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UNIVERSIDAD NACIONAL SANTIAGO

ANTÚNEZ DE MAYOLO

TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA

Alumna:

 Agama Huerta Benisara Andrea (171.1106.001)

 Alvarado Luis Jasmin (122.1104.095)

Docente:

Mg. LEZAMETA BLAS URSULA

Huaraz – Ancash

2019
INDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 1

RESUMEN....................................................................................................................... 2

ABSTRACT ..................................................................................................................... 3

MARCO TEORICO ......................................................................................................... 4

1. DEFINICION DE TRASTORNO ALIMENTARIO ............................................ 4

2. ESQUEMA DE LA CLASIFICACIÓN DE LOS TRASTORNOS DE LA

CONDUCTA ALIMENTARIA DE ACUERDO AL DSM-5 ............................................ 5

2.1. TRANSTORNO DE PICA (PICA ) .............................................................. 6

2.2. TRASTORNO DE RUMIACIÓN ................................................................ 8

2.3. TRASTORNO DE EVITACION/RESTRICCIÓN DE LA INGESTA DE

ALIMENTOS.............................................................................................................. 10

2.4. ANOREXIA NERVIOSA ................................................................................. 12

2.5. BULIMIA NERVIOSA .................................................................................... 21

2.6. TRASTORNO POR ATRACÓN ...................................................................... 26

2.7. ORTOREXIA.................................................................................................. 30

CONCLUSIONES.......................................................................................................... 36

BIBLIOGRAFIA ............................................................................................................ 38
1

INTRODUCCIÓN

Los trastornos de la alimentación no son consecuencia de una sola fuente, son multicausales.

Diferentes factores juegan un papel importante en su desarrollo, entre ellos lo psicológico,

fisiológico y aspectos sociales y culturales. Hay gente que identifica su problema de

alimentación como detonado por factores emocionales y dificultades en la dinámica familiar.

Para otros son los aspectos sociales y culturales como la visión idealizada del cuerpo y las ideas

sobre la belleza que, combinados con las exigencias sociales, lo desencadenan. Por último hay

personas para las que es consecuencia de un problema médico.

Los Trastornos de la Alimentación vienen acompañados de sentimientos de culpa, tristeza,

inadecuación, rechazo social, dificultades laborales, dificultades en las relaciones tanto con

amigos y familia, como con posibles parejas, incluso autolesiones o ideas suicidas, etc.

Es necesario acudir a un psicólogo ya que un abordaje profesional del problema evitará la

cronificación de cualquiera de los Trastornos de la Alimentación o su agravamiento.

Evidencian un entrecruzamiento de factores biológicos y del desarrollo individual, familiar

y social; cada uno de los cuales tendrá mayor o menor implicancia según el caso en particular

del individuo.
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RESUMEN

En los últimos años se ha escrito profusamente sobre las características biológicas,

psicológicas y sociales de los trastornos alimentarios, pero aún resulta difícil identificar las

causas de estos trastornos ya que los mismos están determinados. Las restricciones en la dieta,

el deseo de estar delgado, el miedo intenso de ser obeso y la vulnerabilidad a los estereotipos

culturales, son rasgos que se presentan en la mayoría de los pacientes.

Con frecuencia, los medios de comunicación, al mismo tiempo que ocupan las primeras

páginas con estos trastornos, simultáneamente, invaden con una publicidad engañosa que vende

éxito y felicidad a través de un inasequible cuerpo perfecto.

La incidencia de estas alteraciones va aumentando dramáticamente en las sociedades

occidentales, afectando principalmente a las mujeres, en especial, a aquellas que están muy

preocupadas por su peso y cuerpo. La alteración de la imagen corporal constituye un

componente importante en los trastornos alimentarios.

El DSM-V (Manual de Diagnóstico Estadístico de los Trastornos Mentales 5ª Edición)

clasifica los desórdenes alimentarios en:

Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa Trastornos de la Conducta alimentaria no

especificado, Además existen cuadros independientes como: Trastornos por atracón (comedor

compulsivo) Síndrome del comedor nocturno a la vez dentro de los trastornos de alimentación

se encuentran también La obesidad y desnutrición los cuales se detallan en el contenido

del trabajo.
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ABSTRACT

In recent years, the biological, psychological and social characteristics of eating disorders

have been profusely written, but it is still difficult to identify the causes of these disorders since

they are determined. The restrictions in the diet, the desire to be thin, the intense fear of being

obese and the vulnerability to cultural stereotypes are traits that occur in most patients.

At the same time, the media, while occupying the first pages with these disorders,

simultaneously invade with a deceptive advertising that sells success and happiness through an

unattainable perfect body.

The incidence of these alterations is increasing dramatically in Western societies, affecting

mainly women, especially those who are very concerned about their weight and body. The

alteration of body image is an important component in eating disorders.

The DSM-V (Manual of Statistical Diagnosis of Mental Disorders 5th Edition) classifies

eating disorders in:

Nervous Anorexia (Restrictive type and - Compulsive / purging type), Bulimia Nervosa

(Purging type, Non-purging type), Disorders of unspecified eating behavior, There are also

independent tables such as: Binge eating disorders (compulsive eater) the time within eating

disorders are also obesity and malnutrition which are detailed in the content of the work.
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MARCO TEORICO

1. DEFINICION DE TRASTORNO ALIMENTARIO

Un trastorno en la alimentación es una enfermedad causada por la ansiedad y por una

preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico, relacionada con la alteración de

los hábitos alimenticios comunes.

La persona que padece algún trastorno en su alimentación basa en la comida en particular

significante al que la persona enferma otorga un significado específico de acuerdo a diversos

factores psicológicos y evolutivos, todos los pensamientos y actos que forman parte de su

cotidianidad, sintiéndose híper-dependiente de esa idea, con lo cual el alimento se convierte,

entonces, en el eje a partir del cual gira la vida y el mundo de relación de la persona que padece

el trastorno. (Gomez del Barrio, 2009)

Estas conductas alimenticias pueden o no alterarse voluntariamente, esto está sujeto a

factores internos y externos como el nivel de autoestima, presiones familiares, frustración por

tener sobrepeso, comparación constante con alguien cercano por parte de un familiar u amigo,

etc.

Generalmente estos tipos de trastornos en la alimentación, más allá de los síntomas que

encierra cada uno en especial, son acompañados por un marcado aislamiento de la persona,

excesivo cansancio, sueño, irritabilidad, agresión (sobre todo hacia personas conocidas y

miembros de la familia), vergüenza, culpa y depresión, registrándose un trastorno en la

identidad a partir de la nominación de la enfermedad.

Se caracteriza principalmente por períodos o hábitos incontrolados e impulsivos de ingesta

de alimentos más allá de unos límites razonables.

Aunque los síntomas no incluyan la toma de purgantes pueden darse episodios esporádicos

de ayuno o dietas seguidas de sentimientos de vergüenza o culpa.


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Las personas que comen compulsivamente suelen experimentar angustia y depresión que, a

su vez, den paso a periodos de excesos en la comida.

El peso corporal puede variar de normal a la obesidad leve, moderada o grave.

Otros trastornos alimentarios pueden incluir una combinación de los signos y síntomas

de la anorexia, la bulimia y / o trastorno por atracón. Aunque estos comportamientos no pueden

ser clínicamente considerados como un síndrome de desorden de alimentación, pueden

representar un peligro físico y emocional para la persona con estos comportamientos y, de

repetirse, quizá precisen de la ayuda de un profesional.

Se trata pues de trastornos en los que las víctimas sufren graves perturbaciones en sus

comportamientos alimenticios relativos a pensamientos y emociones, así como cambios en su

peso. A menudo, suelen presentarse entre edades comprendidas entre los 12 a35 años y, por lo

general, se traducen en dos principales trastornos: anorexia y bulimia, además de otros

trastornos entre los que se contempla el trastorno por excesivo apetito. (Gomez del Barrio,

2009)

2. ESQUEMA DE LA CLASIFICACIÓN DE LOS TRASTORNOS DE LA

CONDUCTA ALIMENTARIA DE ACUERDO AL DSM-5

La nueva definición integra una concepción más amplia de los trastornos alimentarios , que

incluye la posibilidad de alteraciones no solo en el comportamiento alimentario, sino en la

absorción de los alimentos, contemplando áreas de deterioro significativo, ampliando el

espectro del diagnóstico a cualquier edad.

Esta nueva agrupación de los trastornos alimentarios genera interesantes preguntas, así

como un amplio campo de investigación, por ejemplo: en cuanto a su pertinencia diagnóstica

y prevalencia. Además de la vinculación a aspectos básicos como la imagen corporal,


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las influencias de los modelos estéticos corporales, temas tan implicados en el campo de

la anorexia y bulimia nerviosas.

Esta nueva versión del DSM, agrega datos a referir por el clínico en todos los trastornos: tal

es el caso de la remisión y para la anorexia nerviosa , bulimia nerviosa y trastorno de

atracones , además ha de señalarse el nivel de gravedad. (Association, 2015)

2.1. TRANSTORNO DE PICA (PICA )

Los criterios diagnósticos en el DSM-5, donde se percibe que puede ser diagnosticada a

cualquier edad, con respecto al DSM-IV-TR existen cambios en la redacción de los criterios

en la nueva versión, algunos de ellos podrían deberse a la traducción, no obstante, es claro

que se agrega a la ingestión de sustancias no nutritivas, sustancias no alimentarias , lo cual

parece aclarar que lo consumido no es alimento, y además es inapropiado para el desarrollo

del individuo, tal es el caso de cabellos, papel, barro , suciedad entre otros. En el caso de los

adultos es obvio que ellos saben que no es apropiado consumirlos, pese a ello lo hacen. No

obstante, debe descartarse que sea una práctica culturalmente aceptada.

En algunas zonas, comer cosas que no son alimentos forma parte de una tradición cultural,

como la medicina popular, los ritos religiosos o la práctica común. Por ejemplo, algunas

personas de la región de Piedmont en Georgia (Estados Unidos) comen regularmente arcilla.

Por lo general, lo que comen las personas con pica no les hace daño. Sin embargo, a veces

lo que comen les causa complicaciones, como estreñimiento, obstrucción del tubo digestivo,

envenenamiento por plomo por comer virutas de pintura, o una infección parasitaria por comer

heces.

La pica por sí misma rara vez altera el funcionamiento social, pero a menudo se produce

en personas con otros trastornos mentales que sí repercuten en este. Estos trastornos son el

autismo, la discapacidad intelectual y la esquizofrenia. (Association, 2015)


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DIAGNOSTICO:

 Evaluación médica

 Pruebas para detectar posibles complicaciones

Los médicos suelen diagnosticar el trastorno mediante la determinación de lo que la persona

ha estado comiendo.

La pica se diagnostica cuando la persona come repetidamente cosas que no son alimentos

durante 1 mes o más. El trastorno no se diagnostica en niños menores de 2 años, ya que a esa

edad el hecho de comer ese tipo de materiales se considera parte del desarrollo normal.

Tampoco se diagnostica cuando forma parte de la cultura de la persona.

Si los médicos sospechan la presencia del trastorno, valoran el estado nutricional para

comprobar si hay pérdida de peso y deficiencias nutricionales (ver Introducción a la nutrición

: Evaluación del estado nutricional).

A veces la pica se diagnostica cuando el niño presenta síntomas de obstrucción del tubo

digestivo (como calambres intensos o estreñimiento ver Obstrucción intestinal : Síntomas) o

envenenamiento por plomo (ver Intoxicación (envenenamiento) por plomo : Síntomas) y se le

lleva al departamento de urgencias para que le vea un médico.

Puede realizarse una exploración radiológica para detectar bloqueos en el tubo digestivo. Se

pueden hacer análisis de sangre para verificar si hay intoxicación por plomo o una infección

parasitaria. (Association, 2015)

TRATAMIENTO:

 En ocasiones modificación conductual

 Tratamiento de los déficits nutricionales y las complicaciones

Las técnicas de modificación conductual pueden ser beneficiosas pero se sabe poco acerca

de los tratamientos específicos para este trastorno.


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Se tratan las deficiencias nutricionales y las complicaciones. Los bloqueos en el tubo

digestivo pueden requerir cirugía.

El trastorno puede durar varios meses y después desaparece por sí solo, sobre todo en los

niños. (Association, 2015)

2.2. TRASTORNO DE RUMIACIÓN

De acuerdo con el DSM-5 (2014), el trastorno de rumiación , al igual que el de pica , puede

diagnosticarse a cualquier edad, siendo particularmente más frecuente en los individuos que

presentan también discapacidad intelectual.

Las personas con este trastorno regurgitan en repetidas ocasiones la comida después de

comer, por lo general todos los días. Pueden volver a masticar el alimento regurgitado y luego

escupirlo o tragarlo de nuevo.

El trastorno puede ocurrir en bebés, niños, adolescentes o adultos.

A diferencia de los vómitos, que son contundentes e involuntarios (la persona no los

controla) y por lo general están provocados por un trastorno, la regurgitación no es contundente

y puede ser voluntaria. Sin embargo, la persona puede referir que no puede dejar de hacerlo.
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Algunas personas son conscientes de que este comportamiento es socialmente inaceptable

y tratan de disimularlo, tapándose la boca con la mano o tosiendo a la vez. Algunos evitan

comer con otras personas y no comen antes de realizar una actividad social o laboral, por lo

que no regurgitan en público. Algunas personas limitan la cantidad de alimento que ingieren.

Las personas que escupen el material regurgitado o que limitan en gran medida la cantidad de

alimento que ingieren pueden perder peso o desarrollar deficiencias nutricionales.

(Association, 2015)

DIAGNOSTICO:

 Evaluación médica

Los médicos suelen diagnosticar el trastorno viendo a la persona afectada regurgitar la

comida. Si sospechan la presencia de un trastorno por rumiación, los médicos valoran el

estado nutricional para comprobar si hay pérdida de peso y deficiencias nutricionales.

(Association, 2015)
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TRATAMIENTO:

 Modificación de la conducta

Las técnicas de modificación conductual, incluyendo los tratamientos que utilizan las

estrategias cognitivo-conductuales, pueden ser útiles. (Association, 2015)

2.3. TRASTORNO DE EVITACION/RESTRICCIÓN DE LA INGESTA DE

ALIMENTOS

Las personas con este trastorno comen muy poco y/o evitan el consumo de ciertos alimentos.

Es posible que coman tan poco que lleguen a perder un porcentaje considerable del peso inicial.

Es posible que los niños que sufren el trastorno no se desarrollen según lo previsto.

Las deficiencias nutricionales son frecuentes y pueden llegar a ser potencialmente mortales.

Debido a sus problemas con la comida, estas personas tienen dificultad para participar en

actividades sociales normales, como comer con otras personas y mantener relaciones con los

demás. (Association, 2015)

El trastorno por evitación/restricción de la ingesta de alimentos comienza generalmente

durante la infancia y puede parecerse inicialmente al modo de comer caprichoso que es

frecuente a esas edades. Por ejemplo, los niños pueden negarse a comer ciertos alimentos o

alimentos de un determinado color, consistencia u olor. Sin embargo, el modo de comer

caprichoso normalmente concierne a unos pocos alimentos y los niños que son malos

comedores, a diferencia de las personas con este trastorno, tienen un apetito normal, ingieren

suficiente comida en general y crecen y se desarrollan normalmente. (Association, 2015)

DIAGNOSTICO:

 Evaluación médica

 Cuestionarios para detectar trastornos físicos

 Valoración de la presencia de otros trastornos mentales


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Cuando la persona come tan poco que pierde peso y desarrolla deficiencias nutricionales,

los médicos suelen hacer pruebas para detectar trastornos físicos que puedan causar este

tipo de problemas. Entre estos trastornos físicos se encuentran las alergias alimentarias, los

trastornos del tubo digestivo que alteran la absorción de los alimentos (malabsorción,

ver Introducción a la malabsorción) y el cáncer.

Los médicos también consideran otros trastornos mentales que conducen a la pérdida de

peso, como son otros trastornos de la conducta alimentaria, la depresión y la esquizofrenia.


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TRATAMIENTO:

 Terapia cognitivo-conductual

La terapia cognitivo-conductual se puede utilizar para ayudar a que las personas con este

trastorno aprendan a comer normalmente. Puede ayudarles a sentirse menos ansiosos

respecto a lo que comen. (Association, 2015)

2.4. ANOREXIA NERVIOSA

Es un trastorno que dada su historia es el que ha sufrido más cambios, y no es la excepción

en el DMS-5, donde presenta importantes transformaciones.

La anorexia nerviosa es un trastorno caracterizado por un incesante esfuerzo por adelgazar,

una percepción distorsionada de la imagen corporal, un miedo intenso a volverse obeso y la

restricción del consumo de alimentos, lo que conlleva un peso corporal considerablemente

bajo. (Gomez del Barrio, 2009)

 La anorexia nerviosa se inicia generalmente en la adolescencia y es más frecuente en

mujeres que en hombres.

 Las personas con anorexia nerviosa restringen la cantidad de alimentos que ingieren a

pesar de la pérdida continuada de peso, se preocupan mucho por todos los aspectos

relacionados con la comida y pueden negar tener algún tipo de problema.

 Si la pérdida de peso es cuantitativamente muy significativa o se produce en un corto

intervalo de tiempo, las consecuencias pueden suponer una amenaza para la vida de la

persona.
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 Los médicos basan el diagnóstico en los síntomas; además realizan una exploración

física y diversas pruebas con el objetivo de detectar los posibles efectos negativos que

la pérdida excesiva de peso tiene sobre la salud de la persona.

 Los tratamientos que hacen hincapié en recuperar un peso y una alimentación normales

(como la terapia psicológica individual o familiar) pueden ser beneficiosos. (Gomez

del Barrio, 2009)

En el desarrollo de la anorexia nerviosa se encuentran implicados factores hereditarios y

sociales. El deseo de estar delgado está muy extendido en las sociedades occidentales, y la

obesidad no se considera atractiva, saludable ni deseable. Incluso antes de la adolescencia se

es consciente de este tipo de actitudes, por lo que más del 50% de las niñas preadolescentes

siguen una dieta o emplean algún otro tipo de medidas para controlar su peso corporal. Sin

embargo, solo un reducido porcentaje de estas niñas desarrollan anorexia nerviosa. Otros

factores, como la susceptibilidad psicológica y la herencia genética, probablemente

predisponen a determinadas personas a desarrollar anorexia nerviosa. En las regiones en las

que existe una auténtica escasez de alimentos, la anorexia nerviosa es muy infrecuente.

(Gomez del Barrio, 2009)

La enfermedad suele comenzar durante la adolescencia o en los primeros años de la edad

adulta; es muy poco frecuente que empiece antes de la pubertad o después de los 40 años. La

anorexia nerviosa afecta principalmente a personas de clase socioeconómica media y alta. En

la sociedad occidental, el número de personas que desarrolla este trastorno parece ir en

aumento. Anualmente, cerca de 1 de cada 200 mujeres jóvenes sufren anorexia nerviosa. Este

trastorno es mucho menos frecuente en hombres. Sin embargo, los casos leves pueden ser

más difíciles de identificar. (Gomez del Barrio, 2009)


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Hay dos tipos:

 Tipo restrictivo: la persona limita la cantidad de alimento que ingiere pero no se

da un atracón o se purga regularmente (por ejemplo, mediante la inducción del

vómito o tomando laxantes). Algunas personas realizan ejercicio en exceso.

 Tipo atracón/purga: la persona regularmente come en exceso y/o se purga.

SINTOMAS:

La anorexia nerviosa puede presentarse como un cuadro de carácter leve y transitorio o, por

el contrario, grave y persistente.

Un primer indicador de la inminencia del trastorno puede ser la aparición de una mayor

preocupación por la dieta y el peso corporal. Tales preocupaciones parecen fuera de lugar ya

que la mayoría de las personas que acaban desarrollando anorexia nerviosa no tienen

sobrepeso. La preocupación y la ansiedad referentes al peso corporal se intensifican a medida

que la persona va adelgazando. Incluso cuando se encuentra demacrada, la persona afirma

sentirse gorda, no lamenta la pérdida de peso, niega padecer algún tipo de alteración y, en

general, se opone al tratamiento. Sigue tratando de bajar de peso, incluso cuando los amigos y

miembros de la familia le aseguran que está delgada o le advierten de que está adelgazando

demasiado. Las personas con anorexia nerviosa ven cualquier aumento de peso como un

fracaso inaceptable de su autocontrol. (Gomez del Barrio, 2009)

El término anorexia significa literalmente ausencia de apetito; no obstante, las personas que

presentan anorexia nerviosa en realidad tienen hambre y se preocupan por las cuestiones que

conciernen a la comida. Pero en lugar de comer, estudian dietas y calculan calorías. Pueden

acumular alimentos, esconderlos o tirarlos. Pueden recopilar recetas de cocina y preparar

elaborados platos para los demás.


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Entre el 30 y el 50% de las personas con anorexia nerviosa comen en exceso y/o emplean

métodos de purga, como la provocación de vómitos o el uso de laxantes. El porcentaje restante

simplemente restringe la cantidad de comida que ingiere. Es frecuente que mientan acerca de

la cantidad de comida ingerida y que oculten sus hábitos dietéticos extravagantes, incluidos los

vómitos. Algunas personas además toman diuréticos (fármacos que incrementan la cantidad de

agua excretada por los riñones) para reducir lo que perciben como hinchazón, con el objetivo

de perder peso.

Muchas de las mujeres con anorexia nerviosa dejan de tener ciclos menstruales, a veces

incluso antes de perder mucho peso. Puede aparecer pérdida de interés por el sexo tanto en

hombres como en mujeres.

Normalmente las personas con anorexia nerviosa presentan una baja frecuencia cardíaca,

hipotensión arterial, baja temperatura corporal y pueden desarrollar un vello corporal fino o

exceso de vello facial y corporal. Los tejidos se hinchan debido a la acumulación de líquido

(edemas). Las personas afectadas refieren con frecuencia distensión y malestar abdominal y

estreñimiento.

Los vómitos autoinducidos pueden erosionar el esmalte dental, originar el aumento de

tamaño de las glándulas salivales situadas en las mejillas (glándulas parótidas), y provocar

inflamación del esófago. La depresión es frecuente.

Pese la extrema delgadez, las personas con anorexia nerviosa se mantienen activas y con

frecuencia realizan un ejercicio físico excesivo con el fin de controlar su peso. Antes de

aparecer demacradas, los síntomas de deficiencias nutricionales suelen ser escasos.

Los cambios hormonales que aparecen en la anorexia nerviosa consisten en una marcada

disminución de los niveles de estrógenos(en las mujeres), testosterona (en los hombres) y de

las hormonas tiroideas, y, en un incremento de los niveles de cortisol.


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Si la desnutrición es grave, probablemente aparecerán alteraciones en los principales

sistemas y aparatos del organismo. La densidad ósea puede disminuir, lo que incrementa el

riesgo de osteoporosis.

Si la pérdida de peso es cuantitativamente significativa o se produce en un corto intervalo

de tiempo, las consecuencias pueden suponer una amenaza para la vida de la persona. (Gomez

del Barrio, 2009)

Los problemas cardíacos y los relacionados con la alteración de líquidos y electrólitos

(como el sodio, el potasio y el cloro) son los más peligrosos:

 El corazón se debilita y bombea menos volumen de sangre:

 Se altera el ritmo cardíaco.

 Las personas afectadas se deshidratan y son propensas a los desmayos.

 La sangre se vuelve más alcalina, situación denominada alcalosis metabólica.

 La concentración de potasio en sangre disminuye.

Los vómitos y la ingestión de laxantes y diuréticos empeoran la situación. Puede acontecer

muerte súbita, probablemente debido a alteraciones del ritmo cardíaco. (Gomez del Barrio,

2009)

DIAGNOSTICO:

 Evaluación médica

 Pruebas para detectar los problemas secundarios a la anorexia nerviosa

Las personas afectadas piensan que no sufren ningún problema y por este motivo se

muestran resistentes a la valoración y el tratamiento médicos. Por lo general, son los

familiares los que les llevan a la consulta del médico, o bien acuden por otros motivos.
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Se mide la altura y el peso a fin de calcular el índice de masa corporal. Se pregunta a estas

personas cómo se sienten con relación a su cuerpo y a su peso, además de interrogarles sobre

la existencia de otros síntomas. Los médicos emplean cuestionarios desarrollados para

detectar la existencia de trastornos de la conducta alimentaria.

Si alguno de los siguientes síntomas está presente, es probable que exista un cuadro de

anorexia:

 Restricción de la alimentación que se traduce en un bajo peso corporal, por lo

general con un IMC inferior a 17 (o para los niños, IMC inferior al percentil 5 para

su edad o menos de lo que se espera basándose en el crecimiento anterior)

 Miedo a la obesidad

 Una imagen distorsionada de su cuerpo y/o negación de que sufren un trastorno

grave

Los médicos también realizan una exploración física y valoran los resultados de los

análisis de sangre y de orina, para detectar los posibles efectos derivados de la pérdida de

peso y de la desnutrición. En ocasiones también efectúan una medición de la densidad ósea

para verificar si existe pérdida de densidad ósea. (Gomez del Barrio, 2009)

PRONOSTICO:

Sin tratamiento, cerca del 10% de las personas con anorexia nerviosa de carácter grave

fallece. Cuando los síntomas son leves y pasan inadvertidos, es muy raro que se produzca el

fallecimiento de la persona.

Con tratamiento, aproximadamente la mitad de las personas afectadas recupera la mayor

parte o la totalidad del peso perdido, y se resuelven las alteraciones de la función hormonal

debidas a la anorexia nerviosa, así como otros problemas orgánicos asociados a esta. Cerca de

una cuarta parte mejora levemente y gana algo de peso, pero es posible que de manera periódica
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regresen a sus anteriores hábitos alimentarios (recaída). La otra cuarta parte suele tener

frecuentes recaídas y continúa presentando problemas físicos y mentales relacionados con la

enfermedad.

En el tratamiento de la anorexia nerviosa en el caso de niños y adolescentes se obtienen

mejores resultados que en el caso de adultos. (Gomez del Barrio, 2009)

TRATAMIENTO:

 Medidas para garantizar el consumo de nutrientes y calorías en cantidades

adecuadas

 Terapia psicológica

 Para los adolescentes, terapia familiar

 Controles médicos regulares

Cuando la pérdida de peso se ha producido en un breve periodo de tiempo o bien ha sido

muy significativa (por ejemplo, cuando se llega a estar más del 25% por debajo del peso

corporal ideal) es esencial recuperar rápidamente el peso. Las personas con anorexia nerviosa

en ocasiones requieren ser hospitalizadas con el fin de poder garantizar que consumen los

nutrientes y calorías en cantidades adecuadas. Aunque la alimentación oral es el tratamiento

óptimo, a veces hay que recurrir a la alimentación mediante una sonda que se introduce a

través de la nariz y se hace descender por el esófago hasta el estómago (sonda nasogástrica).

Los médicos también valoran y tratan los problemas secundarios a la anorexia nerviosa.

Por ejemplo, si se ha perdido densidad ósea, se administran suplementos de calcio y de

vitamina D. Durante la hospitalización se proporciona asesoramiento psiquiátrico y

nutricional. La hospitalización también permite alejar a las personas afectadas de sus

circunstancias cotidianas e interrumpir sus conductas y hábitos alimentarios disfuncionales.

Gracias a ello, se puede revertir el curso de la enfermedad. Sin embargo, la mayor parte de las

personas reciben tratamiento ambulatorio. (Gomez del Barrio, 2009)


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Se suele utilizar una terapia psicológica que hace hincapié en el establecimiento de unos

hábitos alimentarios normales y en alcanzar un peso normal. Dicha terapia consiste en terapia

psicológica individual y familiar, como la terapia cognitivo-conductual. Por lo general, la

terapia continúa durante 1 año entero después de que la persona haya recuperado el peso

perdido. Puede durar hasta 2 años.

En el tratamiento de adolescentes es importante la terapia familiar. Esta terapia puede

mejorar las interacciones entre los miembros de la familia y enseñar a los padres a colaborar

para que sus hijos recuperen el peso perdido. La terapia es más eficaz en adolescentes que no

hayan sufrido la enfermedad durante más de 6 meses. (Gomez del Barrio, 2009)

La terapia es especialmente importante porque muchas de las personas con anorexia

nerviosa son reacias al tratamiento y a recuperar el peso perdido.

El tratamiento implica también el seguimiento médico regular. Suele contarse con un

equipo de profesionales de la salud, que incluye un nutricionista, que planificará el régimen

alimentario e informará sobre las calorías requeridas para el restablecimiento del peso

adecuado.

No hay medicación específica para tratar la anorexia nerviosa. Sin embargo, los nuevos

antipsicóticos como la olanzapina ayudan a ganar peso y a aliviar la ansiedad. (Gomez del

Barrio, 2009)
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2.5. BULIMIA NERVIOSA

La bulimia nerviosa se caracteriza por la existencia de episodios repetidos de ingestión de

grandes cantidades de comida en periodos cortos de tiempo (atracones), seguidos de intentos

de compensar el exceso de comida ingerido (por ejemplo, mediante purgas, ayuno o ejercicio

físico).

 Las personas afectadas ingieren grandes cantidades de comida y a continuación se

provocan el vómito, emplean laxantes, hacen dieta o ayuno o realizan sesiones de

ejercicio físico muy intenso con el fin de compensar los atracones.

 Los médicos sospechan el diagnóstico cuando observan en los pacientes un exceso

de preocupación por el peso, el cual fluctúa de manera notable.

 El tratamiento suele consistir en terapia cognitivo-conductual, un inhibidor selectivo

de la recaptación de serotonina (un tipo de medicamento antidepresivo), o la

combinación de ambos.

Al igual que en la anorexia nerviosa, existen factores hereditarios y sociales que influyen en

la aparición de la bulimia nerviosa. También de igual modo que en la anorexia nerviosa, las

personas que tienen bulimia nerviosa suelen ser mujeres jóvenes, profundamente preocupadas

por el peso y la silueta corporales y pertenecientes a un nivel socioeconómico medio o alto. La

bulimia nerviosa afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes. Anualmente, cerca de

1 de cada 100 mujeres jóvenes sufren bulimia nerviosa. El trastorno es mucho menos frecuente

en hombres. (Gomez del Barrio, 2009)

SINTOMAS:

Las personas con bulimia nerviosa sufren episodios repetidos de atracones. Es decir,

ingieren cantidades de comida mucho mayores de las que la mayoría de las personas podrían

comer en un periodo de tiempo parecido en circunstancias similares. La cantidad considerada

excesiva para una comida normal puede diferir de la de una comida festiva.
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Es frecuente que sea un estado de estrés emocional el que desencadene los atracones, que

generalmente se realizan a escondidas. El atracón, que generalmente va acompañado de

sensación de pérdida de control, incluye comer sin tener hambre y en ocasiones hasta el punto

de producir dolor.

Es frecuente la ingestión de alimentos dulces y de alto valor calórico, como helados y

pasteles. La cantidad de comida consumida es variable y en ocasiones suma miles de calorías.

Los atracones pueden producirse varias veces al día.

En su esfuerzo por contrarrestar los efectos del exceso de ingestión, las personas afectadas

recurren a diversos métodos de purga:

 Vómitos

 Laxantes

 Dieta o ayuno riguroso

 Ejercicio físico intenso

 Cualquier combinación de los anteriores

En numerosos casos se toman diuréticos para tratar lo que se percibe como hinchazón o

retención de líquidos.

A diferencia de lo que ocurre en la anorexia nerviosa, el peso corporal de las personas con

bulimia nerviosa tiende a fluctuar alrededor de los límites normales. Sólo unos pocos tienen

sobrepeso o son obesos.

Los vómitos autoinducidos pueden erosionar el esmalte dental, originar el aumento de

tamaño de las glándulas salivales situadas en las mejillas (glándulas parótidas), y provocar

inflamación del esófago. Los vómitos y otros métodos de purga disminuyen los niveles de

potasio en sangre, provocando alteraciones del ritmo cardíaco. La ingestión reiterada de

grandes cantidades de jarabe de ipecacuana para inducir el vómito puede dar lugar a la

aparición de alteraciones del ritmo cardíaco, con la posibilidad de que acontezca muerte
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súbita. En raras ocasiones, durante un atracón o una purga puede producirse una rotura

gástrica o el desgarro de la pared del esófago, ocasionando complicaciones potencialmente

mortales.

La persona puede estar preocupada y juzgarse a sí misma en función de su peso y de su

silueta. Su autoestima se basa en gran medida en su peso corporal y su silueta.

En comparación con las personas que tienen anorexia nerviosa, las que padecen bulimia

nerviosa tienden a ser más conscientes de su comportamiento y sienten remordimientos o

culpabilidad al respecto. Suelen admitir sus preocupaciones ante el médico o ante otra

persona de confianza. Generalmente, las personas con bulimia nerviosa son más

extravertidas. También presentan con más frecuencia conductas impulsivas, problemas de

abuso de alcohol o de otras drogas y trastornos depresivos. Están angustiadas por su peso y

por su participación en las actividades sociales. (Gomez del Barrio, 2009)

DIAGNOSTICO:

 Evaluación médica

El médico sospecha la existencia de bulimia nerviosa en personas, especialmente de sexo

femenino, que muestran una notable preocupación por el aumento de peso y presentan

grandes fluctuaciones de peso, sobre todo si hay indicios de un uso excesivo de laxantes

(presencia de diarrea y retortijones).

Sin embargo, los médicos valoran también otros indicios:

 Inflamación de las glándulas salivales situadas en las mejillas

 Cicatrices en los nudillos por el uso reiterado de los dedos para provocarse el

vómito

 Erosiones del esmalte dental debido a los ácidos gástricos

 Detección de baja concentración de potasio en el análisis de sangre


24

El médico diagnostica bulimia nerviosa cuando la persona refiere atracones seguidos de

purgas una vez a la semana durante 3 meses como mínimo y basa la imagen que tiene de sí

misma en gran parte en su peso y en su silueta. (Gomez del Barrio, 2009)

TRATAMIENTO:

 Terapia psicológica

 Algunos antidepresivos

El tratamiento puede consistir en terapia cognitivo-conductual, psicoterapia interpersonal

y terapia con medicamentos.

En general se proporciona terapia cognitivo-conductual. Los objetivos son

 Motivar a la persona para que cambie

 Establecer un patrón de alimentación regular y flexible

 Reducir su preocupación por el peso y la silueta

El encuentro con el terapeuta (de forma individual o en grupo) suele planificarse con una

frecuencia de 1 o 2 veces por semana durante un periodo de 4 a 5 meses, en total unas 16 a 20

sesiones. La terapia cognitivo-conductual elimina los atracones y las purgas en,

aproximadamente, entre el 30% y el 50% de las personas con bulimia. Otras muchas también

mejoran, pero algunas abandonan la terapia o no responden a esta. Las que mejoran por lo

general continúan estando bien.

La psicoterapia interpersonal es una alternativa cuando la terapia cognitivo-conductual no

está disponible. Ayuda a las personas a identificar y cambiar los problemas interpersonales

que pueden contribuir al trastorno alimentario. Esta terapia no consiste en decirle a la persona

cómo cambiar, no interpreta su comportamiento y no trata directamente con el trastorno de la

conducta alimentaria.
25

Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, una variedad de antidepresivos,

pueden reducir la frecuencia de los atracones y de la provocación de vómitos, pero no se sabe

con seguridad cuál es la eficacia de dichos fármacos a largo plazo. Estos medicamentos

también tratan de forma eficaz la ansiedad y la depresión, que son frecuentes entre las

personas con bulimia nerviosa. (Association, 2015)


26

2.6. TRASTORNO POR ATRACÓN

El trastorno por atracón se caracteriza por la ingestión de grandes cantidades de comida

acompañada de una sensación de pérdida de control (atracón). El atracón no va seguido de

ningún intento de compensar el exceso de comida ingerida, como por ejemplo eliminando del

organismo el exceso de comida ingerida (purga). (Palacios, 2014)

 El trastorno por atracón es más frecuente entre las personas con sobrepeso u

obesas.

 Las personas afectadas ingieren gran cantidad de comida en un corto periodo de

tiempo, una conducta que les origina un gran malestar; no emplean métodos de

purga.

 Los médicos basan el diagnóstico en la descripción que las personas realizan de sus

conductas.

Para controlar el peso se emplean programas terapéuticos de pérdida de peso y algunos

fármacos específicos que ayudan a perder peso; la terapia cognitivo-conductual puede ayudar

a controlar los atracones, y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (un tipo

de antidepresivo) pueden hacer ambas cosas, ayudar a perder peso y a controlar los atracones.

Por término medio, un 3,5% de las mujeres y un 2% de los hombres padecen un trastorno

por atracón. Este trastorno es más frecuente en las personas con mayor peso corporal. En

algunos programas de reducción de peso, el 30% o más de las personas obesas sufren este

trastorno. (Palacios, 2014)

La mayoría de las personas con trastorno por atracón sufren sobrepeso o son obesas, y este

trastorno contribuye a su consumo excesivo de calorías. En contraposición, la mayoría de las

personas con bulimia nerviosa tienen un peso corporal normal, así como la mayoría de las

personas con anorexia nerviosa están delgadas. El trastorno por atracón suele aparecer en
27

personas de más edad que las que presentan anorexia o bulimia nerviosa, y casi la mitad son

hombres. (Association, 2015)

SINTOMAS:

Durante un atracón, las personas afectadas ingieren una cantidad de comida mucho mayor

de lo que la mayoría de las personas podría consumir en el mismo tiempo y en circunstancias

similares. Existe una sensación de pérdida de control durante el atracón y después de este. El

atracón no va seguido de una purga (mediante inducción del vómito o haciendo un mal uso de

laxantes, diuréticos o enemas), ejercicio excesivo o ayuno. Los atracones se presentan en

forma de episodios, en contraposición a lo que sería una sobreingestión de alimentos

continuada en el tiempo. Las personas afectadas también pueden presentar algunas de las

siguientes conductas:

 Comer mucho más rápido de lo normal

 Comer hasta sentirse desagradablemente lleno

 Ingerir grandes cantidades de comida, a pesar de no tener hambre

 Comer a solas por sentimientos de vergüenza

 Sentirse disgustado, deprimido o culpable después del atracón

Las personas que padecen trastorno por atracón sienten un gran malestar debido a esta

enfermedad, especialmente si están intentando perder peso. Las personas con este trastorno

son más propensas a sufrir depresión o ansiedad en comparación con aquellas que no lo

tienen. (Palacios, 2014) (Rosalia Vázquez Arévalo, 2015)

DIAGNOSTICO:

 Evaluación médica

Los médicos diagnostican trastorno por atracón cuando

 La persona refiere haber sufrido un atracón una vez a la semana durante 3 meses

como mínimo.
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 Los atracones se acompañan de una sensación de no poder controlar el acto de

comer.

 La persona presenta los síntomas y el comportamiento característicos.

TRATAMIENTO:

 Terapia psicológica

 Algunos antidepresivos

 Posiblemente medicamentos para adelgazar y anorexígenos (inhibidores del

apetito)

Para la mayor parte de las personas, el tratamiento consiste en el seguimiento de

programas convencionales de reducción de peso corporal, basados en técnicas conductuales.

Aunque estos programas no tratan de forma específica las conductas de atracones, suelen ser

bien aceptados por la población afectada, ya que esta generalmente se encuentra más

preocupada por el peso corporal que por el atracón en sí. Los programas convencionales de

reducción de peso son eficaces no solo en lo que respecta a la reducción de peso corporal,

sino también en el control de la ingestión compulsiva. Según parece, la presencia de

atracones no limita la pérdida de peso durante el seguimiento de estos programas.

Los siguientes tratamientos pueden ser útiles:

 La terapia cognitivo-conductual favorece el control de los atracones a largo plazo,

pero tiene poco efecto sobre el peso corporal.

 La psicoterapia interpersonal es tan eficaz como la terapia cognitivo-conductual,

pero también tiene poco efecto sobre el peso corporal.

 Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (una variedad de

antidepresivos), como la fluoxetina, pueden controlar los atracones y el peso.

 La cirugía se emplea en el tratamiento de la obesidad, aunque aún se desconocen

sus efectos en el control de los atracones. (Rosalia Vázquez Arévalo, 2015)


29
30

2.7. ORTOREXIA

Es un nuevo trastorno alimenticio que nace de la obsesión por comer sano.

Llevar una vida sana y saludable, evitar los alimentos transgénicos, procurar comprar

alimentos orgánicos y bios es un buen hábito. Sin embargo, este hábito nos lleva, en muchos

casos a convertirse en obsesión y, en el peor de los casos, en un trastorno de la conducta

alimentaria: la ortorexia, o la obsesión por comer demasiado sano.

Una enfermedad en crecimiento que, según la OMS, ya afecta al 28% de la población de los

países desarrollados.

La ortorexia, u ortorexia nerviosa – del griego “orthos”, recto y correcto, y “orexis”, apetito

– es un trastorno de la conducta alimentaria generado cuando nos obsesionamos por mejorar

nuestro estado de salud a través de la comida y alimentación en general.

Las personas que sufren ortorexia tienen un comportamiento es similar al de los enfermos de

anorexia o bulimia nerviosa. Los primeros se obsesionan por la calidad de las comidas, y los

segundos por la cantidad.

Aunque la ortorexia no ha sido reconocida oficialmente en los manuales terapéuticos de

trastornos mentales, los escasos estudios en torno a ella sí parecen confirmar que detrás de la

obsesión por un menú escrupulosamente limpio subyace con frecuencia un trastorno psíquico.

(Bratman, 2017)

SINTOMAS:

Las personas que sufren ortorexia se caracterizan por:

 Tener una obsesión enfermiza por comer productos saludables

 Planean sus comidas con días de antelación


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 Llevan un equipo de supervivencia siempre consigo, de manera que si les entra el

apetito, no se vean tentados a consumir productos no saludables

 Evitan las comidas sociales, pues es muy probable que en estas los alimentos no sean

de su aprobación

 Demonizan ciertos alimentos como los azúcares o carnes rojas, hasta el extremo de

criticar a quien los ingiere en su presencia

Los pacientes con ortorexia suelen ser principalmente a mujeres, adolescentes y deportistas

con mucha fuerza de voluntad y autocontrol.

Está claro que llevar una vida sana y saludable, evitar las comidas fast food, es un buen

hábito de vida. Sin embargo, no podemos, ni debemos, ir al extremo y dejar que el que empezó

siendo un estilo de vida sano se trasnforme en nuestra cárcel y enfermedad. (Bratman, 2017)

FACTORES:

 Normalmente, quienes sufren de ortorexia, son personas muy estrictas, controladas

y exigentes consigo mismas y con los demás. -Con comportamientos obsesivo-

compulsivos y predispuestas genéticamente.

 La ortorexia parece no afectar a los sectores marginales, sino más bien al contrario,

ya que éste tipo de comida es mucho más cara que la normal y más difícil de

conseguir. De hecho, es en los países desarrollados, donde las personas tienen

mayores posibilidades de preocuparse por los ingredientes de los alimentos que

compran en los supermercados.

 Las mujeres, la adolescencia y quienes se dedican a deportes tales como el

culturismo, el atletismo y otros, son los grupos más vulnerables ya que en general

son muy sensibles frente al valor nutritivo de los alimentos y su repercusión sobre

la figura o imagen corporal. (Bratman, 2017)


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TRATAMIENTO:

Al igual que en la Anorexia Nerviosa, la Bulimia Nerviosa y todos los TCA, es más costosa

la recuperación psicológica que la física, ya que hay que eliminar todas las conductas que el

ortoréxico ha ido adoptando a lo largo de un largo periodo de tiempo. (Bratman, 2017)

CONSECUENCIAS:

 Las consecuencias físicas, son las mismas que las que una inadecuada alimentación

puede provocar: desnutrición, anemias, hipervitaminosis o en su defecto

hipovitaminosis, carencias de oligoelementos, hipotensión y osteoporosis, etc. Así

como, en fases avanzadas, trastornos obsesivos-compulsivos relacionados con la

alimentación La propia carencia de vitaminas como la B12 provoca alteraciones

del comportamiento, que acentúan todavía más en su obsesión.

 Consecuencias psicológicas: tales como depresión, ansiedad e hipocondriasis.

(Bratman, 2017)

2.8. VIGOREXIA

Hace más de una década, descubrieron, cuando exploraban los efectos secundarios del abuso

de esteroides anabolizantes en personas que utilizaban gimnasios, que ciertos culturistas con

largas historias de consumo de hormonas esteroideas, llegaban a mostrar comportamientos

psicóticos.

En estos trabajos se dieron cuenta de que otro trastorno, relacionado con la imagen corporal,

estaba afectando a ciertos culturistas. Este nuevo trastorno se refería a un deseo de ganar masa

magra, no grasa, y una alteración de la imagen corporal, por la cual se veían pequeños y débiles

cuando realmente eran grandes y musculosos. Los sujetos afectados tenían pensamientos

obsesivos sobre su cuerpo y realizaban una práctica de ejercicio físico compulsiva para

agrandarlo. Su vida psicológica y social se veía afectada porque preferían estar todo el tiempo

en el gimnasio o evitaban situaciones donde los demás pudieran ver lo poco musculosos que
33

estaban. Además la dieta era muy estricta y la suplementaban con sustancias proteicas, “quema

grasas” u hormonas anabolizantes.

En un principio esta sintomatología parecía contraria a la de la anorexia nerviosa, de ahí

que la llamaran, anorexia inversa (reverse anorexia). En posteriores trabajos los mismos autores

la han denominado “Complejo de Adonis”. Otros autores han ido matizando el término, ya que

no parece tanto un trastorno del comportamiento alimentario como la anorexia nerviosa o la

bulimia nerviosa, sino mas bien un trastorno somatomorfo, de ahí que se hayan sugerido

también términos como dismorfia muscular o vigorexia. (Baile, 2005)

SINTOMAS:

Las manifestaciones clínicas más importantes de la vigorexia serían:

 Preocupación por ser débil o poco musculoso.

 Incapacidad de ver con objetividad el propio cuerpo, aun teniendo un cuerpo grande

y musculado, que deriva en insatisfacción corporal. Permanente autoobservación en

el espejo para comprobar el tamaño de los músculos.

 Pensamientos obsesivos y permanentes sobre no ser suficientemente grande, ser

demasiado pequeño o sobre cómo mejorar de aspecto.

 Pobre conciencia sobre su incapacidad de verse con objetividad. - Ansiedad o depresión

por sus sentimientos negativos hacia su cuerpo. Autoestima afectada.

 Conductas alteradas con respecto a la imagen corporal, evitar sitios públicos donde se

vea el cuerpo, llevar ropas especiales.

 Necesidad compulsiva de realizar ejercicio con pesas para incrementar el tamaño

corporal.

 Afectación de la vida social, familiar y sentimental por el cuidado del cuerpo, el

entrenamiento y/o la dieta.


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 A veces consumo de sustancias peligrosas para el desarrollo muscular (el consumo de

hormonas es siete veces mas usual entre personas con vigorexia que entre culturistas

no vigoréxicos). Excesivo control de la dieta.

 Abuso de esteroides anabolizantes y suplementos alimenticios (Baile, 2005)

DIAGNOSTICO:

Criterios diagnósticos de dismorfia muscular (en formato DSM), propuestos por Pope:

A) Preocupación con la idea de que el propio cuerpo no es lo suficientemente magro y

musculoso. Conductas características asociadas, como largas horas en actividades de

levantamiento de pesas y excesiva atención a la dieta.

B) El foco principal de la preocupación y de las conductas es el ser demasiado pequeño o

inadecuadamente musculoso, distinguiéndose del miedo a ser gordo como en la

anorexia nerviosa, o de una principal preocupación solo con otros aspectos de la

apariencia como en otras forma del trastorno dismórfico corporal (TDC). (Baile, 2005)

TRATAMIENTO:

Falta mucho tiempo todavía para que podamos tener unas pautas farmacológicas

contrastadas para la vigorexia.

 Hasta el momento tenemos algunos trabajos que han encontrado eficaces ciertos

tratamientos, la mayoría por la cercanía del trastorno a la obsesión-compulsión. En

este sentido los fármacos que se han visto útiles son los inhibidores de la recaptación

de serotonina, fármacos que ayudarían a controlar, sobre todo, los síntomas

obsesivo-compulsivos de la vigorexia.

 El objetivo de la terapia cognitivo-conductual en el caso de la vigorexia, es que el

sujeto cambie la forma de relacionarse con su cuerpo, de tal forma que supere su

preocupación patológica que le hace ver un defecto general en su cuerpo, que es la

falta de musculación y le hace tener pensamientos, sentimientos y comportamientos


35

incompatibles con una vida sana y feliz. Sustituyendo las conductas negativas por

conductas sanas a nivel personal y social. (Baile, 2005)


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CONCLUSIONES

Los trastornos de la alimentación como la anorexia o la bulimia cada día son más frecuentes

y preocupantes en nuestra sociedad. También están apareciendo nuevos trastornos como el

Trastorno por Atracón, en el que se dan atracones bulímicos pero no van acompañados de

vómitos, purgas o ejercicio excesivo como en la Ortorexia en la que se va reduciendo la ingesta

a determinados alimentos pretendiendo una alimentación saludable que por supuesto no lo es,

o la Vigorexia en la que se persigue un cuerpo musculado, para lo cual se utilizan fármacos y

hormonas y se reduce la variedad alimentaria.

Estos pueden desarrollarse por la combinación de condiciones psicológicas, interpersonales

y sociales. Sentimientos inadecuados, depresión, ansiedad, soledad, así como problemas

familiares y de relaciones personales pueden contribuir al desarrollo de estos desórdenes.

Nuestra cultura con su obsesiva idealización por la delgadez y el "cuerpo perfecto".

Los trastornos de alimentación requieren ser atendidos por un grupo de profesionales

preferiblemente con experiencia. El tratamiento más duradero y efectivo para los trastornos de

alimentación es alguna forma de psicoterapia con atención médica nutricional. Idealmente este

tratamiento debe ser individualizado y variar de acuerdo a la severidad del desorden y de los

problemas particulares, necesidades y capacidades del paciente y su familia.

La psicoterapia debe incluir los síntomas de los trastornos de alimentación y condiciones

psicológicas tanto como las condiciones interpersonales e influencias sociales.

La desnutrición también tiene consecuencias en el sistema nervioso, el sistema digestivo,

etc. Entre las manifestaciones conductuales que se describen como consecuencia de estos

trastornos se encuentran: pérdida de la memoria inmediata, falta de concentración y atención,

irritabilidad, depresión y alteraciones en la percepción corporal.


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Es muy importante un apoyo y tratamiento que de atención a todos estos aspectos e incluya

una parte psicológica y otra fisiológica. Una visión integral en donde un médico, un nutriólogo

y un terapeuta colaboren con el paciente para enfrentar cualquier tipo de trastorno de la

alimentación.
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BIBLIOGRAFIA

Association, A. P. (2015). manual de diagnostico y estadistico de los transtornos mentales

(DSM5). USA: .

Baile, J. (2005). Vigorexia como reconocerla y evitarla. Mdrid : Sintesis .

Bratman, S. (8 de junio de 2017). Obtenido de http://www.orthorexia.com/

Gomez del Barrio, G. G. (2009). convivir con los trastornos de conducta alimentaria:

anorexia y bulimia . Bogota, Buenos Aires , Madrid: panamericana.

Palacios, A. G. (2014). Dialnet. Obtenido de transtorno por atracon DSM5:

file:///C:/Users/marce/Downloads/Dialnet-ElTrastornoPorAtraconEnElDSM5-

4803021%20(1).pdf/

Rosalia Vázquez Arévalo, J. M.-D. (diciembre de 2015). SCIELO. Obtenido de

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-

15232015000200108

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