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Hemos ido avanzando poco a poco en el entramado de la teoría del apego y

toda la complejidad que nos regala el entender, al intentar entender el cómo

son los procesos de herencia, de los lazos afectivos. Hoy día conocemos algo

que se denomina los “patrones de apego”, tenemos grupos de estilos

afectivos, formas que tiene la gente de relacionarse en la intimidad, tanto en la

relación con los hijos como en las relaciones de pareja y todo esto deriva de

investigaciones de larga data, que parten con los pensamientos de John

Bowlby, que él establece que habrían apegos seguro e inseguro, la primera

gran división es que habían apego seguro e inseguro y los inseguros se

denominan como ansiosos. Los apegos ansiosos inseguros, después llega Mary

Ainsworth y hace una investigación más puntual que hoy se le denomina

“situación extraña”, una de las investigaciones que más repeticiones ha tenido

en el mundo y ya su resultado está constatado, validado y tiene un grado de

confirmación altísimo, que nos muestran que estos grupos se van separando y

hay ciertos como estereotipia o ciertas más que estereotipados, ciertas

redundancias en el estilo de reacción frente a ciertos eventos. Entonces

teníamos una primera edición de John Bowlby entre apego seguro e inseguro,

después dentro del apego inseguro ansioso Mary Ainsworth logra distinguir

claramente entre apego evitante y apego ambivalente y ya en los 90, Main y

Solomon descubren y nominan el apego desorganizado y después ya con el

tema de los orfanatos de Rumanía aparecen con una nominación más clara de

los trastornos reactivos del apego.


El primer apego al que me voy a referir es apego seguro, qué se le denomina

con la letra B, se le conoce cómo apego seguro, autónomo apego B. El apego

seguro se caracteriza porque los papás tienden a responder de manera más

oportuna, de manera más precisa, entonces los niños internalizan que el mundo

es seguro y que ellos son dignos de cariño, esas son como las ideas más fuertes

que tiene el apego seguro. El apego seguro suele tener mejores canales de

interacción con sus cuidadores, suelen poder expresar más velozmente lo que

le pasa y de manera más efectiva y suele tener diálogos más fluidos, son niños

que más que estén quieto, pero se mueven, cómo los niños normales se

moverían pero también están muy abierto a la búsqueda, a la exploración,

están muy abierto al aprendizaje, son niños que están dispuestos al

crecimiento.

En el apego B, que sería el patrón de apego seguro, al cual todos aspiramos y

a donde también nosotros queremos potenciar las comunidades para que se

orienten hacia la estimulación de las variables que facilitan la construcción de

un apego seguro, nos encontramos con niños que tienden a tener mejores

canales comunicacionales, tienden a expresarse mejor, tienen más inteligencia

emocional principalmente, son niños que logran integrar información también

de distintos campos afectiva o cognitiva, logran integrar eso en el cerebro y

dan respuestas que son de mejor calidad y no no nacen de los árboles, el

apego seguro es fruto de un esfuerzo considerable de parte de padres que

están constantemente sintonizándose con las necesidades de sus hijos y

respondiendo de manera bastante oportuna y precisa a cuáles son esas

necesidades. El apego seguro es una marraqueta bajo el brazo o un pan bajo el

brazo (ya que estamos aquí para toda América). El apego seguro es un
predisponente hacia la salud mental, el apego seguro hoy día hay

investigaciones muestra tres variables súper significativas, los niños con apego

seguro tienen mejor pertenencia social o sea son más invitados a cumpleaños

en los 9 u 8 años, tienen mejores resultado académicos, un niño qué tiene un

apego seguro no está preocupado si lo quieren o no, no está preocupado si le

van a hacer bullying a la salida, no está preocupado que sus papás le van a

pegar o no, entonces un niño que puede disponer de su energía cerebral para

aprender, por lo tanto le va mejor en el colegio, pertenencia social, mejores

relaciones académicas, mejores resultado académicos y también algo que es

muy relevante y esto es una variable que cruza la vida entera, derivado de está

pertenencia social favorable tempranamente y eso ya después en la

adolescencia y en la adultez se transforma en que tienen como la calidad de las

relaciones íntimas que conforman es más alta, entonces sus primeros

noviazgos o las relaciones de pareja o después su relación definitiva y la

crianza de sus hijos es de mejor calidad, eso pasa con el apego seguro, eso,

bueno la investigación de todos lados nos regalan esos datos.

Pero también tenemos otros patrones de apego, que estarían los patrones de

apego inseguro, dentro del apego inseguro evitante nos encontramos con que

nace de una respuesta parental qué es prototípicamente rechazante, o sea son

papás que no responden a las necesidades de los niños, son los papás que no

van a la cuna cuando el niño llora, son los papás que dejan llorar para que los

niños se aburran de llorar, son los papas que no logran responder

oportunamente la mayor cantidad de las veces, al contrario responden la

mayor cantidad de las veces rechazan a los niños y lo que se va dando

entonces es que el niño frente al rechazo de sus demanda, la demanda se va


extinguiendo, se agota, se atrofia y dejan de pedir, dejan de mirar, dejan de

interactuar, son niños que su interacción social empieza a disminuir, a

disminuir, a disminuir, si esto es muy grave, si el rechazo es muy intenso,

incluso se le conoce a algunos niños, se les conoces como autismo aprendido,

o sea ya su nivel de respuesta e interacción con adulto disminuye tanto que

pueden ser confundido por trastornos neurológicos y está no tiene nada que

ver con eso, esto tiene que ver con experiencias reales de la vida. Los apegos

evitantes se asocian a trastornos o a problemáticas internalizadas, trastornos

del ánimo, trastornos alimentarios, autoflagelamiento, son cosas que los niños

se hacen daño hacia adentro y tienen dificultades en la expresión de

emociones, el comunicarse y el poder compartir con otro es algo que más les

cuesta. El apego evitante en sí mismo no es una patología, hay niños que

tienen un apego evitante y que en la adultez funcionan bastante bien, sin

embargo cuando hay crisis, los síntomas suelen ser muy prototípicos, los niños

que tienen este patrón de apego cuando tienen crisis en la adultez suelen tener

trastornos del ánimo o trastornos internalizantes, eso sí lo conocemos. Que es

lo nosotros invitamos es a desarrollar todo lo que tiene que ver con

inteligencia emocional, el contacto con nuestras experiencias, el contacto con

lo que siento, con lo que me pasa, desde ahí nosotros podemos ir aumentando

la seguridad del apego, desde la inteligencia emocional de los niños evitantes.

El tercer grupo son los niños ambivalentes, que se asocian a la letra C. B

seguro, A evitante, C ambivalente. Si el evitante se caracterizaba porque los

papas rechazan la demanda del niño, en el C la característica de los papás

tienen una respuesta inconsistente, eso quiere decir que a veces lo rechazan, a

veces no responden, a veces no están, a veces la respuesta es buena, a veces la


respuesta es mala, no hay predictibilidad. Si el evitante pudiera predecir que

sus padres no iban a acudir a su llanto, el ambivalente puede predecir que no

puede predecir, es una impredictibilidad y la impredictibilidad lo que produce

es que los niños muestran la emoción más fuerte, se exacerba la exhibición de

las emociones, entonces esos niños que están más facilitados para llorar, están

más facilitados para la irritabilidad, son niños que podríamos caracterizar

porque son rabiosos o que están crónicamente enojados y papás que tienen

oscilaciones, que gritan, que acompañan, que lo hacen bien, que lo hacen mal y

esas variaciones van generando que aumente está expresividad. Se le conoce

niños ambivalentes porque generalmente están las dos emociones al mismo

tiempo, los niños sienten un odio por los papás pero el mismo quieren que

estén pegados a él y esto se va dando reiteradamente. A este patrón se le

conoce como apego ambivalente y se asocia durante la vida a trastornos

externalizantes, en la segunda infancia a trastornos oposicionistas desde el

dsm-4 o el dsm-5 y en todas estas nominaciones de niños oposicionistas o con

problemas de conducta o problemas antisociales, se dan mucho lo que son

niños que son como niño problema, también se confunde mucho, de hecho un

abuso casi, con los déficit de atención con hiperactividad, esto no tiene nada

que ver con un problema neurológico de larga data, esto tiene que ver con la

experiencia, si nosotros mejoramos la experiencia que los niños tienen con sus

cuidadores, sí mejoramos la respuesta sensible de los cuidadores, la cualidad

del apego mejora y se vuelve más segura, esas cosas también van ocurriendo y

va dependiendo mucho del ambiente, por eso también es tan importante la

teoría del apego porque nos da luces a tener herramientas para trabajar con

los padres, con los colegios, con los programas de gobierno y facilitar que los
ambientes sean promotores de salud mental y no simplemente decir que los

niños son culpables de la vida.

Al final tenemos el apego desorganizado y ya se descubrió posteriormente o se

nominó posteriormente y esto aparece en los 90, Main y Solomon y lo que

ocurre es que los niños cuando son víctimas de maltratos crónicos, cuando son

golpeados, maltratados, gritados, amenazados, encerrados, empiezan a

desarrollar sistemas de autorregulación desadaptativa, sistemas de

autorregulación desadaptativa, eso quiere decir que ya ellos trataron de

regularse con su cuidador pero su cuidador donde les pegaba impidió que sean

ellos a quienes recurran. El ser humano como variable evolutiva necesita

regularse, entonces cuando no logra regularse con su cuidador porque su

cuidador lo maltrata, lo que hace intenta regularse solo y ahí vienen conductas

de autorregulación como que los niños se mecen, se rascan, se tiran el pelo, se

muerden, se masturban, saltan, se tiran al piso, se golpean, generalmente son

cosas que le generan dolor o placer y que están en movimiento cíclico,

estereotipados que hacen que sus ritmos desregulados vuelvan a regularse y

esto cuando son chiquititos les ayuda, porque permite que la fisiología de ellos

no esté desbocada, sin embargo también le hace un daño, un chico que se saca

el pelo, un chico que se rasca y se rompe la piel es un niño que se está

haciendo daño pero eso evita un daño que no es visible, qué es un daño

interno, que es por ausencia de regulaciones de parte de sus cuidadores. Por

eso siempre repetimos que la ausencia del cuidador es maltrato, la ausencia de

respuesta sensible es maltrato, porque el ser humano requiere y necesita que

se le trate bien. Entonces ahí para hacer la síntesis, tendremos 4 patrones de

apego: A, B, C, D. A evitante; B seguro; C ambivalente; D desorganizado. Esos


son los 4 patrones de apego, además hay un trastorno, que un porcentaje de la

población muy chiquitito y ese trastorno se le llama “trastorno reactivo del

apego” y es cuando no sólo hay maltrato sino que no hay apego, eso quiere

decir que no hay un adulto consistente en el tiempo, niños que están en

hospitales 2 años, niños que están en orfanatos 3 años, van a generar este

trastorno del apego, que es muy grave. Espero que no tengamos que meternos

más en ese tema y que nos dediquemos a la promoción de la salud mental

infantil. Eso por ahora, patrones de apego.

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