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Resumen
El 8 de Agosto de 1991 marcó el comienzo de una nueva era en Oticon SA. Sobre esta
fecha, la vieja compañía danesa de 87 años implementó el proyecto organizativo más
radical en la historia de la compañía: todos los empleados y directivos dentro de la sede
de la compañía perdieron sus cargos. Cada uno de ellos tuvo que buscar un segundo
trabajo. Departamentos y títulos fueron revocados, y un avanzado sistema de
información electrónico hizo posible la idea de una oficina sin papel. Oticon nombró a
su nuevo sistema organizativo "spaghetti": está en todo momento en movimiento, nunca
es lo mismo pero se mantiene junto.
La intención fue crear una estructura organizativa flexible que pudiera fácilmente
adaptarse a los cambios de la oferta y la demanda. La idea fue evitar burocracia
organizativa que impidiera innovaciones organizativas, y por este medio aumentar el
ritmo de desarrollo de nuevos servicios y productos.
Historia de Oticon
Oticon empezó como una compañia familiar. En 1956 William Demant convirtió Oticon
en una sociedad y donó casi todas sus acciones a una Fundación privada: "Fundación
William Demant y esposa Emilie". Su principal propósito era:
"Asegurar que las ganancias futuras son invertidas en investigación y desarrollo dentro
de las áreas que ayuden a la compensación o prevención de pérdidas de audición, y que
ayuden a los actuales y antiguos empleados y sus familias".
El fundador William Demant dejó su sitio como CEO oficial a su sucesor, Bent
Simonson, en 1968. El CEO, el director de desarrollo de productos, el director de
ventas, el director de Marketing y el director de finanzas dirigieron la compañía en
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estrecha colaboración. Todos ellos habían trabajado en Oticon desde unos años antes de
que fueran nombrados como equipo oficial de dirección en 1968.
En 1979 Oticon pudo afirmar poseer el rango de ser el mayor fabricante de audífonos
del mundo con una cuota de mercado mundial del 17%. Oticon empleaba alrededor de
unas 1200 personas por todo el mundo. 450 de éstas trabajaban en los puntos de
producción daneses y 150 en la sede danesa de Copenhague. El 95% de los aparatos de
audición Oticon eran exportados a través de 12 sucursales extranjeras y
aproximadamente 90 agentes. Oticon era en todos los sentidos un éxito danés e
internacional.
Oticon sostuvo una discreta imagen ante el público. Esto fue debido en parte a la
naturaleza del producto: tener problemas auditivos no es algo que se quiera hacer
público- y en parte debido a la característica de los chentes- muchos hospitales públicos
e instituciones de cuidados de la salud. En Dinamarca, la venta a los hospitales públicos
no se lleva a cabo con la ayuda campañas de publicidad masivas. En resumen, respeto,
calidad y discreción fueron palabras significativas en Oticon.
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Al continuar la compañía su expansión, cada vez fue más urgente aumentar la capacidad
de producción, y las actividades de la organización fueron gradualmente separadas. Una
nueva planta de producción había sido ya inaugurada en 1965 en otra parte de
Copenhague, y en 1971 aún se abrió otra unidad de producción (esta vez en Thisted, una
remota parte de Dinamarca), aprovechando que se le concedían a Oticon condiciones
locales favorables. En 1974, Oticon abrió una planta de producción en Escocia como
consecuencia de un gran pedido por parte del gobierno Británico, y en 1984 otra en
Sommerset, USA.
E1 reto de los 80
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Por varias razones Oticon eligió no invertir más en desarrollo dentro de la tecnología
digital. Pero los competidores lo hicieron. Durante los 80 Oticon perdió su liderazgo
mundial en el mercado frente a Starkey (americana) y Siemens (alemana). Los dos
competidores internacionales estuvieron fuertemente comprometidos en el desarrollo
del más pequeño aparato de oído digital que pudiera acloparse a la oreja. El producto
resultó ser un éxito.
En 1987 Oticon experimentó sus peores resultados financieros. La cuenta anual mostró
un déficit de 34 millones de Coronas y se vio amenazada la supervivencia de la
compañía. Oticon tenía una cuota mundial de mercado del 10% y era por entonces el
tercer mayor fabricante internacional de aparatos de oídos.
Decidieron que era hora de que un joven y energético presidente se hiciera cargo de la
compañía.
El Sr. Lars Kolind empezó como presidente de Oticon en Septiembre de 1988. Tenia 41
años y fue elegido fuera de la industria de ayudas auditivas. Como formación tenía una
licenciatura en matemáticas de la Universidad de Copenhague y también tenía un título
en administración de empresas de la Escuela de Negocios de Copenhague. Previamente
había sido consultor dentro del campo del análisis de operaciones, vicepresidente en
Riso, un gran centro de investigación danés, y vicepresidente de Radiometeer, una gran
compañía de alta tecnología Danesa.
Lo primero que Lars Kolind hizo como presidente en Oticon, fue rechazar la oferta del
Jaguar azul XJ Sovereign del anterior presidente. Conservó su viejo Saab. Lo siguiente
que hizo fue reducir todos los gastos financieros limitando los gastos de los empleados
y directivos. Insistió en examinar personalmente en detalle todos los gastos. Cualquier
cheque emitido por la compañía necesitaba de su autorización. También, cualquier
inversión potencial tenía que ser presentada a él, incluyendo cálculos sobre el retorno de
inversión esperado. Lo tercero que hizo Lars Kolind fue despedir 21 empleados. Y
finalmente, él personalmente visitó las unidades de producción y estrechó la mano a
cada empleado, preguntándoles acerca de su trabajo y como les iba. En lugar de comer
en el bar de los directivos, como el antiguo equipo de directivos solía hacer, comía en el
bar de los empleados.
Lars Kolind fue un tratamiento de shock para Oticon. Su personal y franco estilo no era
el esperado por parte de un directivo en Oticon.
El Sr. Kolind tuvo una serie de reuniones de información en las cuales todos los
empleados fueron invitados a participar activamente haciendo preguntas; eso era algo
totalmente inaudito en Oticon, como un empleado dice:
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"Nadie hizo preguntas. No estábamos acostumbrados a esta clase de comunicación de
dos direcciones. Las reuniones informativas acostumbraban a ser aburridas y llenas de
números incomprensibles"
Lars Kolind comunicó a los empleados que la vieja misión de Oticon, tal como fue
formulada por William Demant: " ayudando y apoyando personas con defectos
auditivos alrededor de todo el mundo para una mejor vida ", tenía que ser todavía una
alta prioridad en el futuro. Aseguró a los empleados que los valores tradicionales de
Oticon permanecerían intactos en el futuro. Al mismo tiempo varios empleados
recuerdan:
"Nos irritó y conmocionó profundamente. Dijo: hay que parar de vender aparatos de
oídos. Cada vez que nosotros entregamos un aparato de oído a un cliente, perdemos 4.5
dólares. Yo no tenía ni idea de que la situación fuera tan mala".
El recorte financiero en toda la compañía fue llevado a cabo durante los dos años
siguientes, y la reducción de gastos demostraron ayudar a la recuperación financiera de
la empresa. En 1990 Oticon mostró un beneficio de 1.8 milllones de Coronas. Sin
embargo, no hubo significativos aumentos en las ventas.
En este periodo fueron efectuadas tres grandes decisiones con gran impacto en el futuro
de Oticon. La primera fue preparar a Oticon para ser cualificado para el certificado de
ISO 9000. La otra gran decisión fue aumentar el capital neto y mejorar la motivación,
emitiendo acciones para empleados cada año, hasta que los empleados poseyeran el
25% de las acciones de la compañía. El mismo Lars Kolind subscribió acciones por
valor de 17 millones de Coronas. La tercera mayor decisión fue rediseñar la estructura
organizativa de Oticon.
La Nueva Estrategia
Cuando Lars Kolind presentó la Visión al equipo directivo, enfatizó una cosa: Oticon
tenía que recuperar su posición de número 1 en el mundo dentro de la industria de los
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aparatos de oídos en 1997. Argumentó que de los 400 millones estimados de personas
dañadas auditivamente en el mundo, sólo 18 misiones tienen una ayuda auditiva. Oticon
suplía aproximadamente 340.000 anualmente. El potencial parecía enorme.
Lars Kolind imaginó en voz alta delante de sus directores y más tarde en Abril del 1990
delante de todos sus empleados que Oticon en el futuro contribuiría a cambiar los
prejuicios públicos sobre ayudas auditivas tal como las empresas de gafas habían hecho
5 años atrás: convertirlas de un handicap embarazoso a una faceta personal que pueda
caracterizar un estilo e identidad propia.
Esta sexta oleada implicó un cambio mental del entendimiento de Oticon de sus
competencias fundamentales. El objetivo fue recobrar el liderazgo mundial del mercado
y volver a ser una empresa internacional exitosa dentro de la industria de cuidado del
oído, en oposición a la industria de ayudas auditivas. "Cuidado" significando más que
un simple producto fisico, una serie de servicios rodeando el producto.
Habiendo presentado estas cinco tendencias en la industria, Lars Kolind concluyó, que
Oticon tenía que concentrar sus esfuerzos creando y mejorando las relaciones con los
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clientes. Oticon debía enfatizar la calidad y la variedad de los servicios al cliente, y no
embarcarse en guerras de precios.
"Esta fue la primera vez que la palabra "estrategia de negocio" fue utilizada de una
manera deliberada en Oticon"
1) la descripción de trabajo,
2) la estructura organizativa jerárquica,
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3) el concepto de oficina,
4) el lento e ineficiente flujo de información,
5) la falta de una identidad corporativa.
Estas áreas fueron consideradas barreras mentales y fisicas para una innovación
organizativa. Correspondiendo a las cinco barreras, cinco conceptos concretos formaron
el contenido de la visión:
Se suponía que cada director y empleado debía ser perfectamente capaz de dirigir sus
tareas sin tener un superior que controlara sus esfuerzos. "El control y las reglas no son
necesarias si todos estarnos de acuerdo en nuestra meta y valores organizativos", dijo el
presidente, "creemos en la libertad bajo responsabilidad".
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Un empleado tenía que tener un horario casi totalmente flexible, y quedarse en casa
trabajando, si él lo consideraba apropiado. La idea del control en Oticon tenía que ser
ejecutada como no control. "El empleado responsable conoce sus obligaciones hacia el
proyecto en el cual está trabajando y hacia sus colegas, no necesita ser controlado", dijo
el presidente.
2) El concepto de Multi-trabajo fue introducido. Todos los empleados debían tener más
de un trabajo, y el segundo trabajo tenía que estar fuera de su normal área de
especialización. Por ejemplo, un ingeniero de desarrollo se comprometió él mismo en
tareas de Marketing, una secretaria de contabilidad se comprometió en tareas del área de
ventas. Por propia iniciativa y compromiso, fue posible participar en varios tipos de
tareas o cambiar de trabajo en Oticon completamente, si uno tenía el deseo de hacerlo.
3) Todas las tareas tenían que estar organizadas alrededor de un equipo de proyecto
multidisciplinar, donde los ingenieros de desarrollo de producto tendrían que cooperar
con finanzas, Marketing y personal de ventas resolviendo problemas. La anterior
distinción entre áreas de trabajo especializadas tuvo que ser demolida. Tuvo que ser
legitimado el interferir con colegas de otras áreas de especialización, y sugerir nuevas
soluciones a viejos problemas. Trabajando en equipos multidisciplinarios ampliaría la
generación de nuevas ideas.
El equipo de proyecto fue presentado como una unidad de negocio separada, que podría
convertirse en un centro de beneficios independiente. Cada equipo de proyecto tenía que
organizarse a sí mismo y debía tener responsabilidad sobre sus propios presupuestos,
recursos y calendarios.
La anterior estructura jerárquica tenía que ser demolida e introducirse una estructura
organizativa llana. Nadie tenía que tener títulos en sus cartas de negocio. Directores y
empleados tendrían un nivel de responsabilidad similar en la empresa. Y aparte de los 7
directores más altos en el equipo de dirección (uno por cada área funcional), sólo los
directores de proyecto tendrían un título de dirección. Sería posible para todos los
empleados convertirse en un director de proyecto, cualquiera podría conseguirlo si tenía
el deseo y la energía de convertirse en un director de proyecto. El título de director de
proyecto no era un estado permanente, tenía que ser recobrado de nuevo una vez que el
proyecto fuera completado. Cada individuo tenía que justificar, demostrar y convencer
sobre su capacidad, competencia y energía para poder ser director de proyecto. Esto
contrastaba agudamente con la antigua forma de promoción a partir de la antigüedad.
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Como parte del plan de oficina abierta se prohibieron los termos. El café y el té se
ofrecerían en unas áreas centrales situadas en el edificio de oficinas. De esta forma,
directores y empleados tenían que trasladarse a las áreas de café aumentando la
probabilidad de las reuniones informales.
La razón para este paso fue que el papeleo demostró consumir mucho tiempo. Oticon
hizo un análisis mostrando que un ingeniero de desarrollo gastaba dos terceras partes de
su tiempo en papeleo: escribiendo memos, facturas, resúmenes de reuniones, ete.
"Reduciendo ese tiempo en un 50% la organización doblará su capacidad de desarrollo",
dijo el presidente. Otro análisis mostró que la información "oficial", documentos legales
y especificaciones constituía sólo una pequena parte de la circulación del correo interno.
La mayor parte del correo eran memos, cartas sobre reuniones informales, "correo
basura" o alguien en busca de la propiedad perdida. Esta clase de intercambio de
infonnación informal ocupaba mucho tiempo de los empleados. Oticon quiso un sistema
de información (IS), que pudiera manejar la comunicación informal de la organización
de forma eficiente. Según el director de proyecto responsable de implementar el sistema
de información, éste tenía que cumplir cuatro criterios:
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El segundo criterio fue la acumulación de información. La limitación del espacio físico
disponible para la acumulación de papel al cajón con ruedas tenía que ser compensado
por la capacidad de almacén del sistema de información. La capacidad de almacenar
alrededor de dos nmillones de páginas fue estimado suficiente para almacenar cinco
años de documentos en Oticon
El tercer criterio fue simplicidad de movimiento. Como los trabajos cambiarían y los
empleados tendrían la necesidad de moverse a otra área de la organización, querrían
preservar toda su información. La idea de la movilidad física conllevó la necesidad de la
movilidad de la información. Típicamente, moverse de un lugar a otro significa el
amontonamiento de papeles e información desorganizada, los cuales tienen que ser
ordenados. En Oticon se pensó en una rápida manera de movimiento de documentos en
el sistema de información. Los datos de los empleados en Oticon tenían que ser
accedidos fácilmente, independientemente de donde estuvieran físicamente los
empleados.
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