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Iratxe López Psicología

Todo sobre el apego evitativo:


Desde la infancia a las
relaciones adultas

Dra. Iratxe López. Psicóloga hace 2 años


Clínica

¡Hoy vamos a hablar sobre apego evitativo! Quizás,


no hayas escuchado mucho la palabra, pero, seguro
que conoces a personas que tienen apego evitativo.
¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas
personas no quieren depender de nadie ni
conectarse realmente con nadie? Quizás, conozcas a
alguien que le sucede esto, incluso cuando está en una
relación de pareja. O puede que te pase a ti.

Características de las personas co…

La mayoría de las personas anhelamos construir


relaciones sólidas a lo largo de nuestras vidas.
Estos vínculos son muy importantes para la mayoría
de nosotros. Tenemos «hambre» de amor y afecto.
¿Por qué? Porque la intimidad emocional tiene
muchas ventajas. Nos permite compartir nuestros
pensamientos y emociones abiertamente,
recibimos apoyo y tranquilidad, nos sentimos
escuchados, apreciados, valorados y, en consecuencia,
nos sentimos tranquilos y seguros.

La cercanía emocional suele proporcionarnos una


sensación de estabilidad. No estamos solos en la vida
y tenemos a alguien en quien confiar. Si nos
sentimos seguros y valorados por los demás,
también podemos mantener una mayor autoestima y
una actitud positiva ante la vida.

Si eres una persona a la que le gusta tener


relaciones cercanas y esto te aporta esa
seguridad, probablemente te hayas preguntado por
qué algunas personas no necesitan esos vínculos.
¿Cómo funcionan estas personas?

Para entender a las personas con apego evitativo,


primero es necesario que hablemos sobre qué es el
apego. Comparto contigo otro post que escribí hace
tiempo en el que hablo de forma más general sobre
los 4 estilos de apego. Puedes echarle un vistazo si
quieres más información.

Contenidos [ ocultar ]
1. ¿Qué es el apego?
2. ¿Qué es el apego evitativo?
2. ¿Qué es el apego evitativo?
3. Causas del apego evitativo
4. ¿Cómo reconocer el apego evitativo?
5. ¿Cómo afecta el apego evitativo a la pareja?
6. ¿Cómo tratar a un adulto con apego evitativo?
7. Tratamiento para sanar el apego evitativo
8. Bibliografía

1. ¿Qué es el apego?

La teoría del apego sugiere que nuestras relaciones


tempranas con nuestros cuidadores (en la infancia)
sientan las bases para construir relaciones en el
futuro (en la edad adulta).

Antes de continuar, quiero compartir contigo un pdf


que incluye 3 ejercicios para trabajar el apego.
Son ejercicios sencillos, pero, que pueden aportarte
información valiosa. ¿Quieres descargarte este pdf?
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apego?

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EJERCICIOS

El comportamiento de nuestros cuidadores es el


primer ejemplo de interacciones sociales que se
nos presenta. Por lo tanto, nos da información sobre
cómo funcionan las relaciones.

¿Me van a cuidar otras personas? ¿Puedo confiar en


ellos? ¿Puedo sentirme seguro con en ellos?

Te adelanto que, al criar a un bebé en un entorno


seguro y siguiendo los principios básicos de la crianza
con apego, donde los cuidadores están
emocionalmente disponibles y responden a
las necesidades del bebé, las respuestas a estas
preguntas (subconscientes) probablemente serán sí.
Esto es lo que llamamos un apego seguro.

La forma en que el padre y la madre (o los


cuidadores principales) interactúan con su bebé
durante los primeros meses de vida de éste,
determina en gran medida el tipo de apego que
formará con ellos. La relación entre el cuidador
principal y el bebé puede crear un estilo de apego
seguro, ansioso, desorganizado o evitativo que
formará un modelo para las relaciones a lo largo de la
vida del bebé. Es decir, muy posiblemente, ese estilo
de apego se mantendrá en la edad adulta.

Cuando la madre y el padre están


emocionalmente disponibles y responden a
las necesidades del bebé, es probable que éste
desarrolle un apego seguro. El apego seguro a uno
de los progenitores o al cuidador principal otorga a
los niños numerosos beneficios que, por lo general,
duran toda la vida. Los niños con apego seguro son
más capaces de regular sus emociones, se sienten
más seguros al explorar su entorno y tienden a ser
más empáticos y cariñosos que aquellos que
tienen un apego inseguro.

“Cuando una persona está segura de que su


figura de apego estará disponible para él
cuando lo desee, estará mucho menos dispuesto
a experimentar miedo intenso o crónico que una
persona que, por cualquier razón, no tiene la
misma seguridad”.John Bowlby

Por el contrario, cuando la madre o el padre no


están emocionalmente disponibles y no
responden a las necesidades del bebé, causan a
sus hijos una angustia considerable. Los niños se
adaptan a este entorno de rechazo mediante la
construcción de estrategias de apego defensivas
en un intento por sentirse seguros, modular o atenuar
estados emocionales intensos y aliviar la frustración y
el dolor. Forman uno de los tres tipos de apego
inseguro hacia sus padres (evitativo, ansioso o
desorganizado).

La verdad es que, en la mayoría de los casos, esta no


es una elección consciente. La forma en que
formamos relaciones como adultos tiene mucho
que ver con la forma en que formamos nuestros
primeros vínculos sociales de niños con nuestros
cuidadores.

A modo de resumen, incluyo un gráfico con los 4


estilos de apego en adultos. Aunque nosotros nos
centraremos únicamente en el estilo de apego
evitativo.

Los 4 estilos de apego

2. ¿Qué es el apego evitativo?

El apego evitativo es un estilo de apego que se


desarrolla durante la primera infancia. Las
personas con apego evitativo no buscan apoyo en
otras personas. No toleran la intimidad emocional
y es posible que no puedan construir relaciones
profundas y duraderas.

Tiende a ocurrir en niños que no experimentan


respuestas sensibles a sus necesidades. Los
progenitores de niños con un vínculo de evitación
tienden a no estar emocionalmente disponibles o no
responder a ellos la mayor parte del tiempo. Ignoran
las necesidades de sus hijos y pueden rechazarlo
especialmente cuando su hijo está herido o enfermo.
Estos padres también rechazan el llanto del bebé
y fomentan la independencia prematura en sus hijos.

En respuesta, el niño aprende temprano en la vida a


reprimir el deseo natural de buscar a un padre o
madre para que lo consuele cuando está asustado,
angustiado o con dolor.

Estos niños aprenden que reconocer y mostrar


angustia conduce al rechazo o al castigo. Al no
llorar o expresar abiertamente sus sentimientos, a
menudo pueden satisfacer parcialmente al menos una
de sus necesidades de apego, la de permanecer
físicamente cerca de sus cuidadores.

El comportamiento de nuestros cuidadores es el


primer ejemplo de interacciones sociales que se
nos presenta. Por lo tanto, nos da información sobre
cómo funcionan las relaciones.

¿Me van a cuidar otras personas? ¿Puedo confiar en


ellos? ¿Puedo sentirme seguro con en ellos?

Te adelanto que, al criar a un bebé en un entorno


seguro y siguiendo los principios básicos de la crianza
con apego, donde los cuidadores están
emocionalmente disponibles y responden a
las necesidades del bebé, las respuestas a estas
preguntas (subconscientes) probablemente serán sí.
Esto es lo que llamamos un apego seguro.

La forma en que el padre y la madre (o los


cuidadores principales) interactúan con su bebé
durante los primeros meses de vida de éste,
determina en gran medida el tipo de apego que
formará con ellos. La relación entre el cuidador
principal y el bebé puede crear un estilo de apego
seguro, ansioso, desorganizado o evitativo que
formará un modelo para las relaciones a lo largo de la
vida del bebé. Es decir, muy posiblemente, ese estilo
de apego se mantendrá en la edad adulta.

Cuando la madre y el padre están


emocionalmente disponibles y responden a
las necesidades del bebé, es probable que éste
desarrolle un apego seguro. El apego seguro a uno
de los progenitores o al cuidador principal otorga a
los niños numerosos beneficios que, por lo general,
duran toda la vida. Los niños con apego seguro son
más capaces de regular sus emociones, se sienten
más seguros al explorar su entorno y tienden a ser
más empáticos y cariñosos que aquellos que
tienen un apego inseguro.

“Cuando una persona está segura de que su


figura de apego estará disponible para él
cuando lo desee, estará mucho menos dispuesto
a experimentar miedo intenso o crónico que una
persona que, por cualquier razón, no tiene la
misma seguridad”.

John Bowlby

Por el contrario, cuando la madre o el padre no


están emocionalmente disponibles y no
responden a las necesidades del bebé, causan a
sus hijos una angustia considerable. Los niños se
adaptan a este entorno de rechazo mediante la
construcción de estrategias de apego defensivas
en un intento por sentirse seguros, modular o atenuar
estados emocionales intensos y aliviar la frustración y
el dolor. Forman uno de los tres tipos de apego
inseguro hacia sus padres (evitativo, ansioso o
desorganizado).

La verdad es que, en la mayoría de los casos, esta no


es una elección consciente. La forma en que
formamos relaciones como adultos tiene mucho
que ver con la forma en que formamos nuestros
primeros vínculos sociales de niños con nuestros
cuidadores.

A modo de resumen, incluyo un gráfico con los 4


estilos de apego en adultos. Aunque nosotros nos
centraremos únicamente en el estilo de apego
evitativo.

Los 4 estilos de apego

2. ¿Qué es el apego evitativo?

El apego evitativo es un estilo de apego que se


desarrolla durante la primera infancia. Las
personas con apego evitativo no buscan apoyo en
otras personas. No toleran la intimidad emocional
y es posible que no puedan construir relaciones
profundas y duraderas.

Tiende a ocurrir en niños que no experimentan


respuestas sensibles a sus necesidades. Los
progenitores de niños con un vínculo de evitación
tienden a no estar emocionalmente disponibles o no
responder a ellos la mayor parte del tiempo. Ignoran
las necesidades de sus hijos y pueden rechazarlo
especialmente cuando su hijo está herido o enfermo.
Estos padres también rechazan el llanto del bebé
y fomentan la independencia prematura en sus hijos.

En respuesta, el niño aprende temprano en la vida a


reprimir el deseo natural de buscar a un padre o
madre para que lo consuele cuando está asustado,
angustiado o con dolor.

Estos niños aprenden que reconocer y mostrar


angustia conduce al rechazo o al castigo. Al no
llorar o expresar abiertamente sus sentimientos, a
menudo pueden satisfacer parcialmente al menos una
de sus necesidades de apego, la de permanecer
físicamente cerca de sus cuidadores.

Desarrollar un estilo de apego evitativo en la niñez


puede llevar a dificultades para formar
relaciones cercanas en la adultez. Los niños con
un estilo de apego evitativo de adultos pueden
volverse muy independientes, tanto física como
emocionalmente. Y pueden desarrollar miedo al
compromiso.

Es más, en el lugar de trabajo, a menudo se les ve


como el «lobo solitario independiente«. Sin
embargo, es posible que estas personas cambien y
desarrollen un estilo de apego seguro. Es posible que
la persona aprenda a establecer otro tipo de vínculos
más sanos.

Las características de los niños y madres, padres o cuidadores principales cuando se establece un vínculo de apego evitativo.

3. Causas del apego evitativo

Tal y como decíamos antes, el apego por evitación se


desarrolla cuando un bebé o un niño pequeño tiene
un padre, madre o cuidador que constantemente no
está disponible emocionalmente o no
responde a sus necesidades. Los bebés con un
estilo de apego evitativo también pueden haber
enfrentado el desánimo repetido de llorar o expresar
emociones externas, sin ser atendidos.

Cuando el niño percibe que no se satisfacen sus


necesidades básicas y emocionales, le costará
confiar en las personas. Los niños pueden percibir los
lazos sociales como inseguros. Así es como un
niño acaba formando un vínculo inseguro.

Cabe destacar que el padre y/o la madre no descuidan


necesariamente al niño en general, están presentes.
Sin embargo, tienden a evitar la demostración de
emoción e intimidad y, a menudo, no sintonizan
con las necesidades emocionales del niño. Estos
cuidadores son reservados y parecen retroceder
cuando el niño busca apoyo, consuelo y afecto.

Es probable que los cuidadores se vuelvan más


distantes a medida que la situación se vuelve más
densa emocionalmente. Pueden sentirse
abrumados y querer escapar de esa situación. Aquí es
cuando su falta de disponibilidad emocional
sería más evidente.

El niño expresa una necesidad de cercanía, pero


en lugar de recibirla, percibe que la puerta está
cerrada. Los padres cuyos hijos se vuelven evitativos
no solo evitan expresar sus propias emociones,
también pueden desaprobar y no tolerar cualquier
manifestación notable de emociones en otras
personas.

El padre/madre o cuidador de un niño que tiene un


apego por evitación puede:

Carecer de conocimientos sobre cómo apoyar a su


hijo
Tener falta de empatía
Enfadarse o separarse físicamente de un niño
cuando muestra signos de miedo o angustia
Sentirse abrumado por las responsabilidades de
la paternidad/maternidad
No haber desarrollado un sentido de compromiso
Tener un estilo de apego evitativo ellos mismos
(que fue transmitido por sus cuidadores hacia ellos,
y que ahora, ellos sin querer transmiten a su hijo)
Negarse habitualmente a reconocer los llantos de
su hijo u otras muestras de angustia o miedo
Suprime activamente las manifestaciones
emocionales de sus hijos diciéndoles que dejen
de llorar

Los niños con apego evitativo también pueden


desconectarse de sus propias necesidades y
sentimientos. Estos niños pueden aprender a
calmarse a sí mismos y sentir que solo pueden confiar
en sí mismos. Como resultado, tienen poca
motivación o confianza para buscar ayuda o apoyo
de otros. ¿Lógico verdad?

Piensa en esa persona que conoces, que es


autosuficiente y que no depende de los demás. Si
nos basamos en la teoría del apego, categorizaríamos
su estilo de apego como un estilo de apego inseguro.
Más específicamente, como evitativo. ¿Ahora
comprendes mejor el porqué de las reacciones de una
persona con apego evitativo? Si lo pensamos, estos
niños desarrollan estrategias que les permiten
sobrevivir de la mejor manera posible. Sin embargo,
siguen utilizando las mismas estrategias cuando como
adultos interactúan con otras personas. Todo
parte de un apego evitativo.
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4. ¿Cómo reconocer el apego


evitativo?

Creo que hasta el momento hemos dado muchas


pistas, pero vamos a ahondar un poco más en ello. Un
niño con un estilo de apego evitativo puede no
mostrar ninguna muestra externa de deseo de
cercanía, afecto o amor.

Estos niños también pueden querer estar cerca de su


cuidador principal pero no interactuar con ellos.
También pueden rechazar el contacto físico con su
cuidador.

Los estilos de apego y sus comportamientos asociados


pueden (y suelen) durar hasta la edad adulta.
Como adulto, una persona con un estilo de apego
evitativo puede experimentar lo siguiente:

Evita la cercanía emocional en las relaciones


Sienten que sus parejas son empalagosas cuando
simplemente quieren acercarse emocionalmente
Se retrae y afronta situaciones difíciles solo
Reprime las emociones
Evita quejarse, prefiriendo enfurruñarse o insinuar
lo que le ha molestado
Teme el rechazo
Tiene un fuerte sentido de independencia

Es importante señalar que las personas con apego


evitativo pueden ser muy sociables, tranquilas y
divertidas. Además, estas personas pueden tener
muchos amigos y/o parejas sexuales. En general, no
están solos. La dificultad la tienen en establecer
lazos más íntimos y duraderos.

Los adultos con apego evitativo tienden a ser


independientes y no dependen de los demás para
tranquilizarse o recibir apoyo emocional.

Cuando se enfrentan a separaciones o pérdidas,


muchos hombres y mujeres con apego evitativo,
suelen centrar su atención en otros problemas y
objetivos. Otros tienden a desaparecer e intentar
hacer frente a la amenaza por sí mismos. Niegan su
vulnerabilidad y utilizan la represión para manejar
las emociones que se despiertan en situaciones que
activan sus necesidades de apego. Cuando buscan el
apoyo de un compañero durante una crisis, es
probable que utilicen estrategias indirectas como
insinuar, quejarse y enfurruñarse, en lugar de
expresar abiertamente su necesidad.

5. ¿Cómo afecta el apego


evitativo a la pareja?

Para los adultos evitativos, las interacciones


sociales y los lazos permanecen en la superficie. A
menudo, buscan relaciones y disfrutan de pasar
tiempo con su pareja, pero pueden sentirse
incómodos cuando las relaciones se vuelven
demasiado íntimas. Pueden percibir que sus
parejas quieren demasiado.

Digamos que te permiten estar cerca de ellos, pero no


te dejan entrar. Cuando las cosas se ponen serias, es
probable que las personas con apego evitativo se
cierren en sí mismas.

En este punto, esas personas podrían intentar


encontrar una razón para terminar una relación.
Es posible que se sientan muy molestos por el
comportamiento, el hábito o incluso la apariencia
física de su pareja. En consecuencia, comienzan a
distanciarse de la pareja.

Las personas con este tipo de estilo de apego tienden


a estar demasiado concentradas en sí mismas y
en sus propias comodidades, y en gran medida
ignoran las emociones e intereses de otras
personas. También les resulta difícil revelar sus
pensamientos y sentimientos a su pareja. Su
respuesta típica a una discusión, conflicto y otra
situación estresante es volverse distante.

Recordemos que este es un resultado directo de su


educación. Sus cuidadores les demostraron que no se
puede confiar en las personas. Siempre que
buscaron apoyo emocional en el pasado, no se les
proporcionó. Simplemente dejan de buscarlo o
esperarlo de los demás.

Visto desde fuera, un adulto con un estilo de apego


evitativo puede parecer seguro y fuerte. Sin
embargo, esto no significa que esta persona no esté
sufriendo.

De cualquier manera, no poder construir una


relación profunda, significativa y duradera
puede ser doloroso para las personas con este estilo
de apego. También puede ser desgarrador para
quienes los aman.

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6. ¿Cómo tratar a un adulto


con apego evitativo?

Lo primero es admitir y darse cuenta de que ese


interruptor de la intimidad emocional está
apagado. Esto puede ser un desafío y requerir mucho
esfuerzo. Además, suele ser necesario acudir a
terapia y ser guiado por un psicólogo.

Es importante que un adulto con apego evitativo


preste atención a las sensaciones emocionales y
físicas que surgen en torno a la intimidad
emocional. La autorreflexión puede ayudar a
comprender y analizar los patrones existentes.

Otro paso importante es explorar, comprender y,


finalmente, expresar las necesidades
emocionales. Quizás, al principio necesite
explicarlo a través de una carta, antes de atreverse a
hacerlo en persona. Cada cual tiene su ritmo y es
importante respetarlo.

En algún momento, el adulto evitativo podría


comenzar a trabajar en la construcción de
relaciones más estrechas con las personas.
Obviamente, trabajar con un terapeuta sería la forma
más beneficiosa de avanzar y conseguir establecer
relaciones basadas en un apego seguro.

7. Tratamiento para sanar el


apego evitativo

Afortunadamente, no tenemos que quedarnos


atrapados dentro de los límites de las estrategias de
apego defensivo que desarrollamos en nuestra
infancia.

La terapia psicológica suele ser muy beneficiosa


tanto para un niño con un estilo de apego evitativo,
como para sus padres o cuidadores. De igual modo, es
necesaria para aquellos adultos que tienen un estilo
de apego evitativo.

Un terapeuta puede ayudar a los progenitores o al


cuidador a comprender cómo su comportamiento
puede estar afectando a su hijo y guiarlos hacia
nuevas formas de interactuar con el niño y responder
a sus necesidades. Un psicólogo también puede
trabajar con el niño para ayudarlo a formar un
vínculo más saludable con su padre, madre o
cuidador.

Un adulto con apego evitativo también puede


beneficiarse de la ayuda psicológica. El psicólogo
puede ayudar a la persona a comprender cómo sus
progenitores respondieron a sus necesidades
durante la infancia y cómo esto puede estar
moldeando sus emociones y comportamiento
actuales.

Espero que este artículo te haya ayudado a


comprender mejor este estilo de apego, tanto si
conoces a alguien que lo tiene, como si ere tu mismo
quien se maneja con este estilo de apego.

8. Bibliografía

Belsky, Jay. (2002). Developmental origins of


attachment styles, Attachment & Human
Development, 4:2, 166-170, DOI:
10.1080/14616730210157510

Diehl, M., Elnick, A. B., Bourbeau, L. S., & Labouvie-


Vief, G. (1998). Adult attachment styles: Their
relations to family context and personality. Journal of
Personality and Social Psychology, 74(6), 1656–1669.
https://doi.org/10.1037/0022-3514.74.6.1656

Horowitz, L. M., Rosenberg, S. E., & Bartholomew, K.


(1993). Interpersonal problems, attachment styles,
and outcome in brief dynamic psychotherapy. Journal
of Consulting and Clinical Psychology, 61(4), 549–
560. https://doi.org/10.1037/0022-006X.61.4.549

Simpson, J. A. (1990). Influence of attachment styles


on romantic relationships. Journal of Personality and
Social Psychology, 59(5), 971–980.
https://doi.org/10.1037/0022-3514.59.5.971

Categorías: Ayuda para padres y madres con hijos


pequeños, Bienestar emocional en adultos

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