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Santiago, diez de julio de dos mil catorce.

En cumplimiento a lo previsto en el artículo 785 del Código de


Procedimiento Civil, se dicta la siguiente sentencia de reemplazo.
VISTOS:
Se reproduce la sentencia en alzada, previa eliminación de sus
fundamentos quinto, sexto y séptimo.
Y SE TIENE EN SU LUGAR Y ADEMÁS PRESENTE:
Los razonamientos desarrollados en los basamentos quinto, octavo y
noveno del fallo de nulidad que precede, que para estos efectos se tienen
por expresamente reproducidos, y también que:
1°.- Con el mérito de la inscripción de la posesión efectiva de don
Enrique Rosamel Pinto Medina de fecha veinte de diciembre de dos mil y la
copia de la escritura de cesión de derechos hereditarios de treinta de octubre
de ese año, instrumentos acompañados a la gestión preparatoria que
antecede al proceso de autos, no objetados de contrario, es posible tener por
establecido que la demandante de autos, doña María Angélica González
Alvarado, “sin perjuicio de sus derechos como cónyuge sobreviviente”, es
la única heredera de don Enrique Rosamel Pinto Medina, fallecido en
Santiago el dos de junio de dos mil.
Ello, conforme al valor probatorio que al tenor de lo que prevén los
artículos 1700 y 1702 del Código Civil, corresponde asignar a dichos
documentos;
2°.- Igual valor ha de reconocerse a la copia autorizada del
instrumento de ocho de agosto de dos mil, correspondiente a la solicitud de
protocolización del testamento e inventario de bienes que dejó el causante
don Enrique Rosamel Pinto Medina ante el Notario de Santiago don
Enrique Morgan Torres, acompañada también a la gestión preparatoria y sin
objeción de contrario, probanza que permite asentar que el causante, entre
otros bienes, fue dueño de 16.666 acciones de Embotelladora Arica S.A. y
que dentro de su pasivo figura un crédito comercial adeudado al Banco
Bhif, por $ 11.146.000;
3°.- Del mismo modo, el certificado de 13 de septiembre de 2001
emitido por el Jefe del Departamento de Acciones de Coca Cola Embonor
S.A. da cuenta que las acciones referidas, a la fecha de la certificación,
corresponden a dicha sociedad anónima, amparadas bajo el título N° 756-A
que se encuentra en prenda a favor del Banco Bhif;
4°.- La existencia de la obligación principal y también de la que a ella
accede no fue discutida por la demandada Banco Bhif, hoy Banco Bilbao
Vizcaya Argentaria.
En efecto, habiendo sido citada por intermedio de su representante
para precisar las eventuales deudas pendientes que mantendría el causante
con dicha institución y con el objeto de exhibir los respectivos antecedentes
justificativos de sus acreencias, en dos oportunidades solicitó un mayor
plazo para comparecer en la audiencia, sin haber explicado, finalmente, las
condiciones del crédito ni exhibir el título en el que constaría tal acreencia,
perdiendo el derecho de hacer valer tales antecedentes en juicio, a
consecuencia de haberse hecho efectivo el apercibimiento previsto en el
artículo 277 del Código de Procedimiento Civil.
No obstante ello, al contestar la demanda a fojas 35 únicamente
afirmó que había cedido el crédito a un tercero en fecha 12 de julio de 2010,
esto es, luego de haberse verificado la citación a exhibir los títulos y menos
de dos meses después de habérsele hecho efectivo el apercibimiento recién
señalado, sin aportar ningún antecedente que demostrara la veracidad de tal
circunstancia;
5°.- Para que opere la prescripción son exigencias, primero, la
inactividad del acreedor, quien deja de ejercer un derecho del cual es titular
y, segundo, que dicha inactividad se mantenga por el tiempo que la ley
prescribe. De lo dicho resulta que la prescripción es una sanción para el
acreedor que deja transcurrir el tiempo sin ejercer el derecho del cual era
titular y, a su vez, constituye un beneficio para el deudor desde que al
acogerse a tal institución le permite eximirse del cumplimiento de la
obligación que le correspondía.
A los requisitos mencionados deben agregarse los siguientes: que la
acción sea prescriptible, esto es, que legalmente cabe la posibilidad que se
extinga por su no ejercicio; que el deudor que desee aprovecharse de la
prescripción la alegue, por cuanto no puede ser declarada de oficio, y que la
prescripción no se encuentre interrumpida, suspendida ni renunciada;
6°.- En la especie, habiendo quedado determinado que la actora
representa al deudor de la demandada y que ésta es acreedora de una
obligación de dinero cuya solución ha sido garantizada con la constitución
de una prenda sobre 16.666 acciones de Coca Cola Embonor S.A.,
corresponde ahora determinar si los antecedentes del proceso permiten
demostrar la concurrencia de los presupuestos de hecho para declarar la
prescripción de la acción de cobro de la obligación principal, resultando
pertinente en este punto, recordar las palabras del profesor Calamandrei,
quien en lo relativo a la actividad jurisdiccional dentro del paradigma
dispositivo que regula un procedimiento como el de autos, expresó: “Las
restricciones que se ponen a la libre investigación del juez en el proceso
civil, y especialmente en el proceso de tipo dispositivo, no tratan, en efecto,
de hacer menos penetrante y menos exhaustiva la búsqueda de la verdad,
sino que tratan más bien de utilizar como instrumentos de investigación,
más sensibles y más solícitos que toda sagacidad de juez, los intereses
vigilantes de las partes contrapuestas, cada una de las cuales, a fin de poner
en evidencia aquella parte de verdad que la favorece, está dispuesta a tomar
sobre sí, con inigualable celo, el cometido de la investigación”. (Piero
Calamandrei, “Estudios sobre el Proceso Civil”, Editorial Bibliográfica
Argentina, 1945, pág. 117);
7°.- Según se adelantó, la prescripción supone que se contabilice el
término necesario para que el derecho se extinga.
Descartando desde luego que en la especie haya operado la
interrupción natural o civil de la prescripción, alegación que no opuso la
demandada, debe considerarse también que las características y condiciones
particulares del crédito resultan justificadamente desconocidas para la
actora, sin que su ignorancia pueda ser objeto de reproche, si se considera
su calidad de sucesora del deudor.
Por el contrario, ha sido el banco quien debió disponer de los
antecedentes respectivos que permitieran conocer si el crédito se sujetó, por
ejemplo, a un plazo o modalidades especiales. Sin embargo, el silencio de la
demandada no ha permitido esclarecer tales circunstancias, lo que, con
todo, no puede ser un obstáculo para resolver el asunto de marras.
Así, desconociéndose otros antecedentes de relevancia respecto al
origen y características de la obligación principal, el silencio de la actora
respecto a tales asuntos y los dichos de la impugnante, apoyados en la
prueba instrumental a que se ha hecho referencia permiten colegir, a falta de
mejores probanzas, que la obligación principal consiste en un crédito
comercial por $ 11.146.000, exigible, a lo menos, a la época de
fallecimiento del causante, esto es, al dos de junio de 2000, conforme da
cuenta la propia actora, al acompañar el inventario de bienes del deudor.
En consecuencia, debe concluirse que al momento de notificarse la
acción de autos y aun a la fecha de notificación de la gestión preparatoria,
diligencias practicadas, respectivamente, el 2 de diciembre y el 2 de
octubre, ambas fechas del año 2009, la acción de cobro de la obligación
principal se encontraba extinguida por la prescripción, trascurriendo en
exceso el lapso que para tal efecto prevé el artículo 2515 del Código Civil;
8°.- De otra parte, el inciso primero del artículo 2384 inciso 1º del
Código Civil dispone que “por el contrato de empeño o prenda se entrega
una cosa mueble a un acreedor para la seguridad de su crédito” y, a su vez
el artículo 2385 del mismo cuerpo legal establece que: “El contrato de
prenda supone siempre una obligación principal a que accede”;
9°.- De las disposiciones legales transcritas precedentemente se
desprende que la acción real emanada del contrato de prenda no tiene un
plazo fijo y propio de prescripción que pueda computarse
independientemente del plazo de prescripción de la obligación principal a
que accede; de este modo mientras no prescriba la obligación principal, o su
acción, tampoco lo hará la acción prendaria;
10°.- La prenda y la hipoteca son contratos accesorios, esto es, tienen
por objeto asegurar el cumplimiento de una obligación principal, de manera
que no pueden subsistir sin ella (artículo 1442 del Código Civil), por lo que
la acción prendaria o hipotecaria, encaminadas a perseguir la prenda o
hipoteca, respectivamente, prescriben conjuntamente con la obligación
principal a que acceden, en aplicación del principio que lo accesorio sigue
la suerte de lo principal, de suerte que, como reiteradamente se ha sostenido
por esta Corte, no existe un plazo fijo y propio de prescripción para las
acciones prendarias o hipotecarias porque dependerá del plazo de
prescripción de la obligación principal;
11°.- Como se indicó en los considerandos precedentes, la acción
emanada del crédito otorgado por el banco demandado y que estaba
garantizada con una prenda sobre 16.666 acciones de Coca Cola Embonor
S.A. de propiedad de la demandante se encuentra prescrita por lo que, en
consecuencia, también corresponde declarar la prescripción liberatoria de
las obligaciones accesorias que afectan al actor, debiendo alzarse la prenda
referida.
Y visto además, lo prescrito en el artículo 186 del Código de
Procedimiento Civil, se revoca el fallo en alzada, de diecisiete de agosto de
dos mil once, escrito a fojas 58, que rechazó la acción de autos y en su lugar
se declara que se acoge dicha demanda, sólo en cuanto se declara prescrita
la acción de cobro para el pago por la cantidad de $ 11.146.000 que a la
época de su fallecimiento adeudaba al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria
don Enrique Rosamel Pinto Medina al Banco Bilbao Vizcaya Argentaria,
prescribiendo también la acción y obligación accesoria consistente en la
prenda constituida sobre 16.666 acciones de Coca Cola Embonor S.A., de
propiedad de la actora.
Regístrese y devuélvase con sus agregados.
Redacción a cargo del Ministro señor Silva.
N° 7.246-13.-
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Nibaldo Segura P., Pedro
Pierry A., Guillermo Silva G. y Sra. Gloria Ana Chevesich R. y Abogado Integrante Sr. Raúl Lecaros Z.
No firma el Ministro Sr. Pierry, no obstante haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo,
por estar con feriado legal.

Autorizado por la Ministra de fe de esta Corte Suprema.

En Santiago, a diez de julio de dos mil catorce, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución
precedente.

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