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Habrá fin ilícito cuando respetándose aparentemente la forma del acto jurídico, se
evidencia la intención de conseguir un efecto prohibido por la ley, como celebrar un
contrato para hacer daño, lo que en el presente caso debe resolverse en el proceso penal
instaurado y aún no sentenciado.
El Banco Wiese Limitado recurre en casación de la sentencia de vista de fojas 652, del 10
de agosto de 1999, que confirma la sentencia de fojas 580, del 29 de enero del mismo
año, que declara fundada en parte la demanda y fundada la nulidad de la Escritura Pública
de Hipoteca y el contrato contenido en ella de fecha 22 de abril de 1993, declara fundada
la nulidad de la Escritura Pública de Ampliación de Hipoteca y el contrato de contiene del
27 de octubre de 1993, y fundada la nulidad de las inscripciones registrales de ambas
hipotecas, por la causal de fin ilícito, e infundado el pago de daños y perjuicios, con lo
demás que contiene.
Por resolución de esta Sala Casatoria del 7 de octubre último se declaró procedente el
recurso, por la causal de interpretación errónea de los artículos 140 inciso 3° y 219 inciso
4° del Código Civil, pues se pretende declarar la nulidad de un contrato de mutuo con
garantía hipotecaria y su ampliatoria, que sustentan un préstamo de U.S.$. 90.000,00;
apelando a la causal de fin ilícito, considerando como tal el fin interno y no expresado
que animaba a la solicitante del crédito y al Banco, descuidando el análisis del fin
explícito del acto jurídico, que es el que corresponde escudriñar y al que alude la norma
invocada, y estableciendo como fin un supuesto propósito que aun de ser cierto, tampoco
es ilícito, y por tanto no invalida el acto celebrado; que la sentencia recurrida se sustenta
en copias certificadas de un proceso penal, aún no concluido, y pretende dejar sin efecto
dos actos jurídicos sobre la base de cuestionar el uso que hizo la deudora del dinero
mutuado, como si ello revistiera de ilicitud el acto jurídico; que doctrinariamente es
aceptado que el fin lícito responda a una necesidad jurídicamente apreciable, encaminado
a un propósito que el Derecho juzgue razonable; que el fin al que se refieren las normas
en cuestión es el que corresponde al acto en su conjunto, aquel exteriorizado y no la
finalidad que cada una de las partes se representa en su fuero interno, sobre el interés que
persigue al celebrar el negocio; que el Banco tuvo como fin realizar operaciones de
intermediación financiera, la deudora obtener capita, y el acto jurídico el de otorgar un
préstamo con garantía hipotecaria, ninguno de los cuales es ilícito y, que sea distinto del
querido por los actores que no intervinieron en dicho acto no lo hace ilícito, pues la titular
del crédito podía hacer lo que quisiera con el monto mutuado, sin responsabilidad para el
Banco; y el fin de adquirir vehículos no aparece explícito en las escrituras.
CONSIDERANDO:
Tercero.- Que, desarrollando este concepto, regido en el artículo 219 inciso 4° del
Código Civil como causal de nulidad absoluta, hay que convenir que es ilícito todo
aquello contrario a las normas legales imperativas (ius cogens) especialmente aquellas
que tipifican un ilícito penal; y que para determinar si se produce ese fin será necesario
examinar la causa del contrato, el motivo común a las partes contratantes, las condiciones
que lo delimitan y su objeto.
Cuarto.- Será igualmente ilícito el acto jurídico contra "bonas mores", pues las buenas
costumbres, dentro del Derecho Civil se refieren a una vasta gama de conductas que se
califican como inmorales, lo que en todo caso corresponderá calificar al Juez.
Quinto.- La causa de un acto jurídico es el motivo que mueve o la razón que inclina a
hacer alguna cosa; en el Derecho Civil es el fin esencial o más próximo que los
contratantes se proponen al contratar; es el motivo personal, (Ver la voz Causa en el
Diccionario de Derecho Usual de Cabanellas).
Sétimo.- El motivo es particular, para tener trascendencia jurídica deberá ser común a las
partes, y expresarse, tal es el caso de los motivos humanitarios previstos en el artículo 6
del Código Civil.
Octavo.- Las condiciones son aquellas estipulaciones que no trascienden a la validez del
negocio.
Noveno.- El objeto en los contratos se refiere a todas las cosas, prestaciones y servicios
que no están fuera del comercio de los hombres y que sean posibles, pues objeto de todo
contrato debe ser una cosa determinada en cuanto a su especie, o determinable, sin
necesidad de un nuevo contrato; así, está prohibido contratar sobre el derecho de suceder
en los bienes de una persona que no ha muerto (artículos 1405 y 678 del Código Civil).
Décimo.- El fin, es el resultado que las partes aspiran a tener con el acto que celebran, y
será ilícito si se celebra un contrato para hacer daño, como sostiene Marcial Rubio, (La
Invalidez del Acto Jurídico, Para Leer el Código Civil , Volumen Noveno, Pontificia
Universidad Católica, página 55).
Undécimo.- La conclusión de este análisis no puede ser otro que habrá fin ilícito, cuando
respetándose aparentemente la forma del acto jurídico, se evidencia la intención de
conseguir un efecto prohibido por la ley, lo que en este ceso debe resolverse en el proceso
penal instaurado y aún no sentenciado.