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MEMORIA

La memoria humana es una facultad cerebral gracias a la cual conservamos y


almacenamos información y experiencias pasadas. La memoria humana tiene tres fases, la
codificación de la información, su almacenaje y su posterior recuperación. Una vez que
almacenamos la información se produce una progresiva pérdida de datos si el cerebro no
recibe los estímulos adecuados para conservar los recuerdos.
Sin memoria seríamos incapaces de percibir, aprender o pensar, no podríamos expresar
nuestras ideas ni tendríamos una identidad personal, porque sin recuerdos sería imposible
saber quiénes somos y nuestra vida perdería sentido.

Existen varios tipos de memoria humana según la duración de la retención del recuerdo.
MEMORIA SENSORIAL
Está fuera de control de la conciencia y se da de una manera automática. Provienen de los
sentidos, como la vista y el oído, y prolongan la duración de la estimulación.
MEMORIA A CORTO PLAZO
La memoria a corto plazo no retiene una imagen del mensaje sensorial, retiene más bien
la interpretación de dicha imagen. Retiene la información de una manera consciente, su
duración es muy limitada -como mucho unos pocos minutos- y su capacidad también -
generalmente, un máximo de cinco o seis items-.
MEMORIA A LARGO PLAZO
Este sistema de memoria puede mantener una información permanentemente y tiene
una capacidad prácticamente ilimitada. La información se mantiene de forma inconsciente y
sólo se hace consciente cuando la recuperamos desde dicho almacén o sistema.
MEMORIA DE RECONOCIMIENTO
La memoria de reconocimiento es la que nos permite identificar algo que hemos
percibido anteriormente, como el rostro de una persona, la calle por la que hemos paseado.
MEMORIA EPISÓDICA
Almacena información de lo que ocurre temporalmente, de los acontecimientos
particulares que el sujeto ha experimentado.
MEMORIA SEMÁNTICA
Es la memoria necesaria para el uso del lenguaje; se refiere a la retención del significado
de los conceptos y de las relaciones semánticas entre ellos.

El olvido, la amnesia y el alzheimer

En general, nuestra capacidad para recordar sucesos, planes o caras, entre otra
información, es extraordinaria. Tanto es así que a lo largo de la vida acumulamos
cantidades ingentes de información, hasta el punto de que en las culturas que no poseen
escritura se deja el conocimiento de la historia del grupo en manos de los ancianos,
capaces de rememorar acontecimientos de varias generaciones remontándose a cientos de
años, capacidad que tienen que compartir con los propios recuerdos.

Bahrick, Bahrick y Wittlinger (1975) encontraron que incluso 48 años después de dejar el
colegio, los sujetos todavía eran capaces de identificar con relativa exactitud a sus
compañeros de entonces.
Sin embargo, la memoria no es perfecta, y diferentes factores afectan a la capacidad de
retención a lo largo del tiempo. En un estudio posterior, Bahrick (1984) mostró cómo
profesores de universidad identificaron dos semanas después al 69% de sus alumnos a los
que dieron clase durante 2-3 veces a la semana durante un período de 10 semanas, un año
después al 48%, cuatro años después al 31%, y ocho años después al 26%, ya próximo al
azar.

Evidentemente, no es lo mismo identificar a un compañero de clase con el que estás


compartiendo varias horas al día durante años que a un alumno al que sólo ves unas pocas
horas a la semana durante un único año, ni hay tantos compañeros en clase como alumnos
puede tener un profesor a lo largo de un mismo año, y más aún con el paso de los cursos.
Así, una persona vista una única vez durante un corto espacio de tiempo (20-40 segundos)
suele olvidarse en relativamente poco tiempo. Sheperd (1983), por ejemplo, halló en una
investigación que la tasa de identificaciones correctas disminuía del 50% cuando se
realizaba entre una semana y 3 meses, y al 10% cuando se hacía a los 11 meses.

Olvido, no amnesia
En ocasiones, el olvido como un fenómeno normal del sistema de memoria humano se
confunde con los problemas patológicos de memoria, las amnesias. Así ocurre por ejemplo
en personas de edad avanzada, que habitualmente se quejan de fallos en la memoria
atribuyéndolos a una patología (frecuentemente a una incipiente demencia), cuando no es
así en todos los casos. De este modo, la neuropsicología distingue entre olvidos benignos y
amnesias. Siendo las causas de los olvidos benignos muy variadas, y en muchas ocasiones
relacionadas más con problemas perceptivos y de atención que provocan un deficiente
procesamiento de la información, que con problemas de la memoria.
Desde un punto de vista de la memoria, tenemos que por un lado, como hemos visto y
analizaremos con más detenimiento en el capítulo de memoria autobiográfica, la memoria
se encarga de registrar información significativa. Por otro, la distintividad es un factor a tener
en cuenta en los procesos de recuperación. Así, sería normal no recordar, por ejemplo, qué
comimos hace tres días porque todos los días comemos, a no ser que la comida tuviera un
significado especial. Ya sea por la interferencia que producen las comidas anteriores y
posteriores, o por la dificultad de encontrar una información sin las claves adecuadas. En el
marco de ésta última teoría, la falta de significatividad y distintividad características de la
rutina de los ancianos podrían hacer parecer que su memoria falla más de lo que cabría
esperar.

Amnesia
La amnesia (del griego Ἀμνησία amnesia, olvido) es un trastorno del funcionamiento de la
memoria, durante el cual el individuo es incapaz de conservar o recuperar información
almacenada con anterioridad.
Los factores desencadenantes de la amnesia se dividen en orgánicos y funcionales. Por
orgánicos se entienden los accidentes, lesiones o enfermedades. La amnesia puede estar
causada por ciertos tipos de lesiones, como tumores localizados en algunos de los lóbulos
del cerebro. También los traumatismos craneales son susceptibles de provocar un tipo de
amnesia conocida como retrógrada, que suele ser recuperable y que se caracteriza por no
recordar hechos anteriores a la lesión, al contrario que la amnesia anterógrada, que
consiste en la incapacidad de almacenar recuerdos nuevos.
Algunas enfermedades con daños neuronales, como pueden ser el Alzheimer, Hungtinton o
Parkinson, llevan asociada la pérdida de memoria. Graves intoxicaciones por fármacos o
drogas pueden igualmente ocasionar notables pérdidas de memoria. El alcohol –Síndrome
Korsakoff– es otra causa que incide seriamente en la memoria.
Los funcionales se refieren al psiquismo del individuo y suelen actuar como un mecanismo
de defensa ante acontecimientos que sobrepasan la capacidad de una persona para
afrontarlos. Ciertos hechos traumáticos de gravedad, sobre todo en la infancia, son capaces
de generar, a modo de autodefensa, el olvido de acontecimientos concretos o incluso de
largos periodos de tiempo en los que tuvo lugar el hecho traumático.

Alzheimer
El Alzheimer (al-SAI-mer) es una enfermedad cerebral que causa problemas con la
memoria, la forma de pensar y el carácter o la manera de comportarse. Esta enfermedad no
es una forma normal del envejecimiento.
-Las personas que padecen del Alzheimer pueden experimentar cambios en el juicio o en
tomar decisiones. Por ejemplo, es posible que regalen grandes cantidades de dinero a las
personas que venden productos y servicios por teléfono.
-Puede ser que presten menos atención al aseo personal.
-Una persona con la enfermedad de Alzheimer puede empezar a perder la iniciativa para
ejercer pasatiempos, actividades sociales, proyectos en el trabajo o deportes.
-Una de las señales más comunes del Alzheimer, especialmente en las etapas tempranas,
es olvidar información recién aprendida. También se olvidan fechas o eventos importantes
-Algunas personas experimentan cambios en su habilidad de desarrollar y seguir un plan o
trabajar con números
-Es posible que no reconozcan su propio reflejo en el espejo.
-Es posible, también, que paren en medio de conversar sin idea de cómo seguir o que
repitan mucho lo que dicen.
-Una persona con el Alzheimer suele colocar cosas fuera de lugar. Se les puede perder
cosas sin poder retrazar sus pasos para poder encontrarlas. A veces, es posible que acusen
a los demás de robarles.

Actividad
1. Define olvido

2. Define amnesia

3. Causas de las amnesias


a. Orgánicas
b. Funcionales
Describe cada una de ellas

4. Define Alzehimer y enumera algunas de sus manifestaciones.

5. Trata de recordar el hecho de tu vida más antiguo que puedas. Redactalo.

6. Define memoria.

7. Describe los tipos de memori

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