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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA SALA CIVIL TRANSITORIA

CASACIÓN Nº 186-2003 - CAJAMARCA

CASACIÓN Nº 186-2003-CAJAMARCA.- Lima, 16 de junio del 2003.- LA SALA CIVIL


TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista la causa
número ciento ochentiséis-dos mil tres, con los acompañados; en audiencia pública el día de la
fecha y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia.
MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por el Banco
Continental contra la resolución de vista de fojas doscientos siete, del quince de octubre del dos
mil dos, expedida por la Sala Civil Mixta Descentralizada Permanente e Itinerante de la Corte
Superior de Justicia de Santa Cruz (Cajamarca), que confirmando la apelada de fojas doscientos
cuatro, fechada el diecinueve de julio del dos mil dos, que declara fundada en parte la
demanda y en consecuencia Nulo el contrato de garantía.
FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Por resolución de esta Sala Suprema de fecha once de
febrero del dos mil tres se ha declarado la procedencia del recurso, por las causales de: a) la
interpretación errónea de los artículos mil cien y mil ciento seis del Código Civil,
argumentando que la sentencia de vista, sin reproducir los argumentos de la apelada,
interpreta erróneamente las normas denunciadas; Indica que el artículo mil cien del Código
sustantivo debe interpretarse teniendo en consideración los caracteres de la hipoteca, puesto
que en autos, indiscutiblemente, se ha gravado un bien determinado, en seguridad del
cumplimiento de una obligación; Por otro lado, también se yerra en la interpretación del
artículo mil ciento seis del Código material, puesto que esta norma se refiere a bienes futuros
ajenos y distintos al inmueble; b) la aplicación indebida del artículo mil ciento cuatro del
Código Civil sosteniendo que la norma invocada no guarda relación con los autos; c) la inaplicación
del artículo mil ciento dos del Código sustantivo alegando que la Sala revisora ha omitido aplicar
las disposiciones jurídicas denunciadas. CONSIDERANDO: Primero.- Que, la hipoteca es definida
en el artículo mil noventisiete del Código Civil, como la afectación de un inmueble dado en garantía
por el cumplimiento de una obligación, lo que otorga al acreedor los derechos de persecución,
preferencia y venta judicial del bien hipotecado. Segundo.- Que, los caracteres jurídicos de la
hipoteca son: a) constituye un derecho real sobre un bien determinado; b) es un derecho accesorio,
puesto que se constituye en seguridad del cumplimiento de una obligación; c) es indivisible, de tal
manera que recae sobre el todo y cada una de las partes, y si el bien hipotecado se divide, todas
y cada una de las partes continúan gravadas en garantía del cumplimiento o pago; como así lo
establecen los contenidos de los numerales mil cien, mil ciento uno y mil ciento dos del
Código material. Tercero.- Que, tanto el a quo como la Sala, al confirmar su sentencia, señalan
que la hipoteca solo puede recaer sobre inmuebles específicamente determinados y que no
puede recaer sobre bienes futuros conforme lo disponen los artículos mil cien y mil ciento
seis del Código sustantivo. Cuarto.- Que, de acuerdo con lo establecido por el artículo mil cien
del Código Civil, la hipoteca debe recaer sobre inmuebles específicamente determinados;
Asimismo, el artículo mil ciento seis del acotado indica que no se puede constituir la hipoteca
sobre bienes futuros: Sin embargo, para la cabal interpretación de estas normas se requiere su
concordancia con lo dispuesto por el artículo mil ciento uno del Código material, puesto que de
otra forma no se podría analizar lo que las partes han debatido, en términos jurídicos, durante
el desarrollo del proceso, esto es, sobre la extensión de la hipoteca; Así, el artículo mil
ciento uno del acotado señala que: La hipoteca se extiende a todas las partes integrantes
del bien hipotecado, a sus accesorios, y al importe de las indemnizaciones de los seguros y de la
expropiación, salvo pacto distinto. Quinto.- Que, las normas deben interpretarse de acuerdo
a los alcances que el legislador le ha dado y en forma concordada a fin de evitar interpretaciones
parcializadas o antojadizas; Siendo esto así, tenemos que el legislador, conforme al artículo
mil cien del Código Civil, obliga a que los bienes que se graven con hipoteca se encuentren
debidamente determinados, lo cual implica que el bien hipotecado debe estar debidamente
descrito, siendo este un requisito indispensable para la constitución de la hipoteca y su posterior
inscripción registral. Sexto.- Que, los magistrados de mérito han determinado que el bien se
encuentra descrito dentro de la escritura pública; sin embargo, han confundido la descripción del
bien, con la extensión del gravamen, la cual se regula, conforme ya se ha referido, por el artículo
mil ciento uno del Código material; Esto quiere decir que el bien hipotecado, dentro de la
escritura pública, se encuentra debidamente descrito, puesto que si no hubiera sido así, no hubiera
accedido a los Registros Públicos. Sétimo.- Que, por otro lado, el artículo mil ciento seis del Código
sustantivo, si se concuerda con el artículo mil ciento uno del acotado, no es una limitación para
que el constituyente del gravamen pueda dejar de introducir nuevos elementos físicos al bien
hipotecado, puesto que debe tenerse presente que el artículo mil ciento seis del Código Civil,
exige que los bienes hipotecados existan al momento de la constitución del gravamen, que
es lo que ha sucedido en el caso de autos, puesto que existía un bien, debidamente
determinado, que no era futuro, tal es así que accedió, como ya se ha referido, a los Registros
Públicos. Octavo.- Que, siendo esto así, los magistrados de mérito han interpretado
erróneamente las normas denunciadas puesto que les han dado alcances legales que no
tienen. Noveno.- Que, lo cierto es que las normas denunciadas, en concordancia con lo
dispuesto por los artículos mil ciento uno y mil ciento dos del Código material facultan a
hipotecar todas las partes integrantes del inmueble hipotecado y sus accesorios, salvo pacto
distinto; esto es, que dejan abierta la posibilidad que el constituyente de la hipoteca pueda
introducir nuevos elementos físicos en su bien, implicando ello que, si esos bienes se integran al
bien gravado, constituirán parte del gravamen, puesto que retirarlos implicaría el deterioro
del bien hipotecado. Décimo.- Que, la doctrina nacional está de acuerdo con esta
interpretación, cuando se señala que: “(...) las partes integrantes son bienes que se han
integrado de tal forma a otro bien, que su separación ocasionaría la destrucción, deterioro
o alteración del bien principal, del bien integrado, o de los dos bienes; la importancia de los
bienes integrantes radica en que siguen la condición jurídica del bien que integran (...) la hipoteca
se extiende a las partes integrantes del bien hipotecado (...) sin embargo, el pacto en
contra sí es posible en aquellos casos donde las partes integrantes sí pueden ser objeto de
derechos singulares (...)” (Avendaño Arana, Francisco. “La extensión de la hipoteca”; en:
Thémis. Revista de los Estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica del Perú;
Segunda Edición; Lima Perú; mil novecientos noventitrés; página ochenticinco); esto es, que
la ley o el contrato pueden permitir la diferenciación de los bienes integrantes, conforme lo
dispone el artículo ochocientos ochentinueve del Código Civil. Undécimo.- Que, en el caso
de autos, se tiene que el inmueble hipotecado es uno, al cual se le han integrado nuevos elementos
físicos, como lo es el segundo piso del inmueble; siendo esto así, el segundo piso del inmueble
hipotecado no es uno distinto, independiente o singular, del resto del inmueble, sino que forma
parte integrante del bien, al que se extiende la hipoteca, por lo que es de ineludible aplicación
lo dispuesto por los artículos mil ciento uno y mil ciento dos del Código sustantivo.
Duodécimo.- Que, por otro lado, se ha denunciado la aplicación indebida del artículo mil
ciento cuatro del Código material, el mismo que señala que: La hipoteca puede garantizar una
obligación futura o eventual; sin embargo, la norma antes aludida no se ajusta a los elementos
fácticos descritos, por los magistrados de mérito, toda vez que esta se refiere, conforme
señala el legislador, al hecho de que la hipoteca esté o no vinculada a un crédito, lo cual no ha
sido objeto de debate por parte de las partes, puesto que el gravamen que constituyeron los
actores está circunscrito a respaldar una obligación, esto es, que entre las partes existía una
relación obligacional en la que la hipoteca vendría a constituirse como un respaldo del
cumplimiento de la obligación. Décimo Tercero.- Que, siendo esto así, la norma denunciada
ha sido aplicada indebidamente, puesto que, esta no se vincula a la extensión de la hipoteca sino
a la posibilidad de que la hipoteca se constituya sobre obligaciones futuras o eventuales,
conforme lo dispone el artículo mil ciento cuatro del Código Civil, lo cual no ha sido objeto de
debate por las partes. Décimo Cuarto.- Que, conforme al artículo cuatrocientos doce del
Código Procesal Civil la condena de costas y costos es de cargo de la parte vencida; sin
embargo, en el caso de autos, se puede concluir que las partes han tenido motivos razonables
para litigar, por lo que debe exonerárseles del pago de costas y costos, Que, estando a las
conclusiones que anteceden y a la facultad conferida por el artículo trescientos noventiséis del
Código adjetivo: declararon FUNDADO el recurso de casación de fojas doscientos treinticuatro;
en consecuencia CASARON la sentencia de vista de fojas doscientos veintinueve, su fecha tres
de diciembre del dos mil dos; y actuando en sede de instancia, REVOCARON la resolución
apelada que declara fundada la demanda y REFORMÁNDOLA declararon INFUNDADA la
demanda, sin costas ni costos, atendiendo a que las partes han tenido motivos válidos para
litigar; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en
lo seguidos por Orville Manuel Alegría Cacho y otra con el Banco Continental –sucursal
Cajamarca–; sobre nulidad de escritura pública; y los devolvieron.
S.S.
ECHEVARRÍA ADRIANZÉN, MENDOZA RAMÍREZ, AGUAYO DEL ROSARIO, LAZARTE
HUACO,
PACHAS ÁVALOS.

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