ingeniería Civil


Primer Semestre
Tercer Corte

Mayo 4 – 2018

Biografía del autor


Santiago Posteguillo es un escritor, filólogo, lingüista y doctorado europeo por la
Universidad de Valencia. Nació en Valencia, España en el año 1967.

Es profesor titular de Lengua y Literatura Inglesa en la Universitat Jaume I en


Castellón de la Plana, Comunidad Valenciana, España. Inició su carrera como
escritor publicando su primer libro en 2006, llamado “Africanus”, donde logró un
gran éxito. Seguiría cosechando éxito dos años más tarde con “Las Legiones
malditas”, y un año más tarde en 2009 con “La Traición de Roma”. Completando
así la trilogía sobre Escipión el Africano, la cual le mereció diversos
reconocimientos y Premios dentro del mundo literario.

En el año 2011 publicaría “Los Asesinos del Emperador”; obra la cual lograría
llegar como finalista a los premios de la Crítica Literaria Valenciana.

En 2012 Santiago publica “La Noche en que Frankestein Leyó el Quijote”. Obra la
cual nos lleva a un viaje a través de diversas historias y anécdotas ocultas y
olvidadas de muchos de los grandes éxitos literarios de la historia. En 2014
publicaría “La Sangre de los Libros”, libro que tendría la misma finalidad que la
obra publicada en 2012.

Otras obras publicadas son:

- “Circo Máximo” (2013) y “La Legión Perdida” (2016), terminando así la trilogía
sobre Trajano.

- “El Séptimo Círculo del Infierno” (2017), su más reciente obra.

Premios:

-Premio Mejor Novela Histórica Hislibris (2009)

-Premio de las Letras Valencianas (2010)

-Premio de la Novela Histórica de Cartagena (2010)

-Premio de las Letras “Continuará" (2012)

-Premio Internacional de Novela Histórica Barcino (2014)

Resumen
¿Quién inventó el orden alfabético?
Siglo III a. C. El gran imperio de Alejandro Magno se descompone en diferentes
estados, y Tolomeo, general veterano, es el encargado de gobernar al legendario
Egipto; y es él mismo quien funda un nuevo edificio en Alejandría, una biblioteca.
Pero el tiempo se le acabaría, y sería su hijo, Tolomeo II, rey faraón de Egipto,
quien continuaría con la consolidación de la mayor biblioteca que el mundo
conociera en ese entonces. También ordenaría la construcción de una gran torre
con fuego en su cima, la cual serviría como guía de los barcos, lo cuales llegaban
atestados de todo tipo de mercancías, especialmente cestos enormes, llenos de
rollos de papiro.

A la gran llegada de los rollos se formaría un gran caos, todo al no tener un orden
adecuado para guardar los textos en la biblioteca, pero entonces, Tolomeo II
encargaría a Zenodoto para que diera solución al gran desorden. A Zenodoto
entonces se le ocurriría la idea de agrupar los textos por grupos, los que
comenzaban por una letra iban juntos y así sucesivamente. La gran idea se le
había ocurrido recordando su glosario de palabras arcaicas en las obras de
Homero. Y así, nacería el orden alfabético.

Los Vikingos y la literatura


Año 841 d. C. Los feroces y temidos vikingos atracaban su temidos “drakkars” en
una bahía, pero esta vez no querían violentar su lugar de llegada; esta vez los
vikingos llegaban para no irse, con el plan de fundar una auténtica ciudad vikinga,
que el mundo más tarde conocería como Dublín. Y sin saberlo, harían un futuro
aporte a la literatura universal. Esta ciudad irlandesa, ha sido cuna de muchos de
los grandes escritores de la historia, ejemplos claros son Jonathan Swift, Oscar
Wilde, W. Yeats, Bernard Shaw, Samuel Beckett, James Joyce, o el inigualable
Bram Stoker, y son algunos de los ejemplos más famosos. Y es que, quizá gracias
a la mística y a su clima, y un toque de melancolía, la ciudad invita a recogerse
temprano en casa, sentarse al lado de la chimenea y gastar horas maratónicas
leyendo.

El autor secreto
Santiago en este capítulo nos sitúa en alguna ciudad de España, en el año del
Señor de 1553. Todo para presentarnos y describirnos una posible historia, la cual
daría lugar a las grandes pericias que se dieron para la no extinción de la gran
novela picaresca, “El Lazarillo de Tormes”, un gran sobreviviente a los años de la
Inquisición. Y, aunque Santiago en un momento nos revela que el no conocimiento
del autor de esta obra ha sido una gran derrota para la literatura, finalmente
recalca, que, “el anonimato eterno de aquel escritor, es, en realidad, una de las
grandes victorias de la literatura universal”.

¿Escribió Shakespeare las obras de Shakespeare?


30 de mayo de 1593. En alguna posada en Deptford, Inglaterra, muere el escritor
británico Christopher Marlowe tras una serie de extraños sucesos, los cuales
serían usadas como pruebas para una de las más impactantes afirmaciones en la
historia de la literatura… Shakespeare no fue el autor de ninguna de sus obras.

La historia se basa en que Shakespeare, antes de la supuesta muerte de Marlowe,


no había publicado nada, y que aún más impactante, no tenía formación
académica alguna conocida. Entonces, ¿de dónde salieron sus obras maestras?
Bueno, hay una teoría plantada a principios del siglo XX, y profundizada durante el
siglo mencionado por diferentes investigadores, que, afirma que Marlowe no murió
en aquella extraña noche de 1593. Marlowe habría fingido su muerte y habría
mandado a Reino Unido las grandes obras, las cuales se publicaría bajo el
nombre de William Shakespeare, un novato actor en aquel tiempo.

La insistencia de uno de los investigadores, Calvin Hoffman, llegó a tal punto, que,
en 1987, año de su muere, se conoció que había dejado una millonaria
recompensa en su testamento, para quien fuera capaz de demostrar lo que él no
pudo en vida.

La prisión
En la cárcel pública de Sevilla, del año 1597, entraba un nuevo recluso. No era ni
más ni menos que don Miguel de Cervantes Saavedra. Sería aquella calurosa
prisión sevillana, a pesar de todas las penurias, en donde don Miguel escribiría las
primeras palabras de su legendario libro, “El ingenioso hidalgo don Quijote de la
Mancha”.
El Ave María de Schubert y la novela histórica
Sir Walter Scott fue un hombre que tuvo una infancia muy difícil, la cual se vio
marcada por el padecimiento de polio, como consecuencia sufriendo una cojera
que nunca desaparecería. Walter encontraría consuelo en las historias que le eran
contadas por parte de su tía Jenny; historias de la Escocia medieval.

Al crecer, Walter comenzaría a dar forma narrativa a las apasionantes historias de


su tía. Estas obras, al ser publicadas, tendrían un éxito abrumador en todo el
Reino Unido, especialmente en Escocia. Tal fue el auge del escritor, que sus
obras seducirían al rey y al mismísimo Schubert, el cual compuso una obra para
acompañar el poema de Walter, “La dama del lago”; esta obra musical fue titulada
“Ave María”. Posteriormente, debido al título de su obra, Schubert adaptaría su
pieza a la oración a la Virgen.

Alejandro Dumas y la larga sombra de Auguste Maquet


El autor nos recrea una posible reunión en el año 1844, Auguste Maquet visita al
excéntrico Alejandro Dumas en su lujosa mansión. Maquet, con nostalgia, le hace
entrega a Dumas de su más reciente texto, “Los tres mosqueteros”. Y es que la
estrategia de recurrir a otros escritores, ya sea para que escriban parte o totalidad
de los libros, no es ajena en el mundo literario. El mismo Alejandro Dumas
reconocería que recurría a colaboradores para el desarrollo y culminación de sus
obras.

Si bien fue injusto el trato recibido por el infravalorado Maquet, eran los editores
quienes peleaban por más obras de una ya consolidado Dumas, autor de aquellos,
que sólo por un nombre, es un éxito entre los lectores.

Tiempo después se daría la separación entre Maquet y Dumas, y, si bien las obras
de Maquet no tuvieron éxito, la de Dumas tampoco lo harían, su mejor época ya
había pasado; dejando así el pensamiento de que quizá, aquella colaboración
entre los dos autores, generaba obras extraordinarias, tales como “Los tres
mosqueteros” y “El conde de Montecristo”.

El discurso
Valladolid, mayo de 1885. En una gran casa, Gaspar Núñez de Arce y Pedro
Antonio de Alarcón intentaban convencer a José Zorrilla para que aceptara
ingresar a la Real Academia Española; pero un orgulloso Zorrilla tenía aun
presente el enfado de que en un pasado hubieran preferido a José Joaquín de
Mora por delante de él, y era él quien rechazaba a la Real Academia.

Finalmente, luego de mucho insistir, le convencieron para aceptar el puesto en la


RAE. El día de aceptación fue todo un acontecimiento, en donde acudieron varias
autoridades y personajes famosos de entonces, incluso el mismo rey Alfonso XII.
José Zorrilla haría un memorable discurso, fielmente a él, en verso; descrita como
una de las piezas oratorias más llamativas. Y así, el autor de la obra “Don Juan
Tenorio”, luego de dos intentos infructuosos, ingresaba en la Real Academia
Española de la Lengua.

La noche en que Frankenstein leyó el Quijote


Verano de 1816. Mary Shelley y su esposo, Percy B. Shelley acuden a una
hermosa casa, propiedad de su amigo lord Byron, en las montañas de Suiza. Tras
disfrutar de excursiones por las montañas, admirando los oníricos paisajes; un día
se interrumpen sus aventuras, todo por un cambio meteorológico, dando lugar a
una tormenta.

El mal clima los obliga a resguardarse bajo techo. Lord Byron propone un
concurso, el de crear una historia de terror. A Mary le apasionó la idea, y tras el
regreso del sol, es la única que se toma en serio el concurso; así que, quedándose
en aquella casa día y noche, crea la maravillosa novela titulada “Frankenstein o el
moderno Prometeo”. Libro que escribió inmersa en los paisajes montañosos
suizos, y en la lectura que su esposo, experto declamador, realizaba en las
noches. Aquel libro era “Don Quijote de la Mancha”. Shelley haría varios guiños
hacia la obra de Cervantes en su obra, y tal fue la pasión de Mary por la historia
del querido hidalgo, que terminaría por enamorarse de la literatura mediterránea;
tanto que terminaría por estudiar y aprender español, todo para leer la obra de
Cervantes en tu idioma original.

Primeras impresiones
En 1797, el editor Thomas Cadell Jr. se dispone a leer una novela que había
pospuesto varias veces, llevaba el título de “Primeras Impresiones”, la autora era
una mujer, lo cual lo hacía dudar acerca de su publicación. Su padre había editado
a David Hume y a Edward Gibbon, y publicado obras de Adam Smith y Tobias
Smollet, pero Thomas Cadell Sr. estaba cansado de autoras y sus novelas
románticas, únicamente se interesaba en las obras de Hannah More, y había
trasladado ese pensamiento a su hijo, haciendo que finalmente la obra de la joven
Jane Austen no fuera publicada.

Tras el rechazo, Jane no se rendiría, y con el apoyo de su familia, especialmente


de su padre, se animaría a seguir escribiendo. Así, en 1811, catorce años después
del rechazo a su obra, Henry, el hermano de Jane convencería a otro editor,
Thomas Egerton, de que publicara la nueva novela de su hermana, “Sentido y
sensibilidad”. La obra fue un éxito, causando el interés del editor en más obras de
Jane Austen. Jane le comentó acerca de su libro anteriormente rechazado, y con
un cambio de nombre hecho por la misma Jane, su obra finalmente sería
publicada en 1813. Dieciséis años después de su rechazo, “Orgullo y prejuicio”
sería dada a conocer al mundo.

Veintiséis días
En 1866 Fiódor Mijáilovich Dostoievski lo pierde todo, como consecuencia de su
ludopatía. Extrañamente su vida personal es un desastre, pero en lo literario las
cosas van por buen camino; continúa publicando periódicamente su obra “Crimen
y castigo”. A pesar de esto, las ganancias no le alcanzan para cubrir sus grandes
deudas, así que Dostoievski, como única salida, debe aceptar un avieso contrato
al editor Stellovski, en el cual deberá escribir una nueva novela en veintiséis días,
además de cumplir con su publicación de “Crimen y castigo”, todo a cambio de
tres mil rublos, los cuales cubrirían sus deudas; pero, de no conseguirlo, tendría
que pagar una multa, y peor aún, perdería todos los derechos sobre sus obras ya
publicadas.

Dostoievski al aceptar inmediatamente se pone a trabajar en su nueva novela,


titulada “El jugador”, obra sobre un ludópata igual a él. Al notar que no era capaz
de cumplir las maratónicas jornadas de escritura, acudiría a la ayuda de una
taquígrafa. Anna Grigorievna sería la escogida. Tras días y noches enteras de
trabajo, finalmente, ambos lo lograrían, y a los veintiséis días exactos, Dostoievski
acudiría a su editor para cumplir con el contrato. Al ver la evasión de su editor para
cumplir el contrato, dejó constancia del cumplimiento del contrato en una
comisaría cercana.

Al fin sus deudas estaban cubiertas, y Dostoievski eufórico, regresó a casa para
proponerle matrimonio a Anna, quien se había enamorado de Dostoievski en el
proceso de su trabajo. Dostoievski se llevó a Anna por Europa, pero
lamentablemente recaería en su antiguo vicio.

Hija de la lluvia
En el amanecer del 24 de febrero de 1836, en el Hostal de los Reyes Católicos, en
Santiago de Compostela, una mujer golpea en la puerta principal, trae una criatura
en sus brazos. Aquella niña sería bautizada en un clandestino evento, esto debido
a que su padre era un sacerdote y su madre una hidalga de familia venida a
menos. Se le puso el nombre de María Rosalía Rita. La tía de la criatura se haría
cargo de ella, y muchos años más tarde, aquella niña se convertiría en una de las
grandes autoras de la literatura española, Rosalía de Castro.

Charles Dickens y la piratería informática


Charles Dickens tuvo un comienzo muy complicado. Una infancia atestada de
penurias. Charles, gracias a su compromiso con su autoeducación, logró
consolidarse como uno de los grandes autores en la historia de la literatura. Como
muestra, su obra “Historia de dos ciudades” ha sido el libro, no religioso, más
vendido de la historia.

Con su éxito logrado, Charles fue invitado a realizar algunas lecturas de sus más
famosas obras, todo con fines benéficos, y Charles, al haber sufrido tanto de niño,
no dudó en aceptar. Fue así que, para sorpresa de todos, estas lecturas fueron de
éxito rotundo. La gente en masas pagaba para oír a Charles narrar sus obras. Así
que, Santiago Posteguillo, nos manifiesta que, si Charles Dickens viviese, no
temería a la piratería, ya que la gente pagaría por oírle en vivo.

Esquina Pérez Galdós con Àngel Guimerà


En Valencia hay dos calles que se cruzan, la calle Pérez Galdós con la calle Àngel
Guimerà. Hoy en día muchas personas transitan estas calles valencianas, sin
saber que hay una gran historia, y un poco de ironía en el cruce de estas calles. Y
es que Galdós y Guimerà tienen algo en común, una triste anécdota, fueron
postulado por años para el galardón del Premio Nobel. Desde Suecia notaban la
división en la decisión de un postulado español para el preciado premio. Como
consecuencia, ninguno de los dos recibiría el reconocimiento, y quedaría para la
posteridad el cómo, por culpa de una desunión institucional y política, ninguno de
nuestros protagonistas ganaría aquel premio que tanto merecían.

El asesinato de Sherlock Holmes


Sir Arthur Conan Doyle había planeado asesinar al detective más famoso y
querido en el mundo literario, a Sherlock Holmes. Su muerte ocurriría en el abismo
de Reichenbach, en Alemania; luchando a muerte con su más grande enemigo, el
profesor Moriarty.
Holmes siguió a su archienemigo hasta el precipicio de Reichenbach, donde
tendrían una batalla a muerte, dando lugar a la caída de ambos por el precipicio, y
así una leyenda desaparecía entre las tinieblas, Sherlock Holmes moría.

Pero no todo quedó ahí, Sherlock era demasiado conocido y querido para morir.
Así que su editor fue el primero en hacérselo saber, y rogándole a Arthur,
imploraba el regreso de Holmes. Y no sólo él, miles de seguidores le enviaban
centenares de cartas para que deshiciera aquella terrible muerte, a tal punto que,
en frente del domicilio de Doyle, se atestaban decenas de fanáticos, mostrando su
tristeza por la muerte de su más querido personaje literario.

Finalmente, sir Arthur escuchó y cedió, y en su siguiente obra “La casa


deshabitada” remediaba todo, el implacable detective de Baker Street regresaba a
la vida. Y es que “a veces los personajes son mucho más importantes e incluso
más reales que sus autores”.

La trinchera
Raymond Chandler se había enlistado en las tropas canadienses para así
participar en la Gran Guerra; la famosa “guerra de las trincheras”, y es que fue
gracias a una trinchera que Raymond sobrevivió. Luego de que se comenzara la
detonación de cañones, para intentar sacarlos de su lugar de protección, los
compañeros de Raymond cedieron al pánico, saliendo y siendo abatido por
cientos de balas disparadas desde implacables ametralladoras. Raymond
sobrevivió, y con él, grandes obras de la novela negra que tanto aportaron a la
literatura.

La Gestapo y la literatura
Junio de 1924. Max Brod había prometido, en el lecho de muerte de su gran amigo
Franz Kafka, quemar todos sus escritos. Max era un mar de dudas, a pesar de la
promesa, no era capaz de hacerlo. Se sentó, y comenzó a leer una por una; eran
obras maestras, no podía permitir que se perdiera tal calidad, así que no sólo
decidió no quemar los escritos, sino que también los publicó, hecho que cambiaría
la historia de la literatura universal. Sin embargo, estos no eran todos los textos
creados por Kafka, por otro lado, estaba Dora Diamant, amiga de Franz, la cual
había conocido en el sanatorio de Kierling años antes. Dora tampoco quería
deshacerse de los escritos, aunque sabía que eran buscados por el nuevo
régimen nazi. Desgraciadamente, Dora fue detenida por la Gestapo en 1933, y
lamentaría profundamente el no haber publicado los escritos antes. Dora huiría a
Rusia, pero no correría con suerte, ya que fue víctima de las purgas del régimen
de Stalin.

¿Qué pasó con los escritos de Kafka? Bueno, nunca fueron encontrados, y hasta
el día de hoy siguen siendo buscados.

El presidente Eisenhower y la rebelión de un hobbit


J. R. R. Tolkien, tras el gran éxito de su primera obra, “El Hobbit”, haría, luego de
una gran espera de doce años, publica la segunda parte del libro. Pero la euforia
de los editores se esfumó al notar que el nuevo libro poseía más de mil doscientas
páginas, en un tiempo donde las novelas no solían sobrepasar las trescientas
páginas; así que dividieron el libro en tres partes. Así pues, se publicaría el 29 de
julio de 1954 “La comunidad del anillo”, el 11 de noviembre de ese mismo año
saldría “Las dos torres” y, finalmente, para sellar la fantástica historia, el 20 de
octubre de 1955 aparecería “El retorno del rey”.

Las obras se vendían muy bien, y todo se veía bien para Tolkien; hasta que, en
1965, la editorial Ace Books de Estados Unidos decidiría lanzar la trilogía, pero sin
pagar derechos de autor a Tolkien, un hecho increíblemente bajo. La editorial se
amparaba diciendo que el presidente de aquel entonces, Eisenhower, al estar más
atento de la Guerra Fría, no había estampado su firma en un tratado internacional
que exigía el reconocimiento de los derechos de autor de toda obra, este tratado
era el Convenio de Berna. Sin embargo, Tolkien no iba a rendirse tan fácilmente, y
con la paciencia y precisión que caracterizaba al protagonista de su primera
novela, Tolkien, que había recibido una gran cantidad de cartas desde Estados
Unidos, comenzaría a responder una por una, y así comentarle su situación a
cada uno de sus lectores. Finalmente, el escándalo y presión social fue de tal
magnitud, que la editorial contactó con J. R. R. Tolkien, para acordar la cantidad
de dinero a recibir por las publicaciones de su obra.

El último vuelo
El presidente estadounidense, era de nuevo protagonista en otra historia de la
literatura universal. Eisenhower había recibido una carta de un veterano piloto
francés, en la cual le imploraba ser admitido en un convoy para incorporarse como
piloto en una misión de reconocimiento en el Mediterráneo. Eisenhower, aceptó
sin dudarlo, a pesar de que el solicitante tenía varias limitaciones físicas, fruto de
numerosos accidentes aéreos en el pasado. Antes de partir, Antoine de Saint-
Exupéry entregó una última obra, muy diferente a las ya publicadas.

Antoine entonces partió rumbo a su misión, pero sufriría un accidente en su


segunda misión, todo debido a fallas técnicas bastante usuales en aquella época.
Tras recuperarse, volvería a pilotar, pero lamentablemente volvería a sufrir un
accidente, esta vez mortal.

Tras la muerte del piloto francés, su obra sería publicada, logrando en poco tiempo
un notable éxito. Y es que el libro, titulado “El principito” era enigmático, podía
interpretarse según la persona, gustando así entre niños y adultos. Para Santiago,
el libro es una historia de difícil clasificación, “es la obra de alguien que había visto
la muerte de cerca muchas veces en su vida”.

El KGB y el manuscrito mortal


Durante la extinta Unión Soviética, tras años de espionaje, la KGB detiene a
Elisaveta Voronnyansk. Fue torturada durante días, todo por ocultar un manuscrito
que el régimen de Stalin buscaba desesperadamente. Pero, durante la
investigación, el servicio soviético descubre que aquella no era la única copia. El
autor del escrito era Alexander Solzhenitsyn, y él al saber de la búsqueda había
repartido varias copias más entre sus allegados. Alexander al ser un reconocido
escritor, era casi intocable, y tras mucho esfuerzo, Solzhenitsyn logra sacar una
copia su país, con destino a Francia. Posteriormente el texto sería publicado en
1974, Alexander sería expulsado de la Unión Soviética. Y así, “Archipiélago
Gulag”, era conocido, y en él se narraban las atrocidades ocurridas en los Gulag,
los campos de concentración rusos. A día de hoy es lectura obligada en los
institutos de la actual Rusia.

La novela perdida
En 1989, el bisnieto de Julio Verne encontraría un vetusto escrito en la antigua
casa de su bisabuelo. Aquel texto era una de las primeras obras del escritor
francés, texto que había sido rechazado por el editor de Verne en un pasado. Sin
embargo, nuestro protagonista daría a conocer al público la obra, ochenta y cuatro
años después de la muerte de su bisabuelo. Aquella obra era una impactante
novela que describía el mundo en pleno Siglo XX, pero se acercaba más a una
descripción demoledoramente detallada del mundo en el Siglo XXI.

Escritores asesinos
Santiago nos narra el cómo conoció a la escritora Anne Perry, experta en la novela
victoriana, novela sobre la Gran Guerra y novela negra. Pero esta magnífica
escritora tenía un pasado oscuro. Cuando adolescente, antes de cambiarse el
nombre a Anne Perry, Juliet Hulme, asesinaría brutalmente a la madre de su mejor
amiga, la cual también participó en el atroz crimen. Juliet pasaría cinco años en
prisión, al salir cambiaría su identidad y se volvería escritora. Y es que ella no ha
sido la única escritora en tener un pasado manchado de sangre. Otros ejemplos
son los de William Burroughs y Henry Abbott. William, que, en estado de
embriaguez, asesinaría a su esposa, intentando jugar a Guillermo Tell; y Henry,
que no controlaba sus instintos, ocasionando que asesinará en repetidas
ocasiones. O incluso el de la increíble historia de Vlado Taneski, que escribía para
el periódico novela negra, en donde comenzó a narrar algunos asesinatos a
prostitutas que habían sucedido en la región; pronto se descubriría que Taneski
era el autor de dichos crímenes.

El secreto de Alice Newton


Una tarde de 1996, Alice Newton, una pequeña niña a la que le fascinaba leer,
pasaba el rato en su casa aburrida, todo porque no tenía nada nuevo a lo cual
pudiera engancharse leyendo. Para fortuna de ella, o quizá el motivo de su mejor
pasatiempo, su padre era Barry Cunningham, un editor de una modesta editorial.
A la llegada de su padre, Alice lo recibió eufóricamente, y Barry le hizo entrega de
un nuevo libro que había llegado a su despacho.

La pequeña Alice Newton, luego de haber leído aquel manuscrito, bajó de su


cuarto, y le exclamó a su padre que era lo mejor que le había traído en todos los
años. Su padre ante el deseo de su hija de conocer más de la original historia,
rápidamente se haría con el libro completo. Y así, la modesta editorial Bloomsbury,
haría la publicación de un libro de una desconocida J. K. Rowling, “Harry Potter y
la piedra filosofal”. Lo demás, ya es historia.

Nadie hubiera imaginado que, gracias a una pequeña niña, se decidiera el éxito de
una de las mejores obras de fantasía que tanto han hecho imaginar a niños y
adultos, una obra que tanto ha entregado a una generación “marcada” por magia
de la historia del niño mago.

El libro electrónico o el pergamino del siglo XXI


Santiago nos describe como poco a poco el papiro y el códice fueron
reemplazados por el pergamino y el formato libro que hoy día es conocido, y
compara este suceso con el del supuesto reemplazo que se dará del libro
tradicional al libro electrónico. Un cambio muy difícil de dar, y que trae pros y
contras.

Bibliografía:
• https://www.escritores.org/biografias/17662-posteguillo-santiago-

• http://www.lecturalia.com/autor/3709/santiago-posteguillo

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