Principios Tributarios y Ética PDF

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Principios y valores del sistema tributario colombiano – análisis desde la perspectiva

ética.
Diana L. Ricaurte A.

La Constitución Política (CP) colombiana consagra varios principios sobre los que se desarrolla
el ordenamiento jurídico de la tributación; así mismo, establece un conjunto de disposiciones
que configuran el marco general y organización de nuestro régimen administrativo y económico.
Dichos principios y disposiciones parten de preceptos como que el Estado social de derecho se
funda en la dignidad humana, el trabajo, la solidaridad y el interés general1.

A partir de estos preceptos se establecen los derechos y obligaciones de los colombianos,


destacando para el tema en mención, que la CP 2 brinda garantías como el derecho a la
igualdad, a la protección económica a personas en debilidad manifiesta, a la intimidad, a la
petición de soluciones a las autoridades y al debido proceso. Estas garantías deben ser dadas
por la administración pública de acuerdo a lo establecido en las leyes, y deben estar basadas
en la buena fe3; para esto, la misma CP agrupa estos preceptos como principios de la función
administrativa en su artículo 209.

De esta forma se observa que la administración tributaria como autoridad pública que es, debe
organizarse para dar estas garantías a través de las actuaciones de sus funcionarios, aplicando
las políticas públicas de desarrollo administrativo y de lucha contra la corrupción, de tal forma
que se legitime su autoridad entre la ciudadanía y se cumpla con el “reto ético” que la CP le
ordena.

Sin embargo, como lo indica la profesora Concepción Sacristán4 , si bien la administración


tributaria (AT) es parte de la administración pública, para entender el marco ético de la AT se
debe hacer un análisis particular, dado que la AT debe dar las condiciones necesarias para
posibilitar el trabajo digno, la distribución de la riqueza y la igualdad.

En tal sentido, la CP establece principios al sistema tributario, como son la legalidad, equidad,
eficiencia, progresividad e irretroactividad de las leyes tributarias; así como el deber de toda
persona de contribuir al financiamiento del Estado dentro de los conceptos de justicia y equidad.
No obstante, a diferencia de principios administrativos, estos preceptos no se han desarrollado
conceptualmente a través de leyes o reglamentos, sino a través de jurisprudencia; por tanto, lo
que entendemos que debemos hacer cumplir como Estado, aún requiere de regulaciones que
ordenen y sinteticen lo entendido por las cortes cuando se ha demandado su posible
vulneración. Lo anterior con excepción del principio de legalidad de los tributos que es
establecido directamente por la misma CP en el art. 338.

Este artículo determina que los tributos sólo pueden ser impuestos por el Congreso, Asambleas
y Concejos, a través leyes, ordenanzas y acuerdos, respectivamente. Además, que un tributo
sólo puede ser creado por ley que fije los sujetos activos y pasivos, hechos, bases gravables y
tarifas. Es orden constitucional que la Ley establezca la relación jurídica “Estado-
Contribuyente”.

                                                                                                               
1
Artículo 1, CP.
2
Título II, Capítulo 1, CP.
3
Artículo 83, CP.
4
Ética en la administración pública y en la administración tributaria, 2014.
Si bien los demás principios constitucionales de la tributación no se han conceptualizado
legalmente, de una u otra forma se desarrollan mediante un conjunto de deberes y obligaciones
específicos tanto del contribuyente, como de la AT.

El profesor Claudino Pita5, hace un análisis de los principios de igualdad y seguridad jurídica.
Este último no es considerado por nuestra CP explícitamente con un marco regulatorio que
garantice que los contribuyentes conozcan con certeza la cuantía de la deuda tributaria; pero en
el Estatuto Tributario Nacional (ETN) se listan obligaciones que las AT deben aplicar para
determinar la cuantía tributaria. La igualdad por su parte, entendida como dar el mismo
tratamiento entre iguales considerando las diferencias, ha pasado al ETN con medidas que le
dan garantías procesales a todo contribuyente que pueda ser investigado por la AT.

En tal sentido, aún cuando podemos decir que el marco jurídico tributario en Colombia
considera los deberes y derechos de los contribuyentes, y que este marco jurídico está
desarrollado para ser aplicado en situaciones particulares, no podemos afirmar lo mismo para el
sistema tributario visto integralmente. Nuestro ETN contiene tratamientos especiales que no
obedecen a los principios constitucionales tributarios que salvaguardan el equilibrio económico,
y por esto, podemos observar que el sistema tributario tiene varios desequilibrios en materia de
prevalecer el interés general sobre el particular, que se reflejan en fenómenos como la
preponderancia de los impuestos indirectos sobre los directos, generando regresión, y en los
altos niveles de evasión sin posibilidades de control eficaz.

Volviendo al tema ético, se puede concluir que existe una “infraestructura ética” como marco de
referencia jurídica para exigir a las AT y a sus funcionarios, así como a los contribuyentes, que
se haga respetar la relación jurídico tributaria entre “contribuyente/Estado”, de las cuales se
pueden derivar acciones de prevención, control e investigación para monitorear, evaluar y
sancionar, sí es el caso, conductas irregulares en contra del Estado. Sin embargo, no podemos
afirmar que el Estado pueda ser evaluado y controlado de la misma forma, y con base en una
infraestructura ética similar, por cuanto el ordenamiento jurídico no ha desarrollado lo que se
entiende por justicia, equidad, progresividad tributaria, y por tanto, estos conceptos son
utilizados a conveniencia política o en casos particulares por vía contenciosa.

Esta situación implica que uno de los factores que la OCDE6 ha identificado como importante
para que no se fragmente la infraestructura ética, como es el “ejemplo positivo” de los líderes,
no se cumpla y por tanto, se vulnere la moralidad con la que exige y controla el comportamiento
corrupto que se pueda generar en los siguientes niveles de la AT.

Finalmente, queda la presión social como herramienta para exigir al Estado el cumplimiento de
las garantías constitucionales. En mi concepto, el problema más grave de todos, es cuando
esta presión social también pierde su ética.

                                                                                                               
5
Modelo de Código Tributario CIAT. Deberes y derechos de los contribuyentes.
6
Conducta ética en el servicio público y prevención de la corrupción, OCDE, 2000

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